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PASIONISTAS - Madrid

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ANTONIO SAN JUAN, JULIA MERODIO, JUAN CARLOS

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Agradecemos su colaboración.

Depósito Legal: SA Nº 1 - 1978Imprime: GRÁFICAS DEHON

PP. Reparadores - Tel. 916 751 536Preimpresión: Francisco Antón

SUMARIO

❚ Desde mi ventana MIGUEL GONZÁLEZ, C.P.

❚ Mirada contemplativa al Señor Crucificado JOSÉ LUIS QUINTERO SÁNCHEZ, C.P.

❚ Gema, un nombre, una llamada

❚ Escuela de S. Pablo de la Cruz SOR CATI DE LA SS. TRINIDAD, C.P.

❚ “Decile a alguien que yo estoy aquí” PABLO GARCÍA MACHO, C.P.

❚ Familia y vida JULIA MERODIO A.

❚ Religión por pertenencia a una familia JAVIER GARRALDA ALONSO

❚ Desde la otra orilla GREGORIO SANTOS ZAYAS

❚ Menos contaminación = Más vida JUAN CARLOS PRIETO TORRES

❚ Para qué Pasionista? JUAN IGNACIO VILLAR (VILY)

❚ Alegrémonos juntos RAFAEL SÁNCHEZ A., C.P.

❚ Aprendiendo a amar ALBERTO BUSTO

❚ Encuentros al caminar PEPE FERNÁNDEZ DEL CACHO

❚ El evangelio cada día ANTONIO SAN JUAN

❚ Palabras claras del Papa Francisco

❚ Rincón familiar “Santa Gema”

❚ Revista “Pasionario” ¡Suscríbete!


El once de noviembre pasado, setentajefes de Estado y de Gobierno cele-

braron en París el primer centenario delarmisticio que puso fin a la primera guerramundial, 1914 a 1918. En aquella gue-rra atroz en la que estuvieron implicadosla mayor parte de los países de Europa yalgunos otros de más allá, se produjeronnueve millones de víctimas mortales, seismillones de inválidos, ocho millones dehuérfanos. Se dice que el Papa de aquelentonces, el santo Pío X, murió de pena,el 20 de agosto de 1914, poco despuésde estallar el gran conflicto, ante el fracasode sus esfuerzos diplomáticos y de todogénero para impedirlo. La catástrofe de

la “gran guerra”, con sus secuelas deodio, muerte y destrucción, debiera habersido una gran lección que hiciera exclamara unos y otros “nunca más la guerra, pornada del mundo”. Con todo, ambicionesy egoísmos inconfesables, llevaron a Eu-ropa a repetir la tragedia, en los años1939 a 1945, años de la segunda “guerramundial”. Todo, sin mencionar aquí, enesta España nuestra, la guerra incivil ynefasta de 1936 a 1939.

Entre unas y otras guerras, nunca fal-taron voces, gritos y llamadas a favor deuna paz a cualquier precio. Pero no se

Revista Pasionario | 3

Desde mi ventana

La paz del Dios de Belén,y las “Guerras de nuestros mayores”

Campanas que nunca cesande convocar a la Paz.

San Pío X, el Papa santo que murió de pena,al no poder impedir la guerra.

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Desde mi ventana

tuvieron en cuenta. Como tampoco se haquerido escuchar, año tras año, la voz an-gélica en la gran noche de Navidad: “Pazen la tierra a los hombres de buena vo-luntad”. ¿Qué es lo que ha fallado, y siguefallando? La segunda parte del mensajeangélico, “la buena voluntad”. Y con ella,la convicción de que la paz es un don delcielo, un regalo que se merece, se acoge,se trabaja, o bien se rechaza.

Cabe afirmar, por otra parte, que la pazes también un proceso que se va realizandodía tras día y, por así decirlo, en círculosconcéntricos. Comienza por hacerse realidad en corazones pacíficos y pacifi-cadores, se consolida a través de familiasy organizaciones de todo género ávidasde paz, con avidez que se hace proyectoirresistible en dirigentes y responsablesque tienen, en algún modo, las llaves de lapaz en sus manos.

Todo esto nos lo recuerda, día tras día,año tras año, la Iglesia, en cada Eucaristíacompartida, “la paz esté siempre con vo-sotros... podéis ir en paz...” También, demanera especial, al instituir el día uno deenero como “Jornada Mundial de la Paz”.

El Dios Eterno ha llegado a nosotros,se ha quedado con nosotros. El es “Reyde Paz”.

En su nombre y en su entorno, nocaben las guerras ni los enconos. A noso-tros, creyentes en Jesús, de manera muy

especial, se nos ha dicho: “Id a Belén, y allíencontraréis al Dios de Paz”.

Quizá viéndonos así, pacíficos y pacifi-cadores y mensajeros de PAZ, muchosque no creen en Él, pero que aman deverdad la paz, coincidan con nosotros ycaigan también ellos de rodillas ante Aquélque nos dejó dicho: “Mi Paz os dejo, miPaz os doy”, una Paz diferente, total, unaPaz definitiva”.

❚ MIGUEL GONZÁLEZ, C.P.

La Paz, y... el rostro horroroso de la guerra.

Muy feliz Año NuevoLa Dirección y Administración de nuestra y su Revista “Pasionario”,desea, un año más, a sus corresponsales,redactores y suscriptores un año 2019 próspero y feliz,con muchas bendiciones del Dios de Belén.Que Él siga estando siempre presente en nuestras vidas.



Las primeras generaciones cristianas vivencon el interés y la urgencia de presentar al pue-blo judío, el pueblo de la primera alianza, a Jesúsel Mesías Crucificado. Por ello son urgidos a leery releer las Escrituras Santas mostrando cómoen ellas se vislumbran anticipadamente lo quese ha cumplido en Jesús. Así lo harán ya los pri-meros apóstoles y el apóstol Pablo en sus cartas.Las Sagradas Escrituras hablan de Cristo y secumplen en él. Esta convicción es concretadaen la lectura simbólica y tipológica del AntiguoTestamento. Esta es la gran convicción: “Dios esel autor que inspira los libros de ambos Testa-mentos, de modo que el Antiguo encubriera elNuevo y el Nuevo descubriera el Antiguo… los li-bros íntegros del Antiguo Testamento, incorpo-rados a la predicación evangélica, alcanzan ymuestran su plenitud de sentido en el NuevoTestamento” (Constitución Dei Verbum 16).

Para los cristianos de estas primeras genera-ciones la cruz no fue solo objeto de veneración,sino que constituye uno de los temas funda-mentales de la teología de la Iglesia en relacióncon el judaísmo circundante. Para superar el es-cándalo de los judíos, los teólogos de la Iglesiaprimitiva fundaron el misterio de la Cruz sobrela voluntad salvífica de Dios, y sobre las profecíasdel Antiguo Testamento. Lo encontramos en va-rias palabras y en distintos hechos en la lectura‘cristiana’ del Antiguo Testamento. Encontramosesta lectura tipológica con algunos ejemplos enla historia del Paraíso terrenal, en la tradición delos patriarcas y en la época del Éxodo.

LA CRUZ EN EL “CICLO DEL PARAÍSO”:Árbol de vida e instrumento de cultivo

El primer tema bíblico es el del paradisiaco“árbol de la vida y árbol del conocimiento”considerado aisladamente, o considerado enconjunto. La Cruz lo ha suplantado en ambas di-mensiones: Es el árbol de la vida. Los textos bí-blicos desarrollados son los del Libro delGénesis (2.17 ss) en los que se habla del árbol dela ciencia del bien y del mal y en el libro del Apo-calipsis (22.14.19 y 2,7) en el que alude al árbolfrondoso en el Reino de Dios. Son señalados lospuntos de contacto y especialmente los con-trastes entre los dos árboles y la Cruz “florida” y“plena”.

Entre los que tratan estos temas, en los ini-cios del siglo II esta San Ignacio de Antioquía (35al 108 d. C.), el cual afirma que la Iglesia herética,no puede ser plantación de Dios al no poseer lasramas de la cruz; hacia la mitad del siglo, un

Mirada contemplativa al Señor Crucificado

LOS “SÍMBOLOS DE LA CRUZ” EN RELACIÓNCON EL TESTIMONIO BÍBLICO

Prefiguraciones de la Cruz en el Antiguo Testamento (I)

texto denominado Anónimo Asiático, considerala Cruz como una planta cósmica y San Justino(100 al 160 d. C) que afirma que la Cruz tienecomo su símbolo el árbol de la vida del Paraísoceleste; hacia el fin del siglo II lo hace San Ireneode Lyon (130 al 202 d.C.) en numerosas de susobras.

Al inicio del siglo III encontramos al SeudoTertuliano que pone en contraste el árbol delParaíso, causa de muerte, con la Cruz, causa devida y Clemente Alejandrino; hacia la mitad delsiglo, nos encontramos con Hipólito de Roma,y la obra los Hechos de Andrés que afirman quela cruz es una planta enraizada en la tierra, peroque produce sus frutos en el cielo, y finalmenteOrígenes (185 al 254 d.C.) enriquece estas mis-mas imágenes.

Como ejemplo sirva este himno atribuido aHipólito de Roma (170-235 d.C) incluido en unaHomilía titulada “La Pascua histórica”:

“La cruz es el árbol de mi salvación eterna,de él me nutro, en él me deleito. En sus raícescrezco, en sus ramas me extiendo, su rocío mealegra y su espíritu como la caricia de una brisame fecunda. A su sombra he puesto mi tienda ylejos del tórrido estío he encontrado este refu-gio húmedo de rocío. Florezco con sus flores,gusto sus frutos exquisitos, los cojo a manosllenas, porque desde el principio estaban des-tinados para mí. En el hambre es mi alimento;en la sed, es mi fuente, en la desnudez mi ves-tido; ¡sus hojas son espíritu de vida y ya no hojasde higuera! En mi defensa frente al temor deDios, es mi sostén en el momento del tropiezo,mi premio en la lucha, mi trofeo en la victoria.Es mi ‘angosto sendero’, ‘mi camino estrecho’.Es la escala de Jacob, el sendero de los ángeles,y en su cima descansa el Señor. Inmenso comoel firmamento, mi árbol se alza desde la tierrahasta el cielo y su tronco inmortal se eleva entreel cielo y la tierra; es el pilar del universo, el


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Mirada contemplativa al Señor Crucificado

sostén de todas las cosas, elesqueleto de la tierra, el nudodel mundo que sostiene atodos los pueblos. Atado porligaduras invisibles del Es-píritu, está estrechamenteunido a Dios y no se separajamás. Su cima toca lo alto delcielo, sus raíces están hundi-das en la tierra y desde el cen-tro sus brazos de gigantesgolpean los mil envites delaire. Es todo en todo y entodas partes”.

