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DINAMICA DE LA POBLACIONy DEL EMPLEO EN LA

VENEZUELA DEL SIGLO XX *

Al momento de publicar este ensayo, la población total delpaís alcanza oficialmente la cifra de 14.570.085 habitantes (OficinaCentral de Estadística e Informática, 1981a). Aunque hay discre­pancias entre los especialistas con relación a la magnitud absolutade la población total -debido principalmente al desconocimientode los efectos acumulativos de un proceso, más o menos amplio, deinmigración clandestina- no existen diferencias de importancia entomo al cuadro de características demográficas fundamentales delpaís. Estas características son básicamente tres: alto ritmo decrecimiento, predominio numérico de los grupos jovenes y concen­tración creciente de la población en las zonas urbanas.

El rápido crecimiento de la población venezolana ha esta­do determinado, de manera esencial, por el descenso continuo eimportante de la mortalidad y por un aparente aumento de la na­talidad. Menos significativa, aunque cambiante a lo largo del tiem­po, ha sido la influencia desempeñada por la inmigración.La dis­tribución espacial, a su vez, acusa, en forma determinante, la in­fluencia decisiva de las transformaciones experimentadas por elsistema productivo y su efecto sobre el patrón de movimientos in­ternos de la población.

* Capítulo 3 del libro El caso Venezuela una ilusión de Armonía. MoisesNaím y Ram6n Piñango (eds). Ediciones lESA, Caracas, 1983

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Al margen de sucalidadintrínseca, la información históricade origen censal o muestral disponible es concluyente en relaciónla documentación empírica de las características antes señaladas(Ver Cuadros 1 y 2). Entre el primer censo oficial de población,realizado en 1873, y el séptimo, en 1941, Venezuela registró tasasde crecimiento con valores menores al 2,8 por ciento anual. Estastasas experimentaron aumentos de importancia en 1950 y 1961,años en los cuales se alcanzaron ritmos de crecimiento de 3,0 y 3,7por ciento, respectivamente. A partir de la década del 60, yexcep­tuando lo que al parecer constituyó un fenómeno pasajero de in­tensa inmigración, a mediados de la década del 70, se nota una ten­dencia a la desaceleración en el ritmo de aumento de la poblaciónvenezolana.

LA POBLACION VENEZOLANA A G.RANDES RASGOS

Podemos considerar que el comportamiento de las varia­bles responsables del dinamismo mostrado por la población vene­zolana a 10 largo del siglo XX ha sido el siguiente: 1

Mortalidad : En general, la disminución de la mortalidadfue lenta hasta 1920, afio en que alcanza un valor (aproximado) de30 por mil. A partir de ese momento la tasa de mortalidad hadescendidode manera permanente, sibienel ritmo de decrecimientoha experimentado una considerable disminución. Como resultadode ésto, a comienzos de los años 80la mortalidad se sitúa en el ordende 6,5 por mil habitantes. Dos tipos de factores se han combinadopara reducir los valores de la mortalidad: por un lado, la luchacontra las enfermedades endémicas, parasitarias e infecciosas, y,por el otro, los cambios de índole económica y social, que hancontribuido a modificar patrones culturales que entorpecían eldesarrollo de la salud individual y han permitido mejorar el nivel

1 Esta breve caracterización de laevoluciónhist6ricade la poblaciónvenezo­lana se ha basado, fundamentalmente, en los estudios de los demógrafosJosé Eliseo López (1963, 1968), Julio Páez Celis (1973) y Chi Yi Chen yMichel Picouet (1979).

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CUADRO N'1VENEZUELA: PRINCIPALES INDICADORES DEMOGRAFICOS 1926-1981

INDICADORES 1926 1936 1941 1950 1961 1971 1981

Población total 2.814.131 3.364.347 3.850.n1 5.034.338 7.523.999 10.721.502 14.233.051Hombres n.d 1.652.040 1.908.545 2.552.491 3.821.720 5.349.711 7.131.372Mujeres n.d 1.712.307 1.942.226 2.482.347 3.702.279 5.371.811 7.101.679Crecimiento interanual en el periodo (%) 1,8 2,7 3,0 3,7 3,6 2,9Indicede rnasculinidadt" n.d 96,5 98,3 102,8 103,2 99,4 100,4

Composición por edades(%)0-14 años 36,2 40,4 40,9 41,9 45,8 45,2 41,515-59años 56,1 55,1 54,6 53,5 49,8 50,1 53,4SOymás anos 4,3 4,4 4,4 4,5 4,4 4,7 5,1Sin información 3,4 0,1 0,1 0,1Tasa de natalidad (por 1.000habitantes) 40,0 42,0 43,0 44,0 45,0 38,4 38,2Tasa de mortalidad (por 1.000habitantes) 30,0 25-30 21,1 13,7 7,4 6,6 6,5

Esperanzade vida al nacerHombres n.d 38,0 42,1 52,8 61,4 63,1 (2)64,1Mujeres n.d 41,0 42,5 54,8 64,1 67,0 (2)68,5

(1) Este Indica representa el númerode hombrespor cada cien mujeres.(2) Datoscorrespondientes al ano 1976Fuente:J. PáezCelis (1974);Chen y Picouet(1979);Oficina Centralde Estadisticae Informática(1981b).

N-...J

IV00

CUADRON'2VENEZUELA: POBLACION TOTAL POR NUMERO Y TAMAÑO DE LOS CENTROS POBLADOS (1)

1936-1971

1971 1961 1950Tamar'iodecentros poblados centros Población centros Poblacion centros Población

poblados Habitantes % poblados Habitantes % poblados Habitantes %

500.000Ymás 2 1.687.073 15,7 1 1.101.601 14,6200.000-499.999 4 1.180.845 11,0 1 421.872 5,6 2 850.317 16,9100.000-199.999 10 1.333.973 12,4 3 507.834 6,8 1 105.108 2,150.000-99.999 17 1.156.279 10,8 11 758.565 10,1 3 210.146 4,220.000-49.999 32 996.874 9,3 23 737.341 9,8 14 422.946 8,410.000-19.999 44 642.365 6,0 33 443.934 5,9 17 246.684 4,95.000-9.999 63 433.850 4,1 53 376.146 5,0 42 281.156 5,6

Total urbana 172 7430259 §U 125 4,347293 ill 79 2116357 ~

Total rural 3291263 ~ 3176 706 saa 2918481 ~

Poblacion total 10.721.522 100,0 7.523.999 100,0 5.034.938 100,0

CUADRO N' 2 (Continuaci6n)VENEZUELA: POBLACION TOTAL POR NUMEROYTAMAÑO DE LOS CENTRO POBLADOS(1)

1936-1971

1941Tamanodecentrospoblados centros Poblacion

poblados Habitantes %

500.000Ymás200.000-499.999 1 269.030 7,0100.000-199.999 1 121.601 3,250.000-99.999 2 108.972 2,820.000-49.999 5 134.319 3,510.000-19.999 14 188.635 4,95.000-9.999 19 128.985 3,4

Totalurbana 42 ~ 2ti

Total rural 2899229 zaaPobladontotal 3.899.n1 100,0

centrospoblados

77

21

37

1936

PoblacionHabitantes %

203.342 6,0110.010 3,3

204.655 6,1100.313 3,0150.008 4,5

~ aaa2596019 TU.

3.364.347 100,0

(1)Se exduy61anoci6nde Area Metropolitana. AsI, Caracas tuvo 230.342habitantesen 1936,399.030 habitantesen 1941,495.064 ha­bitantesen 1950, 786.863en 1961 y 1.035.499en 1971.Sisetomaranenconsideraci6n lasnuevasdefinicionesde 1971,Caracastendrla258.513 habitantes en 1936,354.138habitantes en 1941,704.164habitantes en 1950,1.363.007habitantesen 1961 y 2.183.935habi­tantesen 1971 (Ministerio de Fomento, 1975).

I Fuente: Cheny Picouet(1979);Oficina central de Estadistica e Informática (1981a).

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medio de vida del venezolano. Sin embargo, a pesar de este des­censo pronunciado en la mortalidad general: el nivel de la mortali­dad infantil sigue siendo comparativamente elevado (45 por mil afinales de los años 70).

La disminución de la mortalidad se ha traducido en un im­portante aumento de la expectativa de vida. Así, a comienzos de losaños 80, la esperanza de vida al nacer alcanzaba a algo más de 64años para los varones y de 68 años para las mujeres. Contrastadacon la situación observable en 1936, esto significa que la duraciónpromedio de la vida de hombres y mujeres ha aumentado en 27 y28 años, respectivamente.

Natalidad: Tradicionalmente, y por un lapso muy prolon­gado, la población venezolana se ha caracterizado por una ex­traordinaria velocidad en su crecimiento, producto, entre otros fac­tores, de su elevada fecundidad. Durante el siglo pasado, y hastabien avanzado el actual, la tasa de fecundidad 2 fue alta y al parecercreciente; hasta el punto que, en 1961, era de 211 nacidos vivos pormil madres entre los 15 y los 49 años. Este aumento temporal de lafecundidad está asociado al incremento de la población en con­diciones de procrear; lo cual está determinado porel efecto positivoque las medidas adoptadas en el campo de la salud pública han te­nido sobre la morbilidad y por la baja secular de la mortalidad.

