· de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y...

8
1 Primera publicación digital de Huéscar desde 1998 Revista Nº 227 abril 2017 Precio 0,60 Euros Breverías: Devaluar la palabra, cosecha de desconfianza y división Memorias de Miguel López Cruz Desde hace tiempo las palabras han alterado las formas de pensar (o es al revés). Una desconfianza y retrancas (intenciones disimuladas) se han instalado en las palabras que decimos y nos ticen en lo público y en lo privado; en las palabras que se dicen amigos y compañeras hijo y padres hermanos y parientes…, comerciantes , y vecino…, etc. la serie nos lleva a la sociedad en general y nos digo porque ya es eviden- cia la palabras devaluadas del hombres y mujeres de poder a quienes mandan, administran, vigilan defiende y de quienes curan. degradado el valor de las palabras, ha generado esta general desconfianza que a todos alcanza como un nubarrón extendido en cada vez más ca- chos de cielo. así andaba después de sufrir la degradación de las palabra de quienes mienten por entero, mienten a medias, miente por cobardía y siembran odios interesados miedos infundados, también interesados a los niños y grandes a hombres y mujeres y animales machos y hembras que importa "todo será por su bien que es mío" lo que sí importa. Palabras rotas, des- confianzas abiertas palabras desnaturalizadas, rotos los compromisos Cuando acabó su época de made- rero, mi tío montó una granja avícola. De ahí aprendí los rudi- mentos de esta industria. Lo pri- mero que hizo fue construir con madera barata, tela metálica y muchas horas de trabajo toda una colección de jaulas. Página 3 Nadie puede encontrar una aguja en un pajar, nadie podría encon- trar tampoco una Virgen en el y mucho menos en aquel sitio. Metida en su pequeña caja de madera, con aquellas pequeñas puertas que se ajustaban y que quedaban sujetas con una peque- ña ganzúa . Página 4 Una Virgen en el pa- jar El sábado 20/10/2012 falleció un personaje querido en el pueblo, “el Sabas”, Sabas tenía dismi- nuidas sus facultades intelectua- les, jamás tuvo una discusión con nadie, ni molesto ni ofendió a ningún vecino, era una persona dócil y agradable. Página 8 www.cuadernillosdeasagra.com Para entender lo que nos pasa Las palabras tienen algo que de- cir. Sin la palabra no existe la vida. La fe en las palabras es lo que nos hace hombres, . . Página 6 Máxima expresión de amor (cuento)

Upload: others

Post on 01-Jan-2020

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

1

Primera publicación digital de Huéscar desde 1998 Revista Nº 227 abril 2017 Precio 0,60 Euros

Breverías: Devaluar la palabra, cosecha de desconfianza y división

Memorias de Miguel López Cruz

Desde hace tiempo las palabras han alterado las formas de pensar (o es al revés). Una desconfianza y retrancas (intenciones disimuladas) se han instalado en las palabras que decimos y nos ticen en lo público y en lo privado; en las palabras que se dicen amigos y compañeras hijo y padres hermanos y parientes…, comerciantes , y vecino…, etc. la serie nos lleva a la sociedad en general y nos digo porque ya es eviden-cia la palabras devaluadas del hombres y mujeres de poder a quienes mandan, administran, vigilan defiende y de quienes curan. degradado el valor de las palabras, ha generado esta general desconfianza que a todos alcanza como un nubarrón extendido en cada vez más ca-chos de cielo. así andaba después de sufrir la degradación de las palabra de quienes mienten por entero, mienten a medias, miente por cobardía y siembran odios interesados miedos infundados, también interesados a los niños y grandes a hombres y mujeres y animales machos y hembras que importa "todo será por su bien que es mío" lo que sí importa. Palabras rotas, des-confianzas abiertas palabras desnaturalizadas, rotos los compromisos

Cuando acabó su época de made-rero, mi tío montó una granja avícola. De ahí aprendí los rudi-mentos de esta industria. Lo pri-mero que hizo fue construir con madera barata, tela metálica y muchas horas de trabajo toda una colección de jaulas.

