cuaderno bíblico 002 (el evangelio según san mateo, poittevin - charpentier

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5/19/2018 CuadernoBblico002(ElEvangelioSegnSanMateo,Poittevin-Charpentier-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/cuaderno-biblico-002-el-evangelio-segun-san-mateo-poittevin-charpentier 1/66  2 P. Le Poittevin Etienne Charpentier  l ev ngelio  segun san Mateo LIBRERlA SEMINARIO MEDELLÍN TUS: 251 81 42 - 512 17 18 DECIMOSEXT A EDICIÓN EDITORIAL VERBO DIVINO Avda. de Pamplona, 41 31200 ESTELLA (Navarra) 1999

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Estudio sobre la redacción, las fuentes, las características y todo lo relacionado con el evangelio de san Mateo.

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  • eB2

    P. Le PoittevinEtienne Charpentier

    El evangelio,

    segunsan Mateo

    LIBRERlA SEMINARIOMEDELLN

    TUS: 251 81 42 - 512 17 18

    DECIMOSEXT A EDICIN

    EDITORIAL VERBO DIVINOAvda. de Pamplona, 41

    31200 ESTELLA (Navarra)1999

  • Tras la lectura del evangelio segn san Marcos, de Jean Delorme, y de ladel evangelio segn san Lucas, de Augustin George, presentamos una lec-tura del primer evangelio. Es, en parte, una obra colectiva: Simon Legas-se, profesor en el Instituto Catlico de Toulouse y especialista en san Ma-tea, tuvo que confiar el trabajo, cuando ya estaba a la mitad, al padre LePoittevin, de la abada de En-Calcar; a su vez, en el ltimo minuto, stetuvo que interrumpir el trabajo emprendido 1 y fue menester paliar estasdeficiencias rpidamente. .

    As por 10 menos pude descubrir de nuevo una cosa -me gustaraque pudirais gozar tambin vosotros de esta aventura-: cristianos y bi-blistas, todos estamos demasiado acostumbrados a leer o a trabajar sobretextos limitados; yo he pasado das y semanas enteras estudiando algn queotro pasaje de Mateo; verse obligado a enfrentarse, durante unos cuan-tos das, con su lectura global es una prueba saludable. La verdad es quea uno le gustara detenerse a cada instante para volver a ver el sentido deuna expresin, para releer tal comentario, para asegurarse de 10 dicho ...Es imposible! Quizs entonces a costa de algunas imprecisiones, con elriesgo de caer en intuiciones demasiado rpidamente concebidas, el evan-gelio nos obliga a descubrir sus lneas maestras. La primera vez que suba la Acrpolis, fue durante una escala muy breve en Atenas, una noche deluna llena. Haba que verlo todo en unas cuantas horas; me sent, una vezpasados los Propileos, frente al Partenn y me qued all la noche entera.Luego 10 visit ms en detalle. Acaso entr en comunin con l ms in-tensamente que durante aquella primera noche global?

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  • En este cuaderno, 10 mismo que en los anteriores sobre Marcos osobre Lucas, no habr que buscar entonces un "comentario". No ignora-mos el inmenso trabajo de anlisis literario de estos ltimos decenios quedemuestran, por ejemplo, los estudios de X. Lon-Dufour, de J. Dupont ymuchos otros, trabajo que permite con frecuencia encontrar las tradicionesde las que Mateo pudo disponer. Pero nos dedicaremos sobre todo, como10 ha intentado recientemente J. Radermakers, a percibir el conjunto delevangelio y sus grandes intuiciones. Quizs esto nos ayude a dar nuevavida a los textos parciales que meditamos en la liturgia o en la reflexinpersonal.

    Etienne Cbarpentier

    1 Son del padre Le Poittevin las pginas 8 a 14 y 25 a 27.

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  • El seorde la comunidad

    Para descubrir el ensamiento de con'unto deMateo lo ms sencillo es em ezar or el final.Efectivamente, los ltimos versculos de su evan-gelio constituyen un resumen de lo esencial desu proyecto, hacindonos descubrir quin es Je-ss para l y cul es esa iglesia en la que vive.Son las ltimas palabras de Jess a sus discpu-los. Pero no son un adis; al contrario, el resu-citado afirma que est presente en su iglesiahasta el fin del mundo, porque es el seor:'

    Por su parte, los once discpulos marcha-ron a Galilea, al monte que Jess les habaindicado. Y al verle le adoraron; algunossin embargo dudaron. Jess se acerc aellos y les habl as: Me ha sido dado to-do poder en el cielo y en la tierra. Id, pues,y haced discpulos a todas las gentes bau-tizndolas en el nombre del Padre y del Hi-jo y del Espritu Santo, y ensendoles aguardar todo lo que yo os he mandado. Ysabed que yo estoy con vosotros todos losdas hasta el fin del mundo (Mt 28, 16-20).

    J Cf. H. GEIST, La prdication de Jsus dans l'van-gile de Matthieu, en Jsus dans les vangiles (col. lirela Bible] Ceri, Pars 1971, 91-116. Un articulo sencillo einteresante que introduce en lo esencial del pensamientode Mateo.

    W. TRILLlNG, -De toutes les nations faites des disci-pies (Mt 28. 16-20): AsSgn n:" 28 (1969) 24-37.

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    Jess lorificado convoca a sus disc ulosen el monte. As es como se nos presenta alprincipio la iglesia: como reunin de los con-vocados y como un pueblo en marcha; tieneque dejar Jerusaln, que era hasta entonces elcentro geogrfico de la fe, el lugar de la presen-cia de Dios, para ir hacia la Galilea de los pa,-ganas, como se deca. Una iglesia definida antetodo como una iglesia para el mundo: sa essu misin, como Jess va a explicar ensequlda.

    Pero ya entonces se adivina que esa iglesiano es un grupo salvaje, sino una institucin.Tiene que reunirse con Jess en el monte. Esemonte, en Mateo, es mucho ms teolgico quegeogrfico: es el monte de la transfiguracin endonde Moiss y Ellas vienen a conversar conJess; la rnoi.taa del sermn en donde Jess dasu ley nueva, explicitando la ley de Moiss enel sentido de una exigencia interior ms inten-sa; es finalmente el monte del Sina en dondeMoiss transmiti antiguamente al pueblo de losconvocados la ley de Dios. Aqu. lo mismo quea travs de todo el evangelio, Jess se presentacomo el nuevo Moiss, queda su ley al nuevopueblo de Dios.

    Pero Jesus es ms que Moiss; los discpu-los se postran ante l. Se trata del verbo quetodava designa en la iglesia griega la adoracin.Pero esta iglesia que adora a su seor en elculto sigue siendo sin embargo una iglesia deecadores: Al unos dudaron. Ya en el mismo

  • instante en que le confesaba como mesas Hijode Dios, Pedro le estaba tentando (Mt 16, 23).2

    Jess se revela. Jess se acerc a ellos yles habl as: Me ha sido dado todo poder en elcielo y en la tierra. Jess se revela, por tanto,como el HIJO DEL HOMBRE vislumbrado por Da-niel (Dan 7, 14), ese personaje mlsterloso. sm-bolo celestial del pueblo perseguido, que recibesobre las nubes el poder reservado a Dios, eldel" juicio. En el momento supremo de su vida,cuando finalmente, porque sabe que est ya con-denado, Jess acepta ante el sanedrn decir quines, declara: aA partir de ahora, veris al hijo delhombre sentado a la diestra del poder y venirsobre las nubes del cielo (Mt 26, 64). Jess sepresenta ahora como el seor glorificado esta-blecido desde estos momentos como juez sobe-rano sobre el mundo entero. Por eso precisamen-te puede venir a ellos, recogiendo de estemodo un ttulo del Dios del final de los tiempos:El que viene.

    Jess enva a misionar. Id, pues ... D. Por serel seor, Jess puede enviar a su iglesia a mi-sionar. Pero cul es esa iglesia? Es ese pe-queo grupo de discpulos de la maana de pas-cua? No es ms bien una comunidad cristiana,all por los aos 80-90, en un rincn de Galilea,que celebra a su seor en el culto y descubre enl su misin? Efectivamente, esa iglesia est yamuy estructurada, con una organizacin sacra-mental (una iglesia que -bautlza-) y una teolo-ga muy elaborada (el dogma de la Trinidad estexpresado en una frmula lapidaria que recuer-da nuestro "Gloria al Padre ... ). Una frmula se-mejante, en la que las tres personas estn tan

    Cabe preguntar si el Inciso .algunos sin embargodudsron, que rompe curiosamente la frase, no ser qui-zs una adicin. Mateo nos presenta la escena como unaepltenie, como una menliestecin del Seor exaltadomientras que Lucas y Juan hacen de t:lla un relato d~epericn, donde el reconocimiento de Cristo era el con-trapunto esencial de la duda. Cf. Cristo ha resucitado53-55. '

    claramente puestas en el mismo plano, es nicaen el Nuevo Testamento, y se ha necesitadouna larga investigacin en la iglesia para poder-la expresar; se sabe que al principio solamentese bautizaba en el nombre de Jess- y las car-tas de Pablo nos hacen percibir los lentos titu-beos de la fe en la Trinidad. La comunidad queaqu celebra el bautism::> sabe que necesitamosentrar en una relacin ntima con ese Dios quees Tres.

    Esta iglesia tiene una preocupacin doctrinal:los once tienen que ensear, "hacer discpu-los, ensear a guardar lo que Cristo ha man-dado. "Ms que los otros evangelistas, Matenest preocupado por una pastoral de la inteli-gencia: es preciso comprender lo que se cree,hay que ser inteligente en la fe. Y si no se acep-ta toda esa fe y la prctica moral que se des-prende de ella, se manifiesta as que uno estexcomulgado, que no est ya en la comuninde la iglesia (Mt 18, 15-18). "

    Finalmente, esta misin es universal: Ha-ced discpulos a todas las gentes. Resulta ma-ravillosoescuchar as, en labios del resucitado,la maana de pascua, lo que los discpulos tar-darn varios aos en descubrir. Leamos los He-chos de los apstoles: durante varios aos, Pe-dro y los dems se saben enviados a mlsionar,pero simplemente segn las orientaciones deJess antes de pascua: No tomis el camino delos gentiles ... , dirigos ms bien a las ovejasperdidas de la casa de Israel- (Mt 10, 5-6). Sernecesaria toda la fuerza del espritu para forzarprimero a los helenistas (Hech 6 s.) y luego aPedro (Hech 10-11) a bautizar a los paganos, yel dinamismo de la iglesia de Antioqua (Hech11, 19s) para predicar directamente a los no ju-dos. Esta universalidad de la misin no se vercon claridad ms ue des us de la asamblea de

    I ' hacia el ao 50 Hech 15 . Por tanto,puede uno preguntarse si estas palabras del re-sucitado no sern ms bien las -actas del con-

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  • clllo puestas en sus labios. Al obrar as, la igle-sia no es infiel a su fundador, no hace ms queexplicitar lo que no haba podido declrles la ma-ana de pascua.

    [Mlaln inmensa para una pobre comunidad!Cul es entonces su seguridad?

    Jess promete. ,Su seguridad se basa nica-mente en la promesa de Jess: "Vo estoy convosotros todos los das hasta el fin del mundo.Ese "Vo estoy es muy fuerte; se barrunta enl, lo mismo que en Juan, al -Yav del AntiguoTestamento. V as se explica la anomala del co-mienzo del evangelio: cuando la anunciacin aJos, el ngel le declar: "La virgen dar a luzun hijo a quien pondrs por nombre Emmanuel,que traducido significa: Dios-con-nosotros ... yJos le dio el nombre de ... Jess. Ahora el resu-citado se nombra aVO estoy-con-vosotros, aho-ra es realmente Emmanuel, Dios-con-nosotros.Por tanto, esta iqlesla no tiene nada que temer;

    aqu reside su seguridad ltima durante todo eltiempo de su misin, el tiempo de la iglesia, de-limitado por las dos promesas de su Seor: eeApartir de ahora veris al hijo del hombre ... - (26,64). Vo estoy con vosotros todos los das hastael fin del mundo.

    *En estos pocos versculos Mateo nos resume

    lo esencial.de su evangelio.Nos damos cuenta perfectamente de que es-

    te mensaje ha sido largamente meditado y hasido puesto en forma en una comunidad concre-ta -con la que tendremos que establecer unasrelaciones de conocimiento ms ntimas-, perotambin que ha habido un telogo, a quien lla-mamos Mateo, que ha recogido ese- mensajey lo ha sabido sintetizar. A travs de la obra co-mn de esa comunidad y de ese telogo se nospresenta cierto arostro de Jess el seor.

