decisio 37-más allá de las letras. procesos de lectura y escritura en personas jóvenes y adultos...

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Procesos de alfabetización

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  • 37ENEROABRIL2014

    "Ms all de las letras" Procesos de lectura y escritura en personas jvenes y adultas

  • Decisiojvenes y adultas. Los saberes deben ser presentados de manera que se facilite su transferencia a la esfera del saber hacer.

    Dichos saberes pueden provenir de la investigacin educativa o de la experiencia acumulada en proyectos de desarrollo.

    Decisio publica tanto nmeros temticos como nmeros de contenido general. Adems de los artculos regulares aparece, al principio, un artculo ms largo que invita a profundizar y problematizar sobre un tema. Tambin se

    Decisio no es una revista dedicada a revisar planteamientos tericos o metodolgicos in extensoun tema.

    Los trabajos que se consideren para publicacin en Decisio sern breves, precisos, claros y relevantes. Cada trabajo no tendr ms de cuatro pginas impresas (cinco pginas en el original enviado por correo electrnico, con alrededor

    de 2,500 palabras en total, escrito en fuente Times New Roman de 12 puntos). Se evitarn las notas a pie de pgina y

    se considera indispensable.

    Se sugiere que cada trabajo est organizado en cinco secciones:

    Introduccin: deber proveer en dos o tres prrafos un planteamiento claro y conciso del problema de que se

    trate y del contexto en que se trabaj.

    Actividades: relatar de manera ajustada los mtodos y/o procedimientos empleados y las actividades realizadas.

    Resultados: presentar brevemente los logros obtenidos as como la discusin de los mismos a la luz de otros

    aportes y de los factores contextuales que entraron en juego.

    Recomendaciones para la accin: sern redactadas en forma de una lista numerada de sugerencias concretas

    tiles para la toma de decisiones y la accin.

    Lecturas sugeridas: incluir el mnimo indispensable de las lecturas, de ser posible en espaol, que a un prctico

    de la educacin le resultara necesario o conveniente hacer, las que le permitan profundizar en el tema si as lo

    lector las indicaciones necesarias para conseguir tales lecturas (correos electrnicos, pginas web, etc.).

    Colabore con Decisio

    Direccin GeneralMercedes Caldern Garca

    Direccin de Cooperacin y Relaciones InterinstitucionalesEmilio Mario Coral Garca

    Direccin de Docencia y Educacin para la VidaIlse Brunner Schoenemann

    Direccin de Investigacin y EvaluacinDiego Iturralde Guerrero

    Direccin de AdministracinJess Solrzano Ochoa

    Todas las secciones son fundamentales, pero las consideraciones contextuales en la Introduccin y la discusin de los Resultados

    Decisio desfavorece la simple adopcin o copiado mecnico de soluciones de un contexto a otro sin el necesario anlisis crtico.

    100 palabras.Todos los materiales publicados en Decisio pueden ser reproducidos de la manera que ms convenga a los usuarios, citando la fuente.

  • La versin digital se puede consultar en: http://decisio.crefal.edu.mx

    3 Procesos de lectura y escritura en personas jvenes y adultas

    Caminos hacia otros mundos posibles Marcela Kurlat | Argentina

    11 La experiencia del Programa de Alfabetizacin, Educacin Bsica y Trabajo (PAEByT) en la Ciudad de Buenos Aires

    Ftima Cabrera de Rice | Argentina

    17 La escritura al servicio de los procesos de reflexin subjetiva

    O escribir para pensar(se) Mariela Helman, Guillermo Mic y Alicia del Valle Vera | Argentina

    24 Las prcticas del lenguaje en el diseo curricular de jvenes y adultos de la Provincia de Buenos Aires

    Alejandra Defago y Viviana Da Re | Argentina

    30 Jvenes, adultos y literatura La construccin de un puente posible Ana Siro y Javier Maidana | Argentina

    36 Intercambio entre lectores Un proyecto con mujeres y nios en contexto de encierro Mara Claudia Molinari | Argentina

    42 Quisiera escribir mejor... Experiencia con la escritura de una trabajadora rural de un

    asentamiento de Reforma Agraria Inez Helena Muniz Garcia | Brasil

    46 Historias de literacidad La lectura y la escritura en la vida de personas adultas con

    poca escolaridad Maria de Lourdes Dionsio | Portugal

    55 La construccin de saberes letrados con la familia El caso de mujeres con poca escolaridad en ambientes rurales Mara Leticia Galvn Silva | Mxico

    61 Aqu te enseas La generacin de espacios para escribir y leer con personas

    jvenes y adultas Irn G. Guerrero Tejero | Mxico

    66 TestimoniosEl sentido de la alfabetizacinDilogo con Amanda Toubes y Marta Marucco

    Primarias Populares del Movimiento La DignidadBuenos Aires, Argentina

    Relatos con olor a yerba y a pre-textos Margarita Mendieta

    La historia de Gabriel, entre el mundo de la escuela y el mundo de los diarios

    Marcela Kurlat

    89 Abstracts

    93 Acerca de los autores

    96 Ahora qu?

    SABERES PARA LA ACCIN EN EDUCACIN DE ADULTOS"Ms all de las letras" Procesos de lectura y escritura en personas jvenes y adultas | Editora invitada: Marcela Kurlat

    Antonio Berni(Rosario, Prov. de Santa Fe, 1905 - Buenos Aires, 1981)

    Comienza sus estudios en Rosario y en 1925 obtiene una beca que le permite viajar a Europa y concurrir a los talleres de Andr Lhote y Othon Friesz. En Pars se pone en contacto con la pintura metafsica y con el surrealismo, y se adhiere a la accin artstica comprometida con la realidad poltica y social. La crisis internacional, y particularmente la nacional, influyen en su potica, que vira hacia un realismo crtico que le permite manifestar sus preocupaciones sociales.

    En los aos 50 comienza una serie dedicada a los pobladores ms humildes de Argentina. En 1959 retoma el collage, tcnica que emplear en dos ciclos de obras cuyos protagonistas sern Juanito Laguna, el chi-co de la villa miseria y Ramona Montiel, la prostituta. Diversos materia-les de deshecho como chapas, cartones, maderas y rezagos industriales ambientarn las andanzas de Juanito.

    En los aos 70 recurre a elementos provenientes del realismo foto-grfico, sin abandonar por ello su inclinacin al expresionismo. Estos recursos nutren tanto a los ensamblajes de Juanito como a los de Ra-mona, que adquieren cada vez mayor relieve para casi transformarse en retablos modernos. Fallece en Buenos Aires el 13 de octubre de 1981.

    Texto tomado de: http://www.buenosaires.gob.ar/areas/cultura/

    arteargentino/04biografias/berni.php

    Juanito Laguna aprende a leer, 1961leo y collage sobre tela, 200 x 300 cm.Esta obra pertenece a la Coleccin del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), Argentina. Adquirido en 1963/1964.

    Reproduccin autorizada por los derechohabientes de Antonio Berni. Todos los derechos reservados.

  • ENERO-ABRIL 2014 NMERO 37

    Directora General del CREFALmercedes caldern garca

    Editor fundadorjm gutirrez-vzquez

    Editora generalcecilia fernndez zayas

    Editora invitadamarcela kurlat

    Diseo originalernesto lpez ruiz

    Diseo de portada e interioreseugenia nayelli valencia herrejn

    Diseo de la versin digital ariadna ivon chvez caldern

    ariel da silva parreira

    Fotografaivn holgun, jos alonzo leyva, leticia

    cervantes y nancy areli hilarioautores de los artculos

    Consejo editorialRosana Martinelli

    organizacin de los estados americanosSylvia Schmelkes

    instituto nacional para la evaluacin de la educacin, mxico

    Ana Deltoroconsultora independiente, mxico

    Nlida Cspedesconsejo de educacin de adultos

    de amrica latinaJorge Osorio

    consultor independienteIvn Barreto Gelles

    asociacin de pedagogos de cuba

    Oficinas editorialesav. lzaro crdenas 525,

    col.revolucin c.p. 61609, tel.: (52) 434 34 2 81 39

    ptzcuaro, michoacn, mxicoversin digital: http://decisio.crefal.edu.mx

    [email protected]

    Ventaslibrera la estacin(52) 434 342 8167

    [email protected]

    www.crefal.edu.mx

    Decisio. Saberes para la Accin en Educacin de Adultos, nmero 37, enero-abril 2014. Publicacin cuatrimestral del Centro de Coope-racin Regional para la Educacin de Adultos en Amrica Latina y el Caribe, CREFAL, Lzaro Crdenas 525, Quinta Erndira, col. Revolucin, Ptzcuaro, Michoacn, Mxico, CP 61609. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2009-083113580900-102. ISSN 1665-7446. Licitud de ttulo No. 12153; licitud de contenido No. 8806, ambos otorgados por la Comisin Calificadora de Publicaciones y Re-vistas Ilustradas de la Secretara de Gobernacin. Tiraje: 750 ejemplares.

    Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor.

    Impreso en Mxico

    Carta de la Direccin General del CREFAL

    Este nmero de la revista Decisio lo dedicamos a un tema especial-mente relevante en el logro de una mayor inclusin social en la edu-cacin: los procesos de adquisicin y uso de la lectura y la escritura, y la importancia de considerar los contextos en los que estos procesos se llevan a cabo. Este tema es un eje central en el fortalecimiento de la calidad educativa, ya que el desarrollo de los saberes letrados es muy importante para la consolidacin de otras capacidades y cono-cimientos esenciales.

    El CREFAL cuenta con una larga tradicin de impulsar procesos de enseanza-aprendizaje cercanos a las necesidades reales de las co-munidades. Esto requiere de una visin creativa reflejada en propues-tas y modelos educativos flexibles y adaptables, para fortalecer las

    posibilidades de aprendizaje de las personas en las comunidades. Los artculos incluidos en este nmero hacen referencia a experiencias educativas diversas desde Argentina, Brasil, Mxico y Portugalen materia de saberes letrados, que son representativas de una clara vo-cacin al servicio de las comunidades.

    As, en este nmero se hace referencia a la importancia de los pro-cesos de lectura y escritura para cada persona, y a la relevancia de los procesos de alfabetizacin de adultos que se llevan a cabo en contex-tos particulares y desde los intereses y experiencias de vida de los par-ticipantes; asimismo, damos a conocer experiencias exitosas en cuan-to a la relevancia de abordar las prcticas de lectura y escritura de manera integral, mediante acciones comunicativas que vinculen los aprendizajes adquiridos con la realidad de los alumnos, y con la par-ticipacin en redes de aprendizaje, por medio de las cuales el entorno escolar se expande mediante su vinculacin con los mbitos familiar y comunitario. Por supuesto, en el desarrollo de los saberes letrados, es importante destacar tambin la relevancia de los procesos de al-fabetizacin digital, pues el uso de las tecnologas de la informacin y la comunicacin es hoy da de gran importancia no slo en materia educativa, sino tambin en el entorno cotidiano.

