don dieguito

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Universidad de los Andes Departamento de Antropología Curso de Fundamentos de Antropología Profesor Jorge Morales Pablo Román (200824171) – Ana María Restrepo Sáenz (200822412) Lunes, noviembre 29 de 2010 Titulo En un principio, nuestro objetivo era analizar el discurso de los vendedores de bus, pues nos parecía que era, en gran medida, estandarizado y generalizado. Nos dábamos cuenta de que los vendedores tenían ciertas muletillas y expresiones compartidas (‘prefiero hacer esto a robar’, ‘espero no molestarlos si les quito dos minutos de su preciado tiempo’, ‘agradezco a quien quiera apoyar mi forma de trabajo’), y queríamos estudiarlas a la luz del contexto social y cultural de Colombia. Era necesario, entonces, hacernos con una buena muestra de discursos, para después analizarlos en conjunto. Así empezamos, en los trayectos ida y vuelta de la universidad a la casa de cada uno, a grabar (a escondidas) y a tomar nota de lo dicho por los vendedores. Empero, tuvimos que abandonar tal perspectiva porque se extendía mucho más allá de la observación puntual del sujeto. Aunque este discurso peculiar del vendedor sigue siendo importante en nuestro trabajo, ya no lo es en relación al amplio marco del contexto colombiano. Enfocamos, pues, nuestro discurso hacia un caso específico. Duramos un par de semanas esperando un buen caso. Pensamos incluso en seguir a un vendedor de un bus a otro. Nos preocupaba la posibilidad de que el vendedor se enfadara si lo siguiéramos, y nos parecía imposible encontrar una manera sutil de abordarlo para que nos hablara prolijamente sobre su trabajo. Finalmente, llegó Don Dieguito. Por muchas razones, que desarrollaremos a continuación, él es un vendedor único. Pero primero que todo, es una persona único, si es que tomamos la apatía y la desconfianza como regla. A Don Dieguito, por su amabilidad, era posible entrevistarlo y seguirlo de cerca. De manera que teníamos al sujeto perfecto – pero no sabíamos dónde encontrarlo. Nos habíamos topado con él un par de veces en nuestras observaciones, pero prestándole una atención superficial. Ahora que teníamos un objetivo concreto y estructurado, queríamos reencontrarlo. Coincidir con un vendedor de bus en Bogotá es una hazaña estadística, pero tuvimos suerte. No coincidimos, pero supimos cómo encontrarlo. Nos subimos una tarde a uno de los buses azules Sidauto, pues Don Dieguito tiene permiso exclusivo de los conductores (razón que explicaremos más tarde) para subirse a éstos subes, y pensamos que seguramente sabrían de quien les estábamos hablando. El martes 19 de octubre de 2010 fuimos a uno de los paraderos de los buses y aproximadamente a las 3.40pm nos subimos al primer azul que pasó. Al subirnos nos dimos cuenta que el conductor era costeño y después de pagarle le preguntamos si conocía a Don Dieguito. Cuando nos respondió que sí, le preguntamos si le podíamos hacer unas preguntas y acto seguido empezamos a indagar sobre la faceta que no conocíamos de nuestro famoso vendedor, en el recorrido hacia nuestras casas.

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don dieguiro

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Universidad de los Andes

Universidad de los Andes

Departamento de Antropologa

Curso de Fundamentos de Antropologa

Profesor Jorge Morales

Pablo Romn (200824171) Ana Mara Restrepo Senz (200822412)Lunes, noviembre 29 de 2010

