de la ala urbe a la ciudad

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sociologia empresarial

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PRESENTACIN

INDICE

INTRODUCCION

DE LA CONCENTRACIN A LA DISPERSIN PRODUCTIVA EN LA URBE TOTAL

Constantemente se ha hablado de conceptos de economa globalizada, descentralizacin, desconcentracin. Pues junto a esa intensa globalizacin de la economa, de los flujos financieros y de la informacin, hallamos una ms fuerte presencia de lo local. De ah sacamos un nuevo concepto que es el de globalizacin, con el que se quiere describir esa situacin paradjica, por lo que lo local adquiere protagonismo justamente cuando la globalizacin de la sociedad, la economa, la poltica y de la cultura se hace ms intensas.En pocas palabras se ha dado un modo de ida y vuelta. Tomemos el ejemplo del plan que aproximadamente hace 30 aos el pan y otros productos parecidos como la bollera o la pastelera se compraban en una panadera local, en una ciudad haba varias que distribuan que distribuan su produccin en pequeas expendeduras, en un tiempo en la sociedad industrial estos hornos se vieron desbancados por los supermercados que distribuan de forma masiva el pan envuelto en una bolsa de platico que era fabricado en una ciudad muy lejana de distancia. Esto hizo que la pocas panaderas que sobrevivieron se asociaran en cooperativas o se hundieran y quedaran las ms potentes en la ciudad. La tecnologa ha posibilitado que en cada esquina actualmente podamos comprar pan recin hecho, caliente y crujiente.Lo mismo ha ocurrido con otros muchos productos en los carretes fotogrficos que antes casi no haba y ahorita encuentras uno casi en cada esquina. El desarrollo tecnolgico ha facilitado que la produccin local vuelva a hacer competitiva.Hoy en da la separacin entre lo rural y lo urbano es ms un mito que una realidad ya que las zonas rurales cuenta con infraestructura muy parecida a la de las zonas urbanas. Como tambin las telecomunicaciones hace que las fuentes de informacin sean casi igual en las zonas rurales y las urbanas.

GLOBALIZACIN Y DESLOCALIZACIN

El concepto de deslocalizacin se empez a utilizar en los aos ochenta y prcticamente describe los procesos por los que las multinacionales desmontaban lantas industriales, en los pases desarrollados, para trasladarlos a pases en procesoe desarrollo y as los costos salariales fueran ms bajos.La deslocalizacin no es siempre sinnimo de desconcentracin. Un ejemplo de eso sera la empresa Gillette decidi cerrar decidi cerrar su planta en Sevilla, pese a que obtena mucho beneficios en Espaa, la razn era que en un mercado abierto con el europeo ya no necesitaba tener una planta en cada pas necesitaban de pocas, ya que el pequeo volumen de sus productos y peso, los costos de distribucin no son excesivo. Pero claro que hay situaciones inversas como en el caso de los automviles ah los costos de distribucin son muy altos.Por lo dems, la deslocalizacin no afecta nicamente como se crea al principio por ejemplo enEspaa las empresas han tenido procesos de deslocalizacin y desconcentracin como Chupa Chups que traslado su parte de produccin a Rusia. La deslocalizacin no siempre es positiva, ya que la produccin exige el poder contar siquiera con un mnimo de infraestructuras, capacidades, etc.Hay que tener en cuenta, las consecuencias negativas que este proceso de globalizacin/ deslocalizacin puede tener, tanto para ciertos espacios concretos, como para el conjunto del planeta, ya que algunos autores sealan que la reestructuracin que suponen la globalizacin y el mercado mundial se basa en la desregulacin econmica, la crisis del Estado del Bienestar, el agotamiento de los recursos del planeta y su destruccin ecolgica y la ingobernabilidad social.Sin embargo, no hay que dejar de lado que las principales crticas hacia la deslocalizacin proceden de los sindicatos de los pases industrializados ms ricos, lo que quiere decir que de los mismo pases en los que la masiva llegada de inmigrantes ilegales de los pases ms pobres es tomada como un problema.GLOBALIZACIN Y TELETRABAJOEl teletrabajo es un reflejo de ese proceso que va de la concentracin a la dispersin productiva. En cierta manera no hay una definicin clara de lo que es el teletrabajo. La base de la definicin estara en el trabajo a distancia del centro productivo principal, y con ayuda de las telecomunicaciones. No se trata tanto del concepto sino ms bien de ciertos