d-ec-25032012 - el comercio - país - pag 4

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a4 l País ___ El Comercio ___ domingo 25 de marzo del 2012 EXCLUSIVO. LOS NEGOCIOS SECRETOS DEL CLAN BACA En la mira sospechosa fortuna de capo del oro de Huepetuhe Tienen hoteles, grifos, compañías mineras y compran maquinaria pesada en efectivo Grupo familiar llegó a Madre de Dios en los 70 y hoy posee 7.500 hectáreas de terreno PATRIARCA. El cusqueño Cecilio Baca (izq.), barón del oro de Huepetuhe (Madre de Dios), en una de sus pocas apariciones públicas. La foto fue tomada en el Congreso. Allí aparece junto con el entonces legislador Eduardo Salhuana (2001-2006), quien hoy asesora a la Fedemin. MIGUEL BELLIDO El cusqueño Cecilio Baca Fernán- dez llegó a Madre de Dios a ini- cios de los años 70. Entonces, con unos 45 años y casado con Grego- ria Casas Huamanhuillca, tenía cuatro hijos (ocho tiene en total). Como todos los colonos que llega- ban a Puerto Maldonado desde el vecina departamento de Cusco, la familia recorrió los senderos vír- genes del río Inambari para afin- carse finalmente al noroeste de la civilización: en las riberas del Huepetuhe, que lustros después se convertiría en el centro de la fiebre del oro regional. Una vieja edición del diario “El Peruano” de fines de los 70 inmortalizó el arribo y las pri- meras peripecias del patriarca del clan en busca de tierras: “Don Cecilio Baca denunció 245 hec- táreas de terreno conteniendo oro por explotar en la quebrada 9 de Septiembre (hoy distrito de Huepetuhe, Manu). El territorio superficial es boscoso y pertenece al Estado. Se desconoce por aho- ra la existencia de mineros colin- dantes”. Así, en medio de la vege- tación espesa y de trámites con las autoridades de entonces, el nativo de Quispicanchi obtuvo su primera concesión en Madre de Dios. La llamó Cecilio-Gregoria. Desde entonces Cecilio Baca se lanzó a la exploración y extrac- ción ilegal de oro en cantidades incalculables, hasta convertirse en uno de los mayores depreda- dores de la selva. En las últimas décadas el clan cusqueño –que in- tegran su esposa Gregoria Casas (69) y sus hijos Pedro (57), Yony (45), Marco (40), José Luis (38), Cecilio (34) y Maruja (32), entre otros– aumentó su fortuna verti- ginosamente. Hoy son el grupo familiar dedicado a la minería ile- gal más poderoso de Huepetuhe y quizá de todo Puerto Maldonado. LA RIQUEZA SE DIVERSIFICA Este clan, clasificado en el rubro de la pequeña minería ya que se- gún su declaración oficial ante el Ministerio de Energía y Minas solo extrae decenas de kilos de oro al año, posee 7.500 hectá- reas de terreno repartidas entre 17 concesiones en Huepetuhe. de Huepetuhe con las dos princi- pales compañías de maquinaria pesada del país, con Volvo Perú S.A. entre 1994 y 1996, y con Fe- rreyros entre el 2003 y el 2005. Este Diario conoció, según la do- cumentación del caso, que Volvo entregó en calidad de préstamo importantes sumas de dinero a la familia Baca, al menos US$2,5 millones en el lapso antes citado, tal como quedó inscrito en re- gistros públicos bajo la figura de prenda comercial. Como garan- tía, el grupo cusqueño entregó cargadores frontales. Lo mismo ocurrió con Ferre- yros y su subsidiaria Orvisa (que distribuye maquinaria pesada de marca Caterpillar y que tiene una sede en Huepetuhe). En ese lapso la empresa entregó, bajo la misma figura de prenda comer- cial, US$185.000 a los hijos de este clan. Fuentes de inteligencia revelaron que las exorbitantes sumas sirvieron al clan cusque- ño, quizá sin conocimiento de las empresas, para financiar la extracción de oro en Huepetuhe, cuyo río fue tragado hace mucho por el desierto, por el desmonte y por las aguas tóxicas que hoy in- fectan la otrora tupida selva de Madre de Dios. En este desmadre ecológico impera la maquinaria pesada de Cecilio Baca e hijos y la figura de su esposa Gregoria Casas ‘Goya’, una mujer iletrada convertida en leyenda exótica, y cuya vida circu- la como viejo rumor entre los em- pleados y técnicos de Ferreyros por la costumbre que le atribuyen de pagar camiones, cargadores frontales y retroexcavadoras con dinero en efectivo. Esta costum- bre, según documentos a los que accedió este Diario, es heredita- ria. El año pasado, Marco Baca INDAGACIÓN EN