derecho viejo.81 agosto 2008

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“Derecho Viejo” Página 1 La búsqueda es una virtud y no una herejía A nadie miro fuera de Ti, Oh, mi Amado, Tú has nacido en mí, Y mirad, Allí escojo mi refugio. He leído innumerables libros sobre Ti. Me dicen que hay muchos como Tú, que para Ti se han construido numerosos templos, que hay numerosos ritos para invocarte. Mas yo no tengo con ellos ninguna comunión. Pues todos no son más que cascarones del pensamiento del hombre. Oh, amigo, procura descubrir al Bienamado en lo recóndito de tu corazón. El tabernáculo está muerto cuando cesa de danzar el corazón. Yo te digo: La ortodoxia se forja cuando la mente y el corazón están en decadencia. Como el tranquilo estanque de los bosques está oculto bajo un manto de verdín, así, por la acumulación del pensamiento otoñal, está encubierta la Vida. Como es abatida la delicada hoja con el polvo del último verano, así es abrumada la Vida con un amor desfalleciente. Cuando el pensamiento y la emoción están cercados Por el miedo de la corrupción, entonces, oh amigo, quedas aprisionado en la oscuridad de un día agonizante Una tierna hoja se marchita en la sombra de un gran valle. No tengo nombre, soy como la fresca brisa de los montes; no tengo asilo, soy como las aguas sin abrigo; no tengo santuarios cual los dioses misteriosos, Ni estoy a la sombra de los templos solemnes; No tengo sagradas escrituras, ni estoy sazonado en la tradición. No estoy en el incienso que sube a los altares, ni en la pompa de las grandes ceremonias; tampoco estoy en la dorada imagen , ni en el sonoro canto de una voz melodiosa. No estoy limitado por teorías, ni corrompido por creencias; no soy esclavo de las religiones, ni de la pía asistencia de sus sacerdotes; no soy engañado por filosofías, ni el poder de sus sectas me da nombre. No soy humilde ni conspicuo, ni apacible, ni violento; yo soy el Adorador y el Adorado, yo soy libre. Mi canción es la canción del río en su anhelo por los mares inmensos divagando, divagando. ¡Yo soy la Vida! Textos: Jiddu Krishnamurti “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 7 Nº 81 Un periódico para leer Agosto 2008 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres Problemas urgentes, problemas importantes. El primer problema que tenemos es que estamos programados para tener problemas. ¿Estoy contento conmigo mismo? ¿Sé por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo? ¿Cómo quiero vivir? ¿Quién es Dios para mí? ¡Yo soy la Vida! (Lo demás es lo de menos)

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Un periodico para pensar. Mensual.Revista de reflexion y espiritualidad pluralista.Meditación - Contemplativa - Reflexión - Filosofía Universal

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  • Derecho Viejo Pgina 1

    La bsqueda es una virtud y no una hereja

    A nadie miro fuera de Ti,Oh, mi Amado,

    T has nacido en m,Y mirad,

    All escojo mi refugio.

    He ledo innumerables libros sobre Ti.Me dicen

    que hay muchos como T,que para Ti se han construido

    numerosos templos,que hay numerosos ritos

    para invocarte.Mas yo no tengo con ellos

    ninguna comunin.Pues todos no son ms que cascarones

    del pensamiento del hombre.

    Oh, amigo,procura descubrir al Bienamado

    en lo recndito de tu corazn.

    El tabernculo est muertocuando cesa de danzar el corazn.

    Yo te digo:La ortodoxia se forja

    cuando la mente y el coraznestn en decadencia.

    Como el tranquilo estanquede los bosques

    est oculto bajo un manto de verdn,as, por la acumulacindel pensamiento otoal,est encubierta la Vida.

    Como es abatida la delicada hojacon el polvo del ltimo verano,

    as es abrumada la Vidacon un amor desfalleciente.

    Cuando el pensamiento y la emocinestn cercados

    Por el miedo de la corrupcin,entonces, oh amigo,quedas aprisionado

    en la oscuridad de un da agonizante

    Una tierna hoja se marchitaen la sombra de un gran valle.

    No tengo nombre,soy como la fresca brisa de los montes;

    no tengo asilo,soy como las aguas sin abrigo;

    no tengo santuarioscual los dioses misteriosos,

    Ni estoy a la sombrade los templos solemnes;

    No tengo sagradas escrituras,ni estoy sazonado en la tradicin.

    No estoy en el inciensoque sube a los altares,

    ni en la pompa de las grandes ceremonias;tampoco estoy en la dorada imagen ,

    ni en el sonoro canto de una voz melodiosa.

    No estoy limitado por teoras,ni corrompido por creencias;

    no soy esclavo de las religiones,ni de la pa asistencia

    de sus sacerdotes;no soy engaado por filosofas,

    ni el poder de sus sectas me da nombre.

    No soy humilde ni conspicuo,ni apacible, ni violento;

    yo soy el Adorador y el Adorado,yo soy libre.

    Mi cancin es la cancin del roen su anhelo por los mares inmensos

    divagando, divagando.

    Yo soy la Vida!Textos: Jiddu Krishnamurti

    DERECHO VIEJOa la evolucin destino de hombre

    Ao 7 N 81 Un peridico para leer Agosto 2008

    GLORIA DEI, HOMO VIVENS (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

    Lejos del mundo. Cerca de los hombres

    Problemas urgentes,problemas

    importantes.El primer problema

    que tenemos es queestamos

    programados paratener problemas.

    Estoy contentoconmigo mismo?S por qu estoyhaciendo lo queestoy haciendo?

    Cmo quiero vivir?Quin es Dios

    para m?

    Yo soy la Vida!(Lo dems es lo de menos)

  • Derecho ViejoPgina 2 Pensamiento

    EDITORIAL

    Escribe: Camilo Guerra

    Dios se derrama en el ser humano

    Equipo

    Diseo y DiagramacinDerecho Viejo

    Direccin y CorrespondenciaAlmafuerte 2629

    (CP. 1712) CastelarProv. Buenos Aires - Argentina

    Tel: 4627-8486 / 4629-6086e-mail: [email protected]

    Directores:Dr. Camilo Guerra

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    Hemos credo por programacin, sin analizar y sin ex-perimentar, que Jess, el Cristo, es verdadero Dios y ver-dadero hombre; sin embargo la gran mayora de los cre-yentes slo adhiere en la prctica a la primera parte de estepostulado: Jess es Dios.

    Hemos creado, siempre por programacin, una distan-cia insalvable entre Jesucristo y nosotros. Nos hemos que-dado con el Jess histrico, que vivi hace 2000 aos, quevivi y resucit, (no sabemos cmo), y que nos salv, (nosabemos cmo, ni de qu; pero nos salv).

    Nos han endilgando una categora de hijos adoptivos,difcil de aceptar en trminos de absoluto y de eternidad, yms difcil an en el mbito de un Dios que es amor y ddi-va, ms all del tiempo.

    Cuando el Ser decide hacer la experiencia deseparatividad, que consiste en separarse y regresar, des-pus de haberse conocido en nosotros (sus propias mani-festaciones), ocurren cosas: nos conocemos, nos experi-mentamos en lo dual y vamos regresando paulatinamente ala unidad.

    El conocimiento de Dios no nos lleva a tener un

    saber sobre Dios, nos lleva simplemente a experimen-tar lo Uno. Cuando nos identificamos con el Cristo,cuando vemos que es hombre y es Dios, recin en esemomento nos descubrimos en el Ser; sin pecados, sin hijosadoptivos, sin rescates ni salvaciones, que son productoevidente de nuestra ilusin de separatividad.

    El Ser es Uno. Somos Uno. No hay siquiera dos se-res. En Dios somos, nos movemos y existimos, dice SanPablo.

    Volver a la unidad significa despertar a la verdad de quenunca nos hemos ido de lo Uno, aunque quisiramos, nopodramos. Las separaciones son una ilusin. Les con-viene que yo me vaya, dice Jess en el Evangelio, refi-rindose a su vida histrica; cuando descubrimos al Cristointerior en nosotros, el Jess histrico desaparece, tal comoocurre en el relato de los discpulos de Emas. Entoncesresucitamos.

    Dios no est frente a nosotros, ni a nuestro lado, Dioses nosotros, es la fuerza que nos origina; Dios se derramaen el ser humano. Somos consciencia haciendo la expe-riencia de lo humano para luego trascender.

    Jess dijo: El Reino est en vuestro interior y en vues-tro exterior. Si se conocen, sern conocidos y caernen la cuenta de que son hijos del Padre vivo. Pero si nose conocen, sern los ms pobres de los hombres.

    Si les preguntan cul es la seal del Padre de ustedes,digan: movimiento y quietud.

    Los discpulos le preguntaron: Cundo vendr elmundo nuevo? Jess les contest: Ya vino, pero nolo reconocieron.

    Evangelio de Toms

    Se nos ha dado la tarea de igualarnos a Dios, segn lacapacidad de la naturaleza humana. San Basilio

    * * *Dios se hizo hombre para que el hombre se convirtiera en

    Dios. San Clemente de Alejandra* * *

    Creer en Dios es vivir desde Dios, de modo tal que tene-mos que dejar que Dios sea en nosotros.

    Ama la Vida.Ni el principio ni el fin sabende qu causa proviene;pues no tiene ni principio ni fin.La Vida es.

    En la realizacin de la Vidano hay muerte,ni el dolor de las grandes soledades.La voz melodiosa,el grito de desconsuelo,la risa, y el lamento de afliccin,no son ms que la Vidaque camina a su colmo.

    Mira en los ojos de tu prjimoy nete con la Vida;All est la inmortalidad,la Vida eterna, inalterable.

    La penosa carga de la dudaY el aislado temor de la soledadSon para aqul que no ama la Vida;Para l no hay ms que muerte.

    Ama la Vida,Y tu amor no sabr de corrupcin.Ama la Vida, y tu juicio te sostendr.Ama la Vida, y no te desviarsDel Sendero de comprensin.

    Cual los campos de la tierraestn divididos,El hombre hace divisiones en la Vida,Creando as el dolor.

    No rindas culto a los antiguos diosesAl pie de altarescon incienso y flores;Ama la Vida con gran jbilo;Grita en el xtasis de la alegra.No hay nada que embaracela danza de la Vida.

    Yo soy de esa Vida, libre, inmortal,El Origen Eterno,Y esa Vida es la que canto.

    Krishnamurti

    La vida

  • Derecho Viejo Pgina 3

    l te condujo por el desierto, y enesa tierra seca y sin agua ha hecho bro-tar para ti un manantial de agua de laroca dura (Dt 8,15).

    Te invito a entrar en una experienciade Jess en el desierto: en soledad de co-munin, en el silencio del encuentro, en lapresencia amorosa de Dios en ti, y la tuyaen l.

    El desierto te expone, en desnudez to-tal, ante el misterio de Dios que envuelve.Nada ni nadie podr interferir tu encuen-tro, lo vers cara a cara, y llevars sunombre en tu frente (Ap 22,4). S cons-ciente de que el lenguaje del Amor te esrevelado como don del Espritu que te ca-pacita para entenderlo y vivirlo.

    El desierto es el lugar del despojo delpropio yo. La inmensa aridez que te ro-dear, har desaparecer de ti todas aque-llas cosas que no son imprescindibles entu vida. Desnudar tu alma, y te despoja-r de todo, incluso de lo que considerascomo ms amado.

    Te acercar al encuentro con Dios,porque la vaciedad en la que vivirs, tehar plenamente disponible para l, pos-trado ante el misterio insondable de suvoluntad.