La función de Cristo comohortelano que labora el Jardíncon la herramienta de la cruzestá también muy presente. A San Macario, ermitaño enEgipto hacia el año 300, se leatribuye este texto: “Delmismo modo que el colono,

cuando se dispone a cultivar la tierra, necesitalos instrumentos y vestiduras apropiadas, asítambién Cristo, el rey celestial y verdaderoagricultor, al venir a la humanidad desolada porel pecado, habiéndose revestido de un cuerpohumano y llevando como instrumento la cruz,cultivó el alma abandonada, arrancó de ella losespinos y abrojos de los malos espíritus, quitóla cizaña del pecado y arrojó al fuego toda lahierba mala; y, habiéndola así trabajado incan-sablemente con el madero de la cruz, plantó enella el huerto hermosísimo del Espíritu, huertoque produce para Dios, su Señor, un fruto sua-vísimo y gratísimo”

LA CRUZ EN EL CICLO DE LOS PATRIARCAS:Arca y mástil

El segundo tema es el de la nave, conside-rada como el arca de Noé causa de salvación enmedio del agua. Esta nave es tipo de la Cruz porla forma del árbol atravesado en el vértice quesostiene la vela o por el material de madera o dehierro con el que fue fabricada la cruz. Los tex-tos bíblicos a los que se refiere son el Arca deNoé que salva ocho personas y que acoge a lapaloma, término que se encuentra en geometríacon Alfa y Omega, letras ligadas con Jesús; eltexto es del Libro del Deuteronomio (33,17) quehabla de los “cuernos” que forman parte del vo-cabulario marino del tiempo. Otro texto referidose encuentra en el libro de los Proverbios(30,19-20) que habla de la travesía de la navesobre el mar y la Primera carta del apóstol Pedro(3,20) en el que se establece un paralelismoentre Cristo que murió para llevarnos a Dios y elArca que salvo a algunos “a través del agua”.

Hablando de este tema, en el siglo II, SanJustino desarrolla el concepto de la Cruz comoplenitud de la salvación celebrada en las ocho

semanas de Pascua (“ogdoade”) y la vela expan-dida y San Ireneo que trata del mismo tema.

El tercer tema bíblico es la consideración dela Cruz como bastón o como leño, tema deri-vado del ciclo patriarcal o del Éxodo.

Los textos bíblicos son aquellos que tratandel bastón de Moisés, del de José, o de la varade David. Son citados Ex 44,2.29; 14,16; Núm.20,7.8; Ex 15,25; 17,19; Gen 30,27.38; 32,10b; Sal 2,9; 1 Sam 17,40.

Entre otros, habla de esta Cruz, en la segunda mitad del siglo II, San Justino, que sedirige al judío Trifón invitándole a reconocer enel leño de la Cruz las acciones de Moisés y losPatriarcas: “Pero la Escritura demuestra que Él(Cristo), después de haber sido crucificado, hasido glorificado. Y esto ha sucedido medianteel Signo del Leño… Moisés con su bastón fueenviado para liberar al pueblo; y con él en sumano divide el mar mientras lo cruzaba el pue-blo. Con él tocando la roca hace brotar aguade ella y tocando con él el agua de Marra, deamarga le hace convertirse en dulce. Juan, agi-tando con el bastón en los canales de agua,hace que las ovejas de su tío materno perma-nezcan fieles, para que pueda empadronarseen este lugar. El mis-mo José afirma haber atra-vesado el rio con su bastón”.

Otros recuerdan la vara que Moisés llevósobre el monte, durante la batalla contra Amalecy el bastón de José. Tertuliano une este tema del“leño/bastón” al árbol (mástil) de la nave y otroslo unen con el estandarte sobre el cual Moiséscoloca la serpiente de bronce en el desierto. San Cirilo concluye la tradición afirmando que“siempre del Leño viene la vida”.

LA CRUZ TRATADA EN EL CICLO DEL ÉXODO:Paño ensangrentado, Serpiente elevada,brazos abiertos, estrella

El cuarto tema bíblico es la cruz comopaño, impregnado de la sangre salvífica del


16) - es rico en categorías teológicas. EstaCruz-Estrella comparada como excepcionalentre todas las otras, en dependencia de Gen37,9. Comparada como astro mesiánico sobreoriente, anunciador de la primera y de la se-gunda venida del Mesías, en dependencia deMt 2,2 y de Núm. 24,17. Comparada finalmentecon el mismo Mesías, según Zac 3,8; 6,12; Jer 23,5; Lc 1,78 y en el libro del Apocalipsis(2,28; 22,16).

Se identifica simplemente con la Cruz glo-riosa, esbozada en el germen-Mesías, según eltexto de Isaías (11,1) para aportar al mundo tenebroso del pecado, la luz del verdadero co-nocimiento. Siguiendo el Protoevangelio deSantiago se repite que la estrella mesiánicaeclipsa todas las otras estrellas. San Justino ySan Ireneo la identifican con el Mesías que des-ciende del cielo llenándolo de luz; Hipólito al re-sucitado ascendente en los cielos y adorado delos apóstoles. Clemente alejandrino, en sus Es-tratos de Teodoro afirma que ella, con su luz haeliminado del mundo la magia y Orígenes creeque ella refulge en la gruta de Belén, para per-manecer siempre sobre la humanidad divini-zada.

Existen otros símbolos bíblicos, como la es-calera, el arado oel asta, tratandode los frutos de laCruz.

Este recorrido,solamente esbo-zado, nos lleva areconocer que laCruz ha sido vistaanticipadamenteen todo el AntiguoTestamento. El ci-clo del Paraíso te-rrestre la presentócomo el referentedel árbol de la viday por esto comofuente de abun-dancia y de fecun-didad, que losjudeo-cristianosesperaron para elperiodo milena-rista y la GranIglesia vio actuali-zarse en la vida sacramental; el ciclo de Noé o delDiluvio presentó la Cruz como la nave y el arca,ligada con la salvación escatológica de la libera-ción perfecta; el ciclo del Éxodo presentala cruz como bastón, como lámpara,como brazos extendidos, como ser-piente o como estrella, para indicar lasalvación del verdadero pueblo de Dios.

❚ JOSÉ LUIS QUINTERO SÁNCHEZ, C.P.


Cordero Pascual y del Cordero mesiánico. Eltexto fundamental es del libro del Éxodo(12,22-23) y se cita también el libro del Deute-ronomio (28,6) refiriéndose a la protección deDios para con los que entran por esta puerta.También se utiliza el Salmo 90, 1 y el 117,20para referirse a los justos que viven bajo lasombra protectora de Dios; y finalmente la pa-rábola de la oveja herida que retorna al rebaño.Entre los Santos Padres que tratan especial-mente estos símbolos son San Justino, Lactan-cio y San Jerónimo. Este último, siguiendo latradición midrástica de los hebreos y de losjudeo-cristianos, afirma que la sangre fue im-pregnada sobre los dinteles con la forma deTau (T).

El quinto tema bíblico es la Cruz como ser-piente, medio de salvación y de salud mesiánica.El texto bíblico sobre el que se basa es del librodel Éxodo (7,8-12) que recuerda el bastón mila-groso de Moisés y de Aarón y el texto del Librode los Números (21,8) que recuerda la serpientede bronce, fuente de salud, ya cristianizado enel Evangelio de Juan: “Y como Moisés elevó laserpiente en el desierto, así tiene que ser ele-vado el Hijo del hombre” (3,14).

Para la Epístola de Bernabé, el signo de laserpiente es un tipo de la Cruz y del mismoJesús, querido por aquel mismo Legislador quehabía prohibido toda figura. La finalidad era lasalvación de los mordidos de serpiente en el Pa-raíso terrestre y en el desierto.

El sexto tema bíblico es la cruz hecha porMoisés con los brazos abiertos sobre el Montedel desierto, durante la batalla contra los ama-lecitas, para obtener la victoria. Los textos fun-damentales son aquellos que recuerdan estehecho (Ex 17.9.11.12) y todos los lugares dondese habla de “extender las manos o los brazos”como Gen 49,8, Deut 33,3: Is 65,2; Esd 7,27 apli-cándose a la obra pacificadora del Crucificado,que ha reunido al pueblo elegido con los genti-les, hasta ahora distante y separado entre sí y yacristianizado en la carta a los Efesios que señalaque ha dado muerte a la enemistad “por mediode la cruz” (2,16).

El séptimo tema bíblico es la cruz comoestrella. Este tema – radicado en el testimoniotomado del libro de los Números (24,17); delProfeta Isaías (11,1); Zacarias (3,8; 6,12); Jere-mías 32,5; y de los Evangelios de Mateo (2,2) yLucas 1,78; del libro del Apocalipsis (2,28; 22,


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Gema, un nombre, una llamada

Santa Gema nació eldoce de marzo de1878, siendo bautizadael día 13 del mismomes. Por aquel enton-ces el bautismo teníasiempre lugar “lo antesposible”, casi siempre alos pocos días delalumbramiento. Al pa-recer, en el momentode bautizar a Gemasurgió un pequeñoconflicto: la conve-niencia u oportunidadde aquel nombre,GEMA. Razón, no seconocía, en el historialfamiliar y eclesial unasanta que hubiera lle-vado ese nombre. Dehecho, no se trataba deun requisito imprescin-dible, pero sí de unatradición respetable...Es entonces cuando in-terviene el párroco con unas palabrasque tuvieron un cariz profético: “quiénsabe si esta niña llegará a ser una au-téntica gema del paraíso”.

Esto de la coincidencia de nombresdel bautizado con algún santo o santadel calendario litúrgico, hoy tiene me-nor importancia. Con todo, no deja deser, desde la fe sinceramente creyente,como un hito que puede ser referenciaen la vida, y para toda la vida. ¿Por quéno? En este caso, no se trataría de “sim-ple estética”, o de una moda entre tan-tas otras. Todo depende del punto devista que se adopte.

