cuentos para llevar en la mochil12 · 2020-03-27 · —¡chicho, si encuentras a mi hija luna en...

103
CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHILA Jorge Díaz Editorial Don Bosco S. A.

Upload: others

Post on 05-Apr-2020

6 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

CUENTOS PARA LLEVAR

EN LA MOCHILA

Jorge Díaz

Editorial Don Bosco S. A.

Page 2: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

A

la MAPEPE, que cantaba/contaba a sus nietos y bisnietos en euskera, en castellano, y en la

lengua universal de la ternura y el buen humor

Page 3: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

3333

La vuelta al mundoLa vuelta al mundoLa vuelta al mundoLa vuelta al mundo de los tejadosde los tejadosde los tejadosde los tejados

sa mañana, después de bostezar y rascarse la coronilla, Chicho decidió que había llegado el momento de hacerlo. Uno no puede estar

postergando indefinidamente las cosas realmente importantes.

Hacía ya un buen tiempo que había pla-neado dar la vuelta al mundo. Desgraciada-mente, para dar la vuelta al mundo hay que

E

Page 4: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

4444

empezar por hacer la cimarra y a Chicho le encantaba ir al colegio. Pero si Hernando de Magallanes no hubiera hecho la cimarra, jamás había alcanzado a dar la vuelta al mundo.

Frente al espejo del baño y con Ia boca llena de dentífrico. Chicho tomó la decisión definitiva: ahora o nunca.

Page 5: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

5555

¿Qué es lo que debe llevarse con uno para dar la vuelta al mundo...? Perplejo. Chicho se rascó por segunda vez la coronilla Para empezar, descartó maletas, abrigos, sacos de dormir y dinero (esto último porque no lo tenía). Decidió llevar su pequeña mochila del colegio. Metió en ella su armónica, un trozo de cuerda del tendedero de su madre y una

barra de chocolate. ¡Ah!, y naturalmente, un mapa del planeta Tierra y otro de la galaxia y sus alrededores. Luego, Chicho salió en puntillas y bajó las escaleras pegado a la pared. Le parecía que llevaba un letrero la frente que decía: Estoy haciendo la cimarra y voy a dar la vuelta mundo. A pesar de su sigilo, casi se dio de bruces con la señora Manuela. la vecina del primer piso.

—Chicho, has llegado como caído del cielo. Ayúdame a subir el canasto con la ropa que tengo que colgar en la azotea. Mis piernas parecen de lana y son cuatro PISOS

—No puedo, señera Manuela. Me voy a dar la vuelta al mundo.

—¿Qué...? No te oí muy bien. ¿Qué pasa en el mundo?

Page 6: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

6666

—Nada, nada... A ver, déme el canasto. ¡Vamos para arriba!

La señora Manuela le prestaba los patines de su nieto cuando él no estaba en casa. Lo menos que podía hacer por ella era ayudarla a subir la ropa lavada a la azotea. Total, tardaría un minuto y luego se largaría a dar la vuelta al mundo.

Subieron a la terraza del edificio donde los vecinos colgaban la ropa recién lavada. La señora Manuela se acercó al borde de la te-rraza y miró hacia la calle.

—¡Mira, qué alegría! La Martina me está diciendo que han nacido mellizos en su casa. Dice también que su marido, que es marino mercante, ha vuelto de Guayaquil lleno de regalos. Chicho temió que la señora Manuela tuviera alucinaciones. Por más que se asomó, él no vio esas noticias por ninguna parte. Sólo se veía ropa tendida en todas las casas de la calle.

—¡Claro! Ésos son los mensajes, las noti-cias de Martina. Las mujeres del atrio nos contamos nuestras cosas a través de la ropa que tendemos al sol. Tenemos nuestro código secreto. Según la ropa colgada, su color y el

Page 7: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

7777

orden en la cuerda, contamos nuestras noticias diarias a todo el vecindario. Así te enteras de todo sin moverte de tu azotea.

—Yo creía que las noticias venían en los diarios.

—Las noticias verdaderamente interesan-tes están aquí, no en los diarios. Si quieres saber lo que ocurre en el barrio, sube a las

azoteas y te enterarás de todo. ¿Ves esa te-rraza con la antena torcida y llena de gorriones? La ropa tendida que hay allí es de la Justina. Me cuenta que su hijo se ha com-prado una moto y que van a cortar el agua a causa de una rotura de cañería.

—Yo sólo veo allí un pantalón de niño con las rodillas rotas, unos pañuelos blancos y un mantel a cuadros.

—Es que tú miras, pero no sabes ver. —¿Y usted, qué noticias va a darles a sus

vecinas con toda esta ropa lavada? —Que mi nieto me escribió desde Punta

Arenas, que mi gato Caruso se perdió ayer, que hoy es mi cumpleaños y que están invi-tados todos los que quieran venir a mi casa.

—¡Feliz cumpleaños! —Gracias.

Page 8: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

8888

— Si quiere, puede dar otra noticia impor-tante con su ropa tendida.

—¿Cuál? —¡Que Chicho va a dar la vuelta al mundo! —¡Buen viaje! Toma esta manzana para el

camino. —Gracias. ¿No es su gato el que está

subido en la chimenea más alta de esa casa?

—¡Claro! ¡Caruso, Caruso! Se ha encara-mado ahí el pobrecito y no puede bajar.

—¡Yo lo ayudaré a bajar! —¡Ten cuidado, que tú no eres un gato y

esa chimenea es muy alta! Chicho saltó al tejado de la casa vecina y se

arrastró, con el cuerpo pegado al plano inclinado de las tejas, hasta la chimenea. Parecía un escalador o el Hombre Araña. De pronto, el gato saltó al vacío, pero Chicho pudo agarrarlo en el diré. El maullido fue espantoso. Con Caruso aferrado al cuello, Chicho inició el descenso. Iba deslizándose

por el caballete del tejado, cuando se topó con un extraño habitante de las alturas. La sorpresa casi le hizo perder el equilibrio. El insólito sujeto le habló cara a cara.

Page 9: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

9999

—¿De dónde sales? ¿Y eso es una bufanda o una piel de gato?

—Es un gato vivo. Se llama Caruso. —Creo que tú deberías estar en el colegio...

—Hoy estoy haciendo la cimarra, porque

voy a dar la vuelta al mundo. —Si fueras a la escuela de la tía Eusabia. no

tendrías que hacer la cimarra, porque en ella todos los días son festivos. Se llama la Escuela Andariega. Ella enseña en la calle, en el campo, en los tejados, en todas partes, menos en un aula.

—¿Dónde queda la escuela de la tía Eusebia?

—¡Eusabia, no Eusebia! Ella sabe más que nadie. Vive en un palomar, unas casas más allá. Mi hija Luna va a esa escuela y aprende muchas cosas divertidas.

—Trataré de encontrar a la tía Eusabia. No es fácil llegar hasta su palomar.

Tendrás que deslizarte por esa chimenea, sujetándote en la antena. Luego, deberás saltar a los tejadillos de ese callejón y, finalmente, resbalar como si fuera un

Page 10: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

10101010

tobogán, hasta la azotea donde ella tiene su palomar.

—¿Y usted, qué hace? —Me llamo Isidro, pero me conocen como

"el albañil aéreo", porque sólo trabajo en los campanarios, veletas, torres, cornisas y claraboyas.

—Ah, ya entiendo, arregla las tejas rotas y

los canalones del agua de lluvia. Isidro se rió y se atusó sus bigotes aéreos —Nada de eso. Reparo los nidos ce las

palomas, gorriones y golondrinas. Alguien tiene que hacerlo, ¿no?

Chicho se rascó la coronilla por tercera vez.

—Debe de ser un trabajo muy difícil. —Lo haría mejor si tuviera un par de alas y

pudiera volar —se rió Isidro—. Lo que me hubiera gustado ser es un trapecista volante, pero la carpa de un circo me ahogaría. Necesito el aire libre.

—Yo nunca había subido a los tejados —confesó Chicho.

—¿Ni siquiera para buscar tesoros? —¿Y qué tesoros se pueden encontrar por

aquí?

Page 11: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

11111111

—Muchos más que en la superficie de la tierra o en el fondo del mar —respondió Isi-dro—. Esta mañana he descubierto uno. ¡Ven conmigo!

Isidro, el albañil aéreo, y Chicho se desli-zaron por la pendiente del tejado hasta caer en una tenaza llena de maceteros y enreda-deras. Desde allí, subieron a una torre y

desfilaron por una cornisa hasta llegar a una cúpula forrada en aluminio. Estaban en el punto más alto de un edificio. Isidro le mostró a Chicho un nido construido junto a la veleta.

—Es un nido muy bonito —exclamó Chicho. —Es más que un nido: es una caja fuerte.

¿Has oído hablar de las urracas? Son pájaros ladrones. Todo lo que brilla lo recogen con su pico y lo guardan en su nido. ¡Mira!

En el nido relampagueaba una serie de objetos metálicos. Chicho fue haciendo el inventario.

—¡Es increíble! Una cucharilla de plata,

una medalla, tres monedas, un clavo... ¡y un anillo de oro!

—Fíjate, lleva un nombre grabado: Nadia. Habría que devolvérselo a su dueña, pero para eso tendrías que encontrar a Nadia.

Page 12: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

12121212

Bueno, yo tengo que irme a preparar un nido para un jilguero que quiere empollar

huevitos. Chicho inició el descenso desde lo alto de

la veleta. —¡Cuidado, que se te cae el gato! —¡Canoso, agárrate bien a mi cuello que

vamos a bajar de las nubes!

—¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile que compre alpiste antes de subir a casa!

—¿Para los pájaros? —preguntó Chicho. —No, para mí —se rió Isidro—. Yo sólo

como alpiste en sopa, con maicena y con mote con huesillos. Adiós, Chicho.

Chicho se despidió de Isidro y continuó el descenso. Utilizando la cuerda que llevaba en la mochila, se colgó hasta llegar a la base de la torre. Desde allí saltó al tejado de la casa vecina. Al terminar el caballete empezaba una gran claraboya de cristales de colores.

Chicho la empezó a cruzar como un equilibrista en la cuerda floja. En ese momento, Caruso le arañó el cuello y el grito de Chicho se confundió con el maullido del gato. Chicho resbaló en la superficie bruñida

Page 13: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

13131313

y cuando ya se veía rompiendo la cristalera y cayendo al vacío, una mano lo sostuvo en el aire y empezó a izarlo lentamente. Cuando Chicho volvió la cabeza para ver a su salvador, lanzó un grito de terror. El hombre que lo sostenía tenía la cara enteramente negra. Unos dientes blanquísimos le sonrieron.