    1. LA COMUNIDAD DE MAlEO

    Cuando leemos el evangelio de Mateo, en-contramos a Jess en su marco palestino. P.eropertenece realmente a una poca ese Cristo quevive en una comunidad? Lo vemos en una iglesiacristiana, predicando, actuando, instruyendo, cu-rando, presente en todas partes y atento a cum-plir con la misin que le ha confiado su Padre.Jess actuando, de una forma extraamente mo-derna y atractiva, tanto en sus discursos comoen sus hechos.

    No cabe duda; este evangelio ha sido escritoen una comunidad ara una comunidad. Dequ origen? De qu poca? Hay algunos indi-cios, sacados en su mayor parte del mismo evan-gelio, que nos permiten hacernos una idea. Vesta comunidad nos parece extraamente cer-cana a nuestra iglesia despus del Vaticano 11,con su aparato institucional, su liturgia, sus dos

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    milenios de tradicin, a esa iglesia que deseareformarse volviendo a centrar su fe en su seorresucitado, para ser cada vez mejor una iglesiapara el mundo-o

    1. Una iglesia cristiana deorigen judoSe trata de una comunidad con un com orta-

    miento marcado or las tradiciones 'udas, es e-cialmente or las tradiciones litltr icas. El autordel evangelio, por otra parte, es tambin :rooa:emente 'udo de nacimiento de educacin, de

    cultura. Se distingue cuando llega la hora de co-locar en un marco judo los relatos, materiales ydocumentos que ha podido recoger sobre la vidade Jess, ya elaborados y comentados en el senode las iglesias cristianas.

  • Esta comunidad es una iglesia cristiana, edi-ficada por Jesucristo, el Hijo de Dios vivo (cf.16, 18). Sus miembros son discpulos, que hanacudido a la escuela del maestro (11, 29; 23,8).Se renen para recibir de sus profesores (5, 19)las enseanzas en discursos, aunque lo que allbuscan sobre todo es la inteligencia de la pa-labra (13, 23).

    Esta enseanza es moral y prctica. Para elautor del evangelio, israelita de ori en, la lesi ue estan o viva 5, 18), ero la mira con unosojos nuevos. Es ciertamente el viejo cdigo pro-mulgado antiguamente por Moiss, pero llevadopor Cristo a su plenitud (5, 17), reducido a susprincipios vitales, descongestionado de su ea-sustica. Jess se presenta entonces como el in-trprete autorizado de la ley, solcito -como su-braya continuamente el autor- por basar su ar-gumentacin en la escritura sin traspasar los de-rechos que podan reconocerle los judos.

    La ley, as entendida y practicada, son laspalabras de Cristo que siguen dirigindose aellos, los creyentes (7, 24-26). Solamente esaspalabras sern capaces de producir la verdaderajusticia (5, 20), de guiarlos en la conducta mo-ral y en el camino de la perfeccin (5, 48; 19,21).

    Al acudir a la escuela de Cristo, se muestranfieles a las tradiciones antiguas sobre la ora-cin, pero renovndolas: rezar sin ostentacin nipalabrera (6, 5-7) -el Padrenuestro es un mo-delo de discrecin-, oracin pura, acompaadade un perdn real de las ofensas (6, 14-15). En laprueba y en la tentacin, se unen ntimamente ala oracin de Cristo (26, 40-41); tienen fe en elCristo presente en medio de sus asambleas (18,20), de la misma manera que sus padres creanen la Shekinah, o santa resencia de Dios uebaaba sobre el ueblo en oracin.

    Es en a e como ce e ran tambin la euca-rista (26, 19 . Pero qu es lo que significa elculto ante todo? Subordinado siempre a la cari-

    dad, se expresa en el perdn y en la misericor-dia: Vete primero a reconciliarte con tu her-mano (5, 23-24; 9, 13).

    El sbado sigue estando en vigor, aunque laverdad es que lo ponen en cuestin. En efecto,qu significa ahora el sbado, cuando el tem-plo est derruido, y la eucarista dominical -lacomida del Seor resucitado- rene realmentea la comunidad? Si no les cabe todava en la ca-beza que pueden modificar su observancia, almenos quieren darle su plenitud: el ejercicio dela caridad, autorizado por la propia escritura(12, 1-8).

    Las buenas obras, tradicionales en tiem-pos del judasmo, el ayuno (4, 2) Y la limosna,estn normalmente en uso dentro de la comu-nidad, pero en secreto (6, 2-4; 6, 16-18), lomismo que la oracin (6, 6).

    En cuanto a lo ue llamamos .dos sacramen-tos tam in estn a or aniza os. Existe elbautismo (28, 19), en referencia con el de Jess3, 13-17), mejor comprendido a la luz de sumuerte y de su resurreccin. Est establecida laprctica del ~erdn de los ecados (18, 18), yaque hay unos om res que participan en la tie-rra de la autoridad del hijo del hombre (9, 6-8).

    Robustecida con la presencia de Cristo to- ...~dos los das hasta el fin del ~undo, se va afir-i~ :~mando esta comunidad que VIO nacer el evange- ~'g. de Mateo or los aos 80-90. ~ ~

    Expresin de la fe viva de una comunidad, !$. 8no estar igualmente escrito este evangelio decara a unas circunstancias y ante unas realida-des nuevas?

    Los cristianos de Jerusaln haban abandona-do la ciudad, a antes del ao 70. Al unos sehaban establecido en Pella, al otro lado del Jor-dn; otras comunidades cristianas se dis ersa-!QD...1lorSiria 4 24 e incluso se haban juntadocon la iglesia de Antioqua. De hecho, las co-munidades helenistas parece ser que aco ieron

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  • en Siria -no sin al n esfuerzo- a ru os deori en ludeo-crlstlano.

    A las dificultades de asimilacin y a las di-sensiones internas que todo aquello provocara,hay que aadir algunas otras pruebas que handejado su huella en- nuestro evangelio. Las co-munidades, heterogneas ya por su origen, sevan mezclando cada vez ms; conviven cristianosbuenos y malos (13, 36-,43.47-50). Se abre pasouna nueva tentacin: Jess est ya lejos en elpasado: hace ms de cincuenta aos que fue pro-mulgada su ley; es todava vlida y practicable?De hecho, han desaparecido los primeros testi-gos y discpulos; se ha debilitado el primer soplode la iglesia. Se ha rebajado el ideal- de perfec-cin (5, 48; 19, 21); se busca simultneamentea Dios y al dinero (6, 24); se adormecen en lo mi-lagroso (7, 21-23); sobre todo, la caridad se haenfriado (24, 12).

    En una iglesia en donde todos son hermanos(23, 8), resulta que -sus propios familiares se-'rn los enemigos de cada cual" (10, 36). Acasola verdadera cuestin ser la de saber quin esms grande? (20, 22). Ahora se necesita estimu-lar ms el espritu de servicio (20, 26-28), la ca-ridad para con los pequeos y los dbiles, paracon los pecadores (18, 6.10-14), el arreglo de lasdiferencias y la correccin fraterna (18, 15-18).Incluso va siendo necesario denunciar la hipo-cresa (7, 5), as como la iniquidad, que es de-sobediencia a la voluntad del Padre que esten los cielos. (7, 21-23) y que puede llevar hastala -perdicln (7, 13.23; 22, 14). En una palabra,hay que reconocer que es estrecha la entrada yangosto el camino- (7, 14).

    e i Hombres de poca fe!-: tal es el reprochems frecuente (6, 30; 8,26; 14,31; 16,8; 17,20)que se dirige a esos cristianos zarandeados porla tempestad (8, 23-27) Y dispuestos a seguir alos falsos profetas (24, 11).

    e iSgueme!. (8, 22; 9, 9); -le siguieron (4,20-22; 8, 23). Tal es el nico remedio que opone

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    Jess a la falta de fe de sus discpulos: les pideesa decisin. Solamente los que consienten enseguirle percibirn sus gestos y sus signos depoder.

    Es verdad que la salvacin es siempre actualy que el salvador glorificado est ya presente (1,23; 28, 20);, pero el maestro que ha prometidovolver tarda en venir (24, 48-49; 25, 5.19). Eseretraso es motivo de cansancio para muchos. Nohay que hacerse ilusiones: la fecha es descono-cida (24, 36) y habr que velar, sin cansarse dela larga espera (24,42; 25,13; 26,38). Por eso esurgente reforzar ahora en la iglesia las condicio-nes que le permitan recorrer su tiempo "hastaque l venga, aunque no se trata de darle tantouna jerarqua y unas estructuras como una reglade vida por los siglos.

    2. Una iglesia que se opone aljudasmo oficialUna regla de vida, para esos cristianos que

    no se han visto tocados por la enseanza de sanPablo, es necesariamente una ley, tan obligatoriay tan practicable como la ley de Moiss para eljudasmo: no es acaso la ley la expresin ver-dadera y universal de la voluntad de Dios? Esaparece ser precisamente la conviccin del redac-tor de este evangelio.

    Por muy renovada que est, esta ley se pre-senta como una prolongacin de la primera. Noera acaso Jess un rabino especialmente distin-quido? No se expres segn las sentencias tra-dicionales, con un gran deseo de pureza y de au-tenticidad? Por tanto, su enseanza tiene que de--sembocar en una legislacin precisa y que ofrez-ca una verdadera seguridad. Esa es precisamen-te, para estos adeptos de una ley nueva, la ten-tacin contra la que reacciona vigorosamentenuestro evangelio: la voluntad de Dios es librey sin lmites: "Sed perfectos como es perfectovuestro Padre celestial" (5, 48) - "Hay que per-donar hasta setenta veces siete- (18, 22).

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  • Esta reacclOn contra el legalismo significa-r entonces una ruptura con las comunidades ju-das de la poca? Qu figura presenta por estetiempo el judasmo tardo y perseguido, despo-sedo de su ciudad y de su templo?

    Poco antes de la cada de Jerusaln, algunos.~ fariseos lograron huir de la ciudad y fundaron

    una escuela en Vamnia (Vabnl, en la costa me-~ diterrnea, al sur de Jaffa. Esta escuela se con-~ virti, despus del ao 70, en el refugio de los

    fariseos que se libraron de la matanza; fue alldonde cobr nueva vida el judasmo palestino.3

    Haba que cerrar filas. Ante todo, haba quearreglar las diferencias entre las escuelas riva-les, fijar un calendario comn para las fiestas ypromover una litu.rgia sinagogal, definir el -ca-

    J Gf. W. D. DAVIES, El sermn de la montaa. Ma-drid 1975, sobre todo 105-112.

    non judo de las escrituras. La necesidad deluna disciplina oblig a dar mayor importancia alrabinato (se institucionaliz el ttulo de -rabb-)y se empez a fijar por escrito la tradicin de laley juda. La unidad de este judasmo renacientese fue reforzando, estimulada por las presionesde fuera: el paganismo, el gnosticismo y sobre!todo el joven cristianismo. De esta forma, enaquel judasmo tan diverso del de los tiemposde Jess, subsistieron, entre los movimientos v>bautistas y algunos otros marginales, dos -sec- ,,?tas- antagnicas: el farisesmo y el cristianismo.)5Sus posiciones se fueron endureciendo con la ~controversia. El judasmo adopt medidas de au-~todefensa: por ejemplo, la repulsa de los Seten-zta o de la traduccin griega de las escrituras y \la introduccin de oraciones y de ritos=:cables para los cristianos, como la Blrkat-ham-minim.

    La Blrkat-Ham-rnlnlmLas Shemon 'Esr eran las dieciocho bendi-

    ciones que comprendian las oraciones de la maa-na que rezaban /Os Judios en tiempos de Cristo. Porer ao 80 se les aadi, por iniciativa de Gamaliel 1/,una nueva bendlclOn, llamada Birkat-Ham-minlm-,

    {

    CUYO texto es el siguiente: Que lOS calumntadoresno tengan esperanza, que los malvolos sean ani-quilados, que tus enemigos sean destruidos. Que lafuerza del orgullo quede pronto y en nuestros dlasabatida, rota y humillada. Alabanza a ti, eterno, quedestrozas a tus enemigos y derribas a los orqutto-sos, Esta bendici6n contra los mlnlm-, esto es,os here'es i a iri i a contra os u los ue sehaban pasa o a cristianismo.

