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DESDE LA PATAGONIA DIFUNDIENDO SABERES - VOL. 9 - Nº 13 - 2012 ISSN 1668-8848

Por milenios los seres humanos hemos servido deagentes dispersantes de organismos, transportando vo-luntariamente nuestras especies domésticas (por ejem-plo, aves de corral, ganado, etc.) que, a su vez, handispersado inadvertidamente a sus parásitos. El comer-cio mundial y el transporte asociado a él han crecidoenormemente desde el siglo XV, contribuyendo al in-

cremento de la dispersión de organismos por el hom-bre en todo el planeta. Por estas vías han sido libera-dos, voluntaria e involuntariamente, una enorme va-riedad de organismos que han afectado severamentea diferentes especies nativas y a los ecosistemas. Mu-chas de las introducciones han pasado inadvertidasdurante algún tiempo hasta que se transformaron enverdaderas plagas y, en muchos casos, su control oerradicación generaron cuantiosas pérdidas económi-cas.

En los últimos años, la importación, producción ycomercialización de organismos de acuario se ha trans-formado en una muy importante y eficaz fuente de dis-persión de animales y vegetales por todo el mundo. Enel caso de los peces de agua dulce, las especies quepredominan en el acuarismo son originarias de losgrandes lagos de África y de los ríos Mekong, enIndochina, y Amazonas, en Sudamérica. Muchas es-pecies de las cuencas de los ríos Paraná, Uruguay y dela Plata son también comercializadas para este fin den-tro y fuera de Argentina. De esta forma, el númerototal de peces ornamentales comercializados en elmundo excede ampliamente las 5.000 especies. EnArgentina, durante el año 2009 fueron importados másde medio millón de peces ornamentales de distintasespecies, lo que demuestra la importancia y la magni-tud del movimiento de animales exóticos que generaesta actividad.

El acuarismo, actividad estética y recreativa apa-rentemente inofensiva, puede constituirse en una seriaamenaza para los ecosistemas a través de dos víasdiferentes. Por un lado la introducción directa de espe-cies, por liberación o escapes de ejemplares, y por otro,mediante la introducción indirecta de los parásitos queestos animales transportan. En este último caso, losparásitos pueden llegar al medio acuático natural porliberación de peces o mediante algunas actividades queperiódicamente realizan los acuaristas, tales como lalimpieza de equipos y el recambio del agua. La llegadade parásitos exóticos al medio ambiente puede con-vertirse en un gran problema para los ecosistemas,debido a sus efectos negativos sobre la biota nativa,

LA INTRODUCCIÓN DE ESPECIES EN AMBIENTES NATURALES

EL ACUARISMO Y SUS RIESGOS

Ante el hallazgo de una nueva especie de parásito exótico en peces de acuariosAnte el hallazgo de una nueva especie de parásito exótico en peces de acuariosAnte el hallazgo de una nueva especie de parásito exótico en peces de acuariosAnte el hallazgo de una nueva especie de parásito exótico en peces de acuariosAnte el hallazgo de una nueva especie de parásito exótico en peces de acuarioslocales, resulta necesario analizar el riesgo potencial de su dispersión a loslocales, resulta necesario analizar el riesgo potencial de su dispersión a loslocales, resulta necesario analizar el riesgo potencial de su dispersión a loslocales, resulta necesario analizar el riesgo potencial de su dispersión a loslocales, resulta necesario analizar el riesgo potencial de su dispersión a losambientes acuáticos naturales.ambientes acuáticos naturales.ambientes acuáticos naturales.ambientes acuáticos naturales.ambientes acuáticos naturales.

Palabras clave: acuarismo, introducción deespecies, Camallanus cotti, parásitos

Simón Cuminetti (1,2)

Abogado, Universidad de Buenos Aires, [email protected]

Silvio Temi (2)

[email protected]

Carlos Rauque (3,4)

Dr. en Biología, Universidad Nacional del Comahue,[email protected]

Leonardo Buria (1,3)

Dr. en Biología, Universidad Nacional del Comahue,[email protected]

Patricio Macchi (3)

Dr. en Biología, Universidad Nacional del Comahue,[email protected]

(1) Administración de Parques Nacionales, Argentina.(2) Alumno de Ictiopatología, Universidad Nacional delComahue, Argentina.(3) Docente Cátedra de Ictiopatología, UniversidadNacional del Comahue, Argentina.(4) Cjo. Nac. de Investigaciones Científicas y Técnicas(CONICET) – Inst. de Investigaciones en Biodiversidady Medio Ambiente (INIBIOMA), Argentina.

Recibido: 13/06/2011. Aceptado: 13/08/2011.

Simón Cuminetti, Silvio Temi, Carlos Rauque, Leonardo Buria y Patricio Macchi

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ACUI

CULT

URA

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que no posee mecanismos específicos de defensa con-tra estos nuevos patógenos.

El parasitismo en los peces de la PatagoniaEl parasitismo es una forma de vida ampliamente

distribuida en todos los ecosistemas. En particular, enlos sistemas acuáticos, prácticamente todas las espe-cies están parasitadas, estimándose que el número deespecies de parásitos es ampliamente superior al delas especies que los hospedan. En el caso de laPatagonia Argentina, se han citado 20 especies depeces nativos y 10 exóticos, mientras que el númerode parásitos registrado en éstos sobrepasa las 50 es-pecies. Por ejemplo para el puyen chico (Galaxiasmaculatus) se conocen 33 especies de parásitos ensu distribución a lo largo de la Patagonia. La perca(Percichthys trucha), sólo en el lago Moreno -en cer-canías de la ciudad de Bariloche- es parasitada por almenos 7 especies. En el caso de los salmónidos intro-ducidos en la Patagonia, se ha determinado que resul-tan hospedadores de múltiples especies de parásitos,entre ellas una que puede afectar al hombre si la car-ne es consumida sin una cocción adecuada, pudien-

Figura 1: Ejemplar de pez arco iris (Melanotaenia sp.). Foto perteneciente a la Cátedra de Ictiopatología.

Figura 2: Ejemplares del parásito exótico Camallanus cotti encontrados en el intestino del pez arco iris. A)Detalle de uno de los machos. B) Detalle del interior de la hembra donde, indicadas con una flecha, se

observan las diminutas larvas. Fotos pertenecientes a la Cátedra de Ictiopatología.

EL ACUARISMO Y LA INTRODUCCIÓN DE PARÁSITOS S. CUMINETTI, S. TEMI, C. RAUQUE, L. BURIA Y P. MACCHI

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do generar una parasitosis denominada difilobotriosis.(Ver cuadro).Registro de un nuevo parásito en acuariosde Patagonia

En mayo de 2010, fue trasladado al Laboratoriode Ictiopatología de la Universidad Nacional delComahue un ejemplar de acuario del pez arco iris(Melanotaenia sp., grupo de especies originarias deAsia y Oceanía, ver Figura 1), adquirido en un comer-cio local y que presentaba evidentes signos patológi-cos.

Durante el examen inicial del ejemplar se observóla presencia de pequeños parásitos rojizos en la zonaanal. En el examen interno fueron encontrados, en elintestino, tres ejemplares adultos (dos machos y unahembra) del parásito exótico Camallanus cotti. Un es-tudio minucioso permitió determinar que los parásitosestaban vivos y que la hembra poseía una abundantecantidad de larvas vivas en su interior (ver Figura 2).Es importante destacar que ésta es la primera ocasión

en la que se registra la presencia de esta especie deparásito exótico en la Patagonia argentina.

Origen y descripción del parásitoEl parásito Camallanus cotti fue descubierto y

descripto a comienzos del siglo XIX en peces de aguadulce de zonas cálidas de Asia. A partir de allí, en losúltimos años ha sido registrado parasitando a nume-rosas especies de peces e invertebrados de América,Europa y Oceanía. La amplia distribución actual deeste parásito sería el resultado indirecto del fuerte in-cremento del comercio de peces ornamentales y de laintroducción de peces para control biológico de pla-gas en varios países.

A lo largo de su vida, C. cotti parasita como larva apequeños invertebrados acuáticos del plancton. Losinvertebrados infestados son ingeridos por peces encuyos intestinos se desarrollan los machos y las hem-bras adultos del parásito. Posteriormente, éstoscopulan, desarrollándose las larvas en el interior de lahembra, que las libera al agua junto con las heces delpez infestado. Una vez en el agua las larvas son inge-ridas por invertebrados reiniciándose el ciclo (ver Figu-ra 3). Estas pequeñas larvas son transparentes y sólovisibles con el uso de un microscopio. En contraste, losadultos son visibles y presentan una coloración rojiza,relacionada con el consumo de la sangre del pez.

Una peculiaridad de este parásito es que, en casode ausencia de invertebrados acuáticos del plancton,puede infestar directamente a los peces, cuando laslarvas son ingeridas por éstos (ver Figura 3). Este he-cho posibilita que, en caso de no tratarse la enferme-dad en los acuarios, los peces se reinfesten continua-mente, circunstancia que conduce finalmente a lamuerte de todos los ejemplares del acuario. Esta cua-lidad, muy poco común entre los parásitos, junto conla capacidad de infestar a muchas especies de pecesserían los responsables de su alta dispersión en acua-rios y en ambientes naturales de todo el mundo. Comoconsecuencia de la parasitosis, los peces padecen he-

Figura 3: Ciclo de vida de Camallanus cotti.Tomado parcialmente de Monks (2011).

EL ACUARISMO Y EL RIESGO ASOCIADO DE LA INTRODUCCIÓN DE PARÁSITOS

¿Qué es la difilobotriosis?Es una parasitosis típica de climas templados

fríos que afecta a millones de personas en el mun-do. Esta enfermedad es originaria del continenteeuropeo y en la actualidad ha sido ampliamentediseminada por los movimientos migratorios hu-manos. En la Patagonia, el hombre se puede in-festar accidentalmente con larvas del parásito alconsumir carne de pescado cruda (en prepara-ciones como el ceviche o el sushi, por ejemplo),insuficientemente cocida o ahumada en frío, sinun tratamiento adecuado, en tanto que la coc-ción de la carne por encima de los 60 ºC o sucongelamiento evitan el contagio de la enferme-dad. Los parásitos adultos se desarrollan luegoen el intestino del humano, llegando a medir has-ta 25 metros. La presencia de parásitos se detec-ta por medio del reconocimiento de sus huevosen las heces humanas. Esta enfermedad puedeprovocar síntomas tales como anorexia, anemia,disminución de peso, náuseas y vómitos, pudien-do tratarse esta patología a través del uso deantiparasitarios.

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morragias, anemia y trastornos intestinales. Muchasveces los signos de la enfermedad no son visibles, loque dificulta la detección temprana de la infestación yfacilita su dispersión a otras regiones al trasladar pe-ces enfermos.

Camallanus cotti y su posible dispersiónen la Patagonia

Si bien este nuevo parásito ha sido observado enaguas cálidas, su registro en acuarios de la regiónimplica la posibilidad de que pueda alcanzar los am-bientes naturales y afectar a especies de invertebradosy peces de la Patagonia. Para establecer si efectiva-mente ello puede ocurrir, se realizaron experimentoscontrolados con el objetivo de determinar: 1) la capa-cidad de las larvas de C. cotti de sobrevivir en las con-diciones de temperatura de los ambientes naturalesde la Patagonia norte; y 2) la posibilidad de infestar ala trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), principalespecie de cultivo y de pesca deportiva de la región.

Estos experimentos se desarrollaron utilizando lar-vas del parásito obtenidas de otros peces infestadosdel mismo acuario donde se había registrado el pri-mer pez infestado. Para estudiar si las larvas resistíanlas temperaturas de los sistemas acuáticos locales, seincubó durante 36 días una cantidad conocida de ellasen recipientes que simulaban pequeños cuerpos deagua. De esta forma, se incubaron recipientes con lar-vas a temperaturas entre 3 y 13,5ºC (simulando unasituación fría) y otros grupos a temperaturas que va-riaron entre los 15 y los 20 ºC (simulando una situa-ción cálida). Diariamente se contaron las larvas vivaspara determinar su supervivencia a lo largo del tiempoen las dos situaciones de incubación.

Para determinar la capacidad de las larvas de C.cotti de parasitar a truchas arco iris, se infestó experi-mentalmente a ejemplares juveniles de este salmónido.Las truchas fueron primero anestesiadas y luego ino-culadas oralmente con agua conteniendo larvas parasimular el proceso de infestación natural (ver Figura

4). Después de 25 días de la infestación, se examinó alos peces para inspeccionar si las larvas sobrevivieronen este hospedador.

Aunque resulta interesante seguir desarrollandotareas de investigación, con esta serie de experimen-tos se comprobó que las larvas pueden sobrevivir a lasvariaciones anuales de temperatura, típicas de cuer-pos de agua de la Patagonia norte. Además, se pudodeterminar que esta especie de parásito puede infes-tar truchas arco iris, ya que, una vez alcanzado el in-testino, logra sobrevivir. Por lo tanto, este nuevo pará-sito registrado en acuarios locales tendría la capaci-dad potencial de invadir los ambientes naturales de laPatagonia y afectar a las poblaciones de invertebra-dos y peces que viven en ellos.

Consecuencias de la llegada de unparásito exótico

Las introducciones de especies pueden ser poten-cialmente peligrosas, en especial cuando éstas lleganaccidentalmente y se las descubre una vez que hanproliferado y se han dispersado en grandes extensio-nes. Cuando se introduce una especie de pez existeuna alta posibilidad de que esté parasitada y es asícomo se han desperdigado ampliamente algunospatógenos a nivel mundial. Si bien algunos parásitosson poco patogénicos para las especies en su lugar deorigen, al ser introducidos y entrar en contacto connuevos hospedadores, pueden provocarles efectosnegativos en la salud y ocasionarles altas mortalida-des. Por ejemplo, las parasitosis que provocan el pun-to blanco (Ichthyophthirius multifiliis), la turbidez de lapiel (Chilodonella spp., Trichodina spp.) y lagirodactilosis (Gyrodactylus spp.) en peces son ejem-plos de parásitos dispersados mundialmente, que enla actualidad ocasionan numerosas pérdidas de ejem-plares en cultivo y en ambientes naturales.

De la misma forma, C. cotti, el parásito descubiertoen acuarios de Patagonia, fue introducido a través depeces de acuario en las islas de Hawai en los años 90.Posteriormente, desde los acuarios llegó a los ambien-tes naturales, dispersándose y provocando mortalida-des a numerosas especies de peces nativos. En Corea,luego de su introducción accidental, C. cotti ha cau-sado grandes mortalidades en establecimientos de cría

Figura 4: Infestación experimental de truchas arco iris.

SIMÓN CUMINETTI, SILVIO TEMI, CARLOS RAUQUE, LEONARDO BURIA Y PATRICIO MACCHI

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de peces, siendo actualmente considerado uno de losparásitos más perjudiciales para los cultivos de ese país.

Si bien C. cotti no ha sido encontrado en ambientesnaturales de la Patagonia, su presencia en acuarioslocales, sumada a las consecuencias documentadasen otros lugares del planeta, debe alertar sobre suposible llegada a los cuerpos de agua naturales, másaún cuando se ha comprobado en este trabajo la ca-pacidad del parásito para sobrevivir y potencialmenteinfestar a peces de los ambientes locales. Por lo tanto,los aficionados al acuarismo, así como las autorida-des encargadas de fiscalizar la llegada de peces a laregión, deben tomar todas las precauciones para evi-tar que éste y otros patógenos accedan a los cuerposde agua y así evitar los efectos negativos sobre la fau-na local.

Recomendaciones para los acuaristasEl fuerte incremento en Argentina del comercio de

peces de acuario aumenta el riesgo de la llegada denuevos patógenos, pero el peligro de que los mismoslleguen a los ambientes naturales disminuye si losacuaristas llevan adelante algunas acciones de pre-caución a la hora de desarrollar esta actividad, entreellas:• No liberar organismos acuáticos en los ambientesnaturales (plantas, invertebrados, peces, anfibios, etc.)cuando no se desea continuar con la práctica delacuarismo. En estos casos, lo mejor es contactarse conlos proveedores de los mismos para su entrega, o en

Lecturas sugeridasMinisterio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Sección Pesca

y Acuicultura. En URL: www.minagri.gob.ar/SAGPyA/pesca/index.php

Semenas, L. (2006). Diphyllobothrium spp. En J.A. Basualdo,C.E. Coto y R.A. de Torres (eds.), MicrobiologíaBiomédica. Buenos Aires: Atlante, pp. 1269-1274.

Tanzola, R. D., Semenas, L., Viozzi, G. 2009. Manejo yestado actual del conocimiento de los parásitos de pe-ces cultivados en Argentina. En M. Tavares-Días (ed.),Manejo e Sanidade de Peixes em Cultivo. Macapá:Embrapa, pp. 438-468.

EL ACUARISMO Y EL RIESGO ASOCIADO ... S. CUMINETTI, S. TEMI, C. RAUQUE, L. BURIA Y P. MACCHI

caso contrario con entidades estatales vinculadas almanejo y/o estudio del recurso hídrico (universidades,Administración de Parques Nacionales, etc.).• Evitar el escape de organismos de acuario a losambientes naturales. En el caso particular de estan-ques artificiales en tierra, éstos deben ubicarse lo másalejados posible de los cuerpos de agua naturales(mallines, arroyos, ríos y lagos) para evitar que en casode accidentes (rotura del estanque, lluvias torrenciales,etc.), los organismos accedan a los ambientes natura-les.• No verter el agua de estanques artificiales o acua-rios a la red domiciliaria o a los ambientes acuáticossin previa desinfestación. El agua puede serdesinfestada colocando lavandina al 2% (1 vaso chicode lavandina por cada 10 litros de agua).

Regulaciones vigentes en Argentina para la importación de peces e invertebradosornamentales

El procedimiento y las condiciones sanitarias requeridos para autorizar la importación a Argentina depeces e invertebrados ornamentales se hallan regulados por la Resolución Nº 251/2008 de la ex Secreta-ría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA), actualmente Ministerio de Agricultura, Gana-dería y Pesca. La autoridad de aplicación es el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria(SENASA), en su carácter de responsable de preservar y optimizar la condición zoosanitaria de Argentina.Este organismo es el responsable de emitir la autorización de importación. El interesado en realizar unaimportación debe presentar la Solicitud de Importación de Peces Ornamentales e Invertebrados AcuáticosOrnamentales (Anexo II, Res. Nº 251/08), la que debe ser aprobada antes del embarque de los ejempla-res. El establecimiento de origen de los ejemplares a importar debe hallarse localmente autorizado y serreconocido por el SENASA. En este establecimiento, los ejemplares deben permanecer aislados por 21 díasantes del embarque, en instalaciones certificadas como libres de patógenos (virus, hongos y bacterias).Durante este período los organismos deben ser tratados además contra parásitos. Los ejemplares debenllegar a Argentina con un Certificado Veterinario Internacional para amparar la importación de pecesornamentales (tropicales, marinos y de agua fría) e invertebrados acuáticos ornamentales a la RepúblicaArgentina (Anexo III, Res. Nº 251/08). Una vez arribados al establecimiento de destino en Argentina, elpropietario, deberá comunicar al SENASA la aparición de cualquier signo patológico. Si la importación esefectuada con fines de cultivo comercial, la norma antes mencionada debe complementarse con la Reso-lución Nº 1314/2004 de la SAGPyA, que regula la producción de organismos acuáticos en losemprendimientos acuícolas. La autoridad de aplicación de esta resolución es la Dirección de Acuicultura,del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.

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Reseña realizada por Cecilia EzcurraINIBIOMA (CONICET, CRUB-Universidad Nacional delComahue)[email protected]

“El que prueba el calafate siempre vuelve a la Patagonia”.Esta frase, popular en la región, habla del fruto morado yjugoso que encontramos caminando por los bosques y este-pas de la zona. Sin embargo existen otros tantos arbustossilvestres con frutos comestibles que también se caracterizanpor su buen color, gusto y aroma. Muchos de ellos son con-sumidos por quienes nacieron y se criaron aquí, pero no tan-to por los que llegamos de adultos y desconocemos los ali-mentos que nos brindan las plantas silvestres de la Patagonia.

El libro Arbustos silvestres con frutos carnosos de Patagoniaconsta de una presentación breve y siete capítulos. El primeroaborda la importancia del conocimiento de los frutos carno-sos como recursos de los bosques. Incluye definiciones de losdistintos tipos de frutos carnosos y listas de las numerosasespecies nativas y exóticas con frutos comestibles de los bos-ques andino-patagónicos. También trata los diferentes am-bientes donde crecen y sus distintas épocas de fructificación ymaduración.

El segundo capítulo presenta el maqui, el tercero trata laparrilla y el cuarto los Berberis: calafate, michay y agracejo(o michay de lengal). Estos capítulos abordan detalladamen-te las características de estas especies nativas, su distribucióny ambientes, su fenología y ecología, y las propiedades y usosde sus frutos. Además, cada capítulo incluye fotos, tablas ygráficos ilustrativos.

El quinto capítulo trata los arbustos exóticos, comenzandopor las rosas silvestres y presentando información sobre pro-ducción anual, composición, usos y disponibilidad. Las rosasson un recurso económico muy importante en la región: sonabundantes y de sus frutos y semillas se elaboran dulces, tés,cremas cosméticas y aceites con propiedades cicatrizantes.Además, de los residuos de semillas y cáscaras se fabricaalimento para animales y combustible para calefaccionar. Alfinal del capítulo se mencionan otras plantas exóticasasilvestradas, como zarzamora, frambuesa, cerezo y guindosilvestre.

El sexto capítulo informa sobre la propagación y cultivode estas plantas, sobre la recolección de sus frutos, y explicasu uso ornamental, mencionando especialmente el valor de-corativo de las chauras.

El último capítulo trata sobre las características nutricionalesde las pulpas de varias de las especies tratadas.

En resumen, este libro presenta, en forma sencilla y ame-na, información valiosa sobre varios arbustos silvestres de losbosques andino-patagónicos con frutos comestibles. Comoexplica la autora en la contratapa, estos recursos forestalesno madereros contribuyen a ampliar la oferta de alimentos delos que vivimos en la región y proveen nuevas materias pri-mas para buscan innovar en actividades productivas a travésdel uso de plantas no cultivadas.

Su autora, la Dra. María Damascos, es docente e investi-gadora del Centro Regional Universitario Bariloche de la Uni-versidad Nacional del Comahue. A lo largo de su carrera hatrabajado en ecología de plantas leñosas de la regiónpatagónica y en el uso de recursos no madereros del bosque.Además, ha demostrado un especial interés en la divulgacióncientífica, habiendo publicado el libro La rosa mosqueta yotras rosas, brindando charlas en escuelas primarias y secun-darias de Bariloche, y participando de la creación de estarevista.

