cuentos tradicionales

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LA CENICIENTA POR QUÉ EL ABETO, EL PINO Y LA ENCINA CONSERVAN SUS HOJAS RATAPÓN LAS ZAPATILLAS ROJAS LOS DUENDES ZAPATEROS EL PASTORCILLO Y EL LOBO EL CAMPESINO Y EL DUENDE EL LEÓN Y EL RATÓN LOS MÚSICOS DE BREMEN La lectura es una actividad enriquecedora con la que podemos disfrutar mucho. Los niños imitan los comportamientos de los adultos; por eso, la influencia de la familia y la escuela en la adquisición del hábito lector es fundamental para lograr acercar a los más pequeños al apasionante mundo de la lectura. Concretamente, los cuentos constituyen el primer contacto de carácter literario que nuestros alumnos tienen con la lengua. Transmiten conocimientos y presentan situaciones y conflictos que los personajes han de resolver, ayudándolos a desarrollar la imaginación, la curiosidad y el pensamiento. Es decir, los cuentos transmiten cultura. Desde la escuela, se pueden aplicar algunas estrategias para que los niños descubran el universo de la literatura infantil y disfruten con él: El cariño con que los adultos leen cuentos a los niños o la magia que se crea en esos momentos son algunas vivencias que quedarán en ellos siempre asociadas a la lectura. Si conseguimos que nuestros alumnos disfruten escuchando y comprendiendo cuentos, estaremos fomentando el hábito de lectura y despertando su curiosidad por la lengua escrita. El tiempo en el aula destinado a la lectura de cuentos debería coincidir con periodos en los que los alumnos se muestren muy atentos y receptivos. La realización de dibujos, marionetas y teatros sobre los personajes y sucesos del cuento, una vez terminada la lectura, motivará a los niños, ya que estas actividades refuerzan la sensación de cercanía hacia ellos. La implicación de la familia en la adquisición del hábito lector es fundamental; por ello, desde la escuela, podemos colaborar para que participen en el desarrollo de actividades favorables hacia la lectura, como por ejemplo: Propiciar la biblioteca abierta. Por turnos, los alumnos llevarán a casa durante el tiempo pactado algún cuento de la biblioteca de aula para leerlo en familia; o también, cuentos creados por ellos o que deban crear conjuntamente con sus familiares. Organizar una exposición de cuentos de casa. Periódicamente, cada alumno traerá un cuento de casa que formará parte de la exposición. Por turnos, cada niño mostrará el cuento y comentará a sus compañeros quién se lo regaló, de qué trata, si le ha gustado mucho o poco y cuándo se lo leen sus familiares. La creación de un personaje mágico que anime a los niños a escuchar o leer las lecturas los ayudará a despertar su imaginación y entusiasmo por los libros. Como sugerencia proponemos el Duende de la biblioteca, que será una especie de «guardián» del país de los libros. Utilizando la plantilla que presentamos, este personaje se puede: Fotocopiar ampliado y colorearlo para colocarlo en algún lugar del rincón destinado a la lectura de cuentos. Se puede inventar colectivamente un nombre para él. Fotocopiar para cada alumno con el fin de que lo puedan llevar a casa y colocar donde se desee. En este cuaderno se incluyen propuestas de animación a la lectura de nueve cuentos tradicionales, propuestas que pueden adaptarse para ser aplicadas a otros cuentos: Cuentos tradicionales 5 años

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cuentos tradicionales infantil

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Page 1: cuentos tradicionales

• LA CENICIENTA

• POR QUÉ EL ABETO, EL PINO Y LA ENCINA CONSERVAN SUS HOJAS

• RATAPÓN

• LAS ZAPATILLAS ROJAS

• LOS DUENDES ZAPATEROS

• EL PASTORCILLO Y EL LOBO

• EL CAMPESINO Y EL DUENDE

• EL LEÓN Y EL RATÓN

• LOS MÚSICOS DE BREMEN

La lectura es una actividad enriquecedora con la que podemos disfrutar mucho. Los niños imitan los comportamientos de los adultos; por eso, la influencia de la familia y la escuela en la adquisición del hábito lector es fundamental para lograr acercar a los más pequeños al apasionante mundo de la lectura.

Concretamente, los cuentos constituyen el primer contacto de carácter literario que nuestros alumnos tienen con la lengua. Transmiten conocimientos y presentan situaciones y conflictos que los personajes han de resolver, ayudándolos a desarrollar la imaginación, la curiosidad y el pensamiento. Es decir, los cuentos transmiten cultura.

Desde la escuela, se pueden aplicar algunas estrategias para que los niños descubran el universo de la literatura infantil y disfruten con él:

• El cariño con que los adultos leen cuentos a los niños o la magia que se crea en esos momentos son algunas vivencias que quedarán en ellos siempre asociadas a la lectura. Si conseguimos que nuestros alumnos disfruten escuchando y comprendiendo cuentos, estaremos fomentando el hábito de lectura y despertando su curiosidad por la lengua escrita.

• El tiempo en el aula destinado a la lectura de cuentos debería coincidir con periodos en los que los alumnos se muestren muy atentos y receptivos.

• La realización de dibujos, marionetas y teatros sobre los personajes y sucesos del cuento, una vez terminada la lectura, motivará a los niños, ya que estas actividades refuerzan la sensación de cercanía hacia ellos.

• La implicación de la familia en la adquisición del hábito lector es fundamental; por ello, desde la escuela, podemos colaborar para que participen en el desarrollo de actividades favorables hacia la lectura, como por ejemplo:

– Propiciar la biblioteca abierta. Por turnos, los alumnos llevarán a casa durante el tiempo pactado algún cuento de la biblioteca de aula para leerlo en familia; o también, cuentos creados por ellos o que deban crear conjuntamente con sus familiares.

– Organizar una exposición de cuentos de casa. Periódicamente, cada alumno traerá un cuento de casa que formará parte de la exposición. Por turnos, cada niño mostrará el cuento y comentará a sus compañeros quién se lo regaló, de qué trata, si le ha gustado mucho o poco y cuándo se lo leen sus familiares.

• La creación de un personaje mágico que anime a los niños a escuchar o leer las lecturas los ayudará a despertar su imaginación y entusiasmo por los libros. Como sugerencia proponemos el Duende de la biblioteca, que será una especie de «guardián» del país de los libros. Utilizando la plantilla que presentamos, este personaje se puede:

– Fotocopiar ampliado y colorearlo para colocarlo en algún lugar del rincón destinado a la lectura de cuentos. Se puede inventar colectivamente un nombre para él.

– Fotocopiar para cada alumno con el fin de que lo puedan llevar a casa y colocar donde se desee.

En este cuaderno se incluyen propuestas de animación a la lectura de nueve cuentos tradicionales, propuestas que pueden adaptarse para ser aplicadas a otros cuentos:

Cuentos tradicionales 5 años

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El duEndE dE lA BIBlIOTECA

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Page 3: cuentos tradicionales

Cuento

La CenicientaHabía una vez un comerciante que tenía una hija. El comerciante estaba muy triste porque se había quedado viudo. Su hija estaba también muy apenada porque no tenía mamá.

