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Cuentos en el aula hospitalaria Estructura de Gestión Integrada de Santiago de Compostela
2 Aula hospitalaria de pediatría
Indice
Ficha técnica
38
4246
24
33
36
27 30Marina, la marchosaMarinaBebe quiere nacer
El pajaro Piolin
El arbol de los sueños
17Pedro y Tito, el gato comilon
19La gran espera
22Mama Rosa
El libro del Universo5 8 10
La nina Noa
13El concurso de dibujo
1
5
6
3
8
11
13
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15
9 10
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4
7
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Un dia muy especial!!
!!
Coordinadores:María Luz Couce PicoManuel Martínez PérezFederico Martinón TorresMª Elena Sobrino Fernández
Diseño y realización:KRISSOLA DISEÑO, S.L
Ilustraciones:EMMA MARTÍN
Dep
ósito
lega
l: C
104
6-20
17
3Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Me hace una particular ilusión y me enorgullece poder presentar este peque-
ño gran libro de cuentos. Es un espejo magnífico en el que se refleja en qué forma lo
profesional no puede jamás desligarse de lo humano.
Los niños que están o tienen que venir con frecuencia a un hospital, tienen la
doble tarea de no solo hacer lo que les corresponde hacer como niños -jugar, aprender
y ser felices- sino también, desde muy pronto, lidiar batallas y pelear como valientes
guerreros. Pero no están solos. No estáis solos, niños. Tenéis a vuestro lado, sin tre-
gua, unas familias valientes, generosas, asombrosas, entregadas e incansables para las
que sois lo más importante del mundo. Tenéis la atención y el cuidado de un ejército
de médicos, enfermeros, auxiliares, profesores, animadores y voluntarios siempre pen-
dientes de vuestra felicidad. Pero sobre todo tenéis dentro de vosotros una fuerza y
una valentía extraordinaria, diría que casi mágica, para transformar la realidad y el día
a día en algo maravilloso a pesar de las dificultades. Ese “superpoder” os convierte en
verdaderos protagonistas de cuentos y aventuras por las que todos los demás os admi-
ramos. Este libro es un buen ejemplo de ello. Este libro recoge todo lo extraordinario
que hay en lo cotidiano de un hospital, un trabajo en equipo entre un personal que es
tan profesional como humano y unos niños y familias excepcionales, con un tesón y una
dedicación que nos emociona y de los que aprendemos cada día.
Con frecuencia los adultos olvidamos lo terapéuticos que son los cuentos.
Cómo sin necesidad de utilizar frases complicadas puede uno atrapar y comunicar los
sentimientos más profundos y también los más importantes. Son cuentos que con sus
historias y sus dibujos nos hablan sobre el amor, sobre la amistad, sobre la familia,
sobre la ilusión, y también a veces sobre el miedo. Son cuentos sobre la fuerza y la
resiliencia humana, sobre las ganas de vivir y la fuerza que los niños, sus familias y el
personal hospitalario utilizan para hacer del mundo un sitio mejor, todos y cada uno de
los días, a pesar de todas las adversidades.
Gracias y enhorabuena a todos los que habéis participado en este libro. Como
pediatra, pero también como padre, este libro me recuerda lo importante que es ha-
blar y explicar las cosas a los niños, pero también lo importante que es pararse a escu-
char lo que los niños tienen que contar. Léanlo y descubrirán por qué.
Federico Martinón TorresJefe de Servicio de Pediatría, Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Pre sentación
4 Aula hospitalaria de pediatría
Los cuentos nos permiten soñar con una realidad que a veces nos es difícil de
alcanzar de forma inmediata. A menudo se ha dicho que la fantasía es una facultad
humana que permite representar ideas, historias o imágenes que no son reales y que
únicamente existen en la mente de quién las imagina.
Desde el Aula Hospitalaria del Servicio de Pediatría, además de la responsabi-
lidad de la evolución académica de los pacientes pediátricos, se asume un papel tera-
péutico que incluye la propuesta y el desarrollo de actividades en las que se promueva
la participación general de pacientes pediátricos y sus acompañantes, procurando la
consecución de un buen estado de ánimo con el fin de obtener una actitud optimista,
buena predisposición y el mejor grado de colaboración con el personal sanitario.
Es por ello que entre muy variadas actividades, el profesorado del Aula Hospi-
talaria prepara cuentos y relatos de carácter didáctico para la celebración de determi-
nados días a lo largo del año: El Día Internacional de la Higiene de Manos (5 de Mayo),
el Día Internacional del Niño Prematuro (17 de Noviembre) o el Día de Reyes (6 de
Enero). Todos estos cuentos y relatos se han elaborado con una doble intención lúdica
y educativa. A través de las historias se pretende conseguir siempre una enseñanza que
sea útil para la vida.
