de cosas urbanas, manuel de solà-morales

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En resumen: De cosas urbanas 'Tanto como sistema de flujos o código de memorias, la ciudad es cuestión de cosas.'Para Manuel de Solà-Morales, la lógica abstracta de la ciudad se halla en la materia de las cosas urbanas: la urbanidad estáindisolublemente atada a lo concreto. En su trabajo subyace una atención cautelosa a la riqueza latente de los lugares urbanos.Sus propuestas son siempre miradas sobre la ciudad, verdaderas interpretaciones en el límite entre la arquitectura y elurbanismo cuyos efectos trascienden el ámbito físico de su intervención.Este libro presenta proyectos urbanos realizados en las dos últimas décadas e incluye una selección de textos del propio Manuel de Solà-Morales, con un prefacio de Kenneth Frampton y un ensayo de Hans Ibelings.

TRANSCRIPT

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PREFAcIo Kenneth Frampton

URBANTDAD Hans lbelings 10

v'il oe cosÁs URBANAs Manuel deSolá-Morales !

I PARA CREAR LUGAR (COSNS INVENTADAS) 31

Saint-Nazaire, Vitle Port (1ee6-2oo2) La periferia histórica 32

Trieste, Porto Vecch¡o (1eee-2oo1) La estrategia de la frontalidad 4z

Oporto, Passeio Atlántico oeee-2oo2) TopografÍa marítima como estructura

cívica 46

Génova, Cantieri Navali (ee9'1eee' Sotto Corso S8

Groningen,'Winschoterkad s ttse+-tee6l La medida no es la escala 62

La Haya, Scheveningen (2oo2-2oo4) Secciones desplegadas 66

LA MIRADA ESTRATÉG!CA 72

t LA FoRMA coNDENsaoe(cosRssupenpursrRs) 8r

Alcoy, La Sang (tsaa-zoo2) El casco antiguo como categorÍa de proyecto 82

Lovaina, Stationsplein (se6'2oo2) El ordentrastocado go

Barcelona, Sant Andreu (2oo5-) Laviv'enda pública como proyecto urbano 98

Arnhem, Rijnboog (2oo1-2oos) Coherencia por diferencia 1o4

LA MIRADA COMPULS¡VA TO8

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Quizá no es del todo casual que el único paÍs en el q ue la arquitectura del paisaje no

existe como una profesión en sÍ misma sea además el lugar en donde primero se

cultivara y demostrara el potencial de un acercamiento moderno tardío al urbanis-

mo, sobre todo si ese país es Cataluña, antes que España en su conjunto. Para darle

peso a esta afirmación es necesario regresar al momento en que los Plans i Projectes

per a BarcelonalgSl-1982 fueron promulgados por vez primera como un proyecto

algo desordenado enfocado a una mejoria urbana global, bajo el auspicio del enton-

ces alcalde, Pasqual Maragall, ycon ladirección de Oriol Bohigas, quien yaera lo

que es hoy, un empresario del urbanismo. Tres años más tarde, en 1983, en una

exposición sobre la evolución de la forma cÍvica en Barcelona desde r75o at93o,1

Manuel de Solá-Morales empezó a destacar como arquitecto y estudioso preocu-

pado por la evolución histórica de la ciudad, asÍ como por la eventual posibilidad de

intervenir como urbanista en su propia época. Es entonces cuando Solá-Morales

inicia su vocación de intelectual dedicado a Ia intervención urbana. Es también el

momento en que aparecen publicaciones catalanas tales como zD Construcción de

la ciudad, Arquitecturas bls y, sobre todo, la revista UR (dedicada al urbanismo y

editada por el propio Solá-Morales) que ayudaron al desarrollo de un discurso local

particularmente sofisticado en relación al futuro de la ciudad. Para Solá-Morales,

todo eso vino a consumarse en larealización de su proyecto para el Moll de la Fusta

de Barcelona en t985. Este paseo elevado, equipado con bares y cafés, se constru-

yó sobre una vía rápida existente con el objeto de mejorar el acceso al puerto y

permitir una vista panorámica sobre el mar.

La designación de Barcelona como sede de las Olimpiadas de t99z dio aún mayor

ímpetu a una cultura de renovación y expansión; ímpetu que trajo apare)ada una

transformación del frente costero hacia el norte del Ensanche original de Cerdá y

que propició los diseños para acomodar la Villa OlÍmpica como una c¡udad en m in ia-

tura. Para la misma ocasión, aunque para un cliente privado, Solá-Morales dedicó

su atención al diseño del conjunto de edificios llamado L'llla, emplazado en la ave-

nida Diagonal en el centro de la ciudad. Esta estructura de uso mixto concebida

como un bloque de oficinas de 4oo m de longitud y alturas medias, y diseñada en

asociación con el arquitecto madrileño Rafael Moneo, está destinada a convertirse

en la demostración por excelencia del concepto que Solá-Morales lLama acu puntu-

ra urbana y que se traduce en una intervención que, en virlud de sus limites y orga-

nización intrinseca, es capaz de aumentar el tejido de la ciudad de tal forma que

sirve al mismo tiempo como instrumento para reestructurar ytambién para enrique-

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r N. deT.: Exposición que, con eltÍtulo/nlc6

de la urbanística municipal de Barcelona :

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p roj ectes d' u rb an i sme, 175o-1g3o,se celebró

en marzo de 1985 en el Saló de Tinell.

8 cer el contexto inmediato, alavez que potencia un conjunto de repercusiones y

desarrollos que sólo son parcialmente predecibles. Construido en un extremo del

Ensanche y con un garaje subterráneo de varias plantas que se extiende bajo todo

el complejo, este bloque fue diseñado guardando relación con la escala de la cua-

drícula urbana del siglo xrx y también con la aglomeración desordenada que se ubi-

camás allá del núcleo histórico. El perfil escalonado de esta estructura permite ver-

la como hito cuando es observada desde las partes más altas de la ciudad a las

afueras del centro. Un aspecto clave de esta estratagema simbiótica fue la incorpo-

ración de un centro comercial de cinco plantas a lo largo de todo el edificio, justo

por detrás de la tradicional alineación de tiendas que dan frente a la avenida.

Desde Ia realización del bloque de L'llla, 5olá-Morales ha continuado con el diseño

de una intervención de acupuntura tras otra, desde la propuesta de 1988 paralrans-

formar las instalaciones portuarias de Badalona, cerca de Barcelona, hasta un pro-

yecto similar para el puerto de Amberes en 1990. Las mejoras en el transporte pú-

blico y las infraestructuras han sido a menudo las motivaciones latentes de las

intervenciones propuestas por Solá-Morales, desde su renovaciÓn del centro de

conexiones ferroviarias y del intercambiador de transportes de Leuven (t996-zoq),

impulsado principalmente por la extensión de la red de trenes de alta velocidad

(TCV) en Bélgica, hasta su todavía más arriesgada propuesta de realizar un inter-

cambiador de tránsito, en gran medida subterráneo, en el corazón de Amberes, o

su propuesta de zoo4 para Operaplein, también en Amberes, que conecta el acce-

so de vehículos a varias líneas de transporte, incluyendo estaciones de tren y de

autobús, y que integra las redes existentes de circulación en bicicleta y a pie. Más

cercano a la cirugía que a la acupuntura, esta incisión estructural en forma de corre-

dor iluminada de forma cenital es comparable en audacia al viaducto para el tráfico

rodado de múltiples niveles que serpentea entre el borde costero y el tejido resi-

dencial contingente propuesto por Solá-Morales para el perímetro del puerto de

Cénova (1998-zoo5). Asi pues, vemos que el agua, cuando no el océano, acompaña

muchas de las propuestas urbanas del arquitecto, tal como podemos apreciar en

proyectos tan variados como la lÍnea costera de Schevenningen, La Haya, proyecta-

do en zooz, o como el llamado Passeio Atlántico realizado ese mismo año a las

afueras de Oporto.

En otros casos, Solá-Morales se ha visto confrontado a los sedimentos del tiempo,

a la congestión topográfica de un viejo y decaído barrio de trabajadores en Alcoy, o a

un búnker de hormigón en masa a prueba de bombas construido por los alemanes

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LA ARQUITECTURA Y EL URBANISMO DE MANUELDE sor-A-UoRALESDesde comienzos del siglo xx, el urbanismo ha evolucionado en gran medida hacia

unadisciplinatécnicaen laque, amenudo, losdatoscuantificablestienen prioridad

sobre las cualidades espaciales: se habla de desgloses de áreas urbanizadas, de

superficies disponibles, y de rendimientos expresados en porcentajes. Las funcio-

nes parecen ser más importantes que el uso. Como resultado, el urbanismo, en

cuanto práctica y como disciplina, se ha convertido en algo extremadamente abs-

tracto mientras Ia distancia entre la planificación y lo que realmente llega a cons-

truirse no deja de aumentar. Además, en muchos casos, la relación entre el proyec-

tista y el proyecto parece débil. La autoría de un edificio se considera como algo

evidente, a pesar de que son escasos los proyectos que pueden ser atribuidos en su

totalidad a una sola persona, y, sin embargo, todavía se puede detectar la firma del

arquitecto en muchos edificios. En cambio, en el caso de los proyectos de urbanis-

mo, esto raramente ocurre. El urbanismo se hace desde las grandes compañÍas, los

departamentos de la administración local, los supervisores, las firmas consultoras,

etc., y sólo en casos excepcionales se atribuye a proyectistas concretos. Además,

los planes de urbanismo son objeto habitualmente de un mayor número de conce-

siones, acuerdos y ajustes.

Manuel de 5olá-Morales se aparta de la práctica profeslonal actual en la medi-

da en que opera como autor de proyectos urbanos. Tras él no hay unagran compa-

ñía, un departamento de administración local o una firma consultora. No, su prácti-

ca del urbanismo se hace a la antigua, como la de un artesano y pensador recogido

en su estudio; todo lo contrario al ambiente burocrático y tecnocrático en el que se

desarrollan lamayor parte de los planes de urbanismo.

Como arquitecto, Solá-Morales trabaja de forma similar y no podría operar de

otro modo, siendo como es un proyectista para el cual ambas disciplinas, arquitec-

tura y urbanismo, no funcionan sólo como simples extensiones la una de la otra,

sino que están unidas a la perfección. En muchos de sus proyectos resulta imposi-

ble señalar el punto en el que se pasa de una disciplina a otra'. su arquitectura influ-

ye en su práclica del urbanismo, tal como su práctica del urbanismo siempre posee

un componente arquitectónico.

Esta aproximación del urbanismo a la arquitectura se expresa en la manera en

la que solá-Morales logra desindividualizar sus edificios. A su vez, como arquitecto,

su trabajo evita el habitual culto a la personalidad, mientras mantiene una reservay

una sencillez que hoy en día se han convertido en poco común, cuestión que puede

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Para solá-Moraleslel núcleo de esta urbanidad no se halla en una imagen

urbana convencional, nitampoco en una alta densidad, dos aspectos comúnmente

asociados con Ia urbanidad. paraéI, Ia esencia descansa en el equilibrio adecuado

entre densida d y mezcla, como tan apropiadamente lo define él mismo, entre cons-

trucción y actividlq¡ Desde esta perspectiva, solá-Morales es capazde detectar el

potencial urbano de lugares y objetos que otros seguramente caracterizarian como

periféricos.

Construir en la ciudad,,construir la ciudad, requiere un delicado equilibrio entre el

.tejido urbano y la construcción, entie la sustancia común y los objetos especiales,

entre la normay la excepción. El trabajo de solá-Morales oscila constantemente

entre estos polos, y lo hace de una maneraintrigante en la que los aspectos inusua-

les asumen a menudo una forma convencional, ligeramente frÍa, mientras que sus

contribuciones en apariencia más corrientes suelen resaltar. Al convertir lo común

en algo especial y lo especial en algo común y fortuito, solá-Morales reduce la

extrema diferencia que existe en muchas ciudades entre el monumento y la maleria

construida del diaadia, entre Ios edificios singulares y lamasaurbana. En una épo-

ca en la que resulta imposible escapar de los edificios icónicos, esta diferencia resul-

ta por lo general muy grande. pero no en el caso de solá-Morales, cuyo trabajo en

este campo se caracteriza por su conmovedora uniformidad.

La distinción entre arquitectura y urbanismo tiene escasa relevancia en su tra-

bajo. Todo lo que hace puede ser entendido como una construcción de la ciudad,

yaseaagran escala con un plan urbanístico, através de latransformación del espa-

cio público o bien con un solo edificio. por analogía¡ no existe en su trabajo una

distinción esencial entre proyecto yteoríalambos aspectos pueden ser comprendi-

dos como reflexiones sobre la ciudad y sus propiedades.

Una de las cualidades de solá-Morales es su capacidad para captar el potencial

urbano de las más divergentes situaciones. Ese es su mayor mérito, pero es también

la cruz con la que debe cargar, puesto que una y otravez se Ie pide insuflar nueva

vida en áreas que claramente carecen de esa crase de urbanidad, como en el caso

de las riberas de weerwater, elgran lago de ra ciudad de Almere en el pólder holan-

dés, o bien en la transformación de lazonaen Ia que oporto y ellitoral convergen.

El encargo de salvar el espacio de ocio costero horandés de scheveningen tras años

y años de agonía, entra en la misma categoria.

Dentro de la obra de solá-Morales hay un sorprendente número de encargos

que comparten emplazamientos similares: allí donde la tierra confluye con las

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Maria Jose
Resaltado
Maria Jose
Subrayado

7

14 posible allí donde no hay arquitectura; pero que no se puede hacer nada más alli

donde hay arqu¡tectura. Es posible que esté en lo cierto. No obstante, lo que Solá-

Morales logra llevar a cabo allÍ donde no hay nada es producir algo que mantiene

al mismo tiempo las posibilidades abiertas, sin descartar nada por adelantado. Y lo

hace mediante la adición de una materia construida que no siempre está dirigida

en primer lugar a cumplir con un programa estrictamente funcional. En otras pala-

bras, la verdadera legitimidad de dicha adición no se localiza en la función o en el

programa. Tampoco sus adiciones al paisaje urbano se distinguen por su utilidad o

por su ostentosa belleza. Lo esencial reside en su presencia material, lo cual le

permite convertirse en un punto de cristalización de la urbanidad. El trabajo de

Solá-Morales refleja un honesto optimismo en el "aquello que no existe aún puede

tener lugar".

1 l_ Precisamente allí donde hay poco o nada y donde la motivación para implantar

una propuesta no surge automática o rutinariamente a partir del programa, ni en

' ocasiones tampoco del contexto, es donde mejor funciona su método -que, a

pesar de las imperfecciones del término, puede, no obstante, ser llamado acupun-

tura urbana-. Aunque su trabajo siempre es personal y, por lo mismo, resulta casi

imposible seguir, como no sea mediante c¡erto tipo de imitación, aun asi es posible

extraer lecciones generales de sus puntos de vista y de su método. La importancia

de esta aproximación resalta de form aparlticular a partir de la simple distribución de

su obra: buena parte de su trabajo se encuentra fuera de Barcelona, fuera de Espa-

ña. El hecho de que su labor funcione en un amplio rango de ubicaciones se debe a

la apertura con la que 5olá-Morales se enfrenta a sus encargos, especialmente en

aquellos emplazamientos en los que la ausencia es la protagonista. Su habilidad

para detectar el urbanismo en este tipo de lugares y para est¡mular su resurgimiento

¡_e basa en un análisis del entorno construido que combina precisión y sensibilidad.

Tanto la una como la otra pueden ser adquiridas: la precisión a través del ejercicio

disciplinado y la sensibilidad mediante el aprender amirar, acapfar cómo funciona

la ciudad y cómo las personas hacen uso de ella. De este modo, el método de Solá-

Morales ofrece un relevante apoyo paraanalizar cómo la ciudad, en cuanto entidad

construida, puede dificultar o alentar el comportamiento humano y, en consecuen-

cia, puede afectar el habitus del residente urbano -categorÍa

en Ia que está inclui-

da más de la mitad de la población mundial-.

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LA PERIFERIA HISTORICA

Existen las periferias geográficas, son las que han dado origen al término; pero tam-

bién existen las periferias históricas, lugares que el tiempo y la memoria han arrin-

conado al margen de lo cotidiano. El inconsciente urbano a menudo disimula las

áreas que no quiere reconocer, por incómodas, confusas, conflictivas. Y, sin embar-

go, puede tratarse de zonas perfectamente centrales desde el punto de vistatopo-

gráfico.lgual que hay "centros históricos", lugares que la historia ha considerado

como centros, hay periferias hechas por la historia.

La historia ha hecho una periferia del puerto de Saint-Nazaire: una historia de

recuerdos marcados por el sufrimiento y la destrucción, por el esfuerzo de rehacer

una ciudad bombardeada y por Ia presencia de la base submarina que materializa el

recuerdo de la ocupación y de la tragedia. También hay historias más recientes de

zonificación segregativa fruto de una banalidad bienpensante que mira alaplaya,

de la crisis industrial de los legendarios Chantiers Navals, del repliegue centrípeto

frente a la creciente dispersión suburbana.

La voluntad de reafrontar la periferia portuaria es, sobre todo, un acto de inte-

Iigencia por parte de la ciudad. Es una afirmación de conciencia del presente y de

superioridad sobre el pasado. Una superioridad hecha sólo de respeto y de conoci-

miento. Reconocer la periferia será, en el proyecto, asumir tanto la condición híbri-

da del espacio portuario, su gran capacidad de alojamiento y sus franquicias amplias

como sus horizontes. Y establecer una relación de distancia controlada con el cen-

tro urbano que mantenga las diferencias y los vacíos como la expresión principal del

espacio. Vacíos en el suelo y vacíos en el espacio. VacÍos también en el uso. Expec-

tativa de cosas porvenir. Sordina a los lugares protagonistas, dignidad ausente para

la memoria (las emociones).

La evidente tensión entre monumento y ciudad, entre una mole de goo.ooo m3

y-una ciudad continua y homogénea pero construida con una densidad muy baja,

invierte, sin embargo, los términos aparentes de lo periférico. L, nr"uu semántica

está en el margen, y el te;ido urbano parecerÍa sólo un soporte tranquilizante de la

misteriosa emergencia al borde del agua industrial. I

En efecto, si contáramos la superficie edificada del volumen del áreacentral

175ha), ésta podría rondar t.z47.4oo m2 (18o x to x9 x77),lo que no sería mucho

más, acumulado, que la enorme mastaba de hormigón alveolada de la base sub-

marina.

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sefuo¡ 'so"ra¡¡r1se 'sor¡¡¡ro8rr¡ 'solrs) seulsnpur sns ep upr^ ?l Epzlur euerluetu anb 'oc

-ugiuad ouoUirel un eluar.uEnrpela earetu enb saleuonun¡ r{ sa¡ensrn sauor?Elal ap

?Jnpnrlse Eun '?sorepod ,{ exe¡ Ern}f nrlse EUn ue Eerg Ia Bpo} opualpun} uezuqu

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38 8 Domesticar (apprivoiser), esclarecer la base, es abrir-

la a un uso público más amplio, en su interior y en su

cubierta. Supone hacerla participe de un sistema flexible

de espacios (aparcamiento, hipermercado, multicines,

museo-espectáculo, chiringuitos y bares, discoteca,

transportes especiales, etc., y también viviendas, hoteles

y comercios inéditos). Significa crear un espacio común

de accesos y flujos, base de la imagen mental y de la fun-

cionalidad del lugar. Un lugar que no existía.

9 La condición de "periferia histórica", o mejor de

"periferia de la historia", que en otras ocasiones hemos

usado para definir este proyecto refleja el carácter no

central, no vacío, no cerrado y no preciso de esta zona,

que la historia -la historia de los hechos humanos y de

los hechos urbanos- ha convertido en materia inerte y

altamente deflagrante. Protagonismo histórico de una

ciudad menor con hechos urbanos grandes, enormes.

10 El salto de escala de las calles y las casas comunes y

los espacios y elementos propuestos (grandes explana-

das, rampa y atrio interior, puerto industrial) es la sustan-

cia del proyecto. Mantener esta explosión dimensional,

pero haciendo posible su comprensión visual, lleva al

diseño simultáneo de lo muy grande y lo muy detallado.

También contribuye a dar a toda intervención el carácler

de infraestructura, en el sentido de soporte generador

de otros actos pr¡vados y, alavez, de un acto público de

servicio y de control.

11 La altura de r8 m que hay que salvar para subir al

techo de la base (con un ascensor o una escalera) se ven-

ce gracias aunarampa, cuya pendiente es de 7,8o/o, des-

de la Rue Henri Cautier. Es una calle para el tránsito y los

tranvías. Y también unafachada de viviendas y despa-

chos. También es capaz de alojar en su primer hueco (de

4o m de vano) la nave de un hipermercado como activi-

dad semilúdica incrustada en la infraestructura civil.

't2 La rampa es una estructura de cuatro cuchillos metá-

licos paralelos, apoyados sobre cuatro muros longitudina-

les. Cubre un vano libre de 4o m por encima del hipermer-

cado y otro tramo de 5o m sobre el Boulevard Leferme,

acodándose por el canto a la cubierta de la base.

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LA ESTRATEGIA DE LA FRONTALIDAD

Este proyecto propone una idea estratégica para ordenar la oferta de suelo y de

edificación que, para la ciudad de Trieste, supone el área de Porto Vecchio (casi 5o ha

de superflcie y más de 3oo.ooo m2 construidos en unos antiguos almacenes de la

época de la dominación austriaca, alineados regularmente en grandes estructuras

de cinco y seis plantas, de indudable interés patrimonial). 5e quiere aprovechar

esta oportunid ad para abrir ala ciudadanÍa (mediante usos recreativos, culturales,

universitarios, depoñivos, comerciales, residenciales y turísticos) lo que ahora son

unos esqueletos vacíos en un recinto hasta el momento prohibido e inaccesible a la

población.

Las formas y dimensiones de las viejas instalaciones son enormes. El proyecto

no pretende ser integrador ni exhaustivo. Al contrario, trata de inserir operaciones

puntuales de derribo, sustitución, renovación y nueva construcción que adecuen

esazonaaun nuevo tipo de relaciones entre la ciudad y el agua propias de la cultu-

ra moderna.

1 En ese proceso, el primer paso es la operación más importante, difÍcil y decisiva.

Supone romper las barreras físicas y administrativas que excluyen el acceso cívico y

establecer los primeros elementos de una modernidad que contengan ya las inten-

ciones urbanísticas (accesibilidad, escala, imagen y carácter público o privado de

sus funciones futu ras).

Se trata de reemplazar el material existente para"urbanizarlo" más. Penetrar

en lo opaco significa aquí sustituir la barrera de edificios y fronteras existentes entre

el Borgo Teresiano y Porto Vecchio e iniciar el sector al uso urbano, mixto y colecti-

vo para que se ext¡enda hasta las estructuras portuarias, hoy díavacÍas.

Esta es la función de un espacio híbrido de bisagra -el Largo Cavour, donde

se encontraban las murallas, antigua frontera con el puerto contiguo-, como solu-

ción de circulación y accesos, y como nuevo espacio cívico entre laplazade la Esta-

ción y el agua.

La propuesta consiste en construir una masa que enlace. Mediante el volumen

y la densidad de un frente edificado se puede garanlizar el salto de la vida cívica

hacia la transformación sucesiva de las naves y calles posteriores.

La lógica de esta estrategia es la de la frontalidad, es decir, la confianza en Ia

evidencia visual de las relaciones urbanas como garantía de éxito económico y fun-

cional y como condición de calidad espacial. No siempre, ni en todas partes, es ésta

una hipótesis justa. Pero en el centro de Trieste, hoy, podría resultar estúpido no

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TOPOGRAFÍA MARíTIMA COMO

ESTRUCTURA CÍVICNr El litoral atlántico de Oporto es una ribera urbana

fuertemente ocupada, en la que los múltiples rasgos

transversales del mar son reducidos por la ciudad con

grandes alineaciones de avenidas rectilineas, y con facha-

das y muros continuos. Casi tres kilómetros de puntos

irregulares y valles rocosos se han visto uniformados por

las perspectivas largas de las Avenidas do Brasil y de

Montevideu, y el Largo do Rio de Janeiro. Sin embargo, la

extraordinaria belleza de la materia y las formas de estos

pequeños acantilados sucesivos mantienen todo su atrac-

tivo en las visiones próximas que ofrece el paseo lento de

la costa o el reposo contemplativo.

2 Los proyectos para el frente marítimo del Parque da

Cidade y de la Avenida de Montevideu, (desde Praca

da Salvador da Baía al Molhe) proponen descomponer la

interpretación viaria local, unitaria y monolítica e introdu-

cir otra escala de experiencia de la ciudad y de la costa.

Es la escala que busca el reconocimiento de las formas

menores del terreno, aquellas que el reconocimiento

pensado va descubriendo al recorrer los distintos episo-

dios (pequeños rincones, miradores, terraplenes, muros

de contención, edículos de servicio, etc.).

3 Es en el valle de Calinheiras, entre la peña de Castelo

do Queijo y la circunvalación de Matosinhos, donde este

principio toma mayor f uerza. El proyecto del nuevo fren-

te marítimo del Parque da Cidade es una gran operaciÓn

de renaturalización del valle; sustituye el pesado terra-

plén viario por un viaducto transparente para crear un

sistema nrtural playa-parque como nuevo ámbito pai-

sajístico y recreativo. Es una afirmación fundamental

sobre la coexistencia de piezas de pequeño tamaño,

próximas, propias de los usos de la costa (paseo, reposo,

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sorapppreA 'spupunq pEprnt]lp e¡ ,( u9r:uroqela El ap

o1:npord'soppzrlrnrf so:r¡q¡d sor¡Bdsa oLUol outs'sale.l

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lap Paull El erqos ugDpztltqplsa IlrlJlp ep lplrua^ aluar]

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or¡eupl ep orU op epeue¡ds3 pl ep ugnfnrlsuo¡ enrsat8

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ep sure3 urqueduo¡ El oggL ue oztlea) anb ug¡de.ua1

¡a ofnpord 'lernlEU plurol plsa arqos 'anb err391o;rouu

ugnlnrlsqo e¡ ep eqanrd uep sorrSg¡oa8 soue¡d so¡ ,{

en8rlue e¡¡etSoyu e1 opodg ap ugr8ar e¡ ap oso;epod

sgr.u ouprA opezul la 'plst^pog ap oupqrn a[e ¡e re8n¡ orp

anb e.rape¡ pl 'elseo p elsa ap 'eqeu)o] 'o[ran3 op o]row

¡a ua asopug8uqe 'anb se.,teLlutlED ap allE^ ppeLanlel

ap o:rlslfesrud oluarLlJnouola.r ¡ap a¡red o¡:e,{ord ¡3 l_

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5O LA PRAqA DE GONCALVES ZARCO

Y EL APARCAMIENTO

11 5e remodela laPracade Conqalves Zarco cambian-

do las proporciones de sus superficies, pero mantenien-

do la preponderancia de las formas circulares como ima-

gen característica de este espacio urbano. EI rebaje del

actual terraplén en su lado norte, de la cota aproximada

de + 8,9o m a la cota + 6,5o m, refuerza la volumetría de

la plaza. Al mismo tiempo, la calzada de vehículos se

reduce a2t m de anchura (una medida suficiente para los

trenzados necesarios entre los distintos movimientos).

Con ello se recrecen las aceras y se marca con claridad la

diferencia de carácter entre la mitad este de la plaza (del

lado de la Avenida da Boavista) y la mitad oeste (del lado

del Castelo do Queijo).

