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marzo 2008 - nº 713 Revista de Información y Formación Cristiana y Social

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2008

- nº

713

Revista de Información y Formación Crist iana y Social

Carné de identidad:

Nombre: Mariano García MéndezEn religión: Juan María de la CruzNace: en San Esteban de los Patos (Ávila) el 25 de

septiembre de 1891.Padres: Mariano y Emérita, labradores.Profesión: Sacerdote del Sagrado Corazón de JesúsMuere: mártir el 23 de agosto de 1936 en Silla (Valen-

cia).Beatificado: 11 de marzo de 2001.Fiesta: 22 de septiembre.

Su vida:

Fue el mayor de quince her-manos. Una familia muy cristia-na. En la parroquia, su familiacuidaba la iglesia y su padre, alvolver del trabajo, dirigía el ro-sario. Ya a los 10 años quiereser sacerdote. Más tarde es se-minarista en Ávila, pero deseaser religioso. Lo va a intentar enlos Dominicos y en los Carmeli-tas, pero por salud no puede.En 1916 es ordenado sacerdotey el obispo le encarga variaspequeñas parroquias, pobres ypoco pobladas de la diócesisabulense. Es un enamorado dela eucaristía. En 1925, en Ma-drid, por mediación de una religiosa de las Repara-doras, conoce a los Sacerdotes del Corazón de Je-sús. Ella le pone en contacto con el alemán P. Gui-llermo Zicke, fundador del Instituto en España, quienle escribe sobre la Congregación, su Fundador el P.Dehon y el carisma de la reparación... A Mariano leentusiasma, hace su noviciado y toma el nombre deJuan María de la Cruz. Destinado al Seminario dePuente la Reina (Navarra), en contra de sus expec-tativas, le nombran encargado de las vocaciones yademás del duro trabajo de buscar recursos para elseminario. Pero deja entre los seminaristas un re-cuerdo imborrable de piedad y de fervor. En veranode 1936 va al santuario de Garaballa (Cuenca) a sus-

tituir a uno de los sacerdotes. El 19 de julio, ante lapersecución, el superior ordena a los religiosos dis-persarse a lugares más seguros. Juan María de laCruz se dirige a Valencia donde nadie le conoce...Allí lo descubren, lo encarcelan y muere mártir...

Un momento de gracia en su vida:

En julio de 1936 llega a Valencia buscando cobijo. Alpasar cerca de la iglesia de los Santos Juanes, frente a laLonja, ve un grupo de milicianos asaltando la iglesia y

quemando objetos sagrados... Seacerca, se indigna y exclama:

–¡Qué horror! ¡Qué crimen!¡Qué sacrilegio!

–¡Tu eres un carca!, le diceuno de los asistentes...

–Yo soy un sacerdote.Bastaron estas palabras para

ser detenido y encerrado en laCárcel Modelo, celda 476, cuartagalería. Allí ejerce su ministeriocon los que lo solicitan, anima atodos, preside el santo rosario...En la noche del 23 de agosto de1936, junto con otros nueve dete-nidos, lo llevan a una finca llama-da El Sario, y a la luz de los farosde las camionetas los fusilan.

Para meditar

Unos pensamientossuyos:

❥ Siendo párroco de los pobres pueblos de Ávilanunca pasaba el cepillo. Decía: “Sería como convertir ala iglesia en una sucursal de banco”.

❥ A un hermano suyo: “Mira, Víctor, ¡feliz el que ten-ga la suerte de derramar la sangre por nuestro Señor!

❥ Desde la cárcel escribe al superior general: “Aquíme tiene, Reverendísimo Padre, detenido desde hace

Beato Juan María de la CruzUn santo al azar

✴ ✴ ✴ ✴ ✴ ✴

(Continúa en la pág. 43)

REVISTA DE INFORMACIÓNY FORMACIÓN CRISTIANAY SOCIAL

Año LVI – Número 713Marzo de 2008

DIRECCIÓN

José María Sánchez Cremades

Vicente Muñoz Pellín

Blasco Ibáñez, 55

46021 Valencia

[email protected]

REDACTORES-COLABORADORES

Ariel Álvarez Valdés (R. Argentina)

Victorio Almodóvar Arteaga (Torrejón)

Mª Ángeles Chavarría Aznar (Valencia)

Egidio Driedonkx (Holanda)

Pedro García Verdú (Francia)

Ciriaco Izquierdo Moreno (Valencia)

Ángeles Linares Lorente (Madrid)

Javier Luengo Mesonero (Madrid)

Artemio López Merino (Ecuador)

Evaristo Martínez de Alegría (Roma)

Eduardo Perales Pons (Valencia)

José María Salaverri (Valencia)

Jorge Sans Vila (Roma)

José Luis Segura Lacruz (Venezuela)

José Mª Suárez Campos (Madrid)

EDICIÓN

Editorial EL REINO

Sacerdotes del Corazón de Jesús

(Padres Reparadores)

ADMINISTRACIÓN

Victorio Almodóvar Arteaga

Apartado 112 - Tel. 91 675 15 36

28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)

IMPRIME

GRÁFICAS DEHON

La Morera, 23-25

28850 Torrejón de Ardoz (Madrid)

Tel. 91 675 15 36 - Fax 91 675 24 98

Depósito legal: M. 1.176-58

DISEÑO Y MAQUETACIÓN

Francisco Antón Martínez

S umario

17 • Sociedad

38 • Páginas sociales

28 • Para pensar

NUESTRA PORTADAEn el mes de marzo y, con motivo de la semana santa, hemos de-dicado la portada y el Especial El Reino al tema de las cofradías yhermandades para insistir en la oportunidad que ofrecen estasagrupaciones de fieles, tanto para profundizar en la evangeliza-ción, como para el ejercicio de la caridad.

4 Editorial La palabra de Dios en la Iglesia

5 Desde la fe Evaristo Martínez de AlegríaPasado glorioso,futuro imposible

8 El espejo Vicente Muñoz Pellínde los días En tono menor

11 Divulgación Ariel Álvarez Valdésbíblica ¿Por qué mataron a Jesús?

15 Sociedad Conferencia EpiscopalEn torno a las elecciones

17 Javier García Ruiz de MedinaImpulsar el perdón y la reconciliación

19 ESPECIAL Cofradías y HermandadesEL REINO

27 Para pensar Eduardo Perales PonsSembrar

28 Ángeles Linares LorenteLa religión

30 Objetivo, Padre Zezinhoeducar Familias que piensan en Dios

31 Ciriaco Izquierdo MorenoAprender a ser feliz (V)

33 Nuevo Jorge Sans VilaDiccionario La morada del ser

35 Hacia Mª Ángeles Chavarría Aznarun mundo mejor Descubrimiento

36 Páginas sociales Teodoro Sáez FernándezLa hora de la verdad.La difícil coherencia

Mensaje cuaresmal del Papa

39 Misión Artemio López Merinoy misioneros El hombre que nació y vivió

para sufrir

41 ...Y me visitasteis José Luis Segura LacruzTragicomedia y Ángeles

3el Reino

el Reinodel Corazón de Jesús

El papa Benedicto XVI convocó no hacemucho una reunión del Sínodo de los Obisposque se celebrará en el Vaticano entre los días 5y 26 de octubre de este año. El tema de estudioy reflexión elegido para este importante encuen-tro es el de la Palabra de Dios. Como prepara-ción al mismo, en los meses actuales se estádesarrollando en la Iglesia un gran número deiniciativas de interés en el ámbito del estudio deesa Palabra.

Parece extraño que el tema principal de esareunión de obispos, representantes de las diver-sas partes del mundo, sea precisamente el de laSagrada Escritura; puesto que la Biblia, redacta-da bajo la inspiración de Dios, tiene un texto in-tocable, ya que es un vehículo fundamental dela Palabra de Dios, junto con la Tradición. Porello, si los textos bíblicos son inamovibles, pare-ce superfluo volver sobre ellos después de losveinte siglos de su utilización en la Iglesia.

A pesar de la verdad de estos asertos, elpensamiento del Papa y de los obispos estámuy a favor de centrar el objetivo del Sínodo enla reflexión y estudio de la Sagrada Escritura,como se deduce de las respuestas recogidaspor la Secretaría general del Sínodo De esasrespuestas se deduce que de los 20 temas se-ñalados por los 152 organismos consultados, 17indicaron el de la Palabra de Dios.

Es verdad que en el Concilio Vaticano II seestudió y aprobó ya una Constitución dogmáticasobre la divina revelación en la que se afirmaque la Tradición y la Escritura constituyen el de-pósito sagrado de la Palabra de Dios confiado ala Iglesia. Y que el oficio de interpretar auténti-camente la Palabra de Dios, oral o escrita, hasido encomendado únicamente al Magisterio dela Iglesia (que no está por encima de esa Pala-bra sino a su servicio). Este Magisterio es el queahora se ha propuesto profundizar sobre estostemas como preparación para el Sínodo del pró-ximo otoño.

La Constitución dogmática citada, cuyo títu-lo es “Dei Verbum - La palabra de Dios”, es con-

siderada por el arzobispo Nikola Eterovi´c, se-cretario general del Sínodo, como uno de losdocumentos más importantes del Vaticano II.Según afirma el papa Benedicto XVI, la Dei Ver-bum dio un fuerte impulso a la valorización de laPalabra de Dios, del que derivó una profundarenovación de la vida de la comunidad eclesial,sobre todo en la predicación, en la catequesis,en la teología, en la espiritualidad y en las rela-ciones ecuménicas.

La mera enumeración de los beneficios ob-tenidos por la aplicación del documento conciliarnos hace prever ahora positivos resultados de lanueva reflexión sobre la Palabra de Dios que seestá llevando a cabo en la intensa preparacióndel Sínodo al que nos estamos refiriendo.

Porque, aunque parezca una labor reiterati-va, no cabe duda de que el volver a tratar temasde esta naturaleza obligará a profundizar sobrelos contenidos de la Biblia, a penetrar más en elsentido genuino de las frases y palabras, a in-corporar a las ciencias bíblicas los resultados dela permanente investigación a que están someti-dos estos estudios y a explicar mejor la doctrinateniendo en cuenta la mentalidad y necesidadesdel hombre de hoy.

Similares conceptos son destacados porel arzobispo Eterovi´c cuando afirma que elSínodo deberá volver a reflexionar sobre algu-nas lagunas en el conocimiento de la Biblia,sobre la parcialidad de su interpretación y so-bre las omisiones en el campo del apostoladobíblico.

Por otra parte, será una contribución signifi-cativa en el ámbito del ecumenismo, la partici-pación de representantes de Iglesias y comuni-dades eclesiales cristianas. Finalmente creemosque una renovada familiaridad con la Palabra deDios podrá tener influencia positiva en la activi-dad pastoral de la Iglesia en el mundo contem-poráneo, en especial en la promoción de la paz,de la justicia, de la esperanza y de la caridad.Estos pueden ser los frutos sazonados del pre-visto Sínodo de los obispos. ❦

EDITORIAL

LA PALABRA DE DIOS EN LA IGLESIA

4 el Reino

DESDE LA FE

PASADO GLORIOSO,FUTURO IMPOSIBLE Evaristo Martínez de Alegría

l interesarme –decía– por la situación y futuro de laIglesia, por la vida cristiana que fue una marca deidentidad a lo largo de los siglos –con sus más y sus menos–, uno de los contertulios le respondió

con amargura y sin mucha esperanza: “Hemos tenido unahistoria gloriosa, pero el futuro me parece una aventuraimposible”.

Me contaba además que en una población cerca de Ma-drid, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, el ayunta-miento había cedido una pequeña ermita a la comunidadmusulmana de aquella zona, con la excusa de que era pocousada a lo largo del año. Y no sólo esto, sino que ademásponía de relieve que la comunidad cristiana oficialmentenumerosa no es que lo tomase a mal ni protestara, sino queni siquiera se prestaba a apoyar al párroco…

Todo está dentro de lo que a veces he comentado decómo nuestras autoridades, teóricamente democráticas,han ido permitiendo y favoreciendo en estos últimosaños en lo que se refiere a denigrar a la Iglesia, a las de-vociones, al uso y mal uso de locales. La última muestrade ello se da en Cataluña, con el proyecto de ley de cul-tos, que se percibe como un remedo de las leyes antirreli-giosas de la infausta república.

pesar de un reticente pesimismo con el que me he visto al reflejar elmundo de nuestros políticos, hago mías las palabras de D. OlegarioGonzález de Cardedal, observador atento y agudo de los caminos deEspaña: “Hoy quiero hacer el elogio público de la vocación política y

de la grandeza de un cristiano que se decide a asumir responsabilidades en lares pública, poniendo capacidades y tiempo al servicio de sus conciudadanos.Es el más bello tributo que se puede pagar a la comunidad de que se formaparte. Y hago este elogio justamente en momentos en que los “políticos” sonobjeto de una depreciación o incluso de una acusación de inmoralidad, codi-cia o insolidaridad. No ignoro la situación de corrupción o de cohecho, de ne-

A

LA VOCACIÓN POLÍTICA

A

La semana pasada, hablando con una española residente en Roma, que acababa de venir después deunos días de servicio a sus padres ya mayores y con dificultades, me comentaba lo compleja, delicada ypreocupante situación que había encontrado en España, no sólo en lo que se refiere a la situación econó-mica en declive, después de unos años de cierta euforia reconocida por todos (como herencia de un pasa-do afortunado y bien gestionado), sino también en lo social, puesto que se ha desatado la caja de Pando-ra. Todos los egoísmos de nacionalismos, regionalismos y del populismo más exacerbado, azuzados desdearriba, hacen preguntarse a más de uno si realmente existe España.

En Alba de Tormes se está haciendo unesfuerzo para finalizar las obras de la

nueva basílica de santa Teresa,comenzadas hace más de cien años.

gligencia o de desinterés. Una socie-dad que difunde la idea de que laprofesión política es de entrada me-nos moral o que envuelve necesaria-mente inmoralidad, es una sociedadque está colaborando directamente ala desmoralización”. (“ABC”, El po-lítico y la monja, 27.11.2007).

Sin duda, después de una campa-ña electoral, en la que se dirá detodo, como que todo es bueno contal de obtener votos, alcanzar esca-ños y lograr el poder, no podemosmenos de preguntarnos por la lógicadel poder y si todos los medios paraalcanzarlo son morales. Esto se ob-serva cuando especialmente uno se

5el Reino

Desde la fe

encuentra con ciertos programas li-berticidas sobre la persona, la vida,la moral, la justicia y la libertad, quehan ido corroyendo especialmente almundo joven y menos joven, en loque se refiere a los principios cris-tianos y a los valores cívicos.

Probablemente nuestra revista lle-gue a vuestras manos pasadas laselecciones y con la Semana Santapor delante, en la que las procesio-nes son un momento de “silencio” ypuede que para muchos de reflexiónante el misterio de Cristo. No cabeduda que, vistas desde fuera, son engran parte “folklore”, y así las ven,promueven y favorecen muchasautoridades gubernativas. El turismomanda, las divisas son bienvenidasy no cabe duda que el espectáculosuele ser grandioso, si no llueve…

o siendo muy amigo de estas manifestaciones, sé cuánto seestá trabajando por reconducira su sentido originario de ora-

ción, penitencia y caridad a los co-frades que forman parte de ellas ycuánta fe y generosidad es necesariaa veces para llevar un paso o cami-nar descalzos, durante horas, por lascalles de una ciudad o un pueblo, envirtud de una promesa o agradecien-do al Señor una gracia recibida.

Las playas, la montaña, el exte-rior hacen el resto, vaciando las ciu-dades con el olvido generalmente deque la gracia de la muerte y resu-rrección de Cristo es la base de unavida de creyentes sólidos, que sabendar siempre razón de su esperanzahacia un mundo mejor.

La contemplación del sepulcrovacío de Cristo glorioso y resucita-do nos invita a mantener (desde lafe apoyando la esperanza) en nues-tra comunidad cristiana, con sus mildefectos, la certeza de que él nosacompaña hasta el fin de los tiem-

N

SOBRE LA SEMANA SANTA

pos, en medio de estas vicisitudes que nos tocavivir y que, con él, lleva-mos nuestra esperan-za hasta los rincones másoscuros de este nuestromundo, que parece no ne-cesitar ni de Cristo ni delEvangelio.

Yo creo en la esperan-za, creo en el futuro, en laresurrección de la carne yen la vida del mundo quevendrá. Y lo creo, porquecada día la Eucaristía melo hace vivir con el pro-pio Jesús, con los discípulos y con aquellos desesperanzados con los quehizo camino hasta llegar a Emaús. Todavía nuestra vieja España no es sólohistoria gloriosa en sus monumentos religiosos sino esperanza en sus igle-sias, capillas y en sus gentes que, sin hacer ruido, viven su fe y sus valorescristianos.

Cuando una diócesis como Salamanca, un pueblo como Alba de Tormesen 2007 han sido capaces de comprometerse a concluir la basílica de santaTeresa, sin terminar desde hace muchos años, quiere decir que la esperanzano se pierde y que, pese a todo, el pueblo fiel sigue creyendo en el testimo-nio de los santos, que con sus huellas nos conducen al encuentro con Dios,siempre fieles hijos de la Iglesia, como ella repetía en su lecho de muerte, enla villa ducal un 4 de octubre de 1582.

En España como en Italia, aunque haya muchas diferencias, se está notandola falta de las generaciones jóvenes haciendo camino en la Iglesia, aunque losmovimientos juveniles, los oratorios y la misma cultura cristiana son más pro-fundos y están más enraizados que entre nosotros. No obstante, las iglesias sevan quedando sin jóvenes. El ambiente general no anticristiano sino acristia-no, debido al materialismo, relativismo, así como la falta de valores en que sevive y se educa, se está cobrando víctimas cada vez más jóvenes, llevando alos padres a una sensación de no saber qué hacer ni cómo comportarse.

El domingo mismo, hablando con una pareja, entre cuarenta y cincuentaaños, que conozco desde hace ocho, una pareja que suele partícipar en laMisa de los niños: al principio con los dos hijos; desde hace tres y a duras pe-nas, con uno, me decían que no había forma de hacerles venir. Pena y preocu-pación evidentes, con la sola esperanza del testimonio personal y familiar yde haber sembrado… Uno se da cuenta de la falta de una auténtica cateque-sis, de acompañamiento personal, de hacerse niño o joven con ellos, para po-der echarles una mano, no faltando ni a uno ni a otros, sensibilidad cristiana.

En esta parroquia, este mismo día por la tarde, después de cincuenta añosde vida parroquial en un barrio romano, pasando de la barraca de madera ala iglesia de hoy, el Cardenal Coppa, creado en el último Consistorio el 24de noviembre pasado, tomó posesión del título de la Diaconía de S. Lino,creada con este motivo y como regalo de este cincuentenario. Todo carde-nal, aunque por motivos de edad no sea elector, como en este caso, deber es-

Las procesiones desemana santa, como

manifestaciones de fe.