    Con este nmero de Decisio hacemos patente una vez ms el im-pulso que el CREFAL da a la vinculacin entre el quehacer educativo y las necesidades sociales en las que ste ocurre. Recuperar los saberes que las personas tienen en torno a la lectura y la escritura, y contribuir a ampliar estos saberes, es parte esencial de la educacin, orientada a mejorar la calidad de vida de nios, jvenes y adultos en las comuni-dades de nuestra regin latinoamericana.

    Mercedes caldern Garca

  • 3

    El que escribe, como el nio que juega, busca. Busca construirse. Ensaya formas de dominio sobre el universo de las palabras, que le ofrece resistencia, del mismo

    modo en que el nio que juega ensaya sus dominios, construye lo propio y trata de domesticar al mundo. Se goza cuando se encuentra, aunque lo que se

    encuentre no sean, a veces, ms que otros caminos para seguir buscando.[...]

    Jugar. Escribir. Y leer.

    [...]

    Y el texto (por fin ledo) que nos dice. Que entra en dilogo con lo que somos y, por lo tanto, nos modifica.

    Graciela Montes, 1999

    Procesos de lectura y escritura en personas jvenes y adultas

    Caminos hacia otros mundos posiblesMarcela Kurlat

    Instituto de Investigaciones en Ciencias de la EducacinUniversidad de Buenos Aires (IICE-UBA) | Buenos Aires, Argentina

    [email protected]

    Fotografa: Ivn Holgun Sarabia.

  • 4 enero - abril 2014

    Cuenta la historia familiar que a los 22 meses de vida acept entregar mi chupete al elefante Babar, per-sonaje inventado por el francs Jean de Brunhoff, sobre la base de los cuentos que su compaera le contaba a sus hijos. El motivo era que Babar lo lle-vara a quien lo necesitara ms que yo, que ya esta-ba grande. Al mundo de los elefantes que usaban chupetes? Es sta una de las escenas inaugurales de mi entrada al arcn de la cultura escrita: la en-trega de un sostn fsico y psquico a un personaje de los libros. Inscripcin de origen en mi cuerpo, mente y espritu. Una ms, entre tantas otras.

    Mami, me conts el cuento de las buenas noches?

    Ma, hoy me conts un cuento de la imaginacin?

    Abuela, vos sabs leer el tiempo?

    Abuela, cmo era el versito de la luna comiendo aceitu-nas, que le ped un poquito y no me quiso dar,

    agarr mi sillita y me puse a llorar?

    Pa, qu dice ah? Cmo es mi nombre? Me lo escribs en este papelito y yo lo copio?

    Ser contada por los cuentos de mi madre...Ser cantada por los versos de mi abuela, textos inter-

    nos anteriores a la lectura y la escritura del papel...Ser nombrada por mi padre en los trazos sobre el

    papel...

    Tratar de entender qu es leer, qu es escribir, qu misterios guardan esas marcas de la historia.

    Elegir el rincn de lectura en el jardn de infantes cada maana.

    Ir a la biblioteca del barrio cada sbado a seleccionar un libro para leer en mi hogar durante la semana.

    Vivir rodeada de libros, diarios, revistas, cartas, do-cumentos, carteles.

    Inventar grafas en papeles diversos adjudicndoles significados mltiples.

    Imaginar interpretaciones posibles en las escrituras de los adultos.

    Ir por fin a la escuela.

    Hacer series de palotes y crculos para aprestar las manos.

    Bordear letras con un punzn, seguir sus formas con plastilina, copiarlas en series interminables.

    Aprender a leer y escribir mi mam me mima, mi pap fuma la pipa y ese oso se asoma.

    Colgar en las paredes del aula los dibujos del auto, el elefante, el indio, el oso y las uvas.

    Saber el abecedario de memoria.Memorizar cmo suenan las letras.Juntarlas.Leer en voz alta.Escribir para estudiar.Leer libros en captulos.Escribir para aprender.

    Leer toda la obra de un mismo autor.Sentir con la lectura.Ser a travs del texto.Ser Sis Emperatriz. Ser Anne la de Tejados Verdes.

    Ser Bomba, el Nio de la Selva.

    Hacer a travs de los libros.Develar el Misterio del Fantasma de Canterville.Luchar contra los Molinos de Viento.Elegir Mi Propia Aventura.

    Ir a ver la primera pelcula subtitulada.Llorar ante la frustracin de no poder seguir todas

    las lneas.Seguir intentando hasta lograr hacerlo.

    Compartir libros con otros.Aseverar firmemente que los libros son de quienes los

    leen, al incautar para mi propia casa la herencia li-brstica familiar.

    Escribir cartas, cuentos y primeras poesas sin creer que eran tales.

    Copiar recetas, telfonos, nombres, listas de com-pras, para librarlos del vaco del olvido.

  • 5Procesos de lectura y escritura en Personas jvenes y adultas

    Copiar tambin versos y poesas para llevarlos cer-quita del corazn.

    Escribir listas interminables de deberes para conser-var la memoria.

    Escribir informes.Elaborar registros.Escribir una tesis.Jugar con las palabras.Escribir crnicas de viaje.Hacer silencio.Inscribir la propia historia.

    Ya no somos los mismos al ser atravesados por la lec-tura y la escritura.

    Cada quin transita caminos singulares de lectura y escritura.

    Cada quin atesora una historia de escritura, inmer-sa en la Historia con maysculas.

    Leer y escribir. Siempre procesos. Siempre siendo, aunque los literatos rechacen los gerundios.

    Siempre siendo.Caminos de lectura y escritura que dejan marcas,

    huellas. Marcas y huellas sobre cmo nos pensa-mos lectores y escritores, cmo nos construimos como tales.

    Caminos que abren a mundos posibles. Cami-nos que habilitan. O cierran, excluyen, inhiben. Caminos identitarios, de poder y control social. Caminos de subjetivacin.

    Un autor nos recuerda que es la escritura o la vida.Otro, escribe para sobrevivir al Horror.Una autora rescata la escritura secreta de las mu-

    jeres en China, creada como estrategia de vida y resistencia frente a las vejaciones y prohibiciones a las que eran sometidas por los hombres.

    Y otro escritor cuenta cmo una mujer prefiere ser

    enjuiciada por crmenes que no cometi, antes que confesar su analfabetismo.

    Un hombre que vive bajo un puente, lleva dos meses leyendo la misma pgina del libro sobre la biogra-fa de su cantante preferida: Es que quiero algn

    da leer de corrido todo lo que dice de su vida, por eso lo leo y lo leo, hasta saberlo bien.

    Un grupo de mujeres bolivianas dice no saber escri-bir, pero en el mercado en el que venden frutas y verduras, nunca faltan las listas de ventas y precios elaboradas por sus propias manos.

    Una mujer militante de una organizacin social en Mxico, comenta que en las asambleas le sudan las manos al ver que todas las dems compaeras escriben y ella no puede hacerlo.

    Otra mujer, frente a una mesa repleta de libros en un centro de alfabetizacin en Argentina, se dice a s misma akan, que en guaran significa cabeza hue-ca o cabeza podrida, apestosa, por no poder leerlos.

    Una joven le oculta a su marido durante ocho aos que no sabe leer y escribir, y decide ir a la escuela para poder comprender los mensajes de texto que aparecen en el telfono de l.

    Un joven afirma, en un centro de alfabetizacin, que

    no le da la cabeza para escribir por s mismo, que slo sabe copiar.

    Un hombre pide aprender cada letra y su sonido, re-petir y repetir cada una hasta saber leer. Fuera de la escuela, vende diarios y comenta las noticias. La sociedad no se da cuenta de que no sabe, es buen engaador.

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    Toda persona, por ser parte del mundo letrado, ha construido ideas y conocimientos sobre lo que las marcas grficas representan, aunque nunca haya

    ido a la escuela. Toda persona es marcada por el con-texto en el que ha intentado apropiarse de la escritu-ra como objeto cultural, las vivencias y experiencias que ha tenido con respecto a la lengua escrita, cmo ha sido contada, cantada, nombrada por los seres de su entorno. Toda persona es determinada por dichas marcas a concebirse una idea sobre s misma como lectora, escritora, aprendiz.

    Ingresar al tesoro de la cultura escrita es ingresar a mundos de sentido, de representacin, de cons-truccin de identidad, de comunicacin, de memo-ria. Implica habitar otros modos de existencia.

  • 6 enero - abril 2014

    El presente nmero de la revista Decisio busca recuperar caminos que abren a estos mundos posi-bles vinculados a la apropiacin de la lengua escrita en espacios educativos de personas jvenes y adul-tas. Caminos que rescatan procesos de lectura y escritura como fenmenos en movimiento, accin, transformacin, apropiacin creciente a travs de la interaccin con un objeto de conocimiento social, cultural, lingstico, identitario.

    Hemos reunido en la presente publicacin una serie de artculos que relatan experiencias, investi-gaciones, testimonios, programas y desarrollos cu-rriculares que van mucho ms all de las letras. Los mismos plantean la alfabetizacin desde posiciona-mientos poltico ideolgicos que recuperan los co-nocimientos que las personas han construido sobre la lengua escrita y que promueven la apropiacin de la lectura y la escritura siempre en contexto social, desde las prcticas del lenguaje propias de la cultura en la que las personas estn inmersas.

    En este sentido, Ftima Cabrera explicita que el Programa de Alfabetizacin, Educacin Bsica y Trabajo de la Ciudad de Buenos Aires promueve un recorrido desde los centros educativos que lleva a la persona a reconocerse como sujeto histrico, polti-co, social y cultural; y de ah se inscribe en lo pblico, en un espacio en el que pueda reconocer su palabra, expresarla y sentir que es escuchada. Todo ello des-de la articulacin de procesos alfabetizadores con la perspectiva de la educacin popular.

    Mariela Helman, Guillermo Mic y Alicia del Va-lle Vera, referentes del Programa de Reorganizacin de las Trayectorias Escolares de Alumnos con Sobreedad, tambin de la Ciudad de Buenos Aires, afirman que alfabetizarse supone convertirse en un

    sujeto crtico y creativo, que dispone del lenguaje oral y escrito en el marco de proyectos personales en los que el manejo de la lectura, la escritura y el discurso oral son canales frtiles donde aqullos se vehiculizan y concretan. Formar a los sujetos como

    Fotografa: Jos Alonzo Leyva Lpez.

  • 7Procesos de lectura y escritura en Personas jvenes y adultas

    hablantes, lectores y escritores implica crear las con-diciones didcticas que les permitan ejercer como tales desde su ingreso al espacio educativo. En este sentido, los autores comparten algunos ejemplos en los que la escritura es utilizada como instrumento para pensar sobre uno mismo y sobre determinados procesos grupales y sociales en el aula, como poten-cial para el despliegue de recursos simblicos, desde el derecho a narrarse.