Partiendo de la idea de que no son únicamente los profesores los que enseñan,
sino que los niños y sus padres son dignos de admiración por su paciencia, entereza y
capacidad de resistencia frente a situaciones adversas y, en ocasiones, verdaderamente
complicadas, se ha querido contar con su participación en este libro recopilatorio de
cuentos. El desarrollo de la fantasía, en este contexto, supone un avance hacia delante,
una forma de plantarle cara a la enfermedad. En muchos casos, la fantasía no es algo
irreal, sino el anhelo de querer superar una situación desafortunada. A lo largo de la
historia, todos los logros obtenidos por el ser humano han sido, en primer lugar, fanta-
sía, pero eran mucho más reales en la mente de quien los imaginaba… Querer es Poder.
Mª Elena Sobrino FernándezAula Hospitalaria del Servicio de PediatríaHospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Pr ólogo
5Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
El libro del Universo TexTo y dibujo- Alicia
n un lugar del que no se conoce el nombre, Mar-
cos y su mamá vivían muy felices. Mientras
Marcos iba al colegio, su mamá trabajaba y, al final
del día, siempre jugaban juntos.E
6 Aula hospitalaria de pediatría
Un día de camino a casa, Marcos encontró una cajita
con una llave al lado de su puerta que decía:
“La caja abrirás, que sobre tu cama verás”
Corriendo llegó a su habitación. Allí encontró una caja
vieja de madera que tenía un candado muy reluciente por fue-
ra. Sin aliento, cogió la llave y la abrió. Dentro se encontró
un libro enorme, un poco viejo, pero algo había en él que lo
invitaba a leerlo.
Esa misma tarde, Marcos se puso un poco enfermito
y tuvo que ir al hospital con su mamá. Allí le explicaron
que tenía que seguir con un tratamiento oncológico. Ingresó
en el hospital y, después de la visita de varios médicos y enfer-
meras, se quedó solo con su mamá en su habitación. En ese
momento, cogió su nuevo e inseparable libro.
De repente, Marcos se dio cuenta de que en
vez de un pijama tenía puesto un traje de astronauta, y de que
su cama, en realidad, era una nave espacial.
¡Lo que siempre
había querido ser!
7Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Viajó y viajÓ entre los planetas, estrellas y co-
metas. Con la mayor de las sonrisas, manejaba el
volante esquivando todo tipo de objetos en el espacio. Se
encontró con unos al ienígenas y, justo cuando
iba a hablar con ellos, su cama volvió a ser su cama y su mamá
lo estaba llamando,
¡ya era de día!
Marcos, aunque seguía siendo igual de feliz que
antes, pudo decir que por fin había vivido su sueño
gracias a este libro.
8 Aula hospitalaria de pediatría
La nina NoaTexTo y dibujo- María
oa y su madre se encontraban paseando por el par-
que de la ciudad, pero Noa se aburría y se distraía
con todo, por lo que se quedaba atrás.
La madre de Noa la llamaba para que no se alejase
demasiado, pero Noa sin darse cuenta, se despistó un
N
9Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
poquito porque a ella se acercó un perrito muy bonito que
quería jugar. Se entretuvo con él sin darse cuenta de que su
madre seguía caminando más adelante.
Su madre la vuelve a llamar:
-Noa ven aquí!Pero Noa, toda feliz, sigue jugando con el
perrito y no le hace caso a su madre.
Poco tiempo más tarde, el perrito se marcha con su
dueño. Noa echa de menos a su madre y la llama:
-Mamá! Mamá!Pero su madre no responde.
De repente, un perro grande que se dirige corriendo
hacia Noa. Ésta tiene miedo y corre a esconderse detrás
de un árbol.
Unos minutos más tarde, minutos que fueron eternos
para Noa, se da cuenta de que al otro del lado del parque se
encuentra su madre. Temblorosa de miedo, Noa corre
a junto ella y, al encontrarse las dos, Noa coge a su madre
fuerte de la mano y no se volvieron a separar hasta que llega-
ron a casa.
10 Aula hospitalaria de pediatría
Un dia muy especial!!Idea original y texTo- Mercedes Jiménez Santos Enfermera UCI del CHUS
Dibujos- Mª de los Ángeles Arca Tasende TCAE del CHUS
!!
Hola !! Soy tu hermanita / o
tú eres
ya tenía ganas de cono-certe.
¡¡ Ya ves !!! Vivo en una especie de nave espacial, con luces intergalácticas; es una nave nodriza y en ella tengo todo lo que necesito para crecer.
Cuando golpean el cristal de mi nave o hay mucho ruido, es como un meteorito chocara contra ella, siento como una ex-plosión y me asusto mucho, por eso me gusta estar en silencio y con poca luz.
11Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Háblame suavecito y cuéntame muchas cosas, pues aunque nací muy pequeñito, soy igual que tú, ten-go una cabeza, dos brazos, dos piernas ...