6 el Reino

Desde la fe

tar incardinado en una de las iglesias de Roma, para que pueda aconsejar alPapa, del cual, como Obispo de Roma, depende.

emos vivido en estos mismos días la campaña desencadenada contrael Papa con motivo de su visita a la Sapienza, la gran universidad deRoma, en sus momento fundada por Benedicto VIII, el mismo queproclamó en 1300 el primer Jubileo. Los 67 profesores de la facultad

de ciencias y otros 300 que aparecen en el periódico Liberazione, escribenuna carta de desacuerdo con esta visita. El desconocido discurso inauguralenciende la mecha del descontento de estudiantes y la algarabía de la ocupa-ción de la facultad, del rectorado, etc.

La política espectáculo, la incertidumbre del gobierno Prodi, la falta delEstado, el problema de basuras y vertederos en Nápoles, provocan una situa-ción tal que el Papa decide no ir a esa universidad, aunque se le ofrezcan to-das las garantías. La situación de desprestigio internacional por todos estosmotivos hace que el Cardenal Ruini, vicario del Papa en Roma y un gran po-lítico, invite a romanos e italianos a reunirse durante el Ángelus en cantidadmultitudinaria, como forma de apoyo no sólo a la persona sino también a lademocracia y libertad de palabra. Y esto, como si el Papa, como obispo deRoma, no pudiera ser invitado y como profesor no pudiera expresar su pare-cer sobre las relaciones entre fe y ciencia, un tema que le es muy querido ymuy oportuno para el mundo de hoy en el que los valores religiosos se quie-ren relegar a niveles de conciencia o de sacristía.

Bernardini, el docente anti-Ratzinger, dirá “para ellos hay una sola ver-dad”. Y apunta con un dedo hacia lo alto. “Nosotros hablamos de plausibili-dad, nunca de verdad absoluta”. Además, detrás está un resentido, cuando lepreguntan si no está arrepentido por haber contribuido a desencadenar unmecanismo tan gigantesco. “No, en absoluto. La presencia de un jefe reli-gioso en la inauguración de la universidad me parece inoportuna. Un jefe re-ligioso, como se sabe, arrastra una inmensa estructura administrativa.¿Cuándo nosotros, no creyentes, podemos organizar una cosa de este tipo?No tenemos ni un Angelusni un jefe espiritual. Y porsuerte” (Il Corriere dellasera, 18.01.2007).

No es fácil resumir eldiscurso del Papa, largo yprofundo, como de unprofesor que conoce bienla materia. Sobre el temade Galileo, como el de laoposición entre fe y cien-cia, ya se había habladoen su tiempo. Tomandocomo punto de referenciael argumento que otro in-vestigador del proceso ha-bía aclarado, viene a decirque Galileo debiera haber

H

LA VISITA A LA SAPIENZA

dejado sus afirmaciones como opi-niones, y nadie hubiera dicho nada,puesto que tampoco las probaba.Por falta de argumentos a su favorse le condenó.

“Cierto, dice el Papa, en su discur-so, –que después se leyó en la apertu-ra del año académico–, mucho de loque dicen la fe y la teología sólo pue-de ser entendido desde el fondo de lafe y, por tanto, no puede presentarsecomo exigencia para quienes éstapermanece inaccesible. Es verdad, noobstante, que al mismo tiempo elmensaje de la fe cristiana no es nun-ca sólo una ‘comprehensive religiousdoctrine, en el sentido de Rawls, sinouna fuerza purificadora para la mis-ma razón, a la que ayuda a ser másella misma. El mensaje cristiano, porrazón de su origen, debe ser siempreun estímulo hacia la verdad y ser asíuna fuerza contra la presión del po-der y de los intereses”.

“Dentro del punto de vista de laUniversidad, existe el peligro de quela filosofía, no sintiéndose ya capazde su objetivo, se degrade en positi-vismo; que a la teología con su men-saje dirigido a la razón, se la confinea la esfera privada de un grupo máso menos grande. Si la razón –preo-cupada por su presunta pureza- sehace sorda al gran mensaje que leviene de la fe cristiana, se acaba se-cando como un árbol del que las raí-

ces no llegan a las aguasque le dan vida. Pierde elcoraje por la verdad, nohaciéndose más grandesino más pequeña. Aplica-do a nuestra cultura euro-pea esto significa: que siella quiere sólo autocons-truirse, basándose en elcírculo de las propias ar-gumentaciones y en lo queal momento le convence y–preocupada de su laici-dad– se aleja de las raícesde las cuales vive, enton-ces no se hace más razona-ble, sino que se descom-pone y se rompe”. ❦

El Papa envió su discurso a la Sapienza.

7el Reino

EL ESPEJO DE LOS DÍAS

EN TONO MENOR Vicente Muñoz Pellín

A fines de enero dio comienzo en la catedral deTarragona un año jubilar, con motivo del 1.750º ani-versario del martirio del obispo san Fructuoso y desus diáconos Augurio y Eulogio.

San Fructuoso y sus diáconos, encarcelados enesa ciudad (capital entonces de la provincia ro-mana de Hispania Citerior) el domingo día 16 deenero de 259, fueron condenados por el juezEmiliano a ser quemados vivos, durante la perse-cución de los Emperadores Valeriano y Galieno.La sentencia fue ejecutada el siguiente día 21. Laautenticidad de las Actas martiriales no ofrecedudas, y en ellas consta como motivo de la con-dena el no haber querido adorar a los dioses im-periales.

Al llegar al anfiteatro se acercó a Fructuoso uncristiano de nombre Félix, le besó la mano derecha yle pedía que se acordara de él. Le contestó con vozclara, de modo que todos lo pudieron oír: “Es mi de-ber acordarme de la Iglesia católica extendida deOriente a Occidente”.

Hoy, la sede episcopal de Tarragona es capital dela Provincia Eclesiástica que lleva su nombre (de laque forman parte las diócesis de Gerona, Lérida, Seode Urgel, Solsona, Tortosa y Vich, además de la deTarragona). A su frente está el Arzobispo Mons. Jau-me Pujol Balcells, que tiene la condición de metropo-litano y primado.

Además, en Cataluña existe el Arzobispado metro-politano de Barcelona, cuyo titular es el cardenalLuis Martínez Sistach (anterior arzobispo de Tarrago-na); al que pertenecen las diócesis de San Felíu deGuixols y Terrassa: diez diócesis, pues, en total, parauna comunidad autónoma que tiene cuatro provinciasciviles.

En la pagina web del Arzobispado de Tarragona(www:arquebisbatdetarragona) se pueden leer, ver yescuchar muchos servicios relativos a este año jubilarconcedido por el Papa. También se refleja en ella lapresentación del Año que tuvo lugar en Madrid a fi-nales de enero. S. M. el Rey lo calificó como uno delos dos acontecimientos nacionales más significadosdel año 2008, junto con la Exposición de Zaragoza.

Me ha agradado, también, sintonizar en la web ci-tada –dentro del programa tele-visivo diocesano– la breve yamena charla semanal del arzo-bispo, que lleva por título gene-ral “Als quatre vents”. Pero,evidentemente, nada podrá su-plir a una visita a la ciudad, pararecorrer el itinerario martirial delos santos, pedirles la necesariafortaleza en la confesión de la fey ganar el Jubileo. A la esperade ello, podemos dedicar untiempo a leer la pastoral del ar-zobispo, no demasiado larga (17páginas). La titula, en latín: “Ta-rraco: Pauli Ecclesia, FructuosiSedes: Tarragona: Iglesia de sanPablo, sede de san Fructuoso”.

TARRAGONA, AÑO SANTO

Acto de apertura del año jubilarde San Fructuoso en la Catedral de Tarragona.Acto de apertura del año jubilarde San Fructuoso en la Catedral de Tarragona.

8 el Reino

Recuerdo que el pasado mes de noviembre dediquéuna página de esta sección a evocar la figura del PadrePedro Arrupe, Prepósito General de la Compañía de Je-sús de 1965 a 1983 (es decir, durante el inmediato post-concilio), que falleció en Roma en 1991. Lo hice conmotivo del centenario de su nacimiento, lo mismo queanteriormente había glosado el del Cardenal Tarancón.Y creí oportuno unir a la conmemoración del P. Arrupela del beato Hno. Francisco Gárate, de cuyo nacimientose cumplían 150 años. Al unirlos a ambos, Superior ge-neral y Hermano portero, me sonaba dentro lo que ins-piradamente dice nuestra Re-gla (algo similar dirá, sinduda, la jesuítica): “Todos[los miembros] son igualesen la misma profesión devida religiosa, sin otra distin-ción que la de los ministe-rios, [y] llevan fraternalmen-te las cargas unos de otros enuna misma vida común”.Así, cuando, ya enfermo ymarginado del Generalato, elP. Arrupe “concelebraba” adiario la misa en un reducidooratorio con el Hermano quele ayudaba, pudo escribir untexto memorable titulado“La Messe dans ma Cathé-drale”, la misa en mi Cate-dral, que publicó “Études”.

A los pocos días de apa-recer nuestra revista, recibí una carta de un amigo,sacerdote diocesano, diciéndome que el número lehabía satisfecho, y añadía: “Se ve que eres muy sim-patizante de la Compañía de Jesús”. No sé si la pala-bra “simpatizante” es la adecuada en mi caso, pero escierto que valoro mucho su ser y su actuar en la Igle-sia –en el pasado y en el presente– y que tengo algúnbuen amigo jesuita. Por otra parte, el P. Dehon consi-deraba “patronos” de nuestra Congregación SCJ asan Francisco Javier y al propio san Ignacio de Loyo-la. Hablando de éste en su “Directorio Espiritual”,

dice taxativamente: “Nuestra obra es hija de la suya”.

Los datos biográficos sobre el nuevo General de losjesuitas, Padre Adolfo Nicolás, comenzando por su na-cimiento en el Cerrato palentino, son ya conocidos através de la prensa diaria –que se ha recreado quizámás que nunca en el dudoso apelativo de “papa negro”y ha destacado su talante “progresista”– y de los sema-narios eclesiales. Quizá lo que más ha podido impre-sionar en España, incluso a los jóvenes, en estos tiem-pos de localismo, provincianismo y regionalismo tanacusados, es el hecho de que lleva más de cuarentaaños en Asia. A mí me impresiona aún más el espíritude obediencia al Señor y a sus hermanos, que le lleva a

dejar ese continente, insta-larse precariamente enRoma y hacerse cargo de laorientación de toda la Com-pañía, convirtiéndose en uninfatigable itinerante, a susmás de setenta años, paraponerse a disposición de susveinte mil cohermanos porel ancho mundo. Pues a esaedad la gente “normal” creetener derecho al descanso…

He leído una “Carta alnuevo General” que firmaMiguel Rodríguez Olaizo-la, de la que voy a copiaralgunos párrafos, porque esquizá de mayor interés co-nocer qué esperanzas susci-ta en la Compañía su nuevosuperior. Lo que más apre-

cio de esa carta, creo que por razones obvias, es unalínea, a su término: “Y, cómo no, gracias al P. Kol-venbach y a su equipo por todos estos años de entre-ga”. El cargo de prepósito general de la Compañíatiene carácter vitalicio, pero el holandés Peter HansKolvenbach manifestó hace ya tiempo su voluntad derenunciar, convocó con más de un año de antelaciónesta 35ª Congregación General S. J., y obtuvo delSanto Padre la aceptación de su renuncia. No es muyfrecuente que quien puede seguir en el candelero sebaje voluntariamente de él por razones de conciencia.

UN NUEVO GENERAL PARA LOS JESUITAS

Lo que más ha podido impresionardel P. Adolfo Nicolás en España es el hechode que lleva más de cuarenta años en Asia.

El espejo de los días

9el Reino

El espejo de los días

Para terminar, he aquí el texto del emotivo mensa-je del Cardenal Arzobispo de Sevilla, con motivo dela celebración en la catedral del 10º aniversario dela muerte de Alberto Jiménez Becerril y de su esposaAscensión, víctimas del terrorismo etarra:

“¡Parece que fue ayer!... cuando esos disparos –queestremecieron la noche sevillana– hicieron que se he-lara nuestro corazón. Habían acabado con la vida deun joven matrimonio que destilaba alegría, cargado deproyectos y con el único deseo, en ese momento, dellegar lo antes posible a casa para en-contrarse con sus pequeños hijos. Denuevo, un brutal zarpazo de la barba-rie terrorista cercenó la vida de dospersonas que, inocentes, caminabanpor la calle, con mirada limpia y sinodio en su interior. ¡Cuánto dolor, quese hizo presente como noche en lamisma noche!, ¡cuánto estremeci-miento!, ¡cuánta sinrazón…!

Pero nuestra mirada al pasado nose vuelve con resentimiento, es la di-ferencia entre la irracionalidad deunos pretendidos fines –perversos ensu origen y en su meta–, que colocanpor encima del hombre los supuestosobjetivos; y de aquellos principiosque sitúan al hombre y a su dignidad

por encima de los fines. Principios y valores de ex-cepcional importancia, que son, para nosotros, losfundamentos de la vida de todo hombre, de su rela-ción con la transcendencia. Por eso respetamos lavida, también las de aquellos que cegaron las de Al-berto y Ascensión, reconociendo el valor de cadapersona que es amada por Dios. Y vosotros sois unejemplo, querida familia, de dignidad, de fe y deverdad.

El recuerdo imborrable de Alberto y Ascen per-manece entre nosotros, su presencia está viva y nosda fuerza para mirar el futuro con esperanza. Sabe-mos que alcanzaremos el horizonte de la dignidad,

de la justicia, de la verdad. Horizontesostenido por la capacidad de perdón,por la grandeza del corazón que sabedar lugar en él a la misericordia, alamor y la paz. Ellos ya han alcanzadola corona de la gloria, nosotros aúncaminamos hacia nuestra morada enel cielo, y nos consolamos mutua-mente, haciendo posible lo que, estoyseguro, Alberto y Ascensión hubie-ran deseado, vivir en paz los unoscon los otros.

Mi cariño más sincero, mi cercaníay la seguridad de mi oración para quepodamos contemplar que se abre ca-mino la justicia y la paz. Con mi par-ticular bendición”. Carlos Amigo Va-llejo, arzobispo de Sevilla.

DIGNIDAD, JUSTICIA, VERDAD

Dice el P. Olaizola al ya 30º General de la Compa-ñía: “Te toca liderar este proyecto de 19.200 hombresal servicio del Evangelio en esta Iglesia nuestra, plu-ral y compleja, y en un mundo global y herido… Quenos ayudes, a los jesuitas y a quienes con nosotrostrabajan, a no perder nunca de vista la espiritualidadignaciana que nace de una mirada sobre un mundohermoso, pero golpeado de mil formas. Que manten-gamos la capacidad crítica…, que vibremos con lasensibilidad de un Dios que tiene entrañas de miseri-cordia y sed de justicia… Que no tengamos miedo alcambio si es necesario… Desearía que nos ayudasesa ser valientes… Empújanos a volver, una y otra vez,a las fuentes de esa espiritualidad ignaciana dondenuestros primeros compañeros fueron capaces de be-

ber un espíritu que les puso en marcha para incendiarde pasión el mundo. Mucho de esto lo tenemos quehacer nosotros mismos, cada uno de nosotros. Pero esimportante que quien nos lidera marque el sendero.Gracias por el servicio que comienzas. Y que Dios tebendiga y te ilumine en esta nueva misión”.

Al felicitar, a finales de enero, a nuestro colabora-dor el P. Javier García Ruiz de Medina [verSociedad] por la elección de su nuevo General, nosresponde dándonos las gracias y diciéndonos con sa-tisfacción que el P. Adolfo Nicolás y él estudiaronjuntos en el colegio de 1950 a 1953, y coincidieronluego durante cinco años en su formación dentro dela Compañía.

“El recuerdo imborrablede Alberto y Ascen

permanecen entre nosotros,su presencia está viva y nos

da fuerza”, dice el cardenal-arzobispo de Sevilla.

10 el Reino

UN HOMBRE INCÓMODO

odos saben cómo matarona Jesús: crucificado. Pero casi nadie sabe por qué lo mataron, cuál fue el motivo

determinante de su muerte.Durante su vida pública Je-

sús tuvo muchos enfrentamien-tos con las autoridades de sutiempo, y varias veces las auto-ridades estuvieron a punto deapresarlo y darle muerte, perono pudieron por temor a lareacción de la gente. Sin em-bargo, en cierto momento Jesúshizo algo que colmó la paciencia delos gobernantes, y los obligó a to-mar la decisión de acabar con suvida. ¿Cuál fue ese incidente?

Los Evangelios nos presentan dosexplicaciones distintas. Según laprimera, dada por Marcos (seguidode Mateo y Lucas), ese incidentefue la expulsión de los vendedoresdel Templo de Jerusalén. En cambiosegún el Evangelio de San Juan fueel hecho de la resurrección de Láza-ro (Jn 11, 45-54). ¿Cuál de las doses la correcta?

LA LOCURA DE UN GESTO

ayamos adelantando la res-puesta: gracias a otros textosdel Nuevo Testamento es posible deducir que Marcos tiene

razón.En efecto, durante el juicio de Je-

sús, vemos que se lo acusa de un he-cho que tiene relación con el Tem-plo. Los testigos, por ejemplo,sostienen que quiso destruir el Tem-plo y construir otro (Mc 14,58). Ycuando Jesús está clavado en la cruz,la gente que pasa por el lugar se bur-la diciendo: “Eh, tú, que destruyes el

Templo y lo reconstruyes en tresdías” (Mc 15,29). Y cuando más tar-de el diácono Esteban es condenadoa muerte, los testigos vuelven a de-cir: “A este hombre le hemos oídodecir que Jesús Nazareno destruiríaeste Templo y cambiaría las costum-bres de Moisés” (Hch 6,14).

Vemos, pues, que lo que determi-nó la muerte a Jesús parece haber te-nido que ver con el Templo. Se tratade un incidente que ocurrió cierto díaen que Jesús encontró allí a un grupode vendedores de animales y cambis-tas; al verlos se enojó, y los echó dellugar; volcó las mesas de las mone-das, y derribó los puestos de anima-les, mientras les explicaba que elTemplo era la Casa de Dios para orar.

CON GANANCIASREPARTIDAS

or qué estaban en el Tem-plo aquellos vendedores?Porque cuando un judíoquería ofrecer sacrificios a

Dios, no podía llevar un animalcualquiera al Templo. Debía sersin defectos, ni impurezas, nimanchas. Y un animal así noera fácil encontrar. Además,muchos judíos llegaban a Jeru-salén desde muy lejos y no lesera cómodo venir cargando elanimal. Entonces los vendedo-res del Templo les ahorraban eltrabajo, a la vez que les garanti-zaban la pureza del animal. Porotra parte, los judíos mayoresde 20 años debían pagar un im-puesto anual al culto. Pero lamoneda romana (la única que

circulaba en Palestina) no era acep-tada en el Templo por tener grabadala imagen del Emperador. Tampocose aceptaban las monedas extranje-ras que traían los judíos de otrospaíses. Sólo se admitían unas mone-das especiales, acuñadas en la ciu-dad de Tiro. Y los cambistas proveí-an a los peregrinos precisamente detales monedas.

Ese comercio religioso, tolerandopor los sacerdotes, que percibían porello una parte de las ganancias, teníalugar en el atrio exterior del Templo,llamado Atrio de los Gentiles, o delos Paganos.