Arbustos silvestres con frutos carnosos de Patagonia fueseleccionado para su publicación por el Fondo EditorialRionegrino en la Convocatoria para Investigadores en Cien-cias Naturales del año 2010. La colorida y creativa ediciónmuestra cerca de 45 fotografías a color de flores, frutos, plan-tas y ambientes sacadas por la autora y diferentes investiga-dores de Bariloche, otorgándole un atractivo adicional al li-bro.

RESEÑA DE LIBRO

Arbustos silvestres con frutoscarnosos de Patagonia

María Angélica Damascos. 2011. ISBN 978-950-767-057-2.Fondo Editorial Rionegrino. Viedma, Argentina. 94 pp.En castellano, incluyendo 45 fotografías, 15 cuadros y 4gráficos a color.

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Inicios de la paleontología: líos eu-ropeos de industria argentinaLa historia del hallazgo de vertebrados fósiles

en la Argentina está ligada a las controversias sobre lainterpretación de los restos. Aunque el jesuita españolJosé de Guevara se atreviera a estimar en 1764 eltamaño de un mamífero fósil a partir de una tibia y eljesuita inglés Thomas Falkner tuviera el buen tino decomparar en 1774 al gliptodonte que encontrara enel río Carcarañá con armadillos, no siempre la eviden-cia alcanzó para decir de qué animales se trataba, yasí fue como el mastodonte hallado en 1766 porel Capitán Esteban Álvarez del Fierro fue considera-do un “racional” (hombre) gigante. Recién el hallazgoen Moreno (Provincia de Buenos Aires) del esqueletocompleto de un perezoso gigante o megaterio por eldominico Fray Manuel de Torres (1787) cambiaría elcurso de nuestro entendimiento. El Virrey Loreto envióese material a España y Carlos III no tardó en encar-

gar un ejemplar vivo o disecado. Con los huesos enmano y los esquemas de Torres, Juan Bautista Brú deRamón, en Madrid, realizó un montaje muy correctodel animal. Sin embargo, el francés George Cuvier re-cibió un borrador de la publicación de Brú y, realizan-do una descripción veloz y precisa basada en dibujos,dio nombre a la especie antes que el español.

Un siglo después estallaba en Estados Unidos la“guerra de los fósiles” entre los paleontólogos norte-americanos Edward D. Cope (1840-1897) y CharlesO. Marsh (1831-1899), que entre los dos nombranmás de 1000 especies fósiles, aumentandoexponencialmente el conocimiento que poseemos so-bre los grandes reptiles. Así, los dinosaurios se convir-tieron en las estrellas indiscutidas de los museos másimportantes del mundo, cautivando la imaginación yel corazón de la gran mayoría de los niños.

El extraño mundo de PangeaLos dinosaurios no sólo son estrellas de mu-seos. De hecho, ellos dominaron los

ecosistemas de la Tierra por más de 160 millones deaños (en adelante, Ma) y aún lo siguen haciendo, yaque las aves, único linaje superviviente de losdinosaurios, poseen el mayor número de especies en-tre los vertebrados terrestres. Piénsese a fines compa-rativos que hace sólo 6 o 7 Ma, nuestro linaje se sepa-raba del de los chimpancés.

Ni bien se originaron en la era Triásica (hace aproxi-madamente 250 a 200 Ma, ver Cuadro 1), losdinosaurios se distribuyeron por todos los continentes.Ésta no fue en realidad una tarea difícil, ya que todaslas masas continentales de entonces se hallaban for-mando parte de un único supercontinente: Pangea.En efecto, según las evidencias disponibles, losdinosaurios se originaron en el sur de Pangea haciamediados del Triásico, hace casi 240 Ma. Sin embar-go, no fueron los únicos linajes que se originaron en-tonces, ya que todos los seres vivos se abrazaban en-tonces a la vida tras sobrevivir a la más portentosa detodas las extinciones masivas (este término se explicaen el Glosario, junto con otros).

LAS TORTUGAS QUE CAMINABAN ENTRE LOS DINOSAURIOS

ESQUIVANDO GRANDOTES

Una historia de las tortugas en la Argentina a través de su registro fósil, resaltando suimportancia en los ecosistemas de ayer y hoy, así como sus problemas de conservación.

Palabras clave: tortugas, evolución, mesozoico,biogeografía, paleontología.

Ignacio Maniel (1)

Lic. en Paleontología, Univ. de Buenos Aires, Argentina.Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”, Univ.Maimónides, [email protected]

Sebastián Apesteguía (1)

Dr. en Ciencias Naturales, Univ. Nac. de La Plata,Argentina.(1) Centro de Estudios Biomédicos, Biotecnológicos,Ambientales y Diagnósticos (CEBBAD) - Cjo. Nac. deInvestigaciones Científicas y Técnicas (CONICET),[email protected]

Recibido: 16/06/2011. Aceptado: 31/10/2011.

Ignacio Maniel y Sebastián Apesteguía

PALE

ONTO

LOGÍ

A

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Efectivamente, un poco antes, hace 250 Ma, elmundo asistía a la más terrible extinción de la que setenga noticia, la peor de “las cinco grandes”: la extin-ción del Permo-Triásico. Ese evento, en el que el inten-so vulcanismo desarrollado en las zonas donde hoy seencuentra Siberia y el oeste argentino tuvieron muchoque ver, barrió con numerosas formas de vertebradosterrestres y, entre los supervivientes, se hallaban ani-males que pronto originarían linajes de largo aliento.Si buscáramos cuidadosamente en aquella tierra de-vastada por el vulcanismo y resecada por los desiertosmás monstruosos de los que el mundo tenga memo-ria, hallaríamos seres muy difíciles de comparar conlos que viven hoy.

Entre ellos se hallan los cinodontes, animales cua-drúpedos, cubiertos de un pelaje que les permite ais-larse del hostil medio del desierto y con un olfato muysensible y dientes especializados en el corte y el ma-chaque. Son endotermos y excavan madrigueras don-de viven y ponen sus huevos. No suelen vivir demasia-do lejos de las fuentes de agua, ya que como su orinaes líquida, se deshidratan con cierta facilidad. Entrelos cinodontes se destacará una variedad enana, losmamíferos, cuyos individuos adultos son tan peque-ños como el recién nacido de otras especies decinodonte. Poco antes de la gran extinción loscinodontes eran muy frecuentes, pero luego fuerondisminuyendo en abundancia y diversidad. Ahora, enun medio aún más desértico, la pelota la tienen losreptiles.

Entre estos últimos hallamos a los lepidosaurios (la-gartos y esfenodontes), expertos en la caza de insec-tos. Pero es entre los arcosaurios (hoy representadospor aves y cocodrilos) donde se aprecian las grandesinnovaciones. Entre ellos se destacan los primerosornitodiros, ágiles y delgados reptiles de actitud ner-viosa y movimientos eléctricos. Estos reptiles tienen unavista excelente, son expertos en la captación de oxíge-no (lo que probablemente los haya ayudado a sobrevi-vir en los ambientes volcánicos) y poseen grandes ha-bilidades locomotoras, que heredarán sus descendien-tes, entre los que se hallan nada menos que lospterosaurios o reptiles voladores, y los dinosaurios.Dado que muchos de sus descendientes fueronendotermos, es posible que ellos también lo fueran, yque su cuerpo se hallara cubierto por una densa capade filoplumas (plumas con forma de pelo). Entre otrosgrandes reptiles, también arcosaurios, se destacan losrauisuquios, monstruos cuadrúpedos de miembros al-

tos y sus primos, los cocodrilos, un nuevo grupo deanimales ágiles y terrestres, más bien pequeños, me-dianamente acorazados, que trotaban en pos de supresa. Mucho más tarde, sus descendientes contaríancon representantes tanto acuáticos como terrestres, ytanto carnívoros como herbívoros. El otro gran grupooriginado entonces es el de las tortugas, maestras enel acorazamiento, ectotermas (es decir, su temperatu-ra se regula externamente) y de alimentación carnívo-ra o herbívora.

Las primeras tortugas también se distribuyeron rá-pidamente (bueno, a su ritmo...) por todos los conti-nentes. De hecho, para el período Triásico se conocencinco tortugas bastante interesantes: dos fueron en-contradas en Alemania (Proganochelys yProterochersis), una en la región de Talampaya, Ar-gentina (Paleochersis), una en Estados Unidos(Chinlechelys) y otra fue recientemente hallada enChina (Odontochelys). Las dos primeras conservabandientes solo en el paladar, las dos siguientes no teníandientes, y la última solo los tenía en los maxilares (su-perior) y mandíbulas (inferior). Aunque la mayoría deestas primeras tortugas habrían sido de hábitos terres-tres o semiacuáticos, Odontochelys vivía en el mar, loque nos hace dudar del ambiente de origen de las pri-meras tortugas. ¿Las tortugas se habrían originado enel mar o, tras originarse en tierra, se diversificaron rá-pidamente y ocuparon los mares antes de perder losdientes? Si bien resulta más probable que la segundaopción sea la correcta, se trata de posibilidades abier-tas.

Pero, ¿qué son las tortugas?Las tortugas son uno de los grupos de reptiles

mejor representados en la actualidad, con una ampliadiversidad de especies y habitando ambientes tan dife-rentes como desiertos, selvas, pantanos, ríos, grandeslagos, charcas e incluso los grandes océanos. Aunquevamos conociendo mucho sobre la historia de las tor-tugas, en realidad, no estamos seguros de qué son, esdecir, de cuál es su posición en el árbol filogenético.

Algunos investigadores, basados en la forma de sushuesos, piensan que son anápsidos (también llama-dos pararreptiles). Éstos constituyen un antiguo gru-po que se halla entre los primeros amniotas,vertebrados independientes del desove en el agua quevivieron principalmente en el período Pérmico (260 Ma)y que incluye tanto formas acuáticas (mesosaurios)como otros con forma de lagartos (procolofonios) y

Cuadro1: Eras geológicas con sus respectivos períodos.

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también pesados armatostes cuadrúpedos(pariasaurios).

Entre estos últimos abundan los grandes colososacorazados, con cuernos y escudos, pero también al-gunos parientes enanos, los nanoparias, cuyos escu-dos se habrían fusionado formando un caparazón (co-nocido como “modelo compuesto”). Muchos científi-cos consideran que éstos podrían ser los parientes máscercanos de las tortugas. La discusión sobre el origende las tortugas desde los anápsidos incluye también alos pequeños procolofonios, con su cuerpo de lagartoy cabeza compacta. Según esta línea de razonamien-to, las tortugas estarían por fuera de todos los reptilesmodernos, quienes entonces quedarían máscercanamente emparentados entre sí (así, un cocodri-lo y una lagartija serían parientes más cercanos entresí, y las tortugas quedarían por fuera).

Otros autores las consideran diápsidos o verdade-ros reptiles y, de hecho, parientes o de los lagartos ode los cocodrilos. Entre los primeros, los estudios delos huesos indican algunas similitudes con reptilesmarinos fósiles (emparentados con los plesiosaurios).

Para el caso de los cocodrilos, se ha planteado otralínea, conocida como “modelo a nuevo”, ya que el

caparazón no habría surgido por fusión de pequeñosescudos, sino como una estructura nueva, formadapor expansiones de las costillas. Esta hipótesis está másbasada en la genética y menos sustentada por la for-ma de los huesos, y nos dice que las tortugas estaríanmás emparentadas con los cocodrilos que con los la-gartos.

Pero “parecido” no es “lo mismo”, y el parentescode las tortugas con los cocodrilos sería lejano. Los co-codrilos (y también los dinosaurios) son arcosaurios,todos incluidos en un grupo mayor conocido comoarcosauromorfos, grupo al que podrían pertenecer lastortugas. Así, nuestras amigas quedarían muy lejanasde los lepidosaurios (lagartos y serpientes). Lo extrañoes que los arcosauromorfos poseen ahuecamientoscaracterísticos en la pared del cráneo, los cuales no seven en las tortugas. Por tal razón, pensamos que po-drían haberlos perdido, junto con otros grandes cam-bios que vivieron a lo largo de su larga senda evoluti-va.

Tal vez resulte sorprendente que en pleno siglo XXIsigamos sin estar seguros de cuáles son los ancestrosde las tortugas. Este tipo de incógnitas son las quehacen fascinante la ciencia, llena de desafíos y con

Figura 1: Reconstrucción del ambiente en el que murieron y fueron depositadas las tortugas Paleochersistalampayensis, del Triásico Superior de La Rioja, Argentina. En primer plano, el cinodonte ictidosáuridoChaliminia y en el fondo, el dinosaurio terópodo Zupaysaurus.

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sólo un puñado de pistas para hallar las grandes res-puestas.

Estudios sobre animales de paso lentoAunque se conocen restos fósiles de tortugasdesde hace cientos de años, el estudio moder-

no de las tortugas más antiguas se incrementósustancialmente entre 1970 y 1990, gracias a los tra-bajos realizados por paleontólogos como el estado-unidense Eugene Gaffney, o el argentino Marcelo dela Fuente quien, con Guillermo Rougier y AndreaArcucci, describieron a una de las tortugas más anti-guas del mundo: Paleochersis talampayensis. Sabe-mos que estas tortugas no vivían solas; decenas deespecímenes fueron enterrados en el fango de unaorilla, arrastrados por un alud de barro o por un viejoriacho desbordado cuya crecida abrupta las ahogóen La Esquina, un lugar muy cercano a Talampaya(Provincia de La Rioja), hace 235 Ma.

Hasta allí, la evidencia podría indicar fácilmente quese trataba de tortugas acuáticas. Sin embargo, la for-ma de las patas era demasiado maciza como paratratarse de las aletas de tortugas acuáticas. Por ello,se concluyó que la argentina Paleochersis era una tor-tuga terrestre, como la norteamericana Chinlechelysy la alemana Proganochelys.

En ese contexto, desentona la curiosa tortuga ma-rina Odontochelys, de China, con un cuerpo bastan-te distinto al de las tortugas triásicas. De hecho,Odontochelys es la única tortuga conocida que con-serva dientes en los maxilares y mandíbulas y que ca-rece de caparazón dorsal (espaldar). Esto es impensa-ble para una tortuga que habite en tierra, pues careceasí de protección. Más aún, resulta curioso que el ca-parazón ventral (peto) muestre una serie de puntas quesalen hacia los costados. Esto recuerda lo que tienenhoy muchas tortugas marinas, cuyos caparazones sehan alivianado, apareciendo grandes vacuidades cu-yos límites quedan como puntas del caparazón. En-tonces, ¿era Odontochelys una tortuga de un linajeoriginado en tierra o agua dulce, que aún conservabalos dientes, y que desarrolló adaptaciones a la vidamarina tan complejas como las que tienen algunastortugas marinas actuales? Así parece.

Muy cerca de la tumba de barro de nuestras tortu-gas, en la localidad de La Esquina, La Rioja, otros ani-males contemporáneos fueron hallados. Entre ellos, elpequeño cinodonte tritilodóntido Chaliminia, un cer-cano pariente de los mamíferos, así como muchos

arcosauromorfos, entre ellos Riojasuchus y losdinosaurios prosaurópodos Riojasaurus y Colora-disaurus, el terópodo Zupaysaurus y el acorazadoaetosaurio Neoaetosauroides. Esto nos muestra laspinceladas de un antiguo ecosistema con diferentescomponentes, pero funcionalmente no demasiado dis-tinto del que podríamos apreciar en un ambiente na-tural actual.

Trazando el puente hacia lomoderno: bienvenidos a “ParqueJurásico Tortuguitas”

Las tortugas triásicas siguen siendo una incógnita encuanto a su origen (tierra o agua) y, a la fecha, tam-bién desconocemos quiénes fueron sus ancestros di-rectos, por lo que no sabemos qué son exactamente(anápsidos o diápsidos). Sin embargo, completamen-te indiferentes a nuestras incertidumbres, siguieron vi-viendo a la sombra de sus compañeros de origen, losdinosaurios. De hecho, en un lugar de Chubut cono-cido como Cerro Cóndor, donde afloran capasgeológicas del período Jurásico (200-144 Ma), entrepoderosos dinosaurios de 15 metros comoPatagosaurus y escapando a los dientes sagaces delos Piatnitzkysaurus, una tortuga de agua dulce habi-taba los lagos del centro de la Patagonia argentina.Nos referimos a Condorchelys antiqua, una tortugade caparazón alargado, con algunas característicasde aquellas tortugas del Triásico pero, por otro lado,sin dientes (ni siquiera en el paladar), un oído bien de-

Figura 2: Esquema mostrando los modos deretracción del cuello en tortugas. Arriba, una tortugacriptodira, con retracción en el plano sagital. Abajo,

una tortuga pleurodira, con retracción lateral uhorizontal. Ilu

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sarrollado y una cintura pectoral muy parecida a la delas tortugas actuales, características que la vinculan alas tortugas modernas. ¿Puede el conocimiento deCondorchelys ayudar a entender el origen de las tor-tugas modernas? De hecho, tanto Condorchelys comoKayentachelys aprix (una tortuga jurásica muy similarpero hallada en Estados Unidos) presentan muchascaracterísticas intermedias entre aquellas tortugastriásicas y las tortugas modernas. Sin embargo, seríaun error considerar a Condorchelys como un «esla-bón perdido», ya que la vida no es una cadena sinouna complejísima e intrincada trama de parientes cu-yas relaciones nos toca dilucidar.

Esas raras tortugas nuevasA partir del Cretácico (144-65 Ma), comien-zan a aparecer algunos grupos de tortugas que

podríamos incluir entre las de tipo moderno. Por ejem-plo, aunque las tortugas siempre tuvieron coraza, nosiempre tuvieron la habilidad de esconder su cabezadentro del caparazón. Este raro atributo se originó enalgún momento del Jurásico y lo hallamos como ca-racterístico de las tortugas del Cretácico (¡Valientes

tortugas! ¡Se pasaron la mitad de la época de losdinosaurios sin esconder la cabeza!). Así, estas tortu-gas de tipo “moderno” (comparadas con las anterio-res) incluyen dos grandes grupos de parientes, laspleurodiras (aquellas que retraen el cuello lateralmen-te) y las criptodiras (las que retraen el cuello directa-mente hacia dentro). Las pleurodiras se agrupan endos grandes familias actuales. De una familia conoci-da como Chelidae (pronunciar “quélide”), deSudamérica y Australia, viven en Argentina tres géne-ros (Hydromedusa, Phrynops y Acantochelys). Las otrasfamilias, en cambio, no habitan hoy en nuestro país.Las Pelomedusidae viven en Africa y las Podocnemididaeen Brasil y Madagascar.

Escondiendo el cuello de losgiganotosaurios en el norte de laPatagonia

¿Hay tortugas en la Patagonia? Sí, por supuesto. Dehecho, la tortuga que muchos tienen como aburridamascota en su casa (aburrida porque las tortugas noson mascotas y no deberían estar en las casas, ya que¡son animales salvajes!) proviene de las zonas áridas

Figura 3: Reconstrucción del ambiente en el que vivían las tortugas quélidas de La Buitrera, del CretácicoSuperior de Río Negro, Argentina. En el fondo, de iaquierda a derecha, el dinosaurio terópodo Buitreraptor. elcocodrilo terrestre Araripesuchus, un saurópodo titanosáurido y un rebaquisáurido.

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del norte patagónico (principalmente Río Negro, LaPampa y Mendoza). Estas tortugas (Chelonoidischilensis) son de hábito netamente terrestre. No vivenhoy tortugas acuáticas en los ríos y lagos de laPatagonia. En otras épocas, sin embargo, la Patagoniafue un lugar más propicio para el desarrollo de lastortugas de agua dulce.

La Patagonia es hoy una de las grandes zonas ári-das de nuestro país, y también tiene un clima dema-siado frío para las tortugas acuáticas, pero no siem-pre fue así. Si viajamos 40 Ma atrás, antes de que losAndes dieran su último impulso de elevación llenándo-lo todo de cenizas, espesos bosques tapizaban el sue-lo de Santa Cruz y monos de largas colas se alimenta-ban de los frutos e insectos del bosque. Pero antes aún,hace 95 Ma (130 Ma después del origen de las tortu-gas), cuando los dinosaurios dominaban los ambien-tes terrestres, un clima cálido y relativamente húmedoexistía en la Patagonia. En esos días, con un OcéanoAtlántico recién formado, África se hallaba a pocoskilómetros de Sudamérica y las plantas con flores sehacían frecuentes dando color a los oscuros parchesde bosques de “pino del cerro” (Podocarpus) y otrasconíferas. Entonces, las tortugas de agua dulce me-draban en los ríos y arroyos de la Patagonia.

En aquellos tiempos del Cretácico, un vasto río de-jaba capa tras capa de arenas rojizas en un valle entreNeuquén y Río Negro, a veces desaguando en un lagointerno y otras, escapándose para desembocar en elOcéano Pacífico. Las arenas depositadas, endureci-das, compactadas y petrificadas, se conocerían luegocomo Formación Candeleros. En la localidad de LaBuitrera, al norte de la Provincia de Río Negro, estaunidad rocosa porta restos fósiles que son poco co-munes en otras regiones. Así, mientras en otros luga-res hallamos dinosaurios descomunales como el car-nívoro Giganotosaurus, de 15 metros de largo, en losalrededores del cerro Policía los restos de losdinosaurios más grandes aparecen mal preservados,mientras que los de animales pequeños a medianosaparecen muy completos. Éstos incluyen a cocodrilosomnívoros a herbívoros con hocico de zorro(araripesuquios), dinosaurios carnívoros del grupo delos velocirraptores (Buitreraptor), mamíferosdriolestoideos de hocico largo, esfenodontes herbívo-

ros y serpientes con patas (Najash). También hallamosrestos de peces pulmonados o dipnoos, y de tortugasde agua dulce. De estas últimas, no sólo se encuen-tran huesos sino también coprolitos (heces petrifica-das). Gracias a esto se pudo inferir que, como susparientes actuales del grupo de las Chelidae, aquellastortugas también se alimentaban de peces.

Diez millones de años más tarde, aún a fines delCretácico, las tortugas quélidas recibieron la visita desus primas lejanas, unas tortugas de agua dulce co-nocidas como podocnemídidas, cuyos representantesactuales viven hoy en Brasil y Madagascar. Los restosse hallan en la localidad de La Bonita, al norte de laProvincia de Río Negro, donde afloran rocas de la For-mación Bajo de la Carpa y la Formación Anacleto. Estastortugas vivían tolerando a molestos y descomunalesvecinos como el saurópodo Bonitasaura salgadoi ydinosaurios carnívoros del grupo de los abelisaurios ylos orkorraptores. La presencia de tortugaspodocnemídidas en Patagonia, como ocurre con lospeces pulmonados y caracoles del género Potamolithus(hoy sobreviviendo en arroyos termales), nos muestraque en aquellos tiempos el clima de la Patagonia eramás semejante al que actualmente ostenta el nortebrasileño, y por ello su fauna se asemejaba más a lade esa región.

Figura 4: Reconstrucción paleogeográfica deSudamérica a principios del período Cretácico, hace

unos 130 Ma. Se aprecian distintos maresepicontinentales, campos de lavas y el extenso

desierto de Botucatú.

