curso: reanimación cardiopulmonar básica unidad i ......número de pacientes: se refiere al...
TRANSCRIPT
Curso: Reanimación cardiopulmonar básica
Unidad I: Primeros auxilios e identificación de un paro cardiorrespiratorio
Docente: Constanza López Pérez
Período curso: julio - diciembre 2018.
Temas:
1. Generalidades de primeros auxilios y seguridad de la escena
2. Evaluación primaria y secundaria
3. Concepto paro cardiorrespiratorio
Tema 1: Generalidades de primeros auxilios y seguridad de la escena
Los primeros auxilios se definen como la atención o asistencia inmediata y temporal que se le
entrega a la persona afectada, es decir, aquellos procedimientos y técnicas que se realizan para
mejorar la salud del afectado, esta atención es entregada por una persona que no
necesariamente es especialista en el tema o es un profesional del área de la salud. La importancia
que radica en entregar estos primeros auxilios es en relación al tipo de lesión, ya que si se trata de
un paro cardiorrespiratorio o una hemorragia, el actuar rápido y de inmediato puede salvar una
vida o evitar un mayor compromiso del estado de salud.
Se debe conocer lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer frente a una emergencia para así
no empeorar el estado de salud de la persona, evitar que durante las maniobras de primeros
auxilios, reanimación o traslado se agraven las lesiones existentes o se produzcan nuevas
lesiones, se debe tratar siempre de conseguir la ayuda de médicos para efectuar el tratamiento
que será el definitivo.
Frente a una emergencia se debe actuar manteniendo la calma, no entrar en pánico, la salud del
lesionado inicialmente está en sus manos, por lo que la mayoría de las veces va a ser de manera
imprevista por lo que generara sorpresa. Debe conservar siempre la tranquilidad para poder
actuar con serenidad, seguridad y rapidez. Si de alguna forma usted duda de lo que va a hacer, es
preferible no hacer nada, ya puede agravar el estado de salud actual.
Es relevante la seguridad de la escena, ya que si se pasan por alto los riesgos y amenazas que
forman parte del escenario del lesionado, pueden haber consecuencias fatales e incluso más
lesionados de los que habían en un comienzo.
En la evaluación de la escena se deberán tener en cuenta tres aspectos básicos:
Seguridad: La seguridad comienza con la persona que va a dar la ayuda al afectado, es decir,
el auxiliador debe primero cuidar de su propia seguridad, de las personas que están alrededor
de la escena y por último la del lesionado. Todo lo anterior pensando en no ocasionar las
lesionados cuando las condiciones son de riesgo. Como una seguridad adicional, se
recomienda usar equipos de protección personal, con el fin de no entrar en contacto directo
con el paciente. Se deben buscar objetos, sustancias e incluso personas que pudiesen llegar a
representar un riesgo para el auxiliador. Para ello:
- No ingrese a edificios o zonas si éstos se encuentran en llamas (incendios).
- No se introduzca en sitios donde la policía aún no ha asegurado el lugar.
- No realice maniobras de rescate riesgosas para las que no está capacitado.
- Coloque a los mirones en una zona segura.
- Si la situación no deja opción y no es posible garantizar la seguridad de la escena,
transporte al lesionado entre varias personas a un área de seguridad.
Mecanismo de lesión: Se debe realiza una simple pregunta ¿Qué fue lo que sucedió?, es decir,
el evento y/o la razón por la cual tenemos a un lesionado. Tras saber el mecanismo de la
lesión se puede proceder a hacer una clasificación sencilla, si existiese más de un lesionado.
encontrando así al paciente trauma; en el cual la lesión fue causada por un agente externo y
el paciente clínico, el cual sufre alguna perturbación en su estado de salud causado por un
agente interno
Número de pacientes: Se refiere al número de lesionados presentes en la escena.
Activación del servicio médico de urgencias
Llamar de manera eficiente al servicio de urgencias necesario para atender de manera adecuada a
un paciente, garantiza en gran manera la supervivencia del mismo. Llamar a un ambulancia (131).
