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Hay algunos temas que a partir de la praxis política actual en América Latina se debaten en el nivel teórico de la filosofía política. Ese debate teórico, en el que intervienen pensadores latinoamericanos y europeos, influye evidentemente en la praxis política concreta, ya que los agentes políticos, los ciudadanos, militantes y representantes fundan explícita o implícitamente sus prácticas políticas en sus fundamentos teóricos.

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DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y REPRESENTATIVA

Enrique Dussel

Hay algunos temas que a partir de la praxis poltica actual en Amrica Latina se debaten en el nivel terico de la filosofa poltica. Ese debate terico, en el que intervienen pensadores latinoamericanos y europeos, influye evidentemente en la praxis poltica concreta, ya que los agentes polticos, los ciudadanos, militantes y representantes fundan explcita o implcitamente sus prcticas polticas en sus fundamentos tericos. As la democracia representativa liberal pasa por ser la definicin misma de la democracia en cuanto tal. Estos diagnsticos tericos sumamente cuestionables distorsionan las prcticas polticas, dispersan los esfuerzos de militantes guiados idealistamente por principios muy generosos (aunque no hay que olvidar el dicho popular de que el camino del infierno est empedrado de buenas intenciones), o niegan la posibilidad de funciones polticas necesarias. Emprendamos entonces nuestra meditacin sobre algunos de los temas que inmovilizan actualmente las voluntades polticas y que les impiden actuar ms creativa, activa, conjunta y claramente.

Por lo general se piensa que hay ciertos trminos que son antagnicos, contradictorios, tales como:1. Democracia participativa versus Democracia representativaComo puede observarse hay una antitesis. Lo contrario sera mostrar que no es contradictorio, sino que debe ser articulado dialcticamente, de manera que un trmino enriquezca al otro y se definan mutuamente. Superaremos la oposicin, el mal infinito de Hegel, subsumiendo los trminos de la relacin en una articulacin que los comprende en una ms rica totalidad dialctica. La intencin en este trabajo sera relacionar los trminos como complementarios y no como antagnicos:1. Democracia participativa articulada con Democracia representativa

La tesis se podra enunciar as:

La representacin se institucionaliza como delegacin; la participacin se ejerce en acto y puede institucionalizarse. Hay entonces tambin un potestas participativa. La funcin representativa es el gobierno, es decir, la realizacin de contenidos (momento material); la participacin es propositiva (da a conocer y exige el cumplimiento de las necesidades o demandas), y, adems, es fiscalizadora (vigila como un panptico, castiga o reconoce y premia los mritos) (momento formal de legitimacin).

Los partidos polticos son mediaciones institucionales religadas a la representacin; la participacin se origina en el buen juicio del sentido comn ciudadano y no se identifica con los partidos (es anterior a ellos y mucho ms que ellos).

La participacin crtica institucionalizada, no necesita el partido (aunque no lo niega por principio), ya que es el movimiento la mediacin para la crtica, la transformacin y la fiscalizacin de las instituciones de la representacin (y del Estado).

La Democracia participativa tiene prioridad absoluta sobre toda delegacin del poder, es decir, sobre la Democracia representativa. Aceptamos, y probaremos, que efectivamente la Democracia participativa posee una anterioridad absoluta, por ser la esencia del ejercicio del poder, anterior a toda delegacin (que hemos denominado potestas).

La Modernidad tom algunos casos de repblicas con participacin ciudadana (como Venecia por ejemplo), y, lentamente, en la lucha de la burguesa contra la nobleza, y apoyndose primero en la monarqua absoluta, ir creando tipos de democracia representativa. La Constitucin norteamericana fue la primera en su tipo, ya que el Parlamento ingls, aunque de hecho la burguesa ejerca el poder, era todava una institucin representativa que apoyaba a la monarqua (y que comenzaba a manejarla a su manera). Por ello podemos decir que la Modernidad propuso una democracia representativa, manipulada por la burguesa ante el poder de la nobleza feudal en decadencia, pero se cuid mucho de ir dando participacin al pueblo mismo urbano, obrero o campesino, y a la mujer, y a otros sectores de la sociedad civil dominados, y si le fue concediendo derechos de alguna participacin lo hizo de tal manera que los mecanismos de la representacin le permitiera ejercer un proyecto con fisonoma de hegemnico, que siempre se volcaba al final a su favor.

Esto propici a que todos los movimientos contestatarios polticos apoyaran aspectos anarquistas, en cuanto se entendi que el gobierno adecuado y justo del pueblo era la democracia participativa directa contra la ya mencionada representacin burguesa con pretensin de universalidad. Naci as la falsa antinomia entre la posicin del llamado realismo poltico que defiende la democracia representativa (que culminar en el liberalismo) y la opcin por la utopa sin factibilidad de una participacin plena del pueblo defendida por el anarquismo. O se es liberal, y se apoya la democracia representativa como modo de gobierno, o se es revolucionario (o anarquista), y se apoya la democracia participativa. Repitiendo: la confrontacin se define entre representacin versus participacin.

