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BENEMÉRITA UNVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA FACULTAD DE ECONOMÍA CENTRO DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL DOCTORADO EN ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO Las teorías de la dependencia de la década de los sesenta y su vigencia para explicar el desarrollo- subdesarrollo actual T E S I S QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE D O C T O R E N E C O N O M Í A P O L Í T I C A D E L D E S A R R O L L O P R E S E N T A MTRO. JULIAN PAZ CALDERÓN ASESOR DR. JAIME ORNELAS DELGADO PUEBLA, PUE. AGOSTO DE 2013

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BE BENEMÉRITA UNVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA

FACULTAD DE ECONOMÍA CENTRO DE ESTUDIOS DEL DESARROLLO

ECONÓMICO Y SOCIAL

DOCTORADO EN ECONOMÍA POLÍTICA DEL DESARROLLO

Las teorías de la dependencia de la década de los sesenta y su vigencia para explicar el desarrollo-

subdesarrollo actual

T E S I S

QUE PARA LA OBTENCIÓN DEL GRADO DE

D O C T O R E N E C O N O M Í A

P O L Í T I C A D E L D E S A R R O L L O

P R E S E N T A

MTRO. JULIAN PAZ CALDERÓN

ASESOR

DR. JAIME ORNELAS DELGADO

PUEBLA, PUE. AGOSTO DE 2013

AGRADECIMIENTOS

A la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Facultad de Economía por darme

todas las facilidades para poder cursar el Doctorado en Economía Política de Desarrollo en

la misma institución.

Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por proporcionar los recursos

para cursar y terminar el doctorado en los tiempos que la institución solicita.

A la planta académica del doctorado por compartir sus conocimientos, y por la invitación a

reflexionar sobre la realidad latinoamericana para transformarla a un mejor ambiente de

vida para todos y no sólo para unos cuantos.

A los compañeros del doctorado, que de alguna u otra manera estaban al tanto del

desarrollo de nuestras tesis por lo que sus comentarios y críticas fueron de gran ayuda.

A mi comité tutorial, compuesto por los Doctores Jaime Ornelas Delgado, Jaime Estay

Reyno y Jesús Rivera de la Rosa por su interés en el desarrollo y culminación de esta tesis.

A mis padres, porque sin ellos difícilmente se logran las aspiraciones, cualquiera que éstas

sean.

A mi familia, porque la convivencia con ellos impulsa a hacer las cosas por alguien más y

no sólo para sí mismo.

Finalmente, a la memoria de mi padre.

I

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 1

CAPITULO I. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO PARA EL ANALISIS

DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 7

Presentación

I.1 CÓMO ANALIZAR UNA TEORÍA O CORRIENTE DE PENSAMIENTO PARA

DETERMINAR SU ACTUALIDAD 8

I.1.1 Hugo Zemelman, Gabriela Barrueta, Adolfo Sánchez Vázquez y Aníbal Quijano en

cómo analizar una teoría para determinar su vigencia 8

I.1.2. Karl Marx y las críticas al método de Proudhon 17

I.2 METODOGÍA PARA EL ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA PARA

DETERMINAR SU ACTUALIDAD EN OTRO MOMENTO HISTÓRICO 22

I.2.1 Lo que sería una teoría y cómo utilizarla para analizar otro momento histórico 22

I.2.2 Contexto mundial en el origen de la teoría de la dependencia 25

I.2.3 El escenario teórico y el pensamiento dependentista latinoamericano 27

I.2.4 El neoliberalismo en América Latina 27

I.3 SOBRE EL MÉTODO CONCRETO-ABSTRACTO-CONCRETO EN EL ANÁLISIS DEL

PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 27

I.3.1 La importancia del método de la economía política para acercarse a la realidad en su esencia 27

I.3.2 La importancia del método en el análisis del pensamiento dependentista 37

I.3.3 La relación sujeto-objeto en el análisis del pensamiento dependentista 40

I.4 PREMISAS A CONSIDERAR EN EL ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 42

I.4.1 Producción en sociedad 42

I.4.2 La vida material 42

I.4.3 La lucha de clases 43

I.4.4 El Estado 44

I.4.5 Los actores 45

CAPÍTULO II. CONTEXTO MUNDIAL EN LOS ORÍGENES DE LA CONSTRUCIÓN DEL

PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 47

Presentación

II.1 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO HASTA LA SEGUNDA

GUERRA MUNDIAL: LIBERALISMO, SOCIALISMO, FELICIDAD Y PROGRESO 50

II.1.1 Modo de producción capitalista y liberalismo: felicidad y el progreso, una meta alcanzable 50

II.1.2 El modo de producción capitalista, el marxismo y el socialismo científico 57

II.1.3. Rosa Luxemburgo y las regiones pre capitalistas en la acumulación de capital 67

II.1.4 Vladimir I. Lenin: los cinco rasgos del imperialismo y el capitalismo en las zonas periféricas 71

II

II.1.5 La noción de economía mundial en Nicolai I. Bujarin 73

II.1.6 El desarrollo desigual: países desarrollados y subdesarrollados 78

II.1.7 El desarrollo desigual hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial 83

II.2 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO DESDE LA SEGUNDA

GUERRA MUNDIAL Y HASTA LA DÉCADA DE LOS SESENTA DEL SIGLOXX: ESTADO,

DESARROLLO Y SOCIALISMO 89

II.2.1 La concepción burguesa del desarrollo-subdesarrollo: concepto, causas y alternativas 91

II.2.1.1 Ragnar Nurkse y el tamaño del mercado 91

II.2.1.2 Arthur Lewis y la conducta de los seres humanos 97

II.2.1.3 Gunnar Myrdal y las desigualdades regionales 105

II.2.1.4 Friedrich A. Hayek: Modo de producción capitalista y liberalismo, versus, socialismo 109

II.2.1.5 Las etapas de crecimiento de Walt Whitman Rostow 114

II.2.1.6 La época de oro del capitalismo y el problema del desarrollo-subdesarrollo 115

CAPÍTULO III. EL DESARROLLO-SUBDESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y EL

PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 124

Presentación

III.1 EL PENSAMIENTO CLÁSICO LATINOAMERICANO Y EL PROBLEMA

DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO 127

III.1.1 El pensamiento clásico latinoamericano, la especificidad de la problemática

de “Nuestra América” y la inviabilidad del pensamiento occidental y su idea desarrollo 127

III.1.2 La transición del pensamiento clásico al pensamiento dependentista: El pensamiento

del Che Guevara, Fidel Castro y la revolución cubana 132

III.2 EL PENSAMIENTO DE LA COMISIÓN ECONOMICA PARA AMÉRICA

LATINA Y LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES 134

III.2.1 La especialización internacional del trabajo y el problema del desarrollo-subdesarrollo

en la CEPAL 134

III.2.2 La industrialización latinoamericana como alternativa a la especialización

internacional del trabajo y el subdesarrollo 138

III.2.3 El mercado, el Estado y el empresario como actores principales del desarrollo económico 140

III.2.4 La industrialización y el desarrollo económico hasta la década de los sesenta: sus resultados 142

III.3 EL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA LATINOAMERICANO 144

III.3.1 El punto de partida: el fracaso del desarrollismo de la CEPAL 145

III.3.2 Sus objetivos 147

III.4 EL PROBLEMA Y EL PUNTO DE PARTIDA METODOLÓGICO DEL PENSAMIENTO

DEPENDENTISTA 149

III.4.1 Lo específico del capitalismo latinoamericano 149

III.4.2 El método en el pensamiento dependentista: el sistema capitalista mundial y la

división internacional del trabajo en el origen del subdesarrollo dependiente latinoamericano 152

III

III.4.3 El enfoque dependentista 155

III.5 CRÍTICAS A LAS TEORÍAS DEL DESARROLLO 157

III.5.1 Críticas a la teoría de las etapas de Walt Whitman Rostow 157

III.5.2 Crítica a los supuestos de las resistencias al cambio, al procedimiento en el uso de los

recursos y al de una ideología general del desarrollo 159

III.6 LA DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO Y EL PROBLEMA DEL

SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO 161

III.6.1 Condiciones del subdesarrollo económico en las periferias según Andre Gunder Frank 161

III.6.2 La división internacional del trabajo en el modelo primario exportador y la

superexplotación de la fuerza de trabajo 172

III.6.3 La división internacional del trabajo en la industrialización por sustitución de

importaciones y el nuevo carácter de la dependencia 179

III.7 EL CONCEPTO DE DEPENDENCIA Y LAS POSIBILIDADES DE DESARROLLO

DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS 186

III.7.1 Criticas al concepto de dependencia externa 186

III.7.2 El concepto de dependencia de Theotonio Dos Santos 189

III.8 DEL PORQUÉ DEL FRACASO DEL DESARROLLISMODE LA CEPAL 194

III.8.1 La necesidad de la industrialización latinoamericana según Theotonio Dos Santos 194

III.8.2 Fracaso del modelo de desarrollo y de la ciencia social en que se fundamentaba 196

III.9 CRÍTICAS EXTERNAS Y EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 199

III.9.1 Las críticas de Jorge G. Castañeda y Enrique Hett 200

III.9.2 Evolución del pensamiento dependentista: del concepto de dependencia al sistema mundo 204

CAPITULO IV. EL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA DESDE EL

PENSAMIENTO DEPENDENTISTA 208

Presentación

IV.1 LAS BASES TEÓRICAS DEL NEOLIBERALISMO: SMITH Y ROSE Y

MILTON FRIEDMAN 209

IV.1.1 Sobre cómo se puede lograr el progreso o el desarrollo de las naciones en el capitalismo 209

IV.1.2 Sobre la división del trabajo, la cooperación y el progreso 210

IV.1.3 Sobre la división del trabajo, los mercados libres y el progreso 212

IV.1.4 Sobre los precios, los monopolios, la competencia y el progreso 213

IV.1.5 Sobre el empleo, los salarios y la competencia 214

IV.1.6 Sobre las restricciones al comercio internacional 215

IV.1.7 Sobre la intervención del Estado en la economía y el progreso 217

IV.1.8 Sobre los programas sociales del Estado 218

IV.1.9 Sobre el Estado empresario 220

IV.1.10 Sobre la educación, la competencia y los mercados libres 221

IV.2 EL PROYECTO NEOLIBERAL: TRAYECTORIA Y TREINTA AÑOS

IV

DESPUES, 1980-2012 223

IV.2.1 La década de los setenta: crisis en la economía norteamericana, crisis del Estado de

Bienestar y la “necesidad” del neoliberalismo 223

IV.2.2 La década de setenta del siglo XX como el referente del capitalismo neoliberal 230

IV.2.3 Trayectoria del neoliberalismo en el centro y la periferia: polarización y mayor

monopolización de la economía mundial capitalista 238

IV.2.4 Desarrollo desigual y aumento de la posición relativa de la periferia 242

IV.2.5 Desarrollo desigual en la periferia y polarización social 250

IV.2.6 Nuevas bases del crecimiento 251

IV.2.7 Crisis recurrentes y polarización social 252

IV.3 EL PENSAMIENTO NEOLIBERAL EN AMÉRICA LATINA Y LA VIGENCIA DE

LAS TESIS DEPENDENTISTAS PARA EXPLICAR EL DESARROLLO-SUBDESARROLLO

ACTUAL LATINOAMERICANO 257

IV.3.1 La década de los setenta: crisis del modelo de industrialización por

sustitución de importaciones y la imposición del proyecto neoliberal 257

IV.3.2 Reproducción de las tendencias de la economía mundial capitalista. Mayor preponderancia

de los capitales extranjeros y latinoamericanos en las periferias latinoamericanas 264

IV.3.3 La extracción de excedentes y el desarrollo del centro y el subdesarrollo de

la periferia latinoamericana 268

IV.3.4 En la división internacional del trabajo, reprimarización y continuación de la

dependencia tecnológica 273

IV.3.5 Polarización social y superexplotación de la fuerza de trabajo 277

IV.3.6 Estructuras productivas condicionadas, límites al desarrollo y

dependencia primario-tecnológica 288

IV.3.7 Los Estados y las burguesías latinoamericanas y la posibilidad de un proyecto de desarrollo

independiente 290

Conclusiones 294

Bibliografía 299

Glosario 305

V

ÍNDICE DE CUADROS

CAPÍTULO II

Cuadro II.1. Indicadores resumidos de la actuación por grupo de países, 1900-1950 84

Cuadro II.2. Población en muestra de 32 países 85

Cuadro II.3. PIB total en dólares internacionales, 1900, 1950 86

Cuadro II.4. Exportaciones a precios de 1980, 1900-1950 87

Cuadro II.5. Distribución del empleo por sectores, 1950 88

Cuadro II.6. Distribución del ingreso mundial en 1949 89

Cuadro II.7. Crecimiento del PIB real y PIB per cápita: 1950-1973 118

Cuadro II.8. Población en muestra de 32 países 119

Cuadro II.9. Exportaciones a precios de 1980, 1950-1973 120

Cuadro II.10. PIB total en dólares internacionales, 1950-1973 121

Cuadro II.11. PIB per cápita a precios de 1980 122

Cuadro II.12. Razón de las exportaciones de mercancías al

PIB a precios actuales de mercado 123

CAPITULO IV

Cuadro IV.1. Población mundial 231

Cuadro IV.2. PIB mundial y PIB per cápita a dólares de Estados Unidos, a precios

constantes de 2005 232

Cuadro IV.3. Exportaciones e importaciones mundiales 232

Cuadro IV.4. IED, entradas y salidas 233

Cuadro IV.5. Producto interno bruto real, total y per cápita 1970-2010 234

Cuadro IV.6. Exportaciones mundiales 234

Cuadro IV.7. Deuda externa de largo plazo de los países subdesarrollados, 1970-2009 235

Cuadro IV.8. IED % de la inversión 235

Cuadro IV.9. Entradas de IED, Stock en porcentajes del PIB 236

Cuadro IV.10. Producto interno bruto de economías desarrolladas por tipo de

gasto y valor agregado por clase de actividad económica, 1970-2010 237

Cuadro IV.11. Producto interno bruto de economías subdesarrolladas por tipo de

gasto y valor agregado por clase de actividad económica, 1970-2010 238

Cuadro IV.12. Cambios normativos, 1991-2011 240

Cuadro IV.13. Indicadores seleccionados de IED y producción internacional, 1982-2009 242

Cuadro IV.14. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa en

países de la OCDE, 1990-2010 243

Cuadro IV.15. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa algunos

países de la periferia, 1990-2010 245

Cuadro IV.16. Flujos estimados de salidas de inversiones extranjeras directas

VI

mundiales, por sector e industria, 1982-1992 y 2008-2010 246

Cuadro IV.17. Exportaciones mundiales de mercancías, producción y

producto interno bruto, 1980-2010 248

Cuadro IV.18. Exportaciones mundiales de mercancías, por productos, 1990-2009 249

Cuadro IV.19. Exportaciones de mercancías por productos de

América Latina, África y Asia, 1990, 2010 250

Cuadro IV.20. PIB real en economías avanzadas y algunos países de la

zona de Europa, 2003-2013 253

Cuadro IV.21. Desempleo en países de la OCDE 1983-2013 253

Cuadro IV.22. Participación de los salarios en el producto interno bruto en

países seleccionados, 1970-2010 254

Cuadro IV. 23. América: Deuda externa de largo plazo 258

Cuadro IV.24. América Latina: Producto interno bruto a precios

constantes de 1980 y 2000 259

Cuadro IV.25. Producto interno bruto de América por tipo de gasto y valor

agregado por clase de actividad económica, 1970-2010 261

Cuadro IV.26. América Latina y el Caribe. Renta de la inversión extranjera en

América Latina y de la de América Latina en el extranjero, 1980-2010 270

Cuadro IV.27. América Latina y el Caribe: Ingreso neto de capitales y transferencia

de recursos, 1980-2010 272

Cuadro IV.28. América Latina. Producto interno bruto por habitante a precios

constantes de 1980 y 2000 280

Cuadro IV. 29. América Latina: Tasa de desempleo, 1970-2010 281

Cuadro IV.30. América Latina. Variación de los índices anuales de

precios al consumidor: promedio anual 282

Cuadro IV.31. América Latina y el Caribe: Evolución del salario

mínimo real urbano, 1980-2000 283

Cuadro IV.32. América Latina y el Caribe: Salario mínimo real, 2000-2010 284

Cuadro IV.33. América Latina: Incidencia de la pobreza y la indigencia, 1980-2007 285

Cuadro IV.34.América Latina: Incidencia de la pobreza y la indigencia, 1980-2007 285

Cuadro IV.35. América Latina: Distribución del ingreso de los hogares

urbanos, por quintiles /a, 1980-2010 286

VII

VIII

1

INTRODUCCIÓN

En marzo de 2009 inicié el doctorado en Economía Política del Desarrollo en la Facultad

de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Desde entonces quedó

planteado el problema de tesis, y es el de ver que tan vigentes son las tesis dependentistas

escritas en la década de los sesenta del siglo XX para explicar el desarrollo- subdesarrollo

actual latinoamericano.

El problema provenía, por supuesto, de explicar la nueva problemática latinoamericana a

raíz de la imposición de los principios de libre mercado desde mediados de la década de los

setenta en Chile, y principios de la década de los ochenta del siglo veinte en el resto de

América Latina (A.L.) y que se le dio en llamar neoliberalismo.

El capitalismo, y el capitalismo de libre mercado, se vio fortalecido con la caída del

socialismo en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y Europa del Este a

fines de la década de los ochenta y principios de los noventa del siglo XX, ya que quedaba

como única opción donde la periferia debería buscar sus alternativas de crecimiento y

desarrollo, además de que se abrían nuevos mercados, sobre todo para las medianas y

grandes empresas, para la colocación de sus capitales y mercancías.

Para explicar la nueva realidad latinoamericana no habría que partir de cero. Desde finales

del siglo XIX y hasta los sesenta del siglo XX pensadores latinoamericanos como José

Martí, José Carlos Mariátegui, Raúl Prebisch, Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y los

constructores del pensamiento dependentista en las obras de André Gunder Frank, Cardoso

y Faletto, Theotonio Dos Santos y Ruy Mauro Marini, estaban preocupados por el

desarrollo-subdesarrollo latinoamericano.

Ante los conceptos ideologizados creados por occidente, los pensadores críticos

latinoamericanos crearon categorías y conceptos para el análisis de las realidades de las

sociedades latinoamericanas insertas en el capitalismo mundial, por lo que para el análisis

de esta nueva realidad latinoamericana “globalizada” no se requiere, como ya se dijo,

empezar de cero ya que existen un gran acervo de conceptos que pueden contribuir a

explicar la realidad latinoamericana actual; señalaron la especificidad latinoamericana y

propusieron alternativas de desarrollo dentro del mismo capitalismo latinoamericano.

2

Otros, como Fidel Castro y el Che Guevara, propusieron y actuaron abiertamente por el

socialismo en Cuba para alcanzar el desarrollo.

Habría que destacar que estos pensadores se oponían a la visión de desarrollo que se tenía

después de la Segunda Guerra Mundial (SGM) en los países centrales, sobre todo en los

Estados Unidos (EE.UU.), en las obras de Nurse, Lewis, Myrdal y Rostow, entre otros.

Estos autores no se preocupaban por el origen y desarrollo de estos dos grupos de países.

Su visión de las causas del desarrollo, de cómo entenderlo y cómo superarlo era como el

que se tenía en los países centrales. Para ellos no existían clases sociales, pareciera que el

problema del subdesarrollo era un problema de desconocimiento de un problema técnico;

no se toma en cuenta que existen clases sociales que tienen prioridades y objetivos

diferentes y que entran en contradicción. Su concepto de desarrollo-subdesarrollo tenía que

ver con el capital en relación a su población. Los países subdesarrollados lo eran porque la

relación de su capital con su población era baja.

El neoliberalismo tenía sus bases teóricas. Es principalmente en las obras de Adam Smith

de 1776, “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”, en

la de Friedrich A. Hayek de 1944, “Camino de servidumbre” y la de Rose y Milton

Friedman de 1979, “Libertad de elegir” que encontramos las bases teóricas de los principios

del libre mercado o neoliberalismo. En las tres obras se resaltan las libertades y la

competencia en todos los órdenes y se denosta la intervención del Estado en las libertades

de los individuos para dedicarse a las actividades que más les convengan.

Es a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta que en la economía

mundial capitalista se empiezan a presentar las condiciones para abandonar los preceptos

keynesianos adoptados raíz de la crisis mundial de 1929 y sustituirlos por los preceptos de

libre mercado. Se empiezan a presentar problema de crisis en la economía norteamericana y

en general en la economía mundial capitalista. El culpable sería el Estado de Bienestar que

interfería con el libre funcionamiento del mercado, con las libertades que Smith y Rose y

Friedman plantearon y que socaban la división del trabajo, la especialización, la

productividad y competencia, en perjuicio del individuo, del consumidor, del progreso.

Ha sido con la llegada de gobiernos de derecha en los diferentes países centrales a finales

de la década de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX que se empiezan a

3

imponer y generalizar las ideas neoliberales, tanto en el centro como en la periferia. En

A.L. y otros países endeudados, se implantarían a partir de la llamada crisis de la deuda

externa (DE) a principios de la década de los ochenta del siglo XX.

Según los teóricos el proyecto neoliberal mejoraría la situación previa a su implantación de

todos los consumidores de ambos grupos de países capitalistas. En Smith, Hayek y Milton

Friedman, no se señalan el tiempo en que se podrían vislumbrar esas mejoras. Lo que iría

en contra de la competencia y esas posibles mejoras, así lo señalan los ideólogos del

capitalismo, es la existencia de los monopolios, sean estos estatales o privados. Ya Lenin,

como veremos en el capítulo II, señalaba la preponderancia que habían adquirido los

monopolios a fines del siglo XIX y principios del XX en el desarrollo de las economías

centrales. En la actual etapa del capitalismo se ha exacerbado el dominio de las sociedades

por los monopolios privados, tanto nacionales como extranjeros.

Sin embargo, después de más de treinta años de la aplicación de los principios de libre

mercado en las economías capitalistas, tanto del centro como de la periferia, y de A.L. en

particular, a lo que ha conducido es a la formación de un paraíso de los capitales

extranjeros y latinoamericanos, ya que por las políticas de apertura y privatización han

tenido grandes espacios para la colocación de sus capitales en los diferentes de sectores de

las economías latinoamericanas y la obtención de grandes ganancias. En contraste los

mismos principios de libre mercado han conducido a grandes crisis, tanto en el centro como

en la periferia, que han tenido como consecuencia caídas en la producción, la inversión y

altas tasas de desempleo. En la periferia latinoamericana el neoliberalismo también ha

estado marcado por frecuentes crisis, por altas tasas de desempleo, bajos salarios, altos

niveles de pobreza, por el incremento de la desigualdad y una redistribución del ingreso en

favor de las familias más ricas, entre otros efectos negativos.

¿Cómo analizamos a A.L. en la etapa actual del capitalismo neoliberal? Como lo hicieron

los dependentistas a fines de la década de los sesenta, como parte integrante del sistema

capitalista mundial.

Los constructores del pensamiento dependentista señalaron a fines de la década de los

sesenta que, metodológicamente, a A.L. habría que analizarla como parte integrante del

sistema capitalista mundial porque eso nos daría la posibilidad de argumentar las

4

posibilidades de desarrollo de la periferia latinoamericana dentro del capitalismo. En los

sesenta, por la extracción de excedentes, por las estructuras dependientes y por la

superexplotación de la fuerza de trabajo argumentaron que no era posible que las periferias

latinoamericanas alcanzaran el desarrollo y que la única vía era el socialismo.

En A.L., se podría decir, hasta finales de la primera década del siglo XXI, 30 años después,

con el conjunto de las naciones subdesarrolladas, se van a reproducir las tendencias

mundiales provenientes de los países centrales por lo que sus resultados también son

similares a los del resto del mundo. Primero, las que han tenido que ver con la

liberalización y desregulación de sus economías basadas en los principios de libre mercado

señaladas anteriormente. Segundo, la preponderancia de los capitales extranjeros, tanto en

los países del centro como en las economías periféricas, en la dinámica de las economías

latinoamericanas. Tercero, la preponderancia de los capitales extranjeros a ubicar sus

inversiones en actividades de servicios y al interior de estos en los servicios financieros,

más que en actividades primarias y manufactureras. Cuarto, la tendencia del gran capital

latinoamericano a colocar también sus ganancias en el extranjero, principalmente en la

misma periferia. Quinto, la gran generación de excedentes del capital extranjero invertido

en la periferia y de la periferia en el extranjero. Sexto, preponderancia del comercio exterior

en la actividad económica. Séptimo, en el conflicto capital-trabajo, los Estados

latinoamericanos han promovido y dejado al capital que imponga sus condiciones de

explotación. Octavo, estructuras productivas condicionadas y dependientes que limitan el

desarrollo latinoamericano y noveno, gran polarización económica y social al interior de las

economías latinoamericanas.

Aun así, habría que identificar lo específico en A.L. de estas tendencias. Frank señaló la

expropiación y apropiación del excedente de la periferia por el centro, el desarrollo del

centro, en parte por esa apropiación, y el subdesarrollo de la periferia por la falta de ese

excedente y por las contradicciones de explotación que la metrópoli introduce en la

estructura económica de la periferia. Estas contradicciones refuerzan en el centro sus

procesos de desarrollo y en la periferia sus procesos de subdesarrollo. Dos Santos, las

estructuras productivas condicionadas y dependientes latinoamericanas que limitaban su

desarrollo y Marini, la superexplotación de la fuerza de trabajo latinoamericana que

limitaba el desarrollo de un mercado interno y el mismo desarrollo.

5

Para el análisis de la actualidad de las tesis dependendistas en el periodo neoliberal usamos

los conceptos de desarrollo-subdesarrollo, los primeros para caracterizar a los países del

centro y los segundos para caracterizar a la periferia latinoamericana, ya que tanto el

desarrollo en los primeros como el subdesarrollo en los segundos son producto de un

mismo proceso, de la génesis y expansión del modo de producción capitalista por lo que

difícilmente se podría entender el uno sin el otro.

No estamos de acuerdo de lo que lo que el pensamiento dominantes entendería por estos

conceptos, y es el de un proceso en el cual las sociedades tienden a incrementar el capital

por hombre ocupado y su producto interno bruto (PIB) per cápita, ya logrado en los países

desarrollados y aun por lograr en los subdesarrollados, sino más bien entender el desarrollo,

-como lo entendieron Marx y Engels-, como un proceso donde las sociedades tienden

satisfacer sus necesidades materiales y a desarrollar todas sus capacidades físicas y

espirituales. También los conceptos de centro y periferia latinoamericana, estos más que

nada manejados como lo hizo la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y

los dependentistas, como del papel que juega la periferia, la periferia latinoamericana en la

dinámica de acumulación de los países del centro.

Es preciso señalar, por una parte lo que señalaron Frank y Dos Santos, en el sentido de que

el pensamiento dependentista, sin abandonar las tesis dependentistas evolucionó hacia el

Sistema Mundo construido sobre todo por Immanuel Wallerstein, por la otra, que además

de que Marini continuó analizando a A.L. desde la visión de división internacional del

trabajo y la superexplotación de la de fuerza de trabajo y sus implicaciones en la

conformación o consolidación de un mercado interno, otros teóricos como Jaime Osorio y

Adrián Sotelo han continuado analizando al capitalismo y A.L. desde su perspectiva.

La reproducción de las tendencias de los principios de libre mercado iniciadas en los países

del centro ha llevado consigo transformaciones estructurales en las economías periferias

latinoamericanas que han exacerbado la extracción masiva de excedentes, la

superexplotación de la fuerza de trabajo y que sus estructuras internas sean cada vez más

dependientes de lo que sucede en el centro, que dificultan o hacen imposible que dejen su

condición de naciones sudesarrolladas por lo que las tesis dependentistas muestran toda su

vigencia para el análisis de desarrollo-subdesarrollo de A.L. en su actual etapa neoliberal.

6

Por las consideraciones anteriores, dividimos el análisis del pensamiento dependentista en

cuatro capítulos, en el primero, el marco teórico-metodológico para analizar el pensamiento

dependentista. Se destacan las consideraciones de cuatro autores de cómo se debe analizar

una teoría o corriente de pensamiento para determinar su vigencia en otro momento

histórico, en el segundo, el contexto teórico internacional en que surge el pensamiento

dependentista. Primero se destaca el problema del desarrollo-subdesarrollo hasta la SGM.

Se destacan ya las dos vertientes sobre esta problemática, la de la teoría económica y la

marxista y el desarrollo desigual entre centro y periferia. En seguida la misma problemática

desde la SGM y hasta finales de los sesenta del siglo XX, y se destacan las construcciones

teóricas de las dos vertientes y cómo se encontraba el desarrollo entre los dos grupos de

países, persistiendo el subdesarrollo en los países periféricos. En el tercer capítulo, el

pensamiento dependentista. Primero hacemos una breve revisión de los primeros

pensadores latinoamericanos preocupados por el desarrollo, desde José Martí, pasando por

la CEPAL y hasta Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, después, ya el pensamiento

dependentista, del cual ubicamos el núcleo de su pensamiento, es decir, sus autores, su

punto de partida, sus objetivos, el método, su enfoque, sus tesis, sus diferencias, las críticas

externas y su evolución. Finalmente el cuarto capítulo. Primero vemos las bases teóricas de

los principios de libre mercado, después las condiciones de crisis que permitieron su

implementación tanto en el centro como en la periferia, destacamos asimismo las

observaciones de Marini respecto a la división internacional del trabajo y la

superexplotación de la fuerza de trabajo en el periodo neoliberal, en seguida la trayectoria

del neoliberalismo tanto en el centro como en la periferia, y pasamos al pensamiento

neoliberal en A.L. y la vigencia de las tesis dependentistas para analizar la nueva

problemática latinoamericana a raíz la aplicación de los principios de libre mercado.

Terminamos con las conclusiones.

7

CAPITULO I. MARCO TEÓRICO METODOLÓGICO PARA EL ANALISIS DEL

PENSAMIENTO DEPENDENTISTA

Presentación

¿Por qué el interés en determinar lo vigente o no de una teoría sobre el desarrollo-

subdesarrollo de A.L. cuyos planteamientos o tesis se hicieron hace más de cuarenta años?

¿Cómo determinar su vigencia?

El interés estriba, por una parte, porque con el proyecto capitalista neoliberal impuesto en

A.L. por las clases dominantes internacionales y nacionales desde principios de la década

de 1980 del siglo XX, y con todas las llamadas “reformas estructurales”, acordes más a los

intereses de las burguesías que el de los trabajadores, no sólo no se resolvieron los

problemas de crecimiento de la producción, empleo y justicia social, sino que por el

contrario se agudizaron, y se agregaron otros como la insatisfacción de las necesidades

básicas de salud, vivienda, alimentación, vestido, y recreación para las mayorías, y por

otra, cómo distribuir la producción de manera equitativa, problemas que fueron, de alguna

manera, abordados por la corriente de pensamiento dependentista en los años sesenta del

siglo XX, uno de cuyos planteamientos cuestionaba la capacidad del mismo sistema

capitalista para resolver estos problemas.

Fueron tantas y tan rápidas las transformaciones estructurales con el neoliberalismo en la

economía mundial capitalista en general, y en A.L. en particular, que las construcciones

teóricas existentes pareciera que no eran pertinentes para explicar esta nueva realidad, por

lo que se hacía necesario nuevas construcciones que no sólo dieran cuenta de estas nuevas

contradicciones sino que también dieran opciones de cambio1. Sin embargo, habría que

definir cómo o en base a qué elementos definimos si una teoría todavía nos puede ayudar a

explicar, o no, la realidad en diferente momento histórico al que ella se construyó.

1 Así lo considera Gabriela Barrueta: “Hoy día vivimos una época de alta conflictividad político-social, una

época donde los costos políticos del actual proyecto hegemónico se agudizan no sólo en nuestra región, sino

en el mundo entero. Es también una época donde las grandes construcciones teóricas han dejado de responder

al movimiento de la realidad histórico social y, en consecuencia, las lecturas que se hacen de ella han perdido

la capacidad de rescatar el momento histórico desde el cual es posible construir teoría. Plantearnos estas

preguntas en un escenario como el actual es una tarea fundamental, sobre todo si buscamos que el

conocimiento tenga algún impacto en futuro de nuestra América Latina.” (Barrueta; 2004: 35).

8

Porque finalmente el modo de producción capitalista con todas sus contradicciones sigue

vigente. Sigue vigente la explotación de los trabajadores por el capital, sigue vigente la

existencia de naciones desarrolladas y subdesarrolladas, sigue vigente el dominio de la

sociedad por la producción de las grandes empresas mundiales, sigue vigente la

concentración en la apropiación de la producción, sigue vigente el cuestionamiento al

mismo capitalismo como sistema que pueda satisfacer las necesidades materiales y

espirituales de la sociedad, sigue vigente la búsqueda de alternativas de desarrollo, sobre

todo por las naciones hoy consideradas periféricas.

Es el pensamiento dependentista latinoamericano construido en la década de los sesenta

del siglo XX sobre el desarrollo-subdesarrollo de A.L., el que buscamos determinar si nos

puede ayudar a explicar el escenario económico- social latinoamericano en la primera

década del siglo XXI, a más de cuarenta años después. ¿Por dónde empezar para

determinar si una teoría -el pensamiento dependentista- es vigente para otro momento

histórico?

I.1 CÓMO ANALIZAR UNA TEORÍA O CORRIENTE DE PENSAMIENTO PARA

DETERMINAR SU ACTUALIDAD

I.1.1 Hugo Zemelman, Gabriela Barrueta, Adolfo Sánchez Vázquez y Aníbal Quijano

en cómo analizar una teoría para determinar su vigencia.

Zemelman es explícito respecto de cómo analizar una teoría para determinar su actualidad

y también nos previene de cómo no hacer un mal uso de la teoría e incurrir en falsas

realidades.

Nos dice que se puede derivar un objeto, por ejemplo la dependencia latinoamericana en la

primera década del siglo XXI, y repetir lo que se dijo de ese objeto en otro momento

histórico, en los sesenta del siglo XX, sin darnos cuenta que ese objeto se construyó en

diferente momento histórico e incurrir en falsedades. Que lo que se tiene que hacer es

volver a plantear el problema para volver a construirlo o teorizarlo. Para nuestro caso,

volver a plantear el problema de la dependencia de las naciones latinoamericanas en la

primera década del siglo XXI y teorizarla:

...Podemos derivar un objeto –el cual derivaremos de premisas teóricas- sin darnos

cuenta de que éste supone implícitamente una construcción, y comenzar a repetir

9

conocimiento sobre un objeto ya construido. En la medida en que no se haga el

esfuerzo por construir este objeto desde el problema, también se puede caer, no digo

en confusiones sino en falsedades. Por ejemplo, si el teórico “A” transformó el

problema de la explotación económica en un corpus teórico –el cual tiene contenido y

por lo tanto un objeto concreto identificable-, y no hacemos ningún esfuerzo por

volver a plantear el problema de la explotación económica, sino que se repite la

conclusión como objeto teórico construido en otro contexto histórico, es evidente que

no estamos estudiando necesariamente el fenómeno sino a lo sumo estudiando al

autor “A” que dijo algo sobre el tema; el esfuerzo se reduce a ver si lo planteado por

ese autor mantiene su vigencia en un recorte de tiempo diferente, lo cual es muy

distinto a decir que estamos estudiando el problema…(Zemelman; 2004: 29).

Para el ejercicio, según Zemelman, lo que habría que hacer es indagar los problemas que

los autores se plantearon y como terminaron teorizándolos, es decir, qué es lo que se tratan

de responder las construcciones teóricas. Por ejemplo, en el caso del pensamiento

dependentista, habría que indagar qué problemas se plantearon y como terminaron

teorizándolos; en sus tesis de qué problemas o preguntas partieron:

En el caso de las ciencias sociales en particular, hay que hacer un esfuerzo adicional y

éste no es otro que tratar de leer los textos como lo que son: construcciones, el

constructo mismo; leerlos desde lo que podríamos definir como sus lógicas

constructoras. A lo que aludo con lógica constructora es a tratar de reconocer detrás

de las afirmaciones atributivas de propiedades que tiene un texto teórico, los

problemas que pretende responderse el autor a través de tales proposiciones; es decir

reconocer cómo el señor “X” construyó su problema y como lo termina

teorizando….(Zemelman; 2004: 30).

Tan importante es identificar las lógicas de las construcciones teóricas porque estas se

basan, o presuponen el uso de categorías, y son estas categorías las que van a determinar lo

vigente o no de un pensamiento teórico, es decir, no es el tiempo, el momento histórico, lo

que determinaría lo actual o inactual de un pensamiento.

El problema, entonces, de las lógicas de construcción es fundamental, porque en tanto

éstas se basan en el uso de categorías subyacentes, es lo que nos permite determinar si

10

un pensamiento puede o no estar vigente más allá del contexto histórico en que se

construyó. Cito a Gramsci cuando señaló que el gran problema del conocimiento

social es poder construir un conocimiento social que sea capaz de crecer con la

historia. Este es el desafío, y no es una cuestión teórica, sino epistémica. Hay

categorías que resisten, por decirlo así, las mutaciones históricas más que otras;

pueden ser categorías que se mantienen vigentes más allá del período histórico en el

cual se forjaron inicialmente y, por lo tanto, son susceptibles de ser recuperadas como

elementos constructores de más conocimiento, o de nuevos conocimientos en otros

contextos históricos (Zemelman; 2004: 31).

Existen trabajos que tienen la misma preocupación de determinar la vigencia, o no, de una

teoría o un pensamiento en diferentes momentos históricos. Es el caso del pensamiento de

Mariátegui para A.L., o del mismo pensamiento de Marx. También existen trabajos que

hacen críticas de planteamientos teóricos, o tesis, que van dirigidas al método, es el caso de

las críticas que Marx hace a los planteamientos de Proudhon y que de alguna manera

también apuntarían a lo válido de sus tesis. Más adelante haremos referencia a estas

críticas.

Para Gabriela Barrueta, en la preocupación para determinar la vigencia o no de una teoría,

específicamente una teoría sobre A.L., lo mismo que Zemelman, es determinante

responder a preguntas referidas a la misma teoría. Dice que en “la forma de responder a

preguntas como ¿qué se entiende por teoría?, ¿cómo se construye? y ¿cuál es su función en

el proceso de construcción de conocimiento de la realidad social?, radica la posibilidad de

exigir o no a la teoría que dé cuenta del momento histórico en que vivimos. (Barrueta;

2004: 35). En este ejerció, la misma Barrueta nos dice que el problema fundamental es

indagar lo que media el uso de la teoría, es decir, ¿desde dónde se construye?, ¿desde su

quehacer cotidiano? En su perspectiva es desde aquí donde se debe pensar, construir y ser

leída la teoría. Dice: “El problema fundamental aquí es, ¿qué es lo que media el uso de la

teoría?: bien puede ser exclusivamente una posición ideológico-política (como parece haber

ocurrido en la experiencia histórica a la que referimos), o bien, puede ser la referencia

permanente a la realidad concreta desde su hacerse cotidiano. En nuestra perspectiva, es

desde aquí desde donde se piensa la teoría, desde donde se le construye y desde donde es

leída…” (Barrueta; 2004: 39).

11

En un texto breve, Adolfo Sánchez Vázquez hace referencia a la actualidad, o no, del

pensamiento de Marx, de sus tesis. Se hace la misma pregunta que nosotros nos hacemos

respecto al pensamiento dependentista, es decir, en qué medida sirve el pensamiento de

Marx para entender el mundo a principios de los ochenta del siglo XX y transformarlo.

Vázquez dice que sirve en la medida en que el núcleo de su pensamiento se ve confirmado

por el movimiento de la realidad. Lo que nos llevaría, por una parte, a identificar el núcleo

central de cualquier teoría o pensamiento, y por la otra, las características y contradicciones

de la realidad en otro momento histórico.

Esta lección que Marx recoge y nos brinda, la que el pensamiento ha de moverse al

compás de la realidad, tenemos que asimilarla los marxistas de hoy al interpretar a

Marx. Procediendo con esta cautela, preguntarnos de nuevo: ¿en qué medida Marx

nos sirve hoy para entender nuestro mundo y para transformarlo? Respondamos con

el esquematismo que nos impone la brevedad: sirve en la medida en que conserva, a

través de los cambios operados, un núcleo que, lejos de perderse, se ve confirmado y

enriquecido por el movimiento mismo de lo real; movimiento en el que se inscriben

tanto las luchas de la clase obrera en los países capitalistas desarrollados y las luchas

de los pueblos oprimidos por el imperialismo, como la lucha, después de la conquista

del poder, por la construcción de una verdadera sociedad socialista…

¿Qué hacer hoy, como marxistas, ante estas limitaciones, silencios o contradicciones?

Como en otros casos semejantes hizo el propio Marx, dejaremos la última palabra al

movimiento de lo real sin pretender manipularlo o fijarlo de una vez y para siempre…

(Sánchez; 1999: 19, 20).

Lo primero que habría que tener presente, dice Vázquez, en referencia al pensamiento de

Marx, -que también debería de ser para el pensamiento dependentista- es que su

pensamiento y práctica surgieron en un contexto histórico determinado y que a partir de

allí la realidad no ha dejado de desarrollarse. Un segundo momento para determinar su

actualidad es el de indagar los cambios que se han sucedido desde el momento que se

construyó la teoría de Marx, del objeto, hasta la actualidad, o momento histórico que se

quiere analizar:

12

Pero la actualidad de Marx es la prueba de su vitalidad. Ahora bien, destacar su

actualidad no significa ignorar que su pensamiento y su práctica política surgen en un

contexto histórico determinado, el del capitalismo europeo del siglo XIX. A partir de

este elemental reconocimiento está el de que la realidad –tanto la que Marx vivió

como la que por razones obvias no pudo conocer- no ha dejado de desarrollarse y, por

tanto, de cambiar…

Baste los cambios enumerados para medir el largo trecho recorrido por la historia en

los cien años que nos separan de la muerte de Marx. A la vista de ello, a los marxistas

de hoy se nos plantea esta cuestión: ¿en qué medida nos sirve Marx para entender el

mundo en que vivimos y para transformarlo? …(Sánchez; 1999: 17, 18-19).

Procediendo en esta dirección, Vázquez identifica cuál es el núcleo central del pensamiento

de Marx. Lo primero es su carácter libertador, ya que, según Vázquez, las “…luchas que

Marx inspiró estaban dirigidas a un solo objetivo: emancipar a las clases explotadas y

lograr el libre desenvolvimiento del individuo y la sociedad. Este objetivo liberador –

presente en toda la obra y actividad de Marx- no en verdad nuevo…Pues bien, este objetivo

liberador –como socialismo en su fase inferior o comunismo en la superior y más lejana-

sigue siendo actual en el sentido de que cualesquiera que sean las estaciones intermedias

que los pueblos hayan de recorrer o la distancia a que se encuentren hoy de él, constituye en

definitiva la razón de ser de sus luchas presentes”, segundo, es que su “aspiración

liberadora se funda racionalmente. Y esto constituye el segundo rasgo esencial del

pensamiento y la actividad de Marx. Esta racionalidad es, en primer lugar, crítica de lo

existente y de las ideas que lo ocultan o deforman. Mellar el filo crítico de su pensamiento

es mellar a Marx. … La otra cara de esta racionalidad es el del conocimiento de la realidad

que se pretende transformar, sin el cual la crítica se vuelve subjetiva o utópica.” y tercero,

“la unidad de la teoría y de la práctica. En verdad la crítica de las ideas sólo tiene sentido

para él si contribuye a la crítica real (o “crítica de las armas”) y el conocimiento, a su vez,

sólo se justifica vitalmente, pues “de lo que se trata es de cambiar el mundo” (Tesis XI

sobre Feuerbach) si se inserta -como elemento inseparable- en ese proceso de

transformación. En suma, si la práctica revolucionaria ha de tener un fundamento racional,

la actividad teórica –crítica o cognoscitiva- ha de tener una función práctica. Pero esta

racionalidad no es algo que venga a la práctica, al movimiento obrero, desde fuera. Para

13

Marx no hay una instancia exterior (intelectualidad, dirigentes, vanguardia o partidos) al

movimiento obrero. La emancipación de los trabajadores- dice Marx, y no se trata de una

simple frase de agitación- ha de ser obra de los trabajadores mismos.” (Sánchez; 1999: 21-

22) Procede después a enumerar los cambios que se dan durante los cien años posteriores a

su obra y llega a la siguiente conclusión:

Este núcleo esencial es el que hace del pensamiento de Marx la teoría universal que,

por su presencia práctica, no tiene paralelo en toda la historia de la humanidad, y es

asimismo el que hace del socialismo la única alternativa posible y viable – pero no

fatal ni inexorable- a las necesidades radicales de los hombres de hoy… (Sánchez;

1999: 20, 21).

En esta misma preocupación, de la vigencia de una teoría o pensamiento, Aníbal Quijano

hace el mismo ejercicio con el pensamiento de Mariátegui. Parte del interés que el

pensamiento de Mariátegui ha cobrado en el Perú y el resto de A.L.

…se renueva y amplia, nacional e internacionalmente, el interés por estudiarlo, por

encontrar su lugar y su significado en el desarrollo del pensamiento revolucionario

contemporáneo, al cual, como todos reconocemos, hizo originales y perdurables

contribuciones (Quijano; 1979/2007: IX).

En seguida, se pregunta:2 “¿Por qué, entonces, cuando todos los demás sólo pueden ser

estudiados ante todo por razones históricas, Mariátegui sigue vigente? ¿Por qué, no

obstante las insuficiencias y las incongruencias de su formación de pensador marxista,

ocupa aún un lugar decisivo en nuestro actual debate?” (Quijano; 1979/2007: LIX). Para

responderse a esa pregunta va a proceder como Zemelman y Vázquez recomiendan.

Identifica el escenario histórico que incide en el problema, el enfoque y el pensamiento de

Mariátegui.

2 También se hace una pregunta, que es pertinente también hacerla para el caso del pensamiento

dependentista, y la respuesta apunta a la vigencia del pensamiento de Mariátegui: “¿Qué significa hoy

reflexionar sobre Mariátegui? En el ámbito peruano es, ante todo, el testimonio irrecusable del rencuentro,

cada día más profundo, después de varias décadas, entre el movimiento revolucionario de un proletariado que

avanza a la conquista de su madurez política y de la dirección de las luchas de los demás explotados

peruanos, y la memoria del hombre a quien debe la contribución central al nacimiento de sus primeras

organizaciones sindicales y políticas nacionales, y la aún fecunda matriz de una teoría y de una orientación

estratégica revolucionarias en la sociedad peruana.” (Quijano; 1979/2007: IX).

14

Ese complejo escenario histórico fue el que produjo a Mariátegui y que desde 1918

en adelante fue también en parte su producto. Pues nadie como él, en el Perú, fue

simultáneamente tan hijo de su tiempo, como de su propia fuerza para dominarlo

(Quijano; 1979/2007: XXXIII).

¿Cuál escenario histórico? El escenario histórico del capitalismo imperialista de fines del

siglo XIX y principios del XX y sus efectos de dominio en el Perú y el resto de A.L.

En el tránsito del siglo XIX, la “coyuntura mundial” estaba presidida por dos

fenómenos básicos: la expansión imperialista del capital monopólico y la disputa

entre las burguesías de Inglaterra y de Estados Unidos por la hegemonía en el control

de ese proceso, especialmente en lo que respecta a la América Latina.

La “historia local” estaba marcada, ante todo, por la insipiencia del capitalismo, en el

seno de una formación social cuya base abrumadoramente eran las relaciones

precapitalistas de producción, aunque ya ampliamente condicionadas por la

expansión del capital comercial…

La inserción de esa historia local en la coyuntura mundial no podía dejar de implicar

un dominio decisivo de la última en la determinación de las características del nuevo

período (Quijano; 1979/2007: XIII, XIV).

Después, pasa a identificar las etapas del pensamiento de Mariátegui y su pensamiento en

sí, y del porqué de su actualidad. Habría que señalar que es la realidad peruana y

latinoamericana la que hizo, primero, que desapareciera como referencia en los debates de

las alternativas u opciones de desarrollo de la nación peruana, y después, también fueron

los nuevos acontecimientos de luchas de clases que le darían vigencia:

…Y aunque desde la crisis de 1930 hasta la actual…el peso objetivo y subjetivo de lo

ocurrido durante ese periodo, está aún, en muchos sentidos, presente. No es, por eso,

un azar, que algunos de los temas centrales del debate ideológico de ese momento,

sean todavía vigentes en el actual y por lo cual el estudio de la obra de Mariátegui no

tenga, en modo alguno, un interés solamente histórico.

Empero, después de la derrota del movimiento popular revolucionario, y consolidado

nuevamente el poder oligárquico, a través de sucesivas dictaduras militares y civiles,

15

el pensamiento de Mariátegui fue virtualmente enterrado durante casi treinta años,

hasta que el nuevo desarrollo de las luchas de clases en el Perú y el mundo, y la crisis

política de la dirección del movimiento comunista oficial, lo han devuelto al primer

plano del debate político actual en el Perú, sobre todo desde la década pasada

(Quijano; 1979/2007: XI-XII, XLIX).

Va a ser su marxismo, según Quijano, lo que le va a permitir a Mariátegui construir un

pensamiento que treinta años después siga vigente. Su marxismo porque lo va a utilizar

para analizar una formación económico-social particular, la realidad peruana, y no para

adaptar esta realidad específica, concreta, al cuerpo teórico marxista.

Más certero y perspicaz, Melis señala en Mariátegui “su propósito de situar sus

rasgos específicos de una formación económico-social en un modelo de desarrollo

histórico, lo cual es lo único que confiere un valor auténticamente científico al

marxismo, más allá de toda interpretación deformadora en el sentido del historicismo

idealista”. En otros términos, es el marxismo de Mariátegui y menos el atraso o

adelanto relativos del Perú y otros países, lo que da cuenta del valor y la vigencia de

su obra.

Esa es, en verdad, la respuesta. Si Mariátegui fue capaz de dejar una obra en la cual

los revolucionarios de América Latina y de otros países, pueden aún encontrar y

reconstruir una matriz de indiscutible fecundidad para las tareas de hoy, se debe ante

todo al hecho de haber sido, entre todos los que contribuyeron a la implantación del

marxismo en América Latina de su tiempo, el que más profunda y certeramente logró

apropiarse –y no importa si de modo más intuitivo que sistémico y elaborado, o

cruzado con preocupaciones metafísicas- aquello que, como Melis apunta, “confiere

un valor auténticamente científico (revolucionario, pues, A. Q.) al marxismo”. Esto

es, su calidad de marco y punto de partida para investigar, conocer, explicar,

interpretar y cambiar una realidad histórica concreta, desde dentro de ella misma. En

lugar de ceñirse a la “aplicación” del aparato conceptual marxista como una plantilla

clasificatoria y nominadora, adobada de retórica ideológica, sobre una realidad social

determinada, como durante tanto tiempo fue hecho entre nosotros, lo mismo por los

16

herederos de la retina eurocentrista que por los seguidores de la ortodoxia de la

burocracia oficial del movimiento comunista, después de Lenin.

No hay, pues, duda, de que Mariátegui ensambló en su formación intelectual, una

concepción del marxismo como “método de interpretación histórica y de acción y una

filosofía de la historia de explícito contenido metafísico y religioso (Quijano;

1979/2007; LX, LXVIII).

Específicamente, era su enfoque auxiliado con categorías marxistas el que daba cuenta de

lo específico de la realidad de la formación económico-social del Perú inserta en una

economía mundial capitalista, pero que bien se podía extender a cada una de las

formaciones latinoamericanas:

Este enfoque del carácter de la economía peruana, como compleja y contradictoria

articulación entre capital y precapital bajo la hegemonía del primero, del mismo

modo como todavía se articulan “feudalismo” y “comunismo indígena” en la sierra,

ambos bajo el capital, produciendo efectos no solamente sobre la lógica del

desenvolvimiento económico sino también la mentalidad de las clases, es el hallazgo

básico de la investigación mariateguiana, y de donde se derivarán sus desarrollos

sobre el carácter y las perspectivas de la revolución peruana.

“…ese enfoque mariateguiano era el único que en toda América Latina podía, en ese

momento, dar cuenta de la especificidad profunda, de la originalidad del proceso

histórico de estas formaciones sociales dentro de su común pertenencia a la legalidad

general del orden capitalista imperialista. Era el único enfoque que no era ni un

invento de la realidad, ni una mera aplicación exterior de las categorías marxistas a

nuestra realidad.

…eso, como se ve, no impidió que elaborara un enfoque en el cual la teoría

materialista de la historia y su fundamento dialéctico, están en la práctica plenamente

presentes...

Unidad de elementos contradictorios, en una determinada y concreta situación

histórica, donde se combinan desiguales niveles de desarrollo, interpenetrándose y

condicionándose constantemente y donde no se puede destruir uno de sus elementos

sin afectar al conjunto y a la inversa, es la visión categóricamente marxista y

17

dialéctica que nos entrega Mariátegui como formulación específica y como postura

epistemológica-metodológica (Quijano; 1979/2007: LXXIX, LXXX, LXXXI).

Y volviendo a la validez, o no, del pensamiento mariateguiano, es la realidad peruana y

latinoamericana la que va a dar su vigencia:

Cesar Germaná, en un lúcido estudio recientemente publicado, ha contrastado

sistemáticamente el pensamiento mariateguiano y el de Haya, para demostrar la

validez original y la vigencia del primero, confirmada enteramente en la experiencia

histórica desde la crisis de los años treinta hasta hoy (Quijano; 1979/2007:

LXXXVIII).

I.1.2. Karl Marx y las críticas al método de Proudhon

En la idea de Zemelman, entre los problemas o preguntas que uno se plantea y cómo las

termina teorizándolas, existe un intermedio en el que entran el cómo se concibe la realidad

y el método. De hecho cuando Marx hace la crítica a un texto de Proudhon3 lo hace por el

método. Allí Marx plantea lo que habría que considerar o tomar en cuenta cuando se

plantea un problema y se hace su construcción teórica. Dice que “… la metafísica, como en

general toda la filosofía, se resume según Hegel en el método. Tendremos pues que tratar

de esclarecer el método de Proudhon, que es por lo menos tan oscuro como el

tableauéconomique. Con este fin haremos siete observaciones más o menos importantes.”

(Marx; 1970/1987: 63).

Por el tema que nos ocupa sólo haremos mención de las siete observaciones que Marx hace

al método de Proudhon.

La primera consideración, que está fuera del trabajo de Proudhon, es que las categorías son

expresión del movimiento histórico de las relaciones de producción, por lo que estas no son

inmutables ni eternas, cambian al cambiar esas relaciones de producción (Marx; 1847/1987:

64).

3 Me refiero al texto: Marx, Karl (1970/1987), Miseria de la filosofía, respuesta a la filosofía de la miseria de

Proudhon. Siglo XXI, México.

18

La segunda, que complementa la primera, se refiere a que las categorías económicas son

abstracciones de las relaciones de producción, productos históricos, por lo que no son

eternas, son transitorias, mientras duren esas relaciones de producción:

Las categorías económicas no son más que expresiones teóricas, las abstracciones de

las relaciones de producción…

Por lo tanto, estas ideas, estas categorías son tan poco eternas como las relaciones que

expresan. Son productos históricos y transitorios (Marx; 1847/1987: 68).

La tercera consideración es que en “cada sociedad las relaciones de producción forman un

todo. ¿Qué significa esta consideración? Marx, al mismo tiempo que hace la crítica a

Proudhon, pone un ejemplo de lo que sería el todo. Dice: “Así, para llegar a la constitución

del valor, que, a juicio suyo, es la base de todas las evoluciones económicas, no podía

prescindir de la división del trabajo, de la competencia, etc. Sin embargo, estas relaciones

todavía no existían en la serie, en el entendimiento de Proudhon, en la sucesión lógica.”

(Marx; 1847/1987: 68).

La cuarta consideración se refiere a la dialéctica. En contra de Proudhon, que considera

que cada categoría tiene dos lados, uno bueno y otro malo, y que en conjunto forman la

contradicción. Para Marx la dialéctica y la contradicción no tiene nada que ver con la

perspectiva de Proudhon. Pone como ejemplo la categoría económica de la esclavitud para

mostrar lo que sería la dialéctica:

…Para él, para Proudhon, cada categoría económica tiene dos lados, uno bueno y otro

malo…

El lado bueno y el lado malo, la ventaja y el inconveniente, tomados en conjunto,

forman según Proudhon la contradicción inherente a cada categoría económica.

…la esclavitud directa es el eje de la industria burguesa. Sin esclavitud no habría

algodón; sin algodón no habría industria moderna. La esclavitud ha dado su valor a

las colonias, las colonias han creado el comercio universal, el comercio universal es

la condición de la gran industria. Por lo tanto, la esclavitud es una categoría

económica de elevada importancia.

19

¿Cómo se las arreglará Proudhon para salvar la esclavitud? Planteará este problema:

conservar el lado bueno de esta categoría económica y eliminar el malo (Marx;

1847/1987: 69-70).

La quinta consideración tiene que ver con la sucesión de las ideas. Primero, dice que

“supongamos con Proudhon que la historia real, la historia según el orden cronológico, es la

sucesión histórica en la que se han manifestado las ideas, las categorías, los principios.”

(Marx; 1847/1987: 70). Pero, que lo verdaderamente importante es determinar el porqué en

determinado siglo se manifiesta determinado principio y no en otro, y para esto habría que

recurrir a las actividades de los hombres.

Cada principio ha tenido su siglo para manifestarse; el principio de autoridad, por

ejemplo, corresponde al siglo XI; el principio del individualismo, al siglo XVIII. De

consecuencia en consecuencia, tendríamos que decir que el siglo pertenece al

principio, y no el principio al siglo. En otros términos, sería el principio el que ha

creado la historia, y no la historia la que ha creado el principio. Pero si, para salvar

los principios y la historia, nos preguntamos por qué tal principio se ha manifestado

en el siglo XI o en el siglo XVIII, y no en otro cualquiera, deberemos por fuerza

examinar minuciosamente cuáles eran los hombres del siglo XI, cuáles los del siglo

XVIII, cuáles eran sus respectivas necesidades, sus fuerzas productivas, su modo de

producción, las materias primas empleadas en su producción y, por último, las

relaciones entre los hombres que derivan de todas estas condiciones de existencia.

¿Es que estudiar todas estas cuestiones no significa exponer la historia real, la historia

profana de los hombres de cada siglo, presentar a estos hombres a la vez como los

autores y los actores de su propio drama? Pero, desde el momento en que se presenta

a los hombres como los actores y los autores de su propio drama, se llega, dando un

rodeo, al verdadero punto de partida, porque se abandonan los principios eternos de

los que se había partido al comienzo (Marx; 1847/1987: 72-73).

La sexta consideración tiene que ver con la igualdad. Según Marx, los planteamientos de

Proudhon sólo reflejan su desconocimiento del movimiento histórico4:

4 Dice Marx, sobre el porqué el planteamiento de Proudhon sobre la desigualdad es desconocer el movimiento

histórico: “Naturalmente, la tendencia a la igualdad es propia de nuestro siglo. Pero afirmar que todos los

20

…El fin que se propone en primer lugar el genio social que habla por boca de

Proudhon, es eliminar lo que haya de malo en cada categoría económica, para que no

quede más que lo bueno. El bien, el bien supremo, el verdadero fin práctico, es para

él la igualdad. Y ¿por qué el genio social se propone la igualdad más que la

desigualdad, la fraternidad, el catolicismo o cualquier otro principio? …, porque la

igualdad es el ideal de Proudhon. Él se imagina que la división del trabajo, el crédito,

la familia, en suma, todas las relaciones económicas han sido inventadas únicamente

en beneficio de la igualdad, y sin embargo han terminado siempre por volverse contra

ella. Del hecho de que la historia y la ficción de Proudhon se contradigan a cada paso,

deduce él que allí hay una contradicción. Si hay contradicción, sólo existe entre su

idea fija y el movimiento real (Marx; 1847/1987: 75).

La séptima tiene que ver con cómo se enfocan los modos de producción. Para Marx habría

que enfocarlos desde el antagonismo, por lo menos el feudal5 y capitalista. Sobre el

capitalista, al igual que el feudal, al mismo tiempo que se produce riqueza se produce

miseria

…si todos los miembros de la burguesía moderna tienen un mismo interés por cuanto

forman una sola clase frente a otra clase, tienen intereses opuestos y antagónicos por

cuanto se contraponen los unos a los otros. Esta oposición de intereses surge de las

condiciones económicas de su vida burguesa. Por lo tanto cada día es más evidente

siglos anteriores –con sus necesidades, medios de producción, etc. completamente distintos- se esforzaron

providencialmente por realizar la igualdad, es, ante todo, confundir los medios y los hombres de nuestro siglo

con los hombres y medios de siglos anteriores y desconocer el movimiento histórico por el que las

generaciones sucesivas han ido transformando los resultados adquiridos por las generaciones precedentes. Los

economistas saben muy bien que la misma cosa que para uno era un producto elaborado, no era para otro má

que la materia prima destinada a una nueva producción.” (Marx; 1847/1987: 76-77). 5 Sobre el antagonismo en el modo de producción feudal: “...para formarse un juicio exacto de la producción

feudal, es menester enfocarla como un modo de producción basado en el antagonismo. Es menester investigar

cómo se producía la riqueza el seno de este antagonismo, cómo se iban desarrollando las fuerzas productivas

al mismo tiempo que el antagonismo de clases, cómo una de estas clases, el lado malo y negativo de la

sociedad, fue creciendo incesantemente hasta que llegaron a su madurez las condiciones materiales para su

emancipación. ¿Acaso esto no significa que el modo de producción, las relaciones en las que las fuerzas

productivas se desarrollan, no son en modo alguno leyes eternas, sino que corresponden a un nivel

determinado de desarrollo de los hombres y de sus fuerzas productivas, y que todo cambio operado en las

fuerzas productivas de los hombres implica necesariamente un cambio en las relaciones de producción? Como

lo que importa ante todo es no verse privado de los frutos de la civilización, de las fuerzas productivas

adquiridas, hace falta romper las formas tradicionales en las que dichas fuerzas se han producido. Desde ese

instante, la clase antes revolucionaria se vuelve conservadora.” (Marx; 1847/1987: 78-79).

21

que las relaciones de producción en que la burguesía se desenvuelve no tienen un

carácter único y simple sino un doble carácter; que dentro de las mismas relaciones

en que se produce la riqueza, se produce igualmente la miseria; que dentro de las

mismas relaciones en que se opera el desarrollo de las fuerzas productivas, existe

asimismo una fuerza que produce represión; que estas relaciones sólo crean la riqueza

burguesa, es decir, la riqueza de la clase burguesa, destruyendo continuamente la

riqueza de los miembros integrantes de esta clase y formando un proletariado que

crece sin cesar (Marx; 1847/1987: 78-79).

Estos cuatro textos nos dan la orientación, la metodología para determinar la vigencia, o

no, del pensamiento dependentista en la primera década del siglo XXI. Primero, sería

identificar lo que vendría siendo una teoría y como utilizarla para el análisis de otro

momento histórico, parte que desarrollaremos brevemente en este capítulo. Después, el

escenario mundial en que se produjo al pensamiento dependentista, parte que se

desarrollará ampliamente en el segundo capítulo. Tercero, el contexto teórico y

económico-social latinoamericano que dieron origen a la construcción del pensamiento

dependentista, los temas de debate y preocupaciones referentes al desarrollo-subdesarrollo

latinoamericano que trataremos en el capítulo III. En este mismo capítulo identificaremos

los problemas que se plantearon los científicos sociales dependentistas en aquel momento

histórico de la década de los sesenta del siglo XX; que preguntas buscaron responderse y

como teorizaron para llegar a sus afirmaciones o tesis sobre la realidad latinoamericana;

como concibieron la realidad y qué método siguieron. Después de manera explícita, sus

tesis, sus afirmaciones sobre el problema planteado, o como Sánchez Vázquez dice, el

núcleo de su pensamiento. Cuarto, las transformaciones “estructurales” ocurridas en la

economía mundial capitalista y latinoamericana en los últimos treinta años y analizarlas

con las tesis dependentistas, parte que trataremos en el capítulo IV. Por último, algunas

premisas que creo deben estar presentes no sólo al analizar la vigencia o no de una teoría

sino en cualquier tema económico-social de la realidad latinoamericana, premisas que

señalaremos en la última parte del presente capítulo.

22

I.2 METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO

DEPENDENTISTA, PARA DETERMINAR SU ACTUALIDAD EN OTRO

MOMENTO HISTÓRICO

I.2.1 Lo que sería una teoría y cómo utilizarla para analizar otro momento histórico

Habría que empezar por lo más elemental, primero, por preguntarnos ¿qué es, o cómo

definimos una teoría? No todos entienden lo mismo por teoría. Según Sautu, primero, son

ideas de una fracción de la realidad que se percibe y se construye, segundo, son

proposiciones de cómo funciona esa fracción de la realidad:

-Son ideas, construcciones acerca de un aspecto o elementos de la realidad percibida

(y culturalmente construida).

-Consisten en proposiciones (oraciones) acerca de cómo funciona una parte del

mundo que con frecuencia postulan relaciones entre conceptos que se refieren a

hechos o sucesos, y/o a procesos. Las proposiciones están ordenadas por una relación

de deductibilidad (Sautu y otros; 2005/2006: 68).

Para Zemelman, una teoría, antes que considerarla como un sistema explicativo, como lo

hace Sautu, habría que concebirla como un instrumento de razonamiento de la realidad.

(Zemelman; 1987/1992: 146). ¿Qué significa esta consideración? Significa confrontar la

teoría con la realidad para cerciorarnos si dejó fuera temas que no consideró importantes

para la explicación de la fracción de la realidad, o lo que vendría siendo lo mismo, para

incluir problemas que consideramos relevantes en la explicación de la fracción de la

realidad. Por ejemplo, al confrontar el pensamiento dependentista con la realidad neoliberal

nos daría la posibilidad de considerar temas que se pueden incluir para el análisis de esta

nueva realidad latinoamericana, temas como el problema ambiental y la de la educación y

que el pensamiento dependentista, por alguna razón, no los consideró pero que podrían

reforzar sus tesis de dependencia latinoamericana:

Es necesario, por lo mismo, problematizar la relación con la realidad para controlar

las conformidades producidas por las estructuras teóricas, pues de lo contrario se

puede incurrir en la omisión de ciertos temas que la tradición profesional no

reconoce dignos de ser tomados en cuenta, o, a la inversa incluir problemas que se

exigen plantear porque ocupan un lugar destacado en la jerarquía consagrada de los

23

temas de investigación…El razonamiento constructor de teorías queda, de esta

manera, subordinado a la función de explicación (Zemelman; 1987/1992: 146).

En la perspectiva positivista, según Zemelman, una teoría tiene que tener capacidad de

explicación de la realidad para que ella pueda ser corroborada. En la perspectiva de

Zemelman, una teoría sería un descubrimiento que permite ver que en la realidad existen

potencialidades de análisis, lo que implica que esta se desarrollaría por especificación y

dentro de límites (Zemelman; 1987/1992: 154-155).

Zemelman plantea que existen dos conceptos u ópticas de lo que sería una teoría, la primera

es que además de su capacidad de explicación, esta tiene que ser corroborada con la

realidad. Dice Zemelman que “en uno u otro caso, el concepto de teoría deviene en una

realidad corroborada (en la perspectiva de ImreLakatos), por lo que su progreso se basa en

la capacidad explicativa. Capacidad de explicación que es la exigencia que se plantea desde

la teoría para hacer posible la corroboración, la teoría, entonces, se desarrolla por

crecimiento; esto es, trascendiendo sus límites en el sentido de los excedentes de contenidos

corroborados, de acuerdo con la terminología de Popper.” (Zemelman; 1987/1992: 154-

155). En la segunda, que es la óptica de Zemelman, y que más adelante va a desarrollar, la

teoría son potencialidades de la realidad que se pueden desarrollar. Es el caso por ejemplo

las teorías sobre la educación, o incluso sobre la misma dependencia que se han

desarrollado para determinados momentos históricos de A.L., es decir, para situaciones

históricas concretas, pero que se pueden profundizar. Dice Zemelman que “en una segunda

óptica, la teoría es un descubrimiento de las potencialidades que se contienen en el campo

de realidad sobre el cual se desarrolla, sin mediar ninguna ampliación de la teoría. Por lo

tanto, esta se desarrolla por especificación; esto es, por medio de una profundización en el

interior de sus límites. Es el caso de las teorías sobre el estado, las teorías de las clases, etc.,

que se desarrollan por medio de su especificación en situaciones históricas concretas.”

(Zemelman; 1987/1992: 155). Por ejemplo, en lo que respecta a nuestro tema de tesis, la

especificación del pensamiento dependentista es el neoliberalismo en A.L. desde los

ochenta del siglo XX y hasta la primera década del siglo XXI, es la situación histórica

concreta en la cual aquel se puede profundizar.

24

¿Cómo usamos la teoría? Identificando y entendiendo cada concepto de la teoría para que

nos sirvan como instrumento, no sólo de observación de la realidad, sino de su

problematización con ella. Esto significa que los conceptos no deben subordinarse a la

teoría ni a la realidad, es decir, no tomar los conceptos y buscar que la realidad se ajuste a

estos, que se ajuste a la teoría, sino qué nuevos conceptos se pueden construir o resignificar

ante la nueva realidad o realidad cambiante. Por ejemplo, los conceptos que el pensamiento

dependentista construyó en la década de los sesenta y setenta, como el de la

superexplotación de la fuerza de trabajo en A.L., habría que problematizarlos con la

realidad desde la década de los ochenta y hasta la primera del siglo XXI y ver si estos son

pertinentes para analizar la nueva realidad latinoamericana, y en qué sentido6, y así a cada

uno de ellos:

En realidad, el uso de la teoría supone entender cada concepto como instrumento de

observación que pueda problematizarse en su relación con la realidad, y no

exclusivamente en función del esquema del cual forma parte. Esta posibilidad lógica

es propia de todos los conceptos, en cuanto constituyen las definiciones (o las

prescripciones) de lo que debe observarse, sin tener por qué subordinarse a las

exigencias lógicas de la deducción propia de un sistema conceptual (Zemelman;

1987/1992: 156).

¿Cuál fue el momento en que se creó la teoría de la dependencia? Fue en la década de los

sesenta. ¿Podemos pensar el proyecto neoliberal fuera de las tesis dependentistas? Sí, y

debe ser así, ya que la realidad constituye la base de teorizaciones, por lo que es preciso

definir ángulos de lectura de esa realidad, pero buscando no incluirlas como parte de la

teoría. Por ejemplo, la nueva realidad latinoamericana a partir de la implementación del

proyecto neoliberal la podemos analizar dentro de las tesis dependentistas, es decir, ¿qué

pasa con los términos de intercambio y la superexplotación de la fuerza de trabajo?, y con

ello con la dependencia y el desarrollo, etc., pero también, como base de nuevas

6 Dice Zemelman que el “problema de fondo es no limitarse a aplicar una teoría a un problema determinado

por la misma teoría, sino resolver que teoría es pertinente para el problema; lo que obliga a subordinar la

elaboración teórica a una exigencia previa de objetivación.” (Zemelman 1987/1992: 160). Por ejemplo,

aplicamos el pensamiento dependentista a la realidad latinoamericana y vemos qué tanto se ajusta esta

realidad al pensamiento, es decir, subordinamos la realidad latinoamericana neoliberal al pensamiento

dependentista, o buscamos qué teoría es pertinente para explicar esa realidad.

25

teorizaciones, podemos definir ángulos de lectura de la realidad, como sería el caso de la

educación, que no cae dentro de las tesis dependentistas, pero que puede ser un nuevo

elemento de dependencia y tener incidencia en el desarrollo latinoamericano:

…Sin embargo, ya se ha señalado que estos requisitos pueden conducir a una

actividad improductiva, por eso conviene distinguir entre el momento de la teoría

construida y los momentos del movimiento creador de la teoría, que lleva a pensar

fuera de ella; esto es, a pensar la realidad como base de alternativas potenciales de

teorización, lo que exige definir ángulos de lectura de la realidad que no signifiquen,

en principio, una inclusión de sus elementos observables como piezas de un todo

conceptual (Zemelman; 1987/1992: 160)

Concluyendo, las teorías, según Zemelman, deberían de tener dos funciones, una para

problematizar y organizar la relación con la realidad en base a sus conceptos pero, como

se dijo anteriormente, no buscando ajustar la realidad a esos conceptos, sino más bien qué

fracciones de la realidad no es explicada por ellos para crear nuevos o resignificarlos, y

segundo, con los nuevos conceptos y la explicación objetiva de esa fracción de la realidad,

una especie de cierre de la teoría. En nuestro caso, sería con la explicación objetiva de una

fracción de la realidad latinoamericana de los últimos treinta años que estaríamos

terminando el análisis de la vigencia del pensamiento dependentista. Dice Zemelman:

Lo anterior permite distinguir en el interior de los corpus teóricos dos funciones:

primera, servir de instrumentos de la forma de razonamiento problematizador para

organizar la relación con la realidad, con base en sus elementos conceptuales

componentes aunque utilizados fuera de la lógica interna del sistema conceptual; y,

segunda, la función de explicación o solución de cierre a esta construcción abierta,

objetivizante, a lo real (Zemelman 1987/1992: 165).

I.2.2 Contexto mundial en el origen de la teoría de la dependencia

Brevemente, porque lo desarrollaremos a profundidad en capítulo II de la tesis, ¿qué

importancia tuvo el contexto mundial y latinoamericano en la construcción de las tesis

dependentistas? Hasta el momento de los primeros escritos dependentistas el mundo había

atravesado por dos guerras mundiales, una gran depresión, varios movimientos socialistas y

de independencia que lo dejó escindido en tres grupos de países, los llamados países

26

desarrollados o del primer mundo con un ingreso medio alto, los llamados países del

segundo mundo, también llamados socialistas con un ingreso medio intermedio, y los

llamados subdesarrollados, o del tercer mundo, con un ingreso bajo. A los del tercer mundo

se le presentaban a los dos primeros como opciones para conseguir el desarrollo.

Los acontecimientos dieron lugar a construcciones teóricas para resolver problemas

capitalistas de inversión, de crecimiento, de precios, de empleo y de cómo los países

subdesarrollados podrían alcanzar el desarrollo. Para los problemas capitalistas, John

Maynard Keynes había construido su “Teoría general de la ocupación, el interés y el

dinero” que se dio a conocer en 1936 y que las naciones del mundo, abandonando las tesis

liberales, seguirían en sus actividades de política económica. Para los problemas del

subdesarrollo, desde el enfoque de la teoría económica, estaban las construcciones teóricas

de Gunnar Myrdal, “Teoría Económica y Regiones Subdesarrolladas”, de 1957, y

Rostow, “Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista”, de 1960,

entre otros. Desde el enfoque de la economía política, la de Paul Baran, “Economía Política

del Crecimiento”, de 1957, entre otros.

Una vez terminada la SGM, se establecieron las bases institucionales y económicas para

que el mundo iniciara una larga etapa de crecimiento sin perturbaciones económicas,

crecimiento que se lograría por lo menos hasta fines de los sesenta del siglo XX para el

caso de los desarrollados y hasta principios de los ochenta para el caso de los

subdesarrollados.

Hasta la década de los sesenta del siglo XX, y a pesar de llevar cerca de veinte años de

crecimiento ininterrumpido, y aunque con logros importantes en términos de mejoras en los

niveles de vida como educación, salud, vivienda, vestido y otros logros, gran parte, por no

decir todos, de los países que al inicio de los cincuenta se encontraban como

subdesarrollados seguían en esa misma condición. En A.L., Cuba había seguido al

socialismo por medio de una revolución como alternativa al desarrollo y se presentaba

como opción a seguir.

Es este escenario, y el latinoamericano, el que va a producir el pensamiento dependentista,

que desarrollaremos de manera amplia en el capítulo II.

27

I.2.3 El escenario teórico y el pensamiento dependentista latinoamericano

También brevemente, porque lo desarrollaremos a profundidad en el capítulo III, indicar,

primero que ya existía un gran acervo de construcciones teóricas latinoamericanas

referentes al desarrollo, como eran las de Mariátegui y las de CEPAL, por mencionar

algunas, por lo que el pensamiento dependentista habría que ubicarlo como la continuación

de estas teorías, segundo, que el socialismo ya estaba presente en las sociedades

latinoamericanas como alternativa al capitalismo para alcanzar el desarrollo y tercero, que

va a ser a partir de la crisis del desarrollismo de donde van a partir las construcciones

dependentistas en la década de los sesenta del siglo XX.

I.2.4 El neoliberalismo en América Latina

Esta parte la desarrollaremos de manera amplia en el capítulo IV. Habría que señalar,

primero, que los principios neoliberales o de libre mercado empezaron a aplicarse en Chile

después del golpe de Estado en 1973, después en los países desarrollados entre fines de la

década de los setenta y principios de la década de los ochenta del siglo XX, y a principios

de la década de los ochenta en el resto de A.L. a raíz de la crisis de la DE, segundo, que en

ambos grupos de países su aplicación ha llevado a grandes transformaciones estructurales,

que han tenido como consecuencia, entre otras, la ampliación de las desigualdades sociales,

tercero, que el modelo se vio fortalecido con la caída del socialismo real en la antigua

U.R.S.S y Europa del Este, cuarto, que los estragos de este modelo para la clase trabajadora

ha llevado a la búsqueda de otras alternativas de desarrollo, dentro y fuera de este modelo,

y quinto, los mismos estragos han recobrado el interés por las tesis dependentistas para la

explicación del capitalismo neoliberal en la periferia latinoamericana y sus posibilidades

de desarrollo dentro de este sistema.

I.3 SOBRE EL MÉTODO CONCRETO-ABSTRACTO-CONCRETO EN EL

ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA

I.3.1 La importancia del método de la economía política para acercarse a la realidad

en su esencia

El método de investigación para acercarse a la realidad es el de la economía política, el

concreto-abstracto-concreto, o en palabras de Kosik el “método dialéctico crítico”. El

positivista nos dejaría en las apariencias ya que parte de la teoría, de las hipótesis y de su

28

verificación, es decir no parte de la realidad para construir teorías sino de comprobar si esta

realidad se ajusta o no a la teoría con el riesgo, por supuesto, de querer jalar a la realidad o

forzarla para comprobarla.

A este respecto, Zemelman llama la atención sobre los riesgos de observar y analizar la

realidad a partir de una teoría ya que esta ha sido construida para determinado tiempo y

espacio; que la importancia del análisis de una fracción de la realidad debe ser para

transformarla y no para probar o refutar hipótesis. Dice Zemelman:

Así pues, es preciso privilegiar el esfuerzo de reconstrucción de lo específico de una

situación respecto de la comprobación de una teoría, pues esta no debe restringirse a

la aplicación de modelos derivados de ella, sino subordinarse a una capacidad de

observación articulada de la realidad, de manera que la delimitación de lo real como

articulación dinámica no se dé en función de un modelo, ya que, si nos

circunscribimos a la aplicación de una teoría podemos distorsionar la recuperación

del movimiento real, dado que sus proposiciones se han construido con parámetros

espacio temporales determinados. Dichas proposiciones teóricas pueden dejar fuera

líneas problemáticas (situaciones nuevas) no contempladas por la teoría, aunque

relevantes para cualquier esfuerzo por captar la realidad como campo de acción de un

sujeto social. Lo verdaderamente importante es determinar la pertinencia de un

problema que revista interés para la acción y no probar o refutar una hipótesis

(Zemelman; 1987: 34-35).

¿Que significarían estas prevenciones para el análisis de la corriente dependentista?

Significaría que debemos analizar esta corriente de pensamiento, y de acuerdo con el

objetivo de la tesis, no buscando comprobar si se ajusta o no a la nueva realidad

latinoamericana de la primera década del siglo XXI, sino qué nueva teoría podemos

construir de esta realidad resignificando las categorías y conceptos dependentistas.

En el de la economía política, no sólo existe una idea de ciencia sino también una

concepción de realidad y un método para acercarse a ella en su esencia; cuestiona la idea de

la indivisibilidad de la realidad y propone el método de la abstracción para acercarse a una

fracción de ella.

Dice Kosik, en referencia al método concreto-abstracto-concreto

29

…En la asimilación práctico-espiritual del mundo, del cual se derivan

originariamente todos los demás modos de asimilación (el teórico, el artístico, etc.), la

realidad es, pues, percibida, como un todo indivisible de entidad y significados, y está

implícitamente comprendida en la unidad de los juicios de existencia y de valor. Sólo

mediante la abstracción, la tematización y la proyección, se pueden aislar de este

mundo real, pleno e inagotable, determinados aspectos, zonas o esferas, que el

naturalismo ingenuo y el positivismo consideran como los únicos y auténticos y como

la única realidad, mientras desechan el resto como pura subjetividad... (Kosik; 1963:

42)

Antes de avanzar en el en el método de la economía política, es pertinente mencionar que

la elección de este no es suficiente para destruir la pseudoconcreción y acercarse a la

realidad en su esencia.

Ya mencionamos la crítica de Marx a los economistas y a Proudhon, pero también existen

críticas a los mismos teóricos de la dependencia en cuanto al método por el cual llegaron a

determinados resultados. El mismo Kosik distingue tres falsas totalidades, la totalidad

vacía, la totalidad abstracta y la mala totalidad.

El método de la economía política, como el adecuado para acercarse a la realidad en su

esencia, lleva ya implícitamente una concepción de ciencia y de realidad. ¿Qué sería

ciencia para este método? Dice Marx que “la investigación debe apropiarse

pormenorizadamente de su objeto, analizar sus distintas formas de desarrollo y rastrear su

nexo interno. Tan sólo después de consumada esa labor, puede exponerse adecuadamente el

movimiento real…” (Marx; 1968/1857:81). Para Dussel, citando a Marx, “es una tarea de

la ciencia reducir el movimiento visible y puramente fenoménico (erscheinende) al

movimiento real interno (innerewirklicheBewegung).” (Dussel; 1988: 290). ¿Y qué

significa esto? Significa la destrucción de la pseudoconcreción, pasar de lo inmediato a la

esencia. Pero, ¿cómo se realiza este paso? Con el método concreto-abstracto-concreto.

En el caso del análisis de la corriente dependentista significaría no sólo apropiarnos de su

pensamiento, de sus tesis, sino también si ellos se apropiaron pormenorizadamente de su

objeto a través del método de la economía política del concreto-abstracto-concreto.

En Marx, según de la Garza, existe una concepción de realidad.

30

Que, en “primer lugar, hay un concepto de historia entendida como una articulación entre

objetividad y subjetividad y en donde articulación implica determinación, pero

determinación mediada, excluyendo con ello todo determinismo y reduccionismo…” (De la

Garza; 1988: 4).

Que, en “segundo lugar hay en Marx la idea de movimiento como rearticulación que puede

implicar el cambio de legalidades y de conceptos pertinentes a la nueva realidad.” Y que en

estas “…consideraciones llevan a la noción marxista de ley y concepto históricamente

determinados en contraposición al ideal positivista del concepto de ley universal.” (De la

Garza; 1988: 4).

Y en tercer lugar, que está presente “la idea de realidad analizable por niveles de realidad,

no reducible exclusivamente a lo empírico observable, ni tampoco a la contradicción

idealista entre esencia y apariencia. Realidad por niveles, no todos ellos observacionales,

niveles en articulación con determinaciones mediadas y con dinamismos diferentes. Este

concepto de realidad tiene su traducción en el privilegio metodológico de la totalidad como

categoría central en la perspectiva del conocimiento marxista…impide confundir totalidad

con todo…Totalidad concreta por niveles desde los más abstractos hasta los más concretos

presupone la construcción de la teoría específica al objeto específico…” (De la Garza;

1988: 4).

Para Kosik la realidad “es entendida como concreción, como un todo que posee su propia

estructura (y, por tanto, no es algo caótico), que se desarrolla (y, por ende, no es algo

inmutable y dado de una vez para siempre), que se va creando (y, en consecuencia, no es un

todo perfectamente acabado y variable sólo en sus partes singulares o en su disposición)…”

(Kosik; 1963: 56).

Tan importante es la concepción de la realidad que se tenga, que sin esta no es posible

plantearse ningún problema, aunque la misma concepción nos puede conducir, o no, a la

destrucción de la pseudoncreción. Dice Zemelman, que “no es posible plantearse ningún

problema si no se piensa la concepción que se tenga de lo que es la realidad.” (Zemelman;

1987: 58).

Con esta concepción de ciencia y realidad, y con el mismo método dialéctico de la

economía política, se estaría en condiciones de destruir la pseudoconcreción de la realidad

31

y llegar a su esencia. Pero no sólo es conocer la realidad por conocerla, sino conocerla para

buscar su transformación de manera revolucionaria. ¿Por qué se hace necesario

transformarla de manera revolucionaria? ¿Qué significa de manera revolucionaria?

¿Significa, -para el momento actual-, cambiar el modo de producción capitalista por otro?

En la perspectiva de la búsqueda del desarrollo de los países subdesarrollados

latinoamericanos, sí. Dice Kosik que:

…la destrucción de la pseudoconcreción cómo método dialéctico crítico, gracias al

cual el pensamiento disuelve las creaciones fetichizadas del mundo cosificado e ideal,

para alcanzar su realidad, es sólo el segundo aspecto, el reverso de la dialéctica como

de transformación de la realidad. Para que el mundo pueda ser explicado

críticamente, es necesario que la explicación misma sea situada en el terreno de la

praxis revolucionaria…la realidad puede ser transformada revolucionariamente sólo

porque, y sólo en la medida en que es creada por nosotros mismos, y en que sabemos

que la realidad es producida por nosotros… (Kosik; 1963: 35).

¿De dónde partimos? Hay que partir de lo material, de los hechos, de lo concreto. Dice

Engels, al respecto,”…el método hegeliano era de todo punto inservible en su forma actual.

Era un método esencialmente idealista, y aquí se trataba de desarrollar una concepción del

mundo más materialista que todas las anteriores. Aquel método arrancaba del pensar puro,

y ahora había que partir de los hechos más tenaces.” (Engels; 1968/1857:103).

¿Cuáles serían los hechos de los cuales partir, cuál sería mi totalidad concreta? Las tesis de

los dependentistas confrontadas con las contradicciones del modo de producción capitalista

en los sesenta del siglo XX y hasta la primera década del siglo XXI, ¿por qué? Porque si

bien el subdesarrollo se constituyó desde que los hoy llamados países subdesarrollados se

constituyen en colonias, hasta la década de los sesenta del siglo XX, y después de siglo y

medio de naciones independientes capitalistas, estos seguían en condición de

“dependientes” y subdesarrollados. Después, habría que analizar si las tesis

dependentistas, o cuáles de estas tesis, son pertinentes para analizar el subdesarrollo

latinoamericano, su dependencia y sus posibilidades de desarrollo, o no, durante el

paradigma neoliberal.

32

Dice Kosik que se corre el riesgo de construir falsas totalidades. ¿No es esta una falsa

totalidad?, ¿sólo así se pueden derivar o no las tesis dependentistas? No es una falsa

totalidad, la inserción de A.L. en una situación de dominación e imposición de los intereses

del capital extranjero en los países latinoamericanos los ha ido subdesarrollando

estructuralmente sin opciones de salida dentro de este sistema. Como han mencionado

Marini y Cueva en cuanto a que los países de A.L. no se volvieron débiles porque se abusó

de ellos después de su independencia, sino más bien eran débiles al momento de su

independencia por lo que se abusó de ellos. Al momento de su independencia tenían tres

siglos de ser colonias y de extracción de sus excedentes. ¿Las burguesías nacionales

latinoamericanas no han tenido capacidad de respuesta, o como burguesías sólo les interesa

la ganancia independientemente si esta conduce al desarrollo o no? ¿Se sigue abusando de

ellas, por qué? ¿No existe abuso, sólo es el funcionamiento normal del capitalismo que

produce y reproduce desarrollo en algunas naciones y subdesarrollo en otras?

