documento conpes politica nacional de juventud

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Documento Conpes Política Nacional de Juventud I. Introducción: Han transcurrido casi doce años desde que se aprobó la Ley de Juventud 375 de 1997 que reconoce la importancia de este grupo poblacional como actor central para el desarrollo del país y la consolidación de la democracia colombiana. Sin embargo, buena parte de sus objetivos y fines son aún un desafío para Colombia. En el tiempo transcurrido, breve si se aprecia con perspectiva histórica, han ocurrido muchos acontecimientos trascendentales que sólo acrecientan la importancia de que el Estado y la sociedad retomen esos compromisos y lo hagan con decidida voluntad de incorporar a la juventud a los desafíos que el país confronta. Mientras se han hecho esfuerzos en el campo educativo, el emprendimiento, la formación para el trabajo y la seguridad, entre otros; la dureza de la violencia, la pobreza y los cambios vertiginosos de la nueva organización económica y social, cuando no la distancia mayor de la posibilidad de ver sus derechos realizados, representan retos que el país debe afrontar. El nuevo panorama económico prevaleciente en el país y en el mundo, refuerza estos argumentos. La juventud de estos primeros años del Siglo XXI está mucho más cerca del vertiginoso desarrollo tecnológico que nos circunda, valora la educación y reconoce importancia de preservar el ambiente más que cualquier generación anterior, aunque entiende también los riesgos e incertidumbres que hoy día presenta el mercado laboral. Paralelamente, en el transcurso de la última década, ha crecido la conciencia internacional de que es indispensable que 1

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Documento Conpes Politica Nacional de Juventud

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Documento Conpes

Documento ConpesPoltica Nacional de Juventud

I. Introduccin: Han transcurrido casi doce aos desde que se aprob la Ley de Juventud 375 de 1997 que reconoce la importancia de este grupo poblacional como actor central para el desarrollo del pas y la consolidacin de la democracia colombiana. Sin embargo, buena parte de sus objetivos y fines son an un desafo para Colombia. En el tiempo transcurrido, breve si se aprecia con perspectiva histrica, han ocurrido muchos acontecimientos trascendentales que slo acrecientan la importancia de que el Estado y la sociedad retomen esos compromisos y lo hagan con decidida voluntad de incorporar a la juventud a los desafos que el pas confronta.Mientras se han hecho esfuerzos en el campo educativo, el emprendimiento, la formacin para el trabajo y la seguridad, entre otros; la dureza de la violencia, la pobreza y los cambios vertiginosos de la nueva organizacin econmica y social, cuando no la distancia mayor de la posibilidad de ver sus derechos realizados, representan retos que el pas debe afrontar. El nuevo panorama econmico prevaleciente en el pas y en el mundo, refuerza estos argumentos. La juventud de estos primeros aos del Siglo XXI est mucho ms cerca del vertiginoso desarrollo tecnolgico que nos circunda, valora la educacin y reconoce importancia de preservar el ambiente ms que cualquier generacin anterior, aunque entiende tambin los riesgos e incertidumbres que hoy da presenta el mercado laboral.Paralelamente, en el transcurso de la ltima dcada, ha crecido la conciencia internacional de que es indispensable que los pases formulen polticas pblicas destinadas a su poblacin joven. Habida cuenta de que hoy viven en el mundo en desarrollo 1.300 millones de jvenes el grupo ms extenso en toda la historia, no ha existido jams mejor momento para invertir en los jvenes, que gozan de mejor salud y han recibido ms instruccin que las generaciones anteriores e ingresarn en la fuerza de trabajo con menos dependientes debido a los cambios demogrficos. Por el contrario, no aprovechar esta oportunidad de darles una formacin ms eficaz para desempearse laboralmente y para ser ciudadanos activos, podra ocasionar una desilusin generalizada y tensiones sociales.(Banco Mundial)El presente documento pone a la consideracin del Consejo Nacional de Poltica Econmica y Social (Conpes), una propuesta de Poltica Nacional de Juventud, que busca retomar los hilos de los desarrollos ms significativos en esta materia, en particular durante la ltima dcada, y cuya preparacin se hizo con la participacin y en consulta con las entidades nacionales y territoriales. Asimismo y como corresponda, con organizaciones de jvenes de las diferentes regiones del pas y entidades diversas de la sociedad civil, organismos de la cooperacin internacional, instituciones acadmicas y profesionales con experiencia en la temtica. La poltica Nacional de Juventud tiene como marco el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, toma en cuenta los compromisos internacionales de Colombia en materia de derechos humanos e incorpora las lecciones aprendidas en el pas desde antes de la aprobacin de la Ley de Juventud 375. *** ( )(Programa Presidencial Colombia JvenPoltica Nacional de Juventud, Bases para el Plan Decenal de Juventud, 2005-2015, octubre 2004. La preparacin del documento incluy una amplia consulta nacional en la que participaron 8,000 jvenes y 1,600 adultos as como estudios, investigaciones, reuniones de intercambio de diversa ndole, entre otros). Este documento Conpes fortalecer la accin del Estado y la sociedad en la bsqueda de la realizacin de los derechos humanos y las oportunidades para las personas jvenes, as como permitir aprovechar la experiencia que en materia de Juventud viene desarrollando nuestro pas.II. Antecedentes y Justificacin: El Estado colombiano ha hecho diversos intentos de poner en marcha polticas destinadas a la juventud. Uno de ellos fue la creacin de Coldeportes, en 1968, orientada especficamente al deporte y la recreacin. Aos despus, en 1990, se cre la Consejera Presidencial para la Juventud, la Mujer y la Familia, cuyo foco era la vulnerabilidad de las poblaciones a las que estaba destinado. La Consejera tena la tarea de coordinar los programas que las entidades del Estado llevaban a cabo y procuraba respaldar la accin de los territorios en esta materia. En 1992 fue aprobado el primer documento Conpes relacionado con la juventud, que dio lugar a la creacin de estructuras administrativas encargadas de la gestin municipal y departamental de la poltica pblica de juventud, conocidas como Oficinas de Juventud.

En 1994 se crea el Viceministerio de la Juventud, adscrito al Ministerio Nacional de Educacin, cuya funcin era coordinar el diseo y ejecucin de las polticas, planes y programas de educacin, proteccin y desarrollo de la juventud, as como ofrecer asistencia tcnica a los entes territoriales y a las entidades pblicas y privadas que realizan actividades con y para los jvenes (Santos, Luis Daniel. Op. Cit. p. 7). Sobre esta base, en 1995 se aprueba el segundo Conpes de juventud que propona una poltica nacional de juventud basada en el reconocimiento del joven como sujeto de derechos y deberes (Introduccin del Conpes de Juventud No. 2794, de 1995). Asimismo, buscaba que la poblacin joven del pas tuviera acceso, principalmente, a la educacin, empleo y a los servicios sociales. La intensa actividad de aquellos aos dio lugar al clima propicio para el debate y la posterior aprobacin, el 4 de julio de 1997, de la Ley de Juventud No. 375 que cont con la activa participacin de jvenes, redes juveniles y mesas de trabajo en la mayora de regiones del pas. La Ley consagr de manera amplia los derechos y deberes de la juventud adems de enfatizar la importancia del diseo de polticas, planes y programas para su atencin integral. Segn ella, son jvenes las personas que se encuentran entre los 14 y 26 aos de edad.

En 1999, por medio de la Resolucin 846 de la Defensora del Pueblo, y dando cumplimiento al artculo 28 de la Ley 375, se cre la Defensora Delegada para los derechos de la Niez, la Juventud, la Mujer y los Ancianos, llamada a desempear un importante papel en relacin a los derechos de estas poblaciones.

El ao siguiente, en el 2000, con base en la el artculo 189 de la Constitucin y los correspondientes de la Ley de Juventud, se emiti el Decreto 089 se reglamenta el funcionamiento de los consejos de juventud.

En mayo de ese mismo ao, por medio del Decreto 822, en sustitucin del Viceministerio de la Juventud, se crea en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la Repblica, el Programa Presidencial para el Sistema Nacional de Juventud (Art. 1) que segn el mismo Decreto podr utilizar la expresin Colombia Joven para todos sus efectos.

Colombia Joven fue creado con el objeto fijar polticas, planes y programas que contribuyan a la promocin social, econmica, cultural y poltica de la juventud para lo cual promover la coordinacin y concertacin de todas las agencias del Estado y de las dems organizaciones sociales, civiles y privadas en funcin del pleno desarrollo del Sistema Nacional de Juventud establecido en la Ley 375 de 1997 (Art. 2). A partir de 2006 Colombia Joven qued bajo la supervisin de la Vicepresidencia de la Repblica. Ese mismo ao 2006, se aprob el Cdigo de Infancia y Adolescencia que, en armona con la Convencin de los Derechos de la Niez, reconoce como su razn de ser a los colombianos y colombianas hasta los 18 aos de edad, lo que plantea la necesidad de que la poltica de juventud, referida a la poblacin colombiana de 14 a 26 aos de edad, delimite sus alcances con respecto a este instrumento legal aprobado en julio del 2006. Recientemente en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, realizada en Repblica del Salvador a fines del mes de octubre de 2008, el Presidente de la Repblica, al suscribir la declaracin final ratific los siguientes acuerdos que, en gran medida, coinciden los objetivos del presente documento Conpes:1. Reconocer el papel central del Estado en el establecimiento de polticas pblicas destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas jvenes y a lograr sociedades ms inclusivas, justas y solidarias en nuestros pases, que tomen en cuenta la proteccin y promocin de sus derechos, la perspectiva de gnero, la diversidad y los aspectos intergeneracionales de nuestras sociedades.