Página 3

Nadie puede encontrar una aguja en un pajar, nadie podría encon-trar tampoco una Virgen en el y mucho menos en aquel sitio. Metida en su pequeña caja de madera, con aquellas pequeñas puertas que se ajustaban y que quedaban sujetas con una peque-ña ganzúa .

Página 4

Una Virgen en el pa-jar

El sábado 20/10/2012 falleció un personaje querido en el pueblo, “el Sabas”, Sabas tenía dismi-nuidas sus facultades intelectua-les, jamás tuvo una discusión con nadie, ni molesto ni ofendió a ningún vecino, era una persona dócil y agradable.

Página 8

www.cuadernillosdeasagra.com

Para entender lo que nos pasa

Las palabras tienen algo que de-cir. Sin la palabra no existe la vida. La fe en las palabras es lo que nos hace hombres, . .

Página 6

Máxima expresión

de amor (cuento)

Page 2:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

2

no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida-da."tratos son tratos y la necesidad tiene cara de he-reje; por injustos que sean; si los acepté, tengo que pagar los réditos aunque sean diez veces más que los prestamos. no he de ser yo el que rompa la ley del respeto a los compromisos, que nos viene de padres a hijos y que por todos estos rumbos establece la confianza para vivir en paz unos con otros y ayudarnos formando una sola familia, sin que necesitemos más gobierno, ni gendarmes ni ni juzgados. a donde iríamos a dar por acá, tan lejos de todo, si acabáramos con este orden que nuestros mayores nos enseñaron y en el que nos hicieron? “ ( Agustín Yáñez, Las tierras fla-cas, , México 1961) el orden de la desconfianza en las palabras fue semi-lla del odio y de la difusa desconfianza y temor que traspasa ropajes, piel , carne y vísceras, huesos y ner-vios y deja a los múltiples individuos narcisos y des-conectados con el culo al aire y sin defensas ante los civilizados salvajes que ya han comenzado a invadir-nos la vida y los sueños. Y como diría aquel, a inva-dir el bolsillo y la bragueta. Estamos acostumbrados a decir y escuchar:”la unión hace la fuerza” y cosas por el estilo ¿Quién se lo cree? Tan rotos e individualizados estamos que ni aprendemos. Manos sin lengua y lengua sin manos “E eres tan fermoso, mas mal varragán (hombre libre, compañero) Lengua sim manos, ¿cómo osas fablar?” Estos versos del Mío Cid, lo traduce Unamuno de forma amplia y poética: Si malo será que una lengua sin manos, ose hablar, pero, es peor acaso que unas manos sin lengua se atrevan a obrar. ¡Manos sin lengua! ¿Te das cuenta Eleuterio, de lo que esto significa? Parece ser que la movilidad de la mano facilitó mol-dear la piedra, la madera, la materia para la acción humana. Hacer flecha y lanza, cuchillo y cuenco de arcilla, para hacer fuego y pintar…para acariciar. La mano le potenció la inteligencia, el pensamiento, y el habla como su expresión. Vocabulario del vino

EMERALD: En coctelera con vino: 1/6 de Chartreuse verde 1/6 " amarillo 4/6 de ginebra Batir y pasar a copa de cóctel .

GUARDAPOLVO: Taco cilíndrico de madera unido por una de sus partes a otra de mayor diámetro, para cubrir sin ajustar la boca de la vasija, como precaución higiénica.

