desintegración del cuerpo femenino en santa

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1 1 Profesor: Dr. Víctor Manuel Díaz Arciniegas Alumno: Víctor Manuel Banda Monroy La degradación del cuerpo en Santa, de Federico Gamboa Escrita en los tiempos de la moralidad porfiriana, se podría pensar que Federico Gamboa trazó en la novela Santa la historia de una caída moral, que mostró la expulsión del paraíso rural de una joven y la manera en que ella se revolcó en el lodo del pecado y del vicio, para terminar en la muerte. Así lo podría indicar el persistente uso de imágenes lúbricas, aunque más sugeridas que descritas con todos sus detalles, y de adjetivos tales como degenerado y pervertido, como por ejemplo en el siguiente párrafo: “(...) al través de los apagados cristales, cruzaban de tiempo en tiempo sombras imprecisas. Abajo, en la sala de los que bailaban al compás del piano, y arriba, en las alcobas, de las bacantes que se desnudaban y de los sátiros degenerados que las perseguían”. (75) No obstante, Santa evidencia también otras historias, muestra otros símbolos. De Chimalistac, lugar idílico y tradicional, asentado en fuertes valores comunitarios, al burdel, la enfermedad y la muerte, el cuerpo de Santa atraviesa por una serie de degradaciones y mutilaciones que la llevan a su desintegración, concluyendo así una extrema decadencia física y moral. En el prólogo en que le da voz reflexiva al personaje de Santa, Federico Gamboa sintetiza este proceso de desmoronamiento: “(...) en la Inspección de Sanidad, fui un número; en el prostíbulo, un trasto de alquiler; en la calle, un animal rabioso, al que cualquiera perseguía. (.......) Cuando cansada de padecer me rebelé, me encarcelaron; cuando me enfermé, no se dolieron de mí, y ni en la muerte hallé descanso; unos señores médicos despedazaron mi cuerpo, sin aliviarlo, mi pobre cuerpo magullado y marchito por la concupiscencia bestial de toda una metrópoli viciosa”. (5)

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Ensayo acerca de la desintegración del cuerpo femenino, provocada por los poderes que lo oprimen, en la novela de Federico Gamboa: Santa.

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    Profesor: Dr. Vctor Manuel Daz Arciniegas Alumno: Vctor Manuel Banda Monroy La degradacin del cuerpo en Santa, de Federico Gamboa

    Escrita en los tiempos de la moralidad porfiriana, se podra pensar que

    Federico Gamboa traz en la novela Santa la historia de una cada moral, que

    mostr la expulsin del paraso rural de una joven y la manera en que ella se revolc

    en el lodo del pecado y del vicio, para terminar en la muerte. As lo podra indicar el

    persistente uso de imgenes lbricas, aunque ms sugeridas que descritas con todos

    sus detalles, y de adjetivos tales como degenerado y pervertido, como por ejemplo

    en el siguiente prrafo: (...) al travs de los apagados cristales, cruzaban de tiempo

    en tiempo sombras imprecisas. Abajo, en la sala de los que bailaban al comps del

    piano, y arriba, en las alcobas, de las bacantes que se desnudaban y de los stiros

    degenerados que las perseguan. (75)

    No obstante, Santa evidencia tambin otras historias, muestra otros smbolos.

    De Chimalistac, lugar idlico y tradicional, asentado en fuertes valores

    comunitarios, al burdel, la enfermedad y la muerte, el cuerpo de Santa atraviesa por

    una serie de degradaciones y mutilaciones que la llevan a su desintegracin,

    concluyendo as una extrema decadencia fsica y moral.

    En el prlogo en que le da voz reflexiva al personaje de Santa, Federico

    Gamboa sintetiza este proceso de desmoronamiento:

    (...) en la Inspeccin de Sanidad, fui un nmero; en el prostbulo, un

    trasto de alquiler; en la calle, un animal rabioso, al que cualquiera

    persegua. (.......) Cuando cansada de padecer me rebel, me encarcelaron;

    cuando me enferm, no se dolieron de m, y ni en la muerte hall

    descanso; unos seores mdicos despedazaron mi cuerpo, sin aliviarlo, mi

    pobre cuerpo magullado y marchito por la concupiscencia bestial de toda

    una metrpoli viciosa. (5)

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    A partir de la prdida de la pureza y una vez expulsado del paraso terrenal

    campirano, el cuerpo femenino de Santa se volver materia de comercio, ser

    explotado por las grandes comerciantes del placer y padecer (como lo indica el

    texto citado arriba) cosificacin, animalizacin, enfermedad y dolor. Todas estas

    formas de degradacin social estallan en el cuerpo no sagrado de Santa. .