2. Desarrollar polticas que promuevan en la juventud iberoamericana los valores de la solidaridad, justicia, tolerancia, igualdad, equidad y paz; as como su activa participacin como actores sociales protagnicos del desarrollo, en el contexto de un mundo globalizado e interdependiente.

3. Crear y/o fortalecer las instituciones nacionales responsables de la temtica de juventud, mediante el establecimiento de un marco jurdico adecuado y dotndolas de recursos humanos, financieros y materiales que les permitan desarrollar las polticas y programas formulados para atender las necesidades de las y los jvenes de nuestros pases.

4. Reiterar nuestro compromiso con los principios y propsitos reconocidos en la Carta de Naciones Unidas, los valores esenciales de la democracia, la promocin y el respeto de todos los derechos humanos, el fortalecimiento del multilateralismo, el combate al terrorismo y a la delincuencia transnacional organizada y el rechazo a las medidas coercitivas unilaterales, contrarias al derecho internacional, los cuales constituyen pilares fundamentales para que las y los jvenes contribuyan como sujetos activos a la construccin de sociedades basadas en la justicia social, la tolerancia y la convivencia pacfica.

5. Impulsar y profundizar una estrategia de desarrollo integral que permita coadyuvar al desarrollo humano de la juventud, mediante la ejecucin de programas y acciones que contribuyan a la erradicacin de la pobreza y garanticen el acceso a una salud y educacin de calidad, al trabajo decente y a la seguridad alimentaria y nutricional, que fortalezca su pleno desarrollo en igualdad de oportunidades, a fin de contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. ( ) (*** Declaracin de San Salvador, XVIII Cumbre IberoamericanaSan Salvador , El Salvador, 29 a 31 de octubre de 2008)La citada Declaracin ofrece adems un marco apropiado para la coordinacin de esfuerzos con los dems pases iberoamericanos que la suscribieron y refuerza la orientacin con la Colombia ha venido trabajando.

El Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, destaca que la juventud est compuesta por una franja de poblacin con unas necesidades y unas capacidades particulares que le confieren un potencial importante para convertirse en un actor importante en el diario discurrir del pas (*Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, DNP, pag 491). Seala igualmente que la poltica de juventud debe reconocer a los y las jvenes como protagonistas activos en la participacin poltica de la vida nacional y como un grupo clave para la generacin de una sociedad democrtica con un mayor grado de equidad y de armona (* Ibidem pag. 491) para enfatizar que, tomando en cuenta lo anterior, se implementarn acciones de fortalecimiento del Sistema Nacional de Juventud, coordinado por el Programa Presidencial Colombia Joven, en concertacin con todas las agencias del Estado y las dems organizaciones sociales, civiles y privadas.

La revisin de los ltimos 40 aos pone de manifiesto, aunque con diferente nfasis, enfoque y resultados, el inters del Estado y la sociedad por la situacin de la poblacin joven. Durante este largo periodo se evidencian avances entre la limitada formulacin inicial de fines de los sesenta a la visin estratgica, dentro y fuera del pas, con que, en la actualidad, se conciben las polticas pblicas para juventud. Desde el punto de vista conceptual hoy no cabe duda del valor del enfoque de derechos con visin poblacional y de su fuerza estratgica para orientar la formulacin y puesta en marcha de este tipo de polticas pblicas.

Desde la aprobacin de la Ley de Juventud, se han venido haciendo esfuerzos por traducir su contenido en accin prctica y, pese a la gran acumulacin de experiencias de muy diferente ndole, valiosas muchas de ellas, persisten an limitaciones que entraban un avance ms ntido y significativo en esta materia.

En primer lugar, la aspiracin del Estado, contenida en la Ley de Juventud de garantizar el respeto y promocin de los derechos propios de los jvenes que le permitan participar plenamente en el progreso de la Nacin (artculo 2) y el correspondiente funcionamiento del Sistema Nacional de Juventud, con todo su alcance y cobertura, est an, en buena medida, pendiente y los avances que pueden observarse, se debe ms, en muchos sentidos, a la ejecucin de otras leyes y polticas que a las especficas referidas a la juventud. Ello, desde luego, no desmerece los esfuerzos realizados por miles de jvenes en el pas que formulan planteamientos y buscan que su participacin sea ms significativa.

En segundo lugar, el reconocimiento de que una poltica pblica de juventud es ms que la suma de lo que llevan a cabo los sectores y que se requiere de una formulacin que promueva e impulse acciones que, considerando lo que se hace sectorialmente, vaya ms all, defina compromisos con enfoque transversal e integrador y estimule la presencia dinmica y creativa de la juventud en la bsqueda de las soluciones nacionales, a la vez que vele por la garanta de sus derechos y la ampliacin de oportunidades para ellos. Ese ser, adems, un camino para contribuir a la disminucin de los niveles de violencia que afectan e inciden sobre las y los jvenes del pas y, particularmente, sobre estos ltimos.

En los aos posteriores a la aprobacin de la Ley de Juventud, buena parte de los esfuerzos han estado destinados a darle vida a los mecanismos de participacin y a afinar la arquitectura institucional prevista en la Ley tal como ha sucedido, por ejemplo, con la creacin de los consejos de juventud. La potencialidad de los jvenes, su peso poblacional, la importancia para el pas y para ellos mismos de que sus derechos se hagan realidad y de que cuenten con mayores y mejores oportunidades, el modo cmo podran sumarse con significacin propia a los desafos del desarrollo humano equitativo, su aporte significativo a la reduccin de la violencia y el fortalecimiento de la democracia, ; justifican ampliamente que el pas cuente con una renovada poltica de juventud que, rescatando la experiencia acumulada, la proyecte hacia adelante, con fuerza coyuntural y visin estratgica, reconociendo a cabalidad los desafos y particularidades de la realidad poltica, social y econmica nacional e internacional - del mundo de hoy.III. Marco conceptual:

Partimos reconociendo a las personas jvenes, de entre los 14 y los 26 aos de edad segn la Ley de Juventud; como sujetos titulares de derechos y deberes y actores de primera lnea en la construccin del desarrollo humano con equidad y el fortalecimiento del estado social de derecho con plenas garantas democrticas, en un pas que ha hecho manifiesta su vocacin descentralista desde la Constitucin Poltica aprobada en 1991. No obstante, conviene referirse a los derechos de los jvenes haciendo consideraciones diferenciadas entre aquellos mayores de edad y los adolescentes menores de 18 aos. Nuestro ordenamiento jurdico obliga a hacerlo de esta forma. El Cdigo de la Infancia y la Adolescencia considera de modo diferente a los y las menores de edad, cuyos derechos prevalecen sobre los derechos de los dems y estn protegidos por un estatuto propio y, por otra parte, los mayores de edad que cuentan con un tratamiento jurdico especfico propio de su condicin de ciudadanos adultos. Para el primer caso debe reconocerse la corresponsabilidad del Estado, la sociedad y la familia de prodigarles asistencia y proteccin. Para el segundo, lo central es avanzar en la garanta de los derechos de primera y segunda generacin, considerando situaciones especficas propias de su condicin de jvenes que, slo por este hecho los hacen sufrir vulneraciones a sus derechos bsicos. En todos los casos es indispensable reconocer la universalidad de esos derechos y su aplicacin sin discriminacin de ninguna ndole. La juventud es adems, un universo poblacional diverso. En primer trmino se refiere a un amplio rango de edades que va de los 14 a los 26 aos, en el que predomina la diferencia de circunstancias propias de cada momento de estos aos de la vida. Una cosa es tener 14 o 16 aos y estar en la escuela y otra, muy distinta, afrontar las exigencias propias de contar con un hogar o tener hijos y responsabilidades econmicas, a los 22 o 24 aos de edad. A estas consideraciones se le agregan varias otras igualmente decisivas. Esa juventud puede ser masculina o femenina, urbana o rural, pertenecer a familias de estratos econmicos diferentes, ser de origen indgena raizal, afrocolombiana o corresponder a un grupo poblacional con limitaciones especialesPor otro lado, y conforme a los ltimos informes del Banco Mundial, los pases en desarrollo que inviertan en mejor educacin, atencin de la salud y formacin laboral para sus habitantes jvenes de entre 12 y 24 aos de edad, cuyo nmero ha alcanzado un nivel sin precedente, podran lograr un pujante crecimiento econmico y reducir marcadamente la pobreza.

La mayora de los pases en desarrollo tiene una breve ventana de oportunidad para resolver la situacin antes de que su vasta poblacin juvenil llegue a la edad madura, y pierda as su ventaja demogrfica. Es ms que una poltica social acertada; es una de las decisiones de fondo que los pases en desarrollo podran tomar para erradicar la pobreza y galvanizar su economa (Manny Jimenez).El Banco Mundial igualmente identifica tres polticas estratgicas que permiten potenciar las inversiones en la poblacin juvenil: 1) ampliar las oportunidades, 2) mejorar las capacidades, y 3) ofrecer segundas oportunidades a los jvenes que han quedado rezagados debido a circunstancias difciles. Estas polticas abordan las cinco fases de transicin fundamentales que afrontan los jvenes e inciden en toda su vida econmica, social y familiar, a saber: seguir estudiando, comenzar a trabajar, adoptar un estilo de vida saludable, formar una familia y ejercer los derechos cvicos.

