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  • 7/27/2019 Data Revista No 22 03 Dossier1

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    Revista de Estudios Sociales no. 22, diciembre de 2005, 15-35.

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    Fecha de recepcin: Agosto de 2005 Fecha de aceptacin: Septiembre de 2005

    BIENVENIDOS ACYBERIA.NOTAS PARA UNA ANTROPOLOGA DE LA CIBERCULTURA*

    Resumen

    El uso generalizado de computadores, de biotecnologas y el flujo deinformacin digital han introducido en la vida social contemporneatransformaciones importantes.Tanto, que algunos argumentan que unnuevo orden cultural est cobrando forma: la cibercultura(cyberculture). En este artculo presento un panorama del tipo de anlisisantropolgicos que estn siendo implementados en el rea de las nuevastecnologas; as mismo, sugiero algunos pasos adicionales para laarticulacin de una antropologa de la cibercultura. Esta aproximacin secimienta en estudios de ciencia, tecnologa y sociedad en varios camposy en anlisis crticos sobre la modernidad. Tambin exploro lasimplicaciones de la tecnociencia para la teora antropolgica y lainvestigacin etnogrfica.

    Palabras clave:Antropologa de la cibercultura, nuevas tecnologas, investigacinetnogrfica.

    Abstract

    Significant changes in the nature of social life are being broughtabout by computer, information, and biological technologies, to theextent thatsome arguea new cultural order, cyberculture, is

    coming into being. This paper presents an overview of the types ofanthropological analyses that are being conducted in the area ofnew technologies and suggests additional steps for the articulationof an anthropology of cyberculture. It builds upon science,technology, and society studies in various fields and on criticalstudies of modernity. The implications of technoscience for bothanthropological theory and ethnographic research are explored.

    Keywords:

    Anthropology of cyberculture, new technologies, ethnographic research.

    Actualmente estn tomando lugar cambios considerablestanto en el carcter de la tecnologa como en la manera enque la entendemos. La informacin computarizada y lasbiotecnologas estn produciendo una transformacinfundamental en la estructura y en el significado de lacultura y de la sociedad moderna. Dicha transformacin noslo es susceptible al cuestionamiento de la antropologa,sino que quizs constituye un campo privilegiado paraavanzar en el proyecto antropolgico de comprender lassociedades humanas desde los puntos de vista estratgicosde la biologa, el lenguaje, la historia y la cultura. En esteartculo reviso las clases de anlisis que estn siendodesarrollados sobre la naturaleza social, el impacto y el usode nuevas tecnologas; adems sugiero contextos y pasosadicionales para la articulacin de una antropologa de lacibercultura (cyberculture)1.Como un nuevo campo de prctica antropolgica, elestudio de la cibercultura est relacionado particularmentecon las construcciones y reconstrucciones culturales en lasque las nuevas tecnologas estn basadas y a las que a suvez ayudan a tomar forma. El punto de partida de estecuestionamiento es la creencia de que cualquier tecnologarepresenta una invencin cultural en el sentido de que stacontribuye a formar un mundo nuevo. Toda tecnologaemerge de unas condiciones culturales particulares y deforma concomitante ayuda a producir otras. Losantroplogos podran llegar a estar bien preparados paraentender estos procesos si estn abiertos a la idea de quela ciencia y la tecnologa son campos cruciales para lacreacin cultural en el mundo contemporneo. La entrada aeste mundo podra permitir a los antroplogos renovar suinters en el carcter poltico del cambio cultural y de la

    diversidad cultural.

    Modernidad, tecnologa y las ciencias sociales

    Muchas de las nociones convencionales en el campo de latecnologa estn siendo transformadas por nuevastendencias producidas en los estudios sociales de stas. Enenfoques convencionales, la tecnologa es identificada deforma estrecha con herramientas, mquinas; as mismo lahistoria de la tecnologa es asociada con la historia deestos instrumentos y con su progresiva eficacia en eldesarrollo econmico y en el bienestar humano y social.Como una forma de ciencia aplicada, a la tecnologa se

    le ubica por fuera de la sociedad, se le consideraautnoma, y se le seala como valorativamente neutral.Dado que la tecnologa no es calificada ni como buena o

    Arturo Escobar**/***

    * Este artculo fue publicado originalmente en ingls como: Welcome toCyberia. Notes on the Anthropology of Cyberculture (Escobar, 1994). Eltema tambin fue tratado posteriormente en un corto artculo: Living inCyberia (Escobar, 1995b). Una versin en espaol de este ltimo textose encuentra en el libro: El final del salvaje. Naturaleza, cultura ypoltica en la antropologa contempornea(Escobar, 1999, 319-325).

    ** Profesor del Departamento de Antropologa en la Universidad deCarolina del Norte, Chapel Hill, Estados Unidos. Correo electrnico:[email protected]

    *** Traduccin: Carlos Andrs Barragn. Antroplogo. Contratista delInstituto Colombiano de Antropologa e Historia (ICANH).

    1 Desde una perspectiva etimolgica, los trminos cyberculture,cyberspace, cyberocracy, y similares, son nombres inapropiados.Alacuar el trmino cybernetics/ ciberntica, Norbert Wiener tuvoen mente la palabra en griego para piloto o timonero(kybernetes); en otras palabras, no existe una raz griega para Cyber.Dada la extendida aceptacin del prefijo Cyber, utilizar cibercultura(cyberculture) como un elemento de anlisis.

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    mala, sta no puede ser culpada por los usos que loshumanos le han dado o le dan2. La teora subyacente aestas consideraciones es que la ciencia y la tecnologainducen el progreso de manera autnoma una creenciarepresentada por la metfora de la flecha del progreso-.Extendida por estudios en variadas disciplinas, la flecha delprogreso personifica un evolucionismo determinista que vadesde la ciencia a la tecnologa, a la industria, al comercioy, finalmente, al progreso social. Excepciones prominentes aeste imperativo tecnolgico se encuentran en los trabajosde crticos radicales de la sociedad tecnolgica que vandesde Heidegger y Ortega y Gasset a Marcuse, Illich,Mumford y Ellul.Acadmicos de varias tendencias argumentan que loseventos de la dcada de 1960 auspiciaron un nuevo marcode comprensin de la ciencia y la tecnologa. Entre losfactores que abrieron paso a un nuevo cuestionamiento dela perspectiva tradicional que considera a la ciencia y latecnologa como independiente de los contextossocioeconmicos y polticos se encuentran la aparicin dela gran ciencia, la difusin de una conciencia sobre losefectos negativos de las tecnologas nucleares e industrialesy el consecuente surgimiento de movimientos a favor detecnologas apropiadas, y la aparicin de una clase deexpertos en ciencia, en polticas tecnolgicas y en suevaluacin (Sanmartn y Lujn, 1992). Tanto en lascomunidades tcnico-cientficas como en las cienciassociales, han comenzado a conformarse nuevasperspectivas. En estas ltimas, un campo completo deenseanza e investigacin tom forma alrededor de dosproyectos distintos pero relacionados: (a) los estudios deciencia y tecnologa y (b)los programas de ciencia,tecnologa y sociedad. Estos proyectos han sido

    institucionalizados en varias formas, incluyendoasociaciones como la National Association for Science,Technology, and Society(NAST), la Society for SocialStudies of Science(4S), y la Society for Philosophy andTechnology, todas con sede en Estados Unidos.Los programas de ciencia, tecnologa y sociedad existendesde hace tiempo en varias universidades alrededor delmundo, aunque sin una orientacin comn distinta delinters en analizar la ciencia y la tecnologa comoempresas complejas resultado de procesos polticos ysocio-econmicos. De manera general los estudios deciencia y tecnologa3 intentan explicar las implicaciones dela constitucin de la ciencia y la tecnologa como formas y

    prcticas dominantes de conocimiento en la culturamoderna. El anlisis algunas veces se dirige a la

    consideracin de cuestionamientos polticos y ticos que ayuden a orientar nuestra comprensin del lugar dela tecnologa en los asuntos humanos (Winner, 1993a, p.364). Es ampliamente sostenido que los estudios deciencia y tecnologa han alterado radicalmente losenfoques pasados sobre la tecnologa, desplazando as laconcepcin lineal del cambio tecnolgico y posibilitandola apertura de slidos programas de investigacin queestn dando como resultado una verdadera renovacinterica. En el centro de esta renovacin est elconstructivismo social cultivado especialmente por lossocilogos y los historiadores. Con el objetivo de estudiarla ciencia y la tecnologa como una construccin social,estos acadmicos han comenzado a investigarlaboratorios y grupos de tecnlogos y han visto connuevos ojos sus archivos histricos. Los constructivistashan demostrado, contrario al determinismo tecnolgicodel pasado, que la contingencia y la flexibilidad son laesencia del cambio tecnolgico. Al evidenciar que losprocesos sociales son inherentes a las innovacionestecnolgicas, han dado un golpe contundente a laalegada distancia entre la tecnologa y la sociedad y entrestas y la naturaleza. La creencia ms generalizada es quelos sistemas de ciencia y tecnologa son regulados atravs de acuerdos tcnico-sociales flexibles que, dentrode ciertas limitantes estructurales, propician acuerdossociales alrededor de ciertos desarrollos. Algunosinvestigadores han ido ms all para afirmar que lanaturaleza y las mquinas han llegado a ser actoresimportantes en los procesos histricos que determinan elcambio tecnolgico4.Adems de la decisin metodolgica de observar de cercalas tecnologas y los sistemas que los rodean -acercamiento

    con el cual los antroplogos simpatizan-, el constructivismosocial ha introducido innovaciones conceptuales sugerentes,como la nocin de flexibilidad interpretativa. stacorresponde al hecho bien conocido entre los antroplogos,de que los diferentes actores (categora equivalente en ellenguaje constructivista a grupos sociales relevantes),interpretan los artefactos de diversas maneras. El principalobjetivo de anlisis corresponde a la identificacin de losgrupos sociales relevantes, la variabilidad en susinterpretaciones sobre la entidad tcnica en cuestin, y losmecanismos por los cuales dicha variabilidad es reducidaalrededor de una opcin dada. Esto hace posible explicarpor qu algunas tecnologas son escogidas y otras no. El

    resultado ltimo de toda esta investigacin es un modeloevolutivo del cambio tecnolgico con mltiples caminos y

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    2 Esta postura fue modificada por la evaluacin tecnolgica que surgien los primeros aos de la dcada de 1970 y que desde ah ha llegadoa constituirse en un campo importante de estudio. Como lo sealansus crticos, el propsito de la evaluacin de la tecnologa no es sureorientacin, sino la adaptacin de los humanos a los efectospeligrosos, actuales o potenciales, que las evaluaciones revelan(Sanmartn y Ortiz, 1992).

