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Derecho Viejo Página 1 “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 8 Nº 92 Un periódico para leer Julio 2009 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres La tendencia natural superior del hombre es ir hacia su interior; es la tendencia espiritual, la del no- deseo, la de ser, la de Dios. No se trata de realizar proezas y volver atrás, desde el punto en el que estábamos. Se trata de una transformación progresiva en una nueva manera de ser donde no hay retorno hacia atrás. No hay que dejarse engañar por las apariencias. Así como una flor de plástico parece tan real como una flor de verdad, sin embargo hay una diferencia: una está viva y la otra no. Una tiene un alma, la otra es sólo materia. La diferencia no se sitúa en la apariencia, sino en la esencia. ¿Buscamos dentro nuestro? En el trabajo sobre uno mismo hay un punto esencial: la confianza. Confiar es abrirse sinceramente en total seguridad. La vida no tiene opuesto No detenerse en ninguna parte. Seguir la corriente de la vida. Tener confianza: el río desemboca en el océano. (Simplemente, aceptar lo que descubrimos) Textos: Patrice Richard Trabajamos mucho, nos fatigamos mucho, pero, ¿a dónde nos conduce? ¿Estamos contentos con nuestras vidas? Todo el día corremos, viajamos de una punta a otra del planeta. Día a día hacemos esto o lo otro. Pero ¿descubrimos quiénes somos? ¿Cambia algo en nosotros? Nos tomamos la vida muy en serio. Nos tomamos muy en serio. Nos tomamos nuestros asuntos muy en serio, nuestros éxitos y nuestros fracasos... ¿la vida consiste sólo en eso? Mañana viajaremos a otros planetas. Pero, ¿hemos llegado realmente a alguna parte? Corremos por poco o por mucho dinero. Corremos por poco o mucho poder. Corremos por poca o mucha gloria. Corremos por poco o mucho placer. Corremos por pocos o muchos conocimientos. Corremos por poco o mucho amor. Pero ¿a dónde nos lleva todo esto? ¿No nos sentimos vacíos con todo ello? El conocimiento de uno mismo implica la renuncia. Pero ello no quiere decir irse a vivir al desierto o a una cueva. No se trata de una renuncia geográfica, sino de una cierta actitud respecto al mundo. Es la renuncia interior. Conocerse implica un movimiento que es más un emplazamiento que un desplazamiento. Es un movimiento “in situ” desde el exterior, parece inmóvil, pero, en el interior, hay un gran movimiento. Es un movimiento inmóvil. Mañana viajaremos a otros planetas. Pero, ¿hemos llegado realmente a alguna parte? Día a día hacemos esto o lo otro. Pero, ¿descubrimos quiénes somos? ¿Cambia algo en nosotros? En el momento de la muerte todas las ilusiones a propósito de nosotros mismos, se desvanecen como máscaras y nos vemos tal como somos Aprender a conocernos es aprender a vernos tal cual somos, como en el momento de la muerte Ilustración: Eduardo Belloni “Encrucijada de amor”. Acrílico sobre tela (40 x 50 cm)

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“Derecho Viejo” Página 1

“DERECHO VIEJO”a la evolución destino de hombre

Año 8 Nº 92 Un periódico para leer Julio 2009

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

La tendencia naturalsuperior del hombre es

ir hacia su interior;es la tendencia

espiritual, la del no-deseo, la de ser,

la de Dios.

No se trata de realizar proezasy volver atrás,

desde el punto en el que estábamos.Se trata de una

transformación progresivaen una nueva manera de ser

donde no hay retorno hacia atrás.

No hay que dejarse engañarpor las apariencias.

Así como una flor de plástico parecetan real como una flor de verdad,sin embargo hay una diferencia:

una está viva y la otra no.Una tiene un alma,

la otra es sólo materia.La diferencia no se sitúa en laapariencia, sino en la esencia.

¿Buscamos dentro nuestro?

En el trabajo sobre unomismo hay un punto

esencial: la confianza.Confiar es abrirse

sinceramente en totalseguridad.

La vida no tiene opuesto

No detenerse en ninguna parte.Seguir la corriente de la vida.Tener confianza: el río desembocaen el océano.

(Simplemente, aceptar lo que descubrimos)

Textos: Patrice Richard

Trabajamos mucho,nos fatigamos mucho,

pero, ¿a dónde nos conduce?¿Estamos contentoscon nuestras vidas?Todo el día corremos,viajamos de una punta

a otra del planeta.

Día a día hacemos esto o lo otro.Pero ¿descubrimos

quiénes somos?¿Cambia algo en nosotros?

Nos tomamos la vida muy en serio.Nos tomamos muy en serio.

Nos tomamos nuestros asuntosmuy en serio, nuestros éxitos

y nuestros fracasos...¿la vida consiste sólo en eso?

Mañana viajaremos a otros planetas.Pero, ¿hemos llegado realmente

a alguna parte?

Corremos por poco o por mucho dinero.Corremos por poco o mucho poder.Corremos por poca o mucha gloria.Corremos por poco o mucho placer.

Corremos por pocos o muchosconocimientos.

Corremos por poco o mucho amor.Pero ¿a dónde nos lleva todo esto?

¿No nos sentimos vacíoscon todo ello?

El conocimiento de uno mismoimplica la renuncia.

Pero ello no quiere decir irse a viviral desierto o a una cueva.

No se trata de unarenuncia geográfica,

sino de una cierta actitudrespecto al mundo.

Es la renuncia interior.

Conocerse implica un movimientoque es más un emplazamientoque un desplazamiento.Es un movimiento “in situ”desde el exterior, parece inmóvil,pero, en el interior, hay un gran movimiento.Es un movimiento inmóvil.

Mañana viajaremos a otros planetas.Pero, ¿hemos llegado realmente

a alguna parte?Día a día hacemos esto o lo otro.

Pero, ¿descubrimos quiénes somos?¿Cambia algo en nosotros?

En el momento de la muertetodas las ilusiones

a propósito de nosotros mismos,se desvanecen como máscarasy nos vemos tal como somos

Aprender a conocernoses aprender a vernos tal cual somos,como en el momento de la muerte

Ilustración: Eduardo Belloni“Encrucijada de amor”. Acrílico sobre tela (40 x 50 cm)

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“Derecho Viejo”Página 2

EDITORIAL

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Directores:Dr. Camilo Guerra

Dr. Sebastián GuerraSecretario de RedacciónProf. Lic. Federico Guerra

Columnistas invitadosMons. Raúl R. Trotz

Rvdo. Hermano Eugenio MagdalenoPadre Julio, omv

Escribe: Camilo Guerra

La muerte no sólo es algo misterio-so, sino que es un gran acto de purifi-cación. Lo que continúa dentro de unpatrón repetitivo, es degeneración. Elpatrón puede variar según el país, segúnel clima o la circunstancia, pero siemprees un patrón. Moverse dentro de cualquierpatrón produce una continuidad, y esacontinuidad es parte del proceso degene-rativo del hombre. Cuando hay un cesede la continuidad, algo nuevo puedeocurrir. Es posible comprender eso ins-tantáneamente si se ha comprendido todoel movimiento del pensar, del temor, delodio, del amor –entonces puede uno cap-tar en un instante la significación de loque es la muerte–.

¿Qué es la muerte? Cuando uno formu-la esta pregunta, el pensamiento tienemuchas respuestas. Dice: “Yo no quieroexaminar todas las desdichadas explica-ciones acerca de la muerte”. Todo serhumano tiene una respuesta para eso, con-forme a su condicionamiento, a su deseo,a su esperanza. El pensamiento siem-pre tiene una respuesta. La respuestaserá invariablemente intelectual, pro-ducida verbalmente por el pensamien-to. Pero uno está examinando, sin teneruna respuesta, algo que es totalmente des-conocido, totalmente misterioso –la muer-te es una cosa extraordinaria–.

Nos damos cuenta de que el organis-mo, el cuerpo muere, y el cerebro, –queen vida ha sido maltratado en diversas for-mas de autoindulgencia, contradicción,esfuerzo, lucha constante, que ha estado

desgastándose mecánicamente, porque esun mecanismo–, el cerebro también mue-re. El cerebro es el depósito de la memo-ria, la memoria como experiencia, comoconocimiento. De esa experiencia y cono-cimiento acumulados como memoria en lascélulas del cerebro, surge el pensamiento.

Cuando el organismo llega a su fin, elcerebro también llega a su fin; por lo tan-to, toca a su fin el pensamiento. El pensa-miento es un proceso material –el pen-samiento no es nada espiritual–, es unproceso material basado en la memoriaque se halla retenida dentro de las célulascerebrales. Cuando el organismo muere,el pensamiento muere. El pensamientocrea toda la estructura del yo –el yoque desea esto, el yo que no desea aque-llo, el yo temeroso, ansioso, desespera-do, anhelante, solitario– el yo que se asustade la muerte. Y el pensamiento dice: “¿Cuáles el valor, cuál es la significación de lavida para un ser humano que ha luchado,experimentado, adquirido, que ha vividode tan fea, estúpida y desgraciada mane-ra, para después terminar?”. Por lo tanto,el pensamiento dice entonces: “No, ésteno es el fin, hay otro mundo”. Pero eseotro mundo sigue siendo meramenteel movimiento del pensar.

Uno pregunta qué ocurre después de lamuerte. Ahora formulamos una preguntapor completo diferente: “¿Qué hay antesde la muerte?” –no qué hay después de lamuerte. ¿Qué hay antes de la muerte, envida de uno? ¿Qué es la vida de uno? Ira la escuela, al colegio, a la universidad,

conseguir un empleo, vivir juntos hom-bre y mujer, él yéndose a la oficina por 50años, ella saliendo para ganar más dinero,teniendo hijos, pesares, ansiedad, cada unocon su propia lucha. Viviendo una vidatan desdichada, uno desea saber qué pasadespués de la muerte, acerca de lo cual sehan escrito volúmenes, todos producidospor el pensamiento, todos diciendo:“Cree”. De manera que si uno descartatodo eso, si literalmente, efectivamente lodesecha, entonces ¿con qué se enfren-ta? Con el hecho real de que uno mis-mo, que es el producto del pensamien-to, llega a su fin. Todas las ansiedades,todos los anhelos se terminan. Cuandouno está viviendo, como vive ahora, convigor, con energía, con todo el afán de lavida, ¿puede uno enfrentarse a la muerteahora? Vivo con todo mi vigor, energía ycapacidad, y la muerte significa para míel fin para ese vivir. Entonces, ¿puedo vi-vir con la muerte todo el tiempo? O sea:yo estoy apegado a alguien; terminar conese apego implica muerte, ¿no es así? Unoes codicioso, y cuando muere, no puedellevarse la codicia consigo; por lo tanto,uno termina con la codicia ahora, no den-tro de una semana o dentro de diez días.Así, uno está viviendo una vida plena devigor, energía, capacidad, observación,viendo la belleza de la tierra y también ter-minando con eso instantáneamente, lo cuales muerte. De modo que vivir antes de lamuerte, es vivir con la muerte; y eso sig-nifica que uno está viviendo en un mundointemporal. Uno vive una vida en la quetodo cuanto adquiere está terminandoconstantemente, y así hay un movimien-to tremendo, uno no está fijo en un lugardeterminado. Esto no es un concepto.Cuando uno invita a la muerte, lo cual sig-nifica terminar con todo aquello a lo queuno se aferra, muriendo para ello cada día,cada minuto, entonces uno descubre –no‘uno’, porque no hay un ‘uno mismo’descubriéndolo, porque uno ha desapare-cido–, hay, entonces, ese estado que per-tenece a una dimensión intemporal en queel movimiento que conocemos comotiempo, no existe. Ello significa vaciar elcontenido de la propia conciencia, demodo tal que no haya tiempo; el tiempollega a su fin, lo cual es muerte.

La muerte - Un gran acto de purificaciónPor J. KrishnamurtiLo totalmente

desconocido

Siempre nos manejamos con egoís-mo. El egoísmo toma diferentes for-mas; se viste de búsqueda de poder,de satisfacciones sexuales o alimenti-cias. A veces es tan profundo que yani lo notamos. Estamos tan quemadosque ya ni sufrimos.

La mente se maneja, dueña y seño-ra en el control y en la eficiencia de loconocido. Base y fundamento de loconocido es nuestro “yo personal”;tanto esto es así, que consideramosque si perdiéramos la consciencia delyo personal dejaríamos de interesar-nos en el mundo y en la vida toda. Siyo no soy consciente de mí, ¿de quéme sirve todo lo demás? Confundimoslo personal con lo individual; en reali-dad cuanto más impersonales somosmás individualidad brotará de nosotros.

La muerte tan temida dejará de serobstáculo, límite, frontera o esperan-za, cuando seamos conscientes deque el Ser se manifiesta como sus-tancia, siempre en una forma.

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“Derecho Viejo” Página 3

Lo único que puede unirnos es el re-descubrimiento del “misterio de Cristo”en todas sus dimensiones; y esto significaque debe relacionarse con toda la historiade la humanidad y de la creación. Y sola-mente vendrá cuando hayamos aprendidoa descubrir la presencia de este misterio,esto es, la presencia de la Iglesia (Cuer-po místico de Cristo) en todas las reli-giones de la humanidad. Toda religión ge-nuina es testigo de algún aspecto del mis-terio divino, encarnado en sus mitos y ri-tuales, en sus costumbres y tradiciones,en su oración y en su experiencia mística;y cada una tiene algo que dar a la Iglesiainvisible. La cerrazón de miras que ha di-vidido a las iglesias cristianas, ha divididotambién a la religión cristiana de otras re-ligiones. Hoy tenemos que abrirnos a laverdad de todas las religiones. Cada reli-gión debe aprender a discernir su verdadesencial y a rechazar sus limitaciones cul-turales e históricas. Esto puede ser unaexperiencia dolorosa, un rechazo de losinnumerables elementos de la religión quehan crecido con su desarrollo histórico ycultural y que con frecuencia la han iden-tificado con la religión misma. Sin em-bargo, esta parece ser la única senda abier-ta a la humanidad de hoy. Lo que se opo-ne a ello es la mentalidad dominante delmundo occidental. Es la hora de la prue-ba del hombre occidental. ¿Continua-rá construyendo su mundo científicocon el poder nuclear que lleva a la de-vastación de la tierra? ¿O aprenderá aarrepentirse, a echar marcha atrás, are-descubrir la fuente de la vida, lasabiduría de la Madre Tierra, que estambién la sabiduría de Oriente.

La Iglesia debe aprender también elsecreto de esta sabiduría intuitiva. Aun-que el misterio de Cristo está siempre pre-sente en la Iglesia y ella vive de ésta susecreta presencia, sin embargo, las estruc-turas doctrinales y sacramentales de laIglesia son producto de la mente occiden-tal, ya sea del catolicismo romano o yasea de la ortodoxia griega, del anglica-nismo, del luteranismo o del calvinismo,o de cualquiera de las diversas iglesiasprotestantes de Inglaterra o de América.Todas ellas son desarrollos del misteriode Cristo, hechos por la mente occiden-tal. Ni el Papado, ni el episcopado, nicualquier otro sistema de gobierno dela Iglesia está basado en el Nuevo Tes-tamento. Son obra del genio griego y ro-mano que edifica sobre la base del nuevotestamento. Jesús mismo no dio ningúnsistema de gobierno a la Iglesia. La fundósobre doce discípulos para representar alnuevo Israel, al nuevo pueblo de Dios; ysegún la tradición más antigua, dio a Pe-dro la posición de liderazgo en ella; le diotambién, según los relatos los ritos sa-cramentales del bautismo y de la Eucaris-tía. Pero, aparte de esto, todo lo dejó a laguía del Espíritu Santo, que había de con-ducir a los discípulos a la verdad. Todo lolevantado sobre esta base, todos los sis-temas doctrinales, sacramentales y lega-les, son obra del pensamiento occidental,guiado sin duda por el Espíritu Santo engrado diverso, pero a la postre condicio-nado por circunstancias históricas.

El hecho de que Roma llegara a ser elcentro de la cristiandad es un accidente

de la historia, y el Obispo de Roma sóloha adquirido la posición actual después demuchos siglos. Se puede sostener que estaevolución fue providencial; pero no hayrazón para creer que la estructura pre-sente del Papado sea permanente, oque la Iglesia no pueda adquirir unanueva estructura en el contexto de lahistoria futura.

En el mismo sentido el Episcopadocomo sistema de gobierno se fue estable-ciendo sólo de forma gradual, y no hayrazón para afirmar que la estructura pre-sente, sea en su forma romana, griega, oanglicana, haya de permanecer siempre.Todas las estructuras eclesiales estánsujetas a la ley del crecimiento histó-rico.

En el mismo sentido, las estructurasdoctrinales creadas por la mentalidad oc-cidental sobre las bases de la fe de losapóstoles están todas ellas condicionadashistóricamente y llevan la marca de las li-mitaciones de la mente occidental. Es cier-to que los pueblos de Asia nunca acepta-rán el cristianismo en su forma presente.Cinco siglos y más de actividad misionerahan demostrado la inutilidad del intento.El cristianismo sigue siendo para los orien-tales una religión extranjera, moldeada porel pensamiento occidental.

Debemos ir más allá de todas estasestructuras históricas y recuperar elmito original del cristianismo, la ver-dad viva revelada en el Nuevo Testamen-to. Pero esto no lo puede hacer solamentela mente occidental. Tenemos que abrir-nos a la revelación del misterio divino quetuvo lugar en Asia, en el hinduismo y elbudismo, en el taoísmo, confucionismoy sintoísmo. No podemos desechar la sa-biduría intuitiva de pueblos más primiti-vos, los aborígenes australianos, los ha-bitantes de la Polinesia, los bosquimanosde Africa, los indios americanos, los es-quimales. En todo el mundo el Espíritusupremo ha dejado señales de su pre-sencia. El misterio cristiano es el misteriode la presencia de Dios en el hombre, yno podemos despreciar ningún signo deesa presencia. Incluso el ateo y el agnós-tico pueden dar testimonio de este miste-rio. Ateísmo y agnosticismo significan elrechazo de ciertas imágenes y conceptosde Dios o de la Verdad, que están condi-cionados históricamente y, por consiguien-te, son inadecuados. El ateísmo es un de-safío a la religión a purificar sus imáge-nes y conceptos y a acercarse más a laverdad del misterio divino.

