Universidad AnáhuacFacultad de Derecho

Diplomado en Políticas Públicas

Evaluación de Políticas Públicas22

PropósitosPropósitos

Prof. Mtro. Jesús Antonio Serrano Sánchez1@eticahoy.com

La noción de un Estado sujeto a un mandato a priori de política sólo da inicio a un duro problema:

¿Cómo articular y balancear demandas complejas y crecientes con limitantes implacables?

Luigi Ferrajoli: Derechos y Garantías

John Rawls: Teoría de la Justicia

Jon Elster: Justicia local Thomas Green: Policy

questions

Son “derechos fundamentales” todos aquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente a “todos” los seres humanos en cuanto dotados del status de personas, de ciudadanos o personas con capacidad de obrar; entendiendo por “derecho subjetivo” cualquier expectativa positiva (de prestaciones) o negativa (de sufrir lesiones), adscrita a un sujeto por una norma jurídica; y por “status” la condición positiva, como presupuesto de su idoneidad para ser titular de situaciones jurídicas y/o autor de los actos que son ejercicio de éstas.

FERRAJOLI, Derechos y garantías, p. 37

Se trata del fundamento de la igualdad jurídica y lo que este autor denomina “dimensión sustancial de la democracia”, previa a su “dimensión política o formal”.

Los derechos consisten en expectativas negativas o positivas a las que corresponden obligaciones (de prestación) o prohibiciones (de lesión). Estas serán garantías primarias y secundarias.

En virtud de ellos se genera una demanda específica, como se ha dicho, respecto de acceso a los medios y recursos necesarios para su ejercicio y preservación. Esta situación a la que denominaremos “lado económico de los derechos” .

La gran diferencia entre derechos y garantías radica en que las garantías establecen obligaciones concretas de reparación, es decir, hacen obligatorios los derechos no por la vía nominal (política), sino por la vía propiamente jurídica que faculta a un individuo para entablar litigio en caso de que considere que no se le está proveyendo de los recursos u oportunidades necesarias para el ejercicio, o si se le ha excluido o afectado. Como resultado de este litigio surgirán medidas de reparación.

Para John Rawls la justicia es materia de la política, mientras que el bien es materia de la moral.

La justicia como condición pública y vinculante de la racionalidad e imparcialidad de una distribución se llama ética (cfr. RAWLS J., Teoría de la Justicia).

Principio de la libertad : toda persona tiene el mismo derecho a la más extensa libertad básica y que ésta sea compatible con la libertad similar de los demás.

El principio de la diferencia: sólo son justificables las desigualdades si las diferencias sociales y económicas, si:

a) Representan un mayor beneficio para los menos aventajados.

b) Están abiertas a cargos y posiciones para todos en condiciones de justa igualdad de oportunidades.

Esta condición ha sido estudiada ampliamente por John Rawls en su Teoría de la Justicia:

¿Cómo debe ser un Estado justo?

Aquel donde se combinan igualdad de derechos, libertad de elección y donde las desigualdades contribuyen al bienestar.

 Por ejemplo, sean tres sociedades A, B y C con las distribuciones siguientes:

  A(5,4,5,7), B(5,6,3,8) y C(9,8,2,4)

¿Cuál es la mejor y por qué?

 Por ejemplo, sean tres sociedades A, B y C con las distribuciones siguientes:

  A(5,4,5,7), B(5,6,3,8) y C(9,8,2,4) ¿Cuál es la mejor y por qué? "La regla maximin nos dice que debemos

jerarquizar las alternativas conforme a sus peores resultados posibles: habremos de adoptar la alternativa cuyo peor resultado sea superior al peor de los resultados de las otras alternativas".

Economía: se ocupa de la distribución de recursos escasos con usos alternativos.

Política: determina quién recibe qué, cuándo y cómo.

Elster considera las diferentes reglas de asignación que se pueden establecer para tener acceso a los mismos en el marco de la institucionalidad, en ello es importante el recurso mismo a distribuir:

• La necesidad es central para la asignación de órganos para transplante

• El mérito es importante para la admisión de estudiantes en la universidad y

• La antigüedad es central para la elección del personal a despedir.

