A n o D E 1 8 5 8 .

E n e . prospecto de esta obra he manifestado que trataba de

dar á conocer por su medio los edificios notables que encierra

la ciudad de Sevilla, y los trajes propios de sus naturales.

Pocas ciudades á la verdad merecen tanto como esta llamar la

Mención sobre uno y otro punto : porque si consideramos el pri-

mero , apenas se hallará otra cuya vista escite mas poderosos

recuerdos de las naciones que sucesivamente han dominado

en nuestro suelo; y si el segundo, quienes ofrezcan mas ori-

ginalidad, realzada por el ingenio, desembarazo y franque-

za de sus habitantes. La arquitectura romana , la arábiga,

la gótica, la de la restauración, la moderna, que por diver-

sas partes han dejado claros vestigios de su respectivo carác-

ter , parecen haber acumulado en este recinto memorias de

toda especie en obras, ya grandiosas, ya elegantes: asunto

no menos propio para el recreo de los ojos, que para la me-

ditación del entendimiento. Mas como si interesan los mo-

numentos del arte, tal vez con mayor motivo deben estudiar-

se los hábitos y costumbres del pueblo que los conserva, me

he propuesto reunir á los objetos artísticos ios ejemplares de

costumbres, ayudando asi con ambas cosas á las investiga-

ciones del sabio, al entretenimiento de los aficionados y á la

diversión de las damas. Comienzo, pues, mi empresa, y sin

cuidar del orden cronológico, que privaría á la obra de la

variedad que debe tener, ni hacer otra cualquiera clasifica-

ción que entorpecería la publicación de los cuadernos, pre-

sentaré indistintamente cuanto juzgue digno de ofrecer á los

suscritores.

V í c e n l e M . C a s a j u s .

fn famó'A

i fuiiíft ckl Wmf. X

ios carite-

dfe Id* íJÜC

de rlestmo,

t*H&* txrma rr>'?s •h.tí,,í y te iN:.. ••» ta* : entorna: con rmm huye de! suelo I<j p<»r el hundo de sus campunu* comoca & trono sofera la$estrellas>—Ja$t; Mussoy f áUwitz.

aíio tres áico* de feticriSs A y en el iV¿•=» c-Uri colora•!(>> b> re? ratos do L>$ reye>, Concluye en una grandios

A lá tnitad de su altura tiene balcones en tocios cuatro andiosa bóveda de madera case¡onada con e.scjuísito gusto J

enriquecida coa láoMtóás y ñw&ms-, ¡mitande el oro bruñido ; las puertas principales son de atcr.sc, y son las rubinas que »crviun cuando i * tonquktó h ciudad;

ne ks j¿scrij)CÍotie$ que tiene ei> caracteres árabes^ captamos una, ;que se halla en el frente que dibujamos.

m fué el arquitecto de raí obra y maestro mayor. J|cie veni49 cié Toledo^ ^mios mi palacio y rnaest^inza dte Sevilla, §#ff el rey Nazaii por la gt:áe% Dios. A ño de j íS I.

ele lo5 letreros cta esta, hallaban estampados en cus

Jgg grandes mátenos de la renglón,

T. • szgün ía tüüs eous;ante tradiccion , y junto á los arcos que representa nuestra estampa, fue muerto á mazazos el infante * de B . Peüxo , j>or manduco de

I I norte del edificio , es una página como la qué presentan todos' los

adulterada por la mala crítica: es H

41 ? u t r i u n f a re dedoscristianos, la hizo construir pá*a puerta de ta mezquita que mondó edil rnr ^ ' V ^ l a r a b o s adornos, y hechos con yeso y moldes: pero osla puerta que servia de entrada ¡

, ^ m f * por el B m m pSra servir a ía sur.tu.s, caiedrM de Seulia , donde el O

8 ® : •- ^ ^ '-óíre los m m m m ÍM¡MiSO V el de un pueblo Cristian.,.