Debemos recordar siempre que el mis-terio divino, la Verdad última, siempre es-capa a nuestra concepción. Los grandesmitos del mundo revelan aspectos dife-rentes de este misterio, según la penetra-ción imaginativa de los diferentes pueblos.En Jesús, el mito adquirió un relieve his-tórico particular consignado en el NuevoTestamento y mantenido en la Iglesia.Pero el mito es capaz siempre de nue-vas formas de comprensión a medidaque la mente humana reflexiona so-bre él. La mente occidental le ha dado unaestructura legal y racional particular. Perola mente oriental y el pensamiento intuiti-vo primitivo de todo el mundo han podidodescubrir nuevos niveles en su hondo sig-nificado. Y no hay duda de que el talante

occidental moderno, liberado de losgrilletes del modelo mecanicista del uni-verso, es capaz de redescubrir el signifi-cado del mito. La construcción de la Igle-sia como manifestación en la historia dela presencia de Dios en el hombre es, pues,la obra de toda la humanidad. El hindú, elbudista, el musulmán, el humanista, el fi-lósofo, el científico, todos tienen algo quedar y algo que recibir. El cristiano,cualquiera que sea la Iglesia a que perte-nezca, no puede reclamar el monopoliode la verdad. Vamos peregrinando en bus-ca de la verdad, de la realidad, de la con-sumación final. Pero hemos de reconocerque esta verdad escapará siempre a nues-tra comprensión. Ni la ciencia, ni la filo-sofía ni la teología podrán nunca abarcarla verdad. Ninguna poesía, arte o institu-ción humana pueden encarnarla nunca.Los grandes mitos son sólo reflejos enla imaginación humana de ese miste-rio trascendente. Incluso el mito de Cris-to sigue perteneciendo al mundo de lossignos; y tenemos que ir más allá del mitohasta el misterio mismo, por encima de lapalabra y el pensamiento, de la vida y dela muerte. Pues el misterio último sólopuede ser conocido a través del paso dela muerte. “Estáis muertos –escribió sanPablo–, y vuestra vida está oculta conCristo en Dios; cuando Cristo en nuestravida aparezca, os presentaréis con él engloria” (Col 3,3).

Jesús dejó a sus discípulos con la ex-pectación de que aparecería de nuevo yllevaría a este mundo a la consumación.En esta situación vivimos todos. En nin-gún tiempo de la historia el mundo ha es-tado más cerca de la destrucción que enel momento presente. Hay fuerzas presen-tes en el mundo que son capaces de des-truir toda vida en este planeta, y los quecontrolan estas fuerzas están por encimade todo control. Quizá cambie el mundooccidental, o al menos haya el suficientenúmero de personas que inicien en él uncambio, que sufran una metanoia, un cam-bio de corazón, y den otro rumbo al mun-do, llevando a cabo el maridaje de Oriente

y Occidente. Pero la meta final no puedetampoco ser ésta. Nuestro destino no estáen este mundo, y hemos de prepararnospara ir más allá de la muerte. Tenemosque morir a este mundo y a todo lo quehay en él, es decir, a todo lo que cambia ypasa en este mundo, para encontrar la rea-lidad que no cambia o pasa. Tenemos,sobre todo, que trascender las palabras,las imágenes y los conceptos. Ningunavisión imaginativa ni marco conceptual seadecuan a la gran realidad. Cuando Cristoaparezca en gloria, no lo hará en ningunaforma terrena o en ninguna otra formaposible de concebir. “Porque ahora vemosconfusamente en un espejo, mientras en-tonces veremos cara a cara” (1Cor 13,212). Y sólo “apareceremos en gloria”cuando hayamos muerto a nosotrosmismos y nos hayamos convertido enuna “creación nueva” (Gál 6,15). Sóloentonces encontraremos la plenitud de laverdad y de la realidad, que es también laplenitud de la sabiduría, del conocimientoy la plenitud de la bienaventuranza y delamor. Sólo entonces tendrá lugar el ma-trimonio final de Oriente y Occidente, delhombre y de la mujer, de la materia y de lamente, del tiempo y de la eternidad.

Extraído de“El matrimonio de oriente y occidente”

Abrirnos a la verdad de todas las religiones(el Cuerpo Místico)

BedeGriffiths, OSB

1906 -1993 .Nació en Inglate-rra, estudió enOxford donde seconvirtió al cris-tianismo y tomó los hábitos de monje.Viajó a la India en 1947 donde estable-ció el ashram de Shantivanam

¿Te has fijado en la historia de Jesús? Su crucifixión fue presenciada por miles depersonas. Era sencillo. No hacía falta una visión interior para observar cómo cruci-ficaban a Jesús. Miles de personas, gente corriente que nunca había visto a Jesús,que había ido por curiosidad, todos pudieron ver la crucifixión. Pero cuando Jesúsresucitó ni siquiera sus propios discípulos pudieron reconocerlo inmediatamente.María Magdalena fue la primera en reconocerlo. Eso es simbólico: significa quenecesitas un corazón femenino, intuitivo, para reconocer la resurrección.

Entonces Jesús fue al encuentro de sus discípulos. Todos se habían escapadopensando: “¡Ahora todo se ha acabado!”. Esperaron, ocultos detrás de las multitu-des. Habían esperado este momento porque tenían esperanzas de que ocurriera unmilagro. El milagro sucedió, pero para ver ese milagro no bastaba con esos ojoscorrientes. Esos ojos corrientes sólo pueden ver el deshacer. Para ver el rehacernecesitarás otro tipo de ojos. El milagro sucedió ¡te lo estoy diciendo! Pero nadiepudo verlo porque nadie estaba listo para verlo, nadie era lo suficientemente maduropara verlo.

Jesús fue a la búsqueda de sus discípulos después de su resurrección. Encontró ados discípulos; estaban yendo a otro pueblo, Emaús. Caminó con ellos durante seiskilómetros, habló con ellos durante seis kilómetros, y no lo reconocieron. Estoparece improbable, pero sucedió. Estuvo hablando con ellos, y no pudieron verquién era. Creyeron que se trataba de un extranjero. De hecho, Jesús siguió siendoun extraño para su gente incluso cuando estaba vivo. Su reconocimiento fue super-ficial.

Bhagwan Shree Rajneesh

Reconocer a Jesús

Amplitud

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“Derecho Viejo”Página 4

1) San Juan de la Cruz distingue un proceso activo yuno pasivo para la purificación del alma. En ambaspurificaciones (activa y pasiva) existe una purifica-ción del sentido y otra del Espíritu. La purificaciónactiva la describe en las “Subida al Monte Carmelo” yla pasiva en “La noche oscura”.

2) El alma debe des-asirse de todo apego a las criaturas.“... todas las afecciones que tiene en las criaturas sondelante de Dios puras tinieblas, de las cuales estandoel alma vestida, no tiene capacidad para ser ilustraday poseída de la pura y sencilla luz de Dios. Si primerono las desecha de sí, porque no puede convenir la luzcon las tinieblas”.

3) “La subida al Monte Carmelo”, tiene tres partes olibros. La primera trata de la purificación de todos losapetitos del sentido, por eso se llama “Noche oscuradel sentido”. Las partes segunda y tercera tratan delas potencias del alma (entendimiento, memoria yvoluntad); ambas partes describen la noche del espí-ritu; tratándose en la segunda de la purificación delentendimiento y en la tercera (que ha quedado incon-clusa), de la purificación de la memoria y de la volun-tad. El autor llama “medianoche” a la purificación delentendimiento, que es más oscura que la noche delsentido.

4) “En una noche oscuraCon ansias en amores inflamada,¡oh dichosa ventura!salí sin ser notada,estando ya mi casa sosegada”.

5) El autor comienza enumerando todos los daños quecausan los apetitos en el alma. Dice que “el alma enque viven, la cansan, atormentan, oscurecen, en-sucian y enflaquecen”, pero añade que sólo se re-fiere a los apetitos consentidos, “porque los apeti-tos naturales poco o nada impiden para la unióndel alma cuando no son consentidos ni pasan losprimeros movimientos”

6) “Cuando reparas en algo,dejas de arrojarte al todo;porque para venir del todo al todo,has de dejar del todo al todo.Y cuando lo vengas todo a tenerhas de tenerlo sin nada querer,porque si quieres tener algo en todo,no tienes puro en Dios tu tesoro”:

7) Noche del Espíritu. “A oscuras y segura, por la se-creta escala disfrazada, ¡oh dichosa ventura!, a os-cura y en celada, estando ya mi casa sosegada”.

8) El autor repite muchas veces que Dios no puede serconocido tal cual es por ningún conocimiento del en-tendimiento; por tanto dice, para llegar al conocimientode Dios, en la medida en que esto es posible para lascriaturas, hay que dejar atrás todo conocimiento.Solamente la fe (confianza) sirve para alcanzar esteconocimiento. De ahí que el entendimiento debe serpurificado por la fe, a fin de llegar a ser capaz de ver.“Cuanto más el alma piensa que es aquello queentiende, gusta o imagina, y cuanto más lo esti-ma, ahora sea espiritual, ahora no, tanto más quitadel supremo bien y más se retarda en ir a él”.

9) El alma ha de procurarse activamente este des-asi-miento y purificación perfectos del espíritu. El hom-bre primero debe de esforzarse por sí mismo en lapurificación activa antes de pasar a la pasiva. Límite:no poder meditar con la imaginación (discursiva),ni encontrar gusto en eso.

10) “Es de saber que por dos vías puede el entendimien-to recibir noticias e inteligencias: la una es natural y laotra sobrenatural”. San Juan indica como regla gene-ral, no buscar ninguna de estas noticias, y cuando sepresentan, no hacerles caso. Si es de Dios no da tiempoal alma para quererlo o no quererlo. Lo que Diosquiere comunicar, el hombre no puede desechar-lo (aunque quisiera).

11) “Todas las imaginaciones se han de venir a vaciar enel alma, quedándose a oscuras, según este sentido,para llegar a la divina unión”. “Porque aunque a los

Aproximaciones elementales a S. Juan de la Cruzprincipiantes son necesarias estas consideraciones,formas y modos, para ir enamorando y cebando alalma por el sentido; y así les sirven de medios remo-tos para unirse con Dios, por los cuales han de pasarlas almas para llegar al término y estancia del reposoespiritual; pero ha de ser de manera que pasen porellos... de donde yerran muchos espirituales (que nolo tienen en cuenta), trabajan mucho y sacan pocojugo o nada”.

12) Tres señales para pasar a la meditación trans-discursiva: a) no encontrar gusto en la meditación;b) No le da ganas de poner la imaginación ni el senti-do en otras cosas particulares, del tipo que sean; c) Elalma gusta de estarse sola con atención amorosa aDios sin particular consideración.

13) Olvido de sí y pérdida del sentido del tiempo: “Y lacausa de este olvido es la pureza y sencillez de estanoticia; la cual ocupando al alma, así la pone sencillay pura y limpia de todas las aprensiones y formas delos sentidos y de la memoria, por donde el alma, obrabaen tiempo y así la deja en el olvido y sin tiempo, dedonde al alma esta oración aunque le dure mucho, leparece brevísima, porque ha estado unida en inteli-gencia pura, que no está en tiempo. Aunque al alma leparezca que no hace nada, crea que se no se estáperdiendo el tiempo, pues la impresión de que no hacenada solamente la tiene porque no obra nada con lossentidos ni con las potencias, sino al modo de los espí-ritus puros, que no saben de cansancio”. “Yo duermopero mi corazón vela”. Cantar de los cantares

14) “Este sentido de la fantasía, junto con la memoria, escomo un archivo y receptáculo del entendimiento, enque se reciben todas las formas e imágenes inteligi-bles”. Para llegar a la iluminación hay que dejar delado todo lo contenido en ese arsenal; en este silo nohay ni una sola imagen que pueda ser útil para la noticiainmediata de Dios. Las visiones son rechazadas radical-mente, son materia que surge del inconsciente.

15) La tercera parte trata de la purificación activa o “no-che” de la memoria y de la voluntad. Cuanto másuniéndose la memoria con Dios, más van retroce-diendo las noticias distintas particulares, hasta des-aparecer del todo. Esto último ocurre sobre todo cuan-do en perfección llega al estado de unión. Son esta-dos de olvido pasajeros. Estando la memoria trans-formada en Dios, no se le puede imprimir formas ninoticias de cosas; y obra movida directamente porDios. “El que se une con Dios, un espíritu se hacecon Él”. 1ª Cor 6,17

16) “En todas las cosas informadas por los sentidos físi-cos, no hago archivo ni presa de ella en la memoria,sino que las deje luego olvidar... como si en el mundono fuesen, dejando la memoria libre y desembaraza-da, no atándola a ninguna consideración”.

17) Purificación de la vo-luntad. Sin la purifica-ción de la voluntad, ladel entendimiento y lade la memoria no ser-virían para nada. En lapráctica la purifaciónde la voluntad suponela ordenación de lascuatro pasiones: gozo,esperanza, dolor y te-mor de Dios.

18) En “La noche oscura”trata de la purificaciónpasiva del alma, tantodel sentido como delespíritu. Dios mismo se encarga de la purificación,mientras que el alma se mantiene pasiva.

19) En la noche oscura del sentido, la meditación es prác-ticamente imposible. Ahora el alma está pendiente deacordarse de Dios y de no ofenderlo en lo más míni-mo. Pronto se da cuenta de que el tiempo de la con-templación no es infructuoso, sino mucho más valio-so que todo el consuelo recibido antes. Es contem-plación oscura. Sin luz. Es tanto más eficaz cuantomenos se busca en ella consuelo. Entrenarnos enconservar la paciencia y en perseverar en la medita-ción, sin preocuparse cómo ni en qué forma. Todoanhelo exagerado de sentir o gustar a Dios debeabandonarse. La actitud hacia los demás: amabili-dad, discreción y amor.

20) S. Juan dice que muchos entran en la noche del sen-tido, pero que pocos pasan a la noche del espíritu; ysi sucede, ocurre mucho más tarde; mientras tantotienen que seguir padeciendo muchas aflicciones yaprietos, si bien de vez en cuando reciben consuelos ygracias extraordinarias, para que perseveren hasta des-pojarse de todas las imperfecciones que aún les quedan.

21) De la noche del espíritu S. Juan dice de un modogeneral que los sufrimientos que conllevan son in-comparablemente más grandes que los de la nochedel sentido. En el alma humana se enfrentan dos con-trarios fortísimos. Cuando la luz divina llega al ojoenfermo, el ojo duele ( y duele más cuanto másfuerte es la luz y más débil es el ojo). El alma sufreporque la luz divina comienza a penetrar en ella. Ladesproporción entre Dios y el alma acrecienta lossufrimientos del alma; hasta que por fin el alma estálo suficientemente pura como para recibir la luz delSer, sin que ésta encuentre resistencia. Esta nochees extremadamente dolorosa, pero imprescindi-ble. Las personas en este tiempo están como ausen-tes y son olvidadizas, incapaces a veces de hacer biensu trabajo.

22) Se conoce de otra manera, lo que se recibe, serecibe al modo del receptor.

Por Enomiya-Lassalle, SJ(1898 - 1990)

Mapa, no itinerario

“Ningún gurú ni sistema alguno puede ayudarnos acomprendernos a nosotros mismos. Sin la compren-sión de uno mismo no tiene razón de ser el descubriraquello que constituye la acción correcta de la vida,aquello que es la verdad. Al investigar la propia cons-ciencia, uno está investigando la totalidad de la cons-ciencia humana, no sólo de la propia, porque uno esel mundo, y cuando observa su consciencia, está ob-servando la consciencia de la humanidad; no es algopersonal ni egocéntrico. Mientras vivamos dentro delcampo al que llamamos “nuestra consciencia”, por pocoo mucho que ésta pueda cambiar, aún así no hay en esecampo una transformación humana fundamental.

¿Podemos vaciar esa consciencia, y ser conscien-tes de nosotros mismos? La meditación no consisteen buscar una finalidad, en ir a tientas tras de una meta.Desde la meditación surge un inmenso silencio; no unsilencio cultivado, no el silencio entre dos pensamien-tos, entre dos ruidos, sino un silencio que es inimagina-ble. La mente llega a estar extraordinariamente quietacuando se halla en este proceso de investigación inte-rior, cuando hay silencio existe una gran percep-ción. En este silencio hay vacío, un vacío que es lasuma de todas las energías.

J. Krishnamurti

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“Derecho Viejo” Página 5

El miedo a los diosesDe acuerdo al filósofo griego Epicuro (s. V a.C.), son tres los obstáculos

que todo hombre debe superar para encontrar la verdadera felicidad:el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, y el miedo al futuro.

El miedo a los dioses podría ser enten-dido como el temor a que cualquier fuer-za exterior a mí mismo maneje mi desti-no. Vale decir, tener miedo de los dioseses seguir echando la culpa de nuestrosufrimiento a cualquier cosa o circuns-tancia exterior a nosotros. Temer a losdioses es proyectar mi propio miedo almundo que me rodea: temo a los diosesporque vivo bajo su cruel mandato. Si aellos se les ocurre que debo sufrir paradivertirlos, entonces no tengo otra alter-nativa más que sufrir. Este tipo de dio-ses crueles son los que aparecen en lafamosa Ilíada de Homero, aquellos quedisponen el sacrificio de incontables hom-bres con la justificación de que “es lavoluntad de Zeus”. En realidad, estosdioses no son más que imágenes de lasfuerzas naturales del cosmos, recubier-tas de una capa de fantasía humana. Deeste tipo de “dioses” violentos, salidosde la más perversa imaginación, surgenlas peores desviaciones de la espirituali-dad. El miedo lleva a la histeria, y la re-ligión acaba convirtiéndose en el “opiodel pueblo”.

