david consuegra: en sus marcas, listos

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RESEÑAS renta y cinco año s atrás y co n ozca- mos cómo era el ambiente de aquel entonces; concep tos, actitudes y opor- tunidades eran guiados por premisa s encerradas por política , religión y preceptos sociales que alejaban la posibilidad de em itir opiniones sobre arte , como ta l, libres de influencias ajenas a él. Tal situación produjo el aislamiento de artistas, con much o talento , pero q ue se sintieron impo- tent es para enfrentar la presión ejer- cida por quienes se sent ían con la verdad y la aplicaba n ferozmente cont ra quienes se at revían a hacer un arte que rompiera con lo que el ambiente exigía". El enfren t amiento de los artistas y las corrientes tradi- cionales y el problema concre to de la cultura en Colo mbia y en Medellín merecía un análisis menos elemental. Cuare nt a y tres años atrás ya Juan Fri ede había reali zado un a aproxi;- ma ció n al artista y al medio de un modo más cabal. En el presente, con los recursos de investigación histórica y est ét ica, se es p er aba un aporte modern o al cono- ci miento de un artista tan pol émico co mo Correa. En ninguna parte de esta suc inta nota se habla de los pro- blemas fo rmal es, del fenómeno de la acuarela en Antioquia , de la carica- tura políti ca, del humor antioqu eño: sólo al final, un ch iste del pint or reconcilia al lecto r con la autora : Gon za lo Ar iza: "¿P or qué us tedes los antioqueños pintan tanta monja? Dé- bo ra las pinta y us ted también ". Car- los Correa: "¿Y u stede s los bogota- n os p or qu é pint an como monjas?". La recopilación consta de tres par- tes, la primera formada por uno s artículos seleccionados de dos críti- cos: Germán Rubiano (Salvat) y Wal - ter Engel; el texto de este últim o repre se nta el es tudio s metódi co . En esta nota to do es de s ta ca ble, pero particularmente las luces sobr e el sis- te ma de trabajo del pintor. Como mue s tra del de sc uido editorial, un fragmento de este artícul o se halla repetido en la parte final del libro (véanse las páginas 25 y 102). La seg unda parte es la titulada " Viacruci s de tina anunciación". Esta recopilación, realizada por el artista - qu e hubi er a podido complemen- tar se c on las fecha s de los artículo s- Boletin Cultural y Bibliográfi co Vol. 2 6, num. 18, 1989 es una de las seccione s s intere- santes del libro, porque da una medi- da de la situación artí stica que se puede calificar, como lo hizo la revista Estampa (s.f.), de "grave y diver- tida" . Una etapa del Salón Nacional que ca be denominar ingenua. Un cu adro que se convierte en argume n to de lu cha política. El reflejo de la Segund a Guerra Mundial , las señale s anticipadas de la violen cia de finales de la d écada de 1940 en el país , la relación de arte y gobierno liberal, todo ello se descubre en esta recopi- lación, sin que a partir de ella ningún autor con mirada crítica y perspec- tiva histórica realice un estu di o com- pleto del artista y su obra . La terc e ra parte, titulada "No ta s de pren s a" , pres enta artículos intere- s ante s de periodi s ta s, artistas y críti- cos -la plana mayor de esc ritor es de los último s cuatro decenios- , que han debido representar las fuentes de trabajo a partir de las cuales la autora ha debido producir el libro de Carlos Correa, sin olvidar a Juan Fried e, como al par ecer deliber ame nt e se hizo. Hasta el momento, esta publ i- cación del Museo de Antioquia no es más que.una recopila c ión d ent ro de una reco pilació n. / BEA TRIZ GONZALEZ ARTE David Consuegra: en sus marcas, listos ... ABC de m arcas mundi ale s Da v id Consu eg ra Bogot á, 198 8 Conocí a David Consuegra en el año 1966. Por aquel entonces yo traba- jaba como dibujante en una agencia de publicidad de Cali . Mi informa- ción acer ca del dis eño gráfico era prácticamente nula , ya que mi gran asp ir ación co mo estudian te de dibujo y dibujante publicitario era llegar a conver tirm e en ilustrador. Bod P eak , Norman Rockwell, Paul Davis y Max H enríquez er an mis ídolos , y a e ll os dedicaba mis mejores emociones de dibujante joven. Un buen d ía de 19 66 (un día real- mente especial) apareció en Cali un señor Da vid Consuegra, con un male- tín lleno de libros. N o se trataba, como lo pensé en el primer instante , de un vende dor de enciclopedias de Gu stavo Gili o Editorial P laneta. Para mi sorpresa y alegría, era un d iseñador gráfico. En realidad, era el primer di señador gráfico de carne y hueso que yo conocí. Recién gra- duado en universidad gringa (Boston y Yale). Traí a en su maletín un libro editado p or él mismo: De marcas y simbo/os. P or primera vez en mi vida escuché la palabra mar ca para definir lo que yo seña laba como logotipo a secas. D ebo confesar que a partir de ese día , y de aquel l ibro, mi vida cam- bió. Fu e a través de esa publicación como pude sumergirme en el tema del diseño gráfico con la sensación de vis itar el templo pero guiado de la mano del mae s tro; del brujo . Me mar . Me marcó , com o ha mar - cad o ciento s de e mpresas y entid a- des por medio de sus dis o s. Co n el transcurso del ti emp o he tenido la opo rtunidad de con ocer cada vez me jor a este hombr e so r- pr en dent e a qui en el diseño co lom- biano debe s de un p ensam iento. 91