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La marcha de las tortugasUna de las incógnitas en el estudio de las tortu-gas del Cretácico es por qué las quélidas son

tan abundantes en capas de hace 100 Ma y, de pron-to, hace 80 Ma, aparecen con ellas laspodocnemídidas. ¿De dónde venían estas tortugas?

El registro fósil nos dice que eran comunes en Bra-sil y el norte de África. ¿Por qué no llegaban a la Ar-gentina si el clima era cálido? Bueno, pensándolo bien,había también otros animales que vivían en el norte yno llegaban a la Argentina, como los grandes carnívo-ros espinosáuridos. De hecho, otros dinosaurios, a lainversa, eran característicos de las latitudes sureñassin que se registraran en Brasil, como los grandesdinosaurios herbívoros de la familia de losdicreosáuridos y, entre los carnívoros de tamaño másmoderado, los neovenatóridos (o megarraptores) y losunenlaginos (un tipo de velocirraptores). ¿Qué pasa-ba entonces? ¿No les gustaba el clima? ¿No había enla zona el tipo de plantas o presas de las que preferíanalimentarse? ¿O había acaso alguna barrera que lesimpidiera el paso? Echemos un vistazo a los mapasque tenemos de aquellas épocas, los paleomapas (verFigura 4).

En lo que ahora conocemos como uno de los pul-mones del mundo, el Amazonas, para la época en queestas tortugas comenzaron a migrar, se extendía unode los desiertos más grandes que existió alguna vez enSudamérica: el desierto de Botucatú, expresión localde la franja de desiertos que abarcaba todo el centrodel supercontinente Gondwana. Éste era el primer es-collo que impedía que estas tortugas se dispersaranpor latitudes más altas.

Un poco más al sur del desierto, la formación delOcéano Atlántico había producido vastas extensionesde lava, las coladas basálticas de Serra Geral (ver enel Glosario), que al derramarse eliminaban toda la flo-ra y fauna de la zona, haciendo imposible vivir en eseambiente. Además, algunas zonas altas se interponían,como el Alto de Paranaíba, difícil de franquear paralas tortugas. En fin, un conjunto de factorestopográficos, climáticos e hídricos, parecen haber im-pedido la dispersión y mezcla de las faunas de tortu-gas y -¿por qué no?- la de algunos dinosaurios. Esteconjunto de factores constituyó una suerte de barrerageográfica que aisló a la fauna del norte de Sudaméricade la del sur.

Sin embargo, no debe considerarse que las tortu-gas deciden repentinamente irse de viaje y emprenderuna migración hacia el sur. En realidad, se trata de unproceso lento, a través de generaciones, en que losanimales van ocupando zonas vecinas bajo un clima ycondiciones de alimentación favorables. Como pode-mos ver en el mapa (Figura 4), para llegar a laPatagonia, las tortugas debían escalar el alto deParanaíba, atravesar el gran desierto de Botucatú y

luego pasar por los roquedales del complejo volcánicode Serra Geral, todo para llegar a una Patagonia don-de fuertes complejos ígneos se desarrollaban, como elde Marifil en Chubut y el de Chon Aike ya en SantaCruz. Todo esto efectivamente ocurrió, pero a media-dos del Cretácico Superior, período en el que el Alto deParanaíba se había desgastado, ya no había vulcanis-mo activo en Serra Geral y el desierto de Botucatú sehabía hecho más húmedo y vegetado. Es decir, paralas tortugas no fue ningún esfuerzo llegar.

Caparazones anti-meteoritoTeniendo en cuenta que las tortugas de laPatagonia se fueron diversificando durante todo

el Cretácico, no es raro encontrar que hacia la últimaparte del período podamos hallar una buena repre-sentación de pleurodiras (Linderochelys, Prochellidela,Yaminuechelys y Lomalatachelys, entre otras), inclu-yendo grupos novedosos como los podocnemididos ylos meiolánidos, un grupo de tortugas con cuernos talvez relacionado con otro grupo de tortugas moder-nas, las criptodiras (Cryptodira). Estas tortugas se dis-tribuyen ampliamente por varias de las cuencassedimentarias patagónicas (Somuncura, Golfo SanJorge, Neuquina y Austral).

Las tortugas son uno de los grupos que atravesa-ron con éxito la barrera de fines del Cretácico. Sabe-mos incluso de géneros patagónicos que han atrave-sado el límite sin merma. Tal vez por ser ectotérmicas ytener bajos requerimientos de alimento y de oxígenopudieron sobrevivir a la extinción de hace 65 Ma. Al-gunas especies de tortugas precisan tan poco oxíge-no, que pueden satisfacer sus requerimientos obtenién-dolo bajo el agua gracias a la alta irrigación de suscloacas. Las tortugas salieron airosas del impacto deun meteorito, pero ¿podrán sobrevivir a nuestro im-pacto?

El rol preponderante para laconservación de las tortugasEl estudio de las tortugas, tanto de las actualescomo las fósiles, es importante, pues nos pue-

de dar pistas para entender, entre otras cosas, cómo ydónde se originaron aquellas primeras tortugas, quéhábitos de vida tenían, cuál fue su distribución, conquiénes convivieron y qué mecanismos de selecciónoperaron sobre ellas, considerando que son sobrevi-vientes exitosas de dos extinciones masivas de las cin-co que ha tenido este planeta (la extinción de fines delTriásico y la de fines del Cretácico). Básicamente, nospermite investigar cómo un grupo de vertebrados pudosobrevivir durante 215 Ma sin modificarsustancialmente la forma de su cuerpo, permanecien-do además en la actualidad distribuidas por casi todoel mundo. Esto también nos permitirá entender cómolas afectarán nuestras acciones, la alteración de sus

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Lecturas sugeridasApesteguía, S. y Ares, R. (2010). Vida en Evolución. Editorial

Vázquez-Mazzini: Buenos Aires.Gaffney, E. y Meeker, L. (1983). Skull Morphology of the

Oldest Turtles: A Preliminary Description ofProganochelys quenstedti. Journal of VertebratePaleontology, Vol. 3(1), pp. 25-28.

Rougier, G., de la Fuente, M. y Arcucci, A. (1995). LateTriassic turtle from South America. Science, 268, pp.855-858.

Sterli, J. (2008). A new, nearly complete stem turtle from theJurassic of South America with implications for turtleevolution. Biology Letters, 4 (3): pp 286-289. En URL:http://rsbl.royalsocietypublishing.org/content/4/3/286.full

de Lapparent de Broin, F. y de la Fuente, M. (2001). Oldestworld Chelidae (Chelonii, Pleurodira), from theCretaceous of Patagonia. Comptes Rendues Academiedes Sciences de Paris, 333, pp. 463-470.

nichos ecológicos, sus ecosistemas y sus poblaciones,hoy diezmadas por el mascotismo y la falta de respetocon la que nos manejamos frecuentemente los huma-nos con respecto a nuestros compañeros de planeta.En definitiva, su estudio nos permitirá responder a lavieja pregunta: “Manuelita, ¿adónde vas?”.

Glosario

Alto o Sierra de Paranaíba: Antigua zona elevadaubicada en el este de Brasil.

Amniota: Vertebrados originalmente terrestres entre losque se encuentran los mamíferos (y sus ancestros) y losreptiles (y sus ancestros). Se caracterizan, entre otrascosas, por poner un tipo de huevo de tres membranasque puede ser colocado en tierra firme o retenido enla madre hasta la eclosión (mamíferos).

Anápsido: De la división de los reptiles realizada por A.Romer (1958), los anápsidos son aquellos que care-cen de vacuidades en la región temporal del cráneo.Su aplicación se refiere también a un grupo integradopor varias especies de amniotas tempranos que po-seen esa característica.

Arcosaurio: De los reptiles diápsidos, los arcosauriosson el grupo más moderno de arcosauromorfos, re-presentado hoy sólo por los dinosaurios (aves) y loscocodrilos.

Arcosauromorfo: Grupo de reptiles diápsidos que in-cluye a los arcosaurios así como a un gran número deformas terrestres (rincosaurios, protorosaurios,trilofosaurios, eritrosúquidos, proterosúquidos) y acuá-ticas (talatosaurios, coristoderos). Algunos autores sos-tienen que las tortugas son parte de este grupo.

Botucatú: Gran desierto extendido en Sudamérica des-de fines del período Jurásico hasta principios delCretácico. Representa los remanentes de un desiertomayor aún extendido por todo el centro de Gondwana.El Botucatú habría llegado tan al sur como la Provin-cia de Buenos Aires y tan al oeste como Bolivia.

Criptodira: Grupo de tortugas que retraen su cuello a lolargo de un plano sagital, guardando la cabeza den-tro del caparazón. Algunas de ellas, como las tortugasmarinas, no pueden guardar sus cabezas, pero siguenperteneciendo a este grupo.

Diápsidos: De la división de los reptiles realizada porA. Romer (1958), los diápsidos son aquellos que pre-sentan dos vacuidades en la región temporal del crá-neo.

Endotermo: Organismos capaces de mantener una tem-peratura determinada desde el interior de su organis-mo. Su temperatura es independiente de la del me-dio.

Espaldar: Del caparazón de las tortugas, la parte dor-sal.

Extinción masiva: Evento de extinción que afecta a ungran número de organismos no emparentados. Seconsidera que en la historia de la vida hubo unas cin-co y durante su actuación, queda suspendida la selec-ción natural, dando lugar a una supervivencia única-mente por azar.

Lepidosaurio: De los reptiles diápsidos, loslepidosaurios son el grupo más moderno delepidosauromorfos, representado hoy por los lagar-tos, serpientes, anfisbenas y esfenodontes.

Mar epicontinental: Aquel que durante un evento detransgresión, o invasión del mar, se extiende inundan-do una amplia zona continental.

Ornitodiro: Grupo de reptiles arcosaurios de un grupono relacionado a los cocodrilos, entre cuyos integran-tes se hallan los pterosaurios y los dinosauromorfos(que incluyen a los dinosaurios). Vivieron a principiosdel Triásico en todo el mundo.

Peto: Del caparazón de las tortugas, la parte ventral.Pleurodira: Grupo de tortugas que retraen su cuello en

forma lateral u horizontal, guardando la cabeza en unbolsillo sobre el costado anterior del caparazón.

Rauisuquio: Grupo de reptiles arcosauromorfoscrurotarsales, es decir, relacionados a los cocodrilos.Fueron los predadores máximos del Triásico antes deléxito de los dinosaurios.

Serra Geral: Gran evento de derrame de lavas causa-do por la apertura del Océano Atlántico a principiosdel período Cretácico. Sus numerosas capas de lavasoscuras forman serranías en Brasil y en Argentina for-man los paredones de las cataratas del Iguazú.

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Cuando me ofrecieron reseñar el libro Aimé Painé:La voz del pueblo mapuche, comencé a rastrear en elcamino de la memoria el recuerdo que me evocaba sunombre. Y lo primero que acudió a mi mente fue unviejo afiche que hay en una oficina de la UniversidadNacional del Comahue. En él se anunciaba una de lastantas presentaciones de Aimé Painé en la región.

Cada vez que dirigía mi vista a su imagen, ésta megeneraba preguntas como quién era o qué tipo demúsica interpretaba. Era obvio que la relacionaba conel género folclórico, pero desconocía el compromisoque tenía con su pueblo y con su tradición oral, que lallevó a recorrer los caminos de la Argentina para de-clamar “aún estamos vivos”. Pero más allá de las su-posiciones que pudiera hacer sobre su persona o so-bre su vida, ninguna de ellas iba más allá de saber queera cantante y de ascendencia mapuche.

Ahora, habiendo leído el libro sobre su vida, no dejode maravillarme por la persistencia de Aimé para des-cubrir y reencontrarse con sus raíces, y también paradarse cuenta de que era la elegida para difundir lastradiciones culturales de su pueblo.

Cristina Rafanelli, la autora de esta biografía, gra-cias a su larga trayectoria como periodista y escritora,borda un relato ameno y por momentos conmovedorque mantiene vivo el interés del lector a lo largo de laspáginas y lo sumerge en la vida de Aimé, en sus ale-grías, su sufrimiento y en su dolor ancestral, productode tantos años de ser negados como pueblo. Lograasí que una suerte de “ansiedad” nos invada hastallegar al final del texto. Además, halla el punto justo deintersección entre el trabajo periodístico, el carácterpedagógico y la labor etnográfica, lo que le permitereconstruir los pasajes más importantes de la vida dela cantante. Y este espacio de encuentro lo consigueporque escribe desde el afecto y la admiración quesiente por ella.

Con gran sensibilidad consigue captar y reflejar laprofunda preocupación de Aimé por conocer su pro-pia historia de vida, y darse cuenta de que estar entre“dos mundos” es lo que le permitirá acercar doscosmovisiones tradicionalmente enfrentadas. En pala-bras de la autora: “…ella no quería generar más re-sentimiento entre su gente en contra del hombre blan-co. Simplemente porque el odio y la venganza parali-zan, y ellos necesitaban mucha fuerza para rescatar asu cultura del olvido.”

Esta obra consta de las siguientes secciones: intro-ducción, cinco capítulos, epílogo, apéndices, glosarioy bibliografía.

La introducción revive las circunstancias en que laautora de la biografía conoció a Aimé Painé y de quémanera nació este libro. Los capítulos 1 y 2 (“La fuerzadel origen” y “El camino del canto”) relatan la infanciay juventud de Aimé, el descubrimiento de sus raíces, elencuentro con el profesor Casamiquela y el modo enque él la ayudó a rescatar la tradición oral de su pue-blo, tanto el tehuelche como el mapuche. Hay quemencionar que ella, nacida en Ingeniero Huergo (pro-vincia de Río Negro) en 1943, fue bautizada por suspadres como Olga Elisa Painé, para adoptar más tar-de el nombre con el que sería conocida: Aimé.

Los capítulos 3 y 4 (“La cultura mapuche” y “Últimagira al sur”) dan cuenta del logro de Aimé en recupe-rar la relación con las abuelas mapuche y cómo ellasfueron inculcándole en el alma las raíces profundasde su cultura.

El capítulo 5 (“La despedida”) refiere a aspectos desu vida personal, sus amistades más cercanas y, sobretodo, su entrañable amistad con la actriz LuisaCalcumil. Es también en este capítulo donde Rafanellinarra el triste momento en que se apaga la luz queirradiaba Aimé: el 3 de septiembre de 1987 sufre unaneurisma cerebral del cual no logra recuperarse; en-tra en coma y al cabo de siete días fallece.

El epílogo cierra esta historia mencionando algu-nos de los frutos que rindió su ardua labor de difusorade su cultura, como la bandera mapuche, la recupe-ración del Katan kawiñ (rito de paso de las niñas, cuya

Cristina Rafanelli, 2011.ISBN 978-950-786-891-7. Editorial Biblos/Desde América, Buenos Aires. 163 pp.

RESEÑA DE LIBRO

Aimé Painé.La voz del pueblo mapuche.

Reseña realizada por Pablo F. AzarUniv. Nac. del Comahue, [email protected]

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primera menstruación marca el fin dela niñez y el inicio de la adolescencia) yel Wiñoy Tripantu, el “año nuevomapuche”.

Hacia el final del libro, en el apén-dice, encontramos tres secciones: “Pa-labras de homenaje y testimonios”,“Discografía” y “Tahiles y canciones re-gistradas en sus presentaciones”.

En la primera de ellas, “Palabras dehomenaje y testimonios”, tanto los in-tegrantes de diferentes comunidadesmapuches como personajes del am-biente artístico, exaltan la personalidadde Aimé como ejemplo de vida. Unagenuina heroína que reclamó por losderechos de su pueblo ante una socie-dad indiferente que le dio constante-mente la espalda. Entre ellos: LuisaCalcumil, Olga Huenaihuen, RosaCañuquil, León Gieco, Luis Landriscina,Marité Berbel, Suma Paz y Rodolfo Casamiquela. Esteúltimo, antropólogo de reconocida trayectoria en lasinvestigaciones etnológicas de Patagonia, fue un “es-tudioso del hombre y sus obras”, como lo hubiese de-finido la antropología tradicional. Él le acercódesinteresadamente sus recopilaciones sobre cancio-nes totémicas tehuelches y mapuches, y también laestimuló y alentó para que difundiera los valores espi-rituales de su raíz indígena.

En la segunda sección, dedicada a su discografía,se da cuenta de la trascendencia de la obra de Aimé.A pesar de nunca haber editado un disco, las numero-sas grabaciones caseras permiten captar la potenciade sus palabras. No necesitó un sello discográfico paraque su obra trascendiera lo local. Solo el “boca a boca”hizo que el mundo entero fuera su escenario. Los úni-cos registros existentes se hicieron bajo el auspicio dela Subsecretaría de Cultura de la provincia de Río Ne-gro, quien le encargó a Cristina Argota y a Rubén PérezBugallo la recopilación y selección de gran parte desus canciones para ser distribuidas en escuelas y bi-

bliotecas de la provincia, y continuar así con la tareade difundir la cultura musical mapuche, un compro-miso primordial para Aimé Painé.

En la última sección del apéndice se da cuenta deque tanto los cantos sagrados como las canciones in-terpretadas por Aimé son de una temática variada: decarácter costumbrista, alusivos a seres de lacosmovisión mapuche o a elementos de la naturaleza(el agua, el viento, etc.). Ambos (tahiles y canciones)traslucen la sencillez de la vida del campo y la profun-da relación espiritual que los mapuches guardan conla naturaleza.

La última parte de la obra consta del glosario y labibliografía. Ésta, criteriosamente, se divide de acuer-do a la naturaleza de la información obtenida; perio-dística, histórica y antropológica. En cuanto al glosa-rio, presenta un universo de palabras mapuches quele permiten al lector descubrir un mundo lingüísticodiferente y comprender el significado de ciertos con-ceptos claves que hacen a la identidad de esta cultura.

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El pasado 24 de marzo de 2012 se realizaron en Bariloche varios homenajes especiales a la memoria de perso-nas detenidas-desaparecidas durante la dictadura militar de 1976-1983. En el Instituto Balseiro se recordó acuatro egresados: Antonio Manuel Gentile, Susana Flora Grynberg, Eduardo Alfredo Pasquini y Manuel MarioTarchitzky. El barilochense Juan Marcos Herman, estudiante universitario secuestrado en Bariloche y desapareci-do, fue homenajeado en el Museo de la Patagonia (dependiente de Parques Nacionales) y en el colegio NacionalÁngel Gallardo. La psicóloga y artista plástica Julie Villagra exhibió en la sala Frey del Centro Cívico una muestradedicada a la memoria de su hermana Kitty, asesinada en 1976, a los 19 años. La 70 edición barilochense de lacarrera de Miguel (en homenaje a Miguel Venancio Sánchez, deportista detenido-desaparecido en 1978) sellevó a cabo el domingo 25 de marzo con participación de alrededor de 550 corredores (niños, jóvenes y adul-tos). En esta sección «Desde la Patagonia» presenta un resumen de estas actividades.

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24 DE MARZO: BARILOCHE RECUERDA

por Margarita Ruda

Gabriela Pasquini, hija de Eduardo Pasquini, en elhomenaje en el Instituto Balseiro.

Fueron cuatro los homena-jeados en un emotivo acto lle-vado a cabo en las instalacio-nes del Instituto Balseiro en elCentro Atómico Bariloche. Susnombres fueron:

Antonio Gentile, promo-ción 1959: se sabe que des-apareció buscando a un fami-liar pero no se conocen las cir-cunstancias que rodearon a susecuestro.Susana Grynberg, pro-moción 1971: estando em-barazada de 3 meses es se-cuestrada en la calle, en la ciu-dad de Buenos Aires.

Eduardo Pasquín, pro-moción 1964: fue secuestra-do en su casa, en Rosario, jun-to a su esposa.Ninguno de los tres fue visto enningún Centro Clandestino deDetención.

Manuel Tarchitzky, pro-moción 1972: secuestradoen la casa de un tío en BahíaBlanca, murió acribillado 45días después junto a otras trespersonas, entre ellas su amigay compañera de militanciaZulma Matzkin. Los juicios encurso en Bahía Blanca ya hanestablecido que Manuel(«Tarcho») pasó por el centro dedetención conocido como “LaEscuelita”.

LOS EGRESADOS DEL INSTITUTO BALSEIRO

Eduardo Pasquini, en su doctoradoen Francia.Susana Grynberg. Antonio Gentile.Manolo Tarchitzky.

Fotos: http://www.homenajeib.blogspot.com.ar/

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También se honraron a losex-alumnos del InstitutoBalseiro, Elena Sevilla y MáximoVictoria, quienes, por sus ideas,fueron encarcelados por largo tiempo y finalmenteobligados a abandonar el país, sus vidas y sus fami-lias.

El homenaje se inició con las palabras del Vice rec-tor del Instituto Balseiro, el Dr. Alex Fainstein, y las pre-sentaciones de las Dras. María Teresa Causa y MaríaJosé Sánchez, profesoras del Instituto Balseiro y orga-nizadoras del evento. A continuación habló el Dr. Enri-que Pascualini, en representación de la delegación deDDHH de la CNEA. Para finalizar se escucharon laspalabras de la Dra. Gabriela Pasquini, hija del Dr.Eduardo Pasquini. Los estudiantes del IB descubrieronuna placa alusiva y finalmente se proyectó el docu-mental: Liliana y Eduardo.....Las luces de la memoria,que narra el secuestro en su domicilio de la psicóloga

Liliana Mizraji, y el físico Eduar-do Pasquini, de quienes nuncase volvió a tener noticias. El re-lato del documental también

refiere a las vivencias de sus hijas, Gabriela y Laura,que tenían entonces 11 y 9 años. En forma paralelase presentaron afiches con semblanzas de los home-najeados, anécdotas y recuerdos de sus amigos, com-pañeros y familiares. También se proyectó el documen-tal La masacre de la calle Catriel, que describe el epi-sodio en que perdieron la vida Manuel Tarchitzky yZulma Matzkin.

Salón de actos del Instituto Balseiro el día delhomenaje.

Salón de actos del Instituto Balseiro, con afichesconmemorativos de los cuatro desaparecidos.

Placa recordatoria de loscuatro ex alumnos del IB,homenajeados el 23 de marzode 2012.

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HOMENAJES A JUAN MARCOS HERMAN

Juan Herman fue secues-trado en Bariloche en julio de1977, a los 22 años de edad.Estudiaba derecho en la Uni-versidad de Buenos Aires yestaba visitando a su familiadurante las vacaciones de in-vierno. Fue secuestrado de lacasa de sus padres por un“grupo de tareas”, y sus familiares no lo volvieron a

ver. Hay testimonios deque estuvo detenido enel Centro Clandestino deDetención Atlético 2.

Su historia fue conta-da en el documentalJuan, como si nada hu-biera sucedido, (1985)

una coproducción argen-tino-alemana dirigida porCarlos Echeverría.