Sin embargo, ambos trminos tomados como posiciones aisladas son inadecuadas por insuficientes, siendo la aparente oposicin una falsa contradiccin, porque se trata de dos trminos de una relacin que se co-determinan y que por ello cada una exige a la otra. En vez de ser una autntica contradiccin se trata de dos momentos que se necesitan mutuamente para una definicin mnima y suficiente (necesaria) de democracia. Hasta hoy en da, y atravesando toda la Modernidad, a) la democracia unilateral representativa liberal ha ido mostrando sus defectos de manera creciente hasta culminar en el presente en un fetichismo monoplico de partidos polticos que corrompen el ejercicio del poder representativo delegado del Estado. b) Mientras que b) el ideal de una plena la democracia participativa nunca ha llegado a institucionalizarse de manera efectiva por estar monopolizada por posiciones anarquistas extremas que tiene probada su imposibilidad fctica (cuando se intenta un gobierno basado slo en una comunidad de democracia directa en asamblea permanentes, tal como pudo ser de alguna manera los pocos meses de la Comuna de Pars, o durante ms tiempo en la experiencia del Todo el poder a los Soviets! de la Rusia de la Revolucin de Octubre).

Opinamos que la articulacin de ambos momentos, es decir, de una democracia factible y legtima (por participacin y representacin) contiene la superacin de la poltica burguesa moderna (y an de socialismo real del siglo XX, que en el mayor de los casos no tuvo democracia participativa ni representativa, porque las ambiguas formulaciones de la dictadura del proletariado o del centralismo democrtico, objetivamente no fueron democrticos de ninguna manera). Debe ser un nuevo modelo de sistema poltico articulable a una civilizacin transmoderna y transliberal (y transcapitalista desde el punto de vista econmico). No se trata de intentar mejorar los logros del liberalismo: se trata de partir de nuevos supuestos y de articular la participacin con la representacin de una manera nunca imaginada por el indicado rgimen liberal (pero igualmente no pensado de manera factible por el anarquismo). Es la Revolucin poltica por excelencia, y equivalente a la puesta en comn de los medios de produccin y de gestin en el nivel de la Revolucin econmica propuesta por Marx (revolucin poltica que el mismo Marx no logr formular de manera empricamente posible, por sostener inadvertidamente como contradiccin los dos trminos de la relacin: la participacin versus la representacin).

Es necesario comenzar una reflexin radicalmente nueva en poltica. Es decir, es necesario repensar la descripcin misma del poder y encontrar en todos los niveles la bifurcacin que vitaliza su ejercicio: la participacin y la representacin.

Todo lo poltico comienza (y termina) por la participacin, ya que, contra la opinin de John Stuart Mill en su obra Consideraciones sobre el gobierno representativo, debemos indicar que el sistema poltico democrtico comienza por ser el de participacin directa (siendo factible slo en el cara-a-cara de la comunidad, en la base de la sociedad poltica debajo del municipio o condado). Pero la imposibilidad, en el nivel de la factibilidad, del poder alcanzar la gobernabilidad, legada a la representacin (en las decisiones y en el ejercicio del poder, cuando el nmero de los ciudadanos aumenta) impone a la participacin la necesidad de pensar otro modo de organizar una democracia participativa posible institucionalmente.

Hemos indicado, y se argumenta frecuentemente, que cuando la comunidad consiste en una poblacin muy numerosa, de decena de millones de ciudadanos, la democracia de participacin directa se torna imposible de manejar. Es por ello que para que sea posible alcanzar el consenso poltico se hace necesario mediar la participacin de todos los miembros singulares de la comunidad gracias a un nmero proporcional y mucho menor de representantes. Esta solucin no quita a la poltica de tener una clara conciencia de que la representacin no es tan transparente y adecuada como la participacin del miembro singular de manera directa, pero se la admite asumiendo los riesgos que supone la no identidad del representado y el representante, lo que se manifestar en una serie de posibles desajustes, como por ejemplo que el representante intente no transmitir la decisin de la voluntad de los miembros singulares en el rgano colectivo creado para que el conjunto de los representantes pueda dirimir las posiciones contrarias que se presenten en el ejercicio delegado del poder. La representacin es siempre entendida como una mediacin ambigua que puede terminar en la fetichizacin, en la burocratizacin; es decir, en la mera manifestacin de la decisin de la voluntad del representante y no de la comunidad de los singulares representados.

Entendida la representacin como una institucin necesaria pero ambigua, ser necesario articularla con un modo ms desarrollado de la participacin que no sea ya la asamblea de los ciudadanos singulares de la base que proceden por democracia directa. Esto supone repensar de nuevo todo lo hemos ya enunciado hasta este momento en nuestras anteriores obras.

En efecto, siendo la potentia el poder poltico en s, cuya sede exclusiva y ltima es siempre la comunidad poltica, para devenir real, es decir, existente, debe ponerse como poder instituyente en relacin a una posible potestas (que es la totalidad institucional del sistema poltico). Este ponerse de la comunidad poltica no puede ser sino participativa, en la cual los miembros singulares como tales debern tomar las decisiones fundamentales del orden poltico posible. Entindase que ese ponerse es ontolgicamente un presupuesto, aunque se cumple empricamente de manera implcita, porque toda comunidad poltica realmente existente se origina ya desde una cierta institucionalidad a priori siempre histricamente organizada (an la especie homo supone la cuasi-institucionalidad naciente de los primates, por ejemplo, del macho dominante). Sera imposible imaginar una situacin emprica tal en la que una comunidad poltica sin institucionalidad alguna se ponga primigeniamente en el caso de decidir qu sistema poltico deseara. Y, en este caso, se cumplira el enunciado de Francisco Surez que indicaba que el nico rgimen de gobierno por derecho natural (anterior a toda institucionalidad o potestas), y anterior a todo rgimen histrico, es el democrtico, ya que originariamente deberase decidir qu sistema se adopta democrticamente. Pero, debemos agregar ahora (cuestin que el moderno F. Surez no poda imaginar) que se trata de una democrcia participativa, es decir, sin todava ninguna representacin (ya que dicha representacin sera el fruto de una decisin que supondra una participacin previa).

