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Análisis Crítico del Discurso

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Análisis crítico del discurso al texto de Alfredo Rangel "Conflicto colombiano. Guerra civil de baja intensidad". Si en Colombia estamos en guerra, conflicto armando o terrorismo, depende de quien lo mire. Aquí una crítica al autor, no desde lo correcto o incorrecto de su apreciación, sino desde las contradicciones que encierra en su discurso.

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Análisis Crítico del Discurso

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Texto: El conflicto colombiano. Guerra civil de baja intensidad Autor: Alfredo Rangel Publicado en El Tiempo, el 23 de mayo de 2005 Por: Sara Buitrago En la discusión acerca de la forma correcta de denominar la situación de violencia en Colombia, se cruzan una y otra vez puntos de vista opuestos, sin que los numerosos argumentos dados a favor de las distintas formas de denominar el conflicto colombiano hayan llevado a algún consenso. Esta divergencia de puntos de vista es importante por supuesto para el debate político, pero al leer los puntos de vista sostenidos por diferentes autores, se queda uno con la sensación de que precisiones interesantes realizadas por algunos autores para avanzar en el debate, no son tenidas en cuenta por otros autores más adelante, y con ello se continúa redundando en imprecisiones que ya habían sido advertidas. Para el caso del texto que ocupa este análisis, "El conflicto colombiano. Guerra civil de baja intensidad" escrito por Alfredo Rangel para su columna del tiempo en mayo de 2005, e incluido luego en la compilación de Libardo Botero Campuzano "La estratagema terrorista", el autor habla de la existencia de una guerra civil en el país, y a lo largo de su argumentación parece no tener en cuenta las consideraciones que algunos autores han hecho del concepto y de la importancia de no emplearlo indiscriminadamente. En un texto escrito en mayo de 2001 Eduardo Posada Cabó realiza una reflexión juiciosa sobre el concepto de guerra civil, y sostiene lo inadecuado de emplear este término en el contexto de violencia colombiano. Dice el autor:

“Si, como bien argumenta Willam Ramírez Tobón, del “diagnóstico oportuno y preciso” del conflicto “depende, en gran parte, su solución”, la apelación al concepto de “guerra civil” no contribuiría entonces a formular con ninguna precisión tal diagnóstico. Se hace necesario, por consiguiente, un esfuerzo más sistemático por definir el tipo de guerra que se sufre hoy en Colombia”.

Mi crítica al texto de Rangel, no está dirigida a cuestionar la idea de si vivimos o no en una guerra civil, sino a cuestionar el hecho de que el autor emplee el concepto de una forma imprecisa, asimilándolo al concepto de “conflicto interno armado” con el que diversos autores han argumentado, tiene matices conceptuales; o bien, no presentando de manera explícita su consideración de que los términos sobre los que habla se refieren a una misma situación. Estas dos acciones (la distinción entre los conceptos de “guerra civil” y “conflicto interno armado” o la asimilación explícita de ambos), serían relevantes en el discurso de Rangel en la medida en la que su texto está enfocado precisamente en defender una manera correcta y “evidente” de nombrar el conflicto colombiano, y a ambos conceptos alude de manera reiterada. Así, mostraré de manera descriptiva los momentos en los que Rangel hace un uso indiscriminado de los conceptos de guerra civil y conflicto interno armado, y luego aludiré a lo falaz de algunos de los argumentos presentados por el autor.

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La primera imprecisión que se evidencia en el texto se plantea al inicio. El texto al ser titulado "El conflicto colombiano. Guerra civil de baja intensidad" pareciera presentar al lector la promesa de demostrar que el conflicto colombiano es una guerra civil de baja intensidad, pero renglón seguido comienza el texto diciendo: “Parece increíble que el Gobierno se empeñe en negar que en Colombia existe un conflicto armado interno”, y continúa su argumentación durante varios párrafos apuntando al hecho de que el país vive un conflicto armado interno y no una amenaza terrorista. En medio de la argumentación, sustenta por qué los grupos guerrilleros no pueden ser considerados terroristas y en este momento presenta una cifra de muertos anuales por combates según la cual la situación colombiana es de lejos una guerra civil:

Por definición, esta capacidad de confrontación militar no la tiene ningún grupo terrorista y se expresa en cerca de 2.500 acciones de combate al año, de distintas modalidades y entre los distintos bandos, producto de las cuales mueren más de 3.000 combatientes. Esta cifra anual es tres veces superior a los mil muertos que algunos estudios comparativos internacionales establecen como cifra mínima para considerar que un país vive una situación de guerra civil.

