cuentos de la princesa rana

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Autora: Baker, Elizabeth DawsonLibro completo

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  • Esmeralda es una princesa rara: es patosa y parece un burro cuando se re. Un da, se encuentra con un sapo parlante, quedice ser el prncipe Eadric de Montevista Alta y que le pide un beso para deshacer el hechizo que una bruja le hizo.Esmeralda se lo da, pero es ella la que se transforma en rana! Juntos debern ir en busca de la bruja que hechiz a Eadricpara conseguir volver a ser personas.

  • E. D. Baker

    La princesa rana

    e PU B r1.0

    G ON Z A L EZ 22.03.13

  • Titulo original: The Frog PrincessE. D. Baker, 2002Traduccin: Juan Tafur

    ePub base r1.0

  • Este libro est dedicado a Ellie, Kimmy y Nate,por su aliento y apoyo.

    Quiero tambin expresar mi agradecimientoa Victoria Wells Arms, Nancy Dentn y Rebecca

    Gardner por sus comentarios y sugerencias.

  • DUno

    esde nia supe que el pantano era un lugar mgico, donde unos nacan y otros moran; unlugar en el que te topabas con amigos o enemigos insospechados y cualquier cosa podaocurrir, aun si eras una princesa tan torpe como yo. Pero, aunque lo he sabido siempre, no

    lo comprob hasta que el prncipe Jorge vino de visita y conoc al sapo de mis sueos.Huyendo del prncipe, que era el favorito de mi madre aunque no el mo, me fui al pantano. No

    haba planeado la fuga, pero en cuanto o que ella anunciaba la visita decid escapar y, como en elcastillo nadie reparaba en m, consegu escabullirme sin ser vista. Cuando ya estuve a salvo en mirefugio, me pregunt cmo se lo habra tomado mam. Me la imaginaba mirndome por encima delhombro mientras me sermoneaba sobre los deberes de una princesa. Porque, aunque procurbamosevitarnos la una a la otra, yo conoca bien esa mirada.

    Por ir pensando en mi madre, estuve a punto de pisar a una serpiente que se haba escurrido hastael sendero por entre el pastizal. Di un grito y me apart de un salto, con tal mala fortuna que se meenred el tacn en la raz de un viejo sauce. Abr los brazos para no perder el equilibrio pero, al llevaruna falda larga y gruesa y siendo fiel a mi torpeza, ca redonda al suelo, empapado de agua de lluvia.Un hervidero de saltamontes se dispers alrededor mientras chapaleaba para ponerme de pie, pero elvestido ya se me haba impregnado del pestazo del pantano. Desgraciadamente, por el hecho de nacerprincesa no te conviertes en una persona ms elegante ni ms segura de ti misma; llevo catorce aoslamentndolo.

    Cuando por fin logr recogerme la falda y levantarme, la serpiente haba desaparecido otra vez enel pastizal. As que camin por el borde opuesto del sendero, buscando con qu defenderme en casode que volviera a aparecer.

    Muchas gracias! dijo una voz ronca.Ech un vistazo, pero no vi a nadie.Quin est ah? pregunt.Aparte de mi ta Grassina, yo era la nica persona del castillo que iba al pantano.Yo. Estoy aqu. No eres muy observadora que digamos, eh?Me volv hacia donde pareca provenir la voz y mir por todas partes. Sin embargo, no vi ms

    que una poza de agua turbia bordeada de musgo, en uno de cuyos extremos haba un macizo dejuncos, en el que pululaban liblulas, moscas y mosquitos. Apostado en la orilla, un sapo meobservaba; el bicho habl de nuevo y di un brinco. No me sorprendieron tanto sus palabras como elhecho de que fuera capaz de mover los labios. Porque, aunque estoy acostumbrada a la magia taGrassina es bruja, hasta entonces ningn animal me haba hablado.

    Esos saltamontes eran mi almuerzo, y por tu culpa no podr atraparlos! reneg el sapoapuntndome con un dedo membranoso. Siendo tan grande y tan torpe tendras que fijarte msdnde pisas.

    Lo siento repliqu, ofendida. Fue sin querer. Un un accidente.

  • Vaya! Las disculpas no quitan el hambre! Pero eso a ti te tiene sin cuidado, no? Apuesto aque nunca has pasado hambre en tu vida!

    Aquel sapo empezaba a fastidiarme. Ya tena yo suficiente con morderme la lengua en presenciade mam para que ahora me cohibiera un batracio.

    Para tu informacin dije mirndolo muy seria, no he comido nada en todo el da. Mi madreinvit al prncipe Jorge y tuve que fugarme de casa; no soporto pasar un da entero con l.

    Qu dices? inquiri el animal haciendo una mueca. Saltarse una comida porque alguienno te cae bien! Yo jams hara algo as! Conozco a Jorge y ni siquiera por l Parpade y abrilos ojos como platos. Luego se aproxim mientras me observaba de pies a cabeza, como si me vierapor primera vez. Espera un momento Si tu madre ha invitado al prncipe de visita, quiere decirque eres una princesa?

    Puede ser repuse.Sonri de oreja a oreja, se enderez, cuadr sus hombros de color verde brillante e hizo una

    reverencia doblndose por la cintura, aunque, como es evidente, sta no era tal.Disculpadme, alteza! Si hubiera sabido que erais una persona tan importante, no habra hecho

    esos comentarios tan atrevidos.No seas pesado rezongu poniendo los ojos en blanco. Detesto que me hablen as. Me

    caas mejor cuando no sabas que era princesa.Aj! exclam, y salt hacia m sin quitarme los ojos de encima. Conque te caigo bien,

    eh? Oye, podras hacerme un favor? Es una cosita de nada.De qu se trata? Me arrepent en cuanto hube pronunciado esas palabras.Me haras el honor de darme un beso?No pude evitarlo: se me escap la risa, solt la carcajada, bram y rebuzn; siempre me ocurre lo

    mismo cuando algo me hace rer. Unos pjaros negros alzaron el vuelo, como si les hubiera disparadocon un tirachinas, y una tortuga resbal de la piedra en la que tomaba el sol y cay al agua. El sapome mir con desconfianza.

    De verdad eres una princesa? Las princesas no se ren as.Lo s, lo s dije secndome las lgrimas. Mam me lo ha dicho mil veces: la risa de una

    princesa no debe sonar como el rebuzno de un burro, sino como una campanilla. Ya le he explicadoque es superior a mis fuerzas; no consigo controlar la risa, sobre todo cuando me ro de verdad. Mesale instintivamente, sin darme ni cuenta.

    Ya veo Y el beso, entonces? Se puso de puntillas, alz la barbilla y me ofreci los labios.Lo siento, no me interesa besar a ningn sapo.Es muy bueno para la piel, segn dicen insisti, y se acerc ms.Lo dudo. Adems, yo tengo la piel estupenda.No conoces aquel viejo refrn que dice: Trae buena suerte besar a un sapo?Pues no; no debe de ser tan viejo. Creo que te lo acabas de inventar. Y prefiero no tener buena

    suerte a que se me queden los labios pringosos. Retroced con un escalofro. No, no y no! Noinsistas ms!

    Entonces suspir, se rasc la cabeza con una pata y se lament:Tal vez no diras eso si supieras que soy un prncipe convertido en sapo. Desafortunadamente,

    le dije a una bruja que se vesta fatal y no se lo tom a bien.

  • Qu tiene que ver esa historia con el beso?Si una princesa me besa, volver a convertirme en prncipe!No es precisamente un cumplido, no? Lo nico que quieres es que te bese una princesa,

    aunque sea vieja y fea. Pero a las chicas nos gusta que nuestro primer beso sea algo especial Asque no pienso besarte! Quin sabe dnde has estado, o tal vez me podras contagiar una enfermedadterrible y y debes de tener mal aliento a juzgar por lo que comes.

    Caray! El sapo se empin hasta donde puede empinarse un animal de su especie.Realmente eres una maleducada! Te he pedido un favor pequeito y t me insultas.

    No es un ningn favor pequeito, y t lo sabes. Yo slo doy besos a otras personas. Adems,acabo de conocerte!

    Pero es importante! Es una cuestin de ser o no ser, prncipe o sapo.Lo siento. No tengo el hbito de besar a los extraos, sean prncipes o sean sapos. Por qu no

    te buscas a otra? No faltar alguna princesa que acceda a tus deseos. Bscate alguna que no sea tangrande ni tan torpe como yo.

    No tena intencin de admitirlo, pero los comentarios del bicho me haban molestado. Mam nose cansaba de decirme lo mismo y me tena harta.

    Claro! Se lo pedir a cualquiera de las princesas que vagan por el pantano! Todas se muerenpor besarme!

    Esta vez el sapo haba ido demasiado lejos. Me recog la falda, dispuesta a marcharme.Si vas a ponerte as, me voy. Hu del castillo para no aguantar la visita del petardo del prncipe,

    pero tampoco quiero hablar con un sapo que dice ser un prncipe y es igual de petardo.No! Espera! Vuelve; no puedes irte as! Es una emergencia! Es que no tienes compasin?

    Dnde est tu solidaridad? Dame un besito, por favor!Me detuve al borde del sendero y, pese a que trat de hablar con serenidad, me temo que las

    palabras sonaron secas y cortantes, pues la situacin no resultaba nada fcil.Me da igual si se acaba el mundo rezongu. Tengo mejores cosas que hacer que atender a

    tus absurdos ruegos. Buenos das, Sapo!Y me march, aunque l segua mirndome desesperado como si estuviera en un aprieto tremendo.

    Y no fui capaz de quitarme de la cabeza esa mirada en todo el da.

  • PDos

    as el da visitando mis lugares preferidos del pantano: recorr las trochas escondidas quebordeaban el traicionero lodazal y, ya en tierra firme, busqu el bosquecillo donde habadescubierto dos cervatillos gemelos en la primavera; luego me tend junto al estanque en el

    que se reflejaban las nubes peregrinas y regordetas. Cuando empez a hacer calor de verdad, me quitlos zapatos y las medias y cruc el riachuelo hasta la islita, sintiendo en las plantas de los pies lacaricia de los guijarros pulidos por el agua.

    Era ya tarde cuando regres al castillo, pero en vez de ir a mi habitacin, sub por la larga yestrecha escalera que trepaba hasta los aposentos de ta Grassina, ms conocida como la Bruja Verde.Es hermana de mam y vive en el castillo desde antes de que yo naciera. A diferencia del resto de mifamilia, no me critica cada vez que me ve.

    Llegu al final de la escalera, llam a la puerta y esper. Antes de abrir, mi ta siempre sabe quinva a visitarla y, segn me dijo en una ocasin, es un don bastante til porque as no responde a lallamada si se trata de personas inoportunas. No obstante, al cabo de unos segundos, la puerta seabri de par en par y un pato amarillo solt un palo que estaba royendo y se lanz a morderme lostobillos.

    Bowser, vuelve aqu! lo llam mi ta desde la habitacin. No he terminado todava!El pato saltaba de un lado al otro, haciendo cuac, cuac, mientras me tironeaba hacia el interior.Cierra la puerta, Esmeralda! grit mi ta desde su mesa de trabajo. Este perro estpido

    no se est quieto y no he podido terminar el conjuro!Esto es Bowser? Trat de espantar la bola de plumas que ahora me morda el zapato.

    Como pap se entere de que has convertido a su sabueso preferido en un patoPato, perro, qu ms da? Lo convertir otra vez en un msero perro antes de que recites el

    alfabeto griego al revs. Veamos, dnde estbamos? Ah, s! Ven, chale estos polvos mientrasrecupero el conjuro.

    Yo? No, no! Retroced para alejarme de la mano que me tenda. Lo fastidiar todo!Acurdate de los buuelos de cangrejo.

    Dije esto porque una vez que intent hacer buuelos mgicos, les salieron patas y echaron acorrer. Tardamos varias semanas en atraparlos a todos, y cuando lo logramos, ya se haban pasado yestbamos hartos de tantos pellizcos.