A partir de 1961, se observan señales indicativas de unatendencia a la contracción de la natalidad en el país, impulsada poruna baja persistente y espontánea en la tasa de fecundidad, la cualse situó en 153 por mil en 1976. Dicha baja pone de relieve el cam­bio de comportamiento de las mujeres (especialmente de las jóve­nes) en relación la limitación del número de hijos y obedece, en 10fundamental, a la acción de un variado conjunto de factores, talescomo el proceso de urbanización, la elevación del nivel medio de

2 La tasa de fecundidad representa la relación entre el número de nacidos vi­vos y el total de mujeres en edad de procrear.

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escolarización, las incitaciones a favor de un patrón de vida diver­sificado y de tinte cosmopolita, y la tendencia a retardar el matri­monio o unión de las parejas.

Sin embargo, a pesar de su tendencia, decreciente, la fe­cundidad sigue manteniéndose en niveles considerablemente ele­vados. La causa principal de este fenómeno debe verse en el virtualdesfase y relativa inamovilidad histórica de creencias y actitudesque tienden a dar un alto valor social a la maternidad reiterada y ala familia numerosa.'

Migración internacional: La importancia cuantitativa dela inmigración ha sido muy variable, dependiendo básicamente delsigno predominante en la situación económica nacional e interna­cional. Dicha importancia fue apreciable en los años comprendi­dos entre 1948 y 1957; débil entre 1958 y comienzos de la décadadel 70, para volver a ser considerable desde 1975 en adelante. A lapar que la irregularidad de la importancia numérica en el tiempo,puede señalarse la ausencia de un patrón uniforme en 10que res­pecta a la edad, sexo, calificación y procedencia de los inmigrantes.Así, la inmigración de los años 50 implicó, básicamente, desplaza­mientos de larga distancia (desde Europa, especialmente), mientrasque, más recientemente, la ir-migración ha estado circunscrita apersonas provenientes del ámbito latinoamericano, en particular,de los países vecinos.

Considerados en su conjunto, sin embargo, los efectos dela inmigración internacional sobre la mortalidad, la fecundidad y lanupcialidad, pueden estimarse marginales o secundarios, debido,entre otras cosas, al hecho, comprobado, de que los inmigrantes(incluyendo los clandestinos) representan sólo entre un 8 y un 10por ciento de la población venezolana.

3 Por ejemplo, conforme al censo de 1971 la edad media de las madres al na­cer su primer hijo era apenas de 21 años. Adicionalmente, 80 por ciento te­nía su primer hijo antes de cumplir 25 años.

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Estructura de la población por edady sexo: Como con­secuencia de la dinámica de las variables demográficas funda­mentales, la estructura por edad, de la poblaci6n venezolana mues­tra, en su evoluci6n, un proceso de rejuvenecimiento entre 1936 y1961, seguido de una leve inversi6n o cambio de esta tendencia apartir de 1961. En efecto, los menores de 15 años, que ya en 1936sumaban 40,4 por ciento de la poblaci6n, pasaron a 45,8 por cientoen 1961 y al 45,2 por ciento en 1971. En el otro extremo de laestructura, los mayores-de 65 años han estado, permanentemente,en cantidad inferior al 3 por ciento del total. A su vez, la edadmediana muestra una tendencia persistente a la disminuci6n: másde 21 años en 1926 contra 17 en 1971.4

La composici6n de la poblaci6n según sexo ha estado in­fluenciada, a partir de finales de la década del 40, por la inmigra­ci6n externa, de allí que, en un análisis de los grupos de edades másamplios, sea solamente el grupo mayor de 65 años el que presentaun exceso de poblaci6n femenina. A partir de 1970 se observa igualtendencia en lo que respecta al grupo de 15 a 64 años (con apro­ximadamente 97 hombres por cada 100 mujeres). Sin embargo, enlíneas generales, y para el conjunto de la poblaci6n, tiende a ob­servarse una relaci6n numérica de gran armonía entre ambos sexos.Esto se refleja, principalmente, en una reducci6n sensible del "índi­ce de masculinidad general", el cual fue de 99,4 en el año censal de1971 s

Distribuci6n espacial de la poblaci6n. Como parte del lar­go proceso hist6rico que ha afectado a la estructura política y so­cioecon6mica del país, la poblaci6n venezolana se ha asentado,predominantemente, a lo largo de las costas, con una franja de pe­netraci6n hacia la regi6n andina. Como efecto de este patr6n de

4 La edad mediana constituye aquella edad que divide al número de habitan­tes en dos cantidades iguales.

5 El índice de masculinidad se refiere al número de hombres por cada lOOmujeres.

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asentamiento territorial, la población venezolana muestra fuertesdesequilibrios en su distribución geográfica, pues coexisten vastos"espacios vacíos" o zonas prácticamente despobladas con áreas deconcentración demográfica relativamente elevada.

Como en muchos otros aspectos de la vida nacional, la ex­ploración y explotación de los hidrocarburos determinó modifica­ciones sustanciales en el esquema de poblamiento predominantehasta la segunda década de este siglo. En particular, dio origen agrandes ycontinuos movimientos de población dentro del territorionacional, los cuales se reflejaron en el crecimiento incesante de loscentros poblados yen la consiguiente pérdida de importancia de lasáreas rurales, como lugares de residencia y trabajo de la población.El proceso de abandono de las zonas rurales fue, con posterioridad,acentuado por las mejoras en la educación, la sanidad, la vivienday otros servicios sociales, los cuales se llevaron a cabo preferen­temente en las localidades urbanas. Además, la subsecuente con­centración en las ciudades del gasto fiscal de origen petrolero y eldesarrollo altamente concentrado de las inversiones en determina­das áreas del país dio lugar -ya desde comienzos de los años 50­una incipiente, pero definida, tendencia al crecimiento despropor­cionado de las ciudades mayores (Caracas, Maracaibo y Valencia,especialmente). Como ejemplo de ello, en 1971, cerca del 60% dela población residía en núcleos urbanos de 20.000 y más habitan­tes y un 39% en ciudades de 100.000 y más. Correlativamente, seobserva una acentuación de la movilidad geográfica de la pobla­ción, a tal punto que el volumen de migración alcanzó la cifra de 2,3millones de personas para una población de 10,7 millones dehabitantes a comienzos de 1971.

OCUPACION, DESOCUPACION y SUBEMPLEODE LA FUERZA DE TRABAJO

Al igual que para la dinámica demográfica, es posible (yanalíticamente conveniente) resumir las características principa­les de la situación laboral de Venezuela.

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Con respecto a la oferta de trabajo -es decir, las personasmayores de 15 años que ofrecen sus servicios en el mercado detrabajo- se observa un alto y sostenido ritmo de crecimiento, asícomo cambios apreciables en la composición por sexos de dichaoferta. En efecto, entre 1936 y 1982la oferta de trabajo total del paíscreció a un ritmo interanual de 3,25 por ciento anual, situándose amediados del último año, en 4.715.000 personas. Naturalmente, yen consonancia con la cambiante evolución de la actividad eco­nómica general, con la influencia directa del contexto demográfico(incluido el efecto de la migración internacional) y con las pre­siones sociales y económicas que se ejercen sobre la población, elritmo de crecimiento de la disponibilidad total de mano de obra noha sido uniforme en el tiempo, notándose una tendencia al aumentoen la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo."

Igualmente, se han producido cambios de significación enlos valores numéricos de las "tasas de participación económica" dela población." (ver Gráfico 1),10 que ha determinado modifica­ciones también apreciables en la composición por sexo de la fuerzade trabajo. La orientación general de tales cambios apunta auna dis­minución, a largo plazo, en el valor de la tasa global de actividad delos hombres, simultáneamente con una lenta, pero persistente, ele­vación de la tasa de participación económica de las mujeres. Comoconsecuencia, el "índice de masculinidad" de la población econó­micamente activa ha disminuido. De allí que, mientras en 1950,sólo 17 de cada cien trabajadores eran mujeres, en 1981, dichaproporción había subido a 29 por cada cien. (ver Gráfico 1 y Cua­dro 3).

6 Entre 1950 Y1961,1961 Y1971, Y1971 Y1980, las tasas de crecimiento dela población activa han sido: 2,9, 3,2 Y3,5 por ciento, respectivamente. Sinembargo, entre 1974 y 1980 dicha tasa aumentó a 4,7 por ciento.

7 La tasa de participación económica de la población se define como la rela­ción porcentual entre la población económicamente activa y la poblacióntotal. La población activa la integran las personas mayores de 15 años quese encuentran trabajando por un salario, más aquellas que no tienen empleopero buscan activamente una ocupación.

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GRAFICO 1

VENEZUELA: TASAS ESPECIFICAS DE ACTIVIDAD, POR GRUPOSDE EDAD Y SEXO, EN LA POBLACION DE 15 AÑOS Y MAS

CENSOS1950-1971

-'.Sexo remenino

r-_-/_ --------- - ...........

/ --...;/ ..... :-:-:;:.

/------~-A¿ <,........ '. ,:/ <';<,. I ' ......

:'/ '.\

:/ \: ~

.: / \.• I \:'.

I v.Sexo masculino \/ ~.