    Dicho programa se asienta en la perspectiva de Prcticas del Lenguaje. Esta concepcin es desa-rrollada en profundidad por Alejandra Defago y Viviana Da R a partir de su trabajo en la elaboracin del Diseo Curricular de Adultos de la Provincia de Buenos Aires durante los aos 2012 y 2013. Las auto-ras afirman que pensar en las prcticas del lenguaje

    implica concebir de otro modo el objeto de ensean-za, usualmente orientado a ensear "Lengua", desde tipos de textos y sus aspectos lingsticos. El nfasis est puesto hoy en las prcticas sociales que se lle-van a cabo con el lenguaje: hablar y escuchar, leer y escribir. En consecuencia, los contenidos fundamen-tales de enseanza son los quehaceres del hablante, del lector y del escritor. Lo que se ensea, entonces, es el dominio prctico del lenguaje en el marco de las situaciones sociales reales. El saber se construye a medida que se lo usa, a medida que se est inmer-so en prcticas del lenguaje, desde la reflexin cons-tante sobre aquello que se dice, se lee, se escribe y se escucha. Desde los aspectos ms relevantes de este enfoque, se invita a pensar la alfabetizacin como un proceso que se da a lo largo de toda la vida de las personas; que implica la apropiacin de la lengua escrita en relacin con la multiplicidad de usos so-ciales en los que la misma est inmersa; la apropia-cin de prcticas del lenguaje histricas, culturales, identitarias, lingsticas y cognitivas que involucran conocimientos sobre el sistema de escritura, los g-neros, el lenguaje escrito y las prcticas de lectura y escritura que circulan socialmente. Este proceso siempre implica tambin otorgar significado a los

    textos desde el inicio; nunca es ensear primero las letras y sus sonidos y despus " juntar", para luego

    pasar a la etapa comprensiva, como mltiples prc-ticas histricas han sostenido.

    Dos artculos detallan proyectos de lectura que se han llevado a cabo en Argentina desde la pers-pectiva anterior. Ana Siro y Javier Maidana, referen-tes del movimiento Puentes Culturales, transitan diversos proyectos vinculados con la formacin de jvenes en torno a la literatura, entrelazada con el arte, para el fortalecimiento de la subjetividad. Uno de los dispositivos que han implementado en diver-sos espacios educativos, herramienta poderosa para ser replicada en las escuelas de jvenes y adultos, es el de la Mesa de Libros, espacio de exploracin e in-tercambio entre lectores. La mesa habilita el espacio pblico para encontrarse, para mirarse las caras, para escucharse, para instalar en los cuerpos, desde el espacio, nuevas posibilidades para compartir el mundo interno de cada uno de los participantes. Sin tiempo predeterminado pero s con un clima logra-do, se abre el espacio a la sensibilidad. Se favorece as la ampliacin del camino lector de cada quin desde la experiencia con los mltiples textos, compartien-do la palabra y el silencio.

    Claudia Molinari, por su parte, relata la experien-cia de intercambio entre lectores con mujeres y ni-os en contexto de encierro implementado desde la Universidad Nacional de La Plata. El taller denomi-nado La Ronda, se despliega en una penitenciara de mujeres, y tambin ofrece, como dispositivo, la Mesa de Libros. Las marcas que reconocen las mujeres a partir de esta experiencia implican un cambio en su posibilidad de comunicarse, el poder desplegar la risa, obtener un poco de libertad, un espacio de vida, y la posibilidad de habitar otros mundos para releer el propio mundo desde otro lugar, as como reencontrar huellas de la propia historia. Algunas mujeres mencionan el descubrimiento de los otros y de la palabra propia a partir del ingreso al mundo de la lectura, y cmo el pabelln se llena de adivinanzas y relatos que desafan la privacin de la libertad.

    Una serie de artculos basados en experiencias e investigaciones recuperan los saberes letrados que personas jvenes y adultas han construido a lo largo de su vida y que deberan ser la base de la

  • 8 enero - abril 2014

    construccin de nuevos conocimientos. Inez Muniz Garcia, investigadora brasilea de la Universidade Federal Fluminense, alude al derecho de la persona en proceso de alfabetizacin a pronunciar su mundo a travs de su escritura. Invita a pensar la alfabetiza-cin como acto de creacin, capaz de desencadenar otros actos creadores escritos en sujetos que buscan atribuir sentido a sus vidas. Convoca a ampliar las posibilidades de usos y funciones sociales de la len-gua escrita para que en los procesos de alfabetiza-cin de personas adultas, stas puedan constituirse a travs de los textos. Invita tambin a que los educa-dores se pregunten qu pueden aprender junto a los sujetos con los que trabajan a partir de acompaar sus procesos de escritura.

    Lourdes Dionsio, del Centro de Investigao em Educao de la Universidade do Minho, narra ml-tiples historias de lectura y escritura de personas adultas con poca o nula escolaridad en Portugal. Afirma que las identidades letradas de los sujetos,

    en relacin con sus lenguajes, sus modos de acceder, usar y valorizar los textos, se reconstruyen en la par-ticipacin en eventos de literacidad que ocurren en las diferentes esferas, tanto en lo que la autora deno-mina prcticas de literacidad dominante (prximas a las instituciones formales como la escuela), como

    en las prcticas vernculas, generalmente poco va-loradas por estar enraizadas en la experiencia coti-diana. Desde historias de vida situadas y transfor-madas, recupera el lugar que la lectura y la escritura ocupan en la vida de algunas personas adultas, iden-tifica los efectos de los procesos educativos en ellas,

    as como el contenido y las finalidades de lo que es-criben y leen en su vida cotidiana ms all de la es-cuela. Ingresa al mundo letrado de los sujetos para contribuir a desarticular la idea de que las prcticas de uso de textos se reducen a tcnicas y capacidades adquiridas de una vez y para siempre en un momen-to dado de la vida, para presentarlas como activida-des sociales variables y complejas que ocurren en relaciones sociales tambin complejas y sin fin.

    Mara Leticia Galvn e Irn Guerrero, investiga-doras del CREFAL, contribuyen con evidencia em-prica acerca de los saberes letrados que personas

    adultas sin escolaridad han construido a lo largo de sus vidas. Galvn, a partir de un proyecto de inda-gacin sobre usos de cultura escrita en diversas co-munidades del estado de Michoacn, identifica usos

    prcticos cotidianos con relacin a la lectura y la es-critura para situaciones particulares de la vida fami-liar: compra y venta de productos, manejo de docu-mentacin de identificacin o personalidad jurdica;

    lectura de subttulos de pelculas, lectura o escritura de recetarios, anotaciones sobre deudas, entre otras. Plantea como fundamental que todo proceso alfa-betizador integre la valoracin de los saberes letra-dos aprendidos a lo largo de la vida de las personas, en vinculacin con otros saberes adquiridos por su experiencia en mltiples situaciones sociales, para contribuir a fortalecer la valoracin social que se tiene hacia las personas adultas sin certificacin de

    escolaridad y, por tanto, hacia sus saberes letrados.Guerrero, por su parte, ilustra la construccin de

    saberes letrados a lo largo de la vida de toda perso-na a travs del caso de Sonia, quien se dice analfa-beta y en la bsqueda de espacios que le permitan aprender, llega al taller Ms que Computadoras, el cual promueve eventos de cultura escrita incorpo-rando tecnologa. Enfatiza la nocin de alfabetiza-cin como un autntico proceso de conocimiento, como una prctica social que implica ser practican-te de la cultura escrita en el mundo. Postula que ser alfabetizado es mucho ms que leer y escribir para poder utilizar el cdigo o para firmar un documen-to; implica participar en el mundo social a travs de prcticas de lectura y escritura, como proceso continuo e inacabado. La autora, al dudar acerca del supuesto analfabetismo de Sonia, la incluye en el taller, le muestra permanentemente lo que ella s sabe, las ideas y conocimientos acerca del sistema de escritura que ha construido, en una participacin en situaciones de lectura y escritura a travs del uso de la computadora que generan transformaciones progresivas en torno a la visin que Sonia tiene de s misma como lectora y escritora, as como en torno a su proceso de apropiacin de la cultura escrita.

    Un grupo de testimonios cierran el conjunto de textos del presente nmero de Decisio. Amanda

  • 9Procesos de lectura y escritura en Personas jvenes y adultas

    Toubes y Marta Marucco, ambas maestras e investi-gadoras en el rea desde hace ms de 40 aos, dialo-gan acerca de los sentidos de la alfabetizacin, recu-perando la experiencia de trabajo con la lectura y la escritura en diversos mbitos de sus vidas. En ellas, el acercamiento a la palabra escrita se entrelaza con el misterio, la bsqueda, la complicidad, el desafo, la prueba, la apertura, el goce, la habilitacin de tiempo y espacio, el reconocimiento del otro, el respeto, el si-lencio, el trabajo colectivo, la liberacin, y el compro-miso poltico y tico por una sociedad ms justa.

    El testimonio de las Primarias Populares que na-cen en el seno del Movimiento Popular La Dignidad, en Buenos Aires, es un ejemplo de lucha por el ejer-cicio de derechos que estn siendo vulnerados para miles de personas en la regin. Movimientos socia-les que construyen espacios educativos que han sido histricamente negados a determinados sectores de la poblacin, ms all de la obligatoriedad pro-mulgada por las polticas pblicas estatales. All la

    alfabetizacin se inscribe desde la educacin popu-lar como herramienta de lucha, resistencia, lectura de la realidad para poder transformarla, y desde la formacin del sujeto poltico en pos de la demanda por la consumacin real de los derechos humanos.

    Margarita Mendieta, editora de la Revista Interamericana de Educacin de Adultos del CREFAL, comparte su experiencia de alfabetizacin con Abelardo, trabajador de la misma institucin, artis-ta de los jardines que albergan las edificaciones de

    las cinco hectreas del centro. En su relato emergen la creatividad, la msica, la espera, la confianza, la

    entrega, el canto, los sueos, el descubrimiento, la bsqueda de pre-textos para leer y escribir, el asom-bro, el olor a lluvia, el verde tiendo las primeras lec-turas y escrituras. Y sobre todo, la construccin de un vnculo de afecto y sostn necesarios para todo proceso alfabetizador.

    Por ltimo, mi propio testimonio a partir del tra-bajo de investigacin doctoral por la Universidad de Buenos Aires sobre el caso de Gabriel: un hombre de 40 aos que vivi hasta los 19 en situacin de ca-lle, que trabaja como vendedor de peridicos desde nio y concurre por primera vez a un centro de al-fabetizacin desde hace dos aos. Al acompaarlo durante un ao y medio tanto en la escuela como en el trabajo, descubro el abismo existente entre esos mundos, las marcas de su historia de dolor restrin-giendo los procesos de apropiacin de la escritu-ra, las intervenciones escolares marcando modos de concebirse como lector y escritor, y sobre cmo debe ser enseado. Comparto la experiencia del in-tento de comenzar a tender el puente entre la vida de Gabriel y la escuela junto a sus educadoras, para buscar la salida a los laberintos de escritura y de en-seanza que la complejidad de la alfabetizacin mu-chas veces conlleva.

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    En dos oportunidades a lo largo de mi vida, el CREFAL se convirti en un verdadero Monasterio de Escritura. Durante dos meses del ao 2011 y seis meses del ao 2013 me alberg entre su gente, su lago

    Fotografa: Ivn Holgun Sarabia.