    La novela cuenta la paulatina desintegracin de un cuerpo, proceso circular

    que culmina aparentemente donde comenz: en Chimalistac; slo que la carne

    triunfadora retorna en forma de cadver y se queda para siempre en el cementerio.

    Dado que mente y alma slo pueden expresarse a travs de la carne, el

    cuerpo de Santa es su propia esencia, lo que le da identidad, lo que coloca en el

    mundo. El cuerpo de Santa semeja un escenario, un lugar en que se cruzarn el

    engao, el amor no romntico sino puramente carnal (satisfaccin del macho

    donjuanesco), los fluidos de los hombres de todos los niveles sociales (Gamboa dice

    que toda la ciudad pas por su cama) y las enfermedades que le produce esa

    degradacin. Punto de cruce, el cuerpo de Santa puede llegar a representar

    demasiados signos.

    La carne bella y sabrosa de la muchacha va del poder fsico, la salud

    extrema, la belleza como emanacin de valores y de la pureza implicada en su

    nombre, atraviesa por la degradacin paulatina del burdel, de la infidelidad, de la

    prdida de valores, para llegar a la corrupcin extrema de una enfermedad que la

    mina desde adentro, que la vuelve semejante a la fealdad, y termina descuartizada

    sobre una mesa de operaciones. El espacio de belleza y salud es un mbito rural,

    cercano a la ciudad pero a la vez lejos de las costumbres de sta. En cambio, el

    espacio de la degradacin y la enfermedad ser la ciudad. Sordidez, vicio, comercio

    del cuerpo: la enfermedad final de Santa habr comenzado mucho antes, cuando

    pierde la virginidad, aborta y resulta expulsada de la casa materna.

    Una vez comenzada la degradacin, tambin hay en este cuerpo una

    fascinacin por su propia desintegracin. Vctima y cmplice simultneamente,

    dentro de la degradacin se dan momentos de la carne triunfadora, que recibe

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    alabanzas y es objeto de competencia, lo cual le hace ver su cada como un ascenso

    inverso, tanto en valores, como en forma de vida, dado que ahora vive con ms lujo

    y dinero que en el estado de pureza y pobreza anteriores a su cada:

    Santa, en sus adentros y hembra al fin, sentase halagada con esa

    adoracin que trazas llevaba de no concluir nunca; y en vez de enfermar,

    sonrea en su perenne desnudez impdica, coronada la cabeza en negras

    crenchas con sus sonrosados brazos mrbidos de aquel incesante desfile

    de hombres que se le acercaban trmulos y le aplastaban los labios con

    sus besos (...) (35-36)

    La primer paradoja es que este cuerpo antes absolutamente sano y ahora con

    sntomas de corrupcin moral recibe la vida clandestina, la lujuria exacerbada, como

    elementos que lo fortalecen en su belleza, que lo llevan no slo a un ascenso a lujos,

    homenajes y desatada lujuria, sino que tambin implican un nivel ms arriba dentro

    de su hermosura:

    Santa embelleci ms an; excesos y desvelos, cual diablicos artfices

    empeados en desatinada junta, en vez de arruinar o desmejorar sus

    facciones, hermosebanla a ojos vistas, que hasta las palideces por el no

    dormir y las hondas ojeras por el tanto pecar, banle de perlas a la

    campesina. Lo que s perda, y a grandsima prisa por desgracia, era el

    sentido moral en todas sus encantadoras manifestaciones; ni rastros

    quedaban de l, y por lo pronto que se connaturaliz con su nuevo y

    degradante estado, es de presumir que en la sangre llevara grmenes de

    muy vieja lascivia de algn tatarabuelo que en ella resucitaba con vicios y

    todo. (36)

    La tara gentica (tema propio del naturalismo) aparece para explicar el

    estallido de la sensualidad de un cuerpo, en su acomodo a una vida de lenta

    degradacin, constituye el origen anunciado desde los genes de una vida que se

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    hunde. . Los caminos se contraponen: mientras la belleza aumenta, la fuerza moral

    entra en decadencia. Ambos procesos acelerarn la desintegracin del cuerpo que

    contiene belleza y debilidad moral. Para Gamboa, este cctel de belleza y tendencia

    al hedonismo constituyen una combinacin mortal.

    La degradacin corporal que cuenta la novela tambin se evidencia en los

    espacios por los cuales transita el personaje Santa y en los niveles sociales de los

    cuerpos con los que intercambia fluidos y dinero, ante quienes es mercanca sexual.

    Contada a manera de escalafones, la cada de Santa no es de un da a otro, sino

    gradual, como si una fase preparara para entrar en la siguiente. Su primer descenso

    parece llevarla a un ascenso social: se convierte en prostituta de burdel de primera.