En realidad, no hay "dioses"; y, dehaberlos, dice Epicuro que son tan aje-nos al hombre que es inútil preocuparsepor ellos. Para él, en este mundo sólohay dos tipos de acontecimientos: aque-llos que están fuera de nuestro alcance,vale decir, los que son azarosos; y aque-llos que nosotros mismos hacemos. Esen estos últimos que el hombre debe con-

centrarse: en vez de gastar energías pre-ocupándose por lo que no podemos cam-biar, deberíamos ocuparnos de lo que síestá en nuestro poder cambiar.

Miedo a la muerte“Frente a las demás cosas es posible

procurarse seguridad, pero frente a lamuerte todos los humanos habitan unaciudad sin murallas”, escribió Epicuro.

¿De qué sirve aprender, conocer, cre-cer, o amar, si todo lo que vive es enúltima instancia segado por esa miste-riosa atracción llamada “muerte”, esafuerza tan cruel como indiferente? ¿Aca-so importa lo que piense, diga o haga unhombre que ayer no existía, y mañanatampoco existirá? ¿Qué es él para eluniverso? ¿Qué puede ser el universopara él? Hombres de todas las épocas ycredos han chocado con esta mismapared. De los tres miedos, este pareceser el más común en los hombres.

Heidegger decía que la muerte nos aís-la y nos transforma en individuos: es mimuerte, no la de la multitud a la que per-tenezco. Esto es, ciertamente, una ex-periencia intransferible.

¿Para qué tenerle miedo a la muerte,

se pregunta Epicuro, si mientras noso-tros existimos no está presente, y, cuan-do está presente, ya no estamos noso-tros? Este irónico desencuentro apuntajustamente a una curiosa verdad: que lamuerte, entendida como ese aconteci-miento al que todos tememos, no existe.Esto es a lo que apunta el sabio griego.¿Dónde está mi muerte mientras vivo?¿Acaso se esconde atrás de una piedra,esperando agarrarme desprevenido? Loque verdaderamente nos angustia, en-tonces, no es la muerte, sino más bien elmiedo a ella. Y esta angustia es, paraEpicuro, la fuente de toda la maldad hu-mana: todo lo que corrompe al hombre,su codicia y su ambición de poder, noson más que sus desesperados intentospor demorar de alguna manera a la muer-te, para cubrir con sus placeres fugacesla sombra de su propia mortalidad.

Pero, ¿quién de ustedes, por más quese preocupe, puede alargar su vida aun-que sea un segundo más? (Mt. 6, 27)

Miedo al futuro“Los que no conocen a Dios se pre-

ocupan por esas cosas. Pero el Padrede ustedes sabe que necesitan todo eso.

Por lo tanto, busquen primero el Reino yla justicia de Dios, y esas cosas vendránpor añadidura. Ni se preocupen por elmañana, pues el mañana se preocuparáde sí mismo. Basta con las penas deldía” (Mt 6, 32-34).

Estas palabras de Jesús ilustran per-fectamente la actitud a la que se referíael filósofo griego (quitando, por supues-to, la referencia a Dios). No existe elfuturo fuera de nuestras esperanzas, dela misma manera que no existe el pasa-do fuera de nuestra memoria. La con-cepción occidental del tiempo como unalínea recta, en la cuál nuestra sombra esel pasado, el suelo donde nuestros piespisan el presente, y el sol de frente quenos encandila el futuro, resulta una ma-nera muy cómoda de pensar al tiempo.Pero, en realidad, el único tiempo queexiste es el presente.

En conclusión, podemos decir que lostres obstáculos vienen de la misma raíz:el miedo.

Y la raíz misma del miedo, a su vez,es no conocerse a uno mismo.

Escribe:Federico Guerra

Desde lejos nos enseñan

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“Derecho Viejo”Página 6

“Les voy a ex-plicar a quién separece el que acu-de a mí, escuchamis palabras y laspone en práctica”(Lc 6,47 ss).

Desde el ámbi-to de la sociología(Z. Bauman) co-mo desde el de la

psicología (Rojas) hace ya bastante tiem-po se nos viene advirtiendo acerca de unarealidad que un pensador norteamericano(Foreman) ejemplifica con la imagen deuna catedral o de un panqueque como sím-bolo de la interioridad de un hombre hoy;tal como lo expresa magníficamente el Dr.Jaim Etcheverry en un artículo en la re-vista del diario La Nación del domingo 3de mayo.

Esta realidad la comprobamos diaria-mente al observar el comportamiento, lasinclinaciones, y los gustos que hoy pre-dominan alrededor nuestro.

Cuando leemos en los periódicos cuá-les son las preferencias, expresadas, porejemplo, a través de los ratings que mues-tran los programas más vistos nos indi-can cuánta chatura espiritual hay en me-dio de nosotros.

Cuando observamos las formas deexpresarse llenas de agresividad con lasque muchas personas a las que tratamosnos expresan, éstas denotan una primitividaden sus conductas altamente preocupante.

Al observar el grado de agresividadtanto en el lenguaje como en los gestoscon que muchos jóvenes, y no tan jóve-nes, se relacionan, seguramente usted y yomuchas veces nos quedamos perplejos.

Pero en mi caso personal me preocu-pa mucho más cuando advierto que yono quedo siempre fuera de estas imáge-nes. Ciertamente en estas circunstanciases más alto el grado de preocupación queme asalta.

Aquí es donde una vez más recorda-mos las palabras de Jesús cuando se diri-ge a los que, como el fariseo de la pará-bola, que se cree mejor que los demás, ymás aún recordamos la advertencia: “elque esté de pie cuídese de no caerse”.

Es muy fuerte la presión a la que dia-riamente estamos sometidos, particular-

mente a través de los medios de comuni-cación, y también en la convivencia diariaque constantemente tenemos que tener lavalentía de auto-evaluarnos y preguntar-nos acerca de nuestros comportamientos.

También en estos casos es bueno re-cordar el sabio refrán latino: “la boca ex-presa lo que hay en el corazón”.

Es en nuestra interioridad en dondedebemos bucear para encontrar las cau-sas que nos llevan a las actitudes que noshonran o nos avergüenzan.

Y aquí vale la pena recordar una tirahumorística (que si la memoria no me fa-lla su autor era el genial Quino), un perso-naje que aparece en el primer recuadrodice “voy a pensar”, en el segundo diceexactamente lo mismo, en el tercero nodice nada y en el cuarto y último dice “voya prender el televisor”.

Hoy más que nunca es imprescindiblerealizar el ejercicio de apagar en algúnmomento el televisor o la radio para po-der encontrarnos con nosotros mismos ypreocuparnos por ver como construimosnuestro mundo interior.

La experiencia me ha enseñado que losespacios siempre tienden a llenarse; si yono lleno mi interioridad no es verdad quequeda vacía como a veces suponemoscuando hablamos de la vaciedad de la vida,siempre algo o alguien va a entrar en eselugar, aún cuando nos sentimos deprimi-dos, justamente la depresión se metió den-tro nuestro.

En el artículo que cité al inicio encon-tramos una profunda reflexión acerca dela necesidad de preguntarnos con qué ele-mentos construimos nuestro mundo inte-rior, y de un modo especial me parece amí, cómo metabolizamos toda la informa-ción que recibimos diariamente y con quécriterios la juzgamos.

A esto último me refiero cuando utili-zo la cita bíblica, que recomiendo leer en-tera, en donde Jesús nos enseña a valorarnuestro vínculo con la Palabra de Diospara hacer de nuestro interior una fortale-za que nos permite discernir cuanto hayde bueno en las novedades del progreso ycuanto de deleznable.

Seguramente ustedes como yo ya tie-nen la suficiente experiencia para sabercuánto incide en nuestras vidas una bue-na o una mala decisión.

Edificar sobre rocao sobre arena

Escribe: Mons.Raúl R. Trotz

La evolución y sus dos secretosHay dos aspectos fundamentales en el camino de la evolución.El primero es saber que se puede cambiar, que se pueden modificar ciertos programasinteriores a fin de reorientar nuestras vidas. El ser humano tiene un poder de acción

sobre sí mismo.El segundo es saber que ciertos programas no cambiarán sólo por la voluntad, y que

el trabajo se sitúa en el nivel de la aceptación.El cambio no puede hacerse a través de una acción que procede de uno mismo.Lo que puede trasformar es la no-acción, la no-voluntad.De hecho, es darnos cuenta de nuestra impotencia, de nuestra imposibilidad de

hacer nada, y en ese abandonarse se halla la transformación.Es muy importante tener siempre conciencia de estos dos aspectos a fin de poder

identificar sobre qué aspectotrabajamos en un momento dado y emplear entoncesel método adecuado. Si no, pueden nacer errores, decepciones y rebelionesprovocando la detención o el retroceso en el trabajo más que la evolución de laconciencia.

Todo este trabajo consiste en encontrar nuestra naturaleza profunda, nuestra esencia,nuestra identidad real. Es un descubrimiento progresivo que, de hecho, es un re-descubrimiento, en el sentido en que esta identidad real existe, seamos o noconcientes de ella. Así, lo que descubrimos o re-descubrimos no es forzosamentelo que esperábamos.

Patrice Richard - Extraído de “El arte de crecer por dentro”

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Willigis Jäger nos recuerda* Cuando se desmorone la estructura del yo, desaparecerá

también el miedo. Los dogmas y las formulaciones de la fe,si se toman como absolutos, son un obstáculo a la verdad.La muerte del yo es la muerte verdadera. Solamente des-pués es posible que se despierte la Gran Vida, podemos de-nominarla resurrección, pero no resurrección del yo.

* Quien rechaza la existencia y se aferra al vacío, es comoalguien que salta al fuego para evitar ahogarse. Los caminos espirituales nos ense-ñan a no rechazar la existencia, a no huir del nacer y el morir. No se puede entraren El Todo mediante la huida, intentando escapar de nacer y de morir. De lo quese trata es trascender nacimiento y muerte

* Entrenarnos en ver que lo más importante no es la persona, la forma individual,sino la vida que desconoce tiempo y espacio. Ambos, tiempo y espacio, sonoriginados por las formas que van y vienen. No existen metas, ni paradas, nicumbres. Tan sólo es una danza intemporal que la vida lleva a cabo en la evolu-ción. Quien traspasa la cárcel del yo entra en el mundo de la unidad.

* El pecado original es la incapacidad de experimentar la unidad con la EnergíaOriginaria Divina. El “yo” limita la percepción a un sector pequeño de la totalidad.Pecado es separatividad. La muerte de Jesús es el arquetipo de la muerte del“yo”. El olvido del yo es el recuerdo del Dios.

*La idea del karma tiene su origen en la ilusión de que todo lo podemos determinarnosotros mismos, de que podemos influir positivamente en nuestro futuro graciasa un buen comportamiento. Es una forma diferente de antropocentrismo.

Hasta cierto momento se cree, en la vida, que para crecer hay que sumar.Más dinero, más poder, más talento, más conocimiento, etc. De pronto, algo se

rompe, no se qué, y la cosa cambia.No sirve sumar, no lleva a ningún lado. Es el engaño, el espejismo.Ayer servía, hoy no sirve.Insatisfacción, aridez, desengaño.Y aparece la resta, la renuncia, lo que ayer era bueno y deseable, hoy es indiferente.Triunfos y fracasos a la misma bolsa, todo inservible, mezclados e indeterminados.Triunfos que saben a fracasos y viceversa.El crecimiento se invierte, somos más al desear menos.Somos más al tener menos que defender.Somos más al no competir.Como el ciego que ve al no poder ver, así el hombre crece al dejar de crecer.Es Israel que sale de Egipto, es la oruga que se dispone a morir.Es el globo que arroja lastre para elevarse.Es el hombre, que inicia su viaje de regreso a lo espiritual, se invierte la parábola, y

sólo permanece realmente vivo el que está dispuesto a morir con vida.

C.G.

Para crecer hay que restar

Por aquí y por allá...

CASTELAR: AV. ARIAS 3437 - Tel/Fax: (011) 4661-2482 /4458-4535HURLINGHAM: AV. ROCA 845VILLA DEL PARQUE: AV. NAZCA 2732 - Tel/Fax: (011) 4502-9406CABALLITO: AV. GAONA 1623 - Tel/Fax: 4583-8418TANDIL: L. De La Torre 402 (esq. Av. Del Valle) -Tel.: (02293)-453311

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“Derecho Viejo” Página 7

Marcos, capítulo 6 , versículo 7 ysiguientes

Jesús iba predicando por todos lospueblos de esta región. Reunió a losDoce y comenzó a enviarlos de dos endos, dándoles poder sobre los espíritusmalos. Les ordenó que no llevaran nadapara el camino fuera de un bastón: nipan, ni morral, no dinero; que fuerancon calzado corriente y con un solomanto.

Y les decía: “Quédense en la prime-ra casa en que les den alojamiento, has-ta que se vayan de ese pueblo. Si enalgún lugar no los reciben y no los es-cuchan, dejen a esa gente y sacudan elpolvo de sus pies como protesta con-tra ellos”.

Fueron a predicar, invitando a la con-versión. Echaban a muchos espíritusmalos, y sanaban a numerosos enfer-mos con una unción de aceite

Mateo, capítulo 9, versículo 5 ysiguientes

Estos son los Doce que Jesús enviócon las instrucciones siguientes: “No va-yan a tierras extranjeras ni entren en ciu-dades de los samaritanos, sino que pri-mero vayan en busca de las ovejas per-didas del pueblo de Israel.

Mientras vayan caminando, procla-men que el Reino de Dios se ha acerca-do. Sanen enfermos, resuciten muertos,limpien leprosos, echen demonios. Dengratuitamente, puesto que recibieron gra-tuitamente. No traten de llevar ni oro, niplata, ni monedas de cobre, ni provisio-nes para el viaje. No tomen más ropa dela que llevan puesta; ni bastón ni sanda-lias. Porque el que trabaja tiene derechoa comer.

En todo pueblo o aldea en que entren,vean de qué familia hablan bien y quéden-se ahí hasta el momento de partir.

Al entrar en la casa, pidan la bendi-ción de Dios para ella. Si esta familiamerece la paz, la recibirá; y si no la me-rece, la bendición volverá a ustedes.

Donde no los reciban ni los escuchen,salgan de esa familia o de esa ciudad sa-cudiendo el polvo de los pies. Yo les ase-guro que esa ciudad, en el día del juicio,será tratada con mayor rigor queSodoma y Gomorra.

Fíjense que los envío como ovejas enmedio de lobos. Por eso tienen que serastutos como serpientes y sencilloscomo palomas.”

Lucas, capítulo 9, versículo 1 ysiguientes

Habiendo reunido a los Doce, Jesúsles dio autoridad sobre todos los demo-nios y poder para sanar las enfermeda-des. Y los envió a anunciar el Reino deDios y a hacer curaciones. Les dijo: “Nolleven nada para el camino: ni bastón, nibolsa, ni pan, ni plata, y tengan un solovestido.

Cuando los reciban en una casa, qué-dense ahí hasta que dejen ese lugar, y sien alguna parte no los reciben, salgan deesa ciudad y sacudan el polvo de los pies,como para acusarlos”.

Partieron los Doce a recorrer los pue-blos, predicando la Buena Nueva y ha-ciendo curaciones por todas partes don-de pasaban.

Supo el rey Herodes todo lo que es-taba pasando, y no sabía qué pensar, por-que algunos decían: “Es Elías, que hareaparecido”; y otros: “Es alguno de losantiguos profetas que ha resucitado”.Pero Herodes pensó: “A Juan yo le hicecortar la cabeza. ¿Quién es entonces estedel cual me cuentan cosas tan raras?”. Ytenía ganas de verlo.

A su vuelta, los apóstoles contaron aJesús todo lo que habían hecho. Él losllevó consigo, en dirección a una ciudadllamada Betsaida, para estar a solas conellos. Pero la gente se dio cuenta y losiguieron. Jesús los acogió y se puso ahablarles del Reino de Dios, y devolvióla salud a los que necesitaban curación.

Jesús envía a los doce

Juan, capítulo 6, versículo 1 y siguientes

Después, Jesús pasó a la otra orilla del lago de Galilea, cerca deTiberíades. Lo acompañaba muchísima gente a causa de las señalesmilagrosas que lo veían hacer en los enfermos. Jesús subió al cerro yse sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, fiesta de losjudíos.

Jesús, levantando los ojos, se fijó en la muchedumbre que venía a Él,y dijo a Felipe: ¿Dónde podremos conseguir pan para que coman?(esto lo decía Jesús para ponerlo a prueba, porque Él sabía bien lo queiba a hacer). Felipe respondió: doscientas monedas de plata no alcanza-rían para dar a cada uno un pedazo de pan.

Otro discípulo, Andrés hermano de Simón Pedro dijo: “Aquí hay unmuchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿quées esto para tanta gente?

Jesús les dijo: “Hagan que se sienten los hombres; pues había muchopasto en ese lugar. Y se sentaron los hombres en número de unos cinco mil.

Entonces Jesús tomó los panes, dio gracias y lo repartió a todos losque estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, y todos reci-bieron cuanto quisieron. Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo asus discípulos: “Recojan los pedazos que sobran para que no sepierda nada”. Y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraronde los cinco panes de cebada.