El hombre decidió casarse otra vez. Su nueva esposa era una viuda estirada que tenía dos hijas muy tontas. Pronto, la viuda y sus hijas convirtieron a la niña en su criada.

La hacían limpiar, lavar y cocinar todo el día. Y como la pobre niña iba siempre llena de ceniza de los fogones, sus hermanastras la llamaban Cenicienta.

Un día llegó a la casa el cartero real con una invitación. El Príncipe iba a celebrar un baile al que invitaba a todas las muchachas del reino. Entre ellas elegiría a la que sería su esposa.

El día del baile, Cenicienta tuvo que ayudar a sus hermanastras a vestirse. Pero, a la hora de partir, no quisieron que Cenicienta las acompañara. ¡Decían que su ropa era muy fea!

Cenicienta se quedó sola llorando. De pronto, por arte de magia, apareció su hada madrina:

–No llores, Cenicienta. Tú también irás al baile.

–Convertiré tus harapos en un bonito vestido y tus chancletas en zapatos de cristal. Pero debes regresar antes de las doce de la noche, porque, si no lo haces, el hechizo se romperá.

Entonces, el hada tocó a Cenicienta con su varita mágica y, al momento, Cenicienta apareció con un vestido precioso y unos brillantes zapatitos. ¡Ya podía ir a la fiesta!

Cuando llegó al palacio, todos admiraron la belleza de Cenicienta. El Príncipe bailó con ella durante toda la noche. Pero, cuando sonaron las doce campanadas en el reloj, Cenicienta tuvo que salir corriendo.

El Príncipe intentó seguirla, pero solo encontró un zapatito de cristal que Cenicienta había perdido al huir. Al día siguiente, el Príncipe visitó todas las casas del reino buscando a la dueña de aquel zapato.

Cuando el Príncipe llegó a la casa de Cenicienta, sus hermanastras intentaron ponerse el zapato de cristal. Pero era muy pequeño y no les entraba.

Por último, Cenicienta se probó el zapatito. ¡Le quedaba perfectamente! Por eso, como pasa en los cuentos, se casó con el Príncipe y se fue a vivir a su hermoso palacio.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 4: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha traído un zapatito de baile (forrar un par de zapatos con papel de aluminio y decorarlos con algún lazo, hebilla, gomets…). Mostrar uno y mantener escondido el otro hasta ser utilizado. El duende dice que este zapato pertenece a un cuento; ¿sus protagonistas serán bailarines?, ¿será la historia de alguien que perdió un zapato?…

Preparar una caja de recuerdos. En ella iremos guardando objetos relacionados con el cuento que nos servirán para realizar juegos de identificación, atención, memoria, etc., lo que estimulará la imaginación y la creatividad.

Cuento: La CenicientaPropuestas didácticas

Actividades antes de la lectura• Pedir a los niños que describan el zapato dejado

por el duende: tipo, forma, color, tamaño… Probar el zapato a algún alumno y comentar cómo le queda.

Destacar que solo tenemos un zapato y por lo tanto no podremos caminar o bailar porque tenemos dos pies y necesitamos dos zapatos. Introducir y explicar el término par.

Pedir a los alumnos que, por grupos, salgan de la clase y, mientras tanto, esconder la pareja del zapato dejado por el duende. Al regresar, los niños tratarán de encontrar el zapato siguiendo las indicaciones de la maestra que les orientará diciendo:

«frío, frío»; «caliente, caliente» o «quemando, quemando», según estén lejos, cerca o junto al zapato escondido. Una vez encontrado, se pondrá junto al otro zapato para formar la pareja.

• Preparar tarjetas de cartulina con el dibujo de distintos tipos de zapatos, de modo que haya un zapato en cada tarjeta, teniendo en cuenta que en el desarrollo del juego los niños deberán emparejarlos. Repartir una tarjeta a cada niño y pedir que caminen por el aula al ritmo de la música; al detenerla, cada jugador buscará la tarjeta del zapato que le falta para formar el par.

Actividades durante la lectura• Mostrar la portada del cuento

y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

Actividades después de la lectura• Explicar a los alumnos las palabras desconocidas:

comerciante, viudo, apenada, hermanastra, ceniza, fogones, harapos, chancletas…

• Jugar a cambiar el cuento proponiendo a los niños imaginar nuevas situaciones a las que ellos deberán dar soluciones: ¿Qué pasaría si no apareciera el hada? ¿Cómo podríamos ayudar a Cenicienta? ¿Cómo podría llegar a la fiesta? Y si no hubiera perdido el zapato, ¿cómo la hubiera encontrado el príncipe?…

• Pedir a los niños que imaginen cómo se sentía Cenicienta teniendo que hacer todo el trabajo de la casa. Reflexionar sobre ello

a partir de preguntas como: ¿Es justo que una persona cargue con todo el trabajo? ¿Cómo creéis que deben sentirse papá y mamá cuando sus hijos no recogen los juguetes o no quieren ayudar en la casa?…

• Hablar sobre la actitud egoísta de las hermanastras y la bondad de Cenicienta. Destacar que actuar correctamente, y ser generosos, amables y colaboradores con los demás, ayuda a convivir en paz.

• Guardar en la caja de los recuerdos el zapato dejado por el duende para utilizarlo en otras ocasiones.

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Page 5: cuentos tradicionales

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Cuento: La CenicientaFotocopiable 1

• Decorar el zapato con trocitos de papel, purpurina, bolitas de papel de aluminio o de seda, etc.

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Page 6: cuentos tradicionales

Cuento: La CenicientaFotocopiable 2

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Colorear a Cenicienta. Rodear al personaje que la ayudó para poder ir al baile.

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Page 7: cuentos tradicionales

Cuento

Por qué el abeto, el pino y la encina conservan sus hojasÉrase una vez un pajarito que vivía en un frondoso bosque. Un día de otoño, el viento sopló tan fuerte que hizo caer al suelo al pajarito.

El pobre pajarito se rompió un ala al caer. Por eso no pudo viajar con los otros pájaros a ese lugar cálido al que las aves van a pasar el invierno.

Cuando empezó a hacer frío, el pajarito se acercó a un enorme álamo y le preguntó:

–Por favor, ¿puedo abrigarme con tus ramas cuando llegue el invierno?

El álamo contestó:

–¡Ni se te ocurra! No puedo estar pendiente de ti.

Y el pobre pajarillo no tuvo más remedio que marcharse.

Después, el pajarillo se acercó al roble.

–Roble, ¿puedo protegerme del mal tiempo entre tus hojas?

–¡Ni hablar! ¡No me gusta que los pajarillos anden entre mis hojas! –contestó el roble.

El pajarito, cada vez más preocupado, fue hacia el sauce.

–Sauce, ¿puedo resguardarme del fuerte viento en tu tronco?

