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Cuando corrió por toda la Nueva España la noticia de que un cura de la parroquia de un modesto pueblecillo de Guanajuato llamado Dolores había osado rebelarse contra el gobierno español, arrastrando tras de sí una horda descomunal compuesta principalmente de indios, todo el país se estremeció.

Ésta no era como otras tantas revueltas y sublevaciones de indios que estallaron durante los 300 años del coloniaje peninsular.

La encabezaba un hombre culto, clérigo de prestigio y de buena posición social, pero lo más grave fue que había logrado interesar a mucha gente de la clase ilustrada de criollos, mestizos y sacerdotes...

Su participación fue efectiva al unirse al movimiento, lo cual fue tan importante como la respuesta tumultuaria del pueblo al llamado del cura.

Enterado de los triunfos de los insurgentes, el virrey Venegas decidió combatir el movimiento independentista con todos los recursos con los que contaba.

En Guanajuato fueron designadas autoridades gubernamentales, se fundó la Casa de la Moneda y empezaron a fundir cañones.

* Forma de organización política atendida por un funcionario designado por el rey de España, encargado de organizar la economía y la hacienda local.

Brigadier Calleja, disponga en pie de guerra los

contingentes de San Luis y Guadalajara.

Señor López Rayón, usted se incorporará de inmediato a

mi grupo. En cuanto a usted, padre Morelos, lo comisiono

para insurreccionar el sur de la Intendencia.*

Mi deseo más ferviente es unirme

al movimiento insurgente, padre.

Sean bienvenidos,

señores.

Así será.

¡Sí, señor!

Mientras tanto, en el pueblo de Indaparapeo Hidalgo se reunió con dos importantes personajes: Ignacio López Rayón, originario de Tlalpujahua, Michoacán, y el cura de Carácuaro, Michoacán, don José María Morelos y Pavón.

El siguiente era un paso importante y tal vez definitivo: la toma de la capital de la Nueva España.

* Oraciones o súplicas al todo poderoso para rogarle por los frutos de la tierra, diversas necesidades o pedirle el cese de algún grave mal.

Al conquistar tan importante plaza,

casi podríamos dar por asentado el

triunfo de nuestra justa causa.

Posteriormente pasaron por Toluca, Metepec, San Mateo Atenco y llegaron a Santiago Tianguistenco. En todos esos lugares se les unieron grupos de campesinos y mineros.

Mientras tanto, en la capital se hacían rogativas,* y el virrey ordenó al jefe español Torcuato Trujillo detener el avance insurgente en el Monte de las Cruces.**

Trujillo se fortificó en dicho lugar...

Aquí esperamos a esos desarrapados, y juro por Dios que los haremos trizas.

** Serranía que separa los valles de México y Toluca.

¡Cuente usted esto como un hecho, señor!

Con un ejército de 80 000 hombres entraron al Estado de México, pasando por la región de El Oro,Temascalcingo, San Felipe del Obraje (hoy del Progreso) y de allí a Ixtlahuaca, donde llegaron el27 de octubre de 1810 y donde Hidalgo fue informado del edicto que anunciaba su excomunión. Entraron a Toluca y la tomaron sin ninguna resistencia.

Los insurgentes se enfrentaron a las fuerzas realistas el 30 de octubre, y cuando los bandos iniciaron las hostilidades, la batalla fue cruel y sangrienta...

Sin embargo, la decisión y el ánimo de los insurgentes se impuso y éstos, al mando del capitán Allende, combatieron con furia.

Los primeros ataques insurgentes fueron rechazados con denodado valor por los realistas que defendían la posición.

Esos indios desarrapados van cercándonos y mucho me temo

que acabarán por vencernos.

¡Adelante por la independencia!

¡Viva Hidalgo!

¡Viva Allende!

Aquel acto infame y traicionero aumentó de manera incontenible la cólera tanto tiempo acumulada de los insurrectos, que furiosos se lanzaron de nuevo al ataque.

