cultura 12 de marzo de 2011

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MAR DEL PLATA DOMINGO 13 DE MARZO DE 2011 IDA Y VUELTA: [email protected] 1 ¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? 1) Me molesta muchísimo el uso exagerado de la conjunción copulativa “y”, como recurso narrativo. En el último libro que he leído “Patente de corso”, de Pérez- Reverte, el periodista subli- mado a genio insiste y machaca con la “y”, pa- ra dar al relato clima, misterio; suprimiendo al- gunas comas, entonces, la conjunción pierde su valor. También he sufrido horrores con los paupérrimos guiones del argentino Enrique Pi- ñeyro, por reiterativos y de escasísimo nivel. Basta con ver sus filmes. Las 8 preguntas para Eddy Cachela (*) (*) Eddy Cachela es pianista, autor de nueve discos independientes y escritor. Tiene escritas dos novelas: “El desgastante trajín del cojín” y “Las alas de las polillas son de oro”. También posee un ensayo en corrección, que tituló “Un año con un loco-insectofilia”. Es, además, pintor y guionista. Se define como “un artista con cientos de aristas”. E n el libro de cuentos ‘Rock barrial’, el escritor Juan Die- go Incardona vuelve a plas- mar su imaginario y viven- cias de niño y adolescente en el mítico universo de Villa Celi- na, popular barrio de La Matanza, donde se hacen presentes el campi- to, los amores, amigos, vecinos y obreros, al compás de canciones inolvidables. El autor comenzó a abordar la im- pronta barrial en el compilado de cuentos ‘Villa Celina’ y siguió con la novela ‘El Campito’ -un relato aluci- nado que se sumerge en el conurba- no de la mano del imaginario pero- nista-, saga que agrega su vertiente más rockera en el flamante libro edi- tado por Mondadori. ‘‘Cuando cerraron las fábricas y los oficiales torneros se suicidaron en masa, los hijos, tirados abajo del sol fumando una vela, dos velas, tres velas, nos recluimos en las esquinas para tocar nuestras primeras cancio- nes acompañados por guitarras criollas y armónicas (...) hasta que nadie quiso escuchar otra cosa que no fuera rock’’, arrancan las prime- ras ‘estrofas’ de este libro. El ‘Pity’ de Viejas Locas y algún es- píritu embrionario de Callejeros - bandas oriundas de Villa Celina que el autor conoció- aparecen en estos relatos, pero también el peronismo, como trama que atraviesa el destino del municipio más grande del país, con una población que supera los tres millones de habitantes. MITOLOGIA BARRIAL En un reportaje, Incardona reco- noce a Alejandro Dolina como una influencia juvenil por ‘‘esa mitolo- gía barrial que él armaba en torno a Flores’’. ‘‘Yo me sentía identificado con respecto a lo que pasaba en Villa Celina, que de noche es un lugar de luz, rodeado de oscuridad, con mu- chas casas bajas, de farol y potrero’’, contó. También reconoce como in- fluencias más adultas a Roberto Arlt, Leopoldo Marechal y Mark Twain, este último al comparar el Río Ma- tanza con una ‘‘especie de Mississipi contaminado, porque me recuerdo jugando con mis amigos en la orilla y me siento un poco Tom Sawyer’’. -¿Cómo nace ‘Rock barrial’? -Todo nace con el libro ‘Villa Celi- na’, donde surge una matriz de dis- tintos temas que se ubican geográfi- camente en La Matanza, donde yo viví muchos años. Me interesó fic- cionalizar la cultura popular de La Matanza, porque ahí predominan el rock, el peronismo, el trabajo, la desocupación, la religiosidad popu- lar y el fútbol. En los años noventa, en Celina comenzaron a surgir las primeras bandas de rock barrial, había una cultura rockera muy fuerte, pero también de recuperar el folclore de los grupitos de chicos juntándose en las esquinas a tomar cerveza y a rockear. -Pero en muchas zonas del co- nurbano, la banda de sonido es la cumbia... -La cumbia surge fuerte en el se- gundo gobierno de Carlos Menem, pero en el primero, en mi barrio, to- do era rock: Viejas Locas, Río Verde, La Renga, que llegaba de Mataderos, los Piojos desde El Palomar. Era una forma de expresión muy fuerte. ROCK DE RESISTENCIA -¿Cómo pensás que surge el fe- nómeno del rock barrial? -Para mí, surge con la cultura de la esquina que ya la había tomado el tango, pero también con el cierre de instituciones que contenían a los vecinos -la unidad básica, el club so- cial, la parroquia- y esos chicos van a parar a la esquina. Mientras sus pa- dres se van quedando sin trabajo, las instituciones se cierran y crece la droga y la violencia. El rock barrial fue una resistencia al cierre de las fábricas y la desocupa- ción. En esa época hubo muchos obreros que quedaron desocupados que se encerraron en sus casas, se de- primieron o se suicidaron. Y estas bandas las arman los hijos de los obreros expulsados del sistema. Pero además, nosotros habíamos perdidos los valores políticos de la generación de los setenta y del prin- cipio de la democracia, mis amigos no militaban en partidos políticos, se entraba a la unidad básica porque cumplía una función social, era co- mo entrar y salir del club, porque el peronismo siempre cumplió esa función social y mucho más en La Matanza. -¿Y la música cómo llega a uste- des en esas esquinas? -Los pibes nos conteníamos entre nosotros y siempre había una guita- rra cerca y un hermano mayor que pasaba canciones de Pappo‘s Blues, Vox Dei, Manal y Charly García. Así todos empezamos a armar nuestras primeras canciones que, tal vez por escribirse en la esquina, reflejan esa temática, el barrio o el mundo que te rodea, como ‘Voy a bailar a la Nave del Olvido’ de La Renga, que habla de la avenida Peri- to Moreno y de los techos de Pom- peya. -¿El rock es una herramienta en tu literatura? -Es imposible no meter el rock, crecimos escuchando mucho rock. Por eso ves que no hay cuentos del interior de una casa, todo es del afue- ra, de respirar el barrio. Hay una edu- cación que te da la comunidad por- que muchas cosas sobre la vida las aprendí gracias a los vecinos y a mis amigos del barrioJUAN DIEGO INCARDONA PRESENT A ‘ROCK BARRIAL ’, UN LIBRO CON IMPRONT A CALLEJERA Sentimiento de suburbio El escritor, luego de la novela ‘El Campito’, vuelve a plasmar las vivencias de su infancia en Villa Celina, en donde un estilo de música marcaba una forma de llevar la vida. Juan Diego Incardona.

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cultura 12 de marzo de 2011

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Page 1: cultura 12 de marzo de 2011

■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 13 DE MARZO DE 2011 IDA Y VUELTA: [email protected]

1¿Qué error le molesta más advertir enun texto literario y cuál es el últimoque halló en el libro que está leyendo

o que acaba de leer?1) Me molesta muchísimo el uso exagerado

de la conjunción copulativa “y”, como recursonarrativo.

En el último libro que he leído “Patente de

corso”, de Pérez- Reverte, el periodista subli-mado a genio insiste y machaca con la “y”, pa-ra dar al relato clima, misterio; suprimiendo al-gunas comas, entonces, la conjunción pierdesu valor. También he sufrido horrores con lospaupérrimos guiones del argentino Enrique Pi-ñeyro, por reiterativos y de escasísimo nivel.Basta con ver sus filmes.

Las 8 preguntas para Eddy Cachela (*)

(*) Eddy Cachela es pianista, autor de nueve discosindependientes y escritor. Tiene escritas dos novelas:

“El desgastante trajín del cojín” y “Las alas de las polillasson de oro”. También posee un ensayo en corrección,

que tituló “Un año con un loco-insectofilia”. Es, además,pintor y guionista. Se define como “un artista con

cientos de aristas”.

En el libro de cuentos ‘Rockbarrial’, el escritor Juan Die-go Incardona vuelve a plas-mar su imaginario y viven-cias de niño y adolescente

en el mítico universo de Villa Celi-na, popular barrio de La Matanza,donde se hacen presentes el campi-to, los amores, amigos, vecinos yobreros, al compás de cancionesinolvidables.

El autor comenzó a abordar la im-pronta barrial en el compilado decuentos ‘Villa Celina’ y siguió con lanovela ‘El Campito’ -un relato aluci-nado que se sumerge en el conurba-no de la mano del imaginario pero-nista-, saga que agrega su vertientemás rockera en el flamante libro edi-tado por Mondadori.

‘‘Cuando cerraron las fábricas ylos oficiales torneros se suicidaronen masa, los hijos, tirados abajo delsol fumando una vela, dos velas, tresvelas, nos recluimos en las esquinaspara tocar nuestras primeras cancio-nes acompañados por guitarrascriollas y armónicas (...) hasta quenadie quiso escuchar otra cosa queno fuera rock’’, arrancan las prime-ras ‘estrofas’ de este libro.

El ‘Pity’ de Viejas Locas y algún es-píritu embrionario de Callejeros -bandas oriundas de Villa Celina queel autor conoció- aparecen en estosrelatos, pero también el peronismo,como trama que atraviesa el destinodel municipio más grande del país,con una población que supera lostres millones de habitantes.