–¡No! Si te dejo vivir en mi tronco, lo mancharás con tus plumas.

Entonces, el pajarito se acercó al abeto.

–Abeto, ¿puedo pasar el invierno entre tus ramas?

Y el abeto respondió:

–¡Claro! ¡Yo te protegeré del frío!

El pino, que lo había oído todo, dijo:

–Pajarito, yo también te ayudaré. Y, cuando sople el viento, me doblaré hacia el abeto. Así, entre los dos te abrigaremos mejor.

La encina, que estaba muy cerca, añadió:

–¡Sí, pajarito, quédate! Y, si tienes hambre, puedes comer mis bellotas.

El pajarito, contento, decidió quedarse con aquellos árboles.

Un día, por fin, llegó el invierno y le dijo al viento:

–Viento, puedes jugar a arrancar las hojas de todos los árboles del bosque. De todos, menos de los tres que han ayudado al pajarito.

Entonces, el viento sopló y sopló con fuerza hasta cubrir todo el bosque de hojas. Pero, como era muy obediente, no tocó al abeto, ni al pino, ni a la encina.

Y, por eso, aquellos tres árboles fueron los únicos que conservaron sus hojas ese invierno… y el siguiente… y el siguiente…

Y así pasó y pasará siempre.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 8: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha dejado unas ramitas (o foto) de abeto, de pino o de encina. ¿De qué tratará el cuento de hoy? ¿Será de árboles? ¿Hablará de la Navidad?…

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura•Mostrar a los alumnos fotos o dibujos

de árboles con y sin hojas; preguntar: ¿Qué les habrá pasado a los árboles sin hojas? ¿Estarán enfermos? ¿Se habrán dormido?…

Comentar que en este cuento vamos a conocer el motivo por el que a algunos árboles se les caen las hojas.

Explicar que la historia transcurre durante el otoño; recordar los cambios que esta estación provoca en la naturaleza: llueve, hace viento y más frío, los pájaros emigran, se caen las hojas de los árboles…

Actividades durante la lectura•Mostrar la portada del cuento y describirla

colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

Actividades después de la lectura• Realizar preguntas a los alumnos para

garantizar la comprensión del cuento y la sucesión correcta de los principales momentos: presentación, nudo y desenlace.

• Explicar las palabras desconocidas por los niños que puedan presentarles alguna dificultad: frondoso, cálido, protegerse, resguardarse, conservar…

•Mostrar fotografías de los árboles que aparecen en el cuento y preguntar a los alumnos si reconocen alguno. Nombrarlos y hablar de sus características:

– El abeto es el árbol de la Navidad.

– El pino da piñas.

– El álamo tiene las hojas plateadas.

– La encina y el roble dan bellotas.

•Dibujar los árboles en la pizarra y escribir al lado sus nombres. Entregar a los niños tiras de cartulina con los nombres de los árboles escritos. Mostrar de nuevo las fotografías y pedir que elijan y muestren la etiqueta que les corresponde.

•Modelar troncos de árboles de plastilina de color marrón; añadir las ramas y hojas (amarillas, verdes o naranjas) o, si lo prefieren, dejar sin hojas. Verbalizar qué tipo de árboles han modelado.

• Recortar o picar, en cartulinas de colores, diversos tipos de hojas; pegarlas en una cinta de cartulina y colocar alrededor de la cabeza para realizar una corona de otoño.

•Aprender el poema siguiente:

¡Madre mía, cómo llueve!¿Y en los pies qué nos pondremos?Abriremos el paraguas…¡Unas botitas de agua!

•Hablar sobre cómo se debió de sentir el pajarito cuando sus amigos se marcharon y algunos árboles se negaron a ayudarle.

Comentar que las buenas acciones siempre tienen recompensa. Hablar sobre la importancia de prestar ayuda a los demás.

•Guardar en la caja de recuerdos las hojas para utilizarlas en otras ocasiones.

Cuento: Por qué el abeto, el pino y la encina conservan sus hojas

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Page 9: cuentos tradicionales

Cuento: Por qué el abeto, el pino y la encina conservan sus hojas

Fotocopiable 1

• Colorear y picar el pajarito y las alas. Escribir el propio nombre en una de las alas.

• Montar introduciendo las alas en las ranuras.

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Page 10: cuentos tradicionales

Cuento: Por qué el abeto, el pino y la encina conservan sus hojas

Fotocopiable 2

ROBLE

PINO

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Dibujar una cara enfadada en el tronco del árbol que no ayudó al pajarito.

• Picar el pajarito y pegarlo en el árbol que le dio cobijo.

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Page 11: cuentos tradicionales

Cuento

RatapónHabía una vez un pequeño conejito gris llamado Ratapón. Ratapón vivía con su mamá en una acogedora madriguera del bosque.

Todas las mañanas, la mamá de Ratapón salía al bosque a buscar comida. Mientras tanto, Ratapón se quedaba solo en la madriguera.

–Ya sabes, Ratapón, quédate quieto y calladito para que el zorro o el águila no te encuentren –le decía la mamá antes de salir.

A veces, Ratapón oía cantar a los pájaros o escuchaba el ruido de los saltamontes al brincar. ¡Cuánto le gustaría asomar la cabeza para poder ver todo aquello!

Pero Ratapón se acordaba de lo que le decía su mamá y se quedaba quieto y callado en su madriguera calentita.

Un día, Ratapón escuchó un ruido extraño que no había oído antes: psss, psss, psss.

–¿Qué será eso? –se preguntaba con curiosidad.

«La verdad es que ya no soy un conejito tan pequeño. ¡No me puede pasar nada si salgo un ratito a pasear!», pensó Ratapón.

Y decidió salir de la madriguera.

Pero nada más asomar la cabeza por la madriguera, Ratapón vio la horrible cara de una serpiente y echó a correr muy, muy asustado.

–¡Socorro! ¡Mamáaaa! –gritaba Ratapón mientras huía.

Por suerte, su mamá le oyó, se acercó corriendo y consiguió espantar a la serpiente.

–¡Qué susto me has dado! –le dijo su mamá dándole un beso–. ¿Ves lo que ha pasado por no hacerme caso?

Entonces Ratapón decidió obedecer a su mamá y no volver a salir solo de la madriguera hasta que fuera mayor.

Y aquella noche, Ratapón se durmió acurrucado, bien pegadito a su mamá, soñando con las aventuras que correría cuando fuese mayor.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 12: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha traído una zanahoria (natural o de juguete). ¿De quién será? ¿Sabéis a qué animal le gustan mucho las zanahorias?

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura

Actividades durante la lectura

Actividades después de la lectura

• Comentar a los niños que hoy vamos a conocer la historia de un conejo muy especial y un poco desobediente llamado Ratapón.