Fue así como los insurgentes, al mando de Allende, obtuvieron la victoria.

Allende y la mayoría del ejército insurgente, acampado en Cuajimalpa, pensaron que la toma de la capital ya era un hecho; sin embargo...

Allende y sus tropas mantuvieron su inmisericorde ataque sobre los realistas, quienes varias horas después fueron abatidos.

¡Traición! ¡Compañeros,

ataquemos y venguemos

la muerte de nuestros

amigos!

¡Que no huyan!

¡Acabemos con ellos!

¡Sí! La independencia

está casi en nuestras

manos.¡Hemos derrotado la última defensa

del virrey, la capital nos espera

detrás de esos cerros!

¡Perros! ¡NoTendremos piedad para

ustedes!

Creo que recurriré a una estratagema: fingiré

parlamentar y,cuando estén a tiro de cañón, los abatiremos

como moscas.

¡Buena idea, mi teniente!

¡Piden armisticio! ¡Suspendamos el fuego

y acerquémonos enson de paz!

Y las tropas de Allende pronto cayeron en el engaño.

Muchos de aquellos valientes tiñeron de rojo el suelo agreste del Monte de las Cruces.

Cuando los insurgentes estuvieron a corta distancia, arteramente, los realistas abrieron fuego.

¡Ahora! ¡Y no dejen vivo a

ninguno!

Capitán Allende, no creo todavía

conveniente atacar la capital.

Pero, señor cura, ya nada nos impide

tomarla...

¿Qué sugiere que hagamos?

Partiremos de inmediato hacia el pueblo de Aculco,

ahí decidiré nuestro siguiente paso.

Tengo el presentimiento de que el ejército

realista, al mando deFélix María Calleja, nos

dé una desagradable sorpresa.

Estoy seguro de que Calleja ya está en camino para flanquear a nuestro ejército, y dentro de la

ciudad quedaríamos atrapados por falta de recursos.

Creo que no tendremos otra oportunidad

como ésta para cerrar nuestra campaña con

una aplastante victoria, señor cura.

Sucedió entonces una agria disputa entre los jefes del movimiento.

Aquel razonamiento no convenció del todo a Ignacio Allende ni a sus tropas que, a disgusto, tuvieron que obedecer.

Fue así como Hidalgo, jefe principal de la insurrección, optó por retirarse, abandonando las posiciones conquistadas a costa de tanta sangre.

Esta decisión descorazonó a muchos de los combatientes.

He seguido al señor cura desde el pueblo de Dolores,

pero ahora ya no sé qué pensar.

Yo dejé a mi familia, pero ’ora con esto creo que

mejor regreso al lado de los míos.

En efecto, el 7 de noviembre de 1810, dirigiéndose hacia Aculco, Hidalgo y sus tropas fueron sorprendidos por el ejército de Calleja, librándose cruenta batalla en este lugar.

Te he visto combatir con gran coraje,

alentando tu corazón, pero ’ora

tu semblante refleja una gran tristeza.

Será porque pensé que esto sería

el fin de nuestra

lucha.

Ya era hora de que ese cura inepto se encontrara con alguien como yo, que

sé del arte de la guerra.

Hidalgo y sus tropas sufrieron una aplastante derrota, razón por la cual su ejército se dividió.

Para continuar la lucha armada y combatir a las fuerzas realistas, los insurgentes de la entidad se organizaron en guerrillas.

Hidalgo partió rumbo a Valladolid, mientras Allende se puso en marcha hacia Guanajuato.

Pero, para su desgracia, Calleja cayó sobre la ciudad como ave de presa, desbaratando sus posiciones.

Como se están presentando las cosas,

poco o nada vamos a lograr, lamentablemente

nos empezamos a disgregar.

Recién llegado a Guanajuato, Allende se enteró de que Calleja lo venía persiguiendo, por lo cual procedió a organizar la defensa.

En pocas horas fue tomada la ciudad; pese a todo, Allende logró escapar.

Instalen esas baterías en la

entrada de la ciudad.