MITOLOGIA BARRIALEn un reportaje, Incardona reco-

noce a Alejandro Dolina como unainfluencia juvenil por ‘‘esa mitolo-gía barrial que él armaba en torno aFlores’’. ‘‘Yo me sentía identificadocon respecto a lo que pasaba en Villa

Celina, que de noche es un lugar deluz, rodeado de oscuridad, con mu-chas casas bajas, de farol y potrero’’,contó.

También reconoce como in-fluencias más adultas a Roberto Arlt,Leopoldo Marechal y Mark Twain,este último al comparar el Río Ma-tanza con una ‘‘especie de Mississipicontaminado, porque me recuerdojugando con mis amigos en la orillay me siento un poco Tom Sawyer’’.

-¿Cómo nace ‘Rock barrial’? -Todo nace con el libro ‘Villa Celi-

na’, donde surge una matriz de dis-tintos temas que se ubican geográfi-camente en La Matanza, donde yoviví muchos años. Me interesó fic-cionalizar la cultura popular de LaMatanza, porque ahí predominanel rock, el peronismo, el trabajo, ladesocupación, la religiosidad popu-

lar y el fútbol.En los años noventa, en Celina

comenzaron a surgir las primerasbandas de rock barrial, había unacultura rockera muy fuerte, perotambién de recuperar el folclore delos grupitos de chicos juntándoseen las esquinas a tomar cerveza y arockear.

-Pero en muchas zonas del co-nurbano, la banda de sonido es lacumbia...

-La cumbia surge fuerte en el se-gundo gobierno de Carlos Menem,pero en el primero, en mi barrio, to-do era rock: Viejas Locas, Río Verde,La Renga, que llegaba de Mataderos,los Piojos desde El Palomar. Era unaforma de expresión muy fuerte.

ROCK DE RESISTENCIA-¿Cómo pensás que surge el fe-

nómeno del rock barrial? -Para mí, surge con la cultura de la

esquina que ya la había tomado eltango, pero también con el cierre deinstituciones que contenían a losvecinos -la unidad básica, el club so-cial, la parroquia- y esos chicos van aparar a la esquina. Mientras sus pa-dres se van quedando sin trabajo, lasinstituciones se cierran y crece ladroga y la violencia.

El rock barrial fue una resistenciaal cierre de las fábricas y la desocupa-ción. En esa época hubo muchosobreros que quedaron desocupadosque se encerraron en sus casas, se de-primieron o se suicidaron. Y estasbandas las arman los hijos de losobreros expulsados del sistema.

Pero además, nosotros habíamosperdidos los valores políticos de lageneración de los setenta y del prin-

cipio de la democracia, mis amigosno militaban en partidos políticos,se entraba a la unidad básica porquecumplía una función social, era co-mo entrar y salir del club, porque elperonismo siempre cumplió esafunción social y mucho más en LaMatanza.

-¿Y la música cómo llega a uste-des en esas esquinas?

-Los pibes nos conteníamos entrenosotros y siempre había una guita-rra cerca y un hermano mayor quepasaba canciones de Pappo‘s Blues,Vox Dei, Manal y Charly García.

Así todos empezamos a armarnuestras primeras canciones que,tal vez por escribirse en la esquina,reflejan esa temática, el barrio o elmundo que te rodea, como ‘Voy abailar a la Nave del Olvido’ de LaRenga, que habla de la avenida Peri-to Moreno y de los techos de Pom-peya.

-¿El rock es una herramienta entu literatura?

-Es imposible no meter el rock,crecimos escuchando mucho rock.Por eso ves que no hay cuentos delinterior de una casa, todo es del afue-ra, de respirar el barrio. Hay una edu-cación que te da la comunidad por-que muchas cosas sobre la vida lasaprendí gracias a los vecinos y a misamigos del barrio■

JUAN DIEGO INCARDONA PRESENTA ‘ROCK BARRIAL’, UN LIBRO CON IMPRONTA CALLEJERA

Sentimiento de suburbioEl escritor, luego de lanovela ‘El Campito’,vuelve a plasmar lasvivencias de suinfancia en Villa Celina,en donde un estilo demúsica marcaba unaforma de llevar la vida.

Juan Diego Incardona.

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Escrito por Ana María Ordoñez,“Cincuenta años de vida, cien añosde historia” es el libro que se pre-sentará el próximo 18 de marzo alas 19 en el salón del Colegio deMartilleros y Corredores Públicosdel Departamento Judicial Mar delPlata (Bolívar 2958).

El libro refleja la actividad demartilleros y corredores en la ciu-dad y la zona, al tiempo que dacuenta de la historia de la institu-ción que los agrupó, el Colegio deMartilleros y Corredores Públicosdel Departamento Judicial Mar del

Plata que, desde 1960, vela por elejercicio de la actividad y acompa-ña el desarrollo de la ciudad.

Se rememoran hechos, aconteci-mientos y anécdotas desde la fun-dación de su antecesor en 1939: elCentro de Martilleros de Mar delPlata, con amplia información queincluye también el pasado inmedia-to institucional y el accionar de susactores en la vida de la comunidad.

Situaciones y personajes son re-cordados, particularmente los pio-neros de la actividad, como lo fueVictorio Tetamanti (fundador de

este diario), Luis F. Torrichelli,Humberto Besozzi, Victorio Gon-zález Barroso, Luis F. Muro, MiguelAngel Bafunti, Héctor Tarantino,Diogra E. Siris, Víctor Verón, AngelH. Bartolucci, Antonio Valentini,Pedro Over Díaz y otros.

Ordoñez nació en Mar del Plata.Ingresó al Centro de Martilleros dela ciudad en 1960. Participó en lacreación y organización del Cole-gio de Martilleros y Corredores Pú-blicos, institución donde despuésde recorrer distintos cargos ocupóla Gerencia hasta el año 1998 ■

2 C U L T U R A Domingo 13•3•2011

Las 8 preguntas para Eddy Cachela

2¿Qué situación de su vida cotidiana encontró refle-jada con sorpresiva exactitud en un libro, una pelí-

cula, una canción o cualquier otra obra de arte? 2) En un libro, me inserto en “La vida en los pliegues” de

Henri Michaux, particularmente en el cuento, “Circulandoen mi cuerpo”, en el cual el autor siendo breve, da un magní-

fico enfoque de cómo el miedo va paralizando los miembros,para llegar luego a los sentidos. Yo tuve ese miedo en el proce-so del ‘76. En el cine, he sido Gary Grimes, el “voyeur” que es-pía a la viuda joven que encarnó la divina Jennifer O’Neill en“Verano del 42”, de Robert Mulligan. Claramente, en la can-ción , soy “Imagine” de Lennon, por mi creencia de poder en-

contrar el mundo perfecto. Con respecto a la pintura, aun-que no logro hallarme en el paño de la izquierda (el paraíso),conseguí lugares en el tríptico del “Jardín de las delicias delBosco”: Vivo en una burbuja en el panel de la lujuria y soy al-guno de los instrumentos destrozados en el infierno, en el aladerecha de la obra.

El fin ¿el fin?Por Sebastián Chilano

sebastianchilano.blogspot.com

El ministro de Economía les pidió que bajaran de la ca-mioneta:

–No quiero presionarlos –dijo–, quiero que viajen a Mardel Plata, que piensen bien en mi oferta. Que piensen siquieren algo más. Si quieren ser parte del gobierno. Lo queles parezca lo podemos discutir, planificar y programar conel debido recelo y, desde ahora, confianza entre nosotros.

–Pero vinimos en auto –dijo René Conforti mirando lasluces nocturnas de la villa 31–. No necesitamos tomar unmicro para volver.

–Eso no importa –dijo Márquez y lo empujó para que ba-jara.

La puerta de la camioneta se cerró.–¿Y ahora? –preguntó René Conforti.–Pueden pasar dos cosas: que en el camino haya gente es-

perando para matarnos, o que lleguemos vivos a la termi-nal.

La camioneta se fue y los dos empezaron a caminar rum-bo a la lejana (no eran más de dos cuadras) terminal. Las vo-ces de la villa 31, los colectivos que pasaban, la gente en laoscuridad de las casas, todos los llenó de miedo y de prejui-cio.

–Nos van a matar –dijo René Conforti.–Calláte.–Nos van a matar, te digo.Al subir a la zona de los puentes, transcurrir el camino del

puente 1 y llegar al hall de Retiro los dos se sintieron tran-quilos.

–Es muy tarde para ir a buscar el subte –dijo René Confor-ti.

–Podemos tomar un taxi, ir a la cochera y agarrar el auto.–Yo en auto no vuelvo, prefiero dejarlo y venir a buscarlo

en una semana –dijo René Conforti–. ¿Mirá si le pusieronuna bomba? O algo peor.

–No seas paranoico –dijo Márquez–. Vení, vamos a tomarun café y a pensar un poco.

Caminaron hasta uno de los café y se sentaron. Pidieronun café y, aunque lo normal hubiese sido que protestaranpor el valor exagerado del café, ninguno de los dos estabapreocupado por eso.

