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EditorialEn las condiciones más desfavorables hay

quienes enseñan, en la historia y en nuestro presente, con el ejemplo que podemos pensar otras posibilidades. Ese lugar de las fantasías, de los sueños, que tenemos los humanos. Reflexionar acerca de lo posible, de quiénes dictaminan los límites de lo que se puede, vi-sibilizar los intereses de aquellos que quieren amputar las facultades de soñar sin límites. Como soñadores, debemos pensar que las fantasías pueden realizarse en la medida que trabajemos inteligente y sacrificadamente en conseguirlas. Si las fantasías parecieran ale-jarse debemos comprender que es una percep-ción. En definitiva de lo que se trata es de dar pelea, de mostrar con hechos, de oponerse a las modas, ir contra el viento, dar testimonio

que existen quienes se oponen, quienes en-frentan el estado de cosas. Sin conformarnos con esto, nuestra organización y esta publi-cación, como muchas otras, muestran a las claras que existe un caminito al costado del mundo. Sin militancia rentada, sin recursos del Estado y financiándonos de forma autó-noma, pensamos y practicamos una cultura política diferente.

¿Acaso no es una característica intrínseca a la juventud? No como cuestión etárea sino más bien como un estado de la conciencia. El poder nos muestra a una juventud dócil, una juventud que no cuestiona. Esa juventud ha nacido vieja.

En estas páginas los invitamos a pensar juntos los anhelos de una sociedad más igualitaria y más libre.

ÍNDICE

Editorial……..…………….....……….. p.2

Opciones con pocos cambios........….....p.3

No duermo en casa...........…...............…p.6

La marca de la gorra…...............………p.8

Hoy le toca a la escuela primaria…….............................p.12

Podrán cortar las flores.............…........p.14

Tania y Simón……..........................…. p.15

Tú me pretendes blanca.....………..… p.16

Alfabetización... ¡una cuestión de posibilidades!.....................p.18

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Política

Pareciera que los medios opo-sitores y la oposición se preparan para una supuesta transición. Es cierto que el gobierno después de una década está desgastado, y que del verano a esta parte va perdiendo popularidad, debido a ciertas po-líticas antipopulares: devaluación, inflación, la no actualización del impuesto a las ganancias y el tarifa-zo, que hasta ahora sólo se vio cla-ramente en la boleta del gas, donde la suba alcanza un 670%. Sumado a esto, el aumento de las naftas incre-menta los costos en toda la cadena de producción, que se traslada na-turalmente a los consumidores.

Para llevar adelante esa transi-ción es necesario que haya alguien que se plantee como posible de con-ducir y resolver la herencia de los problemas que el gobierno plantea para adelante. A estas horas, esto no sucede. De los posibles presiden-ciables, Scioli, el más firme hasta hoy según las encuestas, plantea sin muchos detalles una continuidad mejorando las cosas que están mal. Macri plantea que terminará con la inflación y con el impuesto a las ganancias, el problema es que no dice cómo va a financiar al Estado.

UNEN discu-te hacia dón-de orientará sus alianzas, si con Macri o con los ra-dicales.

Por su par-te el kirch-nerismo más duro parecie-ra no estar de acuerdo en que esto se termina sino que piensan en po-sibles variantes. Continuar ligados al poder, sin el ejecutivo pero con diputados, legisladores y puestos en el futuro gobierno que les per-mitan mantener recursos para su estructura y pensar en volver en el 2019. Otros ven aún la posibilidad de mantener el ejecutivo con figuras del riñón. Si bien esto parece difícil no hay que descartarlo.

El gobierno instaló una nueva lucha “épica” contra los buitres. En esta oportunidad nos interesa cen-trarnos en la utilización política de este nuevo frente de lucha. El kirch-nerismo ha utilizado un recurso que le ha dado buen resultado: buscar enemigos, presentar la dicotomía como decisiva. Campo vs gobierno.

Clarín vs gobierno. Buitres o patria. La renegociación de la deuda que

llevó Néstor Kirchner adelante no fue producto de una ley. Entonces ¿cuál es la necesidad actual de hacer una ley y discutirla en el congre-so?. Definitivamente la necesidad es política. En estos últimos tiem-pos el kirchnerismo sostiene cierto apoyo social, en base a que logró

desarticular a la oposición y darles políticas para que se posicionen: “o estás con la patria (el kirchneris-mo) o estás con los buitres”. Hoy vemos un ejemplo muy claro al ver a la oposición definirse a favor

Opciones con pocos cambios Para no retroceder vamos a tener que articular formas de resistencias colectivas que pongan límites al conjunto de la clase política, marcando qué cosas no estamos dispuestos a ceder como sociedad.