  • 10 enero - abril 2014

    y sus bosques para la escritura de mis tesis de maes-tra* y doctorado, respectivamente. Ambas consti-tuyen parte de mi propio proceso de alfabetizacin. All me sumerg en nuevos textos y en nuevas formas de escritura; prcticas de las que me fui apropiando en el mismo hacer. Como ensea Graciela Montes: leer, escribir y jugar. All descubr que se necesitan los silencios para que las palabras salgan a bailar. All me transform como escritora, en el mismo andar del camino. En los encuentros e intercambios sobre los diversos textos, naci la posibilidad de coeditar este nmero de la revista Decisio. Un nmero que recuperara y visibilizara otros modos de concebir la lectura y la escritura en personas jvenes y adultas. Modos que pudieran viajar ms all de las letras.

    En numerosas experiencias en el rea a lo largo de estos aos, ha sido frecuente escuchar el plan-teo, por parte de alfabetizadores y alfabetizadoras, acerca de la complejidad de la tarea y del enorme desafo vinculado a profundizar el trabajo pedag-gico didctico que alimente prcticas ms frtiles al momento de ensear. Es nuestro deseo ms genui-no que esta edicin brinde perspectivas, preguntas, herramientas, experiencias, reflexiones, a los y las

    educadoras que transitan junto a sus estudiantes caminos de alfabetizacin, desde dimensiones pol-ticas, pedaggicas y didcticas. Es nuestra intencin que los textos reunidos aqu acompaen el trnsito de procesos de lectura y escritura por nuevos rum-bos cargados de sentido, de misterio, de palabras, de silencios, de inscripciones subjetivas, de historias, de juego, de derecho a la apropiacin de la cultura escri-ta a lo largo de toda la vida de las personas.

    Porque en definitiva, leer y escribir es ingresar a

    Otros mundos posibles. A otros mundos detrs del Mundo.

    Lecturas sugeridas

    devetach, l. (2008), La construccin del camino lector,

    Argentina, Editorial Comunicarte.

    levi, P. (1947), Si esto es un hombre, Turin, Editorial El

    Aleph.

    Montes, G. (1999), La frontera indmita. En torno a la cons-

    truccin y defensa del espacio potico, Mxico, Fondo

    de Cultura Econmica.

    Petit, M. (1999), Nuevos acercamientos a los jvenes y a la

    lectura, Mxico, Fondo de Cultura Econmica.

    Petit, M. (2001), Lecturas: del espacio ntimo al espacio p-

    blico, Mxico, Fondo de Cultura Econmica.

    see, l. (2007), El abanico de seda, Barcelona, Salamandra

    Publicaciones.

    seMPrun, J. (1997), La escritura o la vida, Barcelona, Tusquets

    Editores.

    schlink, B. (2000), El lector, Barcelona, Editorial Anagrama.

    Pelculas sugeridas

    Memento, direccin de Christopher Nolan

    El lector, direccin de Stephen Daldry.

    Escritores de la libertad, direccin de Richard

    LaGravenese

    Mis tardes con Margueritte, direccin de Jean Becker

    La ceremonia, direccin de Claude Chabrol

    El analfabeto, direccin de Miguel M. Delgado

    Notas* Tesis de Maestra en Psicologa Educacional por la

    Universidad de Buenos Aires: Procesos de construccin del sistema de escritura en el aula de adultos. Estudio de casos. Direccin: Dra. Flora Perelman. Direccin de Beca U.B.A.CyT: Dra. Mara Teresa Sirvent.

    Tesis de Doctorado en Educacin por la Universidad de Buenos Aires: Procesos psicogenticos, psicosociales y didcticos en la alfabetizacin inicial de personas jvenes y adultas. Estudio de caso. Direccin: Dra. Mara Teresa Sirvent y Dra. Flora Perelman.

  • 11

    Introduccin

    El Programa de Alfabetizacin, Educacin Bsica y Trabajo para Jvenes y Adultos de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires (PAEByTT) se origin por iniciativa del Estado Nacional como Plan Nacional de Alfabetizacin en el ao 1985, a dos aos de la recuperacin de la democracia luego de la ltima dictadura cvico militar en la que se implement el terrorismo de Estado (desde el 24 de marzo de 1976

    hasta el ao 1983). Desde entonces este programa ha pasado por diversas modalidades y fue modificando

    su carcter de contratacin. Como consecuencia de la transferencia de los servicios educativos naciona-les a las respectivas jurisdicciones en el ao 1994, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires cre el programa en el mbito municipal bajo la de-pendencia de la Direccin del rea de Educacin del

    La experiencia del Programa de Alfabetizacin, Educacin Bsica y Trabajo

    (PAEByT) en la Ciudad de Buenos AiresFtima Cabrera de Rice

    Programa de Alfabetizacin, Educacin Bsica y Trabajo (PAEByT), Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires | Buenos Aires, Argentina*

    [email protected]

    Fotografa proporcionada por la autora.

  • 12 enero - abril 2014

    Adulto y del Adolescente, mediante la sancin de la Ordenanza 48563/94. Luego de aos de lucha docen-te y de la comunidad educativa en general, actual-mente forma parte del Estatuto del Docente a travs de la ley 36232/10.

    El PAEByTT ha ido construyendo, durante 28 aos de experiencia y recorrido con los sectores populares, una propuesta integral construida con sus estudian-tes, referentes comunitarios, redes de organizacio-nes e instituciones. Cuenta con 70 centros educati-vos en barrios y villas de la ciudad de Buenos Aires: Liniers, Retiro, Villa Soldati, Almagro, Balvanera, San Nicols, La Boca, Barracas, Nueva Pompeya, Mataderos, Floresta, La Paternal, Monte Castro, San Cristbal, Bajo Flores, Villa Pueyrredn, Villa Lugano, Parque Chacabuco, San Telmo, Constitucin, Barrio Carrillo, Saavedra, Chacarita. La matrcula anual es de ms de 1 mil 200 estudiantes, con un promedio de entre 300 a 400 egresados por ao.

    Finalidad. Marco pedaggico institucional

    El PAEByTT lleva adelante el proceso que va desde la alfabetizacin hasta el trmino de la educacin primaria destinada a jvenes y adultos (desde los 14 aos de edad) que no iniciaron o no terminaron

    esta instancia educativa. Tambin ofrece talleres de expresin artstica y comunicacional, recreacin, capacitacin para el trabajo y el apoyo a proyectos e iniciativas vinculadas a la economa social.

    Su modalidad especfica consiste en desarrollar

    la prctica educativa en lugares de la propia comu-nidad, utilizando como sede diversas organizacio-nes/instituciones sociales y polticas. Esto facilita el acceso de la poblacin e introduce en el seno de la comunidad un espacio vital para promover la edu-cacin, la cultura y la participacin ciudadana.

    El PAEByTT se propone construir diversos trayec-tos educativos considerando las particularidades de los/as estudiantes y las caractersticas de las co-munidades en las que participa. Es por ello que los procesos de enseanza y de aprendizaje parten de los propios intereses del grupo, del reconocimien-to de sus trayectorias, caractersticas culturales,

    necesidades y aspiraciones, recuperando sus sa-beres previos. En resumen, el proceso educativo se conceptualiza como una reflexin crtica sobre la

    propia realidad con el objetivo de descubrir y poten-ciar fortalezas y sueos en busca de la transforma-cin social.

    En los ltimos aos se viene trabajando fuerte-mente la incorporacin de lo artstico y comunica-cional a la propuesta pedaggica, entendiendo estos aspectos como derecho de los estudiantes y como elementos constitutivos de la educacin popular. Se articula con Radios Comunitarias y se realizan talleres de comunicacin en los centros. Se ha lle-vado a cabo un Programa de Radio Institucional en la Radio Grfica de Barracas y espacios en la Radio

    FM Bajo Flores. Tambin se incorporaron talleristas de Danzas Latinoamericanas y de Teatro Foro del Oprimido, lo que nos ha permitido recuperar la rique-za y la diversidad cultural de los estudiantes, como as tambin abrir espacios y expresiones a travs del arte.

    Considerando las particularidades tanto de la propuesta pedaggica como de la poblacin con la que se trabaja, se apuesta a la consolidacin del tra-bajo colectivo e interdisciplinario.

    Nuestros estudiantes son adolescentes, jvenes y adultos, en su mayora mujeres, que no pudieron ejercer su derecho a la educacin debido a la pobre-za y la exclusin, as como a la incapacidad del sis-tema educativo para dar respuesta a una realidad compleja y dinmica. El recorrido que se inicia en los centros educativos lleva a la persona a reconocerse como sujeto histrico, poltico, social y cultural. El hecho de iniciarse en procesos formativos le posibi-lita inscribirse en lo pblico, en ese espacio en donde puede reconocer su palabra, decirla y sentir que es escuchada, y a su vez reconocer y escuchar la pala-bra de los dems. De esta manera se construye un discurso comn, colectivo, desde las necesidades y deseos de las y los participantes, lo cual les permi-te superar las limitaciones de una realidad que los excluye de diversas maneras. Es desde esa construc-cin colectiva que el sujeto logra instalarse social-mente en un lugar protagnico como ciudadano ac-tivo, dispuesto a protagonizar la defensa y exigencia

  • 13la exPeriencia del Programa de alfabetizacin, educacin bsica y trabajo...

    de sus derechos, a producir y transmitir sentidos y bienes simblicos para defender su dignidad, su his-toria, memoria y organizacin comunitaria.

    Caractersticas principales

    Cada centro est a cargo de un/a docente en algunos casos, de una pareja pedaggica que organiza su trabajo en los tres ciclos de la educa-cin bsica graduando contenidos y articulando reas de conocimiento.

    El trabajo se realiza en las comunidades cuatro veces por semana, cuatro horas cada sesin.

    La propuesta pedaggica del PAEByTT se caracte-riza por la insercin comunitaria de cada uno de los centros y un enfoque desde la educacin po-pular; se desarrolla en ciclo agrupado a partir de situaciones problemticas comunes articulando los ciclos del nivel e incorporando, tambin, la gradualidad de contenidos acordes a cada uno. Cada docente, o grupo de docentes, realiza el tra-bajo de campo correspondiente que posibilita el

    diagnstico socio-comunitario de cada comuni-dad, e identifica problemticas que sern foco de

    trabajo en los centros educativos. Los centros se encuentran agrupados en fun-

    cin de su territorialidad. La construccin de territorialidad favorece la articulacin en redes, el acompaamiento de problemticas puntuales de la zona y/o de estudiantes y la elaboracin de proyectos. Esto significa que los setenta centros

    se encuentran distribuidos en cuatro grandes zonas de la ciudad, especialmente en la zona sur, que es la ms poblada, la ms empobrecida, y en la que han sido desmanteladas las polticas pbli-cas. En estos barrios y villas se parte de un diag-nstico sociocomunitario; los centros se alojan en los espacios que brindan las organizaciones e instituciones armando una gran red entre orga-nismos pblicos y de la comunidad que abordan problemticas en comn: se intercambia y se rea-lizan acciones conjuntas. Los orientadores peda-ggicos trabajan junto al equipo de intervencin psicosocial comunitario y la coordinacin. Los centros cercanos entre s realizan actividades in-tercentros y desarrollan proyectos comunes.