¿Pero qué significa totalidad? Para derivar si en verdad, o no, es imposible el desarrollo de

las naciones latinoamericanas dentro del capitalismo, ¿necesito conocer todos los hechos

del capitalismo desde su génesis hasta la primera década del siglo XXI? ¿No sería una

tarea casi imposible? Si esto último es así, que hechos debería conocer en su esencia para

derivar, o no, esas hipótesis. Para Kosik:

…Pero en verdad que totalidad no significa todos los hechos. Totalidad significa:

realidad como un todo estructurado y dialéctico, en el cual puede ser comprendido

racionalmente cualquier hecho (clases de hechos, conjunto de hechos). Reunir todos

los hechos no significa aún conocer la realidad, y todos los hechos (juntos) no

constituyen aun la totalidad. Los hechos son conocimientos de la realidad si son

comprendidos como hechos de un todo dialéctico, esto es, si no son átomos

inmutables, indivisibles e inderivables, cuya conjunción constituye la realidad, sino

que son concebidos como partes estructurales del todo. Lo concreto, o sea la

totalidad, no es, por tanto, todos los hechos, el conjunto de ellos, el agrupamiento de

todos los aspectos, cosas y relaciones, ya que en este agrupamiento falta aún lo

esencial: la totalidad y la concreción. Sin la comprensión de que realidad es totalidad

concreta que se convierte en estructura significativa para hecho o conjunto de hechos,

33

el conocimiento de la realidad concreta no pasa de ser algo místico, o la

incognoscible cosa en sí (Kosik; 1963: 56).

Lo mismo dice Zemelman, que“…la totalidad no son todos los hechos, sino que es una

óptica epistemológica desde la que se delimitan campos de observación de la realidad, los

cuales permiten reconocer la articulación en que los hechos asumen su significación

específica...” (Zemelman; 1987: 50). Agrega:

La totalidad como mecanismo de apropiación es indiferente a las propiedades del

objeto, ya que se limita a definir la base de la teorización, sin ser una teoría en sí

misma, ni menos aún, un objeto real. Es un modo de organizar la apertura hacia la

realidad que no se ciñe a permanecer dentro determinados límites teóricos, pues se

fundamenta en un concepto de lo real como articulación compleja de procesos y exige

que cada uno de estos sea analizado en términos de sus relaciones con otros (aunque

no sea cada uno un objeto de análisis como tal). (Zemelman; 1987: 83)

Si no tenemos que conocer todos los hechos, ¿cuáles debemos conocer para derivar, o no,

esas tesis?, ¿cómo los seleccionamos y mediante que procedimiento? Es decir, de la gran

cantidad de hechos en el modo de producción capitalista, del todo caótico, del todo

ordenado, del concreto representado, ¿cómo o de dónde partimos?

El todo caótico es un conjunto de abstracciones complejas, conceptos complejos. Por

ejemplo, el concepto desarrollo es complejo no sólo por lo que significaba en los 60 del

siglo XX sino por lo que significa actualmente, lo mismo podríamos decir del concepto

subdesarrollo. Pero además los dos conceptos tienen que ver con otros y otras categorías.

Así, por ejemplo, el primero lo podemos relacionar con conceptos o categorías menos

complejas como producción, productividad, etc. Lo mismo el segundo, que tiene que ver

con los dos del desarrollo, pero también con el trabajo y su calificación y otros. Así,

descendemos hasta encontrar los conceptos y categorías más simples.

Volviendo al método concreto-abstracto-concreto, esas relaciones van cambiando conforme

transcurre el tiempo, es decir son históricamente determinadas. ¿Qué significa esto último?

Significa que son conceptos, categorías y relaciones que corresponden, en este caso, si al

modo de producción capitalista, pero a cierto espacio y tiempo. Por ejemplo, las tesis de los

dependentistas las derivaron de las contradicciones del capitalismo desde que las naciones

34

latinoamericanas fueron colonias hasta la década de los sesenta del siglo XX. Habría que

analizar si dichas tesis, o cuáles de esas tesis, son válidas para analizar el subdesarrollo

latinoamericano durante el trayecto neoliberal –más de cuarenta años después- desde

principios de la década de los ochenta del siglo XX y hasta la primera década del siglo

XXI.

¿Qué estamos haciendo? Avanzar en el pensamiento de lo concreto a lo abstracto, a la

descomposición del todo; a la destrucción de la pseudoconcreción. Dice de la Garza que “la

abstracción no es sino la “descomposición del todo” (del concreto real), en nuestro

pensamiento por medio de conceptos. Dicha abstracción es forzosamente producto del

pensamiento. Desde este punto de vista, la abstracción es un paso inevitable en el proceso

del conocimiento, independientemente de la forma que adquiera y de los presupuestos

metodológicos que subyacen a dicha abstracción.” (De la garza; 1988: 21).

Marx, en un pasaje muy conocido, da un ejemplo muy ilustrativo, casi didáctico, de cómo

se aplica adecuadamente el método de la economía política para destruir la

pseudoconcreción de lo concreto.

Parece que lo correcto es arrancar de lo real y lo concreto, por el supuesto efectivo;

así por ejemplo, en la economía, por la población que es la base y el sujeto del acto

social de la producción en su conjunto. Sin embargo, si se examina con mayor

atención, esto se revela como falso… Si comenzase, pues, por la población, tendría

una representación caótica del conjunto y, precisando cada vez más, llegaría

analíticamente a conceptos cada vez más simples; de lo concreto representado llegaría

a abstracciones cada vez más sutiles hasta alcanzar las determinaciones más simples.

Llegado a este punto, habría que reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo

con la población, pero esta vez no tendría una representación caótica de un conjunto

sino una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones…Una vez que esos

momentos singulares fueron más o menos fijados y abstraídos, comenzaron los

sistemas económicos que se elevaron desde lo simple –trabajo, división del trabajo,

necesidad, valor de cambio- hasta el Estado, el cambio entre las naciones y el

mercado mundial. Este último es, manifiestamente, el método científico correcto. Lo

concreto es concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto,

35

unidad de lo diverso...Por lo tanto, a la conciencia, para la cual el pensamiento

conceptivo es el hombre real y, por consiguiente, el mundo pensado es como tal la

única realidad –y la conciencia filosófica está determinada de este modo-, el

movimiento de las categorías se le aparece como el verdadero acto de producción (el

cual aunque sea molesto reconocerlo, recibe únicamente un impulso desde el exterior)

cuyo resultado es el mundo; esto es exacto en la medida en que –pero aquí tenemos

de nuevo una tautología- la totalidad concreta como totalidad del pensamiento, como

un concreto de pensamiento, es in fact (en los hechos) un producto del pensamiento y

de la concepción, pero de ninguna manera es un producto del concepto que piensa y

se engendra así mismo, desde fuera y por encima de la intuición y de la

representación, sino que, por el contrario, es un producto del trabajo de elaboración

que transforma intuiciones y representaciones en conceptos. El todo, tal como aparece

en la mente como todo del pensamiento, es un producto de la mente que piensa y que

se apropia del mundo del único modo posible, modo que difiere de la apropiación de

ese mundo en el arte, la religión, el espíritu práctico. El sujeto real mantiene, antes

como después su autonomía fuera de la mente, por lo menos durante el tiempo en

que la mente se comporte únicamente de manera especulativa, teórica. En

consecuencia, también en el método teórico es necesario que el sujeto, la sociedad,

esté siempre presente en la representación como premisa (Marx 1857; 1968:50).

En este tránsito, de concreto a concreto pensado, construimos nuestros conceptos,

categorías y relaciones que explican el movimiento, las contradicciones, la esencia de la

fracción de la realidad. En el caso de la corriente de pensamiento dependentista, ¿qué

conceptos y categorías construyeron para derivar la dependencia y la imposibilidad del

desarrollo? Construyeron conceptos como los de dependencia y superexplotación de la

fuerza de trabajo.

Sobre la importancia del concepto y la abstracción en el método concreto-abstracto-

concreto para acercarse a la esencia de la fracción de la realidad, Kosik nos dice que “…el

concepto y la abstracción tienen en la concepción dialéctica el significado de un método

que descompone el todo unitario, para poder reproducir mentalmente la estructura de la

cosa, es decir, para comprender la cosa.” (Kosik; 1963: 30).

36

En el análisis de la corriente dependentista, analizaríamos si los conceptos y categorías

construidas en los sesenta explican la dependencia y la imposibilidad del desarrollo

latinoamericano durante el trayecto neoliberal o habría que resignificarlos.

Aquí no termina el proceso de investigación, no se ha llegado a la esencia del fenómeno, no

se ha destruido la pseudoconcreción de la realidad.

Una vez que por medio de las abstracciones llegamos a las categorías o conceptos más

simples del fenómeno tendremos que reemprender el viaje a nuestro concreto inicial o real,

pero ya no como un todo caótico u ordenado sino como un concreto pensado y como

síntesis de múltiples determinaciones y relaciones. Estaríamos culminando con el método

de la economía política de concreto-abstracto-concreto y construyendo una teoría a partir de

la realidad. Es decir no se parte de una teoría, sus hipótesis y su comprobación, sino de la

realidad para la construcción de la teoría. Dice de la Garza que:

…totalidad concreta y concreto pensado son equivalentes; concreto pensado hace

referencia a la teoría específica que explica el movimiento del objeto. Aquí específico

no puede significar sólo lo singular, sino más bien la articulación entre lo general y lo

particular. En tal sentido, la explicación se conseguirá cuando se haya obtenido esa

teoría específica, ese concreto pensado (De la Garza; 1988: 24).

En el mismo sentido apunta Kosik, que se llega a un resultado que no era conocido al inicio

de la investigación. Dice Kosik que “el punto de partida de la investigación debe ser,

formalmente, idéntico al resultado. Este punto de partida debe mantener su identidad en

todo el curso del razonamiento, ya que sólo así se garantiza que el pensamiento no se pierda

en su camino. Pero el sentido de la indagación estriba en que, en su movimiento en espiral,

llega a un resultado que no era conocido en el punto de partida, y que, por tanto, dada la

identidad formal de este último y del resultado, el pensamiento llega, al final de su

movimiento, a algo distinto, por su contenido, de aquello de que había partido.” (Kosik;

1963: 48)

En términos de la investigación, quedaría por último la exposición, que para Marx debe ser

científica; que debe ir de lo simple a lo complejo, y lo simple como síntesis de múltiples

relaciones y determinaciones, es decir, la explicación teórica del objeto.

37

I.3.2 La importancia del método en el análisis del pensamiento dependentista

En el intermedio entre el problema planteado y la teoría está el método. Es del método del

que se deriva la teoría, las tesis. Por lo tanto, es del método como podemos determinar la

vigencia, o no, de una teoría o corriente de pensamiento. En el caso del pensamiento

dependentista, ver como utilizó el método de la economía política concreto-abstracto-

concreto pensado para determinar su actualidad.

De hecho, dos críticas a esta corriente de pensamiento tienen que ver con el método que

siguieron. Una es la de Giovanni Arrighi, que André Gunder Frank reconoce, y se refiere a

que tanto a los países desarrollados como a la periferia subdesarrollada habría que

analizarlos como parte de un proceso único de acumulación mundial de capital. (Frank;

1979: 10.). Otras, las de Enrique Dussel, y se refiere al método para analizar la

acumulación mundial de capital o la acumulación en la misma A.L., es decir, y para el caso

de nuestro tema de tesis, ¿el análisis se inicia con la acumulación a escala mundial desde

1960 y se va hacia adelante hasta la primera década del siglo XXI, o desde la primera

década del siglo XXI y retrocedemos hasta 1960? Dice Dussel, criticando la metodología

seguida por André Gunder Frank:

Pero la dependencia, en su esencia, es estrictamente extracción de plusvalor por

competencia capitalista industrial. Se parte del hombre y no del mono (de la

competencia entre capitales globales nacionales industriales de diverso desarrollo, por

ejemplo México, Brasil o Argentina con respecto a Estados Unidos en 1950, para

descubrir su esencia), y después se va hacia atrás (hacia el siglo XVI para considerar

su génesis y no al contrario como han pretendido hacerlo casi todos los especialistas

en el tema, comenzando por André Gunder Frank y tantos otros) (Dussel; 1985: 352).

Que tampoco pudieron crear una teoría de la dependencia ya que no desarrollaron los

conceptos marxistas ni crearon categorías que condujeran a una teoría. Dice Dussel que

“…desde André Gunder Frank en adelante se discuten los problemas económicos sin

haberse desarrollado los conceptos ni creado las categorías necesarias. Se pasó a lo

histórico concreto sin marco categorial suficiente…” (Dussel; 1988: 321). Esto tuvo que

ver con el método que siguieron -de allí la importancia de éste en un proceso de

investigación- que fue el histórico y no el lógico. Dice Dussel que “su camino fue siempre

38

la historia y por dicho sendero nunca podrá llegar a una teoría. La lógica debió anticipar a

la historia, tal como Marx lo expresara muchas veces. Es por ello que categorías tan

fundamentales como valor, precio de producción o transferencias de plusvalor, no serán

usados por Frank –pero tampoco por la mayoría de sus críticos.” (Dussel; 1988: 324).

¿Por qué el método de la economía política y no otro? Dice Marx que la economía política

es el estudio de la sociedad burguesa, ¿sociedad burguesa? ¿Por qué estudiar a la sociedad

burguesa? ¿Tiene algo que ver con el desarrollo-subdesarrollo, específicamente con el

subdesarrollo latinoamericano? ¿Desde cuándo estudiar a la sociedad burguesa, desde su

génesis o sólo a partir de la década de los sesenta y hasta la actualidad? Y para ese análisis

es necesario un método. ¿Por qué un método? ¿Es indistinto el método? ¿Cuál método?

¿Por qué no a partir de una teoría e hipótesis? ¿Cómo se nos presenta la “realidad”

burguesa, la realidad capitalista?

A primera vista, en el capitalismo lo que encontramos es que el mundo está escindido en

dos grupos de países, los llamados desarrollados y los subdesarrollados, estos últimos con

la aspiración de llegar a ser como los primeros. En los dos grupos encontramos productores

de bienes y servicios y consumidores. Los primeros en constante agresión comercial,

financiera y militar hacia los segundos sin que estos tengan capacidad de respuesta.

Existencia de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas

(ONU), el Banco Mundial (BM) y Fondo Monetario Internacional (FMI) dominados por los

primeros y que avalan la agresión. Tanto en los primeros como en los segundos, pero más

en los primeros, un incremento constante de la producción de mercancías y servicios. Tanto

en los primeros como en los segundos destrucción de la naturaleza para ese incremento de

la producción Tanto en los primeros como en los segundos, pero más en estos últimos,

apropiación de la producción por una minoría. Tanto en los primeros como en los segundos

existencia de Estados nacionales que responden a intereses de clase. En ambos grupos de

países la existencia de democracia representativa. Entre ambos grupos de países intenso

intercambio comercial de diferentes productos. Al interior y entre ambos grupos

competencia intensa por la venta de mercancías y colocación de sus inversiones. En ambos

grupos de países preponderancia del capital industrial, comercial y financiero. En ambos

grupos de países crisis económicas recurrentes con sus consecuencias sobre las minorías.

Constante migración de los segundos a los primeros. En ambos grupos de países la

39

educación se presenta como la panacea para el crecimiento y el desarrollo. En ambos

grupos la sociedad está dividida en dos clases sociales, en trabajadores no propietarios de

medios de producción y propietarios, que fijan su posición en la apropiación o no de la

producción. En el segundo grupo un fracaso constante en sus aspiraciones por alcanzar el

desarrollo.

Es decir, como diría Karl Marx, la relación países desarrollados-subdesarrollados se nos

presenta como un “todo caótico”, o, en apariencia, como un “todo ordenado”, o los dos.

Caótico, en el sentido de que pareciera que el análisis podría empezar por cualquiera de sus

partes, y ordenado porque pareciera que es un sistema sin conflictos, que los que se

presentan son sólo pasajeros o coyunturales, que una vez superados se continuaría con la

cotidianidad.

Pero también esa relación se presenta como una realidad natural, es decir como una

realidad que siempre ha sido así y por lo tanto será así, sin posibilidad de que puedan ser

de otra manera, sin contradicciones que se puedan exacerbar y conducir a otro tipo de

sistema.

Pero, ¿es esta la realidad capitalista?, ¿de esta realidad podemos derivar la dependencia y

las posibilidades de desarrollo? No, esta es sólo lo aparente que oculta la verdadera esencia

capitalista, es lo fenoménico del capitalismo, o en palabras de Kosik, es la

pseudoconcreción. Es “…un mundo fenoménico en el que la realidad se manifiesta en

cierto modo y a la vez se oculta.” (Kosik; 1963: 96). Así se manifiesta, pero ¿qué oculta, o

qué se oculta en esta relación centro-periferia? Se oculta su esencia, su movimiento, sus

contradicciones. Por ejemplo, no se advierte el porqué los países desarrollados y

subdesarrollados se encuentran en esa condición ni las posibilidades de los segundos de ser

como los primeros; no se percibe el movimiento de la tasa de ganancia y las acciones de los

capitales para influir en ese comportamiento a través del salario y la explotación de la

fuerza de trabajo; no se distingue cómo el Estado, respondiendo a los intereses del capital

industrial, comercial y financiero toma acciones dirigidas a facilitar la baja en el salario y

aumentar la explotación de la fuerza de trabajo tendientes a contrarrestar la caída de la tasa

de ganancia; no se visualiza como la educación sirve a la lógica de acumulación de capital,

entre otros ocultamientos.

40

¿Cómo llegamos a la esencia capitalista o a descubrir lo que se oculta detrás de esa realidad

aparente? En palabras de Kosik, con la destrucción de la pseudoconcreción, tarea nada

fácil. ¿Cómo la destruimos? A través de un método científico. ¿Porqué se necesita un

método, qué método y por qué ese método? El método facilitaría acercarse a la realidad en

su esencia. Pero no es indistinto el método ya que uno u otro nos llevaría a resultados

diferentes, a quedarnos en lo fenoménico, en la pseudoconcreción, o en su destrucción y

acercarnos a la esencia de la realidad capitalista.

No está por demás mencionar la importancia del método. De hecho, la mayoría de las

críticas que Marx hace a las teorías de los economistas, y al mismo Proudhon, tienen que

ver con el método seguido. Dice Marx:

Los economistas nos explican cómo se produce en esas relaciones dadas, pero lo que

no nos explican es como se producen esas relaciones, es decir el movimiento

histórico que las engendra. Proudhon, habiendo tomado esas relaciones como

principios, categorías, pensamientos abstractos, no tiene más que poner orden en esos

pensamientos que ya están ordenados alfabéticamente al final de todo tratado de

economía política. Los materiales de los economistas son la vida activa y dinámica de

los hombres; los materiales de Proudhon son los dogmas de los economistas. Pero

desde el momento en que no se persigue el movimiento histórico de las relaciones de

producción, del que las categorías no son sino la expresión teórica, desde el

momento en que no se quiere ver en esas categorías más que ideas y pensamientos

espontáneos, independientes de las relaciones reales, se está forzado a asignar como

origen de estos pensamientos el movimiento de la razón pura… (Marx; 1847/1987:

64).

Por eso la importancia del análisis del pensamiento dependentista a partir del método

científico empleado.

I.3.3 La relación sujeto-objeto en el análisis del pensamiento dependentista

¿Por qué queremos conocer a la realidad en su esencia?, ¿sólo por conocerla? Dicen los

marxistas que no es suficiente el acercarse a la realidad en su esencia, específicamente

sobre las contradicciones del capitalismo que llevarían o llevarán inevitablemente a su

41

transformación, que no es suficiente tener ese conocimiento y esperar su caída. Dice

Engels:

Si no tuviéramos más garantía en cuanto a la revolución que se avecina y que ha de

transformar el régimen actual de distribución de los productos del trabajo, con todos

sus contrastes glamorosos de miseria y abundancia, hambre y disipación, que la

conciencia de que ese régimen de distribución es injusto y de que, tarde o temprano,

el derecho y la justicia acabarán por triunfar, ya podíamos sentarnos a esperar

tranquilamente (Engels; 1978; 52).

El conocimiento de las contradicciones del capitalismo y del capitalismo latinoamericano

nos va a llevar a la existencia, o no, de una situación de dependencia de las naciones

subdesarrolladas latinoamericanas y si esa dependencia le ha impedido, o no, dejar esa

condición de subdesarrollo, no sólo en los sesenta del siglo XX sino también en la primera

década del siglo XXI. ¿Termina aquí el proceso de conocimiento? No. Dice Mao Tse -

Tung:

…El conocimiento, que se ha adueñado de las leyes del mundo, debe ser dirigido de

nuevo hacia la práctica de la transformación del mundo; aplicado en la práctica de la

producción, en la práctica de la lucha revolucionaria de clases y de la lucha de

liberación nacional así como en la práctica de los experimentos científicos. Ese es el

proceso de comprobación de la teoría y de desarrollo de ésta, la continuación de todo

el proceso de conocimiento… (Mao; 1975: 17).

¿Por qué? ¿Estaríamos hablando de la solidaridad hacia las clases explotadas u oprimidas,

que por medio de la praxis revolucionaria pudiera cambiar esa condición? ¿Todo

conocimiento debe ser para la práctica revolucionaria?, sí, para transformar la realidad.

Al conocer la realidad se abre la posibilidad de cambio en determinada dirección y existe

esa posibilidad porque nosotros no sólo creamos esa realidad sino que estamos inmersos en

ella.

Para el pensamiento dependentista, cuál era el objetivo de resolver el problema que se

plantearon, de resolver las preguntas que se hicieron sobre el subdesarrollo latinoamericano

¿En última instancia era transformar la realidad de manera revolucionaria? Lo indagaremos

en el capítulo III.

42

I.4 PREMISAS A CONSIDERAR EN EL ANÁLISIS DEL PENSAMEINTO

DEPENDENTISTA

Además de las consideraciones que habría que tener presente al abordar un problema de

investigación, que Marx señala en la crítica a Proudhon, también se debe tener presente el

método, la producción en sociedad, la vida material, la lucha de clases, el Estado y los

actores como premisas cuando se analice el pensamiento dependentista para determinar su

actualidad.

I.4.1 Producción en sociedad

Dice Marx: “Individuos que producen en sociedad, o sea la producción de los individuos

socialmente determinada: éste es naturalmente el punto de partida. El cazador o el pescador

solos o aislados, con los que comienzan Smith y Ricardo pertenecen a las imaginaciones

desprovistas de fantasía que produjeron las robinsonadas del siglo XVIII.” (Marx; 1857:

33)

Es cierto, cuando hacemos el análisis de una fracción de la realidad se debe considerar

que se está hablando siempre de producción en sociedad y de una época histórica que tiene

sus especificidades, determinaciones y contradicciones que influyen o determinan el

movimiento de esa fracción. Al interior mismo de esa fracción y etapa podemos encontrar

sub etapas. Por ejemplo, en el caso de la corriente de pensamiento dependentista y de la

misma realidad latinoamericana, sin olvidar las premisas del capitalismo, la década de los

sesenta tiene sus propias determinaciones respecto de la primera década del siglo XXI.

I.4.2 La vida material

Dice Marx que “El modo de producción de la vida material determina el proceso de la vida

social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su

ser, sino por el contrario el ser social es lo que determina su conciencia.” (Marx; 1857: 66-

67). Si esto es así, el análisis de fracciones de la realidad habría que partir de lo material y

no de cómo debería ser lo material, la realidad. ¿Cómo podemos decir cómo debe ser o

comportarse la realidad sin conocer su esencia? La práctica transformadora sólo después de

destruir la pseudoconcreción de la realidad.

43

I.4.3 La lucha de clases

Para Marx y Engels, “la historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros

días es la historia de la lucha de clases.” (Marx y Engels; 2008: 123).

En la acumulación originaria del capital, Marx desarrolla como transcurre la separación del

productor directo de sus medios de producción para convertirse en obrero asalariado y de

cómo el capital comercial se convierte en capital industrial. Ya constituidas estas dos clases

sociales entran en contacto, el primero como vendedor de su fuerza trabajo y el segundo,

ya como poseedor del capital, como comprador de la fuerza de trabajo y medios de

producción, que los pondrá en contacto en el proceso de producción y del cual, producto de

la explotación de la fuerza de trabajo, surgirá la ganancia. Esta será la característica

principal del capitalismo, mostrándose así mismo que el fin último del capital es la

obtención de la ganancia7. Es decir, el capital industrial, comercial y financiero no tiene

ningún interés en el desarrollo, a menos que este garantice el incremento de las ganancias.

¿Cómo es que en países de A.L. se toleran altos niveles de pobreza, de salarios deprimidos,

etc.? Dice Marx, respecto a una o la principal contradicción del capitalismo, que “nuestra

época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las

contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más en dos grandes

campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el

proletariado.”8 (Marx y Engels; 2008: 124).

Esta contradicción, y esta búsqueda de la ganancia por la burguesía se extendieron por el

resto del planeta vía conquista y colonización. Ya Karl Marx llamaba la atención sobre la

expansión de la producción capitalista hacia el resto del mundo, de “…la absorción de

7 También cuando señalaba la importancia de la ganancia para el capital. “El capital tiene horror a la ausencia

de ganancia o a la ganancia demasiado pequeña, como la naturaleza tiene horror al vacío. Conforme aumenta

la ganancia, el capital se envalentona. Asegúresele un 10 por 100 y acudirá a donde sea; un 20 por 100, y se

sentirá ya animado; con un 50 por 100, positivamente temerario, al 100 por 100, es capaz de saltar por encima

de todas las leyes humanas; el 300 por 100, y no hay crimen a que no se arriesgue, aunque arrostre el patíbulo.

Si el tumulto y las riñas suponen ganancias, allí estará el capital encizañándolas. Prueba: el contrabando y la

trata de esclavos.” (Marx; 1894/1986: 648). 8 Las definiciones que Marx y Engels dan de burguesía y proletariado son: “Por burguesía se comprende a la

clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de producción social, que emplean el trabajo

asalariado. Por proletarios se comprende a la clase de los trabajadores asalariados, modernos que, privados de

medios de producción propios se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir.” (Marx y

Engels; 2008: 123).

44

todos los países por la red del mercado mundial y, como consecuencia de esto, el carácter

internacional del régimen capitalista…” (Marx; 1894/1986: 648).

Al proletariado, por su parte, Marx le asignaba el papel principal en la transformación

revolucionaria de las sociedades. Se la asigna por su condición de clase explotada en la

producción capitalista, que sólo puede superar por la revolución y abolición de la burguesía

como clase explotadora y el estado burgués en el que se sustenta.

I.4.4 El Estado

Dice Marx que “cada etapa de la evolución recorrida por la burguesía ha sido acompañada

del correspondiente éxito político; después durante el periodo de la manufactura,

contrapeso de la nobleza en las monarquías feudales o absolutas y, en general, piedra

angular de las grandes monarquías, la burguesía, después del establecimiento de la gran

industria y del mercado universal, conquistó finalmente la hegemonía exclusiva del poder

político representativo moderno. El gobierno del Estado moderno no es más que una junta

que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.” (Marx y Engels; 2008:

126). ¿Qué significa que el fin de la clase burguesa sea la ganancia? Significa que las

acciones del Estado están dirigidas a que la clase burguesa alcance ese fin.

Lenin, citando a Engels, que “como el Estado nació de la necesidad de refrenar los

antagonismos de clase, y como, al mismo tiempo nació en medio del conflicto de esas

clases, es por regla general, el Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente

dominante, que, con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente dominante,

adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida”

(Lenin; 1960: 311).

¿Cómo utilizan las clases dominantes el Estado para ejercer su poder de manera velada? Lo

hacen, por una parte, presentando a las instituciones del Estado como independientes y

autónomas en su funcionamiento, por la otra, hacen parecer sus intereses como comunes,

como intereses de toda la sociedad; ideas e intereses que conducen a elevar las ganancias y

la acumulación.

¿Cómo trasmiten sus ideas a toda la sociedad y cómo en determinado momento hacen valer

por la fuerza sus intereses? Para sus ideas cuentan con lo que se llaman “los aparatos

ideológicos”. Entre los primeros se encuentran los medios de comunicación, la escuela y la

45

iglesia, entre otros, como los principales, desde mi punto de vista, mientras que entre los

segundos se encuentran el ejército, a los cuerpos policiacos, las cárceles y otros. Por

supuesto que la importancia de estos cambia conforme cambian las épocas históricas. Por

ejemplo, qué peso tenían los medios de comunicación en A.L. en los sesenta del siglo XX y

que peso en la primera década del siglo XXI.

En A.L. se ha discutido mucho sobre las actividades que debe llevar a cabo el Estado para

que las naciones latinoamericanas alcancen el desarrollo. Primero, durante la llamada etapa

de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), desde la década de los cuarenta

hasta los setenta del siglo XX, al Estado se le asignó un papel de promotor del desarrollo,

con el neoliberalismo, a partir de principios de la década de los ochenta y hasta lo que va

del siglo XXI, el de promover el mercado y mantenerse al margen del desarrollo y,

recientemente, a raíz de la crisis financiera iniciada en EE.UU. en 2007 y sus efectos

negativos sobre el crecimiento y el empleo de las naciones latinoamericanas, la CEPAL ha

planteado nuevamente la intervención del Estado para disminuir las desigualdades sociales.

I.4.5 Los actores

Marx, Engels, Lenin y Mao analizaron las contradicciones del capitalismo. Llamaron la

atención sobre las dos clases sociales que caracterizan al capitalismo, la burguesía y el

proletariado, como las clases principales de la sociedad burguesa; como las clases sociales

irreconciliables. El proletariado como la clase social con la responsabilidad histórica de

terminar con el sistema capitalista y conducir al socialismo. Dicen Marx y Engels que “de

todas las clases sociales que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una

clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con

el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar.”

(Marx y Engels; 2008: 136). A los demás grupos sociales, que Marx les llama “capas

medias”, no tendrían la menor importancia en el cambio revolucionario dirigido por el

proletariado. Dicen Marx y Engels:

Las capas medias –el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el

campesino-, todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su

existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias, sino

conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda

46

de la historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de

su tránsito inminente al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes, sino

sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los

del proletariado (Marx y Engels; 2008: 136).

¿Siguen siendo la burguesía industrial y el proletariado las clases sociales que definen el

curso de la historia? ¿Sigue siendo solo el proletariado el que tiene la responsabilidad

histórica de terminar con el capitalismo y conducir al socialismo? No.

Los actores dependerán del objeto de estudio y los objetivos de este. Por ejemplo, en el “El

Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte”, Marx analiza un periodo corto de la historia

francesa, una coyuntura, en la que están presentes no sólo la burguesía y el proletariado,

sino otros actores como los partidos políticos, el proletariado, el campesinado y otros

actores sin los cuales era imposible analizar esa realidad en su esencia (Marx; 2003/2009).

En Cuba, en algún momento Chile y Nicaragua, iniciaron el cambio revolucionario sin que

fuera el proletariado el principal protagonista de ese cambio, más bien se aglutinaron varios

grupos sociales que llevaron al socialismo.

En el siguiente capítulo, el contexto mundial que incidió en la construcción de las tesis

dependentistas. Desde la construcciones teóricas hasta la década de los sesenta en las dos

vertientes, las de la teoría económica y las de la economía política, hasta el desarrollo

desigual entre países desarrollados y subdesarrollados y la persistencia del subdesarrollo en

un gran número de naciones periféricas.

47

CAPÍTULO II. CONTEXTO MUNDIAL EN LOS ORÍGENES DE LA

CONSTRUCIÓN DEL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA

Presentación

Cuando se construye el pensamiento dependentista en la década de los sesenta ya existe un

gran acervo de construcciones teóricas sobre el problema del desarrollo-subdesarrollo en

Europa, EE.UU. y A.L. Las construcciones se habían dado en dos vertientes, una, las de la

teoría económica o ciencia burguesa, que no cuestionaban las contradicciones del modo de

producción capitalista y eran optimistas en las posibilidades de las naciones

subdesarrolladas en lograr el desarrollo dentro de este modo de producción, la otra, la de

los marxistas, por el contrario, señalaban que las contradicciones de acumulación y

explotación de este modo impedía satisfacer las necesidades de manera holgada de todas la

sociedades, tanto de las desarrolladas como de las subdesarrolladas, por lo que llevaban a

las sociedades a la búsqueda y construcción de otro modo de producción como el

socialismo, sea por acciones revolucionarias, sea por medio del voto popular.

Esas construcciones teóricas se habían llevado a la práctica vía acciones gubernamentales y

acciones revolucionarias socialistas. Dentro de las primeras, primero, fue el liberalismo,

que como paradigma dominante había estado vigente por lo menos hasta la Gran Depresión

de 1929. Después, por estragos de la crisis de 1929 y la SGM el liberalismo sería

abandonado para dar paso al paradigma keynesiano hasta mediados de la década de los

setenta del siglo XX, que es cuando empieza a imponerse el llamado neoliberalismo.

Dentro de las segundas, están las acciones revolucionarias en Rusia, Europa del Este y otras

naciones, y en A.L. las de Cuba y posteriormente en Chile por medio del voto popular.

Por supuesto que el modo de producción capitalista y socialista, así como sus defensores,

tanto de uno como de otro, no han estado al margen de severas críticas. El primero, de

explotador, concentrador y empobrecedor, el segundo, de llevar a la dictadura y a la pérdida

de las libertades más elementales.

Hasta la década de los sesenta, por las contradicciones del modo de producción capitalista y

las construcciones teóricas del desarrollo-subdesarrollo y su puesta en práctica, el mundo

había quedado dividido en tres grupos de países, los llamados desarrollados y

subdesarrollados y los llamados socialistas.

48

Dentro de los subdesarrollados, los de A.L., hasta la década de los sesenta, estaban muy

lejos de alcanzar el llamado desarrollo económico, entendido como se entendía en

occidente, es decir, como el incremento de capital por hombre ocupado, que lleva consigo

un aumento de la productividad, que a su vez conduce a un aumento del ingreso, que tiene

por consecuencia un aumento del mercado interior, etc.

Así, la preocupación por el “desarrollo-subdesarrollo” del pensamiento dependentista

latinoamericano en la década de los sesenta del siglo XX forma parte de una larga

tradición en Europa, posteriormente en EE.UU. y A.L., que data de siglos. Preocupación

en todos los sentidos, es decir, desde cómo abordarlo, cómo entenderlo, sus causas y cómo

alcanzarlo. Esta preocupación dio lugar a diversas construcciones teóricas con diferencias

importantes entre ellas, construcciones que han tenido aplicaciones prácticas, no sólo en el

sentido de acciones de política económica sino también de acciones revolucionarias. La

preocupación se daba ya dentro del pleno desarrollo y contradicciones del modo de

producción capitalista y la división del mundo en dos grupos de países, primero entre

metrópolis y colonias y después, ya con la independencia de los primeros, entre países

desarrollados y subdesarrollados. Por supuesto que con el trascurrir de los siglos, al

cambiar la realidad, la concepción del desarrollo-subdesarrollo, sus posibles causas y las

posibilidades de salida han cambiado.

¿Por qué esta preocupación? La preocupación, primero, de alguna u otra manera, siempre

ha estado relacionada con el bienestar material de la mayoría de la población en las

naciones y al que se le dio en llamar felicidad, progreso, y recientemente desarrollo-

subdesarrollo, segundo, por las causas, que están desde la conducta de los seres humanos

y las propias instituciones hasta el mismo modo de producción capitalista, y tercero, sobre

las posibilidades y acciones para alcanzar el desarrollo, que van desde el propio mercado

hasta las propias acciones revolucionarias, no muy alejadas de las actuales preocupaciones.

Habría que señalar, como ya lo hicimos anteriormente, que las construcciones teóricas, en

un inicio, se dieron en Europa y después EE.UU., y va a ser hasta fines de la tercera década

del siglo XX, con la obra de Mariátegui sobre la economía peruana, que se van a iniciar las

construcciones en A.L. sobre el desarrollo-subdesarrollo, a la que le van a seguir las de la

49

CEPAL a fines de la década de los cuarenta del mismo siglo, por medio de Prebisch, y las

de los dependentistas en la década de los sesenta y principios de los setentas9.

Hasta el fin de SGM, las teorías referidas al desarrollo se habían dividido en dos grandes

corrientes o grupos, por un lado las de la teoría económica con los fisiócratas, Adam Smith,

Schumpether, Keynes y Hayek, entre otras, y los socialistas científicos, con Marx y Engels

a la cabeza, seguidos posteriormente por Hilferding, Lenin, Bujarin y Rosa Luxemburgo.

En las primeras, específicamente el pensamiento de Adam Smith, era y es posible alcanzar

la felicidad, el progreso, el desarrollo dentro del modo de producción capitalista y propuso

el liberalismo dentro del cual se destaca la libertad para producir y comerciar, en las

segundas, como ya lo señalamos anteriormente, las necesidades materiales de toda la

sociedad no se podrían satisfacer dentro del modo de producción capitalista, y las llevaba a

buscar otras opciones de desarrollo como sería el socialismo.

Desde la SGM y hasta los sesenta del siglo XX, por parte de la teoría económica y el

marxismo, prosiguieron las construcciones teóricas sobre el problema del desarrollo-

subdesarrollo. En las primeras están las construcciones de Hayek, Nurkse, Lewis y Myrdal,

entre otras, por el marxismo las de Baran y Dobb, y en A.L., que es prolífica en cuanto a

este tipo de construcciones, principalmente están las de Prebisch por parte de la CEPAL en

la teoría económica y las del pensamiento dependentista en la teoría marxista.

En todo este trayecto, por lo menos desde mediados del siglo XIX y hasta la década de los

sesenta del siglo XX, se da un extraordinario desarrollo de las fuerzas productivas, la

realidad, los datos y análisis de Lenin, Bujarin y otros marxistas y no marxistas así lo

constatan, que tiene sus implicaciones en el proceso de producción, crecimiento de la

producción, la explotación de la fuerza de trabajo, el comercio, las finanzas y la

concentración de la producción. El dinamismo capitalista se basó, primero en el liberalismo

y después en el keynesianismo, dinamismo que se vio interrumpido por eventos de

trascendencia como la Primera Guerra Mundial (PGM), la revolución socialista de Rusia en

1917, la crisis de 1929 y la SGM. Acontecimientos que reflejaban, por una parte, la

competencia de las potencias capitalistas por los mercados de mercancías y capitales, y por

la otra, la anarquía de la producción, que de alguna manera cuestionaban no sólo las bases

9 A las aportaciones teóricas de la CEPAL y de los dependentistas haremos referencia en el capítulo III de

esta tesis doctoral.

50

teóricas y prácticas en que se basaba el dinamismo sino al mismo capitalismo como opción

de las sociedades para desarrollarse material y espiritualmente.

Por supuesto que el desarrollo desigual entre naciones desarrolladas y subdesarrolladas se

va a ampliar. Las primeras, independientes, dominantes, concentrando la tecnología, las

innovaciones, la producción, el comercio, las ganancias y la exportación de capitales y con

altos niveles de vida de la mayor parte de su población, mientras que las segundas,

dominadas y dependientes para su crecimiento del comercio, de los préstamos, de las

inversiones extranjeras y de tecnología de las naciones desarrolladas, y con una gran parte

de su población sumida en la pobreza.

Así, el presente capítulo de tesis lo dividiremos en dos apartados, en el primero, las

construcciones teóricas sobre el desarrollo-subdesarrollo hasta la SGM, su aplicación

práctica, el crecimiento de la producción y sus resultados en términos de desarrollo-

subdesarrollo. En el segundo, desde la SGM y hasta la década de los sesenta del siglo XX,

que es cuando se construye el pensamiento dependentista. En este periodo la ciencia

burguesa empieza a ser más prolífica y dominante sobre el problema del desarrollo-

subdesarrollo, y más dominante ya que sus preceptos sobre crecimiento y desarrollo son

aplicados sin muchos cuestionamientos. También sucede con la economía política, -y ya el

socialismo real como alternativa al capitalismo-, en cuanto a construcciones teóricas que

cuestionan al capitalismo como opción de desarrollo.

II.1 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO HASTA LA

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: LIBERALISMO, SOCIALISMO, FELICIDAD

Y PROGRESO

II.1.1 Modo de producción capitalista y liberalismo: felicidad y progreso, una meta

alcanzable

Dice Bury, que hasta las primeras décadas del siglo XIX, ya con la construcción de las

teorías socialistas, las teorías del progreso comenzaron a diferenciarse en dos tipos distintos

y totalmente opuestas:

Un tipo es el de los idealistas constructivos y socialistas que piensan que pueden ya

llamar por su nombre a todas y cada una de las calles y torres de la ciudad de oro que

creen está situada al otro lado del promontorio; el desarrollo humano es un sistema

51

cerrado; su meta nos es conocida y se encuentra a nuestro alcance. El otro tipo es el

de quienes creen que, considerando la gradual progresión humana, el hombre,

mediante el mismo juego entrecruzado de fuerzas que le han conducido hasta donde

se encuentra y mediante un mayor desarrollo de la libertad que tantos esfuerzos le ha

costado ganar, marchará lentamente hacia unas condiciones de progresiva y creciente

armonía y felicidad. Para estos el desarrollo no tiene fin; su meta es desconocida y se

pierde en el remoto futuro. La libertad individual es su tema central y su teoría

política correspondiente el liberalismo. La primera clase de doctrina lleva un sistema

simétrico en el que la autoridad del Estado es preponderante y el individuo tiene un

valor poco mayor que el de un tornillo en un engranaje bien engrasado, es decir, tiene

su lugar asignado ya de una vez para siempre y no tiene derecho a hacer valer sus

propias opiniones… (Bury; 1971: 213-214).

En las primeras se podrían ubicar las ideas de los socialistas idealistas y científicos, estos

últimos en las ideas de Marx y Engels, y en las segundas las de los fisiócratas y las de

Adam Smith.

En las segundas, por ejemplo, para los fisiócratas el fin de la sociedad era la búsqueda de la

felicidad. “Daban por sentado, al igual que los enciclopedistas, que el fin de la sociedad es

la obtención de la felicidad terrestre por sus miembros y que ésta es la única razón de ser de

los gobiernos. El objeto de un tratado de Mercier de la Riviere (adecuada exposición de las

opiniones de la escuela) es, según sus propias palabras, descubrir el orden natural para el

gobierno de los hombres que viven en comunidades organizadas, capaz de asegurarles la

felicidad temporal: un orden en el que todo esté bien, y en el que los intereses de todos se

hallen tan perfecta e íntimamente consolidados que todos sean felices, desde el gobernante

hasta el último de sus súbditos.” (Bury; 1971: 160). Segundo, la felicidad la entendían

como “la mayor abundancia posible de objetos capaces de darnos satisfacción y en la

máxima libertad para gozar de ellos.” (Bury; 1971: 160). Libertad para producirlos y

libertad para disfrutarlos. Tercero, la condición principal de las dos libertades era la

propiedad individual ya que “la propiedad es la medida de la libertad y la libertad es la

medida de la propiedad” (Bury; 1971: 161). De aquí, entonces, que la función principal del

Estado era proteger a la propiedad y darle total libertad a la empresa privada para que

52

explotase los recursos del planeta. Ideas que no se alejan mucho de lo que se entiende y

cómo alcanzar el desarrollo en la actualidad.

En Inglaterra, la obra de Adam Smith se mostraba en la misma dirección, en la división del

trabajo y en la libertad para producir y para comerciar, y en las acciones del Estado en

promover y garantizar esas libertades para el bien común. Según Bury:

…sugiere la posibilidad de un aumento indefinido de la riqueza y bienestar. Smith se

hallaba plenamente de acuerdo con los economistas franceses sobre el valor de la

riqueza para la civilización y la felicidad de la humanidad. Pero quizá fue

indirectamente como su obra contribuyó más efectivamente a la doctrina del progreso

de la humanidad en general. Sus enseñanzas de que el libre comercio entre todos los

pueblos del mundo, no obstaculizado por las políticas gubernamentales, contribuía a

la obtención de las mayores ventajas para cada individuo representaban un ideal de

solidaridad económica del género humano, que es uno de los elementos del ideal del

progreso. Pronto el principio comenzó a afectar a la práctica… (Bury; 1971: 2001).

En la línea de la teoría económica, en 1912 se pública la obra Joseph Schumpeter y en 1936

la de John Maynard Keynes. La primera es una obra que, por el tema que nos ocupa, carece

de trascendencia, mientras que la segunda adquiere importancia ya que cuestiona las bases

teóricas de la teoría económica burguesa de pleno empleo y postula la intervención del

Estado para incrementar la inversión y la ocupación. Aun así, por el tema que nos ocupa, no

profundizaremos en la obra de Keynes, sólo señalaremos el principal cuestionamiento al

postulado de la teoría clásica de pleno empleo y del porque no era aplicable a la realidad de aquel

entonces ni, creemos, a la realidad actual.

Decimos que carece de trascendencia en el sentido de que Schumpeter busca explicar los

cambios en el ámbito económico, y que él le llama desenvolvimiento. Dice Schumpeter:

¿…no podremos construir un modelo o esquema teórico de la mera evolución

económica, descubriendo que impulsos concretos la mueven…? He aquí lo que he

tratado de hacer. Clasificando todos los factores que pueden ser causantes de cambios

en el mundo económico, he llegado a la conclusión de que, aparte de los factores

externos, existe uno puramente económico de importancia capital, y al que yo he

dado el nombre de innovación. He tratado de demostrar que el modo en aparecen las

53

innovaciones y en que son absorbidas por el sistema económico es suficiente para

explicar las continuas revoluciones económicas que son la característica principal de

la historia económica...como una teoría del capitalismo (Schumpeter; 1912/1976: 10).

Lo que causa este desenvolvimiento son las innovaciones, producto de nuevas

combinaciones.

Este concepto cubre cinco casos siguientes: 1) La introducción de un nuevo bien –

esto es, uno con que no se hayan familiarizado los consumidores- o de una nueva

calidad de un bien. 2) La introducción de un nuevo método de producción, esto es, de

uno no probado por la experiencia en la rama de la manufactura de que se trate, que

no precisa fundarse en un descubrimiento nuevo desde el punto de vista científico, y

que puede consistir simplemente en una forma nueva de manejar comercialmente una

mercancía. 3) La apertura de un nuevo mercado, esto es, un mercado en el cual no

haya entrado la rama especial de la manufactura del país de que se trate, a pesar de

que existiera anteriormente dicho mercado. 4) La conquista de una nueva fuente de

aprovisionamiento de materias primas o bienes semimanufacturados, haya o no

existido anteriormente, como en los demás casos. 5) La creación de una nueva

organización de cualquier industria, como la de una posición de monopolio (por

ejemplo, por la formación de un trust) o bien la anulación de una posición de

monopolio existente con anterioridad (Schumpeter; 1912: 77).

El que hace estas innovaciones es el empresario, o más bien, sólo es considerado

empresario el que hace estas combinaciones, innovaciones, por supuesto que conducen a

incrementar la producción y las ganancias, ganancias del empresario. Dice Schumpeter

“Llamamos empresa a la realización de nuevas combinaciones, y empresarios a los

individuos encargados de dirigir dicha realización…” (Schumpeter; 1912: 84).

Keynes nos dice que las enseñanzas de la teoría clásica, que había dominado el

pensamiento teórico y práctico durante los últimos cien años, son engañosas y desastrosas

si se aplican a la realidad10

. ¿Cuáles eran esas enseñanzas y por qué eran engañosas? La

10

Dice Keynes sobre el objetivo de su trabajo: “He llamado a este libro Teoría general de la ocupación, el

interés y el dinero, recalcando el sufijo general, con objeto de que el título sirva para contrastar mis

argumentos y conclusiones con los de la teoría clásica, en que me eduqué y que domina el pensamiento

económico, tanto práctico como teórico, de los académicos y gobernantes de esta generación igual que lo ha

54

primera es que “el salario es igual al producto marginal del trabajo”, es decir que “el salario

real de una persona ocupada es igual al valor que se perdería si la ocupación se redujera en

una unidad (después de deducir cualquier otro costo que se evitara con esta rebaja de

producción), sujeto, sin embargo, al requisito de que la igualdad puede ser perturbada, de

acuerdo con ciertos principios, si la competencia y los mercados son imperfectos.”

(Keynes; 1936/ 1995: 17). La segunda, es que la “utilidad de salario, cuando se usa

determinado volumen de trabajo, es igual a la desutilidad marginal de ese mismo volumen

de ocupación.”, esto es, que “el salario real de una persona ocupada es el que basta

precisamente (según la opinión de ésta) para provocar la ocupación del volumen de mano

de obra realmente ocupado, quedando esto sujeto a la condición de que la igualdad para

cada unidad individual de trabajo (ecuación entre la utilidad del salario real y la desutilidad

del trabajo) puede alterarse por combinaciones entre las unidades disponibles, de modo

semejante a como las imperfecciones de la competencia condicionan el primer postulado.

Por desutilidad debe entenderse cualquier motivo que induzca a un hombre o a un grupo de

hombres a abstenerse de trabajar antes que aceptar un salario que represente para ellos una

utilidad inferior a cierto límite.” (Keynes; 1936/ 1995: 17). ¿Qué significan estos dos

postulados en términos de ocupación? En la teoría clásica significaría que en el capitalismo

de libre mercado no existe desocupación, existe ocupación plena. El desempleo sólo puede

ser voluntario, es decir que los trabajadores no están dispuestos a trabajar por los salarios

existentes correspondientes a la productividad marginal. Los hechos, como la depresión de

1929-1932 que generó un desempleo masivo en los EE.UU., según Keynes, sería suficiente

para poner en tela de juicio el postulado de pleno empleo de la teoría clásica y elaborar una

nueva teoría en el que existiera desocupación involuntaria11

. Si el volumen de ocupación no

dominado durante los últimos cien años. Sostendré que los postulados de la teoría clásica sólo son aplicables a

un caso especial, y no en general, porque las condiciones que supone son un caso extremo de todas las

posiciones posibles de equilibrio. Más aún, las características del caso especial supuesto por la teoría clásica

no son las de la sociedad económica en que hoy vivimos, razón por la cual sus en enseñanzas engañan y son

desastrosas si intentamos aplicarlas a los hechos.” (Keynes; 1936: 15). 11

Dice Keynes sobre cómo el desempleo en EE.UU., por la crisis de 1929, puso en tela de juicio el postulado

de la teoría clásica de desempleo voluntario: “Más aun, el aserto de que la falta de ocupación que caracteriza

una depresión se debe a la negativa de los obreros a aceptar una rebaja en el salario nominal, no se apoya en

los hechos. No es muy exacto decir que la desocupación en Estados Unidos en 1932 se debió a la obstinada

negativa del trabajo a aceptar una rebaja en los salarios nominales o a la tenaz demanda de un salario real

superior al que consentía la productividad del sistema económico. Son amplias las variaciones que sufre el

volumen de ocupación sin que haya ningún cambio aparente en las exigencias mínimas reales de los obreros

ni en su productividad. Los obreros no son –ni mucho menos- más obstinados en la depresión que en el auge,

55

está determinado por la productividad marginal del trabajo, ¿qué lo determina? Está

determinado por la demanda efectiva, y esta a su vez está determinada por la propensión a

consumir y por el coeficiente de inversión. Esto significaría que si la propensión y el

coeficiente se expresan en una insuficiente demanda efectiva la demanda de trabajo será

menor a su oferta, es decir habrá desempleo. Dice Keynes al respecto:

El volumen de ocupación no está, pues, fijado por la desutilidad marginal del trabajo,

medida en salarios reales, excepto en el caso de que la oferta disponible de mano de

obra para una magnitud dada de salarios reales señale un nivel máximo a la

ocupación. La propensión a consumir y el coeficiente de inversión nueva

determinan, entre ambos el volumen de ocupación, y éste está ligado únicamente a un

nivel determinado de salarios reales –no al revés-. Si la propensión a consumir y el

coeficiente de inversión nueva se traducen en una insuficiencia de la demanda

efectiva, el volumen real de ocupación se reducirá hasta quedar por debajo de la

oferta de mano de obra potencialmente disponible al actual salario real, y el salario

real de equilibrio será mayor que la desutilidad marginal del nivel de equilibrio de la

ocupación (Keynes; 1936/ 1995: 37-38).

¿Cómo aumentamos los dos coeficientes para aumentar la demanda efectiva y el empleo?

¿Lo dejamos al mercado, sólo a la iniciativa privada, a particulares? La crisis del 29, en un

ambiente de capitalismo de libre mercado había demostrado que no, que se necesitaba las

acciones, además de los particulares, del Estado para aumentar los dos coeficientes. Dice

Keynes:

Las consecuencias de la teoría expuesta son moderadamente conservadoras en otros

respectos, pues si bien indica la importancia vital de establecer ciertos controles

centrales en asuntos que actualmente se dejan casi por completo en manos de la

iniciativa privada, hay muchos campos de actividad a los que no afecta. El estado

flaquea su productividad física. Estos hechos de la experiencia son, prima facie, un motivo para poner en tela

de juicio la propiedad del análisis clásico.” (Keynes; 1936/ 1995: 20). La no correspondencia de la teoría con

la realidad, dice Keynes, hace necesaria una nueva teoría del sistema en que sea posible la existencia de

desempleo involuntario. Dice Keynes: “Hoy la economía exige algo semejante; necesitamos desechar el

segundo postulado de la doctrina clásica y elaborar la teoría del comportamiento de un sistema en el cual sea

posible la desocupación involuntaria en su sentido riguroso.” (Keynes; 1936/ 1995: 17).

56

tendrá que ejercer una influencia orientadora sobre la propensión a consumir a través

de su sistema de impuestos, fijando la tasa de interés y, quizá por otros medios. Por

otra parte, parece improbable que la influencia de la política bancaria sobre la tasa de

interés sea suficiente por sí misma para determinar otra inversión óptima. Creo, por

tanto, que una socialización bastante completa de las inversiones será el único medio

de aproximarse a la ocupación plena; aunque esto no necesita excluir cualquier forma,

transacción o medio por los cuales la autoridad pública coopere con la iniciativa

privada, pero fuera de esto, no se aboga francamente por un socialismo de estado que

abarque la mayor parte de la vida económica de la comunidad. No es la propiedad de

los medios de producción la que conviene al estado asumir. Si éste es capaz de

determinar el monto global de los recursos destinados a aumentar esos medios y la

tasa básica de remuneración de quienes los poseen, habrá realizado todo lo que le

corresponde. Además, las medidas indispensables de socialización pueden

introducirse gradualmente sin necesidad de romper con las tradiciones generales de la

sociedad (Keynes; 1936/ 1995: 332-333).

La crisis del 29 y la teoría de Keynes fueron trascendentales para el funcionamiento de la

economía mundial capitalista ya que se reconoció, a nivel teórico y práctico, que era

necesaria la intervención del Estado para generar los volúmenes de inversión, de

producción y de empleos que las economías requerían. Estas ideas se pondrían en práctica

por el mundo capitalista desarrollado y subdesarrollado por lo menos desde la década de los

cuarenta y hasta mediados de la década de los setenta y principios de la de los ochenta siglo

XX.

En el transcurso de estas décadas los ideólogos del capitalismo de libre mercado buscaron

denostar la intervención de Estado en la economía y asignarle todos los problemas que la

economía mundial capitalista enfrentaba por poner obstáculos al capitalismo de libre

mercado, por lo que es a partir de fines de la década de los setenta y principios de los

ochenta que se van a abandonar los principios keynesianos y generalizar los principios del

capitalismo de libre mercado con todas las consecuencias negativas sobre el crecimiento de

la inversión, la producción, el empleo, la pobreza, etc. De manera explícita lo veremos en el

capítulo IV de esta tesis.

57

II.1.2 El modo de producción capitalista, el marxismo y el socialismo científico

Las ideas de los idealistas constructivos y socialistas, como Bury les llama, se daban ya en

pleno desarrollo de las contradicciones del modo de producción capitalista a escala

mundial. Van a ser Marx y Engels los que plantearán que en este modo de producción no se

pueden satisfacer las necesidades materiales de toda la sociedad ni le permiten desarrollar

todas sus capacidades físicas y espirituales, sean en países desarrollados como en

subdesarrollados; que las contradicciones de este modo de producción inevitablemente

conducirían al socialismo. Su teoría inspiraría varias acciones revolucionarias en el mundo.

Estas conclusiones se derivaron de su método de investigación empleado para el análisis

del modo de producción capitalista. El método concreto-abstracto-concreto, método que ha

sido utilizado para acercarse a los fenómenos sociales y económicos en su esencia.

¿En qué consistió su teoría sobre el modo de producción capitalista, cuyas contradicciones

conducirían al socialismo? Antes de mostrar las características y contradicciones del modo

de producción capitalista, y tomando en cuenta el método marxista de investigación

concreto-abstracto-concreto, habría que tener presente que es un modo de producción

históricamente determinado. Es decir, es producto de un proceso histórico que se inicia en

siglo XVI con la transición del feudalismo al modo de producción capitalista y en el que,

por una parte, el productor directo es separado de sus medios de producción y obligado a

vender su fuerza de trabajo por un salario, y por la otra, la acumulación de capital en las

actividades comerciales para estar en condiciones de comprar las materias primas y fuerza

de trabajo, mercancías que el capitalista comercial conjunta en el proceso de producción,

para dar origen a una mercancía con un valor superior al valor de las dos mercancías,

diferencia que es valor producido y no retribuido al obrero y que se va apropiar el

propietario de los medios de producción, y ese va a ser el móvil del modo de producción

capitalista, es decir la ganancia. Esta sería la principal contradicción de la lucha de clases

en el modo de producción capitalista, burguesías-proletariado.

En el tomo I del Capital, Marx plantea como se dio ese proceso de construcción del modo

de producción capitalista, que él le llama acumulación originaria del capital. También, con

la construcción teórica de sus principales contradicciones evidenciaba el móvil de la

producción capitalista y con este la opción real del socialismo como alternativa al

58

capitalismo. Dice Engels, por una parte, “…que estos dos grandes descubrimientos: la

concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción

capitalista, mediante la plusvalía, se la debemos a Marx. Gracias a ellos, el socialismo se

convierte en una ciencia…”, y por la otra, que de este “…modo el socialismo no aparecía

ya como el descubrimiento casual de tal o cual intelecto de genio, sino como el producto

necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la

burguesía. Su misión ya no era elaborar un sistema lo más perfecto posible de sociedad,

sino investigar el proceso histórico económico del que forzosamente tenían que brotar estas

clases y su conflicto, descubrir los medios para la solución de éste en la situación

económica así creada…el socialismo anterior criticaba el modo capitalista de producción

existente y sus consecuencias, pero no acertaba a explicarlo, ni podía, por tanto, destruirlo

ideológicamente: sólo se alcanzaba a repudiarlo, lisa y llanamente como malo…Más de lo

que se trataba era, por una parte, exponer ese modo capitalista de producción en sus

conexiones históricas y como necesario para una determinada época de la historia,

demostró con ello también la necesidad de su caída, y, por otra parte, poner al desnudo su

carácter interno, oculto todavía. Éste se puso de manifiesto con el descubrimiento de la

plusvalía. Descubrimiento que vino a revelar que el régimen capitalista de producción y la

explotación del obrero, que de él se deriva, tenían por forma fundamental la apropiación del

trabajo no retribuido; que el capitalista, aun cuando compra la fuerza de trabajo de su

obrero por todo su valor, por todo el valor que representa como mercancía en el mercado,

saca siempre más valor de lo que le paga, y que esta plusvalía es , en última instancia, la

suma de valor de donde proviene la masa cada vez mayor de capital acumulada en manos

de las clases poseedoras. El proceso de la producción capitalista y el de la producción de

capital quedaban explicados.” (Engels; 1880/1984:84).

Dice Marx que “… la venta de la propia fuerza de trabajo (bajo la forma de venta del

propio trabajo o de salario) se presenta no como manifestación aislada, sino como el

supuesto socialmente decisivo de la producción de mercancías, que por lo tanto el capital

dinerario a escala social cumpla la función D-M-FT y FT examinada aquí, esto supone

procesos históricos a través de los cuales se disolvió la combinación originaria entre los

medios de producción y la fuerza de trabajo; procesos merced a los cuáles se enfrentan la

59

masa del pueblo, los obreros, como no propietarios y los no obreros como propietarios…”

(Marx; 1976/1978: 38-39)12

.

Este modo de producción se mundializó vía la conquista y dominio de los territorios de

A.L., África y Asia durante tres siglos y escindió al planeta en dos grupos de países,

desarrollados y subdesarrollados, sin posibilidades de muchos de estos últimos de alcanzar

el desarrollo por la extracción de sus excedentes.

Quedaba así definida la lucha de clases, y se descubría con esto, dicen Marx y Engels, que

la historia de la humanidad ha estado marcada por la lucha de clases en cuya base se

encuentra la estructura económica, estructura que determina lo jurídico y lo político. Dice

Engels:

Los nuevos hechos obligaron a someter a toda la historia anterior a nuevas

investigaciones, entonces se vio que, con excepción del estado primitivo, toda la

historia anterior había sido la historia de las luchas de clases, y que estas clases

sociales pugnantes entre sí eran en todas las épocas fruto de las relaciones de

producción y de cambio, es decir, de las relaciones económicas de su época; que la

estructura económica de la sociedad en cada época de la historia constituye, por lo

tanto, la base real cuyas propiedades explican, en última instancia, toda la

superestructura integrada por las instituciones jurídicas y políticas, así como por la

ideología religiosa, filosófica, etc., de cada periodo histórico (Engels; 1880/1984: 82).

El sector preponderante de la economía, donde se van a manifestar las principales

características y contradicciones del modo de producción capitalista es el sector industrial;

es donde se va a dar la lucha de clases obrero-burguesía; donde el obrero va a crear valor y

donde se va a dar la explotación de este por la burguesía al no remunerarle por todo el valor

creado, todo su trabajo, sino sólo su salario para reproducir su fuerza de trabajo y estar

12

Se ha hecho referencia a que el móvil del capital es la máxima ganancia que obtiene del trabajo no

retribuido al obrero, pero la mercancía fuerza de trabajo, como cualquier mercancía, tiene un valor, ¿cómo se

determina su valor? Es importante apreciar cómo se determina el valor de la fuerza de trabajo, el salario, ya

que el capitalista cuenta con diferentes alternativas para disminuir el salario, en forma relativa o absoluta, en

el valor creado por este y así incrementar sus ganancias. Dice Marx que el valor de la “…fuerza de trabajo,

como el de toda otra mercancía, lo determina el tiempo de trabajo necesario para la reproducción, incluyendo,

por tanto la reproducción de este artículo específico…el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios

de vida necesarios para asegurar la subsistencia de su poseedor…Por tanto, la suma de víveres y medios de

vida habrá de ser por fuerza suficiente para mantener al individuo trabajador en su estado normal de vida y de

trabajo.” (Marx; 1894/1986: 124).

60

siempre en condiciones de presentarse para iniciar el proceso de producción; es el sector de

donde la burguesía industrial va a poder obtener un plusvalor, su ganancia. Dice Marx que

“el capital industrial es el único modo de existencia del capital en el cual no sólo la

apropiación del plusvalor, o en su caso del plusproducto, sino al mismo tiempo su creación,

es función del capital. Por eso condiciona el carácter capitalista de la producción; su

existencia implica la del antagonismo de clase entre capitalistas y asalariados. En la medida

que se apodera de la producción social, se trastuecan la técnica y la organización social del

proceso laboral y, con ellas, el tipo económico-histórico de la sociedad. Los otros tipos de

capital que aparecieron antes que él, en medio de condiciones de producción sociales

pretéritas o en decadencia, no sólo se subordinan a él y se los cambia, en el mecanismo de

sus funciones, de acuerdo con él, sino que únicamente se mueven sobre él como base, y por

tanto viven y mueren, se mantienen y caen con esta su base.” (Marx; 1976: 62-63).

La burguesía, el capitalista, está ávido de ganancias y sólo puede alcanzarlas ampliando la

escala de la producción, la que a su vez sólo la puede lograr a través de la plusvalía. Esta

última también la puede aumentar el capitalista vía mayor explotación de la fuerza de

trabajo por medio de aumentar la jornada de trabajo, aumentando la intensidad de trabajo,

disminuyendo la parte del salario en el valor creado y combinando las tres formas13

.

Pero mientras por el lado de la burguesía se da una acumulación incesante, creciente del

capital en unas cuantas manos a costa de la explotación de la fuerza de trabajo, por el lado

de la fuerza de trabajo, se crea miseria de cientos de millones de trabajadores por los bajos

salarios y por el ejército industrial de reserva. ¿Se pueden negar estas afirmaciones que

Marx y Engels hicieron hace siglo y medio? ¿Se puede modificar esta distribución dentro

de los cauces capitalistas?

13

Dice Rosa Luxemburgo que “… el objeto y fuerza motriz de la producción capitalista no consisten en crear

pura y llanamente una plusvalía, en apropiarse por una sola vez una cierta cantidad de plusvalía, sino en crear

plusvalía en cantidad ilimitada, en cantidad cada vez mayor.” Por esta razón “…la producción capitalista

tiene que volver a empezar continuamente su ciclo y recorrer sin cesar su itinerario…La reproducción,

fenómeno regular, adquiere de este modo en el régimen capitalista un móvil nuevo, desconocido en los

anteriores regímenes.” (Luxemburgo; 1912/1967: 18). Para obtener la máxima plusvalía, y así la máxima

ganancia, el propietario de los medios de producción debe reinvertir parte de la plusvalía en la producción

para reiniciar el proceso de producción, cada vez más en escala ampliada, y lograr su meta de máximas

ganancias. Dice Rosa Luxemburgo la “… acumulación, la transformación de la plusvalía en capital activo, es

la expresión capitalista de la reproducción ampliada.” (Luxemburgo; 1912/1967: 19).

61

Son muy conocidos los altos niveles de producción a escala mundial, así como los altos

niveles de concentración en la apropiación de esta producción, no sólo al interior de los

países desarrollados sino también en los países subdesarrollados, que sirven para aumentar

cada vez más la escala de la producción. En estos últimos, que incluye a todo el continente

africano y el latinoamericano, la concentración en la apropiación de la producción por parte

de la burguesía, mientras que por el lado obrero existen millones en situación de pobreza y

de miseria, los datos se han dado a conocer por los diferentes organismos mundiales y

regionales como la ONU, el BM y la CEPAL, entre otros.

En A.L., en el llamado periodo neoliberal, la situación de miseria de millones de

latinoamericanos por los bajos salarios y el alto ejército industrial de reserva ha hecho que

gran parte de la producción burguesa se destine al mercado exterior o mundial.

¿Cómo cambiar esta distribución de concentración y de apropiación de la producción

dentro de los cauces capitalistas? Me parece que no es posible. En algunos países la

concentración puede ser menos acentuada, pero la burguesía siempre estará dispuesta a

buscar una mayor parte en la producción, la historia así lo ha demostrado. El problema sólo

puede resolverse fuera de los cauces capitalistas, en la construcción de otro modo de

producción. Dice Engels:

…Pero mejorar la maquinaria equivale a hacer superflua una masa de trabajo

humano…su perfeccionamiento determina la eliminación de un número cada vez

mayor de obreros de las máquinas, y, en última instancia, la creación de una masa de

obreros disponibles que sobrepuja la necesidad media de ocupación del capital, un

verdadero ejército industrial de reserva, como yo hube de llamarlo ya en 1845, de un

ejército de trabajadores disponibles para los tiempos en que la industria trabaja a todo

vapor y que luego, en las crisis que sobrevienen necesariamente después de esos

períodos, se ve lanzado a la calle, constituyendo en todo momento un grillete atado a

los pies de la clase trabajadora en su lucha por la existencia contra el capital y un

regulador para mantener los salarios en el nivel bajo que corresponde a las

necesidades del capitalismo. Así, pues, la maquinaria para decirlo con Marx, se ha

convertido en el arma más poderosa del capital contra la clase obrera… Esto origina

que la acumulación del capital corresponda a una acumulación igual de miseria. La

62

acumulación de riqueza en uno de los polos determina en el polo contrario, en la clase

que produce su propio producto como capital, una acumulación igual de miseria, de

tormentos de trabajo, de esclavitud, de ignorancia, de embrutecimiento y de

degradación moral (Marx, El capital, T I, cap. XXIII) Y esperar del modo capitalista

de producción otra distribución, de los productos seria como esperar que los dos

electrodos de una batería, mientras estén conectados con esta, no descompongan el

agua ni liberen oxígeno en el polo positivo e hidrogeno en el negativo (Engels;

1880/1984: 98).

¿Cómo se resuelve esta contradicción? Para Marx y Engels, la solución está en que la

sociedad, por medio de actos revolucionarios dirigidos por la clase obrera, tome el control

de las fuerzas productivas y las someta a las necesidades de toda la sociedad. Con este acto

revolucionario se estaría destruyendo al Estado14

pero también a las mismas clases sociales,

a la misma burguesía y al mismo proletariado. Es decir, se estaría construyendo una

sociedad sin conflicto de clases sociales, por lo que también la necesidad de un Estado

sería innecesaria. Dicen Marx y Engels:

Esta solución sólo puede estar en reconocer de un modo efectivo el carácter social de

las fuerzas productivas modernas y, por lo tanto, en armonizar el modo de

producción, de apropiación y de cambio con el carácter social de los medios de

producción. Para esto no hay más que un camino: que la sociedad, abiertamente y sin

rodeos, tome posesión de esas fuerzas productivas, que ya no admite otra dirección

que la suya.

El modo capitalista de producción, al convertir más y más en proletarios a la inmensa

mayoría de los individuos de cada país, crea la fuerza que, si no quiere perecer, está

obligada a hacer esa revolución. Y, al forzar cada vez más la conversión en propiedad

14

En varios de sus escritos, Marx y Engels, Lenin y otros teóricos marxistas se hace referencia al Estado y su

función dentro del modo de producción capitalista. Sus aportaciones teóricas son relevantes porque a veces

se olvida esa función y se pide que las acciones de los Estados capitalistas tengan como prioridad la justicia

social y no los intereses de las burguesías industriales, comerciales y financieras. Primero, Lenin, citando a

Engels, que el Estado, “es más bien un producto de la sociedad cuando llega a un grado de desarrollo

determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo

misma y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es impotente para conjurarlos. Pero a fin de que

estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna no se devoren…se hace necesario un

poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los

límites del orden.” Y, segundo, que el Estado no responde a los intereses de las dos clases en pugna, sino a

los de las dominantes, es decir a los de la burguesía. (Lenin; 1960: 306, 311).

63

del Estado de los grandes medios socializados de producción, señala ya por sí mismo

el camino por el que esa revolución ha de producirse. El proletariado toma en sus

manos el poder del Estado y comienza por convertir los medios de producción en

propiedad del Estado. Pero con este acto se destruye así mismo como proletariado, y

destruye toda diferencia y todo antagonismo de clases, y con ello mismo, el Estado

como tal…Cuando el Estado se convierta finalmente en representante efectivo de

toda la sociedad será por sí mismo superfluo. Cuando ya no exista ninguna clase

social a la que haya que mantener sometida; cuando desaparezcan, junto con la

dominación de clase, junto con la lucha por la existencia individual, engendrada por

la actual anarquía de la producción, los choques y los excesos resultantes de esto, no

habrá ya nada que reprimir ni hará falta por tanto, esa fuerza especial de represión

que es el Estado. El primer acto en que el Estado se manifiesta efectivamente como

representante de toda la sociedad: la toma de posesión de los medios de producción

en nombre de la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado. La

intervención de la autoridad del Estado en las relaciones sociales se hará superflua en

un campo tras otro de la vida social y cesará por sí misma. El gobierno sobre las

personas es sustituido por la administración de las cosas y por la dirección de los

procesos de producción. El Estado no es abolido; se extingue (Engels; 1880/1984:

105, 108).

Así, la única posibilidad que tienen los pueblos de las naciones para satisfacer sus

necesidades de manera amplia y desarrollar todas sus capacidades físicas y espirituales es

con el socialismo, con ningún modo de producción anterior ni con el modo de producción

capitalista. Este último tiene más de cuatro siglos y amplios sectores de la población se han

venido quedando al margen de cubrir sus necesidades más elementales como alimentación,

vestido, salud y vivienda. Dice Engels, al respecto:

Por vez primera, se da ahora, y se da de un modo efectivo, la posibilidad de asegurar

a todos los miembros de la sociedad, por medio de un sistema de producción social,

una existencia que, además de satisfacer plenamente y cada día con mayor holgura

sus necesidades materiales, les garantiza el libre y completo desarrollo y ejercicio de

sus capacidades físicas y espirituales (Engels; 1880/1984: 112).

64

Ahora bien, las burguesías no sólo se conforman con ser las clases dominantes del modo de

producción capitalista, sino pugnan porque se perpetúe esa dominación. Uno se preguntaría,

¿cómo es que el modo de producción capitalista, con todas sus contradicciones de

explotación, miseria, muertes y depredación de la naturaleza se ha mantenido durante más

de cuatro siglos? Es cierto que ha habido cuestionamientos por la revolución rusa y las de

Europa del Este y otros países, pero sucumbieron y se incorporaron al modo de producción

capitalista. ¿Son sus precondiciones o condiciones como la libertad, la propiedad privada,

el desarrollo de las fuerzas productivas y sus nuevas pautas de consumo y sus órganos

represores las que han hecho que el modo de producción capitalista haya permanecido

vigente durante tanto tiempo?15

Marx y Engels hicieron referencia a que las burguesías, por ser dominantes en el modo de

producción capitalista, en la relaciones de producción, también lo son con sus ideas

materializadas en las instituciones y organizaciones y que aparentan perseguir el bien

común, es decir que aparentan están por encima de las clases sociales. ¿Qué ideas? Además

de sus precondiciones, estarían las de Estado, de competencia, de división de poderes, de

democracia, de partidos políticos, de elecciones etc., que aparentan funcionar por el bien

común, pero que en realidad sirven a una clase, a los intereses de clases burguesas

dominantes. Al aparentar el bien común, las clases o grupos dominados hacen suyas las

ideas y se convencen de que son las mejores para sus intereses individuales y para toda la

sociedad, con lo que difícilmente descubren que son ideas construidas acorde a los

intereses de las clases dominantes; difícilmente descubren que son instituciones

históricamente determinadas, que generan sus propias contradicciones y por lo tanto la

posibilidad del cambio a otro sistema y a otras instituciones verdaderamente para el bien

común. Dicen Marx y Engels:

Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes de cada época; o, dicho en

otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al

mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los

medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios

15

Hayek, en su libro titulado: “Camino de servidumbre”, desarrolla de manera pormenorizada cuáles serían

las virtudes del capitalismo como modo de producción, y cuáles los defectos del socialismo por el que se

buscaría reemplazar (Hayek; 1944: 7-302).

65

para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo por

término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir

espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las

relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes

concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase,

la clase dominante, son también las que confieren el papel dominante a sus ideas. Los

individuos que conforman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la

conciencia de ello y piensan a tono con ello; por eso, cuando dominan como clase y

en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende de suyo

que lo hagan en toda su extensión y, por tanto, entre otras cosas, también como

pensadores, como productores de ideas, que regulen la producción y distribución de

las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean por ello mismo, las ideas dominantes de

la época… (Marx y Engels; 2008: 48).

¿Quién produce las ideas dominantes de la clase dominante? No son las clases dominantes

en activo, estas son sólo receptivas, sino sus pensadores, sus ideólogos. Importante

también es que con el tiempo desaparecen como ideas de la clase dominante para parecer

como ideas con poder propio, al margen de alguna clase. Dice Marx: “…una parte de esta

clase como la que da sus pensadores (los ideólogos conceptivos, activos de dicha clase,

que hacen del crear la ilusión de esta clase su rama de alimentación fundamental), mientras

que los demás adoptan ante esta ideas e ilusiones una actitud más bien pasiva y receptiva,

ya que son en realidad los miembros activos de esta clase y disponen poco tiempo para

formarse ilusiones e ideas acerca de si mismos…desaparece, así mismo, la apariencia de

que las ideas dominantes no son las de la clase dominante, sino que están dotas de un poder

propio, distinto de esta clase…” (Marx y Engels; 2008:49)

Con el transcurrir de la historia, -y esto es importante para el análisis del capitalismo

reciente-, las ideas de la clase dominante, para alcanzar los objetivos que persigue, son más

abstractas, más racionales, es decir, su propio interés es presentado como de interés general

y sus ideas como las únicas posibles para ese momento histórico. Dice Marx:

Ahora bien, si en la concepción del proceso histórico, se separan las ideas de la clase

dominante de esta clase misma; si se las convierte en algo aparte e independiente; si

66

nos limitamos a afirmar que en una época han dominado tales o cuales ideas; si, por

tanto, damos de lado a los individuos y a las situaciones universales que sirven de

base a las ideas, podemos afirmar, por ejemplo, que la época en que domino la

aristocracia imperaron las ideas de honor, la lealtad, etc., mientras que la dominación

de la burguesía represento el imperio de las ideas de la libertad, la igualdad, etc. Así

se imagina las cosas, por regla general, la propia clase dominante. Esta concepción de

la historia, que prevalece entre todos los historiadores desde el siglo XVIII, tropezará

necesariamente con el fenómeno de que imperan ideas cada vez más abstractas, es

decir, que se revisten cada vez más de la forma de lo general. En efecto, cada nueva

clase que pasa a ocupar el puesto de la que dominó antes de ella se ve obligada, para

poder sacar adelante los fines que persigue, a presentar su propio interés como el

interés común de todos los miembros de la sociedad, es decir, expresando esto mismo

en términos ideales, e imprimir a sus ideas la forma de lo general, a presentar estas

ideas como las únicas racionales y dotadas de vigencia absoluta…Cada nueva clase

instaura su dominación siempre sobre una base más extensa que la dominante con

anterioridad a ella, lo que, a su vez, hace que, más tarde, se ahonde y agudice todavía

más la contradicción de la clase no poseedora contra la ahora dotada de riqueza. Y

ambos factores hacen que la lucha que ha de librarse contra esta nueva clase

dominante tienda, a su vez, a una negación más resuelta, más radical de los Estados

sociales anteriores que la que pudieron expresar todas las clases que anteriormente

habían aspirado al poder (Marx y Engels; 2008:49-50).

Por último, lo que tiene que ver con las diferencias de salarios entre países, primero,

metodológicamente, Marx nos advierte sobre las consideraciones que habría que tener

presente cuando se comparan los salarios de diferentes naciones, consideraciones que

determinan o influyen en el cambio del valor de la fuerza de trabajo16

, segundo, que la

16

Dice Marx sobre lo que habría que considerar cuando se comparan salarios de diferentes países: “Las

combinaciones variables que se dan dentro de esta dinámica pueden presentarse como diferencias simultáneas

de los salarios nacionales en los distintos países. Por eso, cuando se comparan los salarios de diversas

naciones deben tenerse en cuenta todos los factores que influyen en los cambios de la magnitud de valor de la

fuerza de trabajo, el precio y la extensión de las necesidades elementales de vida del obrero, tal como se han

desarrollado en la naturaleza y a través de la historia, los gastos de educación del obrero, la función del

trabajo de la mujer y del niño, la productividad del trabajo, su volumen extensivo e intensivo. La más

superficial de las comparaciones exige que lo primero que se haga sea reducir a jornadas de trabajo iguales el

jornal medio vigente para las mismas industrias en los mismos países. Una vez nivelados los salarios, hay que

67

intensidad media del trabajo nacional se le debe considerar como el trabajo de calidad

normal, como la medida de valor nacional y que sólo aquel grado de intensidad que rebasa

la media nacional puede modificar la medida de valor nacional, tercero, que en el mercado

mundial las medias nacionales forman una escala “cuya unidad de medida es la unidad

media del trabajo universal”, cuarto, que el trabajo nacional más intensivo produce durante

el mismo tiempo más valor, que se traduce en más dinero, quinto, que un hecho que

contribuye a modificar la ley del valor en el plano internacional, es que en el mercado

mundial “el trabajo nacional más productivo se considera al mismo tiempo como más

intensivo, siempre y cuando que la nación más productiva no se vea obligada por la

concurrencia a rebajar el precio de venta de sus mercancías hasta el límite de su valor”,

sexto, que es el con desarrollo del capitalismo en las diferentes naciones que la intensidad y

productividad del trabajo van acercándose al del nivel internacional, por lo que “las

diversas cantidades de mercancías de la misma clase producidas en distintos países durante

el mismo tiempo de trabajo tienen distintos valores internacionales, expresados en distintos

precios, es decir, en sumas de dinero que varían según los valores internacionales”, y que

por consiguiente “el valor relativo del dinero será menor en los países en que impere un

régimen progresivo de producción capitalista que en aquellos en que funcione un régimen

de producción más atrasado”, séptimo, que por lo mismo, el salario nominal es más alto en

países donde esté más desarrollado el modo de producción capitalista, aunque esto no

quiere decir “que este criterio sea también aplicable al salario real, es decir, a los medios de

vida percibidos por el obrero” y octavo, “que el precio relativo del trabajo, es decir, el

precio del trabajo en relación tanto con la plusvalía como con el valor del producto, es más

alto en los segundos países que en los primeros.” (Max; 1894/1986: 469-473).

A los análisis de Marx y Engels, le siguieron los análisis del capitalismo de Rosa

Luxemburgo, Vladimir Ilich Lenin, Nicolai I. Bujarin y otros.

II.1.3. Rosa Luxemburgo y las regiones pre capitalistas en la acumulación de capital

Aquí es ilustrativa la polémica de Rosa Luxemburgo con los esquemas de reproducción de

Marx, pero que tiene que ver con el rol que jugaron y siguen jugando las regiones

reducir el salario por tiempo a salario por piezas, pues sólo nos permite graduar la productividad y la

magnitud intensiva del trabajo.” (Max; 1894/1986: 469).

68

precapitalistas, actualmente naciones subdesarrolladas, en la acumulación capitalista de

occidente, como lo fueron las de África, Asia y A.L. y sus posibilidades de desarrollo.

Para Rosa Luxemburgo, la acumulación total de la sociedad no se puede dar sólo con dos

consumidores, capitalistas y obreros asalariados, como lo plantean los esquemas de

reproducción de Marx; que faltarían mercados, mercados para comprar y vender medios de

producción, mercados para comprar la fuerza de trabajo y mercados para la venta de

medios de consumo para los trabajadores. Dice Rosa Luxemburgo que para que“…la

plusvalía realizada pueda emplearse además en la extensión de la producción, esto es, en la

acumulación, es necesaria la perspectiva de mercados más vastos aún, asimismo fuera de I

y II. Los mercados para el producto excedente tienen, por tanto, que aumentar todos los

años proporcionalmente a la parte acumulada de la plusvalía. Dicho de otro modo: sólo

puede llevarse a cabo la acumulación en la medida en que aumenten los mercados fuera de

I y II.” (Luxemburgo; 1913: 45) ¿Cómo se crean o dónde se encuentran estos mercados

para la acumulación?

Luxemburgo nos dice que el capital, en su incesante búsqueda de acumulación, busca

disponer sin límite de todos los recursos productivos de la tierra, por lo que parte de la

plusvalía que no puede realizarse en los medios capitalistas busca realizarla, y la realiza, en

medios extracapitalistas. Nos dice que la “…solución conforme a la doctrina de Marx

reside en la contradicción dialéctica por la cual la acumulación capitalista tiene necesidad

de un ambiente no capitalista, se desarrolla en constante relación con él y sin él no puede

existir.” (Luxemburgo; 1913/2007: 81).

En base a esta idea, Luxemburgo crea los conceptos de mercado interior y mercado

exterior, el primero, serían todos los mercados netamente capitalistas, los segundos, y sin

los cuales el capital no puede sobrevivir, no puede continuar con su acumulación, son todos

los mercados no capitalistas pero donde se pueden realizar los bienes de consumo y

donde se puede obtener medios de producción y fuerza de trabajo para continuar con la

acumulación. Dice Rosa Luxemburgo:

Partiendo de ese punto es como conviene revisar las concepciones del mercado

interior y del mercado exterior…El mercado interior es el mercado capitalista, la

misma producción capitalista. El mercado exterior del capitalismo son los medios no

69

capitalistas que lo rodean, los cuales absorben sus productos y le suministran a la vez

medios de producción y mano de obra… (Luxemburgo; 1913: 81).

La búsqueda de mercados exteriores es la razón del porqué los viejos países capitalistas

siempre han estado enfrascados en luchas encarnizadas por conquistar regiones no

capitalistas (Luxemburgo; 1913: 81) Ante esto, el capitalismo va a destruir formas de

producción o de economía que no le proporcionen mercados de bienes de capital, de bienes

de consumo o fuerza de trabajo, o viceversa las va a destruir para que se conformen estos

mercados capitalistas y poder continuar con el proceso de acumulación; va a destruir

mercados exteriores para convertirlos en mercados interiores, muchas veces con violencia.

Aquí Rosa Luxemburgo distingue tres fases de destrucción, la primera la destrucción de la

economía natural, la segunda es incorporar a las regiones “naturales” a la economía

mercantil, es decir que todas las clases no capitalistas tienen que comprar las mercancías

producidas por el capital y vender a este sus propios productos, la tercera es reducir a la

economía campesina a un solo oficio que es la agricultura. Esta destrucción no siempre es

pacífica, sino la mayoría de las veces de forma violenta (Luxemburgo; 1913: 83-89).

En esta idea de la necesidad de la búsqueda de mercados y de continuar con el

sometimiento de las regiones pre capitalistas por el capital, a la “fase imperialista de

acumulación”, o “fase de la competencia mundial del capital”, Rosa Luxemburgo, y a

diferencia de Lenin, la cataloga como “…la fase de la industrialización y de la

emancipación capitalista de los países pobres a expensas de los cuales, hasta entonces,

realizaba el capital la plusvalía. Los rasgos específicos de esta fase son: el empréstito

internacional, la construcción de ferrocarriles, la revolución y la guerra...” (Luxemburgo;

1913: 93). En esta fase es necesario que en las regiones coloniales se destruyan formas de

Estado caducadas y sean sustituidas por Estados modernos y adecuados a las exigencias del

modo de producción capitalista, destrucción que sólo era posible con las guerras de

independencia (Luxemburgo; 1913: 93). Pero, ¿cómo iba a conseguir el capital seguir

sometiendo a sus designios a las naciones ya independientes? El capital anticipó esta

necesidad, por lo que les proporcionó préstamos para sus procesos de independencia para

70

tener garantía de intervenir en su política que afectara directamente sus intereses17

.; que no

presentaran obstáculos para continuar con su acumulación; como una nueva posibilidad de

encontrar mercados para producir y realizar plusvalía.

Ahora bien, si los territorios no capitalistas, los mercados no capitalistas, son

imprescindibles para que el capital pueda seguir acumulando, ¿cómo se daría la realización

de la plusvalía y la acumulación de capital cuando se terminaran estas zonas

precapitalistas? Dice Rosa Luxemburgo que antes que eso suceda el modo de producción

capitalista, por sus contradicciones, habría llegado a su fin. Dice:

…Pero cuanto más avanza la destrucción por el imperialismo de los medios no

capitalistas, más se contrae la base de acumulación del capital. De modo que el

imperialismo es al mismo tiempo un método para prolongar los días del capital y el

medio más seguro de abreviarlos. Punto final: no es absolutamente necesario alcanzar

la desaparición completa de las regiones no capitalistas. Ya la tendencia hacia este fin

se manifiesta por convulsiones que convierten la fase final del capitalismo en un

período de catástrofes (Luxemburgo; 1913: 99).