TituloEn un principio, nuestro objetivo era analizar el discurso de los vendedores de bus, pues nos pareca que era, en gran medida, estandarizado y generalizado. Nos dbamos cuenta de que los vendedores tenan ciertas muletillas y expresiones compartidas (prefiero hacer esto a robar, espero no molestarlos si les quito dos minutos de su preciado tiempo, agradezco a quien quiera apoyar mi forma de trabajo), y queramos estudiarlas a la luz del contexto social y cultural de Colombia. Era necesario, entonces, hacernos con una buena muestra de discursos, para despus analizarlos en conjunto. As empezamos, en los trayectos ida y vuelta de la universidad a la casa de cada uno, a grabar (a escondidas) y a tomar nota de lo dicho por los vendedores. Empero, tuvimos que abandonar tal perspectiva porque se extenda mucho ms all de la observacin puntual del sujeto. Aunque este discurso peculiar del vendedor sigue siendo importante en nuestro trabajo, ya no lo es en relacin al amplio marco del contexto colombiano. Enfocamos, pues, nuestro discurso hacia un caso especfico. Duramos un par de semanas esperando un buen caso. Pensamos incluso en seguir a un vendedor de un bus a otro. Nos preocupaba la posibilidad de que el vendedor se enfadara si lo siguiramos, y nos pareca imposible encontrar una manera sutil de abordarlo para que nos hablara prolijamente sobre su trabajo. Finalmente, lleg Don Dieguito. Por muchas razones, que desarrollaremos a continuacin, l es un vendedor nico. Pero primero que todo, es una persona nico, si es que tomamos la apata y la desconfianza como regla. A Don Dieguito, por su amabilidad, era posible entrevistarlo y seguirlo de cerca. De manera que tenamos al sujeto perfecto pero no sabamos dnde encontrarlo. Nos habamos topado con l un par de veces en nuestras observaciones, pero prestndole una atencin superficial. Ahora que tenamos un objetivo concreto y estructurado, queramos reencontrarlo. Coincidir con un vendedor de bus en Bogot es una hazaa estadstica, pero tuvimos suerte. No coincidimos, pero supimos cmo encontrarlo. Nos subimos una tarde a uno de los buses azules Sidauto, pues Don Dieguito tiene permiso exclusivo de los conductores (razn que explicaremos ms tarde) para subirse a stos subes, y pensamos que seguramente sabran de quien les estbamos hablando. El martes 19 de octubre de 2010 fuimos a uno de los paraderos de los buses y aproximadamente a las 3.40pm nos subimos al primer azul que pas. Al subirnos nos dimos cuenta que el conductor era costeo y despus de pagarle le preguntamos si conoca a Don Dieguito. Cuando nos respondi que s, le preguntamos si le podamos hacer unas preguntas y acto seguido empezamos a indagar sobre la faceta que no conocamos de nuestro famoso vendedor, en el recorrido hacia nuestras casas.

Nos sentamos detrs de Cogollos (apellido y apodo del conductor) en la primera y segunda fila de puestos, los que quedan en diagonal al puesto de l. El bus es bastante amplio y est pensado bajo las necesidades de los transentes de Bogot: con mucho espacio para todos los que van parados y pocas sillas para aquellos que en realidad las necesitan (discapacitados, tercera edad, personas con nios de brazos, etc.). Lo que tienen de particular estos buses azules, aparte de que para dejar y recoger pasajeros, nicamente se detienen en los paraderos, es que no dejan subir los acostumbrados vendedores ambulantes del resto de los buses de la ciudad: solo a Don Dieguito como mencionamos anteriormente. ste hecho nos pareca bastante intrigante, por lo tanto fue lo primero que le preguntamos a Cogollos. Por educado, es un personaje, nos regala dulces y lapiceros. Vende cosas chveres nos respondi. Agreg que fue un acuerdo entre todos los conductores de la empresa dejarlo subir pues todos se sentan a gusto con l y se volvi para ellos ms que un vendedor, se convirti en su amigo. Wilson, el dueo de los buses, fue el que les recomend a Don Dieguito por chvere, pues eran amigos y por sta razn todos decidieron seguir la recomendacin. Cogollos cuenta cmo, hasta lo busca para dejarlo subirse al bus. El nico que vende esos lapiceros es l, y vende como un putas. Es muy buena gente y siempre me ofrece regalo pero hace un mes no lo veo, debe estar enfermo o algo. Tambin nos mencion que el famoso vendedor, tena una esposa afro y un hijo que tambin es muy querido, que vivi en Estados Unidos y que seguramente de all trae todo lo que vende. Algo particular que mencion el conductor es que Don Dieguito no vende para su propio beneficio pues siempre tiene a alguien ms a quien ayudar. Las ltimas veces lo estaba haciendo por un amigo que estaba enfermo y por su propia madre (con quien vive). Un aspecto sobre ste tema es que las veces (por fuera de ste trabajo) que nos ha tocado Don Dieguito como vendedor en algn bus, nunca menciona que tiene esos motivos para recaudar plata, a diferencia de los dems vendedores, siendo l quien estara diciendo la verdad y los dems, al dar sus razones para pedir plata, dicen con frecuencia mentiras.