    Cada grupo est a cargo de una pareja de orienta-dores pedaggicos que lleva adelante el acompa-amiento de la propuesta educativa del PAEByTT.

    Se dedica un da por semana a la capacitacin en servicio para todos los/as educadores/as del PAEByTT. Esto permite su actualizacin en los temas pedaggicos, sociales y poltico-econ-micos, el intercambio y la produccin de conoci-miento y materiales de trabajo, como as tambin la contencin ante las problemticas complejas que se vivencian en los centros y barrios.

    Las evaluaciones son graduadas y se articulan en ellas las reas de conocimiento.

    Las promociones son acompaadas por los/as docentes con el objetivo de garantizar la conti-nuidad educativa de cada estudiante. Adems de la promocin anual se realizan promociones ade-lantadas en cualquier momento del ciclo lectivo.

    La inscripcin e ingreso al centro por parte de los/as estudiantes puede realizarse en cualquier

    Fotografa proporcionada por la autora.

  • 14 enero - abril 2014

    momento del ao. Se requiere, como mnimo, cuatro meses de asistencia para la promocin.

    El PAEByTT cuenta con un equipo de intervencin psicosocial-comunitario interdisciplinario (pro-fesionales complementarios/as) que acompaa,

    orienta y articula con otras instancias en la ela-boracin y concrecin de diversos proyectos y en el abordaje de problemticas especficas, como

    tambin el acompaamiento de articulaciones con otras reas y modalidades educativas.

    Las lneas de trabajo transversales a todos los ci-clos y reas son:

    Derechos humanos Integracin latinoamericana Diversidad cultural Promocin del arte, la recreacin y la

    comunicacin Formacin para el trabajo Organizacin comunitaria. Trabajo en redes Perspectiva de gnero Espacio de formacin e intercambio con univer-

    sidades e institutos terciarios Intercambios de formacin y participacin a

    nivel nacional e internacional

    Organizacin pedaggica en el centro educativo

    1 Ciclo. Este ciclo es el comienzo de una etapa don-de se representa la vida cotidiana, se retoman nece-sidades y saberes de las personas que aprenden, se inicia o reinicia su relacin con la cultura escrita. El primer ciclo invita al estudiante a representar la vida cotidiana en otros lenguajes y a repensar su contex-to, su historia, intereses y expectativas junto a su es-critura, construyendo su universo vocabular.

    La comprensin de la estructura del sistema de escritura se ubica en el centro del ciclo. Cuando el sujeto reconoce los principios del sistema alfabtico alcanza una autonoma que le posibilita continuar su dominio de la escritura y la lectura en otro ciclo

    formativo. Adems de la alfabetizacin escrita, este ciclo propone ampliar el trmino y pensar en alfabe-tizaciones: presenta otros conocimientos y lengua-jes (matemtico, cientfico, artstico) que permiten

    abordar las situaciones problemticas y los proyec-tos de accin.

    El acto de leer no se agota en la decodificacin pura

    de la palabra escrita, sino que se anticipa y se pro-longa en la inteligencia del mundo. La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ah que la posterior lectura de sta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aqul. Lectura y rea-lidad se vinculan dinmicamente. La comprensin del texto a ser alcanzada por su lectura crtica im-plica la percepcin de relaciones entre el texto y el contexto (Freire, 2012).

    Desde este enfoque, en el cual se concibe la alfa-betizacin como un proceso de construccin en el que los estudiantes son protagonistas, se plantean en los centros diferentes propuestas pedaggicas que responden a las particularidades del contexto, del grupo de estudiantes y de los mismos docentes. Cada propuesta permite que los estudiantes apor-ten sus saberes, confronten ideas, lleven adelante procesos de reflexin sobre su propia escritura y

    vayan aproximndose a la escritura convencional. Todo esto tiene la riqueza particular de darse en un colectivo con frecuencia heterogneo, tanto en rela-cin a los conocimientos como a las experiencias de vida, que produce intercambios sumamente intere-santes y refuerza los sentimientos de pertenencia, autoestima y valoracin personal.

    A modo de ejemplo podemos mencionar algu-nas prcticas de lenguaje que se llevan adelante en algunos centros, como es el caso de la mesa de li-bros, en la que los estudiantes pueden explorar di-ferentes textos, leer de acuerdo a sus posibilidades, identificar el ttulo de los libros, los autores y reali-zar recomendaciones de lectura a sus compae- ros/as, segn sea su etapa de construccin del siste-ma de escritura. Tambin pueden elegir libros para llevar a sus casas. En un grupo ubicado en un barrio

  • 15la exPeriencia del Programa de alfabetizacin, educacin bsica y trabajo...

    con una amplia comunidad paraguaya, ha surgido la inquietud de traducir al guaran uno de los libros, afrontando colectivamente las discusiones respecto de las palabras que se eligen, las frases y los senti-dos propios en cada lengua. Este proceso despierta ancdotas y recuerdos que son socializados y mu-chas veces transformados en una nueva propuesta a compartir con el grupo, y que cobran forma de rece-tas de cocina, canciones, historias donde comienzan a aparecer las propias palabras.

    2 Ciclo. El ciclo incorpora a quienes comprenden y utilizan la estructura del sistema alfabtico y reco-nocen conceptos y herramientas bsicas de otros lenguajes. Se profundizan aspectos vinculados a la comunicacin escrita, explorando y produciendo di-ferentes tipos de textos en relacin a situaciones pro-blemticas y proyectos de accin. El propsito es que los/as estudiantes confronten e integren sus saberes, utilizando sus propias cajas de herramientas, para pensarse como sujetos enraizados en determinado contexto histrico, social y poltico. Para lograrlo, se plantea abordar los contextos problematizado-res desde un pensamiento sistmico que evite las respuestas parciales y focalizadas en una sola rea. Propone interrelaciones de los saberes que otorguen profundidad a la reflexin, por lo tanto, el ciclo debe

    hacer posible establecer relaciones entre diferentes dimensiones, realizar anlisis en diversas escalas, es-tablecer analogas, comparaciones e inferencias que desnaturalicen la fragmentacin del conocimiento.

    A modo de ejemplo podemos citar el Proyecto sobre Comunicacin a lo largo de la Historia. En esta propuesta se presentan actividades iniciales vinculadas al lenguaje gestual, mediante juegos de mmica, historietas e imgenes, en una progresin que va desde la prehistoria a la actualidad. Luego de cada actividad disparadora se abre el debate a partir de preguntas gua sobre el uso de la palabra, los gestos, las imgenes, los diferentes modos de co-municacin, la publicidad, y se elaboran afiches con

    las conclusiones. Se propone una relacin entre las reas de sociales (prehistoria-historia, pinturas ru-pestres, ubicacin en el mapa), naturales (procesos

    de elaboracin de pinturas), matemtica (realiza-cin de diferentes ejercicios con la lnea de tiempo), y

    expresin artstica.Los sentidos del ciclo y sus contextos problemati-

    zadores tienen como horizonte una ciudadana que surge del estar con los/as otros/as en situaciones bien concretas, que revisa los modos en que una sociedad ve la realidad y aquellos procesos mentales compar-timentados que generalmente no son advertidos.

    3 Ciclo. Este ciclo presenta contextos problematiza-dores que visibilizan aspectos fundamentales de la sociedad contempornea. La intencin es el anlisis crtico, encontrar vinculaciones en lo que parece desvinculado. El sentido de esta propuesta es tanto revisar las posibilidades de insercin que las socie-dades promueven, como las integraciones que gene-ran para que los/as estudiantes logren implicarse en un nosotros, donde no slo participen en una socie-dad ya hecha sino que ocupen una posicin activa en una sociedad que exige siempre ser construida.

    Desde esta mirada, el ciclo acredita el nivel pri-mario y propone el desafo de pensar las alternati-vas para lograr la continuidad educativa. Supone suscitar expectativas, deseos y confianza en las

    posibilidades de los sujetos para transitar otras ins-tancias educativas, ya sea de nivel secundario, for-macin profesional u otros espacios de educacin permanente. Esta articulacin desiste de la idea de un muestrario de ofertas educativas para incorpo-rar un criterio tico de orientacin, interesarse por las potencialidades de cada estudiante, situarse en los contextos que habitan y abrir un dilogo con las propuestas de posibles trayectos educativos.

    Por todo esto es que resulta importante hacer especial hincapi en el trabajo integrado de los tres ciclos entre s, y a la vez de las diferentes reas. La propuesta de trabajo pedaggico resulta integrada desde su punto de partida: en la presentacin de las diferentes temticas y proyectos, desde donde cada uno/a de los estudiantes avanza en la complejidad de su propuesta de acuerdo a sus posibilidades en ese momento, pero aportando a la construccin co-lectiva del conocimiento.

  • 16 enero - abril 2014

    Logros, dificultades y desafos en la accin

    En nuestro pas desde el ao 2008 existe la Direccin de Educacin de Jvenes y Adultos a nivel nacional, recuperada despus de su disolucin durante la dictadura. Es la instancia encargada de implemen-tar las polticas educativas, los cambios correspon-dientes y la formacin de los educadores de jvenes y adultos. Es preocupante que en nuestra ciudad no tengamos an un currculo actualizado. Tambin es necesario destinar recursos para fortalecer ex-periencias que respondan a la realidad, y para siste-matizar las prcticas educativas y la produccin de conocimiento. Existen diversas experiencias en la educacin pblica y a nivel comunitario que debe-ran ser reconocidas como aportes, lo cual tensiona y desafa al sistema educativo.

    La prctica del PAEByTT se inscribe en un sen-tir latinoamericano: en el Bicentenario de la Independencia, nuestra Amrica se enrumba en prcticas pedaggicas que involucran cada vez ms aspectos sociopolticos que exigen transformacio-nes orientadas a construir formas de vida que pro-curen la emancipacin del pensamiento y el buen vivir, y que profundicen la democratizacin de nues-tros pueblos en la defensa de los recursos naturales, la soberana, la identidad y valores ticos.

    Lecturas sugeridas

    Cuadernillo: Alfabetizacin y democracia en la construccin

    de una pedagoga emancipadora, 28 aos de educacin p-

    blica y popular, Buenos Aires, PaeBytt, diciembre de 2003.

    Hacia la estructura curricular de la educacin permanente

    de jvenes y adultos, documento de la Mesa Federal de la

    ePJa, 21 de noviembre de 2001, Buenos Aires, Ministerio

    de Educacin de la Nacin, Repblica Argentina.

    Freire, Paulo (2012), Pedagoga de la indignacin. Cartas

    pedaggicas en un mundo revuelto, Buenos Aires, Siglo

    XXI.

    Jara, oscar (1992), Conocer la realidad para transformarla,

    San Jos (Costa Rica), Alforja.

    Notas* El artculo es una sntesis de la fundamentacin y presen-

    tacin del PAEByTT en el cuadernillo "Alfabetizacin y demo-cracia. La construccin de una pedagoga emancipadora. 28 aos de educacin pblica y popular". Es el producto de jornadas docentes y de la presentacin de los perfiles y los diferentes roles de los actores que integran el programa que fueron presentados ante el Ministerio de Educacin de la C.A.B.A. por la incorporacin al Estatuto del Docente de los maestros del PAEByTT a travs de la Ley 3623/10.