Ese tubito por la boca es para alimentarme, ese otro es para respirar mejor, pero pronto no los necesitaré y podré respirar sólo, dejaré de parecer un astronauta ...
... y un día vendrás a verme y tendré un tubo menos y otro día otro menos ... y así muy pronto aterrizaré en casa con toda la familia, me cuidaréis para que termine de crecer, hasta que pueda jugar contigo, nos reiremos y construi-remos juntos muchas naves espaciales. Como dice mi amigo Javier cuando ter-mine el proceso de incubación, me iré a casa!!!.
¡ Hola! Soy tu hermanitoa pesar de que eres muy pequeñito eres muy guapo
12 Aula hospitalaria de pediatría
13Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
anuel estaba muy ilusionado. En el Aula
Hospitalaria hoy iba a tener lugar la entrega de
premios por haber participado en el Concurso de
dibujo para celebrar el Día Internacional del Niñ@
Prematur@, el 17 de noviembre.
Él había hecho una ilustración un tanto
… “improvisada”.
Al principio no sabía qué dibujar en aquella hoja en
blanco que le había dado una de las profesoras. Poco a poco,
con el lápiz en la mano, comenzó a concentrarse, a recordar
cómo había sido todo cuando su hermana pequeña Marina, a
El concurso de dibujoTexto- Mª Elena SobrinoDibujo- Manuel
M
14 Aula hospitalaria de pediatría
quien quería muchísimo, había estado unos días en la unidad
de
Neo…,Neo…, ¡Neonatología! (la palabra no era fácil).
Pues sí, su hermanita se había adelantado unas sema-
nas con respecto a la fecha que habían marcado los doctores
que atendían a mamá. Marina iba a nacer el 29 de Marzo.
Pero tenía tanta prisa por nacer, que lo hizo el 18 de febrero.
Manuel siempre pensó que su hermana tenía muchas
ganas de conocerle a él, por eso había nacido antes.
Cuando Marina aún no había nacido, Manuel se acer-
caba a mamá, ponía su mano encima de la barriguita y le can-
taba a su hermanita.
Algunas veces Marina había respondido con una pata-
da, que Manuel notaba con mucha alegría.
Era capaz de comunicarse con su hermana, incluso aun-
que ella no hubiese nacido.
A Manuel le parecía algo
mágico y precioso.
Por eso su hermana ya lo quería sin haberlo visto, pero
conocía su voz. Manuel estaba convencido.
15Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Pensando en Marina, Manuel empezó a trazar formas,
líneas y colores. Su expresión comunicaba felicidad y estaba
disfrutando recordando a su hermanita. Entre ceras, ro-
tuladores y lápices de colores acabó su dibujo. En él se podía
ver a un celador llevando la cunita de su hermanita. En la cuna
estaba Marina envuelta en su mantita preferida y rodeada de
aquellas cosas que la hacían feliz:
su osito de peluche
y un biberón
(siempre tenía mucha hambre).
Pero eso sí. Había sido muy original haciendo el dibujo
“a vista de pájaro”. Como si de una cámara de seguridad se
tratase. Y eso lo habían alabado todas las profesoras, pues le
habían dicho que era muy creativo.
Poco a poco los nervios iban creciendo entre todos los
niños del Aula Hospitalaria, ya estaban allí los paquetes de los
premios y los diplomas con los nombres de los ganadores.
Comenzaron a nombrar a sus compañeros. Todos aplau-
dían emocionados con la duda de si habría premios y diplomas
para todos después de haber trabajado tanto en sus dibujos.
16 Aula hospitalaria de pediatría
Y cuando menos se lo esperaba…
¡Manuel!
Dijo la profesora.
Has sido galardonado
con el premio al dibujo más original.
Todos los presentes en el Aula, niños y papás, además
de muchos de los miembros del personal que lo cuidaban to-
dos los días, le aplaudieron y lo felicitaban.
Manuel se levantó emocionado y recogió su premio
muy feliz . No era solo su premio. Era compartido con su
hermanita Marina, la fuente de su inspiración.
Manuel pronto volvería a su casa, todo estaba saliendo
muy bien y, en pocos días, le darían el alta. Le gustaba mucho
el Hospital. Allí habían cuidado muy bien a su hermanita y a
él también. Y una vez de vuelta en casa, continuaría haciendo
otros muchos hermosos dibujos.
17Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Pedro y Tito, el gato comilonTexTo y dibujos- Marta
ito era un gato azul al que le encantaba comer.
Marisa, su madre, solía hacerle grandes platos de
lasaña porque era su comida favorita.
Un día, Tito llevó de merienda al colegio un pequeño
bocata de atún. Cuando se lo acabó, seguía teniendo hambre.
Pensó qué podía hacer y decidió quitarle la merienda a un
compañero suyo.
T
18 Aula hospitalaria de pediatría
Este se lo dio sin rechistar porque Tito era el gato más
grande de su clase y solía portarse mal con los demás.