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Page 1: David Consuegra: en sus marcas, listos

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

RESEÑAS

renta y cinco años atrás y conozca­mos cómo era el ambiente de aquel entonces; conceptos, actitudes y opor­tunidades eran guiados por premisas encerradas por política, religión y preceptos sociales que alejaban la posibilidad de emitir opiniones sobre arte , como tal, libres de influencias ajenas a él. Tal situación produjo el aislamiento de artistas, con mucho talento, pero q ue se sintieron impo­tentes para enfrentar la presión ejer­cida por quienes se sentían con la verdad y la aplicaba n ferozmente contra quienes se atrevían a hacer un arte que rompiera con lo que el ambiente exigía". El enfrentamiento de los artistas y las corrientes tradi­cionales y el problema concreto de la cultura en Colombia y en Medellín merecía un análisis menos elemental. Cuarenta y tres años atrás ya Juan Friede había realizado una aproxi;­mación al artista y al medio de un modo más cabal.

En el presente, con los recursos de investigación histórica y estét ica, se esperaba un aporte moderno al cono­cimiento de un artista tan polémico como Correa. En ninguna parte de esta sucinta nota se habla de los pro­blemas formales, del fenómeno de la acuarela en Antioquia, de la carica­tura política, del humor antioqueño: sólo al final, un chiste del pintor reconcilia al lector con la autora: Gonzalo Ariza: "¿Por qué ustedes los antioqueños pintan tanta monja? Dé­bora las pinta y usted también ". Car­los Correa: "¿Y ustedes los bogota­nos por qué pintan como monjas?".

La recopilación consta de tres par­tes, la primera formada por unos artículos seleccionados de dos críti­cos: Germán Rubiano (Salvat) y Wal­ter Engel; el texto de este último representa el estudio más metódico. En esta nota todo es destacable, pero particularmente las luces sobre el sis­tema de trabajo del pintor. Como muestra del descuido editorial, un fragmento de este artículo se halla repetido en la parte final del libro (véanse las páginas 25 y 102).

La segunda parte es la titulada " Viacrucis de tina anunciación". Esta recopilación, realizada por el artista - que hubiera podido complemen­tarse con las fechas de los artículos-

Boletin C ultu ral y Bibliográfico Vol. 26, num. 18, 1989

es una de las secciones más intere­santes del libro, porque da una med i­da de la situación artística que se puede calificar, como lo hizo la revista Estampa (s.f.) , de "grave y diver­tida". Una etapa del Salón Nacional que cabe denominar ingenua. Un cu adro que se convierte en argumento de lucha política. El reflejo de la Segund a Guerra Mundial , las señales anticipadas de la violencia de finales de la década de 1940 en el país, la relación de arte y gobierno liberal , todo ello se descubre en esta recopi­lación, sin que a partir de ella ningún autor con mirada crítica y perspec­tiva histórica realice un estudio com­pleto del artista y su obra.