EL ENOJO DEL MAESTRO

a expulsión de los vendedoreses uno de los episodios másextraños de la vida del Señor,porque nos presenta a un Je-

sús muy distinto del que estábamosacostumbrados a ver. ¿Cómo es po-sible armonizar este Maestro violen-to e intolerante, con aquel otro pací-fico y sereno que predicaba enGalilea, que acogía a los pecadoresy actuaba con mansedumbre hastaen las situaciones más duras?

L

P¿

V

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DIVULGACIÓN BÍBLICA

¿POR QUÉ MATARONA JESÚS? Ariel Álvarez Valdés

El muro de las lamentacionesdel templo de Jerusalén. A Jesús

se le acusó de querer destruireste templo.

11el Reino

Pero el episodio es extraño sobretodo porque no nos permite enten-der qué intención tenía Jesús cuan-do realizó ese gesto. A primera vis-ta parecería que quiso purificar elTemplo de las actividades comer-ciales que ahí realizaban. Pero enrealidad a Jesús nunca le importó lapureza del Templo. Jamás en losEvangelios lo vemos mostrar inte-rés alguno por el decoro de la litur-gia, ni por el recato de los sacerdo-tes, ni por la exactitud de los ritosque éstos ofrecían. Es cierto quefrecuentaba el Templo para lasgrandes fiestas, como cualquierotro judío, y a menudo enseñabaallí a la gente. Pero nuncase preocupó por el culto,ni por su pureza. ¿Por quéahora se enoja tanto con lapresencia de los vendedo-res?

Además, los vendedoresy cambistas no hacían nadamalo. Al contrario, ayuda-ban a los peregrinos acumplir con sus necesida-des para el culto. Por otraparte, no estaban ubicadospropiamente en el Templosino en el atrio exterior,que no era un lugar sagra-do. ¿Por qué se molestóentonces Jesús?

VARIOS INTENTOSDE ENTENDERLO

oy resulta difícil sa ber quépasó aquel día en el Temploentre Jesús y los vendedores.Pero es probable que no sólo

a nosotros nos resulte difícil, sinoque ya en los primeros tiempos,cuando las comunidades cristianastransmitían oralmente el Evangelio,tampoco recordaban por qué se ha-bía producido ese enfrentamiento.Sabían, sí, que el Señor había tenidoun incidente con unos vendedores, yque ese incidente había desencade-nado su muerte, pero no conocían lacausa del mismo.

Por eso, cuando años más tardelos evangelistas compusieron susobras, al llegar a este suceso, comono tenían claro qué había pasado,cada uno trató de entenderlo comopudo, y de contarlo adaptándolo asu propia teología. Por eso cadaevangelista trae una versión diferen-te de ese episodio, con un mensajedistinto.

El primero en escribir fue SanMarcos. Según la versión de Mar-cos, unos días antes de su muerte Je-sús se presentó en Jerusalén acom-pañado por una multitud que loaclamaba y ovacionaba como Mesí-as. Ese día no sucedió nada. Pero al

día siguiente tuvo lugar el altercado.Marcos lo relata así: “Jesús entró enel Templo, y comenzó a echar deallí a los vendedores y compradores;volcó las mesas de los que cambia-ban dinero, y los puestos de los ven-dedores de palomas; y no permitíaque nadie pasara por el Templo lle-vando cosas. Y se puso a enseñar di-ciendo: «La Escritura dice: Mi casaserá llamada casa de oración paratodas las naciones. Pero ustedes lahan convertido en una cueva de la-drones». Cuando los sumos sacerdo-tes y los escribas se enteraron de lo

ocurrido, se propusieron darle muer-te, porque tenían miedo al impactoque sus enseñanzas producían en lagente” (Mc 11,15-18).

AGRANDAR EL TEMPLO

ara entender por qué Marcoscuenta así este episodio, hayque tener presente que él es-cribe para cristianos de ori-

gen pagano. Ahora bien, en el Tem-plo de Jerusalén había dos áreasbien definidas. Una interior, llamadael Atrio de los Israelitas (donde re-zaban exclusivamente los judíos), y

otra exterior, llamada elAtrio de los Gentiles (don-de podían pasar a rezar lospaganos). A esta zona ex-terna los judíos no la con-sideraban propiamentecomo Templo, ni como sa-grada, pues la presencia depaganos la volvía impura.Por eso habían permitidoque allí se instalaran losvendedores, cambistas ymercaderes que hacían susnegocios, ya que Dios allíno se molestaba en atendera nadie.

Lo que Marcos quieredecir, con la reacción deJesús, es que para Jesús elatrio de los paganos, don-

de estaban ubicados los vendedoresy cambistas, también debía conside-rarse Templo, por respeto a los pa-ganos. O sea, donde éstos rezabanera tan sagrado como donde rezabanlos judíos, porque Dios también es-cucha la oración de los paganos. Poreso Jesús exclama: “Mi Casa serállamada Casa de oración para todaslas naciones”. Lo que se propone Je-sús (según Marcos) es colocar a to-dos, judíos y paganos, a un mismonivel, y convertir el Templo de Jeru-salén en un lugar de oración para to-das las naciones. Por eso no permitelas actividades comerciales en elAtrio de los paganos, pues éste estan sagrado como el de los judíos.

P

H

Divulgación bíblica

La entrada de Jesús en Jerusalén,en el pórtico de su pasión y muerte.

12 el Reino

Esta idea de que la ora-ción de judíos y paganos te-nía el mismo valor anteDios constituía, sin duda,una tesis revolucionaria einadmisible para los israeli-tas. Por eso decidieron ma-tarlo.

UNA MANCHADE DOS SIGLOS

a versión de San Mateo es di-ferente (Mt 21, 12-17). Él es-cribe para lec tores de origenjudío, que esperaban la llega-

da de un futuro Mesías. Por esoadapta el relato a esta mentalidad.

Ante todo, dice que Jesús expulsóa los vendedores del Templo el mis-mo día que entró en Jerusalén, y noal día siguiente como dice Marcos.Se trata de un detalle muy importan-te. Porque el día que Él entró en Je-rusalén es el día en que la ciudadentera lo había aclamado como Reyy Mesías. De este modo, Mateoquiere decir que el Jesús que acabade ingresar en el Templo es el Mesí-as que ellos esperaban.

¿Y qué viene a hacer el Mesías alTemplo? Según la creencia judía, elTemplo de Jerusalén estaba impurodesde hacía muchos años. En efecto,en el año 167 a.C. un rey de Siriallamado Antíoco Epífanes había in-vadido Jerusalén y había ofrecido ensu Santuario sacrificios a los diosespaganos. Desde entonces los judíossentían que su Templo estaba man-chado, y vivían consternados poreso, pero no podían hacer nada.Sólo les quedaba aguardar que, se-gún una antigua profecía (Mal 3, 1-3), llegara el Mesías a purificarlo(1 Mac 4, 44-46). Mateo, al presen-tar a Jesús como Mesías, y ademáspurificando el Templo, sugiere quelo purifica no sólo de los vendedo-

res y cambistas, sino de su antigua yvergonzosa mancha.

Para reafirmar esta idea, agregados detalles propios de él: a) diceque luego de expulsar a los vende-dores se le acercaron unos ciegos yparalíticos, y los curó; porque estascuraciones se esperaba del Mesíascuando viniera (Mt 11,5); b) diceque un coro de niños hebreos loaclamó como Mesías; así, ya noquedaba duda alguna de su identi-dad.

A Mateo no le interesa, como aMarcos, el atrio de los paganos (poreso no cuenta el detalle de que Jesúsobstaculiza el paso de la gente porel Templo, ni dice que éste seráCasa de oración para todas las na-ciones). Le interesa el tema delTemplo propiamente dicho, y quieremostrar que Jesús se presenta comoel Mesías que viene a tomar pose-sión de él y a purificarlo. Por esa ra-zón, según Mateo, es que decidieronmatarlo.

LA EXPULSIÓN PACÍFICA

a versión de Lucas es la más breve de todas. Apenas tienedos versículos, y no cuentacasi nada (Lc 19, 45-46). Sólo

dice que Jesús echó fuera a los ven-dedores. No hay mesas volcadas, nipuestos de palomas derribados, ni

gente bloqueada para que nopase.

¿Por qué Lucas lo acortótanto? Porque él escribe parauna comunidad cristiana for-mada por ex-paganos y ex-judíos, que está en crisis, yque amenaza con dividirsepor problemas internos. Poreso busca eliminar de suEvangelio (y también del in-cidente del Templo) casi to-das las escenas de violenciay agresión que pudieranaumentar aún más las tensio-nes que ya había entre suslectores.

Y para Lucas, ¿qué pre-tendió hacer Jesús aquel día en elTemplo? Simplemente lo purificópara convertirlo en un lugar aptopara sus enseñanzas (19,47), algoque no irritaba a ninguno de loslectores de su comunidad. Por eso,a partir de ese momento apareceráJesús enseñando permanentementeen el Templo (20,1; 21,37.38;22,53). Y por eso es que decidieronmatarlo.

POR LA VIDADE UN AMIGO

unque con matices distintos, los tres primeros evangelistascoinciden al menos en que lamuerte de Jesús se debió a la

expulsión de los vendedores delTemplo. En cambio San Juan da unaexplicación totalmente diferente: loque provocó la muerte de Jesús fueel haber resucitado a Lázaro (Jn 11,45-54). ¿Por qué?

La resurrección de Lázaro es elúltimo milagro que Jesús realiza enel cuarto Evangelio. Ya había cura-do a otros enfermos: a un niño confiebre (4,52), a un paralítico que lle-vaba treinta y ocho años enfermo(5,5), a un ciego de nacimiento(9,32). Pero nunca había devuelto lavida a un muerto. Con este milagro,el más espectacular de todos, SanJuan presenta a Jesús con el poder

A

L

L

Divulgación bíblica

La resurrección de Lázarose presentó como motivo

de la condena a muertede Jesús.

13el Reino

sorprendente de dar la Vida a losmuertos; Él es la resurrección enpersona que ha venido a visitarnos(11, 25-26).

Frente a esto, las autoridades nopueden tolerar más y deciden matar-lo. Que alguien devuelva la vida alos muertos ya es demasiado; sevuelve peligroso y difícil de mane-jar. Por eso planean eliminarlo(11,45-53). Pero no cuentan con unasorpresa: que precisamente matán-dolo hacen que Jesús devuelva laVida a los muertos. La muerte de Je-sús es la que inaugura los nuevostiempos, La nueva era de la Vidaeterna. A partir de ese momento, to-dos los muertos pueden resucitar.

La gran ironía de San Juan estáen que a Jesús le quitan la vida paraque Él no haga más resurrecciones;y sin embargo, así es como logranque él resucite a los muertos.

PARA ELIMINAR EL TEMPLO

ntonces para Juan qué pasó con el incidente del Tem-plo? También él lo cuenta,pero al principio de su

Evangelio y con otra intención.Para San Juan, al comienzo de su

vida pública Jesús subió un día alTemplo, y allí se encontró con losvendedores de animales y los cam-bistas, a los que expulsó (2, 13-22).Pero aquí Jesús tiene una intencióndistinta a la que los otros tres evan-gelistas: lo que Jesús quiere hacer esdirectamente eliminar el Templo, yreemplazarlo por su persona.

Por eso Juan añade detalles pro-pios en su relato, que muestran estaidea. Por ejemplo, además de ahu-yentar palomas (como decían losotros tres Evangelios), dice que tam-bién echó afuera bueyes y ovejas.

Porque eran los ani-males empleadoscomo sacrificios en elTemplo, y al venirahora Jesús ya no ha-cen falta más anima-les ni más sacrificiosque su muerte reden-tora. También diceJuan (y sólo él) quecuando le pregunta-ron a Jesús por quéhacía eso él respon-dió: “Destruyan esteTemplo y yo lo le-vantaré en tres días”.Es decir, no sólo lossacrificios sino elmismo Templo ya notienen sentido con lal legada de Jesús.Todo debe ser elimi-nado.

Según Juan, pues,en el incidente con

los vendedores Jesús no pretendióabrir el Templo a los paganos (comodecía Marcos), ni purificarlo (comodecía Mateo), ni convertirlo en lugarde enseñanzas (como decía Lucas),sino eliminarlo. Es un relato simbó-lico de la futura abolición del cultoy los sacrificios judíos ante la llega-da de Jesús, el nuevo Templo deDios. Por eso lo puso a continuaciónde las bodas de Caná, donde Jesústambién hace desaparecer 600 litrosde agua, de la que usaban los judíospara sus ritos de purificación (es de-cir, es el culto judío que desapare-ce), y los convierte en vino. El cultojudío ha dejado de tener valor.

SIEMPRE EL MISMO TEMA

erca del final de su vida, Jesústuvo una disputa con los ven--dedores del Templ que le cos-tó la vida. ¿Por qué? Exacta-

mente no lo sabemos. Pero cadaevangelista se encargó de darle supropia interpretación, según su teo-logía y sus destinatarios. Para Mar-cos, Jesús quiso abrir el Templo alos paganos. Para Mateo, quiso puri-ficarlo. Para Lucas, quiso adaptarlo.Y para Juan, lo que decidió la muer-te de Jesús fue el haber dado la vidaa Lázaro.

¿Quién es el que está en lo cierto?Todos. Jesús murió para que no hu-biera más excluidos (Marcos), paraeliminar la impureza de las intencio-nes torcidas de los creyentes (Ma-teo), para que lo que enseñamos sealo que vivimos (Lucas), y para queel mundo tenga una vida mejor(Juan).

La muerte de Jesús fue un hechotan lleno de significado, tan densoe inagotable en sus consecuencias,que aún con todas las explicacio-nes que los evangelistas nos den nollegamos a desentrañarla del todo.Pero una cosa es cierta: sólo quiense compromete con alguna de esasconsecuencias demuestra haber ex-perimentado la Vida que ella hatraído. ❦

C

E¿

El Vía Crucispor las callesde Jerusalénha sido una prácticasecular de losperegrinosa tierra santa.

Divulgación bíblica

14 el Reino

NOTA DE LA COMISIÓN PERMANENTEDE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLAANTE LAS ELECCIONES GENERALES DE 2008

Madrid, 30 de enero de 2008

l. Los españoles hemos sido convocados a las ur-nas para el próximo 9 de marzo. Como en otrasocasiones semejantes, Los Obispos ofrecemosa los católicos y a todos los que deseen escu-charnos algunas consideraciones que estimulenel ejercicio responsable del voto. Hablamoscomo pastores de la Iglesia que tienen la obli-gación y el derecho de orientar el discerni-miento moral que es necesario hacer cuando setoman decisiones que han de contribuir al ple-no reconocimiento de los derechos fundamen-tales de todos y a la promoción del bien co-mún.

2. Con tal finalidad pensamos que es éste un mo-mento apropiado para leer y meditar de nuevola Instrucción Pastoral aprobada el 23 de noviembre de 2006 por laAsamblea Plenaria de nuestra Conferencia Episcopal bajo el título de“Orientaciones morales ante la situación actual de España”. Recorda-mos algunas ideas fundamentales de esta Instrucción, que han de sercomprendidas, por tanto, en el conjunto de aquel relevante texto.

3. Respetamos a quienes ven las cosas de otra manera. Sólo pedimos li-bertad y respeto para proponer libremente nuestra manera de ver lascosas, sin que nadie se sienta amenazado ni nuestra intervención seainterpretada como una ofensa o como un peligro para la libertad de losdemás. Deseamos colaborar sinceramente en el enriquecimiento espiri-tual de nuestra sociedad, en la consolidación de la auténtica toleranciay de la convivencia en el mutuo respeto, la libertad y la justicia, comofundamento imprescindible de la paz verdadera (n. 81).

4. Si bien es verdad que los católicos pueden apoyar partidos diferentes ymilitar en ellos, también es cierto que no todos los programas sonigualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana,ni son tampoco igualmente cercanos y proporcionados a los objetivos yvalores que los cristianos deben promover en la vida pública (n. 50).

5. Los católicos y los ciudadanos que quieran actuar responsablemente,antes de apoyar con su voto una u otra propuesta, han de valorar las

distintas ofertas políticas, te-niendo en cuenta el aprecioque cada partido, cada pro-grama y cada dirigente otor-ga a la dimensión moral de lavida. La calidad y exigenciamoral de los ciudadanos enel ejercicio de su voto es elmejor medio para mantenerel vigor y la autenticidad delas instituciones democráti-cas (n. 56). No se debe con-fundir la condición de acon-fesionalidad o laicidad delEstado con la desvinculaciónmoral y la exención de obli-gaciones morales objetivas.

SOCIEDAD

EN TORNOA LAS ELECCIONES Conferencia Episcopal

Con fecha de 30 de enero de este año la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Españoladio a conocer una Nota expresando su criterio ante las elecciones generales convocadas para el día 9 demarzo de 2008. Aunque no llegáramos a recibir la revista antes de esa fecha, consideramos importante elcontenido de esa Nota en orden a las elecciones que con frecuencia se celebran. Por este motivo, la reco-gemos íntegramente en EL REINO.

En las votaciones, debemos valorarlas distintas ofertas políticas,

teniendo en cuenta el aprecio quecada partido otorga

a la dimensión moral de la vida.

15el Reino

Al decir esto no pretendemosque los gobernantes se some-tan a los criterios de la moralcatólica. Pero sí que se aten-gan al denominador comúnde la moral fundada en larecta razón y en la experien-cia histórica de cada pueblo(n. 55).

6. “Es preciso afrontar –señalael Papa– con determinacióny claridad de propósitos, elpeligro de opciones políticasy legislativas que contradi-cen valores fundamentales yprincipios antropológicos yéticos arraigados en la natu-raleza del ser humano, enparticular con respecto a ladefensa de la vida humanaen todas sus etapas, desde laconcepción hasta la muertenatural, y a la promoción dela familia fundada en el ma-trimonio, evitando introduciren el ordenamiento públicootras formas de unión quecontribuirían a desestabili-zarla, oscureciendo su carác-ter peculiar y su insustituiblefunción social” (n. 56). Lalegislación debe proteger almatrimonio, empezando porreconocerlo en su ser propioy específico (n. 41).

7. No es justo tratar de construirartificialmente una sociedadsin referencias religiosas, ex-clusivamente terrena, sin cultoa Dios ni aspiración ninguna ala vida eterna (n. 13). En esesentido parece que apuntan,entre otras cosas, las dificulta-des crecientes para incorporarel estudio libre de la religióncatólica en los currículos de laescuela pública, así como elprograma de la nueva asigna-tura, de carácter obligatorio,denominada “Educación parala ciudadanía” (n. 18), que le-siona el derecho de los padres–y de la escuela en colabora-ción con ellos– a formar a sushijos de acuerdo con sus con-vicciones religiosas y mora-les. Es necesario promover un

gran pacto de Estado sobre la base de la libertad de enseñanza y la educa-ción de calidad para todos.

8. El terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo in-compatible con una visión moral de la vida justa y razonable. No sólovulnera gravemente el derecho a la vida y a la libertad, sino que esmuestra de la más dura intolerancia y totalitarismo (n. 65). Una socie-dad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implíci-tamente a una organización terrorista como representante político deningún sector de la población, ni puede tenerla como interlocutor polí-tico (n. 68).