Tras ver la reacción de su compañero, Tito decidió hacer lo
mismo con los otros y así comer más.
Poco después, llegó al colegio un nuevo alumno. Se
llamaba Pedro y era un gato blanco y pequeñito pero muy
valiente. Pedro, tras ver la actitud de Tito hacia el resto de
los compañeros,
decidió actuar. Al día siguiente llevo una porción de lasaña para meren-
dar porque sabía que era la comida favorita de Tito. Cuando
llegó la hora de la merienda, Pedro dejó la porción de lasaña
sobre una mesa para que Tito la oliese y se acercase. Este
se acercó para cogerle la merienda pero Pedro lo estaba es-
perando para enfrentarse a él. Le dijo que debía parar de
quitarle la comida a los demás porque eso estaba mal y se iba
a quedar solo, sin amigos.
Tito recapacitó y se dio cuenta de que tenía
mucha comida a la hora de merendar pero nadie con quien
compartirla.
Finalmente, Pedro y Tito se hicieron grandes ami-
gos y Tito no volvió a portarse mal con los demás.
19Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
La gran esperaTexTo y dibuJO- Lucía
aría tiene 5 años, es una niña muy risueña e in-
mensamente feliz, sobretodo desde que,
hace poco, sus padres le han dicho que próxima-
mente tendría un hermanito o hermanita.
M
20 Aula hospitalaria de pediatría
La barriga de su mamá aún no ha crecido lo suficiente,
ya que el bebé tiene el tamaño de un guisante muy chiquitito.
Poco a poco va creciendo, ya se escuchan los latidos de su
corazón y, si pone la manita en la barriguita de mami, se nota
que el bebé da patadas y se mueve.
María cada vez está más nerviosa. Tiene muchas ga-
nas de conocer al bebé. Se acerca el esperado momento de
saber si será un niño o una niña.
María prepara con mucha ilusión la llegada
del pequeño, rescatando los muñecos de cuando era bebé y la
ropita. Sueña con lo divertido que será tener su propio “bebé de verdad” en casa. Va a jugar muchísimo.
Y por fin llega el día en que su mamá se va al hospital
para dar a luz al bebé.
¡Por fin llega el esperado momento de saber qué viene
en camino!
y… ¡es una niña!
Una hermanita con la que María podrá compartir
juegos, libros, ropa, deberes y a la que podrá contarle sus co-
sas y secretos.
Será su mejor amiga.
21Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Al día siguiente Martina, la hermanita de María,
es una bebé recién nacida preciosa, a la que los médicos y
las enfermeras de la Unidad de Neonatos cuidan con mucho
mimo. Las dos primeras noches ha dormido rodeada de
bebés como ella, en una gran habitación en donde hay mu-
chísimas cunitas.
Pronto se la va a poder llevar a casa con sus papás y,
juntas, vivirán aventuras inolvidables.
22 Aula hospitalaria de pediatría
Mama RosaTexTo y dibuJOs- Alejandra
ra primavera, todos los campos se llenaron de flores,
porque ya había llegado el buen tiempo y, mamá
Rosa tuvo sus primeros capullos.
Una mañana, al salir el sol, comprobó que sus capullos
ya se habían abierto y alegraban el jardín de la casa don-
de estaba plantada mamá Rosa.
E
23Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Un día, la dueña de la casa, la Sra. Marta cortó unas
flores. Mamá Rosa se llenó de tristeza al ver que las flores
que se habían cortado eran sus hijos.
Lloró, lloró y lloró
hasta llegar a cambiar de color.
Eso preocupó a la Sra. Marta.
La Sra. Marta llamó a una floristería para que un ex-
perto estudiase a mamá Rosa. Quería saber si se había
puesto enferma y si tendría remedio. Era la flor más bonita del
jardín.
La examinaron y no tenía nada; solo que estaba triste
por no saber nada más de sus hijos. Entonces, la Sra. Marta
decidió poner la maceta donde tenía colocadas las rosas cerca
de la ventana que daba al jardín.
Cuando mamá Rosa
los vió se puso feliz , volvió
a lucir sus vivos colores porque
sus hijos estaban vivos y siem-
pre adornarían la casa de la Sra.
Marta.
24 Aula hospitalaria de pediatría
El pajaro PiolinTexTo y dibuJOs- Manuel
abía una vez un pajarito llamado Piolín. Era de
color amarillo y cantaba muy bien. H
25Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Piolín despertaba a sus dueños Pepe y Lola cada ma-
ñana, con un canto alegre y muy llamativo. Quería tanto a sus
dueños que incluso le abrían la jaula para que saliese a
dar un paseo y luego Piolín, regresaba a su jaula.
Cuando Pepe y Lola tuvieron un bebé, Piolín no salía
de paseo, sino que iba a la cama del pequeño Javi a
cantarle sus canciones.
A Javi le encantaba que Piolín le cantase, le relajaba
mucho.