procesos y mecanismos por los cuales se observa que, siempre que las empresas automatizan y reestructuran sus operaciones tienden a dar trabajo al cliente. Claramente lo vemos cuando utilizamos cajeros automticos, comemos en autoservicio, compramos en hipermercados, estamos realizando tareas propias de los empleados de esos establecimientos. Es decir los consumidores realizan teletrabajo.En conjunto, lo que el teletrabajo significa, a juicio de la mayora de los expertos, es que el lugar de trabajo, en el que coinciden una serie de trabajadores despus de desplazarse a varios kilmetros, es una realidad a punto de desaparecer.En cuanto al teletrabajo mvil, se refiere al mero proceso de tecnificacin y automatizacin de ciertos tipos de trabajo que ya existan, pero que alcanzaran nueva significacin en la era de la informacin y las telecomunicaciones. El tradicional visitador o comercial que recorre los centros de venta, ofrece los nuevos productos y toma los encargos, para luego comunicarlos a la central de pedidos, no tiene hoy por qu que pasar por su empresa, salvo para las reuniones que sean necesarias.Es decir, las posibilidades de trabajo son cada vez ms numerosas, por lo que se va extendiendo a cada vez ms ramas de la economa. Numerosas empresas han generalizado ya estos sistemas como IBM, que cuenta en Europa con 25000 teletrabajadores y que est implantando en Espaa nuevos sistemas y con el tiempo muchos trabajadores estarn en rgimen de teletrabajo. La compaa le facilita el empleado, un maletn, un ordenador una mini-central de comunicaciones para poder trabajar en casa, as atender a los clientes y espordicamente trabajar en la sede central.Hay beneficios para la empresa con este sistema como el ahorro de infraestructura y de equipo son menores, adems del ahorro del mantenimiento seguridad de los despachos. Por su parte el teletrabajador adquiere una nueva dimensin de libertad y autocontrol, como en el caso del teletrabajo domiciliario puede obtener inicialmente una situacin de mayor comodidad.En lo que al teletrabajador se refiere, muchas de las ventajas pueden tomarse como desventajas. El ahorro de tiempo en desplazamientos a la empresa puede que resulte compensado con el exceso de horario de trabajo, al tener a su disposicin, en todo momento, la herramienta de trabajo. Mientras la fbrica, la oficina, significaron una limitacin de las disponibilidades a un horario determinado, ahora el teletrabajador est en principio localizable por el pblico o por los directivos de la empresa las veinticuatro horas del da.El teletrabajo es aplicable a aquellos trabajadores cuya actividad va dirigida primordialmente hacia el contacto con los clientes, los profesionales liberales, algunos tcnicos, es decir al conjunto de los que se empiezan a denominar trabajadores del conocimiento y en general a todo el sector cuaternario. Cooperativas, microempresas, autnomoTodo cuanto hemos estudiado en relacin con la empresa como organizacin, y como institucin social, est referido ciertamente a la generalidad de la realidad empresarial. Sin embargo, la mayor parte de los anlisis y construcciones tericas consiguientes suelen basarse en empresas de tipo medio, y sobre todo, grandes empresas. Naturalmente, es en este tipo de empresas donde el trabajo de campo del investigador es ms factible, y donde se encuentran mayores diversidades internas, riqueza de situaciones sociales, etc. Pero ello hace que a menudo se olvide que la realidad empresarial es mucho ms rica y variada, y que coexisten numerosas peculiaridades, que tienen sus propias necesidades organizativas, y en las que la relacin con la sociedad es muy distinta de la que se produce en el caso de las grandes empresas.El ttulo del tema no debe inducir a error, pues puede parecer que nos estamos refiriendo nicamente a las pequeas unidades productivas. Sin embargo, hay en la actualidad cooperativas, que solo o constituyendo holdings, constituyen empresas muy poderosas. En el caso de Espaa el ms significativo es el caso del grupo Mondragn, pero incluso a nivel regional tenemos en Extremadura importantes ejemplos, como es el grupo de cooperativas agrarias y de transformacin unidas bajo la denominacin comn de marca Guadiala.Pero tambin es cierto que las nuevas tendencias nos hablan, como ya veamos en un tema anterior, de la creciente importancia de las pequeas y medianas empresas, as como de los trabajadores independientes, o auto-empleados, y no