–¿Qué hacemos? –preguntó René Conforti cuando le sir-vieron el café, que además estaba frío.

–¿Qué hacemos con qué?–Con la propuesta, Márquez, con la propuesta del minis-

tro.–Dejame pensar un poco.Hombres y mujeres desfilaron a su alrededor sin que lo

notaran. Mujeres cargando bolsos, mujeres arrastrando va-lijas con rueditas. Pasó una mujer y les barrió hasta los pies.Dos chicos con remeras rotas les pidieron monedas. Unamujer mayor les preguntó qué colectivo podía tomar parallegar a Villa Crespo. La realidad desfiló alrededor de ellos,pero ninguno de los dos podía verlos.

–Tenemos dos opciones –le dijo al fin Márquez a RenéConforti–. O aceptamos el soborno del ministro de econo-mía y vivimos como reyes, yo en el campo con una enormehuerta orgánica y una legión de gatos negros, y vos dónde ycómo quieras, o le decimos que no al ministro y hacemos ladenuncia en el diario, para que figure con titulares enormes“La Ciencia agradecida con Márquez y Conforti. La Reli-gión, una vez más, derrotada”. Eso sí, yo vuelvo a mi casa decemento y mi huerta de 2 x 2 y vos a la tristeza de las reunio-nes de directorio del Instituto.

–Yo diría que no tenemos que apresurarnos. Tomémonosuna semana para pensarlo –propuso René Conforti–. Hoyes domingo, si para el domingo que viene no hay noticiasnuestras, es que pactamos con el ministro y damos por ter-minada esta historia ■

El escritor Jorge Chiesa, ganadordel “Premio Osvaldo Soriano 2009”(cuento y poesía), lanzó su segundolibro de poesía: Los Libritos. Esta vez,en formato virtual y gratuito, el con-tinuador de La pesquita (Dársena,2007) se puede descargar en www-.megaupload.com

El lanzamiento se enmarca en unaserie de ediciones de libros para ar-mar que viene editando en nuestraciudad el sello Goles Rosas desde2008, proponiendo con esta idea, unformato en el cual el propio lector de-be armar los libros siguiendo instruc-ciones de uso.

Jorge Chiesa, abogado y escritor,ganó el año pasado el concurso queanualmente organiza la municipali-dad del partido de General Pueyrre-dón bajo el nombre de “Premio Os-valdo Soriano”, y que incluye las mo-dalidades cuento y poesía. Sobre fi-nal del año 2010, llegó la sorpren-dente noticia de que un solo autor sehabía impuesto en las dos categorías,con los títulos Nilsen (poesía) y Dina-marca (cuento), ambos serán edita-dos dentro de este marco.

Los Libritos, ya desde el diminuti-vo del título, nos ofrece una poesíadistinta a la tradicional, más aferradaa lo cotidiano y a lo narrativo, refle-xiona sobre los vínculos más ínti-mos: la incomunicación, el modo enque nuestros padres vuelcan sobrenosotros sus deseos, la soledad, la pa-reja, etc., de un modo muy preciso ycon un lenguaje muy claro. En estesentido, como dice Gastón Franchi-ni, escritor y editor de Goles Rosas, enla contratapa del libro: “Son ideas, es-cenas, palabras, tonos, que alguienescribe y nos roba de la boca. Aunquenunca hayamos escrito una línea, es-tos poemas dicen lo que hubiéramosdicho nosotros. La poesía de JorgeChiesa está hecha con este tipo de co-sas, genialidades que el lector piensa-por un momento- que las podría ha-ber escrito él”.

Goles Rosas es una editorial de li-bros para armar que viene trabajan-do desde 2008. Dirigida por GastónFranchini y Nicolás Pedretti, ofreceun modo novedoso para difundir lapoesía: libros que llegan vía e mail([email protected]) o se des-cargan de la página facebook que lle-va el nombre de la editorial; tambiénse pueden conseguir algunas versio-nes papel en algunas librerías de la

ciudad. El catálogo de Goles Rosas no solo

incluye libros inéditos sino que tam-bién reediciones de libros que ya nose consiguen, clásicos de la poesía delos noventa como Hinchada de me-tegol de Omar Chauvié, o de la poesíatradicional, como una antología depoesía griega que nos ofrece la edito-rial bajo el nombre de Xanvós ■

Presentan el libro “Cincuenta años de vida, cien años de historia”

APARECIÓ “LOS LIBRITOS”, DE JORGE CHIESA

Más poesía para Mar del Plata

Page 3: cultura 12 de marzo de 2011

Domingo 13•3•2011 C U L T U R A 3

Las 8 preguntas para Eddy Cachela

3¿De qué lugar, personaje común o circunstanciaen general que ofrece Mar del Plata se apropiaría

para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus

obras?3) Me apoderaría del viejo Chateau Frontenac, para ejer-

cer mi rol de Conde, bueno y humanitario, que planea com-

partir sus riquezas con el pueblo.

Bajo el título “El último cuader-no”, llegó a las librerías un libro quereúne cerca de cien textos que el es-critor portugués José Saramago es-cribió en su blog desde el 23 de mayode 2009 hasta el 2 de junio de 2010,16 días antes de su muerte.

“El viaje no termina jamás. Sololos viajeros terminan. Y también el-los pueden subsistir en memoria, enrecuerdo, en narración... El objeti-vo de un viaje es solo el inicio deotro viaje”, aseguró alguna vez el

autor de “La muerte de RicardoReis”, que a pesar de su ausencia físi-ca reaparece ahora en este puñadode escritos que reflejan sus afinida-des y fobias.

Creador de uno de los universos li-terarios más personales y sólidos delsiglo XX y merecedor del PremioNobel de Literatura en 1998, Sara-mago supo aunar su vocación de es-critor con su faceta de hombre com-prometido que nunca dejó de de-nunciar las injusticias que veía a su

alrededor o de pronunciarse sobrelos conflictos políticos de su tiempo.

“El último cuaderno”, la flamanteobra póstuma publicada por Alfa-guara, incluye comentarios de ac-tualidad, reflexiones sobre cine y li-teratura, relatos de viajes y notas so-bre autores que ilustran la “prácticade la indignación cotidiana”, comodefine el italiano Umberto Eco en elprólogo.

La última entrada de blog solo tie-ne dos palabras “Obrigado, Man-

kell” (“Gracias, Mankell”), sobre laflotilla de ayuda a Palestina que fueatacada por el Ejército israelí y en laque viajaba el escritor sueco Hen-ning Mankell.

Eco destaca en el prólogo del libroque, en su crítica moral y social, Sa-ramago “no se toma los problemas apecho sino que los trata poética-mente, de una manera fantástica yalegórica”.

Además, elogia la honestidad delportugués que “no hace cumplidos,

dice las cosas a la cara” incluso en te-mas tan controvertidos como la po-lítica del gobierno de Israel, el senti-miento anticristiano y lo absurdo delas religiones.

Tras la publicación de “El viaje delelefante” (2008), “Caín”, “El cua-derno” (2009) y “Saramago en suspalabras” (2010), este volumenvuelve a mostrar a Saramago comoun pensador “incisivo” que pone to-da su ironía y precisión al servicio desu prosa ■

ACTUALIDAD Y AGUDAS REFLEXIONES DEL ESCRITOR PORTUGUÉS

“El último cuaderno”, las notas que Saramago escribió en su blog

Acaba de editarse“Alguien quiere vermuerto a EmilioMalbrán”, nuevo librodel escritor y periodista JorgeFernández Díaz dondea través de la crónicapolicial se pintan escenas de laArgentina reciente.Otro excelente trabajodel autor de “Mamá”Por Marcelo Pasetti

Bukowsky, Fito Páez, Goyene-che, Mao, Perón, Calamaro,Paul Auster, Hemingway, el

Loco Chávez, Arrostito, la Raulito,Alan Poe, Charly García, Borges,Soriano, Olmedo, Cortázar, Mara-dona, Fontanarrosa, Laurel &Hardy, Stevenson, Philip Marlowe,John Wayne, Rolling Stones, Fog-will, Firmenich, Beatles, Arlt, PérezReverte, el pibe que pide monedasen el semáforo, Sinatra, Troilo, Ta-rantino, Conan Doyle, Picaso,Sherlock Homes, Bioy Casares, Se-rrat, Eloy Martínez, San Martín, Jo-sé Pablo Feinman, Charlie Parker...

Imágenes, canciones, escenas, fra-ses, reflexiones, muecas, sugerencias,ideas, salen del “seleccionado” ante-riormente citado, y desfilan por el es-critorio de Jorge Fernández Díaz cuan-do por fin se decide a sacar otro libro.Con 50 años, más la mitad de ellos enredacciones, entre periodistas bohe-mios a los que extraña por aquellascharlas y “clases” de los viejos maes-tros que continuaban en el bar conotro vaso de vino o el plato del día,Fernández Díaz vuelve a deslumbrar

con “Alguien quiere ver muerto aEmilio Malbrán”.