ficar en el año de á los musulmanes

spetada por el i holocausto la

ernanJo conquistó a Seviha y eonviruo en catedral lo que era mezqui ta , tuvo nuevo destino , bien con-

fc^S^ÍT a r C - ( í c h e r r a d n ? p ? ^ ^ > y'*** hojas do. sus puertas estafe í o rn felV l 51 • y C O n s M < Ie de Altura de su edificio! P'aÜ¡¿m¿Tj> P i n l j a W 2 Siquiera por esta puerta , sin detenernos á contemnliu- t an in , nofahüi . l .wl^

adás en cobre con caracteres

sicpuera por esta puerta , sin detenernos á contemplar tantas notabilidades como en. ella encontramos— J.

eí c i u V X o r T ü e C 1 ' M ^ I J c 0 1 í 3 e r T Ó c | n ? m h r e s " n o l o r hasta alguno, años despue.» de la conquista, <pte tomá a a a p d e f , l c ^enovatla y vanada un tanto e) órden de su arquiieclura , según «e ve en !a Járóína.—X-

m ^ m ^ ^ ^ ^ ^ t t ^ ^ ^ ^ ^ f ^ ^ f j ^ de este santo, el postigo del AccU« , que constituye uno

* ^

con vista á la huerta de Sta. Clara,

que le hermano

causó tau Labia fu-

Situada en la huerta de su ca*a , que según escriben historiadores de S. Francisco, quiso míe <c d¡e«e n ir Clara de eÜU c iudad; pero esto tuvo otéelo en el año 1285). Yace en el convento de K V , A

€ * * D< - • ^ m o en lugar rtumos T

Fabrica nfapif ici turris f„it l l íCC Friderici A r l ue t arhlici potuil Laus maxima diei (m . i , i ' .Mrir.s, pfofcs, fmt }í¿e genitriei

M S I S • M Fc tómdi Uqis amicí, Ene $I s>v|í>iei eupi| ¿urt r«*miti&ci

Inncnagíína bis eeuiuni miile serena , Divitiis plena, jam staret turris a m i n a .

- , v^ ihuvuíuo «reía ¿>nia. inundad <le Burdos á ar menos d i g n o . — ¿ u n i § a , Anales edoiáscicos jr civiUs de & villa.

ra el convento de Sta gosf ¿ donde lo trus-

con ojos ávidos y escudriñadoras desde la graciosa cabeza hasta la torneada pierna de una de estas hijas del Betis * • Ouién áí vérlaa ora barriendo , ora regando.... no ha esclamado c x

mal haya tanta abundancia de tela.

¿ Qni¿n á fuer de galante y enamorado no ha escuchado con acento entre risueño y burlón el ¿muere V. que lo moje.. . ? • Dónde está en fin d que no se ha dejado mojar . . . . ? ¡Vivan las muchachas de Sevilla! como le oimos decir entusiasmado á un personaje ' iUiiauo que no ba mucho visitó nuestra capital.=^/. M. O.

waik

C o n esta eslampa ofrecemos al público un modelo , un tipo especial del traje de cierta elase de la sociedad donde mas puras y m mezcla alguna estrangera , se conservan nuestras costumbres andaluzas. Desde que el exótico sombrero ha venido á usurpar sus fueros d )a graciosa mantil la , vemos á nuestras elegantes usarla con desden, y llevarla colgando y como despegándose de \os' nejando que se ha encargado de vengar la linda sevillana que representa esta estampa! Ella no pertenece cierta in<

vada , ni aun á la que quiere confundirse con ella remedándola en sus trajes y su manera de vertir. Esta es una dora , que vive , si no nos engáñanos, eu la calle ancha de la Feria , y que con ese ligero vestido de taletan ( que ha tomar gitana de buena coaeiei)$ia), con esa mantilla de blonda ancha , cogida con toda la gracia y ligereza que se deja ver, y sobre todo con ese garbo, de que tan profusamente lia dotado la Providencia a las hijas del Guadalquivir , viene ae ver la proccsion del Corpus, Y de trastornar las cabezas a un olieíal de sastre y á un maestro de guitarra , q * . « f 1 a

arpar hombros. ¡ Ultraje

mente á la ciast? ele-muchacha borda-

tomado a dita a una

tándose sus preciados favores»—6. O.