12 El interior de laplazase dispone en sectores circula-

res de distinta naturaleza (piedra, césped, jardín y ado-

quinado). Éstos permiten una nivelación helicoidal que

aloja una rampa de acceso al aparcamiento subterráneo a

cielo abierto. En el centro de esta configuración queda el

monumento ecuestre al Rey Don Joáo, situado sobre una

peana esbelta que se apoya en el suelo del aparcamien-

to. Este nivel aparece como la verdadera cota del suelo

del lugar, ya que resulta visible como la cota inferior de

referencia desde los distintos puntos de vista. La trans-

parencia lateral hacia el interior del aparcamiento relacio-

na directamente éste con el espacio exterior, consiguien-

do una mayor sensación de comodidad y confort que en

cualquier otro tipo de solución, enterrada y oscura.

13 Desde el nivel del aparcamiento (+ 6,4o m) se abre

un túnel rectilíneo paradar un acceso peatonal directo a

las rocas y al paseo, al sur de Castelo do Queijo. Esta obra

anecdótica añade curiosidad y atractivo al uso de esos

espacios y cohesiona el proyecto, entendido como un

sistema de conexiones entre las distintas zonas que lo

constituyen.

14 La acera oeste de la plaza se acompaña de vegeta-

ción, en continuidad con los jardines de la Avenida do

Brasil, prolongando las oportunidades de paseo y creando

un balcón panorámico sobre la nueva playa y sus equipa-

mientos. Al mismo tiempo, laacera circular (que alcanza

en su punto máximo z5 m de ancho) se desdobla en una

rampa descendente (de ro m de ancho) y en un anfiteatro

intermedio (de S m de ancho) que descompone el soporte

de las tierras de la plaza en bandas horizontales y permi-

ten una experiencia visual muy variada en ios recorridos.

15 El estacionamiento subterráneo bajo la Pra1a de

Goncalves Zarco, de 4o m de ancho, se dispone en tres

naves de z3o m de longitud, alineadas en la dirección del

eje de acceso de la Avenida do Rio de Janeiro. 5u estruc-

tura es s¡métrica e inversa a la que se propone para el via-

ducto elevado sobre el parque. Tiene una capacidad para

z7o plazas, con dos rampas de entrada de vehículos y

otras dos de salida. Los peatones disponen de rampas de

acceso a la Avenida do Brasil, escaleras de salida a la acera

de la Avenida da Boavistay salidas a nivel a la plaza interior

y a las rocas de Castelo do Queijo, alaplayay a los paseos

del Parque da Cidade. El aparcamiento está abierto en su

lateral oeste, lo que garantiza laventilación directa.

t6 En la esquina de la Avenida do Rio de Janeiro, se

propone la construcción de un pequeño quiosco (de

periódicos, golosinas y bebidas) que sirva de transición

entre el amplio espaci o delaplazay la estructura del via-

ducto. Constituye el arranque de una escalera de acceso

directo ala playa y el aparcamiento y aloja en la planta

inferlor los servicios de vestíbulo del aparcamiento. 5u

superficie en planta es de r5o m2 aproximadamente.

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52 AVENIDA DO RIO DE JANEIRO

Y PRACA DA CIDADE DO

SALVADOR

1l El nuevo lrazado de la Avenida do Rio de Janeiro se

dispone con un tramo de viaducto en arco de radio

amplio (r75 m en su sector central), de una anchura de

16 m (13 m paracalzadaz- + z carriles con tranvía eléctrico

compartido en los carriles laterales), y una acera balcÓn

para peatones en el lado del mar. No se dispone de paso

peatonal en el lado interior del parque. La estructura es

de hormigón blanco, pintada de azul claro en una de sus

mitades inferiores (el ala mar) y en sus pilares En el lado

parque, la propia estructura resuelve la protecciÓn lateral

en hormigón, mientras que en el balcÓn sobre la playa Ia

barandilla es transparente con balaustres de acero pinta-

do, igual a la usada en otras partes del proyecto La ilumi-

nación se resuelve con barras fluorescentes empotradas

en los brazos metálicos que cada 20 rn sostienen tam-

bién eltendido eléctrico deltranvía. Los postes verticales

son de hormigÓn y repiten también los utilizados en la

Praca de Concalves Zarco. LaPracada Cidade do Salva-

dor se resuelve sobre la base del lrazado elíptico preexis-

tente, con una propuesta de isleta central que aloja una

instalaciÓn escultÓrica de la artista americana Janet

Eichelman. Propongo una imagen ligera de velas textiles

moviéndose al viento fuerte de la zona, que establece

una rótula grande entre el mar y la tierra y también entre

el parque abierto (de Oporto) y la zona densamente edi-

ficada (de Matosi nhos).

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54 EL EDIFICIO TRANSPARENTE

23 Se trata de un edificio de 6.7oo m2 construidos en

cuatro plantas para alojar usos recreativos y culturales,

que Io convierten en un foco de atractivo ciudadano y

animador del espacio litoral. Su estructura es de hormi-

gón y sus fachadas de vidrio, y se presenta de estaforma

como un contenedor transparente, en el que se circula

sin obstáculos y donde se entra en contacto con las dis-

tintas actividades alojadas en su interior.

24 El edificio se recorre por rampas y escaleras. Desde

el nivel de la avenida (planta o) se accede a los locales

comerciales (58o m'z) y se desciende al nivel inferior

(planta -t). Es en este segundo nivel donde se prevén

cafeLerias y bares, extensibles sobre las terrazas de la

playa. Se prevé también un espacio de r.ooo m2 para

una discoteca, distribuidos en ambos niveles.

25 La planta +r se destina a espacio expositivo, para

uso de la ciudad, clubes o instituciones que ocasional-

mente lo soliciten. Puede también utilizarse para exposi-

ciones industriales, técnicas o políticas, y para {erias

comerciales. Por este nivel se circula libremente, dejan-

do al lado norte un espac¡o destinado a un restaurante de

lujo, compartido con la planta superior (+u ).

26 Lamayor proporción de la planta +z se destina a un

gran balcón mirador al que se accede directamente des-

de el parque, por una pasarela elevada. De esta manera,

a los paseantes del parque les sorprende la visión del

mar, en toda la longitud de su espectáculo. Haciendo

footing, paseando, o s¡mplemente dejándose Ilevar por

los sucesivos alicientes, la experiencia del parque vege-

tal se relaciona con el océano, de modo análogo, aunque

con visuales muy distintas, de manera análoga a cómo se

produce el contacto al nivel del suelo.

2l El edificio incluye servicios adecuados para su

explotación mediante concesiones en alquiler (bares de

playa, discoteca, tiendas, restaurante) y que se pueden

utilizar ocasionalmente como sala de exposiciones. Su-

pone portanto unagestión pública unitaria, con activida-

des privadas incorporadas en su interior. lgual que un

mercado, un aeropuerto o un /oft de oficinas, resulta, por

tl1l9trn modelo prototípico de un espacio colectivo.

28 Junto al edificio transparente se ha definido el

emplazamiento para un futuro auditorio o centro de con-

venciones que ofrezcaa la ciudad de Oporto una instala-

ción de nivel internacional para congresos, seminarios y

espectáculos, en una privilegiada posición frente al mar.

Es un espacio de unos 6.o0o m2 que permite alojar dos

salas interdependientes (de 6oo y 1.2oo plazas) con ser-

vicios de restaurante y cafeferia y salas de reuniones

anexas. El aprovechamiento panorámico de este edificio

es un elemento principal del proyecto.

29 El Auditorio o centro de convenciones se relac¡ona

directamente con un nuevo hotel, situado al otro lado de

laAvenida da Boavista. Este hotel, de 3oo habitaciones y

de volumen longitudinal, contribuye a configurar y dar

calidad urbana alaPraca da Cidade do Salvador, de la

que ha de convertirse en elemento protagonista. El hotel

estará conectado con el centro de convenciones, con el

edificio transparente y con Ia playa, mediante un paso

inferior bajo la Avenida do Rio de Janeiro, obra prevista

en la construcción de dicha avenida.

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56 EL CAMINO LITORAL

30 Se pretende duplicar la experiencia del paseo a lo

largo de la costa, mediante la renovación de los jardines

ex¡stentes en el nivel superior, junto a la Avenida de

Montevideu ylacreación de un itinerario peatonal ligero

a cota inferio r, trazado directamente sobre las rocas y

junto a las playas.

31 Las incidencias transversales que se suceden en

este recorrido se recogen y acentúan por medio de cam-

bios de material, del trazado del camino y de la construc-

ción de escaleras y rampas entre los niveles alto y bajo,

miradores, bares, pasajes y plataformas que convierten

un entorfto hasta ahora inhóspito en un lugar accesible y

expuesto al contacto directo con el mar.

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SOTTO CORSO

Las casas de Cénova cuelgan de sus colinas, encima mismo del puerto. La topogra-

fía vertical de su casco antlguo es una fachada que aprieta la ciudad, a punto de

caerse al agua. En su borde, fruto de ladramáticae imperiosa necesidad de circular,

se construyó en la década de 1960 una estructura metálica serpenteante: la Soprae-

levata. Cortando el muro del Vecchio Molo, deslizándose entre las ventanas de las

fachadas del Settecento, desde el primer dia provocó la expectativa de su futuro.

derribo. Hoy sigue viva la polémica.

Por otra parte, la actividad portuaria ha extendido sus áreas hacia el oeste, a

Sampierdarena. El puerto viejo se está destinando al ocio, según un proyecto de

Renzo Piano; pero los talleres de reparación naval, una de las industrias más activas

de la economía genovesa, perviven en el corazón del puerto, en el centro mismo

del frente marÍtimo de la ciudad. Entremed¡o, el Club Náut¡co del Duque de Aosta.

Y, más allá, al este, laferianaval y las futuras marinas recreativas.

Para reestructurar el sector productivo y solucionar la vialidad este-oeste se

propone duplicar la sección artificial de la fachada urbana, añadir otro corso inler-

medio y convertir en geografia natural e histórica lo que podía parecer sólo un arti-

ficio topográfico. 5e propone una fachada virtual para el frente marítimo, capaz de

duplicar el espacio donde más escaso y necesario es, y alojar los usos (industriales,

deportivos y recreativos), las actividades y las circulaciones (portuarias, ciudadanas

y metropolitanas) que conviene poder concentrar en ese frente. Con ello quizá

Cénova evitaráladispersión y el abandono de las industrias portuarias, y Ia banali-

zación que supone convertir un puerto de importante tradición comercial y naviera

en un parque acuático turÍstico.

Será precisamente por medio de la aceptación consciente del puerto activo,

aun con sus nuevos impedimientos de confort y congestión, que se preservará la

imagen poderosa de una ciudad que se identifica con su grandiosa tradición comer-

cial y naviera.

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LA MEDIDA NO ES LA ESCALA

La actividad en los canales de Croningen es intensa, sobre todo en los que rodean

el casco antiguo, que casi const¡tuyen porsí mismos unaciudad acuálica. Pero ¿hay

un borde, una junta entre ciudad líquida y ciudad sólida? ¿Dónde está, de qué se

compone? ¿O esa dualidad es sólo una construcción mental que significa contactos

que siempre van a través, relaciones múltiples? ¿No es siempre el borde un lugar que

quisiera ir más allá?

El borde del agua en los canales de Croningen tiene, en Winschoterkade, un

punto de intersección. La primera vez que visité Winschoterkade acabé frente a

aquella esquina de la ciudad, oscura, opacay confusa que es su bastión. Erauna

tarde nublada de septiembre y el lugar parecia igual de sucio que la atmósfera; no

obstante, me percaté de la belleza de dos cosas: la materia y los árboles.

La amplia extensión del agua parecia crear una especie de plaza liquida, el

encuentro de cuatro de sus canales formaba un gran crucey los árboles, a su vez, se

erguían robustos y sólidos como un pabellón construido de ladrillo y mortero.

Winschoterkade está situado en una esquina del centro de la ciudad, pero también

coincide con el borde de Oosterhaven y elfinal de Eemskanaal yWinschoterkanaal.

El proyecto debÍa ser limpio y simple, mínimo y reticente, y dirigido a crear un lugar

desde el cual la gente pudiese contemplar el agua y los edificios, las estructuras del

viejo puerto en alternancia con los nuevos bloques de apartamentos y las tradicio-

nales villas urbanas, los buques navegando y el habitual tráfico de coches en los

puentes.

Bajo los árboles, un gran banco de madera marca un punto en el césped desde

el cual uno puede sentarse y contemplar el entorno. Una ventana de hormigón

enfafiza las vistas al sur, desde donde las nuevas zonas de la ciudad se extienden

hacia el interior: la ventana del centro de Croningen abriéndose al mundo. Hacia el

este, se abre una plataforma sobre el canal, como un mirador sobre el agua, que

puede ser utilizada como escenario para espectáculos, conciertos o representacio-

nes teatrales, proporcionando un lugar para acontecimientos especiales esporádi-

cos. Con todo, al final, el lugar tiene que retornar asu carácler tranquilo inicial,

como lugar para Ia contemplación y, con el banco, la ventanay el mirador, mostrar-

se a sí mismo como una especie de "sala de estar" urbana desde la cual disfrutar en

paz de la riqueza y variedad del panorama de esta ciudad marítima.

Los materiales son básicos: hormigón y maderas pintadas paralas superficies;

hierro de construcción naval para el mirador sobre el aguay el Duc d'Albas. Por lo

que concierne al resto de la obra, ésta surgirá de los elementos externos, ya que el

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6+ diseño no radica en el césped, en el banco o en el muelle, sino en la inmensa exten-

sión de vistas, a través de las aberturas de aquella esquina, del centro urbano.

Como en muchos otros casos, mi preocupación aquí no ha sido crear un objeto,

sino un Iugar, dotando de significación y claridad un espacio que hasta el momento

carecia de importancia. Creo confirmeza que el papel ideal del arquitecto en Ia

ciudad no consiste necesariamente en inventar formas o solucionar problemas, sino

en crear significados, añadir relaciones, clarificar lo que resulta oscuro y enriquecer

lo que es enrevesado. Los objetos arquitectónicos existen no por el bien de ellos

mismos, sino para formar lugares en los cuales Ia gente seacapaz de captar y apre-

ciar su complejidad como experiencia estética.

Estamos hablando de un pequeño proyecto urbano: unos pocos metros cua-

drados de césped y un puñado de elementos constructivos; no obstante, su efecto

es notorio, aunque sean limitados en tamaño, ya que aportarán ala ciudad una vista

de gran amplitud y extensión, en la cual muchos fragmentos de la misma ciudad se

transformarán en un panorama debido a las relaciones que los unen: relaciones de

centro y periferia, de agua y tierra, de edificios y espacio abiertos, de tráfico y tran-

quilidad. El tamaño no es lo mismo que la escala: esto es lo que siempre digo el

primer día de clase a mis alumnos de urbanismo. A veces, las grandes ideas pueden

ser simples proyectos de escala local, proyectos irrelevantes; y, en cambio, las

pequeñas intervenciones pueden alcanzar una escala urbana enorme, si nacen de

una idea que contribuya a una correcta utilización del lugar, a la interpretación

de todos los referentes urbanos.

Las dimensiones no son lo que importa. Espero que la pequeña intervención

en Winschoterkade ayude a Croningen a descubrir un lugar que un día fue una

esquina olvidada de la ciudad, y que la vista del puerto, los canales y los edificios

ayude a sus habitantes acaptar y apreciar la complejidad y el espectáculo de Io que

constituye realmente una ciudad.

1 La plataforma suspendida sobre el canal

y el banco hacen posible la definición de un

nuevo lugar en el borde del canal.

z Relación entre los canales, la plataforma

y la traza del girar de las barcas.

3 La nueva condición del lugar, elevado

y suspendido sobre el canal, permite su

apropiación para usos ciudadanos.

4 Alzado de la plataforma, el banco y la

ventana.

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SECCIONES DESPLEGADAS

Desplegar la sección en horizontal y en vertical son las dos estrategias que presiden

el proyecto para la prolongación del bulevar de Scheveningen ,laplaya balnearia de

Lallaya, donde un dialarealeza estableció su palacete de recreo, un casino y un

paseo marítimo. Fueron espacios de calidad, únicos en el Mar del Norte, en compe-

tencia tan sólo con la vecina Ostende, ya en Bélgica.

Hoy, el casino y el bulevar, con su espolón, son vestigios arrasados por el uso

multitudinario de chiringuitos, restaurantes populares, coches mal aparcados, ven-

dedores ambulantes, construcciones de supuesto valor recreativo y acuarios, entro-

metidos entre farolas y barandillas que pugnan con las cafeterías y heladerías por

ocupar el paso de los miles de visitantes cada fin de semana.

El paseo histórico, el actual, tiene 9oo m de largo y una anchura original de 3o m

(hoy mordida por la invasión de restaurantes y pabellones hasta dejarla de 15 a 20 m

de anchura). Es una avenida rectilÍnea, sin coches, definida por la alineación de las

farolas(restauradasalaantigua, casikitsch)yporlalrazadelabalaustradadefun-

dición que marcael desnivel con el curso de la playa (invadido asuvez por los

merenderos).

Aunque se planteara con una imagen simétrica, a imitación de los paseos-

salón de los centros urbanos, el paseo ancho frente al mar acaba sirviendo para

usos distintos: para que los paseantes se acumulen al circular junto a la barandilla

de borde, que es donde se disfruta de la vista del agua (utilizando solamente 5 o

7 m del paseo) y para que la anchura restante, hasta los originales 30 m sea progre-

sivamente ocupada por concesionesy barracas que, a su vez, se orientan hacia el

mar, pero que añaden para sus clientes la contemplación paisajística y la del transi-

tar de sus semejantes. Para este resultado, ¡más valiera un frente de edificios y una

calle más estrecha!

En la prolongación del frente marítimo de Scheveningen (de 1.7oo m aproxi-

madamente) hemos pretendido romper este maleficio.! En sección, los 3o m se

reparten enltres niveles, de anchuras oscilantes y perfiles suavemente ascendentes

(o al revés) que invitan acircular de distintas formas (en solitario o en grupo, a pie,

en patÍn o en bicicleta, próximo o dominante sobre Ia playa)y que permiten, ade-

más,la mutua observación y la sensación de proximidad sin contacto..tEn planta, la

avenida tuerce su insistencia rectilínea para adoptar unos trazos ondulantes y ser-

penteantes, que producen una variación continua de las visuales, opuesta alacor-

tante visión frontal del ¡nmediato trasero del transeúnte o del carrito infantil que nos

embiste de frente. El paseo sínusoide permite una visión variada del total del paseo

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68 y defensas, a las dunas de protección para las emergencias de inundación y sinies-

tro, y el aprovechamiento de las obras maritimas existentes.

La unidad y la coherencia formal se consiguen gracias a un movimiento ondu-

latorio que une Scheveningen-bad (lazona de baño), Scheveningen-dorp (la zona

del pueblo) y Scheveningen-haven (la zona del puerto). Este paseo marítimo de

formas ondulantes sigue y refuerza la línea de los edificios actuales y lasfachadas

de la duna. Asimismo, también propiciará una experiencía visual más ricay diversa,

tanto a lo largo como a lo ancho del paseo.

No obstante, la exigencia más imporlante del proyecto es mantener la protec-

ción costera existente y reforzarla en algunos puntos del bulevar. Desde el origen,

este requisito ha sido la base de la idea del proyecto. La estrategia de su diseño se

basa en niveles móviles y delicados perfiles que implican aumentar y renovar la

cantidad de arena en algunos puntos donde hay un cambio de perfil. El paseo pro-

puesto eleva lazona peatonal a un nivel superior y amplía el bulevar en lugares

estratégicos. En cada parte, se respeta el nivel de arena existente en la actualidad.

El reconocimiento del dispositivo defensivo como lógica principal de este pai-

saje está en la base del diseño topográfico que aprovecha esta misma lógica, preci-

samente como solución panorámica y recreat¡va.

1 Maqueta. Vista general de la propuesta.

z Detalle de la maqueta. Estructura de

n¡veles y articulac¡ón entre las franjas.

3 lntervención: planta general.

4 Frente marítimo: franjasy propuesta

de pavimentos.

5 Secciones de la ciudad y del paseo.

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1 Dibujo de las secc¡ones ondulantes y del

frente marítimo.

2 Propuesta. Volumetría.

3 Frente marítimo. Vista desde la playa.

4 Paseo marít¡mo. Estado actual.

5 Paseo marítimo. Vista desde el mar.

6 Secc¡ones propuestas.

7 Vista general de la ¡ntervención.

8 Encuentro con el frente urbano.

9 Maqueta. Vista general.

10 Paseo maritimo. Vista desde la cota

de la ciudad.

11 Plazas de aparcamiento ¡ntegradas

en la sección de Ia duna.

rz Vista del paseo marítimo.

13 Vista aérea.

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EL CASCO ANTICUO COMO CATEGORÍA DE

PROYECTO

El barrio de La Sang, construido a comienzos del siglo xrx para alojar a los trabajado-

res industriales más pobres, tenía un Irazado relativamente regular formado por

cuafro manzanas dentro del casco irregular de Alcoy.

5u pequeñísimo tamaño, su precaria construcción y su posición, escondida de

las circulaciones generales, favorecieron una degradación sociolÓgicay fisica pro-

gresiva, hasta llegar al derrumbamiento y descomposiciÓn final de muchas de sus

casas. La rehabilitación parecia imponerse, ya que la estructura tipolÓgica era inte-

resante. Ésta se sustentaba de forma estricta en las dimensiones de sus tres crujÍas,

de 3,6o m de profundidad y similar anchura, con una escaleraenlacru)iacentral; Ias

habitaciones resultantes se alquilaban "por llaves" a los trabajadores en turnos de

8 horas, estableciéndose tres turnos de ocupaciÓn diarios.

Sin embargo, la decisión de este proyecto, consistente en afrontar la renova-

ción radical del barrio, con una arquitectura, una tipología y un carácter totalmente

nuevos, supone una opción contraria a las exper¡encias de rehabilitación y una pos-

tura positiva respecto a la arquitectura de la ciudad, como arquitectura inventada, no

tanto a partir de problemas lingüísticos, sino de las voluntades expresivas de la esca-

lay de la naluralezainterna que supone construir programas como éste.

LA URBANIDAD DE LA VIVIENDA CÉNTNICR

En un centro histórico denso, introducir una organización moderna de la vivienda,

aparcamiento y espacios públicos supone afronlar uno de los asuntos más conflicti-

vos de la urbanística contemporáne a. Proyectar sólo desde la tipologÍa (sin modifi-

car el viario) convierte la cuestión en un esfuerzo -filológico o rupturista- difícil

de sostenerse en operaciones de cierto tamaño.

Emprender una reforma desde el viario (retoque de alineaciones, higieniza-

ción de espacios) const¡tuye un proceso largo que precisa de intervenciones múlti-

ples a medio plazo y que sólo evita el acartonamiento y el fachadismo hecho con

tiempo y paciencia.

En áreas muy céntricas, son pocas las experiencias en las que la construcción de

vivienda pública de nueva planta asume la responsabilidad de la renovación urba-

nística del casco urbano, máxime si se trata de un centro histÓrico, compacto y con-

solidado como el de Alcoy. En este caso, el proyecto, además de resolver las cues-

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84 Construir viviendas sociales en un terreno de fuerte pendiente, sobre viejas

manzanas y parcelas sistemáticamente irregulares, para que, en 1995, La Sang pu-

diera ser un barrio residencial económico y moderno, proporcionó la ocasión de

afronfar algunos de los problemas pendientes del urbanismo moderno que, a

menudo, olvida la intención de la forma urbana o la continuidad histórica del signi-

ficado -que no de la forma- intrínseco a la noción misma de casco urbano. Prin-

cipalmente, el proyecto recoge una intención de forma urbana, y aprovecha lafuer-

za de la implantación topográfica para dar f orma a la infraestructura. Es frecuente,

en Alcoy, que las fuertes pendientes produzcan discontinuidades significativas en

eltejido, en forma de baluartes, murallas o cercas para nivelar las tierras y precintar

ámbitos, algo que la sola edificación no podría hacer. Ello configura una ciudad

donde la urbanización hace aparecer grandes piezas de construcción (puentes,

muros y contrafuertes, rampas y taludes, barandales y desmontes) con gran pre-

sencia de los planos verticales, que const¡tuyen los elementos característicos de la

fuerte imagen volumétrica de la ciudad.

El viejo barrio de La Sang estaba suspendido sobre el terraplén de apoyo del

muro de cerca de un antiguo convento franciscano. La desamortización dio lugar, a

mediados del siglo xrx, a la construcción de las tres manzanas interiores, con casas

que explotaban al máximo la altura, en parcelas pequeñas, de entre 4 y 5 m de

fachada y 12y 13 m de profundidad. Las casas a la calle Sant Mateu estaban mejor

construidas, ya que, a diferencia de las otras que se alquilaban por cuartos, eran de

propiedad, y tenían, por tanto, una escalera más generosa y una sola vivienda por

planta. Otro tanto sucedía en la calle Sant Doménec, donde muchas casas buenas

se construyeron entre t86o y t9to, época del florecimiento industrial de Alcoy,

derivado del auge de la industria textil y de la guerra de Crimea, con portales, bajos

y alféizares de piedra.

El salto topográfico que había producido Ia nivelación de los huertos se tradujo

en la segregación del barrio que, a pesar de ser fácilmente accesible (desde el oeste

y desde ablo), era, sin embargo, casi imposible de atravesary quedaba, portanto,

como un fondo de saco servido por la bolsa que forma la calle de la Cova Santa.

Romper la segregación topográfica es una prioridad del proyecto. Éste propo-

ne una nueva "rampa de La Sang" que, a través de una brecha en el viejo muro,

consigue una rasante continua entre el barrio y la ciudad baja, donde se ha desarro-

llado el ensanche moderno. Esta nueva rampa en trinchera no pretende ser una

calle de paso entre la ciudad blay la alta, con el barrio a su mitad, sino un cordón

umbilical que Iigue el barrio a la trama moderna del ensanche.

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1 Planta de la intervención en la trama

existente del barrio de La Sang.

z Planta de la rampa y de los aparcamientos.

I V¡sta aérea de la intervención.

4 Alzado de la propuesta urbana.

5 Planta de la propuesta tipológica del

conjunto.

6 La densidad residencial se vertebra a

través de la rampa que traduce el contacto

con los espacios vecinos.

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86 futuro, puede permitir la extensión o partición de las viviendas, ya que la contigüi-

dad se puede resolver con sólo introducir unos peldaños interiores que salven el

desnivel de 7o cm entre las viviendas.

Lograr unacasamás o menos continua en su interior, con viviendas de dimen-

siones variables, y eludir la repetición de los forjados supone vencer alguno de los

mecanismos compositivos más simplones de la experiencia funcionalista que tantas

veces tiende a la repetición de la vivienda tipo, en vertical y en horizontal.

La variedad y el desorden t¡pológ¡co son sustanciales a la idea de casco urba-

no, con independencia de la modernidad o el historicismo que atribuyamos a sus

formas. La idea de casco urbano no es solamente la de centro histórico, medieval o

decimonónico; la idea de casco urbano debe sertambién una idea contemporánea,

imprescindible en el proyecto de nuestras ciudades antiguas y nuevas. Y esa idea

de casco, que implica heterogeneidad de tamaños y de usos, mezcla de movimien-

tos internos y atravesamientos, aceptación del coche, y carácler público de partes

sustant¡vas, es -al margen de cualquier pretensión filológica o restauradora- una

categorÍa teórica del proyecto urbano que, al igual que en los llamados parques

industriales, centros direccionales o suburbios residenciales, Ia proyectación urba-

naactual debe incorporar como propia.