/ \/I

~. 100

95

90

85

eo

75

70

65

60

55

50

45

40 -

35

30

25

20

15

10

5Edad

O10 15 202530354045 505560 65ymós

•..•........•.. 1950 ---- 1961 1971

Fuente: Chen y Picouet (1979: 460).

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w'"

CUADRON'3VENEZUELA: PRINCIPALES INDICADORES DE OCUPACION y EMPLEO 1950-1982

Indicadores 1950 1961 1971 1981 1982

Población económicamenta activa 1.706.321 2.351.291 3.014.674 4.561.043 4.684.689Hombres 1.402.884 1.929.421 2.338.610 3.317.340 3.423.711Mujeres 303.487 421.870 676.064 1.243.703 1.260.978

Tasasde participadoneconómica (%) 55,7 55,4 51,1 54,8 54,SHombres 91,3 89,S 80,3 80,4 80,3Mujeres 19,8 20,2 22,6 29,6 29,1

Categorlas de oaipacíon (%) 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0Obrerosy empleados 54,0 60,0 60,0 68,4 68,8Trabajadores porcuentapropia 27,3 31,0 31,0 22,3 22,7Patronos 3,3 2,7 0,5 5,5 5,2Ayudantes familiares 8,2 3,2 1,3 3,3 3,3Otrascategorlas 6,7 3,0 7,1

Poblacion desempleada 106.953 308.745 185.978 289.052 333.316

Tasade desempleo (%) 6,3 13,1 6,2 6,3 7,1

FUENTE: OficinaCentralde Estadisticae Informática(1981 a; 1981 b).

La disminución en los valores de la tasa de participación delos hombres tiene su origen en dos factores claramente diferen­ciados: por un lado, el aumento continuo en el número de jóvenesque se han incorporado al sistema educativo (elevación de la tasasde escolaridad) fenómeno que se ha acentuado a a partirde los años60 y ha dado lugar a una baja en la proporción de personas jóvenesque buscan empleo mientras dura su proceso de formación escolar.'El otro factor viene dado por la acción combinada de la legislaciónen materia de seguridad social, la cual ha permitido ampliar elnúmero de personas en edad relativamente avanzada que disfrutande planes de jubilación, así como de ciertas prácticas en materia decontratación de personal que dificultan la colocación ocupacionalde trabajadores de cierta edad (entre 40 y 45 años) y estimulan suretiro forzoso del mercado de trabajo.

El incrementode la oferta laboral ha estado acompañado deuna continua elevación del nivel educativo (promedio de años deinstrucción) de la población activa. Así, mientras en 1961 la media­na de años de estudio de los trabajadores alcanzaba a 3,2, veinteaños después dicha cifra se había elevado a 6,5. No obstante, hayindicios variados de que este aumento de la escolarización no haestado acompañado de incrementos correspondientes en los nive­les medios de la productividad del trabajo, es decir, en el rendimientopor persona ocupada. Además, y por razones complejas, parececoexistir con un desmejoramiento en la actitudy valoración posi­tiva del trabajo por parte de la población (Valecillos, 1980).

Salvo algunas excepciones -en especial, durante el perío­do de contracción de la economía entre 1959y 1962-eldesempleoabierto 8 de trabajadores ha sido comparativamente bajo (apro­ximadamente 6% en la década de 1970) y tiende a afectar princi­palmente a la población joven (menores de 24 años) , de sexomasculino y con niveles relativamente más elevados de instruc­ción. Además, los trabajadores en condición de abierta desocu-

8 El "desempleo abierto" se refiere a las personas que carecen de una ocu­pación remunerada y buscan activamente un empleo.

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pación no han logrado ejercer una significativa presión social y po­lítica que conduzca al establecimiento de programas de seguridadsocial bajo la forma, por ejemplo, de transferencias monetarias oseguro de desempleo. Esto se explica principalmente por la relati­vamente breve duración que, en promedio, ha tenido la cesantía la­boral (en los años 70, casi la mitad de los desempleados pennane­ció, en promedio, menos de tres meses sin trabajo), y por el nivelrelativamente elevado de los ingresos percibidos por el grupo fa­miliar al cual pertenecen los desocupados (Valecillos, 1981).

A diferencia de la desocupación abierta, el subempleo 9 delos trabajadores, en especial el que se asocia a la precariedad delingreso devengado, está ampliamente extendido y se observa tan­to en las actividades rurales como en las urbanas. Los determinan­tes principales de la subocupación son, sin embargo, diferentes encada caso (Valecillos y otros, 1981). Así, en la agricultura, el sub­empleo laboral resulta básicamente de la sobrevivencia de formasde producción tradicionales, caracterizadas por el uso de técnicasmuy rudimentarias en cultivos extensivos llevados a cabo en parce­las de tamaño muy reducido.

Por otra parte, en las actividades no agrícolas de la econo­mía, la existencia de subempleo muestra dos modalidades princi­pales: 1) empleo a tiempo completo y relativamente estable, perode baja productividad, debido fundamentalmente a deficiencias enla organización y control del proceso de trabajo, así como a la natu­raleza no productiva de la actividad. Tal es, en gran medida, el casode la subocupación que afecta a grupos considerables de la mano deobra empleada por el Estado; 2) empleo irregular o intermitente,con jornada a tiempo completo (e inclusive con horarios laboralessuperiores al máximo legal) pero con bajas remuneraciones, o enoficios desempeñados por "cuenta propia",

9 El "subempleo laboral" ,llamado a veces desocupación disfrazada o encu­bierta (para diferenciarlo de la desocupación abierta), se refiere a una situa­ción en la cual las personas están formalmente ocupadas pero devengan uningreso muy bajo o trabajan menos de lo que pauta la jornada legal.

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Aunque no existe una estimación técnicamente confiabledel número de trabajadores subempleados ni del grado de inciden­cia de este fenómeno en las diferentes actividades de la economía,cabe conjeturar que aproximadamente 40% del total de personas·ocupadas en el país están, en la actualidad, realmente subemplea­das, bien sea porque su trabajo no proporciona un ingreso adecuadoo porque no logran disponer de oficios con horarios completos.Puede afirmarse, igualmente, que el subempleo es proporcional­mente más elevado entre los trabajadores del campo que entre losde zonas urbanas, y en éstas su mayor incidencia puede localizar­se en el caso de los trabajadores del sector público, así como en losque trabajan por cuenta propia, especialmente, los que operan en lasactividades del comercio y los servicios (Oficina Internacional delTrabajo, 1976).

El subempleo laboral de carácter masivo constituye un se­rio problema de naturaleza social y económica, porque está en labase de la pobreza generalizada existente en importantes grupos dela población, y porque tiende a constituirse en una especie de "pesomuerto" social que dificulta un uso adecuado o productivo de losrecursos disponibles.

Desde el punto de vista de la demanda de trabajo y de laconsiguiente conformación de la estructura del empleo, según ra­mas de actividad económica.'? las características más resaltantes,observables en la evolución del mercado de trabajo venezolano apartir de 1950, son las siguientes:

Descenso permanente y de largo plazo del empleo gene­rado en las actividades agropecuarias, tanto en términosabsolutos como relativos;

lOEnun sentido estadísticoy con fines de clasificación, las actividades de pro­ducción, distribución e intercambio de los bienes y servicios suelen agru­parse en ramas y sectores de acuerdo con criterios más o menos definidosque toman como base aspectos tales como la naturaleza y tipo del productoo las características técnicas del proceso de producción. El Cuadro 4 pre­senta una de las clasificaciones más utilizadas.

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Aumento continuo --en cifras absolutas y relativas- de laocupaci6n creada en el llamado sector terciario de la eco­nomía;

Incremento considerable del empleo en las actividades dela industria manufacturera, especialmente del subsectorfabril; con tendencia reciente --es decir, posterior a 1977­y probablemente coyuntural, al agotamiento de la capaci­dad de la industria como demandante de mano de obra;

Estancamiento, con tendencia a la baja, de la ocupación detrabajadores en las actividades de hidrocarburos y minas;

Alzas y bajas recurrentes -aparentemente de carácter ci­clico-- en el número de personas empleadas en la industriade la construcción (Ver Cuadro 4 y Gráfico 2).

Los cambios en la estructura sectorial del empleo se hanproducido en el marco de una proletarización creciente de los obre­ros y el incrementopermanente de la ocupación asalariada, y de unadisminución, también permanente, del número y proporción detrabajadores en ocupaciones por cuenta propia y de los ayudantesfamiliares no remunerados, es decir, de los trabajadores del llama­do sector de subsistencia.

La expansión relativa del empleo asalariado ha corrido pa­reja con la progresiva segmentación del mercado de trabajo --enotras palabras, con la diferenciación creciente dentro del medio deactividad laboral- debido a factores tales como: el tipo de mercadoque atienden las industrias o establecimientos; las característicaspredominantes en cada una de esas industrias en relación con ladotación de capital por persona ocupada y los niveles de la produc­tividad laboral; la organización sindical y de las remuneraciones; lainversión en maquinaria y equipo; el progreso técnico y la ocupa­cíón de trabajadores en el aumento de la producción y de la produc­tividad (Maza zavala, Uzcátegui y Valecil1os, 1980).