Inmediatamente después, Jesús obli-gó a sus discípulos a que se embar-caran y fueran a esperarlo al otro lado,mientras Él despedía a la muchedum-bre. Una vez que los despidió subiósolo a un cerro a orar. Al caer la no-che estaba allí solo. Entretanto, la bar-ca estaba ya muy lejos de tierra, sa-cudida fuertemente por las olas, por-que soplaba viento en contra.

De madrugada, fue Jesús hacia elloscaminando sobre el mar. Al verlo ca-minar sobre el mar, se asustaron y ex-clamaron: “Es un fantasma”. Y llenosde miedo comenzaron a gritar. Jesúsles dijo al instante: “Ánimo, no te-man, soy yo”. Pedro contestó: “Se-ñor, si eres tú, manda que yo vaya atí caminando sobre las aguas”. Je-sús le dijo: “Ven”. Pedro bajó de labarca y caminaba sobre las aguaspara llegar a Jesús. Pero, al fijarseen la violencia del viento, tuvo mie-do y comenzó a hundirse. Entoncesgritó: “Sálvame Señor”. Al instanteJesús extendió la mano, diciendo:“Hombre de poca fe ¿por qué va-cilaste? Cuando subieron a la bar-ca cesó el viento, y los que estabanen la barca se postraron delante deÉl diciendo: “Verdaderamente Túeres hijo de Dios”.

Juan, capítulo 6, versículo 16 ysiguientes

Al atardecer, sus discípulos bajarona la playa y subieron a una barca diri-giéndose a Cafarnaún, al otro lado dellago. Habían visto caer la noche sinque Jesús se hubiera reunido con ellos,y empezaron a formarse grandes olasdebido al fuerte viento que soplaba.

Habían remado como cinco kilóme-tros, cuando vieron a Jesús que ca-minaba sobre el mar y se acercaba ala barca; y se llenaron de espanto. PeroÉl les dijo: “Soy yo, no tengan mie-do”. Quisieron subirlo a la barca peroenseguida la barca se encontró en laorilla a donde se dirigían

Mateo, capítulo 14, versículo 13 y siguientes

Entonces Jesús se alejó a un lugar despoblado paraestar solo. Pero la gente en cuanto lo supo, lo siguió portierra desde sus pueblos. Jesús al desembarcar y ver atanta gente reunida tuvo compasión y sanó a los enfer-mos.

Al caer la tarde, sus discípulos se le acercaron paradecirle: “Estamos en un lugar despoblado, y se hace tar-de; despide a esta gente para que se vayan a las aldeas yse compren algo que comer”.

Pero Jesús les contestó: “No tienen necesidad deirse, denles ustedes de comer”. Ellos respondieron:“No tenemos aquí más que cinco panes y dos pesca-dos”. Jesús les dijo: “Tráiganlos para acá”.

Entonces, manda a sentarse a todos en la hierba. Tomalos cinco panes y los dos pescados, levanta los ojos alcielo, pronuncia la bendición, parte los panes y los en-trega a los discípulos para que se los repartan a la gente.Y todos comieron hasta saciarse.

Se recogieron doce canastos llenos de los pedazos quesobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hom-bres, sin contar las mujeres ni los niños.

El pan de vida: la multiplicación

Jesúscamina sobre

las aguasMateo, capítulo 14, versículo 22 y

siguientes

El evangelio en niveles (mismo relato, diferente consciencia)

¿En paralelo?

El evangelio debe ser leído trascendiendo su contexto histórico-geográfico, atentos a lo que nos dice en nuestro corazón.El evangelio debe ser leído siempre en presente y en primera persona.

El Ser lo dice y me lo dice a mí; y me lo dice ahora, no lo dijo hace dos mil años. El Ser lo dice y me lo dice a mí.Atrás quedó la historia lineal, que antes que ayudarnos a vivir el evangelio, fue un obstáculo para que surgiera en nosotros la consciencia del Ser.

Dios me habla y yo escucho; y al escuchar descubro que no soy lo personal, y que en lo impersonal nos encontramos Él y yo.Ahora sí podemos decir con Pablo: “Soy yo, pero es Cristo quien vive en mí”.

Los evangelios no son libros históricos, relatan un hecho mucho más viejo que la crónica cristiana (“antes de que Abraham existiera yo soy”).La lectura del evangelio, en el ámbito de lo que llamamos “desprogramación” debe ser realizada en paralelo, notando sin esforzarnos,

las diferencias que sugen entre un texto y otro. Cada evangelio va dirigido a un nivel diferente de maduración, a un nivel diferente de programación.A modo de ejemplo de todo lo expuesto leamos los textos que a continuación se consignan; y dejemos que Dios nos hable a través de ellos.

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“Derecho Viejo”Página 8 Mundo ilusorio

“Resulta llamativo ver con qué entu-siasmo los hombres, sea cual sea la co-munidad a la que pertenecen, transfierena ella –sin que se alarme su conciencia–los actos, los defectos y los vicios que lamisma conciencia les prohibe en su vidapersonal. Por esta razón suele verse ac-tuar con codicia, hipocresía y deslealtada colectividades compuestas por buenaspersonas. Cada una de esas buenas per-sonas pensaba que cumplía perfectamen-te con su deber “porque era por el bien”de Fulano o de Mengano.

Sería demasiado optimista pensar quenuestro grupo escapa totalmente a esta ley,pues conserva, al menos, la facilidad detentarnos y, si no estamos muy sobre avi-so respecto a este tipo de tentación, demedio para el bien se convertirá en mediopara el mal” (M. Delbrél). En un momen-to de la vida de nuestro país en el que confrecuencia se ha oído repetir, incluso enlabios de católicos practicantes, que “noes delito robar para el partido”, puede re-sultar instructivo releer algunas líneas queMadeleine Delbrél dirigía a sus compañe-ras de comunidad. No se limitaba a indi-carles el peligro de esta sutil idolatría, sinoque les sugería la terapia oportuna en esecontexto: “Tenemos, sin embargo, unamanera de cortar de raíz todo lo que se-ría, en suma, una especie de perversióndel grupo respecto de nosotros (...): ne-garnos a considerar el grupo como algoen sí. Hemos de convencernos de que elgrupo en sí no es nada. El grupo sólo exis-te, por un lado, en función de Dios y, porel otro, en función de cada una de noso-tras, y no de un nosotras que sea algo dis-tinto a la suma de lo que cada una es per-sonalmente”.

Son palabras preñadas de experienciadolorosa; todos los que tenemos experien-cia de lo que es la vida comunitaria reco-nocemos fácilmente su sabiduría “pro-fética”. ¡Cuántas veces, de buena o de ma-la fe, se interpretan algunas metáforaseclesiológicas de san Pablo de maneracosificante, deformando la realidad comu-nitaria –la de un grupo parroquial de Ac-ción Católica, la de una diócesis o la de lamisma Iglesia católica– y reduciéndola, decomunidad de personas vivas y únicas auna especie de “gran madre”, por cuyo“bien” hay que sacrificar hasta la digni-dad de los hijos de Dios!

Así pues, la vigilancia crítica debeurgirnos incesantemente a superar la óp-tica individualista, a dejarnos implicar ydesgasta en pro de causas comunes másgrandes que nosotros mismos; pero tam-bién a no olvidar ni un solo momento que“el ‘bien del grupo’ consiste en que ayude

a cada una de nosotras en cuanto a supertenencia a Dios. Este bien, en ningúncaso, puede justificar actos que Dios noquerría ver cometidos en cada una denuestras vidas individuales. No hay en elmundo un ‘bien de grupo’ que pueda trans-formar, por haber sido hecho en su favor,la falta de caridad en acto de caridad, elamor propio en humildad, la inexactituden verdad y las pequeñas traiciones en fi-delidad. Dios no permite estos actos a sushijos, ni en grupo ni solos”. (M. Delbrél)

Las “trampas” religiosasLa reflexión sobre los disfraces de la

idolatría, sobre las muchas caretas queutiliza, debe ir todavía más lejos: no essólo la adhesión a nuestra Iglesia lo quepuede transformarse en una versiónteológica de la “razón de Estado”, sino que–más insidiosamente todavía– tambiénpodemos transformar en ídolo nuestra“representación del Dios vivo y nuestrodeseo de comunión con Él. ¿Quién denosotros no tiene su “idea” de Dios, su“teología”? ¿Quién de nosotros no sientela necesidad de unos gestos cultuales, deuna “religión” suya? Ser profetas no pue-de significar, no ha significado nunca,burlarse de la “producción” humana deconcepciones teológicas o de ceremoniaslitúrgicas, pero sí debe significar luchar –en nombre de Aquel que está más allá detodo nombre que pueda pronunciarse enel cielo y en la tierra– contra cualquier in-tento, de personas individuales o de insti-tuciones enteras, de “absolutización”, seacaba legitimando, en nombre del DiosSantísimo, todo tipo de intolerancias,instrumentalizaciones y hasta exterminios.

Es proverbial al respecto la violenciacon que Amós criticó toda forma de de-voción religiosa que, en vez de llevar a lasolidaridad con los desfavorecidos y opri-midos, moviese a la evasión intimista oincluso a la complicidad con los podero-sos de turno. “¡Y no nos engañemos! –in-dica un agudo exégeta contemporáneo–.La suya no es una crítica al culto ‘malhecho’ o ‘hipócrita’, como se oye decirdemasiadas veces. ¡Para el profeta no setrata de hacer una reforma litúrgica! Elprofeta invierte el orden de las priorida-des: ¡lo más importante no es el culto, sinola justicia! Este mensaje cargado de una

fuerza particular, presente en todos los tex-tos proféticos, lo encontramos también enel capítulo 7 del libro de Jeremías (cfr.también Am 4,4-5; 5,4-6.14.15.21.-27)” (J.Asurmendi).

En esta línea se situó también Jesu-cristo: “‘El sábado es para el hombre’ yno el hombre para el sábado (Mc 2,27) esel gran anuncio en este sentido. La ten-dencia a absolutizar el día del Señor –enla práctica, el ritualismo o el cultualismo,tan frecuente en el ser humano–, es unacesión a la propia desidia y pereza. Des-truir el sábado es, por el contrario, re-descubrir el valor y el puesto del serhumano (...). La emancipación queJesús anuncia e intenta alcanzar parasí y para todos los demás es radical:abarca las instituciones, losconvencionalismos religiosos y hastalas concepciones teológicas que pre-dominaban en su tiempo, como en to-dos los tiempos. El mensaje de Diosno se identifica con la interpretaciónque de él dieron los profetas o losdiversos repetidores humanos. Laverdad es más misteriosa y está másescondida que su traducción históri-ca” (O. da Spinetoli).

Así pues, las asechanzas de la ido-latría “teológica” son particularmenteperniciosas, porque nos llevan a enzar-zarnos en peleas, distrayéndonos de la—verdad” primera y principal y del“culto” más elevado: el valor de cadapersona humana, que hay que recono-cer, custodiar y cultivar. Cuando sintamosla tentación de dividir nuestra comunidad

Cuando la comunidad se convierte en ídoloPor Augusto Cavadi

Extraído de “Ser profetas hoy”

“Donde huela a Dios yo no te buscolos hombres te han tendido trampasy éstas se han disparado,ahora te retienen en templos y textos,te tratan de tú se sientan contigo a la mesa,entrechocan los vasos beben vino,hacen contratos de seguros,tú firmaspor todas partes hay trampas divinas,te seducen con candelas frases y tocino,doradas trampas divinas y ruinosas,altares antiquísimos dispersos,hace tiempo por el viento,fosilizadas imágenes,fosilizadas palabras, fosilizadascruces criptas y constelaciones,lugares de peregrinación en el cosmos,donde huela a Dios paso de largo,sé que esquivas todas las trampas,incluso las manos y las palabras orantes,sé que tú eres en nosotros,que nos tienes presos en ti,sólo esto sé:tú eres la trampa”.

No debo buscar mi dignidad en el espacio, sino en el gobierno de mipensamiento. No tendré más, aunque posea mundos. Si fuera por el espacio,

el universo me rodearía y me tragaría como si fuera un átomo;pero por el pensamiento yo abrazo al mundo.

Blas Pascal

“Hoy, antes del alba, subí a la colina, miré los cielos apretados de luminarias, yle dije a mi espíritu: Cuando conozcamos todos estos mundos y el placer y la

sabiduría de todas las cosas que contienen ¿estaremos ya tranquilosy satisfechos? Y mi espíritu me dijo: No, ganaremos esas alturas

solamente para continuar adelante.Walt Whitman

¿De que le sirve al hombre común los experimentos del acelerador de partículas?Fue la pregunta hecha por un locutor de radio de la ciudad de Mar del Plata (Argen-tina) a un profesor de física, el mismo día en que se puso en marcha el aceleradorde partículas de la frontera franco-suiza. La pregunta me quedo “rebotando” en lamente y la necesidad de expresar mi opinión empuja este escrito.

Pienso yo, que le sirve de bastante mas que muchos otros experimentos tantasveces altamente destructivos. Este en cambio, tiene un significado trascendentalpara la humanidad y para su manera de ver las cosas.

Y digo esto especialmente referido a la demostración en laboratorio de la “teoríade las cuerdas”. Teoría solo matemáticamente demostrada, y nunca comprobada enlaboratorio. Y que este acelerador tendrá la oportunidad de confirmar.

La teoría de Einstein sirve para saber como funcionan las cosas en el espacioexterior, el cosmos. La teoría cuántica para explicar de que manera se comporta elmicrocosmos (átomos, electrones, partículas). Pero cuando se pretendía aplicaruna a la otra las “cosas” no funcionaban. Eran incompatibles. Algo faltaba, ¡noestaba bien! Se buscó durante décadas una teoría unificadora exitosamente aplica-ble para ambos “mundos”, el macro y el micro cosmos. De esta búsqueda naceentonces la “teoría de las cuerdas”. Pero ¿qué pasó?

La “teoría de las cuerdas” es solo admisible en una realidad de 11 dimensiones, delas cuales nosotros solo percibimos 4 (ancho, alto, profundo y tiempo).De compro-barse el experimento, el hombre estaría en condiciones de comprender sus limita-ciones para entender el total de la realidad. Si tenemos la certeza de que solo somoscapaces de captar un 30% de la película que se esta proyectando, mientras que elotro 70% se no es oculto.

¿Quién puede hablar entonces del argumento o del final? ¿Quién se anima en estecaso a ser crítico de cine? Hace ya mas de 2400 años que Platón (que no estudio enHarvard) planteó en la “alegoría de la caverna”, la limitación de nuestros sentidospara alcanzar la percepción de la realidad. Lo que llamamos “inspiración” esta siem-pre relacionado con una percepción mas amplia de lo que nos es evidente. Creoentonces que seria un reacción “natural”, que la humanidad anduviese con máscuidado por ver “donde pisa”. Hablo de un cambio de conciencia. La que paradóji-camente esta vez, viene dado de la mano de la ciencia, que es capaz de ofrecer unsignificado más espiritual a la existencia humana. De alguna manera y de algúnmodo, como en los principios de la civilización. Todo vuelve a converger en unpunto, el arte, la ciencia, la religión, la filosofía. ¿Buscaban un “Big-Bang”? Puedeque ya lo hayan encontrado, pero en el que pertenece al pensamiento humano. Quela ciencia tenga éxito y que los hombres seamos capaces de entender.

Carlos Eduardo Vasile

El acelerador de partículas

de fe por divergencias en la interpretaciónde una formulación dogmática o en el usode una lengua en lugar de otra en la litur-gia, preguntémonos si estamos luchandode verdad por el “honor de Dios” y por lafelicidad de los hermanos. No perdamosde vista las sutiles tentaciones contra lasque hemos de ponernos en guardia conamor vigilante, como lo hace por ejemploErnst Eggmann en una poesía-plegariacuya provocación eficaz no deberíamoseludir con ligereza:

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“Derecho Viejo” Página 9

Platón, todavía vinculado con los antiguos misterios, tiene unavivencia tan real del mundo espiritual que solamente puede verel mundo físico como reflejo de aquél. Con una cosmovisiónmuy amplia y conceptos definitorios muy precisos, expone

claramente un mundo real (mundo de las ideas) y como pálidoreflejo del mismo, el mundo físico o sensorial (percibido por los

sentidos). En condiciones normales, nada une a estos dosplanos de la existencia (uno espiritual y el otro material).Platón es el iniciador del sistema filosófico denominado

idealismo objetivo, y el primero en plantear un sistema dualistaen la filosofía occidental, cuyas síntesis se

encierra en el concepto Universalia Ante Rem(el universo de las ideas es previo a laexistencia de los objetos materiales).

Aristóteles, su discípulo más destacado,expresa a posteriori su propio pensamiento

(que difiere del pensamiento de su maestro).Define claramente el elemento material y elcomponente espiritual en todo lo que existe,

pero reconoce también que co-existen, ya queno puede haber materia sin forma, elemento

espiritual, ni forma, sin materia:ambas componen una unidad.

El elemento espiritual está presente en eluniverso sensorial,

y Aristóteles lo define con el conceptoUniversalia In Re

(el universo está dentro de las cosas mismas).Si ya hemos descubierto que uno de los factores que nospermite acercarnos con libertad al acto cognoscitivo es la

posibilidad de observarlo desde distintos puntos de vista, loutilizaremos para adjudicar al desarrollo platónico la categoría dedualismo y a la concepción aristotélica la categoría de monismo.Cada vez que un individuo separa los planos de la realidad, y seidentifica con uno de ellos, practica un dualismo material o un

dualismo espiritual. Y cada vez que unifica la realidad(materia y forma), o sea la esencia inmanente de la cosa, seabre internamente al camino de comprensión del monismo.