Julián el de la RUTA DEL SUR

Con frecuencia la torpeza, que acaso vemos en noso-tros mismos, y, sobre todo en los demás, incluidos los gobernantes, tal vez se deba que hablamos sin manos, sin conocimiento de la materia. Hablamos sin obrar, sin hacer, sin experimentar, sin conocimiento de la realidad rica en dificultades, pero también en soluciones. Vísceras y estadísticas Cicerón en su tratado "sobre la adivinación”, trans-cribe este diálogo entre Anubal y el rey norte afri-cano Prusia, para que no entrara en guerra como pro-ponía Escipión, confiado en lo que decían los “lectores” de tripas. -Te fías más de un trozo de carnero que de la expe-riencia de un viejo militar Ahora los métodos tomar decisiones, decretar o hacer una guerra, no es abrir cuerpos de aves para desen-trañar y ver lo que dicen y presagian las vísceras. Ahora basta una estadística, las redes sociales, o la opinión pública (previamente manipulada y excita-da), para inclinar la balanza. Lo señala Maurizio Bettini en “La Credulidad”, “Revista de Occidente”, sept. ´16 Rafa Cuevas

En Huéscar puedes adquirirla la revista

Cuadernillos de la Sagra en

Papelería Ana — Pastelerías el Pilar

Bar Restaurante Ruta del Sur

Estamos esperando tú articulo, comentario o sugerencia

Anímate y escríbenos [email protected]

Page 3:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

3

Fragmentos de memorias de Miguel López Cruz

Principio y final de una granja Cuando acabó su época de maderero, mi tío montó una granja avícola. De ahí aprendí los rudimentos de esta industria. Lo primero que hizo fue construir con madera barata, tela metálica y muchas horas de tra-bajo toda una colección de jaulas, comederos y pone-deros. Incluso con un viejo hornillo de petróleo y mucho ingenio, construyó una incubadora que no funcionó bien hasta que consiguió hacerse con un termostato fiable. Esta incubadora que no funcionó hasta que consiguió hacerse con un termostato fiable. Esta incubadora artesanal le dio algún que otro dis-gusto, pues en un par de ocasiones, con los huevos a medio incubar, una elevación accidental, de la tem-peratura, malogró el proceso teniendo que tirar los huevos estériles. Después de arduas reflexiones, se dio cuenta que el incremento de la llama, y por ende de la temperatura, era debido a la distinta calidad del petróleo en los pequeños comercios locales, lo hacía directamente en el surtidor de CAMPSA del pueblo y en bidones completos de doscientos litros. Se había puesto en contacto con granjas avícolas de Cataluña que le proveyeron con las partidas de huevos de razas se-lectas. Aún recuerdo el nombre de algunas de ellas: Prat Leonada, Castellana Negra, Le Ghorn, etc. El negocio avícola, superadas las primeras etapas de fracasos y errores propios en cualquier tipo empre-sas, empezó a marchar viento en popa y producir be-neficios. No duró este estado de cosas mucho este estado de cosas mucho tiempo. Como tantas cosas, la guerra, que ya duraba más de un año, acabó por echar abajo esta empresa que en sus tiempos fue flo-reciente. Cierto es que el precio de la carne de ave y, sobre todo, de los huevos habían alcanzado sus me-jores tiempos. Pero eran cada vez más escasos y ca-ros los piensos y granos de los que se alimentaban los volátiles. la escasez de trigo hizo que empezaran a ser panifi-cables para el consumo humano la cebada, el maíz, que eran la base de los piensos de granja. Subieron de precio más y más, la imposibilidad de conseguir-los dio al traste con la granja y hubo que liquidarla.

