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Homiletica.iveargentina.org 02 agosto Índice para utilizar el índice en la web haz clic en "Ver mensaje entero " al final del mensaje Textos Litúrgicos · Lecturas de la Santa Misa · Guión para la Santa Misa Directorio Homilético Exégesis · Raymond Brown · Manuel de Tuya · P. José A. Marcone, I.V.E. Comentario Teológico · S an Agustín Santos Padres · San Juan Crisóstomo Aplicación · P. Alfredo Sáenz, S.J. Domingo XVIII Tiempo Ordinario (Ciclo B) – 2015

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Homiletica.iveargentina.org

02

agosto

Índicepara utilizar el índice en la web haz clic en "Ver mensaje entero" al final del mensaje

Textos Litúrgicos· Lecturas de la Santa Misa· Guión para la Santa Misa

Directorio Homilético Exégesis

· Raymond Brown· Manuel de Tuya· P. José A. Marcone, I.V.E.

Comentario Teológico· San Agustín

Santos Padres

· San Juan Crisóstomo Aplicación

· P. Alfredo Sáenz, S.J.

Domingo XVIIITiempo Ordinario

(Ciclo B) – 2015

· San Juan Pablo II· P. Jorge Loring, S.J.

Ejemplos Predicables

Textos LitúrgicosLecturas de la Santa Misa

Domingo XVIII Tiempo Ordinario (B)(Domingo 2 de agosto de 2015)

LECTURAS

Yo haré caer pan para ustedes desde lo alto del cielo Lectura del libro del Éxodo 16,2-4.12-15

En el desierto, los israelitas comenzaron a protestar contra Moisés y

Aarón. «Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, les decían, cuandonos sentábamos delante de las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos.Porque ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a todaesta asamblea».

Entonces el Señor dijo a Moisés: «Yo haré caer pan para ustedes desde loalto del cielo, y el pueblo saldrá cada día a recoger su ración diaria. Así lospondré a prueba, para ver si caminan o no de acuerdo con mi ley.

Yo escuché las protestas de los israelitas. Por eso, háblales en estostérminos: "A la hora del crepúsculo ustedes comerán carne, y por la mañana sehartarán de pan. Así sabrán que Yo, el Señor, soy su Dios"».

Efectivamente, aquella misma tarde se levantó una bandada de codornicesque cubrieron el campamento; y a la mañana siguiente había una capa de rocíoalrededor de él. Cuando ésta se disipó, apareció sobre la superficie del desiertouna cosa tenue y granulada, fina como la escarcha sobre la tierra. Al verla, los is-raelitas se preguntaron unos a otros: «¿Qué es esto?» Porque no sabían lo queera.

Entonces Moisés les explicó: «Éste es el pan que el Señor les ha dadocomo alimento». Palabra de Dios. R. El Señor les dio como alimento un trigo celestial.

Lo que hemos oído y aprendido,lo que nos contaron nuestros padres,lo narraremos a la próxima generación:son las glorias del Señor y su poder. R.

Mandó a las nubes en lo altoy abrió las compuertas del cielo:hizo llover sobre ellos el maná,les dio como alimento un trigo celestial. R. Todos comieron un pan de ángeles,les dio comida hasta saciarlos.Los llevó hasta su Tierra santa,hasta la Montaña que adquirió con su mano. R.

Revístanse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios Lectura de la carta del Apóstol san Pabloa los cristianos de Éfeso 4, 17.20-2

Hermanos:Les digo y les recomiendo en nombre del Señor: no procedan como los

paganos, que se dejan llevar por la frivolidad de sus pensamientos.Pero no es eso lo que ustedes aprendieron de Cristo, si es que de veras

oyeron predicar de Él y fueron enseñados según la verdad que reside en Jesús.De Él aprendieron que es preciso renunciar a la vida que llevaban,

despojándose del hombre viejo, que se va corrompiendo por la seducción de laconcupiscencia, para renovarse en lo más íntimo de su espíritu y revestirse delhombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdaderasantidad. Palabra de Dios. ALELuIA Mt 4, 4b

Aleluia.El hombre no vive solamente de pan,sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.Aleluia.

EVAngELIO

El que viene a mí jamás tendrá hambre;el que cree en mi jamás tendrá sed

Evangelio de nuestro Señor Jesucristosegún san Juan 6, 24-35

Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estabanen el lugar donde el Señor había multiplicado los pafueron a Cafamaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, lepreguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?»

Jesús les respondió:«Les aseguroque ustedes me buscan,no porque vieron signos,sino porque han comido pan hasta saciarse.Trabajen, no por el alimento perecedero,sino por el que permanece hasta la Vida eterna,el que les dará el Hijo del hombre;

porque es Él a quien Dios,el Padre, marcó con su sello».

Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras deDios?»

Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en Aquél queÉl ha enviado».

Y volvieron a preguntarle: «¿Qué signos haces para que veamos y creamosen ti? ¿Qué obra realizas? nuestros padres comieron el maná en el desierto,como dice la Escritura:

"Les dio de comer el pan bajado del cielo"».Jesús respondió:

«Les aseguro que no es Moisésel que les dio el pan del cielo;mi Padre les da el verdadero pan del cielo;porque el pan de Dioses el que desciende del cieloy da Vida al mundo».

Ellos le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan». Jesús les respondió:«Yo soy el pan de Vida.El que viene a mí jamás tendrá hambre;el que cree en mí jamás tendrá sed».

Palabra del Señor.

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Guión para la Santa MisaXVIII Domingo del Tiempo Ordinario- 2 de Agosto 2015- Ciclo B

Entrada: La liturgia de hoy nos convida al Banquete Eucarístico haciéndose ecode la Palabra del Señor: “El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree enmí jamás tendrá sed”. Dispongámonos al Santo Sacrificio de la Misa con fe ydevoción.

Liturgia de la Palabra

Primera lectura: Ex 16,2-4. 12-15

Dios alimenta a su pueblo en el desierto con el maná.

Salmo Responsorial: 77

Segunda lectura: Ef 4,17.20-24

San Pablo exhorta a los cristianos de Éfeso a revestirse del hombre nuevo,creado a imagen de Dios.

Evangelio: Jn6,24-35

El Pan de Dios es Cristo, el Verbo Encarnado, que desciende del cielo y da la vidaal mundo.

Preces: D. XVIII T. O.

Elevemos nuestras preces a Dios Todopoderoso y con entera confianza

pidámosle lo que nos hace falta, sabiendo que en su infinita bondad seremosatendidos.

A cada intención respondemos cantando:

* Pidamos por el Santo Padre y sus intenciones, especialmente para que a loscristianos perseguidos se les reconozcan los derechos humanos y la igualdad ylibertad religiosa. Oremos.

* Por los sacerdotes, para que hagan del Sacrificio eucarístico el verdaderocentro de su vida y de su ministerio, y encuentren en él la fortaleza necesariapara afrontar los diversos quehaceres pastorales. Oremos.

* Por los pobres y por todos los que sufren, para que la Palabra del Señor losconforte, y que nosotros seamos solícitos en prestarles ayuda testimoniando quesomos hijos del Padre Celestial. Oremos.

* Roguemos por todos los fieles, para que tengan una participación cada vez másconsciente, activa y fructuosa en el Santo Sacrificio del Altar. Oremos.

Padre eterno, te pedimos que escuches nuestras súplicas y nos asistas entodas nuestras empresas. Por Jesucristo Nuestro Señor.

Liturgia Eucarística

Ofertorio:

Cristo es el Sacerdote y la Víctima, Él se ofrece al Padre para borrar nuestrasculpas. Presentémosle nuestros dones:

*Pan y vino, que por la virtud del Sacerdote se convertirán en el Cuerpo y laSangre de Cristo.

Comunión: Recibamos a nuestro Señor, presente en la Sagrada Eucaristía,verdadero Pan bajado del cielo que contiene en sí todo deleite.

Salida: Invoquemos el auxilio de nuestra Madre para que, alimentados con elCuerpo y la Sangre de su Hijo que perdura y da la vida eterna, seamos templosdonde Dios tenga su cielo en la tierra.