    3 STS, por su sigla en ingls (Science and Technology Studies).

    4 Por supuesto, esta no pretende ser una aproximacin exhaustiva alenfoque constructivista, cuyos proponentes no necesariamenteconstituyen un grupo homogneo. Entre los trabajos ms citados porestos autores se encuentran, por ejemplo:Knorr-Cetina y Mulkay(1983), Latour y Woolgar (1979), Bijker, Hughes y Pinch (1987), Latour(1987; 1988), y Woolgar (1988; 1991). Otros nombres importantes,asociados con el constructivismo son: Michel Callon, H. M. Collins,Thomas Hughes y John Law. Para una resea de estos estudios ver lostrabajos de Winner (1993a) y Medina (1992).

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    niveles. En la teora de actor-red de Michel Callon yBruno Latour, la investigacin y el desarrollo son estudiadosde manera similar; en especial, en lo que concierne a lasestrategias con que los actores humanos y no humanospugnan alrededor de la identificacin de los problemas asolucionar (Sanmartn y Lujn, 1992).A pesar de su importancia y visibilidad, el constructivismosocial igualmente ha despertado crticas y controversias.Una de ellas se relaciona con su objetivo de responder porqu surgen las tecnologas y por qu prevalecen ciertoscomponentes, por encima de otros anlisis, como porejemplo, los efectos de tecnologas particulares, sobre lapoblacin y/o las estructuras de poder. Esta tendencia esconsiderada por algunos como una forma irresponsable derelativismo. As mismo se reprocha su silencio con respectoa los grupos sociales irrelevantes, los cuales no obstantetambin son afectados por la tecnologa (Winner, 1993a).Desde una corriente ms filosfica, pero atendiendo lamisma crtica, los constructivistas dan por sentado elprofundo trasfondo cultural que condiciona lainterpretacin y a la prctica tecnolgica. Es apropiadoconsiderar la flexibilidad interpretativa, hasta ciertopunto; pero, sin un anlisis paralelo de los significadosque los logros tecnolgicos tienen para las personas, ...prontamente sta se convierte en indiferencia moral ypoltica (Winner 1993a, p. 372). Desde una perspectivadiferente se ha sostenido que el constructivismo socialsimplifica el papel de la ciencia en el desarrollo tecnolgicoy minimiza el efecto de otros factores en ese proceso, talescomo la economa, los medios informativos y el pblicogeneral (Sanmartn y Ort, 1992). El anlisis de losesquemas socio-tcnicos debe ser complementado, almenos, con preguntas acerca de la conveniencia de las

    prcticas personales y sociales informadas por lastecnologas bajo consideracin -de nuevo, preguntas quelos constructivistas parecen pasar por alto (Medina, 1992)-.Algunas de las crticas mencionadas son consideradas enotros estudios antropolgicos, filosficos y post-estructurales sobre ciencia y tecnologa. El cuestionamientode la modernidad como el escenario para la actualcomprensin y prctica de la tecnologa es de vitalimportancia entre los antroplogos. En esta antropologade la modernidad este cuestionamiento est ms cercanode la filosofa que de la nueva sociologa de la tecnologa.De hecho, la cibercultura est fomentando unareformulacin de la naturaleza de la modernidad en formas

    que ya no estn mediadas solamente por consideracionesliterarias y/o epistemolgicas. Si nuestra era es posmodernao moderna modificada (tarda, meta, o hiper, comolo han propuesto algunos), es una pregunta que no puedeser contestada antes de una investigacin sobre el estado yel estatus actual de la ciencia y la tecnologa. Aunquealgunos insisten en que la ciencia y el capital todavafuncionan como principios vectoriales de los rdenessociales dominantes, no es posible afirmar que ya noshayamos despedido de la modernidad, no obstante losmodos de operacin sin precedente desarrollados por estos

    dos principios en las ltimas dcadas5. De acuerdo conMichel Foucault (1973), el perodo moderno trajo consigordenes particulares de la vida, el trabajo y el lenguaje,encarnados en la multiplicidad de prcticas por medio delas cuales la vida y la sociedad son producidas, reguladas yarticuladas por los discursos cientficos. De qu maneras lacibercultura contina participando en estos agenciamientosde vida, trabajo y lenguaje? Los sistemas que cuentan en laproduccin de la vida (el cuerpo, el ser, la naturaleza), eltrabajo (la produccin, la economa), y el lenguaje (eldiscurso, la comunicacin, el sujeto hablante), han sidomodificados significativamente? La discusin sobre si labiopoltica foucaultiana y los bordes de las disciplinas hansido transcendidos por la biotecnologa y por la ingenieragentica es un tema an por abordar. Los antroplogospueden ser invitados de honor en este lgido debate.La modernidad ha sido caracterizada por tericos comoFoucault (1973), Jrgen Habermas (1987) y AnthonyGiddens (1989) en trminos de la continua apropiacin detrasfondos y prcticas culturales dados por sentado porparte de mecanismos explcitos de poder y conocimiento.Con la modernidad, muchos aspectos de la vidapreviamente regulados por normas tradicionales (la salud,el conocimiento, el trabajo, el cuerpo, el espacio y eltiempo), fueron apropiados progresivamente por discursoscientficos acompaados de formas tcnicas yadministrativas de organizacin. Modelos orgnicos ymecnicos de vida social y fsica abrieron paso a modeloscentrados en la produccin y maximizacin de la vida en smisma, incluyendo formas novedosas de articulacin entreel cuerpo y las mquinas en espacios como las fbricas, lasescuelas, los hospitales y los hogares. Ah comenz lantima imbricacin de procesos entre el capital y el

    conocimiento para la produccin simultnea de valor yvida6. La expansin de la palabra escrita, la preeminenciade la mquina, el control del tiempo y del espacio, y lasrevoluciones biolgicas y bioqumicas en los ltimos cienaos han producido rdenes biotcnicos sin precedentes,que hoy encuentran nuevas formas de expresin en losregmenes ciberculturales.Aunque la relacin entre ciencia, tecnologa y culturapermanece insuficientemente teorizada (Lcourt, 1992), la

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    Bienvenidos a cyberia. Notas para una antropologa de la cibercultura

    5 Que las recientes innovaciones en los dispositivos biolgicos y

    tecnolgicos no sean el resultado de un cambio radical en lasestructuras culturales y epistemolgicas, pero s de la profundidad delproceso de modernizacin y creaciones biosociales a partir del sigloXVIII, es el punto de partida de la coleccin Incorporaciones(Incorporations); ver Crary y Kwinter (1992). Este aspecto ha sidosealado tambin por Rabinow (1992a).

    6 La imbricacin de capital y vida est condensada en la nocin debiopoder de Foucault. El autor la explica en trminos de dosprocesos: (a)una anatoma poltica del cuerpo humano, realizada porla normalizacin y disciplinizacin de la vida diaria; (b)las biopolticasde la poblacin, llevadas a cabo por mecanismos de planeacin,regulacin y administracin (Foucault, 1980, pgs. 135-159).Vertambin Guattari (1992) y Deleuze y Guattari (1987).

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    ciencia y la tecnologa, o si se quiere la tecno-ciencia, hatenido un papel central en el orden moderno.A este respectosigue siendo ejemplar el tratamiento de Heidegger sobre latecnologa como una prctica paradigmtica de lamodernidad. Para este autor ciencia y tecnologa son mediospara la creacin de nuevas realidades, nuevasmanifestaciones de ser. La ciencia moderna necesariamenteconstruye (encuadra / enframes) la naturaleza comoalgo que debe ser apropiado, algo cuya energa debe serliberada para propsitos humanos. Este es el peligro en elsentido ltimo, al punto de que este encuadramiento lleva aactividades destructivas y, particularmente, a la desaparicinde otras formas fundamentales de revelar la esencia de ser(poiesis). Esencia que Heidegger ve presente en las artes yen ciertas filosofas orientales. Su nocin de tecnologa tieneun rol ontolgico importante en tanto que el mundo se nosvuelve presente a travs de conexiones tcnicas (links) dedistintas clases. En este sentido es por medio de las prcticastcnicas que el carcter social del mundo toma forma(Heidegger, 1962).Algunos filsofos han sugeridorecientemente que la racionalidad tcnica es el modoprimario de conocer y de ser, reversando as la primaca de laciencia sobre la tecnologa y de la teora sobre la prctica(Medina y Sanmartn, 1989; Mitcham, 1990)7.Para estos filsofos, la prioridad concedida a la ciencia y a lateora por encima de la creatividad tcnica ha dejado quelos modernoscrean que pueden describir la naturaleza y lasociedad de acuerdo a leyes. Ms que el efecto de prcticas,la naturaleza y la sociedad aparecen en las concepcionesmodernas como objetos con mecanismos y por consiguienteson tratados de manera instrumental (Medina y Sanmartn,1989). Las nuevas tecnologas parecen profundizar estastendencias en formas que son visualizadas de mejor forma

    por la ciencia-ficcin contempornea. Los nuevos paisajesde la ciencia-ficcin estn poblados con cyborgsde todaslas clases (seres humanos y otros organismos coninnumerables prtesis e interfaces tecnolgicas) que semueven en vastos ciberespacios (cyberspaces), realidadesvirtuales y ambientes mediados por computador8.

    Pero mientras que muchos escritores de ciencia-ficcin ydiseadores de nuevas tecnologas manifiestan una posicinpoco crtica de estas tendencias, queda por determinarhasta qu punto y en qu maneras especficas lastransformaciones que estos han vislumbrado se encuentranen proceso de convertirse en realidad. Esta es otra tareapara la antropologa de la cibercultura9.

    La naturaleza de la cibercultura

    Mientras que cualquier tecnologa puede ser estudiadaantropolgicamente desde varias perspectivas los ritualesque origina, las relaciones sociales que ayuda a crear, lasprcticas desarrolladas por distintos usuarios alrededor destas, los valores que fomenta, la cibercultura refiereespecficamente a nuevas tecnologas en dos reas: (a)inteligencia artificial, particularmente tecnologas decomputacin e informacin; y (b)la biotecnologa10. Esposible separar estos dos conjuntos de tecnologas parapropsitos analticos; sin embargo, no es una coincidenciaque los dos hayan alcanzado su actual auge de manerasimultnea. Mientras que las tecnologas de la computaciny la informacin estn trayendo a discusin un rgimen detecno-socialidad (Stone, 1991), considerado como unproceso de construccin sociocultural puesto en accin enel despertar de las nuevas tecnologas; las biotecnologasestn dando lugar a la bio-socialidad (Rabinow, 1992a), unnuevo orden para la produccin de vida, de naturaleza ydel cuerpo a travs de intervenciones tecnolgicasfundamentadas en la biologa. Estos dos regmenes formanla base de lo que yo llamo cibercultura.

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    7 La filosofa de la tecnologa despeg en los setenta y en los ochenta(ver Mitcham, 1990).Aspectos centrales en este proceso han sido, porejemplo, la creacin en Nueva York del Philosophy and TechnologyStudies Centerbajo la direccin de Carl Mitcham, la conformacin deun grupo similar en la Universidad Politcnica de Valencia (INVESCIT), y

    la aparicin de la Society for Philosophy and Technology.8 La publicacin del libro Neuromancerpor William Gibson (1984) marcel asenso del gnero de ciencia-ficcin conocido como cyberpunk.Asmismo, es considerado como el punto de partida de la eraciberespacial. Para una introduccin al cyberpunkver McCaffrey (1991).Mientras que algunos ven en el cyberpunk una crtica velada a los aosde gobierno de Ronald Reagan, es inquietante analizar la forma en lacual el movimiento ha crecido y ha sido presentado en los medios. Verpor ejemplo el artculo principal de la revista Timesobre el cyberpunkyel undergroundelectrnico (Febrero 8 de 1993). Ver tambin Mondo2000, quizs el medio impreso ms visible sobre cyberpunky su UsersGuide to the New Edge(1992). Para un anlisis crtico de estastendencias ver Rosenthal (1992).