—Me llamo Ángel y soy el deshollinador. Parece que te ha dado más miedo mi cara tiznada que la claraboya rota, ¿verdad? Como no llevas paracaídas, tienes que mirar muy bien por donde andas. Yo he tardado diez, años en saber dónde debo poner los pies Vivir en los tejados no es más inseguro que la calle, pero hay que conocer las trampas.

—¿Pasas muchas horas en los tejados? —preguntó Chicho.

—¿Horas? ¡La vida entera! Incluso duermo en el hueco de una chimenea

abandonada. —Debe de ser muy triste —dijo Chicho.

pensando en la blanda cama de su casa Angel lanzó una carcajada.

Page 14: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

14141414

—En los tejados sólo se encuentran personas alegres. Además, si quiero hablar con Nadia—¿Quién es Nadia? —pregunto el deshollinador. —También a mí me gustaría saberlo, Angel.

Sólo sé que perdió un anillo de oro que le robó la Urraca Ladrona y yo quiero devolvérselo.

—Quizás yo podría ayudarte. Si vive en esta manzana podemos llamarla por las chi-meneas.

—¡¿Llamar a alguien por las chimeneas?! Nunca he oído algo así —dijo Chicho, asom-brado.

—Podemos intentarlo, por lo menos. Sígueme. empezaremos por ese tejado.

Ángel se fue encaramando en todas las chimeneas y desde allí repetía el nombre misterioso.

—¡Nadia... Nadia... Nadia... Nadia...! Hasta que de una de ellas brotó la vocecita

lejana de una niña. —¡Soy yo! ¿Quién me llama? —¡Ángel, el deshollinador! ¿Es tuyo un

anillo de oro que tiene grabado este nombre en su interior?

Page 15: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

15151515

—¡Sí! ¡Perdí mi anillo ayer! —Te lo robó la Urraca y lo encontró un

amigo mío que se llama Chicho. Él mismo va a ir a devolvértelo.

—¡Gracias, Ángel ¡Gracias, Chicho!

—Adiós, Nadia. —Adiós, amigos.

Chicho estaba asombrado de todo lo que iba aprendiendo en los tejados.

Yo creía que las chimeneas sólo servían para echar humo.

—¿Sabes, Chicho? La aventura consiste

en mirar las cosas de nuevo y utilizarlas en forma imaginativa.

—No puedo perder más tiempo. ¡Tengo que empezar a dar la vuelta al mundo!

—exclamó el niño. —¡Mira bien dónde pisas! Y cuando

termines de dar la vuelta al mundo, vuelve por aquí.

Chicho se despidió del ángel

deshollinador v cruzó en puntillas una cornisa para evitar la claraboya de colores. Luego fue bajando por un tejadillo. Para moverse mejor, había

Page 16: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

16161616

metido a Caruso en la mochila, dejándole la cabeza afuera.

El gato de la señora Manuela estaba encantado con el paseo. Chicho escaló la fachada de un patio de luz hasta llegar a la azotea de una vieja casa abandonada. Algo le llamó la atención.- una musiquilla de orga-nillo. Se abrió paso y descubrió a un viejecito

de pelo blanco, muy limpio y sonriente que daba vueltas la manivela de un organillo tan antiguo como él mismo.

—¡Hola! ¿Te gusta la música? —Claro, tengo una armónica —le respondió

el niño. —Eso está muy bien. Me alegra verte.

Nadie sube hasta este desván en ruinas. Tienen miedo.

—¿Miedo? ¿Y de qué? — De los fantasmas —sonrió el viejecito. —Yo no sé si les tengo miedo a los

fantasmas. porque nunca he visto uno

—replicó Chicho. —Ahora tienes a uno delante de ti —le dijo

con picardía el anciano. —No veo a nadie.

Page 17: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

17171717

—Yo soy el fantasma de esta vieja casa abandonada. Me llamo Feliciano. Nací en esta casa y morí a los 95 años. Después de muerto decidí quedarme a vivir aquí. Pero no te confundas, no soy un "alma en pena" . soy un "alma en risa". .

—No sabía que existían las "almas en risa" —dijo Chicho.

Ese viejecito le gustaba y no le producía ningún temor.

—Yo soy una de esas almas, aunque en vida también fui muy alegre, era organillero y vendía globos. En el desván donde yo vivía. se quedaron cientos de globos sin inflar. Por eso subo al tejado en los días de sol. inflo los globos con canciones y los dejo volar li-bremente sobre el cielo de la ciudad.

Chicho no terminaba de entender del todo el oficio del viejecillo.

—¿Qué es eso de "inflar globos con canciones" ?

Feliciano se rió ante el desconcierto del niño.

—Es un invento mío que sólo se me ocurrió cuando ya era un fantasma. Verás, el fuelle de mi organillo lanza su airecillo musical y

Page 18: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

18181818

con ese aliento yo inflo los globos. Después de sobrevolar toda la ciudad, los globos caen o se desinflan y en ese momento entregan su canción. ¿Ves este globo? Tiene una hermosa canción dentro de él. Pínchalo con este alfiler si quieres escucharla.

Chicho reventó el globo con el alfiler y se empezó a escuchar una bonita melodía.

—Todos los globos llevan a la ciudad el repertorio de mi organillo.

—Me gustaría inflar un globo con la música de mi armónica —le pidió el niño a Feliciano.

—¡Claro que puedes hacerlo! Te daré el globo azul más grande que tengo. Toma.

Chicho empezó a tocar su armónica y el hermoso globo azul se fue inflando hasta al-canzar un gran tamaño.

—Ahora, déjalo volar. Alguien en el extre-mo de la ciudad escuchará tu canción y se alegrará.

—¿Por qué dice la gente que los fantasmas

dan miedo? —preguntó Chicho. —El miedo lo lleva cada persona en un bolsillo secreto. Cuando uno vacía todos sus bolsillos, ya no tiene miedo a nada.

Page 19: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

19191919

—¿Hay más fantasmas en esta casa aban-donada? —quiso saber el niño.

—No. Los que había eran "almas en pena", pero con las canciones de mi organillo se transformaron en "almas en risa" y se fueron a celebrar por ahí su nueva condición de fantasmas alegres.

—Feliciano, ¿me quieres decir cómo puedo

llegar a la Escuela Andariega de la tía Eusabia?

—Claro, ella es muy buena amiga mia. Vive en un palomar, en la tenaza de esa casa del callejón.

Chicho se asomó al vacío y sintió vértigo. No podré saltar hasta esa terraza. El

callejón es muy ancho. —Eso tiene una solución fácil —respondió

Feliciano—. Agárrate bien a los hilos de este racimo de globos. Ellos te llevarán flotando hasta allí.

—Gracias, Feliciano.

—Adiós, Chicho. Vuelve por aquí. Chicho se lanzó al vacío sostenido por el

racimo de globos y descendió suavemente sobre el palomar de la tía Eusabia. Se escu-chaba un incesante arrullo de palomas. La tía

Page 20: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

20202020

Eusabia regaba sus maceteros de albahaca y yerbabuena. Le pareció de lo más natural que Chicho descendiera del cielo agarrado a un montón de globos ce colores.

—Bienvenido —fue todo lo que dijo la tía Eusabia.

—¿Llego muy tarde a la Escuela? —pre-guntó el niño.

—Nunca es tarde. En mi Escuela no hay horarios.

Page 21: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

21212121

Page 22: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

22222222

—No he traído libros porque voy a dar la vuelta al mundo.

—El mundo es como un gigantesco libro ilustrado donde se encuentran todas las asignaturas.

—Debo decirle, tía Eusabia, que soy malí-simo para las Matemáticas.

—No te preocupes, para eso tengo "los

guantes de cálculo". Uno se pone estos guantes y resuelve cualquier problema.

—¿Puedo probármelos? —¡Puedes llevártelos! —Me gustaría ser alumno de la Escuela

Andariega, tía Eusabia. —Ya lo eres. A todos mis alumnos les re-

galo una alcancía. —¿Para ahorrar dinero? —Nada de eso. Ésta es ula Alcancía del

Disparate". En ella se pueden ir metiendo todas las locuras que se te ocurran. Por ejemplo: "Ias mariposas tienen colmillos de

marfil y llevan pilas recargables". Ahora, prueba tú.

—Los continentes son tres: Isla de Pascua, tronco y extremidades.

Page 23: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

23232323

—¡Muy bien! —rió la tía Eusabia. —La Tierra es cuadrada y con las patas un poco torcidas.

¡Estupendo! Sigue ahorrando disparates en tu alcancía. Cuando la tengas llena, ya no dirás nunca más un disparate. ¿Qué te pareció la lección?

—Fantástica, tía Eusabia. —Siempre

termino mis clases con una canción. Aprovecharemos los globos inflados del Fantasma Feliciano.

La tía Eusabia reventó un globo y se em-pezó a escuchar una marcha circense para acompañar la canción. La viejecita cantó y bailó con sus graciosos pasitos por toda la azotea.

En la Escuela Andariega hay ta

mejor diversión, porque el

troncharse de risa puede ser una

lección. No hay premios ni

castigos.sólo la imaginación. Todos

somos los maestros en la Escuela del

Humor. Tocaremos instrumentos

que son el Conocimiento. Esta flauta

es Biología y el Algebra, este

tambor. Una trompeta, la Historia y

Page 24: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

24242424

la Química, el trombón. A pesar de que Chicho estaba encantado con esta Escuela, tuvo que despedirse de la tía Eusabia.

—¡Hasta mañana, tía Eusabia! Tengo que bajar a devolverle el gato a la señora

Manuela y luego partir a dar la vuelta al mundo. —Hasta mañana... ¡y que te diviertas!

Chicho bajó con mucho cuidado, llevando su mochila y el gato caruso. .Saltando de azotea en azotea y de tejadillo en tejadillo, volvió a

la terraza de su casa, donde la señora Manuela tendía sus sábanas. Aquí tiene a

Caruso. señora Manuela: sano y salvo. —Gracias. ¡Eres muy valiente, Chicho!

¿Terminaste de dar la vuelta al mundo? —Bueno, todavía no, pero di la vuelta a la

manzana, que es lo mismo. ¿Sabe, señora Manuela? No se lo diga a nadie, pero estoy haciendo la cimarra.

