cuento el monstruo de chocolate

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El monstruo de Chocolate Había una vez un monstruo que le encantaba comer chocolate y era amigo de todos los humanos, por eso lo llamaban el monstro de chocolate; él vivía en un lugar llamado Monstruolandia en unas montañas cerca de la ciudad, donde había muchos monstruos y a cada uno le gustaba una cosa diferente, por ejemplo, zanahorias, plátanos, a unos les gustaba la cajeta, pero todos eran diferentes. Un día, una niña llamada Violeta que vivía cerca de las montañas en una casita por las orillas de Monstruolandia, abrió una barra de chocolate, cuando de repente se le apareció ¡el monstruo de chocolate! Que estaba muy hambriento, Violeta se asustó dando un fuerte grito, pensó que se la iba a comer, y le dijo: -Oye monstruo, no me comas por favor, si quieres te puedo dar chocolate; así que el monstruo aceptó contento, desde ese momento se volvieron muy amigos, pero un día se tuvieron que separar y los dos se pusieron muy tristes porque no querían dejar de ser amigos. A Violeta se le ocurrió una gran idea y le dijo a su mamá: -Mamá, ¿Por qué no nos vamos a vivir con los monstruos a Monstruolandia?, y su mamá le contesto:- No hija, no podemos ir porque hay algunos monstruos que nos pueden comer, y aunque tu amigo

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Cuento original para niños el monstruo de chocolate

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Page 1: Cuento El monstruo de chocolate

El monstruo de Chocolate

Había una vez un monstruo que le encantaba comer chocolate y era amigo de todos los

humanos, por eso lo llamaban el monstro de chocolate; él vivía en un lugar llamado

Monstruolandia en unas montañas cerca de la ciudad, donde había muchos monstruos y

a cada uno le gustaba una cosa diferente, por ejemplo, zanahorias, plátanos, a unos les

gustaba la cajeta, pero todos eran diferentes. Un día, una niña llamada Violeta que vivía

cerca de las montañas en una casita por las orillas de Monstruolandia, abrió una barra de

chocolate, cuando de repente se le apareció ¡el monstruo de chocolate! Que estaba muy

hambriento, Violeta se asustó dando un fuerte grito, pensó que se la iba a comer, y le

dijo: -Oye monstruo, no me comas por favor, si quieres te puedo dar chocolate; así que

el monstruo aceptó contento, desde ese momento se volvieron muy amigos, pero un día

se tuvieron que separar y los dos se pusieron muy tristes porque no querían dejar de ser

amigos. A Violeta se le ocurrió una gran idea y le dijo a su mamá: -Mamá, ¿Por qué no

nos vamos a vivir con los monstruos a Monstruolandia?, y su mamá le contesto:- No

hija, no podemos ir porque hay algunos monstruos que nos pueden comer, y aunque tu

amigo no lo haga, algunos si comen humanos. El monstruo de chocolate tuvo la misma

idea que Violeta de preguntarle a su mamá a la que si le gustaba comer humanos pero el

monstruo de chocolate no lo sabía, ella le contestó: -¡Claro!, me gustaría conocer a la

mamá de Violeta; al mismo tiempo que pensaba “-me las voy a comer de un bocado”.

Al día siguiente, el monstruo de chocolate y su mamá fueron a visitar a Violeta a su

casa; por un ratito el monstruo se fué a la tienda a comprar chocolate para todos; de

pronto la mamá del monstruo iba a saltar sobre Violeta cuando el monstruo de chocolate

iba entrando por la puerta y dijo: ¡Mamaaaá nooo!, en ese momento salió a llamar al

cazador de monstruos y se la llevaron a la cárcel de Monstruolandia después de sacar a

la pobre Violeta de su estómago. Por agradecimiento la mamá de Violeta dejó que el

Page 2: Cuento El monstruo de chocolate

monstruo de chocolate viviera con ellas. Violeta y el monstruo de chocolate crecieron

juntos en la casita por un largo tiempo, fueron a la escuela, se divertían jugando por las

tardes, iban a fiestas, cuando crecieron más y terminaron la escuela trabajaron para

ayudar a la mamá de Violeta.

Un día, el monstruo de zanahoria fue a visitar al monstruo de chocolate para darle una

mala noticia, -Tienes que regresar a Monstruolandia porque los monstruos que comen

humanos se están apoderando de todo. El monstruo de chocolate aceptó ir con su amigo

y Violeta quiso acompañarlos también, pero el monstruo de chocolate le dijo: ¡No, no

puedes ir a esa guerra, porque eres una persona!; sin decir más, los dos monstruos se

fueron dejando a Violeta atrás.

Pero Violeta era muy lista, y escuchó cuándo iba a ser la guerra de monstruos y se

escapó por la noche sin que su mamá se diera cuenta. Por error, Violeta llegó después de

la guerra y todo ya se había terminado; los monstruos que no comían humanos ganaron

y a los demás los encerraron en la cárcel de Monstruolandia, como castigo sólo les

daban de comer frutas y verduras. Cuando el monstruo de chocolate vio que estaba

Violeta se fue corriendo a abrazarla de emoción porque habían ganado; en ese momento

llegó la mamá de Violeta después de buscarla toda la noche y le dijo a Violeta que no se

volviera a escapar así y ella prometió que no lo haría de nuevo. Después de todo se

fueron a dormir a sus casas; pero mientras todos dormían los monstruos malos se

escaparon de la cárcel llegando a la ciudad de los humanos; Violeta escuchó ruidos y se

despertó dándose cuenta de los monstruos que estaban afuera; así que rápidamente fue a

buscar el teléfono para llamar al cazador de monstruos. De inmediato llegó el cazador

con todo su equipo y se apuraron para cazar a todos los monstruos que estaban en la

ciudad; duraron toda la noche para poder capturarlos. Al día siguiente todo parecía

normal y mientras desayunaban Violeta les contó a su mamá y al monstruo de chocolate

lo que había pasado la noche anterior, se quedaron sorprendidos del buen trabajo del

cazador porque no escucharon nada raro cuando estaban dormidos, solo unos pasitos;

había una segunda buena noticia, el monstruo de zanahoria le había comprado una casa

grande en Monstruolandia a su amigo monstruo de chocolate como agradecimiento por

haber sido un buen amigo; el monstruo de chocolate se puso muy contento y decidió

hacer una gran fiesta e invitar a todos para celebrarla en su nueva casa; durante la fiesta

Violeta le preguntó: -¿Nos podemos ir a vivir contigo mi mamá y yo?, y le contestó:

¡claro! Pero con una condición, toda la comida tiene que ser con chocolate.

Page 3: Cuento El monstruo de chocolate

Una semana después, llegó de visita inesperada una prima de Violeta llamada Rosa, la

que no le agradaba muy bien porque siempre terminaba las frases de los demás y tenía

una actitud presumida, esta vez llegó contándole de todos los viajes que había hecho,

mientras Violeta sólo la miraba aburrida. El monstruo salió de su habitación y asustó a

Rosa, ella gritó tan fuerte que hizo que todos los demás monstruos se aturdieran del

sonido tan chillante que pegó; cuando por fin dejó de gritar el monstruo de chocolate se

disculpó porque no era su intención; en eso llegó la mamá de Violeta para tratar de

calmarla; Violeta se salió de la casa junto con el monstruo de chocolate y le dijo: -

Vamos a llevar a mi prima a visitar Monstruolandia para saber cuánto tiempo aguantará

para quedarse, al monstruo de chocolate le pareció una muy buena idea porque ya no

quería escucharla gritar.