Siempre debe ubicar e identificar los centros de urgencias y atención de emergencias cercanos a
su domicilio y lugar de trabajo. Existe cierto protocolo o información mínima que se debe decir al
hacer el llamado:
1. Nombre completo del que llama
2. Especificar si se trata de una urgencia o un traslado
3. Ubicación o dirección exacta
4. Mecanismo de lesión
5. Número de pacientes lesionados
6. Datos generales del paciente: identificación, sexo, edad aproximada
Primeros auxilios frente a una de las emergencias más comunes:
Maniobra de Heimlich
La maniobra de Heimlich está indicada para el manejo de una obstrucción de vía aérea total; en
este tipo de obstrucción, el conducto de aire se encuentra bloqueado al 100%, es decir, el paso de
aire es nulo, por lo que la probabilidad de un resultado mortal es alta. Este tipo de obstrucción
generalmente es a causa de alimentos en adultos y piezas de juguetes u otro utensilio en niños. El
signo más frecuente es que el lesionado lleva sus manos al cuello indicando sensación de ahogo u
obstrucción. (Imagen 1).
Si el paciente pierde la conciencia se continuará aplicando la maniobra de Heimlich en el piso, de
debe colocar sobre el paciente a la altura de sus piernas, localizar el apófisis xifoides con el dedo
anular y anexará dos dedos más como rango de seguridad. Al final del último dedo pondrá la base
de la palma de la mano, y la otra encima de ésta entrelazando los dedos, ya en ésta posición
aplicará 5 compresiones, después se acercará a la cabeza del paciente para verificar la existencia
del objeto extraño.
Imagen 1 Señal universal ahogamiento
La maniobra para adultos se aplica, realizando los siguientes pasos:
Una vez identificado el problema, active el servicio médico de urgencias
Acérquese al paciente con cautela. (Verifique siempre su seguridad)
Colóquese detrás del paciente a su misma altura
Coloque su pierna entre las piernas del paciente y la otra ligeramente detrás, formando con el
pie un ángulo de 90 grados.
Localice las costillas del paciente y recorra el final de éstas hasta localizar el punto donde
ambos lados se unen en la parte frontal, el apófisis xifoides, debajo de este se realiza la
maniobra (Imagen 2).
Imagen 2 Apófisis xifoides
Marque el punto localizado con el dedo índice, y agregue dos dedos más; debajo de ésta
marca coloque su puño con el dedo pulgar cubierto por los demás dedos.
Deje de marcar el punto y con ésta mano envuelva su puño
Abra sus brazos y con un movimiento firme hacia dentro y al mismo tiempo hacia arriba
aplique presión en el punto marcado en donde se encuentra su puño. (Imagen 3).
Imagen 3 Maniobra de Heimlich adulto
Si la persona se encuentra sola, se puede aplicar la maniobra de la misma manera pero apoyada
en una silla. (Imagen 4).
Imagen 4 Maniobra Heimlich una persona
En el caso de los niños la maniobra de Heimlich se aplica exactamente igual, sólo se adecua la
posición a la estatura del paciente. (Imagen 5).
Imagen 5 Maniobra de Heimlich en niños
La maniobra de Heimlich se aplicará a los lactantes de la siguiente forma:
Se apoyara con seguridad al lactante encima del antebrazo no dominante, luego se procederá a
realizar 5 compresiones con la palma de la mano entre las escapulas hacia arriba generando una
presión adecuada, luego se girara de frente apoyando la cabeza en la mano no dominante y se
procederá a realizar 5 compresiones con dos dedos en el centro del pecho, es decir entre la línea
intermamaria. Visualizando en la boca si expulsa el objeto. (Imagen 6).