En este párrafo Rangel introduce el concepto de guerra civil, y continúa en los párrafos siguientes refiriéndose a este concepto, y demostrando cómo lo que se vive en el país es una situación de este tipo. Así, afirma que Colombia enfrentamos “guerra civil de baja intensidad, pero guerra civil al fin y al cabo”, e inmediatamente después de esta afirmación continúa:

“Finalmente, si el Gobierno no reconoce la existencia de un conflicto armado, debería cerrar la Oficina y acabar con el cargo de Alto Comisionado para la Paz, suspender la Veeduría de la OEA […]. ¿Por qué no lo hará?”

En este último párrafo del texto, Rangel realiza de nuevo un cambio del concepto al que se refiere, y retoma la idea inicial de que vivimos un “conflicto armado”, presentándolo como una continuación de lo que venía diciendo en párrafos anteriores. Rangel no hace ninguna alusión a la posibilidad de que ambos términos tengan alguna diferencia conceptual, o a la razón por la que ha asumido que se refieren a un mismo estado de cosas. El autor desde la primera línea de su discurso, plantea de manera directa su confrontación con la posición asumida por el gobierno de Álvaro Uribe de negar la existencia de un conflicto armado interno. Si el punto de vista que defiende Rangel es el de la existencia de un conflicto armado, ¿qué lugar ocupan los argumentos sobre la existencia de una guerra civil? ¿Cómo debemos entender la relación entre ambos términos? Rangel parece haber aceptado la concepción del Gobierno del término “conflicto interno armado” como otra manera de nombrar una guerra civil, asimilación que, al no ser necesaria, ni partir de un consenso generalizado entre quienes participan de este debate, era pertinente señalar. Entre otra cosas, porque esta diferenciación ya venía dándose años atrás en organismos de autoridad sobre el tema, y así lo presenta Posada Carbó en su argumentación sobre la inconveniencia de considerar que

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todo conflicto interno puede entenderse como una guerra civil:

En el derecho internacional, por consiguiente, la concepción clásica de “guerra civil” –que implicaba el reconocimiento de beligerancia–, fue abandonada por las dificultades ya anotadas. En su lugar, se habla hoy de “conflicto armado de carácter no internacional”, para los cuales las respectivas convenciones de Ginebra tendrían aplicación inmediata.

En relación a los argumentos utilizados por Rangel para defender la idea de que vivimos una guerra civil, algunos de ellos, necesitan ser revisados. Por ejemplo, el argumento: "Los irregulares son civiles armados, quienes los financian y apoyan también son civiles, la mayoría de las víctimas son civiles, entonces... ¿no es la nuestra una guerra civil?" Encierra una falacia y a la vez una contradicción con lo planteado a través del discurso. Si por irregulares Rangel se ha referido a las guerrillas y los paramilitares y de estas a dicho que: "1. Están bajo órdenes de mandos responsables con estructuras de control y disciplina, 2. Generalmente portan símbolos y uniformes distintivos, visibles desde lejos, que los identifican como objetivos lícitos de las fuerzas enemigas. 3. Portan armas de manera visible, y, 4. Mantienen sobre porciones del territorio nacional un control suficiente que les permite realizar operaciones militares prolongadas y concertadas" ¿Por qué se refiere a los irregulares como civiles armados? Es decir, si para Rangel es claro que de lo que estamos hablando es de una guerra y los irregulares están armados y organizados "bajo estructuras de control y disciplina" para militar en sus grupos, si tienen "un control suficiente que les permite realizar operaciones militares prolongadas y concertadas", ¿en qué criterio se está basa para considerarlos civiles? Es una contradicción considerar a los irregulares como "un bando con carácter de combatiente" de una guerra y luego decir que son civiles armados. De acuerdo al diccionario de la real academia civil es:

1. adj. ciudadano (ǁ‖ perteneciente a la ciudad o a los ciudadanos). 2. adj. Sociable, urbano, atento. 3. adj. Que no es militar ni eclesiástico o religioso.