    Antes de saber leer, los libros eran para m como bosques misteriosos. Me acuciaba una pregunta: cmo es posible que de aquellas pginas de papel, de aquellas hormiguitas

    negras que la surcaban se levantara un mundo ante mis ojos, mis odos y mi corazn de nia? Qu clase de magia, de sortilegio era aquel que sobrepasaba cuanto yo viva y

    cuanto viva a mi alrededor?Ana Mara Matute. Escritora espaola, 1925-2014.

  • 17

    En la experiencia del Programa de Reorganizacin de las Trayectorias Escolares de Alumnos con Sobreedad, ofrecemos a nuestras alumnas y alum-nos diversas propuestas enmarcadas en las Prc-ticas del Lenguaje (tradicionalmente, el rea de Lengua). Su objetivo central consiste en poner a

    disposicin de todas y todos los instrumentos pro-pios de la cultura que permiten formar parte de una

    comunidad de lectores y escritores. Porque alfabeti-zarse, en su sentido ms amplio y pleno, supone con-vertirse en un sujeto crtico y creativo que dispone del lenguaje oral y escrito en el marco de proyectos personales donde el manejo de la lectura, la escritu-ra y el discurso oral no constituyen obstculos para dichos proyectos sino, por el contrario, son canales frtiles donde los mismos se vehiculizan y concretan.

    La escritura al servicio de los procesos de reflexin subjetiva

    O escribir para pensar(se)Mariela Helman | Guillermo Mic | Alicia del Valle Vera

    [email protected] [email protected] [email protected]

    Programa de Aceleracin, Gerencia Operativa de Inclusin Escolar, Gerencia Operativa de Inclusin Educativa, Ministerio de Educacin de la Ciudad de Buenos Aires | Argentina

    Pasado que no ha sido amansado con palabras no es memoria, es acechanza Laura Restrepo, Demasiados hroes, p. 234

    Fotografa: Jos Alonzo Leyva Lpez.

  • 18 enero - abril 2014

    El Programa, tambin conocido como "Grados y grupos de aceleracin, depende de la Gerencia Operativa de Inclusin Educativa (Ministerio de Educacin de la Ciudad de Buenos Aires) y comenz

    a implementarse en el ao 2003. Atiende a nios y ni-as que concentran dos o ms aos de sobreedad en el segundo ciclo de la escuela primaria. El programa les permite, mediante condiciones pedaggicas par-ticulares, hacer dos grados escolares en uno (4 y 5 en el primer ao, y 6 y 7 al ao siguiente).

    Hablar de prcticas del lenguaje (donde tanto el plural como el sustantivo prcticas habilitan diver-sidad de voces y de acciones) supone una concep-cin que privilegia, como objeto de enseanza, las prcticas mismas hablar y escuchar, leer y escri-bir por sobre otro tipo de contenidos lingsticos que han sido tradicionalmente escolares, como por ejemplo, el sustantivo, la oracin, etc.

    Si consideramos, por tanto, que el objeto de en-seanza son las prcticas, queremos subrayar que toda prctica se adquiere en la prctica. Formar a los sujetos como hablantes, lectores y escritores sig-nifica crear las condiciones didcticas que les permi-tan ejercer como tales desde su ingreso en la escuela. Como se afirma en el Diseo curricular para la edu-cacin primaria (2 ciclo), ninguna persona se har lectora si el aula y la escuela no son comunidades de lectores a las que se ingresa participando (Direccin General de Cultura y Educacin del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, 2008, p. 34).

    El proceso de apropiacin de estas prcticas tie-ne lugar en contextos donde se hace necesario y se justifica ejercerlas. El sentido de las mismas es parte

    de lo que se ensea: argumentar para justificar una

    posicin entre otras tantas, avanzar en la coheren-cia de un texto para que los otros entiendan qu se quiso expresar, buscar informacin y leer para saber ms sobre algn tema, etc.

    El dominio de estas prcticas por parte de los su-jetos se logra en tiempos prolongados, y por ello no necesariamente corresponde a los tiempos escola-res. Ni se inicia con ellos y, mucho menos, termina cuando culmina el ao escolar; la relacin entre di-chos tiempos y las adquisiciones esperadas se puede

    concretar en ritmos diversos. En el caso de los nios, nias y jvenes con sobreedad, la necesidad de par-ticipar de manera sostenida en este tipo de prcti-cas para lograr su dominio es an ms marcada, pues aqu se entremezclan trayectorias escolares* que quedaron truncas en algn momento y que nos muestran discontinuidades; procesos que se iniciaron, se interrumpieron y se reiniciaron en otro momento. Procesos escolares y subjetivos en los que podemos reconocer marcas de exclusin, en el senti-do que les da Kurlat (2011): marcas propias de sujetos cuyos derechos fueron vulnerados y que restringen los modos de concebirse como aprendices, con las consecuencias que conlleva quien arrastra dichas marcas (como por ejemplo, atribuirse la culpa por los fracasos escolares previos o dudar de la capaci-dad de aprender).

    La diversidad de trayectorias y recorridos que tienen nuestros alumnos genera la planificacin y

    puesta en marcha de secuencias didcticas diferen-tes: algunas centradas en completar la alfabetiza-cin inicial, otras en avanzar en la lectura autnoma de distintos tipos de textos, otras en los procesos de escritura, otras en los procesos de reflexin y anlisis

    del lenguaje. No slo es el punto de partida de cada uno de los sujetos, sino la propia lgica de las prcti-cas la que exige nuevos acercamientos a los textos y a las situaciones de lectura y escritura donde el retorno no es idntico, sino que implica ampliar y profundizar. En todo caso, los grupos y los grados de aceleracin son espacios educativos que gene-ran condiciones didcticas donde muchos (chicos y maestros) leen mucho, sobre muchas cosas.

    Desde nuestro enfoque, entonces, las situacio-nes que se sugiere propiciar en la escuela se pueden inscribir en tres mbitos donde el lenguaje circula y se ejerce: el mbito de la literatura, que incluye a los nios/as en el mundo de la cultura escrita, que les abre otros mundos, les presenta hroes, rimas, hori-zontes pasados y futuros; el mbito del estudio que, desde muy pequeos, habilita tanto la curiosidad y la bsqueda como la profundizacin de la lectura y la consulta; y el mbito de la formacin del ciuda-dano para legalizar las prcticas democrticas y

  • 19la escritura al servicio de los Procesos de reflexin subjetiva

    democratizadoras de discutir y acordar, escuchar al otro y reconocerlo, leer crticamente los medios de comunicacin (Diseo curricular para la educacin primaria, 2 ciclo, p. 34).

    En esta oportunidad compartiremos un tipo de trabajo que se enmarca en el tercer mbito mencio-nado y que tiene a la escritura como eje pero que, recuperando uno de los usos sociales de la misma, se distancia un tanto de la implementacin de otras secuencias didcticas del rea. Nos referimos a aque-llas situaciones donde la escritura es utilizada como instrumento para pensar sobre uno mismo y sobre determinados procesos grupales y sociales. Algunas de sus caractersticas favorecen esta reflexin: en

    particular, la materialidad de la escritura, es decir, el hecho de que constituya marcas fijas sobre las que

    se puede volver una y otra vez posibilita acercarse a lo escrito en distintos momentos e instalar la idea de versiones, interpretaciones y puntos de vista diferen-tes sobre un suceso determinado. Al mismo tiempo, la escritura se plantea como un recurso simblico que permite cierto distanciamiento de los hechos mismos, distanciamiento necesario para la reflexin.

    A modo de ejemplo compartimos el trabajo reali-zado en grados de aceleracin, a partir de dos situa-ciones distintas.

    Sobre lo sucedido con Esteban, o sobre lo sucedido con 6/7

    En una oportunidad en la que la maestra a cargo del grado 6/7 de aceleracin de una escuela no estaba, se desencaden un conflicto entre alumnos de di-cho grado que incluy persecuciones y peleas, y que termin con varios alumnos sancionados. Inclusive fue necesario recurrir al Sistema de Emergencias Mdicas de la Ciudad de Buenos Aires (SAME) para atender el desborde de uno de los nios. El hecho tuvo repercusiones institucionales (toda la escuela se enter de lo que haba pasado) y provoc preocu-pacin en el grupo de nios y de docentes. Cuando la maestra lleg al da siguiente, se encontr con un gran revuelo: todos hablaban de lo que haba pasa-do y existan versiones contradictorias y confusas

    al respecto. Se planific entonces una propuesta de

    trabajo que incluira, en primer trmino, reconstruir por escrito lo sucedido aquella maana en la escue-la y, a partir de ese texto, iniciar un proceso de lec-tura, relectura y reescritura con los alumnos. Para comenzar, la maestra prepar un texto a partir de las versiones orales que aportaron dos chicos y un grupo de docentes que tambin participaron de la situacin. Este texto servira de base para trabajar en el aula con los chicos y para ser modificado las

    veces que lo requirieran la lectura conjunta y la am-pliacin de las perspectivas involucradas en el relato. La maestra digitaliz el texto y la clase se organiz a partir de la lectura de la docente del texto en la com-putadora. La consigna fue la siguiente:

    En funcin de lo que contaron varias personas que pas cuando yo no estuve, escrib este texto que, seguramente, es incompleto y al que le faltan cosas para entender mejor qu ocurri. Se los voy a ir le-yendo y cuando alguno quiera hacer un comentario o corregir o agregar algo que crea que falta o que est incorrecto, me avisa.

    Se organizaron tres sesiones de lectura y reescri-tura conjunta del texto con la misma modalidad. En cada oportunidad la docente ley el texto desde el comienzo, detenindose frente a la propuesta de al-gn alumno de cambiar o agregar algo. Los chicos siguieron atentamente la lectura del mismo y parti-ciparon con mucho inters, haciendo correcciones, aportando datos nuevos, discutiendo nuevos datos que no aparecan en el texto y que, en algunos casos, no consideraban verdicos. Surgi la necesidad de ajustar las palabras que all aparecan, hacindolas ms precisas, controlando que no fueran contradic-torias o que no tuvieran datos de ms o errneos.

    Por ejemplo, la primera versin del texto ela-borada por la maestra a partir de los relatos orales fragmentados que fue recibiendo al regresar a la es-cuela se llamaba Sobre lo sucedido con Esteban (ste es el nombre que dimos al nio en el texto. Se trata de un alumno que termin con un alto grado de angustia y desborde).

  • 20 enero - abril 2014

    En la primera lectura, cuando la maestra ley el ttulo y pregunt si les pareca adecuado, varios chi-cos y chicas comenzaron a dudar. La pregunta de la maestra habilit, gener y sostuvo el espacio de duda y reflexin de los chicos. Ellos sealaron que lo

    que pas no haba tenido como nico protagonista a Esteban, y que no le haba sucedido solamente a un alumno, aunque claramente las consecuencias para este nio haban sido las ms notorias o ruidosas. Propusieron, luego de la discusin, cambiar el ttulo por Sobre lo sucedido con 6/7 el da del taller.