    Para explicar esto hay que saber que, en lassinagogas, .se haba ido desarrollando progresiva-mente la funcin del terqumtste, que consistla entraducir al eremeo la lectura que se habla hecho delas escrituras en hebreo. El targumista realizabaesta funci6n sin la ayuda de un texto escrito. Esfcil comprender que esta institucin, que haca po-sible una interpretaci6n de las palabras sagradaspor cualquier iudlo adulto, permita a los que asl lo

    deseasen hacer colar sus propias Ideas y sus inter-pretaciones personales, teniendo adems en cuentaque esta lectura iba seguida a veces por una ho-mila. En el evangelio vemos a Jess actuando deeste modo (Mt 13, 54 s; Mc 6, 1-6; Lc 4, 16 s; Lc 13,10). Los primeros cristianos, sobre todo san Pablo,intervinieron tambin en las sinagogas (Hech 9, 20;13,5.14.44; 14,1; 17, 1s.10 s; 18, 4.19b; 19,8s ... ).Esto demuestra que los primeros cristianos segulanyendo a la sinagoga a fin de gropagar el cristianis-mo entre los 'udos: intenta an convencer a susoyentes e que Jess era el mesas anunciado porlas escrturas que acababan de leer.

    El fn de la Birket-Hem-mlnlm fue Impedir alos cristianos participar en el culto slnagogal y so-bre todo que actuasen de targumistas. Entonces loscristianos delsron de acudir a las asambleas cul-tuales iudles en las que Mateo llama -sus sinago-gas- (4, 24; 9, 35; 10, 17; 12, 9; 13, 54; 23, 24), lasde los iudloe incrdulos y perseguidores. Sin em-bargo, parece que ni siquiera entonces se consumpor completo la ruptura, sino que se mantuveronciertos vnculos entre la iglesia de Mateo y el Ju-dasmo, que Mateo no deseaba romper (Mt 5, 17;23, 2-3). Esto ayudarla a itier la composici6n del pri-mer evangelio por los alrededores del ao 85.

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  • Por su parte, los cristianos no ignoraban esesectarismo que haba nacido en Yamnia; su pos-tura ante l se manifiesta a lo largo de todo elevangelio. El farisesmo se ve sistemticamen-te acusado de perversin, de tirana, de ambi-cin y de intemperancia. Ms todava, a travsde los fariseos de Yamnia, se acusa a todos losdoctores del tiempo de Jess, a pesar de quefueron ellos, antes que todos los creyentes, quie-nes anunciaron los dos acontecimientos ms im-portantes de la vida de Jess: su nacimiento alrey Herodes (2,5) Y su resurreccin a Pilato (27,63). Por eso precisamente son -Inexcusables:porque saban. A travs de los jefes, la acusa-cin llega a todo el pueblo: Se os quitar el rei-no de Dios (21, 43); -Ios hijos del reino sernechados fuera, a las tinieblas (8, 12); ese pue-blo ha aceptado dejarse conducir por sus jefes,hasta cargar voluntariamente con la responsabi-lidad de la muerte de Jess: Su sangre sobrenosotros y sobre nuestros hijos (27, 23-25).

    La destruccin de Jerusaln fue el primer ac-to de castigo. En ruinas parar esta casa (Jer22, 5), abandonada por la Shekinah~ El segundoacto se sita en la parusa, el da del juicio (23,38-39), cuando Sodoma y Gomorra tendrn unasuerte mejor que los judos incrdulos (10, 15;11,22-24).

    Es totalmente negativa la actitud del evan-gelio contra el judasmo de Yamnia? La finalidaddel autor no es primordialmente polmica; loque intenta es instruir a la comunidad cristiana,guiarla en su vida interna, indicndole sus pro-pias obligaciones. Motej~ vigorosamente a losmalos cristianos con el mismo ttulo que a losjudos (7, 5; 24, 51) Y les amenaza con las mis-mas condenaciones (7, 19.21-23; 18, 23-35; 25,14-30) .

    /'>.. travs de los reproches, no se descubre niespritu de venganza ni incitacin a la violencia.El evangelio predica amor a los enemigos, y s-

    ,.. ~(.l\ \L reSe\ \ ,...1 J~ Ll,o';,e {V\,AQ.\

  • yan sentido la tentacin de presentarse como laluz del mundo (5, 13-16) frente a la comunidadjuda que se daba este mismo apelativo. Por esomismo, les tocaba a ellas ms que a las demsconvencerse de la autoridad de Jess, rey y juezuniversal (25, 31s) y recordar su ltimo manda-to: Id y haced discpulos a todas las gentes(28, 19). La comunidad estaba dispuesta paraesta misin; Cristo haba constituido a sus dis-cpulos como apstoles, esto es, como envia-dos (10, 2-5) a las ovejas perdidas de la casae Israel (10,6; 15,24); pero aquella era la pri-

    mera etapa de una misin universal a todas lasnaciones (24, 9.14; 25, 32; 28, 19), con la asis-tencia de Cristo (1, 23; 28, 20), todos los dasasta el fin del mundo (28, 20).

    *.~-?- Para quin se escribi el evangelio de Ma-~I~g Sin duda alguna, en primer lugar para las co-~ munidades cristianas de Siria y de Palestina delp norte, de las que formaba parte el pro~ autor.

    En su ltima redaccin -la nica que conoce-mos- agrupa, coordina y sintetiza los relatos dela vida de Jess que se han ido repitiendo ytransmitiendo las comunidades. Estos relatos,fundados a su vez slidamente en el testimoniode los apstoles y de los. discpulos, se inscri-ben en el marco de! [udasmo del siglo I y estnalimentados por el Antiquo Testamento. reledoy reinterpretado por las comunidades a la luz dela resurreccin de Cristo.

    De esta forma, este evangelio es un textovivo, la expresin de una larga tradicin que- seremonta a los acontecimientos de la misma vidade Jess y que se va desarrollando hasta la vidade las comunidades de finales del siglo 1. Msall del texto fijado definitivamente, que la igle-sia da a comprender en su totalidad, el evange-lio sigue vivo, ya que est destinado a unos lec-tores, esto es, a unos hombres que de generacinen generacin hasta nosotros han ledo y reledoeste texto partiendo de su propia vida, en el senode la misma tradicin eclesial.

    2. EL TEOLOGO ccMATEO, REDACTOR DEL EVANGELIO

    El autor de este evangelio, al que llamamosMateo, es un escritor con procedimientos estllis-ticos muy diferentes de los que utilizan los otrosevangelistas. Es un telogo que sintetiza el men-saje vivido en su comunidad y que lo proclama aesa comunidad. Pongamos de relieve algunas deestas caractersticas.

    1. El estilo de MateoComo todos los autores, Mateo utiliza un es-

    tilo y unos procedimientos de composicin quelo identifican; estilo y procedimientos semitas,recogidos de una tradicin preexistente y rein-terpretados en una redaccin nueva.

    Ese trasfondo semtico est muy marcado, notanto en el vocabulario como en las expresiones

    -por ejemplo: reino de los cielos, mi Padreque est en los clelos-, cumplir la ley, la leyy los profetas, etctera- tpicamente palesti-nianas, y en los procedimientos literarios: fen-menos de re eticin, resmenes, refranes, do-bles y sobre todo inclusiones, que consisten enrepetir, al final de un desarrollo, una palabra ouna frmula tpica que haba servido para intro-ducirlo. As, por ejemplo: Porque de ellos es elreino de los cielos (5, 3 Y 10), lo que es lci-to (o no es lcito) hacer en sbado (12, 2 Y 12);generacin malvada (12, 39 Y 45), etctera ...Este procedimiento se explica muy bien en elmarco de una tradicin oral y se ve frecuente-mente reforzado por el empleo de la alabra- rafe (o alabra- ancho) que relaciona entre s

    13

  • Quin es Mateo?Lo mencionan todas las listas de apstoles (Mt

    10, 3; Mc 3, 18; Le 6, 15; Hech 1, 13) Y el evange-lio de Mateo lo califica de publiceno, refirindo-se al episodio de la vocacin del cobrador de con-tribuciones en Cafarnan (Mt 9, 9 Y par.). (Sin em-bargo, Marcos aplica este relato a Santiago, hijode Altea, y Lucas a un ta.l Levi, desconocido porotra parte). No se habla ms de Mateo en el NuevoTestamento.

    Pero hacia el 110 o el 120, Paplas, obIspo deHierpolis en Asia Menor, dir de l que puso enorden las sentencias (logia) en dialecto hebreo, ycada uno las interpret como podie. La tradicinantigua recogi este testimonio, citado por Eusebioen su Historia eclesistica (1/1, 39, 6).

    ciertas sentencias o desarrollos de origen diver-so: por ejemplo, luz-lmpara (S, 14.15), tesoro (6,19.21), preocuparse (6, 25.34).

    Las a ru aciones numricas (2 - 3 - 7) sonmuy frecuentes. Su funcin puede ser mnemo-tcnica; tienen sobre todo un valor simblicomuy apreciado entre los judos.

    2. La utilizacin del Antiguo Testamento~El rasgo ms caracterstico del primer evan-

    gelio es su utilizacin tan amplia del Antiguo Tes-tamento. En 130 pasajes por lo menos, el autor serefiere directamente a la escritura, de los Que 43son citas concretas. Utiliza de ordinario el' textogriego de la escritura, que est en la base de suexposicin; cuando traduce directamente un tex-to hebreo, lo hace generalmente en un pasajeque le es propio; no depende entonces ni delevangelio de Marcos ni de ninguna otra fuenteconocida.

    Cita la escritura segn la forma juda, respe-tando a veces hasta la letra de los textos. Lasescrituras se consideran como si tuvieran un ori-gen divino inmediato. Su culto, su lectura asidua,su profunda asimilacin, impregnan por comple-to la vida de las comunidades judas; Jess y susdiscpulos, lo mismo que las primeras comuni-

    14

    Al atribuir al apstol Mateo la reunin de losloqie, Papias parece aludr al evangelio entero.Se trata luego de treducciones orales o ms bienescritas? El no dice que nuestro evangelio griegode Mateo, que conocie, fuese una de esas traduc-ciones, ni da ningn juicio de su fidelidad respectoal arameo. De hecho, el examen interno del textode que disponemos contradice a la hiptesis deuna traduccin; ha sido compuesto en griego. Elredactor de nuestro evangelio ha asumido su pro-pia responsabilidad de autor.

    Sin embargo, la inscripcin segn Mateo. quefigura a. la cabeza de nuestro texto griego del evan-gelio, atestiguada ya en la primera mitad del siglosegundo, puede haber sido admitida en tiempos dePapias. Por tanto, se puede mantener que entre elapstol Mateo y el evangelio se reconoca ya en lams alta antigedad cierto vnculo de parentesco.

    dades cristianas, tuvieron esas mismas perspec-tivas. El autor del evangelio lo sabe muy bien ycon razn pide para s mismo, como para Jess,la sumisin a su autoridad de intrprete de lasescrituras, a su funcin de predicador: A fin de}que se cumpla lo que fue dicho por el seor a Jtravs del profeta que dijo ... -: esta frmula serepite hasta once veces a travs del evangelioen cinco ocasiones en os relatos de la infanciaso amente. Los textos cita os no pretenden, enprimer lugar, probar o explicar los hechos narra-dos, sino conferirles su carcter sagrado y divi-no: los designios de Dios se cumplen en la per-sona y en los hechos de Jess. As, en continui-dad con el propio Jess, el evangelista inserta elmensaje de la buena nueva en la historia de lasalvacin; la autoridad divina de Jess le permi-te liberarse de la letra de la ley y de los profe-tas, superndola y alcanzando el carcter univer-sal y profundo del cumplimiento mesinico.

    La hechura semtica de este evangelio ha im-presionado siempre a sus lectores, hasta el pun-to de que su atribucin a un apstol no constitu-y ninguna dificultad en los tiempos antiguos.Este semitismo se debe ciertamente a las fuen-tes mismas del evangelio de las que el autor esun testigo fiel, respetando las propiedades del

  • lenguaje y las formas primeras que encontr enl. y al ser l mismo semita, las asimil debuena gana.

    3. La geografa de MateoLa geografa de los evangelios es tambin tea-

    lgica, ya que quiere decirnos algo de Jess. Lade Mateo es arecida a la de Marcos sin em-argo su sentido es bastante diferente.'