—¡Pero si hoy es feriado, chiquillo! No hay

obligación de ir al colegio. —La tía Eusabia no me dijo nada —replicó

Chicho.

Page 25: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

25252525

—La Escuela Andariega funciona sólo los días de fiesta, porque asistir a ella es una fies ta.

Desde ese día, Chicho va al colegio los días de semana, pero no se pierde la Escuela Andariega los días festivos.

Chicho ha dado ya muchas vueltas al

mundo, porque comprendió que el mundo estaba en su cabeza y en sus zapatos. Y en los tuyos también. El mundo está en tu casa, en tu barrio y en la inmensidad de tus sueños.

Pablito GutenbergPablito GutenbergPablito GutenbergPablito Gutenberg

ablito le tenía más asco a los libros que a un jarabe para la tos. Incluso, le producían alergia: abría un libro y empezaba a

estornudar. Si lo obligaban a leerlos, los ojos se le escapaban de la cara y se quedaba turnio. Su mamá lo llevó al estornudólogo y al turniólogo. Le recetaron cuatro clases de pastillas, pero no le dieron un soplete

incinerador fulminante para quemar los

P

Page 26: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

26262626

libros, que es lo que Pablito habría querido, tal como había visto en Terminator III".

Pablito pensaba que los médicos deberían ver más televisión y dibujos animados, en vez de consultar el Recetario Universal de las

Pastillas Amargas. El profesor había rebautizado a Pablito con

el nombre de Gutenberg por su odio recon-centrado a la letra impresa. Como todo el

mundo sabe (menos Pablito), Gutenberg fue el inventor de la imprenta. El profesor pro-curaba que Pablito Gutenberg se mantuviera a una distancia prudente de los libros para no provocarle un ataque alfabético irreversible.

Sólo cuando era absolutamente necesario, le pedía que tomara un libro con las debidas precauciones, es decir, con guantes de goma y anteojos oscuros para evitar el des-

lumbramiento literario. Cuando la mamá de Pablito recibía

las comunicaciones del colegio, exigiendo al niño leer una lista de libros obligatorios, trataba de

encontrar algún truco para hacerle

Page 27: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

27272727

tragar la letra impresa. Por ejemplo, cortaba en trozos varios libros de Historia, Biología y Álgebra y los metía en la licuadora, mezclándolos con leche, cacao y jarabe de frutillas. Batía la nutritiva mezcla y se la servía a su hijo en grandes vasos antes de ir al colegio.

Consiguió dos cosas: una pequeña diarrea sin consecuencias y unos trabajos escolares que causaron el estupor del profesor. Esta joya es una muestra: "Las branquias de los vertebrados producen la metamorfosis del occipucio en las guerras napoleónicas."

A todo esto, el pequeño Gutenberg se sentía acorralado. El asedio al que estaba sometido tenía que terminar de una vez. Había llegado el momento de pasar a la ac-ción, de tomar medidas definitivas. Así fue

como decidió quemar la Biblioteca del Co-legio. Sólo reduciendo a cenizas a sus ene-migos, lo dejarían en paz (ya habrán com-prendido que sus enemigos feroces eran esas

Page 28: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

28282828

hormiguitas odiosas que son las letras impresas).

Una tarde, cuando cerraron el colegio y no quedó ni un alma en el recinto, Pablito Gutenberg se coló por una ventana de la Bi-blioteca, bien provisto del material purificador justiciero: dos bidones de bencina. Mientras derramaba el líquido

inflamable entre los estantes de libros, recordó el video juego "El Pirómano Atómico" lanzó su aullido característico: ¡Uuuuuuuuuuuuugh, Ruf Ruf!

Cuando terminó de vaciar los bidones se dio cuenta de que no tenia fósforos. Un Piromano Atómico no se detiene ante esos tropiezos: buscaría fósforos en la cocina del colegio. Trepó al alféizar de la ventana e in-tentó salir tal como había entrado. Fue im-posible. La pequeña ventana se había cerrado por fuera. El Pirómano Atómico se había quedado encerrado en la Biblioteca.

Pablito Gutenberg comprendió que tendría que pasar la noche allí. Estaba desconcerta-do: ¿qué se puede hacer en una Biblioteca aparte de quemarla...? Para matar el tiempo, se puso a jugar con los libros. Armó es-

Page 29: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

29292929

caleras interminables, cerros, desfiladeros y túneles. Entonces, Pablito recordó el video- juego "El Arte de la Guerra" y desató una lucha sin cuartel contra enemigos invisibles, utilizando los libros como granadas de mano.

Después del intenso bombardeo al que sometió a la trinchera enemiga, se produjo un gran silencio. Desde la barricada a la que

había atacado se levantó una bandera blanca sujeta a un palito. Sus enemigos se rendían por fin.

De entre las ruinas apareció un cocodrilo en patines con un brazo en cabestrillo y un loro con una pata de palo y un parche en un ojo. Querían parlamentar. El loro le propuso a Pablito que terminaran la guerra y visitaran el territorio de los libros.

—¿Para qué...? ¡Allí sólo hay hormigas impresas!

—No —le dijo el loro pata de palo—, tam-bién hay imperios submarinos, nidos de

águilas habitados por hombres-pájaros, bosques mágicos donde viven unicornios y muchos otros personajes inolvidables.

Page 30: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

30303030

El cocodrilo, el loro y Pablito abrieron un libro y se deslizaron por sus páginas como si fuera un tobogán.

Corriendo de página en página se toparon con un personaje estrafalario. lanza en ristre.

—¿Es "El Exterminador Vengativo" de la tele?

—No, es Don Quijote —le informó el co-

codrilo. —¡Yo te llevaré a la tierra de Jauja donde

los ríos son de leche y las montañas, de chocolate! —invitó Don Quijote a Pablito.

El niño saltó a la grupa de Rocinante, mientras el cocodrilo y el loro tuerto montaban sobre el borrico de Sancho Panza. Así galoparon hasta perderse en las páginas del libro. En una playa solitaria descubrieron a un barbudo llamado Robinson Crusoe, quien les dijo que estaban en una isla. Encendieron una fogata para calentarse, pero el fuego atrajo al Capitán Bocanegra que buscaba un

tesoro. Traía como rehén a un niño llamado Oliver Twist. Pablito se hizo compinche de Oliver y consiguieron engañar al Capitán Bocanegra. Huyeron en un globo con el cual dieron la vuelta al mundo en 80 dias. Estando

Page 31: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

31313131

en el aire, desde un pequeño asteroide los llamó el Principito y los invitó a recorrer la Galaxia. Fue el comienzo de una noche interminable de aventuras.

Page 32: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

32323232

Page 33: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

33333333

Cuando a la mañana siguiente los profe-sores abrieron la Biblioteca, encontraron un espectáculo insólito: Pablito Gutenberq dor-mido sobre decenas de libros abiertos. No sabían si llamar a un médico o a los Carabineros. Finalmente, no llamaron a nadie, sino que llevaron a Pablito a tomar desayuno al comedor del colegio. Entre

rebanada y rebanada de pan con mantequilla, no había forma de hacer callar a Pablito. Tenía mucho que contar, y eso que sólo se había metido en el interior de unos pocos libros. ¿Cuántos misterios podrían contener los otros...? El loro le había dejado a Pablito el mapa de una isla maravillosa cuyos tesoros había que descubrir: era el plano de la biblioteca.

El profesor le pidió a Pablito Gutenberg que contara sus aventuras a los demás com-pañeros y compañeras de curso. Se pasaron toda la mañana escuchándolo y, cuando ter-

minó, decidieron organizar un "safari" a la Biblioteca. Pero este "safari" es otro cuento y lo dejaremos para otra ocasión.

Page 34: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

34343434

El caballito y el marEl caballito y el marEl caballito y el marEl caballito y el mar

l caballito del carrusel daba vueltas y

vueltas todo el día. todo el año y desde hacía tantos años que ni él mismo se acordaba. Por las noches, cuando se apagaban las luces del Parque de Atracciones y el carrusel se

quedaba quieto, el caballito pensaba:

—¿Toda mi vida daré vueltas y vueltas en el mismo sitio...? Si sigo aquí me haré viejo, perderé la pintura, se me aflojarán los torni-llos y me reemplazarán por un caballito nuevo. Terminaré en el basural sin haber conocido otra cosa que las luces artificiales de la rueda que gira. Así. nunca llegaré a ver

el mar. Una noche, el caballito soltó del carrusel

para escaparse. Los otros caballitos le

dijeron: —¿Adónde vas?

E

Page 35: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

35353535

—Quiero ver el mar. No quiero seguir dando vueltas —respondió el caballito.

Naciste para eso. No te rebeles. Aquí es donde estás más seguro —le aconsejaron a coro.

—Adiós. Mañana el dueño hará girar el carrusel con un caballito nuevo.

El caballito se alejó con un trotecillo que

quería parecer seguro, pero le temblaban las patitas de madera. No podía dejar de caminar en círculos y le costó mucho acostumbrarse a caminar en línea recta.

En una plaza vacía, se encontró con un niño que buscaba cartones entre la basura, luego los amontonaba en un carrito de mano.

—Hola. ¿Me puedes decir en qué dirección está el mar?

el niño lo miró asombrado. —No lo sé. Nunca estuve allí. —Entonces, podríamos ir juntos, ¿no

crees?

—Estoy trabajando. Vendo los cartones que recojo.

—Yo podría ayudarte a tirar del carrito. Cuando terminemos con los cartones, nos iremos a buscar el mar.

Page 36: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

36363636

—De acuerdo. Me llamo Quico y es la primera vez que tengo un amigo como tú.

El caballito acompañó toda la noche a Quico en la rebusca de cartones. Tiraba del carrito y trotaba con la gracia que tienen los caballitos de carrusel.

en un tarro de basura encontraron un viejo sombrero de copa abollado. Quico se

lo puso y empezó a hacer morisquetas. El caballito se reía mucho.

—El Mago del Parque de Atracciones donde está el carrusel, tiene un sombrero parecido —dijo el caballito—. Hace salir del fondo todo lo que se le ocurre.

Siguiendo con su pantomima, Quico me-tió la mano en el sombrero y dijo:

—¡Sombrero mágico, haz que encuentre- en el fondo una manzana!

—Y un poco de alfalfa para mí —rió el caballito.