La propuesta de La Sang reconoce la claridad del trazado vial preexistente,

pero no mantiene Ia fragmentación parcelaria que, en las condiciones de actuación

presentes, carece de sentido. Pero tampoco por ello quiere traducir mecánicamen-

te el volumen resultante de la unificación racional de la construcción y de la gestión

pública del proyecto a una imagen arquitectónica de repetición -vertical y hori-

zontal- que sería un injerto de gran pobrezafigurafiva en la forma visual del casco,

y de todo punto innecesaria.

Por el contrario, el proyecto defiende que es perfectamente posible afrontar

los temas esenciales de la forma urbana sin renunciar a la racionalidad modular y

tipológica en la distribución y construcción de las casas.

Y si circulación y topografía eran las aristas que permitÍan una expresividad

compositiva de los trazados infraestructurales, en lo edificatorio es la transición

morfológica entre centro compacto y regular y edificaciones aisladas y en desorden

Io que, como ¡ntenc¡ón de forma urbana, el proyecto se propone.

Las manzanas de viviendas nuevas son un eslabón que recoge los flecos que-

brados de las casas que han podido mantenerse para ser rehabilitadas sobre las

calles Sant Mateu y del Camí. Sus volúmenes puros se cortan tajantemente por

la trinchera de la rampa. Sólo el bloque de Cova Santa Sud atraviesa la rampa, for-

r Ajardinamiento de la rampa.

2 Secc¡ón tipo de una calle interior.

La domesticidad como elemento clave

de la apropiación de la calle desde las

viviendas.

3 Elementos singulares dentro de la trama

propuesta.

4 En una topografia accidentada, el espacio

público nace de la interpretación y el

tratamiento de los elementos existentes.

5 lmplantación y espacios públicos.

6 Los puentes, las escaleras y los cambios

de nivel se suceden de forma simultánea en

calles y espacios públicos. El ajuste entre

el proyecto y su entorno se traduce en

singularidades reconocibles.

7 Detalle de la articulación de pasos y

puentes sobre y alrededor de la rampa.

8 Los distintos espacios a lo largo de la

rampa se adaptan a Ias diferentes pendientes

y vertebran los espacios públicos y

residenciales mediante soluciones concretas.

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mando unos planos de fachada que envuelven el espacio interior del bardo que

ha de ser un parque público. AhÍ el bloque se descompone en una planta bifurca-

da que recoge las formas divergentes de la topografia y del trazado de la calle del

Camí. La horizontalidad dominante adquiere aspecto de torre y conforma espacios

exteriores poliédricos y múltiples. Sobre el área libre del parque, que incluye la

travesÍa peatonal norte-sur, desde la plaza del Mosén Chusep al Camí por delante

del colegio, el volumen también quebrado del supermercado enseña Ia articula-

ción de los edificios aislados, que tiene más que ver con la irregularidad de los

suelos y las pendientes que con un trazado urbano regular o una continuidad nor-

mat¡va.

¿Son estos objetivos de la forma urbana sujetos suficientes de proyectaciÓn?

SerÍa faltar a la verdad s¡ se negara que, en este proyecto de La Sang, la mayor aten-

ción y paciencia la ha requerido el ajuste de los tipos de vivienda a las posibilidades

específicas de cada uno de los módulos, a tenor de la sección que permitÍa el desni-

vel en cada punto o de las excepciones que dictaban las situaciones de testero final,

de enlace con las casas mantenidas para rehabilitar o de esquina Es verdad que la

sección vertical de cada casa es un engarce especial que aprovecha la distribuciÓn

específica de unos bajos comerciales, un garaie, unas alturas y tipos de vivienda,

casi nunca iguales entre dos casas vecinas, ni siquiera entre dos casas cualesquiera

del barrio.

Pero también es cierio que este ejercicio compositivo no tendria mayor interés

que la curiosidad, si no fuera porque pretende, en su variedad, llenar de cantidades

no homogéneas los contenedores volumétricos simples que, como opciÓn de pro-

yecto urbano, se ProPonen.

El proyecto de La Sang (que se distingue, desde luego, por ser un proyecto

directo de ejecución más que coordinador o regulador, y por actuar desde la pre-

ponderancia de la obra nueva respecto a la conservada, y no al revés) explora las

posibilidades de un proyecto urbano que pretende aunar la reflexiÓn sobre los

objetivos de ordenaciÓn urbana y renovaciÓn estructural de la ciudad con la com-

posición tipológica de los Órdenes de vivienda, según un entendimiento de la arqui-

tectura urbana como expresión formal de unas intenciones urbanisticas.

Hoy no está de moda hacer proyectos estructurales. El de Alcoy lo es porque

pretende hacer calles y edificios de la ciudad central: movimientos de personas y

vehÍculos en conformidad con la ciudad central, actividades complementarias y ser-

vicios propios de la ciudad central. Y la acciÓn de refuerzo que produce el nuevo

barrio no es extensiva y aditiva, sino inclusiva y acumulativa.

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EL ORDEN TRASTOCADO

Autobuses, tax¡s, peatones, coches, bicicletas, trenes' minusválidos. Todo tiene

que coincidir en un espacio de r.ooo m2, de máxima circulaciÓn a ciertas horas,

tranquilo el resto. Lovaina no es una gran ciudad, pero su estación mueve cada día

miles de estudiantes y profesionales que se trasladan por todo el país. Un sistema

de circulaciones que ponga en contacto trenes pendulares con aparcamientos dia-

rios y con autobuses y un acceso peatonal que complete laplaza histÓrica con el

tráfico pesado enterrado pueden quizá ser resueltos sin gran aparaÍo externo. Los

ecologistas no están muy contentos con el túnel, la comisión de patrimonio duda de

laplazamoderna, la compañÍa de autobuses quisiera una estaciÓn mayor, los inge-

nieros del ministerio reclaman un túnef-más ancho, la compañía de ferrocarriles qui-

siera hacer su promoción aparte, pero el compromiso de los contrarios es lo que

justifica el proyecto urbano, una cultura difícil de inventar donde no existe y, sin

embargo, tan necesaria para no romper la ciudad en pedazos.

Lovaina es una ciudad levítica, donde lafuerza espléndida de sus ¡nstituciones

medievales y renacentistas (la universidad, el Colegio de la Villa, la catedral y las

abadías) ha ido difuminándose en una condición suburbana y conservadora, prota-

gonizada por los monumentos en reconstrucción y las viviendas unifamiliares con

jardín. La piedra y la madera son materiales que expresan nobleza y la ú nica nota de

modernidad quizásealatorre de apartamentos Sint-Maartensdal, de Renaat Braem

(tgSl-tg1il olvidada entre las calles, sin tráfico apenas gracias a represivos planes

de circulación, maquiavélicos y malthusianos.

La estación dista media hora en tren de la de Bruselas. Claro que la comodidad

de la distancia se desaprovecha por el increíble abandono de la infraestructura

ferroviaria en la capital de Europa. Las estaciones son incómodas y sucias y, si la

estac¡ón central fue de hermosa arquitectura art déco (Victor Horta) y la del norte

horrlble grand project incompleto e infeliz de Ia década d e 1960, ambas son hoy un

mal ejemplo típico de las grandes transformaciones ferroviarias, de las que fueron

precurSoras.

Bélgica fue, con cran Bretaña, la primera en instalar una red de ferrocarriles a

mediados del siglo xlx. El carbÓn y el acero le permitian un progreso de primera

lÍnea en la industria del material móvil y en Ia ingenieriadelfrazado. La exportación

de esa tecnolo gahacia diversos países de Europa y de América fue, sin duda, un

componente destacado de la riqueza material del país hasta bien entrado el siglo xx.

La red ferroviaria belga es densa y fue muy bien construida en sus orígenes, con la

mayor parte de las vías en terraplén o estructuras sobreelevadas del suelo, de modo

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94 6 5obre esta directriz, el proyecto dobla la plaza histórica -salvada

del tráfico

rápido y reservada a los peatones , como plaza estática y representativa- con otra

plaza dinámica de vehiculos que va a formarse con la nueva estación de autobuses,

la llegada de los trenes y las conexiones a los subterráneos, y con el túnel para la

circulación rápida.

7 La plaza estática q ueda configu rada al norte por los n u evos ed ificios ad m in istra-

tivos del LIJN (autobuses) y de la SNCB (ferrocarriles). Un pabellón de restauración

y servicios acaba de cerrar, al sur, el precinto construido. La superficie se ordena

con pavimentos pétreos, y se señalan las grandes bocas de accesos y de luz de los

aparcamientos.

8 La nuevaestación de autobuses, con sus andenes cubiertos con un volumen de

gran altura, abrazalos movimientos del transporte público, en una plaza dinámicay

mecánica. En contacto con las llegadas de trenes y el estacionamiento de auto-

buses, se convierte en el centro de intercambio de los diversos movimientos. La

imagen visual de esos movimientos (de vehÍculos y personas) protagoniza este

espacio.

9 Dar prioridad a esta calle, de menor importancia funcional que compositiva,

imponía rectificar su rasante y unificarla en una pendiente constante. Este detalle

proyectual, aparentemente secundario, resulta de enorme trascendencia alahora

de reconocer como unitario el espacio de las dos plazas.

10 La orlogonalidad en la esquina entre Martelarenplein y Diestsevest es la clave

determinante del proyecto, de la que los demás trazados se derivan. 5u materializa-

ción ha de resaltar un hecho urbano de gran escala y significación para el nuevo

orden formal de este sector de la ciudad de Lovaina, centro capital del Brabante.

1 Maqueta. Plaza estática y plaza dinámica.

2 Maqueta. Conjunto de la intervención.

3 Maqueta. Relación entre niveles, accesos

e ¡nfraestructuras.

4 Vista de la nueva plaza con el edificio de la

estación de autobuses.

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La urbanidad nace de la multiplicidad de encuentros y esa multiplicidad exige can-

tidad y diversidad de ellos.

Los proyectos de vivienda pública son con frecuencia una acumulaciÓn de uni-

dades residenciales, uniforme, homogénea, sin diversidad. Aunque algunas veces

son volumétricamente compleios, cuando se intenta engañar la monotonía del pro-

blema complicando la imagen arquitectÓnica; el aislamiento funcional respecto al

entorno impide que esos proyectos sean capaces de generar ciudad auténtica.

La propuesta de construir roo.ooo m2 de vivienda social, roo.ooo m2 de equi-

pamientos (locales y ciudadanos) y 22.ooom2 de parque público sobre las rl ha del

solar, plano y vacio, que habÍan ocupado los cuarteles de artillería en el distrito bar-

celonés de Sant Andreu, pretende superar estos antecedentes y organizar un barrio

moderno donde las penetraciones múltiples entre movimientos y volúmenes y la

manifestación de la alta densidad, sin perder la simplicidad geométrica, permitan

una experiencia espacial compleja, expresiva de la diversidad en el uso cotidiano

del espacio. La inserción de circulaciones peatonales a través de unas volumetrías

compactas y la superposiciÓn de itinerarios diarios locales (hacia eltransporte públi-

co, las escuelas y los serv¡cios de barrio) con movimientos de escala ciudadana o

metropolitana (parque, biblioteca, hospital, albergue universitario, etc.) enrique-

cen un esquema que toma como espina central de vivienda y comercio el eje del

paseo de Torres i Bages, verdadera avenida central entre los centros históricos de

sant Andreu y Trinitat, provista ya de una red generosa de transporte público y

portadora de imágenes procedentes de la Casa Bloc, obra del GATCPAC.

Las infraestructuras principales ya están lrazadas, y también el protagonismo

del eje central, reforzado por alineaciones arbóreas de plátanos soberbios, que

establecen las partes consolidadas de la ordenación. Un segundo orden de vialidad

rodada dispone pasos de servicio tras los bloques frontales al paseo, con lo que

reduce al mínimo la circulación rodada interior y esconde en estos edificios todas

las rampas de acceso alos aparcamientos subterráneos. Y, mientras las circulacio-

nes rodadas son absorbidas en línea, las peatonales se dispersan en múltiples aper-

turas y pórticos a través de los bloques edificados.

La edificación, por su pafte, compone los bloques frontales al paseo, de cinco

alturas, con pantallas transversales de alturas variables. La volumetría global está

dividida por casas, multiplicando el número de porlales parauna habitabilidad más

doméstica y para un uso más activo de las aceras y las calles'

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100 La diferente altura de cada casa establece un perfil escalonado que identifica la

imagen global del barrio, sin necesidad de artificios icónicos y con uso intensivo de

las fachadas medianeras. Son pequeñas torres adosadas y no bloques corridos; son

calles sin rampas y con muchos poftales.

Para lograr este resultado es esencial la coordinaciÓn entre arquitectos (tz pro-

yectos de residencia, 12 proyectos de equipamiento y 4 proyectos de urbaniza-

ción). La coordinación y discusiÓn con los arquitectos proyect¡stas (receptores de

premios cualificados) const¡tuye una parte interesantísima del proceso que introdu-

ce libertades subjetivas dentro de un sistema normativo tan elemental como rígido:

alineaciones frontales planas, alineaciones laterales libres, alturas de casas fijas y

super¡ores a la edificabilidad necesaria, plantas bajas fraccionadas. Los proyectos

arquitectónicos materializan así los principios del plan urbano: planicidad alineada

de fachadas, promiscuidad de medianeras, discontinuidad de perfiles. La urbani-

dad de la construcción, que se obt¡ene por la densidad y la intersecciÓn de los volú-

menes compactos, toma, por otra pafte, la lÓgica de la abundancia de equipamien-

tos para formar los espacios públicos. La rambla de equipamientos es una

estructura espacial y funcional novedosa que entrelaza aquellas instalaciones que,

por su tamaño y programa, no podrían incluirse como pantallas de la volumetrÍa

central, establecida en continu¡dad con las calles adyacentes como vía peatonal'

y concentra los ingresos de los principales servicios públicos para el distrito y la

ci udad.

Por tamaño y situaciÓn, éste es un proyecto de ciudad, dentro de la ciudad. No

hay aquí reforma ni rehabilitación, s¡no sopofte de la ciudad nueva en su mayor

complejidad posible. La centralidad metropolitana de este espacio y la voluntad de

interacción (interna y externa) provocada por la disposición urbanistica pueden

hacer de lo que podría haber sido un programa inicial de viviendas y servicios inde-

pendientes, un verdadero proyecto urbano, experiencia modelo en la nueva polÍt¡-

ca de vivienda que se proponen las administraciones catalanas.

r Perfiles superpuestos. Vista de la maqueta

z Vista de la maqueta.

3 Pasaje paralelo al paseo de Torres i Bages

a través de los perfiles de edificación

propuestos.

4 Rambla de equipamientos públicos. Paseo

con servicios que discurre paralelo a Torres

i Bages entre el paseo de Santa Coloma y la

calle Palomar.

5 Rambla. Propuesta conceptual.

6 Rambla. Acceso desde la calle Palomar.

7 Superposición de perfiles y pasos

transversales.

8 Maqueta. Detalle de la propuesta de

organización volumétrica.

9 Vistatransversal atravésde los perfiles

propuestos.

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r Unidad 03. Perspectiva a través de los

pat¡os.

z Criterios de organizac¡ón del suelo.

3 unidad 03. Sección detallada del edif¡cio.

a Perfil urbano y solución de esquina

5 Propuesta para el conjunto de edificios.

6 Unidad o3. Alzado detallado del edificio.

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COHERENCIA POR DIFERENCIA

Latransformación propuestaparael áreade Rijnboog en el centro de Arnhem, no

supone, como a menudo se imagina, la sustitución de lo nuevo por lo viejo. Excep-

cionalmente magno en su dimensión, abarca el reto de introducir novedad en lo

nuevo, modernidad en lo moderno, nuevo espacio y arquitectura entre construc-

ciones relativamente nuevas.

No es una cuestión de estilo o moda. Lo esencial es la calidad. Calidad de los

espacios públicos como esqueleto básico de lo urbano, calidad de los objetos como

contribución a lo cívico y su imagen, calidad de la posición de las actividades como

componentes de lo social y lo cotidiano.

La búsqueda de estas calidades implica un grado de ambición nuevo en todos

los aspectos del proyecto. Tenemos que adaptar la topografía y la infraestructura a

esta nueva idea de urbanidad. El nuevo puerto en el rÍo significará un hito en la

geografiamental tanto de residentes como de visitantes, poniendo en potente con-

tacto el antiguo centro con el Rin. Ceometría y construcciÓn darán carácter a ambos

lados del barrio de Paradijs. Ocio y entretenimiento cultural se mezclarán con resi-

denciay comercio, en el mismo centro del núcleo histórico, precisamente en Euse-

bius Square.

La rampa curva del bucle transformarásu carácter funcional con la interferen-

cia del museo y del centro de ocio como escenario masivo de lo colectivo. La rampa

nofte-sur dejará su lugar, clarificando el reseguir de la banda verde del Singel. Y el

nuevo parque central de Coehoorn propondrá un paisaje alternativo alojando

los nuevos proyectos de edificación. Todo ello implica medir la magnitud de los

programas no por metros cuadrados, sino por Ia transformación sustancial de las

estructuras urbanas que proponen.

La continuidad es la otra clave del plan director. Continuidad de espacios

abiertos con calles, de plazas con edificios, de edificios con edificios. Los barrios

introvertidos de Paradijs y Rijnkade, al norte y al sur de Coehoorn, serán entrelaza-

dos por el eje comercial reforzado de Nieuwe Oeverstraat, que unirá la catedral y la

plaza del mercado con la nueva estación. El Rinjkade, relevante en sÍ como lugar

estático y panorámico, serátambién otra estructura determinante como nexo entre

los ambientes

Continuidad que no es uniformidad ni repetición, sino más diferenciay especi-

ficidad de proyectos, y pla¡teamientos de proyecto adecuados a su diseño y ges-

tión, a su escala y mateiialidád urbana.

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LA CIUDAD ABSTRACTA

Berlín está hecho de distancias porque lo que cuenta en la ciudad, más que la repe-

tición y la continuidad de los edificios, es la repeticiÓn y la continuidad de sus sepa-

raciones. Es el juego abstracto de los vacÍos en sus formas encadenadas lo que hay

que percibir como figura de esa ciudad. Pero además, el BerlÍn socialista se ha

caracterizado sobre todo por la baja densidad, por la vivienda como sustancia y por

la centralidad representada por medio de símbolos, no por la congestión'

El orden estructural de la ciudad aparece expresado enlafuerzacon la que se

mantiene la distancia entre las cosas y la separación edificada de las actividades

establecidas.

Al pensar en el futuro del Berlín oriental, hay que distinguir entre los logros de

civismo adquiridos gracias al respeto colectivo a la ciudad como lugar común, sin Ia

explotación abusiva del suelo -sobre todo del suelo central- y los errores de

diseño y las equivocaciones urbanísticas que, como imposiciones tecnocráticas, se

han definido innecesaria e ideológicamente.

La cuestión del centro de Berlín tiene que ver con la continua dialéctica este-

oeste que la estructura de la ciudad man¡fiesta en todas sus partes y desde su naci-

miento. Del Alt Berlín a Friederichstadt, a Charlottenbourg, a Postdam y a Brande-

burgo, se encadena una secuencia histórica que sólo la decisión de Karl Marx Allee

ha contrapesado.

Alexanderplatz es el final (o el principio) de esa nueva Ku'Damm. Su carácter

es el de un gran centro donde los transpories públicos y el tráfico de automÓviles se

superponen. Es la mayor encrucijada de movimientos de la ciudad. Y para recono-

cer esta forma de centralidad con una presencia simultánea -incluso conflictiva-

de calles y edificios, de espacios públicos y movimientos (de personas y vehículos),

Karl Márx Allee y Alexander Strasse se deforman, interfiriendo visualmente con los

edificios, contorsionando las aceras, laplazay los espacios libres.

El proyecto intenta provocar la congestiÓn edificatoria con los mismos elemen-

tos de la actual ciudad reconstruida, ya característicos de la capital de la RDA: calles

anchísimas, bloques pantalla aislados, grandes espacios libres y el uso residencial

como sustancia dominante. Se podrÍan llevar al límite las posibilidades de estos ele-

mentos urbanos, pero con una sintaxis bien distinta que haga reconocible, por su

congestión formal, la imagen del centro de la ciudad popular: espacio colectivo de

una metrópoli que Se expresa en el transporte masivo, en el consumo econÓm¡co y

en la imposible apropiación privada de los lugares centrales. Como Calata en Estam-

bul o Times Square en Nueva York.

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LA DISTANCIA INTERESANTE

No estaría aquÍ si se tratase meramente de solucionar los problemas del sistema

viario, de la vivienda o de la estructura comunitaria de los distritos de Prinsenland y

Capelle, en Róterdam. Estoy aquÍ por Jacob Berend Bakema, Lotte Stam-Beese y el

movimiento moderno, y por sus propuestas para el Opbouw, que han iluminado

cuestiones pendientes todavía. Encontré el análisis de estos asuntos extremada-

mente interesante y, en particular, el caso de Alexanderpolder.

Mi premisa es que la escasa funcionalidad de los suburbios modernos está

ligada al empobrecimiento de la distancia arquitectónica, al síndrome de la arqui-

tectura defensiva, donde el esfuerzo se centra en establecer una distancia entre los

objetos que simplifique los conflictos y prevenga la creación de lo imprevisto. Sin

duda algunos considerarán este postulado como una simplificación. ¿Es posible tra-

tar los aspectos formales, económicos y sociales de la periferia de forma tan reduc-

tiva? ¿Qué hay de las implicaciones relativas a la densidad, a los sistemas de trans-

porte, a los programas de vivienda y demás? ¿Y de las condiciones de vida, el

aislamiento social, las actitudes formadas por el entorno y los otros grandes temas

de interés público?

Esta investigación internacional presenta Ia oportunidad de examinar este con-

cepto con los instrumentos propios de la arquitectura: medida, escala, proporción,

contacto, distancia, densidad y demás. 5i el tamaño y la medida son los objetos

esenciales de la práctica de la arquitectura y del urbanismo, ¿no seria posible hacer

uso de ellos, mirando a las distancias urbanas en la periferia no como un problema,

sino como una calidad positiva que debe ser acotada y moldeada? ¿SerÍa posible

entonces proyectar el vacío como la cualidad del espacio?

Una interpretación contemporánea de los proyectos de Bakema no enfocaría

el encaje del edificio como propuesta en sí o de sÍ mismo. Las propuestas de Bake-

mavan másallá,los edificios se separan paragarantizar la presencia de los espacios

libres y lavegetación, o bien para observar los estándares de aislamiento. Hay un

deseo implícito de crear un espacio dinámico que parece fluir entre el borde de los

edificios y el borde horizontal del cielo, que se percibe como una idea de totalidad

que podría aplicarse alaurbanización ilimitada del mismo territorio.

De forma equivocada, muchas de estas ideas -la urbanización ilimitada, la

repetición geométrica- han resultado peligrosamente en la banalidad y la especu-

lación. La prescripción de la distancia que emergió de la invención moderna del

bloque aislado, del rascacielos y de la vivienda unifamiliar aislada -y de cualquier

otro tipo moderno de edificación- no derivó en ninguna aproximación positiva

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¿Por qué esa desazón en Alexanderpolder? Desde fuera, su paisaje no parece

muy expresivo: los hitos (los edificios) están tan separados entre sí y son tan repeti-

tivos que crean la impresión de que cada elemento está aislado. Dentro del área, de

todas formas, el espacio Iibre no parece vacío, sino lleno de barreras y recovecos:

jardines, vallas, aceras, caminos, curvas, pasos de peatones, etc. Contemplando

esta parte en planta, la proporción de distancia que existe entre el espacio lleno y

vacio se vuelve aparente. Pero el espacio vacío -vacío desde la perspectiva del

uso-, no lo es en su forma por sus múltiples atributos asignados y por las muchas

formas que asumen sus bordes.

Enlamayoria de los casos, la subdivisión del territorio respeta las reglas de

neutr:alidad en las distancias en las que se basa el planeamiento. Pero la naluraleza

tradicional del espacio reside precisamente en la manera en que esas distancias se

mezclan, sin mostrar más respeto por una o por otra, y en su unidad como flujo

único de información.

El problema de Alexanderpolder no es diferente al de los latentes en los Crands

Ensembles franceses, o en los polígonos de Barcelona, Ias británicas new towns

o cualquier distrito "bien planificado" en Alemania, Dinamarca o el resto de Escan-

dinavia.

El objetivo máximo de mi proyecto ha sido el estudio de las posibilidades de

unamezcla más promiscua de distancias.

¿Es posible tener calles y edificios que entren en contacto en uno o más pun-

tos? SÍ, siempre que sean pocos y los edificios se piensen para ello. ¿Es posible

acercar Ios edificios através de pequeños pasajes? Sí, siempre que, por ejemplo, el

que se sitúa detrás de una vivienda se enfrente a una oficina. ¿Es posible que haya

relaciones relativamente independientes entre vialidad y edificación, y que las

'r Proyección axonométrica de las dos

densidades propuestas. Sobre el sistema de

viales y las distancias, llevando al límite

conflicto entre edificios.

u Sistema viario en el límite de

Alexanderpolder.

3 lmpresión de las propuestas de densidad

a lo largo de Prins Alexanderlaan.

4 Entrelazamiento del sistema viario y de las

infraestructuras.

5 Los tipos edificatorios son los

convencionales, pero se disponen según

lógicas irregulares e interesantes.

6 Contra el tedio y el despilfarro, las

distancias burocráticas y segregativas,

la distancia interesante, prom¡scua y

pública.

7 La promiscuidad de la edificación, como

alternativa a las repetic¡ones producidas por

la acumulación de distancias y protecciones

zonales que defendieron los teóricos de la

ciudad funcional.

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NUEVO DISTRITO PORTUARIO

t Este proyecto se interesa por la transformaciÓn de las antiguas dársenas de

Amberes como "barrio portuario urbano", el barrio del puerto. Esto parte de la

hipótesis de que el puerto puede configurar un barrio, que sus condiciones de lugar

singular (por la centralidad, la accesibilidad y la morfología distintiva) permiten con-

figurar una forma específica del barrio'

En Amberes, se propone rellenar el espacio disponible dejado por el bajo uso

de los muelles del siglo xrx (napoleÓnicos) mediante una cadena de actuaciones

puntuales(equipamientos,oficinas,residencia)quepermitanaportarunanueva

vida económica y social, además de renovar la existente (almacenes, vivlendas,

talleres, administraciÓn).

Este intento quiere evitar la transformación del barrio portuario en un lugar

sÓloferialydeesparcimiento,yconvertirloenunlugarhÍbridoycomplejo,con

variedad de aquellas funciones mixtas que puedan pertenecer tanto a la ciudad

como al puerto. Pero, al mismotiempo, quiere evitartambién la invasiÓn del área

portuariaporactuacionesmasivasyusosajeno5alpuertoyaprovecharsuimagen

simbólica y su atracciÓn turística.

ElproyectodeAmberespruebaqueestonoestandifícil.Debehaber,sin

embargo, un pensam¡ento extensivo sobre todo el territorio. Es necesario entender

el área portuaria como un amplio barrio de intereses muy variados. 5i tratamos los

puertos sólo como un borde de agua, como lenguas de atraque y muelles (normal-

mente de dominio portuario), no surgirá nada más que paseos marítimos y marinas

aburridas.

Sinembargo,siincluimosunavialidadurbana-engeneralduraynotoria-

que la atraviese, el proyecto resulta mucho más interesante. Y si, entonces, trata.

mos el puerto, no como un conjunto de márgenes que rediseñar' sino como un

territorio propio por configurar modernamente, con todos los valores de la estruc-

turaportuariaprevia,elproyectoadquieresurealdimensiÓnurbanística.

seguramente sólo en esta escala es posible enfrentarse a la transformaciÓn de

los puertos europeos, estructuras territoriales de primera magnitud en nuestros

litorales urbanos.