Ontolgicamente el ser humano es fsica o cerebralmente una cosa real singular, cuya organizacin metablica o anatmica llega hasta el lmite de su piel, la membrana que delimita el dentro y el fuera del viviente. Como todo ente vivo se sita en un lugar y en un tiempo fsico preciso, que no puede ocupar ningn otro cuerpo fsico real. En este nivel ingenuo de la realidad csica del ser humano el singular est sin embargo en relacin con otras cosas reales (desde el universo fsico, la Tierra como el planeta donde vive, piedras, rboles, animales y otros seres humanos igualmente fsicamente reales). El ser humano, dando un paso ms, se relaciona con todas esas cosas de manera muy distinta a como lo hacen todos los dems seres. Por el desarrollo cerebral de su subjetividad, el ser humano es la nica cosa que tiene mundo (al menos en el sentido heideggeriano), pero, adems, que tiene intersubjetividad mucho ms desarrollada que todos los restantes animales superiores. Por otra parte, el mundo intersubjetivo humano constituye un todo de relaciones intersubjetivas y reales que presupone una comunidad. Es decir, el ser humano singular nace inevitablemente y crece culturalmente dentro de una comunidad. La relacin actual de cada singular con el todo comunitario es un momento constitutivo a priori de su propia subjetividad. Por el lenguaje el singular mantiene la comunicacin dentro de ese horizonte. La participacin indica la actualidad de todas las prcticas humanas en la que se pone como parte de dicho todo. La participacin es una praxis comunicativa; es un ponerse en comunicacin con los otros. La participacin entonces es el primer momento relacional real del singular humano en su comunidad y la constituye como tal. Es decir, si cada singular no entrara en comunicacin o no participara en acciones comunes, quedara aislado y como tal perecera; pero, al mismo tiempo, desaparecera igualmente la comunidad. La vida humana se vive comunitariamente (y sin ese accionar comunitariamente no habra vida, porque el viviente es el fruto de una inmensa cantidad de funciones cumplidas que hace que se imposible vivir solitariamente). El ser-comunitario es la participacin misma; es decir, es el ser actualmente parte del todo que la parte siempre presupone y sin el cual no puede vivir. Repitiendo: ser-parte efectiva del todo es participar, momento sustantivo del ser humano como humano, como comunitario e histrico, cultural, poltico.

Por ello, la potentia o el poder poltico que reside en la comunidad misma es siempre participacin de los singulares en el todo colectivo. Si la palabra potentia (adems de fuerza) indica la posibilidad con respecto a una actualidad futura (potencia de un acto posible), la participacin es exactamente la actualizacin de la potentia como potencia (como fuerza y como posibilidad). Hegel en su Lgica indica adecuadamente (y Marx utiliza estas distinciones ontolgicas en los Grundrisse en referencia al trabajo vivo como potencia o posibilidad) que la posibilidad (Moeglichkeit) se sita antes de la futura realidad cumplida (Wirklichkeit), y adems como actividad (Taetigkeit). Exactamente de la misma manera la participacin de los miembros de una comunidad poltica es el ejercicio actual de dicho poder como actividad: la actividad que consiste en poner su carnalidad concreta, su subjetividad comprometida, junto a otros miembros de la comunidad para dar existencia a la comunidad como tal. Una asamblea poltica no existe si no hay participantes. La participacin poltica de cada participante constituye en acto (en griego la entelkheia) la existencia misma de la comunidad poltica. La participacin es el modo primigenio del ser-poltico, y por ello del poder poltico. Lo poltico y el poder poltico se tejen en torno a la participacin de los singulares en el todo de la comunidad. Sin participacin desaparece lo poltico; el poder poltico pierde su fundamento. Participar es hacerse cargo de la comunidad como responsabilidad por los otros. Es la primera expresin de la Voluntad-de-Vida, ya que el aislado que se cierra sobre s mismo y no colabora ni cuenta con la comunidad est en estado de suicidio autista. Hay muchas causas para la no-participacin, pero todas son patologas polticas que deben evitarse. Una comunidad con poder poltico es una comunidad fuerte, vital, participativa, co-responsable. La Voluntad-de-Vida, la unidad producto del consenso y la abundancia de medios que factibilizan la vida poltica son frutos de la activa participacin de los miembros singulares de una comunidad poltica.

El que un ciudadano excluido o indiferente participe a nueva cuenta en la comunidad poltica podra enunciarse de la siguiente manera (si X es el poder poltico de dicha comunidad, a el orden poltico vigente, b el orden poltico el futuro, y 1 una nueva participacin):

Xa < Xa+1 = Xb

Es un proceso de potenciacin (de empoderamiento lo llaman algunos) o de aumento de poder de la comunidad. Cuando los marginados o excluidos de la comunidad toman conciencia de la importancia de la participacin poltica e irrumpen colectivamente como actores colectivos en la construccin creativa de la historia aumenta el poder de los dbiles. La participacin (1) se transforma en plus-poder (p); es el hiperpoder del pueblo que entra como fuente creadora (Xa+p = Xb) y que por el estado de rebelin logra comenzar la transformacin innovadora del orden poltico vigente.

Por el contrario, el hecho de que un ciudadano abandone la participacin en la comunidad poltica (por el miedo, por ejemplo, que la tirana impone a la comunidad para que no participe) se puede enunciar a la inversa:

Xa > Xa-1 = Xb

Es as como se debilita el poder de la comunidad poltica y el poder aparente o fetichizado de la violencia dominadora se impone sobre el pueblo. La no-participacin es prdida de poder poltico.

