DON CARLOS MARfA DE BUSTAMANTE

Por Felipe REMOUNA ROQUEÑ~

del Instituto de Iiirestigaciorici Juridicas de la UNA>[

Pareciera que el primer movimieiito revolucionario de independencia hubiera sido ampliamente estudiado después de siglo y medio de acae- cido. Sin embargo toda una serie de datos de importancia no se empiezati a conocer sino hasta épocas recientes. Problemas de tipo técnico y sobre todo económico no lo habían permitido; así tenemos que las actas del constituyente de Chilpancingo, los proyectos de constitución de Busta- niantc, del fraile Santa Maria y muchos documentos mis no son cono- cidos. 1

No dudamos sin embargo que contando actit:ilmente con grandes inves- tigadores en esta materia, como lo son sin duda los tnaeslros: De la Torrc Villar, Villoro, Lamadrid Hurtado, Eriiesto Lemoine, León Por- tilla, Manuel Arellano 2. y tantos otros, iiuestro proceso histórico político-constitucional tomará un nuevo sentido muclio más científico.

En esta ocasión publicamos un documento hasta ahora inédito. Se trata de una serie de ensayos, por decirlo así, que don Carlos María <le Bustamante escribió durante los años de 1817-1818 y dirigió a Fernando VI1 proponiéndolos como medidas para restaurar el orden social en la Nueva España. Su extensidn nos impide darlo a conocer en forma completa por lo que lo hemos dividido en [los partes y que seriu publicadas en intervalos.

En esta primera, sil autor realiza uria serie de análisis de problemas cconóniicos, sociales, cultiirales e inclusive r:tciales: adeiiiis, propone ciertas medidas y la creación de nuevas instituciones para sii correcta solución.

En su segunda parte desarrolla un estudio mucho mis jurídico, eii el que trata del examen de algunas disposiciones de Indias y su tiifasta aplicación en la Nueva Espafia. En sus capitiilr~s se refiere a: los fiscales

1 El original de "Los Sentimientos de la Nacibn", que fue rcdactadu por Quintana I<oo, no ac dio a la luz prihlica sino hasta el afiu <Ic 1963, hh3bic:ido sido causa de tecla un.& serie de eipecolacioiics su articulo scxto. E,peraiiios que el scfior general 1,;izaro Cirdeiias, quicn coiiserva dicho <locuincrito y todo uri legajo que el maestro Luis ChAucz Ornzro Ic diera cuando istr era subsecretario de Educacidii, restituya al patrimonio hisi6rico nacional todos estos dacumeritos. así como ha restitiiido durantc toda su ?ida pública un sinnúmero r le riqueras racionales al pueblo mexicano.

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de las audiencias, los cancilleres reales, los visitadores generales, el virrey, el acusador fiscal, los procuradores, las pruebas por indicios, la descentralización de la justicia, las ejecuciones y destierros y otras más.

Durante 1817 este admirable intelectual que desarrolló diversísimas actividades como la de jurista, relator en materia civil y penal, político, historiador, literato, poeta, periodista e inclusive oficial de caballería en la armada insurgente, se encontraba prisionero de los españoles en el Castillo de San Juan de Ulúa. El 11 de agosto de ese año habia intentada embarcarse hacia los Estados Unidos en un bergantín ingles que se encontraba anclado en el puerto de Veracruz; pero sin contar con el pasaporte reglamentario:

La ley 4ta., titulo 16, libro 3 9 de Indias dice: Ordenamos que nues- tros justicias reales o personas de cualquier grado o dignidad que sean, no pongan embargo ni impedimento directa ni indirectamente a los que quisieran venir o enviar a darnos cuenta de lo que convenga a nuestro real servicio.. . Tal es la ley en virtud de la cual me creía autorizado para marchar a España sin pasaporte ni licencia porque sabia que no se me habia de dar si la pedía.. . Como se deniega a todo Americano de quien se presume que pueda informar a las Cortes de lo que pasa en America. 2

Permaneció prisionero en dicho Castillo el ilustre insurgente. hasta el 2 de febrero de 1819. El gobernador de la Provincia de Veracruz, de apellido Dávila, lo ayudó, y al salir del fuerte se le señaló como prisión la misma ciudad de Verauuz. La fianza fue pagada por un español hasta que publicada la constitucióu española la sala del crimen lo declaró comprendido en la amnistia concedida por las cortes, mismas que lo nombraron miembro integrante de la Junta de Censura de la Libertad de Imprenta en Mexico.