Quico metió la mano en el sombrero de copa y sacó de su interior una manzana y un puñado de alfalfa. Los dos se quedaron mu-dos de asombro. Reamente parecía el som-brero de un mago. Mientras comían. Quico

Page 37: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

37373737

imaginaba las cosas que le pediría al sombre ro de copa.

—¡Unos patines! ¡Unas zapatillas! ¡Una torta de cinco pisos!

El caballito comía su alfalfa sonriendo.

—¿Y para ti no vas a pedir nada? —Yo no necesito nada, pero me gustaría

que se iluminara la noche con fuegos artifi-ciales. Todo está muy oscuro y la gente de este pueblo es muy triste. En ese mismo momento, empezaron a salir del sombrero de copa abollado miles de fuegos artificiales que se elevaban y hacían

explosión en el cielo. Todo se cubrió de benqalas y luminarias. Se abrieron las ventanas de

Page 38: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

38383838

Page 39: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

39393939

todas las casas. La gente contemplaba el cielo, maravillada.

—¡Me gustaría que aparecieran globos, muchos globos! —gritó, entusiasmado, Quico.

Del sombrero mágico empezaron a salir globos grandes y pequeños; amarillos, rojos, azules, de todos los colores. Algunos se elevaban, otros rebotaban como pelotas y

formaban montones que se movían como olas. Estaba amaneciendo y la gente salía de sus casas, llamándose y riendo. El pueblo parecía estar de fiesta.

—¡Vamos hacia el mar! —dijo Quico—. El sombrero mágico nos indicará el camino.

El niño enganchó el caballito de carrusel al carrito de mano y se encaramó sobre los cartones. El caballito empezó a trotar llevan- do encasquetado entre sus orejas el sombrero del ilusionista.

Llegaron al mar a mediodía, cuando las olas parecen calmarse y todo brilla como un

espejo. El caballito de carrusel se despidió de Quico y entró en el mar y se convirtió en un caballito de mar, a los qua llaman "hipocampos". Son tan graciosos como los

Page 40: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

40404040

caballitos de carrusel, pero viven libres, sin dar vueltas en una rueda.

Quico se hizo pescador y cuando nada mar adentro se encuentra a veces con el caballito de mar y se ríen mucho juntos.

Page 41: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

41414141

La comarca del olvidoLa comarca del olvidoLa comarca del olvidoLa comarca del olvido

n la Comarca del Confín gobernaba un E

Page 42: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

42424242

hombre con una cabeza chiquita. No es que fuera un enano, pero tenía la cabeza chiquita como un tapón de botella, como una avellana, como una guinda colorada. Por eso se sentía tan pequeñito y, para sobresalir de entre los demás, obligaba a todo el mundo a caminar de rodillas.

—¿Y por qué todos le obedecían? —Porque todos tenían miedo a sus guar-

daespaldas. —¿Eran tan terribles?

—¡Irrisibles! Porque también debían andar de rodillas. Todos le obedecían sin decir ni Mu.

—¡Muuuuu!

Aparte de mugir mejor que nadie, el Hombrecito tenía el cuerpo lleno de condeco- raciones que sonaban corno chatarra. Ese ruido le impedía oír lo que decía su pueblo.

—¡Queremos una hallulla tibiecita todos

los días! El Hombrecito hacía sonar su chatarra

multicolor y se producía el silencio. Así gobernaba país a base de rabietas,

berrinches y pataletas. La sangre se le ponía

Page 43: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

43434343

morada y la papada, atornasolada. Pateaba el suelo y vociferaba:

—¡Rodisflankis! ¡Gransifolópodos cónicos! ¡Miérfoles y remiérfoles!

Todas las órdenes las daba a bocinazos. El Hombrecito de la cabeza chiquita masticaba las palabras como si fueran palomitas de maíz.

—¡Crash! ¡Cronch, cronch! Cuando oíamos la trituración de las pala-

bras, sabíamos que una nueva prohibición caería sobre nosotros.

Durante 48 horas se escuchó el triturar implacable de los pensamientos y palabras del Hombrecito y, finalmente, su pregonero, que tenía voz de altoparlante de mil decibeles. informó a los vecinos:

—¡Atención a todos los vivos y los difuntos de la Comarca del Confín! ¡Queda rigu-rosamente prohibido guardar, esconder o tener recuerdos de cualquiera clase! Los

recuerdos se consideran altamente subversivos.

Todos los habitantes de la Comarca del Confín fueron obligados a desprenderse de sus recuerdos más íntimos y dejarlos en la

Page 44: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

44444444

mitad de la plaza, donde se formó con ellos un inmenso monzón de memoria como si fueran las hojas secas del otoño después de una ventisca. Si alguien se dejaba un pequeño recuerdo secreto, era encerrado en un oscuro calabozo.

Cuando ya no hubo ni un solo vestigio de memoria que no estuviera amontonado en la

plaza, el Hombrecito en persona se acercó a los despojos con una antorcha e hizo arder la memoria colectiva en un instante. Así desaparecieron poemas, canciones, imágenes, leyendas, tradiciones, barrios enteros con sus calles antiguas, paisajes entrañables, rostros, personajes... La Comarca del Confín se convirtió en tierra quemada, en un desierto de olvido. La gente no recordaba sus nombres ni los lazos de amistad que los unían.. Sus vidas se transformaron en un vacío negro, sin pasado y sin futuro.

El humo negro de los recuerdos quemados subió hasta el cielo, formando una nube que se posó sobre el pueblo. El Hombrecito de la cabeza de garbanzo creyó que se había hecho de noche y se fue a dormir.

Page 45: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

45454545

—¡Glup trancaplash karroarr —fue su único comentario. Al poco rato estaba ron-cando.

La nube negra del humo del recuerdo que flotaba sobre el pueblo fue desgarrada por un rayo inesperado y se desató la tormenta. Empezó a llover torrencialmente sobre la Comarca del Confín. Era una lluvia de me-

moria fresca. La gente salió a la calle a

Page 46: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

46464646

Page 47: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

47474747

mojarse con la lluvia que les empapaba el

cuerpo y los hacía revivir.

Todos empezaron a recordar sus nombres, sus amores, sus alegrías.

Poco a poco, los barrios recobraron sus colores, sus

calles, sus rincones. El pueblo recordó que había perdido algo más importante que sus nombres: la libertad. Dejaron de

caminar de rodillas. Se pusieron de pie y sacaron al Hombrecito de cabeza de huesillo de su fortaleza. Lo pusieron bajo la lluvia de la memoria. Así fue

como el Hombrecito recordó que él no era un gigante, sino un enano disfrazado, y huyó despavorido.

Ahora los habitantes de la Comarca del Confín van recuperando su ciudad y sus imágenes. calle a calle, palabra

Page 48: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

48484848

a palabra y, con ellas, su identidad de hombres libres.

La historia de LucioLa historia de LucioLa historia de LucioLa historia de Lucio

ació en un día radiante primavera. Una intensa luz de miel atravesaba las hojas de los

árboles. Parecía que, junto al niño, nacían

también el jardín, la ciudad y el . mundo, tan limpio y diáfano parecía el aire.

Los padres se dieron cuenta de que el niño tendría algo luminoso y diferente y se congratularon por ello. Lo llamaron Lucio, porque era el nombre que más se acercaba a la palabra luz. La intuición de los padres fue acertada, ya que la .luz fue determinante en la vida de Lucio, para su dicha y para su desgracia.

—¿Desgracia...? ¿Por qué ha

aparecido esta desagradable palabra en

N

Page 49: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

49494949

un cuento tan luminoso como éste? ¿Por qué no dejar el relato aquí, corno una foto fija en ese día en que la primavera estallaba en las yemas de los árboles?

Page 50: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

50505050

Page 51: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

51515151

dizo o enfermizo, están equivocados. Sim-plemente, era un niño corriente, pero trans-parente.

—¿Y sus padres qué pensaban de este? Estaban preocupados, naturalmente. Lo

llevaron a médicos, hospitales y centros es-pecializados. Todo fue inútil: Lucio era un niño sanísimo, lleno de vida, absolutamente

normal, pero que dejaba pasar la luz a través de él.

Su familia no entendió bien la situación: se encerraron en sí mismos. No querían com-pasión, ni solidaridad, ni desprecio, ni rechazo, ni consejos, nada.. Lucio creció aislado, fuera del alcance de la mirado de todos.

Una mañana en que sus padres habían salido, Lucio saltó por una ventana al jardín y se fue a corretear por el barrio. Tenía ganas de conocer a otros niños, jugar con ellos y hacer pillerías.

Se fue a una plaza y se acercó a los grupos de niños que jugaban. Las madres, que vigilaban sentadas en los bancos, llamaron inmediatamente a sus hijos. No querían que tuvieran contacto con un niño transparente.

Page 52: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

52525252

Podía tener una enfermedad contagiosa In-cluso llamaron a un guardia.

En ese momento, Lucio se dio cuenta de una cosa. Con sus ojos podía leer los pensamientos de los demás. Es decir, que si él era transparente, también veía transparentes las mentes de la gente a su alrededor. Eso lo divertía y también lo

apenaba. Veía conversar a dos personas, por ejemplo, que se decían una cosa y pensaban otra muy distinta. Si alguien lo miraba, sabía exactamente lo que estaba pensando de él. Así se dio cuenta de que nadie dice lo que realmente piensa.

Entró en una panadería y pidió un pastel (a Lucio le encantaban los pasteles y no pre-cisamente los pasteles transparentes). El panadero lo miró asombrado. Lucio leyó en su frente lo siguiente: ¿Quién es este bicho raro?

¿Será peligroso? Lo que dijo el panadero fue muy diferente.—¿Puedo ayudarte en algo? —¿Ayudarme? No, gracias. Quiero un

pastel.

—Llévate el que quieras.

Page 53: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

53535353

Lucio leyó en la frente del panadero: Si no se

va ahora mismo, llamaré a la policía.

—¿Por qué quiere llamar a la policía? —le preguntó Lucio.

—¿Yo? Ejem... Yo no he dicho nada de eso. —Pero lo está pensando. ¿De qué tiene

miedo? —¿Miedo? ¿De qué estás hablando? ¡Toma

el pastel y ándate de aquí que me pones nervioso!

A Lucio no le importaba mucho que su cuerpo transparente intranquilizara a los demás, lo que lo entristecía era que la gente no dijera lo que pensaba.

Mientras recorría el barrio fue descubriendo los secretos, las ambiciones, las hipocresías, que todo el mundo escondía detrás desus máscaras. Era como un juego entre él y los demás, pero terminó por cansarlo.