Javi fue creciendo y ya empezaban a jugar juntos. Inclu-
so cuando Pepe y Lola llevaban a Javi al parque, Piolín iba
con ellos sin perderse.
26 Aula hospitalaria de pediatría
Un día, cuando Javi tenía cinco añitos, unos chicos co-
gieron a Piolín. Javi y sus padres estaban muy tristes
por su desaparición.
Un buen día, salieron de paseo Pepe, Lola, Javi y unos
amiguitos. Jugando por la calle, escucharon a un pájaro can-
tando, allá por un quinto o sexto piso. Javi se dio cuenta y le
dijo a sus amigos:
-Ese que canta es Piolín…
Se pararon a escucharlo con tan buena suerte que Pio-
lín vió una ventana abierta y bajó corriendo a buscar a
Javi y sus amigos. Todos contentos cantando con Piolín, se
fueron al jardín de los padres de Javi a celebrarlo.
Desde entonces Piolín nunca más se dejó llevar ni se
fue con otras personas que no fuesen su familia Pepe, Lola y
Javi.
27Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Bebe quiere nacerTexto- Mª Elena SobrinoDibuJOs- Miguel Ángel Sobrino
hmm ? ¡qué bien se está aquí dentro,
en la barriguita de mi mamá!
Estoy muy calentito, no tengo hambre. Me siento
siempre acompañado, juego dando vueltas y me di-
vierto dando pataditas.
U
28 Aula hospitalaria de pediatría
De vez en cuando noto que mi mamá y mi papá me
acarician, me cantan, me hablan y me ponen música. Sé que
piensan todo el tiempo en mí y eso, me pone muy contento.
¡Que voz tan bonita tiene mi mamá! Una voz
dulce, que me habla con mucho cariño. Al escucharla me que-
do muy quietecito y relajado.
¡Esto se mueve, mi mamá debe ir caminan-
do! Es estupendo, mamá y yo siempre vamos juntos a todas
partes.
Pero ¿cómo será mi mamá?
Ya llevo un tiempo aquí dentro y se está muy bien
pero… tengo ganas de ver el mundo en el que viven
papá y mamá. Quiero verles y jugar con ellos. Así que voy a
decidirme a salir…
¡Qué apuro! ¿Qué es lo que pasa?
¡Solo soy yo! ¡Bebé!
Oigo que alguien dice: ¡Rápido, que ya nace! Y otro contesta: ¡Pero si no tenía que nacer hasta dentro
de dos meses!
Un tercero contesta: ¡Sí, pero el bebé ya está aquí!
¡Y nací yo!
29Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Ya estoy fuera de la
barriguita de mi mamá…
ahora estoy en una cunita
transparente. Como, duermo
y mucha gente me cuida, los
médicos, las enfermeras y papá
y mamá.
Mamá es especial, es sua-
ve, calentita, me acaricia, me da
de comer, me habla y me quiere mucho. Me cuenta que salí
antes de su barriguita, que tengo que ser paciente y esperar
antes de salir a pasear a la calle.
Poco a poco han pasado dos meses y me voy con mis
papás a la que dicen que es nuestra casa. Todos me miran, me
hablan, me sonríen, me cogen. Voy de brazo
en brazo: los abuelos, los tíos, los primos, los amigos y papá y
mamá…
Me gusta vivir con papá y mamá, todo parece muy
interesante, aprendo muchas cosas nuevas… ¡todo es nuevo!
Tanto aprender me está dando mucho sueño y me es-
toy quedando dormido…
30 Aula hospitalaria de pediatría
abía una vez un bebé que vivía en la barriga de su
mamá. El bebé se llamaba Cariño o, al menos, así
le llamaba siempre mamá.H
MarinaTexTo y dibuJO- Aldara García
31Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
“Mamá es guapa, canta muy bien
y tiene la voz más bonita de todas”, pensaba Cariño, aunque en realidad, nunca había visto a
Mamá todavía. Pero se estaba tan calentita y tan a gusto en
su barriga que por fuerza tenía que ser guapa.
Todos los días,Cariño escuchaba las canciones que
mamá ponía “más allá”. El bebé nunca había estado “más
allá”, pero tenía claro que era
un lugar ruidoso y
¡con un montón de luz!
A medida que pasaban los días, Cariño se daba cuen-
ta de que cada vez era más grande;
¡sus pies estaban todo el tiempo
delante de su cara!
Un día, sin previo aviso, todo empezó a revolverse.
Cariño estaba asustado; Mamá sonaba preocu-
pada también. Todo se revolvía a su alrededor.
De repente…¡¡se hizo la luz!!
32 Aula hospitalaria de pediatría
Cariño intentó abrir los ojos pero le costaba mucho.
¡¡Escuchaba todo!! Mucho más que antes. Y de pronto
…Cariño respiró por primera vez.