40-

CUADRON'4VENEZUELA: POBLACION OCUPADA SEGUN RAMAS DE ACTIVIDAD ECONOMICA 1936-1982

Actividades 1.936 1.941 1.950 1.961 1.971 1.981 1.982

Total Ocupada 1.083.992 1.240.682 1.599.368 2.042.546 2.978.207 4.271.991 4.351.373

Agrlcola 662.411 635.600 704.704 721.203 611.536 633.762 644.468

Noagrfcola 461.581 605.082 894.664 1.321.343 2.366.671 3.638.229 3.706.905

Hidrocarburos y minas 15.404 23.457 49.276 45.609 38.356 54.613 64.705Manufactura 146.812 176.349 167.726 246.893 403.104 672.542 672.464Electricidad, gas yagua 808 2.310 5.219 21.206 34.004 48.501 50.684Construcción 29.413 33.665 91.104 81.565 158.622 380.931 408.531Transportey comunicaciones 26.447 42.828 52.329 96.478 124.217 314.939 313.204Comercioy finanzas 64.305 96.881 149.678 266.229 378.844 1.002.021 1.018.008Servicios 178.392 209.997 342.114 505.353 776.229 1.161.234 1.174.405Actividades no especificadas 16.820 37.213 58.010 453.295 3.448 4.904

FUENTE: Parael ano 1936:BancoCentralde Venezuela (1949);para otrosanos, ver los censosde poblaciónylas encuestas de hogares.

~.....

GRAFICO 2

CRECIMIENTO DEL EMPLEO POR SECTORES ECONOMICOS

Miles de ,-------------------------'1Trabajadores

4.200

3.600

3.300

2.700

2.400

2.100

1.800

1.500

1.200

900

600

300

1961

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1974 1982

Transporte

ElectricidadGas y Agua

Comercio yFinanzas

Construcción

Manufactura

PetróleoMinería

Agricultura

Como parte importante de dicho proceso, la expansión delempleo asalariado ha dependido, de manera apreciable, de la gene­ración ocupacional directa proveniente del sector gubernamental.Así, el empleo público se ha basado en la ampliación de las ac­tividad de la administración pública tradicional, y, fundamental­mente, en la aparición de un importante sector de empresas públi­cas en ramas muy variadas de la economía, fenómeno este que seha acentuado, especialmente a raíz del llamado boom petrolero de1974.

Por otra lado, la creciente participación de las mujeres ve­nezolanas en el mercado del empleo asalariado constituye un com­ponente de gran importancia en relación con la dinámica de largoplazo de la demanda de trabajo. Tal incorporación, sin embargo, hatendido a realizarse en condiciones de virtual discriminación sala­rial y de segregación ocupacional por motivo del sexo; a pesar deque las mujeres económicamente activas registran, en promedio,un nivel de educación formal superior al de los hombres (Valeci­llos, 1982).

En el plano de las remuneraciones, la creación de empleos,en condiciones de creciente segmentación del mercado de trabajo,ha generado un proceso socialmente contradictorio. Por una parte,se ha producido un aumento en la distribución desigual del ingresode los trabajadores; aumento que ha estado unido a la recomposi­ciórrdel empleo (determinada, a su vez, por los cambios técnicos enel tipo de ocupación generada, y a las presiones sindicales, en cadarama de actividad). Esta desigualdad adopta la forma de unacreciente diferenciación de los distintos grupos de trabajadores,según los niveles promedios de sueldos y salarios que perciben. Porotra parte, y con respecto al conjunto de la clase trabajadora vene­zolana, se observa una tendencia al deterioro de la porción delingreso nacional que corresponde a los trabajadores por conceptode sueldos y salarios. De este modo, el aumento de la demanda detrabajo tiende a coincidir, en el tiempo, con una mayor concentra­ción del ingreso social.

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Institucionalmente. la relaciónentrepatronosy trabajado­res ha estadomediada.en gradocreciente.por la gestión activadelas organizaciones sindicales. especialmente a través del procesodela contratacióncolectiva. Estohasignificadoun reconocimientoporpartedela gerencia(privadaypública)del importantepapelde­sempeñadopor las organizaciones de trabajadoresen asuntos co­mo la intermediación ocupacional. la determinación de los nivelesde salariosyla reglamentación y administración delprocesode tra­bajoen el interiordela empresa(enparticular.promovimiendo unasolución negociadade los conflictosde trabajo).

Sin embargo. debido a la acción de factores estructuralesde índoleeconómica ylegal.ya pesarde suslogrosen materiarein­vindicativaypolítica.el desarrollode los sindicatoshaestadofuer­temente limitado. y no ha logrado amparar una cifra superior al35%. aproximadamente. de la fuerza de trabajoocupada (no agrí­cola). Es más. tal desarrollo. en forma por demás involuntaria.haoriginadounprocesode redistribución delingresoentrelospropiostrabajadoressinpodercontrarrestarefectivamente. la tendencia.yamencionada.ala concentracióndelingresonacionalen favorde lospropietariosdel capital. la cual surge de la orientaciónmisma delproceso de acumulación de éste.

UN INTENTO DE EXPLlCACION

La dificultad para encontrar empleo productivo. bien re­munerado y estable.para la mano de obra disponible.ha sido unaconstante de larga data en la economía contemporánea de Vene­zuela.Taldificultadponedemanifiestounprocesoaltamentediná­mico en el cual seinterpenetranen formacomplejafactoresdemo­gráficoscon otros.mas esenciales.de índoleeconómicay política.Como consecuencia. tanto la naturaleza como la incidencia delconjunto de problemas ocupacionales (ampliamente resefiados)hanidocambiandodemanerasignificativaconelcorrerdeltiempo.

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En el período anterior al desarrollo de la producción petro­lera. en las condiciones de un incipiente y fragmentario desarrollode la economía capitalista y de neto predominio de la actividadagropecuaria tradicional, el "problema ocupacional" adoptó, porexcelencia, la forma de desocupación disfrazada de la masa de lapoblación campesina, con su inevitable correlato de pobreza gene­ralizada. Posteriormente, el establecimiento y consolidación de laeconomía petrolera soporte principal del proceso de moderniza­ción capitalista del país, alteró considerablemente las manifesta­ciones del problema del empleo.

El desarrollo de las actividades petroleras tuvo dos conse­cuencias decisivas. Por una parte, en el plano externo, permitió re­definir la participación de la economía venezolana en el sistema dedivisión internacional del trabajo favoreciendo la rápida transmi­sión, hacia el país, de múltiples presiones tendientes a impulsar eldesarrollo capitalista. Por otra, a pesar del carácter neocolonial dela inversión en hidrocarburos,11 se genero un excedente de valorconsiderable cuya movilización, interna y parcial, contribuyó aacelerarla "descomposición" de los sistemas productivos no capita­listas, impulsando, en especial, la ampliación permanente del ré­gimen salarial y la constitución de un mercado de mano de obra "li­bre"

En un primer momento, el fenómeno se expresó demográ­ficamente al asentarse la población en determinadas partes del te­rritorio y al disminuir la mortalidad con la consecuente aceleracióndel crecimiento poblacional. Sin embargo, si bien la explotaciónpetrolera facilitó la constitución de un núcleo "modemizante" en laeconomía venezolana (que absorbía una porción, relativamenteimportante, de la fuerza laboral liberada de sus antiguas formas devida y de trabajo), y produjo una elevación del nivel medio de pro-

11 Carácterneocolonial en el sentido de que esa inversión careció, en un prin­cipio, y durante un período bastante prolongado, de vinculaciones signifi­cativas con el resto de Iaeconomíanacional,constituyendode hecho un ver­dadero enclave productivo.

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ductividad e ingresos de los trabajadores, esta transformación nologró resolver el problema del empleo productivo, tendiendo másbien a agravarlo.

En efecto, mientras más dependiente se hacía el país de laproducción y exportación de petróleo, lo que al principio aparecíacomo una conformación dualista de los sectores de su economía, 12

-con un excedente de mano de obra rural susceptible de ser absor­bido mediante el crecimiento de la inversión en las ciudades- sehizo luego algo más complejo, adquiriendo la forma de una estruc­tura heterogénea caracterizada, en el terreno laboral, por la presen­cia continua de desocupación y subempleo de trabajadores.

La razón principal de esto radicó en que, desde un comien­zo, el excedente petrolero parcialmente apropiado por las clasesdominantes del país con la mediación del Estado tuvo, como des­tino principal, el financiamiento de una rápida diversificación delos hábitos de consumo de los sectores dirigentes, mediante laimportación de nuevos artículos, sin vincularse de modo apreciablecon el proceso de inversióny acumulacióndel capital. Y cuando esavinculación se buscó explícitamente y asumió la forma de políticagubernamental-como ha sido el caso desde 1958-las característi­cas mismas del proceso de acumulación, basado en nuevas tecno­logías y nuevos productos, impidieron que el "bloqueo" a la crea­ción masiva de empleos productivos lograra ser removido.

En otras palabras, y sólo a modo de esbozo, cabe señalarque la explotación petrolera y el parcial aprovechamiento internodel excedente allí generado, hicieron posible la existencia de unaheterogeneidad en la estructura de la economía venezolana, con sucorrelato de diferencias cualitativas y cuantitativas en las carac­terísticas y modos de comportamiento de los diversos sectores yagentes económicos (Maza zavala, 1971, 1973).