La participacin tiene entonces la significacin de un existenciario (para categorizar la cuestin como M. Heidegger). El ser-con-Otros (el nosotros comunitario ms all del yo, que analiza lingsticamente C. Lenkendorf entre los pueblos mayas) se actualiza en la participacin. Es el ser de lo poltico, como ya lo hemos indicado. El desarrollo del concepto de participacin, posteriormente, pasa del mero ser participativo a ponerse como fundamento (Grund), es decir, se pone como esencia. En efecto, la participacin es la esencia de lo que aparece fenomnicamente en el horizonte del campo poltico como totalidad. Todos los entes polticos se fenomenizan, aparecen o se dejan interpretar desde el fundamento. As las acciones y las instituciones aparecen en el campo poltico como modos de participacin; son maneras de participar. Decimos, por ejemplo, que hay acuerdos que son legtimos. La legitimidad es un carcter del fenmeno que tiene la particularidad de lo acordado fruto de razones expresadas con participacin simtrica de los afectados. No se presta atencin frecuentemente que la participacin es el momento esencial de la legitimidad. Sin participacin no hay legitimidad, ya que no es legtimo lo decidido sin la presencia, sin la participacin de aquellos que deban dar las razones que permiten acuerdos acerca de las necesidades de los afectados. Por ello lo acordado sera ilegtimo en ausencia del afectado, por su no-participacin. Puede entenderse entonces que el fundamento de la legitimidad es la presencia activa (como voluntad de participacin, con razones que muestran sus requerimientos) del afectado. La presencia activa en la comunidad de los que pueden presentar retricamente argumentaciones polticas slo se cumple empricamente por la participacin, que no es otra cosa que esa presencia efectiva como parte (el ciudadano) del todo (la comunidad). La simetra de la que se habla es el modo debido de la participacin; si no se permitiera la participacin mal podra hablarse de simetra. Los afectados son tales porque estn sufriendo los efectos negativos de no haber podido participar en anteriores debates para defender sus derechos y recibir los beneficios que le permitiran no ser afectados. Vemos as como el concepto de participacin es la sustancia de la definicin de lo legtimo. Es tan obvio que pareciera no necesitar ninguna explicacin.

La participacin originaria no puede decirse que es ilegtima o legtima (as como no puede decirse que el trabajo vivo tiene valor de cambio). Se sita en otro nivel distinto al de la legitimidad, porque, como ya lo hemos anotado, es el fundamento o la esencia de la legitimidad. La participacin tiene dignidad (no legitimidad) originaria, y es soberana por naturaleza. Es ms, la soberana es la auto-referencia en acto de la participacin de los miembros de la comunidad, que se ponen como comunidad existente efectivamente. La comunidad se pone a s misma como soberana (acto primero) gracias a la participacin en acto de sus miembros, y en tanto tal es el fundamento de la legitimidad de la representacin (acto segundo), cuando decide crear la representacin como institucin y elegir al representante que ejerza delegadamente el poder. Pero la soberana misma no es legtima, si se entiende que con ello queremos expresar que es ms que legtima; ya que son legtimos los actos, los efectos (leyes, instituciones, etc.) de la soberana, de la participacin en acto. Es como si quisiera expresarse: la madre no es filial, ya que es el fundamento de la filialidad de la hija. La participacin del ciudadano es un derecho inalienable instituyente (antes que constituyente), y tiene la dignidad del mismo actor poltico como momento constitutivo sustantivo de la comunidad poltica.

Es por ello que la representacin, como puede observarse, viene siempre despus, y ser un momento factiblemente necesario, determinado por la razn instrumental, que se sita slo en la potestas (el orden fenomnico fundado), es decir, momento de las instituciones creadas para poder llevar a cabo la vida poltica, pero de ninguna manera es su sustancia.

Mientras que la potentia o el poder poltico en s de la comunidad es ya siempre esencialmente presupuesto como participacin. Cuando la comunidad poltica de los participantes se pone como poder instituyente (es decir, decide participativamente darse instituciones) lo debe hacer desde la participacin de los miembros de la comunidad. Este ponerse instituyente escinde ya la potentia y la potestas (la estructura institucional al servicio de la comunidad). La potestas o la estructura institucional debe ser democrtica, pero, nuevamente, el primer tipo posible y fundamental de democracia es la democracia participativa, que es la que decide la necesidad de darse representantes para hacer factible el ejercicio del poder poltico en concreto. Ese ejercicio representativo tiene como esencia la representatividad o la delegacin (en sentido lato y no como mandato acotado) del poder de la comunidad en una persona de la misma comunidad que siendo parte (es un singular) representa o toma el lugar (es sustitucin) por suplencia del todo (la comunidad). Este modo de organizar el sistema poltico se denomina democracia representantiva, que para poder ejercer el poder delegado con justicia y eficacia necesita legitimidad. Como puede advertirse la democracia representantiva no es ya el nombre general o como sinnimo de la democracia en cuanto tal, sino que es un momento de la democracia como rgimen integral legtimo de ejercicio delegado del poder. Nace as en la potestas o en la estructura institucional poltica un sistema complejo y mutuamente articulable de democracia participativo-representativa que la Modernidad burguesa, o el liberalismo, no ha sabido descubrir, y menos practicar. Pero que tampoco la izquierda ha sabido describirla adecuadamente, lo que la ha llevado a callejones sin salida, a aporas innecesarias, a contradicciones de lamentables efectos.

