cultural 23-10-2015

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SUPLEMENTO SEMANAL DE LA HORA, IDEA ORIGINAL DE ROSAURO CARMÍN Q. PÁGS. 4 y 5 20 DE OCTUBRE DE 1978 GUATEMALA, 23 DE OCTUBRE DE 2015 FOTOGRAFÍA DE MAURO CALANCHINA

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Cultural 23-10-2015

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Page 1: Cultural 23-10-2015

suplemento semanal de la hora, idea original de rosauro Carmín Q.

PÁGS. 4 y 520 de octubre de 1978

Guatemala, 23 de octubre de 2015

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Página 2 / guatemala, 23 De octubre De 2015

SonámbulaS y heteróclitaSPor LeoneL Juracán

Salomé con la cabeza de Juan el Bautista, por Tiziano (1515)

Como siempre se ha dicho, toda obra literaria nace de la tradición. Aunque el autor lo haga en un acto

de rebeldía, o un intento de con-trariarla, por mucho que quienes escribimos nos envanezcamos de

creadores, no podemos inventarnos las palabras. Aún César Vallejo,

que mucho hizo a éste respecto, debe recordar lejanamente la fonética de

los términos en uso.

Con qué, de otra manera po-dríamos dar sentido a nuestras palabras, sino apoyándonos en el significado que nuestros pa-

dres, vecinos, maestros y amigos nos hayan transmitido?Claro, no es que sea imposible, pero

romper con una tradición es siempre

algo arriesgado, quien lo intenta, sabe muy bien que se juega la credibilidad, la honra y hasta la propia identidad. Es más fácil seguir el eslogan, parafrasear la frase melosa de la radio, y como quien no quiere la cosa, acercarse a la inclusión pública como la electricidad, por la vía de menos resistencia.Sólo la tenacidad, la batalla continua

y como alguna vez me hiciera ver mi maestro de música, la vocación para comer m…, salvan al heteróclita de caer en el vacío cuando ya se ha elegi-do estar al otro lado del margen. Como es de esperarse, dicha conduc-

ta implica ser ninguneado, que la obra pase al olvido sin que muchos lo ad-viertan. A veces, con propuestas real-mente innovadoras, que se adelantan a las formas estéticas por venir. Quiero aquí, hacer cita de algunos li-

bros escritos por mujeres que me han

dejado ésa agradable sensación de ries-go, de rebeldía y seriedad, por si alguien pensaba que esos adjetivos no eran com-patibles. El primero, es “Vigilia Blanca”, escrito por Romelia Alarcón Folgar. Un testimonio de amorosa espera que nunca cesa: Yo repaso los días como un abece-dario/ para encontrar al fin/ la hora exac-ta/ con sesenta minutos floreciendo. / Y mi traje de fiesta/ con señales de luna en los encajes/ y en mi calzado/ arenas sin sonido del sendero.Lejos de llegar a la desesperanza, o al

lamento, la autora se vale del lenguaje, y continúa fantaseando, cada vez con mayor ahínco, y entonces deja de co-rresponder con las frases hechas y los lugares comunes: Ayer tenía/ ramajes bañados en pájaros/ para niños fu-turos/ y el viento traía las nubes en la mano/ a beber en la acequia/ con pro-pósitos verdes.Aunque pudiéranse encontrar fácil-

mente nexos con el modernismo, o el rea-lismo mágico. Algo hay en ésas imágenes que no atino a situar como parte de la re-tórica acostumbrada en los poemas amo-rosos de mediados del siglo pasado: Las casa/ ondulaba/ en una zona lacuestre de vitrales/ a través de mis manos transpa-rentes/ pobladas de llamas.// Los árboles/ cuajados en las yemas de los dedos (con teclados de pianos/ y balandros de vidrio/ van y vienen/ sin señales de viaje en los caminos.Muy al contrario de otros poemas

desamorados, que concluyen hablan-do con sarcasmo del pasado, o con una espiritualidad asumida, los poemas de Romelia Alarcón no “se hunden en el ensueño”, sino que arrastran la realidad hacia el mundo onírico:

Mis ojos-colibríesvan volandoen la piel de abanicos del instantey un sonido golpea los cristalesde la ciudad oculta entre mis venas

La tardeSe viste un chal de girasolesSobre todas sus naves inclinadaY hay viñedos doradosComidos por los pájaros.

Bien advertía León Aguilera en el pró-logo de “Vigilia Blanca”, que la crítica en su afán de clasificar y ordenar la creación literaria, muchas veces termi-na por perjudicarla. Y entonces acuden a mi mente los relatos de Ligia Escribá, otra autora que por ésta vía del ensue-ño, que algunos psicólogos calificarían seguramente de patológico, nos mues-

tran una realidad absurda dolorosa, ante la cual los límites de la fantasía se atenúan, para finalmente aterrizar so-bre objetos y situaciones que parecen sacadas de otra pesadilla. En 1984 pu-blica su libro de relatos “Las Máquinas y Yo”, un conjunto de historias, que si bien hoy en día pudieran parecernos hilarantes. Traslucen el aislamiento y temor con que una mujer de áreas ur-banas pudo vivir los años de represión desde su cotidianidad doméstica.

La Fuerza se debilitó de repente. Se detuvo la destrucción y el sufrimien-to. El papel creyó que había sido es-cuchado. La razón fue otra. Se fundió un fusible y dejó sin energía eléctrica a los de la casa… el ventilador tuvo que detener su venganza hacia su in-subordinado ejército y se olvidó por unos instantes de mí.

Yo no fui capaz de aprovechar la con-fusión para destruir la máquina ni a su ejército. Mi cuerpo estaba cansado y estrenaba incontables cicatrices; mis ideas se agitaban en mi cabeza como en una licuadora y no lograba dete-nerlas.