    La tierra de Jess es la Galilea, esto es, unaregin de Palestina, pero que tena tambin unvalor simblico: se hablaba con frecuencia de laGalllea de los paganos (o de las naciones), concierto matiz peyorativo: tierra de paso, esta re-gin haba sufrido muchas influencias y la fe noera all muy pura a los ojos de los fariseos. Peroera tambin smbolo de esperanza: el profetaIsaas haba anunciado que al final de los tlern-pos Dios se manifestara all a los paganos (Is 8.23).

    Durante su vida terrena, Jess vivi sobre to-do en Galilea. Volvi all tras su huida a Egipto,como en un nuevo xodo. Y esa Galilea tieneunas fronteras que Jess slo franque en muypocas ocasiones para ir a los paganos; durantesu ministerio, Jess no predica ms que a los ju-dos, y es all,entre los galileos, donde impartesus principales enseanzas. En dos ocasiones.Jess dej Galilea: la primera vez, para ir a re-cibir el bautismo de Juan; la segunda, para sultima ida a Jerusaln, lugar de su pasin y desu muerte.

    Pero Jess volver all. Mateo es el nico uesita la manifestacin del resucitado en Galilea.Este regreso es simtrico al primero, durante suinfancia. "Son retornos simtricos y se corres-ponden entre s, pero no se repiten. Se ha rea-lizado una verdadera metamorfosis en el inter-valo que los separa. Porque Jess es ms queMoiss. Este muri en el desierto, sin haber po-

    , Ci. J. DELORME, Lecture de I'vangile seIon saintMarc: eahier Evangile n.O1/2, 13-15.

    Segn las Escrituras __.

    Apelando a las escrituras es como los apsto-les hicieron creble su evangelio. Al dirigirse a suscorreligionarios, evocan los designios de Dios sobrela humanidad y demuestran que los acontecimien-tos nuevos se insertan en la tradicin ms autn-tica de los padres: acaso no fueron profetizadospor Dios en las escrituras? Los apstoles intentande este modo facilitar su adhesin a Jess, anun-ciando que fue precisamente l a quien anunciarontodos los profetas.

    Los acontecimientos que iluminan la escritura,sealando su culminacin, quedan a su vez ilumina-dos y justificados de alguna manera por las proie-cias. Tal es el sentido de aquel segn las escri-turas," que iba poniendo ritmo al credo recordadopor san Pablo a los corintios (1 Cor 15, 34).

    Los apstoles no prueban, en el sentido modernode la palabra, esos acontecimientos que atestiguan,sino que los sitan en la economla divina de la his-toria de la salvacin, demostrando el significadoque le dan al pasado y a la revelacin entera. Deesta forma, los apstoles, y ms tarde los evange-listas siguiendo sus huellas, interpretando el hechode pascua a la luz de los eternos designios deDios, arrancan la historia de Jess de la vulgaridadde la historia e invitan a los oyentes y lectores delevangelio a adorar al seor,

    X. LEONDUFOUR,L'vangile et les vangiles.

    Beauchesne, Paris 1954, 22, 23 Y 25

    dido conocer la tierra prometida, sin conducir alla su pueblo. Pero Jess atraviesa el desierto dela muerte; una vez acabado su xodo, termi-na a su cautividad, vuelve a Galilea, ue seconvierte entonces en la tierra del resucltado,'la tierra de a a ertura al mundo. Se esperabaque al final de los tiempos Dios se manifestaraen esta Galilea de los paganos. Por tanto, es alldonde el seor se manifiesta a sus discfUiOSara enviarlos aL I!lundo ~tero.

    5 A. PAUL, La Galile des Nations: Aujourd'hui la Bt-ble n," 120, 7.

    15

  • Para continuar el estudio

    J. RADERMAKERS,Au fil de I'vangile selon saint Matthieu, 1. Texte; 11.Lecture continue. Institut d'EtudesThologiques, Louvain, 1972,96 Y 400 p. (La mejor pre-sentacin actual en francs. Capta bien las ideas fun-damentales).

    P. BONARD,L'vangile selon saint Matthieu, Delachaux etNiestl, Neuchtel 1963, 424 p. (Comenta bien cadatexto, sin hacer sntesis).

    X. LEON-DUFOUR,L'vangile seIon saint Matthieu. PRO-FAC, Lyon 1972, 160 p. (Lecturas excelentes de textosde Mateo; no recoge los textos comentados en susEstudios de evangelio. Estela, Barcelona 1969.Tampocopresenta los relatos de la pasin-resurreccin).

    B. RIGAUX, Tmoignage de I'vangile de Matthieu. Des-cle de Brouwer, Paris 1967, 309 p.

    G. BECQUET,Lectures d'vangile, anne B. Seuil, Paris1974.

    W. D. DAVIES, El sermn de la montaa. Cristiandad, Ma-drid 1975. (Sita magnficamente y con sencillez el am-biente de vida y el contexto general del sermn, y msampliamente los del primer evangelio).

    1. GOMA CIVIT, El evangelio segn san Mateo (1-13). Ma-rova, Madrid 1966,774 p.

    J. SCHMID, El evangelio segn san Mateo. Herder, Barce-lona 1967, 570 p.

    Finalmente, hay que citar la coleccin Assembles duSeigneur, Cerf (cada volumen, de 80 p., presenta lostextos bblicos; es el mejor conjunto de comentariosen francs, aunque limitado a la seleccin litrgica.La citamos en abreviatura cAsSgn; antes de la refor-ma litrgica haba aparecido una primera serie, que ci-tamos .1.' serie-l.

    3. EL JESUS DE LA COMUNIDAD DE MAlEO

    Puede parecer extrao este ttulo: el Jessde Mateo o de su comunidad no es acaso elmismo que el de Marcos, el de Lucas o el deJuan? Pero es bien sabido que cada persona hu-mana es un misterio y que cada uno de noso-tros descubrimos en ella algn que otro aspecto,aquel o aquellos con los que sin duda estamosms de acuerdo. Ante este misterio que es lapersona de Jess, cmo va a suceder de otromodo? Es esa riqueza de nuestros evangelios laque nos revela de esta forma unos rostros deJess un poco diferentes y complementarios.

    No se trata de trazar aqu un retrato com-pleto del Jess de Mateo, sino solamente dedescubrir algunos ttulos a los que podemosatender especialmente en el curso de la lectura.

    ~.fNuevo MoiSs\La comunidad de Mateo parece ..haber reco-

    nocido instintivamente en Jess a un nuevo Moi-ss, ya que era esto lo que correspodlaTo

    16

    que estaba viviendo por entonces, mientras que,por ejemplo, las comunidades de Lucas, que vi-van de otra forma, vern sobre todo en l alnuevo Elias," Compuesta en su mayora de ju-dos hechos cristianos," esta comunidad nace conmil quinientos aos de tradicin a sus espaldas,la del pueblo de Dios del que se siente legtimaheredera. Es una comunidad bien estructuradaen torno a los doce, con ciertas reglas para suvida de grupo, una doctrina, una oracin comn ...

    6 Para una comparacin de estos dos rostros de Je-ss en Mateo y en Lucas, cf. E. CHARPENTlER,Approchesdiffrentes de Jsus Christ: Unit des Chrtiens 15 (julio1974) 11-19.

    Una comunidad, debido precisamente a su forma devivir, tiende a dar la preferencia a un "rostro de Jess.Es sta una cuestin que nos podemos plantear: ,,Cules el rostro de Jess que transparenta nuestra comuni-dad, por su misma vida? Cul es el rostro que manifies-ta al mundo?

    1 Un tipo parecido de comunidad es el que nos des-cribe Lucas en los cinco primeros captulos de los Hechos.

  • Por eso ve en Jess al nuevo Moiss que da aeste nuevo pueblo la ley nueva, ante todo en elsermn de la montaa (5-7). pero adems a tra-vs de esos cinco grandes discursos que vanjalonando el evangelio de Mateo y le dan una fi-sonoma propia (cinco discursos, lo mismo uehaba un entateuco, os cinco i ros e la leyde Moiss). Jess aparece como e maestro ejusticia que ensea la forma de vivir en el rei-no de Dios.

    Pero, para recoger una frase de la carta a loshebreos (3, 5), Moiss era servidor en la casade Dios, mientras que Jess es Hijo.

    i: El \HijO-de DIOSI\f\farCOS1utiliza raras veces este ttulo; todo

    su evangelio nos va preparando para proclamarlo,junto con el centurin, al pie de la cruz; peroquiere que vayamos haciendo progresivamenteeste descubrimiento en la fe.8[MafeO) por el con-trario, se sita deliberadamente en una comuni-dad cristiana en donde esta palabra tiene el sen-tido fuerte que siempre ha tenido para nosotros(y no un simple equivalente de -rnesas hijo deDavid, como en tiempos de Cristo). Intenta ha-cernos presentir en este hombre, tan semejantea los dems, el misterio que lleva consigo: cuan-do nos sintamos desamparados, tenemos quelanzar este grito como los discpulos en mediode la tempestad (14, 33); tenemos que procla-marlo, como Pedro, cuando nos preguntan sobresu identidad (16, 16); con los guardias paganostenemos que reconocerlo en el crucificado (27,54).

    Y es este misterio profundo el que da todosu sentido a los dems ttulos.

    ~.\~90_del hombre\Daniel haba vislumbrado la fi ura misterio-

    sa de este ersonae celestial, ersonificacin delos ustos erse uidos, ue reciba sobre las nu-

    Cf. J. DELORME, Lecture de I'vangile selon saintMarc: Cahier Evangile n.o 1/2, 1723.

    bes del cielo el oder reservado a Dios, el dejuez (Dn 7). La resurreccin es para Jess su en-tronizacin como hijo del hombre, que realiza losnumerosos anuncios que de l se haban hecho(19, 28; 24, 30; 26, 64 ... ). Entonces Jess puedeser realmente la personificacin de todos losperseguidos, de todos los pequeos, de todos lospobres con los que se identifica (25, 36-46). Y estambin eso lo que fundamenta su autoridad,permitindole enviar sus discpulos al mundo en-tero (28, 16-20).

    4lMeSa5:\ hijo d~_DavidEs aquel a quien Dios ha encargado de pro-

    clamar la venida del reino y de inaugurarlo porsu pasin-resurreccin, cuyo signo son sus ac-tos de poder. Pero no realizar ese reino de lamanera belicosa triunfante ue a veces se es-peraba. Porque ha venido para servir.

    ,. EII~lque toma nuestras enfermedadesMateo es el nico Que aplica explcitamente

    El evangelio eclesaleEntre todos los escritos del Nuevo Testamento,

    el evangelio de Mateo es aquel que tiene una In-fluencia literaria ms generalizada y ms profundaen la literatura cristiana que se extiende hasta lasltimas dcadas del siglo 11. Los primeros escrito-res eclesisticos se inspiran sobre todo en las pa-labras de Jess recogidas en el primer evangelio;a sus ojos, poseen un grandisimo valor, ya que re-presentan la enseanza del seor que sirve de baseal cristianismo.

    Hasta el final (del siglo 11), el primer evangeliosigue siendo el evangelio por excelencia; se le pidela doctrina que condiciona las actitudes cristianas,de forma que el evangelio de Mateo se convierte ennorma de vida cristiana .

    .EI cristianismo comn se estableci sobre lasenseanzas de Cristo sacadas del evangelio de Ma-teo .

    E. Massaux, Influence de I'vangile de salnt Mat-thieu sur la Iittrature chrtienneavant saint Irne. Louvaln 1950,651 Y 654.

    17

  • a Jess los orculos del siervo doliente de Isaas(42, 1 = Mt 12, 18; 53,4 = Mt 8, 17 . Es el sal-va or que se lleva nuestras enfermedades ynuestros pecados; derrama su sangre "por lamultitud, para el perdn de los pecados (26, 28;cf. Is 53, 12).

    (,.El{sefuirJde su comunidad"Lo mismo que Mateo ve con mayor claridad

    y fuerza que los otros sinpticos la imagen de lacomunidad por detrs de los discpulos, 'tambin

    \

    traspasa sin detenerse la imagen del Jess his-trico para llegar al seor vivo de la comuni-dad ... Partiendo siempre de la experiencia delseor vivo en la comunidad, es como Mateo em-prende la exposicin de las tradiciones relativasa Jess,"

    De esta forma, la cristolo a se convierte enl en eclesiolo a, su refl~xin sobre Cristo noRuede se ararse de su reflexin so re a l esla,

    9 H. GEIST, o. C., 9495.

    Una posible < lecturadel primer Evangelio

    No nos vamos a arriesgar a presentar elplan del evangelio segn san Mateo, sino quenos limitaremos ms modestamente a presen-tar una lectura posible de este evangelio. Auncuando resulte discutible, su misma simplicidadpermite por lo menos orientarse en este libroun tanto complejo y poner de relieve algunasideas esenciales de Mateo. En qu est basadaesta lectura?