2 La propuesta trata de vencer, sin reestructuraciones radicales, la tradicional

resistencia psicolÓgica de la población aenlrar en los viejos barrios portuarios y

lograr que algunas viviendas y oficinas puedan incorporarse al tejido industrial marí-

timo preexistente. se trata, por supuesto, de superar las rigideces de la zonificación

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126 En el barrio Cadix se ha proyectado la extensión de una cuadricula con una

operación de vivienda pública, sobre los solares de almacenes hoy a punto de ser

abandonados. Las nuevas manzanas extienden el trazado cuadricular del barrio

actual, todavia vivo y lleno de actividades. Se proyectan nuevas casas de esquina o

frontales a las calles, de modo que la intervenciÓn pública pueda hacerse de forma

fragmentada por edificios menores, evitando la homogeneidad social y demográfi-

ca de los polígonos comPletos.

La importancia residencial de este ensanche duplica el efecto de la extensión

del eje histórico, en el barrio Montevideo, consolidando, con masa y estructuraala

vez, el ámb¡to propio delterritorio portuario urbano.

3 Entre las características fisicas del territorio portuario, algunas son de especial

interés para éste, y tienen que ver con la morfologÍa constructiva propia de los

puertos urbanos europeos. En los puertos decimonónicos, en gran parte marcados

por ias formas compositivas neoclásicas, la rectangularidad y el dominio de la

anchura sobre la profundidad marcan el carácter del espacio. La urbanizaciÓn

es ancha y neutra (adoquinado, hormigones, piedra grande) y el plano horizontal

domina la visión. El horizonte del cielo y del suelo aparece contin uamente y, aun sin

verse el agua, el mar se insinúa entre las edificaciones.

Mantener estas condiciones ha sido primordial en el proyecto de Amberes. La

no ¡ntervención sobre la urbanización (materiales, dimensiones, niveles) y la con-

servación del carácter genérico del plano del suelo, a la vez de soporle y de residuo,

sin diseño, parece de vital importan cia para garantizar la indiferencia, topolÓgica y

topográfica, de las nuevas edificaciones propuestas,

4 Trabalar hoy sobre la idea del territorio portuario parece más interesante que

af ronlar la renovación de los puertos urbanos desde una Óptica puramente paisajís-

tica (como se ha hecho en tantos proyectos recientes) o desde la dura explotación

lúdico-comercial (como en otros tantos proyectos no tan recientes y anteriores a

éste).

El destrozo intempestivo de los puertos europeos puede estar repitiendo la his-

toriatrágicade la explotación de las costas med¡terráneas por parle delturismo espe-

culativo. La excesiva facilidad de los arquitectos para abusar de la disponibilidad apa-

rente (del suelo, la centralidad y la imagen) que ofrecen las viejas infraestructuras

portuarias puede ser una operación de complicidad excesiva con el deseo ans¡oso de

los polÍticos mediocres de protagonizar éxitos inmediatos y futuros inciertos.

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NUDO URBANO

Ésta es una propuesta de tono menor. 5u intención es conjugar centralidad y con-

fort. Será el contacto entre el nivel subterráneo y la superficie lo que establecerá,

desde el principio, su máx¡ma ambición. Tanto el fuerle carácter de las estaciones y

los estacionamientos, como la atención por la marcada identidad volumétrica de los

espacios y la naluraleza dinámica del lugar -atravesado

por trenes, tranvías,

coches, peatones y bicicletas- dan al lugar una sensación y una presencia particu-

lares. Por otra parte, la intensidad de los movimientos y Ias actividades de la ciudad

central quedarán relegadas en superficie, por su nueva dimensión y por las zonas

libres de paso previstas paralaplazade la Ópera, reforzadaen su forma como lugar

de excepción dentro de la continuidad de los Leien (bulevares).

La división de Rooseveltplaats en dos mitades clarificará la condición urbana

de cada espacio, distinguiendo la imagen metropolitana de los Leien de la escala

más íntima y relacionada tanto con el uso de cafeterÍas, áreas lúdicas, comercio y

aparcamiento como con la llegada de turistas a lo largo de Cemeentestraat.

El proyecto se presenta en cinco episodios, res¡gu¡endo cinco ideas principales:

1 LA CONTINUIDAD DE LOS LEIEN

2 EL POZO LUMINOSO

3 LA NUEVA PUERTA DE LA CIUDAD

4 LA ÓPERA

5 EL APARCAMIENTO

1 LA CONTINUIDAD FORMAL DE LO5 LEIEN

La mejor manera de comprender la presencia del edificio de la Ópera es entendién-

dolo como un referente dentro de la linealidad de lafachada de los Leien, hito no en

tanto que ruptura sino como singularidad distintiva del espacio continuo.

Para lograr esto, la circulación rodada (z + z carriles) se deprime al nivel -t, bajo

el suelo, liberando la superficie para los peatones. Rooseveltplaats, por otro lado, se

concibe como un hueco, abriendo visuales a diversos espacios definidos por árbo-

les, cornisas, sombras y horizontes.

Hoy, la falta de existente unidad de los Leien bloquea la aparición de alternati-

vas razonables. Rooseveltplaats permanece como un lugar de cruce y parada, y

ningún proyecto que aspire aref ormar el lugar conseguirá un espacio real mientras

su contacto con los Leien derive siempre en una condición deteriorada.

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1 Propuesta. N¡veles -1,-2 y -3.

2 V¡sta axonométr¡ca con los niveles de

intervención diferenciados.

3 Perspectiva. Configuración de espacios

dinámicos y niveles interrelacionados.

4 Perspectiva. Vista del nivel subterráneo a través

del espacio dinámico de la estación y el

aparcam¡ento.

5 Sección transversal por el acceso a la estación:

la luz que llena los espacios y llega hasta las vías.

6 Pozo luminoso ytransición del aparcamiento

al metro,

7 Doble espacio y nivel intermedio del

aparcam¡ento.

8 Vista del espacio ondulado del aparcamiento

y de los elementos de conexión vertical en la

estación,

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CONTRA LOs LÍMITES URBANOS

Lograr que la construcción de viviendas no sea una consecuencia del crecimiento

urbano sino su principal elemento organizador es un reto de máximo interés, más

cuando se trata de v¡vienda social (VPO), como en este caso, en que el Ayuntamien-

to de Telrassa se propone construir 1.60o viviendas (t.OOO de promociÓn municipal

y 6oo de promoción privada) en la vert¡ente or¡ental del tejido urbano, prec¡samente

como frontera con el amplio espac¡o verde del futuro Parque Metropolitano.

La ordenación nace de dos criterios de base:

r La elección de un tejido urbano compacto (edificación en unidades continuas,

alturas más o menos constantes, espacios libres delimitados por frentes de fachada

visibles, islas de tamaño realmente grande, etc.).

z La interpretación de la topografÍa del terreno (una bajada considerable desde lo

alto de la calle Alava hacia el sureste: la Crípia) que ofrece la posibilidad de disfrutar

de amplias vlstas sobre el fondo verde y de un horizonte abierto de gran escala.

El asentamiento propuesto crea un ámbito de transiciÓn donde las formas del

tejido construido, las del espacio urbano intersticial y las del espac¡o libre metropo-

litano se deforman entre sí para obtener fluidez y permeabilidad. La topografía, de

fuertes pendientes, orienta las vistas y las circulaciones en el sentido del espacio

libre, mientras que la densa pineda existente define el espacio cívico principal que

liga el nuevo barrio a la trama existente.

La lucha contra el límite urbano, como figura rígida, conduce a soluciones de

patios y calles -más abiertas-, a la economía de la urbanizaciÓn (tanto en la infra-

estructura como en la forma) y también a la interpenetraciÓn directa de la edifica-

ción sobre el verde y del verde entre la edificación.

Las pinedas existentes, a lo largo de la calle Alava y en la parte inferior, definen

de forma aproximada el ámbito del espacio libre principal. Un espacio de bosque

urbano, de pavimentación blanda y de caminos que atraviesan cuyo resultado debe

ser una aproximación próxima y equipada de los espacios naturales del parque.

La continuidad de las cinco plantas de edificación y los bajos comerciales

deben caracterizar laurbanidad del lugar. Unos paisajes amplios entre islas abren

las vistas y los accesos hacia el Levante, el campo abierto y las colinas de Torreboni-

ca. A la vez, las islas, en lugar de cerrarse sobre la futura ronda, quedan abiertas

formando una tipología en forma de V o de U, que permite el máx¡mo número de

visuales desde el interior de las viviendas hacia el parque natural. Es una disposi-

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134 ción original que pretende responder a los criterios de proyecto mencionados y

que, sobre todo, trata de dar forma al final de la ciudad sin recurrir a un perímetro

violento.

Se trata de una fachada interm¡tente y abierta, tentacular y permeable, donde

lo lleno y lo vacío, los volúmenes sólidos y los espacios libres se intercalan y pene-

tran mutuamente.

Es evidente que la magnífica linealidad del trazado de ronda marcará un corte

topográfico y funcional; pero a la escala del sector, la visión a media distancia per-

mitirá entender cierta cohesión entre ciudad y parque, característica de este barrio.

Algunos pasos y caminos que lo atraviesan han de ayudar a superar física y mental-

mente la frontera circulatoria.

r Perfil de latramaurbanayde losespacios

verdes que alberga.

: Fachadas de los edificios propuestos.

3 Espacios abiertos con la huella de las

nuevas edificaciones.

4 Espaciotipo de la calle.

5 Alzados laterales del edificio.

6 Planta baja.

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CONTINUIDAD, PROMISCUIDAD, INCOHERENCIA

Area de despensa, barbecho, mezclade grano y fajol, maí2, etc.

Propuesta genérica, no singular-local.

lndiferencia de posición, virtud singular.

Todo es homogéneo, pero cada punto puede volverse singular (Eduard Bru).

Aprovechamiento del interior de la isla: característico.

Superposición de sistemas morfológicos: malla Cerdá, uno de ellos.

Ordenaciones cerradas extrovertidas: alineación acalle o plaza.

Ordenaciones cerradas introvertidas: alineación a patio o pasaje.

Ordenaciones mixtas de esquina: dos alineaciones.

Ordenaciones abiertas: sin alineación.

Las ordenaciones varían en el aprovechamiento de la calle Cerdá y, por tanto, según el

tipo de densidad que crean o aprovechan: densidad orientada, dual, indiferente, etc.

Coexistencia de ordenaciones, ¿como objetivo?

¿Cómo medir, hacer referencia a la densidad?

¿Es la "isla", el solar o la macroparcela?

§ Hacer referencia a la isla lleva a considerarla como forma definida por las cuatro

fachadas y, como tal, a la edificación por anillos o por franjas,

xx lleva aborar alafuerzasiempre las divisiones anteriores, lo cual podría conlle-

var mucha gestión, tiempo y un coste elevado,

¡g lleva a una escala de edificación y de solar Iibre monótono (no necesar¡amente,

pero sí fácilmente). La relación de contacto es siempre y simplemente la calle

de uo m.

* Densidad de superficie.

w Densidad de espacio público lateral.

w Densidad: - de renovación

- del estado de hecho

- de la renovación piezaaPieza.

§ Hacer referencia al solar supone reconocer un número de iniciativas demasiado

grandes y demasiado diferentes que, de hecho, han de agruparse sin dar ninguna

ayudaa la suma total. Es lo que hay hoy: sirve para la densidad bruta, pero no para el

coeficiente de ocupación (de espacio libre). Lleva a un exceso de casos, difíciles de

callbrar. La relación de contacto es la medianeray la alineación demasiado simple.

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88 § La macroparcela suma la medianera, la alineación y la calle, pero simplifica a cua-

tro o cinco las situaciones de todo el Poble Nou y, por tanto, permite una normativa

común y diferenciada.

aa La dimensión va de t.ooo a 3o.ooo m2

xxx Edificación: - 50 % de obligada conservación (no arquitectÓnica).

- computa el5oo/o de la edificabilidad.

- el resto: Cef. 3.o (- 5o % de lo conservado)

¿Es la contigüidad la característica dominante?

¿Es la promiscuidad el valor ambiental que disfrutar?

¿Es la incoherencia (relativa), inesperada (paralaepidermis) de una medianera, de

unaterraza, de una sombra puñetera, de un patio tranquilo, la que hace atractiva la

visión de la gran ciudad (como en el Eixample, en Chandigahr, en Ámsterdam o en

Roma)?

La ciudad no la constituyen los edificios, los objetos urbanos, sino la relaciÓn entre

los objetos, entre las experiencias de los objetos urbanos.

La especulación urbana, buena o mala, es la preactualizaciÓn de una expectativa, la

prioridad dada al futuro sobre el presente. Esto quiere decir que lo que se valora es

la capacidad del proyecto, no el proyecto en sí mismo.

Mirar con intención especulativa es lo que hace (ha hecho y ha de hacer) el urbanis-

mo. Quiere decir que es el objeto del urbanismo (no del proyecto urbano, del dise-

ño civico o de la arquitectura pública) en el Poble Nou. Una vez más, no es el final,

sino el proceso. Quiere decir que lo que nos debe preocupar es diseñar la transfor-

mación de lo que existe, en tiempos, formas y medidas conformes.

Cómo añadir o derribar, o mantener. Cómo hacer pedazos, magníficos, de ciudad.

Es necesario contar con: permanencias, adiciones, transformaciones.

Es necesario referir las decisiones a este proceso (más, menos o aproximadamente

igual). Y, por ello, es necesario no engañarse sobre lo que se tiene y no engañar

sobre lo que nos gustaría que pasase. No tan sólo "dónde queremos llegar".

La autonomía de los solares, bajo una norma común es una buena garantía para este

proceso evolutivo. Someterse a un proyecto común, por islas, en el Poble Nou, es

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FRENTE MARITIMO, FRENTE URBANOEsta propuesta ordena el destino de las numerosas áreas litorales todavía libres a lo lar-

go de la bahía, no sólo para un mqory mayor uso de esos espacios, sinotambién como

una ocasión parallevar acabo acciones estructurantes de transformación de la ciudad.

De forma paralelaalos emplazamientos del llamado West Arch propuestos por

Europan (un conjunto de proyectos que pretenden reestructurar la periferia interior

de Tesalónica), el frente marÍtimo de la bahía puede ofrecer a la ciudad residencial y

terciaria oportunidades espléndidas de modernización con vistas al siglo xxr.

Con este planteamiento de fondo, se han proyectado siete operaciones, enca-

denadas pero independientes, que son definidas tanto por su propia estructura

como por su papel geográfico.

1 Como proyecto de infraestructura, se propone un nuevo sistema de circulación,

con un túnel que pase bajo el agua desde el centro histórico y con la avenida Iitoral

(Alexandrou) semienterrada. Al mismo tiempo, y con la manipulación topográfica

producida en su alrededor, se forma un frente de animación y ocio en el muelle nue-

vo, a doble altura, paracafés y bares, salas de exposición, talleres de artesanÍa, disco-

tecas, etc. que dan vida al paseo. Todas ellas son mejoras de acceso y funcionalidad.

2 La propuesta de infraestructuras se complementa con tres operaciones ex

novo: un poblado marítimo (pequeños talleres y residencia), un polo de oficinas

como segundo centro terciario de la ciudad y unamarina residencial y recreativa.

Estas actuaciones interrumpen en la continuidad de la costa como hitos intermedios

que dan referencias visuales próximas en el borde litoral, reducen las distancias

entre los centros de interés y crean una topografÍa nueva y más rica para la imagen

global de Ia bahÍa.

3 La realidad territorial (de la ciudad, de la costa), observada alavez en sus deta-

lles y en su esquema estructural, es la que rige el proyecto. Este es realista porque

parte de lo material y termina sometiéndose a lo práctico (a las condiciones de una

ejecución posible), pero que pasa, entretanto, por un proceso de elaboración teóri-

ca importantísimo para determinar lanafuraleza y la escala de los objetivos, asÍ

como la jerarquía y Ia prioridad de las acciones.

4 La preocupación principal del proyecto es el estudio de las secciones urbanas y

de la escala vertical de la ciudad. La planta de la ciudad muestra la pureza formal de la

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Hay que buscar la urbanidad en las cosas'

Hablar de urbanidad en la ciudad contemporánea puede parecer una referen-

cia anticuada, ya que se trata de un término de la ciudad física transferido al com-

portam¡ento social, individual o colectivo. Pero estodo lo contrario, si pensamos en

la urbanidad como en un contenido de lo material, como una condición de las cosas

urbanas.

se solía hablar de urbanidad como de una cualidad social de |as personas,

como de un código de buenas costumbres que configuran un comportamiento civi-

lizado. Hay también una urbanidad de los lugares de la que hablan sociólogos y

geógrafos: el carácter urbano de ciertos ambientes que resultan reconocibles a la

hora de representar la vida en común. Para la sociología, desde ceorg simmel a

Francois Ascher, el carácter urbano reside en aquellos espacios artificiales y públi-

cos, que resultan especialmente propicios paralas prácticas sociales colectivas.

sin embargo, no hablamos aquí de esas urbanidades. Esas son urbanidades

tangentes, metafóricas en realidad. Queremos hablar de las cualidades urbanas de

las cosas, de la urbanidad de las cosas urbanas' De por qué y cÓmo lo urbano es

urbano. Y aceptamos el desafío de los que menosprecian a veces los valores del

espacio físico con el fin de dar primacía a Ios comportamientos, sin recordar que

éstos vienen de modelos que, en su urbanidad, son espaciales, dimensionales y

fÍsicos. De ahí podríamos aproximarnos a la clásica cuestiÓn: ¿qué es "hacer ciu-

dad,,?, o a la no menos intrigante pregunta: ¿haytambién urbanidad en la ciudad no

hecha o mal hecha?

Simultaneidad, temporalidad, diversidad son atributos de la ciudad. Parahacer

ciudad,pues,hayqueconseguiresto.Yhacerciudadeselobjetivodetodoproyec-

to urbano, a cualquier escala, en cualquier país, con cualquier programa: es verdad

que pocas veces se consigue. Hay mucha confusiÓn y excesivo verbalismo sobre

lo que es urbano. "Arquitectura urbana" dicen hacer, muchos arquitectos, proyec-

tando edificios complicados sin destreza. Ertrañezay complicación son confundi-

dos con la supuesta complejidad urbana. El pepino de Jean Nouvel en una esquina

del ensanche barcelonés es un edificio elemental, autista y autoferente' El casi idén-

tico pepino de Norman Foster entre la City londinense establece tal riqueza en su

compleja relaciÓn con el contexto, que bien puede decirse que es arquitectura

urbana de primer orden. El tan entredicho crecimiento terciario en el Pudong de

shanghái organizael uso de los espacios libres en relaciÓn a un proyecto metropo-

litano que le confiere una moderna y muy cívica condición de nueva urbanidad,

opuesta a la extraña sociedad emergente en la China social-capitalista; lo contrario

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Maria Jose
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Maria Jose
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Maria Jose
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Maria Jose
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148 Esta urbanidad de la materia está hoy en la periferia extensiva, vacía y disconti-

nua, al igual que en Ia ciudad densa y compacta. Y también en los centros comercia-

les o en los polígonos de viviendas, así como en los márgenes de las infraestructuras

solitarias o de los hub intensivos.

La urbanidad contemporánea que no está hecha sólo de convivialidad, de ejes

comerciales y centros históricos, de parques diseñados, de cafés simpáticos y de

edificios públicos prestigiosos, sino de la nueva complejidad material de los territo-

rios (complejidad de estructuras, usos, vacíos, niveles, tamaños, referencias). Pro-

yectar para esta urbanidad material supone, por lo pronto, hacer de la confusión

claridad; de la opacidad, lenguaje. Marchar en dirección contraria a Ia del recurso,

a la complicación, escondite m¡ope en tantos proyectos urbanos, y en consecuencia

clarificar y expresar la superposición conceptual, característica de la ciudad con-

temporánea, en verdaderos diagramas materiales de esa complejidad.

Para la urbanidad intensa importa Ia diversidad, la densidad cualitativa, más

que la cuantitativa. La densidad cualitativa que alude a la variedad y el número de

referencias superpuestas en un lugar, edificio o zona. No cualquier densificación

garanliza una intensidad mejor, sino, a veces, simplemente congestión o confusión.

En la coexistencia de diferencias es donde surge la energía cualitativa urbana. La

mixity más que la density puede caracterizar la urbanidad contemporánea, espe-

cialmente ausente en las periferias especulativas o en los espacios turist¡cos, tema-

tizados ad nauseam por promotores y arquitectos.

Al reivindicar la urbanidad "material" estoy, pues, tomando toda la distancia

posible de la idea, convencional y mórbida, de la urbanidad como calidad vaporosa,

idealizada y simpática que casi se identifica con el reclamo turístico, en la cual el

shopping, el chic y la animation serían la versión actual del "dlscreto encanto de la

burguesía" que caracterizó muchos de los centros urbanos bienestantes de los

siglos xrx y xx en Europa y EE U U. Esa fantasÍa ideológica tiene bien poco de material

en su origen, y demasiado dewishfullthinking sociológico y de atentado a la verda-

dera expresión de la urbanidad moderna.

El proyecto urbano no está en la unidad formal del conjunto, ni en la pura con-

gestión ni en el respeto al contexto por sí mismo, sino en los elementos y episo-

dios concretos que relacionan las personas con las cosas. Y, para determinado pro-

yecto o tratamiento, hay que ejercitarse en l'attention aux choses, en su sentido

más concreto. Como en el realismo crítico de las narraciones de Raymond Carver,

o en los trasfondos filmados de algunos pasajes de Jim Jarmusch o Michael Win-

terbottom. Por esto dibujamos los proyectos urbanos al detalle, y el realismo minu-

r Roberto Collovi, Palermo, 1987.

z Miguel Morán, La Coruña, zoo3.

3 Rosa Feliu, Passe¡o Atlántico, 2oo2.

4 Cino Zucch¡, Via Brasso, Milán, 2ooo.

Maria Jose
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' Mimmo Jodice, Boston, 2ooo.

2 Maarten Laupman, La Haya,7 Lijnen, 2oo3.

3 Gabriele Basilico, Valencia, zoor.

4 Paolo Rosselli, Beijing,2oo5.

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152 Éste fue el paradigma de la mayoritaria urbanidad moderna, la de la primera

modernidad. Polígonos y edificios aislados, suelos libres continuos, vías segrega-

das con espacios separadores y acompañadas de coches aparcados, ausencia de

patios interiores, exposición total a primera vista. La regulación (expresada en un

sentimiento de espacio controlado por la autoridad, por la norma, por la idea) fue la

nota im portante de esta u rbanidad: reglas q ue son a la vez políticas y sociales, tanto

como técnicas y geométricas. Regularidad y regulación, pues, como ¡nstrumentos

del orden espacial, y repetición como mecanismo de respuesta al gran número, a

las cantidades que la metrópoli debe atender. Conciencia explícita, por tanto, del

gran tamaño de la ciudad moderna, declinada hasta el objeto arquitectónico sin

mediación de referencias o escalas intermedias.

Laf uerza de esta propuesta era incontestable. La claridad semántica del men-

saje universal, socializante y emancipador de aquel urbanismo no podrá nunca

subestimarse. Las reacciones nostálgicas del historicismo romántico o del ambien-

talismo populista -los espacios públicos, las calles peatonales, el pequeño comer-

cio, la continuidad tipológica, etc.-, pueden tener su parle de razón, casi siempre

mal usada. Pero la urbanidad estátambién en la higiene de los espacios domésti-

cos, conveftida en racionalidad colectiva por su expresión exterior y por la partici-

pación visual de los espacios libres comunes. Las perspectivas de Le Corbusier o

de Peter y Alison Smithson, con terrazas para contemplar el verde público en la

distancia -la ciudad jardín vertical-, mostraban la forma efectiva de un nuevo

civismo.

Con todo, la ciudad entendida siempre como un hecho de grandes números

concentró la preocupación de los modernos sólo en la cantidad, su urbanidad era la

delaCrosstadt, y su desafío el asentamiento de las grandes masas populares. ¿La

cantidad por delante de la calidad? Es probable que esta disyuntiva esté en el ori-

gen del urbanismo estructural, funcionalista y cuantitativo, dominante por más de

medio siglo.

Pero la segunda modernidad -¿supermodernidad?-

se interesa hoy por Ia

urbanidad de lo complejo, de las energías y los flujos, de la tectónica y de lo senso-

rial, del vacio y de la dispersión. La gran metrópoli ha sido desbordada y los territo-

rios se presentan como escenarios de interés a todas las escalas y tamaños. En este

sentido, la urbanidad del proyecto contemporáneo no será Ia de Ia simple densidad

como acumulación de cantidades, ni de la bigness como exageración de lostama-

ños, n i mucho menos la del formalismo de conjunto del new urbanism, o la del urban

design funcionalista.

'Eau?rodueluol pepruBqln El rnJlsuol ep pEprl

-edwelsplJaletu sel ep pzenbu Bl p orqlurf ua re¡1uo] pJEd 'oustlen]xe]uol lep seuotl

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-leÁord lep Erugpa¡nb.ru r{ ¡ernpnl¡sepr}ut 'Buelsondnsard 'u:luaglercuaEtxa pl uol'or.usltu !s ap 9l13 sguj ?rf,uenBur ns ua osueya r{ o¡arqe o-rad 'ugtfuerue}ut ap orrudsa

,{ odu.rarl ns ua opulrr,rrrl '¡en¡und Á opertruacuor se onr1oe}e res e.led anb oueqtn opar{

-o.¡d 'orelua ousrueS.¡o p rc1ta¡ee:r,d pueqJn ¡ard e¡ arqos sa¡ernlundn:e sauoouolut

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1 Publicado originalmente en AAW, Arquitectes

en el paisatge,Col legi d'Arquitectes de

Catalunya, Demarció de Cirona, Cirona, 2ooo.