Una mujer, que se considera esclava de una máquina de escribir, debe enfren-tarse a la lavadora, el tostador, la olla de presión, la aspiradora, el congelador. Pero no son simplemente electrodo-mésticos poseídos, sino que tienen un plan, una estrategia militar, quieren minar su psique, hacerla desistir, im-pedir que ella se les acerque, tienen un comandante, y sus ataques están temi-blemente organizados.Situaciones que son comunes a todas

las generaciones crecidas bajo una dictadura, entre toques de queda y quedas advertencias. Gloria Hernán-dez es otra de estas autoras cuya luci-dez consiste en señalar los lapsus en el comportamiento. Su libro “Sin Señal de Perdón”, nos cuenta de una extra-ña iniciación en una mara compuesta por mujeres, que consiste en cortarle a sus adversarias la mano derecha, la jefa vengadora, resulta ser zurda. Muy probablemente, la crítica intente ubi-car sus relatos entre la denuncia, pero es el tono personal e íntimo, lo que la aleja de los panfletos. Su relato “es-quizo” es un ataque contra los cáno-nes y quienes los aceptan. Un diario, relatado en primera persona por una esquizofrénica, nos dice claramente: Mis representaciones eran perfectas porque nadie se percataba dela farsa.

¿

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Guatemala, 23 De octubre De 2015 / PáGina 3

La “muLticuLturaLidad” aL estiLo de La “miss”

Por Sandra Xinico

Fotografía Facebook/Miss Guatemala Oficial

Vestirnos ha sido un proceso cuya evolución ha ido más allá de sola-mente cubrirnos y/o abrigarnos.

Culturalmente hemos utilizado la ropa como un canal para trasmitir nuestras creencias y simbologías

convirtiéndose en un recinto para resguardarlas y así legarlas a las

próximas generaciones. Esto hace necesario que observemos la ropa con otra mirada no únicamente

estética sino histórica y en el caso de Guatemala significa abrir la mente

para comprender la diversidad, riqueza y resistencia cultural que los pueblos mantienen para que estas

prendas, milenarias persistan hasta hoy a pesar del racismo, el genocidio

y la homogenización cultural.

l papel de la educación y del Estado son funda-mentales para esto, ya que la educación debe desmitificar y eliminar las falsedades que la “his-

toria oficial” ha creado alrededor de los

E

trajes mayas y el Estado debe promover la interculturalidad que fomente el res-peto hacia las diferentes culturas y no permitir su folklorización a través de la explotación cultural y económica de nuestras prendas. Este respeto impedi-ría que se sigan cercenando nuestros trajes para servir como adornos en un cojín o en una bolsa de “marca” o de “diseñador” así como reconocer el arte y a las y los grandes artistas (mujeres y hombres indígenas) que los crean no para una “artesanía” o para el concurso de belleza que hipócritamente muestra la multiculturalidad del país en el ex-tranjero exotizando nuestras ropas y promoviendo el racismo ya que los tra-jes indígenas se ven mejor cuando no son los indígenas quienes los portan; ¿acaso no, más de alguna vez ha visto en el internet o en el televisor imágenes de muchachonas altas, flacas y blancas portando prendas exóticas y coloridas, cuyo origen desconocemos pero que di-cen representan a un nuestro país?. Quizá no recuerde cuántas veces, pero

no se le olvida que hasta “bonito” hicie-ron ver internacionalmente la ropa de los “inditos” y que hasta sexi le pareció, no importando con ello si desvirtuaron a la mujer y/o al hombre que crearon es-

tos trajes, así como tampoco nos resulta importante la cosificación de todas no-sotras (como mujeres) en este tipo de concursos que en el caso de “Miss Uni-verso” como mujeres indígenas, ni exis-timos. ¿Le disgusta esto? Pues también a nosotras que somos de los pueblos nos disgusta que nuestros cuerpos sean mercantilizados y que nuestros trajes sean folklorizados y explotados eco-nómicamente, nos disgusta que bajo la “buena fe del extranjero, criollo y/o la-dino” se deforme nuestra raíz reflejan-do con ello el desinterés por investigar y conocer realmente la historia de los pueblos, aquellos pueblos que perma-necen, aquellos pueblos que crean los trajes de los que hablamos, sí, los mis-mos que la “Miss” muestra internacio-nalmente y que no los vive ni siente. ¿De esto se tratará la multiculturalidad

que queremos hacer ver internacional-mente como país? Una “multicultu-ralidad” que pasa de atuendos com-pletamente descontextualizados hasta combinaciones retorcidas al estilo “Ne-fertiti-maya”. Más de alguien argumen-tará que no son concursos de historia o conocimiento de los pueblos, pero esto debería estar implícito al involucrar den-

tro de este tipo de espectáculo prendas que componen los trajes mayas y cuyos portadores merecen respeto. ¿Alguna vez nos hemos preguntado cómo los pueblos nos sentimos al respecto y si estamos de acuerdo con esto? Porto en mi cotidianidad un tra-

je maya y me he congelado frente a la computadora al observar el güipil que identifica a mi cultura y a mi comunidad, convertido en un vesti-do y aparentemente en un disfraz y no puedo dejar de preguntarme si la “Miss” sabrá ¿a qué cultura pertene-ce la ropa que porta o por lo menos a qué comunidad, qué idioma hablan y cómo lo elaboraron? ¿Sabrá que se llama po’t en mi idioma y que no es una blusa (cómo a veces erróneamen-te le llaman) y mucho menos un ves-tido? ¿Reconocerá que existen más de 30 culturas mayas diferentes? Y los pueblos qué haremos al respec-

to ¿seguiremos viendo desfilar nuestra historia (milenaria) convertida en tapa-rrabos? ¿Como sociedad y/o como país seguiremos apoyando este tipo de mul-ticulturalidad al estilo “Miss Guatema-la” o “Miss Universo? Por mi parte em-piezo con no quedarme callada.