    El desierto es indispensable paratodo aquel que busca a Dios, fijos losojos en Jess, alentado por la nostalgiaque el Espritu hizo nace en ti gracias aldon del agua que te dio vida.

    El desierto te libera, te deja desnudodelante de l, te ayuda a comprender lascosas desde dentro, desde otra perspecti-

    va que todo tiene en Dios.En el desierto la oracin se simplifica

    mucho: descubres que orar es ser sim-plemente t, ante l. Porque nada ni na-die te condiciona, te limitars a estar, enla transparencia de tu realidad ante Dios,al que buscas porque lo aoras, con unamor cada vez ms fuerte. Y aprendes avivir con un amor confiado, abandonado,en medio del desierto, y sumergido en elmar del Amor... consumido por su agua.

    El Pueblo de Israel camin por el de-sierto durante cuarenta aos. Moiss vi-vi en l antes de acoger la misin queDios le quera confiar.

    Jess fue al desierto para enfrentarse alos cuarenta das de tentacin y de prueba,en los que se prepar para la predicacindel Reino, despus de haber vivido en la ple-na voluntad del Padre que lo haba enviadoal mundo, para ser Palabra visible y cercanadel Amor Salvador de Dios.

    Mara vive sus aos de Nazaret en elsilencio de una vida oculta en la sencillezde lo cotidiano, como un tiempo largo dedesierto en el que se prepara para acogerel misterio del proyecto de amor del Pa-dre para ella, en el Espritu.

    Pablo cruza el desierto en el caminode conversin a Damasco. All experimen-ta la fuerza de la luz que, deslumbrndole,le hace caer del caballo e iniciar un inten-so proceso de conversin.

    El desierto tambin es indispensablepara ti. Ser un tiempo de gracia, ya quees una etapa por la cual ha de pasar todoaquel que quiera dar fruto en Dios. Des-

    El desierto es indispensable en el itinerario del corazn a Dioscubrirs la necesidad del silencio, de lainteriorizacin y de la renuncia a todo losuperfluo, para que Dios pueda construiren ti su Reino y hacer crecer, en cada uno,el espritu interior, la vida de intimidad conDios, en el dilogo directo con l.

    El Espritu que te ha conducido al de-sierto, te llevar a mantenerte en una co-munin interior en la fe, la esperanza y lacaridad.

    Despus, purificado por la fe, alenta-do por la esperanza confiada, y transfor-mado por el Amor que te invade, podrsdar fruto, en la medida en la que tu serinterior se ha dejado convertir al Amor.

    En el silencio de Mara, en el abando-no confiado en las manos del Padre, en lacomunin sincera y cordial con los her-manos, manteniendo tu mirada en Je-ss, entra en el camino interior del de-sierto, porque necesitas andar por sendasde paz y de encuentro hacia el ocano deAmor que es Dios.

    Senderos de silencioEl objetivo de tus primeros pasos, en

    esta experiencia espiritual que ests ini-ciando, es sencillo y claro: En la serenidady en la paz, busca el silencio. Reencuntratecon la unificacin interior en l.

    Tu camino se desenvuelve habitual-mente en un entorno de actividad, ms omenos intensa. Desde tu opcin por Je-ss se supone que lo vives todo en unaperspectiva de fe. Ahora, se te va a pedirque te reencuentres con el ncleo centralde tu opcin de vida, que es l, y en unaactitud de amor, vives en disponibilidad

    tu relacin fraterna, y el don que haces deti mismo en la cotidianeidad de tu tierra.Todo ha de ser expresin de un mismo ynico amor que se vive en ti.

    En l vives en la armona y el equili-brio interior, en la paz y la serenidad delalma. No olvides el objetivo final: ser co-herente con tu opcin de vida y las exi-gencias que comporta. Tu coherencia ten-dr su raz en el amor, y su fruto ser tam-bin la ofrenda que haces de ti mismo.

    Podrs afirmar: Amor... Amor...Amor... slo quiero dar amor, comunicar-lo. Slo quiero amar... entrar a descubrirel misterio que encierra el Amor.

    Es el corazn de la vida, es el alma delsilencio: abres tu vida al Misterio del pro-yecto de Dios para ti. En el silencio, elEspritu correr el velo que lo cubre.

    Djate guiar por l. Porque el encuentrocon el amor, muchas veces, se hace en unaruta de pura fe, en el que, aunque no lo sien-tas, ests viviendo en la ruta del amor.

    De este amor que vives y experimen-tas en tu encuentro cara a cara con elSeor Jess, nacer como un manantialde agua que, despus, revertir en bon-dad, comprensin, compasin y ternuraen tu relacin con los dems.

    En el itinerario de tu corazn hacia Dios,el desierto ser indispensable para ti.

    Entra en l, a pie descalzo, disponiblepara encontrar la voluntad de Dios parati, en el misterio del Reino.

    No debis nada a nadie, slo sois deu-dores en el amor (Rm 13,8)

    Thomas Merton

    En la oracin no se trata de pedir co-sas a Aquel que todo conoce. La oracinno es para decirle a Dios lo que quieressino para escuchar lo que l quiere para tiy que no es otra cosa que compartir loque l es: Tranquilidad profunda, Beati-tud, Paz, Bondad, Belleza, Amor ...

    No se trata de pedir cosas sino de com-prender que no necesitas nada ms que lapresencia de Dios y descansar en esamorada llena de sus cualidades.

    Antes de orar debes de comprender quedetrs de todos tus deseos de objetos ode situaciones del mundo, solo hay undeseo: la paz profunda. Y ese deseo lti-mo que tanto anhelas y que proyectas enlos objetos y situaciones del mundo sololo puedes obtener en la interioridad. Latranquilidad y la plenitud solo estn en tuespritu, que es el espritu de Dios.

    Una persona se pone a orar cuando hacomprendido claramente la futilidad y larelatividad de todos los objetivos conven-cionales humanos que, an teniendo suimportancia relativa, no pueden darle lapaz profunda, la plenitud que todo ser hu-mano anhela con nostalgia. Es compren-diendo claramente esto, bien sea por lapropia inteligencia, o movido por las cons-tantes dificultades de la vida, cuando unose acerca a la Paz, la Belleza, la Bondad,la Plenitud y la Alegra que proporciona elcontacto con lo Absoluto y con lo Sagra-do a travs de la oracin en su calidadms contemplativa.

    Sumergirse en el acto orante es elsntoma ms claro de que se ha llegado aldiscernimiento (entre lo verdadero y lofalso), al desapego (de las cosas del mun-do), a la sumisin (a la presencia de Dios),

    a la humildad (respecto a nuestra capaci-dad humana), a la sabidura (habiendocomprendido donde est la plenitud y elgozo verdaderos), a la caridad (al abrazaren nuestra oracin a toda la creacin), y atodas las dems virtudes... Todas las vir-tudes estn contenidas en la oracin.

    Orar es un acto simple de coloca-cin ante la presencia de lo Sagrado.

    No te compliques con rituales ni conpalabrera o con lecturas excesivas. Orares muy sencillo, no hace falta que te leastodos los libros que hay sobre el tema. Setrata de orar, no de leer sobre ello. Vale msun minuto de presencia en lo Sagrado queun ao de lecturas sobre la oracin.

    El rato de oracin es un parntesis de

    tranquilidad en tu vida. Nunca tengas pri-sa. La prisa, la ansiedad, la complicaciny la dispersin son los mayores enemigosdel espritu. Mantenlos a raya cueste loque cueste. Nunca te dejes llevar por ellos.Mantente todo el tiempo que haga faltahasta que reconozcas la presencia de loSagrado. Esto puede llevarte desde unospocos minutos hasta horas. Ten pacien-cia y espera.

    Evita hacerlo de manera mecnica y ru-tinaria; hazlo, no por obligacin, sino pordevocin. Eso te coloca en una actitud y enuna atmsfera totalmente diferentes.

    El pensamiento racional puede llegar aser un gran enemigo del espritu. No pien-ses, razones ni elucubres sobre lo que ha-ces. Simplemente hazlo; simplemente reza.Entra en esa atmsfera, no pienses sobreella. El pensamiento no entiende esos es-tados y antes, durante o despus de la ora-cin, pondr todo tipo de impedimentos yde razonamientos hacindote ver lo ab-surdo de la prctica. El pensamiento em-plear todo tipo de argumentos de lo msconvincentes e ingeniosos. No hagas casoal pensamiento! Diga lo que diga la mente,t contina con tu prctica de oracin.

    Ten en cuenta que esto te suceder,incluso, despus de muchos aos de prc-tica y de frecuentacin de esos lugaresdel Espritu. Muchos son los testimoniosde personas de oracin y de vida interiorque as lo confirman. Nunca hagas casoa esos pensamientos. La mente pensante,hiperdesarrollada en las personas actua-les, no puede abarcar ciertas moradas yse resiste con todas sus fuerzas poniendouna barrera que debemos vencer con per-severancia e inspiracin.

    Algunos consejos sobre la oracin(...) Aunque ests en soledad, ponte

    en camino y ora en soledad. El mundo delespritu ha estado desde siempre lleno deermitaos y solitarios, y ahora, con el ac-tual descalabro espiritual, sigue estndoloaunque permanezcan ocultos en las ciu-dades. Si lo puedes hacer en grupo o enfamilia hazlo as, pero sea cual sea la si-tuacin no dejes de meditar, orar y con-templar lo Sagrado.

    No puede un ser humano hacer actoms bello que la oracin. Sumergirse enel acto orante es sumergirse en la bellezaque encierra dicho acto... El abandono yla entrega al acto orante es la mayor belle-za que puede acompaar nuestra vida; esaentrega... esa rendicin ante lo que nossobrepasa...

    Uno puede optar por cubrir su vida conun manto de belleza o permanecer en lasequedad, el desasosiego, la inquietud, lafealdad o en la amargura. En algn mo-mento de tu vida tendrs que optar por louno o por lo otro, ms all de ideologas,argumentaciones y razonamientos de lamente pensante.

    Merece la pena apostar por lo primeroy que tu paso por este mundo est acom-paado de la Luz, el Calor y la Belleza delo Sagrado, convirtindote as en un focode irradiacin de esas cualidades para tuentorno. Si tu impulso y tu vocacin sonfuertes, esa opcin se har de una vez ypara siempre. Pero lo ms habitual es queesa opcin sea un gesto que se renuevacada da o cada momento del da en unaapuesta y una decisin constante.

    "Pequeo tratado de oracincontemplativa", Annimo

    Sabiduras

  • Derecho ViejoPgina 4

    La Pgina de Panchita von Gerbererg(Perrodista canina)

    Perreras

    rase un perro que cantaba a la luna. Deslumbrado por la noche, por la luz deplata de la luna llena, recorra azoteas y caaverales en busca del horizonte. Gemasus amores de perro enamorado: sus das no eran ms que esperas, perdido entresoles sin sentido. El perro amante de las noches contaba las formas de la luna; encada movimiento se saba merecedor de una palabra, de un gesto lunar. Las nochesen que reinaba la luna llena, ay, las noches de luna llena eran el tributo mximo, lafiesta real de su vida de perro. Junto a las chimeneas babeaba su placer de amante,besando a su reina, hipntico y seducido. Fue justamente una noche de luna llenacuando sucedi. Subido a una terraza, ciego de amor, el perro sinti que la luna lecontestaba: su luz fra y blanca tomaba color y calentaba su pecho, recorrindolosuavemente, mientras su cuerpo se funda con el cielo estrellado. Por un momento

    fue cielo, y fue luna y fuenoche. Sinti los cambioscasi de inmediato, y una olade gozo lo recorra mien-tras erizaba los pelos y ar-queaba su lomo con el pla-cer de lo desconocido. Parasentirse ms digno, lamisu cuerpo y su corazn,guindole el ojo y los bi-gotes a su amada de las al-turas. Luego se alej, au-llando alegremente por lostejados de las noches deverano.