Durante su estancia en el puerto del Golfo, además de escribir todo un número incalculable de páginas, redacta dentro de lo más importante de su obra una Historia de la prmincia de Oaxaca, El indio mexicano y Mis afectos a la constitucidn. En este último ensayo, el cual dedica al Pensador Mexicano, analiza parte a parte la Constitución Gaditana que, jurada, fue cimentando su estabilidad "con lágrimas, con sangre y desengaños adquiridos en seis años". Se habla de la igualdad y de la libertad, y trata la ley agraria de 1813 creada por el inmortal Jovellanos.

Don Carlos María de Bustamante es un hombre contradictorio: en lo tocante a sus concepciones econ6micas unas veces proclama la equi- tativa distribución de la tierra, otras cae dentro del más puro liberalismo y proclama la propiedad privada como derecho fundamental e inherente a

2Mernoria $-rerentada al Excmo. Ayuntamiento Conrfitucionol d e México. Veracruz, 1820.

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la persona humana. Así vemos que en el capitulo sobre "Las Medidas para Fomentar la Agricultura" afirma la prohibición de toda fundación de mayorazgos y fideicomisos, ya que para el estas son las causas deter- minantes de la despoblación de la Nueva España: "...debida en la mayor parte a las inmensas posesiones de los mayorazgos que ni cultivan por sí ni dejan cultivar a otros.. ."

Dentro de las medidas que propone para fomentar las artes en Ame- rica, llega a exponer ideas radicales, sumamente avanzadas para su epoca:

El gobierno costeari los instrumentos y maquinarias que transporten ya hechos, y la sociedad cuidará de distribuirlos. Quedarán abolidos los privilegios exclusivos. Los nuevos descubrimientos que hagan los artífices se remunerarán con dinero o con alguna distinción de honor, pero nunca con esas exclusivas oaiosas que llevan por objeto estancar en una sola mano las utilidades y beneficios que podrían beneficiar a muchas familias.

Nadie puede negar que se aparta totalmente de la filosofía liberal y cae dentro de una doctrina que no sería creada sino cincuenta años más tarde y que propugna la socialización de los medios de producción. Esto lo escribía en 1817 y la contradicción a que hemos hecho refereiicia con anterioridad lo harán sostener en 1836 lo contrario; es un recomenlar, un retorno al punto de partida: a su liberalismo absoluto.

Hechando una mirada sobre el inmenso continente de la America, y descubriendo en todas las nuevas naciones formadas de los fragmentos de la dominaci6n española los mismos males la misma inestabilidad y las mismas desgracias, el espíritu menos filosófico reconoce que ha habido y hay una causa que en todos estos inmensos países obra en uni- formidad, un principio destructor cuyo funesto influjo se extiende desde las riberas del Sabina hasta los países desiertos de la Patagonia. . . esta causa no es otra que la que la Independencia fue muy prematura y que estos pueblos no tenían todavía los elementos necesarios para existir por sí mismos, es preciso que confesemos que los principios fundamentales de los gobiernos que se han establecido no son los que convenían al estado de estos pueblos y digo los principios fundamen- tales porque estos han sido los mismos en todas partes, aunque en una diversidad infinita de accidentes.

Y continúa diciendo:

3 Examen i»rfiiircial soD1-e el verdadero estodo de la Rcpliblica Mexicano, México, 1836, p. 15.

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El primero, el más principal y el que en todo gobierno bien cons- tituido debe formar la base del edificio social son los propietarios.. . y así es que el objeto primordial de la sociedad civil n o es otro que el de asegurar las personas y las propiedades.. . será el mejor gobierno aquel que pusiese a cubierto de todo insulto unas y otras. 4

Para nosotros, políticamente hablando, Bustamante es u n liberal moderado, entendiendo como tal a todo aquel sujeto que durante la colonia, si bien sentia como necesidad el logro de la independencia nacional con respecto de la Metrópoli, ella no debía ser total y absoluta, señalando al monarca espaíiol como el depositario de la soberanía.