Cuando sus posibilidades de recibir buenos servicios de educacin y de atencin de la salud son mayores, los jvenes pueden adquirir las aptitudes de vida que les permitan transitar sin zozobras por la adolescencia y la juventud; en forma similar, una mejor formacin profesional los ayudar a competir en el mbito laboral. La participacin de los jvenes en actividades polticas y en organizaciones sociales es fundamental para potenciar la voz de los jvenes en la vida cvica de sus propias comunidades y tambin es de vital importancia para un buen gobierno. Si los jvenes no tienen la posibilidad de participar productivamente en la vida cvica, sus frustraciones pueden generar tensiones econmicas y sociales, con la consiguiente creacin de conflictos que persisten durante largo tiempo. Esas son las oportunidades que los jvenes requieren.En cuanto a las capacidades, es importante proporcionar informacin a los jvenes y desarrollar sus aptitudes para tomar decisiones. Contando con la informacin y los incentivos adecuados, estos jvenes pueden tomar decisiones acertadas.

Las segundas oportunidades son muy importantes los jvenes que han quedado rezagados, debido a circunstancias difciles o decisiones desacertadas, entre ellas: desercin escolar, drogadiccin, conducta delictiva o desempleo prolongado. Los programas que dan segundas oportunidades, ayudan a los jvenes a reconstruir su futuro y, consiguientemente, generan beneficios a largo plazo para la sociedad en su conjunto. La rehabilitacin tiene la potencialidad de arrojar beneficios de gran valor para los jvenes que an tienen por delante toda una vida productiva.

El enfoque poblacional promueve que en las polticas, planes, programas y acciones de desarrollo y ordenamiento del territorio se reconozcan, caractericen y valores los distintos grupos poblacionales involucrados, sus necesidades, intereses, capacidades e interpretaciones particulares, su diversidad natural, cultura, tnica social as como la heterogeneidad de las condiciones sociales, polticas, econmicas, culturales, ambientales de las regiones donde tales grupos se asientan ( ) (Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Fondo de Poblacin de Naciones Unidas (UNFPA). Serie Poblacin, ordenamiento y desarrollo, Gua Metodolgica, pag. 9, Bogot, julio, 2004). Asimismo que, con claro criterio diferencial, se reconozca y d respuestas adecuadas a los derechos y necesidades de los y las jvenes que requieran mayor atencin. La poltica de juventud debe ser transversal a la estructura programtica y administrativa de la nacin o entidad territorial de que se trate. Esta perspectiva permitir avanzar hacia la integralidad de la poltica de juventud. Y, como se seal anteriormente, la Poltica Nacional de Juventud no reemplaza a otras polticas sectoriales sino que, por el contrario, se articular con ellas para potenciar el alcance los objetivos propuestos. Una dimensin esencial en el desarrollo de la juventud es el ejercicio de su derecho a participar dinmicamente en organizaciones que los congreguen y representen y, desde luego, en todos los asuntos de trascendencia nacional. El terreno privilegiado para alentar esta participacin es en mbito de implementacin de la Poltica Nacional de Juventud. La promocin del enfoque de gnero es esencial para que esta poltica, sintonizada con los esfuerzos que se realizan en otros mbitos del pas, sea una herramienta a favor de la equidad entre hombre y mujeres y factor contributivo a la lucha contra toda forma de discriminacin contra la mujer. IV. DiagnsticoLa experiencia, los indicadores estadsticos y los diversos estudios realizados, tanto de naturaleza sectorial como general, muestran que el problema central es la limitada promocin, proteccin y garanta, con oportunidades, de los derechos de la poblacin joven del pas. Esta situacin, entre otras razones, es producto del limitado avance el funcionamiento del Sistema Nacional de Juventud; un nfasis en la accin sectorial sin suficiente coordinacin entre las instituciones del Estado y, entre stas, y las de la sociedad civil, en detrimento con una compresin y manejo integral de la realidad de la poblacin joven; insuficiencia de recursos humanos y financieros; limitada participacin e involucramiento de los y las jvenes, escasa apropiacin y conocimiento de parte de la sociedad acerca de la problemtica de la juventud. Seguidamente se desarrollan estos puntos.1. Las oportunidades para la poblacin joven, una cuenta an pendiente:

Ser joven en Colombia debera representar la oportunidad de progresiva consolidacin personal, pleno desarrollo de las competencias necesarias para la vida en ese periodo y de proyeccin hacia el futuro. Esto depende de muchos factores, buena parte de ellos externos a la realidad juvenil aunque, no por ello, sujetos a postergacin. La inclusin social para los jvenes es una demanda urgente. Una buena proporcin de la poblacin joven Colombiana est afectada por la pobreza y las limitadas oportunidades. Ser joven en el rea rural significa estar ms lejos de las posibilidades presentes y futuras. Lo propio sucede con las mujeres jvenes que estn obligadas a esfuerzos dobles para posicionarse en la vida y no es diferente si se es indgena, afro colombiano o se tienen necesidades especiales.

Cmo lo indica la Organizacin Iberoamericana de la Juventud y la CEPAL, la poblacin joven tienen derecho a un nivel de educacin conmensurable con sus aspiraciones; a oportunidades de empleo a la par de sus habilidades; a alimentacin y nutricin adecuadas para la plena participacin en la vida en la sociedad; a un entorno fsico y social que promueva la buena salud y la proteccin contra las enfermedades y las adicciones y que est libre de todo tipo de violencia; a derechos humanos y libertades fundamentales sin distincin en cuanto a raza, sexo, idioma, religin y sin ninguna otra forma de discriminacin; a participacin en los procesos de adopcin de decisiones; y a locales e instalaciones para actividades culturales, recreativas y deportivas a fin de mejorar los niveles de vida de los jvenes tanto en las zonas rurales como las urbanas ( ).(***OIJ, Cepal, Secretara General IberoamericanaJuventud y Cohesin Social en Iberoamrica, pag. 26)

En Colombia la juventud representa el 23.7% de la poblacin total ( ) (Repblica de Colombia. Departamento de Nacional de Estadsticas DANE. Perfil de los jvenes colombianos (14-16) aos. Censo General 2005). Su ventaja poblacional (bono demogrfico) derivada de que la proporcin de personas en edades potencialmente productivas crece de manera sostenida en relacin con la proporcin de personas en edades potencialmente inactivas significa una gran oportunidad para el desarrollo nacional y el impulso a los derechos humanos. En Colombia, la ventaja demogrfica llegar a su punto mximo en los aos 2018 y 2019. Esta realidad se da en medio de un mejoramiento de la esperanza de vida que pas de 68.30 aos a 72.86 entre 1985 y 2005.

El ao 2003, el 77.9% de los colombianos entre 14 y 26 aos viva en ciudades y el 22.1 en zonas rurales en una gran dispersin territorial, mientras la poblacin urbana se concentra en pocos grandes ncleos.

Los jvenes son los principales migrantes salvo cuando se trata de quienes se ven forzados a desplazarse como resultado de la violencia. Bogot, Cali, Barranquilla y Medelln figuran entre los principales centros receptores de migraciones internas. Las cifras del desplazamiento revelan que ms de la mitad son nios, nias y jvenes.

En Colombia el 44.4 % de la poblacin joven vive en condiciones de pobreza y el 15.3% en indigencia, siendo ms afectada la zona rural, donde el 51% de los habitantes est sujeto a esa condicin.

Porque la Constitucin Poltica del pas, la legislacin vigente y las instrumentos internacionales ratificados por Colombia lo reconocen, los y las jvenes de Colombia son portadores de derechos (a) econmicos, sociales y culturales y de (b) derechos civiles y polticos y, en el marco de esos derechos reclaman mayores y mejores oportunidades.

Lo que sigue a continuacin es un breve balance de la situacin de estos derechos entre la poblacin joven que permite dimensionar el desafo que el Estado y la sociedad tienen en relacin a ellos.

1.1. En la educacin, esfuerzos y avances que deben alcanzar a las personas jvenes. La reduccin de la exclusin y la pobreza, el camino hacia el desarrollo sostenible y la ampliacin de oportunidades ciudadanas, est estrechamente relacionada con la calidad de la respuesta educativa del pas y, desde luego, con que este derecho sea cubierto para toda la poblacin que lo requiere.

El Estado viene haciendo progresivos y crecientes esfuerzos en el campo educativo. Durante el periodo 2001-2006 la inversin en educacin aument en 46.9% y ha sido de los desafos en los que el Gobierno ha puesto significativo empeo. Sin embargo, en lo que respecta a adolescente y jvenes, es indispensable acelerar el paso con el fin de cambiar la situacin actualmente prevaleciente en la que un considerable segmento de la poblacin joven del pas, no disfruta de las oportunidades que la educacin le abrira. Mientras que en el rango de edad entre 13 a 17 aos de edad, la proporcin de adolescentes incorporada a la educacin secundaria llega al 80%, entre los 18 y los 22 aos y desciende al 55% y al 50% entre los 23 y 26 aos. El porcentaje de jvenes mayores de 18 aos que acceden a la educacin superior pas de 20 a 25% en aos recientes.