El militarismo, además de acompañar a todo el proceso del desarrollo del capital, tiene

“…otra función importante, y ésta puramente económica: es el capital un medio de primer

orden para realizar la plusvalía; en otros términos, es un terreno de acumulación para el

capital.” (Luxemburgo; 1913: 103). ¿Por qué? Porque los impuestos que cobra el Estado no

sólo provienen de los asalariados y los capitalistas, sino también de sectores ubicados en el

mercado exterior, es decir campesinos etc. Dice Luxemburgo: “Pero como no existe una

sociedad capitalista pura, exclusivamente compuesta de capitalistas y de asalariados, una

parte de los recursos del Estado proviene de los pequeños productores independientes

(campesinos, etcétera) despojados de una parte de su poder de adquisición por los

impuestos y derechos aduaneros.” (Luxemburgo; 1913: 103).

Los impuestos que el Estado cobra a la clase obrera y a las capas no capitalistas tienen

implicaciones en el proceso de acumulación. Primero, al aumentar los precios los

17

Dice Rosa Luxemburgo al respecto: “Estos empréstitos son indispensables para la emancipación de los

jóvenes Estados capitalistas, pero al mismo tiempo son el medio más seguro para los viejos países capitalistas

de tener a los jóvenes bajo su tutela, de intervenir, por su ayuda financiera, en su política extranjera, aduanera

y comercial…” (Luxemburgo; 1913: 94).

71

asalariados van a pagar sus medios de subsistencia por encima de su valor, dándose con

esto un reparto suplementario entre plusvalía y capital variable. Segundo, aumenta la

plusvalía a consumir por parte de los capitalistas, por lo que necesitan nuevos mercados,

que los encuentran en las compras que los Estados hacen de material de guerra. Tercero, al

disminuir el consumo de la clase obrera la producción de medios de su consumo puede ser

reducida y la parte del capital social que produce esos bienes también, con lo que resulta

que se da una “disminución de la parte del proletariado en el producto total de la sociedad.”

(Luxemburgo; 1913: 103-105). En síntesis, “el poder de adquisición que los asalariados han

perdido pasa al Estado, que se aprovecha de ello para comprar artefactos de guerra. La

producción de los medios de consumo se contrae, pero esta contracción está compensada

por la creación de industrias productoras de instrumentos de destrucción.” (Luxemburgo;

1913: 105).

Pero, el que el capital pueda continuar su acumulación a expensas del consumo del

proletariado y de las capas no capitalistas, de ninguna manera le garantiza a la burguesía la

continuación ilimitada de la acumulación, sino por el contrario, “cuanto más aumenta la

violencia con que, tanto en el interior como en el exterior, el capital aniquila las capas

sociales no capitalistas y rebaja el nivel de las condiciones de existencia de todas las clases

laboriosas, más guerras y revolución siembra en su camino a través del mundo, y éstas,

sumándose a las crisis periódicas, acabarán por hacer imposible la continuación de la

acumulación y por poner de pie a la clase obrera internacional contra la dominación del

capital aun antes de que este haya alcanzado económicamente los últimos límites objetivos

de su desenvolvimiento.” (Luxemburgo; 1913: 106).

II.1.4 Vladimir I. Lenin: los cinco rasgos del imperialismo y el capitalismo en las zonas

periféricas

Lenin va a analizar la economía mundial en el período que va de la última década del siglo

XIX y primera del siglo XX, y va a encontrar que el capitalismo ha dejado de ser lo que era

en las décadas previas y asumir nuevas características y que Lenin lo categoriza como

imperialismo. Lo que encuentra es que en esas dos décadas, primero, que se ha dado un

crecimiento importante de la producción industrial y del tamaño de industrias que conllevan

a la concentración de la producción y por sí mismo al monopolio, lo que les da la

72

posibilidad de dominar el mundo de la producción, del mercado de mercancías y el trabajo,

segundo, lo mismo va a suceder con los bancos, un reducido número de grandes bancos no

sólo van a concentrar el capital monetario para convertirse en monopolistas y ejercer su

dominio en el mundo de las finanzas, sino también van a ampliar sus operaciones y

dominio en el sector industrial y otras actividades, adquiriendo así un carácter universal18

.

(Lenin; 1917/2000: 61)19

. Tercero, la exportación de capitales del capitalismo desarrollado

al atrasado. Los enormes excedentes generados en los primeros son invertidos en los países

atrasados en los que “el beneficio es de ordinario elevado, pues los capitales son escasos, el

precio de la tierra relativamente poco considerable, los salarios bajos y las materias primas

baratas.”20

Cuarto, el reparto del mercado mundial entre los diferentes monopolios

capitalistas industriales, constituyéndose así los cartels internacionales, los

supermonopolios, y estableciéndose la concentración mundial del capital y la producción.

21Y, quinto, el reparto definitivo del planeta por las potencias coloniales, con lo que

terminaba así la conquista de todas las tierras no ocupadas en el planeta22

. (Lenin; 1917/

2000: 5-160)

18

Es relevante lo que dice Lenin para inicios del siglo XX, en el sentido de que el dominio no sea ya del

capital industrial sino del financiero. Dice Lenin que “…el siglo XX señala el punto de viraje del viejo

capitalismo al nuevo, de la dominación del capital en general a la dominación del capital financiero.” (Lenin;

1917/2000: 60) Es tal el poder de los grandes bancos que logran tener funcionarios gubernamentales dentro

sus mismas actividades. Dice Lenin que en el "…consejo de administración de una banco importante

hallamos generalmente a algún miembro del parlamento o del ayuntamiento de Berlín” (Lenin; 1917/2000:

55). 19

Más delante nos dice que el predominio del capital financiero, de la oligarquía financiera sobre las otras

formas de capital, implica del rentista, de los estados rentistas, que son unos cuantos, sobre todos los demás

(Lenin; 1917/2000: 76). 20

Dice que con la exportación de capitales de los países desarrollados hacia los subdesarrollados, en estos

últimos se acelera el desarrollo del capitalismo, que no necesariamente el desarrollo. Más bien se aceleran las

condiciones de explotación, de acumulación y de extracción de sus excedentes (Lenin; 1917/2000: 82). 21

¿Cómo, o sobre qué bases se lo reparten? Sobre la base del poder de cada supermonopolio. Dice Lenin que

“…se lo reparten según el capital, según la fuerza; otro procedimiento de reparto es imposible en el sistema de

la producción mercantil y del capitalismo. La fuerza varia a su vez en consecuencia con el desarrollo

económico y político.” (Lenin; 1917/2000: 95). 22

Por ejemplo, dice Lenin que las “posesiones coloniales se ensancharon en proporciones gigantescas después

de 1876: en más del 50%, de 40 a 65 millones de kilómetros cuadrados, para las seis potencias más

importantes; el aumento es de 25 millones de kilómetros cuadrados, el 50% más que la superficie de las

metrópolis (16.5 millones).” (Lenin; 1917/2000: 101-103).

Así mismo, sobre la necesidad de conquistar y dominar territorios, Dice Lenin, que “la posesión de las

colonias es el único que garantiza de una manera completa el éxito del monopolio contra todas las

contingencias de la lucha con el adversario, aun cuando éste procura defenderse mediante una ley que

implante el monopolio del estado. Cuanto más desarrollado está el capitalismo, cuanto más sensible se hace

la insuficiencia de materias primas, cuanto más dura es la competencia y la busca de fuentes de materias en

todo el mundo, tanto más encarnizada es la lucha por la adquisición de colonias.” (Lenin; 1917/2000: 105).

73

¿Qué importancia tiene la obra de Lenin para el desarrollo-subdesarrollo? Primero, habría

que decir que la fase imperialista del capitalismo tiene que ver con el desarrollo económico

capitalista y nada con el desarrollo, más bien se continúan los dos polos opuestos del

capitalismo, es decir, una minoría concentradora y explotadora y una mayoría explotada

sin posibilidades de satisfacer sus necesidades de manera holgada. Dice Lenin que durante

el imperialismo la producción “… pasa a ser social, pero la apropiación continúa siendo

privada. Los medios sociales de producción siguen siendo propiedad privada de un

reducido número de individuos. Se conserva el marco general de la libre competencia

formalmente reconocida, y el yugo de unos cuantos monopolistas sobre el resto de la

población se hace cien veces más duro, más sensible, más insoportable.” (Lenin; 1917/

2000: 34). Además, el análisis de Lenin muestra que las regiones subdesarrolladas,

mientras el capitalismo prevalezca, serán dominadas y sometidas al capital mundial de las

regiones desarrolladas.

Específicamente, en las colonias o en los países semidependientes, lo que les lleva el

capitalismo imperialista es el desarrollo o aceleración del capitalismo y sus contradicciones,

es decir les lleva explotación, saqueo y pobreza, entre otras adversidades. (Lenin,

1917/2000: 120, 122).

Pero con el imperialismo se agudizan las contradicciones del modo de producción

capitalista, con lo que Lenin es optimista en cuanto a la cercanía de las revoluciones

socialistas a escala mundial. Dice Lenin que el imperialismo es “…la antesala de la

revolución social del proletariado. Esto ha sido confirmado, en una escala mundial, en

1917.” (Lenin; 1917/2000:20).

II.1.5 La noción de economía mundial en Nicolai I. Bujarin

Bujarin va a desarrollar el concepto de economía mundial planteando, en aquel momento,

que desde hacía mucho tiempo los organismos económicos nacionales habían dejado de ser

un todo cerrado para ser parte integrante de la economía mundial. Esto es trascendente

desde el punto de vista metodológico, ya que cuando abordamos el análisis de un fenómeno

social o económico, ¿de qué consideraciones partimos?, ¿de qué nuestro objeto es un todo

cerrado y que su esencia sólo la encontramos a partir de su estructura interna, o de que son

74

parte de una “economía mundial”, que explicaría en su mayor parte su estructura y su

movimiento interno?

A partir del concepto de economía mundial revisa la evolución del capitalismo desde

mediados del siglo XIX y hasta la primera década del siglo XX, donde constata que el

capitalismo funciona como una economía mundial capitalista y que, al igual que Lenin, este

ha cambiado en ese periodo. Dice Bujarin:

La lucha de los Estados nacionales, que no es otra cosa que una lucha entre grupos

del mismo orden de la burguesía, no es algo que cae del cielo…Muy por el contrario,

ella está condicionada por el medio particular en el cual viven y se desarrollan los

organismos económicos nacionales. Desde hace mucho tiempo estos han dejado de

ser un todo cerrado, una economía aislada, a la manera de Fichte o de Tunin, para

formar parte de una esfera infinita más vasta: La economía mundial…cada una de

estas economías nacionales está integrada en el sistema de la economía mundial. Por

lo tanto, es necesario considerar la lucha de los cuerpos económicos nacionales, ante

todo, como una lucha entre las diversas partes concurrentes de la economía mundial...

(Bujarin; 1930/1984: 33).

¿De dónde empieza? De la existencia de una división internacional del trabajo entre

naciones, división que es reflejo de la división de las fuerzas productivas y se expresa en el

cambio internacional entre ciertos tipos de productos. Esta división ha sido producto del

desarrollo de las fuerzas productivas, en algunas naciones más que en otras, y se constituye

en un fenómeno no accidental, sino regular y necesario del capitalismo. Dice Bujarin:

…Pero nos basta por ahora tener en cuenta el hecho de que al lado de otras formas de

división social del trabajo hay la división social del trabajo entre economías

nacionales entre diversos países, la cual sale de los límites de la economía nacional y

constituye la división internacional del trabajo.

El trabajo social del conjunto mundial está dividido entre países. El trabajo de cada

país, separado, se convierte en parte del conjunto del trabajo social por medio del

cambio que se efectúa sobre el plano mundial. Esta interdependencia de los países en

el terreno del cambio no es, en modo alguno accidental; es más bien la condición

necesaria de la evolución social posterior, mediante el cual el cambio internacional se

75

transforma en un fenómeno regular de la vida social económica…Se verá por los

ejemplos que siguen cómo es hoy día necesario el cambio internacional para asegurar

la marcha normal de la vida económica… (Bujarin; 1930/1984: 34, 39).

Si varias naciones o productores nacionales concurren al cambio, al mercado, de sus

productos con diferentes costos, ¿cómo se determina el precio, el precio mundial? Dice

Bujarin que esta concurrencia supone la existencia de un mercado mundial y de precios

mundiales, es decir que no los determina ningún concurrente a menos que su oferta o

demanda represente una gran parte del mercado. Lo mismo sucedería con el mercado de

capitales, capital dinero, un mercado mundial cuya tasa de interés estaría regulada por la

oferta y la demanda:

Hay en el proceso de cambio una relación de mercado regulador entre una multitud

de unidades económicas dispersas sobre los puntos geográficos más distantes. En

estas condiciones la división mundial del trabajo y el cambio internacional suponen la

existencia de un mercado mundial y de precios mundiales.

De la misma manera que se forma, en la esfera de la circulación comercial, el

mercado mundial de las mercancías, se forma el mercado mundial del capital-dinero,

que encuentra su expresión en la nivelación internacional de la tasa de interés y de la

tasa de descuento. De este modo el factor financiero tiende también a contribuir al

remplazo de la conjunción económica de todo país aislado por la conjunción mundial

(Bujarin; 1930/1984: 40, 41-42).

Finalmente, y en última instancia, detrás de la economía mundial, con todo lo que hemos

dicho que esto implica, están las relaciones entre personas, y cuando estas relaciones se

hacen regulares o permanentes se conforma una determinada estructura económica y es lo

que Bujarin le llama economía mundial:

El ejemplo del mercado de las mercancías nos demuestra que tras las relaciones de

mercado se esconden las relaciones de producción. Toda relación, en el proceso de

cambio entre los productores, supone que sus trabajos privados se encuentran ya

incluidos en el conjunto del trabajo social. De esta manera, detrás del cambio está la

producción; detrás de las relaciones de cambio, las relaciones de producción; detrás

de las relaciones de cosas-mercancías, las de las personas que las producen. Si las

76

relaciones en el proceso de cambio no tienen un carácter accidental, es que estamos

entonces frente a un sistema estable de relaciones de producción, que forma la

estructura económica de una sociedad determinada. Podemos definir entonces la

economía mundial como un sistema de relaciones de producción y de relaciones de

cambio correspondientes que abrazan la totalidad del mundo (Bujarin; 1930/1984:

42).

¿Qué características adquiere la economía mundial en este período que Bujarin analiza?

Primero, la economía mundial, por el desarrollo de las fuerzas productivas, el cambio y la

exportación de capital, está más internacionalizada, segundo, es “profundamente más

anárquica”, anarquía que se expresa en las crisis industriales y en las guerras23

, tercero, los

lazos que unen a las economías individuales se han hecho más densos y se manifiestan

cuando se analizan a estas en el marco de la economía mundial. Dice Bujarin que han

experimentado y experimentan una incesante y constante transfiguración interna. Esta

transfiguración se manifiesta por la formación y expansión extraordinariamente rápida de

los monopolios capitalistas, cuya fuerza es más grande al interior de las economías

nacionales que en la economía mundial24

.

El desarrollo intensivo y extensivo de la economía mundial va a depender del desarrollo de

la técnica, del progreso técnico. Bujarin constata que desde mediados del siglo XIX y hasta

la primera década del siglo XX se da un desarrollo extraordinario de la técnica, y por lo

tanto de las fuerzas productivas, que tienen su expresión igualmente en la ampliación de

producción y cambio, en el mercado mundial de mercancías y el mercado de capital-

dinero. El desarrollo de la técnica la constata por el extraordinario número de patentes que

se registran en los principales países industriales como EE.UU., Inglaterra, Francia y

Alemania (Bujarin; 1930/1984: 46-47).

23

Las Guerras, también, como uno de los métodos de competencia en la economía mundial capitalista.

(Bujarin; 1930/1984: 72). 24

Respecto a los monopolios financieros, estos tampoco son excepcionales ya que “…la vida económica está

lleno de ellos. Empresas coloniales y exportación del capital a los otros continentes, tranvías urbanos y

fábricas de armas, minas de oro y plantaciones de caucho, todo está estrechamente ligado a los consorcios

bancarios internacionales. Los lazos económicos internacionales tienen infinitas ramificaciones, multitud de

subdivisiones, se enredan en millares de ovillos, para centralizarse, por fin, en las alianzas de los principales

bancos del mundo, que extienden sus tentáculos por todas partes del Globo. El capitalismo financiero mundial

y la dominación de los bancos internacionalmente organizados, constituye uno de los hechos inmutables de la

realidad económica.” (Bujarin; 1930/1984; 78).

77

El desarrollo de las fuerzas productivas, la exportación de capitales y el intercambio

internacional industrializa cada vez más a los países agrarios, con lo que su posición dentro

de la división internacional del trabajo se puede modificar y con ello el cambio, es decir

que naciones que en determinada época histórica, y por el desarrollo de sus fuerzas

productivas, exportarán en su mayor parte productos agrícolas e importarán productos

industriales se revirtiera y llevar con ello a tener necesidad de importar productos agrícolas.

Esta industrialización, que en muchos países pasó a ocupar el lugar preponderante de la

economía en términos de producción, de empleo y de exportaciones, no necesariamente los

ha sacado del subdesarrollo. No tendría que ser así, ya que la industrialización no ha

significado otra cosa que explotación, acumulación y extracción de excedentes. Los

ejemplos son múltiples en A.L. y en otros continentes. Dice Bujarin que las“…tendencias

de la nueva evolución favorecen en el más alto grado el desenvolvimiento de los canales de

cambio internacional (y, por consiguiente, de los otros canales), industrializando de una

parte, con marcha sorprendente, a los países agrarios y semiagrarios y haciendo nacer en

ellos la necesidad y la demanda de productos agrícolas extranjeros, y, de otra, forzando de

todos modos la política de exportación de los cárteles (dumping). La expansión de los lazos

comerciales mundiales va ligando con rapidez, cada vez más sólidamente, las diversas

partes de la economía mundial…” (Bujarin; 1930/1984: 55-56).

Por último, y que habría que considerar para el análisis de etapas posteriores de la

economía mundial, primero, es el conflicto que surge del desarrollo de las fuerzas

productivas y la “limitación nacional de la organización productiva”, y segundo, el de la

desproporción entre la producción industrial y la producción de productos agrícolas.

Respecto al primer conflicto, este conduce a que se incremente la competencia por los

mercados de productos terminados, por los mercados de materias primas y por los espacios

para las inversiones de capital, competencia que muchas veces es la guerra el único medio

para resolverla25

(Bujarin; 1930/1984: 131-132). Sobre el segundo, que tiene que ver con el

primero, conduce a buscar subordinar a los países agrarios por diversos mecanismos, entre

los que se encuentra la fuerza militar. Dice Bujarin:

25

Dice Bujarin: “Hemos puesto al desnudo los tres móviles esenciales de la política de conquista de los

Estados capitalistas contemporáneos. Agravación de la concurrencia por la posesión de los mercados de

venta, mercados de materias primas y esferas de inversión de capital, he aquí en qué termina el nuevo

desarrollo del capitalismo y su trasformación en capital financiero. …” (Bujarin; 1930/1984: 131).

78

…una superproducción de productos industriales significa una subproducción de

productos agrícolas. Esta última nos interesa, en este caso, en la proporción en que la

industria es desmesuradamente elevada, es decir, en la medida en que masas

considerables de productos fabricados por la industria no pueden ser cambiados por

productos de la agricultura; en otros términos, en la medida en que está rota (y se

rompe más y más) la proporción de producción entre estas dos ramas. Es por esto que

la creciente industria se busca un complemento económico- agrario”, lo cual conduce

fatalmente, dentro de los cuadros del capitalismo –y sobre todo con la existencia de

estos elementos monopolizadores, es decir, el capital financiero-, a la subordinación

de los países agrarios por la fuerza militar (Bujarin; 1930/1971: 132).

II.1.6 El desarrollo desigual: países desarrollados y subdesarrollados

¿Desde cuándo se escindió el planeta en los dos grupos de países que actualmente

conocemos, desarrollados y subdesarrollados? ¿Fue el capitalismo y sus contradicciones el

que generó esta escisión?

Mencionamos anteriormente, en palabras de Marx, el carácter mundial del modo de

producción capitalista. ¿Qué significó para los territorios descubiertos la expansión del

modo de producción capitalista? Significó esclavismo, muertes, explotación, saqueo y

subdesarrollo. Los territorios descubiertos en América, África y Asia fueron conquistados e

incorporados a la lógica de acumulación capitalista que se había iniciado en occidente,

posteriormente en EE.UU. y Canadá, y que por el carácter de esta incorporación se generó

en ellos los elementos de su subdesarrollo. Dice Marx que:

El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de

exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el

comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del

continente africano en cazadero de esclavos: son todos hechos que señalan los albores

de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos

factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria…

…El botín conquistado fuera de Europa mediante el saqueo descarado, la

esclavización y la matanza, refluía a la metrópoli para convertirse aquí en

capital…(Marx; 1894/1986: 638, 640-641)

79

Paul Baran rastrea el origen del subdesarrollo, y para eso se va a remontar hasta los

orígenes del capitalismo. Hace suya la definición, todavía actualmente aceptada, de que es

la producción per capita lo que diferencia a los países desarrollados y subdesarrollados.

Dice: “Lo que caracteriza a todos los países subdesarrollados, lo que de hecho cuenta para

que se les considere como tales, es la pequeñez de su producción per cápita.” (Baran; 1957:

194)26

. Dice Baran que “como mejor puede abordarse este problema, es recordando las

condiciones desde donde evolucionó el capitalismo, tanto en las zonas hoy avanzadas como

en las regiones ahora subdesarrolladas del mundo.” (Baran; 1957: 194). Para Baran, el

contacto de las regiones conquistadas y colonizadas con el capitalismo occidental no

necesariamente tendría que haber producido subdesarrollo, que este más bien se produjo

por las características de esa relación27

. Que fueron las condiciones geográficas,

económicas, sociales y culturales de los territorios descubiertos las que decidieron que los

capitalistas occidentales no los poblaran de manera masiva y se dedicaran a la

esclavización, el exterminio, la explotación y el saqueo, y que finalmente produjo el

subdesarrollo en estas regiones:

26

La preocupación de Paul Baran comienza al revisar datos de 1949 y observa, primero, que cerca de 70 % de

la población mundial tiene un ingreso per cápita bajo con todo lo que esto implica en términos de justicia

social, segundo, que su situación en cerca de dos siglos de capitalismo prácticamente no ha cambiado, y

tercero, que las diferencias entre los niveles de vida de los países avanzados y subdesarrollados se ha

ampliado. Dice Baran: “Puede observarse que, aproximadamente dos terceras partes de la raza humana,

tienen un ingreso per cápita promedio que equivale a más o menos 50 a 60 dólares por año; …no ha habido un

cambio apreciable en su condición desde hace uno o dos siglos…Puesto que durante este periodo los niveles

de vida de los países avanzados han mejorado notoriamente, “la distribución del ingreso per cápita entre los

países del mundo se ha hecho más desigual.” (Baran; 1957: 194). 27

Dice Baran del porque el contacto del capitalismo occidental con los territorios descubiertos podría haber

sido diferente a como fue, y que produjo subdesarrollo en las hoy naciones independientes. O tal vez, por sus

propias características y contradicciones del modo de producción capitalista, no podría ser de otra manera.

Dice: “El gran salto hacia adelante dado por Europa Occidental, no necesariamente debió haber impedido el

crecimiento económico de otros países. Aunque estos no hubieran estado capacitados para disminuir, para no

hablar de eliminar, la brecha entre sí mismos y los pioneros de Europa Occidental, sin embargo podían haber

iniciado un proceso de crecimiento propio, alcanzando niveles de productividad y de producción más o menos

avanzados. De hecho, pudo haberse esperado que el contacto cada vez mayor con las naciones más

adelantadas, técnica y científicamente de Europa Occidental, facilitaría el movimiento de avance de los países

con que esta última se puso en contacto. Durante los siglos XVII y XVIII, durante la era inicial del

capitalismo moderno, parecía que esto iba a ser así. Los cambios que se efectuaron en ese tiempo en varios de

los hoy países subdesarrollados, apoyaban ampliamente esta suposición. La acumulación primaria de capital

estaba haciendo rápidos progresos, las manufacturas y el artesanado se expandían y las revueltas crecientes

del campesinado, combinadas con la presión cada vez más fuerte de la burguesía ascendente, conmovieron en

todas partes los cimientos de orden capitalista.” (Baran; 1957: 198).

80

Donde el clima y el ambiente natural eran tales que invitaban a quedarse, los

colonizadores de Europa Occidental se enfrentaron a sociedades ya establecidas con

ricas y antiguas culturas en un estadio pre capitalista o en un estadio de gestación del

desarrollo capitalista. Donde las organizaciones sociales existentes eran primitivas y

tribales, las condiciones generales y en particular el clima, eran tales que impedían

cualquier colonización masiva por parte de los europeos occidentales; por

consiguiente, en ambos casos, los visitantes de Europa Occidental decidieron extraer

rápidamente las mayores ganancias posibles de los países huéspedes, y llevarse el

botín a su país de origen. De ahí que se dedicasen al saqueo abierto o al saqueo

ligeramente disfrazado de comercio, apoderándose y llevándose enormes riquezas de

los lugares que penetraron (Baran; 1957: 200).

Tomando los ejemplos de la India y Japón, Baran mostraba como el primero, al ser colonia

inglesa, había sido sujeto, por una parte, de explotación y saqueo -Baran le llama

“transferencias unilaterales”- y por la otra, de una ruinosa competencia que destruyó su

incipiente industria, que afectarían negativamente su desarrollo presente y futuro. Por el

contrario Japón, que no había sido colonia, pudo tener un desarrollo independiente e

invertir sus excedentes internamente y transitar hacia el desarrollo.

Digby hace notar que, según los cálculos hechos, el tesoro extraído por los británicos

de la India, entre Plassey y Waterloo –un período de vital importancia para el

desarrollo del capitalismo británico-, asciende a un valor que oscila entre 500.000,000

y 1,000.000,000 de libras esterlinas.

…mediante aranceles prohibitivos se excluyó la entrada a Inglaterra de los artículos

de seda y de impuestos…con la invención del telar mecánico en Europa se completó

la decadencia de las industrias de la India…

…Japón es el único país de Asia (y de África y de la América Latina) que se salvó de

ser convertido en una colonia o en una dependencia del capitalismo norteamericano o

de Europa Occidental; fue el único país que tuvo la oportunidad de tener un

desarrollo nacional independiente (Baran; 1957/1975: 2003, 206, 217).

81

Sunkel y Paz, aunque no en la línea del pensamiento marxista, son precisos sobre el evento

capitalista y por lo tanto las décadas en que se produce esa escisión, se refieren a la

Revolución Industrial que se inició aproximadamente a partir de 1750:

…En líneas generales podría decirse que los países que hoy se denominan

industrializados o desarrollados habrían alcanzado una renta media por habitante

entre 150 y 170 dólares en 1850 mientras que para la misma época los actuales países

subdesarrollados habrían tenido una renta media por habitante de alrededor de 100

dólares.

Alrededor de mediados de la presente década esa diferencia de un 50 por ciento se

acentuó dramáticamente, a tal extremo que el ingreso por habitante de los países más

desarrollados oscila ahora alrededor de los 1500 dólares (dólares de 1952-1954), en

tanto que el ingreso medio per cápita de los países subdesarrollados estaría más bien

en torno a los 200 o 300 dólares por habitante; en otras palabras, una relación

promedio de 1 a 1.5 se ha transformado, en el transcurso del último siglo, en una

relación de 1 a 5 o más (Sunkel y Paz; 1970/1991; 44).

Van a ser las características de la relación que se estableció entre centro y periferia lo que,

según estos autores, produjo en el norte países desarrollados y en el sur países

subdesarrollados. Mientras en el centro, por una parte, en los 63 años que van de 1850-

1913, se daba un crecimiento importante en todos los ámbitos de la economía, desde la

población, la producción, el comercio, las inversiones locales y hacia el exterior, de los

ingresos medios por habitante y por consecuencia de mejores condiciones de vida, por la

otra, al mismo tiempo, las economías europeas presentaban problemas en cuanto al

abastecimiento de materias primas y alimentos, problema que resolvieron trasladando

recursos humanos y de capital hacia la periferia. Por su parte, las periferias se adaptaban

“estructural e institucionalmente…a las necesidades del proceso de revolución industrial

en los centros.” (Sunkel y Paz; 1970/1991: 45).

Con las inversiones hechas por los países centrales a las zonas periféricas, como era de

esperarse, y cómo ya lo había mencionado Lenin y Bujarin, el comercio mundial de

82

mercancías tendría un crecimiento inusitado hasta entonces28

. “La expansión del comercio

responde a un patrón bien definido de relaciones entre países; trátase fundamentalmente de

un flujo de exportaciones de alimentos y materias primas desde las áreas periféricas hacia

los países originarios de la Revolución Industrial, y de un flujo de exportaciones de

productos manufacturados y de capital de los países industrializados de Europa hacia las

regiones que se incorporaban a la economía internacional.” (Sunkel y Paz; 1970/1991: 59).

¿Cómo se insertaron las economías periféricas en esta revolución industrial y expansión del

comercio? Lo hicieron a través de su sector exportador de productos primarios, que sólo va

a beneficiar a sus propietarios:

En los países periféricos, la penetración de la revolución industrial a través de un

sector especializado de exportación, conforma un crecimiento de naturaleza diferente;

en estos casos, sobre la base preexistente de economías con niveles de organización y

productividad muy bajos, se desarrolla alguna nueva actividad económica mediante el

aporte externo de moderna tecnología, alta concentración de capital y eficiente

organización. Trátese siempre de una actividad que descansa sobre la explotación de

recursos naturales con que ha sido favorecida. Como consecuencia se eleva

sustancialmente el ingreso geográfico del sector exportador del país, pero esa

elevación del ingreso adquiere una forma muy concentrada: beneficia principalmente

al capital extranjero y a ciertos grupos sociales internos, a determinadas regiones del

país y sólo a algunas ramas de la actividad económica; el sector exportador,

generador de masas importantes de ingresos muy concentrados, constituye por ello el

único que dispone de los excedentes que, potencialmente, pueden utilizarse para la

expansión de la capacidad productiva (Sunkel y Paz; 1970/1991: 61).

La magnitud de los ingresos generados por la actividad exportadora era considerable, que si

se hubieran invertido en otras actividades productivas de estas naciones otro habría sido su

desarrollo posterior, sin embargo, aparte de los efectos que trajo sobre la estructura

28

Sunkel y Paz nos dan cifras sobre la extraordinaria expansión del comercio desde principios del siglo XIX y

hasta principios del siglo XX. Lenin y Bujarin ya lo habían hecho, como vimos, en sus análisis sobre el

imperialismo. “Según ciertos cálculos, el valor de las exportaciones mundiales, hacia 1820, se aproximaba a

los 550 o 600 millones de dólares; menos de 50 años después, alrededor de 1867-68, el valor total de las

exportaciones mundiales oscilaba en torno a los 5 mil millones de dólares, cifra que a su vez prácticamente se

habían duplicado al finalizar el siglo; en 1913 llegaba ya a acerca de 20 mil millones de dólares.” (Sunkel y

Paz; 1970/1991: 59).

83

económico-social de las naciones periféricas este tipo de inserción, habría que indagar

porque no se hicieron esa inversiones y que destino tuvieron.

En la medida que la estructura de esta economía permite obtener del resto del mundo

bienes manufacturados que se financiaban con los recursos obtenidos del sector

básico de exportación, este fenómeno determinaba que el sector industrial de estas

economías tuviera escasas dimensiones y perspectivas….Por consiguiente, los bienes

de consumo manufacturados requeridos para satisfacer las necesidades de los sectores

de altos ingresos se obtienen en forma preponderante del exterior. De esta manera, los

países exportadores de materias primas pudieron obtener sus bienes manufacturados

de consumo y de capital de economías relativamente eficientes en la producción de

esos bienes, adquiriéndolos con el poder de compra creado en su sector exportador.

Esto motivó una política librecambista que facilitó un creciente intercambio

internacional; pero a su vez significó que toda actividad manufacturera competía, en

realidad, con el nivel de productividad del sector especializado de exportación. Es

obvio que en estas condiciones, y salvo circunstancias especiales, la manufactura

nacional difícilmente podía desarrollarse… (Sunkel y Paz; 1970/1991; 63-64).

Aparte del drene de recursos hacia el exterior por las importaciones de manufacturas, que

dificultaban el desarrollo de una industria manufacturera, otro de los efectos adversos de

este modelo primario exportador sobre la posibilidad del desarrollo de un mercado interno

y una industria, estaban los bajos salarios, que daba como resultado una concentración en

la apropiación de la producción adicional generada en los sectores exportadores; un

aumento de los ingresos de los propietarios de los sectores exportadores. Por consecuencia,

se produjo un aumento importante de las desigualdades de ingreso ya existentes (Sunkel y

Paz; 1970/1991; 66).

II.1.7 El desarrollo desigual hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial

Aceptando la idea de que el desarrollo y el subdesarrollo son productos de un mismo

proceso, de la génesis y desarrollo del capitalismo, no importa que adjetivo se le ponga, y

tomando en cuenta que hasta el fin de la SGM, la periferia había atravesado por tres siglos

de dominio colonial -para algunas naciones van a ser más años- y siglo y medio de naciones

políticamente independientes pero subdesarrolladas dependientes- para algunas naciones

84

menos años- tenemos que en cincuenta años, de 1900 a 1950, el crecimiento de la

producción, la población y el PIB per cápita, para tres grupos de países, el primero de

desarrollados y el segundo y tercero de subdesarrollados, ha sido desigual, sobre todo para

los asiáticos, en que por su bajo crecimiento de la producción el PIB per cápita se mantuvo

estancado. Esto último es relevante, porque es donde se concentraba la mayor parte de la

población mundial (ver cuadros II.1 y II.2). En los cuadros II.3 y II.4 podemos observar la

concentración en la producción y el comercio de los países desarrollados. Después de 50

años las cosas empeoraron para los países asiáticos y mejoraran para los desarrollados y los

latinoamericanos.

Cuadro II.1. Indicadores resumidos de la actuación por grupo de países, 1900-1950

(Tasas de crecimiento medio anual compuestas)

PIB Población PIB per cápita

1900-1950

Promedio de la OCDE a/ 2.2 0.9 1.3

URSS 2.9 0.8 2.1

Promedio asiático b/ 1.4 1.4 0.0

Promedio latinoamericano c/ 3.5 1.9 1.6

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas; Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 13-14, Fondo de Cultura

Económica, México.

85

Cuadro II.2. Población en muestra de 32 países

(miles de habitantes a mediados del año y porcentajes)

1900 % 1950 %

Total 1229955 100 2010227 100

16 países de la OCDE a/ 310004 25.2 580163 28.9

9 países asiáticos b/ 749909 61.0 1128299 56.1

6 países latinoamericanos c/ 47047 3.8 121785 6.1

URSS 122995 10.0 180050 9.0

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 186, Fondo de Cultura Económica,

México.

86

Cuadro II.3. PIB total en dólares internacionales, 1900, 1950

(Precios de 1980) ajustado para excluir el efecto de los

cambios de fronteras

(Millones de dólares y porcentajes)

1900 % 1950 %

Total de 32 países 1034965 100 2951078 100

Total de la OCDE a/ 603134 58.3 1950315 66.1

Total asiático b/ 303460 29.3 424560 14.4

Promedio latinoamericano c/ 30342 2.9 168363 5.7

URSS 98029 9.5 407840 13.8

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 158-159, Fondo de Cultura

Económica, México.

87

Cuadro II.4. Exportaciones a precios de 1980, 1900-1950

(Millones de dólares y porcentajes)

1900 % 1950 %

Total de 32 países 86655 100 185259 100

Total de la OCDE a/ 69431 80.1 149340 80.6

Total de Asia b/ 7900 9.1 17050 9.2

Total de América Latina c/ 6131 7.7 13212 7.1

URSS 3193 3.7 5657 3.1

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 206-208, Fondo de Cultura

Económica, México.

Hasta 1950, la producción de los países subdesarrollados estaba concentrada en productos

agrícolas, productos primarios, situación que se ve reflejada en la distribución de su fuerza

de trabajo, concentrada en actividades agrícolas, sobre todo las naciones de Asia (ver

cuadro II.5). Ello tenía por consecuencia que el intercambio comercial entre naciones

desarrolladas y subdesarrolladas se diera de productos manufacturados por productos

primarios. Este intercambio se suponía que beneficiaba a ambos grupos de países, ya que

los dos grupos se dedicaban a la producción de artículos donde eran más productivos y

conseguían los precios más bajos. Como se supone que donde más avanza el progreso

técnico es en la producción de productos industriales se supondría que los precios de estos

tenderían a bajar más rápido que el de los productos primarios. En los hechos, por lo menos

desde las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, esta idea no se había estado

cumpliendo. En el capítulo III veremos el cuestionamiento a las bases teóricas de la

especialización internacional del trabajo por Raúl Prebisch y su propuesta de

industrialización para captar el progreso técnico y avanzar hacia el desarrollo.

88

Cuadro II.5. Distribución del empleo por sectores, 1950

Países de la OCDE y en desarrollo

(Porcentajes)

1950

Agricultura Industria Servicios

Promedio aritmético de la OCDE a/ 25 36 39

Promedio aritmético de Asia b/ 73 8 19

Promedio aritmético de Latinoamérica

c/

50 22 28

Promedio de los países en desarrollo 63 14 23

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 194-195, Fondo de Cultura

Económica, México.

Por último, el desarrollo desigual del capitalismo no podía desembocar sino en una

concentración de la producción, del ingreso, en favor de los países industriales.

Hasta1949, según datos de la ONU, del total de ingreso mundial, los países de ingresos

altos, con sólo 18% de la población mundial, concentraba el 67% del ingreso mundial,

mientras que los países de ingreso bajos, con el 67% de la población, sólo tenían el 15% del

ingreso mundial (ver cuadro II.6). Si observamos los datos más de cerca, la distancia del

ingreso per cápita de los países de ingreso bajo era de casi 17 veces respecto al de los países

de ingresos altos. También, si tomamos en cuenta que para 1950 la población mundial era

de 2,532,229.2 mil millones de habitantes, –datos de: Total population, anual, 1950-2050,

UNCTAD, UNCTADstat, -, tenemos que aproximadamente 455,801,256 de habitantes

(18.0%) vivían en los países de ingresos altos, mientras que 1696,593,564 (67%) vivían en

los países de ingreso bajo. De este último cuadro, los datos son muy agregados, es ya

conocido, por ejemplo, que una de las características de los países subdesarrollados es su

89

alta concentración del ingreso en grupos minoritarios, que tiene implicaciones en los grupos

mayoritarios en cuanto a dificultades para la satisfacción de necesidades de alimentación,

educación, vivienda, vestido y salud, entre otros problemas.

Cuadro II.6. Distribución del ingreso mundial en 1949

(Dólares de los Estados Unidos con poder de compra de 1949)

Ingreso mundial Población mundial Ingreso per cápita

Países de ingreso altos 67% 18% $ 915

Países de ingreso medios 18% 15% 310

Países de ingreso bajos 15% 67% 54

Fuente: Cálculo basado en National and Per Capita Incomes in 1970 Countries, 1949,

Naciones Unidas, Oficina de Estadística, 1950, tomado de Ragnar Nurse “Problemas

de formación de capital en los países insuficientemente desarrollados, Pág. 72, Fondo de

Cultura Económica, México, 1953/1973.

Por eso el capitalismo, como modo de producción, ha venido siendo cuestionado, sobre

todo en las naciones subdesarrolladas donde sus efectos adversos o perversos se han dejado

sentir por cinco siglos. Este cuestionamiento tuvo éxito, primero con la primera revolución

socialista en Rusia en 1917, posteriormente en otras naciones de Europa, Asia y A.L. En

A.L. fue con la Revolución Socialista en Cuba en 1959.

II.2 EL PROBLEMA DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO DESDE LA

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y HASTA LA DÉCADA DE LOS SESENTA DEL

SIGLOXX: ESTADO, DESARROLLO Y SOCIALISMO

La segunda posguerra, producto de los acontecimientos anteriores y la misma SGM, se

iniciaba, primero, con un mundo dividido en tres grupos de países, los llamados países

desarrollados, el segundo mundo correspondiente a los países socialistas y el tercer mundo

correspondientes a los países subdesarrollados29

, este último grupo con las dos primeras

opciones para alcanzar el desarrollo. Segundo, con el keynesianismo como paradigma

29

Habría que señalar que el mismo concepto de desarrollo no se discutió, ya que no sólo se suponía que los

países subdesarrollados querían llegar a ser como los desarrollados, con sus mismas características, sino que

también se sobreentendía el concepto, es decir aumentar el capital por hombre ocupado para que aumentara la

productividad y por consecuencia el PIB per cápita.

90

dominante para el crecimiento económico. Tercero, con la creación de instituciones

mundiales como la ONU, el FMI y el BM, para impulsar el crecimiento con estabilidad

monetaria en un ambiente de “paz mundial”, y cuarto, además de la preocupación por el

desarrollo, un cambio de término para referirse a este grupo de países, de atrasados a

subdesarrollados30

.

Los acontecimientos también dieron lugar a teorías referidas a cómo resolver los

problemas capitalistas de inversión, crecimiento, desempleo, de precios y de cómo los

países subdesarrollados se podían desarrollar. Continuaron dividiéndose en las dos

vertientes, las de la teoría económica y las del enfoque marxista. Entre las primeras

predominaban la teoría de Keynes (1936), la de Hayek (1944), la de Nurkse (1953), la de

Lewis (1955), la de Rostow (1960) y Myrdal (1957). En la segunda vertiente, la obra de

Baran (1957) y Dobb (1963), entre otras. En A.L., en la primera vertiente, las de la CEPAL

por medio de Raúl Prebisch, y en la segunda, las teorías de la dependencia por medio de

André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini y otros.

30

La preocupación se vio reflejada en la ONU. En la Carta de las Naciones Unidas, capítulo IX, sobre

“cooperación internacional económica y social”, se dice que la ONU promoverá “niveles de vida elevados,

trabajo permanente para todos y condiciones de progreso y desarrollo económico y social”; la “solución de

problemas internacionales de carácter económico, social y sanitario...y la cooperación internacional en el

orden cultural y educativo” y “el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de

todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y

libertades.” (Carta de las Naciones Unidas; 1945: 359). Para lograr, o alcanzar tales propósitos, se crearían

por la misma ONU “organismos especializados” en distintas áreas económicas, como el FMI, el Banco

Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Organización de las Naciones Unidas para la

Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y

la Cultura (UNESCO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina Internacional del Trabajo

(OIT).

La posguerra también trajo consigo un cambio de términos. De referirse a estos como países atrasados, se

pasó a referirlos como países subdesarrollados, término que implicaba que los países bajo esta condición

podían y debían desarrollarse, por supuesto, por medio de la política económica para alcanzar un desarrollo

similar al que ya habían alcanzado países de Europa, EE.UU. y Canadá, y que tenía que ver con el producto

interno bruto per cápita, o con el capital por hombre ocupado. Dice Myrdal que resulta interesante que “…

en la actualidad todos nosotros nos refiramos a esta mayoría de países muy pobres como los “países

subdesarrollados”. Este término dinámico, ha alcanzado su actual preponderancia a raíz de la Segunda Guerra

Mundial, indica por sí mismo el gran cambio que se ha operado en la situación política mundial a que he

hecho referencia, ya que la expresión que se acostumbraba a utilizar hasta la fecha reciente era el término

estático de países atrasados.” (Myrdal; 1957: 18).

91

II.2.1 La concepción burguesa del desarrollo-subdesarrollo: concepto, causas y

alternativas

Los de la primera vertiente, primero, no se preocuparon por el origen y desarrollo de estos

dos grupos de países31

, segundo, no existen clases sociales, pareciera que el problema del

subdesarrollo es un problema de desconocimiento de un problema técnico; no se toma en

cuenta que existen clases sociales que tienen prioridades y objetivos diferentes y que entran

en contradicción; no se toma en cuenta que la prioridad de las burguesías industriales,

comerciales y financieras no es la prosperidad sino la máxima ganancia; no se toma en

cuenta que los Estados capitalistas no están por encima de las clases sociales sino que

responden a las prioridades e intereses de las clases dominantes y hegemónicas.

II.2.1.1 Ragnar Nurkse y el tamaño del mercado

Por ejemplo, Nurkse, al igual que los otros teóricos de esta vertiente, no hace un análisis de

cómo es que estas naciones “insuficientemente desarrolladas” llegaron a esa condición, es

decir, hace a un lado cinco siglos de capitalismo, siglos en los cuáles se constituyeron los

dos grupos de países. Además las considera como naciones cerradas, por lo que su

condición se explica por su funcionamiento interno y no por su vinculación al mercado

mundial.

En la explicación del subdesarrollo plantea lo más evidente, su manifestación, y siempre en

relación con los desarrollados, es decir que tienen menos capital en relación a su

población32

, ¿por qué?, ¿tiene algo que ver su trayectoria histórica de dominio y de

dependencia? Dice Nurkse:

31

En 1960, “expertos” de la ONU,” distinguían entre países que habían alcanzado una “etapa avanzada de

desarrollo” y los que no, o que se encontraban en una etapa primitiva. La diferencia estaba en la renta, pero

no les interesaba el origen de esas diferencias. Decían los expertos: “Probablemente la distinción más amplia

está en la distribución de la renta nacional entre las diversas capas de la población. Los países adelantados

económicamente tienen un nivel general de prosperidad mucho más alto y los niveles de vida de la masa de su

población son superiores.” (Expertos; 1960: 9). La solución era técnica, hasta simple. Decían que era

“…posible buscar una definición más precisa del término insuficientemente desarrollado. Un país

insuficientemente desarrollado puede describirse como aquel en el cual los recursos humanos y naturales se

utilizan con fines económicos sólo en un grado muy limitado. El personal especializado, el capital y el

mecanismo administrativo necesarios para hacer un uso adecuado de esos recursos faltan parcialmente o en su

totalidad…” (Expertos; 1960: 10-11). 32

Para Nurkse, “formación de capital significa que la sociedad no destina el total de su actividad productiva

corriente a las necesidades y deseos del consumo inmediato, sino que dedica parte del mismo a la

construcción de bienes de capital –herramientas e instrumentos, maquinaria y servicios de transporte, planta y

92

…Constituye ésta precisamente el meollo del problema del desarrollo en los países

atrasados económicamente. Las llamadas zonas insuficientemente desarrolladas,

comparadas con las avanzadas, tienen menos capital en relación con su población y

sus recursos naturales…

Tal vez las relaciones circulares más importantes de esta suerte son las que afligen la

acumulación de capital en los países económicamente atrasados. La oferta de capital

se rige por la capacidad y deseo de ahorrar; la demanda de capital se rige por los

estímulos para invertir. Existe una relación circular en ambos lados del problema de

la formación de capital en las zonas empobrecidas del mundo (Nurkse; 1953/1973: 9,

13-14).

Lo mismo, no existe formación de capital porque no existe ahorro, y no hay ahorro por el

bajo nivel de ingreso, y el bajo nivel de ingreso por la baja productividad, que a su vez se

debe a la falta de capital, y no hay capital por la falta de ahorro, eso por el lado de la oferta.

Por el lado de la demanda, hay bajo estímulo a invertir por la baja demanda, por el bajo

ingreso, y este último por la baja productividad, y esta última por el escaso capital invertido

en la producción, y el escaso capital porque no hay un estímulo invertir, es decir, es todo

un círculo vicioso. Dice Nurkse:

Del lado de la oferta está la poca capacidad de ahorro, que resulta del bajo nivel de

ingreso real. El escaso ingreso real es un reflejo de la baja productividad, que a su vez

se debe en gran parte a la falta de capital. La falta de capital es el resultado de la poca

capacidad de ahorro, y así el círculo es completo.

Del lado de la demanda, el estímulo a invertir puede ser bajo a causa del escaso poder

de compra de la población, que se debe a su reducido ingreso real, lo que a su vez es

atribuible a la baja productividad. Sin embargo, el bajo nivel de productividad es

resultado de la pequeña cantidad de capital empleada en la producción, que a su vez

puede obedecer, al menos parcialmente, al pequeño estímulo a invertir (Nurkse;

1953/1973: 14).

equipo-, o sea todas las formas de capital real que tanto pueden incrementar la eficacia del esfuerzo

productivo.” (Nurkse; 1953/1973: 9).

93

¿Entonces, cuál es el problema principal? Es el tamaño del mercado, que se convierte en el

principal obstáculo para que el capital pueda invertir y, según Nurkse, en uno de los

principales problemas para el desarrollo en general. ¿Cómo se amplía el mercado? ¿Qué

determina el tamaño del mercado? Como Nurse lo ha planteado, el tamaño del mercado

está determinado por la productividad y sigue el círculo vicioso. Es lo que Nurkse llama

una especie de estado estacionario de subdesarrollo, y que existen fuerzas que apuntan a

mantener este estado. ¿Cuáles fuerzas? ¿Es irrompible este círculo vicioso, o estado

estacionario del subdesarrollo? ¿Cómo y por dónde romperlo? Nurkse dice que no es

irrompible, y que una vez roto se da lo que él le llama adelanto acumulativo:33

Reconocemos, en uno de sus aspectos, el círculo vicioso de la pobreza. Percibimos

una constelación de circunstancias que tienden a mantener a cualquier economía

atrasada en una condición estacionaria, en un estado de equilibrio de

subdesarrollo…El progreso económico no es un fenómeno espontáneo o automático.

Por el contrario, es evidente que hay fuerzas automáticas dentro del sistema que

tienden a mantener a éste anclado a un nivel dado.

…La constelación circular del sistema estacionario…no es irrompible. Y una vez roto

en cualquier punto el sólo hecho de que la relación sea circular tiende a procurar un

adelanto acumulativo… (Nurkse; 1953/1973: 19-20).

Según Nurkse, el mercado se podría ampliar al momento en que varías industrias se

decidieran a invertir simultáneamente; se apoyarían simultáneamente en la ampliación del

mercado. Surgen varias preguntas, ¿cómo se harían las inversiones si no hay ahorro?,

¿cómo hacer que las burguesías industriales simultáneamente se decidieran a invertir?, ¿qué

incentivos tendría que dar el Estado?, ¿por qué no lo ha hecho?, ¿qué obstáculos presenta

la dinámica de la economía mundial? Me parece que el problema es más complejo de lo

que Nurkse trata de hacer parecer. Dice Nurkse, al respecto:

33

Todo el problema del subdesarrollo gira en torno a la estrechez del mercado. No importa cómo se llegó a

esa restricción. Dice Nurse que la “limitada magnitud del mercado nacional en un país de ingreso bajo puede

así constituir un obstáculo para la aplicación de capital por cualquier empresa individual o industrial que

trabaje para ese mercado. En este sentido un mercado interno pequeño es un obstáculo para el desarrollo en

general.” (Nurkse; 1953/1973: 17).

94

En el presente análisis me parece que el punto principal es reconocer cómo un ataque

frontal de este tipo –una onda de inversiones de capital en varias industrias- puede

tener buen éxito económicamente en tanto que una aplicación sustancial de capital

por un empresario individual en cualquier industria particular, puede verse

obstaculizada o desalentada por las limitaciones del mercado preexistente. Donde una

sola empresa pudiera no parecer en absoluto propicia o viable, un amplio grupo de

proyectos de diferentes industrias puede tener éxito porque se apoyaría

recíprocamente, en el sentido de que la gente que participa en cada proyecto y trabaja

ahora con más capital real per cápita y con mayor eficiencia en términos de

producción por hora hombre, proporcionará un mercado ampliado a los productos de

las nuevas empresas en las otras industrias. En esta forma la dificultad del mercado y

el obstáculo que significa para los incentivos individuales a invertir, se suprime o en

cierta forma se atenúa por medio de una expansión dinámica del mercado a través de

inversiones realizadas en varias industrias. La tasa de crecimiento de cualquier

industria está inevitablemente condicionada por la tasa de crecimiento de otras

industrias, aunque naturalmente algunas crecerán más aprisa que otras puesto que las

elasticidades de la demanda y la oferta variarán según los diferentes productos.

Mediante la aplicación de capital a un grupo amplio de actividades el nivel general de

eficiencia económica se eleva y la magnitud del mercado se amplía (Nurkse;

1953/1973: 22-23).

La estrechez del mercado, por la baja productividad y por consecuencia el bajo nivel de

ingreso tiene incidencia no sólo en el comercio internacional sino también en el bajo flujo

de inversiones, aclarando, flujos de inversiones que abastezcan el mercado interno. ¿Qué

significa? Significa, por una parte, que la estrechez del mercado interno, por la baja

productividad tampoco permite ser competitivo en el mercado mundial, y por la otra, que

tampoco es un incentivo para el capital extranjero llegar a invertir por lo pequeño del

mercado. Lo que puede suceder, como ha sucedido con el modelo neoliberal en A.L., es

que también por la estrechez del mercado, por los bajos salarios, se convierta en un

incentivo para el capital extranjero y las regiones atrasadas sirvan como plataformas de

exportación al mercado mundial. Dice Nurkse:

95

A la larga hay un factor más importante del volumen del comercio internacional; la

magnitud del mercado y el nivel de productividad. El crecimiento equilibrado, como

medio de ampliar el mercado y elevar los incentivos para una productividad más alta

a través de la inversión de capital, es una base esencial para ampliar el comercio.

Nunca hubo mucho estímulo para que el capital de las empresas extranjeras se

dirigiera hacia las regiones económicamente atrasadas, a producir para los mercados

locales; estos mercados eran demasiado pequeños para representar un incentivo. La

inversión privada generalmente se rige por la influencia de la demanda del mercado,

y la inversión internacional por cuenta de las empresas privadas no es excepción

(Nurkse; 1953/1973: 23, 35).

¿Por qué no se ahorra? Dice Nurkse, tomando el concepto de Dusesemberry, que por el

“efecto demostración”. Significa que la población de los países “insuficientemente

desarrollados”, a pesar de su bajo nivel de ingreso, imitan el consumo de países

desarrollados, y que por lo tanto no se da el ahorro. Afirma que la interdependencia de

consumidores de países desarrollados e insuficientemente desarrollados afecta el consumo

y el ahorro de los segundos. Es decir que por el efecto imitación, los consumidores de los

países insuficientemente desarrollados tienden a imitar el consumo de los consumidores de

los países desarrollados, y ante sus bajos niveles de ingreso y desigual distribución, no

existe ahorro para la formación de capital, y que esto se agudiza mientras se amplíen las

divergencias de ingreso (Nurkse; 1953/1973: 66-79).

El efecto demostración y el consumo imitativo van más lejos, ya que tiene efectos adversos

sobre la balanza de pagos, hacia un desequilibrio crónico de esta, ¿por qué? Querer

consumir productos no encontrados en el mercado nacional genera un incremento en las

importaciones de bienes y servicios que no pueden ser saldados con las exportaciones, por

lo que se recurre al endeudamiento externo. Dice Nurkse:

La tendencia persistente de los países más pobres a gastar más de lo que tienen en su

cuenta internacional es apenas otro aspecto de la poca importancia que dan a las

reservas internacionales y de hecho a su pobreza relativa. En consecuencia, me parece

que existe cierta base para la idea de que hay algo así como una tendencia natural

hacia el desequilibrio de la balanza de pagos entre un país rico y un país pobre.

96

Agregaría solamente una vez más que esto es así no por la alta productividad del país

rico que le hace producir a bajos precios de exportación, y a su gran fuerza

competitiva, sino por la propensión al consumo del país pobre, que por las razones

descritas tiende a ser excesiva en relación con su propia capacidad de producción

(Nurkse; 1953/1973: 82).

Finalmente llega a una interesante conclusión, en cuanto a la falta de ahorro y la formación

de capital en los países pobres, cuando afirma que son las disparidades de ingreso entre los

países desarrollados e insuficientemente desarrollados las que podrían estar detrás de la

baja de ahorro y la formación de capital en los países insuficientemente desarrollados. Dice

Nurse:

Por esta razón, las disparidades del ingreso internacional quizá deban tratarse no

simplemente como fuente de tensión en la balanza de pagos internacionales, sino

realmente como obstáculo al ahorro interno y a la formación de capital en los países

pobres (Nurkse; 1953/1973: 84).

Existen otros cuatro rubros de política económica, según Nurkse, en que los países

subdesarrollados han puesto sus esperanzas para seguir avanzando en su industrialización y

su desarrollo económico. Estos serían la inversión extranjera, los préstamos a los

gobiernos, la protección arancelaria y restringir las importaciones de bienes de consumo

suntuario y fomentar las de bienes de capital. Nurkse dice que por lo regular estas medidas

han terminado en desilusión o fracaso. Del capital de las empresa extranjeras porque

“…tiene pocos o ningunos incentivos para trabajar en pro de la expansión de las economías

internas de los países de ingreso bajo. Segunda, aun para ampliar la oferta de materias

primas para la exportación, los fondos de las empresas privadas no querrán afluir en montos

constantes y de cierta consideración a menos que esperen, con cierta seguridad, una

constante y considerable expansión de la demanda de tales mercancías” (Nurkse;

1953/1973: 98). De los préstamos, porque puede ocurrir que estos sustituyan al ahorro

interno y se “…incremente el consumo del país y se agregue poco o nada a la tasa de

acumulación…” (Nurkse; 1953/1973: 102). Así ha sucedido con gran parte de los

préstamos a los gobiernos latinoamericanos, que han tenido como consecuencia déficit de

balanza de pagos y severas crisis económicas.

97

Sobre la protección arancelaria a las industrias nacientes, Nurkse tiene varias apreciaciones

importantes. Primero que la protección por “sí sola no es un medio eficaz de promover el

desarrollo económico.” y segundo, por qué la “protección arancelaria… ha hecho muy poco

o nada para crear el capital necesario para el desarrollo industrial.” Ni siquiera sirve para

dar un mayor estímulo al capital extranjero, ya que “no hay mercados que proteger...”

(Nurkse; 1953/1973: 116, 117). Sobre el cuarto rubro, “la conclusión no es enteramente

segura; depende de circunstancias variables. En cualquier caso resaltan claramente algunos

puntos de principio. Que el gobierno sea quien decida con respecto a la inversión y el

consumo, actuando solamente en la composición de las importaciones es de poca o de

ninguna utilidad. Cualquier decisión para aumentar la parte de bienes de capital en este

sector puede compensarse por cambios opuestos en el sector nacional. La simple idea de

que puede obtenerse más capital para el país simplemente manipulando el sector de

comercio exterior de la economía es, en mi opinión, un ejemplo de la falacia de la

concreción fuera de lugar.” (Nurkse; 1953/1973: 126). Nurkse insiste en que el verdadero

problema no es la importación de bienes de capital, sino extraer más ahorro del ingreso

nacional. Una manera de extraerlo sería por medio del ahorro forzoso a través de las

finanzas públicas. Sin embargo, dice Nurkse, que políticamente es una de las medidas más

difíciles en los países subdesarrollados, lo más fácil es la política comercial (Nurkse;

1953/1973: 127-130).

II.2.1.2 Arthur Lewis y la conducta de los seres humanos

A Lewis lo que le va a interesar son las causas del desarrollo económico, o lo que es lo

mismo, por qué se produce el crecimiento de la producción por habitante en las naciones,

sólo eso, por supuesto haciendo diferencias entre naciones desarrolladas y

subdesarrolladas34

. Para Lewis las causas están en la conducta de los seres humanos, y de

eso se va a ocupar. Dice Lewis que “El crecimiento de la producción por habitante

depende, por una parte, de los recursos naturales disponibles y, por la otra, de la conducta

humana. Este libro se ocupa principalmente de la conducta humana, y trata de los recursos

naturales sólo en cuanto éstos la afectan…” (Lewis; 1955/1976: 10). ¿Tendrá algo que ver

con el crecimiento de la producción la avidez por las ganancias y la acumulación de las

34

Es claro en lo que le preocupa, el crecimiento de la producción en las naciones. Dice Lewis: “el tema de

este libro es el crecimiento de la producción por habitante…” (Lewis; 1955/1976: 9).

98

burguesías?; ¿tendrá algo que ver en el crecimiento de la producción la explotación de la

fuerza de trabajo que conduce a la acumulación, es decir al crecimiento la producción?;

¿tendrá algo que ver en el crecimiento de la producción en las hoy potencias capitalistas el

saqueo que han hecho de sus colonias y de las hoy naciones subdesarrolladas? ¿Acaso no,

las preguntas formuladas tienen que ver con la conducta humana? Lewis no va a referirse a

este tipo de conductas porque es ir a la esencia del capitalismo, a sus contradicciones, y

en eso Lewis no está interesado.

Así, distingue tres causas inmediatas, o en la línea de Lewis, tres conductas inmediatas en

el crecimiento de la producción. La primera, el esfuerzo por economizar, la segunda, el

aumento del conocimiento y su aplicación y la tercera, el aumento del capital por

habitante35

(Lewis; 1955/1976: 11). ¿Qué es lo que determina, o de qué depende que las

conductas sean, o no, proclives al crecimiento? Según Lewis, depende de las instituciones.

¿Qué se entiende por una actitud de esfuerzo por economizar? Lo que entonces y hoy se

entiende como productividad, es decir aumentando el rendimiento por hora, por jornada,

por hectárea etc. Dice Lewis: “Por actividad económica entendemos el esfuerzo dirigido a

aumentar el rendimiento de un de terminado esfuerzo o recurso o a reducir el costo de un

rendimiento determinado…El crecimiento es la resultante del esfuerzo

humano…Aceptando los diversos desafíos que el ambiente en que vive le lanza, el hombre

puede, de innumerables maneras, arrancarle a la naturaleza un mayor producto con un

menor esfuerzo.” (Lewis; 1955/1976: 24)36

. La mayor productividad y el mayor

35

Dice Lewis, sobre las causas del crecimiento: “La investigación de las acciones humanas tiene que

efectuarse a niveles distintos, porque existen causas inmediatas del crecimiento, así como causas de estas

causas. Son tres las principales causas inmediatas. La primera es el esfuerzo por economizar, ya sea

reduciendo el costo de cualquier producto dado, o aumentando el rendimiento de cualquier insumo de

esfuerzo o de otros recursos. Este esfuerzo por economizar se manifiesta de varias maneras; como

experimentación, o un correr riesgos; como movilidad ocupacional o geográfica; y como especialización para

mencionar sólo sus manifestaciones principales. Si el esfuerzo no se realiza, ya sea porque no existe el deseo

de economizar, o bien porque tanto la costumbre como las instituciones desalientan su expresión, entonces no

tendrá lugar el crecimiento económico. La segunda es el aumento de conocimientos y su aplicación…La

tercera consiste en que el desarrollo depende del incremento del volumen de capital y de otros recursos por

habitante…” (Lewis; 1955/1976: 11). 36

El menor esfuerzo tiene que ver con la inversión, y es él hábito de la inversión productiva lo que distingue,

según Lewis, a las naciones desarrolladas de las subdesarrolladas. Nos dice que “en casi todas las sociedades

están íntimamente vinculados la riqueza, el prestigio y el poder. Las sociedades difieren fundamentalmente

en la forma en que los ricos gastan su riqueza, y en las fuentes de la misma a las que va aunado el

prestigio…Es el hábito de la inversión productiva, y no las diferencias en la distribución del ingresos o el

respeto que se tiene por el hombre rico, lo que distingue a los países ricos de los pobres. Además, en la

medida en que existen diferencias por lo que respecta al prestigio que va aunado a la riqueza, lo que importa

99

crecimiento se alcanzan, como se dijo anteriormente, “…utilizando mayores conocimientos

o más capital, y aprovechando mejor las oportunidades favorables para la especialización,

el comercio o la inversión.”37

(Lewis; 1955/1976: 41-42).

¿Quién o como se tendrían que crear las condiciones para un mayor crecimiento? ¿Porqué

en algunas naciones se han creado esas condiciones y en otras no? Dice Lewis que esas

condiciones las va a crear una minoría de la sociedad. ¿Esas minorías son las clases

dominantes, es decir las burguesías industriales, comerciales y financieras? ¿Por qué en las

naciones subdesarrolladas esas minorías no han creado esas condiciones? Dice Lewis:

Aunque es cierto que es más probable que el hombre logre una productividad mayor

si cree que el esfuerzo vale la pena, rara vez se da el caso de que gran parte de una

comunidad cualquiera sea agudamente sensible a sus oportunidades, y tampoco es

necesario para el crecimiento que el común de la gente posea esa sensibilidad. Deben

existir en ella unas cuantas personas dispuestas a abrir la brecha; una vez que la hayan

abierto con éxito, las demás seguirán generalmente sus pasos…En este sentido, el

desarrollo depende de una dirección despierta. Naturalmente, cuanto más grande sea

esa minoría directora despierta, y cuanto mayor sea la libertad de acción, tanto más

rápidamente crecerá económicamente la comunidad; es en la diferencia en cuanto a la

magnitud de la minoría y la amplitud de la libertad de acción donde se encuentra la

diferencia esencial entre diversas sociedades (Lewis; 1955/1976: 45).

es la relativa posición social de aquellos cuya riqueza proviene de inversiones productivas, o está representada

por ellas, en comparación con la de aquellos cuya riqueza proviene de la propiedad o herencia de la tierra…El

punto crítico realmente importante de la vida de una sociedad se alcanza no cuando comienza a respetarse la

riqueza como tal, sino cuando se pone por encima de todo la inversión productiva y la riqueza asociada a ella.

…” (Lewis; 1955/1976: 29-30). Las sociedades también difieren en su conducta de buscar y aprovechar, o

no, las oportunidades económicas, que a su vez dependen de “… tres causas distintas, a saber: a diferencias

en la valuación de los bienes materiales con relación al esfuerzo que se requiere para obtenerlos, a diferencias

en las oportunidades de que se dispone, y a diferencias en el grado en que las instituciones favorecen el

esfuerzo, ya sea removiendo los obstáculos que se encuentren en el camino, o asegurando al individuo los

frutos de su esfuerzo…Sin embargo, también existen verdaderas diferencias psicológicas por lo que respecta a

la voluntad de esforzarse, y debemos analizarlas en primer lugar…” (Lewis; 1955/1976: 24). 37

Lewis es claro por lo que entiende por capital físico y cultural. Por el primero, lo entiende como “el medio

ambiente físico necesario para el disfrute de determinadas satisfacciones. Ésta puede ser una cuestión natural

o artificial. En la mayoría de los países pobres no existe el capital físico acumulado que requiere el

mantenimiento de un elevado nivel de necesidades…Así, los bienes que el individuo puede comprar y utilizar

son en extremo limitados. …” (Lewis; 1955/1976: 31). Por el segundo, “el conjunto de conocimientos

acumulados por la sociedad…Si la cultura no hace gran aprecio de la música, habrá poca demanda de

instrumentos o diversiones musicales…” (Lewis; 1955/1976: 31).

100

¿Qué es lo que induce a que los seres humanos lleven a cabo el esfuerzo de “economizar”

para el crecimiento? ¿El mismo esfuerzo conducirá al mismo crecimiento tanto en países

desarrollados como en subdesarrollados? Dice Lewis que el esfuerzo y su amplitud depende

del tipo de instituciones, tan es así “…que el mismo esfuerzo producirá un crecimiento más

rápido en países ricos que en países pobres…”38

(Lewis; 1955/1976: 56). ¿Qué

instituciones? Primero, “el derecho a la recompensa”, es decir, que para que el individuo

realice el esfuerzo debe saber que tiene el derecho al fruto de ese esfuerzo. Además debe

saber que cuenta con la protección del fruto de ese esfuerzo, con una ley que garantice su

propiedad contra particulares y contra el mismo Estado. Dice Lewis:

Las instituciones promueven o limitan el desarrollo de acuerdo con la protección que

ofrecen al esfuerzo, con las oportunidades de especialización que otorgan, y con la

libertad de acción que permiten…

El hombre no efectuará esfuerzo alguno si no obtiene para sí, o para aquellos a

quienes reconoce un derecho, el fruto de ese esfuerzo…

La formación de capital es una de las condiciones del desarrollo económico, y la

existencia de una ley que garantice la propiedad es una de las condiciones de la

formación de capital. Por propiedad entendemos el derecho legal que posee una

persona de privar a otras del uso de un recurso determinado. Este derecho lo puede

poseer una persona en particular, un grupo, o una autoridad pública…

Si es necesario proteger la propiedad pública del abuso de los particulares, es

igualmente necesario proteger la propiedad privada del abuso público. El

mantenimiento de la Ley y el orden es una de las condiciones fundamentales del

crecimiento económico… (Lewis; 1955/1976: 61, 64-65).

Segundo, las instituciones deben ofrecer oportunidades al comercio y por consecuencia a la

especialización, porque estos son primordiales para el crecimiento. Es decir el comercio va

38

Dice Lewis sobre la importancia de las instituciones en el crecimiento económico: “Dado los recursos de un

país, su tasa de crecimiento está determinada por la conducta e instituciones humanas: por elementos como la

energía intelectual, la actitud hacia las cosas materiales, la voluntad de ahorrar e invertir en forma productiva,

o la libertad y flexibilidad de las instituciones. Los recursos naturales determinan el curso del desarrollo, y

constituyen el desafío que el espíritu humano puede aceptar o no.” (Lewis; 1955/1976: 56).

101

a ampliar el mercado, que conduce a la especialización, que a su vez conduce al aumento de

la productividad, y por último, y en consecuencia, al desarrollo económico. Dice Lewis:

El comercio estimula el desarrollo de muchas maneras, de las cuales el estímulo a la

especialización es sólo una. El comercio estimula la demanda porque lleva nuevos

bienes a la comunidad y, al hacerlo, puede estimular también el deseo de trabajar más

o más eficazmente. Puesto que las necesidades limitadas, debidas a los horizontes

limitados, hacen que el esfuerzo sea pequeño en muchas comunidades primitivas, la

iniciación en el comercio puede dar lugar a una actitud revolucionaria respecto del

valor del trabajo. El comercio reduce también la necesidad de capital fijo de la

comunidad…El comercio también trae consigo nuevas ideas; nuevos hábitos de

consumo, nuevas técnicas, o nuevos conceptos de las relaciones sociales…

El comercio también estimula la especialización, puesto que la división del trabajo

depende de la magnitud del mercado… (Lewis; 1955/1976; 75).

Tercero, las instituciones también deben garantizar la libertad económica, como

trascendente para el desarrollo económico o el crecimiento. Es decir el individuo, el

empresario, entre otras libertades, debe tener libertad para tener acceso a los factores de la

producción, debe tener libertad para acceder a la tierra, a la fuerza de trabajo, a los

mercados para competir, etc.39

(Lewis; 1955/1976: 85-110). Importante también sería no

sólo el acceso, sino bajo qué condiciones. Por ejemplo, el acceso a la fuerza de trabajo, con

qué salario, con qué jornada de trabajo, con qué prestaciones, con qué condiciones de

despido, etc. Dice Lewis sobre la importancia de la libertad económica para el crecimiento

económico:

39

Ahora, si son tan importantes las instituciones para el desarrollo económico, ¿Cómo se da el cambio de

estas para seguir promoviendo el desarrollo? Dice Lewis que una vez iniciado el desarrollo “las instituciones

se modificarán así mismas para proteger los incentivos y fomentar el comercio. A la inversa, si las

oportunidades se restringen, el desarrollo decaerá y las instituciones se modificarán para ajustarse al

estancamiento…” (Lewis; 1955/1976: 155). Lewis entra el debate de las etapas en lo referente a las

instituciones, es decir, que el cambio institucional seguiría un curso inevitable o pasaría por una sucesión de

etapas que inevitablemente culminaran en el fomento al desarrollo económico. Lewis dice”…que no es

posible afirmar que las instituciones evolucionen cumulativamente, en sentido favorables al desarrollo, ya

que es evidente la existencia en el pasado de muchos períodos en que ocurrió lo contrario; en que la

esclavitud sucedió a la libertad, o en que la creciente rigidez de las clases sociales y castas sociales redujo la

libertad de acción. El desarrollo económico no es inevitable; y aún más vigoroso puede detenerse.” (Lewis;

1955/1976: 171-172).

102

El aumento del ingreso por habitante en Europa Occidental y América del Norte, en

los últimos siglos, se suele asociar, acertadamente, con el aumento de la libertad

económica; de la libertad personal para cambiar de posición social o de ocupación; de

alquilar recursos y combinarlos de manera que aumente la producción o disminuyan

los costos; y de dedicarse a actividades que ya otros desempeñan para competir con

ellos… (Lewis; 1955/1976; 85).

La otra causa inmediata del desarrollo económico es el conocimiento, su acumulación y su

utilización. Primero, Lewis señala que el conocimiento es acumulativo, ya que cada

generación parte del conocimiento de sus “antepasados”. Señala que en la historia de la

humanidad dos han sido los inventos que han contribuido a la acumulación del

conocimiento, uno ha sido la invención de la escritura y el otro el método científico40

.

(Lewis; 1955/1976: 178-179). ¿Quién hace las investigaciones? La hacen, por una parte, las

grandes empresas buscando ventajas sobre sus rivales. También intervienen los gobiernos

por medio de fondos a las instituciones educativas o de investigación cuyos

descubrimientos se ponen a “disposición de todos”. En sí “…como las ideas científicas no

son propiedad privada, los científicos no pueden vivir de su venta. Por tanto, el adelanto de

la ciencia es, en gran medida, una carga que gravita sobre los fondos del gobierno o de

otras instituciones públicas.” (Lewis; 1955/1976: 184-187). Ahora, en el caso de los países

subdesarrollados, como los resultados o descubrimientos de la ciencia pura que se hacen en

las naciones industrializadas están a disposición de todos, estos no tienen “…verdadera

necesidad de gastar grandes cantidades de sumas en el adelanto de la ciencia pura…”

(Lewis; 1955/1976: 184-187).

Según Lewis, una de las principales deficiencias de los países subdesarrollados es la

incapacidad que tienen para gastar sumas adecuadas en investigación y eso se debe a que en

estos países el principal interesado no es la iniciativa privada sino el gobierno. Sucede lo

contrario en los países industrializados en que es la iniciativa privada la principal

40

Para Lewis, los inventos “han sido realizados por dos clases de personas: por el trabajador en el desempeño

de su tarea y por el inventor profesional. Hasta el siglo XIX las grandes invenciones no fueron hechas por los

científicos sino por gente práctica que poco sabía de ciencia. Es hasta el siglo XX que la educación científica

no sólo se vuelve esencial para ser inventor sino que los mismos descubrimientos de la ciencia se convierten

en la fuente principal del progreso tecnológico. Además las invenciones dejan de ser producto de una sola

persona y pasan a ser producto de un equipo de científicos (Lewis; 1955/1976: 181-183).

103

interesada, por lo que aporta grandes sumas a esta actividad, correspondiéndole al gobierno

llenar huecos o lagunas que deja la iniciativa privada (Lewis; 1955/1976: 190).

Ahora bien, no basta con que el conocimiento aumente, debe difundirse y aplicarse en la

práctica. Pero aplicarlos significa costos y riesgos, por lo que su puesta en práctica para la

producción debe producir ganancias. Sin embargo es de primordial importancia para el

desarrollo económico llevarlos a la práctica. Dice Lewis al respecto:

…el desarrollo económico está condenando a ser lento a menos de que exista una

oferta adecuada de empresarios en busca de nuevas ideas, y que estén dispuestos a

correr el riesgo de llevarlas a cabo. De esto modo, una economía de empresa privada

se retrasará en su desarrollo si no dispone de suficientes hombres de negocios, o si

éstos son renuentes a correr riesgos, ya sea porque carezcan de capital o porque sean

tímidos por naturaleza o, sencillamente, porque las ganancias diferenciales no sean

proporcionales a los riesgos… (Lewis; 1955/1976: 197).

Ahora bien, para que aumente el conocimiento y se lleve a la práctica, se necesita gente

adiestrada por lo que va aumentar la demanda de servicios educativos en todos los niveles.

Proporcionar estos servicios educativos está más allá de los presupuestos gubernamentales

de los países subdesarrollados. ¿Qué hacer? ¿A qué nivel o niveles educativos habría que

darles prioridad y con qué criterios? ¿Los criterios dependerán de cómo concebimos a los

gastos en educación, es decir como gastos de consumo o como gastos de inversión? Lo que

Lewis sí señala como prioritario para los países pobres, por ser altamente productivos, son

los gastos para proporcionar nuevos conocimientos a los campesinos ya que es la forma

más segura de incrementar el ingreso nacional. Pero antes está la investigación, sin ella no

se pueden generar los conocimientos a transmitir a los campesinos (Lewis; 1955/1976:

204).

La tercera y última causa del crecimiento económico, del desarrollo económico, es el

incremento del capital por habitante.

Una de las principales diferencias entre los países desarrollados y subdesarrollados, es su

tasa de acumulación. En los primeros su tasa de acumulación es alta y por consecuencia el

capital por habitante, sucede lo contrario en los países subdesarrollados. Sobre la

importancia de la inversión en el crecimiento en los países desarrollados, Lewis nos dice

104

que“…el incremento acumulativo de 3 por ciento al año en el ingreso nacional está

asociado a una inversión neta anual que va del 9 al 12 por ciento del ingreso nacional. Los

países industriales, en efecto, tienden a invertir entre el 10 y el 15% de su ingreso nacional,

excluida la depreciación, y sus ingresos tienden a crecer de un 3 a un 4 por ciento al año.”

(Lewis; 1955/1976: 219-220).

Por el contrario “…la razón en que el capital existente esta con el ingreso anual es mucho

más baja en países sin desarrollar (casi de 1 a 1) porque su tasa de acumulación es mucho

más pequeña…” (Lewis; 1955/1976: 220). El mayor problema que enfrentan los países

subdesarrollados para incrementar su tasa de acumulación, su inversión, es que “…la

propensión corriente al ahorro es muy baja…” (Lewis; 1955/1976: 236).

La razón de los ahorros con el ingreso nacional no sólo depende de la desigualdad, sino

más bien de la razón de las utilidades con el ingreso nacional.

Ahora bien, según Lewis, los ahorros no van a provenir ni de los campesinos, ni de las

clases que ganan salarios y sueldos, ni de las clases medias, ya sea por sus precarios

ingresos, ya sea por su mayor inclinación al gasto que al ahorro. Si esto es así, la única

clase que tiene inclinación al ahorro y a la inversión es la clase capitalista. Dice Lewis que

la “…filosofía capitalista tiene tres componentes: la restricción al consumo, el deseo de

producir lo más posible, y la preferencia por la inversión productiva…” (Lewis; 1955/1976:

253). Cómo se haría para que la clase capitalista incremente el ahorro y por lo tanto la

inversión del 5 al 12%. Incrementado la parte de las utilidades que le corresponden en el

ingreso nacional. Esto se daría mediante el mayor desarrollo del sector capitalista en

comparación con otros sectores, resultado de la continua reinversión de utilidades (Lewis;

1955/1976: 254). Una de las condiciones para la reinversión de utilidades es la seguridad

política que el capitalista tenga. Ahora bien, “dada la seguridad política, el sector capitalista

se encuentra en mejores condiciones de crecer con rapidez si las oportunidades de inversión

son muy lucrativas…” (Lewis; 1955/1976: 235). Con seguridad política y con

oportunidades de inversión lucrativas, las utilidades crecerán más que el ingreso nacional,

“…y, por tanto la proporción reinvertida del ingreso nacional aumentará

105

constantemente…”41

(Lewis; 1955/1976: 235). Así, los países subdesarrollados, o pobres,

que tienen un bajo ahorro y por consecuencia una baja inversión, no es porque estos sean

pobres, sino porque su sector capitalista es pequeño:

Si el proceso por el cual una economía, de ahorrar un 5 por ciento pasa a ahorrar un

12 por ciento, depende esencialmente del aumento de las utilidades en comparación

con el ingreso nacional, de aquí se desprende que la explicación correcta de por qué

los países pobres ahorran tan poco no es la de que son pobres, sino la de que sus

sectores capitalistas son muy pequeños. Ninguna nación es tan pobre que no pudiera

ahorrar el 12 por ciento de su ingreso nacional, si lo deseara… (Lewis; 1955/1976:

257).

Lewis considera que una buena parte de la inversión tiene que llevarse en gran escala, sin la

cual es imposible el desarrollo económico. Se refiere a la inversión que tiene que ver con

obras y servicios públicos, y que sólo la puede hacer las diferentes agencias

gubernamentales.

Por otro lado, que también tiene que ver con la disponibilidad de ahorros y la inversión, es

el que, en la medida “en que los inversionistas no emplean sus propios ahorros, es necesario

disponer de instituciones que ofrezcan a las personas que ahorran suficiente protección para

incitarlas a que los presten a los inversionistas…” El segundo requisito para fomentar los

préstamos es que “el prestamista pueda fácilmente recuperar su liquidez mediante la venta

de su derecho al pago o, en caso de que el prestatario no cumpla, de los activos de este...”

(Lewis; 1955/1976: 290, 292).

II.2.1.3 Gunnar Myrdal y las desigualdades regionales

Myrdal parte de la existencia de países desarrollados y subdesarrollados y lo que los

diferencia. Primero, los diferencia por el ingreso, en los primeros es muy alto y en los

segundos muy bajo, segundo, las diferencias son consecuencia del elevado ahorro y la

formación de capital en los primeros y reducidos en los segundos. Por lo tanto, para que los

países menos desarrollados alcancen a los desarrollados sus inversiones y su formación de

41

Habría que señalar que Lewis considera la inversión extranjera directa en las necesidades de ahorro y

capital de las naciones subdesarrolladas, pero las considera como de “pequeña importancia para las

necesidades de capital de los países subdesarrollados” (Lewis; 1955/1976: 288).

106

capital tendrían que ser mayores, ya que en los países más pobres el aumento natural de la

población es por lo general más rápido (Myrdal: 1957/1979: 13-15).

Uno de los principales problemas que tienen los países subdesarrollados, y que

obstaculizan dejar esa condición, son sus desigualdades regionales, y estas aumentan

conforme prevalecen las fuerzas del mercado42

. Dice Myrdal que “si las cosas se dejan al

libre juego de las fuerzas del mercado sin que interfiriesen con ellas disposiciones

restrictivas de la política, la producción industrial, el comercio, la banca, los seguros, el

transporte marítimo y, de hecho, casi todas la actividades económicas que en una economía

en proceso de desenvolvimiento tienden a producir un rendimiento mayor que el promedio

–así como también la ciencia, el arte, la literatura, la educación y la alta cultura- se

concentrarían en ciertas localidades y regiones, dejando el resto del país más o menos

estancado.” (Myrdal; 1957/1979: 38). Lo mismo sucedería con los movimientos

internacionales de mano de obra, capital y de bienes y servicios.

¿Qué obstáculos presentan las desigualdades regionales para el desarrollo? Tan importantes

son los obstáculos, que se convierten en un círculo vicioso. Dice Myrdal:

Por el contrario, el bajo nivel medio de desarrollo de un país subdesarrollado explica

parcialmente por qué los efectos impulsores son débiles…El hecho de que los bajos

niveles de desarrollo económico estén acompañados por lo general por grandes

desigualdades económicas representa por sí mismo un impedimento de importancia

para el progreso. Tiende a mantener en el atraso a los países subdesarrollados. Esta es

una de las interacciones a través de las cuáles, en el proceso acumulativo, “la pobreza

se transforma en su propia causa” (Myrdal; 1957/1979: 47).

Sobre el papel que han jugado los Estados en que prevalezcan o no las fuerzas del mercado

y en que aumenten o disminuyan las desigualdades regionales, Myrdal dice que depende

de los Estados el que prevalezcan las fuerzas del mercado y de que aumenten, o no, las

desigualdades regionales, es decir que los Estados pueden y deben intervenir para aumentar

las igualdades regionales y se elimine uno de los principales obstáculos al desarrollo. Sin

42

Dice Myrdal, al respecto: “Que existe una tendencia inherente del libre juego de las fuerzas del mercado a

crear desigualdades regionales, y que esa tendencia es más dominante mientras más pobre sea el país, son dos

de las leyes más importantes del desarrollo y subdesarrollo económicos bajo el laissez-faire.” (Myrdal

1957/1979: 47).

107

embargo, mientras en los países ricos su política estatal ha estado dirigida a promover una

igualdad mayor en sus regiones, en los países pobres se ha permitido las libres fuerzas del

mercado y su política estatal, más que disminuir, ha facilitado las desigualdades

regionales43

. (Myrdal; 1957/1979: 52-53). Dice Myrdal sobre las posibles causas del porqué

las políticas estatales igualitarias en los países subdesarrollados no se han implementado:

Las políticas igualitarias del estado del bienestar moderno no son baratas. A cada

beneficio recibido por las regiones más pobres de un país corresponde a un sacrificio

de las regiones más ricas, por lo menos durante un tiempo. A causa de ello, las

políticas igualitarias encaran una mayor resistencia en los países más pobres…puesto

que la debilidad de los efectos impulsores ha creado mayores desigualdades…De

nuevo resulta cierto que “la pobreza es su propia causa”. (Myrdal; 1957/1979:53).

Es responsabilidad de los Estados la integración de las naciones, de que disminuyan las

desigualdades regionales, de que disminuya una de las causas del subdesarrollo y la

pobreza. Para Myrdal, la “…principal explicación de por qué esos cuantos países pueden

caracterizarse actualmente como altamente integrados debe encontrarse en la compleja red

de sistemas de interferencias de parte del Estado, que impiden que las regiones, las

industrias o los grupos sociales se retrasen en su desarrollo. Las interferencias tienen su

apoyo en la conciencia de la solidaridad nacional de los países, en donde los ideales de

libertad e igualdad se han transformado en fuerzas sociales en operación. La realización

gradual de esos ideales los ha fortalecido, a su vez, en la misma forma que las bases de la

solidaridad para llevar a cabo una política nacional.” (Myrdal; 1957/1979:60-61).

¿Qué es lo que frena el desarrollo económico de las naciones más pobres? Estar, como se

dijo anteriormente, envueltas en un círculo vicioso que se retroalimenta para frenar el

desarrollo económico:

43

Dice Myrdal sobre el porqué las políticas estatales en los países subdesarrollados han facilitado las

desigualdades regionales: “Por otra parte, en los países más pobres, las políticas de este tipo han sido menos

comunes y se ha permitido el libre juego de las fuerzas del mercado; y debemos recordar que como por regla

general los efectos impulsores son más débiles en esto países, se ha facilitado la creación de desigualdades

regionales…” (Myrdal; 1957/1979:53).

108

Las relaciones entre la falta de integración económica nacional y el relativo atraso

económico persisten en ambos sentidos. A los bajos niveles de desarrollo económico

corresponden bajos niveles de movilidad social, de comunicaciones y de educación

popular; y esto supone que existen grandes impedimentos para la operación de los

efectos impulsores expansionarios. Al mismo tiempo, las naciones más pobres, en

virtud de las desigualdades internas existentes, tienen en gran medida las mismas

razones para ser a menudo menos democráticas, y disponen siempre, por el hecho de

ser pobres, de un campo estrecho de financiamiento y de limitaciones psicológicas de

las políticas orientadas a brindar la igualdad de oportunidades. Además, la

desigualdad de oportunidades ha contribuido a mantener la baja calidad de sus

factores de producción y una baja efectividad de sus esfuerzos productivos: todo esto

ha frenado su desarrollo económico (Myrdal; 1957/1979: 65).

