deysi cori una reina contra el mundo

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Perfil periodístico de Deysi Cori, campeona mundial de ajedrez peruana, luego de ganar el título en la categoría sub 20. Revista Cosas (Perú) Nro. 476, setiembre del 2011.

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  • Una reina contra el mundo

    Cuatro aficionados al ajedrez retan a una campeona mundial y todos pierden felices. Deysi Cori les gana distrada: esta noche, tiene una fiesta.

    Por David Reyes. Fotos de Deborah Paredes y Josip Curich.

    Deisy fue campeona mundial en las categoras Sub-13, Sub-15 y Escolar antes de alcanzar el ttulo en la Sub-20.Vestido vintage de la estilista.

    D eysi est fastidiada. Eso, al menos, es lo que me advierte, preocupa-da, la directora de su excolegio, mientras entramos a la residencia de Augusto Felipe Wiese, en El Golf Los Incas. Es mircoles, son las 6 y 36 de la tarde y Deysi luce un rostro tan parco e inescrutable como el cielo de Lima en este invierno. Si usted es de los que levanta la mirada cada maana y no logra descifrar el lenguaje de las nubes, pues bien, esa es la interrogante que produce en los simples mortales la implacable seriedad de una campeona de ajedrez fastidiada.

    La casa es el hogar de un cazador experto. Colocadas en fila, las pieles constituyen un largo pasadizo que atraviesa una sala rodeada de animales disecados por taxidermia. Hay cuatro cabezas de len, un oso que ruge, otras fieras que muestran los colmillos y una docena de antlopes. Pero hoy Deysi no sonre y parece que pocas cosas le llaman la atencin. En el estudio, al final de la sala, Augusto Felipe guarda un preciado tesoro, adquirido en el Palacio de Yusupov, en Rusia: un pequeo tablero de ajedrez, donde dos regimientos de soldados de plomo se alinean frente a frente. Todos los peones tienen la mano en el mango de sus espadas envainadas. Estn listos para el ataque.

    Detrs de ese tablero histrico, ellos inician una partida. Wiese, de 86 aos y tres veces campen del Club Nacional, reta a Cori. l aprendi a jugar a los 9 aos, bajo las indicaciones de un alemn desconocido, en un barco que lo traa de Europa. Ella, de la mano su padre, en su casa de Villa El Salvador. l ha inscrito su nombre en una copa del Club Nacional, que dona y entrega todos los aos. Ella, en cuatro ttulos mundiales de distintas categoras. l mueve un pen. Ella tambin.

    Se pone seria cuando juega dice Augusto Felipe, como para reducir la tensin. Deysi sonre por primera vez.

    Esta tarde, Deysi solo sonreir dos veces ms. Luego mantendr, inclume, su rostro indescifrable. Abrir sus ojos con asombro, y sonreir de emocin, eso s, cuando Augusto Felipe le cuente que una vez almorz en Lima con Anatoli Krpov y Gari Kasprov. Se tapar la boca, y sonreir de miedo, cuando su prima acaricie a un puma como si fuera un gatito inofensivo y ella, espantada, se niegue a hacerlo (Ay, no. Qu miedo!). Su expresin ser entonces la de la tpica vctima de una escena de terror. Pero aquello ocurrir despus de la partida, cuando haya olvidado lo que tanto la fastidiaba.

    deysi cori

  • 40 4140

    Gustavo Barnechea redescubri el ajedrez hace tres aos gracias a internet y recay en

    el vicio. Pas tres noches sin dormir.

    Jorge Chiarella hace un alto a los ensayos de su obra

    y se enfrenta a Cori. Dura apenas unos minutos. Ca

    como un tonto, dice al final.

    Fernando de Trazegnies es el ltimo heredero de una familia de ajedrecistas. En su biblioteca, tiene un hermoso tablero alemn de ajedrez con piezas de marfil.

    Augusto Felipe Wiese aprendi a jugar ajedrez a los

    9 aos, en un barco que lo trajo de Europa, luego de tres

    aos de estada en Suiza.

    Antes era defensiva le responde:. Esperaba a que el otro cometa un error y lo atacaba. Pero ahora me arriesgo ms.

    Lo acaba de conocer y, sin embargo, le bastan unos minutos para rerse a carcajadas con l, como si fueran dos viejos amigos que se han reencontrado por casualidad. Por un momento, incluso, se encierran en un mundo paralelo, donde citan a los genios rusos y platican, con la naturalidad de dos coroneles retirados, del arte de la guerra. Hablan de estrategias, movimientos, posiciones abiertas y cerradas, puntuaciones Elo (las que definen el rnking mundial) y de cmo acaban las piezas al final de la batalla. El ajedrez se convierte, as, en una lengua sagrada. Un idioma que, como el snscrito, ya solo es materia de estudio de un reducido nmero de sabios, pero que, para ellos, es como su lengua natal.