Entre 1994 y 2003 la proporcin de colombianos que termin el bachillerato pas de 17.1% al 23.8% y de cada 100 nios que entran a la primaria; la tercera parte se grada como bachiller, en tanto que, en el rea rural, esto sucede slo en 16 de cada 100 casos. En el grupo de 18 a 22 aos, en el 2003, el 50.9% termin el bachillerato, mientras que la misma proporcin en 1994 era slo 31.6%. Las tasas netas de matrcula son de 64.4% para la bsica y 40.4% para la media. Los mayores retos en esta materia estn en el mbito rural donde la disparidad educativa con respecto al rea urbana es ms significativa y alcanza el 19.2% para las edades de 18 a 20 aos y de 15.79% para las edades de 21 a 26 aos. Los departamentos con menor grado de escolaridad rural para los ltimos grados de bachillerato son: Norte de Santander, Nario, Antioquia, Meta y Boyac. 1.2. La salud, uno de los principales desafosEn nuestro pas, el 56.7% de las personas jvenes entre 14 y 26 aos estn afiliadas al sistema de seguridad social lo que significa que cerca de cuatro de cada 10 jvenes no cuentan con esta proteccin que se hace ms necesaria a medida que los aos avanzan. Como la afiliacin al Sistema es familiar, los menores de 18 aos slo pueden acceder a l si sus padres o responsables estn inscritos. Ms all de los 18 aos debern hacerlo ellos mismos por ser mayores de edad y esto, de hecho, constituye una limitacin. Los datos revelan un aumento en la cobertura del rgimen subsidiado de 17.5% en 1997 a 23.1% en 2003.

Dentro de ese panorama de cobertura, la morbilidad y la mortalidad en el pas tienen a los jvenes entre sus principales vctimas. En los aos 2004 y 2005 las muertes de adolescentes y jvenes correspondieron al 9.05% y 8.16% , aunque hay departamentos como Guaviare y Vaups donde las muertes de jvenes significan el 57% y 41% respectivamente. Lo grave de esta realidad es que el 75% de las muertes de jvenes obedece a causa violentas mientras que en la estadstica total ests representan el 20%. Es significativo tambin que slo el 36% de la poblacin joven sea atendida medicamente en el momento de la muerte mientras que en la estadstica general este porcentaje se eleva al 72%. Los homicidios y suicidios son mayores entre los jvenes que entre los adultos. El 80% de las muertes de jvenes son masculinas y el 20% femeninas, estando muchas de stas asociadas a la maternidad.

En cuanto a la salud sexual y reproductiva en el ao 2004, el 61.9% de los nacimientos corresponda a mujeres adolescentes y jvenes y slo el 38.1% a madres mayores de 27 aos o ms y para ese mismo ao 1,290 nios nacieron de madres entre los 12 y 13 aos. Los extremos de esta situacin fluctan entre el 60% correspondiente a Bogot y San Andrs, de por s alto, y el 67% de departamentos como el Choc, Arauca, Cauca y Crdoba.

Habla de la importancia del rgimen subsidiado que, en el 2004, el 65.2% fuera atendido por esta va, mientras nicamente el 27.5% recibi atencin va el rgimen contributivo. La gran mayora de estas madres jvenes (64.8%) tienen sus hijos estando en unin libre, el 19.2% en condicin de solteras y casi el 30% con una educacin insuficiente (ninguna, o primeraria incompleta) al nacer sus hijos.

Entre las adolescentes el embarazo es un fenmeno social que va ms all de la salud e incide sobre las oportunidades de desarrollo de las mujeres jvenes, sus hijos y sus familias. Las tasas de fecundidad son elevadas con aumentos de las tasas de embarazo en adolescentes. De acuerdo con el Ministerio de la Proteccin Social, con base en la informacin de la Encuesta Nacional de Demografa y Salud (ENDS) de los aos 1995, 2000 y 2005, se observa que el porcentaje de adolescentes (15 y 19 aos para la encuesta) que tiene hijos o ha estado embarazada, aumenta progresivamente de 17% a 19% y 21% respectivamente. Si se considera a la poblacin rural, la cifra se eleva al 27% y si se contempla la situacin de desplazamiento, el porcentaje sube a 30%, en el ao 2005

Con relacin al conocimiento y uso de mtodos anticonceptivos y de prevencin del VIH/SIDA,ETS/ITS, el 62.7% de las mujeres de 25 a 29 aos utilizaba mtodos de planificacin, porcentaje que es considerablemente menor entre las adolescentes de 15 a 19 aos (17.3%).

La Encuesta nacional sobre consumo de sustancias psicoactivas entre nios y jvenes de 10 a 24 aos de edad, realizada en 2001, ( ) (Encuesta Rumbos realizada por el Programa Presidencial Colombia Joven con 198, 394 nios y jvenes) sealaba que el 93% de los jvenes entre 14 y 24 aos haba probado alcohol alguna vez en su vida y cerca del 60% tabaco. Hombres y mujeres inician el consumo de alcohol y tabaco a edades muy tempranas, entre los 12 y 13 aos de edad.

VIH/SIDA e infecciones de transmisin sexual: El pas cuenta con una legislacin especfica para Vih y Sida, fundamentada en el respeto a los derechos humanos, que considera la prevencin y la asistencia integral como parte de su enfoque prioritario. Pese a que Colombia est entre los pases de la regin que ms destinan a la salud (aproximadamente 10%), el gasto destinado orientado a la prevencin y promocin de la salud es an reducido as como aquel destinado a los grupos de alta vulnerabilidad. En el caso del Vih/Sida est concentrado en la atencin individual y la terapia ARV siendo el gasto en diagnstico y seguimiento an bajo.

En el pas existe un gran potencial para el desarrollo de hbitos de vida saludables entre los jvenes y ste, de hecho, es un mbito con amplio espacio para la accin pblica y privada, adems de que su promocin contribuye a propiciar frmulas asociativas y participatorias. Desde que se diagnstico el primer caso, a octubre del 2008 se haban acumulado en el pas 62,324 casos de infeccin por Vih/Sida. El 76.2% corresponde a hombres y el 23.0 a mujeres. El grupo de poblacin ms afectado es el de 25 a 29 aos con 8,957 que equivalen al 19.8% del total. Si se considera la poblacin de los 15 a los 34 aos esta cifra se eleva al 57.3%. Los menores de 18 aos representan el 3.2% y los que estn por debajo de 15 aos aportan el 2.3%. En la medida en que la prevalencia de la epidemia est en 0.67% la meta del Milenio prevista para el 2015, de 1.2%, est cumplida. Colombia tiene un Programa de Educacin para la Sexualidad y la Construccin de Ciudadana liderado por el Ministerio de Educacin que representa un muy positivo avance y referencia regional en esta materia. Adems de sus acciones relacionadas con la prevencin del Vih/Sida, esta iniciativa previene la gestacin precoz y detecta factores de riesgo para las infecciones de transmisin sexual.1.3. El trabajo decente y empleo, oportunidades y rezagos.

En nuestro pas, el 10 % de los nios de 12 y 13 aos ya trabaja y el 27% de los adolescentes entre 14 y 17 aos hace lo propio. Entre los 18 y 22 aos de edad la situacin cambia porque el 50 % ya trabaja y el 30% estudia. En la medida en que, segn el Cdigo de la Infancia y la Adolescencia, la edad mnima para de admisin al trabajo es los 15 aos de edad, una significativa proporcin de estos nios estn incursos en lo que se denomina trabajo infantil y por lo tanto sujetos a las medidas de proteccin correspondientes.

En el primer trimestre de 2008, la poblacin entre los 14 y los 26 aos represent el 28.6% de la poblacin en edad para trabajar y de la cual, el 21.6% se encontraba sin empleo, es decir que nicamente el 7% de la juventud colombiana trabaj durante ese periodo.(Boletn de Prensa Bogot, D.C. 29 de julio de 2008 Mercado Laboral de la Juventud (14 a 26 aos) Gran Encuesta Integra de Hogares. Trimestre mvil febrero-Abril de 2008), Dane) . Esta cifra representa todas las formas de trabajo y empleo (informal, formal, vinculacin, independiente, etc) y desde luego contiene una porcin de trabajo infantil que requiere de un tratamiento diferente, sin embargo sirve para llamar la atencin sobre el bajo porcentaje de acceso y participacin juvenil en el mundo del trabajo.

Sin excepcin la ocupacin de las mujeres es menor que la de los hombres. Mientras la mitad de los hombres de entre 18 y 22 aos trabajan, en el caso de las mujeres slo lo hace el 32 al 35%. El desempleo afecta tambin en mayor medida a la mujer entre los 23 y 26 aos edad. Mientras el desempleo masculino est entre 11 y 13 %, el de las mujeres representa el 16% y en este rango erario, el 25% de ellas estn dedicadas a las labores del hogar.

La proporcin de mujeres cabeza de hogar va tambin en aumento colocndolas en situacin an ms difcil. Al lado de esto hay que mencionar que en Colombia, el 8% de los jefes cabeza de hogar tienen entre 18 y 22 aos y el 28% entre 23 y 26 aos de edad. Los jvenes, hombre y mujeres, hasta los 26 aos de edad tienen a su cargo el ms del 40% de los hogares del pas.

La desigualdad de las mujeres con respecto a los hombres se evidencia en todos los terrenos, de all la importancia de polticas que les den consideracin especial y que el Estado asuma el tema como una tarea prioritaria.

Por el lado de la afiliacin a los fondos de pensiones, se observa que empieza a hacerse significativa entre los 18 y 22 aos de edad con 12.98%. Ya entre los 23 y 26 aos de edad es 26.96% aunque las disparidades son muy significativas dependiendo de las regiones (Bogot 38.6% y Nario 5.4%).