Un hospital en el convento La guerra se había enquistado y seguía progresando, la carestía y la escasez de alimentos seguía la misma pauta. la moneda se devaluó, y en los últimos tiem-pos casi se llegó a prescindir de la misma, ocupando el trueque su lugar. Se cambiaba harina por tocino, este por aceite o jabón, etc. En uno de los conventos de clausura del pueblo, del que habían sido expulsadas las monjas (el mismo día que rescató mi tío Antonio las imágenes, mencionado al comienzo de estas memorias), se instaló un hospi-tal para heridos de guerra. Bajo la dirección de un coronel médico y el equipo que lo acompañaba, se llevaron a cabo someras obras de acondicionamiento: quirófano, salas de curas, autoclaves, rayos X, etc. llegaron más médicos y enfermeras y los cien prime-ros heridos; el hospital, a trancas y barrancas, comen-zó a funcionar. Poco tiempo después llegaron nuevas remesas de pacientes y hubo que habilitar como sala lo que había sido la nave de la iglesia. Para ello se abrieron en el techo una lucernas para procurar luz y ventilación al recinto, que se lleno de con filas inter-minables de camas para los pacientes. En una ocasión acompañé a mi tío a una entrevista que mantuvo con el director del hospital, y pude atis-bar por una puerta entreabierta la nave llena de ca-mas, con heridos cubiertos de vendajes ensangrenta-dos que en ocasiones cubrían muñones de miembros amputados. Esta imagen me golpeó de manera contundente, me causó una impresión que no se ha borrado de mi pen-samiento, y me hizo comprender en toda su crudeza lo malvada y cruel que puede llegar a ser la humani-dad. se preguntará el lector qué tenía que ver mi tío con el hospital militar, y si tiene un poco de paciencia y si-gue leyendo lo sabrá enseguida. Con la prolongación de la guerra, los suministros de todo tipo habían ido disminuyendo, y lo mismo suce-dió con los de tipo médico, que eran indispensables para el normal funcionamiento del hospital. Las drogas y medicamentos necesarios se fueron re-duciendo paulatinamente, y la dirección del estableci-miento se las veía y deseaba para conseguir que el hospital cumpliera su cometido aun de forma preca-ria. Especialmente aguda era la escasez de alcohol medi-cinal, cuyo consumo hubo de reducir de forma drásti-ca, reservando el poco de que se disponía para las necesidades más urgente y perentorias. Coincidía la escasez alcohólica, con que mi tío, una vez que su granja llegó al colapso final, no sabía qué hacer para sacar adelante a su familia. Entonces, de-vanándose los sesos pensando en la manera de solu-cionar su acuciante problema, recordó que en una de las talas madereras que había hecho dos años antes, encontró, por azar en la orilla de un escondido ria-chuelo de la sierra, un alambique abandonado y pen-só que allí podía estar la solución de sus cuitas. Solicitó una entrevista con el director del hospital,

Page 4:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

4

Contigo

La soledad inquieta con la tristeza que asoma lenta, cubierta toma aquello que más aprieta El corazón, se agrieta mustio por el dolor que me causa el temor al imaginar un sueño de tus abrazos sin dueño y besos pidiendo amor

Salvador Pageo Vázquez

Una Virgen en un pajar

Nadie puede encontrar una aguja en un pajar, nadie podría encontrar tampoco una Virgen en el y mucho menos en aquel sitio. Metida en su pequeña caja de madera, con aquellas pequeñas puertas que se ajustaban y que quedaban sujetas con una pequeña ganzúa o pestillo recorría el barrio de casa en casa, tal vez los hombres no eran

Dulce y suave

muy partidarios de esta costumbre que tenían las mu-jeres pero la respetaban. Y estalló la guerra, la maldita guerra, los dos hijos varones de Cecilio e Ines marcharon a defender aquella república que había manado del pueblo, Án-gel el mayor de los hijos era un joven hombre de veinte y pocos años que ya tenia una familia propia, Julian el hijo pequeño de Ines y Cecilio un niño de diecisiete años. Marcharon los hijos y los padres se convirtieron en el refugio de los pequeños nietos y de un problema. Aquellos días del principio del alzamiento de los mi-litares a la casa de Cecilio e Ines había llegado la pe-queña Virgen que hasta entonces recorría todas las casas vecinas y que en aquel momento nadie querría hacerse cargo de ella por el peligro que conllevaba que los más extremistas la encontraran. Ines no estaba dispuesta a destruirla y Cecilio ideo como hacerla desaparecer, la metió en lo más profun-do de el pajar que tenia sobre las cuadras y allí per-manecería olvidada todo el tiempo necesario. Después de más de tres años Cecilio e Ines habían perdido la democracia, la libertad y sobre todo ha-bían perdido unos de sus mayores bienes, su hijo pe-queño había desaparecido para siempre en el frente del Ebro, pero la pequeña Virgen del barrio había sobrevivido a toda aquella atrocidad en el pajar sobre las cuadras de sus animales. Rosa Chillón