Por otra parte, Cogollos nos coment cmo cuando el carro est lleno no se sube para no incomodar, solo se sube cuando hay 2 o 3 personas paradas, pero cuando se sube, le va bien. Esto, nos parece, es otra razn por la cual Don Dieguito es un personaje, como lo menciona Cogollos, pues en vez de subirse a los buses ms llenos para vender ms (como lo hacen los dems vendedores), prefiere no incomodar a realizar sus ventas. Supimos tambin, que el sector por donde ms se lo encuentra es generalmente al frente de la Universidad Javeriana (por la carrera 7) en sentido sur-norte y que precisamente, en sa universidad, estaba grabando un comercial para Juan Valdez, la famosa marca cafetera. Tambin le vende esferos al Padre Chucho (famoso en la televisin nacional) y hasta ingresa al edificio de Ecopetrol de la cra. 7 con 35 a venderles a los empleados, como nos cont el conductor. Huelo rico, el pelito limpio, viejito. As es como Cogollos nos coment entre risas que Don Dieguito se describe a l mismo cuando va a vender y esto pareciera ser otro indicador ms de diferencia entre l y los dems vendedores pues stos, creemos, parecen pensar que entre ms sucios y ms necesitados parezcan, ms vendern. Segn el conductor del Sidauto y, como percepcin nuestra de experiencias pasadas con el famoso vendedor, Don Dieguito parece instruido y bastante inteligente pues con frases como el que lee eclosiona la mente dos veces se conecta con su audiencia soltando frases nicas para cada pasajero. Desde antes de subir la primera vez a Don Dieguito a su carro, Cogollos menciona que ya eran amigos pues as no se subiera, lo saludaba desde abajo y le daba ms de un regalo de su mercanca. Nos mostr (y finalmente nos regal) uno de los lapiceros que l le haba dado como regalo hace 6 meses (dura mucho) y nos dijo (imitando a Don Dieguito) trados de Estados Unidos, (solo l los trae)ste mejora la letra, alaaaarga las vocales (y es enserio que funciona).

Adems de lo anterior (y como lo coment Cogollos imitndolo), hay algunas muletillas y frases tpicas de Don Dieguito por las cuales es conocido entre los estudiantes y muchos, con frecuencia, lo imitan. Hay una aparente relacin de ste peculiar vendedor con sus posibles clientes de los buses pues habla y hace como si estuviera respondiendo a supuestas inquietudes que ellos le hacen: el siempre lo compra dice sealando a cualquier persona o, la verdad fue que me equivoqu de precio al mencionar que su mercanca es menos costosa de lo que dijo anteriormente, o no seora, ste sealando el esfero del cual est hablando, y hasta Qu se los lleva los 4? Listo llveselos! en el momento de terminar su discurso para motivar la compra de sus esferos, los cuales lleva en una maleta llena de stos. Nos quedamos esperando ver a Don Dieguito en se recorrido, esperando que silbara para subirse pues cuando ve a Cogollos lo llama de sa forma, pero nunca se subi. Al llegar a nuestras casas Cogollos nos dijo que le dira que unos estudiantes lo estaban buscando para un trabajo y que nos avisara a nuestros celulares cuando se topara con l de nuevo. Nos recomend, cuando pudiramos hablar con Don Dieguito, contarle que nosotros ramos los que habamos hablado con Cogollos, el costeo del Sidauto.

Una semana despus, Cogollos llam a nuestro celular, haba hablado con Don Dieguito y nos tena su nmero de celular.