    Cinco discursosTodo el mundo admite la existencia de cinco

    grandes discursos. Mateo es el primero en haceresta distribucin. ya que hace seguir a cada unode ellos de la misma frmula: "y sucedi que.cuando acab Jess estos discursos ... (7. 28;11.1; 13.53; 19.1). Y como cierre final: Cuan-do Jess termin todos estos discursos ... (26.1). Estos discursos van se arados or unos con-'untos de relatos (hechos y palabras diversas deJess).

    Los conjuntos: discursos relatosForman cada uno de estos conjuntos un blo-

    18

    que? Algunos no lo creen as y proponen en con-secuencia un plan que no lo tiene en cuenta.'Otros. ms numerosos. creen por el contrarioque forman unas secciones-relatos, paralelos alos discursos. y conciben el evan elio com ues-to de "cinco cuadernos 'ue com rende cadauno una seccin-relato seguida de un discurso(3-7; 8-10; 11-13. 52; 13. 53-18; 19-25). con unprlogo (el evangelio de la infancia: 1-2) y unaconclusin (los relatos de la pasin-resurreccin:26-28).2

    Pues bien. est claro que al menos en uncaso el propio Mateo ha manifestado con clari-dad su intencin: hay una inclusin. es decir. unafrase repetida para delimitar un conjunto (algoas como cuando nosotros delimitamos una cita

    1 El plan, sugestivo y complejo. propuesto por X. Lon-Duiour, intenta poner de relieve el drama que se manI-fiesta a travs del evangelio: el reino de Dios pasa delpueblo judo a la comunidad nueva (et. Introduction a laBible, 2. 1959, 174-178. o L'vangile selon saint Matthieu.PROFAC 1972. 14-20). .

    2 Tal es el plan que propone, por ejemplo. la Bibliade Jerusaln.

  • por medio de corchetes). para encuadrar el pri-mer discurso y una seccin-relatos: Recorrien-do toda la Galilea, Jess enseaba en sus sina-gogas, proclamaba la buena nueva del reino ycuraba toda enfermedad y toda dolencia (4, 23= 9, 35). Esto significa que Mateo considera, porlo menos en un caso, a los relatos como forman-do un bloque y que este bloque es la continua-cin del discurso. Nos muestra a Jess podero-so en palabras (discursos) y en hechos (mila-gros). Lo que Mateo indica con tanta claridad pa-ra el primer cuaderno no valdr tambin parael conjunto? Veremos cmo esto resulta muchasveces aleccionador."

    As, pues, nuestra lectura se organizar encinco captulos, compuestos de un discurso y deuna seccin-relatos cada uno, en donde Jess ex-presa por medio de hechos lo que antes ha pre-sentado en palabras. Esto tiene concretamentela ventaja de no convertir ya los relatos de lapasin-resurreccin en un apndice, sino msbien en la realizacin fctica de lo que Jesusanunciaba en sus discursos sobre el final de lostiempos.

    Dos e isodios-e "en...

    \

    El con'unto de los relatos ue receden al~. rimer discurso, la redicacin de Juan bautista,

    el bautismo de Jess y las tentaciones (Mt 3-4)se convierte en un episodio-eje, que es a lavez introduccin al ministerio de Jess y conclu-sin del prloqo.' Pues bien, es significativo quelos elementos de este conjunto tengan su para-

    \lelo en los episodios en torno a la confesin de

    1-- fe de Pedro en esarea 16, 13-17, 27). Nos en-contramos con a misma rmula en ambos ca-sos: A partir de entonces Jess comenz a... ,

    J Seguimos aqui, en su conjunto, el plan propuesto porPh. Rol/and en el Bulletin de Thologie Biblique 2 (1972)157-178 Y sugerido por Radermakers, o. C., 20-22.

    E. KRENTZ demostr el paralelo entre el ciclo de Jo-s (1-2) y el de Juan bautista (3, 1-4, 16). (Vase el resu-men en el articulo citado de Ph. Rol/and, 160).

    y en ambas ocasiones esto nos introduce en unaenseanza solemne: despus de sus tentaciones,Jess comenz a proclamar: Ha llegado el rei-no de Dlos! (4, 17), mientras que, despus dela profesin de Pedro, Jess comenz a enseara sus discpulos que era preciso ... sufrir ... (16, 21).5 En elprlmer caso Jess proclama un-enseanza _a_todos,_y en e! otro a sus discpulos,

    Por otra parte, se advierte, en estos dos con-juntos, ciertos episodios semejantes, pero vis-tos en otra perspectiva: en ambos casos hayuna revelacin por parte del Padre (en el bautis-mo la voz celestial lo designa como su hijo muyamado; en Cesarea son los discpulos los quepor boca de Pedro lo confiesan como rnesas. hi-jo de Dios vivo; pero Jess aade que esto hasido posibe solamente gracias a una revelacindel Padre); en ambos casos Jess es tambin ten-tado (por Satans y por Pedro) y Jess los recha-za con la misma frase: iAprtate de m. Sata-ns!

    ... que dividen el evan elio en dosgrandes artes

    Cuando uno recuerda que esta confesin deCesarea seala, en el evangelio de Marcos, ungiro decisivo, se siente inclinado a pensar queestos relatos en torno a Cesarea forman un nue-vo episodio-eje, que reparte los cinco cuader-nos de Mateo en dos grandes partes. En la primera, Jess est solo; por tanto, es el Padre el~que tiene que designarlo directamente, y es Sa-tans el que lo tienta; luego escoge a sus disc-pulos y predica a las gentes. En.lasequnda, estya formada la comunidad de dlscpulos.Tpor tan-ito, es esta iglesia (inspirada por el Padre) quienlo revela al mundo, y es tambin ella, desgracia-

    5 E. KRENTZ se apoya en esta comprobacin para dt-vidir el evangelio en dos partes: "La seccin 4, 17 a 16,20 estara consagrada al anuncio del reno; la seccin 16, 21a 28, 20 estara dedicada al hijo del hombre en el caminode la pasin y de la resurreccin. (Ph. Rol/and, 8. C., 168).

    19

  • ?damente (inspirada por Satans), quien lo tienta;~Y Jess se dedicar en adelante a la formacin) de esta comunidad.

    As, pues, a lo largo de estas pginas, vamosa desarrollar esta lectura. Ser conveniente te-ner ante todo una visin de conjunto.

    UNA LECTURA DE MATEO

    PROLOGO: EL MISTERIO DE JESUS

    Su ser y su misin a la luz de la resurrecciny de la vida de la iglesia. - O los relatos de lainfancia. (1-2).

    1. JESUS PROCLAMA EL REINO DE DIOS VPREPARA LA IGLESIA (3-16)

    Episodio-eje: DEL ANTIGUO AL NUEVOTESTAMENTO (3-4)

    En el bautismo de Juan, Jess es revelado porel Padre como Hijo suyo. Por sus tentaciones enel desierto, Jess vuelve a orientar la vida deIsrael hacia el reino. Proclama entonces su ve-nida y escoge a los discpulos.

    1. iHa llegado el reino de Dios! (5-9)Jess lo manifiesta con sus palabras y sus

    actos de poder:* Sermn de la montaa (5-7).* Diez milagros (8-9).

    2. Jess enva a sus discpulos a predicar. Elparte a predicar el reino (10-12)* Discurso de envo a misionar (10).* Jess parte en misin (11-12).

    3. La opcin decisiva ante la predicacin delreino (13, 1-16, 12)* Discurso en siete parbolas (13, 1-52).* Hacia la confesin de Cesarea (13, 53-16,

    12).

    20

    11. LA COMUNIDAD EN ELREINO DE DIOS (17-28)

    Episodio-eje: LA COMUNIDAD CONFIESA A SUSEOR (16, 13-17, 27)

    Por boca de la comunidad, el Pare revela asu Hijo. Pero esta comunidad es tambin Sata-ns que tienta a Jess.

    4. El reino de Dios pasa del pueblo judo a laiglesia (18-23).* Discurso sobre la vida en comunidad (18).* De Galilea a Jerusaln (19-23). Jess rom-

    pe con los jefes judos y se consagra a laenseanza de sus discpulos. Grandes con-troversias en Jerusaln. Parbola de los vi-adores homicidas.

    5. La inauguracin del reino de Dios en el mis-terio pascual (24-28).* Anuncio de la venida definitiva del reino

    en Jess (24-25).* El misterio pascual inaugura el reino (26-

    28).

    El seemo-" anunciado por Jess como signodel final de los tiempos abre las tumbas cuan-do su muerte y abre luego su propia tumba. ElSeor puede entonces enviar a su comunidad almundo para ser all signo de este reino.

    ..

  • PROLOGO:EL MISTERIO DE JESUS

    Bajo las simples apariencias de un relatode infancia, es todo un discurso sobre el mis-terio de Jess, sobre su p-ersonalidad de hom-bre-Dios Cc. 1) Y sobre su misin de Cristo-sal-va or Cc. 2) el que abre el evangelio de Mateo.

    Por qu estos relatos de infancia? Lo queinteresa ante todo a las comunidades cristianasno es la predicacin de Jess, en palabras y enactos? En los discursos de los Hechos, en elevangelio de Marcos, todo comienza con la pre-dicacin de Juan bautista.

    Pero, a partir de su resurreccin, de una for-ma progresiva, los apstoles fueron reconocien-do a Jess como Hijo de Dios. Desde cundolo era? Solamente desde su bautismo? o des-de su nacimiento? Se iba as profundizando la

    cuestin de los cristianos sobre la persona deJess y su misterio. De esos interrogantes de-bieron nacer lo evangelios de la infancia de Ma-tea y de Lucas y, por otra parte, las reflexionesde Pablo y de Juan sobre la imagen de Dios,refleja de su sustancia, y sobre la palabra eter-na del Padre.

    Lejos de ser unos relatos folklricos estaspginas son ante todo una reflexin teolgica. Lomismo que en el cine lo genrico de la pelculapermite situar a los actores y, a veces, en el pro-cedimiento de vuelta atrs, mostrarnos la l-tima imagen del film o las ms importantes, paraguiarnos y decirnos adnde vamos, del mismomodo estos relatos de la infancia, escritos ala luz de la resurreccin y de la vida de las co-

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  • munidades cristianas, nos dicen desde el prin-cipio quin es Jess. Y es bajo su luz, esto es,bajo la de la resurreccin, como hemos de leertodo el evangelio.

    El IpIimer captulo de Mateo nos resenta aJess como homOre-Dios. La genea oga e Cris-to, hiJo de David, hijo de Abrahn (1, 1-17), de-muestra que este personaje esperado por el pue-blo 'udo es de nuestra raza. Pero es al o ms,a ue fue concebido or el Es mtu Santo (1, 1S-o . e a e e ose conslstlra en ar e un

    ilO'fnbre, esto es, en insertarlo en el desarrollode nuestra historia dndole su ser social. En el\ca)tulo S?~UnaOlse pasa a la historia, en dondelos tiempos YlOs lugares tienen una im ortanciamayor: se trata e Jess de Nazaret, conocidocomo tal, que naci en Beln de Jud, en tiem-pos del rey Herodes; lo adoran unos paganos, losjefes judos lo rechazan y la sangre corre en Is-rael; se perfi la ya en el horizonte el drama queacabar en la cruz.

    Por debajo de esta estructura aparece otradistinta: una .genealoga, verdadera oberturade una sinfona, seguida de cinco e isodios, cadauno~e los~uales- contieDe una cita del AntiguoTestamento. De esta profunda raigambre bblicabrota una savia que alimentar todo el evance-lio.] -

    Esperando que algn da un nuevo cuadernopresente ms detalladamente estos relatos dela infancia, intentaremos aqu trazar sus lneasprincipales.

    la gnesis de Jesucristo (1, 1-17)La genealoga se haba convertido en un

    1 CI. A. PAUL, L'vangile de l'enfance selon saint Mat-thieu (col. Llre la Bible, n. 17) Ceri, Pars 1968, 192; L.MONLOUBOU, Lire aujourd'hui les vangiles de I'enfance.Snev 1971, 111; X. LEONDUFOUR, Libro de la -gnesisde Jesucristo y El anuncio a Jos, en Estudios de evange-lio. Estela, Barcelona, 1969, 41-76; S. MUOZ IGLESIAS,Les mages et l'toile: AsSgn, n. 12 {196~} 19-31.