(Gentileza del Monasterio “Santa Teresa de los Andes” (SSVM) _ San Rafael _Argentina)

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Directorio Homilético

Del Apéndice I: La homilía y el Catecismo de la Iglesia Católica Decimoctavo domingo del Tiempo Ordinario CEC 1333-1336: los signos eucarísticos del pan y del vinoCEC 1691-1696: la vida en Cristo

Los signos eucarísticos del pan y del vino

1333 En el corazón de la celebración de la Eucaristía se encuentran el pan y elvino que, por las palabras de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, seconvierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Fiel a la orden del Señor, laIglesia continúa haciendo, en memoria de él, hasta su retorno glorioso, loque él hizo la víspera de su pasión: "Tomó pan...", "tomó el cáliz lleno devino...". Al convertirse misteriosamente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo,los signos del pan y del vino siguen significando también la bondad de lacreación. Así, en el ofertorio, damos gracias al Creador por el pan y el vino(cf Sal 104,13-15), fruto "del trabajo del hombre", pero antes, "fruto de latierra" y "de la vid", dones del Creador. La Iglesia ve en en el gesto deMelquisedec, rey y sacerdote, que "ofreció pan y vino" (gn 14,18) unaprefiguración de su propia ofrenda (cf MR, Canon Romano 95).

1334 En la Antigua Alianza, el pan y el vino eran ofrecidos como sacrificio entrelas primicias de la tierra en señal de reconocimiento al Creador. Peroreciben también una nueva significación en el contexto del Exodo: los panes

ácimos que Israel come cada año en la Pascua conmemoran la salidaapresurada y liberadora de Egipto. El recuerdo del maná del desiertosugerirá siempre a Israel que vive del pan de la Palabra de Dios (Dt 8,3).Finalmente, el pan de cada día es el fruto de la Tierra prometida, prenda dela fidelidad de Dios a sus promesas. El "cáliz de bendición" (1 Co 10,16), alfinal del banquete pascual de los judíos, añade a la alegría festiva del vinouna dimensión escatológica, la de la espera mesiánica del restablecimientode Jerusalén. Jesús instituyó su Eucaristía dando un sentido nuevo ydefinitivo a la bendición del pan y del cáliz.

1335 Los milagros de la multiplicación de los panes, cuando el Señor dijo labendición, partió y distribuyó los panes por medio de sus discípulos paraalimentar la multitud, prefiguran la sobreabundancia de este único pan desu Eucaristía (cf. Mt 14,13-21; 15, 32-29). El signo del agua convertida envino en Caná (cf Jn 2,11) anuncia ya la Hora de la glorificación de Jesús.Manifiesta el cumplimiento del banquete de las bodas en el Reino delPadre, donde los fieles beberán el vino nuevo (cf Mc 14,25) convertido enSangre de Cristo.

1336 El primer anuncio de la Eucaristía dividió a los discípulos, igual queel anuncio de la pasión los escandalizó: "Es duro este lenguaje, ¿quién puedeescucharlo?" (Jn 6,60). La Eucaristía y la cruz son piedras de tropiezo. Es elmismo misterio, y no cesa de ser ocasión de división. "¿También vosotros queréismarcharos?" (Jn 6,67): esta pregunta del Señor, resuena a través de las edades,invitación de su amor a descubrir que sólo él tiene "palabras de vida eterna" (Jn6,68), y que acoger en la fe el don de su Eucaristía es acogerlo a él mismo.

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Tercera parte: La vida en Cristo

1691 "Cristiano, reconoce tu dignidad. Puesto que ahora participas de lanaturaleza divina, no degeneres volviendo a la bajeza de tu vida pasada.Recuerda a qué Cabeza perteneces y de qué Cuerpo eres miembro.Acuérdate de que has sido arrancado del poder de las tinieblas para sertrasladado a la luz del Reino de Dios" (S. León Magno, serm. 21, 2-3).

1692 El Símbolo de la fe profesa la grandeza de los dones de Dios al hombre porla obra de su creación, y más aún, por la redención y la santificación. Lo que

confiesa la fe, los sacramentos lo comunican: por "los sacramentos que leshan hecho renacer", los cristianos han llegado a ser "hijos de Dios" (Jn 1,12;1 Jn 3,1), "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1,4). Reconociendo en lafe su nueva dignidad, los cristianos son llamados a llevar en adelante una"vida digna del Evangelio de Cristo" (Flp 1,27). Por los sacramentos y laoración reciben la gracia de Cristo y los dones de su Espíritu que lescapacitan para ello.

1693 Cristo Jesús hizo siempre lo que agradaba al Padre (cf Jn 8,29). Viviósiempre en perfecta comunión con él. De igual modo sus discípulos soninvitados a vivir bajo la mirada del Padre "que ve en lo secreto" (cf Mt 6,6)para ser "perfectos como el Padre celestial es perfecto" (Mt 5,48).

1694 Incorporados a Cristo por el bautismo (cf Rom 6,5), los cristianos están"muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús" (Rom 6,11),participando así en la vida del Resucitado (cf Col 2,12). Siguiendo a Cristo yen unión con él (cf Jn 15,5), los cristianos pueden ser "imitadores de Dios,como hijos queridos y vivir en el amor" (Ef 5,1), conformando suspensamientos, sus palabras y sus acciones con "los sentimientos que tuvoCristo" (Flp 2,5) y siguiendo sus ejemplos (cf Jn 13,12-16).

1695 "Justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestroDios" (1 Co 6,11), "santificados y llamados a ser santos" (1 Co 1,2), loscristianos se convierten en "el templo del Espíritu Santo" (cf 1 Co 6,19). Este"Espíritu del Hijo" les enseña a orar al Padre (cf gál 4,6) y, haciéndose vidaen ellos, les hace obrar (cf gal 5,25) para dar "los frutos del Espíritu" (gal5,22) por la caridad operante. Curando las heridas del pecado, el EspírituSanto nos renueva interiormente por una transformación espiritual (cf Ef4,23), nos ilumina y nos fortalece para vivir como "hijos de la luz" (Ef 5,8),"por la bondad, la justicia y la verdad" en todo (Ef 5,9).

1696 El camino de Cristo "lleva a la vida", un camino contrario "lleva a laperdición" (Mt 7,13; cf Dt 30,15-20). La parábola evangélica de los dos caminosestá siempre presente en la catequesis de la Iglesia. Significa la importancia delas decisiones morales para nuestra salvación. "Hay dos caminos, el uno de lavida, el otro de la muerte; pero entre los dos, una gran diferencia" (Didajé, 1,1).

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ExégesisRaymond Brown

El pedido de un signo

(Jn.6,25-34)

Antes del texto de Jn.6,24-35, se encuentra la caminata de Jesús sobre lasaguas del Mar de galilea (6,16-24), que tiene algunas indicaciones muyimportantes que iluminan tanto el precedente milagro de la multiplicación de lospanes como el siguiente Discurso del Pan de Vida. Hagamos un brevísimocomentario a este hecho.

Como en Marcos y en Mateo, los discípulos están en dificultades,superados por una tempestad, cuando Jesús se acerca a ellos sobre el agua. Peroel punto central del relato en Juan no es Jesús que aplaca las olas del mar, sinomás ben la afirmación majestuosa: “no temáis. YO SOY”. Este “Yo soy” puede serconsiderado como una forma del nombre divino revelado a Moisés sobre elSinaí, antes de la Pascua. (Algunos estudiosos en el camino sobre la superficie delas aguas llegan a entrever el tema del pasaje del Mar Rojo).

La muchedumbre sigue a Jesús hasta Carfanaúm y le pregunta: “¿Cómohas venido hasta aquí?”. Con un juego de palabras muy típico de San Juan, Jesúsresponde que él ha venido del cielo. (Es de notar cuánto se parece laconversación que sigue con la conversación con la samaritana en el capítulo 4. Yasí se establece un paralelismo bastante cercano entre 6,27 con 4,13; 6,30-31con 4,12; 6,33 con 4,14; 6,34 con 4,15).

Como siempre, las aspiraciones de la muchedumbre están sobre un planomaterial: los hombres ven el elemento milagroso del signo, pero no apresan susignificado profundo. Jesús trata de elevarlos por sobre la perspectiva material,pero se encuentra con una persistente incapacidad para comprender. “Losjudíos” introducen el argumento pascual del maná y del éxodo. (Según laliteratura rabínica, el Mesías repetiría el milagro del maná). Pero estos galileos nose dan cuenta que el maná mesiánico es la Palabra de Dios: enseñanza divina ydivina sabiduría (Deut.8,3; Prov.9,2-5). no se trata del pan del desierto, dado porMoisés, sino de Jesús, el pan dado y donado ahora por el Padre.