En el caso de Gema,seguramente que lospadres, la familia, tu-vieron siempre muy encuenta la observacióndel buen párroco. Perosobre todo, todos te-nían conciencia clarade que aquel bautismoera el comienzo de unavida toda ella iluminadapor la fe, la convicciónfirme de que el bautizode la niña Gema era unsegundo nacimiento ala vida de la fe, la cer-teza de que el EspírituSanto, el Espíritu de Je-sús, tomaba posesiónde ella, habitándola yapara siempre.

Los padres de Ge-ma, Enrique y Aurelia,sobre todo, lo teníanmuy claro: Ellos asu-mían la responsabilidad

de hacer que su niña encontrara y vi-viera, desde los comienzos, en un climade hogar sano y cristiano, encontrandoen él la palabra y la formación ade-cuada para ir haciendo de ella una au-téntica “gema del paraíso”, que irradiaraluego destellos de amor y bondad, a lolargo de toda su vida.

Así fue. Y finalmente, desde el cielo,Gema sigue siendo una auténticagema, que destella, irradia, atrae yacompaña siempre. Nosotros somostestigos.

❚ M.G.



Escuela de San Pablo de la Cruz

Un día de Navidad,de la primera Navidadde la historia, cuandoreinaba Herodes en Ju-dea y Jesús ya había na-cido en Belén, llegarona la ciudad de Jerusalén,guiados por la estrellade Jesús (cf. v. 2), unosMagos de Oriente (cf. Mt2,1-12).

Todos los pueblos de latierra se orientan hacia Cristoy todo el cosmos habla deCristo, aunque no siempreel hombre sepa descifrar eselenguaje, así interpreta Be-nedicto XVI que aquellos Ma-gos busquen al Rey de losjudíos. Y como leemos en eltexto y comenta el mismoPapa emérito, la estrella guíaa los Magos hasta Judea,pero después, para encontrardefinitivamente el caminohacia el Rey que ha nacido,necesitan la indicación delas Sagradas Escrituras, laspalabras del Dios vivo. Lossacerdotes y escribas con-testaron que el Mesías na-cería en Belén de Judea, por-que así lo había escrito elprofeta (cf. v. 5).

En estos doce versículosen que se narra la visita delos Magos a nuestro Salvador,la estrella se menciona cuatroveces:

1º: En el v. 2 se presentala estrella del recién nacidocomo “su estrella”. No esla estrella quien determina

minar. La alegría se des-prende de estar cum-pliendo su misión.

Llamamos a la estrella“humilde estrella” por-que toda su misión de-pende del Niño reciénnacido. Aparece cuandoDios lo dispone y se es-conde cuando es la Es-critura la que debe hablar.

Reaparece para guiar y unavez que ha cumplido su tarea,llevando a los Magos a sudestino, se retira y se ocultaen el firmamento.

La humildad de la estrellanos ilumina y nos invita acumplir nuestra misión en elmundo, pero siempre obe-deciendo a Cristo, suplicandoa Cristo, señalando a Cristo.Nos invita también a adorara Jesús, nuestro Dios hu-milde, donde recibimos lapalabra para el camino, comorecibieron los Magos (v. 12).

Pero nosotros no nece-sitamos ya un astro que nosalumbre porque brilla paranosotros la ESTRELLA de lamañana (Apoc 2,29) que esCristo Jesús muerto y resu-citado. Su luz sobrepuja lade todos los astros, la de to-dos los hombres, la de todoslos poderes de este mundo.

Su luz y su paz esténsiempre con nosotros. Amén.

❚ SOR CATI

DE LA SS. TRINIDAD, C.P.OVIEDO

“Procuren en estos santos días de la Navidad hacer alguna consideraciónsobre este misterio, porque así se encenderán cada vez más en el santo amorde –Dios y renacerán a una vida toda santa y deífica”

(S. Pablo de la Cruz. Carta 232).

el lugar del Niño, sino el Niñoquien señala a la estrella delcamino hacia Él; es el Niñoquien guía a la estrella hastasu casa. Ese es su destino.

2º: La estrella en el v. 7es la que ha aparecido en eltiempo y en el espacio, signode la entrada de Dios en lahistoria. Ese aparecer de laestrella coincide con la apa-rición, la manifestación dela Gracia: Jesucristo nuestroSeñor (Cf. Tit 2,11). Sin Cristoella no brillaría.

3º: En el v. 9 la estrellaguía a los Magos. Guiar es lamisión propia del Niño. Él esel Camino, Verdad y Vida (Cf.Jn 14,6), el Pastor que guíaa sus ovejas (Cf. Jn 10,4). Laestrella, pues, asume la mi-sión de orientar y encaminara los Magos hacia el Niño.

4º: En el v. 10 la estrellatransmite alegría a los Ma-gos, porque señala al Salva-dor. Ella, sin embargo, nohace más que brillar y enca-

La humilde estrella del Dios humilde

Llegaron los Reyes Magos.El Niño estaba soñando

¿qué soñaría el Niño Jesús?


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El escritor chileno Eduardo Galeano, hablando de la “Nochebuena”, cuenta unepisodio muy tierno. Es este.

“Fernando Silva dirige elhospital de niños, en Managuay, en vísperas de la Navidad,se quedó trabajando hastamuy tarde. Ya estaban sonan-do los cohetes y empezabanlos fuegos artificiales a iluminarel cielo, cuando Fernando de-cidió marcharse. En casa leesperaban para festejar la No-chebuena.

Estaba haciendo un últimorecorrido por las salas, paraver si todo quedaba en orden,cuando sintió unos pasos,unos pasos de algodón. Sevolvió y descubrió que unode los enfermos le iba siguien-do. En la penumbra, le reco-noció. Era un niño que estasolo.

Fernando reconoció sucara ya marcada por la muertey esos ojos que pedían per-miso o quizá disculpas. Seacercó y el niño le rozó conla mano. “Decile a... –susurróel niño–, decile a ‘alguien’,que yo estoy aquí”.

¡La soledad, qué dura es la soledad! Para todos, pero especialmente para losniños. ¡No tener esa noche a nadie con quien abrir los regalos, enseñarle los juguetesy jugar con ellos! ¡Y cantar villancicos al recién nacido Niño Jesús!

¡Nadie con quién celebrar la Navidad!Nochebuena, ser niño, estar gravemente enfermo y pasarlo solo, completamente

solo ¡en un hospital!¡Qué triste tiene que ser para un niño pasar así, enfermo y en un hospital, la

Nochebuena y la Navidad!

❚ PABLO GARCÍA MACHO, C.P.VALENCIA

“Decile a alguien que yo estoy aquí”



Familia y vida

Quizá no todo ha sidofiesta, que ha habido muchaspeleas familiares en Navidad.Con unas cuantas copas demás, salen al exterior, y de manera explosiva, esosdesajustes que llevamos acumulados durante tantotiempo y el daño que noshacemos –unos a otros– esirreparable. Para que la noticiasea todavía más sensacio-

otro de nuestro problema,cada uno encuentra justifi-cación para lo que hace, sindarnos cuenta de que esta-mos muy equivocados; laculpa está siempre, prime-ramente, en los esposos, enlos dos, y después, quizá, en toda la familia, tambiénen los hijos.

Porque cada personaque forma la familia, es res-ponsable de lo que se vivedentro de ella.

Hace unos días recibi-mos una carta, de unos no-vios que asistieron a una delas charlas prematrimonia-les que dimos nosotros yme ha parecido que des-cribe con tal fidelidad lo queintento trasmitir; os com-parto uno de sus párrafos(No es copia literal).

“Estimados Julia y JoséAntonio:

Somos una pareja queasistimos a vuestras charlashace cinco años. Salimos ilu-sionados y dispuestos a tra-bajar nuestra relación comovosotros apuntabais. En esemomento, todo parecía fácily sencillo, pero ahora no lovemos de la misma manera.

El comienzo fue bonitoy no quiero deciros la felici-dad que sentimos al tener,cada uno de nuestros dospreciosos hijos, pero a lahora de poner en práctica,lo aprendido, no fuimos ca-paces de llevarlo a cabo;por lo que en este mo-mento, nos encontramos

nalista se sigue comentandoel número de divorcios, se-paraciones y maltratos quecada día se producen… porlo que no queda más reme-dio que preguntarse ¿Quéestá pasando? ¿Cuáles sonlas causas, por las qué hemosllegado a este deterioro fa-miliar?

Sé bien que todos ten-demos a echar la culpa a

Somos constructores de Paz

La familia, amores compartidos.


12 | Nº 1.043 | Enero 2019

Familia y vida

en un “pozo sin salida” He-mos decidido, dejarlo todoy vivir cada uno nuestra vida;pero ¿Cómo decírselo anuestros hijos? Con el pe-queño no tendríamos de-masiado problema, pero elmayor no lo acepta; hemosido apuntando algo some-ramente, pero él capta laidea al vuelo y se pone in-soportable. Si nos ve hablarse pone en medio de noso-tros, si nos levantamos lavoz, se tira al suelo y pata-lea… y yo me pregunto, unay otra vez ¿Qué nos ha pa-sado? ¿Cómo dos personasadultas que se querían in-mensamente han podidollegar a esta situación?¿Cómo somos capaces dehacer sufrir a las personas,que más queremos, por noceder ni un ápice en nues-tros planteamientos?

En nuestra casa se haterminado la paz. Cada unotratamos de llegar lo mástarde posible porque nos damiedo sufrir y los niños es-tán bebiendo a chorrostodo este amargor que lesbrindamos, hasta sin darnoscuenta. Se nos ha olvidadolo que es sonreír y estamosprivando a nuestros hijos dever la alegría en nuestro ros-tro. Esto que somos muycapaces de justificar les pa-sará factura el día de ma-ñana haciéndolos a ellostristes e inseguros…”

ANTE NUESTRA REALIDAD

La verdad es que me haparecido que, esta carta dedos personas que lo estánpasando mal puede ser unaenseñanza para cada unode nosotros. Empezaron su

relación amándose grande-mente y unos años des-pués, son capaces de ha-cerse un daño incalculableporque no fueron valientespara trabajar su relación.

Es verdad que nunca nosplateamos que eso puedapasarnos a nosotros, peroya veis ¡pasa! De ahí quequizá sea este un buen mo-mento para planteárnosloen serio. Pongámonos unojunto a otro, sintiendo queestamos presentes y vaya-mos diciendo qué senti-mientos se funden en nues-tro interior, con respecto anuestra relación. Revisemoslas veces que:

≈ El trabajo, las activida-des, los deportes, lascompras… son huidaspara evitar el compro-miso.