12 El carácterdualista de la economíaradicabaen la presencia en el país de dosconjuntos de actividades productivas claramente diferenciadas en lo querespecta a la organización técnica del proceso de trabajo y a sus finesbásicos. El primero lo conformaba la producción petrolera, altamente tec­nificada; el segundo. las actividades preexistentes.

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Dicha heterogeneidad es multifacética y son destacablestres aspectos de la misma. En primer lugar, implica grandes dife­rencias de productividad entre sectores, los cuales corresponden atecnologías muy diferentes, abarcando un espectro desde las másavanzadas e intensivas en capital, hasta las más tradicionales yutilizadoras de mano de obra. En segundo lugar, se observa la he­terogeneidad laboral u ocupacional; es decir, la presencia de mer­cados laborales segmentados o no competitivos, caracterizados porla presencia de diversas formas de contratación y ocupación, y, por10tanto, de percepción de ingresos. Finalmente, la heterogeneidadmanifiesta una dimensión distributiva y de bienestar, pues puedeconstatarse que la desigualdad en la distribución no es solamente unfenómeno de diferencias en los niveles de ingreso, sino que con­lleva diferencias en los estilos de vida, enla composición de la cestade consumo y en el acceso diferencial a los servicios provistossocialmente por el Estado.

Sobre esta base -y sólo en apariencia- cabe entender losproblemas de desocupación y subempleo como el resultado esen­cial de un desequilibrio entre la oferta y demanda de fuerza de tra­bajo; dependiendo, la primera, de variables eminentemente demo­gráficas, y la segunda del nivel y la composición de la demandaagregada de bienes y servicios. De hecho, tanto la oferta de manode obra como la dlemanda de trabajo están y han estado históri­camente determinadas por la acumulación de capital, es decir, porla reinversión continua de las ganancias y la consiguiente extensiónde las relaciones sociales que fundan el trabajo asalariado.

Ciertamente, de una manera que le ha sido específica, laacumulación del capital, al expandir la producción capitalista en elpaís, ha provocado una real desintegración de otros modos de pro­ducción (agricultura campesina, artesanado. etc) con la consi­guiente liberación de la fuerza laboral que estaba ocupada en ellos.Así, la oferta de trabajo ha provenido no solamente de quienes lle­gados a cierta edad, desean trabajar, sino de quienes, no teniendocapital o trabajo propio, son obligados a vender su capacidad detrabajo.

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Por otra parte, a medida que se agotan las reservas labo­rales provenientes de los modos de producción no capitalistas, sehace más intensa la necesidad de "profundizar" la acumulación delcapital-por la vía de los cambios técnicos, ahorradores de mano deobra, y mediante la introducción, incesante, de nuevos productos­de forma tal que se genera un proceso de reconstitución continua dela población sin trabajo."

Naturalmente, este proceso de conformación de un merca­do de fuerza de trabajo ha sido sumamente complejo y trasciende,claramente, la dimensión económica. En efecto, la producción yreproducción de la fuerza de trabajo asalariado ha implicado unproceso dinámico de aceptación o resistencia a la ética del trabajoindustrial en el seno de la conciencia y la cultura de los trabaja­dores." Aunque la necesidad (empresarial) de lograr "habituar" alos trabajadores al modo de producción capitalista es decir, de in­culcar y reproducir en éstos la aceptación de actitudes y valorestípicos de la organización industrial del trabajo, tiene histórica­mente un carácter permanente: ella se hace, sin embargo, más in­tensa en aquellos períodos en los cuales se procede a la conforma­ción del proletariado como clase social diferenciada. La razón ra­dica en que la gran mayoría de los "recién llegados" al universo dela producción capitalista poseen concepciones de la comunidad, delas relaciones interpersonales, del trabajo y el juego y han "inter­nalizado" actitudes ante el trabajo y el tiempo que no concuerdancon las exigencias de la producción industrial en un contextourbano. 15

13 La velocidad del ritmo de la acumulación determinará que, en ciertas co­yunturas (porejemplo,lade 1974-1977), los retrasos en la oferta de trabajo,respecto a una demanda de mano de obra muy acentuada, traten de resol­verse mediante la inmigración.

14 La expresión "ética del trabajo industrial" está entendida en su sentido másamplio, que incluye no solamente al trabajo que se lleva a cabo en las fábri­cas o talleres industriales sino también el que se realiza en oficina, esta­blecimientos comerciales, de servicios, etc.

15 La insatisfacción empresarial con el desempeño laboral de estos nuevos tra­bajadores (gran parte de ellos con un origen campesino) y su expresión eco­nómica implícita en la baja productividad del trabajo (aunque no en las ga-

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Las dificultades para lograr la necesaria habituación de lapoblación al sistema de trabajo industrial o capitalista influyen ne­gativamente en las posibilidades de colocación ocupacional de lamano de obra. Es así porque en la medida que dicha adecuación nose haga efectiva, tienden a generarse entre los inversionistas pri­vados, presiones adicionales que favorecen una mecanización másacentuada de los procesos productivos, como recurso empresarialque procura minimizar los costos financieros y políticos implícitosen la organización y dirección de amplios stocksde mano de obrano "disciplinada". Como consecuencia, se propende a reducir la de­manda relativa de trabajo en los sectores capitalistas y a profundi­zar aun más la segmentación de los mercados de trabajo. Comoveremos luego, este factor, conjuntamente con otro de naturalezaestrictamente económica, a saber, el elevado nivel medio de lossalarios monetarios de los trabajadores venezolanos expresados endivisas (que surge de la sobrevaloración externa del bolívar), hatendido a hacer prácticamente insoluble los problemas del empleoen el país.

Como pareció mostrar, a fines de los años 70, la preocu­pación empresarial por los problemas del ausentismo y la "indisci­plina" laboral, ese proceso de habituación de los trabajadores dís­ta mucho de haberse cumplido en nuestro país; si bien, desde unaperspectiva sociopolítica, es muy difícil sostenerque el relajamien­to de la disciplina laboral y la diluida extensión de actitudes noproductivas (señaladas por numerosos observadores) provengande una acción deliberada de los trabajadores o de las organiza­ciones sindicales, en el sentido de que refleje la beligerancia ideo­lógica de una auténtica contracultura proletaria.

Históricamente, en Venezuela los problemas de la ocupa­ción de los trabajadores hicieron crisis a finales de los años cin­cuenta, ubicándose dicha crisis en la base de los cambios institu-

nancias), está en la base del viejo y reiterado reclamo a favor de la imi­gración europea, entendida ésta como la condición necesaria para disponerde WIafuerza de trabajo "disciplinada y eficiente".

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cionales y políticos iniciados en enero de 1958. Como es sabido, laestrategia de desarrollo económico que se comenzó a implementara raíz de dicho cambio, postulaba el crecimiento del sector indus­trial como el eje dinámico de la economía y suponía abrir mayoresposibilidades de formación interna de capital, de integración delaparato productivo y de impacto dinámico sobre las actividadesagropecuarias y de servicios. Se esperaba, finalmente, que, comoresultado de la operación de este modelo, se ampliara la autonomíaeconómica de la nación y mejorase la distribución del ingresosocial. Esta redefinición del proceso de desarrollo conllevó la asig­nación de un rol de primera importancia a la gestión económica delEstado. Tan profundo ha sido el impacto de estas políticas que, enverdad, puede decirse que la dinámica del empleo en los últimosveinte años resume en esencia el éxito o fracaso alcanzado por losgobiernos en su intento de llevar a la práctica las orientaciones deesa estrategia. Es por eso que se impone examinar más amplia­mente los logros y fracasos ocupacionales de tales políticas.

En el marco de la política de desarrollo industrial iniciadaen 1958, los problemas del empleo han presentado dos períodosmás o menos diferenciables que, en líneas generales, se correspon­den con las etapas básicas del proceso de sustitución de importacio­nes. En una primera fase, durante la llamada etapa de fácil sustitu­ción de las importaciones, cuando la demanda preexistente garan­tizaba un mercado interno cautivo y los requerimientos de capitalpor unidad de producción eran relativamente bajos, la situación delempleo no llegó a adquirir abiertamente la condición de problema,ya que el crecimiento industrial y la consiguiente diversificacióndel aparato productivo dieron lugar a un incremento en la genera­ción de puestos de trabajo que permitió absorber, aproximada­mente, la creciente oferta de trabajo. En efecto, entre 1960 y 1970-lo cual abarca la mayor parte de la primera etapa- la economíavenezolana muestra una elevada tasa de crecimento del empleo,tanto para el conjunto de las actividades (5,1 por ciento) como,principalmente, en el sector industrial manufacturero (8,1 porciento al año, en promedio). Ritmo este último que constituye el

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más alto de los experimentados por cualquier país latinoamericanoen ese período (Kirsch, 1983). Esta primera fase se proyectó hastacomienzos de la década del 70 y dio paso a una segunda etapa, enla cual la producción industrial comenzó a orientarse primordial­mente hacia los bienes de consumo durable y, en menor medida,hacia la intemalización de la oferta de bienes intermedios y decapital.