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or.usil.u Jep :sEDUeJelrp sEl rr.u¡rdns 9nb Jod euell ou (sBJnlfnrlsapJJut sepuErE ep

ug1ealea) Pl) ugDP^ouur Else ep Erf uEUodurpl 'o^tltnper olapou orlo ratnblEn3

enb o selaSuv sol anb o or)of enb salpnSr aluaupuesareu sppol uos ou 'sulstd

-olnp raua] ap oqrall ¡a rod 'sapepnr: se1 "selsnf upl uees ou se¡8o¡eue selgznb

anbune 'o1snf s3 'xx o¡8rs lep sozuaruor ap soased sol o suf ruououurcap sezu¡d

sPl or"uol opPprns oluPl uof seppuestp .les upueqap seueqJn sErnllnrlsa sE^enu

seJse 'ouolula] lap Á pppnrr El ap eLUlo, pl ua uauatl anb osad le opup 'enb e:rp

a5 sa¡a8uy so1 e ,{ or>¡o¡ u e¡uufaiuas sgw ze^epe) se ugtqruel anb orad 'xrx o¡3rs

¡ap e1:eduuoc pepno el ep gqrpr Ia auarl puolelrug anb ue:r¡dxa sopalrnb.re so1

'sorris¡8o¡ s'eualsrs sol ep 'suupnuodorap seuonu¡Elsur spnanu sel ep 'pepnolan

Ellp ap uer] ¡ap epu8a¡¡ pl ap sop¿^uap Elprse ue.rE e¡ ap szu.ra¡qo;d so¡ ap,,( seuuetr

-srs sapuul8 ap 'sernlf nJlsae.rlut ep oqlnu EIq?q as euolasleg ue 'ppprl¿npe pl ul

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sel ap oLr.rsrueqrn lep ugrsnfsrp el ua 'etn]lnl e¡ ,{ el8o¡o¡oru El ap ?}st^ ep o1

-und ¡a epsep 'salue^alar se^lleure]¡e seunS¡e uefa¡¡a.r anb sa¡elnltntlsa saue¡d

Á so]:a,{ord ep ugrsnisrp z¡ ;od uesed anb Á :e¡.rezrue8tourcd setr11¡od sa¡qrsod

se¡ I er.ralr.red El Jepuolue ep ?.,au?ur el uelrele anb solunse'uue1r¡odor¡eru

elerse ep se[ue] rpe]up¡d e uezardLue es'pppntl El ap lei]ua3 oprfal ¡a a.rqos

e¡to|ew ns ue 'seuonuarualur ap er.les Else ap sgndsap 'lent le ue edela ap

orqtuer un opuarfnpord glse es puolelreg ap pEpno el ue'olueuoul alsa u:l

'rBproq¿ s9ralur auarl

anb 'r¡odgr¡au ap ,( pepnn ap olapour un uol sppEuollplal u91sa anb seuotlsenr

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orodLuel ru 'senrlafpe uos ou seuorlsanr splsa anb.rr¡anpe anb ,{e¡ se¡¡et sns lod

ueased opuEnl raual uapend -selupltstA

soJ opol erqos Á- souensn so¡ anb pep

-n13 ap ugllesuas e¡ rrnEasuor ered seLurs¡¡uupodrxt uos 'aluaulplrlfela 'anb oltr-u

u9rsuaurp ep sauoDlv 'lla 'soDutpe ep uglfBtnelser 'spppqrp+ ep oluatlr]EuoDtp

-uolp 'plplsa rouau ap spt.lptA sutulo;ar o senbrpd sogenbad :prfplqa er-urs¡puul8

ap 'oueqrn oprfal ¡e opol erqos sepe:r¡dr1¡nu ,{ sesn¡p 'ernpeEranua pllo ap sau

-orfeLlrJolsupll opetruauuedxa eq 'odu-rari ousrLlr J? 'u?tquel ota¿ '¡eraueB ugnet

-runujof ap eurelsrs le 'orrlNes ap Á soluarLuedrnba ap sotfqrpa soun8le 'so:r¡q¡d

sor:edsa so¡ :se¡er:red solladse satrue¡oduur erqos seuotfpnlf? spsuelut ep esp]

pun opuluaurJadxe pq 'elsl] pppno otuot 'lent ¡a ua opo¡rad un ap alps puolafrpg

156 dejaron de ser como eran. Al fin y a[ cabo, habria que ver dénde están los hechos

significativos en la forma de las ciudades.

Hay ahi un punto interesante, y la experiencia que quisiéramos llevar a cabo en los

préximos años en Barqelona puede aportar algunos elementos de interés. La realiza-

cién de operaciones de una escala desconoeida hasta ahora en Barcelona, como los

elementos de comunicación y las infrraestructur.as, presenta otros componentes sus-

tanciales que no se pueden dejar de considerar. A veces se reflexiona de forma sim-

plisu cuandose cree quetodo sé resuelve diciendo, porejempto, que pensar la infra-

estrueturaya implieatener en cuenta el entorno; aveces se habla, por ejemplo, de que

la irrfraesffuctura debeteneren.cuentael entorno, cuando quizá el entorno de la infra-

estructurasea.a meñudo más ¡mportante y más diftcil que Ia infraestructura misma-

Hay eue reconocer en la experiencia de nuestras ciudades -no sólo de las medite-

rráneas, sino también de las ciud¿des europeas densas, es deci'r, de las del sur,de

Europa- unas car:acterísticas relativamente comunes que pueden hacer pensar en

un rnodelo de rnetrópoli para ellas. con aspectos propios, diferenciales. No por un

afán de identidad exeesiva, sino por el reconocimiento de unos valores de urbani-

dad que en otras regionEs no se presentax o se presentan de otro modo. Me refie.ro

concretam€Rte a la m¿nera de entender Ia ealidad de la vida urbana, y ddnde yr con

qué imaginamos que se construye esa calidad de vida. Es cierto que al vlsitar Barce-

Iona [a gente aprecia una suma de. circunstancias. Aprecia la novedad de las opera-

ciones realizadas, y apr.ecia también el resultado §obal de esa novedad, que es,

efectivamente, una calidad de vida, una ealidad urbana qu'e proviene de una sum4

de'aspectos más eomplejos, No se trata solamente de los aspectos histéricos, ya

que rnuchos de ellos son nuevosl algunos evolueionados, otros hfbridos, peio, al fin

y al cabo, aspectos máscomplejos qu,e Iatransformación en si misma. eomo esfuer-

zo de construccién o de diseño.

Lx rondas de Barcelona son un ejemplo de ello. S.on admirables, en un cierto sen-

tido., como bien se ha dicho, por. su efectosobre Ia agilización del tráfico. Son admi-

rables también, en un sentido ya más profesional, proyectual, por la habilidad con

que ciertos problemas de diseño, de cémo encajar en el tejido pequeño de un

barrio denso un elemento grueso, se han resuelto bien. Pero es evidente que, si las

rondas de Barcelona no pasaraR porel tipo de barrios que pasan y por las. zonas y

ciudades que cruzan, no despenarlan este interils. Ciudades con rondas hay

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sr¡odgrlaru sel o of tlgtsv elsapns ¡ap sr¡odgrlauu sPl 'sEusluaue sr¡odgrlaur se¡ 'o¡d

-uafa rod :se]uaDar ,( sa¡durs sgut ugr:ednro ep sE[ua]srs uof Pplnr]suol r¡odgrlauj

erlo uunSulu anb sepene¡a sgtu oqlnu peprn:sruuo"rd ap ,{ puptsuap ap seuolllp

-uot spun auarl anb ouelr¡odorlauu oprlal un ua rusuad anb souuaual'oluold ap ro¿

.oaug,rreltpaut olJe lep.lns lap sEnlsil"uotd Á sesuap sepepnlf szrlsanu ap

ugDrsoduuo: El ua ,sepEpnD spJlsanu ap optueluol ¡e ua -lesuad 'r{oq '¡et:uase s3

'ouelr¡odollauu oprlal ¡ap seLuloj sEl ep oLusluo8ulord ¡a '{ eu'rr1sa

ellEpl^Iosoula]EL]Plalqapouolseoled.se}uPsele}ulsguloq]nusa|Pln]]nl}Sa

o so:r¡s¡Íesred ,so:rug1:alnbre solalqo uetznpord as anb orads3 'selod? s?]]o

ua soppuaslp opts uPlqPq anb o1 ap opEplnr s9u oqlnul uor 'opPplnl s9tu uol so]

-ueuala solse.rpueslp e ,souua.¡adsa '?p^all sou lPlnllnrlsaE]+ul uglslAPlsa anb os

-uald .prnJtn.ltrsaerlur uetS e¡ ap so¡ anb soluau-rela ap ugDPurqu-ro: loÁBtu Pun ap es

-rauoduo¡ apand sapupnll serlsanu ap euelr¡odorleLu ugllEnlls e¡ ap peprfa¡duto:

e¡ anb -resuad

ap ¡s ,souau o¡ .rod ,orad ]Blnta[a ap e.rduuars ou-;esuad ap seu

-onrpuol ue soLuElsa Áoq ora¿ e]on¡gd Pl ap olpJP] oluelLxlrqnfsep un ap leq:ad

-sos erpq anb pnlrlte eun ?lsEtl 'osel u¡3¡u ua 'Á ',,o.r1ar,, Á erruug¡od uqtreradn:a]

pun olse ua oenolgs oN'sernlfnrlsaerlur sapuer8 sEl ep'pPpnllPl ap lernlrnJlse

eepl pun ap Á ,sopnu ap ,( so[n¡1 ap plqpq as 'sE]n]fnllsePr+ul sP^enu sEl ap ElPlsa

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-puoDun] lOEte ¡ap ,enueSur safa^ € 'ugr:eradncat Eun ',eJuatuP^rl:a}a 'r{eq eloqy

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-u¡¿] 'Á 'sotf Urpe sns ep allull lap 'souPjlxa soluauela sns ap osnllul 'sopl[a1sns ap

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'PUolalrP8 ap u9llnlos El otuof

ugrfuelp El upL.trEll ou 'o8requua urs'Á'ugrquue]'uPUollunj anb sepuo¡ 'sPqlnu

158 forma de metrópoli bastante original. La densidad no es sólo cuestión de acumula-

ción de usos, sino que también una cuestión de la variedad de estos usos. Y esa

promiscuidad provoca, precisamente, no sólo usos mezclados continuamente, sino

la aparición continua de excepciones. Es la continua intromisión de elementos dis-

cordantes en la homogeneidad lo que, de alguna manera, caracleriza la condición

promiscua de estas ciudades.

Es muy importante, en el mundo globalizado, aprender a leer las diferencias. La

globalización no siempre comporta necesariamente la anulación de las diferencias,

y, a veces, en ellas radican precisamente sus posibilidades. Tenemos una visión

demasiado tópica del conocimiento crítico del urbanismo, del conocimiento de las

ciudades. La capacidad crítica, la reflexión intelectual, es bastante pobre. Conoce-

mos las ciudades por los clichés culturales, por los libros, las diapositivas, por los

viajes turístico-arquitecturales. Criticamos o apoyamos unos esquemas de ciudad o

de urbanismo basándonos en clasificaciones críticas, a veces simplemente gráficas,

muy limitadas. Conocemos menos la experiencia de las ciudades, conocemos poco

las ciudades por haberlas recorrido a pie, por cómo se viven o cómo han sido

hechas. Esta limitación produce verdaderas carencias en nuestra capacidad común

de leer las ciudades actuales o, más concretamente, de leer la parte actual de nues-

tras ciudades. Esta dificultad de discernimiento me parece una de las limitaciones

culturales genéricas que la cultura arquitectónica, incluso la cultura en general, tie-

ne en estos momentos. Me parece que éste sí que es un problema a la escala de

este congreso.2 Saber leer las ciudades actuales no estan evidente. Hace cincuenta

años, los geógrafos urbanos describÍan las ciudades. ExistÍa una disciplina, la geo-

grafia urbana, que leía y explicaba cómo eran las partes de la ciudad y de qué

se componían. Hoy día esto no existe. Los geógrafos se dedican a otras cosas. Se

dedican al análisis del sistema de ciudades, pero no al análisis de la ciudad en sí. Las

partes de las periferias, o las partes de relación de las periferias con el centro, hoy

nos parecen lo mismo. No sabemos distinguir porque no tenemos los conceptos, la

taxonomía, Ias palabras para hacerlo. En este sentido, nos faltan las palabras más

descriptivas, las más realesy, quizáparageneralizar, abusamos de lostérmlnosfun-

cionales o de las palabras mecanicistas escondiendo así nuestra imprecisión.

5urgen dudas. Algún arquitecto importantisimo y conocedor de las ciudades ha

escrito, por ejemplo, que hoy día las ciudades son todas como Atlanta, Singapur y

Los Ángeles. Aunque, entre Atlanta, Singapur y Los Ángeles hay enormes diferen-

2 Congreso de la Unión lnternacional de

Arquitectos, celebrado en Barcelona en r996, en el

marco del cual fue impartida la conferencia que

aqui se reproduce.

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-rLr.r?l ue uPSPq ol sele^ serlo enbuns 'sopEzPrl or.uof leruolot ugDppun] ns op lr]

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'seouara¡p salpnlrp sns ralouofai ap pepr:ede: ror{eu uoc ugrque}

,{ o1:e;e sglu uol sepppno spl ep spuJ;ojr sEI rEJrru p eUasua anb ugr::a¡ eun sa ¡{ 'o:

-rlslupqrn o¡nrglcadsa un ugrqLr.rp] sa o8an¡ apsap ored 'ls 'or+?lso olnlg]tadsa un

sa 'oluord ap rod 'pppnn El ua selurlsrp sezard sesa sEpo] ap ugnplnlrup El eiuasard

as ougl lE^resqo r{ -sgrlap

Áeq anb snBq}uow so¡ I sapepruul se¡r{ su.reg noN ep

u¡pref suse: se¡ Á eyo¡ ep 'Eo?rD ap 'ppre) ELxpl] ?l ep- seqruesua sol ap IeuU le

oppnlrs ole.¡3ur aluou asa 'olaurpl lp rqns apand as ugrqLuEl'puolafi€g )aalue¿

'seeugrodureluor sr¡odgrlaLL.r seJ oppprnr uot reel ep ugnpp

-ueuroler e1 uo: ran anb auail anb,,( trurlap gtplualut anb se:r1s1ra1:pre3 ep olapou

un p oprqep sa o¡1¡ edornl ep rns lap sapppno s?l ap Eerg pLlstLr..l plse p ueleu

-a¡ad sepot orad 'sepepnrr serlo ep ¡e a¡qe.redulo: se rs EllzaLr.r ap odrl la 'orqupl

ul spupuelE su¡ o susa¡3ur sel 'sesapu?loq sel uor o:oduz1 olr]grsv elsepns Iep

o spuplualueapou ser.ra;ued se1 uor o:od ,(nur eluaLueyer] ^

pEpnrr ap sodrl sor¡o

uor 'o8anl apsap 'raA anb euerl ou enb o3¡e s¡ 'soluau.lala soL.Lrrslqfn[u rot]adns

uapJo ap sappprun ue plnfrup anb eza¡1aq pun ap 'pzallaq ?suaurur ap 'o¡uord ap

;od 'o¡nrglradse un pna.rdB eS uareq e¡ anb sauor:e¡ar segenbad se¡ ua 'soprfatr ua

'saluauodLuor ¡( saued ua es.rerr¡dr1¡nu ese ua 'eue¡rad elep pu)olezanbu e¡ 'r¡od

-grleLu El ap ugrtrsodu.ro: e¡ re¡dr-ualuor 'gllp epsep ',{ 'rlu?W eled lups ap eurlor El o

ugLlp¡ ]ups ap purlor u¡ 'tz8arqo¡1 ¡e olunf ,{eq anb seur¡o: sEl ep pun e rrqns apand

as lenlrE Euolaf.reg pl uerq ren e;ed 'seuorsu¡o s?qlnur s?rlo ua opr¡adar au{ oLlol

'sepppnn sel ep ornln1 lp rpuodp Epend otr4o orlsenu anb o¡ ep

ugnou pl rapred e Á sesor8r¡ad sauone:rrLl¡duurs e rena¡¡ apand spsot selsa erqos sgLrr

o31e nzTew ou 'ueunser u3 soased ep Á seze¡d ap 'sotrqtpe,( sa¡1u: ap ueluoduio:

es sppo] anbrod selriugpl uera opesed lep sepppntr spl s?pol anb.rr:ap Elrqel ugrq

-LUel'ouelur alsa uof 'anbro¿ sa¡enEr uos anb reLurrrLe apand as ou 'o¡sanduuotsap

,{ opeluauu8e;; ¡er:udsa pLxe}srs un splla sepol ueuet} enb Á 'se}srdo}ne ap ugrso¡dxa

eun ,( soue sourlll sol aluEjnp opueuar] olJolplutpa wooq un opeluauuadxa

upq sepol anb ap resad e 'aluaL!lper anb rarr s.led ouroc aluarfr1ns ol otzouol s?l

'oqrnu seUefouol urs 'o^ 'sapEpnn splse elqos ptfuauadxa ns.reqotduol ouenq

elles 'Eppu ua ua:ered es ou 'plzouol s?l oun anb o:od E 'sapppnn selsa 'sprf

aa:

160 nos de infraestructura generativa, que soportan usos derivados indiferentes.

¿Cómo son de distintas las grandes ciudades del norte de Europa? La relación

generativa entre infraestructura y uso existe siempre, es verdad, pero producida de

modos bastante distintos. Encontramos tamaños muy desiguales, con unos grados

de promiscuidad, de densidad o de adaptación al territorio muy variables. Y eso es lo

que da la forma a las ciudades- Y eso es lo que determina cómo se vivirán y, por

Io tanto, las distintas calidades de vida que ofrecerán.

Es evidente y bien sabida la comprensión estructural del crecimiento entendida

como aquello que se genera desde el flujo de los sistemas generales, como lo que

posibilitan las infraestructuras. Pero hay muchas otras lógicas en la metrópoli del

sur de Europa, más complejas y aleatorias, tal vez menos deterministas, aunque

tienden más a seguir comportamientos posibilistas de aprovechamiento de oportu-

nidades que a ser consecuencias deterministas generalizables. Nuestras ciudades,

en gran medida, crecen gracias a acciones ocasionales que aprovechan oportunida-

des de suelo y de emplazamiento, de novedad o de residuo, de publicidad o de

escondite, de vecindario o de aislamiento. Y las nuevas operaciones no siempre

están relacionadas con el sistema de infraestructuras -como

ocurre, por ejemplo,

en los llanos del Midwest americano o, a lo mejor, en las metrópolis asiáticas-. La

forma de nuestras metrópolis sigue más un modelo "de aprovechamiento de opor-

tunidades fragmentarias" que el esquema determinista del funcionalismo estructu-

ral. Aquí hay mucho de aprovechamiento de condiciones especiales del lugar, que

vienen dadas, por ejemplo, por latopografía, o por las ventajas sobre todo de vecin-

dario. Estas relaciones de contacto perimétrico entre las piezas urbanas, esta lógica

de mosaico como principio de crecimiento de la ciudad y la idea de crecimiento por

lateralidad, no sólo por creación de infraestructuras, son importantÍsimas en nues-

tras ciudades.

En este sentido -y ésta seriala primera tesis polémica que aquí se plantea, por lo

menos en los términos tradicionales de los especialistas-, quiero rompe r unalanza

en favor de una forma urbana difamada y maldecida, la llamada " mancha de aceite".

5e ha alertado contra el fenómeno de la mancha de aceite, se ha dicho que las gran-

des ciudades crecen como manchas de aceite, que eso es intolerable, lo peor que

puede pasar, la imagen del desastre, del caos. Pues bien, encuentro la "mancha de

aceite" bastante interesante, y quisiera recalcar sus ventajas, aun a riesgo de ser un

poco esquemático en su defensa. No pretendo elogiar la falta de control, nijustifi-

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162 que se forman, de la creación de microclimas o de enclaves (por ejemplo, de buena

residencia junto a otras de residencia barafa paz poder conseguir un lugar espe-

cialmente privilegiado en cuanto al clima, las vistas o la vegetación). Para estos

enclaves privilegiados, incÓmodas.vecindades aceptadas, que permiten un aprove-

chamiento oportunista y una concepción de la ciudad como un hecho básico de

topografÍa. Y es esa interacción la que prOduce una escala de promiscuidad en las

diversas partes de la ciudad espacialmente distinta de la que se da en otro tipo de

metrÓpoli.

Un tercer aspecto característico sería el "grano pequeño". BarCelona es una ciudad

donde el grano pequeño es ¡mportante -"grano" como en la terminologia clásica

de Kevin Lynch, donde este térm¡no hace referencia a la abundante variedad de

tamaños de los elementos, de las. piezas urbanas-. En Barcelona, por ejemplo, no

hay grandes solares -el caso de la llla Diagonal, uno de los edificios completamen-

te fuera de grano de la ciudad, muy grande, es excepgional-. En Barcelona, un

solar de media hectárea es un solar muy grande. Y muy raro. Y de eso también

podemos dar explicaciones: la estructura mercantil de la ciudad, la división de la

propiedad, la inexistencia de una casa Real o de un poder central en 14 ciudad que

se representara con grandes palacios o jardines, la ausencia de una aristocracia que

acumulara fincas y creara grandes piezas. Eso no ha eXistido en Barcelona. Por lo

tanto, el grano de las unidades de la ciudad es más bien pequeño, y eso provoca

una variedad muy alta en la interacciÓn, y, en las zonas de contigüidad, situaciones

especialmente interesantes. Por ejemplo, una de las zonas más ricas de Barcelona

es la frontera entre el Ensanche y el casco antiguo. Es precisamente ese valor.de

junta que aparece allí, las charnelas de la calle Fontanellay laplaza urqulnaona,

de la plaza Catalunya, de las dos caras de las rondas... También son de gran riqueza

laszonasdonde se une Crácia con Sarriá, o con Horta... No sólo son esenciales las

piezas, sino cómo se tocan estas piezas, todas tan buenas, que el visitante de Barce-

lona reconoce cuando dice: "Hombre, es que Barcelona no es sólo bonita por las

Rambles. Es que, vayas donde vayas, te encuentras no sé qué, y no sé cuántos. Y

vas a Crecia, y vas al mar y vas a tantos otros s¡tios". Es im portante llamar la atenciÓn

sobre esa articulación de las partes.

El grano pequeño, el hecho de que las cosas de menor envergadura se hagan con

meticulosidad, es tamb¡én lo que ha hecho meritorias muchas de las recientes

actuaciones en la ciudad (y en otras ciudades prÓximas) donde, efectivamente, se

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164 las fundaciones coloniales, pero también forma parte de una relación imprecisa y

múltiple de la metrópoli con su territorio inmediato y con su territorio más lejano. Es

una relación de jerarquÍa, de continuidad, que no encontramos en las metrópolis

contemporáneas de Asia, Sudamérica o de la Europatransalpina. En el siglo xvr, a

muchas poblaciones interiores de Cataluña se les daba el nombre y tenían el título

lurídico de calles de Barcelona, a pesar de estar, a lo mejor, a dos días de camino.

Eso refleja una concepción del territorio extraordinariamente moderna, que está

muy relacionada con la idea de que la distancia o la separación no es lo único que

caracleriza la pertenencia. He descrito en los periódicos, por ejemplo, el eje del

Llobregat como un eje de suma importancia para Cataluña. Otros habría, no cabe

duda al respecto. El Maresme podría ser otro frente importante. En cualquier caso,

me reff ero a unaorganización de los sistemas viarios urbanos que es de largo alcan-

ce, como se puede encontrar en Palermo, en París o en cualquiera de las ciudades

grandes del sur de Europa. Milán, por ejemplo, tiene un sistema de vialidad prima-

ria que llega hasta Suiza, un s¡stema que no incluye sólo la gran infraestructura, la

autovÍa o la carretera. Es un sistema de organización urbanay que, por tanto, tiene

continuidad en callesytejidos, aunque éstos sean intermitentes. En ese sentido, las

rondas de Barcelona, que tantos méritos tienen en cuanto a su buena ejecución, al

esfuerzo invertido y a la inmediata solución de problemas de tráfico, son, en cam-

bio, una estructura en buena pañe contradictoria con el sistema primario barcelo-

nés, y que en un futuro de quince años puede resultar limitadora paralaorganiza-

ción de una Barcelona más amplia. Esa idea anular de ciudad, en una ciudad que no

tiene nada de anular, sino que es tentacular y, de alguna manera, abierta hacia afue-

ra, no cerrada en sí misma, puede, unavez superado el primer efecto estimulador

de los cambios, resultar conflictiva por dar servicios viarios de forma más imprecisa

y extensa, menos optimizaday compacta, más intermitente pero menos introverti-

da. Sostengo Ia opinión de que nuestras ciudades, "nuestras" en un sentido geográ-

fico algo vago, no debieran funcionar tanto con anillos. Son más apropiadas las

estructuras tentaculares, estructuras más lanzadas hacia el territorio, que son las que

definen lanaluraleza imprecisa, un poco de magma, de mucha condensación y de

acumulación y de densldad, característica de nuestras ciudades.

Mancha de aceite, topografía, grano pequeño y vialidad abierta son para mí notas

características que hemos descrito para Barcelona, pero que tienen valor general

conio definición de un modeJo de metrópoii. Un modelo donde la contigüidad,; , ' . '

es más importante que la continuidad, y el tejido pringoso y amorfo de ciudad es

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Se ha dicho que las periferias urbanas son espacios donde el "sentido del lugar" no

existe, donde la ausencia de historia y la falta de determinaciones locales reducen a

cero la identidad del locus en el sentido clásico. Cuando tanto discurso sobre la

proyectación urbana ha querido basarse en el respeto y la fidelidad aese genius

/oci, descubrir las periferias como lugares sin identidad espacial se propone a veces

como una afirmación liberadora y polémica.

5in embargo, se puede partir de un análisis diverso. Y afirmando que, erfecti-

vamente, el sentido clásico del lugar ha desaparecido en aquellas áreas urbanas

donde prevalece la discontinuidad de las formas construidas pero, donde los

espacios vacíos son predominantes, hay otro sentimiento del lugar característico:

el de la sensación expectante de los vacíos y el de la de indiferencia de las cons-

trucciones.

No estamos diciendo que las construcciones periféricas se definan por ser

indiferentes en sí mismas como objetos, sino por ser indiferentes entre sÍ. Es su falta

de diferencias sensibles lo que hace de la periferia un terreno verliginoso de imáge-

nes, que los fotógrafos y cineastas contemporáneos han sabido alrapar, pero que

los arquitectos asumimos con dificultad. Lafuerza de esos paisajes radica en que la

actividad y la construcción -temas que tradicionalmente tratan los arquitectos-

son siempre más débiles que la presencia continua del espacio vacío. Y ese prota-

gonismo de los vacíos continuos y contiguos aparece como condición del lugar

periférico precisamente porque ahí ni la "diferencia" ni la "repetición", en el sentido

de Cilles Deleuze,2 han ocupado el espacio.

Como urbanista, tiendo a ver la característica más atractiva para proyecfar la

periferia en esta especial fuerza del lugar. Si superamos la visión grandilocuente de

la periferia como "poblado global", tecnocráticamente uniforme y atomizado,

y también las tradicionales visiones sólo denunciatorias y regeneracionistas -queasocian periferia a especulación, desorden y miseria sin ver más allá-, nos encon-

traremos frente a las dificultades estéticas que implica siempre eltrato con el vacío,

pero también con el reconocimiento de un campo de libertad para el pensamiento

urbano que puede orientarse como posibilidad de futuro y aun de presente, sin

limitarse a deficiencias pasadas.

Por no tener forma establecida como estructura urbana genérica, los lugares

periféricos son sobre todo ocasión y oportunidad. "Desde Andrea Palladio a Bruno

Taut, a Tony Carnier o a Frank Lloyd Wright, los nuevos territorios arquitectónicos

se han imaginado en los márgenes de la ciudad establecida. Los espacios periféri-

cos de lo todavia no hecho, solicitados sólo por referencias discontinuas de la urba-

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ouolelfunuap ouol lep etra;uad ap Eapl e¡ 're'redas lll!,tlp Pre soge solod ace¡

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168 sente tanto en el neorrealismo italiano como en El larama de Rafael 5ánchez Ferlo-

sio o en el pijoaparte de Juan Marsé,4 y la arquitectura progresista respondía a esa

periferia vil proponiendo la propiedad pública del suelo, los barrios piloto, la disci-

plina urbanísticay las new towns. Algunos intentos más refinados, como las pro-

puestas de "ciudad-territorio" o de "metropolicentrismo", que empezaban a com-

prender que la denuncia dialéctica no se superaba, a la larga, comparando la

periferia con la ciudad central, sino imaginando un territorio urbano más complejo,

tuvieron el éxito intelectual que merecÍan, pero no su aplicación práctica.