(BROWN, R., Il Vangelo e le Lettere di Giovanni. Breve comentario, Ed.Queriniana, Brescia, 1994, p. 60 - 61; traducción del equipo de Homilética)

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Fr. Manuel de Tuya

Discurso sobre la diferencia y necesidad de un alimento espiritual

(Jn.24-35)

El encuentro de Cristo con las turbas en la región de Cafarnaúm da lugar aeste primer diálogo, tan del gusto de Jn.

La pregunta que le hacen con el título honorífico de “Rabí”: “¿cuándo hasvenido aquí?” lleva un contenido sobre el modo extraordinario como vino.Sabían que no se había embarcado ni venido a pie con ellos. ¿Cómo, pues, habíavenido? Era un volver a admitir el prodigio en su vida. La respuesta de Cristo soslaya aparentemente la cuestión para irdirectamente al fondo de su preocupación. no le buscan por el milagro como“signo” que habla de su grandeza y que postula, en consecuencia, obediencia asus disposiciones, sino que sólo buscan el milagro como provecho: porquecomieron el pan milagrosamente multiplicado. Que busquen, pues, el alimentono temporal, aun dado milagrosamente, sino el inmortal, el que permanecepara la vida eterna 24, y éste es el que dispensa 25 el Hijo del hombre 26 — elEvangelio — , y cuya garantía es que el Padre, que es al que ellos “llaman Dios”(Jua_8:54), “selló” al Hijo. un legado lleva las credenciales del que lo envía. Y éstos son los milagros,los “signos.” Así les dice: pero “vosotros no habéis visto los signos” (v.26;Jua_3:2). Hasta aquí las turbas, y sobre todo los directivos que intervienen, notienen dificultad mayor en admitir lo que Cristo les dice, principalmente por lamisma incomprensión del hondo pensamiento de Cristo. Por eso, no tieneninconveniente en admitir, como lo vieron en la multiplicación de los panes, queCristo esté “sellado” por Dios para que enseñe ese verdadero y misterioso panque les anuncia, y que es “alimento que permanece hasta la vida eterna.” De ahí el preguntar qué “obras” han de practicar para “hacer obras deDios,” es decir, para que Dios les retribuya con ese alimento maravilloso. Piensan,

seguramente, que puedan ser determinadas formas de sacrificios, oraciones,ayunos, limosnas, que eran las grandes prácticas religiosas judías. Pero la respuesta de Cristo es de otro tipo y terminante. En esta horamesiánica es que “creáis en aquel que El ha enviado.” Fe que, en Jn, es con obras(Jua_2:21; cf. Jua_13:34). La turba comprendió muy bien que en estas palabrasde Cristo no sólo se exigía reconocerle por legado de Dios, sino la plena entregaal mismo, lo cual Jn toca frecuentemente y es tema de su evangelio. Los oyentes, ante esta pretensión de Cristo, vienen, por una lógicainsolente, a pedirle un nuevo milagro. En todo ello late ahora la tipología deléxodo. El “desierto,” la multiplicación de los panes en él, contra el que evocará laturba el maná; la “murmuración” de estos judíos contra Cristo, como Israel en eldesierto, y, por último, la Pascua próxima, es un nuevo vínculo al Israel en eldesierto. Ya el solo hecho de destacarse así a Cristo es un modo de superponerplanos para indicar con ello, una vez más, la presentación de Cristo como nuevoMoisés: Mesías. Los judíos exigían fácilmente el milagro como garantía. San Pablo se haceeco de esta actitud judía (1Co_1:22). Y godet, en su comentario a Jn, escribe: “El

sobre naturalismo mágico era la característica de la piedad judía.” 27

La multiplicación de los panes les evocaba fácilmente, máxime en aquellugar “desierto” en el que habían querido proclamarle Rey-Mesías, el milagrodel maná. Y esto es a lo que aluden y alegan. Los padres en el desierto comieronel maná (Exo_16:4ss). La cita, tal como está aquí, evocaba, sobre todo, el relatodel maná, pero magnificado en el Salterio, en el que se le llama “pan del cielo”(Sal_105:40; neh_9:15; Sal_16:20). La cita era insidiosa. Pues era decirle: SiMoisés dio el maná cuarenta años, y que era “pan del cielo,” y a una multitudinmensamente mayor, pues era todo el pueblo sacado de Egipto, y, a pesar detodo, no se presentó con las exigencias de entrega a él, como tú te presentas,¿cómo nos vamos a entregar a ti? Por lo que le dicen que, si tiene talpresunción, lo pruebe con un milagro proporcionado. Estaba en el ambiente que en los días mesiánicos se renovarían losprodigios del éxodo (Miq_7:15). El Apocalipsis apócrifo de Baruc dice: “En aqueltiempo descenderá nuevamente de arriba el tesoro del maná, y comerán de él

aquellos años.” 28 Y el rabino Berakhah decía, en síntesis, sobre 340: “El primerredentor (Moisés) hizo descender el maná. e igualmente el último redentor (elMesías) hará descender el maná.” Si el Mesías había de renovar los prodigios del éxodo, no pasaría con ellode ser otro Moisés. ¿Por quién se tenía Cristo? ¿Qué “señal” tenía que hacer

para probar su pretensión? Pero la respuesta de Cristo desbarata esta argumentación, al tiempo queel climax del discurso se dirige a su culmen. En primer lugar, no fue Moisés el que dio el maná, puesto que Moisés noera más que un instrumento de Dios, sino “mi Padre”; ni aquel pan venía, enrealidad, del cielo, sino de sólo el cielo atmosférico; ni era el pan verdadero,porque sólo alimentaba la vida temporal; pero el verdadero pan es el que da lavida eterna; ni el maná tenía universalidad: sólo alimentaba a aquel grupo deisraelitas en el desierto, mientras que el “pan verdadero es el que desciende delcielo y da la vida al mundo.” ¿A quién se refiere este pan que “baja” del cielo y da la vida al mundo? Sidirectamente alude a la naturaleza del verdadero pan del cielo, no está al margende él su identificación con Cristo Si la naturaleza del verdadero pan de Dios es elque “baja” del cielo y da “la vida al mundo,” éste es Cristo, que se identificaráluego, explícitamente, con este pan (v.35). Los judíos, impresionados o sorprendidos por esta respuesta, tancategórica y precisa, pero interpretada por ellos en sentido de su provechomaterial, le piden que él les de siempre de ese pan, como la Samaritana(Jua_4:15). Probablemente vuelve a ellos el pensamiento de ser Cristo el Mesías,y esperan de El nuevos prodigios. Pero ignoran en qué consistan, y no rebasan laesperanza de un provecho material. Pero ese “pan,” que aún no habíandiscernido lo que fuese, se les revela de pronto: “Yo soy el pan de vida” (v.35). (…) Respecto al versículo 6,35, es la evocación del banquete de la Sabiduría(Pro_9:5; Isa_55:1.2). La Sabiduría invita a los hombres a venir a ella, aincorporarse a su vida. Así Cristo se presenta aquí evocando la Sabiduría. EsCristo la eterna Sabiduría (Jua_1:3.4.5), a la que hay que venir, incorporarse yvivir de El (Jua_15:5; Jua_7:37.38). Por eso, “el que está creyendo” en El en un presente actual y habitual,como lo indica el participio de presente en que está expuesta la fe del creyente,éste está unido a Cristo, Sabiduría y Vida, por lo que, nutriéndose de El, notendrá ni más hambre ni sed, de lo que es verdadera hambre y sed del espíritu(Isa_5:49.10; Isa_55:1-3; Pro_9:5).

(DE TUYA, M., Evangelio de San Juan, en PROFESORES DE SALAMANCA, Biblia

Comentada, BAC, Madrid, Tomo Vb, 1977)

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P. José A. Marcone, I.V.E.

El Discurso del Pan de Vida

Sería muy provechoso para el lector leer este artículo con el nuevoTestamento en las manos, abierto en los textos que vamos comentando. ElDiscurso del Pan de Vida está estructurado como en tres momentos. El primermomento está constituido por el milagro de la multiplicación de los panes (6,5-15). El segundo momento es el trozo que va de 6,22 a 6,51; la afirmaciónfundamental de este trozo es que Jesús es el verdadero pan de vida en el cualhay que creer para alcanzar la vida eterna. El tercer momento es el trozo que vade 6,51 a 6,59, donde se aclara que ese pan que va a dar Jesús es su carne.