Cuando volvió a su casa. Lucio les contó a

sus padres sus correrías por el barrio y les pidió que lo dejaran ir al colegio como los de-más niños. Sus padres aceptaron, porque comprendieron que Lucio ya podía

Page 54: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

54545454

defenderse solo de los prejuicios y del rechazo de la gente.

Ya en el colegio, el maestro lo recibió con cariño. Por primera vez, Lucio no vio con-tradicción alguna entre lo que el maestro decía y lo que leía en su frente. Eso lo tranquilizó bastante.

El maestro consiguió que todo el curso

comprendiera que era natural y deseable que hubiera rubios, morenos, bajos, altos, opacos y transparentes como Lucio.

La historia de nuestro amiguito termina aquí, pero si tú quieres puedes inventar otro final o continuar la historia. A la imaginación. cuando se pone en movimiento, no la para nadie.

El sabio y los dinosauriosEl sabio y los dinosauriosEl sabio y los dinosauriosEl sabio y los dinosaurios

ivía en el Valle de Elqul un arqueólogo al que llamaban familiarmente Diño, porque

V

Page 55: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

55555555

buscaba por todas partes un esqueleto de dinosaurio. Los arqueólogos sor unos sabios que buscan bajo tierra las huellas del pasado. Diño encontraba muchas cosas enterradas, como envases de plástico o los huesos de un pollo, pero nunca encontró el esqueleto de un dinosaurio.

Un día, aburrido de desenterrar basura, decidió cambiar de profesión, pasar de

arqueólogo a "inventólogo", es decir, un sabio inventor. Como era muy aplicado, inventó varias cosas en un solo día, por ejemplo, el alfiler de gancho, el huevo de la gallina y el estornudo.

Un domingo de septiembre que estaba más inspirado que de costumbre, inventó el vo-

Page 56: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

56565656

lantín. Él no supo nunca que el volantín se había inventado hacía mucho tiempo, de manera que se puso muy contento por haber inventado algo tan hermoso, tan liviano, que se elevaba por el aire con tanta facilidad. Hay que reconocer que el volantín de Diño no era un volantín cualquiera. Era blanco en la parte central con dos alerones azules. Tenía una

cola de cinco metros que ondeaba como una bandera desplegada.

Los vientos de septiembre son caprichosos y muy mal educados: dan manotazos al primero que se les ocurre. Una ráfaga de ésas elevó al volatín y a su dueño agarrado a ¿a cola de cinco metros. El sabio Diño se remontó más allá de las nubes, más allá de la última estrella conocida, hasta llegar al espacio intergaláctico. Cada astro, cada planeta tenía una forma, un color y una historia diferentes. Así, fue conociendo el planeta de la risa, porque tiene cosquillas, la

estrella fugaz "corre que te pillo", las lunas lunáticas, porque son huecas por dentro

Page 57: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

57575757

como pompas de

Page 58: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

58585858

jabón, y los asteroides de merengue y chocolate que flotan sin dueño en el firmamento. También se llevó alguna sorpresa desagradable. Descubrió un planeta que es un inmensa bolsa de basura que flota a la deriva.

En uno de sus paseos por el espacio, su volantín sufrió un percance: perdió la cola.

Convertido en volantín "chupete", cayó en piquero en un pequeño planeta muy verde« habitado únicamente por dinosaurios. Diño había buscado toda su vida esqueletos de un dinosaurio y ahora los veía por docenas, vi-vos, con su piel verdosa resplandeciente; los grandes ojos tiernos y cariñosos. Diño se dio cuenta de que no era un sabio, sino un ignorante, y que tenía que aprender muchas cosas de los animales.

Un dinosaurio joven se ofreció como ca-balgadura y así, a lomo de dinosaurio. Diño recorrió todo el planeta y se maravilló con ;u

vegetación y sus bosques. El joven dinosau-rio le explicó que la Tierra se hizo intolerable por la sequía y los dinosaurios emigraron a otro planeta. Algunos de ellos habían desa-

Page 59: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

59595959

rrollado alas rudimentarias que les permitieron alejarse del planeta reseco.

Un día, el sabio Diño decidió volver a su casa. Echaba de menos el Valle de Elqui y sus fragancias; el espino, el copao y el romero. Se subió al picacho más alto del planeta de los dinosaurios y desde allí se lanzó a. vacío, agarrado a la cola de su volantín chupete. Los

caprichosos vuelos y volteretas del volantín lo llevaron de regreso a la Tierra. Emocionado, vio aparecer el pequeño planeta azul de los terráqueos, girando como un trompo.

Diño cayó sobre el Valle de Elqui lanzando un grito:

—¡Aquí estoy de nuevo! El volantín chupete se quedó enganchado

en la copa de un magnolio, pero Diño no se rompió ningún hueso.

Al cambiarse de ropa, descubrió que en el bolsillo de su chaqueta se había colado un

bebé-dinosaurio del planeta del que venía. Era un lagartija verde, pequeñito y muy grado- so, aunque muy tímido. Lo dejó en el campo frente a su casa, en el tronco de una higuera.

Page 60: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

60606060

Desde entonces, el Valle de Elqui se llenó de pequeños dinosaurios que corren veloces por entre las piedras o toman el sol en las pircas. Los llaman "lagartijas". El sabio Diño no le dijo a nadie que. en realidad, son pe-queños dinosaurios. Es mejor dejarlos tran-quilos. Además, él siempre estaba muy ocu-pado inventando cosas nuevas, como "el lápiz

que hace solo las tareas del colegio' o "la sartén para freir chistes tomes y convertirlos en tortilla".

Dicen que el sabio Diño vivió muchos años en el Valle de Elqui y, quizás, esté vivo todavía. Cuando vean un volantín blanco con alerones azules remontándose por las nubes, recuerden que puede ser el sabio Dino que está dando un paseo.

Page 61: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

61616161

Los títeres rebeldesLos títeres rebeldesLos títeres rebeldesLos títeres rebeldes

erafín, el titiritero, había perdido el humor, que es algo peor que perder el pelo o los

zapatos; bueno, me refiero al buen humor, porque el mal humor no lo había perdido en

absoluto.

S

Page 62: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

62626262

Hubo un tiempo en el que Serafín movía sus títeres con gracia y hada reír a todo el mundo con sus personajes.

Quizás a Serafín se le perdió el humor una tarde de lluvia o bajo el sol inclemente, recorriendo caminos intransitables con su teatrillo rodante y su baúl de titiritero ambulante. A pesar de su mal humor, Serafín

seguía reuniendo a los niños frente a su teatrillo de alambre y tela remendada. Allí sus títeres se perseguían. se insultaban, se golpeaban y chillaban hasta desgañitarse.

Una vez terminada la función, el titiritero se sentaba en el suelo, bajo el teloncillo, a comer un trozo de mortadela regada con el vino peleón de la taberna. Luego se echaba a dormir para olvidarse de los caminos que le esperaban y de esos niños, esos locos bajitos para los cuales tenía que trabajar Los títeres se amontonaban de cualquier manera en el fondo del baúl.

Una noche se escucharon susurros en el baúl. Eran los títeres que protestaban, hartos de su vida de perros. Cada uno tenía sus quejas.

Page 63: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

63636363

—Hace años que no nos pinta la cara ni remienda nuestros harapos. Parecemos mendigos.

—No me importa mi aspecto, pero no so-porto tanto golpe, tanto grito, tanta palabrota. ¿Es que no hay otra forma de hacer reír?

—Serafín ya no entretiene a los niños, porque él mismo no se divierte con nosotros.

—Debe de ser por eso que nos hace chillar y darnos golpes unos a otros.

—Hace unos años, a mí me gustaba ser un títere; ahora me da vergüenza.

—Entonces, ¿por qué seguir con él?

—¿Y qué otra cosa podemos hacer?

—Huir, abandonarlo. —¡Estoy de acuerdo! Dejemos a Serafín y

su teatrillo triste. ¡Vámonos a conocer otros pueblos, a otros niños!

—¿Y qué haremos unos pobres títeres de trapo como nosotros?

—Recobrar la alegría, aprender canciones, ensayar y contar otras historietas.

Todos estuvieron de acuerdo. Levantaron con sigilo la tapa del baúl y se alejaron en

Page 64: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

64646464

puntillas, dejando al titiritero hundido en el pesado sueño del vino.

Los títeres rebeldes eran cuatro: el burro Cirilo, la pastorcita Hora, el oso Buco y el leñador Troncoso.

Después de caminar todo el día, se sentaron a descansar bajo un árbol, pensando pasar allí la noche. De pronto, se escuchó una

vocecita que preguntaba... —¿Han visto a mi tío Agustín?

Asombrados, los títeres buscaron al que hacía tan extraña pregunta, modulando un canto muy peculiar.

—¿Han visto a mi tío Agustín?

—Lo sentimos mucho, pajarito, pero no hemos visto a tu tío Agustín —le contestaron los títeres a coro.

—Soy el Chincol y hace muchos años que ando buscando a mi tío Agustín. He aprendido a cantar sólo para .llamarlo.

—¡Canta para nosotros! —le pidió el oso Buco.

Y el Chincol llamó a su tío Agustín y a toda su parentela, recorriendo la escala musical

con su trinar de soprano lírico.

Page 65: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

65656565

Los títeres aplaudieron entusiasmados. —Gracias, gracias, es la primera vez que

me aplauden. —Es que cantas muy bien —le dijo el burro

Cirilo—. Deberías actuar en el teatro. —Siempre he soñado con cantar en un

escenario. Ensayo mucho en las ramas de los árboles, pero no tengo público. Además, no

tengo un vestuario adecuado. Mis plumas son grises y muy poco llamativas.

—Eso es lo de menos —le contestó Flora, la pastorcita—. Yo podría hacerte una cola de plumas de choroy y un sombrerito de pelusilla de cisne.

—¿Y cómo saben tanto de teatro? Al burro Cirilo se le ocurrió una idea. —¿Por qué no formamos una compañía con

el Chincol? —¡Claro, la llamaremos: Compaña del Chincol

y sus Amigos! *

—¿Y dónde podríamos actuar? —preguntó el leñador Troncoso. que era el más práctico de los títeres.

El Chincol. entusiasmado ante la

posibilidad de aparecer en un escenario, les propuse algo.

Page 66: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

66666666

—Detrás de esos cerros hay un pueblo donde no conocen la televisión ni el circo. Están aislados. La iglesia está cerrada y ni siquiera se escuchan las campanas ni los pájaros. Se llama Quebrada Seca.