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Guatemala, 23 De octubre De 2015 / PáGina 5PáGina 4 / Guatemala, 23 De octubre De 2015

L a mañana era gris, pero en el norte algunos claros anunciaban un mediodía más despejado. El viento era mucho más fresco que en días pasados, pero no se esperaban

lluvias. El ambiente, si bien era tenso por las últimas noticias, mantenía el espíritu festivo que se le venía dando a la actividad desde hacía algunos años.Los grupos de estudiantes se fueron

organizando por facultad. Y como ya era tradición en la nuestra, mujeres jóvenes, pero también mayores, que nunca antes habían participado en actividades políticas públicas estaban junto a jóvenes inquietos que venían haciéndolo desde sus épocas de estudiantes de secundaria. Las voces «queremos a Robin vivo» aún sonaban en nuestros oídos. Las masivas movilizaciones de hacía 14 meses demandando su aparecimiento con vida habían dado como resultado simplemente que no se lo contara como un desaparecido más, sino como un torturado y asesinado por la dictadura militar, que sin mayor control se había impuesto en el país. Oliverio se asomó al bullicioso grupo que ya enfilaba por la sexta avenida. Un abrazo rápido y un adiós agitando la mano fue la imagen que guardamos de aquel momento. Se perdió entre los otros grupos anunciando que no haría el desfile y que tampoco estaría en el mitin final.Pancartas, mantas y adhesivos habían sido

elaborados con alegría y amplia colaboración en los corredores de la facultad. En los intervalos de clase o en períodos libres, los y las estudiantes habían colaborado animadamente en su confección. Por primera vez muchas más mujeres que hombres

desfilarían bajo el lema de la facultad pronunciando palabras que aún ahora, 38 años después, suenan a subversión: justicia, libertad, democracia.La noche anterior, Oliverio había pasado

a saludar a la entusiasta muchachada que festiva elaboraba pancartas y mantas. Que su nombre encabezara la lista de

amenazados de muerte por parte de los grupos paramilitares de la dictadura invitaba a tener todos los cuidados necesarios. Y así, entre bromas, sonrisas y comentarios, la referencia a esa amenaza estuvo presente. Por algunos minutos tomó asiento en una de las bancas del corredor, una próxima a la primera aula a la izquierda

del acceso al edificio, y acomodándose los anteojos comentó lo vistoso que se veían los grandes claveles rojos en los extremos de una manta. Sonó el timbre de regreso a clases. El corredor quedó en silencio, pero con muchos estudiantes dedicados a concluir las pancartas. Y él, sonriente, nos estrechó la mano y nos dijo hasta luego.

Conforme avanzaba la marcha, algunos fuimos retirándonos. Programamos encontrarnos más tarde o al día siguiente en lugares diferentes. El ambiente era tenso. ¡Nadie nos había dicho que mayo llegaría hasta en octubre! Pero ni por asomo imaginábamos la cauda de dolor y rabia que luego nos invadiría.Recién llegados a casa, los teléfonos

comenzaron a sonar. Voces llorosas y angustiadas nos anunciaban su reciente asesinato. La tarde gris se había teñido de rojo. Las sonrisas se habían transformado en lágrimas. Al bullicio estudiantil lo silenciaban el pesar y la cólera. Su rostro sonriente nos acompañaría desde entonces cada vez que imagináramos un país diferente.La sensación de su cuerpo ensangrentado e

inerte, tendido en la vía pública, sería desde entonces la imagen permanente de un país que se niega a condenar ese y tantos crímenes enmarañando la justicia con amparos, sillas de ruedas y camillas, negándose a construir un país próspero para todos.Asesinado joven, se quedó en el imaginario de

muchos con esa sonrisa de esperanza anidada en el rostro. Acribillado cobardemente por la espalda, nos dejó la lección de que la paz y la justicia se construyen de frente.Aún hoy sus asesinos ocultan el rostro y

sus nombres, incapaces de reivindicar ante alguien tan execrable crimen. El nombre de él, en cambio, lo repiten y reclaman muchos levantando su sonrisa como la esperanza necia y constante de quienes hoy, como ayer, ansiamos un país diferente, donde todos los niños tengan alegría y escuela y todos los jóvenes esperanzas y certezas de un futuro mejor.

El presente artículo fue publicado originalmente en Plaza Pública

http://www.plazapublica.com.gt/

20 de octubre de 1978Por Virgilio ÁlVarez aragón

FotograFías de Mauro CalanChina

Por danilo lara

na tarde de diciembre, el joven Tobías—técnico en instalación de circuitos de vigilancia—paseaba en Interfer, dando tiempo a que el tráfico disminuyera y esperando tal vez hallar

productos que fueran de su agrado.“Esto es lo puro real, usté. ¿Ya vio? Nada

de efectos especiales” explicaba emocio-nado el doncito chapudo a cargo de uno de los kioscos. “¿En dónde dice que fue eso?” preguntó Tobías. “Marruecos, mi amigo. Un lugar precioso. Dicen que todo ese lago que se mira está rodeado de unas grandes roconas de sal”.Tobías sintió intriga, “¿quién tomaría el

video, jefe?”. “Fíjese que fueron unos turistas americanos. Andaban paseando en Año Nue-vo cuando lo vieron. Qué impactante: nada más y nada menos que ver a un ángel caer”.En la pantalla, un video de YouTube ex-

hibía a una criatura luminosa descender desde los cielos hasta empotrarse en el lago. La majestuosidad del escenario mediterrá-neo era entonces interrumpida por una se-cuencia de gritos: Look! What is that thing, guys?! I dunno, check it out. It’s falling. Oh my god, it’s falling!! Oh my GOD!!! Tobías pensó que lo del video era un pája-