Actualmente la RutaNacional 40, el estudiode la Radio el ARKA, asícomo el aula Magna delCentro Regional Universi-tario Bariloche de la Uni-versidad del Comahuellevan su nombre.

En el Museo de la Patagonia «Dr. Francisco P. Mo-reno» dependiente de la Administración de ParquesNacionales, directivos, docentes y alumnos del CentroEducativo de Nivel Medio Nº 45 realizaron el 30 demarzo un acto homenaje a Juan Marcos Herman. Enesa oportunidad se inauguró en una de las salas delmuseo una placa en su recuerdo.

Y el 24 de marzo, en la vereda del domicilio dondefue secuestrado, se descubrió una placa recordatoria.

Placa recordatoria de JuanMarcos Herman, estudianteuniversitario y militante por lavida desaparecido durante laultima dictadura militar. Laplaca está colocada en la en-trada del Aula Mayor delCRUB, por resolución del Con-sejo Directivo N0. 427/01 del24 de octubre de 2001.

Extracto de «Estás acá», poesía de losalumnos de 5to año, CEM 45-Promoción2011, en recuerdo de Juan MarcosHerman.

El silencio hace cómplices, acostumbra,avala.Y ese es el peor estigma.Pero acá estamos, recordándoteLos jóvenes de hoy…en un puente contus sueños.

Placa a la memoria de Juan Marcos Herman,colocada el 24 de marzo de 2012 en la puerta deldomicilio de donde fue secuestrado.

Foto: V. Amos

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EL CUERPO DEL SILENCIO

Florencia (Kitty)Villagra fue asesinadacon un tiro en la espal-da el 10 de mayo de1976 en una plaza enVilla Adelina, Buenos Ai-res, cuando repartía vo-lantes. Tenía 19 años.Su hermana, la psicólo-ga y artista plástica barilochense Julie Villagra, realizóen su homenaje una muestra de esculturas, pinturas yfotografías intervenidas. La muestra se llevó a cabo enla Sala Frey del Centro Cívico de Bariloche, del 9 al 20

de abril de 2012. En lainauguración de la mis-ma se presentó tambiénun grupo musical for-mado por Silvina

Villagra (hermana de Kitty), Pedro Wood (sobrino yahijado), y otros amigos liderados por Carlos Casalla,músico barilochense.

Invitación a la muestra.Diseño: Pablo Cortondo.

«Tuve pesadillas esa mañana» Acrílico y fotografíasobre tela.

«Tramas de vida y muerte» Collage.

Extracto de un poema de Julie Villagra,dedicado a su hermana (2012):

¿Cómo contaré tu historia, hermanita?¿Cómo sentir el sinsentido?¿Cómo decirles el dolor?

Potencia del deseo. Tu mirada y la mía.Tu historia enlazada a la mía.Tu historia, parte (de) la mía.

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Miguel Benancio Sáncheznació el 6 de noviembre de1952 en el seno o de una familia humilde que vivía enBella Vista, en la provincia de Tucumán. Su padre eraun trabajador azucarero. En su adolescencia decidiótrasladarse a Buenos Aires, donde vislumbraba un fu-turo mejor. Allí comenzó a jugar al fútbol en las inferio-res de Gimnasia y Esgrima La Plata hasta el año 1974,cuando debió abandonarlo por haber obtenido unpuesto de trabajo en el Banco Provincia de BuenosAires. Su pasión por el deporte hizo que comenzara aentrenarse en atletismo y pronto pasó a representar ala institución bancaria en esa disciplina deportiva parafinalmente federarse en el club Independiente. Dedi-caba su tiempo libre –tres horas diarias antes y des-pués del trabajo- para perfeccionar sus destrezas atlé-ticas. Deporte y trabajo se combinaban con sus otrasdos pasiones: escribir poemas y participar como unactivo militante político en una Unidad Básica de laJuventud Peronista de Berazategui.

En 1977, en momentosde apogeo del terrorismo de

estado de la dictadura militar, cumplió su sueño departicipar en la tradicional carrera de San Silvestre, quese realiza cada 31 de diciembre en la ciudad de SanPablo, Brasil. Pocos días después participó de una ca-rrera en Maldonado, Uruguay. A las 3 de la mañanadel 8 de enero de 1978, a meses del mundial de futbol,fue secuestrado por un grupo de tareas en Villa Espa-ña, Bera-zategui, provincia de Buenos Aires. Hasta hoycontinúa desaparecido.

A partir de una investigación de los periodistas ar-gentinos Ariel Scher y Víctor Pochat, quienes hicieronpública su desaparición, el periodista italiano ValerioPiccioni, de La Gazzetta dello Sport, reprodujo la his-toria y se convirtió en el artífice de la realización deuna prueba en su homenaje. Así fue que el 9 de enerodel año 2000 por las calles de Roma se realizó la pri-mera edición de La Corsa di Miguel con la participa-ción de 400 atletas, prueba que se efectúa corriente-mente en el mes de marzo. Un año mas tarde «LaCarrera de Miguel» se corrió por primera vez en Bue-nos Aires.

La iniciativa comenzó a repetirse año a año en di-versos puntos del país y del mundo. Se realiza en lasciudades de Quilmes, Río Cuarto, Córdoba, San Mi-guel de Tucumán y Berazategui, último domicilio delatleta. Desde el año 2006 se corre en San Carlos deBariloche, impulsada y organizada por una comisiónde estudiantes, docentes y graduados del CRUB, Uni-versidad Nacional del Comahue, junto a un conjuntode organizaciones sociales vinculadas a la defensa delos Derechos Humanos, tales como la Agrupación Hi-

LA CARRERA DE MIGUEL EN BARILOCHEPor Laura Méndez y Marcela Ceballo 1

Marcela Laura Ceballo¹Prof. de Educación FísicaDocente de la cátedra Prácticas de la Enseñ[email protected]

Dra. Laura Marcela Méndez¹Docente de la cátedra Historia del Movimiento y laEducación Física y Coordinadora de la Carrera [email protected]

1 Ctro. Reg. Univ. Bariloche. Univ. Nac. del Comahue.

Afiche promocional de laCarrera de Miguel enBariloche, 2012.Ilustración: PabloBernasconi.

«Cuando está de veras viva,la memoria,

no contempla la historia sinoque nos invita a hacerla»

Eduardo Galeano

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jos, La Red por la Identidad de los Lagos del Sur y laAsociación de Atletismo de Bariloche. El domingo 25de marzo de 2012 se realizó la 7° edición.

Paralelamente a la carrera se realizan otras activi-dades con idéntico objetivo. En marzo de 2012 el tra-mo de la calle Crisólogo Larralde, desde avenida delLibertador hasta el CENARD, en la ciudad de BuenosAires, fue rebautizado como Miguel B. Sánchez, enhonor a su memoria y a los demás deportistas y com-patriotas desaparecidos en aquellos años. Ese mismomes la legislatura rionegrina declaró a la Carrera deMiguel de interés provincial y educativo y en Barilochese organizó la muestra fotográfica «Deportes y Dicta-dura» que se exhibió en el Centro Regional Universita-rio Bariloche y en la sala de prensa municipal.

La «Carrera de Miguel» tiene en sus componentesno sólo una faceta meramente competitiva, sino quese constituye como un espacio de encuentro entre eldeporte, lo social, lo educativo y la búsqueda irrenun-ciable de justicia de la mano del respeto a la identidady la memoria colectiva homenajeando a MiguelSánchez. Tiene como propósitos el recuperar la histo-ria de Miguel con el fin de contribuir a la reconstruc-ción de la identidad individual, familiar y colectiva ypromover la carrera como forma de manifestarse afavor de la memoria y la justicia, siendo ésta un marcode referencia para construir un mañana más igualita-rio. Para participar en Bariloche, basta llevar un ali-mento no perecedero que se dona a una instituciónlocal y las ganas de correr por la memoria, la identi-dad y las utopías.

«Estoy conmovida, hoy es un día de fiesta paraBariloche. Mi hermano está corriendo a la par de cadauno de los participantes, no tengo duda de eso», ma-nifestó Elvira, la hermana mayor de Miguel, quien par-ticipó de la carrera en Bariloche en el año 2011. Unaño más tarde, alrededor de 550 corredores marcha-

ron bajo el lema «Memoria, identidad y utopías» y lu-cieron una camiseta ilustrada por el reconocido artis-ta Pablo Bernasconi; un par de zapatillas aladas, queinvitan a volar a futuros mejores. Tanto en Buenos Ai-res como en Bariloche se realizaron en escuelas pri-marias talleres previos a la carrera que deshilvanaronsu historia y recuperaron para la memoria colectiva lavida de Miguel. En el 2012 participaron en la expe-riencia barilochense las escuelas CREARTE, Nº 48,154, 323 y 324; más de cien niños y niñas participa-ron en la carrera junto a corredores de distintas eda-des, ocupaciones y lugares de procedencia.

Marcela Ceballo, profesora de Educación Física delCRUB, es quien desde el año 2006 sostiene y organi-za la versión local de la carrera. Las palabras de cierrede la VII edición estuvieron a su cargo.

«La memoria está viva acá, late en cada uno denosotros, queda en cada paso, en las gotas que cadauno suda. Miguel en nombre de los treinta mil y lacarrera es una manera más para expresar lo que nospasa con la historia, la verdad de esos años es la queestá a luz hoy.

Memoria y verdad nos impulsan a seguir creandoredes que ofrezcan la oportunidad de ser y estar eneste mundo dignamente, libre y con la alegría y la es-peranza que solamente nace en la entraña de cadauno, en la entraña de cada barrio, de cada pueblo, decada organización…

Multiplicar es la tarea….»

Para vos AtletaMiguel Sánchez (Argentina)Miguel Sánchez (Argentina)Miguel Sánchez (Argentina)Miguel Sánchez (Argentina)Miguel Sánchez (Argentina)

PPPPPara vos atletaara vos atletaara vos atletaara vos atletaara vos atletaPPPPPara vos que sabés del frío, de calorara vos que sabés del frío, de calorara vos que sabés del frío, de calorara vos que sabés del frío, de calorara vos que sabés del frío, de calorDe triunfos y derrotasDe triunfos y derrotasDe triunfos y derrotasDe triunfos y derrotasDe triunfos y derrotasPPPPPara vos que tenés el cuero sanoara vos que tenés el cuero sanoara vos que tenés el cuero sanoara vos que tenés el cuero sanoara vos que tenés el cuero sanoEl alma ancha y el corazón grande.El alma ancha y el corazón grande.El alma ancha y el corazón grande.El alma ancha y el corazón grande.El alma ancha y el corazón grande.PPPPPara vos que tenés muchos amigosara vos que tenés muchos amigosara vos que tenés muchos amigosara vos que tenés muchos amigosara vos que tenés muchos amigosMuchos anhelosMuchos anhelosMuchos anhelosMuchos anhelosMuchos anhelosLa alegría adusta y la sonrisa de los niños.La alegría adusta y la sonrisa de los niños.La alegría adusta y la sonrisa de los niños.La alegría adusta y la sonrisa de los niños.La alegría adusta y la sonrisa de los niños.PPPPPara vos que no sabés de hielos ni deara vos que no sabés de hielos ni deara vos que no sabés de hielos ni deara vos que no sabés de hielos ni deara vos que no sabés de hielos ni desolessolessolessolessolesDe lluvia ni rencores.De lluvia ni rencores.De lluvia ni rencores.De lluvia ni rencores.De lluvia ni rencores.PPPPPara vos atletaara vos atletaara vos atletaara vos atletaara vos atletaQue recorriste pueblos y ciudadesQue recorriste pueblos y ciudadesQue recorriste pueblos y ciudadesQue recorriste pueblos y ciudadesQue recorriste pueblos y ciudadesUniendo estados con tu andarUniendo estados con tu andarUniendo estados con tu andarUniendo estados con tu andarUniendo estados con tu andarPPPPPara vos, atletaara vos, atletaara vos, atletaara vos, atletaara vos, atletaQue desprecias la guerra y ansías la pazQue desprecias la guerra y ansías la pazQue desprecias la guerra y ansías la pazQue desprecias la guerra y ansías la pazQue desprecias la guerra y ansías la paz

Carrera de Miguel. Bariloche, 2012.

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por Ana Pedrazzini

CINE DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX EN LA PATAGONIA:REPORTAJE A ANDRÉS LEVINSON

DESDE LA PATAGONIA

Interesado por el cine mudo en la Ar-gentina y en particular por aquellasfilmaciones que tienen a la Patagoniacomo escenario privilegiado, elbarilochense Andrés Levinson llevó ade-lante una investigación en la que se pro-puso reconstruir la historia cinemato-gráfica de la región, desde fines del si-glo XIX hasta principio de los años 30,época en la que aparece el cine sono-ro. Fruto de dicho trabajo es el libro Cineen el país del viento. Antártida y Patagonia en el cineargentino de los primeros tiempos (2011), ganadordel concurso organizado por el Fondo EditorialRionegrino sobre cine y artes audiovisuales de la pro-vincia.Andrés Levinson es profesor de Historia Argentina enla Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad deBuenos Aires y profesor de Historia del Cine en la Uni-versidad del Cine. Trabaja en el Museo del Cine PabloC. Ducrós Hicken investigando sobre cinematografíaargentina y además, es alumno de doctorado en His-toria con una tesis en curso titulada: «Impresionesmodernas; el cine y la cultura del entretenimiento enBuenos Aires durante la Belle époque». Durante 2011,realizó junto a Paula Félix-Didier y EvangelinaLeoguercio la serie Películas recuperadas para el Ca-nal Encuentro. Actualmente preparan la segunda tem-porada.A continuación, la entrevista que Desde la Patagoniamantuvo con el historiador.

Desde la Patagonia (DLP): ¿A qué se debe tuinterés por los comienzos del cine en la Patagonia?Andrés Levinson (AL): En principio el interés espor el cine mudo en general y el de Argentina en parti-cular. Por supuesto que mi filiación patagónica me lle-vó a prestar particular atención a los films que se vin-culaban con la zona. Entonces revisando material so-bre este período para mi tesis, empecé a reunir, no sinsorpresa, bastante información sobre films que de di-verso modo se ocupaban de la Patagonia.

Digamos que en el origen de mis investi-gaciones sobre cine mudo argentino nofiguraba la Patagonia, simplemente por-que jamás se me había ocurrido que enun panorama tan austero como el delcine del período, la Patagonia ocuparaun lugar. Pero bueno, la evidencia seimpuso y descubrí dos cosas: primeroque lo que yo creía un panorama auste-ro no lo era tanto –lo cual también ex-plica que no logré terminar mi tesis- y

segundo que la Patagonia concentró notable interéspara los realizadores de la época.

DLP: ¿En qué consistió tu labor de recolección de datospara realizar tu investigación sobre el cine en laPatagonia?AL: Cuando se trabaja sobre cine se imponen dosbúsquedas, primero por supuesto la película. Dar conel film resuelve mucho. El problema es que el cine mudoargentino es algo así como un paisaje arrasado, ape-nas el diez por ciento de lo que se hizo ha sobrevivido,y tal vez menos. Y eso que ha sobrevivido en general loha hecho en muy malas condiciones. Por lo tanto rápi-damente se impone la segunda búsqueda; todo aque-llo que de algún modo rodea al film y brinda valiosainformación: críticas en revistas del medio, notas enperiódicos, entrevistas a actores, productores, realiza-dores, recuerdos de alguien que tuvo alguna conexióncon el film, afiches, fotografías, en fin, algo que re-ponga la ausencia del objeto central. A veces si se tie-ne suerte aparece algo así como un guión, pero diríaque esto es casi tan raro como dar con la película.Entonces el trabajo principal se realiza en lashemerotecas que guardan revistas de cine, que, ¡ojo!,tampoco son tantas. En rigor diría que al menos enBuenos Aires son apenas tres: la Biblioteca Nacional,la biblioteca del Museo del Cine Ducrós Hicken y labiblioteca de la ENERC que depende del Instituto Na-cional de Cine.

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DLP: ¿A qué períodos restringiste tu investigación?AL: El libro rastrea todos los films que se conectancon la Patagonia desde las primeras experiencias rea-lizadas en Argentina en 1896 hasta la aparición delcine sonoro en 1933. Aunque el paso del cine mudoal sonido óptico no resulte un límite en sí mismo, omejor no es puntualmente la aparición del sonido laque explica el fin de un período y el comienzo de otro,ocurre que en ese momento debido a una fuerte crisiseconómica que golpea con virulencia al sector, la granmayoría de las productoras locales cierran y entonceshay que esperar unos años para volver a ver films so-bre la Patagonia. Entonces me pareció que ese arcode tiempo era bastante razonable, o funcionaba diga-mos con cierta continuidad.

DLP: ¿Qué tipo de cine se realizaba en la Patagonia ycon qué fines?AL: Los fines siempre son comerciales. Las producto-ras publicitan sus films patagónicos como verdaderosgestos patrióticos, pero lo cierto es que encuentran allíciertas posibilidades de explotación comercial. Aúncuando, justo es decirlo, resultaba harto más compli-cado filmar en la Patagonia que en los suburbios deBuenos Aires.Se hicieron films de ficción, noticieros y lo que llamofilms de paisajes, que sin duda hoy tendemos a clasifi-carlos como documentales. La idea central de estos

Revista Imparcial film, octubre de 1922.

Revista Imparcial film, septiembre de 1922.

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films es describir el paisaje, como si la cámara fuera laventana por la cual se asoma un espectador y el cinefuera un medio de transporte, digamos un ferrocarrilque lo pasea por aquellas tierras.

DLP: ¿Qué representación/es se construía/n de laPatagonia?AL: La Patagonia era por un lado una tierraromantizada, de exploradores y aventureros. Diría elespacio predilecto de los viajeros. Pero también se vis-lumbraba como una tierra de inmensas riquezas quedebía ser aprovechada. Existe cierto énfasis en la ideade la Patagonia como una tierra del futuro que debeser incorporada a la civilización. Algo así como unapercepción de que la pertenencia de la Patagonia alterritorio de la nación es algo endeble y el cine se pro-pone acercar ese espacio al habitante urbano paraque de este modo también lo sienta como propio. Sonmuchas las publicidades de films que hacen hincapiéen este aspecto. Tanto para los films de ficción comopara las películas de paisajes o noticieros.

Poco y nada aparece en este tipo de fuentes sobre losindios que poblaron la región hasta la campaña deRoca en 1879 y tampoco sobre qué ocurrió después.Los films no se ocupan de los indios, en parte esto res-ponde a cierta estrategia de invisibilización sobre lascomunidades que lograron mantenerse en la zona, quese despliega luego del ochenta y también a que resul-taba más atractiva para el cine la idea de una tierracasi virgen. Además porque la cuestión indígena dejade ser un problema visible, si es que alguna vez lo fue,para el habitante común de una ciudad como BuenosAires, y ese era en general el público de cine.Al respecto habría que señalar que una de las estrellasde este cine actuaba bajo el seudónimo de AraucoRadal, en un claro intento por dotar de algún rasgoindígena a un actor de ascendencia española que separecía mucho a una estrella japonesa del cine norte-americano; Sessue Hawakaya. Pero más allá de estola imagen preferida de la Patagonia fue la heredadapor los viajeros europeos del siglo XVIII y XIX, que norepararon fundamentalmente en los indios sino en elpaisaje, o que tal vez vieron a los indios como partedel paisaje.

DLP: De las numerosas filmaciones hechas en laPatagonia en aquella época, ¿cuáles sobreviven aún?AL: Debo decir que durante la investigación de estelibro tuvimos mucha suerte porque dimos con un filmque se creía perdido: Entre los hielos de las IslasOrcadas, de José Manuel Moneta, realizado en laAntártida en 1927. Fue bastante increíble porque lotenía en su casa una de sus hijas; Dora Moneta, queresultó un aporte fundamental. Junto al film Dora te-nía cartas, afiches originales y hasta un audio sobre elfilm que había grabado Moneta en los cincuenta, fueun descubrimiento notable. A partir de su copia en 16mm y gracias a la ayuda y rápida acción de FernandoMartín Peña –tal vez el mayor de los coleccionistas decine en Argentina y quizás quien más sabe de todoesto- se pudo hacer un internegativo para salvar el filmy poder hacer copias para su exhibición.

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Revista Imparcial film, abril de 1924.

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Esta película es realmente genial, al menos a mí megusta mucho. En principio habría que señalar queMoneta demuestra conocimientos de fotografía, deencuadre, de movimientos de cámara. No es un im-provisado y esto responde en parte a la historia delfilm ya que la versión que nosotros pudimos ver es lasegunda que hizo Moneta en las Orcadas. La primerarealizada en 1925 se quemó antes de su estreno enun tremendo incendio ocurrido en los talleres de Fede-rico Valle en 1926. Valle fue quien produjo el film deMoneta, es decir le dio la cámara y la película virgenademás de algunas rápidas lecciones de fotografía yluego montó el film en sus talleres. Entonces nosotrosvemos un film realizado por alguien que ya tenía unaexperiencia previa y eso se nota. La otra cuestión inte-resante es detenerse en las cosas que Moneta eligemostrar: aspectos de la vida cotidiana; comidas, ca-minatas, el modo de hacer agua, etc. y luego las es-trategias de supervivencia: caza de focas, pesca, ydemás. También se detiene en la fauna antártica, de-muestra sensibilidad frente a los pingüinos y sus crías,mira cómo arman sus nidos, en fin es sin duda la mi-rada de un científico. Moneta era meteorólogo por lotanto se trata de una mirada algo especial. Ahora es-toy escribiendo algo específico sobre esta película,porque si tenemos suerte la vamos a editar junto a unlibro este año.Además del film de las Orcadas hay un film sobre elpaisaje del país realizado por Valle que se llama Portierras argentinas, cuyos últimos quince minutos seocupan de la zona. Este film es parte del Archivo Ge-neral de la Nación. También hay un largometraje fil-mado en Tierra del Fuego, Tierras magallánicas, reali-zado por De Agostini, un cura salesiano, en 1932, yalgunas notas de noticieros Glücksmann y Vallerastreables en el Archivo General de la Nación y en elarchivo del Museo del Cine Ducrós Hicken.

DLP: ¿Por qué estas filmaciones tuvieron más suerteque las otras?AL: Posiblemente producto del azar. Desde el Museodel cine, junto a su directora Paula Félix-Didier, sin duda

la voz más autorizada en materia de preservaciónfílmica y archivos de cine, venimos rastreando desdehace tiempo estos films perdidos. Cuando alguno apa-rece y comenzamos a reconstruir su historia vemos queen general han recorrido un camino azaroso. Sobrevi-vieron porque cayeron en manos de la gente indicadao invirtiendo el razonamiento, los films perdidos se per-dieron porque no cayeron en manos de la gente indi-cada. Habría que agregar que la gente indicada parapreservar films ha sido más bien poca; algunos colec-cionistas, algunas instituciones o archivos estatalesexcepcionalmente, pero no mucho más. A decir ver-dad el Estado se ha ocupado poco y nada de la pre-servación de cine, y cuando lo ha hecho lo ha hechomal. Colecciones enteras se han perdido en manosdel Estado. En este sentido hemos llegado un pocotarde, aunque siempre pensamos que otros films vana aparecer.