—¡Vamos a Quebrada Seca! Seguro que allí nos necesitan —respondieron los títeres a coro.

—Verán por primera vez una historia de títeres.

—¿Y qué historia será ésa? —Mientras caminamos hacia Quebrada

Seca, la iremos inventando entre todos. Para empezar, tenemos todos los personajes:

¡Flora, la pastora que ríe cuando llora! ¡El leñador Troncoso, que planta el árbol

más hermoso! ¡El burro Cirilo, que encanta a los niños! ¡El oso Buco, goloso y peludo! ¡Y como principal atracción: el Chincol! Cuando llegaron a Quebrada Seca buscaron

un teatro para trabajar y, claro, si no había ni cancha ni plaza ni piscina, menos podía haber un teatro ni un teatrillo de alambre y tela como el de Serafín.

Page 67: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

67676767

Al burro Cirilo —que era el más burro y el más listo— se le ocurrió la solución.

—¡El pajar tiene una gran ventana queda al corral! Abriremos las dos hojas y el hueco de la ventana será la embocadura del escenario.

Dicho y hecho. Le colocaron a la ventana unos visillos de arpillera y el teatro de títeres se abrió para recibir al público. Pero, ¿qué

público...? Las calles solitarias de Quebrada Seca no presagiaban ninguna concurrencia multitudinaria.

El oso Buco, lento pero seguro, y sin decir este hocico es mío, subió al campanario de la iglesia abandonada y empezó a tocar la campana llamando a los vecinos.

Hacía muchísimos años que no se escu-chaba el hondo clamor de bronce de la cam-pana. Su repique causó un gran revuelo. Toda la gente salía a la calle y se fue reuniendo frente al pajar.

Después de los tres rebuznos de Cirilo que

anunciaban el inicio de la función, se abrieron las hojas de las ventanas y se descorrieron los visillos.

Ésta fue la historia que representaron, cantaron y contaron la Compañía del Chincol y

Page 68: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

68686868

sus Amigos, los títeres: "El oso Buco, goloso y miedoso, se volvía loco por la miel, pero les tenía pánico a las abejas. El burro Cirilo, yerbatero por naturaleza, era muy amigo de las mariposas y consiguió que ellas le llevaran miel en sus patitas al oso Buco y la depositaran en su lengua. La pastorcita era la dueña del panal y no le gustó nada que las

mariposas le robaran la miel. El buenazo de Cirilo se ofreció a cargar con las cajas de frutillas que Flora le vendía al leñador, siempre que no molestara al oso Buco ni a las mariposas. El leñador no quería comprar ni hablar con nadie, porque le dolían las muelas. En ese momento, apareció el Chincol y su simpático canto le quitó el dolor de muelas al leñador Ésa era la historia, pero ocurrió algo muy curioso. Para la representación, los títeres habían hecho unas mariposas de papel, pero, de pronto, la ventana-escenario se llenó de mariposas reales de todos colores

que revoloteaban entre los títeres, atraídas por el canto del Chincol. Todos los niños de Quebrada Seca aplaudían entusiasmados ante tan milagrosa maravilla. La función había resultado

Page 69: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

69696969

un éxito completo. Los títeres salieron del pueblo llenos de

regalos y muy felices. Recordaron entonces a Serafín, el titiritero, que estaría solo, echándolos de menos. Un titiritero sin títeres es corno un alma en pena.

Volvieron por donde habían venido, acompañados del Chincol, que se había

convertido en el actor principal de la compañía y amigo fiel de los títeres.

Cuando llegaron al teatrillo de lona remen- • dada donde dormía Serafín, ocurrió algo muy curioso. El Chincol cantó:

—¿Han visto a mi tío Agustín? Serafín se despertó sobresaltado y dijo: —¡Yo soy el tío Agustín! Y el Chincol lo reconoció como el tío que buscaba desde que él era un pajarito-niño. Serafín les explicó muy emocionado:

Page 70: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

70707070

Page 71: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

71717171

—Yo me llamaba Agustín, pero cuando abandoné mi pueblo y a mi familia, me dedi-qué al teatro. Entonces, cambié de nombre. Yo soy el tío del Chincol.

El tío Agustín y el Chincol se besaron y los títeres aplaudieron. El titiritero siguió hablando:

—Cuando ustedes se fueron, pensé que

todo había terminado y me sentí tan triste que creí que me iba a morir.

Flora y los otros títeres lo consolaron. —Nada ha terminado, al contrario, todo va

a empezar de nuevo. La familia titiritera ataca de nuevo...

—¡El tío Agustín presenta al Chincol y sus amigos en la obra "LCJS Mariposas de Colores y la Miel de la Risa"...!

Amigos lectores, quizás ustedes no hayan visto todavía a los títeres del tío Agustín, porque ellos trabajan en pueblos lejanos donde no llega la televisión, pero si algún día

se aventuran por los confines de Chile, es posible que los vean.

Page 72: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

72727272

Nico y las palabrasNico y las palabrasNico y las palabrasNico y las palabras

sta es la historia de un niño que se llamaba Nicanor, al que sus padres le dirían Nico.

A Nico le gustaba dibujar en los vidrios con el vaho del aliento y perseguir matapiojos en el jardín. Como todos los niños, tenía un

montón de revistas de historietas que le ocupaban todo su tiempo. Hojeándolas a Nico se le olvidaba tirarle la cola al gato y contestarles a sus padres cuando le hablaban.

—Nico, vamos a ir a visitar al abuelo. ¡Escroing! ¡Bang! ¡Punch! ¡Croe!

—¿Qué estás haciendo? —¡Flash! ¡Zatapoc! ¡Runrun! Era asombroso. Nico hablaba como las

historietas ilustradas. Había olvidado las palabras.

La mamá recordó, entonces, que los teleeducadores tejerrecomiendan la

teleimagen para telehablar. Ésa era la

E

Page 73: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

73737373

solución. Le compraron al niño un televisor gigante.

Y así fue como Nico perdió sus historietas y se encontró instalado frente a un televisor gigantesco. Allí comía, dormía y se pasaba la jornada completa. Sus padres, el gato y los teleeducadores esperaban con ansiedad los resultados. Y un día, Nico empezó a hablar.

—"¡Entre a un mundo de sabor y fantasía con la teleserie detergente que tiene cuatro puertas y da premios millonarios!"...

—¿Qué ha dicho? —¡Por Dios, Nico, habla más claro! —"¡En tu ducha diaria usa mayonesa baja

en calorías con las rebajas imparables del Día de la Madre!".

Nico ya no hablaba como las revistas ilus-tradas; hablaba como la televisión.

—¡El televisor es el culpable! ¡Fuera el televisor!

—Lo que necesita este niño es Ciencia,

mucha Ciencia. —¿Aló? Quiero que me manden a un pro-

fesor particular enciclopédico con mano dura para un niño que no sabe hablar.

Page 74: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

74747474

El Profesor Enciclopédico era un señor que carraspeaba en do sostenido mayor y había amaestrado fieras mucho más difíciles que Nico. Al cabo de unos meses termine su mi-sión y llamó a los padres.

—Me entregaron un burro desorejado y les devuelvo un niño amasado en letras de imprenta, encuadernado y listo para su uso.

Y Nico habló. Habló como un libro abierto. Habló durante horas, durante días enteros.

—Rómulo... Diéresis... Córcega... Pérsico... Cébala...

—¡Es atroz! —Parece que se hubiera empachado con un

puré de palabras esdrújulas. —Es grave. Está intoxicado con h letra

impresa. Habrá que llevarlo a Urgencias.

—La ternura de una madre conseguirá lo que no han logrado otros. A ver, cielo mío, cochita pechocha, di sólo una palabra: MA-MÁ.

—Sócrates. —No, no, mi terroncito de azúcar, di MA-

MÁ... LA MAMÁ ME MIMA. —Perímetro.

Page 75: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

75757575

—¡Es espantoso! ¡Me ha llamado 4*Perí-metro"!

—Los libros tienen la culpa. Lo que hay que hacer es enviar a Nico al campo. Lo que tiene puede ser contagioso.

—¿Y tú crees que sobrevivirá, rodeado de mosquitos, analfabetos y gallinas crudas?

—¡Por supuesto! Prepara su equipaje.

El niño llamado Nicanor, al que su familia llamaba Nico, se fue al campo a un caserío perdido en las montañas. Allí quedó a cargo de la familia de un pastor.

Al principio, Nico no hablaba, pero apren-dió a escuchar, a escuchar con el corazón. Aprendió a distinguir el canto He los pájaros, el croar de las ranas, el crepitar de los insectos, el tamborileo del granizo. Todos esos sonidos decían cosas secretas que sólo él comprendía y le permitían dialogar con ellos. El pastor le enseñó a reconocer cada árbol, cada hierba, cada fruta; a revolcarse

en el pasto, a poner el oído en la tierra y escuchar las cosas subterráneas. El pastor le decía que todas las cosas del mundo le hablan a uno a través del tacto, del gusto, de la vista y del oído; que el bosque es un

Page 76: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

76767676

diálogo continuo y que el día tiene muy diferentes colore;».

El pastor inventaba palabras cada día. Llamaba "picomoro a la pajarilla que picaba las moras y "trotizambo" al topo que se cru-zaba en el camino con sus patitas torcidas. "Zafrosa", "Belaporna" y "Alalba" eran frutas silvestres que descubría cada mañana.

Al fin del día, antes de acostarse. Nico se preguntaba: —¿Cuántas palabras he inventado hoy...? Y se

dormía con las palabras cantándole en la cabeza, porque para inventar palabras

Page 77: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

77777777

Page 78: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

78787878

-------- — ---------------

hay que vivirlas primero, reírlas, masticarlas, cantarlas y compartirlas.

El pastor le decía a Nico: —Recuerda que nadie vio antes que tú lo

que estás viendo ahora. Eres el primero. Cuéntalo. Alguien querrá oírlo.

Así, Nico se fue haciendo trotamundos,

hortelano, escalador, compañero de lagarti-jas y codornices. Caminando por los bosques, el niño sordomudo, el niño autista, el niño retrasado, les dio nombre a todas las cosas.