¿Qué efectos tendrían las relaciones económicas internacionales en el desarrollo económico

de las naciones más pobres? Las naciones más pobres siempre han esperado de los flujos de

comercio, de capital y de la migración que acelere su desarrollo económico. Myrdal dice

que estos flujos por si mismos no necesariamente conducen a disminuir la desigualdad, que

por el contrario puede tener efectos que retarden o retrasen la igualdad. Esto por las

ventajas técnicas con que cuentan las industrias de los países desarrollados, que al exportar

a las naciones subdesarrolladas amenazan a sus pequeñas y medianas industrias. El efecto

positivo que podría darse del comercio en las naciones subdesarrolladas sería el de

incrementar la producción y exportación de productos primarios pero, que además de

emplear mano de obra no calificada, la demanda y sus precios de estos productos es

fluctuante. Myrdal insiste que el desarrollo no se puede dejar a las fuerzas del mercado,

sino que “…tiene que llevarse a cabo por interferencias de política, ya sea de parte de la

comunidad mundial o de los países subdesarrollados en particular…” (Myrdal; 1957/1979:

65-67).

Lo mismo puede decirse de los movimientos de capital, ya que este se mueve a sus

necesidades de ganancias y a las necesidades de desarrollo de los países desarrollados.

Dice Myrdal que tampoco “puede descansarse en los movimientos de capital para

contrarrestar las desigualdades internacionales. En las circunstancias descritas, el capital se

alejará en general de los países subdesarrollados, particularmente a medida que los mismos

109

países adelantados se están desarrollando y pueden ofrecer buenas utilidades y seguridad a

los dueños capital.” (Myrdal; 1957/1979: 67). Insiste, por una parte, que las fuerzas del

mercado acentúan las desigualdades internacionales entre naciones, y por la otra, que lo que

impide el desarrollo en las naciones subdesarrolladas es su pobreza y sus débiles efectos

impulsores (Myrdal; 1957/1979: 69).

II.2.1.4 Friedrich A. Hayek: Modo de producción capitalista y liberalismo, versus,

socialismo

Teóricamente, el socialismo fue combatido por Friedrich A. Hayek, uno de los ideólogos

del capitalismo y del liberalismo, a través de su obra titulada “Camino de servidumbre”,

publicada en 1944.

Las críticas apuntan a que el colectivismo, para que pueda funcionar, necesariamente lleva

a la dictadura, aun gobierno totalitario, y con ello a la pérdida de las libertades más

elementales.

Los principios o fundamentos del colectivismo o socialismo, es que se trata de organizar a

toda la sociedad, a toda la economía, con base a objetivos comunes o un objetivo social

común, cuando los individuos tienen objetivos y fines diferentes. Para lograrlo se necesitan

gobiernos totalitarios44

:

Los rasgos comunes a todos los sistemas colectivistas pueden describirse, con una

frase siempre grata a los socialistas de todas las escuelas, como la organización

deliberada de los esfuerzos de la sociedad en pro de un objetivo social determinado...

…Pero todas ellas difieren del liberalismo y el individualismo en que aspiran a

organizar la sociedad entera y todos sus recursos para esta finalidad unitaria, y porque

se niegan a reconocer las esferas autónomas dentro de las cuales son supremos los

fines del individuo. En resumen, son totalitarias en el verdadero sentido de esta nueva

palabra que hemos adoptado para describir las inesperadas, pero, sin embargo,

44

Para Hayek, el dirigir nuestra actividades por un solo plan “…supone que ha cada una de nuestras

necesidades se le dé su lugar en una ordenación de valores que ha de ser lo bastante completa para permitir la

decisión entre todas las diferentes vías que el planificador tiene para elegir. Supone, en resumen, la existencia

de un completo código ético en el que todos los diferentes valores humanos han recibido el sitio debido.”

(Hayek; 1944/2009: 89).

110

inseparables manifestaciones de lo que en teoría llamamos colectivismo (Hayek;

1944/2009: 88, 89).

Si el Estado, el gobierno, organiza la sociedad en base a un fin común, está cortando la

libertad de los individuos de que ellos definan sus fines y objetivos particulares, es decir,

según Hayek, va contra la democracia burguesa, sobre todo en lo que se refiere a la

propiedad privada:

…Por ello se hace todavía más importante comprender que sólo dentro de este

sistema es posible la democracia, si por capitalismo se entiende un sistema de

competencia basado sobre la libre disposición de la propiedad privada. Cuando llegue

ser dominada por un credo colectivista, la democracia se destruirá a sí misma

inevitablemente (Hayek; 1944/2009: 103).

La democracia se presenta como un obstáculo al colectivismo, y por eso necesariamente

este conduce a la dictadura, esta última para la toma de decisiones centrales y con fines

colectivos, y como elemento de coerción y para inculcar ideales socialistas o colectivistas.

Dice Hayek:

…Nuestra afirmación no es, pues, que la dictadura tenga que extirpar inevitablemente

la libertad, sino que la planificación conduce a la dictadura, porque la dictadura es el

más eficaz instrumento de coerción y de inculcación de ideales, y, como tal,

indispensable para hacer posible una planificación central en gran escala. El conflicto

entre planificación y democracia surge sencillamente por el hecho de ser un obstáculo

para la supresión de la libertad, que la dirección de la actividad económica exige...

(Hayek; 1944/2009: 104).

Con el socialismo o colectivismo, dice Hayek, automáticamente se suprime el estado de

Derecho, es decir que los individuos no son libres, para sus fines y deseos personales no

sólo al interior de sus propias naciones sino con naciones liberales capitalistas; no tienen la

seguridad o la certidumbre de que las acciones del Estado se interpondrán o interferirán en

esa búsqueda. En el capitalismo liberal el Estado fijaría normas de las cuales el individuo

111

tiene conocimiento, tiene certidumbre de que el Estado no interferirá en sus aspiraciones

personales45

:

Nada distingue con más claridad las condiciones de un país libre de las que rigen en

un país bajo un gobierno autoritario que la observancia, en aquél, de los grandes

principios conocidos bajo la expresión Estado de derecho…significa que el Estado

está sometido en todas sus acciones a normas fijas y conocidas de antemano; normas

que permiten a cada uno prever con suficiente certidumbre cómo usará la autoridad

en cada circunstancia sus poderes coercitivos, y disponer los propios asuntos

individuales sobre la base de este conocimiento…aun cuando toda ley restringe hasta

cierto punto la libertad individual alterando los medios que la gente puede utilizar en

la consecución de sus fines, bajo la supremacía de la ley le está prohibido al Estado

paralizar por una acción ad doc los esfuerzos individuales… (Hayek; 1944/2009:

105-106).

El Estado colectivista, al no establecer reglas generales formales para todos los ciudadanos,

y para que estos satisfagan sus necesidades se vuelve arbitrario, ya que va atendiendo las

necesidades de los ciudadanos a medida que surgen, y como no puede atender a todas tiene

que elegir o priorizar entre ellas y entre grupos de ciudadanos.

Se habla del Estado, pero finalmente estas decisiones arbitrarias serán tomadas por una

minoría para las mayorías. Dice Hayek al respeto:

La planificación económica de tipo colectivista envuelve necesariamente todo lo

opuesto. La autoridad planificadora no puede confinarse a suministrar oportunidades

a personas desconocidas para que estas hagan de ellas el uso que les parezca. No

puede sujetarse de antemano a normas generales y formales que impidan la

arbitrariedad. Tiene que atender las necesidades efectivas de la gente a medida que

surgen, y para esto ha de elegir deliberadamente entre ellas. Tiene que decidir

constantemente sobre cuestiones que no pueden contestarse por principios formales

tan sólo, y al tomar estas decisiones tiene que establecer diferencias de mérito entre

45

En cuanto a las libertades en un Estado capitalista y un colectivista, Hayek nos dice que bajo el primero

“…el Estado se limita a fijar normas determinantes de las condiciones bajo las cuales pueden utilizarse los

recursos disponibles, dejando a los individuos la decisión sobre los fines para los que serán usados.”,

mientras que bajo el segundo “…el Estado dirige hacia fines determinados el empleo de los medios de

producción…” (Hayek; 1944/2009: 106).

112

las necesidades de los diversos individuos. Cuando el Estado tiene que decidir

respecto a cuántos cerdos cebar o cuántos autobuses poner en circulación, qué minas

de carbón explotar o a qué precio vender el calzado, estas resoluciones no pueden

deducirse de principios formales o establecerse de antemano para largos períodos.

Dependen inevitablemente de las circunstancias del momento, y al tomar estas

decisiones será siempre necesario contrapesar entre sí los intereses de las diversas

personas y grupos. Al final, las opiniones de alguien decidirán cuáles de estos

intereses son más importantes, y estas opiniones pasan así a formar parte de la ley del

país: una nueva distinción de jerarquías que el aparato coercitivo del Estado impone

al pueblo (Hayek; 1944/2009: 107).

El colectivismo también iría contra nuestra libertad económica, no seríamos nosotros los

que decidiríamos la importancia relativa de todas nuestras necesidades sino un gobierno

central, que finalmente estaría constituido por personas; no decidiríamos nosotros el trabajo

ni el lugar en donde ejercerlo. Dice Hayek:

…quien controla toda la vida económica, controla los medios para todos nuestros

fines y, por consiguiente, decide cuáles de estos han de ser satisfechos y cuáles no.

Esta es realmente la cuestión crucial. El control económico no es sólo intervención de

un sector de la vida humana que puede separarse del resto; es el control de los medios

que sirven a todos nuestros fines, y quien tenga la intervención total de los medios

determinará también a que fines se destinarán, que valores serán calificados como

más altos y cuáles como más bajos: en resumen, qué deberán amar y procurarse los

hombres. La planificación central significa que el problema económico ha de ser

resuelto por la comunidad y no por el individuo; pero esto implica que tiene que ser la

comunidad, o, mejor dicho, sus representantes, quienes decidan acerca de la

importancia relativa de las diferentes necesidades (Hayek; 1944/2009: 126).

Para la justicia, justifica el modo de producción capitalista y la competencia, porque es en

este sistema donde tanto ricos como pobres tienen las mejores oportunidades. Para Hayek,

contrario al colectivismo, el capitalismo no hace distinción de personas; que la fortuna o

desgracia no depende de las opiniones de alguien sino de nuestra capacidad y suerte. Dice

Hayek:

113

El hecho de ser mucho más restringidas, en una sociedad de régimen de competencia,

las oportunidades abiertas al pobre que las ofrecidas al rico, no impide que en esta

sociedad el pobre tenga mucha más libertad que la persona dotada de un confort

material mucho mayor en una sociedad diferente. Aunque, bajo la competencia, la

probabilidad de que un hombre que empieza pobre alcance una gran riqueza es

mucho menor que la que tiene el hombre que ha heredado propiedad, no sólo aquel

tiene alguna probabilidad, sino que el sistema de competencia es el único donde

aquél sólo depende de sí mismo y no de los favores del poderoso, y donde nadie

puede impedir que un hombre intente alcanzar dicho resultado… (Hayek; 1944/2009:

138).

En lo que se refiere a la seguridad económica, para Hayek existen dos clases de seguridad,

la limitada y la absoluta. La primera tiene que ver con la seguridad de un ingreso mínimo

que podrían alcanzar todos y que no sería incompatible con el mercado, mientras que la

segunda, en una sociedad libre, no la pueden lograr todos y que tampoco puede concederse

como un privilegio, depende de los esfuerzos del hombre. En el colectivismo, sin embargo,

si se da la segunda, esta remuneración justa, pero que depende más de los méritos que del

esfuerzo humano, y que iría contra las libertades y el mercado, contra la libertad de elegir el

propio empleo (Hayek; 1944/2009: 158).

Por último, que a largo plazo, lo que ha llevado el colectivismo a sus sociedades es al

menosprecio por todas las actividades que conlleven riesgos:

El empeño general de lograr seguridad por medidas restrictivas, tolerado o favorecido

por el Estado, ha producido con el transcurso del tiempo una progresiva

transformación de la sociedad, una transformación en la que, como en tantas otras

direcciones, Alemania ha guiado y los demás países han seguido. Se ha acelerado esta

marcha por otro efecto de la enseñanza socialista: el deliberado menosprecio de todas

las actividades que envuelven riesgo económico y el oprobio moral arrojado sobre las

ganancias que hacen atractivo el riesgo, pero que sólo pocos pueden conseguir...

(Hayek; 1944/2009:169).

114

II.2.1.5 Las etapas de crecimiento de Walt Whitman Rostow

En los sesenta había surgido la teoría de las etapas de Rostow, que planteaba que todas las

que en aquel entonces se consideraban economías desarrolladas habían atravesado por las

mismas cinco etapas hasta que alcanzaron el desarrollo. Decía que era “… posible

identificar las sociedades, en sus dimensiones económicas dentro de una de estas cinco

categorías: la sociedad tradicional, las condiciones previas para el impulso inicial, el

impulso inicial, la marcha hacia la madurez y la era del gran consumo en masa.” (Rostow;

1960/1974: 16). Ponía el ejemplo de Inglaterra, Francia, EE.UU., Alemania y otros países,

actualmente desarrollados, y que necesariamente habían atravesado por esas cinco etapas.

A otros como Turquía, Argentina y México los ubicaba en la tercera etapa de impulso

inicial. Esto significaba que, tarde o temprano, las economías que en aquel entonces se

consideraban subdesarrolladas alcanzarían el desarrollo; el destino de las economías

subdesarrolladas es ir siguiendo en su desarrollo a las desarrolladas. Es decir, no existían

posibilidades de cambio en las condiciones que llevaron a países desarrollados a su

situación actual, que impidan que los hoy países subdesarrollados logren esa condición.

Uno se preguntaría si naciones como Haití en A.L. y Etiopía en África, pasarán

necesariamente por las cinco etapas y en algún momento de la historia llegarán a ser

naciones desarrolladas.

La teoría de las etapas fue objeto de fuertes críticas por la corriente marxista del desarrollo,

como fueron las de Paul Baran y Eric Hosbawm y las teorías de la dependencia. Una de las

críticas de los primeros es que “…la teoría rostoviana de las etapas, pese a sus

pretensiones de gran alcance histórico y sociológico reduce el crecimiento económico a un

solo modelo. Todos y cada uno de los países, cualesquiera que sean sus demás

características, es clasificable únicamente en lo que respecta a su situación de esa escala,

cuyo escalón intermedio es la etapa de impulso inicial. Esto confiere a las etapas

rostovianas cierto aspecto de falsa generalidad, ya que parecen aplicarse a todas y cada una

de las economías…aunque pasa por alto el hecho evidente de que, por universales que sean

los problemas técnicos del crecimiento económico, los diferentes tipos sociales de

organización económica pueden, o deben, resolverse de manera muy distintas.” (Baran y

Hosbawm; 1978: 199-200). La de los segundos las veremos cuando hagamos referencia a

las teorías de la dependencia.

115

II.2.1.6 La época de oro del capitalismo y el problema del desarrollo-subdesarrollo

Época de oro del capitalismo porque en 23 años el crecimiento anual de la producción

mundial fue de 5.1% y el de la producción per cápita de 3.3%. Las condiciones que

propiciaron este crecimiento inusitado fue el desenlace del conflicto, las prioridades y la

voluntad política terminada la SGM.

Terminada la SGM, las economías que se habían visto envueltas en el conflicto terminaron

seriamente deterioradas en términos de población, producción, empleo, niveles de vida,

precios y exportaciones. La excepción fue EE.UU. que salió fortalecido y quedó erigido

como la potencia económica y militar sin contrapesos, posición que lo haría asumir la

conducción del crecimiento de la actividad económica mundial. La prioridad, por lo tanto,

para los dos grupos sería el crecimiento de la actividad productiva para generar las fuentes

de empleo, elevar los niveles de vida, controlar los precios y elevar las exportaciones. Para

Wallerstein:

El periodo de los treinta años gloriosos comenzó con la victoria de los aliados dentro

de la guerra. En 1945, los Estados Unidos eran la única potencia industrial que había

escapado a los efectos de la guerra. Siendo ya un país muy fuerte en 1939, su

capacidad industrial aumentó enormemente durante la guerra: Los Estados Unidos se

encontraron entonces sin ningún competidor económico serio dentro del mundo, en el

momento en que término dicha Segunda Guerra Mundial. La infraestructura de

Europa, de la Unión Soviética y del extremo oriente de Asia, habían sido

ampliamente destruidas, y todas ellas tenían necesidad de ser reconstruidas. Ningún

país podía producir mercancías tan eficazmente y tan baratas como lo hacían los

Estados Unidos, lo que significó que las empresas norteamericanas podían llevar a

cabo la competencia económica con esos países, incluso dentro de sus propios

territorios…No vale demasiado ser el productor más eficaz si uno no tiene enfrente

compradores, lo que es un problema que nos remite a la cuestión de la demanda

efectiva. En el principio había pocos de estos compradores. Entonces se hizo

necesario que Estados Unidos ayudara a todos esos países a reconstruirse: El sentido

del Plan Marshall tenía como finalidad crear precisamente a esos compradores

(Wallerstein; 2005: 59).

116

El interés económico e ideológico que EE.UU. tenía en el crecimiento de esos países se

refleja en los montos de sus programas de asistencia militares y créditos, que tan sólo para

Europa Occidental ascendieron a más de 34 mil millones de dólares (MMDD) de 1945 a

1955, ayuda que disminuyó drásticamente en siguiente decenio, conforme estas economías

se recuperaban46

. En el plano ideológico, ¿qué hacer después de terminada la SGM para

que prevaleciera la paz mundial como prerrequisito del crecimiento? Estaban los Acuerdos

de Yalta, en los que las dos ideologías del grupo ganador, el capitalismo de EE.UU. y el

socialismo de la U.R.S.S. llegaron a acuerdos que iban en la dirección de evitar un conflicto

de grandes dimensiones. Para Wallerstein:

…este acuerdo real tenía tres componentes: primero, Europa sería dividida en dos

zonas de influencia, que correspondían más o menos a los lugares en que se habían

detenido las tropas occidentales y soviéticas en el momento del final de la guerra, es

decir, en torno de una línea que iba desde Stettin hasta Triestre y que divide a

Alemania en dos partes, lo que de otra parte implicaba la idea tácita de que todo

aquello que estaba fuera de Europa debía considerarse como incluido del lado

norteamericano, excepto Corea que fue igualmente dividida. En segundo lugar, cada

uno de los dos socios de este acuerdo, de un lado los Estados Unidos y del otro lado

la Unión Soviética, podía hacer lo que quisiera dentro de su propia zona, siempre y

cuando no interviniera en la zona del otro socio. La contrapartida era que los Estados

Unidos no darían absolutamente nada para la construcción de la llamada zona

soviética. En tercer lugar, cada uno de los socios tenía el derecho de intentar difundir

abiertamente su ideología y de denunciar la del otro socio. Y esto era algo que valía la

pena promover en la medida en que reforzaba la cohesión de cada uno de los dos

campos (Wallerstein; 2005: 60).

La prioridad del crecimiento sin perturbaciones y conflictos, haría que se sentaran las bases

institucionales con la creación de la ONU, el FMI, el BM y el Acuerdo General sobre

Aranceles y Comercio (GATT), principalmente. Tenían como objetivo ayudar a la

reconstrucción de los involucrados en el conflicto armado, la estabilidad monetaria, la paz

46

Datos tomados del Statistical Abstract of the United States, 1978. U.S. Departamento de Comercio. 99 th Annual Edition.

117

mundial y disminuir restricciones a los flujos comerciales, todo para impulsar la inversión,

el crecimiento de la producción, el empleo y estabilidad de precios, sin perturbaciones.

Además cobraron fuerza los preceptos keynesianos de que el Estado, y no sólo el mercado,

debería promover el crecimiento y el empleo mediante el gasto público. Dice Maddison:

El segundo nuevo elemento de fuerza era la modificación del carácter de las políticas

económicas internas, conscientemente destinadas a promover elevados niveles de

demanda y empleo en los países avanzados, y de ordinario orientadas hacia objetivos

de desarrollo en otras partes.

Un rasgo importante de la edad de oro fue el considerable crecimiento de la razón del

gasto público al PIB. Esta razón se elevó de 27% del PIB en 1950 a 37% en 1973 en

los países de la OCDE… (Maddison; 1989/1992: 85, 94).

Los objetivos se habían conseguido. Si observamos los cuadros del II.7 al II.11 tenemos

que todos los indicadores que tenían que ver con la producción, la producción per cápita y

el comercio crecieron de manera inusitada, tanto en los desarrollados como en los

subdesarrollados.

En cuanto al desarrollo desigual, habría que señalar que, es cierto que la producción creció

más en los países subdesarrollados, pero aun así, después de 23 años, la concentración en

los países desarrollados seguía siendo acentuada. Si uno observa los cuadros del II.7 al

II.12, tenemos que en 1973 los países de la Organización para la Cooperación y el

Desarrollo Económico (OCDE), con 21.5% de la población mundial, concentraba el 63%

de la producción, 85.8% del comercio y un PIB per cápita de 7,852 dólares, por lo

contrario, Asia y A.L., que en conjunto tenían el 70% de la población mundial, sólo

aportaban el 22% de la producción y el 9% de las exportaciones y tenían un PIB per cápita

de 1,061 y 2,728 dólares respectivamente, PIB que lejos de acercarse al de los de la OCDE

se había alejado aún más.

118

Cuadro II.7. Crecimiento del PIB real y PIB per cápita: 1950-1973

(Tasa media anual de crecimiento del PIB a precios constantes y

tasas de crecimiento medio anual compuesto del PIB per cápita)

1950-1973

PIB real PIB per cápita

Promedio de la OCDE a/ 4.9 3.8

Promedio asiático b/ 5.4 2.8

Promedio latinoamericano c/ 5.2 2.5

Promedio de los países en desarrollo 5.3 2.7

URSS 5.0 3.6

Promedio de los 32 países 5.1 3.3

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs., 41-44, Fondo de Cultura

Económica, México.

119

Cuadro II.8. Población en muestra de 32 países

(Miles de habitantes a mediados del año y porcentajes)

1950 % 1973 %

Total 2010227 100 2973966 100

16 países de la OCDE a/ 580163 28.9 639903 21.5

9 países asiáticos b/ 1128299 56.1 1855931 62.4

6 países latinoamericanos c/ 121785 6.1 228332 7.7

URSS 180050 9.0 249800 8.4

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 186, Fondo de Cultura Económica,

México.

120

Cuadro II.9. Exportaciones a precios de 1980, 1950-1973

(Millones de dólares y porcentajes)

1950 % 1973 %

Total de 32 países 185259 100 1009810 100

Total de la OCDE a/ 149340 80.6 866782 85.8

Total de Asia b/ 17050 9.2 58456 5.8

Total América Latina c/ 13212 7.1 33864 3.4

URSS 5657 3.1 50708 5.0

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente: Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 208, Fondo de Cultura Económica,

México.

121

Cuadro II.10 PIB total en dólares internacionales, 1950-1973

(precios de 1980) ajustado para excluir el efecto de los

cambios de fronteras

(Millones de dólares y porcentajes)

1950 % 1973 %

Total de 32 países 2951078 100 8659150 100

Total de la OCDE a/ 1950315 66.1 5459168 63.0

Total asiático b/ 424560 14.4 1339237 15.5

Promedio latinoamericano c/ 168363 5.7 595147 6.9

URSS 407840 13.8 1265598 14.6

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente; Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 158-159, Fondo de Cultura

Económica, México.

122

Cuadro II.11. PIB per cápita a precios de 1980

(En dólares internacionales y porcentajes)

1950 % 1973 %

Promedio de la OCDE a/ 3553 100 7852 100

Promedio asiático b/ 505 14.2 1061 13.5

Promedio latinoamericano c/ 1610 45.3 2758 35.1

URSS 2265 63.7 5066 64.5

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente; Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Págs. 19-20, Fondo de Cultura

Económica, México.

123

Cuadro II.12. Razón de las exportaciones de mercancías al

PIB a precios actuales de mercado

(Porcentajes)

1950 1973

Promedio de la OCDE a/ 15.1 20.0

Promedio asiático b/ 7.7 16.2

Promedio latinoamericano c/ 11.5 9.1

a/ Países de la OCDE: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia,

Francia, Holanda, Italia, Japón, Noruega, Reino Unido, Suecia, Suiza

b/ Países asiáticos: Bangladesh, Corea del Sur, China, Filipinas, Formosa, India, Indonesia, Paquistán,

Tailandia

c/ Países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú

Fuente; Tomado de Maddison, Angus (1989/1992). La economía mundial en el siglo XX. Rendimiento y

política en Asia, América Latina, la URSS y los países de la OCDE, Pág. 209, Fondo de Cultura Económica,

México.

Es este marco internacional el que va a incidir en la construcción del pensamiento

dependentista, marco dado por las construcciones teóricas referidas al desarrollo en las dos

vertientes, pero también esta persistencia del subdesarrollo de las naciones

latinoamericanas. En el siguiente capítulo el núcleo del pensamiento dependentista, desde

sus antecedentes hasta quiénes fueron sus autores, y de estos su método, sus objetivos, sus

tesis, sus diferencias, etc., con el objetivo de tener claro su pensamiento y determinar su

vigencia en el periodo neoliberal.

124

CAPÍTULO III. ELDESARROLLO-SUBDESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y

EL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA

Presentación

¿En qué contexto latinoamericano ubicamos el pensamiento dependentista de la década de

los sesenta? ¿Cuál era la realidad latinoamericana en la década de los sesenta del siglo XX,

el escenario económico, político y social, que hacía surgir ese pensamiento? ¿Cuáles eran

sus principales tesis? ¿Cuáles eran sus principales diferencias? ¿Cuáles fueron las críticas

que en su momento recibieron las tesis del pensamiento dependentista? ¿Hasta cuándo

continuaron sus producciones teóricas con este enfoque? ¿Cambiaron sus primeras tesis en

sus últimas producciones teóricas? A estas preguntas responderemos en el presente

capítulo.

En A.L., hasta antes de las construcciones de las tesis dependentistas, principalmente desde

fines del siglo XIX y hasta la década de los cincuenta del siglo XX, existía una seria

preocupación por el desarrollo-subdesarrollo de estas naciones. Nos referimos al

pensamiento de José Martí, de José Mariátegui, de Aníbal Ponce, de Fidel Castro y Ernesto

Che Guevara, entre otros

Con esto, también, habría que llamar la atención en que no sólo en occidente se hacían

construcciones teóricas sobre el problema desarrollo-subdesarrollo, ni que tampoco en A.L.

esta preocupación comenzó con los trabajos de la CEPAL, por medio de Raúl Prebisch, por

supuesto que con diferencias importantes entre ellos. Por ejemplo, no es lo mismo el

pensamiento de Prebich, que si bien cuestionaba los supuestos beneficios de la

especialización internacional del trabajo, tenía el mismo concepto de desarrollo del

pensamiento occidental y confiaba en la actuación del Estado, la iniciativa privada y el

capital extranjero como los actores principales en lograr el desarrollo, que el de Mariátegui,

o el de Ernesto Che Guevara y Fidel Castro que tenían al marxismo como punto de

referencia y que entendían el desarrollo como un problema de justicia social para toda la

población de las naciones latinoamericanas.

Hacían suyos los planteamientos marxistas y los aplicaban al análisis de la realidad

latinoamericana, no de manera mecánica, sino acuerdo a la especificidad de su

problemática. Con este enfoque formularían varias de sus tesis relacionadas con el

125

desarrollo- subdesarrollo latinoamericano. Pero no sólo eso, sino con su enfoque y su

activismo político buscaron la transformación, muchas veces revolucionaria, de la realidad

latinoamericana.

También estaban los planteamientos de la CEPAL desde 1949, por medio su director,

Raúl Prebisch. Prebisch cuestionaría los supuestos beneficios de la especialización

internacional del trabajo y propondría la industrialización para las naciones

latinoamericanas como único medio para captar el “fruto del progreso técnico” y elevar el

nivel de vida de la población. Las tesis de Prebisch-CEPAL fueron llevadas a la práctica

por los diversos gobiernos latinoamericanos, sin que, para la década de los sesenta, alguna

nación latinoamericana lograra superar la condición de subdesarrollo y muchos problemas

típicos de esa condición, como la pobreza, la concentración del ingreso y déficits crónicos

de balanza de pagos. La misma CEPAL así lo reconocería.

La crisis económica, política y social de A.L. y por consecuencia la crisis del modelo de

desarrollo propuesto por la CEPAL y de su pensamiento, dieron lugar al surgimiento del

pensamiento dependentista. Con un enfoque marxista, y con los resultados de la

industrialización hasta la década de los sesenta, plantearían que el subdesarrollo, no sólo

era producto de la génesis y expansión de las contradicciones del capitalismo, sino que a las

naciones las dejaba en una situación de dependencia del centro que hacía imposible que

dejaran esa condición, por lo que la única vía para el desarrollo era el que ya habían

seguido Rusia, Europa del Este y Cuba, en A.L., es decir el socialismo. Esta conclusión

sería importante desde el punto de vista del actuar de los movimientos obreros, de los

grupos guerrilleros y de los partidos políticos, en el sentido de ¿cómo alcanzar el

socialismo?, es decir, ¿alcanzarlo por la lucha armada como lo había hecho el pueblo

cubano, o esperar a que se desarrollara el capitalismo y sus contradicciones para que por

medio de la acción revolucionaria del movimiento obrero se llegara el socialismo?

Existían diferencias importantes entre los principales exponentes del pensamiento

dependentista. Entre Theotonio Dos Santos y Andre Gunder Frank y Cardoso y Faletto con

Ruy Mauro Marini, por mencionar algunas. Las diferencias las desarrollaremos en el

presente capítulo.

126

Lo importante, también, de este pensamiento es que hizo implosión en el pensamiento

social crítico latinoamericano ya que se abordaron diferentes temáticas de la problemática

de la realidad latinoamericana desde el enfoque de la dependencia47

. Dice Cardoso al

respecto:

…Un balance de la bibliografía sobre América Latina en los últimos cinco años

demostrará, ciertamente, que casi existe un corte entre la temática pretérita y la

actual. Este corte colocó en primera plana, en los organismos internacionales y en las

universidades, e instituciones en general cautelosas en esta materia, el

replanteamiento de la relación entre los países imperialistas y los países dominados.

Aún más que esto, importa hacer resaltar que se multiplicaron los análisis sobre el

Estado, las burguesías locales, sobre los sindicatos, los obreros y los movimientos

sociales, sobre las ideologías (para no mencionar los estudios sobre marginalidad y

urbanización), que, de uno o de otro modo, se inspiran en el cuadro de referencia de

los estudios sobre la dependencia (Cardoso; 1975/1976: 109).

Las construcciones dependentistas, aun con el predominio de la teoría burguesa del

capitalismo de libre mercado durante los últimos treinta años, no sólo han continuado hasta

lo que va del siglo XXI, sino que siguen inspirando estudios de la realidad latinoamericana

a partir de su enfoque. Estudios, sobre todo a partir del fracaso del proyecto neoliberal en

cuanto a la solución de problemas de justicia social.

El pensamiento dependentista no estuvo exento de críticas por parte de teóricos no

adheridos a este pensamiento, críticas como las de Giovanni Arrighi y las de Jorge

Castañeda, entre otras críticas. También haremos referencia a ellas en el presente capítulo.

El presente capítulo lo dividiremos en tres grandes apartados, en el primero veremos lo que

yo llamo el pensamiento clásico latinoamericano, y tiene que ver con las preocupaciones

sobre el desarrollo-subdesarrollo latinoamericano de pensadores sociales críticos

latinoamericanos de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Me refiero a

las aportaciones de José Martí, Aníbal Ponce, José Mariátegui, Fidel Castro y Ernesto Che

47

Decía Cardoso en aquel entonces que lo importante era que se había formado “una corriente intelectual

preocupada por una problemática común. Así, se derivó un enriquecimiento indiscutible en el conocimiento

de la red de relaciones que conforma el proceso social en la situación latinoamericana.” (Cardoso; 1975/1976:

110).

127

Guevara, entre otros pensadores. En el segundo, el pensamiento de la CEPAL por medio de

su primer director, Raúl Prebisch, su aplicación práctica por los gobiernos

latinoamericanos, por lo menos desde los cincuenta y hasta fines de los setenta del siglo XX

y sus resultados en términos de justicia social. Por último, el pensamiento dependentista,

sus principales exponentes, su punto de partida, sus objetivos su método, su enfoque sus

tesis y diferencias, entre otras características de este pensamiento.

III.1 EL PENSAMIENTO CLÁSICO LATINOAMERICANO Y EL PROBLEMA

DEL DESARROLLO-SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO48

III.1.1 El pensamiento clásico latinoamericano, la especificidad de la problemática de

“Nuestra América” y la inviabilidad del pensamiento occidental y su idea desarrollo

Desde fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX, José Martí, Aníbal Ponce y José

Mariátegui cuestionaron lo que había significado para A.L. y su desarrollo, el desarrollo

del capitalismo en Europa, posteriormente en EE.UU. y su extensión a estas naciones.

Afirmaban que el desarrollo de las sociedades estaba sometido a los intereses de las clases

dominantes locales e internacionales; daban cuenta, ya con varios siglos de capitalismo, de

dominación y dependencia, de lo problemático que era lograr el desarrollo y resolver los

problemas de justicia social; daban cuenta de cómo las naciones dominantes habían creado

conceptos de inferioridad para categorizar y dominar a los pueblos latinoamericanos. Por

ejemplo Aníbal Ponce, lo mismo que Mariátegui, tenía muy claro el funcionamiento del

modo de producción capitalista y de cómo la burguesía, como clase dominante y

persiguiendo la ganancia como su fin último, sometía a las instituciones y organizaciones

para alcanzar ese fin49

. Mariátegui, respecto a lo que había significado la colonia para la

economía peruana en término de desarrollo-subdesarrollo, que bien se podía aplicar a toda

48

Le llamo clásico al pensamiento crítico latinoamericano preocupado por el desarrollo-subdesarrollo

latinoamericano, que va desde fines del siglo XIX y hasta la cuarta década del siglo XX. Clásico en el sentido

de que fueron los primeros intentos teóricos en rechazar la visión que occidente tenía de A.L. y de que era

con esta visión de cómo se buscaban resolver sus problemas. En este ubicamos el pensamiento de José Martí,

el de José Mariátegui, el de Anibal Ponce y otros, y al pensamiento dependentista como su continuación. 49

Ponce pone como ejemplo el que la burguesía del siglo XIX, le era necesario el que las masas tuvieran algo

de educación. Dice: “Por imposición del desarrollo capitalista, en primer término, la burguesía del siglo

XIX no tuvo más remedio que entregar a las masas un mínimo de educación. Las máquinas complicadas de la

industria no podían ser confiadas a un analfabeto; la formación de los equipos de sus capataces y de sus

técnicos exigía, también determinada enseñanza superior…” (Ponce; 1969: 74).

128

A.L., nos dice que por falta de estructura demográfica no se pudo construir una economía

sólida y orgánica. Decía:

Pero no envió España al Perú, como del resto no envió tampoco a sus otras

posesiones, una densa masa colonizadora. La debilidad del imperio español residió

precisamente en su carácter y estructura de empresa militar y eclesiástica más que

política y económica. En las colonias españolas no desembarcaron como en las costas

de Nueva Inglaterra grandes bandadas de pioneers. A la América española no

vinieron casi sino virreyes, cortesanos, aventureros, clérigos, doctores y soldados. No

se formó, por esto, en el Perú una verdadera fuerza de colonización. La población de

Lima estaba compuesta por una pequeña corte, una burocracia, algunos conventos,

inquisidores, mercaderes, criados y esclavos. El pioneer español carecía, además, de

aptitud para crear núcleos de trabajo. En lugar de la utilización del indio parecía

perseguir su exterminio. Y los colonizadores no se bastaban así mismos para crear

una economía sólida y orgánica. La organización colonial fallaba por la base, le

faltaba cimiento demográfico…

El colonizador, que en vez de establecerse en los campos se estableció en las minas,

tenía la psicología del buscador de oro. No era, por consiguiente, un creador de

riqueza. Una economía, una sociedad, son la obra de los que colonizan y vivifican la

tierra; no de los que precariamente extraen los tesoros de su subsuelo. La historia del

florecimiento y decadencia de no pocas poblaciones coloniales de la sierra,

determinados por el descubrimiento y el abandono de minas prontamente agotadas o

relegadas, demuestra ampliamente esta ley histórica (Mariátegui; 1928: 16, 57).

En esta estructura económica feudal y esclavista se levantarían las economías de las

naciones independientes, estructura que determinaría el desenvolvimiento futuro de sus

economías y la continuación de la conformación del subdesarrollo latinoamericano.

Con el enfoque marxista, Mariátegui afirmaba que las independencias latinoamericanas

respondían a las necesidades del desarrollo capitalista latinoamericano y occidental. En el

mismo sentido apuntaba pocos años atrás Rosa Luxemburgo, a la que hicimos referencia en

el capítulo II (Mariátegui; 1928: 18-20). Por eso, inmediatamente terminado el proceso

revolucionario “…buscaron en el tráfico con el capital y la industria de Occidente los

129

elementos y las relaciones que el incremento de su economía requería. Al Occidente

capitalista empezaron a enviar los productos de su suelo y su subsuelo. Y del Occidente

capitalista empezaron a recibir tejidos, máquinas y mil productos industriales. Se estableció

así un contacto continuo y creciente entre la América del Sur y la civilización

Occidental…” (Mariátegui; 1928: 20).

Decía Mariátegui, y que como se dijo anteriormente, se puede aplicar a toda A.L., que el

“…Perú emergido de la Conquista, afirmado en la independencia, había menester de las

máquinas, de los métodos y de las ideas de los europeos, de los occidentales.” (Mariátegui;

1928: 16). La clases gobernantes y las nacientes burguesías, dominadas y dependientes del

capital extranjero y al no ver más alternativas que ser como occidente, y a pesar de

nuestras particularidades en términos geográficos, poblacionales y económicos y

culturales, emprendieron la construcción de nuestras naciones, teniendo como referencia a

occidente, desde su forma de gobierno, sus métodos de producción, su producción misma,

su educación, y su consumo. Ante esta situación se cerraron las posibles opciones distintas

de crecimiento y desarrollo.

José Martí, y el mismo José Mariátegui, reconocieron la especificidad de la problemática

de A.L. y de la posibilidad y la búsqueda del cambio en estos países, y que por lo mismo no

se podía aplicar el pensamiento occidental para su solución; no se podía con ideas

importadas producto de otras realidades; no se podía con conceptos de inferioridad creados

por occidente para ejercer su dominio de los pueblos latinoamericanos; que el referente no

debería de ser occidente sino la misma A.L. Por ejemplo, para Mariátegui la idea de

inferioridad del indio, sólo por ser indio, fue creada por occidente para ejercer la conquista

y dominio de los pueblos latinoamericanos50

. Dice Mariátegui que “la suposición de que el

problema indígena es un problema étnico se nutre del más envejecido repertorio de ideas

imperialistas. El concepto de razas inferiores sirvió al Occidente blanco para su obra de

expansión y conquista…La degeneración del indio peruano es una barata invención de los

50

Esta orientación, de alguna manera tiene que ver con lo que décadas después Dussel le llamaría educación

desarraigada, alienante y dominadora, esto es, que la educación que se impartía a los pueblos de A.L. era una

educación dirigida a conocer y valorar más la cultura y el consumo de Europa y EE.UU., y ahora también

el de Asia, y mucho menos el de A.L. Para conocerla, la educación utilizaba los conceptos y categorías

dominadores creados por occidente.

130

leguleyos de la mesa feudal.” (Mariátegui; 1928/1979: 37). Pero así se le considera al indio,

como raza inferior, en la educación pública peruana:

La educación nacional, por consiguiente, no tiene un espíritu nacional: tiene más bien

un espíritu colonial y colonizador. Cuando en sus programas de instrucción pública el

Estado se refiere a los indios, no se refiere a ellos como a peruanos iguales a todos los

demás. Los considera como una raza inferior. La república no se diferencia en este

terreno del virreinato (Mariátegui; 1928/1979: 95).

Tenían claro cuál era el espíritu de la educación prevaleciente en aquel entonces, cuál

debería ser, y de cómo analizarla para su posible reforma. El espíritu de aquel entonces

tenía que ver con el tipo de gobiernos que gobernaban a “nuestra América” y que Martí

calificó de exóticos.

Para Martí, “nuestra América” necesitaba gobiernos lógicos y no exóticos, nada alejados,

cien años después, en que se sigue pensando que el referente debe seguir siendo la cultura,

el consumo occidental, y que sólo ellos tienen las herramientas y los conocimientos para el

cambio en el mundo subdesarrollado. Estos gobiernos exóticos de alguna manera tenían

que ver con la educación universitaria, que se relacionaba poco o nada con la problemática

latinoamericana y más con el conocimiento de la cultura occidental, nada alejado de los

actuales reclamos latinoamericanos en que sus burguesías siguen teniendo como referencia

la cultura y el consumo de occidente, aunque sea para las minorías. Para Martí, la mejor

forma de gobernar a las naciones latinoamericanas era conociéndolas. Dice Martí:

…¿Cómo han de salir de las universidades los gobernantes, si no hay universidad en

América donde se enseñe lo rudimentario del arte del gobierno, que es el análisis de

los elementos peculiares de los pueblos de América? A adivinar salen los jóvenes al

mundo con antiparras yanquis o francesas y aspiran a dirigir un pueblo que no

conocen…el premio de los certámenes no ha de ser para la mejor oda, sino para el

mejor estudio de los factores del país en que se vive…Conocer el país, y gobernarlo y

gobernarlo conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías…Los

políticos nacionales han de remplazar a los políticos exótico. Injértese en nuestras

repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas… (Martí;

1891/2006: 42-43).

131

Mariátegui, ya desde fines de la década de los treinta del siglo XX, llamaba la atención que

cuando se analizará el problema de la educación, habría que considerar que no sólo se

trataba de un problema de contenidos o de pedagogía, sino como determinada por el

desarrollo económico, es decir que el perfil educativo como determinado por lo que las

clases dominantes necesitan para seguir alcanzando su fin último que es la ganancia51

.

Esta idea Marxista, retomada por Mariátegui, es importante tenerla siempre presente

cuando se analiza el problema de la educación en A.L., ya que no hacerlo nos conduciría a

quedarnos en las apariencias. El tenerla presente nos ilustraría del porqué de ciertas

características del sistema educativo. Por ejemplo, nos contestaría del por qué una

educación empresarial en la época neoliberal. Dice Mariátegui, al respecto:

…El problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido en nuestro tiempo,

sino es considerado como un problema económico y como un problema social. El

error de muchos reformadores ha estado en su método abstractamente idealista, en su

doctrina exclusivamente pedagógica. Sus proyectos han ignorado el íntimo engranaje

que hay entre la economía y la enseñanza y han pretendido modificar esta, sin

conocer las leyes de aquella…Los programas y los sistemas de educación pública, en

la edad que ahora declina, han dependido de los intereses de la economía burguesa.

La orientación realista o moderna ha sido impuesta ante todo, por la necesidad del

industrialismo… (Mariátegui; 1928/1979; 141-142).

Aníbal Ponce, ya desde 1935, planteaba también que desde el siglo XVI, con la disolución

del régimen feudal, la burguesía sometería a sus necesidades e intereses de ganancias a la

educación, a la religión y otras instituciones (Aníbal Ponce; 1969: 19-85).

Tenían una idea de desarrollo muy diferente a la que ya entonces se tenía en occidente, que

era el de incrementar el capital por hombre ocupado y por consiguiente la producción per

cápita, idea que apuntaba al derecho que todos los latinoamericanos tienen a disfrutar de los

productos de la naturaleza, y que es utópico que se pueda lograr en el modo de producción

51

En este mismo sentido se refería a la “reforma universitaria”, es decir que tenía que ser analizada no de

manera aislada sino como consecuencia del desarrollo económico del Perú, es decir, como determinada por la

estructura económica. Citando a Mariano Hurtado decía que “…La Reforma universitaria –escribe- es, antes

que nada y por sobre todo, un fenómeno social que resulta de otro más general y extenso, producido a

consecuencia del grado del desarrollo económico de nuestra sociedad…” (Mariátegui; 1928/1979; 113)

132

capitalista, Decía Martí, hace más de cien años, respecto a lo que los gobiernos

latinoamericanos deberían de perseguir para sus naciones:

… y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o

el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y cómo puede ir

guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo,

a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de

la abundancia que la naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su

trabajo y defienden con sus vidas… (Martí; 1891/1979: 41).

Cien años después, el reclamo sigue presente en las sociedades latinoamericanas y sigue

siendo una utopía que se pueda alcanzar con el capitalismo neoliberal.

III.1.2 La transición del pensamiento clásico al pensamiento dependentista: El

pensamiento del Che Guevara, Fidel Castro y la revolución cubana

En A.L., lo mismo que otras regiones atrasadas, la expansión del capitalismo ha sido más

rapaz que en occidente, ya que una vez que estos territorios fueron descubiertos entre

finales del siglo XV y principios del XVI fueron agredidos, esclavizados, explotados y

sometidos a la lógica de acumulación del capitalismo occidental. Tres siglos de dominación

colonial y siglo y medio de independencia política, habían hecho, hasta mediados del siglo

XX, imposible su desarrollo, ya que aun con la independencia política las burguesías

locales eran sometidas o se aliaban a las burguesías de occidente para seguir con la

explotación de estas naciones. De esto estaban conscientes los marxistas latinoamericanos

como Fidel Castro y Ernesto Che Guevara al reclamar que los destinos de nuestras naciones

estaba en sus pueblos, con todo lo que esto significa, y no en occidente. Decía Fidel Castro:

“¿Qué es la historia de Cuba sino la historia de América Latina? ¿Y qué es la historia de

América Latina sino la historia de Asia, África y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos

estos pueblos sino la historia de la explotación más despiadada y cruel del imperialismo en

el mundo entero?” (Castro; 1962/2008: 254). Hacían suyos los planteamientos marxistas,

en el sentido de que no sólo el mismo modo de producción capitalista generaba

subdesarrollo, sino que una vez que estos países entraban en esta condición el mismo modo

de producción capitalista se convertía en un obstáculo para avanzar al desarrollo. Hacían

suya la idea de que las mismas contradicciones del modo de producción, en el que la

133

burguesía era la clase dominante, generaba al proletariado como clase revolucionaria. Este

era, por su misma condición de su clase, el que cambiaría el modo de producción capitalista

por otra forma superior de organización de la sociedad, y en la que desaparecerían los

elementos y los sujetos de la explotación capitalista, es decir la propiedad privada y con

ello la burguesía y el proletariado como clases. Esta forma de organización sería el

socialismo. (Castro1962/2008: 257- 258). Estas ideas revolucionarias se llevaron a la

práctica y se concretaron en A.L. con la revolución socialista cubana en 195952

.

Lo mismo Ernesto Che Guevara, su concepto estaba muy alejado de lo que hoy se

considera desarrollo, e iba a lo que por décadas no se había podido resolver en A.L. y era el

problema de la justicia social, la pobreza y la de desigualdad social, que eran inherentes al

modo de producción capitalista. Dice Che Guevara:

La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba expresa la convicción cubana de

que la democracia no puede consistir sólo en el ejercicio de un voto electoral que casi

siempre es ficticio…sino en el derecho de los ciudadanos a decidir…sus propios

destinos. La democracia, además, sólo existirá en América Latina cuando los pueblos

sean realmente libres para escoger, cuando los humildes no estén reducidos por el

hambre, la desigualdad social, el analfabetismo y los sistemas jurídicos a la más

ominosa impotencia (Che Guevara; 1961/ 1969: 417).

La revolución cubana fue de trascendencia para A.L., no sólo porque enseñaba que el

cambio revolucionario era necesario, sino que era posible. Se convertía en el ejemplo para

el mundo subdesarrollado y para A.L.. Pero además enseñaba que la revolución se puede

lograr sin que estén plenamente desarrollados las contradicciones del capitalismo, es decir

una burguesía y un proletariado desarrollados; enseñaba que no habría que esperar que el

modo de producción capitalista y sus contradicciones estuvieran plenamente desarrollados

para que las naciones latinoamericanas alcanzaran el socialismo como alternativa de

52

Aquí son interesantes los comentarios que Agustín Cueva hace sobre la trascendencia de la Revolución

Cubana. Primero, en el sentido de que no trasgredió la idea de que “sin teoría revolucionaria no hay acción

revolucionaria”, ya que el marxismo-leninismo se había aclimatado en América Latina y existía una visión del

mundo a partir de esta teoría. Segundo, que la revolución cubana era la “culminación de una serie de

insurrecciones revolucionarias en América Latina, y tercero, que la revolución cubana implicó una superación

del marxismo que hasta entonces existía, ya que “constituyo no sólo una culminación sino además una crítica

prácticas de aquél, al mostrar nuevos caminos y perspectivas para la revolución”, entre otros comentarios

(Cueva; 1987: 7-8).

134

desarrollo al capitalismo. Dice Fidel Castro: “¿Y que enseña la revolución Cubana? Que la

Revolución es posible, que los pueblos pueden hacerla, que en el mundo contemporáneo no

hay fuerzas capaces de impedir el movimiento de liberación de los pueblos.” (Castro;

1962/2008: 273).

Por último, en el problema del desarrollo-subdesarrollo latinoamericano, ¿cómo se debe

concebir la educación, es decir todo el problema del desarrollo debe girar en torno a la

educación, o la educación es sólo un elemento del desarrollo? Por ejemplo, el problema de

las migraciones, el ambiental, el de la violencia, el de las tradiciones, el del consumo, que

actualmente ha desembocado en enfermedades crónicas, el de la infraestructura, el de los

servicios públicos y el racismo, entre otros, ¿todos son problemas que tienen que ver y se

resolverían con un cierto tipo de educación?, ¿o tienen que ver, además de la educación,

con otro tipo de acciones, como serían las gubernamentales? Si esto último es así, entonces,

al mismo tiempo que se impulsa cierto tipo de educación, también se deberían llevarse a

cabo acciones tendientes a resolver problemas como los mencionados en líneas anteriores.

Para Ernesto Che Guevara la prosperidad es más que sólo educación. Decía: “…Nos

hemos reído del grupo de técnicos que ponía la educación y la sanidad como condición sine

qua non para iniciar el camino del desarrollo. Para nosotros eso es una aberración, pero no

es menos cierto que una vez iniciado el camino del desarrollo, la educación debe marchar

paralela a él…” (Che Guevara; 1961/ 1969: 432).

III.2 EL PENSAMIENTO DE LA COMISIÓN ECONOMICA PARA AMÉRICA

LATINA Y LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE

IMPORTACIONES

III.2.1 La especialización internacional del trabajo y el problema del desarrollo-

subdesarrollo en la CEPAL

Habría que empezar por la importancia que significaba para el pensamiento social

latinoamericano los cuestionamientos de la CEPAL al pensamiento neoclásico y sus

postulados teóricos que no se correspondían con la realidad. Al respecto Arturo Guillén nos

dice sobre la importancia de la CEPAL en la explicación de la problemática

latinoamericana:

135

…países del centro donde apareció primero la ciencia económica se convirtieron en

exportadores de un producto particular, el experto económico extranjero, firmemente

convencido de que gracias a los conocimientos de la ciencia económica podía

explicar la problemática económica y aportar las soluciones correctas en cualquier

país del mundo, y con más razón en los subdesarrollados. Frente a la arrogancia del

experto extranjero se encuentra la actitud de sumisión y de autodesprecio de muchos

economistas del mundo subdesarrollado, quienes lo esperan con ansiedad,

convencidos de que sus consejos serán una medicina mágica que resolverá todos sus

problemas. Contra ese estado de cosas, a finales de los años cuarenta reaccionó un

grupo de economistas latinoamericanos (Raúl Prebisch, Celso Furtado, Juan F.

Noyola, Aníbal Pinto, Jorge Ahumada, Osvaldo Sunkel, entre otros, agrupados en

torno a la recién creada Comisión Económica para América Latina, CEPAL. Ellos

conformaron lo que Furtado denominaría después la orden cepalina del desarrollo,

cuya misión principal era la de tratar de liberarse de ideas ajenas para dejar explicar,

por analogía con las economías del centro, la problemática de la periferia. En pocas

palabras, se trataba de que por primera vez en la historia del pensamiento económico,

como señaló Furtado, los economistas del centro no tuvieran el monopolio de la

explicación del mundo (Guillén; 2007: 296).

También fue importante su legado teórico a aplicarse a través de la política económica.

Furtado, citado por Guillén, nos dice que “cualquier reflexión acerca del legado de la

CEPAL debe partir del reconocimiento de que en ella se efectuó el único esfuerzo de

creación de un cuerpo de pensamiento teórico sobre política económica que ha surgido en

esa vasta área del planeta a la que se denominó tercer mundo.”53

(Guillén; 2007: 296).

53

Sobre el surgimiento del pensamiento crítico en A.L., es ilustrativo el documento de Ruy Mauro Marini

sobre el origen y trayectoria de la sociología en A.L. En el documento se muestra que van a la par tanto las

condiciones materiales en que se reproducen las sociedades latinoamericanas, como también las necesidades

de las clases dominantes latinoamericanas, con el surgimiento del pensamiento social crítico latinoamericano

(Marini; 1994: 1-9) También se destaca el compromiso social que debe tener la ciencia social crítica

latinoamericana. Dice Marini, al respecto: “La Humanidad, decía Max Scheller, no es un punto de partida,

sino de llegada. Sólo el esfuerzo solidario, la búsqueda permanente de valores realmente sociales, susceptibles

de ser compartidos por todos, y la lucha sin tregua contra la desigualdad y la injusticia nos permitirá

alcanzarla.” (Marini; 1994: 9).

136

Después, habría que decir que Prebisch reconoció la complejidad de los problemas

latinoamericanos y que estos deberían resolverse por medio de la investigación y la política

económica. Dice Prebisch:

Se encuentran, pues, los países de América Latina frente a un problema general muy

vasto, en el cual convergen una serie de problemas parciales, a plantear previamente,

para ir trazando luego el largo camino de investigación y acción práctica que habrá

de recorrerse, si se tiene firme el designio de resolverlos (Prebisch; 1949: 100).

Prebisch también reconoce que se conocía poco de los problemas que presentaban las

economías latinoamericanas. Dice que “…es fuerza reconocer que en los países

latinoamericanos queda mucho por hacer, en esta materia, tanto en el conocimiento de los

hechos mismos como en su correcta interpretación teórica. A pesar de tener estos países

tantos problemas de índole semejante, ni tan siquiera se ha conseguido abordar en común

su examen y dilucidación…” (Prebisch; 1949: 100).

Por otra parte, de que existe una preocupación genuina de la CEPAL, a través de los

análisis de Raúl Prebisch, por el desarrollo económico de A.L. a fines de la década de los

cuarenta. Preocupación que lo llevó a cuestionar los planteamientos teóricos de los

supuestos beneficios de la división internacional del trabajo, porque estos no se ajustaban a

la realidad latinoamericana. Decía Prebisch:

…Es cierto que el razonamiento acerca de las ventajas económicas de la división

internacional del trabajo es de una validez teórica inobjetable. Pero suele olvidarse

que se basa sobre una premisa terminantemente contradicha por los hechos. Según

esta premisa, el fruto del progreso técnico tiende a repartirse parejamente entre toda

la colectividad, ya sea por la baja de los precios o por el alza equivalente de los

ingresos. Mediante el intercambio internacional, los países de producción primaria

obtienen su parte en aquel fruto. No necesitan, pues, industrializarse. Antes bien, su

menor eficiencia les haría perder irremisiblemente las ventajas clásicas del

intercambio (Prebisch; 1949: 99).

Decía que la realidad no sólo contradecía a la teoría, sino que estaba destruyendo a A.L.

En general, parece que el progreso técnico ha sido más acentuado en la industria que

en la producción primaria de los países de la periferia, según se hace notar en un

137

reciente informe sobre las relaciones de precios. En consecuencia, si los precios

hubieran descendido en armonía con la mayor productividad, la baja habría que tener

que ser menor en los productos primarios que en los industriales; de tal suerte que la

relación de precios entre ambos hubiera ido mejorando persistentemente a favor de

los países de la periferia conforme se desarrollaba la disparidad de productividades

(Prebisch; 1949: 107)

Revisando un documento de la ONU en el que se presentaba la relación de precios entre

productos primarios y productos finales de la industria desde 1870 y hasta 1914, observaba

que dicha relación se movía a favor de la producción industrial, lo que implicaba que los

frutos del progreso técnico no se repartían por igual en todo el mundo, lo que contradecía

la teoría de la especialización internacional del trabajo (Prebisch; 1949: 107-114).

Para Prebisch, esta disparidad tenía implicaciones: primero, que “mientras los centros han

retenido íntegramente el fruto del progreso técnico de su industria, los países de la periferia

les han traspasado una parte del fruto de su propio progreso técnico”, segundo, “que el

ingreso medio por hombre ha crecido en los centros industriales más intensamente que en

los países productores de la periferia”; que esa era una o la principal explicación de las

“diferencias, tan acentuadas, en los niveles de vida de las masas de éstos y de aquella, y las

respectivas fuerzas de capitalización, puesto que el margen de ahorro depende

primordialmente del aumento en la productividad”. (Prebisch; 1949: 109). Surgen varias

preguntas: ¿En eso se resumía toda la complejidad de economía mundial capitalista y la

razón principal del porqué las economías latinoamericanas no dejaban su condición de

subdesarrollados? ¿Cómo habían incidido los principios capitalistas de explotación,

competencia, dominación y otros en la permanencia del subdesarrollo? ¿Qué papel había

jugado el conflicto de clases sociales en la permanencia del subdesarrollo latinoamericano?

¿Sería suficiente la industrialización para elevar el nivel de vida de la población? ¿Con los

antecedentes de dominación y saqueo de que habían sido objeto las economías

subdesarrolladas era posible dejar el subdesarrollo?

138

III.2.2 La industrialización latinoamericana como alternativa a la especialización

internacional del trabajo y el subdesarrollo

Para la primera y última de las preguntas la respuesta de Prebisch sería afirmativa, de allí la

importancia que le asigna a la industrialización para elevar el nivel de vida de la población

latinoamericana. Dice: “…el significado fundamental de la industrialización de los países

nuevos. No es ella un fin en sí misma sino el único medio de que disponen estos para ir

captando una parte del fruto del progreso técnico y elevando progresivamente el nivel de

vida de las masas.” (Prebisch; 1949: 100).

Prebisch dejaba muy clara su preocupación y el objetivo de la industrialización cuando

decía:

A tal propósito es necesario definir con precisión el objeto que se persigue mediante

la industrialización. Si se la considera como el medio de llegar a un ideal de

autarquía, en el cual las consideraciones económicas pasan a segundo plano, sería

admisible cualquier industria que sustituyera importaciones. Pero si el propósito

consiste en aumentar lo que se ha llamado con justeza el bienestar mesurable de las

masas, hay que tener presentes los límites más allá de los cuales una mayor

industrialización podría significar merma de productividad (Prebisch; 1949: 105).

Para avanzar en la industrialización y alcanzar las metas de elevar el nivel de vida de las

masas, Prebisch le asignaba un papel trascendental al comercio exterior, en el sentido de

que con las exportaciones de productos primarios se lograrían las divisas para las

importaciones de maquinaria e ir aprovechando el progreso de la técnica. Importante es la

aclaración que hace en el sentido de que no sería el comercio el propulsor del crecimiento.

Dice Prebisch al respecto:

La industrialización de la América Latina no es incompatible con el desarrollo eficaz

de la producción primaria. Por el contrario una de las condiciones esenciales para que

el desarrollo de la industria pueda ir cumpliendo el fin social de elevar el nivel de

vida, es disponer de los mejores equipos de maquinaria e instrumentos, y aprovechar

prontamente el progreso de la técnica, en su regular renovación. La mecanización de

la agricultura implica la misma exigencia. Necesitamos una importación considerable

de bienes de capital, y también necesitamos productos primarios para conseguirla.

139

Cuanto más activo sea el comercio exterior de la América Latina tanto mayores serán

las posibilidades de aumentar la productividad de su trabajo, mediante la intensa

formación de capitales. La solución no está en crecer a expensas del comercio

exterior sino de saber extraer, de un comercio exterior cada vez más grande, los

elementos propulsores del desarrollo económico (Prebisch; 1949: 100, 101).

Sobre el concepto de desarrollo en la CEPAL, ella era similar al que se había alcanzado en

los países desarrollados, es decir, habría que aumentar el capital por hombre ocupado en los

tres sectores de la economía y eso conduciría a un aumento de la productividad y del

ingreso, lo que llevaría a un aumento del consumo y por consecuencia un aumento del

nivel de vida. Dice Prebisch:

Este punto es de importancia decisiva. La elevación del nivel de vida de las masas

depende, en última instancia, de una fuerte cantidad de capital por hombre empleado

en la industria, los transportes y la producción primaria, y de la aptitud para

manejarlo bien.

Trátese de un fenómeno característico de los países menos desarrollados. Son menos

desarrollados por el hecho, que tantas veces hemos mencionado, de tener una fuerte

proporción de su población activa trabajando con escaso capital y productividad en la

producción primaria y otras ocupaciones de trabajo barato. Mientras la técnica

moderna no se extienda a toda esa población y cambie la composición de sus

ocupaciones disminuyendo progresivamente los desniveles de productividad e

ingresos, el carácter prevaleciente de su desarrollo será extensivo. Se necesitarán

grandes masas de capital para que ese desplazamiento de gente pueda efectuarse, en

desmedro de las posibilidades de intensificar el empleo de capital. Y el aumento

resultante de nivel de vida será más bien consecuencia de este desplazamiento que de

una elevación absoluta en el nivel a que la gente se desplaza. Sobrepasada esta fase

de desarrollo y asimilada la técnica moderna en las distintas ramas de la actividad

económica, el desarrollo podrá adquirir las características intensivas de los países más

industrializados, el aumento de la productividad media sólo podrá lograrse por la

aplicación más intensa de capital en forma de economizar mano de obra y aumentar

de esta manera su productividad…la extensión del capital sólo se necesitará para

140

emplear el incremento natural (o migratorio) de la población activa… (Prebisch;

1951: 103, 257-258).

III.2.3 El mercado, el Estado y el empresario como actores principales del desarrollo

económico

Prebisch es claro, primero, en cuanto a que los problemas de desarrollo económico de A.L.

eran problemas estructurales y era con cambios estructurales que se podían resolver y

segundo, en que el desarrollo económico de A.L. no podía ser producto de las libres fuerzas

del mercado, tampoco por la regulación excesiva de la conducta individual del empresario,

ni tampoco por la abstención del Estado de intervenir en la actividad económica. Así, los

actores principales en la propuesta de industrialización para alcanzar el desarrollo

económico estaban el empresario privado extranjero para complementar la insuficiencia de

ahorro nacional, el empresario privado nacional y el Estado54

. El Estado con acciones

dirigidas a promover las acciones del empresario. Dice la CEPAL al respecto:

El desarrollo económico en la América Latina depende en gran medida de la acción

del empresario privado. El reconocimiento de este concepto es en general en la

América Latina, aun en los países que se han caracterizado por ciertas intervenciones

estatales que estorban la libre iniciativa de aquél…Trátese de un tipo de intervención

con que casi siempre se pretende regular en una forma u otra la conducta individual

del empresario, y, por más que puedan señalarse algunos resultados positivos, las

derivaciones adversas que aparejan estas regulaciones suelen ser de mayor peso que

sus posibles ventajas, aparte de la oposición que despiertan por las complicaciones

54

Primero, Prebisch es claro en cuanto a que el desarrollo latinoamericano “no se puede conseguir por el

libre juego de las fuerzas económicas”, sino por “la combinación de la iniciativa privada y la vigorosa acción

del Estado.” (Prebisch; 1954: 301). Segundo, en cuanto entre las inversiones del Estado y la iniciativa

privada, las del primero deberían ser compatibles con las de la segundas, las del Estado deberían alentar a las

de la iniciativa privada. Dice Prebisch: “El equilibrio no se ha de lograr entonces cercenando las inversiones

estatales, sino dado mayor aliento posible a las inversiones de la iniciativa privada, y para ello son esenciales

precisamente las inversiones que haga el Estado en capital social.” (Prebisch; 1954: 302). Tercero, para

fomentar la iniciativa privada y consigo el desarrollo económico, los Estados latinoamericanos tenían que

buscar, primero, que la mayor parte de los créditos externos a las naciones latinoamericanas sea a sus

gobiernos para ser utilizados en sus inversiones, segundo, elevar el coeficiente de ahorro nacional, tercero,

una continua sustitución de importaciones, proceso que tenía que ser acompañado por medidas de protección

y fomento, cuarto, atenuar la vulnerabilidad externa introduciendo cambios estructurales dirigidos

principalmente a diversificar la economía interna, quinto, facilitar las inversiones privadas con réditos a

mediano y largo plazos, y sexto, el acceso de la iniciativa privada a la tecnología de los países avanzados.

(Prebisch; 1954: 304-305).

141

del excesivo aparato burocrático…Esto no significa en modo alguno que el desarrollo

económico haya de ser sólo el resultado del juego espontáneo de las fuerzas de la

economía. Ha de conjugarse en él la iniciativa privada con una firme política de

Estado, con un tipo de intervención que se proponga promover el desarrollo creando

condiciones que orientan y estimulan en un sentido u otro la acción del empresario

sin regular sus decisiones individuales. Para ello el Estado recurre a los resortes de la

política monetaria, cambiaria, fiscal y aduanera y a sus inversiones básicas (Prebisch;

1954: 300-301).

Prebisch, también es claro respecto al papel que debería jugar el capital extranjero en la

industrialización y el desarrollo económico latinoamericano. Más que nada jugaría un papel

transitorio en la capitalización de las naciones latinoamericanas, ya que permitiría

complementar los ahorros y aumentar la inversión, y una vez que aumentara la

productividad, la producción, el ingreso y los ahorros, se haría innecesaria su aportación.

Dice Prebisch:

…El elemento primordial de ella es la inversión de capital extranjero a fin de romper

el consabido círculo vicioso de un ingreso bajo que no permite aumentar la

capitalización y de una capitalización que es insuficiente por la precariedad del

ingreso. Un juicioso programa de inversiones, apoyado en medidas internas que

faciliten su plena fructificación, permitirá, con el andar del tiempo, a los países de

América Latina acrecentar de tal manera su ingreso por habitante que el esfuerzo de

capitalización necesario para lograr la continuación del crecimiento a ritmo

satisfactorio podrá realizarse con sus propios recursos, una vez que se hubiera

alcanzado un alto coeficiente de ahorro que dispensase de nuevas y cuantiosas

aportaciones de capital extranjero (Prebisch, 1954: 299).

El pensamiento cepalino de industrialización se llevó a la práctica por los diversos

gobiernos latinoamericanos a través de la política económica, por lo menos desde

principios de la década de los cincuenta y hasta fines de la década de los setenta del siglo

XX, y aunque los países se industrializaron y se dieron largos periodos de crecimiento, no

se logró superar la condición de subdesarrollo y muchos problemas típicos de esa condición

como la pobreza, la concentración del ingreso y el déficit en balanza de pagos, entre otros.

142

III.2.4 La industrialización y el desarrollo económico hasta la década de los sesenta:

sus resultados

Para 1963, catorce años después de los primeros documentos de la CEPAL donde se

presentaba la industrialización de A.L. como opción para su desarrollo económico, los

resultados no eran nada alentadores. La misma CEPAL así lo reconocía cuando expresaba:

Los males que aquejan la economía latinoamericana no responden a factores

circunstanciales o transitorios. Son expresión de la crisis del orden de cosas existente

y de la escasa aptitud del sistema económico –por fallas estructurales que no hemos

sabido o podido corregir- para lograr y mantener un ritmo de desarrollo que responda

al crecimiento de la población y a sus exigencias de rápido mejoramiento (Prebisch;

1963/1982: 137).

Además, la industrialización, hasta entonces alcanzada, no se expresaba en un crecimiento

satisfactorio de la producción que acortara las distancias, en términos de la producción per

cápita, con los países centrales. Decía Prebisch que:

…La exigua tasa de alrededor del 1% anual con que viene creciendo desde mediados

del decenio anterior el ingreso por habitante en el conjunto de América Latina es

clara prueba de la insuficiencia dinámica que está acusando el desarrollo

latinoamericano. Compárese esta tasa con las de 3.7% registrada en la Europa

Occidental en el decenio pasado y la de 8.3% en el Japón, así como las tasas entre 5.3

y 9.0% anual por habitante registradas en los países socialistas de la Europa Oriental,

y se comprenderá toda la significación de este hecho. Con este ritmo de 1% se

tardaría 70 años en duplicar el ingreso por habitante en el conjunto de la América

Latina, salvedad hecha de las diferencias marcadas entre países (Prebisch; 1963/1982:

154).

Tampoco había podido resolver los añejos problemas de concentración del ingreso y los

problemas de generación de ahorro para la acumulación y que se constituían en un

obstáculo estructural para “continuar” con la industrialización y el desarrollo económico y

social. Dice Prebisch:

La estructura social prevaleciente en la América Latina opone un grave obstáculo al

progreso técnico y, por consiguiente, al desarrollo económico y social. Tres son las

143

principales manifestaciones de este hecho: a) esa estructura entorpece

considerablemente la sociedad, de los hombres con iniciativa y empuje, capaces de

asumir riesgos y responsabilidades, tanto en la técnica y en la economía como en los

otros aspectos de la vida colectiva; b) la estructura social se caracteriza en gran

medida por el privilegio en la distribución de la riqueza y, por consiguiente, del

ingreso; el privilegio debilita o elimina el incentivo a la actividad económica, en

desmedro del empleo eficaz de los hombres, las tierras y las máquinas; c) ese

privilegio distributivo no se traduce en fuerte ritmo de acumulación de capital sino en

módulos exagerados de consumo en los estratos superiores de la sociedad en

contraste con la precaria existencia de las masas populares (Prebisch; 1963/1982:

138)

La orientación que había seguido la industrialización latinoamericana no corrigió los

problemas de balanza de pagos frecuentes de A.L., sino por el contrario, volvió más

vulnerables a sus economías ya que era una industria que producía para el mercado interno

y por lo tanto no competitiva en los mercados mundiales. Dice Prebisch:

…Si bien la cuantía de la producción industrial no es arbitraria, su composición si lo

ha sido en la experiencia latinoamericana. Desde este punto de vista, el proceso de

industrialización adolece de tres fallas fundamentales que han debilitado su

contribución al mejoramiento del nivel de vida, a saber: a) toda la actividad

industrializadora se dirige hacia el mercado interno; b) la elección de industrias se ha

hecho por razones circunstanciales, más que por consideraciones de economicidad, y

c) la industrialización no ha corregido al vulnerabilidad exterior de los países

latinoamericanos (Prebisch; 1961/1982: 84-85).

La orientación era consecuencia de la política de desarrollo de las naciones

latinoamericanas y de la falta “de estímulos internacionales para sus exportaciones

industriales.” (Prebisch; 1961/1982: 85).

La industrialización también había llevado a una deformación de las importaciones55

y a

una nueva “…forma de vulnerabilidad externa que antes no conocían. Aparece esta

55

La deformación de las importaciones se refiere a que la industrialización había llevado a que el crecimiento

industrial, y la completa sustitución de importaciones de bienes de consumo, dependiera en gran parte de las

144

vulnerabilidad cuando descienden las exportaciones y no hay recursos suficientes para

cubrir las importaciones que requiere el crecimiento económico…” (Prebisch; 1961: 89).

¿Cuál sería la solución? Según la CEPAL, no es reducir el ingreso, la producción, a un

nivel compatible con las importaciones que permiten las exportaciones, sino reajustar las

importaciones para que con una menor cantidad de ellas se mantenga o se eleve el ingreso.

Se necesitaba un margen comprimible de importaciones, pero eso era imposible con esa

estructura de comercio. La solución es una política previsora, una política que impulse un

proceso continuo de sustitución de importaciones y de aliento a las exportaciones (Prebisch;

1961: 89). Además de previsora, la política sustitutiva debería basarse en consideraciones

de economicidad, de reducir costos, o lo que vendría siendo lo mismo de aumentar la

productividad para ser competitivo nacional e internacionalmente. En este mismo sentido

“…la protección debe reducirse a proporciones razonables, a fin de restablecer una sana

competencia exterior y evitar prácticas restrictivas que, al perjudicar la eficacia productiva,

debiliten el ritmo de desarrollo económico.” (Prebisch; 1961/1982: 93).

Esta crisis de la industrialización, que la misma CEPAL reconoce, sería el punto de partida

del pensamiento dependentista y explicaría el porqué de esa falta de resultados, y las

posibilidades que A.L. tenía para alcanzar, o no, el desarrollo, y qué otras opciones tenía

fuera del capitalismo.

III.3 EL PENSAMIENTO DEPENDENTISTA LATINOAMERICANO56

Es pertinente, para no tener ideas e interpretaciones equivocadas del pensamiento

dependentista, ubicar el tiempo y el espacio de la construcción de este pensamiento, ubicar

cuáles fueron las condiciones que permitieron su construcción, ubicar quienes fueron los

importaciones de materias primas e intermedias, importaciones que dependen de las exportaciones. Así,

cuando las exportaciones descienden imposibilita importar las materias primas e intermedias afectando

negativamente el crecimiento de la producción industrial y de la economía en general (Prebisch; 1961/1982:

86). 56

En la discusión si la noción de dependencia alcanza status de teoría, Cardoso hace las siguientes

precisiones. Primero que la categoría dependencia no tiene “el mismo status teórico de la categorías centrales

de la teoría del capitalismo. La razón de esto es obvia: no se puede pensar en la dependencia sin los conceptos

de plusvalía, expropiación acumulación, etc. La idea de dependencia se define en el campo teórico de la

teoría marxista del capitalismo.” (Cardoso; 1975/1976: 107). Segundo, que por tal razón no se puede “negar

la existencia de un campo teórico propio. Aun cuando limitado y subordinado a la teoría marxista del

capitalismo, en el cual se inscriben los análisis sobre la dependencia. Y en este caso no hay porque colocar

entre comillas la expresión teoría. Existe, pues, la posibilidad de pensar en la teoría de la dependencia,

siempre y cuando ella se inscriba en el campo teórico más amplio de la teoría del capitalismo o de la teoría del

socialismo (de precario desarrollo hasta ahora.).” (Cardoso; 1975/1976: 107).

145

principales constructores del pensamiento, cuáles fueron sus objetivos, cuál su

metodología, cuáles sus tesis, cuáles sus principales diferencias, cuáles las principales

críticas a este pensamiento, cuáles las respuestas a estas críticas y el impacto de estas tesis

en el pensamiento social latinoamericano, todo para avanzar en el principal objetivo de la

tesis doctoral, es decir, cuáles de sus tesis nos ayudan a entender el pensamiento neoliberal

en A.L. Los que construyeron este pensamiento son muy claros respecto a estas

interrogantes.

III.3.1 El punto de partida: el fracaso del desarrollismo de la CEPAL

Según Gunder Frank, en lo referente a quienes fueron los constructores de la teoría de la

dependencia, nos dice que “numerosos publicistas, reseñadores y clasificadores de la teoría

de la dependencia están casi totalmente de acuerdo entre sí al distinguir un “…nuevo grupo

de izquierda, entre los cuales ellos nombran primordialmente a Dos Santos, Quijano,

Cardoso y Faletto, Marini y Gunder Frank, entre otros.” (Frank; 1970/1978: 310).

Respecto al tiempo, espacio y objetivos, Vania Bambirra, Theotonio Dos Santos y Cardoso

y Faletto son muy claros. Bambirra dice que el pensamiento dependentista latinoamericano

para A.L. se empezó a construir en Chile alrededor de 196857

y tenía como objetivos

“…sumarse al esfuerzo de una parte de los científicos sociales en el continente, que en

aquella época se proponían superar el pensamiento desarrollista emprendiendo la tarea de

sentar las bases para el desarrollo de la teoría marxista de la dependencia.” (Bambirra;

1974/1992: VII). Theotonio es más claro sobre las condiciones que posibilitaron la

construcción de este pensamiento. Nació a partir, no del pensamiento cepalino, sino de la

crisis del modelo de desarrollo propuesto por la CEPAL y por lo tanto de la crisis de este

mismo pensamiento. Dice Theotonio Dos Santos: “Esta crisis del modelo de desarrollo

dominante en las ciencias sociales de nuestros países (y del proyecto de desarrollo en él

implícito) puso en crisis esta misma ciencia. Puso en crisis la propia noción de desarrollo y

de subdesarrollo y el papel explicativo de dichos conceptos. De tal crisis nace el concepto

de dependencia como posible factor explicativo de esta situación paradojal. Se trata de

explicar por qué nosotros no nos hemos desarrollado de la misma manera que los países 57

Dice, además, Bambirra sobre el lugar y el año de cuando se empezó a construir el pensamiento

dependentista: “Este trabajo fue resultado de nuestros estudios realizados en el Centro de Estudios Socio-

Económicos como integrante del equipo de investigación sobre las relaciones de dependencia en América

Latina que se constituyó en 1968 bajo la dirección de Theotonio Dos Santos.” (Bambirra; 1974/1992: VII).

146

hoy desarrollados. Nuestro desarrollo está condicionado por ciertas relaciones

internacionales que son definibles como relaciones de dependencia. Esta situación somete

nuestro desarrollo a ciertas leyes específicas que lo califican como un desarrollo

dependiente.” (Dos Santos; 1970/1972: 37). Cardoso y Faletto apuntan en la misma

dirección. Lo que se esperaba con la industrialización era “…un tipo de desarrollo

eminentemente nacional (por lo que) se tratase de fortalecer el mercado interno y, a la vez

de organizar los centros nacionales de decisión de tal modo que fueran sensibles a los

problemas de desarrollo de sus propios países.” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 6). Pero

también que la perspectiva optimista se fue “…desvaneciendo desde fines de la década de

1950. (y que era difícil) explicar por qué, con tantas condiciones aparentemente favorables

para pasar de la etapa de sustitución de importaciones a otra en que se abrieran nuevos

campos de producción autónoma, orientados al mercado interno, no se tomaron las medidas

necesarias para garantizar la continuidad del desarrollo o por qué las mismas no alcanzaron

sus objetivos…” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 6).

Ruy Mauro Marini se va a referir al fracaso del desarrollismo después de analizar a A.L.,

desde la perspectiva de la dependencia, desde su inserción en el mercado mundial

capitalista como productora de alimentos y materias primas e importadora de manufacturas

desde las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, hasta su proceso de

industrialización, principalmente a partir de la posguerra, y hasta la década de los sesenta

del mismo siglo. Va a señalar la importancia de la industrialización para el desarrollo de las

naciones periféricas latinoamericanas, siempre desde la perspectiva de la división

internacional del trabajo (Marini: 1973: 1-37).

El punto de partida es relevante, se parte de la realidad, los pensadores dependentistas así

lo han manifestado. Theotonio menciona a grandes rasgos del porqué el tema de su trabajo.

Lo era por la situación de crisis que vivían las sociedades latinoamericanas en la década de

los sesenta del siglo XX, y por lo mismo, la necesidad de reformas estructurales. Dice

Theotonio Dos santos: “América Latina vive una crisis profunda. Crisis económica

marcada sobre todo por una estagnación que hace distinguir la década de los 60 de los años

optimistas de la década del 50. Crisis política marcada por los sucesivos golpes de estado y

crisis institucional, además de los movimientos populares de creciente radicalidad. Crisis

social caracterizada por la profunda conciencia de la necesidad de reformas estructurales.

147

Crisis ideológica caracterizada por el choque de las posiciones divergentes al lado de una

perplejidad evidente en vastos sectores sociales.” (Dos Santos; 1970/1972: 13).

III.3.2 Sus objetivos

Los objetivos de los dependentistas también eran muy claros, y era el de crear una teoría

del cambio revolucionario para A.L. Gunder Frank, ante su tesis de la imposibilidad del

desarrollo dentro del capitalismo de los países periféricos, era claro sobre la necesidad de

contar con una teoría revolucionaria para el cambio:

…Creo que varios caminos de acción contemporáneos para la liberación de los países

subdesarrollados y la eliminación del subdesarrollo, por bien intencionados que sean

quienes los proponen, empeoran las cosas a la larga (y a menudo a la corta también).

La comprensión de las realidades del capitalismo y el subdesarrollo no basta, desde

luego, pero es sin duda esencial; no puede tener éxito ninguna revolución que carezca

de una teoría revolucionaria adecuada. He ahí lo que me propongo (Frank;

1970/1978: 24).

También Dos Santos, cuando dice que Gunder Frank y él están “…ambos en el mismo

campo y en un proceso de elaboración, el suyo más adelantado que el mío, de una

alternativa teórica destinada a servir de base a la transformación revolucionaria de América

Latina...” (Dos Santos; 1970/1972: 10). Aquí es importante la argumentación de Theotonio

Dos Santos en el sentido de que es en la década de los sesenta del siglo XX que existen las

condiciones (socioeconómicas) para la búsqueda del socialismo como alternativa de

desarrollo al capitalismo, y existen las condiciones porque el capitalismo latinoamericano

es estructuralmente distinto del capitalismo del pasado, es un capitalismo en crisis:

En cuanto a los cambios del sistema, no basta con mostrar la continuidad de la

estructura colonial. Es necesario explicarse cómo, a pesar de esta continuidad de la

dependencia, ella ha cambiado sus formas. Pues han sido estos cambios los que

generaron la profunda crisis actual que exige una solución socialista y que la permite.

Si no logramos mostrar cómo ha surgido una contradicción nueva que conduce al

socialismo y qué contradicción es ésta, tenemos dos soluciones: o creemos que el

subdesarrollo se va a mantener, pues la estructura de las contradicciones es la misma

de la colonia, o creemos que el socialismo vendrá como resultado de una

148

intensificación de una crítica al capitalismo, o del ejemplo soviético o cualquier otra

interpretación idealista. ¡No! Si el socialismo es hoy una posibilidad y no lo ha sido

en el pasado, es porque el capitalismo latinoamericano actual es estructuralmente

distinto del pasado (Dos Santos 1970/1972: 147-148).

También para Vania Bambirra, es comprender el subdesarrollo dependiente

latinoamericano de la posguerra, y que sus tesis sirvieran para el accionar de los

movimientos revolucionarios latinoamericanos. Su objetivo tenía que ver con dos órdenes

de necesidades:

Primero, la comprensión del carácter y contradicciones del capitalismo dependiente

en la fase de la integración monopólica mundial, lo que posibilitaba explicar la

profunda crisis que este sistema atravesaba; segundo, entregar elementos para la

reorientación de la concepción estratégico-táctica que guiaba los movimientos

revolucionarios, lo que se hacía imprescindible debido a los duros reveses que estos

habían sufrido, los que se debían, en parte, a sus equivocados supuestos

programáticos (Bambirra; 1974/1992: VII).

Marini, no es la excepción, es dar elementos teóricos a las fuerzas sociales para que

tuvieran elementos más claros para el cambio revolucionario, para la destrucción del

capitalismo:

Utilizar esa línea de análisis para estudiar las formaciones sociales concretas de

América Latina, orientar ese estudio en el sentido de definir las determinaciones que

se encuentran en la base de la lucha de clases que allí se desenvuelve y abrir así

perspectivas más claras a las fuerzas sociales empeñadas en destruir esa formación

monstruosa que es el capitalismo dependiente: éste es el desafío teórico que se

plantea hoy a los marxistas latinoamericanos. La respuesta que le demos influirá sin

duda de manera no despreciable en el resultado a que llegarán finalmente los procesos

políticos que estamos viviendo (Marini; 1973: 29).

Para Cardoso y Faletto, es explicar que los procesos económicos son consecuencia de

procesos sociales:

Como el objetivo de este ensayo es explicar los procesos económicos como procesos

sociales, se requiere buscar un punto de intersección teórica donde el poder

149

económico se exprese como dominación social, esto es como política; pues, a través

del proceso político, una clase o grupo económico intenta establecer un sistema de

relaciones sociales que le permiten imponer al conjunto de la sociedad un modo de

producción propio, o por lo menos intenta establecer alianzas o subordinar al resto de

los grupos o clases con el fin de desarrollar una forma económica compatible con sus

intereses y objetivos. Los modos de relación económica, a su vez, delimitan los

marcos en que tiene lugar la acción política (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 20).

III.4 EL PROBLEMA Y EL PUNTO DE PARTIDA METODOLÓGICO DEL

PENSAMIENTO DEPENDENTISTA

El problema para el pensamiento dependentista latinoamericano en los sesenta del siglo XX

seguía siendo el subdesarrollo latinoamericano, tal vez no como entenderlo, sino cómo y

desde dónde abordarlo. Ello les daba la posibilidad de argumentar las posibilidades de

desarrollo, o no, dentro de las contradicciones capitalistas y proponer alternativas dentro o

fuera del sistema capitalista.

III.4.1 Lo específico del capitalismo latinoamericano

Lo primero en lo que llamaron la atención era en lo específico del capitalismo

latinoamericano, especificidad dada por la relación de la periferia con los países centrales

desde que esas regiones fueron conquistadas y colonizadas, y que condujo al subdesarrollo

de estas naciones periféricas. Dicen Cardoso y Faletto:

Para permitir el paso del análisis económico o del análisis sociológico usuales a una

interpretación global del desarrollo es necesario estudiar desde el inicio las

conexiones entre el sistema económico y la organización social y política de las

sociedades subdesarrolladas, no sólo en ellas y entre ellas, sino también en relación

con los países desarrollados, pues la especificidad histórica de la situación de

subdesarrollo nace precisamente de la relación entre sociedades “periféricas” y

“centrales”. Es preciso, pues, redefinir “la situación de subdesarrollo” tomando en

consideración su significado histórico particular, poniendo en duda los enfoques que

la presentan como un posible “modelo” de ordenación de variables económicas y

sociales. En este sentido, hay que distinguir la situación de los países

subdesarrollados con respecto a los que carecen de desarrollo, y diferenciar luego los

150

diversos modos de subdesarrollo según las particulares relaciones que esos países

mantienen con los centros económica y políticamente hegemónicos… (Cardoso y

Faletto; 1969/1992: 22)

En esta especificidad, cuestionaron que los conceptos universales referidos al desarrollo-

subdesarrollo se pudieran aplicar a realidades concretas periféricas, ya que estas tienen sus

propias leyes, por lo que habría que redefinir los conceptos universales para ser aplicados a

situaciones específicas, dando por resultado nuevos conceptos. Dice Dos Santos:

No hay posibilidad de aplicar los conceptos universales de la ciencia social a los

países subdesarrollados porque los conceptos de las ciencias sociales no se pueden

referir a genéricos formales, sino a realidades históricas. Estas realidades históricas

tienen una estructura y por tanto pueden ser estudiadas en forma abstracta, pero

abstracta-dialéctica, es decir, a través de la abstracción de las leyes del movimiento de

una realidad histórico-concreta. En resumen: las leyes que rigen el desarrollo de los

países subdesarrollados son específicas y como tales deben ser estudiadas como leyes

del desarrollo de los países dependientes y sus distintas formas tipológicas. En este

caso, por tanto, no se trata de aplicar conceptos genéricos a particulares, sino de

redefinir conceptos universales según algunas situaciones específicas. El resultado es

un nuevo concepto (Dos Santos; 1970/1972: 50).