    22

    nero literario resentar a unimportante. Los primeros cristianos saban queJess era descendiente de David. Pero haba quedemostrarlo. Es lo que aqu intenta Mateo me-diante estas tres~ces catorce enerciones quevan desde Abrahn hasta Jos. Esta lenta melo-pea" afirma en-nosotros la convlccln de que elque nazca al final es verdaderamente de nues-tra propia raza, un hombre como nosotros. Peroes tambin algo distinto. -t CDvrlo I'W)"w.\-OAO

    El anuncio a Jos (1, 18-25)La genealoga terminaba en Jos, pero Mateo

    nos dice que Jos no intervino para nada en--=-;~aquel nacimiento: Mara concibi a Jess de ma-3 '\5riera virginal, por la accin del espritu. Jos lo ~ ~sabe, y como es un hombre justo, no quiere> .;:dar su nombre, un nombre humano, a ese hijo ~ ~del milagro. Dios viene entonces a decirle que d ..:_a ese nio, junto con su nombre, su ser social:

  • Los magos en Beln (2, 1-12)

    Entre el rey Herodes, rodeado de los jefes re-ligiosos de Jerusaln, y el rey que acaba de na-cer se desarrolla ya todo el drama de la vida deJess y de su misin: los judos lo rechazan,mientras que los paganos lo adoran, como lo ha-r la comunidad reunida en torno al resucitado(26, 16). As se realiza el orculo de Isaas, quevislumbraba la muchedumbre de paganos entran-do en esa Jerusaln iluminada por la gloria deDios (ls 60 Y 62).

    El cumplimiento del Exodo (2, 13-15)

    "El hijo llamado de Egipto era, para Oseas(11, 1), el pueblo de Israel. Jess es el verdade-ro Israel que va a cumplir realmente ese xodoque conduce a la tierra prometida, al reino deDios.

    La matanza de los inocentes (2, 16-18)La sangre corre en Israel, prefigurando a la

    de la cruz, Jess se libra por ahora de la matan-za, lo mismo que pas antes con Moiss. Y Ha-quel, en era ~ en Beln, llora sobre sus hijosdesterrados (Jer 31, 15). -t es W1Z,;Y(.lw

    La vida en Nazaret (2, 19-23)Mateo ve aqu el cumplimiento de las pro-

    fecas en general, pero sin encontrar un textopreciso: la biblia ignora a Nazaret. Pero en esteacontecimiento, dentro de la lgica de los anun-cios profticos, ve el final del xodo, la vueltadel destierro y la entrada en la tierra prometida.Pero hay ms an: una nueva intervencin deDios invita a ir ms lejos, a la -Galilea de lasnaciones (Is 8, 23), que ser el lugar del en-cuentro de Jess con su pueblo (4, 15-16), Y fi-nalmente el lugar desde donde enviar a susdiscpulos por todas las naciones (28, 16).

    Con estas cinco citas de la escritura, Mateo ) ~nos muestra que Jess se inserta en este pue- )blo judo, que viene a rehacer su historia para lIevarla a su trmino. El nuevo Moiss podr)ahora ponerse al frente de su pueblo para lnvl-,'tarle a entrar, con l, en el reino de Dios. ~

    Historicidad de losrelatos de la infancia

    Tenemos derecho a planteamos esta cuestin,aun cuando sea difcil responder a ella en la sltue-cin actual de nuestros conocimientos. Recordemosante todo algunas evidencias: no es el hecho dedescubrirle un sentido teolgico a un acontecimien-to lo que hace que ste haya sido forzosamente In-ventado. Por otra parte, nuestra fe no se basa enestos hechos lo mismo que en el de la resurrec-cin de Cristo; podriamos vemos inducidos a reco-nocer que tal detalle, que tal episodio, son "parbotes, sin que por eso se hunda el cristianismo.En fin, hay que estudiar los textos sin Ideas pre-concebidas: ni la de "eso no pudo peser, ni la de"eso ocurri exactamente de la manera descrita-o

    Mateo arece haber reco ido ciertas tradicionesconservadas en la famma de Jos. Est deecuer-do con Lucas en un punto fundamental: la concep-cin virginal y tambin en el nacimiento en Beln.La exactitud de la genealogla, diferente de la deluces, no constituye ningn problema. Una genealogia era entonces una cuestin, no de orden blo-/- ico sino 'urdico una forma de establecer unearentesco; y tembin en este caso Mateo est eacuerdo con Lucas: Jess es de la descendenciade David. Es posible que sobre un teln de fondohistrico (el recuerdo de la visita de unos grandespersonajes a Herodes y los numerosos asesinatosperpetrados por aquel rey sanguinarIo), Mateo hayaconstruido unos relatos de alcance teolgico.

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  • IJESUS PROCLAMA

    EL REINO DE DIOS YPREPARA LA IGLESIA (Mt 3-16)

    Desde entonces comenz Jess a predicar y decir:Convertos, porque el reino de los cielos est cerca(4, 17).

    As comienza esta primera parte del ministerio de Je-ss que se desarrolla por completo en Galilea. Jess sedirige a laslgente para anunciarles la llegada del reino.Tambin hay-un pequeo grupo de[discrpuJSJqueapenasse distingue an de los dems. Tambin se empieza asentir cmo se desarrolla el drama: las gentes se apartan,los \Rdvrsarios)presionan, y Jess se consagrar a la for-macin (le sus discpulos, clula de aquella iglesia quetiene que continuar su obra. La progresin se va palpandoa travs de los tres cuadernos.

    1. Ha llegado el reino de Dios (5-9)

    Jess lo proclama por sus palabras. el sermn de lamontaa (5-7) y por sus milagros (89), signos que, des-pus de los profetas, tenan que marcar la llegada delreino. Las bienaventuranzas lo proclaman, los milagros lomuestran.

    Pero ser acogida la buena nueva? Al final del viajetriunfal de Jess, las gentes estn llenas de admiracin,pero los fariseos atacan. El drama se prepara.

    2. Jess enva a sus discpulos a predicar y parte parapredicar el reino (10-12)

    El discurso de misin (10) va dirigido tanto a los dis-cpulos de la comunidad de Mateo y a nosotros como alos doce, para anunciarles los sufrimientos que les espe-ran si quieren conformarse a su maestro.

    Jess enva a sus discpulos a misionar... , pero es l

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    el que parte. Se descubre que el programa de misronque les ha dado era, anticipadamente, lo que l iba a vivir(11-12).

    3.' La predicacin del reino obligaa una opcin (13-16)La distincin entre la gente y los discpulos se va pre-

    cisando. Jess se dirige a las gentes en parbolas (13),pero sin hacerse ilusiones; las turbas no pueden com-prender porque ya, interiormente, han escogido. Jess In-terpreta las parbolas para los discpulos que empiezan aintervenir en cuanto grupo, y que comprenden.

    En la seccin-relatos (14-16)se observa que ya ha pasa-do la hora del discernimiento. Las muchedumbres siguentodava con Jess y se agolpan en su derredor, (pero) nopueden ya comprender su mensaje; en atencin a ellas,Jess se contentar en adelante con multiplicar los mi-lagros, ya que t.dava les concierne su actividad de sal-vador.'

    Por eso Jess reserva sus enseanzassolamente parasus discpulos. Hacindoles participar de su actividad, es-pecialmente en sus milagros, los va preparando para suprximo ministerio.

    Al final de esta primera parte, esos discpulos se nospresentan ya como una comunidad slida en torno a Cristo. En adelante, el Padre podr revelar al mundo quin esJess por medio de ella.

    1 X. LEON-DUFOUR, Hacia el anuncio de la iglesia(Mt 14, 1-16,20), en Estudios de evangelio. Barcelona 1969,233.

  • ~.~------------------

    Del Antiguo al Nuevo Testamento(Mt 3 - 4)

    En nuestra lectura de Mateo hemos conside-rado a los ca tulos 3-4 como un e lsodlo-ele.Efectivamente, podemos ver en ellos tanto el fi-nal del prlogo como la inauguracin de la pre-dicacin del reino de Dios.

    Son el final del prlogo. Mateo concluye es-tos episodios en torno a Juan bautista, lo mismoque haba concluido los episodios en torno aJos: Al enterarse de que Arquelao reinaba enJudea ... , Jos se retir a la regin de Galilea, yfue a vivir en una ciudad llamada Nazaret, paraque se cumpliese el orculo de los profetas ... (2,22-23); Cuando oy que Juan haba sido apre-sado, Jess se retir a Galilea ... , vino a residiren Cafarnan ... , para que se cumpliera el orcu-lo del profeta Isaas ... (4, 12-16).

    Jos Juan bautista han desem eado su~a el en la re aracin de Jess. El rimerovarn justo, lo ha insertado en la historia delpueblo dndole su propio nombre, lIevndolo aEgipto para que cumpliera un nuevo xodo, de-signndolo como salvador (Jess = Dios sal-va). El se undo, cumpliendo toda justicia, leha perrm I o con su bautismo la manifestacinde su misin en ese pueblo.

    El pueblo judo, antiguamente en el desiertoy luego a travs de toda su historia, haba falla-do en su entrada en el reino de Dios, en esa

    tierra prometida a Moiss. Jess, inserto el"' esepueblo por su nacimiento gracias a Jos, y pormedio de su misin manifestada por Juan, va aasumir sobre s la historia de ese pueblo y des-de lo ms hondo del desierto la va a conducir asu verdadero cumplimiento. Al trmino de eseitinerario, Jess puede proclamar: El reino estcerca. Israel, con l, est ya dispuesto a entraren ese reino -desgraciadamente se negar aello- y esa luz brilla ya para los paganos.

    As, pues, estos episodios son la introduc-cin a la predicacin del reino de Dios. Antes detener su ran discurso inau ural 5-7 Jess es-ca er a sus disc ulos; esto tiene su importan-cia: su predicacin recibir un relieve especialpor el hecho de que haya un pequeo grupo queacepta intentar vivirla.

    Predicacin de Juan bautista (3, 1-12)En el momento en que va a comenzar la pre-

    dicacin tan esperada de Jess el Cristo, he aquque aparece un personaje nuevo y desconocido:Por aquellos das aparece Juan el bautista (3,1). Habita en el desierto de Judea, vive comoun profeta, lleva el mismo vestido que el profetaElas (2 Re 1, 8); no tiene nada en comn con elnazareno (2,23). Pues bien, esos dos hombres

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  • tan dispares van a realizar la misma funcin:"entonces aparece Jess (3, 13). Uno y otro in-vitarn a los hombres al arrepentimiento con losmismos trminos: porque el reino de Dios estcerca (3,2; 4, 17). Su ministerio se ejercer enfuncin de una profeca de Isaas (3,3; 4, 14-16).Las turbas acudirn a ellos desde regiones enparte idnticas (3, 5; 4, 25) y, "al verlas, uno yotro les dirigirn sus discursos, su programa devida (3, 7-12; 5, 1s).

    Tanto Juan como Jess han sido enviados porDios para mostrar a los hombres el camino dela salvacin; sus ministerios siguen un caminoparalelo y sus discpulos continuarn despus desu muerte, no sin cierta rivalidad, hasta que apa-rezca con claridad en las comunidades cristia-nas, a travs de la continuidad del ministerio deJess respecto al de Juan, la plenitud y el cum-plimiento en la persona de Jesucristo.

    La diferencia entre el precursor y "el queviene detrs (3, 11) queda subrayada por elevangelista: Juan "bautiza en agua con vistas alarrepentimiento, Jess "bautizar en EsprituSanto y en fuego (3, 11). El espritu es el vien-to que aventar el trigo (Is 41, 15-16) y atizarel fuego inextinguible (Is 66, 24), pero es tam-bin el soplo que da la vida (28, 19). Esta puri-ficacin del bautismo de Jess ser mucho msradical que la del simple bautismo de fuego ...

    Bautismo de Jess (3, 13-17)Es el encuentro de estos dos hombres el que

    subraya su diferencia fundamental: "Aparece Je-ss, que viene de Galilea al Jordn donde Juan,para ser bautizado por l (3, 13). Jess tieneque insistir: "pues conviene que as cumplamostoda justicia (3, 15), pero tambin tiene que re-sistirse Juan (3, 14), para lograr que la comuni-dad cristiana de Mateo admita que Jess hayapodido ser bautizado por Juan. Sin embargo, estaactitud de humildad es lo que le permite a Jessrecibir su investidura mesinica (3, 16-17), que

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    acreditar su misin y le dar plena concienciade ella.