La periferia vil continúa presente. Todavía hoy solemos leer repeticiones del

término "periferia", en general de carácter ideológico, aplicado como categorÍa

sociológica, denunciatoria de deficiencias respecto a un paradigma de ciudad

homogénea, con poco esfuerzo teórico para aceptar lo que de especÍfico tiene

como condición urbana porque, a priori, se rechaza. Evidentemente, las grandes

ciudades han seguido creciendo con gravísimas deficiencias y escandalosas corrup-

telas. Las condiciones de vida, de transporte y de cohesión social de sus habitantes

son dramáticas en muchos casos. Con todo, la respuesta a estos hechos sería dema-

siado corta si insistiéramos solamente en el estigma negativo y opaco de la periferia

vil, que, sin embargo, tenemos bien presente aun cuando hablamos de aproxima-

ciones positivas a la periferia.

También en la década det97o, un trabajo seminal de Melvin Webber, en ple-

no furor estructuralista funcional, interpretaba la periferia como el estadio terminal

de las ciudades, como la fórmula última a la que el progreso tecnológico y la comu-

nicación múltiple podían llevarnos. La socialización del individuo no tenÍa por qué

producirse en un espacio común -la ciudad-, y la "vecindad" (intercambio y con-

tacto) podía producirse sin proximidad (propinquity). La ciudad total de Webbers

descubría en términos urbanÍsticos la aldea global de Marshal Mc Lughan, y abriala

puerta a una visión optimista de la dispersión territorial y a la superación del modelo

urbano compacto. Ni contigüidad ni continuidad eranya requisitos de una urbani-

zación global en la que todo tipo de medios de comunicación habÍan vencido a la

geografía. La "fricción del espacio" que tanto había preocupado a los teóricos de

la economía espacial, y que estarÍa en el origen de la existencia misma de las ciuda-

des, era, por fin, nula o de una importancia casi despreciable.

A aquella emblemática proclama podemos referir el desarrollo posterior, en la

década de t98o sobre todo, de una justlficación elogiosa del desorden territorial y

del em pirismo periférico. Las Vegas según Robert V enluri, Blade Runner , la metafÍ-

sica espacial de Wim Wenders, y desde antes, el empirismo periférico de David

1 Manuel de 5oli-Morales, Periferia abrupta,

Montigalá, Badalona, 1986.

2 Manuel de Solá-Morales, L'Hosp¡talet,

Barcelona, 't997 .

3 Manuel de 5oli-Morales, 5aint-Nazaire,

1995.

¿ Shirdel Zago Kipnis, Metapolis, Los

Ángeles, r99r.

5 Manuel de Soli-Morales, Alexanderpolder,

Róterdam,1992.

4 SÁNCHEz FERLOSIO, Rafael, Eilaramali955l,

Fdic ones De(l no, Bar(e'o-a -zoo6', MARSÉ,

)uan, Ú ltim as tardes con Teresa Ir966], Seix Baral,

Barce ona, 2oo5"; y MARSÉ, I uan, Ronda del

Cuinardó [1984], Fdirori¿ Críl;(¿ 2oo5'].

5 WEBBER, Melvln, "El orden en la diversidad:

continuidad sin proximidad" h9631, en WINCO

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de Mat,1976.

e sorÁ-¡¡onRrr5, Manue de, "The culture of

Description" en Perspecta 25, Y ale 1989.

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170 PROYECTAR LA PERIFERIA

En el Laboratorio lnternacional de Urbanismo, "Proyectar la periferia", que inicia-

mos en Barcelona en la primavera de t99t, y que hemos repetido por cuatro años,

intentamos una aproximación a los proyectos y a las ideas aplicadas a las periferias

de distintas ciudades europeas, no entendiéndolas negativamente como degrada-

ción de la ciudad central, sino, al contrario, como tenitorios activos del posible pro-

yecto contemporáneo de metrópoli.

No hay duda de que, en este planteamiento, partimos de una actitud positiva

sobre las periferias urbanas. No sólo eso, también de la convicción de que se trata

de un tema prioritario para el futuro de la ciudad europea. Pero queremos ver la

periferia como un dato concreto, como un lugar de características físicas precisas,

de in-diferencias e identidades, de formas y distancias, materiales y movimientos.

No es fácil. El hecho de que muchos talleres del Laboratorio eligieran para el trabajo

problemas de periferia muy determinados por fragmentos de Ia ciudad preexisten-

te muestra la preocupacién de sus responsables por una actitud terapéutica, aun

apreciando las oportunidades proyectuales de los Iugares elegidos.

Pero "proyectar la periferia" es hablar de una idea que no necesariamente

coincide con el campo geográfico de la periferia existente. Proyectos de periferia

pueden hacerse, desde luego, para recupérar algunos desgraciados suburbios

preexistentes, perotambién paracrea( otras periferiasválidas ex novo. E incluso

hay proyectos periféricos dentro de las ciudades centrales o proyectos periféri-

cos sin lugar, "atópicos".z

Pues si las imágenes plásticas de lo periférico abundan ya como dato estético

¿no tiene sentido imaginar propuestas urbanÍsticas, social y arquitectónicamente

positivas de estos fenómenos sin necesidad de "recoser" o "monumentalizar" lo

existente? ¿No hay pensamiento nuevo de cómo integrar edificios, vacÍos y accesos

construyendo lugar y paisaje de forma simultánea? ¿Ha de ser la idea del fragmento

necesariamente una excusa autojustificativa, o podemos crear fragmentos con sen-

tido estructural de alcance más amplio? La "repetición sin concepto" a la que alude

Gilles Deleuze, ¿no puede sustituirse por una "diferencia sin repetición"?

A lo largo de los seminarios del Laboratorio, varias ideas aparecieron con cierta

fuerza inicial. Por ejemplo, trabajar con el concepto de "resistencia" material (Rober-

to Collová) dada por trazados, arquitecturas y límites topográficos preex¡stentes

que definen, en sus distintos grados de dureza, las formas propias de la periferia

distintas de las de la ciudad ordenada. O la idea de la "destrucción del lugar" (Enric

Miralles), también definiendo la periferia como algo que está en la materia física de

7 GREGOTTI, Vittorio, "De la atopia'', en U R 9 / 1c'

Barcelona,tggz.

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ua rprado anb uoJ splur]srp seJaupu spl relouofai Erpd 'setlSglodtl sauot:e:t¡tuoz

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'lla 'solr]gual sanbred 'sauonpf runL!ol ap sopnu 'ottt^ras ap sealg

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-rue¡d re¡ua¡ur a olans lep osn ap sourL.ur?l ue epeapue ras apand ''lle 'seutf Uo op

sonbred 'selqenu ap seroirsodxe 'salpnreurol sorlual 'sBfuer8 'so:uglsrqatd o so:

-r1gn:u senbred 'se:a1o:stp 'se.raur¡ose8 'pralarlpl ep saluelnelsa; 'saueluulP 'sal

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-Eqrn ouolurai 1ap ¡erauaB sgupw)olel 'lsu 'ros uellnsa.l anb sol:truas r{ sernlontlse

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oueqrn puelsrs Á orrr;rpa arlua oSolgrp ll 'sosn ep o sorlqrpe ep 'surlrL.uej o sodnr8

rod leluozr.roq ugr:ezruaSouuoq eun rod ;esud uts 'elueup]larr6 'oue1r¡odortrauu

Eualsrs la opo] e o]¡adsar p^rlfp ppprun pp?l ap sauotlplel su¡ ap .rr¡ed e 'sot:

-|}lpe ,( sosn enrsarSo.rd uLuro; ap Ellts sP^tlEler sPtfuelstp ap oprfal un opol

'PrelarPfPl PoallEr

El E pnuplsrp 'ouurxgrd sglu oJ]aur lp plluelsrp 'oyandorae lp o pepnrr el E Ptlue]slp

'rprx lp ¿nuplsrp 'punan eluU El p enuplsrp :ouolural ¡ep ugl:edn:o El ap Pprpuorse

mrSg¡ e¡ ar{n1r1suo: anb r{ so}uaru-tuzeldwe so¡ ezrue8ro anb settuelsrp ap EL.rJalsrs un

¡qe Ae¿ 'olunfuor ap ornard uapio un u otredsal urs 'sorl4tpe sol ep oluorLr.rEzeldwa

¡a ueLur.rd 'saluaururea;d splsr^ o se4erSodol ep l?npr^rpur ugrtelo¡dxa 'eltpuolsa

ap 'ouprluol ¡a rod 'o peprrr¡qnd ap seleluan'osallu ap serluera1ard 'sapuprnrpu ap

ugnuzrlplol ap soualuJ '!s solla arlua sor¡edsa sol 'lpnsef sa ou soptnllsuot solalqo

sol arlua Erfuelsrp u¡ 'suaugluodsa oL.Lrol souepuelua 'aluaull?uotluanuor 'enb se¡

u3 'seua;uad spl ap splr]lredsa sa¡er:edsa sauorlpuol spl relouolar alueuodur sl

]J.NVS]U]I-N I VIf NVISIO VI

'ol¡a,,(ord ap soursruu:au r{

solapoLu so¡ ap saror{euu sPlPlsa € o}les un ap sg^ErlE orugluad ol ep lslluelsunlJll

o¡re.redas uuqealue¡d (n€lqleurrxrH doo3-xu¿ jloM'oouertew-llgc )ueH 'orptupl

e11a8r9-rueraLuaS onnl 'llpM xalv '8lseg-eznaD uppupV) sarallp] sollo 'sprluelW

'olrsgll oprlues la ua soppLxrolsue.r] ou o soupqrn ou sare8n¡ soJ ap oluerulplrr]

le (uesuErlsuLl]-lanf ualsrpl) ,,oq)u,, o ,,olueL.unuou,, or.u03 opu?luorlv 'opuEJroq

'?rluor ele )enpe anb Áuq anb ¡e arqos o.rad 'opeururalap eluetueruglsrq re8n¡ un

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't72 el Interior de esas zonas. Y fatalmente tiende aseparar unas de otras, creando recin-

tos auténomos con cierta distanqia de respeto, en apariencia neutra, y convencio-

nalmente "lÍbre" o "verde", queevite conflictos de vecindad en el tuncioñamiento o

en la forma.

La distancia entre zonas o paquetes autónomos es la ley -negativa- por la

que, de hecho, se eonstruye la periferia. Una ley que cruza la superficie del terri-

torio con medidas, y donde la distancia es siempre entendida solamente como

dato defensivo, ignorante de relaciones y propositivo de nada, sin interés propio,

de forma casual.

Con todo, el juego de esas distancias podría convertirse en un juego intere-

sante. En realidad lo es, cuando vemos la riqueza de situaciones que produce y

las posibilidades de interpretación estética, arquitectónica y paisajfstica de esas

situaciones. La proyectación de la periferia puede conjugar la autonomía y la efi-

ciencia, que son las dos condiciones necesarias para una periferia positiva, con el

entendimient-o de los vacíos como distancias "interesantes", crÍticamente elegi-

das por su eapacidad figurativa y por su racionalidad ecológica y paisajístiea. No

se trata de pensar en los vacÍos periféricos como áreás que proyectaren si mis-

mas, sometidas también ellas a la disciplina de un diseño -más o menos mÍni-

rno- de zonas verdes o naturales.. Quizá deberfamos dejarlos sin forma, pero

reqonociendo su valor abstracto de distancia, y haciendo de esa distancia un

argumento co mpositivo de la f arma u rbana perifé rica.

Iraba¡ar cón distancias no es trabajar con los vacÍos cómo objetos. Es casí lo

contrario de ese ingenuo descubrimiento de recientes diseñadores que han ereÍ-

do ver en los vacÍos -urbanos,

periféricos o exteriores- la ocasión de conver-

tirlos en'obietos, en solares para edificios a cota cero. én arquitecturas sirt volu-

men. Esa banalidad ya ha demqstrado conducir solamente al hiperdiseño, y al

cansancio.

L.as distancias son medidas sin cualidad, son ritmos de presencia y ausericia.

Como los silencios musicales, ayudan a entender las frases son'oras por el ritmo de

las pausas, y por la espera constante del intervalo. Más aún, podemos pretender

gue el proyecto de la periferia utilice las construce iones para haeer sentir los vacíos,

igual que Frederic Mompou perseguÍa, con la belleza de esc¿sísimas notas, hacer

oir el silencio, crearlo.s

Trabajar con las distancias, hacer de su dominio una experiencia cultural, es lo

que las periferias métropólitanas permiten y agradecen. La suma de distancias,

como una inmensa integral, permite un juego estratégico en el espacio. Como las

8 MOMPOU, Frederic, "Milsicacallada", en

Pequeñ as suites para piana, Barcelona.y'aris.

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-r.rad ap ugnecr¡d11¡nLu sl 'elelsa uer8 e 'opueruasqo alueprne atruaurletcadse e¡¡nsat

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spl ap rolp^ le ourgr uprJsenLr.r selpnlfp spupqrn serraluad spl ugopnll? ap ser

-oÁeuu su¡e:sa ? Elpualxa as anb eprpau p eluef urluof soueur ras op?]lnsal eq 'mr8

-g¡odr1 Á Erl.rlgL.unlo^ u9r:r¡adar e¡ .rod peprnurluor ap sauonrpu03 salEUoorperl spl

Irnlrlsns r{ seuerA seuoDpeurlp sPl ep soDurpa so¡ ap ugr:rsod PlJPraq¡l ¡e 'ofnpord ou

-repour oluarurnoLlr ¡a anb seueqrn se¡8ar su¡ ep ugrso¡dxa El .sauaur!lo^ sol 'sosn

sol 'lEuelpu ¡a 'e18o1od11 pl ue sepppup¡n8ar serlo orqu.lel ua pqpLupller 'ourepoL!

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arlua enrlrsod ugr:eredas El arqos ugnualur ap sepuS.re: uglse saluesaralur sEnuB]

-srp sEl 'rpuploW orS.ror¡ ap seuo8apoq sol ua oLUol o'ou.tsttrzuardns la ua ouof

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uelelEf o"rad 'se¡¡e ep souall uglsa 'spL!rxgur o spturultu sE¡luelsrp ueprenB soueqrn

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e.r1ue pepunBeseprcd'selsr^ spl u{ oprnr lap as.rapua;ap urzd 'erquuos e¡ Á oalose ¡a

ered serruelsr6 o8anl ap seÁa¡ uo¡.rLur.rduur osrnb elsr¡euo¡lunJElrlslupqrn e1 anb

lpnos relseuarq ¡ap e:r3g¡ Eun uor 'oupqrn orlua: ,( o8anf ap odure: a;1ue 'o:r¡q¡d

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ap ouell orqu..rpl ua orad 'opu:r;ru8rs ap Á osn ep o!le^ gras anb 'sonurpa arlua

or¡edsa ¡a uednro anb sa¡qrsrnur salrtu.ll opuprreLu 'oueJJe] le erqos opueurol sElal

-ered seau¡¡ ap sered e¡ttue4 A rf rq lurel erlue 'souolpad ,{ so¡nc¡qan ar}ua 'ppet.lie}

A u¡prcl lap EllE^ arlua 'allpl Á ese: a.rlue plluelsrp puruJW 'aluaup^rsnap sgtu

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EL CORTE DE LA CIUDAD

Cuando lldefonso Cerdálraza, sobre una cuadrícula regular de más de 9oo manza-

nas, una diagonal a3o", está introduciendo algo más que una conexión rápida entre

los extremos de su malla: está definiendo el elemento sintético que permite la com-

prens¡ón instantánea de las dos direcciones de la cuadrículay organiza unos espa-

cios que hacen evidente el tamaño de los edificios, unas sombras y luces distintas

de las regularmente repetidas en las calles normales. Sin la avenida Diagonal, la

visión de la escala de cada manzana en relación al total sería imposible, y la com-

prensión de nuestra propia ubicación como individuos moviéndonos en el conjunto

careceria de otra orientación que la memoria de los lugares ya conocidos.

La Diagonal es un escáner, un corte anatómico que descubre laorganización

interna del tejido, y su presencia no sólo enriquece la forma urbana global, sino q ue

resume una forma específica de comprensión de la totalidad. Su forma y posición

distintas se marcan precisamente en relación a lo genérico de latrama común. Las

diagonales barrocas de Christopher Wren para Londres o las de Pierre L'Enfant

para Washington ya conocian estas propiedades.

Los individuos usamos la ciudad haciendo cortes en ella, diagonalizándola. La

diagonalizamos físicamente cuando es posible, o la diagonalizamos mentalmente

con nuestros recorridos a través de ella, siguiendo nuestros intereses, nuestros

gustos o también la memoria de las referencias que de ella tenemos.

Por eso son tan importantes las largas calles que enhebran muchas partes dife-

rentes de la ciudad y llegan acruzarla entera. Broadway, en Nueva York, cofta en

esviaje las piezas rectangulares de Manhattan, haciendo comprensible la escalay el

tamaño de su retícula. La calle lnsurgentes, en Ciudad de México, con sus 30 km de

longitud es el espinazo que alimenta y enlazala enorme variedad de los barrios, de

tantos usos y actividades distintos, con toda la gama de diferencias en la edificación

y el carácfer . De manera semejante, y en otra situación cu ltu ral, la Ku rfu rsterdam m

de Berlín coftatoda la ciudad, al igual que el eje de la Rue Saint-Denis en París, la

avenida Corrientes en Buenos Aires, o la M-3o en Madrid.

Todos ellos son esquemas viarios de fortísima identidad, como secciones lon-

gitudinales de la ciudad capaces de asumir sus distintas partes en una experiencia

simultánea. La unidad formal de la ciudad aparece a través de ellas no como forma

global o como diseño homogéneo, sino hecha de secciones encadenadas, relación

de contigüidad entre partes distintas, tan sensibles como distintas, y distintas a la

fuerza.

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-srp sol opue;lsr8e; en 'oue¡d lap olrsr.u ¡adud ¡a e.lqos spuesar ap ugnelntunle rod

oq:aq 'enb oupqrn udeu ns ep ugornrlsuol el ua ual] lap sp,A spl ep Á sasnqolne

ep spaull seunS¡e ap lplueu er:ue¡;oduur el plelsec 'ofeqerl ordo.rd ns 'sapplsrue

sns ap Eouaprsar El :sarEq so¡ 'sursa¡3r su¡ 'sanbred sol ap ugnrsod e¡ 'soprlo:ar

sns ploue ,{ sa¡¡u: se¡ ;od e8en 'psour nrq Á epau; ¡q 'auuoua 'ese ¡3u r pppn rr 'uo}selE

p opprnua oduarl un;od erueq ap sgluEJJ opea¡dr-ua '¡ana¡ sanbte[ so]Ep Á sauol:

-ESuas 'sEr.roLUaLu opuElnLUnlp pA seseLx ap o3-re¡ ol p 'aluaL.upnrsatSo.rd 'Aeue4xe

pPpnD Pun rnrzr B ezardura uarnb ap e8r.r1ur El ue af nporlur sou rolnB ¡aq:r61 'o96l

ep Epergp pl ep ueu.roU nEa^noN lep lpnnlt etqo'odue4 ¡ap oa¡duta ¡1 u1

'or:edsa lop pEprluapr el erpq euzlr¡odorlauu pnuelel.lol El ep ugrs

-ua-lduuo¡ui E-l EnuauaUad ap err39¡or:os ppprluepr pl .rluas soLr-repod i(oq apuop

se solsell ep pEpnD Pse ep -eluaDsuol

aluaLlErJpseleu ou- ugDpsues pl uf

'uonlnrlsap ua senbrrd e.ted Augoxt ]suol ua serqo e.red 'sa¡e1

-rdsoq e.red o sorpplse e.red 'so:u1rq¡a saloppLlto;sueqercd o saua-r1 e-red solt¿dsa

ep 'seuonplsa ap Á safe.re8 ap 'salerlual ep Á seroperndep ep 'sereq ep 'spunrlo ep

'surrqg1 ap 'spsel ep soureq ap 'resn ep splurlsrp sepuerl ap ';esed anb se¡ rod sa¡q

-rsod sa¡¡e: ap erdord ugrf relas pun uol 'pEpnn ns e.rn8rrLuo: ouEpEpnn ppel selpnl

se¡ u¡3as spreuelu seqlnLlr Áeq ora¿ erdo.rd areLl pl ,{'pepno El ue EptA pl}senu

elu eleq spnuere¡p se¡ ap er.re8ua ll salqpUprlua osnllul sele^ E Á se¡qrBr¡etur

spL!elsrs so¡uauu8er; sns ep ualeq anb ugnprdorde ap seu.rol uo: soute¡ueutuedxe

sel 'sepEpnn sel ap soL!aleq anb ¡euos;ad osn lep.rr¡zd y eV ple 6v a¡et El apsap

'upupqupW ua rpespd lp seuooesuas 'sorfUrpe 'sppuet] 'sa;e8n¡ ap senuauadxa

senrsalns se¡ err¡de opupnl ]]auueS preqrE Eluanl El oLr.rol 'enuere1tp pl ep Etr

-uauadxa e¡ alueulesoa;d se pEpnn pl ep pepriuapt pl oluerueuorrunJ lop l,ewto¡

e¡ ap Áa¡ EI sa pnuara¡p pl epuop 'olruUUr orodurel orad lsopr:ouol saltL.u!l uts 'os

-r¡arduur 'lr^gLU opunLr un se plUrluapr as onpr^rpur epe: enb El uol pEpnn E-l

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ap uprotupua as uosuroW ruol ap sor8eu so¡ oLiloJ p,renlE Áeq ou anbrod 'Ella ep

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CVCNI) VI ]C ONVId I]C VI)N]IU]dX] VI

176 PROYECTO COMO TEXTO

Es ciefto que un proyecto en la ciudad es un texto que se añade atantos relatos ya

existentes. Se ha hablado asÍ de la ciudad como palimpsesto y de la forma narrativa

del buen proyecto urbano. Frente a la pretensión de que un proyecto sea la "tota-

lidad" de una obra, la "solución" de un problema, o la "intervención unitaria"

-entendidas por analogía con la lógica industrial del proyecto constructivo, como

racionalización ex ante de las operaciones para ejecutar una obra-, el proyecto

en la ciudad es una adherencia a la dinámica propia de los hechos urbanos. La

capacidad del arquitecto en la ciudad estará sobre todo en añadir, mucho menos

en resolver.

Pero, si aceptamos la ciudad como texto y no sólo como contexto -o como

pretexto ¡tan al uso!-, podremos defendertambién un modo de proyectar experi-

mental y oscilante, con cambios de rumbo y de encuadre, pero itinerante y lineal

como una narración.

Lo más importante del género narrativo es su linealidad, el despliegue tempo-

ral de sus ideas. Entender un proyecto como un relato es admitir el tiempo dentro

de é1. Tiempo personal en el que será ideado, tiempo material para ser construido,

tiempos múltiples en los que será usado, tiempo histórico con el que será entendi-

do y relacionado con los sustratos anteriores de la ciudad como construcción conti-

nua. Pero admitir el tiempo es proceder mentalmente según procesos lineales.

Otras formas del tiempo no lineales, como las que sug¡eren los bellos ejemplos de

Alan Lightman en Sueños de Einstein, podrían cambiar completamente nuestro

entendimiento de las ciudades y nuestras formas de intervenir en ellas. Pero no.

Proyectar como narración es tener un punto de parlida desde el que estirar progre-

sivamente las ideas. Volver atrás y adelante, dar entrada a nuevos argumentos,

dejar otros sin resolver, pero no empezar por varios puntos alavez. Entretanto,

puede formarse una trama recia, un objeto, pero siempre como combinación de

argumentos individuales, no tanto como una entidad a priori.

Y no es que la elaboración narrativa de un proyecto urbano permita evasiones

autocomplacientes de independencia, sino que exige la selecc¡ón de los posibles

aspectos de la forma urbana reducidos a unos pocos, los más importantes. Un paso

racional, pero sin método ni recetas. Un ejercicio de juicio en que muchas cosas

pueden expresarse con gran capacidad descriptiva en los cories anatómicos del

espacio urbano.

r Manuel de Soli-Morales, Badalona, i996.

2 Campos Elíseos - La Défense, París.

3 Manuel de Solá-Morales, La Sang, Alcoy,

1992-1997.

4 Kees van der Veer, Nederland Waterland,

1990.

5 Giancarlo De Carlo, Universiti di Urbino,

1958-1964.

6 Philippe Buache, gravado de F. Debrulins,

Sección de la ciudad de París tomada desde

sePtentrión al mediodía, r742.

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178 todo valor se concentra, se expanden hacia una multiplicidad de suburbios y arra-

bales donde el control y la forma aparente se diluyen. En cambio, el crescendo

ferroviario con el que la magistral pelicula de Walther Ruttmann, Berlín, sinfonía de

una ciudad , nos hace entrar en Berlín, hace amanecer la metrópoli con el ritmo de los

campos agricolas,los huerlos, las pequeñas casas, los bloques obreros, las grandes

industrias, los barríos jardín, las instalaciones de servicio, los edificios públicos, las

oficinas y los monumentos, encadenándose desde las afueras al interior. Con lo

secuencial del avanzar del tren y con la cadencia de su martilleo sobre las traviesas.

Las autopistas que entran en las ciudades, las cortan de fuera adentro, deján-

donos imaginar cómo las parles distintas de ciudad se encadenan según una

secuencia vagamente pretendida. Representar esle continuum identifica la ciudad,

también hoy, cuando los híbridos periféricos parecen ser lasformas comunes del

territorio ciudadano. Y, aunque los geógrafos modernos nos propongan otros aná-

lisis complejos, todavía resulta más interesante comprender la secciÓn longitudinal

de las ciudades.

La comunidad de los edificios y las personas que los albergan no puede resu-

mir la idea de ciudad. La lectura de un cierto encadenamiento de sus par-tes en la

que veamos por comparación sus diferencias es necesaria. Porque los monumentos

solos no hacen ciudad, ni lostrazados ordenadostampoco. Lanewtown de James

Craig en Edimburgo, con sus fachadas iguales, sus parcelas y sus patios repetidos,

sus calles rítmicamente previsibles, no podría ser nada más que un barrio bien com-

puesto, o un gran edificio esponjado, pero nunca una ciudad. Le falta la diferencia

y, así, le falta identidad . LaSiedlung Dammerstock de Walter Cropius en Karlsruhe

es un bello concepto abstracto de unidad residencial, pero sin diferencia no tiene

secuencia exterior a sí misma, es un relato mudo (urbanamente mudo). Las seccio-

nes constructivas de la newtown de Craig y delaSiedlung de Walter Cropius son

igualmente inexpresivas.

Con todo, un simple corte de la construcción no es yauna sección urbana.

Representar los niveles verticales, las alturas, las visuales (muy importantes cierta-

mente y cadadia más) no siempre expresa la complejidad urbana. Es en los largos

cortes longitudinales donde, normalmente, se expresa la continuidad espacial de

las distintas partes urbanas, el encadenamiento de las piezas del mosaico, y larela-

ción entre territorio y construcción

La sección urbana interesa cuando relaciona lo proyectado con lo existente, y valo-

raasilaestratificación que nuestra propuesta añade al espesor de laforma urbana.

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18o toda una filosofía de la subdivisión la que, desde NapoleÓn y el iluminismo, piensa

controlar los territorios según modelos celulares. AhÍ las relaciones entre comuni-

dad y pertenencia serian claras,y cierta dialéctica entre individuo y conjunto no

sería tan distinta de las que imaginaba, por eiemplo, Adriano Olivetti.

Pero si sobre esta descripción celular aplicamos un corte (o un recorte) inten-

cionado, la simplicidad de esta estructura se enriquece con un esviaje ("bies") que

la trastoca y de aquella ingenuidad no queda más que una matriz neutra capaz de

otras visiones mucho más especÍficas.

LA CIUDAD CONTINUA. EL RECUADRO

Pero también ha habido siempre un pensamiento continuo de la metrÓpoli. Cerdá'

Ludwig Hilberseimer, Henri Lefebvre, Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Éric Roh-

mer, Kenzo Tange. Las diferencias no tienen que ver con las identidades. Las calles

devienen carreteras y vuelven a ser calles, los iardines de aquí son huertos y cam-

pos y bosques, más allá de las edificaciones que salpican el espacio con variadas

densidades. No hay soluclón de continuidad en el territorio.