ro, un pájaro blanco bien grande con unos rayos de luz puestos en post producción. “Plash” dijo el chapudito en tono solemne, mirando a su ángel estrellarse en el lago. El mercader pasó a una modalidad más reflexiva, “imagínese, caballero, qué cosas nos quería advertir esta presencia cuando perdió el control del vuelo”.“No tengo idea” respondió Tobías, “guer-

ras, asesinatos, incesto, gente que se acuesta

DEL ÁNGEL CAÍDO, TODOS QUIEREN HACER AGUA

U

Fotoarte por Alejandro Ramírez

con chuchos. Esas cosas, de plano.“Exacto mi amigo, usted lo ha dicho”. El

comerciante colocó su mano sobre el hom-bro de Tobías y continuó con voz más ín-tima, “mire, yo lo que digo es ¿hasta cuándo se va a arrepentir el ser humano? Póngase a pensar, que la maldad de los hombres es tal que este ángel no pudo siquiera respirar nuestro aire”.“Ay, don, yo no soy nadie para decirle a

un ángel qué hacer. Pero yo que él sí me hubiera puesto un casco. Así como los de astronautas”.De inmediato, el chapudito le acercó a To-

bías un vaso plástico, a medio llenar con lo que parecía ser agua pura.—Lo invito a probar, mi estimado.—¿Y esto qué es?—Ah mire qué milagro. Resulta que

muchos expertos se propusieron encontrar al ángel del video. Llevaron equipo y tec-nología, ¡pero acaso lo encontraron, usté!—Qué lástima. Tantos misterios y enig-

mas se habrían resuel…—Entonces un finquero tejano se emo-

cionó con el video. A los pocos días pidió que le prepararan su viaje para Marruecos y allá, fascinado con el lugar, decidió com-prar el lago.—Púchica, qué lujo.—Claro. Pero, lo más lindo, es que este

buen varón quiso compartir la bendición y comenzó a extraer agua del lago. Ahora vengo yo, y como la bendición hay que multiplicarla, ¿o no, mi amigo?—Por supuesto.—Vengo yo y le comparto la bendición,

con esta agua del mismísimo lago en el que cayó el ángel. Es una maravilla ¿o no?—dijo el colorado con gran júbilo.

—Pues…—Hágase el favor de probarla, mi

hermano. Aquí le tengo las botellitas sueltas a trece cincuenta y los paqu-etones de veinticuatro a doscientos treinta, para que le lleve a su familia. —No tengo familia, don. Vivo solo.Usté, pero yo le siento sabor a Sal-

vavidas.—Ah es que ya lleva un proceso de

purificación química para que pueda envasarse. Eso sí, le garantizo que la bendición de los Cielos sigue allí ad-entro, intacta.—¿Será? Es que como ya uno no sabe

ni qué creer, don…—Ah claro que sí, mi estimado. Es

más, le voy a presentar a una amiga.El microempresario llamó a una exu-

berante edecán de voluminosos rizos castaños. Tras disculparse con un niño, a quien golpeó con las majestuo-sas alas de plumas de cisne e incrusta-ciones de lentejuelas que colgaban de

su ajustado traje, la dama saludó con una sonrisa. Al verla, Tobías recordó que, por gordo, la camisa a veces se le desabotonaba en el área del vientre, que no se lavó los dientes después de almorzar garnachas y otros varios motivos para sentirse inseguro.—Angelita, te presento al joven…—“Tobías”.—Tobías está interesado en adquirir un

paquetón de nuestra agua. Pero quería que tú le contaras tu experiencia.—¿Tú la tomas, Angelita?— preguntó To-

bías, con voz dulce y estúpida.—Yo la tomo siempre. Este cutis que ves se

lo debo a la sangre del ángel caído.—Angelita, contale al amigo Tobías lo que

te pasó en aquella disco—solicitó entusias-mado el señor chapitas.—¡Ay esa vez! Fijate que era Semana Santa

y andábamos en Mazate trabajando con el grupo de baile, cuando la discoteca que amenizábamos se incendió. Qué pesadilla. Una de mis amigas quedó ciega de un ojo y un colega brasileño tuvo quemaduras de tercer grado, debido a todo el aceite que se había aplicado en el pecho.—¿Y a ti no te pasó nada, Angelita?—¡Absolutamente nada! Quedé tal y como

me mirás. Gracias a que tomo esta agua. Definitivamente, fue un milagro del ángel ahogado.Tobías adquirió un paquetón de veinticu-

atro botellas de agua Ángel Caído. Se tomó dos pasando el tráfico y otras tres al día siguiente. Tanto fue elevando su consumo de agua, que a la semana se encontraba de nuevo en Interfer, comprando otros cinco paquetones.Tobías se puso a hacer bici y a correr en

Pasos y Pedales cada domingo. Después co-menzó a involucrarse en actividades asom-brosas como CrossFit, yoga o tai-chi.Un año después, Tobías consumía un pro-

medio de ocho botellas diarias de agua Án-gel Caído y ese era el único tipo de líquido que ingería. Cero frescos, gaseosas o chelas. También empezó a practicar deportes extre-mos incluyendo enduro, parkour, escalada de rocas y paracaidismo. Durante ese tiempo fue asaltado en un semáforo de la Reforma. El ladrón le disparó a quemarropa en la pier-na, y diez días después, Tobías estaba haci-endo triatlón en Pana, como si nada.A los cuatro años de haber tenido su

primer encuentro con el agua Ángel Caído, y convencido de ser indestructible gracias a ella, Tobías tomó la decisión de arrojarse al cráter activo del volcán de Pacayá.La lava lo arrastró hasta las cercanías de

una aldea. Horas más tarde, los bomberos recibieron la alerta de los locales, quienes afirmaron haber hallado el cuerpo sin vida de un hombre de unos treinta años poseed-or de un cutis hermoso. Elección de Saúl Osorio como rector de la Universidad de San Carlos. Aula Magna de la facultad de Ingeniería. 1978 Rumbo al cortejo fúnebre de Oliverio Castañeda de León