En cuanto a los subsidios de vivienda el 23.6% de los que se otorgan en el pas corresponden a jvenes aunque, en este caso tambin, con disparidades regionales muy marcadas: 36% en Bogot, 50.1% en Antioquia y 5.9% en el Tolima.

1.4. El derecho a la participacin, oportunidades y mecanismos restringidos La Constitucin Poltica reconoce el deber del Estado y la sociedad de garantizar la participacin de los jvenes en los organismos pblicos y privados que tengan a cargo la proteccin, educacin y progreso de la juventud. Por su parte, la Ley de Juventud otorga consideracin especial a la participacin como requisito esencial para que los jvenes sean actores de su propio desarrollo y crea los consejos de juventud, destacados como uno de los principales avances de la referida Ley.

El slo reconocimiento legal no ha sido garanta para la participacin de la juventud en los asuntos pblicos, ni en los procesos de concertacin y decisiones sobre cuestiones que son de su inters.

Los jvenes reconocen obstculos como el poco aprovechamiento de los espacios de participacin previstos, falta de apropiacin de los mismos, debilidad en las organizaciones juveniles, escepticismo, desinters y falta de voluntad poltica para que esa participacin sea efectiva; llegando incluso a una desconfianza en las organizaciones porque las visualizan ajenas a sus realidades. Reconocen tambin que para avanzar en esta participacin activa, deben impulsar organizaciones autnomas de diversa ndole.

Aunque se trata de un asunto de la mayor trascendencia, la informacin sobre participacin y organizacin de las personas jvenes, es limitada. Si tomamos como referencia los datos sobre participacin de los jvenes entre 18 y 26 en las elecciones para alcaldes y gobernadores del 2003, veremos que los jvenes de 20 aos tuvieron una presencia ms significativa que las otras edades pese a que slo 16.1% de ellos acudieron a votar. Todas las otras edades estn por debajo de este reducido porcentaje. Le siguen los de 24 aos con 14.2%, luego los de 21 aos con 13.1% y los de 25 con 11.8%.

Una encuesta realizada recientemente entre jvenes latinoamericanos y colombianos con respecto a la democracia, indicaba que para 58.2% de los participantes, la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno; el 17,5% respondi que, en algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrtico y un 24,4% que les da lo mismo un rgimen democrtico que uno no democrtico. Es decir, alrededor de un 40% de los y las jvenes, no estn preocupados con el tipo de rgimen bajo el cual viven.

Otro factor importante es que el 69% de las personas jvenes de Amrica latina y de Colombia dicen sentirse discriminadas, estando este sentimiento asociado a la pobreza, falta de educacin, cuando no falta de contactos polticos o palancas.

Est an pendiente un registro de todas las organizaciones de jvenes existentes en el pas y el conocimiento de esta realidad es urgente para el fortalecimiento del Sistema Nacional de Juventud y la Sociedad con relacin a ellos. 1.5. La paz y la convivencia positiva, la violencia como amenaza constante y el temor como factor restrictivo. La violencia asociada a la accin de los grupos armados al margen de la ley, al narcotrfico y la delincuencia, afecta severa y directamente a las personas jvenes y, de hecho, ellas son sus principales vctimas. De un lado porque les corta las posibilidades de desarrollo personal y las coloca en la ilegalidad, y, de otro, por las consecuencias sociales que eso tiene para el pas.

Se desconoce el nmero de nios y adolescentes que hacen parte de los grupos armados y las estimaciones, antes de la desmovilizacin de los grupos paramilitares, sealaban una cifra entre 8 y 13 mil jvenes. La legislacin colombiana prohbe expresamente el uso y reclutamiento de menores de edad. De igual modo, est vigente y ha sido ratificado por Colombia un protocolo facultativos de la Convencin de los Derechos del Nio que estipula lo propio. Los grupos armado ilegales han incumplido largamente sus compromisos de no reclutar nios ni adolescentes y, desde luego, la legislacin colombiana e internacional. Lo que es un hecho ampliamente conocido es que, en buena medida, los integrantes de esas organizaciones armadas ilegales son jvenes procedentes, en su mayora, de las zonas rurales del pas que ven frustrado su futuro por la decisin que tomaron o porque fueron reclutados contra su voluntad. Del lado de Estado, los integrantes de las Fuerzas Armadas son tambin predominantemente jvenes que aportan su energa para el mantenimiento del estado de derecho.

El Estado viene haciendo considerables esfuerzos por atender a los adolescentes o adultos que se desmovilizan y este desafo nacional requiere de todos los esfuerzos posibles para asegurar que estos ellos retornen al seno de sus familias y de la sociedad.

Si bien la situacin anterior tiene un peso especfico significativo en la realidad colombiana de hoy, no es menos cierto que existen otras muchas expresiones de inseguridad pblica, asociadas al narcotrfico o a la delincuencia comn, en las que intervienen jvenes y donde se hace necesario encontrar las respuestas adecuadas y en las que una articulada y consistente poltica de juventud puede contribuir de manera efectiva. El rescate de la tranquilidad ciudadana en muchas regiones del pas viene siendo obra de los jvenes y son ellos quienes pueden contribuir decisivamente para que esa paz sea duradera y est acompaada de los avances que en materia econmica y social necesita como sustento.

No siendo exhaustiva, la revisin anterior da una idea del estado en que se encuentran los derechos y las oportunidades para los y las jvenes en Colombia y en esa medida explican por qu el pas tiene una tarea pendiente que debe ser abordada por medio del fortalecimiento de la poltica de juventud. Veamos ahora los factores asociados que han contribuido a configurar la actual situacin. 2. Insuficiente desarrollo del Sistema Nacional de Juventud La institucionalidad del Sistema Nacional de Juventud est definida en la Ley 375 y lo previsto en ella ha tenido un desarrollo lento y parcial en su aplicacin territorial y limitada en sus alcances. Si lo previsto en la Ley se pone en prctica en toda su potencialidad y contando con los recursos humanos y financieros necesarios, el Sistema estar en aptitud de operar en otras condiciones muy diferentes y con posibilidades de impactar positivamente la realidad actual de la juventud colombiana. El pas tiene condiciones privilegiadas para aprovechar la energa de sus jvenes con mayor potencialidad en el transcurso de la prxima dcada mientras el bono demogrfico es an una ventaja comparativa que de la que Colombia puede beneficiarse. Los diferentes sectores vienen haciendo considerables esfuerzos y evidencian avances singulares. La institucionalidad se consolida y en diferentes mbitos del Estado se impulsan polticas con visin estratgica que van abriendo camino y dejando resultados en el campo de la salud, la educacin, el ambiente, el emprendedorismo, entre otros. Tales seales positivas no estn restringidas al ejecutivo o a los otros poderes del Estado, tambin va sucediendo lo propio en el terreno civil y el pas concentra un significativo abanico de propuestas que contribuyen al desarrollo social y econmico de Colombia. Todo este conjunto requiere del valor agregado de una poltica de juventud que estimule la transversalidad, la coordinacin ms estrecha y sume el aporte de los jvenes, utilizando mecanismos giles y efectivos que les abran espacios donde puedan desplegar su energa creativa. Colombia es un pas de reconocida fuerza y coherencia institucional en la regin y esa diferencia comparativa debe ser utilizada, con especial conviccin, en el transcurso de la prxima dcada a favor de su poblacin joven. Si bien tal reconocimiento puede impulsar respuestas nacionales, las repercusiones sern tanto mayores en el mbito de los departamentos y municipios donde buena parte de la tarea, salvo excepciones, an no ha comenzado. La falta de conformacin de un Sistema Nacional en todas sus instancias ha trado como consecuencia que proliferen distorsiones de diversa ndole en el mbito organizativo y programtico. Muchas administraciones territoriales, departamentales y municipales, dieron atencin escasa a la constitucin - cuando no - al fortalecimiento de sus respectivos consejos y en no pocos lugares la tarea qued en manos de los jvenes que no contaron con respaldo poltico ni atencin de las autoridades y menos con recursos financieros. Sin embargo, lo ms serio, en estos casos, era que sin planes de accin elaborados, cualquier esfuerzo organizativo se agotaba poco tiempo despus de iniciado. De 32 departamentos, slo 6 han formado consejos departamentales como consecuencia, a la vez, del reducido avance en el mbito municipal. Pero, si en el trabajo organizativo hay este avance limitado, no es diferente cuando se observa la dimensin programtica, es decir, en el trazado de planes, programas y proyectos destinados a avanzar en el cumplimiento de los derechos y oportunidades para los jvenes. Si este restringido desarrollo ha tenido sus consecuencias, la falta de continuidad entre una administracin y otra ha trado efectos tambin, salvo lo sucedido en algunos municipios y departamentos que han actuado con regularidad en este campo, tal como ha sucedido con Bogot, las ciudades de Medelln y Cali, y el departamento de Antioquia, entre otros. Buena parte de los esfuerzos han estado en manos del Viceministerio de Juventud del Ministerio de Educacin Nacional, hasta que dej de existir el ao 2000 y posteriormente del Programa Presidencial Colombia Joven, as como en el empeo de los y las jvenes conformantes de los consejos municipales y departamentales de juventud, igualmente en las instancias territoriales creadas como parte de la aplicacin de la Ley de Juventud. Sin el Sistema funcionando plenamente, diversas iniciativas de jvenes o de organizaciones de la sociedad civil quedaron sueltas y actuando fuera de la coordinacin con capacidad de potenciarlas. 3. Preeminencia de la accin sectorial, con insuficiente coordinacin, en detrimento de la accin integrada.