    Golombek, D.

    Haba una vez, en la antigua China, un extraor-dinario pintor cuya fama atravesaba todas las fron-teras. En las vsperas del ao del Gallo, un ricocomerciante pens que le gustara tener en sus apo-sentos un cuadro que representase a un gallo, pin-tado por este fabuloso artista.

    As que se traslad a la aldea donde viva el pin-tor y le ofreci una muy generosa suma de dineropor la tarea. El viejo pintor accedi de inmediato,pero puso como nica condicin que deba volverun ao ms tarde a buscar su pintura. El comer-ciante se amarg un poco. Haba soado con tenerel cuadro cuanto antes y disfrutarlo durante el ao signado por dicho animal. Perocomo la fama del pintor era tan grande, decidi aceptar y volvi a su casa sin chistar.

    Los meses pasaron lentamente y el comerciante aguardaba que llegase el ansiadomomento de ir a buscar su cuadro. Cuando finalmente lleg el da, se levant al alba yacudi a la aldea del pintor de inmediato. Toc a la puerta y el artista lo recibi. Alprincipio no recordaba quien era.

    -Vengo a buscar la pintura del gallo -le dijo el comerciante-.-Ah, claro! -contest el viejo pintor, y all mismo extendi un lienzo en blanco

    sobre la mesa, y ante la mirada del comerciante, con un fino pincel dibuj un gallo deun solo trazo. Era la sencilla imagen de un gallo y, de alguna manera mgica, tambinencerraba la esencia de todos los gallos que existen o existieron jams. El comerciantese qued boquiabierto con el resultado, pero no pudo evitar preguntarle:

    -Maestro, por favor, contsteme una sola pregunta. Su talento es incuestionable,pero era necesario hacerme esperar un ao entero?

    Entonces el artista lo invit a pasar a la trastienda, donde se encontraba su taller. Yall, el ansioso comerciante pudo ver cubriendo las paredes y el piso, sobre las mesasy amontonados en enormes pilas hasta el techo, cientos y cientos de bocetos, dibujosy pinturas de gallos, el trabajo intenso de todo un ao de bsqueda.

    Los gallos

    Un caballero que celebraba una granfiesta invit a un amigo. Por su parte, elperro del caballero se encontr con elperro del amigo y tambin lo invit a lafiesta.

    Mi querido amigo le dijo, ven estanoche a cenar con nosotros.

    El perro recibi encantado la invitaciny al ver los preparativos se dijo: Magn-fico! Esto es tener buena suerte. Me de-leitar con todas estas exquisiteces hastahartarme, pues maana no tengo qu co-mer.

    Mientras deca esto, mova la cola ymiraba agradecido al amigo. Pero el mo-

    vimiento de la cola llam la atencin delcocinero, quien, al advertir a un perroextrao, lo agarr de las patas y lo arrojpor la ventana.

    Cuando dio con los huesos en el sue-lo, emprendi la huida calle abajo, aullan-do. Sus amigos lo alcanzaron y le pre-guntaron cmo le haba ido.

    No lo s contest, porque beb tantoque ni siquiera recuerdo por dnde sal.

    Quienes entran a un lugarsubrepticiamente bien pueden salir

    por la ventana.

    Fbulas de Esopo

    Una mujer muy airada, pero al mismo tiempo satisfecha consigo misma, dijo alMaestro: Por fin logr vengarme! Maldito! No te imaginas, Maestro, el placerde la venganza.

    El Maestro camin unos pasos en silencio a su lado y luego narr con calma:Un perro sali en la noche a recorrer los campos de su amo. De pronto se topde frente con el zorrino, que acababa de dejar su refugio para salir en busca desu alimento.El perro gru y ladr. El zorrino, mirndolo defrente, levant su cola y atac al enemigo lan-zando un lquido pestilente, que le empap supropio pelo, y salpic al perro.Este se enfureci y se lanz para morderlo, perodespus del primer intento desisti, con su bocallena de espuma, y se revolc en los pastos des-esperado. El zorrino retom su camino vence-dor, pero con todo su cuerpo empapado en elmaloliente lquido con que se defendi del pe-rro.

    Cuando te defiendas de tus enemigos, tratade hacerlo con dignidad y cuidado, no sea que

    en la defensa te ensucies a ti mismo.Ren J. Trossero

    El lado perro de la vida(historias de animalitos)

    Una mujer fue mordida por un perro rabioso. Por causa de su demora, llegtarde para recibir la atencin mdica correspondiente. Trgicamente su caso estabaperdido. Y se le comunic a la mujer la gravedad de su condicin. Una maana elmdico la encontr escribiendo, y le pregunt: Qu est haciendo, seora, estescribiendo su testamento? No, respondi la mujer. Estoy haciendo la lista delas personas a las que deseo morder antes de morir!

    Verdadero o no, el relato, cabe la pregunta cmo puede haber personas queabriguen tanto odio durante su vida, y que se vayan con l a la tumba?

    Enrique ChaijExtrado de 1.500 Ventanas de la vida

    Odio hasta el final

  • Derecho Viejo Pgina 5

    Joseph Goebbels fue el gran impulsor de la maquinariapropagandstica nazi. Unos famosos principios impulsaron su

    trabajo. Todava son usados hoy en da como herramientapropagandstica. Son estos:

    Principio de simplificacin y del enemigo nico. Adoptar una

    nica idea, un nico smbolo. Individualizar al adversario enun nico enemigo.

    Principio del mtodo de contagio. Reunir diversos adversariosen una sola categora o individuo. Los adversarios han deconstituirse en suma individualizada.

    Principio de la transposicin. Cargar sobre el adversario lospropios errores o defectos, respondiendo al ataque con elataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otrasque las distraigan.

    Principio de la exageracin y desfiguracin. Convertir cualquierancdota, por pequea que sea, en amenaza grave.

    Principio de la vulgarizacin. Toda propaganda debe ser popular,adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a losque va dirigida. Cuanto ms grande sea la masa a convencer,ms pequeo ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidadreceptiva de las masas es limitada y su comprensin escasa;adems, tienen gran facilidad para olvidar.

    Principio de orquestacin. La propaganda debe limitarse a unnmero pequeo de ideas y repetirlas incansablemente,presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, perosiempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras nidudas. De aqu viene tambin la famosa frase: Si una mentirase repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad.

    Principio de renovacin. Hay que emitir constantementeinformaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuandoel adversario responda, el pblico est ya interesado en otracosa. Las respuestas del adversario nunca han de podercontrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

    Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir defuentes diversas, a travs de los llamados globos sondas o deinformaciones fragmentarias.

    Principio de la silenciacin. Acallar las cuestiones sobre las queno se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecenal adversario, tambin contraprogramando con la ayuda demedios de comunicacin afines.

    Principio de la transfusin. Por regla general, la propagandaopera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea unamitologa nacional o un complejo de odios y prejuiciostradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedanarraigar en actitudes primitivas.

    Derecho Viejo No Etiqueta(Reflexiones para hombres que hacen poltica)

    Los principios de la propaganda

    Abraham Lincoln acababa de pronun-ciar un elocuente discurso contra la escla-vitud que imperaba en su pas, cuando sele acercaron dos hombres desconocidospara proponerle un negocio. Esta fue lapropuesta: Si usted deja de hablar de es-tas cosas, nosotros le ofrecemos un con-trato de trabajo por diez aos, a razn de20.000 dlares por ao (suma muy elevada para aquellos tiempos).Pero Lincoln rechaz de plano el ofrecimiento de esos hombres,cuya empresa se dedicaba a la compra y venta de esclavos tradosdel Africa.

    El que ms tarde ocup la presidencia de los Estados Unidosprefiri seguir siendo pobre, antes que envilecer su conciencia conel oficio de negrero. Y como presidente de su pas, finalmente abolila esclavitud. Su integridad fue merecidamente premiada.

    El ojo del elefanteCuento una historia procedente de

    Camern que un elefante cruzaba un ro.De repente uno de sus ojos se sali dela cuenca y cay al fondo del agua.

    El elefante, enloquecido, se puso abuscar por todas partes, pero en vano.El ojo parec a todas luces perdido.

    Mientras se agitaba en medio del ro,a su alrededor, los animales acuticos,los peces, las ranas, y tambin los pja-ros y las gacelas que permanecan en lamargen, le gritaban:

    Clmate! Tranquilo, elefante!Clmate!

    Pero el elefante no los oa y siguibuscando el ojo, sin encontrarlo.

    Tranquilo! le gritaban. Tran-quilo!

    Finalmente los oy, se detuvo y losmir. Entonces el agua del ro se llevsuavemente el cieno y el lodo que el ele-fante haba levantado con su movimien-to. Entre sus patas vio el ojo en el aguaque se haba vuelto clara.

    Lo recogi y lo volvi a colocar ensu sitio.

    Jean-Claude Carrire

    Relacin Campo-Gobierno (vlido para cualquier conflicto)

    Nuestra crisis es econmica,estructural, pero sobre todo ti-ca, ausencia crasa de moral. Estegran mal tiene su nombre, se lla-ma: corrupcin, violencia, enri-quecimiento ilcito, silencioscmplices, inoperancia poltica,justicia condicionada, contraban-do y legin de mafias.

    Nadie duda de la capacidad denuestro pueblo, de la formacinprofesional de polticos, empre-sarios, docentes y tcnicos. Perobien sabemos que la mejor for-macin profesional sirve de pocosi los valores morales y el patrio-tismo generosos estn ausentes.La inteligencia es ms eficientecuando pasa por el corazn.

    El blindaje que necesitamosno es tanto el dinero de afuera;es la decencia y la tica de los deadentro; de todos, pero especial-mente de quienes elegimos comoconductores del pas.

    La Argentina depende de no-sotros. La Argentina tiene queponerse de pie y con garra lu-char por un pas posible. No du-damos de la necesidad de un blin-daje econmico externo, ser unamedida coyuntural, pero ayudalight, si no va acompaado de lahonestidad, del correcto y trans-parente uso de ese dinero y de laequitativa aplicacin del mismo.Sera mucho ms til al pas ini-ciar una verdadera cruzada porla tica insobornable que viajarpermanentemente a las mecasdel dinero endeudador. Aumen-tar la produccin y el consumode lo nuestro vale ms que losdineros dulces que nos amarganla vida.

    Esta corrupcin est abajo,arriba y en el medio. Slo la dife-rencian el monto y las formas.La conocemos por los medios decomunicacin y por la experien-

    cia diaria. En mi contacto conmini proyectos de barrio, con-cretamente el San Francisco, fon-do de los partidos de Morn, LaMatanza y Merlo, he constatadoque los pobres tambin roban alos pobres, y aunque estn ata-dos al mismo palenque de la ne-cesidad abusan unos de otros.Proyectos solidarios, nacidospara ayudar a un amplio sectorbarrial, son polarizados por unospocos en su beneficio, lucrandocon el dolor de sus hermanos yacaparando donaciones hechas ala comunidad pero que en reali-dad terminan en la casa de unospocos vivos.

    No siempre es cierto que amayor formacin cultural y me-jor formacin profesional corres-ponde una mayor grandeza mo-ral, grandeza del alma. El delitono siempre tiene como causal laignorancia.

    El delito, el soborno, la basu-ra moral que nos rodea y que es-claviza a la Argentina, es fruto dela voluntad ciega de enriquecer-se, de coronarse de poder y desoberbia. A costa de todo y porencima de todos, contando conla conspiracin de silencio y conla inoperancia de nuestros diri-gentes.