Viviendo las palabras una a una, descubriéndolas con las yemas de los dedos. NÍCD se hizo poeta. Porque los que escuchan el idioma secreto de las cosas son los poetas. Y luego se hizo hombre, se hizo viejo y se

hizo niño. En los poetas, el tiempo corre al revés y

terminan siendo niños asombrados, maravillados, gateando por el mundo,

diciendo "agú, agú". La mudez de Nico se transformó en una

ráfaga de lenguaje aéreo que mueve velas,

Page 79: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

79797979

veletas y veleros. Basta que él sople sobre las palabras para que éstas giren como remolino de papel, desatando un ventarrón que vuela sombreros, cabezas huecas, pelucas y telarañas.

¡Por favor. Nico, sigue soplando letras, sonidos y palabras para que todos aprendamos a hablar!

Page 80: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

80808080

La hija de la brújula EsdrújulaLa hija de la brújula EsdrújulaLa hija de la brújula EsdrújulaLa hija de la brújula Esdrújula

_ Hay brujas malas, brujas buenas, pero también hay brujitas flojísimas, des-

obedientes y enredosas..." Eso decía la brú-

jula Esdrújula y se refería a su hija Brujilda,

Page 81: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

81818181

que no conseguía terminar sus estudios para recibirse, de una vez por todas, de brújula

hecha y derecha.

brujas! Todavía no pasas el examen de brujería menor, que es la más elemental.

—Ya voy en la 8 —respondía Brujilda. —Y el libro tiene 533 páginas. Ni siquiera

sabes hacer llover sapos, que es el ejercicio más sencillo.

—Es que se me dan muy mal las Tablas de Multiplicar Brujerías.

—Porque te distraes con cualquier cosa. —Me gustan las plantas y los bichitos. —Sólo deberían interesarte los murciélagos y el litre, que da urticaria.

—Mamábruja, esta noche es el Gran Aque

larre, el Baile de las Brujas. Me dijeron que la que baila allí, encuentra novio.

—Hay brujo.«; muy buenos mozos, desde luego, pero tú no irás al baile si no aprendes

de corrido el Manual Básico de la Brujería. Después de hacer esta declaración termi-

nante, la brújula Esdrújula dejó a la pequeña Brujilda el grueso Manual en las manos y se fue a preparar sus hechizos. Brujilda se puso

Page 82: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

82828282

a estudiar los distintos "males de ojo" del Manual:

"En nombre del Ganchudo, de Piltra y de Mocotilo, yo te hago este conjuro: que te atores con el hipo". —Nunca aprenderé estas maldades. Otras cosas son las cosas que quiero aprender.- Por

ejemplo: .vestir al ciempiés, buscar frutillas

silvestres y hablar al revés. Brujilda se distrajo con el vuelo de un pi-

caflor y el grueso Manual le sirvió para encaramarse sobre él y alcanzar un membrillo amarillo como el sol. Alguien tosía a su lado y Brujilda se cayó del libraco con el membrillo en la mano. A su lado vio una sábana que tosía suspendida en el aire.

—¡Qué susto me diste! ¿Quién eres? —El Fantasmático Soy un fantasma as-

mático y por eso toso tanto. ¿Qué estás ha-ciendo tú?

—Estudio para ser bruja de provecho.

—¿Y sabes volar en una escoba0 —Me da miedo la altura y, además, no

tengo carné de manejar. —Tendrás que sacarlo. Nadie circula por el

aire sin un requisito tan indispensable. Te

Page 83: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

83838383

llenarían la escoba de multas. Volar en una escoba es más fácil que tener tos. ¡Pásame esa escoba! Vamos a montarnos en ella. Éstaes Id llave de contacto, el embrague, los cambios y el acelerador. Es una escoba vieja, pero funciona todavía.

Brujilda y el Fantasmático se montaron en la escoba y empezaron a planear a gran

velocidad sobre el campo, rozando las ramas de los árboles. Brujilda lanzaba gritos de miedo, pero muy pronto empezó a entusiasmarse.

—¡Qué bonito! ¡Mira el monte, el río, las casas del pueblo y el bosque de eucaliptos! —gritaba Brujilda.

—¡No te agarres así de mi sábana! —tosía el Fantasmático.

—¡Cuidado! Cruzaste con la escoba un se-máforo en rojo y un paso peatonal.

—No hay cuidado. Las brujas que controlan el tránsito de las escobas se han ido al baile,

al Aquelarre-Rock. —Yo también quiero ir. ¿Por qué no me

llevas tú? —Porque me viene la tos.

Page 84: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

84848484

—Yo te la quitaré en un santiamén. -Co-nozco todas las hierbas medicinales.

Page 85: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

85858585

Page 86: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

86868686

Y dicho y hecho: Brujilda recogió unas hojas de malvavisco, saúco y matico, las mezcló con la flor de la algarrobilla y preparó una infusión que el fantasmático se bebió de un trago.

—¡Es increíble! Ya no toso. Parece cosa de brujas.

Es lo natural. Yo soy la brují la yerbatera.

No conozco el mal de ojo, pero conozco las plantas. Con mi escoba, en vez de volar, ba-rro el campo. Soy la brujita de a pie, sin es-coba voladora y sin carné. ¡Anda, vamos al Aquelarre-Rock!

—¿Y nos dejarán entrar? —Claro, basta decir: "Abracadabra, salta la

cabra y Obrocodobro, #oto de pollo!'. Cuando llegaron a la Discocueva, donde

tocaba la banda de las Brujas Rockeras. dijeron el santo y seña y entraron sin problemas.

Brujilda bailó toda la noche con el

Fantasmita. que ya no era el Fantasmático porque no tenía tos ni asma. I a brüjita cimarrera pidió el micrófono y cantó una ba-lada-rock.

Page 87: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

87878787

"Cuando estés sola como yo, mira un

poquito a tu alrededor. Verás mucha

gente que son tus grandes amigos.

Bailemos el rock".

La brújula esdrújula reconoció a si hija cuando la vio con el micrófono en la mano. Subió al escenario dispuesta a llevarla de una oreja de vuelta a su casa.

—¡Yo te explicaré todo, mamábruja...! Estuve haciendo prácticas con la escoba

voladora v como no domino todavía el volante, me trajo hasta aquí.

- Cada uno va a donde quiere ir —le res-pondió la brújula Esdrújula—. l a voluntad puede más que el volante de una escoba. Lo que pasa, en realidad, es que tú 110 querías estudiar.

—No, mamábruja, lo que yo no quiero es aprender brujerías malulas. Yo quiero estu-

diar las flores silvestres, los yuyos, las hierbas medicinales, las agüitas sanadoras. Quiero ser una buena curandera.

—Tiene buena mano la chiquilla, créame, señora —dijo el Fantasmático a la brújula

Esdrújulo—. A mí me curó el asma con tres plantitas, no más.

Page 88: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

88888888

—¿Y de dónde sale esta sábana parlan- china? —preguntó la brújula Esdrújula,

—No es una sábana, mamábruja. es un amigo.

—Yo era un Fantasmático, pero ahora soy un Fantasma Cantor. Me gustaría llegar a ser el Fantasma de la Qpera. Estoy estudiando para eso.

—Está muy flaco y debilucho, el pobre. La sábana le cuelga en los huesos. Deberías invitarlo a tomar onces con pancito de huevo de paloma torcaza.

—¿No tendrán alguna diablura esos pancitos, señora?

—¡Cómo se le ocurre' En el fondo yo soy como Brujilda, me gusta ayudar a la gente. pero hago diabluras de vez en cuando para que no me pierdan el respeto.

Los tres se subieron a la escoba voladora. Brujilda ya era experta conductora dil transporte aéreo Sobrevolaron el bosque y

aterrizaron felizmente en el jardín de la casa. Allí la brújula Esdrújula- hornpó exquisitos

panes de huevo y bebieron infusiones de cinco hierbas aromáticas preparadas por Brujilda. Los libracos de las malas brujerías

Page 89: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

89898989

fueron cayendo uno a uno en el fogón donde hervía la tetera.

Que caca uno continué este cuento como le dé la gana y lo convierta en el Cuento ele Nunca

Acabar.

»»»»

El árbol de los prodigiosEl árbol de los prodigiosEl árbol de los prodigiosEl árbol de los prodigios

n el norte, en un paraje muy desolado, vivían dos hermanos gemelos. Como todos sabemos, los gemelos suelen ser iguales,

pero éstos eran completamente distintos. Uno, delgado e inquieto, que se llamaba Nacho; y el otro, rechoncho y lento, que se llamaba Pacho.

Los gemelos podían sobrevivir gracias a un rebaño de cabras y un trocito de huerto del tamaño de un mantel. La verdad es que tenían

también dos cosas: un arbolito enclenque que

E

Page 90: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

90909090

parecía estar a punto de troncharse cada vez que soplaba el viento, y el horizonte. , /

—¿el horizonte? ¡Pero si el horizonte es de todos!

—Bueno, si es de todos, entonces también era de Nacho y de Pacho.

A pesar de ser tan diferentes, los herma-nos gemelos se llevaban muy bien y se re-

partían el trabajo sin discutir. La serranía donde vivían estaba completamente aislada y su aridez no atraía visitantes ni comercian-tes. Un día vieron que alguien se acercaba por el polvoriento camino.

—Es un viejo. —Debe de estar chiflado. El comentario de Nacho estaba justificado,

porque el anciano iba montado en un burro y llevaba dos remos en las manos, un remolino de papel sujeto en su cabeza y un volantín cuyo hilo estaba atado a la cola del asno.

—¿Se ha perdido, abuelo?

—Eso es imposible. Precisamente para no perderme llevo el volantín y el remolino de papel. La dirección del viento me indica el camino.

—¿Y hacia dónde va?

Page 91: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

91919191

—Hacia el mar. —No sabía que el mar estuviera en esa

dirección. —Todos los caminos llevan al mar. ¿Me

podrían dar un vaso de agua? —No pide poco. Esta tierra está tan seca

que con un vaso de agua podría crecer una plantita de tomates.

—¿Ni siquiera unas gotas para un pobre viejo que camina hacia el mar?

—Tome, abuelo. Es lo último que nos queda. No llueve desde hace dos años.

—Gracias por compartir conmigo la esca-sez.

—¿Por qué quiere ir al mar? —Voy a reunirme con mis diez hijos que

son buceadores y viven en la Isla de Coral. —¿Y está muy lejos? —Detrás del horizonte. No hay donde

perderse. A Nacho le brillaron los ojos al mirar el

horizonte. Casi como un espejismo creyó ver el mar. allí, al alcance de la mano. En cambio. Pacho, el hermano rechoncho y tranquilo, no pensaba lo mismo.