Un primer factor limitante de la coordinacin es que cada sector se concentra en los asuntos propios de su mandato y privilegia la coordinacin que tiene que ver con la ejecucin de sus planes de trabajo y, por lo tanto, con los asuntos relacionados al mbito de su directa competencia. Con respecto a la juventud, sin embargo, las dificultades de coordinacin vienen ocurriendo por dos causas principales. En primer lugar, por la ausencia de una agenda comprensiva de los asuntos programticos alrededor de los cuales se estimular, acompaar y evaluar la coordinacin en cada mbito territorial. Como se ha sealado, la Poltica Nacional de Juventud, es ms que la suma de la accin de los sectores y porque, adems de lo importante y decisivo que ellos aportan, tal como lo vienen haciendo, incluye valores agregados propios tanto desde el punto de vista programtico como organizativo. Esa agenda programtica, con objetivos y prioridades claramente definidos, para darle contenido concreto a la poltica de juventud, tendr que elaborarse con la participacin de todas las entidades que de una forma u otra trabajan con jvenes y tendr que articularse entre la nacin y los entes territoriales.La coordinacin tiene lugar con base en el reconocimiento de la capacidad y experiencia de las instituciones participantes y se fundamenta en la certeza de que ellas juntas, teniendo como sustento la accin propia, podrn construir respuestas superiores e integrarlas en un plan de accin comn. Casi sin excepcin, cada departamento o municipio sabe de las razones por las que, al cabo de tantos aos, no ha podido concretarse un espacio concertado y con claridad programtica para el diseo e implementacin de la poltica de juventud y, puede decirse lo mismo para el nivel nacional.

La formulacin del Plan Estratgico de Accin para el Sistema Nacional de Juventud sera de gran trascendencia para que ste pueda estructurarse con clara delimitacin de responsabilidades, en el nivel nacional y en los territorios, as como con la consistencia debida y visin de largo plazo necesaria.En segundo trmino porque, carentes de la orientacin estratgica, los esfuerzos organizativos tienen un carcter limitado y corren el riesgo de desgastar, cuando no desanimar, a quienes participan en ellos y desde luego a favorecer el desarrollo de contradicciones ms de forma que de fondo. Bajo estas circunstancias, las severas limitaciones financieras, que casi sin excepcin han padecido departamentos y municipios, han contribuido a dificultar los intentos de coordinacin llevados a cabo.

Si dentro del Estado, en sus diversas instancias, se aprecian insuficiencias en materia de coordinacin y de esfuerzos, podr fcilmente comprenderse que ellas suelen ser tanto ms severas cuando se trata de coordinacin entre las instituciones del Estado y las organizaciones no gubernamentales de diferentes ndole; ya sea organizaciones juveniles, organizaciones no gubernamentales, fundaciones u organizaciones empresariales que, por Ley estn contempladas como integrantes de los consejos de juventud.

Pese a las restricciones aqu sealadas, el Estado colombiano ha hecho importantes esfuerzos de inversin en la poblacin adolescente y juvenil que podran tener una relacin costo beneficio ms positiva si se dieran dentro del marco de funcionamiento del Sistema Nacional de Juventud y la gua de una poltica con visin estratgica y programtica clara.

4. Insuficiencia de recursos humanos y financieros:Con respecto al financiamiento, la Ley de Juventud 375 seala que para el desarrollo de la presente ley se consideran como fuentes de financiamiento los recursos del sector pblico del orden nacional y territorial, recursos provenientes del sector privado y de la cooperacin internacional, tambin los autogestionados por los mismos jvenes, sin perjuicio de la Ley 181 de 1995 (Art 43). Los siguientes artculos de la Ley 375 hacen sugerencias a los sectores y entes territoriales para que asignen recursos pero, en ningn caso, indican fuentes especficas de financiamiento. Lo ms que avanza la Ley es en sealar que Ministerio de Educacin, por medio del Viceministerio de la Juventud, podra concertar con las organizaciones financieras y crediticias mecanismos para crear oportunidades de acceso al crdito por parte de los jvenes.Esta formulacin genrica impidi que, en la prctica, el desarrollo de la Ley dispusiera con las herramientas adecuadas para su implementacin. Hasta el ao 2000 cont con los recursos que le asignaba el Ministerio de Educacin al Viceministerio de la Juventud y luego con los fondos destinados al Programa Presidencial, Colombia Joven; parte considerable de los cuales provinieron de la cooperacin internacional , casi siempre con destino especfico.

En virtud de ello, el ente coordinador, Colombia Joven, tena fondos restringidos para llegar con relativa capacidad de apoyo a departamentos y municipios y, contar con los recursos bsicos para apoyar las acciones programticas, de desarrollo de recursos humanos y otras. Algunos contados departamentos y municipios si destinaron recursos propios pero son la excepcin. Esta situacin dio lugar a que el uso de los fondos se concentrara en el nivel central y que, desde la Capital, se respaldaran algunas iniciativas.La limitada disponibilidad financiera creo frustracin entre los consejos de juventud que estaban siempre a la expectativa de recibir apoyo o, por el contrario, desarrollando antagonismos con la Capital porque la mayor parte de los recursos se consuman en el nivel central. Lo mismo sucedi con las autoridades departamentales y municipales que no pocas veces alimentaron la expectativa de que el ente coordinador, los apoyara financieramente. En este mbito, si se quiere pasar a una situacin cualitativamente diferente, hay que superar los sin sabores acumulados durante varios aos y encaminarse hacia soluciones realistas en el marco de un manejo en el que los territorios conozcan a cabalidad cules son los montos de recursos disponibles y, por lo tanto, cese la especulacin sobre cul es el destino de fondos que, con frecuencia, no estuvieron disponibles.La cooperacin internacional apoy los esfuerzos del Viceministerio o del Programa Colombia Joven y fue de gran importancia para la labor realizada desde la aprobacin de la Ley, hubo tambin algunos crditos conseguidos de la banca multilateral pero no as intentos sostenidos por buscar fuentes de financiamiento alternativas, fuera de los presupuestos pblicos. Sin los Sistemas municipales, departamentales y nacional funcionando plenamente, los esfuerzos concertados con el empresariado, la sociedad civil, las organizaciones de jvenes o los medios de comunicacin, estn an pendiente de ser aprovechados en todo su potencial.Con recursos reducidos, los planes, programas y proyectos tendieron a concentrarse en temas que contaban con financiamiento tanto del Estado como de la cooperacin internacional. Por las mismas razones, los equipos humanos bsicos, capaces de darle la energa necesaria a las mltiples dimensiones de los sistemas de juventud y sus correspondientes planes de accin, quedaron restringidos y con dbil continuidad, entre otras razones por causa del frgil financiamiento. 5. Restringida participacin de los y las jvenes tanto en la bsqueda de soluciones nacionales como en los asuntos propios de la juventud. En todos estos aos, buena parte del esfuerzo, particularmente en municipios y departamentos, lo hicieron los jvenes confrontados, casi siempre, a severas dificultades. Sin sistemas plenamente constituidos y planes estratgicos que sirvieran de gua; sin recursos mnimos para operar, con frecuente desentendimiento de las autoridades de esta temtica y, en general, con poco conocimiento pblico de los alcances de lo que propona la Ley de Juventud, poco se poda avanzar. Es cierto tambin que, ms de diez aos despus de aprobada la Ley, existe entre la poblacin joven y muchas de sus organizaciones, limitado conocimiento de sus alcances.Los consejos de juventud, concebidos como organismos colegiados y autnomos, y que pueden ser distritales, municipales, departamentales o nacional, dependen, en buena medida, del grado de desarrollo de las organizaciones juveniles y su composicin obliga a que por lo menos el 40% de los elegidos sean representantes de stas.

Son varios los factores que han afectado la consolidacin de estos organismos colegiados: i) La falta o limitado respaldo de los mandatarios locales; ii) escasa formacin para cumplir con las funciones de parte de los consejeros; iii) problemas de comunicacin y poco desarrollo de la cultura de la informacin sobre procesos adelantados para la realizacin del empalme entre los consejeros entrantes y salientes; iv) desercin bien sea por desmotivacin derivada de un bajo nivel de apoyo de las administraciones locales o porque los consejos de juventud no eran lo que esperaban; v) la falta de capacidad de incidencia de los jvenes en la toma de decisiones que los afectan. Del lado positivo se pueden destacar los siguientes resultados: i) han generado inters por parte de algunas administraciones locales en la participacin de los jvenes en los asuntos pblicos; ii) han ganado un espacio para actuar como interlocutores con el gobierno para la discusin y definicin de polticas que permitan el desarrollo de la poblacin que representan; iii) los consejeros se han convertido en promotores y ejecutores de los proyectos locales; iv) han generado espacios de formacin y liderazgo (social, poltico econmico y cultural); v) han logrado representar la voz juvenil ante los consejos de poltica social y los consejos territoriales de planeacin.

Otro factor contributivo de esta situacin es la fragilidad de las organizaciones juveniles en el pas y en muchos casos el debilitamiento de las existentes. En muchas regiones del pas las organizaciones de jvenes podran incluso tornarse riesgosas en medio de la violencia prevaleciente por lo que, no en pocos casos, jvenes con iniciativas habrn acallado sus aspiraciones de actuar colectivamente.