• Aprender el poema siguiente:

Ratapón es un conejo ¡Pon, pon! ¡Pon, pon! alegre y mimosón, ¿Quién es? ¿Quién es? con largas orejas ¡Soy yo! Saco la lenguay rabo de pompón. y me pongo al revés. (I. Díaz)

• Mostrar la portada del cuento y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

• Inventar pequeñas rimas partiendo del nombre de Ratapón, como por ejemplo: «Ratapón duerme en un cajón»; «Ratapón come jamón»… Seguir creando rimas a partir de los nombres de los alumnos.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

• Explicar los términos y las palabras desconocidos por los alumnos, como por ejemplo: acogedora, madriguera, curiosidad, horrible, huir, espantar, acurrucado…

• Aprender las siguientes adivinanzas y pedir a los alumnos que dibujen las soluciones:

Un animal sin pies se arrastra y dice: sssssssss… ¿Quién es?

(La serpiente)

¿Quién será… el de grandes alas y fuerte picoque al conejo se quiere llevar?

(El águila)

• Imaginar cómo debió de sentirse Ratapón al ver a la serpiente. ¿Qué sentiríais vosotros si os hubiera pasado? ¿Qué otros animales os

dan miedo? ¿Alguno os da risa? ¿Cuál os da ganas de abrazarlo? ¿Con cuál os entran muchas ganas de jugar?…

• Observar nuevamente las ilustraciones del cuento y preguntar: ¿Qué hace Ratapón cuando se queda solo en casa? ¿Qué otras cosas podría hacer? ¿Qué no se debe hacer?

• Imaginar y verbalizar lo que hubiese sucedido si no llega a acudir a tiempo la mamá de Ratapón. Recordar las ocasiones en las que han desobedecido a sus padres. Destacar que, aunque nos cueste acatar las normas, estas siempre van encaminadas a proteger nuestra seguridad.

• Guardar en la caja de recuerdos la zanahoria de juguete para utilizarla en otras ocasiones.

Cuento: Ratapón

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Page 13: cuentos tradicionales

Cuento: RatapónFotocopiable 1

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Colorear de gris al conejito.

• Pegar una bolita de algodón en la cola e hilos de lana como bigotes.

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Page 14: cuentos tradicionales

Cuento: RatapónFotocopiable 2

• Colorear, recortar y componer el puzle en un folio.

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Page 15: cuentos tradicionales

Cuento

Las zapatillas rojasHabía una vez una niña muy mimada y caprichosa. Se llamaba Sara. Un día, Sara salió a dar un paseo con su madre y con su abuela.

Por el camino, Sara se paró en el escaparate de una tienda. Allí había unas zapatillas rojas de ballet.

–¡Qué zapatillas más bonitas! ¡Mamá, cómpramelas! –dijo Sara.

Pero su madre le contestó:

–No, Sara. Ya tienes unas zapatillas azules muy bonitas. Y están nuevas. ¡No seas tan caprichosa!

Entonces Sara se enfadó muchísimo y cogió una rabieta tremenda. Chilló, lloró, pataleó… ¡No hubo forma de calmarla!

Esa noche, Sara soñó con las zapatillas rojas. Y en su sueño oyó una voz que decía:

–Sara, ¿quieres las zapatillas rojas? ¡Pues cógelas!

Un enanito con una larga barba blanca apareció también en su sueño y le dijo a la niña:

–¡No, Sara! Esas zapatillas no son tuyas. ¡No puedes cogerlas!

Pero Sara las cogió y se las puso. ¡Al fin tenía las zapatillas rojas que tanto le gustaban! Nada más ponérselas, Sara empezó a bailar y a bailar.

Cuando Sara se cansó de bailar, intentó parar, pero… ¡era imposible! Las zapatillas seguían moviéndose.

–¡Socorro! ¡No puedo dejar de bailar! –dijo Sara llorando.

Entonces, el enanito de la barba blanca volvió a aparecer.

–¡Por favor, enanito, ayúdame! ¡No volveré a coger nada sin pedir permiso antes! –suplicó Sara.

Al momento, el enanito rompió el hechizo y las zapatillas dejaron de bailar. Después le dijo a Sara:

–Ya ves lo que pasa por ser tan caprichosa. No lo olvides.

Sara iba a darle las gracias al enanito por haberla ayudado, pero entonces… ¡Sara se despertó!

–¡Menos mal! ¡Todo ha sido un sueño! –exclamó muy contenta.

Desde ese día, Sara no volvió a coger ninguna rabieta. Porque…, colorín colorado, en casa de Sara, los caprichos se han acabado.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 16: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha dejado un par de zapatillas de ballet de color rojo (dibujadas o reales). Parece que el cuento de hoy trata de la historia de una bailarina o tal vez… ¿será de zapateros?

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura

Actividades durante la lectura

Actividades después de la lectura

• Preguntar a los alumnos si conocen algún cuento que hable de zapatillas. Observar las zapatillas dejadas por el duende y describirlas: ¿Para qué servirán las cintas? ¿Qué baile necesita este tipo de calzado? ¿Todas las zapatillas de ballet son rojas?…

Mostrar ilustraciones, fotografías o vídeos relacionados con el ballet.

• Escuchar un fragmento de El lago de los cisnes o El vals de las flores. Pedir a los alumnos que, de puntillas, se muevan libremente al ritmo de la música y que se queden inmóviles cuando cese la música.

• Mostrar la portada del cuento y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

• Anunciar a los niños que vamos a conocer la historia de una bailarina que no podía parar de bailar.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

• Explicar las palabras y los términos desconocidos por los alumnos, como por ejemplo: mimada, caprichosa, escaparate, rabieta, patalear, romper el hechizo…

• Preguntar a los niños si recuerdan otros cuentos donde aparezcan zapatos especiales, como: Cenicienta, Pulgarcito, El gato con botas… Recordar y narrar sus argumentos.

• Proponer a los alumnos que se sienten en el suelo formando corros en grupos de cuatro o cinco jugadores. Cada vez será un niño quien dirija el juego; el director irá cantando a la vez que toca los pies de sus compañeros:

Zapatito rojo, zapatito azul, ¿cuántos años tienes tú?

El jugador señalado dirá su edad y el director del juego contará tantos pies como años

tenga su compañero. El jugador en cuyo pie haya recaído el último número lo esconderá.

Ganará el jugador que haya retirado antes sus dos pies del juego.

• Volver a leer los párrafos del cuento en los que se habla de las rabietas de Sara. Preguntar si ellos han tenido alguna vez una rabieta así y por qué motivo. ¿Cómo se sentían, bien o mal? ¿Estaban furiosos? ¿Se mostraban tristes? ¿Se enfadaron?

• Recordar que Sara se enfadó cuando le negaron algo que quería. ¿Tenía razón en enfadarse? ¿Qué le decía el enanito? Destacar que no podemos tener siempre todo lo que se nos antoje.

• Guardar en la caja de recuerdos las zapatillas dejadas por el duende para utilizarlas en otras ocasiones.

Cuento: Las zapatillas rojas

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Page 17: cuentos tradicionales

Cuento: Las zapatillas rojasFotocopiable 1

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Escribir el título del cuento en el espacio en blanco del escaparate.