    9 La literatura sobre ciberespacio y realidad virtual producida por suscomentaristas y practicantes es caracterizada por lo grandioso de susafirmaciones. Dos ejemplos provenientes de dos prominentesdiseadores, Scott Fisher y Myron Kruger, pueden que sean suficientes:Parece ser que las posibilidades de la realidad virtual son tanilimitadas como las posibilidades de la realidad. Ellas pueden proveerde una interfase que desaparece una puerta hacia otros mundos(Fischer, citado en Rheingold, 1991, p. 131).An ms interesante es elconcepto de Kruger:Estamos increblemente afianzados a la idea deque el nico propsito de nuestra tecnologa es resolver problemas.sta tambin crea conceptos y filosofa. Debemos explorarcompletamente esta caracterstica de nuestras invenciones, porque lanueva generacin de tecnologa hablar por nosotros, nos entender, y

    percibir nuestro comportamiento. Entrar en cada hogar y oficina...Debemos reconocer esto si queremos entender y escoger lo que hemosllegado a ser como resultado de lo que hemos hecho (Kruger, citadoen Rheingold, 1991, p. 113; mi nfasis).Algunos conectan las actualestransformaciones a la revolucin industrial, aunque esta vez ...abastecida no por petrleo sino por un nuevo bien llamado inteligenciaartificial (Kurzweil, 1990, p. 13).

    10 No es claro el por qu las tecnologas de la computacin y lainformacin caen ambas bajo la rbrica de la inteligencia artificial. Enla medida que los computadores pueden ser pensados como lastecnologas dominantes actuales, es valido proponer que ... todo loinformtico puede ser pensado como inteligencia artificial (Lvy, 1991,p. 8).

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    cientficos, estudios sobre tecnologas reproductivas ymdicas, temas sobre gnero y ciencia, tica y valores, y laenseanza de la ciencia y la ingeniera. Los estudiosproclives a convertirse en temas de moda como latecnologa computacional y biolgica, la realidad virtual, lascomunidades virtuales y el ciberespacio, estn captando laatencin general de manera creciente. Un esfuerzo porteorizar la antropologa de la ciencia y la tecnologatambin ha estado en proceso de consolidacin13.Aunque la gran mayora de estudios antropolgicos sobreciencia y tecnologa han tenido lugar en pases altamenteindustrializados, hay una creciente atencin a estos temasen el Tercer Mundo. Esta se desprende del hecho de que laglobalizacin de la produccin econmica y cultural seapoya cada vez ms en las nuevas tecnologas de vida y enlas de informacin. Ya sea que el encuentro entre el Norte yel Sur se d en los dominios del desarrollo, la informacin,la guerra mediados por la biotecnologa, ste estfuertemente mediado por gran variedad de tecnologas. Elimpacto de tecnologas como la televisin y losvideocasetes sobre nociones locales de modernidad ydesarrollo y de sus respectivos efectos en antiguas prcticasculturales y sociales ya ha sido abordado etnogrficamente(Abu-Lughod, 1990; Dahl y Rabo, 1992; Garca Canclini,1990). Consideradas antes como responsables de unahomogenizacin mundial y de una generalizadaaculturacin, actualmente la ciencia y tecnologacosmopolitas son vistas en trminos de su contribucin realo potencial a la formacin de culturas hbridas y deprocesos de autoafirmacin a travs de la seleccinautnoma y parcial de stas14. Incluso est presente laesperanza de que los avances en biotecnologa puedan serusados por grupos locales en regiones ricas en

    biodiversidad alrededor del mundo, con el objetivo dedefender sus territorios y articular nuevas estrategiasculturales y econmicas. Sin embargo, como David Hess(1993) lo argumenta, el efecto de tecnologas cosmopolitasen grupos del Tercer Mundo an permanece pocoestudiado, especialmente desde el punto privilegiado de laspolticas culturales que stas ponen en movimiento. Aqu seincluyen temas como la destruccin cultural, la hibridacin,la homogenizacin, y la creacin de nuevas diferencias atravs de formas de conexin fomentadas por las nuevastecnologas sin duda un aspecto de lo que ArjunAppadurai denomina etno-espacios (ethnoscapes)globales (Appadurai, 1991). El trabajo sobre estos temas

    est avanzando rpidamente, en particular en conexin conla redefinicin de desarrollo (Hess, 1993; Escobar, 1995a).Por supuesto, la reflexin antropolgica de la relacin entre

    cultura y tecnologa no es nueva. El impacto de lastecnologas occidentales sobre la evolucin y el cambiocultural ha sido un tema de investigacin desde losprimeros aos de la dcada de 195015. El controltecnolgico y la economa poltica estn generando fuertesdiscusiones, dadas las preocupaciones que despiertan. Noobstante, los estudios de cultura material y tecnologa hansufrido de una dependencia de lo que un crtico del temaha denominado la concepcin estndar de la tecnologa(basada en una teleologa descontextualizada que arrancacon las herramientas simples y termina con las mquinascomplejas). nicamente con los estudios contemporneosde ciencia y tecnologa, se tiene la posibilidad de ver laciencia y la tecnologa en relacin con sistemastecnolgicos complejos. Esto ... crea la base para unacomunicacin fructfera entre los antroplogos sociales,etnoarquelogos, arquelogos, y los estudiosos de laevolucin humana (Pfaffenberger, 1992, p. 513). Tambinpromueve el intercambio entre antroplogos y otrasdisciplinas involucradas en estos estudios como la filosofa,la ciencia cognitiva y la lingstica.En el Primer Mundo han comenzado variados intentos porarticular una estrategia antropolgica centrada explcitamenteen el anlisis de la informacin digital, la computacin y lasbiotecnologas. Una importante precursora en esta materiafue Margaret Mead, en particular con su trabajo en elcontexto de surgimiento de la ciberntica entre la SegundaGuerra Mundial y la primera mitad de la dcada de 1960 16. Alcomienzo de la dcada de 1990, es posible identificar tresdiferentes propuestas. La primera, enunciada por elantroplogo David Thomas, se fundamenta en la crecienteliteratura sobre nociones de ciberespacio17 y el cyborgdefinido en un sentido amplio como una mezcla entre

    humano y mquina. El autor argumenta que las formasavanzadas de tecnologa occidental estn produciendo unrito de paso entre las sociedades industriales y post-orgnicas, y entre ... formas de vida orgnicamentehumanas y aquellas formas de vida ciberfsicas digitalesreconfiguradas a travs de sistemas de software decomputador (Thomas, 1991, p. 33). En este contexto el autorhace un llamado a los antroplogos a abordar los mundos

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    13 Para una gua y bibliografa sobre estudios antropolgicos sobre cienciay tecnologa ver Hess (1992), Hess y Layne (1992), Pfaffenberger(1992) y Hakken (s.f.).

    14 Por ejemplo, el uso cada vez ms generalizado de video cmaras,aviones y la aplicacin de rentas a la explotacin de minas de oro entrelos kayapo de la selva amaznica como parte de su estrategia deautonoma cultural se ha convertido en caso legendario.

    15 Entre los estudios ms conocidos se encuentra el trabajo de Godelier(1971), en el cual el autor desarrolla los efectos de la introduccin dehachas de acero entre los aborgenes australianos y entre los baruya dePapua, en Nueva Guinea. Un til repaso de trabajos previos esreseado por Hess (1992).

    16 Mead fue una participante activa en las Conferencias Macy sobreciberntica (Mead et al., 1950-1956), as como tambin una figuracentral en la fundacin de la American Society for Cybernetics(Mead,1968). La vida de este ilustre grupo de cibernticos,en el cualparticiparon Gregory Bateson, Heinz von Foerster, Norbert Wiener, y KurtLevin entre otros, es descrita en el libro de Heims (1991). Es precisosealar que las Conferencias Macy tomaron lugar en el contexto de laGuerra Fra, la primera ola de tecnologa computacional, y en eldesarrollo general de la teora de sistemas; actualmente los contextoshistricos y epistemolgicos son bastante diferentes.

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    de las tecnologas virtuales durante esta etapa temprana deespeculacin y desarrollo; en especial desde el punto devista de cmo estas tecnologas son producidas socialmente.Desde los paradigmas de lectura y escritura visual a losmundos virtuales de la informacin digital, estamos siendotestigos de una transicin a una etapa post-corprea muyprometedora en trminos de creacin de lgicas sociales y deregmenes sensoriales. El ciberespacio proporciona a losantroplogos posibilidades sin precedente para hacerpalpable esta promesa.La segunda propuesta es una antropologa cyborg. stafue lanzada formalmente con dos sesiones que tuvieronlugar en San Francisco en la reunin de la AAA en el ao1992, y en las que se tom como punto de partida losestudios feministas de ciencia y tecnologa. Aunque suprincipal objetivo fue el anlisis de la ciencia y la tecnologacomo un fenmeno cultural, uno de sus mayores logros hasido el estudio etnogrfico de los lmites entre humanos ymquinas, especficos a las sociedades del final del sigloXX. Con la conviccin de que el anthropos debe serdesplazado como tema y objeto de la disciplina, losantroplogos emergentes del cyborg argumentan que larealidad humana y social es un producto tanto de lasmquinas como de las actividades humanas. Asimismo,sostienen que debemos reconocer una labor deagenciamiento a las mquinas, y que la tarea propicia de laantropologa de la ciencia y la tecnologa es examinaretnogrficamente cmo la tecnologa sirve de agente deproduccin social y cultural18.Las posiciones crticas sobre las dos propuestas anterioreshan comenzado a articularse de manera notable en laantropologa visual. Dada la importancia de la visin en