En esa lógica de pen-samiento todo lo que se enfrenta al gobier-no es antinacional.

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Políticade cumplir el fallo del juez Griesa, que sería asesino para los intereses nacionales. El gobierno logra con su nuevo enemigo externo, más los enemigos internos, mantener la co-hesión interna y pensar una posible continuidad en quien señale Cristi-na. Es decir, que no hay que dar por terminado este ciclo político. Sea quien sea el próximo presidente, no hay dudas de que se establecerán cambios en las formas pero parece difícil pensarlos en el contenido de aquellos problemas estructurales que venimos enfrentando en es-tos últimos años. Deuda externa, la concentración y extranjerización de nuestra economía, la distribución de la riqueza. Estas, entre otras, son las dificultades a las que partidos del régimen no podrán dar salida, porque esos problemas son propios del régimen.

A pesar de algunas diferencias impositivas o de administración, la

promesa de honestidad y el com-bate contra la corrupción, todos acuerdan en lo central del modelo. La exportación de materias primas, el pago sin chistar de la deuda, ga-

rantizar ganancias extraordinarias de las multinacionales para que vengan a invertir en nuestro país.

Estas políticas revestidas de un discurso que se empecina en au-toproclamarse popular progresista y hasta patriótico empieza a tener grietas difíciles de argumentar des-de una posición progresista. Frente a las crisis de los sectores con más rentabilidad y dinámica del mo-delo, el gobierno ya no cuenta con recursos para subsidiar a las em-presas como habían hecho con la General Motors logrando mante-ner las fuentes de trabajo. Entonces las suspensiones y los despidos se llevan adelante, la lógica resisten-cia de los despedidos encuentra la faceta represiva del gobierno con el cachivache de Berni a la cabeza. Problemas que antes resolvían con subsidios ahora los resuelven re-primiendo.

Entonces uno ve que hay sec-tores de la burguesía que vienen amasando fortunas con el modelo. Ahora el sector financiero se suma a las ganancias extraordinarias. Mientras tanto al conjunto de los trabajadores cada vez nos cuesta más parar la olla.

De este análisis surge la pregun-ta: ¿Quién es la patria? En esta pelea, los buitres van a terminar

cobrando más temprano que tarde con este o con otro gobierno, aho-ra o después del verano cuando se cumpla la cláusula Rufo. Posición que acompañamos, de otra mane-ra significaría que el 93% de los acreedores tengan derecho a re-clamar. Acompañamos dentro de

Todos acuerdan en lo cen-tral del modelo. La expor-tación de materias primas, el pago sin chistar de la deuda, garantizar ganan-cias extraordinarias de las multinacionales...

Problemas que antes resol-vían con subsidios ahora los resuelven reprimiendo.

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Políticalos límites al que caracterizamos a este gobierno, que no va a fondo en ninguna de sus medidas con títulos progresistas. Creemos que un go-bierno progresista debe revisar in-tegralmente la deuda. Hacer justicia

con los negociados de la dictadura y del menemismo con responsables presos de la espectacular estafa al conjunto de la nación. Recién ahí es posible pensar una argentina dis-tinta. Una argentina que resuelva problemas estructurales, mejoran-do la vida y dándole perspectivas de futuro a nuestra juventud.

Con el comienzo de la primavera y los primeros calorcitos da miedo el verano caliente que se aproxima. Se pronostican estallidos, acusacio-nes cruzadas donde el periodismo da lugar también a estas ideas. El re-sultado es la instalación del miedo.

El escenario que nos presentan

es de incertidumbre, esto alienta a la idea de que la sociedad vaya hacia posiciones conservadoras. Es decir, que por miedo a estar aún peor optemos por sostener las cosas como están. Este clima social que van creando favorece a mantener intacto el status quo y a mantener las relaciones de fuerzas en pugna en un especie de impass. Esto favorece también al gobierno, que va a ir alimentando esta idea en los meses previos al verano.

El objetivo de conservar esto, como si hubiéramos alcanzado una meta, nos va a llevar a un nuevo retroceso.

Se trata de poner verdaderos lí-mites al poder, de qué no estamos dispuestos a soportar como socie-dad. La desigualdad con altibajos se sostuvo en estos años, el acce-so a la vivienda sigue siendo algo impensado, la inseguridad, lejos de resolverse se va agravando. La educación no da señales de me-

jorar con políticas de “pasemos de grado sin saber” (ver Pág. nº 12). La inflación se come nues-tros salarios y nuestra capacidad de ahorro. Nuestros recursos es-tratégicos explotados por multi-nacionales. La macroeconomía dominada por un producto de exportación como la soja que de-pende de la suerte que cotice en el mercado externo. Sin diversificar la economía, sin apropiarnos de los recursos de la nación, estamos comprometiendo nuestra sobera-nía, y nuestro futuro.