Jesús le da de comer a un multitud multiplicando los panes. Lo hace comoun acto de misericordia para el que tiene hambre, pero más que eso el milagroes un signo. El hecho que Jesús pueda dar el pan y saciar en sentido terrenodebe demostrar que Él en persona es el pan de la vida y puede dar la vidaeterna, imperecedera. Precisamente de esto último es de lo que Jesús tratará deconvencer a la gente que lo escucha y que se consigna en los versículos 22 al 51.Todos estos versículos se resumen en la frase: “Yo soy el pan de la vida; el queviene a mí no tendrá más hambre y el que cree en mí no tendrá más sed” (6,35).

Lo que significa el pan material para la vida temporal y terrena del hombrelo es Jesús para la vida eterna y celestial del hombre. Para que el pan memantenga en vida debo comerlo. Para que Jesús me dé la vida, debo creer en Él,debo tener fe en Él. Jesús se esfuerza por hacernos entender que la fe en Él esmucho más beneficiosa que la abundancia de pan material (tanto cuanto es másbeneficiosa la vida eterna que la vida temporal) y se esfuerza por despertarnuestro interés por el don esencial de la comunión con Él.

En el tercer momento del discurso Jesús explica más a fondo qué significa

ser el pan de la vida. Jesús es ‘el pan de la vida’ no sólo porque es el Hijo de Diosy es objeto de fe (primera parte del discurso, 6,22-51), sino también porque haentregado su vida en la cruz por nosotros y porque nos da su cuerpo y su sangrecomo comida y bebida (al igual que el pan es entregado para ser partido,repartido y comido).

El versículo clave es 6,51. En la primera parte de este versículo se dice:“Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá parasiempre”. Y en la segunda parte: “Y el pan que yo les voy a dar, es mi carne porla vida del mundo”. El discurso hasta aquí se refería en general al hecho queJesús es el pan de la vida; pero ahora Él dice que este pan es su carne, o seaJesús mismo en la plenitud de la propia existencia humana. Se trata además decarne dada lo cual implica una entrega, un sacrificio, el sacrificio de su cuerpo.Además implica que se trata de un regalo gratuito.

A partir de aquí Jesús dirá con gran claridad: “En verdad, en verdad osdigo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéisvida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yole resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre esverdadera bebida” (6,53-55). Junto con la carne, de aquí en más vendrá siempreindicada la sangre. Distinguiendo sangre y carne, Jesús hace referencia a lapropia muerte violenta: sobre la cruz Él derramó su sangre. Esto implica quetambién en este discurso se afirma que la Eucaristía es en primer lugar sacrificiode Cristo.

Su humanidad entregada es vida (6,51), es decir, es salvación (Jn.3,17),porque Él es el salvador del mundo, como ya lo había dicho San Juan en 4,42.

‘Comer el pan’, entonces, a partir del versículo 51, ya no significa sólo‘tener fe’ en Jesús. Ahora ‘comer el pan’ quiere decir literalmente ‘comer sucuerpo y beber su sangre’. no basta ahora con tener fe en el Hijo de Dios hechohombre, sino que es necesario confesar nuestra fe en Él comiendo su carne ybebiendo su sangre, y confesar que Él está presente en ellos y que sólo a travésde Él, que fue sacrificado por nosotros tenemos vida eterna. Con estos múltiplesaspectos se explican el significado profundo de la pasión y muerte de Cristo,destinada a perdurar a través de los tiempos “hasta la consumación de los siglos”(Mt.28,20)

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Comentario TeológicoSan Agustín

“Buscadme a mí por mí mismo”(Jn.6,24-35)

10. Jesús a continuación del misterio o sacramento milagroso hace uso

de la palabra con la intención de alimentar, si es posible, a los mismos que yaalimentó; de saciar con su palabra las inteligencias de aquellos cuyo vientrehabía saciado con pan abundante; pero es con la condición de que lo entiendan,y si no lo entienden, que se recoja para que no perezcan ni las sobras siquiera.Que hable, pues, y oigamos con atención. Les contestó Jesús y dijo: en verdad,en verdad os digo que vosotros me buscáis, no por los milagros que habéispresenciado, sino porque habéis comido de los panes que yo os proporcioné. Mebuscáis por la carne, no por el espíritu. ¡Cuántos hay que no buscan a Jesús sinopara que les haga beneficios temporales! Tiene uno un negocio, y acude a lamediación de los clérigos; es perseguido otro por alguien más poderoso que él,y se refugia en la iglesia. no faltan quienes piden que se les recomiende a unapersona ante la que tienen poco crédito. En fin, unos por unos motivos y otrospor otros, llenan todos los días la iglesia. Apenas se busca a Jesús por Jesús. Mebuscáis, no por los milagros que habéis presenciado, sino porque os di de comerpan de lo mío. Trabajad por el pan que no perece, sino que permanece hasta lavida eterna. Me buscáis por algo que no es lo que yo soy; buscadme a mí pormí mismo. Ya insinúa ser El este manjar, lo que se verá con más claridad en loque sigue: Que el Hijo del hombre os lo dará. Yo creo que ya estaban esperandocomer otra vez pan, y sentarse otra vez, y saciarse de nuevo. Pero Él habíahablado de un alimento que no perece, sino que permanece hasta la vidaeterna. Es el mismo lenguaje que había usado con la mujer aquella samaritana:Si conocieras quién es el que te pide de beber, seguramente se lo pedirías tú aEl, y te daría agua viva. Como le dijese la mujer: ¿Tú? ¡Pero si no tienes pozal yel pozo es profundo! Le responde Jesús: Si te dieses cuenta quién es el que tepide de beber, tú se lo pedirías a El, y te daría agua que quien la bebiere notendrá ya jamás sed; mientras que el que bebe de esta agua, volverá a tener

sed[1]

. Y la mujer se alegra y expresa el deseo de recibirla, como si así nohubiera de padecer ya más la sed del cuerpo, ella que se cansa con el trabajode sacarla. Y así entre diálogos la lleva a la bebida espiritual. Lo mismo sucedeaquí, lo mismo en absoluto.

11. Alimento es, pues, éste que no perece, sino que permanece hasta la

vida eterna; el que os dará el Hijo del hombre, porque Dios-Padre imprimió en

El[2]

(en el Hijo del hombre) su sello. A este Hijo del hombre no le miréis como semira a otros hijos de los hombres, de quienes se escribió: Los hijos de los

hombres esperarán a la sombra de tus alas[3]

. Este Hijo del hombre, elegido porsingular gracia del Espíritu e Hijo del hombre según la carne, a pesar de ser unaexcepción entre los hombres, es Hijo del hombre. Este Hijo del hombre estambién Hijo de Dios; este hombre es Dios también. En otro lugar hace a losdiscípulos esta pregunta: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?Ellos contestan: Unos dicen que Juan, otros que Elías, otros que Jeremías u otrode los antiguos profetas. Y sigue preguntando: Y vosotros, ¿quién decís que soy

yo? Pedro da esta respuesta: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo[4]

. Él se llamaHijo del hombre, y Pedro le llama Hijo del Dios vivo. Él hablaba con muchaexactitud de lo que por misericordia era a vista de todo el mundo; Pedrohablaba de lo que sigue siendo en los resplandores de su gloria. El Verbo de Diosrecomienda su humildad; el hombre se da cuenta de los resplandores de la gloriade su Señor. Y en verdad, hermanos, yo pienso que esto es justo. Él se humillópor nosotros, glorifiquémosle nosotros a El. no por Él es Hijo del hombre, sinopor nosotros. Luego era Hijo del hombre en este sentido, pues el Verbo se hizocarne y habitó entre nosotros. Por eso, Dios-Padre le puso su sello. ¿Qué es sellarsino poner algo propio? Sellar es poner sobre una cosa una señal para que sedistinga de las demás. Sellar es poner un signo en una cosa. A la cosa que ponestú una señal o signo, se la pones para que no se confunda con las demás ypuedas tú reconocerla. El Padre, pues, lo selló. ¿Qué quiere decir que lo selló?Que le dio algo propio suyo para diferenciarle de los demás hombres. Por eso deÉl se escribió: Te ungió Dios, tu Dios, con el óleo de la alegría más que a tuscopartícipes. Luego ¿qué es sellar? Hacer con El una excepción; esto es, hacer

una excepción entre sus copartícipes[5]

. Así que no me despreciéis, dice, porquesoy Hijo del hombre; buscad en mí el manjar que no perece, sino que permanecehasta la vida eterna. Porque de tal modo soy yo Hijo del hombre, que no soy unode vosotros; de tal manera soy yo Hijo del hombre, que Dios-Padre me distinguecon su sello. ¿Qué es distinguirme con su sello? Comunicarme algo suyo propiopor lo que no pueda yo ser identificado con el género humano y pueda el génerohumano por mí ser redimido.