slo en referencia a las profesiones liberales.El marco en el que esto es produce es, fundamentalmente -aunque no nicamente- la nueva economa de servicios, tanto del terciario como del cuaternario, as como los fenmenos de globalizacin a que hemos hecho referencia y el desarrollo de las tecnologas de la informacin.COOPERATIVISMOEl cooperativismo, tambin llamado ahora economa social (en parte la denominacin procede del descrdito que, en algunas pocas y territorios, ha alcanzado el cooperativismo), tiene casi dos siglos de tradicin, y apareci inicialmente como una respuesta tanto a la concentracin que provocaba la revolucin industrial, como a la situacin de desproteccin absoluta en que quedaban los trabajadores. La base est en el pensamiento de los socialistas utpicos, como Fourier, aunque luego, a finales del siglo XIX, sera incorporado por el pensamiento social cristiano como una forma de contribuir a la mejora de la situacin de los trabajadores sin enfrentarse al sistema capitalista. En los aos '50 algunos pases socialistas, como Yugoeslavia, basaron su sistema productivo en formas de autogestin inspiradas en el cooperativismo. La propia formulacin cooperativa ha venido evolucionando sistemticamente, y ahora el complejo que denominamos economa social incluye cooperativas agrcolas, cooperativas de trabajo asociado, cooperativas de consumidores, cooperativas de viviendas, cooperativas de crdito y sociedades annimas laborales. En una de sus primeras formulaciones modernas, D.Scholss (citado en Louis, 1986:11) insista ya en aquellos aspectos organizativos que hoy pueden sernos de inters al tratar este tema. Este autor sealaba que los trabajadores obtendran ventajas en los siguientes campos organizativos:1. En cuanto a la composicin de su grupo de trabajo, ya que seran ellos mismos los que determinaran el nmero de personas y quines lo integraran2. En cuanto al nombramiento de su jefe y sus representantes, elegidos y destitudos por los propios trabajadores3. En cuanto a la distribucin del trabajo realizado en comn, siguiendo normas equitativas4. En cuanto al reparto de la remuneracin colectiva por el trabajo efectuado por los miembros del grupo, includo el jefe, de acuerdo con los principios y segn las bases que los trabajadores reconocieran equitativas, y establecieran ellos mismos.En Espaa haba censadas, en 1990, ms de 26.000 cooperativas de diverso tipo (4.487 agrarias, 743 de consumo, 14.959 de trabajo asociado, y 5.944 sociedades annimas laborales), aunque en realidad, segn un anlisis realizado por el centro Internacional para la Informacin y la Investigacin de la Economa Pblica, Social y Cooperativa, tan slo un 50,5% (esto es 13.193) podan ser consideradas como realmente activas. De stas, 697 (esto es, un 5,3% del total) estaban radicadas en Extremadura, por lo que en relacin a su peso demogrfico, hallamos una fuerte presencia cooperativa en nuestra regin. Entre 1990 y 1993 casi 6.000 nuevas cooperativas se inscribieron en los correspondientes registros, de las que unas 150 se situaban en Extremadura. Desde 1993, el nmero de cooperativas volvi a incrementarse, en un 20,9% a nivel nacional. A finales de 1995, y para el conjunto nacional, el Instituto Nacional de Fomento de la Economa Social (INFES) cifr el nmero de trabajadores (entre socios y asalariados) en cooperativas y sociedades annimas laborales en 243.899. En la actualidad la mayor parte de las cooperativas trabajan en el sector servicios (45%), seguido de la industria (37%), construccin (8,9%), y en ltimo lugar agrcola (7,8%). Las actividades en las que estn ms presentes es en la produccin de alimentos y bebidas, industria de la madera y el mueble, construccin, comercio al por mayor y al por menor, transportes terrestres, servicios a empresas, educacin e investigacin e instituciones financieras.Por su parte, la Comunidad Europea viene apoyando con diversas directivas y programas operativos la creacin de cooperativas, por considerar que constituyen una buena alternativa a la incapacidad de amplios sectores de trabajadores de integrarse en el mercado laboral. Naturalmente, la economa social tambin plantea importantes problemas, tanto organizativos como institucionales. En cuanto organizaciones, el desarrollo tecnolgico ha llevado a las cooperativas a la necesidad de incorporar a tcnicos, gestores especializados, cuya actuacin racionalizadora provoca conflictos organizativos en unas estructuras que se presuponen