cuerpo al culto

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Entender la existencia humana a partir de la teoría de la complejidad es enriquecedor. Somos seres complejos, vale decir, en los que se da la convergencia de un sinnúmero de factores, materiales, biológicos, energéticos, espirituales, terrenales y cósmicos. Poseemos una exterioridad con la cual nos hacemos presentes unos a otros y pertenecemos al universo de los cuerpos. Y tenemos una interioridad, habitada por vigorosas energías positivas y negativas que forman nuestra individualidad psíquica. Somos portadores de la dimensión de lo profundo por donde rondan las preguntas más significativas del sentido de nuestro paso por este mundo. Estas dimensiones conviven e interactúan permanentemente influenciándose unas a otras y moldean eso que llamamos el ser humano. Todo en nosotros tiene que ser cuidado, si no, perdemos el equilibrio de las fuerzas que nos construyen y nos deshumanizamos. Al abordar el tema del cuidado del cuerpo es menester oponerse conscientemente a los dualismos que la cultura persiste en mantener: por un lado el «cuerpo», desvinculado del espíritu y por otro el «espíritu» desmaterializado de su cuerpo. Y así perdemos la unidad de la vida humana. La propaganda comercial explota esta dualidad, presentando el cuerpo no como la totalidad de lo humano, sino parcializándolo, sus músculos, sus manos, sus pies, en fin, sus distintas partes. Las principales víctimas de esta fragmentación son las mujeres, pues la visión machista se refugió en el mundo mediático del marketing usando partes de la mujer, sus pechos, su sexo y otras partes, para seguir haciendo de la mujer un «objeto» de consumo de hombres machistas. Debemos oponernos firmemente a esta deformación cultural.

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Entender la existencia humana a partir de la teoría de la complejidad es enriquecedor. Somos seres complejos, vale decir, en los que se da la convergencia de un sinnúmero de factores, materiales, biológicos, energéticos, espirituales, terrenales y cósmicos.

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Entender la existencia humana a partir de la teora de la complejidad es enriquecedor. Somos seres complejos, vale decir, en los que se da la convergencia de un sinnmero de factores, materiales, biolgicos, energticos, espirituales, terrenales y csmicos. Poseemos una exterioridad con la cual nos hacemos presentes unos a otros y pertenecemos al universo de los cuerpos. Y tenemos una interioridad, habitada por vigorosas energas positivas y negativas que forman nuestra individualidad psquica. Somos portadores de la dimensin de lo profundo por donde rondan las preguntas ms significativas del sentido de nuestro paso por este mundo. Estas dimensiones conviven e interactan permanentemente influencindose unas a otras y moldean eso que llamamos el ser humano. Todo en nosotros tiene que ser cuidado, si no, perdemos el equilibrio de las fuerzas que nos construyen y nos deshumanizamos. Al abordar el tema del cuidado del cuerpo es menester oponerse conscientemente a los dualismos que la cultura persiste en mantener: por un lado el cuerpo, desvinculado del espritu y por otro el espritu desmaterializado de su cuerpo. Y as perdemos la unidad de la vida humana. La propaganda comercial explota esta dualidad, presentando el cuerpo no como la totalidad de lo humano, sino parcializndolo, sus msculos, sus manos, sus pies, en fin, sus distintas partes. Las principales vctimas de esta fragmentacin son las mujeres, pues la visin machista se refugi en el mundo meditico del marketing usando partes de la mujer, sus pechos, su sexo y otras partes, para seguir haciendo de la mujer un objeto de consumo de hombres machistas. Debemos oponernos firmemente a esta deformacin cultural. Tambin es importante rechazar el culto al cuerpo promovido por la infinidad de gimnasios y otras forma de trabajo sobre la dimensin fsica, como si el hombre/mujer-cuerpo fuese una mquina desposeda de espritu que busca desarrollos musculares cada vez mayores. Con esto no queremos de ninguna manera desmerecer los distintos tipos de ejercicios de gimnasia al servicio de la salud y de una mayor integracin cuerpo-mente, los masajes que renuevan el vigor del cuerpo y