y conseguida esta, le dijo que el hospital tenía un gra-ve problema con el suministro del alcohol necesario. el coronel médico aguzó las orejas y le preguntó ávi-damente si es que él estaba en condiciones de sumi-nistrar el vital desinfectante. Mi tío le contestó con cautela que no estaba seguro de poder hacerlo, pero que quizás pudiera conseguir-lo, para lo cual necesitaría un permiso que lo pusiera a salvo de la persecución aduanera que sufría toda instalación clandestina elaboración de licores. El co-ronel médico le dijo que lo diera por hecho, y se pu-siera manos a la obra. Miguel López Cruz

Es tu aroma amor profundo que golpe a golpe me envuelve en hilos de terciopelo con colores de oro verde. Y nada puede igualar la sensación del olor de tu cuerpo, como monte, como pino casi en flor. Es tu aroma mi pasión que se corta mi respiración cuando tus labios beso se abren como una flor. Y mis poros con tu ardor y yo solo me embelesó al aroma de tu piel y siento tu calor y tiemblo de emoción con tu aroma y tu vigor mujer… Alejandro Ahumada

Page 5:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

5

MeteoHuéscar

De un Tibet andaluz

SAY YOU LOVE ME Con mi gran banda por la mejilla de un Sena profun-do, coplas al acordeón con vientos. Juana de Arco mueve sus ropas sin botones, y en el Café du Soleil, con aire de campo alisio, se sienta Anaïs, un Hada sin cucurucho. Ahora, me dice el corazón… “Say you love me”, a lo latin-jazz mi voz quiere tus ojos y rompe en mil garabatos esa trayectoria. Luego, cuando la luna, los árboles, la muerte en la emboscada del abrazo, otro labio de río. Javi Marín Sola

Fandangos de Calañas

Como se que te gustaba Como se que te gustaba

El Sombreo Calañés Un lunes por la mañana

fui a Calañas y lo compre pa ponerlo en tu ventana.

Calañas ya no es Calañas Calañas ya no es Calañas que es un segundo Madrid quien a visto por Calañas

pasar el Ferrocarril a las dos de la mañana

Adquiere los cuadernillos en Castro Urdiales

Biblioteca municipal y taberna la Cierbanata de

Castro Urdiales, Cantabria

Datos del mes de abril 2017 estación meteorológica de Huéscar de nuestro vecino Jesús Pageo

Poesía y Flamenco

Page 6:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

6

Para entender lo que nos pasa

Las palabras tienen algo que decir. Sin la palabra no existe la vida. La fe en las palabras es lo que nos ha-ce hombres, nos distingue de los animales. Puedes hacer que alguien sea feliz o infeliz solo con pala-bras. /…/ Los bacalaos no necesitan palabras y, sin embargo, llevan nadando por los mares ciento veinte millones de años. ¿Qué nos dice eso sobre el lengua-je? Que no lo necesitamos para sobrevivir, pero sí para vivir. Jón Kalman Stefánsson, (Reikiavik, 1963), novelista, en “Magazine”, 26-3-´17

¡Cuántas cosas y personas hacen posible nuestra vi-da? solo mirando atrás nos daremos cuenta de que la tierra donde vivimos es el resultado de miles de mi-llones de años de transformaciones de galaxias y es-trellas. Que la especie humana es el resultado de miles de miles de años de hechos vinculados a la aparición y desarrollo de la vida biológica. Que la sociedad donde vivimos es el resultado de miles de años de inventos tecnológicos, sistemas po-líticos, valores y visiones del mundo. Que mi persona es el resultado de miles de circuns-tancias y decisiones vividas por mis antepasados. Y estas diversas historias (cósmicas, biológicas, so-ciales y familiares) confluyen a cada momento para crear las circunstancias que hacen posible mi vida. ¡Cuántas cosas y personas hacen posible nuestra vi-da! Pep Mària: la Vanguardia 26 marzo ´17