    Quienes se enriquecen sem-brando injusticia y muerte sonconscientes de lo que hacen, ten-gan o no cultura. Aqu no hay pe-cado de ignorancia, sino ejerci-cio del delito a ciencia y concien-cia, no sabrn nuestros senado-res que los sobornos son ilcitos?Y el mdico y la enfermera quese llevan material del hospital parasus consultorios; no saben queestn robando?; o el quiosqueroque se queda con un pequeovuelto del nio que compra, o laempleada de oficinas pblicas quese lleva cartuchos de tinta parasu impresora familiar...

    Y dnde est la verdad?Grandeza moral, grandeza del alma

    No se dej comprar

    Hno. EugenioMagdaleno

    Por aqu... por all

  • Derecho ViejoPgina 6

    El camino contemplativo esuna escuela en la que se puedeaprender a ser ms persona y aadquirir una dimensin adicionalpara la vida. Nuestros centros deenseanza no son escuelas devida, por mucho que pretendanserlo. Estn enfocados hacia elrendimiento mental, hacia la vidaprctica y el xito profesional, alos exmenes, pero no al Ser. Enellos, los conocimientos prcti-cos requieren todas las energas.Nuestra mente es introducida enun molde estrecho y apenas pue-

    de desarrollarse libremente. Elmodo del tener ocupa el primerlugar y no el modo del ser, comocritic Erich Fromm.

    La educacin del intelecto nosolamente no es mala, sino ade-cuada y necesaria. Lo nico maloes que no se ofrecen otras posi-bilidades. Incluso la religin y lafilosofa van por esa va de ins-truccin estrecha. Cuando sedemuestra que se ha ledo yse sabe mucho de Dios, se ob-tiene el doctorado en teologa,pero no cuando se ha experi-mentado algo de l. Y se reci-be el ttulo de doctor en filo-sofa cuando se sabe repetirbien lo que otros han dicho. Seaprende qu y cmo hay quepensar. Para ello pagamos un

    precio caro. La vida queda redu-cida a los valores materiales, auna forma de vida empobrecidae, incluso, infeliz. El resultado esun creciente nmero de proble-mas polticos, sociales y psico-somticos. A nivel mundial, laprdida de la espiritualidad podraser la causa de las trgicas crisisactuales, que ponen en entredi-cho la supervivencia de la huma-nidad.

    He hablado de la otra dimen-sin y, con ello, he dado a enten-der errneamente que no se trata

    de algo natural. Solamente existeuna nica dimensin, la cual tie-ne dos aspectos, igual que unamoneda tiene dos caras diferen-tes. Pero es una nica moneda.La gente de Occidente est olvi-dando e, incluso, rechazando eseotro aspecto que se llama Dios,lo Numinoso, lo Absoluto, esaRealidad que les nutre y propor-ciona fuerza.

    Pero a muchas personas seles abre una visin nueva del mun-do, surge una idea nueva del serhumano. Lo que somos en reali-dad podra describirse comoenerga dotada de mente. Todocuerpo es un flujo de energa.Cuando miramos un ro creemosque se mantiene siempre igual. Enrealidad est cambiando en cada

    instante. Aparentemente se tratade algo permanente, pero no loes. No comprender esto es elgran engao de maya, segnel esoterismo hind. Continua-mente somos engaados por laspautas que hemos enseado anuestros sentidos. El sol no as-ciende desde el horizonte, es latierra la que gira.

    Segn nuestro esquema con-ceptual, la mente est en el cere-bro, la inteligencia en el sistemanervioso. Pero la consciencia noest encerrada en el cuerpo, estan amplia como el universo. Esinfinita, slo que se manifiesta ex-clusivamente en formas locali-zables. El antiguo paradigma de-ca: Somos seres humanos quetienen una experiencia espiri-tual. El nuevo paradigma dice:Somos consciencia que tieneuna experiencia humana.

    En la terminologa cristianaeste nuevo paradigma significa:somos vida divina que hace laexperiencia humana. Somos vidadivina que se ha encarnado, quese ha hecho individuo. Este es elmensaje de la encarnacin deDios en Jess. Igual que en Je-ss, ese Principio divino se havuelto persona en cada uno denosotros. El universo no es otracosa que un campo de conscien-cia que se materializa de nuevo,una y otra vez. Crea el cuerpofsico y el universo. Dios se creaa s mismo en cada instante. Des-graciadamente, las Iglesias cris-tianas han reducido y limitado aJess la encarnacin de Dios.

    La mstica nos dice que nodebemos medir nuestra vida enperodos de unos pocos aos,como algo que aparece por es-pacio de unos ochenta aos y queluego ser congelado en lo quelos cristianos llamamos cielo o lacontemplacin de Dios. Nuestraexistencia autntica consiste enla experiencia del ir y venir, o sea,

    del despliegue de esa Realidadoriginaria, que no es esttica. Esreposo y movimiento. Experi-mentar esa dinmica de surgir yperecer supone la consumacin.Experimentar el nacer y morircomo manifestacin de esa Rea-lidad originaria significa satori,unin mstica, la experiencia deatman, etc. Es darse cuenta dela divinidad rebosante de la quehabla Eckhart. Segn l, Dios esun estar anclado en s mismo y,adems un cierto hervir o alum-brarse a s mismo que brilla en smismo y rebosa y hierve en s yms all de s, una luz que pene-tra completamente en s en la luzy hacia la luz (Quint p. 34 ss.).

    El mstico experimenta la uni-dad de atman y Brahma, de mun-do y Dios, de forma y Vaco.Experimenta que la forma indivi-dual y el Fondo originario divinocoexisten. Por ello, en la msticaautntica no se trata de la nega-cin del mundo, sino de com-prenderlo como manifestacin dela Realidad originaria. Lo que elindividuo denomina persona esuna falsa persona. Esa personacree estar desgajada de la Reali-dad originaria. El ser humano seexperimenta como persona eternacuando esa persona falsa muereen la experiencia mstica.

    Nuestro lenguaje refleja nues-tra alienacin. Utilizamos expre-siones errneas. Utilizamos unlenguaje ilusorio. Decimos henacido cuando en el fondo de-beramos decir: ello ha nacido.Tan slo nace la Realidad origi-naria. En la Bhagavad Gita se dice:Solamente es el Seor el quenace. No vivimos nuestra vida,sino la vida de Dios. Somos tanslo los recipientes en los que lse presenta. La creencia de queel mundo y los seres humanosson simplemente materia es unasupersticin. El universo y el serhumano son energa de conscien-cia que se manifiesta en los dife-rentes objetos, e igualmente enlos individuos. Gradualmente nosvamos dando cuenta de la locuraque supone el materialismo al quenuestra especie se entreg duran-te cierto tiempo.

    Esto me lleva a preguntarmeuna y otra vez: Cul es el n-cleo de la religin?. Nos hemosacostumbrado a entender por re-ligin los llamados actos religio-sos: orar, meditar, celebracioneslitrgicas, sacramentos, pensa-mientos y sentimientos de devo-cin. A mi entender esto es unareligin de principiantes. Religines nuestra condicin de sereshumanos, nuestro obrar y actuara partir de la experiencia de launidad de nuestro ser con el Prin-cipio divino. Supongo que os daiscuenta de que evito la palabraDios, utilizando otras expresio-nes. Lo hago porque el trminoDios est demasiado cargado derepresentaciones que no deseodespertar. La religin es la expe-riencia de la unidad del Ser deDios y de la persona. Veamos conunos ejemplos cmo habra queentender esa unidad.

    El ejemplo ms fcil es el delmar y la ola. El mar no es laola. La ola no es el mar, peroambas pueden existir solamen-te unidos. Desde este punto devista la ola es, por lo tanto, mar,y el mar, ola. El mar es el Prin-cipio originario. Sin mar noexistira ninguna ola. Pero lomismo ocurre al revs: si nohubiera olas, tampoco habramar. Lo mismo vale para el soly el rayo del sol. El rayo no esel sol. Si no existiese el sol, nohabra rayos de luz. Pero el solno puede existir sin rayos. Bri-llar forma parte de la naturalezadel sol. Otro ejemplo sera el oroy la figura. Una figura de orono es slo oro. El oro es distin-to de la figura. Pero slo pue-den darse a la vez.

    Adonde nos lleva nuestro anhelo

    La contemplacin, una escuela de la vida

    Por Willigis Jger

    Somos vida

  • Derecho Viejo Pgina 7

    La palabra mstica asusta frecuente-mente, a pesar de que toda persona esmstica de nacimiento. Siendo por natu-raleza profundos, tenemos miedo a la pro-fundidad. Viviendo inevitablemente enDios, tenemos miedo a Dios. (Miedo a quealtere nuestros proyectos personales; aque nos conduzca por caminos que nosabemos).

    Mstica se refiere a misterio, a algoque calla dentro de cada uno y que es-pera a que lo descubramos para que pue-da revolucionar toda nuestra vida. La partesilenciosa, la que calla dentro de cadauno de nosotros es la maravillosa refe-rencia y similitud que tenemos con Dios.

    Cuando aflore esa profundidad que so-mos en verdad, alterar todos nuestros va-lores caducos y efmeros, formados en elfrecuentemente aburrido acontecer de lavida diaria.. Estamos ordinariamente cons-truidos desde fuera, por fuerzas que nospresionan y condicionan a pensar, sen-tir y actuar de un modo determinado.

    Hasta cierto lmite, a veces decisivo, noshan matado la libertad y determinado unafalsa identidad: somos lo que pensa-mos y, en gran parte, lo que los demshan hecho de nosotros. Y as nos vivimosy as creemos que somos . Pero, de ver-dad somos lo que creemos que somos?

    Todos somos msticos de nacimiento.No existen las personas ordinarias; nadiees ordinario. Todos somos extraordina-rios. O, si se prefiere, ser extraordinarioes lo ordinario porque es lo normal.

    Pero hay que realizar consciente y li-bremente esa norma y actualizar esa rea-lidad que sali de las manos de Dios. Sa-limos de sus manos pero sin abandonar

    ese mbito, que es l mismo, que nos sos-tiene y que nos da consistencia (Hch 17,28).

    Nuestra naturaleza profunda nos diceque Dios es nuestro lugar definitivo. Slonuestra distraccin nos hace personas irre-levantes cuando no advertimos que somosmisterio y msticos de nacimiento.

    Pero somos libres. Tenemos, por lomenos, la libertad suficiente paraliberarnos y dejarnos liberar de todos loshijos que nos atan, como marionetasdeterminadas por otros, convertidos enperfectos inconscientes, que pasan porla escena como graciosos o trgicos peroque, al terminar, se derrumban inconsis-tentes, amontonados y grotescos cuan-do nadie tira de sus hilos.

    Cada ser humano es creado por Dios;cada ser humano es nico e irrepeti-ble. Dios no es un fabricante, es un crea-dor; es un artesano; todo lo hace deuno en uno y con amor. Y nos conocepor nuestro nombre...

    Desgraciadamente, al crecer, vamos per-diendo contacto con nuestras posibilidadesinteriores de realizar nuestra mstica inte-rior; de ser nosotros mismos. La racionali-dad, la eficacia, la competencia, la exterio-rizacin, en definitiva, nos van alejando denuestra realidad misteriosa y mstica.

    De este modo nos convertimos enadultos con papeles secundarios y aje-nos a nuestra verdadera naturaleza ocul-ta, mstica, silenciosa: y as nos converti-mos en negociantes, en escritores, recau-dadores, ministros o reyes.