DLP: ¿Qué temas se abordan en estas filmaciones?

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Filmación realizada en 1927 por José ManuelMoneta y producida por Federico Valle.

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AL: Las ficciones son más bien sencillas, digamos queuno de los fuertes cuestionamientos que hacía la críti-ca hacia estos films era la pobreza del guión. En gene-ral son algo así como novelitas sentimentales. Simila-res a las que tanto éxito tenían en la literatura, comolas difundidas por La novela semanal y otras. Con lasalvedad que aprovechaban el paisaje, ese espacionatural para darle verismo pero también para subra-yar al dramatismo de la trama. Jovencitas secuestra-das por estancieros malos y llevadas al sur, para luegoser rescatadas por el galán de turno fue, desde el éxitode Nobleza Gaucha en 1915, con algunas variacio-nes, uno de los temas predilectos.En cuanto a los films de paisajes y a los noticieros,hicieron énfasis en la descripción pero también en elprogreso material. Por ejemplo notas sobre la pescaen el Atlántico, la búsqueda de petróleo, o la difusióndel turismo fueron temas para estos films.

DLP: ¿A qué público iban destinadas las filmacioneso bien qué público las consumía? ¿Por qué?AL: Capas medias y populares de las grandes ciuda-des pero también el cine tenía mucha llegada en lospueblos, aunque claro, la cantidad de espectadoresera menor. El cine casi desde sus orígenes resultó un

espectáculo barato y popular. Inicialmente su públicofue el de las ferias, las kermesse, los espectáculos devariedades, el circo, etc. Convivía con los shows demagia, los shows de personas con rasgos físicos lla-mativos: deformes, enanos, gigantes, mujer barbuda,animales extraños, espectáculos de fantasmagorías,en fin, el cine se mueve en esos ámbitos en sus iniciosy luego mantiene preferentemente ese público, aúncuando rápidamente se construyen espacios para laexhibición exclusiva de films y se vea muy influido porel teatro. Por otra parte, ir al cine siempre fue muy ba-rato, porque es un entretenimiento de muy bajo costo.Se necesita un salón, un proyector, un operador y nomucho más que eso, además que la funciones de cineson múltiples. A esto habría que sumarle que al cineno le resultó fácil legitimarse como una expresión ar-tística capaz de competir con otras manifestacionesconsideradas más elevadas y por lo tanto destinadasal público de las capas altas como el teatro y la ópera.

DLP: ¿Cómo se sitúan estas filmaciones en relaciónal contexto social y político de la época de la Argenti-na?AL: La gran mayoría de estas películas corresponde ala década del veinte. Los veinte fueron buenos años engeneral para el país, aún cuando coinciden con dosepisodios muy violentos y uno de ellos ocurrido en laPatagonia. Me refiero por supuesto a la Semana Trági-ca de enero de 1919 en Buenos Aires y la feroz repre-sión de las huelgas en Santa Cruz que se extiende des-de 1920 hasta 1922. No encontré referencias del cinea los hechos patagónicos, si en cambio los noticieroscinematográficos se ocuparon de las huelgas de lostalleres Vasena y un film de ficción Juan sin ropa esparte del espíritu de agitación obrera de 1918.Pero aún con todo esto fueron años de expansión eco-nómica y crecimiento. Los negocios vinculados al cineacompañan este crecimiento. Diría que el pequeñofuror por hacer films en la Patagonia habla de empre-sas comerciales relativamente exitosas y un públicoreceptivo, a pesar de que sin dudas no fueron los filmsmás exitosos de su tiempo ni mucho menos.

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Revista del Exhibidor, 10 de agosto de 1928.

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Un imaginario perdurableDurante los siglos XVII y XVIII la lejanía de la región

del Nahuel Huapi con respecto a los centros adminis-trativos coloniales, sumada a sus características natu-rales, hicieron que sobre el lugar se tejieran las másdiversas fantasías, que se transformarían en uno delos principales motivos de las expediciones a la zona,tanto militares como religiosas.

Entre estas quimeras se destaca la Ciudad de losCésares (ver imagen en la figura 1), mito que sosteníala existencia en el espacio patagónico de un lugar en-cantado que poseía extraordinarias riquezas y en elcual reinaban la vida y la juventud eterna. La denomi-nación hace referencia al capitán Francisco César ycatorce hombres pertenecientes a la expedición del ita-liano Sebastián Gaboto al Río de la Plata, quienes amediados del siglo XVI partieron a explorar el territoriohacia el oeste, y se especula que llegaron hasta losAndes. Este capitán y seis de sus soldados volvieron alRío de la Plata tres meses más tarde relatando quehabían visto una tierra muy rica, con gran abundan-cia de joyas y metales preciosos. Durante la última partedel siglo XVI se empezó a conocer a este misteriosolugar con el nombre de lo de César, a veces con inten-ción burlesca. Cuando las historias comenzaron ahablar de la existencia de una ciudad encantada sushabitantes empezaron a ser llamados Césares. Esteimaginario se prolongó hasta fines del siglo XIX, tiem-po en el que Francisco Pascasio Moreno llegó a la zona.

Las crónicas de estas expediciones se transforma-ron en los primeros testimonios “occidentales” que die-ron cuenta de los aspectos culturales, socioeconómicosy políticos de los pueblos que habitaban la región du-rante aquella época.

En este trabajo hemos seleccionado dos de estascrónicas, La carta-relación (1670) escrita por el padreNicolás Mascardi, y el Diario de viaje (1794) del frayFrancisco Menéndez, ya que si bien no dieron cuentade la tan buscada ciudad de los Césares, constituyenuna extraordinaria fuente de información sobre lospueblos indígenas que habitaron la región

Estos misioneros (como otros que llegaron a la re-gión) tuvieron como objetivo ampliar las líneas fronte-rizas del imperio español y tratar de someter “pacífica-mente” a los indígenas del lugar. En este sentido lasmisiones pretendieron transformarse en un instrumentoperfecto para lograr una avanzada hacia los lugaresmás remotos, con el fin de incorporarlos al poder es-tatal.

Entre espadas y crucesEn 1567, la conquista española se extendió por el

territorio chileno hasta la isla grande de Chiloé. Se cons-truyeron los fuertes del Chacao y Castro, desde dondese vigilarían los territorios del sur y se armarían las ex-pediciones de reconocimiento territorial. Sería Castrola sede de los misioneros jesuitas, religiosos que pos-teriormente recorrerían las tierras del sur en su misiónevangelizadora.

La región del Nahuel Huapi se vinculó desde tem-pranas épocas con Chiloé, mediante el puerto deCalbuco, ya que desde ese puerto partieron todas lasexpediciones que tuvieron como destino la Patagonia.Éstas utilizaron fundamentalmente el denominado pasoDe las lagunas, que cruzaba por el actual paso PérezRosales.

En 1620 fue el capitán español Juan Fernández,enviado por el gobernador de Chile Lope de Ulloa yLemos, el primer europeo en documentar un viaje alas costas del Nahuel Huapi (ver mapa en figura 2).Esta expedición militar tenía como principal objetivo

Palabras clave: Nahuel Huapi, Ciudad de losCésares, misión, crónica

Sebastián CabreraProf. de Historia, Univ. Nac. del Comahue (UNCo).Argentina.Ctro. Reg. Universitario Bariloche, [email protected]

Recibido: 29/06/2011. Aceptado: 14/10/2011.

EN BUSCA DE LA CIUDAD ENCANTADADE LOS CÉSARESLas primeras excursiones religioso-militares a la región del Nahuel HuapiLas primeras excursiones religioso-militares a la región del Nahuel HuapiLas primeras excursiones religioso-militares a la región del Nahuel HuapiLas primeras excursiones religioso-militares a la región del Nahuel HuapiLas primeras excursiones religioso-militares a la región del Nahuel Huapibuscaban las riquezas de la ciudad de los Césares y también ampliar lasbuscaban las riquezas de la ciudad de los Césares y también ampliar lasbuscaban las riquezas de la ciudad de los Césares y también ampliar lasbuscaban las riquezas de la ciudad de los Césares y también ampliar lasbuscaban las riquezas de la ciudad de los Césares y también ampliar lasfronteras del imperio español.fronteras del imperio español.fronteras del imperio español.fronteras del imperio español.fronteras del imperio español.

Sebastián Cabrera

HIST

ORIA

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realizar una maloca (araucanismo que proviene de lapalabra malocan: expedición cuidadosamente prepa-rada con fines precisos) dirigida a apresar indígenaspara venderlos como esclavos. Se trataba de una prác-tica permitida por el decreto de 1608, que autorizabala esclavitud de los indígenas varones atrapados en“guerra”, quienes eran utilizados como mano de obra,en tanto que mujeres y niños se destinaban a serviciospersonales.

Los jesuitas comenzaron a denunciar estas situa-ciones y consideraron que los levantamientos genera-lizados de los pueblos originarios se debían a la prác-tica de la maloca, por lo que comenzaron aimplementar accionestendientes a evitar taleslevantamientos. Creyeronque evangelizando a lospueblos del lugar se po-dría bajar el nivel de vio-lencia. En este contextofue muy importante el rolcumplido, sobre todo, porel padre Diego Rosales,quien para 1650 recorriógran parte de laPatagonia andina practi-cando la denominadamisión circular, llevada acabo por un solo sacer-dote que recorría unazona predicando el evan-gelio y administrando lossacramentos, principal-mente el bautismo.

Finalmente la Coronaespañola suprimió porReal Cédula de 1674, almenos en las normas, la reducción a esclavitud de losindios, ordenando la devolución de cautivos, aunqueen la práctica, las malocas se siguieron realizando.

La misión de MascardiEl padre de origen italiano Niccolo Mascardi conti-

nuó la obra de Rosales, aunque su principal objetivo aldirigirse a la región del Nahuel Huapi era encontrar la“Ciudad de los Cesares”. En 1669 se dirigió a aquellaregión acompañado de una mujer indígena apodada“la reina”, quien había sido tomada prisionera en unamaloca y era una importante líder indígena. Mascardisolicitó al virrey de Chile la liberación de esta mujer yde otros prisioneros y junto a ellos partió en busca dela Ciudad de los Cesares.

En 1670 llegaron al Nahuel Huapi, en cuya orillaboreal Mascardi fundó la misión “Nuestra señora dela Asunción de los poyas y puelches del Nahuel Huapi”(ver mapa en figura 3). Ésta respondía a las caracte-

rísticas de misión reduccional, es decir, de asentamientofijo, a diferencia de la practicada por el padre Rosalesmencionada anteriormente.

La Misión fue construida en inmediaciones del lu-gar en las que actualmente conocido como Puerto Ve-nado (ubicada frente a la actual península San Pedro,Bariloche). Consistía en una humilde iglesia, con pali-zadas cubiertas de ramas y pajas.

Cuatro viajes efectuó Mascardi desde la región delNahuel Huapi a lo largo del territorio patagónico, te-niendo como principal objetivo encontrar la mítica ciu-dad. En su último viaje en 1673 encontró la muerte amanos de un grupo de indígenas hostiles.

Carta relaciónUna carta relación es

un relato dirigido a lasautoridades imperialescon el objetivo de narrarlos acontecimientos de unviaje, describiendo los re-cursos naturales y huma-nos de los lugares visita-dos. Resultó un recursohabitual de los denomina-dos cronistas de Indias,emisarios de la Coronaespañola (militares, cien-tíficos y religiosos) quie-nes mediante estas cróni-cas justificaban lo realiza-do en sus expediciones.

En la carta y relaciónque en octubre de 1670Mascardi escribió aBartolomé Camargo, rec-tor del colegio de Castro

(Chiloé), describió algunos de los rasgos característi-cos de los pueblos indígenas que habitaban la región.Entre los más significativos para entender cómo vivíanlos grupos indígenas que habitaban el Nahuel Huapien esa época figuran:

-El uso del caballo como algo común entre los gru-pos indígenas de la región: “Luego en un alto aparteme estaban esperando a caballo los caciques princi-pales de los poyas comarcanos (…) vinieron con gran-de acompañamiento de gente de a caballo. Traíanlos caballos muy aderezados, con metal de vasinica ymuchos pretales de cascabeles chicos y grandes delos antiguos de España”. [Se cita de forma idéntica aldocumento original, criterio que se mantiene para to-dos los casos que siguen].

-El toldo como vivienda y los animales cazados comobase alimentaria: “Porque nadie tiene mas casa queel toldo o tienda, pellejos de guanaco, que llevan con-sigo, donde quieran que van en busca de la caza con

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que se sustentan, que son guanacos, avestruces, zo-rros, quirquinchos”.

-.El parlamento: Se llama así a una acción políticapracticada por los grupos originarios de la región. Con-sistía en una especie de asamblea resolutiva en la queparticipaban los varones para decidir cuestiones refe-ridas a diferentes asuntos -políticos económicos, cul-turales- que tenían influencia dentro de la comunidad:“Fueron haciendo su parlamento aparte los caciquescada uno en su lengua (…). En este parlamento fue-ron exhortándose cada uno a sembrar y tener casas,modos de vivir, y a recibir mi enseñanza”.

- La relación con lugares tan distantes como el áreapampeana y los intercambios comerciales inter-tribales:“Al cabo de dos meses vinieron a verme unos veintecaciques y principales poyas de la parte principal delas pampas, y muchos de ellos, que nunca se habíanvisto por acá entre los poyas en ninguna junta por serde tierras muy lejanas, mas de cien leguas y cerca-nas a la mar del Norte y costa de Buenos Ayres”.

- En cuanto a los intercambios comerciales:“Puelches y poyas participan de muchas halajas devasinica y hierro que viene de esa ciudad (por Bue-nos Aires) pero la conchaban de esos otros. Poyasmas cercanos a la ciudad”.

Intentos de revivir la misión en el NahuelHuapi

La misión Nahuel Huapi estuvo abandonada du-rante treinta años desde la muerte de Mascardi, de-bido sobre todo a la belicosidad mostrada por los indí-genas. Los padres Felipe Van Der Meeren, conocidocomo el padre Laguna, y Juan José Guillelmo reciénvolvieron al lugar a principios del siglo XVIII, más pre-cisamente en 1704.

Los nativos de la zona se negaron a colaborar enlas tareas de la misión, entre las que figuraban traba-jar para los misioneros, por lo que tuvieron que traerdesde la isla de Chiloé mano de obra indígena “cris-tianizada”.

Una epidemia que azotó toda la región cordilleranase transformó en el detonante de descontento genera-lizado. Los indígenas responsabilizaron de la epidemiaa los misioneros y a una imagen de una “señora es-pañola” (la estatua de la virgen María). Esto generóque en octubre de 1707 envenenaran al padre Lagu-na e incendiaran la misión. El padre Guillelmo, su su-cesor, corrió la misma suerte, ya que en mayo de 1717también murió envenenado.

Esto demuestra cómo los primeros contactosinterétnicos fueron conflictivos, ya que los indígenas

Figura 2: Viaje Juan Fernández. En Florez De León, 1997.

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siempre sospecharon (y no sin razón) de cualquier in-tento de relación del europeo para con ellos. En lamemoria de éstos perduró siempre el recuerdo de lossometimientos sufridos, situación que perdura hastafines del siglo XVIII. Esta fue una de las principales cau-sas que determinaron que los intentos de asentamien-to permanente por parte de los misioneros fracasa-ran.

El trabajo en la misión fue continuado por el padreFrancisco de Elguea. Eran momentos de escasez dealimentos y los indígenas realizaron peticiones que nofueron atendidas. En consecuencia, los nativos que-maron una vez más los edificios de la misión y conellos el cuerpo del padre Elguea.

El último misionero jesuita que arribó a la regiónfue el padre Segismundo Guell en 1776, quien luegode haber construido una embarcación habría nave-gado hasta península Huemul, donde encontró los res-tos de una antigua reducción.

La expulsión de los jesuitas y laorden de los franciscanos en elespacio regional

Durante los siglos XVI y XVII la congre-gación de los jesuitas se estableció en di-ferentes puntos del territorio colonial es-pañol. Progresivamente lograron acumu-lar un poder inmenso que amenazó lasoberanía del imperio hispano, ya que sefueron apropiando de tierras en las cua-les comenzaron a ejercer importantes ac-tividades comerciales. En consecuencia en1767 el virrey de Perú Manuel de Amos,dentro de una aplicación de políticas ten-dientes a aumentar el control sobre losterritorios coloniales, decidió la expulsiónde la orden jesuita. La orden franciscanafue la sucesora de los jesuitas en los terri-torios de la monarquía española. Los pri-meros franciscanos que llegaron a Chiloé,en 1768, dependían del convento deChillán (Sur de Chile). En 1771, median-

te un convenio, se acordó que los misioneros que lle-garan al lugar dependieran del colegio de Santa Rosade Ocopa (Perú). Desde allí el virrey Francisco Gil yLemos le ordenó a fray Francisco Menéndez dirigirse aChiloé y emprender un viaje con el objetivo de “descu-brir los Cesares”.

Entre 1791 y 1794 Menéndez realizó cuatro viajeshacia el Nahuel Huapi con el fin de hallar la ciudadencantada. En el primero de ellos descubrió el deno-minado “paso de los Vuriloche”, pero no pudo cruzarla cordillera, debido a las condiciones climáticas y re-gresó a Chile. En su segundo viaje (1792) cruzó ellago Nahuel Huapi y llegó hasta lo que hoy es conoci-do como Dina Huapi, en el extremo Este del lago. Vol-vió a Chile y preparó otra expedición que finalmentellegó hasta el nacimiento del río Limay. En 1794 em-prendió el último viaje, llegó hasta Collón Cura, al surde la provincia de Neuquén pero los indígenas le impi-dieron avanzar, temerosos quizás de una posible inva-sión “blanca”.

Fig. 3: Misión Mascardi En Furlong 1995.

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Diarios de viaje de fray Francisco MenéndezMenéndez realizó un diario en el que narró los cua-

tro viajes realizados al Nahuel Huapi. En él, describióexhaustivamente las características naturales y huma-nas de la región (ver mapa en Figura 4).

En cuanto a las actividades económicas observó laexistencia de corrales de ganado vacuno: “… que lalaguna que vimos era en donde havian tenido losmisioneros sus vacas antiguamente, se pueden apre-ciar por estos pasos rastros de animales recién he-chos”.

Menciona rastros de cultivos introducidos por elcontacto con los europeos, aunque cabe aclarar queen la zona específica del Nahuel Huapi, los indígenasnunca abandonaron las actividades de recolección:“Registramos la costa y presumimos que fuese el lu-gar en donde havia estado la misión porque haviapapas, navos, romaza y otras señas de haver estadoallí alguna residencia de gente”.

“Acaba de llegar de chico Buenos Ayres (actualCarmen de Patagones) de donde trajo semilla demelones, sandias y porotos, juntamente señalando eltiempo de siembra (…) tienen alguna quínoa, trigo ycebada; pero estas semillas no son muchas, ni per-manentes, porque no cultivan la tierra, sino que lasarrojan en las laderas de los arroyos y lo que sale locoge el primero que llega”.

En cuanto a vivienda y comida destacó: “Cada tol-do se compone de siete u ocho estacas clavadas ycubiertas con cuero de caballos y venados bien bru-ñido (…) Mando el cacique matar un carnero para mi(…) se aso la pierna de uno y de puro gordo apenasse podía comer. Nos dieron sal mui rico, y a mi juicioes mejor que la de Lima. (…) “vajo con nosotros a unvalle, en donde nos estaba esperando su muger quenos regalo manzanas asadas”.

En el aspecto político remarca su contacto con unode los líderes indígenas de la región, Chulilaquin, quienbuscaba beneficios económicos que luego se conver-tirían en beneficios políticos a partir de lucrativos inter-cambios comerciales, enfatizados y robustecidos porla importancia adquirida al transformarse en interlo-cutor de las autoridades coloniales en el parlamentogeneral.

Chulilaquin durante su primer encuentro presentaa Menéndez el siguiente documento: “Florencio deJesús Núñez Teniente de Dragones del regimiento deBuenos Ayres certifico que el cacique Chulilaquin haestado en estas inmediaciones por espacio de masde cinco años, en los que dio pruebas de amor a losChristianos, y para que conste y lo agasajen en nues-tros establecimientos, pues puede ser útil le doi estaque firmo en el fuerte del Carmen en siete de sep-tiembre”. (Fuerte del Carmen es actualmente la ciu-

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dad de Carmen de Patagones, provincia de Río Ne-gro).

Posteriormente sobre este líder Menéndez afirmó:“Este cacique es un indio de mucha autoridad y po-der entre esta gente, porque tiene muchos conas yfue juntando muchos mas, mostrando un bastón demando. (…) Chulilaquin me encargo que yo informa-se al governador de su buen corazón y que amabamucho a los españoles, me señalo el sitio donde es-tábamos que hablaríamos”.

En cuanto a los aspectos económicos destaca acti-vidades relacionadas con el intercambio de objetos traí-dos de lugares distantes y de compra y venta de gana-do entre caciques: “Andan los mas cargados dechaquiras sobre doradas y tantas que algunas indiashan hecho coñas de ellas, y cintas para el cabello.Me persuado que las habrán robado en las cercaníasde Buenos Ayres, porque según dicen vienen de allá,y dicen también que se las regalaron: (…) Con loscueros de cavallo y guanaco compran cavallos a lostratantes del Norte, que son los pehuenches, y espa-ñoles que andan con ellos”. (…) Primero pasaríamosa ver a su hermano Chiglena, que vivía junto a losaucas en donde tenían bacas y obejas, que las trae-ría para que criasen en Nahuelhuapi y nosotros tam-bién compraríamos para tal fin”.

Luego de su último viaje, Menéndez regresó a Chiloépara luego dirigirse hacia Ocopa, sin poder cumplircon su objetivo de encontrar la ciudad de los Césares.El contenido de su diario no fue conocido por sus con-temporáneos. Salió a la luz cien años después,transcripto en forma completa por el científico chilenoFrancisco Fonck.

La ciudad encantada hoyLas expediciones en busca de la mítica ciudad de la

eterna juventud y la riqueza sin fin fracasaron en suintento. Sin embargo, los relatos sobre estas expedi-ciones se transformaron en un tesoro, al constituirseen los primeros testimonios escritos sobre las caracte-rísticas naturales y humanas de la Patagonia andina.

Lecturas sugeridasVillar, D. y Jiménez, J. F. (2007). Convites. Comida, bebida,

poder y política en las sociedades indígenas de laspampas y Araucanía. Anuario del Instituto de EstudiosHistórico-Sociales, VII, pp. 72-84.