* * * * *El misterio del Gólgota es la causa profunda de una

metamorfosis del alma humana. A partir de allí, el propio “yo”puede alcanzar un conocimiento claro de lo divino, de loespiritual a lo cual pertenece el hombre, que le permitirá

vislumbrar el sentido de su propia existencia.* * * * *

La sustancia del Impulso Crístico es el ascenso de laconsciencia humana a la consciencia divina.

* * * * *El significado de la encarnación del Principio Crístico en Jesúsde Nazareth, durante el bautismo en el Jordán, trasciende todas

las religiones, razas o nacionalidades y trajo consecuenciasdecisivas para todos los hombres.

Textos: Roberto Crottogini

Todo auténtico camino espiritual tiene un objeti-vo muy claro y definido, el cual es encontrar aDios dentro nuestro y unirnos a Él; pero tiene unrecorrido bastante tortuoso en general para el co-mún de la gente.

Paramahansa Yogananda en su Gita dice que enverdad nadie puede considerarse autorrealizado ollamarse “maestro” si todavía está comprometidoen las batallas comunes de la vida.

Expuesto el hombre común a las tentaciones sen-sorias, deseos,hábitos; identifi-cado con la fisio-logía y limitacio-nes del cuerpo;inquietudes dedudas mentalesy complejos eignorancia delalma.

Sus percepcio-nes todavía sonlimitadas por laconciencia delcuerpo y otrascondiciones fi-siológicas im-

puestas por el mecanismo de sus órganos internosy las que le brindan sus cinco sentidos. Todo este“combo” de circunstancias crean en el hombre,todo tipo de sensaciones como: hambre, sed, do-lor, pasión, apego, somnolencia, fatiga, vigilia; ysus estados mentales de razonar, sentir y desear.

Así la conciencia está condicionada a sufrir mie-dos sobre la muerte, pobreza, enfermedad y otrosinnumerables males. Se ata así el hombre común asus apegos: al nombre, posición social, familia, razay posesiones.

Espiritualmente, el hombre no puede sentir supresencia más allá de su cuerpo excepto en su ima-ginación.

Resumiendo: el ser humano término medio esconsciente sólo de su cuerpo y mente y de susconexiones exteriores.

Permanece hipnotizado por las ilusiones delmundo (expresada de muchas maneras en la li-teratura antigua y actual) las cuales refuerzansu suposición tácita de que es una criatura mor-tal y limitada.

Habiendo descendido del Espíritu Omnipresenteal pequeño cuerpo, y habiéndose identificado consus imperfecciones físicas, el alma aparenta per-der su estatus omnipresente y perfecto. Así se

autoimpone la misma, luchar para superar todaslas limitaciones del mundo físico. El alma debe di-solver todo sentido de identificación con la duali-dad.

Aquí es donde comienza la magna tarea del hom-bre que despierta al mundo espiritual.

Se establece así una suerte de luchas cotidianasentre los soldados de sus hábitos, tendencias, de-seos y apegos buenos con los malos para su creci-miento espiritual. Teniendo como único campo debatalla, a su mente y como principales generales decampo al autocontrol y el discernimiento alimenta-do por la independencia de la materia.

El alma por naturaleza busca el estado inmutabley trata de forzar a la mente del hombre a liberarsedel flujo superficial de las ondas alternantes del cam-bio. Busca la realización tratando de eliminar lospares de opuestos: la salud y la enfermedad, la viday la muerte, el placer y el dolor. Todas ellas apare-cen como olas de cambio permanente, levantándo-se y cayendo en el vasto seno oceánico de lainmutabilidad. La identificación con las olasalternantes de cambio es conocido como la inquie-tud del ego; la identificación con la Inmutabilidades la calma del alma.

La imagen es la luna reflejada en un estanque deagua agitada, no puede ser vista; de igual formaprimero hay que aquietar las aguas de la mente parapoder percibir la diáfana luz interior del Espírituinmutable.

El corazón del ser humano, motivado por estedespertar, encuentra rápidamente en la introspec-ción su arma más valiosa donde calmar la alternan-cia de esas olas, y comienza naturalmente el cami-no de la meditación.

Descubre así que únicamente ella le permite des-conectarse del mundo de los sentidos, que lo atan ala conciencia material del cuerpo y tambiéntrasmutar sus estados psicológicos inquietos porotros que permitan la calma mental, donde germi-narán estados de conciencia más elevados que lolleven a la comunión con Dios en su interior.

Más tarde o más temprano la atracción magnéti-ca de su alma despierta su devoción y anhelo amo-roso por conocer y unirse a su Creador.

El camino de la auténtica búsqueda de Dioscomienza un día y en algún lugar para todos,pero invariablemente con un mismo y único paso:comenzar a meditar para trascender el ámbitode la mente y entrar al del Espíritu.

Escribe: Juan Del Sol(Extracto del Bhagavad Gita por

Paramahansa Yogananda)

Elevando el nivel de concienciaYo soy la luz del mundo

El Principio, Lo Eterno, El Todo, emanó de sí mismo un pen-samiento que era amor impersonal y luz del todo.

Este pensamiento estableció un orden evolutivo, cuyo fin erasalir a una proyección en la manifestación, siendo en sí mismounidad e infinidad.

La creación era Una y Trina; esa Unidad más la Trinidad irra-dió los 4 elementos: Fuego, Aire, Tierra y Agua, para manifestarsea la proyección en los cinco sentidos: vista, oído, olfato, tacto ygusto. Ya con los elementos y los cinco sentidos descendió en elsenario seis, lo divino a la tierra; y allí generó la creación en elseptenario siete, estableció el octonario ocho, para que por el tiempopor él mismo marcado, comprendieran como es arriba es abajo yen esa nueva sabiduría ascendieran en el novenario nueve a suprincipio, ya a lo divino en el pensamiento, amor, luz del eternoahora en el Yo Soy.

Si quieres saber donde se te puede revelar la fuerza divina queanima el mundo, contempla a tu “yo”, porque es a través de tu

“yo” que Dios te habla.Rudolf Steiner

Yo Soy el principio y el finLa renuncia no es un método que promete la

liberación del alma a cambio de prácticasascéticas. La consciencia de unidad es un

misterio ajeno a nuestras ideas de trueques,contra-prestaciones y ganancias.

La renuncia es un proceso detransformación continúa, en el cual, el Ser vatomando consciencia de lo que es, de lo que

quiere, de lo que busca. La renuncia no es uncamino de despojo sino un sendero de

enriquecimiento interior, de descubrimiento.A través de la renuncia se realiza la unión de

Dios y el alma (o se conscientiza de quesiempre fueron uno).

Cada uno tiene características individuales ycada uno da un significado propio a la vida

espiritual; cada uno hace su camino,

cada uno hace de la renuncia un modode vivir, de acuerdo con sus posibilidades ycon sus aspiraciones.La renuncia surge de lo más profundo de laconsciencia de ser, y por lo mismo, exige unarespuesta del ser “todo” como unidad.La característica de la necesidad de renunciaconsiste en que no presenta actitudes ni metasdeterminadas, sino que aparece como undespertar, como una toma de consciencia,después de la cual, el Ser, la vida y el mundoadquieren significados diferentes.La necesidad de renuncia no puedecompararse ni medirse con otras necesidades;no es algo que uno hace sino lo que uno es.Antes de entrar en el ámbito de la renunciadebemos de adquirir el hábito del silencio.

“La luz está entre ustedes solamente por poco de tiempo. Caminen mientras tengan luz, antesde que la noche caiga sobre ustedes; el que camina en la oscuridad no sabe a dónde va. Mien-

tras tengan la luz crean en ella y serán hijos de la luz”. (Jn 12,35)

El silencio y la renuncia

Alfa y omega

Jorge Waxemberg

* * * * *

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“Derecho Viejo”Página 10

La artista plástica Diana Meseriexpone sus cuadros en la Municipali-dad de Morón.

En la serie “Mundo chato, Redglobal” la pintora denuncia el controlque las comunicaciones tienen sobrelo cotidiano.

Dice la autora: “un universo debienestar, control y opresión seestá creando a nuestro alrededor,detrás de las paredes, bajo el piso,en el aire”.

La muestra puede visitarse hastael 4 agosto, de lunes a viernes, en elhorario de 9 a 18 hs en Brown 946,sede del Palacio Municipal de Morón.

Exposición en laMunicipalidad de Morón

A veces me hepreguntado qué de-bemos hacer frente alos problemas socio-económicos de nues-tra época. ¿Qué se-ría lo mejor, lo másnecesario, lo más útilpara todos? Porquedebería aclararse, enprimer lugar, queesos problemas difí-

ciles de soportar, cada vez más alarman-tes, son “nuestros problemas”, no sólo losde la gente desocupada, los empleados des-pedidos, los maestros que no cobran loque les corresponde o los obreros de losdistintos gremios. Aunque no de una ma-nera directa y vivida en carne propia, lacrisis y toda esa secuela de desequilibriossociales, culturales y en medida primor-dial económicos, nos afecta profundamen-te a todos. Nos sentimos dolidos y altera-dos por lo que pasa a millones de perso-nas.

¿Qué hacer entonces, de manera queayude a los demás y les permita ver másclaro este panorama desolador?

No hay una sola respuesta, ni en todoslos casos puede nacer del pensamientoestrictamente individual. Hace unos díasy en una forma muy casual, encontré unlibro muy curioso y esclarecedor, cuyaspáginas…estaban vacías. Me explicarémejor: en cada hoja en blanco había unafrase del gran poeta hindú RabindranathTagore y en ella un lector –yo en este caso-podía escribir lo que sentía ante los pro-

blemas de la existencia, de la vida corrien-te, los conflictos sociales, los temas demayor importancia artística, filosófica opolítica, etc.

Este libro que aún conservo se titula“Libro de los cumpleaños” y fue editadopor Sur en 1961, centenario del nacimientodel poeta (Calcuta, 6 de mayo de 1861).En él quedaron las frases más deslumbran-tes que merecen conocerse, con la acla-ración de las obras originales de aquel hom-bre que fue “educador, poeta, novelista,filósofo y hombre de acción”, como serecuerda en el prólogo escrito por Victo-ria Ocampo.

Tal vez resulte una ayuda, un ejemplomuy alentador en estos días, tener a nues-tro lado la presencia de un verdadero hu-manista, es decir, un ser preocupado porlas cosas más simples y universales, quepueden crear una sociedad sin los indes-criptibles horrores y angustias del presen-te. Tener a nuestro lado las palabras cla-ves de la convivencia, la belleza, la justi-cia, el amor, que más allá de las letras nosden esperanza y sirvan para que no secometan nunca más los errores y las abe-rraciones que llevan a agravar la crisis lla-mada “global”, a partir de la familia, lasrelaciones internacionales y toda esa redde intereses que sólo pueden dar respues-tas mercantilistas.

Bastaría recordar las palabras de esteadmirado artista, pocas veces citado en laactualidad, para saber qué conducta apli-car después, qué razón o respuesta esen-cial encontraremos para fortalecer nues-tro propio pensamiento.

¿Qué hacer en la crisis?

Escribe:Alberto Luis

Ponzo

* Los hombres pueden dar a las palabras el sentido que les plazca; pero elsentido último eres Tú.

* Anteponer nuestras pasiones a la verdad es una señal de inherente esclavitud.

* Quien desconfía de la libertad para los demás pierde su derecho a ella.

* La fe es el pájaro que siente la luz y canta cuando el alba está oscura.

* En nuestros placeres estamos confinados a nosotros mismos; en el bien estamosliberados y pertenecemos al todo.

* El hecho de que soy indispensable está probado por el hecho de que soy.

* Cuando un hombre no tiene conciencia de su parentesco con el mundo vive en unpresidio cuyas paredes le son extrañas.

* Dame fuerzas para no desertar nunca del pobre y para no doblar la rodilla ante elpoder insolente.

* El mal no puede soportar la derrota; el bien sí.

* ¿Quién puede verdaderamente rogar por la paz? Sólo aquel que estédispuesto a renunciar.

* Confía en el amor aunque te traiga pena. No cierres tu corazón.

* El polvo de las palabras muertas se te pega. Lava tu alma con silencio.

* Sólo en el amor la unidad y la diversidad no están en discordia.

* Cuando toda nuestra mente está empeñada en sacarle provecho a este mundo, elmundo pierde para nosotros su verdadero valor

* No puedo elegir lo mejor. Lo mejor me elige....

Frases de Rabindranath Tagore

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La sabiduría deAntonio Porchia

* Lo que me digo, ¿quién lo dice? ¿A quién lo dice?

* Cuando el mal crece, el pequeño bien se agranda.

* Casi siempre es el miedo de ser nosotros lo que noslleva delante del espejo.

* Porque saben el nombre de lo que busco, ¡creen quesaben lo que busco!

* No descubras, que puede no haber nada. Y nada no sevuelve a cubrir.

* Lo que dicen las palabras no dura. Duran las palabras.Porque las palabras son siempre las mismas y lo quedicen no es nunca lo mismo.

* Una vida que fuese eterna, convertiría en eternos algunos minutos.

* Es posible que el hombre exista ajeno a sí mismo.

* Puede comenzar más quien olvida más.

* El juego con mi dolor es mi juego. Y yo quiero mi juego, porque todo es mi juego.

* Si eres viejo y sabes ser viejo, ¡oh, cuánto sabes!

* Ahora que todo eres tus alas ¿qué levantarán tus alas?

* El hombre, cuando dice: ‘El hombre es así’, no dice ‘yo soy así’.

* Todo hacer es un engaño, porque todo está hecho.

* Ando conmigo como si yo fuese alguien, sin andar conmigo

Dos niños patinaban en un lago congelado de Alemania. Era una tarde nublada yfría. Los niños jugaban despreocupados. De repente, el hielo se quebró y uno de losniños se cayó, quedando preso en la grieta del hielo.

El otro, viendo su amigo preso y congelándose, tiró un patín y comenzó a golpearel hielo con todas sus fuerzas hasta, por fin, conseguir quebrarlo y libertar al amigo.

Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había pasado, preguntaron al niño:¿Cómo conseguiste hacer eso? ¡Es imposible que pudieras partir el hielo, siendo tanpequeño y con tan pocas fuerzas!

En ese momento, el genio Albert Einstein, que pasaba por allí, comentó:–Yo sé cómo lo hizo.–¿Cómo? –Le preguntaron.–Es sencillo –respondió Einstein– no había nadie para decirle que no era capaz.

Dios nos hizo perfectos y no escoge a los capacitados, sino que capacita a losescogidos. Hacer o no hacer algo, sólo depende de nuestra voluntad y perseverancia(Albert Einstein).

Conclusión :Preocúpate más de tu conciencia que de tu reputación. Porque tu conscien-

cia es lo que eres, y tu reputación es lo que los otros piensan de ti. Lo que losotros piensan, es su problema.

La lógica de Albert Einstein

“Voces” y oídos

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“Derecho Viejo” Página 11

Buscando el rostro... XVII - Resonancias - IV -

Elevaciones:“Emprenda la esperanza raudo vuelosiguiendo los caminos de nuestro Salvador,y libre de nostalgias, camino de los cielos,alegre el corazón.Dijeron que te fuiste a las alturasjuntándote a los coros del “Gloria” de Belén,acaban hoy su canto en melodías purascon un solemne “Amén”.Jamás te irás, Señor, porque eres nuestro,serás Hijo del hombre sin fin de eternidad;los hombres, por tu nombre, de Dios hijos dilectos,hermanos te serán.Asciende victorioso del combate,derrama sobre el mundo tu Espíritu de amor,retorna jubiloso al seno de tu Padre,Tú volverás, Señor. Amén”.

¿Nostalgia o esperanza? ¿Utopía o reali-dad? ¿Destino o ilusión?... Creo que todoa la vez o algo de cada cosa. Ya nos pre-guntamos en artículos anteriores: ¿haciadónde van nuestros pasos? ¿Cuál es lameta del camino? ¿Hay un muelle y unpuerto que se unen al final como partida ydestino, como origen y cumplimiento?...Desde el fondo de los tiempos y de la his-toria, los interrogantes son los mismos entodas las culturas y expresiones religiosas.

Las preguntas se multiplican en estostiempos borrascosos y golpean las puer-tas de nuestras casas y de nuestro cora-zón. Muertes prematuras y otras absur-das. Amigos, vecinos, familiares, que de-jaron la silla vacía... Ciudadanos del mun-do heridos por causas y situaciones iné-ditas, provocadas por los mismos miem-bros de la familia humana, ya sea por im-previsión, por desidia, por descuido o porla arrogancia irresponsable del “a mí nome va a pasar”...

Crisis planetaria, asaltos, inestabilidad,secuestros, atropello de todo tipo a la dig-nidad humana; violación y abuso de per-sonas, relaciones incestuosas, actitudesviolentas,... el dengue y la gripe aviar consu amenaza de endemia y de pandemia...Sin olvidar lo de todos los días, el paco, ladroga, el narcotráfico... el fraude, la des-honestidad en el manejo de la cosa públi-ca, la falta de transparencia, el ocultamien-to de la verdad, la mentira instituciona-lizada...

Son apenas algunas realidades de unelenco mucho mayor y casi impensablepor la creatividad puesta al servicio delmal, de la oscuridad, de la ambición des-medida de poder y de riqueza sin límites,casi siempre producto de actividadesilícitas... en una palabra, fruto de las “ti-nieblas” –para utilizar un término bíblicoque lo engloba todo–, causada por el pe-cado e inspirada por el “príncipe de estemundo”.

En esta nuestra realidad existencial, enesta cultura enferma de intrascendencia,la pregunta insos-layable es si serásiempre así, si fuesiempre así, si eldestino de la con-dición humana esel acostumbra-miento, la resigna-ción, el “no se pue-de hacer nada” opor el contrario, con la misma o mayorcreatividad que los autores de ilícitos po-

demos y debemos reaccio-nar poniendo lo mejor de no-sotros mismos al servicio dela verdad, de la justicia, de

la paz, de la solidaridad en todas sus for-mas.