Las elecciones pueden expre-sar esos límites, el problema en ese terreno es que no exiten va-riantes que expresen en sus pro-gramas esos objetivos. La tarea es construir la alternativa política. Mientras tanto la población civil deberá expresar sus descontentos en movilizaciones callejeras, en protestas multitudinarias y todas las acciones colectivas que vayan cercando a la clase política.

Esto alienta a la idea de que la sociedad vaya hacia posi-ciones conservadoras.

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Política

“No duermo en casa”Empezar a militar es apostar al cambio. Pero mientras cambiamos la realidad, nos cambiamos a nosotros mismos. Un breve repaso de las complejidades que enfrentamos cuando decidimos salirnos del eje y buscar nuevos horizontes.

La propuesta es ponernos a pensar acerca de la militancia. Más precisamente, acerca de nuestra militancia, la de quie-nes tenemos menos de 20, ó 20 y pico ó 30 y algo, pero no mu-cho más. Semejante temática ofrece numerosos aspectos para el análisis y el debate. Aquí, en particular, nos concentraremos en el instante fundacional, en ese momento tan particular en el que decidimos meternos en política y ser militantes.

No es nuestra idea hacer di-ferencias entre las distintas formas de militar ni entre las distintas opciones ideológicas de la militancia política. Tam-poco vamos a hacer foco en los contrastes existentes entre mi-litar dentro de las estructuras gubernamentales o por fuera de ellas. Queremos tomar un tipo ideal de militante, de clase media, inserto en el mercado

laboral y/o en el sistema edu-cativo, que se integra o confor-ma un colectivo con otros para

llevar a cabo acciones de índole política, movilizado por su vo-luntad de cambiar la realidad y no por afán de lucro o intereses personales.

Primero, veamos el contexto. Si algo heredamos de los 90, es el discurso de que la políti-ca no sirve para nada. Se dice: los políticos son todos chorros, chantas, corruptos, inmorales, etc. Ese es el lugar común con el que hoy por hoy nos encon-tramos a la hora de hablar de quienes participan en política. Y, más allá de que, como suce-de con todo lugar común, hay en esa postura una parte real y otra parte soslayada, lo cierto es que es la opinión predomi-

nante. Por su parte, los mandamien-

tos fundamentales del status quo argentino de clase media rezan: estudiar, trabajar, tener una familia, comprar una casa y tener un auto. El mercado, fe-liz. Se garantiza consumidores de todas las edades, mano de obra de todo tipo y, sobre todo, sujetos poco críticos, o directa-mente, acríticos. A lo sumo se toleran algunas “locuras” como que los “chicos” quieran ser músicos o deportistas.

Sin embargo, ciertos hechos, actores y/o procesos, de dife-rente escala, irrumpen en la ru-tina y alteran esta “normalidad”. Desde el estallido de una crisis

Si algo heredamos de los 90, es el discurso de que la política no sirve para nada.

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social como la del 2001, o la muerte de un presidente (como sucediera con Néstor Kirchner en 2010) hasta el contacto con algún compañero de trabajo o de estudio con ganas de conven-cernos, pasando por el desarro-llo de una lucha gremial o las discusiones con algún familiar con participación en política (actual o pasada). Y por qué no también la necesidad personal de sentirnos parte de algo que trascienda lo individual Estos catalizadores, y muchos otros, dan lugar al surgimiento de la práctica disruptiva, motivan a parar la pelota y encarar el juego de otra manera.

Ante este cambio de rumbo, las transformaciones no se ha-cen esperar y surgen de todos lados, revolucionando nuestra vida. Por empezar, se altera la rutina. El tiempo del que dispo-nemos se reordena, y de repen-te nos damos cuenta de que se vuelve escaso. Pero aprendemos a valorar cada momento.

Empezamos a prestarle me-nos atención a nuestro trabajo, a nuestros estudios y a nuestros familiares y amigos, para con-centrarnos en nuestra nueva actividad, que nos apasiona y, a veces, nos atrapa por comple-to. Si bien rendir menos en el ámbito laboral y educativo no lleva a situaciones por demás conflictivas (ya que, al fin y al cabo, casi los únicos perjudica-dos somos nosotros mismos), los afectos son un tema sensible.