hacen fluir las energas vitales, en particular las disciplinas orientales como el yoga, que favorece tanto una postura meditativa de la vida, o el incentivo a una alimentacin equilibrada, incluyendo tambin el ayuno, bien como ascesis voluntaria o como forma de armonizar mejor las energas vitales. El vestuario merece una consideracin especial. No solo tiene una funcin utilitaria para protegernos de las intemperies. Tambin tiene que ver con el cuidado del cuerpo, pues el vestuario representa un lenguaje, una forma de revelarse en el teatro de la vida. Es importante cuidar de que el vestuario sea expresin de un modo de ser y que muestre el perfil humano y esttico de la persona. Es especialmente significativo en la mujer pues ella tiene una relacin ms ntima con su propio cuerpo y con su apariencia. Nada ms ridculo y demostrativo de anemia de espritu que las bellezas construidas a base de botox y de cirugas plsticas innecesarias. Sobre este embellecimiento artificial hay montada toda una industria de cosmticos y de prcticas de adelgazamiento en clnicas y spas que difcilmente sirven a una dimensin ms integradora del cuerpo. Esto no quiere decir que haya que invalidar los masajes y los cosmticos importantes para la piel y para el justo embellecimiento de las personas. Pero hay una belleza propia de cada edad, un encanto que nace del trabajo de la vida y del espritu en la expresin corporal del ser humano. No hayphotoshop que sustituya la ruda belleza del rostro de un trabajador tallado por la dureza de la vida, los rasgos faciales modelados por el sufrimiento. La lucha de tantas mujeres trabajadoras en el campo, en las ciudades y en las fbricas dej en sus cuerpos otro tipo de belleza, frecuentemente con una expresin de gran fuerza y energa. Hablan de la vida real y no de la vida artificial y construida. Por el contrario, las fotos trabajadas de los iconos de la belleza convencional, casi todos moldeados por tipos de belleza a la moda, mal disfrazan la artificialidad de la figura y la vanidad frvola que ah se revela. Tales personas son vctimas de una cultura que no cultiva el cuidado propio de cada fase de la vida, con su belleza y luminosidad, y tambin con las marcas de una vida vivida que dej estampada en el rostro y en el cuerpo las luchas, los sufrimientos, las superaciones. Tales marcas crean una belleza singular y una luminosidad especfica, en vez de fijar a las personas en un tipo de perfil de un pasado ya vivido. Cuidamos positivamente del cuerpo regresando a la naturaleza y a la Tierra, de las cuales nos habamos exiliado hace siglos, con una actitud de sinergia y de comunin con todas las cosas. Esto significa establecer una relacin de biofilia, de amor y de sensibilizacin hacia los animales, las flores, las plantas, los climas, los paisajes y la Tierra. Cuando nos la muestran desde el espacio exterior esas preciosas imgenes del globo terrestre trasmitidas por los telescopios o por las naves espaciales, irrumpe en nosotros un sentido de reverencia, de respeto y de amor por nuestra Gran Madre, de cuyo tero venimos todos. Ella es pequea, cosmolgicamente ya envejecida, pero radiante y llena de vida. Tal vez el mayor desafo para el ser humano-cuerpo consiste en lograr un equilibrio entre la autoafirmacin sin caer en la arrogancia y el menosprecio de los otros, y la integracin en un todo mayor, la familia, la comunidad, el grupo de trabajo y la sociedad, sin dejarse masificar y caer en una adhesin acrtica. La bsqueda de este equilibrio no se resuelve de una vez por todas, debe de ser trabajada diariamente, pues se nos pide en cada momento. Hay que encontrar el balance adecuado entre las dos fuerzas que nos pueden desgarrar o integrar. El cuidado de nuestro estar-en-el-mundo incluye tambin nuestra dieta: lo que comemos y bebemos. Hacer del comer ms que un acto de nutricin, un rito de celebracin y de comunin con los otros comensales y con los frutos de la generosidad de la Tierra. Saber escoger los productos orgnicos o los menos quimicalizados. De ah resulta una vida sana que asume el principio de precaucin contra eventuales enfermedades que nos pueden sobrevenir por el ambiente degradado. De esta manera el ser humano-cuerpo deja transparentar su armona interior y exterior, como miembro de la gran comunidad de vida.