    Ordinariamente, al crecer, nos vamosempobreciendo, y, de mil modos, nos pasa-mos el da habituados a la esquina de unacalle, donde pedimos lo que nadie puede

    darnos, despus de haber perdido lo querealmente tenemos porque lo somos: ms-ticos de nacimiento. Somos un misterioque vive dentro de otro misterio: Dios.

    Los pastores deben preguntarse since-ramente si han prestado suficiente aten-cin a la sed del corazn humano en bus-ca del agua viva que slo puede darCristo nuestro Redentor (cfr. Jn 3,7-13).Lo mismo que l, queremos apoyarnosen la novedad perenne del mensaje evan-glico y en su capacidad para transfor-mar y renovar a quienes lo aceptan.

    Considero que la formacin tiene queafrontar la racionalidad desde el silencio:poder pensar, pero, tambin poder dejarde pensar y cultivar la fuerza de la mi-rada silenciosa (Sal 34,5); educar la vo-

    luntad en la entrega: poder hacer ypoder dejar de hacer y, sobre todo po-der dejar hacer. Es necesario educar-nos contra nuestros miedos en elabandono; aprender a afrontar los de-safos y a no tener temor de nuestros pro-pios lmites, impotencia e insuficiencia (2Co 3,5); y el vivir abiertos a la provi-dencia de nuestro Padre Dios, que se ocu-pa de nosotros (1 P5,17).

    Es preciso educarse, dejarse educar,para vivir con todos, sin perder la calidadde una persona que surge de su propiosilencio y del silencio de Dios.

    Extraido de De camino con Dios

    Toda persona es mstica de nacimiento

    Los EvangeliosRecordemos que los Evangelios, que cuentan los hechos, los gestos y las pala-

    bras de Jess, no fueron escritos por observadores neutrales. No son narra-ciones periodsticas, sino narraciones escritas por creyentes que han vivido, medi-tado y asimilado estos actos y estas palabras antes de ponerlas por escrito.

    Por tanto, son el reflejo de la fe de estas primeras comunidades cristia-nas, y no siempre cuadran necesariamente con la verdad histrica. Eso explica porotra parte que algunas narraciones se contradigan entre ellas, como el encuentro yla llamada de los primeros discpulos. Esto debe incitarnos a no tomarnos estostextos al pie de la letra en una lectura literal.

    Mis preferencias se inclinan por el Evangelio de Juan. Desde las primeras pala-bras en el principio exista el Verbo abre el camino por el que se ha desarrolladomi vida espiritual desde hace tres cuartos de siglo: el misterio del Verbo encarnado.Para la Redencin no era necesario el sufrimiento de Jess, sino el simplehecho de que el Verbo se hubiera encarnado. La flagelacin y el tormento de lacruz no provienen de la voluntad de Dios, sino que constituyen simplemente laconsecuencia de la decisin divina de la Encarnacin. El Verbo hecho hombreasume por completo la condicin humana.

    Por Abb Pierre - Extraido de Dios mo... por qu?

    Por Nicols Caballero

    Lo sabemos...

  • Derecho ViejoPgina 8

    Cuando un silencioso secreto llamado,nos ha invitado a un banquete espiritual ysin saber por qu un impulso interior nosinduce a concurrir a los talleres donde senos brinda el agasajo, comenzamos a ex-perimentar una rara, al menos distinta sen-sacin de hallarnos ante una alternativaincomparable que nos ofrece la vida. As,nos demos cuenta o no, se trata de lamisma que buscbamos y nos sorprendegratamente un regocijo interior que noscomplace y no se asemeja a nada de todolo que hayamos experimentado en elpasado.

    Ese algo que no nos preocupa mu-

    cho averiguar, nos mueve a seguir in-tentando descubrir de qu se trata y, ta-ller a taller, nos vamos dando cuenta queel lance supera nuestra curiosidad yse libra en un terreno, no desconocido,pero casi inexplorado por nosotros.

    De la misma manera, esa especie deincertidumbre, mezcla de duda y confian-za a la vez, sigue calando lentamente enlas desconocidas profundidades de nues-tro ser interior y nos hace comenzar a vis-lumbrar la Causa que la motivaba.

    Ms adelante, cuando ya el misteriosoconvite se hace ms especifico y frecuentey slo asisten quienes perseveran en esa

    El misterioso derrotero del espritudadera vivencia y nos permita di-ferenciarla de una imaginacin.Esto vendra a ser algo ascomo distinguir la voz del Ser,de la srdida voz del ego, enafn de persuadirnos del po-der que no tiene, sino porquese lo damos nosotros.

    Transponer el umbral delo psquico a travs del si-lencio, la soledad y la aten-cin, a la corta o la larga,nos llevar a estadios inima-

    ginables de donde procedern natural-mente las respuestas a todos los planteosque se nos presentaron o que se nospudieran presentar, con la absoluta con-fianza que nos viene de nuestro Ser.

    Tanto como para poder fijar un pocoms la idea, resulta procedente comentarel alcance de lo que estamos queriendodecir, tratando de relacionar algunos as-pectos relevantes de otras culturas coneste trabajo. Desde el amanecer de estostiempos y hasta que la civilizacin lointerrumpi; indgenas de Amrica, loscuales jams haban estado en contactocon civilizacin alguna, practicaban elmismo mtodo y trascendan lo psquicopara alcanzar estados de elevacin super-lativos. Quin les ense a hacerlo?.. Noser qu hay una misteriosa corrientede afinidad que identifica a los sereshumanos con su Principio y a pesarde su formacin arquetpica, les in-dica el camino?

    Un prrafo aparte para terminar: loque acabamos de comentar respecto dela meditacin, puede ayudarnos enalgo; pero, ms lo va a hacer el hechode saber que ni todas las palabras queconforman el mundo de la gramtica,ni todos los ejemplos que puedan citartodos los libros del planeta, alcanzaranpara expresar lo inexplicable, eso quese experimenta en la plenitud de nues-tro ser y nos evita andar dando explica-ciones...

    Durante mucho tiempo me he preguntado: Por qu Jess no se qued entrenosotros? Por qu no contina haciendo milagros, ensendonos? En esta po-ca meditica nuestra, tendra un xito fabuloso! Mucho ms que cualquier papa,aunque fuera el ms santo y el ms carismtico! Pero precisamente el riesgo deidolatra, ya considerable en el caso de un papa como Juan Pablo II, habra sidodemasiado grande. No estaramos en comunicacin interior e ntima con Cristo: leveramos como un dolo exterior. Todos desearamos verlo, tocarlo, ser curadospor l... Sin escuchar necesariamente su palabra, sin meditarla. O bien a la inver-sa: nos impresionara demasiado y le temeramos. Para entrar en una relacinntima, interior, amante con Jesucristo y a travs de l con Dios hay que cerrarlos ojos del cuerpo y abrir los del corazn. Esta es sin duda la razn por la queCristo resucitado no permaneci en la Tierra de manera visible. Y sin duda tam-bin por este motivo no se impone a nosotros como maravilla visible y deslumbran-te. Se encuentra como entre la bruma de la maana de Pascua, frente a Mara deMagdala. Se encuentra como en el camino de Emas. Sus discpulos y amigosms prximos no le reconocen, por lo mucho que les abruman las preocupacionesy las preocupaciones y la tristeza. Pero entonces, en un momento, pronuncia unapalabra Mara, hace un gesto partir el pan, y nuestros ojos le reconocen..

    Se ofrece a nosotros, pero solamente podemos encontrarlo escuchando nues-tro corazn, por medio de la interiorizacin, por medio de la plegaria silenciosa.Tambin contina hablando y actuando en cada cristiano que intenta caminar si-guiendo sus pasos.

    Cada vez que encuentro a un hombre o a una mujer atrozmente heridos por lavida, oigo que Jess les llama por su nombre e intenta decirles mediante mi voz, mimirada, mis manos, lo que Jess dice con tanto amor: Pablo, Carmen, Fran-cisco, Laura.

    El cristianismo es un encuentro de una persona con otra persona. Es la conti-nuacin del Evangelio. No es ninguna otra cosa.

    Ausencia y presencia de Jess

    Hctor Roedelsperger

    Por Abb Pierre

    bsqueda de s mismo, sobrevieneuna etapa de ansiedad en la cual co-menzamos a preguntarnos si es-taremos cualificados comopara efectuar el consabidoenlace y convertir a la feen un modo de vida; es ahdonde debemos saber queno tenemos que esperarresultados a la vista.En todo caso, ellos se vana dar naturalmente y vana estar reflejados ennuestros actos. Adems, no nos vamos adar cuenta, o si llegamos a ser conscien-tes de ellos, nos eximirn de la necesidadde ostentarlos o de alardearlos, ya que elbeneplcito interior que nos reportaconnotativamente, colmar de gratitudnuestras expectativas, hacindonos pres-cindir de toda especulacin mental.

    Por lo tanto, para evitar que la in-certidumbre nos impaciente, vamos atratar una palabrita que nos puedeaportar cierta tranquilidad al respecto,nos referimos a: subliminal.

    SUBLIMINAL: se compone de unprefijo que indica debajo de y de unaraz latina que significa umbral; palabra staque en la acepcin que nos interesa y serelaciona con la psicologa dice: valor apartir del cual empiezan a hacerse per-ceptibles los efectos. Al trmino que nosocupa, los fillogos lo definen como: ca-rcter de aquellas percepciones sensoria-les u otras actividades psquicas, de las queel sujeto no llega a tener consciencia.

    Asociar esto ltimo a lo de ms arriba,nos ha de servir de tranquilizante a la horade plantearnos si meditamos o no, si avan-zamos o estamos estancados, etc.

    Veamos entonces; aunque nos parez-ca que estamos intentando en vanocontactarnos con nuestra esencia, todaposible experiencia o evolucin en el sen-tido correcto, nos quedar guardadasubliminalmente y permanecer latentehasta que alcancemos un estado de cons-ciencia que nos habilite a discernir una ver-

    Encuentro

  • Derecho Viejo Pgina 9

    Otra vez estaba hablando el CondeLucanor con Patronio de esta manera:

    -Patronio, un hombre me ha propues-to una cosa y tambin me ha dicho la for-ma de conseguirla. Os aseguro que tienetantas ventajas que, si con la ayuda de Diospudiera salir bien, me sera de gran utili-dad y provecho, pues los beneficios seligan unos con otros, de tal forma que alfinal sern muy grandes.

    Y entonces le cont a Patronio cuanto lsaba. Al orlo Patronio, contest al conde:

    -Seor Conde Lucanor, siempre odecir que el prudente se atiene a lasrealidades y desdea las fantasas, puesmuchas veces a quienes viven de ellas lessuele ocurrir lo que a doa Truhana.

    El conde le pregunt lo que le habapasado a esta.

    -Seor conde -dijo Patronio-, haba unamujer que se llamaba doa Truhana, queera ms pobre que rica, la cual, yendo unda al mercado, llevaba una olla de miel enla cabeza. Mientras iba por el camino,empez a pensar que vendera la miel yque, con lo que le diesen, comprara unapartida de huevos, de los cuales nace-ran gallinas, y que luego, con el dineroque le diesen por las gallinas, compra-ra ovejas, y as fue comprando y ven-diendo, siempre con ganancias, hastaque se vio ms rica que ninguna de susvecinas.

    Luego pens que, siendo tan rica, po-dra casar bien a sus hijos e hijas, y queira acompaada por la calle de yernos ynueras, y pens tambin que todos co-mentaran su buena suerte pues haba lle-gado a tener tantos bienes aunque habanacido muy pobre.