Se trata de un libro de esos que unodisfruta desde el primer hasta el últi-mo cuento. Este periodista y escritor“pinta” el país como pocos, con la ex-cusa de narrar historias donde losmarginales, los perdedores, los humi-llados, en la mayoría de los casos, poralgunas páginas se convierten en que-ribles protagonistas. En “Alguienquiere ver muerto a Emilio Malbrán”hay incluso olor y paisajes marplaten-ses (la costa, una playa desierta, el Bos-que Peralta Ramos, el aeropuerto) ypara los periodistas es aún mayor elgusto ante las descripciones de las re-dacciones, los contactos con policíasy fotógrafos a la hora de cubrir un cri-men, las noches de insomnio o esacrónica de cien líneas que sale de untirón tras una ginebra o el paso de lacorrespondiente musa.

Fernández Díaz es un relator, un ar-tesano de las imagenes y las palabras,que puede dar vida, después de los cie-rres en el diario, a una novela históri-ca o un cuento de amor. Es el hombreque no puede faltar en cualquier Feria

del Libro, o el periodista que cuandono era “moda”, marcaba los erroresdel gobierno de Néstor Kirchner conuna claridad conceptual que obligabaa leer y recomendar aquellas reflexio-nes en la tapa de su diario. Es el hom-bre que se ha codeado con políticos detoda talla, figuras del espectáculo, deldeporte, la literatura o el arte, y en lacena con amigos prefiere escuchar ahacer alarde de aquellos contactos.Como su “wing izquierdo” asesina-do, se instala lejos del área para pre-senciar y ver lo que muchos no ven.

“Yo nací para mirar lo que pocos quie-ren ver,

yo nací para mirar...Miro!” (Vuelve acolarse Charly García en esta cróni-ca). Y al lector que se “devoró” el libroen una noche, se le ocurre que aquellodel “hombre enreverado”, de Fito,tampoco puede faltar. “Me gusta estara un lado del camino,fumando el hu-mo mientras todo pasa, me gustaabrir los ojos y estar vivo, tener que vér-melas con la resaca”.

“Este tipo tiene muchas cosas mías.Escribe algunas de mis historias, yapostaría a que en su biblioteca están

los libros que no pienso prestar ja-más. ¡Ni imaginar si le reviso los dis-cos!. Este porteño puede ser mi ami-go, no tengo dudas”, me confesó ha-ce un par de años otro colega. Qui-zás, como representante de una ge-neración que vivió varios Mundiales,una guerra, una dictadura y un florecerdemocrático, Fernández Díaz aparececomo uno de los traductores más lúci-dos de lo vivido en todos estos años.

Como bien se explica en el libro, elautor de “Mamá” y “La logia de Cá-diz” escribía de joven estos textos deMalbrán con los materiales que nopodían ser publicados por los diariospara los que trabajaba en los años 80.Aquí aparecen por primera vez reuni-dos, revisados y reescritos. Aquellosrelatos sin respiro, convierten a “Al-guien quiere ver muerto a Emilio Mal-brán” en un libro inesperado, una ex-periencia que cuenta desde la literatu-ra, la siempre enigmática realidad ar-gentina.

“Yo soñaba con ser un escritor po-pular. Tenía veinticinco años y sentíaque había nacido en una época equi-vocada. Mi deseo íntimo consistía enemular los folletines del siglo XIX, loscuentos de Black Mask, las novelitasdel Club del Misterio, las series de in-vestigadores de la televisión de los se-tenta, las pesquisas proletarias por en-tregas de Walsh y el cómic narrativo yfordiano de Oestherheld. Imaginabaque había una especie de justicia poé-tica en esos pasajeros que luego de leervorazmente una pulp fiction en unviaje la arrojaban a un cesto de la ba-sura o la abandonaban en el asientopara seguir con sus vidas. Prosa para elolvido que sin embargo era inolvida-ble”, señala Fernández Díaz, paraañadir que le parecía que en estostiempos, la literatura se podía crear enlos márgenes. “Y que esos márgenesno estaban, como se pregonaba, enlas innovaciones estilísticas ni en laspiruetas herméticas del lenguaje ni enlas derivas de la trama, sino en los gé-neros menores: la historieta, el wes-tern, la aventura, el fútbol, la crónica

policial y sobre todo, la novela negra.También creía que la literatura se en-grandecía y legitimaba cuando llega-ba al lector básico, al hombre de a pie,a la infantería antiintelectual, al pue-blo”.

En esas extremas y peregrinascreencias se cocinó la saga de EmilioMalbrán. Todo empezó en el vesperti-no La Razón, que vendía 120.000ejemplares a pesar de que Jacobo Ti-merman lo había cerrado unos me-ses.

“Agobiado por el fracaso en la cir-culación de su depurada edición ma-tutina, -cuenta hoy Fernández Díaz-Jacobo se comprometió a devolver ala calle un diario que había hechoépoca y que acaso fue el último granvespertino de la historia argentina. Amí me destinó a la sección de los crí-menes y allí fui feliz como nunca.Mientras leía a Hammett y a Chand-ler, a Goodis, a Cain y muy especial-mente a Ross McDonald, escribía e in-vestigaba asesinatos duros y misterio-sos y departía en la redacción y en lacalle con los viejos cronistas policialesque tenían códigos de lealtad perso-nal, que se tuteaban con canas y de-lincuentes, que solían ir más adelanteque la propia policía y que en muchasocasiones no podían publicar la ver-dad verdadera”.

Ahí está entonces el origen, el naci-miento de este libro, recomendablepor cierto, que vuelve a mostrar quehay buena literatura aún, con olor acalle y redacciones. Como la de JorgeFernández Díaz, quien vuelve a ratifi-carlo ■

“ALGUIEN QUIERE VER MUERTO A EMILIO MALBRÁN”

La vuelta de Fernández Díazcon sus particulares pinturas

A los 25 años,Fernández Díazcreía que la lit-eratura “se en-grandecía y le-gitimaba cuan-do llegaba allector básico, alhombre de apie, a la infan-tería antiint-electual, alpueblo”.

La portada del nuevo libro de JorgeFernández Díaz, “Alguien quierever muerto a Emilio Malbrán”

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4 C U L T U R A Domingo 13•3•2011 C U L T U R A 5

Las 8 preguntas para Eddy Cachela

Las 8 preguntas para Eddy Cachela

4¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dospersonajes de ficción?

4) Mi fanatismo por el “Teatro del absurdo” me acerca aIonesco, y al sensacional diálogo entre dos de sus persona-jes discurriendo sobre Lógica, en la obra Rinoceronte. Loacoté por cuestiones (lógicas) de espacio.

El lógico (al anciano caballero): El gato tiene cuatro patas. El caballero (al lógico): Mi perro también tiene cuatro pa-

tas.El lógico (al caballero): Entonces, es un gato. […]

El caballero (al lógico después de haber reflexionado lar-gamente): Así, pues, lógicamente, mi perro sería un gato.

El lógico (al caballero): Lógicamente sí. Pero lo contrariotambién es verdad.

El Caballero (al lógico): Es hermosa la lógica.El lógico (al caballero): A condición de no abusar de ella.El lógico (al anciano caballero): Otro silogismo: todos los

gatos son mortales. Sócrates es mortal. Ergo, Sócrates es ungato.

El caballero: Y tiene cuatro patas. Es verdad. Yo tengo un

gato que se llama Sócrates.El lógico: Ya lo ve usted… El cabellero (al lógico): ¿Sócrates, entonces, era un gato?El lógico (al caballero): La lógica acaba de revelárnoslo. El lógico: Lo cual no sería justo. Ergo, no sería lógico.El caballero (al lógico): ¿No sería lógico? El lógico (al caballero): Porque la justicia es la lógica. El caballero (al lógico): Además, un gato sin patas… El lógico (al caballero): ¡Ya va usted haciendo progresos

en lógica! 5Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar aun personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-Sin dudarlo, le daría todas mis ayudas al ingenioso HidalgoCaballero don Quijote de la Mancha, en sus justas batallas

contra los gigantes (molinos de viento) en los Campos deCriptana.

(fotografía de autor)

El poeta Jorge Boccanerarecordó a su amigo DavidViñas, escritor fallecido eljueves último en BuenosAires, cuando tenía 83años. Fue víctima de uncuadro infecciosoproducto de unaneumonía. Viñas fuenovelista, ensayista,guionista y autor de obrasde teatro. Había recibidovarios premios, entre ellosel Gerchunoff y el PremioNacional de Literatura.

Por Jorge Boccanera

Augusto Roa Bastos me dijo una vezen Asunción que él se había exiliado jo-ven y que de alguna manera había con-vertido la nostalgia en algo positivo, esahí donde se asomó el nombre de DavidViñas entre los narradores argentinosmás interesantes.

Yo tuve que salir de Argentina a los 23años y también traté de darle tangibili-dad a una situación de duelos múltiples.Y una de las cosas que computan para elhaber, está la amistad con David en Mé-xico, haber armado un diálogo.

David llegó a México en 1981; expli-caba que la palabra “exilio” no lo con-vencía porque le sonaba melodramáti-ca; prefería decir “quienes estuvimosafuera”. Era pudoroso. No hablo de hu-mildad -era consciente de su fuerza inte-lectual y el lugar que ocupaba en la lite-ratura- pero le escapaba a los escenariosde la figuración.