    Uuuuf! dijo ta Grassina. Todos cometemos errores.Pero no tan graves! Mira, hace cuatro meses trat de embrujar mi cuarto para que se limpiara

    solo y todava est limpindose! Cada vez que se me cae algo en mi habitacin, una brisita se lolleva y lo arroja al estercolero. No te imaginas cuntas medias y horquillas he perdido! De modo queno volver a hacer magia; todo me sale fatal.

    Entonces cmo te convertirs en bruja?No quiero ser bruja! dije por ensima vez. S que t crees que debera intentarlo, pero

  • sera una bruja psima. Si meto la pata con simples conjuros para limpiar y cocinar, imagnate lo quepasara con algo importante. Acabaramos todos con tres pies izquierdos, o metidos de cabeza en unpastel!

    Emma, por favor Claro que quieres ser bruja! Lo que pasa es que no sabes lo suficientetodava. Date tiempo, ponte a practicar y sers una bruja estupenda, estoy segura. A ver, dndedej ese pergamino? Estaba por aqu.

    Dej a mi ta con su pila de mohosos pergaminos y me acerqu a mi butaca favorita junto a lachimenea. En realidad a menudo soaba con ser una bruja como ella, pero eso de vivir practicando yque nada me saliera bien Me dej caer en la butaca y cerr los ojos. Y de ese modo el mal da quellevaba a cuestas se fue disipando gracias a la calma que reinaba en aquella maravillosa habitacin.

    A diferencia del resto del castillo fro, hmedo y sombro, el cuarto de mi ta era agradable yacogedor: un pequeo fuego, que arda siempre tras la ornamentada rejilla de hierro de la chimenea,entibiaba todos los rincones, aunque nadie le pona lea; resplandecientes esferas de luz mgica seapoyaban en el techo tiendo de color rosa los blancos muros y los tapices de vivos colores, ygruesas alfombras, tejidas en varios tonos de verde, cubran las losas de piedra de tal modo quepareca el suelo de un bosque baado por el sol. A veces se ola a menta molida y ramas de pino,como las que decoraban el Gran Saln en las fiestas de invierno, y otras veces, a trboles veraniegos,recalentados por el sol.

    Delante del hogar haba dos butacas con mullidos cojines y una mesita sobre la que luca unflorero. En ste retoaba un ramo de flores fragantes y cristalinas, regalo de las hadas; dentro delramo vivan varias mariposas de vidrio, cuyas delicadas alas repicaban al revolotear entre loscapullos. Yo sola pasar las horas arrellanada en una de las butacas, mientras mi ta, sentada en laotra, me contaba historias de tierras lejanas y tiempos remotos.

    Pero sos no eran los nicos portentos de aquella habitacin: uno de los tapices representabadetalladamente una ciudad en miniatura, donde peleaban un unicornio y un len. En una ocasintoqu al len con el dedo y me dio un mordisco que me arranc un trocito de piel. Me ech a llorar agritos y mi madre me rega por decir mentiras, pero ta Grassina me gui el ojo y me vend el dedocon una telaraa.

    Una bruja de mar, Jamada Coral, le haba regalado a mi ta un gran bol de agua marina, quecontena una rplica diminuta de un castillo, con torres y murallas incluidas. La reproduccin eraperfecta hasta el mnimo detalle, pues incluso haba algunos bancos de peces minsculos que nadabanalrededor. A veces, despus de caer el sol, en las ventanitas del castillo brillaban unas luces muypequeas; nunca me haba fijado mucho en ellas hasta un tarde invernal (yo tendra unos nueve aos)en que fui a visitar a mi ta. Ese da Grassina tard ms de la cuenta en abrir y, cuando apareci,llevaba el pelo mojado y se lo estaba secando con una toalla. El cuarto ola intensamente a pescado, yal preguntarle qu haba estado haciendo, sonri y fue a cambiarse de ropa. Mientras tanto, meacerqu a la chimenea para calentarme las manos y pis un charco en la alfombra. Se me ocurripensar que el bol se habra desbordado y, al mirarlo, distingu un centelleo plateado y azul. Meapresur a acercarme ms y mir dentro: una sirena minscula se escabulla hacia una de laspuertecillas; cuando lleg, la abri de un tirn y volvi la cabeza para echar un vistazo; al verme, memir muy alarmada y se march dando un portazo. Entonces comprend que el bol era mucho msque un adorno.

  • A todo esto, el pato grazn y el sonido estremeci la silenciosa habitacin. Me incorpor en labutaca y mir a ver dnde estaba mi ta: desentendindose del pato, se haba encaramado a un elevadotaburete ante la gran mesa de madera, mientras que el animal mordisqueaba la pata de sta. Grassina,de cabellos muy abundantes y rojizos igual que los mos, llevaba una vieja pluma de escribirensartada en la cabellera.

    Dicen que mi ta y yo nos parecemos, aunque ella tiene la nariz fina y recta y, en cambio, la maes prominente como la de pap; ambas tenemos los ojos verdes, pero los suyos son ms claros; enlas contadas ocasiones en que sonre, lo hace de una forma encantadora; sin embargo, la sonrisa no sele refleja en la mirada.

    Segn mi niera, que se jubil hace tiempo, la ta era muy alegre de joven, pero mi abuela y losaos le cambiaron el carcter.

    Grassina iba siempre de verde. Ese da llevaba un vestido del color del musgo en verano, holgadoy sin forma ni estilo precisos, que le caa desde los hombros; siempre se vesta como le apeteca, sinpensar en la opinin de los dems. Yo no tena la misma suerte, pues, como mam me repeta sincesar, una princesa siempre est en exposicin

    Mi ta, absorta en su trabajo, sostena con ambas manos un pergamino a medio desenrollar; otrosse amontonaban sobre la mesa o se desparramaban por el suelo. Los ltimos rayos del sol entrabanpor la ventana y, planeando sobre la mesa, convertan la bola de cristal de predecir el futuro (como laque Grassina me haba regalado por mi cumpleaos) en una esfera de luz cegadora. Entre lospergaminos, una pequea serpiente de color verde manzana tomaba el sol.

    Para qu sirven todos esos conjuros? pregunt a mi ta.Levantndome de la silla, me aproxim a la mesa y me puse a su lado. Entonces la serpiente alz

    la cabeza y me sac la lengua. Retroced un par de pasos temblando; nunca me acostumbrara a supresencia, aunque llevaba vindola toda la vida. Las serpientes me daban pnico, sean del tipo quefueran y tuvieran buen o mal carcter.

    Encontr el conjuro del pato mientras ordenaba los pergaminos, y se me ocurri ponerlo enprctica cuando apareci Bowser. A ver, dnde lo he puesto ahora? Estaba por aqu Se gir yme mir enarcando una ceja. Tengo la sensacin de que quieres hacerme una pregunta, o meequivoco?

    Alguna vez has convertido a una persona en algo; por ejemplo, en un sapo?Por supuesto. Es un conjuro sencillo y fcil de recordar. Me he convertido a m misma muchas

    veces. Por qu?Pues porque hoy he conocido a uno que asegura que es un prncipe. Pero no s si deca la

    verdad.Es difcil saberlo. Puede tratarse de un prncipe, o simplemente un sapo que habla. Algunas

    brujas tienen un sentido del humor muy peculiar, como yo misma, sin ir ms lejos.Y suponiendo que sea un prncipe, qu tendra que hacer para volverse otra vez humano?Depende de la bruja que lo haya encantado, pero ella debera habrselo dicho. Si el conjuro no

    pudiera eliminarse o la bruja no se lo indic, el encantamiento no dara resultado. Lo ms frecuente esque tenga que pedirle a una doncella, preferiblemente a una princesa, que le d un beso. Ya deberassaberlo. Cuando yo era joven, algunas chicas no tenan ms remedio que besar a un sapo para salircon alguien. Yo me pas aos buscando a esos bichos en estanques y pantanos; aunque, claro, en esa

  • poca yo buscaba a un sapo particular.Buscabas a tu novio Haywood?As que conoces la historia, eh? Pues s, lo buscaba a l. Lo llev a casa para presentrselo a tu

    abuela, pero a ella no le gust y Haywood se esfum para siempre. Yo estaba convencida de que lohaba convertido en sapo, porque la abuela no tena mucha imaginacin. Pero por ms que busqununca lo encontr. No coma ni dorma y me pasaba los das en el pantano besando a todos losbatracios que andaban por ah. Mi madre me amenaz con encerrarme en una torre abandonada si noreanudaba mis estudios. Pero es que no se trataba simplemente de mi novio, sino que Haywood y yoestbamos comprometidos, bamos a casarnos. Ha sido el nico hombre al que he amado en la vida.

    Entonces para convertir otra vez en prncipe a un sapo insinu intentando volver al tema.Ay, tienes razn! Pues no, no tiene que ser precisamente un beso. Podra ser cualquier cosa,

    dentro de ciertos lmites, claro. Porque si un hechizo es muy fcil de romper no dura mucho tiempo.Pero si es imposible eliminarlo, va contra las leyes de la magia y tampoco dura demasiado. Todotiene que ser ms o menos justo, sabes? Por cierto, te parece justo haberte escapado esta maana yque yo tuviera que lidiar con tu madre? Chartreuse se puso como un pavo real mojado cuandodesapareciste. Me vi obligada a decirle que te haba enviado a hacer un recado y ahora est enfadadaconmigo otra vez.

    Lo siento me excus esquivando su mirada. Gracias por cubrirme las espaldas. Maminvit al prncipe Jorge, ese que se pasa todo el rato fanfarroneando y dando a entender que noexisto. No s para qu quieren que yo est presente, si ni siquiera me dirige la palabra. Para l soycomo un mueble.

    Entonces Bowser lanz un extrao aullido y se puso a araar la falda de mi ta con sus pataspalmpedas. Al ver que no le hacamos caso, la emprendi a picotazos contra la pata de la mesa.

    No pasa nada, por esta vez dijo Grassina apartndose un mechn de delante de los ojos.Pero a lo mejor un da no estar a mano para defenderte, y tendrs que hacerle frente t slita. Enfin se ha hecho tarde, y sospecho que no has comido nada. Ve a la cocina a buscar algo porque notengo tiempo para cocinar y no podr trabajar si sigues distrayndome. A ver, dnde he dejado esepergamino?

  • ATres

    la maana siguiente salt de la cama antes de que los dems se despertaran. Me puse elvestido azul oscuro y la tnica azul clara, cog unos zapatos, que eran los terceros en ordende preferencia, y me deslic con ellos bajo el brazo por la escalera, tiritando al pisar los

    helados escalones. Segn me haba informado la criada, mam se haba ido a dormir con jaqueca lavspera, por lo que no nos habamos visto todava y, como buena cobarde, yo haba decididoabandonar el castillo y alejarme de all antes de que viniera a interrogarme sobre mi desaparicin delda anterior.

    El sol asomaba ya por las colinas lejanas cuando llegu al borde del pantano. Un irritantemosquito zumbaba en crculos sobre mi cabeza. Entonces tropec y ca en medio de la hojarasca yms mosquitos se me arremolinaron alrededor. Cerca de la poza haba un inmenso enjambre demoscas negras, pero ninguna se me pos encima porque me haba rociado con el repelente de salviaamarga que fabricaba Grassina. El ronroneo de los bichos me puso muy nerviosa, de tal manera queles lanc un manotazo y, sorprendentemente, le di a una mosca grande que cay rebotando en el agua.

    Eslurp! Una larga lengua de sapo atrap al insecto.Gracias! dijo una voz conocida. Justo lo que necesitaba.No era mi intencin darte de comer le espet. Pero detesto a las moscas; qu pesadas

    son!A m me encantan replic el sapo, aunque algunas son un poco saladas. Bueno, dime, has

    dormido bien esta noche? No te ha remordido la conciencia por haberme abandonado cuando ms tenecesitaba?