¡No! No siempre fue así, ni tiene queser así. Recordemos la expresiónesperanzadora y cristiana de Lutero: “aun-que el mundo se acabe, yo arrojaré la se-milla”, o la de R. Tagore: “aunque maña-na todo termine, yo plantaré hoy un man-zano”. Gracias a Dios, hoy asistimos auna multiplicación de gestos luminosos quenos reconcilian con la condición humana.

La figura-respuesta: como podránadvertir, comenzamos con un himno li-túrgico pascual y colocamos una imagenmuy familiar para los cristianos: el Cristoglorificado, resucitado y ascendido al cielo,luego de romper las ataduras de la muertey del pecado provocado por la ruptura delhombre con el origen mismo de la vida.

Cuando se publique este artículo, yahabrá concluido el ciclo pascual 2009 ynos quedará el cirio pascual como símbo-lo resumidor de la historia de la salvación,de la presencia de Cristo resucitado ase-gurando la esperanza de la humanidad.

Y en nuestra historia cotidiana, ya ha-brán concluido las elecciones, con las

controvertidas candidaturas “testimonia-les” como símbolo del manipuleo políticoy de las inconfesables intenciones, escon-didas en palabras y promesas engañosas,jugando con el destino de un pueblo quequiere seguir creyendo en los valores quehonren la vida y la hagan digna de ser vi-vida.

Es por eso, pienso yo, que en las horasoscuras y en las encrucijadas de la vida,la mirada se proyecta hacia arriba, bus-cando en el horizonte infinito algo así comoun signo de esperanza. Y esto es, precisa-mente, lo que nos recuerda la liturgia cris-tiana con la fiesta de la Ascensión de Je-sucristo al seno del Dios trinitario, desdedonde había partido para compartir nues-tra condición humana, como Hombre ver-dadero, y elevarnos a la dignidad de hijose hijas de Dios.

Como Buen Pastor, nos asoció a su pro-pio destino de resurrección y de plenitud.Bajó para llevarnos, transfigurando las lla-gas, las heridas, las pruebas y dificulta-des del camino, en un nuevo modo deexistir glorificado y libre ya de las atadu-ras que nos impedían caminar con auto-nomía y con la libertad de los hijos de Dios.

La Palabra de Dios nos dice que en suascenso “llevó cautiva nuestra humani-dad salvada”. Es una figura inspirada enel triunfo de un rey, que luego de venceral enemigo lleva consigo el botín de gue-rra conquistado y lo introduce en el teso-ro del reino. En efecto, así ocurría en lasconquistas de Israel contra sus adversa-rios, llevando el botín al tesoro del templode Jerusalén en Sión.

Aquí no se trata de objetos, bienes ma-teriales ni dinero (oro o plata) sino de untesoro más valioso. El ser humano con-quistado a precio de la sangre de Cristo,devuelto a su dignidad primigenia, comoimagen de Dios, es el que asciende juntoal Pastor hacia los pastos fértiles de la pazdefinitiva y la plenitud de la vida. Allí don-de “ya no habrá más ni dolor ni llanto,porque el Señor enjugará toda lágrima, y

Dios será todo en todos”, como nos diceel profeta Isaías.

“Emprenda la esperanza raudo vuelo /siguiendo los caminos de nuestro Salva-dor, / y libre de nostalgias, camino delos cielos, / alegre el corazón...” , co-mienza el himno que acompaña la figuramotivadora. Decía antes, que el mirar ha-cia arriba era una imagen que interpreta laaspiración humana inscrita en la mismanaturaleza por el Creador. Hemos sidocreados para crecer, para ascender a lasalturas.

En estos días de mayo/2009 nos sor-prendió gratamente la noticia de una as-censión. Casi en coincidencia con la cele-bración de la Ascensión de Jesús a los cie-los, nos informamos de la ascensión deuna argentina a una de las cumbres mássuspiradas por los montañistas: ¡elEverest! Me estoy refiriendo a la biólogaargentina Mercedes Sahores que realizóla hazaña, alcanzada anteriormente porotros tantos arriesgados, (entre ellos supropio guía también argentino) de supe-rar la veta de los 8.000 mts. de altura.

Subir a la montaña, a cualquier altura,fue y sigue siendo una parábola de la as-piración humana. Esto implica esfuerzo,entrenamiento, atención, perseverancia enel propósito; superar la tentación de que-darse contemplando el paisaje en la pri-mera cumbre alcanzada y seguir mirandohacia arriba hasta alcanzar el objetivo pro-puesto.

En nuestro caso, como cristianos, serállegar a las cumbres eternas, luego de su-perar las dificultades del camino, anima-dos por el Espíritu de nuestra guía, quees el Camino que nos lleva a la Verdad y ala Vida: “Asciende victorioso del comba-te, / derrama sobre el mundo tu Espíritude amor, /retorna jubiloso al seno de tuPadre, / Tú volverás, Señor”. Amén (fi-nal del himno litúrgico).

Cordialmente.

P. Julio, omv

Encontrando

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“Derecho Viejo”Página 12

Creo en el amor. En el amor que funde, que atrae, que sintoniza, que une. En el amorque espera, que comprende, que tolera, que regala, que per-dona.

Creo en el amor como la energía más grande del mundo, capazde lograr lo que no logran la fuerza ni el miedo.

Creo en el amor en todas sus manifestaciones: en el amor del serhumano al ser humano; en el amor del niño a su juguete; en elamor de la loba a sus cachorros; en el amor a la tierra que lovio a uno nacer.

Creo en el amor porque veo en él la huella de Dios; veo en él elfluido sutil con el que Dios se mantiene unido a toda su crea-ción y con el que todas las partes se mantienen unidas entresí... como si fuese un perfume que se le escapó de las manos,impregnando todas sus criaturas mientras las creaba.

Creo en el amor que da paz, que busca lo bueno, que perdona lo malo, que alaba lo bello.Creo que el que tiene su corazón y su inteligencia abierta al amor, cree y practica el

más importante dogma de todas las religiones.Creo en la pervivencia después de la muerte. Estoy seguro de que mi Yo, esto que

está en lo más profundo de mi ser, no vuelve a la nada tras la hora de mi muerte.Creer que nos aniquilamos tras la vida es desconocer por completo la maravillaque somos y es carecer totalmente no sólo de imaginación sino de capacidad dededucción. Este ser mío, que tan poco es si se compara con la totalidad delmundo y del universo, es sin embargo, el resultado de una ingente labor arquitec-tónica, química, física y biológica, es el resultado de la unión de billones de áto-mos fundidos y organizados por el amor de la omnisapiente energía que rige elcosmos. Este logro tan formidable no se puede deshacer así como así; se disolve-rá la envoltura externa, pero la parte más profunda de mi ser seguirá evolucionan-do, creciendo y organizándose tras la etapa material y temporal de esta vida,formando parte de complejos inteligentes más vastos.

No sé si reencarnaré de nuevo (es posible) ni si apareceré en ésta o en otra forma, enotro lugar, en otro planeta o en otra dimensión. No sé si tendré una idea clara de lo quefui aquí, o si quedará inconscientemente archivado en las profundidades de mi Yo;pero sí tengo absoluta certeza de que trascendiendo el tiempo, el espacio y la materia,seguiré. Y mejor que seguiré (ya que esto tiene una connotación de tiempo y deespacio) seré. Seré como es la vida; inmortal; porque si bien es cierto que todo lo quevive muere, también es cierto que la vida es inmortal. Seré como es el amor, como esla luz, como es la energía, que existen antes y después del tiempo. Puede ser que pasea formar parte de un todo más vasto, en el que seré como una célula pensante, que almismo tiempo que conserva su personalidad individual adquiere conciencia de perte-necer a un ser mayor.

No sé casi nada del futuro, pero me acostaré a morir con la absoluta certeza de que estoya punto de nacer. Nacer a algo enormemente más vasto y más grandioso.

Creo en el hombre.A pesar de su pequeñez y de sus pe-queñeces.A pesar de que no sabe de dónde lo hantraído, ni por qué lo han traído, ni paraqué lo han traído, ni a dónde lo llevan.A pesar de ser como una breve chis-pa de vida en medio de la noche deltiempo; sin posibilidad alguna paraestirar su estancia en este planeta.

Creo en el hombre.Tan microbio y tan gigante; tan mez-quino y tan generoso; tan cobarde ytan audaz, tan efímero y tan creador.

Creo en el hombre redentor de sí mismo,salvador de sus hermanos, transfor-mador del planeta, imagen de Dios.

Creo en el hombre porque en sus entra-ñas lleva, sépalo o no, una energíadivina y en su mente, es sépalo o no,una chispa de la incomprensible In-teligencia que rige el Universo.

Creo en el hombre porque es unagota del inmenso océano divino.

Creo en el hombre vilipendiado, calum-niado, acomplejado y ofendido por to-dos los doctrinarios religiosos.Y hasta creo en el hombre maltrata-do, prostituido y sojuzgado por la ce-guera, el egoísmo y la avaricia de sushermanos los hombres. Y porque creoen el hombre, creo en mí mismo. Si notengo fe en mí mismo no estaré prepa-rado para creer en nada.

Escribe:SalvadorFreixedo

¿Por qué creo?

Extraído de “¿Por qué agoniza el cristianismo?

Creo en la inteligencia, don supremo delDios hombre.La verdadera encarnación de Dios enla Tierra es la que se realiza en la men-te inteligente de cada ser humano.

Creo en la inteligencia porque ella es laque verdaderamente nos hace ser “asu imagen y semejanza”.Somos más o menos hijos de Diosen la medida en que somos más omenos globalmente inteligentes.

Creo en la naturaleza como la auténticabiblia de Dios. La exactitud con que elsol se asoma cada mañana, la puntuali-dad de las rosas en la primavera, el amorde todas las madres, de la madre mujery de la madre loba, el latir del mar encada ola y ese inmenso cielo azul empa-pado de luz por el día y claveteado dediamantes por las noches... esa es laúnica palabra de Dios en la que creo. YDios pasa las páginas de su biblia gigan-te con el sol de cada ocaso.

Creo que la Trinidad del cristianismo essólo un símbolo de la complejidad deDios y de su incomprensibilidad por lamente humana. Tres en Uno y Uno entres es algo “imposible” para nuestramente. Es la manera más simple de de-cirnos que Él está más allá de nuestracapacidad de comprensión. No deja deser curioso que en todas las grandes re-ligiones se tenga de Dios la misma ideatrinitaria que a todas luces es simbólica.

Juan Taulero dice en uno de sus ser-mones que, cuando Dios busca nuestraalma, actúa como la mujer de la parábo-la del evangelio, que perdió un dracmay revolvió toda la casa hasta que la hubohallado. Este “revolver” nuestra vidainterna es esencial para la madurez es-piritual, porque sin él nos anclamos có-modamente a descansar en ideas más omenos ilusorias de lo que es en realidadla perfección espiritual.

En la doctrina de san Juan de la Cruz,esto se describe como “la noche oscu-ra” de la purificación pasiva, que nosvacía nuestros conceptos de Dios ex-cesivamente humanos y de las cosasdivinas, y nos lleva al desierto dondesomos alimentados no sólo de pan,sino de los medios que sólo directa-mente de Él pueden venir. Los teólo-gos modernos han argüido con bastanteprolijidad acerca de la necesidad de lapurificación mística pasiva para alcan-zar plenamente la santidad madura cris-tiana. Podemos desechar aquí los argu-mentos esgrimidos por ambos bandos,ya que basta con decir que la santidadverdadera significa la plena expresión dela cruz de Cristo en nuestras vidas, yesta cruz quiere decir la muerte de loque nos es familiar y normal, la muertede nuestro ser diario, a fin de poder vi-vir a un nivel nuevo.

Y, con todo, paradójicamente, a estenuevo nivel recobramos nuestro ser an-tiguo, ordinario. Es el ser familiar quemuere y resucita en Cristo. El “hombrenuevo” se transforma totalmente y, sinembargo, sigue siendo la misma perso-na. Queda espiritualizado; es más, lospadres dirían que queda “divinizado”en Cristo.

Esto debería enseñarnos que es in-útil acariciar “ideales” que, como ima-ginamos, nos ayudarán a escapar de unser con el que estamos insatisfechos odisgustados. El camino de la perfecciónno es camino de huida. Sólo podemosllegar a santos contemplándonos a no-sotros mismos, asumiendo plena respon-sabilidad de nuestras vidas tales como son,con todos sus fallos y limitaciones, y so-metiéndonos a la acción purificadora ytransformadora del Salvador.

Es realmente trágico observar lafrustración y ruina que se abaten sobrejóvenes de buenas intenciones, pero des-orientados, que no pueden captar estehecho elemental. Para los tales, no existeprácticamente el problema de un com-promiso religioso serio. Y, sin embargo,parecen ser los únicos que, en cierto

modo, están más se-dientos de perfec-ción. La intensidad yafán con que buscanderribar la prisión enque ellos mismos sehan convertido parasí mismos es tan pa-tética, que no puedemenos de suscitarcompasión en todoscuantos intentan ayudarlos.

A veces, los directores espiritua-les cometen la equivocación de fo-mentar el iluso idealismo que esfuente de todo el problema, en lu-gar de llevar a esos pobres dolien-tes a enfrentarse con la realidad.Nada positivo hay en un mórbido des-precio de sí mismo que a veces pasapor humildad. No hay esperanza en unideal espiritual teñido de odio maniqueopor el cuerpo y por las cosas materia-les. Un angelismo, que no es otra cosaque un refinamiento de amor propioinfantil, no puede llevar ni a la libertadespiritual ni a la santidad.

Sin embargo, al mismo tiempo he-mos de luchar por dominar nuestraspasiones, hemos de esforzarnos en pa-cificar nuestro espíritu en humildad yabnegación profundas, hemos de sercapaces de decir “no” firme y definiti-vamente a nuestros desordenados de-seos, y hemos de mortificar, por disci-plina, incluso alguna de nuestras legíti-mas apetencias.

La tarea de darnos a nosotros mis-mos a Dios y renunciar al mundo es pro-fundamente seria y no admite compro-misos. No basta con meditar sobre elcamino de perfección que incluya sa-crificio, plegaria y renuncia del mundo.Hemos de ayunar de verdad, orar, ne-garnos a nosotros mismos y hacernoshombres interiores, si queremos escu-char alguna vez la voz de Dios en nues-tro interior. No basta hacer que toda laperfección consista en obras activas ydecir que las observancias son en símismos suficientes para transformarnuestras vidas todas en Cristo. El hom-bre que simplemente “trabaja” porDios exteriormente puede estar in-teriormente falto del amor por Él quees necesario para la perfección ver-dadera. El amor busca no sólo servirle,sino conocerle, comulgar con Él en laplegaria, abandonarse a sí mismo a Élen la contemplación.

Extraído de “Vida y Santidad”

El realismo en la vida espiritual

Por ThomasMerton

No soy, no hay yo, siempre somos nosotros,la vida es otra siempre allá, más lejos,fuera de ti, de mí, siempre horizonte,vida que nos desvive y enajena,que nos inventa un rostro y lo desgasta,hambre de ser, de muerte, pan de todos.

Octavio Paz

“La humanidad vivirá sus muertes;se asomará a su propia tumba. Encontrará un vacío profundo,

para buscar la vida lo más desesperadamente que pueda;y después, el mismo Señor abrirá los caminos para encontrarse con él,

en la hora en que solamente Él salva de veras”.Ladislao Grych

Diferentes niveles

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“Derecho Viejo” Página 13

La batalla de la vidaIlusión de separatividad

• Es fácil encontrar a Bush dentro mío; lo difícil es encontrar ami esposa, a mi hijo o a mi socio.

• Algunos hemos ido muy lejos en la separatividad, y volver senos hace imposible; y a veces creemos que el mismo Cristoque fue a buscarnos, también se extravió.

• Cuando Colón descubrió América creyó que eran Las Indias;cuando yo me descubro a mí, creo descubrir a Dios.

• Si para Dios todo es posible ¿por qué no hace más simple omás fácil nuestra vida espiritual? Evidentemente es una pre-gunta incompleta que parte de un error, y éste es pensar en unDios personal y todopoderoso de acuerdo al criterio humano.

• No querer ser nos impide ser; y querer ser con avidez tam-bién nos impide ser.

• Lo que atrae a Dios es la posibilidad que tiene el hombre dedecir “no”.

• Evolucionar solo, es como si fuéramos a comprar una casa ypasáramos una oferta solamente por el baño.

• Los líquidos se contienen poniéndoles límites; el Ser se contie-ne sacándole los límites.

• Es imposible trascender si no hay ayuda, es como caminar encírculos. “Sin mí nada pueden hacer”.

• La debilidad que me toda descubrir y profundizar dentro míoes el primer paso de la encarnación de Dios en mí.

• Dios me hizo así, con lo que la mente considera bueno y tam-bién con lo que considera malo; y Dios me ama tal cual soy.

• Tenemos miedo de ser, sobre todo cuando empezamos a to-mar consciencia de que debemos trascender a la mente (des-programarnos).

• Navegamos en un mar de angustia pero no por eso debemosestar angustiados.

• Somos farsantes hasta que nos plantamos frente al Creador yle exigimos rendición de cuentas.

• Estamos relacionados unos con otros formando lo Uno. Somoscomo dos personas encadenadas por las manos que a vecesquieren correr uno para cada lado: el resultado es el esfuerzoinútil y la impotencia. Si somos conscientes todo cambia.

• Siempre supe lo que Dios quiere, el problema es que no esta-mos de acuerdo.

Silbando bajito(pensamientos prestados)

¿Qué es la meditación?

