domingo xxii tiempo ordinario (31 agosto)
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“Me sedujiste Señor y me dejé seducir”
Domingo XXII Tiempo
Ordinario
El seguimiento de Cristo
Para conocer a Jesús es necesario seguirlo.
Y seguirlo con todo lo que soy y tengo: mis debilidades, defectos y virtudes.
• La semana pasada decíamos
Renovación de la mente Eso es lógico y necesario, para que nuestra vida avance en todo sentido.
• Eso implica ir renovando nuestra vida: superar debilidades.
¿Cómo lograr esa renovación de la mente?
• La respuesta la da el profeta. Hay que dejarse seducir por el Señor. “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir”.
• Cuando uno se deja seducir por el Señor, es capaz de transformarse, porque el amor lo transforma todo.
Ser discípulo
• Dicha transformación de la mente permite iniciar el camino de crecimiento en la fe y madurez del que también hicimos referencia el domingo pasado.
• Esa madurez implica ciertamente saber renunciar (ser desprendido) ante los bienes materiales, pero todavía más importante, saber renunciar a uno mismo (darse).
• La frase de Jesús: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga”,
sólo se entiende cuando uno se ha dejado seducir por el Señor viendo en la cruz la realización
plena de mi existencia.
Otro punto • No pretendamos al dejarnos “seducir por
el Señor” que todo lo voy a comprender. Dios nos pide a veces cosas “difíciles” para ayudarnos a vivir un amor auténtico.
• Jesús lo hizo: al encarnarse, dejó sus seguridades, se despojó de todo, y lo adquirió todo: con su entrega nos ganó a TODOS para Dios Padre.
¿Miedo a la cruz?
• Cuando escuchamos la palabra “entrega”, “renuncia”, “dejarlo todo”, nos imaginamos una pérdida de nuestra identidad, un quedar “vacíos”. Y eso nos asusta.
• Sin embargo, el renunciar para Jesús es
dejar lo que no me
hace feliz, para Tenerlo TODO.
Quien renuncia para estar con Jesús, LO
TIENE TODO.
• A Pedro le costó entender: “eso no puede pasarte”, pues entregar la vida lo vio como algo sin lógica humana.
• Entiendo cuando conozco y sigo a Jesús como el mayor Bien. Ahí entregarse sí es lo lógico, puesto que la vida se llena a plenitud dándose. ¡Te acuerdas que Pedro fue capaz luego de aceptar ser crucificado!
¿Cómo lograr la entrega?
• Vivir una íntima comunión con Jesús. No se puede vivir en comunión con Jesús si lo veo como “pieza de museo”.
• Tomar la cruz es reconocer que VIVE Y ACTUA EN MI, siempre.
• Por eso el seguimiento de Cristo no es sólo “ir tras Él”, es dejarse transformar por el Espíritu.
Hoy es Domingo, día del Señor. Vivimos la
experiencia de la resurrección y el envío
del Espíritu. Hoy debemos dejarnos
transformar.
¿Qué logramos?
• Avanzamos en la perfección cristiana, que se alcanza por el camino de la cruz.
• No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual.
• El progreso espiritual implica lucha, que conduce gradualmente a vivir el gozo de ser un cristiano auténtico.
• Los discípulos siguieron a Jesús, pasaron meses enteros a su lado y aprendieron a vivir confiando en Él.
• seguirlo les traería la realización plena de sus vidas.
¿Tu que vas a hacer ?