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    Ven, Espritu de Jess,

    sobre los que creen,

    sobre los que dudan,

    sobre los que temen.

    Derrama tu fuego

    sobre la tibieza de nuestros quereres,

    sobre el invierno de nuestras ilusiones,

    sobre el rescoldo de nuestras opciones.

    Sopla tu aliento

    sobre los que construyen el futuro,

    sobre los que conservan los valores,

    sobre los que protegen la vida.

    Y sobre nosotros que nos acercamos

    a tu santo Evangelio.1

    11

    Despus de esto, Jess se dirigi a un pueblo llamado Nan. Iba acompaado de sus discpulos y de mucha

    gente. 12

    Al llegar cerca del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto, hijo nico de su madre, que era

    viuda. Mucha gente del pueblo la acompaaba. 13

    Al verla, el Seor tuvo compasin de ella y le dijo:

    No llores.

    14

    En seguida se acerc y toc la camilla, y los que la llevaban se detuvieron. Jess le dijo al muerto:

    Joven, a ti te digo: Levntate!

    15

    Entonces el que haba estado muerto se sent y comenz a hablar, y Jess se lo entreg a la madre. 16

    Al ver

    esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar a Dios, diciendo:

    Un gran profeta ha aparecido entre nosotros.

    1 Tomado y adaptado de: Al viento del Espritu, Florentino Ulibarri - Ed. Verbo Divino

    Domingo 5 de junio, 2016

    X Domingo Tiempo Ordinario - Ciclo C

    Si lloramos por la noche, por la maana tendremos alegra. Salmo 30

    Lucas 7, 11-17

    https://www.google.com.co/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwi0uaOvxInNAhXH0h4KHe4kAo0QFggbMAA&url=http%3A%2F%2Fwww.mercaba.org%2Fmediafire%2Fulibarri%2C%2520florentino%2520-%2520al%2520viento%2520del%2520espiritu.doc&usg=AFQjCNG_89pRODfLme0Jn3NZGY4TW9nJFA&sig2=APFclSqKw6Rw2cRH-Ix2Eg

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    Tambin decan:

    Dios ha venido a ayudar a su pueblo.

    17

    Y por toda Judea y sus alrededores se supo lo que haba hecho Jess.

    Algunas preguntas para una lectura atenta

    A dnde se dirigi Jess? Con quin iba? Qu vio el Seor? Qu sinti Jess? Qu le dijo al joven hijo de la viuda?

    Qu pas con l? En cules lugares se supo lo que Jess haba hecho?

    Padre Daniel Kerber2

    Algunas pistas para comprender el texto:

    La liturgia hoy nos presenta el relato en que Jess resucita al hijo de una viuda. El texto tiene una introduccin en que

    se presentan los personajes y la circunstancia (vv. 11-12) luego, se muestra la compasin de Jess que se pone en

    obra y manda levantar al muerto (vv. 13-14). El que haba estado muerto se levanta y Jess se lo da a su madre (v.15) y

    finalmente tenemos la reaccin de todos (vv. 16-17).

    En la primera parte se enfrentan dos procesiones, una procesin de vida, formada por Jess, sus discpulos y mucha

    gente, y otra procesin de muerte, en que est el muerto, su madre y tambin mucha gente. Estas dos procesiones

    se encuentran, y el encuentro con el Seor siempre es transformador.

    En este caso, no hay ningn pedido, ninguna palabra de la madre o de la gente para que Jess haga algo. Simplemente

    al verla, tuvo compasin (v. 13). Estos verbos son exactamente los mismos usados en la parbola del buen

    samaritano: un hombre de Samaria al verlo, sinti compasin (Lc 10,33) y en la del Padre Misericordioso cuando

    regresa su hijo perdido: su padre lo vio y sinti compasin (Lc 15,20). De modo que Jess es el primero en ver y

    sentir compasin y luego lo ensea as a sus discpulos.

    En el Antiguo Testamento Dios haba visto la opresin de su pueblo y haba bajado a liberarlos (Ex 3,7), de hecho, uno

    de los nombres de Dios es El Seor ve (Gen 16,13). Jess pone en acto ese nombre de Dios, y antes de que le pidan

    nada, ve, y su mirada es una mirada de compasin, literalmente se conmueve en las entraas. El dolor del hijo

    muerto y de la madre que lo pierde no pasa desapercibido por el Seor y esta compasin se vuelve activa. Primero le

    dice a ella: no llores, luego se acerca y toca la camilla. Es palabra y acto que se juntan para transformar la muerte del

    hijo y el dolor de la madre. La procesin de muerte no puede con la vida que trae Jess.

    Segn las leyes judas, haba que evitar tocar un cadver, pero Jess traspasa las leyes y va a lo ms hondo que es la

    compasin que transforma.