9. En este momento de la sociedad española, algunas situaciones concretasdeben ser tenidas muy particularmente en cuenta. Nos parece que los in-migrantes necesitan especialmente atención y ayuda. Y, junto a los inmi-grantes, los que no tienen trabajo, los que están solos, las jóvenes quepueden caer en las redes de la prostitución, las mujeres humilladas yamenazadas por la violencia doméstica, los niños, objeto de explotacio-nes y de abusos, y quienes no tienen casa ni familia donde acogerse. Hayque trabajar también para superar las injustas distancias y diferenciasentre las personas y las comunidades autónomas, tratando de resolver losproblemas más acuciantes, como son el trabajo, la vivienda accesible, oel disfrute equitativo de la naturaleza, compartiendo dones tan indispen-sables para la vida como el agua y cuidando con esmero el patrimoniocomún de la creación (n. 80). En el orden internacional, es necesarioatender a la justa colaboración al desarrollo integral de los pueblos.

Que el Señor ilumine y fortalezca a todos para actuar en conciencia y confor-me a las exigencias de la convivencia en justicia y libertad. ❦

Sociedad

No es justo construir artificialmente una sociedadsin referencias religiosas.

16 el Reino

ACTUALIDADDE LA INTENCIÓN

a hasta resulta tópico elcomentario de que ennuestros días y ambien-

tes se respira un aire de crispa-ción, por razones de todos co-nocidas. Además no hay másque acercarse a los medios decomunicación para encontrar-nos también con tantos paísesque viven situaciones dramáti-cas, bien lejos de lo que es lapaz y la concordia. En estecontexto parece más que opor-tuna la intención que el papanos confía para orarla y vivirladurante este mes.

Sin duda que a usted, lector,le parece realmente importantela reconciliación entre perso-nas y pueblos. Más aún, nosólo importante, sino fundamental. Y es que si falta esa concordia básica,¿cómo podrá la humanidad vivir en paz? En la medida en que no haya paz,los diversos colectivos no podrán desarrollar sus capacidades, será imposi-ble que los seres humanos se realicen como tales en plenitud.

ENTRE LA INGENUIDADY EL DESCORAZONAMIENTO

ace dos años, en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, elPapa Benedicto XVI constataba “con agrado algunas señales promete-doras en el camino de la paz [...], ciertamente todavía pasos muy tími-

dos [...] que necesitan ser confirmados y consolidados mediante una acciónconcorde e infatigable. [...] No obstante, todo esto no debe inducir a un opti-mismo ingenuo”. Y a continuación destacaba las oscuras pinceladas que en-negrecen el cuadro del mundo actual. Nosotros, más que pecar de ingenuos,tenemos el peligro de dejarnos arrastrar por un descorazonamiento grande,ante una situación mundial tan lamentable.

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Y Frente a naciones que, deuno u otro modo, fomentansentimientos de hostilidad, losorganismos internacionalestendrán que salir al paso porlas vías a su alcance. “La Or-ganización de las NacionesUnidas ha de llegar a ser uninstrumento cada vez más efi-ciente para promover en elmundo los valores de la justi-cia, de la solidaridad y de lapaz”. Son palabras del Mensa-je citado.

“SI QUIERES LA PAZ...”

uántas veces hemos oídoy leído aquel antiguolema romano de finales

del siglo IV: “Si quieres la paz, pre-para la guerra”, es decir, ármatehasta los dientes, y que eso tengaefecto disuasorio ante los potencia-les enemigos. Pero tal máxima noes legítima. La exhortación válidaes la que proclamaba hace unosaños el Papa Juan Pablo II: “Siquieres la paz, trabaja por la justi-cia”. Y es que solo sobre la verdadde Dios y del hombre se construyenlos fundamentos de la auténticapaz.

Es muy posible que usted nohaya reparado en la siguiente Ple-garia de Reconciliación, que apare-

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El papa Juan Pablo II decía:“Si quieres la paz,trabaja para la justicia”.

SOCIEDAD

IMPULSAR EL PERDÓNY LA RECONCILIACIÓNENTRE PERSONASY PUEBLOS Javier García Ruiz de Medina

17el Reino

ce entre los textos dela Liturgia Eucarísti-ca. En ella se formu-la la dolorosa situa-ción que estamoscomentando. Es unaconstatación objeti-va. Por otra parte, seatribuye a la acciónde Dios la superaciónde esta realidad. Unode sus párrafos diceasí:

“En una humani-dad dividida por lasenemistades y lasdiscordias, Tú dirigeslas voluntades paraque se dispongan a lareconciliación. TuEspíritu mueve loscorazones para quelos enemigos vuelvana la amistad, los ad-versarios se den lamano y los pueblosbusquen la unión.Con tu acción eficazconsigues que las lu-chas se apacigüen y crezca el deseode la paz; que el perdón venza alodio y la indulgencia a la vengan-za”.

NUESTRA CONTRIBUCIÓNPERSONAL

as colectividades, desde la fa-milia a la nación, pasando portantos grupos sociales inter-

medios, están formados por indivi-duos. En cada uno de ellos es don-de anidan los sentimientos queconstruyen o que destruyen. Ahorabien, ¿qué puede salir de un cora-zón rebosante de odio, amargadopor el rencor? De la actitud interiorde violencia brotan las accionesviolentas externas. Si “nadie da loque no tiene”, ¿cómo podrá ponerpaz quien carece de ella?

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De ahí lo impres-cindible que es la ac-titud de reconcilia-ción de los propiosindividuos, la cualrepercutirá en la delos colectivos, más omenos amplios y nu-merosos, donde ellosse mueven. Por aquíes por donde ha decomenzar el testimo-nio de los cristianos.Se nos pide fomentarpersonalmente la ac-titud de reconcilia-ción. En ella y a tra-vés de ella tomarácarne el amor deCristo. Se trata deejercitarnos en pedirperdón y en concederperdón.

Alguien ha dicho:“La cima del perdón cuesta, pero luego todo se ve diferente”. Se compren-de la metáfora. Es costoso coronar lo alto de un monte, pero el esfuerzoqueda compensado al disfrutar de la panorámica que se contempla. Haga-mos la prueba, si es que no lo hemos experimentado ya más de una vez:tengamos un corazón humilde para pedir perdón y magnánimo para echarfuera todo rencor. Nos percibiremos muy distintos de como nos sentíamosanteriormente y contribuiremos a que el otro se experimente así también.Realmente se construye en firme sobre la base de la reconciliación.

Querido lector: la intención del mes nos hace orar para que la Iglesiatestimonie el amor de Cristo fomentando la reconciliación; pero la Iglesiano es un ente abstracto: está formada por personas bien concretas, a lasque se nos pide un sentimiento, una actitud, que no son imposibles de sus-citar en nuestro interior. Ahora bien, ante su indudable dificultad, inspira-dos en las palabras del padrenuestro, “perdona nuestras ofensas como tam-bién nosotros perdonamos”, digámosle al Señor: “Que sepamos perdonarcomo tú nos perdonas”. La reconciliación es un don de Dios que debemospedir.

“Quien no está en paz consigo mismo proyecta inevitablementesu lucha interior sobre aquellos con quienes vive, y esparce a sualrededor un germen de lucha” (Thomas Merton)

Sociedad

Alguien ha dicho:“La cima del perdóncuesta, pero luegotodo se ve diferente”.

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PRESENTACIÓN

La Universidad Católica san Antonio deMurcia celebró el II Congreso Interna-

cional de Cofradías y Hermandades con elque –según expresión del Presidente de esecentro de estudios superiores– se quiso ha-cer presente el hecho más importante en lavida del cristiano que es el nacimiento, lamuerte y resurrección de Cristo para dar-nos la vida a todos. Subrayo el concepto de“darnos la vida a todos”, porque esta es lamisión explicada por el mismo Jesús cuan-do dijo de sí haber venido “para que tenganvida y vida abundante”.

En esta etapa de la historia humana en laque parece resquebrajarse el edificio denuestra fe cristiana en países europeos deuna tradición religiosa esplendente, testifi-cada por santos y santas de particular relie-ve por su vida y escritos, nos encontramoshoy con las lacras de la indiferencia reli-giosa, del abandono de la fe, cuando nocon la oposición o la persecución contra laIglesia y sus instituciones. Nos da la impre-sión de que en zonas de Europa la fe cristiana va ala deriva, como otros tiempos en el norte de África.

La Iglesia, por su parte, está insistiendo en la ne-cesidad de una nueva evangelización, y para llevar-la a efecto publicó un nuevo Catecismo y un com-pendio del mismo como ayuda a pastores y cate-quistas en el desempeño de esta importante misiónde difundir y afianzar la fe, de llevar a las personasla vida abundante de la que habló y trasmitió Jesu-cristo.

No obstante lo dicho, en nuestros tiempos actua-les existe en ambientes de pueblos y ciudades deEspaña un especial interés y significativo apreciopor las cofradías y hermandades de semana santa.Se trata de un fenómeno que está arraigando muchoentre la juventud de chicos y chicas.

Creo que no podemos dejar pasar esta singularsensibilidad por lo sagrado sin aprovecharla en unadoble vertiende. La de la manifestación de fe haciafuera, por la presencia de las sagradas imágenes ennuestras calles y plazas, con el consiguiente am-biente festivo y espiritual que se crea, con su per-

ceptible repercusión en la vida social y familiar, poruna parte. Y la de reafirmación de las creenciascristianas o propuestas de evangelización entre loscofrades y hermanos a lo largo del año, por otra.

Si se desaprovechan esas oportunidades, estare-mos contribuyendo a la indiferencia religiosa y a lapérdida de un medio para avivar la fe entre las gen-tes, en especial entre los jóvenes. Las reuniones pe-riódicas de cofradías y hermandades durante el añoofrecen espacio y tiempo adecuados para renovarlos conocimientos y las vivencias cristianas de losparticipantes.

Las cofradías han estado presentes en la Iglesiadesde la edad media. Ellas han sido las primerasformas de agregación de los laicos para la escuchade la palabra y la revisión de vida. En la época mo-derna han seguido otras de distinto signo y enverga-dura, tanto en el campo de la formación como en elde la acción caritativa y benéfica.

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ESPECIAL EL REINO

COFRADÍAS Y HERMANDADES

En pueblos y ciudades de España surge entre losjóvenes un marcado interés por las cofradías y

hermandades de semana santa.

ESPECIAL EL REINO

El cardenal Rylko, presidente del Conse-jo Pontificio para los laicos, afirmó en lahomilía de apertura del congreso al que ha-cemos referencia: “A través de los sigloslas cofradías han sido verdaderas escuelasde vida cristiana y santidad, de profundaespirituaidad y de ardiente devoción a Cris-to, contemplado sobre todo en el misteriopascual, a la Virgen María y a los Santos...Las cofradías han sabido resistir frente aldifuso proceso de secularización de nuestroviejo continente, dando vida a un renaci-miento sorprendente”.

Esas palabras del cardenal son cierta-mente significativas y exigentes, a la vez,pues marcan un programa a seguir de ver-dadera envergadura. En ese proyecto devida no se trata sólo de que las procesionesde semana santa resulten dignas y edifican-tes –éste es un asunto que evidentementedebe cuidarse– sino que, mediante las reu-niones periódicas que se realicen durantetodo el año, se pretenda formar a las perso-nas en la doctrina de Jesucristo y en lasexigencias de seguir sus ejemplos, de fre-cuentar la eucaristía y la penitencia, de sertestigos de la fe en el mundo de hoy y deresponder a las necesidades del prójimo.

En este “Especial EL REINO” del mes de marzoqueremos recoger diversos testimonios de obispos yde otras personas interesadas en el tema de herman-dades y cofradías, como ayuda a los lectores paraentenderlo mejor y para vivir más conscientementela semana santa del presente año. Comenzamos conla homilía del cardenal Stanislaw Rylco, presidentedel pontificio consejo para los laicos, en la eucaris-tía de apertura del Congreso, que bajo el título“Imagen procesional: arte y devoción”. organizó–como se ha dicho– la Universidad Católica SanAntonio de Murcia (UCAM) y el Cabildo Superiorde Cofradías de esa ciudad.

Con esta solemne celebración eucarísticainauguramos el II Congreso Internacional

de Cofradías y Hermandades que tendrá lugar enestos días en la Universidad Católica de San Anto-

nio en Murcia. Confiamos al Señor los trabajos deeste importante evento para que dé frutos abundan-tes en la vida de la Iglesia. En nombre del ConsejoPontificio para los Laicos, renuevo un cordial salu-do a su Excelencia Mons. Juan Antonio Reig Pla,Obispo de Cartagena, a todos los obispos presentes,al Presidente de la Universidad José Luis MendozaPérez y al Rector Magnífico Antonio Montoro Fra-guas, así como a todos los participantes, y felicito alos organizadores por esta valiosa iniciativa.

Con el fin de plantear nuestra común reflexiónquisiera intentar responder a una cuestión funda-mental: ¿Qué es este congreso? ¿Cuál es su signifi-cado profundo? Vuestro congreso es ante todo unaextraordinaria epifanía de la Iglesia que se mani-fiesta aquí en la multiforme riqueza y en la bellezade vuestros carismas. Se trata de carismas muy par-ticulares, con una larga historia en la vida de laIglesia, a menudo plurisecular, que han producido yestán produciendo en nuestros tiempos abundantesfrutos espirituales. Este congreso constituye además

HOMILÍA DE MONSEÑOR RYLCO

Las Cofradías han sabido resistir frente al difusoproceso de secularización de nuestro viejo

contienente.

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ESPECIAL EL REINO

una experiencia concreta de comunión eclesial. Soisefectivamente muy diversos entre vosotros –cadacofradía tiene su especificidad– pero al mismotiempo estáis tan fuertemente unidos que podemoshoy identificarnos con las palabras del Apóstol:«Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espí-ritu; diversidad de ministerios, pero un mismo Se-ñor; diversidad de actuaciones, pero un mismo Diosque obra todo en todos» (1 Co 12, 4-6).

En nuestros días, somos todos testigos ocularesdel difuso redescubrimiento de la piedad popular,caracterizada en particular por el florecimiento delas cofradías. Las cofradías, presentes en la Iglesiadesde el medioevo, han sido las primeras formas deagregación del laicado católico, desenvolviendo através de los siglos una función importantísima.Ciertamente, hoy la Iglesia está viviendo una «nue-va época asociativa de los fieles laicos» (Christifi-deles laici, n. 29), el Espíritu Santo está inspirandonuevos carismas capaces de regenerar el impulsomisionero de las comunidades eclesiales y de sus-citar una extraor-dinaria radicalidadevangélica en lasopciones de vida detantos hombres ymujeres de nuestrot iempo. Si bienagradecidos por es-tas “siempre nue-vas irrupciones delEspíritu en la vi-da de la Iglesia”(Card. Joseph Rat-zinger), inequívocosigno de esperanza,no podemos olvi-dar, sin embargo, alos carismas “anti-guos” que, no obs-tante el paso de los siglos, han sabido conservarhasta hoy su extraordinaria vitalidad y fuerza. LaIglesia cumple así la obra de aquel dueño de casadel Evangelio que «saca de su arca cosas nuevas ycosas viejas» (Mt 13,51). Entonces, «nova et vete-ra”, todos juntos cooperamos al servicio de la evan-gelización. La Iglesia es una madre que acoge a to-dos sus hijos con amor, y tiene necesidad de todoslos carismas donados por el Espíritu: nuevos y anti-guos. ¡La Iglesia tiene necesidad de vosotros ycuenta con vosotros!

2. El Evangelio de hoy nos presenta la historiade diez leprosos curados por Cristo. Todos fueronsanados, pero sólo uno regresó a agradecer al Señorpor el don recibido. Es una lección inolvidable deagradecimiento y de alabanza, actitudes fundamen-tales de la vida cristiana. En efecto, el agradeci-miento manifiesta que hemos comprendido la gran-deza del don recibido y nos lleva a amar realmenteal Padre, del cual proviene «todo don perfecto» (St1,17). La Palabra de Dios nos revela un significadomás de este congreso: una gran acción de gracias yde alabanza a Dios por los “dones carismáticos”desde los cuales nacieron vuestras cofradías. Sinembargo, acción de gracias quiere decir tambiénmemoria, fidelidad y responsabilidad. Por ello,vuestro congreso es una ocasión verdaderamentepropicia para renovar la memoria de los inicios decada una de vuestras cofradías, redescubriendo elcarisma originario en toda su autenticidad. Este esel fundamento de vuestra identidad en la Iglesia, es decir de vuestra vocación y misión. ¡La Iglesia

os debe tanto! Através de los sigloslas cofradías hansido verdaderas es-cuelas de vida cris-tiana y santidad, deprofunda espiritua-lidad y ardiente de-voción a Cristo, con-templado sobre to-do en el misteriopascual, a la Virgeny a los Santos Pa-trones.

Las cofradías hansido también ámbi-tos de diaconía dela caridad, siemprecreativos y previso-

res. Han sabido responder con tempestividad y efi-cacia a los continuos desafíos y necesidades con losque en su momento, a lo largo de la historia, elmundo ha interpelado a la Iglesia. Esta urgente ta-rea se presenta también hoy a vosotros: ¡Servir a lamisión de la Iglesia en nuestros tiempos! Las cofra-días no son solamente el recuerdo de un pasado glo-rioso y benemérito. No son una especie de “piezasde museo” para admirar con nostalgia. No son tam-poco una expresión del folclore religioso para ador-nar nuestras fiestas litúrgicas. Las cofradías son una

Los tronos para transportar las imágenesson verdaderas obras de arte.

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ESPECIAL EL REINO

realidad viva y presente que la Iglesia mira conconfianza y esperanza.

Éstas han sabido resistir frente al difuso procesode secularización de nuestro viejo continente, dan-do vida a un renacimiento sorprendente. Por ello,este congreso constituye también un momento pri-vilegiado para cada una de vuestras cofradías con elfin de abrirse y confrontarse con el hoy de la Igle-sia. Es necesario reforzar el sentido de corresponsa-bilidad para la misión en nuestro mundo. Fidelidadal propio carisma significa también esto. Efectiva-mente, los carismas han sido donados para la “utili-dad común” –como dice el Apóstol–, es decir envistas a la misión evangelizadora de la Iglesia.