    Dinero y lujo van aparejados con la venta de su cuerpo. Sin embargo, ya ha

    comenzado su descenso. El cuerpo es barro y siempre lo ser, el nivel social de

    prostituta de lujo de Santa depender de los valores corporales que la misma venta

    de placer sexual desgasta y destruye: la salud, la belleza, la juventud. No slo se

    trata de esta venta, sino tambin del avance del tiempo, el cual devorar estos

    valores susceptibles de venta y de comercio indiscriminado. La prdida de ellos, su

    desgaste lento y paulatino, servirn para la degradacin lenta y segura de ese cuerpo.

    El cuerpo ya se ha cosificado, depender de valores externos.

    De las mujeres de la calle se dice que ruedan. Este rodar no es en un lugar

    parejo, sino hacia abajo, una cada cada vez mayor, que slo se frena en la muerte.

    Santa va bajando incluso como mujer pblica: Igual a lo que se pudre o apolilla y

    que, en un momento dado, nadie puede impedirlo ni nada evitarlo, as fue el

    descenso de Santa, rpido, devastador, tremendo. (122)

    Despus de estar al alcance de los deseos de gobernadores, toreros de moda,

    escritores en busca de temas y de experiencias, burgueses en busca de salida para

    sus crisis sexuales y matrimoniales, adems de otros seres ubicados en la clase

    pudiente o de mayor prestigio, Santa estar en burdeles ms bajos y concluir en

    establecimientos de la categora ms baja: (...) continuar descendiendo, como

    descenda, a trompicones, con dramtico paso, cayendo y levantando, enferma,

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    alcohlica, lamentable. (123) All la alcanzar la enfermedad, lento roer de su

    cuerpo. Y bajar todava ms, puesto que no ser capaz ni de mantenerse en ese

    lugar: (...) ella continu rumbo al abismo, a escape, desgraciada, despreciada,

    desamparada y doliente. Recorri la escala, peldao por peldao y abrojo por abrojo,

    hasta que dio con sus huesos y su cuerpo enfermo en un fementido burdel de a

    cincuenta centavos; nido de vboras, trono del hampa, albergue de delincuentes,

    fbrica de dolencias y alczar de la patulea. (130)

    El burdel es el lugar donde Santa puede ejercer su oficio, donde es protegida

    de muchas maneras, a cambio por supuesto de ser explotada hasta las ltimas

    consecuencias, de exponer a su cuerpo a todas las degradaciones posibles. Fuera de

    all no slo no lograr ninguna aceptacin, sino que adems ni siquiera ser duea

    de s misma: La polica era su dueo, su amo, su terror: a ella perteneca, como

    todas las de su oficio, como todo lo que se alquila y como todo lo que delinque...

    (59) A pesar del lujo y el ascenso aparente del primer burdel, su degradacin es

    total, puesto que ya no es duea de s misma, de su cuerpo o de su voluntad. El

    cuerpo de Santa ha sido expropiado, posedo por fuerzas ajenas a ella misma.

    Ese cuerpo que la sostiene como reina-esclava del mundo nocturno ha

    comenzado su decadencia al no pertenecerle ya, al dejar la salud campirana para

    sustituirla por una belleza que se expresa en palidez, ojeras, delgadez, sntomas en

    otros cuerpos de enfermedad y en el de Santa marcas de la belleza amenazada por la

    enfermedad. El final de ese cuerpo ya est anunciado desde ese principio de bellas

    marcas de enfermedad y de abandono de la moral comunitaria. Es en el cuerpo

    donde se harn mayores las marcas de enfermedad (ya no bellas sino

    desintegradoras) y aumentar el dolor: All recal Santa, despus que la echaron de

    todas partes; llena de dolores y de pobreza; medio borracha; sus ojos opacos; su

    esplndido cuerpo donde no anguloso, hinchado, convertida en ruina, en despojo y

    en harapo. (131)

    Incluso perder su nombre sagrado, identidad de pureza o tratamiento irnico

    del autor:

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    Cmo te llamas? pregunt a Santa.

    Santa repuso sta.

    Pues desde hoy te llamas Loreto, qu Santa ni qu ales...!