    Basta que Jess se lo ordene Levntate para que el joven se siente y comience a hablar. Y la mujer, que ya haba

    perdido a su marido y ahora haba muerto su nica esperanza, su hijo, vuelve a recibir la vida de las manos de Jess:

    se lo entreg a la madre (v. 15)

    2 Es presbtero de la Arquidicesis de Montevideo, Uruguay. Vicario de Pastoral de la Arquidicesis. Fue auditor en el Snodo de los Obispos sobre La Palabra de

    Dios en la vida y misin de la Iglesia (2008). Es miembro del equipo de apoyo de la escuela bblica del CEBITEPAL- CELAM.

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    La reaccin de todos es de asombro y reconocimiento agradecido a Dios. La compasin transformadora de Jess los

    hace reconocer la presencia salvadora de Dios en medio de ellos: Dios ha venido a ayudar a su pueblo.

    Este domingo, regresamos al Tiempo Ordinario, es el tiempo en el que el Evangelio comparte lo vivido por Jess antes

    de ser reconocido como el Mesas. El mensaje que queremos resaltar en esta ocasin, es el poder de la Palabra de

    Jess al decir: Levntate, sta palabra hizo que el joven recobrara la vida y adems empezara a hablar de ello. La

    presencia de Jess y su palabra, nos llena de vida y nos invita a ser misioneros, la vida que l nos da no la podemos

    dejar slo para nosotros debemos compartirla.

    San Juan Pablo II, nos comparte una reflexin para este Evangelio: El Evangelio de san Lucas narra un encuentro: por

    una parte, est el triste cortejo que acompaa al cementerio al joven hijo de una madre viuda; por otra, el grupo festivo

    de los discpulos que siguen a Jess y lo escuchan. Tambin hoy, jvenes amigos, pueden formar parte de aquel triste

    cortejo que avanza por el camino de la aldea de Nam. Eso sucedera si se dejan llevar de la desesperacin, si los

    espejismos de la sociedad de consumo les seducen y les alejan de la verdadera alegra enredndolos en placeres

    pasajeros, si la indiferencia y la superficialidad les envuelven, si ante el mal y el sufrimiento dudan de la presencia de

    Dios y de su amor a toda persona, si buscan saciar vuestra sed interior de amor verdadero y puro en el mar de una

    afectividad desordenada.

    Precisamente en esos momentos, Cristo se acerca a cada uno de ustedes y, como hizo al muchacho de Nam, te dirige

    la palabra que sacude y despierta: "Levntate!". "Acoge la invitacin que te har ponerte de pie".

    No se trata de simples palabras: es Jess mismo, el Verbo de Dios encarnado, quien est delante de ustedes, l es "la

    luz verdadera que ilumina a todo hombre" (Jn 1, 9), la verdad que nos hace libres (cf. Jn 14, 6), la vida que el Padre nos

    da en abundancia (cf. Jn 10, 10). El cristianismo no es un simple libro de cultura o una ideologa; y ni siquiera es slo

    un sistema de valores o de principios, por ms elevados que sean. El cristianismo es una persona, una presencia, un

    rostro: Jess, el que da sentido y plenitud a la vida del hombre. 3

    Sigamos nuestra meditacin con estas preguntas:

    Qu me hace pensar el que Jess haya sentido compasin de la mujer? En algn momento la Palabra de

    Jess me ha levantado? He hablado de ello? Confo que l ser mi refugio y fuerza cada vez que me sienta

    triste?

    Levntame Seor, que estoy cado,

    sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo;

    me quiero levantar y me quedo;

    yo propio lo deseo y yo lo impido.

    Estoy siendo uno slo, dividido;

    3 Viaje Apostlico de San Juan Pablo II a Berna. Encuentro con los Jvenes Catlicos de Suiza, junio 5 de 2004

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    a un tiempo muero y vivo, triste y gozoso;

    lo que puedo hacer, eso no puedo,

    huyo del mal y estoy en l metido.

    Tan obstinado estoy en mi terquedad,

    que el temor de perderme y de perderte,

    jams de mi mal, se desva.

    Tu poder y bondad transformen mi suerte,

    que en otros veo enmienda cada da,

    y en mi nuevo riesgo de ofenderte.4

    Seor, tambin soy joven. Quiero revivir en ti!

    Cada da en mi oracin, orar por un joven (conocido o desconocido) para que vea el camino y encuentre

    paz y vida en Jess.

    4 Fray Miguel de Guevara

    Ahora, que te entregaste, pdele una vida nueva, un resello:

    para dar firmeza a la autenticidad de tu misin de hombre de Dios.

    San Josemara Escriv de Balaguer

    http://mn-encuentrodefe.blogspot.com.co/2009/02/poemaoracion-levantame-senor.html