VEREMOS Este Diario conoció que las fiscalías de crimen organizado (Fecor)tam- bién se han mostrado interesadas en investigar el patrimonio finan- ciero y las relaciones comerciales del clan forjado por la pareja Ceci- lio Baca y Gregoria Casas. El inte- rés también alcanza a otras familias de Huepetuhe y Puerto Maldonado que se han enriquecido durante los últimos años gracias a la extracción ilegal de oro. EL CASO VOLVO PERÚ S.A. El Comercio intentó ayer comuni- carse con las oficinas de la empre- sa Volvo Perú S.A. para conocer al detalle las relaciones comercia- les entre esta compañía y la familia de Cecilio Baca Fernández, pero no fue posible ubicar a sus represen- tantes. También hicimos lo propio con la empresa de venta de maqui- naria pesada Ferreyros, pero sus funcionarios no pudieron ser ubi- cados telefónicamente. Volvo le entregó US$2,5 millones a Cecilio Baca y a ‘Goya’, en calidad de préstamo, entre los años 1994 y 1996 ÓSCAR CASTILLA C. UNIDAD DE INVESTIGACIÓN Investigarán a otras familias LA PISTA DEL DINERO JOSE LUIS BACA. Uno de los más involu- crados en el negocio. ‘Goya’ Casas y los herederos del clan aurífero EL GRUPO FAMILIAR TIENE 7.500 HECTÁREAS EN MADRE DE DIOS MARUJA BACA. La más sofisticada del grupo familiar. No posee con- cesiones como persona natural, pero sí a nombre de su empresa minera Bramath, dedicada a la comercialización de oro. Cecilio Baca y Gregoria Casas llegaron al hoy distrito de Huepetuhe en los 70 y, con el apoyo de algunos de sus hijos, crearon un emporio familiar de insospechada fortuna. MARCO BACA. Influ- yente ex dirigente de la Fedemin. CECILIO BACA. Sola- mente tiene 1.600 hectáreas. PEDRO BACA. El mayor de los her- manos del clan. YONY BACA. Ella sola tiene una concesión de mil hectáreas. HUEPETUHE. La extracción ilegal de oro en Madre de Dios en las últimas décadas dejó amplias extensiones de arena en donde había selva. GREGORIA CASAS. La matriarca del clan, una mujer iletrada de 69 años, posee 700 hectáreas en Huepetuhe. Su esposo, Cecilio Baca, tiene 1.670 hectáreas y su hijo Marco 1.800 hectáreas. (entonces dirigente de la Federa- ción Minera de Madre de Dios-Fe- demin, que dice defender a la pe- queña minería) pagó al contado US$104.000 por un remolcador de marca International. DINERO CONTANTE Y SONANTE Ese mismo 2011 Marco Baca – que ya había constituido un grifo en el Cusco el 2007 con una inver- sión de S/.116.000 y comprado una casa por US$ 60.000– creó una empresa hotelera en esta ciudad con S/.30.000 de capital. No es el único hijo del clan con buena suerte en los negocios. También el 2011, pero cinco me- ses después de que su hermano Marco comprara su remolcador, José Luis Baca pagó en efectivo US$179.500 a Volvo Perú por un volquete del año. El caso de Ma- ruja Baca no es muy diferente: ella es dueña de la empresa mine- ra Bramath (creada con un capi- tal de S/.495.000), gerente de la compañía Ramos Baca dedicada a la compra de oro y propietaria de un inmueble en el Cusco que le costó US$175.000 el 2006. Esta mirada a los negocios del clan de Madre de Dios ha permi- tido descubrir que los hermanos y sobrinos de Cecilio Baca, así como otros allegados al grupo, también están inmersos en la vorágine empresarial del oro. Este emporio familiar, luego de la creación del delito de minería ilegal y de financiamiento de esta actividad, será investigado como una presunta mafia de lavado de dinero procedente de la extrac- ción ilícita del codiciado metal. Recién entonces se revelarán los secretos mejor guardados en las entrañas de Huepetuhe. π En los últimos meses El Comer- cio revisó el patrimonio de es- te discreto emporio familiar y constató operaciones bancarias que involucran fuertes sumas de dinero, compra en efectivo de in- muebles y maquinaria pesada y evidencias de la incursión en los negocios hotelero, de transporte, de grifos de venta de combustible y de compra de mineral aurífero en Cusco y Puerto Maldonado. Sin embargo, el detalle que más atención despierta –y que concitará la mirada de la Procu- raduría de Lavado de Dinero y de la Unidad de Inteligencia Fi- nanciera (UIF)– es la relación comercial que mantuvo el clan La empresa Ferreyros tiene una sucursal en Huepetuhe (Madre de Dios), el centro de las mafias que lavan oro