    Pues no, no he dormido bienAj!Pero no tengo remordimientos, sino curiosidad Quin dices que eres exactamente?Soy su alteza el prncipe Eadric de Montevista Alta. El sapo hizo un gesto pomposo con la

    mano y se qued mirndome. Qu te parece? Me das mi beso?Que t asegures que eres el prncipe Eadric no significa que lo seas. Los juglares son bastante

    chismosos y, si algn prncipe hubiera sido convertido en sapo, yo me habra enterado.Primero tendra que haberse enterado alguien ms, pero dudo que los mos tengan conocimiento

    de esta calamidad que me ha sucedido. Por otra parte aadi en voz baja puede que estntratando de guardar las apariencias; eso pasa siempre en mi familia.

    Y en la ma afirm. Mi madre no tarda ni un momento en hacer desaparecer las situacionesembarazosas; parece que ella sea la bruja en vez de mi ta.

    Tienes una ta bruja? pregunt, inquieto. Es es muy fea y tiene el pelo como unpuercoespn? Es mala, vil y cruel cuando alguien critica su manera de vestir?

    No, no, nada de eso. Es fantstica! Es la mejor ta del mundo, y la nica persona de la familiaque no se burla de m porque soy torpe, ni se pasa la vida dicindome que tengo que ser una damita.

  • Me ha enseado muchas cosas tiles que a nadie se le habran ocurrido y, adems te da unosregalos estupendos! Mis padres siempre me regalan ropa y cosas aburridas en mi cumpleaos, peroella me ha obsequiado con objetos geniales, como mi bola de cristal, una botellita de perfume quenunca se acaba, o este brazalete, que, adems de ser precioso, es mgico. Mov la mano con energay el brazalete tintine alegremente. Tambin me ense lo que significan estos smbolos, pero yoera muy pequea y ya no me acuerdo. Pero el brazalete me encanta. Brilla en la oscuridad, sabes?, ylo llevo puesto noche y da.

    Unos mosquitos se pusieron a merodear por mi cuero cabelludo, que era el nico sitio donde nome haba puesto salvia. Al tratar de apartarlos a manotazos, una de mis peinetas aterriz en elbarrizal; la saqu de un tirn y me salpiqu la manga de barro.

    Bueno, tengo que irme dije. Si de verdad eres el prncipe Eadric, tendrs que demostrarlo.Cmo?No lo s. Pinsatelo. Ya volver cuando pueda.Regres corriendo a casa, perseguida por la nube de insectos, aunque daba igual a donde fuera

    porque la maana pintaba fatal; senta ya un nudo en el estmago, puesto que no podra seguirevitando a mi madre mucho ms tiempo. Sin embargo, trat de distraerme pensando en la peticin delsapo; si de verdad era el prncipe Eadric, estaba metido en un lo enorme y me necesitaba. Y a m seme rompa el corazn al ver sufrir a un animal, pese a que no se tratara de un prncipe encantado. Porotra parte, si toda aquella historia era tan slo un truco, igualmente quera averiguarlo; era capaz demeter la pata perfectamente yo slita sin ayuda de nadie.

    Mam deba de haber alertado a todos los criados porque en cuanto pis los terrenos del castillo,el jardinero mayor me intercept el paso y me llev a empujones hasta los aposentos de mi madre.Pero, aunque estaba deseando verme, no pareca demasiado contenta de tenerme ante su presencia.

    Conque aqu ests, eh? dijo, y como siempre me repas de pies a cabeza. Ponte derecha,Esmeralda! No te encojas! Pero, mrate, tienes el pelo hecho un desastre, el vestido sucio y loszapatos embarrados!

    Empin la barbilla y olfate el aire con distincin. Las fosas nasales se le ensancharon ligeramentey las casi invisibles patas de gallo se le marcaron un poquito.

    Buenos das, mam. No quera disgustarte.Has estado otra vez en ese pantano apestoso, por lo que veo dijo haciendo una mueca de

    repugnancia.S, mam.Me concentr en los rizos de su cabellera. Todas las maanas pasaba horas peinndose, de modo

    que jams la haban pescado sin que sus cabellos de color de miel estuvieran en perfecto estado.Es una pena que no estuvieras aqu ayer. Pas un rato delicioso con el prncipe Jorge.

    Realmente es encantador.S, mam.Las palabras salan de mis labios con dificultad. El prncipe era encantador con todos menos

    conmigo. La primera vez que lo vi resbal al entrar en la habitacin pero, en lugar de ayudarme, seech a rer y me hizo sentir an ms tonta. Desde entonces nuestra relacin fue de mal en peor.

    Te tengo preparada una sorpresa maravillosa, hija, y deberas agradecrmelo.Gracias, mam dije preguntndome qu sera.

  • La ltima vez que le di las gracias sin saber por qu, estaba enferma y mam haba hecho venir aun cirujano para que me pusiera sanguijuelas. Confiaba en librarme de ellas esta vez, pero con mimadre nunca se saba.

    Sonri muy satisfecha y, mientras se colocaba bien los encajes de las mangas, me dijo:He iniciado las negociaciones de tu matrimonio y, en principio, hemos acordado que te casars

    a finales del verano.Se me cay el alma a los pies. Casarme yo? Y con el prncipe Jorge? A nadie se le habra

    ocurrido que estuviramos hechos el uno para el otro: yo no daba pie con bola en sociedad, tenaterror a hablar en pblico y nunca saba qu decir; en cambio, Jorge era apuesto, refinado y tanpagado de s mismo que incluso haca arrodillar a su caballo cuando l entraba en el establo. Elcirujano y las sanguijuelas habran resultado una sorpresa ms agradable que sa.

    Pero no puedo casarme con l! No estamos enamorados!Mam me lanz tal mirada que di un paso atrs.Qu tiene que ver eso? pregunt. Las esposas enamoradas de sus maridos no son la regla,

    sino la excepcin. Deja de lloriquear y contntate con que l quiera pedir tu mano. Muy pocosprncipes estaran dispuestos a casarse con una chica tan patosa. No eres distinguida ni graciosa, apesar de todos mis esfuerzos. Ojal hubieras sido chico, como queramos tu padre y yo! Tal vezentonces habra sacado algn partido de ti. Pero tal como estn las cosas, no puedes aspirar a ningnpretendiente mejor, as que espero que te comportes como es debido. Ay, mira lo que hasconseguido! Me est volviendo la jaqueca.

    Casarme con Jorge sera un error terrible Estaba tan desolada que no poda dejar pasar laoportunidad de protestar.

    Mam dije. Jorge es un bobo! No puedo casarme con l!Conozco a muchas mujeres que estn felizmente casadas con un bobo. Las negociaciones ya

    han comenzado y nadie est pidiendo tu aprobacin. Tendras que agradecerme que me tome lamolestia de conseguirte un marido. Vamos, vete a buscar a mi criada! La cabeza me est matando.

    Mi desesperacin fue absoluta al pensar que debera abandonar mi hermoso pantano paracasarme con semejante pelmazo! Despus de encontrar a la criada y envirsela a mi madre, fui enbusca de ta Grassina, pero hall cerrada la puerta de la torre. Clavado en la gruesa madera haba uncartel en el que haban escrito unas lneas con zumo de mora, que todava chorreaban:

    Estis advertidos, intrusos! Los dragones os arrancarn el corazn si cruzis esta puerta sin haber sidoinvitados, y los gusanos se comern vuestros sesos. Si se trata de un envo a domicilio, por favor, dejadloen el suelo. Esmeralda, estar fuera unos das. Ya te buscar cuando regrese y haremos una de tus tartasfavoritas de frutas.

    Grassina, la Bruja Verde

    Tena que hablar con alguien acerca del plan nefasto de mi madre, de modo que busqu a algnamigo que quisiera escucharme, pero fue en vano: Fortunata, la hija de la dama de honor preferida demam, estaba en cama con catarro y no poda recibir visitas (en el fondo, mejor, porque era unaestirada y probablemente se mora por casarse con Jorge); Violeta, la criada encargada de la alacena,estaba de muy mal humor porque fregaba por segunda vez la cocina; a Bernard, el aprendiz del

  • jardinero, lo estaban regaando en ese preciso momento por no haber exterminado todas las babosasdel jardn, y Chloe, la segunda costurera, estaba ayudando a la costurera mayor, que cosa un vestidonuevo para mam. Trat de pensar en alguna otra persona con quien hablar, que no estuvierademasiado ocupada ni demasiado impaciente para que la conversacin mereciera la pena. Por algnmotivo, no poda quitarme de la cabeza al sapo del pantano; era grosero y sarcstico, pero por lomenos pareca tener ganas de charlar conmigo.

    As pues, regres al pantano a toda prisa sorprendindome de lo ansiosa que estaba por volver aver al animal. Lo encontr sentado en su hoja de lirio y sonre por primera vez en el da.

    No has podido resistir la tentacin, eh? coment al verme. Lo siento, pero no se me haocurrido cmo demostrarte que soy un prncipe. No obstante, puedo contarte algunas de mishazaas; seguro que los juglares ya han compuesto alguna cancin sobre ellas. Una vez, porejemplo

    No te preocupes por eso ahora. Necesito hablar con alguien porque mi madre me ha hecho unacosa espantosa! A que no adivinas qu es?

    Te ha atornillado los zapatos en el suelo.Anda ya! Por qu iba a hacer eso?Ha puesto a lavar tu ropa blanca con unas medias rojas!Pero qu dices? Es muchsimo peor!Te orden besar al primer sapo que encontraras! Y entorn los prpados.Nada de eso! Ya te lo he dicho, nunca lo adivinars: est acordando mi boda con el prncipe

    Jorge!No lo dirs en serio. No me imagino a nadie casndose con ese joven, porque est tan

    enamorado de s mismo que no podra vivir con nadie ms. Has visto alguna vez cmo se mira en elespejo? Hara vomitar a un perro! Adems, aqu entre nosotros Mir hacia atrs paracerciorarse de que nadie escuchaba. He odo decir que le gusta ponerse zapatos de chica. Tiene unbal repleto escondido en su dormitorio!

    No s si eso es cierto, pero no puedo casarme con l. Es un petardo y un pelma que no se dacuenta de que existo. Jams ser feliz con l! Adems, me pone tan nerviosa que se me traba lalengua y nunca s qu decir.

    Pues no parece que se te trabe charlando conmigo.Es diferente. Contigo no me cuesta hablar. Al fin y al cabo eres un sapo.Tambin soy prncipe!Quiz, pero no lo pareces ni te comportas como tal, as que se me olvida que lo eres. Pero

    Jorge es otra cosa, y nunca permite que olvides que l s es un prncipe.Tal vez si se lo dijeras a tu madreNo me hara ningn caso; slo le importan las apariencias y no cambiar de opinin, lo s. Y

    pap har lo que ella diga para no discutir. Por qu me hace esto, por qu? Preferira casarme contigoantes que con Jorge, aunque t no seas un prncipe. Porque t no te burlaras de m ni fingiras que noexisto, verdad?

    El sapo parpade sorprendido y respondi:No, desde luego.Lo ves? Adems, si me caso contigo no tendr que irme del pantano.

  • Ejem carraspe, confundido. No s Yo slo te he pedido un beso.Conque quieres un beso, eh? Pues, mira, te lo voy a dar. Prefiero besarte mil veces a ti que a

    Jorge!Y dicho esto, me arrodill en la orilla de la charca. El sapo dio un salto fenomenal, aterriz junto a

    m y me ofreci los labios.Espera un momento dije mientras retroceda.No habrs cambiado de opinin, verdad? me pregunt, angustiado.No, no, es que Ya, aqu est.Met la mano en el bolsito que llevaba atado al cinto y saqu un pauelo bordado con el que le

    limpi la boca.Tenas las patas de una mosca pegadas a los labios expres con un estremecimiento. A

    ver, probemos otra vez.Esta vez ya no hubo impedimentos. Me agach, entreabr los labios y cerr los ojos. Violeta, que

    tena mucha ms experiencia que yo, me haba explicado qu haba que hacer para besar a un chico, ysupuse que consistira en lo mismo, aunque se tratara de un sapo. Sent los labios suaves y froscontra los mos; no era una sensacin demasiado desagradable, pero la sorpresa estaba por llegar.