democrticas. Por otra parte, el gobierno democrtico de las cooperativas plantea asimismo problemticas interesantes, en lo relativo a la adquisicin y control del poder. El hecho de precisar, con el crecimiento de la empresa, la contratacin de trabajadores asalariados -la mayor de las veces de forma temporal-, puede plantear asimismo problemas de desigualdad y representatividad. As, del conjunto de las cooperativas espaolas, el 70% del empleo es ocupado por socios, el 4% son trabajadores asalariados fijos, y el 26% restante es ocupado por asalariados temporales. En cuanto a instituciones, las cooperativas, en tanto son valoradas positivamente por la sociedad, despiertan a su vez unas expectativas de actuacin, por ejemplo con balances sociales positivos, que a menudo entran en contradiccin con su creciente necesidad de adaptarse a formas organizativas y de funcionamiento tpicamente empresariales.El grupo Mondragn, surgido en los aos '50 en el Pas Vasco, pero que tiene su autntico origen en los movimientos cooperativos que en las primeras dcadas del siglo proliferaron el Pas Vasco, se ha consolidado en la actualidad como uno de los grupos empresariales espaoles ms importantes, y ms diversificados, ya que desde la produccin agraria a la banca, y al diseo de tecnologas avanzadas, abarca casi todos los sectores econmicos. Su evolucin (Urruela, Urruticoechea, 1995) nos ayuda a observar las problemticas organizativas a las que las cooperativas han debido enfrentarse en el marco del desarrollo tecnolgico y el cambio social. Sobre todo porque el Pas Vasco es, adems, el principal espacio cooperativo en Espaa, tanto por el dinamismo en la creacin de cooperativas como en el tamao de las mismas, ya que la media tiene 21,7 trabajadores. Al Pas Vasco le siguen, en la importancia de su economa social, Catalua, Andaluca y Comunidad ValencianaEn una primera fase (1956-1965) se caracteriza por el fuerte peso de sus principios ideolgicos, en un marco de evolucin econmica favorable, precariedad del desarrollo cultural y salarios de subsistencia. Sus principios fundamentales eran: a) la propensin a la emancipacin social a travs de la superacin y nivelacin de las clases; b) presencia activa de valores morales; y c) conviccin de que cualquier solucin de ruptura del equilibrio inestable de la sociedad, hacia un clima de democracia y de mayor distribucin de la renta, sera bien recibido por los interlocutores, que se implicaran en el empeo. Las cooperativas aparecen fomentadas desde movimientos cristianos y nacionalistas.En una segunda fase (1966-1984), una poca de fuerte desarrollo econmico para el grupo, y en la que se incluye el proceso de transicin democrtica en el pas, y de implantacin de un rgimen de autonoma poltica en el Pas Vasco, se produce el inicio de una profunda transformacin. La ideologa pierde posiciones en el grupo, como factor de integracin, y se empieza a concebir la experiencia primando los aspectos tcnicos y empresariales.En una tercera etapa (1985-1989) la caracterstica ms sobresaliente la constituye el desplazamiento de la cabecera del grupo dede Caja Laboral Popular, la banca del grupo cooperativo, hacia el denominado Congreso Cooperativo y el Consejo General. Es decir, la poltica interna adquiere predominancia sobre la ideologa o los factores tcnicos.A partir de 1990, con el I Congreso del Grupo Cooperativo de Mondragn, se abre una nueva etapa, que queda definida por las siguientes caractersticas: a) se conforma como una agrupacin ideolgica cuyo contenido se concreta en el Contrato de Asociacin, suscrito con Caja Laboral Popular; b) se tiende a la sustitucin de los grupos cooperativos comarcales, que por s mismos no responden plenamente a la amenaza de la competitividad; c) se apuesta definitivamente por transformar un grupo, que ha tenido en comn elementos societarios de afinidad ideolgica, en un Grupo Empresarial, cuya dimensin por la cifra de ventas, recursos propios, vitalidad, entidades financieras propias, centros de investigacin y formacin, es equivalente a cualquiera de los grandes grupos espaoles, includo el paraestatal Tneo.LO PEQUEO ES HERMOSO?Hace veinte aos aproximadamente, cuando la economa y la empresa tendan al gigantismo, un economista ingls de origen alemn, lanz un alegato en defensa de la pequea escala. Su libro Lo pequeo es hermoso, publicado por primera vez en 1973 (Schumacher, 1978), alcanz una difusin enorme y fue de obligada lectura tanto entre