12. Le hicieron, pues, esta pregunta: ¿Qué es lo que tenemos que hacer

para realizar obras de Dios?[6]

El acaba de decirles: Trabajad, no por el alimentoque perece, sino por el que permanece hasta la vida eterna. Y ahora le preguntan:¿Qué es lo que tenemos que hacer, qué es lo que tenemos que observar paracumplir este precepto? Jesús les da esta respuesta: Obra de Dios es que creáis en

aquel que Él ha enviado. Esto es, pues, comer el alimento que no perece, sino quepermanece hasta la vida eterna. ¿Con qué fin preparas los dientes y elestómago? Tú cree y lo comiste ya. La fe es cosa distinta de las obras, segúntestimonio del Apóstol, que dice que el hombre se justifica con la fe sin las obras

de la ley[7]

. Hay obras que tienen apariencia de buenas sin la fe de Cristo; perono lo son, porque no dicen referencia al fin que las hace buenas; el fin de la ley

es Cristo, que es la justificación de todo el que cree[8]

. El Salvador no quiso dis-tinguir la fe de las obras, sino que dijo que la fe misma es ya una obra: es la fe

misma, que obra por la caridad[9]

. no dice: «Esto es obra vuestra», sino: Esto es

obra de Dios; el que se gloríe tenga que gloriarse en el Señor[10]

. Y porque losinvitaba a la fe, piden todavía ellos milagros para creer. Mira cómo es verdad quelos judíos piden milagros. ¿Qué milagros haces tú para verlos y creer en ti? ¿Qué

obras haces?[11]

¿Era poco el haber comido hasta hartarse con sólo cincopanes? Esto lo sabían, pero estimaban más que esta comida el maná del cielo.Mas el Señor Jesús se presentaba de tal forma, que era como anteponerse aMoisés. Jamás tuvo Moisés la audacia de decir que él daba un alimento que noperece, sino un alimento que permanece hasta la vida eterna. Este prometíamucho más que Moisés. Moisés prometía, sí, un reino, una tierra con arroyos deleche y miel, una paz temporal, hijos numerosos, la salud corporal y todos losdemás bienes temporales, es verdad, pero que eran figura de los espirituales. ElAntiguo Testamento era eso lo que prometía al hombre viejo. Ponían sus ojos,pues, en promesas de Moisés y también en las promesas de Cristo. Moisés lesprometía llenar su vientre en la tierra, pero de Manjares que perecen; Cristoprometía un manjar que no perece, sino que permanece eternamente.Observaban que prometía más, pero tenían los ojos vendados para no ver quehacía obras mayores. Fijaban su atención en las obras que había hecho Moisés,pero aún tenían ansias de que realizase obras mayores quien prometía tanexcelsos bienes. ¿Qué obras, dicen, haces, para que te creamos? Y para que tedes cuenta que ponían en parangón los milagros de Moisés con este de Jesús (loque indica que, a su parecer, eran menores los que hacía Jesús), le dicen:Nuestros padres comieron el maná en el desierto. Pero ¿qué es el maná? Segu-ramente no hacéis de él aprecio. Así está escrito: Les dio a comer el maná. PorMoisés recibieron nuestros padres el maná del cielo, y, sin embargo, Moisés noles dijo: Trabajad por el manjar que no perece. Tú prometes un manjar que noperece, sino que dura hasta la vida eterna; y no realizas tales obras como las querealizó Moisés. no dio él panes de cebada, sino maná del cielo.

13. Respuesta de Jesús: En verdad, en verdad os digo que no os dio Moiséspan del cielo, sino mi Padre es quien os dio pan del cielo. El pan verdadero es elque ha bajado del cielo y que da la vida al mundo. Aquél es, pues, el Verdaderopan que da la vida al mundo, y ése es el manjar del cual acabo de deciros:

Trabajad por el manjar que no perece, sino que permanece hasta la vida eterna.El maná era signo de este pan. Signos de mi persona eran todas aquellas cosas.Vosotros os vais tras el amor de mis amigos y desestimáis al que era significadopor ellos. no os dio Moisés pan del cielo. Dios es el que da pan. ¿Y qué pan esése? ¿El maná tal vez? no; es el pan que el maná significó, esto es, el mismoSeñor Jesús. Mi Padre es el que os da el verdadero pan. Porque pan de Dios es elque ha bajado del cielo y que da la vida al mundo. Dícenle ellos: Señor, danossiempre este pan. Lo mismo que aquella mujer de Samaria, a quien fue dicho: El

que bebiere de esta agua no volverá a tener sed jamás[12]

, tomó las palabras ensentido material y, como quien quería verse libre de aquella necesidad, le dice enseguida: Señor, dame de esta agua, así éstos: Señor, danos de este pan para quenos repare las fuerzas y que no nos falte jamás.

14. Respuesta de Jesús: Yo soy el pan de vida; el que llega a mí, no tendrá

hambre, y el que cree en mí, no tendrá sed jamás[13]

. El que llega a mí significalo mismo que el que cree en mí; y esta locución: No tendrá hambre, tiene elmismo sentido que esta otra: No tendrá sed jamás. Ambas cosas significan laeterna hartura aquella donde no hay indigencia alguna. ¿no deseáis vosotros elpan del cielo? En vuestra presencia está y no lo queréis comer. Y os dije que meestáis viendo y no me creéis. Sin embargo, no por eso me he olvidado yo de mipueblo. ¿Hará, por ventura, la infidelidad vuestra que desaparezca la fidelidad de

Dios?[14]

Atiende, pues, lo que sigue: Todo lo que me da a mí el Padre, vendrá a

mí, y al que a mí llegare no le echaré fuera[15]

. ¿Qué interioridad es esa de laque jamás se sale fuera? Interioridad muy íntima, interioridad dulcísima. ¡Ohretirada interioridad, que no hastía, exenta del repugnante amargor de los malospensamientos y libre de la turbación de las tentaciones y de los dolores! ¿no espor ventura esa misma intimidad retirada en la que entrará aquel que como a

siervo benemérito dirá el Señor: Entra en el gozo de tu Señor?[16]

(SAN AGUSTÍN, Tratados sobre el Evangelio de San Juan, 25, 10-14, o.c. (XIII),BAC Madrid 1968, pág. 558-65)

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Santos PadresSan Juan Crisóstomo

“Yo soy el pan de vida”

nada hay peor que la gula, nada 'más vergonzoso. Esta es la que cierra el

entendimiento y lo hace rudo y vuelve carnal al alma. Esta ciega y no deja ver.Observa cómo fue eso lo que obró en los judíos. Porque ansiando ellos losplaceres del vientre y no pensando en nada espiritual, sino únicamente lo deeste siglo, Cristo los excitó con abundantes discursos, llenos unas veces deacritud, otras de suavidad y perdón. Pero ni aun así se levantaron a lo alto sinoque permanecieron por tierra.

Atiende, te ruego. Les había dicho: Me buscáis no porque hayáis

comprendido las señales, sino porque comisteis de los panes y os habéissaturado. Los punzó arguyéndoles; les mostró cuál es el pan que se ha de buscaral decirles: Haceos no del alimento que perece; y aun les añadió el premiodiciendo: sino el pan para la vida eterna. Y enseguida sale al encuentro de laobjeción de ellos con decirles que ha sido enviado por el Padre. ¿Qué hacen ellos?Como si nada hubieran oído, le dicen: ¿Qué debemos hacer para lograr la mercedde Dios? No lo preguntaban para aprender y ponerlo por obra, como se ve por loque sigue, sino queriendo inducirlo a que de nuevo les suministre pan para volvera saturarse. ¿Qué les responde Cristo?: Esta es la obra que quiere Dios: que creáisen el que Él envió. Instan ellos: ¿Qué señal nos das para que la veamos y creamosen ti? Nuestros padres comieron el maná en el desierto.

