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CULTO A LAS IMAGENES
1. Los catlicos adoran las imgenes?
No, los catlicos no adoran las imgenes.
Las imgenes son representaciones de Nuestro Seor Jesucristo, de la Santsima Virgen, de los ngeles o de los
Santos, que nos ayudan a recordarlos, a amarlos y a invocarlos.
Es anlogo a lo que sucede con las fotografas de nuestros seres queridos: cuando tenemos el gusto de mirarlas,
estamos pensando en las personas representadas, y no en las fotografas en cuanto pedazos de papel.
2. Pero no dice la Biblia que est prohibido hacer imgenes?
No. Lo que Dios prohibi fue adorar a las imgenes.
En el Antiguo Testamento Dios prohibi a los hebreos que hicieran imgenes, no porque se tratase de algo malo
en s mismo, sino por causa de las circunstancias: los israelitas vivan en medio de pueblos paganos idlatras (es
decir, que crean que las estatuas eran dioses o tenan propiedades divinas, y por eso las adoraban) y tenan
mucha tendencia a imitarlos. Para evitar que cayesen en el error de los paganos, Dios prohibi la representacin
de la divinidad por medio de pinturas o estatuas (xodo 20, 4-5; Deuteronomio 5, 6-10)
Sin embargo, el mismo Dios mand varias veces que los judos hicieran estatuas o representaciones simblicas.
3. En qu parte de la Biblia estn esas rdenes?
Esas rdenes estn en varias partes de las Sagradas Escrituras.
En el libro del xodo (que narra la huda de los judos de la esclavitud en Egipto), Dios les mand que hicieran
imgenes que representasen a los Querubines, para que fuesen colocadas a los lados de la cubierta del Arca de la
Alianza (xodo 25, 17-22)
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En otra ocasin, cuando los judos se rebelaron contra Moiss en el desierto, fueron castigados por Dios.
Arrepentidos, pidieron perdn. Entonces Dios le mand a Moiss que hiciera una serpiente de bronce como una
seal: todos aquellos que estuviesen heridos y la mirasen, seran curados (Nmeros 21, 8) Esa serpiente de
bronce simbolizaba a Nuestro Seor Jesucristo, conforme fue certificado por el mismo Salvador: "Al modo que
Moiss en el desierto levant la serpiente de bronce; as es menester que el Hijo del hombre sea levantado; para
que todo aquel que crea en l, no perezca, sino que logre la vida eterna" (Jn. 3, 14-15)
En fin, por orden expresa de Dios, tambin Salomn, al construir el Templo de Jerusaln, puso significativas
imgenes que servan de adorno y de instruccin para el pueblo (III Reyes 6, 23-32; 7, 25-30; I Crnicas 28, 17-
19, etc.)
4. Y en el Nuevo Testamento, tampoco hay prohibicin de hacer imgenes?
En el Nuevo Testamento no hay prohibicin alguna de hacer imgenes. Se mantiene slo la prohibicin a la
idolatra; es decir, de considerar a las imgenes como dioses y adorarlas: "Adorars al Seor Dios tuyo, y a l solo
servirs." (Lc. 4, 8. Ver tambin I Tesalonicenses 1, 9; I Corintios 5, 10; Efesios 5, 5; I Juan 5, 21)
5. Usa la Biblia alguna vez figuras simblicas de Dios?
S. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento encontramos figuras y smbolos para referirse a Dios: el
profeta Daniel habla del anciano lleno de das, para sugerir la eternidad de Dios (Daniel 7, 9-10); el Divino
Espritu Santo se manifest en forma de paloma y de lenguas de fuego (Mt. 3, 16; Mc. 1, 10; Lc. 3,22; Jn. 1, 32;
Hechos 2, 3)
6. Por qu hacer pinturas o imgenes de Jess, de la Virgen y de los Santos?
Cristo Nuestro Seor y su pursima Madre, as como los Santos, tienen una fisonoma humana. Representar esa
fisonoma para ayudarnos a que nos acordemos mejor de ellos y a pedir su intercesin, no slo no est
prohibido, sino que es recomendable.
7. Cundo comenzaron los catlicos a hacer imgenes?
Desde el inicio del Cristianismo. En las catacumbas (lugares de Roma donde los primeros cristianos se escondan
de las tropas imperiales para poder practicar la Religin) ya encontramos dibujos y figuras representando a
Cristo. Los escritores sacros de los comienzos de la Iglesia, los historiadores y arquelogos, as como los
decretos de los Concilios Ecumnicos, certifican la antigedad de esa prctica.
8. Rezar a Nuestra Seora, a los ngeles y a los Santos no es contrario a la enseanza de que Jesucristo es el
nico Mediador entre Dios y los hombres?