    La palabra JUSTICIA en Mateo designa una con-ducta conforme con las exi encias de Dios, esasexigencias de las que el sermn e la montaa nosrevela todo el alcance, que es inifinito. Efectivamen-te, su nica norma es la de ser perfecto como elPadre celestlsl,

    La entrada en el reino de Dios depende de estajusticia. Por consiguiente, no se puede buscar deveras la felicidad del reino ms que si se buscaesta Justicia.

    Viene luego u a-vi~)n apocalptica tomada deEzequiel (1, 28; 2, 20) "y en esto se abrieronlos cielos y se I espritu de Dios que ba-jaba como paloma; ese es ritu evoca al es -'ritlLde Dios ue aleteaba sobre las a uas Qtimi-tivas Gn 1~). S

    "y una voz que vena de los cielos deca: Es-te es mi Hijo (Sal 2, 7); el amado recuerdael sacrificio de Isaac (Gn 22, 2.12.16); "en quienme complazco procede del primer canto del sier-vo de Isaas (42, 1). En el trasfondo de ese me-sas real aparece el siervo que sufre, pero sloJess puede percibirlo. Sin embargo, esa voz pa-rece dirigirse, no ya a Jess slo, sino a los asis-tentes; se trata de una primera "revelacin alas gentes que pronto seguirn a Jess y, pormedio de ellas, a todos los pueblos.'

    Tentaciones de Jess (4, 1-11)Jess ha recibido el espritu y en adelante se

    ver impulsado por ese espritu. Lo conduce enprimer lugar al desierto.

    No se trata ya, para Jess, de enfrentarsecon el mesianismo de Juan bautista, sino de ex-perimentar su propio mesianismo en el encuen-tro con el demonio. Jess no puede conformarsecon la espera del reino de Dios predicado porJuan bautista: la salvacin no est solamentecercana, sino que est presente en su persona.

    1 Cf. E. JACOUEMIN, Le baptrne du Christ: AsSgnn.O 12 (1969) 4866.

  • Pero si l, Jess, es la salvacin, es necesaria-mente una salvacin presente y terrena? Tendrque revivir en el desierto las tentaciones de supueblo durante el xodo.

    1En efecto, el diablo coloca a Jess en medio

    de a uellas randes tentaciones ba'o las ue su-cumbi el ueblo antao, seggn el libro del Exo-do: Pero Jess las rechaza, como debera haberlohecho el pueblo segn el Deuteronomio. El iti-nerario del pueblo que haba fracasado en otrostiempos, tiene ahora xito en Jess. Jess sedetermina libremente delante de la opcin quese le presenta: repulsa de un dominio terrenosobre el mundo, ya que su misin consiste enanunciar a los pobres la buena nueva de la sal-vacin.

    Hemos visto en Juan bautista al nuevo Elas(3, 4), que tena que reaparecer en la tierra "an-tes de que llegara el da del seor (Mal 3, 23;cf. Mt 11, 14; 17, 10-13). Mediante sus referen-cias al Deuteronomio, el autor muestra en Jessal nuevo Moiss, que encarna al nuevo pueblode Dios y vence la "tentacin, en donde el pue-blo de Dios haba sido vencido anteriormente.

    La historia de Israel ha llegado a su fin. Jessse dirige a los paganos. Tras una visita a Naza-ret, fija su residencia en Cafarnan, en la Ga-Iilea de las naciones; su ministerio se dirige enprimer lugar a las ovejas perdidas de la casa deIsrael (10, 6; 15,24), pero en un contacto ntimoy proftico con los paganos. El pueblo que es-taba sentado en las tinieblas vio una gran luz ... De esta forma, haba anunciado Isaas el naci-miento del rey Ezequas-Emmanuel (ls 9, 1). Estaluz, manifestada a los discpulos en la transfigu-racin (17, 2), designa ya profticamente la re-surreccin?

    2 GI. J. DUPONT, Les tentations de Jsus au dsert.Desc/e de Brouwer, Paris 1968, 152; F. SMYTH-FLORENTlN,Jsus, le Fils du Pere, vainqueur de Satan: AsSgn n.: 14(1973) 56-75, o en un gnero distinto, J. GALLOUD, Tenta-tions de Jsus au dsert, en L'analyse structurale du r-cit. PROFAG 1974, 37-80.

    Predicacin del reino y eleccin delos discpulos (4, 17-25)

    Desde entonces comenz Jess ... . Volve-remos a encontrarnos con esta expresin cuan-do se marche de Galilea, al subir a Jerusaln pa-ra su pasin (16, 21~ora, por lo menos, inau-gura su predicacin (~. 7) con los mismos tr-minos que empleaba n bautista (3, 2): ambosestn unidos en su oposicin proftica a Israel,obstinado y excesivamente confiado en sus pri-vilegios de pueblo elegido.

    Ya se han cumplido todas las condiciones pa-ra que Jess emprenda su misin. Para ello ten-drn que sequirle algunos hombres (4, 20.22.25),no ya solamente las gentes (4, 23-25). sino unoscuantos discpulos ms cercanos (4, 20-22). Ne-cesita sobre todo algunos que se asocien verda-deramente a su misin: "Os har pescadores dehombres (4, 19). Lo primero que hace es sepa-rar a sus primeros colaboradores de su ambien-te familiar y profesional (4, 20.22), indicndolesel alcance simblico de su ministerio como pro-longacin del suyo propio. A travs de ellos, conSimn a la cabeza (4, 19), pronto se har conlos doce (10, 1), en representacin de la univer-salidad de todos cuantos sigan a Jess.

    La misin de Jess ha comenzado. El autorpresenta entonces un resumen de la actividadque ir describiendo en los captulos siguientes:la enseanza y la proclamacin del evangeliodel reino (5-7), con la curacin "de toda enfer-medad y toda dolencia en el pueblo (8-9). A lasgentes que venan anteriormente desde Judea allado de Juan bautista, se unen las de Galilea yDecpolis, pas verdaderamente pagano. Mencio-nando a toda Sitia (4, 24), el autor confirma asus comunidades cristianas de Siria que su evan-gelio no tiene ms origen que la predicacin au-tntica de Jess.'

    J GI. A. DUPREZ, Le programme de Jsus, selon Mat-thieu (Mt 4, 12-13): AsSgn, n:" 34 (1973) 9-18.

    27

  • 1. Ha llegado el reino de Dios! (Mt 5-9)Este primer cuaderno es esencial y le da el

    tono a todo el evangelio. Mateo lo ha compuestocon mucho cuidado y ha marcado intencionada-mente mediante una inclusin (4, 23 = 9, 35)

    que las dos partes concurren al mismo fin: mos-tramos a Jess proclamando con poder, en pa-labras y en hechos, que el reino de Dios ha lle-gado.

    1. EL SERMON DE LA MONTA"'A (5-7)El primer momento en que podemos contem-

    plar con cierta amplitud al Jess de Mateo eseste sermn. Y esto plantea algunos problemas,ya que Marcos ignora este discurso, y el de Lu-cas es mucho ms corto y secundario respecto ala predicacin de Nazaret (Lc 4, 16s). Pronun-ci Jess este discurso? La respuesta importapoco,' Aun cuando fueran los primeros discpu-los quienes reunieron en un hermoso edificio laspiedras diversas que Jess haba ido labrando atravs de varias de sus conversaciones, lo esen-cial es descubrir lo que vieron en ellas estostestigos autnticos de la palabra. Y esto no re-sulta fcil; lo indican las numerosas interpreta-ciones que se le han dado.

    Diversas interpretacionesJeremias las agrupa en tres tlpos.'

    Jess, doctor de la leyCristo no habra hecho ms que precisar, pa-

    J Tenemos, pues, en el sermn de la montaa unarecopilacin de logia- (= sentencias) de Jess, origina-riamente aislados. A veces, pero no siempre, consistenen slo una frase. Cada uno de estos .logia- -as he-mos de representrnoslos- es quiz el resumen de unsermn o la quintaesencla de una pltica doctrinal queen forma de preguntas y respuestas debi de ocupar undia entero, o tambin la resultante de una polmica consus adversarios.

    Estos "logia- aislados fueron reunidos inicialmente enun escrito en eremeo, de donde surgieron el discurso enla llanura de Lucas y el sermn de la montaa de Mateo,ambos escritos en griego-o J. JEREMIAS, Palabras de Je-ss. FAX, Madrid '1970, 63-64.

    2 J. JEREMIAS, O. C., 27-49.

    28

    ra sus discpulos, las exigencias del judasmo,lo mismo que hara ms tarde el Talmud para losjudos. Con una moral de obediencia a la ley,Jess predicara la justicia segn las obras. Ysi esto nos parece irrealizable, por lo menos nosinvitara a intentarlo.

    Si es verdad que Jess plantea exigenciasreales, hay que reconocer que se trata muchoms de una explosin del judasmo que de unainterpretacin propuesta por l.

    Jess, el maestro de lo imposibleOtros han credo que Jess propona aqu,

    voluntariamente, una ley impracticable para elhombre. Este, colocado as ante su miseria y suimpotencia, hundido en la desesperacin, des-cubrira que no hay para l salvacin a no ser en-tregndose a la gracia de Dios.

    Si para Pablo la ley antigua pudo desempe-ar ese papel, no hay nada semejante en estediscurso. Jess da por descontado que sus dis-cpulos cumplirn lo que se les pide.

    Jess, predicador del fin inminenteCreyendo que era inminente el fin de los

    tiempos, Jess nos dara una ley excepcionalpara tiempos de crisis.

    En tiempos de crisis uno est dispuesto ahacer sacrificios imposibles en otros tiempos. Unhombre con el pie apresado en un coche a pun-to de arder aceptar sin duda que se lo cortenpara salvar la vida. Pero en este discurso noaparece nada semejante: Jess no quiere provo-

  • ~-------------------------------------------------~

    car la angustia ante el fin inminente, sino quevivamos cada da segn la voluntad del Padre.

    Estas distintas interpretaciones se olvidan deun hecho importante, a saber, que algo tuvo quepreceder a esta predicacin, que no pudo ser-la primera.

    Algo precedi a esta predicacinLos primeros cristianos distinguan entre el

    keryqrna- y la catequesis. El kerygma o gritodel heraldo que proclama una noticia es el pri-mer anuncio del mensaje. Una vez que los oyen-tes se han adherido a l, la catequesis viene acompletar su instruccin.

    Es evidente que este discurso no es un ke-rygma, sino una especie de catequesis prolon-gada destinada a los recin convertidos quehan sido alcanzados por el mensaje de Cristo yla predicacin de la iglesia, una especie de pro-grama que les presenta lo que tiene que ser suvida en adelante.' Este discurso ha estado pre-cedido por la predicacin del reino y la respues-ta de los discpulos.

    El anuncio de la buena nueva, la misma queproclam Jess despus de su bautismo (4, 17),que ha dado su fruto: El mensaje de la buenanueva ha despertado los corazones; hay algo enel mundo a punto de cambiar en torno a Jess;por donde l pasa, los enfermos se levantan, lospecadores descubren el perdn de Dios ... En lel reino de Dios se convierte en una realidad con-creta, presente," Y es caracterstico que estediscurso empiece por las BIENAVENTURANZAS,que son un resumen de esta proclamacin.

    y unos discpulos, que rodean a Jess. Estosupone entonces una llamada de los mismos por

    3 J. GUILLET. Jsus devant sa vle et sa mort. Aubler.Pars 1971. 87. W. D. Davies ha emitido la hiptesis deque este sermn constituye. .al menos en parte. la res-puesta cristiana al [udelsmo, tal como lo definan los ra-binos agrupados en Yamnia (El sermn de la montaa,o. c. 111).

    J. GUILLET. o. e.. 84.

    parte de Jess y cierta vida en comn con l. Lapresencia en torno a Jess de esos hombres, alos que va dirigido en primer lugar el sermn,que han dejado ya todo lo que tenan por seguir-le, da un nuevo sentido a esta enseanza. No setrata de palabras en el aire o de unos mandamien-tos impracticables. Se trata de una experienciaque hay que vivir. La presencia de los discpulosdemuestra que esta experiencia vale la pena deser intentada por los que aceptan ponerse a se-guir a Jess,"

    De este modo esta enseanza, que sentimosnos llega hasta el corazn mismo de nuestra exis-tencia, no se nos presenta como una ley, sinocomo una experiencia vivida de la que nos invi-ta a participar.