los ecologistas como entre los economistas crticos con el desarrollo. El libro de Fritz Schumacher plantea, en plena crisis del petrleo y medioambiental de los '70, el inters "de la tecnologa de pequea escala, relativamente no violenta, 'tecnologa con rostro humano', de modo que la gente tenga la oportunidad de disfrutar mientras trabaja" (Ibdem, 21). La apuesta ecolgica por la pequea empresa coincide con un florecimiento de las investigaciones acadmicas sobre el tema, especialmente en los pases anglosajones. Los expertos comienzan no slo a defender la importancia que en las economas nacionales, y en los procesos de innovacin, tienen las pequeas empresas, sino incluso a proponer la desmembracin de las grandes corporaciones en pequeas unidades autnomas de produccin. Los socilogos y economistas crticos tambin se ocupan ampliamente de la pequea empresa, aunque en este caso para sealar sus deficientes condiciones de empleo, en contraste con las grandes firmas en las que los sindicatos tienen fuerte presencia; as como para mostrar su fuerte dependencia de las grandes empresas.En los aos '80 la oleada conservadora en Inglaterra y los Estados Unidos trae una apuesta poltica decidida por la pequea empresa, que pasa a ser utilizada por las grandes corporaciones como un mecanismo de reduccin de costes laborales. La industria del automvil, la ms paradigmtica sin duda de la sociedad industrial, comienza a desmembrar su produccin en una compleja red de microempresas (exceptuando casi nicamente el diseo, la fabricacin de los habitculos y el montaje), algunas participadas y otras independientes, en las que la obtencin de elevadas productividades es ms fcil, debido a su flexibilidad y menores costes. Y otros muchos sectores imitarn luego al automvil. La ideologa neoliberal ensalza el concepto del emprendedor, como imagen principal del pequeo empresario que se arriesga, sabe dominar a los trabajadores y desenvolverse tanto en la selva de la financiacin como de las ayudas pblicas.Despus de veinte aos de atencin hacia la pequea empresa, de lo que no cabe ninguna duda es de la importancia que, bajo las muy diversas formas en que se presenta, ha adquirido este tipo de organizacin.En Espaa (Segovia, Calvo, Heras, 1994) en torno al 70% de las empresas existentes no tienen empleados; en torno al 25% tienen entre 1 y 10 trabajadores; menos del 6% tienen entre 10 y 50 trabajadores; en torno a un 1% tienen entre 50 y 250 empleados; y nicamente un 0,2% tienen ms de 250 trabajadores. Estas grandes empresas ocupan a casi un 36% de la fuerza laboral, y un porcentaje parecido, aunque algo inferior, de las ventas totales. Es decir, Espaa es, de hecho, una economa de pequea empresa, incluso de microempresa.Por su parte, la Unin Europea, convencida de que el actual estancamiento del empleo tradicional puede romperse a travs de polticas activas en las que se anime a la creacin de microempresas, ha lanzado diversos programas de fomento de este tipo de iniciativas, tanto de autoempleo como de pymes. Aunque los expertos, sin embargo, plantean serias dudas sobre la utilizacin de las ayudas institucionales, por parte de los parados, para la creacin de autoempleo o microempresas, como 'ltimo recurso'. Tan slo si el emprendedor es capaz de convertir ese ltimo recurso en primera oportunidad puede garantizarse un cierto xito. De hecho, menos de una de cada tres microempresas logra mantenerse ms de cinco aos (EL PAS-Negocios, 24/XII/95:36).Las microempresas plantean interesantes problemas organizativos desde el momento en que, segn se ha visto en los pases ms adelantados en estas cuestiones (como el Reino Unido, o Alemania), el microempresario debe enfrentarse a una situacin de soledad absoluta, frente a las grandes empresas (includas las pymes, que son autnticas grandes empresas para los microempresarios, pero que son las que se llevan la mayor parte de los apoyos financieros institucionales), los bancos y las instituciones pblicas. Ello ha generado la constitucin de redes, crculos de ayuda mutua, de intercambio de informacin... E incluso la incorporacin de fenmenos novedosos, como es la interrelacin con asociaciones de seniors (ejecutivos ya retirados de su actividad, pero dispuestos a asesorar de forma desinteresada a jvenes emprendedores). En Espaa existe ya al menos una de estas asociaciones, Seniors Espaoles para la Cooperacin Tcnica (SECOT), promovida por Accin Social Empresarial, el Crculo de Empresarios