Las relaciones cambian, a veces nos volvemos distantes o corta-mos ciertos vínculos. Se ponen en juego tanto pensamientos ra-cionales como sentimientos de todo tipo y color. Por supuesto que no estamos solos. Estarán quienes nos estimulen, apoyen y compartan nuestra decisión (sean compañeros de militan-cia como no), así como también quienes quieran boicotearnos, hacernos volver a la “normali-dad” y muchas veces, jodernos la vida.

El escenario es complejo. Mi-litar no es fácil, así que el desa-fío está planteado. No queremos con esto defender la idea de una

militancia contra viento y marea y sin que nada más importe. Al contrario, creemos que la clave del asunto pasa por hacer de la vida una vida militante y de la militancia, una militancia de la vida.

Para construir una demo-cracia verdadera es necesario formar ciudadanos comprome-tidos, conscientes, con opinión y acción política. Pero mientras esa sea una materia pendiente de quienes nos gobiernan, la mi-litancia seguirá existiendo y los militantes seguirán siendo nece-sarios. Y hasta imprescindibles.

Política

Creemos que la clave del asunto pasa por hacer de la vida una vida militante y de la militancia, una militan-cia de la vida.

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Sociedad

No es difícil darse cuenta que existen discursos estig-matizantes en la sociedad en la que vivimos, pero siempre viene bien analizarlos colec-tivamente e insistir en su vi-sualización.

Aprovecharemos esta oca-sión para escribir sobre la construcción de un otro ne-gativo. Puede parecer difícil, pero no lo es para nada. Es sencillamente lo que conoce-mos como el pibe chorro.

Tanto desde los medios masivos de comunicación, como desde el mismo Estado como masificador de ideas a través de instituciones, y des-

de el mercado como genera-dor de consumidores; todos los días, minuto a minuto,

somos bombardeados a pe-sar de no estar en una guerra.

Se trata de la formación de un pensamiento que lejos está de ser científico: se trata del sentido común. Un sen-tido común que se presenta como verdadero y objetivo, pero que encubre los intere-sas más siniestros: dividir y reinar.

Mientras que muchas per-sonas reconocemos que el mundo se divide entre aque-llos que dominan y aquellos que son oprimidos, todo el régimen pretende enmasca-rar dicha realidad en otras

diferencias creadas sistemá-ticamente. Una de ellas es la estigmatización del joven.

En democracia tenemos que hablar del pibe chorro: todos los varones jóvenes po-bres que constituyen la unión de un entramado complejo y diverso, que los convierte en enemigos principales de la sociedad, portadores de una peligrosidad intrínseca, y por tanto merecedores del mayor de los castigos.

Pero poco tiene que ver con la democracia una cons-trucción de este tipo, y más se asemeja a la campaña de

La marca de la gorraUna sociedad llena de prejuicios. Un estigma funcional al régimen. Los jóvenes en la mira de la policía, el periodismo y la opinión pública. Miradas que cons-truyen legitimidad a la hora de castigar a los más débiles.

Consistía en construir “lo legítimo y lo ilegítimo, lo normal y lo anormal”, a través de señalar a los jóve-nes como una amenaza al orden.

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acción psicológica de la últi-ma dictadura cívico militar, donde el otro era el joven subversivo y contrahegemó-nico.

Para ese entonces, el obje-tivo era avanzar con la Doc-trina de Seguridad nacional, capaz de controlar las gue-rrillas y potenciales revolu-ciones que replicaban la cu-bana. Consistía en construir “lo legítimo y lo ilegítimo, lo normal y lo anormal”, a tra-vés de señalar a los jóvenes como una amenaza al orden.

Así lo decía una Carta

abierta a los padres, publi-cada en la revista Gente en 1976:

“(...) Eso también es parte de su trabajo y de su respon-sabilidad en este tiempo y en esta guerra. (...) Hay palabras sonoras, musicales, que for-man frases llenas de belleza. Pero que encierran claves que el enemigo usa para invadir la mente de su hijo. Cierto tono clasista en los comentarios, la palabra “compromiso”, des-cripciones del mundo como

un mundo de pobres y ricos, y de la historia como una eterna lucha de clases. Por ese trampolín se salta rápida-mente de la educación ban-caria (la tradicional, la que reconoce jerarquías: el alum-no en el banco y el profesor en el estrado) a la “educación

liberadora” que preconizaba Paulo Freire, un ideólogo de

Salvador Allende. ¿Sabe qué postula la “educación libe-

radora”? Yo se lo digo. Nada de jerarquías. Igualdad entre profesores y alumnos. Lo mis-mo el que sabe que el ignoran-te. En una palabra: anarquía.”