    As, pensando en esto, comenz a rercon mucha alegra por su buena suerte y,riendo, se dio una palmada en la frente: laolla cay al suelo y se rompi en mil pe-dazos. Doa Truhana, cuando vio la ollarota y la miel esparcida por el suelo, em-pez a llorar y a lamentarse muy amarga-mente porque haba perdido todas las ri-quezas que esperaba obtener de la olla sino se hubiera roto. As, porque pusotoda su confianza en fantasas, nopudo hacer nada de lo que esperabay deseaba tanto.

    Vos, seor conde, si queris que lo queos dicen y lo que pensis sean realidadalgn da, procurad siempre que se tratede cosas razonables y no fantasas o ima-ginaciones dudosas y vanas. Y cuandoquisiereis iniciar algn negocio, noarriesguis algo muy vuestro, cuya pr-dida os pueda ocasionar dolor, por con-seguir un provecho basado tan slo enla imaginacin.

    Al conde le agrad mucho esto que lecont Patronio, actu de acuerdo con lahistoria, y as le fue muy bien.

    Doa Truhana

    Hablaba otra vez el Conde Lucanorcon Patronio, su consejero, y le dijo:

    -Patronio, algunos nobles muy pode-rosos y otros que lo son menos, a ve-ces, hacen dao a mis tierras o a misvasallos, pero, cuando nos encontramos,se excusan por ello, dicindome que lohicieron obligados por la necesidad, sin-tindolo muchsimo y sin poder evitarlo.Como yo quisiera saber lo que debo ha-cer en tales circunstancias, os ruegoque me deis vuestra opinin sobre esteasunto.

    -Seor Conde Lucanor -dijo Patronio,lo que me habis contado, y sobre lo cualme peds consejo, se parece mucho a loque ocurri a un hombre que cazaba per-dices.

    El conde le pidi que se lo contase.-Seor conde -dijo Patronio-, haba

    un hombre que tendi sus redes paracazar perdices y, cuando ya haba co-brado bastantes, el cazador volvi juntoa la red donde estaban sus presas. A me-dida que las iba cogiendo, las sacabade la red y las mataba y, mientras estohaca, el viento, que le daba de lleno enlos ojos, le haca llorar. Al ver esto, unade las perdices, que estaba dentro dela malla, comenz a decir a sus com-paeras:

    -Mirad, amigas, lo que le pasa a estehombre! Aunque nos est matando, mi-rad cmo siente nuestra muerte y por esollora!

    Pero otra perdiz que estaba revolo-teando por all, que por ser ms vieja yms sabia que la otra no haba cado en

    El cazador de perdicesahora os enva!

    Pero l les dijo que estuvieran segurosde que, aunque esta desgracia les moles-tara mucho, ya veran como era por subien, pues Dios la haba mandado. Y pormucho que insistieron, no pudieron cam-biar su actitud.

    Los que le esperaban para darle muer-te por orden del rey, cuando vieron quedon Pedro no llegaba y se enteraron de losucedido, volvieron a palacio y all conta-ron al rey por qu sus rdenes no se ha-ban cumplido.

    Durante mucho tiempo estuvo donPedro Melndez sin poder cabalgar y eneste tiempo supo el rey que las acusacio-nes contra don Pedro eran totalmente fal-sas, por lo cual hizo prender a sus calum-niadores. Luego fue a visitar a don Pedro,le cont las infamias que haban levanta-do contra l, su resolucin de darle muer-te y, finalmente, le pidi perdn por loserrores que haba cometido y le concedinuevos honores y mercedes para compen-sarle. Despus mand ejecutar en su pre-sencia a quienes falsamente haban acu-sado a don Pedro.

    Y as libr Dios a don Pedro Melndezde perder la fama y aun la propia vida,resultando ciertas las palabras que soladecir: Lo que Dios nos enva siemprees lo mejor.

    Y vos, seor Conde Lucanor, no oslamentis por esta contrariedad que ahorapadecis, pues debis saber que todo loque Dios hace es para bien nuestro, y sias lo creis l os ayudar en todo mo-mento. Pero debis saber, adems, que lascosas que nos suceden son de dos clases:unas las podemos remediar cuando ocu-rren; otras no tienen solucin alguna. Enlas primeras debemos hacer cuanto poda-mos para hallar una solucin, sin dejarlotodo en las manos de la Providencia o dela suerte, porque esto sera tentar a Dios,ya que, al tener el hombre entendimientoy razn, ha de intentar remediar cuantascontrariedades y desdichas le puedan so-brevenir. Sin embargo, en las cosas en queno es posible poner remedio, debemospensar que, al ocurrir por voluntad de Dios,ser por nuestro bien. Como esa enfer-medad de la que me hablis es de las co-sas que Dios manda y que no podemosremediar, pensad que, si viene de l, serlo mejor que pueda ocurriros, que ya Diosdispondr que todo salga como deseis.

    El conde pens que Patronio le decala verdad y le daba un buen consejo, obras y le fue muy bien.

    Una fracturaRelatos del Conde Lucanor - 1era. parte

    Extrados de El conde Lucanorde Don Juan Manuel

    De otro tiempo

    la red, le respondi:-Amiga, doy gracias a Dios porque

    me he salvado de la red y ahora le pidoque nos salve a todas mis amigas y a mde un hombre que busca nuestra muer-te, aunque d a entender con lgrimasque lo siente mucho.

    Vos, seor Conde Lucanor, evitadsiempre al que os hace dao, aunque osd a entender que lo sientemucho; pero si algu-no os perjudica, nobuscando vuestradeshonra, y el daono es muy gravepara vos, si se tra-ta de una persona ala que estis agra-decido, que ade-ms lo ha hechoforzada por las cir-cunstancias, osaconsejo que no leconcedis demasia-da importancia,aunque debis pro-curar que no se re-pita tan frecuente-mente que llegue a da-ar vuestro buen nom-bre o vuestros intereses.Pero si os perjudica volunta-riamente, romped con l para quevuestros bienes y vuestra fama no se veanlesionados o perjudicados.

    El conde vio que este era un buen con-sejo que Patronio le daba, lo sigui y todole fue bien.

    Otro da hablaba el Conde Lucanor conPatronio, su consejero, y le dijo:

    -Patronio, como vos sabis, estoy enlitigio con un seor, vecino mo y muypoderoso. Ambos hemos acordado ir a unavilla y el que primero llegue se quedarcon ella, pero el otro la perder. Sabistambin que ya est preparada toda mi gen-te y que, si yo fuese el primero, con laayuda de Dios, estoy seguro de que con-

    seguira mucha honra y gran provecho;pero como no estoy muy sano, veo que

    no puedo hacerlo y por eso estoy muypreocupado, y, aun-que perder esa villame duele mucho,sinceramente osdigo que para m serpeor que l acrecien-te su poder y su hon-ra. Por la confianzaque tengo en vos, osruego que me digislo que en estas cir-cunstancias debo

    hacer.Seor Conde Lu-

    canor -dijo Patronio-aunque tenis razn al

    lamentaros, para que encasos como este hagis

    siempre lo mejor, me gustara quesupierais lo que le sucedi a don PedroMelndez de Valds.

    El conde pidi que le contara lo su-cedido.

    -Seor Conde Lucanor -dijo Patronio-era don Pedro Melndez de Valds un ca-ballero distinguido del reino de Len, que,cuando tena una contrariedad, siempredeca as: Bendito sea Dios, pues si l loha hecho ser por mi bien.

    Y debis saber que don Pedro Melndezera consejero del rey de Len y privadosuyo, por lo cual sus enemigos, movidospor la envidia, lo acusaron ante el rey decrmenes tan graves que el monarca deci-di mandarle matar.

    Estando don Pedro Melndez en sucasa, le lleg una orden del rey mandn-dole ir a palacio inmediatamente. Sabed quequienes lo haban de matar lo estaban es-perando a media legua de su casa. Cuan-do don Pedro Melndez fue a coger sucaballo para ir junto al rey, cay por unaescalera y se rompi una pierna; por locual sus sirvientes y acompaantes se sin-tieron muy disgustados y empezaron aecharle en cara su confianza en Dios, di-cindole:

    -Vaya, don Pedro Melndez! Vos,que decs que lo que Dios hace es siem-pre por vuestro bien, tomad el que Dios

    Maximiliano PjkovichMediador Privado

    Esmeralda 980 2 A (C1007ABL)Ciudad de Buenos Aires, Repblica Argentina

    Tel: (54-11) 4312-25974516-0572

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  • Derecho ViejoPgina 10

    Por Leonardo Saporitti

    El lenguaje del espritu

    Me han preguntado muchas veces:Qu es la poesa? Escritores jvenes,de distintas edades y experiencias, dedi-cados al periodismo, a la literatura, al tra-bajo de componer el poema Nada se-ra ms apropiado que negar esta pregun-ta y responder as, sencillamente: la poe-sa no se define, como no se explica por-qu se escribe, o por qu se tiene unacreencia, ya sea religiosa, o de carctersocial, o profesional

    Aceptemos el misterio. Creamos en lavida que nos ha puesto frente a mltiplesy hermosos destinos. Esta vida que sepuede enriquecer pensando, obrando, dan-do sentido a todas las condiciones. No nosconformemos con definir esto o aque-llo, sino con la oportunidad que tene-mos para hacer esto o aquello. Por per-der esta valiossima oportunidad humana,muchos dejan de vivir, de creer, de bus-car definiciones sin poner toda su capa-cidad en lo que piensan.

    Aqu est quizs el secreto de una vidaque da otras dimensiones a la totalidad quenos envuelve.Y tambin a la totalidad dela poesa.

    Dimensiones en el arte ms depurado yvital, en la palabra ms significativa, en lavisin ms profunda de las cosas, en la be-lleza y majestuosidad de la naturaleza.

    Escribe:Alberto Luis

    Ponzo

    Acerca de la poesa

    Donde se vierte lo fatuoLa fantasa est metaforizada a tra-

    vs de la tecnologa. Y est metfora tie-ne la tenacidad y la firmeza de la cuerdaque tensa un arco. Y de lo tenso naceuna nota que ensordece el infierno y cantaall un supuesto paraso. Ese canto es laempuadura de esta sociedad, que sos-tiene nuestras armas y nuestros movi-mientos. La prioridad del consumista esser ingenuo, esa inocencia de no ver queva a caer a su vaco, porque lo que com-pra son ms bordes y ms barbarie aquradica lo irrevocable de esta permanentecada. Y ese vrtigo se siente hasta verti-calmente.

    (-Ellos ya no miran-)El consumismo ciego es como una

    metfora del engao, una contradiccin,que se emparenta con los dos elementosque la componen, el ocupador desocu-pado. No existe el camino que no se ca-mina, y suponer que se lo puede com-prar es no caminarlo, es algo tan obvio ytan ridculo como pinchar el vaco.

    (-Ellos ya no miran-)La vida construida a partir de una sen- Ana Paula Picone

    Dimensiones en las bondades del mun-do, en las acciones ms esplndidas, enlos ejemplos ms reconfortantes.

    Dimensiones en la sencillez del trabajosin el falseamiento y la corrupcin cau-sados por la ambicin econmica.

    Dimensiones en la libertad del pensa-miento, en el sacrificio que cuesta a ve-ces mantener una idea que no es la delorden cultural imperante.

    Y dimensiones, en fin, en esos frag-mentos de nuestros principios que no re-sultan vlidos y carecen de rentabilidaddentro del panorama general de los pro-ductos comerciales.

    Queda dicho para la poesa, como paratoda empresa, realizaciones en el arte y laexistencia, en los ms altos proyectos, enlos momentos de mayores conflictoscomo los que vivimos en estos das, quelo que cuenta est en el apasionamientode hacerlo, sin ningn cartel o fin espe-culativo.