    temas como la realidad virtual, las redes de computadores,las grficas e interfaces y las tecnologas de imagen desdesatlites de vigilancia, estrategia militar, exploracionesespaciales hasta tecnologas mdicas como la tomografa yla ecografa prenatal (Haraway, 1988; DeLanda, 1991;Cartwright y Goldfarb, 1992; Duden, 1990), no essorprendente que el campo de la antropologa mssintonizado con el anlisis de lo visual como un rgimencultural y epistemolgico, haya sido el primero en reaccionarante la celebracin poco crtica de las tecnologasciberespaciales (ver Benedikt, 1991; Rheingold, 1991). Elsealamiento que hacen algunos diseadoresciberespaciales con respecto a que las nuevas tecnologasharn al cuerpo obsoleto, destruirn la subjetividad,crearn nuevos mundos y universos, cambiarn el futuropoltico y econmico de la humanidad y dejarn un nuevoorden post-humano, constituyen para los crticos, en elmejor caso, un deseo piadoso, motivado por el carcterseductivo de la realidad virtual y de tecnologas similares. Enel peor de los casos constituyen esfuerzos equivocados en laingeniera de la realidad social (Gray y Driscoll, 1992, p.399). Ellos argumentan, entonces, que esta lectura se da porla atencin aparentemente exclusiva a una sociedad cyborg-rizada mediada por las interacciones entre humanos ymquinas19. Ms que sugerir que se necesita una nuevasubdisciplina antropolgica, Gray y Driscoll prefierenreferirse a una antropologa de, y en el ciberespacio.Desde esta perspectiva, los antroplogos podran estudiarlas tecnologas en los entornos en los cuales stas seoriginaron y en los que operan, incluyendo sus continuasconexiones a los valores dominantes de racionalidad,instrumentalidad, beneficio y violencia. No es coincidencia,siguiendo el argumento de estos autores, que la realidad

    virtual como uno de los desarrollos recientes en el centrodel movimiento ciberespacial, ha sido y seguir estandocircunscrita por intereses econmicos y militares. Y que apesar de su esperado potencial para propsitos de liberaciny humanizacin, las aplicaciones orientadas hacia unbeneficio econmico seguirn siendo indudablementedominantes. Su prescripcin apunta a examinar estastecnologas desde una perspectiva que considere la formaen que stas permiten a varios grupos de personas negociarformas especficas de poder, autoridad y representacin.Desde la antropologa de la cibercultura, podemos descartar apriori la existencia de una nueva era, y la necesidad de unanueva rea de trabajo en la antropologa. Realmente la

    disciplina est en principio bien dotada para abordar lo que

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    Bienvenidos a cyberia. Notas para una antropologa de la cibercultura

    19 Para Roseanne Stone (1991; 1992), el nfasis en post-corporalidad,surge de la disconformidad masculina con el cuerpo. Este sesgo sercorregido, en la perspectiva de la autora, cuando ms mujeresparticipen en el diseo de las tecnologas virtuales y ciberespaciales.Aunque esto est comenzando a suceder, los resultados an estn porverse. Desde otro ngulo, se puede argumentar que el nfasis entrascender el cuerpo en el contexto cyberes otro aspecto de ladespersonificacin de la teorizacin virtual, y que algunas vecestiene tenues conexiones con la realidad (Tsugawa, 1992).

    17 El trmino ciberespacio (cyberspace) fue acuado por William Gibson(1984) e introducido en los crculos intelectuales, artsticos yacadmicos en el libro editado por Michael Benedikt: Cyberspace: TheFirst Steps(1991). El trmino hace alusin a las crecientes redes ysistemas de ambientes mediados por computadores. Como una red deinteracciones espacializadas mediadas por la computacin, elciberespacio es visto como la habilitacin de una co-presencia einteraccin completa de mltiples usuarios, que permite una entrada yuna salida desde y hacia el campo sensorial humano, con lo cual sepermite percibir realidades virtuales y reales, recoleccin remota deinformacin, control por medio de telepresencia y una total integracine intercomunicacin con un rango completo de productos y ambientesinteligentes en el espacio real (Novak, 1991, p. 225). Para una

    introduccin al concepto de ciberespacio ver Rheingold (1991) y Stone(1991, 1992). Para una presentacin general de las redes globales decomputacin ver Dertouzos (1991) y Cerf (1991). Una breve revisin delas guas de Internet se encuentra en el Chronicle of Higher Education(1992, diciembre 16, pg.A9).

    18 Esta descripcin est basada en la ponencia presentada en el panel:Antropologa CyborgI: Sobre la produccin de la humanidad y suslmites, por Gary Lee Downey, Joseph Dumit y Sarah Williams (1992).Algunos de los trabajos presentados tocaron temas como laparticipacin de la mujer japonesa en los campos de la fsica de altaenerga; seguidores de la ciencia-ficcin; psicoterapia asistida porcomputador; cyborgsde baja tecnologa (cyborgsen el Tercer Mundo);tecnologa reproductiva y construcciones culturales de la biotecnologa.

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    debe iniciarse ms bien como un proyecto etnogrficotradicional:describir, a la manera de un diagnstico culturalinicial, qu est pasando en trminos de la emergencia deprcticas y transformaciones asociadas al aumento dedesarrollos tcnico-cientficos.Sin embargo, dado que estosdesarrollos son sitios crecientes de articulacin de conocimientoy poder sin precedente, es pertinente preguntarse sobre laadecuacin terica de conceptos establecidos a la luz de susespecificidades histricas y culturales.Uno de los acercamientos ms fructferos es que latecnociencia est motivando una implosin de categoras endiferentes niveles, particularmente de aquellas categorasque han definido lo natural, lo orgnico, lo tcnico y lotextual. Los lmites entre naturaleza y cultura, entreorganismo y mquina estn siendo incesantementeredibujados de acuerdo a complejos factores histricos enlos cuales los discursos sobre ciencia y tecnologa juegan unpapel decisivo (Haraway, 1991). De esta manera, loscuerpos, los organismos y las comunidades, tienenque ser nuevamente teorizados como compuestos deelementos que se originan en tres distintos dominiosdemarcados por lmites permeables: lo orgnico, lo tcnico(o lo tcnico-econmico), y lo textual (dicho de una maneraamplia, lo cultural). Mientras que la naturaleza, los cuerpos ylos organismos ciertamente tienen una base orgnica, demanera creciente estos estn producidos en conjuncin conmquinas y esta produccin est siempre mediada pornarrativas cientficas (discursos de la biologa, latecnologa y otras similares) y por la cultura en general. Lacibercultura debe ser entendida como el campo de fuerzas ysignificados, en el cual esta compleja produccin de sentidosde vida, de trabajo y de lenguaje, toma lugar. Para algunosinvestigadores (Haraway, 1991; Rabinow, 1991a), mientras

    que la cibercultura puede ser vista como la imposicin deuna nueva cuadrcula de control en el planeta, tambinrepresenta nuevas posibilidades para articulacionespotenciales entre los seres humanos, la naturaleza y lasmquinas. Lo orgnico, siguiendo estas crticas, nonecesariamente est opuesto a lo tecnolgico.Tambin sedebe hacer nfasis en que las nuevas configuraciones deconocimiento y poder estn estrechando la vida y el trabajo,como en el caso del proyecto sobre el genoma humano. Porejemplo, en los avances vinculados a tcnicascomputacionales, el bio-chip se ha proyectado de manerasuperficial como su mejor promesa. Este campo podrallegar a probar ser el espacio ms fuerte para remoldear la

    sociedad en formas nunca antes atestiguadas. La naturalezasera conocida y reelaborada a travs de la tcnica;literalmente ser construida en la misma forma en la que lacultura lo es, con la diferencia de que la hechura de lanaturaleza tomar lugar a travs de la reconfiguracin de lavida social por microprcticas en la medicina, la biologa y labiotecnologa (Rabinow, 1991a). Aspectos similares han sidosealados por Evelyn Fox Keller con respecto a que larelacin entre naturaleza y cultura ser igualmentereconcebida; lo anterior al punto de que la biologamolecular est creando la sensacin, por ejemplo, de una

    nueva maleabilidad de la naturaleza (Keller, 1992b). Elderecho a genes normales podra llegar a ser el grito debatalla de un ejrcito de expertos en salud y de polticosreformistas desplegando prcticas de transformacinbiosocial, un alcance no visto desde el nacimiento de laclnica hace poco ms de dos siglos (Foucault, 1975).El corolario de este anlisis es la necesidad de prestaratencin a las relaciones sociales y culturales entre la cienciay la tecnologa como mecanismos centrales de produccinde vida y cultura en el siglo XXI. El capital, con certezacontinuar jugando un papel importante en la reinvencinde la vida y la sociedad. La actual expansin del valor y laplusvala, sin embargo, toma lugar ya no tanto en laextraccin directa de plusvala de la mano de obra o de laindustrializacin convencional, como a travs de lacapitalizacin de la naturaleza y la sociedad en base a lainvestigacin cientfica y el desarrollo (principalmente en lasreas de inteligencia artificial y biotecnologa). Incluso elgenoma humano ha llegado a ser un campo importantepara la reestructuracin capitalista, y por ende importantepara la contestacin. La reinvencin actual de la naturalezay la cultura efectuada por y dentro de redes de significadoy produccin que conectan ciencia y capital, deben sercomprendidas de acuerdo a una economa poltica que seajuste a la era de la cibercultura. Los antroplogos necesitancomenzar en serio el estudio de las prcticas sociales,econmicas y polticas relacionadas con la tecnologa y atravs de las cuales la vida, el lenguaje y el trabajo estnsiendo articulados y producidos.

    Dominios etnogrficos

    Como ya he mencionado, las preguntas principales a ser

    enunciadas por la antropologa de la cibercultura incluyen lossiguientes temas: Qu nuevas formas de construccin socialde realidad y de negociacin de dichas construcciones estnsiendo creadas o modificadas? Cmo son socializadas laspersonas por sus propias experiencias rutinarias de espaciosconstruidos, creados a su vez por las nuevas tecnologas?Cmo se relaciona la gente con sus mundos tecnolgicos(mquinas, cuerpos y naturalezas reinventados)? Si la genteest posicionada diferencialmente en los tecno-espacios, deacuerdo a aspectos como raza, gnero, clase social, ubicacingeogrfica, cmo difieren entonces sus experiencias deestos espacios? Finalmente, podra ser posible dar cuentaetnogrfica de la multiplicidad de prcticas asociadas con las

    nuevas tecnologas en diversos contextos sociales, tnicos ygeogrficos? De qu maneras estas prcticas se relacionana temas sociales ms amplios como por ejemplo, el controlde la mano de obra, la acumulacin de capital, laorganizacin de modos de vida, y la globalizacin de laproduccin cultural?Uno podra comenzar a pensar estas preguntas en trminos deespacios etnogrficos posibles y de estrategias concretas deinvestigacin.Algunas pistas concernientes a estos espaciospueden ser encontradas en proyectos de investigacincontemporneos. Diferentes dominios de investigacin

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    etnogrfica pueden ser identificados como aproximacionesiniciales, para luego ser refinados como avances de investigacin:

    1. La produccin y el uso de nuevas tecnologas. En este puntola investigacin antropolgica se concentrar, por una parte, encientficos y expertos, en sitios tales como los laboratorios deinvestigacin gentica, corporaciones de alta tecnologa, y encentros de diseo de realidad virtual; y por otra, en los usuariosde estas tecnologas. Las etnografas en este dominio podranseguir en trminos generales los pasos de las tiles etnografasde la ciencia y tecnologa moderna (Latour y Woolgar, 1979;Martin, 1987;Visvanathan, 1985; Latour, 1988; Traweek, 1988;Kondo, 1990); la teorizacin de la ciencia y la tecnologa, enparticular desde la antropologa (Hakken, s.f.; Pfaffenberger,1992; Hess y Layne, 1992; Hess, 1993); los estudios feministasde ciencia y tecnologa (Haraway,1989, 1991; Jacobus et al.,1990; Wajcman, 1991; Keller, 1992a). No obstante, estos tienenque ser resituados dentro del espacio conceptual de laantropologa de la cibercultura. Un puado de estudios de estaclase ya han sido comenzados20.Un aspecto sobresaliente de la investigacin en este campoes el estudio etnogrfico de la produccin de subjetividadesque acompaan las nuevas tecnologas. Sherry Turkle hamostrado en un estudio pionero (1984) que el computadores un objeto evocativo, un medio para proyectar laconstruccin de una variedad de mundos privados y pblicos.A medida que el uso del computador se extiende, Turklemuestra que ms y ms personas comienzan a pensarse a smismos en trminos de computadores. Los computadorespersonales estn cambiando nociones de identidad y de seren modos que son poco comprendidos. La cibercultura estcreando un conjunto de verdaderas tecnologas del ser quevan ms all de la visin del ser como mquina; y la

    productividad cultural de estas nociones solamente puede servalorada etnogrficamente. Mundos virtuales constituidospor la participacin de individuos en juegos de rol en lneapueden ser vistos como una forma de moverse fuera del serindividualizado y entrar al mundo de las interaccionessociales virtuales.Aunque este medio es ampliamentepercibido como negativo, el trabajo de Turkle indica queestos mundos virtuales pueden llegar a ser instrumentos parala reconstruccin de identidades en formas interactivas ycomo fuentes de conocimiento acerca de otras culturas y delmundo exterior. Existe un componente global a la produccinde subjetividades que debe ser explorado. Cul es elsignificado de la globalizacin de aparatos tecnolgicos de

    entretenimiento como Nintendo, Play Station, Game Cube, X-Box, en la cultura juvenil? Cmo son consumidos losvideojuegos en sociedades que tienen diferentes cdigosculturales?El hecho de que la reconstruccin de espacio vincule lareconstruccin del cuerpo, es algo que necesita ser teorizado.

    Cmo est siendo reconfigurado e imaginado el cuerpo atravs de inscripciones en el contexto de la relacin entrecuerpo y mquina? Qu constituira un anlisis post-estructural del cuerpo en el ciberespacio, si este conocimientobusca evitar las trampas de la frontera (el cuerpo que puede ono ser trascendido) y del humanismo (el cuerpo que unopuede rehacer ms o menos a voluntad)? Una fructferateorizacin de la post-humanidad podra tomar como puntode partida este grupo de cuestionamientos. Si las nuevastecnologas permiten oportunidades para la reproduccin dela vida a travs de las mquinas, entonces debe elcomputador ser incluido en el conjunto de las tecnologasreproductivas? Qu significara un cuerpo femenino enestos procesos, desde una perspectiva feminista?21

    2. La aparicin de comunidades mediadas por computador,como las llamadas comunidades virtuales y en general, lo queuno de los diseadores ms creativos de ambientescomputarizados ha llamado las nuevas y vibrantes aldeas deactividad dentro de enormes culturas de computacin (Laurel,1990, p. 93)22. El anlisis antropolgico puede ser relevante nonicamente para la comprensin de lo que estas nuevasaldeas y comunidades son; de igual forma sirve paraimaginar las clases de comunidades que los grupos humanospueden crear con la ayuda de tecnologas emergentes. Denuevo, la investigacin en este campo est apenascomenzando. Podemos anticipar una activa discusin sobre losmtodos apropiados para estudiar estas comunidades,incluyendo preguntas sobre el trabajo de campo on line / offline, sobre los lmites del grupo a ser estudiado, lainterpretacin, la tica, etc23.

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    20 Estos incluyen, por ejemplo, el estudio de Deborah Heath sobre unlaboratorio de biotecnologa molecular (1992), la etnografa de BarbaraJoans sobre diseadores de realidad virtual (1992), y el trabajo deDavid West sobre usuarios de realidad virtual (comunicacin personal).

    21 Estas ideas sobre el cuerpo provienen de Jennifer Terry (comunicacin personal).22 Las comunidades virtuales estn formadas por grupos de personas que se

    relacionan entre s principalmente a travs de un medio electrnico como elcomputador, el correo electrnico y redes especializadas como PeaceNet,EcoNet,y de una gran variedad de carteles (bulletin boards) y sistemas deconferencia provenientes de espacios acadmicos,de negocios, etc., los cualesestn conectados a travs de lo que fue Bitnet,Usenet y actualmente Internet.Un ejemplo nico de comunidad on-linees el Whole Earth Lectronico Link(WELL), localizado en el rea de la baha de San Francisco, y en el cualparticipan personas de distintas partes de Estados Unidos.En el WELL semantienen discusiones permanentes sobre el significado de las comunidadesvirtuales, realidad virtual,multimedia,y temas relacionados. Una etnografa delWELL est en proceso (Bessinger, 1993).

    23 La dimensin tica en comunidades virtuales es muy significante con temascomo la posibilidad de asumir diferentes personas, la relacin entre personas

    virtualesy reales,el reconocimiento de marcadores sociales propios,comoel gnero, la raza, la clase social o la posibilidad de hacer lurking (es decir,observar una comunidad sin hacer conocer la propia presencia a aquellos quese observa).Hay un rico conjunto de aspectos a ser explorados porantroplogos (ver Bessinger, 1993).Aspectos sobre el intercambio deinformacin entre antroplogos de distintas partes del mundo y entre estos yaquellos con quienes trabajan en campo,toman una nueva dimensin con elavance de las redes electrnicas.En algunas situaciones las comunidadesvirtuales llegan a ser parte del campo, ms que una mera expresin,oextensin de ste. Un esfuerzo por conectar antroplogos y otros sujetos en elmundo a travs de medios electrnicos para discutir temas, ideas,libros,conferencias que son relevantes para la antropologa, ha sido liderado porArjun Appadurai y Carol Breckenridge miembros de la revista Public Culture.

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    Una variante de esta lnea de investigacin es lo que Laurelha denominado antropologa de interfaces (1990, pgs.91-93). La creacin de interfaces entre humanos ycomputadores ha sido tratada de forma estrecha y como unproblema de diseo de ingeniera que intenta hacercoincidir las tareas a ser desarrolladas con las herramientasde que se dispone. Pero la pregunta central sobre losdistintos usuarios a los que van dirigidas las tecnologastodava contina siendo ignorada o en algunos casos esinferida de informacin estadstica. De igual forma elcuestionamiento crtico sobre el efecto que la tecnologatiene en los usuarios y de lo que a estos les permite hacer,nunca se plantea. Los nios, maestros, diseadores dejuegos de computador y usuarios, escritores de ficcin,arquitectos, activistas tienen diferentes necesidades yacercamientos a estas preguntas bsicas. Unaantropologa de interfaces que seale esta ausencia seconcentrara en las intersecciones entre usuario / contexto,encontrando informantes para guiar la exploracin crtica(no meramente utilitaria) de los usuarios y los contextos24.3. Estudios de cultura popular de la ciencia y la tecnologa,incluido su efecto en el imaginario popular (el conjunto deelementos bsicos que estructuran un discurso dado y delas relaciones entre ellos) y en las prcticas populares. Qusucede cuando tecnologas como los computadores y larealidad virtual permean las discusiones diarias? Laemergencia de un tecno-charla (Barry, 1992) es solo lapunta del iceberg en relacin con los cambios que estntomando lugar en este nivel. Para Beatriz Sarlo (1992)crtica cultural de nacionalidad argentina, la principalnecesidad es examinar la inclusin esttica y la prctica dela tecnologa en la vida diaria. En el contexto de lossectores populares, el imaginario tecnolgico despierta una

    reorganizacin de los conocimientos populares y eldesarrollo de contenidos simblicos que, innegablementemodernos, difieren de manera significativa de aquellos quepretenden los cientficos. Lo anterior tiene que tomarse enconsideracin en el estudio de las prcticas tecno-literariasque permiten que la gente se relacione activamente con lasnuevas tecnologas (Penley y Ross, 1991). Desde la mitadde la dcada de 1980 los estudios etnogrficos de culturapopular (Fiske, 1989; Willis, 1990) han estado lidiando conalgunos de estos temas. La imbricacin de formas culturalescon cuestiones sociales puede ser estudiadaetnogrficamente; incluso puede ser recogida desde laliteratura y otras producciones populares, as como lo

    demuestra el trabajo de Sarlo (1992), Seltzer (1992), yJenkins (1992)25.4. El crecimiento y el desarrollo cualitativo de lacomunicacin humana mediada por la computacin;particularmente desde la perspectiva de la relacin entrelenguaje, comunicacin, estructuras sociales, e identidadcultural. Mientras que la comunicacin mediada porcomputadores comparte muchas caractersticas con otrasformas de comunicacin mediada, como es el caso deltelfono, las mquinas contestadoras de mensajes (bienestudiadas por lingistas y antroplogos lingistas),tambin difiere en aspectos importantes. La interaccinhumana a travs de computadores personales debe serestudiada no nicamente desde la perspectiva de losprincipios transculturales y transituacionales y de lasestrategias de discurso (Gumperz, 1983) que gobiernancualquier tipo de interaccin humana; tambin debeabordarse en trminos de la especificidad de las prcticascomunicativas y lingsticas que afloran de la naturaleza delmedio en cuestin. En el proceso de construccin decomunidades mediadas por la computacin (Celso lvarez,comunicacin personal, 1992) existen tres dimensionesrelevantes de anlisis: (a) la relacin entre las mquinas ylos sujetos sociales como productores de discurso en elumbral del nacimiento de una sociedad internacionalciberliterada (cyberliterate); (b) la pregunta por lacreacin y la distribucin de y el acceso a los cdigos ylenguajes autorizados o legtimos de la comunicacinmediada por computadores, cuyo dominio y manipulacinle garantiza a grupos de practicantes particulares unaautoridad simblica y control sobre la circulacin de lacibercultura; (c) el rol de la comunicacin mediada porcomputador en el establecimiento de conexiones entre s,

    en propiciar cohesin, y en la creacin de continuidades enla historia interaccional de los miembros del grupo(sumadas a las conversaciones telefnicas, al correoelectrnico estable, y a la interaccin cara a cara). Estoquizs pueda incluir investigacin sobre conversacin,interaccin y tecnologa en espacios de trabajo (Goodwin yHarness Goodwin, 1992) y en contextos de ocio. As mismoen la formacin y reformacin de lmites sociales y

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    24 Walker distingue cinco fases en la historia de interfaces de usuario: (a)perillas y teclado, (b)series (un operador especializado de computadormanejando un montn de trabajos sobre tarjetas perforadas, (c)tiempocompartido, (d)mens, y (e)grficas, o ventanas (Walter, 1990). Lasiguiente fase llevar al usuario directamente al interior (inside) delcomputador; en otras palabras: a travs de la pantalla al ciberespacio.Este ser un espacio tridimensional, tal y como el que ha alcanzado larealidad virtual actualmente. La esperanza de los diseadores es quepaulatinamente se reemplazar una visin contemplativa pasiva conuna participacin activa.