Para interpretar esta metrópoli no hay más que el recorle. Y será la manera de

encuadrar la imagen lo que decida su significado.

A los estudiantes de arquitectura les digo siempre que los planos de ciudad no

pueden dejar bordes blancos: la hoja ha de cortarse a sangre, con los trazos de

calles y edificios interrumpidos por el marco del dibujo o el canto del papel. La

representaciÓn de la ciudad es siempre un retal arbitrario, que anuncia la continui-

dad de lo que sigue y ya no alcanzamos a ver. Y que se precinta cortando muchas

ataduras importantes.

Cuando Oswald Mathias Ungers iniciÓ la moda de los pequeños cuadrados

representando fragmentos de tramas urbanas o de construcciones axonométricas

consiguió con ello una generalidad de lo representado y una sensaciÓn de que las

formas se prolongan más allá del recuadro.

Porque laforma urbana no es algo coherente, previo a la observaciÓn o a la

experiencia. Y proyectar la ciudad es recoftar su continuidad latente con una defi-

nición de campo, elegida como hipótesis de trabajo. La elecciÓn del campo de tra-

bajo en el recorte de la ciudad es el acto más sustancial de todo proyecto de la ciu-

dad. Y el recorle temático y expresivo, tanto como recorte territorial.

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182 El plan urbano en la corbata es como una trampa. Es un momento fijo de una figura

que, vista en el plano entero, tiene la pretensión de latotalidad y la sugerencia de lo

inmóvil. Son bellos los planos urbanos -aquí los de Hendrik Petrus Berlage, Cer-

dá, Frederick Law Olmsted y Tony Carnier- en parte por ese inconsciente mensa-

je de fijar lo fluido, el tiempo y el espacio de Michel Butor, Caston Bachelard,

Franqois Reichenbach y Calileo, de Elio Vittorini y Carl Schorske, en una sola ima-

gen, más o menos compleja. Pero recortar el plano urbano añade morbo al asunto,

y nos hace retenerlo, larguirucho y danzante sobre la incierta camisa, como una

centella de totalidad estrellándose sobre nuestro cotidiano vestido. El recorte que

ofrece la corbata es una nueva observación de la forma urbana total, ya conocida,

por una lupa que sobre nuestro pecho acercará una mano sabia.

Ojo. No es igual cualquier corte del Central Park. La cuadrícula de Cerdá, al bies o

al hilo es bien distinta. Las hileras de viviendas de la Cité Industrielle cortada en una

bandatransversal nos dice algo contrario a lo que el plano sistemático sugiere. Aña-

dir corte a la ciudad es, en las corbatas, tan rico de significados como lo es en la

calle. El corte de la ciudad es nuestra apropiación de ella, lamanera expresiva de

nuestra curiosidad. También, seguramente, el modo con el que la inteligencia hace,

de lo común, lo diferente.

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El 'saluanar soup sol u¡ o:r3g¡or:os,{ o:r11¡od'olrtsJueqrn o}uatu¿suad lep oplp

-ug¡dse Á operuruu o¡a[qo ¡e sapEpnr] sEl op ozrq 'ol&ep ppergp e¡ ua 'anb elr..rga]

ugn€Jalare pllanbe ap ope)uu)e upq selpnlre souEqJn seuuerSord sa-ro[aur so-1

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-rnbre,, e¡ uo ezueryUol e¡ ep rr¡ed e'enwud pl uol sEpelua;eduua 'serlg (soituel

'saqf upsua 'sanb;ed 'sellpl) pupqrn eLUJo+ pl ap so:r3g¡odrl solueLrele sa¡ednuud

sol ap roprurlep oluaLUnrlsur oLuol opesed lep seuorfpeurlE sEuenq spl op rolp^

la EqELUElrar 'sepppnn ap so:rrLgrSouoLr sorpnlsa sol ua asopugszq 'EUn u9i:etr¡de

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,t86 dolos- está haciendo de ellas escaparates brillantes del diseño y del consumo

estét¡co, imágenes competitivas de la comunicación masiva, pero sin argumentos

urbanísticos significativos de largo plazo.

En Barcelona, con la llegada de los gobiernos democráticos, la escapada hacia el

espacio públíco fue espectacular. Parecía que todo fuera ganar espacio público,

arreglarlo y festejarlo. Vinieron las plazas duras, y las menos duras, ocupando todo

hueco que quedara vacío entre la edificación. Entre los años t978 y t982, el mayor

esfuerzo se volcó en aprovechar estos espacios para crear una imagen nueva de

ciudad, un estilo y una lógica diferentes, lo que se logró con notable éxito. No tanto

porque los diseños fueran siempre aceftados, sino porque la impresión de ver cam-

biar el paisaje urbano desde sus agujeros mientras se mantenÍa quieto y pesado el

cuerpo edificatorio era una experiencia nuevay rejuvenecedoraparacualquiera. En

la ciudad, algunos no quisieron reconocerlo; desde fuera, todos se admiraron.

Después, haciatgSz,llegaron los parques. Se articuló una hornada de espa-

cios públicos mayores, en emplazamientos accidentales y de tamaños fortuitos, fru-

to del desmantelamiento de fincas o instalaciones obsoletas de las que la ciudad se

apropió.

Los parques, como las plazas, fueron apareciendo donde pudieron ahÍdo1de

la intervención municipal erafácil por la existencia de una afectación urbanÍslica

anterior (La Mercé, El Raval) o de vacíos industriales obsoletos (Espanya lndustrial,

Pegaso), por la transferencia de áreasya públicas sin usar (Moll de la Fusta, Escor-

xadors, plaza de Sants), o simplemente fruto del rediseño de plazas públicas ante-

riores (1laza Reial, plazas del barrio al Clacial

Aunque a posteriori se busquen coherencias espaciales a estas actuaciones es

evidente -y Iógico- que la oportunidad era el criterio de localización esencial.

Oportunidad de actuar en suelo público, por una administración que actuaba sobre

sí misma, mejorando y aumentando la cantidad de espacios de dominio, propiedad

y diseño municipales. Patrimonio e imagen municipales iban identificándose más y

más, de manera que, al final, la Barcelona de estos años ha enseñado cómo Ia

modernidad puede hacerse de manera oficial, y cómo, en consecuencia, se puede

dar a los espacios públicos urbanos de titularidad pública una imagen fuerte e inclu-

so protagonista.

Con todo, sería peligroso que nos preocupáramos de la forma de la ciudad sólo en

aquello que es dominio exclusivo de la administración. En estos años no se han

t Raymond Hood, Rockefeller Center, Nueva

Yotk,1931-1934.

z Samuel Ware, Burlington Arcade, Londres,

1819.

3 5áo Paulo, 1993.

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-enu so:r¡q¡d sor¡edse oLUol uelerpuelue 'plleA ]plnr3 ue 'anb sol:aÁo.rd ;esuad op

-r1tur;ed eserqnL.l seuup;3o;d so¡ ap orrrLgrSouour souaLU oluarLrlpurrrar un gzrnO

'olrlslueq.,rn opp]lnsar ns ap Á so¡:aÁord so¡ ap e:r11;: e¡ u sernerd uos sopa,{

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ep ugrrplepourel El ep lErfos ouelpurlsep Je erqos ugrsnlsrp ele'eLan)-lod 'as;uarrar

ep uEq plle¡ telnrl ue or¡edsa lap seLurorr spl ope]lnsar Iap Ezarnp e:r¡guuanbse e¡ ap

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asrcle¡ua lp pperqrula] ugnln.rlsuol El ep soprluesp;luol sol 'ua:npo;d es epuop

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'saJP!c-

EAAN\ ,

188 ñan, no comportatan inmediatamente el deseable atributo de apropiación colectiva

con que quisieran identificarse.

No es que estén mal los proyectos realizados en Ciutat Vella, es el tono sola-

mente "público" Io que los hace insuficientes paraunatareatan dificil;es la hiper-

trofia de Ia ciudad "oficial" la que puede descuidar, e incluso expulsar, ciertas for

mas de vida colectiva.

El espacio colectivo es mucho más y mucho menos que el espacio público, si limita-

mos éste al de propiedad administrativa.Lariquezacivilyarquitectónica, urbanísti-

ca y morfológica de una ciudad es la de sus espacios colectivos, la de todos los

lugares donde la vida colectiva se desarrolla, se representa y se recuerda .Y , quizá,

cadavezmás, cadadiamás, éstos son espacios que no son ni públicos ni privados,

sino ambas cosas a la vez. Espacios públicos absorbidos por usos particulares, o

espacios privados que adquieren una utilización colect¡va.

Unos grandes almacenes en la plaza Catalunya, ¿son un lugar privado o públi-

co? Evidentemente privado en su explotación económica, pero no tanto en cuanto

al uso y el significado ciudadanos. No es casual que su nueva fachada haya sido

motivo de discusión durante estos últimos cinco años. ¿Y Santa María del Mar, es

pública o privada? ¿Y el campo del Barca o el pabellón del Joventut? Las categorías

de lo privado y lo público se diluyen, ahora sirven menos. También ciertos lugares

públicos por excelencia como la plaza Sant Jaume o las Rambles, plenamente públi-

cos por su significación y dominio, se convierten en colectivos por la apropiación

que los distintos particulares hacen libremente de ellas.

En Barcelona, muchos otros lugares pueden ser ejemplos de emplazamientos

mixtos de primera importancia colectiva. El mercado de la Boqueria es quizá el

ejemplo más espléndido: un lugar donde la propiedad y la gestión públicas se com-

binan a la perfección con la iniciativa y la actividad particulares de los ciudadanos,

sean vendedores, compradores, curiosos, turistas o trabajadores de las múltiples

tareas complementarias que la vida del mercado genera a su alrededor cadadia.

Como Io eran, con los mismos atributos, los desaparecidos merenderos de la playa

de la Barceloneta.

Pero también el bar de la esquina, la escuela, el quiosco de periódicos o la

parada del metro son un tejido de derechos y obligaciones que, como espacios

públicos pero también colectivos, configuran los itinerarios maestros de la vida ciu-

dadana. Entre éstos, los espacios estrictamente públicos también tienen un papel

relevante, pero parcial y quizácadadÍa menos necesario.

r Paul Andreu, Cité Europe, Coquelles,

Calais,1993-1995.

2 Norman Foster, Metro de Bilbao, 1996.

3 Manuel de Solá-Morales, Moll de la Fusta,

Barcelona,'1981-1984.

4 Manuel de Soli-Morales, Rafael Moneo,

llla Diagonal, Barcelona, r993.

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190 de ser urbanos. Los palacetes del paseo de Crácia o las tiendas de la calle Ferran

fueron hechos urbanos más allá de su privacidad inmobiliaria. Como lo son las

fachadas de los bulevares de París y los vestíbulos de los grandes rascacielos neo-

yorquinos.

Este argumento no debe leerse como un canto neoliberal a la autonomía priva-

da. Lo que de él se deduce es casi lo contrario de lo que la función intervencionista

del sector público entiende, notanto centrarse en las áreas de su propiedad, cuanto

dar calidad colectiva a las que no lo son. Es quizá más atractivo y fácil para un admi-

nistrador municipal diseñar un parque o una acera que entrar a discutir en los pro-

yectos privados -sin hacerlos- cómo mejorar sus aspectos colectivos. Creo que

luchar por la calidad de esos espacios colectivos -alavez privados y públicos,

públicos y privados- es la mejortarea del arquitecto en la ciudad.

Porque la ciudad buena es la que logra dar valor público a Io privadi. Y es así

cómo una buena ciudad está hecha de buenas casas, de buenas tiendas, de buenos

bares y de buenos jardines privados, tanto como está hecha de paseos públicos,

monumentos o edificios representat¡vos. Y, portanto, la calidad de lo individual es

condición para que, al ser semánticamente colectivizado, genere una riqueza colec-

tiva. ¿No son los bares de la Barcelona nocturna uno de los hechos urbanos más

¡nteresantes de los últimos años? Porque su privacidad no está separada de una

preocupación por intereses y valores colectivos.

Los espacios colectivos son la riqueza de las ciudades históricas y son también,

seguramente, la estructura principal de la ciudad futura. Quizá sí que, en nuestras

ciudades, sean los espacios ambiguos en su titularidad, cada día más significativos

de la vida social cotidiana, pudiendo usarse y apropiarse de muy diversas maneras

por las diferentes tribus urbanas. Quizá sí que las formas de ciudad "distópica" de

las que habla el sociólogo Frederic.,lameson caractericen a nuestro alrededor la pér-

dida simultánea del espacio público y de la autoridad privada.

Dicen que la literatura cyberpunk describe bien esta situación moderna en la

gue la distinción entre espacio público y privado se borra al suprimirse las diferen-

cias que la provocaron. Dicen que la película Blade Runner suprime estas diferen-

cias. Y también las superó Umberto Eco cuando habló del nuevo carácter medieval

del territorio contem poráneo.

Por tanto, tomar demasiado en serio, crispados en sí mismos, los "espacios

urbanos", los "espacios públicos" como lugares para construir arquitectura sin volu-

men, o como objetos de diseño consistentes por sí solos, me parece un error teóri-

III

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'ol]rnfa.¡d ap anb sgru 'Erf uau

-edxe ep orf?dse ouos olrllelo) oueqrn olredsa lap Efalduol ezelunleu El uafou

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sel ap E rlglsa ercuu¡.rodurr El ralalqutse ap pnur^ uer8 e¡ upnp uts euetl (ou€qln

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Lafuerza del lugar es, en la periferia, la ausencia de lugar en el sentido clásico, es

decir, la ausencia de determinaciones marcadas por la historia del locus. y aquello

que los lugares periféricos evocan es, no sólo las imágenes del vacío expectante,

sino sobre todo la sensación de indiferencia en la posición de las cosas. y no es que

sea indiferencia de las cosas, sino de las cosas entre sÍ. Esta falta de diferencia es la

que hace de la periferia un terreno vertiginoso paralas imágenes, y el cine y la foto-

grafiahan captado lafuerzade estos paisajes donde tanto la actividad como la cons-

trucción son siempre más débiles que el espacio desnudo donde se presentan. El

lugar periférico resulta fuerte precisamente porque ni "repetición" ni "diferencia"

-en el sentido de Cilles Deleuze- lo han ocupado.

Esta fuerza del lugar es lo que más se agradece a la hora de abordar la periferia

como proyectistas. Junto con la irrelevancia o la suciedad de las áreas periféricas,

de los problemas funcionales y de las dificultades estéticas del vacío, existe la fuer-

zasugeridora del lugar, que presenta, a los ojos de quien quiera mirarlo con volun-

tad positiva, un campo de libertad parahacer futuro más desde el presente inme-

diato que no por influencia del pasado.

Desde Andrea Palladio a Bruno Taut, Tony Carnier o Frank Lloyd Wright, los

nuevos territorios arquitectónicos se han imaginado en los márgenes de la ciudad

establecida. Los espacios periféricos se han entendido tan sólo como discontinui-

dades de la urbanidad compacta, sin embargo, son sugerentes sobre todo de aque-

llo que aún no se ha hecho, y han sido, por esta flexibilidad, el lugar de la invención

de formas y tipos urbanos.

En las ciudades de Europa, lafuerza simbólica y convencional de los centros

tradicionales ha reducido, en los últimos años, la capacidad de imaginar otros teji-

dos urbanos. El pensamiento tipologista y la visión que considera el edificio arqui-

tectónico (su paradoja complementaria) como un objeto, han renunciado a enten-

der lamezcla de infraestructuras y de vacíos, de centros de servicios al lado de

pequeñas viviendas, donde las vías que soportan la gran movilidad rodean rincones

de extrema privacidad. También se han resistido a entrar en el terreno figurativo de

las formas urbanas más contempo ráneasy, así, el esfuerzo de arquitectos y urbanis-

tas parece haber seguido desde demasiado cerca el renovado interés de financie-

ros y políticos por Ia recuperación de las ciudades centrales.

El Laboratorio lnternacional que iniciamos en Barcelona en la primaverade t99ty

que se repitió en 1992 hatrablado en la elaboración de una base teórica relativa a

la idea de periferia y en su aplicación. La periferia no se ha entendido como algo

ugrsualaJd ue

souau lE 'so^rsnpxe ouol sof ug¡red uel uos asroluod -.,{3re3 ap so¡uauueyedz so¡

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prtruanfal, uo: opuqo.rd u?q ler?os euloj Bl ,{ oueq.rn uepJo le et}ua seuotfeler srl

'surpaur p pepranEun olgs se 'ssrJe¡rad se¡ ap lenos ugopf,rpur^ral otuos 'uaprosap

le prluof uapro lap ugrfelrpurlrer e¡ anbro¿ 'er.ra;r.red ap ouas opaÁotd un rc¡uetrc

epand as pnr lep rr¡red e zpryud ap opnd un 'osef u!8utu ue 'uos ou suua;uad

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-nÁe o 'uap.ro ue ElJauod elueuerJ?sefeu loap erarnb ou eua¡.rad e¡ .rppeÁord oJed

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p?pnn ap elu8rpered un e opadsar splfuelef ep BuolEounuap 'u:r8g¡orcos e¡.ro8

-alpf otuof opuor¡de ur.ra¡rred our.ur?l ¡ap 'secr8g¡oepr ¡etaua8 o¡ .rod 'sauorrrladal

anb sgr.u raol soualos ou eluarulBnlf,V 'salEJluar sapppnl] spl ap uolaDtq ?upunq

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or.rzlr.ror.rd Euel un ep Blrrl as anb ap ugost^uol El ap ugrqulpt'ose olgs oN 'Esn;tp

pepnn El .rod onrlrsod sgrelur lap solurued enb o¡etf se 'osrnl ¡a .realuu¡d ¡y'Bepr else ep enrsa.r8o"rd ugrcelnSr¡uo: e¡r sa¡euos.rad srsaigdrq a sofzqetl

'sapnlrpp sns uof Jrnquluol e sa;osalotd Á soloaltnble u opelrnut pq es 'ofretu ese

u3 'r¡odgr1er-u ap oaugrodu.retuot opa,(otd lep o^tpe olrolurel ouuoc opelardra¡ur

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oaslueqin Un ua ¿1uau¡eur8r,ro opor¡qn¿ I

194 EL CURSO

A Pierluigi Nicolin Ie ha preocupado distinguir, en las cinco lecciones magistrales

que impartió en el curso, qué cultura urbana puede ser propia de estas periferias,

como expresión de formas de vida y trabajo. Paraél,la crisis de la modernidad pasa

también por la aceptación, más o menos a regañadientes, de una condición urbana

donde los valores de cohesión han desaparecido y donde lo que era visto como

defecto se ha convertido en sustancia. Su discusión es frontal, y entenderla ayuda'

ría al menos a que muchas de las propuestas de actuación actuales que quieren ser

realistas no resulten tan triviales. Más que una definición, Nicolin ve, en la supera-

ción de la urbanidad tradicional, una condición intelectual mal reconocida en pro-

yectos actuales como los del programa Banlieu 9o en Francia o los eslóganes de

l'monumentalizar" las periferias en ltaliay España.

Las lecciones de Peter Rowe, desprovistas del pragmatismo que las convierte en

ideológicas, ofrecÍan una definición de la periferia que identificaba un listado de

temas -núcleos

de oflcinas en el campo, nudos de infraestructura, centros comer-

ciales y de recreo, parques residenciales- caracterÍsticos de un proceso de creci-

miento urbano en el cual la invención tipológica y arquitectónica eran alavez el

origen y la respuesta. Su libro Making a Middle Landscape es la aportación acadé-

mica más seria que, hasta el momento, se ha producido en el reconocimiento del

suburbio americano actual, con un esfuerzo de taxonomía e interpretación que

hace de él un instrumento de conocimiento básico para entender el fenómeno.

A través de la tipificación y el estudio de la génesis del fenómeno, su trabajo se

transforma en un elogio automático de la periferia.

Rowe no esconde, ni por un momento, su posicionamiento pragmático: esto es

lo que hay, esto es lo que hemos de aceptar. Tejano de espíritu, menosprecia a los

que insisten en mirar la ciudad americana sobre espejos europeos, y trabfa seriay

despreocupadamente para establecer la evidencia de las formas suburbanas de EE UU.

La visión americana no está demasiado lejos de cierto empirismo holandés

actual, en el cual los escenarios de la periferia suelen explicarse desde unos funda-

mentos del estructuralismo, atento a la accesibilidad y a las nuevas condiciones fun-

cionales de urbanidad como razón de ser de los patrones de asentamiento. Es ésta,

a pesar del aspecto de grafismo dislocado con que se presenta, una visión totalizan-

te, tan clásica como la "estructuraurbana" de la década det96o, aunque trasladada

-yapor entonce5 Rem Koolhas fue uno dé los primeros en anunciarlo- a las for-

mas de la ciudad abierta, discontinua o "delirante". Por encima de la traducción

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oqlnu 'o8rpque urs 'se lserruaE¡euua ep oqleq glsa oper{old ¡3 'sapepue¡n8urs

sns epsep o.rad 'oprfal ¡ap ugrrrsodurolar pl p epn¡e anb ugrsrn Eun ugrquEl sl

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ugrruzr¡u.raua8 ns alrurad anb errlga1 ugoualur pun uof ugrquel o.red 'splsrf uolsrq

so¡dacuor ap ,{ oya¡uo: lep Elluengur ppan uof atruar"ue.rn8a5 'ulsrlcafo.¡d 'on

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-a¡uad e¡ ap s?turo, suqlnu se¡ ap a¡durs sgw el A aluarede sglx el olgs uel sa ,,ofnl

ap ugrsnlp,, r?rupllsourp!pod anb e¡ ap afesred atsl 'ugrsnlsrp elepelueznlepercd

otuof erpeu e rapuard.ros er{ apand ou oluellutoouofal ns ,{ uua¡led El ap o}uau

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-roj spl ep u:rEg¡ u¡ 'salernpnrlse serulo, sel E saleuonun; seuanbsa sol ap Elrulsa

196 más delicado no confundir emergencias con monumentos -como hacen los que

hablan de monumentalizaciÓn de periferia-, ni simples presencias con resistencias

como suelen hacer los conservacionistas. No hace falta acompañar la resistencia de

una pieza urbana de fuerza simbólica ni de arquitectura dominante, ni ponerla en

contraste respecto a un tejido ni neutralizar el apoyo porfuerza"'

Y si la ruptura edificatoria presidió los trabajos de Collová, el taller de Joan Busquets

y Enric Serra sobre la periferia de Barcelona se definió por su atenciÓn a la ruptura

morfológica de los trazados a med¡o hacer -los grandes huecos de infraestructu-

ras entre tejidos heterogéneos- buscando la introducción de elementos nuevos

de escala grande o la atenciÓn a los agujeros "blandos" de la textura metropolitana.

El precedente de excelentes talleres realizados desde hace diez años -como, por

ejemplo, "lnstrumentos de proyectaciÓn de la Barcelona suburbana", de Joan Bus-

quets y Josep Parcerisa,1981-1982- se hace presente en la facilidad para captar los

datos topográficos y morfolÓgicos como base proyectual de las nuevas grandes

intervenciones en la ciudad.

Y también la ruptura -en el orden de los soportes parcelarios, con la indecisiÓn y

el conflicto de expectativas de opción que de ella se derivan- era la definiciÓn de

la periferia parisina que Philippe Panerai y David Mangin escogieron para su taller,

,,significando como definiciÓn de su comprens¡ón del problema". Una compren-

sión que ve, en la ruptura del soporte parcelario, el origen de las formas extensivas

de la periferia, las más frecuentes y difíciles de disimular socialmente con elogios

estéticos.

También la visiÓn del eje de Princeton que Alex wall proponía como área de asen-

tarnientos, sin estructura urbana, sin centros y sin significación colectiva, se presen-

taba como una cuestión de ruptura y de confusión en la escala territorial. Allá, ni

edificios ni estructura5 ni órdenes parcelarios eran fragmentarios, sino más bien era

la indecisión de la geografía social del territorio la que se tomaba como objeto

y resultaba sorprendente que, en cierta contradicciÓn con la euforia descompositi-

va de sus colegas willem Jan Neutelings, Adriaan ceuze y Hilde Heynen, la pro-

puestadetrabajo requiriese cierta intervención salvíficay reestructurante, honesta-

mente racionalizadora, soc¡al y formalmente, de la indecisiÓn difusa.

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198 la década de tg7o, con su fu ndamental tesis "el vecindario sin proxim idad' y "del

ámbito urbano y local". Además -como en el deconstructivismo de Peter Eisen-

mann o en el pintoresquismo de Frank Cehry-, manipulan precisamente el con-

traste contextual como herramienta de proyecto.

Puede ser, en cambio, que fijarse en algunas condiciones características y defi-

nidoras del espacio periférico -como el acceso, la pseudodensidad u otros- sean

caminos útiles para un urbanismo propio de la periferia.

La contribución de Carsten Juel-Christiansen me parece, en este sentido, intere-

santísima, y su libro uno de los mejores materiales de los que disponemos para el

proyecto de los territorios periféricos. Juel-Christiansen hace, de la comprensión de

los lugares de transformación periférica metropolitana, la columna vertebral de su

explicación y encuentra, en las diferentes imágenes de los procesos de sobreposición

de las formas construidas, fragmentos muy claros para la intervención proyectual.

Aquel mayor conocimiento de las leyes de transformación de la ciudad que

Collová reclamaba contra las estériles seguridades de los análisis ("no intentar pasar

de la pseudociencia de la información a la pseudoartistividad del proyecto")

encuentra, en otro tono y en diferente terreno, un excelente ejemplo en el trabajo

de Juel-Christiansen.

Segunda: ensayar propuestas alaescalade la agrupación de los edificios, de los

modelos de asentamiento, aunque imprecisos y abiertos. 5erían imágenes urbanís-

ticas de formas mixtas, con suficiente valor simbólico como para responder al aisla-

miento con que se presentan. Proyectadas para funcionar con mucha eficacia, sin la

cual no hay periferia posible. Con una personalidad formal que pueda entender el

territorio como forma paisajística y, por tanto, sujeta a intenciones ecológicas y

ambientales muy exigentes. Más concretamente, capaces de apreciar el vacío y los

terrenos intersticiales como materia positiva.

Estoy concibiendo un esfuerzo iluminista, capaz de imaginar tipos de estable-

cimientos autónomos periféricos, como lo fueron las villas paladinas, las colonias

industriales y las primeras garden cities brilánicas. Quizá, dentro de nuestro reper-

torio de proyectistas urbanos, fuese Ia idea de agrupación la que más nos valdría

revisar y poner al dia,y elaborar modelos autónomos de escala intermedia donde la

convivencia de edificios, espacios e infraestructuras heterogéneas en "nuevos

vecindarios" tomase fuerza como paradigma de una nueva cultura metropolitana.

Estos establecimientos periféricos han de basarse en el concepto de distancia

interesante -separación

positiva y entre múltiples objetos-, como en el suprema-

'PprnSesue'solnrglsqo Brluanrue'!n bE

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pepuz¡n8ar e¡ ap eprprgd u¡ s3 'or:edsa ¡ap ,,orr1gE,, olapou un B opuer^lo^ sor.uelsl

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La descomposición de las ciudades europeas que se ha producido en los últimos

cuarenfa años ha cargado de culpa, de forma sustancial, la ideología urbanística

derivada de la arquitectura funcional.