El golpe del ‘76 lo había agarrado enMéxico de donde regresó en julio pese avoces que le aconsejaban no volver.

En una semana tuvo que hacer las va-lijas de nuevo. Me contó que se cruzópor la calle con el actor Pepe Soriano,quien, sorprendido como si viera unfantasma, le dijo: “Tomátela viejo, quevos sos boleta”.

Se fue a España y se instaló en un ba-rrio madrileño, Salamanca. Cuandoabrió las ventanas y vio pintadas que vi-vaban a Franco se mudó al Escorial. Allíse enteró de la desaparición de sus hijosMaría Adelaida en 1976 y de Lorenzo Is-mael tres años después; primero por unacarta y luego una llamada telefónica enuna madrugada.

Con ese dolor deambuló por Estados

Unidos y Europa -España, Italia, Francia,Dinamarca, Alemania- colaborando enalgunos medios de prensa y dando cla-ses, hasta recalar en México.

Solíamos juntarnos en la casa de Pe-dro Orgambide; donde terminamos ar-mando junto a Humberto Costantini,Alberto Adellach y José M. Iglesias, laeditorial “Tierra del Fuego”.

Por esos días estaba irreconocible; sehabía afeitado su característico mosta-cho argumentando: “No trabajo más deviejito”.

De los libros que no llegaron a salir yque quedaron en proyecto -varios regre-samos al país tras el triunfo de Alfonsín-estaba un ensayo de David sobre Mariá-tegui y uno mío sobre la obra de Gelmanque se publicó diez años más tarde enBuenos Aires.

En México, nos encontrábamos en laredacción de la revista Plural cuando mealcanzaba sus colaboraciones. Y confie-so que al principio me sentí extrañofrente a aquel escritor para mí enorme,que me ponía del lado del interlocutorde una de sus charlas ilustradas, esas queobligaban a circular a la carrera por labe-rintos en los que me costaba seguirle elpaso.

¿Escribía como hablaba? Porque si ensu oralidad ondulaban franjas literarias,sus textos estaban articulados por mo-dulaciones (él diría “inflexiones”) delhabla coloquial. Todo aderezado conuna ironía devastadora.

Recuerdo una cena en mi casa con elcineasta Renato Leduc, director de “Red,México insurgente”. Eran viejos conoci-dos de épocas en que el mexicano estabainteresado en filmar su novela “Hom-bres de a caballo”. Un lustro después eltema rondaba sobre la posibilidad de lle-var al cine, con guión de David, la vidade la fotógrafa italiana Tina Modotti.

Cuando le decía que la película “El Je-fe”, basada en un texto suyo, era uno desus picos altos, me observaba descreído.

Pero insistía en que “El Jefe” era unparteaguas del cine nacional, que prefi-guraba un cóctel entre prepotencia y fri-

volidad, que iba a caracterizar a parte denuestra sociedad.

Las charlas continuaron a mitad de los‘80 en Buenos Aires; en su departamen-to y en la librería Clásica y Moderna,donde solía caer Orgambide con quienDavid compartía entre otros temas, lasfiguras de Ezequiel Martínez Estrada yAlberto Ghiraldo, Boedo, Roberto Arlt yGonzález Tuñón.

Por mi lado, recuerdo que lo literarioiba más por el lado del grotesco y de lasvoces de ruptura de los años ‘20, sobre elque yo empezaba a trabajar.

David ya tenía el título de su ensayo:“Vanguardismos y Revolución en Amé-rica Latina”.

“Son cosas que uno tiene en carpeta”,deslizaba, y hablaba de otro de sus pro-yectos: “Heterodoxos en América lati-na”, una perspectiva de los intelectualescríticos de Mariátegui a Cooke.

Heterodoxos, disidentes, iconoclas-tas. Expulsados y reprimidos. Indios,anarquistas, socialistas, inmigrantes,más “todos los tipos que van a aparecerel 17 de octubre” y la militancia de los‘70.

De eso escribía David, las zonas omiti-das por la crítica oficial y el canon, “losantificado”, decía, “todo ese mundo deexclusión”. Y, por añadidura, del “dra-ma del poder y la crítica del autoritaris-mo” como señalaría el crítico Noël Salo-món a propósito de la novelística de Vi-ñas.

Era común encontrarnos en bares o,en los años últimos, en la casa de un ami-go común, el músico Ricardo Capella-no. Sus historias se filtraban entre cafés otablitas con asado como cuando en losaños ‘60 cayó en prisión en Venezuelapor haber participado en un acto porCuba y casi lo deportan a la isla Trinidad.

Vuelvo al exilio mexicano, y me veotratando de barajar algo de esos sistemasparadojales que David iba armandocuando desmenuzaba un tema. Y siem-pre iba a fondo. Enseñaba a pensar conposiciones que no pocas veces eran unconvite a debatir.

Junto a su consolidada narrativa deficción, hay que hablar del rigor del aná-lisis y de un modo singular de vincularsus distintos saberes.

Nos deja el espectáculo de una con-ciencia crítica interpelando al sentidocomún, y una densidad conceptual quede la mano de un lenguaje siempre enmovimiento, hicieron de su estilo unmodelo.

Si el sentido de una vida cabe en unapalabra -por ejemplo el “hermanaje”que utilizaba Rodolfo Walsh, ese otro in-telectual heterodoxo con el que Viñassolía juntarse en el Tigre- rescato paraDavid el de “fraternal”, de uso frecuenteen su trato y que desplegaba en una ga-ma que llegaba hasta la “fraternalia” ■

Por Juan Villarino

La islas Shetland fueron nuestroinformal rito de ingreso a ese reinode fantasmales contornos de roca yhielo que es la Antártida. Laura y yoacabamos de llegar en el MV Us-huaia, un crucero que nos ahorró eltrámite de transformarnos en poli-zones en alguna bodega y en cam-bio nos invitó gentilmente a bordopara poder agregar la experienciaantártica a nuestra vuelta al mun-do. En cubierta, legiones de ricosjubilados alemanes y australianosde gesto calculador observan conun ojo las costas heladas de las She-tland, y con el otro vigilan sospe-chosos la felicidad ajena. ¿Cómohabrá hecho esa joven pareja ar-gentina para permitirse esta dolcevita? Esta náutica aristocracia pare-ce desconocer la palabra gratis…

Al día siguiente el Ushuaia pene-tra en las espejadas aguas del Estre-cho de Gerlache abrigadas por el re-paro que brindan las islas Anvers yBrabant. Entre éstas y la paralelaPenínsula Antártica hay apenas unpar de kilómetros, donde flotanicebergs y témpanos de dimensio-nes y contornos tan dispares queparecerían emergidos de la lisérgi-ca imaginación de un internadodel Borda. El casco de nuestro barcova imponiéndose con majestadfrente a una constelación de es-combro de hielo. Nuestra primeraestación es la bahía Guillermina.Encapuchados como muñecos deSouth Park abordamos los zodiacs(fuera de borda) y nos deslizamoshacia un antiguo fondeadero debarcos balleneros bautizado PortFoyn. Sobre el inicio del siglo XX,la caza de ballenas era una activi-dad tan lucrativa como lo es hoy elpetróleo. El aceite de los cetáceosera el lubricante ideal para las nue-vas máquinas de la revolución in-dustrial. Flotas enteras eran despa-chadas desde Noruega hacia sus ba-ses en las islas Georgia o Decep-ción. Nuestro zodiac parece levitarentre un laberinto de icebergs. So-bre algunos de ellos nos saludan fo-cas que, estiradas sobre el hielo,ejecutan una siesta post-almuerzode pingüino. Entonces surge unavisión fantasmal, única. Comoaún batallando para recuperar sucurso, el ballenero noruego “Go-vernoren”, hundido en 1916, apa-rece frente a nosotros, con su proavarada sobre un banco de piedra y

su popa sumergida. El barco es el es-pectro de una época.

Por la tarde, desembarcamos enun área denominada Bahía Paraí-so, donde se encuentra la base ar-gentina Almirante Brown, hoyabandonada. Es una emoción to-parse con la bandera nacional pin-tada sobre las maderas anaranjadasde la base. La instalación tiene unahistoria tragicómica: fue incendia-da por su propio jefe médico en1984. El piromaníaco doctor nofue motivado por una urgencia ne-rónica de musas, sino que utilizó elincendio como medio irrefutablepara que la Armada aceptara su ba-ja, y así no tener que permanecerotro invierno. Nada de telegramas,¡así se arreglan las cosas al estilo an-tártico!