A lo largo de ambas etapas, y en una forma que refleja lamayor o menor intensidad y coherencia en la aplicación de la po­lítica económica básica, la ocupación de los trabajadores se ha vis­to fuertemente influenciada por un conjunto de acciones que hatendido a abaratar el costo del capital privado o a encarecer el pre­cio de la mano de obra. El primer tipo de medidas se presenta aso­ciado a una generosa y diversificada política de subsidios guber­namentales a la inversión privada. Esta política ha implicado el usode instrumentos crediticios, impositivos, de política monetaria,aduaneros, etc., cuyoprop6sito final ha sido esencialmente el de au­mentar el rendimiento del capital y, por consiguiente, elevar los in­centivos para nuevas inversiones. En el mismo sentido, el Estadovenezolano ha destinado cuantiosas sumas de su presupuesto aproporcionarel capital social fijo (bajo la forma de construcción decarreteras, autopistas, instalaciones generadoras de energía eléc­trica, etc.) necesarias para estimular la inversión del sectorprivado.Además, y dado que el capital social fijo no es suficiente se ha dadogran importancia y se han asignado grandes sumas de dinero, a laexpansión del sistema educativo como fuente de mano de obra ca­lificada para las nuevas industrias y actividades.

Por otra parte, los gobiernos democráticos han puesto enpráctica un conjunto de políticas en relación con el mercado de tra­bajo y la calificación de los trabajadores, cuyo efecto principal hasido el de encarecer el costo de la mano de obra a disposición de lasempresas. Entre estas políticas cabe destacar el desarrollo de laseguridad social; de los cursos de formación profesional de los tra­bajadores (a través del Instituto Nacional de Cooperación Edu-

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cativa,INCE); el estímulo a la constitución y actuación de las orga­nizaciones sindicales; el fomento de la contratación colectiva; lagarantía mínima de indemnización del personal despedido; y, enmenor medida y para una época reciente, la determinación de lossalarios mínimos.

Tales mejoras no han logrado beneficiar a la totalidad de lapoblación ocupada, tendiendo en cierto modo a ejercer sus efectos,principalmente, sobre los trabajadores mejor organizados sindical­mente. Sin embargo, al combinarse con el desarrollo de las opor­tunidades de inversión de los particulares, subsidiadas y ampliadaspor la acción del Estado, esas mejoras han estimulado la sustitu­ción de mano de obra por capital en los procesos productivos. Estasustitución se manifiesta en la forma de una elevación contínua enla dotación de capital por trabajador y ha conllevado un aumentotambién permanente en el costo de creación de nuevos puestos detrabajo.

Como resultado, el incremento en la producción de losbienes y servicios elaborados en el país ha tendido a expresarse enun aumento, menos que proporcional, del número de trabajadoresocupados en esa producción. Y, lo que es más grave, dependiendode los cambios en la composición de la producción, el aumento enla dotación de capital por trabajador ha conllevado, en ciertas ra­mas, una tendencia a la disminución en la ocupación de trabaja­dores (casos típicos son las actividdes agropecuarias y las del pe­tróleo y la gran minería).

Conviene aquí destacar tres aspectos de importancia exis­tentes en la base de las motivaciones de los empresarios (y del pro­pio Estado cuando actúa como inversionista) en favor de un uso in­tensivo del capital, cuya interrelación ha dado al problema del em­pleo la imagen de "algo" irresoluble. En primer lugar, está un hechode vieja data y de naturaleza estructural que tiene que ver con el ca­rácter mismo de la economía venezolana en tanto economía emi­nentemente petrolera. Nos referimos al fenómeno de la disparidad

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existenteentre los salariosmonetarios,pagadosa los trabajadores;venezolanosyelnivelmediódeproductividaddeestostrabajadores;fenómenoestequeseorigina(ymantiene)en la llamadasobrevalo­ración externa del bolívar.

Comosehareconocido ampliamente, el hechode que des­de los propios inicios de la exportaciónmasivade petróleo, la ele­vada renta petrolera percibida por Venezuela tuviese una cober­tura totalen divisas(especialmente, dólares),planteóal paísel pro­blema de cómo asimilaresa masa de recursosmonetarios para lo­graruna elevacióndel ingresorealde la población; sinqueello im­pidiesela instalaciónde un amplioy diversificadoaparatoproduc­tivointerno.La soluciónqueseimpusoconllevóalestablecimientode una tasade cambio(o paridad)delbolívarque ha implicadounareal sobrevaluacíón de éste (frenteal dólar y otras monedas),en elsentido de que la paridad cambiariadel bolívar, antes que reflejarla capacidad productiva (internacionalmente considerada) de lossectoresno petrolerosde la economía,reflejafundamentalmente laproductividad de la industria petrolera. Aunque por esta vía hantendido a hacersemáximos los ingresosen monedaextranjera de­rivadosdela exportacióndelpetróleo,simultáneamente se hadadolugar a un nivel medio de los salariosmonetarios-medidos en di­visas-de los trabajadoresvenezolanos,que se sitúa muy por enci­ma de la productividadmedia de estos trabajadores. 16

En otraspalabras,la sobrevaloraciónexternadelbolívarhaprovocado una situacióntal que los salarios monetariosen Vene­zuela pasaron a ser tan elevados, o más, que en aquellos paísesdonde la productividadmedia del trabajoes muy superior a la queprevalece en la economíavenezolana(Furtado, 1957).

En esas condiciones y con miras a salvaguardar la pro­ducción interna o a sustituirimportaciones, especialmente de bie­nes de consumo,se ha hecho inevitable apelar a las prácticas pro-

16 Esta situación hizo crisis a partir de 1983 (Véase sección [mal de esteensayo).

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teccionistas -a través de las tarifas aduaneras o de los cupos deimportación- con el consiguiente aumento del precio de los artícu­los manufacturados de uso corriente. Sin embargo-y 10que es másimportante a los fines de este ensayo--la protección no afecta a losprecios de la maquinaria y equipos, puesto que éstos no se produ­cen en el país. Como consecuencia, los bienes de capital de uso in­dustrial tienden a hacerse cada vez más baratos con relación al costode la mano de obra y de los productos terminados que se elaboraninternamente. Aquí radica una de las principales razones de lafuerte tendencia a la mecanización (y sobremecanización) de losprocesos productivos en el país, y de la consecuente tendencia areducir la demanda de mano de obra por unidad de inversión. Por10 demás, aunque sus orígenes se sitúen, históricamente, en losinicios mismos de la explotación petrolera, la sobrevaluación delbolívar ha persistido, hasta la actualidad, como un rasgo carac­terístico de la economía venezolana y sus efectos en favor de la im­portación y de las dificultades para la exportación de la producciónnacional se han dejado sentir intensamente.

En segundo lugar, las tendencias a la sobremecanización yla disminución de la demanda de trabajo se han visto agudizadaspor un elemento que es consustancial al carácter importado de losequipos de producción. Como es sabido, los bienes de capital em­pleados en el país en su gran mayoría han sido diseñados para eco­nomías cuyo problema principal (en función de la dotación de fac­tores productivos) consiste en ahorrar mano de obra, y donde elcosto de capital ha sido relativamente bajo (por ejemplo, EstadosUnidos, Alemania y Japón). Por 10tanto, al establecer y ampliar labase productiva interna, mediante la inversión en bienes de capital,se ha favorecido el uso de tecnologías que estimulan la sustituciónde trabajadores no calificados por capital y mano de obra adies­trada.

Esto, a su vez, ha sido reforzado por la influencia que hantenido las empresas extranjeras sobre el desarrollo de la economía(en particular, del sector industrial fabril). Como es reconocido, lapolítica de desarrollo mediante la sustitución de importaciones

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parte del supuesto de que la demanda de bienes y servicios debedeterminar la estructura o composición de la ofertade producción.El resultado es quela producción de bienesdeconsumo, en unpaíscomo Venezuela, ha estado determinada por la estructura de lademanda predominante en los países desarrollados. Al tratar desustituiresasimportaciones, la producción pasaa realizarse inten­samente enun régimen delicencias y acuerdos deasistencia técnicaque aseguran unaparticipación enlas utilidades y uncontroldelosmercados porpartede la empresa desdesu paísde origen. De este .modo,lacreacióndeempleos seve fuertemente limitadadebidoentantoalareduccióndelexcedente utilzable internamente, quesurgede la exportación de ganancias y pagosporconcepto de regalías,17

como a la predisposición cada vez más fuerte de las filiales deempresas extranjeras a economizar el uso de la mano de obra.

Entercerlugar,existeunamotivación sociopolíticaquere­fuerza la orientación a favordela sustitución detrabajoporcapitalenlainversiónprivada. Comocondiciónnecesaria deunarentabili­dad en aumento, los empresarios están siempre interesados enreducirsuscostosde manode obray en lograrun efectivocontrolgerencial delprocesodetrabajo. Ambas cosassefacilitan enlame­dida en que se hagauso de métodos de producción intensivos decapital,loscualesson,porlo general, másmecanizados e implicanel empleo de trabajadores en número mucho más reducido quecuandose operacon técnicas intensivas de manode obra.En esascondiciones puedelograrse unmanejomenoscostoso--en términosfinancieros y administrativos-de lasllamadas relaciones industria­les y laborales, minimizándose a su vez los riesgos políticos delconflictolatentequetienesu raízenlapugnaporladistribución delingreso creado.