    25 En su libro, Seltzer examina ... la antropologa de la niez y laadolescencia en la transicin del siglo XIX al XX y las tecnologas socialesy culturales en la formacin del hombre (1991,p. 5), desde laperspectiva foucaultiana de la produccin de subjetividades y de cuerposdciles. El trabajo de Sarlo reflexiona alrededor de la introduccin enArgentina de nuevas tecnologas en las dcadas de 1920 y 1930. Uno delos puntos ms fuertes de este trabajo es que en los momentos histricosen los cuales las nuevas tecnologas son introducidas (al igual que en elpresente), es que existe la posibilidad de una cierta construccin popularoriginal en conexin con stas.El trabajo de Penley y Ross consiste en elanlisis de las prcticas de grupos como los hackersy seguidores de laciencia-ficcin.Por su parte, la defensa propuesta por Jenkins (1992) delestudio de las apropiaciones textuales (textual poaching) de losescritores de ciencia-ficcin y por usuarios de computador, apunta en lamisma direccin.

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    culturales dentro de una comunidad computacional dada yotras comunidades y tambin dentro de tales comunidades.Un aspecto particular de este campo de investigacin loconstituye el hipertexto. Este es un texto de computadordiseado para ser recreado o transformado a travs deactos colaborativos que envuelven una persona, o una basede datos, o muchos usuarios llevando a cabo operacionessobre un(os) texto(s). Su importancia est dada en que esel ambiente virtual del hipertexto lo que permite que unamatriz (matrix) de usuarios potencialmente conociblesinteracten (Barrett, 1989; Piscitelli, 1991)26.Una inquietud apenas explorada en este dominio es lahiptesis de la transicin a una sociedad post-escrituralfacilitada por las tecnologas de informacin. Si la escrituray sus modos lgicos de pensamiento reemplazaron laoralidad y las formas situacionales de pensar, la era de lainformacin digital podra estar marcando undistanciamiento de la escritura como la tecnologaintelectual dominante. En la misma manera en la que laescritura incorpora la oralidad, la informacin podraincorporar la escritura; por supuesto, luego de unamutacin cultural de consideracin. El conocimiento tericoy hermenutico tan cercanamente conectado con laescritura entrara igualmente en un perodo de declinacino, al menos, de conversin a una forma secundaria. Nuevasformas de pensamiento determinadas por las necesidadesoperacionales de informacin y computacin estaransiendo instituidas. El tiempo no sera ms una concepcincircular (como ocurre en la oralidad), ni lineal (como en lassociedades histricas que utilizan la escritura), serapuntual. El tiempo puntual y la aceleracin de lainformacin traera consigo que el conocimiento no seafijado, como en la escritura, pero s evolucionado, como en

    un sistema experto (Lvy, 1991). Donde sea que estoscambios de gran importancia tomen lugar, postularndifciles preguntas para la antropologa -tan dependienteen s misma de la escritura y de la interpretacinhermenutica-. Una cosa parece certera: a pesar de losextendidos argumentos que afirman una situacincontraria, la comunicacin electrnica ha producidocambios bsicos en las experiencias lingsticas y en laconstruccin de eventos. Lo que est en riesgo son lasnuevas formas de lenguaje que alteran de formasignificante la red de relaciones sociales, que reestructuranaquellas relaciones y a los sujetos que ellas constituyen(Poster, 1990, p. 8). La comprensin de estos cambios

    demanda aventurarse en dominios de anlisis inexplorados.

    5. La economa poltica de la cibercultura. En dcadasrecientes la antropologa le ha prestado mucha atencin alanlisis de las comunidades en contextos globales ehistricos (Wolf, 1982; Roseberry, 1992). La ciberculturapresenta nuevos retos para una articulacin continuada deuna economa poltica antropolgica. Lo que desdediferentes perspectivas se ha llamado el orden delsilicn, el capitalismo del microchip, y la economa dela informacin, guardan profundos cambios en laacumulacin del capital, las relaciones sociales y en ladivisin del trabajo a distintos niveles.Cul es la relacin entre informacin y capital? Esapropiado postular, como algunos lo han hecho (Poster,1990), la existencia de un modo de informacinsemejante a un modo de produccin? Cmo podemosteorizar la articulacin entre informacin, mercados yrdenes culturales? El cambio a las nuevas tecnologas deinformacin ha marcado la aparicin de procesos flexibles,descentralizados de mano de obra, pero altamenteestratificados por factores de gnero, raza, etnia, clasesocial y ubicacin geogrfica. Este rgimen post-fordista(Harvey, 1989) presenta nuevas articulaciones del capitalglobal con culturas locales. Estamos asistiendo a ... laproduccin de diferencia cultural dentro de un sistemaestructura de economa poltica global (Pred y Watts,1992, p. 18). En qu formas especficas estn estosprocesos globales mediados y constituidos localmente?Qu pasa con las nociones locales de desarrollo ymodernidad a medida que toman forma nuevosmecanismos de interaccin local-global?La aparicin de una sociedad de control (Deleuze, 1993b)y de la ciberocracia (cyberocracy) o el gobierno por la rutade la informacin (Ronfeldt, 1991), es un llamado a la

    necesidad de etnografas institucionales orientadas desde laperspectiva de la economa poltica de la informacin.Cules son los sitios institucionales dentro y desde loscuales son creadas y circuladas categoras de informacincentrales? Qu perspectivas del mundo representan estascategoras, y cmo stas decretan mecanismos de manejo,que dependen de la relacin de grupos particulares al modode produccin de informacin? Estas etnografas semoveran de la produccin de informacin mediada porcomputador, al anlisis de su recepcin y uso; investigandoen cada nivel las dinmicas culturales y las polticas que lainformacin pone en juego.Como informacin, la ciencia y la tecnologa se han

    convertido en una parte central del capitalismo en tanto quela creacin de valor y plusvala depende directamente de losdesarrollos cientficos y tecnolgicos. Las formas concretasde apropiacin cientfica de la vida y la mano de obra porparte del capital, muestran nuevas caractersticas como lacada vez ms estrecha relacin entre la academia y laindustria y el campo biotecnolgico (Rabinow, 1992b). Estasnuevas fuerzas estn por desarrollar una biorevolucin enel Tercer Mundo: Nuevas formas tcnicas... podrn cambiarde manera significativa el contexto dentro del cual esconceptuado y planeado el cambio tecnolgico en el Tercer

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    Bienvenidos a cyberia. Notas para una antropologa de la cibercultura

    26 Celso lvarez afirma que la caracterizacin de los grupos decomunicacin mediados por computacin, como comunidad virtualesequivocada, dado que desde la perspectiva de interaccin lingstica,ellas son comunidades reales. Un cuestionamiento sobre lo adecuadodel modelo de conversacin para tratar con los computadores ha sidopropuesta por Walker: Cuando usted est interactuando con uncomputador, usted no est conversando con otra persona.Usted estexplorando otro mundo (1990,p. 443).Aqu tambin podran yaceralgunos retos para la antropologa lingstica.

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    Mundo. Nosotros sugerimos que el grupo de tcnicasemergentes llamadas de forma genrica biotecnologa sera la Revolucin Verde, lo que la Revolucin Verde fue para lavariedad de plantas y prcticas tradicionales (Buttel et al.,1985, p. 32). La gentica de plantas, la produccin industrialde tejido, el uso de microorganismos genticamentemanipulados, representan intervenciones sin antecedente enel contexto de desarrollo del Tercer Mundo. Lascorporaciones ya estn en la delantera con relacin a lainvestigacin y al desarrollo de estos temas. Como lomuestra el anlisis de estos investigadores sobre elcomportamiento corporativo, los prospectos para el TercerMundo son siniestros porque a las corporacionessimplemente no les importan las necesidades e intereses delTercer Mundo.En el caso de las regiones con una alta biodiversidad, lanaturaleza biofsica est siendo representada de maneracreciente como una reserva de valor en s misma para serexplotada por la biotecnologa en el nombre de un usoracional y eficiente. Las comunidades locales y losmovimientos locales son engatusados a participar en estosesquemas, como guardianes del capital social y natural.Las comunidades o sus sobrevivientes, son reconocidosfinalmente como los dueos legales del medioambiente,slo en la medida que acuerden tratarlo (y a ellos mismos)como capital (OConnor, 1993). Todo el tema de derechosde propiedad intelectual conectado con los recursosnaturales del Tercer Mundo27 est surgiendo como uno delos aspectos ms inquietantes de la fase ecolgica delcapital (Shiva, 1993; Kloppenburg, 1991). Cules son lasimplicaciones de estos desarrollos para los estudios decultura material y para la antropologa biolgica? Losantroplogos han sostenido que la transformacin de

    ecosistemas por el capital es mediada por las prcticas desociedades especficas en las cuales tales apropiacionesocurren (Godelier, 1986).Actualmente, la ingenieragentica, la biologa molecular y las ciencias relacionadascon productos naturales califican el concepto demediacin de tal forma que hacen que los anlisisantropolgicos disponibles no sean suficientes28.Finalmente, la reestructuracin de las relaciones polticas ymacroeconmicas entre pases ricos y pobres en el despertar

    de la cibercultura debe ser un tema de anlisis prioritario.Como algunos afirman, la tecnologa de punta ha devenidoen una nueva dependencia de los pases con tecnologapobre hacia los lderes de la innovacin tecnolgica en elmercado de los computadores, la informacin digital y labiotecnologa (Castells, 1986; Castells y Laserna, 1989;Smith, 1993). Los pases del Tercer Mundo, de acuerdo aestos autores, deben negociar esta dependencia por mediode una agresiva modernizacin tecnolgica que vayaacompaada de una reforma social. Desde un punto de vistaantropolgico, esta opcin es problemtica en tanto querespalda las polticas de desarrollo posteriores a la SegundaGuerra Mundial y que como se sabe han tenido efectosdesastrosos en la cultura y en la economa del Tercer Mundo(Escobar, 1995a).Al igual que el desarrollo, las tecnologasno son culturalmente neutrales.Hay otras posibilidades para las sociedades del TercerMundo que incluyan otras formas de participacin en lasconversaciones y procesos tecnolgicos que estntransformando el mundo? Cmo pueden los movimientossociales en Asia, frica, y Latinoamrica articular polticasque les permitan participar en las ciberculturas sin que sesometan del todo a las reglas del juego? Podrn losgrupos del Tercer Mundo estar en posicin incluso deconocer sobre las posibilidades que permiten acceder a lasnuevas tecnologas? Una pregunta importante es si losgobiernos del Tercer Mundo estarn interesados enconstruir los imaginarios que se necesitan para acceder alas nuevas tecnologas, desde la perspectiva de un diseoms autnomo: ... no habr una transformacin socialgenuina, sin la transformacin de la relacin entre lasociedad y las tecnologas que incorpora (Sutz, 1993, p.138). Sin duda, comenzar a prestar atencin a la

    innovacin tecnolgica es un primer paso hacia laobtencin de una autoestima tecnolgica. Una inquietudms general es si las nuevas tecnologas pueden serconceptualizadas en formas que no las reduzcan a su rol enel desarrollo econmico, y otra es lo que significan lasciberculturas desde distintas perspectivas del Tercer Mundo.La importancia de discutir estos temas en el Tercer Mundotambin surge del rol que juega la mujer en la industria dela tecnologa en un contexto global. El desarrollo de lacibercultura se apoya, en muchas formas, en la fuerzatrabajo de mujeres jvenes en Norteamrica, Japn, y enenclaves industriales de Europa en Asia sur-oriental,Amrica Central, y en otras partes del Tercer Mundo (Ong,

    1987; Mies, 1986). Hay muchas razones para creer que laelectrnica continuar siendo favorecida en los esquemasindustriales del Tercer Mundo, bajo el auspicio de lascorporaciones multinacionales; as mismo, tambin esposible pensar que las mujeres jvenes seguirn siendoconsideradas por estas industrias como la fuerza laboralideal para usar. Las consecuencias de estos procesos enlas dinmicas de gnero y cultura son enormes, como lopueden evidenciar las escasas investigaciones sobre lasmaquiladoras y las fbricas de explotacin. La antropologafeminista y la economa poltica tienen muchas

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    27 Aqu se incluye el trmite de patentes por parte de corporacionesmultinacionales de semillas y variedades de plantas, y de las sustanciasderivadas de cepas usadas por sociedades tradicionales en el TercerMundo.

