cuaderno 01: san pablo

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Introducción a San Pablo 1 PABLO Y SUS CARTAS DIÓCESIS DE JAÉN Jaén. Octubre 2008

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Cuadernos de San Pablo realizados por D. Enrique Cabezudo para l Diócesis de Jaén en el Año Paulino

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Page 1: Cuaderno 01: San Pablo

I n t r o d u c c i ó n a S a n P a b l o

1 PA B L O Y S U S C A R TA S

D I Ó C E S I S D E J A É N

Jaén. Octubre 2008

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Lectura Bíblica Act 2,3-5; Gál 1,11-19

Act 22,3 «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estáis todos vosotros el día de hoy. 4 Yo perseguí a muerte a este Camino, enca-denando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres, 5 como puede ates-tiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos.

*** Gál 1,11 Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, 12 pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 13 Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, 14 y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres. 15 Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien 16 reve-lar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, 17 sin subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente vol-ví a Damasco. 18 Luego, de allí a tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días en su compañía. 19 Y no vi a ningún otro apóstol, y sí a Santiago, el hermano del Señor.

Fuentes para conocer a Pablo Las informaciones acerca de Pablo nos vienen fundamental-mente de sus cartas y de los Hechos de los Apóstoles. Hay además algunas noticias tardías y legendarias acerca de él. Las cartas nos dan algunas indicaciones sueltas y difíciles de enmarcar en un contexto más amplio por su misma brevedad y por ser sólo ocasionales, pero en cambio tienen la ventaja de ser de primera mano, al menos las de las cartas auténticas. Hechos nos da mucha más información pero es una infor-mación tardía y elaborada para mostrarnos una determinada ima-gen de Pablo, por lo que hay que examinarla críticamente. Las noticias legendarias dependen de las cartas y de Hechos y son puras amplificaciones que no parecen tener base histórica.

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Introducción general

ORIGEN Parece que Pablo vino al mundo hacia el año 5 d. C. más o menos. En Act Pablo declara que nació en Tarso de Cilicia, ciudad que en la Biblia sólo se nombra en 2 Mac 4,30 a propósito de una sublevación contra los Seléucidas y en Act, varias veces a propósito de Pablo. En aquella época, sin embargo, era una ciudad grande e ilustre, con más de cien mil habitantes y capital de provincia . Era también un centro cultu-ral muy importante. Pablo era judío. En Flp 3,5 dice de sí mismo: Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Ben-jamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo. Su lengua materna debió ser el grie-go ya que en sus cartas se ve que domi-na bien esta lengua tal como se hablaba en su época. También era ciudadano romano por nacimiento (Act 22,25-28). Pablo pertenecía a tres mundos distin-tos: al judaísmo desde el punto de vista religioso, al helenismo por la lengua, al imperio de Roma en el aspecto político. Tres patrias, podríamos decir, que lo marcaron de diversa forma desde el principio: fue decisiva la pertenencia a la religión judía, digna de interés la integración cultural en el ambiente helenista, condición favorable para su futura actividad su inserción político administrativa en el estado romano del que era ciudadano. (Barbaglio Pág. 36)

Ciudadano Romano El Imperio Romano tenía en el s. I d. C. unos 50 millones e habitantes, de los cuales solo 20 millones eran personas libres. El número de ciuda-danos romanos era de unos cinco millones. Se era ciudadano romano por na-cimiento por méritos o por compra. La ciudadanía romana era un raro honor para los que no procedían di-rectamente de familias romanas. Este honor era muy apreciado ya que im-plicaba notables privilegios. Los principales privilegios de los ciudadanos eran: • Derecho a ser juzgados por un juez

romano • Derecho a ser protegidos contra

los linchamientos. • Derecho a apelar al tribunal del

Emperador. • Exención de ser condenados a

penas ignominiosas: crucifixión y flagelación.