CrÍticos como Bernard Huet o Leon Krier concentraron decididamente en laCa¡a

de Atenas y sus epígonos las más graves acusaciones de la urbanidad. Antes, Cordon

Cullenyel townscape en ladécadadeig6oylaacademiamorfotipológicaen ladécada

de r97o acentuaron el aprecio por la ciudad compacta y heterogénea, y por latrabazón

entre calles y edificios. Muchos otros comentaristas se han sumado luego al carro de

los detractores, a veces con más oportunismo que razón; y así se han generalizado

banalmente los azotes alazonificación, a las normativas urbanas y a los planes de orde-

nación hasta pretender tachar de erróneo o negativo cualquier elemento de razón enla

disposición de las ciudades.

No es el objeto de este análisis hacer una defensa del urbanismo funcional: más

bien al contrario. Pero seguir intentando hacer de él la cabeza de turco que justifique

otras veleidades, no tiene, creo, ningún interés, y no quisiera yo ser confundido

entre los explotadores de tal maniqueísmo. Tampoco en el bizantino enfrentamiento

entre "generalistas" y "puntuales", ni en la discusión político-económica entre "regu-

ladores" y "desreguladores". Me interesa revisar los origenes del vacíoteórico actual,

precisamente parafundamentar las nuevas prácticas, y para ello mirar la ruptura con-

ceptual que el funcionalismo supuso para el urbanismo con ojos más actuales y más

prácticos que los de quienes sólo lo han tomado como excusa.

Los comienzos de la ciudad funcional, iniciados en Alemania en Ia década de t9zo,

se basaban en la voluntad de ordenar las ciudades a parli de los criterios de la

especialización de funciones, la importancia del tráfico rodado y la apertura higie-

nista de los espacios cerrados, tanto en edificios como en vías públicas. Vista hoy,

entre los muchos juicios que pueda sugerirnos, lo más sorprendente de aquella

doctrina era su ilusión en la erradicación total de las ciudades anteriores y la cons-

trucción de un marco urbano ex novo para toda la civilización. En las propuestas

que tendrían mayor repercusión, la radicalidad denegatoria de todo valor a la ciu-

dad histórica eraparela a la ingenuidad con que se confiaba en los propios eslóga-

nes para edificar las ciudades "del futuro".

Pero, afortunadamente, no era éste el único camino por el que la arquitectura

moderna estaba cambiando las ciudades. Desde hacÍa unos años, una nuevafigura-

ciónya había irrumpido en el panorama urbano por obra de los renovadores del

expresionismo y de la secesión vienesa. Las"propuestas de arquitectura moderna

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-EllrLr.rolerlue ru sonrler¡ed urs 'purepoLr pEpnrr ?l ap ugorperl prepepraA pl ralou

-orar anb r(eq apuop 'pzp la¡duor Ese ue 'lqe sa anb oa;¡ opElUrs.,re^rp Á o:r.r sgu.r

ardurars'ola¡duor olleleue ourol pEpnn uer8e¡ ap oluarL.urpualua la uol'eu€qrn

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ep oluetunJlsur oLrol 'aluaLrJesr:a.ld 'enue.re1er ns sguueIeprard u1s9 anb urs prn]la]

-rnbre enanu e¡ ap odue: oLr..rol pEpnil e¡ ue¡ndrueur 'pl.rpew ua ozenz ourpunlas

ap sol o'EUnlplef ua eranS¡o1 lselue.rl ep sol oL.uor'euel.¡qnf1 ue )rureld ezol ap

sol 'orulololsl ua snrla)rEW uan5,{ r¡ursla¡ ua uaurreEs oral ap so¡ 'an8equadoS

ua uaslueB rp^l o uasraled pef '.reqsrl rp) ep sol 'uglrW ue orznW ruuEAorg ordord

la oEnuel orlr.ul'ruaurl a6 addasnrg ap soleqer¡sol olupl oprrelqplse olxaluol

un aduuor anb enanu ugrsrr.uorlur orlol Erllrs e¡ anb ourqrn o]¡ar{o;d le ue oJr}se

un pllsanur 'a8u¡rag snrlad )upuaH ap o )rol> aC laL{lrW ap prsgll sgLl el ouol

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2o2 como las desarrolladas en el norte y centro de Europa, aunque con características

bien distintas. Los proyectos de barrio eran un banco de pruebas continuo en el

que las ideas de ciudad que se querÍan llevar a la práctica se medían de forma laten-

te y más sutil que con la discusión teórica directa.

Otro origen de proyectos urbanos partía de la formulación actualizada de los

clásicos temas de la arquitectura civil, planteados ahora como arquitectura del "cen-

tro-urbano". Fueron los países escandinavos los que ensayaron, antes que otros, la

tentativa de proyectar un centro urbano moderno para algunas de sus ciudades.

Los trabajos de Carl Pedersen y Finn Berner en Noruega o los de Fisher, Petersen y

Bentsen en Dinamarca son ejemplares en este sentido. Con la arquitectura civil

y los monumentos, el centro urbano se configuró como proyecto específico y

sobresaliente.

En paralelo a estos temas novedosos, también el recurso al "lrazado" de calles,

como forma de ordenar sectores urbanos de tamaño medio, continuaba siendo un

procedimiento bien establecido a la hora de afrontar laf orma urbana desde escalas

confortables, con una temática ya dominada perfectamente por el conocimiento

disciplinar. 5u mayor desafío se producía en lnglaterra, Bélgica, Franciay, en gene-

ral, en toda el área del garden city movement.

Reconocer estos temas como temas de diseño implicaba atender las partes de la

metrópoli como proyectos en sí mismos; así se evitaba confundir la gran escala con

la cantidad o la repetición. Se buscó moderar las exigenciastécnicas de las grandes

infraestructuras prestando atención al valor monumental y paisajístico de las obras

públicas; se trabajó, en fin, por una idea de intervención que no es arquitectura ni

plan, sino proyecto urbano.

Trablar desde el proyecto urbano es partir de la geografía de la ciudad dada,

de sus solicitaciones y sugerencias, e introducir en la arquitectura elementos de

lenguaje que den forma al sitio. Traba.jar desde el proyecto urbano es confiar más

en la complejidad de la obra por hacer que en la simplificación racional de la estruc-

tura urbana. Es también lrablar de forma inductiva, generalizando lo par-ticular, lo

estratégico, lo local, lo generativo, lo modélico.

A veces estos proyectos se hilvanaban lateralmente con una lógica de plan

global, como en los trabajos de Berlage o de Raymond Unwin; pero en lamayoria

de los casos, lo que infiere a los proyectos un papel maestro en la gran ciudad, es la

intensidad con que los episodios viarios o arquitectónicos expresan su condición

urbana, más que la coherencia horizontal en un programa conjunto.

1 G¡o Ponti, Emilio Lancia, Casa y torre

Ras¡ni, M¡lán, 1933.

z Giuseppe De Finetti, Proyecto de hotel

en M¡lán.1920.

3 Hendrik Wijdeveld, Proyecto de

Íeestructuración de Vondelpark,

Ámsterdam, r9r9.

¿ J.J.P. Oud,spangen, Róterdam, 1919-1920.

5 Hendrik Petrus Berlage, Plan urbanÍstico

de La Haya, r9o8.

6 Michel de Klerk, Spaarndammerbuurt,

Ámsterdam,1917.

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2o4 nismo, vacío que debía haberse cubierto con el progreso en la proyectación de

aquella escala intermedia que hasta entonces tantos resultados había producido, se

obvió en cambio, con mucha ideología. La brillantez intelectual y organizativa de Le

Corbusier y las tensiones programáticas de Walter Cropius y Sigfried Ciedion hacia

posturas de imagen más publicitarias, arrinconaron a los defensores del proyecto

urbano como campo intermedio de discusión y de trabajo, y provocaron en la asam-

blea la fuga ideológica hacia "la ciudad funcional" y la Carta de Atenas.

El proyecto de la ciudad se sublimaba así en la discusión de los grandes princi-

pios, casi filosóficos, políticos y sociológicos, que la Carta de Atenas resume. y las

propuestas de forma urbana resultantes adoptarían el método de sob.reponer, a

cualquier especificidad urbana, un proceso deductivo desde Ias reglas generales

-es el caso del esquema funcional de Chandigarh de Le Corbusier o de los órde-

nes repetitivos de Ludwig Hilbersheimer-, o la directa ampliación macroscópica

del edificio moderno -Plan Obus para Argel de Le Corbusier-.

Fue entonces cuando culó la grave dicotomiapor laque, mientras la discusión

sobre la ciudad se trasladaba al nivel de los principios generales, la arquitectura se

desentendía de la ciudad, refugiándose siempre en la excusa del no cumplimiento de

aq uel los principios generales. Se había i nventado la gran coartada y se abria labrecha

entre urbanismo y arquitectura que todavía hoy sigue pendiente de ser sellada.

Hay un dato significativo de aquellos episodios: la secretaría general del CIAM

fue aparar aCiedion y elfrente Ciedion-Le Corbusier se hizo con el poder, arrasan-

do a holandeses y periféricos y nombrando a Cornelis van Eesteren como presiden-

te de compromiso.

El proyecto urbano, como campo de trabajo intermedio donde se entrelazan

las escalas y donde el arquitecto es una autoridad razonable en la forma de la ciu-

dad -precisamente

porque hace arrancar laforma de la ciudad de la edificación

arquitectónica-, quedó entonces desbordado por la vanguardia oficial y distraÍdo

del comentario habitual de las propagandas. Pero encontraría localmente su desa-

rrollo en el acertado trabajo de muchos proyectistas independientes en diversas

ciudades europeas y norteamericanas.

EL PROYECTO URBANO MODERNOVan Eesteren, Leslie Marlin y Ludovico Quaroni son maestros que la revista UR

expondrá como ejemplos de la tradición moderna del proyecto urbano. En distintas

r Carl Petersen, lvar Bentsen, Proyecto

de concurso para el área de la estación de

Copenhague, r9r9

2 lvar Bentsen, Proyecto para la Ópera y la

Filarmónica de Copenhague, i918.

3 Hans Scharoun, Plan para

Charlottenbourg-North, Berlín, r955.

4 Ludovico Quaroni, Proyecto para la casba

de Túnez, i966.

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2o6 4 cargavoluntaristade hacerarquitecturade laciudad independiente de laarqui-

tectura de los edificios;

5 componente público de relevancia en la inversión y de los usos colectivos en el

proSrama.

TRAZADOS

Cuando Roberto Collová plantea su propuesta paralavariante de la Tangenziale

Sud en Palermo, está haciendo un ejercicio de urbanismo de alto nivel, por la gran

dimensión de sus efectos y por su significado general. Y lo hace desde un proyecto

muy concreto a la escala de la precisa alineación de unos ediflcios, pensados, eso sí,

paratransmitir a la calle el carácter público de un equipamiento ciudadano, con una

visión territorial de la actuación que va mucho mís allá del lugar donde propone

formas construidas.

Su proyecto afronta precisamente uno de los temas clásicos de la proyectación

urbana, el proyecto viario. Pero lo hace utilizando el instrumental arquitectónico

parauna idea de ciudad nada convencional. Por de pronto, plantea una calle terri-

torial como variante de lo que podrÍa ser una vÍa mecánica rápida, con todas las

implicaciones que supone de atención simultánea a lo grande y a lo pequeño.

¿Cómo define Ia calle? No con una alineación de casas. Tampoco con la forma-

ción de un tejido urbano, recurriendo alo macizo. Ve la calle como una forma men-

tal de la ciudad marcada por ciertos puntos de referencia, visuales y de uso. Unas

pocas arquitecturas hábilmente colocadas en el itinerario marcarán el carácter y la

imagen de esavía. El sanatorio, laescuela, los muros del teatro, lapalmeradel patio,

serán los elementos de definición de una calle que, desde la arquitectura, entiende

el plano entero de Ia ciudad y del territorio.

Es una idea que, por así decirlo, atiende más a las esquinas de una calle que a

su propio trazado. Estamos lejos de la concepción neoclásica del frente de calle

como repetición igualadora de alzados ordenados. Tan lejos como de la calle circu-

latoria pura. Recordamos en cambio a Lancia colocando sus torres modernas en las

esquinas de Milán para que articularan, en la complejidad añadida de la esquina, el

entendimiento completo de las calles que en ella coinciden, y aun la tramaurbana

conjunta.

Nos interesa mucho este proyecto precisamente por la modernidad de su tra-

zado viario, superador de las rigideces de los trazados de alineaciones desde una

r Guillermo Vázquez Consuegra,

Monterusciello, Acceso norte, 1986.

z Roberto Collová, Transformación de

la ruta urbana de circunvalacién sur

de Palermo.

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208 ras, más segura en los efectos y las posibilidades del proyecto, menos retóricos que

la gran dimensión en la que sus maestros se movieron.

Que el urbanismo es el diseño de calles y edificios es una afirmación obvia si se

piensa a la antigua, y en cambio parece problemática en el tiempo presente. Sin

embargo, la pura naturaleza de lo que el hecho urbano es como hecho físico, hoy

tanto o más que antes, hace de esta simple interdependencia edificio-calle la base

de la riqueza, variedad y diflcultad del proyecto urbano.

En la propuesta de Joan Busquets parala misma zona de Monterusciell o -realiza-

da, al igual que la de Vázquez Consuegra, para la exposición Le cittá immaginate:

unviaggioinltalia.Noveprogetti pernovecittá,enel marcodelaXVll Triennaledi

Milano, en t987-,la importancia dada a las secciones viales como unidades calle-

casa pudiera indicarnos una voluntad neoclásica de orden repetitivo. Lafuerza de

este rigor aborda el proyecto de Ia calle, para las grandes avenidas, como verdade-

ro eje tipológico, organizando todo el sector en unidades de edificación precisa-

mente mediante las calles. Lo notable de este proyecto es la gran autonomía que

guardan entre sÍ esos distintos ejes viario-tipológicos dispuestos como un desorden

voluntario. ¿Es eso posible? ¿Es este un orden de la fragmentación?

No olvidemos que la consulta se refería a la recomposición de un gran polÍgo-

no, todavía en construcción, pero ya invertebrado, y que sus respuestas implicaban

de forma ineludible un diagnóstico intencionado sobre lo existente. Busquets, a

diferencia de Vázquez Consuegra, se desentiende de la autopista y se interesa pre-

cisamente por los trazados intermed ios, por esa vialidad como organizadora de ed i-

ficios en paquetes o ejes separados, dejando que sea el territorio, con sus potentes

formas, el único factor unificador de los asentamientos. Es una propuesta de disec-

ción de la ciudad moderna en piezas mecánicas esparcidas sobre el terreno, sin

tanta preocupación por el conflicto de ejes circulatorios, órdenes de casas, espacios

libres o muertos, como por la búsqueda de unas formas de articulación "paseo-ca-

sas de rasante variable", "autopista-calles menores", "fachada de barrio-acceso

rodado", etc. La investigación, en parte viaria, pero también en parte de ordenación

tipológica, abre de manera intrigante nuevos interrogantes sobre las formas de

construcción de la ciudad que los barrios masivos contemporáneos y los grandes

sistemas de infraestructuras han puesto dramáticamente de manifiesto, y que Bus-

quets recoge aquí como temas de diseño urbanístico que quiere tener por válidos y

propios. Los dramáticos a veces, y quizáahora interesantes, saltos de rasante entre

terrenos y viales, las tangencias y penetraciones entre directrices de edificación y

r Joan Busquets, Monterusciello,

La autop¡sta en el tramo central.

: Uberto Siola, Proyecto para el área de la

estación central de Nápoles.

3 Álvaro SizaVieira, Proyecto parael barrio

de Pendrino en Nápoles,

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gicos presentan entre sÍ: cómo interfieren en los distintos fragmentos de trama, y

cómo las pocas directrices urbanas generales se traducen en rupturas del orden.

Esto se le ocurrirá a Álvaro Siza porque su propuesta parte, precisamente en

esta escala, de dar orden urbano a los trazados del lugar. También Siza proyecta, al

fin y al cabo, sólo manzanas y calles, no obstante, poco le preocupa el rigor de las

manzanas, nadaleimportalatipología-¡benditoseal-, perosi darformaal espa-

cio exterior -concretamente

formar su pequeño puerto urbano- con el lrazado

de una urbanización simple y segura. Crea un puerto como un espacio habitual: 35o

m de frente es una escala de confianza para ese espacio. El contraste con el mar se

acentúa no por una visión panorámica, sino por lafuerza vertical de las fachadas

sobre el agua, por el contacto de lo sólido y lo Iíquido. Las piezas tienen dimensio-

nes convencionales -5o m-y la articulación con la ciudad es la secuencia históri-

ca que a(ranca dePiazza Mercato.

Con extraña simplicidad, Siza construye sobre todo a base de soluciones apa-

rentes triviales, pero malignamente intencionadas. Al final, todos los elementos

urbanos aparecen resumidos en el proyecto sin drama, con total facilidad: el puer-

to, el eje delaplaza, la circulación perimetral que atraviesa los bloques, el parque

que hace frontera, etc.

Más difícil seria crear con esta simplicidad espacios urbanos completamente nue-

vos, lejos de la ciudad existente, donde sólo lageografia, acaso, pero no la historia,

dieran andaderas a nuestra cojera proyectual. Es bonita, en este sentido, la pro-

puesta de Romualdo Ciurgolay Prieto Cicognani parala zona de los Campi Flegrei.

Ésta sí que es una propuesta de tejido urbano nuevo, directamente sugerente de las

formas y expresiones de la trama edificada, de la variedad formal y funcional de los

tipos, de su distinta posición en las manzanas y en las parcelas. El grano de sensibi-

lidad es muy menudo, aun tratándose de un diseño de extensión amplia. Pero se

siente que cada edificio es distinto, que el orden manzana-ciudad no basta, y que,

paralaf orma moderna de vivir y construir, cuenta, tanto como la relación anterior,

el margen de juego formal que se establece desde la manzana ala parcelay, aun,

entre la parcelay el edificio. Delamanzanaalaparcelay, de ésta, al edificio;ya no

rigen órdenes rígidos, establecidos o repetit¡vos, sino que, por su flexibilidad, estas

propuestas pasan a ser, quizá,lamejor garanfÍa de hacer hoy todavÍa posible la idea

misma de ciudad.

A modo de homenaje al plan de Lamont Young de comienzos del siglo xrx, la

interpretación geomorfológica de la zona despliega sus tres dedos radiales en un

r Álvaro siza, Proyecto parael barrio de

Pendrino en Nápoles.

2 Uberto 5iola, Proyecto para el área de la

estación central de Nápoles.

r Romaldo G¡urgola, Pietro Cicognani,

Propuesta para Campi Flegrei, Nápoles.

4 Manuel de Solá-Morales, Proyecto de

concurso para la plaza de la estación

de Salzburgo, 1987.

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212 adecuación de la plaza de la Estación, espacio especialmente activo en aquella ciu-

dad y que se presenta con una confusión de formas característica de las transforma-

ciones urbanas modernas. La plaza, presidida por un noble edificio ferroviario de

comienzos del siglo xx, fue ampliada y remodelada en la posguerra, en parte para

alojar los finales de trayectos urbanos (autobuses, metro, tranvía, etc.), vaciando

vastos espacios para paradas y estac¡onamientos, y en parte para sustituir la edifica-

ción residencial suburbana contigua por bloques longitudinales y torres de aparta-

mentos, almacenes comerciales de grandes superficies y la pantalla vertical del hotel

panorámico. Todo ello en normal funcionamiento. Y, sin embargo, la ciudad se plan-

tea hoy afronfar lo que haga falta, derribar, sustituir, cambiar tráficos, construir nue-

vas terminales, etc. Suma de interrogantes que implican a toda Ia ciudad y que se

desarrollan en un área muy concreta. Complejidad y concreción de las soluciones

que proponer , caracleristicas del proyecto urbano actual. Proyecto de obra inmedia-

ta que resulta ser, alavez, una hipótesis conceptual sobre toda la estructura urbana,

y que requiere Ia interpretación del lugar urbano como punto de partida.

Cuando Pierluigi Nicolin ataca la sustitución del ferrocarril en Porta Cenova, propo-

ne una estrategia que afectatodo el sector meridional de Milán y, al mismo tiempo,

un cúmulo de hipótesis proyectuales sobre la ocupación de los grandes vacÍos

intersticiales de las ciudades actuales, sobre las viejas y nuevas infraestructuras de

la ciudad y sobre la escala contemporáneadelaforma urbana. 5e trata, en efecto,

de un proyecto que saca su sentido de la interpretaciÓn directa del lugar en que se

coloca y que pretende encontrar su lógica interna precisamente en la riqueza de

referencias y solicitaciones que el lugar contiene. El "lugar urbano" se impone así

como contenido proyectual en sí mismo, sin necesidad de referirse a modelos

arquitectónicos, tipológicos o monumentales. La figuratividad del lugar urbano

arranca de la posición estratégica en la ciudad, del conflicto y la heterogeneidad

funcional del sentido simbólico y referencial de su experiencia colectiva, de latopo-

grafiay de las infraestructuras como soportes de las formas. El lenguaje y el estilo

son propios, distintos, independientes de las estéticas arquitectónicas puras, de la

pi ntu ra o del design .

En el proyecto de Nicolin, el reconocimiento de las tramas ferroviarias apenas

es un hecho de mimética histórica: es sobre todo la oportunidad de recoger, para la

nueva implantación, toda lafuerzaque la forma urbanaya habia conseguido allÍ.

Los husos sorprendemente afilados que se producen en el proyecto para el

cuerpo bajo del centro terciario o para el mercado añesanal y comercial sobre el

r Manuel de Solá-Morales, Proyecto de

concurso para la plaza de la estación

de Salzburgo, 1987,

2 Pier Lu¡g¡ Nicolin, Proyecto para el área

ferroviaria de Porta Genova, M¡lán.

3 ,uan Navarro Baldeweg, Proyecto para la

rehabilitación de un área industrial en Turín.

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2',t4 ellos, largas secciones en las que se otorga gran importancia a unas inflexiones del

perfil muy leves. lnflexiones leves sólo en el gráfico, porque se conoce su enorme

efecto en la realidad y porque se convierten en la verdadera materia del proyecto,

entendido siempre como juego conceptual de distintas variaciones del plano refe-

rencial del territorio. Ceografia abstracta, si se quiere. Proyecto urbano, siempre,

por esa condición extensible de sus ideas.

Los grandes sistemas de la ingeniería urbana (ferrocarriles, canales, puentes, torres,

avenidas) han interesado a Nicolin y a Navarro Baldeweg para hacer con ellos

arquitectura de la ciudad. Arquitectura de la ciudad que es todo lo contrario de una

"arquitectura urbana" de edificios en sí m¡smos y sÍ, en cambio, ordenación arqui-

tectónica del cuerpo físico (espacios, tejidos y lugares) de la ciudad. Una notable

carga de creación tipológicatoma en estos proyectos la expresión de los usos espe-

cíficos. El de Navarro Baldeweg presenta la reducción de pistas y pabellones depor-

tivos a bellas unidades geométricas estrictamente moduladas. Nicolin desarrolla de

forma muy original variantes de la manzana cuadrada escalonadas desde las formas

intensivas en altura casi hasta la casa individual prácticamente siempre alineada

paauna idea de vivienda urbana que busca el confort y la flexibilidad del uso tanto

como la contribución del edificio a la forma urbana exterior.

Proyectar el lugar es, así, método principal de lo que estamos llamando "proyectos

urbanos". Unos proyectos que, como hemos visto, no son los del urban design har-

vardiano de la década de t96o -Josep

Lluís Sert, Jerzy Soltan, Fumihiko Maki- ni

los del townscape de Cordon Cullen ni el estructuralismo de los Smithson, Ciancar-

lo De Carlo, Jacob Berend Bakema, Kenzo Tange y el Team to. No son tampoco el

gran design que buscaban Edmund Bacon en Filadelfia o Hugh Wilson en Cumber-

nau Id. No creen tam poco en Leon Krier ni en David Cosling, en Ch ristopher Alexan-

der ni el Colin Rowe. Aunque algo haya, por supuesto, de todos ellos, tienen una

voluntad operativa y pragmática, y una ética más profesional que ideológica, por-

que tienen también una gran desconfianza en los comienzos y demasiado aprecio

por los finales. Como si no fuera una simpleza confiar en el talento a la hora de cons-

truir nuestras ciudades...

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218 § LA FORMA CONDENSADA

ALCOY

Vicens Vidal, co-autor, arquitecto

Juan Lorenzo, arquitecto asistente

Xavier Fábregas, Anne Lilke Krag Hansen, Stephen

Collier, arquitectos del despacho

AJUNTAMENT D,ALCOI, CENERALITAT VALENCIANA

LEUVEN

Stephen Collier, Daniel Módol, Ferran Blasco, Els Nules,

lsabel Boluda, Sergi Montesinos, Jorge Perea,

arquitectos del despacho

Johan Cokelaere (ATELIER ¡3), arquitecto consultor

Javier Rui-Wamba (ESTEYCO), ingeniero consultor

STAD LEUVEN, DE LIJN

BARCELONA (SANT eNOneU)

Jorge Perea, Pilar Martí, lsabel Tomé, Adriá Carbonell,

arquitectos del despacho

CONSORCI DE LA ZONA FRANCA DE BARCELONA

ARNHEM

Mila Estrella, Jorge Perea, J. lgnacio Estrella, Xavier

Fábregas, Nina LaCour, Valeria Putzu, arquitectos

del despacho

Juan Pablo Saucedo, asistencia gráfica

Luc Vrolijks (URHAHN), consultoría en planificación

CEMEENTE ARNHEM, RIJNBOOC ARNHEM

§ LA ACUMUIncIÓN HETEROCÉNEA

BERLÍ N

Juan Lorenzo, arquitecto asistente

Fedde Huistra, Xavier Fábregas, arquitectos del

despacho

BERLIN MORGEN

Rórenoem

Juan Lorenzo, árquitecto asistente

Anne Lilke Krag Hansen, Xavier Fábregas, Livia de

Bethune, Charlotte Celdof, Ceorgina Pericot,

Ricardo Flores, Paola Catti, Mishal Katz, arquitectos

del despacho

ROTTERDAM ARTS COUNCIL

AMBERES (el¡la¡.loe)

Juan Lorenzo, Xavier Fábregas, Francesc Santacana,

Stephen Collier, arquitectos del despacho

CEMEENTE ANTWERPEN

AMBERES (Opennpler¡¡)

Jorge Perea, lsabel Tomé, Wissam Khairallah, Bo Young

Yoon, arquitectos del despacho

CEMEENTE ANTWERPEN, BAM

BARCELONA (rennlssn)

Xavier Fábregas, Lucho Marcial, arquitectos asistentes

Pilar Martí, Marta Ferrer, lsabel Tomé, Christian Naudin,

Wissam Khailaff, Bo Young Yoon, arquitectos del

despacho

AJUNTAMENT DE TERRASSA

BARCELONA (pOALr NOU)

Cuillaume Hebert, Kris Scheerlinck, arquitectos del

despacho

AJUNTAMENT DE BARCELONA

TEsALóNICA

Anne Lilke Krag Hansen, Andrea Cropello, Ferran

Blasco, Dani Modol, arquitectos asistentes

TESALÓNICA CAPITAL EUROPEA DE LA CULTURA 1997

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u¡Eutu .ttuunse epand ou ¡en: e¡ lod ugzu'o)q\ alsa ue

Eprualuof ugtfeluro]ut Pl ap pn]llrexa u¡ e o1:edsar 'a1

-uautelr:¡ldur lu esardxa tu 'el:unuord es ou lellollpl El

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13ro' otpat'nn n rn'soc99;3olda¡ soqlaraC ap ¡o geds3

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