    Gustavo y Deysi hablan en ajedrez y la conversacin no tiene fin. La escena me sorprende porque, en tres das, es la primera vez que escucho a Deysi decir ms de cinco palabras. El problema ahora lo entiendo no era su timidez (ni la ma), sino la barrera idiomtica que nos separaba. Gustavo, felizmente, decide romper la burbuja que los aparta del mundo exterior:

    Es un juego alucinante me explica, como quien resume en pocas lneas lo que han conversado. Para el jugador, supone siempre calcular todas las combinaciones posibles.

    Esta maana, Deysi le dar una clase maestra a Gustavo sobre cmo enfrentar a una campeona mundial. Se situar delante de l y jugar a dos manos sobre un solo tablero (ser un Cori vs. Cori-Barnechea), discutindole cada movimiento. Acabar pieza por pieza y se abrir paso desde ambos flancos, en un

    juego de iguales en el que quedarn pocos sobrevivientes: dos torres, tres peones para l y cuatro para ella, adems de los reyes. Entonces, le dir en secreto cmo lo jaquear y no ser necesario que concluyan la partida. Gustavo se parar de su asiento ante el fin inminente y se reir de su propia derrota:

    No solo me destruye, sino que me dice cmo lo hace.Gustavo no es un rival cualquiera. En el patio del canal,

    Deysi lo escucha con atencin cuando l le cuenta que, a los 18 aos, se amaneca los fines de semana jugando ajedrez en el Parque Kennedy. Una leyenda dice que l y su hermano, el politlogo Alfredo Barnechea, eran tan fanticos que jugaban a ciegas, sentados espalda con espalda, en un combate que solo ocurra en su imaginacin. Gustavo lo confirma. Aos despus, cuando Alfredo ya se haba ido de casa (es 13 aos mayor que l), se llamaban por telfono y empezaban a mover las piezas en sus cabezas sobre la base de posiciones cifradas en letras y nmeros hasta llegar al jaque final. Aquellos encuentros se adecuaron tanto a sus rutinas, que en un momento Gustavo se descubri a s mismo jugando por celular con su hermano, en la parada de un semforo, mientras conduca a su trabajo.

    Deysi se re con familiaridad de la ancdota. Tiene recuer-dos similares.

    Yo, en cambio, no tengo memoria reconoce la ajedrecis-ta. Nunca termino una partida. Pero mi hermano Jorge puede jugar hasta tres partidas a ciegas a la vez.

    Gustavo exhala, sorprendido. Deysi sonre, orgullosa.Das despus, comprender que hay dos estados de

    felicidad cmplice en la vida de Deysi Cori: cuando habla de ajedrez y cuando habla de cosas de mujer.

    Aunque no es un aficionado, el actor Jorge Chiarella se anim a enfrentarse a Deysi Cori y ahora est orgulloso de haber jugado con la campeona mundial. Pero como el arte lo licencia todo, junto a Alberto sola, viene montando Pequeas interrupciones, una obra en la Alianza Francesa que centra su historia en un encuentro de ajedrez como metfora de la vida. Fuera de escena, sin embargo, sigue siendo un aprendiz y su nico acercamiento con el ajedrez es su hijo mayor, un amateur con quien de vez en cuando se juega una partida. Por eso, cuando ocurre lo inevitable y Deysi acaba con l, se anima a decirle: No, pues, Deysi. Eso no se le hace a los amigos.

    Eso no sE lE hacE a los amigos

    Una implacable adolescente

    Es sbado y, en una casona vaca de Miraflores, Deysi se alista para una produccin fotogrfica. Por primera vez, una maquilladora le perfila las cejas. En Buenos Aires, donde vive desde hace siete meses gracias al financiamiento de Cementos Lima, el ajedrez le demanda seis horas de estudio diarias con tres grandes maestros internacionales y, entonces, no hay tiempo para delicadezas. Pero ahora Deysi est en Lima y, desde que gan el Mundial en la India, disfruta de algunos das de vacaciones y reencuentro con sus amigos, en medio de una apretada agenda de prensa. Esta noche, por ejemplo,

    Deysi tena una preocupacin adolescente: haba que-dado con sus amigos en ir a una discoteca y ellos estaban esperndola all. Inquieta y algo nerviosa por la tardanza, en algn momento de la cita en la casa Wiese, llam a la encargada de manejar su agenda y ella la tranquiliz con una simple pregunta:

    Acaso no sabes que est de moda hacerse esperar?En ese instante, a Deysi le cambi el semblante.Pero aquello insisto todava no sucede y, en el estudio,

    al final de la sala, la partida es una batalla campal. Avanzan los peones, los caballos y los alfiles, y van cayendo uno a uno a cada lado de la mesa, hasta que ocurre lo inevitable: de pronto, Augusto Felipe empieza a retrasar sus movimientos y se para-liza cada vez que tiene que jugar. Un error le permite a Deysi comerle la reina. Entonces, su rey, viudo, queda arrinconado en una esquina, protegido solo por uno de sus caballos.