    El hormigueo me empez en los dedos de las manos y los pies; luego se propag por brazos ypiernas, y un escalofro me recorri de arriba abajo, seguido de un dulce vrtigo dorado. De repente,sent la cabeza ligera y llena de burbujas y un ventarrn tremendo me arroj al suelo. Me tap la caracon los brazos, pero stos ya no eran los de antes. Cuando trat de ponerme de pie, me puse atemblar y una nube gris me cubri los ojos.

  • ACuatro

    br y cerr los ojos. La cabeza an me daba vueltas y no consegua enfocar la mirada. Poco apoco fui recobrando la vista, pero todo pareca diferente: haba ms colores y eran msbrillantes. Una mariposa enorme pas volando por all batiendo sus preciosas alas rojas con

    rayas moradas. Nunca haba visto nada igual.Aaah! exclam en voz alta.Me sobresalt el timbre de mi voz; sonaba rara y hablar me produca cosquillas en la garganta.Arrugu la nariz al percibir el olor a plantas podridas y la pestilencia del pantano. Movidas por el

    viento, las hojas de los rboles tamborileaban con mpetu y el ronroneo de los insectos eraensordecedor. Plof! Algo retumb en el barro hmedo a la orilla de la charca. Plof! El sonido volvia retumbar, ms cerca y ms fuerte; hasta el aire mismo pareca resoplar.

    Trat de levantarme, pero mis piernas no cooperaron. Sintindome todava mareada, mir alsuelo: estaba mucho ms cerca que antes y los terrones de barro eran mucho ms grandes. Entoncesobserv ante m dos pies palmeados y un par de patas largas y musculosas, a las que segua uncuerpo rechoncho recubierto de piel verde con pintitas. Perpleja, cerr los ojos con intensidad y volva abrirlos, pero mi cerebro se negaba a aceptar lo que vean mis ojos. A continuacin alc una mano ymov los dedos eran cuatro dedos torcidos, de color verde. De repente lo comprend todo: noestaba viendo a otra criatura, sino a m misma!

    Qu es esto? Qu me ha pasado? balbuc. El corazn me lata a toda velocidad. Ya los! Es un sueo! Estoy durmiendo en casa y voy a despertar

    Plof! Plof! Los ruidos se acercaban. Cerr los ojos de nuevo y me aplast contra el suelo.Es mi imaginacin dije en voz alta. Si pienso en otra cosa todo desaparecer.A menudo, mam me rea por andar imaginando cosas. Pero esto era demasiado, hasta para m!Plof! Plof! Plof! Algo muy grande y hmedo se apoy en mi espalda y un aliento caliente y

    apestoso me envolvi de pies a cabeza.Esta sensacin es de verdad, pens, y abr primero un ojo y luego el otro.Un inmenso perro blanco, de pelo corto y manchado de barro, me contemplaba con unos ojos

    enormes de cuencas sanguinolentas. Los perros de mi padre eran todos de pelo castao, negro o gris,de modo que no conoca a aqul, lo cual me daba an ms miedo. Me puse a temblar cuando me dio lavuelta empujndome con el hocico; entonces me olfate otra vez de pies a cabeza y abri de par enpar la cavernosa boca. El mal aliento del animal me revolva el estmago y, para colmo de males, unagota de baba, grande y repugnante, se le escurri del hocico y me cay en la cabeza.

    No estoy soando, pens.Me apart con brusquedad y salt tan rpido y tan lejos como pude. Me costaba moverme y

    coordinar mis pasos, pero salt, salt y salt tratando de alejarme. Di un ltimo brinco, me gir en elaire y cataplum! Ca en el agua y levant una ola.

    Rana! grit el perro, metido en el agua hasta la panza. Vuelve aqu! Tengo que hablar

  • contigo!Tena miedo de responder, as que extend los brazos y trat de avanzar. Nunca haba aprendido a

    nadar, aunque me haba criado cerca del agua; debido a mi torpeza, tema ahogarme en cuanto el aguame llegara a los tobillos. As pues, me puse a patalear con brazos y patas sin avanzar en ningunadireccin. En stas, el perro se abalanz sobre m y provoc una ola que me arrastr hacia el centrodel estanque; encog las patas e, impulsndolas con fuerza, las estir y sal despedida hacia el fondo,alejndome de las feroces mandbulas.

    Lo he logrado!, pens sin acabar de crermelo.Repet el movimiento y avanc por el agua; a punto estuve de atropellar a un pececillo dorado.

    Luego gir sobre m misma y sub a la superficie en busca del perro. El animal chapoteaba de aqupara all junto a la orilla, pero ya no representaba ninguna amenaza.

    Una oleada de alivio me recorri de arriba abajo.Lo he conseguido! pens. He logrado escapar del perro gigante! Soy capaz de cualquier

    cosa!.Me dediqu a hacer alegres remolinos en el agua; fui salpicando de un extremo al otro de la charca

    y, cuando me cans de nadar, hund la cabeza e hice burbujas. Despus me qued flotando panzaabajo y contempl a los pececillos que pasaban en formacin de un lado a otro. El agua tibia meacariciaba la piel y todo era estupendo. Cuando era princesa, nunca haba salido de mi cuarto sin ircubierta de gruesas telas y faldas largas. Pero ahora aquella sensacin de libertad era maravillosa!

    Al cabo de un rato me di la vuelta y, mientras contemplaba las nubes a jirones que poblaban elcielo, me pregunt dnde habra ido a parar el sapo, porque no haba vuelto a verlo desde latransformacin. Tal vez todo haba sido un truco; tal vez habamos realizado un intercambio y ahoral era humano. Pero por qu no lo haba visto? Adems, aunque fuera un pelmazo, no crea que mehubiera jugado una mala pasada.

    Trep a un tronco semihundido en el agua, y repas todo lo que me haba ocurrido ese da. Estabatan entusiasmada con mis nuevas habilidades y por haber logrado escapar del perro, que no me habadetenido a pensar en mi situacin. Pero ahora me daba cuenta de que estaba sola y desamparada enmedio del pantano. Qu iba a hacer?

    Sumamente inquieta, agach la cabeza y me puse a llorar. No me gustaba llorar, casi nunca lohaca, y mam me haba dicho mil veces que no era propio de princesas y mucho menos en pblico,pero de vez en cuando no era as. Las lgrimas corrieron por mis mejillas y resbalaron hasta la speracorteza del tronco. Estaba tan deprimida que no me fij en que el sapo haba trepado a ste y sehallaba a mi lado.

  • T

    Cincoe pasa algo?

    El sapo tuvo que repetirme la pregunta antes de que las palabras traspasaran mi burbuja dedesdicha.

    Ah, eres t! exclam con los ojos anegados en lgrimas.Me alegra que ests contenta de verme, pero no has contestado a mi pregunta. Qu te pasa?

    Por qu lloras?No te parece obvio? Me he convertido en rana por tu culpa! Se supona que no iba a suceder

    tal cosa, pues aseguraste que t volveras a ser un prncipe, pero no dijiste nada de que yo metransformara en rana.

    Acaso tengo cara de adivino? Yo no saba que esto poda ocurrir. Lo siento mucho, aunque nolo entiendo. Pero tampoco es tan malo, sabes? Quiero decir que no resulta tan horrible ser una rana.Fjate, yo llevo algn tiempo siendo sapo y tiene sus ventajas.

    Ah, s? dije sorbindome las lgrimas. Y cules seran las mas?Pues, por ejemplo, no tendrs que casarte con Jorge replic el sapo encogindose de

    hombros. Adems, la vida es menos complicada; desde que no soy prncipe hago todo lo que meapetece, puedo acostarme tarde o dormir todo el da y ya no tengo preocupaciones niresponsabilidades. No te imaginas la tranquilidad que supone no estar obligado a matar dragones, nidecapitar ogros, ni planear emboscadas para atrapar duendes extorsionistas bajo los puentes, aunqueyo sola realizar esas tareas bastante bien. En cambio, ahora slo me preocupa encontrar comida eimpedir que otros me coman.

    Eso ya suena bastante preocupante coment.No es as si mantienes los ojos abiertos y prestas atencin. Tienes mucho que aprender.Perdona, estaba prestando atencin.Vaya, vaya, no me digas! Podran aterrizar aqu una docena de dragones y asarte para el

    almuerzo sin que te dieras cuenta. Tienes mucha suerte de que yo est contigo! Pero no te agobies.Puesto que te he metido en este lo, te ensear todo lo que haga falta.

    No quiero que me ensees nada! Slo quiero que deshagas lo que hiciste y me conviertas enprincesa otra vez!

    Ojal pudiera, pero no tengo ni idea de cmo anular el encantamiento.Entonces aydame a averiguarlo! No es que yo fuera la ms feliz de las princesas, pero no me

    da la gana de ser una rana! No puedo creer que esta situacin sea real! Al principio cre que era unsueo, pero Por cierto, dnde te habas metido? Porque no estabas por ningn lado cuandoapareci el perro.

    Bueno, confieso que me puse de mal humor cuando me besaste y comprob que no me habaconvertido en el apuesto prncipe que soy. Tard un rato en darme cuenta de que habasdesaparecido, es decir, que ya no eras humana. Cuando comprend lo sucedido, el perro ya andaba

  • por ah y t brincabas como una loca. Te esfumaste, pero fue fcil encontrarte porque todo elpantano hablaba de una rana chiflada que nadaba peor que un renacuajo recin salido del huevo.

    A m me pareci que nadaba bastante bien! dije, todava orgullosa de mis nuevas dotes denadadora.

    Para ser una absoluta principiante Me temblaron los labios sin poder evitarlo. Ay, note pongas as! dijo el sapo. Si lloras vas a llenar el agua de sal.

    Dos lagrimones rodaron por mis mejillas y me sorb los mocos.Pero qu te pasa ahora?Un montn de cosas me pasan! gem: He hecho un esfuerzo tremendo y crea que nadaba

    bien, pero ahora vas y me dices que lo hago mal; adems, no quiero ser una rana, tengo miedo ysobretodo tengo hambre!

    Dame otro beso, tal vez te siente bien sugiri el sapo inclinndose hacia m.Qu dices? Estaba tan sorprendida que dej de llorar. Por qu iba a darte otro beso?A lo mejor te animas un poco.Seguro que no!Bueno, quiz tengamos suerte y se deshaga el encantamiento.Y quiz no tengamos suerte y pase algo peor, aunque no me lo puedo imaginar. Y me puse a

    gimotear de nuevo.En fin! Bueno, has dicho que tenas hambre, y eso s lo podemos arreglar.Qu comes t? le pregunt restregndome los ojos con los dedos.Todo lo que encuentro. T obsrvame y as te irs haciendo una idea.Salt hasta un extremo del tronco y se qued inmvil. Estuvo quieto tanto rato que, cuando lleg

    el momento, yo ya estaba tan aburrida y nerviosa que casi me pierdo la jugada: una liblula deltamao del pulgar de un humano adulto pas volando en zigzag por delante del tronco; sin ningunaadvertencia, el sapo brinc, abri la boca y desenroll la lengua. Cuando se tir al agua, ya habavuelto a metrsela en la boca y engullido a la liblula.

    Cmo esperas que yo haga eso? pregunt, incrdula, cuando regres al tronco.Lo hars si quieres comer respondi relamindose. Luego se sac de la boca las alas de la

    liblula. No te parecen preciosas? Si estuviramos cerca de mi casa las aadira a mi coleccin.Tienes una coleccin de liblulas?No te lo crees? Pues, fjate, me he convertido en todo un experto, modestia aparte. Mi

    coleccin debe de ser la ms grande del mundo. Ahora mira all. Ves esa mosca gorda y jugosa queviene en esta direccin? Pues adelante, te la cedo.