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Cecilio Baca y Gregoria Casas llegaron al hoy distrito de Huepetuhe en los 70 y, con el apoyo de algunos de sus hijos, crearon un emporio familiar de insospechada fortuna. DINERO CONTANTE Y SONANTE LA RIQUEZA SE DIVERSIFICA CECILIO BACA. Sola- mente tiene 1.600 hectáreas. MARCO BACA. Influ- yente ex dirigente de la Fedemin. PEDRO BACA. El mayor de los her- manos del clan. ÓSCAR CASTILLA C. UNIDAD DE INVESTIGACIÓN YONY BACA. Ella sola tiene una concesión de mil hectáreas. MIGUEL BELLIDO

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a4 l País ___ El Comercio ___ domingo 25 de marzo del 2012

EXCLUSIVO. LOS NEGOCIOS SECRETOS DEL CLAN BACA

En la mira sospechosa fortuna de capo del oro de Huepetuhe

Tienen hoteles, grifos, compañías mineras y compran maquinaria pesada en efectivo

Grupo familiar llegó a Madre de Dios en los 70 y hoy posee 7.500 hectáreas de terreno

PATRIARCA. El cusqueño Cecilio Baca (izq.), barón del oro de Huepetuhe (Madre de Dios), en una de sus pocas apariciones públicas. La foto fue tomada en el Congreso. Allí aparece junto con el entonces legislador Eduardo Salhuana (2001-2006), quien hoy asesora a la Fedemin.

MIGUEL BELLIDO

El cusqueño Cecilio Baca Fernán-dez llegó a Madre de Dios a ini-cios de los años 70. Entonces, con unos 45 años y casado con Grego-ria Casas Huamanhuillca, tenía cuatro hijos (ocho tiene en total). Como todos los colonos que llega-ban a Puerto Maldonado desde el vecina departamento de Cusco, la familia recorrió los senderos vír-genes del río Inambari para afin-carse finalmente al noroeste de la civilización: en las riberas del Huepetuhe, que lustros después se convertiría en el centro de la fiebre del oro regional.