que mas cíe una vez han andado á moquetetes dispu-

3

Ü i n i n a i E Jl^sta boia contiene la fi-ura de un temerón andaluz, que tendrá cuando mas por ocupación hacer volar una calesa en el cammo de Cádiz 6 de Estrema<lu/a. Es el rey de las tabernas : su cetro un largo vaso lleno de vino do la tierra, y su corte mee*.a ü^ena de chulos , que contemplan con respeto la punta de su navaja. Es en í in , uno de aquellos hombres de quienes puede dcc:ne con un

antiguo poeta :

ir chorreando pendencia y hacerse lugar diciendo, apártense, no están viendo que va ¡iíflii la omnipotencia

abate. Su voz pesar do esto, tiene como todos lo, andaluces, un fondo do corág j r ^ . y cs c o ^ y enamor:ado <como «n . ^ v riñosa parecida al ru do que suena en una bodega cuando hierve en las lincas ti ikoi que 11 * ^ * m

ronca y tanto clespucs de parar su caballo con un voio reuunuo, a .« .... ' " V i'":.". T " u n biídie? pues viva d h zalá

Seijá Curra ! v¿nga un trago pa el zeaonlo. - U no hyho el ir; ^ íon t , °do e vo«S, que'según el tono de u>té-, y diciendo y l .aciemlo, vacia sm respirar el pro «udo vaso en s,' ; ¿ f X ' l j / . T,novio. c> voz de alto ó de marcha , desaparece perdiéndose eu la e s p a c i a carretera entre una nuDc ele pono.

ie víM h&'iúWtk ]p|¡§$ doji a-fra > ¡ra m del lííi awjrt ¿i í ia msMtrn-

$É¡M NV IJL. ,BL ,.,v. M L. H. vítt&wi-V i-'.;, itáá* fer m • - , - - . . . * . • , V-

- .. :¡ i , , , pm w ktmkú^wé m^mM* p W dehcn;*: aí v í, y : ¡ J ¿ unu|*m>za la eaite Arica* j laf fteal de Maireísa ó

f SE

•1

Frente: f>of del M$r tíem

es &rra - Je. ¡p|Í|| Sé e! jf ÉKfipm t&ii - ; ÍSu iígllfep. Y- til íyef 5>I CO-l<Jr|;-Qm es ÚMm.h . Es fera de proinMoni

áIb'i & faefo S el alipa

^ en verjeles de r-osas-Se vive pá»': ei amor, pos son Immes

el 'árabe laC dejó,, Toiix^ gentileza; y ' , Tédas úúcwtp y Q ^ es íei^a J | ^ndaiacia

tíerm ¿fe

3.a

, de a^bacJie |

4 el tx^tf Vn como el <íe. Tenas; WM fowvm, Oj ' (fe r^o'^ Taife esbelto y feor^api de tóríÉa r

S tierra la ladalucia, 1| tfepa de proi»Ma!ÍA

poj? íKcha en ese traje airoso y tan señor

%! k f^asajil lado una and lu^a

m compasión ¿ Quien do la eclváríí á ¡k ronda Un rcMjtiiebro y una flor, Si es tiéj ra lá Andalucía | Bá tierra dé prómiáoti|-J

5.a

¡ Con qué garbo la aneha calle I>ese;m:piedra etsderreclor Con 0M pie que otras veces Ni huella H| tterra dejó Ella tiene su marj tilla >

Yénm m ceñidor/ W xtn.a: pantorrilla tiene ¡Ay! ¡cállese usted por Dios! Es tierra la Andalúeíá, Ea tierra de promisiou.

a

Mire usted que inglés , iiimea^o Como la Rondad de £>ios 5

Con su ]á'pi¿ , con $.u álbum Desalado de ella en pos Se pirra por retratarla Y la dice..,. ¿ qué s¿ yo? Pero oiga usted á la nina ,

¿ ñola y® usted que no? Es tierra la Ándalucíe ¿ Es tierra de promíáou.

G. (jarda y Ta-ivara.

^ ^ é I L SE FILIAN O, J ^ S f ^ ' Sierpes, ném. 50. Agosto, Í838,

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