17 Al examinar la situación existente a comienzos de 1970, cuando en verdadel proceso de extranjerización de las actividades económicas no petrolerasestaba en sus comienzos, el economista Merhav pudo afirmar lo siguiente:"Las posibilidades de crecimiento de la de la producción y del empleo quese pierden a causa de las salidas actuales de recursos invertibles se han desuponer muy considerables, cualquiera que sea el método de mediciónempleado, por lo que éste parece ser uno de los problemas más graves de laeconomía venezolana" (Merhav, 1973: 28).

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Las características y factores limitativos de la creación deempleos antes considerados, no son exclusivos, por supuesto, de lasactividades industriales, aunque es allí donde se manifiestan con elmáximo vigor. En efecto, un proceso similar se ha dado en laagricultura, donde las políticas gubernamentales y los adelantostecnológicos han operado contra la absorción de nuevos trabaja­dores por parte de la actividad productiva. A imagen y semejanzade la industria fabril, la agricultura moderna requiere de importan­tes cantidades de capital, los cuales, por 10general, se fmancian me­diante créditos bancarios. Así, la producción de cosechas con altosvalores de mercado, comúnmente requiere grandes adquisicionesde fertilizantes, herbicidas, insecticidas y maquinaria, que la ma­yoría de los agricultores no está en capacidad de financiar por símismo.

Aunque el gobierno venezolano ha dedicado cantidadesconsiderables de dinero a facilitar el financiamiento de la produc­ción agropecuaria y ha inducido al sector bancario privado a com­plementar la disponibilidad de créditos a los agricultores y gana­deros, lo ha hecho en forma tal que ha implicado un aprovecha­miento preferente de esos recursos por parte de los grandes em­presarios del campo. Esto se ha debido tanto a la propia orientaciónde los programas oficiales de reforma agraria como a las difi­cultades enfrentadas por los pequeños agricultores que trabajan entierras de temporada, en la agricultura de subsistencia, y quienes noestán en capacidad de beneficiarse de los programas crediticios.

Desde el punto de vista del empleo, el efecto global neto delas políticas de desarrollo económico, puestas en práctica a partirde1958, fue, sin lugar a dudas, el de provocar un aumento sostenidoen el número de plazas laborales creadas; a la vez que una modifi­cación en la composición por sectores y tipos de ocupación de losnuevos oficios. Con respecto a 10 primero, se dijo ya que, noobstante lo acelerado que ha sido el crecimiento del empleo en al­gunas ramas económicas, la demanda total de mano de obra hacrecido, sistemáticamente, a un ritmo menor que la oferta de traba-

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jadores; de allí que la tasa de desempleo abierto se haya mantenidoa niveles relativamente elevados. Esta es, por supuesto, una apre­ciación de conjunto que no niega el hecho de que en ciertos mo­mentos (de los cuales el más notable es el lapso 1975-1977), y paraciertas ocupaciones, el aumento de la demanda de trabajo haya si­do superior a la oferta disponible, incluso cuando ésta incorporabaun importante componente de mano de obra inmigrante.

Porotra parte, con relación al cambio en la composición se­gún ocupaciones del empleo en general, el hecho más resaltantetiene que ver con la agudización de la heterogeneidad del mercadode trabajo. La fuerza que impulsó este proceso provino de los re­querimientos de calificación de la mano de obra, desiguales segúnel tipo de tecnología utilizada en la producción. Como se sabe, a di­ferencia de las actividades artesanales (o preindustriales), las cua­les requieren de un tipo de trabajador manualmente hábil pero sinmayor disciplina y funcionalidad respecto a los equipos mecaniza­dos, las actividades realizadas en el marco de la producción in­dustrial (en sentido amplio) exigendel trabajador tanto especializa­ción en movimientos y manipulación de objetos, como conoci­miento del funcionamiento de los equipos y plantas para mantener­los en operación eficiente y facilitar la reparación y reposición delas partes.

En tales condiciones, como la sustitución de importacio­nes no operó, en sus comienzos, en un "vacío" de producción na­cional-dado que en algún grado la oferta interna era satisfecha porindustrias nacionales de carácter artesanal o técnicamente muyatrasadas-se observó entonces la convivencia de empresas de muydiversas tecnologías en un mismo sector o rama económica. Comoconsecuencia, en el mercado de trabajo se produjo una ampliaciónde la gama de categorías del empleo calificado. Sin embargo, estascategorías y sus respectivos mercados, se han interpenetrado muypoco, debido entre otras cosas a que la mano de obra de lasindustrias modernas está sujeta a una elevación contínua de susrequisitos de calificación y a una diferenciación también perma-

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nente de las remuneraciones, como recurso eficiente para manteneral personal calificado. Por el contrario, la fuerza de trabajo de lasindustrias y actividades tradicionales no está sujeta a este tipo deexigencia. Por 10demás, en la medida en que la oferta de la manode obra no calificada continúe siendo alta y creciente y esté so­metida a los niveles de salarios mínimos (o cercanos al mínimo),mientras que para los distintos tipos de calificaciones (incluidoaquí el componente de actitud psicológica frente al trabajo) se pre­senten ofertas relativamente escasas, los salarios pasarán a de­pender del nivel de la demanda.

La insuficiencia del sector privado de la economía para ge­nerar un nivel de ocupación que permita absorber la oferta total detrabajo, está en la base de las presiones sociales que se han tradu­cido en un aumento de largo plazo en la ocupación gubernamental,y de la relativa importancia que aún conserva la ocupación ge­nerada por cuenta de los propios trabajadores. 18 En el primer caso,es sabido que la importancia del sector público en cuanto emplea­dor directo de personal ha venido aumentando en forma gradualdesde hace años, 10cual se remonta prácticamente a los orígenesmismos de la conformación de la economía petrolera. Este cre­cimiento gradual ha sido posibilitado, en 10esencial, por la tam­bién creciente disponibilidad de recursos presupuestarios deriva­dos del petróleo. Un factor adicional y más reciente que ha impulsa­do el aumento del empleo gubernamental es de naturaleza políticay se refiere a las responsabilidades sociales y económicas que laConstitución Nacional asigna al Estado Venezolano y a las carac­terísticas del régimen de partidos vigente en el país, que ha favo­recido el desarrollo de las prácticas de "clientela electoral" para laprovisión de puestos que así 10permitan.

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Históricamente, la tasa de crecimiento de la ocupación generada porel see­tor privado de la economía venezolana ha estado situada sistemáticamentepor debajo de la del sector público. Además, salvo excepciones (de las cua­les la más notable es la de 1950-1961), aquella tasa tiende a ubicarse igual­mente por debajo del ritmo de crecimiento de la oferta total de trabajadOres,es decir, de la población económicamente activa (Maza Zavala Y otros,1980).

Como resultado de estos hechos, la participación del em­pleo gubernamental directo (administración central más empresasdel Estado e institutos autónomos) en el total nacional del empleoasalariado no agrícola ha aumentado de 17,5 por ciento en 1950 a34 por ciento en 1982. En la actualidad, casi un millón de traba­jadores se desempeñan ocupacionalmente en las múltiples esferasde la actividad del gobierno. Conviene indicar que el empleo pú­blico experimentó un notable incremento en el período 1974-1980,como resultado del alza extraordinaria de los recursos financierosderivados porel gobierno de la elevaciónde los precios del petróleoacordada por la OPEP, Yde la forma como tal alza se expresó en lapolítica oficial de desarrollo económico (V y VI Planes de la Na­ción). Más recientemente, es decir, desde mediados de 1981, Yvin­culados a la coyuntura recesiva del mercado internacional delpetróleo, se han hecho presentes, sin embargo, factores que tiendena desacelerar e incluso a invertir la tendencia al aumento de la ocu­pación estatal.

Por su parte, en relación con el empleo generado por cuen­ta propia, cabe señalar que si bien ha registrado una disminucióncontinua como proporción del empleo total, sigue siendo conside­rable la cifra absoluta de trabajadores que se desempeñan por sucuenta (algo más de un millón de personas a finales de 1982). Si seexcluye de esta categoría ocupacional al grupo, relativamente pe­queño, de trabajadores de nivel técnico y profesional que ejercenlibremente, no queda duda de que la porción decisiva de los "cuentapropia" está constituida por personas que, bien sea por carecer deun adecuado nivel de calificación, de voluntad o hábitos de trabajo,o porno disponer de vinculaciones familiares o sociales que facili­ten el acceso a empleos asalariados generados en el sector privadoo en el gobierno, se ven obligados a crearse el cargo por sí mismos,como vía rápida y natural para enfrentar la subsistencia.