• Rodear y colorear el objeto deseado por Sara.

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Page 18: cuentos tradicionales

Cuento: Las zapatillas rojasFotocopiable 2

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Terminar de dibujar el cuerpo de Sara; dibujarle otros zapatos distintos a las zapatillas y colorear.

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Page 19: cuentos tradicionales

Cuento

Los duendes zapaterosHabía una vez un matrimonio de zapateros muy, muy pobres. Eran tan pobres que apenas tenían dinero para comprar el cuero que necesitaban para hacer los zapatos.

Una noche, el zapatero preparó el único trozo de cuero que le quedaba. Con él haría el último par de zapatos. Pero tenía mucho sueño y se fue a dormir.

Cuando a la mañana siguiente se despertó, el zapatero encontró los zapatos terminados sobre su mesa.

–¿Quién los habrá hecho? –se preguntaba intrigado mirando aquellos preciosos zapatos.

Enseguida pensó: «¡Podré venderlos y, con el dinero que me den, compraré más cuero!».

El zapatero fue al mercado y vendió los zapatos. Después, compró más cuero.

Al volver a casa, el zapatero le contó a su mujer lo ocurrido. Entonces, acordaron un plan:

–Esta noche dejaremos más cuero. Luego, nos esconderemos en el armario y esperaremos a ver qué pasa.

Cuando en el reloj dieron las doce, dos duendecillos entraron por la ventana. Iban vestidos con harapos y temblaban de frío. Entonces, los duendecillos cogieron el cuero y empezaron a trabajar.

Al amanecer, los duendes terminaron de hacer los zapatos y se marcharon sin hacer ruido. El zapatero y su mujer no salían de su asombro: ¡esos zapatos tan lindos los habían hecho unos duendes!

Al día siguiente, el zapatero volvió a vender los zapatos. Como era tan bonitos, le pagaron mucho dinero por ellos. Y con el dinero, compró más comida, cuero y leña para calentarse.

Pero la mujer del zapatero no hacía más que pensar en los duendecillos.

–Ahora nosotros no necesitamos nada, pero ellos seguro que tienen frío. Deberíamos ayudarlos –le dijo a su marido.

Y así hicieron. El zapatero y su mujer trabajaron todo el día para confeccionar vestidos y zapatos para los duendes. Cuando anocheció, tenían todo preparado y de nuevo se escondieron en el armario.

Lo mismo que la noche anterior, a las doce, los dos duendecillos entraron por la ventana. ¡Qué sorpresa se llevaron! ¡En vez de cuero, encontraron ropas y dos pares de botitas muy lindas!

Los duendes se vistieron con aquellas prendas tan abrigadas y se calzaron las botas. Después, se marcharon muy contentos en busca de otras personas que necesitaran su ayuda.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 20: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha dejado un trocito de cuero. ¿Para qué servirá este material? ¿Qué cuento querrá contarnos?

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura

Actividades durante la lectura

Actividades después de la lectura

• Explicar a los alumnos que el cuero es la piel de algunos animales y es el material con el que se hacen los zapatos. ¿Sabéis cómo se llaman las personas que hacen zapatos? Comentar que el cuento de hoy nos narrará la historia de unos zapateros muy pequeños y especiales: Los duendes zapateros.

• Conversar con los niños sobre los duendes: son enanitos de orejas puntiagudas y trabajan como guardianes de la naturaleza.

• Mostrar la portada del cuento y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

Son traviesos, juguetones y muy, muy listos. A algunos duendes les gusta cuidar de los libros, como a nuestro amigo el Duende de la biblioteca, y a otros, ayudar en el trabajo de las personas.

• Aprender el siguiente trabalenguas y mimarlo realizando movimientos rítmicos con las manos:

Tipi tape, tipi tape. Tipi tape zapatero,Tipi tape, tipi ton. zapatero remendón. (Fragmento; G. Verdiales)

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

• Realizar preguntas a los alumnos para garantizar la comprensión del cuento y la secuencia correcta de los principales momentos: presentación, nudo y desenlace.

• Explicar los términos desconocidos por los alumnos, como: mercado, harapos, abrigados, calzarse, leña…

• Comentar qué hace el zapatero y cuáles son sus herramientas y materiales de trabajo. Nombrar una serie de objetos; los niños levantarán los brazos si están relacionados con los zapatos, como por ejemplo: cordones, chaqueta, crema de zapatos, cepillos, peines, secador, suela…

• Proponer a los niños que imaginen oficios disparatados. Una vez elegidos, pensarán y dirán las herramientas y materiales que necesitarían para desempeñar su trabajo: zapatero de moscas, albañil de merengues, pintor de nubes, peluqueros de gallinas, bombero submarino…

Individualmente, elegir un oficio y dibujarse ejerciéndolo.

• Imaginar la alegría que sintió el zapatero al ver terminado su trabajo y la de los duendecillos al recibir sus regalos. Preguntar a los alumnos si se sienten ellos igual cuando reciben un obsequio por hacer algo bien hecho, como ayudar en casa, hacer bien las fichas del «cole», compartir sus juguetes…

• Hablar sobre las situaciones que se dan en el aula en las que los alumnos se ayudan entre sí. Recordar cómo agradecieron el zapatero y su mujer la ayuda que les prestaron los duendes. Incidir en la importancia de prestar ayuda a los demás y dar las gracias cuando se recibe una atención.

• Guardar en la caja de recuerdos el trocito de cuero para utilizarlo en otras ocasiones.

Cuento: Los duendes zapateros

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Page 21: cuentos tradicionales

Cuento: Los duendes zapaterosFotocopiable 1

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• Dibujarse a sí mismo junto a la mesa de trabajo.

• Tachar los objetos que no le sirven al zapatero para desarrollar su trabajo.

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Cuento: Los duendes zapaterosFotocopiable 2

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• Picar y pegar en los duendes la ropa y los zapatos nuevos.

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Page 23: cuentos tradicionales

Cuento

El pastorcillo y el loboHabía una vez un pastorcillo llamado Pedro. Pedro era muy travieso y un poco mentiroso. Junto con otros pastores, Pedro cuidaba de sus ovejas en un valle.

Un día, un pastor vio un lobo. Rápidamente, fue a buscar a los demás y les dijo:

–Hay un lobo cerca. Debemos tener cuidado con nuestras ovejas.

Todos los pastores acordaron turnarse para vigilar el valle. Si alguno veía al lobo, tenía que avisar a los demás. Así, las ovejas no correrían peligro.

Pero Pedro se aburría cuando tenía que vigilar. Una tarde decidió gastar una broma a los otros pastores:

–¡Cuidado, que viene el lobo! –gritó.

Al oírlo, los pastores salieron corriendo para ayudar a Pedro.

–¿Os habéis creído que venía el lobo? ¡Solo era una broma! –dijo Pedro al verlos llegar.