    Me rindo dice el dueo de la casa, con resignacin.No es una sumisin antojadiza. Augusto Felipe es un

    cazador experto y sabe que no tiene salida.

    el idioma de Una reina

    Nadie vence a Deysi Cori en esta historia. Ni siquiera Gustavo Barnechea, quizs el nico periodista peruano capaz de sos-tener una partida de ajedrez a ciegas es decir, sin tablero al frente, por telfono y mientras maneja su auto a la vez.

    Eres agresiva? le pregunta Barnechea a Deysi, mientras caminan por el pasillo de un canal de televisin. No se refiere a su personalidad, sino a su juego. Ella le entiende a la perfeccin.

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    su colegio, Saco Oliveros, le organiza una fiesta y ella ya tiene preparado el vestido. Las productoras husmean en sus cosas, lo sacan de su bolsa y se sorprenden al verlo: aunque Deysi dice que le llega hasta las rodillas, la falda negra y azul que llevar en la fiesta es diminuta.

    Asu! dice una de ellas Esto te vas a poner?!Uy, qu coqueta dice la otra.Deysi se sonroja, trata de responder, pero balbucea algo y

    se rinde. Re, como quien admite una pequea travesura.Yo no me visto as! alcanza a decir segundos despus,

    y trata de explicar que se trata de una licencia. Pero las chicas la siguen piropeando y ella cede naturalmente a la presin de grupo y vuelve a rer, feliz, en un acto de picarda.

    No siempre, claro, se comporta as, tan relajada. Frente a un excanciller de la Repblica, Deysi Cori es una competidora rpida y eficaz. Fernando de Trazegnies la recibi das antes en lo que l mismo llama su convento: la amplia biblioteca de su casa, de techo alto y altillo de madera alrededor, donde guarda sin contar cerca de diez mil libros. All, en el centro de ese escenario y sobre un tablero oficial, se da la partida. Los contrincantes hacen sus primeros movimientos en medio de los flashes. Cada clic, y su consecuente disparo de luz, es una pieza que avanza sobre las cuadrculas. Fernando cuenta la historia de un jugador medieval que distraa a sus rivales con el hedor y el humo del tabaco que fumaba. Deisy disfruta de la ancdota. Caen los flashes.

    El fotgrafo concluye su trabajo y, un minuto despus, Deysi concluye el suyo. Entre los haces de luz, la campeona ha arrasado con los caballos de Fernando y, con esa ventaja, ha forzado el cambio de reinas. Fernando, cuya estirpe materna

    est histricamente ligada al ajedrez su abuelo, Carlos Granda, fue un notable ajedrecista, sabe que no hay nada que hacer. Deysi no ha tenido ninguna contemplacin.

    Me dej en una inseguridad muy grande me explica Fernando frente al tablero, mientras analiza su derrota. El ajedrez es as: un juego muy posicional. De repente, te sientes atrapado.

    Luego se re del ttulo de uno de sus libros: Por qu pierde usted en el ajedrez?. Dice que es uno de sus favoritos.

    El ajedrez es un juego feminista comenta, porque la reina es la nica que puede hacer lo que quiere.

    Nada ms cercano a la verdad. El sbado, en la casona de Miraflores, recuerdo las palabras de Fernando. La sesin de fotos no termina y es evidente que Deysi est fastidiada. En sus ojos, otra vez estalla esa mirada tan indescifrable como el cielo de Lima. La ajedrecista ha sido paciente, pero han pasado cuatro horas desde que empezaron a peinarla y dos semanas intensas desde que volvi al Per. Hace fro, est cansada y quiere irse a su fiesta. Es una adolescente con una vida adulta y tiene derecho a rebelarse. Estas son sus vacaciones, aunque nadie se haya dado cuenta, y decenas de entrevistas, grabaciones y fotos la han dejado exhausta. Tiene 18 aos y una falda diminuta, negra y azul, que la espera con un buen augurio: las chicas le han dicho que, con ella, esta noche la va a romper.

    Fin de la sesin y adis a las tablas, al menos por ahora. Deysi se va a su fiesta. Habr derrotado al mundo, pero tambin es una chica normal. Y quiere divertirse. n

    Asistencia de Fotos: Gisella Benavides E. Maquillaje y peinado: Flora Yanama.

    Produccin: Luca Peschiera.

    En la India, Deysi Cori no perdi ninguna partida. En el 2012, participar por primera vez del Mundial Femenino de Ajedrez, que se realizar en Suiza.Vestido de Ana Mara Guiulfo.

    Es la primera

    vez que a Deysi Cori le

    depilan las cejas. Una ajedrecista

    no tiene tiempo

    para esas delicadezas.