La Revolucin ms profunda de nuestro tiempo, del siglo XXI, ser la liberacin de las comunidades polticas organizadas en Estados democrticos representativos, que lentamente institucionalizarn una democracia participativa de las mayoras empobrecidas de la sociedad civil. Esto supone un crecimiento acelerado en el pueblo de la conciencia de los problemas polticos, del conocimiento de los mecanismos institucionales, de la defensa de sus derechos por los que deber luchar. Cuando se hablaba de socialismo slo se pensaba en la pobreza y la explotacin de la clase obrera y los lumpen por el capitalismo, que ciertamente debe superarse, pero frecuentemente se ignoraba la crtica poltica del liberalismo (que es en el campo poltico el sistema anlogo al sistema capitalista en el campo) desde el ejercicio originario de la comunidad del poder poltico por medio de una participacin plena de la ciudadana (que se deba evidenciar adems en la toma de decisiones participativas en las empresas del campo econmico). Marx descubri el tema en la experiencia heroica de la Comuna de Pars en el 1871, pero no logr formular la cuestin institucional dentro de una teora poltica que articulara participacin con representacin (como lo estamos intentando ahora), como lo ha demostrado Istn Mszros en su obra Ms all del Capital. Esta Revolucin es ms profunda y de mayores consecuencias, porque es la condicin de posibilidad de todas las restantes (y, adems, se cumple analgicamente en todos los campos prcticos). Un pueblo en ejercicio de su soberana (en la que consiste la auto-determinacin poltica) puede decidir su poltica econmica nacional e internacionalmente.

La cuestin del respeto de las minoras, por ejemplo, cuando la mayora de partidos conservadores se imponen en el Congreso o en el Parlamento (mayora que a veces es el mayoriteo partidario-poltico de minoras de la comunidad que sin embargo tienen en sus manos el ejercicio del poder del Estado), slo tiene real solucin por medio de la participacin. Si la minora en un rgano colectivo de representantes (que sin embargo de hecho puede ser la mayora de la comunidad poltica) no puede ejercer el poder en un momento coyuntural del Congreso o de las instituciones del Poder judicial, tiene sin embargo el recurso de la activa participacin por la movilizacin de los afectados (aunque sean minora en un rgano estatal representativo, pueden ser mayora en las calles porque hoy los que sufren la injusticia son las mayoras). Pero mejor sera tener instituciones de participacin que fueran la voz constitucional y legal por la que se expresan ejerciendo derechos institucionales tales como la revocacin del mandato, por ejemplo, que es una nueva institucin poltica de la participacin fiscalizadora, a fin de que dicha minora sea respetada y tenida en cuenta en los rganos representativos. Sin su activa participacin nunca se aceptarn los argumentos de la minora (si es mayora de facto) en los rganos de la representacin.

Se trata entonces de usar la imaginacin para proyectar un sistema poltico ms complejo en el cual a la participacin y a la representacin se le asignen funciones diferenciadas, pero, sobre todo, cuando la participacin alcance un grado suficiente de institucionalizacin (por lo que no hay que confundir institucionalidad con representatividad) en los diversos niveles en los que el ejercicio del poder poltico ha ido determinando su necesidad.

Demos un paso ms. Es necesario ahora distinguir tres (y no dos) instancia del ejercicio del poder (de la potestas).En efecto, la potestas como la totalidad institucional (o la objetivacin de la potentia, o poder de la comunidad poltica) tiene tres instancias fundamentales no considerada como tal en ninguna teora poltica moderna. Se tratara de una nueva cuestin, punto de partida de la revolucin poltica del siglo XXI:

Esquema 1

Las tres instancias del ejercicio de la potestas

A

B

C

Participacin

aRepresentacin bParticipacin

que demanda

que gobierna

que controla

Potestas

(Estado en sentido estricto)

En una primera instancia, por la A participacin que demanda (primera funcin del Poder ciudadano), la comunidad poltica sede del poder poltico (potentia) deviene un todo auto-conciente que se exige a s misma aquello que necesita. Es decir, los miembros de la comunidad exponen por medio de los organismos nacidos de la participacin institucionalizada (en los diversos niveles del ejercicio institucionalizado del poder: potestas) sus necesidades. Esta interpelacin tiene como trmino a las instituciones representativas en todos los niveles, a la que se dirige revelando sus exigencias materiales, formales o de factibilidad (flecha a). Es el nuevo tema de la democracia participativo que demanda en su instancia interpelativa, que debe institucionalizarse adecuadamente, y que no debe permitirse que se incluya meramente en el mbito nunca cumplido de las promesas de los candidatos de los partidos en el proceso de la propaganda pre-electoral, ya que se deja a la buena voluntad de los gobernantes (momento del pilotaje de la representacin del Estado) el momento esencial material de toda poltica: el cumplimiento de la voluntad como querer-vivir, es decir, como necesidades materiales de la comunidad.

En una segunda instancia, por la B representacin que gobierna o realizadora (funcin propia de los tres Poderes: ejecutivo, legislativo y judicial) se manejan dichas propuestas, que son el contenido mismo del ejercicio del poder institucional o delegado, como realizacin propia del gobierno del Estado. Es todo el tema de la democracia representativa (nica experiencia institucionalizada del liberalismo moderno).