En represalia por la muerte de españoles presos, Calleja permitió, con su orden de degüello, el asesinato de mucha gente inocente.

Este horrendo suceso fue suspendido gracias a los ruegos del fraile José María de Belaunzarán...

El gobierno del virrey Venegas tomó medidas para la defensa y ofreció cuantiosas recompensas por las cabezas de los caudillos.

¡Os lo ruego, señor Calleja! En

el nombre de Dios, suspenda tan artero crimen.

...hoy venerado en Guanajuato y recordado en una de sus calles más hermosas.

La iglesia no se quedó atrás, excomulgó no sólo a los dirigentes, sino a todo aquel que prestara ayuda a la insurgencia...

...con el propósito de exterminar el movimiento armado.

Pero la idea de la independencia ya se había propagado por todo el país, formándose grupos de patriotas que luchaban por ella.

¡Ya están advertidos, hijos míos!

En el nombre

del....

En Sinaloa y Mazatlán, José María González de Hermosillo; en León, Aguascalientes, San Luis y Zacatecas, Rafael Iriarte; en Querétaro, los hermanos Villagrán; en Toluca, Tomás Ortiz y Benedicto López; en Cuernavaca, Ávila y Rubalcaba.

En el norte, cerca del actual estado de Hidalgo, dirigían el movimiento Miguel Sánchez y los hermanos Villagrán. Desde Jocotitlán hasta El Oro (zona otomí- mazahua), el jefe guerrillero era don JoséMaría Oviedo, quien apoyó en la toma de Zitácuaro.

Para controlar la efervescencia guerrillera se comisionó al español Juan Bautista de la Torre. Este general realista destruyó y quemó los pueblos que brindaban ayuda a los insurgentes, entre ellos: Cacalomacán, San Antonio Buenavista, Santiago Tianguistenco, Malacatepec, Amanalco, Temascaltepec y Jocotitlán; después ocupó Toluca.

Los insurgentes se refugiaron en Zitácuaro, Michoacán, donde Ignacio López Rayón instaló la suprema junta americana, comúnmente conocidacomo Junta de Zitácuaro.

Uno de los jefes insurgentes, José Antonio Torres, se apoderó de Guadalajara y ahí se volvieron a unir Hidalgo y Allende, aunque este último resentido por no haber recibido su ayuda en Guanajuato.

Ya en Guadalajara, Hidalgo organizó su gobierno formando

dos ministerios:El ministerio de Guerra y

de Justicia estará a cargo del licenciado José

María Chico y Linares...

Bienvenido, capitán Allende, agradezco a Dios

y a nuestro destino el volvernos a reunir.

El Ministerio de Estado y Despacho,

a cargo del licenciado Ignacio López Rayón.

Como jefe supremo, Hidalgo resolvió los problemas más graves y urgentes; por ejemplo, el decreto de la abolición de la esclavitud en todo el país...

...el goce exclusivo de las tierras de la comunidad para los indios, así como la supresión de estancos y papel sellado.

Para proveerse de recursos, tomaron dinero de las cajas reales, pertenecientes a las corporaciones religiosas.

También editó el primer periódico insurgente: El Despertador Americano, para informar al pueblo sobre las actividades insurgentes.

En octubre de 1811, la ciudad de Toluca fue asediada por las guerrillas de Oviedo. Las fuerzas realistas recibieron refuerzos y obligaron la retirada de los insurgentes hacia tierra caliente. El comandante español Rosendo Porlier ordenó que cerca de 100 prisioneros de esa batalla fueran fusilados en la plazaprincipal de Toluca; por ello la población llamó a ese lugar "Plaza de los Mártires".

Calleja, pleno de optimismo por sus triunfos recientes, marchó hacia Guadalajara para caer sobre el principal núcleo de rebeldes.

Con las fuerzas del brigadier Cruz, las

de Cordero y las mías, acabaremos

con esos desarrapados.

Esta batalla será decisiva para nuestra causa, que el

cielo nos guíe y nos ampare.