"DERECHO VIEJO"TALLERES DE

DESPROGRAMACIÓN Y ORDENAMIENTO(LIBRES Y GRATUITOS)

Un programa de radio para escuchar...ahora también por Internet

IDEA Y CONDUCCIÓN: CAMILO GUERRA

Todos los Domingosde 9 a 13

Por FM 102.7:Radio GBA de Morón

4489-0468www: fmgba.com.ar

Todos los Domingosde 9 a 13

Por AM 1420Radio La Marea

Todos los Sábadosde 8 a 12

Por AM 750:Radio del Pueblo5272-2247

www: 750am.com.ar

A Dios sólo se lo encuentra porun proceso de sustracción. Sa-biendo lo que no es, no añadién-dole nombres, conceptos y eti-quetas, encontraremos a Dios.Dios es, y por ello es inaprensi-ble, no lo podemos enmarcar niclasificar porque escapa a todaobjetivación. Por eso, el ser hu-mano es también inaprensible,porque es semejante a Dios.Cuantas más añadiduras le pon-gamos al ser, menos lo conoce-remos. Hemos de dejarlas caertodas. Y lo mismo con la reali-dad. Si yo le exijo a la realidadunas condiciones, o le pongounas añadiduras, me alejaré de larealidad, la verdadera, y estarésiempre chocando con lo falso.

Los místicos son los que sehan abierto confiadamente a larealidad, sin preocuparse por elresultado, pues saben que sólo enla realidad habita la verdad.

Meterse en la batalla de la vida,

pero con el corazón en paz, es laúnica manera de vivir la realidadde la vida. Es cumplir la volun-tad de Dios. Para ello, el primerpaso es reconocer la añadidura,darte cuenta con sinceridad detus bloqueos y obstáculos.

El segundo paso es mirar lacausa, sabiendo que está fuera dela realidad. Sin culparte ni justifi-carte. Tú no tienes la culpa deesa programación, y cuando caesen los hábitos, no lo haces adre-de. Tú eres víctima de tu propiadiagramación. No estés descon-tento, irritado y molesto contigomismo, porque eso no te va aayudar. Y si sufres, si te afliges,no tomes tu aflicción por tu ser.Desindentifícate de ese sufri-miento.

El yo, ¿quién es? ¿Soy un cuer-po? No, porque las células de micuerpo son renovadas continua-mente y, en siete años, no quedani una de las anteriores y, sinembargo, sigo siendo el mismo.Yo no soy mi cuerpo, pero tam-poco soy mis pensamientos, puesellos cambian continuamente yyo no. Ni tampoco soy mis acti-

tudes, ni mi forma de expresar-me, ni de andar. Yo no puedoidentificarme con lo cambiable,que abarca las forma de mi yo,pero no es mi yo.

Tú eres el ser, lo que es. El cie-lo es, no cambia; las nubes sí.Lo único que puedes buscar eslo que no eres, sino que es unaforma, una expresión de lo querealmente eres. Puedes buscar loque no eres y, al ir apartando tusformas y añadiduras, te irás libe-rando de ideas equivocadas so-bre ti y, detrás de todo esto, irásurgiendo tu ser.

Así es que el tercer paso es noidentificarte con las formas quecambian, ni apegarte a ellas, nirechazarlas, ni ponerles etiquetas,ni valorarlas dándoles una impor-tancia que no tienen. Llamarlaspor su nombre: son formas nadamás, y si les das batalla, tomanuna importancia que, en sí, notienen. Cuando las mires tal comoson, perderán importancia y sereplegarán a su lugar. Hay quecomprenderlas, entender por quéestán ahí, para que no te estor-ben ni molesten. Entonces la im-portancia que les hayas dado has-ta ahora se va, porque no es real,no existe, y descubres que noeran más que alucinaciones delsueño de un ser dormido. No hayque violentarse con nada ni paramejorarlo ni para cambiarlo. Loque es, es y sólo lo es por su pro-pia causa, nada lo puede dañar siestá despierto.

Por Anthony de Mello, S J

Aproximaciones deKrishnamurti

¿Qué es la meditación? ¿Es seguir ciertos sistemas, ciertos mé-todos: métodos zen, la meditación budista, la meditación hindú, lameditación cristiana, o los métodos de los gurúes más recientes?

Si la meditación es algo determinado por uno, si consiste enseguir un método, un sistema que se practica día tras día, ¿qué leocurre al cerebro humano? Se embota cada vez más. La medi-tación no tiene nada que ver con métodos, prácticas o siste-mas, por lo tanto jamás puede ser mecánica, jamás puedeser una meditación consciente.

La meditación consciente es como un hombre que consciente-mente desea el dinero y persigue el dinero; de igual manera, unomedita conscientemente deseando lograr la paz, el silencio. El hom-bre que persigue el dinero, el éxito, el poder, el que persigue la asíllamada espiritualidad, son ambos la misma cosa.

¿Hay una meditación que no sea determinada o practicada? Lahay, pero requiere una atención inmensa. Esa atención es una lla-ma, no es algo a lo que uno llega más tarde; es atención ahora, aten-ción a todo, a cada palabra, a cada gesto, a cada pensamiento; esprestar atención completa, no parcial. Cuando estamos completa-mente atentos, entonces no hay “yo”, no hay limitación.

La mente está hoy en día llena de información, obstruida, nohay espacio en ella, y uno debe tener espacio. Espacio implicaenergía. Cuando no hay espacio, nuestra energía es muy limitada.La mente se halla hoy tan densamente cargada de conocimientos,de teorías, de búsqueda de poder, de posición, que está perpetua-mente atestada y en conflicto, de modo tal que carece de espacio.Y la libertad, la libertad completa, implica tener un espacio ilimita-do. La mente es extraordinariamente capaz, tiene una capacidadinfinita pero hemos hecho de ella algo pequeño e insignificante.Cuando tenemos ese espacio, es vacío y, por lo tanto, una energíainmensa –la energía es pasión, amor, compasión e inteligencia–,existe esa verdad que es lo más santo, lo más sagrado, lo que elhombre ha buscado desde tiempos inmemoriales. Esa verdad nose encuentra en ningún templo, en ninguna mezquita, en ningunaiglesia. Y no hay sendero que conduzca a ella; sólo la propiacomprensión respecto de uno mismo, el investigar, el estudiar,el aprender. Entonces existe aquello que es eterno.

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“Derecho Viejo”Página 14

Había una vez un hombre como cual-quier otro. Tenía cualidades positivasy negativas.

Un día llamaron repentinamente a supuerta. Cuando abrió, se encontró conalgunos amigos.

Ellos le ataron las manos y le dije-ron que era mejor así, porque no po-dría hacer nada más. (Tampoco haríanada bueno). Y se fueron, dejando unguardián a la puerta para que nadie pu-diera desatarlo.

Al principio se desesperó y trató deromper las ataduras. Cuando se con-venció de lo inútil de sus esfuerzos,intentó acomodarse a su nueva situa-ción. Poco a poco consiguió valersepara seguir subsistiendo con las manosatadas. En un principio le costaba qui-tarse los zapatos. Pero un día consi-guió encender un cigarrillo. Y empezóa olvidarse que antes había tenido lasmanos libres.

Pasó el tiempo y el hombre llegó aacostumbrarse a sus manos atadas.

Mientras tanto su guardián le comu-nicaba todos los días las cosas malasque hacían en el exterior los hombrescon las manos libres, (se olvidaba decontarle también de las cosas buenasque hacían en el exterior los hombrescon las libres).

Siguió pasando el tiempo. El hom-bre llegó a acostumbrarse a sus manosatadas. Y cuando su guardián le señala-ba que gracias a aquella noche en queentraron a atarle, él, el hombre de lasmanos atadas, no podía hacer nadamalo, el hombre comenzó a creer queera mejor vivir con las manos atadas.¡Además estaba tan acostumbrado a lasligaduras!

Pasaron varios años...Y un día regresaron los amigos, en-

traron a la casa y rompieron las ligadu-ras que ataban las manos del hombre.“Ya eres libre”, le dijeron.

Pero habían llegado muy tarde. Lasmanos del hombre estaban totalmenteatrofiadas.

Extraído de “Animadores” Nº 316REVISTA DE COMUNICACIÓN Y EXPRESIÓN DE

LA PRELATURA DE HUMAHUACA

Este era un día en que el señor presidente paseaba por la calle, cuando escuchauna voz que dice: “¡Que se muera el presidente!”

Este mira desconcertado para todos lados y cuando ve un loro en la ventana deuna casa decide tocar la puerta de ésta, al abrir la dueña de la vivienda, el presidentedisgustado le dice que él pasará mañana y el loro no deberá decir eso.

La señora preocupada fue a casa del sacerdote y éste canjea con ella el loro, laseñora se lleva el loro del sacerdote y el sacerdote se queda con el loro de ella. Aldía siguiente pasa el presidente y observa que el loro no dice nada, éste enojado ledice al loro: ¿No vas a decir que se muera el presidente?

Y el loro contesta: “¡Que Dios te oiga hijo mío, que Dios te oiga!”

Humor corruptoTengo un sueño muy liviano, y la no-

che pasada noté que había alguien andan-do sigilosamente por el jardín de mi casa...Me levanté silenciosamente y me quedésiguiendo los leves ruidos que venían deafuera, hasta ver una silueta pasando porla ventana del baño.

Como mi casa es muy segura, conrejas en las ventanas y trancas internasen las puertas, no me preocupé dema-siado, pero estaba claro que no iba adejar al ladrón ahí, contemplándolo tran-quilamente.

Llamé a la policía e informé la situa-ción y di mi dirección. Me preguntaron siel ladrón estaba armado; de qué calibreera el arma; si estaba solo; si ya estaba

Una mujer muy airada, pero al mis-mo tiempo satisfecha consigo misma,dijo al Maestro: ¡Por fin logré vengar-me! ¡Maldito! No te imaginas, Maes-tro, el placer de la venganza.

El Maestro caminó unos pasos ensilencio a su lado y luego narró concalma: “Un perro salió en la noche arecorrer los campos de su amo. Depronto se topó de frente con el zorrino,que acababa de dejar su refugio parasalir en busca de su alimento.

El perro gruñó y ladró. El zorrino,mirándolo de frente, levantó su cola yatacó al enemigo lanzando un líquidopestilente, que le empapó su propio pelo,y salpicó al perro.

Este se enfureció y se lanzó paramorderlo, pero después del primer in-tento desistió, con su boca llena de es-puma, y se revolcó en los pastos des-esperado. El zorrino retomó su caminovencedor, pero con todo su cuerpoempapado con el maloliente líquido conque se defendió del perro”.

—Cuando te defiendas de tus ene-migos, trata de hacerlo con dignidady cuidado, no sea que en la defensa teensucies a ti mismo.

René J. TrosseroExtraído de “Búsquedas y confidencias”

dentro de la casa; etc., etcAclaré que no y que de las caracterís-

ticas del arma no sabía nada... Me dijeronque no había ningún patrullero para ayu-dar, pero que iban a mandar a alguien enel momento que fuera posible. Que si pa-saba algo ¡que volviera a llamar!

Dos minutos después llamé nuevamen-te y dije con voz muy calmada: “No haynecesidad de que se apuren. Yo ya maté altipo con un tiro de escopeta calibre 12,que tengo guardada para estas situacio-nes. ¡Y el tiro se lo pegué en la cara! Levolé la cabeza y ahora sus sesos estánregados por el jardín...”

Pasados menos de tres minutos, habíaen mi calle cinco patrulleros de la policía,

un helicóptero, el defensor del pueblo, elfiscal de turno, dos patrullas de DefensaCivil, un equipo de reporteros de televi-sión, fotógrafos, un diputado, dos con-cejales y un grupo de derechos humanos,que desde luego no se perderían esto pornada del mundo.

La policía agarró al ladrón in fraganti,quien estaba mirando todo con cara deasombro, tal vez pensando que la mía erala casa del jefe de policía.

En medio del tumulto, un oficial seaproximó y me dijo: “Creí que había di-cho que había matado al ladrón”. Y lecontesté: “Creí que me habían dichoque no tenían a nadie disponible paramandar”.

Estaba el presidente del país y le dicea todos sus habitantes: Ciudadanos, lestengo una buena noticia y una mala.

–¿Cuál es la buena?–Que nuestras deudas con el extran-

jero han sido saldadas.–¿Y la mala?–Que tenemos 72 horas para aban-

donar el país.

Extraído de “Animadores” Nº 316 REVISTA DE COMUNICACIÓN Y EXPRESIÓN DE LA PRELATURA DE HUMAHUACA

¿Cómo es laprogramación?

Había una vez un rico mercader que, a punto de hacer un largo viaje, tomó susprecauciones.

Antes de partir quiso asegurarse de que su fortuna en lingotes de oro estaría a buenrecaudo y se la confió a quien creía un buen amigo. Pasó el tiempo, el viajero volvió ylo primero que hizo fue ir a recuperar su fortuna. Pero le esperaba una gran sorpresa

–¡Muchas noticias! –anunció el amigo. Guardé tus lingotes en un cofre bajo sietellaves sin saber que en mi casa había ratas. ¿Te imaginas lo que pasó?

–No lo imagino –repuso el mercader.–Las ratas agujerearon el cofre y se comieron el oro. ¡Esos animales son capaces de

devorarlo todo!–¡Qué desgracia! –se lamentó el mercader. –Estoy completamente arruinado, pero

no te sientas culpable, ¡todo ha sido por causa de esa plaga!Sin demostrar sospecha alguna, antes de marcharse invitó al amigo a comer en su

casa al día siguiente. Pero después de despedirse, visitó el establo y, sin que lo vieran,se llevó el mejor caballo que encontró.

Cuando llegó a su casa ocultó al animal en los fondos. Al día siguiente, el convidadollegó con cara de disgusto.

–Perdona mi mal humor –dijo–, pero acabo de sufrir una gran pérdida: desapareció elmejor de mis caballos. Lo busqué por el campo y el bosque pero se lo ha tragado latierra.

–¿Es posible? –dijo el mercader simulando inocencia–. ¿No se lo habrá llevado lalechuza?

–¿Qué dices?–Casualmente anoche, a la luz de la luna, vi volar una lechuza llevando entre sus

patas un hermoso caballo.–¡Qué tontería! –se enojó el otro. –¡Dónde se ha visto que un ave que no pesa nada,

se alce con una bestia de cientos de kilos!–Todo es posible –señaló el mercader–. En un pueblo donde las ratas comen oro,

¿por qué te asombras que las lechuzas roben caballos?El mal amigo, rojo de vergüenza, confesó que había mentido. El oro volvió a su

dueño y el caballo a su establo. Hubo disculpas y perdón. Y hubo un tramposo quesupo lo que es caer en su propia trampa.

Extraído de “Animadores” Nº 316REVISTA DE COMUNICACIÓN Y EXPRESIÓN DE LA PRELATURA DE HUMAHUACA

El oro y las ratas El perroy el zorrino

Una persona sensible es una personaque, porque tiene callos, siempre pisa

los pies de los demás.Oscar Wilde

* * *“El tiempo es un enemigo que nos

mata huyendo”.Quevedo

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“Derecho Viejo” Página 15

La política y el humorEn raros momentos la pasión caldea la historia y

los idealismos se exaltan cuando las naciones se cons-tituyen y cuando se renuevan. Primero es secretaansia de libertad, lucha por la independencia más tar-de, luego crisis de consolidación institucional, des-pués vehemencia de expansión o pujanza de ener-gías. Los genios pronuncian palabras definitivas; plas-man los estadistas sus planes visionarios; ponen loshéroes su corazón en la balanza del destino.

Es, empero, fatal que los pueblos tengan largasintercadencias de encebadamiento. La historia noconoce un solo caso en que altos ideales trabajencon ritmo continuo la evolución de una raza. Hayhoras de palingenesia y las hay de apatía, con vigiliasy sueños, días y noches, primaveras y otoños, encuyo alternarse infinito se divide la continuidad deltiempo.

En ciertos períodos la nación se adormece den-tro del país. El organismo vegeta; el espíritu se amo-dorra. Los apetitos acosan a los ideales, tornándosedominadores y agresivos. No hay astros en el hori-zonte ni oriflamas en los campanarios. Ningún cla-mor de pueblo se percibe; no resuena el eco de gran-des voces animadoras. Todos se apiñan en torno delos manteles oficiales para alcanzar alguna migajade la merienda.

Es el clima de la mediocridad. Los Estadostórnanse mediocracias, que los filólogos inexpresivospreferirían denominar “mesocracias”.

Entra en la penumbra el culto por la verdad, el afánde admiración, la fe en creencias firmes, la exalta-ción de ideales, el desinterés, la abnegación, todo loque está en el camino de la virtud y de la dignidad.

En un mismo diapasón utilitario se templan todoslos espíritus. Se habla por refranes, como discurríaPanza; se cree por catecismos, como predicaba Tar-tufo; se vive de expedientes, como enseñó Gil Blas.Todo lo vulgar encuentra fervorosos adeptos en losque representan los intereses militantes; sus más en-cumbrados portavoces resultan esclavos en su cli-ma. Son actores a quienes les está prohibido impro-visar: de otro modo romperían el molde a que seajustan las demás piezas del mosaico.

Platón, sin quererlo, al decir de la democracia que“es el peor de los buenos gobiernos, pero es el mejorentre los malos”, definió la mediocracia.

(...)Son gavillas y se titulan partidos. Intentan dis-frazar con ideas su monopolio del Estado. Son ban-doleros que buscan la encrucijada más impune paraexpoliar a la sociedad. .