Lo mismo Marini, que llama la atención en dos sentidos, uno, al igual que Dos Santos, en

considerar que el capitalismo latinoamericano en ese momento, no era pre capitalismo sino

un capitalismo particular que habría que analizarlo como parte del sistema capitalista

mundial, dos, que estas particularidades impedían aplicar las categorías marxistas de

manera dogmática, el hacerlo nos conduciría a mistificar a los fenómenos

latinoamericanos, que más bien deberían ser utilizadas como instrumentos de análisis y

anticipar el curso que podría seguir el subdesarrollo latinoamericano. Dice Marini:

…frente al parámetro del modo de producción capitalista puro, la economía

latinoamericana presenta peculiaridades que se dan a veces como insuficiencias y

otras –no siempre distinguibles fácilmente de las primeras- como deformaciones. No

es por tanto accidental la recurrencia, en los estudios sobre América Latina, de la

noción de pre capitalismo. Lo que habría que decir es que, aun cuando se trate

151

realmente de un desarrollo insuficiente de las relaciones capitalistas, esa noción se

refiere a aspectos de una realidad que nunca podrá desarrollarse, por su estructura

global y su funcionamiento de la misma forma como se han desarrollado las

economías avanzadas. Por lo tanto lo que se tiene, más que un pre capitalismo, es un

capitalismo sui generis que sólo cobra sentido si lo contemplamos en la perspectiva

del sistema en su conjunto, tanto a nivel nacional como, y principalmente a nivel

internacional.

En la identificación de estos elementos, las categorías marxistas deben aplicarse,

pues, a la realidad como instrumentos de análisis y anticipaciones de su desarrollo

ulterior. Por otra parte, esas categorías no pueden reemplazar o mistificar los

fenómenos a que se aplican; es por ello que el análisis tiene que ponderarlas, sin que

esto implique en ningún caso romper con el hilo de razonamiento marxista,

injertándole cuerpos que le son extraños y que no pueden, por tanto, ser asimilados

por él. El rigor conceptual y metodológico: a esto reduce en última instancia la

ortodoxia marxista. Cualquier limitación al proceso de investigación que allí se derive

no tiene ya nada que ver con la ortodoxia, sino tan sólo con el dogmatismo (Marini;

1973: 2, 3)

También Bambirra, en la línea de Frank, Dos Santos y Marini, trata de avanzar en las

formas específicas del subdesarrollo dependiente latinoamericano, es decir, va a construir

tipologías de países para analizarlos. Esto es importante porque el pensamiento

dependentista no sólo analiza a A.L. como un todo, sino reconoce subdesarrollos

dependientes particulares de países o grupo de países. Dice Bambirra:

El capitalismo, en Latinoamérica, se ha desarrollado dentro del contexto de la

expansión y evolución del capitalismo mundial. En función de esto ha asumido

formas específicas que, sin negar las leyes generales del movimiento del sistema en

cuanto tal, ha configurado en el continente tipos específicos de capitalismo

dependiente cuyo carácter y modo de funcionamiento están íntimamente conectados

con la dinámica que asume históricamente el capitalismo en los países centrales

(Bambirra; 1974/1992: 3).

152

III.4.2 El método en el pensamiento dependentista: el sistema capitalista mundial y la

división internacional del trabajo en el origen del subdesarrollo dependiente

latinoamericano

Para Frank el problema del subdesarrollo de las naciones latinoamericanas habría que

abordarlo como parte de la estructura del sistema capitalista mundial e identificar la propia

estructura de la nación subdesarrollada (Frank; 1970/1978: 18-19)

Frank está en contra de la opinión que pensadores de la CEPAL tenían sobre la posibilidad

que tuvo Chile de convertirse en nación desarrollada, ya que según él, “…por causa,

precisamente del capitalismo la economía de Chile estaba ya subdesarrollándose durante las

tres centurias anteriores a la independencia…” (Frank; 1970/1978: 17). Decía Frank:

Específicamente, no puedo aceptar los supuestos fundamentales empíricos y, por

ende, las formulaciones del problema y de la política para el desarrollo de Chile

expuestas por Aníbal Pinto, Max Nolff (este último, principal asesor económico de

Allende, candidato presidencial en 1964 de la coalición socialista-comunista), y otros

autores vinculados a los principios del análisis de la Comisión Económica para la

América Latina de las Naciones Unidas. Estos análisis, partiendo del criterio inexacto

de que Chile tuvo en los siglos anteriores a la independencia política una economía de

subsistencia cerrada y reclusa atribuyen el posterior subdesarrollo de la economía

chilena al supuesto error de desarrollarse “hacia afuera” en vez de “hacia dentro”, una

vez que la independencia, según ellos, abrió la puerta en el siglo XIX. De haber

escogido entonces Chile el desarrollo capitalista hacia adentro, hoy estaría

desarrollado, sugieren dichos autores, quienes asimismo arguyen que Chile podría

desarrollarse todavía si se apresurara y por fin se dedicara al desarrollo (todavía

capitalista) hacia adentro (Frank; 1970/1978: 17).

Cardoso y Faletto plantean que el subdesarrollo no sólo es producto del capitalismo, sino

que ambos grupos de países juegan un rol distinto en la estructura internacional de

producción y distribución, estructura que supone relaciones de dominación.

En todo caso, la situación del subdesarrollo se produjo históricamente cuando la

expansión del capitalismo comercial y luego del capitalismo industrial vinculó a un

mismo mercado economías que, además de presentar grados diversos de

153

diferenciación del sistema productivo, pasaron a ocupar posiciones distintas en la

estructura global del sistema capitalista. De ahí que entre las economías desarrolladas

y las subdesarrolladas no sólo exista una simple diferencia de etapa o de estado del

sistema productivo, sino también de función o posición dentro de una misma

estructura económica internacional de producción y distribución. Ello supone, por

otro lado, una estructura definida de relaciones de dominación (Cardoso y Faletto;

1969/1992: 23)

Para Dos Santos, al igual que Frank, habría que considerar el desarrollo como resultado de

la génesis y expansión del sistema capitalista mundial. Dice Dos Santos:

Enfocar la dependencia como una condición que configura cierto tipo de estructuras

internas, significa tomar el desarrollo como fenómeno histórico mundial; como

resultado de la formación expansión y consolidación del sistema capitalista. Tal

perspectiva implica la necesidad de integrar, en una sola historia, la perspectiva de la

expansión capitalista en los países hoy desarrollados y en sus resultados en los países

por él afectados. Pero no se trata de tomar esos resultados como simples efectos del

desarrollo capitalista, sino como parte integrante y determinante (Dos Santos:

1970/1972: 40).

La historia empieza desde la Revolución industrial en Inglaterra, su expansión a toda

Europa, y el papel que desde entonces han venido jugando las naciones latinoamericanas,

primero como colonias y después ya como naciones independientes, en la acumulación de

capital de los países centrales. Es desde la Revolución Industrial que se establece la

división internacional del trabajo entre centro y periferia y en esta última un capitalismo

dependiente. Para Dos Santos, es desde la colonia que se crean estructuras económico-

sociales dependientes, que las revoluciones independentistas no logran cambiar y

continuaron con el sector exportador y prosiguieron con la industrialización. Dice Dos

Santos:

A nosotros nos parece que esta última caracterización es la que más se aproxima a la

realidad dependiente…La revolución industrial en Inglaterra a fines del siglo XVII

creó las condiciones para la expansión del modo de producción capitalista en

Europa…Otra era la situación de América Latina, productora de metales y productos

154

tropicales: un importante mercado para Europa y no para América Latina, a la cual le

sobraban los restos de este mercado y que tenía que pagar grandes sumas a la Corona

y a los comerciantes. Todo esto ha conducido a América Latina, después de rotas las

limitaciones del periodo colonial a un capitalismo dependiente basado en el sector

exportador. Las huellas de un régimen colonial exportador dan los parámetros de la

América Latina liberada. No solamente porque se nos arrebataba gran parte de

nuestros excedentes, sino fundamentalmente porque nuestras estructuras económico-

sociales eran dependientes y las revoluciones liberadoras no logran cambiar las bases

de estas estructuras, dominadas como estaban por la burguesía criolla (Dos Santos;

1970/1972: 44).

Marini apunta en la misma dirección que Frank, Dos Santos y Cardoso y Faletto, en que

es el sistema capitalista y la división internacional del trabajo el que va a generar el

subdesarrollo latinoamericano dependiente. Dice Marini:

Es a partir de este momento (–revolución industrial en los países centrales e

independencia política de los países latinoamericanos a principios del siglo XIX-) que

las relaciones de América Latina con los centros capitalistas europeos se insertan en

una estructura definida: la división internacional, que determinará el curso ulterior de

la región. En otros términos, es a partir de entonces, que se configura la dependencia

entendida como una relación de subordinación entre naciones formalmente

independientes, en cuyo marco las relaciones de producción de las naciones

subordinadas son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de

la dependencia. Y el fruto de la dependencia no puede ser por ende sino más

dependencia, y su liquidación supone necesariamente la supresión de las relaciones

de producción que ella involucra. En este sentido, la conocida fórmula de André

Gunder Frank sobre el desarrollo del subdesarrollo es impecable, como impecables

son las conclusiones políticas a que ella conduce. Las críticas que se le han hecho

representan muchas veces un paso atrás en esa formulación, en nombre de precisiones

que se pretenden teóricas pero que no suelen ir más allá de la semántica (Marini;

1973:4).

155

III.4.3 El enfoque dependentista

Con el método establecieron su enfoque, que más que nada consistía en que el desarrollo

del sistema capitalista mundial generaba en un grupo de países en desarrollo y en otro

subdesarrollo. Dice Frank:

Este ensayo sostiene que el subdesarrollo de Chile es el producto necesario de cuatro

siglos de desarrollo capitalista y de las contradicciones internas del propio

capitalismo. Estas contradicciones son: la expropiación del excedente económico a

los más y su apropiación por los menos; la polarización del sistema capitalista en un

centro metropolitano y en satélites periféricos, y la continuación de la estructura

fundamental del sistema capitalista a lo largo de la historia de su expansión y

transformación, a causa de la persistencia o reproducción de estas contradicciones en

todas partes y en todo tiempo. Es mi tesis que estas contradicciones capitalistas y el

desarrollo histórico del sistema capitalista han generado subdesarrollo en los satélites

periféricos expropiados, a la vez que engendraban desarrollo en los centros

metropolitanos que se apropiaron el excedente económico de aquellos; y además que

este proceso continua(Frank; 1970/1978: 15).

Lo mismo Theotonio Dos Santos, que estaba en contra del concepto de dependencia como

un fenómeno externo, y que más bien era el propio desarrollo de las naciones

latinoamericanas el que era dependiente. Y era dependiente por el rol que estos países

jugaban dentro de la dinámica del sistema capitalista mundial. Así, A.L. tendría que ser

analizada como un conjunto de naciones insertas en un sistema capitalista mundial que le

generaba un proceso de desarrollo particular y dependiente. Dice Dos Dantos:

El paso teórico que hemos dado en las Ciencias Sociales Latinoamericanas ha

consistido en mostrar que esta dependencia no era un fenómeno externo que

podríamos cortar a través del desarrollo económico y de una actitud política más

independiente. Lo que se explicitó teóricamente fue, sobre todo, el hecho de que la

situación de dependencia en que vivíamos dentro del sistema capitalista mundial

condiciona las estructuras internas de nuestros países, haciéndolos dependientes

dentro de su propia constitución (Dos Santos; 1970/1972: 7).

156

Para Cardoso y Faletto, lo primero es que el “… el desarrollo es, en sí mismo un proceso

social; aun sus aspectos puramente económicos transparentan la trama de relaciones

sociales subyacentes…” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 11). Por consiguiente su concepto

de desarrollo trasciende lo económico, o lo que es lo mismo, que lo económico es expresión

de las relaciones de grupos y clases sociales. Los mismos autores afirman que:

…De esa manera se considera el desarrollo como resultado de la interacción de

grupos y clases sociales que tienen un modo de relación que les es propio y por tanto

intereses y valores distintos, cuya oposición, conciliación o superación da vida al

sistema socioeconómico. La estructura social y política se va modificando en la

medida en que distintas clases y grupos sociales logran su interés, su fuerza y

dominación al conjunto de la sociedad (Cardoso y Faletto, 1969/1992, 18).

Su propuesta, es que finalmente esta situación de subdesarrollo dependiente

latinoamericano es producto de la interrelación de los grupos sociales de cada país entre si

y de estos con los grupos externos:

La dependencia de la situación del subdesarrollo implica socialmente una forma de

dominación que se manifiesta por una serie de características en el modo de actuación

y en la orientación de los grupos que en el sistema económico aparecen como

productores o como consumidores. Esta situación supone en los casos extremos que

las decisiones que afectan a la producción o al consumo de una economía dada se

toman en función de la dinámica y de los intereses de las economías desarrolladas…

Por consiguiente, al considerar la situación de dependencia en el análisis del

desarrollo latinoamericano lo que se pretende poner de manifiesto es que el modo de

integración de las economías nacionales al mercado internacional supone formas

definidas y distintas de interrelación de los grupos sociales de cada país entre sí y

con los grupos externos. Ahora bien, cuando se acepta la perspectiva de que los

influjos del mercado, por sí mismos, no son suficientes para explicar el cambio ni

para garantizar su continuidad o su dirección, la actualización de las fuerzas, grupos e

instituciones sociales pasa a ser decisiva para el análisis del desarrollo (Cardoso y

Faletto; 1969/1992: 24, 28).

157

Marini, en la línea de Frank y Dos Santos, nos dice que “la historia del subdesarrollo

latinoamericano es la historia del desarrollo del sistema capitalista mundial. Su estudio es

indispensable para quien desee comprender la situación a la que se enfrenta actualmente

este sistema y las perspectivas que se le abren. Inversamente, sólo la comprensión segura de

la evolución y de los mecanismos que caracterizan a la economía capitalista mundial

proporciona el marco adecuado para ubicar y analizar la problemática de América Latina.”

(Marini; 1974: 1-2)

III.5 CRÍTICAS A LAS TEORÍAS DEL DESARROLLO

III.5.1 Críticas a la teoría de las etapas de Walt Whitman Rostow

Dos Santos, va a identificar el objeto de estudio de las teorías sobre el desarrollo hasta

aquel entonces y sus supuestos58

, para criticar y rechazar a cada uno ellos. Para el primer

supuesto, de los modelos de sociedades desarrolladas a los que supuestamente las naciones

subdesarrolladas tendrían que llegar59

, Dos Santos nos dice que no tiene ninguna validez

científica en el sentido que las sociedades subdesarrolladas no se pueden trasladar a las

etapas anteriores de las naciones desarrolladas; que las condiciones históricas específicas

que posibilitaron el desarrollo de las hoy naciones desarrolladas no se pueden repetir. Dice

Dos Santos:

Pero este supuesto no tiene ninguna validez científica porque se funda en principios

ahistóricos. No hay ninguna posibilidad histórica de que se constituyan sociedades

que alcancen el mismo estadio de desarrollo de aquellas que son desarrolladas. El

tiempo histórico no es lineal. No hay posibilidad de que una sociedad se desplace

58

Los supuestos de las teorías del desarrollo que Dos Santos identificas son: 1.- Se supone que desarrollarse

significa dirigirse hacia determinadas metas generales, que corresponden a un cierto estadio de progreso del

hombre y de la sociedad cuyo modelo se abstrae a partir de las sociedades más desarrolladas del mundo

actual. A este modelo se le llama sociedad moderna, sociedad industrial, sociedad de masas, etc.; 2.- Se

supone que los países subdesarrollados caminarán hacia estas sociedades una vez que eliminen ciertos

obstáculos sociales, políticos, culturales e institucionales. Estos obstáculos están representados por las

sociedades tradicionales, o los “sistemas feudales”, o los “restos feudales”, conforme a las distintas escuelas

de pensamiento; 3.- Se supone que es posible distinguir ciertos procedimientos económicos, políticos y

psicológicos que permitan movilizar los recursos nacionales en forma más racional y que estos medios puedan

ser catalogados y usados por el planteamiento; 4.- A esto se agrega la necesidad de coordinar ciertas fuerzas

sociales y políticas que sustentarían la política de desarrollo. Así como se destaca la necesidad de una base

ideológica que organice la voluntad nacional de los distintos países para realizar las tareas de desarrollo (Dos

Santos; 1970/1972: 15). 59

Los modelos que se conocían y que se suponía los países subdesarrollados repetirían su experiencia

histórica eran EE.UU., Europa, Japón y la U.R.S.S. (Dos Santos; 1970/1972: 16).

158

hacia etapas anteriores de las sociedades existentes. Con la formación de una

economía mundial única a partir del siglo XVI, todas las sociedades se mueven

paralelas y juntas hacia una nueva sociedad. Las sociedades capitalistas desarrolladas

corresponden a una experiencia histórica completamente superada, sea por sus

fuentes básicas de capitalización privada basada en la explotación del comercio

mundial, sea por la incorporación de amplias masas de trabajadores a la producción

industrial, sea por la importancia del desarrollo tecnológico interno de estos países.

Todas esas condiciones históricamente específicas no se pueden repetir hoy en día

(Dos Santos; 1970/1972: 17)

Para Frank las etapas de Rostow están fuera de toda realidad, y que esperar que las etapas

por las que pasaron los países desarrollados puedan reproducirse en los países

subdesarrollados para alcanzar el subdesarrollo estaría fuera de toda posibilidad práctica y

teórica. Dice Frank sobre el subdesarrollo chileno:

…Es vano esperar que los países subdesarrollados de hoy reproduzcan las etapas de

crecimiento económico por las que pasaron las sociedades evolucionadas modernas,

cuyo desarrollo capitalista clásico surgió de la sociedad capitalista feudal. Esta

expectación es totalmente contraria a la realidad y está más allá de toda posibilidad

práctica y teórica. En su lugar será necesario estudiar científicamente el verdadero

proceso de desarrollo y subdesarrollo capitalista mundial y crear en la porción

subdesarrollada del mundo una economía política del crecimiento basada en la

realidad (Frank; 1970/1978: 5).

Por último, también Cardoso y Faletto se manifiestan en contra de la teoría de las etapas

del desarrollo de Rostow, cuando afirman que:

Metodológicamente no es lícito suponer –dicho sea con mayor rigor- que en los

países en desarrollo se esté repitiendo la historia de los países desarrollados. En

efecto las condiciones históricas son diferentes: en un caso se estaba creando el

mercado mundial paralelamente al desarrollo gracias a la acción de la denominada a

veces bourgeoisieconquerante, y en el otro se intenta el desarrollo cuando ya existen

relaciones de mercado, de índole capitalista, entre ambos grupos de países y cuando

el mercado mundial se presenta dividido entre el mundo capitalista y el socialista.

159

Tampoco basta considerar las diferencias como desviaciones respecto de un patrón

general de desarrollo, pues los factores, las formas de conducta y los procesos

sociales y económicos, que a primera vista constituyen formas desviadas o

imperfectas de realización del patrón clásico de desarrollo, deben considerarse más

bien como núcleos del análisis destinado a hacer inteligible el sistema económico-

social (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 33).

Cardoso y Faletto tienen razón cuando dicen que los momentos históricos del capitalismo

deben estudiarse no para ver cómo se podrían ir repitiendo en la periferia las etapas por las

que fue atravesando el centro, sino como se producía la relación entre centro-periferia y qué

significaba en “…términos de “estructuras de la economía” y “estructura social” la relación

de dependencia para los países latinoamericanos durante estos distintos momentos…”

(Cardoso y Faletto; 1969/1992: 32).

III.5.2 Crítica a los supuestos de las resistencias al cambio, al procedimiento en el uso

de los recursos y al de una ideología general del desarrollo

Para el segundo supuesto, las resistencias que impedían u obstaculizaban el cambio, el

desarrollo de las sociedades tradicionales60

, dice Dos Santos, que era un error de la teoría

del desarrollo centrar el estudio en las resistencias al cambio, que eran subdesarrolladas

más bien por el carácter mismo de su desarrollo dependiente. Por tal motivo el objeto de la

teoría del desarrollo tendría que ser el estudiar las leyes de desarrollo de la periferia y

definir si son específicas o se corresponden con la de los países centrales61

.

60

Dice Dos Santos sobre el objeto estudio de la naciente teoría del desarrollo: “La teoría del desarrollo se

caracterizó, como disciplina independiente (en América Latina o en otras partes), durante todo este periodo de

nacimiento, por el análisis tanto de los obstáculos que las estructuras arcaicas imponían al desarrollo como de

los medios para realizar las metas de éste. Por esta razón, el grueso del análisis teórico y empírico se centró

esencialmente en el estudio de las llamadas estructuras tradicionales consideradas como las causantes del

subdesarrollo.” (Dos Santos; 1970/1972: 14). 61

Dice Dos Santos que “otro error fundamental de enfoque es centrar el estudio en las resistencias al cambio

de las sociedades tradicionales. Cierto es que las estructuras formadas en el período colonial exportador tienen

una gran capacidad de resistencia y sobrevivencia. Pero esto no se debe fundamentalmente a ellas sino al

carácter del mismo proceso de desarrollo en nuestros países dependientes.” (Dos Santos; 1970/1972: 17-18).

Que el análisis habría que centrarlo “no en una relación abstracto-formal entre dos estadios o sistemas

(tradicional vs. Moderno, capitalista vs. Feudalismo) sino en el modo de ser de estas sociedades concretas,

históricamente dadas, que son las sociedades subdesarrolladas o, mejor dicho, como lo plantearemos después,

las sociedades dependientes.” (Dos Santos; 1970/1972: 18).

160

El objeto de la teoría del desarrollo no puede, pues, ser, el describir un tránsito desde

una sociedad que no se conoce efectivamente hacia una sociedad que no va existir.

Es decir, el objeto de la teoría del desarrollo tiene que estar constituido por el estudio

del desarrollo de las sociedades que queremos conocer. Cabe definir en qué medida

estas leyes son específicas de estas sociedades y, en qué medida se las puede

identificar con las leyes del desarrollo de los países desarrollados sean capitalistas o

socialistas (Dos Santos; 1970/1972: 18).

Para el tercer supuesto, que al haber metas de desarrollo definibles también hay

procedimiento en el uso de los recursos para alcanzar esas metas, procedimientos llevados a

cabo por las sociedades desarrolladas, pero que lo que puede ser racional para un país

desarrollado no lo puede ser para un país dependiente, y más en otro momento histórico;

que no se puede codificar en una teoría los procedimientos que se deben seguir en

determinadas situaciones concretas. Dice Dos Santos:

La utilización racional de los recursos tiene que referirse a una situación histórica

dada. Lo racional lo definen los hombres y los hombres son históricos y pertenecen a

ciertas sociedades y agrupamientos concretos, históricamente dados. Esto quiere decir

que la racionalidad de una medida económica o política sólo puede ser definida a

través de un conocimiento de la naturaleza del sistema social en que se da esta

medida (Dos Santos; 1970/1972: 19)

El cuarto supuesto, el de una ideología general del desarrollo, que más bien existen

distintas ideologías de desarrollo correspondiente a los intereses de las distintas clases

sociales, y asimismo por ser distintas buscarían diferentes vías de desarrollo.

Así también rechazaríamos la posibilidad de una ideología general del desarrollo. Las

ideologías distintas corresponden a distintos intereses sociales, básicamente de

distintas clases sociales. El desarrollo de nuestros países no puede resolver por sí sólo

las contradicciones de clase, como este tipo de enfoque haría suponer. Las clases

interesadas en el desarrollo son distintas y buscan diferentes vías de desarrollo. Hay

por tanto, necesariamente modos no sólo distintos sino opuestos de definir lo que el

desarrollo es y cuáles son los medios para lograrlo. Corresponde a la ciencia social

definir correctamente estos caminos partiendo del análisis de los intereses globales de

161

las clases sociales. La ciencia debe estudiar la viabilidad práctica de estos distintos

caminos. Siempre será errado, sin embargo, el negarse a analizar estos intereses

opuestos que determinan el proceso real, en nombre de la objetividad. La descripción

empírica de los hechos aparentes oculta los aspectos esenciales de la realidad. Hay

que acompañarla de un análisis teórico de la sociedad global. Negarse a enfrentar a

este problema es una actitud ideológica (Dos Santos; 1970/1972: 20)

III.6 LA DIVISIÓN INTERNACIONALDEL TRABAJO Y EL PROBLEMA DEL

SUBDESARROLLO LATINOAMERICANO

III.6.1 Condiciones del subdesarrollo económico en las periferias según Andre Gunder

Frank

Si el desarrollo del sistema capitalista mundial crea un capitalismo subdesarrollado

dependiente en la periferia, ¿cuándo y cómo se da este proceso? El proceso empieza desde

que el sistema capitalista mundial se empieza a constituirse desde el siglo XVI, ya que es a

partir de entonces que las zonas descubiertas y conquistadas, después constituidas en

colonias y posteriormente en naciones independientes, que se integran al proceso de

acumulación de capital en los países centrales, que se inicia su proceso de su subdesarrollo

y dependencia.

Para Gunder Frank, es desde el siglo XVI que se generan tres contradicciones que van a

producir desarrollo económico en los países centrales y subdesarrollo económico en las

periferias. La primera es la “…expropiación-apropiación del excedente económico...” Más

importante que la extracción de excedente para el subdesarrollo estructural, es “…el

infundir a la economía nacional del satélite la misma estructura capitalista y sus

contradicciones fundamentales…” (Frank; 1970/1978; 18,22) La segunda contradicción es

la “polarización metrópoli-satélite,” en la que la metrópoli se desarrolla en parte por la

expropiación-apropiación del excedente y la periferia se subdesarrolla por la falta de ese

excedente y porque introduce y mantiene en sus economías las contradicciones de

explotación y expoliación, es decir organiza y domina su vida económica, política y

social62

: Dice Frank:

62

Frank plantea que esta segunda contradicción, polarización metrópoli-satélite, no solo se da entre centro y

periferia, sino también al interior las mismas naciones, sobre todo periféricas. Dice: “…la contradicción

162

Así pues, la metrópoli expropia el excedente económico de sus satélites y se lo

apropia para su desarrollo económico. Los satélites se mantienen como

subdesarrollados por falta de acceso a su propio excedente y como consecuencia de la

polarización y de las contradicciones explotadoras que la metrópoli introduce y

mantiene en la estructura económica interior del satélite. La combinación de estas

contradicciones, una vez firmemente implantadas, refuerza los procesos de desarrollo

en la cada vez más dominante metrópoli, y los de subdesarrollo en los cada vez más

dependientes satélites, hasta que se resuelven mediante el abandono del capitalismo

por una o ambas partes interdependientes (Frank; 1970/1978: 21).

Cardoso está en contra de la idea de Frank del desarrollo del subdesarrollo, del desarrollo

del subdesarrollo de la periferia. Dice Cardoso: “La razón de la posible polémica es obvia.

Al afirmar esto, me opongo a la interpretación de A. G. Frank sobre el desarrollo del

subdesarrollo…” (Cardoso 1975/1976:112). La razón de su oposición tiene que ver con la

idea de desarrollo que cada uno tiene. Cardoso se refiere al desarrollo capitalista, no al

desarrollo que tenga que ver con justicia social. Por eso dice que en la etapa de ISI hay

desarrollo capitalista dependiente; que la nueva forma de dependencia está basada en la

explotación de la plusvalía relativa y en el aumento de la productividad (Cardoso

1975/1976:112). También por eso afirma que las economías periféricas dependientes se

desarrollan de forma capitalista con alteraciones estructurales importantes:

La tesis que deseo mencionar…insiste en que el nuevo carácter de la dependencia

(después de la internacionalización del mercado interno y de la nueva división

internacional del trabajo que franquea la industrialización a las economías periféricas)

metrópoli-satélite no sólo existe entre la metrópoli capitalista mundial y los países satélites periféricos, pues

se encuentra también entre las regiones de esos mismos países y entre el desarrollo rápido de las ciudades y

los centros industriales y el atraso y la decadencia de los distritos agrícolas. Esta misma contradicción

metrópoli-satélite penetra aún más hasta caracterizar a todos los niveles y las partes del sistema capitalista.

Esta contradictoria relación… recorre todo el sistema capitalista mundial al modo de una cadena, desde su

alto centro metropolitano mundial hasta cada uno de los diversos centros nacionales, regionales, locales y

empresariales. Una consecuencia obvia de las relaciones externas de la economía del satélite es la pérdida de

una parte de su excedente económico a manos de la metrópoli.” (Frank; 1970/1978; 21). La contradicción

metrópoli-satélite alcanza a regiones y trabajadores agrícolas alejados que pudieran quedar fuera del sistema

capitalista mundial por su aislamiento: “Una de las tesis principales de este ensayo es que esta misma

estructura se extiende desde el centro macrometropolitano del sistema capitalista mundial hasta los obreros

agrícolas más supuestamente aislados, los cuales, mediante esta cadena de relaciones metrópoli-satélite están

atados a la metrópoli mundial y, por ende, incorporados al sistema capitalista mundial en su conjunto...”

(Frank; 1970/1978: 28).

163

no choca con el desarrollo económico de las economías dependientes. Por cierto,

cuando se piensa que el desarrollo capitalista supone redistribución del ingreso,

homogeneidad regional, armonía y equilibrio entre varias ramas productivas, la idea

de que está ocurriendo un proceso real de desarrollo económico en la periferia

dependiente (específicamente, en los países que se industrializaron, pues, no es

posible generalizar el fenómeno) parece absurda. Pero no es este el razonamiento

marxista sobre lo que es desarrollo (o acumulación) capitalista. Éste es contradictorio,

expoliador y generador de desigualdades. En estos términos, no veo como negar el

hecho de que la economía brasileña o la mexicana se están desarrollando

capitalísticamente. Ni que se argumente que exista apenas un proceso de crecimiento

sin alteraciones estructurales. La composición de las fuerzas productivas, la

localización de los factores de producción, la distribución de la mano de obra, las

relaciones de clase, se están modificando en el sentido de contestar más

adecuadamente a una estructura capitalista de producción (Cardoso 1975/1976: 112-

113).

Así, me parece que existe simultáneamente un proceso de dependencia y de

desarrollo capitalista…. (Cardoso 1975/1976: 113)

Frank no le da a la periferia, a los satélites, por su subdesarrollo estructural capitalista,

ninguna posibilidad de alcanzar el desarrollo, “…a menos que se liberen de esta estructura

capitalista o que el sistema capitalista sea destruido totalmente, los países, regiones,

localidades y sectores satélites están condenados al subdesarrollo...” (Frank; 1970/1978:

22). Lo más que pueden lograr, y esto por las coyunturas en el centro, es un subdesarrollo

temporal menos profundo:

…Si la condición de satélite es la que engendra el subdesarrollo, un grado más débil o

menor de relaciones metrópoli-satélite puede engendrar un subdesarrollo estructural

menos profundo o permitir una mayor posibilidad de desarrollo local…Además desde

una perspectiva mundial, ningún país que haya estado firmemente atado como

satélite a una metrópoli, a través de su incorporación al sistema capitalista mundial,

ha alcanzado nunca la categoría de país económicamente desarrollado sin abandonar

el sistema capitalista…Es también significativo, para la confirmación de nuestra tesis,

164

el hecho de que los satélites, característicamente, han disfrutado de sus temporales

auges de desarrollo durante guerras o depresiones en las metrópolis, que

momentáneamente debilitaron o aflojaron su dominio sobre la vida de aquéllos…

(Frank; 1970/1978: 22-23).

Cardoso y Faletto, Dos Santos y Cueva, están en contra de esta idea de Frank, de la

determinación de lo interno por lo externo de las periferias. Para ellos de cómo lo externo

influye en lo interno es determinando por los componentes internos de las realidades

periféricas. Para Dos Santos:

La dependencia no es un factor externo, como se ha creído muchas veces. En trabajo

anterior afirmamos que: “al analizar la crisis brasileña procuramos determinar su

movimiento propio y específico. La situación internacional en que este movimiento

se produce es tomada como condición general, no como demiurgo del proceso

nacional porque la forma en que esa situación actúa sobre la realidad nacional es

determinada por los componentes internos de esa realidad. Ante todo, es una forma

cómo la de sustituir la dinámica interna por una dinámica externa. Si esto fuera

posible, estaríamos eximidos de estudiar la dialéctica de cada uno de los movimientos

del proceso global y sustituiríamos el estudio de las diversas situaciones concretas por

una fórmula general abstracta (Dos Santos; 1970/1972: 40).

Lo mismo para Cardoso y Faletto, para ellos, primero, metodológicamente, no consideran

adecuado separar los factores externos de los internos, que lo que habría que encontrar son

las “…características de las sociedades nacionales que expresan las relaciones con lo

externo.” (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 26-27)63

.

Si bien es cierto, según Cardoso y Faletto, que se hace necesario descubrir los vínculos

estructurales que se establecen entre centro y periferia, no se debe atribuir a los primeros la

determinación última de la dinámica del desarrollo de la periferia. Eso tal vez fue así

cuando las periferias eran colonias, pero a partir de la independencia la situación se torna

63

Dicen Cardoso y Faletto, sobre la importancia de lo interno en la dinámica de la periferia: “Son justamente

los factores político-sociales internos –vinculados, como es natural, a la dinámica de los centros

hegemónicos- los que pueden producir políticas que se aprovechen de las nuevas condiciones o de las nuevas

oportunidades de crecimiento económico. De igual modo, las fuerzas internas son las que redefinen el sentido

y el alcance político-social de la diferenciación espontanea del sistema económico.” (Cardoso y Faletto;

1969/1992: 27).

165

más compleja, porque las fuerzas sociales que impulsan ese proceso intentan ganar cierta

autonomía, aunque en las vinculaciones económicas sigan siendo definidas por el mercado

externo y que limite las posibilidades de decisión y acción autónomas:

Se hace necesario, por lo tanto, definir una perspectiva de interpretación que destaque

los vínculos estructurales entre la situación de subdesarrollo y los centros

hegemónicos de las economías centrales, pero que no atribuya a estos últimos la

determinación plena de la dinámica del desarrollo. En efecto, si en las situaciones de

dependencia colonial es posible afirmar con propiedad que la historia –y por ende el

cambio- aparece como reflejo de lo que pasa en la metrópoli, en las situaciones de

dependencia de las naciones subdesarrolladas la dinámica social es más compleja. En

este último caso hay desde el comienzo una doble vinculación del proceso histórico

que crea una situación de ambigüedad o sea, una contradicción nueva. Desde el

momento en que se plantea como objetivo instaurar una nación –como en el caso de

las luchas anticolonialistas- el centro político de la acción de las fuerzas sociales

intenta ganar cierta autonomía al sobreponerse a la situación del mercado; las

vinculaciones económicas, sin embargo, continúan siendo definidas objetivamente en

función del mercado externo y limitan las posibilidades de decisión y acción

autónomas. En eso radica, quizá, el núcleo de la problemática sociológica del proceso

nacional de desarrollo en América Latina (Cardoso y Faletto; 1969/1992:29).

Cueva también difiere de esta visión de Frank, de la determinación de lo interno por lo

externo. Difiere en que lo que sucede en la periferia sólo sea un reflejo de lo que sucede en

el centro. Cuando en la periferia latinoamericana se da la transición de la fase oligárquica a

la fase burguesa no va siendo reflejo de lo que sucede en el centro, sino determinado por las

particularidades de cada matriz estructural64

.

64

Dice Cueva al respecto:“En todo caso, no cabe duda de que en el modelo de desarrollo del capitalismo que

venimos examinando toda la acumulación gravita en torno de la actividad primario-exportadora, de suerte que

aun el desarrollo industrial depende de los vaivenes y altibajos de ésta, que a su vez depende del movimiento

general del capitalismo imperial. En este sentido resulta interesante constatar cómo los mismos autores que

caen en la ilusión de suponer que su país ha avanzado por el camino de la industrialización gracias a un

coyuntural “aflojamiento de la dependencia” terminan por consignar datos que prueban exactamente lo

contrario…” (Cueva; 1977/2009:95-96). Lo mismo, pone como ejemplo la revolución mexicana, que sería

absurdo afirmar que esta fue “…un simple epifenómeno del 1907-1908 norteamericano.” (Cueva;

1977/2009:146).

166

Y es natural que estas diferencias se den, ya que la transición de la fase oligárquica a

la fase simplemente burguesa involucra modalidades que dependen de la

particularidad de cada matriz estructural, de la correlación de fuerzas que ella genera

así como de la orientación que va adquiriendo la lucha de clases en el marco nacional,

y no solamente de la vinculación que nuestros países establecen con el exterior. Hay

en realidad una intrincada cadena de relaciones dialécticas en la que el factor externo

se incluye ciertamente, pero no para actuar como deus ex machina, sino como

sobredeterminante de procesos internos de cuya configuración dependen, en última

instancia, el desarrollo de la historia (Cueva; 1977/2009: 146).

Volviendo a las contradicciones de Gunder Frank, la tercera es que los elementos

estructurales del capitalismo no cambian por lo que, si estos fueron los que generaron

desarrollo y subdesarrollo, se convierten en obstáculos para que la periferia deje su

condición de subdesarrollada:

Las dos contradicciones precedentes sugieren una tercera contradicción del desarrollo

y el subdesarrollo económico capitalista: la continuidad y ubicuidad de sus elementos

estructurales a lo largo de la expansión del sistema capitalista en todo tiempo y lugar.

Como lo dijo Engels, “hay contradicción en que una cosa siga siendo la misma pese a

cambiar constantemente”…el sistema capitalista, a través de su expansión y

desarrollo en escala mundial, mantuvo en conjunto su estructura esencial y engendró

las mismas contradicciones fundamentales. Y esta continuidad de la estructura y las

contradicciones del sistema capitalista mundial son los factores determinantes que

tenemos que identificar y comprender si queremos analizar y combatir eficazmente el

subdesarrollo de la mayor parte del mundo actual (Frank; 1970/1978: 23-24).

Para Dos Santos el concepto de contradicción de Frank es estructural funcionalista, tiene

un carácter estático65

. Contrario a Frank, dos Santos nos dice que la realidad sí se modifica

por sus propias contradicciones; que la única continuidad que la dialéctica puede aceptar es

65

Dice Dos Santos sobre la principal crítica a Frank: Nuestra principal crítica a la teoría de Gunder Frank se

refiere al hecho de que no logra superar una posición estructural funcionalista, y el origen de esta no

superación creemos encontrarla en su concepto de contradicción.” (Dos Santos 1970/1972: 146).

167

la continuidad del cambio. Dice Dos Santos, criticando a Frank, que si la estructura y sus

contradicciones siguen siendo las mismas, cómo explicamos los cambios en A.L.

Al citar a Engels: “existe una contradicción en que una cosa continúe siendo la misma

y sin embargo cambie constantemente”, busca justificación para su análisis de

continuidad histórica de las contradicciones del sistema colonial. Sin embargo, la

noción de contradicción implica que la realidad se modifica por efecto del desarrollo

de las contradicciones mismas. Es decir, la contradicción entre continuidad y cambio

es meramente aparente; por lo tanto, el cambio es generado por lo que es

aparentemente continuo. La única continuidad que la dialéctica puede admitir, es la

continuidad del cambio, pues el cambio se debe exactamente a aquello que la cosa sea

ella misma. El capitalismo, por ejemplo, genera el socialismo por efecto de las

mismas contradicciones que lo hacen desarrollarse como sistema capitalista. De otro

modo no hay dialéctica (Dos Santos 1970/1972: 146).

De ahí se deriva su carácter estático en el sistema de Gunder Frank. Las

contradicciones de América Latina son, para él, las mismas desde su descubrimiento

hasta hoy. Los cambios que han existido, y el mismo Frank admite que son

importantes, en su análisis aparecen como “irracionales”, o mejor, como resultado de

factores aleatorios…Y si la estructura de nuestros países es la misma y ha

permanecido igual en todo este período, ¿cómo se explican estos cambios que se han

producido en América Latina? (Dos Santos/1972; 1970: 146-147).

Las tres contradicciones se dan en A.L. desde el siglo XVI, y es desde entonces que se

inicia su proceso de subdesarrollo, y hasta la actualidad. Sus posibles cambios no son

autónomos sino producto de impulsos externos, de la respuesta a los cambios económicos

y políticos que se suceden en la metrópoli. Cueva va a estar en contra de esta tesis, más

adelante veremos estas diferencias:

América Latina fue conquistada y su pueblo colonizado por la metrópoli europea para

expropiar el excedente económico de los trabajadores del satélite y apropiárselo para

su acumulación de capital, iniciando con ello el presente subdesarrollo del satélite y

el desarrollo económico de la metrópoli. La relación capitalista metrópoli-satélite

entre Europa y América Latina fue establecida por la fuerza de las armas. Y por esta

168

misma fuerza, así como por la fuerza de la creciente vinculación económica y de otro

tipo, se ha mantenido esta relación hasta hoy. Las principales transformaciones

ocurridas en América Latina en los cuatro últimos siglos han sido producto de sus

respuestas a las influencias económicas, políticas y otras que, o bien partieron de la

metrópoli, o bien surgieron de la estructura metrópoli-satélite… (Frank; 1970/1978:

30-31).

En esta idea de que el subdesarrollo de la periferia se empieza a producir desde que estos

territorios fueron descubiertos, conquistados, y pasaron a formar parte de las colonias de la

metrópoli, Frank está de acuerdo con Sergio Bagu en el sentido de que las relaciones de

producción que se establecen en las periferias no son feudales, es decir relaciones de

producción no capitalistas, sino capitalismo colonial, ya que estas áreas fueron

incorporadas al proceso de acumulación de capital de las metrópolis. Dice Frank, citando a

Bagu:

La economía que las metrópolis ibéricas organizaron en América fue de

incuestionable índole colonial, en función del mercado centro-occidental europeo. El

propósito que animó a los productores luso-hispanos en el nuevo continente tuvo el

mismo carácter. No fue feudalismo lo que apareció en América en el período que

estudiamos sino capitalismo colonial…Iberoamérica nace para integrar el ciclo

feudal”. “Si alguna característica bien definida e incuestionable podemos encontrar en

la economía colonial es la de la producción para el mercado. Desde los primeros

tiempos del régimen hasta sus últimos días, ella condiciona toda la actividad

productiva…

Fue el nexo monetario y la dura realidad económica en que se apoyaba, y no

principalmente las tradiciones, los principios o las relaciones sociales aristocráticas o

feudales, lo que rigió en América Latina desde el comienzo. Y fue la concentración

estructural de la propiedad, del predominio y del capital la que también concentró la

tierra, los brazos encomendados, el comercio, las finanzas y los empleos civiles,

religiosos y militares en pocas manos… (Frank; 1970/1978: 32, 33-34).

Esta idea es apoyada por Theotonio Dos Santos, quien dice que A.L. por ser una economía

colonial exportadora de productos primarios no permitía el desarrollo de un mercado

169

interno y por lo mismo el desarrollo de una industria manufactura; no permitía el desarrollo

de las relaciones capitalistas de producción:

La crítica de Frank es correcta. No se puede hablar de feudalismo en economías y

sociedades que se organizan para la exportación. Sin embargo, estas economías,

precisamente porque vivían para exportar y no creaban por ello un mercado interno

(ya que el grueso de su ingreso provenía de la exportación y, por tanto, servía de

mercado de la producción manufacturera externa y no de la nacional…), no lograron

constituirse en una economía capitalista mercantil manufacturera como en parte de la

Europa de la época, sino en una economía colonial exportadora. El régimen

exportador favorecía la existencia de una economía natural o de autoconsumo, al lado

de la exportadora, y no creaba importantes efectos secundarios particularmente en el

sector manufacturero; no permitía ni estimulaba el pleno desarrollo de las relaciones

capitalistas de producción, apoyándose por el contrario en formas serviles o

esclavistas de trabajo (Dos Santos; 1970/1972: 43).

Cueva está en contra de esta idea, para él lo que prevaleció en A.L. fue feudalismo,

precapitalismo, pero no en el sentido como cuando se hace referencia al feudalismo en

Europa, sino en el sentido de que la estructura económica heredada de la colonia se

caracterizaba por un bajo desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción

basadas en la servidumbre y la esclavitud, y que constituían una desventaja para el posterior

desarrollo de las naciones latinoamericanas. Aunque caben dudas, ya que insiste en que lo

que prevaleció en A.L. fue feudalismo66

.

66

Dice Cueva que lo que él entiende por feudalismo no es como tradicionalmente se ha entendido para el

caso de Europa, aunque no busca otro concepto para caracterizar a la economía colonial: “No es el caso

reabrir aquí la discusión relativa la carácter feudal o capitalista de la sociedad colonial, verdadero diálogo de

sordos, en la medida en que cada contenedor camina por senderos teóricos distintos. Sólo conviene aclarar

que cuando hablamos en términos marxistas del modo de producción esclavista o feudal no estamos

manejando tipos ideales construidos con los rasgos más significativos del modelo Europeo; lo que queremos

decir, sencillamente, es que la estructura económico social heredada del período colonial se caracterizó por un

bajísimo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y por relaciones sociales de producción basadas en la

esclavitud y la servidumbre, hecho que constituyó un hándicap, por decir lo menos, para el desarrollo

posterior de nuestras sociedades. Lo cual no significa negar la conexión evidente de las formaciones

esclavistas o feudales de América Latina con el desarrollo del capitalismo en escala mundial…” (Cueva;

1977/2009: 15). Insiste en utilizar el concepto de feudalismo y no otro para caracterizar a la economía

colonial, como esclavista, feudal o precapitalista: “…y los estudios más recientes no hacen más que confirmar

el carácter precapitalista de aquellas formaciones en donde incluso el salario, casi siempre nominal, no fue

sino una forma de esclavizar o enfeudar al productor directo. De suerte que el problema no radica en

170

Esta idea de Frank, está en contra de otras posiciones como la de Cardoso y Faletto, Marini,

e incluso Cueva67

, para quienes el proceso del subdesarrollo latinoamericano no se inició

desde el siglo XVI, sino a partir de la revolución industrial por el papel que pasaron a jugar

las periferias, específicamente A.L., en el proceso de acumulación de capital del centro.

No sólo es la extracción del excedente de las metrópolis hacia sus satélites, sino que el poco

excedente que se quedaba en los satélites no se utilizaba en inversiones para la producción

del consumo de los grupos dirigentes, para la producción para la exportación y mucho

menos para el consumo popular.

…Algo de este excedente económico de las periferias provinciales quedó, por

supuesto, en las diversas metrópolis latinoamericanas. Es decir, como señala Ferrer,

el producto interno se concentró allí, como también, en consecuencia, la actitud

nacional para el consumo y la inversión o la acumulación. Pero la misma estructura

metrópoli-satélite, cuyo desarrollo, en primer lugar, dio existencia a la América

Latina que conocemos, creó y sigue creando en estas metrópolis latinoamericanas

(quizás aún más ahora) intereses que indujeron a sus grupos dirigentes a satisfacer por

medio de importaciones gran parte de su concentrada demanda de consumo.

… Los efectos del capitalismo mundial y nacional calan más hondo y conducen a la

orientación errónea y al mal empleo hasta del excedente que queda a disposición del

satélite (Frank 1970/1978: 37).

Aquí nuevamente difiere Dos Santos del modelo teórico de Frank, ya que según Dos Santos

“…no explica porque el excedente que se queda en América Latina es invertido de tal o tal

forma…”, y tiene que ver con que las estructuras productivas latinoamericanas son

dependientes, por lo que aún sin esta apropiación las economías no dejarían de ser

subdesarrolladas.

prolongar una obsoleta discusión, sino en avanzar en el estudio de las modalidades histórico-concretas de

existencia de los modos de producción esclavista y feudal en el continente americano, de su profundización y

extensión en cada área…” (Cueva; 1977/2009: 16). 67

Para Cueva va a ser hasta las últimas décadas del siglo XIX, cuando las naciones latinoamericanas dejan de

ser naciones precapitalistas y constituirse en naciones capitalistas subdesarrolladas: “No por azar este

ominoso contrato se firmó en 1889, cuando el capitalismo metropolitano había entrado ya en su fase

imperialista y nuestros países dejaban de ser países simplemente precapitalistas para convertirse en reales

sociedades subdesarrolladas, con toda la problemática específica que ello implica.” (Cueva; 1977/2009: 30).

171

Lo que pretendo demostrar con este argumento no es que la apropiación del

excedente económico de nuestros países no es un elemento importante de nuestro

atraso, sino que hay que explicar esta apropiación y sus resultados por la estructura de

la economía dependiente. Es necesario analizar en un primer momento la estructura

exportadora sin tomar en cuenta la expropiación del excedente por metrópolis, pues

nuestros países seguirían subdesarrollados si no hubiera esta expropiación. Y

seguirían subdesarrollados por la dependencia de la importación de los productos

manufacturados, por la no generación de un mercado interno de estos productos

comprados en el exterior, por el predominio del capital comercial (Dos Santos

1970/1972: 147).

Son las coyunturas como las guerras mundiales o las grandes depresiones las que aflojan el

dominio de las metrópolis hacia sus satélites las que les permite a estos tener cierta

autonomía temporal para impulsar proyectos de desarrollo o industrialización, pero una vez

que estas coyunturas pasan se vuelve a reencauzar la integración de los satélites hacia sus

metrópolis y se continua con la dependencia, dominio y el desarrollo del subdesarrollo:

…Si los grupos gobernantes de los países satélites han encontrado provechoso, de vez

en cuando, adoptar un grado relativamente mayor de industrialización y desarrollo

autónomos, como ocurrió en el siglo XVII y varias veces después, no fue porque

hubiese cambiado la estructura esencial del sistema capitalista mundial sino

únicamente porque el grado de dependencia de las metrópolis mundiales había

menguado temporalmente, debido al accidentado desarrollo del belicoso sistema

capitalista mundial. Durante las depresiones y las guerras, el desarrollo industrial y

económico de los satélites latinoamericanos tomó impulso, sólo para ser cercenado de

nuevo o reencauzado en el subdesarrollo por la siguiente recuperación y expansión y

expansión de la metrópoli, o por el restablecimiento de la integración activa de esta

con sus satélites (Frank 1970/1978: 38).

Habría que señalar que Frank intenta demostrar sus tesis analizando la historia de Chile y

Brasil desde el siglo XV, desde que estas naciones fueron conquistadas y colonizadas hasta

mediados de la década de los sesenta del siglo XX (Frank 1970/1978: 13-123; 147-213).

172

III.6.2 La división internacional del trabajo en el modelo primario exportador y la

superexplotación de la fuerza de trabajo

Ruy Mauro Marini, en su “Dialéctica de la Dependencia”, con su propuesta metodológica y

enfoque, va analizar a A.L. desde la década de los cuarenta del siglo XIX y hasta la década

de los sesenta del siglo XX, es decir, desde su modelo primario exportador hasta su ISI.

Desde entonces, según Marini, va a quedar definida la división internacional del trabajo

entre centro y periferia. La periferia inserta en una situación de dependencia y

subordinación hacia el centro que va a definir su desarrollo o subdesarrollo futuro. Además,

al reproducirse las relaciones de producción capitalista de la periferia en el marco de la

división internacional del trabajo, se reproduce su dependencia, por lo que el fruto de la

dependencia no es sino que más dependencia.

En el modelo primario exportador68

, según Marini, es tal la importancia de A.L. en la lógica

de acumulación de capital en la gran industria de los países centrales, que ella, según

Marini, se habría visto seriamente obstaculizada sino es por las exportaciones de alimentos

y materias primas de la periferia latinoamericana. Dice Marini:

La creación de la gran industria moderna se habría visto fuertemente obstaculizada si

no hubiera contado con los países dependientes y se debería haber construido sobre

una base nacional. En efecto, el desarrollo industrial supone una gran disponibilidad

de bienes agrícolas, que permita la especialización de parte de la sociedad en la

actividad específicamente industrial. En el caso de la industrialización europea, el

recurso a la simple producción agrícola interna hubiera frenado la extremada

especialización productiva que la gran industria hacia posible. El fuerte incremento

de la clase obrera industrial y, en general, de la población urbana ocupada en la

68

Dos santos a este periodo le llama “la dependencia financiero-industrial, “que se consolida a fines del siglo

XIX, caracterizada por el dominio del gran capital en los centros hegemónicos y su expansión hacia el

exterior para invertir en la producción de materias primas y productos agrícolas consumidos en los centros

hegemónicos. En los países dependientes, origina una estructura productiva dedicada a la exportación de estos

productos…produciendo lo que la CEPAL llamó “desarrollo hacia afuera.” (Dos Santos; 1970: 54). En esta

forma de dependencia, al igual que en el periodo colonial de dependencia comercial- exportadora, como Dos

Santos le llama, “la orientación de la producción estaba condicionada por la demanda de los centros

hegemónicos. La estructura productiva interna se caracterizaba así por una rígida especialización y una

orientación de regiones enteras hacia la monocultura…” (Dos Santos; 1970/1972: 56).

173

industria y en los servicios, que se verifica en los países industriales en el siglo

pasado, no hubiera podido tener lugar si estos no hubieran contado con los medios de

subsistencia de origen agropecuario, proporcionados en forma considerable por los

países latinoamericanos. Esto fue lo que permitió profundizar la división del trabajo y

especializar a los países industriales como productores mundiales de manufacturas

(Marini; 1973: 4-5).

Lo más relevante de las exportaciones de la periferia es que le permite al capital industrial

del centro pasar de la plusvalía absoluta a la plusvalía relativa69

. Dice Marini:

Lo que importa considerar aquí es que las funciones que cumple América

Latina…Más allá de facilitar el crecimiento cuantitativo de estos, la participación de

América Latina en el mercado mundial contribuirá a que el eje de la acumulación en

la economía industrial se desplace de la producción de plusvalía absoluta a la de

plusvalía relativa, es decir, que la acumulación pase a depender más del aumento de

la capacidad productiva del trabajo que simplemente de la explotación del

trabajador…(Marini; 1973: 5).

Aquí difieren Cardoso y Cueva, Cardoso en dos sentidos, uno, en el sentido de que el

desarrollo del capitalismo en el centro depende de la producción de plusvalía y la

productividad y no de la explotación de la fuerza de trabajo en las periferias, y dos, de que

habría que demostrar que las exportaciones de productos primarios de A.L. formaban parte

importante del consumo obrero europeo, ya que desde entonces parte importante de su

consumo básico tendía a constituirse de productos industriales70

. Dice Cardoso:

No obstante, creo que existen todavía algunos problemas no resueltos: con referencia

al desarrollo del capitalismo central este proceso no es necesario. Él ayuda, facilita,

complementa, pero no es un requisito para la expansión capitalista. De hecho, la

69

El incremento de la oferta mundial de alimentos, a los que A.L. contribuye, deprime sus precios. Su efecto

en los países centrales va a ser el de reducir el valor real de la fuerza de trabajo, permitir el aumento del

trabajo excedente sobre el necesario y con ello que “…el incremento de la productividad se traduzca allí en

cuotas de plusvalía cada vez más elevadas. En otros términos mediante su incorporación al mercado mundial

de bienes salario, América Latina desempeña un papel significativo en el aumento de la plusvalía relativa en

los países industriales.” (Marini; 1973: 6-7). 70

Metodológicamente tiene también diferencias con Marini, en el sentido de que es más conveniente

enfocar"… la industrialización de la periferia a través de la perspectiva del capital y de la inversión mucho

más que a través de la idea de que el “capitalismo avanzado” requiere mano de obra superexplotada de la

periferia.” (Cardoso; 1975/1976: 116).

174

perspectiva de la expansión del capital, a partir de las economías centrales, de Lenin,

explicaba la necesidad de inversiones en el exterior y su importancia para el

capitalismo. El mecanismo descrito por Marini justifica ex post la función del

capitalismo dependiente y explica la razón por la cual se da una superexplotación de

la fuerza de trabajo, sin que esto ocasione problemas de realización del producto.

…Pero creo que sería posible demostrar que el capitalismo central, en su carácter

específico y dinámico, depende de la producción de plusvalía y del aumento de la

productividad –que alcanzan, por cierto, los productos necesarios a la reposición de la

fuerza de trabajo- , y no de la base expoliadora suministrada por las regiones

explotadas.

Para que el último argumento fuera verdadero, sería necesario demostrar que el peso

de los productos alimenticios importados era decisivo en los hábitos de consumo del

trabajador europeo y que no había sido posible, con técnicas más avanzadas, lograr el

abaratamiento de la alimentación y de los demás medios de vida en Europa. Esto sin

considerar que, en los países capitalistas, los artículos básicos de consumo se

componen en forma creciente de productos industrializados, alimenticios o no.

Además el desarrollo capitalista en los Estados Unidos se dio en forma mucho más

independiente de la importación de alimentos que en Inglaterra, sin que con estolas

contradicciones señaladas por Marini hubiesen obstaculizado la expansión de la

economía (Cardoso; 1975/1976: 115).

Cueva reconoce la aportación teórica de Marini de la división internacional del trabajo, de

establecer una relación directa entre países industrializados-países dependientes, y el efecto

que tiene sobre el desarrollo de las naciones latinoamericanas, pero pone en cuestión, por

una parte, que las exportaciones primarias latinoamericanas pudieran ayudar en el centro

pasar de la plusvalía absoluta a la relativa, ya que ciertos productos no formaban parte

importante del consumo del obrero, sería el caso de las exportaciones brasileñas de café,

por la otra, la superexplotación de la fuerza de trabajo argentina, ya que esta gozaba de una

buena alimentación y constituía un mercado importante de productos industriales71

:

71

La realidad en las tiendas de raya, según Cueva, también cuestionaría la tesis de Marini de la

superexplotación de la fuerza de trabajo, ya que estas eran abastecidas con artículos importados para el

consumo de su fuerza de trabajo. Dice Cueva:“Más aún, creemos que ni siquiera es legítimo afirmar, como

175

En efecto baste pensar en dos casos concretos de la historia de América Latina –y no

muy marginales que se diga- para que la relación causal establecida por Marini se

rompa en uno u otro sentido. En el primer caso que tenemos en mientes, el de Brasil,

uno puede admitir en rigor la tesis de la sobreexplotación a condición de no poner

reparos a su concepto mismo (remuneración permanente de la fuerza de trabajo por

debajo de su valor) y de entenderlo más bien del “sentido común”, pero en cambio

resulta imposible concebir siquiera como las exportaciones de café brasileño habrían

podido abatir el valor real de la fuerza de trabajo en Europa, y contribuir con ello al

proceso que Marini señala (paso de la plusvalía absoluta a la plusvalía relativa), ya

que se trata de un producto netamente superfluo desde el punto de vista de la

reproducción de la fuerza de trabajo y cuyo principal consumidor ni siquiera fue la

clase obrera.

En el otro caso significativo, el de Argentina, uno puede aceptar la incidencia de la

exportación de cereales y carnes en la disminución del valor real de la fuerza de

trabajo en Inglaterra, por ejemplo, pero entonces resulta harto difícil sostener que ello

haya tenido como contrapartida la remuneración de la fuerza de trabajo argentina por

debajo de su valor, ni impedido la creación de un mercado interno para la industria de

este país. Las masas argentinas de ese periodo fueron de las pocas aceptablemente

nutridas del mundo capitalista en general, y dicho país, el primero de América Latina

en tener un mercado significativo para productos industriales (Cueva; 1974: 20-21)

Pero, ¿qué significaba para A.L., esta forma de inserción? Primero, un deterioro de los

términos de intercambio, después, como solución, una superexplotación de la fuerza de

frecuentemente se hace en América Latina, que el principal mecanismo de articulación entre los enclaves

capitalistas y las áreas precapitalistas consiste en que éstas se encarguen de reproducir a menor costo la fuerza

de trabajo de aquellos: afirmación empíricamente falsa, como lo prueban las tiendas de raya abastecidas con

artículos importados en infinidad de enclaves, y además teóricamente absurda en la medida en que el valor de

cada bien producido en el sector precapitalista es más elevado que el del sector capitalista (sobre todo

extranjero), aun en el supuesto de la máxima “superexplotación” de los trabajadores del primer sector. En

nuestra opinión, la funcionalidad de las áreas precapitalistas con respecto a las capitalistas consiste

primordialmente en fijar un valor de la fuerza de trabajo reducido a su límite estrictamente vegetativo, con

todas las consecuencias que de ello se derivan. A partir de ese dato uno puede discutir si ese valor es “justo” o

no, o si el que esté nacionalmente determinado tiene o no “sentido” en un contexto económico cada vez más

internacionalizado. El hecho es que el sistema capitalista no se rige por las leyes de la justicia ni por el mayor

o menor sentido teórico, sino que, en lo que a este punto concierne, se limita a establecer un régimen de

salarios acorde con el valor local de la fuerza de trabajo (en torno al cual tales salarios fluctúan, como es

natural).” (Cueva; 1977/2009: 117).

176

trabajo que trae como consecuencia salarios deprimidos que no permiten el desarrollo de un

mercado interno y de una industria de bienes de consumo para los asalariados. Tampoco el

desarrollo de una industria de bienes de consumo suntuarios para los capitalistas ya que

estos orientaban su consumo hacia el exterior vía importaciones. Por último, una situación

de dependencia de las naciones latinoamericanas que frenan o retardan su desarrollo.

¿Cómo se dio todo este proceso?

Durante el modelo primario exportador, sólo los países centrales producen manufacturas y

con mayor productividad, que les permite vendérselas a la periferia a un precio por encima

de su valor, con lo que se produce no sólo el intercambio desigual sino que la periferia

transfiera gratuitamente parte de su valor producido (Marini; 1973: 10).

¿Cuál debería ser la reacción de la periferia ante este intercambio desigual? Un

desestimulo a la producción de bienes salarios o primarios y por tanto del valor

intercambiado, sin embargo no fue así, más bien fue el de aumentar la producción de estos

bienes y por lo tanto el valor para compensar el intercambio desigual72

. ¿Cómo, o mediante

qué mecanismos? Mediante lo que Marini llama superexplotación de la fuerza de trabajo y

“…significan que el trabajo se remunera por debajo de su valor…” (Marini; 1973:14). Dice

Marini:

Lo que importa señalar es que, para incrementar la masa de valor producida, el

capitalista debe necesariamente echar mano de una mayor explotación del trabajo, ya

mediante el aumento de su intensidad, ya recurriendo a la prolongación de la jornada

de trabajo, ya finalmente combinando los dos procedimientos…En los hechos, todos

concurren a aumentar la masa de valor realizada y, por ende, la cantidad de dinero

obtenida a través del intercambio. Esto es lo que explica, en este plano del análisis,

que la oferta mundial de materias primas y alimentos aumente a medida que se

72

Dice Marini sobre el recurso que pueden utilizar las naciones para hacer frente al intercambio desigual:

“…podemos identificar –siempre en el ámbito de las relaciones internacionales de mercado- un mecanismo de

compensación. Se trata del recurso al incremento de valor intercambiado, por parte de la nación

desfavorecida: sin impedir la transferencia operada por los mecanismos ya descritos, esto permite

neutralizarla total o parcialmente mediante el aumento del valor realizado. Dicho mecanismo de

compensación puede verificarse tanto en el plano del intercambio de productos similares como de productos

originarios de diferentes esferas de producción…” (Marini; 1973: 11).

177

acentúa el margen entre sus precios de mercado y el valor real de la producción

(Marini; 1973: 11).

¿Cómo pudo ser posible imponer esta forma de compensación? Por el bajo nivel de

desarrollo de las fuerzas productivas en la periferia latinoamericana es que se pudo imponer

al trabajador las tres formas de explotación que Marini ha señalado, es decir la

intensificación del trabajo, la prolongación de la jornada de trabajo y la expropiación de

parte del salario necesario para que el obrero reponga su fuerza de trabajo. Dice Marini:

Importa señalar además que, en los tres mecanismos considerados, la característica

esencial está dada por el hecho de que al trabajador se le niegan las condiciones

necesarias para reponer el desgaste de su fuerza de trabajo: en los dos primeros casos,

porque se le obliga a un dispendio de fuerza de trabajo superior al que debería

proporcionar normalmente, provocándose así su agotamiento prematuro; en el último,

porque se le retira incluso la posibilidad de consumir lo estrictamente indispensable

para conservar su fuerza de trabajo en estado normal. En términos capitalistas, estos

mecanismos (que además se pueden dar, y normalmente se dan, en forma combinada)

significan que el trabajo se remunera por debajo de su valor, y corresponden, pues, a

una superexplotación del trabajo(Marini; 1973: 13-14).

Esta forma de inserción tiene implicaciones para el desarrollo latinoamericano ya que la

realización de la producción de productos primarios no depende del mercado interno sino el

externo, del mercado mundial, separándose así dos momentos del ciclo del capital, el de la

producción y el de la circulación, que no sucede en los países centrales73

. Por eso el capital

latinoamericano incurrió en la superexplotación sin importarle que el trabajador con su

salario pudiera reponer sus condiciones para trabajar, además de que también contaba con

un ejército de reserva de fuerza de trabajo. Dice Marini al respecto:

…el consumo individual del trabajador no interfiere en la realización del producto,

aunque sí determine la cuota de plusvalía. En consecuencia, la tendencia natural del

sistema será la de explotar al máximo la fuerza de trabajo del obrero, sin preocuparse

de crear las condiciones para que éste la reponga, siempre y cuando se le pueda

73

Para Marini, en los países industriales el consumo obrero es necesario en la realización de la producción y

por lo tanto para empezar de nuevo el ciclo del capital (Marini; 1973: 18).

178

reemplazar mediante la incorporación de nuevos brazos al proceso productivo. Lo

dramático para la población trabajadora de América Latina es que este supuesto se

cumplió ampliamente: la existencia de reserva de mano de obra indígena (como en

México) o los flujos migratorios derivados del desplazamiento de mano de obra

europea, provocado por el progreso tecnológico (como en Sudamérica), permitieron

aumentar constantemente la masa trabajadora, hasta principios de este siglo. Su

resultado ha sido el de abrir curso a la compresión del consumo individual del obrero

y, por tanto, a la superexplotación del trabajo (Marini; 1973: 18-19).

Por la constricción del consumo del obrero se daba una expansión de las ganancias y del

consumo capitalista, que encontraba salida en el mercado externo vía importación de

bienes suntuarios, y que limitaba también de manera importante el desarrollo de una

industria productora de estos bienes74

. Dice Marini:

…Paralelamente, el incremento de las ganancias que de esto se deriva pone al

capitalista en condiciones de desarrollar expectativas sin contrapartida en la

producción interna (orientada hacia el mercado mundial), expectativas que tienen que

satisfacerse con importaciones. La separación entre el consumo individual fundado en

el salario y el consumo individual engendrado por la plusvalía no acumulada da, pues,

origen a una estratificación del mercado interno, que es también una diferenciación de

esferas de circulación: mientras la esfera “baja” en que participaban los trabajadores –

que el sistema se esfuerza por restringir- se basa en la producción interna, la esfera

“alta” de circulación, propia de los no trabajadores –que es la que el sistema tiende a

ensanchar-, se entronca con la producción externa a través del comercio de

importación (Marini; 1973: 19).

Las posibilidades de un desarrollo industrial al interior de esta economía exportadora

latinoamericana con falta de consumo interno fueron escasas, más bien esta industria

74

Dos Santos distinguía cuatro factores que limitaban el desarrollo de un mercado interno latinoamericano:

primero la salida de recursos por la compra de insumos y bienes de lujo para el consumo de los dueños de las

haciendas y minas y empleados más ricos, segundo, la superxplotación de la fuerza de trabajo, y que Marini

desarrolla ampliamente, tercero, “parte del consumo de estos trabajadores estaba formado por la economía de

subsistencia”, y cuarto, es que “en los países en que las tierras y minas pertenecían a extranjero (los casos de

economía de enclave). En ellos, gran parte del excedente acumulado se destinaba hacia el exterior bajo la

forma de ganancia lo que limitaba no sólo el consumo interno, sino también las posibilidades de reinversión.”

(Dos Santos; 1970/1972: 57).

179

incipiente, si se le puede llamar así, no tenía su dinámica propia sino más bien dependía de

la dinámica y coyuntura de esa economía exportadora. Va a ser por intermedio de la

Primera y Segunda guerras mundiales que obstaculizaron la acumulación de capital

latinoamericano basada en el mercado externo que el eje de la acumulación se va a

desplazar hacia la industria (Marini; 1973: 20). Una industria cuyo desarrollo se va a ver

afectado por el modelo primario exportador75

.

III.6.3 La división internacional del trabajo en la industrialización por sustitución de

importaciones y el nuevo carácter de la dependencia

La industrialización generó optimismo. Se construyeron las bases teóricas de la necesidad

de la industrialización como único mecanismo para alcanzar el desarrollo, ya lo veíamos

con la CEPAL, y también se implementaron acciones gubernamentales. Los resultados

fueron totalmente diferentes a lo esperado, también lo veíamos con la CEPAL.

Desde el punto de vista que nos interesa, esto significa que la esfera alta de la

circulación, que se articulaba con la oferta externa de bienes manufacturados de

consumo disloca su centro de gravedad hacia la producción interna, pasando su

parábola a coincidir a groso modo con la que describe la esfera baja, propia de las

masas trabajadoras. De esta manera pareciera ser que el movimiento excéntrico que

presentaba la economía exportadora empezaba a corregirse, y que el capitalismo

dependiente se orientaba en el sentido de una configuración similar a la de los países

industriales clásicos. Fue sobre esta base que prosperaron, en la década de 1950, las

distintas corrientes llamadas desarrollistas, que suponían que los problemas

económicos y sociales que aquejaban a la formación social latinoamericana se debían

a una insuficiencia de su desarrollo capitalista, y que la aceleración de éste bastaría

para hacerlos desaparecer (Marini; 1973: 20).

Dos Santos, a la forma de industrialización que se va a dar a partir de la segunda posguerra

la va a llamar de “dependencia tecnológica industrial”, dependencia que se va a caracterizar

75

Dice Marini sobre la influencia del modelo primario exportador sobre el curso que tomará la

industrialización latinoamericana:“ Cuando, llegado el sistema capitalista mundial a cierto grado de su

desarrollo, América Latina ingrese en la etapa de la industrialización, deberá hacerlo a partir de las bases

creadas por la economía de exportación. La profunda contradicción que habrá caracterizado al ciclo del

capital de esa economía, y sus efectos sobre la explotación del trabajo, incidirán de manera decisiva en el

curso que tomará la economía industrial latinoamericana, explicando muchos de los problemas y de las

tendencias que en ella se presentan actualmente.” (Marini; 1973: 19).

180

“…básicamente por el dominio tecnológico industrial de las empresas multinacionales que

pasan a invertir en las industrias destinadas al mercado interno de los países

subdesarrollados.” (Dos Santos 1970/1972: 54). Más delante veremos todo lo que significó

en términos de dependencia y de las limitaciones para el desarrollo de las naciones

latinoamericanas.

A.L. no seguiría el camino de los países industriales clásicos, ya que su proceso industrial

se da sobre una estructura económica diferente del de aquellos países. Ya veíamos la

compresión del consumo de los trabajadores y la orientación del de los capitalistas cubierta

por las importaciones, es decir, el proceso industrial no va a crear su propia demanda sino

se va a estructurar sobre una demanda preexistente. Las implicaciones eran que sólo podía

surgir una industria débil, que crecía en las coyunturas porque es cuando se cerraban las

posibilidades de importaciones de bienes suntuarios para cubrir la demanda de los

capitalistas. Dice Marini:

…La compresión permanente que ejercía la economía exportadora sobre el consumo

individual del trabajador, no permitió sino la creación de una industria débil, que

sólo se ensanchaba cuando factores externos (como las crisis comerciales,

coyunturalmente, y la limitación de los excedentes de la balanza comercial…)

cerraban parcialmente el acceso de la esfera alta del consumo al comercio de

importación…La industrialización latinoamericana no crea, por tanto, como en las

economías clásicas, su propia demanda, sino que nace para atender una demanda

preexistente, y se estructurará en función de los requerimientos de mercado

procedentes de los países avanzados (Marini; 1973: 22).

¿Qué implicaciones tenía en el desarrollo económico latinoamericano el que la demanda

fuera mayor que la oferta? Las implicaciones eran que el capitalista industrial

latinoamericano podía realizar sus productos por encima de su valor, por encima del precio

de producción y aumentar sus ganancias. Este proceso era posible por el carácter

monopolista del capitalista industrial, por las barreras aduaneras, por el bajo nivel

tecnológico, por el excedente de mano de obra que el modelo primario exportador había

creado y por la misma crisis de este modelo, y que hace que los salarios formen o

determinen el precio de producción por lo que el capitalista buscará y encontrara las

181

condiciones para que su acumulación de capital se base en salarios bajos y la

superexplotación de la fuerza de trabajo (Marini; 1973: 23). A diferencia de la economía

exportadora, en la economía industrial “…ya no opera la disociación entre la producción y

la circulación de mercancías en función del mercado mundial, sino la separación entre la

esfera alta y la esfera baja de la circulación en el interior mismo de la economía…”

(Marini; 1973: 23).

Ahora bien, como la producción industrial entra principalmente en el consumo de la esfera

alta y marginalmente en el consumo popular, en el consumo obrero, el valor de las

manufacturas no va a determinar el valor de la fuerza de trabajo, lo que le posibilita al

capitalista despreocuparse de aumentar la productividad para hacer bajar el precio de los

manufacturas y bajar los salarios, por el contrario, le posibilita aumentar su plusvalía con

una mayor explotación de la fuerza de trabajo y con la rebaja de los salarios por debajo de

su límite normal, y como las manufacturas no forman parte importante del consumo obrero,

al capitalista no le crea problemas de realización (Marini; 1973: 23-24).

La industrialización llega a una determinada etapa en la que para el capitalista y sus

ganancias ya no es suficiente el consumo de la esfera alta, se necesitan otros consumidores

para los bienes suntuarios, que podrían ser las capas medias y los mismos obreros, aunque

para estos últimos sería necesario aumentar la productividad para abaratar los bienes de

consumo salario. Si sólo fuera por esta última vía sería necesario aumentar la capacidad

productiva del trabajo. Sin embargo, parcialmente se neutraliza por el aumento del

consumo de los sectores medios, que es posible o se derivan por la plusvalía no acumulada

y por la compresión de los salarios El mecanismo para aumentar la capacidad productiva

del trabajo fue recurrir a la tecnología extranjera que llega por medio de la importación de

capital extranjero, vía financiamiento externo e inversiones directas principalmente en el

sector industrial.

¿Qué implicaciones tuvo la inversión extranjera directa (IED) en el desarrollo industrial de

A.L? Para Marini una nueva división internacional del trabajo. Las transformaciones

productivas y tecnológicas en el centro, hicieron que esos países se vieran “...en la

necesidad de exportar a la periferia equipos y maquinaria que se habían hecho obsoletos

antes de que se hubieran amortizado totalmente (Marini; 1973: 25). Esto significaba que

182

A.L. seguía entrando en la lógica de acumulación de los países centrales con una nueva

división internacional del trabajo:

La industrialización latinoamericana corresponde así a una nueva división

internacional del trabajo, en cuyo marco se transfieren a los países dependientes

etapas inferiores de la producción industrial (obsérvese que la siderurgia, que era un

signo distintivo de la economía industrial clásica, se ha generalizado a tal punto que

países como Brasil ya exportan acero), reservándose a los centros imperialistas las

etapas más avanzadas (como la producción de computadoras y la industria electrónica

pesada en general, la explotación de nuevas fuentes de energía, como la de origen

nuclear, etc.) y el monopolio de la tecnología correspondiente…Lo que tenemos es

una nueva jerarquización de la economía capitalista mundial, cuya base es la

redefinición de la división internacional del trabajo acaecida en el curso de los

últimos 50 años (Marini; 1973: 26).

¿Qué implicaciones tuvo esta tecnología en la generación de empleos, en la explotación de

la fuerza de trabajo, en el proceso de industrialización, en el desarrollo económico y la

balanza de pagos? Primero, en naciones donde abunda la fuerza de trabajo, el progreso

tecnológico, las tecnologías importadas que traía consigo la IED se caracterizaba por el

ahorro de fuerza de trabajo, generaba pocos empleos. Después, recordemos que la IED y

su tecnología llegan a A.L. en un contexto de superexplotación de la fuerza de trabajo, por

lo que al capitalista le fue posible intensificar el ritmo de trabajo del obrero, elevar su

productividad, pero remunerarlo por debajo de su valor real, es decir continuaba con la

superexplotación. ¿Cómo era posible? Era posible porque las tecnologías importadas eran

productoras de bienes consumo suntuarios, que si bien entraban en el consumo de obrero de

los países centrales no entraban en el consumo de los obreros en la periferia, en la esfera

baja de la circulación, “…en esta medida, y toda vez que no representan bienes que

intervienen en el consumo de los trabajadores, el aumento de la productividad inducido por

la técnica en esas ramas de la producción no ha podido traducirse en mayores ganancias

mediante la elevación de la cuota de plusvalía, sino tan sólo mediante el aumento de la

masa de valor realizado. La difusión del progreso técnico en la economía dependiente

marchará, pues, de la mano con una mayor explotación del trabajador, precisamente porque

183

la acumulación sigue dependiendo en lo fundamental más del aumento de la masa de valor

– y por ende de plusvalía- que de la cuota de plusvalía.” (Marini; 1973: 27).

Esto no termina aquí, ya que finalmente el que el desarrollo tecnológico se concentre en la

producción bienes suntuarios, se encuentra con problemas de realización por la estrechez

del mercado interno, por lo que el capital recurre al Estado para que promueva el consumo

de bienes suntuarios vía extensión del aparato burocrático, subvenciones a los productos y

del financiamiento del consumo suntuario, y la inflación para transferir poder de compra de

la esfera baja a la esfera alta vía caída de los salarios reales. Esta situación inhibe

inversiones tecnológicas en el sector de bienes de consumo no durables o de consumo

popular, así “…en la medida en que se comprime así la capacidad de consumo de los

trabajadores, se cierra cualquier posibilidad de estímulo a la inversión tecnológica en el

sector de producción destinado a atender el consumo popular. No puede, pues, ser motivo

de sorpresa que, mientras las industrias de bienes suntuarios crecen a tasas elevadas, las

orientadas al consumo masivo (las llamadas industrias tradicionales) tiendan al

estancamiento e incluso la regresión.” (Marini; 1973: 28).

Es decir que la estructura de la producción del capitalismo dependiente latinoamericano se

adecuó a la estructura de la circulación, a un aparato productivo en el que las ramas

productoras de bienes de consumo popular, por la compresión del consumo de las masas

trabajadoras, eran menos dinámicas que las ramas productoras de bienes de consumo

suntuarios, estas últimas impulsadas por la acción gubernamental, por la superexplotación

de la fuerza de trabajo y la concentración del ingreso:

…una vez que la compresión del nivel de vida de las masas trabajadoras pasa a ser

condición necesaria para la expansión de la demanda creada por las capas que viven

de la plusvalía. La producción basada en la superexplotación del trabajo volvió a

engendrar así el modo de circulación que le corresponde, al mismo tiempo que

divorcia el aparato productivo de las necesidades del consumo de las masas. La

estratificación de ese aparato en lo que se ha dado en llamar industrias dinámicas

(ramas productoras de bienes suntuarios y de bienes de capital que se destinan

principalmente a estos) e industrias tradicionales refleja la adecuación de la estructura

184

de producción a la estructura de circulación propia del capitalismo dependiente

(Marini; 1973: 28).

Esta estructura de circulación o de realización de cualquier forma le generaba al capital

problemas de realización de su producción tanto de bienes de consumo popular como de

bienes de consumo suntuario, por lo que el capital va a recurrir a los mercados externos,

dentro de los que se encontrarían los mercados por los acuerdos de integración:

…La absorción del progreso técnico en condiciones de superexplotación del

trabajo… (no pudo) extender a los trabajadores la creación de demanda por los

bienes suntuarios, y orientándose antes hacia la comprensión salarial que los excluye

de facto de este tipo de consumo, la economía industrial dependiente no sólo ha

debido contar con un inmenso ejército de reserva, sino que ha obligado a los

capitalistas y capas medias altas a restringir la realización de las mercancías de lujo.

Ello plantearía a partir de cierto momento (que se define nítidamente a mediados de

la década de 1960), la necesidad de expandirse hacia el exterior, es decir, desdoblar

nuevamente –aunque a partir de la base industrial-el ciclo de capital, para centrar

parcialmente la circulación sobre el mercado mundial. La exportación de

manufacturas, tanto de bienes esenciales como de productos suntuarios, se ha

convertido entonces en la tabla de salvación de una economía incapaz de superar los

factores disruptivos que la afligen. Desde los proyectos de integración económica

regional y subregional hasta el diseño de políticas agresivas de competencia

internacional, asiste en toda América Latina a la resurrección del modelo de la vieja

economía exportadora (Marini; 1973: 29).

Dos Santos distingue, aparte de las de Marini, otras tres características de la

industrialización en A.L. Primero, que el desarrollo industrial va a depender de un sector

exportador que va a proveer las divisas para comprar los insumos que necesita la industria,

y que va a ser el sector primario, segundo, que el sector industrial va estar condicionado por

una balanza de pagos deficitaria, deficitaria por el deterioro de los términos de intercambio,

por salidas de capitales muy superior a las entradas por los altos volúmenes de ganancias de

estos capitales, y por la continua necesidad de financiamiento externo para cubrir los

déficit. Por los déficit que tienden a ser crecientes, y por la necesidad de recursos externos

185

para “financiar el desarrollo a través de préstamos destinados a estimular las inversiones y a

suplir un excedente económico interno que se descapitalizó en gran parte por la remesa de

parte de la plusvalía generada interiormente bajo la forma de ganancias enviadas al

exterior”, la necesidad de financiamiento externo también se vuelve creciente (Dos

Santos; 1970/1972: 57-60). Es decir, que con capital extranjero (endeudamiento externo,

IED y ayuda externa) se busca cubrir los déficit que estos mismos capitales generan.

Tercero, que “el desarrollo industrial esta decisivamente condicionado por el monopolio

tecnológico que ejercen los centros imperialistas.” Las implicaciones para los países

dependientes es que, primero, tienen que pagar por utilizarla maquinaria e insumos de los

países centrales, o las empresas trasnacionales introducen esa maquinaria, vía filiales, no

como mercancías sino como sus propias inversiones, segundo, que como los gobiernos

dependientes no cuentan con divisas suficientes y los empresarios locales tiene dificultades

de financiamiento, dan todo tipo de facilidades para la entrada de empresas extranjeras

como el proteccionismo de los mercados internos que les permiten obtener elevadas

ganancias (Dos Santos; 1970/1972: 57-61).

Esta estructura industrial dependiente tiene efectos sobre toda la estructura productiva de

sus economías y condiciona un tipo específico de desarrollo dependiente. Su sistema

productivo está condicionado por conservar el sector proveedor de divisas, el sector

primario, segundo, por la necesidad de establecer “una estructura industrial y tecnológica,

inducida más por los intereses de las empresas multinacionales que por las necesidades

internas de desarrollo”, tercero, por la constitución de una “estructura productiva altamente

desigual; por una alta concentración de los ingresos, por la subutilización de la capacidad

instalada, por la explotación intensiva de los mercados existentes concentrados en las

grandes ciudades etc.”, cuarto, por la acumulación de capital, que “se caracteriza por una

profunda diferencia entre los niveles salariales internos, dados en condiciones de un

mercado local de mano de obra a precios bajos, combinados con la utilización de una

tecnología de uso intensivo de capital. El resultado, desde el punto de vista de la plusvalía

relativa, es una alta tasa de explotación de la fuerza de trabajo…” (Dos Santos;

1970/1972:63-64).

La estructura productiva dependiente impone límites al crecimiento del mercado interno,

primero, por la necesidad de continuar con las relaciones tradicionales en el sector

186

primario, segundo, por la alta explotación de la fuerza de trabajo y que restringe su poder

adquisitivo, tercero, porque al emplear tecnología intensiva en capital crea muy pocos

empleos, cuarto, por el retiro hacia el exterior de una parte de las ganancias generadas en el

interior (Dos Santos; 1970/1972:65).

¿Cuál era el problema, entonces, de las naciones periféricas respecto a su desarrollo? Que

las limitaciones para su desarrollo no estaban en su falta de integración al capitalismo sino

que la periferia se insertaba en el sistema capitalista mundial en base a sus propias leyes

(Dos Santos; 1970/1972: 66).

III.7 EL CONCEPTO DE DEPENDENCIA Y LAS POSIBILIDADES DE

DESARROLLO DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS

III.7.1 Críticas al concepto de dependencia externa

Gunder Frank, Cardoso y Faletto, Dos Santos y Marini con su enfoque y propuesta

metodológica va construir su concepto de dependencia y las posibilidades de desarrollo, o

no, de las naciones latinoamericanas dentro del capitalismo. Sus tesis le permiten a hacer

una crítica al concepto de dependencia externa que se tenía y argumentar del porqué no se

cumplieron las metas del desarrollismo.

Según Dos Santos, la dependencia externa se entendía en el sentido de que intereses

extranjeros imponían condiciones de desarrollo a las naciones latinoamericanas, como algo

externo a las realidades latinoamericanas76

.

Era explícito sobre el paso teórico que habían dado sobre la dependencia latinoamericana.

La dependencia no era algo externo,| sino que las estructuras internas eran dependientes, y

lo eran por la forma en que estaban insertas en el sistema capitalista mundial.

El paso teórico que hemos dado en las Ciencias sociales latinoamericanas ha

consistido en mostrar que esta dependencia no era un fenómeno externo que

76

Dice Dos Santos, respecto a cómo se entendía la dependencia: “La dependencia había sido generalmente

entendida como un fenómeno externo a nuestra realidad. Entendíase por ella que intereses extranjeros

imponían condiciones comerciales desfavorables a nuestros países, o bien que tales intereses dictaban normas

de acción política, o la aceptación de situaciones que se dan en otros países como modelos de una realidad

superior que éramos obligados a imitar. En todas esas visiones la dependencia era una especie de fuerza

exógena a nuestra realidad que se introducía desde el exterior imponiéndose a nosotros.” (Dos Santos;

1970/1972: 7).

187

podríamos cortar a través del desarrollo económico y de una actitud política más

independiente. Lo que se explicitó teóricamente fue, sobre todo, el hecho de que la

situación de dependencia en que vivimos dentro del sistema capitalista mundial

condiciona las estructuras internas de nuestros países, haciéndolos dependientes en su

propia constitución (Dos Santos; 1970/1972: 7).

Lo mismo Marini, que rechazaba que el imperialismo fuera un factor externo, por lo que

para luchar contra él era “...indispensable entender que no es un factor externo a la sociedad

nacional latinoamericana, sino más bien el terreno donde esta finca sus raíces y un

elemento que la permea en todos sus aspectos.” (Marini; 1974; 2).

El paso teórico, o su tesis, provino de que constataron que la industrialización y el

desarrollo del mercado interno, no liberaba a la periferia latinoamericana de la dependencia,

sino que, “…al contrario, nos convertía en objeto de en un nuevo tipo dependencia en que

el capital extranjero se concertaba con el sector más dinámico que produce para el mercado

interno de nuestros países, se constató que la dependencia era algo mucho más profundo,

ligada a los mecanismos internos de funcionamiento de nuestras sociedades.” (Dos Santos;

1970/1972: 8). Esto significaba que si aún con el desarrollo de mercados internos no se

eliminaba la dependencia, era el propio desarrollo el que era dependiente, dependencia que

tiene que ver con el papel que juega la periferia latinoamericana en el proceso de

acumulación mundial de capital, con el proceso de acumulación en el centro, pero que

también, derivado de ese papel, las economías periféricas “…tienen leyes propias de

desarrollo, contradicciones específicas que deben ser analizadas como tales…” (Dos

Santos; 1970/1972: 8).También Cardoso y Faletto rechazan que la dependencia sea un

variable externa, que el subdesarrollo más bien tiene que ver, o depende, de la articulación

de los grupos sociales en el ámbito de la nación y como se vinculan, tanto en lo político

como en lo económico, con el sistema capitalista mundial:

La situación de subdesarrollo nacional supone un modo de ser que a la vez depende

de vinculaciones de subordinación al exterior y de la reorientación del

comportamiento social, político y económico en función de intereses nacionales; esto

caracteriza a las sociedades nacionales subdesarrolladas no sólo desde el punto de

vista económico, sino también desde la perspectiva del comportamiento y la

188

estructuración de los grupos sociales. De ahí que la finalidad del análisis integrado

del proceso de desarrollo nacional consista en determinar las vinculaciones

económicas y político-sociales que tienen lugar en el ámbito de la nación. Esas

articulaciones se dan a través de la acción de los grupos sociales que en su

comportamiento real ligan de hecho la esfera económica y política. Conviene

subrayar que dicha acción se refiere siempre a la nación y a sus vinculaciones de todo

orden con el sistema político y económico mundial. La dependencia encuentra así no

sólo expresión interna sino también su verdadero carácter como modo determinado de

relaciones estructurales: un tipo específico de relación entre las clases y grupos que

implica una situación de dominio que conlleva estructuralmente la vinculación con el

exterior. En esta perspectiva, el análisis de la dependencia significa que no se la debe

considerar ya como una variable externa, sino que es dable analizarla a partir de la

configuración del sistema de relaciones entre las distintas clases sociales en el ámbito

mismo de las naciones dependientes (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 29-30).