    Y la sociedad est necesitandoque esto suceda.

    tencia: "te ocupar lo que te desocu-pa". El tamao de esa mentira mereceel plural y ese nmero nos encierra atodos.

    (-Ellos ya no miran-)Esa necesidad de lo mgico que lleva

    al hombre a no enfrentarse a s mismoes tan continua y milenaria como quererhundir un charco. La nica magia viveen las circunstancias que nos rodean ynos convierten en un ser distinta cadasegundo que se las vive.

    Qu verdad puede existir si las con-clusiones son manipuladas porque alguienya haba elegido la respuesta de antema-no. Es como buscar el camino despusque se hall y eligi la puerta por dondeentrar.

    El deseo de realizacin permaneceen la contradiccin y se percibe comoreal, como la corteza de los rboles tie-nen la contradiccin de la dureza en susarrugas.

    Me gustara a este final mostrarle unahistoria, pero ellos no estn mirando.

    Quisiera esta tarde divina de octubrepasear por la orilla lejana del mar;

    que la arena de oro, y las aguas verdes,y los cielos puros me vieran pasar.

    Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,como una romana, para concordar

    con las grandes olas, y las rocas muertasy las anchas playas que cien el mar.

    Con el paso lento, y los ojos frosy la boca muda, dejarme llevar;

    ver cmo se rompen las olas azulescontra los granitos y no parpadear;

    ver cmo las aves rapaces se comenlos peces pequeos y no despertar;

    pensar que pudieran las frgiles barcashundirse en las aguas y no suspirar;

    ver que se adelanta, la garganta al aire,el hombre ms bello, no desear amar...

    Perder la mirada, distradamente,perderla y que nunca la vuelva a encontrar:

    y, figura erguida, entre cielo y playa,sentirme el olvido perenne del mar.

    Alfonsina Storni, Ocre

    Las olas se fundan con las impasi-bles rocas en abrazo febril. Salpicabansbitas gotas de versos taciturnos y re-cuerdos de una vida que fue pramofecundo en desventuras, sortilegios yazar. A lo lejos, se oan las hurfanasvoces de una urbe excitada por los vai-venes cosmopolitas de fines de la d-cada de 1930. Sin embargo, Ella esta-ba sola; abatida frente a la inmensidad ma-rina que abrigaba en su seno la esenciaperpetua de vetustas plegarias, de legen-darios secretos que reposan en lo abso-luto del onrico elemento.

    La inefable luz de la luna se presenta-ba irresistible a sus sentidos, la cercenabaa un despiadado juego de seduccin cu-yas intenciones permanecan ocultas bajoel manto morado de la noche. Aquel des-tello lunar dorma insondable en las acuo-sas entraas del mar, aquellos eternos si-lencios reclamaban el fuego sagrado desus letras.

    Arenas inmemoriales recibieron sus pa-sos al bajar las escaleras de la playa LaPerla. Una brisa helada acarici su cuer-po que permaneca subsumido a los en-cantos del astro. Lentamente, dirigi suandar hacia la orilla bendita y, mientrassaciaba sus deseos, el paisaje bebi en ti-

    Alfonsina:tu silencio, el mar...

    Testigos (en la infinidad del tiempo)

    bios besos el nctar de sus huellas anhelan-do para siempre el paraso de sus labios.

    Alfonsina se detuvo frente a aquellasaguas que se presentaban tal cual elixirdivino, tal vez ellas podran calmar sudolor, quiz en sus misterios y leyendasencontrara celestiales pginas para sus ri-mas. Dulcemente, ofrend sus ltimosbros al crepsculo y, entre lgrimas, con-sagr su ser a los brazos de aquel amanteinmaculado.

    Slo en mi cuerpo desvaneca ya surastro, sus pasos finales, al tiempo quese internaba en el arcano mar, infinito,buscando un refugio donde salvar elalma mortalmente herida de una heroicapoetisa que fue romntica sibila en el artede amar.

    Una humilde pizca de arenaMar del Plata, Octubre de 1938

    Voces y odos

  • Derecho Viejo Pgina 11

    Dos hermanos InigualablesMario Passano:

    Reflexiones de un actorEl 19 de abril cumpli sus jvenes 86 aos de

    edad. Contina sus clases de arte escnico, lossbados a las 10, en Castelar, Almafuerte 2642.Paralelamente concurre donde lo llamen con suscharlas Recuerdo de un Comediante o realizaFesti-teatros benficos para instituciones debien pblico. Abierto generoso y siempre chis-peante, como l mismo lo dice hasta que baje elteln, Passano nos exterioriz su alegra al ha-ber sido convocado recientemente por LeonardoFabio para participar de su prxima pelcula. Me-morioso vecino de Ituzaing, partcipe de unapoca de oro del espectculo nacional, rescata-mos detalles de su vida actoral que reflejan la

    pureza de un estilo inconfundible que no tiene desperdicio.

    Hay cosas que quedan grabadas a fue-go en la mente y en el corazn y sta esuna de ellas. Siempre so y quise ser actor.Mi viejo, que en esta hermosa profesinhaba sufrido, pasado hambre y corridola liebre... no quera que yo siguiera estacarrera... Pero yo tena un volcn en mialma y al fin me saqu el gusto.

    Recuerdo que teniendo quince aos fuia los viejos Estudios S.I.D.E., con unalnea de recomendacin que me dio mipadre, a ver a Discpolo, que estaba fil-mando Cuatro Corazones con Irma Cr-doba, Alberto Vila y Tania. Yo temblabade nervios y emocin, pues nunca habaentrado a un estudio. El seor Montealegreme hizo pasar y al rato apareci Discpoloque me abraz y me bes, pero no pudodarme nada y me recomend a Retazoporque necesitaban chicos.

    Yo agradec y el destino quiso quecuatro aos despus entrara en esos mis-mos Estudios S.I.D.E. como protagonis-ta de Juvenilia.

    Tambin supe que el mismoDiscepoln se haba parado para aplau-dir un mutis final que yo haca en laMuerte de un viajante. Siempre lo ad-mir a Discpolo; por eso este recuerdolo llevo en mi corazn.

    Debido a las ideas de izquierda de supadre, y a pesar de no militar en poltica,fue vctima de esa persecucin y pas deser el muchacho de oro del cine argen-

    tino, el galn que venda y era taquillero, aun marginado de la escena. Decide en-tonces empezar a dar clases de teatro endistintos lugares, y descubre de esta ma-nera su gran vocacin docente, su almade maestro.

    Desde entonces, adems de las tcni-cas de la actuacin, trata de inculcar ensus alumnos conducta, respeto, tica,moral, a alegrarse con los xitos de loscompaeros; en suma, trata de elevar lacondicin humana y de recuperar los va-lores que con el avance de la tecnologase han ido perdiendo.

    Por eso se pregunta... hasta cundoseguir toda esta desagradable pornogra-fa barata que est equivocando el senti-do de nuestra hermosa libertad, hasta con-vertirla en triste y oscuro libertinaje? Cules el camino a seguir...?

    ltimamente ha vivido grandes emo-ciones con las charlas y actuaciones querealiza.

    Pero lo que realmente me conmovi,dice, fue cuando llev a mis alumnos ala Colonia Montes de Oca, en Torres, cer-ca de Lujn. Me sent muy bien como serhumano al divertir a ms de 300 enfer-mos que rean y aplaudan a rabiar.

    Los mdicos curan el cuerpo, peronosotros los actores curamos el alma de lagente, esa es nuestra misin. Yo estoy or-gulloso de ser actor y seguir luchandohasta que caiga el teln, concluye.

    Mario Passano, bailarn de tango, actu en el cineargentino junto a su hermano, el actor RicardoPassano. Falleci de un ataque al corazn, en Ituzaing,el 23 de julio de 1995.

    Dej escritas estas reflexiones de un actor.

    Un perro en la playa... me sigue, est tan solo,que mi soledad es... su compaa.

    El sonido del aplauso poco importa, slo importa elsilencio que hizo brotar ese aplauso.

    La moda atrofia la personalidad. Si jams te has arrodillado... no es necesario morir

    de pie. Gast tantos errores en mi vida, que estos que me

    quedan tratar de conservarlos. La muerte no acepta coimas. Qu es el valor? El miedo contado por un valiente. El verdadero triunfo de un triunfador es soportar su ocaso. Cuando camines tal vez tu sombra se detenga un da... pero tus sueos seguirn

    andando. Qu es la guerra? Un agujero en el pecho y una medalla por haberlo hecho. El da que una computadora se emocione frente a un amanecer, habr muerto el

    hombre. El que llora y escucha su llanto, es seal de que no sufre tanto. Los ojos de un cuadro, lo primero que ven, es a su pintor. El tacao llora bajo la lluvia para no gastar sus lgrimas. El actor con hambre es ms actor, porque aparte del ego... debe alimentar su

    estmago. La risa acomoda los huesos, para luego soportar las angustias. Estaba tan marchita aquella flor que llor... para salvarla. Vocalizaba tan mal aquel actor, que slo sus pausas se entendan. El dolo nace, no se fabrica. La risa naci imagen, se le ados el sonido para detectarla en la oscuridad. Muchos envidian lo que has logrado, pocos... el esfuerzo que has gestado. Cuando la ingenuidad se mezcla con la inteligencia... nace un sabio. La reflexin es un estado de nimo cuya verdad... escapa al mismo. En el teatro actual, el actor al representar el hambre, requiere menos ensayos. Estoy triste... es que mi alegra sindicalista se pleg otra vez a la huelga. Jams interrupas al irnico, el silencio suele ser la mejor defensa. Las lgrimas asoman, cuando en el recuerdo, aquella vieja alegra es hoy tristeza. El actor valoriza ms un premio por su calvario laboral... que por su interpretacin

    actoral. La realidad es un escenario... donde el hombre es un actor sin libreto. Un actor mediocre, igual que una tela bastarda, con un buen marco se cotiza. El problema de un actor es... maquillarse el corazn. Vale ms un silencio de respeto que un aplauso de compromiso. La expresin de un actor sin trabajo, se logra ms en el caf que en el teatro. El actor que siendo joven ensaya su rol de viejo, encontrar menos trabajo cuando

    la vida lo lleve a eso. Paradoja teatral: suele haber ms alumnos enseando, que maestros... aprendiendo

    Ricardo Passano:La vigencia de un grande

    De pura cepa

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  • Derecho ViejoPgina 12

    Buscando el rostro... VIIIA imagen y semejanza de Dios

    Decamos, en la entrega anterior, quelos Padres de la Iglesia han fundado todasu reflexin antropolgica sobre el serhumano a partir de su concepcin ori-ginal y definitiva en el orden de la crea-cin como Imagen y semejanza deDios. A pesar de los diversos acentosde unos y otros, bastar con citar estostextos de san Ireneo de Lyn, particu-larmente sugestivos:

    El primero esttomado de la De-mostracin de lapredicacin apos-tlica, y relata lacreacin: En cuan-to al hombre, consus propias manos lomodel tomando dela tierra lo que hayde ms puro y dems fino, y mezclan-do en una justa me-dida su poder con latierra.

    En efecto con-tina el telogo y filsofo Ireneo, (Dios)traz en la carne (del hombre) modeladasu propia forma, de modo que incluso loque sera visible llevaba la forma divina,porque en cuanto modelado a imagende Dios fue el hombre puesto en la tie-rra. Y para que se hiciera vivo, Dios in-fundi en su rostro un aliento de vida,de modo que, segn el soplo y la carnemodelada, el hombre fue semejante a Dios(Demostracin de la predicacin apostlica11; SC 62, pp. 48-49).