¡no hay cosa más necia y más estulta que eso! Cuando el milagro estaba

aún delante de sus ojos, como si nada se hubiera realizado le decían: ¿Qué señalnos das? Y ni siquiera le dan opción a escoger, sino que piensan que acabaránpor obligarlo a hacer otro milagro, como el que se verificó en tiempo de sus

ancestros. Por eso le dicen: Nuestros padres comieron el maná en el desierto.Creían que por este camino lo excitarían a realizar ese mismo milagro que losalimentaría corporalmente. Porque ¿por cuál otro motivo no citan sino ése, deentre los muchos verificados antiguamente; puesto que muchos tuvieron lugaren Egipto, en el mar, en el desierto? Pero sólo le proponen el del maná. ¿no esacaso esto porque aún estaban reciamente bajo la tiranía del vientre? Pero, ohjudíos: ¿cómo es esto que aquel a quien vosotros llamasteis profeta y loquisisteis hacer rey por el milagro que visteis, ahora, como si nada se hubierarealizado, os le mostráis tan ingratos y pérfidos, que aun le pedís una señal,lanzando voces dignas de parásitos y de canes famélicos? ¿De modo que ahora,cuando vuestra alma está hambreada, venís a recordar el maná?

Y advierte bien la ironía. no le dijeron: Moisés hizo este milagro; y tú ¿cuál

haces? porque no querían volvérselo contrario. Sino que emplean una formasumamente honorífica en espera del alimento. no le dijeron: Dios hizo aquel

prodigio; y tú ¿cuál haces? porque no querían parecer como si lo igualaran aDios. Tampoco nombran a Moisés, para no parecer, que lo hacen inferior aCristo. Sino que invocaron el hecho simple y dijeron: Nuestros padres comieron elmaná en el desierto. Podía Cristo haberles respondido: Mayor milagro he hechoyo que no Moisés. Yo no necesito de vara ni de súplicas, sino que todo lo hehecho por mi propio poder. Si traéis al medio el maná, yo os di pan. Pero no eraentonces ocasión propicia para hablarles así, pues el único anhelo de Cristo erallevarlos al alimento espiritual.

Observa con cuán eximia prudencia les responde: No fue Moisés quien os

dio pan bajado del cielo, sino que es mi Padre quien os da el verdadero pan queviene del cielo. ¿Por qué no dijo: ‘no fue Moisés, sino soy yo’, sino que sustituyóa Moisés con Dios y al maná consigo mismo? Fue porque aún era grande larudeza de los oyentes, como se ve por lo que sigue. Puesto que con talespalabras no los cohibió. Y eso que al principio ya les había dicho: Me buscáis noporque hayáis comprendido las señales, sino porque comisteis de los panes y oshabéis saturado. Y como esto era lo que buscaban, en lo que sigue también loscorrige. Pero ellos no desistieron.

Cuando prometió a la mujer samaritana que le daría aquella agua, no hizo

mención del Padre, sino que dijo: Si supieras quién es el que te dice: Dame debeber, quizá tú le pedirías, y te daría agua viva. Y en seguida: El agua que yodaré; y tampoco hace referencia al Padre. Aquí, en cambio, sí la hace. Pues bien,fue para que entiendas cuán grande era la fe de la samaritana y cuán grande larudeza de los judíos. En cuanto al maná, en realidad no venía del Cielo. Entonces¿cómo se dice ser del cielo? Pues es al modo como las Escrituras hablan de: Las

aves del cielo[17]

; y también: Tronó desde el cielo Dios[18]

. Y dice del pan verdadero, no porque el milagro del maná fuera falso, sino

porque era sólo figura y no la realidad. Y al recordar a Moisés se antepuso a éste,ya que ellos no lo anteponían; más aún, tenían por más grande a Moisés. Por locual, habiendo dicho: No fue Moisés quien os dio, no añadió: Yo soy el que osdoy, sino dijo que el Padre lo daba. Ellos le respondieron: Danos de ese pan paracomer, pues aún pensaban que sería una cosa sensible y material y esperabanrepletar sus vientres. Y tal era el motivo de que tan pronto acudieran a él. ¿Quédice Cristo? Poco a poco los va levantando a lo alto; y así les dice: El pan de Dioses el que desciende del cielo y da la vida al mundo. no a solos los judíos sino atodo el mundo.

Y no habla simplemente de alimento, sino de otra vida diversa. Y dice vida

porque todos ellos estaban muertos. Pero ellos siguen apegados a lo terreno y ledicen: Danos ese pan. Los reprochaba de una mesa sensible; pero en cuantosupieron que se trataba de una mesa espiritual, ya no se le acercan. Les dice: Yo

soy el pan de vida. El que a mí viene jamás tendrá hambre y el que cree en míjamás padecerá sed. Pero yo os tengo dicho que aunque habéis visto mis señales,no creéis.

Ya el evangelista se había adelantado a decir: Habla de lo que sabe y datestimonio de lo que vio y nadie acepta su testimonio. Y Cristo a su vez:Hablamos lo que sabemos y testificamos lo que hemos visto, pero no aceptáisnuestro testimonio. Va procurando amonestarlos de antemano y manifestarlesque nada de eso lo conturba, ni busca la gloria humana, ni ignora lo secreto delos pensamientos de ellos, así presentes como futuros. Yo soy el pan de vida. Yase acerca el tiempo de confiar los misterios. Mas primeramente habla de su divi-nidad y dice: Yo soy el pan de vida. Porque esto no lo dijo acerca de su cuerpo,ya que de éste habla al fin, cuando declara: El pan que yo daré es mi carne. Hablapues todavía de su divinidad. Su carne, por estar unida a Dios Verbo, es pan; asícomo este pan, por el Espíritu Santo que desciende, es pan del cielo.

Pero aquí no usa ya de testigos, como en el discurso anterior, pues allá

tenía como testigos los panes del milagro y los oyentes aún simulaban creerle.Acá en cambio aún lo contradecían y le argumentaban. Por lo cual finalmenteahora expone plenamente su sentencia. Ellos siguen esperando el alimento cor-poral y no se perturban hasta el momento en que pierden la esperanza deobtenerlo. Mas ni aun así calló Cristo, sino que los increpa con vehemencia. Losque allá mientras comían lo llamaron profeta, ahora se escandalizan y lo llamanhijo de artesano. no lo trataban así cuando estaban comiendo, sino que decían:Este es el Profeta. Y aun lo querían hacer rey. Ahora hasta se indignan al oírlodecir que ha venido del Cielo. Mas no era ése el motivo verdadero de suindignación, sino el haber perdido la esperanza de volver a disfrutar de la mesacorporal. Si su indignación fuera verdadera, debían investigar cómo era pan devida, cómo había bajado del Cielo. Pero no lo hacen, sino que solamentemurmuran.

Y que no sea aquélla la causa verdadera de su indignación se ve porque

cuando Jesús les dijo: Mi Padre os da el pan, no le dijeron: Pídele que nos dé,sino ¿qué?: Danos ese pan. Jesús no les había dicho: Yo os daré, sino: Mi Padreos da. Pero ellos, por la gula, pensaban que él podía dárselo. Pues bien, quienesesto creían ¿en qué forma debieron escandalizarse cuando lo oyeron decir queera el Padre quien se lo daría?

¿Cuál es pues el motivo verdadero? Que en cuanto oyeron que ya no

comerían, ya no creyeron; y ponen como motivo el que Jesús les hable de cosaselevadas. Por eso les dice: Me habéis visto y no creéis, dándoles a entender asílos milagros como el testimonio de las Escrituras. Pues dice: Ellas dan testimonio

de Mí; y también: ¿Cómo podéis creer vosotros que captáis la gloria unos deotros?

(SAN JUAN CRISÓSTOMO, Explicación del Evangelio de San Juan (2), Homilía XLV(XLIV), Tradición México 1981, p. 5-9)

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AplicaciónP. Alfredo Saenz, S.J. LA EuCARISTIA COMO SACRIFICIO Hemos advertido con cuánta fuerza increpa el Señor a aquellos judíos que loseguían y buscaban, no por razón de sus milagros, sino porque había saciado suhambre, según escuchamos en el evangelio del domingo anterior, el evangelio dela multiplicación de los panes. Es que el Hijo de Dios no se hizo carne parasolucionar los problemas sociales o económicos sino para comunicar la vidadivina. "Trabajad —les dijo a esos judíos—, no por el alimento perecedero, sinopor el que permanece hasta la vida eterna, el que os dará al Hijo del hombre". niestá la Iglesia para dar recetas en el campo económico-social sinoprincipalmente para comunicar el doble pan de la doctrina y de la Eucaristía. Lodemás, en un segundo lugar, casi por añadidura. "Yo haré caer pan para vosotros desde lo alto del cielo", había profetizado elSeñor a Moisés, como lo oímos en la primera de las lecturas. Y fue el mismoJesús quien se encargó de decirnos que El era ese Pan venido de lo alto: "Osaseguro que no es Moisés el que os dio el pan del ciclo: mi Padre os da elverdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y davida al mundo". Jesús se declara, pues, "pan del cielo", pan que viene de lo alto,infinitamente superior al pan material con que se alimentó el pueblo elegidodurante su travesía por el desierto. ¡Cuán notable la expresión de Jesús: El es el Pan de Dios que desciende del cieloy da vida al mundo! El maná del Antiguo Testamento no daba la vida; todos losque de él se alimentaban, tarde o temprano sucumbían. En cambio, el Pan quees Cristo, da la vida indeficiente. El pan corporal era pan de muerte, porque sólose ordenaba a restaurar temporalmente las fuerzas, sin evitar con ello la muerteulterior. Por el contrario, el pan espiritual vivifica, porque destruye la muerte. Poreso es el Pan verdadero, del cual el maná era tan sólo figura. Para ello el Hijo deDios se había hecho carne, para dar "el pan de vida". El mismo nos lo dijo: "Vinepara que tuvieran vida, y la tuviesen en abundancia". La carne de Cristo, que senos ofrece en la Eucaristía, está unida al Verbo de Dios, y por eso es capaz decomunicar la vida, la vida divina.