3. Con el objetivo de responder a las grandes ex-pectativas de la Iglesia, las cofradías deben enfrentarcon seriedad la importantetarea que el siervo de DiosJuan Pablo II confiara a to-das las agregaciones laica-les: tender hacia la “madurezeclesial”. En efecto, la ma-durez no se obtiene de unavez para siempre. Cada ge-neración está llamada a al-canzarla nuevamente para sí,por lo tanto también la vues-tra. Pero ¿qué cosa significaen concreto “madurez ecle-sial”? El mismo Pontíficenos sugiere la respuesta enla exhortación apostólicaChristifideles laici (n. 30),indicando cinco criteriosfundamentales de discerni-miento. Mencionamos bre-vemente estos criterios deevaluación de la madurezeclesial de las agregacioneslaicales: ante todo la prima-cía dada a la vocación detodo cristiano a la santidad,es decir el «“alto grado” dela vida cristiana ordinaria»(Novo millennio ineunte, n.30); la obediencia incondi-cionada al Magisterio de laIglesia, tanto en la doctrinacomo en la praxis de la vidacotidiana; la dócil obediencia y la comunión sinceracon los Pastores en las diócesis y parroquias; el

compromiso efectivo en la misión de la Iglesia deanunciar a Cristo en un mundo indiferente frente a lafe, que pretende vivir como si Dios no existiese; fi-nalmente, la presencia incisiva en la sociedad, resis-tiendo a la tentación de fugar de ella y buscandotransformarla desde dentro como fermento con el es-píritu evangélico. Siguiendo estos principios funda-mentales, vuestras cofradías se convertirán realmen-te en escuelas de formación de un laicado maduro ymisionero, capaz de responder generosamente a losdesafíos dramáticos que la Iglesia debe afrontar ennuestra época. Para llegar a esta madurez, las cofra-días fieles a su carisma, deberán evitar cualquier for-ma de contraposición en el seno de la Iglesia, asícomo huir de toda tentación de aislamiento, de ce-rrarse en sí mismas, de auto-referencialidad. Estas

deben insertarse orgánica-mente, en espíritu de comu-nión y colaboración, en eltejido vivo de las diócesis yparroquias. Cristo aún hoynos exhorta a todos noso-tros: «Vosotros sois la sal dela tierra. Vosotros sois la luzdel mundo» (Cfr. Mt 5,13.14); «Id por todo el mun-do y proclamad la BuenaNueva a toda la creación»(Mc 16,15). Por ello, estecongreso asume también elsignificado de un renovadoenvío misionero por parte dela Iglesia a vosotros partici-pantes. Sois una extraordi-naria riqueza para realizar lanueva evangelización. Estoyseguro que durante el con-greso cada uno de vosotrosse unirá al profeta para de-cirle al Señor: «¡Heme aquí,envíame!» (Is 6,8).

PARTICIPANTESDESTACADOSEN EL CONGRESO

El obispo de la diócesisde Cartagena, monseñor

Juan Antonio Reig Pla, junto al presidente de laUniversidad Católica San Antonio de Murcia, José

Las Hermandades de semana santano son ni piezas de museo ni expresión

del folclore religioso para adornarnuestras fiestas litúrgicas.

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Luis Mendoza y el presi-dente del Cabildo Superiorde Cofradías de esta ciudadAntonio Ayuso Márquez, alpresentar el programa delCongreso, detallaron la pre-sencia de numerosos obis-pos en su desarrollo.

Por una parte, monseñorStanislaw Rylco fue pre-sentado como la máximaautoridad nombrada por elPapa en lo referente a Co-fradías y Hermandades, alser el presidente del Ponti-ficio Consejo para los Lai-cos. Por ello fue encargadode presidir la eucaristía deapertura y por ello hemosrecogido en estas páginassu homilía significativa.

Por otra parte, junto a losmonseñores Rylko y ReigPla, obispo de la diócesis,merece destacar la asisten-cia al Congreso de los car-denales Darío CastrillónHoyos, presidente de la Comisión Pontificia “Ec-clesia Dei”; Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Se-villa; Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo y Pri-mado de España, que presidió la eucaristía de des-pedida y el arzobispo emérito de Barcelona, carde-nal Ricardo María Carles.

Además de los mencionados cardenales, partici-paron en las sesiones el arzobispo de Zaragoza,monseñor Manuel Ureña y el de Burgos, don Fran-cisco Gil Hellín. También colaboró activamente elobispo de Teruel y Albarracín, monseñor José Ma-nuel Lorca Planes.

El presidente de la Universidad UCAM y consul-tor a su vez del Pontificio Consejo para la Familia,José Luis Mendoza, definió con claridad las pers-pectivas del Congreso –como hemos indicado másarriba– destacando que quiere “hacer presente elhecho más importante de la vida del cristiano, quees el nacimiento, la muerte y resurrección de Cristopara darnos la vida a todos”. Manifestó asimismoque los Congresos están ayudando a que Murcia seaconocida en todo el mundo y que sus semanas san-tas espera que sean reconocidas como de “InterésTurístico Internacional”.

Uno de los responsablesde las cofradías de semanasanta de Alhama de Murcia,Juan Carlos Ibáñez, declaró,como un caso especial, queen el año 1995 las procesio-nes de esa población fueroncalificadas como de InterésTurístico Regional y espe-ran conseguir más altas co-tas para su semana santa,que “es la fiesta más arrai-gada en la población y laque más vecinos y visitan-tes reúne en las calles”.

TESTIMONIOS

Todos los encuentrosque se producen en ini-

ciativas similares a los Con-gresos suelen contribuir ahacer avanzar la doctrina,la experiencia y la investi-gación en los terrenos pro-pios de las ciencias, de las

artes, de la religión... Así también sucedió en Mur-cia en relación con los objetivos de las hermanda-des y cofradías, como agrupaciones de fieles movi-dos por la devoción a algún misterio específico desemana santa, deseosos de perfeccionarse y de ayu-dar a los demás.

El cardenal Rylko, en la homilía que hemos trans-crito, pide a las cofradías sobre todo “madurez ecle-sial”, es decir, una postura ante la vida que testimo-nie valientemente su fe. Esta madurez se consiguesobre todo a través de la vocación de todo cristiano ala santidad, con la obediencia a las enseñanzas de laIglesia, tanto en la doctrina como en la praxis de lavida cotidiana. A esta obediencia y comunión con losPastores, en diócesis y parroquias, se une la voluntaddel anuncio de Cristo al mundo y la contribución a latransformación de la sociedad desde dentro.

Para lograr esos objetivos, merecen destacarselas palabras del cardenal Rylko, que se consideranimportantes en la reflexión sobre las Cofradías.Afirma el prelado que, siguiendo lo apuntado en elpárrafo anterior, “vuestras cofradías se convertiránrealmente en escuelas de formación de un laicadomaduro y misionero, capaz de responder generosa-

El cardenal Rylco pidió a los cofrades madurezeclesial, es decir, una postura ante la vida que

testimonie valientemente su fe.

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ESPECIAL EL REINO

mente a los desafíos dramáticos que la Iglesia debeafrontar en nuestra época”.

Resumiento el pensamiento de la Iglesia actual,deberemos definir las cofradías y las hermandadesde semana santa como escuelas de formación, plata-formas de evangelización y centros de expansión dela caridad con los necesitados. La formación, laevangelización y la caridad son las tres palabras quemejor resumen el cometido de esas asociacionespiadosas que exponen a la devoción popular por ca-lles y plazas las sagradas imágenes de la pasión ymuerte del Señor en los días de la semana santa.

A propósito de esas imagenes de la pasión, el carde-nal Castrillón las presenta como testimonios elocuen-tes del amor de Dios. Ellas quieren mostrarnos el sa-crificio de Dios hecho hombre,mediante realidades típicas delfervor popular español que nosmueven a hacer presente ennuestra sociedad, de un modovisible, didáctico y sensorialese sacrificio hasta la muerte ymuerte de cruz. El drama de lalucha de Cristo contra el peca-do y la gloria de su resurrecciónson expresados plásticamenteen las imágenes sagradas.

El cardenal arzobispo de Se-villa, Carlos Amigo, por suparte, en su conferencia sobre“La imagen y la religiosidadpopular” resaltó que existentres pilares fundementales en lareligiosidad popular. El prime-ro, lo constituye el misterio deCristo. Es normal que movién-donos en ambiente de fe y decristianismo, no se conviertanlas procesiones en meros es-pectáculos de carácter folklóri-co, pues las imágenes no sonsólo para contemplarlas, sinopara que la gente rece.

El segundo pilar es la familia, pues es en el senode la misma, donde juntamente con la fe religiosase aprende a venerar las sagradas imágenes y ya,desde niños, a tomar parte en las procesiones y aentrar en las cofradías, imbuyéndose del espíritulatente en ellas y adquiriendo unas convicciones deprofundo arraigo en el alma, como puede apreciar-se al visitar Andalucía, Murcia y otras localidades

de larga tradición en las celebraciones de semanasanta.

El tercer pilar anotado por el cardenal de Sevillaes el pueblo. Un pueblo que réune a vecinos queemigraron a ciudades grandes, pero que cada añoretornan, como por una promesa sagrada, a sus pue-blos de origen para participar en las procesionesacompañando a los pasos de su elección y tradición.

No se puede concebir la religiosidad popular sinuna imagen. Por ello, a pesar de los vaivenes que hansurgido a lo largo de los siglos, la religiosidad popularsigue viva y muchas cofradías cuentan su historia porsiglos. Esta constatación constituye la fuerza profundade la fe que, incluso en muchos indiferentes reverdeceen los últimos instantes de la vida y los mueve a la

conversión y a la vuelta a lossacramentos, como refugio antela hora de la muerte. Ese es otrode los grandes valores de lastradiciones de semana santa enlos pueblos de España y deotros países que los cultivan.

OTRAS INICIATIVASDE ÁMBITO NACIONAL

También en España, con-cretamente en Roquetas

de Mar (Almería) se celebróel año 2007 el XX EncuentroNacional de Cofradías Peni-tenciales, con una participa-ción de más de 500 personasprocedentes de todas las dió-cesis de nuestro país. La metade estos encuentros suele serla de poner de manifiesto lareligiosidad de las Cofradías yla coherencia de vida cristianade sus miembros.

Monseñor Adolfo GonzálezMontes, obispo de Almería, puso de manifiesto suconvencimiento de que las hermandades y cofradíasconstituyen parte fundamental y sustantiva del ricopatrimonio espiritual de la Iglesia en España, quehemos de conservar y acrecentar. Ellas son un ins-trumento entre los mejores para el apostolado laicaly para la aculturación de la fe a nuestra manera deser y de entender los sentimientos religiosos, modu-lados por la doctrina de la fe.

No se puede concebir la religiosidadpopular sin una imagen,

afirma el cardenal arzobispo de Sevilla.

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Sobre el objetivo del XX Encuentro, el Obispode Almería decía a los participantes que llegabana ese congreso de cofradías penitenciales paraanalizar y reflexionar juntos sobre la vida cristia-na de vuestras hermandades y cofradías, que tie-nen en los actos de piedad y en las procesiones desemana santa una singular presencia pública en lasociedad.

Con toda la información contenida en este artícu-lo sobre las cofradías y hermandades de semanasanta creemos haber prestado un buen motivo de re-flexión y de profundización sobre los valores querepresenta todo aquello que conlleva la salida anuestras calles y plazas de las sagradas imágenesrepresentativas de los misterios de la pasión, muertey resurrección de Jesucristo. A pesar del transcursodel tiempo, estos valores se conservan e incluso seincrementan en nuestra sociedad.

Primera.–Al término de este Congreso Interna-cional, queremos afirmar, que ha supuesto un

acontecimiento de Gracia de Dios, que ha concedi-do no solo a la Universidad Católica, a las Cofra-días y hermandades de Murcia, entidades organiza-doras del mismo, sino también para todos los con-gresistas y los miles de personas que lo han podidoseguir por los medios de comunicación, o paraquienes se han hecho presentes en las distintas cele-braciones, en las parroquias de Murcia.

Segunda.–Durante el mismo, hemos podido re-flexionar intensamente acerca de la identidad cris-tiana de las Cofradías y Hermandades, así como delsignificado específico de sus manifestaciones reli-giosas, culturales y artísticas. Hispanoamérica,Francia, Italia o España, nos han ofrecido bellosejemplos que hemos tenido oportunidad de conocer.Del mismo modo, se han propuesto caminos de re-novación para que Cofradías y Hermandades, pue-dan cumplir la misión que la Iglesia les confía.

Tercera.–Somos conscientes de la situación ac-tual, que el Papa Juan Pablo II calificó como de

CONCLUSIONESDEL II CONGRESO INTERNACIONALDE COFRADÍAS Y HERMANDADES

ESPECIAL EL REINO

Elemento peculiar de la espiritualidad cofradees la veneración de las imágenes que representan

los misterios de la vida de Cristo,de María o de los Santos.

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apostasía de la fe y el Papa Benedicto XVI, comode extraño olvido de Dios, situación fraguada du-rante todo el siglo XX, a través de sus pensadoresateos, que negando la realidad dramática del peca-do, han querido crear la conciencia de que el ser hu-mano no necesita ser redimido y por tanto, no nece-sita de Dios. Sin embargo, el pecado lleva a la des-trucción de muerte, pues rompe la justicia y lo sepa-ra del Padre, y de su ley. Solo el sacrificio de Cristoen la Cruz, es capaz de redimir al hombre de tal si-tuación de esclavitud y muerte.

Cuarta.–Hoy estamos fuertemente constreñidospor una sociedad vacía de valores, sometida al rela-tivismo que erosiona la fe y trata de hacerla social-mente insignificante. A esto se añaden fuerzas per-versas que, como la masonería, tienden a destruirla Iglesia, única defensora hoy de la verdad delhombre.

Quinta.–Por todo ello, se hace urgente que losLaicos tomen conciencia, de que por su bautismoson partícipes de la misión sacerdotal, profética yreal de Cristo y de que es su cometido ordenar lasrealidades temporales, según el plan de Dios.

Sexta.–Para ello se requiere del evangelizador lai-co, en primer lugar, una sólida identidad cristiana,radicada en lo esencial de nuestra fe, vivida desde elencuentro transformador con Cristo, en un mundoque la pone en discusión y en el que predomina elpensamiento débil. En segun lugar, un fuerte sentidode pertenencia a la Iglesia, pertenencia totalizadora,capaz de unificar todas las dimensiones de la vida.Por último, valentía, para una presencia visible e in-cisiva en la sociedad. Todo en función de podermostrar al mundo, la belleza de ser cristianos.

Séptima.–La Nueva Evangelización necesita delos recursos tradicionales y de las nuevas realidadeseclesiales. Históricamente, las Cofradías y Herman-dades, han sido las primeras formas organizadas deapostolado laico. Escuelas de formación, vida cris-tiana y espiritualidad, e instrumentos eficaces parala caridad cristiana. El Congreso nos ha hecho másconscientes de que las Cofradías y Hermandadeshan de ser, también hoy, instrumentos de santifica-ción, siempre en íntima comunión con el Magisteriode la Iglesia y sus pastores, de los que se espera elacompañamiento espiritual de las mismas. Precisa-mente las imágenes sagradas son un mensaje de es-peranza, que nos habla del hombre nuevo, creadosegún Dios, en justicia y santidad.

Octava.–Elemento peculiar de la espiritualidadcofrade es la veneración de las imágenes que repre-

sentan los misterios de la vida de Cristo, la VirgenMaría y los Santos. Tal veneración es plenamentelegítima, como lo demuestra la constante defensade la misma que la Iglesia ha hecho, frente a losque la niegan, así como tambien frente a los quecometen los distintos abusos que malinterpretan suvalor. Las imágenes, despiertan la piedad y nos en-señan la pedagogía de la contemplación y de la me-moria de lo que somos. Sin este elemento, tal devo-ción se desfonda, y las manifestaciones de la pie-dad popular se convierten en elementos folclóricoso en mero refugio de la identidad cultural de lospueblos.

Novena.–Por último, en la espiritualidad de lasCofradías y Hermandades, ha de ocupar un lugarcentral la Eucaristía, en la que se actualiza sacra-mentalmente el sacrificio cruento de la primera Se-mana Santa, recordada plásticamente en las calles yrespuesta al sacrificio redentor de Cristo. Esta res-puesta ha de ser el seguimiento de aquel que la Es-critura define como Cordero de Dios, en una exis-tencia entregada como la suya. ❦

La eucaristía ha de ocupar un lugar central en laespiritualidad de las cofradías y hermandades.

PARA PENSAR

TRANSFORMADA nuestra sociedad –agrícola enotros tiempos, urbana hoy–, se hace difícil en-tender el ambiente de la sementera y el de la

cosecha. La primera es caracterizada por lágrimas; lasegunda, por alegres cantares. Es trabajoso esparcir lasemilla, cuyo fruto es una incógnita; en cambio, essiempre gozoso cosechar el fruto de aquello que sem-bramos, si buena fue la simiente.

En la vida hay tiempo desementera y tiempo de cose-cha. Apenas nacidos, da co-mienzo la siembra; incluso,según algunos, comenzó añosantes de nacer, porque losembrado en quienes nos en-gendraron ya fue sembrandoen nosotros. Siembra son lasatenciones que nos prodigannuestros padres, la alimenta-ción que nos dan, la educa-ción que nos facilitan, la ins-trucción que nos ofrecen. Y,llegados a cierto grado de au-tonomía, siembra es todocuanto hacemos en todas lasdimensiones de nuestra vidapreparando nuestro futuropersonal. La experiencia nosdice que toda esta siembra nola hacemos sin lágrimas, si-nónimo de esfuerzo, supera-ción, sacrificio, privaciones.

A nadie se le oculta que lacalidad de la semilla influye decisivamente en la co-secha. De ahí el esmero con que padres y educadoreshan de seleccionar cuanto se siembra en los primerosaños de la andadura de todo ser humana; más tarde,cuando sea él mismo quien elija cuanto ha de sembrar,deberá ser consciente de su responsabilidad, puestoque la cosecha dependerá en buena parte de lo quesiembre. La sensatez le advertirá que también quienesle rodean siembran en él con su ejemplo y su palabra,y deberá ser él mismo quien acepte o rechace cuantole ofrecen, teniendo presente la cosecha que cada se-milla promete.

El mundo es el gran campo que nos espera comosembradores. Todos tomamos parte en la tarea desembrar, y es increíble la capacidad de fructificar quelleva en sí la semilla que esparcimos. Quienes goza-

mos del don de la fe la consideramos como una delas semillas que hemos de difundir incansablemente,porque estamos llamados a ser transmisores de la feque recibimos. El salmista dice que “lo que oímos yaprendimos lo contaremos a la futura generación, lasalabanzas del Señor, su poder, las maravillas que rea-lizó” (Sal 77, 3-4). Quienes hoy se abren a la vida ne-cesitan la fe que nosotros recibimos, porque también

ellos han de gozar de los bie-nes que reporta. A ellos,pues, contaremos las alaban-zas del Señor, su poder, lasmaravillas que realizó. Prefe-rir el silencio sería interrum-pir la transmisión de la fe,privar de este gran beneficioa posibles destinatarios, talvez por el solo hecho de quesembrar sin cosechar, sinconstatar la eficacia de nues-tro trabajo, exige un gran de-sinterés a la hora de empren-der la tarea. Y no siempresomos desinteresados.