Nuestra primera visita a una baseantártica habitada sucede al día si-guiente, en la base ucraniana Ver-nadsky. Cuando a uno le dicen quevisitará una base científica uno seprepara para entrar en puntitas depie a un espacio ceremonioso, trasacatar el llamado al silencio de unhombre de bata blanca y lentes es-féricos. Y en cambio la base ucra-niana predica el absurdo inclusodesde antes de traspasar su umbral.Primero, un poste repleto de fle-chas señala las distancias a las prin-cipales ciudades ucranianas, no va-ya a ser cosa que uno en realidadbusque la autopista a Kiev y se hayapasado por, digamos, unos 14.000km… Destilando humor a partir dedesgracias, dos palmeras decoranel nombre “Vernadsky” inscripto

en los tanques de combustible de labase. Claro que Ucrania no es fa-mosa por sus extensos palmares,pero supongo que un suplicio entierras internacionales lo habilita auno a tener añoranzas internacio-nales. De pronto, junto al cartel de“Bienvenidos a Vernadsky” Lauray yo vemos algo que nos paralizacon una sonrisa de idiotas, porqueallí hay un pulgar amarillo gigante,más alto que la puerta. ¡Justo paranosotros, que llegamos a dedo! Esmás tentador habilitar la místicaque una teoría sobre posibilidadesaleatorias. En todo caso resulta cu-rioso que este sea el punto extremosur de nuestra vuelta al mundo.

El rusito que nos pasea por la ba-se se gana nuestra simpatía por ladeferencia con que chapurrea las50 palabras de inglés que aprendiópara los turistas. Nos muestra uninmenso planisferio donde loscontornos de la Ucrania indepen-diente fueron demarcados con fi-brón sobre la antigua Madre Rusia.En la sala hay aparatos y computa-doras que lo miden todo, desde elviento hasta la densidad de la io-nósfera. Lo más llamativo de la ba-se es, con certeza, el bar, construidocon madera originalmente desti-nada a extender el muelle. Es glo-rioso que los carpinteros hayan es-timado más urgente tener dondeamarrar las penas que los barcos…Pero la cereza del absurdo la aportaun detalle: las damas no pagan suvodka si están dispuestas a legar suscorpiños de souvenir. Estos seránagregados a la ya cuantiosa colec-ción que decora los muros, en com-binación con los banderines de laflota nuclear soviética… En la An-tártida, el corpiño es una divisa conuna tasa de cambio más favorableque el rublo…

Ya regresados al barco abrimosuna botella de whisky que fue com-prada entre los pocos argentinos abordo. En cada vaso depositamosun trozo de hielo antártico, tam-bién conocido como hielo gruñón.Es traslúcido, compacto, y al entraren contacto con el cálido whiskycomienza a resquebrajarse milimé-tricamente, como si gruñera.¿Quién hubiera dicho que un ice-

berg podríallegar a termi-nar sus díase n n u e s t r ov a s o d ewhisky? Brin-dando con elgélido hori-zonte estostrotamundosdisfrutan deun relámpa-go de lujuriadentro de laincerteza desu derrotero.Ya volveránlos sándwi-ches de cerea-l i t a s c o na t ú n , p e r oahora, Laura,brindemos…

d~êáí~ëPor Marcos Barrena

Fotografía tomada en un lu-gar transitado, deambula-

do, frecuentado, donde per-sonas con distintas identidades

o en busca de la misma, formanparte de una identidad cultural;valores, orgullo, símbolos,creencias y modos de compor-tamiento que funcionan comoelemento cohesionador dentro

de un grupo social con un sen-timiento de pertenencia. Cadauna de esas vidas y las diversasvidas inmersas en la naturalezacircundan nuestras “garitas” ■

DIARIO DE VIAJE

Vernadsky: en el bar más austral del mundo se despacha vodka y absurdo

HOMENAJE AL ESCRITOR RECIENTEMENTE FALLECIDO

Viñas enseñaba a pensar con posturas que invitaban al debate

David Viñas.

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Texto e ilustraciones: Ana Bonilla RiusOcéano Travesía, Barcelona. 2009

Por Elena StapichIntegrante de la ONG Jitanjáfora

Se trata de un libro-álbum enel que se juega con la luz y la os-curidad, con la realidad y la fan-tasía.

En blanco y negro más algu-nas tonalidades del verde, la au-tora nos invita a presenciar al-gunas escenas en las que se dis-loca la relación entre los seres yobjetos representados y la som-bra que proyectan.

En la grieta que abre este dis-locamiento es posible ver loque podría ser, el lado oculto delas cosas o su reverso: dos perso-

nas que se cruzan indiferentespodrían encontrarse, una ma-dre que le grita a su pequeñaporque dejó escapar el globo bi-en podría perder a la niña queasciende sin soltarse de él, unhombre que sujeta a un conejopodría pasar a ser sujetado porel animal, unos jubilados queconversan en un banco de laplaza arrojan sombras en lasque se han convertido en músi-cos de una orquesta.

Todo esto y mucho más ocu-rre cuando se enciende la luz,pero, hacia el final, también esposible espiar algunas cosasque pueden pasar cuando la luzse apaga.

Poco texto e imágenes suge-rentes, en un libro que haceequilibrio por los bordes de lopoético ■

6 C U L T U R A Domingo 13•3•2011

Las 8 preguntas para Eddy Cachela

6¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuálo cuáles?

-Jamás robaría un libro.

Grandes libros,

pequeños lectores

Encender una luzEstonia, una exrepúblicasoviética, es elepicentro de estahistoria, que fueconsiderada“Mejor NovelaEuropea 2010”. Laprostitución, latrata de personasy los lentoscambios dementalidad,algunos de lostemas queaborda. “Laliteratura es unabuenaherramienta paraconmoverconciencias”, dice laautora de 34 años.

Avalada por los premios másimportantes, entre ellos elde Mejor Novela Europea de

2010, se publica en español “Pur-ga”, de la escritora finlandesa SofiOksanen, donde hace memoria ypone luz a las huellas que dejaronen Estonia los nazis y luego, duran-te medio siglo, los comunista so-viéticos.

Sofi Oksanen, de 34 años y deorigen estonio, ha conseguidoconmover a los lectores de mediomundo con una ficción que hamostrado con más claridad y efica-cia que cualquier informe científi-co, reportaje o programa de televi-sión los horrores para la saludmental y social que aún padecenhoy las víctimas de los regímenestotalitarios, entre ellos el tráfico demujeres, que expone con toda cru-deza en el libro.

“Purga”, editada por Salamadra,el sello que se hizo con los dere-chos en la última feria de Franc-fort, dejando a otras grandes edito-riales españolas con las ganas, na-rra la vida de varias generacionesde una familia.

Situada en Estonia en 1992,cuando la república báltica ya harecuperado su independencia,Aliide Truu, una anciana que mal-vive en una casa en el bosque, en-cuentra en su jardín a una chicade unos 20 años: Zara, una desco-nocida que huye de los mafiososque la han explotado. Esta es solouna breve pincelada de este thri-ller que la autora ha convertidoen un gran mosaico social y psico-lógico.

“La literatura es una buena he-rramienta para conmover con-ciencias. Si dan una noticia en laque se dice que han muerto milpersonas, la gente se conmuevepero no siente empatía hacia ellos;sin embargo, si pones el foco en unindividuo o un caso, sí, y eso es loque he hecho”, asegura en una en-trevista con Efe esta escritora joveny muy singular, que lleva unas ras-tas azules, rosas y malvas con lasque envuelve un rostro serio, de

una palidez rosada, y unosojos pintados a juego consu pelo.

Oksanen, que está depromoción por España, esconsciente del interés queha despertado, pero a ellano le quita el sueño y estádispuesta a tomar Estonia,donde pasaba los veranos -es hija de padre finlandésy madre estonia- como ellugar donde hay que es-carbar para mostrar, de lolocal a lo universal, que“cuando un Estado no res-peta al individuo estamoshablando de lavado de ce-rebro y en eso los soviéti-cos eran ejemplares”, ar-gumenta.

“Los nazis querían bus-car la limpieza étnica de laraza y los soviéticos busca-ban la limpieza de clase,querían crear una nuevapersona, ‘el hombre sovié-tico’, con un lavado de ce-rebro, y a los que no seadaptaban, los elimina-ban. Y es lo que se ve en minovela”, precisa Oksanen.

Pero luego llega la independen-cia del país y, en palabras de estaautora, de voz grave, estos proble-mas no desaparecen de la noche ala mañana. “Cuando llega la inde-pendencia a Estonia -continúa- nose puede pensar que se va a crearotro país con todo correcto. Las re-formas políticas llegan pero loscambios en el interior de una per-sona, no”.

“Cambiar, por ejemplo, el senti-do que se tenía de salud mental escomplejo. En la época soviética alos disidentes se les considerabaenfermos mentales y eso tarda encurarse. Creo que faltan un par degeneraciones para que se normali-ce”, precisa la escritora.

Y recuerda, para poner másejemplos, que en Estonia no, peroque en Lituania o Letonia todavíatrabajan altos cargos de la KGB. Yañade: “en la era soviética no ha-bía anticonceptivos, ni la píldorani nada, y el aborto se utilizaba co-mo un profiláctico. Hoy sí que hayinformación, pero se sigue consi-derando el aborto como profilácti-co. Esto es una gran reminiscenciadel pasado”.

El tema de la prostitución es nu-clear también en el libro. “La tratade personas -dice- es el tercer ma-yor ingreso del crimen organizadoy los organismos internacionalesno son suficientes para arreglarlo.