Cristo se nos muestra, así, como el pan que da vida al mundo. Y si ahora el Señorcomunica vida es porque antes dio su vida en sacrificio. Su ofrenda llevada hastala muerte es la causa de nuestra vivificación. La Eucaristía prolonga el aspectosacrificial de nuestra salvación: es el sacrificio de Cristo renovado sobre nuestrosaltares. Pero ¿acaso Cristo no ofreció su sacrificio -una sola vez y para siempre?Ciertamente, pero al celebrarlo en la misa, hacemos conmemoración de sumuerte, de esa muerte que fue una y no muchas. no hacemos otro sacrificiosino que siempre ofrecemos el mismo, es decir, hacemos conmemoración delsacrificio. La Eucaristía es, pues, el sacramento del sacrificio de la Cruz. La obradel Señor realizada "de una vez para siempre" se hace efectiva en cada "ahora"de la Misa. - Cristo nos dejó su testamento, su herencia, en su sangre. Lossacrificios, aunque numerosos, no eclipsan el sacrificio de la cruz sino que loexpresan: son la aplicación de la herencia. Sólo es distinta la manera de ofrecerseel sacrificio: en la cruz con derramamiento de sangre, en la Eucaristía de modoincruento. El Señor dijo: "El pan que yo os daré es mi carne para la vida del mundo". Es lacruz, donde Cristo dio su carne para la vida del mundo, lo que permite que sehaga comible, digerible. En su Pasión, Cristo se dejó triturar por los golpes, porlos azotes, por el odio, por la lanza, para hacerse el pan de nuestra Eucaristía.Como el trigo debe ser molido antes de volverse pan. Pues bien, amados hermanos, cuantas veces se celebra el sacrificio de la misa serenueva en nuestro favor la obra de la redención. En la Eucaristía, la Iglesia sesacrifica con Cristo, se une a su sacrificio, y de ese modo hace posible paranosotros el contacto con su Pasión. O mejor, Cristo sigue ofreciendo su sacrificio,mas por mediación de la Iglesia. Porque en la misa, Cristo no renueva susacrificio de la cruz directamente, mediante las acciones de su cuerpo físico, sinomediante las acciones de su cuerpo místico. La Iglesia es su instrumento, suboca, su mano ofertorial. Por eso en la misa el celebrante pide a Dios Padre queacepte la ofrenda, y que la considere no sólo como el sacrificio personal de suHijo sino también como el sacrificio del Esposo al que da su consentimiento laEsposa, que es la Iglesia. Así como no hay Eucaristía sin cruz, tampoco hayEucaristía sin Iglesia. El "plus- que la misa agrega a la cruz es la participación dela Iglesia. Todo el juego que se realiza entre Cristo y la Iglesia se puede resumir en dospalabras claves de la plegaria eucarística, que se pronuncian inmediatamentedespués de la consagración: haciendo memoria te ofrecemos (mémores-offérimus). En memoria del sacrificio de Cristo, ofrecemos nuestro sacrificio.Haciendo memoria de todo el misterio de Cristo: su pasión, su muerte, suresurrección y su ascensión, ofrecemos nuestro sacrificio, que es el mismo de

Cristo, pero que pasa por nuestras manos, y al que se acopla nuestra cuota desufrimiento o, al decir del Apóstol, "lo que falta a la Pasión de Cristo". Profundas y difíciles de entender, queridos hermanos, estas enseñanzas de lateología eucarística. Pero, al mismo tiempo, fuentes de vida interior. Pensar quecada vez que acudimos a misa es como si nos acercásemos, por la fe, al pie delmonte Calvario, para contemplar al Cristo que muere por nosotros, para elevarnuestras manos como patenas que ofrecen ese sacrificio divino, que se ha hechotambién propio nuestro, para abrir nuestros labios y beber la sangre que brota araudales de su costado herido. ¿Qué mejor ejemplo de participación en elsacrificio que el que nos ofreció nuestra Madre, la Virgen María, junto a la cruzde Jesús? Ella, de pie, y en el silencio de tres horas interminables, aceptó elmisterio, se dejó crucificar espiritualmente con su Hijo, con El se inmoló. Losclavos que atravesaron las manos y los pies de Cristo, hirieron tambiénmísticamente a la Madre, la lanza que perforó el pecho del Señor, se hundiótambién en su corazón inmaculado. Por eso fue llamada "corredentora", porquede tal modo se adhirió al acto redentor de su Hijo que mereció cooperar demanera eminente en la obra de nuestra salvación. no nos contentemos, pues, con asistir pasivamente a la misa. Inmolémonosinteriormente. Como nos lo recomienda San Pablo en la epístola de hoy,renunciemos siempre de nuevo a la vida que llevamos, despojándonos delhombre viejo, para renovarnos en lo más íntimo del espíritu y revestimos delhombre nuevo. Esa será nuestra mejor participación en la misa: morir una vezmás con Cristo, mortificar nuestras pasiones desordenadas —mortificar quieredecir: dar muerte—, renunciar a nuestros egoísmos y pecados, de tal modo quenos dejemos invadir por Aquel que bajó del ciclo para dar vida al mundo. Prosigamos el Santo Sacrificio de la Misa. Ofrezcámonos con Cristo,sacrifiquémonos con El y en El, renunciemos a las ataduras, a la decrepitud denuestros pecados, y vivamos la santa novedad de la gracia eucarística. Pongamosnuestra confianza en Aquel que hoy nos ha dicho: "Yo soy el pan de vida. El queviene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed".

(SAENZ, A., Palabra y Vida, Ciclo B, Ediciones gladius, Buenos Aires, 1993, p.221-224)

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San Juan Pablo II

Queridísimos:

Estamos aquí reunidos en torno al altar del Señor, el único que puedeiluminarnos sobre el misterio de nuestra vida, drama de amor y de salvación, y elúnico que puede darnos la fuerza para no caer, o para levantarnos de nuevo; y,sobre todo, para vivir de manera conforme a las exigencias y a los ideales delcristianismo. Este es precisamente, según me parece, el tema central de la liturgia de estedomingo, en la que Jesús, pan de vida, se nos presenta como único y verdaderosignificado de la existencia humana. 1. En nuestro tiempo, por desgracia, el racionalismo científico y la estructura dela sociedad industrial, caracterizada por la ley férrea de la producción y delconsumo, han creado una mentalidad cerrada dentro de un horizonte de valorestemporales y terrenos, que quitan a la vida del hombre todo significadotrascendente. El ateísmo teórico y práctico que serpea ampliamente; la aceptación de unamoral evolucionista desvinculada totalmente do los principios sólidos yuniversales de la ley moral natural y revelada, pero vinculada a las costumbressiempre variables de la historia; la insistente exaltación del hombre como autorautónomo del propio destino y, en el extremo opuesto, su deprimentehumillación al rango de pasión inútil, de error cósmico, de peregrino absurdo dela nada en un universo desconocido y engañoso, han hecho perder a muchos elsignificado de la vida y han empujado a los más débiles y a los más sensibleshacia evasiones funestas y trágicas. El hombre tiene necesidad extrema de saber si merece la pena nacer, vivir,luchar, sufrir y morir, si tiene valor comprometerse por algún ideal superior a losintereses materiales y contingentes, si, en una palabra, hay un "porqué" quejustifique su existencia. Esta es, pues, la cuestión esencial: dar un sentido al hombre, a sus opciones, a suvida, a su historia. 2. Jesús tiene la respuesta a estos interrogantes nuestros; El puede resolver la"cuestión del sentido" de la vida y de la historia del hombre. Aquí está la lecciónfundamental de la liturgia de hoy. A la muchedumbre que le ha seguido,desgraciadamente sólo por motivos de interés material, al haber sido saciadagratuitamente con la multiplicación milagrosa de los panes y de los peces, Jesúsdice con seriedad y autoridad: "Procuraos no el alimento perecedero, sino elalimento que permanece hasta la vida eterna, el que el Hijo del hombre os da"(Jn 6, 27).