VIDA DE SAN PABLO

NOTA: Act = Hechos de los Apósto-les

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Sabemos que tuvo al menos una hermana que se cita en Act 23,16-8. Su familia era cumplidora en cuanto a lo religioso ya que Pablo afirma con orgu-llo haber sido circuncidado al octavo día como marca la ley. NOMBRE Pablo, como muchos judíos de su época tenía un doble nombre: Uno judío: Saulo y otro romano Pablo. Pau-lus significa pequeño y era el apellido de algunas familias ilustres. El nombre de Saulo sólo aparece en la primera parte de Act y desaparece cuando Pablo se entrevista con el gobernador Sergio Pablo, por lo que algunos han dicho que Saulo adoptó en nombre de este gober-nador. En realidad, en sus cartas él sólo usa el nombre romano por lo que hay que deducir que su familia tenía ese apellido y que Saulo era sólo un nombre familiar que se usa en Act para destacar que Pablo era judío auténtico. EDUCACIÓN Pablo afirma haber sido fariseo an-tes de su conversión al cristianismo. En Act 22,3 afirma que se educó en Jerusa-lén y que su maestro fue el famoso Ga-maliel. No consta sin embargo que lle-gase a ser rabino, aunque como los rabi-nos de la época conociese también un trabajo manual, en su caso el de tejedor de tiendas de campaña. RESIDENCIA Y PROFESIÓN No sabemos en calidad de qué pudo tener autoridad para recibir el encargo de perseguir a los cristianos. En cual-quier caso por aquella época debió resi-dir en Jerusalén Es probable que se dedicase al tra-bajo de hacer tiendas, sea de lona, sea de cuero, y a la venta de sus produccio-

nes, lo cual explicaría su carácter viajero. No pocos de los primeros predicadores cristianos fueron co-merciantes ambulantes. Por otra parte cuando tuvo que dejar su tra-bajo para dedicarse por entero al ministerio, lo hizo sin dudar ASPECTO Y SALUD La iconografía sobre Pablo se basa en las leyendas apócrifas, sobre todo en Los hechos de Pablo y Te-cla. Se le describe fuerte, algo en-corvado y de piernas un poco ar-queadas, bajo, calvo, cejijunto, de ojos grises, nariz aguileña, barbado, piel muy blanca En la carta a los Gálatas habla de una enfermedad sufrida estando entre ellos (Gál 4,15). Y en la 2ª carta a los Corintios (12,7s) se refiere a algo crónico que le aqueja. Se han sugerido infinidad de hipótesis; lo más sensato es decir que no sabemos de qué sufriría. Era algo que, sin embargo, no le impidió

Puerta en la calle “Recta” de Damasco

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recorrer miles de kilómetros, afron-tar naufragios, torturas, hambres, vigilias, fríos y toda clase de calamidades (2Co 11,23-27). ESTADO CIVIL En 1Co 7,8 afirma “No obstan-te, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo.” y en 1Co 9,5.15 ¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer her-mana, como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Ce-fas? ....Mas yo, de ninguno de esos derechos he hecho uso. Algunos dicen que tendría la mujer en Filipos y que a ella se diri-giría en Flp 4,3, donde no diría Sici-go, sino cónyuge. Es posible que no se hubiera casado o que estuviera viudo, o in-cluso, que hubiese dejado a su mujer para dedicarse a las tareas apostóli-cas. En cualquier caso hacia el año 50 no tenía mujer. CONVICCIONES Su fe en el judaísmo fue fuerte y decidida. Supo ver en el cristianismo un ataque directo a las tradiciones de los judíos, por eso fue perseguidor de la Iglesia; pero también supo des-cubrir, cuando se convirtió, que la verdadera continuidad de las prome-sas estaba en la nueva fe. ¿CONOCIÓ AL SEÑOR? No parece que llegase a encontrarse con Cristo antes de su conversión, aunque una frase suelta de 2Co 5,16 si conocimos a Cristo según la car-ne, ya no lo conocemos así. ha hecho decir a algunos que lo conoció sin creer en él.

PERSEGUIDOR DE LOS CRIS-TIANOS Repetidas veces afirma que fue perseguidor de los cristianos. Los Hechos de los Apóstoles nos dicen que estuvo presente, asintiendo, en el linchamiento de san Esteban (Act 7,58) luego se nos dice que hacía es-tragos en las comunidades. Precisa-mente cuando iba a perseguir a los cristianos de Damasco, fue sorprendido por el Señor que cambió el rumbo de su vida. CONVERSIÓN Mas que de conversión, se trata de encuentro y de acción salvadora de Cristo, a la par que de vocación. Pablo es parado en seco por Cristo cuando va a perseguir a los cristianos. Cristo llama a Pablo, al perseguidor precisamente, para que sea el gran pre-dicador entre los gentiles. Tras su bautizo y una breve estan-cia en Damasco de donde tuvo que huir, se va a Arabia, a Jerusalén y final-mente a Tarso donde permaneció algún tiempo. DIRIGENTE EN ANTIOQUÍA Bernabé fue por él a Tarso y se lo llevó a Antioquía que era una iglesia de gran vitalidad en aquel momento. Allí el Evangelio ya se predicaba a los pa-ganos y se les admitía a la fe sin tener que pasar por el judaísmo. MISIONES. Siguiendo a los Hechos de los Apóstoles vemos que la actividad mi-sionera de Pablo tuvo estas etapas:

Primer viaje apostólico: por tierras de Chipre, Pisidia, Licaonia (Act 13-14) (años 45/6-48/9).