Los pastores, enfadados, le dijeron:

–Pedro, no debes gastarnos ese tipo de bromas. El lobo es muy, pero que muy peligroso. ¡No vuelvas a hacerlo!

Pero Pedro no hizo caso a los pastores y, al día siguiente, les volvió a gastar la misma broma:

–¡Cuidado! ¡Ayudadme, que viene el lobo! –gritó con todas sus fuerzas.

De nuevo, los pastores fueron corriendo y encontraron a Pedro tan tranquilo.

–¡Os lo habéis creído! –dijo Pedro. Esta vez, los pastores se enfadaron mucho más.

Al día siguiente, cuando Pedro estaba cuidando sus ovejas, oyó unos ruidos extraños.

–¿Qué será eso? –se preguntó. De pronto… ¡apareció el lobo dispuesto a comerse las ovejas!

Pedro, asustado, empezó a gritar:

–¡Socorro! ¡Socorro, que viene el lobo!

Pero los demás pastores creyeron que era otra broma y no fueron a ayudarlo.

Pedro se quedó sin ovejas. ¡El lobo se las había comido todas!

Al enterarse, los pastores le dijeron:

–Pedro, ¿ves lo que pasa por mentir? ¡Que nadie te cree cuando dices la verdad!

Después, los pastores decidieron darle a Pedro algunas de sus ovejas para que pudiera seguir trabajando en el valle con ellos.

Y ese día, Pedro comprendió lo importante que es decir la verdad.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 24: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha dejado sobre la mesa una ovejita de juguete porque el cuento de hoy trata de estos animales, de un lobo y de las personas que cuidan las ovejas. ¿Sabéis cómo se llama el oficio de estas personas? ¿En qué consiste su trabajo?

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura

Actividades durante la lectura

Actividades después de la lectura

• Explicar que el cuento que van a escuchar se llama El pastorcillo y el lobo.

Proponer a los niños jugar al escondite. Formar un corro donde un jugador en el centro hará de lobo, mientras el resto cantará:

Jugando al escondite el miedo nos quitó. en el bosque anocheció. Lobo… ¿estás ahí?El cuco cantando

• Mostrar la portada del cuento y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

El lobo responderá: ¡Me estoy poniendo los pantalones! (zapatos, chaqueta, gorra, etc.). Repetir la cantinela hasta que el lobo decida que ya está vestido y grite: ¡Sí! ¡Y os voy a comer! En ese momento el lobo correrá tras los jugadores para atrapar a uno que será el nuevo lobo.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

• Realizar preguntas para garantizar la comprensión del cuento y la secuencia correcta de los principales momentos: presentación, nudo y desenlace.

• Explicar los términos y las palabras desconocidos por los alumnos como: valle, correr peligro, gastar una broma, vigilar…

• Comentar que la palabra «solidaridad» significa prestar ayuda a los demás cuando lo necesiten. Volver a leer la primera parte del cuento haciendo hincapié en la escena en la que los pastores se ponen de acuerdo para ayudarse y vigilar.

• Proponer a los niños jugar a Lobos y ovejas; para ello, dividir a los alumnos en dos grupos: los lobos y las ovejas. Indicar que se sitúen en lugares alejados marcando claramente la «casa» de las ovejas donde los lobos no podrán entrar.

Los lobos, tumbados en el suelo, se harán los dormidos mientras las ovejas se acercarán a ellos gateando.

A una orden de la maestra, los lobos se despertarán y, también gateando, correrán tras las ovejas. Cada oveja capturada pasará a ser lobo.

• Observar las ilustraciones para localizar e identificar expresiones de enfado, miedo, tristeza y alegría en los rostros de los personajes. Pedir a los niños que, en cada caso, expliquen cuál creen que será el motivo de cada expresión.

• Preguntar a los alumnos si les parecen divertidas las bromas de Pedro; preguntar qué hubiesen hecho ellos. Insistir en la necesidad de decir siempre la verdad. Resaltar el comportamiento de los pastores que perdonan y ayudan de nuevo a Pedro.

• Guardar en la caja de recuerdos la ovejita de juguete dejada por el duende para utilizarla en otras ocasiones.

Cuento: El pastorcillo y el lobo

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Page 25: cuentos tradicionales

Cuento: El pastorcillo y el loboFotocopiable 1

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• Pegar bolitas de algodón en la ovejita.

• Completar el paisaje libremente.

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Page 26: cuentos tradicionales

Cuento: El pastorcillo y el loboFotocopiable 2

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• Localizar y colorear al lobo.

• Rodear las cuatro ovejas que aparecen en la escena.

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Page 27: cuentos tradicionales

Cuento

El campesino y el duendeHabía una vez un pobre campesino que trabajaba sin descanso en su pequeña tierra. Un día, apareció por allí un duendecillo.

Entonces, el duende le contestó:

–Soy un duende. Y acabo de encontrar por aquí un tesoro. Así que me lo voy a llevar.

El campesino protestó:

–¡Eso no es justo! Si el tesoro estaba en mi tierra, ¡es mío! ¡No puedes llevártelo!

Después de discutir mucho, llegaron a un acuerdo: el campesino se quedaría con el tesoro, pero durante dos años tendría que repartir su cosecha con el duende.

Y el campesino añadió:

–Te daré todo lo que crezca sobre la tierra. Yo me quedaré con lo que haya debajo.

El duende aceptó y se marchó.

El primer año, el campesino sembró zanahorias. Cuando el duende vino a recoger su parte, el campesino le entregó un montón de hojas pochas… ¡y ni una sola zanahoria!

El duende no tuvo más remedio que aceptar. Luego dijo molesto:

–El año que viene será al revés: yo me quedaré con lo que esté debajo de la tierra.

Pero el segundo año, el campesino, que era muy listo, decidió plantar trigo.

«Así, solo le daré al duende las raíces que crecen bajo tierra y yo me quedaré otra vez con la cosecha», pensó.

Cuando llegó el tiempo de recoger la cosecha, el duende reclamó su parte. El campesino, tal y como había planeado, se quedó con todas las espigas y al duende le dio ¡un montón de raicillas secas!

Entonces, el duende comprendió que el campesino había sido más listo que él. ¡Y se enfadó tanto que desapareció en el aire para siempre!

El campesino, por su parte, se quedó la mar de contento.

Además de sus dos cosechas… ¡había conseguido un fabuloso tesoro!

(Adaptación; M. Castro)

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Page 28: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos presenta a un duendecillo amigo suyo (puede ser un dibujo y estar hecho en plastilina imitando al del cuento). Parece que el cuento de hoy también trata de duendes; ¿qué otros cuentos conocemos en los que los duendes sean sus protagonistas?

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura

Actividades durante la lectura

Actividades después de la lectura

• Recordar cómo son y qué suelen hacer los duendes (vigilar y cuidar los bosques, cuidar los libros, ayudar a las personas en su trabajo…). Hablar de su carácter travieso y, algunas veces, gruñón.

Anticipar a los niños que este nuevo cuento habla de un duende y de un campesino muy, muy listo.