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Guatemala, 23 De octubre De 2015 / PáGina 5PáGina 4 / Guatemala, 23 De octubre De 2015

L a mañana era gris, pero en el norte algunos claros anunciaban un mediodía más despejado. El viento era mucho más fresco que en días pasados, pero no se esperaban

lluvias. El ambiente, si bien era tenso por las últimas noticias, mantenía el espíritu festivo que se le venía dando a la actividad desde hacía algunos años.Los grupos de estudiantes se fueron

organizando por facultad. Y como ya era tradición en la nuestra, mujeres jóvenes, pero también mayores, que nunca antes habían participado en actividades políticas públicas estaban junto a jóvenes inquietos que venían haciéndolo desde sus épocas de estudiantes de secundaria. Las voces «queremos a Robin vivo» aún sonaban en nuestros oídos. Las masivas movilizaciones de hacía 14 meses demandando su aparecimiento con vida habían dado como resultado simplemente que no se lo contara como un desaparecido más, sino como un torturado y asesinado por la dictadura militar, que sin mayor control se había impuesto en el país. Oliverio se asomó al bullicioso grupo que ya enfilaba por la sexta avenida. Un abrazo rápido y un adiós agitando la mano fue la imagen que guardamos de aquel momento. Se perdió entre los otros grupos anunciando que no haría el desfile y que tampoco estaría en el mitin final.Pancartas, mantas y adhesivos habían sido

elaborados con alegría y amplia colaboración en los corredores de la facultad. En los intervalos de clase o en períodos libres, los y las estudiantes habían colaborado animadamente en su confección. Por primera vez muchas más mujeres que hombres

desfilarían bajo el lema de la facultad pronunciando palabras que aún ahora, 38 años después, suenan a subversión: justicia, libertad, democracia.La noche anterior, Oliverio había pasado

a saludar a la entusiasta muchachada que festiva elaboraba pancartas y mantas. Que su nombre encabezara la lista de

amenazados de muerte por parte de los grupos paramilitares de la dictadura invitaba a tener todos los cuidados necesarios. Y así, entre bromas, sonrisas y comentarios, la referencia a esa amenaza estuvo presente. Por algunos minutos tomó asiento en una de las bancas del corredor, una próxima a la primera aula a la izquierda

del acceso al edificio, y acomodándose los anteojos comentó lo vistoso que se veían los grandes claveles rojos en los extremos de una manta. Sonó el timbre de regreso a clases. El corredor quedó en silencio, pero con muchos estudiantes dedicados a concluir las pancartas. Y él, sonriente, nos estrechó la mano y nos dijo hasta luego.

Conforme avanzaba la marcha, algunos fuimos retirándonos. Programamos encontrarnos más tarde o al día siguiente en lugares diferentes. El ambiente era tenso. ¡Nadie nos había dicho que mayo llegaría hasta en octubre! Pero ni por asomo imaginábamos la cauda de dolor y rabia que luego nos invadiría.Recién llegados a casa, los teléfonos

comenzaron a sonar. Voces llorosas y angustiadas nos anunciaban su reciente asesinato. La tarde gris se había teñido de rojo. Las sonrisas se habían transformado en lágrimas. Al bullicio estudiantil lo silenciaban el pesar y la cólera. Su rostro sonriente nos acompañaría desde entonces cada vez que imagináramos un país diferente.La sensación de su cuerpo ensangrentado e

inerte, tendido en la vía pública, sería desde entonces la imagen permanente de un país que se niega a condenar ese y tantos crímenes enmarañando la justicia con amparos, sillas de ruedas y camillas, negándose a construir un país próspero para todos.Asesinado joven, se quedó en el imaginario de

muchos con esa sonrisa de esperanza anidada en el rostro. Acribillado cobardemente por la espalda, nos dejó la lección de que la paz y la justicia se construyen de frente.Aún hoy sus asesinos ocultan el rostro y

sus nombres, incapaces de reivindicar ante alguien tan execrable crimen. El nombre de él, en cambio, lo repiten y reclaman muchos levantando su sonrisa como la esperanza necia y constante de quienes hoy, como ayer, ansiamos un país diferente, donde todos los niños tengan alegría y escuela y todos los jóvenes esperanzas y certezas de un futuro mejor.

El presente artículo fue publicado originalmente en Plaza Pública

http://www.plazapublica.com.gt/

20 de octubre de 1978Por Virgilio ÁlVarez aragón

FotograFías de Mauro CalanChina

Por danilo lara

na tarde de diciembre, el joven Tobías—técnico en instalación de circuitos de vigilancia—paseaba en Interfer, dando tiempo a que el tráfico disminuyera y esperando tal vez hallar

productos que fueran de su agrado.“Esto es lo puro real, usté. ¿Ya vio? Nada

de efectos especiales” explicaba emocio-nado el doncito chapudo a cargo de uno de los kioscos. “¿En dónde dice que fue eso?” preguntó Tobías. “Marruecos, mi amigo. Un lugar precioso. Dicen que todo ese lago que se mira está rodeado de unas grandes roconas de sal”.Tobías sintió intriga, “¿quién tomaría el

video, jefe?”. “Fíjese que fueron unos turistas americanos. Andaban paseando en Año Nue-vo cuando lo vieron. Qué impactante: nada más y nada menos que ver a un ángel caer”.En la pantalla, un video de YouTube ex-