-Es tan pequeña…-escuchó decir a Mamá, aunque
esta vez sonaba distinta.
-No se preocupe señora, al nacer antes de tiempo
es normal. Pero es una niña muy fuerte,
¡una guerrera!
-Saldrá adelante sin problemas, pero debe pasar
unas semanas en la incubadora- dijo una voz extraña y mu-
cho más grave que la de Mamá.
-¿Cómo la va a llamar?-preguntó una tercera voz.
-Marina.
33Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Marina, la marchosaTexTo- Mercedes Fernández y MarinaDibuJOs- Marina
oy Marina, una niña que, de vez en cuando, tie-
ne que estar unos días en el hospital. Me encanta el
Aula Hospitalaria. Todos, todos los días voy allí y me
lo paso bomba.S
34 Aula hospitalaria de pediatría
¡Qué suerte
tiene Mateo!
y ¡qué suerte tengo
yo!
Por las mañanas voy a estudiar, aunque no me divierte
mucho.
Me encantan las profesoras y los voluntarios que me
ayudan con mis tareas. Pero lo que más me gusta es hacer
manualidades y jugar.
Pero lo que me rechifla, es ir por las tardes a di-
vertirme con las actuaciones que hay casi todos los días. A
veces nos visitan Magos, otras veces actores, cuentacuentos,
músicos, deportistas, científicos,… es muy divertido. Mi día
favorito es el miércoles por la tarde porque viene mi amigo,
Mateo, al que cada miércoles hago un regalo en los talleres
de manualidades.
35Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Mateo me dice que “me va a comer sin pan” y
yo le digo:
“Estudia, no seas vago
Mateooo,”
Disfruto mucho con sus juegos, obras de teatro, bailes y
canciones. Sus amigos también son muy simpáticos.
También me encantan las tardes de los jueves con la doc-
tora Kateterina que siempre me receta cosas alegres y diverti-
das.
Como veis no paro. En el hospital estoy muy ocupada y
tengo muchas cosas que hacer. Por eso, mi amiga Merce dice
que soy
“Marina, la marchosa”.
36 Aula hospitalaria de pediatría
El arbol de los sueñosTexto- Miguel A. Núñez y MarinaDibujo- Ana Isabel Otero y Marina
na se fue quedando dormida poco a poco mientras
observaba el cuadro que había acabado de pintar.
Comenzó a soñar con el árbol que estaba sin sus
verdes hojas y tristón. Pero Ana no podía dejar que se
quedase así y empezó a buscar las hojas que había perdido
su árbol. Buscó durante horas y horas, pero no fue capaz de
encontrarlas.
A
37Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Se acercó a él y le pidió perdón por no haber encontra-
do sus hojas. De repente, el árbol la acercó hacía él con
una de sus ramas y le preguntó que era lo que más deseaba
en el mundo:
—Deseo que mi hija se cure — dijo Ana
abrazándolo.
En ese momento, sobre una de las ramas de su árbol,
creció un deseo.
Cuando Ana se despertó a la mañana siguiente y miró
hacia el cuadro que había pintado, se sorprendió al ver
que en una de las ramas de árbol, estaba su deseo pintado.
No podía esperar más y se reunió con todas las
mamás y con todos los papás de los demás niños enfermos y
acordaron que cada uno, se llevaría el cuadro una noche, lo
colocaría en la habitación y mientras dormían, podrían desear
que sus hijos se curasen.
Y así, sueño a sueño, las ramas del árbol sin hojas y tris-
tón, se pobló de multitud de deseos que muy pronto llegarían
a realizarse.
38 Aula hospitalaria de pediatría
Texto- Mª Elena SobrinoDibuJOs- Miguel Ángel Sobrino
manecía en la ciudad con los primeros rayos del
sol. Esa navidad los Reyes Magos le habían traído
a Pablo un regalo que él no había pedido :
unos instrumentos musicales. A
39Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
A Pablo le gustaba pintar, le gustaba jugar y correr
con sus amigos, pero nunca había sentido nada especial por la
música. Él no sabía tocar ningún instrumento.
Si los Reyes Magos lo conocían tan bien…
¿por qué le habían traído a él unos
instrumentos musicales?
Decepcionado tras abrir su regalo, se levantó, se
puso las zapatillas y se fue a la cocina a desayunar. Pasó todo
el día fuera de casa y pensando que los Reyes Magos no ha-
bían entendido nada sobre él.
Se habían equivocado. Así que,
¿los Reyes Magos se pueden equivocar?
Tras pasar todo el día fuera, al anochecer (en invierno ano-
chece muy temprano) volvió a casa con sus papás. Los instrumen-
tos musicales seguían en el salón, sin que nadie los hubiese
tocado. Con curiosidad, empezó a moverlos y a com-
probar diversas maneras de hacerlos sonar.
Eran agradables !… y hacían sonidos !…
¡hasta divertidos!