En el Cuadro 5 se muestra la forma en que, para los dis­tintos gobiernos que cubren el período 1950-1982, las variableseconómico-sociales, consideradas estratégicas, han influido sobre

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01 CUADRO N- 5O

RELACIONES ENTRE EL COMPORTAMIENTO DE ALGUNAS VARIABLESECONOMICO-SOCIALES CLAVES y EL CRECIMIENTO DEL EUPLEO y LOS SALARIOS

Variables 1950-1957 1958-1963 1954-1968 1959-1973 1974-1978 1979-1984

Producción Attoritmode crecimiento Crecimiento moderado Crecimiento Crecimiento Fuerte Crecimientointerna con fuertedesaceleraci6n aflldado por recesl6n moderado moderado crecimiento muybaJo con

al finaldel periodo econ6micaInicial tendenciaalestancamiento

econ6mico

Gasto Considerable pero Aho,con énfasisen Attocen Ahocon Muyallo Mo conpúblico dedicadobásicamente sectoressociales predominio predominio tantollasto tendenciaa la

a la Infraestructura delllasto delllasto comente baja.comente comente como Inversi6n Aflldadopor

pagode ladeuda externa

Inmlgracl6n Fuertey de origen Nula, refture do Nula Creciente Muy fuerte leve, coneuropeo extraneros refluJo de

extranjeros

Inversl6n Fuertecrecimiento Crecimiento negativo Repunteinicial Continuacl6n Muy fuerte Estancamientobrutafija seguidode acentuado creCimiento de la Inversl6n

fuerte repunte procesode especificode privaday b~oInversl6n la Inversi6n crecimiento e

pública la pública

Formación Prácticamente Muy~a, 59 Iniciasu Intenso Fuerte Intenso Desarrolloprofesional Inexistente desarro o Institucional desarrollo desarrollo desarrollo moderado

Gesti6n Inexistentepor Fuerte,con estimulo Expansiva Expansivacon Expansiva Detlll~ada, consindical represl6n pollUca del gobierno slntomasde signosde

agotamiento involuci6n

Tasadecradmísnto ("lo)

Empleo 2,5 3,2 4,1 3,0 5,4 2,9

salarlos reales 7,9 6,5 7,0 7,0 10,8 -1,6

la situación del empleoy en las remuneraciones. Se desprende deesa información que, recientemente, la situación del empleoy delos salarios reales ha tendidoa agravarse debido al deterioro delmercado internacional del petroleo. Al agudizar la vulnerabilidadexteriorde la economía venezolana, la baja de los precios del pe­tróleo y la reducción de los volúmenes de exportación han dismi­nuido significativamente los ingresos del Estado, conformandounasituación devirtual crisisfiscal, queamenaza lasposibilidadesderecuperación delossectores delaeconomíaprivada, ylimitaaúnmás la ya reducida capacidad de dinamización de la economía porparte del sector público. En tales condiciones, y en ausencia decambios queafectenprofundamentela estructura y elmododefun­cionamientodelaeconomía, parecierainevitableesperarunagrava­mientodel problema de la desocupación y el subempleo de la po­blacióntrabajadora en la décadade los 80. Riesgomuy probabledebidoa quela ofertade manodeobramuestrahistóricamente unatendencia al aumento de su ritmode expansión.

LOS POSIBLES EFECTOS DE LA CRISIS EN EL EMPLEO

A mediados del mes de febrero de 1983, el GobiernoNa­cionalhizopúblicala decisión deparalizartempom1mente laventade divisas, tras 10 cual se anunció la implantación de un régimende control de cambios diferenciales según la naturaleza de lastransacciones con el exterior. Conel establecimiento de dicho ré­gimen y con el reconocimiento de hecho de la devaluación delbolívar, culminaunperíodorelativamente largo(iniciado en 1961)deestabilidad cambiaria ydelibreconvertibilidadexternadenues­tro moneda. Comoesfrecuente enestoscasos, los factores quehandetermínado la adopción de estasmedidas aparecen asociados, en10 inmediato, con la evolución de la balanzade pagos, yen par­ticular con la disminución ininterrumpida de las reservas inter­nacionales delpaís, inducidas por el deterioro sustancial del mer­cadointernacional paranuestroprincipal producto de exportacióny por la necesidad de hacer frente a inaplazables compromisos fi­nancieros conel restodelmundo. Obligaciones estasquetienensu

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origenenel conocidoymasivoprocesode endeudamientoexterno.Naturalmente, otros son los factoresdeterminantes fundamentalesde la actual crisis cambiaria, los cuales, sin embargo, por razonesde espacio,nos sonprácticamente imposiblesdeconsiderar,aunenforma meramente descriptiva.

En su lugar, parece más conveniente reflexionar breve­mente sobrelas principalesimplicacionesque puede llegar a tenerdicha crisispara la dinámicaocupacionaly salarialdel país. Comoes sabido; las manifestaciones dramáticas del actual problemacambiariose producenenlas condiciones de unprologandoestadorecesivo o de estancamiento de la economía nacional, cuyoselementos más llamativos tienen que ver con la baja de la pro­ducci6n y la virtual partalización de la inversión, así como con lareducciónde la demandade consumomotivadapor la caída de lossalarios reales.En lo inmediato,esto ha significadouna elevaciónde importanciaen la tasa de desempleo,en la medidaen que, al re­sentirse por la contracción de las ventas, las empresas han pro­cedido a despedir una cifra importantede trabajadoresy congela­do, prácticamente, toda nueva incorporación de personal. Hechoque, sumado a la congelacióndel empleo gubernamental, ha ter­minado por dar a la situación ocupacional un carácter realmentegrave. A este respecto,no se exagerasi se afirmaque desde finalesde los años 50 y comienzosde los 60, no se había producidoen elpaís un deteriorotan acentuadode las condicionesdelmercadodelempleo como el que ahora se puede observar. 19

En este contexto, y dada la ya señalada y aguda depen­dencia externa de la economíavenezolana, que requiere importarno sólo maquinarias y equipos de producción sino también ma­teriasprimas,insumosindustrialesyunamultiplicidaddebienesdeconsumo (muchos de ellos socialmente no indispensables), la

19 Al respecto. no es casual que la política de empleo y el seguro de desocu­pación figurasen entre los principales temas del debate electoral durante lacampaña electoral de 1983, como ofertas importantes parael período cons­titucional1984-1989.

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devaluación del bolívar tenderá a ejercer efectos contradictorios,pero sustanciales, sobre el nivel del empleo y de los salarios. Poruna parte, si se aspira a una adecuación pasiva del consumo y lainversión internos a las nuevas condiciones del cambio exterior,con mucha probabilidad, el incremento del precio de las importa­ciones tenderá a opera como un impulsor alcista decisivo en lainflación doméstica, 10que dará lugar, a su vez, a una disminuciónadicional de la demanda efectiva global. Si esta alternativa llegasea materializarse, cabría afirmar, con muy pocas dudas, que ellaconcluiría en un desmejoramiento sustancial de la situación ocupa­cional y de los ingresos de los trabajadores venezolanos.

Por otra parte, si la devaluación del bolívar fuese aprove­chada como un instrumento que permitiese la diversificación de lasexportaciones no tradicionales 20 y como un recurso que hiciese másselectiva la sustitución de importaciones, promoviendo la mayorproductividad de las industrias locales y el ahorro y la ampliaciónde las divisas, con mucha probabilidad cabría esperar entonces, ydespués de un período de transición más o menos amplio, unaelevación de la demanda de trabajo y un alza de los salarios entérminos reales."

En teoría, estos son los casos extremos que, cabe esperar,encuadren las orientaciones generales de la política económica. Enla práctica, la vía que se adopte reflejará, con toda seguridad, unamezcla de elementos de aquellos casos límites. Pero, cualquiera seala circunstancia final, el carácter de la alternativa adoptada refle-

20 Considéreseque la devaluacióndeterminauna reducción de los costos de laproducción nacional en comparación con la de otros países y tiende a con­trarrestar el ya indicado papel negativo que la sobrevaluación externa delbolívarha venido desempeñando enrelacióncon el empleo de trabajadores.

21 Este proceso podría verse reforzado debido a que la devaluación tiende adesalentar a la corriente de inmigrantes extranjeros hacia el país, en la me­dida en que los salarios en bolívares convertidos en divisas experimentanuna reducción apreciable. Al desacelerarel ritmo de incremento de la ofertade trabajo, incidiendo sobre su componente "importado",este factor podríadar lugar eventualmente a una mejoría de la situación ocupacional interna,

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jará, en buena medida, las presiones sociales y políticas de lostrabajadoresdesempleadosy el deseode impedirun deteriorode lasituación ocupacional del país. Por estas razones, muy probable­mente, presenciaremos en el futuro una intensificación del yaelevado papel ocupacionaldel gobierno.Esto pudiera parecer unaafirmación paradójica, especialmente si se recuerda que, muy amenudo,la llamada"hipertrofiaburocrática"del sectorpúblicoylaconsiguientementeabultadapartidade sueldosy salarios,es citadacomo uno de los factores principales responsables de la virtualcrisis fiscal confrontadapor el Estado venezolano. Sin embargo, ala luz de la interpretaciónde los problemas del empleo presentadaen este capítulo se desvanece dicha paradoja. Como se recordará,por razonesestructuralesquesevinculanalanaturalezatecnológicade los procesos productivosy al control oligop6licode los merca­dos de productos,la empresaprivadano ha estadoen capacidaddegenerar un volumen tal de empleos que permita absorber la cre­ciente oferta de mano de obra, haciéndose necesaria la creaciónmasiva y en forma directa de cargos por parte del Estado y dandolugar simultáneamente, al aumentodel autoempleo,es decir, de lasocupacionespor cuenta propia. Pero, como las perspectivas finan­cieras o presupuestarlasdel Estado venezolano no son a medianoplazomuy bonancibles,es tambiénmuyprobablequeeste aumentodelempleogubernamental tengalugarencondicionesdeunmínimode exigencias en relación con la productividaddel trabajo contra­tado e implique, además,uncambioen los criterios,altamentecon­cesionales y permisivos,que hasta ahora han orientado la fijaciónde los salarios del personal al servicio del Estado.

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