    No pienso comerme ninguna mosca! Slo de pensarlo se me revolva el estmago.Ya lo hars cuando tengas ms hambre. Obsrvame; te lo ensear otra vez.Puedes ensermelo un milln de veces! No pienso hacerlo. No hay nada que comer adems

    de bichos?Mmm Ya lo tengo! Conozco un sitio donde hay mucha comida, pero tendremos que ir

    nadando.Pues, vamos. Todo con tal de no comer moscas.Sgueme y haz lo mismo que yo me indic sonriendo.Salt hasta el extremo del tronco y se zambull en el agua; yo lo segu de cerca por miedo a

  • perderlo de vista, y ambos nadamos aguas abajo, l delante y yo detrs. Era mucho ms fcil nadar afavor de la corriente y en un momento llegamos a la poza. De repente me hizo seas para que nosdetuviramos; no entend por qu, pero record que le haba prometido imitarlo. Atisb por encimade su lomo y vi lo que l ya haba descubierto: en la orilla del agua, una garza hambrienta buscaba sualmuerzo hurgando entre los juncos; desde donde estbamos, pareca una torre y las largas patas,palos infinitos. El sapo se llev un dedo a los labios para que no hiciera ruido; asent y fui tras lhasta la otra orilla de la poza.

    Nos sumergimos hasta el fondo y rodeamos las algas que crecan en la orilla ms soleada. Anandbamos escondindonos de la garza cuando una sombra ocult el sol; levant la vista y vi cmouna silueta oscura y alargada se deslizaba por encima de nuestras cabezas. De la boca de aquel serpenda un aro dorado, centelleante bajo la luz matutina, del cual colgaban tintineando varas figuritasque me resultaron conocidas Era mi brazalete! Me abalanc sobre l, decidida a recuperarlo, peroel sapo me retuvo por el brazo hasta que la sombra desapareci en el agua. Cuando me solt por fin,sub a la superficie impulsada por la rabia y la frustracin.

    Has visto eso? pregunt despus de tomar aliento. Qu era ese animal tan grande?Una nutria.Llevaba mi brazalete, el que me regal mi ta! Tenemos que encontrar a esa nutria! Quiero mi

    brazalete, lo necesito!No podr ser. Es que no sabes nada acerca de esos animales?Claro que s. Ta Grassina me ha enseado todo sobre ellos: cmo viven, cmo jueganCmo comen ranasQue comen ranas? chill.Somos su comida favorita.De repente nuestra excursin ya no me pareci tan segura. Mir alrededor temiendo descubrir un

    par de ojos hambrientos que nos observaban desde la orilla.Hay muchos otros animales que comen ranas, verdad? pregunt.En efecto; prcticamente todos nos tienen en su lista de alimentos preferidos; por eso hay que

    estar siempre alertas.Pero mi brazaleteDalo por perdido, no te har falta. De cualquier modo, tampoco podras llevarlo ahora. Venga,

    vamos, ya falta poco.Al cabo de un corto trecho, me condujo a la orilla y subimos a una colina brincando por entre los

    arbustos. En la cima haba un rbol de ciruelas silvestres y el suelo estaba cubierto de fruta podrida.Unas moscas verdes y negras revoloteaban entre los frutos demasiado maduros.

    sta es la comida de la que hablabas?Claro. Adelante.No parecan demasiado apetitosas, pero seguro que saban mejor que las moscas. Salt hasta la

    ms cercana y trat de encontrar algn bocado que no estuviera demasiado podrido.La parte de encima no est mal observ el sapo.Qu he de hacer para comrmela?Bueno eres una rana. Cmetela con la lengua.Con la lengua, dices? No puedo! Por qu no la cojo con las manos?

  • Porque no lo conseguirs. Ahora eres una rana y las ranas comen con la lengua.No s si podr. Soy muy torpeDeja de portarte como un renacuajo! Intntalo!Vale, vale dije titubeando.As que abr la boca, lanc la lengua y roc ligeramente la parte superior de la fruta. Pero, como

    era la primera vez que lo haca, no emple la suficiente energa y la lengua me resbal hasta el suelo.Casi lo logras! exclam el sapo tapndose la boca para disimular la risa.Le lanc una mirada feroz y trat de limpiarme la lengua cubierta de barro y hierba; lo hice con

    mucho cuidado, pero no logr limpirmela del todo y la not pringosa al metrmela en la boca. Sinembargo, no quise desanimarme y lo intent otra vez con todas mis fuerzas. Por desgracia, esta vezme pas de entusiasta, de tal manera que mi lengua atraves la suave piel de la fruta podrida, se claven el centro de la pulpa y, cuando trat de sacarla, se qued atascada dentro. Ech la cabeza haciaatrs para tirar de ella, pero slo consegu hacerme dao el la boca. A todo esto, el sapo segua a milado sin ayudarme para nada, partindose de risa. Finalmente, me cog la lengua con ambas manos ydi un tirn; pero sali tan rpido que retrocedi hasta mi cara y me golpe en los ojos.Trastabillando, me acarici la cabeza, mientras mi compaero se revolcaba en el suelo agarrndose lapanza y aullando de risa.

    Gracias por el apoyo moral! exclam una vez que tuve la lengua dentro de la boca. Dijisteque nunca te reiras de m. Y ahora qu hago?

    Prueba otra vez! Haca muchos aos que no me rea as!Pens en sacarle la lengua, como Violeta haca a veces con los pajes. Pero todava no la controlaba

    lo suficiente y me dio miedo darle un tortazo.Date la vuelta! le dije. No lo conseguir si me miras.El sapo se gir todava entre carcajadas. Me cercior de que no me miraba y me aproxim a otra

    ciruela porque no me haba gustado el sabor de la primera; era una fruta ms grande, rebosante dezumo y plagada de moscas. Lanc la lengua otra vez y casi di en el blanco. La fruta estaba blanda ysaba a rancio, aunque no tanto como la primera, pero cuando saqu la lengua se me peg una moscaen la punta. Era para morirse del asco.

    Uuuf! grit. Qutame ezta coza de la lengua!La mosca zumbaba y se retorca tratando de liberarse. El sapo acudi al instante, pero en vez de

    ayudarme me dio un porrazo con el dedo en la lengua. Aspir y la lengua rebot sola y se meti en laboca; la mosca segua zumbando y me haca cosquillas en el paladar

    Mmm! supliqu pidiendo ayuda.Parpadea! orden el sapo.Mmm? dije otra vez.Parpadea, no pienses en nada!No entenda cmo esa accin me librara de la mosca, pero lo intent a pesar de todo. En cuanto

    baj los prpados, mis globos oculares me empujaron hacia abajo el gaznate y me tragu la mosca.Sent un escalofro al percatarme de lo que acababa de hacer.

    Oooooh! Qu asco! grit, y escup hasta que la boca me qued reseca.Sabrosa, no? pregunt el sapo.Estaba inmunda! Me frot la lengua con los dedos tratando de quitarme el sabor.

  • Vamos, s sincera! No te ha gustado?No, me ha sabido horrible!De verdad?Pues dije a regaadientes. Bueno, la ciruela estaba rancia, pero la mosca era ms bien

    dulce.Aja! Ya saba yo que te iba gustar! Quiz en tu corazn sigas siendo una princesa, pero ests

    metida en un cuerpo de rana. Y a las ranas les encantan las moscas!He dicho que era dulce, no que me gustara especifiqu, pero de pronto fui presa de la

    desconfianza: No lo habrs hecho adrede, verdad? O me has trado aqu para que me comiera unamosca sin querer?

    Cmo puedes pensar eso? Es que no me conoces?Pues no; acabo de conocerte dije, y pens que quiz s me haba jugado una mala pasada.No podas seguir yendo de remilgada por la vida sin dignarte a probar algo nuevo, y quera que

    te dieras cuenta de que no es tan malo comer moscas. Tendrs que acostumbrarte, si aspiras asobrevivir.

    Es que las ranas no comen nada aparte de moscas?Claro que s, mil cosas: mosquitos, liblulas, jejenes Todo lo que quieras. Si es insecto, est

    en el men.Estoy condenada! gem.Pero en realidad la mosca no me haba sabido tan mal. De modo que lade la cabeza y observ a

    las otras moscas con ojos nuevos.Ya te has comido una y sigues viva coment el sapo sonriendo. Prueba otra; es cuestin

    de educar el paladar. Cuanto ms pronto lo eduques, ms contenta estars.Yo no tena intencin de ser una rana el resto de mis das, pero deba sobrevivir hasta averiguar

    cmo convertirme otra vez en humana. Sent nuseas y tragu saliva.Es mejor no pensar me dije. Simplemente lo hago y punto.Cmo aprendiste t a comer como los sapos? le pregunt a mi compaero. Porque

    seguro que no sabas antes de transformarte.Pues mirando a otros sapos. Cuando uno es tan observador e inteligente como yo, es capaz de

    aprender un montn de cosas. Vamos, veamos si puedes cazar otra!Aprtate le ped. De verdad que me cuesta menos si no me miras.l se fue a la caza de su propia comida y yo busqu la ciruela ms jugosa. Cuando la encontr, me

    concentr en la mosca ms grande y lanc la lengua de nuevo; sta sali disparada como una flechamuda, pero la mosca se escap por unos centmetros. La enroll una vez ms dentro de la bocamientras el afortunado insecto zumbaba malhumorado hacia una ciruela menos peligrosa. Seguprobando, pero no logr cazar ms que unas pocas moscas; no coordinaba demasiado bien la lengua yla vista.

    El sapo llen pronto el buche y vino a ofrecerme indicaciones sobre cmo dar en la diana. Ahorapretenda echarse un farol.

    Si me hubieras visto! dijo. Encontr una ciruela completamente podrida, con tantasmoscas encima que no se vea la propia fruta. No fue fcil, pero apunt a la perfeccin y pesqu ochobichos de un lengetazo. Ocho moscas! Es increble!

  • Tanta fanfarronada me puso muy nerviosa y, para cambiar de tema, le dije:Oye, quiero plantearte una cuestin: siempre te he llamado sapo porque no haba ningn

    otro de tu especie, pero ahora que yo tambin me he convertido en rana, no me parece adecuado. Asque, cmo quieres que te llame?

    Llmame Eadric.O sea que eres de verdad el prncipe Eadric y no lo dijiste slo para que te diera un beso?Yo era el prncipe Eadric mientras fui humano y me sorprende que no hayas odo hablar de m.

    Era bastante famoso, sabes? Pero, ahora que soy un sapo, me llamo simplemente Eadric.En ese caso, llmame Emma; princesa Esmeralda suena demasiado serio para una rana.Ya gru Eadric. Entonces, Emma, qu tal si tratas de comerte esa mosca de ah?

    Seal un insecto que se revolcaba en el suelo. Hasta t tendras que ser capaz de cazarlo; creo quetiene un ala rota.

    No hice caso de la sugerencia porque, mientras persegua a las moscas, se me haba ocurrido unaidea y se la coment:

    Ya s cmo podemos salir de este lo. Lo nico que debemos hacer es ir a mi castillo y aguardara que ta Grassina regrese. No s cundo lo har y tal vez tengamos que esperar, pero estoy segura deque nos ayudar.

    No es tan sencillo como parece repuso Eadric, como si yo fuera un poco tonta.Trat de no enfadarme (despus de todo me haba ayudado bastante), pero le repliqu:S, seguro que s; es una bruja muy experta. Ella sabr qu hacer.No quera decir eso. Mira, en primer lugar, merodear por los alrededores de un castillo puede

    ser desastroso, puesto que, en ellos, ni las ranas ni los sapos son precisamente bienvenidos. Si nofuera por eso, no crees que habra vuelto a mi casa? Pero he visto morir a muchos sapos a manos deperros, gatos y aprendices de jardinero ociosos. O sea que, mil gracias, pero prefiero no ser laprxima vctima! En segundo lugar, yo no s mucho de magia, pero tengo entendido que una bruja nopuede anular los hechizos de otra; de hecho, si una bruja interfiere en un encantamiento, puedeconferirle mayor potencia. Por todas estas razones, en vez de ir a visitar a tu ta, tendramos que ir aver a la bruja que me hechiz. En estos casos es mejor dirigirse a las fuentes.