Sembrar es lo nuestro, loque nos importa, aunque notodas nuestras palabras yejemplos den el fruto quedeseamos. En nuestra socie-dad, que valora las accionespartiendo de su eficacia, co-rremos el riesgo de abando-nar nuestra tarea de sembra-

dores del bien cuando no vemos los resultados,cuando no se aprecia la eficacia. Menos mal que Je-sucristo no abandonó su predicación del evangelio,sabedor de que, después de veinte siglos, haríamostan poco caso de su mandamiento: “Amaos unos aotros como yo os he amado”. El cambio operado enSaulo, que “respiraba todavía amenazas y muertescontra los discípulos del Señor” (Hch 9,1), es un re-sultado por el que vale la pena sembrar. Su eficaciaes evidente y alienta al trabajo. Cambios como eldel camino de Damasco no se dan todos los días. Elagente visible del cambio que experimentó Ignaciode Loyola fue un libro que cayó en sus manos du-rante su enfermedad. Pero hemos de tener en cuen-ta que no siempre es tan palpable la eficacia, aun-que tal vez no sea menor. ❦

SEMBRAR Eduardo Perales Pons

“Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares” (Sal 125,5).

El mundo es el gran campoque nos espera como sembradores.

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PARA PENSAR

LA religión consiste esencialmente en creeren Dios. El catecismo de la Iglesia dice:“Creer en Dios significa para el hombre

adherirse a Dios mismo, confiando plenamen-te en él, y dando pleno asentimiento a todas lasverdades por él reveladas, porque Dios es laverdad. Significa creer en un solo Dios en trespersonas: Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Esto es la base de la religión que practica-mos, pero lógicamente no es sólo la fe lo quehemos de tener y practicar, porque también es-tán la esperanza y la caridad, y todas las vir-tudes.

Y tenemos unos mandamientos de la ley deDios, y de la Iglesia que practicamos. Y unossacramentos que nos sirven para aumento degracia, para perdonarnos y para acercarnosmás plenamente a Dios. Y nos acercamos pormedio de la Iglesia.

Dice el catecismo de la Iglesia: “Nadiepuede tener a Dios por Padre, si no tiene a la

Iglesia por Madre”. Esta frase es de san Ci-priano.

Y sigue el Catecismo: “La Iglesia, aunqueformada por personas diversas por la razón delengua, cultura y ritos, profesa con voz unáni-me la única fe recibida de un solo Señor ytransmitida por la única tradición apostólica.

Profesa un solo Dios –Padre, Hijo y Espíri-tu Santo– e implica un solo camino de salva-ción. Por tanto, creeremos con un solo corazóny una sola alma, todo aquello que se contieneen la Palabra de Dios escrita o transmitida, yes propuesto por la Iglesia por ser creído co-mo divinamente revelado”.

En esto consiste esencialmente nuestra reli-gión y hemos de poner todo el corazón y el al-ma entera en vivirla.

No se trata de conocer las cosas reveladas olo que hemos de practicar, sino de vivirlo pro-fundamente y en toda ocasión.

La religión no es una carre-ra, ni un cursillo, ni un master.

La religión es vida y debeimpregnarla por completo. Yeso, hagamos el trabajo quehagamos; tengamos la edadque tengamos; estemos sanoso enfermos; nos sean las cosasfáciles o difíciles.

Desde el bautismo que noshace hijos de Dios y miem-bros de la Iglesia hasta los úl-timos instantes de nuestra vi-da, que suelen ir acompañadospor el sacramento de la unción

LA RELIGIÓN Ángeles Linares Lorente

Nuestra religión es vida y debemos vivirla plenamente.Nuestra religión es vida y debemos vivirla plenamente.

28 el Reino

Para pensar

de enfermos, nuestro vivir debe estar lleno dela práctica de la religión que profesamos.

Podemos vivir en un ambiente o en otro;puede haber ideologías que compartamos o nocompartamos, nos pueden aceptar o nos pue-den rechazar. Pero la religión, nuestra religión,es vida y hemos de vivirla fielmente.

Si tenemos fallos, podemos acceder el sa-cramento de la penitencia que nos perdona. Sinos sentimos débiles, la eucaristía es alimentoy fortaleza, y nos ayuda.

Con la gracia de Dios contamos siempre pa-ra responder y ayudarnos a hacer fructificar to-do lo que hayamos de vivir.

La religión no es para presumir de ella, opara ocultar que la vivimos por respetos hu-manos.

La religión es vida. Y si nuestra vida la ha-cemos sobrenatural y humana a la vez, porquesomos un todo, esa religión nos mantendrá fe-lices y eficaces en esta vida y nos prepararápara la eterna. ❦

LA SANTA SEDE MANTIENE RELACIONES DIPLOMÁTICAS CON 176 ESTADOS

Benedicto XVI explicó que al mantener relaciones diplomáticas con los diferentes países del mun-do la Santa Sede busca promover el sentido de pertenencia común a la familia humana.

«Las relaciones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos se han establecido inspiradas en unespíritu de familia», dijo, en su discurso al CuerpoDiplomático, haciendo referencia a este Estadoque el 31 de mayo de 2007 se convirtió en el últi-mo en acreditarse ante la Santa Sede.

Un informe distribuido por la Oficina de Informa-ción de la Santa Sede informa que en estos mo-mentos mantiene relaciones con 176 Estados.

A estos hay que añadir la Federación Rusa, quemantiene relaciones especiales con un embajadorante el Vaticano, y la Organización para la Libera-ción de Palestina (OLP), que cuenta con una ofici-na de representación ante la Santa Sede.

La Santa Sede está presente en las NacionesUnidas en calidad de «observador permanente» yes miembro de siete organizaciones o agencias dela ONU, observador en otras ocho y miembro u ob-servador en cinco organizaciones regionales.

Creer en Dios significa para el hombreadherirse a Dios mismo.

29el Reino

pagar la luz, cerrar los ojosy pedir a Dios dormir bienpor la noche... Encender la

luz, desperezarse en la cama,abrir los ojos y agradecer a Diosun nuevo día.

¡Qué bonito, qué santo, quécristiano y religioso es termi-nar el día pensando en Dios, yalgunas horas después, comen-zar un nuevo día pensando enDios!

Cuando yo compuse aquellacanción “Estoy pensando enDios, estoy pensando en suamor” estaba hablando de esto.

Mucha gente pregunta en quéme inspiré para escribir esa can-ción. Y yo digo: En la vida de laspersonas que se levantan pensandoen Dios y se deleitan pensando enello, en las muchas madres que ha-cen dormir a sus hijos pensando enDios; que piden a su hijito quepiense en Dios; en el marido queda un beso a su mujer y dice: aho-ra vamos a dormir, mujer. Y ella lerepica: “¡Queda con Dios, duermecon Dios!”. Y la mujer bromea.“¡Pues yo estoy durmiendo conél!” Se trata de esas gentes senci-llas, de alma bella, en las que yopienso cuando escribo esas can-ciones.

Existen matrimonios que vi-ven esa dinámica hermosa deamor y de presencia de Dios.Hay muchos casados que me di-cen: Oiga, cuando la persona que-da a solas en su cuarto y comien-

Aza a hablar de los hijos,de la hija y de las difi-cultades del trabajo y delos problemas que mimujer enfrenta el día en-tero aquí, es un obstácu-lo para ella tener que re-solver por sí sola muchascosas. No tiene posibili-dad de hablar conmigopor teléfono, y yo sigopreocupado.

Vuelve la gente del trabajo y yo veo que mi mujer está entera, can-sada pero entera. Y cuidó muy bien la casa. Y yo también estoy cansa-do y la gente sólo tiene a uno u otro como consuelo, después que los hi-jos se retiraron a dormir.

Es muy bueno para la gente quedar pensando en la vida que Dios nosdio; en el hecho de tener un empleo y de que mi mujer se encuentre tanbien, gracias a Dios; de que sea una madre linda, y de apreciar que mishijos están bien cuidados. Aquí agradezco a Dios por la esposa que élme dio. Y después que la gente hace el amor y tiene ese momento bo-nito de intimidad, ¿qué es tan bueno para un hombre o una mujer saberque ellos cuentan con su Padre Dios? “¡Oh Señor, te estoy muy agrade-cido porque me haces feliz!” Entonces yo me duermo dando gracias aDios, porque tengo ahí, a mi lado, la mujer más querida y sensata queun hombre puede desear.

Y tengo un amigo que me habla de esas cosas. Y yo le digo: Oi-ga: usted es uno de esos de quien yo pueda afirmar: él piensa en Diosen todo lo que hace.

El pueblo acostumbra a orar con gusto. Con él yo, sacerdote, apren-do a rezar todos los días. Me hice sacerdote para enseñar al pueblo a ha-blar con Dios. Pero el pueblo me enseñó mucho más de lo que yo lesintenté mostrar. Muchos adolescentes y muchos jóvenes me enseñaron abuscar a Dios en todos los momentos. ¡Los predicadores también apren-demos de nuestro auditorio! ❦

El padre Zezinhoestuvo en la RAIitaliana en unaentrevista con elpredicador del Papa.

OBJETIVO, EDUCAR

FAMILIAS QUE PIENSANEN DIOS Padre Zezinho

30 el Reino

l ser feliz no es un estado de ánimo, es una actitud constante; para lo-grar esto podemos considerar como fundamental:

1.º Aprender a disfrutar de las pequeñas y cotidianas cosas de nues-tra vida: la conversación, el descanso, el trabajo, la naturaleza, la amistad...Debemos ser conscientes que el afán desordenado por encontrar satisfaccio-nes conduce a una falsa felicidad, es decir, simplemente a un placer...

2.º Ver en nuestras ocupaciones cotidianas un motivo de felicidad. Cual-quiera que sea nuestro trabajo, es la expresión de lo que podemos y sabemoshacer. Realizarlo con entusiasmo, bien hecho y completo, se convierte en unasatisfacción y en nuestra carta de presentación en la sociedad en que vivimos.

3.º Aceptar nuestras cualidades y limitaciones, sin renunciar a mejorar.Con frecuencia podemos centrar nuestra atención en las cosas que nos fal-tan (bienes, mejor puesto en el trabajo, capacidad de relación social). De-bemos aprovechar el tiempo en encontrar todo aquello que nos ayuda a su-perarnos: estudiar más, prepararnos para trabajar en la labor que mejor

E desempeñamos o acercarnos a laspersonas que nos puedan enseñar ysugerir mejores alternativas.

4.º Tener una actitud positiva an-te las personas y las circunstancias.Esto implica la comprensión quetengamos hacia los errores y actitu-des de los demás, evitando provocarproblemas y conflictos. Siempre se-rá mejor enseñar cómo se puedenhacer mejor las cosas, valorando elesfuerzo y los logros obtenidos. Serperseverantes en las dificultades, es-forzándonos por descubrir lo positi-vo de los problemas, tratando de sa-car provecho de la experiencia.

5.º Hacer lo posible por crear unambiente agradable: contando anéc-dotas, organizando pequeños torne-os deportivos para los amigos o lafamilia, festejando los cumpleaños,viendo una película que sea diverti-da... Por lo general, no se requiereorganizar grandes eventos, lo mássencillo es lo mejor.

La felicidad está implícita en lavivencia de los demás valores, cadauno de ellos nos aporta la posibili-dad de llevar una vida plena, positi-va y llena de optimismo.

No podemos renunciar a ser feli-ces, aprendiendo nosotros estamosen condiciones de hacer felices aquienes nos rodean, enseñando quela felicidad no está en tener una vi-da fácil, sino en procurarnos mutua-mente la alegría, el apoyo y direc-ción en todo momento.

LA BÚSQUEDADE LA FELICIDAD

ctualmente, muchas personasse cuestionan cuál es el propó-sito de esta vida. Algunos están

cansados de vivir, otros han perdidola esperanza. Algunos se esfuerzan

A

OBJETIVO, EDUCAR

APRENDERA SER FELIZ (V) Ciriaco Izquierdo Moreno

El ser feliz es un estado de ánimo, es una actitud constante.

31el Reino

en obtener riqueza, creyendo que és-ta les dará la felicidad. Algunos tie-nen riqueza pero no tienen salud, yesto causa infelicidad. Algunos eli-gen ciertas profesiones creyendoque éstas les traerán felicidad. Otrosla buscan a través de las relaciones.Pero a pesar de toda la felicidad queestos recursos puedan proporcionar,son sólo fuentes temporables y limi-tadas y, en muchos casos, tambiéntraen consigo igual cantidad de su-frimiento e infelicidad.

Esta incapacidad para manteneruna felicidad pura y duradera es elresultado de una carencia de fortale-za interna y de valores espirituales.El reconocimiento y la aplicación delas verdades espirituales proporcio-nan la verdadera fuente de felicidad.Mediante el poder de la verdad hayriqueza, y mediante el poder de lapaz hay salud. Juntos dan felicidad.Como un tónico, el conocimientoespiritual devuelve la esperanza aquien la ha perdido. La felicidad pu-ra retorna al que busca estos nuevoshorizontes llenos de esperanza. Se

recuerdan cosas importantes que se habían olvidado. Esta sensación se pue-de comparar a la de volver a casa, al origen; a medida que uno ve los ár-boles y siente la brisa, ¡sabe que se está aproximando a algo que está cer-ca del corazón! ❦

Objetivo, educar

Es aconsejable tener una actitud positiva ante las personasy las circunstancias.

Datos de interés

Capital: MaputoPoblación: 19.792.000Moneda: el meticalEsperanza de vida: 41,9 añosMortalidad infantil: 10,09%Escolarización tercer grado: 1,2%PIB por habitante: 1.389$ USInflación: 7,2%Gasto en educación: 2,4% del PIBDeuda Externa: 4.651 millones de $ USImportaciones: 2.490 millones de $ USExportaciones: 1.902 millones de $ US

Manos Unidas se vuelca con Mozambique, al que haseleccionado este 2008 como país preferente. Hayrazones para esta elección, ya que es uno de lospaíses más pobres y sufridores del sudeste deÁfrica, tras treinta años de guerras que lo deja-ron devastado y empobrecido, con un saldo de900.000 muertos y más de un millón de refugiados.Manos Unidas ha concluido cuatro proyectos, másotro en fase de realización, por un valor de735.000 euros, en la localidad de Chalucuane, pro-vincia de Gaza, a 210 kms. de Maputo, la capital.

32 el Reino

MOZAMBIQUE

Zurcir: Coser la rotura de una tela, juntando los peda-zos con puntadas o pasos ordenados, de modo que launión resulte disimulada.

Calcetín: Calceta o media que cubre el tobillo y partede la pierna sin llegar a la rodilla.

Zurcía calcetines: fotografía de una santa.

Desde 1975 colaboré en una revista titulada: «Misióny sufrimiento», escribiendo palabras de diccionario paralos enfermos misioneros.

En marzo de 1980, quise explicarles lo que eran, loque podían, lo que debían ser. Y eché mano de este es-crito de J.M. Ballarín Monset.

Pasado el tiempo me di cuenta de que se habían dadopor aludidos.

Ojalá los lectores de «EL REINO» también.

En cierto ocasión en Montserrat di una charla sobre«Las grandes vidas». Títuloengañoso, ya que la vida cris-tiana solo es grande cuando sehace pequeña en manos deDios.

Lo que intenté decir fue: Lasanta raza de los arrebatados.

La mayoría de nosotros nosmedio-arrastramos por elmundo y hacemos lo que po-demos. Pero algunos han lle-gado a vivir arrebatados porDios. Implacable, amorosa-mente, Dios los ha cogido has-ta llegar a convertirse paraellos en algo tan suyo comosus propios huesos o su carne.

Cuando Dios llega así, des-poja. Hace pobres en el espíri-tu, pobres que ya no se perte-necen ni les pertenece nada.No esperan ganar, sólo lesqueda entregar la vida comouna semilla.

El alma despojada se vuel-ve transparente. De corazónpuro, capaz de ver a Dios enel hermano sol, el hermanohermano, en su propio sudorde sangre. De corazón puro,

capaz de transparentar a Dios en cualquiera de susgestos.

Esta transparencia no es una promesa del reino de loscielos, es el Reino mismo realizado va en este mundo,como un paraíso hallado de nuevo incluso en las malan-danzas de esta vida. Ahora ya sólo creemos en la angus-tia, en las malandanzas. Pero los que poseen a Dios deveras, tienen el paraíso ya aquí en la tierra.

No es un paraíso estrafalario, no tiene arrobos místi-cos. El arrebatado por Dios, cuando vive totalmentearrebatado por Dios, lleva a Dios en su entraña comoquien lleva la nariz en la cara. Y cobra buen humor.

De rebote, convierte en gracia cuanto toca. Es unconstante creador de gracia y de paz. Él ni siquiera seda cuenta, y nosotros tampoco. Pero es así.

Los pobres de Dios.La santa raza de los arrebatados no es una utopía. Te-

nemos algunos a nuestro alrededor. El mundo está llenode pobres de Dios, ocultos, silenciosos, desconocidos.Nunca sabremos su nombre. No son cigarras a las quese oye cantar. Son hormigas con el alma tan poética que

no se han metido bajo tierra yhan convertido en salmo la es-coba de todos los días.

Hemos conocido a algunode estos pobres de Dios. Hue-len a pan tierno. Son el tempe-ro del mundo. Bajo la costrareseca de las miserias huma-nas, está la capa húmeda delos pobres de Dios. Sin ellosel mundo se hundiría.

Los santos de Dios.Los pobres de Dios son casi

siempre desconocidos, pero devez en cuando asoma alguno aflor de tierra, lo vemos y loconocemos. Son los santos deDios, epifanía, manifestacióndivina. Dios habla por ellos,no con los rayos del Sinaí,sino con la transparencia de lacara de un hombre. Como Be-nito de Nursia o Juana deArco. Y tantos otros.

Hoy todavía nos pertenecen.Han saltado desde su siglo ynos vienen a ver, se nos metenen casa, se sientan a la mesa.Y cuando se van, se nos llevancon ellos, a las tierras de Dios.

ZURCÍA CALCETINES

UN NUEVO DICCIONARIO

LA MORADA DEL SER Jorge Sans Vila

33el Reino

Un nuevo diccionario

Sus vidas parecen extraordinarias. Algunos entreellos, pobrecillos, han tenido que pasar por las llamara-das de una mística un tanto ajena a este mundo. Pero, deveras, ellos son normales. Sobrenaturalmente naturales,huelen a ciprés, a tierra nueva, a arena caliente.

Tienen algo del niño que acaba de nacer, miran almundo con la inocencia del primer día. Hacen nuevo elevangelio, original como cuando se pronunciaron lasbienaventuranzas por primera vez. Y así como Dios tie-ne un solo Verbo, cada uno de ellos tiene una sola pala-bra de la que vive. Benito: pax. Teresita: infancia. Pé-guy: esperanza.

Es una palabra que salta de la cabeza a la entraña delalma. Convertida en creación. La palabra de Benito llenóa Europa de monjes, la de Francisco trazó senderos conpisadas de peregrinos. La de Péguy ha dado esperanza ala más universal de las razas: la de los pecadores.

Los santos de Dios, con su palabra única, son un sa-cramento. Ignacio de Antioquía recuerda que todos te-nemos algo de mártir; Inés, que somos vírgenes necias;Ignacio de Loyola, que tenemos todavía algo de caba-lleros.

Las grandes vidas no son una exhibición del poder deDios.

Son la buena nueva de que dentro de nosotros hayalgo de san Francisco. Amén.