6. Escasa apropiacin y conocimiento de parte de la sociedad acerca de la realidad de la juventudLas representaciones sociales que predominan en la opinin pblica sobre el papel de la juventud en la sociedad, valoran su potencial de futuro, pero le dan poco valor a la capacidad de su contribucin presente. No pocas veces son percibidos como un problema social vinculado a conductas de marginalidad cultural, apata poltica, consumo de drogas, vagancia y promiscuidad sexual. Este enfoque coincide los hallazgos de la investigacin Juventud, Estado del Arte, Bogot 1990-2000, de acuerdo con la cual en los estudios prevalecen las imgenes negativas de los y las jvenes, en la medida en que stos son asociados con problemas como la drogadiccin, la delincuencia, la violencia o al poner el nfasis en su condicin de vulnerabilidad, necesidad o riesgo.

Estas miradas explican, en parte, por qu las medidas estatales, salvo desde luego algunas excepciones, han dado primaca a la prevencin y al tratamiento de los problemas sociales asociados con la juventud, desconociendo su condicin de sujeto integral y no slo reducido a carencias.

Las anteriores son, en buena medida, percepciones compartidas por el conjunto de la sociedad y, de lo que se trata, es de incidir sobre esta visin estigmatizada de la poblacin joven como causante de problemas nacionales y que pone el acento en aquellos relacionados a la violencia y la ilegalidad. Frecuentemente se escuchan comentarios sealando a los jvenes como los principales causantes de la violencia prevaleciente en el pas cuando la realidad es otra. Este insuficiente conocimiento de la realidad de los jvenes suele estar acompaado por una lectura basada en los temas de mayor difusin pblica tienen y distante de su condicin de portadores de derechos humanos.

Se observa tambin un limitado conocimiento de los desarrollos internacionales de los ltimos aos y, en particular de los esfuerzos que otros pases latinoamericanos realizan en este campo construyendo poltica pblica para su poblacin joven y, en varios casos, dentro del marco de la Convencin Iberoamericana de Juventud. V. OBJETIVOS:El objetivo general de las polticas que propone este documento Conpes es fortalecer la accin del Estado y la sociedad para impulsar los derechos humanos de las y los jvenes del pas, posibilitar el desarrollo de sus capacidades y aprovechar toda su potencialidad, de tal manera que les permita asumir la vida de manera responsable y autnoma, en beneficio propio y de la sociedad, con el propsito de que se incorporen decidida y crecientemente a los desafos del desarrollo con equidad que el pas espera y sean, a la vez, factor importante en la promocin y proteccin de los derechos de sus pares.

Los objetivos especficos de la Poltica Pblica Nacional de Juventud se detallan a continuacin:1. Fortalecer el Sistema Nacional de Juventud en todos sus niveles, asegurando su funcionamiento eficiente y regular. 2. Fortalecer la coordinacin del Estado en sus niveles nacional y territorial y lo propio entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan a favor de los derechos y las oportunidades para las personas jvenes.

3. Asegurar la disponibilidad de recursos humanos y recursos financieros para que el Sistema Nacional de Juventud pueda operar con capacidad de responder a los planes de accin que se definan. 4. Apoyar decididamente y promocionar los mecanismos que favorezcan la participacin de los y las jvenes tanto en la bsqueda de soluciones nacionales como en los asuntos propios de la juventud.

5. Impulsar procesos de comunicacin educativa y de movilizacin social orientados a promover, en la sociedad, un conocimiento ms adecuado de las realidades y desafos de la juventud colombiana y un compromiso mayor con sus retos futuros.En el largo plazo la ejecucin de esta poltica se evidenciar en el avance hacia la realizacin de los derechos humanos de la poblacin joven del pas. Gracias al fortalecimiento del Sistema Nacional de Juventud, el Estado y la sociedad colombianos contarn con una slida y democrtica estructura organizativa, capaz de impulsar la implementacin de planes de accin con enfoque de derechos, de acompaar su ejecucin y de llevar a cabo las evaluaciones peridicas para aprender de la prctica e introducir los correctivos que sean necesarios.

Una articulacin ms dinmica de la accin del estado y de ste con las organizaciones de la sociedad civil, en los mbitos nacional y territorial, mejorar la calidad de la accin pblica y privada hacia el logro de los objetivos definidos. La inversin del Estado para la implementacin de la poltica y el desarrollo de capital humano necesario para su ejecucin, permitir cambiar la realidad de la juventud y ello se reflejar en un mejoramiento de la situacin de los derechos de los ciudadanos jvenes del pas.

El fortalecimiento de la participacin y organizacin juvenil se reflejar en la calidad de la democracia y en un ejercicio de la ciudadana ms consciente y armnico con las demandas nacionales. Para el ao 2019 estar funcionando todo el sistema de juventud (nacional, departamental y municipal), con sus planes estratgicos en ejecucin. La sociedad tendr mejor nocin de la importancia de proteger y promover los derechos de las y los jvenes y abogar porque ellos reciban la atencin debida. Igualmente respaldar las expresiones producto de sus organizaciones representativas. Para el cumplimiento de estos objetivos se detallan a continuacin las estrategias y lneas de accin que los llevarn a la prctica.

1. Fortalecer el Sistema Nacional de Juventud en todos sus niveles asegurando su Consolidar funcionamiento eficiente y regular. Como se seal desde un inicio y casi a doce aos de la aprobacin de la Ley 37, an est pendiente la conformacin del Sistema Nacional de Juventud en sus diferentes niveles as como tambin darle al ente coordinador del Sistema, el Programa Presidencial Colombia, las herramientas polticas, financieras y de gestin que les permitan adelantar su labor articuladora y programtica. La primera estrategia ser la actualizacin del marco normativo, empezando por la reglamentacin de la Ley de Juventud an pendiente. Asimismo la realizacin de los ajustes que le permitan, al Sistema en su conjunto y a Colombia Joven, como instancia coordinadora, contar con la jerarqua, la capacidad decisoria, la organizacin adecuada y los instrumentos financieros que les permitan desempear la labor que les corresponde. El desarrollo de un Plan para el fortalecimiento del Sistema Nacional de Juventud, que permita avanzar hacia la constitucin de los sistemas nacional, departamental y municipal, ser la segunda estrategia. La tarea empezar con la creacin de comits interinstitucionales de coordinacin departamental y municipal y el fortalecimiento de la Comisin Intersectorial, cuya funcin ser convocar a las instituciones pblicas y privadas que trabajan con y por la poblacin joven, con la finalidad de elaborar y poner en marcha planes estratgicos de accin encaminados a la implementacin de las polticas pblicas de juventud que en la diversas instancias se definan. Una estrategia de gran importancia para el fortalecimiento del Sistema Nacional de Juventud, el es impulso al Sistema de Informacin y Gestin del Conocimiento en Juventud (SIJU), destinado organizar la informacin pertinente sobre la realidad de la poblacin joven de Colombia. A lo largo de muchos aos, el pas ha realizado diversos y valiosos esfuerzos encaminados en esta direccin, tanto en el nivel nacional como en las regiones. Esa acumulacin de experiencias est disponible, debe ser rescatada y proyectada al futuro. Lo importante es que se fortalezca el sistema de informacin para que opere con regularidad y alimente con informacin adecuada a los esfuerzos de alcance nacional y regional. El SIJU producir conocimiento, aplicar, en coordinacin con el DANE, la Encuesta Nacional de Juventud, sistematizar experiencias, alimentar al pas con estudios y anlisis que permitan conocer los esfuerzos que se llevan a cabo a favor de la poblacin joven. Para el adecuado desarrollo del SIJU, se realizarn convenios con universidades y centros de investigacin capaces de coadyuvar al cumplimiento de su tarea. El seguimiento y la evaluacin sern de singular importancia para acompaar el desarrollo de los procesos y conocer el impacto de las acciones. Su valor crece si se toma en consideracin que este ser un empeo aos despus de aprobada la Ley y de numerosos intentos de poner en funcionamiento el Sistema. Ser tambin muy importante que el seguimiento y la evaluacin sean estrategias que permitan aproximarse a lo que suceda en todo el pas y no slo en algunos departamentos o municipios o en relacin a acciones que emprenda el ente coordinador. Esta tarea se har en estrecha coordinacin con la labor que el SIJU desarrolle porque tiene muy cercana relacin con lo que en ese mbito se lleve a cabo. La quinta estrategia estar orientada al fortalecimiento de la cooperacin internacional mediante su vinculacin al Sistema Nacional de Juventud y, en particular, en el mbito iberoamericano, con los pases que impulsan polticas pblicas destinadas a su poblacin joven2. Fortalecer la coordinacin del Estado en sus niveles nacional y territorial y lo propio entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan a favor de los derechos de las personas jvenes.Este objetivo est estrechamente relacionado con el anterior pero, dada su importancia crucial para el desarrollo de polticas de juventud, se rescata aqu para darle fuerza propia en la medida en que el xito de la misma, est condicionada al logro de mecanismos de coordinacin y articulacin entre las distintas instancias responsables de ellas. El mejoramiento cualitativo de la coordinacin supone la clara conciencia de que quienes tienen la responsabilidad de coordinar, lo hacen guiados por la bsqueda de objetivos comunes.La primera estrategia ser el desarrollo de una plataforma programtica de accin elaborada con criterio estratgico y articulada con los planes de desarrollo nacional, departamental y municipal; orientada al cumplimiento de los derechos y a la apertura de oportunidades para poblacin joven y en cuyo diseo e implementacin tendrn participacin activa las instancias contempladas en el Sistema Nacional de Juventud. En virtud de la implementacin del Cdigo de la Niez y la Adolescencia, en todo el pas se estn desarrollando esfuerzos orientados a mejorar el estado de los derechos de los adolescentes entre los 14 y 18 aos edad. Esta realidad llama al Sistema Nacional de Juventud a intensificar su tarea con respecto a la situacin de los y las jvenes entre los 18 y los 26 aos de edad a fin de dar continuidad al trabajo que se ya se viene realizando antes de estas edades y, con la finalidad de darle proyeccin adecuada a la inversin pblica y privada efectuada. El SNJ deber tambin a acompaar de cerca las acciones que se impulsen dentro del Cdigo de Infancia y Adolescencia y que, en particular tengan que ver con estos ltimos. Este proceso, relativamente nuevo en el pas, llama a una cercana coordinacin que propicie mayor eficacia del trabajo desarrollado y mejor eficiencia en uso de los recursos disponibles.