En una tercera instancia, por la C participacin que controla (segunda funcin del Poder ciudadano) se observa (con poder efectivo, an una polica fiscalizadora, ltima instancia de coaccin, an sobre la polica judicial o el ejrcito mismo) el cumplimiento por parte de las instituciones representativas (B) de las exigencias y necesidades propuestas por la comunidad poltica (A) para su cumplimiento. An el Poder judicial ser observado por el Poder ciudadano: la funcin fiscalizadora es superior a la funcin judicativa. La Suprema Corte Constitucional (ltima instancia de juicio de todo el sistema poltico del Estado) ser conformada por candidatos propuestos por el Poder ciudadano propositivo, de donde la Suprema Corte de Justicia constituye ternas, de la cual terna son electos sus miembros por votacin directa de la comunidad poltica en su totalidad. Es todo el tema de la democracia participativo-fiscalizadora, que dirige las auditoras que vigilan a la representacin.Es posible institucionalizar la participacin como algo diferente a la institucionalizacin representativa? Opino que hay muchas experiencias de diversos modos de la institucionalizacin participativa (desde la Asamblea comunal de la base del barrio o la aldea hasta los movimientos sociales de los ms diversos tipos) que no significa una representacin a partir de las exigencias polticas de los partidos polticos, y el cumplimientos de una democracia representativa (no decimos liberal, y aunque fuera, al faltarle su co-determinacin participativa, fetichiz la representacin inevitablemente).

Esquema 2

Diversos niveles verticales de articulacin posible de la participacin y la representacin en la democracia futura

8. Internacional b c Internacional 7. Regiones Intern. b

c Regiones Internac. 6. Federal b

c Federal

5. Regional b c Regional 4. Provincial b d

c Provincial

3. Municipal b c Municipal

2. Comunal b Consejo ejecutivo c Comunal

a

d a

1. Comunidad en la base, Consejo comunal Asamblea comunal asamblea directa, barrio de representacin que vigila por auditoras

a

d

a

Poder participativo Poder representativo Poder participativo que demanda

que gobierna

que fiscaliza

a c

Potestas

Potentia

Comunidad poltica participativa Aclaraciones al Esquema 1. Flechas a: indica la direccin ascendente de la institucionalizacin participativa. Flechas b: indica la direccin propositiva (de las necesidades o demandas); flechas c: indica la accin fiscalizadora (evaluativa) de la participacin con respecto al poder representativo; flechas d: indica la direccin de la delegacin del poder; de 1 a 8: se trata de niveles del ejercicio del poder representativo delegado en los Estados. En la representacin democrtica el poder delegado debera ejercerse como poder obediencial (el que manda manda obedeciendo). En la participacin democrtica el poder participativo ejerce el poder soberano (el que manda mandando mandando)

El nivel 1, como puede observarse, est tambin presente la democracia representativa. Y esto porque la Asamblea comunal en el Distrito, o la organizacin poltico-democrtica directa en la base debajo de la Comuna o del Municipio, ejerce el poder tambin con representacin (que no reemplaza la organizacin inmediata de la democracia directa o de las redes electrnicas, segn veremos): son por ejemplo los consejos barriales o el consejo comunal. Este es el nivel exaltado, con razn, por el anarquismo; es la verdad del anarquismo. El problema no resuelto del anarquismo consiste en la institucionalizacin de los otros niveles, y sin eliminar las instituciones representativas.

Por su parte, la democracia moderna o liberal organiza el nivel representativo (desde el nivel 2 al 8), pero ignora los niveles de las instituciones participativas. Los fundadores de la Unin de los Estados Norteamericanos tenan clara conciencia que la democracia representativa deba articularse con la participativa, como pensaba Th. Jefferson, por ejemplo, pero nunca la pudieron organizar porque los grupos dominantes teman la participacin real democrtica del pueblo mayoritario, necesariamente ms pobre dentro del sistema capitalista (capitalismo al que el sistema liberal considera como la naturaleza misma de las cosas del campo econmico, siendo del sistema liberal su complemento en el campo poltico). De haber habido democracia participativa la mayora de los indicados pobres habran siempre ejercido el poder representativo, y esto es lo que nunca aconteci. La representacin hbilmente manejada permiti siempre ejercer el poder representativo (no obediencial, es evidente) del Estado por la elite minoritaria dominante. Pero lo no-obediencial de la representacin se funda en la no-participacin real e institucional del pueblo (exclusin ya inscrita en las instituciones definidas por la Constitucin poltica).

El poder representativo puede fetichizarse, burocratizarse, corromperse, al auto-referentemente afirmar como la sede ltima del poder (la potestas) a las instituciones representativas y no a la comunidad poltica (la potentia). El poder participativo de la comunidad poltica o del pueblo puede alienarse (no fetichizarse), cuando deja de tener clara conciencia de ser la sede ltima del ejercicio del poder, cuando no sabe decidir lo mejor para s misma y se equivoca en la eleccin de los candidatos y en la eleccin de los mejores representantes, pero esencialmente cuando no ha podido institucionalizar cotidianamente la participacin efectiva del pueblo. Por ello ha perdido el sano sentido comn ciudadano. Uno de los instrumentos actuales ms poderosos para debilitar y hasta alienar a una comunidad en el acto participativo de la eleccin de los representantes (que es slo uno de los deberes de la participacin) es la mediocracia. Por ello, la lucha por la recuperacin en las manos del pueblo de dichos medios es esencial para una democracia real. La manera de democratizar a los medios de comunicacin es por medio de la participacin de las diversas instituciones de la sociedad civil y poltica (y no solo en manos de las trasnacionales del negocio de la media) en la creacin y uso de los medios electrnicos de comunicacin, creando redes radiales, televisivas, electrnicas, de informacin, debate, estudio y de organismos de accin social, cultural, universitario, artstico, profesional, etc.. En la Repblica Argentina una ley de medios de comunicacin distribuye un 33% de dichos medios a las comunidades populares, un 33% al Estado representativo, y un 33% a medios privados (nacionales o trasnacionales). Es una novedad mundial a ser imitada.