    Vamos a verla entonces!No s dnde vive.No me ests dando muchos nimos que digamos protest tratando de disimular mi

    desaliento. Tal vez Grassina pueda ayudarnos a encontrarlaUn momento! No has odo lo que he dicho? No quiero ir a tu castillo a esperar a tu ta! No

    tengo ningn deseo de charlar con una bruja desconocida. Y si me echa otro maleficio?Mi ta no hara algo as.Vaya, vaya. Dime, entonces, nunca ha convertido a nadie en rana? No me mientas.Pues, s, peroAjaj! Y a pesar de todo quieres que vaya a verla! As me congele en este pantano, no pienso

    ir a ver a ninguna bruja lanzaconjuros.Pero ella noNi lo pienses! Me volvi la espalda. Digas lo que digas no cambiar de opinin.Suspir. Haba conocido gente terca, pero nadie me haba insultado como ese sapo!

  • Qu haremos ahora, pues? pregunt aorando la habitacin de ta Grassina, adonde sola iral caer la tarde.

    Iremos a mi casa dijo Eadric. Y te mostrar mi coleccin.Tu coleccin? Me pregunt qu podra coleccionar un sapo.Mi coleccin de alas de liblula, ya no te acuerdas que te lo he explicado?Ah, s, s!Eadric era el prncipe ms extrao que haba conocido hasta entonces. Aunque, claro, si yo

    hubiera sido rana tanto tiempo como l sapo, tambin me habra vuelto muy rarita. Slo de pensarlome deprima, teniendo en cuenta que a mucha gente ya le pareca rara cuando era humana.nicamente haba una solucin: tena que volver a ser yo misma de inmediato.

  • ESeis

    l sol declinaba mientras Eadric me escoltaba hasta la gran hoja de lirio donde haba montadosu hogar, en un apacible remanso del arroyo. Era una hoja grande y tersa, que flotaba bajolas ramas de un sauce llorn. Trat de trepar a bordo, pero la hoja se hundi bajo mis patas

    y volv a caer al agua. Al cabo de tres o cuatro intentos, l se impacient y me dio un empelln, contanta fuerza que patin a lo largo de toda la superficie y casi me caigo por el otro borde. Cuandoquise ponerme en pie, la dichosa hoja se balance y me fui de bruces.

    Genial, no? dijo Eadric al tiempo que avanzaba pavonendose hasta el centro de la hoja.El sauce est tan a tiro, que algunos das no tengo que salir a buscar comida y, como en l viventantos bichos, puedo atraparlos sin ningn esfuerzo; a veces ni siquiera tengo que levantarme. Vesesa araa que cuelga de una hoja? Pues, mira!

    Se tendi de lado, apoy el mentn en una mano y lanz un lengetazo maestro que arranc a laaraa de la hoja.

    Qu cmodo! exclam.Ciertamente, Eadric no poda ser ms perezoso.Croac!, croac! Un puado de voces graves se elev entre los matorrales que bordeaban el

    arroyo, y otras ms agudas crec!, crec! se unieron al coro desde los rboles.Qu es eso? pregunt.Son unos amigos mos. Dan conciertos todas las noches en esta poca del ao, siempre y

    cuando haga buen tiempo.Tienes amigos entre los sapos y las ranas? Me alegro mucho de saber que no eres tan

    estirado como Jorge!En el reino animal no hay prncipes ni princesas y tanto las ranas como los sapos somos

    iguales me replic mirndome ceudo. Mis amigos son unos tos estupendos; te los presentardespus del concierto. Vamos! An podemos hallar buenos asientos si nos damos prisa.

    Saltamos del lirio al agua y nadamos codo con codo hasta el barrizal de la orilla, donde ya se habaconcentrado una multitud de batracios de todos los tamaos.

    Ese de all es Bassey. Eadric seal a un gran sapo de voz grave que destacaba entre laaglomeracin. Y aquella rana pequeita es Peepers; es soprano.

    La ranita lo vio y lo salud con la mano desde su rbol.Eadric me llev a un prado por entre los batracios que ya haban tomado asiento; algunos nos

    saludaban y otros nos sonrean muy amables. Me sent de lo ms bienvenida.Estoy contenta dije al sentarme junto a l.Me alegra mucho. Qu tal si me das un beso? me susurr al odo.Eadric! grit, y todos se volvieron a mirar. Como estbamos en un entreacto del concierto,

    mi voz result muy sonora. Avergonzada, esper a que volvieran a cantar. Cmo se te ocurre quete bese ahora con todos tus amigos mirando!

  • No pasa nada. Podemos cerrar los ojos.No, gracias. Prefiero no correr riesgos. Ni un beso ms hasta que averigemos por qu pas lo

    que pas al darte el primero.Como volv a hablar demasiado fuerte, unas ranas vecinas me chistaron. Me tap la cara con las

    manos y me hund en mi asiento; casi habra preferido no ir al concierto.Poco a poco otras ranas fueron unindose al coro y, sorprendida, vi que Eadric tambin se pona

    a cantar. Tena buena voz, aunque no tan grave como la de Bassey ni tan aguda como la de Peepers.Podra pasarme toda la noche oyendo esta msica, pens, y cerr los ojos.La brisa tibia de la tarde me acariciaba la piel y la msica era tan hermosa que me daba escalofros;

    se me pona la carne de gallina o, mejor dicho, la piel de ranaCroac!, croac!, cantaban Bassey y los otros sapos; crec!, crec!, replicaban Peepers y las

    ranitas; robid!, robid!, cantaba Eadric. Yo segua el comps de la meloda balanceando la cabezacuando, de repente, se hizo un silencio absoluto. Abr los ojos y al instante comprend el motivo: unaserpiente del tamao de un brazo humano se deslizaba por entre la hierba al borde del arroyo. Antesde que pudiramos reaccionar, se dio impulso y se lanz con las fauces abiertas sobre un miembro delpblico. Al cabo de un instante, la pobre rana se retorca en el gaznate del reptil y pataleaba con laspatas todava fuera, como si pudiera dar un brinco y escapar. Qu horror! Solt un grito y laserpiente gir la cabeza y me mir directamente a los ojos.

    Ven! exclam Eadric agarrndome del brazo. Pero me qued inmvil, paralizada por lamirada del reptil. Que vengas, te digo! Me tir del brazo hasta que me di la vuelta. Salta! grit cuando ya la serpiente reptaba hacia m.

    Di un brinco y aterric encima de un anciano sapo que se arrastraba con lentitud por el agua.Lo siento, no era mi intencinDate prisa! chill Eadric, ya en el arroyo. No es momento para disculparse!Lo siento! volv a decir y, dndome impulso en una roca resbaladiza, vol por los aires y ca

    en medio de la corriente. No sirvo para esto! exclam, y escup porque haba tragado agua.Esta vida no es para m!

    Sigue nadando y no pienses! grit Eadric, y me dio otro tirn.Segu nadando a su lado, pateando tan rpido como me era posible, hasta que no pude ms. l

    encontr un agujero seguro ro abajo, en un banco de barro; me condujo hasta all y me ayud a treparal refugio.

    Estaba tan asustada que no cesaba de temblar y Eadric me consol con unas palmaditas en ellomo.

    Ya est, ya ha pasado dijo. No podr encontrarnos aqu.Pero y las otras serpientes? murmur con un nudo en la garganta. Tarde o temprano nos

    atrapar alguna! Esto no es para m, Eadric. Por lo menos cuando era princesa nadie poda comermeviva. Tenernos que buscar ayuda!

    Hay una posibilidad repuso Eadric a regaadientes. Es un poco remota, pero podemosprobar si realmente lo deseas.

    Cul es?Buscar a la vieja bruja que me convirti en rana. No s dnde vive, pero cada mes, cuando hay

    luna llena, va a recoger plantas a cierto lugar, o al menos eso sola hacer. Slo faltan dos noches para

  • el plenilunio; por lo tanto, si partimos maana por la maana, llegaremos a tiempo.Crees que nos echar una mano?Tal vez. Ella me dijo que volvera a ser un prncipe si una princesa me daba un beso. Pero

    aunque t eres una princesa y me diste un beso, por qu sigo siendo un sapo? Fue ella la que realizel hechizo, de modo que tiene que hacerse cargo del asunto. Seguramente conseguir arreglarlo.

    Por qu no me lo has dicho antes? Ya sabas que yo no quera ser rana!Porque es arriesgado. Quin sabe si querr ayudarnos, o si la encontraremos en ese lugar.

    Adems (Eadric se puso colorado, o mejor dicho verde oscuro), si yo contino siendo un sapo, meconsolara un poco tener una rana amiga que anteriormente haya sido humana. T me caes muybien Pero lo intentaremos, si eso es lo que deseas.

    Claro que lo deseo! No creo que aguante mucho ms tiempo siendo rana!No saba qu pensar de la declaracin de Eadric. A veces me pareca un pesado y un grosero, pero

    en el fondo era un buen sapo y a m tambin me caa bien. Me adormil pensando en l: era un animalconsiderado y servicial y me trataba como si yo mereciera toda su atencin. En cualquier caso erams agradable pensar en l que en la espantosa serpiente que se haba tragado a la ranita.

    Llevaba dormida un rato cuando un ruido me despert. Mir alrededor, pero nada haba cambiadoen el agujero y Eadric roncaba apaciblemente junto a m. Entonces o el ruido otra vez: era el lamentode un perro que aullaba en la distancia. En vez de asustarme, sent lstima por l, puesto que yomisma tena ganas de aullar.

    Aunque es ms afortunado que yo pens. Por lo menos no le preocupa que alguien se locoma. Sent un escalofro y me acerqu un poco ms a Eadric. De momento estaba segura en nuestropequeo refugio de barro.

  • CSiete

    uando despertamos a la maana siguiente, todava no haba salido el sol. Yo no tena hambre,pero Eadric insisti en que desayunramos antes de partir. Haba abundantes mosquitosrevoloteando en la oscuridad y, al comerme el primero, me llev una sorpresa porque estaba

    algo salado y me llen bastante para ser un insecto tan enclenque.La primera parte del viaje la haremos por tierra me explic Eadric entre un bocado de

    mosquito y otro, y no correremos peligro si cumplimos ciertas reglas. En primer lugar, no hagasruidos innecesarios; en segundo lugar, ve comiendo por el camino porque tenemos poco tiempo y,por ltimo, mantn siempre los ojos abiertos y las orejas alertas. Si oyes algo sospechoso no digasnada, pero haz esta seal para advertirme.

    Eadric estir el brazo y se dio una palmadita en la cabeza.Todos los animales de los alrededores tambin se darn cuenta observ. Y si ms bien te

    doy un golpecito en el hombro?Vale. Eso tambin servir.Avanzamos un trecho por el pantano, pero a medida que el sol ascenda nos adentramos en

    tierras menos llanas y ms secas. En un momento dado, me detuve a contemplar unos dientes de lensalpicados de barro; en mi vida anterior haba visto pocas flores, aparte de los capullos de cristal en lahabitacin de Grassina, porque estaban prohibidas en el castillo, pues tanto mi ta como mam eranalrgicas.

    Eadric carraspe impaciente y reanudamos el camino. Al cabo de un rato tuvimos que brincar atravs de un pedregal, donde no haba casi plantas. Ambos estbamos nerviosos porque si aparecaalgn depredador, no podramos escondernos bajo las piedras ni detrs de los escasos hierbajos quecrecan por all. As que apretamos el paso tratando de alcanzar un pastizal que haba ms adelante.De repente una mariquita pas zumbando por encima de mi nariz y aterriz junto a una piedrapequea y achaparrada. Record el consejo de Eadric e intent comer por el camino: di un brinco ylanc el lengetazo, pero el bicho era ms pequeo que los anteriores y la lengua volvi vaca a miboca. Por andarme fijando en la lengua, no prest atencin a mis pies, de modo que tropec y ca debruces al suelo. Eslurp! Alguien haba atrapado a la mariquita de un lengetazo.

    Mejor suerte otra vez dijo una voz cavernosa.Mir incrdula hacia donde haba salido el sonido y vi que una piedra achaparrada parpadeaba y

    mova una pataEres un sapo! exclam, asombrada.Y t una rana que no sabe saltar! replic el animal. A ver, qu edad tienes?Y a ti qu te importa?No he visto saltar tan mal a nadie desde que a mis renacuajos les salieron patas. Tendrs que

    aprender algo de coordinacin si quieres comer.Slo lleva unos das siendo rana intervino Eadric.