    28 No es coincidencia que el Banco Mundial, a travs de su GlobalEnvironment Facility (GEF), est liderando esfuerzos para la conservacinde la diversidad biolgica. En Latinoamrica, en pases como Colombia,Brasil y Mxico, ya estn en funcionamiento proyectos del GEF orientadoshacia sus respectivas zonas selvticas.Otros proyectos del GEF tambinestn tomando como objetivo otras zonas biodiversas, todas ubicadas enel Tercer Mundo.El conflicto entre las corporaciones, los movimientossociales, y los Estados sobre estos recursos en stas reas es muyintenso, dado que es la base para una industria multimillonaria.As estambin el conflicto por la patente de genes y de nuevas formas de vida.

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    consideraciones y aportes que hacer a este aspectotrascendental de la cibercultura.Los antroplogos pueden contribuir con estudios profundossobre aspectos de clase social, de gnero y raza en laconstruccin de la cibercultura; y as mismo, con desafos asta. En este ltimo aspecto se incluyen anlisis de las litestcnico-cientficas, por una parte, y del potencial que tienenlos individuos, los grupos y los movimientos sociales paraarticular tecnologas alternativas o paralelas, formas deconocer, y el estudio de las relaciones sociales en latecnologa y la ciencia (Darnovsky et al., 1991). Los estudiosantropolgicos sobre las ciberculturas pueden ayudarnos aimaginar contextos (que s puedan surgir) en los cuales lasposibilidades de relacionarse con la tecnocultura noexacerben los desbalances de poder en la sociedad.

    Antropologa y complejidad: repensando la tecnologa?

    Las innovaciones tecnolgicas y las visiones globalesdominantes generalmente se transforman una a la otrapara legitimizar y naturalizar las tecnologas de la poca. Lanaturaleza y la sociedad vienen a ser explicadas entrminos que refuerzan los imperativos tecnolgicosactuales, hacindolos parecer como la forma ms racional yeficiente de prctica social. En la era moderna este refuerzomutuo ha resultado en la universalizacin del imaginariotcnico-cientfico europeo. Para algunos la visualizacin deuna sociedad post tcnico-cientfica depender de lahabilidad de fijar lmites a este imperativo tecnolgico, ascomo tambin de estudiar de cerca el alcance de latecnociencia, para luego discutir qu dominios deben serdefendidos de sta y demarcando dominios tcnicosapropiados y estilos de competencia (Medina, 1992).

    Independiente de que esta propuesta sea viable o no, oincluso til, se necesitan nuevos lenguajes para permitirque distintos grupos de personas (expertos, movimientossociales, grupos de ciudadanos), reorienten la comprensindominante que se tiene de la tecnologa. Algunos de estoslenguajes son armados dentro de la propia ciencia (desdela ecologa, la ciencia feminista, las tradiciones cientficasno occidentales, etc.). Uno de estos nuevos lenguajes queparece estar ganando prestigio rpidamente es ellenguaje de la complejidad.De acuerdo con aquellos dedicados a esta empresa, losdesarrollos durante los ltimos veinte aos en latermodinmica y las matemticas (la termodinmica de

    fenmenos irreversibles y la teora de sistemas dinmicos)han forzado a los cientficos a reconocer que la separacinentre los mundos fsico-qumicos y los biolgicos, entre losimple y lo complejo y entre orden y desorden, noes tan clara ni tan grande como se haba pensado. Eldescubrimiento de que la materia inerte tiene propiedadesque estn notablemente cerca de aquellas de las formas devida llev al postulado de que la vida es una propiedad node la materia orgnica per se, sino de la organizacin de lamateria; de ah el concepto mismo de vida no orgnica(DeLanda, 1992). En una corriente similar, los cientficos han

    comenzado a prestar atencin al hecho de que sistemassimples como algunas reacciones qumicas y un pndulomecnico pueden generar comportamientos extremadamentecomplejos; mientras que sistemas altamente complejospueden dar lugar a fenmenos simples y fcilmentecuantificables29. La constatacin de que eventos previamenteconsiderados fuera del alcance de la ciencia porque nopodan ser descritos por sistemas de ecuaciones lineares,eran de hecho centrales en el universo, les permiti a loscientficos plantear la teorizacin de la complejidad comoprograma crucial de investigacin cientfica para las dosltimas dcadas del siglo XX y de las que vendrn30.As como los diseadores de las nuevas tecnologas creenestar haciendo un aporte a la transformacin del mundo, loscientficos que trabajan en el desarrollo de la ciencia de lacomplejidad no tienen duda que estn en el umbral de unagran revolucin cientfica. En lugar de enfatizar la estabilidaden la naturaleza y las sociedades, ellos enfatizan lasinestabilidades y las fluctuaciones; en lugar de procesosreversibles lineales, la no-linealidad y la irreversibilidad sonubicadas en el centro del inquirir cientfico. De manerasimilar, los sistemas conservativos (sistemas fsicosconsiderados en aislamiento de sus alrededores) han dadoespacio a sistemas auto-organizados; equilibrio esttico alequilibrio dinmico y al no-equilibrio; orden al caos;elementos fijos y cantidades a patrones y posibilidades; yprediccin a explicacin.La ciencia de la complejidad ha reemplazado la fsica delsiglo XIX como modelo, por la biologa moderna. Estudia losfenmenos fsicos como complejos procesos biolgicos yemplea tipos de anlisis que estn ms basados en loconcreto y en lo heterogneo que en lo abstracto o lohomogneo y en lo general. Mientras que la epistemologa

    cartesiana y la ciencia newtoniana buscaron modelar elorden de las cosas por medio de leyes, la ciencia de lacomplejidad (aunque todava busca una ley general de lospatrones de formacin para todos los sistemas fuera deequilibrio en el universo), se acerca a una visin pluralista delmundo fsico; redes ms que estructuras; y conexiones ytransgresiones en lugar de lmites bien trazados que aslansistemas prstinos.La popularidad alcanzada por la teora de fractales y la del

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    Bienvenidos a cyberia. Notas para una antropologa de la cibercultura

    29 Los ejemplos ms comunes usados para ilustrar estos procesos son elreloj qumico,para el primer tipo; y los tsunamis, para el segundo.

    30 La investigacin sobre complejidad ha sido encabezada por el Santa FeInstitute, establecido en la mitad de la dcada de 1980, principalmentepor fsicos y economistas. Sin embargo, algunas de las ideas bsicasvienen de varias dcadas atrs de trabajos hechos en la ciencia y lafilosofa de sistemas y de trabajos hechos desde la biologa, lasmatemticas y las teoras de auto-organizacin (por ejemplo Prigogine yStengers, 1983).La gran mayora de estos precursores son pasados poralto en el de otro modo, recuento informativo que hace Waldrop (1992)de la historia y del trabajo del Santa Fe Institute. Una introduccin a lacomplejidad, para aquellos lectores con algunos aos de entrenamientoen matemtica, se puede encontrar en Nicolis y Prigogine (1989).Introducciones tiles a la teora del caos y la auto-organizacin lasofrecen DeLanda (1992), Hayles (1991a, 1991b) y Kauffman (1991).

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    caos (un subconjunto relativamente pequeo de lacomplejidad) en la dcada de 1980 ha ayudadoinmensamente a colocar estos desarrollos en el mapa de ladiscusin pblica. El caos lleg a ser el significante demuchas cosas, pocas de las cuales tal vez tienen algo que vercon el trabajo cientfico que se adelanta actualmente. Estapopularidad despierta preguntas importantes, recientementetomadas en cuenta por un grupo de lingistas tericos: elgrado hasta el cual la ciencia y la cultura intervienen en laproduccin de imaginarios populares. La teora del caos, deacuerdo a algunos de sus representantes (Hayles, 1991a;1991b), da eco y participa en tendencias como la teorapost-estructural y el postmodernismo. El nacimiento del caosy la complejidad no es independiente del fermento histricoque le dio origen a la condicin posmoderna: un mundoque cada vez es ms catico y ms totalizado, con eventospequeos que tienen efectos grandes en la economa y en elorden social y con la expansin mundial de la informacin. Elcaos debe ser visto entonces como una fuerza que esnegociada en diversos lugares dentro de la cultura,incluyendo la ciencia, el post-estructuralismo, y elpostmodernismo; ste es parte de la condicin posmoderna,bien sea reflejada en la literatura, las ciencias humanas, o lasciencias de la complejidad31.Sea como sea, la ciencia de la complejidad ya hadesarrollado un vocabulario y un cuerpo tericoimpresionantes (Nicolis y Prigogine, 1989, pgs. 5-78). En elcorazn de la complejidad est la idea del fenmeno de autoorganizacin generado por sistemas complejos bajo ciertascondiciones32. La idea de auto-organizacin no estrestringida a la complejidad. Maturana, Varela y otroscolegas (Maturana y Varela, 1987; Varela et al., 1991) hanhecho de la auto-organizacin (la autopoiesisde la vida), la

    piedra angular de su biologa y de su epistemologa terica.