De esa manera, se cons-truía un discurso homogé-neo y hegemónico, que logra-ba la legitimidad social, para avanzar en el exterminio del otro, o sea, el subversivo.

Una vez acabada la etapa de “peligro interno revolu-

Sociedad

Estas formas de control ne-cesitan de un enemigo, un otro. El pibe.

Los crímenes cometidos por menores de edad ocu-pan sólo el 20% del total de crímenes, pero reiteradas veces vemos titulares como los de Clarín que aseveran que creció un 80% la delin-cuencia de los “menores”.

Los jóvenes pobres no son los únicos estigmatizados, los extrajeron merecen aquí una mención.

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Sociedadcionario” y con el avance del mundo unipolar, la política de seguridad apuntó a lo que se conoce como la Doctrina de Inseguridad mundial, ins-talada luego de la caída de las

Torres Gemelas. De esta manera, la forma de

control va a reproducir la mis-ma lógica: por un lado el mie-do a través de la inseguridad, y por el otro el deseo a través del hiperconsumo. Estas for-mas de control necesitan de un enemigo, un otro. El pibe.

Basta con aplicar el este-

reotipo estigmatizante para que automáticamente un joven sea declarado ‘delin-cuente’, violando el princi-pio de inocencia hasta tanto se demuestre lo contrario.

La “seguridad” ocupará la primera plana de los discur-sos mediáticos. Convirtién-dose en una estrategia de control y pena, el gobierno de la seguridad ha estado bajo el dominio intermiten-

te de políticas de mano dura, baja de edad de imputabili-

dad y más presencia policial en la calle, medidas que ja-más han probado su eficacia ni superado la más mínima evaluación de resultados.

El otro es siempre mencio-nado, pero no tiene voz pro-pia para citarse. Las palabras peyorativas redundan, entre ellas la más repetida: meno-res.

Un ejemplo de ello es cómo los crímenes come-tidos por menores de edad ocupan sólo el 20% del total de crímenes, pero reiteradas veces vemos titulares como los de Clarín que aseveran que creció un 80% la delin-cuencia de los “menores”.

Está claro que no es lo mismo ser un niño que un menor, y está claro también

En todo caso, veremos si sacan a los extranjeros que viven en Nordelta y todos sabemos que su dinero vie-ne del narcotráfico.

Los jóvenes, los menores o como quieran llamarlos, son nuestra responsabili-dad como país, no vinieron en un plato volador desde Marte.

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que la naturalización de esas palabras imposibilita buscar soluciones eficien-tes a un problema que nos incomoda a todos, pero que no necesariamente requiere soluciones duras ni fáciles.

Los jóvenes pobres no son los únicos estigmatizados, los extrajeron merecen aquí una mención. Así como con la Ley de Residencia de 1902, el Ministro de segu-ridad Berni logró reforzar otro estigma en la opinión

pública relacionado a que muchos delitos los cometen extranjeros de países limí-trofes. Claramente una de-claración xenófoba, ya que reiterando las cifras, sólo el 20% del total de los delitos los cometen extranjeros. En todo caso, veremos si sacan a los extranjeros que viven en Nordelta y todos sabemos que su dinero vie-ne del narcotráfico.

Si se trata de seguridad, de algo debemos estar se-

guros: los pibes, los jóve-nes, los menores o como quieran llamarlos, son nuestra responsabilidad como país, no vinieron en un plato volador desde Marte. Y es nuestra respon-sabilidad encarar el asunto sin estigmas.

Será difícil cambiar las cosas mientras todos los problemas de los jóvenes sigan apareciendo sólo en las secciones policiales de los diarios.

Sociedad

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Educación

Que es como decir que le toca a todo el país, porque de algo no hay dudas: todos pasamos por la primaria. Luego vemos si pasamos el secundario, y al-gunos pocos, si atraviesan un terciario y la universidad.

Hoy nos dedicaremos a ha-blar de la primaria porque, como ya se vio en todos los me-dios, la vedet del momento es la Resolución 1057/14, que se aplicará a partir del año entran-te en todas las instituciones de la provincia de Buenos Aires.

Antes de continuar, quere-mos decir que está impulsada por un candidato a futuro pre-sidente y por una mujer que es-tudió marketing pero organiza la educación de la provincia, pudiendo ser la ministra de educación nacional del futuro.

Tampoco es tan escandaloso, porque el ministro que tenemos hoy, Sileoni, salió a bancar el combo de la Ley, ejemplifican-do con Alemania y Escandina-via, o no sé cuántos países eu-ropeos más. Una contradicción más de este gobierno, hablar de

la patria grande pero nombrar a Europa cuando quieren cam-biar el modelo educativo.