Para la época de Mascardi se observa que los pue-blos indígenas del lugar tenían una economía cazado-ra recolectora, y que ya comerciaban objetos obteni-dos tanto del Atlántico como del Pacífico. Decidían suscuestiones políticas mediante parlamentos. Ya habíanadoptado el uso del caballo, .que se convertiría en unaspecto fundamental en la transformación cultural deestas sociedades, haciendo más dinámica su movili-dad.

En el siglo XVIII, los indígenas practicaban una eco-nomía más compleja basada en una actividad gana-dera mercantil, aunque nunca abandonaron las prác-ticas cazadoras recolectoras que funcionaban comocomplemento de aquella. Se generalizó el uso del ca-ballo, que permitió entre otras cosas la captura y elarreo de ganado cimarrón a gran escala desde laspampas hacia el territorio chileno.

Si bien se observa la introducción por parte de loseuropeos de nuevos cultivos y frutos (el de la manzanaresulta el más importante), la práctica del sembrado ycultivo no era habitual, por lo menos en la región delNahuel Huapi.

Mediante estas crónicas se podría afirmar queesta región se presentó como un espacio deinteracción, en el cual el contacto interétnico provo-có cambios culturales en las diferentes sociedades,cambios que presentaron un carácter complejo enun área de marcada convergencia cultural como ladel Nahuel Huapi.

La ciudad de los Césares nunca fue encontrada,pero durante la década de 1870 la belleza paisajísticade la región hizo revivir el mito, ya que cuando el cien-tífico Francisco Moreno llegó al Nahuel Huapi por pri-mera vez desde Buenos Aires se aventuró a afirmar:“la he encontrado”.

Figura 4: Viaje Padre Menéndez, En Fonck 1891.

SEBASTIÁN CABRERA

Furlong, G. (1995). Carta-relación Mascardi 1670. BuenosAires: Theoría.

Fonck, F. (1900). Viajes de Fray Francisco Menéndez a lalaguna de Nahuel Huapi. Valparaíso: Araucanía.

Fuentes utilizadas

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… la crisis actual representa nada menos que elagotamiento de un estilo de desarrollo que se ha re-velado ecológicamente depredador, socialmente per-verso y políticamente injusto.

R. Guimarães, El discreto encanto de la cumbrede la tierra: Una evaluación impresionista de la con-ferencia de Río, 1992.

Hablar de medio ambiente y de recursos naturalessin considerar al ser humano como parte de ellos esimpensable. Por ejemplo, un bosque es un sistema com-plejo que interactúa con el suelo y el agua pero tam-bién con grupos humanos cuya cultura cambia per-manentemente. Uno de los motores de cambio de lasculturas es la modificación de los ecosistemas, sea porcausas naturales y/o sociales. En este sentido, las so-ciedades humanas y los ecosistemas co-evolucionan,como sostiene Antonio Elio Brailovsky, economista po-lítico. Haciendo un poco de historia, en el siglo XIX segeneró una imagen del hombre que lo mostraba comodueño del mundo, sustentada en la concepción quesostenía que la naturaleza se encontraba allí para queel hombre la tomara y usufructuara de ella. Sin embar-go, durante el siglo XX el desarrollo socio-económicopermitió la construcción de modelos que identificabanlos recursos naturales con los recursos financieros olos depósitos bancarios, calculándose de esta manera

las tasas de renovabilidad de un bosque, de un suelo odel agua subterránea por medio de la aplicación defórmulas provenientes de la matemática financiera. Sinembargo, la naturaleza y los ecosistemas son dema-siado heterogéneos y diversos para poder ser simplifi-cados de tal manera. El comienzo del siglo XXI nosencuentra ante la necesidad estratégica de definir conprecisión y a escala global qué es lo que queremosrespecto del uso y control de los recursos naturalesque son críticos para la reproducción material de lassociedades, de acuerdo con lo afirmado por GustavoLahoud, Licenciado en Relaciones Internacionales es-pecializado en recursos energéticos.

La globalización ha significado el sometimiento delos países en vías de desarrollo a las potencias quecontrolan los mercados internacionales. El resultadoha sido un fuerte aumento de la concentración econó-mica, de la marginalidad y del desempleo, a los que seagregan el endeudamiento externo y la pérdida de lacapacidad de decisión nacional en áreas estratégicas.También se han agravado las problemáticas ambien-tales que acompañan la destrucción de los recursosnaturales. En este contexto podríamos hacernos la si-guiente pregunta: habiendo personas en situación depobreza extrema y sin acceso a alimentos, ¿por quépreocuparse por preservar los ecosistemas? ¿No esmás importante poder dar de comer a las personasque cuidar los recursos naturales? En este sentido, creoque la respuesta se relaciona con repensar nuestrassociedades en términos de co-evolución con losecosistemas que las sustentan. Para ampliar nuestromarco conceptual podemos también preguntarnos dequé manera las diferentes sociedades humanas se re-lacionan con sus respectivos ecosistemas, así comode qué formas impactan los cambios de losecosistemas en las culturas y en las sociedades.

Los países de América Latina disponen de una am-plia cantidad de recursos naturales de buena calidad.De acuerdo a datos tomados del Anuario de Estadísti-cas de América Latina y el Caribe (CEPAL), alrededordel 47% de la superficie total de América Latina y elCaribe se encuentra cubierta por bosques, (Argentina

LA SOBERANÍA DEL ESTADO SOBRE LOS RECURSOS NATURALES

Algunas consideraciones sobre medio ambiente y recursos naturales en elAlgunas consideraciones sobre medio ambiente y recursos naturales en elAlgunas consideraciones sobre medio ambiente y recursos naturales en elAlgunas consideraciones sobre medio ambiente y recursos naturales en elAlgunas consideraciones sobre medio ambiente y recursos naturales en elcontexto globalizado actual.contexto globalizado actual.contexto globalizado actual.contexto globalizado actual.contexto globalizado actual.

Palabras claves: soberanía, recursos naturales,medio ambiente.

Pedro F. TemporettiDr. en Biología, Ctro. Reg. Univ. Bariloche, Univ.Nac. del Comahue, Argentina.Cjo. Nac. de Investigaciones Científicas y Técnicas(CONICET) – Inst. de Investigaciones en Biodiversidady Medio Ambiente (INIBIOMA), [email protected] ;[email protected]

Recibido: 15/09/2011. Aceptado: 14/11/2011.

Pedro F. Temporetti

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se ubica en el séptimo lugar, detrás de Brasil, Venezue-la, Bolivia, República Dominicana y Nicaragua), co-rrespondiendo el 41% de esa superficie a bosques na-turales. Por otro lado, Argentina posee un enorme po-tencial hídrico, concentrando el 40% del agua dulcedel mundo. Esto significa que los recursos naturalesen esta región del planeta no han sido explotados to-talmente, encontrándonos así en la condición de po-der cuidarlos y explotarlos de una manera «sustenta-ble». Esto implicaría no destruir los recursos de los quetodavía disponemos y colocarlos al servicio de las so-ciedades en un marco socialmente justo, que supereel mero fin de enriquecerse. Para ello se debe cambiarla mirada sobre el modo en que usamos nuestros re-cursos naturales.

Cambiar esta mirada no es fácil y requiere cam-bios profundos, tanto políticos como económicos. Se-guir aplicando a los recursos naturales las reglas delmercado equivale a suponer que el aumento en la de-

manda de determinado producto agrario generará in-mediatamente un aumento de la fotosíntesis que per-mita satisfacerlo. Esta porfiada resistencia de la natu-raleza a someterse a las mismas reglas del juego eco-nómico a las que se someten muchos de nuestros go-bernantes termina ejerciendo presiones insoportablessobre los ecosistemas, acelerando su deterioro. Sur-gen así nuevos cuestionamientos, dado que losecosistemas sólo pueden ser pensados bajo criterioscuyo desarrollo se produce en el largo plazo, mientrasque lo que caracteriza a los mercados es la búsquedade rentabilidad en el muy corto plazo. ¿Es posible com-patibilizar ambas visiones?

Nuestro trabajo como sociedad debe apuntar a de-tectar la capacidad de cada pueblo para estableceruna relación sustentable relación sustentable relación sustentable relación sustentable relación sustentable con su entorno. Es decir,saber cómo utilizar los recursos naturales disponiblesde modo de permitir su renovabilidad indefinida. Si estono ocurriera y los agotáramos, generaríamos proble-

Foto 1: Lago Correntoso y Nahuel Huapi.

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mas ambientales, conduciendo a la sociedad a unaprofunda crisis.

Por otro lado, de acuerdo con Lahoud, en el con-texto de globalización mundial, poseer reservas ener-géticas, potencialidad de producción de alimentos agran escala y una importante cantidad de materiasprimas constituye un factor de poder estratégico queno se puede dejar de tener en cuenta a la hora deplanificar opciones estratégicas de desarrollo para unpaís. En este sentido, el autor postula que los paísesen vías de desarrollo, en general con una gran poten-cialidad en relación a sus recursos naturales, debenplantearse la necesidad de conocer, entre otras cosas,cómo se distribuyen a nivel mundial dichos recursos,cuál es su dinámica global, regional y nacional en fun-ción de una explotación sustentable, y cuáles serán losdesafíos que esta problemática le imponga a la Defen-sa Nacional.

Gustavo Lahoud plantea tres situaciones relacio-nadas que deben tenerse en cuenta a nivel global, paracomprender mejor el problema del uso de los recursosnaturales. En primer lugar, la creciente demanda mun-dial de recursos naturales como agua, alimentos, pe-tróleo y minerales. En este punto, el factor asociado esel crecimiento demográfico. ¿Es posible crecerdemográficamente como ahora sin agotar los recur-sos naturales? Y en este sentido, ¿cuál es la capaci-dad de carga del planeta? Un segundo aspecto, aso-ciado con las preguntas anteriores, consiste en el peli-gro de la escasez de los recursos. El autor relacionaeste punto con el tipo de explotación predatoria quese ha impuesto a nivel mundial. De acuerdo con suspropias palabras, «es necesario plantear, entonces,cuestiones relacionadas con la futura disponibilidadde los recursos, los daños provocados al medio am-biente y las responsabilidades políticas en todo esto,de los países desarrollados y de aquellas potenciasmedias en acelerado proceso de industrialización».En tercer lugar, las disputas y enfrentamientos étnicos,religiosos o limítrofes vinculados al control de las fuen-tes de suministro de los recursos resulta preocupanteen la actual dinámica del sistema internacional. Un

ejemplo de ello son los enfrentamientos en MedioOriente por el control de las cuencas hidrocarburíferas.

A continuación haré referencia a algunos aspectosque considero fundamentales para entender el medioambiente y los recursos naturales como proyecto dedesarrollo regional: a) la idea de sustentabilidad; b) ellenguaje accesible al hablar de recursos naturales ymedio ambiente; c) la prevención del deterioro am-biental; d) la distribución de riquezas y recursos en lasociedad; e) la extranjerización de la tierra; y f) la ca-pacidad del medio ambiente de recuperarse de la con-taminación:

a) El primero de ellos se vincula con la idea desustentabilidadsustentabilidadsustentabilidadsustentabilidadsustentabilidad. ¿Qué entendemos por desarrollosustentable? Este término comenzó a ser usado demanera popular para describir una amplia variedadde actividades, llevando en ocasiones a contradiccio-nes.

De acuerdo con el físico Albert Bartlett, quien con-sidera que la superpoblación mundial constituye el grandesafío a resolver por la humanidad, la palabra soste-nible es una derivación del concepto de producciónsostenida. Esta palabra debe dar a entender «por lar-go período de tiempo, no especificado». La idea de undesarrollo sustentable, entonces, implicaría un «au-mento sin fin». En este sentido, es evidente que el cre-cimiento poblacional -que se relaciona con el aumen-to de la pobreza, la degradación del medio ambiente yla escasez de recursos- no podría ser sostenido pormucho tiempo sin llevar a la sociedad a una crisis pro-funda.

Entonces, ¿es posible hablar de desarrollo susten-table? Un problema básico que plantea la sostenibilidadmedioambiental es su incompatibilidad con un creci-miento económico como el presente. En este contexto,Bartlett postula que una auténtica sostenibilidad requie-re no utilizar más recursos renovables de los que segeneran y minimizar la utilización de los recursos norenovables. Desde el punto de vista ecológico, el desa-rrollo sustentable se refiere a la explotación de recurrecurrecurrecurrecur-----sos naturales renovables sos naturales renovables sos naturales renovables sos naturales renovables sos naturales renovables en el sentido de que nose pierda la capacidad de regenerarse de los mismos.

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En mi opinión, creo que hablar de desarrollo sus-tentable requiere tener en cuenta tres esferas funda-mentales e interrelacionadas: la económica, la socialy la ecológica. Si no se trabaja al mismo tiempo sobreestas tres esferas, es imposible que podamos hablarde un desarrollo verdaderamente sustentable. Tal vezsea mejor usar frases como «preservación de los re-cursos» o «uso racional de los recursos naturales» ylograr un acuerdo sobre qué se quiere decir cuandose habla de «desarrollo sustentable».

b) El segundo aspecto al que me quiero referir con-siste en el lenguaje accesible lenguaje accesible lenguaje accesible lenguaje accesible lenguaje accesible cuando hablamos derecursos naturales y medio ambiente. Si asumimos queel hombre y los ecosistemas co-evolucionan, podemosdecir que cada pueblo tiene un peculiar estilo tecnoló-gico que resulta de las interacciones entre la ofertanatural (los recursos naturales disponibles) y su cultu-ra, entendida en su sentido más amplio (desde el siste-ma de creencias hasta la red de intereses económicosy las relaciones de poder existentes). Este estilo tecno-lógico tiene que ver con la forma en que esa sociedadha co-evolucionado con sus ecosistemas. Esto signifi-

ca, además, que esta relación no es individual sinosocial, planteándonos, simultáneamente, la necesidadde un lenguaje común, un lenguaje que sea accesiblea personas de formaciones diversas. Diferentes gru-pos humanos tienen actitudes diferentes frente a la na-turaleza. En este punto creo que varias cosas se pue-den hacer. Aquí, me referiré solamente a dos: la edu-la edu-la edu-la edu-la edu-cación y los organismos de ciencia y tecnolo-cación y los organismos de ciencia y tecnolo-cación y los organismos de ciencia y tecnolo-cación y los organismos de ciencia y tecnolo-cación y los organismos de ciencia y tecnolo-gíagíagíagíagía.

La educación La educación La educación La educación La educación es necesaria para generar concien-cia ambiental desde el jardín de infantes. Para ello re-sulta imperioso generar igualdad de oportunidadespara acceder a la misma. Sin embargo, mejorar el sis-tema educativo requiere atender no sólo cuestiones deaccesibilidad, sino también considerar la evolución dela realidad ambiental latinoamericana. Ello implicaadecuar los programas educativos a la realidad am-biental actual y preparar adecuadamente a los docen-tes, en particular en temas específicos de biología yconservación. En este sentido, acuerdo con lo que afir-ma el historiador británico, especialista en relacionesinternacionales, Paul Kennedy: «es en los países de

Foto 2: Glaciar Perito Moreno.

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América Latina con mayores carencias en educacióndonde los recursos están siendo erosionados por losaumentos demográficos». A esta situación puedeagregarse también la presión de las grandes poten-cias por el control de los recursos naturales disponi-bles en estos países. Por otro lado, los organismoslos organismoslos organismoslos organismoslos organismosde ciencia y tecnologíade ciencia y tecnologíade ciencia y tecnologíade ciencia y tecnologíade ciencia y tecnología tienen un importante roltanto en el desarrollo de la ciencia y la tecnología parala conservación de los recursos naturales en funciónde los intereses regionales, como en la forma de co-municación hacia la sociedad de lo que se hace y de-sarrolla.

c) El tercer aspecto está relacionado con el anteriory tiene que ver con que debemos asumir, por un lado,que el crecimiento es causante del deterioro ambien-tal, y por otro, que reparar es mucho más difícil queprevenirprevenirprevenirprevenirprevenir. En este sentido, creo que se debe dar la dis-cusión sobre qué hacer, desde lo político, lo educativo,lo tecnológico, etc., para comenzar a prevenir el dete-rioro ambiental que estamos ocasionando.

d) El cuarto aspecto tiene que ver con lo social y loeconómico. Como ya hemos mencionado, el plantea-miento de cuestiones relativas a lo ambiental debe irde la mano de lo social y lo económico. En este senti-do, es necesario generar la discusión de unaredistribución de las riquezas y recursosredistribución de las riquezas y recursosredistribución de las riquezas y recursosredistribución de las riquezas y recursosredistribución de las riquezas y recursos. Losfactores de poder son muchos; no obstante, cabríaesperar que al menos se discutiera un cambio en elsentido de una moderación del consumo por parte delo que más tienen, para poder acercarse a un desa-rrollo humano (que implica también lo ambiental) ver-daderamente sostenible. Albert Bartlett postula que «nose puede sustentar un mundo en el que algunas re-giones tienen un alto estándar de vida mientras otrostienen uno bajo». . . . . Esto puede tal vez sonar muy utópi-co, pero nos permite al menos comenzar el debate. Entérminos generales, la gente que menos recursos tie-ne, que más hambre pasa y que se encuentra másmarginada, no se preocupa por un ambiente «sosteni-ble» -y obviamente tiene sobradas razones para nohacerlo. En este sentido, Roberto Guimarães, sostie-ne: «en situaciones de extrema pobreza el ser huma-

no empobrecido, marginado o excluido de la socie-dad y de la economía nacional no posee ningún com-promiso para evitar la degradación ambiental, si esque la sociedad no logra impedir su propio deteriorocomo persona».

e) El quinto aspecto se relaciona con laextranjerización de la tierraextranjerización de la tierraextranjerización de la tierraextranjerización de la tierraextranjerización de la tierra, en relación a la con-servación de los recursos naturales. La posible explo-tación de los recursos económicamente rentables queen ellas se encuentran (por ej. cuerpos de agua, bos-ques nativos, etc.) por parte de los grandes terrate-nientes nos obliga a plantearnos el rol y el significadode la existencia de parques y áreas naturales protegi-das como instrumentos para proteger los recursosnaturales.

A modo de ejemplo, me referiré a dos casos queresultan emblemáticos en este contexto. El primero deellos pertenece a la esfera regional y lo refleja un titu-lar aparecido el 1º de junio de 2011 en el diario inglésThe Guardian que dice: «La crisis alimentaria mun-dial: Negocios de tierras causan malestar en Argenti-na. Una firma de comercialización agrícola de Chinacomprará una gran franja de tierra en la Patagonia.Los críticos temen que traerá un gran uso deagroquímicos, la degradación ecológica, y compro-meterá los recursos hídricos de la región». Este ejem-plo pone en evidencia, por un lado, la necesidadgeopolítica que tiene China de salir a buscar tierra yagua de cultivo fuera de sus fronteras y, por el otro, elpapel que juega la Provincia de Río Negro al ofrecerestas tierras a manos de extranjeros comprometiendolos recursos naturales de la zona a cambio de dinero.Por otro lado, este proyecto también entregaría la ad-ministración de parte del puerto de San Antonio Oeste(a cambio de que los inversores construyan una nuevaterminal portuaria) con las consecuencias que esta si-tuación conlleva. . . . . El otro ejemplo se vincula al agua, locual demuestra la falta de conciencia respecto al ca-rácter geoestratégico y geoeconómico que este recur-so tiene en la Argentina. La presencia del ejército deEstados Unidos colocando un puesto de monitoreo enla triple frontera, en el año 2004, y la solicitud al Para-

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guay por parte del presidente de Estados Unidos, BarackObama, de que busque terroristas en la zona en el año2010, tienen un solo objetivo: el control de SistemaAcuífero Guaraní, un verdadero océano de agua pota-ble subterráneo que tiene allí su principal punto de recar-ga.

En este contexto, sostiene Gustavo Lahoud, apareceel concepto de ordenamiento territorial, tendiente a «lo-grar una adecuada organización de la estructura espa-cial, disminuyendo las disfuncionalidades que obstaculi-zan un desarrollo más equilibrado socialmente yambientalmente sustentable».

f) Por último, cuando la contaminación excede la ca-ca-ca-ca-ca-pacidad de recuperaciónpacidad de recuperaciónpacidad de recuperaciónpacidad de recuperaciónpacidad de recuperación que naturalmente tiene elmedio ambiente, resulta más fácil contaminar que inten-tar recuperarlo. En este sentido, creo que debemos pre-guntarnos hasta dónde estamos dispuestos a pagar porla contaminación que generamos o, dicho de otra ma-nera: ¿Estamos dispuestos a pagar, como ciudadanos,por conservar el medio ambiente? ¿Cuál es ese costo?¿Quién y cómo se establece ese costo?

Todo lo expresado puede ser sintetizado, siguiendo aGustavo Lahoud, en el siguiente párrafo: El modelopredador-consumista que impera en el mundo actual, endonde existe concentración de la propiedad y degrada-ción de los recursos naturales, debe impulsar un debateque vincule al ámbito de la Defensa Nacional temas talescomo la relación socioeconómica de las comunidades yla diversificación productiva regional. Esta perspectivarequiere considerar paralelamente un adecuado orde-namiento del territorio y de la población que permitanuna explotación de los recursos naturales de manera ra-cional, eficiente y sustentable, considerando que dichosrecursos resultan claves para el desarrollo de las comuni-dades.

Para finalizar y a modo de reflexión, quisiera expresaralgunas consignas que pretenden ser generadoras dedebate y trabajo sobre estos temas, especialmente en losámbitos educativos, atendiendo a que éstos deben serlos impulsores de los cambios en la sociedad.

1) El significado del concepto de sustentabilidad am-biental.

Lecturas sugeridas

Bartlett, A.A. (1994). Reflections on Sustainability,Population Growth, and the Environment.Population & Environment, 16(1), pp. 5-35.

Brailovsky, A.E. (2006). Historia ecológica deIberoamérica. Primer tomo: De los mayas alQuijote. Kaicrón-Le Monde Diplomatique: Bue-nos Aires.

Guimarães, R. (1992). El discreto encanto de la cum-bre de la Tierra: Una evaluación impresionistade la conferencia de Río. Nueva Sociedad, 122,pp. 86-103.

Lahoud, G.O. (2004). (2004a). La importancia delos recursos naturales renovables y no renova-bles para la Defensa Nacional. AREP004, Mate-rial del Área de Recursos Energéticos y Planifica-ción para el Desarrollo del Instituto de Investiga-ción en Ciencias Sociales (IDICSO). Universidaddel Salvador: Buenos Aires. En URL:www.salvador.edu.ar/csoc/ id icso/docs/arep004.pdf

2) El uso de los recursos naturales para satisfacernuestras necesidades básicas y la necesidad de su con-servación en este sentido.

3) Relación consumo y generación de residuos. Loscostos que implica recuperar un ambiente contamina-do. ¿Estamos dispuestos a asumir el costo económicode conservar el medio ambiente?

4) Rol de las instituciones científicas (públicas) en eldesarrollo y manejo de los recursos naturales en fun-ción de los intereses locales, regionales y nacionales.

5) La idea de la Defensa Nacional de los recursosnaturales como estrategia geopolítica.