En los años 80 había más terrorismo y menos miedo. Lo que nos causa miedo es que pensamos que los terroristas son gente muy distinta a nosotros. Rem Koolhaas (1944), arquitecto y escritor. El padre le enseñó a leer y escribir, a hacer preguntas y resolver acertijos, a redactar poemas de ocho ver-sos, a pasear sola y a contemplar la naturaleza. Amy Tan (1952), novelista, en “La hija del curande-ro” 2001

Si los gobernantes no son humildes con sus goberna-dos, la influencia de la virtud no será efectiva. Cuan-do los gobernantes son humildes con sus gobernados, son lúcidos y claros, y cuando no son humildes con sus gobernados, están ciegos y sordos. /…/ Cuando el sol se pone en el horizonte, los seres descansan, cuando personas insignificantes están al frente del vulgo, el mundo corre y se esconde. La Tse (604 - 531 a. C.) Ama, lo que Dios responderá a tus quejas, yo no lo sé, ni lo que ha de responder Su Majestad tampoco, y solo sé que si yo fuera rey, me escusara de responder a tanta infinidad de memoriales impertinentes como cada día le dan; que uno de los mayores trabajos que tienen los reyes tienen, entre otros muchos, es el de estar obligados a escuchar a todos y a responder a todos; y así, no querría yo que cosas mías le diesen pesadumbre. Miguel de Cervantes(1547-23 ABRIL1616), Quijote, II, 6

Page 7:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

7

La fugitiva para aprender

Imagina y toma su nombre La fugitiva camina hacia las afueras. Sonrisa en los labios y en los ojos. Ha sabido que la palabra hebrea "Agar" sig-nifica precisamente fugitiva. Agar huyó de los malos tra-tos (y acaso celos por poder tener hijos, y su ama, la bíbli-ca esposa de Abram, no); la fugitiva todavía sin nombre huía por calles plazas y caminos, de ese otro desierto lla-mado ignorancia empujada por una curiosidad. Un perro de aguas la seguía; aquella mañana se había con-vertido sin pretenderlo en la diosa nutricia del perro (si es que lo perros sueñan también en diosas que se aparecen con forma de muchacha). Allí estaba mordisqueando un algo encontrado en el camino, sin acercársele todavía. "la amistad entre seres vivos necesita su tiempo y ritmo, co-mo entre los humanos", había pensado y dicho alguna vez la fugitiva todavía sin nombre. Nuestra protagonista entra en la casa de la abuela ausente. Tiene un objetivo curiosear en muebles y recovecos por si en esta ocasión encuentra algún rastro, y saber de la vida de la mujer que ahora es su madre. "Nunca se sabe lo que una puede encontrar en cajones cerrados y forzados. Un cajón, una caja, una foto, un es-crito”. Junto a la ventana con telaraña en una esquina. A través del cristal un campo cercado por un balate. Un cuervo en una rama de higuera junto al laurel. Ahí, cigarrillo en boca se dispuso a leer el escrito tras una foto Camina la andana paralela a la acequia y saltó, el lindero. Llegó a una pequeña laguna. Por las tardes bajaba a ba-ñarse, le gustaba abrir los ojos bajo el agua, pequeños bor-botones arenilla le indicaba nacimientos de agua cuyo frescor le producía estremecimiento y gusto. Ahora sentada en la orilla los pies se le hunden en tierra blanda y cieno, los brazos cruzados sobre las rodillas que con las piernas forman un puente, quieta, como le había enseñado, para ver pasar la culebra hija de hija de cule-bras que habitaban desde "siempre" en aquel "ojo de mar" que era aquel gran charco de agua. Las mujeres como su abuela venían a lavar una vez a la semana. Reían y habla-ban de sangre, de embarazos cuando no sangraban, de vecinas que notaban en señales que estaban embarazadas de hombres que no eran los suyos los cuales había emigra-do y no cuadraban las cuentas de los meses del corte de sangre y embarazo casi cierto al mes antes de que volvie-ran de vacaciones. "si el pobre supiera...", escuchaba con frecuencia y se le quedó como grabada tal frase inacabada y sobrentendida. Y la culebra acabó por llegar, viniera de donde viniera, mientras la fugitiva todavía sin nombre, quieta y callada dejaba venir los recuerdos a su cabeza apoyada sobre las rodillas. Por aquellos días los grajos cruzaban hacia el norte en torno a las siete menos cuarto de la tarde, según lo avan-zado del verano. No siempre venía aquel hombre joven a bañarse en el “ojo de mar”, como él llamaba al gran char-co, pero coincidía con el vuelo y grajear de los cuervos.