Para Dos Santos, los mismos marxistas autores de la teoría del imperialismo no se ocuparon

del tema, no enfocaron el tema del imperialismo desde el punto de vista de los países

dependientes77

. El mismo Lenin, al no enfocar u ocuparse del imperialismo desde el punto

de vista de los países dependientes, según Dos Santos, incurrió en equivocaciones al creer

que la exportación de capitales del centro a la periferia llevaría a los primeros a su

estagnación y en los segundos a un crecimiento económico78

. Esto no ocurrió porque

“…Lenin no estudio los efectos de la exportación de capital sobre las economías de los

77

Dice Dos Santos, sobre las limitaciones de los autores de la teoría del imperialismo por no estudiar también

el imperialismo desde los países dependientes: “Por esto, debemos considerar limitados los enfoques de los

autores de la teoría del imperialismo. Tanto Lenin, Bujarin, Rosa Luxemburgo, los principales elaboradores

marxistas de la teoría del imperialismo, como los pocos autores no marxistas que se ocuparon del tema, como

Hobson, no han enfocado el tema del imperialismo desde el punto de vista de los países dependientes. A pesar

de que la dependencia debe ser situada en el cuadro global de la teoría del imperialismo, ella tiene su realidad

propia que constituye una legalidad específica dentro del proceso global y que actúa sobre él de esta manera

específica dentro del proceso global y que actúa sobre él de esta manera específica. Comprender la

dependencia, conceptuándola y estudiando sus mecanismos y su legalidad histórica, significa no sólo ampliar

la teoría del imperialismo sino también contribuir a su reformulación.” (Dos Santos; 1970/1972: 41). 78

Dice Dos Santos sobre los efectos que Lenin esperaba del desarrollo del imperialismo se diera en los países

centrales y los países periféricos, y que se equivocó ya que no sucedió así: “Este sería, por ejemplo, el caso de

la reformulación de algunos equívocos en que incurrió Lenin, al interpretar en forma superficial ciertas

tendencias de su época. Lenin esperaba que la evolución de las relaciones o imperialistas conduciría a un

parasitismo en las economías centrales y su consecuente estagnación y, por otro lado, creía que los capitales

invertidos en exterior por los centros imperialistas llevarían al crecimiento económico de los países

atrasados.” (Dos Santos; 1970/1972: 41).

189

países atrasados. Si se hubiera ocupado del tema, hubiera visto que este capital se invertía

en la modernización de la vieja estructura colonial exportadora y, por tanto, se aliaba a los

factores que mantenían el atraso de estos países. Es decir, no se trataba de una inversión

capitalista en general, sino de la inversión imperialista de un país dependiente. Este capital

venía a reforzar los intereses de la oligarquía comercial exportadora, a pesar de que habría

realmente una nueva etapa de dependencia a dichos países.” (Dos Santos; 1970/1972: 42).

Para Cueva, Theotonio Dos Santos hizo una mala lectura de Lenin, ya que Lenin no dice

que las exportaciones de capital a la periferia darán como resultado un crecimiento

económico de estos países, sino un desarrollo acelerado del capitalismo, y que eso había

ocurrido en A.L. desde mediados de la segunda década del siglo XX y hasta mediados de

la década de los sesenta del mismo siglo79

. (Cueva; 1974: 7).

III.7.2 El concepto de dependencia de Theotonio Dos Santos

Dos Santos llega a la conclusión de que el subdesarrollo capitalista dependiente de la

periferia latinoamericana es consecuencia de mismo capitalismo:

Creemos haber aclarado esta cuestión básica: el subdesarrollo no es un estadio

atrasado y anterior al capitalismo, sino una consecuencia de él y una forma particular

de desarrollo: el capitalismo dependiente. No se trata de una cuestión de satelización,

como lo pretende Andre G. Frank, sino de la conformación de un cierto tipo de

estructuras internas que están condicionadas por la situación internacional de

dependencia (Dos Santos; 1970/1972: 44).

¿Qué significa que las estructuras internas latinoamericanas estén condicionadas por la

situación internacional de dependencia? ¿Qué entienden, o como definen la dependencia los

79

Para Cueva las inversiones imperialistas en la periferia, contrario a la opinión de Dos Santos, si impulsaron

el desarrollo del capitalismo: “Esto no significa, sin embargo, que tales inversiones hayan frenado el

desarrollo del capitalismo y que Lenin estuviese en el error de suponer que más bien lo acelerarían. Aun en

los casos de dominación más omnímoda de un país por el capital monopólico, como podría ser el caso de

Cuba, resulta claro que la presencia de este no puede significar otra cosa que una expansión del modo de

producción capitalista, por más que tal expansión se realice en condiciones y con una forma particulares, que

son precisamente las que hemos tratado de destacar aquí, aunque de manera todavía incompleta.” (Cueva;

1977/2009: 99).

190

dependentistas?80

Para no caer en equívocos o malas lecturas sobre lo que Dos Santos

entiende por dependencia, nos remitimos íntegramente a sus palabras:

La dependencia es una situación en la cual un cierto grupo de países tiene su

economía condicionada por el desarrollo y expansión de otra economía a la cual la

propia está sometida. La relación de interdependencia entre dos o más economías, y

entre estas y el comercio mundial, asume la forma de dependencia cuando algunos

países (los dominantes) pueden expandirse y auto-impulsarse, en tanto que otros

países (los dependientes) sólo lo puede hacer como reflejo de esa expansión, que

puede actuar positiva y/o negativamente sobre su desarrollo inmediato. De cualquier

forma, la situación básica de dependencia conduce a una situación global de los

países dependientes que los sitúa en retraso y bajo la explotación de los países

dominantes(Dos Santos; 1970/1972: 45).

Para Cardoso y Faletto, podríamos determinar las características de la dependencia de la

periferia latinoamericana, primero, analizando cómo las periferias, en diferentes etapas del

capitalismo, se insertaron en el mercado mundial, y después como se constituyeron o

reconstituyeron los grupos sociales internos que definen las relaciones hacia fuera y el

subdesarrollo dependiente:

El reconocimiento de la historicidad de la situación de subdesarrollo requiere algo

más que señalar las características estructurales de las economías subdesarrolladas.

Hay que analizar, en efecto, cómo las economías subdesarrolladas se vincularon

históricamente al mercado mundial y la forma en que se constituyeron los grupos

sociales internos que lograron definir las relaciones hacia afuera que el subdesarrollo

supone. Tal enfoque implica reconocer que en el plano político-social existe algún

tipo de dependencia en las situaciones de subdesarrollo, y que esa dependencia

80

Dos Santos nos dice que las estructuras internas latinoamericanas, aunque dependientes, tienen sus propias

leyes: “Al llegar a este punto, encontramos la importancia fundamental de este enfoque para la teoría del

desarrollo. Al definir las estructuras internas latinoamericanas como dependientes, debemos definir los

distintos tipos de relaciones de dependencia que resultan de esta combinación y las leyes que rigen el

desarrollo de estas sociedades.”(Dos Santos; 1970/1972: 49).Definiendo sus leyes es como podemos

definir“…las condiciones posibles de desarrollo. No condiciones generales y abstractas, sino condiciones

histórico-específicas, abstraídas por el análisis teórico.” (Dos Santos; 1970/1972: 49).

191

empezó históricamente con la expansión de las economías de los países capitalistas

originarios (Cardoso y Faletto; 1969/1992:23-24).

En el subdesarrollo dependiente habría que ubicar y analizar con que países centrales están

más acentuadas las relaciones de la periferia, porque sus estructuras van a incidir en las

características de esa relación, pero una relación de dominio del centro hacia la periferia,

con todo lo que esta pueda significar:

Lo expuesto también tiene connotaciones históricas de cierta importancia. Los países

latinoamericanos, como economías dependientes, se ligan en estas distintas fases del

proceso capitalista a diferentes países que actúan como centro, y cuyas estructuras

económicas inciden significativamente en el carácter que adopta la relación. El

predominio de la vinculación con las metrópolis peninsulares –España y Portugal-

durante el periodo colonial, la dependencia de Inglaterra más tarde y de Estados

Unidos por último, tiene mucha significación…La relación de dependencia adquiere

así una connotación de control del desarrollo de otras economías, tanto de la

producción de materias primas como de la posible formación de otros cuerpos

económicos… (Cardoso y Faletto; 1969/1992: 32).

Cueva está en contra de la idea de Dos Santos, en el sentido de que el dinamismo de las

periferias dependientes sea un mero reflejo del dinamismo del centro. Cueva considera que

la inserción de la periferia no se da en forma pasiva sino con su propio dinamismo:

Los grandes acontecimientos de la historia mundial (primera guerra, gran depresión,

segunda guerra) constituyen desde luego el marco obligatorio de referencia, puesto

que nuestra historia particular está inserta en aquélla; pero cabe recordar que esta

inserción no se da en forma pasiva sino con su propio dinamismo. En este sentido nos

parecen extremadamente controvertibles aquellas posiciones teóricas que a partir de

un hecho cierto, cual es la situación de dependencia, consideran que la historia de

nuestras naciones es un mero reflejo, positivo o negativo, de lo que sucede fuera de

ellas (Cueva; 1977/2009: 147).

La dependencia se basa en la división internacional del trabajo, en que los países del centro,

por su predominio prácticamente en todos los ámbitos de la economía y la política, y hasta

podría decirse cultural, imponen en la periferia condiciones de explotación que permite a

192

sus capitales la extracción de sus excedentes. La división, hasta los sesenta, había permitido

el desarrollo industrial en el centro, mientras que en la periferia había sido limitado, porque

hasta entonces había sido sometida a los requerimientos de crecimiento de los países

dominantes en el capitalismo mundial, de los países del centro:

…disponen así de un predominio tecnológico, comercial, de capital y socio-político

sobre los países dependientes (con predominio de algunos de esos aspectos en los

varios momentos históricos) que les permite imponerles condiciones de explotación y

extraerle parte de los excedentes producidos interiormente (Dos Santos;

1970/1972:45).

La dependencia basada en la división internacional del trabajo, como ya se dijo, limita las

posibilidades de acción de los países periféricos para dejar el subdesarrollo, por lo que

dichos países tienen, según Dos Santos, dos alternativas, la primera, actuar dentro de los

límites que impone la dependencia, y que significa reproducción del subdesarrollo y

explotación, la segunda, cambiar o romper esa situación de dependencia para que se

amplíen las posibilidades de acción. Dice Dos Santos:

Una situación condicionante determina los límites y posibilidades de acción y

comportamiento de los hombres. Frente a ella, sólo les cabe dos posibilidades: a)

escoger entre las distintas alternativas dentro de esta situación (elección que no es

completamente libre pues la situación concreta incluye otros elementos más, otros

factores que actúan para conformar ciertas formas particulares de esta situación

general y que limitan todavía más las posibilidades de acción y de elección); b)

cambiar esta situación condicionante a fin de permitir otras posibilidades de acción;

es decir, actuar, en el sentido de un cambio cualitativo que también tiene que ser

considerado en función de sus posibilidades concretas (Dos Santos; 1970/1972: 47).

Para Dos Santos, la situación de dependencia no es definitiva, por una parte, porque es

producto de una especie de conjunción de la dependencia por la división internacional del

trabajo, y de las características de la nación periférica condicionada, que hace que se

redefinan y particularicen la situación condicionante general, por la otra, la situación de

dependencia, su carácter, puede cambiar según cambie la división internacional del trabajo,

pero sin que se rompan esas relaciones de dominación del centro hacia la periferia, o vía

193

una economía socialista en la que se romperían esas relaciones de dependencia, y se

buscaría el desarrollo de una economía independiente (Dos Santos; 1970/1972: 47-48).

Algo relevante en la dependencia, se refiere a la idea de dominación de los capitales y

gobiernos del centro sobre los de la periferia. Dos Santos tiene razón en el sentido de que

más que dominación externa, lo que se da es una confluencia de intereses, por lo que

habría que sustituir el concepto de alienación por el de compromiso, ¿sino porqué con

cierta facilidad se han instaurado en las naciones latinoamericanas diferentes paradigmas

provenientes del centro? Tan importante es el concepto, que es “esencial para la

elaboración de una teoría de la dependencia.” (Dos Santos; 1970: 51).

Un tercer aspecto que es esencial para la comprensión de la dependencia es el que se

refiere a la articulación necesaria entre los intereses dominantes en los centros

hegemónicos y los intereses dominantes en las sociedades dependientes. La

dominación externa es impracticable por principio. Sólo es posible la dominación

cuando encuentra respaldo en los sectores nacionales que se benefician de ella…De

ahí la necesidad de romper con el concepto de alienación…

Al mostrar la correspondencia necesaria entre los intereses de la dominación y los

intereses de los “dominadores dominados” (de ahí el carácter específico de las clases

dominantes de los países dependientes) mostramos que, a pesar de que existen

conflictos internos entre estos intereses dominantes, ellos son intereses

fundamentalmente comunes. El concepto de alienación conduce a una falsificación de

la realidad y se torna necesario sustituirlo por el concepto de compromiso entre los

distintos componentes internacionales y nacionales de la situación de dependencia.

(Dos Santos; 1970/1972: 51)

Es pertinente la pregunta, ¿cómo cambiar la dependencia condicionante para abrir

posibilidades de desarrollo en la periferia? Cambiando las estructuras internas dependientes

que limitan el desarrollo, responde Dos Santos, pero eso conduciría “…necesariamente, al

mismo tiempo, al enfrentamiento con esta estructura internacional…” (Dos Santos;

1970/1972: 51).

194

III.8 DEL PORQUÉ DEL FRACASO DEL DESARROLLISMO DE LA CEPAL

III.8.1 La necesidad de la industrialización latinoamericana según Theotonio Dos

Santos

¿Por qué A.L. debería industrializarse? Según Dos Santos, porque en aquel entonces la

ciencia social predominante entendía a A.L. no sólo como una región subdesarrollada, sino

que ese subdesarrollo se produjo como consecuencia de la supervivencia de la economía

agraria y feudales, al lado de una economía exportadora y monocultora que empezó desde

el siglo XIX y se caracterizaba por un tipo de desarrollo hacia afuera, ya lo veíamos con

Marini, un desarrollo basado en la exportación de productos primarios y la importación de

manufacturados (Dos Santos; 1970/1972: 23). Este tipo de desarrollo lleva a “…una

situación de desequilibrio social y económico, miseria y de malas condiciones alimenticias

y de salud, situación que se reflejaba particularmente en el desequilibrio de la división del

ingreso.” (Dos Santos; 1970/1972: 24). Pero no sólo eso, sino que el desarrollo hacia

afuera estaban llevando a A.L. a un retraso industrial, tecnológico e institucional, que

sometía a la periferia latinoamericana a la dependencia del comercio externo, que se hacía

más seria por el deterioro de los términos de intercambio. También veíamos los argumentos

de la CEPAL sobre la necesidad de A.L. de industrializarse.

La única solución era acelerar el capitalismo en A.L. por medio de la industrialización.

Pero una industrialización basada en el mercado interno, un tipo de desarrollo hacia

adentro. El proceso de industrialización empezaría con la Primera Guerra Mundial (PGM),

atravesaría la crisis del 29, continuaría durante la SGM, y seguiría hasta finales de la

década de los setenta del siglo XX, por medio del mecanismo de sustitución de

importaciones (Dos Santos, 1970/1972: 24).

Dos Santos identifica cincos tesis básicas del modelo de industrialización (Dos Santos,

1970/1972: 25-26).

1º El cambio desde un desarrollo hacia afuera hacia un desarrollo hacia dentro sacaría a los

países subdesarrollados de la dependencia del comercio exterior y generaría una economía

controlada desde dentro de sus fronteras.

Estos cambios se definían como el proceso de transferencia de los centros de decisión

hacia dentro de las economías subdesarrolladas. Se hablaba también del cambio de un

195

desarrollo “inducido” por las situaciones incontrolables del comercio mundial hacia un

desarrollo nacional planeado por su propio poder nacional.

2º Otro efecto que se esperaba como resultado de la industrialización sería el

debilitamiento del poder de las oligarquías tradicionales dedicadas a la producción para el

comercio exterior (latifundistas, dueños de minas y comerciantes exportadores) y una

consecuente redistribución del poder nacional en dirección a una mayor participación de las

clases medias y de los sectores populares, es decir, se esperaba una democratización

política.

3º Esta democratización se relacionaba con una tendencia hacia una mayor redistribución

del ingreso, o mejor, hacia una sociedad de consumo de masas como se creía (y se cree

todavía) que es EE.UU. Es decir, la industrialización integraría las masas rurales al sistema

productivo moderno capitalista, como productoras y consumidoras.

4º La creación de un centro de decisión económica nacional a través de la conversión de la

economía “hacia adentro”, la consecuente democratización política por medio del

debilitamiento de las oligarquías y el fortalecimiento de las clases medias y la integración

económica de los sectores populares en una sociedad de consumo de masas conformarían

una sociedad nacional independiente cuya expresión final sería un Estado nacional

independiente.

5º Por fin, en el plano de la conciencia, se esperaba que el desarrollo industrial, al crearlas

bases de una sociedad independiente, permitiría superar nuestro retraso científico,

tecnológico y cultural. Básicamente, se confiaba en que desaparecerían las bases de la

llamada alienación cultural de América Latina.

La prioridad y urgencia por la industrialización reflejaba ya el dominio de la economía por

la clase burguesa industrial81

. La industrialización que reflejaba la ideología desarrollista y

81

Dice Dos Santos que la industrialización era “resultado de los intereses de clase que esa ideología refleja en

sus formas más puras. Es decir, la clase burguesa industrial formada en los años 30, en un período de

debilitamiento del capital extranjero en América Latina y en los demás países subdesarrollados debido a la

crisis del 29 y a la Segunda Guerra Mundial, se ha convertido en la clase dominante de nuestros países (en los

más industrializados ya en los años 40; en los otros países alcanzó predominio en los años 50 y 60, aunque

bajo control del capital extranjero).” (Dos Santos; 1970/1972: 28).

196

nacionalista asumió un carácter dominante en A.L., al que se adhirieron prácticamente

todos los sectores y clases sociales82

.

III.8.2 Fracaso del modelo de desarrollo y de la ciencia social en que se fundamentaba

Ya veíamos en este capítulo lo que decía la CEPAL, por medio de Raúl Prebisch, de cómo

se encontraban las economías latinoamericanas a principios de los 60 del siglo XX y que

reflejaban un fracaso de lo que se esperaba con la industrialización, “frente a este fracaso

era inevitable una crisis de todo el modelo de desarrollo y también de la ciencia social en

que se fundamenta.” (Dos Santos; 1970/1972: 30).

Sobre la primera tesis, u objetivo, no se cumplió, ya que se generó una mayor dependencia

del comercio exterior, la CEPAL también así lo manifiesta. Las economías

latinoamericanas utilizaban cada vez más sus divisas para la importación de insumos para

la industria nacional, para el crecimiento de las economías nacionales. La transferencia de

los centros de decisión hacia el interior las economías durante el proceso de

industrialización tampoco se van a producir, y fue por el control creciente del capital

extranjero sobre la gran industria. El control “…que se produce al mismo tiempo que se

consolidan la concentración y la monopolización del sector industrial, destruye

paulatinamente las posibilidades de un desarrollo nacional independiente y somete a la

sociedad, la opinión pública, a la economía y el Estado al progresivo control del capital

extranjero.” (Dos Santos; 1970/1972: 31).

Dos Santos, llama la atención del poder del capital extranjero, de las empresas extranjeras,

para controlar al Estado y asimilar a las burguesías nacionales e impedir un proyecto de

desarrollo independiente. Sobre el control sobre los Estados latinoamericanos nos dice que

es claro “…que el creciente control del capital extranjero limita al mismo tiempo las

posibilidades de un Estado nacional independiente. El Estado, inmerso en una realidad del

poder de los monopolios extranjeros formados por empresas internacionales que disponen

del control de la tecnología, del capital y de las técnicas administrativas, no reúne las

82

Dice Dos Santos sobre la hegemonía del desarrollismo y el nacionalismo de la clase burguesa: “Así, las

clases medias (particularmente los técnicos e intelectuales), el movimiento obrero (peronista, varguista,

sectores del aprismo, etc.) e incluso los movimientos campesinos (revolución mexicana; Cárdenas en

particular, con el petróleo y reforma agraria; revolución boliviana, guatemalteca, etc.) y todas las clases

sociales se mueven culturalmente en el cuadro del pensamiento de la clase hegemónica: el desarrollismo y el

nacionalismo.” (Dos Santos; 1970/1972: 28).

197

condiciones necesarias para oponerse a esta realidad y termina por ser controlado por los

intereses de tales sectores…” (Dos Santos; 1970/1972: 32).

El poder de los capitales extranjeros se muestra cuando las burguesías nacionales, -ante el

agotamiento de la primera etapa de industrialización-, van a intentar encarar la segunda

etapa de producir bienes intermedios, de consumo durable y de capital, y que estos intentos

van a fracasar por el bloqueo de capitales extranjeros:

Este proceso se completó con la renuncia de la burguesía a llevar a cabo una política

de desarrollo autónomo. En efecto, el asedio de los capitales extranjeros, que se

intensifica en los años cincuenta, coincide con la dificultad de las economías

latinoamericanas para lograr una flexibilización de su capacidad para importar,

mediante la expansión de exportaciones tradicionales (dificultades sobre todo

sensibles al terminarse la guerra de Corea). Ahora bien, las compañías extranjeras

disponían, como vimos, de equipos y maquinarias obsoletas y no amortizadas en las

metrópolis, que representaban un adelanto efectivo frente al nivel tecnológico

imperante en los países latinoamericanos. La entrada de esos capitales, bajo la forma

de inversión directa y, cada vez más, en asociación con empresas locales, constituía

una solución conveniente para las dos partes: para el inversionista extranjero, su

equipo obsoleto produciría allí utilidades similares a las que podía obtener con un

equipo más moderno en su país de origen, en virtud del precio más bajo de la mano

de obra local; para la empresa local, se abría la posibilidad de lograr con dicho equipo

una plusvalía extraordinaria (Marini; 1974: 11).

La segunda tesis u objetivo, del debilitamiento de las oligarquías y la democratización

política tampoco se produjo. Su debilitamiento económico no condujo a un debilitamiento

político de la misma importancia que el económico, ni se produjo la destrucción de la vieja

estructura agraria, y fue porque la mayor parte de la demanda de la producción industrial

era por el consumo de la oligarquía y de los trabajadores de sus empresas, también porque

las divisas necesarias para las importaciones del sector industrial eran generadas por el

sector agrario exportador y por último, porque gran parte del capital necesario para las

198

inversiones del sector industrial se generaban en el sector agrario83

. La democratización

política tampoco se produjo porque la estructura electoral que regía en el campo se trasladó

a las ciudades84

.

La sociedad de consumo de masas que se esperaba tampoco se había cumplido, es cierto

que los centros urbanos crecieron y que se generó cierta demanda de los productos

industriales, sobre todo de bienes salarios, pero también, al lado, crecieron las poblaciones

marginales que no se integraban al mercado de consumo de productos industriales (Dos

Santos; 1970/1972:34). Parte de la explicación de esta situación “…se encuentra en el

carácter de este desarrollo, apoyado en el gran capital monopólico basado en la baja

utilización relativa de mano de obra a través de una tecnología altamente desarrollada,

recién incorporada desde los grandes centros industriales”. El uso de esa tecnología,

“…dentro de una estructura capitalista que no había asimilado todavía a las antiguas

poblaciones rurales liberadas en los años 20 y 30, produjo un efecto desastroso para la

población de nuestros países. La estructura empresarial no pudo absorber la mano de obra

liberada del campo y el aumento general de la población.” (Dos Santos; 1970/1972: 34).

Por último, las burguesías nacionales no pudieron dirigir este proceso porque fueron

dominadas y asimiladas por el capital extranjero, “los managers o ejecutivos de las

empresas multinacionales van asumiendo el liderazgo de la vida económica del país y

alcanzan rápidamente las otras esferas de la realidad social.” (Dos Santos; 1970/1972: 35).

83

Dice Dos Santos sobre la importancia que siguió teniendo el sector exportador en el desarrollo industrial,

"En primer lugar, la economía del sector exportador fue la base del desarrollo industrial. La sustitución de

importaciones supone justamente un compromiso entre la estructura agrario exportadora y la estructura

industrial. Primero, porque la demanda fundamental atendida por el sector industrial se originaba en el

consumo de la oligarquía y de los trabajadores de sus empresas y, muy secundariamente, del sector medio

urbano rural. Segundo, porque las máquinas y materias primas que permitieron crear las industrias eran

adquiridas en el exterior con las divisas obtenidas por el sector exportador. A esto llamamos una acumulación

extensiva de capitales. Tercero, porque gran parte del capital invertido en la industria se originaba directa o

indirectamente (a través del sistema bancario, sobre todo) en las elevadísimas rentas generadas en el sector

agrario y que no se reinvertían ahí.” (Dos Santos; 1970/1972: 33). 84

Dos Santos da las razones del porqué la democratización política no se produjo: “La vieja estructura

electoral clientelística que regía en los campos durante el siglo XIX y el comienzo del siglo XX, se transfiere

a las ciudades y contamina las nuevas formas de acción política. En cierto modo, el populismo reproduce a su

manera estos viejos procedimientos clientelísticos y representa una situación de compromiso entre las técnicas

de masa urbana y las técnicas personalistas tradicionales. Así, a pesar de que las masas asumen un papel

importante en la vida nacional, no se logra construir una democracia burguesa a la manera europea.”Tan fue

así que la “creciente participación de las masas en la vida política tuvo como respuesta el golpe militar o el

endurecimiento del poder institucional con creciente acentuación del poder ejecutivo.” (Dos Santos;

1970/1972: 33).

199

Para Gunder Frank, la misma estructura capitalista no permite la autonomía de las

burguesías latinoamericanas que pudieran destruir las estructuras capitalistas del

subdesarrollo de las naciones latinoamericanas:

…la estructura contemporánea del capitalismo no consiente el desarrollo autónomo

de una burguesía nacional lo bastante independiente para dirigir un movimiento de

liberación nacional (y, a menudo, hasta para tomar parte activa en él), o lo bastante

progresista para destruir la estructura capitalista del subdesarrollo de su país. Si ha de

haber una revolución democrática burguesa y si esta ha conducir a la revolución

socialista y a la eliminación del subdesarrollo capitalista, no puede ser ya la

burguesía, bajo ninguno de sus disfraces, la que haga esa revolución. La misión y el

papel históricos de la burguesía en América Latina –que era acompañar y promover el

subdesarrollo de su sociedad y de sí misma- ha concluido (Frank; 1970/1978: 7).

Lo mismo sobre los Estados Latinoamericanos. G. Frank, en su estudio de la historia

chilena y sus posibilidades de desarrollo, nos dice que no se puede esperar que los estados

latinoamericanos puedan conducir un proceso de desarrollo, porque forman parte del

sistema capitalista mundial y son un instrumento de las burguesías. Así, “…el estado

chileno y sus instituciones, democráticos o no, han sido siempre uña y carne del sistema

capitalista chileno y mundial y un instrumento de la burguesía. Hemos observado –y esto es

importante para comprender a Chile y a otros subdesarrollados- que tanto la “burguesía

nacional” como su “Estado nacional” han sido siempre, y son cada vez más, partes

integrantes de un sistema capitalista mundial en el que constituyen, fundamentalmente, un

satélite o una burguesía y un Estado subdesarrollados…” (Frank; 1970/1978: 120)

III.9 CRÍTICAS EXTERNAS Y EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO

DEPENDENTISTA

No sólo había diferencias entre los constructores del pensamiento dependentista, también

recibieron críticas de pensadores que de alguna manera pertenecían a la corriente de la

dependencia, ya veíamos las diferencias que Agustín Cueva tenía con las tesis

dependentistas, pero también de teóricos que no pertenecían a esa corriente como lo eran

las críticas de Castañeda y Hett. Castañeda y Hett hacen una crítica severa a las tesis de la

dependencia, severa en el sentido que afirman que las posturas dependentistas tienen

200

mucho que ver con el contexto real y teórico en A.L., por lo que no existe tal dependencia,

que lo que ellos llaman dependencia tiene ver más con el comportamiento normal del

capital y de la lucha de clases, entre otras críticas.

III.9.1 Las críticas de Jorge G. Castañeda y Enrique Hett

Las críticas de Castañeda y Hett a las tesis de la dependencia sustentadas, según ellos, en el

marxismo, apuntan en varios sentidos, por una parte, a que fue el contexto teórico real que

incidió de manera determinante en los postulados de ese pensamiento, y por la otra, que no

existe tal dependencia, que lo que se da es un funcionamiento normal del capital y del

capitalismo; que sus postulados no se ajustan a la realidad por no tomar en cuenta la lucha

de clases y la correlación de fuerzas propias del capitalismo.

Sobre como el contexto teórico y real determinó los postulados dependentistas, Castañeda y

Hett, nos dicen que fueron, primero, que el pensamiento dependentista surgió como una

reacción interna a las teorías del desarrollo económico, específicamente a las de la CEPAL,

segundo, pero que a su vez la CEPAL había sido creada producto de una coyuntura

política, tercero, por la lucha de clases a nivel mundial, y por último por la revolución

Cubana:

Las teorías dependentistas y subdesarrollistas surgieron como una reacción -interna- a

las teorías del desarrollo económico. Éstas a su vez habían sido el resultado de una

coyuntura política y económica determinada…

La coyuntura dio lugar al nacimiento y proliferación de un nuevo tipo de

organizaciones internacionales. Es preciso destacar entre ellas a la Comisión

Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL)…

Los desarrollistas en su mayoría no trataban de ocultar sus móviles políticos. La

luchas de clases a escala mundial, identificadas como el mero resultado de las

miserias, de la insatisfacción de las necesidades, de la aspiración al progreso, eran

una razón de peso, si faltara alguna, para propugnar las soluciones desarrollistas…

…La revolución cubana se interpretó como la ilustración anticipada de las

proposiciones del dependentismo: la solución a los problemas ideológicos de la

dependencia-subdesarrollo. Frente a las promesas del desarrollismo, Gunder Frank

201

respondía: el desarrollo no es la manera de salir del subdesarrollo; el capitalismo es la

causa del subdesarrollo y por lo tanto el desarrollo capitalista no puede ser sino el

desarrollo del subdesarrollo. Ante el desarrollismo de combate que auspiciaba la

CEPAL, los teóricos de izquierda se propusieron hacer la teoría crítica del desarrollo

(Castañeda y Hett; 1978/1988: 88, 91,92)

Sobre la dependencia financiera, específicamente sobre la dependencia del capital

productivo extranjero, nos dicen que del total que invierten las empresas extranjeras en los

países subdesarrollados la mayor parte la adquieren en esos países, lo que indicaría que si

existe acumulación interior, ahorro, por lo que no existe tal dependencia, y tan es así que

además dichas empresas trasfieren regalías a su país de origen. Además, que este

comportamiento no tiene que ver con un comportamiento del capital extranjero, sino sólo

de capital que busca la acumulación; que lo que los dependentistas atribuyen como leyes

del capital extranjero son leyes de cualquier capital:

…En vez de que haya flujos de capitales procedentes de los países ricos ocurre

exactamente lo contrario. Además, es ampliamente conocido, entre otros, por el

presidente de la General Motors, que solamente una parte –que oscila entre el 25 y el

35% en el caso de México- de la nuevas inversiones en los países latinoamericanos

procede realmente de los países ricos; de hecho, la mayor parte de las inversiones de

las compañías multinacionales proviene de fuentes locales, o sea, del ahorro interno

de los países subdesarrollados. Es pertinente preguntarse en qué consiste, pues, la

dependencia de la acumulación de las inversiones extranjeras si dicha acumulación se

basa fundamentalmente en fuentes locales de financiamiento.

Es evidente que hay un proceso de acumulación local real puesto que las compañías

multinacionales exportan beneficios de los países pobres sin invertir en ellos…El

hecho de que en la fase imperialista se introduzcan capitales en formaciones sociales

que no los produjeron no representa un problema distinto…Si las compañías

extranjeras repatrian beneficios, no es gracias a un supuesto derecho que les daría su

inversión primitiva sino al dominio de las trasnacionales sobre sus propias

inversiones…

202

Todo esto ha llevado a afirmar que el capital extranjero impone sus propias leyes.

Pero –y esto es fundamental- ¿son estas leyes del capital extranjero o simplemente las

leyes del capital a secas?.... (Castañeda y Hett; 1978/1988: 19-20).

En cuanto a la deuda exterior, según Castañeda y Hett, primero, que no hay países

excedentarios de capital dispuestos a prestarlos e imponer sus dominio a los países

deudores, sino más bien capitales ávidos de ganancias y que para obtener esos capitales se

tiene que reunir ciertas condiciones, que no tienen que ver con una posición de

servidumbre, segundo, que la deuda es una categoría de contabilidad nacional ya que los

gobiernos muchas veces funcionan como intermediarios o fiadores de prestatarios privados

y tercero, que la deuda exterior no es una fatalidad económica, sino el reflejo de la lucha de

clases interna, y que la obtención de créditos sirve para extender el capitalismo y

mantenerse en la lucha de clases interna.

…Se pretende que una necesidad económica “indiscutible” –el desarrollo- lleva

fatalmente a la deuda y que por otra parte existen países con excedentes de capital

dispuestos a otorgar créditos e inmediatamente imponer su dominio sobre sus

deudores indefensos. En realidad sabemos…que el desarrollo en cuestión es siempre

la acumulación capitalista: que no hay países excedentarios sino capitales ávidos de

plusvalor; que por lo tanto para obtenerlos hay que reunir las condiciones de la

producción de aquel; y finalmente que como sucede siempre en la producción

capitalista la posición de deudor no constituye en sí una posición de servidumbre (lo

cual dista mucho de ser el caso en otros modos de producción).

De hecho la deuda exterior es una categoría de contabilidad nacional que se justifica

en realidad por el hecho de que cada vez más los gobiernos actúan como

intermediarios y fiadores, ya sea de sí mismos o de los capitales privados que

solicitan u otorgan créditos…

Cierto es que el crédito internacional tiene otro aspecto que no es secundario: los

créditos otorgados por razones directamente políticas…Las necesidades de crédito no

son fatalidades económicas sino respuestas a las luchas de clases complejas que se

dan en los países pobres. Luchas de clases entre la burguesía y las clases no

capitalistas y lucha de clases entre las clases antagónicas en el seno de la producción

203

capitalista. La asistencia y los créditos extranjeros permiten a las clases dominantes

locales extender el capitalismo y sostener simultáneamente una lucha de clases

interna al capitalismo...En este sentido el imperialismo es productor de capitalismo, al

mismo tiempo que es lucha por la hegemonía, y por el reparto del mundo. Si se hace

abstracción de la lucha de clases autóctona tal y como está ligada a la coyuntura

internacional es inexplicable la tendencia cada vez más importante hacia el

endeudamiento…

Ceder a una presión en una coyuntura desfavorable cuando lo que se cede no es lo

esencial –y lo esencial es el mantenimiento y la extensión de la explotación

capitalista- no es signo de dependencia. La deuda exterior no es una “cosa”, sino una

relación de fuerzas dentro de una coyuntura. Lo que crea la necesidad de obtener,

aumentar, renegociar créditos exteriores es la lucha de clases y la que determina la

magnitud de la presión que el prestamista puede ejercer y que el prestatario puede

resistir es la coyuntura. Esta verdad primera que todo gobernante conoce

prácticamente es lo que ignora toda tesis dependentista (Castañeda y Hett; 1978/1988:

21, 22-23, 26)

Sobre la importación de bienes de producción de los países subdesarrollados

latinoamericanos, que no constituye ninguna dependencia, que en realidad se trata de un

proceso, es decir que ningún país capitalista produce todos sus bienes de producción, que

incluso los EE.UU. atravesaron por una etapa similar y que posteriormente fue sustituyendo

con producción interna los bienes de producción que importaban. Dicen Castañeda y Hett:

Examinemos la única afirmación positiva de Cardoso, a saber, que una proporción

considerable, en algunos casos casi la totalidad, de los bienes de producción

modernos debe importarse. ¿Hay en este caso dependencia, en la medida que dicha

importación es, según Cardoso, indispensable para garantizar un proceso de

acumulación? Antes de responder a esta pregunta es menester señalar que pocos o

mejor dicho prácticamente ningún país del mundo produce todos sus bienes de

producción; que en todos los países capitalistas del mundo, para que la producción

prosiga con su funcionamiento normal, es preciso importar bienes de producción. Por

eso la respuesta a esta pregunta se refiere a la producción capitalista en general y no a

204

un problema que sería privativo de los países pobres. Al examinar las causas posibles

de la importación masiva de medios de producción de estos últimos, resalta que se

trata de un proceso y no de un estado de cosas eterno. Por lo demás, este proceso que

exige la importación masiva de bienes de producción, no es en realidad una novedad

en la historia. El país capitalista más avanzado, Estados Unidos, atravesó un largo

periodo de importaciones de este tipo mientras que tendencialmente las iba

sustituyendo. Es posible observar tendencias semejantes en los países dependientes

más avanzados (Castañeda y Hett; 1978/1988: 31).

III.9.2 Evolución del pensamiento dependentista: del concepto de dependencia al

sistema mundo

Gunder Frank sólo hace referencia a las críticas recibidas por Samir Amin y Giovanni

Arrighi respecto a la teoría de la dependencia, críticas que apuntaban a la prioridad de lo

externo sobre lo interno, que no se analizaba adecuadamente, que tanto el desarrollo del

centro como de la periferia eran producto de un proceso único de acumulación de capital

mundial, ni que tampoco se analizaban correctamente las etapas del desarrollo capitalista:

Al mismo tiempo, el análisis de la dependencia realizado por este y otros autores se

había convertido en objeto de críticas cada vez más frecuentes que sostenían que los

análisis en cuestión se concentraban en las relaciones de intercambio “externas” y

como resultado, no tomaban en consideración los modos “internos” de producción;

que aunque estudiaban el pasado no reflejaban de manera adecuada las diferencias

entre las distintas partes de América latina y el mundo, ni las distintas etapas de su

desarrollo; y que no se lograba realmente un análisis dialéctico dinámico del proceso

histórico mundial de acumulación de capital en el cual se analizarán, como parte de

un proceso único, tanto el desarrollo económico metropolitano como el subdesarrollo

periférico dependiente. La crítica más común era la primera, reiterada por Giovanni

Arrighi en un comentario a la segunda versión del presente texto. Samir Amin, que

estaba escribiendo La acumulación a escala mundial criticó también la segunda

versión porque en ella no se diferenciaban y analizaban las etapas fundamentales del

desarrollo capitalista de una manera adecuada (y por “verlo todo a través de ojos

latinoamericanos”). Esta última crítica coincidía con la del propio autor, y reflejaba

205

su convicción, ya expresada en el prefacio de capitalismo, de que es necesario

estudiar el desarrollo histórico del sistema capitalista mundial, que es uno sólo

(Frank; 1979: 9-10)

Las críticas a que se refiere Gunder Frank de Giovanni Arrighi y que según él había

“observado correctamente”, eran las siguientes:

Llego ahora la cuestión más fundamental. A lo largo de esta introducción como en

sus obras previas, el análisis de la estructura interna está siempre subordinado al de

las condiciones externas. Es decir que adopta lo que Mao en su “Sobre la

contradicción” llama “el enfoque metafísico”. No busca explicaciones del desarrollo

en primer lugar en su estructura interna y contradicciones interiores, analizando, una

vez que estas han sido identificadas, su interacción dialéctica con las condiciones

externas. Tiende por el contrario a buscar determinaciones externas tanto de los

fenómenos como de las estructuras y contradicciones internas (…) No creo, en otras

palabras, que este cumpliendo su promesa de analizar dialécticamente las

interrelaciones entre el intercambio desigual y las limitaciones impuestas a los

factores de producción por las condiciones sociales de producción. El aspecto

principal que toma esta tendencia es la subordinación de análisis de clase al análisis

de la estructura colonial. Ambos pueden y deben combinarse (…) la diferencia entre

el enfoque de Mao y el suyo es que en el primero la estructura colonial está integrada

en un análisis de clase, mientras que en su obra es el análisis de la estructura de clases

(cuando lo hay) el que está integrado en el análisis de la estructura colonial. Aunque

las conclusiones son a menudo similares, ambos enfoques difieren en dos aspectos

importantísimos: a) (…) Su enfoque tiende a impedir la identificación de fuerzas y

contradicciones históricas que pueden engendrar cambios estructurales

revolucionarios (…) b) Más fundamentalmente, su enfoque propicia la generalización

(que, a diferencia de la abstracción, es muy ajena al método marxista) y desalienta

por lo tanto los análisis concreto de situaciones concretas que son la esencia del

marxismo (y esto a pesar de que sus conclusiones arrancan de análisis concretos):

políticamente, las generalizaciones son, por supuesto, muy peligrosas puesto que

conducen a acciones frecuentemente desconectadas de las contradicciones internas

que hay que cambiar (Frank; 1979: 20-21).

206

Las críticas son aceptadas por Frank y conducen a que cambien sus prioridades en cuanto

al tema del subdesarrollo y la dependencia. Su tema prioritario no va a ser ya la

dependencia ni el desarrollo-subdesarrollo, sino el proceso mundial de acumulación y como

se integran a ese proceso el desarrollo del centro y el subdesarrollo dependiente de la

periferia85

.

Dicha versión, titulada entonces “Hacia una teoría del subdesarrollo capitalista”, y el

presente libro, que fue resultado posterior, representan, pues, un intento por

trascender la teoría del subdesarrollo llamada “de la dependencia”, pero sin

abandonarla, ni abandonar tampoco la concentración de la atención del subdesarrollo,

así como un intento de proseguir el análisis de la acumulación de capital integrando

tanto dependencia como subdesarrollo en el proceso mundial de acumulación de

capital… (Frank; 1979: 10).

Mismo Dos Santos reconoce que la teoría de la dependencia evoluciono a la teoría del

sistema mundo, por lo menos los nuevos escritos de Frank y los de él se fueron en esa

dirección86

:

La teoría de la dependencia continuaba y perfeccionaba un enfoque global que

buscaba comprender la formación y evolución del capitalismo como una economía

mundial. Prebisch ya hablaba en los años cincuenta, de la existencia de un centro y

una periferia mundial, tesis que perfeccionó en la década del 70 bajo la influencia del

debate sobre la dependencia (ver Prebisch, 1981). La teoría de la dependencia buscó

85

Nos dice Frank como aceptó y enfrento las críticas: “Estas fallas y críticas tuvieron por resultado la

preparación, en julio de 1970, de una tercera versión (consistente de 160 cuartillas a renglón seguido que

incorporaban material de las versiones anteriores) en el cual el autor intentó enfrentar simultáneamente las

tres críticas y retos antedichos: analizar la dependencia en las relaciones internas sino en los modos de

producción, dando razón de su mutua determinación de /relación con las relaciones “externas” de

intercambio, en especial, aunque no exclusivamente, con la metrópoli; examinar la dinámica “interna”

determinante del proceso histórico de acumulación de capital o desacumulación de capital y sus etapas

diferenciables de desarrollo o subdesarrollo; y situar todos estos elementos dentro de un solo proceso histórico

de desarrollo de un solo sistema capitalista mundial…” (Frank; 1979: 10). 86

Nos dice Dos Santos sobre el enfoque del sistema mundo: “El enfoque del Sistema Mundo busca analizar la

formación y la evolución del modo capitalista de producción como un sistema de relaciones económico

sociales, políticas y culturales que nace a fines de la Edad Media europea y que evoluciona en dirección a

convertirse en un sistema planetario y confundirse con la economía mundial. Este enfoque, aun en

elaboración, destaca la existencia de un centro, una periferia y una semiperiferia, además de distinguir, entre

las economías centrales, una economía hegemónica que articula el conjunto del sistema.” (Dos Santos;

1998/1999: 127).

207

depurar este esquema reanalizando la teoría del imperialismo desde los tiempos de su

formación con Hilferding, Rosa Luxemburgo, Hobson, Lenin y Bujarin. André

Gunder Frank (1991) llama la atención hacia estos trabajos de análisis del sistema

mundial que toman su forma sobre todo a inicios de la década del 70 con Amin

(1974), Frank (1978, 1980 y 1981), Dos Santos (1970 y 1978) pero que adquiere

realmente una gran relevancia con la obra de Immanuel Wallerstein (1974, 1980,

1989) que desarrolla la tradición de Fernand Braudel (1979) (Dos Santos; 1998/1999:

125- 126).

En el siguiente capítulo, con información estadística sobre A.L. la vigencia de las tesis

dependentistas en el periodo neoliberal. Desde las bases teóricas del neoliberalismo,

algunos de sus resultados, tanto en el centro como en la periferia, y específicamente sus

consecuencias en A,L, en términos de superexplotación de la fuerza de trabajo, de

dependencia, y las posibilidades de desarrollo con este modelo.

208

CAPITULO IV. EL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA DESDE EL

PENSAMIENTO DEPENDENTISTA

Presentación

Nuestro objeto de tesis es la actualidad del pensamiento dependentista latinoamericano de

la década de los sesenta del siglo XX, para analizar el neoliberalismo en A.L., por lo que es

de imprescindible importancia ver, primero, cuáles son las argumentos teóricos del

pensamiento neoliberal, por lo que nos remitiremos en el primer apartado de este capítulo al

pensamiento de Smith como el principal precursor de las ideas de ese pensamiento y al de

Rose y Milton Friedman como los principales continuadores y difusores -después de que se

había dejado de aplicar por la crisis de 29 y por el pensamiento keynesiano- del

pensamiento de Smith y que terminará imponiéndose tanto en los países centrales como en

los periféricos principalmente a partir de finales de la década de los setenta y principios de

la de los ochenta del siglo XX, segundo, de manera general, cuáles fueron las condiciones

económicas en la década de los setenta, principalmente en EE.UU., que sirvieron como

argumento para abandonar el capitalismo keynesiano por el capitalismo neoliberal, tercero,

para tener un referente para analizar el neoliberalismo en términos económico-sociales,

analizamos la década de los setenta en cuanto al crecimiento de la producción, del

comercio, del empleo y el PIB per cápita entre otros indicadores, y cómo se encontraba la

economía mundial capitalista a principios de la década de los ochenta del siglo XX, cuarto,

la trayectoria del neoliberalismo en sus treinta años para analizar cómo se han repartido sus

supuestos beneficios entre centro y periferia y que llevaría poner en práctica los principios

neoliberales, quinto, las condiciones económicas que terminaron con el modelo de

desarrollo de ISI y que posibilitaron la imposición del pensamiento neoliberal en A.L. y

sexto, la puesta en práctica de los principios de libre mercado y sus implicaciones en

términos de dependencia y desarrollo.

209

IV.1 LAS BASES TEÓRICAS DEL NEOLIBERALISMO: SMITH Y ROSE Y

MILTON FRIEDMAN

IV.1.1 Sobre cómo se puede lograr el progreso o el desarrollo de las naciones en el

capitalismo

Las bases teóricas más sólidas del neoliberalismo las encontramos en las obras de Adam

Smith de 1776, “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las

naciones”, en la de Friedrich A. Hayek de 1944, “Camino de servidumbre” y la de Rose y

Milton Friedman de 1979, “Libertad de elegir” En estas obras se resaltan las bondades no

sólo del capitalismo sino de cómo este puede funcionar mejor en beneficio de todos; de

todos los consumidores. También, se va a denostar la intervención del Estado en la

economía, se va a denostar su posible intervención en las libertades de los individuos para

dedicarse a las actividades que más le convengan. No mencionaremos la obra de Hayek ya

que se mencionó en el capítulo II, sólo mencionaremos las de Smith y Rose y Friedman.

Los fundamentos del neoliberalismo, habría que señalar, se encuentran principalmente en la

obra de Smith, Rose y Milton Friedman sólo llevan las ideas de Adam Smith a la

economías norteamericana para demostrar, primero, que el haberlas aplicado en

determinado momento histórico llevó al progreso a la economía norteamericana, y segundo,

que el no aplicarlas tuvo consecuencias negativas sobre la competencia, la productividad y

los precios, todo en perjuicio del consumidor estadounidense, es decir sobre su progreso87

.

Adam Smith, al igual que Rose y Milton Friedman, están preocupados por cuál es la mejor

forma en que las naciones pueden seguir progresando dentro del capitalismo. Para Smith,

lo trascendental va a ser la libertad para que los individuos puedan dedicarse al oficio,

trabajo, actividad que más les convenga, y las libertades para comerciar en lo local,

nacional e internacional, sin ningún tipo de restricciones, libertades que van a generar

competencia, productividad y bajos precios en beneficio de los consumidores, del progreso.

87

Según Rose y Milton Friedman “la historia de los Estados Unidos es la de un milagro económico y político

hecho posible al ser llevados a la práctica dos grupos de ideas; unas y otras, por una coincidencia curiosa,

formuladas en documentos que se publicaron el mismo año de 1776.” (Friedman1979/1980: 15). Se refieren a

la obra de Adam Smith y a la Declaración de Independencia de Estados Unidos escrita por Thomas Jefferson

“…para expresar el sentimiento general de sus compatriotas. Proclamó una nueva nación, la primera en la

historia regida por el principio de cada persona tenía derecho a perseguir sus propios intereses…” (Friedman;

1979/1980: 16).

210

El único que puede interferir en estas libertades y frenar el progreso es el soberano, el

gobierno.

IV.1.2 Sobre la división del trabajo, la cooperación y el progreso

Primero, según Smith, va a ser la división del trabajo la que va hacer que aumente la

producción de las naciones, la riqueza, riqueza que se va a extender hasta las clases más

pobres del pueblo. Con la división del trabajo y la certeza de tener la libertad para

intercambiarlos el individuo puede disponer de todos los productos, hasta de los que el

mismo no produce. Certeza que va a llevar al individuo a dedicarse a una sola actividad

económica y, por lo mismo, volverse más productivo. Dice Smith:

La gran multiplicación de la producción de todos los diversos oficios, derivada de la

división del trabajo, da lugar, en una sociedad bien gobernada, a esa riqueza universal

que se extiende hasta las clases más bajas del pueblo. Cada trabajador cuenta con una

gran cantidad del producto de su propio trabajo, por encima de lo que él mismo

necesita; y como los demás trabajadores están exactamente en la misma situación, él

puede intercambiar una abultada cantidad de sus bienes por una gran cantidad, o, lo

que es lo mismo, por el precio de una gran cantidad de bienes de los demás. Los

provee abundantemente de lo que necesitan y ellos le suministran con amplitud lo que

necesita él, una plenitud general se difunde a través de los diferentes estratos de la

sociedad.

…Y así, la certeza de poder intercambiar el excedente del producto del propio trabajo

con aquellas partes del producto del trabajo con aquellas partes del producto de otros

hombres que le resultan necesarias, estimula a cada hombre a dedicarse a una

ocupación particular, y a cultivar y perfeccionar todo el talento o las dotes que pueda

tener para ese quehacer particular (Smith; 1776/2009: 102, 107).

Segundo, el individuo constantemente va a buscar su beneficio, para lograrlo va a estar

constantemente necesitado de la cooperación de los demás. Su cooperación la va a lograr

dirigiendo el interés de los demás hacia el suyo propio, haciéndoles saber que si actúan en

su propio interés logran el de ellos. Al perseguir su propio interés fomenta el interés general

de la sociedad, es lo que Smith le llama la mano invisible:

211

…En una sociedad civilizada él estará constantemente necesitado de la cooperación y

ayuda de grandes multitudes…está casi permanentemente necesitado de la ayuda de

sus semejantes, y le resultará inútil esperarla exclusivamente de su benevolencia. Es

más probable que la consiga si puede dirigir en su propio interés de los demás, y

mostrarles que el actuar según él demanda redundará en beneficio de ellos….y de esta

manera conseguimos mutuamente la mayor parte de los bienes que necesitamos. No

es la benevolencia del carnicero, el cervecero, o el panadero lo que nos procura

nuestra cena, sino el cuidado que ponen ellos en su propio beneficio. No nos

dirigimos a su humanidad sino a su propio interés, y jamás les hablamos de nuestras

necesidades sino de sus ventajas…

…En la medida en que todo individuo procura en lo posible invertir su capital en la

actividad nacional y orientar esa actividad para que su producción alcance el máximo

valor, todo individuo necesariamente trabaja para hacer que el ingreso anual de la

sociedad sea el máximo posible. Es verdad que por regla general él ni intenta

promover el interés general ni sabe en qué medida lo está promoviendo… al orientar

esa actividad de manera de producir un valor máximo él busca su propio beneficio,

pero en estos casos como en otros una mano invisible lo conduce a promover un

objetivo que no entraba en sus propósitos…Al perseguir su propio interés

frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho

intentase fomentarlo. Nunca he visto muchas cosas buenas hechas por los que

pretenden actuar en bien del pueblo (Smith; 1776/2009: 105, 519).

Para Rose y Milton Friedman, fueron el mercado libre y la libertad política las bases para el

desarrollo que alcanzó la agricultura de los EE.UU. hasta la Gran Depresión. Dicen:

¿Quién ha hecho este milagro? Es evidente que éste no se debe a un sistema

gubernamental de dirección centralizada…Durante la mayor parte del periodo de

rápida expansión agrícola en los Estados Unidos, el estado desempeño un papel

desdeñable…Sin embargo sin ningún género de dudas, la fuente principal de la

revolución agrícola fue la iniciativa privada, que actuaba en un mercado abierto a

todo el mundo (dejando aparte la vergüenza de la esclavitud). El crecimiento más

rápido se produjo tras la abolición de ésta. Los millones de emigrantes procedentes de

212

todo el mundo eran libres de trabajar para sí…o para otros, en condiciones sobre las

que se habían puesto libremente de acuerdo con sus patrones. Eran libres de utilizar

nuevas técnicas, en perjuicio suyo si el experimento fallaba y en su beneficio si tenía

éxito. Obtuvieron escasa ayuda del gobierno. Lo que es más importante, la

interferencia gubernamental era pequeña (Friedman; 1979/1980: 18).

IV.1.3 Sobre la división del trabajo, los mercados libres y el progreso

La capacidad o profundidad de la división del trabajo está limitada por la extensión del

mercado, de allí que este debería ser lo más extenso posible. En otras palabras, si la riqueza

depende de la división del trabajo y su profundidad, y su profundidad depende del mercado,

los mercados estrechos frenarían la riqueza universal. Esta idea está detrás de la de la

especialización o división internacional del trabajo, es decir que las naciones se deberían

especializar o dedicarse a las actividades productivas en las que tuvieran ventajas y con las

mercancías producidas comprar a otras naciones productos en los cuales son menos

productivas y los consumidores de ambas naciones saldrían ganando por precios más

bajos. Además, los mercados amplios estimularían a los productores a mejorar sus

capacidades productivas, a aumentar su producción y por consecuencia el ingreso y riqueza

de las naciones. La búsqueda de los acuerdos de libre comercio entre naciones va en esta

dirección.

Así como la capacidad de intercambiar da lugar a la división del trabajo, así la

profundidad de esta división debe estar siempre limitada por la extensión de esa

capacidad, o en otras palabras por la extensión del mercado…

…Si un país extranjero nos puede suministrar una mercancía a un precio menor que

el que nos costara fabricarla, será mejor comprarla con el producto de nuestro trabajo,

dirigido en la forma que nos resulte más ventajosa. Ciertamente no es ventajoso

cuando se lo dirige hacia un objeto que es más barato comprar que fabricar…

…Cualesquiera sean los sitios que entablan dicho comercio, todos ellos obtienen del

mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior retira la parte excedente del

producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe demanda en el país y trae de

vuelta a cambio de ella otra cosa para la que si hay demanda. Así, la estrechez del

mercado local no impide que la división del trabajo en ninguna rama de las artes o las

213

manufacturas alcance el grado más alto de perfección. Al abrir un mercado más

amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que pueda exceder el consumo

del país, lo estimula a mejorar sus capacidades productivas y a expandir su producto

anual al máximo, y de esta manera a incrementar el ingreso y la riqueza reales de la

sociedad… (Smith; 1776/2009: 108, 519, 513).

IV.1.4 Sobre los precios, los monopolios, la competencia y el progreso

Sobre el precio de las mercancías, el más adecuado para los consumidores no es el precio

de monopolio sino el precio de competencia por ser el más bajo, el “precio natural o

precio de libre competencia” le llama Smith, y la mejor competencia es donde existen

plenas libertades para producir y comerciar88

. Esto se logra no restringiendo a los

competidores, ni en la búsqueda de empleos, ni el empleo de su capital en cualquier

actividad productiva89

. Lo mismo opinan Rose y Milton Friedman, tanto de los monopolios

privados como estatales. Para ellos la mejor protección para los consumidores es la

competencia mediante la existencia de muchos vendedores:

El precio de monopolio es siempre el más alto posible. El precio natural, o precio de

libre competencia, por el contrario, es el más bajo posible, no en todas las ocasiones,

pero sí durante cualquier período prolongado de tiempo. El primero es siempre el

máximo que puede arrancarse a los compradores, o que se supone que ellos

consentirán que se les arranque. El segundo es el más bajo que los vendedores pueden

88

Dice Smith, que siempre y cuando haya plena libertad para producir y comerciar, siempre prevalecerá el

precio más bajo, que es el precio natural. Dice que “aunque el precio de mercado de cualquier mercancía

puede mantenerse durante mucho tiempo por encima de su precio natural, rara vez puede hacerlo por debajo

de dicho precio. Sea cual fuere la parte del mismo pagada a menos de su precio natural, las personas cuyos

intereses resulten afectados experimentarán una pérdida de inmediato, acto seguido retirarán la tierra o el

trabajo o el capital en la medida necesaria para que la cantidad ofertada en el mercado llegue pronto a ser

apenas suficiente para satisfacer la demanda efectiva. Así el precio de mercado pronto subirá hasta el precio

natural. Así ocurrirá al menos en el caso de que haya plena libertad.” (Smith; 1776/2009: 153). 89

Lo mismo para Rose y Milton Friedman, son los precios los que mejor regulan la actividad económica:

Dicen que los precios desempeñan tres funciones en la organización de la actividad económica. Primero

transmiten información; segundo, aportan el estímulo para adoptar los métodos de producción menos

costosos, y por esa razón inducen a emplear los recursos disponibles para los empleos mejor remunerados;

tercero, determinan quién obtiene las distintas cantidades del producto –la llamada distribución de la renta-.

Estas tres funciones están íntimamente relacionadas (Friedman; 1979/1980:32). Los únicos que pueden

interferir en que los precios regulen la actividad económica son los monopolios, estatales y privados. Dicen:

“Todo lo que impide que los precios expresen libremente las condiciones de la oferta y de la demanda

obstruye la transmisión de información correcta. El monopolio privado…constituye un ejemplo de ello. No

impide la transmisión de información a través del sistema de precios, pero falsea la información

transmitida…” (Friedman; 1979/1980: 35).

214

normalmente aceptar, y al mismo tiempo continuar con su negocio (Smith;

1776/2009: 152-153).

El peligro más importante para el consumidor es el monopolio, ya sea privado o bien

estatal. Su protección más eficaz es la competencia libre a nivel nacional y la libertad

de comercio a nivel mundial. Se protege al consumidor de la explotación a que puede

someterle un vendedor, mediante la existencia de otro vendedor a quien puede

comprar y que está impaciente por venderle. Las fuentes alternativas de oferta

protegen al consumidor mucho más eficazmente que todos los Ralph Nader del

mundo (Friedman; 1979/1980: 313).

IV.1.5 Sobre el empleo, los salarios y la competencia

Lo mismo sobre los empleos y los salarios de los trabajadores, la competencia los regularía

a su estado natural, que serían los salarios más bajos posibles y que tendrían efectos sobre

los precios más bajos de las mercancías, en beneficio de los consumidores:

Las ventajas y desventajas totales de los diversos empleos del trabajo y el capital en

una misma zona deben o bien ser perfectamente iguales o tender hacia la igualdad. Si

en un mismo lugar hubiese un empleo evidentemente mucho más o mucho menos

ventajoso que los demás, habría tanta gente que invertiría en el en el primer caso, que

lo abandonaría en el segundo, que sus ventajas pronto retornarían al nivel de los

demás empleos. Éste sería el caso al menos en una sociedad donde se permitiese que

las cosas siguieran su curso natural, donde hubiese total libertad, y donde cada

persona fuese perfectamente libre para elegir la ocupación que desee como para

cambiarla cuantas veces lo juzgue conveniente. El interés de cada persona lo induciría

a buscar el empleo más ventajoso y a rechazar el menos ventajoso.

…El mismo incremento de la competencia reduciría los beneficios de los maestros y

los salarios de los trabajadores. Los oficios, las artes y las profesiones, todos

perderían, pero ganaría el público, porque el trabajo de todos los artesanos llegaría al

mercado a un precio mucho menor (Smith; 1776/2009: 191, 218).

El trabajador, según Rose y Milton Friedman, también está protegido por la existencia de

muchos patronos y los patronos contra el trabajador por la existencia de muchos

trabajadores:

215

La existencia de muchos empresarios proporciona la protección más fiable y efectiva

a la mayoría de los trabajadores….una persona que tiene un solo patrono para

conseguir trabajo dispone de una protección escasa o nula. Los empresarios que

protegen a un trabajador son aquellos a quienes les gustaría dar trabajo a éste. La

demanda que aquéllos hacen de los servicios de éste hace que el pago del valor total

de los servicios del trabajador redunde siempre en beneficio del empresario. Si el

primer empresario no está dispuesto a pagar este valor total, otro puede estar

dispuesto a hacerlo. La protección real del trabajador proviene de la competencia por

conseguir sus servicios.

La función de la competencia es una característica del sistema de mercado libre con

la que nos hemos tropezado una y otra vez. La existencia de otros patronos de los que

un trabajador puede conseguir empleo protege a este de su empresario. Éste se ve

protegido de la explotación de sus trabajadores por la existencia de otros individuos a

los que puede emplear. El consumidor está protegido de la explotación de un

vendedor dado por la existencia de otros proveedores a los cuales aquél puede

emplear… (Friedman; 1979/1980: 340-341).

IV.1.6 Sobre las restricciones al comercio internacional

Lo mismo, ante la falta de capitales nacionales, no se les debe poner restricciones a los

inversionistas extranjeros para explotar los recursos naturales de las naciones y exportarlos.

Esta idea de Smith está vigente y puesta en práctica más de dos siglos después. Dice Smith.

…Es verdad que en cualquier etapa de cualquier sociedad, lo que sobre, tanto de la

producción bruta como de la elaborada, debe ser remitido al extranjero para ser

intercambiado por algo para lo que haya demanda en el país. Tiene muy poca

importancia que el capital que transporta ese excedente al exterior sea nacional o

extranjero. Si la sociedad no ha acumulado el capital suficiente para cultivar todas sus

tierras y para manufacturar completamente todas sus materias primas, sería

enormemente ventajoso que esas materias fuesen exportadas por un capital

extranjero, para que todo el capital de la sociedad pueda ser invertido en actividades

más útiles… (Smith; 1776/2009:465).

216

Sobre lo inconveniente de restringir la importación de bienes extranjeros que podrían

producirse en el país, sea mediante aranceles o prohibiciones, no sólo se asegura un

monopolio para la industria que va a producir el bien que se restringe, ya veíamos qué

efectos tiene un monopolio. Pero, además, según Smith, con las restricciones tampoco

aumentaría la actividad económica, porque esta está limitada por la cantidad del capital de

que dispone la sociedad. La opinión de Rose y Milton Friedman no difiere de la de

Smith90

.

La actividad de una sociedad nunca puede superar lo que el capital de la sociedad es

capaz de poner en movimiento. Así como el número de trabajadores que puede

emplear una persona debe guardar cierta proporción con su capital, el número de los

que pueden estar continuamente empleados por todos los miembros de una sociedad

debe estar en proporción al capital total de la sociedad. Ninguna reglamentación del

comercio es capaz de elevar la actividad de ninguna sociedad más allá de lo que

permite su actividad. Sólo puede desviar una parte del mismo en una dirección que en

otro caso no habría tomado; y no está nada claro que esta dirección artificial vaya a

ser más provechosa para la sociedad que aquella que habría seguido

espontáneamente.

El conceder monopolio del mercado nacional a la producción nacional, en cualquier

arte o industria, equivale en alguna medida a dictar a los ciudadanos particulares la

manera en que deberían emplear sus capitales, y en todos los casos resulta una

intervención inútil o perjudicial. Si la producción nacional puede llegar al mercado

tan barata como la extranjera, es evidente que la intervención es inútil. Si no puede

hacerlo, será generalmente perjudicial. La máxima de cualquier prudente padre de

familia es nunca intentar hacer en casa lo que le costaría más hacer que comprar. El

sastre no fabrica sus zapatos sino que se los compra al zapatero. El zapatero no hace

sus vestidos sino que recurre al sastre…Todos ellos comprenden que les resulta más

90

Dicen Rose y Milton Friedman que “…las ganancias que obtienen algunos productores gracias a los

aranceles y otras restricciones quedan compensadas con creces por las pérdidas que sufren otros productores y

especialmente los consumidores en su conjunto. La libertad de comercio no sólo procuraría nuestro bienestar

general, sino que también promovería la paz y la armonía entre las naciones y estimularía la competencia

interna.” (Friedman; 1979/1980: 64).

217

conveniente emplear su esfuerzo de forma de tener alguna ventaja sobre sus vecinos,

y comprar lo que necesitan con una parte del producto de su esfuerzo, o lo que es lo

mismo, con el precio de una parte (Smith; 1776/2009: 517, 519).

IV.1.7 Sobre la intervención del Estado en la economía y el progreso

Las funciones que Smith le asigna al Estado es sólo proteger a los ciudadanos de posibles

injusticias de otros ciudadanos o sociedades, e involucrarse sólo en actividades productivas

que no les generen beneficios a los individuos. Los mismos Rose y Milton Friedman

reconocen que “no es fácil mejorar la respuesta que dio Adam Smith a esta pregunta hace

más de 200 años.”91

(Friedman; 1979/1980: 49). Dice Smith:

…Según el sistema de la libertad natural, el soberano sólo tiene tres deberes que

cumplir, tres deberes de sobresaliente importancia pero que están al alcance y

comprensión de una inteligencia corriente. Primero, el deber de proteger a la sociedad

de la violencia e invasión de otras sociedades independientes. Segundo, el deber de

proteger, en cuanto sea posible, a cada miembro de la sociedad frente a la injusticia y

opresión de cualquier otro miembro de la misma, o el deber de establecer una exacta

administración de la justicia. Y tercero, el deber de edificar y mantener ciertas obras

públicas que jamás será del interés de ningún individuo o pequeño número de

individuos el edificar y mantener, puesto que el beneficio nunca podría reponer el

coste que representarían para una persona o un reducido número de personas, aunque

frecuentemente lo reponen con creces para una gran sociedad (Smith; 1776/2009:

588)

91

Dicen Rose y Milton Friedman lo que para Smith y Jefferson debería ser el papel del gobierno en una

economía: “…Para Smith y Jefferson, el papel del gobierno era el de árbitro, no el de un jugador. El ideal de

Jefferson, tal como lo expresó en su primer discurso inaugural (1801), era un gobierno frugal y sensato, que

intentará impedir que los hombres se agravien entre sí, y que les dejará libres para organizar sus propias

aspiraciones de trabajo y de progreso.” (Friedman; 1979/1980: 19).

218

Rose y Milton Friedman dicen lo mismo que Smith, que el principal ente que puede

interferir con el libre mercado, en perjuicio del consumidor, es el Estado. Dicen Rose y

Milton Friedman:

Por importantes que sean las distorsiones privadas del sistema de precios, en la

actualidad el estado es el principal foco de interferencia con el sistema de mercado

libre, por medio de aranceles y otros obstáculos al comercio internacional….

La perfección no es cosa de este mundo. Siempre habrá productos deficientes,

charlatanes y timadores. Pero en conjunto, la competencia de mercado, si se la deja

funcionar, protege al consumidor mucho mejor que la alternativa ofrecida por los

mecanismos gubernamentales que de forma creciente se han sobrepuesto al mercado.

(Friedman; 1979/1980: 35-36, 308)

También sobre la explicación de la inflación, que como sabemos el principal perjudicado

del aumento de precios es el consumidor, pero más el consumidor de bajos salarios. La

inflación, según Rose y Milton Friedman es un fenómeno monetario, ya que es provocada

por el aumento más rápido de la cantidad de dinero que la de bienes y servicios92

. El “…

excesivo crecimiento de la oferta monetaria y por tanto, la inflación se deben a los estados.”

(Friedman; 1979/1980: 3). Por consecuencia “…la reducción de la tasa de crecimiento de la

oferta monetaria es el único remedio para eliminarla…El estado debe hacer crecer la

cantidad de dinero a una velocidad menor….” (Friedman; 1979/1980: 372).

IV.1.8 Sobre los programas sociales del Estado

Sobre los programas sociales, aparte del derroche que implica destinar recursos a estos

programas, tienen efectos nocivos en la sociedad, sobre todo en la actividad económica, ya

que desincentivan el trabajo, el ahorro y la innovación, etc. Dice Rose y Milton Friedman:

El despilfarro es angustiante, pero constituye el menor de los males de los programas

paternalistas que han crecido hasta alcanzar este enorme volumen. El peor mal

consiste en el efecto que estos planes tienen sobre el tejido de nuestra sociedad. Tales

92

Dicen Rose y Milton Friedman sobre lo que causa inflación: “Sigue siendo tan cierto ahora como antes que

un aumento más rápido de la cantidad de dinero que de los bienes y servicios que pueden comprar provocará

inflación aumentado los precios en términos de ese dinero...” (Friedman; 1979/1980: 351).

219

proyectos debilitan la familia; reducen el incentivo al trabajo, al ahorro y a la

innovación; impiden la acumulación de capital y limitan nuestra libertad. Estos son

los patrones por los que se los debería juzgar (Friedman; 1979/1980: 180).

Dicen Rose y Milton Friedman, que esta idea de la igualdad se puso en práctica en

Inglaterra en los siglos XIX y XX y que terminaron en fracaso porque fue contra el

esfuerzo del ser humano de mejorar su condición y de su familia. Que la mejor forma de

aumentar los niveles de vida, de lograr la igualdad y de mejorar las condiciones de trabajo,

entre otras mejoras sociales, es con los mercados libres93

.

Quizás el ejemplo más instructivo sea Gran Bretaña, que en el siglo XIX siguió el

camino hacia la realización de la igualdad de oportunidades y en el XX hacia la de

resultados.

…La campaña de pro de la igualdad fracasó en Gran Bretaña no porque fueran

adoptadas medidas erróneas, aunque algunas lo eran sin lugar a dudas; ni porque

hubieran sido mal administradas, aunque algunas lo fueron sin lugar a dudas; ni

porque las dirigieran personas inadecuadas, aunque algunas lo fueran sin lugar a

dudas. La campaña en pro de la igualdad fracasó por una razón mucho más

fundamental. Iba en contra de uno de los instintos más básicos de todos los seres

humanos. En palabras de Smith, “el esfuerzo uniforme, constante e ininterrumpido de

cada hombre por mejorar su condición” y, podría añadirse, la condición de sus hijos y

los hijos de estos… (Friedman; 1979/1980: 204,205).

93

Según los Friedman, es en los países donde no se dejan funcionar los mercados libremente que la diferencia

entre ricos y pobres es más grande. Dicen que “dondequiera que se ha dejado funcionar al mercado libre, en

todos los lugares en que ha existido cierta igualdad de oportunidades, el hombre de la calle ha sido capaz de

llegar a niveles de vida antes impensables. En ningún sitio es más grande el abismo entre el rico y el pobre

que en las sociedades que no permiten el funcionamiento del mercado libre. Esto es cierto…en las sociedades

de planificación centralizada, como Rusia, China, o la India…” (Friedman; 1979/1980: 206-207). Es por los

mercados libres, según los Friedman, que en los últimos dos siglos los salarios y las condiciones de trabajo de

los trabajadores han mejorado. Dicen que “a lo largo de los dos últimos siglos, la situación del trabajador

medio en los Estados Unidos y otros países económicamente avanzados ha mejorado en medida enorme.

Difícilmente un trabajador hoy en día realiza el tipo de trabajo agotador normal hace uno cien años y que

todavía es algo común en la mayor parte del globo. Las condiciones de trabajo son mejores; la jornada laboral

se ha reducido; las vacaciones y otros servicios sociales se dan por sentados. Los salarios también son mucho

mayores, permitiendo a una familia media alcanzar un nivel de vida del que sólo unos pocos ricos podían

gozar anteriormente.” (Friedman; 1979/1980: 206-207).

220

IV.1.9 Sobre el Estado empresario

Según Smith94

, el Estado no debe involucrarse en actividades empresariales, no puede ser

empresario, ya que va a ser muy ineficiente, que lo que lo va a caracterizar es el derroche y

la extravagancia; que los funcionarios de las empresas del soberano no se van a preocupar

porque estas sean eficientes, y si por acumular fortunas. Rose y Friedman agregarían que el

mal empresario se reflejaría también en la producción de productos deficientes, que los

productos de mejor calidad serán producidos por las empresas privadas95

. Dice Smith:

…Pero como mínimo resulta mucho más dudoso que se pueda confiar con alguna

seguridad la gestión de una empresa similar a un gobierno como el de Inglaterra que,

cualesquiera puedan ser sus virtudes, jamás ha alcanzado fama de administrador

eficiente; que en tiempo de paz generalmente se ha conducido con el derroche

indolente y negligente que quizás sea natural en las monarquías; y que en tiempos de

guerra ha actuado sistemáticamente con la imprudente extravagancia en que suelen

caer las democracias.

Pero los príncipes se han lanzado con frecuencia a muchas otras empresas y han

aspirado, igual que las personas privadas, a amasar fortunas convirtiéndose en

empresarios de los negocios corrientes. Casi nunca lo han conseguido, porque el

derroche que siempre caracteriza a los asuntos de los príncipes lo hacía prácticamente

imposible. Los funcionarios de un príncipe consideran que la riqueza de su patrono es

inagotable; no se preocupan de a qué precio compran, a qué precio venden ni cuánto

cuesta el transporte de sus bienes de un sitio a otro. Estos agentes viven con

frecuencia con el boato de los príncipes y a veces también, a pesar de esa profusión,

manipulando adecuadamente sus cuentas acumulan fortunas principescas (Smith;

1776/2009: 656, 657).

94

Dice Smith sobre lo incompatible que es el querer ser soberano y empresario: “No hay dos naturalezas más

incompatibles que las de empresario y soberano. Si el espíritu comercial de la pésima soberana, el espíritu de

soberanía la convierte en pésima comerciante…” (Smith1776/2009: 657). 95

Dicen los Friedman sobre la calidad de productos producidos por el Estado: “Los productos deficientes son

producidos todos por el estado o por las industrias reguladas por él. Los productos de más calidad son

producidos todos por empresas privadas sin o con escasa intervención estatal…” (Friedman; 1979/1980: 269).

221

Si el soberano ya está involucrado en actividades empresariales lo mejor que puede hacer es

venderlas a los administradores más eficientes, es decir al sector privado, y dedicar esos

ingresos al pago de deuda pública:

…En todas las grandes monarquías europeas la venta de tierras reales podría generar

una gran suma de dinero que, aplicada al pago de la deuda pública, dejaría

deshipotecados a unos ingresos mucho mayores que los que nunca han producido

esas tierras a las coronas. Si las tierras reales se vuelven propiedad privada, en pocos

años estarían bien roturadas y bien cultivadas (Smith; 1776/2009:658).

IV.1.10 Sobre la educación, la competencia y los mercados libres

La educación no fue la excepción en el pensamiento de Smith y Rose y Milton Friedman.

Parten de que a los involucrados habría que considerarlos como productores y

consumidores, los padres e hijos como consumidores y los profesores y administradores

como productores (Friedman; 1979/1980: 212, 220). En esta lógica entonces la mejor

protección para los consumidores es tener la libertad de elegir y la competencia entre

productores. Ya desde 1776 Adam Smith hacía referencia a que el que el estudiante no

tuviera la libertad de elegir su institución iba en demérito de la superación de los

profesores. Decía que “todo lo que fuerce a un cierto número de estudiantes a dirigirse

hacia un colegio o universidad determinada, de forma independiente del mérito o

reputación de sus profesores, tiende en alguna medida a disminuir la necesidad de ese

mérito o esa reputación.” (Smith; 1776/2009: 622).

Smith, resaltaba que las mejores instituciones de enseñanza eran las instituciones privadas,

no sólo porque el consumidor que podía pagarlas tenía la libertad de elegir la mejor

institución, sino porque a las instituciones privadas las regía la competencia. Los Friedman

dicen que el que el Estado juegue un papel cada vez más importante “en la financiación y

administración de la enseñanza ha llevado no sólo a una enorme pérdida de dinero de los

contribuyentes, sino también a un sistema educativo mucho peor que el que podría haberse

desarrollado de haber seguido teniendo un papel más importante la cooperación

voluntaria.” (Friedman; 1979/1980:258). Dice Smith en referencia a las instituciones

privadas:

222

Hay que subrayar que aquellas partes de la educación para las que no existen

instituciones públicas son generalmente mejor enseñadas. Cuando un joven acude a

una escuela de esgrima o baile, no siempre aprende a esgrimir o bailar a la perfección,

pero es raro que no aprenda a hacerlo. Los buenos efectos de las escuelas de

equitación no son tan evidentes. El gasto de una escuela de equitación es tan abultado

que en la mayoría de los sitios es una institución pública. Las tres secciones más

fundamentales de la educación literaria –leer, escribir y contar- siguen siendo

impartidas más bien por escuelas privadas y no públicas; y pocas veces ocurre que

alguien deje de aprenderlas en el grado que necesita conocerlas (Smith;

1776/2009:625)

Smith y Friedman están de acuerdo en que el estado se haga cargo de cierta parte de la

educación, pero bajo las condiciones de mercados libres, que las rija la competencia96

.

Uno de los problemas de las instituciones públicas era que todo su financiamiento era

proporcionado por el Estado, y el otro que sus profesores recibían su ingreso, sueldo,

salario, independientemente de su “éxito y reputación” o productividad. Decía Smith que

“las dotaciones de las escuelas y colegios han disminuido necesariamente en alguna medida

la necesidad de aplicación de los profesores. En la medida en que su sustento deriva de su

salario, es evidente que deriva de un fondo por completo independiente de su éxito y

reputación en sus respectivas profesiones.” (Smith; 1776/2009:620-621).

Para Smith, someterlas a la competencia, significaba, por una parte, que “las instituciones

para la educación de los jóvenes pueden, de la misma forma proporcionar un ingreso

suficiente para sufragar sus gastos. Las tasas u honorarios que el estudiante paga al maestro

constituyen un ingreso de este tipo.” (Smith; 1776/2009: 620). Por la otra que los salarios

de los profesores no dependieran totalmente del Estado, porque si fuera así “…pronto se

acostumbraría a desatender su trabajo.”, sino que una parte importante del mismo pudiera

depender “…de los honorarios o tasas de sus alumnos. En este caso la necesidad de

96

Dice Smith sobre la responsabilidad del Estado en proporcionar educación a sus ciudadanos: “Pero aunque

el pueblo llano en una sociedad civilizada no pueda tener tanta educación como la gente de rango y fortuna,

las partes más fundamentales de la educación –leer, escribir y contar- pueden ser adquiridas en una etapa tan

temprana de la vida que la mayoría de quienes se dedican a las ocupaciones más modestas tienen tiempo de

aprenderlas antes de poder ser empleados en esas ocupaciones. Con un gasto muy pequeño el Estado puede

facilitar, estimular e incluso imponer sobre la gran masa del pueblo la necesidad de adquirir esos elementos

esenciales de la educación.” (Smith; 1776/2009: 635).

223

esforzarse, aunque siempre resulta más o menos reducida, no es completamente

eliminada…” (Smith; 1776/2009: 636, 621) Los Friedman, para que los consumidores

tengan libertad de elegir y los productores se autofinancien y compitan proponen un

sistema de vales para los primeros:

…Esto dará a cada padre una oportunidad mayor para elegir, y al mismo tiempo

exigirá a las escuelas públicas que se autofinancien cobrando la enseñanza

(totalmente si el vale corresponde al coste total; si no, al menos en parte). Las

escuelas públicas tendrán que competir entonces tanto con las demás escuelas

públicas como con las privadas (Friedman; 1979/1980:225).

IV.2 EL PROYECTO NEOLIBERAL: TRAYECTORIA Y TREINTA AÑOS

DESPUES, 1980-2012

IV.2.1 La década de los setenta: crisis en la economía norteamericana, crisis del

Estado de Bienestar y la “necesidad” del neoliberalismo

Las bases teóricas del capitalismo de mercado libre estaban construidas, los problemas

capitalistas también se hicieron presentes desde fines de la década de los sesenta,

continuaron en los setenta y sirvieron de argumento para desplazar al capitalismo con

Estado de Bienestar por el capitalismo de libre mercado. Es en 1968 cuando se agudizan

los problemas de balanza de pagos de la economía norteamericana97

. A estos le siguió la

inconvertibilidad del dólar en oro en 1971 y con ello la terminación de los tipos de cambio

fijos y el sistema monetario internacional que había dado sustento a la época de oro de la

posguerra.98

A los problemas de balanza de pagos y financieros le siguieron la crisis cíclica

de 1974-1975 y 1980-1982 en los países desarrollados, que se expresaban en menor

crecimiento de la producción, precios más elevados y mayores tasas desempleo, sobre todo

en EE.UU. El culpable sería el Estado de Bienestar que interfería con el libre

97

Fueron tales los problemas que el presidente en turno, Lindon B. Johnson, anuncia el primero de enero de

1968 un programa tendiente a corregir el déficit de balanza de pagos de la economía norteamericana. Para

detalles sobre el programa se puede ver: “Mensaje del Presidente de los EE.UU., Lindon B. Johnson, sobre la

balanza de pagos (1968). En Revista El Trimestre Económico. Vol. XXXV. Número 138. Pags. 365-372.

México, FCE. 98

Fue el presidente de EE.UU., Richard Nixon, quién el 15 de agosto de 1971 declara la inconvertibilidad.

Sobre los argumentos del presidente para esta medida se puede ver: “Declaración del Presidente de los

Estados Unidos sobre la Nueva Política Económica, (1971).” Revista El Trimestre Económico. Volumen

XXXIII, número 152. Pags. 114-119. México, FCE

224

funcionamiento del mercado, con las libertades que Smith y Rose y Milton Friedman

plantearon y que socavan la división del trabajo, la especialización, la productividad y

competencia, en perjuicio del individuo, del consumidor, del progreso. Dice Claus Offe que

los problemas de la economía a mediados de la década de los setenta del siglo XX trajeron

consigo el cuestionamiento del Estado de Bienestar y el resurgimiento de las ideas de libre

mercado para organizar la economía mundial capitalista99

:

La aguda recesión económica de mediados de los años setenta ha producido un

renacimiento intelectual y políticamente poderoso de neo-laissez faire y doctrinas

económicas monetaristas. Esas doctrinas equivalen a una crítica fundamental del

estado del bienestar, que se considera la enfermedad de aquello que pretende curar;

en vez de armonizar los conflictos de una sociedad mercantil, los exacerba e impide

que las fuerzas sociales de paz y progreso (a saber: las fuerzas del mercado)

funcionen de modo apropiado y benéfico. Se dice que esto es así por dos razones

principales. En primer lugar, el aparato del Estado impone una carga fiscal y

normativa al capital que equivale a un desincentivo para la inversión. En segundo

lugar, y al mismo tiempo, el Estado del Bienestar garantiza pretensiones títulos y

posiciones de poder colectivo a trabajadores y sindicatos que equivalen a un

desincentivo para el trabajo, o al menos para un trabajo todo lo duro y productivo

como el impuesto bajo la égida de fuerzas mercantiles no reprimidas. Tomados

conjuntamente, ambos efectos conducen a una dinámica de crecimiento declinante y

crecientes expectativas, de sobrecarga en la demanda económica (conocida como

99

También que la existencia del Estado de Bienestar en la segunda posguerra hacia más complicada la

explotación del capital hacia el trabajo. Con los principios de libre de mercado y la desaparición de ese

Estado, se supondría se eliminarían las restricciones de la explotación del trabajo por el capital. Dice. “De este

modo, el Estado del Bienestar ha hecho que la explotación del trabajo sea más complicada y menos

predecible. Por otra parte, como el Estado del Bienestar impone reglamentos y derechos al intercambio

trabajo-capital que acontece en la producción, manteniendo intacta la estructura de autoridad y las relaciones

sobre propiedad de la producción, poco puede sorprender que los trabajadores no se encuentren, por regla

general, tan intrínsecamente motivados a trabajar todo lo productivamente que podrían. En otras palabras, el

Estado del Bienestar mantiene el control del capital sobre la producción, y por eso mismo la fuente básica de

conflicto industrial y de clase entre trabajo y capital; en modo alguno establece cosa parecida a un control

obrero. Al mismo tiempo, fortalece el potencial obrero de resistencia ante el control del capital, siendo el

efecto neto que un conflicto inmodificado se lucha con medios modificados a favor del trabajo. Las relaciones

explotadoras de producción coexisten con mayores posibilidades de resistir, escapar y mitigar la explotación.

No es sorprendente constatar que esta situación mina la estética laboral, o que al menos requiere estrategias

más costosas y menos fiables para reforzar dicha ética.” (Claus Offe; 140).