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Es verdad que San Pablo afirma que "uno es Dios, y uno tambin el mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre" (I Timoteo 2, 5)
Sin embargo, la afirmacin de la mediacin de Cristo no excluye que pueda haber otros mediadores secundarios,
pues el propio Apstol es el primero en pedir la intercesin de otros para con Dios.
Por ejemplo, en su Carta a los Cristianos de Roma, San Pablo hace la siguiente splica: "Entre tanto, hermanos, os
suplico por Nuestro Seor Jesucristo, y por la caridad del Espritu Santo, que me ayudis con las oraciones que
hagis a Dios por m" (Romanos 15, 30) Y, en su segunda carta a los fieles de la ciudad griega de Corinto,
escribe: "Dios [...] el cual nos ha librado y nos libra de tan graves peligros, y en quien confiamos que todava nos
ha de librar, ayudndonos vosotros tambin con vuestras oraciones" (II Corintios 1, 9-11)
Ahora bien, si no fuera lcito recurrir a la intercesin de Mara Santsima, porque sera contrario a la mediacin de
Cristo, el Apstol no hubiera dado l mismo el ejemplo pidiendo para s las oraciones de los fieles.
9. Cmo se explica la mediacin de Nuestra Seora, de los ngeles y de los Santos?
Nuestro Seor Jesucristo es el nico mediador entre Dios y los hombres, como ensea San Pablo. Siendo al
mismo tiempo Dios y hombre, l une los dos extremos que necesitan ser reconciliados, el hombre y Dios.
No obstante, esa mediacin absoluta de Cristo no impide que haya otras mediaciones subordinadas y
dependientes de la suya (cfr. Gal. 3, 19)
La Santsima Virgen fue el instrumento del que Dios quizo valerse para la Encarnacin del Verbo, escogindola
como Madre de Jesucristo, el Mediador universal. Mara tiene una relacin y una unin tan ntima con su Divino
Hijo que, por los mritos de l, puede Ella obtener que nos conceda las gracias divinas.
No se trata, pues, de una mediacin diferente de la mediacin de Nuestro Seor, sino de una participacin, por
voluntad divina, en la mediacin de Jesucristo; una asociacin de la Madre a la mediacin de su Divino Hijo.
De modo semejante, los Santos y los ngeles estn unidos a Dios por su amor y fidelidad; son los amigos de
Dios y Dios no dejar de atender sus pedidos. As, podemos recurrir a ellos para obtener el auxilio del Cielo.
10. Entonces, venerando a Mara Santsima y recurriendo a Ella estamos agradando a Dios?
Perfectamente. Obrando as estamos imitando al Arcngel San Gabriel, que la salud de parte del mismo Dios:
"Dios te salve, oh llena de gracia!" (Lc. 1, 28); y estamos haciendo lo mismo que Santa Isabel que, llena del
Espritu Santo, exclam: "Bendita tu eres entre [todas] las mujeres" (Lc. 1, 42)
11. Existe en la Biblia alguna prueba de que debemos imitar en eso al Arcngel San Gabriel y a Santa Isabel?
S. La propia Virgen profetiz que esa veneracin le sera prestada hasta el fin del mundo. Respondiendo a la
salutacin de su prima, Ella enton el bellsimo cntico de accin de gracias dirigido a Dios, en el cual proclam:
"ya desde ahora me llamarn Bienaventurada todas las generaciones" (Lc. 1, 48)
12. Se puede probar segn los Evangelios la eficacia de la intercesin de Mara?
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Los Evangelistas atestiguan la eficacia de la intercesin de Mara Santsima para alcanzarnos favores, ya sean de
orden espiritual o material.
San Lucas presenta a Nuestra Seora santificando a San Juan Bautista cuando todava l estaba en el vientre
materno. Al visitar a su prima Santa Isabel, sta, llena del Espritu Santo, exclam: "Bendita tu eres entre [todas]
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre! Y de dnde a m tanto bien que venga la Madre de mi Seor a
visitarme? Pues lo mismo fue penetrar la voz de tu salutacin en mis odos, que dar saltos de jbilo la criatura en
mi vientre" (Lc. 1, 42-45)
La intercesin de Mara Santsima, incluso para pedidos de orden material, es resaltada por San Juan en el
episodio de las bodas de Can. Falt vino en la fiesta del matrimonio al que Nuestro Seor y su Santa Madre
haban asistido. Mara tuvo pena de los recin casados por la humillacin que iban a pasar. Se dirigi entonces a
su hijo, pidindole que hiciera un milagro. Por insistencia de Mara, l transform el agua en vino, realizando as
su primer milagro pblico (Jn. 2, 1-11)