Se sentaba, leía, se quedaba mirando el agua y luego se bañaba. Con frecuencia desnudo ya que aquel paraje era ya poco frecuentado. “Quienes hacía unos años venían a lavar habían dejado de hacerlo”, comentaban, cuando venía el caso, la abuela con el abuelo; habían observado cambios en las maneras y en el trato de las personas y sus relaciones con el agua y la tierra. Y esto pasaba un poco por todas partes. “Los hijos se avergüenzan de los padres, los padres se avergüenzan de sus tiempos de penuria y miseria, y de sus orígenes”. Yo les escuchaba, y ahora creo no iban descaminados. Mi curiosidad me llevó una tarde a acercarme donde esta-ba bañándose me dirigí hacía donde el agua cubría hasta la barriga, me deshice las trenzas antes de de agacharme y mojar la cabeza. Entonces, vi a un hombre joven que así, me pareció. -¿Vives por aquí cerca? -Me he acercado a ver a mis abuelos y a un tío mío que ha venido de fuera. Nadamos hasta la orilla. Mientras nos secábamos con el aire me dijo que le gustaba leer y que pronto se iría fuera. Me tocó el pelo, -Es para no olvidarte. -No te lo vas a creer, a mí me pasa, lo que toco me aguan-ta más en la memoria. -Tu madre, le diría más tarde la abuela, pues claro que tuvo pretendientes, como se decía antiguamente; era una morenaza de ojos verdinegros, tenía cuajo y no quiso ca-sarse con quien tu abuelo y yo habíamos planeado. Prefe-ría uno de más rango y copete. Lo tuvo, pero me da que la cosa no va muy allá. No le digas nada…, pero… La fotografía y carta breve como un saludo o un adiós confirmaba lo que ya sospechaba. Letra clara y definida, “enhorabuena por el nacimiento de tu hija, ¿Sabes? quisiera ser un pajarillo y volar a tu lado, y coger en brazos a la recién nacida, os quiere”. Esta sencillez no es propia de mi padre, ya dudo que lo sea. Pero sin duda sí sería propia de aquel hombre que me acarició el pelo antes de marcharse. La fugitiva se imaginó a sí misma como “Agar”, la ex-tranjera que huye y regresa, cerró el archivo vivo de su memoria y acaso también, el de su imaginación. Bajo el irregular arco de sus piernas y rodillas mira pasar una cu-lebra, acaso hijuela de la primera. Su silencio y quietud evitó un doble sobresalto. Se levanto ya oscurecido y regresó por otro camino un delgado arco de luna despuntaba en el cielo. En el cristal de la librería la dueña había escrito antes de cerrar Nuestras acciones son Espías vagabundos Aves nocturnas De grandes fuerzas INVISIBLES Aquella noche sueña tratando de forzar una puerta. la madera parece partida de arriba abajo, pero en realidad es la sombra de una serpiente cuya cabeza cuelga del ojo de una cerradura antigua. Empuja. Lo primero que ve es una niña que le ofrece un vaso de agua y un espejo. Cuando despierta nota sus bragas húmedas de sangre. -He vuelto a nacer, le dice al espejo que la refleja. Rafa Cuevas

Page 8:  · de amor (cuento) 2 no hay palabras sin hombres-mujeres que se las di-gan que se las escuchen y generen reacciones. entonces abrí una novela antigua y acaso olvida- da."tratos