6) La necesidad de desarrollar políticas públicas queestén orientadas hacia el manejo de los recursos natu-rales de una manera sustentable en el sentido plan-teado en este trabajo. En este contexto, es necesariodebatir las formas en que estas políticas deben serimplementadas (a partir de la toma de decisiones cen-tralizadas, participación ciudadana, etc.).

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En nuestros paseos por los bosques y campos esraro encontrar aves muertas. Sin embargo, probable-mente todos nosotros hemos visto lechuzas ocaranchos atropellados al costado de los caminos o,algunas veces, aves muertas al pie de los grandes ven-tanales vidriados o cerca de un tendido eléctrico. Estoes una señal de que muchas veces las causas natura-les de mortalidad de las aves pasan desapercibidas,mientras que aquellas que están relacionadas con laactividad humana son más evidentes. También noshabla del rápido reciclado de los cuerpos muertos enla naturaleza, ya sea por la acción de microorganismoso de los animales carroñeros de tamaño grande amediano (como los jotes, caranchos, zorrinos, piches)o pequeño, como muchos insectos (moscas, polillas,escarabajos).

UNA CONSECUENCIA NO DESEADA DE NUESTRAS ACTIVIDADES

MORTANDAD DE AVESEn este trabajo se analizan las principales causas de mortalidad de avesEn este trabajo se analizan las principales causas de mortalidad de avesEn este trabajo se analizan las principales causas de mortalidad de avesEn este trabajo se analizan las principales causas de mortalidad de avesEn este trabajo se analizan las principales causas de mortalidad de avesprovocadas directa o indirectamente por las actividades humanas, y lasprovocadas directa o indirectamente por las actividades humanas, y lasprovocadas directa o indirectamente por las actividades humanas, y lasprovocadas directa o indirectamente por las actividades humanas, y lasprovocadas directa o indirectamente por las actividades humanas, y lasmedidas propuestas para mitigarlas.medidas propuestas para mitigarlas.medidas propuestas para mitigarlas.medidas propuestas para mitigarlas.medidas propuestas para mitigarlas.

Las aves mueren por causas naturales, como en-fermedades, depredación, efectos climáticos adversos,etc. Como sugerimos antes, la tasa de mortalidad porcausas naturales es difícil de estimar, ya que rara vezson detectados los cuerpos, salvo en el caso de gran-des mortalidades, como las producidas por una epi-demia.

Sin embargo, existe una serie de causas no natura-les de muerte que sufren las aves, todas relacionadascon la actividad humana. Algunas de ellas pueden sercontroladas o minimizadas hasta cierto punto dentroun área protegida como un Parque Nacional; otrasno, ya que dependen de actitudes o formas de vivirrelacionadas con las personas. Para algunas de ellasse han elaborado recomendaciones que ayudan a pre-venirlas.

Entre las causas no naturales de muerte, ocasiona-das por el hombre, se encuentran formas directas eindirectas. Las formas directas incluyen la caza depor-tiva (por ejemplo, de patos), la extracción de animalesconsiderados plaga, la matanza de especies por creen-cias erróneas (ej. el águila coronada en la provincia deLa Pampa es cazada por creer que se come las ovejas,el mismo caso ocurrió con el cóndor andino; el lorobarranquero es considerado plaga para la agricultu-ra, cuando hay estudios que dicen lo contrario), o lamortalidad asociada al comercio ilegal de fauna (ven-ta de especies de aves para mascotas o exposición enzoológicos, por ejemplo).

Las principales formas indirectas de mortalidad son:las colisiones (en rutas, con edificios, con ventanas), laelectrocución (por tendidos eléctricos), distintas formasde contaminación, como el envenenamiento con plo-mo y agroquímicos o por derrames de petróleo u otrassustancias contaminantes y la depredación por ani-males domésticos, especialmente gatos. Hay otras cau-sas, menos frecuentes, como encierros (muchos paja-ritos entran por ventanas abiertas a habitaciones y lue-go no encuentran la salida) o ahogos (por ejemplo, entachos de agua destapados). La mortalidad masiva porcontaminación tiene ejemplos como el caso del ríoCruces, en Valdivia, Chile, donde desapareció la colo-

Palabras clave: mortalidad de aves, actividadeshumanas, rutas, Patagonia.

Ana Trejo (1)

Dra. en Biología, Univ. Nac. del Comahue (UNCo)[email protected]

Susana Seijas (2)

Lic. en Biología (orientación Zoología), Univ. Nac. deLa [email protected]

Carla M. Pozzi (2)

Lic. en Ciencias Biológicas, (UNCo)[email protected]

(1) Centro Regional Bariloche, UNCo.(2) Depto. de Conservación-CENAC (Programa deEstudios Aplicados a la Conservación del ParqueNacional Nahuel Huapi) - Administración de ParquesNacionales.

Recibido: 21/10/2011. Aceptado: 23/04/2012.

Ana Trejo, Susana Seijas y Carla M. Pozzi

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nia de nidificación más grande de cisnes de cuello ne-gro en ese país a causa del derrame de un químicoaltamente tóxico proveniente de una planta papelera.Otros casos son el del aguilucho langostero en La Pam-pa, Argentina, por la ingesta de tucuras contamina-das con agroquímicos tóxicos y el de los pingüinosempetrolados en las costas marinas.

Las principales causas de mortalidad en elParque Nacional Nahuel Huapi

El Parque Nacional Nahuel Huapi y el Dpto. de Zoo-logía del Centro Regional Universitario Bariloche(CRUB) de la Universidad Nacional del Comahue cuen-tan con una base de datos de mortalidad de aves des-de el año 2000, que hasta el momento dispone de540 registros de mortalidad. De éstos, 340 corres-ponden al Parque y a los ejidos municipales de Barilochey de Dina Huapi, en la provincia de Río Negro. La basede datos se armó en base a animales hallados muer-tos por personal de las instituciones mencionadas opor miembros de la comunidad. En la mayoría de loscasos se desconoce la causa de mortalidad (53%). Entrelas causas conocidas, las tres principales correspon-den a los atropellos en ruta (24%), choques con ven-tanas (8%) y a los gatos domésticos (7%); un porcen-taje menor lo constituyen encierros en galpones y vi-viendas, depredación por perros, caza furtiva y aho-gos en recipientes con agua (7%).

El material obtenido se utiliza para formar una co-lección de pieles de estudio (Figura 1) y esqueletos deaves (Figura 2), que se encuentran depositadas en ins-talaciones del CRUB.

A continuación se describen las tres principales cau-sas de mortalidad de aves (arriba mencionadas) de-tectadas y se proponen pautas para minimizar dichosimpactos: los atropellos en ruta, los choques en venta-nas y los gatos domésticos.

¡Cuidado con el camión!Hay muchas variables que afectan la tasa de atro-

pellos de aves por vehículos en rutas. El número decarriles y la naturaleza de la superficie del camino es-tán relacionados en general con la densidad y veloci-dad del tránsito. La naturaleza del hábitat que atravie-sa la ruta, y en particular la estructura de la vegeta-ción adyacente, juega un papel importante en deter-minar qué aves están cerca de la ruta y dónde puedenintentar cruzar. Por ejemplo, aumenta la mortalidaden ciertos tramos de la ruta en donde hay tranqueras,aberturas en cercos o hileras de árboles, que constitu-yen puntos naturales de cruce. Hay también variacio-nes a lo largo del día (por ejemplo, cuando el tránsitoes más rápido y denso, entre el amanecer y las 8 ho-ras y entre las 18 y las 20 horas). Otro factor impor-tante que afecta la tasa de mortalidad por atropelloses la época del año, por ejemplo, la dispersión de losjuveniles o cuando las aves tienden a congregarse a lolargo de las rutas en busca de alimento.

La mortalidad en rutas puede ser significativa en elcaso de aves cuyo hábitat se concentra junto a las ru-tas, típicamente lechuzas y búhos (Figura 3) que utili-zan las banquinas para capturar sus presas. En el Par-que Nacional Nahuel Huapi y alrededores, las espe-cies más afectadas por esta causa pertenecen a estegrupo de aves, en particular la lechuza bataraz y la

Figura 1: Midiendo una becasinapara ser preparada como piel de estudio.

Figura 2: Cráneo de chimangopreparado para estudio.

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lechuza de campanario, que suman el mayor númerode registros tanto en las rutas que atraviesan el bos-que (húmedo y de transición), como así también laestepa.

Hace unos años, la Universidad Nacional delComahue realizó un estudio sobre aves halladas muer-tas en ruta en un tramo de 27 km (entre el lagoMascardi y el lago Gutiérrez) de la Ruta 40 Sur queune San Carlos de Bariloche con El Bolsón. Este tramose recorrió 4 veces por día a horas fijas 5 días a lasemana durante 3 años, recogiendo las aves muertasde la ruta. La mayoría de los hallazgos se hicieron du-rante la época reproductiva (aproximadamente octu-bre-marzo, según la especie). El 35% del total de avesconsideradas fueron juveniles. Este nivel de mortan-dad se puede deber a varios factores, que actúan so-los o en combinación: (1) un aumento en la abundan-cia de aves, cosa que ocurre en la primavera-veranopor la abundancia de juveniles; (2) un aumento en laexposición de individuos sin experiencia (juveniles), o(3) un incremento en el volumen del tránsito, típico deesa época del año. En ese estudio se encontraron ejem-plares pertenecientes a 13 especies, el 77% de las cua-les eran principalmente caminadoras (teros, huet-huets)(Figura 4), o con tendencia a alimentarse en el suelo

(lechuzas, jotes, aves rapaces diurnas). El atractivo debanquinas y bordes de rutas para las aves ya ha sidoreportado para varias especies. Sin embargo, el tipode lesiones encontradas (mayormente fracturas y le-siones internas) indicarían que, al menos en algunoscasos, las muertes no se produjeron por impacto di-recto con los vehículos sino por golpes contra el suelo,luego de ser desestabilizadas por la turbulencia crea-da por los mismos.

Peligro: ventanasTodo aquel que muestra un interés por las aves, más

tarde o más temprano, recibe de sus vecinos avecitasque han chocado contra ventanas o han sido halla-das en áreas cercanas a ellas. Muchas aves que mue-ren de esta forma son ciertamente removidas por ga-tos, perros u otros carroñeros. Hemos visto pájarosque se pelean contra su reflejo, generalmente machosdefendiendo su territorio durante la primavera o enverano ante lo que creen un intruso (ej., diuca y diucón).Las superficies vidriadas suelen ser un peligro poten-cial para las aves en vuelo debido a la fuerza del im-pacto, cosa que no sucede en animales que caminano son voladores de muy pequeño tamaño (insectos) yque tampoco distinguen los vidrios. Existen dos tiposde vidrios, los transparentes y los reflectivos. Ambosson igualmente peligrosos para las aves, ya que su sis-tema visual no les permite distinguirlos como una ba-rrera, ni discriminar entre la porción de espacio sinobstáculos y el espacio detrás de un vidrio transparen-te o reflejado. Se han formulado múltiples hipótesis

Figura 3: Búho junto a un camino.

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¿Cómo podemos minimizarel efecto de las rutas?

-Manejando a velocidades permitidas-Disminuyendo la velocidad y prestando especialatención en los tramos de ruta donde se encuen-tran tranqueras, aberturas en cercos o hileras deárboles.

Figura 4: Tero atropellado en ruta.

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UNA CONSECUENCIA NO DESEADA DE NUESTRAS ACTIVIDADES, MORTANDAD DE AVES

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Lecturas sugeridas

sobre los factores que influirían sobre la tasa de coli-siones. La evidencia muestra que ésta no depende deedad, sexo, momento del año, condiciones climáticas,ni siquiera tipo o ubicación de las ventanas. En cam-bio, la situación puede agravarse si se colocan bebe-deros u otro elemento que resulte atractivo para lasaves en la cercanía de estos ventanales. Las especiesmás afectadas por esta causa en Bariloche y sus alre-dedores son el fío fío, el rayadito y la rara.

Me parece que veo un lindo gatito…El gato doméstico es tan eficiente cazador de rato-

nes como de aves. Los gatos, incluidos los domésticosy los semi-silvestres, son depredadores no nativosgeneralistas, es decir, tienen una dieta variada en con-diciones naturales: aves, roedores y otros pequeñosvertebrados e invertebrados, pudiendo causar una ex-cesiva mortalidad en poblaciones locales de aves sil-vestres. De acuerdo a la información de la AmericanVeterinary Medical Association del año 2011, sólo enEstados Unidos se estima una población de gatos do-mésticos de 82 millones. Se ha estimado que, sólo enel Reino Unido, los gatos domésticos matan 30 millo-nes de aves silvestres cada año, y dos veces esta can-tidad de roedores.

Un factor importante a tener en cuenta es que in-cluso gatos bien alimentados, a menudo llevan a lacasa una pequeña presa y la desplieganorgullosamente ante sus dueños sin comerla. Estudiosde laboratorio sugieren que el hambre y el instinto decacería son controlados por diferentes centrosneurológicos del cerebro del gato, de modo que la tasade depredación no es afectada por la disponibilidad

Figura 5: Zorzal patagónico.

Klem Jr., D. (1990). Collisions between birds andwindows: mortality and prevention. Journal of FieldOrnithology, 61, pp. 120-128.Trejo, A. y Seijas, S. (2003). Una estimación de avesmuertas en ruta en el Parque Nacional Nahuel Huapi,noroeste de la Patagonia argentina. El Hornero, 18(2),pp. 97-101.Woods, M., McDonald, R. A. y Harris, S. (2003).Predation of wildlife by domestic cats Felis catus in GreatBritain. Mammal Reviews, 33, pp. 174-188.

de alimento para gatos. Como consecuencia: un gatobien alimentado no dejará de cazar cuando una presase ponga a su alcance. Las especies más afectadaspor esta causa son la bandurrita, el fío fío, el zorzalpatagónico (Figura 5) y el cabecita negra.

Las causas conocidas con menos registros como la«muerte por encierros» pueden prevenirse controlan-do, antes de cerrar ventanas y puertas, la presencia dealgún pajarito dentro del galpón o la casa. Las espe-cies más afectadas por esta causa son la golondrinapatagónica, la ratona y el picaflor rubí. Con respectoa los ahogos, tener en cuenta tapar tachos y recipien-tes que se encuentren a la intemperie.

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¿Cómo podemos minimizarel efecto de las ventanas?

-Cubrir totalmente, con telas o papeles oscuros,los paneles de vidrio.-Cubrir uniformemente los paneles con objetossobre o cerca de la superficie de vidrio y separa-dos por 5-10 cm. Se prefieren los objetos vertica-les (tiras).-Para edificios nuevos o remodelados, las venta-nas deberían construirse con un ángulo tal que susuperficie refleje el suelo y no el hábitat circun-dante o el cielo.

ANA TREJO, SUSANA SEIJAS Y CARLA M. POZZI

¿Cómo podemos minimizarel efecto de los gatos?

-Tener a cargo solamente las mascotas que se cui-darán adecuadamente.-Castrar los gatos y animar a otros a hacerlo.-Localizar bebederos para aves en sitios que no ten-gan cobertura para que los gatos puedan escon-derse o acechar.-Eliminar fuentes de alimento que puedan atraergatos vagabundos.-No alimentar gatos silvestres, ya que alimentarlosmantiene las altas densidades de gatos que compi-ten con las poblaciones de animales nativos.

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Y todo el recorrido que en vida le habíatocado hacer, se le representaba ahora comola letra y el ritmo de una canción íntimay enternecedora.

H. Tizón, Fuego en Casabindo, 1969

La música se siente; casi podríamos decir que nose piensa. Es una de las manifestaciones artísticas másuniversales y, a la vez, junto con el habla, uno de losrasgos más singulares del ser humano. Pero tambiénla ciencia, otra creación del ser humano para enten-der su realidad, integra junto con la música un aspec-to de nuestro pensamiento que nos distingue comoseres humanos. Preguntarnos por la música, tantocomo preguntarnos por la ciencia, es entonces pre-guntarnos por nosotros mismos. ¿Qué hay en comúnentre el placer por la música y el placer por el conoci-miento? O qué hay de distinto.

En esta oportunidad Desde la Patagonia tuvo elenorme placer de sentarse a charlar con un científicoresidente en Bariloche que ha tenido una destacadatrayectoria en la música de nuestra región: ClaudioChehébar, conocido además por su larga historiacomo integrante del dúo Chehébar-Navarro. Claudionos recibió en su casa en una tarde ventosa de otoñoy conversó entre mates de su historia de vida, relacio-nada tanto con la ciencia como con la música. Ha-blamos de su formación y trayectoria como científicoy como músico, de qué manera estos aspectos de lacreatividad humana conviven en él, y de cómo se su-man y se complementan.

Es biólogo, formado en la Universidad de BuenosAires, y actualmente trabaja en la Delegación TécnicaRegional Patagonia de Parques Nacionales ocupán-dose, dentro de un grupo interdisciplinario, del aseso-ramiento, opinión e intervención técnica en todos losparques nacionales de la Patagonia. Si bien su trabajoen la Delegación Técnica, según sus propias palabras,no es estrictamente un trabajo de investigación, tienemuchos puntos de contacto con la investigación cien-tífica. Su actividad como biólogo es una actividad apli-cada a la gestión. Por ejemplo, en la Delegación Téc-

nica hacen relevamientos y monitoreos respecto delestado de conservación de algunas especies en par-ques nacionales de la Patagonia. Podría decirse quesu trabajo tiene un roce con la investigación aplicada.

Tras varias idas y vueltas entre Bariloche y BuenosAires, decidió radicarse en esta ciudad. Aquí cultivó laciencia pero también se perfeccionó en la música, con-tando ya con una trayectoria de más de veinte añoscen este arte. Según sus palabras, dedicarse a las doscosas fue «algo que permite Bariloche como ciudad,dado que las distancias o el tiempo para trasladarse

por Mónica de Torres Curthy Diego Añón Suárez

Conociendo a Claudio Chehébar, biólogo y músicoConociendo a Claudio Chehébar, biólogo y músicoConociendo a Claudio Chehébar, biólogo y músicoConociendo a Claudio Chehébar, biólogo y músicoConociendo a Claudio Chehébar, biólogo y músico

CIENCIAY ARTE

Foto 1: Claudio Chehébar nació 1954 en BuenosAires. Es biólogo de la Universidad Nacional deBuenos Aires y actualmente Director de laDelegación Técnica Regional Patagonia deParques Nacionales.

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de un lado a otro son menores. En Buenos Aires nopodría haber hecho las dos cosas, ya que ir de un lu-gar a otro a veces toma mucho tiempo de viaje; en-tonces, me hubiera costado mucho ir a ensayar luegodel trabajo».

La historia de Claudio con la música es anterior asu inicio en la ciencia. En la adolescencia empezó aestudiar flauta dulce, luego flauta traversa y despuéscomenzó a incursionar en los instrumentos andinosde viento. Un poco por coincidencia, pero siempre pro-ducto de una búsqueda activa, fueron dándose los en-cuentros con maestros de la música como Carlos LópezPuccio, integrante de Les Luthiers, Arnoldo Pintos, co-nocido autor de unos libros muy populares de apren-dizaje de guitarra, o Gabriel Senanes, quien lo invitó aformar parte de un grupo llamado Fon XX, que inter-

pretaba música de compositores del siglo XX, comoRavel o Piazzola.

Creció en un hogar donde no había músicos ni ar-tistas, pero en donde sí se escuchaba mucha música yhabía variedad de discos. «Creo que eso fue decisivopara mí». Se escuchaba sobre todo música clásica;«combinado con eso, mi hermano mayor escuchabamuchos discos del nuevo folklore, César Isella por ejem-plo, que surgieron en esa época. También mi padretenía un banjo. Yo nunca lo oí tocarlo, pero el banjoestaba ahí». El tiempo, el interés y el placer de escu-char discos, «algunos de flauta dulce barroca que ha-bía en casa», y la fascinación que le producía el soni-do de sikus y quenas, «especialmente de uno de UñaRamos que había en mi casa, La magia de la quena»lo llevaron a perfeccionarse en estos instrumentosandinos. Al principio fue sólo una cuestión de relacióncon el sonido, «por pura fascinación», pero luego co-menzó a interesarse por el tipo de música y sus oríge-nes. En esa época, estamos hablando de los años 80,era difícil dar con lugares donde estudiar estos instru-mentos; sin embargo, encontró dónde hacerlo. Lo pri-mero que aprendió fue sikus, «un día, caminando porla calle, vi un cartel que decía: Centro Coya de Bue-nos Aires, clases de sikus». Luego fue la quena, en laCasa Latinoamericana. A través de Torito Staforini,charanguista y guitarrista, conoció a JorgeBustamante, guitarrista dedicado a la música andina,y a Fernando Barragán, vientista. «Con ellos aprendímuchas cosas que me faltaban, conocer el universomusical andino, los diferentes géneros y toda la rique-za de la música de Jujuy, pero también de Bolivia, Perúy Ecuador».

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Foto 2: Instrumentos de viento.

Foto 3: Zampoña ( http://peru.travelguia.net/los-sikus-melodias-del-altiplano.html)

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Con esta historia y sus instrumentos de viento seradicó en Bariloche, donde tomó clases con variosmúsicos, entre ellos José Luis Tubert, con quien siguiósu perfeccionamiento de flauta traversa. «José Luis eramuy generoso con sus alumnos y nos invitaba a parti-cipar en sus presentaciones, actuar frente al públicoen conciertos que el ofrecía. Éste fue un empujón paramí, y se lo agradezco muchísimo. Con él hacíamosmayormente música clásica, como Hendel, y otra mú-sica barroca». Una vez instalado en Bariloche ycontactado con el mundo de la música local, tuvo opor-tunidad de tocar con varios músicos y formar parte dediversos grupos. Por ejemplo, con Alberto Gonza, Da-niel Manosalva y Carlos Lastra tuvo por un corto tiem-po un grupo que se llamaba Viento Sur, que tocaba enpeñas en las escuelas, «algo muy frecuente en esosaños».

Algunas tardes de sábados, tomando el té en unacasa de una señora del Centro Atómico, «nos juntá-bamos con otros músicos para hacer música, y allíconocí a Roberto Navarro». Poco tiempo después em-pezaron a tocar juntos, por las noches, enun bar llamado Canguro´s, donde HeldaRosas cantaba música latinoamericana.Mientras Roberto hacía arreglos, Claudioaportaba instrumentos andinos y flauta. Apartir de allí comenzó a crecer el dúoChebébar-Navarro y siguió tocando porunos 20 años. Juntos editaron seis dis-cos, uno de ellos con la creación del temade Navarro El país de las manzanas, qui-zás la composición más conocida del dúo.Hoy Roberto Navarro reside en Francia. «En

este momento estamos grabando un nuevo tra-bajo, a pesar de que el dúo no tiene la

cotidianeidad de antes». De cualquier manera cadauno siguió haciendo música por su lado, «no habíaexclusividad por parte de ninguno de los dos».