225

inflación) y a una sobrecarga en la demanda política (ingobernabilidad), que cada vez

puede satisfacerse menos por medio de la producción disponible (Claus Offe; 137-

138)

Es con la llegada de Gobiernos de derecha en los diferentes países centrales a finales de la

década de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX que se empiezan a imponer y

generalizar las ideas neoliberales, tanto en el centro como en la periferia. En EE.UU.,

aunque se menciona a Ronald Reagan como el iniciador de las políticas de libre mercado,

Alan Greenspan, secretario de la Reserva Federal de los EE.UU. de 1987 a 1996, menciona

que fue Gerald Ford (1974-1977)100

el que inició las políticas desregulatorias en los

EE.UU., seguirían con Jimmy Carter (1977-1981), y continuarían con Ronald Reagan

(1981-1989)101

, hasta la actualidad con el presidente Barak Obama. En Inglaterra

empezarían con el gobierno de Margaret Thacher (1979-1990) y continuarían con los

posteriores gobiernos. En otros países de Europa, es también con la llegada de gobiernos

de derecha que se va a generalizar la aplicación de los principios del libre mercado.102

En

100

Dice Greenspan sobre la importancia de Ford en el inicio las políticas de libre mercado en los Estados

Unidos: “La desregulación fue el gran logro no debidamente reconocido de la Administración Ford. Cuesta

hacerse una idea de lo encorsetada que estaba la empresa estadounidense en aquella época. Líneas aéreas,

transportes por carretera, ferrocarriles, autobuses, gasoductos, teléfonos, televisión, corredores de Bolsa,

mercados financieros, cajas de ahorros, servicios públicos…todos funcionaban bajo estricta regulación. Las

operaciones eran supervisadas hasta el más mínimo detalle…” (Greenspan; 2007/2008: 87). Señala también

que en la base de las políticas desregulatorias en EE.UU. estaban las ideas de libre mercado de Milton

Friedman de la Escuela de Chicago. Dice que “… la base económica de la desregulación procedía ante todo

de Milton Friedman y el resto de inconformistas de la llamada Escuela de Chicago. Esos economistas habían

construido un gran e impresionante corpus de trabajo en torno a la teoría de que los mercados y los precios, y

no los planificadores centrales, eran los mejores distribuidores de los recursos de la sociedad. La premisa

keynesiana que había imperado en Washington desde la administración Kennedy era que la economía podía

gestionarse de forma activa; los economistas de Chicago sostenían que el gobierno debía intervenir menos, no

más, porque la regulación científica era un mito. En ese momento, tras años de estanflación y con el fracaso

de los controles de precios y salarios fresco en el imaginario colectivo, los políticos de ambos signos estaban

dispuestos a reconocer que la microgestión gubernamental había llegado demasiado lejos. Era hora de hacer

menos.” (Greenspan; 2007/2008: 88). 101

Greenspan menciona que Reagan era un partidario de las políticas de libre mercado, que era “…un

incondicional del libre mercado hasta las cachas. Quería derribar las barreras de la economía…entendía la

tendencia de los mercados libres a corregirse solos y el fundamental poder creador de riqueza del capitalismo.

Confiaba en que la mano invisible de Adam Smith fomentaba la innovación y además producía resultados que

en general percibía como justos…” (Greenspan; 2007/2008: 106). 102

Sobre cómo se generalizó la toma del poder por la derecha en los países centrales entre fines de la década

de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX, Cueva nos dice: “Estábamos, sobre todo, en la picota

de la nueva derecha, corriente ideológica y política que se extendía como mancha de aceite por los países

avanzados de occidente. En 1979 fue elegida primera ministra de Gran Bretaña la conservadora Margaret

Thatcher, quien volvería a triunfar en 1983 y 1987. También en 1979 se produjo el viraje a la derecha de la

política exterior estadounidense, bajo la presidencia del propio james Carter, dando origen a la llamada

“segunda guerra fría” y como preludio de los aplastantes triunfos de Ronald Reagan en 1980 y 1984, y de

226

la periferia es a través de diferentes mecanismos que estas políticas llegan a estos países. En

A.L. y otros países endeudados, se implantarían a partir de la llamada crisis de la DE de

principios de la década de los ochenta del siglo XX.

Ruy Mauro Marini, en su línea de investigación, hace varias observaciones sobre cómo se

gestó el proceso de inicio de las políticas de libre mercado. Primero señala el aumento de la

competencia internacional en la segunda mitad de la década de los setenta, que agudizó el

proteccionismo en EE.UU y Europa, y que bloqueaba la circulación mundial de

mercancías y capitales, segundo, la presión por campos de inversión por los inversionistas

por el aumento de su capital para acumular y tercero, la caída de la tasa de ganancia que se

empezaba a manifestar desde mediados de la década de los sesenta y que culmina en la

crisis de 1974-1975, crisis que centralizó el capital dinerario y permitió a los capitalistas el

desarrollo “de las nuevas tecnologías y mejorar así las condiciones de competitividad”

(Marini; 1997: 4-5).

La aplicación de los principios de libre mercado ha permitido imponer un nuevo modelo de

desarrollo económico que combina crecimiento y desempleo, para el cual fue necesario

“quebrar la tesis de la resistencia del movimiento obrero”, en la que tiene que ver de

manera importante el cambio tecnológico, “mismo, que hace cada vez más fuerte la

incidencia del conocimiento en el proceso de producción”103

. (Marini; 1997: 5-6). Este

proceso, según Marini, acogiendo las tesis de Rich, ha generado dos tendencias mundiales

que tienen que ver con la industria manufacturera y la fuerza de trabajo. La primera es que

Bush en 1988. Desde 1982, Yasuhiro Nakasone asume el poder en Japón, lo cual supone un viraje general

hacia la derecha en el ambiente ideológico interno, con una discreta confirmación del militarismo japonés y el

culto al emperador. Ese mismo año, el demócrata cristiano Helmuth Kohl deviene en canciller de Alemania.

La derecha está, pues, bien servida por doquier; los regímenes de Martens en Bélgica, Lubbers en Holanda y

Schluter en Dinamarca son, como dice Perry Anderson, cortados de la misma tela”. A ellos se sumará, poco

después, el del criptonazi Kurt Waldheim en Austria.” (Cueva; 2008: 4-5). 103

Dice Marini lo que ha significado para las condiciones laborales del obrero el ver vencida su resistencia

por el capital: “los trabajadores no han podido resistir las presiones patronales y debido hacer concesión tras

concesión. Las empresas recurrieron en gran escala a la tercerización de su personal, que implica el despido

de de trabajadores y su posterior recontratación a través de pequeñas empresas prestadoras de servicios, lo

que las exime de gastos por concepto de prestaciones sociales. Paralelamente adoptaron medidas enmarcadas

en la llamada flexibilización, procedimiento que obliga al obrero, a cambio de la estabilidad en el empleo, a

aceptar modificaciones que afectan desde el puesto de trabajo y el salario hasta la jornada laboral, en su

duración e intensidad. Finalmente, acentuaron la diferenciación existente en los mercados de mano de obra,

interponiendo una distancia creciente entre el trabajador y el proceso material de producción, lo que ha

contribuido a aumentar la jerarquización existente entre ellos según el grado de su calificación, tanto desde el

punto de vista del empleo como de la remuneración (Marini; 1997: 6).

227

”el proceso de difusión mundial de la industria manufacturera es incontenible e irreversible,

y, con vistas a obtener mayores ganancias, abre amplio campo para el desplazamiento de la

producción manufacturera a los países que presentan tasas salariales inferiores, lo que

representaría una de las causas determinantes de la reducción de trabajo en Estados

Unidos” y la segunda, la necesidad que tiene EE.UU. “de dedicar lo mejor de su esfuerzo a

la educación desde el nivel preescolar hasta el superior, a fin de compensar esa reducción

de la oferta interna de empleo mediante la transformación a gran escala del personal

existente en cuadros altamente calificados, que el autor llama “analistas simbólicos”

(symbolic analysts). “En principio”, afirma, “todos los obreros que son productores

rutinarios pueden volverse analistas simbólicos y dejar que sus viejos empleos se

transfieran hacia las naciones en desarrollo” (Marini; 1997: 6-7).

Esto lleva a Marini a plantear dos divisiones internacional del trabajo, la primera “operaría

en el plano de la misma fuerza de trabajo y no, como antes, a través de la posición ocupada

en el mercado mundial por la economía nacional en donde el trabajador se desempeña. De

lo que se trata, ahora, es el de la participación del trabajador en un verdadero ejército

industrial globalizado en proceso de constitución, en función del grado de educación,

cultura y calificación productiva de cada uno” y dos, “la división internacional del trabajo

en el plano de la producción…Uno de sus resultados visibles es el regreso de países (desde

luego con métodos de gestión plenamente capitalistas, a diferencia de lo que sucedía antes)

a la forma simple de división internacional del trabajo que primaba en el siglo XIX y que

involucra el trueque de bienes primarios por bienes manufacturados” (Marini; 1997: 7, 8)

Todo ello agrava los problemas de dependencia de la periferia en sistema capitalista

mundial, respecto de los países del centro ya que estos:

“muestran dos triunfos en la mano. El primero es su inmensa superioridad en materia

de investigación y desarrollo, que lo es que hace posible la innovación técnica; existe

allí un verdadero monopolio tecnológico que agrava la condición dependiente de los

demás países. El segundo es el control que ejercen en la transferencia de actividades

industriales en los países atrasados, tanto por su capacidad tecnológica como de

inversión, control que actúa de dos maneras: una, transfiriendo prioritariamente a los

países más atrasados industrias menos intensivas en conocimientos; dos dispersando

228

entre diferentes naciones las etapas de producción de mercancías; de esa manera

impiden el surgimiento de economías nacionales integradas” (Marini; 1997: 7-8)

Por último su apreciación sobre la superexplotación de la fuerza de trabajo en la periferia

en la etapa neoliberal. Primero, que cada vez más la expansión del comercio en la etapa

neoliberal se debe al comercio intrafirmas, posibilitado por que la “moderna tecnología

imprime un alto grado de estandarización a la producción de partes y componentes.” Ello y

la supresión de las barreras al comercio permitió el “pleno restablecimiento de la ley del

valor”, ¿qué significa este restablecimiento? Primero, que el que la producción este

orientada a abastecer mercados cada vez más vastos “implica la intensificación de la

competencia entre las grandes empresas y su esfuerzo permanente por lograr ganancias

extraordinarias respecto a sus competidores. Se acentúa, pues, la utilización de los

procedimientos que permiten obtener dichas ganancias.” (Marini; 1997: 12) Segundo, pero

que al mismo tiempo se presentan obstáculos para que el capital obtenga ganancias

extraordinarias, de los cuales el principal es la “difusión tecnológica (que) tiende a la larga,

a homogeneizar los procesos productivos y a igualar la productividad del trabajo y por

consiguiente la intensidad…El mercado mundial, por lo menos en sus sectores productivos

más integrados, camina así en el sentido de nivelar de manera cada vez efectiva los valores

y, según la tendencia, a suprimir las diferencias nacionales de que afectan la vigencia de la

ley del valor.” (Marini; 1997: 12) El recurso para el capital para el aumento de ganancias

extraordinarias sigue siendo el obrero. Va a ser con la difusión tecnológica que se da en la

etapa neoliberal que le va a permitir al capital elevar la intensidad media de la fuerza de

trabajo y con ello la posibilidad de la superexplotación. Dice Marini:

“La contrapartida de esta situación es que aumenta la importancia del trabajador en

tanto que cuente con ganancias extraordinarias. Aunque, naturalmente su calificación

y destreza varían de nación a nación, su intensidad media se eleva a medida que se

vale de la tecnología superior, sin que esto necesariamente se traduzca en reducción

significativa de las diferencias salariales nacionales. Se entiende, así, que se venga

acentuando la internacionalización de procesos productivos y las difusiones

constantes de la industria hacia otras naciones…para hacer frente a la agudización de

la competencia a nivel mundial. En ese movimiento desempeña papel destacado,

aunque no exclusivo, la superexplotación del trabajo” (Marini; 1997: 12)

229

La posibilidad de la superexplotación, ahora no sólo es en la periferia sino también en el

centro, que está dada por esa combinación de crecimiento y desempleo, las crisis y el

vencimiento de la resistencia de los movimientos obreros.

“Esto es así porque…la introducción de nuevas tecnologías está implicando la

extensión del desempleo, de manera abierta o disfrazada, mientras que se estruja la

fuerza de trabajo que permanece en actividad. En efecto, es propio del capitalismo

privilegiar la masa de trabajo impago, independientemente de sus portadores reales,

es decir, de los trabajadores que la proporcionan; su tendencia natural, pues, es la de

buscar la maximización de dicha masa al menor costo que pueda representar. Para

ello se vale tanto del aumento de la jornada laboral y de la intensificación del trabajo

como, de manera más burda, de la rebaja de salarios, sin respetar el valor real de la

fuerza de trabajo. De este modo se generaliza a todo el sistema, incluso los centros

avanzados, lo que era un rasgo distintivo –aunque no privativo- de la economía

dependiente: la superexplotación generalizada del trabajo…” (Marini; 1997; 13)

El capitalismo, y el capitalismo de libre mercado, se vio fortalecido con la caída del

socialismo en la U.R.S.S. y Europa del Este, ya que quedaba como única opción donde la

periferia debería buscar sus alternativas de desarrollo, además de que para las empresas se

abrían nuevos mercados para la colocación de sus capitales y mercancías. Dice Greenspan

sobre la importancia que tuvo la caída del socialismo para el fortalecimiento del

capitalismo:

El momento decisivo para las economías mundiales fue la caída del muro de Berlín

en 1989, que reveló tras el Telón de Acero un estado de ruina económica que

superaba con creces las expectativas de los economistas occidentales mejor

informados. La planificación central quedó destapada como un fracaso estrepitoso;

sumado y reforzado por la creciente desilusión con las políticas económicas

intervencionistas de las democracias occidentales, el capitalismo de mercado empezó

a sustituir discretamente esas políticas en buena parte del mundo. La planificación

central ya no era digna de debate. No hubo panegíricos. Salvo en Corea del Norte y

Cuba, desapareció de la agenda económica mundial (Greenspan; 2007/2008: 25).

230

Para Perry Anderson, la caída del socialismo tuvo un gran significado para el capitalismo.

Quedaba como único orden social basado en los principios del libre mercado, más allá del

cual no era posible buscar alternativas de mejoras importantes. Fue tal el poder de su

ideología, que se extendió a todos los rincones del planeta, esperando, por supuesto, las

supuestas mejoras que traería consigo su puesta en práctica104

.

El final de la Guerra Fría ha traído una configuración totalmente nueva. Por primera

vez en la historia, el capitalismo se proclama a sí mismo como tal, la ideología que

anuncia la llegada a un punto final en el desarrollo social, con la construcción de un

orden ideal basado en el libre mercado, más allá del cual no se puede imaginar

ninguna mejora sustancial… (Anderson; 387).

Los resultados, por supuesto, han sido desiguales entre naciones centrales y periféricas, y

entre propietarios y no propietarios de medios de producción al interior de esas naciones.

Los resultados también darán pausa, sobre todo a las naciones periféricas, de seguir

buscando sus opciones de desarrollo, o no, dentro del capitalismo de libre mercado.

IV.2.2 La década de setenta del siglo XX como el referente del capitalismo neoliberal

Para tener un referente sobre lo que ha sido el neoliberalismo en la economía mundial

capitalista y cómo se han distribuido sus efectos entre centro y periferia, conviene tener

como referente la década de los setenta del siglo XX, como la última en la que estuvo

vigente el capitalismo con Estado de Bienestar, y porque se supondría que con la aplicación

de los principios neoliberales se mejoraría la situación económica y social de ambos grupos

de países que habían tenido hasta fines de esa década. Así, para 1970 el PIB mundial, a

dólares de 2005, sumaba 15,320760.5 millones de dólares (MDD), de los cuales las

economías del centro, con sólo el 22% de la población mundial, contribuían con el 82.8%

de la producción, por el contrario, los países periféricos con el 71% de la población sólo

contribuían con el 13.8%de la producción mundial, eran menos productivos. Lo mismo

sucedía con el comercio, la periferia sólo participaba con 19.0% de las exportaciones y

104

Dice Anderson sobre la extensión de la ideología neoliberal: “Más allá de la transfiguración de la centro-

izquierda en la zona del Atlántico Norte, la hegemonía neoliberal se ha extendido en el mismo periodo a los

rincones más alejados del planeta. Se pueden encontrar fervientes admiradores de Hayek o Friedman en

ministerios de hacienda por doquier, desde la Paz a Beijing, Auckland a Nueva Delhi, Moscú a Pretoria,

Helsinki a Kingston…” (Anderson; 388).

231

18.4% de las importaciones. En cuanto a los flujos de IED, los periféricos eran más

receptores que colocadores ya que para 1970, como receptores recibían el 28.9% del total

mundial, mientras que sólo colocaban en el exterior 0.4% del total, el resto lo hacían los del

centro. El PIB per cápita del centro sumaba 15,962 dólares, el de los subdesarrollados 805.9

dólares y representaba el 5.0% del de los primeros105

(ver cuadros IV.1, IV.2, IV.3, IV.4).

Cuadro IV.1. Población mundial

(Total y porcentajes)

Años 1970 1980 1990 2000 2010

Total mundial 3696186.3 4453007.5 5306425.2 6122770.2 6895889.0

Economías desarrolladas 22.0 19.6 17.1 15.8 14.9

Economías en transición 7.2 6.5 5.9 5.0 4.4

Economías subdesarrolladas 71.0 73.9 76.6 78.9 80.4

Economías subdesarrolladas de África 9.9 10.8 12.0 13.2 14.8

Economías subdesarrolladas de América 7.7 8.0 8.3 8.4 8.5

Economía subdesarrolladas de Asia 53.2 54.9 56.3 57.1 57.0

Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.1 0.1 0.1 0.1 0.1

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 49.3 52.2 55.4 58.5 61.3

Fuente: Total population, anual, 1950-2050. UNCTAD, UNCTADstat

105

También habría que señalar lo desigual del desarrollo al interior de los mismos países subdesarrollados.

Así por ejemplo, de ese 13.8%, África sólo contribuía con 2,2%, América con 5.4 y Asia con 6.1. Lo mismo

en cuanto al PIB per cápita, el de África era 913.1 dólares, el de América de 2,934. 3 y el de Asia de sólo

477.5. Las diferencias se hacen más agudas si revisamos las regiones al interior de cada continente.

232

Cuadro IV.2. PIB mundial y PIB per cápita a dólares de Estados Unidos, a

precios constantes de 2005

(Porcentajes en relación al PIB mundial y al PIB per cápita de las economías desarrolladas)

Años 1970 1980 1990 2000 2010

PIB mundial 15320760.5 22153148.0 30171413.9 39717659.7 51040462.7

Economías desarrolladas 82.8 79.4 78.5 76.9 68.8

Economías en transición 3.4 3.8 4.2 2.0 2.6

Economías subdesarrolladas 13.8 16.8 17.3 21.1 28.6

Economías subdesarrolladas de África 2.2 2.3 2.0 2.0 2.4

Economías subdesarrolladas de América 5.4 6.8 5.8 6.0 6.4

Economía subdesarrolladas de Asia 6.1 7.6 9.5 13.1 19.7

Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.1 0.0 0.1 0.0 0.0

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 13.0 15.8 15.6 17.5 21.0

PIB Per cápita

Economías desarrolladas 15962.0 20562.2 26127.7 31569.4 34298.1

Economías en transición 12.4 14.1 15.4 8.4 12.7

Economías subdesarrolladas 5.0 5.5 4.9 5.5 7.7

Economías subdesarrolladas de África 5.7 5.1 3.7 3.1 3.6

Economías subdesarrolladas de América 18.4 20.4 15.2 14.5 16.2

Economía subdesarrolladas de Asia 3.0 3.4 3.7 4.7 7.5

Economías subdesarrolladas de Oceanía 13.1 10.3 9.3 7.9 7.7

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 6.9 7.3 6.1 6.1 7.4

Fuente: Nominal and GDP, total and per capita, annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat

Cuadro IV.3. Exportaciones e importaciones mundiales

(Millones de dólares y porcentajes)

Años 1970 1980 1990 2000 2011

Exportaciones mundiales 317015.2 2035542.3 3479910.3 6448643.4 18197117.5

Economías desarrolladas 76.4 66.3 72.4 65.7 52.5

Economías en transición 4.6 4.2 3.4 2.4 4.5

Economías subdesarrolladas 19.0 29.5 24.2 31.9 42.9

Economías subdesarrolladas de África 5.0 6.0 3.0 2.3 3.3

Economías subdesarrolladas de América 5.5 5.5 4.1 5.7 6.0

Economía subdesarrolladas de Asia 8.4 17.9 17.0 23.8 33.5

Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.2 0.1 0.1 0.1 0.1

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 18.3 28.6 22.4 28.0 32.5

Importaciones mundiales 329561.4 2078123.0 3588077.6 6662565.0 18277033.1

Economías desarrolladas 77.0 72.1 73.9 69.6 56.8

Economías en transición 4.4 4.0 3.9 1.6 3.5

Economías subdesarrolladas 18.5 23.9 22.2 28.8 39.8

Economías subdesarrolladas de África 4.4 4.7 2.6 1.9 3.1

Economías subdesarrolladas de América 5.5 5.9 3.5 5.9 6.0

Economía subdesarrolladas de Asia 8.4 13.1 15.9 20.9 30.6

Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.3 0.2 0.1 0.1 0.1

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 17.9 23.0 20.7 25.4 30.2

Fuente: Values and shares of merchandise exports and imports, annual. UNCTAD, UNCTADstat

233

Cuadro IV.4. IED, entradas y salidas

(En millones de dólares y porcentajes)

Años 1970 1980 1990 2000 2010

Mundo (Entradas) 13345.6 54078.3 207454.7 1402680.2 1243670.9

Economías desarrolladas 71.1 86.1 83.2 81.1 48.4

Economías en transición 0.0 0.0 0.0 0.5 5.5

Economías subdesarrolladas 28.9 13.8 16.8 18.4 46.1

Economías subdesarrolladas de África 9.5 0.7 1.4 0.8 4.4

Economías subdesarrolladas de América 12.0 11.9 4.3 7.0 12.8

Economía subdesarrolladas de Asia 6.4 1.0 10.9 10.6 28.8

Economías subdesarrolladas de Oceanía 1.0 0.2 0.2 0.0 0.1

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 28.9 13.7 15.1 15.5 37.6

Mundo (Salidas) 14151.4 51589.5 241498.5 1232117.1 1323337.4

Economías desarrolladas 99.6 93.8 95.1 88.8 70.7

Economías en transición 0.0 0.0 0.0 0.3 4.6

Economías subdesarrolladas 0.4 6.2 4.9 10.9 24.8

Economías subdesarrolladas de África 0.1 2.1 0.3 0.1 0.5

Economías subdesarrolladas de América 0.2 1.7 0.1 4.0 5.8

Economía subdesarrolladas de Asia 0.0 2.3 4.5 6.7 18.5

Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 0.4 6.2 4.6 10.8 19.6

Fuente: Inward and outward foreign direct investment flows, annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat

Diez años después, para 1980, macroeconómicamente, la situación relativa había mejorado

para las economías periféricas, producto del mayor crecimiento de su producción, de su

comercio, de sus flujos de IED y sus préstamos. En ésta década, mientras la producción del

centro creció en 3.3 promedio anual, la de la periferia lo hacía en 5.8%; en las

exportaciones 18.8 y 25.7% respectivamente. Así, la importancia de los países periféricos

en la producción mundial pasó de 13.8 en 1970 a 16.8% en 1980; en las exportaciones de

19.0 a 29.5% y en las importaciones de 18.5 a 23.9% en la misma década; en las entradas

de IED de 28.9 a 13.8%, tal vez por la crisis que se avecinaba, y en las salidas de 0.4 a

6.2%. Este mejoramiento relativo se vio reflejado también en PIB per cápita, ya que

mientras en el centro creció 2.6% promedio anual, en la periferia lo hizo a 3.4% y acercarse

mínimamente al de los primeros de 5.0 en 1970 a 5.5% en 1980106

(ver cuadros de IV.1 a

IV.6).

106

En el desarrollo desigual, la participación del continente africano en la población mundial se incrementó

un punto porcentual (de 9.9 a 10.8), y en PIB mundial sólo una décima de punto (de 2.2 a 2.3), por lo que su

PIB per cápita sólo creció 1.4% promedio anual y lejos de acercarse al de los desarrollados disminuyó de 5.7

a 5.1%.

234

Cuadro IV.5. Producto interno bruto real, total y per cápita1970-2010

(Tasas de crecimiento promedio anual)

Años 1970/80 1980/89 1992/2000 2000/2010

PIB mundial 3.8 3.3 3.1 2.8

Economías desarrolladas 3.3 3.2 2.9 1.6

Economías en transición 5.0 3.5 -1.8 5.7

Economías subdesarrolladas 5.8 3.5 4.8 6.1

Economías subdesarrolladas de África 4.2 1.8 3.1 5.1

Economías subdesarrolladas de América 6.0 1.8 3.1 3.6

Economía subdesarrolladas de Asia 6.2 5.4 5.9 7.2

Economías subdesarrolladas de Oceanía 2.9 3.8 1.9 2.8

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 5.8 2.9 3.9 4.8

PIB per cápita mundial 1.9 1.5 1.7 1.5

Economías desarrolladas 2.6 2.6 2.3 1.0

Economías en transición 4.0 2.5 -1.7 5.8

Economías subdesarrolladas 3.4 1.4 3.0 4.6

Economías subdesarrolladas de África 1.4 -0.9 0.7 2.7

Economías subdesarrolladas de América 3.5 -0.3 1.4 2.3

Economía subdesarrolladas de Asia 3.9 3.3 4.3 5.9

Economías subdesarrolladas de Oceanía 0.2 1.4 -0.4 0.7

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 3.2 0.5 1.9 3.0

Fuente: Real GDP growth rates, total and per capita, annual, 1970-2010.UNCTAD, UNCTADstat

Cuadro IV.6. Exportaciones mundiales

(Tasas de crecimiento promedio anual)

Años 1970/1980 1980/1990 1990/2010 2000/2010 2007/2011

Exportaciones mundiales 20.4 6.0 8.1 10.9 4.8

Economías desarrolladas 18.8 7.2 6.6 8.5 2.1

Economías en transición 20.2 3.7 12.2 18.3 6.4

Economías subdesarrolladas 25.7 3.1 10.9 14.4 8.4

Economías subdesarrolladas de África 21.7 -1.3 9.6 16.3 5.6

Economías subdesarrolladas de América 20.8 1.6 10.2 11.3 6.8

Economía subdesarrolladas de Asia 29.7 4.6 11.3 14.8 9.0

Economías subdesarrolladas de Oceanía 13.2 4.5 5.4 7.7 5.4

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 25.9 2.6 9.7 12.6 7.7

Fuente: Value growth rates of merchandise exports and imports, annual, 1950-2011. UNCTAD, UNCTADstat

Habría que señalar que en el mayor crecimiento de la periferia que el centro, tuvieron que

ver de manera importante las inversiones públicas y privadas y el comercio exterior, y en

estas los préstamos externos a los que fueron sujetos estos sectores, y en menor medida

por la llegada de IED. Por ejemplo de 1970 a 1980 la deuda externa de largo plazo de los

países subdesarrollados paso de 57,087 a 366,376.7 MDD. De los que más se endeudaron

fueron los países latinoamericanos, cuya deuda paso de representar 48.4% del total de los

235

países periféricos en 1970 a 47.2% en 1980, y los africanos que paso de 17.1 a 24.6% en los

mismos años respectivamente (ver cuadro IV.7).

Cuadro IV.7. Deuda externa de largo plazo de los países subdesarrollados, 1970-2009

(Millones de dólares de Estados Unidos)

Años 1970 1980 1990 2000 2009

Economías subdesarrolladas 57087.0 366376.7 961787.2 1575902 2039305.3

Economías subdesarrolladas de África 17.1 24.6 24.5 15.9 11.3

Economías subdesarrolladas de América 48.4 47.2 36.7 40.1 37.9

Economía subdesarrolladas de Asia 34.0 27.9 38.5 43.9 50.8

Fuente: External long-term debt of developing economies by lending source, annual, 1970-2009. UNCTAD,

UNCTADstat

Los flujos de IED, con pequeños altibajos, se fueron incrementando de 3,854.4 MDD en

1970 (28.9% del total mundial) a 7,478.3 millones en 1980 (13.8% del total). Estos flujos

de IED jugaban un papel marginal en la inversión, y por tanto en el crecimiento de la

producción, ya que sólo representaban el 4.4% de la inversión, importancia que va a

cambiar de manera radical durante el neoliberalismo. Para 1980 el stock de IED en relación

al PIB en los países periféricos había llegado a 11.8%, situación que también cambiará con

el neoliberalismo (ver cuadros IV.8 y IV.9).

Cuadro IV.8. IED % de la inversión

(Total y porcentajes)

Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2009

Mudo 2.2 2.1 2.1 2.2 4.1 5.3 20.1 9.9 9.5

Economías desarrolladas 1.9 1.7 2.4 2.1 4.4 4.5 21.5 8.9 8.5

Economías en transición 0.0 0.0 0.1 0.1 0.0 3.5 9.7 14.4 18.2

Economías subdesarrolladas 4.4 3.9 1.2 2.5 4.0 7.9 15.9 11.9 10.2

Economías subdesarrolladas de África 7.3 1.7 0.4 3.1 3.0 6.1 11.0 22.3 19.9

Economías subdesarrolladas de América 4.4 3.9 3.4 4.5 4.2 8.6 24.7 15.4 17.8

Economía subdesarrolladas de Asia 2.6 5.1 0.2 1.6 4.0 7.7 13.2 10.2 7.8

Economías subdesarrolladas de Oceanía 22.3 2.7 7.2 6.7 12.8 18.2 7.9 5.9 25.6

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 4.4 3.9 1.4 2.6 4.0 6.4 17.8 14.0 14.7

Fuente: Inward and outward foreign direct investment flows, annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat

236

Cuadro IV.9. Entradas de IED, Stock en porcentajes del PIB

Años 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Mundo 6.5 8.3 9.4 11.3 23.1 25.2 29.7

Economías desarrolladas 4.9 6.5 8.9 10.8 22.7 25.3 30.7

Economías en transición 0.0 0.0 0.2 2.0 15.3 25.2 32.8

Economías subdesarrolladas 11.8 14.7 13.4 14.4 24.8 25.0 27.5

Economías subdesarrolladas de África 9.4 10.9 12.3 16.8 25.9 26.5 33.3

Economías subdesarrolladas de América 5.6 9.4 10.0 10.2 23.6 30.3 28.0

Economía subdesarrolladas de Asia 16.0 18.6 15.4 16.1 25.3 22.9 26.5

Economías subdesarrolladas de Oceanía 16.5 17.6 19.2 16.8 14.6 16.3

Econ. Subdesarroll, excluyendo China 13.3 16.5 14.4 14.5 26.6 28.6 34.6

Fuente: Inward and outward foreign direct investment stok, annual, 1980-2010. UNCTAD, UNCTADstat

Hasta 1980, las empresas de los países periféricos eran poco colocadoras de IED ya que

sólo aportaban el 6.2% del total mundial, el resto lo hacían las empresas de los países

centrales (93.8%). Esta situación va a cambiar de manera radical durante los años que lleva

el neoliberalismo, ya que las inversiones de las empresas periféricas van a incrementar sus

inversiones en el extranjero de manera importante (ver cuadro IV.4).

¿Cómo crecieron el centro y la periferia en el decenio de los setenta? Habría que hacer una

diferencia de cómo se creció en 1970 y como se terminó creciendo en 1980. En el centro

no cambió en 1980 de cómo se crecía en 1970, excepto en cuanto al comercio exterior.

Fueron el consumo y la inversión los que determinaban principalmente el crecimiento,

aunque el comercio exterior de bienes y servicios (exportaciones más importaciones de

bienes y servicios) se adquirió más importancia, ya que de representar el 26.1% en 1970

pasó a 39.3% en 1980. Por actividad económica, se continuaba con la tendencia a un menor

crecimiento del sector primario y de la industria y de uno mayor del sector servicios (ver

cuadro IV.10).

237

Cuadro IV.10. Producto interno bruto de economías desarrolladas por tipo de gasto y valor

agregado por clase de actividad económica, 1970-2010

(En porcentajes del producto interno bruto)

Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2009

Producto interno bruto 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Gasto en consumo final 76.1 77.8 77.6 78.7 77.6 77.9 79.0 80.5 82.4

Gasto en consumo de los hogares 59.2 59.4 59.3 60.5 59.7 60.3 62.1 62.2 62.5

Gasto en consumo final del gobierno 16.9 18.4 18.3 18.2 17.9 17.5 16.9 18.3 19.9

Formación bruta de capital 23.9 22.6 23.9 21.9 22.9 21.5 21.8 20.8 18.1

Formación bruta de capital fijo 22.7 22.8 23.5 21.4 22.4 21.0 21.2 20.5 17.9

Cambio en inventarios 1.3 -0.1 0.4 0.5 0.4 0.5 0.6 0.4 0.2

Exportación de bienes y servicios 13.1 16.6 19.0 17.1 18.0 19.4 21.7 24.0 26.4

Importación de bienes y servicios 13.0 16.8 20.3 17.7 18.6 18.7 22.5 25.4 26.8

Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Agricultura, caza, forestal y pesca 4.9 4.9 3.8 3.1 2.8 2.2 1.7 1.5 1.5

Industria 38.1 36.6 36.2 33.5 31.9 29.3 26.7 25.3 24.1

Minería, fabricación y empresas

deservicios

31.4 29.7 29.5 27.9 25.5 23.5 21.2 19.7 18.7

Manufacturas 27.2 25.1 24.0 22.1 21.4 19.8 18.0 16.1 14.8

Construcción 6.7 7.0 6.6 5.6 6.4 5.8 5.5 5.6 5.4

Servicios 57.1 58.5 60.1 63.4 65.4 68.5 71.6 73.2 74.4

Comercio al por mayor, al por menor,

restaurantes y hoteles

16.2 15.8 15.2 15.6 15.0 15.4 14.9 14.5 14.0

Transporte, almacenamiento y

comunicaciones

7.1 6.9 6.8 6.8 6.7 6.9 6.6 6.5 6.4

Otras actividades 33.8 35.8 38.0 41.0 43.7 46.2 50.1 52.2 54.0

Fuente: GDP by type of expediture and Value Added by kind of economic activity, annual, 1970-2010.

UNCTAD, UNCTADstat

En 1970, cuando todavía no se daba el auge de préstamos, la periferia crecía más o menos

igual que los países del centro, es decir más por el consumo privado y la inversión y menos

por el comercio exterior de bienes y servicios. En este año el consumo privado representó el

66.8%, la inversión 22.9% y el comercio de bienes y servicios 28.5%. Para 1980

disminuye de manera importante el consumo privado como factor de crecimiento y por los

préstamos y la IED, aumenta el del consumo de gobierno, el de la inversión y el comercio

exterior. El primero disminuye de 66.8 en 1970 a 57.2% 1980, el segundo aumenta de

11.0 a 13.1%, la formación bruta de capital de 22.9 a 27.9% y el comercio exterior de 28.5

a 49.4% en los mismos años, respectivamente. Los sectores que más crecieron fueron la

industria y dentro de esta la manufactura, y las que menos el sector primario y el sector

servicios. Esta estructura de crecimiento va a cambiar de manera importante durante el

trayecto de los treinta años de neoliberalismo (ver cuadro IV.11).

238

Cuadro IV.11. Producto interno bruto de economías subdesarrolladas por tipo de gasto y

valor agregado por clase de actividad económica, 1970-2010

(En porcentajes del producto interno bruto)

Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Producto interno bruto 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Gasto en consumo final 78.7 73.6 70.7 74.5 73.5 72.7 72.6 68.2 65.9

Gasto en consumo de los hogares 66.8 60.5 57.2 59.9 59.3 59.0 58.4 54.6 51.9

Gasto en consumo final del gobierno 11.0 12.4 13.1 14.1 13.8 13.6 14.0 13.4 14.0

Formación bruta de capital 22.9 26.1 27.7 24.5 25.2 27.4 24.8 27.1 31.8

Formación bruta de capital fijo 20.1 24.3 24.9 21.8 22.8 25.0 23.3 25.6 29.8

Cambio en inventarios 2.8 1.9 2.8 2.7 2.4 2.3 1.5 1.5 2.0

Exportación de bienes y servicios 14.0 21.3 26.1 23.0 25.9 29.4 34.9 40.8 35.6

Importación de bienes y servicios 14.5 20.7 23.3 21.6 24.8 29.7 32.3 36.1 32.9

Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Agricultura, caza, forestal y pesca 25.0 20.0 16.3 16.9 15.0 11.8 10.1 9.4 9.6

Industria 32.7 38.9 42.4 37.5 36.3 35.1 36.3 39.0 39.0

Minería, fabricación y empresas

deservicios

27.6 32.9 35.7 31.7 30.7 29.1 30.9 33.4 32.9

Manufacturas 21.4 21.1 20.4 21.0 22.0 22.3 22.5 23.2 21.4

Construcción 5.1 6.0 6.7 5.8 5.6 6.1 5.4 5.6 6.1

Servicios 42.3 41.1 41.2 45.7 48.7 53.1 53.5 51.6 51.4

Comercio al por mayor, al por menor,

restaurantes y hoteles

13.7 13.4 12.4 14.2 14.3 15.3 15.1 14.2 14.1

Transporte, almacenamiento y

comunicaciones

5.3 5.0 5.7 6.1 6.8 7.0 7.9 7.9 7.3

Otras actividades 23.3 22.6 23.1 25.3 27.6 30.9 30.6 29.5 30.0

Fuente: GDP by type of expediture and Value Added by kind of economic activity, annual, 1970-2010.

UNCTAD, UNCTADstat

Con la crisis cíclica de 1980-1982 en los países centrales y con el inicio de la crisis de la

deuda externa de los países periféricos, principalmente África y A.L., van a tener más

sustento los argumentos neoliberales en contra del capitalismo con Estado del Bienestar

para sustituirlo por un capitalismo con mercados libres.

IV.2.3 Trayectoria del neoliberalismo en el centro y la periferia: polarización y mayor

monopolización de la economía mundial capitalista

Habría que señalar que los principios neoliberales, o de libre mercado, basados en las obras

de Smith, Hayek y Rose y Milton Friedman, como característica del capitalismo e

impuestos en una contradicción capital-trabajo, no podía sino beneficiar al primero,

tomando en cuenta además lo que se ha dicho en el capítulo II sobre las características de

los Estados sobre que las acciones de estos están dirigidos principalmente a promover los

intereses de las burguesías, por lo que han sido ellos los encargados de impulsar, promover

239

y proteger los principios de libre mercado, es decir las libertades y “la competencia sin

restricciones” en prácticamente todos los ámbitos de la economía.

En términos prácticos, los principios de libre mercado han significado que los distintos

gobiernos del centro y la periferia eliminen las restricciones a los flujos de mercancías y

capitales por medio de disminuir o suprimir aranceles y permitir que los inversionistas

extranjeros coloquen sus capitales en sectores en los cuáles antes estaba restringida su

participación. Al interior mismo de las economías se ha buscado que estas funcionen de

acuerdo a los principio neoliberales, es el caso de la educación superior, donde toda su

estructura ha sido sometida a la competencia y productividad. Lo mismo los gobiernos que

han recurrido a la venta de empresas públicas al sector privado y los equilibrios fiscales,

sobre todo para la periferia.

Después de treinta años de aplicación de los principios de libre mercado, ¿cómo ha

cambiado la inserción de la periferia en la economía mundial y que implicaciones ha tenido

para su crecimiento, en el comercio, los empleos y la justicia social?

Si uno revisa el cuadro IV.12 vemos como los gobiernos, y entre estos los de A.L., se

apresuraron a eliminar las restricciones al capital extranjero y con ello promover la llegada

de IED y de cartera, tal vez ya no con la antigua idea de capacitación de la fuerza de trabajo

y transferencia de tecnología, sino con la de captación de divisas, la generación de empleos,

del aumento de las exportaciones, del cobro de impuestos y lo más importante, el de

someter a la competencia a los diferentes sectores de la economía y volverse más

productivos y competitivos a nivel local como internacional, que finalmente redundaría en

beneficio del consumidor. Las facilidades a la llegada de IED han continuado hasta 2011.

240

Cuadro IV.12.Cambios normativos, 1991-2011

(Número)

Concepto 1991 1992 1993 1994 1995

Número de países que efectuaron cambios en sus

regímenes de inversión

35 43 57 49 64

Número de cambios 82 79 102 110 112

de los cuáles:

Tendían a la liberalización o a la promoción a/ 80 79 101 108 106

Tendían al control 2 - 1 2 6

Continuación cuadro IV.12

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

45 51 43 59 80 77 74 49 41 45 57 44

81 97 94 126 166 145 132 80 69 89 112 67

75 85 79 114 144 119 107 59 51 61 75 52

5 2 12 12 20 25 25 19 16 24 36 15

Fuente: UNCTAD, World Investment Report, 1996, 2012

Con las facilidades, y el crecimiento de la producción en el centro, y más en la periferia,

sobre todo en las últimas décadas, el capital se apresuró a colocar sus inversiones en el

extranjero. En el cuadro IV.13 se puede ver como la IED, tanto las salidas como las

entradas, crecieron en forma extraordinaria, por lo menos desde 1986 hasta el año 2000, y

muy por encima de la producción, la inversión y la exportación de bienes y servicios. Del

año 2000 en adelante bajaron los niveles de crecimiento, sobre todo de 2007 y hasta 2011,

con crecimientos negativos por la crisis en que entraron los países desarrollados. Por

ejemplo, el producto bruto de las filiales extranjeras representaba 6.7% del PIB mundial en

1982 y10.6% en 2009; las ventas de las filiales extranjeras en relación al producto mundial

representaba 27.24% en 1982 y 53.26% en 2009, por último, las exportaciones de las

filiales extranjeras representaban 33.9% de las exportaciones mundiales de bienes y

servicios en 1982 y 33.0% en 2009. Por lo mismo el empleo generado por las filiales

extranjeras ha pasado de 19,537 mil empleos en 1982 a 79,825 en 2009, crecimiento

importante pero menor al resto de las actividades de las empresas monopólicas. Este

241

crecimiento exponencial significa para las economía que el crecimiento de su producción,

sus inversiones, sus empleos y sus exportaciones dependan cada vez más de las IED, del

comportamiento de las empresas monopólicas, más adelante veremos que es mayor en las

economías periféricas.

En lo que también habría que llamar la atención es que en el periodo de mundialización en

el que dominan los principios de libre mercado, una proporción importante de las IED han

sido por fusiones y adquisiciones, que también son fomentados por las políticas de

desregulación. En 1982, el monto por estas transacciones sumo 99 MMDD y representó el

47.6% de las entradas y 39.9% (707 MMDD) en 2008, es decir que las empresas

monopólicas han seguido creciendo en tamaño y poder. Las fusiones y adquisiciones como

parte importante de la IED tienen implicaciones sobre la nula o poca generación de

empleos, inclusive puede suceder que por sus políticas de reestructuración se produzcan

despidos importantes.

Por lógica, se da un incremento de las utilidades de las empresas monopólicas, de 47

MMDD en 1982 a 1008 mil millones en 2009 para las salidas. Sus ganancias en 1982

representaron el 1.8% de sus ventas, el 7.3 de su producto bruto y el 2.2 de sus activos.

Veintisiete años después, para 2009, sus ganancias representaron 3.4% de sus ventas, el

16.4% de su producto bruto y 1.40% de sus activos.

Lo propicio que ha significado para los grandes capitales la actual etapa capitalista de

mundialización en que prevalecen los principios de libre mercado, además de lo visto

anteriormente, se refleja en el tamaño de las diferentes empresas, tanto de los países

desarrollados como de los subdesarrollados. Por ejemplo en 1994, la Royal Duch Shell de

Reino Unido y Países Bajos contaba con activos de 102 MMDD, de los cuales el 62.5%

(63.7 MMDD) estaban el extranjero, diez años después sus activos se habían incrementado

a 192,811 MMDD, un incremento de 89.0%, de los cuáles estaban en el extranjero el 67.4%

(129939 MMDD). Lo mismo había sucedido con otras empresas trasnacionales de los

países desarrollados en cuanto a sus activos (UNCTAD, 1996, 2006). También, y esta es un

nueva característica de esta etapa de mundialización, el incremento de los activos de

empresas trasnacionales cuyo origen son los países subdesarrollados.

242

Cuadro IV.13. Indicadores seleccionados de IED y producción internacional, 1982-2009

(En miles de dólares y porcentajes)

Valor a precios corrientes

(miles de millones de dólares)

Tasas de crecimiento anual

(Porcentajes)

Años 1982 1990 2005 2008 2009 1986/

1990

1991/

1995

1996/

2000

2001/

2005

2008 2009

Entrada de IED 59 208 986 1771 1114 21.7 22.5 40.0 5.2 -15.7 -37.1

Salida de IED 28 241 893 1929 1101 24.6 16.8 36.1 9.2 -14.9 -42.9

Monto acumulado de la entrada de IED 647 2082 11525 15491 17743 16.8 9.3 18.7 13.3 -13.9 14.5

Monto acumulado de la salida de IED 600 2087 12417 16207 18982 18.0 11.9 18.4 14.6 -16.1 17.1

Ingresos por entradas de IED 47 74 791 1113 941 10.4 35.1 13.4 31.9 -7.3 -15.5

Ingresos por salidas de IED 47 120 902 1182 1008 18.7 20.2 10.3 31.3 -7.7 -14.8

FAS transfronterizas 99 462 707 250 25.9 49.1 64.0 0.6 -30.9 -64.7

Ventas de filiales extranjeras 2620 6026 21721 31069 29298 19.7 8.8 8.2 18.1 -4.5 -5.5

Producto bruto de las filiales extranjeras 646 1477 4327 6163 5812 17.4 6.8 7.0 13.9 -4.3 -5.7

Total de activos de las filiales extranjera 2108 5938 49252 71694 77057 18.1 13.7 19.0 20.9 -4.9 7.5

Exportación de las filiales extranjera 647 1498 4319 6663 5186 14.3 8.6 3.6 14.8 15.4 -22.2

Empleo de las filiales extranjeras (miles) 19537 24476 57799 78957 79825 5.4 5.5 9.8 6.7 -3.7 1.1

PIB en precios corrientes 10899 22121 45273 60766 55005 11.1 5.9 1.3 10.0 10.3 -9.5

Formación bruta de capital fijo 2397 5099 9833 13822 12404 12.7 5.4 1.1 11.0 11.5 -10.3

Ingresos por regalías y licencias 9 29 129 177 … 21.2 14.6 8.1 14.6 8.6 …

Exportación de bienes y servicios

No imputable a factores

2247

4414

12954

19986

15716

12.7

7.9

3.7

14.8

15.4

-21.4

Fuente: UNCTAD, World Investment Report, 2006, 2010

IV.2.4 Desarrollo desigual y aumento de la posición relativa de la periferia

En la etapa de mundialización, seguían siendo los países desarrollados donde se originaban

y destinaban las mayores cantidades de IED, aunque ya no en las proporciones que habían

tenido hasta la década de los ochenta, ya que es a partir de esta década que la importancia

de los países desarrollados ha ido descendiendo hasta que en 2010 sólo recibieron el 48.4%

de las inversiones mundiales, y sólo procedían de ellos el 70.7% de los totales (ver cuadro

IV.4). Esta baja en la importancia se debe, por una parte, porque los países periféricos, con

sus programas de apertura y promoción han atraído más IED que pudo haber sido colocada

en los países desarrollados, por la otra, porque las grandes empresas de los países

periféricos, como veremos más adelante, también han aprovechado la apertura y colocado

sus capitales fuera de sus países de origen, principalmente en la misma periferia.

La tendencia a la menor concentración de los países desarrollados en las salidas y entradas

de IED, creemos, se debe primero a la competencia de los países periféricos y también de

los mismos países desarrollados. Esta menor concentración se debe principalmente a los

menores flujos de salidas y de entradas de IED de países como EE.UU., Reino Unido,

Canadá y Japón, este último en cuanto a las salidas. Francia, sería la excepción ya que ha

incrementado tanto sus flujos de entrada como de salida de IED. En estas dos décadas,

243

además, se acentuó la tendencia en los países desarrollados a invertir la mayor parte de sus

capitales en el sector servicios y menos en el de manufacturas (ver cuadro IV.14).

Cuadro IV.14. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa en países de la

OCDE, 1990-2010

(Millones de dólares y porcentajes)

Años 1990 1995 2000 2007 2008 2009 2010

OCDE TOTAL (SALIDAS) 1786030 2736756 5410736 14195251 14432632 15983968 16595457

Canadá 4.7 4.3 4.4 3.7 3.6 3.7 3.7

Francia 6.2 7.5 8.2 9.1 9.4 9.2 9.2

Alemania

Italia 3.4 3.9 3.3 2.9 3.1 3.0 2.9

Japón 11.3 8.7 5.1 3.8 4.7 4.6 5.0

Holanda 5.9 6.3 5.6 6.6 6.2 6.0 5.8

España 0.9 1.1 2.4 4.1 4.1 4.0 3.9

Reino Unido 13.2 12.1 17.1 12.7 10.6 10.5 10.2

Estados Unidos 34.5 32.4 28.3 25.0 26.0 25.4 26.7

Grupo de los 7 73.3 68.9 66.4 57.2 57.4 56.4 57.7

del cual, en Manufacturas (%) 36 37 27 26 25 24 …

Servicios (%) 53 57 68 68 69 71 …

OCDE TOTAL (ENTRADAS) 1460888 2134773 4515854 12007347 11342464 12398396 12383445

Canadá 7.7 5.8 4.7 4.3 3.9 4.2 4.5

Francia 5.8 9.0 5.8 8.0 8.4 8.0 7.8

Alemania

Italia 4.1 3.1 2.7 3.1 2.9 2.9 2,7

Japón 0.7 1.6 1.1 1.1 1.8 1.6 1.7

Holanda 4.7 5.4 5.4 6.4 5.7 5.3 4.8

España 4.5 5.2 3.5 4.9 5.2 5.1 4.9

Reino Unido 16.0 10.6 10.3 10.2 8.6 8.5 8.8

Estados Unidos 34.6 31.9 31.5 19.5 21.1 19.7 21.5

Grupo de los 7 68.2 62.0 56.1 46.2 46.7 44.9 47.0

del cual, en Manufacturas (%) 37 37 30 25 25 25 …

Servicios (%) 50 57 67 70 69 69 …

Fuente: OECD Factbook 2011: Economic, Environmental and Social Statistics.

El gran capital del centro y de la periferia, como se mencionó anteriormente, aprovechó y

atendió la apertura y desregulación, y en busca de salarios bajos, mercados, materias

primas y plataformas de exportación, colocó una buena parte de sus ganancias en los

diferentes sectores en la periferia, hasta colocar en ella 46.1% de sus inversiones totales en

2010, 573,568.1 MDD, muy por arriba de lo que colocaba en 1980, antes de la aplicación

del proyecto neoliberal, que era de 7,478.9 millones (13.8%). A los mercados de la

periferia, se agregaron los que habían dejado el socialismo como opción al desarrollo, en

2010 ya recibían 68,197 MDD (5.5% del total mundial). En el desarrollo desigual, las dos

244

grandes regiones periféricas en que el capital ha colocado sus inversiones han sido Asia y

América. Un segundo elemento diferente a la década de los setenta, es que las empresas de

la periferia también han aprovechado la apertura y han colocado, de manera también

masiva, sus inversiones fuera de sus países de origen en cantidades no vistas en la historia

de estas naciones. De colocar sólo 51 MDD en 1970 (0.4% del total mundial), se

incrementó a 3,192.4 MDD en 1980 (6.2% del total), para que treinta años después,

producto del libre mercado, para 2010, colocaran en el exterior 327,564.2 MDD (25% del

total mundial)107

(ver cuadro IV.4). Habría que señalar que las IED de la periferia sólo lo

han hecho un selecto grupo de países y de empresas. El cuadro IV.15 de la OCDE se

pueden observar a ocho países como los principales países periféricos que han colocado sus

inversiones en el extranjero, sobresaliendo Rusia, China, Brasil e India108

. Por ejemplo, en

1994 la UNCTAD (UNCTAD; 1996, 2006) señalaba diez empresas trasnacionales cuya

sede eran los países en desarrollo, entre estas estaban Cemex de México que se ubicaba en

la industria de cemento y tenía activos por 7,893 MDD de los cuales el 36.1% se

encontraban en el extranjero, lo mismo Hyundai de la República de Corea con activos

totales por un monto de 9,657 MDD de los cuáles 1,293 (13.4%) se encontraban en el

extranjero. Diez años más tarde, los activos de Cemex se habían incrementado 117.8% para

llegar a 17,188 MDD y haber incrementado los que se encontraban en el extranjero con

77.5% (13,323 MDD)109

.

107

La misma UNCTAD señala que es a finales de la década de los 90 cuando se empezaron a incrementar los

flujos de IED de los países periféricos. “…De hecho, el papel de las economías en desarrollo y las economías

en transición como fuentes de IED está aumentando. Hasta mediados del decenio de 1980 las inversiones de

estas economías en el extranjero fueron insignificantes o pequeñas, pero el último año alcanzaron un total de

133000 millones de dólares equivalentes a alrededor del 17% del total mundial…” (UNCTAD; 2006: 3). 108

Para 2005, además de los países señalados, la UNCTAD contemplaba a Islas Vírgenes Británicas,

Singapur, Malasia, Islas Caimán y Argentina, con inversiones importantes en el exterior (UNCTAD; 2006:

24). 109

La UNCTAD señalaba en su informe de 2006 que continuaban los cambios normativos tendientes a“…

facilitar la IED. Entre estos se encuentran la simplificación de los procedimientos, el aumento de los

incentivos, la reducción de los impuestos y la mayor apertura a las inversiones extranjeras...” (UNTAD; 2006:

12).

245

Cuadro IV.15. Stocks de entradas y salidas de inversión extranjera directa algunos países de

la periferia, 1990-2010

(Millones de dólares)

Años 1990 1995 2000 2007 2008 2009 2010

SALIDAS

Chile … … 11154 31688 31820 41339 49838

México 55859 57016 64035 78379

Brasil 139886 155668 164523 189222

China 115960 185694 245800 310800

India 2609 44080 63338 79266 93915

Indonesia 3193 2802 -961 …

Rusia 2420 20141 370161 205631 302542 369076

Sudáfrica 15010 23301 32325 65878 49956 72583

ENTRADAS

Chile 45753 99413 99359 121395 139538

México 22424 41130 97170 238164 264459 279793 298472

Brasil 309668 287697 400808 472576

China 703667 915524 1314800 1476400

India 20278 105790 125207 167236 198427

Indonesia 79927 72227 108223

Rusia 345 32204 491052 215756 378837 493354

Sudáfrica 9198 15014 43451 110415 67987 117434

Fuente: OECD Factbook 2011: Economic, Environmental and Social Statistics.

Otro cambio importante de los flujos de IED es su destino por sector económico. Primero,

es que los programas de apertura y promoción del capital extranjero, abrieron

prácticamente a todos los sectores de la economía de la periferia al capital extranjero.

Segundo, y contrario a sus inversiones hechas en los países del centro, en la periferia hay

una tendencia del capital extranjero a invertir sus capitales en el sector extractivo, en el

minero y petrolero. De 1990-1992 de los flujos totales en los países de la periferia el 8.8

era en este sector, para 2008-2010 se había incrementado a 12.2%. Tercero, acorde con las

tendencias mundiales y en los países del centro, el capital extranjero, en términos relativos,

ha tendido a hacer en la periferia cada vez menos inversiones en manufacturas, de 36.3 a

28.0% en los mismos años. Cuarto, lo mismo que en el centro, el capital ha tendido a

colocar la mayor parte de sus inversiones en la periferia en el sector servicios,

principalmente en finanzas y actividades de negocios. Los países en transición rápidamente

se agregaron a las tendencias mundiales al recibir ya en 2008-2010 grandes flujos de IED

colocados en su mayor en el sector servicios, también principalmente en finanzas y

negocios y en menor cuantía en manufacturas y productos primarios (ver cuadro IV.16).

246

Cuadro IV.16. Flujos estimados de salidas de inversiones extranjeras directas mundiales,

por sector e industria, 1982-1992 y 2008-2010

(Millones de dólares y porcentajes)

Sector/industria 1990-1992 2008-2010

PD 1/ PS

2/

PT

3/

Mundo PD 1/ PS 2/ PT

3/

Mundo

Total 134476 39796 1530 175803 858439 504433 69639 1432510

Primario 7.6 10.6 59.5 8.7 5.0 13.2 19.6 8.6

Agricultura, caza, forestal y

pesca

0.0 1.8 0.0 0.4 0.1 1.0 0.8 0.4

Minería, cantera y petróleo 6.6 8.8 59.5 8.3 4.9 12.2 18.8 8.1

No especificado 0.0 - 0.0 0.0 0.0 0.0 - 1.6

Manufacturas 27.8 36.3 18.2 29.7 22.8 28.0 18.2 24.4

Servicios 57.7 45.0 13.6 54.5 66.5 57.4 62.2 63.1

Electricidad, gas y agua 0.5 7.2 - 2.0 4.0 2.4 2.6 3.4

Construcción 0.2 1.8 1.1 0.6 0.5 3.6 2.5 1.7

Comerciales 12.4 6.2 1.4 10.9 7.6 6.7 12.2 7.5

Transporte, almacenamiento y

comunicaciones

2.3 3.7 1.2 2.9 2.5 5.0 4.6 3.5

Finanzas 19.2 6.5 1.0 16.1 31.5 11.8 10.5 23.5

Actividades de negocios 12.7 10.7 8.5 12.2 15.7 23.5 25.0 18.9

Otros

Fuente: UNCTAD, UNCTADstat

1/ Países desarrollados; 2/Países subdesarrollados; 3/ Países en transición

Un cambio muy importante, contrario a la década de los setenta, es que el crecimiento de

las naciones periféricas depende cada vez más de las inversiones de las empresas

monopólicas y de su comercio, incluso más de lo que dependen las naciones del centro. Si

observa uno el cuadro IV.8 la importancia de las inversiones de las empresas monopólicas

en la inversión de las naciones periféricas pasó de 4.4% en 1970 hasta 16% en 2000 y

descender a 11.9 y 10.2% en 2005 y 2009 respectivamente, importancia todavía más

elevada en los países de África y A.L. y menor en los países de Asia (ver cuadro IV.8).

El mayor crecimiento de la IED que el de la producción, como lo vimos, ha hecho que los

flujos acumulados en la periferia en relación a la producción, los Stock de IED, se hayan

incrementado de 11.8 % en 1970 hasta 27.5% en 2009. Mucho más en África, seguida de

América y Asia (ver cuadro IV.9).

Complementado con la liberalización de la IED, está la liberalización de los flujos

comerciales, que al igual que los flujos de capital, tiene mucho que ver con los acuerdos de

libre comercio y con el crecimiento de la producción, tanto en el centro como en la

247

periferia. Lo primero que habría que decir es que, al igual que los flujos de IED, también

van a crecer más que la misma producción, segundo, que a excepción de la década de los

ochenta en que varios países periféricos estuvieron en crisis, es el comercio de los países

subdesarrollados el que más ha crecido, lo que ha hecho que la periferia incremente su

importancia en los flujos mundiales de mercancías. Este incremento del comercio ha ido

muy a la par del crecimiento de los flujos de IED pero también del crecimiento de los

países desarrollados y de la misma periferia. Ya veíamos más arriba cuanto de lo que

producían las filiales extranjeras lo exportaban.

Al interior de los países subdesarrollados, y tiene que ver con el desarrollo desigual,

sobresalen África, porque es el continente que va quedando marginado o rezagado sobre su

importancia en el comercio mundial, y Asia, porque dentro de la competencia mundial es la

que ha ido ganando cada vez más espacios en la economía mundial capitalista, sobre todo

China. Es tal la importancia que ha ido adquiriendo China en la economía mundial, que en

el comercio, específicamente para 2010, en que las economías subdesarrolladas

participaban con el 42.9% del comercio mundial, si se excluía a China este bajaba a 32.5,

diez puntos porcentuales. Lo mismo sucedía con las importaciones. A.L., con altibajos, ha

seguido manteniendo su importancia en el comercio mundial en 6.0% (ver cuadro IV.3).

De manera todavía muy agregada, por sectores, se hace más visible la orientación de la

producción a los mercados externos. En el cuadro IV.17 podemos ver que el crecimiento de

las exportaciones, tanto en valor como en volumen, es mayor que el de la producción. Más

adelante veremos cómo el comercio exterior representa una proporción cada vez mayor de

la producción.

248

Cuadro IV.17. Exportaciones mundiales de mercancías,

producción y producto interno bruto, 1980-2010

(Índices, 2005=100)

(Tasas de crecimiento acumuladas)

1981/2010

Producto interno bruto 117.6

Producción en volumen 109,4

Agricultura 109,4

Industria extractiva 33,8

Manufacturas 128,0

Exportaciones en valor 625,0

Productos agrícolas 360,0

Combustibles y productos de las industria extractivas 418,8

Manufacturas 813,0

Exportaciones en volumen 310,4

Productos agrícolas 144,9

Combustibles y productos de las industria extractivas 105,8

Manufacturas 454,5

Fuente: OMC; Informe sobre el comercio mundial, 2011

Por productos, como pareciera natural con el desarrollo del capitalismo, existe una

tendencia a la disminución de las exportaciones de productos agrícolas. Lo mismo parecía

suceder con los combustibles, sin embargo en la primera década del siglo XXI vuelven a

incrementar su importancia en la estructura de las exportaciones. Por el contrario las

manufacturas, también como pareciera natural con el desarrollo del capitalismo, habían

incrementado su importancia hasta el 2000 pero de allí, con altibajos –por el incremento de

la importancia de los combustibles y productos de las industrias extractivas- descender

hasta 2009.La estructura de las exportaciones de manufacturas, en veinte años, no cambió

de manera importante (ver cuadro IV.18).

249

Cuadro IV.18. Exportaciones mundiales de mercancías, por productos, 1990-2009

(Miles de millones de dólares y porcentajes)

1990 1995 2000 2008 2009

Total mercancías 3395.4 5917.7 6277.2 15763.3 12177.6

Productos agrícolas 12.0 11.7 8.8 8.5 9.6

Combustibles y productos de la industrias extractivas 14.4 10.9 13.6 22.3 18.6

Manufacturas 70.4 74.1 74.9 66.4 68.6

Hierro y acero 3.1 3.1 2.3 3.7 2.7

Productos químicos 8.7 9.7 9.3 10.6 11.9

Equipo para oficina de telecomunicaciones 8.8 12.1 15.4 10.6 10.9

Máquinas de procesamiento de electrónico de datos, etc. 0.0 0.0 5.9 3.5 3.8

Equipo para telecomunicaciones 0.0 0.0 4.6 3.8 4.2

Circuitos integrados y microconjuntos integrados 0.0 0.0 4.9 2.7 2.9

Productos de la industria automotriz 9.4 9.2 9.2 7.9 7.0

Maquinaria eléctrica, no eléctrica y generadora de fuerza 0.0 0.0 13.3 12.4 12.4

Textiles 3.1 3.0 2.5 1.6 1.7

Prendas de vestir 3.2 3.2 3.1 2.3 2.6

Instrumentos científicos y de control 0.0 0.0 1.9 2.0 2.2

Fuente: OMC; Informe sobre el comercio mundial, 2011

En las exportaciones por productos, A.L. (Sudamérica y América Central) y África se han

venido rezagando como abastecedores del mundo capitalista en cuanto a diferentes

mercancías, no así Asia que ha venido ganando espacios en prácticamente todos los

mercados de manufacturas y en todos los niveles de tecnología (ver cuadro IV.19).

250

Cuadro IV.19. Exportaciones de mercancías por productos de

América Latina, África y Asia, 1990, 2010

(En porcentajes en relación al total mundial)

1990 2010

América Latina África Asia América Latina África Asia

Exportaciones totales de mercancías 4.3 3.1 21.8 3.9 3.4 31.6

Productos agrícolas 9.6 3.9 17.4 12.0 4.0 21.5

Productos de las industrias extractivas 10.1 11.4 13.6 8.1 11.0 17.8

Manufacturas 2.3 0.9 24.5 1.5 0.9 37.4

Hierro y acero 5.8 19.5 3.4 33.4

Productos químicos 2.3 11.4 2.0 21.6

Otras semimanufacturas 2.7 17.4 2.2 29.0

Maquinaria y equipo de transporte 2.0 26.3 1.1 41.4

Productos de la industria automotriz 2.3 22.4 1.8 28.4

Máquinas de oficina

yequipo para telecomunicaciones

1.8 45.9 0.3 62.6

Otra maquinaria y equipo de transporte 1.9 18.6 1.1 34.8

Textiles 2.2 35.3 1.4 56.7

Prendas de vestir 3.3 43.6 3.1 57.0

Otros bienes de consumo 2.0 27.1 1.1 40.7

Fuente: OMC; Informe sobre el comercio mundial, 2001,

IV.2.5 Desarrollo desigual en la periferia y polarización social

Líneas arriba veíamos que África y América, sobre todo la primera, se van quedando a la

zaga respecto a Asia en cuanto a la producción, la IED y el comercio. También veíamos

que en cuanto a las exportaciones por productos, prácticamente en cada uno de ellos, Asia

les ha estado sacando la delantera a África y América.

El mayor crecimiento en la periferia que en el centro, de la producción per cápita y el

comercio etc., mejoró su posición relativa mundial en los últimos treinta años. Por ejemplo

su participación en la producción mundial paso de 16.8% en 1980 a 28.6 en 2010; su PIB

per cápita, de representar el 5.5 del de las desarrolladas paso a 7.7% en los mismos años; en

las exportaciones de 29.5 a 42.9% y las importaciones de 23.9 a 39.8%; en la atracción de

inversiones de 13.8 a 46.1% y en las salidas de 6.2 a 24.8% en los mismos años. Sin

embargo el mayor crecimiento de su población y por consecuencia su mayor concentración

-en 2010 concentraba el 80.4% de la población mundial- ha hecho que apenas mejore su

posición relativa en el PIB per cápita. El crecimiento de la periferia no ha sido homogéneo.

251

La región que más ha crecido es la de Asia, seguida por América y en último lugar el

continente africano, por lo que la mayor importancia de las regiones periféricas en la

economía mundial capitalista se debe a las naciones periféricas asiáticas, y no a las de

África y A.L. Por ejemplo, de 1980 a 2010, África incrementó su participación en la

población mundial en 4 puntos porcentuales, pero su participación en la producción

mundial apenas en una décima de punto, por lo que su PIB per cápita, en relación al de los

desarrollados, descendió de 5.1 a 3.6 en los mismos años. Algo similar le ha sucedido a

América. En 1980 su PIB per cápita representaba el 20.4% del de los desarrollados y en

2010 sólo en 16.4% Situación diferente tuvo Asia, que en la población subió dos puntos

porcentuales, pero en la producción lo hizo en 12 puntos, por lo que su PIB per cápita en

relación al de los desarrollados aumentó de 3.0 a 7.5%, en 4 puntos porcentuales (ver

cuadros de IV.1 a IV.4)

IV.2.6 Nuevas bases del crecimiento

Primero, habría que llamar la atención de la importancia de la IED en el crecimiento de la

inversión, la producción, las exportaciones y la generación de empleos, ya lo veíamos más

arriba. Esta preponderancia, por supuesto, ha incidido en que cambien las bases del

crecimiento de la economía mundial capitalista. En 1980 el crecimiento del centro estaba

más determinado por el consumo privado (59.3%), el consumo de gobierno (18.3%), y

sobre todo la inversión (23.9%), y menos por el comercio exterior de bienes y servicios

(39.3%). Con el neoliberalismo, sobre todo de 2000-2010, el crecimiento va a estar

determinado, todavía más, por el consumo privado, el consumo de gobierno, el comercio

exterior y menos por la inversión (ver cuadro IV.10).

Por actividad económica, la importancia del sector primario en el PIB continuó con su

tendencia a la baja al pasar de 3.8% en 1980 a 1.5 en 2010. Lo mismo la industria, de 36.2 a

24.1 en los mismos años, y al interior de la industria las manufacturas. Por el contrario el

sector servicios continuó su tendencia a la alza, de 60.1% a 74.4% en los mismos años (ver

cuadro IV.10).

Por el contrario, la periferia, hasta antes de 1980, crecía más por el consumo privado y la

inversión y menos por el comercio exterior. Con el neoliberalismo, sobre todo de 2000 a

2010, ha tendido a crecer menos por el consumo privado y más por la inversión y el

252

comercio exterior, recordando que en estos dos últimos ha tenido mucho que ver la llegada

de IED. Así, el consumo privado paso de 57.2 en 1980 a 59.3% en 1990 y de allí empezar

a descender hasta 51.9% en 2009. El consumo de gobierno, con altibajos, pasó de 13.1 en

1980 a 14.0% en 2009. Por el contrario la inversión pasó de 27.7 en 1980, con altibajos, y

por la crisis de la deuda externa, descendió a 24.8% en 2000 y de allí, por la llegada de

IED, ascender hasta 31.8% en 2009. Las exportaciones de bienes y servicios de 49.4 en

1980 a 68.5% en 2010 (ver cuadro IV.11).

Por actividad económica, la misma tendencia que en los desarrollados. Caída de la

importancia del sector primario y la industria y mayor importancia del sector servicios (ver

cuadro IV.11)

IV.2.7 Crisis recurrentes y polarización social

Ya Marini lo había dejado planteado en 1997, de que los principios de libre mercado habían

generado un modelo de desarrollo económico que combinaba crecimiento con desempleo,

este último se agudiza con las crisis del capitalismo que combina bajo o nulo crecimiento

con altos niveles de desempleo.

La trayectoria de neoliberalismo, habría que decir, ha estado marcada por varías crisis,

tanto en los países centrales como en los periféricos. Habría que recordar la crisis de Asia,

México, Argentina, Brasil y la llamada crisis hipotecaria iniciada en EE.UU., entre otras.

La más severa es la última que se inició en 2007 en EE.UU., se propagó a Europa y

actualmente están viviendo sus efectos más severos. Si uno revisa los datos, los efectos más

severos dentro de la zona del Euro han sido en los países de Grecia, Portugal y España. En

el primero, según datos del FMI y la OCDE, desde 2008 ha tenido crecimientos negativos

en su producción, siendo el más agudo el de 2011 en que su PIB cayó -6.9%, con

proyecciones de que su producción caiga en 2012 y 2013. Por lo mismo, su tasa de

desempleo para 2011 alcanzo el 17.3 %, y se espera que aumente a 23.8% en 2012 y

25.4% para 2013. Lo mismo España, en 2011 su tasa de desempleo llegó a 21.7% y se

espera que se incremente a 24.9% para 2012 y llegue a 25.1% en 2013. Así de severa está

la crisis producto de la aplicación de los principios neoliberales (ver cuadros IV.20 y

IV.21).

253

Cuadro IV.20. PIB real en economías avanzadas y algunos países de la

zona de Europa, 2003-2013

(Variación porcentual anual)

Años 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013

Econ. avanzadas 1.9 3.1 2.7 3.1 2.8 0.1 -3.7 3.1 1.4 -0.3 0.4

Francia 0.9 2.3 1.9 2.7 2.2 -0.2 -2.6 1.4 1.7 0.1 0.4

Alemania -0.4 0.7 0.8 3.9 3.4 0.8 -5.1 3.6 3.1 0.9 0.9

Grecia 5.9 4.4 2.3 5.2 4.3 1.0 -2.3 -4.4 -6.9 -6.0 -4.0

Italia 0.0 1.5 0.7 2.0 1.5 -1.3 -5.2 1.3 0.4 -2.3 -0.7

Portugal -0.9 1.6 0.8 1.4 2.4 0.0 -2.5 1.3 -1.7 -3.0 -1.0

España 3.1 3.3 3.6 4.0 3.6 0.9 -3.7 -0.1 0.4 -1.5 -1.3

Reino Unido 2.8 3.0 2.2 2.8 2.7 -0.1 -4.9 1.4 0.8 -0.4 1.1

Fuente: FMI; Perspectivas de la economía mundial, septiembre de 2011 y octubre de 2012

Cuadro IV.21. Desempleo en países de la OCDE 1983-2013

(Porcentajes)

Años 1983 1990 1995 2000 2008 2009 2010 2011 2012 2013

Francia 8.1 9.0 11.9 10.3 7.4 9.2 9.4 9.3 10.1 10.5

Alemania 7.7 4.8 8.2 7.8 7.6 7.8 7.2 6.0 5.2 5.3

Grecia 9.3 11.3 7.8 9.6 12.7 17.9 23.8 25.4

Italia 7.7 9.1 11.7 10.6 6.8 7.9 8.5 8.5 10.6 11.1

Portugal 7.8 4.6 7.6 4.2 8.1 10.0 11.4 13.4 15.5 16.0

España 17.5 16.2 22.8 13.9 11.4 18.1 20.2 21.8 24.9 25.1

Reino Unido 11.1 7.1 8.7 5.5 5.4 7.8 7.9 8.0 8.1 8.1

OCDE 8.4 6.1 7.6 6.3 6.1 8.3 8.5 8.2 - -

Fuente: OCDE, Employment Outlook, 1997, 2012 y FMI; Perspectivas de la Economía Mundial,

Octubre de 2012

No debería terminar aquí el análisis del neoliberalismo, finalmente lleva 30 años de su

aplicación, y se esperaría, como dirían los ideólogos del capitalismo beneficios en el

consumidor. Como se esperaba, y como ya vimos más arriba, con la aplicación de los

principios del libre mercado en la economía mundial capitalista, ha crecido la producción,

han crecido los flujos de inversiones extranjeras, las ganancias del capital, los flujos de

comercio, y hasta el empleo pero, también como ya vimos, se han producido las crisis

recurrentes. Lo que finalmente también se esperaría sería una mejoría del consumidor, en

términos de una menor desigualdad, de menor pobreza y mayor justicia social y otras, si es

que a eso se refieren los ideólogos del capitalismo neoliberal. Algunos estudios referentes

a una mayor igualdad a la que conduciría la globalización han rechazado que este sea uno

de sus resultados, al contrario esa se ha ampliado no sólo entre centro y periferia, sino al

interior de los mismos países centrales y periféricos. Si uno revisa el cuadro IV.22, vemos

254

que en el conflicto capital trabajo, con la aplicación de los principios del libre mercado,

han sido los obreros los que han perdido, teniendo como consecuencia una menor

participación de sus salarios en la producción.

Cuadro IV.22. Participación de los salarios en el producto interno bruto en

países seleccionados, 1970-2010

(Porcentajes)

Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Francia 66.4 70.3 71.7 68.0 62.4 60.3 60.5 61.0 61.4

Reino Unido 67.6 70.6 67.1 61.9 62.9 60.3 62.8 61.4 62.6

Estados Unidos 65.3 63.7 64.6 62.0 62.9 61.4 61.5 59.7 59.0

Japón 43.0 55.0 54.6 55.0 54.1 57.3 57.0 54.8 55.0

República de Corea 37.1 35.3 44.3 45.2 50.5 52.7 48.6 51.6 50.6

Argentina 44.1 47.6 40.5 39.5 38.6 41.9 39.4 31.6 41.5

Chile 47.8 45.3 43.3 42.4 38.7 40.9 46.5 42.5 44.1

Fuente: UNCTAD; Trade and Development, 2012.

Por otro lado, ya veíamos el desarrollo desigual no sólo entre centro y periferia, sino

también entre la misma periferia. Veíamos como África y A.L., sobre todo el primero ha

estado quedando marginada de los supuestos beneficios de la globalización, en términos de

la producción, el comercio y el PIB per cápita. Aquí es pertinente recordar que “…la

economía mundial funciona a través de diferentes estados. La historia del capitalismo se

caracteriza por una creciente brecha entre estados ricos y pobres, una brecha que se

distingue por el hecho de que los estados ricos crecen, en buena medida, por medio de la

explotación de otras naciones...” (Bellamy; 2002: 458).

Respecto a la desigualdad mundial, entre la quinta parte más rica y la quinta más pobre, se

ha ensanchado de manera escandalosa con el neoliberalismo, contradiciendo las bases

teóricas del neoliberalismo de los supuestos beneficios para todos los consumidores:

La pobreza masiva persiste en un contexto de crecimiento global de la desigualdad.

La proporción del ingreso de la quinta parte más rica de la población mundial

respecto de la quinta parte más pobre ha crecido de 30: 1 en 1960 a 60:1 en 1990, y

744: 1 en 1997 (UNDP, 1999: 3). Este hecho pone de manifiesto el fracaso del

255

Consenso de Washington, el cuál aducía que la liberalización de los mercados podría

ensanchar la brecha de desigualdad económica debido a la dinámica de crecimiento

generada, pero esta no obstante, redundaría, en un aumento de ingresos de los pobres.

Sin embargo una premisa de esta reflexión ha sido refutada: la era neoliberal ha

presentado una caída en las tasas de crecimiento. En este sentido, no hace mucho

tiempo, William Easterly, del Banco Mundial, reconoció la significativa paradoja de

que, pese a las “reformas políticas” neoliberales que deberían haber conducido a un

aumento y no a una caída en la tasa de crecimiento, la media del crecimiento per

cápita en los países en desarrollo cayó del 2.5% en 1960-1970 al 0% en 1980-1999

(Callinicos; 2003; 264)

En los mismos países centrales las desigualdades también se han acentuado. Diversos

estudios llegan a las mismas conclusiones. Incluso estudios provenientes de instituciones

que ha impulsado y promovido la globalización reconocen que el neoliberalismo ha llevado

a un aumento de las desigualdades y mínima reducción de la pobreza110

.

Si bien el aumento de la desigualdad ha sido generalizado, en Estados Unidos, el

Reino Unido y Australia, ha sido especialmente agudo. Las diferencias entre los

grupos de ingreso más elevado y el resto de la población son especialmente

pronunciadas. Según ciertas estimaciones, en Estados Unidos la desigualdad en la

distribución del ingreso ha alcanzado niveles no observados desde la década de 1920.

Esto no solo afecta a trabajadores poco calificados: también está disminuyendo el

ingreso real de trabajadores con un nivel de educación relativamente alto (Aldonas,

Lawrence y Slaughter, 2007).

Lo mismo, lo más extremo de los efectos del capitalismo y del capitalismo neoliberal, que

tiene que ver con la pobreza y por consecuencia el hambre. Se reconoce que este problema

lejos de que se pudiera venir resolviendo, se ha venido agudizando. Uno se preguntaría,

¿en dónde están los supuestos beneficios para el consumidor de la aplicación de los

principios de libre mercado?

110

Otro estudio publicado en Finanzas y Desarrollo del FMI, también reconoce que esto de la disminución de

las desigualdades y la pobreza con los principios del libre mercado es un mito. “Francamente, el argumento de

que la mundialización beneficia hoy a los pobres no merece ser tomado en serio. La tasa anual de reducción

de la pobreza mundial entre 1988 y 1998 fue penoso 0.2%.” (Watkins; 2002; 24).

256

El hambre en el mundo se agudizó en 2009, agravando la tendencia ya decepcionante

de la seguridad alimentaria mundial desde 1996. La crisis económica, combinada con

la crisis alimentaria, ha elevado a niveles históricos el número de personas con

hambre en el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y

la Alimentación (FAO) estima que en 2009 hubo 1.020 millones de personas

subnutridas, casi 100 millones más que en 2008.La meta de la Cumbre Mundial de la

Alimentación para la reducción del hambre y el objetivo del milenio relativo al

hambreen el mundo se alejan cada vez más.

El hambre afecta a todas las regiones del mundo. Asia y el Pacífico, la región más

populosa del mundo, tiene el mayor número de personas con hambre. No obstante, el

hambre está más extendida en África subsahariana, donde cerca de un tercio de la

población está subnutrida. (Dawe y Drechsler; 2010: 40)

Treinta años después, a pesar de sus resultados adversos para grandes cantidades de

trabajadores en el mundo, seguía habiendo optimismo en el libre mercado por parte del

presidente de la Reserva Federal de los EE.UU. Eran cuestionables sus afirmaciones sobre

la fortaleza de la economía mundial y sobre mejoras en amplios sectores de la población

mundial, si se le comparaba con la década de los setenta. Todavía más cuestionables si

tomamos en cuenta la crisis iniciada en EE.UU. y que se propagó a Europa y en la cual en

2012 se vivían los principales efectos en términos de producción y empleo. Uno también se

preguntaría, ya demostrado que los principios de libre mercado no benefician a todos los

consumidores, sino que son más concentradores y empobrecedores, y sobre todo a raíz de la

crisis que se vive en Europa, ¿si se van a dejar de aplicar y ser sustituidos por otro

paradigma? Decía Greenspan:

Después del 11-S supe, si es que necesitaba más indicios, que vivíamos en un mundo

nuevo: el mundo de una economía capitalista global que es sumamente más flexible,

resistente, abierta, autocorrectora y dinámica de lo que era hace incluso un cuarto de

siglo.

…El capitalismo de mercado, el motor que mueve la mayor parte de la economía

mundial, parece estar haciendo bien su trabajo. Esos acontecimientos han sido en

general tanto arrolladores como positivos. A restauración de los mercados abiertos y

257

libre comercio durante el último cuarto de siglo ha sacado de la pobreza a muchos

centenares de millones de habitantes del mundo. Hay que reconocer que muchos otros

siguen necesitados en todo el planeta, pero grandes segmentos de la población del

mundo en vías de desarrollo han llegado a experimentar un grado de prosperidad que

desde hacía tiempo era monopolio de los llamados países desarrollados. (Greenspan;

2007/2008: 23, 27)

IV.3 EL PENSAMIENTO NEOLIBERAL EN AMÉRICA LATINA Y LA

VIGENCIA DE LAS TESIS DEPENDENTISTAS PARA EXPLICAR EL

DESARROLLO-SUBDESARROLLO ACTUAL LATINOAMERICANO

IV.3.1 La década de los setenta: crisis del modelo de industrialización por sustitución

de importaciones y la imposición del proyecto neoliberal

Ya en el capítulo III mencionamos lo que se esperaba de la ISI y las razones del por qué,

según la misma CEPAL y los dependentistas no se logró. A las críticas de los

dependentistas, o de izquierda, a la ISI, como les llama Sunkel, se agregaron las de la

derecha.

Las de la derecha coincidían con los postulados neoclásicos en el sentido de que no se

dejaba actuar libremente a los mercados y esto provocaba ineficiencia y una mala

asignación de los recursos productivos. En esta crítica, “…el Estado intervenía demasiado;

que esta intervención excesiva del Estado estaba ahogando la iniciativa privada; que los

precios estaban distorsionados por la planeación y los controles estatales; que los salarios

eran demasiado altos, los precios agrícolas controlados y demasiado bajos; que el tipo de

cambio estaba sobrevaluado y había exceso de protección. Todo esto significaba

ineficiencias y una asignación irracional de los recursos productivos” (Sunkel; 1991: 43-

44).

Los problemas que presentaba la ISI se olvidaron en la década de los setenta por la

disponibilidad de crédito en los mercados internacionales de capital y a los cuales

recurrieron los gobiernos latinoamericanos y las empresas grandes de estas naciones.

Prevaleció la idea de que todo se podía arreglar con el financiamiento externo. Dice Sunkel

que “…terminó la preocupación por el desarrollo y por la teoría del desarrollo. No se habló

más de teoría del desarrollo, de estrategias de desarrollo, de problemas y estrategias de

mediano y largo plazos…” (Sunkel, 1991: 47). La DE latinoamericana de largo plazo se

258

incrementó de 27,639.2 MMDD en 1970 a 172,967.9 mil millones en 1980 (ver cuadro

IV.23). Recursos que, junto con la llegada de IED, permitieron financiar el déficit en la

balanza comercial y de servicios, de cuenta corriente. Con la base de datos de la UNCTAD

(Merchandise trade balance, anual, 1948-2011. UNCTADstat), el déficit de la balanza

comercial de América, con altibajos, se incrementó de -855.4 MMDD en 1970 a -12,242.2

millones en 1980 y -11980.5 en 1981. El servicio de la DE de largo plazo se incrementó de

4,831.7 a 38,537 MDD.

Cuadro IV. 23. América: Deuda externa de largo plazo

(Millones de dólares de Estados Unidos)

1970 1980 1990 2000 2009

Deuda total a largo plazo 27639.2 172967.9 352866.0 631275.7 771968.3

Préstamos a largo plazo 6369.7 43969.1 27731.0 116345.3 155638.9

Servicio de la deuda de largo plazo 4831.7 38537.0 36599.8 157439.8 143759.9

Pagos del principal de la deuda de largo plazo 3438.3 21175.1 18470.3 110166.2 103922.3

Intereses pagados de la deuda a largo plazo 1393.4 17361.8 18129.6 47273.6 39837.6

Transferencias netas de deuda de largo plazo 1538.0 5432.1 -8868.9 -41094.5 11879.0

Fuente: External long-term debt of developing economies by lending source, annual,

1970-2009. UNCTAD, UNCTADstat

Esas condiciones le permitieron a A.L. crecer a una tasa promedio anual de 6.8% durante

diez años, de 1970 a 1980, tasa pocos veces vista en su historia, con los extremos de

Ecuador, Brasil, Ecuador y Paraguay que crecieron más de 8.5% y Nicaragua que creció

menos de 0.5%. Por lo mismo el PIB per cápita tuvo una tasa de crecimiento promedio

anual de 4.2% en la misma década, con los extremos de Brasil (6.2%), Paraguay (6.1%),

El Salvador con -0.2% y Nicaragua con -2.7% (ver cuadro IV.24). Con la base de datos de

la UNCTAD (Nominal and real GDP, total and per cápita, anual, 1970-2010.

UNCTADstat), la producción latinoamericana, a precios constantes de 2005, pasaba de

830,111.3 millones a 1,505,143.6 MDD en los mismos años, y el per cápita de 2,934.3 a

4,200.7 dólares.

259

Cuadro IV.24. América Latina: Producto interno bruto a precios

constantes de 1980 y 2000

(Tasas de variación anual y media anual)

1970/1980 1980/1990 1990/2000 2000/2008

Argentina 2.6 -1.1 4.1 4.2

Bolivia (EP de) 3.9 0.2 3.8 3.9

Brasil 8.7 1.6 2.5 3.6

Chile 2.5 2.9 6.4 4.2

Colombia 5.5 3.4 2.7 4.6

Costa Rica 5.6 2.4 5.2 4.9

Cuba … … -1.4 6.1

Ecuador 8.9 2.1 1.8 5.0

El Salvador 2.3 -0.4 4.6 2.8

Guatemala 5.7 0.9 4.1 3.8

Haití 5.2 -0.8 0.0 0.5

Honduras 5.4 2.4 3.3 5.0

México 6.6 1.8 3.5 2.3

Nicaragua 0.3 -1.4 3.4 3.3

Panamá 5.5 1.4 5.1 6.3

Paraguay 8.8 3.1 1.8 3.7

Perú 3.8 -1.2 4.0 5.9

República Dominicana 7.1 2.4 6.1 5.2

Uruguay 3.0 0.4 3.0 3.5

Venezuela (RB de) 4.1 0.6 2.1 4.5

América Latina a/ 6.8 1.4 3.2 3.6

Fuente: www.eclac.org/estadisticas/ a/Para 1970-1980 y 1980-1990, incluye los países para los que se dispone

de información.

Uno de los problemas que enfrentaba el modelo de desarrollo de A.L. basado en la ISI con

Estado de Bienestar era su patrón comercial. Está bien documentado que esta

industrialización era impulsada por las actividades del sector primario, ya que en sus

actividades comerciales generaba un superávit que servía para cubrir parte el déficit del

sector industrial. Este sector tenía la característica de que algunas de sus ramas en la que

predominaba el capital extranjero eran altamente importadoras y poco exportadoras, por lo

que creaban un déficit industrial creciente. Con la base de datos de la CEPAL

(www.eclac.org/estadisticas/), para 1970 el 50 % las exportaciones de A.L. estaba

compuesta por productos primarios, y en estos la mayor parte lo constituían los productos

agrícolas (29.9%) y los productos energéticos (14.7%). El otro 50% por productos

industrializados, constituidos en su mayor parte por productos tradicionales (20.5%) y con

elevadas economías de escala (23.8%). Las importaciones cambiaban, ya que las de

260

productos primarios sólo representaban el 14.5% y las industriales 85%. De estas últimas,

la mayor parte las hacían las ramas modernas, es decir con elevadas economías de escala

(27.6%) y difusores del progreso técnico (34.8%) y en menor cuantía las tradicionales

(14.7%). Esta estructura daba como resultado un superávit ínfimo de sólo 571,472 mil

dólares, producto de un superávit en bienes primarios por 5,485,024 mil dólares y un déficit

de bienes industrializados por -4,934,928 mil dólares. Este último, provocado en su mayor

parte por las ramas modernas que importaban bienes duraderos (-1,269,075 mil dólares) y

difusores del progreso técnico (-4,193,383 mil dólares). Este déficit sería mayor si no es por

el superávit de los bienes tradicionales (916,577 mil dólares).