Sin embargo, la verdadera revolucin consiste en los medios electrnicos de comunicacin, las redes en manos de los ciudadanos en la que en un instante millones de participantes puede conocer, debatir y decidir acciones comunes. Esta revolucin tecnolgica es tanto o ms importante que la Revolucin industrial producida por la mquina a vapor en la transformacin del proceso material de produccin de mercancas en el campo econmico. De la misma manera (y an en mayor medida) dichos medios de comunicacin electrnicos, que han permitido el estado de rebelin de tantos ciudadanos hastiados de la corrupcin y el monopolio del ejercicio del poder poltico en manos de los rganos representativos de los Estados, desde la Plaza del Tahrir en Egipto hasta la Plaza del Sol en Espaa, es una Revolucin comunicativa entre los ciudadanos que transforma el modo material de la produccin de las decisiones poltica en el campo poltico. Esta Revolucin electrnica de la comunicacin es de mayor importancia que la Revolucin industrial pero toca las relaciones humanas mismas y el mbito desde donde se toman las decisiones econmica, que en ltima instancia son polticas.

Ciudadanos oprimidos del mundo, organicemos la participacin en redes electrnicas y seremos millones!

Seremos millones! comunicados instantneamente en tiempo real en todo el pequeo planeta Tierra, para derrotar a las burocracias de la representacin poltica corrupta, minoras elitistas unidas a las burocracias financieras y capitalistas trasnacionales que explotan a todos los pueblos del mundo, tambin de Europa y Estados Unidos.Pero para ello, nuevamente, hay que institucionalizar la participacin.

En conclusin, la democracia participativa debe articularse con la democracia representativa y ambas deben institucionalizarse en los ocho niveles verticales de la institucionalidad poltica.

BIBLIOGRAFIA CITADAAgamben, G., 2008, El Reino y la Gloria. Una genealoga teolgica de la economa y del gobierno, Adriana Hidalgo editoria, Buenos Aires.

lvarez, Vctor, 2010, Del Estado burocrtico al Estado comunal, Editorial Horizonte, Caracas.

Dussel, E., 2006, 20 tesis de poltica, Siglo XXI, Mxico (tambin en Editorial El perro y la rana, Caracas, 2009).

Dussel, E., 2009, Poltica de la Liberacin. Arquitectnica, Trotta, Madrid, vol. 2 (tambin en la Editorial El perro y la rana, Caracas, 2010). Premio Libertador al Pensamiento Crtico.

Hegel, 1970, Werke, Suhrkamp, Frankfurt, vol. 1-20.

Mszros, I., 2006, Ms all del Capital, Vadell Hermanos Editores, Caracas. Premio Libertador al Pensamiento Crtico.

Mill, John Stuart, 2009, Considrations sur le goubernement reprsentatif, Gallimard, Paris.

Deseara que esta contribucin sirviera como material para la discusin de los grupos de debate de los Indignados, con pretensin de verdad ciertamente, pero de ninguna manera con la intencin dogmtica de imponer temas extraos, latinoamericanos. Simplemente pienso que pueden ser tiles como humilde lea a ser consumida por el fuego del debate comunitario.

La lectura y debate de este artculo fue realizado en la Conferencia de Filosofa Poltica organizada por el Instituto de Filosofa de la Universidad de Praga, del 10 al 14 de mayo de 2011. Los concurrentes, colegas en la tradicin filosfica de la Escuela de Frankfurt de Alemania, Dinamarca, Italia, Estados Unidos, Repblica Checa, etc., produjeron un agitado debate sobre el tema, en especial cuando hice referencia a H. Chvez que no tiene buena prensa en la Europa social-demcrata (por desconocimiento del tema).

El vigilar y castigar de M. Foucault se cumple ahora no como dominacin en direccin de arriba-abajo, sino como justicia de abajo-arriba, dando el contenido al gobierno e impidiendo la impunidad en el momento de la corrupcin o la fetichizacin del poder (en lo que consiste la ilegitimidad del ejercicio delegado) en los procedimientos formales.

Vase tesis 3 de 20 tesis de poltica (Dussel, 2006); y en 14.2, de Poltica de la Liberacin (Dussel, 2009), vol. 2, [259ss], pp. 59ss.

J. S. Mill, 2009.

El presentar propuestas bien pensadas, fundamentadas y globales para toda la comunidad exige escuelas polticas y asociaciones que permitan presentar dichos proyectos. Estos deben ser los partidos polticos. Si hay uno slo habra igualmente un solo proyecto presentado por el nico partido. El Comit Central del tal partido podra argir que tiene diferentes corrientes internas. Si dichas corrientes tienen plena autonoma de discusin seran de hecho partidos polticos. Sin embargo, de hecho y segn la experiencia del socialismo real no ha podido haber dicha discusin plena y autnoma de dichas corrientes. Adems los representantes de dichas corrientes no fueron elegido directamente por la comunidad poltica, en tanto miembros de diferentes corrientes con proyectos diferenciados. Esta falta de pluralidad sumada a la no eleccin de los representantes como miembros de grupos con diferentes proyectos polticos invalida la democracia representativa en cuanto tal (no la liberal) y no es tampoco plena participacin, porque le faltan las instituciones que permitan su ejercicio soberanamente. En fin, son cuestiones a debatir honestamente en las izquierdas actuales latinoamericanas.

Vase en la Lgica pequea, en la Enciclopedia, 144ss; en Hegel, 1970, vol. 8, p. 284ss, y en el mismo lugar sistemtico en la Lgica de 1812-1816.

