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    Diguez, Ileana.El malestar de las teatralidades.Karpa 1.1 (2008): n. paghttp://www.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa1/Site%20Folder/ileanadiegueza.html

    RevistaKARPA 1.1Journal ofTheatricalities andVisual Culture

    California State University - Los ngeles. ISSN: 1937-8572

    EL MALESTAR DE LAS TEATRALIDADES(*)(This pdf version contains no images. For the original article go tohttp://www.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa1/Site%20Folder/ileanadiegueza.html )

    Ileana DiguezCITRU(Centro de Investigacin Teatral Rodolfo Usigli)

    Teatralidad y representacin son dos trminos que exceden el teatro. La representacincomo la teatralidad nos desbordan, y esta desacotacin, este exceso produce un profundomalestar para las academias acostumbradas a taxonomizar y acotar.

    En un contexto de repetidas crisis representacionales no es slo la gente de teatro la que seha planteado la crisis de la representacin. Esta es una problemtica que hace varios aoscomenz a desarrollar la filosofa como demuestran numerosos ensayos al respecto: Derrida,Lefebvre, Nancy, Grner y que responde a la propia crisis representacional en todos los rdenesde la existencia: las ideas, la lingstica, la poltica, la religin, la economa, la cultura y, comoparte de esta ltima, el arte.

    La historia de las representaciones ha fundado sitios de legitimacin donde se duplican y sepretenden reforzar presencias. Desde los territorios de la institucin poltica cualquiera que ellasea hasta las tribunas artsticas, la representacin en tanto concepto ha sido legitimada por lasrelaciones entre verdad y sustitucin. En esta encrucijada se ha ido formando una cadena queremite de la representacin como idea o realidad, o realidad objetiva de la idea (relacin con elobjeto) a la representacin como delegacin, eventualmente poltica, y en consecuencia a lasustitucin de sujetos identificables los unos con los otros y tanto ms reemplazables cuanto queson objetivables. (Derrida, Envo 101)

    El debate de la representacin como sustitucin de verdad y presencia debera considerar losinevitables desplazamientos de la presencia, su diseminacin en la diferencia. La presencia comodesocultamiento o aparicin, regreso al origen, a la patria de la legitimidad, tambin sugiere lanostalgia de una presencia oculta bajo la representacin (103) y el enlace con las tramas de laautoridad y los fundamentalismos. Este sera el punto a observar en el anunciado retorno de lateatralidad hacia los cuerpos de la presencia, teniendo en cuenta que esta negatividadrepresentacional emerge en el contexto de una crtica filosfica al logocentrismo discursivo, alimperio del autor en cualquiera de sus acepciones como padre luminoso fundante depresencias-palabras- conceptos.

    En estos tiempos salpicados de borraduras y parricidios dramatrgicos, cuando se proclama elregreso a la presencia es el retorno a la presencia del padre/autoridad/director-autor? No habraque olvidar que el padre vigila siempre la escritura, cualquiera que ella sea, ni el fcil pasadizoque comunica entre s a las figuras del rey, del dios y del padre, como nos recuerda Derrida (LaDiseminacin). A la presencia se han vinculado las figuras del poder padre, rey o soberano,pero tambin estas figuras estn ligadas a la representacin. Ms all de la escena, no puedoevitar pensar en el juego de las representaciones y las presencias en los sistemas concentrados o

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    difusos, como dira Debord. La presencia omnipresente se garantiza en todos los medios derepresentacin, a la vez que se acotan o cancelan las representaciones de los otros, y que no sonslo presencias, sino exponen, representan a otros y a s mismas desatando la representacinprohibida (1), las (re)presentaciones (im)posibles que evocan ausencias y que hacen visible a los(re)presentados.

    Ms que plantear una relacin de exclusin entre presentacionalidad y representacionalidad, loque est en juego es el uso de las representaciones como de las presencias al servicio de lashegemonas, pero tambin al servicio de una reconstruccin de las representaciones colectivas(Grner, De las representaciones).

    Problematizar la representacin como espacio de diferencias una diferencia que no serarepatriable ni reducible a representaciones de lo mismo o difracciones de un sentido nico,como ha reflexionado Derrida (Envo 114), invita a mirar este dispositivo comodesplazamientos hacia lo otro. Se trata de explorar las funciones de la representacin, dedesmontar los corpus que la sostienen, y que pueden producir un efecto u otro, todo depende delas construcciones especficas, de las puestas en juego y de las polticas del acto y la mirada:como velo o como visibilizacin, como envo o sustitucin, como parricidio o borradura.