Imagen 6 Maniobra Heimlich lactantes
Tema 2: Evaluación primaria y secundaria
La evaluación primaria es una rápida y precisa evaluación que permite determinar y priorizar las
necesidades del paciente en pocos segundos. Esta evaluación debe ser jerárquica, organizada,
sencilla aplicación, rápida y eficiente.
En la evaluación primaria se debe detectar las condiciones de riesgo vital, establecer las
prioridades en la atención y poder obtener una visión global del paciente. Por lo que se deben
realizar preguntas por ejemplo; ¿qué sucedió?, ¿cómo se siente?, ¿qué le duele?, etc. La evaluación
primaria es el ABC del trauma, esto quiere decir que valora: A (vía aérea), B (ventilación), C
(circulación y control de hemorragias), D (déficits neurológicos), E (exposición con prevención de
hipotermia). Se debe realizar una inspección general y rápida de 15 segundos aproximadamente.
A: Vía aérea
Se debe identificar de manera rápida y eficiente si existe un compromiso de la vía aérea, siempre
asegurando una vía aérea definitiva, con la precaución de proteger la columna cervical, ya sea por
una lesión existente u otra, para ello se puede utilizar un cuello cervical o de manera manual. Para
mantener una vía aérea permeable es decir que exista paso de oxigeno se debe permeabilizar,
proteger y proveer, existen ciertas técnicas para permeabilizar la vía aérea como lo son la
hiperextensión del cuello y desplazamiento de la mandíbula (maniobra frente- mentón) y cuando
hay sospecha de lesión en la columna cervical se realiza subluxación de la mandíbula sin flexionar
el cuello. (Imagen 1).
Imagen 1 Permeabilización vía aérea
Hiperextensión del cuello y
desplazamiento de la
mandíbula (maniobra frente-
mentón)
Cuando exista sospecha de
lesión en la columna cervical
se realiza subluxación de la
mandíbula sin flexionar el
cuello.
B: Ventilación
Una vía aérea permeable no asegura necesariamente una ventilación adecuada y oxigenación. Se
deben identificar problemas que pudieran alterar la ventilación, por ejemplo; neumotórax a
tensión, contusión pulmonar, hemotórax masivo, neumotórax abierto, etc. Se debe valorar la
función pulmonar mediante el MES (mirar, escuchar y sentir), frecuencia respiratoria y amplitud.
Además valorar la pared torácica; las lesiones que pudiera tener, palpar el tórax y auscultar..
Aunque actualmente el MES ya no se usa tanto debido a la pérdida de tiempo y demora en la
acción.
C: Circulación con control de la hemorragia
La hemorragia es una de las causas más comunes de la muerte luego de un trauma y se puede
prevenir mediante un rápido reconocimiento e intervenciones. Se debe valorar el pulso
(presencia, regularidad, calidad y frecuencia), coloración, temperatura de la piel y llene capilar
(una demora mayor a 2 segundos del llene capilar indicar disminución del flujo sanguíneo).
(Imagen 2).
Se realizan intervenciones como punción venosa para colocar una vía, administración de
volumen, comprimir sangrados externos, los torniquetes son siempre peligrosos, pudiendo
provocar una lesión aún más grave. Deben colocarse como mínimo dos vías EV, con catéteres
gruesos y cortos, preferentemente en las fosas antecubitales y comenzar la infusión.
Imagen 2 Llene capilar
D: Evaluación Neurológica
Valoración para poder establecer el nivel de consciencia del afectado, existen diversas escalas
para valorar éste estado, una de ella es la escala rápida AVDI (A: paciente alerta, V: paciente que
responde al estímulo verbal, D: paciente que responde al dolor, I: paciente inconsciente) o en su
lugar realizar la escala de Glasgow, observando además el tamaño pupilar y su respuesta a la luz,
las cuales deberían normalmente estar P.I.R.R.L (pupilas iguales redondas reactivas a la luz), las
anomalías que se pudiesen encontrar son midriasis (dilatación pupilar), miosis (contracción
pupilar). (Imagen 3).