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Concilio de Jerusalén (Act 15; Gál 2) (año 49).

Segundo viaje apostólico: Galacia, Macedonia, Grecia, con sede más perma-nente en Corinto (Act 16-18) (años. 50-52).

Tercer viaje apostólico: Asia, con es-tancia más prolongada en Éfeso; Macedo-nia, Grecia (Act 18-21 ) (años 53-58)

ARRESTO Y MUERTE.

Cuando fue a Jerusalén a llevar una colecta fue arrestado en el Templo, acusa-do de introducir a paganos en el santuario. (Act 21-23) (año 58). Trasladado a Cesarea para garantizar su seguridad, se vio obliga-do a apelar al tribunal del Emperador. En Cesarea permaneció algún tiempo. (Act 23-26) (años 58-60). Trasladado a Roma, per-maneció dos años en prisión domiciliaria (Act 27-28) (años 61-63).

Hay indicios de que fuera condenado a muerte al terminar esta prisión al comenzar la persecución de Nerón el año 64. Pero si fue puesto en libertad. ¿Qué hizo después? ¿se dirige a España? Habría visitado las comunidades de Grecia y Asia. Luego, cuando Nerón persiguió a los cristianos el año 67 habría sido apresado de nuevo y, condenado a muerte en Roma, habría sido decapitado como ciudadano romano.

FECHAS CLAVE EN LA VIDA DE PABLO

Hacia el 5 d. C. Nace Pablo en Tarso Entre el 27 y el 33 Crucifixión del Señor y Resurrección 35 Muerte de Esteban 37 Conversión de Pablo 37-41 CALÍGULA 41-54 CLAUDIO 45 Primera Misión 50 Segunda Misión Estancia en Corinto 1Te (¿2Te?) 53 Tercera Misión Estancia en Éfeso. 1Co, Gál ¿Prisión en Éfeso? ¿Flp; Flm? 54-69 NERÓN 57 Estancia en Macedonia y Corinto 2Co y Rom 58 Viaje a Jerusalén. Arresto 61 Viaje preso a Roma ¿Efe y Col ? 63 Muerte o liberación

*** Si fue liberado 64-66 Viaje a España y a Grecia ¿1Ti, 2 Ti, Tit? 66-70 GUERRA JUDÍA 67 Nueva prisión y muerte en Roma

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El escritor Pablo era un hombre culto; tenía

una formación rabínica obtenida a los pies de Gamaliel, y también una cultu-ra helenística recibida en su ciudad de Tarso. Ciertamente que él no presumía de esa cultura a la hora de adoctrinar a sus oyentes, como se lo confiesa a los corintios: "Pues yo, hermanos, cuando fui a vosotros, no fui con el prestigio de la palabra o de la sabiduría a anunciaros el misterio de Dios... Mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría..." (1Co 2, 1.4). Pero, a pesar de la espontaneidad con la que escribe, similar a la que le caracteriza-ba cuando hablaba, en el fondo actúa una mente bien estructurada y un cora-zón apasionado que expone con entu-siasmo lo que piensa y siente.

La lengua en la que están escritas sus cartas es el griego, lengua que, además del arameo, domina con facili-dad. Se trata del griego de su tiempo, el llamado “común” (koiné), en el que acaso puede aparecer algún semitismo, aunque no corrientemente. A veces se dan también incorrecciones gramatica-les, especialmente la elipsis y el ana-coluto, o frase incompleta

No escribe materialmente sus car-tas, sino que las dicta; sabemos que en la carta a los Romanos el amanuense fue un tal Tercio (16, 22). Esto nos puede dar también una explicación de esas incorrecciones: con frecuencia se le amontonarían en la mente las ideas, a las que daría curso a base de frases complementarias, que enriquecerían el pensamiento, pero que dejarían mal parada a la gramática.

Pero a pesar de todo esto, pode-mos descubrir en él valiosos recursos literarios. Por eso pudo escribir San Agustín: "Así como no afirmamos que el Apóstol haya seguido los pre-ceptos de la elocuencia, así tampoco negamos que la elocuencia haya ido en pos de su sabiduría".

Es frecuente el uso de la antítesis: gracia–ley, luz–tinieblas, vida–muerte, vigilia–sueño, espíritu–carne...; muchas veces encadenadas: "Se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, re-sucita gloria, se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual" (1Co 15, 42-44); ver 1Co 7, 29-31; etc.).