El debate está mal encarado en la medida que encubre una realidad que ya viene suce-diendo en nuestras aulas. Hace tiempo que no ponemos un 1(uno), hace tiempo que en los pasillos se habla de no hacer re-petir a nadie y hace tiempo que

nos hostigan para eliminar la sobreedad.

Muchas docentes ya se han retirado del sistema. Los actos públicos están vacíos, nadie toma los cargos. La verdad es sencilla de decir: mientras to-dos se alarman, hace rato que, sin ser resolución, venimos aplicando esas medidas de “vaya y pase”.

Se profundizaría de ese modo lo que ya venimos plantean-do en números anteriores y en el Foro de Educación para el Cambio Social de 2014. Las declaraciones públicas respec-to de la resolución demuestran que están más preocupados por

Hoy le toca a la escue l a p r ima r i a

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Educaciónlas cifras que por la calidad. De esa forma, lo que diga el zócalo del noticiero será mas impor-tante que lo que sepa o no un estudiante.

Porque no se trata de que pase de grado, ni de bajar contenidos para que se sienta contenido en la escuela. Sino de debatir en serio qué sucede que los pibes y pibas de la escuela pública no saben comprender un texto.

Y cuando decimos hablar en serio, hacemos referencia tam-bién al maltrato que reciben los

docentes argentinos, acusados de ser los responsables de esta catástrofe, cuando la resolución en realidad lo que hace es dejar a los docentes en tareas de par-che en vez de permitirles abo-carse realmente a la tarea diaria de enseñar a su grupo de alum-nos a cargo. (ver apartado)

La fragmentación será una consecuencia más de estas me-didas, ya que las escuelas priva-das, incluso subvencionadas, no son supervisadas por el Estado, “enseñan como se enseñaba siempre”, y no están obligados de hecho a aplicar la resolución.

Entonces nuestro planteo si-gue siendo el mismo desde hace varios años.

Por un lado, una escuela que parece un contenedor y no un espacio pedagógico y de apren-

dizaje. Por el otro, una privati-zación encubierta, en la medida que más sectores de la sociedad (con el esfuerzo de sus bolsillos) prefieren mandar a sus hijos a la escuela privada porque “ahí sí que aprenden”. Y por último, algunos chicos tendrán algunas posibilidades y otros otras, en la medida que la escuela termina determinando su futuro.

Mientras para los gobiernos la educación siga siendo un gasto y no una inversión, las leyes pueden ser buenas (hasta las mejores), la concepción de la educación puede ser la más parecida a la que soñamos, pero la práctica será desbordada, los docentes maltratados y los chi-cos, en nombre de la inclusión y el progresismo, pagarán las ma-yores consecuencias.

En concreto:Entre otras cosas, hay dos puntos que generan mu-cha controversia para la cotidianidad de la escuela: agrupamientos flexibles y Plan de Continuidad Pedagógica (PCP).El primero refiere a, por ejemplo, que un docente asista a otro salón de clases en la misma escuela para ayudar a un alumno en particular, mientras que el otro docente da una clase general. Como idea no es mala, el tema es que ese mismo docente luego intercambiará su rol con el otro en otra clase. ¿Cuándo planificar, corregir, preparar las netbooks?En tanto el PCP indica que el docente deberá garantizar las clases de otro grupo de alumnos si su compañero se ausentó. Es decir, en las horas institu-cionales (vulgarmente conocidas como horas libres)

donde sus alumnos están con algún profesor, el docente se hace cargo del otro grupo. Por ejemplo, si trabajás en 5to, deberías dar clase una hora por ejemplo en 1°. ¿No es responsabilidad del Estado, y no de los docentes, garantizar las clases? ¿No profundizará los ausentismos esta sobrecarga de tareas? Un docente que trabaja dos turnos tiene alrededor de 60 alum-nos, ¿podemos pedirle que asista a otros salones a realizar tareas de ese tipo?Las dudas quedan abiertas. Mientras tanto segui-mos reclamando más docentes por escuela que específicamente lleven adelante esas tareas, más car-gos titulares, preceptores en la primaria, profesores de computación y menos sobrecarga. Porque la edu-cación de los niños es responsabilidad del Estado.

Una contradicción más de este gobierno, hablar de la patria grande pero nombrar a Europa cuando quieren cambiar el modelo educativo.

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Historia

“¡Tomala vos, dámela a mi, por el boleto es-tudiantil!” se escuchaba en las calles de La Plata allá por el año 75. Los estudiantes reclamaban por su derecho al boleto secundario.