hibía a una criatura luminosa descender desde los cielos hasta empotrarse en el lago. La majestuosidad del escenario mediterrá-neo era entonces interrumpida por una se-cuencia de gritos: Look! What is that thing, guys?! I dunno, check it out. It’s falling. Oh my god, it’s falling!! Oh my GOD!!! Tobías pensó que lo del video era un pája-

ro, un pájaro blanco bien grande con unos rayos de luz puestos en post producción. “Plash” dijo el chapudito en tono solemne, mirando a su ángel estrellarse en el lago. El mercader pasó a una modalidad más reflexiva, “imagínese, caballero, qué cosas nos quería advertir esta presencia cuando perdió el control del vuelo”.“No tengo idea” respondió Tobías, “guer-

ras, asesinatos, incesto, gente que se acuesta

DEL ÁNGEL CAÍDO, TODOS QUIEREN HACER AGUA

U

Fotoarte por Alejandro Ramírez

con chuchos. Esas cosas, de plano.“Exacto mi amigo, usted lo ha dicho”. El

comerciante colocó su mano sobre el hom-bro de Tobías y continuó con voz más ín-tima, “mire, yo lo que digo es ¿hasta cuándo se va a arrepentir el ser humano? Póngase a pensar, que la maldad de los hombres es tal que este ángel no pudo siquiera respirar nuestro aire”.“Ay, don, yo no soy nadie para decirle a

un ángel qué hacer. Pero yo que él sí me hubiera puesto un casco. Así como los de astronautas”.De inmediato, el chapudito le acercó a To-

bías un vaso plástico, a medio llenar con lo que parecía ser agua pura.—Lo invito a probar, mi estimado.—¿Y esto qué es?—Ah mire qué milagro. Resulta que

muchos expertos se propusieron encontrar al ángel del video. Llevaron equipo y tec-nología, ¡pero acaso lo encontraron, usté!—Qué lástima. Tantos misterios y enig-

mas se habrían resuel…—Entonces un finquero tejano se emo-

cionó con el video. A los pocos días pidió que le prepararan su viaje para Marruecos y allá, fascinado con el lugar, decidió com-prar el lago.—Púchica, qué lujo.—Claro. Pero, lo más lindo, es que este

buen varón quiso compartir la bendición y comenzó a extraer agua del lago. Ahora vengo yo, y como la bendición hay que multiplicarla, ¿o no, mi amigo?—Por supuesto.—Vengo yo y le comparto la bendición,

con esta agua del mismísimo lago en el que cayó el ángel. Es una maravilla ¿o no?—dijo el colorado con gran júbilo.

—Pues…—Hágase el favor de probarla, mi

hermano. Aquí le tengo las botellitas sueltas a trece cincuenta y los paqu-etones de veinticuatro a doscientos treinta, para que le lleve a su familia. —No tengo familia, don. Vivo solo.Usté, pero yo le siento sabor a Sal-

vavidas.—Ah es que ya lleva un proceso de

purificación química para que pueda envasarse. Eso sí, le garantizo que la bendición de los Cielos sigue allí ad-entro, intacta.—¿Será? Es que como ya uno no sabe

ni qué creer, don…—Ah claro que sí, mi estimado. Es

más, le voy a presentar a una amiga.El microempresario llamó a una exu-

berante edecán de voluminosos rizos castaños. Tras disculparse con un niño, a quien golpeó con las majestuo-sas alas de plumas de cisne e incrusta-ciones de lentejuelas que colgaban de

su ajustado traje, la dama saludó con una sonrisa. Al verla, Tobías recordó que, por gordo, la camisa a veces se le desabotonaba en el área del vientre, que no se lavó los dientes después de almorzar garnachas y otros varios motivos para sentirse inseguro.—Angelita, te presento al joven…—“Tobías”.—Tobías está interesado en adquirir un

paquetón de nuestra agua. Pero quería que tú le contaras tu experiencia.—¿Tú la tomas, Angelita?— preguntó To-

bías, con voz dulce y estúpida.—Yo la tomo siempre. Este cutis que ves se

lo debo a la sangre del ángel caído.—Angelita, contale al amigo Tobías lo que

te pasó en aquella disco—solicitó entusias-mado el señor chapitas.—¡Ay esa vez! Fijate que era Semana Santa

y andábamos en Mazate trabajando con el grupo de baile, cuando la discoteca que amenizábamos se incendió. Qué pesadilla. Una de mis amigas quedó ciega de un ojo y un colega brasileño tuvo quemaduras de tercer grado, debido a todo el aceite que se había aplicado en el pecho.—¿Y a ti no te pasó nada, Angelita?—¡Absolutamente nada! Quedé tal y como

me mirás. Gracias a que tomo esta agua. Definitivamente, fue un milagro del ángel ahogado.Tobías adquirió un paquetón de veinticu-

atro botellas de agua Ángel Caído. Se tomó dos pasando el tráfico y otras tres al día siguiente. Tanto fue elevando su consumo de agua, que a la semana se encontraba de nuevo en Interfer, comprando otros cinco paquetones.Tobías se puso a hacer bici y a correr en