Así decía Bustamante, ante el Congreso de Chilpancingo: "...vamos Señor a restablecer el imperio mexicano mejorando el gobierno; vamos a preparar el asiento que debe ocupar nuestros desgraciado principe Fernando VII, recobrado que sea el cautiverio en que gime; vamos a ser el espectáculo de las naciones cultas que nos observan: vamos en fin a ser libres e independientes". 6

Sin embargo, si nos situamos a fines del siglo xviir, si analizamos el seno familiar que rodeó a Bustamante y los estudios que éste llevó a cabo, podremos comprender tan compleja personalidad.

Nació en la ciudad de Oaxaca el 4 de noviembre de 1774, hijo legitimo de Josk Antonio de Bustamante, español y de María Gerónima de Merecilla y Osorio originaria de la misma A n t e q ~ e r a . ~

En el seno familiar de los Bustamante se observb una rígida educa- ción, la que daba en aquellos tiempos a las casas de los españoles la impresión de tratarse de monasterios; ello influyó profundamente para que desde su niñez las ideas religiosas hecharan hondas raíces en 61, lo que al través de todas y cada una de las actuaciones de su vida siempre observó. 7

A los doce años c u r d mamática latina. v en 1789 en el Seminario - - -~ ~ - - n , , ~ ~

Conciliar de Oaxaca filosofía; a corta edad dominaba la gramática francesa y estudió la física de Piquer. Todo esto confirma la tesis de que el grupo insurgente, ya fueran liberales moderados, como Rayón o nuestro personaje, o bien radicales, como Morelos, Alderete y Soria, eran hombres altamente preparados y cultos por lo que no nos debe ya extrañar que las fuentes de nuestra primera Carta Magna sean de origen francés o angloamericano.

Después de graduarse de bachiller se trasladó a la capital de la Nueva España, durante el año de 1796, para iniciar su carrera de juris- prudencia; dice haber recibido gran ayuda de su hermano quien lo obligó a estudiar autores como Heinecio y Domat. Viajó a Guanajuato y

4 Ibidem, p. 17. 6 Alaman. Lucas. Historia de Me'xico, p. 352. 6Biografia de Carlos Mal-ia de Bustamante y M~rer i l ln , ISAH 7Apuntes para la h i~tor ia de ni¡ vida $úbli:o, IXAH.

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Guadalajara, donde se recibib de abogado el 31 de julio de 1801. Regresú a la ciudad de México y se le encargi, la defensa del mandante de don Lucas Gálvez. La celebridad que le valiú este juicio le liiro entrar en contacto con los grandes personajes de su época.

Hallábase en el Ayuntamiento y llevaba la voz en el como Sindico el Licenciado D. l'rancisco Primo de Verdacl y Ramos, en cuyo estudio despacliaba yo y le merecía cciricepto, comunicóme la empresa con que estaba metido y conio el Virrey Iturrigaray hubiese citado a una juiiia de tribunales y personas rnoiales en que era preciso tratar este asunto por principios de clereclio público, yo le trabajé el papel que re- citó allí y si no lo Iiizo literalmente 211 menos vertió especifico qlle sorprenclieron a los oidores y le atrajeroii el odio. " Ilrsde esta feclia vemos que Bustamante pensaba reunir una junta

compuesta por diputados representantes de los ayuntamientos y ciudades de niayor iinporiancia, a semejanza de las que se habían instalado en España. Son estas ideas el antecedente directo del Indio mexicano o iluisos <L Fernando V I I , capitulo "De la Junta de Gobierno", el cual ofrecemos a iistedes.

Sobre el Monte Pio de Labradores Emtamante había escrito a Itu- rrigaray eii el aíio (le 1804, cuando este era virrey, proponikndole el establecimiento de dicha institución; pero a dicerencia de su escrito de 1817, el primero de 1804 es menos trascendente y su tecnica menos elaborada: pretende la contribución voluntaria de los ricos hacendados con una caiiticIa<l determinada, y dictada por sentimientos de liiimanidad, para el sostenimieiito de este banco agrícola.@

Cinco años y cinco meses mhs tarde, el 24 de octubre de 1809, se declaró indignado al constatar que el monopolio de semillas, y por consiguiente la escasez de 13s mismas, era debida a la sórdida codicia de los misinos liacendados:

. . .el Único iiie<lio que hay es, oponersc a sus artificios fomentando la agricultiira de los miserables indios (juc nada pueden Iiacer por sí mismos a causa de su miseria y falta total de arados y semillas; habilí- tenseles para que ellos cultiven sus pedacitos de tierra y para esto establézcase el Monte Pío y he aquí que en el instante renace la abun-