≈ Las veces que medi-mos todo, lo que elotro hace, comparán-dolo, juzgándolo y va-lorándolo con unamedida, que no co-rresponde a la queusamos para medir lonuestro.

≈ Revisemos las tram-pas que usamos aldialogar, limitándonosa intercambiar infor-mación sin ser capa-ces de llegar a lossentimientos del otro.Sabiendo muchas co-sas de él, pero sinofrecerle el amor quellega a lo más hondo.

≈ Las palabras, con se-gunda intención, quehieren como dardos yque quedan grabadas,en el alma, para siem-pre…

Vamos a tomárnoslo enserio. Vamos a ser cons-

tructores de paz en la familia. Vamos a ser valien-tes, para enseñar a nues-tros hijos, con nuestra ma-nera de vivir, el gran don dela Paz.

Pero cuidado, la paz, nose construye quitándonosde encima las responsabili-dades, para instalarnos ennuestra comodidad, siendopasivos a todo.

La paz se adquiere en eldía a día, en la donación, enel perdón. La paz se en-cuentra, viviendo en armoníacon uno mismo: saliendode nuestra comodidad, es-forzándonos en crecer, enmadurar, en guardar tiempopara el silencio y viviendo,cada momento, bajo la mi-rada de Dios.

La paz se construye conel diálogo, la escucha, laaceptación de los demás,en la tolerancia, en la fe ha-cia los otros y se solidificaen el amor. Por eso, si deverdad quieres que en tu fa-milia reine la Paz:

≈ Cuando sonrías, hazlosin fingir.

≈ Cuando hables, hazlosin dañar.

≈ Si extiendes tu manoal pobre, hazlo con lamayor generosidad,

≈ Y si tienes que perdo-nar una ofensa, no lopienses dos veces,abre tu corazón, per-dona, y empezarás anotar lo sa-broso que es,el fruto de laPaz.

❚ JULIA MERODIO [email protected] / Madrid



Religión por pertenencia a una familiaComentario a la frase “Tú eres cristiano porque tu familia era cristiana”

Se dice: “Si hubieras na-cido en un país musulmánserías musulmán; si lo hubiera sido en un paísbudista serías budista”.

Hay que ver los límiteshistóricos a estas afirma-ciones:

Los primeros cristianosnacieron en un medio ojudío, o politeísta, pagano.No puede pues afirmarseque los primeros cristianoslo fueron porque sus fa-milias ya lo eran.

¿Da lo mismocualquier religión?

Por otra parte, la fraseque nos ocupa suele em-plearse para equiparar to-das las religiones: todasdan lo mismo, con peque-ñas diferencias. Tambiénhay que someter a críticaesta última proposición:

Por ejemplo, el cristia-nismo verdadero predicael amor a los enemigos ysus primeros mártires (por-

que el cristianismo, lejosde tener poder político, ensu primera época fue fe-rozmente perseguido) mo-rían perdonando y rezandopor sus verdugos.

En cambio la religiónmusulmana o la judía pro-ponen el odio al enemigo,el “ojo por ojo y diente pordiente”. La religión musul-mana se expandió en suscomienzos por medio dela guerra, y la facción mu-sulmana más extremista de

El cristianismo, religión de Cruz,de resurrección, de esperanza y de vida.


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nuestros días consideramártires a quienes llevansu odio a los que conside-ran sus enemigos, hastamorir para causarles a ellosun daño mayor (más muer-tos). (Aunque hay que decirque, en contraste, hay co-rrientes místicas musulma-nas que enseñan a perdo-nar las ofensas).

No al indiferentismoreligioso

De todas manerasla pretensión de quetodas las religionesson igualmente ver-daderas no resiste elanálisis: O bien es ver-dad que hay que amara los enemigos o bienes verdad que hay queodiarlos. Ambas afir-maciones antitéticasno pueden ser verdada la vez. Y no se tra-ta de cuestiones depoca importancia,sino medulares. Elpropio Papa Franciscoha recordado el men-saje cristiano de “amara los enemigos” en sureciente viaje al paísmayor i tar iamentemusulmán de Egipto(Abril de 2017).

El cristianismo ensus primeros siglos seexpandió y propagópor los milagros mo-rales de los mártires quemorían perdonando, ade-más de –si hemos de darfe a la tradición– de porlos milagros físicos. Ambasclases de milagros eran

como una luz potente alos ojos de los paganosque les venía a decir queallí estaba Dios. Y se llegóa acuñar la frase: “Sangrede mártires, semilla de cris-tianos”.

Una fe asumida librey consecuentemente

Sí es cierto que actual-mente muchos cristianoslo son porque han nacidoen una familia cristiana.

Pero son sólo auténtica-mente cristianos si abrazande mayores consciente-mente la religión cristiana,confirmando así librementesu fe infantil.

También es cierto que,pasados los primeros siglosde persecución, el cristia-nismo contó, al menos enalgunas épocas, con la pro-tección del poder político.Y que reyes cristianos em-plearon medios violentospara asegurar la homoge-neidad religiosa de sus súb-ditos (tanto reyes católicoscomo protestantes).

Pero sigue siendo ver-dad que el cristianismo, vi-vido en su pureza, es in-

compatible con todacoacción para propa-gar su fe. El cristianosabe que, lejos de serun obsequio grato aDios, la conversiónforzada es una abo-minación a sus ojos,ya que Él nos ha he-cho libres y maldicela hipocresía y el norespetar la libertad desus hijos.

Dicho esto, unaobservación que guar-da relación es que, supuesto que hay re-ligiones falsas o gra-vemente defectuosas,sí pueden, con todo,tales credos albergaren su seno personasde buena voluntad queson agradables a ojosdel Señor y que se sal-varán si son fieles a suconciencia y a la leynatural, como nos re-

cuerdan los documentosconciliares.

❚ JAVIER GARRALDA

ALONSO

BARCELONA



Desde la otra orilla

Ya desde el Concilio de Trento, la ins-titución eclesiástica se empeñó en pro-teger una idea del hombre libre y espe-ranzado. La institucionalidad de la Iglesiapermitió proteger aquella fe fundacional.En el principio fue el Verbo, y en el prin-cipio y desarrollo del cristianismo estuvotambién la palabra, el mensaje, el Evan-gelio.

La Palabra de JesúsSólo tenemos que recuperar el poder

fundacional de la palabra de Jesús; esapalabra llevada de generación en gene-ración, desde el origen del cristianismo,es lo que sostenía en pie la fe en un Diospersonal, y también un exigente ordenmoral basado en el amor a todos loshombres, considerados criaturas hechas

a imagen y semejanza de su Creador.Ninduna otra doctrina disponía de aquellafuerza espiritual que establece la igualdady universalidad de las personas. Ningúnotro mensaje manifestó, desde su origen,el carácter sagrado de la libertad y de laequivalencia.

La secularización es, tal vez, el mayorproblema al que ahora se enfrenta laIglesia. Ese proceso que experimentanlas sociedades a partir del momento enque la religión y sus instituciones pierdeninfluencia sobre ellas. Con la seculariza-ción, lo sagrado cede el paso a lo profanoy lo religioso se convierte en secular.

Pensando en el mañanaEl futuro de Occidente está en afirmar

lo que el cristiano aporta, pues la afirma-

Cuando no existía nada,ya existía la Palabra


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ción de Dios, es la raíz de la dignidad delser humano. Una cosa es una sana laicidad,fruto de una tradición cristiana europeay otra, ese laicismo radical y agresivocontra todo lo que tiene olor a culturacristiana.

La cultura europea da la impresión deser una apostasía silenciosa por parte delhombre autosuficiente que vive como siDios no existiera. En esta perspectiva sur-gen los intentos, repetidos también últi-mamente, de presentar la cultura europeaprescindiendo de la aportación del cris-tianismo, que ha marcado su desarrollohistórico y su difusión universal. Asistimosal nacimiento de una nueva cultura, in-fluenciada en gran parte por los mediosde comunicación social, con caracterís-ticas y contenidos que a menudo con-trastan con el Evangelio y con la dignidadde la persona humana. De esta culturaforma parte también un agnosticismo re-ligioso cada vez más difuso, vinculado aun relativismo moral y jurídico más pro-fundo.

La libertad religiosa –que implica tam-bién el no tener religión– es un principio

compartido por creyentes e increyentes.Política y religión son entidades separadas.Sí, a un reconocimiento pleno de la di-versidad de creencias y a la neutralidadpública que favorezca la vida en común.No, a la utilización del espacio públicopara denigrar o ridiculizar las creencias yadoctrinar a las personas en el cientifis-mo.

El progreso y sus desafíosAlguien ha dicho, que en nuestro tiem-

po no solo hemos perdido la “inocencia”,sino la “ingenuidad”. Nadie duda que elprogreso es en sí admirable, pero tenemosque reconocer que este progreso no seha realizado sin una pérdida importanteen el plano humano. Toda su ciencia ytodas sus técnicas dejan al hombre in-quieto y solo. Solo ante la muerte. Soloante sus infidelidades y las de los otros,en medio de la gran masa humana. Elhombre, enorgullecido de su ciencia yde sus técnicas, ha perdido algo de susraíces. Tal vez en sus momentos de lucidez

comprenda que nadapodrá darle una alegre yprofunda confianza enla vida, a menos que re-curra a una fuente quesea al mismo tiempo unavuelta al espíritu de lainfancia, con su candory falta de malicia. La pa-labra del Evangelio nuncaha estado tan cargadade verdad humana: Si noos hacéis como niñosno entraréis en el reinode los cielos».

❚ GREGORIO SANTOS ZAYAS

BARCELONA

En el querer de Dios está la raíz de la dignidaddel ser humano. La pobreza delos más pobres, en cualquier lugar del mundo,nos acusa e interpela



Todo no se puede tener.Querer vivir en una gran

ciudad porque es el lugardonde se nos ofrecen más po-sibilidades de trabajo, dondehay más probabilidades de re-laciones sociales o por la grandiversidad de ofertas culturalesno es precisamente sinónimode calidad de vida y muchomenos de pureza del aire. Lacontaminación es un problemacada vez mayor en nuestroplaneta y en especial en aque-llos lugares donde se acumulauna mayor concentración depersonas. Las consecuenciasde estar expuestos al aire alta-mente contaminado son múl-tiples: enfermedades cardio-vasculares; respiratorias comoneumonía, aumento de proba-bilidades de padecer cáncer depulmón y bronquitis asmáticacausadas por las altas tasas depolución; enfermedades circu-latorias producidas por las par-tículas que emiten al aire losmotores diesel; virales como lahepatitis.