Imagen 3 Midriasis y miosis
E: Exposición y Control del Ambiente que rodea al paciente
El paciente debe ser completamente desvestido y examinado por delante y por atrás,
previniendo la hipotermia y valorando en busca de posibles lesiones en todo el cuerpo. Se debe
evitar enfriamiento y sobreexposición. Es necesario siempre ir reevaluando a la persona
lesionada.
La evaluación secundaria no debe iniciarse hasta que la revisión primaria (ABCDE) se haya
completado y además reevaluado. La evaluación secundaria consiste en una valoración minuciosa
desde la cabeza hacia los pies, incluyendo la valoración de los signos vitales. Se valora mediante la
sigla SAMPLE.
S: Signos y síntomas: Signos son cualquier condición médica o traumática que se puede
observar y los síntomas es lo que refiere el paciente siempre y cuando este consciente.
A: Alergias: Determina si el paciente tiene cualquier alergia a algún medicamento, comida,
o agentes ambientales.
M: Medicamentos: Cualquier medicamento actual o previo incluido el uso de drogas.
P: Patologías Previas: Antecedentes de diagnósticos anteriores, por ejemplo, diabetes,
hipertensión, insuficiencia cardiaca.
L: Lonche (último alimento): Averiguar el último alimento que ingirió el paciente sólido o
líquido, a qué hora fue y la cantidad.
E: Eventos que llevaron al paciente a la lesión o enfermedad
Realizar un examen físico general y segmentario:
Cabeza: Valorar toda la cabeza y cuero cabelludo deben ser examinados en busca de
laceraciones, contusiones o alguna evidencia de fractura. Un examen visual de ambos ojos puede
realizarse haciendo leer al paciente el frasco de un suero. Valorar la existencia de un traumatismo
maxilofacial, obstrucción inminente de la vía aérea, cambios en el estado de la vía aérea, lesiones
de columna cervical.
Columna Cervical- cuello: Se debe sospechar lesión inestable de columna cervical (fractura o
lesión de los ligamentos) en todo paciente con traumatismo maxilofacial o de la cabeza. En estos
casos debemos inmovilizar al cuello hasta que se haya estudiado al paciente y se haya descartado
la lesión. El examen del cuello incluye la inspección, la palpación y la auscultación. Deben palparse
y auscultarse ambas carótidas.
Tórax: Se debe inspeccionar al tórax en forma completa, por delante y por atrás para poder
identificar un neumotórax abierto y grandes segmentos de tórax inestable. Una revisión
completa significa palpación total de la caja torácica, revisando cuidadosamente cada costilla y
ambas clavículas. La palpación dolorosa del esternón nos puede indicar una fractura del mismo,
contusiones y hematomas de la pared torácica deben alertar al médico frente a la posibilidad de
lesiones ocultas. Las lesiones torácicas significativas se manifiestan por dolor y dificultad
respiratoria. Debemos percutir y auscultar el tórax en todas sus caras (anterior, lateral y
posterior). La presencia de ruidos cardíacos apagados y presión de pulso disminuida puede
indicar un taponamiento cardíaco. La radiografía anteroposterior de Tórax permite confirmar la
presencia de un hemotórax o neumotórax.
Abdomen: Toda lesión abdominal es potencialmente peligrosa y debe ser diagnosticada y
tratada, observar detalladamente y reevaluar frecuentemente al abdomen, idealmente por el
mismo observador. Se debe inspeccionar el abdomen de manera exhaustiva, la palpación del
abdomen se realiza por cuadrantes; Hipocondrio derecho e izquierdo, Flancos derecho e
izquierdo, Fosa iliaca derecha e izquierda, epigastrio, mesogastrio (región umbilical) e
hipogastrio. (Imagen 4).