    Es imposible comentar aqu este discurso,"Intentaremos solamente descubrir sus lneascentrales.

    Una composicin de MateoLa composicin de este discurso en Mateo y

    en Lucas nos lleva a la conclusin de que de-bieron encontrar en sus fuentes un sermn yaestructurado. Mateo lo model con ayuda deotras palabras de Jess que nos refiere Lucas enotros contextos diferentes.

    J. Dupont, en un estudio muy interesante.' haintentado reconstruir el discurso primitivo. Estonos permite descubrir sus lneas armoniosas, untanto oscurecidas por las aadiduras de Mateo(cf. cuadro de la pgina 30).

    5 Ibid., 86. Sobre el ambiente vital en que naci. puede verse

    W. D. DAVIES. o. e.; sobre el sentido general. J. GUILLET,Le Diseours sur la montagne et la loi nouvelle, en Jsusdevant.. . o. e., 83116; X. LEONDUFOUR. L'vangile selonsaint Matthieu. PROFAC 1972, 5897. Se encontrar final-mente un comentario a los evangelios de la liturgia domt-nical en los nmeros correspondientes de Assembles duSeigneur.

    7 J. DUPONT, Les batitudes, 3 vol. Gabalda, Paris1958-1969-1973.

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  • EL SERMON DE LA MONTAI\IA(Las aadiduras hechas por Mateo, segnJ. Dupont, estn en cursiva).EXORDIO: 5, 3-16

    5, 3-12: BIENAVENTURANZAS(primitivamente 3, 6 Y 11-12). La buenanueva.

    5, 13-16: los cristianos, sal y luz delmundo.

    l. LA JUSTICIA NUEVA SUPERIOR A LAANTIGUA: 5, 17-48

    o qu significa, en el comportamientode cada da, haber realizado la experienciade la buena nueva.El principio:

    5, 17: no abolir la ley y los profetas, si-no completarlos.

    5, 18-19: el que viole un solo man-damiento ...

    Cinco aplicaciones concretas: Se os hadicho ... , yo os digo: 5, 21-48.

    5, 21-24: No matars - No enfadarsecon el hermano.

    5, 25-26: "Apresrate a reconciliartecon el enemigo.

    5, 27-28: No adulterar - Ni desear auna mujer en el corazn.

    5, 29-30: si tu ojo es ocasin de es-cndalo, arrncatelo.5, 31-32: el que repudia a su mujer ...

    5, 33-37: "No cometers perjurio. -No jurar.5, 38-42: Ojo por ojo ... - Tender laotra mejilla.5,43-48: Amars al prjimo y odiars alenemigo - Amad a los enemigos.

    11. CARACTER INTERIOR DE LA JUSTICIANUEVA: 6, 1-8.

    o con qu espritu cumplir las buenas

    obras tradicionales cuando uno es hijodel Padre.

    El principio:6, 1: hacer las buenas obras slo enatencin al Padre.

    Las tres buenas obras tradicionales:6, 2-4: limosna en secreto. "Tu Padreque ve en lo secreto ... ".6, 5-6: rezar en secreto. Tu Padre queve en lo secreto ...

    6, 7-15: el Pedrenuestro6, 16-18: ayunar en secreto. "Tu Padreque ve en lo secreto ...

    6, 19-21.22-3: el verdadero tesoro. Elojo, lmpara del cuerpo.6, 24-34: escoger entre Dios y el di-nero. Confianza en el Padre.

    11I. TRES MONICIONES: 7, 1-27.o quin es el discpulo y cmo serio.

    No juzgar:7, 1-5: la paja y la viga.

    7, 6: no profanar las cosas santas.7, 7-11: eficacia de la oracin.7, 12: la regla de oro: no hacer alos dems ...7, 13-14: la puerta estrecha que llevaa la vida.

    Falsos profetas:7, 15-20: Se les reconoce por sus frutos.

    Verdaderos discpulos:7,21: No decir: Seor, Seor, sino ha-cer la voluntad del Padre.

    7, 22-23: no basta siquiera echar losdemonios en su nombre.

    7, 24-27: Construir la casa sobre piedra.

    EFECTO SOBRE LAS GENTES: 7, 28-29.

    "Ensea como un hombre con autori-dad.

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    -

  • LAS BIENAVENTURANZAS (5, 3-12)En boca de Jess son ante todo un qrlto,"

    Arraigadas en los anuncios profticos, van desa-rrollando en imgenes la buena nueva proclama-da por Jess: {Ha llegado el reino de Dios!:i Dichosos los pobres, pues en adelante ya nosern pobres, puesto que ha llegado el reino deDios! .

    Resumen la buena nueva que ha desencade-nado ese movimiento de las turbas hacia Jess,que ha interpelado a los discpulos hasta el pun-to de inducirles a dejarlo todo. Sin ellas, sin esegrito, el sermn" sera incomprensible. El sermn desarrollar una doctrina para unas gentesque estn ya en camino; expondr unas exigen-cias terribles, pero para unos discpulos que yasaben que se trata de su felicidad: "iDicho-sos ... !

    Sin perder nada del vigor de este grito, Ma-teo lo ha convertido sin embargo en una ense-anza; al sealar a los pobres de espritu y alos hambrientos de justicia", ha puesto el acen-to en las disposiciones interiores necesarias pa-ra acoger ese reino de Dios. Y as se conviertenen una introduccin para ese catecismo a loscristianos.

    La novena bienaventuranza resuena con unnuevo sonido. Se pasa de la persecucin por lajusticia" a la persecucin por causa de m". Di-cha probablemente por Jess mucho ms tarde,en las cercanas de la pasin, nos da la certezade que el sufrimiento padecido por causa deCristo crea con l una solidaridad que garantizala salvacin.

    Los cristianos, sal y luz del mundo(5, 13-16)

    Nunca se dar una definicin tan bella de la

    No nos detendremos en ellas, ya que el cuadernoprecedente las ha presentado ya; cf. S. LEGASSE, Les pau-vres en Esprit. Evangile et violenee (Mt 5, 347). Ceri, Pe-ris 1974 123 p. '

    iglesia. No se trata de un patio cerrado en el quedan vueltas y vueltas los que se han salvado(

  • El Jess de Mateo,admite el divorcio?

    Un parntesis aadido por Mateo en un textocomn a Marcos y a Lucas ha constituido desdesiempre una dificultad: ePero yo os digo que quienrepudia a su mujer =excepto en caso de porneia-la expone al adulterio (Mt 5, 32 Y 19, 7). Cmocomprender esta palabra griega porneia? Normal-mente significa prostitucin, conducta desarregla-da. Pero traducir de este modo contradice a laindisolubilidad del matrimonio, en la que aqu In-siste vigorosamente Jess. Entre las numerosas so-luciones propuestas, hay tres que tienen cierta se-riedad:

    1. Jess piensa en la separacin corporal,sin un nuevo matrimonio. Pero esto era desconoci-do en tiempos de Cristo y necesita una exgesissutil.

    2. Porneia designa una unin lleqittme (Lev18 da una lista de ellas, por ejemplo los matrimo-nios entre consanguineos). En ese caso, es necesa-ria evidentemente la separacin, ya que se trata deun falso matrimonio.

    3. Se traduce por conducta desarreglada- opor adulterio, pero sealando que el divorcio, enese caso concreto, no destruye la nocin de indi-solubilidad. El problema que entonces se planteaba

    El espritu del sermn de la montaa

    Podemos intentar sealar algunas lneas prin-cipales.

    La revelacin del amor del Padre celestial

    La mencin del Padre empieza ya al final delexordio (5, 16) e introduce de este modo el ser-mn propiamente dicho. Despus constituye laconclusin de la primera parte (5, 44.48); Jessacaba de darnos su nueva ley, pero nos lo ad-vierte: no se trata de una ley, sino de unaexigencia de amor; cuando uno se siente ama-do, hay dentro de l una exigencia interior deparecerse a aquel que lo ama. Pues bien, voso-tros sois amados por el Padre, que es perfecto.Por tanto, sed perfectos como l. La segunda

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    (en la ley civil y entre los cristianos: cf., por eiem-plo, el Pastor de Hermas) era, no ya el de si -pue-do despedir a mi mujer edltere, sino el de sipuedo seguir con ells, ya que con su mala con-ducta ha roto la santidad del matrimonio; sI unosiguiera viviendo con ella, participaria de su pecado.En ese caso, es posible un nuevo matrimonio? Nose sabe.

    Las iglesias orientales, apoyndose en este tex-

    to, aceptan el nuevo matrimonio del cnyuge ino-cente, aunque manteniendo que el matrimonio esindisoluble. El juicio, dicen, queda reservado a Dios;la iglesia, por su parte, vive en el tiempo de la mi-sericordia.

    La iglesia latina ha mantenido siempre la lndl-solubilidad en sentido estricto, pero se conocen al-gunas autorizaciones para contraer nuevo matrimo-nio entre los siglos IV y XII; adems, el conciliode Trento se cuid de no condenar la prctica delos orientales.

    Esperando a que quizs otros estudios permitana la iglesia ver con mayor claridad, se pueden re-cordar dos evidencies en Mateo: el matrimonioes indisoluble; la comunidad tiene que poner comoprimera regla en su pastoral a la misericordia, yaque Dios le ha concedido su misericordia.

    parte est totalmente empapada de esta presen-cia del Padre; ser tambin en relacin con ellacomo podr saberse si uno es discpulo verda-dero (7, 21).10

    Pero esta imagen del Padre, no tiene hoyaoaso mala prensa? Esa imagen del Padre al quenada se le escapa, no es acaso la imagen mis-ma de la esclavitud? El primer deber del hom-bre adulto y responsable no es el de liberarsede una vigilancia paralizadora? No es acaso lamuerte del padre, la eliminacin de Dios, el ca-mino necesario de la libertad?

    ID El padre George ha comentado ya el Padrenuestrode Mateo en el Cahier Evangile n.o 5, 50-55. Sobre la Im-portancia de la palabra Abbe-Pedre, ct. el hermoso librode J. JEREMIAS, Abba. Jsus et son Pre. Seuil, Parls1972, 142 p_

    ...

  • Ese padre que tantos hombres intentan ac-

    tualmente destruir no es el del sermn de lamontaa. El que provoca la rebelda es el repre-sentante del destino, del pasado que pretendesobrevivir. Pero el Padre de Jesucristo no sus-cita hijos para prolongarse en ellos y tener unarazn de vivir. En su Hijo tiene ya toda su raznde vivir. Si nos da el ser a nosotros, es por su-perabundancia de vida. La generosidad no se irri-ta con el don. El lirio de los campos crece bajoel sol de Dios. El pjaro es libre como el aire.Cmo imaginarse que Dios pueda alienar a lams preciosa de sus obras?

    El Padre que Jess nos ha enseado a amares liberador porque es, en s mismo, libertad per-fecta. Esto es lo que explica la excepcional sol-tura con que Jess asume su existencia, tantoen el gozo como en el drama, tanto. en la amis-tad como bajo los golpes del odio.

    Ser discpulo de Jess es acoger la oportu-nidad que nos ofrece (la gracia) de ser libresbajo la mirada del amor." Y esa mirada de Diosnos revela a nosotros mismos. Para cambiar, pa-ra evolucionar, tenemos necesidad de que al-guien nos espere, de que alguien nos ame, nosolamente por lo que somos, sino tambin por loque podemos llegar a ser. Pues bien, ese Padrese interesa ante todo por los gestos del hombre.Esos gestos tienen un valor que el mismo hom-bre es incapaz de apreciar, y esto es lo que lesda ese peso incalculable. Los gestos ms eleva-dos, la qenerosidad, el desprendimiento, la bs-queda de Dios, no alcanzan todo su valor ms quecuando el hombre renuncia a valorarlos para ofre-crselos a una mirada mejor que la suya. Diosrecompensa la ejecucin de sus deseos con sumirada, haciendo descubrir al hombre el precioincomparable que tienen sus gestos y el gozoque pone en ellos."

    Esto nos permite comprender por qu exige

    II J. GU/LLET, Aujourd'hui la Bible, n:" 129, 15-16.12 J. GUILLET, Jsus devant .." o. e., 113.

    tanto Jess. Vernos amados con semejante amorsupone para nosotros una exigencia de amar conel m