Otros tipos de contamina-ción como la producida por laradioactividad ocasiona ma-reos, vómitos y algunos tiposde cáncer. La contaminaciónacústica desencadena enfer-medades nerviosas, psicológi-cas, insomnio o dolores de ca-beza. Otras consecuencias derespirar aire contaminado pue-den ser: agotamiento físico,baja productividad laboral y es-colar, así como la sensación depesadez o irritabilidad. Vivir enespacios contaminados reducela esperanza de vida. La OMScalcula que la contaminaciónatmosférica causa alrededor de

en ocasiones representadocomo aire, nos puede estar in-vitando a ser responsablespara no contaminar más o,mejor dicho, contaminar me-nos, pues no es más limpio elque más limpia sino el que me-nos ensucia. Cada uno denuestros actos medioambien-tales afecta a los demás. Lo quesucede en un lado del planetatiene repercusión en otro lugar.Si quemamos un plástico otrazona del mundo quedará afec-tado por las emisiones conta-minantes de ese acto.

Cuando dejemos soplar al“Espíritu del aire” y seamos co-herentes, él encontrará abiertonuestro corazón, perfumaránuestra esencia, la enriqueceráy nos impulsará hasta poderrenovar nuestros hábitos decuidado del medio ambiente.De ahí brotará nuestra contri-bución para que la atmósferasea un espacio espiritual dondeDios se nos manifiestea través de la purezadel aire.

❚ JUAN CARLOS PRIETO TORRES

[email protected]

Menos contaminación= Más vida

1,3 millones de muertes al añoen todo el mundo y supone ungrave peligro para la salud delas personas, a la vez que per-judica a los ecosistemas y lavida de los animales y plantas.

Pensar que los países po-bres tienen menor contamina-ción es una idea equivocadapues son las poblaciones másdesfavorecidas las que utilizanenergías que contaminan aúnmás como el carbón, la leña yel estiércol. Es en los paísessubdesarrollados donde hayun menor acceso al agua po-table. Vivir en condiciones in-sanas provoca que millones depersonas mueran en el mundo.La contaminación del agua ylas sequías son el fermentodonde se generan organismosque producen la malaria y cri-sis alimentarias. Estas pobla-ciones desfavorecidas son másfrágiles al no tener un sistemasanitario adecuado y medici-nas para afrontar enfermeda-des.

Las actuales circunstanciasambientales de nuestro planetanos invitan a crear una nuevaespiritualidad. El Espíritu Santo,


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Para qué Pasionista?


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Alegrémonos juntos

¿En qué medida DoñaInés, personaje literariodel siglo XIX, nos infundealegría a nosotros, hom-bres y mujeres del sigloXXI? Su historia es, lisa yllanamente, alecciona-dora. Vamos a navegarpor el mar de la literaturacon dos personaje distin-tos entre sí, pero unidosa una misma realidad hu-mana: el amor de pareja.Ambos, son los protago-nistas de la obra dramá-tica (en verso) de JoséZorrilla: “Don Juan Teno-rio” (1844).

Don Juanjactancioso

Dios se sirve de cual-quier circunstancia, aun-que sea disparatada y si-niestra, para que unaoveja descarriada tengala oportunidad de volveral redil y, así, participar dela salvación. Y es que“Dios quiere que todoslos hombres se salven ylleguen al conocimientode la verdad” (1 Tm 2,4).Es el caso de don Juan,un hombre extremada-mente osado en rebe-larse contra el orden es-tablecido, enérgico ensus deseos y pasiones,seductor si se trata de

JUAN: “La historia es tansemejante / que está enel fiel la balanza” (PartePrimera, Acto Primero,Escena XII). En cambio,JUAN supera a LUIS enlos muertos en desafío(treinta y dos) y en lasmujeres conquistadas(setenta y dos). Afirma:“Desde una princesa real/ a la hija de un pescador,/ ¡oh!, ha recorrido mi

embelesar a una mujer.En una conversación conDon Luis Mejía, su con-trincante, apuesta quiénde los dos ha cometidomás fechorías. Comparansus hazañas a la luz detres aspectos: guerra,muertos en desafíos ymujeres burladas. En loque concierne a la gue-rra, quedan empatados,según las palabras de

Doña InésLa novicia benevolente y compasiva



amor / toda la escala so-cial, / ¿Tenéis algo quetachar?” Responde LUIS:“Sólo una os falta en jus-ticia.” JUAN: “¿Me la po-déis señalar?” LUIS: “Sí,por cierto: una novicia /que esté para profesar.”(Parte Primera, Acto Pri-mero, Escena XII). Y surgela apuesta: en seis díasconquistar a doña Ana dePantoja (prometida deDon Luis) y a Doña Inés(hija de Don Gonzalo,Comendador de la Ordende Calatrava).

Doña Inés,decente

Habiendo logrado suprimer objetivo, Juan seprepara para el segundo.

Para ello, se sirve de unatal Brígida, una alcahuetao celestina, para que leentregue una carta a doñaInés. Al leer el contenido,la ingenua muchachaqueda enamorada. Sus-pira por aquel a quien aúnno ha visto pero lo sientecerca, por la fuerza desus palabras que transmiteel escrito dirigido a ella.Es el primer contacto en-tre la inocencia, la hon-radez, la sinceridad y elamor (Inés) y la picardía,la granujada, la hipocresíay el instinto (Juan) ¿Deeste encuentro entre dospersonajes dispares puedesurgir algo nuevo, casto,hermoso y virtuoso? Talvez, desde la mirada hu-mana consideremos queno, pero desde la mirada

de Dios, más amplia y cla-ra, sí es posible. De hecho,el desenlace lo confirma.Lo que había comenzadocomo una apuesta arro-gante manchada de pe-cado, desemboca en unarespuesta humilde im-pregnada de gracia. El ga-lanteador reconocerá másadelante: “No es, doñaInés, Satanás / quien poneeste amor en mí: / EsDios, que quiere por ti/ganarme para él quizás.”(Parte Primera, Acto Cuar-to, Escena III). La purezade intenciones de Inés(que humaniza), vence ala pasión arrolladora deJuan (que denigra). Loque no lograron los ene-migos de don Juan, loconsigue doña Inés consu amor límpido e incon-


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Alegrémonos juntos

dicional, y su fe en Dios:que el corazón pétreo delseductor se convierta enternura de entrega sinmáscaras.

Intervenciónde doña Inésen la salvaciónde don Juan

Por mediación de Brí-gida, don Juan ingresaen el convento. DoñaInés se desmaya al ver altenorio. Éste, decide rap-tarla para llevarla a su vi-lla. Y allí llegan Luis yGonzalo. Ambos, conafán de vengarse. Pero sellevan una sorpresa. Elmodo de proceder de suadversario (dócil y pací-fico) los deja perplejos.Juan, de rodillas anteGonzalo, le expresa elamor que siente, sinceroy respetuoso, por su hijaInés. A pesar de este des-pliegue de sinceridad, niGonzalo ni Luis se fían delas palabras de Juan.Burlándose de él, provo-can una violenta riña quetermina con la muerte deGonzalo y Luis en manosde Juan.

Al cabo de unos años,Juan regresa al escena-rio del crimen. Todo estácambiado. La villa se haconvertido en un pan-teón, por voluntad dedon Diego Tenorio, pa-dre de Juan. En él estánenterrados todos aque-llos que murieron en el

enfrentamiento con suhijo. Doña Inés murió detristeza en el convento.Es de noche. Se dirige ala estatua de mármolque representa a doñaInés y le comparte sussentimientos y anhelos.La sombra de ella le res-ponde con una adver-tencia: que procure ele-gir el camino del bien yno el del mal para que,así, puedan estar juntosen la eternidad. En eseinstante, llegan dos ami-gos de don Juan: el ca-pitán Centellas y Avella-neda. Les invita a cenaren su aposento y, Juan,en un arranque de teme-ridad, convida a la esta-tua del Comendador.Para sorpresa de los tres,Gonzalo les visita enplena cena. De maneratenebrosa, se dirige aJuan y le comunica queva a morir al día siguientey que conviene que or-dene su conciencia.Juan, desconcertado, lecuesta admitir lo que vensus ojos y oyen sus oí-dos. Sospecha de susdos amigos, que le estánhaciendo una broma pe-sada. Centellas y Avella-neda muestran confu-sión. Juan les insiste aque terminen con lafarsa. Ellos, por el con-trario, piensan que hansido burlados por él,mezclando algún narcó-tico en el vino. Se retana espadas y el capitánmata a don Juan a lapuerta de su casa.

Cuando Juan es ro-deado por las sombras ylos esqueletos, y la manode don Gonzalo tira deél para que caiga alabismo de la nada, élproclam su fe en Dios.Doña Inés sale en suayuda, cogiéndole lamano declara: “Fantas-mas, desvaneceos: / sufe nos salva..., volveos /a vuestros sepulcros,pues. / La voluntad deDios es: / de mi alma conla amargura / purifiqué sualma impura, / y Diosconcedió a mi afán / lasalvación de don Juan /al pie de la sepultura.”(Parte Segunda, ActoTercero, Escena III).

Al terminar de contarla parábola de la ovejaperdida, Jesús dice: “Osdigo que así también ha-brá más alegría en elcielo por un solo peca-dor que se convierta quepor noventa y nueve jus-tos que no necesitanconvertirse.” (Lc 15,7). Eltestimonio de doña Inésnos anima a vivir nuestrafe de manera afable,siendo instrumentos delamor misericordioso deDios, para que en su de-signio de salvación par-ticipen todas las perso-nas, hombres y mujeres,con las que nos relacio-namos cada día.

❚ RAFAEL SÁNCHEZ A., C.P.


Revista Pasionario | 23Revista Pasionario | 23

Aprendiendo a amarRecuerdo ahora el texto del comienzo

de una misa que me resultó muy agra-dable y muy consolador. Tampoco era ex-cesivamente largo. Ni siquiera hacía alusióna nuestros pecados, de los que hacemosmuy bien en arrepentirnos y pedir a Diosperdón de ellos. Decía así: “Que se alegrenlos que buscan al Señor”. O sea, nosotros.