“Mientras haya tanta desigual-dad económica entre países habrátráfico de personas. La caída de laUnión Soviética creó la trata depersonas en esa región, una situa-ción gravísima y desequilibradapara las mujeres y niños. Es urgen-te prestarle atención”, concluye laautora ■

SOFI OKSANEN

Joven escritora finlandesa llega al mercado de habla hispana con “Purga”

Sofi Oksanen .

Reeditada recientementepor el sello Corregidor,“Ocurre al otro lado de

la noche”, novela del escritorEduardo Balestena, se presenta-rá este jueves que viene a las19.30 en el auditorio de OSDE,ubicado en Colón e HipólitoYrigoyen.

Se trata de la primera novelaque Balestena escribió en 1987 yque ganó el primer premio delCastillo Editores, en cuyo juradoestaba Oscar Hermes Villordo.

Los especialistas Marta Villari-no y Fabián Iriarte tendrán a sucargo la presentación, al tiempoque el flautista Franco Gidoni, de19 años, realizará una interven-ción musical.

“Con esta novela, Balestenainserta su creación en una vastared intertextual conformada poruna prestigiosa tradición litera-ria: la de la novela lírica y la de lastécnicas perspectivísticas de pre-sentación del mundo interior delos personajes”, dijo en el prólo-go del libro la especialista en Le-tras Elisa Calabrese.

Escribió Susana Frangi, direc-tora de la Orquesta SinfónicaMunicipal sobre este libro: “Es-crita a tres años de haberse recu-perado la democracia, ‘Ocurre alotro lado de la noche’ revela laagonía de una cultura que sem-bró la noche en el corazón y en lamente de nuestra sociedad. Y nopodemos dejar de ver en el relato

la expresión del drama amorosodel impacto y persistencia de larepresión y la oscuridad dictato-rial. En tal sentido, esta noveladescubriría una aspiración pro-funda a emerger desde lo íntimohacia una superficie de libertad ylegitimación”.

Cabe señalar que Balestena na-ció en Mar del Plata, en 1955. Esescritor, ensayista y trabajadorsocial. Además, publicó las nove-las “Ana, el interior del fuego”,los artículos “Lo institucional,paradigma y transgresión”,“Fiesta y pinturas en la posmo-dernidad de la exclusión”, entreotros y la también novela “Amo-res de lejos”, además de ensayosy otros trabajos ■

Balestena presenta este jueves “Ocurre al otro lado de la noche”

Page 6: cultura 12 de marzo de 2011

Domingo 13•3•2011 C U L T U R A 7

Las 8 preguntas para Eddy Cachela

7 Un extraño hongo se esparce por su biblioteca yconsume de manera irrefrenable los libros. Sólo dis-

pone de unos segundos para actuar y salvar a tres de el-los. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la

voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían lossacrificados y cuáles los salvados?

-“Rayuela”, de Cortázar ,”Así habló Zaratustra” de Nietzs-che y el Quijote de Cervantes estarían “Salvados”. Entre

“Los sacrificados”, aunque no serían de mi propiedad, figu-rarían cualquiera de Osho, Bucay y del sobrevaluado mene-mista Jorge Asís.

Los libros más vendidos de la semanaFICCION

1 LOS PADECIENTES Gabriel Rolón. Emecé. $72.2 EL SUEÑO DEL CELTA Mario Vargas Llosa. Alfaguara. $85.3 1Q84 Haruki Muratami. Tusquets. $138.

NO FICCION

1 VIVA LA DIFERENCIA Pilar Sordo. Norma. $62.2 ECONOMÍA 3D Martín Lousteau. Sudamericana. $69.3 BREVE HISTORIA DEL DEPORTE ARGENTINO Ezequiel Fernández Moores. El Ateneo. $62.

RECOMENDADOS

1 SR. JUEZ UNA BIOGRAFÍA JUDICIAL DE NORBERTO OYARBIDEDaniel Santero. Ediciones B. $65.

2 LA CUESTIÓN CRIMINAL Gabriel Bombini. Eudem. $60.3 AVE DEL PARAÍSO Joyce Carol Oates. Alfaguara. $89.

■ Lecturas Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

En febrero de 1998, los ingenieros químicos PabloRodríguez y Leo Ferrari, junto con la diseñadora indus-trial Mariana Rodríguez, construyeron una pequeñacervecería dentro de un bar-restaurante de Mar del Pla-ta. La llamaron Antares Brewpub.

Luego de vivir un tiempo en Estados Unidos, Leo yMariana volvieron fascinados con la idea de homebre-wing (hacer cerveza en casa) y en 1994 levantaron unacervecería en miniatura en el garaje de su casa.

En 1997, los tres amigos volvieron a juntarse cuandola empresa de Pablo –también ingeniero químico- di-señó equipos para una microcervecería en Santa Claradel Mar. De aquel reencuentro surgió Antares. Y el 19de diciembre de 1998 abrió Antares Brewpub, una cer-

vecería artesanal, en ese momento con tres variedadesde cervezas.

En marzo de 2000 comenzó a ofrecerse Antares enbotellas de 355 ml. En casas de delicatessen y bares deMar del Plata y la costa atlántica. Para abastecer la de-manda, edificaron una nueva planta de elaboraciónfuera de Antares Brewpub. La incorporación a otrosmercados, como Bariloche, Capital, Tandil, La Plata,Mendoza, Necochea, Rosario y Pinamar, hizo creceraún más la fábrica.

Actualmente cuentan con una capacidad instaladade 110.000 litros por mes, y tienen 11 locales, con la ex-pectativa de abrir dos o tres más por año ■

Fragmento de Antares: la cerveza artesanal que nació en un garaje (texto incluido en Del colchón a la inversión, de Mariano Otálora, publicado por editorial Planeta)

Por Alejandro Manrique

Afines del año 2010, el lanza-miento de un libro de divul-gación científica causó sen-

sación en España y su autor fue prota-gonista de innumerables conferen-cias, debates, entrevistas y presenta-ciones públicas en aquel país. Se tratade Pere Estupinyá, nacido en 1974 enla localidad de Tortosa, provincia deTarragona en la región de Cataluña,quien con su primera obra “El ladrónde cerebros. Compartiendo el cono-cimiento científico de las mentesmás brillantes”, publicado por la edi-torial Debate (del grupo RandomHouse Mondadori) ha logrado cauti-var al público y despertar vocacionespor los temas científicos en los jóve-nes.

Graduado en química y bioquími-ca por la Universidad Rovira i Virgilide Tarragona, Estupinyá dejó de ladosu doctorado en genética para dedi-carse de lleno a la divulgación de laciencia. Durante cuatro temporadastrabajó como editor y guionista jun-to a Eduard Punset, comunicador yperiodista responsable del célebreprograma “Redes” emitido por la Te-levisión Española que llegó masiva-mente al público interesado en laciencia, además de ser colaboradorde varios medios.

Hasta que en 2007 Estupinyá reci-bió la beca “Knight” de periodismocientífico en el célebre MIT (InstitutoTecnológico de Massachussets) enBoston, Estados Unidos, dondetranscurrió un año aprendiendociencia de la mano de los propios in-vestigadores del MIT y de la Universi-dad de Harvard en los campos másavanzados de la frontera del conoci-miento.

Precisamente, fruto de esa expe-riencia es “El ladrón de cerebros”,texto en el que se adentra de lleno enlos más importantes centros de in-vestigación del mundo para “robar”el conocimiento a los científicos –aquienes considera los verdaderos hé-roes del siglo XXI- y transmitirlo a loslectores. Así, logra contar con sumoentusiasmo y en un lenguaje por de-más coloquial muchos de los descu-brimientos que le revelan los investi-gadores en cada uno de sus encuen-tros.

La obra, llena de sorprendentes ex-perimentos e ideas, comienza con un

estudio del cerebro que desembocaen explicaciones sobre nuestras emo-ciones y sentidos, la neurociencia ynuestra actividad cerebral. Las histo-rias que narra Estupinyá nos introdu-cen en las discusiones más modernasde áreas tan variadas como la cosmo-logía, la genética, la psicología huma-na o la sociología de la ciencia. Unagran cantidad de interrogantes plan-teados son desmenuzados por el au-tor catalán para deleite del atento lec-tor. Desde el abordaje del cambio cli-mático hasta las células madre, pa-sando por el debate entre ciencia y re-ligión, o el proyecto del genoma hu-mano.

Desmitifica a reconocidas revistasde ciencia, que también cometenerrores y llevan a distorsiones de larealidad, sin dejar de lado los fraudescientíficos o las mentiras por parte delos investigadores.

Uno de los apartados más sugesti-vos se titula “Rascar donde no pica”,en un intento de provocar la curiosi-dad intelectual en la gente para quese asome a temas que, en primerainstancia, pueden parecer extrañospero luego resultan interesantísi-mos. Allí nos explica sobre el virusque nos hace moquear en un resfrío;la física del caos; o la dilatación delas pupilas durante el orgasmo fe-menino por activación del sistemanervioso simpático; y hasta cómo sedispara la hormona del amor, la oxi-tocina.

Una especulación que Estupinyáse permite en el texto se relaciona conlos avances científicos que revolucio-narán los próximos años. En el apén-dice pronostica algunas de las posi-bles maravillas que nos podría depa-rar la ciencia en 20 años, tiempo sufi-ciente como para que él mismo com-pruebe si sus predicciones se cum-plen o no.