    Me he preguntado qu presencia es aquella que invocamos o percibimos cuando miramos lasescenas de hoy, las de la calle, las de las performances art y las de los teatros. En ambos espacioshay dimensin representacional, hay dispositivos semiticos y simblicos. Algo sucede para serrealizado ante otros, somos convocados por alguien que nos configura en efmeros espectadores ytestigos de un hecho ficcional o real, y que sin embargo busca trascender la instantaneidad.

    Las discusiones en torno a las crisis representacionales tienen que incluir las crisis de losrepresentados: quines son los representados que los sistemas dominantes no slo han dejado derepresentar sino que incluso han prohibido representar, evidenciando un vaco representacionalque tambin ha comenzado a ser llenado por los otros representables y actuantes? Esos otros queante las crisis representacionales se saben no-incluidos y optan por incluirse en los realia

    sociales irrepresentables (Grner, La Cosa poltica 360).

    Siguiendo la reflexin de Grner: El colapso de las formas de representacin de la economa,de la poltica, del arte, sern indicadores o sntomas de un retorno de lo real que induzca a unregreso del realismo entendido como un regreso de la materia representable, de un conflictoproductivo entre la imagen y el objeto que genere formas nuevas, creativas y vitales de la relacinimposible pero inevitable entre lo representante y lo representado? Ms que preocuparnos porbuscar neologismos deberamos detenernos a reflexionar sobre esos acontecimientos, fuera delteatro, que hoy refundan la representacin como produccin colectiva de nuevos [] sentidospara la simbolizacin de la polis (Grner, De las representaciones 17).

    En los acontecimientos desatados en la ciudad de Mxico durante el movimiento de

    Resistencia Civil que se opuso al fraude electoral a partir de julio del 2006 para poner unejemplo preciso, en los cacerolazos de las mujeres que tomaron los medios en Oaxaca o deaquellos hombres y mujeres que salieron a las calles en diciembre del 2001 en Argentina, seconfiguran representaciones colectivas de los cuerpos subalternos que toman los espaciospblicos y los desbordan de presencias para representar sus demandas por cuenta y mandatopropio, sin ninguna funcin delegacional o sustitutiva ellos/ellas ejercen las polticas deobscenidad que transforman las disposiciones escnicas de los espacios sociales.

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    Los cambios en las disposiciones escnicas de ciertas pocas marcadas por radicalesacontecimientos sociopolticos han sido abordados por el teatrista de origen ruso NicolsEvreinov, interesado en estudiar el espectculo sin fin de la existencia humana y los rolessociales (El teatro en la vida). Sus ideas son hoy disparadores productivos para entender lateatralidad que habita en muchos acontecimientos representacionales de las llamadas gramticasde la multitud. (2)

    Como Artaud, cuando describi una escena de la calle una redada policial- como elespectculo total o el teatro ideal, (5) Evreinov consider la teatralidad como una situacinpre-esttica determinada por el instinto de transfiguracin para crear un ambiente diferente alcotidiano, subvertir y transformar la vida.

    Esta concepcin de la teatralidad como percepcin de un espectador o creador rebelde(Artaud 197) tambin denotada por Josette Fral como mirada que postula y crea un espaciootro, diferente del cotidiano, y sobre todo como nocin extrateatral, es la que me ha interesadorecuperar para dar cuenta de los escenarios de la Resistencia que tom calles y plazas de la ciudadde Mxico durante varios meses del 2006.

    Teatralidades de la Resistencia, acciones-intervenciones o performances ciudadanas, ningunade estas frases busca regresar aquellas acciones al estrecho marco de la esttica tradicional, dondepor supuesto no tendran cabida. La palabra performance no tiene como nica referencia elperformance art desarrollada por los artistas plsticos hacia finales de los aos cincuenta. Utilizola palabra performance en el sentido en que la usara la antropologa liberada de Victor Turner:una secuencia de actos simblicos que busca nuevos significados mediante las acciones pblicas.En un campo diferente al de los performances culturales donde se incluiran los dramasestticos, Turner ubic los performances y dramas sociales, entendidos stos ltimos comoexpresiones no-armnicas o disonantes del proceso social que surgen en situaciones de conflicto(La antropologa del performance 107), suspendiendo los juegos normativos e institucionales.