El desarrollo de experiencias piloto ser una estrategia para poner en marcha iniciativas, relacionadas con la juventud, en mbitos particulares de accin, antes de llevarlas a escala mayor. Ello permitir un acompaamiento cercano de esos procesos y el conocimiento de resultados que orientarn la prctica en otras regiones del pas. Estos ejercicios permitirn acumular experiencia, hacer las correcciones que sean necesarias y racionalizar el uso de los recursos. Para extraer adecuado provecho de estos esfuerzos ser necesario un constante intercambio entre los sistemas departamentales y municipales de juventud.

La constitucin de una red de conocimiento, nacional e internacional, orientada propiciar el intercambio de conocimiento de experiencias de esta ndole, ser otra estrategia en bsqueda del mejoramiento de la coordinacin y la articulacin. Finalmente, se fortalecer la coordinacin entre la Defensora del Pueblo y el Sistema Nacional de Juventud a la bsqueda que la tarea que ella desarrolle sirva para darle mayor consistencia y mejor conocimiento a los mecanismos territoriales existentes. 3. Asegurar la disponibilidad de recursos humanos y financieros para que el Sistema Nacional de Juventud pueda operar con capacidad de responder a los planes de accin que se definan. Contar con recursos humanos competentes y en constante proceso de actualizacin, es una necesidad inherente a la Poltica Nacional de Juventud que aqu se plantea. Se necesita de personas preparadas y adaptadas al carcter cambiante de la realidad actual, nacional e internacional, y en particular a la realidad diversa de la poblacin joven del pas.

Para dar respuesta a las necesidades del Sistema Nacional de Juventud, en todas sus instancias, una primera estrategia ser la elaboracin de un plan para la formacin de capital humanos en coordinacin con el Ministerio de Educacin Nacional, la autoridades educativas de las regiones, el SENA, los centros de formacin tcnica y superior de nivel nacional, departamental y municipal (cuando los hubiere) y buscando su activo aporte a los procesos de formacin que se definan. Este desarrollo de capital humano se har en concordancia con la realidad de las regiones y las demandas de calificacin tcnica que procedan de ellas. Una lnea de capacitacin especfica ser continuar con la formacin de los consejeros de juventud que necesitan de conocimientos bsicos para el desempeo de sus funciones. La formacin y desarrollo de recursos humanos tendr un importante punto de apoyo en el uso de las tecnologas de informacin y comunicacin destinadas al fomento de capacidades y de la creatividad. En cuanto a la disponibilidad de recursos financieros, se hace necesario un ejercicio destinado a identificar recursos concretos en los sectores, que por su cercana con el tema, estn llamados a contribuir con fondos para la implementacin de la poltica nacional de juventud en los trminos en que aqu est planteada y que significa, en la prctica, potenciar la tarea sectorial que les corresponde.4. Apoyar decididamente y promocionar los mecanismos que favorezcan la participacin de los y las jvenes, tanto en la bsqueda de soluciones nacionales como en los asuntos propios de la juventud. El funcionamiento de los sistemas departamentales y municipales de juventud, el mejoramiento cualitativo de la coordinacin, la disponibilidad de recursos financieros y la formacin de recursos humanos, contribuirn a la creacin y fortalecimiento de instancias de participacin propias de las y los jvenes y al fomento de su aporte al desarrollo humano sostenible del pas.

La calidad de los procesos educativos y el fomento de la educacin ciudadana, son base fundamental para el estmulo a la participacin de la poblacin joven. En esa medida, una primera estrategia, dentro de este mbito, consiste en el aseguramiento de la calidad esas dimensiones en la educacin bsica, secundaria, el bachillerato y en la educacin superior, en estrecha coordinacin con las autoridades educativas del pas y como una labor a la que los Sistemas de Juventud deben otorgar especial cuidado.

Se propiciar, como parte de la accin de los Sistemas de Juventud, la creacin y fortalecimiento de organizaciones juveniles de diversa naturaleza como culturales, deportivas, , sociales, ambientales, etc. que, teniendo su autonoma garantizada, puedan cumplir tanto los objetivos internos que ellas definan como, en un sentido ms general, ejercer el control social de polticas pblicas destinadas a la poblacin joven. Asimismo se estimular la presencia activa de los y las jvenes en los consejos de juventud, facilitndoles el apoyo necesario para que contribuyan al cumplimiento de las finalidades de aquellos consejos. Ser muy importante que al estimular la organizacin juvenil se d especial importancia al enfoque de gnero que propicie la activa presencia de las mujeres y al enfoque diferencial que abra canales e incentive la incorporacin de jvenes en condiciones de desventaja o vulnerabilidad.

El apoyo a las organizaciones juveniles se har en coordinacin con mltiples organizaciones civiles y no gubernamentales existentes interesadas en favorecer la formacin ciudadana y la participacin de los y las jvenes.

Los jvenes necesitan de medios de comunicacin propios que acojan sus diferentes expresiones. Lugar privilegiado en este mbito es el uso de tecnologas de informacin y comunicacin que les faciliten el acceso a la creacin o aprovechamiento de redes existentes que cada vez tienen ms incidencia en la vida de las personas jvenes. 5. Impulsar procesos de comunicacin educativa y de movilizacin social constante orientados a promover, en la sociedad, un conocimiento ms adecuado de las realidades y desafos de la juventud colombiana.

Frente al hecho que la sociedad tiene una percepcin distorsionada de la realidad de la poblacin joven a la que, con frecuencia, le atribuye responsabilidades que no son de su suyas, ser necesario impulsar estrategias que contribuyan a reducir estas brechas y favorecer el cambio de las percepciones, actitudes y prcticas actualmente prevalecientes en la sociedad. La primera estrategia ser la divulgacin de los resultados del SIJU adaptando los materiales disponibles a diferentes formatos y utilizando los medios que sean ms adecuados y asegurando su impacto. El contacto con los diferentes pblicos y el conocimiento de sus reacciones, al difundirse los materiales, ayudar tambin a que el trabajo del SIJU se enriquezca y sea ms pertinente. Las nuevas tecnologas han multiplicado considerablemente la potencialidad de los medios de comunicacin a la vez que los han hecho ms accesibles, esa condicin ser aprovechada para este propsito.

Para beneficiarse del espectro de medios actualmente existente, una segunda estrategia en este terreno ser entablar relaciones fluidas y regulares con los medios de comunicacin y esta estrategia supone una base de conocimiento de la realidad de los diferentes de medios de comunicacin en todo el pas. Consideracin aparte merecen los profesionales de la informacin y comunicacin que requieren de un trato particular y con los cuales debern forjarse alianzas duraderas. Otra estrategia ser la de promover una lnea de produccin basada rico talento joven colombiano que, dentro y fuera del pas, tiene significativa presencia en el la cultura, el arte, la ciencia, el deporte, la investigacin y otros campos que quehacer humano. Para el desarrollo de las acciones que correspondan se establecern acuerdos con el sector privado, nacional e internacional, que contribuir, a la promocin de la creatividad de las nuevas generaciones colombianas. Con el fin de establecer un mecanismo de referencia peridico acerca de la situacin de las personas jvenes de Colombia y los avances que se vayan alcanzado producto de la implementacin de loa actual poltica, anualmente se pondr en circulacin el ndice de desarrollo de la poblacin joven de Colombia. Este material, a la vez que favorecer el conocimiento, promover el control social y las organizaciones de los y las jvenes, en la medida en que conozcan su propia realidad. VI. RecomendacionesEl Departamento Nacional de Planeacin (DNP), el Programa Presidencial Colombia Joven, el Ministerio de Educacin Nacional, el Ministerio de la Proteccin Social, el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el Ministerio de Comunicaciones, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el SENA, recomiendan al Conpes:

1. Aprobar la Poltica de Juventud presentada en este documento.

2. Solicitar a los miembros del Comit Interinstitucional del Programa Presidencial Colombia Joven, conjuntamente con el Departamento Nacional de Planeacin, presentar dentro de los 3 primeros meses de aprobado este documento Conpes, una propuesta de plan estratgico para el fortalecimiento institucional y el mejoramiento de la coordinacin institucional del Sistema Nacional de Juventud segn los lineamientos aqu . Para la realizacin de esa tarea, la Comisin Interinstitucional tomar en consideracin los objetivos y estrategias propuestos en el presente documento Conpes.

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