Imagen 4 Palpación abdomen por cuadrantes
Periné- Recto- Vagina: El periné debe ser evaluado en busca de contusiones, hematomas,
laceraciones y sangrado uretral. El tacto rectal es una parte importante e indispensable de la
revisión secundaria. Específicamente debemos explorar: presencia de sangre dentro del lumen
intestinal, próstata ascendida, fractura de pelvis, indemnidad de las paredes rectales y
condiciones de tonicidad del esfínter. En la mujer el examen vaginal constituye una parte esencial
de la revisión secundaria.
En busca de sangre y laceraciones vaginales. En toda mujer en edad fértil debe realizarse también
pruebas de laboratorio con el fin de descartar un embarazo.
Musculo- esquelético: La inspección de las extremidades busca descartar contusiones y
deformidades. La palpación de los huesos en busca de dolor, crepitación y movilidad anormal,
ayuda a identificar fracturas ocultas. No olvidar la pesquisa de pulsos periféricos.
Evaluación Neurológica: Un examen neurológico completo debe incluir una evaluación de las
funciones sensitivas y motoras de las extremidades, y también una reevaluación del estado de
conciencia, tamaño pupilar y capacidad de respuesta. La escala de Glasgow permite la detección
precoz de cambios tempranos y tendencias en el estado neurológico.
El paciente debe ser reevaluado en forma continua, para así llevar un tratamiento adecuado,
además en la evaluación secundaria como es minuciosa se deben tomar todos los exámenes de
sangre y de confirmación diagnostica necesarios.
Tema 3: Concepto de paro cardiorrespiratorio
Circulación corazón y pulmones
La sangre poco oxigenada ingresa por la vena cava superior e inferior a la aurícula o atrio
derecho, del atrio derecho pasa al ventrículo derecho mediante la válvula tricúspide, luego la
sangre pasa por la arteria pulmonar izquierda hacia los pulmones para ser oxigenada, cuando ya
está oxigenada ingresa por las venas pulmonares hacia el atrio izquierdo, para luego pasar al
ventrículo izquierdo mediante la válvula mitral. Desde el ventrículo izquierdo pasa a la aorta para
ser distribuida hacia todo el cuerpo. (Imagen 1).
Imagen Circulación corazón y pulmones
Las diferencias generales entre un paro cardiaco y el ataque cardiaco (IAM: infarto agudo al
miocardio), es que en el paro cardiaco tiene un ritmo cardiaco anormal, disminuye la oxigenación
del cerebro, corazón y pulmones lo que conlleva a un paro cardiaco súbito la mayoría de las veces
se produce por problemas de ritmo, si no recibe atención la muerte es en cuestión de minutos. En
cambio el IAM se produce una obstrucción de una o más arterias debido a un coagulo, las
molestias pueden durar días o semanas, sin embargo un IAM puede pasar a un paro
cardiorespiratorio.
Un paro cardiorrespiratorio (PCR) es una interrupción repentina y simultánea de la respiración y
el funcionamiento del corazón, debido a que el sistema respiratorio y circulatorio están
correlacionados, puede producirse un paro respiratorio y el corazón seguir funcionando, pero en
breves minutos sobrevenir el paro cardiaco, si no se presta una atención inmediata para así
reestablecer los sistemas. También puede iniciarse con un paro cardiaco, en cuyo caso casi
simultáneamente, se presenta el paro respiratorio. Para poder dar los primeros auxilios
adecuados es importante determinar si se presenta paro respiratorio o paro cardiorrespiratorio y
así realizar las maniobras de resucitación adecuadas. Las manifestaciones de un paro respiratorio
son: ausencia de respiración, cianosis en labios y uñas (por la falta de oxígeno), pérdida de
conocimiento, pulso rápido y débil. Y las manifestaciones del Paro cardio-respiratorio: la ausencia
del pulso y respiración, piel pálida a veces cianótica especialmente en labios y uñas, pérdida de
conocimiento, pupila dilatada parcialmente a los 2 ó 3 minutos la dilatación es total y no
reacciona a la luz.