    Muchas de las acciones en las que pienso y a las que me he referido en este texto y otros (3)

    constituyen rituales de la memoria, documentos vivos, abiertas y procesuales puestas en espaciodel deseo. No es slo la representacin como dispositivo escnico el que se problematiza,expande o transgrede, sino el corpus poltico de todas las formas de representacin. La presenciaes ms que objetual o corporal, abarca la esfera de los sujetos y est ms all de un teatro delcuerpo que se agota en la repeticin de formas. No es la fisicalidad o la objetualidad pura la queasegurara la salida de las simulaciones, las repeticiones o las perpetuaciones de una ausenciapresentificada (y petrificada) por representaciones. Es en el espacio social donde se desmontan lasrepresentaciones y se exponen las presencias.El malaise dans lesthtique (4) tambin planteado por Rancire nos sita ante otraproblemtica que instala el propio malestar de la representacin. No representar tendra que poneren accin la sentencia de Adorno contra la esttica de la contemplacin Ser entonces otraesttica de la participacin (utopas de proximidad?) la que nos instale en un espacio donde

    se clausuran las representaciones?

    Mxico, D.F., mayo y agosto de 2007

    (*) Una versin previa de este artculo fue publicada en arteamerica14 con el ttulo de El malestar de larepresentacin y las diseminaciones de la teatralidad. Una versin reducida como ponencia, titulada Elmalestar de la representacin, fue presentada en el Diplomado Reflexiones sobre el gesto teatral

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    Diguez, Ileana.El malestar de las teatralidades.Karpa 1.1 (2008) http://www.calstatela.edu/misc/karpa/Karpa1/SiteFolder/ileanadiegueza.html

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    contemporneo IV. 17 Instituto de Estudios Crticos y Proyecto 3. Facultad de Arquitectura de la UNAM.28 de mayo, 2007. Como reflexin ms extensa fue presentada con el ttulo en el XIV EncuentroInternacional de la AMIT, el 30 de agosto de 2007, en la Facultad de Filosofa y Letras de la UNAM.

    NOTAS:

    [1] Hago referencia al trmino presentado por Jean-Luc Nancy en La representacin prohibida.

    [2] Me refiero a la nocin de Paolo Virno que da ttulo a su libro Gramtica de la multitud.

    [3] Puede consultarse de Ileana Diguez: Escenarios liminales. Teatralidades, performances ypolticas.

    [4] En alusin directa al texto de Jacques Rancire: Malaise dans lesthtique.

    BIBLIOGRAFA:

    Artaud, Antonin. Antecedentes: El Teatro Alfred Jarry.El teatro y su doble. La Habana:

    Instituto del Libro, coleccin Teatro y Danza, 1969.

    Derrida, Jacques. Envo. La deconstruccin en las fronteras de la filosofa. Barcelona: Paids,1989. 101-22

    ---. La Diseminacin. Madrid: Fundamentos, 1997.

    Diguez, Ileana. Escenarios liminales. Teatralidades, performances y polticas. Buenos Aires:Atuel, 2007.

    Evreinov, Nicols.El teatro en la vida. Santiago de Chile: Ercilla, 1963. 67. La primera edicinfue realizada en Pars en 1930.

    Fral, Jossete. En busca de la especificidad del lenguaje teatral. Teatro, teora y prctica: msall de las fronteras. Buenos Aires: Galerna, 2004.

    Grner, Eduardo. De las representaciones, los espacios y las identidades en conflicto.Prcticas socioestticas y representaciones en la Argentina de la crisis. Claudio Lobeto (comp).Buenos Aires: GESAC, 2004. 8-21.

    ---.La Cosa poltica o el acecho de lo Real. Buenos Aires: Paids, 2005.

    Nancy, Jean-Luc. La representacin prohibida. Buenos Aires: Amorrortu, 2006.

    Rancire, Jacques.Malaise dans lesthtique. Paris: Galile, 2004.

    Virno, Paolo. Gramtica de la multitud. Buenos Aires: Colihue, 2003.

    Turner, Vctor. La antropologa del performance.Antropologa del Ritual(comp. de IngridGeist). Mxico: Instituto Nacional de Antropologa e Historia/Escuela Nacional de Antropologae Historia,, 2002. Este texto de Turner forma parte de su libro The Anthropology of Performance,New York, 1988.