    Y hasta el nombre encantador se ahog en la cinaga. (132)

    Ha perdido lo ms elemental: cuerpo y nombre. Para Gamboa, todo lo que es

    ella se ahog en la cinaga. La cinaga es el smbolo de la cada, de la perdicin,

    el lodo y el pantano como smbolos de corrupcin y pestilencia. Es todo el cuerpo de

    Santa, con todo y nombre mstico (encantador) que se ahoga en la putrefaccin. Un

    cuerpo que no conoce lmites en su desmoronamiento: Nadie me quiere ya...

    apesto, estoy podrida, me muero! (134)

    Los cuerpos con que se cruza tambin irn bajando de categora social. Su

    cuerpo ser utilizado primero por los derrochadores burgueses, algunos de belleza

    semejante a la suya, para terminar siendo un espantajo, ni sombra de lo que era,

    amada nicamente por Hiplito, ciego descrito con todos los atributos de la fealdad

    corporal, casi un monstruo, tal como lo dice el mismo ciego: (...) yo que valgo

    menos que un gusano, que como gusano horrorizo y que como gusano he de ir

    siguindola y siguindola por donde quiera y con quien quiera que usted vaya...

    (68)

    Ms que un sntoma de pasin real ms all de la muerte, el amor casi

    esperpntico de Hiplito constituye un paso ms en la degradacin de Santa, puesto

    que en ese momento su cuerpo se equipara al de l, al de un monstruo, ella misma ha

    descendido hasta ese punto para poder aceptar por fin un cuerpo que en sus

    estndares (y en los de la novela) ha nacido degradado: (...) que pudiera ofrendar su

    cuerpo, intil ya y nada codiciable (137)

    Sin embargo, incluso esta entrega al monstruo le es negada, puesto que su

    cuerpo en pocas ocasiones le ha pertenecido. No le es posible tener relaciones con el

    ciego, puesto que su carne no triunfadora ha sido vencida por el cncer. Gamboa

    expone el mecanismo de esa desintegracin en un prrafo brillante, mostrando

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    adems cmo la carne bella y sabrosa de Santa ha sido sustituida por otras, una

    fbrica que mastica los cuerpos que vienen de todas partes a alimentar esta

    maquinaria, tan semejante a un matadero, a una carnicera constante:

    Y he aqu que cuando, despus de perseverar y del sufrir, crea alcanzar a

    su dolo, ahora escarnecido y pisoteado, ahora, que ya sus semejantes y

    sus hermanos, maldita fraternidad despiadada!, luego de enfermarlo,

    envilecerlo y prostituirlo se lo tiraban a la mitad de la calle por inservible,

    agotado, exhausto y sin picor; ahora que l se agazapaba a levantarlo, as

    que la jaura humana, ahta y babeante, haba vuelto grupas y ululando se

    precipitaba sobre la carne sana de las rameras de refresco que, igual a

    manadas de reses, vienen de todas partes a abastecer los prostbulos, los

    mataderos insaciables de los grandes centros, ahora ay!, un cncer le

    trocaba en inviolable lo que fue depsito, arsenal y fbrica de todas las

    violaciones, lo que de tanto ser violado ya no provocaba deseos ni en los

    individuos ms disolutos. (141)

    El deseo de los individuos ms disolutos se dirige ahora hacia los cuerpos

    ms jvenes, duros, brillantes, se enfocan hacia la carne sana. El de Santa es

    sustituible, reemplazable, su degradacin no es individual, sino social. Masacrar

    cuerpos, ponerlos en el mercado, desintegrarlos y sustituirlos por otros sigue siendo

    un mecanismo habitual en todas las sociedades.

    El cuerpo de Santa concluye su degradacin en la enfermedad, la ausencia de

    esperanza y el nico consuelo de volver a su pueblo de origen como barro ms que como

    carne triunfadora. En esta novela se muestra uno de los posibles destinos del cuerpo

    femenino, un camino maldito y necesario para el orden social, para que la fuerza de la

    lujuria no estalle por todas partes, sino slo en los lugares permitidos, en los bajos mundos,

    en cuerpos que asumirn un instante de srdida belleza, preludio de la degradacin total.

    Con recursos naturalistas, Gamboa busc diseccionar la sociedad de su tiempo, de manera

    objetiva, para que los hechos fueran crticos por s mismos; al hacerlo, diseccion tambin

    un cuerpo, el cuerpo femenino, que esa sociedad no poda asumir de manera natural, que

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    slo poda controlar en el burdel, el convento o la prisin del hogar, puesto que ni siquiera

    en el acto amoroso el hombre parece poder asumir la parte femenina de la humanidad: (...)

    no hay hombre, por enamorado que est, que no sufra de instantes de repugnancia hacia el

    espritu que venera y la carne que adora. (121)

    El cuerpo de Santa expresa y simboliza la desintegracin de muchos otros

    cuerpos femeninos.

    OBRAS CONSULTADAS Gamboa, Federico. Santa. Nuevo talento. Mxico: poca, 2002.

    Profesor: Dr. Vctor Manuel Daz Arciniegas