Después rezábamos una oración queestá en consonancia con el tema de la ca-ridad, del amor bien entendido tal comoDios nos lo exige: “Dios todopoderoso yeterno, aumenta nuestra fe, esperanza ycaridad; y para conseguir tus promesasconcédenos amar tus preceptos”. Un díale preguntaron al Señor unos fariseos,siempre obsesionados con el cumplimientoexterno de la ley de Dios:

“Maestro, ¿cuál es el principal manda-miento de la Ley?” Ellos tenían en su códigonada menos que 613 preceptos, en su ma-yoría negativos. De esos 613 preceptos 365eran prohibiciones. El mismo número quelos días del año. “¿Cuál es el principal man-damiento de la Ley de Dios?”

¡Qué respuesta más sorprendente la deJesús! ¿El principal mandamiento de la Leyde Dios? “Amarás al Señor tu Dios con todo

tu corazón, con toda tu alma, con todo tuser. El segundo (mandamiento) es seme-jante al primero: “Amarás a tu prójimocomo a ti mismo”.

Y es que a veces pensamos que somosreligiosos, piadosos, cuando rezamos,cuando frecuentamos los sacramentos,cuando entramos por la puerta de la iglesia.Y no se nos pasa por la cabeza que somos“religiosos” también cuando luchamos poruna sociedad más justa, cuando nos inte-resamos por un inmigrante, cuando mani-festamos respeto hacia quien es despre-ciado, cuando pisamos delicadamente elumbral de la soledad de un anciano,cuando nos preocupamos de las dificulta-des en las que está atrapado un vecino.

Entonces Jesús no nos exige que abra-mos un libro, que consultemos un código.Nos obliga a descubrir un rostro. Porquelo esencial no está escrito en las páginasde un texto. Lo esencial siempre tiene unrostro, una cara.

Y es después de haber leído en aquelrostro, en aquellos rostros sufrientes cuandopodrás también dar un vistazo a las páginasdel Catecismo, del código escrito, de la ley.

A lo mejor a lo largo de la semana hemos buscado otras cosas: el éxito, el


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dinero, la fama... Pero hoy hemos decididoabrir las páginas de la Sagrada Escritura ocuriosear en el misal, leer un salmo con-solador como éste: “Que se alegren los quebuscan al Señor.

Tal vez a lo largo de la semana hemosbuscado otras cosas: el éxito, el dinero, lafama... Pero hoy hemos decidido venir amisa , oír la palabra de Dios en vez de ladel profe. Curiosear en el misal y no en loslibros de texto.

El domingo es día de descanso, día delSeñor. Y la misa nos sorprende no con unaamenaza, con una condena, sino con una felicitación: “Que se alegren los quebuscan al Señor” Gracias, Señor. Yo, bus-cando, di con otro texto sorprendente.Aquel que narra otro encuentro más de

Jesús con los hipócritas de su generación.Y es que éstos se pusieron de acuerdopara expulsar a los niños que impedían alos mayores dialogar con el Maestro. Nopudo ser más claro:

“Dejad que los niños se acerquen a mí yno se lo impidáis. Precisamente de los soncomo ellos, como críos, es el reino de loscielos”.

Vivir para ver. Y para leer despacio loque los evangelios nos cuentan siemprecomo palabra de Dios. Y aquella adverten-cia del pasado domingo: “Gustad y vea québueno es el Señor”. Se trata de leerpor puro gusto.

❚ ALBERTO BUSTO

[email protected]

Muchas gracias, y un ruego. Amables suscriptores y lectores de laRevista “Pasionario”, gracias por ser suscriptor de nuestra y su revista, y por su interéspor ella.Ahora, al inicio de un nuevo año, nos permitimos sugerirle la posibilidad de suscribirtambién a la revista a alguno de sus familiares, amigos o conocidos; este sería elmomento más oportuno.Le agradeceríamos también su opinión, por escrito, acerca de la misma revista, supresentación y sus contenidos. Ésta su opinión nos serviría de gran ayuda.¡Muchas gracias!



Encuentros al caminar

Mari Pepa de Chamberí,HISTORIA DE UNA MUJER QUE AMA LA MÚSICA

chotis, pasodobles ypasacalles. Cuando enla España de la radiose pasa a la de los ca-nales de televisión don-de se oían, continua-mente, canciones enfrancés, inglés e italianocon músicas de rock,punk y heavy metal,ella va contracorrientey con perseverancia,sabiendo que lo suyofue, es y será lo casti-zo.

Graba su primer dis-co, titulado “La movidadel mantón”, dondedestaca el chotis de suautoría “Gato madrile-ño”. A éste disco le se-guirán otros como“Tinto con sifón” y “Aotra cosa mariposa”.

GLORIA FUERTES

Su amistad con GloriaFuertes, las dos “gatas” (queasí se les llama, en estoscasos, a las nacidas en laVilla y Corte), sirve para apo-yarse mutuamente y valorarlo popular de madrid, queno muera en el olvido elchotis, el cuplé y la zarzuela.Y dijo Gloria Fuertes: “¡Soytan chula, que cuando digoyes, todos me notan quesoy de Lavapiés!”. Grabanjuntas “Castiza y Poeta”,donde Gloria escribe la letra

Hija de Juan JoséGarcía y Pilar Hi-

dalgo, nació en Madrid,en Chamberí. El amora la música lo heredóde sus padres: JuanJosé, cantante de tan-gos y gran admiradorde Carlos Gardel; Pilaradoraba la Zarzuela ylas canciones de JorgeNegrete. No es de ex-trañar que tanto MariPepa como su hermanaElvira nacieran con pre-disposición por la mú-sica. Su casa fue unnido de canciones, atodas horas se oían susvoces. Menudo audi-torio el que formabanlos papás y las hijas.Todavía lo recuerdansus vecinos... Las doshermanas con 9 y 11 añoscantaban a dúo en progra-mas de radio. Así comienzasu historia...

UNA JUGLARSOÑADORA

En el colegio, más quelas matemáticas o la geo-grafía, sueña con “ser artistay de las buenas, con teatrosllenos y muchos aplausos,pero sobre todo, que con lavoz llegue al corazón delpúblico”. En los años setenta,Mari Pepa cumple su sueñoy es la voz solista del Grupo

“Los Iguazú”, interpretandofolclore hispanoamericano.Tienen mucho éxito y re-corren la geografía españolay europea. Más tarde, yacomo solista vive en Áms-terdam grabando discos ycantando en múltiples fes-tivales populares. Regresa aEspaña con el nombre deMari Pepa de Chamberí de-dicándose a recuperar susraíces castizas, compone

Mari Pepa de Chamberí yPepe Fernández del Cacho

son amigos por GloriaFuertes (1917-1998), poeta

y amiga común.


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Encuentros al caminar

de dos canciones ygraba su voz junto aMari Pepa en “Bebopara verte doble” y “Bo-llitos de leche: “¡Ay quebollitos de leche, ¡ay,que leche de bollitos!”

EMBAJADORADE LA MÚSICAPOPULARMADRILEÑA

Durante años ha re-presentado a España,a Madrid, en Pyong-yang (Corea), en el“April Spring FriendshipArt Festival”, interpre-tando canciones delrepertorio popular es-pañol con canciones ybailes de chotis y cu-plés. Siempre tiene quecantar más canciones de lasprevistas porque al públicoasiático le gustan las can-ciones españolas.

An Argentina tiene unpúblico fiel que siempre es-pera sus composiciones, asíel aclamado espectáculo ti-tulado “El sentir madrileño”(2012), de la mano de SusanaRinaldi. Se puede decir quecada año Mari Pepa necesita

los aires porteños de la ca-pital bonaerense. Allí pre-senta sus discos y libros pu-blicados, como “Cocinandocanciones”, una novela quecuenta la historia de unamujer que ama la música.

En 2013 actuó, conun gran éxito, en el Ho-menaje a Sara Montielen la Plaza Mayor deMadrid, interpretandotemas como “El relica-rio”, “Rosa de Madrid”y “Nostalgias”.

Mari Pepa es la “fija”que siempre canta enla capital por las fiestasde San Isidro; su lugar:Las Vistillas, mirando laribera del Manzanares.Lleva muchos añossiendo Madrina en elActo de Bendición delAgua de la Fuente enla Ermita del Santo.

A Mari Pepa la co-nocí con Gloria Fuertesy, más cercano en eltiempo, en la misa fu-neral por Ana Rodrí-

guez Ruiz, la mujer del can-tante y compositor LuisAguilé (1936-2009), dondecantó un precioso “Padre-nuestro” castizo.

Mari Pepa es una mujersoñadora y enamorada dela música castiza. Un en-canto de mujer. Gracias portu amistad.

❚ PEPE FERNÁNDEZ DEL CACHO

Mari Pepa de Chamberítiene mucho éxito con sus

canciones castizas de chotisy cuplés en Hispanoamérica,

sobre todo en Argentina.

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Muy dura nos resulta esta dura pará-bola del Señor. Pero en ella se nosofrece toda una lección de vida paranosotros. Las palabras de Jesús quierenadvertirnos del peligro que suponen lasriquezas para el hombre de todos lostiempos.

Mientras vivió, aquel rico sin entrañastuvo de todo menos compasión haciael pobre que pedía en balde a su puerta.Pero tras su muerte, el rico no pudo sal-var, ni mirar por la salvación de sus her-manos.

Por el contrario, el pobre desampa-rado, que no hizo otra cosa que lucharpor sobrevivir, obtiene la compañía deDios, la única esperanza y la riqueza

Muy rico, pero sin entrañas

En cierta ocasión, dijo Jesús a los fariseos: Había un hombre rico que se vestíade púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo

llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas y con ganas desaciarse de lo que tiraban de la mesa del rico, pero nadie se lo daba. Y hasta losperros se acercaban a lamerle las llagas.

Y sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.Se murió también el rico y lo enterraron. Y estando en el infierno, en medio de lostormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno, y gritó:Padre Abrahán, ten piedad y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo yme refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.

Pero Abrahán le contestó: Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaroa su vez males; por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además,entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar,aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros.

El rico insistió: Te ruego entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mipadre, porque tengo cinco hermanos, para que con su testimonio evites que ven-gan también ellos a este lugar de tormento.

Abrahán le dice: Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen.El rico contestó: No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán.Abrahán le dijo: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aun-

que resucite un muerto.

Luca 16 ,19-31)

Tu palabrame da vida.