y el Consejo Superior de Cmaras de Comercio, y creada explcitamente con el objetivo de aportar "la competencia y experiencia de los profesionales espaoles jubilados o pre-jubilados, que ofrecen su tiempo y cualificacin de forma no remunerada".Naturalmente, la importancia que este tipo de empresas han adquirido en los ltimos aos, y sus cualidades objetivas, no puede llevarnos, como han sealado algunos autores menos apasionados por la microempresa, a "adscribir indiscriminadamente y automticamente las cualidades de innovacin, creatividad y capacidad de riesgo a todo tipo de pequeas empresas" (Goss, 1991:47). De hecho, las microempresas y pequeas empresas se mueven, a menudo, en entornos tan arriesgados que llevan a ser antisociales. David Goss seala que hay que tener en cuenta que las microempresas navegan normalmente en el marco de la economa informal, dentro de la cual distingue tres marcos de actividad que conviven con la economa formal, o blanca: "La economa gris (basada en el trabajo domstico y voluntario), la economa malva (derivada de las actividades marginales o a tiempo parcial, de microempresas, en los mrgenes de la economa formal), y la economa negra (basada en actividades ilcitas, sumergidas, ocultas, de empresarios individuales y pequeas empresas" (Ibdem, 92). Tampoco en lo que hace a las ventajas tecnolgicas de las pequeas empresas y microempresas las cosas estn tan claras. Rothwell ha elaborado un balance de ventajas y desventajas de las pequeas y grandes empresas, en lo que hace a la innovacin (Rothwell en Curran, 1986:117), y a la vista del mismo y del anlisis de numerosas empresas, concluye que, al menos en el Reino Unido, y en lo que hace al grueso y a lo ms fundamental de las innovaciones industriales, han sido realizadas por las grandes empresas, pero tambin ha demostrado "la mayor eficiencia innovadora de las pequeas y medianas empresas, aprovechando mejor las innovaciones" (Ibdem, 125).En suma, la pequea y mediana empresa, y sobre todo la microempresa (empresa individual o con poqusimos trabajadores, generalmente temporales), constituyen un elemento organizacional de suma importancia en las sociedades avanzadas, recuperando en cierto modo el espirtu de los talleres artesanos preindustriales. Por lo que les deberemos prestar mayor atencin en el futuro. Pero tampoco pueden ser consideradas, en modo alguno, desde un punto de vista econmico, social o tecnolgico, la panacea del desarrollo.La explosin organizacional

Hemos visto que, en la sociedad de la informacin, los recursos,productos y energas fundamentales son las ideas, el conocimiento, lamente humana en suma. Hemos sealado que ello no implica enabsoluto la desaparicin de las actividades agrarias, industriales ycomerciales tradicionales, pues de ideas todava no pueden alimentarselas personas. Pero, en cualquier caso, la produccin, procesado ydistribucin de informacin y conocimientos aparece como un sectorbsico en la economa de la sociedad informacional.En este marco, las necesidades organizativas son muy distintas, yla legislacin, que recoge los hechos admitidos por la sociedad, va comosiempre muy por detrs en cuanto a la regulacin de las nuevasfunciones y necesidades. Por otra parte, la sociedad de la informacinprecisa cada vez ms de estructuras de redes de comunicacin ajenas ala propia empresa, a los centros productivos. A pesar de todas lasprevisiones, y de ciertos deseos, el Estado y otras formas de lo pblicosiguen creciendo, generando, entre otros efectos, ms posibilidades deempleo para los administradores empresariales, en la medida en que lagestin de tipo empresarial se incorpora a cada vez ms tipos deorganizacin, pblica o privada. Es por ello que conviene prestaratencin a esa explosin organizacional que se est produciendo en la nuevasociedad de la informacin. Para ello nos centraremos en un tipo deorganizaciones muy particulares, a caballo entre la empresa y laadministracin pblica, y que representando supuestamente a la sociedadcivil, se vienen constituyendo en un sector econmico de crecienteimportancia. Nos referimos a las organizaciones no gubernamentales,popularmente conocidas por sus siglas, esto es las ONG.En los ltimos aos han proliferado, en todo el mundo pero enmayor medida en los pases ms desarrollados, una amplia variedad deorganizaciones que se atribuyen la representacin de sectores diversosde la sociedad, as como con finalidades muy diversas, pero queactuando de forma