Los insurgentes rechazaron con valor el ataque realista, pero una granada de mano hizo estallar un carro de parque de los insurgentes, creando gran confusión...

...además, causando la desbandada y la inminente derrota de los insurrectos, en enero de 1811.

Después de tremenda derrota, los insurgentes restantes llegaron a la Hacienda de “Pabellón”, cerca de Aguascalientes. Como consecuencia de los recientes fracasos...

...algunos soldados dispusieron que Hidalgo renunciara al puesto de generalísimo y al ejército insurgente...

Como siguiente paso, el nuevo caudillo marchó a Zacatecas con el resto del ejército independiente; a inicios de febrero de 1811 se dirigió a Saltillo, donde entró con Jiménez.

A finales de 1811, las tropas al mando de Calleja llegaron a San Felipe del Obraje, después se dirigieron a Zitácuaro, dondellegaron el 12 de marzo de 1812.

Quedará al mando el capitán Allende, por ser un

militar profesional.¡Acepto y asumo

con honor el cargo de generalísimo!

Zitácuaro era el centro desde donde los insurgentes atacaban a los realistas; sin embargo, a finales de 1811, las tropas al mando de Calleja llegaron a San Felipe del Obraje, después se dirigieron a Zitácuaro y, en enero de 1812, vencieron a los insurgentes. Ignacio López Rayón ordenó el traslado de la junta de gobierno a Sultepec, a donde llegó el 12 de marzo de 1812.

Por su lado, los realistas, dirigidos por Porlier, atacaron a las guerrillas de Oviedo en Tecualoya (hoy Villa Guerrero).

En este tiempo, Morelos realizaba la toma de Cuautla y Hermenegildo Galeana, la de Taxco. Al enterarse de la derrota de Zitácuaro, Morelos indicó a Galeana que se dirigiera a Tenancingo, donde ambos reunirían a sus ejércitos.

Los hombres de Oviedo esperaban la llegada de esas tropas para unírseles en Tecualoya. Porlier, para evitar esa unificación, atacó a la guerrilla de Oviedo en las barrancas de Tecualoya. A pesar de la heroica resistencia, los rebeldes fueron vencidos. Oviedo perdió la vida en la batalla. Los realistas se dirigieron al poblado, donde ya los esperaban las tropas insurgentes de Hermenegildo Galeana. Porlier fue derrotado y huyó a Tenancingo; donde se fortificó. Las tropas de Morelos atacaron esa plaza el 24 de enero de 1812 y los realistas huyeron hacia Toluca.

Después de Tenancingo, Morelos se encaminó hacia Cuautla, desde donde mandaba el ataque de los lugares cercanos a la capital, por ejemplo Chalco y Tlalmanalco. El sur del Estado de México fue dominado por los ejércitos al mando de Galeana.

Por su lado, Ignacio López Rayón avanzó por el valle de Toluca. Primero tomó la Hacienda de “La Huerta”, cerca de Zinacantepec; posteriormente pasó por Metepec hacia Lerma, donde derrotó a los realistas. En Tenango se fortificó pero fue derrotado.

Luego de encomendar a diversos caudillos continuar la insurrección en la Intendencia de México, Rayón se dirigió al sur para sacar de Sultepec a la junta de gobierno y llevarla a Tlalpujahua.

La junta de gobierno realizó una labor creativa durante su permanencia en Sultepec. En ese lugar se editó El Ilustrador Nacional, periódico dirigido por José María Coss, para ello improvisó una imprenta de madera.

En Zinacantepec, Rayón firmó un documento memorable, el 30 de abril de 1812, titulado los Elementos constitucionales, primer intento formal de una Carta Magna para el nuevo modelo del país. En él se establecieron, entre otras cosas: el pueblo como origen de la soberanía; tres organismos para ejercer una junta, un consejo de estado y un congreso de representantes, además de los cargos de protector nacional y de generalísimo; varias de sus garantías individuales como la libertad (supresión de la esclavitud), igualdad (supresión de las castas), seguridad personal (derecho a juicio), integridad corporal (supresión del tormento), libertad de expresión (imprenta) y derecho al trabajo; supresión de exámenes de artesanos y el impuesto por el monopolio gremial.