A fines de los 90, Claudio retomó la flauta dulce apartir de unos cursos de música barroca financiadospor la Fundación Antorchas y empezó a formar partede un grupo llamado Barrocos al Sur. Hace ya ochoaños que toca con Manuel Montecinos, un guitarristacon quien hace folklore latinoamericano con un buencomponente andino. «También toco en una formaciónnuevita con la soprano Silvia Sarmoria y Natalia Ca-bello, pianista, y Enrique Vendrell en contrabajo, conquienes hicimos una presentación con música argen-tina de Guastavino y Piazzola, Dalziel, Navarro y otros».

«Casi nunca compuse, siempre toqué música deotros. No es que no se pueda trabajar ese aspecto,pero de cualquier manera considero que hay que te-ner una especie de don. En el dúo con Navarro el quetiene ese don es Roberto». No obstante, compusieronun par de temas juntos; uno de ellos se llama Selvaentre nubes y fue incorporado a uno de los discos. «En

Foto 4: Dúo Chehébar - Navarro. Fotogentileza de Claudio Chehébar

Foto 5: Sonidos del Altiplano. ClaudiChehébar al sikus. Foto: Mónica de

Torres Curth Foto

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este disco hay una cierta conexión con mi profesión de biólogo», yaque se inspiró en la nuboselva, un paisaje de bosques tropicales ysubtropicales de montaña que acompañan la cordillera de los An-des, donde las nubes bajas se entremezclan con la vegetación, dán-dole un aspecto de misterio y de magia.

¿Por qué la música? ¿Qué lleva a una persona a dedicarse aalguna rama del arte y no a otra o a ninguna? «No lo sé», diceClaudio. «Quizás haya algunas disposiciones naturales. Cierto esque a mí me fascinan algunas expresiones artísticas, pero no piensoen dedicarme activamente a ellas. Es una buena pregunta, lo hepensado, pero no lo sé». Quizás suceda lo mismo cuando un cientí-fico elige una rama de la ciencia. O cuando decide dedicarse a ha-cer ciencia. Las elecciones, las opciones, las oportunidades van mol-deando nuestras vidas y muchas veces no se trata de «decisiones»,sino más bien de contingencias que abren o cierran puertas, y quellevan a que cada uno sea hoy lo que es. Su pasión por la música nonació al mismo tiempo que su pasión por la ciencia, pero nuncadejaron de convivir. «Nunca dudé de estudiar biología, a pesar deque ya estudiaba música». Sin embargo, como pasa siempre en lavida de las personas «tuve un momento de crisis y se me cruzó por lacabeza dejar la biología. Porque me parecía que sacrificaba cierta‘excelencia’ al dedicarme a las dos cosas y no a una sola. Pero sieventualmente la vida me pusiera entre la espada y la pared, elegiríala música, a pesar que me apasionan las dos».

¿Qué busca Claudio Chehébar en esta convivencia entre la cien-cia y la música? «Muchas veces, para explicar por qué alguien sededica a dos cosas, se busca en qué se parecen esas cosas. Pero yocreo que hago las dos porque son bien diferentes. Aunque la biolo-gía y la música pueden tener cosas en común, lo que más me atraede cada una (y de dedicarme a cada una) son aspectos distintos,que al final se complementan. No es que uno haga una lista o lopiense demasiado, sino que uno busca un cierto equilibrio en su vida-ni pura razón, ni puro sentir. En cuanto a ‘exactamente qué’ meatrae de ambas cosas, me parece que no lo sé definir. Ambas -a sumodo cada una- son pasiones, y las pasiones no se explican».

Es a partir de este misterio que Desde la Patagonia ha pensadoesta sección. ¿Qué lleva a algunas personas a mantener en un deli-cado equilibrio su placer y su tesón en el esfuerzo por desarrollaruna ciencia y una forma de arte? Un poco más acerca de la res-puesta a esta pregunta nos deja la conversación con ClaudioChehébar, de quien nos despedimos después de un par de horas deuna charla amena, mates y anécdotas.

Foto 6: Tapas de algunos discos.

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Desde la Patagonia (DLP): En pocas palabras,¿qué es la epistemología?Agustín Adúriz-Bravo (AAB): Bueno, es difícil dedecir en pocas palabras; en nuestro país se la llamausualmente epistemología pero en otros se la llama aveces filosofía de la ciencia, sobre todo en países coninfluencia anglosajona. En la conceptualización quetrabajamos en el curso dictado en Bariloche, la episte-mología es una disciplina científica como cualquierotra, en la que el objeto de estudio son las ciencias, laciencia como actividad o alguna ciencia en particular(por ejemplo, la biología). Técnicamente, se llama aesto “metaciencia”: la epistemología es una ciencia“sobre” la ciencia. Es una disciplina que tiene algo asícomo un siglo de historia profesionalizada, y constitu-ye, en fin, una mirada crítica sobre la actividad cientí-fica y sus productos.

DLP: ¿Viniste a trabajar con docentes e investigado-res en un curso que aborda estas cuestiones?AAB: Sí, el curso estuvo dirigido a dos grandes públi-cos: las personas que se encuentran realizando elDoctorado en Biología o cualquier doctorado acadé-mico en ciencias naturales del CRUB, y personas delámbito de la enseñanza de las ciencias y de la didácti-ca de las ciencias. El carácter del curso refleja un poco

las dos audiencias, porque si bien formalmente es uncurso de epistemología “pura y dura”, con un peque-ño interpolado de metodología de la investigación cien-tífica, se piensa en la naturaleza profunda de la cien-cia erudita (la ciencia de los científicos) y, al mismotiempo, de la ciencia escolar. Entonces, hay un“subtexto” didáctico que se va mechando con el “tex-to” epistemológico puro, determinando las implicanciasde este “texto” para la mejora de la enseñanza de lasciencias.

DLP: ¿Cómo es el estado actual de la epistemologíaen Argentina?AAB: El estado actual de la disciplina en Argentina esbastante bueno. Una de las frases que conté en el cur-so es una broma que uso en mis clases de grado: Ar-gentina es el primer exportador mundial de cobalto-60 para uso medicinal, de limones y de epistemólogos.La producción epistemológica de Argentina es la me-jor de América Latina, y probablemente la mejor enhabla castellana, mejor incluso que la de España. Tie-ne una larga tradición, ya desde los años 40 o 50 delsiglo pasado. Desde sus inicios, ha tenido personajesmuy notables a nivel regional e internacional: GregorioKlimovsky, Juan Samaja y Eduardo Flichman, por ejem-plo, han sido muy renombrados; entre los investiga-

Reportaje

por Marcelo Alonso

AL EPISTEMÓLOGOAL EPISTEMÓLOGOAL EPISTEMÓLOGOAL EPISTEMÓLOGOAL EPISTEMÓLOGO AGUSTÍN ADÚRIZ-BRAVO AGUSTÍN ADÚRIZ-BRAVO AGUSTÍN ADÚRIZ-BRAVO AGUSTÍN ADÚRIZ-BRAVO AGUSTÍN ADÚRIZ-BRAVO

En el marco de un curso de posgrado realizado en el Centro Regional Universitario Bariloche(CRUB), Desde la Patagonia conversó con este didacta y docente de las ciencias naturalespara interiorizarnos un poco más acerca de los alcances y aplicaciones de la epistemolo-gía.Agustín Adúriz-Bravo estudió física, epistemología y didáctica de las ciencias naturales enla Universidad de Buenos Aires primero y más tarde en la Universitat Autònoma de Bar-celona (España) y en el King’s College de Londres (Reino Unido). Es Profesor de Enseñan-za Media y Superior en Física y Doctor en Didáctica en Ciencias Experimentales. Debiórealizar sus estudios de posgrado en el exterior, ya que no existían en aquel entonces enel país ofertas de carreras de posgrado en esta área del conocimiento. Su línea de trabajoes la de los aportes de la epistemología, la historia de la ciencia y la sociología de laciencia a la mejora de la calidad de la educación científica; en particular, el foco de sutrabajo consiste en la formación epistemológica de profesores de ciencias naturales paratodos los niveles educativos.

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dores actuales, podríamos mencionar a Mario Bunge,que vive en Canadá, Víctor Rodríguez y PabloLorenzano. Los dos últimos tienen una importante tra-yectoria internacional y son como “pesos pesados” dela epistemología argentina. Quiero decir que algunosde nuestros epistemólogos no tienen nada que envi-diarle en su producción a los de grandes centros delmundo y están muy bien considerados en la región.

DLP: ¿Y cuál es, para un neófito en el tema, la aplica-ción que tiene el desarrollo de la epistemología, nonecesariamente en la vida cotidiana, sino en el desa-rrollo de otras ciencias?AAB: Es complicado de decir porque se trata de undebate académico importante, que incluso da lugar atesis doctorales. Mi opinión, que no es una opinión desentido común, sino una opinión fundamentada y ar-gumentada, es que tiene una importancia bastantecrucial en dos campos fundamentales. Por un lado, enel campo de lo que se ha llamado comprensión públi-ca de la ciencia, es decir, en la formación de personasmás críticas y menos crédulas con respecto a la activi-dad científica; personas que la puedan evaluar mejor,entender más su forma de desarrollo y funcionamien-to. Otro campo es el de la educación científica. Laepistemología es muy necesaria para cambiar la for-ma de enseñar ciencias en todos los niveles, desde elinicial hasta el universitario, con mucho énfasis en laeducación primaria y secundaria. Si incluimos en tupregunta un tercer campo, el de la actividad científicaerudita, la de los científicos, entonces la argumenta-ción se torna más vidriosa. Hay quienes sostienen quees muy importante que los científicos en actividad se-pan epistemología. Mi opinión es que no sería necesa-rio, debido a que no resulta un factor predictivo res-pecto del rendimiento científico. Es posible consultar acientíficos de alto vuelo y muy reconocidos y encontrarque su conocimiento en epistemología puede ser muydiverso, desde nulo hasta interesante. Ésta es mi opi-nión; hay mucho escrito al respecto y hay quienes meimpugnarían frontalmente. Yo creo que, en general, senecesita la epistemología en momentos muy particu-

lares de las ciencias naturales, donde hay lío, debate,controversia, poca claridad conceptual o debatessociocientíficos; para la actividad científica diaria, laque Thomas Kuhn llamaba “ciencia normal”, no hacefalta mucha epistemología. Un “lugar común” biológi-co en donde se quiere usar un poco de epistemologíaes para mediar en el debate entre el creacionismo bí-blico y la evolución darwiniana, porque tanto de unocomo de otro lado se cometen bastantes deslicesepistemológicos, y alguna que otra idea fuerte de epis-temología podría mejorar la calidad de ese debate.Pero, en líneas generales, yo creo que no hace faltamucha epistemología ni para doctorarse, ni para in-vestigar, ni para hacer ciencia. Sí se necesita en losotros dos campos que mencioné: para poder estable-cer una mirada crítica, no autocomplaciente nimaniquea ni sesgada de la ciencia en el dominio pú-blico, y para educar científicamente a los chicos y chi-cas en todos los niveles educativos.

DLP: ¿Como ves, en Argentina, que el científico sepregunte para qué trabaja, para qué produce conoci-mientos?AAB: Creo que quienes trabajan en ciencia en la Ar-gentina deberían saber un poco de epistemología, peroel problema es que el sistema no está “diseñado” parahacerse estas preguntas. Si pensamos que hay unmundo posible donde estas preguntas son válidas yson objeto de la carrera científica y se les permite a losestudiantes preguntarse y responderlas, ahí modifica-ría mi respuesta anterior y te diría que la epistemolo-gía es un instrumento importante. El problema está enel lugar que tienen, en el sistema internacional de cien-cia, este tipo de preguntas periféricas, marginales, ycómo las respuestas que los estudiantes dan, en gene-ral, son denostadas por el sistema cientificistaeurocéntrico y de alto standing (prestigio): lo que noes valorado por la comunidad internacional de habla

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inglesa y por las revistas de mayor impacto no es cien-cia. El debate acerca de la ciencia regional y local,ciencia para todos, ciencia que trabaje con problemasde la gente, ciencia hecha “al estilo del país”, cienciaheredera de la cosmovisión de los pueblos originarios,está completamente opacado por el establishment, ypor lo tanto toda la epistemología tiene poco lugar enla actividad científica. Seguramente necesitaríamosmás epistemología para discutir cuestiones en torno alas relaciones entre ciencia y política, ciencia y econo-mía, ciencia y sociedad, remarcando además la res-ponsabilidad del científico respecto de la ética y la po-lítica.

DLP: ¿Cuál es tu postura con respecto a esta situa-ción?AAB: Es difícil que el sistema cambie pronto, aunquehay contrahegemonías y algunas revisiones. Creo que,hasta cierto punto, los más interesados en los cam-bios son los que más contribuyen para mantener todoigual. Veo que los países periféricos son los que más seemocionan con el sistema cientificista y eurocéntrico,y los que menos hacen por romper esa hegemonía.Del mismo modo, las personas con mayor potencialcientífico en nuestros países son las que menos cues-tionan este estado de cosas.

DLP: Son más obedientes…AAB: O están más “emocionados” por la ciencia eu-ropea, internacional; se hacen eco de esa ciencia “uni-versal”, aparentemente sin fronteras. Probablementepiensen que son “alguien” por estar al nivel de un ale-mán, un estadounidense, un canadiense, un inglés,que hacen la misma calidad de ciencia. Y eso implicala renuncia, en algún momento, a que mi ciencia seaargentina, aunque se trabaje sobre los bichos argenti-nos, las plantas argentinas, los problemas argentinos,las regiones argentinas. Entonces lo veo difícil de cam-biar, porque los que tienen el control en nuestro siste-ma argentino no lo ven como un problema grave. Esmucho más visible en los jóvenes estudiantes de grado

y posgrado, que sí reclaman sobre este asunto, en tantoque los grandes “popes” no lo hacen tanto.

DLP: Con respecto a esto que venimos hablando y acómo se enseña ciencia, sobre todo en los niveles pri-mario y secundario, ¿qué ves vos que se podría hacercomo para empezar a modificar la situación?AAB: Se puede hacer de todo y se están haciendo co-sas, de hecho. La política nacional actual, retomadapor casi todas las jurisdicciones provinciales, es quelos currículos de ciencias se reformen a fondo, enten-diendo que la epistemología y la historia de la cienciason insumos imprescindibles. Estos insumos, en el cam-po de la didáctica de las ciencias y de la enseñanza delas ciencias, se llaman colectivamente “naturaleza dela ciencia”. Ahora se trata no sólo de enseñar biología“pura y dura”, los contenidos de siempre, sino tam-bién de revisarlos con otra mirada, la de la naturalezade la ciencia. Significa entender a fondo la frase deAlan Chalmers: ¿qué es esa cosa llamada ciencia? Sebusca que la enseñanza de las ciencias en primaria ysecundaria ponga en el centro de lo que se está ense-ñando el entender la actividad científica, sus produc-tos y quiénes la llevan adelante. Así, no se trata tantode aprenderse de memoria leyes, teorías, modelos,principios o proposiciones, sino de entender qué es laciencia, cómo evoluciona, cómo explica, qué es unmodelo, qué es una ley, cómo se usan las teorías y losmétodos en la ciencia.

DLP: Y en particular, ¿cómo es tu trabajo cotidianoen la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidadde Buenos Aires?AAB: Soy el director de un grupo relativamente gran-de de investigación; mi trabajo personal se encuentraen la línea de poder tomar la epistemología erudita dehace unos 30 o 40 años y transformarla en objetoenseñable para distintas poblaciones, en especial pro-fesores que se están formando o que ya están en laactividad. O sea, mi trabajo consiste en acercarme aotra disciplina que no es la mía, que es la epistemolo-gía hecha por epistemólogos, entenderla a fondo ytransformarla en algo que los profesores puedan com-prender y usar. Por su parte, el grupo en su conjuntodesarrolla varias líneas de trabajo: lo que hacemos es

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usar la epistemología como insumo para que mejorela educación científica en distintos aspectos. Por ejem-plo, puede ser usada para formular una actividad di-dáctica o un material que contenga epistemología ehistoria y que a la vez enseñe ciencia.

DLP: ¿Es fácil trabajar en este tema en el país?AAB: En el país somos el único grupo que aborda-mos y desarrollamos la temática a tiempo completo,aunque ha habido aportes al tema por parte de otrosgrupos muy reconocidos, que lo han hecho muy bien.El nuestro se autoproclama y es reconocido por losdemás como el único grupo que se ocupa de esta lí-nea de vinculaciones entre metaciencias y didácticade las ciencias naturales. No hay muchos grupos dedidáctica de las ciencias en el país con algo de proyec-ción internacional. En algún aspecto, haciendo un pa-ralelismo con las ciencias biológicas, que tienen unbuen desarrollo aquí, es más fácil, desde la Argentina,situarse en el contexto internacional en la ciencia teó-rica, que sólo requiere lápiz, papel e inteligencia y po-cas cosas más. Así que, si bien la didáctica de las cien-cias argentina tiene una actividad empírica (“experi-mental”) muy limitada y restringida, de todas maneraspodemos competir con países que tienen más recur-sos y equipamiento. Competimos con lápiz, papel yganas de pensar. Pero la actividad teórica y de desa-rrollo de materiales en algunos otros aspectos tam-bién es difícil, por los motivos usuales de la cienciaperiférica argentina: altos costos para comprar biblio-grafía o suscribirse a publicaciones periódicas, dificul-tades para viajar al exterior, necesidad de escribir eninglés en revistas de alto impacto. Si se me permite laexageración, es más difícil escribir didáctica de las cien-cias que biología, porque en algún aspecto las cien-cias naturales son más estructuradas y menos “narra-tivas”: hay plantillas ya estandarizadas para un paperen ciencias “duras”. Escribir sobre nuestra temática esmás difícil en un idioma que no es el nativo, lo cuallimita mucho la posibilidad de proyectarseinternacionalmente.

DLP: En general, en estos reportajes le damos el cie-rre al entrevistado, para que desarrolle una reflexiónfinal o alguna idea que le parezca importante...

AAB: Bueno, quizás haría una reflexión final volcadahacia lo que pasó en el curso: a veces es muy difícilpensar qué va a pasar cuando uno tiene un grupomuy heterogéneo. Hay gente que viene solo a buscarla epistemología porque la requiere y proyecta pensarla biología incorporando esta perspectiva, y gente quenecesita la relación con lo didáctico y la enseñanza. Yocreo que algunas de las cosas que se trabajaron enreferencia a lo didáctico y a la tarea de enseñar sedijeron de una forma tal que interpelaron,desestabilizaron o incluso cayeron “simpáticas” a losbiólogos puros, y eso intenta ser una especie de de-mostración científica de que hay una parte de laprofesionalidad científica que también tiene que ver conlas cuestiones de la popularización de la ciencia: lacomprensión pública, la divulgación científica, la prensay la enseñanza de las ciencias. Que el científico más“duro”, cuya tarea de docencia se limita al nivel uni-versitario, también quiera saber de cosas que tienenque ver con el acercamiento al público, con formas decomunicar, es muy importante. Muchos de los asisten-tes al curso intentaban ver, en lo que yo contaba dedidáctica, cosas que hacen a la profesión de científicoy que tienen que ver con esto tan fundamental de acer-carse a la gente, lavarse la cara -quitarse la mala ima-gen de “ciencias feas y malas”-, para mostrar que elcampo en el que trabajan puede ser apasionante. Éstasería mi reflexión final.

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DESDE LA PATAGONIA DIFUNDIENDO SABERES - VOL. 9 - Nº 13 - 2012 ISSN 1668-8848

Recibió sus primeras clases de dibujo, pintura y modelado de su ma-dre, quien había estudiado en la Escuela Superior de Arte de Berlín. Ella leponía desde muy pequeña un lápiz de color en la mano, guiándola parajugar sobre el papel, así Eva aprendió simultáneamente a caminar y amanejar un lápiz.

A los doce años de edad comenzó a estudiar en forma particular conprofesores de la Escuela Nacional de Bellas Artes: Frida de Vollmar, pin-tura; Julio Geró, escultura, dibujo y pintura; Antonio Pujía, moldes, dibu-jo y escultura; José Rueda, dibujo; Raúl Russo, manejo del color; AbelBruno Versacchi, pintura, óleo; Mario Arrigutti, talla en madera; LeoTabella, escultura en cerámica.

El eje de toda su obra es el Cristo histórico, mítico y místico. Su estiloha evolucionado del surrealismo figurativo al realismo mágico. El sur ar-gentino la motiva desde hace más de 60 años; sus paisajes le sugieren lamagia de los territorios de lo iniciático, creados desde la exaltación de losimbólico, donde la confrontación entre el bien y el mal queda anuladapor el espíritu que ve la unidad del mundo.

Juega con dos realidades, una visible vinculada a los sentidos, y otrainvisible vinculada a los sentimientos. En sus obras proyecta ambas, ha-ciendo uso de su técnica preferida, el óleo, combinando espátula y pin-cel.

EVA

KLEW

E

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Su proceso creativo transita lassiguientes etapas:1. Motivación, visible e invisible.2. Documentación, realización yrecopilación de bocetos, dibujosdel natural, fotografías, recortesde diarios y revistas. Si puedeacceder a un modelo en vivo,mejor.3. Elige el tamaño adecuado desoporte (tela) para óleo o papel.4. Define cómo encarar la com-posición.5. Traza el rectángulo deLeonardo da Vinci y marca lasección áurea con un métodosimple que le enseñó su madre;ése es el corazón del cuadro. Enuna escultura, juega con el vo-lumen y el espacio.6. Dibuja el tema. Lo encara plásticamente con las cin-co formas básicas de los clásicos griegos: círculo, trián-gulo, cuadrado, óvalo y rectángulo. Cada parte de la

composición se centrará en una o más de esas figu-ras, pudiendo superponerse.7. Dibuja con pincel en forma aguada, con una colo-ración suave, similar a la técnica de acuarela. Deja la

obra y comienza otras, evitandoverla durante cierto tiempo; laobra debe «hacer sótano» (al de-cir de Raul Soldi). Puede hacer dedos a cinco obras simultáneamen-te.8. Usa continuamente el espejo,gran amigo que dice verdades(Leonardo da Vinci), observandola obra mediante su imagen inver-tida. Intenta obtener equilibrio yarmonía, para definir cómo seguir.Las obras simultáneas interactúancontinuamente en ella para resol-ver ideas.9. Termina la obra, pinta con tex-tura, sobre magro. Parte a parte,pasa del plano posterior al primerplano. El tamaño de cada partedepende del trabajo continuo so-bre una obra.

Suman más de doscientas susmuestras realizadas. Expone des-de 1973 en distintas partes delmundo. Participa de salones na-cionales y municipales, habiendorecibido premios y reconocimien-tos en dibujo, pintura y escultura.También ejerce la docencia. Unreferente frecuente de sus tallereses Ortega y Gasset: «lo importanteno es llegar, sino ir yendo».