El evangelio cada día


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El evangelio cada día

del dinero, viene a adver-tirnos Jesús, es que el quemás tiene puede conver-tirse en el que menos da.Vivir solo para sí, y perderasí el sentido de la vida.

Lo peor del rico es queen esta vida pudo com-prarse todo menos el estar

junto a Dios más allá de sumuerte. Y el mensaje paranosotros es que el dinero,en que soñamos y pode-mos ganar, puede impe-dirnos disfrutar del biensupremo: gozar de la inti-midad de Dios para siem-pre. Desgracia definitiva yla más radical.

Aunque poseamos po-co, si no vivimos para losdemás ni ayudamos aquien nos necesita, esepoco nos convierte en ri-cos egoístas.

La lección más clara yurgente de la parábola esla de escuchar al hermanoque sufre junto a nosotros.

Sabiendo muy bien comosabemos que esa es lamedida para escuchar aDios. Y que Dios es ade-más superfluo para quienno se enternece antenuestro prójimo necesi-tado. ¡Qué pena tangrande!

De ahí que cerremoseste comentario, dicién-dole a nuestro Dios: quenos duele mucho el ver ladesigualdad en que vivi-mos tus hijos tan queridos.Ayúdanos a romper tantadiferencia como nos se-para a unos de otros. Enséñanos a compartir lo que somos y tenemos con los demás. E impulsa,Padre, tu Amor en noso-tros, para que tratemos atodos como hijos tuyosque somos, como herma-nos los unos de losotros.

❚ANTONIO SAN JUAN

más insospechada. Jesúsdescalifica al Rico Epulónpor no hacer más quegastar sus bienes, sin sen-tir piedad alguna hacia elpobre que sufre a su lado;y saca de su humillación alpobre Lázaro.

El juicio del Señorsobre el abuso de lariqueza no puede sermás duro, ni más acontracorriente delos anhelos de nues-tra sociedad de te-ner más y más, ydespilfarrar a capri-cho los bienes ad-quiridos.

Como los de siem-pre, nuestros ricos dehoy pueden seguirhaciendo lo que seles antoje con su di-nero. Una tentaciónque no deja de ron-darnos también a losdiscípulos de Cristo. Es latentación de envidiar acuantos tienen más quenosotros; la de llegar a serricos y gastar nuestros bie-nes, sin pensar en tantagente de esta casa nuestrade la tierra que no tienede qué vivir.

LO QUE JESÚSCONDENA

Jesús no condena sinmás la riqueza, pero nosadvierte de la peligrosidadque la riqueza lleva con-sigo: tener más y más, ol-vidando a los que tienenmucho menos. Lo malo

El rico Epulón teníade todo menos compasión.

El rico Epulón teníade todo menos compasión.



Palabras claras del Papa Francisco

La familia,la gran maravilla-regalo de Dios

Pensé que habría sido un discurso debienvenida... Pero escuchando hablar aGianluigi he visto que ahí había fuego,había mística. Es algo grande: desde hacetiempo no escuchaba hablar de la familiacon tanta pasión. ¡Y se necesita coraje parahacerlo hoy! Se necesita coraje. Y por eso,¡gracias! Había preparado un discurso,pero después del calor con el que habló él,lo encuentro frío.

La familia, desde el corazón

Mientras él hablaba, me vinieron a lamente y al corazón muchas cosas, muchascosas sobre la familia, cosas que no sedicen, que no se dicen normalmente o, sise dicen, se dicen de forma bien educada,como si fuera un tratado sobre la familia...Él ha hablado de corazón, y todos vosotrosqueréis hablar así. Tomaré algo de lo que élha dicho, y a mí también me gustaría hablarde corazón, y decir lo que me salía del co-razón cuando él hablaba.

Él ha usado la frase: «Mirarse a los ojos».El hombre y la mujer, el esposo y la esposa,se miran a los ojos. Cuento una anécdota.Me gusta saludar a las parejas que celebransus cincuenta años, sus veinticinco años dematrimonio; también cuando vienen a misaa Santa Marta. Una vez, hubo una parejaque celebraba los sesenta años. Pero eranjóvenes, porque se habían casado a los die-ciocho años, como en aquella época. Enaquella época uno se casaba joven. Hoy,

para que se case un hijo... ¡pobres madres!Pero la receta es clara: no les planchéis lascamisas, así se casará pronto ¿o no? Me en-cuentro con esta pareja, y me miran... Dije:«¡Sesenta años! ¿Pero todavía tenéis elmismo amor?». Y ellos, que me miraban, semiraron, luego volvieron a mirarme, y vi quetenían los ojos vidriosos. Y ambos me dije-ron: «Estamos enamorados». Nunca lo ol-vido. «Después de sesenta años, estamosenamorados». El calor de la familia quecrece, el amor que no es un amor de no-vela. Es un amor verdadero. Estar enamo-rados toda la vida, con tantos problemasque hay... Pero estar enamorados.

Mucha paciencia

Después, otra cosa que pregunto a loscónyuges que cumplen cincuenta o se-senta años: «¿Quién de vosotros ha tenidomás paciencia?». Es matemático, la res-puesta es: «Los dos». ¡Es hermoso! Esto in-dica una vida juntos, una vida a dos. Esa

El 30 de diciembre, se celebró la fiesta de la Sagrada Familia. Navidad, Año Nuevo y Reyes,han sido fiestas eminentemente familiares, que con frecuencia se prolongan a lo largo del mes de enero. Por eso, en enero encaja perfectamente este familiar “encuentro” con el Papa Francisco.

Discurso improvisado del Papa a una delegación del Forode las Asociaciones Familiares (16-6-2018)


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paciencia de soportarse el uno al otro. Ydespués, a los jóvenes esposos que medicen: «Nosotros estamos casados desdehace un mes, dos meses...», la preguntaque hago es: «¿Habéis discutido?». Habi-tualmente dicen: «Sí». «Ah, está bien. Estoes importante. Pero es también importanteno terminar el día sin hacer las paces». Porfavor, enseñad esto: es normal que se dis-cuta, porque somos personas libres y hayalgún problema y debemos aclararlo. Perono terminéis el día sin hacer las paces. ¿Porqué? Porque la «guerra fría» del día des-pués es muy peligrosa.

Con estas tres anécdotas ha querido in-troducir lo que quisiera deciros. La vida defamilia es un sacrificio, pero un hermososacrificio. El amor es como hacer pasta:todos los días. El amor en el matrimonio esun desafío. ¿Cuál es el mayor desafío delhombre? Hacer más mujer a su esposa.Más mujer. Que crezca como mujer. ¿Ycuál es el desafío de la mujer? Hacer que sumarido sea más hombres. Y entonces avan-zan los dos. Siguen adelante.

Mucha esperanza

Otra cosa que en la vida matrimonialayuda mucho es la paciencia: saber espe-rar. Esperar. Hay en la vida situaciones decrisis –crisis fuertes, crisis feas– donde talvez llegan tiempos incluso de infidelidad.Cuando no se puede resolver el problemaen ese momento, es necesaria la pacienciadel amor que espera, que espera. Muchasmujeres –porque esto es más de la mujerque del hombre, pero también el hombre aveces lo hace– muchas mujeres en silenciohan esperado mirando a otro lado, espe-rando que el marido volviera a la fidelidad.

Y esto es santidad. La santidad que perdonatodo, porque ama. Paciencia. Mucha pa-ciencia, el uno por el otro. Si uno está ner-vioso y grita, no respondáis con otro grito...Estad callados, dejad pasar la tormenta ydespués, en el momento oportuno, hablad.

Tres palabras mágicas

Hay tres palabras que son palabras má-gicas, pero palabras importantes, en el ma-trimonio. Ante todo, «con permiso»: no serinvasivos con el otro. «¿Puedo?». Ese res-peto del uno por el otro. Segunda palabra:«Disculpa, perdón». Pedir disculpas es algoque es muy importante, ¡es muy impor-tante! Todos nos equivocamos en la vida,todos. «Discúlpame, he hecho esto...», «dis-culpa, me he olvidado...». Y esto ayuda a iradelante. Ayuda a llevar adelante a la familia,la capacidad de pedir perdón. Es cierto,pedir perdón comporta siempre un poco devergüenza! «Discúlpame, me he olvi-dado...». Es algo que ayuda mucho a avan-zar. Y la tercera palabra: «Gracias». Tener lagrandeza de corazón de agradecer siempre.

La alegría del amor

Después tú has hablado de Amoris lae-titia y has dicho: «Aquí la Amoris laetitia sehace carne». Me gusta oír eso: leed, leed elcuarto capítulo. El cuarto capítulo es el nú-cleo de Amoris laetitia. Es precisamente laespiritualidad de cada día de la familia. Al-gunos han reducido Amoris laetitia a unaestéril casuística del «se puede, no sepuede». ¡No han entendido nada! Después,en Amoris laetitia no se esconden los pro-blemas, los problemas de la preparación almatrimonio. Vosotros ayudáis a los noviosa prepararse: es necesario decir las cosasclaras, ¿no es cierto? Claras. Una vez unamujer me dijo, en Buenos Aires: «Pero us-tedes los curas son listos...». Le dije: «¿Porqué?». Contestó: «Para ser curas estudiáisocho años, os preparáis durante ocho años.Y, si después de algún año la cosa no fun-ciona, enviáis una hermosa carta a Roma; yen Roma te dan el permiso y tú puedes ca-sarte. En cambio, a nosotros, que nos danun sacramento para toda la vida, nos con-formamos con tres o cuatro conferencias



de preparación. Esto no es justo». Y teníarazón aquella mujer.

Preparar para el matrimonio: Sí, son ne-cesarias las conferencias, las cosas que ex-plican, pero es necesario que hombres ymujeres, amigos, les hablen y les ayuden amadurar, a madurar en el camino. Y pode-mos decir que hoy hay necesidad de un ca-tecumenado para el matrimonio, como hayun catecumenado para el bautismo. Prepa-rar, ayudar a prepararse para el matrimonio.

Después, otro problema que vemos enAmoris laetitia es la educación de los hijos.No es fácil educar a los hijos.

La educación de los hijos

¡Hoy los hijos son más despiertos que no-sotros! En el mundo virtual, saben más quenosotros. Pero es necesario educarlos en lacomunidad, educarlos en la vida familiar.