  • Ah, s? Y qu era antes? pregunt el sapo.Puedo explicarlo perfectamente yo sola, gracias protest. Para que te enteres: era una

    princesa!Ya lo entiendo Resulta que cuando una princesa salta, llega tan lejos como el escupitajo de

    un saltamontes, eh? Vaya! dijo el sapo mirando a mis espaldas. Atenta, jovencita! se si quees grande.

    Me di la vuelta pensando que se trataba de un insecto, pero era el enorme perro blanco que habaintentado comerme; vena trotando derecho hacia nosotros. No poda quitarle los ojos de encima.

    Ponte fuera de peligro, si no te importa sugiri el sapo. Yo me encargar de l.Me escabull detrs de un hierbajo y el sapo salt temerariamente a campo abierto. Al echarme un

    vistazo y darse cuenta de mi expresin, se ech a rer.No te preocupes, jovencita! S cuidarme perfectamente. Mira esto!El sapo brinc tres veces y se plant delante del perro, cuyos ojos echaron chispas.Aj! dijo el perro. Olfate al sapo de arriba abajo y se meti en la boca aquel cuerpo

    grisceo y lleno de bultos, pero enseguida hizo una mueca extraa y lo solt, como si el sapoestuviera ardiendo. De las mandbulas del perro goteaba una especie de espuma blanca; el animalemiti un quejido mientras se acariciaba el hocico con una pata. Uuuf! Qu diablos es esto?

    Mene la cabeza, esparciendo espumarajos en el pedregal, solt un aullido de dolor y se marchcorriendo por donde haba venido.

    Ests bien? le pregunt al sapo. Pobrecito!Fresco como un sapo. Gracias por tu inters.Cmo lo has hecho? Cre que ya te tena!A m? Nunca! La Madre Naturaleza me ha dado un arma secreta. El sapo baj la voz

    susurrando como un conspirador. Vosotras las ranas os creis muy superiores, con vuestra pieltersa y vuestras lindas caritas, pero no tenis nada parecido. Ves la parte de atrs de mi cabeza?Esta baba pegajosa no es baba de perro, no, seor! Yo produzco mi propio veneno y sabeasqueroso, segn he odo decir. Ja, ja, ja! Ese perro llevaba todas las de perder.

    Y el veneno El perro no estar malherido, verdad?No, ya se le pasar. Y si se espabila, habr aprendido la leccin.Nunca cre que pudieras hacer algo as.Por eso se trata de mi arma secreta! dijo sonriendo radiante, antes de volverse hacia Eadric,

    que lo mir ceudo.Tenemos que irnos dije. Gracias por ayudarnos!Fue un placer, jovencita. Que sigas brincando! Slo tienes que practicar un poco y lo hars

    muy bien.Eadric y yo reanudamos la marcha sin decirnos ni una palabra, hasta que logramos escondernos

    en el mar de altas olas verdes del pastizal. En cuanto estuvimos a la sombra solt un suspiro dealivio.

    Por qu te has puesto as? le pregunt a mi compaero. Nunca te haba visto tan de malhumor.

    No tena por qu haber hecho eso.El qu? pregunt. Quin no tendra que haber hecho qu?

  • Ese viejo sapo. No tena por qu echarse un farol! Quin se cree que es, tu caballero andante?Si hace falta que alguien te rescate, lo har yo! No lo necesitamos para nada! Si no se hubieraentrometido, yo me habra encargado del perro.

    Cmo?No lo s. Pero ya se me habra ocurrido algo, estoy seguro. No haca falta que ese sapo cotilla

    y metomentodo saltara a protegerte.Slo trataba de ayudarnos, Eadric.Pues no precisamos su ayuda. Mrame! Yo soy grande y fuerte! Soy un ejemplar superior y

    puedo protegernos a los dos!Me di por vencida. A juzgar por su cara de furia, era mejor no seguir discutiendo.Fui abrindome paso por entre los pastos, sin prestar atencin a mi compaero. Haba muy

    pocos claros para brincar en condiciones, as que cada dos por tres tena que arrastrarme, menearme ydar un brinquito. Poco a poco iba avanzando, pero me dolan todos los msculos.

    Las estrellas titilaban en el cielo cuando llegamos al otro borde del pastizal, y nos refugiamosdebajo de un espino en flor.

    A la maana siguiente nos internamos en un cementerio de arbolitos temblorosos y omos elmurmullo distante del agua. Sorteamos peascos y troncos secos, guindonos por el sonido, yrespiramos aliviados al avistar la maleza que bordeaba el arroyo. Habamos permanecido fuera delagua tanto tiempo que notaba la garganta reseca y la piel como el cuero cuarteado. Me abr paso porentre los tallos y las ramas y me zambull en el agua tornasolada seguida de Eadric.

    Nadamos el uno al lado del otro sin prisa ni esfuerzo porque nos dirigamos aguas abajo; yoapenas lanzaba una patadita de vez en cuando, pues la propia corriente nos llevaba. Cerca delmedioda, el cielo se fue cubriendo de nubarrones y la lluvia, que agujereaba el arroyo, cay en formade grandes goterones sobre mi cabeza.

    No nos har ningn dao refrescarnos un poco ms, pens, pero me inquiet cuando restall elprimer trueno.

    Falta mucho? le pregunt a Eadric, que estaba atareado reconociendo el lugar.Estamos ms cerca de lo que crea. Ves aquel roble? Seal un rbol en la otra orilla del

    arroyo. Fue ah donde at a mi caballo la noche en que me convert en rana. Quin sabe qu habrsido de l. Se llamaba Pas de Sol y era el mejor caballo que he tenido jams. Ojal no le haya pasadonada malo.

    Seguro que alguien lo encontr, o logr soltarse, porque no se ven huesos de caballo. Por quviniste aqu esa noche? Nunca me lo has contado.

    No es una gran historia, de verdad: me pareca que estaba enamorado de una princesa y queraconquistarla regalndole unas hojas de mandrgora. Porque, segn me haban dicho, si alguien lashierve (siempre que se hubieran cogido a medianoche con luna llena), se le aparece el rostro de lapersona que ama en el fondo del cazo; y como crea que yo era el amor de su vida, estaba convencidode que ella vera mi semblante.

    Nunca haba escuchado semejante tontera! La mandrgora no sirve para nada parecido.Quin te dijo eso?

    Mi hermano pequeo.Y t le creste? Yo no tengo ningn hermano pequeo, pero aseguran que no son muy de fiar.

  • Me parece que estaba tomndote el pelo.Supongo que s.Eadric pareca tan triste que sent lstima.Seguro que no te lo habra dicho si hubiera sabido en qu acabara todo.Probablemente no admiti Eadric. No es un mal chico.No saba que en el fondo fueras tan romntico.Romntico! Eso te parece? Yo supona que estaba pasando una mala racha, pero lo ms

    lamentable de todo es que, unos meses despus de convertirme en sapo, volv a ver a la princesa ycasi me atropella con su carruaje cuando yo cruzaba el camino. El carruaje estaba adornado como si sedirigiera a una boda, as que ella debe de haberse casado; supongo que mi rival gan sin ningnesfuerzo. De hecho, ya se vean muy a menudo cuando yo era humano, y por ese motivo segu elconsejo de mi hermano. Estaba desesperado!

    No has acabado de contarme la historia. Qu pas cuando fuiste a buscar las hojas?Nunca las encontr pero, en cambio, me top con la bruja. Tambin ella andaba buscando

    plantas esa noche. Tropezamos en la oscuridad y fue muy desagradable, creme. Como iba cubiertade andrajos y apestaba, se me ocurri hacer un comentario acerca de su ropa y su higiene personal. Selo tom a mal y zas! El prncipe se convirti en sapo!

    Vaya Oye, cunto falta para llegar?Es aqu mismo. Podemos esperar debajo de este moral; es el mismo lugar donde pas la primera

    noche de mi vida de sapo. Si han cado algunas moras podridas, debe de haber bastantes bichos.Salimos del agua y nos acomodamos debajo del rbol. Por desgracia, no haba moras podridas, ni

    bichos, aunque las hojas nos protegan de la lluvia. El viaje haba sido largo y extenuante yllevbamos varios das sin descansar adecuadamente. Con el tamborileo de la lluvia sobre las hojas, notardamos mucho rato en caer dormidos.

  • COcho

    uando despertamos, el aire estaba limpio y fresco, la lluvia haba cesado y la luna asomabapor entre las nubes, baando el paisaje con una luz espectral. Hablbamos en susurros parano perturbar el silencio despus del aguacero.

    Ya es medianoche? pregunt.No lo s, pero no debe de faltar mucho.Quiero darte las gracias.Por qu?Por traerme aqu, aunque no queras venir. No debe de hacerte ninguna gracia ver otra vez a esa

    bruja, pero dijiste que me ayudaras y lo has hecho. As que, gracias.De nada. No lo hago slo por ti, sabes? Yo tambin quiero volver a convertirme en humano.

    No obstante, si quieres agradecrmelo, hay algo que puedes hacer por m.Qu deseas? pregunt, aunque ya adivinaba la respuesta.Dame un beso.Estir el cuello hacia m y me ofreci los labios.En un momento as? La bruja puede aparecer ahora mismo!Pero yo no quiero besar a la bruja!No es esoEscucha me advirti Eadric. Creo que oigo algo.Lo omos los dos. Alguien se aproximaba haciendo bastante ruido.Mira! Debe de ser ella!Una luz oscilaba a ras del escabroso suelo, y escuchamos claramente unos pasos golpeando

    fuertemente en el barro, en medio del silencio nocturno.La luna llena recort la silueta de la bruja, aunque no le iluminaba la cara. La lamparita que llevaba

    la mujer estaba provista de una pantalla ajustable, de modo que enfocaba solamente el suelo dejndoleel rostro en sombras. De este modo, bajo la vaga luz de la luna, pareca una aparicin fantasmal: elcabello le caa suelto y enmaraado sobre los hombros, caminaba arrastrando las largas vestimentasnegras y, a cada paso, salpicaba barro y quebraba ramitas.

    Eadric y yo nos agazapamos bajo el moral tratando de darnos valor mutuamente. La bruja,absorta en su excursin de medianoche, estaba cada vez ms cerca.

    Date prisa le dije a Eadric. Si se marcha perderemos la oportunidad.No s qu hacer y tengo un mal presentimiento. La ltima vez no me fue muy bien con ella.Ve, por favor. Para eso estamos aqu. Mira, yo ir contigo; slo tienes que ser amable y

    discreto esta vez. Y recuerda: nada de sarcasmos!Vale, pero deja de darme tantas rdenes. Ya tengo bastante con todo lo dems.As pues, nos plantamos de un brinco delante de la bruja, pero tuvimos que taparnos los ojos

    cuando nos encandil con el farolillo.

  • Seora! la llam Eadric. Tenemos que hablar con usted. Es urgente! La bruja sedetuvo y dej el farol en el suelo. Tal vez se acuerde de m prosigui Eadric con cautela,tratando de vislumbrar la cara de la bruja. Nos conocimos aqu una noche y tuvimos una breveconversacin. Yo hice un comentario sobre su manera de vestir y usted me convirti en sapo.

    Contina lo anim la bruja.Usted me dijo que seguira siendo un sapo hasta que una princesa me diera un beso. Pero una

    princesa me bes y no pas nada. Aydeme, por favor!Cmo que no pas nada? exclam yo. Me convert en rana tambin! No me dirs que

    eso no es nada!sta es la princesa Esmeralda me present Eadric. Fue ella la que me bes.Eso no tendra que haber ocurrido dije yo. Tal vez usted se equivoc al hacer el

    encantamientoChissst, Emma! Se va a enfadar! T misma me dijiste que fuera discreto!Pero yoEadric, despus de carraspear, le habl de nuevo a la bruja.Bueno, no hemos venido aqu para acusarla; slo queremos pedirle ayuda.Ah, s? dijo la bruja con voz amable. Y cmo podra ayudaros?Las palabras me salieron solas de la boca.Convirtanos otra vez en humanos y recibir una generosa recompensa dije, envalentonada

    . Mis padres harn lo que sea con tal de que vuelva a casa.No me digas. O sea que soy una bruja muy afortunada! Vaya, vaya La voz de la bruja ya

    no revesta ninguna dulzura. Os habis equivocado conmigo, renacuajos! O debera llamarosaltezas?