Y cuando esa sustitucin se realiza en el tiempo que resta mesinico (pinsese en W. Benjamin o G. Agamben) significa colocarse en el lugar de la vctima ante el pelotn de fusilamiento, del que nos hablaba personalmente E. Levinas en Lovaina en 1972.

Y esto por una explicable desconfianza de la representacin liberal burguesa, criticada desde el horizonte de una imposible participacin (de democracia participativa directa) no institucionalizada en los cuatro niveles del ejercicio del poder estatal.

II, cap. 11, y IV, cap. 3 (Mszros, 2006).

En el caso de Venezuela las demandas o necesidades deben ser planificadas. Todo esto se decreta en la Ley orgnica de la planificacin pblica y popular, in Gaceta oficial (Caracas), nr. 6.011, December 21, 2010.

Los Zapatistas en Mxico (EZLN) en Chiapas enunciaron dos principios opuestos: entre los que ejercen el poder: los que mandan mandan mandando; y los que mandan mandan obedeciendo. Ambos enunciados se refieren al poder representativo. Uno como dominacin fetichizada y el otro como poder al servicio del pueblo. Pero si nos situamos desde el pueblo mismo como poder participativo, el pueblo mismo es el que manda mandando y ante el cual el poder representativo debe mandar obedeciendo.

La function de control ejercida por la participacin institucionalizada est legalizada en Venezuela por la Ley orgnica de la Contralora social, en la Gaceta oficial, nr. 6..011, 2010, ya nombrada.

Todo lo referente a la institucionalizacin de la participacin en Venezuela puede consultarse en una publicacin conjunta de Leyes del Poder Popular, Asamblea Nacional, Talleres Grficos, Caracas, 2011); vase tambin Vctor lvarez R., 2010, Del Estado burocrtico al Estado comunal, Editorial Horizonte, Caracas.

Habr que distinguir claramente entre la accin judicativa (el juicio) del Poder judicial de la accin fiscalizadora (la observacin soberana) del Poder ciudadano. Por otra parte, como el poder observacional puede culminar en la necesidad de un juicio (por ejemplo, en la revocacin del mandato de un representante, y an de un juez del Poder judicial hasta en la ms alta instancia de la Corte Suprema de Justicia), habr que aclarar qu tipo de juicio es ste y quien lo efecta (porque podra ser el mismo Poder judicial con ciertas condiciones o por medio de una Suprema Corte Constitucional dependiente del Poder ciudadano, ya que no se puede pensar en un juicio popular inmediato o en el linchamiento). La gobernabilidad de la representacin debe siempre asegurarse en equilibrio con la necesaria participacin de la comunidad poltica. Las instituciones de la participacin ejercen la funcin de auditoras con fuerza de ley.

Hay organizaciones en el nivel global (como la ONU) (8.), y organizaciones regionals internacionales o continentales (7.) como la Comunidad europea, en el Asia, Africa y Amrica Latina.

Equivocadamente se denominan nacionales (6.), aunque frecuentemente son Estados plurinacionales (como el Estado boliviano). Deberan mejor llamarse Estados federales o unin de Estados provincials (como los Estados Unidos). En Venezuela el mximo poder participativo en el nivel federal es el llamado Poder ciudadano (ya que el Estado venezolano tiene cinco poderes, no tres como los originados en la Revolucin francesa (ellos son adems del Poder ejecutivo, legislativo y judicial, el Poder electoral y el indicado Poder ciudadano). Puede consultarse la Constitucin de la Repblica bolivariana de Venezuela, promulgada en 24 de marzo de 2000, Ttulo V, Captulo IV, Artculos 273-291: Del Poder ciudadano.

Tambin denominado Estado (por ejemplo, Estado de Sinaloa en Mxico, o State de California en Estados Unidos), constituido por Municipios, Condados, Delegaciones o equivalentes.

Son las instituciones representativas de cada nivel del Consejo comunal (1.) hasta el Poder ciudadano (6.)

En Estado Unidos se denomina Condado; en el Distrito Federal de Mxico es la Delegacin, etc..

Vase la Ley orgnica de las Comunas (del 21 de diciembre de 2010 ya citada).

Ver el Ttulo IV, cap. II, de la Ley orgnica de las comunas. En al Cap. I hay referencias al parlamento comunal, que sera ya una institucin representativa en este nivel.

Se trata ya de una institucionalizacin de la participacin. Es la esencia misma, en ltima instancia, de toda la poltica. Es, por ejemplo, la Asamblea del barrio, de la pequea aldea que no es sede del Municipio o Condado. Se trata del Distrito, o ms abajo, la comunidad de base.

La Ley del Poder popular organiza las auditoras a todos los niveles, desde la comuna hasta el Poder ciudadano. Las auditoras son cuerpos tcnicos al servicio directo de las instituciones de participacin por las que se vigilan y castiga a la representacin, desde los consejos vecinales hasta el Presidente de la Repblica, y puede decidirse una revocacin del mandato en casos extremos. Es la nica solucin a la impunidad y corrupcin a la representacin en la escala mundial.

Este mandar no es por representacin (y por lo tanto no est fetichizado), sino que manda en nombre propio como participacin, fundamento de toda legitimidad.

En Estados Unidos.

Y por ser un deber es absolutamente obligatorio, no voluntario. Es el acto por el cual el ciudadano delega el poder y por ello es sumamente importante. Una de las manipulaciones del liberalismo es dejar este deber como mero derecho optativo. As como respetar las leyes del trnsito no es optativo, mucho ms el deber de elegir los representantes.