La tercera parte, titulada "Notas de prensa", presenta artículos intere­santes de periodistas, artistas y críti­cos -la plana mayor de lo~ escritores de los últimos cuatro decenios- , que han debido representar las fuentes de trabajo a partir de las cuales la autora ha debido producir el libro de Carlos Correa, sin olvidar a Juan Friede, como al parecer deliberamente se hizo. Hasta el momento, esta publ i­cación del Museo de Antioquia no es más que.una recopilación dentro de una recopilación.

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BEATRI Z GONZALEZ

ARTE

David Consuegra:

en sus marcas, listos ...

ABC de marcas mundiales David Consuegra Bogotá, 1988

Conocí a D avid Consuegra en el año 1966. Por aquel entonces yo traba­jaba como dibujante en una agencia de publicidad de Cali. Mi informa­ción acerca del diseño gráfico era prácticamente nula, ya que mi gran asp iración como estudiante de dibujo y dibujante publicitario era llegar a convertirme en ilustrador. Bod Peak, Norman Rockwell, Paul Davis y Max H enríquez eran mis ídolos, y a ellos dedicaba mis mejores emociones de dibujante joven.

Un buen día de 1966 (un día real­mente especial) apareció en Cali un señor David Consuegra, con un male­tín lleno de libros. N o se trataba, como lo pensé en el primer instante, de un vendedor de encicloped ias de Gustavo Gili o Editorial Planeta. Para mi sorpresa y alegría, era un d iseñador gráfico. En realidad, era el primer diseñador gráfico de carne y hueso que yo conocí. Recién gra­duado en universidad gringa (Boston y Yale). Traía en su maletín un libro editado por él mismo: De marcas y simbo/os. Por primera vez en mi vida escuché la palabra marca para definir lo que yo señalaba como logotipo a secas.

D ebo confesar que a partir de ese día , y de aquel libro, mi vida cam­bió. Fue a través de esa publicación como pude sumergirme en el tema del diseño gráfico con la sensación d e visitar el templo pero guiado de la mano del maestro; del brujo . Me marcó . Me marcó , como ha mar­cad o cientos de empresas y entid a­des por med io de sus diseños.

Con el transcurso del tiempo he tenido la oportunidad de conocer cada vez mejor a este hombre sor­prendente a quien el diseño colom­biano de be más de un pensamiento.

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Page 2: David Consuegra: en sus marcas, listos

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

FOTOGRAFIA

Porque David Consuegra irrumpió en el medio con una actitud recia e intransigente que nos obligó, a todos los que por ahí andábamos diva­gando alrededor del tema, a pagar el servicio militar del diseño gráfico . Sus publicaciones son imptcables e implacables con el lenguaje. De mar­cas y simbo/os traía un subtítulo que anunciaba audazmente: "vocabulario completo del diseñador gráfico".

Desde aquella época no nos ha dado tregua. Escogió ser "maestro", y a esa labor ingrata ha dedicado sus mejores esfuerzos. Tenaz como buen santande­reano, insiste en enseñarnos diseño no sólo a través de sus libros , de los cuales él mismo es, simultáneamente, autor, diseñador, editor y vendedor, sino por medio de la labor universitaria que ha ejercido por años, la cual le ha mol­deado un aspecto de adolescente canoso que desafía su propia marca.

Signo, señal, símbolo, logosímbolo y logotipo son palabras que giran alre­dedor del concepto de marca, ya sea que pretendan definir su carácter reli­gioso, social, psicológico o comercial.

La marca es información visual sin­tetizada cuyo objetivo básico es desarrollar una identidad. la marca es el eje de la comunicación comercial contemporánea.