Los eventos coyunturales de 1980-1982, como el aumento y caída de los precios

internacionales del petróleo y el aumento de las tasas internacionales de interés, empiezan a

mostrar que este modelo de desarrollo y su estructura comercial no se pueden sostener. Para

1980, el superávit de 1970, ya se ha transformado en déficit por un monto de -3,907,198

mil dólares, producto ahora de un superávit creciente de productos primarios por

18,689,715 mil dólares y un déficit del sector industrial todavía más creciente por -

22,949,356 mil dólares, provocado este último por el déficit de las ramas modernas como la

de duraderos (-7,538,893 mil dólares) y la de difusores del progreso técnico (-22,129,577

mil dólares), déficit industrial que no es mayor por el superávit de las ramas de productos

tradicionales (7,627,536 mil dólares). Más adelante veremos cómo cambia esta estructura

con los principios de libre mercado.

¿De qué dependía el crecimiento de las economías latinoamericanas? Si uno revisa los

datos, hasta antes del neoliberalismo, hasta 1980, el crecimiento dependía del consumo

privado (64.7%), del consumo de gobierno (11.8%), de la inversión (28.5%) y menos del

comercio exterior (32.9%), aunque importante. Como ya vimos, el endeudamiento externo

jugó en esta década un papel preponderante en el consumo privado, de gobierno y la

inversión. La IED, como también vimos respecto a la periferia, y según datos de la

UNCTAD, era poco relevante en la inversión latinoamericana. En 1970 las entradas de IED

representaron sólo 4.4% de la inversión y para 1980 sólo 3.4%. El stock de la IED en

relación al PIB para este último año se situaba en 5.6%. Por actividad económica, como es

natural, la disminución de la importancia del sector primario, aumentaba moderadamente el

de la industria y disminuía, también moderadamente, el sector servicios. Con el

261

neoliberalismo cambiaran de manera importante estas bases de crecimiento (ver cuadro

IV.25).

Cuadro IV.25. Producto interno bruto de América por tipo de gasto y valor agregado por

clase de actividad económica, 1970-2010.

(En porcentajes del producto interno bruto)

Años 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010

Producto interno bruto 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Gasto en consumo final 78.4 76.7 76.5 75.1 78.0 80.9 80.0 77.3 78.3

Gasto en consumo de los hogares 66.9 64.5 64.7 63.0 64.2 65.2 65.6 63.1 61.8

Gasto en consumo final del gobierno 11.4 12.2 11.8 12.1 13.8 15.7 14.4 14.5 16.5

Formación bruta de capital 24.8 27.8 28.5 21.8 20.3 20.2 21.1 20.4 21.6

Formación bruta de capital fijo 21.4 24.3 25.1 18.7 19.0 18.8 18.6 18.8 19.6

Cambio en inventarios 3.3 3.5 3.4 3.1 1.3 1.4 2.5 1.6 1.9

Exportación de bienes y servicios 12.8 13.4 15.8 18.3 16.2 15.9 20.5 25.0 21.4

Importación de bienes y servicios 14.1 16.3 17.1 14.4 14.5 16.8 21.5 22.8 21.3

Total 100 100 100 100 100 100 100 100 100

Agricultura, caza, forestal y pesca 11.6 10.6 8.6 9.6 9.3 6.6 5.7 5.5 5.7

Industria 35.5 38.0 40.0 39.7 35.7 30.1 31.7 33.6 32.6

Minería, fabricación y empresas de servicios 29.2 30.7 31.9 34.0 30.2 24.4 25.8 27.6 26.2

Manufacturas 23.5 24.7 23.4 23.4 21.9 18.5 18.5 17.9 16.1

Construcción 6.4 7.3 8.1 5.6 5.5 5.7 5.9 6.0 6.4

Servicios 52.7 51.4 51.4 50.7 55.0 63.3 62.6 60.9 61.7

Comercio al por mayor, al por menor,

restaurantes y hoteles

17.6 17.3 15.2 15.5 14.7 17.0 17.5 17.2 17.9

Transporte, almacenamiento y

comunicaciones

5.3 5.1 6.6 5.4 6.1 6.6 8.8 8.9 8.5

Otras actividades 29.8 28.9 29.6 29.8 34.1 39.7 36.3 34.8 35.3

Fuente: GDP by type of expediture and Value Added by kind of economic activity,

annual, 1970-2010. UNCTAD, UNCTADstat

Esta forma de crecimiento y de inserción de las economías latinoamericanas nuevamente

las hacía vulnerables a los vaivenes de la economía mundial, al precio de las materias

primas y al comportamiento de las tasas de interés. Es conocido que a finales de la década

de los setenta y principios de los ochenta del siglo XX, con la subida y después caída de los

precios del petróleo y con el incremento de las tasas internacionales de interés, hacen

imposible o dificultan cumplir con sus obligaciones externas, con el servicio de la DE

latinoamericana, y que se inicie el fin del modelo de ISI y el inicio de la puesta en práctica

de los principios de libre mercado, el proyecto neoliberal. Así, la década de los setenta

habría que mirarla como de transición, de transición porque va a ser la última en que A.L.

262

crece en base a ese modelo y porque es en esta misma década donde se agudizan los

problemas para abandonarlo y sustituirlo por los principios de libre mercado.

Habría que destacar lo aguda de la crisis como terminó dicho modelo y que sirvió como

argumento sólido para terminar con el proceso de ISI y la imposición del modelo

neoliberal. Es a partir de entonces que se generaliza en A.L. el proyecto neoliberal y hasta

lo que va del siglo XXI, es decir cerca de 30 años.

Como opción a la crisis de la ISI se implantó el proyecto neoliberal con sus principios de

libre mercado y competencia, que se nos dijo nos llevaría finalmente al desarrollo. Dicho

proyecto consiste en que son las libres fuerzas del mercado las que mejor asignan los

recursos y, por lo tanto, es con ellas con la que se alcanzará mayor eficiencia y

competitividad, y todo en beneficio del individuo o consumidor. Esto implicaría también

que las funciones del Estado tendrían que entrar en esa lógica.

Durante el trayecto de la crisis de la DE las clases dominantes, nacionales e

internacionales, imponen el proyecto neoliberal en los países de A.L. En el trayecto

también se reimpulsan lo acuerdos de integración ya tradicionales y se crean otros como el

firmado por México con EE.UU. y Canadá, pero siempre bajó la óptica de que es con estos

con los que se amplían los mercados, se logra una mayor eficiencia y una mayor

competitividad.

Al mismo tiempo, también se daba la caída del socialismo real en la antigua U.R. S.S. y

Europa del Este, y la economía capitalista quedaba como “única opción” dentro de la cual

se podían resolver todos los problemas que aquejaban a la humanidad como el

subdesarrollo con sus diversas expresiones. Con la caída y el proyecto neoliberal se

empieza a hablar de globalización y de sus beneficios; que los países subdesarrollados

tenían que implementar las reformas que dictaba el neoliberalismo para no quedar al

margen de sus supuestos beneficios.

La CEPAL respondió con propuestas a la crisis del modelo sustitutivo, tanto como

institución como a través de los diferentes autores considerados cepalinos. Habría que

señalar que, aunque con diferentes matices, tanto autores como la institución se adhirieron a

los principios de libre mercado y competencia del neoliberalismo. Fanjnzylber, en

publicaciones de 1985 y 1990, propone una nueva industrialización eficiente, que lo sería

263

sólo en la medida en que lograra objetivos de crecimiento y creatividad y que llevara

consigo la incorporación productivamente de la población marginada y niveles aceptables

de equidad. Señala la importancia y necesidad de la equidad para el crecimiento, la

flexibilidad social y la competitividad industrial. (Fajnzylber; 1985, 1992).

Por su parte, la institución cepalina, partiendo de lo que dejó la “década perdida” de los

ochenta por el problema de la DE y retomando los principios neoliberales de libre mercado,

competencia y equilibrios macroeconómicos, en marzo de 19901 hace su propuesta de

desarrollo llamada “TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA CON EQUIDAD”. Dice la

CEPAL que su “…propuesta gira en torno a la que se considera tarea primordial y común a

todos los países: la transformación de las estructuras productivas de la región en un marco

de progresiva equidad social. Mediante esta transformación, se pretende crear nuevas

fuentes de dinamismo que permitan cumplir algunos de los objetivos propios de una

concepción actualizada del desarrollo: crecer, mejorar la distribución del ingreso,

consolidar los procesos democratizadores, adquirir mayor autonomía, crear condiciones que

detengan el deterioro ambiental y mejorar la calidad de vida de toda la población.”

(CEPAL; 1990: 1).

Entre las condiciones necesarias para transformar las estructuras productivas y alcanzar los

objetivos de desarrollo estaban el “grado de apertura que tuviera el comercio

internacional”; “la manera en que se manejara el endeudamiento externo”; “la corrección de

los desequilibrios macroeconómicos”; “la incorporación deliberada y sistemática del

progreso técnico al proceso productivo (con los siguientes aumentos de productividad), y

menos en la depreciación de los salarios reales”. Además, decía la CEPAL que la

“industrialización sería el eje de la transformación productiva”; que la transformación

productiva debería ir “acompañada por medidas redistributivas”; que una de las prioridades

de los Estados debería ser “el fortalecimiento de una competitividad basada en la

incorporación del progreso técnico…” y que se debería buscar “una mayor apertura de la

economía, como medio para inducir aumentos de productividad y estimular el progreso

técnico”, entre otras medidas.” (CEPAL; 1990: 1-8)

264

IV.3.2 Reproducción de las tendencias de la economía mundial capitalista. Mayor

preponderancia de los capitales extranjeros y latinoamericanos en las periferias

latinoamericanas

Con la aplicación de los principios de libre mercado en las economías de A.L se va a gestar

un nueva reproducción del capital orientada a los mercados externos, por lo que van a ser

las ramas que puedan competir en esos espacios las más dinámicas, ya veremos más

adelante las cifras extraordinarias y la importancia que adquiere el comercio exterior en la

producción. Jaime Osorio nos habla de que se ha constituido un nuevo patrón exportador

con especialización productiva en el que “se mantienen o desarrollan algunos segmentos

industriales en donde se cuentan con algunas ventajas competitivas, sea de mano de obra

con alguna calificación, cercanía de mercados internacionales importantes, infraestructura

previa, etcétera, al tiempo que se desarrollan viejas especializaciones sustentadas en

ventajas naturales, como productos mineros, petróleo, gas natural, bienes agropecuarios,

agroindustriales y productos del mar” (Osorio; 2012: 72). Más adelante vernos como se

sustenta con las cifras de exportaciones e importaciones y el cambio de su estructura en

A.L. desde 1980 y hasta 2010.

Lo crítico de este modelo es que además de sustentarse en las exportaciones también lo

hace en un reducido mercado que concentra los ingresos y que le da acceso a la producción

de bienes suntuarios nacionales y extranjeros. Más adelante veremos como con el

neoliberalismo se ha incrementado el desempleo, el subempleo, el salario mínimo real ha

perdido gran parte de su poder adquisitivo, se han mantenido altos niveles de pobreza y se

ha dado una redistribución del ingreso a favor de las familias más ricas. Así, dice Osorio

que “el correlato de esta agresiva ecuación es la conformación en el mercado local de un

estrecho pero poderoso mercado, con capacidad de acceder a la mueva producción de punta

interna y también extranjera…Dicho mercado se logra constituir justamente transfiriendo

ingresos de las clases asalariadas y empobrecidas hacia las clases que viven de la plusvalía,

renta y para las franjas del sector público y privado que viven de los elevados salarios…”

(Osorio; 2012: 71)

265

Estas condiciones del la población trabajadora, además de las que encuentra en sus centros

de trabajo por la derrota a que hace mención Marini, le permite al capital en A.L. la

superexplotación de la fuerza de trabajo. (Osorio; 2012: 71)

En este patrón especializado orientado a los mercados externos, por supuesto que ha tenido

que ver el capital extranjero, sobre todo el que tiene que ver con actividades productivas.

En la tendencia creciente de flujos absolutos de IED a nivel mundial, y a la periferia en

particular, como lo vimos arriba en el cuadro IV.4, en 1980 América recibió el 11.9% de

los flujos mundiales de IED que significarían 6,435.3 MDD y para 2010 el 12.8% que

significarían 1,591,89.9 MDD.

El auge de las inversiones en A.L. y el Caribe realmente empieza a partir de mediados de la

década de los 90 del siglo XX, una vez superada la crisis de la DE y avanzados los

programas de apertura y privatización. Con datos de América Latina y el Caribe: balanza

de pagos, 1980-2005 y el Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2011 de la

CEPAL, en 1990 A.L. recibió 8,150.4 MDD de IED, cantidad que se triplica en 1994 y

llegar a 28,797.5 MDD, de allí con altibajos es seguido por una tendencia ascendente hasta

recibir en 2010 113,472.2 MDD.

Son los países económicamente más grandes los que han recibido la mayor parte de los

flujos de IED, Argentina, Brasil, México, Chile y Colombia, y ocasionalmente Venezuela.

Con datos del Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, 2000,

2009 de la CEPAL, en 1991 concentraron el 91.5% de un total de 11,066 MDD de flujos

netos y en 2008 el 76.7% de un monto de 93,524 MDD.

Acorde con las tendencias mundiales, el gran capital latinoamericano también ha

incrementado sus inversiones en el extranjero, principalmente en la periferia. Con datos de

América Latina y el Caribe: balanza de pagos, 1980-2005 y el Anuario estadístico de

América Latina y el Caribe, 2011 de la CEPAL, de invertir en el exterior sólo 368.6 MDD

en 1980, sube a 1,060.0 en 1990, llega a 8,144 en 2000, y da un salto importante en 2004

al llegar a17,448.2 MDD, de este año, con altibajos, llega hasta 44,764.5 millones en 2010.

Son pocos los países y pocas las empresas latinoamericanas las que han hecho esas

inversiones. Por países, la mayor cantidad procede de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y

México, en ocasiones de Venezuela, y de estos países sólo algunas empresas, algunas de

266

ellas estatales. En 2011, en La inversión extranjera directa en América Latina, 2011, la

CEPAL señala treinta empresas latinoamericanas con inversiones en el exterior y las 30

son sólo de 5 países, Brasil, Chile, México, Argentina y Venezuela.

Reproduciendo las tendencias mundiales, el capital latinoamericano también ha invertido

parte de su capital en el extranjero por la vía de fusiones y adquisiciones. Según datos de la

La inversión extrajera directa en América Latina 2011, de la CEPAL, en 2011 el monto

por fusiones y adquisiciones de las empresas latinoamericanas sumó 11,415 MDD,

sobresaliendo en el sector financiero la adquisición del Grupo Sura de Colombia a ING

Pensiones y Seguros América Latina de México por un monto de 3,614 MDD, y en

telecomunicaciones la de Telmex de México que adquirió NET Servicios de Comunicación

de Brasil por un monto de 2,544 MDD. Como mencionamos arriba, esta forma de

inversiones tiene implicaciones en la generación de escasos o nulos empleos, e incluso, por

las posibles reestructuraciones, podría llevar a despidos de trabajadores.

Por origen, sigue siendo el capital estadounidense el principal inversionista en las periferias

latinoamericanas, aunque hay países de la Unión Europea, como España, que han ganado

importancia como inversionista. Por ejemplo, con datos de La inversión extrajera en

América Latina y el Caribe, 2005, 2011, de la CEPAL, de 1996 a 2005, de 13 países

latinoamericanos que recibieron IED, en 10 fueron los capitales de EE.UU. los mayores

inversores, el segundo fue España. Es tal la importancia de España en este periodo, que en

Argentina y Chile fue el principal inversor. Habría que destacar también las inversiones

latinoamericanas dentro de la misma región, ya que por ejemplo Argentina fue el segundo

inversionista, después de EE.UU., en países como Bolivia y Paraguay, y México, también

después de EE.UU., en Costa Rica, entre otros inversionistas latinoamericanos. Aunque por

regiones, las inversiones de la Unión Europea en el conjunto de A.L. son mayores que las

de EE.UU. y Canadá. Por ejemplo, de las IED totales en A.L. de 2000-2005 y 2006-2010,

la importancia de EE.UU. fue de 37.8 y 28.2% y las de la Unión Europea de 43.2 y 40.0%

respectivamente. En estos mismos periodos la importancia de A.L. se incrementó de 5.3 a

8.5%.

Por sectores, y siguiendo las tendencias mundiales, la mayoría de las inversiones se ha

dirigido al de servicios y recursos naturales, que en conjunto superan por mucho las

267

inversiones en el de manufacturas. Por ejemplo, con datos de La inversión extranjera en

América Latina y el Caribe, 2005 de la CEPAL, de 1996 a 2005 de 11 países

latinoamericanos en 10 de ellos la IED en servicios y recursos naturales supera a las hechas

en manufacturas. Los extremos, por ejemplo en Argentina del total de inversiones que

llegaron en ese periodo 40.9% fueron en recursos naturales, en Bolivia 48.7% y en Ecuador

el 80.7%. En servicios, en el mismo periodo, en Brasil del total 68.1%, en Chile 63.2%, el

Salvador, 71.8% y Perú 75.5%. Sólo en Costa Rica las inversiones en manufacturas

(68.1%) eran mayores que en los otros sectores.

Con las políticas de mercados libres, la importancia de la IED se ha incrementado en el

crecimiento de la inversión, de la producción, de las exportaciones y en la generación de

empleos. Si se observan los cuadros IV.8 y IV.9, los flujos de IED de representar sólo entre

3.4 y 4.5% de la inversión entre 1970 y 1990, en 1995 había llegado a 8.6% y para 2000

hasta el 24.7% y descender a 17.8% en 2010. La importancia de la IED en la dinámica de

las economías latinoamericanas se puede ver en el stock de IED como porcentaje de la

producción. Esta se incrementó de 5.6% en 1980 hasta 30.3% en 2005 (ver cuadros IV.8 y

IV.9).

A los flujos de IED habría que agregar los flujos de inversión extranjera de cartera, y que

también han generado importantes ganancias en las economías de A.L. Las entradas por

este concepto fueron de 2,259.6 MDD en 1980, montos que más o menos se mantuvieron

en la misma cantidad hasta 1982. Por la crisis de la DE, y por lo volátil que caracterizan

este tipo de inversiones, descienden de manera radical en 1983 a sólo 49.7 millones y se

mantienen negativos desde 1984 y hasta 1989. Realmente es a partir de 1990 (21,130.6

MDD) que las inversiones de cartera se han ido incrementado en A.L. hasta 2010,

sobresaliendo este último año en que llegaron por este concepto 135,324.6 MDD. Para ver

lo bien que le ha ido a este tipo de inversiones se puede ver los índices de las bolsas de

valores en ciertos países latinoamericanos. Por ejemplo, con datos del Estudio económico

de América Latina y el Caribe, 2008-2009, 2010-2011 de la CEPAL, en los que mejor les

ha ido es en Argentina, en el que el índice de precios y cotizaciones pasó de 100 en 2000 a

845 en 2010, en Colombia de 100 a 1935 y en Perú de 100 a 1934 en los mismos años. En

los que menos, en Trinidad y Tobago en el que el índice pasó de 100 a 189, en Jamaica de

268

100 a 295, en Ecuador de 100 a 342, en Brasil de 100 454 y Chile de 100 a 454, entre

otros.

En la IED, habría que agregar los depósitos en moneda extranjera que han hecho los

capitales extranjeros en las economías latinoamericanas durante el neoliberalismo, y que

también tienen que ver con los programas de apertura al capital extranjero. Es en los países

relativamente pequeños donde ha cobrado mayor importancia, y no en los grandes como

cabría esperar. Por ejemplo, con datos del Estudio económico de América Latina y el

Caribe, 2010-2011 de la CEPAL, para Costa Rica esos depósitos representaban en 2010 el

20.8% de su PIB, para Nicaragua el 34.6%, para Paraguay el 15.7%, para Perú el 12.9% y

Uruguay el 36.3%. Por el contrario, en países relativamente grandes su importancia era

insignificante como sería el caso de Argentina en 2010, en el que los depósitos

representaban el 4.3% de su PIB y en México el 1.3%.

Lo mismo, los grandes capitales latinoamericanos. Con datos de América Latina y el

Caribe: balanza de pagos, 1980-2005 y el Anuario estadístico de América Latina y el

Caribe, 2011, de la CEPAL, en 1980 colocaron por concepto de inversión de cartera

1,067.9 MDD. Con altibajos, y también por la crisis de la deuda, los montos realmente

importantes se empezaron a dar desde 1990 con 9,866.8 MDD, monto que no fue superado

hasta 1999 con 10,923.5 MDD. De aquí, con altibajos, ha tenido una tendencia ascendente

hasta 2010 en que colocaron 23,728.1 MDD.

Aunque la DE ya no es un problema como lo fue en la década de los ochenta, esta ha

seguido creciendo y por lo mismo su servicio. En el cuadro IV.23 podemos observar como

la DE de largo plazo se ha multiplicado por cuatro veces y media y también su servicio.

IV.3.3 La extracción de excedentes y el desarrollo del centro y el subdesarrollo de la

periferia latinoamericana

Para la extracción de excedentes del capital extranjero, habría que considerar los del capital

invertido en actividades directamente productivas, los ubicados en acciones o títulos de

deuda y los que se pagan por servicio de la DE. Como podemos observar en el cuadro

IV.26, en 1980 las ganancias de la inversión extranjera eran de -32,392.7.9 MDD de los

cuales 16.5% (5,291. 1 MDD) era por concepto de ganancias de la IED, 0.0% (13.0 MDD)

por ganancias de la inversión de cartera y 83.5% (-26,797.8 millones) por intereses de la

269

DE. Con altibajos, la extracción de excedentes llega a 51,696.3 MDD en 1994, jugando

todavía el papel relevante los intereses pagados por la DE con un 52.6 %(-27,213.1 MDD),

el resto por concepto de utilidades por IED (27.4%) y de cartera (20.0%). La situación

cambia a partir de 2004 en que las ganancias de la IED superan por primera vez al pago de

intereses de la DE. En este año de -87,720.1 MDD de ganancias del capital extranjero,

39.5% fueron por concepto de ganancias de la IED, 24.8% por ganancias de la inversión de

cartera y 35.7% por intereses de la deuda. La extracción de excedente, con altibajos, siguió

una tendencia ascendente hasta 2010, con un máximo en 2007 con -148,684.5 MDD, de los

cuales el 60.2% (-89,562.7 MDD) fue por concepto de ganancias de la IED, 14.4% (-

21,442.4 MDD) por concepto de ganancias de la inversión extranjera de cartera y 25.1% (-

37,251.4 MDD) por concepto de intereses. Al capital latinoamericano invertido en el

exterior no le ha ido nada mal con la extracción de excedentes. En 1980 obtuvo ganancias

por 12,061 MDD de los cuales el 97.5% (11,759.1 MDD) fue por concepto de intereses.

Con altibajos, se da una tendencia ascendente de las ganancias hasta el 2010 con

predominio de las ganancias por concepto de intereses. Sobresale 2007 porque es en este

año cuando el capital latinoamericano alcanzó el máximo de ganancias con un monto de

48,790 MDD, de los cuales el 53.5% fue por concepto de intereses, el 23.1% por concepto

de ganancias de la IED y 23.2% por inversiones de cartera (ver cuadro IV.26).

270

Cuadro IV.26. América Latina y el Caribe. Renta de la inversión extranjera en América

Latina y de la de América Latina en el extranjero, 1980-2010

(Millones de dólares y porcentajes)

Renta de la inversión de América Latina

en el extranjero

Renta de la inversión

Extranjera en América Latina

Renta de la

inversión

(millones de

dólares)

Directa

%

De

cartera %

Otra

Inversión

%

Renta de la

inversión

(millones de

dólares)

Directa

%

De

cartera %

Otra

Inversión

%

1980 12061,0 2,4 0,1 97,5 -32101,9 16,5 0,0 83,5

1981 15019,7 2,0 0,1 97,9 -45057,9 14,1 0,0 85,9

1982 13801,0 2,7 0,1 97,2 -53295,0 11,4 0,0 88,5

1983 9523,5 0,9 0,1 99,0 -44997,0 9,4 0,1 90,6

1984 10449,3 0,4 0,1 99,4 -49189,8 8,9 0,1 91,0

1985 9703,1 1,5 0,2 98,4 -46477,7 10,4 0,1 89,5

1986 8027,7 1,2 0,2 98,6 -41926,9 12,5 0,3 87,2

1987 7125,8 1,0 1,1 97,9 -39494,9 11,8 0,4 87,9

1988 6946,6 1,6 0,9 97,5 -43041,2 14,1 0,4 85,5

1989 8231,4 2,3 4,4 93,2 -48839,9 16,6 0,9 82,5

1990 11359,0 2,6 5,3 92,1 -47517,5 15,9 1,1 83,0

1991 10777,8 1,9 8,4 89,7 -44182,2 17,3 4,3 78,4

1992 10224,7 6,2 7,5 86,3 -42237,9 19,5 5,5 74,9

1993 10587,1 10,7 8,9 80,4 -46736,7 22,5 10,5 67,0

1994 13595,0 9,7 7,6 82,7 -51696,3 27,4 20,0 52,6

1995 17621,7 9,7 8,3 82,0 -60442,3 25,0 26,7 48,3

1996 19274,9 11,7 9,3 79,0 -64125,7 24,9 22,7 52,5

1997 22566,4 10,3 12,6 77,1 -72369,2 28,5 26,7 45,1

1998 23657,7 9,4 10,3 80,3 -77382,6 27,7 28,0 44,2

1999 21706,7 12,2 12,3 75,5 -75312,2 23,4 26,7 49,9

2000 26177,7 11,3 7,8 80,8 -82839,7 26,6 15,6 57,9

2001 21265,0 12,0 10,5 77,6 -77861,0 26,5 18,7 54,7

2002 14685,0 15,3 15,2 69,4 -67178,0 25,5 19,7 54,9

2003 14417,0 21,0 15,0 63,7 -75159,8 31,8 26,4 41,8

2004 17526,9 33,1 10,7 55,8 -87720,1 39,5 24,8 35,7

2005 21909,2 24,8 10,7 63,9 -104431,0 46,4 19,4 33,9

2006 34934,9 21,7 17,3 60,7 -131083,8 52,9 16,4 30,4

2007 48790,0 23,1 23,2 53,5 -148684,5 60,2 14,4 25,1

2008 45252,0 23,4 27,4 48,2 -156237,4 60,0 16,1 22,6

2009 27948,7 26,4 26,7 45,5 -130673,0 58,9 17,6 22,5

2010 26233,8 28,9 23,0 47,3 -123012,7 67,1 17,5 14,7

Fuente: CEPAL; América Latina y el Caribe: balanza de pagos, 1980-2005 y Anuario estadístico de América

Latina y el Caribe, 2003, 2011.

El cuadro IV.27 ilustra muy bien la extracción de excedentes por parte del capital

extranjero de A.L. Durante la crisis de la DE se contrajeron las IED, por lo que las entradas

de inversión extranjera para hacer frente al servicio de la DE fueron por concepto de

préstamos externos. Si bien es cierto que de 1982 a 1990 el ingreso neto de capitales fue

271

positivo, fue superado con creces por el balance de renta del capital extranjero, dando por

resultado una transferencia neta de recursos por -222.2 MMDD. A partir de 1990, como ya

lo vimos, pierde preponderancia el ingreso de divisas vía préstamos y cobra relevancia el de

vía IED y de cartera. A partir de ese año y hasta 2001 se da una entrada masiva de

capitales, que aun restándole el balance de renta, que también es exponencial, da una

transferencia neta de recursos positiva por 185.5 MMDD. A partir de 2002 y hasta 2006 las

entradas masivas de IED y de cartera se contraen de manera importante, para reiniciar en

2008 y hasta 2010. Sin embargo la salida de capitales continuó de manera masiva desde

2002, por lo que el balance de renta negativo superó por mucho el ingreso neto de capitales,

dando por resultado una transferencia neta de recursos negativa por un monto estratosférico

de -319.5 MMDD.

Con una transferencia neta de recursos negativa y un déficit del sector industrial en su

comercio exterior, presiona a un superávit creciente del sector primario en su comercio

exterior, como sucedió en la etapa de la ISI, pero también hace vulnerables a las economías

periféricas latinoamericanas al comportamiento de esos capitales y a la posibilidad de

crisis.

272

Cuadro IV.27. América Latina y el Caribe: Ingreso neto de capitales y transferencia de

recursos, 1980-2010

(Miles de millones de dólares)

(1)INDECA (2)INDECANA (3)INDEC=(1) (2) (4)BDER (5)TNDER

= (3) (4)

(6)EDEBS (7)TDERC%DELEBS

= (5)/(6)

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)

1980 29.7 1.9 31.6 -19.6 12.0 119.4 10.0

1981 38.9 2.2 41.1 -29.6 11.5 126.8 9.1

1982 4.1 17.6 21.7 -39.2 -17.5 114.6 -15.3

1983 -21.9 30.7 8.8 -35.1 -26.3 114.5 -23.0

1984 -10.4 24.0 13.7 -38.4 -24.7 126.9 -19.5

1985 -16.3 20.5 4.3 -36.5 -32.2 120.7 -26.7

1986 -12.4 21.9 9.5 -33.5 -23.9 106.0 -22.6

1987 -12.5 25.3 12.9 -32.0 -19.1 120.5 -15.8

1988 -19.6 22.9 3.2 -35.7 -32.4 138.1 -23.5

1989 -18.6 29.5 10.8 -40.1 -29.3 154.2 -19.0

1990 -2.4 21.6 19.2 -36.0 -16.8 177.3 -9.5

1991 25.4 11.8 37.2 -33.1 4.1 176.6 2.3

1992 49.0 7.7 56.7 -31.5 25.2 189.6 13.3

1993 70.3 -2.1 68.2 -35.7 32.5 204.3 15.9

1994 42.8 5.6 48.4 -37.5 11.0 235.0 4.7

1995 30.7 31.5 62.1 -42.4 19.7 279.8 7.0

1996 74.7 -8.3 66.4 -43.9 22.6 311.5 7.2

1997 90.2 -7.8 82.4 -47.7 34.7 345.1 10.1

1998 73.2 8.7 81.9 -51.5 30.5 344.9 8.8

1999 44.8 5.6 50.4 -52.1 -1.7 361.9 -0.5

2000 66.5 -8.1 58.4 -54.7 3.8 430.5 0.9

2001 40.9 16.2 57.1 -55.7 1.4 413.3 0.3

2002 -10.4 22.4 12.0 -54.1 -42.1 415.4 -10.1

2003 0.6 18.6 19.2 -59.4 -40.3 453.3 -8.9

2004 -6.7 8.8 2.2 -68.8 -66.7 553.5 -12.0

2005 24.4 -21.4 3.0 -80.6 -77.6 658.5 -11.8

2006 14.3 -12.7 1.6 -94.3 -92.6 782.0 -11.8

2007 111.5 1.9 113.4 -97.9 15.5 881.1 1.8

2008 68.1 3.6 71.8 -108.7 -36.9 1022.2 -3.6

2009 84.7 4.4 89.2 -97.4 -8.3 741.9 -1.1

2010 150.4 -6.2 144.2 -114.8 29.5 979.0 3.0

Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2011

(1) Ingreso neto de capitales autónomos; (2) Ingreso neto de capitales no autónomos; (3) Ingreso

neto de capitales; (4) Balance de renta; (5) Transferencia neta de recursos; (6) Exportaciones de

bienes y servicios; (7) Transferencia de recursos como porcentaje de las exportaciones de bienes y

servicios

¿Es válida la tesis de André Gunder Frank en el sentido de que esta extracción y

apropiación del excedente conduce o agudiza la polarización metrópoli satélite, porque el

centro se desarrolla aún más por la extracción y apropiación del excedente y la periferia se

subdesarrolla aún más por la falta de ese excedente?, ¿pero, qué más importante que la

extracción de los excedentes es que se infunde en la periferia la misma estructura capitalista

273

de la metrópoli y sus principales contradicciones de explotación y expoliación, y que va a

organizar y dominar su vida económica, política y social?¿O es lo que dice Cardoso, en el

sentido de que no es un desarrollo del subdesarrollo sino un desarrollo del capitalismo

latinoamericano que nada tiene que ver con justicia social?¿O como dice Dos Santos, que

la generación de excedentes y su salida es porque las estructuras productivas son

dependientes?

IV.3.4 En la división internacional del trabajo, reprimarización y continuación de la

dependencia tecnológica

Reproduciendo las tendencias mundiales, influenciado por el crecimiento de la IED y por el

crecimiento del centro y la periferia, el comercio también ha tenido un crecimiento mucho

mayor que el de la producción. En la década de los ochenta del siglo XX, por la crisis de

la deuda y por la necesidad de contar con los recursos para hacer frente a su servicio, los

excedentes se van a generar por un incremento de las exportaciones y una contracción de

las importaciones, aun a costa la de la contracción de las economías. Así, con la base datos

de la CEPAL (www.eclac.org/estadisticas/), en el decenio de 1980 a 1990 las

exportaciones sólo crecieron en 20.0% al pasar de 101,077,328 a 121,334,033 mil dólares,

mientras que las importaciones se contrajeron en -8.42%, suficientes para pasar de un saldo

comercial negativo de -3,907,198 mil dólares en 1980 a un saldo comercial positivo de

25,192,337 mil dólares.

Realmente el auge del comercio exterior y el cambio en su estructura se van a dar a partir

de la década de los noventa, una vez superada la crisis de la DE y ya avanzadas las políticas

de libre mercado y los programas de privatización y promoción de la IED.

En cuanto al comercio de mercancías de A.L. por categorías, por origen y destino durante el

trayecto neoliberal, con la misma base de datos de la CEPAL (www.eclac.org/estadisticas/),

tenemos, primero, que en 1990 exportaba 121,611,111 mil dólares, de los cuáles la mayor

parte estaba dado por productos primarios (49.1%), productos industrializados basados en

recursos naturales (22.0%) y de baja tecnología (9.6%), los tres concentraban el 80.7%. Por

el contrario sus importaciones sumaban 95,955,928 mil dólares, y como era de esperarse, la

mayoría no eran de productos primarios (18.6%) sino de industrializados y dentro de estos

los basados en recursos naturales (19.8%), de baja tecnología (10.0%) y tecnología media

274

(34.1%), los cuatro representaban 82.5%, segundo, que las exportaciones estaban

concentradas en EE.UU. (39.3%), la Unión Europea (24.6%) y la misma A.L. (14.6%). De

las exportaciones a EE.UU. el 50% (47,764,855 mil dólares) eran de productos primarios y

de estos 34.1% eran energéticos, 18.0% industrializados basados en recursos naturales y

18.5% de tecnología media. De las exportaciones a la Unión Europea (29,966,080 mil

dólares) eran más de bienes primarios (56.9%) y de estos más agrícolas (22.6%), y menos

de bienes industrializados (42.3%) y de estos la mayor parte basados en recursos naturales

(24.5%). De las exportaciones a A.L. (17,762,395 mil dólares), una proporción importante

era de productos primarios (34.2%) y de estos una buena parte de energéticos (16.4%).

La estructura cambiaba en sus importaciones, hasta cierto punto normal de naciones

periféricas, igual que sus exportaciones. De EE.UU. (38,552,215 mil dólares) y la Unión

Europea (19,620,806 mil dólares) estaba concentrado en importaciones de bienes

industrializados, 80.2% y 90.0 % respectivamente. En el caso de las de EE.UU., la mayoría

eran de tecnología media (35.7%), basados en recursos naturales (19.9%) y de alta

tecnología (14.6%), y en el caso de la Unión Europea, concentradas también en tecnología

media (45.5%), basadas en recursos naturales (19.7%) y alta tecnología (15.9%). Para el

caso de A.L., también como era de esperarse, la mayoría de sus importaciones (16,406,400

mil dólares) estaba compuestas por productos manufacturados (71.4%) y de estos últimos

los basados en recursos naturales (29.7%), de tecnología media (24.5%) y de baja

tecnología (11.4%).

De este comercio, A.L. obtenía un superávit por sólo 25,655,183 mil dólares, producto de

un superávit del comercio de productos primarios por un monto de 41,798,079 mil dólares

y un déficit del comercio de bienes industrializados por -13,127,002 mil dólares. La mayor

parte del superávit primario era consecuencia del comercio de estos bienes con EE.UU.

(45.4%) y la Unión Europea (38.3%). Lo mismo el déficit industrial, la mayor parte por el

comercio con EE.UU. y la Unión Europea. La mayor parte del déficit industrial

latinoamericano era consecuencia del déficit de productos de tecnología media (-

13,754,462 mil dólares) y alta (-9,266,651 mil dólares), déficit como consecuencia del

déficit de estos bienes con EE.UU. y la Unión Europea. Habría que señalar que este déficit

sería más alto sino es por el superávit de bienes industrializados basados en recursos

naturales (7,725,657) y de baja tecnología (2,168,454 mil dólares), es decir tradicionales.

275

Para 2008, dieciocho años después de políticas de libre mercado, el comercio había

alcanzado cifras exponenciales. Las exportaciones sumaban 793,704,604 mil dólares,

constituidas todavía en una buena parte por productos primarios, aunque habían disminuido

su importancia de 49.1 en 1990 a 39.8% en 2008, y la mayor parte de productos

industriales, importancia que pasó de 49.8 a 62.2% en los mismos años. Dentro de los

primarios, la mayor parte estaban constituidos por productos energéticos que se

mantuvieron en cerca de 22.5%. De los productos industriales, los que disminuyeron su

importancia de manera considerable fueron los basados en recursos naturales (de 22.0 a

15.1%) y los que la aumentaron, también de manera importante, los de tecnología media

(de 15.6 a 22.7%) y los de alta tecnología (de 2.6 a 12.0%).

La concentración y la estructura también han cambiado. La dependencia de las

exportaciones de A.L. de la economía de EE.UU. se había incrementado de 39.3 a 43.9%,

lo mismo de la misma A.L. que paso de 14.6 a 19.5%, por el contrario, había disminuido de

manera importante de la Unión Europea de 24.6 a 13.2%. China ya tenía relevancia en el

destino de las exportaciones de A.L. que de 0.0% en 1990 en 2008 ya era de 3.9%. De las

exportaciones a EE.UU. disminuyó la importancia de productos primarios (de 50.0 a

32.0%) y por consecuencia el de los industriales había aumentado de 49.3 a 66.5%, de estos

había disminuido su importancia los basados en recursos naturales (de 18 a 10.9%) y

aumentado de manera importante las de tecnología media (de 18.5 a 27.2%) y las de alta

tecnología (de 3.2 a 19.4%). Algo similar pasaba con las exportaciones hacia la Unión

Europea y A.L., pero de manera menos acentuada. De las destinadas a China (30,787,409

mil dólares) la mayor parte era de productos primarios (71.9%%) y de estos los agrícolas y

mineros, el resto (28.1%) eran de productos industrializados y de estos los basados en

recursos naturales. En cuanto a las importaciones, estas sumaban 739,849,982 mil dólares,

de las cuáles lo sobresaliente es que había disminuido la importancia de los primarios (de

18.6 a 11.8%) y aumentado los industrializados (de 76.8 a 86.7%) y dentro de estos los de

alta tecnología (de 12.9 a 19.8%), mientras que los basados en recursos naturales y

tecnología media se mantuvieron en 20 y 35% respectivamente. Geográficamente

disminuyó su dependencia de las importaciones de EE.UU. (de 40.2 a 32.3%) y de la Unión

Europea (de 20.4 a 14.2%) y aumentado de las de Asia Pacífico (de 3.4 a 9.5%), sobre todo

276

de las de China (de 0.0 a 10.8%). Las de A.L., prácticamente se mantenía sin cambios (de

17.1 a 18.6%).

Lo que sobresalía de las importaciones de A.L., primero, era la disminución de la

importancia de los productos primarios de todas las regiones y países, sobresaliendo las de

A.L. (de 27.2 a 19.2%), las de Asia Pacífico (de 26.2 a 5.2%) y las de China (de 22.2 a

0.9%), segundo, lo mismo, se ha incrementado la importancia de las importaciones de

bienes industrializados de todas las regiones y países, sobresaliendo las de Asia-Pacífico

(de 73 a 93%) y las de China (de 77.0 a 97.8%), tercero, a excepción de la misma A.L. y

China, del resto de las regiones, ha aumentado sus importaciones basados en recursos

naturales, cuarto, de las importaciones de China sobresale que una proporción importante

son de baja tecnología (20.5%), quinto, de todas las regiones y países, en veinte años se han

mantenido las proporciones relativas de importaciones de productos de tecnología media,

a excepción de A.L. que paso de 24.5 a 32.2%, sexto, a excepción de A.L. y EE.UU. en que

las proporciones relativas de importaciones de productos de alta tecnología se han

mantenido, de las demás regiones se han incrementado de manera importante. De la Unión

Europea de 15.4 a 19.9%, de Asia Pacífico de 15.9 a 45.3% y de China de 12.6 a 41.9%.

En cuanto al saldo comercial, lo que no ha cambiado es que la industria sigue dependiendo

del crecimiento y exportaciones del sector primario. El superávit exponencial del sector

primario era de 228,623,042 mil dólares en 2008 y el déficit del sector industrial de -

186,269,951 mil dólares, lo que daba un superávit total de 53,854,622 mil dólares. La

mayor parte del superávit de productos primarios era explicado por el comercio de

energéticos (67.4%) y el déficit industrial por el comercio de productos de alta tecnología

(27.6%) y tecnología media (43.9). Lo que también llama la atención es que ahora el

comercio de bienes industrializados basados en recursos naturales y baja tecnología,

donde se encontraría el comercio de productos tradicionales como alimentos, bebidas y

tabaco y que tradicionalmente habían tenido un comercio superavitario y que hacía que el

déficit del sector industrial no fuera tan grande, ahora también sea deficitario. La mayor

parte del superávit del sector primario es por el superávit con EE.UU. (36.8%), con la

Unión Europea (23.5%) y China (9.4%). La mayor parte del déficit industrial es por el

comercio con China (37.5%), con la Unión Europea (29.0%) y Asia Pacífico (26.3%). Del

déficit con China, si bien es cierto que a todos los niveles de tecnología se tiene el déficit, la

277

mayor parte se explica por el déficit del comercio de productos de alta tecnología (46.0%).

Lo mismo Asia Pacífico (59.7%). Con la Unión Europea la mayor parte del déficit se

explica por el comercio de productos de tecnología media (57.7%). Con el comercio con

EE.UU., a diferencia de los otros grupos y países, se tiene un superávit de 22,716,194 mil

dólares explicado, también, y a diferencia con los otros grupos y países, por el superávit del

comercio de productos de alta tecnología (33,000,636 mil dólares). Es decir, hay una

reprimarización de las economías periféricas latinoamericanas y continuación de esa vieja

estructura productiva en la cual el sector primario financiaba el proceso de industrialización

de A.L. por la vía del financiamiento de su déficit creciente en su comercio exterior.

Si la aplicación de los principios de libre mercado en A.L. ha significado la bonanza de los

grandes capitales, ¿qué han significado para el desarrollo latinoamericano?

IV.3.5 Polarización social y superexplotación de la fuerza de trabajo

Gunder Frank no sólo planteó la polarización entre metrópoli-satélite, sino la polarización

al interior mismo de los satélites, entre sus regiones, entre zonas industriales y zonas

agrícolas. Planteó que hasta las regiones más apartadas, los trabajadores agrícolas más

alejados se veían alcanzados por las contradicciones del capitalismo y eran sometidos a la

dinámica del capitalismo mundial.

La aplicación de los principios de libre mercado ha llevado a nuevas bases de crecimiento y

crisis recurrentes, y por consecuencia una agudización de la polarización social en A.L.

En cuanto a las bases de crecimiento, en 1980 el crecimiento de las economías

latinoamericanas se daba más por el consumo de los hogares y la formación bruta de capital

fijo, y aunque importantes, menos por los flujos de IED y el comercio exterior. Para la

primera década del siglo XXI, para 2000-2010, disminuye la importancia del consumo

privado y la inversión en el crecimiento de la producción y aumenta la del comercio

exterior. Ya veíamos el papel cada vez más preponderante que tiene la IED en la inversión

y el comercio exterior. Así, para 1980 el consumo de los hogares representaba el 64.7% del

PIB, la formación bruta de capital 28.5% y el comercio exterior de bienes y servicios

32.9%. Para dos mil 2010 el gasto en el consumo de los hogares había descendido a 61.8%,

la formación bruta de capital a 19.6% y, por el contrario, el comercio exterior de

representar 32.9% del PIB en 1980 aumenta a 42.7% en 2010. Lo mismo, siguiendo las

278

tendencias mundiales, las economías latinoamericanas están cada vez están más

terciarizadas. La importancia del sector primario en la actividad económica cayó de 8.6%

en 1980 a 5.7% en 2010, la industria de 40.0% a 32.6% y las manufacturas de 23.1 a 16.1%

en los mismos años, por el contrario la del sector servicios aumenta de 51.4 a 61.7% (ver

cuadro IV.25).

Sobre las crisis recurrentes, la aplicación de los principios de libre mercado estuvo

precedida por el inicio de la crisis de la DE latinoamericana y después, ya con su

aplicación, por diferentes crisis en diferentes países. Habría que llamar la atención en lo

prolongada y severa que fue la crisis de la DE en términos de inversión, de producción, de

devaluaciones de las monedas, de inflación, de desempleo, de distribución del ingreso y de

pobreza. La crisis de la DE duraría una década. Los cuadros del IV.28 al IV.35 muestran lo

severo de esa crisis y quien pagó los costos del ajuste para superarla. En varios países

latinoamericanos el salario mínimo perdería más de la mitad de su poder adquisitivo en las

décadas de los ochenta y noventa.

A esta vulnerabilidad social habría que añadir las crisis que se han presentado en la

economía mundial capitalista a partir de la implementación del neoliberalismo y que han

agravado el problema del desempleo y pobreza.

Después de superada la crisis de la DE, y ya con plena vigencia de los principios

neoliberales y con el optimismo gubernamental y del capital en que la situación previa a

esos principios mejoraría, en varios países latinoamericanos han tenido una o más caídas

en su producción precisamente por la implementación de políticas de libre mercado. Por

ejemplo, con datos del Balance preliminar de las economías de América Latina y el

Caribe, 2000, y el Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2005-2006, 2010-

2011, de la CEPAL, Argentina de 1991 a 2010 tuvo seis crecimientos negativos de su

producción, sobresaliendo las de 2002 con -10.9%, Uruguay cinco caídas sobresaliendo

2002 con -11.0%, México sólo dos caídas en 1995 y 2009 de -6.2 y -6.1%

respectivamente. Los efectos adversos de estas crisis se agregarían a los que había dejado la

crisis de la DE. Los más castigados seguían siendo los trabajadores por la continuación de

la caída de los salarios mínimos.

279

No hay justificación económico-social para continuar con las políticas de libre mercado. Si

uno revisa los cuadros del IV.28 al IV.35 y toma uno como referencia el año 1980, y treinta

años después, para 2010, vemos que para millones de la población latinoamericana su

situación económico-social no ha mejorado. Esto por más que los partidarios, ideólogos e

instituciones adheridas a los principios de libre mercado lo traten de justificar. El mejor

ejemplo para el abandono de estas políticas es esta realidad latinoamericana, pero también

los resultados que ha tendido en otros continentes, principalmente en Europa en que el

desempleo ha alcanzado tasas no vistas en periodos recientes.

A la bonanza de los grandes capitales industriales, comerciales y financieros, tanto

extranjeros como los de A.L., está la otra cara que tiene que ver con el crecimiento de la

producción, la generación de empleos, mejores salarios, una distribución equitativa del

ingreso y la disminución de la pobreza, recordando que el proyecto neoliberal mejoraría la

situación económico-social previa. Si uno revisa los datos, primero, en lo que tiene que ver

con el crecimiento de la producción, ninguna década fue como la de los setenta, y por

consecuencia el PIB per cápita. Algunos países como Bolivia, Brasil, El Salvador,

Guatemala y Haití, México, Nicaragua y Paraguay, entre otros, llevan tres décadas

perdidas (ver cuadros IV.24, IV.28). El desempleo tampoco lo han resuelto la bonanza de

los grandes capitales extranjeros y latinoamericanos, ni la bonanza del comercio exterior.

En varios países las tasas de desempleo siguen siendo mayores a la década de los setentas,

previo a las políticas de libre mercado, que por supuesto presiona los salarios a la baja (ver

cuadro IV.29). Al desempleo abierto habría que agregar el subempleo por horas, empleados

que trabajan de entre 48 y 30 horas pero que desearían trabajar más. Por ejemplo, con datos

del Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2006-2007, 2010-2011de la CEPAL,

de 1998 a 2010, en Argentina la proporción fluctuó entre 9.8% en 2010 y 24% en 2002, en

Colombia entre 9.1 en 2008 y 16.8% en 2002 y Perú entre 12.3% en 2000 y 20.6% en 2002,

entre otros países. También, para varios países, los precios al consumidor, y a pesar de la

presión por el equilibrio en las finanzas públicas, no han descendido como la aplicación de

políticas de libre mercado esperarían, por lo que ante las políticas de contención salarial, ha

llevado a un deterioro severo de los salarios reales (ver cuadro IV.30).

280

Cuadro IV.28. América Latina. Producto interno bruto por

habitante a precios constantes de 1980 y 2000

(Tasas de variación anual y media anual)

1970/1980 1980/1990 1990/2000 2000/2008

Argentina 0.9 -2.6 2.9 3.2

Bolivia (EP de) 1.4 -2.0 1.4 1.6

Brasil 6.2 -0.5 1.0 2.2

Chile 1.0 1.2 4.8 3.1

Colombia 3.1 1.3 0.9 3.1

Costa Rica 3.0 -0.3 2.7 3.0

Cuba … … -1.9 5.9

Ecuador 5.8 -0.5 0.0 3.5

El Salvador -0.2 -1.5 2.5 1.0

Guatemala 3.0 -1.5 1.7 1.3

Haití 3.2 -3.0 -1.9 -1.1

Honduras 2.3 -0.6 0.8 2.9

México 3.6 -0.1 1.7 1.4

Nicaragua -2.7 -3.7 1.2 1.9

Panamá 2.8 -0.8 3.0 4.5

Paraguay 6.1 0.2 -0.5 1.7

Perú 1.0 -3.4 2.3 4.6

República Dominicana 4.4 0.3 4.2 3.6

Uruguay 2.6 -0.3 2.4 3.3

Venezuela (RB de) 0.6 -2.0 0.0 2.7

América Latina a/ 4.2 -0.7 1.5 2.2

Fuente:www.eclac.org/estadisticas/ a/Para 1970-1980 y 1980-1990, incluye los países para los que se dispone

de información.

281

Cuadro IV. 29. América Latina: Tasa de desempleo, 1970-2010

(Tasa anual media)

País 1970 1980 1985 1990 2000 2005 2010

Argentina 4.9 2.6 5.6 7,5 15.1 11.6 7.7

Barbados … 12.6 18.7 15.0 9.2 9.1 10.8

Bolivia (EP de) … 7.1 5.8 9.5 7.5 8.1 6.5

Brasil 6.5 6.3 5.3 4.3 7.1 9.8 6.7

Colombia 10.6 9.7 14.1 10.3 17.3 14.3 12.4

Costa Rica 3.5 6.0 6.7 5.4 5.3 6.9 7.1

Chile 4.1 11.7 17.0 6.5 9.7 9.2 8.2

Ecuador 4.2 5.7 10.4 6.1 9.0 8.5 7.6

El Salvador … … … 10.0 6.5 7.3 6.8

Guatemala … 2.2 12.0 6.4 … … 4.8

Honduras … 8.8 11.7 6.9 … 6.5 6.4

Jamaica … 17.2 10.9 … 15.5 11.3 12.4

México 7.0 4.5 4.4 2.9 3.4 4.7 6.4

Nicaragua … 18.3 20.9 11.1 7.8 7.0 9.7

Panamá 10.3 10.4 15.7 20.0 15.2 12.1 7.7

Paraguay … 3.9 5.1 6.6 10.0 7.6 7.8

Perú … 7.1 10.1 8.3 8.5 9.6 7.9

República Dominicana

Trinidad y Tobago … 9.9 16.0 20.0 12.2 8.0 5.8

Uruguay 7.5 7.4 13.1 9.3 13.6 12.2 7.1

Venezuela (RB de) 7.8 6.6 14.3 10.5 13.9 12.4 8.6

Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 1992, 2011

282

Cuadro IV.30. América Latina. Variación de los índices anuales de

precios al consumidor: promedio anual

(Tasas de variación media anual)

País 1970/1980 1980/1990 1990/2000 2000/2008

Argentina 119.5 437.6 14.9 9.8

Bolivia (EP de) 18.8 222.7 9.0 5.3

Brasil … … 200.5 7.1

Chile 130.3 20.3 9.4 3.7

Colombia 21.3 23.7 20.0 6.1

Costa Rica 10.8 25.6 15.9 11.3

Cuba … … … 2.8

Ecuador 12.4 36.1 42.5 9.1

El Salvador 10.8 19.0 7.9 4.1

Guatemala 9.6 13.9 11.5 7.8

Haití 10.7 6.7 19.8 16.9

Honduras 7.9 7.8 18.2 8.2

México 16.6 65.1 18.3 4.7

Nicaragua … 570.1 57.3 9.2

Panamá 7.0 1.8 1.2 2.5

Paraguay 13.1 21.7 13.4 8.8

Perú 30.3 332.1 9.7 2.4

República Dominicana … … 10.4 14.3

Uruguay … … 35.2 9.1

Venezuela (RB de) 8.4 23.3 43.3 20.8

América Latina e/ 36.5 126.3 82.7 7.4

Fuente:www.eclac.org/estadisticas/ e/Incluye los países para los que se dispone información, excepto Cuba

Si toma uno como base 1980, porque como se dijo, se supondría que con las políticas de

libre mercado la situación previa de los consumidores mejoraría, vemos que no ha sido así.

Por ejemplo, según datos de la CEPAL, en veinte años, de 1980 hasta 2000, de 18 países

latinoamericanos, en 11 de ellos el salario mínimo real había caído estrepitosamente. Los

casos extremos eran Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Perú, Uruguay y Venezuela

en donde el salario había caído entre el 54 y 75%. Aún con el crecimiento que en estos

países ha tenido el salario mínimo de 2000 a 2010, a excepción de Uruguay, en ninguno de

los países mencionados se ha alcanzado, mucho menos superado, el salario real que se tenía

en 1980. De estos, el caso extremo es la caída del salario mínimo real de México que de

1980 a 2000 descendió en 70.5% y de 2000 a 2010 4.4% (ver cuadros IV.31 y IV.32).

283

Cuadro IV.31. América Latina y el Caribe: Evolución del salario

mínimo real urbano, 1980-2000

(índices promedios anuales y tasas de crecimiento acumuladas)

1980 1990 1995 2000 TCA

1980/2000

Argentina 132.4 28.4 100 100.5 -24.1

Bolivia (EP de) … 51.5 100 126.8 146.2

Brasil 121.5 87.8 100 116.1 -4.4

Chile 87.9 76.9 100 133.2 51.5

Colombia 97.4 104.6 100 104.2 7.0

Costa Rica 83.7 101.2 100 111.1 32.7

Ecuador 209.8 72.8 100 84.6 -59.7

El Salvador 278.6 97.0 100 25.4 -68.8

Guatemala 409.2 197.2 100 102.6 -74.9

Haití 157.5 115.6 100 51.4 -67.4

Honduras 131.3 111.6 100 114.7 -12.6

México 323.9 128.0 100 95.6 -70.5

Panamá 94.5 93.8 100 113.6 20.2

Paraguay 87.5 114.5 100 105.8 20.9

Perú 676.1 158.0 100 215.6 -68.1

República Dominicana 109.8 83.4 100 111.4 2.4

Uruguay 233.9 161.3 100 96.9 -58.6

Venezuela (RB de) 184.6 88.3 100 85.5 -53.7

Fuente: CEPAL, Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2000-2001

TCA: Tasas de crecimiento acumuladas

284

Cuadro IV.32. América Latina y el Caribe: Salario mínimo real, 2000-2010

(índices 2000=100 y tasas de crecimiento acumuladas)

2000 2005 2008 2009 2010 TCA

2000/2010

Argentina 100 171.1 253.3 292.1 321.3 221.3

Bolivia (EP de) 100 106.3 108.0 117.0 119.9 19.9

Brasil 100 128.5 160.8 172.7 182.0 82.0

Chile 100 113.4 118.3 124.7 127.7 27.0

Colombia 100 105.0 106.9 110.3 111.6 11.6

Costa Rica 100 97.8 99.5 103.3 105.8 5.8

Ecuador 100 125.9 146.7 152.0 161.5 61.5

El Salvador 100 91.1 92.9 101.9 100.9 0.9

Guatemala 100 115.9 111.9 117.9 122.0 22.0

Haití 100 79.6 56.4 72.2 114.1 14.1

Honduras 100 121.2 131.1 223.5 213.4 113.4

México 100 99.0 96.2 94.8 95.6 -4.4

Panamá 100 104.5 109.2 106.5 113.3 13.3

Paraguay 100 104.4 101.3 102.0 102.5 2.5

Perú 100 105.1 114.5 111.2 110.1 10.1

República Dominicana 100 96.4 87.7 93.9 93.5 -6.5

Uruguay 100 131.9 176.9 194.4 196.8 96.8

Venezuela (RB de) 100 103.7 107.2 99.4 93.8 -6.2

Fuente: CEPAL, Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2010-2011

TCA: Tasas de crecimiento acumuladas

Con el deterioro salarial podemos hablar, como en su momento lo hizo Marini, de

superexplotación de la fuerza de trabajo y las implicaciones para el desarrollo de un

mercado interno y para el desarrollo desigual de las ramas productoras de bienes salarios y

de bienes para los capitalistas. Un indicio del deterioro salarial, ya veíamos, es la llegada

masiva de IED, que obtiene cuantiosas ganancias por la explotación de la fuerza de trabajo

para remitirlas a sus países de origen. El otro, directamente relacionado con la IED, son los

grandes montos por exportaciones de mercancías que no encuentran mercado en la periferia

latinoamericana por los bajos salarios, la concentración del ingreso y la pobreza. Lo mismo

se podría decir de la colocación de las inversiones de empresas latinoamericanas en el

exterior.

Con datos oficiales, en términos absolutos, en 1980 había en A.L. 136 millones de pobres y

en 2010 184 millones. El incremento se debió al aumento de los pobres urbanos de 63 a

121 millones en los mismos años. Lo mismo el número de indigentes, que aumentaron de

62 a 68 millones (ver cuadros IV.33 y IV.34). Todavía más visible de lo inequitativo de

este modelo es en la distribución del ingreso. De los siete países que están en el cuadro

285

IV.35, en los siete el 20% de las familias más pobres empeoró su situación en el ingreso.

Los peores, Argentina que de concentrar el 6.8% en 1980, en 2010 sólo 3.7%, por el

contrario, el 20% más rico subió de 45.3 a 55.4% del ingreso; en México el 20% más pobre

bajo de 7.9 a 4.5% y el 20% más rico de 41.2% a 53.3%, y así los demás países. La misma

suerte ha corrido el 60% de las familias siguientes respecto a su disminución en el ingreso

(ver cuadro IV.35).

Cuadro IV.33. América Latina: Incidencia de la pobreza y

la indigencia, 1980-2007

(Porcentajes de personas)

Pobres Indigentes

Total Urbano Rural Total Urbano Rural

1980 40 30 60 19 11 33

1990 48 41 65 22 15 40

2002 44 38 62 19 14 38

2007 34 29 52 13 8 28

Fuente:www.eclac.org/estadisticas

Cuadro IV.34.América Latina: Incidencia de la pobreza y

la indigencia, 1980-2007

(Millones de personas)

Pobres Indigentes

Total Urbano Rural Total Urbano Rural

1980 136 63 73 62 22 40

1990 200 122 78 93 45 48

2002 221 146 75 97 51 46

2007 184 121 63 68 34 34

Fuente:www.eclac.org/estadisticas

286

Cuadro IV.35. América Latina: Distribución del ingreso de los hogares

urbanos, por quintiles /a, 1980-2010

(Porcentajes)

País Año Decil1 Decil2 Quintil2 Quintil3 Quintil4 Decil9 Decil10

Argentina (urbano) 1980 2.8 4.0 10.6 15.7 21.7 14.4 30.9

1990 2.3 3.9 8.7 14.2 20.9 15.2 34.8

1999 1.2 2.3 7.3 11.7 19.1 15.6 42.9

2010 1.2 2.5 8.1 12.7 20.1 15.7 39.7

Brasil (nacional) 1980

1990 1.1 2.2 7.0 11.1 19.4 17.4 41.8

2001 0.6 1.4 5.0 9.0 16.1 15.0 52.8

2009 0.8 1.9 6.5 11.0 18.0 15.2 46.5

Chile (nacional) 1980

1990 1.7 3.0 8.7 12.1 18.7 15.8 39.2

2000 1.2 2.2 6.8 10.7 17.5 15.2 46.3

2009 1.4 2.7 7.8 11.7 18.4 15.0 42.9

México (nacional) 1984 3.2 4.7 12.3 16.8 21.9 15.4 25.8

1994 2.9 3.9 10.0 13.9 19.7 15.3 34.3

2000 1.2 2.2 7.1 11.6 18.8 15.7 43.2

2010 1.6 2.9 8.6 13.1 20.4 15.9 37.4

Perú (nacional) 1980

1990

2001 1.1 2.2 7.5 12.4 20.2 16.0 40.6

2010 1.6 2.8 9.0 14.1 21.7 16.1 34.5

Uruguay (nacional) 1981 2.7 4.1 10.9 14.7 21.2 15.2 31.2

1990 3.5 4.7 11.9 15.4 19.9 13.3 31.2

2002 3.7 5.1 12.9 16.0 20.6 14.4 27.3

2010 2.1 3.4 9.8 14.4 21.8 16.3 32.1

Venezuela (RB de) 1981 2.5 4.4 13.2 17.1 24.9 16.0 21.8

1990 2.0 3.7 11.1 15.9 22.8 16.2 28.4

1999 1.1 2.5 8.2 13.1 20.7 16.6 37.8

2010 1.8 3.6 10.7 15.8 23.0 16.5 28.7

Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, varios años.

La misma CEPAL en 2008, 18 años después de su propuesta de “Transformación

productiva con equidad” en 1990, hacía un balance totalmente negativo de los resultados de

la puesta en práctica de los principios de libre mercado en A.L. Afirmaba que:

…la región aún no concreta avances significativos en aspectos estructurales…en

primer lugar la inequidad en la distribución del ingreso y, en términos más generales,

la inequidad en el acceso a diferentes activos, continúa siendo una realidad

incontrastable de América Latina y el Caribe. En segundo lugar, la inversión, pese a

haber aumentado durante los últimos años a los mayores niveles desde 1980, aún no

basta para sostener tasas de crecimiento superiores al 5%. En tercer lugar la mayor

287

diversificación exportadora no ha logrado reducir la excesiva dependencia de las

exportaciones tradicionales, ni incorporar, en general, mayor conocimiento y valor

agregado en las distintas actividades y cadenas productivas…En cuarto lugar, la

región ha perdido participación en el comercio mundial de servicios y, en particular,

en los segmentos más dinámicos, que básicamente corresponden a la informática, la

ingeniería, los seguros y las finanzas, la investigación y el desarrollo de las

telecomunicaciones. En quinto lugar, los esfuerzos en materia de innovación siguen

siendo escasos y su eficiencia reducida. Las brechas son cada vez más profundas si se

consideran los crecientes esfuerzos públicos y privados que realizan los países de

Asia en desarrollo, particularmente China, en materia de investigación y desarrollo

(ciencias básicas y aplicadas) y acceso a los mercados del conocimiento. (CEPAL;

2008: 318).

Nuevamente, a raíz de la crisis financiera en los EE.UU. y su impacto adverso en las

economías de A.L., la CEPAL, en su trigésimo tercer período de sesiones celebrada en

Brasil del 30 de mayo al 1 de junio de 2010, presentaba el documento: La hora de la

igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir. En él reconocía que lo predominante en 5

siglos de capitalismo en A.L. ha sido la desigualdad y la “peor distribución del ingreso” del

mundo, que se han exacerbado con el neoliberalismo y con las crisis recurrentes que ha

traído, sobre todo la de 2007. Dice la CEPAL:

¿Por qué hacemos nuestro el valor de la igualdad en la actual inflexión histórica?

Porque creemos interpretar un reclamo largamente sostenido y postergado en las

sociedades latinoamericanas y caribeñas. En efecto, la desigualdad recorre cinco

siglos de discriminación racial, étnica y de género, con ciudadanos de primera y

segunda categoría y la peor distribución del ingreso del mundo. Recorre décadas

recientes en que se ha exacerbado la heterogeneidad en cuanto a las oportunidades

productivas de la sociedad, se ha deteriorado el mundo del trabajo y se ha segmentado

el acceso a la protección social. Recorre las asimetrías frente a la globalización.

(CEPAL; 2010: 6-7)

Su propuesta para disminuir las desigualdades es la siguiente: “Por eso proponemos crecer

con menos heterogeneidad estructural y más desarrollo productivo, e igualar potenciando

288

capacidades humanas y movilizando energías desde el Estado. Proponemos remediar las

tremendas disparidades espaciales mediante sociedades más integradas en torno a

dinámicas productivas, con sinergias sociales y territoriales positivas. Proponemos

fortalecer la protección de las personas mejorando tanto los mercados laborales como las

transferencias y gestión públicas.” (CEPAL; 2010: 7)

IV.3.6 Estructuras productivas condicionadas, límites al desarrollo y dependencia

primario-tecnológica

Deberíamos empezar por la afirmación de Cardoso, la cual comparto, en el sentido de que

“…mientras la práctica política no destruya las desigualdades de apropiación entre las

clases y entre las naciones, el concepto de dependencia sigue pleno de significado.”

(Cardoso; 1975/1976: 102) Con la puesta en práctica de los principios neoliberales, hasta

ahora, las desigualdades entre naciones y al interior de las naciones no sólo no han

disminuido sino que por el contrario se han agudizado.

Después de revisar la información oficial se puede decir, primero, que la puesta en práctica

de las políticas de libre mercado ha llevado a una nueva forma de inserción de la periferia

latinoamericana y a una nueva forma de estructuras productivas dependientes

condicionadas, que han llevado a imponer límites al desarrollo que tiene que ver con la

justicia social. Segundo, por lo mismo, caben la mayoría de las tesis dependentistas como

las de Frank sobre la “extracción de excedentes” y el subdesarrollo estructural y el infundir

en la periferia la misma estructura capitalista y sus contradicciones. También señaló la

polarización al interior de los mismos satélites, entre las grandes y pequeñas empresas,

entre las clases sociales y grupos sociales, ya lo veíamos con los grandes capitales

latinoamericanos que invierten en el exterior y en la distribución del ingreso. Lo mismo las

de Dos Santos, de que la dependencia latinoamericana no es un elemento externo, sino que

la situación de dependencia en que vivía la periferia latinoamericana dentro del sistema

capitalista mundial condicionaba sus estructuras internas haciéndolas dependientes en su

propia constitución, que limitaban las posibilidades de alternativas de desarrollo

independiente. De Marini, sobre todo, con la continuación de la superexplotación de la

fuerza de trabajo y los limites para conformar o consolidar un mercado interno. También

sobre la posibilidad de las burguesías y los Estados latinoamericanos de impulsar un

289

desarrollo independiente, que no era posible ya que se aliaban o eran dominados por el

capital extranjero.

Con el neoliberalismo, y después de 30 años de aplicación de políticas de libre mercado, ha

llevado a que la dinámica del desarrollo de las economías latinoamericanas estén cada vez

más condicionadas, primero, por continuar con los programas de apertura y promoción para

la llegada de inversiones extranjeras, segundo, por la llegada de inversiones extranjeras,

sobre todo directas que aportan divisas, contribuyen a la inversión, generan empleos y son

determinantes en las exportaciones, tercero, por el comercio, por las dimensiones que ha

alcanzado este, cuarto, por las importaciones de materias primas industriales, sin las

cuales el crecimiento del sector industrial se vería en serios problemas, quinto, por las

exportaciones de productos primarios e industriales que generarían las divisas necesarias

para las importaciones de los dos sectores, pero sobre todo del segundo, sexto, también por

las dimensiones del comercio, por el precio de los productos primarios y el precio de los

productos industriales, séptimo, por el superávit del sector primario para cubrir el déficit

creciente del sector industrial, octavo, por la extracción de energéticos y por los precios

internacionales de estos, noveno, geográficamente, condicionado por el comercio con

EE.UU., la Unión Europea y China, porque es con esas regiones donde se obtiene la mayor

parte del superávit del sector primario, décimo, por la extracción de excedentes de los

capitales latinoamericanos y enviados a sus países de origen y onceavo, por el envío de

remesas de trabajadores latinoamericanos a sus países de origen, para el caso de México el

monto de estos recursos es muy importante, y por último, en algunas economías, por los

depósitos de extranjeros en bancos latinoamericanos.

Las estructuras productivas condicionadas dependientes van a limitar el desarrollo como

se debiera entender, y que tiene que ver con la justicia social con preservación del medio

ambiente. Así el desarrollo de la periferia latinoamericana estaría limitado, primero, por

llegada de inversiones extranjeras y por las características que asume ésta en la periferia

latinoamericana como la de exigir continuar con los programas de apertura y promoción,

porque que gran parte ha llegado y sigue llegando por medio de fusiones y adquisiciones,

por la extracción de excedentes, que como ya vimos son exponenciales, porque una

proporción importante de inversión extranjera es por concepto de inversiones de cartera

que son altamente inestables y también por la extracción de excedentes, y finalmente

290

limitado por el creciente endeudamiento externo y el pago del principal e intereses,

segundo, por la salida de capitales latinoamericanos que no pueden ser invertidos

localmente por la estrechez de los mercados latinoamericanos, tercero, por el mismo sector

industrial, que por sus déficit crecientes, absorbe cantidades importantes de divisas que

podrían tener otro destino y que obliga al sector primario a obtener esas divisas vía

superávit en su comercio exterior, cuarto, limitado porque el déficit del sector industrial es

principalmente por productos de alta tecnología, tecnología media y de baja tecnología,

quinto, y ahora también limitado por el déficit en el comercio de productos basados en

recursos naturales, tradicionales como alimentos, bebidas y tabaco, y en los cuales

tradicionalmente se tenía un superávit y que hacía que el déficit del todo el sector industrial

no fuera tan grande.

Limitado por las altas tasas de desempleo que no representan demanda de consumo para

diferentes ramas industriales, lo mismo el subempleo, que tiene implicaciones o presiona a

la otra limitación que son los bajos salarios reales y a la superexplotación de la fuerza de

trabajo. La otra limitación tiene que ver con una mayor concentración del ingreso que la

que se tenía previa a la aplicación de los principios de libre mercado y la pobreza, si no

como explicar la llegada de IED y las salidas de capitales latinoamericanos.

IV.3.7 Los Estados, las burguesías latinoamericanas y la posibilidad de un proyecto

de desarrollo independiente

Respecto a los Estados latinoamericanos, mucho se ha discutido respecto a las

características del Estado durante el periodo de ISI y de las características de éste durante el

periodo neoliberal, y se dice que para avanzar hacia el desarrollo no necesitamos ni el

primero ni el segundo. Entonces, ¿qué Estado? Reflexionando sobre el Estado que

acompañó al paradigma cepalino de los 50s, 60s, y 70s, Iglesias nos dice que este fue

“omnipresente, centralista y cautivo”, lo que implicó, entre otras cosas, que la intervención

estatal entorpeciera el “funcionamiento eficiente del mercado y promoviera el rentismo, la

especulación y la corrupción.” (Iglesias; 2006: 10). Con el retorno de la ortodoxia, por la

crisis de la ISI, se llegó a un nuevo concepto de Estado. Se patrocinó “…un Estado

minimizado, lo cual significó el cierre de instituciones, la eliminación de instrumentos de

política y el recorte de su intervencionismo excesivo. Por ejemplo, las políticas industriales

291

y agrícolas fueron eliminadas. Y sobre todo se perdió la visión de largo plazo.” (Iglesias;

2006: 11).

Dentro del marco de la economía mundial capitalista, ¿es posible que Estados

latinoamericanos tengan como prioridad la justicia social? En los últimos años del siglo

XX y primeros del siglo XXI, según Iglesias, resurgió una preocupación marcada por el

desarrollo social. Pero en este nuevo paradigma el Estado quedaba con poca capacidad para

elaborar políticas que fueran en esa dirección. Así, “…en los últimos años ha surgido el

interés por redefinir el papel del Estado en el contexto de las nuevas estrategias de

desarrollo…” (Iglesias; 2006: 11). Así, si ni el Estado heterodoxo ni el ortodoxo, entonces

se debe reflexionar sobre un nuevo concepto de Estado. Según Iglesias, las características

de este Estado debería de ser el ser “…capaz de hacer viable la eficiencia del mercado”;

“que impulse la capacidad productiva”; “que disminuya las desigualdades sociales”; “ser

capaz de cooperar con la iniciativa privada” y “ser capaz de orientar y formular políticas de

inserción internacional”, entre otras. (Iglesias; 2006: 12, 13). ¿Por qué el Estado no ha sido

capaz de todas estas acciones?

En esta línea de discusión sobre qué Estados y su accionar en la etapa de capitalismo

neoliberal, la misma CEPAL reconocía que en una nueva política de desarrollo no se podía

continuar con un Estado con las características que había tenido durante la ISI, pero que

tampoco podía ser un Estado fuera de sus responsabilidades de justicia social y sólo estar

atento a las demandas de las clases dominantes, los resultados están a la vista. En 2010 la

CEPAL hacía propuestas que parecían muy obvias desde hace varias décadas. Decía la

CEPAL que era “preciso contar con políticas de Estado que concurran a dinamizar el

crecimiento, promover la productividad, fomentar una mayor articulación territorial,

impulsar mejores condiciones de empleo y de institucionalidad laboral y proveer bienes

públicos y protección social con clara vocación universalista y redistributiva. A estos retos,

complejos y cuyo logro insume tiempo, se aboca la presente propuesta. Requieren un arduo

trabajo técnico, de construcción de pactos sociales y de financiamiento para el desarrollo.

Responden a un triple desafío: impulsar las economías de la región en aras del desarrollo,

enfrentar la crisis y su inflexión histórica con nuevos instrumentos de política y saldar la

secular deuda de desigualdad y exclusión social de la región. Por eso, a la vez, la tarea

urgente es reformar el sistema tributario y de transferencias, a fin de generar mayor

292

capacidad fiscal y colocar la solidaridad social en el centro de la vida colectiva…”

(CEPAL; 2010: 9)

En la línea de los dependentistas, Osorio, criticando las propuestas cepalinas de lo que

deberían ser los Estados Latinoamericanos para alcanzar el desarrollo, nos dice que en las

propuestas neoestructurales.

… prevalece la visión del Estado como reino de la razón, operando por encima de los

conflictivos intereses de clases (¡y de los vaivenes de la política!) y propiciando la

búsqueda del bien común. No sé si ese estado exista en alguna parte, incluso

considerando el mundo desarrollado. Pero concediendo tal supuesto, cabe

preguntarse: ¿por qué dicho Estado no se ha conformado en la periferia?; ¿qué

razones explican su ausencia?; ¿por qué el Estado latinoamericano no reúne las

cualidades que nuestros autores suponen en los Estados de las regiones y naciones

subdesarrolladas y que las convirtió en motor y catalizador de las energías

modernizantes?...Como frente a otras preguntas, en las propuestas neoestructurales no

existen respuestas a estos interrogantes. Falta de historicidad y formalismos se

vuelven hacer presentes…se puede dibujar el mejor de los mundos posibles…pero

nunca se explicará el mundo político, social y económico que realmente tenemos, ni

los actores sociales que pudieran llevar a cabo tales tareas, en la lógica de un

capitalismo, el dependiente, que nos muestra conductas sociales, al menos de las

fracciones empresariales hegemónicas, que caminan en una dirección opuesta.

(Osorio; 2003 148-149).

Por último, también en la línea de los dependentistas, en el sentido de la existencia de

burguesías nacionales latinoamericanas y la posibilidad de que estas pudieran modificar el

capitalismo neoliberal existente, Samir Amin, en una entrevista, a la pregunta de si habían

pasado los tiempos de capitalismos nacionales en la Argentina, responde que “…en esta

nueva estructura del capitalismo mundial, no hay más lugar para la burguesía nacional. Lo

que vemos actualmente es la desaparición de las burguesías nacionales… Existe una

burguesía compradora que imagina su enriquecimiento, como proyecto, en el marco del

capitalismo global tal como es, sin ambición alguna de modificar los términos de este

capitalismo.” (Amin, 2003: 7). Más adelante dice que quizás “…haya proyectos de

293

burguesía nacional en los países exsocialistas. Principalmente: Rusia, China. Cuba también,

sin duda, pero no hay un proyecto de burguesía nacional en ningún otro país, sean los

países más industrializados como Argentina, Brasil, Egipto e India o países menos

industrializados, como los de África subsahariana. ¡Ya no hay más burguesía nacional!”

(Amin, 2003: 7).

294

CONCLUSIONES

Una vez concluida la tesis, y teniendo en cuenta el objetivo inicial de esta, que era el de ver

la vigencia de las tesis dependentistas escritas en la década de los sesenta del siglo XX para

explicar el desarrollo- subdesarrollo actual latinoamericano, tenemos que las tesis del

pensamiento dependentista están plenamente vigentes para analizar las transformaciones

estructurales en las economías periféricas subdesarrolladas latinoamericanas a partir de la

implementación de los principios de libre mercado.

Va a ser la realidad mundial capitalista, específicamente la latinoamericana, de finales de

los sesenta lo que va a dar lugar a la construcción del pensamiento dependentista, y va a ser

nuevamente la realidad latinoamericana a raíz de la imposición del proyecto neoliberal la

que le va a dar su vigencia. Muy importante, ya que no es lo el tiempo histórico en que se

construyen la teorías lo que les da su vigencia sino el movimiento de la realidad.

Como hoy, desde hace varias décadas, tanto en el centro como de la periferia, ha habido

preocupaciones por el desarrollo-subdesarrollo por todo lo que eso ha significado para las

naciones que se encuentran bajo esa condición, preocupaciones que se han expresado en

construcciones teóricas referidas a como los del centro lograron llegaron a ser desarrollados

y los obstáculos que se le presentan a la periferia para alanzarlo. Estas construcciones se

han dividido sobre todo en dos vertientes, las de la teoría económica o ciencia burguesa,

que hacía caso omiso en la génesis y contradicciones del capitalismo en la explicación en

el origen del desarrollo-subdesarrrollo y su permanencia y hacían recomendaciones de

política económica a los países subdesarrollados para que dejaran esa condición,

recomendaciones tendientes a hacer lo que habían hecho los países del centro para llegar a

ser desarrollados, y las de la economía política, que por el contrario era en los orígenes y

las contradicciones del capitalismo donde habría que buscar la explicación de la

conformación de esos dos grupos de países, haciendo énfasis en la lucha de clases y la

obtención de ganancias como prioridad del capital y lo problemático que era para la

periferia, por no decir imposible, para que dejaran su condición de subdesarrolladas.

En A.L. existe una larga tradición de pensadores sociales latinoamericanos por la

preocupación del desarrollo subdesarrollo desde fines del siglo XIX y principios del siglo

XX y hasta la actualidad, por lo que las tesis del pensamiento dependentista habría que

295

ubicarlas como su continuación. Cuestionaron varios conceptos creados por los países del

centro para caracterizar y dominar la periferia y daban cuenta ya de lo que había

significado para A.L. el capitalismo del centro tanto en la etapa colonial como en las

décadas posteriores a su independencia hasta la década de los sesenta del siglo XX. Es

ilustrativo a este respecto el pensamiento de José Martí, José Carlos Mariátegui, de Raúl

Prebisch, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara así como el de los dependentistas.

Como regularmente sucede con el cambio de paradigma, va a ser por problemas de crisis y

rentabilidad del capital, y por intermedio de los Estados y las instituciones internacionales

que se van a imponer y generalizar los principios neoliberales tanto en la periferia como en

el centro. Los resultados están a la vista. En contra de los postulados teóricos de beneficio

para todos los consumidores de ambos grupos de países, han sido las grandes empresas

financieras, industriales y comerciales, por ser los que tienen las mejores condiciones para

competir, las grandes beneficiarias con los principios de libre mercado por la apertura a sus

inversiones, los bajos salarios y la precariedad laboral. Por el contrario, por las crisis

recurrentes a las que ha llevado este modelo y por sus mismas contradicciones, las brechas

en la distribución de la producción entre capital y trabajo se han ampliado.

Los mercados también se ampliaron para el gran capital por la caída del socialismo en la

U.R.S.S. y Europa del Este que siguieron el capitalismo, y el capitalismo de libre mercado,

para continuar con su desarrollo. Ahora también están enfrentando las consecuencias de sus

contradicciones y crisis.

Por grupo de países, y también en contra de los postulados teóricos neoliberales, han sido

los desarrollados y los países de Asia los que han estado siendo los grandes ganadores en

este modelo de competencia y productividad en los mercados de productos de todo tipo de

mercancías, quedando a la zaga África y América Latina, normal en un capitalismo de

competencia en el que los ganadores son los que cuentan con las mejores condiciones para

competir.

Los argumentos del modelo provinieron del centro y fue en esos países donde

principalmente se iniciaron las políticas de libre mercado. En la periferia latinoamericana,

sus gobiernos y burguesías, no dudaron en llevar al máximo estas políticas, dando por

resultado la reproducción de las tendencias mundiales y del centro en cuanto al aumento de

296

la importancia de los elementos externos en la dinámica de sus economías y en la

conformación de una nueva dependencia que va a limitar su desarrollo,

Sobre lo específico del capitalismo latinoamericano a partir de la implementación de los

principios de libre mercado, la implementación de los principios de libre mercado ha

generado un capitalismo específico latinoamericano. Generó nuevas estructuras

productivas condicionadas dependientes que van a limitar su desarrollo. Condicionadas por

factores externos como las IED y el comercio exterior, que limitan su desarrollo por la

generación de altas tasas de desempleo, bajos salarios, altos niveles de pobreza, aumento de

la desigualdad y alta concentración del ingreso.

En cuanto a la tesis de la extracción de excedentes del centro a la periferia latinoamericana,

está plena de vigencia en América Latina, incluso, no sólo de los capitales del centro sino

también de los de las periferias latinoamericanas, que hace que los centros se desarrollen

aún más y las periferias latinoamericanas se subdesarrollen estructuralmente.

Del método y el enfoque del pensamiento dependentista para el análisis de las periferias

latinoamericanas, están plenamente vigentes para analizar la nueva realidad

latinoamericana. Tendría uno que partir del análisis del sistema capitalista mundial,

principalmente de los países del centro, para entender la implementación de los principios

de libre mercado, los cambios estructurales y la nueva problemática de las naciones

latinoamericanas.

De la imposibilidad del desarrollo latinoamericano con la implementación de los principios

de libre mercado, hasta ahora, y después cerca de treinta años de aplicación de los

principios de libre mercado, no se vislumbra que a corto, mediano y largo plazo, las

economías puedan dejar su condición de subdesarrolladas con todas las implicaciones que

eso significa. Vimos que la situación previa para una gran cantidad de consumidores no ha

mejorado, sino por el contrario ha empeorado.

Sobre la tesis de que más importante que la extracción de excedentes es que en la periferia

se introducen las contradicciones de explotación y expoliación, siguen del todo vigentes, ya

que la aplicación de los principios de libre mercado no sólo han permitido la generación y

extracción de excedentes y su remisión hacia el centro, sino que esas mismas

contradicciones ha llevado a un incremento del desempleo, de bajos salarios, de

297

incremento de la desigualdad, de una mayor concentración del ingreso, de aumento de la

pobreza e indigencia, con todo lo que eso implica en términos de vivienda, salud y

educación.

De la polarización al interior de la misma periferia. Revisando los datos vimos que no sólo

han crecido los activos de los grandes capitales latinoamericanos que invierten en el

exterior, sino que también se ha agudizado la polarización social. Los datos de desempleo,

salarios, pobreza e indigencia así lo demuestran. En cuanto a la distribución del ingreso

vimos que se ha dado una redistribución de las familias más pobres hacia las familias más

ricas.

Sobre la posibilidad de que los estados y las burguesías latinoamericanas pudieran

implementar un proyecto de desarrollo independiente, diferente al neoliberal, primero,

habría que recordar que han sido los Estados Latinoamericanos los promotores y defensores

de los principios de libre mercado. Segundo, la aplicación de los principios de libre

mercado no sólo ha beneficiado a los grandes capitales extranjeros y latinoamericanos

sino a los capitales en general. Samir Amin tiene razón cuando plantea que ya no existen

burguesías nacionales, sólo burguesías que buscan su enriquecimiento sin intenciones de

modificar las características del capitalismo neoliberal.

En la división internacional del trabajo, reprimarización y continuación de esa vieja

estructura productiva en la cual el sector primario financiaba el proceso de industrialización

de A.L. por la vía del financiamiento de su déficit creciente en su comercio exterior, déficit

provocado principalmente por las importaciones de productos de baja, mediana y alta

tecnología.

Sobre las estructuras productivas dependientes condicionadas, el neoliberalismo ha llevado

a que la dinámica del desarrollo de las economías latinoamericanas esté cada vez más

condicionada por factores externos como la llegada de IED, por el comercio, por el

superávit del sector primario para cubrir el déficit creciente del sector industrial y

geográficamente, condicionado por el comercio con Estados Unidos, la Unión Europea y

China, porque es con esas regiones donde se obtiene la mayor parte del superávit primario,

entre otros condicionamientos.

298

Estas estructuras productivas dependientes condicionadas estarían limitando el desarrollo

de las naciones latinoamericanas, primero, por llegada de la IE y por las características que

asume ésta en la periferia latinoamericana segundo, por la salida de capitales

latinoamericanos que no pueden ser invertidos localmente por la estrechez de los mercados

latinoamericanos, tercero, por el mismo sector industrial, que por sus déficit crecientes,

absorbe cantidades importantes de divisas que podrían tener otro destino y que obliga al

sector primario a obtener esas divisas vía superávit en su comercio exterior.

Limitado también, por las altas tasas de desempleo que no representan demanda de

consumo para diferentes ramas industriales, lo mismo el subempleo, que tiene

implicaciones o presiona a la otra limitación que son los bajos salarios reales y a la

superexplotación de la fuerza de trabajo. La otra limitación tiene que ver con una mayor

concentración del ingreso que la que se tenía previa a la aplicación de los principios de libre

mercado y la pobreza.

Por último la validez de la búsqueda del socialismo como alternativa de desarrollo al

capitalismo, al capitalismo de libre mercado, en el cual la prioridad no sea la competencia,

la productividad y las ganancias a costa del propio ser humano, sino el desarrollo material y

espiritual de este.

299

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MMDD - Mil millones de dólares

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MDD – Millones de dólares