Políticos sin vergüenza hubo en todos los tiemposy bajo todos los regímenes; pero encuentran mejorclima en las burguesías sin ideales. Donde todos pue-den hablar, callan los ilustrados; los enriquecidos pre-fieren escuchar a los más viles embaidores. Cuandoel ignorante se cree igualado al estudioso, el bri-bón al apóstol, el boquirroto al elocuente y elburdégano al digno, la escala del mérito desapa-rece en una oprobiosa nivelación de villanía. Esoes la mediocracia: los que nada saben creen decir loque piensan, aunque cada uno sólo acierta a repetirdogmas o auspiciar voracidades. Esa chatura morales más grave que la aclimatación de la tiranía; nadiepuede volar donde todos se arrastran. Conviénese enllamar urbanidad a la hipocresía, distinción al amane-ramiento, cultura a la timidez, tolerancia a la compli-cidad; la mentira proporciona estas denominacionesequívocas. Y los que así mienten son enemigos de símismos y de la patria, deshonrando en ella a sus pa-dres y a sus hijos, carcomiendo la dignidad común.

En esos paréntesis de alcornocamiento aventúranselas mediocracias por senderos innobles. La obsesiónde acumular tesoros materiales, o el torpe afán deusufructuarlos en la holganza, borra del espíritu co-lectivo todo rastro de ensueño. Los países dejan deser patrias, cualquier ideal parece sospechoso.Los filósofos, los sabios y los artistas están demás; la pesadez de la atmósfera estorba a susalas y dejan de volar.

(...) Cada hombre queda preso entre mil sombrasque lo rodean y lo paralizan. Siempre hay medio-cres. Son perennes. Lo que varía es su prestigio ysu influencia. En las épocas de exaltación renovado-ra muéstranse humildes, son tolerados; nadie los nota,no osan inmiscuirse en nada.

Cuando se entibian los ideales y se reemplaza locualitativo por lo cuantitativo, se empieza a contarcon ellos. Apercíbanse entonces de su número, semancornan en grupos, se arrebañan en partidos. Cre-ce su influencia en la justa medida en que el clima seatempera; el sabio es igualado al analfabeto, el rebeldeal lacayo, el poeta al prestamista. La mediocridad secondensa, conviértese en sistema, es incontrastable.

(...) La aspiración de lo mejor no es privilegio detodas las generaciones.

Tras una que ha realizado un gran esfuerzo, arras-trada o conmovida por un genio, la siguiente descan-sa y se dedica a vivir de glorias pasadas, conmemo-rándose sin fe; las facciones dispútanse los manejosadministrativos, compitiendo en manosear todos losensueños. La mengua de éstos se disfraza con exce-so de pompa y de palabras; acállase cualquier protes-ta dando participación en los festines; se proclamanlas mejores intenciones y se practican bajezas abomi-nables; se miente el arte; se miente la justicia; se mien-te el carácter. Todo se miente con la anuencia de to-dos; cada hombre pone precio a su complicidad, unprecio razonable que oscila entre un empleo y unadecoración.

Los gobernantes no crean tal estado de cosas yde espíritus: lo representan. Cuando las nacionesdan en bajíos, alguna facción se apodera del engrana-je constituido o reformado por hombres geniales. (...)El nivel de los gobernantes desciende hasta marcar elcero; la mediocracia es una confabulación de los ce-ros contra las unidades. Cien políticos torpes juntosno valen un estadista genial.

Sumad diez ceros, cien, mil, todos los de lasmatemáticas, y no tendréis cantidad alguna, si-quiera negativa. Los políticos sin ideal marcan elcero absoluto en el termómetro de la historia, conser-vándose limpios de infamia y de virtud, equidistantesde Nerón y de Marco Aurelio.

Una apatía conservadora caracteriza a esos perío-dos; entíbiase la ansiedad de las cosas elevadas, pros-perando a su contra el afán de los suntuosos formu-lismos. Los gobernantes que no piensan parecen pru-dentes; los que nada hacen titúlanse reposados; losque no roban resultan ejemplares. El concepto delmérito se torna negativo: las sombras son preferiblesa los hombres. (...)

La tiranía del clima es absoluta: nivelarse o sucum-bir. (...) Las mediocracias negaron siempre las virtu-des, las bellezas, las grandezas, dieron el veneno aSócrates, el leño a Cristo, el fuego a Bruno; y mien-tras escarnecían a esos hombres ejemplares, aplas-tándolos con su saña o armando contra ellos algúnbrazo enloquecido, ofrecían su servidumbre a gober-nantes imbéciles o ponían su hombro para sostenerlas más torpes tiranías. A un precio: que éstas garan-tizaran a las clases hartas la tranquilidad necesaria parausufructuar sus privilegios.

(...) Todo hombre declina su personalidad al con-vertirse en funcionario: no lleva visible la cadena alpie, como el esclavo, pero la arrastra ocultamente,amarrada en su intestino. Ciudadanos de una patriason los capaces de vivir por su esfuerzo, sin la ceba-da oficial. Cuando todo se sacrifica a ésta, sobrepo-niendo los apetitos a las aspiraciones, el sentido moralse degrada y la decadencia se aproxima. En vano sebusca remedios en la glorificación del pasado. De eseatafagar los pueblos no despiertan loando lo que fue,sino sembrando el porvenir.

La MediocraciaPor José Ingenieros

Extraído de “El hombre mediocre”

Los medios de protección que la Constitución nos proporciona,son la libertad y los privilegios y recompensas conciliables conla libertad.

Los argentinos hemos sido ociosos por derecho y holgazaneslegalmente. Se nos alentó a consumir sin producir.

Nuestras ciudades capitales son escuelas de vagancia, de quie-nes se desparraman por el resto del territorio después de haber-se educado entre las fiestas, la jarana y la disipación.

Nuestro pueblo no carece de alimentos sino de educación y poreso tenemos pauperismo mental.

En realidad nuestro pueblo argentino se muere de hambre de ins-trucción, de sed de saber, de pobreza de conocimientos prácti-cos y de ignorancia en el arte de hacer bien las cosas.

Sobre todo se muere de pereza, es decir de abundancia. Quierenpan sin trabajo, viven del maná del Estado y eso les mantienedesnudos, ignorantes y esclavos de su propia condición.

El origen de la riqueza son el trabajo y el capital, ¿qué duda cabede que la ociosidad es el manantial de la miseria?

La ociosidad es el gran enemigo del pueblo en las provincias ar-gentinas. Es preciso marcarla de infamia: ella engendra la mise-ria y el atraso mental de las cuales surgen los tiranos y la guerracivil que serían imposibles en medio del progreso y la mejoradel pueblo.

Juan Bautista Alberdi (1855)

La importancia del caféen la Repartición Pública

Dos leones huyeron del jar-dín zoológico. En la huida cadauno partió con rumbo diferen-te. Uno fue para la selva y elotro para el centro de la ciudad.Los buscaron por todos lados,y nadie los encontró.

Después de un mes y parasorpresa de todos, volvió el leónque había huido para la selva.Regresó flaco, famélico yafiebrado. Fue reconducido a lajaula. Pasaron ocho meses ynadie se acordó del león quehabía ido para el centro de laciudad hasta que un día el leónfue recapturado y llevado alzoológico.

Estaba gordo, sano, desbor-dante de salud. Al ponerlos jun-tos, el león que huyó para laselva le pregunta a su colega: –¿Cómo estuviste en la ciudadtanto tiempo y regresas tan biende salud? Yo que fui a la selva

tuve que regresar porque casino encontraba que comer.

El otro león le explicó: –Mearmé de coraje y fui a escon-derme a una Repartición Públi-ca. Cada día me comía a un fun-cionario y nadie advertía su au-sencia.

–¿Y por qué regresaste? ¿Seacabaron los funcionarios?

–Nada de eso. Los funciona-rios públicos nunca se acaban.Sucede que cometí un errorgravísimo. Ya había comido aun director general, dos super-intendentes, cinco adjuntos, trescoordinadores, diez asesores,doce jefes de sección, quincejefes de división, cincuenta se-cretarias, docenas de funciona-rios, y nadie los dio por des-aparecidos. Pero el día que mecomí al cadete que servía elcafé... ¡¡¡Ahí se pudrió todo!!!

Pereza Mental

* Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacenentrar y después te cambian el programa.

* El que no se atreve a ser inteligente, se hace político.Enrique J. Poncela (1901-1952)

La política es quizás la única profesión para la que nose considera necesaria ninguna preparación.

Robert Louis Stevenson (1850-1894)

... ¿o no?

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“Derecho Viejo”Página 16

Mensaje de Derecho Viejo

a la evolución destino del hombre

Periódico mensual. Director Dr. Camilo Guerra. Almafuerte 2629 Castelar (Bs. As.)T.E. 4629-6086 / 3089. - Diseño y diagramación propios. - Coordinación y publicidad:“Derecho Viejo” Producciones. - Registro de la Propiedad Intelectual Nº 2.365.486.Impreso en: PRINCASTEL 4629-2562 - Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

Un periódico para pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Escribe:Sebastián Guerra

Abogado - Psicólogo

El ego: ¡ese patán!

www.sebastianis.com.ar

Comprendimos el miste-rio del átomo y rechaza-

mos el Sermón de laMontaña... el nuestro esun mundo de gigantesnucleares y de enanos

espirituales

Omar Bradley

El ego nos hace creer que, en la bús-queda interior, es él quien ha hallado.Toma los laureles del hallazgo espiritual,y nos hace anunciar desde sí mismo elresultado obtenido.

Así los maestros mundanos, losgurúes, caen a menudo en esta trampayoica y se vuelven autoreferenciales, seconvierten en “detentadores del método”,del saber, se tornan propietarios de La Ver-dad, fuentes incuestionables e infalibles dela misma.

No es raro que a pesar de la buena in-tención, la segura falta de maledicencia, eincluso hasta de la inocencia inmaculadade ciertos autores del mundillo de la litera-tura espiritual, su discurso se vaya tor-nando más y más rígido al compás de su-cesivas obras; fruto de que su ego se vaaquerenciando al éxito previamente obte-nido.

No es extraño observar cómo se pro-duce la gradual pérdida de la libertad depensamiento genuina, aquella que le per-mitió expresar de alguna manera, meridia-namente, metafóricamente, su posible ac-ceso a las cosas de la esencia de la vida ydel Ser.

Este gradual rigorismo, es proporcio-nado por el ego en dosis tan pequeñas quepasa inadvertido hasta que ya es tarde… yse caen los maestros, y se desmoronanlas estatuas de sal erguidas a su alrede-dor… todo parece volver a empezar… eseque parecía poseedor de la verdadera sen-da estaba equivocado, nos llevaba por ellado errado… ¿qué de nosotros ahora?¡Pobres almas sin guía!.

Es el ego el que hace de la trampa, delengaño y la mentira, su modus vivendi; yesto opera tanto hacia afuera como haciaadentro; para con los demás como paracon uno mismo. En el maestro y en el dis-cípulo.

Es ese “yo lo logré”, “yo me liberé”,”yo me di cuenta”, “yo sé” y el ”yo meiluminé” que engatusan, ciegan y sesganal aspirante a buscador, tanto como albuscador mismo que se ha dado a sudesierto espiritual… es el susurro del ego,que tienta a la salida prematura de la cua-rentena crística.

Pero la búsqueda no acaba, ni debeacabar al tropezar con este escollo. No hayque dar por el ego más de lo que el egovale!

Si advertimos que nos volvemos de-masiado auto referenciales, si nos perci-bimos superados de todas las cosas delmundo, y comenzamos a mirar por enci-ma del hombro... si decimos –o pensa-mos– “pobres de ellos”, no como expre-sión literal de compasión y compromiso,sino como declamación, como enros-tramiento de la comparación que nos co-loca en un lugar elevado respecto de los

demás, parece un buen momento paracomenzar a medir el grado en que hemosperdido nuestra sensibilidad hacia el otro,hacia la gente y hacia el mundo… si nosvolvimos a perder, a dormir, y si dejamos–otra vez– de ver las cosas tal como son.

Es imposible ser expresión viva de lapropia divinidad sin –simultáneamente– veral otro como divinidad presente en acto…no al otro que “curte mi misma sintonía”;a todo otro, aunque esté en las antípodasde mi pensamiento, de mis ideales, de misconvicciones y creencias, porque todoqueda relegado cuando hablamos de cues-tiones atinentes al Ser.

No obstante, vivimos una esquizofreniacomo grupo social de análisis bastante in-teresante, ya que adherimos –o por lo me-nos aceptamos con cierto grado de con-formidad– a que existan millones de per-sonas en el mundo rezando, yendo a misao al templo o a la sinagoga, y practicandootros ritos, todos los días, todas las sema-nas, todos los meses y años; tenemos cla-ro que hay millones de personas orandocada noche antes de dormir o cada tardemirando hacia La Meca; somos –en granparte– personas a las que se nos ha criadoa la luz de libros sagrados, fueran la Biblia,el Corán, el Talmud, Vedas o Sutras, y queen mayor o menor medida nos hemos for-mado en esas enseñanzas, y –sin embar-go– vivimos en la máxima incredulidad in-dividualista y superchera.

Seguimos llamando “milagros de Dios”a las anomalías que no tienenexplicacióncientífica (y mientras no la tengan), en lu-gar de ver lo milagroso de la cotidiana exis-tencia, y mientras adjudicamos a la puracasualidad los millones de elementos, cir-cunstancias y variables que coincidieronpara que en éste instante estemos leyendoestas palabras, para que seamos quienessomos, tengamos la existencia y familia yamigos que tenemos.

Y a pesar de tanto comportamiento re-ligioso, no vemos aceptable, ni creíble, niposible, que Dios hable. El Dios que ha-

blaba –en el que decimos creer y quere-mos creer que creemos– es el de los li-bros sacros, pero El le hablaba a otros, yen otros tiempos. Ahora Dios es acepta-ble si se calla; si deja que seamos noso-tros –nuestro ego– el que coloque pala-bras en su boca, si somos los que inter-pretamos a gusto y placer su pretendidomensaje; así como es amado en tanto co-incida sus intereses con los nuestros (ycuanto más mundanos mejor).

Incluso podríamos preguntarnos¿cuánto tardaría –aún un sacerdote, pas-tor o clérigo– en ir a parar a un psiquiátri-co si afirma no que habla a Dios, sino queDios habla con él?

Nos hemos acostumbrado y hemosestandarizado la suposición de que la co-municación divina es unidireccional, por-que –finalmente– es el ego el que quiereprotagonizar la historia individual. Es elego el que quiere hacer las preguntas yresponderse a si mismo, sea a título deintrospección, examen de consciencia oanálisis de situación moral o fáctica, ohasta de intuición… es el ego el que quie-re asumir el papel de Dios.

En lugar de vaciarnos de contenido,de sentido, y dejar fluir al Ser en noso-tros, el ego nos juega su última carta dis-frazándose de Ser, de Dios.

Claro, cuando todo se serena, el aguaque no fluye se estanca, y vuelven a apa-recer las evidencias del ego que lejos derendirse parece fortalecerse con cada in-tento fallido… aunque en verdad su mie-do crece al mismo ritmo que él.

El ego ataviado de Dios teme muchomás que antes, mucho más que cuandose disfrazaba de persona, de maestro, degurú, porque sabe que desde ahí sólo res-ta la debacle, sólo queda a unas palabrasde la caída final, sólo a un instante de cla-ridad de consciencia para sucumbir parasiempre, a un simple: “No tentarás al Se-ñor tu Dios”.

Un sabio llegó cierta tarde a la ciudadde Akbar.

La gente no dio mucha importancia asu presencia, y sus enseñanzas no con-siguieron interesar a la población.

Incluso después de algún tiempo lle-gó a ser motivo de risas y burlas de loshabitantes de la ciudad.

Un día, mientras paseaba por la calleprincipal de Akbar, un grupo de hom-bres y mujeres empezó a insultarlo.

En vez de fingir que los ignoraba, elsabio se acercó a ellos y los bendijo.

Uno de los hombres comentó:“¿Es posible que además, sea usted

sordo? ¡Gritamos cosas horribles yusted nos responde con bellas pala-bras!”

“Cada uno de nosotros sólo puedeofrecer lo que tiene”, fue la respuestadel sabio.

Existía un hombre muy rico que a pe-sar de tener mucho dinero tenía una na-turaleza mezquina. No soportaba el he-cho de gastar ni siquiera un centavo desu dinero.

Un hermoso día, el Maestro Ch‘an(Zen) Mo (silencio) Hsin (divino) fue avisitarlo. El monje dijo: “Suponga que mipuño estuviera cerrado así para siem-pre, desde el nacimiento hasta la muer-te, sin cambio; ¿cómo llamaría a esto?...”

“Una anormalidad, una deformación”.“Suponga que esta mano estuviera

abierta así para siempre, desde el naci-miento hasta la muerte, sin cambio;¿cómo llamaría a esto?...”

“Eso también sería una anormalidad”.“Sólo es preciso que usted compren-

da lo que acabamos de conversar, paraque se convierta en una persona rica yfeliz”.

Sabiduría Ni más ni menos

Todos comenzamos la conquista del amor con mucho de ligazón egoísta. Así esla naturaleza humana. Pero, con la ayuda de la meditación y de las disciplinasrelacionadas podemos ir disminuyendo cada día más elemento egoísta, poniendoel bienestar de otros por delante del nuestro y nuestras predilecciones al final.Jesús enseñó: “Bendice a los que te maldicen. Haz bien a los que te odian.”Ese es el amor en su máxima expresión, pero para amar así debemosindependizarnos de nosotros mismos.

Para saber qué significa el amor, debemos recurrir a hombres y mujeres dequienes decimos que han renunciado al mundo. Cuando han desaparecido todaslos apegos egoístas, lo que quede es amor puro. Debemos entrenarnos de supri-mir de nuestro vocabulario la expresión “¿Qué es lo que esta persona va adarme”?

Eknath Easwaran

La única forma de supe-rar la fuerza que nos tirahacia abajo es estable-ciendo una aceleración

muy grande. Los místicossostienen que el ser hu-mano extrae la potencia

para establecer esa acele-ración de la superación

del deseo (apego).Eknath Easwaran

Fuente: Internet