8 Rcmolira R., Felipe. L a Conrtitución de Apntzirigin. Morelia, Micli., p. 124. En uii documento quc tiibajamos en el Archivo clc Indias eiicoritramos un dato de mucha im- portancia: El proyecto de independencia de la Junta General, celebrada en Mexico, el 9 de agosto de 1808. fue presidida por Iturrigaray. Se ley<> un "Plan de Independencia" en cuarro puntos presentado y defendido por Uustaniante y el Lic. Castillejos: 10 Forrnar un <:anscjo que rcsuma el poder del Consejo <Ic Indias; 2'1 Nombrar dos ernbaia<lures a los Estados Unidos; SV Dos injs Dara neeociar con Inclaterra: 40 Dos para negociar con Napole6n.

u "

U aveira laboada, Miguel. De uii ,Konte Pio de Lnb.urlore.r. "Bolctin Sibliogrilico <le 1;) Sirrctaria rlc Harielida y Cridito Público", pp. i ~ í .

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dancia, entonces ellos se habilitan y surten de semillas, cesó el consumo y compras a los hacendados y la falta de venta los obliga a bajar en los precios. . . 10

Vana quimera de don Carlos María de Bustamante. Cuatro años más tarde pasó a formar parte del ejército insurgente

para no pensar más en su utópica idea, ya que las diferencias de clase no permitían que esos ideales fueran practicables. En el Indio mexicano su visión ya es distinta: el Estado directamente interviene para habilitar a los campesinos. Nueva contradicción que se presenta en su filosofía, apartándose del simple y puro liberalismo; otorga al Estado la facultad de protección y salvaguarda de garantlas de tipo económico.

Inició su carrera de abogado, y fue ahí donde observó de cerca a los entonces funcionarios, desvelándose -según él- porque llegara el momento en que la nación recobrara sus derechos y el goce absoluto de su soberanía: en esta etapa de su existencia comenzó a publicar un periódico que intituló: El Juguetillo, en el que ridiculizó al general Calleja y defendió la memoria del licenciado Primo de Verdad.

Preso para entonces Joaquín Fernández de Lizardi, Bustamante temió por su vida y se ocultó en la casa del cura de Tacubaya. Marchó a Zacatlán para unirse a los insurgentes y más tarde salió a Oaxaca para encontrarse con don Josk María Morelos y Pavón, el que le confirió el grado de inspector de caballería y también el de coronel de dragones de Oaxaca.

Durante el mes de enero de 1813 redactó un Diario de gobierno, cuyas disposiciones más importantes fueron las medidas que se debían tomar para la seguridad individual de los labradores y la forma como debía auxiliarse a la armada insurgente; dictó un reglamento sobre las mismas materias. 11 Nótese que tambikn Bustamante, y a principios del siglo xrx, señaló el problema agrícola como básico y fundamental para el desarrollo de la economía nacional.

En la misma ciudad continuó desempeñando sus actividades periodís- ticas, pues se le confirió la dirección y continuación del Correo del Sur, a l mismo tiempo que contribuyó a la publicación del Ilustrador de Tlalpujahua. Permaneció en Oaxaca hasta que Morelos le informó, el 17 de septiembre de 1813, que el congreso lo había nombrado diputado suplente por la Provincia de M&xico; con cierta dificultad llegó hasta la población de Chilpancingo. Ya instalado ahí, como miembro del cuerpo legislativo, presentó ante 61 un proyecto de declaración de inde- pendencia: ". . .Se procedió a examinar por los señores el proyecto sobre la declaración de independencia y hechas algunas reflexiones y quitada

lolbidern, p. 6. i i ~ i ~ ~ i o de gobierno d~ la Junto Stlprerna de Gobierno en Oaxaca, enero 1813.

Oaxaca, INAH.

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absolutamente la cláusula que habia de la libertad de Fernando VII, quedó aprobado." Una vez más puede comprobarse que Carlos María de Bustamante era partidario de una independencia relativa, pues en la gran mayoría de sus documentos públicos se refiere al monarca español: queda enmarcado pues dentro de un liberalismo moderado.