Entre estas acepciones podríamos tomar como pertinente la tercera acepción. De acuerdo con esta, para Rangel los irregulares serían personas no militares. Tomando el significado de militar :

Perteneciente o relativo a la milicia o a la guerra, por contraposición a civil Podríamos a todas luces afirmar que los irregulares son militantes ¿Cómo afirmar que existe una guerra con bandos alzados en armas y organizados, y a la vez negar que quienes participan en ella no pertenecen a la milicia o a la guerra?

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En este mismo sentido, ¿si los mismos grupos irregulares dentro de sus prácticas de milicia ejecutan acciones extorsivas y otras acciones ilegales para su financiación, e incluso se ha demostrado financiación a grupos paramilitares por parte del ejército ¿Por qué decir que son financiados por civiles? ¿Cómo el que la mayoría de víctimas sean civiles es un argumento de que esta es una guerra civil? ¿No son civiles las principales víctimas de muchas ataques terroristas? El argumento en fin, encierra una falacia, entre otra razones, porque es contradictorio con las mismas consideraciones defendidas a lo largo del discurso. Por lo mismo, el argumento que toma como referencia 3.000 muertes como indicador de la existencia de una guerra civil, podría perder valides, si se considera que este mismo número de muertos podría ser ocasionado por actos terroristas. El texto en fin, podría ganar consistencia si el autor reconstruye su argumento acerca de los elementos civiles del conflicto (integrantes, financiación y víctimas) que le darían su condición de guerra civil, y si presenta su posición frente a la asimilación o no asimilación de los conceptos de “guerra civil” y de “conflicto interno armado”, tal y como, autores que se adhieren y autores que se oponen a la posición del Gobierno lo han hecho. Finalmente, presento algunos fragmentos de la compilación de Campuzano en las que la relación entre uno y otro concepto es señalada:

¿CONFLICTO ARMADO O AMENAZA TERRORISTA? Luis Carlos Restrepo Ramírez Marzo 6 de 2003 Conflicto armado interno es el término contemporáneo que se utiliza para designar una situación de guerra civil. INTERVENCIÓN DEL ALTO COMISIONADO DE PAZ EN EL SIMPOSIO DE FESCOL Luis Carlos Restrepo Ramírez Octubre 13 de 2004 Con el segundo, el de conflicto armado interno, se da a entender que en Colombia se vive una dinámica semejante a la guerra civil. Estos dos conceptos son inapropiados. Por otro lado al hablar de conflicto armado interno y asimilarlo a una especie de guerra civil se desconoce que los grupos armados ilegales no cuentan con el apoyo de la opinión, son grupos minoritarios.

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¿CONFLICTO ARMADO O AMENAZA TERRORISTA? Eduardo Pizarro Leongómez El Tiempo, abril 25 de 2005 Pero, desde mi perspectiva, el justo rechazo a la noción de guerra civil no implica negar que haya un conflicto armado que produce cada año alrededor de tres mil víctimas. Fuente: El Tiempo, abril 25 de 2005 En la brecha EL FALSO DILEMA. ENTRE CONFLICTO ARMADO Y AMENAZA TERRORISTA Rafael Nieto Loaiza 2 de junio de 2005. Hay que empezar por aceptar que el Gobierno se equivoca cuando afirma que no hay conflicto armado en Colombia. El Ejecutivo lo dice porque busca quitarle legitimidad al adversario y porque confunde conflicto armado con guerra civil, error en que también incurren analistas como Alfredo Rangel. En fin, esa confusión entre conflicto armado y guerra civil es en buena parte la razón por la cual en el Gobierno se niegan a aceptar la existencia de un conflicto armado en Colombia. A la luz del DIH, en Colombia hay conflicto armado, aunque no haya guerra civil. SOFISMAS DEL TERRORISMO EN COLOMBIA José Obdulio Gaviria Vélez 2005 (Fragmentos del libro del mismo título) El embrujo del lenguaje Por ejemplo, de la aceptación sin discernimiento del concepto guerra civil y de su equivalente técnico, conflicto armado interno, se hizo un trasbordo inadvertido a otras páginas del diccionario.