Educarles para sacrificarse los unos porlos otros. No es fácil educar a los hijos. Sonproblemas grandes. Y vosotros, que amáisla familia, podéis ayudar mucho en esto alas demás familias. La familia es una aven-tura, ¡una bonita aventura! Y hoy –lo digocon dolor– vemos que muchas veces sepiensa en empezar una familia y en formarun matrimonio como si fuera una lotería:«Vamos. Si va, va. Si no va, cancelamos lacosa y comienzo otra vez».

Esta superficialidad sobre el don másgrande que ha dado Dios a la humanidad:la familia. Porque, después de la narraciónde la creación del hombre, Dios hace verque creó al hombre y a la mujer a su ima-gen y semejanza.

Y Jesús mismo, cuando habla de matri-monio, dice: «El hombre dejará al padre y ala madre y con su mujer se convertirán en

una sola carne». Porque son imagen y se-mejanza de Dios. Vosotros sois un icono dela familia: la familia es un icono de Dios. Elhombre y la mujer: es precisamente la ima-gen de Dios. Él lo ha dicho, no lo digo yo. Y esto es grande, es sagrado.

Después, hoy –duele decirlo– se hablade familias «diversificadas»: diferentes tiposde familia. Sí, es verdad que la palabra «fa-milia» es una palabra análoga, porque sehabla de la «familia» de las estrellas, de las«familias» de los árboles, de las «familias»de los animales... es una palabra análoga.

Pero la familia humana como imagen deDios, hombre y mujer, es una sola. Es unasola. Puede darse que un hombre y unamujer no sean creyentes, pero si se aman yse unen en matrimonio, son imagen y seme-janza de Dios, aunque no crean. Es un miste-rio: San Pablo lo llama «gran misterio»,«sacramento grande» (cf. Ef 5, 32). Un verda-dero misterio. A mí me gusta todo eso que túhas dicho y la pasión con la que lo has dicho.Y así se debe hablar de la familia, con pasión.

Datos, anécdotas

Una vez, creo que hace un año, llamé aun pariente mío que se casaba. De 40 años.Al final, le dije: «Dime: ¿En qué iglesia tecasas?». Me dijo: «Todavía no sabemos bienporque estamos buscando una iglesia quecombinen con el vestido que llevará... –ydijo el nombre de la novia– y después te-nemos el problema de los restaurantes...».Imagínate... Lo importante era eso. Cuandolo que es secundario toma el lugar de lo quees importante. Lo importante es amarse, re-cibir el sacramento, ir adelante...; y despuéshacer todas las fiestas que queráis, todas.

Una vez encontré a una pareja casadosdesde hace diez años, sin hijos. Es muy de-licado hablar de esto, porque muchasveces los hijos se quieren y no vienen, ¿noes verdad? Yo no sabía cómo gestionar elargumento. Después supe que ellos noquerían hijos. Pero estas personas en casatenían tres perros, dos gatos... Es bonitotener un perro, un gato, es bonito... O tam-bién cuando a veces escuchas que tedicen: «Sí, sí, pero nosotros los hijos todavíano porque tenemos que comprar una casaen el campo, después hacer viajes...».


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Gran maravilla de la vida

Los hijos son el don más grande. Loshijos que se acogen como vienen, comoDios los manda, como Dios permite, tam-bién si están enfermos. He escuchado decirque está de moda –o al menos, es habi-tual– en los primeros meses de embarazohacer ciertos exámenes, para ver si el niñono está bien, o viene con algún problema...La primera propuesta en ese caso es: «¿Loechamos?». El homicidio de los niños. Ypara tener una vida tranquila, se expulsa aun inocente.

Cuando era joven, la maestra nos ense-ñaba historia y nos decía qué hacían los es-partanos cuando nacía un niño conmalformaciones: lo llevaban a la montaña ylo tiraban, para cuidar «la pureza de la raza».Y nosotros nos quedábamos sorprendidos:«Pero cómo, cómo se puede hacer esto,¡pobres niños!». Era una atrocidad. Hoy ha-cemos lo mismo. ¿Vosotros os habéis pre-guntado por qué no se ven muchos enanospor la calle? Porque el protocolo de muchosmédicos –muchos, no todos– es hacer lapregunta: «¿Viene mal?». Lo digo con dolor.

En el siglo pasado todo el mundo estabaescandalizado por lo que hacían los nazispara cuidar la pureza de la raza. Hoy hace-mos lo mismo, pero con guante blanco.

Familia, amor, paciencia, alegría y per-der el tiempo en la familia. Tú has habladode una cosa fe: que no hay posibilidad de«perder tiempo», porque para ganar hoy sedeben tener dos trabajos, porque la familiano es considerada. Has hablado también delos jóvenes que no pueden casarse porqueno hay trabajo. La familia está amenazadapor la falta de trabajo.

Y quisiera terminar con un consejo queuna vez me dio un profesor –nos lo dio en

la escuela– profesor de Filosofía, el decano.Yo estaba en el seminario, en la etapa de Fi-losofía. Estaba el tema de la madurez hu-mana, en Filosofía estudiamos eso.

Y él dijo: «¿Cuál es un criterio de todoslos días para saber si un hombre, si un sa-cerdote es maduro?». Nosotros respondía-mos cosas... Y él: «No, uno más sencillo:una persona adulta, un sacerdote, es ma-duro si es capaz de jugar con los niños».

Este es el test. Y a vosotros os digo: per-ded tiempo con los niños, perded tiempocon vuestros hijos, jugad con vuestroshijos. No les digáis: «¡No molestéis!». Es-cuché una vez a un joven padre de familiadecir: «Padre, cuando voy al trabajo, ellosduermen. Cuando vuelvo, duermen». Es lacruz de esta esclavitud de una forma in-justa de trabajar a la que la sociedad hoynos lleva.

He dicho que esta era la última cosa.No, la penúltima. La última es la que digoahora, porque no quiero olvidarla. He ha-blado de los niños como tesoro de pro-mesa.

Y finalmente, los abuelos

Pero hay otro tesoro en la familia: sonlos abuelos. Por favor, ¡cuidad de los abue-los! Haced hablar a los abuelos, que losniños hablen con los abuelos. Acariciad alos abuelos, no los alejéis de la familia por-que son molestos, porque repiten las mis-mas cosas. Amad a los abuelos, y que elloshablen con los niños.

Gracias a todos vosotros. Gracias por lapasión, gracias por el amor que tenéis porla familia. ¡Gracias por todo! Y adelante convalentía. ¡Gracias! Ahora, antes de daros labendición, rezamos a la Virgen: «Dios tesalve María...».



Rincón familiar “Santa Gema”

SÚPLICASY AGRADECIMIENTOS

Querida Santa Gema, quiero agradecerte losmuchos favores que durante toda mi vida me hasotorgado. Llegué un día a tu Santuario, todavía no séel cómo ni el porqué, cuando tenía trece años. Ya pa-saron 45, y desde entonces nunca más me sentí sola.Hoy, una vez más, y desde la oportunidad que mebrinda nuestra Revista Pasionario, quiero pedirte porla operación de mi hermana. Bien sabes cuanto llevasufriendo, y tiene tantas ganas de vivir... Es una lucha-dora. Una vez más te pido que permanezcas a su ladoy nunca la dejes sola. Ella también te necesita.

Gracias por estar siempre a nuestro lado. ¡Es tantala confianza que tengo en ti! Ayuda a mi hermana, porfavor.

GRACIAS, Santa Gema, sabes que eres mi mejor amiga.

C. Z., Oviedo

Querida Santa Gema, se acaba el año 2018, y en mi familia no sabemos mejor modode hacerlo que acudiendo, un año más, todos juntos, a tu Santuario para agradecer tuprotección constante cada día del pasado año, y durante tantos años. Gracias por estarsiempre a nuestro lado, y durante el pasado año de manera especial. A mi hijo le detec-taron, de forma imprevista, una patología cardiaca que quedó finalmente resuelta, y en laque tú, Sta. Gema, has intervenido también.

Sigue siempre a nuestro lado e intercede por nosotros ante Jesús.

Una devota de El Toboso

Gracias, mi querida Sta. Gema, por tantas ayudas para conmigo y mi familia.¡Ayúdanos siempre!

A. B. R., Cáceres

QUERIDA SANTA GEMA. Una vez más, te doy millones de gracias. También te pidoque en el nuevo año haya mucha salud y paz para toda mi familia. Que mi sobrino se vealibre de su enfermedad. Que mi hija Sheila apruebe su oposición y que Nuria pueda tenerel hijo que tanto enhela, si Dios así lo quiere, y que reinen la paz y el amor en nuestroshogares. Y que el año 2019 traiga para todos salud y trabajo.

Pili T.

GEMA QUERIDA, te encomiendo a mi hija Luis María, que ya partió hacia la casa del Padre. Tú estuviste siempre allí acompañándola. Gracias, Gema. En estos momentosdifíciles sigo necesitando tu ayuda.

Luisa Tierra


Rincón familiar “Santa Gema”

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PEREGRINOSDE LIBRILLA (MURCIA)

(En memoria del Padre Leandro G. Monge, Pasionista)

DonacionesA.Z., 20 €; Trini Barbadillo (Santander), 25 €.; Rita María Blanco Fernández (Santander) 50 €.; MarinaTebar (Madrid) 08 €.; Carmen de la Iglesia Berzosa (Valladolid) 15 €.; María Pérez Moraga (Albacete) 10€.; Luis Lezamit (Villa del Prado, Madrid) 10 €.; Mari Nati Lezamit (Villa del Prado, Madrid) 10 €.; Felisa(Villa del Prado, Madrid) 05 €.; Natividad García (Villa del Prado, Madrid) 100 €.; Aurora Manzaneque(Alameda de Cervera, C. Real) 40 €.; Andrea Díaz del Campo (Madrid) 20 €.

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantes al sacerdocioy a la vida pasionista, en España y América. Colaboradores y amigos de nuestras Misiones,

¡muchas gracias!

Agradecen y piden favores a Santa GemaMilagros Segoviano Plaza (Madrid), Luis Sierra (Huelva).

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema, si desean salir en esta página,deben dirigirse a REVISTA PASIONARIO, C/ Leizarán, 24. 28002 Madrid,

Teléfono 915 635 407. http://www.libreriaelpasionariomadrid.com

Descansan para siempre en el SeñorAlejandro Novillo (Villacañas, Toledo).

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misaen el Santuario el día 14 de cada mes a las cuatro de la tarde


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