El uso de la marca se remonta al siglo V a C. Su evolución ha estad o íntimamente ligada a los medios de comunicación y su verdadero auge comenzó con la invención de la impren­ta. La era industrial, con la producción y distribución masiva de productos y servicios que han creado la llamada sociedad de consumo, es el entorno en el cual la marca encuentra su máxima expresión. El avance de la televisión y los computadores abre nuevos cami­nos a este apasionante tema: La marca en movimiento.

El libro que hoy nos ocupa, ABC de marcas mundiales. nos golpea en el ojo y en la cabeza. Es la culminación natu­ral de un proceso editorial que se inició hace diez años con la serie de fascículos Temas de Consulta, cuyo primer núme­ro estaba dedicado al diseño de marcas internacionales.

Este libro tiene para mí dos atracti­vos fundamentales: por primera vez David abandona el texto académico, limitándose a clasificar las marcas por

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orden alfabético, sin mayores explica­ciones, y en segundo lugar, porque por primera vez alguien se atreve a incrus­tar, con ánimo crítico, la marca colom­biana en el contexto internacional.

La experiencia de este ejercicio nos afecta a todos. Y es que David nos incluyó a todos en una especie de exa­men final donde sobran las palabras y nos reta a sobrevivir el vecindario de las marcas internacionales más presti­giosas , para descubrir, a pesar del susto, que existe una marca colom­biana.

David Consuegra es a la marca colombiana lo que Gutenberg a la imprenta: el pionero. Y no porque haya sido el primero en diseñar una marca en Colombia, sino porque nadie como él ha dedicado tanto empeño y amor a este apasionante tema; como diseña­dor, como editor y como "maestro".

CARLOS DUQUE

Desde el mismo ángulo

Colombia Víctor Englebert Editorial Cruz del Sur, Cali, 1988. Traducció n del inglés: Rodrigo Ferrerosa, William J . Hard y, Jr.

Después de Pintoresco Valle del Cau­ca, Pintoresco Boyacá y Pintoresco Santander. Víctor Englebert acaba de publicar su libro Colombia. Pin-

RESEÑAS

toresco: este es el adjetivo perfecto para describir el contenido de l libro. En lujosa edición, con acertado for­mato de álbum familiar, el autor nos presenta una Colombia p róspera, vis­ta desde ese mismo ángulo que ya está a la venta en cada postal de hotel , en cada otro de los innumera­bles libros que se han publicado sobre Colombia y sus diferentes regio­nes. La muralla de Cartagena, el camino empedrado de Ciudad Per­dida, la playa del Caribe, el atardecer de turno , la cara sonriente de una indígena guajira y, por supuesto, la arquitectura paisa.

Técnicamente, el fotógrafo desem­peña un gran oficio; son todas fotos bien encuadradas, bien expuestas. El libro está impecablemente impreso. En fin, es el regalo ideal en una cita de negocios para quien busque en el extranjero inversionistas en Colombia.

Este afán de superación de la juventud colombiana me fue demostrado de manera singu­lar un día que caminaba por las calles de Quibdó. la olvidada capital del Chocó. Un joven

' ' negro se me presento cortes-mente y me habló en inglés. Un poco molesto por la creencia popular [de] que todos los rubios hablamos inglés. fingí no entenderle. Sin perder su compostura, me habló enfran­cés. Reprimí mi sorpresa y, para saber hasta dónde llega­ría. fingí no entender tampoco. «¿ Sprechen Sie Deutsch?" me preguntó. «¿Cuántos idiomas más habla usted?"le pregunté. Con el espa­ñol hablaba cuatro. Había apren­dido tres lenguas extranjeras solo, en libros, e intentaba prac­ticarlas con los raros extranje­ros de paso por la pequeña ciu­dad. Nunca había salido del Chocó. No tuve más alterna­tiva que darle la oporlUnidad que él buscaba y conversamos toda la tarde en cuatro idiomas que él dominaba bastante bien. Personas como este joven cho­coano, que son legiones en Colom­bia, aseguran al país este pro­greso que todos anhelan ...

Boletín Cultural y Bibliográfico Vol. 26. núm. 18. 1989