Actualmente radicado en Was-hington DC, se desempeña como co-municador en el prestigioso InstitutoNacional de Salud de los Estados Uni-dos y sigue en la búsqueda de refle-xiones científicas en otros centros einstituciones donde haya científicosdispuestos a informar de sus investi-gaciones. Está a cargo del blog“Apuntes científicos desde el MIT”del periódico “El País”, donde regu-larmente describe con pormenoressus encuentros y novedades de cien-cia, y analiza el periodismo científicode Latinoamérica para el Knight

Tracker en español del MIT con el ras-treo permanente de noticias.

Estupinyá siente una verdaderaadmiración por la ciencia, al puntoque se considera “un omnívoro de laciencia que se dedica a contarla comoexcusa para poder estudiarla”, y en sulibro efectivamente la cuenta de unamanera elegante y exquisita. Un en-cantador relato en el cual el conoci-miento de las mentes más brillantesde la ciencia se comparte en formagenerosa con el público, narrado poruno de los más destacados divulga-dores científicos españoles de los úl-timos tiempos ■

PRIMER LIBRO DEL CATALÁN PERE ESTUPINYÁ

Un Robin Hood del conocimiento científico

Su libro “El ladrón de cerebros” despertó el interés por la ciencia en unpúblico joven. Es el fruto de su paso por el Instituto Tecnológico de

Massachussets y la Universidad de Harvard.

Page 7: cultura 12 de marzo de 2011

Por Pablo González Aguilar (*)

La verbena en nuestra casasiempre quiso decir La Verbe-na de la Paloma. Desde muy

chicos, oímos una versión dirigidapor Ataúlfo Argenta, de la que, conmis hermanos, recordábamos sobretodo las carcajadas de Don Hilarión,encarnado por Miguel Ligero.

También recuerdo la emoción quesentía en el preludio, al oír esa suce-sión de melodías absolutamente his-pánicas, que me llenaban de fervoribérico, sin pensar demasiado si setrataba de españoladas, como diríanalgunos puristas luego, echando a lahoguera a la pobre Verbena, juntocon Carmen y algunos pasodoblestaurinos. Me impresionaba mucho laexplosión musical que se venía luegodel diálogo breve de los porteros: esosería Madrid (pensaba), verano, fies-ta, risas, juventud, diversión pura…

Pero Madrid también vino a mi in-fancia con los relatos de mi padre so-bre la guerra civil. El fue uno de esosniños de la guerra. Exiliado, arranca-do de España con su familia, comotantas familias republicanas. Su pa-dre luchó por la república hasta las úl-timas. El sentimiento trágico en susrelatos siempre vino mezclado con elhumor: se decía que Madrid resistíaporque los nacionales (los franquis-tas) no podían cruzar el Manzanares.Luego conocí el Manzanares: un ria-cho; ni siquiera: un arroyito.

Madrid y esa misma mezcla, en lascanciones de la resistencia… “De lasbombas se ríen los madrileños”…

Me pregunté cómo les fue posible alos madrileños seguir de fiesta en ple-na opresión. Opresión franquista dedécadas, pero también opresión na-poleónica más de cien años antes, yopresión eclesiástica, inquisitorial,en este último caso, de siglos.

Nunca se perdió la alegría, que hasido tan intensa como el heroísmo.

Pensé entonces en una versión deLa Verbena atravesada por el siglo.Empezaría en los años ‘30, en plenogobierno republicano. El preludio so-naría con sus frituras, y en la imagen,tomas de una película de Benito Pero-jo sobre la verbena, del año ‘35. En al-guna medida, esas imágenes seríantambién un homenaje a Miguel Lige-ro. La fiesta en esos años iba a la par de

la música, prometiendo todo el por-venir en la concreción de la utopía.

El inicio del cuadro segundo, enmodo menor y por soleares, tendríasu anclaje en los años ‘50, luego de laguerra civil y en pleno Estado fran-quista. La melodía de las cuerdas,mezclándose con imágenes muy du-ras, que siguen doliendo hoy día, deun sueño tronchado, acribillado porbalas de hierro. Luego, años negros.Pero a pesar del oscurantismo, la mú-sica -siempre la música- como llavede fuga, enciende la mecha de la ale-gría rebelde y sorda a las prohibicio-nes. El tercer salto, ya en la actuali-

dad, activado por una adolescente,que lleva la verbena en sus auricula-res, cerraría la última fase de la últimaescena.

Cuando parece que la historia haterminado, es necesaria su interven-ción para que empiecen a resolverselos problemas pendientes.

Verbena tiene que ver con fiesta,con fiesta por venir. Es algo así comoel viernes de un fin de semana libre,con todo el tiempo por delante. Y siverbena tiene que ver con la Virgende la Paloma, une de forma insepara-ble junto a la religiosidad, al desen-freno, en la víspera, sin pensar -preci-

samente- en mañana.Esta puesta intentará rendir home-

naje a Madrid en sus sueños de liber-tad, pero sobre todo al deseo de vivir,al deseo de amar, que riendo, se esca-pan del yugo ■

(*) Director de “La oca del cairo” y“La cambiale de matrimonio” y

responsable de la puesta en escena de “La Verbena de la

paloma”, que se verá en Villa Victoriael próximo sábado 19 de marzo.

8 C U L T U R A Domingo 13•3•2011

Las 8 preguntas para Eddy Cachela

8Se le concede la extraordinaria excepción de hacer-le una única pregunta a uno de sus tantos escritores

predilectos. ¿Qué le preguntaría?

-Me hubiese gustado tomar mucho vino, con el gran Fede-rico Fellini, para finalmente darle unos cuantos abrazos porsu sensacional vida dedicada íntegramente al arte y pregun-

tarle: ¿Federico, es verdad que sos eterno?

Cenit Por María José Sánchez

Parece ser quecuando el solestá bien arriba,la sombra está dentro de uno.

Largo recorrido el nuestro para llegar siempreal principio.A veces,qué bueno es no estar conmigo.

Por María José Sánchez

Antes de pagar el boleto vi cómouna viejita trataba de escurrir el agua de lluviadel costado de la callecon un secador negro,sin darse cuenta de que gran parte del agua que arrastrabavolvía, constante,al charco del que la había sacado.

Después el colectivo me llevó al mar,donde el cielo de dos lanchitas amarillaseran decenas de gaviotas con hambreque sobrevolaban una y otra vez

los barquitos para conseguir algo de pescado.

Qué persistencia la nuestra.Siempre alguien termina cediendo. ¿Perseverancia o cansancio?

Tal vez el agua se termine de escurriralgún día,o llueva lo suficiente para que ya no resulte necesario preocuparse,y el mar tape a la viejita tenaza su secadory a todo.

Entonces, ¿vendrán a comer, aquí,las gaviotas?

Verbena, Madrid y la libertad

Miguel Ligero con Imperio Argentina huyendo de los guardias civiles, en un filme del ‘36.

Los caminos del regreso

Por Daniel Lambertini (*)

Desde las sombras... desde eseel teatro de mis dulces ago-

nías... desde mis carencias... desdemi falta de equidad... desde lo ex-traordinario, siempre ante un desa-fío... mucho hambre siempre, am-bición... vanidades... desde nocomprender el verdadero amor...desde el actor que busca al verdade-ro hombre... que otra cosa es el arte,sino esa búsqueda de uno mismo yel mostrarnos tal cual somos... ¡quéduro es verse sin máscaras! el rostrode la verdad... quién soy realmentey cuanta dificultad para comunicarlo que siento en mi vastedad inte-rior... ¡perdón y gracias!... dancédesnudo y quizá, ese fue mi valor...mi presunción... mi conquista... midesesperación, mi extrema sensibi-lidad que no me aparta del sufri-miento ni del placer; cuánto paradar y cuánta limitación para lograr-lo; resultados... éxitos... premios...más vanidades... hasta que aprendaa darme, a ofrecerme sin miedo, sinreclamo a la vida que siempre da.Soy la causa de mi angustia... ¡sufro!

pero el de al lado sufre tanto comoyo...

Deseo despertar del sufrimiento,siento esa responsabilidad, porquele debo a cualquier niño de estemundo, una canción.

Desde mi caos hacia la armonía,tan cara a mi humanidad... desde lacatarsis, esa purificación aún im-perfecta... mucha carga, demasiadaintensidad... ego extremo quizá, apunto de estallar... mi amor propioconstruyendo soledades, alcanzan-do lo contrario a lo que aspiro ¡auxi-lio! ¡mujeres y hombres verdade-ros! ¡salven al invencible que ya nopuede más consigo mismo! ¡oh!...¡dioses de todas las culturas y reli-giones! me entrego vencido... ayú-denme a despertar...

Mi teatro es confesión ■

(*) Actor y director de teatro. Porsu rol en la obra “El rey sin corona” ganó este año dos

premios Estrella de Mar. El textocitado forma parte del libro “La

senda creativa. Reflexiones y experiencias de un actor”,

de su autoría.

Mi confesión