    Escuchando la lectura y los aportes de los com-paeros, el grupo logr reconstruir distintas versio-nes de lo sucedido; cada versin complejiz el relato y la mirada de lo que haba pasado incorporando ms participantes y ms aspectos que podan pa-recer detalles superfluos que sin embargo, a la hora

    de interpretar conjuntamente los hechos, no lo eran. Por ejemplo, en la primera versin vemos el conflicto

    entre dos alumnos del siguiente modo:

    Esteban cuenta que durante el taller [] Jos lo gol-pe en la cabeza. Esteban le avisa a la profesora, y la seo lo ubica en otro lugar del aula para que ya no lo moleste su compaero. A pesar de esto Jos lo amenaza dicindole que le iba a pegar durante el recreo. Cuando termina la hora y van al recreo, Esteban corre a biblioteca para esconderse all de Jos, y sucede que Agustn aparece en biblioteca, lo toma de la cabeza y dice: Ac est Esteban!.

    En esta primera versin no se entiende por qu Agustn interviene de esa forma. Sin embargo, en la segunda versin se incorpora lo siguiente:

    Esteban cuenta que durante el taller [] Jos lo gol-pe en la cabeza. Antes, Esteban le haca gestos a Agustn como queriendo decirle que le iba a pe-gar. Podra ser que lo estuviera invitando a jugar a la pelea o podra ser que lo estaba amenazando de verdad. Esteban le avisa a la profesora que Jos

    Fotografa: Jos Alonzo Leyva Lpez.

  • 21la escritura al servicio de los Procesos de reflexin subjetiva

    lo estaba molestando y la seo le indica a Jos que se cambie de lugar pero no lo hace. Esteban s se cambia de lugar para que ya no lo moleste su compaero. Queda sentado cerca de la maestra. A pesar de esto, Jos lo amenaza dicindole que le va a pegar durante el recreo; varios compaeros lo escuchan. Cuando termina la hora y van al recreo, Jos dice: vamos a pegarle. Esteban corre a bi-blioteca para esconderse all de Jos y sucede que Agustn aparece en biblioteca, lo toma de la cabeza y dice: Ac est Esteban!.

    Esta segunda versin permite ver que el ma-lestar de Agustn con Esteban era previo al recreo. Tambin muestra que Esteban intent evitar la pe-lea con Jos. En esta segunda versin aparece con ms fuerza la participacin de Jos y de Agustn en el conflicto.

    Este trabajo permiti reflexionar acerca de los

    roles de cada uno en esa situacin, y de los distintos puntos de vista; tambin propici que los alumnos se pusieran en el lugar del otro y pensaran cmo ha-bran reaccionado de haber estado en esa situacin, y de qu otra manera podran haberlo hecho para evitar las situaciones dolorosas o peligrosas que se presentaron.

    Consideramos que la planificacin y la puesta

    en marcha de la propuesta ofrecieron un marco de participacin real y de debate para los chicos en el momento de emitir sus opiniones y someterlas a la discusin. Resulta, por tanto, una propuesta de tra-bajo que convoca y compromete a los participantes, en donde el uso de la palabra se pone en valor en el contexto pblico donde se escribe y reescribe.

    Registro de la trayectoria escolar para organizar la trayectoria de vida

    Para comprender dnde y por qu motivos se pro-dujo la sobreedad de nuestros alumnos, ponemos en marcha un dispositivo de encuentro individual con cada nio y nia que ingresa al Programa de Aceleracin (Mic, 2007). En ese espacio de entrevis-ta/encuentro, instancia en la que participan todos

    los nios y nias, descubrimos, casi por casualidad, que algunas de las notas que tombamos a modo de registro para entender la trayectoria escolar de cada chico y chica, cobraban para ellos ste y otros sen-tidos. Por ejemplo, organizamos la informacin de cada alumno/a del siguiente modo:

    Ao Grado que curs Escuela

    2014 4/5 aceleracinN 11

    Distrito Escolar 5

    2013 3N 11

    Distrito Escolar 5

    2012 2 Escuela de provincia

    2011 ? ?

    2010 2 Una escuela en Paraguay

    El cuadro permite visualizar dnde se produjo la sobreedad, dnde se desencauz la trayectoria es-colar de un nio o nia, y tambin deja ver baches, agujeros en el relato sobre la vida de un sujeto. Qu ocurri en 2011? Dnde se encontraba el nio ese ao? Por qu vuelve a hacer 2 grado?

    Hace varios aos, mientras tombamos este tipo de entrevistas empezamos a notar que el nio o nia que estbamos entrevistando, generalmente senta-do en frente de nosotros, en algn momento de la charla se levantaba y vena de nuestro lado y comen-zaba a utilizar el registro del cuadro para sealar y organizar su propia experiencia:

    no, primero me fui de Paraguay. Pero me fui en agosto y entonces no encontramos escuela. Por eso no termin ese ao 2 grado.

    ac, este ao no me acuerdo qu pas

    no, primero fui a una escuela de provincia, ah re-pet. Justo fue el ao que mi mam qued en capital. Me acuerdo que la extraaba mucho.

  • 22 enero - abril 2014

    A partir de estas primeras experiencias comenza-mos a ofrecer de modo sistemtico este registro como instrumento para que cada nio y cada nia pudie-ran organizar algo de su propia historia, utilizando la escritura como recurso simblico y herramienta al servicio de este proceso subjetivo. Complejizar el proceso de simbolizacin requiere, como condicin necesaria para su desarrollo, que el nio pueda inves-tir al lenguaje en nuestro caso, el lenguaje escrito como un objeto del cual desea apropiarse.

    La potencia de la escritura para favorecer el des-pliegue de recursos simblicos tambin es desta-cada en el trabajo teraputico. A propsito de esto, Altschul (2011) comenta la utilizacin de un cuadro de registro de balances, elaborado junto con una de sus pacientes, para organizar ventajas y desven-tajas frente a distintas opciones de lugar donde vivir. Destacan en ese trabajo tanto las reflexiones que

    la joven haba logrado producir como el placer que le generaba el hecho de haberlas producido. Volver sobre el papel le permita leerse y escucharse a s misma de un modo diferente.

    El proceso de apropiacin del lenguaje supone un trabajo representativo que complejiza el psiquismo, ampliando lo representable a partir de la riqueza de enlaces que posibilita.

    Ofrecer, entonces, la escritura como recurso simblico a favor de los procesos subjetivos, supone mostrar y hacer visible aquello que posibilita.

    A modo de conclusin

    En nuestras dos escenas aparece, de modo diverso, la misma intencin de instalar en el aula, en la escue-la, y a disposicin de las y los estudiantes, un pensa-miento narrativo de s mismos. En el primer ejemplo, no se persigue el hallazgo de la verdad, sino de una verdad compartida, la que los sujetos pueden cons-truir en su reflexin conjunta. Poco importa si los

    hechos narrados coinciden con los sucedidos, por-que, adems, estos ltimos estn perdidos. Lo que s importa es que los sujetos construyan y en ese mismo proceso, recuperen sentidos que constru-yen y constituyen un pasado pensado en el presente, y un presente sostenido en esa memoria.

    Para Fuentes Marcel (2002), ya no es posible ha-blar de esencias eternas, inmutables, sino de esen-cias histricas, es decir, que se construyen:

    Todo es mvil e interdependiente: el sujeto, las co-sas y lo que se dice. Estas tres instancias se dan en mutacin, son hilos que discurren paralelos y que se cruzan, se simetrizan, se desconectan, se horizon-tan mutuamente y producen condensaciones en el tiempo, que dan lugar a intersecciones que dan sen-tidos [que no son El Sentido, La Verdad] (2002, p. 78).

    El segundo ejemplo, si bien sucede a partir de un propsito programtico, se explica y se sostiene en el mismo principio: el derecho de narrarse. A los rela-tos que circulan incesantemente en las instituciones acerca de las nias y de los nios, y que en alguna

    Fotografa: Ivn Holgun Sarabia.

  • 23la escritura al servicio de los Procesos de reflexin subjetiva

    medida recuperan en el mejor de los casos de-terminados elementos de sus historias personales, preferimos oponerles lo que cada nia y cada nio puede construir a partir de una prctica que nos co-loca como mediadores ignorantes que sostienen la pregunta que les permita narrarse.

    Al fin de cuentas, como seala Fuentes Marcel:

    [] somos, en gran medida, el relato de lo que so-mos [] La mayor plenitud de lo que podemos ser tiene que ver con un producir discurso propio para conseguir el ms veraz acerca de nosotros mismos. Quiz cada uno deba ser filsofo y poeta a la vez

    para construir eso que somos, porque eso que so-mos es, en suma medida, un cierto modo de contar-nos en el presente lo que nos pasa, lo que fuimos y lo que queremos ser (ibid).

    Poner a disposicin de los sujetos las herramien-tas necesarias para armar y desarmar ese relato im-plica ofrecer algo que en verdad les pertenece.

    Recomendaciones para la accin

    Con estos dos ejemplos quisimos compartir un modo particular de trabajo en el rea de Prcticas del Lenguaje que, junto con el desarrollo de dis-tintas secuencias enmarcadas en los tres mbitos mencionados, colaboran en el proceso de alfabetiza-cin plena de los nios, nias y jvenes con los que trabajamos. Consideramos que este enfoque del que esta propuesta es slo una expresin entre mu-chas posibles resulta frtil como marco general de otras propuestas que cada educador pueda elaborar en diversos espacios educativos de lectura y escri-tura con jvenes y adultos. Hacer de la lectura y la escritura herramientas de reclamo y de validacin de derechos; poder ver que a travs de ellas se mani-fiestan necesidades y sentimientos; que el uso de la

    palabra permite guardar memoria, darle forma a las ideas y a los pensamientos propios y ajenos; que su dominio posibilita contemplar distintos puntos de vista, cambiar versiones e interpretaciones todos

    estos sentidos para reescribir la (propia) historia una

    y otra vez.

    Lecturas sugeridas

    altschul, Marcela (2011), Investir tras ser envestida, Buenos

    Aires, Letra Viva.

    Direccin General de Cultura y Educacin del Gobierno de la

    Provincia de Buenos Aires (2008), Diseo curricular del

    nivel primario (2 ciclo), Buenos Aires, en:

    http://www.fmmeducacion.com.ar/Sisteduc/Buenosaires/Primaria/epb2.pdf

    Fuentes Marcel, andrea (2002), Ese relato que somos,

    Barcelona, Octaedro.

    kurlat, Marcela (2011), "Procesos de alfabetizacin en j-

    venes y adultos: Ismael y sus laberintos de escritura,

    Revista Interamericana de Educacin de Adultos, ao

    33, nm. 2, pp. 69-95, en:

    http://www.crefal.edu.mx/rieda/index.php?option=com_content&view=article&id=782&Itemid=284

    Mic, GuillerMo (2007), Hacia un abordaje formativo de

    las situaciones de la vida cotidiana escolar, en G.

    Schujman e I. Sede, Ciudadana para armar. Aportes

    para la formacin tica y poltica, Buenos Ares, Aique.