creciente bajo criterios de corte empresarialadministran una parte cada vez ms importante de los recursos pblicosy privados,generan empleo, e inciden fuertemente en las actitudes de lapoblacin, y en la creacin de opinin pblica. Se han unido a lasorganizaciones tradicionales (iglesia, partidos, sindicatos, patronales,asociaciones profesionales coporativas, asociaciones culturales orecreativas), y pugan con ellas por conseguir la mayor parte posible dede la cuota de reconocimiento pblico, y tambin, por supuesto, la mayor parte posible del gasto organizacionales de la sociedad.PODEMOS DIFERENCIAR DISTINTOS TIPOS DE CASOS QUE SE LE ESCAPA CONTROLAR AL FISCO COMO SERIA EL CASO DE:- La economa gris, donde se incluye el trabajo domstico y voluntario.- La economa malva, que recoge la actividad marginal o a tiempo parcial (servicios personales, negocios caseros).- La economa negra, donde estn las actividades ilcitas, las mafias, etc.Podemos decir que los grandes perjudicados de todo estos son los propio trabajadores, y tambin el Estado, porque la cobertura social que deberan recibir los trabajadores no esta asegurada al no tener derecho a prestaciones de desempleo, ni a las jubilaciones llegado el momento de retirarse.Es en la poca de crisis cuando ests economas tiene auge, ya que alos trabajadores no les interesa declarar ese dinero y a los demandantes de esos servicios no les interesa pagar un precio mayor con una factura o alguna prueba de que ha existido dicha prestacin.Todo esto afecta a la economa social de los pasesOPININ EL NEGOCIO HUMANITARIOSon realmente las ONGS organizaciones tan cristalinas como parecen? Siempre ha habido esa duda en torno a este tipo de organizaciones, ahora parece ser que recientes investigaciones, demuestran que quizs no son tan claras como hacen creer al resto del mundo.Durante las ltimas dcadas, este tipo de organizaciones ha aumentado considerablementealcanzando gran importancia en el conjunto de la economa, constituyendo el denominado Tercer Sector. Una pregunta que siempre ha surgido y que seguir surgiendo en torno a ellas, es la siguiente: De dnde obtienen este tipo de organizaciones los recursos financieros requeridos para poner en marcha todas las actividades que ella conlleva? Tras varias lecturas y un exhaustivo resumen, la noticia informa de la existencia de un importante nmero de organizaciones surgidas especialmente en los pases desarrollados, sobre todo en el continente africano, las cules son creadas bajo la denominacin sin nimo de lucro pero puestas en cuarentena, debido a que la mayora de ellas sufren un vaci legal, impidiendo averiguar todos los aspectos financieros relacionados con ellas.mayor parte posible del gasto organizacionales de la sociedad.Aunque supuestamente representan a la sociedad civil, la realidades que, en mucha mayor medida que las organizaciones tradicionales(salvo partidos, sindicatos y patronales), buena parte su financiacin laobtienen directa o indirectamente del Estado (son escassimas las que seautofinancian totalmente), y el resto la obtienen justamente de lacomercializacin de productos o de la prestacin directa o indirecta deservicios.Y, lo ms determinante, es que cada vez en mayor medida todasellas estn pasando a administrarse en trminos empresariales. Lo quequiere decir que empieza a ser casi tan probable, especialmente enalgunos pases, que un diplomado universitario trabaje en una de estasorganizaciones, como que lo haga en una empresa o en la administracin pblica.Aunque no existe un censo efectivo (el registro de asociaciones,donde todas deben inscribirse, no distingue, ni mucho menos hace unseguimiento posterior, de las estructuras organizativas), se calcula que enEspaa existen en la actualidad ms de 11.000 voluntarios y cooperantes, que trabajan -bien sea de forma gratuita. o bien mediante un salarioen proyectos de ayuda internacional.Pero a estos habra que aadir muchos ms que trabajan, como liberados, en la administracin y gestin de muchas de estas organizaciones. En Extremadura una sola de estas organizaciones, ADENEX, dedicada a la proteccin de la naturaleza, gestiona cientos de millones de pesetas cada ao, tanto de origen pblico como privado, y ha sido ya sealada como una de los mayores terratenientes de la regin. Otra del mismo corte, en este caso multinacional, la conocida Greenpeace, a la que sus propios empleados denominan La Compaa, tiene sedes en 30 pases, orienta ideolgicamente a cinco