Pero el 16 de Septiembre de 1976 diez de esos estudiantes fueron secuestrados y torturados por la dictadura cívico-militar. Seis continúan desaparecidos y cuatro lograron sobrevivir y contar su historia. Este hecho se conoce como “La Noche de los Lápices”.

Levantaron chicos en algunos colegios que tenían “marca-dos” y enemigo era todo aquel estudian-te que se preocupara por los problemas so-ciales, por fomentar entre los estudiantes la participación y de-fensa de los derechos de los mismos.

Pero estos chicos no fueron secuestrados por el boleto estudiantil. Fueron secuestrados por militar políticamente, por pelear por una sociedad más justa. Por tener ideales revolucionarios. Por querer cambiar las cosas.

Gustavo Calotti, uno de los que logró vivir, aseguró muchos años después “nos detuvieron

por militar en organizaciones populares; lo que queríamos era la revolución”. Emilce Moler, otra sobreviviente que hoy vive en Mar del Plata, no se arrepiente de su pasado, y dice “la pelea por una sociedad más justa en la que todos tengan dignidad y trabajo sigue absolutamente vigen-te. Y si seguir pidiendo justicia es un idealismo, sigo siendo idealista”.

Hoy los es-tudiantes y jó-venes compro-metidos con nuestra reali-dad nos senti-mos parte de esta historia. Somos la con-tinuación de esa lucha. Cada vez que pe-leamos contra una injusticia, que nos invo-lucramos, que tenemos ganas

de hacer y participar, estamos diciendo que no nos han derrotado. Llevamos en cada una de nuestras acciones, la memoria de todos aquellos jóvenes que a lo largo de la historia pelearon por las mismas cosas que nosotros.

Podrán cortar las flores pero no detendrán la primavera.

PODRÁN CORTAR LAS FLORES…Aquellas luchas ponen a la luz que aún en las condiciones más díficiles hay muchos que están dispuestos a correr riesgos y dar pelea por ganar conquistas. Hoy son ejemplos que inspiran a las nuevas generaciones de militantes.

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Historia

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Género

Muchas veces, la violencia en las relaciones de pareja se disfraza en “nombre del amor”, por lo que debemos tener en cuenta que la violencia es el uso de la fuerza física, psicológica,

emocional, sexual y económica que tiene por objeto someter a otra persona y así buscar un be-neficio propio. Es por esto que creemos necesario prestarle atención a algunas cuestiones, como por ejemplo, si tu pareja:

* Te cela de amigos/as, com-pañeros/as de trabajo o fami-liares.

* Te agrede físicamente, ca-cheteando, rasguñando o gol-peándote.

* Revisa tus pertenencias con el pretexto de conocer la ver-dad.

* Te hace escenas en la calle, en su casa o en la tuya.

* Te amenaza con dejarte.* Te tocó, besó o acarició sin

tu consentimiento.* Te presionó para hacer die-

tas, ejercicio o te dice gordo/a. * Decide qué día y a qué hora

se ven.* Amenazó con suicidarse.* Te llama a cada rato para

saber dónde estás y con quién.* Sentís miedo de sus reac-

ciones.* Te compara con sus ex pa-

rejas.Con respecto a la violencia

de género, la antropóloga Leo-nor Walker teorizó, en 1979, sobre las tres fases de este ciclo:

Fase 1ª: Acumulación de ten-sión: Aumentan los conflictos en la pareja. El agresor se vuel-ve más susceptible, responde con más agresividad y hostili-dad, encontrando motivos de conflictos en cada situación. La víctima trata de calmarlo y evi-ta hacer aquello que cree que le disgusta a su pareja (pensando que podrá impedir la futura agresión). La tensión e irrita-

bilidad del agresor crecen sin motivo comprensible para la víctima. Esta fase se puede di-latar durante un largo tiempo.

Fase 2ª: Estallido de la ten-sión o Explosión violenta: Es el resultado de la tensión acu-mulada, perdiendo toda forma de comunicación y entendi-miento. Aparecen agresiones verbales, psicológicas y físicas. En esta fase se suelen denun-ciar las agresiones o se solicita ayuda.

Fase 3ª: “Luna de miel” o Arrepentimiento: La violen-cia desaparece. El agresor se muestra arrepentido por lo que ha hecho, pide disculpas a la víctima y promete cambios, lo-grando, la mayoría de las veces, que la víctima le conceda otra oportunidad. Esta fase dificul-ta finalizar la relación porque, incluso sabiendo que las agre-siones pueden repetirse, en este momento se ve la mejor faceta del provocador. Esto dará paso a una nueva fase de “Acumula-ción de Tensión”. El ciclo se re-

Tú me pretendes blancaA pesar que la problemática de género ocupa un espacio importante en los medios de comunicación, donde se hace hincapié en la información, en las he-rramientas que tienen las víctimas y en cómo pueden ser asistidas, el problema se agudiza cada vez más.