    Para mayor informacin acerca del Programa de Reorga-

    nizacin de las Trayectorias Escolares de Alumnos con

    Sobreedad, consultar:

    programaaceleracion.blogspot.com

    Nota* Consideramos el concepto de trayectoria escolar desde los

    lineamientos elaborados por F. Terigi (2009) en: Las trayecto-rias escolares. Del problema individual al desafo de poltica educativa. Proyecto Hemisfrico Elaboracin de Polticas y Estrategias para la Prevencin del Fracaso Escolar, de-sarrollado por la Organizacin de Estados Americanos (OEA) y la Agencia Interamericana para la Cooperacin y el Desarrollo (AICD).

  • 24

    Introduccin

    La experiencia que relatamos a continuacin corres-ponde al trabajo colaborativo realizado por el equipo de curricularistas de la Direccin de Educacin de Adultos de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, y los directivos y docentes del distrito de Quilmes, localidad del conurbano bonaerense, entre los aos 2012 y 2013.*

    El trabajo realizado fue parte de la elaboracin de la Propuesta Curricular para la Educacin Primaria

    de Jvenes y Adultos en la mencionada provincia. El equipo haba tomado la decisin poltico-pedag-gica de construir la propuesta colaborativamente con los docentes y estudiantes como protagonistas de la tarea a desarrollar en los centros y en las au-las. Ello requiri de un proceso de presentacin de materiales, discusin de los mismos, consulta sobre diversos aspectos vinculados con las concepciones presentadas y la posibilidad de implementacin y

    Las prcticas del lenguaje en el diseo curricular de jvenes y adultos de la

    Provincia de Buenos AiresAlejandra Defago y Viviana Da Re

    Direccin de Educacin de Adultos de la Provincia de Buenos Aires | [email protected]

    [email protected]

    Fotografa: Ivn Holgun Sarabia.

  • 25las Prcticas del lenguaje en el diseo curricular de jvenes y adultos de la Provincia de buenos aires

    una vuelta a la reflexin y a la escritura para lograr

    los ajustes necesarios. Se buscaba poner a la educacin de jvenes y

    adultos de la jurisdiccin en igualdad de condicio-nes respecto del resto del sistema educativo de la provincia, que ya haba logrado transformar sus di-seos curriculares en conformidad con las nuevas concepciones de inclusin, emanadas de las leyes nacional y provincial de educacin sancionadas en los aos 2006 y 2007, respectivamente. Asimismo, re-sultaba necesario considerar las diversas prcticas formativas y los contextos (rural, urbano, de islas)

    en los que la educacin de personas jvenes y adul-tas de la provincia se lleva a cabo. En este sentido, el equipo trabaj en la elaboracin de una propuesta que tomara en cuenta los contenidos relevantes a trabajar en la escolaridad primaria y su organiza-cin de acuerdo a los tiempos y posibilidades de las personas que transitan la educacin de adultos. En particular, el primer ciclo de la escolaridad pone el acento en la construccin de prcticas del lenguaje como condicin de posibilidad de la expresin de las personas y la continuidad de los estudios en torno a otros objetos de conocimiento.

    Entendamos que resultaba imprescindible ha-cer el camino de la mano de aquellos docentes y directores que construyen, junto con los estudian-tes, estas prcticas sociales en torno al lenguaje. El dispositivo de trabajo implicaba un proceso de ida y vuelta entre los especialistas y los maestros, quienes requeran mayor formacin al respecto y que son, finalmente, los encargados de trabajar estas prcti-cas en contexto. Concebimos que la educacin de jvenes y adultos en nuestra provincia merece un trabajo en colaboracin, que permita poner en di-logo las experiencias de las personas en proceso de alfabetizacin con lo mejor de la experiencia de alfa-betizadores y especialistas.

    Actividades

    En este apartado haremos referencia a la perspec-tiva de prcticas del lenguaje que ha orientado el Diseo Curricular de Adultos de la Provincia.

    Qu entendemos por prcticas del lenguaje?

    Pensar en los jvenes y adultos que transitan su esco-laridad primaria ha implicado revisar las miradas y los abordajes que la institucin educativa en su con-junto y el rea en particular han tenido sobre estos sujetos de aprendizaje. En este sentido, nos for-mulamos las siguientes preguntas: corresponden los mismos contenidos que para la escuela primaria comn? Cules son los ajustes pertinentes? Cmo tener en cuenta todos los aprendizajes que ya cons-truyeron los estudiantes, ya sea por su escolaridad previa, ya sea por su experiencia de vida, en la que las prcticas sociales conllevan permanentemente un uso del lenguaje? Qu prioridades deben esta-blecerse? Cambian los propsitos de la enseanza? Cul es el abordaje pedaggico ms apropiado? Cmo aprenden las personas jvenes y adultas a leer y escribir? Cmo ensearles en consecuencia?

    Desde el lugar de educadores, y en el marco de la nueva propuesta curricular, nos propusimos realizar un replanteo responsable de las prcticas vigentes, para capitalizar todas las experiencias y optimizar la enseanza, respetando las trayectorias de los su-jetos, tanto institucionales como personales.

    Pensar en las prcticas del lenguaje implica con-cebir de otro modo el objeto de enseanza. Ya no se trata de ensear lengua los tipos de textos y sus aspectos lingsticos sino las prcticas sociales que llevamos a cabo con el lenguaje: hablar y escu-char, leer y escribir. En consecuencia, los contenidos fundamentales de enseanza son los quehaceres del hablante, del lector y del escritor. Por ejemplo: relatar una experiencia a otros, escuchar atentamente un re-lato, compartir la lectura de un texto, comentar lo le-do, releer un prrafo que no se comprendi, planificar

    lo que se va a escribir en relacin con un propsito.Algunas ideas centrales presentes en la propues-

    ta fueron: Las prcticas del lenguaje son el objeto de ense-

    anza. Entendemos por prcticas sociales del lenguaje las diferentes formas de relacin social que se llevan a cabo por medio, en interaccin y a partir del lenguaje. Lo que se ensear es, pues, el

  • 26 enero - abril 2014

    dominio prctico del lenguaje en el marco de las situaciones sociales reales.

    Los contenidos son las prcticas del lenguaje que ponen en juego acciones comunicativas, donde hacer (es decir, actuar en intercambios comuni-cativos orales y escritos) presupone una compe-tencia comunicativa (un saber hacer, un poder hacer), pero no a la inversa: no hay un saber

    anterior al uso de la lengua que lo garantice, sino que se construye este saber a medida que se lo usa, a medida que se est inmerso en prcticas del lenguaje. Ese saber se puede ir construyendo en una reflexin constante sobre aquello que se

    dice, lee, escribe y escucha. Esta manera de concebir el objeto de conoci-

    miento conlleva una manera de ensearlo; con-feccionar, elaborar/disear y llevar adelante pro-puestas ulicas enmarcadas en las prcticas del lenguaje supone abordarlo de una manera inte-gral, es decir, sin fragmentar el uso en unidades menores (ya sea textuales, oracionales, lxicas),

    sino preservndolo como objeto. La denominacin propuesta para el rea refleja

    una concepcin que privilegia como objeto de enseanza las prcticas mismas de lectura, escri-tura y oralidad sobre los contenidos lingsticos escolares: sustantivo, oracin, etc., que se ensea-ban en el rea de Lengua.

    Colaborar con la formacin de hablantes, lec-tores y escritores significa crear las condiciones

    didcticas que les permitan ejercer como tales desde su ingreso en la escuela.

    Los y las estudiantes son miembros de la cultura letrada y podrn leer y escribir de un modo cada vez ms avanzado, slo si tienen oportunidades de participar en situaciones que tengan sentido, es decir, se apropiarn de las prcticas en contex-tos en los cuales se justifique ejercerlas.

    Hablamos de lenguaje y no de lengua porque el lenguaje opera con el sistema de la lengua pero no se agota en l; est constituido por una varie-dad de aspectos vinculados con las necesidades del pensamiento humano, y con las necesidades de la vida social: participar de la vida ciudadana,

    satisfacer necesidades materiales, regular el comportamiento de los dems, identificar y ma-nifestar la identidad de los participantes de los in-tercambios comunicativos, comunicar saberes, crear un mundo propio. Todas estas cuestiones se manifiestan de una u otra manera en la estruc-tura de la lengua, ya que en cada lengua natural es posible encontrar una manera determinada de concebir el mundo, pero la explicacin de esta riqusima abundancia de formas de expresin no est en la lengua misma, sino en el lenguaje.

    En este sentido, las implicancias ms relevantes de este enfoque en la concepcin de la alfabetiza-cin son: Pensar la alfabetizacin como un proceso que se

    da a lo largo de toda la vida de las personas, que implica la apropiacin de la lengua escrita en re-lacin con la multiplicidad de usos sociales en los que la misma est inmersa. Es un proceso de na-turaleza lingstica que conlleva el desarrollo de procesos cognitivos de lectura y escritura y de las prcticas culturales que los constituyen.

    La alfabetizacin implica la apropiacin de prc-ticas del lenguaje histricas, culturales, identi-tarias, lingsticas, cognitivas, que involucran conocimientos sobre el sistema de escritura, los gneros, el lenguaje escrito y las prcticas de lec-tura y escritura que circulan socialmente.

    Concebir la lectura como un proceso de cons-truccin de sentido entre lo que el texto dice y lo que el lector le aporta al texto, que implica la comprensin desde el inicio.

    Considerar la escritura como un sistema de re-presentacin que debe ser apropiado por los sujetos a medida que avanzan en el proceso de alfabetizacin, comprendiendo sus reglas de composicin. La adquisicin se da a partir de la reflexin permanente entre oralidad y escritura

    y sus relaciones. Formarse como escritor significa apropiarse

    de la lengua escrita de una sociedad, conocer qu es lo que las marcas grficas representan,

    participar en prcticas en las que se aprenden,

  • 27las Prcticas del lenguaje en el diseo curricular de jvenes y adultos de la Provincia de buenos aires

    simultneamente, cuestiones vinculadas con el lenguaje escrito (caractersticas de los gneros a los que pertenecen los textos que circulan social-mente, cuestiones de coherencia textual, entre otras) y el sistema de escritura (las letras, otros

    signos y las relaciones entre ellos).

    Centrar la enseanza en la reflexin sobre las prcticas del lenguaje desde la produccin e in-terpretacin de textos reales, con una funcin comunicativa, contextualizada, en proyectos y situaciones didcticas continuas, diversas, pro-gresivas, significativas.

    La organizacin curricular de la propuesta se caracteriza por el trabajo en diversos ejes. Las prcticas del lenguaje han sido agrupadas (en los diseos curriculares de todos los niveles de nuestra jurisdiccin) en tres ejes, que suponen tres mbitos

    de uso del lenguaje y, en este contexto, mbitos de formacin del estudiante como usuario del lengua-je. Ellos son: prcticas del lenguaje en el mbito de la literatura; prcticas del lenguaje en el mbito del estudio; prcticas del lenguaje en el mbito de la forma-

    cin ciudadana.

    De este modo, se focaliza la aten