Pasos y Pedales cada domingo. Después co-menzó a involucrarse en actividades asom-brosas como CrossFit, yoga o tai-chi.Un año después, Tobías consumía un pro-

medio de ocho botellas diarias de agua Án-gel Caído y ese era el único tipo de líquido que ingería. Cero frescos, gaseosas o chelas. También empezó a practicar deportes extre-mos incluyendo enduro, parkour, escalada de rocas y paracaidismo. Durante ese tiempo fue asaltado en un semáforo de la Reforma. El ladrón le disparó a quemarropa en la pier-na, y diez días después, Tobías estaba haci-endo triatlón en Pana, como si nada.A los cuatro años de haber tenido su

primer encuentro con el agua Ángel Caído, y convencido de ser indestructible gracias a ella, Tobías tomó la decisión de arrojarse al cráter activo del volcán de Pacayá.La lava lo arrastró hasta las cercanías de

una aldea. Horas más tarde, los bomberos recibieron la alerta de los locales, quienes afirmaron haber hallado el cuerpo sin vida de un hombre de unos treinta años poseed-or de un cutis hermoso. Elección de Saúl Osorio como rector de la Universidad de San Carlos. Aula Magna de la facultad de Ingeniería. 1978 Rumbo al cortejo fúnebre de Oliverio Castañeda de León

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Foto La Hora: aP

Ernesto ‘Che’ Guevara, en el centro, habla con Fidel Castro (derecha) y otro combatiente en Sierra Maestra, Cuba.

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Histórica carta de despedida del cHe a Fidel

por ricardo rosales román\ carlos Gonzáles \

a hazaña emancipadora ini-ciada por la Generación del Centenario encabezada por el entonces joven abogado Fidel Castro Ruz y con la que con-tinúa y se retoma la lucha del pueblo cubano por su real y

verdadera emancipación e independencia iniciada por Céspedes, Maceo y Martí, arranca con el Asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, prosigue con el des-embarco del Granma, el 2 de diciembre de 1956, y culmina exitosamente con el derro-camiento del tirano Fulgencio Batista y el triunfo victorioso de la lucha guerrillera el 1 de enero de 1959.Entre el 26 de julio de 1953 y el 1 de enero de 1959 transcurrieron cinco años, cinco meses y cinco días. Son estos datos y cifras casuales y coincidentes como casuales y coincidentes son las que recuerda el Co-mandante Arsenio García Dávila uno de los cinco expedicionarios del Granma que aún están vivos y han tenido la feliz dicha y oportunidad de contar lo que han vivido, por lo que han luchado y siguen luchando, y lo que aspiran y anhelan para Cuba, su pueblo y la Revolución.El Comandante García Dávila recuerda que “de los 82 expedicionarios del Yate Granma, 21 habían participado en las ac-ciones del 26 de julio de 1953; 21 lograron subir a las montañas luego del desembarco; y, también, 21 murieron en los días del 5 al 15 de diciembre de 1956, poco después de la sorpresa de Alegría de Pío”. El Co-mandante García Dávila tiene, según lo testimonia, el privilegio de “estar entre los cinco que quedamos vivos de los 21 del Granma que pudimos subir a las montañas para reiniciar la lucha contra la dictadu-ra de Batista”. Los otros cuatro son Fidel, Raúl, Ramiro e Ifigenio.El Che es uno de los 21 que lograron su-bir a las montañas luego del desembarco y a quienes corresponde el honor y la gloria de, como lo dice el Comandante García Dávila, “reiniciar la lucha contra la dicta-dura de Batista”. Años antes, después de su estancia en nuestro país, Ernesto Guevara de la Serna había entrado ya en contacto en México con los revolucionarios cubanos y es a partir de ese momento que todo lo

L

El domingo 3 de octubre de 1965 tuvo lugar un acto de especial trascendencia para el pueblo cubano y su Revolución. Hace cin-cuenta años, en el entonces Teatro Chaplin, hoy conocido como Carlos Marx, el líder histórico y guía de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, propuso y se adoptó el nombre oficial de la organización política de vanguardia del pueblo de Cuba que, a partir de aquel momento, se denominó Partido Comunista de Cuba; procedió a la presentación de su Comité Central y anunció el surgimiento de su órgano oficial, Granma. Además, dio a cono-cer la Carta de despedida del Che.

que hace y escribe, piensa y proyecta, tie-ne un solo objetivo: contribuir al triunfo de la lucha guerrillera en Cuba y llegado el triunfo y tomado el poder político, tra-baja incansablemente y con tenaz dedica-ción, capacidad y entrega para consolidar y hacer avanzar y profundizar la Revolución socialista en Cuba. Llegó a ocupar altos puestos de dirección en la gestión del Es-tado Revolucionario y no regateó un solo minuto de su tiempo a las importantísimas tareas que le fueron confiadas.A partir del momento en que dejó de apa-recer públicamente, en Occidente se em-pezó a especular, a conjeturar y a inventar mentiras y patrañas acerca de qué habría pasado con el Che. Nada de lo que entonces se dijo resultó siendo cierto. Ernesto Gue-vara de la Serna había tomado la decisión de partir a otras tierras del mundo y dar su contribución solidaria e internacionalista a favor de la emancipación e independencia de los pueblos y países de África en donde después se supo que había estado. Tiempo después habría de empezar a te-nerse noticias de su posible estadía en Bo-livia, como en efecto resultó siendo cierto.Es en tierras bolivianas en donde, en me-dio de enormes dificultades, obstáculos e incomprensiones, logra el Che organizar y dirigir una fuerza guerrillera de cuya his-toria, hazañas y duras y difíciles pruebas es mucho lo que ahora ya se conoce y mucho lo que queda por escribir. El testimonio de lo que en Bolivia fue el esfuerzo principal encabezado por El Che está minuciosa y rigurosamente registrado y anotado en su Diario y en cada una de sus páginas puede encontrarse la tenacidad y empeño con que los hombres del Che fueron cumpliendo las tareas a cada uno de ellos asignadas, los avances y reveses recibidos y, por sobre todo, esa convicción de vencer, enfrentar y superar las más difíciles y duras pruebas. Al Che le duele como al que más cada golpe y revés de que se entera y a los que él, tam-bién, tiene que enfrentar y tratar de salir adelante como muchas veces lo logró, gra-cias a su capacidad, experiencia, audacia, iniciativa y tenacidad.En la Quebrada del Yuro es herido y captu-rado y en una escuelita de La Higuera sus verdugos creyeron quitar la vida a uno de