Muchas veces, la violencia en las relaciones de pareja se disfraza en “nombre del amor”

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Géneropetirá varias veces, acortándo-se la última fase y aumentando

la violencia de las agresiones. Este ciclo explica cómo se

produce la violencia física, puesto que la psicológica no aparece de manera puntual, sino a lo largo de un proceso que pretende el sometimiento y control de la pareja.

Las investigaciones han seña-lado que la violencia de género tiene diversas consecuencias como depresión, baja autoes-

tima y rendimiento escolar, miedo hacia la pareja, falta de apetito, etc.

Desde Azulado buscamos problematizar la concepción y práctica de que los cuerpos y vidas de las mujeres están a disposición de la autoridad masculina.

No queremos más violencia hacia las mujeres, por lo que exigimos la aparición con vida de todas las que fueron secues-tradas con fines de explotación sexual y la reglamentación de la ley contra la violencia hacia las mujeres, con políticas públi-cas de prevención y contención para todas las víctimas.

Hablá con otras personas lo que estás viviendo, es impor-tante que conozcan los males-

tares que tenés con tu pareja. Y si ves o escuchás algo, ayudá y

denunciá al 911.Acordate que nadie tiene de-

recho a violentarte y no tenés que sufrir ni pena ni culpa por vivir una situación de violen-cia.

Pedí ayuda profesional, en nuestro país hay servicios gra-tuitos.

Y sobre todo, acordate que no somos responsables de la violencia de los otros/as.

Desde Azulado buscamos problematizar la concep-ción y práctica de que los cuerpos y vidas de las mu-jeres están a disposición de la autoridad masculina.

Acordate que nadie tiene derecho a violentarte y no tenés que sufrir ni pena ni culpa por vivir una situa-ción de violencia.

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Sociedad

Cuando fuimos a hacer el cur-so para alfabetizadores de adultos, nuestro principal problema era cómo podíamos enseñar a leer y escribir “vocales y consonantes”, sobre todo por ser personas gran-des. Pero fue ahí donde nos dimos cuenta que la alfabetización es mucho más que eso. Es realmen-te poder llegar al alfabetizando de manera real, comprendiendo su situación, sus problemas, que no todos son a causa de no saber leer ni escribir, sino que van más allá pero que también en lo cotidiano su vida se ve afectada por esta ca-rencia. Cuando decimos “lo coti-diano” hablamos de no poder leer el nombre de una calle, de un re-medio para los hijos, un producto de supermercado, confundir sal con azúcar y estropear una receta, no poder escribir el nombre de sus hijos ni el suyo propio y así muchas más.

Las posibilidades son cuestiones fundamentales que han permitido o no a alguien ir al colegio y alfa-betizarse.

Mucha gente cree que los que no han aprendido a leer/escribir ha sido porque no han querido y así se los demuestran, pero sabemos que en realidad no han tenido la posi-

bilidad de hacerlo, ya sea porque sus padres no tenían recursos, o no lo consideraban necesario pues ellos tampoco habían asistido a la escuela o porque eran mujeres y no necesitaban estudiar (de estos casos hemos visto muchos: “mis hermanos varones estudiaban y yo no…”)

El miedo a equivocarse lleva al alfabetizando a encerrarse en si mismo, a no comunicarse con el otro por temor al ridículo. Este es otro de los temas que hay que tra-tar en un taller de alfabetización, mostrar que todos nos podemos equivocar, de hecho lo hacemos y no es tan grave y podemos usarlo para aprender de ese error sin im-portar la burla ajena.

A lo largo de estos años hemos

conocido gente con muchas ganas de aprender, que nos demuestran que no importa la edad que se ten-ga, siempre se puede saber algo más, nos sorprenden día a día y en este intercambio de conocimien-tos nos enriquecemos sabia y mu-tuamente.

“Los llamados ignorantes son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de ex-presarse y por ello son sometidos a vivir en una cultura del silencio”. Paulo Freire

Una anécdota chiquita entre mi-les: Ella, una alfabetizada lee por primera vez, sola, la palabra “MAR” y dice: -acá no dice Mar! -¿Por qué?, le preguntamos… -porque el mar es tan grande y esta palabra es tan chiquita… -Maravilloso!!!

Alfabetización… ¡una cuestión de posibilidades!Cuando los caminos se abren ya no hay pasos atrás. La vida de todos cambia para siempre. Un aprendizaje colectivo que deja huellas.

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