    La conceptualizacin de las formaciones discursivasplanteada por Foucault puede ser vista, de manera similar,como una teora del carcter auto regulativo de los sistemasde conocimiento. Quizs la visin ms completa del carcterpenetrante de los procesos de auto-organizacin es eltrabajo de Deleuze y Guattari (1987; y Guattari, 1993a).Independiente de que sea en los dominios de la materiainerte (geologa), de las ciencias, la economa poltica, o elser, lo que estos autores han encontrado en su trabajo sonprocesos maqunicos, estratificaciones y territorializacionesque devienen en las estructuras que conocemos33.La tecnologa ha sido esencial para la aparicin yconsolidacin de las estructuras modernas. stas serelacionan con la lnea, la demarcacin de lmites, ladisciplinariedad, la unidad y el control jerrquico. Perspectivascomo los fractales, el caos, la complejidad, la nomadologapodran dictar diferentes dinmicas de vida: fluidez,multiplicidad, pluralidad, conexin, segmentariedad,heterogeneidad, elasticidad; no ciencia pero sconocimientos de lo concreto y lo local, no leyes pero sconocimiento de los problemas y de las dinmicas de auto-organizacin orgnicas y no orgnicas y de fenmenossociales. Hay un esfuerzo de conscientizacin entre loscientficos de la complejidad, de que estn reversando unaactitud dualstica (mantenida desde hace siglos) deOccidente, de la lgica binaria, y de la estrategiareduccionista y utilitaria. Algunos incluso han entabladoconexiones con el pensamiento oriental (Varela et al., 1991).Estos cientficos, en contraste con los filsofos post-estructuralistas, todava continan haciendo mucho nfasisen el orden y en las leyes generales y han entrado (muyrpido, quizs) en el juego intelectual de aplicar las ideas dela complejidad a fenmenos sociales como la economa, los

    rdenes sociales, la evolucin, y en la formacin y el ocasode las civilizaciones. Su tendencia a producir teorastotalizadoras que conecten los mundos de la fsica, labiologa, lo social y cultural sin hacer explcitos los procesos ylos supuestos epistemolgicos envueltos en este esfuerzo,tiene como resultado una perspectiva problemtica (verWinner, 1993b)34.

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    31 Otro intento de relacionar la complejidad (particularmente el caos) a lasciencias humanas corresponde a la crtica de la deconstruccin expuestapor Argyro (1991).

    32 El concepto de auto-organizacin es intuitivamente simple ytericamente complejo. Una perturbacin inicial podra conducir ciertossistemas a un tipo de no-equilibrio y comportamiento catico que no es,sin embargo, un desorden total. De hecho, patrones recurrentes ycomportamientos auto-organizados pueden aparecer alrededor de ciertosestados (atractores), desviando parte de la energa del sistema dentro deun comportamiento ordenado de nuevo tipo (una estructura disipada).Esta estructura est caracterizada por el rompimiento de la asimetraprevia y de la aparicin de mltiples opciones.En otras palabras, lossistemas auto-organizados pueden desarrollar diferentes patronespartiendo de unas condiciones iniciales. Ms all de cierto punto,estossistemas pueden mostrar bifurcaciones hacia mltiples estados osoluciones; una solucin dada es dictada por azar y no puede serpredicha. Cualquier evolucin subsecuente del sistema, sin embargo,depender de la eleccin tomada en el punto de bifurcacin. Estospuntos marcan el paso del sistema hacia la complejidad: representainnovacin y diversificacin, dado que ellos traen consigo nuevassoluciones o senderos de cambio. Los sistemas auto-organizados tienenas una dimensin histrica; una ontogenia, en los trminos deMaturana y Varela (1987).

    33 Deluze y Guattari oponen el rbol el tropo por excelencia del mundomoderno al de rizoma. En contraste con el rbol, el rizoma asumediversas formas,bifurcndose en todas las direcciones. Tiene distintosprincipios de concepcin y heterogeneidad; es mltiple, dando avance asu propia estructura, pero tambin rompiendo la estructura de acuerdocon las lneas de fugaque contiene. Estamos cansados de losrboles, escriben Deleuze y Guattari.Debemos dejar de creer enrboles, races y radculas. Estos nos han hecho sufrir demasiado.Todo lode la cultura arborescente est fundamentando sobre s, desde labiologa a la lingstica (1987,p. 15).

    34 Ver por ejemplo los estudios sobre ciencias de la complejidad del SantaFe Institute; y para una aplicacin de la teora de la complejidad a laeconoma ver el trabajo de Anderson et al. (1988).La investigacin sobrela complejidad se est dando a un ritmo rpido; sta incluye reas comola vida artificial, modelos computacionales adaptativos,auto-catlisis,redes neuronales, autmatas celulares, emergencia y co-evolucin.

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    En otras palabras la complejidad necesita serantropologizada; al mismo tiempo que podra ofrecerintrospecciones a la antropologa. Las preguntasantropolgicas difcilmente han sido tratadas dentro de laciencia de la complejidad, con la excepcin de unareformulacin en progreso de la teora de la evolucin conel objetivo de establecer el rol del aprendizaje, la auto-organizacin (en adicin a la seleccin natural) y laarticulacin de un concepto ms complejo de adaptacin.De hecho, el Santa Fe Instituteconsidera buena parte de sutrabajo como la investigacin de sistemas complejos deadaptacin. Aunque hay algn inters en la complejidadcultural, la pregunta no ha sido an comenzada a discutircon suficiente fuerza y frecuencia. Se puede afirmar que losantroplogos han estado preocupados en la complejidad dela vida y han resistido la reduccin de sta a frmulasmgicas o leyes. Sin embargo, a travs de todo el siglo XIXhasta los trabajos de Malinowski, Boas, Benedict, y de Lvi-Strauss a Geertz, ha estado presente la tendencia a reducirla realidad cultural a descripciones de instituciones,patrones y estructuras definidas. Slo en aos recientesesta tendencia ha comenzado a ser modificada con eldesarrollo de anlisis que enfatizan la parcialidad, paraabandonar finalmente cualquier pretensin de dar cuentade leyes o de perspectivas objetivas.Puede la empresa de la complejidad aparentemente tandistante de la ciencia convencional, pero relacionada deforma estrecha con la cultura cientfica ayudar a reorientarla comprensin prevaleciente que se tiene de la tecnologa?La perspectiva que los cientficos de la complejidad estnintentando brindar a la comunidad cientfica y al pblico, esverdaderamente poderosa, y parece que su influencia estcreciendo. Sus implicaciones para la reorientacin de la

    tecnociencia an no han sido exploradas, y esto es ciertopara el caso de la teora post-estructural tambin a estenivel. Es posible desestabilizar (desestratificar,desterritorializar) los sistemas sociales modernos tecno-cientficos, poltico-econmicos, y biosociales, en la maneraque lo proponen Deleuze y Guattari (1987)? Una expansinde la articulacin y de la adopcin de entendimientostecnolgicos y de polticas que puedan contribuir a la vidaautnoma de la gente y a experiencias de auto-organizacin,en el mejor de los casos estn proyectados a darse dentro deunos cuantos aos. Si estamos dispuestos a creer en aquellosque trabajan en nuevas formas de entender el universo y lavida social sea en la ciencia o en las humanidades,

    entonces es posible una metodologa social nmada de latecnologa. Tal vez el lenguaje de la complejidad estsealando que es posible para la(s) tecnociencia(s) contribuiral diseo de formas de vida que le hagan el quite a losmecanismos de estructuracin de la vida y del mundointroducidos por el proyecto de modernidad. No se trata deuna pregunta que resulte en una utopa tecnosocialdescentralizada, auto-organizada, empoderada, pero suna que permita pensar de forma imaginativa si latecnociencia no puede ser parcialmente reorientada paraservir diferentes proyectos polticos y culturales.

    Antropologa sin primitivos?

    Sobre la antropologa se contina afirmando que an estcircunscrita al orden del moderno y del salvaje, el sercivilizado y el otro incivilizado (ver Trouillot, 1991). Si staquiere entrar de nuevo al mundo real y trabajar en elpresente (Fox, 1991) tendr que tratar con el avanceprogresivo de la cibercultura. Adems, la cibercultura leofrece a la antropologa una va para renovarse a s mismasin que alcance como en la antropologa del siglo XX unencerramiento prematuro alrededor de figuras como elotro y el mismo. Estas preguntas y en general lacibercultura, conciernen sobre aquello de lo que se trata laantropologa: la historia de la vida como ha sido vivida y esvivida en este preciso momento. Qu le est pasando a lavida en la ltima parte del siglo XX? Qu est an porvenir?

    Eplogo35

    Una de las caractersticas de Bienvenidos a Cyberia es elnfasis en considerar las nuevas tecnologas desde unaperspectiva integrada y a diferentes niveles. El primero,geogrfico (el Primer Mundo, el Tercer Mundo, lasvariaciones y los nfasis regionales); el segundo,tecnolgico (tecnologas biolgicas, de informacin ycomputacin); y el tercero, disciplinar (los enfoques de lasciencias humanas y sociales, en los que la antropologa seubica en algn lugar en el medio). Este acercamiento tieneventajas, como la identificacin de conexiones, efectos ymecanismos que de otra manera quedaran sin enunciar. Asmismo muestra desventajas, como la sobre generalizacin y

    la falta de profundidad. Marilyn Strathern (1994), noobstante, tiene razn al sealar que mi consideracin decibercultura es sobredimensionada y ambiciosa, con lo cualsocava el mismo principio de complejidad que miplanteamiento parece invocar. Sin embargo, en el artculono trato de sealar una verdad total. Simplemente es unintento de hacer comprensibles las nuevas tecnologasdesde una perspectiva que considere los efectos histricos ygeogrficos actuales del capitalismo y la modernidad. Esimposible no considerar la fuerza universalizante delconocimiento moderno y de la acumulacin y circulacindel capital. Esta fuerza es reflejada en los ordenamientostecnolgicos as como en la forma en que se estructura el

    trabajo. El verdadero reto es teorizar tales efectos sin dejarpasar las mltiples formas que estos toman y as mismoconsiderar las infinitas variaciones en las cuales operan.Como uno de los tantos participantes de un esfuerzocolectivo por articular una antropologa de la ciencia y la

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    Bienvenidos a cyberia. Notas para una antropologa de la cibercultura

    35 Este texto corresponde a la respuesta que Escobar (1994, pgs.227-228)present a los comentarios suscritos por David Hess, Isabel Licha (1994),Willis Sibley (1994), Marylin Strathern (1994) y Judith Sutz (1994) alartculo, y que fueron incluidos en el mismo nmero de CurrentAnthropology.

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    tecnologa, David Hess (1994) se encuentra en una posicinprivilegiada para contextualizar cualquier contribucin aeste objetivo. Dado que no he participado en las reunionesde este grupo durante los aos pasados, recibo congratitud sus ilustrativos comentarios a mi breveacercamiento a stas. Estos tempranos esfuerzos, afirmaHess, tuvieron como objetivo abrir horizontes disciplinariosms que crear nuevos campos, objetivo que actualmentesigue vigente. Hess tambin nos advierte no dejar pasar poralto la necesidad de estudios continuos sobre tecnologasbien conocidas, particularmente en el Tercer Mundo. Estoyde acuerdo. Difiero en su consideracin sobre los peligrosque l ve con relacin a concentrarse en tecnologasvanguardistas. Por una parte es preciso sealar que unbuen nmero de biotecnologas y tecnologascomputacionales se encuentran ya ampliamente dispersas;por otra, que existe una particularidad cultural sobre estastecnologas que es importante sealar. Sin embargo, esteenfoque como l enfatiza no debe ser a expensas delestudio antropolgico de otras clases de tecnologas.Neces