El cuerpo objeto de culto y odioBelleza, delgadez, juventud, imagen. El cuerpo est en el centro de las preocupaciones de una sociedad que, paradjicamente, est sentada en el auto y en la oficina, frente al computador la mayor parte del tiempo.El socilogo y antroplogo francs David Le Breton ha estudiado esa relacin de amor-odio de los hombres y mujeres de nuestro tiempo con su cuerpo durante ms de dos dcadas desde su ctedra en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Estrasburgo, conocimientos que ha plasmado en libros tales como Antropologa del cuerpo y modernidad (1990), Adis al cuerpo (1999) y La sociologa de cuerpo (2002), entre otros ttulos. Ahora la profundiza en Rostros, un ensayo de antropologa que sirvi de excusa para conversar con l.Qu papel que le asignamos al cuerpo hoy en da? .En los ltimos aos se desarroll un mercado del cuerpo que alimenta una preocupacin por la apariencia, la juventud, la seduccin, la belleza, la delgadez... Y tambin el cuerpo est en el centro de las preocupaciones en trminos de salud, por las actividades fsicas y deportivas que muchos practican para mantenerse en forma. Lo paradjico es que para muchos de nuestros contemporneos el cuerpo no les sirve para casi nada. Por eso yo he hablado del tema de la humanidad sentada. Y es en ese contexto de subutilizacin del cuerpo nace el sentimiento de no sentirse bien en el propio pellejo. Esa subutilizacin del cuerpo provoca una fatiga nerviosa.Cmo interpreta el auge de dietas, ejercicios y cirugas, que presuponen un culto al cuerpo? .Creo que hay un culto ambivalente del cuerpo: por un lado hay un odio por el cuerpo y por el otro una pasin por el cuerpo. Lo que usted menciona como el culto del cuerpo es la voluntad de modelar el cuerpo, de trabajarlo. El cuerpo que no fue trabajado no resulta un cuerpo interesante. La sociedad convirti el cuerpo en un accesorio, una suerte de materia prima con la que podemos construir un personaje. Y la gente que no trabaja su cuerpo es sealada como aquella que se deja estar, y es excluida. Tienen mala reputacin. Como si fueran personas moralmente cuestionables porque no juegan el juego.Nos uniformamos cada vez ms a nivel de la esttica corporal A qu atribuye esto? .Es la tirana de la apariencia, que se da con mucha ms frecuencia en Estados Unidos y en Amrica Latina, donde la mujer, en muchos casos, slo vale por lo que es su cuerpo. El hombre rara vez es juzgado por su cuerpo, si bien el mercado se est ampliando para alcanzarlo en determinados cuidados estticos. No obstante, la proporcin an es mayor entre las mujeres, que sobre todo en sociedades cultural y econmicamente ms pobres, donde muchas slo ven la salvacin a travs de sus cuerpo, su nico medio para un ascenso social. Una estudiante colombiana que hizo su tesis conmigo trabaj sobre las cirugas estticas en mujeres colombianas cuyo sueo era convertirse en amantes o esposas de los narcotraficantes, con la conviccin de que para serlo deban tener una buena figura, pechos de determinada medida. Se operan buscando dinero y poder. Slo el cuerpo las puede salvar.Usted ha dicho que no hay un vnculo con el mundo que no pase primero por los sentidos. Hay algunos ms importantes que otros hoy en da? .Hay dos sentidos que se encuentran privilegiados en el mundo contemporneo.Uno es la vista; estamos en una sociedad del look, de la imagen, del espectculo; una sociedad donde todo tiene que estar a la vista, donde todo es visual. Otro sentido muy presente es el del odo: en particular por la importancia que ha cobrado la utilizacin permanente del telfono celular, la importancia que an tiene la televisin, la radio, pero tambin del ruido que nos rodea, del trnsito, de la ciudad. El tacto es un sentido olvidado en nuestras sociedades: en un principio no hay que tocar a los otros y cuando se hace es de una manera muy ritualizada.Hay fantasas, como las de la pelcula Avatar , que juegan con la posibilidad de transmigrar de un cuerpo a otro para vivir otra vida. Por qu eso nos fascina tanto? .Creo que es una consecuencia de ese odio por el cuerpo. Es un odio absoluto, radical. El personaje de Avatar es un hombre discapacitado, pero cuando est en el universo virtual cumple proezas fsicas extraordinarias. Lo que nos dice Avatar es que el cuerpo nos hace echar races sobre la muerte o sobre la enfermedad o la discapacidad. Habla de la fragilidad y de lmites muy estrechos, mientras que en el universo de lo virtual no hay lmites. Pero El hecho de no ser inmortales nos hace vivir con fervor. Si perdemos nuestro cuerpo, est claro que perdemos toda la sensorialidad del mundo, todo el sabor del mundo... Cules podran ser las sensaciones del hombre virtual? Ninguna. Sera un universo de pura racionalidad, de un puritanismo absoluto; es el universo de la informacin. Y la informacin no tiene sabor, ni tacto, ni deseo, ni nada. Sera un universo sin humanidad.Se puede vislumbrar un futuro positivo, de reencuentro con el cuerpo? .S, hay una dimensin positiva y feliz de encuentro con el cuerpo. Un ejemplo es el auge del caminar. Vemos en Europa y en los Estados Unidos cada vez ms decenas de millones de personas que caminan, no desde el culto obsesivo del cuerpo, sino desde el reencuentro con el placer de existir. Es una manera de usar todos los recursos corporales, sensoriales: la persona que camina encuentra la plenitud del sentido de su existencia. Me gusta analizar la caminata como una forma de resistencia.INTERNET, UNIVERSO DE LA MSCARA.Yo creo que Internet es el universo de la mscara, aun cuando est presente una foto del rostro del otro, porque no es una presencia viva del otro. Y por eso podemos hacerle creer cualquier cosa. Se sabe que las nuevas generaciones suelen multiplicar sus seudnimos en las redes y en los sitios de chateo: van probando personajes para saber quines son. Se hacen pasar por mujeres, por gente mayor o ms joven... Como dicen los norteamericanos: "en Internet nadie sabe que usted es un perro". En Internet uno no es ms que quien dice ser, un relato que hace sobre s mismo. Y eso tiene que ver con el universo de las mscaras. Hay una construccin ficticia del mundo