Me parece que terminé así mi charla en Montserrat.Al día siguiente, bajaba de la montaña, que era una

fiesta de encinas y muchachos que subían a pie. Sentíala montaña llena de pobres de Dios. Los que no conoce-mos, los que no han hecho otro milagro que su vida nor-mal y poética. Y recordé a mi madre. Se me ocurrióque, sobre su tumba, se podía haber escrito: Pilar Mont-set, zurcía calcetines.

–¿Y de qué habláis al ir de paseo todos los días des-pués de comer tú y tu amigo?

–De todo. De lo que vemos, de lo que olemos... ah, yde los textos de la misa.

Quienes decimos unas palabras cada día en la misa,vivimos preocupados por encontrar una sonorizaciónmenos indigna a la Palabra de Dios.

Hay textos que por muy inspirados que sean, se resis-ten endiabladamente. En cambio hay otros que hablanpor sí solos.

Preocupación y agradecimiento.Hace años, en un programa televisivo el entrevistador

me preguntó:–¿Está contento de ser sacerdote?

Le contesté:–Creo que su pregunta no está a la altura.–¿Cómo?–Porque es mala. Si le digo que no, va a decir que

por qué no lo dejo. Y no pienso dejarlo. Si le digo quesí, va a decir que ¡qué iba a decir!

–¿Entonces?–Le voy a decir porqué estoy contento, muy contento

de serlo.–¿Por qué?–Porqué nací perezoso.–¿Eh?–Como suena. Aunque no lo parezca. Perezoso y con

amor propio. Si no dijese misa diariamente, conocién-dome, sé que no leería los textos de la misa. Pero comodigo misa todos los días y digo unas palabras tras la lec-tura del evangelio, me veo obligado a leer los textos an-tes, a meditarlos, a saberlos, a saborearlos. Así, poco apoco, día a día, ensiento y hago mía la palabra de Dios.

–¿Usted prepara los textos de la misa?–...–Hágase sacerdote. Sobre todo, si es perezoso como

yo. Es un buen oficio, se lo aseguro. ❦

HÁGASE SACERDOTE

Oración de Juan Pablo II (1989).

34 el Reino

HACIA UN MUNDO MEJOR

DESCUBRIMIENTO María Ángeles Chavarría Aznar

Nunca había estado en Valencia. En realidad, nuncahabía estado en una población mayor de mil seiscientoshabitantes. Vengo de una aldea chica. No sé si llegare-mos a setenta. Ya me parecen muchos.

Siempre estuve en mi pueblo. Provincia de Guadala-jara. Casi limítrofe con la de Teruel. Muy frío y pinto-resco. Todavía vivíamos del pastoreo. Compartíamos untelevisor y no lo echábamos de menos. A todas horashabía algo que hacer. Todos colaboraban en las bodas.Acudían por derecho propio. Más que el de familiaresforasteros de un solo día. En realidad dos. Allí las bodassiempre han durado dos días. Tablas inmensas. Muchacarne. Mucho vino. No faltaba de nada. Luego se corríala paletilla. Dos carreras. Una entre los jóvenes. Otrapara los mayores de cuarenta. El premio era un par depiernas de cordero. Más carne. Más fiesta. Por la noche,baile en la plaza.

Tenía diecisiete años y no había salido de mi pueblo.Me fui con unos tíos, primos en realidad, a Valencia.Estaba pasando unos días en su pueblo. Ya grande paramí. Mi prima, en realidad sobrina, tenía siete años y lle-vaba corrector bucal. La excusa para el viaje a la ciudadera la visita a su dentista.

En el coche ya estaba boquiabierta. Pero cuandobajé, me volví asustadiza. Vehículos por todas par-tes. Mi tío avanzaba predispuesto cuando un círculo

luminoso cambiaba el rojo por el verde. “¿Estás se-guro?” yo lo miraba con algo de inseguridad. Teníarazón. Atravesábamos la calle sobre unas franjaspintadas de blanco. Todos los coches se paraban anuestro paso. Yo los miraba con incredulidad. Por siacaso, cruzaba corriendo. No me fiaba demasiado.Sonreía con risa nerviosa. Fragilidad de niña adoles-cente.

Fuimos también a un centro comercial. Nunca habíavisto tantas cosas juntas. Pañuelos, bolsos, perfumes,envoltorios de colores... Estaba en el centro del paraíso.Mi tía me dijo que si subíamos algunas plantas estaría-mos en la de juventud. ¡La de juventud! ¿Había plantaspor edades? Nos dirigimos a unas escaleras que se mo-vían. No sabía cómo colocar el pie para no caerme. Miprima me dio la mano. Era muy fácil. También la baran-dilla se movía mientras ascendíamos. Aquello era im-presionante. Yo no podía dejar de reír. Me habían conta-do cómo eran las montañas rusas. Aquel mecanismodebería de ser algo parecido. Cuando llegué arriba sentíun poco de vértigo, pero pronto aprendí a colocar bienlos pies. Era muy divertido. Quería repetir. “Tranquila,aún quedan más pisos”.

Allí había ropa suficiente como para vestir a diezgeneraciones de mi pueblo. ¡Qué digo diez! ¡A ciencomo mínimo! Estaban todo los colores. Todo era pre-cioso. Mi madre confeccionaba la ropa de toda la fa-milia con las telas que traía un vendedor ambulante.

Estampados. Azules. Más o menosvenía una vez al mes. Según las ne-vadas. A mí me gustaba estrenar. Mirostro se iluminaba cuando llevabauna falda o una blusa nueva. A ve-ces alguien traía una revista con pa-trones del pueblo de al lado. Reu-nión de mujeres. Y todas lasmuchachas lucíamos vestidos con elmismo corte. Aquel centro era paramí como la casita de chocolate deHansel y Gretel para los niños. Erael paraíso del corte y confección.

Podía probar lo que quisiera. Na-die decía nada. Era de verdad unahistoria de cuento para mí. Yo era laCenicienta con el mundo a mi alcan-ce. Me compraron unos pantalones

“Fuimos también a un centro comercial. Nunca habíavisto tantas cosas juntas”.

35el Reino

PÁGINAS SOCIALES

LA HORA DE LA VERDAD,LA DIFÍCIL COHERENCIA Teodoro Sáez Fernández*

negros entallados y una camisade tela vaporosa en tonos rojos ygrises. No pude resistirme a lainsistencia. Sí, lo sé. Ya fueronmuy amables invitándome. Peroestaba feliz. Y ellos también.Reía sin cesar. Quise llevármelopuesto. “¿Podía ser?” Era posi-ble. ¿Cómo no iba a serlo? Mi tíaentregó un trozo de cartón a ladependienta y el conjunto eramío. Después de eso, nada eraimposible.

Años después me casé. Todos

colaboraron. Mucha carne. Mu-cho vino. Se corrió la paletilla.Hubo baile en la plaza. Acudie-ron mis tíos, en realidad mis pri-mos. Los que contemplaron misojos atónitos por primera vez.Todavía conservo aquel conjun-to. Ya no me sorprenden las es-caleras mecánicas, aunque a ve-ces recuerdo aquella risainocente. “¿De qué te ríesmamá?” “Nada hija. Recordabacómo era antes de vivir en Bar-celona”. ❦

a sé –como ha dicho alguien–que hablar de política es comometer la mano entre ortigas.

Pero reflexionando desde nuestra fecristiana, no tengo más remedio quetocar este tema, y más ahora queconmemoramos en la liturgia la se-mana santa, en la que Cristo muriópara salvarnos, condenado por losque entendieron que su “política”–es decir, su doctrina– rompía contodos los planes y programas de lavida humana en su tiempo. Inclusolo consideraron revolucionario y unpeligro para el Imperio Romano.

Y no se equivocaron, porque la“política de Dios”, la política delamor, no casaba con las ideologíasde escribas y fariseos, Las ponía enevidencia, las ridiculizaba ante elpueblo y ponía en peligro su podery ambición, aun a pesar de que Cris-to decía que su Reino no era de es-te mundo (¿No podríamos hoy decirlo mismo?).

Desgraciadamente la política delos hombres hoy deja bastante quedesear. En muchos casos es contra-ria y enfrentada con la política de

Dios. Vivir hoy, desde unasituación de vida cristiana,es una tarea compleja si sequiere ser coherente conella, pues nuestra vida sedesarrolla tanto en el pla-no individual como en elsocial, y en este sentidonada hay indiferente paraDios.

La vida no es una páginapara Dios y otra para loshombres. La vida se desa-rrolla en un solo y únicocapítulo que se inicia conDios y termina con él. To-das las actividades huma-nas, quiérase o no, están re-lacionadas con Dios. Enningún momento le es legí-timo al hombre volver laespalda a Dios como si noexistiera y dar a entenderque hay cosas –particular-

Y

Hacia un mundo mejor

“Yo era la Cenicienta con un mundoa mi alcance”.

La “política de Dios”,la política del amor,no casaba con la de

los escribas y fariseos.

36 el Reino

mente las sociales y políticas– que aél no le importan ni ponen en peli-gro nuestra salvación. Todo lo con-trario. En estas actividades se poneen juego el plan de Dios para salvara todos los hombres (nosotros in-cluidos).

La política de Dios no es un jue-go. Es para los cristianos algo serio,trascendente y necesario, si quere-mos que el hombre alcance su ple-nitud, progreso y felicidad en estemundo y su salvación como metaúltima y definitiva. Yo entiendo queno hay solución a la cuestión socialfuera del Evangelio. “Es únicamen-te desde la fe en Jesús y desde elcumplimiento de nuestra moral cris-tiana de servicio, desdedonde se han de solucionarlos problemas; eso, sin im-poner nada a nadie, peroconscientes de que ahí estáel verdadero progreso”.

Ni siquiera desde la indi-ferencia, ni escondiendo lacabeza debajo el ala, deja-mos de responsabilizarnosde cuanto pueda ocurrir anuestro alrededor si ennuestras manos está –connuestras palabras y connuestras acciones– contri-buir a evitar todo aquelloque pueda atentar contra losprincipios y valores cristianos. Eneste sentido, por ser cristianos y porcreer en Dios, somos militantes delbien, de la verdad y de la justicia.No sirven los silencios, es la voz denuestra conciencia la que hay queoír para seguirla, sin claudicaciones,en coherencia con la fe de lo que so-mos: creyentes.

La política está (o debe estar) ba-jo unos principios morales, y deellos depende y a ellos debe servir.Lo contrario diríamos que no es po-lítica; eso es politiqueo y a los quela sirven más que políticos les lla-maría politicastros. Desgraciada-mente, esto ocurre con frecuencia.La osadía política, hoy, trata con to-dos sus medios de vaciar de conte-nido moral la vida ciudadana entera(en la escuela, en la familia, en las

costumbres...) cuando no la atacaabiertamente si ésta manifiesta susfirmes creencias, como es el casoreciente de la celebración de la fa-milia cristiana en Madrid.

Tales profesionales de la políticaolvidan que deben dar cuenta desus actos de gobierno a los hom-bres, a unos principios éticos, a unaley natural y, en definitiva, a Dios.No olvido aquí a los auténticos po-líticos que hacen de su profesiónuna vocación al servicio de los de-más, aún a costa de grandes sacri-ficios, incluso olvidándose de símismos y hasta pagando con su vi-da. Hay que estar agradecidos aellos y apoyarlos.

Pero ¿qué consecuencias pode-mos sacar de estas reflexiones? An-te las circunstancias políticas quecomo cristianos vivimos día a día,podemos tomar diversas posturas.

La más corriente es la de rechazoa la cuestión política, como si fueraalgo que no nos afecta y “pasamos”de ella. Olvidamos que el hombre, ypor lo tanto también el cristiano, esun ser social y político por naturale-za, en el mejor sentido de la palabra.Es decir, está llamado a convivircon otros hombres, a relacionarsecon ellos y a participar en su orga-nización para alcanzar ciertos bienesque individualmente no podría. Ca-da hombre necesita de los demás ylos demás de él. Nuestra indiferen-cia ante el hecho social-político nonos libera de responsabilidad y de

culpabilidad en el caso de que lascosas no resultaran bien.

La política de Dios exige al cris-tiano su colaboración, que dé la ca-ra en la medida de sus posibilidades,para intentar lograr que la políticade los hombres haga viables losprincipios y valores cristianos en es-ta vida. Esta actitud y comporta-miento es para nosotros los cristia-nos una prueba más para medirnuestra coherencia con la doctrinade Dios. Es en esta vida de cada día–privada y pública– donde estamosllamados a testimoniar nuestra fe,pase lo que pase. ¡Indiferentes, no!

Afortunadamente, en la vida de-mocrática, todos tenemos a nuestro

alcance unos medios legíti-mos y legales que, a pocoque arrimemos el hombroaplicando la coherencia connuestros principios y con-vicciones en la vida pública,la política de Dios sería unarealidad. La política de loshombres también sería máscoherente con los principiosy con los valores cristianos.Estos medios son: nuestrotestimonio y la participaciónen la vida pública con nues-tra palabra y con nuestro vo-to, sin olvidar que es nues-tra conciencia cristiana la

que ha de ir marcándonos la pautade nuestro obrar. Nadie más. Aun-que esto lleve consigo incomodidady algún sacrificio.

“Nunca te rindas; tu concienciano tiene precio. Sé coherente siem-pre con tus principios”. No confun-das lo legal con lo moral. No todolo legal y/o constitucional es moral.Es un absurdo pensar que el voto dela mayoría da categoría moral acualquier decisión democrática. Es-te es hoy un mal muy extendido yde fatales consecuencias para elhombre y para los planes de Dios,de cuya soberanía ni debemos ni po-demos sustraernos. ❦

* El autor de este artículo es catedráticoemérito de Universidad.

Páginas sociales

Lo más frecuente es la indiferenciaante la cuestión política,como si fuera algo que no nos afecta.

Lo más frecuente es la indiferenciaante la cuestión política,como si fuera algo que no nos afecta.

37el Reino

Con motivo de la Cuaresma,el papa Benedicto XVI dirigióun mensaje a la Iglesia del quepresentamos las ideas más so-bresalientes, acerca de la cues-tión de la limosna.

«Nuestro Señor Jesucristo,siendo rico, por vosotros se hi-zo pobre» (2 Corintios 8,9)

ueridos hermanos y herma-nas!

Cada año, la Cuaresmanos ofrece una ocasión pro-

videncial para profundizar en el sen-tido y el valor de ser cristianos, y nosestimula a descubrir de nuevo la mi-sericordia de Dios para que tambiénno-sotros lleguemos a ser más miseri-cordiosos con nuestros hermanos. Enel tiempo cuaresmal la Iglesia sepreocupa de proponer algunos com-promisos específicos que acompañenconcretamente a los fieles en esteproceso de renovación interior: sonla oración, el ayuno y la limosna. Es-te año, en mi acostumbrado Mensajecuaresmal, deseo detenerme a refle-xionar sobre la práctica de la limos-na, que representa una manera con-creta de ayudar a los necesitados y, almismo tiempo, un ejercicio ascéticopara liberarse del apego a los bienesterrenales. Cuán fuerte es la seduc-ción de las riquezas materiales ycuán tajante tiene que ser nuestra de-cisión de no idolatrarlas, lo afirmaJesús de manera perentoria: «No po-déis servir a Dios y al dinero».

La limosna nos ayuda a vencer es-ta constante tentación, educándonosa socorrer al prójimo en sus necesi-dades y a compartir con los demás loque poseemos por bondad divina.Las colectas especiales en favor delos pobres, que en Cuaresma se rea-lizan en muchas partes del mundo,tienen esta finalidad. De este modo,a la purificación interior se añade ungesto de comunión eclesial, al igual

que sucedía en la Iglesia primitiva.San Pablo habla de ello en sus car-tas acerca de la colecta en favor dela comunidad de Jerusalén.

Según las enseñanzas evangéli-cas, no somos propietarios de losbienes que poseemos, sino adminis-tradores: por tanto, no debemos con-siderarlos una propiedad exclusiva,sino medios a través de los cuales elSeñor nos llama, a cada uno de no-sotros, a ser un medio de su provi-dencia hacia el prójimo. Como re-cuerda el Catecismo de la IglesiaCatólica, los bienes materiales tie-nen un valor social, según el princi-pio de su destino universal.

En el Evangelio es clara la amo-nestación de Jesús hacia los que po-seen las riquezas terrenas y las uti-lizan solo para sí mismos. Frente ala muchedumbre que, carente de to-do, sufre el hambre, adquieren el to-no de un fuerte reproche las pala-bras de San Juan: «Si alguno queposee bienes del mundo, ve a suhermano que está necesitado y lecierra sus entrañas, ¿cómo puedepermanecer en él el amor de Dios?»(1 Jn 3,17). La llamada a compartirlos bienes resuena con mayor elo-cuencia en los países en los que lamayoría de la población es cristiana,puesto que su responsabilidad fren-te a la multitud que sufre en la indi-

gencia y en el abandonoes aún más grave. Soco-rrer a los necesitados esun deber de justicia aunantes que un acto de cari-dad.

Invitándonos a conside-rar la limosna con una mi-rada más profunda, quetrascienda la dimensiónpuramente material, laEscritura nos enseña quehay mayor felicidad en

dar que en recibir. Cuando actua-mos con amor expresamos la ver-dad de nuestro ser: en efecto, no he-mos sido creados para nosotrosmismos, sino para Dios y para loshermanos (cf. 2 Cor 5,15). Cadavez que por amor de Dios compar-timos nuestros bienes con el próji-mo necesitado experimentamos quela plenitud de vida viene del amory lo recuperamos todo como bendi-ción en forma de paz, de satisfac-ción interior y de alegría. El Padrecelestial recompensa nuestras li-mosnas con su alegría. Y hay más:San Pedro cita entre los frutos espi-rituales de la limosna el perdón delos pecados. “La caridad –escribe–cubre multitud de pecados». Comoa menudo repite la liturgia cuares-mal, Dios nos ofrece, a los pecado-res, la posibilidad de ser perdona-dos. El hecho de compartir con lospobres lo que poseemos nos dispo-ne a recibir ese don. En este mo-mento pienso en los que sienten elpeso del mal que han hecho y, pre-cisamente por eso, se sienten lejosde Dios, temerosos y casi incapacesde recurrir a él. La limosna, acer-cándonos a los demás, nos acerca aDios y puede convertirse en un ins-trumento de auténtica conversión yreconciliación con él y con los her-manos. ❦

Existen en el mundonumerosos ámbitosde pobreza.

PÁGINAS SOCIALES

MENSAJE CUARESMAL DEL PAPA

38 el Reino

MISIÓN Y MISIONEROS

UN HOMBRE QUE NACIÓY VIVIÓ PARA SUFRIR Artemio López Merino

engo delante la fotografía de D. Benigno Vallejo. Se la hice yo mis-mo, pero nunca se la pude entregar; y no porque hubiera un retrasopor mi parte, sino porque el mismo día que me la revelaron y se la ibaa enseñar y regalar, nos enteramos de que había fallecido. Después de

este tipo de desenlaces, surgen las consabidas preguntas del cómo, del cuán-do... De igual modo, aunque no te toque muy de cerca, te da lástima, puesentiendes que podría haber sido mucho más tarde o en otras circunstancias.Precisamente las circunstancias de la muerte de este buen hombre, son lasque me han hecho reflexionar y querer saber más de él.