El constituyente mexicano viendo que el jefe realista Armijo marchaba sobre la población en que sesionaban, resolvió trasladarse a Oaxaca y comisionó a los diputados Crespo y Bustamante para que les prepararan aquel asilo. A Rayún sc le dieron úrdenes de defender esa provincia. Sin embargo este cuerpo legislativo canibiú de opinión y prefirió dirigirse a la provincia de Michoacán, donde se inició la segunda etapa del Con- greso de Anáhuac; es allí donde efectivamente se redactó la primera Carta Magna. Aún cuando Bustamante envió a Morelos un proyecto de consti- tuciún, aquél recorioció expresamente que quien trabajó principalmente nuestro primer documento básico fue el insigne licenciado don Manuel Alderete y Soria, al que no se le lia hecho justicia. ' 2

La constitución fue redactada en Uruapan, donde estuvieron reunidos durante tres meses, antes de salir con destino a Apatzingán para pro- mulgarla y jurarla.

En octubre de 1814 Rayón nombró a Bustamante enviado plenip- tenciario ante el gobierno de los Estados Unidos, ordenindole embarcarse en la Barra de Nautla. Antes de lograrlo fue atacado por un grupo de pseudo insurgentes; tuvo serias dificultades con Rosains y decidió tras- ladarse a Tehuacán en espera del congreso.

Habiendo terminado su mandato, pues habían transcurrido dos años desde la fecha de su nombramiento, fue comisionado junto con don Nicolás Bravo para constituir el Tribunal Supremo de Justicia, sin liaber tomado posesión de diclio cargo, pues Terán decidió disolver el congreso, nombrindolo más tarde su asesor.

Las tropas españolas habían sometido gran parte de la Provincia de Veracruz bajo control, por lo que Bustamante intentó huir a los Estados Unidos del Norte: se dirijió nuevamente liacia Nautla, pero cuando supo que Hevia habia tomado la plaza, sin otra alternativa, se presentó ante el destacamento del Plan del Río solicitando se le indultara. Tras- ladado en calidad de prisionero al puerto de Veracruz se le designó como prisibn la ciudad, no pensando Bustaniante sino en encontrar la primera oportunidad para huir, como lo hemos referido con ante- rioridad.

Despues de haber fallado en su intentona de escapatoria se dedicó a escribir, y fue ahí donde ~edactó el documento tantas veces citado. En él se observa el interés que su autor manifiesta por la terrible injusticia que sufrian los indígenas en toda la Nueva España, consi-

12 Trcs estudios sobre don Jorr María Morelos y Pavón, Bil>lioteca Nacional. 19ñ3, p. 109.

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derándolos como la clase social explotada y desposeida por excelencia; observese la denuncia que en tan bello escrito político formula sobre las desigualdades económicas, políticas, raciales y aun culturales.

Asegura Bustamante que él escribió al patriota Guerrero para exponerle la conveniencia de llegar a un arreglo con Iturbide, a fin de dar al país la tan anhelada independencia. Recobrada la soberanfa del pueblo mexicano regresó a la capital de la República, después de nueve años de ausencia, todos ellos llenos de penas, sufrimientos y luchas por una causa que siempre defendió.

La gran ciudad le vio llegar pleno de júbilo y regocijo el 11 de octubre de 1821.

A partir de este momento el gran revolucionario desempeña un papel de vital importancia para la vida constitucional de nuestro país, e inicia la publicación de La Abispa de Chilpancingo. Se le nombró nuevamente diputado y representó su provincia natal ante el congreso: este quedó instalado el 24 de febrero de 1822. Declaró Bustamante que la mayor satisfacción de su vida fue la elección que sobre él recayó como presidente del mismo.

El choque entre el cuerpo legislativo y el "Primer Emperador de México" no se hizo esperar y sus miembros fueron hechos prisioneros, enviándose a don Carlos María a l Convento de San Francisco:

Desde el día dos de Diciembre de 1822 en que me hayaba preso y con centinela de vista con otros diputados al Congreso General, por orden del llamado Emperador Iturbide, comencé a escribir un diario exacto de todas las ocurrencias públicas de la República Mexicana. . . la empresa era entonces demasiado aventurada y comprometida porque teníamos centinelas de vista que nos sobrevigilaban con el mayor em- peño y daban cuenta al que se decía Capitán General de México, Andrade, alias "Cartuchera", y éste como buen chismoso participaba a su amo el Emperador. Nuestra clausura y estrechez fue aflojando en razón de las novedades que ocurrfan y por las que el Emperador de farsa veía sin poderlo remediar que se iba desmoronando su imperio, hasta dar con su Magestad Imperial con el sepulcro en la villa de Padilla a impulsos de cinco balazos que le quitaron para siempre las ganas de empuñar el cetro. '3