Una vieja edición del diario “El Peruano” de fines de los 70 inmortalizó el arribo y las pri-meras peripecias del patriarca del clan en busca de tierras: “Don Cecilio Baca denunció 245 hec-táreas de terreno conteniendo oro por explotar en la quebrada 9 de Septiembre (hoy distrito de Huepetuhe, Manu). El territorio superficial es boscoso y pertenece al Estado. Se desconoce por aho-ra la existencia de mineros colin-dantes”. Así, en medio de la vege-tación espesa y de trámites con las autoridades de entonces, el nativo de Quispicanchi obtuvo su primera concesión en Madre de Dios. La llamó Cecilio-Gregoria.

Desde entonces Cecilio Baca se lanzó a la exploración y extrac-ción ilegal de oro en cantidades incalculables, hasta convertirse en uno de los mayores depreda-dores de la selva. En las últimas décadas el clan cusqueño –que in-tegran su esposa Gregoria Casas (69) y sus hijos Pedro (57), Yony (45), Marco (40), José Luis (38), Cecilio (34) y Maruja (32), entre otros– aumentó su fortuna verti-ginosamente. Hoy son el grupo familiar dedicado a la minería ile-gal más poderoso de Huepetuhe y quizá de todo Puerto Maldonado.

LA RIQUEZA SE DIVERSIFICAEste clan, clasificado en el rubro de la pequeña minería ya que se-gún su declaración oficial ante el Ministerio de Energía y Minas solo extrae decenas de kilos de oro al año, posee 7.500 hectá-reas de terreno repartidas entre 17 concesiones en Huepetuhe.

de Huepetuhe con las dos princi-pales compañías de maquinaria pesada del país, con Volvo Perú S.A. entre 1994 y 1996, y con Fe-rreyros entre el 2003 y el 2005. Este Diario conoció, según la do-cumentación del caso, que Volvo entregó en calidad de préstamo importantes sumas de dinero a la familia Baca, al menos US$2,5 millones en el lapso antes citado, tal como quedó inscrito en re-gistros públicos bajo la figura de prenda comercial. Como garan-tía, el grupo cusqueño entregó cargadores frontales.

Lo mismo ocurrió con Ferre-yros y su subsidiaria Orvisa (que distribuye maquinaria pesada de marca Caterpillar y que tiene una sede en Huepetuhe). En ese lapso la empresa entregó, bajo la misma figura de prenda comer-cial, US$185.000 a los hijos de este clan. Fuentes de inteligencia revelaron que las exorbitantes sumas sirvieron al clan cusque-ño, quizá sin conocimiento de las empresas, para financiar la extracción de oro en Huepetuhe, cuyo río fue tragado hace mucho por el desierto, por el desmonte y por las aguas tóxicas que hoy in-fectan la otrora tupida selva de Madre de Dios.

En este desmadre ecológico impera la maquinaria pesada de Cecilio Baca e hijos y la figura de su esposa Gregoria Casas ‘Goya’, una mujer iletrada convertida en leyenda exótica, y cuya vida circu-la como viejo rumor entre los em-pleados y técnicos de Ferreyros por la costumbre que le atribuyen de pagar camiones, cargadores frontales y retroexcavadoras con dinero en efectivo. Esta costum-bre, según documentos a los que accedió este Diario, es heredita-ria. El año pasado, Marco Baca

INDAGACIÓN EN VEREMOSEste Diario conoció que las fiscalías

de crimen organizado (Fecor)tam-

bién se han mostrado interesadas

en investigar el patrimonio finan-

ciero y las relaciones comerciales

del clan forjado por la pareja Ceci-

lio Baca y Gregoria Casas. El inte-

rés también alcanza a otras familias

de Huepetuhe y Puerto Maldonado

que se han enriquecido durante los

últimos años gracias a la extracción

ilegal de oro.

EL CASO VOLVO PERÚ S.A.El Comercio intentó ayer comuni-

carse con las oficinas de la empre-

sa Volvo Perú S.A. para conocer al

detalle las relaciones comercia-

les entre esta compañía y la familia

de Cecilio Baca Fernández, pero no

fue posible ubicar a sus represen-

tantes. También hicimos lo propio

con la empresa de venta de maqui-

naria pesada Ferreyros, pero sus

funcionarios no pudieron ser ubi-

cados telefónicamente.