Las causas generales que pudiesen provocar un PCR son; hipoxemia, enfermedad de las arterias
coronarias, enfermedad cardiaca valvular, anormalidades de la circulación cardiaca, metabólicas,
embolismo pulmonar, accidentes vasculares encefálicos oclusivos o hemorrágicos, shock
eléctrico, ahogamiento incompleto e hipotermia, drogas.
Existen numerosas causas que pueden desencadenar un PCR y algunos autores las clasifican en 2
grupos: las causas cardiacas (taponamiento cardiaco, defectos cardiacos congénitos, infarto del
miocardio, arritmias) y causas extra- cardiacas (hipoxia, hipercapnia, trastornos electrolíticos,
tromboembolismo, neumotórax, broncoaspiración). Independiente de la causa se debe actuar de
manera inmediata, no demorar más de 15 a 20 segundos para así poder garantizar las
posibilidades de una reanimación eficaz.
El diagnóstico de la parada cardiaca es fundamentalmente clínico y los hechos anteriores se
manifiestan clínicamente como: pérdida brusca de la conciencia, ausencia de pulsos centrales
(carotideo, femoral), cianosis, apnea y/o gasping (respiración en boqueadas), midriasis (dilatación
pupilar).
Para evaluar la presencia o no de respiración espontánea, el auxiliador debe colocar su mejilla y
oído sobre la boca y nariz de la víctima viendo al mismo tiempo el tórax de la misma, para ver
(mirar) si existen o no movimientos respiratorios, oír (escuchar) y sentir (nemotecnia MES), esta
evaluación no debe tomar más de 10 segundos. Para valorar la ausencia de pulso se recomienda
detectar si existe o no pulso carotideo, por su fácil localización, u otra alternativa el pulso
femoral.
Correcta evaluación del pulso carotideo; Se debe mantener la extensión de la cabeza con una
mano, el auxiliador localiza la tráquea de la víctima con dos o tres dedos de la otra mano, la más
próxima a los pies, luego éstos se deslizan al surco entre la tráquea y el músculo
esternocleidomastoideo, de posición lateral en el cuello, donde el pulso puede ser palpado,
haciendo suave presión. Esta maniobra no debe demorar más de 10 segundos. (Imagen 2).
Conclusión:
Se entiende por primeros auxilios a las técnicas y procedimientos de carácter inmediato,
temporal, no profesional que recibe una persona, víctima de un accidente o enfermedad
repentina. Su carácter inmediato radica en ser la primera asistencia que recibe el afectado en el
lugar del acontecimiento, respetando siempre la seguridad de la escena.
Es necesario que en todo accidente se debe tener en cuenta las lesiones que se han producido
por consecuencia inmediata del accidente, el daño que éstas producen si no son tratadas y el
peligro de nuevos daños. A modo de dar los primeros auxilios es relevante tener en claro el
concepto de parocardiorrespiratorio, ya que además de tener una prevalencia importante, es el
cese de la respiración y sistema circulatorio, por lo que necesita de primeros auxilios inmediatos
independiente de la causa.
Referencias bibliográficas
Jara, C., Pimentel, F. &, Zamora, M. (2016). Manual de primeros auxilios. Editorial ediciones UC.
Nodal, P., López, J. & Llera, G. (2006). Paro cardiorrespiratorio (PCR). Etiología. Diagnóstico.
Tratamiento. Revista Cubana, 45 (3-4).
Parra, K., Cortez, S. & Navarro, J. (2009). Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño OVACE.
Revista Médico Legal, 15 (2), 20-26.
Skeet, M. (1991). Urgencias y primeros auxilios. Distrito Federal, México: El Manual Moderno.
Toro, O. & Rocabado, G. (2009). Manejo prehospitalario del paciente politraumatizado. En O.
Toro, Manual de las Subrotaciones de Cirugía General, Temario de Traumatología, Neurocirugía y
Emergencias. (pp. 70-211). Santiago, Chile: Hospital San Juan de Dios.