8

El sábado 20/10/2012 falleció un personaje querido en el pueblo, “el Sabas”, Sabas tenía disminuidas sus facultades intelectuales, jamás tuvo una discusión con nadie, ni molesto ni ofendió a ningún vecino, era una persona dócil y agradable. Le gustaban las obras y construcciones, decía cosas como; “los solares son muy caros, pero si levantas pisos hacia el cielo el te-rreno es gratis”, “los pisos de los ‘Patudos’ no valen por que no se ven desde la carretera de las santas”, “los que hicieron la iglesia, eran buenos albañiles, pues se ve desde cualquier parte del pueblo”. Estas eran sus retahilas que comentaba a la gente. También estaba obsesionado con la dureza de los cordeles de plástico para atar las alpacas de paja, - “la pitica ne-gra, que cosa más eterna”. Solo a la gente que se acercaba a él, le daba estas y otras explicaciones se-gún su lógica de ver la vida. Le gustaban muchísimo los niños y sobre todo los bebes, una de las cosas que más ilusión le hacia es ir a una boda o bautizo, más que por la comida, era se-gún decía “por el humo” valoraba un evento en fun-ción de la calidad de los puros y cigarrillos que le daban. Sabas no era avaricioso, le gustaba que le die-ras un cigarrillo, pero si le ofrecías el paquete no lo quería, le encantaba solo ese, en el momento. Hace ya bastantes años, cuando me casé, me sobra-ron cuatro o cinco cajas de puros, Sabas estuvo vi-niendo más de un año a mi casa toda las tardes, sobre las cinco llamaba al timbre y se ponía los dedos índi-ce y medio sobre los labios, le daba el puro y era la persona más feliz del mundo.

Su afición por el tabaco, todo el mundo la conocía, los vecinos y familiares cuando asistía alguna boda solían guardarle el puro a Sabas. Le gustaba la Semana Santa y los desfiles, acompañaba los pasos procesiones con mucha devoción y formalidad. Asistía con entusiasmo a talleres de terapia ocupacional, de una magnifica asociación local ASPADISSE (asociación de padres de disminuidos psíquicos, físicos y sensoriales) Sabas era muy querido y apreciado por com-pañeros, monitores y terapeutas. Esta entidad realiza una labor encomiable en la comarca de Huéscar, gozando de gran prestigio y reconocimiento social. Sabas era hijo de una prima de mi padre. Angustias “la viuda” como se le conoce en el pueblo, Angustias quedo viuda muy joven con tres niños pequeños, ha trabajado en el campo de día y de noche para sacar adelante sus hijos, ha sido una “madre coraje” en tiempos muy difíciles, prosperó y compro propiedades, siendo un ejemplo de lucha y trabajo duro, para vecinos y conocidos. De An-gustias se podrían escribir ríos de tinta y no terminar de contar su historia. La madre de Sabas, ha padecido varias enfermedades y ha estado al borde de la muerte en varias ocasiones, solo la ha mantenido viva el deseo de morir después de su hijo discapacitado, no quería verlo prisionero en una residen-cia, pues a Sabas no le gustaba estas encerrado en casa, su única ilusión era salir a ver las obras y que algún conocido le ofreciera un cigarrillo, aún llevando él un cajetilla en el bolsillo. La enfermedad de Sabas ha sido rápida, su amigo y queri-do “humo” se lo ha llevado en apenas dos meses, no ha sentido, ni padecido, fue una muerte dulce, se quedo dor-mido en un sueño que jamás despertará. Desde estas líneas, quiero expresar mi más sentido pésa-me a esta madre y sus familiares, descanse en paz. La fuerza de una madre está por encima de lo humano y lo divino Federico Rodríguez 23/10/2012 cuentos con personajes reales, Sabas Rodríguez Rodríguez

En Huéscar puedes adquirirla la revista

Cuadernillos de la Sagra en

Papelería Ana — Pastelerías el Pilar

Bar Restaurante Ruta del Sur

Estamos esperando tú articulo, comentario o sugerencia

Anímate y escríbenos [email protected]

Máxima expresión de amor de

madre (cuento)