    El segundo texto, tomado de su granobra Contra las herejas, expresa el efec-to de la encarnacin e introduce la rela-cin entre imagen y semejanza, queser uno de los lugares comunes de laantropologa patrstica y posterior hastanuestros das:

    En los tiempos anteriores se deca queel hombre haba sido hecho a imagen deDios; pero esto no apareca, porque elVerbo era an invisible, a cuya imagen elhombre haba sido hecho; por este moti-vo adems se haba perdido fcilmente lasemejanza. Pero cuando el Verbo de Diosse hace carne, confirma la una y la otra;hace aparecer la imagen en toda su ver-dad, hacindose l mismo lo mismo queera su imagen, y restablece la semejanzade manera estable haciendo al hombre ple-namente semejante al Padre invisible pormedio del Verbo ya visible (Contra lasherejas V, 16,2)

    Para la mayora de los Padres de laIglesia, la imagen es la huella siemprepresente en la obra creadora de Dios en lacarne. Constituye el don inicial: Lleva-mos en nosotros la marca de su rostro,dir el gran Agustn de Hipona, comen-tando el Salmo 66, v.4. La semejanza esla dinmica de la imagen que buscarealizar plenamente su vocacin. Cons-tituye el camino y el trmino. Si la imagenest en nosotros sin nosotros, la seme-janza exige nuestra colaboracin, aun-que el Espritu Santo sea su divino escul-tor. Ser a imagen y semejanza es estar enincesante devenir hacia Dios.

    Llegados a este punto, se preguntaBruno Chen: Que aporta esta teologade la imagen de Dios a nuestra reflexinsobre el rostro?... Y l mismo responde:ante todo la afirmacin de la eminente dig-nidad del ser humano.

    Esto es de capital importancia, sobretodo en estos tiempos, en que cada vez se

    toma mayor conciencia de esa dignidadconculcada por las ideologas y los siste-mas totalitarios y represivos. Es por elloque toda la reflexin y sistematizacinde la doctrina social de la Iglesia cat-lica, desde Len XIII (con la famosaencclica Rerum novarum: De las co-sas nuevas), pasando por Juan XXIII(Mater et Magistra: Madre y Maes-tra; Pacem in terris: Paz en la tierra),Po XI (Quadragesimo Anno: A loscuarenta aos), el Concilio Vaticano II(Gaudium et Spes: Gozo y esperan-za), Pablo VI (Populorum progressio:El progreso de los pueblos; Octogesimaadveniens: A los ochenta aos) y todoel Magisterio social Latinoamericano,hasta Juan Pablo II (Centesimusannum. Cien aos despus), est fun-dada en la dignidad del hombre en cuan-to imagen de Dios.

    En efecto, el tema de la imagen de Diosse convierte en una parte esencial de suconcepcin del hombre. Cada vez que laIglesia reflexiona sobre el mismo, surgeinmediatamente su relacin a Dios. Alcan-zamos de este modo un nivel ontolgico,que ninguna accin del hombre (an lams perversa) puede poner en peligro. Aslo expresaba potica y dramticamentePaul Claudel: incluso en el hombre mscado, incluso en la mujer ms envileci-da, hay una lucecita que practica la ado-racin nocturna. El rostro humano nodeja de ser jams imagen de Dios. De ahel respeto inmediato que requiere.

    Pero la imagen no es slo un datoestructural. Es tambin forma vivien-te, con capacidad de tender a la semejan-za. El don de la imagen creada crea unaresponsabilidad: la de dar forma y conte-nido cada vez ms a la semejanza. Estetrabajo personal y colectivo para alumbrara su humanidad es, por su mismo hecho,reconocimiento del don recibido.

    Evidentemente esta problemtica bbli-ca establece una relacin. En modo parti-cular, desde la ptica de las Cartas de sanPablo, esta relacin se refiere ante todoa Cristo. l es la imagen perfecta delPadre, aquel a quien debemos conformar-

    nos para responder a nuestra vocacin deimagen semejante. En efecto, Jesucristonos ensea quin es el hombre para Dios.Sin l nos resultara difcil, por no decirimposible, vislumbrar el misterio de Dios:ser a imagen de lo invisible y de lo norepresentable no da inmediatamente unacomprensin de s mismo o un programade accin. Pero Jess est ah para ex-presar el rostro del Padre y dar un conte-nido renovado a los trminos deteriora-dos de amor, de servicio, de libertad...

    El devenir cristiano se explicitacomo configuracin con Cristo, ros-tro a imitacin del rostro, rostro encoincidencia con el rostro. A travs delmediador nico, nos enteramos de que aimagen de se debe tomar en dos senti-dos. Si el hombre se parece a Dios, y nopodemos menos de proyectar en Dios laeminencia de las cualidades entrevistas enel hombre, Dios se parece al hombre, y elrostro humano balbucea el alfabeto deDios. Esta segunda proposicin no rozala hereja. Se sigue de tomar en serio elacto creador como esbozo de Cristo.

    En este sentido es oportuno recordarla casi atrevida afirmacin de Pablo VIante la reaccin de algunos fundamen-talistas que acusaban al Concilio VaticanoII de haberse desviado de la tradicin cris-tiana al acentuar la dimensin antropo-lgica: Si es cierto que para conocer alhombre, al hombre verdadero, al hom-bre integral, es necesario conocer a Dios(valor supremo religioso) es tambin ciertoque para conocer al Dios verdadero, alnico Dios, revelado en Jesucristo(Quien me ve a m, ve al Padre - Jn14,9), es necesario conocer al hombre(imagen de Dios=valor supremo humano)en el cual, particularmente cuando espurificado por el sufrimiento y el dolor,se manifiesta el rostro de Cristo, el Hijodel hombre, el hombre perfecto. Enton-ces nuestro humanismo se hace cristia-nismo, y nuestro cristianismo se haceteocntrico.

    Podra decirse en otros trminos: Dioses humano; mientras con harta frecuen-cia el hombre se vuelve inhumano. Esto lo

    confirman las innumerables agresiones yabusos contra la vida que ocurren en nues-tros das y en cualquier parte del planeta.

    Se comprende entonces la razn deexpresiones coloreadas, como Dios esnegro, Dios es amarillo... Si la negritudes una manera totalmente positiva de serrostro humano, esa negritud debe tenersu correlativo, su original, en Dios. ElSeor es la fuente de esta expresin hu-mana especfica. Ello hace que Dios ten-ga el rostro de todas las expresiones de lahumanidad.

    Termino con una ancdota de algoocurrido hace unos veinte aos atrs cuan-do yo viva en Roma. Un equipo especia-lizado de arquelogos (creo que subsi-diados por alguna firma sponsor japo-nesa) tuvo a su cargo la delicada empresade limpiar y restaurar las pinturas e im-genes de la famosa Capilla Sixtina, de laCiudad del Vaticano, obra maravillosa delinmortal Miguel Angel Buonarotti.

    Lo ms interesante y desconcertante,a la vez, fue la reaccin de mucha genteante los primeros resultados de la restau-racin. Las imgenes aparecan con co-lores vivos y brillantes, contrariamente ala opacidad a la que estbamos acostum-brados. Muchos llegaron a pensar que esono era de Miguel Angel. Qu haba ocu-rrido? Las imgenes con el tiempo se fue-ron opacando y para el imaginario popu-lar ese aspecto era signo de su autentici-dad, es decir, lo opaco era el sello de loantiguo. Sin embargo los colores origina-les, vivos y fuertes, estaban escondidosdebajo de esa patine.

    Entonces pens que lo mismo ocurra,muchas veces, con nuestra verdaderaimagen de Dios: est como escondida bajola opacidad del tiempo, de la rutina, de lacostumbre y queda como desfigurada.Cuando nos animamos a asomarnos anuestra interioridad autntica, quedamosdesconcertados y a veces no nos recono-cemos en la imagen original, no les pare-ce? Es para pensarlo!

    Cordialmente.P. Julio, omv

    Llevamos en nosotros...

  • Derecho Viejo Pgina 13Ilusin de separatividad

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    Al elegir a tu Dios, eliges tumodo de mirar el universo. Haymuchos dioses; elige el tuyo.

    El Dios que adoras es elDios que mereces.

    Dios no es una ilusin, sino unsmbolo que apunta ms all de

    s mismo, a la realizacin delmisterio de la unificacin.

    El silencio, escuela de la miradaIntodcete en su escuela. Es tu Maestro.Te ensear a mirar el icono de Jesucristo,te ensear a acomodar las ojos de tu corazna ese rostro de Diosque te revela tu propio rostro y el del hombre.

    Ama el silencio.Introdcete en su escuela. Es tu Maestro.Te ensear a mirarel rostro desfigurado de Cristo.Te ensear a acomodar los ojos de tu corazna ese rostro de Dios que te mira con los ojosdel hombre hambriento y torturado.Ama el silencio.Introdcete en su escuela. Es tu Maestro.Te ensear a mirarel rostro transfigurado de Cristo.

    Te ensear a acomodar los ojos de coraznpara discernir, en el corazn de la creacin,los reflejos de la belleza del Creador,para discernir en el espesorde las cosas y de los seressu verdadera dimensin interiory en los humildes gestosde todo ser creado,las huellas de su bondad.

    Ama el silencio.Introdcete en su escuela. Es tu Maestro.Te ensear a mirarel rostro humano y divino de Jesucristo,Origen y Trmino de nuestra historia.Te ensear a acomodar los ojos de tu coraznpara discernir las rendijas de luzen el fondo de nuestros atolladeros,los grmenes de eternidaden la brevedad de lo presentey el desarrollo todava ocultode todo ser viviente.

    Ama el silencio.Introdcete en su escuela. Es tu Maestro.Te ensear a mirarel verdadero rostro del hombre y de Dios,te dar esa mirada interior de la feque ensea a mirar a los hombres,sus gozos y sus sufrimientos,sus desesperanzas y sus esperanzas,todos los acontecimientos,pequeos y grandes, de la vida,con los ojos de Jesucristo.

    Michel Hubaut

    La crucifixin de Cristo,su partida hacia el Padre,el Espritu, no es algoque debiera haberse evitado.Debe suceder.La muerte y resurreccindel hroe es un modelopara la renuncia a la vieja viday el paso a la nueva.

    La Pascua, nos hace sentir ennosotros un llamado a la liberacin.De modo que experimentarla, nodestruye nuestras tradiciones religio-sas.

    Comprender estos smbolos ensu sentido espiritual trascendente,nos permite ver renovadas nuestrastradiciones y aduearnos de ella denuevo.

    El Reino del Padre no sobre-vendr de acuerdo con las expec-tativas. Nosotros lo producimosen nuestros corazones. El Rei-no est aqu. Miramos al mundo yvemos su esplendor. La revelacinpascual est aqu mismo. No tene-mos que esperar que pase algo.

    Cuando nos amenaceel miedo y el deseo,dejemos partir el yo.

    ***Nuestra raz ltima est en

    nuestra humanidad, no en nuestragenealoga personal.

    ****Todos somos Cristo

    y no lo sabemos

    Textos: Joseph Campbell

    El silencio habitadoconstruye al hombre, y el

    aislamiento (no la soledad),lo destruye.

    En el pasado, se ha presentado muchas veces la muerte en cruzde Jess como un castigo que el Padre hubiera infligido a su Hijo pornuestros pecados y en nuestro lugar. Jess haba pagado por noso-tros: su sangrehabra aplaca-do la clerade Dios y sa-tisfecho la jus-ticia divina.Este modo depensar puedeexplicarse portodo un con-texto social ycultural, en elcual el ofendi-do sola ven-gar su honorcon sangre. Pero es inaceptable como interpretacin de la muerte deJess, porque atribuye a Dios sentimientos indignos y contradicetodo el mensaje de Jess sobre la paternidad de Dios. L