Volvo le entregó US$2,5 millones a Cecilio Baca y a ‘Goya’, en calidad de préstamo, entre los años 1994 y 1996

ÓSCAR CASTILLA C. UNIDAD DE INVESTIGACIÓN

Investigarán a otras familiasLA PISTA DEL DINERO

JOSE LUIS BACA. Uno de los más involu-crados en el negocio.

‘Goya’ Casas y los herederos del clan auríferoEL GRUPO FAMILIAR TIENE 7.500 HECTÁREAS EN MADRE DE DIOS

MARUJA BACA. La más sofisticada del grupo familiar. No posee con-cesiones como persona natural, pero sí a nombre de su empresa minera Bramath, dedicada a la comercialización de oro.

Cecilio Baca y Gregoria Casas llegaron al hoy distrito de Huepetuhe en los 70 y, con el apoyo de algunos de sus hijos, crearon un emporio familiar de insospechada fortuna.

MARCO BACA. Influ-yente ex dirigente de la Fedemin.

CECILIO BACA. Sola-mente tiene 1.600 hectáreas.

PEDRO BACA. El mayor de los her-manos del clan.

YONY BACA. Ella sola tiene una concesión de mil hectáreas.

HUEPETUHE. La extracción ilegal de oro en Madre de Dios en las últimas décadas dejó amplias extensiones de arena en donde había selva.

GREGORIA CASAS. La matriarca del clan, una mujer iletrada de 69 años, posee 700 hectáreas en Huepetuhe. Su esposo, Cecilio Baca, tiene 1.670 hectáreas y su hijo Marco 1.800 hectáreas.

(entonces dirigente de la Federa-ción Minera de Madre de Dios-Fe-demin, que dice defender a la pe-queña minería) pagó al contado US$104.000 por un remolcador de marca International.

DINERO CONTANTE Y SONANTEEse mismo 2011 Marco Baca –que ya había constituido un grifo en el Cusco el 2007 con una inver-sión de S/.116.000 y comprado una casa por US$ 60.000– creó una empresa hotelera en esta ciudad con S/.30.000 de capital. No es el único hijo del clan con buena suerte en los negocios. También el 2011, pero cinco me-ses después de que su hermano Marco comprara su remolcador, José Luis Baca pagó en efectivo US$179.500 a Volvo Perú por un volquete del año. El caso de Ma-ruja Baca no es muy diferente: ella es dueña de la empresa mine-ra Bramath (creada con un capi-tal de S/.495.000), gerente de la compañía Ramos Baca dedicada a la compra de oro y propietaria de un inmueble en el Cusco que le costó US$175.000 el 2006.

Esta mirada a los negocios del clan de Madre de Dios ha permi-tido descubrir que los hermanos y sobrinos de Cecilio Baca, así como otros allegados al grupo, también están inmersos en la vorágine empresarial del oro. Este emporio familiar, luego de la creación del delito de minería ilegal y de financiamiento de esta actividad, será investigado como una presunta mafia de lavado de dinero procedente de la extrac-ción ilícita del codiciado metal. Recién entonces se revelarán los secretos mejor guardados en las entrañas de Huepetuhe. π

En los últimos meses El Comer-cio revisó el patrimonio de es-te discreto emporio familiar y constató operaciones bancarias que involucran fuertes sumas de dinero, compra en efectivo de in-muebles y maquinaria pesada y evidencias de la incursión en los negocios hotelero, de transporte, de grifos de venta de combustible y de compra de mineral aurífero en Cusco y Puerto Maldonado.

Sin embargo, el detalle que más atención despierta –y que concitará la mirada de la Procu-raduría de Lavado de Dinero y de la Unidad de Inteligencia Fi-nanciera (UIF)– es la relación comercial que mantuvo el clan

La empresa Ferreyros tiene una sucursal en Huepetuhe (Madre de Dios), el centro de las mafias que lavan oro