• Mostrar la portada del cuento y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

• Explicar las expresiones y palabras desconocidas por los niños, como por ejemplo: tesoro, llegar a un acuerdo, cosecha, hojas pochas, raicillas, espigas, quedarse la mar de contento, fabuloso…

• Recordar las partes de una planta y explicar que, como en el cuento, a veces se utilizan las raíces, y otras, las hojas o los frutos. Preparar dibujos o fotografías de verduras y hortalizas. Repartir entre los niños y ayudarlos a identificarlas y nombrarlas. Pedir que, tras observar su fotografía, se sienten debajo o encima de la mesa según se utilicen de su planta las raíces, las hojas o los frutos.

• Recordar qué animales aparecen en el cuento: ¿Cómo se llaman? ¿Cómo caminan? ¿Qué sonidos emiten? Jugar a imitar animales y adivinar de cuál se trata.

• Dialogar sobre la reacción del duende que, furioso, desaparece para siempre. Preguntar a los niños: ¿Cómo reaccionaríais si no consiguieseis lo que queréis? ¿Os enfadaríais? ¿Patalearíais? ¿Romperíais a llorar?…

• Recordar cómo el campesino, en lugar de usar su fuerza, utiliza el diálogo y su inteligencia para conseguir su propósito. Rememorar algún conflicto que haya tenido lugar en la clase y aportar, entre todos, ideas para solucionarlo.

Aprender la retahíla:

Nos tenemos que querer, nos tenemos que respetar. ¿Una sola vez? ¡No, cien o más!

• Guardar en la caja de recuerdos el duendecillo para utilizarlo en otras ocasiones.

Cuento: El campesino y el duende

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Cuento: El campesino y el duendeFotocopiable 1

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Page 30: cuentos tradicionales

Cuento: El campesino y el duendeFotocopiable 2

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Dibujar el tesoro en el interior del cofre.

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Page 31: cuentos tradicionales

Fábula

El león y el ratónHabía una vez un ratón que vivía en la selva. El ratoncito andaba siempre de un lado para otro buscando comida. Un día que estaba husmeando tras unos árboles, se encontró con un enorme león.

El león dormía plácidamente. Por eso, el ratón no se asustó y comenzó a juguetear con él: le tiraba de la cola, le tocaba su enorme melena… Hasta que, de pronto, le león se despertó ¡y atrapó al ratón entre sus garras!

El león, muy enfadado, le dijo:

–Ratón, ¿cómo te atreves a molestarme? ¡Yo soy el rey de la selva!

–¡Perdón, majestad! –suplicó el ratoncillo–. No volveré a hacerlo.

Y el ratón, muy asustado, continuó diciendo:

–Si me dejáis marchar, os estaré siempre agradecido. Y si algún día necesitáis mi ayuda, acudiré estéis donde estéis.

Entonces, el león le contestó:

–Ja, ja, ja… ¡Pero qué atrevido eres! ¿Cuándo voy a necesitarte yo? ¿No ves que soy mucho más grande y más fuerte que tú?

Pero al león le hizo tanta gracia la valentía del ratoncillo que le dejó marchar. Y el ratón se alejó de allí rápidamente. ¡No acababa de creerse la suerte que había tenido!

Al cabo de los días, el león quedó atrapado en la red de unos cazadores. Luchó con todas sus fuerzas para salir de la trampa, pero era imposible. ¡Cada vez se liaba más en la red!

Desesperado, el león rugió bien fuerte. De pronto, junto a él oyó una vocecilla, ¡la del ratón!:

–Majestad, ¿puedo ayudaros en algo?

–¡No creo! –dijo el león con pesar.

El ratón le contestó:

–Os equivocáis, majestad. ¡Yo puedo roer las cuerdas con mis dientes! Y dicho y hecho. Comenzó a roer la red hasta hacer un gran agujero.

El león, asombrado, consiguió al fin escapar de la red. ¡El rantoncillo le había liberado de la trampa!

–No sé cómo darte las gracias –le dijo el león, emocionado.

Entonces, el ratón contestó:

–No he hecho más que devolverle el favor. Usted, majestad, me dejó marchar, y yo le prometí que algún día le ayudaría si lo necesitaba. ¿Ve cómo ha llegado esa oportunidad?

–¡Tienes razón! –le dijo el león con ternura–. ¡Nunca creí que un animal tan pequeño como tú pudiera ayudarme!

Y, desde ese día, le león y el ratón se hicieron muy, muy buenos amigos.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 32: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha traído un pequeño ratón y un león de juguete. Según nos cuenta, son los protagonistas de la historia de hoy que se titula El león y el ratón.

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura

Actividades durante la lectura

Actividades después de la lectura

• Explicar a los alumnos que las fábulas son cuentos protagonizados por animales y que siempre tratan de enseñarnos cómo debemos comportarnos.

• Utilizar los títeres confeccionados por la maestra con los fotocopiables 1 y 2 para presentar la fábula. Una vez trabajado el cuento, se propondrá a los alumnos que hagan sus propios títeres.

• Pedir a los alumnos que imaginen qué nos pueden enseñar un ratón y un león. Preguntar si han visto alguna vez a alguno de estos animales. Pedir que los describan e imiten.

• Mostrar la portada del cuento y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

Buscar semejanzas y diferencias entre ambos animales.

•Aprender y cantar la canción Debajo un botón:Debajo un botón, había un ratón,ton, ton, ton, ton,que encontró Martín, ¡ay, qué chiquitín,tin, tin, tin, tin!

A continuación, preguntar a los niños: ¿Podría haberse encontrado un león debajo del botón? ¿Por qué? ¿Debajo de qué puede esconderse un león? Crear colectivamente un pequeño poema o canción para el león.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

• Explicar aquellas palabras y términos que puedan presentar a los alumnos alguna dificultad, como por ejemplo: husmear, dormir plácidamente, atrapar, garras, ser atrevido, red, trampa, roer, rugir…

• Explicar que el león tiene una voz grave y el ratón, una voz aguda. Jugar a imitar sus voces. Hablar o contar pequeñas historias como leones o ratones hablando con voz grave o aguda, según corresponda.

• Recordar que el ser pequeño no impide hacer grandes cosas. Recordar otros cuentos con protagonistas de pequeño tamaño.

• Plantear nuevas situaciones en el cuento para que los alumnos busquen alternativas, como por ejemplo: Y si el león estuviese dentro de una jaula, ¿cómo lo habría sacado el ratón?…

• Pensar y verbalizar lo que crean que sintió el ratón cuando el león abrió los ojos: ¿alegría?, ¿cansancio?, ¿miedo?…

Recordar si el león también se asustó y cuándo. Preguntar por ejemplo: ¿Os habéis asustado vosotros alguna vez? ¿Qué sucedió? ¿Cómo lo superasteis?

• Volver a leer la secuencia del cuento en la que se habla de la liberación del león. Recordar que todos necesitamos ayuda; destacar que ayudar a los demás es estupendo y nos reporta mucha alegría.