A pesar de la brevedad y deficiencias de los Elementos constitucionales, éstos conforman un gran testimonio nacional; redactados casi al mismo tiempo que la Constitución de Cádiz, un año después de los Sentimientos de la nación, de Morelos, y dos antes de la Constitución de Apatzingán.

También en Sultepec fue editado El Semanario Patriótico Americano, dirigido por Andrés Quintana Roo. Este insurgente fue apoyado por su esposa, Leona Vicario, quien participó activamente en la lucha de Independencia. Ambos fueron perseguidos por las tropas realistas en el sur.

Durante esa persecución, en Sultepec Leona Vicario dio a luz a una niña; más tarde, en Tlatlaya, para salvar a su esposo, Leona Vicario se dejó aprisionar, fue llevada a Tejupilco donde estuvo encarcelada, después la trasladaron a Temascaltepec, donde Quintana Roo se acogió al indulto. Finalmente vivieron en la ciudad de Toluca.

Los principales jefes de la insurgencia decidieron partir hacia Estados Unidos de América.

No hay otra solución, iremos al norte en busca

de recursos y armamento para continuar la guerra.

¿Qué le contestaremos al virrey, señor cura?

Que el mentado indulto es para los criminales, no para

los defensores de una patria.¡Esto es un indulto,

capitán Allende!

Por esta razón, Ignacio López Rayón fue nombrado:

Jefe de las tropas insurgentes que quedan en el país, para continuar el movimiento, y

como su segundo: don José María Liceaga.

También en Saltillo, Ignacio Elizondo, que había pertenecido al ejército realista, se puso de acuerdo con ellos para:

Después de una mínima resistencia, todos los líderes de la resistencia perdieron su última batalla.

Para colmo de su desgracia, en la refriega, entre muchos otros, perdieron la vida un hijo del capitán Allendey el intendente Arias.

En el nombre del rey de España están

arrestados, y bajo mi custodia serán

entregados al virrey Venegas.

...Plan y acción que llevó a cabo en un sitio llamado acatita de baján o norías de baján, el 21 de marzo de 1811.

De acuerdo con este plan, estoy seguro de que lograremos aprisionar a

los jefes insurgentes.

Plan que llevó a cabo el 21 de marzo de 1811 en un sitio llamado Acatita o Norias de Baján.

Únicamente escapó Iriarte, llegó a Saltillo para reunirse con el licenciado López Rayón.

Los prisioneros fueron llevados a Chihuahua, y custodiados por las tropas que envió Herrera.

Sumamente maltratados durante su traslado a Chihuahua, los prisioneros llegaron casi muertos a la capital del estado, el 23 de abril de 1811.

Allende, Aldama y Jiménez fueron juzgados el 7 de mayo, pero no se les permitió defenderse, y fueron fusilados en junio de 1811.

¡Apunten!... ¡Fuego!

Es inútil seguir luchando por una causa que ya considero

perdida, licenciado.

Abasolo fue condenado a prisión de por vida.

La ejecución de Hidalgo fue aplazada, para ser juzgado, además, por la Iglesia, por ser sacerdote.

Hidalgo fue destituido vergonzosamente por la Inquisición, despojándolo de sus prendas sacerdotales...

...y raspándole sus manos con filosos cuchillos para restarle potestad de santificar y bendecir.

Hidalgo fue fusilado el 30 de julio de 1811.

Para escarmiento de quienes intentaran continuar con aquella insurrección, las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron colocadas en jaulas de hierro en los cuatro ángulos de la Alhóndiga de Granaditas.

Ahora, en esos mismos lugares, se pueden ver esculpidos los nombres de los héroes

que entregaron su vida para que pudiéramos gozar de libertad, independencia y bienestar

económico, factores necesarios para el progreso de México.