40 Aula hospitalaria de pediatría
Su hermanita pequeña, Vega, quiso unirse a él y juntos
empezaron a hacer bromas y a reírse juntos.
Con los instrumentos musicales acompañaron cancio-
nes, jugaron a imitar objetos, animales, y las risas entre los dos
hermanos crecían cada vez más.
Nunca habían jugado
juntos tanto tiempo.
Hasta ese momento, Pablo y su hermana jugaban
cada uno con sus juguetes. Gracias a los instrumentos musica-
les mágicos se lo estaban pasando fenomenal. Pero lo mejor
estaba por llegar.
Papá y
mamá, que esta-
ban preparando la
cena de los niños,
oyeron tal fiesta
en el salón de su
casa que fueron
a ver qué era lo
que pasaba. Vie-
ron tan divertidos
41Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
y entretenidos a sus hijos que comenzaron a reírse con ellos
de sus bromas y a participar de sus canciones y, casi sin darse
cuenta, comenzaron a cantar con ellos acompañándose de los
instrumentos musicales mágicos.
Realmente, los Reyes Magos no se habían equivocado,
le habían traído a Pablo el mejor regalo del mundo.
A partir de aquella divertida tarde, muchas otras siguie-
ron en las que la familia de Pablo y Vega se divirtieron juntos
gracias a los instrumentos musicales mágicos de los Reyes Ma-
gos.
42 Aula hospitalaria de pediatría
Texto- Mª Elena SobrinoDibuJOs-Miguel Ángel Sobrino
Día Internacional de la higiene de manos, 5 de mayo de 2016
abía una vez tres niños que se llamaban Juan,
Luís y José. Eran muy amigos. Cuando jugaban en
el parque, siempre se manchaban las manos de tie-
rra. Otras veces se sonaban la nariz, cogían el dinero
o el teléfono móvil, cosas que se usan con mucha fre-
cuencia y que están llenas de microbios. Después de
hacer todas estas cosas, nunca se lavaban las manos.
H
43Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
Un día, una niña llamada María, que sí se lavaba las
manos, les dijo que ellos también debían lavarse y frotarse
bien las manos con agua y jabón después de jugar, al volver
del colegio y, en general, siempre al llegar a casa porque, si
no lo hacían así, podrían enfermarse porque había muchos
microbios.
Los microbios son pequeñísimos
seres vivos que solo se ven
con un microscopio.
Los tres niños se rieron y no le hicieron caso.
Eso da mucho trabajo - dijo Juan.
¡Es una tontería! - le contestó Luís.
Tú no tienes que decirnos lo que
tenemos que hacer - dijo José.
Y los tres niños siguieron sin lavarse las manos, nunca.
Tenían las manos y las uñas todas llenas de porquería, sucias
de tierra.
Los microbios estaban felices, hacían fiestas en las ma-
nos de estos niños, ya que sabían que antes o después se toca-
rían los ojos, los oídos o se meterían las manos en la boca, por
donde podrían atacarlos y hacer que se enfermasen.
44 Aula hospitalaria de pediatría
Y así fue. Los tres niños comieron con las manos sucias
y se enfermaron. Constantemente tenían que faltar a cla-
se, a las fiestas de cumpleaños, les dolía la barriga, la cabeza,
tenían fiebre… ¡y todo por no querer lavarse las manos!
Un día Luís decidió hacerle caso al consejo que les ha-
bía dado María y pensó “Voy a lavarme las manos
antes de comer, después de ir al baño y, en general, siem-
pre que llegue a casa del colegio, de jugar o de la calle”.
A partir de ese día, casi nunca estaba enfermo, desde
luego no era por falta de higiene. Luís podía jugar más tiem-
po con los otros niños, ir a las fiestas de cumpleaños y no le
dolía nada.
Luís fue a
visitar a sus ami-
gos, José y Juan,
y les contó lo con-
tento que estaba
y lo bien que le
había ido siguien-
do el consejo de
María.
45Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
José y Juan decidieron hacer lo mismo que Luís.
José enseguida se recuperó y casi nunca estaba enfermo.
Sin embargo Juan, estaba mejor pero aún se enfermaba
más veces que sus amigos.
Luís y José le dijeron:
- Juan tienes que lavarte bien las manos, hay que utilizar
agua y jabón, y no puedes lavarte las manos tan rápido, tienes
que estar un ratito frotando las manos, una contra otra, hasta
formar mucha espuma y, después, enjuagarlas muy bien con
agua.
Además José continuó:
-…con lo agradable que es lavarse las manos con agua
limpia y fresca, y un jabón que huele muy bien…
Harto de seguir enfermo, Juan así lo hizo.
Los tres amigos aprendieron que debían lavarse bien las
manos para estar siempre sanos y, así, poder pasarlo muy bien
y divertirse con sus amigos.