Aprender la cancioncilla y danzar cogidos de la mano:

Estas manitas Cógete muy fuerteson para ayudar. y vamos a bailar.

• Guardar el ratón y el león en la caja de recuerdos para utilizarlos en otras ocasiones.

Fábula: El león y el ratón

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Page 33: cuentos tradicionales

Fábula: El león y el ratónFotocopiable 1

• Colorear y recortar el ratón. Pegar ambas piezas en un palito o pajita de refresco para hacer el títere.

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Page 34: cuentos tradicionales

Fábula: El león y el ratónFotocopiable 2

• Colorear y recortar el león. Pegar ambas piezas en un palito o pajita de refresco para hacer el títere.

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Page 35: cuentos tradicionales

Cuento

Los músicos de BremenÉrase una vez un burro que trabajaba para un molinero. Cuando el burro se hizo viejo, el molinero empezó a tratarlo mal. El burro, harto, decidió irse a la ciudad.

Nada más iniciar su camino, el burro se encontró con un perro que estaba muy triste.

¡El amo ya no lo quería porque estaba muy flaco!

Entonces, el burro le dijo:

–Vente conmigo a Bremen. Allí podemos trabajar como músicos.

Al perro le pareció estupenda la idea y los dos continuaron juntos el camino.

Más tarde, se encontraron con un gato que, maullando, se lamentaba:

–Mi ama dice que ya no sirvo para nada. ¿Qué voy a hacer?

–¡Pues ven con nosotros a Bremen! –le dijeron el burro y el perro.

Y allá iban los tres animales por el camino, cuando se encontraron con un gallo que parecía muy asustado.

–¿Gallo, qué te pasa? –le preguntaron.

–¡Que mi ama me quiere cocinar y me he escapado! –contestó el gallo.

Entonces el burro, el perro y el gato le dijeron convencidos.

–Pues vente con nosotros. ¡Vamos a ser músicos!

Y los cuatro juntos siguieron camino a Bremen tan contentos.

Pronto llegó la noche. Los animales buscaron un lugar para dormir y a lo lejos vieron una casa.

–¿Quién habrá dentro? –se preguntaron.

Entonces, para poder mirar por la ventana, al gallo se le ocurrió un plan. El perro se subió sobre el burro. El gato se colocó sobre el perro. Y, por último, el gallo se puso encima.

–¡Pero si hay ladrones! –dijo el gallo cuando consiguió asomarse.

De pronto, el burro perdió el equilibrio y, ¡catapún!, los cuatro cayeron de golpe. Al oír tanto alboroto, los ladrones huyeron asustados.

Los animales aprovecharon para entrar en la casa y se echaron a dormir. Pero al rato, volvió uno de los ladrones. Como todo estaba oscuro, el ladrón pisó sin querer el rabo del gato y… ¡vaya lío que se armó!

El gato arañó la cara al ladrón, el perro le mordió el trasero, el gallo le picoteó las piernas y el burro, de una coz, lo echó fuera. El ladrón, asustadísimo, se marchó para siempre.

Y el burro, el perro, el gato y el gallo se quedaron a vivir allí.

¡Ah! Y, después de ensayar mucho, se convirtieron en los famosos músicos de Bremen.

(Adaptación; M. Castro)

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Page 36: cuentos tradicionales

El Duende de la biblioteca nos ha traído algunos instrumentos musicales: trompeta, chelo, piano y batería (fotografías o modelados en plastilina). ¿Será que quiere que aprendamos a tocarlos?…

Propuestas didácticas

Actividades antes de la lectura

Actividades durante la lectura

Actividades después de la lectura

• Preguntar a los alumnos si saben cómo se llaman los instrumentos musicales dejados por el duende. Recordar que hay instrumentos musicales de distintas clases: de cuerda, de viento y de percusión. Clasificar los que se han mostrado.

• Mostrar la portada del cuento y describirla colectivamente; leer el título señalando con el dedo índice las palabras.

• Leer el cuento a los alumnos con ritmo y entonación adecuados.

Explicar que las personas que tocan los instrumentos musicales se llaman músicos, y que el cuento de hoy habla de unos músicos muy especiales, pues no eran personas, sino animales; cuatro amigos a los que les gusta mucho la música y deciden viajar juntos tocando sus instrumentos.

• Repetir la lectura cuando se considere oportuno para garantizar la comprensión del cuento por parte de los alumnos.

• Realizar preguntas para garantizar la comprensión del cuento y la secuencia correcta de los principales momentos: presentación, nudo y desenlace.

• Explicar las palabras o los términos desconocidos por los alumnos: molinero, flaco, perder el equilibrio, dar una coz, ensayar…

• Dibujar en la pizarra los instrumentos musicales dejados por el duende. Jugar a realizar una audición musical mientras que los alumnos simulan tocar los instrumentos que la maestra irá indicando en la pizarra.

• Explicar a los alumnos que ser músico requiere mucho estudio, ensayo y atención, pero que es una actividad muy gratificante. Preguntar a los niños si conocen a algún músico; si es así, invitarle a la clase para que toque un instrumento y explique cómo es su trabajo. Si no es posible, utilizar algún vídeo del tema.

• Explicar a los alumnos que la música se escribe con «letras especiales» llamadas notas, y que estas se escriben en los pentagramas. Comentar

que las partituras son las hojas donde están escritas todas las notas de las obras musicales (si es posible, mostrar un ejemplo). Mostrar cómo se escriben las notas básicas: redondas, negras, blancas, corcheas… Entregar hojas pautadas con pentagramas y pedir a los niños que escriban música utilizando los rotuladores.

• Recordar que los animales estaban tristes, pero al ser ayudados se consolaron. Destacar el valor de la amistad, a pesar de las diferencias existentes. Comentar a los niños que el compartir los problemas con los demás nos ayuda a encontrar soluciones para poderlos resolver.

• Destacar que los animales emprenden el viaje porque son rechazados por sus amos. Preguntar: ¿Creéis que sus amos actuaron bien? Recordar que los animales no son cosas viejas que se puedan tirar: tener una mascota nos obliga a responsabilizarnos de ella.

• Guardar en la caja de recuerdos los instrumentos musicales para utilizarlos en otras ocasiones.

Cuento: Los músicos de Bremen

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Cuento: Los músicos de BremenFotocopiable 1

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• Colorear los animales; picarlos.

• Colocarlos encima del burro, en el orden correcto, para mirar por la ventana.

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Page 38: cuentos tradicionales

Cuento: Los músicos de BremenFotocopiable 2

• Colorear, recortar y componer el puzle en un folio.

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Page 39: cuentos tradicionales

REPASOFotocopiable

NOMBRE: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . FECHA: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Identificar los personajes que aparecen; colorearlos y escribir debajo sus nombres.

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Texto: Inmaculada Díaz

Ilustración: Carolina Temprado

Edición: M.ª Rosario Villagrasa, Silvia Moral

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