Page 92: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

92929292

—En el mar no se pueden sembrar horta-lizas. Sí, hay mucha agua, pero no hay ni un puñado de tierra para sembrar una semilla. Es un desierto al revés. Prefiero seguir cultivando esta ramita endeble que algún día crecerá. Yo no sueño con el mar, sino con un árbol frondoso.

El anciano sonrió y empezó a contarles lo

que él había visto en el mar. —En medio de las aguas hay un árbol in-

menso: es el árbol de los prodigios. Tiene una copa frondosa como el cielo estrellado y en vez de hojas está cuajado de pequeños peces tornasolados, ts el árbol de la abun-dancia y de la felicidad. Su sombra es fresca y acuden a él los delfines, las gaviotas, los cormoranes, los pelicanos. Debajo del árbol del mar construiré mi casa.

—¿Cómo se puede construir una casa so bre el agua?

—¿Por qué no? ¿No has construido nunca

una casa sobre ui i sueño? En el agua todo se sustenta a las mil maravillas y crece hacia el cielo, sobre todo los sueños.

Page 93: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

93939393

—¿Y cómo puedo encontrar el árbol de los prodigios? —preguntó Nacho—. E mar debe de ser inmenso.

—A algunos el camino les resulta muy largo. y a otros, muy corto. □ tiempo es un espejismo. Si lo buscas sin desanimarte, lo vas a encontrar.

—¿Necesitaré quizás un remolino de papel

como el suyo? —Cada uno necesita algo diferente. Tú

eres joven. Te bastará caminar en la direc-ción correcta. Tu propio corazón será el re-molino de papel que te indicará la fuerza del viento. Y ahora tengo que alcanzar el hori-zonte antes de que anochezca. Gracias por el agua compartida.

—¡Que encuentre a sus diez hijos en la Isla de Coral!

—Y también a mis treinta nietos y mis se-senta bisnietos —rió el viejito, mientras se alejaba remando, montado en su burro y

arrastrado por el volantín. —¡Hermano, vamonos a buscar el

árbol de los prodigios! —En ese caso, habrá que prepararse

—señaló el gemelo regordete, que era

Page 94: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

94949494

muy prudente—. No pensarás irte así, sólo con la camiseta puesta y las manos vacías.

—Así es como hay que viajar: liviano, libre —le contestó Nacho.

—Así no llegaremos a ninguna parte. Para llegar al mar se necesitan cosas que tú ni siquiera te imaginas.

—¿Y cómo lo sabes tú, si nunca has estado allí? *

—Porque yo pienso, cosa que tú haces raramente. Voy a preparar este viaje con mucho cuidado. Necesitaré muchas cosas y tengo que conseguirlas poco a poco.

—Todo lo haces poco a poco —le dijo Nacho—. A mí me gusta .hacerlo mucho a mucho. Me voy, hermano. Quédate con tus preparativos interminables. Yo me subiré en

un periquete sobre el horizonte y desde allí te

saludaré levantando la mano. La vida se va tan de prisa que tengo que correr para alcanzarla.

Page 95: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

95959595

—Tu impaciencia te perderá. No llegarás muy lejos, pero te deseo mucha suerte, Nacho. Dame un abrazo.

Los gemelos se despidieron y Nacho se alejó sin mirar hacia atrás.

El viaje de Nacho duró tanto tiempo, que él dejó de llevar la cuenta de los días. Tenía razón el viejo que remaba montado en su

burro: el tiempo es un espejismo. Un día, Nacho llegó al mar. Le pareció

maravilloso, pero no encontró el árbol de los prodigios plantado en el agua.

Se acercó a la mujer de un pescador que remendaba redes en la playa.

—Buenos días, señora. Ando buscando el árbol de los prodigios que tiene peces en vez de hojas. ¿Podría decirme dónde encontrarla*?

—Los únicos peces que he visto toda mi vida están en el mar, no en los árboles. Mi marido trabaja toda la noche para pescar al-

gunos. ¿Dónde te dijeron que estaba ese ár-bol?

—Al otro lado del horizonte. —Entonces no has llegado todavía, porque

yo veo el horizonte allí, al otro lado de mar.

Page 96: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

96969696

—Gracias, señora. Trataré de alcanzar el horizonte.

Pero el horizonte retrocedía y retrocedía Nacho cruzó cinco océanos tratando de al-canzar el horizonte.

En tanto, Pacho, aún en su casa, se pre-paraba cuidadosamente para realizar el viaje en busca del árbol de los

prodigios. Como no tenía a su hermano gemelo para dialogar, hablaba solo.

—Lo importante es no perder la cabeza y reflexionar. Para llegar hasta el árbol de los prodigios necesitaré, en primer lugar, una brújula, un mapa y un rollo de cuerda para trepar por sus ramas. Bien, veamos... si he de llevar todo eso, necesitaré también una mochila o dos. Y si llevo mochilas, lo lógico es llevar también provisiones y una colcho-neta, puesto que dormiré en el camino. Por supuesto que si he de dormir en el camino deberé hacerlo bajo una tienda. Así pues,

debo conseguir también una tienda y todo lo demás. Tal vez sea mucho peso para mi es-palda. Debo conseguir un asno y quizás un ' carro. Tengo mucho que hacer y muy poco tiempo.

f

Page 97: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

97979797

Cuando Pacho consiguió el asno, el carro, la tienda, las mochilas y las provisiones, se dio cuenta de que necesitaba también un paraguas, una escalera y una cocinilla portátil. Y cuando consiguió también eso, pensó que era conveniente levantar un cobertizo para guardar tantas cosas, mientras Terminaba los otros preparativos

del viaje Siguiendo esta lógica. levantó unas paredes de barro y paja que sirvieran de bodega y corral para el burro y el carro. Así habían pasado muchos meses y Pacho aún no se había movido de su casa. Tampoco podía moverse mucho en ella, ya que todo el espacio estaba' lleno ce mapas, planos, instrumentos, libros anotaciones, cálculos.

Mientras tanto. Nacho seguía persiguiendo el horizonte. Cada día su caminar era más lento, más cansado, porque iba envejeciendo: a' les viejos el horizonte les parece cada vez

más lejano, imposible de alcanzar.- Había dejado ya de preguntar por el árbol de los prodigios. sólo deseaba saber cómo llegar al campo seco donde estaba su casa y vivía su hermano.

Page 98: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

98989898

Un día, se acercó a un campesino que la-braba la tierra.

—Amigo, por favor, ayúdeme. Me encuentro perdido. Quiero regresar a mi casa, perc no sé si voy por el buen "camino. Yo vivo en un desierto, donde sólo hay pedruscos y un arbolito que debe de estar ya quebrado por el viento.

—No sé a dónde quieres ir. pero te diré una cosa: siguiendo este camino polvorien-to, llegarás a un sitio donde se levanta un árbol inmenso, frondoso, cuajado de frutos y generoso de sombra.

—Ésa no puede ser mi tierra ni mi casa —respondió Nacho—. Nunca vi allí un árbol semejante.

—Es todo lo que te puedo decir. ¡Que Dios te acompañe y encuentres lo que anclas buscando!

Habían pasado muchos años desde que Nacho salió de su casa en busca del

horizonte. Ya estaba viejo y cansado, pero aún tuvo fuerzas para seguir las indicaciones que le dio el campesino. Al lleqar. reconoció el pedregal de donde había partido cuando era joven. Lleno de asombro, contempló un

Page 99: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

99999999

árbol gigantesco que se levantaba al lado de la choza que habitaba con su hermano gemelo. La enorme copa estaba cuajada de peces, de frutas y daba cobijo a palomas, gaviotas, cormoranes y pelícanos. Al pie de su tronco, ancho como una casa, brotaba un manantial inagotable.

Nacho se acercó a la casa y entró en ella.

Allí encontró a su hermano Pacho perdido entre un montón de mapas, diversos pertre-chos de viaje, mochilas y tiendas de campaña. Su hermano gemelo estaba tan viejo como él.

—¡Pacho! —¿Quién eres? —¡Soy Nacho, tu hermano gemelo! —¡Nacho, hermano, ven aquí que quiero

abrazarte! ¡Qué viejos estamos! ¡Pero estamos vivos y nos queremos

todavía! ¡No nos podemos quejar! —¿Encontraste el árbol de los prodigios? —¡Cómo había de encontrarlo si ese árbol

estaba aquí! —¿Aquí? ¿Dónde? —¿Estás bromeando? ¿Es posible que no

hayas visto el árbol prodigioso que ha crecido junto a nuestra casa?

Page 100: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

100100100100

La cara envejecida de Pacho sólo expre-saba estupor e incredulidad.

Page 101: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

101101101101

Page 102: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

102102102102

—¿Un árbol? jPero si sólo hay una ramita quebradiza que nunca terminó de afirmarse!

—La ramita se convirtió en el árbol de los prodigios. Mientras yo lo buscaba por toda la Tierra, tú lo tenías junto a tu puerta. ¿Cómo es posible que no lo hayas visto?

—He tenido mucho trabajo y no he podido salir de la casa.

—¿Qué clase de trabajo? —Mis preparativos para el viaje. Quería

partir muy bien preparado para encontrar el árbol de los prodigios.

—Querido hermano, se te ha pasado la vida haciendo cálculos y ni siquiera te asomaste al exterior. Si lo hubieras hecho, habrías visto el árbol que buscabas al alcance de la mano. La prudencia te perdió.

—¿Y tú qué hiciste? ¿Encontraste lo que buscabas? —le preguntó Pacho a su hermano.

—Tampoco lo hallé. A mí me perdió la impaciencia. Corrí tanto, que no tuve un

momento de reflexión y nunca alcancé el hori zonte. A los dos nos ha faltado el juicio. De-bimos buscar el árbol de la felicidad donde estaba, es decir, en nosotros mismos.

Page 103: CUENTOS PARA LLEVAR EN LA MOCHIL12 · 2020-03-27 · —¡Chicho, si encuentras a mi hija Luna en la Escuela Andariega de la tía Eusabia, dile ... en tu barrio y en la inmensidad

103103103103

—Nunca es tarde, Nacho. ¡Salgamos a gozar del árbol de la vida que está aquí mis-mo, junto a nosotros!

Tienes razón, hermano. En esta tierra tan pobre y apartada puede crecer la abundancia.

Así, los gemelos vivieron sus últimos años disfrutando de la naturaleza y de sus dones.