los más probados, firmes y decididos com-batientes revolucionarios, internacionalis-tas y antiimperialistas de nuestro tiempo. Aquel 9 de octubre de 1967 el Che no mo-ría, renacía para estar en todas partes y vi-vir para siempre y por siempre.La carta que dio a conocer Fidel hace cin-cuenta años es uno de los testimonios más valiosos del Che. En ella queda consignada su vocación de combatiente revolucionario e internacionalista y con inigualable camara-dería y sinceridad de un probado combatien-te le expresa a su Comandante en Jefe todo lo que piensa de él, su alta estimación y admi-ración, lo que significa haber sido adoptado por ese su tan querido y admirado pueblo, lo que de él se lleva y lo que de él deja.A ese respecto, en un fragmento del Pane-gírico sobre El Che y que está al final de la ilustración con el texto completo de aque-lla histórica carta de despedida, Fidel dice “nos duele que se haya perdido como hom-bre de acción, nos duele lo que se ha perdi-do como hombre de exquisita sensibilidad humana y nos duele la inteligencia que se ha perdido. Nos duele pensar que tenía solo 39 años en el momento de su muer-te, nos duele pensar cuantos frutos de esa inteligencia y de esa experiencia que se de-sarrollaba cada vez más, hemos perdido la oportunidad de percibir... Desde el punto de vista revolucionario, desde el punto de vista de nuestro pueblo, ¿cómo podemos mirar nosotros el ejemplo del Che? ¿Aca-so pensamos que le hemos perdido? Cierto es que no volveremos a ver nuevos escri-tos, cierto es que no volveremos a escuchar de nuevo su voz. Pero el Che le ha dejado al mundo su patrimonio, un gran patri-monio, nosotros que le conocimos tan de cerca podemos ser en grado considerable herederos suyos... Che era un insuperable soldado, Che era un insuperable jefe, Che era desde el punto de vista militar un hom-bre extraordinariamente capaz. Si como

guerrillero tenía un talón de Aquiles ese era su excesiva agresividad, era su absolu-to desprecio al peligro... Si queremos ex-presar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir: ¡QUEREMOS QUE SEAN COMO EL CHE!”.Aquélla histórica y aleccionadora car-ta dada a conocer hace cincuenta años es el más alto testimonio de quien, como lo exigía José Martí, estuvo siempre del lado del deber. Es por ello y por mucho más que vale la pena transcribir, una a una, las 594 palabras del texto que en cuidadosos y pre-cisos términos traza la voluntad y decisión

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Ernesto ‘Che’ Guevara, en el centro, habla con Fidel Castro (derecha) y otro combatiente en Sierra Maestra, Cuba.

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Histórica carta de despedida del cHe a Fidel

orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe.Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identifica-do con tu manera de pensar y de ver y apre-ciar los peligros y los principios.Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos.Sépase que lo hago con una mezcla de ale-gría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y espe-cialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en don-dequiera que me pare sentiré la responsabi-lidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse.Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innece-sarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborro-nar cuartillas.Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte!Te abraza con todo fervor revolucionario,

Che.

Lo hasta aquí escrito y transcrito es uno de los tantos y ricos pasajes de la ilustrativa y valiosa historia de la Revolución Cubana, esa historia que, como se dijo este martes 13 de octubre en el Palacio de Las Convencio-nes de La Habana durante la inauguración del simposio internacional La Revolución Cubana, Génesis y Desarrollo Histórico, “ha sido eminentemente estudiantil, obre-ra, campesina y juvenil”. El Che, es uno de sus protagonistas y forjadores.Se dijo, además, que “A veces solo cono-cemos una pequeña parte de nuestra his-toria, que está hecha, pero no totalmente escrita. Hay que oír todas las partes y hacer nuestra propia versión. Con falta de infor-mación o solo una versión de los sucesos, no se pueden reconstruir o reescribir los acontecimientos históricos con el análisis objetivo necesario para interpretarla”.

de quien fue y seguirá siendo por siempre el Che, el Héroe de La Higuera. La carta transcrita textualmente dice:

Fidel:

Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Anto-nia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos.Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posi-bilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es ver-dadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria.Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cu-bana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío.Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Mi-nistro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pue-den romper como los nombramientos.Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honra-dez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario.Mi única falta de alguna gravedad es no ha-ber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario.He vivido días magníficos y sentí a tu lado el

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Fotografía de Ameno Córdova

Como parte de las acti-vidades previas al lan-zamiento del taller de artes en libro, repara-ción y restauración de libros; se realizarán una serie de talleres en dife-rentes técnicas durante octubre, noviembre y diciembre.

Técnica: Puntada larga o de ojal. Esta técnica brindará los conoci-mientos básicos para desarrollar una encua-dernación libre de pe-gamento o aditivos en el lomo. También aprende-rás sobre las estructuras del libro y costuras de-corativas.

Materiales: Para cubier-tas usaremos: cuero de cerdo, telas preparadas para encuadernación, papel reciclado de al-godón; café y grama.

Para los cierres: Cuero de res y cierres metáli-cos o magnéticos. Hilos, goma, plegaderas* car-tón, papel bond crema. Folleto con fotos para practicar en casa.

Contamos con herra-mientas de encuader-nación y materiales que cumplen con criterios de conservación

Costo: Q200.00Cupo: 15 personas

¿Quiénes pueden asis-tir? Cualquier niño ma-yor 10 y menor 100

¿Necesito conocimien-tos previos? No, el taller es para principiantes e intermediosReservaciones: imagenes.t ransf ig [email protected] Teléfono: 59792005

Taller de encuadernación “punTada larga”