A decir verdad, nosotros, la comunidad religiosa de Padres Dehonianosde Quito, no le conocimos hasta hace aproximadamente tres meses, a pesarde que resultó ser vecino muy cercano a nuestra vivienda. La ocasión pro-picia fue su presencia en nuestro “Centro de día”, al que accedió para reci-bir algunas sesiones de masaje y de rehabilitación. Pronto supimos que setrataba de una persona muy delicada de salud, así como de que era muy po-bre. Por supuesto, desde un principio, no solo no le cobramos absolutamentenada por las sesiones de fisioterapia y reflexoterapia que recibía, sino queaquellos días de curación también le invitábamos a participar en el almuer-zo preparado para los ancianos del Centro.

Paty, que así se llama nuestra fisioterapeuta, en primer lugar, le estuvo cu-rando las piernas, que las tenía en estado verdaderamente lamentable. A cau-sa de las muchas caídas que había sufrido, se le fueron formando algunasheridas y moratones, que se le fueron infectando por no haber sido debida-mente atendido a su tiempo. Igualmente, se le tuvo que sajar para poderleeliminar los diversos coágulos de sangre. Esta pequeña operación le resultómuy dolorosa, debido sobre todo a que la misma infección impedía que laanestesia hiciera su benéfico efecto. También tuvo que sufrir bastante en las

sesiones posteriores de la te-rapia curativa. A este res-pecto, el P. José Luis Do-mínguez, que fue testigo dealguna de esas sesiones loexplicaba así: “apretabafuertemente mi mano y apo-yaba su cabeza en mi bra-zo”.

Con este panorama, lógi-camente su caminar era muydificultoso y torpe. Realmen-te, causaba mucha pena ver-le andar, pero sobre todo, su-bir las escaleras; menos malque en el Centro hay muypocas gradas. Esta dificultadle afectó también a todo susistema motriz; incluso parahablar y escuchar con ciertanormalidad, tenía que esfor-zarse bastante. Pero éste no

T era todo su “calvario”, puesto que ensu historial médico figuraban tambiénla diabetes, la hipertensión, la incon-tinencia...

Cuando estuvo un poco recupera-do y ya se podía valer por sí mismo,aunque andaba con bastones, le in-vitamos a ingresar en el Centro. Co-mo se trata de un Centro de día, losbeneficiarios están con nosotros tansolo unas horas, exactamente entrelas 8,15 de la mañana y las 2,30 dela tarde. Al no disponer todavía deun medio de transporte, pedimos alos familiares de estos ancianos losacompañen en sus idas y venidas desus casas al Centro y viceversa.

Como les decía, D. Benigno vivíaen la misma calle y en la misma ace-ra de nuestra casa, en la cuadra de allado, por lo que su familia no debie-ra tener problemas para acompañar-le. Sabíamos que vivía con su hijoDaniel, pero un buen día apareció enescena una señora, que resultó ser lamadre de Daniel y la esposa de D.Benigno. Aparentemente normal,pronto asomaron en su comporta-miento los signos de desequilibriomental ocasionados por la esquizo-frenia que padecía, por lo que, ordi-nariamente, solía estar internada enun centro psiquiátrico. Después su-pimos que el matrimonio tenía sietehijos, la mayor parte de ellos ya ca-sados, pero cada uno vivía a su airey sin importarles demasiado qué vi-da llevaran sus progenitores.

Fueron muy pocos los días que D. Benigno llegó a estar en el Cen-tro: escasamente una semana y enplan de prueba para su adaptación;por eso mismo, aún no se le habíahecho formalmente la ficha de bene-ficiario. A primera vista, se le veíaconforme y contento en su nuevoambiente. Pero como yo no tuveocasión de tratarle mucho, hablo unpoco desde mis impresiones, aun-

D. Benigno Vallejo (R.I.P.).

39el Reino

que, cuando afirmo algo sobre él, mebaso más en lo que me han referidoel Padre José Luis, la cuidadora delos ancianos o la fisioterapeuta.Pronto nos dimos cuenta de que elCentro no estaba acondicionado pa-ra poder atender debidamente a estetipo de enfermos, y decidimos ayu-darle en su casa llevándole diaria-mente la comida y limpiándole la ro-pa. Era lo menos que podíamoshacer, especialmente, viendo que vi-vía solo con su hijo menor quien,además, estaba muy ocupado en bus-carse trabajo. Y por supuesto, segui-ría viniendo al Centro a hacer su re-habilitación cuantos días necesitase.

El día 5 de diciembre de 2007, co-mo todos los días, D.ª Grimanesa fuea llevarle la ropa y la comida. Llamóa la puerta insistentemente porquenadie le contestaba y decidió abrir yentrar. Su recelo aumentó cuando nolo encontró en su habitación. Efecti-vamente, había sucedido lo que seestaba temiendo: D. Benigno estabade cuerpo presente, tumbado en elfrío suelo de la cocina. Asustada deltodo, tan solo pudo salir corriendopara avisarnos del triste desenlace.

Después de lo dolorosa que tuvoque ser la vida de este buen hombre,que parece “había nacido para vivirsufriendo”, se siente más la pena dela soledad del fin de sus días en latierra. A pesar de nuestra insistencia

a Daniel para queno dejara solo a supadre, la noticia lesorprendió, nos di-ce, buscando traba-jo. Sin entrar en jui-cios de valor, cada cual puede pensar sobre la importancia de las opcionesy de las obligaciones. Pero es que ahí no termina la cosa, ya que ese mis-mo día nos enteramos de que este joven estaba adherido a la droga, lo quenos da pie para sospechar sobre el destino de los donativos recibidos paraayudar a sus padres.

El hilo de nuestro pensamiento se marcha ahora hacia el resto de los hi-jos de D. Benigno, puesto que una de las hijas, al enterarse de que su pa-dre había muerto en esas circunstancias, parece que se quería justificar di-ciendo que el cuidado de sus padres les correspondía a los hijos que estabansolteros, pues los casados ya tenían su propia familia a la que se debían conmás obligación. Aunque aquel no era un buen momento para discutir, y me-nos sobre las obligaciones preferenciales, sí quise decirle claramente que surazonamiento no era del todo coherente y que el estado social, ni quita nipone las obligaciones sobre la justicia y la caridad.

También Daniel, en algún momento comentó el hecho de que su padre sehabía portado mal con sus hijos, y que por eso ahora ellos no querían sa-ber nada de su padre. Se le contestó, que nosotros los cristianos tenemosuna respuesta muy clara y bien distinta: el perdón y el amor. Desde ahí, en-tendemos que su actitud es tan irresponsable como inmadura. No podemosni debemos responder con la misma moneda, principalmente, pensando quenuestros ancianos padres, en esos momentos de su vida necesitan toda nues-tra comprensión y misericordia.

Es muy posible que los hijos de D. Benigno no se hayan convencido delo que les he querido decir y sigan pensando de esa forma tan poco cristia-na y no muy humana. Pero, a la vez, espero que el tiempo y la experienciade sus propias vidas les hará recapacitar sobre su postura hasta adquirir uncorazón más sensato. ¡Qué Dios les ayude! ❦

Misión y misioneros

Vista general deQuito (Ecuador).

40 el Reino

LA DEMOCRACIA NO ES ALGO AJENO A ÁFRICA

El rector del seminario católico de Enugu (sur de Nigeria), el padre Ukoro Theophilus Igwe, pide que Euro-pa deje de apoyar a políticos corruptos en África. Además, alertó de la profunda desilusión que causa a losafricanos que los dictadores, que “han robado a sus pueblos mucho dinero saqueando sus países”, recibanapoyo de los países europeos. Por ello ha pedido a Europa que ayude a África “negando a estos políticos ac-

ceder a cuentas bancarias, obtener asilo político o cualquier otro tipode ayuda”.

El rector instó al nuevo gobierno de Nigeria a centrar sus esfuerzosen el bienestar de la población. El presidente debe hacer todo lo posiblepara que los jóvenes tengan un futuro, refiriéndose, en primer lugar, alsistema educativo. El mayor deseo del padre Igwee para la sociedad ni-geriana es que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades.Tradicionalmente la cultura africana se basa en la democracia, y esto esalgo que hay que recuperar, señala: “La democracia no es algo ajeno aÁfrica, pero debemos encontrar la forma de educarnos para volver a ellacon argumentos, no con las armas y la violencia”.

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TRAGICOMEDIA

nteresante esta vez mi visita al buen Leonides por su cambianteestado de ánimo. Comienzo diciendo que tuve que hacer de reca-dista porque, el dueño de la taguara de la parte baja, que está pen-

diente de él y le ayuda, me pidió que le entregara dos cajitas con pas-tillas que le compró en la farmacia: “Él ya sabe. Ésta es para losdolores y la otra para orinar. Y prepárese, aunque usted ya lo cono-ce bien, porque si por él fuera, estaría hablando toda la mañana. Ha-bla, habla y habla”.

Subiendo los desiguales y elevados escalones (algunos tienen el do-ble de altura que uno normal), y haciendo equilibrios para no caer-me, ya que un pasamano es artículo de lujo en el cerro, percibí unpenetrante olor a orines comprobando anticipadamente la eficacia delas pastillas para orinar. Como la pobre pieza de Leonides no tienepuerta, pude verlo antes de entrar encogido en la cama y arropadocon una cobija porque la mañana estaba fresca.

Estaba como medio dormido y, al llamarlo por su nombre, me re-conoció enseguida. «¡Cónchale!, aquí está el Padre. Écheme la ben-dición. Yo no puedo ir a la iglesia pero tengo mucha fe y rezo des-de aquí”. Claro que sí, le respondo. Deja caer con esfuerzo las piernasen el suelo donde le esperan las cholas para apoyarse, y mueve a unlado la andadera paraque pueda sentarmecerca y conversar có-modamente con él.

No sé por qué, peroaquel día comenzó porla parte triste diciéndo-me que la vida era “unavaina muy seria” y quesus dolores, eran tanfuertes, que casi no po-día doblar las rodillas.Me las enseña por ené-sima vez subiéndose elpantalón de la piyama,para que compruebe lahinchazón y, a conti-nuación, mirando y se-ñalándome una antiguafoto de familia dondeestá él con su mamá ycon todos los hermanos(su padre murió muypronto), se pone a so-

I

...Y ME VISITASTEIS

TRAGICOMEDIAY ÁNGELES José Luis Segura Lacruz

llozar porque todos han muertomenos él y la única hermana quele queda. “La que está sentada allado de mi madre con vestidoblanco”, me dice. Trato de ani-marle y, poco a poco, va dejandode llorar.

Pero, casi de repente, cambiade disco regresando a la infanciay juventud, que vivió por losapartados campos de Carache.“¿Sabe lo que me tocó en heren-cia”, me dice ya sonriente: “¡Metocaron unos burros! Imagine loque tuve que luchar, siendo toda-vía un muchachito, con unos bu-rros. Subía al monte con los bu-rros y los cargaba con guacalesde cambures que compraba porreal y medio, para venderlos des-pués en el pueblo por dos bolí-vares. Éramos pobres, pero nopasábamos hambre”.

“Pero voy a contarle algo, (co-mienza a reírse tan a gusto queno puede hablar y tengo que es-perar un poco). Pues resulta quedejé un día los burros mal atadosy se pasaron al conuco de un ve-cino que tenía matas de yuca yde maíz y se lo patearon, (sigueriéndose muy feliz). El vecino sepresentó fúrico diciéndome quetenía que pagarle ochenta bolíva-res por los daños y que ya veríaqué hacía con mis burros. Measusté y me fui corriendo a casade mi padrino para que me de-fendiera. Vino enseguida y le di-jo, que de ochenta, nada, que só-lo le daría veinte. Como elvecino no se conformaba conveinte, mi padrino le amenazócon llamar a dos personas delpueblo para que vieran los dañosy entonces, con seguridad, iban a

“Desde entonces cree que aquellapersona providencial era un ángelenviado por Dios para salvarlaa ella y a su hijo”.

“Desde entonces cree que aquellapersona providencial era un ángelenviado por Dios para salvarlaa ella y a su hijo”.

41el Reino

decir que bastante menos deveinte. Se echó para atrás y seconformó con veinte. Yo estabafeliz con el padrino porque medefendió y cuando le preguntépor qué no le había dado losveinte bolívares me dijo riéndo-se: Porque ese pendejo hace mu-cho tiempo que me debía veintebolívares y no me los pagabanunca. Ya los ha cobrado”.

Me gustaría que hubieran po-dido ver a Leonides riendo sono-ramente al concluir esta anécdo-ta de su vida. Aquel día, tuvesuerte, porque comenzó por lotrágico para acabar con recuer-dos alegres, y es siempre mejordespedirse de un enfermo deján-dolo contento.

ÁNGELES

os dos estábamos de acuerdosobre la existencia de los án-geles pero la señora Milagros

me preguntó si creía que un ángelpodía presentarse como una per-sona normal. Le dije que no teníaexperiencia personal de haber vis-to o estado con alguien que fueserealmente un ángel tal como lo en-tendemos: un espíritu celestial quetendría apariencia de hombre.

Ella me contó lo siguiente: Eldía del “Caracazo” en 1989, contanta violencia, saqueos, destruc-ción y muerte en esta capital ytambién en el resto del país, saliópreocupada y temerosa del traba-jo, recogió rápidamente a su hijode cinco años en una guarderíacercana, y se metieron en el Me-tro. Como por los fuertes distur-bios se cerraron estaciones, losdesviaron lejos de su salida nor-mal. No pudieron subir al únicoautobús que encontraron, porquelo iban a quemar. Vuelta atrásbuscando. Calles desiertas, dispa-ros más o menos cercanos, am-

L

bulancias aturdiendo conlas sirenas. Gente corrien-do y miedo.

Llegaron por fin a la pa-rada de busetas que vienennormalmente hasta nuestrobarrio del Cementerio y en-contraron a un hombre es-perando en una agitada ca-lle. Se acercaron a su lado,y al ver que no venía yatransporte ni pasaban taxis,el señor preguntó amable-mente adonde querían ir yse ofreció a acompañarlespor una zona del barrio deSanta Rosalía que él cono-cía bien. Fueron evitandocalles con barricadas, que-

mazón de cauchos y enfrentamientos entre civiles y militares. La seño-ra Milagros me asegura que no se explica cómo les fue guiando. Por laRoca Tarpeya vinieron soldados a su encuentro apuntándoles con fusi-les y metralletas, pero los dejaron pasar. Entrando ya en la Avenida delCementerio, siempre acompañados por este bondadoso señor, ella co-menzó a animar a su hijito porque ya estaban a media cuadra de la ca-sa y, cuando se volteó para darle las gracias porqueya no necesitabansu ayuda, comprobó con asombro su repentina desaparición. Quedó tanimpresionada, que desde entonces cree que aquella persona providen-cial era un ángel enviado por Dios para salvarla a ella y a su hijo.

El detallado testimonio me dejó pensativo e, interiormente, le di gra-cias a Dios por el sorprendente final de trágicos momentos. Y resultaque hace pocos días viví una escena que me hizo pensar también. Sa-lía de la iglesia después de la celebración de la misa y se acercaron pa-ra saludarme y pedirme la bendición una madre con un hijo adolescen-te. Ella me dijo con satisfacción: “Usted me lo bautizó hace años”. Elmuchachito me sonrió y, cuando se despedían, me dio un papel dobla-do: “Esto es para usted”. Yo le dije que sería para todos los sacerdotesde la parroquia, pero me volvió a decir, con una convicción que me im-presionó: “No. Esto es para usted”. Le di las gracias y momentos des-pués desdoblé el papel para leer su contenido. La hoja tenía una ima-gen del Sagrado Corazón, imagen tan familiar y querida para nosotros,sacerdotes del Sagrado Corazón. Venía a continuación una bellísimaoración que desconocía, como un mensaje de Jesús. Esta oración me haservido para meditar y para poner mi vida cada vez más confiadamen-te en las manos del Señor. El ángel de la señora Milagros desaparecióde repente e inexplicablemente. Al mío, lo pude seguir viendo cuandosalía contento de la iglesia acompañando a su madre. Este adolescente,con su sencillo obsequio, fue para mí un ángel providencial.

Desde Caracas, ❦

[email protected]

“Este adolescente, con su sencilloobsequio, fue para mí un ángel

providencial”.

42 el Reino

...Y me visitasteis

Señor y Salvador nuestro Jesucristo:al contemplarte en la cruzdescubrimos un amor hasta el extremoy una misericordia excesivapara con nosotros, pecadores.

Atraídos a ti, sentimos el deseode unirnos a tu ofrecimiento al Padre Diospor la salvación del mundo.

Deseamos asumir generosamente

nuestra parte en tu obra redentora,y por eso te presentamos, hoy de nuevo,la ofrenda de nuestras acciones y pensamientos,nuestras oraciones, conversaciones,servicios apostólicosy atenciones solidariaspara con los necesitados.

Unimos esta oblación a la tuya,para gloria del Padre en el cielo.Amén.

Mirando al Crucificado

SUSCRIPCIÓN PARA EL AÑO 2008PRECIO DE SUSCRIPCIÓN

■■ Ordinaria: 20 € al año.

■■ De amigo: 40 € al año.

■■ De bienhechor: 50 € al año.

■■ Para el extranjero:– 44 $ USA al año.– Aérea: 75 $ USA al año.

MODO DE ABONARLA

■■ Giro postal.■■ Talón bancario.■■ Domiciliación en cuenta bancaria.■■ Contra reembolso (con gastos de envío).■■ Transferencia a la Entidad 0075.

Oficina 0271. D.C. 67.C/C. número 0 6 0 0 0 2 0 2 6 1 .Banco Popular Español.

REVISTA EL REINO - Apartado 112. Tel. 91 675 15 36. 28850 TORREJÓN DE ARDOZ (MADRID)

tres semanas, con ocasión de proferir algunas frases deprotesta por el horrendo espectáculo de las iglesias que-madas y profanadas. ¡Dios sea bendito! ¡Hágase en todosu divina voluntad! Me alegro mucho de poder sufrir algopor Él, que tanto sufrió por mí, pobre pecador”.

❥ Al alcalde de Garaballa: “Me hallo en la Cárcel Mo-delo con muchos otros sacerdotes, religiosos y seglares.Pero gracias a Dios estoy tranquilo y resignado a lo quela Divina Providencia disponga de mí...”

Para rezar como ély con él:

Señor, ¿fue tu mártir Juan María de la Cruz impru-dente al expresar su indignación ante el triste espectá-

culo de la profanación de la iglesia? ¿Por qué no calló sucondición de sacerdote al ir vestido con un pobre cha-quetón que le venía grande por los cuatro costados?Acostumbrado a ir siempre con la verdad por delante,tampoco entonces quiso ser cobarde ocultando su con-dición y sus convicciones.

Señor, que su ejemplo nos ayude a sentir y expresar laalegría de estar bautizados, de ser cristianos y miembrosfieles de tu Santa Iglesia.

¿Y yo?

¿Soy capaz de mostrar con sencillez mis conviccio-nes cristianas ante quienes no comparten mi fe?

P. José María Salaverri, SM