46 Aula hospitalaria de pediatría
Texto-Mª Elena SobrinoDibujo- Miguel Ángel Sobrino
ristina salía del colegio al mediodía. Su mamá la
venía a buscar con el tiempo justo para llegar a casa,
comer y salir corriendo otra vez hacia el colegio para
llegar a las clases de la tarde.
De camino a casa, madre e hija comentaban como les
había ido la mañana. Cristina le contaba a su madre lo di-
C
47Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
vertidas que habían sido las clases y lo que iban a hacer esa
tarde en el colegio. Su madre le decía qué había hecho ella en
el trabajo y las ganas que tenía de que llegase la hora de ir a
buscarla para darle un gran beso y abrazarla.
Al llegar a casa, Cristina se sentó a la mesa tras ha-
berse lavado bien las manos con agua y jabón (y haber hecho
alguna pompa ensuciando un poco el espejo del baño…, al
terminar de comer lo limpiaría).
Su madre comenzó a servirle la comida en el plato
…¡lentejas!
¡Oh! ¡No!, pensó Cristina.
No me gustan nada.
Realmente no le desagradaba tanto su sabor. Simple-
mente había otro tipo de comida que le gustaba más y sabía
que si insistía un poco y protestaba otro poco más , su
madre cedería y le daría queso, embutido, patatas fritas de
bolsa…, cosas que le gustaban más y muy fáciles de comer.
Además, podía aprovecharse de la situación , su ma-
dre tenía poco tiempo y estaba cansada, por lo que tenía una
buena oportunidad para comer lo que a ella más le apetecía.
A pesar de que la madre de Cristina había hecho las
lentejas de víspera, quedándose hasta muy tarde en la cocina,
48 Aula hospitalaria de pediatría
intentando que le saliesen muy, muy ricas para que su hija
estuviese bien alimentada, finalmente cedió. Así al menos su
hija comería algo.
El problema es que Cristina empezó a portarse mal
a la hora de la comida, al mediodía. También por la mañana,
en el desayuno, y en la cena, por la noche. La única comida del
día en la que no había problemas era a la hora de la merien-
da… esos bocadillos tan ricos no podían desperdiciarse….
aunque dejó de tomar otros alimentos tan importantes como
la fruta.
Al principio Cristina no se daba cuenta, pero ya no
era la misma niña alegre, estudiosa y ágil que era antes. Se
sentía muy cansada.
Empezó a tener problemas de vista. A veces tenía dolo-
res de cabeza. Sus compañeros se concentraban más en cla-
se y tenían más fuerza que ella para hacer ejercicio. Cuando
jugaba en el patio, los demás eran más rápidos que ella y le
ganaban en todos los juegos.
Algo estaba fallando…
Se acercó la época de las navidades. Era la época del
año favorita de Cristina. Había muchas fiestas, venían Papá
Noel y los Reyes Magos. Y lo mejor, tenía vacaciones para dis-
49Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela
frutar de toda esa magia. Era muy divertido. Pero las
navidades también venían acompañadas de la lluvia y el frío:
el invierno.
Cristina se sentía muy débil. Su cuerpo no había
recibido las proteínas de la carne y del pescado, o las vitaminas
de la fruta. Tampoco comía verduras, por lo que, entre otras
cosas, le dolía mucho el vientre y estaba muy incómoda. Em-
pezó a tener catarros con mucha frecuencia.
Quería pasarlo bien y disfrutar de sus vacaciones de Na-
vidad, pero se encontraba mal. Siempre estaba enferma.
Su cuerpecito no podía fabricar las defensas necesarias para
protegerse de todos los virus y bacterias que lo querían atacar.
Ella no les estaba ayudando nada, pues no comía de todo.
Además tenía varias visitas pendientes al dentista porque ha-
bía comido demasiados dulces, lo que le había provocado ca-
ries en los dientes
… ¡un desastre!
Cristina era una chica inteligente y comenzó a pen-
sar si valía la pena comer solo aquellos caprichos que
ella quería. Al fin y al cabo, realmente la comida que rechaza-
ba estaba rica, calentita y, lo mejor de todo, era una especie
de poción mágica que la hacía estar fuerte y crecer sana.
50 Aula hospitalaria de pediatría
Reflexionó y se dio cuenta de que se estaba ha-
ciendo daño. Estaba perdiendo la oportunidad de aprovechar
una vida estupenda. Como era una chica muy lista, decidió
que nunca más iba a portarse mal. Se propuso comer de
todo.
Quería ser una persona sana que no
se cansase al jugar con sus amigos.
Quería estar de buen humor.
Quería ganar en las carreras (o
al menos no ser la última), quería dejar de tener
dolores y enfermedades por comer solo sus ca-
prichos.
Quería ser feliz y disfrutar de
todo lo que podían hacer los niños de su edad.
Todo fue proponérselo, ella quiso y así lo consiguió.
Enseguida se recuperó de todos los problemas de salud
que había tenido.
Ahora era una niña feliz.
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