Dios se ha encarnado para iluminar, más aún, para ser el significado de la vida delhombre. Es necesario creer esto con profunda y gozosa convicción; es necesariovivirlo con constancia y coherencia; es necesario anunciar y testimoniar esto, apesar de las tribulaciones de los tiempos y de las ideologías adversas, casisiempre tan insinuantes y perturbadoras. Y, ¿de qué modo es Jesús el significado de la existencia del hombre? El mismo loexplica con claridad consoladora: "Mi Padre os da el verdadero pan del cielo;porque el pan de Dios es el que bajó del cielo y da la vida al mundo... Yo soy elpan de vida; el que viene a mí, ya no tendrá más hambre y el que cree en mí,jamás tendrá sed" (Jn 6, 32-35). Jesús habla simbólicamente, evocando el granmilagro del maná dado por Dios al pueblo judío en la travesía del desierto. Esclaro que Jesús no elimina la preocupación normal y la búsqueda del alimentocotidiano y de todo lo que puede hacer que la vida humana progrese más, sedesarrolle más y sea más satisfactoria. Pero la vida pasa indefectiblemente. Jesúshace presente que el verdadero significado de nuestro existir terreno está en laeternidad, y que toda la historia humana con sus dramas y alegrías debe sercontemplada en perspectiva eterna. También nosotros, como el pueblo de Israel, vivimos sobre la tierra la experienciadel Éxodo; la "tierra prometida" es el cielo. Dios, que no abandonó a su puebloen el desierto, tampoco abandona al hombre en su peregrinación terrena. Le hadado un "pan" capaz de sustentarlo a lo largo del camino: el "pan" es Cristo. El esante todo la comida del alma con la verdad revelada y después con su mismaPersona presente en el sacramento de la Eucaristía. ¡El hombre tiene necesidad de la trascendencia! ¡El hombre tiene necesidad de lapresencia de Dios en su historia cotidiana! ¡Sólo así puede encontrar el sentidode la vida! Pues bien, Jesús continúa diciendo a todos: "Yo soy el camino, laverdad y la vida" (Jn 14, 6); "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda entinieblas, sino que tendrá luz de vida" (Jn 8, 12); "Venid a mí todos los que estáisfatigados y cargados, que yo os aliviaré" (Mt 11, 28). 3. La reflexión ahora recae sobre cada uno de nosotros. En efecto, depende denosotros captar el significado que Cristo ha venido a ofrecer a la existenciahumana y "encarnarlo" en nuestra vida. Depende del interés de todos "encarnar"este significado en la historia humana. ¡gran responsabilidad y sublime dignidad!Es necesario, para este fin, un testimonio coherente y valiente de la propia fe.San Pablo, escribiendo a los Efesios, traza, en este sentido, un programaconcreto de vida: — es necesario, ante todo, abandonar la Mentalidad mundana y pagana: "Osdigo, pues, y testifico en el Señor que no os portéis como se conducen los

gentiles, en la unidad de su mente"; — después, es necesario cambiar la mentalidad mundana y terrestre en lamentalidad de Cristo; "Dejando, pues, vuestra antigua conducta, despojaos delhombre viejo, viciado por las concupiscencias seductoras"; — finalmente, es necesario aceptar todo el mensaje de Cristo, sin reducciones decomodidad, y vivir según su ejemplo: 'Renovaos en el espíritu de vuestra mente yvestíos del hombre nuevo, creado según Dios en justicia y santidad verdaderas"(Ef 4, 17. 20-24). Queridísimos, como veis, se trata de un programa muy comprometido, bajociertos aspectos podría decirse, desde luego, heroico; sin embargo, debemospresentarlo a nosotros y a los demás en su integridad, contando con la acción dela gracia, que puede dar a cada uno la generosidad de aceptar la responsabilidadde las propias acciones en perspectiva eterna y para el bien de la sociedad. Id, pues, adelante con confianza y con interés generoso, buscando cada díanuevo impulso y alegría en la devoción a Jesús Eucarístico y en la confianza enMaría Santísima. Me complace concluir citándoos un pensamiento de mi venerado predecesorPablo VI de quien mañana celebramos el primer aniversario de su piadosotránsito: "Ante el arreciar de intereses contrastantes, dañosos para el auténticobien del hombre, hay que proclamar de nuevo bien alto las formidables palabrasdel Evangelio que son las únicas que han dado luz y paz a los hombres enanálogas convulsiones de la historia" (Discurso a los cardenales, 21 de junio de1976; cf. Pablo VI, Enseñanzas al Pueblo de Dios, pág. 292). Así, pues, queridísimos hijos, con la luz y con la paz que nos vienen de estaspalabras eternas, nosotros continuemos serenamente nuestro camino.

(Castelgandolfo, domingo 29 de julio de 1979)

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P. Jorge Loring, S.J.

Domingo Décimo Octavo del Tiempo Ordinario - Año B Jn. 6:24-35 1.- El Evangelio de hoy sugiere varias ideas.

2.- Cristo echa en cara a la gente que le siguen buscando bienes materiales. Esmucho más importante preocuparse de los sobrenaturales. 3.- Esto se aplica a nosotros. Buscamos a Dios para pedirle bienes materiales.nos olvidamos fácilmente de hacer actos de AMOR A DIOS, de ADORACIÓn, etc. 4.- Cristo nos dice que lo más importante de la vida es creer en Él. Esto loaprovechan los protestantes para decir que lo importante es la fe, que lasbuenas obras no interesan. 5.- Esta afirmación es desconocer multitud de pasajes evangélicos donde se nosdice que para ir al reino de los cielos es necesario guardar los mandamientos,que la fe sola no basta, que son también necesarias las buenas obras. 6.- Es evidente que lo más importante es la fe, pues las buenas obras sin fe estánmuertas. 7.- Pero también es evidente que con las buenas obras manifestamos nuestra fe.Ya dice el refrán que «obras son amores y no buenas razones». 8.- Cumpliendo los mandamientos y haciendo buenas obras demostramosnuestro AMOR A DIOS y nuestro deseo de cumplir su voluntad.

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Ejemplos Predicables

¿POR QuÉ IR A MISA? un asiduo asistente a misa le escribió al editor de un periódico quejándose queno tenía sentido ir a misa todos los domingos. -"He ido durante 30 años", escribía, y durante ese tiempo habré escuchado como3,000 sermones. Pero juro por mi vida que no recuerdo ni uno sólo de ellos. Poreso pienso que estoy perdiendo mi tiempo y los sacerdotes también dandosermones. Así empezó una controversia en la columna de "Cartas al Editor", para deleite delmismo editor. La misma que continuó por varias semanas hasta que alguienescribió lo siguiente:

-"Ya llevo casado 30 años. Durante todo ese tiempo mi esposa debe haberpreparado 32,000 comidas, y juro por mi vida que no me acuerdo de ni un sólomenú de alguna de ellas. Pero sí sé esto: Todas me alimentaron y me dieron lafuerza que necesitaba para hacer mi trabajo. Si mi esposa no me las hubiera preparado, estaría físicamente muerto el día dehoy. ¡De la misma manera, sino hubiese ido a la iglesia para alimentarme, estaríaespiritualmente muerto en la actualidad!". ¡gracias a Dios por nuestro alimento material y el espiritual!

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[1] Jn 4, 10, etc.

[2] Jn 6, 27

[3] Sal 35, 8

[4] Mt 16, 13, etc.

[5] Sal 44, 8

[6] Jn 6, 28

[7] Rm 3, 28

[8] Rm 10, 4

[9] Ga 5, 6

[10] 1 Co 1, 31

[11] Jn 6, 30

[12] Jn 4, 13, etc.

[13] Jn 6, 35

[14] Rm 3, 3

[15] Jn 6, 37

[16]

Mt 25, 23[17]

Sal 8, 9[18]

Sal 17, 14