    En un abrir y cerrar de ojos, la bruja solt el saco que llevaba en la mano, se abalanz sobrenosotros y nos levant hasta la altura de sus ojos. Mirndonos de hito en hito, nos dio la vuelta ynos examin de arriba abajo.

    Dos especmenes formidables. Me vens de perlas.Por fin le vimos el rostro: se trataba de una bruja joven, de cabello largo y rizado, que se lo tea

    de negro porque se le vean las races de color castao, ojos negros y hundidos, pmulospronunciados y piel plida. Iba vestida toda de negro, desde el rado vestido largo y el deshilachadochal hasta los cuarteados zapatos de cuero.

    Emma murmur Eadric, aterrado, no es ella! sta no es la bruja que me encant!Qu listo eres, principito. Nunca he convertido a nadie en sapo, pero andaba buscando un par

    de bichos como vosotros. Habis tenido mala fortuna, pero yo no, porque es fantstico encontrar ados ranas parlantes en una sola noche! Parece que finalmente mi suerte empieza a cambiar.

    Mientras canturreaba, la bruja abri el saco y nos tir dentro, donde reinaba una oscuridad total yapestaba a moho. Ca de espaldas, aunque consegu darme la vuelta despus de retorcerme y patalear,y trat desesperadamente de agarrarme al burdo entramado deseando llevar mi brazalete porque, porlo menos, nos habra proporcionado un poquito de luz. Enseguida la mujer levant el saco y nosdesplomamos hasta el fondo, amontonndonos uno encima del otro.

    Ay! gru Eadric acaricindose la cabeza. No me des codazos, vale?Lo siento, no lo he hecho adrede me disculp. Tal vez si nos sentamos

  • Intent patear el saco, pero como el peso de nuestros cuerpos tensaba la tela, mi pata rebot yfue a dar de lleno en el buche de Eadric.

    Uuuf! dijo doblndose sobre s mismo.Ay, lo siento! me disculp otra vez. Ests bien?Lo haba dejado sin respiracin y tard un momento en responder. Cuando por fin contest sin

    aliento, me sent fatal.Ya estoy mejor pero qudate quieta!Trat de apartarme unos centmetros, pero all dentro estbamos demasiado apretujados el uno

    contra el otro. En stas, el saco se balance como un pndulo cuando la bruja ech a andar; ibahablando sola en murmullos incomprensibles. De repente se detuvo y dej caer con brusquedad elsaco. Eadric y yo percibimos que se alejaba, aunque se qued por los alrededores.

    Rpido! urg. Trata de abrir el saco. Tal vez podamos escapar!Eadric se rebull a mi lado y yo me encog para facilitarle el paso hasta la boca del saco.Nada dijo al cabo de un momento. Le ha hecho un doble nudo.Bah, da igual! Con la suerte que tenemos, volvera a atraparnos. Habas visto alguna vez una

    bruja ms malvada que sta? Le importa un comino quines somos; no le interesa que pertenezcamosa la realeza, sino slo que sepamos hablar. Qu haremos ahora?

    Lo siento, lo siento mucho se excus Eadric. Si no te hubiera pedido que me dieras unbeso

    Yo me habra perdido el conocer al mejor amigo del mundo. No te eches la culpa; nadie meoblig a besarte. Y si no fuera por m, tampoco habramos venido aqu a hablar con la bruja. As queno te culpes ms y aydame a pensar cmo podramos ponernos cmodos aqu dentro.

    Tal vez si cada uno se sita en un lado del sacoAcabaremos otra vez uno encima del otro. Ser ms adecuado que nos quedemos juntos para

    no chocar entre nosotros cuando vuelva a levantarlo.Yo tengo otra idea mejor: abracmonos para no hacernos luego un revoltijo.Bueno, probemos.Y ya que estamos por qu no me das un beso?Qu?Quin sabe qu tendr en mente esa bruja? Tal vez nos arroje en un caldero de agua hirviendo

    o nos ofrezca como merienda a un dragn. Quiz sea la ltima oportunidad de demostrarnos lo quesentimos el uno por el otro.

    Demostrarnos lo que Ests loco? Lo ltimo que quiero hacer en este momento es darte unbeso!

    Vale, vale. A m no me pareca tan mala idea.Ya te lo he dicho! dije exasperndome. No quiero correr ningn riesgo!A todo esto, el suelo retumb con los pasos de la bruja y, de pronto, la boca del saco se abri y

    vislumbramos la luz de la luna.Y si tratamos de escapar? le susurr al odo. Porque si ella luegoUna pequea planta cubierta de espinas, cuyas embarradas races destilaban gotitas de olor acre,

    nos cay encima de la cabeza. Escup y me tap la cara con las manos.Ay! chill Eadric. Me he clavado una espina!

  • Trata de no hablar. Esto sabe inmundo! le aconsej, despus de escupir tambin un poco debarro.

    Entonces la bruja levant el saco y lo carg otro trecho. Al cabo de un rato volvi a abrirlo, peroesta vez slo meti un puado de hojas. Sin embargo, me estremec al reconocer la forma que tenanporque eran las de una encina venenosa, pero ya no haba remedio.

    Hasta aqu hemos llegado, pens.Por lo general, bastaba con que una sola de esas hojas me rozara para que me saliera un

    sarpullido. Y ahora me cubran toda la espalda!La bruja levant de nuevo el saco y Eadric y yo tensamos los msculos, esperando el siguiente

    impacto contra el suelo. Sin embargo, el saco sigui balancendose mientras ella chapoteaba por entrelos barrizales. Poco despus Eadric empez a gimotear.

    Qu tienes? pregunt. Te has clavado otra espina?No murmur.Te molesta el barro?No.Qu te pasa, entonces?Son estas sacudidas. No me encuentro bien.Respira hondo y piensa en otra cosa. O al menos date la vuelta si vas a vomitar.Si la casa de la bruja hubiera estado mucho ms lejos, no habramos sobrevivido. Antes de llegar,

    Eadric iba berreando a voz en cuello y yo tena miedo de que muriera por el camino: daba tales gritosque, si no se mora de mareo, yo misma lo habra estrangulado para poner fin a su sufrimiento. Quinsabe si todos los sapos berreaban as cuando estaban mareados, o slo lo hacan los sapos que habansido prncipes.

    Me tap las orejas para no orlo hasta que la bruja puso el farolillo sobre una mesa. Entoncesabri el saco, nos pesc con las manos y nos meti en una pequea jaula de mimbre. Me dej caer enel suelo dndome vueltas la cabeza, mientras ella cerraba la portezuela y echaba varios pasadores.

    Ah os quedaris encerrados mientras me preparo sentenci.Para qu? pregunt.Notaba la mente algo ms despejada.La bruja me ignor y vaci el saco en una mesa desvencijada en el centro de la habitacin.Oye, brujilda! Para qu tienes que prepararte? repiti Eadric con voz temblorosa. Nos dio

    la espalda y se quit el chal. Nunca te han dicho que eres una maleducada? El tono de vozsonaba ms firme. Nos has secuestrado, nos metes en una jaula sin ninguna explicacin y luegoaspiras a que nos comportemos como animales decentes. No tienes ni idea de quin soy yo. Me lasvas a pagar!

    Chissst, Eadric! susurr. Ests empeorndolo todo!Cmo puede ser peor? Estbamos mucho mejor antes, cuando ramos un sapo y una rana

    libres que vivan alegremente en el pantano. Ahora nos tiene presos la bruja Zascandil y ni siquierasabemos por qu. Oye, brujilda! Contstame! Qu piensas hacer con nosotros?

    La bruja sigui de espaldas y Eadric le lanz una mirada extraa.A m no me va a ignorar ninguna bruja me dijo al odo. Fjate bien! Reflexion un

    momento, puso los brazos en jarras y grit: Oye, bruja! Eres tan fea que no tienes que limpiar ni

  • el polvo porque desaparece por s solo para no verte!La bruja se puso tensa, pero l no se conform con eso. De modo que me gui el ojo y volvi a

    gritar:Ya s por qu no tienes espejos! Estars cansada de barrer los cristales rotos!La bruja se volvi con una mirada feroz y grit iracunda:Escchame bien, rey sapo! No me gustan los sapos ni las ranas, ni tampoco los prncipes!

    Ms te vale cerrar esa bocaza babosa si quieres volver a ver la luz del da. Cirrala, sintate y qudateah hasta que regrese.

    Cogi una botellita de un estante y sali dando un portazo.No podas quedarte callado, verdad? le pregunt. No me sorprende que la otra bruja te

    convirtiera en sapo si le hablaste en ese tono! Y ahora sta tambin se ha enfadado contigo. Vete asaber lo que har.

    Le tiene sin cuidado lo que yo diga. Qu ms podemos hacer? Estamos aqu enjaulados, porla santa rana! Tal vez si la fastidiramos un buen rato, nos dejara salir.

    O tal vez nos mate para no ornos repliqu.Nos pusimos mala cara hasta que la bruja regres con un gusano vivito y coleando en la mano.

    Echando chispas por los ojos, nos lanz dentro el bicho mugriento y repuso la botellita en el estante.Ah tenis! dijo con voz melosa. Un aperitivo para antes de descansar. Vamos a dormir y

    no os preocupis tanto; el estrs os puede enfermar, y no queremos estar enfermos, verdad?Con esas palabras, sopl el pabilo del farolillo y se alej arrastrando los pies hacia otra parte de

    la habitacin.Me acerqu de puntillas a un lado de la jaula y o cmo se quitaba los zapatos y se tenda en un

    colchn de paja. Al poco rato ya respiraba al comps, completamente dormida.Quieres un poco? me pregunt Eadric masticando un trozo de gusano.Qu haces? exclam volvindome sorprendida. Crea que te dola el estmago. No

    deberas ni probarlo Y si est envenenado? Escpelo! Escpelo ahora mismo!Ests de broma? Pero si es una delicia. No est envenenado. Ven, prubalo.Genial! le espet. Estoy atrapada en una jaula con un imbcil que se comera cualquier

    cosa que le d una bruja y, probablemente, estar muerto por la maana.No pienso irme a la cama con hambre. Reljate un momento, por favor! Ya me he comido

    medio gusano y todava me encuentro bien; si t no quieres comer, me lo acabar yo y dormir unbuen rato. Ya pensaremos en lo que hay que hacer por la maana, pero ahora djame comerme en pazmi gusano. Yo valoro las cosas buenas de la vida, no como ciertas personas

    Me enfurec y me acurruqu tan lejos como pude, tratando de no orlo masticar. Eadric no tardmucho en dormirse, pero yo segua demasiado inquieta para conciliar el sueo, de modo que medediqu a pasear arriba abajo por el suelo de arena de la jaula que cruja con mis pisadas. Noconsegua pegar ojo, ni tampoco se me ocurra ningn plan para escapar.

    Poco despus dej de hablar para mis adentros y prest odo a los ruidos de la noche: o un aleteoen el otro extremo de la habitacin, como una especie de crujido, que bien poda no tener msimportancia; luego pas por el techo hasta que me pareci que se detena justo encima de m. Seacomo fuere, yo era la nica que estaba despierta y ya tena otro motivo para estar nerviosa. Sinadivinar de qu se trataba, me agazap en el centro de la jaula; con suerte, los barrotes que nos

  • impedan escapar tambin serviran para que ningn otro animal entrara en ella. Cuando finalmenteca dormida, so que me hallaba en las mazmorras de mi castillo, donde unos enormes gusanos quecoman sapos me rozaban la piel y me provocaban ronchas.

  • LNueve

    a picazn me despert al da siguiente. Como haba pronosticado la vspera, tena la espalda