La noción de justicia local es que existen reglas diferentes para manejar la distribución de bienes diferentes. Que no es posible asignar con las reglas de un tipo distinto de bienes y que en todos estos casos, existe un costo en la asignación que tiene que ser reconocido como justo.

¿Qué puede decirse cuando un derecho nos habilita para disfrutar un bien que no puede asignarse sino por reglas de segundo orden? En otras palabras ¿cómo se maneja un conflicto suscitado por demandas legítimas sobre bienes finitos?

La ética entra en juego cuando se tiene que responder por qué es legítima la asignación de costos o beneficios que se ha reconocido. La aceptación de “la distribución” implica que se ha hecho razonable y lógica en determinadas circunstancias. “La distribución” es justa o injusta, debida o indebida. Hay por lo tanto un juicio de valor que se sostiene por la aplicación de la ética. Hay algo en la relación y en la pretensión del sujeto que se puede juzgar como justo o debido.

La ética pública aparece como una necesidad en el ámbito social que tiene que responderse constantemente preguntas relativas a la racionalidad y legitimidad de determinadas pretensiones sobre recursos:

“Tengo derecho a W” no es suficiente sin el “porque…”, “dado que…”, “es correcto que yo…”, “en estas circunstancias”...

Un dilema de políticas es la demanda de una línea de acción estable pero modificable, dirigida a asegurar un ajuste último del conflicto entre diferentes bienes, todos los cuales deben ser perseguidos, pero que tomados en conjunto, no pueden ser maximizados todos.

Para descubrirlo tenemos que 1) Establecer el conjunto de valores o de bienes

en conflicto2) Revelar su mutua inconsistencia.

Maximizar cualquiera de estos bienes, es decir, obtener tanto de uno como podamos, supone impedir el avance de los otros. El problema de políticas es generado por el hecho de que aceptamos los cuatro objetivos por igual, pero no pueden ser maximizados todos.

Libertad Igualdad Distribución (reparto) Participación

La escasez de recursos La pluralidad de las

preferencias

Donde los recursos son escasos, aparece una disputa sobre quién puede tener acceso a ellos y quien lo posea, tendrá que legitimar su titularidad. Esta es otra forma de interpretar la definición y existencia de derechos y garantías.

Por otro lado, en la circunstancia en que las personas tienen diferentes preferencias y además estas son incompatibles entre sí, entonces será necesaria alguna regla de moderación o de asignación del privilegio.

La primera no es obligatoria, no condiciona a la voluntad.

No existe solución técnica para estos problemas.

Es un mito de nuestro tiempo

No es cuestión de aumentar la información

Ni tampoco de focalizar los beneficiarios Menos de aumentar la burocracia

controladora

La cuestión de los fines de inmediato se desdobla en varias dimensiones, todas ellas conflictivas en virtud de los intereses:

1) por una parte la coordinación interna de la organización, esto es, la coordinación de los fines de las partes en beneficio del fin del todo.

2) En segundo lugar está la coordinación de los fines de las partes entre sí, lo que da lugar a innumerables fricciones entre los miembros de la organización.

3) Finalmente está el nivel de coordinación de la organización con el entorno social e incluso ecológico que le corresponde .

La ética es un asunto público porque está a la base de toda distribución de beneficios o cargas asociadas a derechos o bienes públicamente generados. Es la respuesta a la necesidad de justificación de una distribución dada. Interesa a todos los ciudadanos la validez y claridad de los derechos que les están siendo reconocidos o que pretendan que se les reconozcan y la efectividad de los mismos.

También es el recto uso de la razón para encontrar la correcta distribución de los costos (o males) vinculados a la consecución de fines legítimos .

La ética aplicada es el ejercicio de la prudencia a la toma de decisiones reales respecto a fenómenos reales con consecuencias reales.

La prudencia estima tanto los efectos esperados como sus implicaciones en términos de valor, esto es, las consecuencias de las acciones humanas como deseables y preferibles, respecto a las indeseables o menos preferibles.