millones de socios en el mundo, y maneja un presupuesto global de 18.000 millones de pesetas; slo la sede espaola tiene un presupuesto anual que en 1996 superaba los 400 millones. El directorgeneral de esta autntica multinacional, Thilo Bode, es un economista alemn de 49 aos procedente de las grandes finanzas, y que nunca en su vida ha tenido preocupaciones ecologistas o alternativas. Ms que organizaciones sin nimo de lucro, como son calificadas, nos encontramos por tanto en este caso con autnticas ecoempresas, a las que haremos referencia en otro tema.Muchas de estas organizaciones se basan en el trabajo voluntario, pero tambin utilizan empleados asalariados. Algunas incluso, como la Asociacin Internacional contra el Hambre (AICF), que cuenta con 300 cooperantes en zonas deprimidas y conflictivas, y 3.000 empleados locales, estn completamente profesionalizadas. Sus cooperantes son asalariados que han elegido trabajar en un sector con abundantes ofertas de empleo, y que ganan entre 500 y 1.500 dlares mensuales, esto escondiciones parecidas a las que se disfrutan en empleos similares delmercado. Nos encontramos, por tanto, en cierto modo, frente a unnuevo tipo de multinacionales, que van a suponer una parte del empleoen la sociedad de la informacin, y que como las multinacionalestradicionales -aunque a una escala distinta- tienen asimismo capacidadde influencia sobre los gobiernos polticos, sobre todo en aquellos pasesen los que desarrollan su actividad, y que se ven beneficiados por susprogramas.En 1995, se ha calculado que las ONGs han gestionado en Espaa35.000 millones de pesetas, de los cuales la mitad se han obtenidomediante donaciones privadas o venta de productos propios, y la otramitad, esto es ms de 17.000 millones de pesetas, proceden de fondospblicos. Segn se hagan los clculos incluyendo o no ciertas ayudas queno son tales sino autnticos crditos a la exportacin, el gasto estatal(esto es, sin contar el que asignan los gobiernos autonmicos y locales aestos menesteres) dedicado a la cooperacin internacional con pases envas de desarrollo, canalizado fundamentalmente a travs de estasorganizaciones, oscila entre el 0,28 y el 0,31% del Producto InteriorBruto, y es previsible que en unos pocos aos se acerque al conocido0,7%, que ya emplean algunos organismos pblicos y privados. En losltimos aos, a las organizaciones ms o menos tradicionales se hanaadido numerosas organizaciones ms o menos corporativas, queexplcita o implcitamente buscan canalizar a profesionales desempleados hacia este sector; a los mdicos sin fronteras se han unido losarquitectos e ingenieros sinfronteras, gegrafos sin fronteras, veterinarios sin fronteras y un largo etctera.En suma, dejando a un lado el profundo respeto que merecen estetipo de iniciativas desde una perspectiva humana, desde una perspectivameramente socioeconmica el sector cooperante se manifiesta como unmbito productivo cada vez ms importante. Lo que plantea nuevos desafos organizativos, e incluso legales, pues muchas de las actividades que, para la autofinanciacin, utilizan estas organizaciones, quedan fuera de todo control al estar exentas, como organizaciones sin nimo de lucro, del Impuesto de Actividades Econmicas y de otras formas de control de la actividad econmica. Pero sobre todo plantea la necesidad de no perder de vista, en el futuro, este complejo conglomerad organizacional, que modifica profundamente el marco de relaciones entre los grupos de inters.

CONCLUSIONES

.LINKOGRAFIAS / BIBLIOGRAFIASRocher, G. (1990), Introduccin a la Sociologa general, Herder, BarcelonaRoetchlisberger, F.G. & Dickson, W.J.Rocher, G. (1990), Introduccin a la Sociologa general, Herder, BarcelonaRoetchlisberger, F.G. & Dickson, W.J.Schfers, B. (1984), Introduccin a la sociologa de grupos,Herder, BarcelonaLucas, A. (1984), Sociologa de la empresa, Ibrico Europea de Ediciones, MadridLucas, A. ed.(1994), Sociologa para la empresaMaravall, J.M. (1972), La sociologa de lo posible

http://sociologiacienciasdeltrabajo.blogspot.com/2012/05/la-explosion-organizacional.htmlhttp://sociologiauex.blogspot.com/2012/05/la-explosion-organizacional.htmlhttps://www.academia.edu/7739970/Introducci%C3%B3n_a_la_sociolog%C3%ADa_de_la_empresahttp://www.buenastareas.com/ensayos/Sociologia-De-La-Empresa/24939911.htmlhttp://www.buenastareas.com/ensayos/Socilogia/45421375.htmlhttp://www.buenastareas.com/ensayos/Resumen-Globalizaci%C3%B3n-y-El-Teletrabajo/39508240.html