El 7 de marzo de 1823 le fue notificado el auto de libertad e inme- diatamente envió una exposición a Iturbide manifestando su indig- nación por los procedimientos utilizados y la conducta antijuridica con que se habían llevado a cabo las aprehensiones de los diputados; no perdonó jamás a Iturbide el agravio sufrido. Al día siguiente se reinstaló el congreso, pero no fue sino hasta el día 11 cuando Bustamante se presentó, hizo uso de la palabra y expuso los desórdenes que vivía

13 Afiunter para lo historia de mi vida pilblico, op. cit., p. 1

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la nación y la inseguri<lad en que se encontraban los legisladores, por lo que su trabajo seria vano.

Al abdicar Iturbide se nombró un poder ejecutivo colegiado formado por Victoria, Negrete y Bravo. l4

"En la segunda legislatura se le nombró diputado por el Estado de Mexico y aunque fue uno de los que más se opusieron a que se adoptase el sistema federal, decretado por la Nación, lo Iia sostenido con la mayor firmeza." 16 La 16gica continuación de su proceso ideológico-político es la defensa del sistema centralista.

Más tarde publicó el Centrontlc, y en 1837 f o m ú parte del Supremo Poder Conservador.

Al respecto quisi6ramos notar que, independientemente de toda opinión política que se pueda tener favorable o desfavorable hacia esta institu- ción, la misma no ha sido ampliamente estudiada por nuestros constitu- cionalistas, siendo indispensable que se realice dicho estudio para un mejor y correcto análisis de nuestras estructur;is constitiicionales. Espe- ramos más tarde poder publicar algún trabajo sobre ella.

Los Estados Unidos habían iniciado el proceso Iiistórico hacia la erección de su sistema imperialista, desencadenando una serie de guerras e intervenciones contra las naciones reciCn independientes, con los resultados ya conocidos por todos y sufridos por los que en esta parte del continente americano, hasta ahora, hemos sido obligados a depender de 61.

Carlos María de Bustamante escribió una historia sobre la invasión de 1847, señalando los sufrimientos e injustici;lr qiie sobre la naci6n y sus moradores habían heclio caer los invasores. Deprimido y decep- cionado, este gran jurista de incalciilable valor para nuestra vida política. dejú de existir el 21 de septiembre de 1848 a 1;i edad de 74 aíios.

Aún cuando es difícil comparar personalidades tan diferentes como la de Morelos y la de Bustamante, es indiscutible que, cuantitativa y cualitativamente hablando, el primero es de mucho más valor, por sus concepciones más puras y definid;is, por su actitud más decidida y por englobar sus ideas todo un complejo de problemas económicos, políticos y sociales que no podían ser tratados y resueltos sino despues de haber alcanzado el pueblo mismo su completa independencia política, conti- nente esta de todo lo demás.

Sin embargo, permítaseme expresar mi más profunda admiración y recoriocimiento por tan gran hombre. Don Carlos María <le Bustamante aparece en nuestra historia política como un liberal moderado, y como ideólogo consciente de la realidad económica, social y política de su pueblo; la vida hizo de 61 un defensor infatigable de las causas justas

14 Diorio hirtdrico de México, i, Zacatecas, 1896, p. 343. 16 Biopafio de Cnrlor Moria de Bustomnle y Mrrecilin, O?. c i t . . INAH.

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y un analista perfecto de los problemas que aquejaban al país: siendo tambien un escritor fecundo lleno de humanismo.

Es una necesidad publicar sus obras completas; sabemos que ello representa un gran esfuerzo tbcnico y económico, pero la tarea es inevitable si queremos comprender mejor nuestra realidad liistbrica, y a la vez sirva de homenaje a tan magno personaje.

No ha llegado mi orgullo y fatuidad al punto de que crea que cuanto está escrito por mi es exquisito; pero sí aseguro que no he perdido de vista a mi Patria y trabajado por su engrandecimiento.