Usa también figuras de dicción, que podemos apreciar en muchos casos aun a pesar de la traducción al español: “...Dios de toda consola-ción, que nos consuela... para poder nosotros consolar... mediante el con-suelo con que nosotros somos conso-lados” (2Co 1, 3-4); ver también 2Co 1, 13-14. Encontramos con frecuencia pasajes líricos de gran belleza (Rom 8, 31-39) o de apasionada elocuencia (2Co 11, 21-29) o de ternura y cariño (1Te 2, 7-8.17-20).

"La fuerza pasional de Pablo de-volvió al cristianismo la riqueza de la lengua griega, sobre todo en los him-nos del amor a Dios (Rom 8, 31s) y del amor a los hombres (1Co 13), uniendo la fuerza de la intimidad de la vivencia y el entusiasmo de la fe. Este lenguaje tuvo que conmover, sin duda, a los hombres de aquella época hechos al lenguaje vacío de los sofis-tas" (F. Lage).

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Estructura de las cartas El esquema de las cartas de Pablo

se ajusta fundamentalmente al de las cartas de su tiempo:

a. Encabezamiento o saludo. La fórmula usual era: “Fulano (remi-tente) a Mengano (destinatario) sa-lud” (“Cicero Attico salutem”). En griego la expresión del saludo era “khairein” = “alegrarse”, “ser feliz”. Este saludo, Pablo lo modifica y am-plifica haciendo pasar el infinitivo “khairein” al sustantivo “kharis”, al que añade el saludo semítico “shalom” (en griego “eirene”); lo que da en español: “gracia y paz”, deseo que cristianiza añadiendo “de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesu-cristo”.

En otros documentos neotestamen-tarios encontramos la fórmula en su estado simple: "Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo saluda (khairein) a las doce tribus de la Dis-persión" (Jac 1,1); igual en la carta que se escribe después del concilio de Jerusalén (Act 15,23).

b. Cuerpo de la carta. Siempre variable, de acuerdo con el tema y

finalidad. Las cartas de Pablo suelen tener dos partes: una primera de ca-rácter doctrinal, en que expone su pensamiento y sus argumentos o recti-fica los posibles errores de sus desti-natarios. Y una segunda, de carácter exhortativo o parenético, en la que se sacan las conclusiones prácticas o de moral cristiana que se deducen de esa doctrina y se exhorta a su cumpli-miento.

c. Despedida. La fórmula usual era en latín “vale” (“consérvate bue-no”) o “salve” (“ten salud”, “que te v a y a b i e n ” ) . E n g r i e g o “erroso” (“manténte fuerte” , “ten b u e n a s a l u d ” ) , o b i e n “eutykhei” (“ten buena suerte”). Cuando la carta era dictada, el remi-tente solía poner de su puño y letra la despedida; esto es lo que hace tam-bién Pablo, según advierte más de una vez: "El saludo va de mi mano, Pablo. Esta es la firma en todas mis cartas; así escribo" (2Te 3,17; Gál 6,11). Pablo modifica también la despedida, que amplifica con recomendaciones y saludos múltiples, añadiendo una ben-dición final con la que pide la gracia de Jesucristo para sus lectores: "Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu" (Gál 6,18).

Materiales de escritorio Sin duda que las cartas fueron

escritas en papiro (los romanos, en la escritura corriente, empleaban tabli-llas recubiertas de cera). Había papi-ros de diversos tipos —nueve nos recuerda Plinio—; uno de ellos era el “hierático” de 24 cm de ancho. Se escribía con tinta negra, pero también se conocía de antiguo en Egipto la

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cartas a los Gálatas, 1 y 2 a los Corin-tios y a los Romanos; cosa que llega-ron a negar también los de la llamada “escuela holandesa” (ambas del s. XIX). Hoy día, vistas las cosas con más objetividad, se está de acuerdo en admitir como de San Pablo las cuatro citadas, más 1 Tesalonicenses, Fili-penses y Filemón. Pero parece que 2 Tesalonicenses, Colosenses, Efesios y las pastorales no son del mismo Pablo, sino de algún discípulo.

Contra la autenticidad de 2 Tesalo-nicenses unos invocan la diferente concepción respeto de la “Parusía” y otros la servil repetición de lo dicho en la primera.

A la pareja Colosenses–Efesios se le achaca lo novedoso del tema, el empleo de palabras nuevas que no aparecen en cartas anteriores, el estilo ampuloso. En Efesios llamaría además la atención su carácter aséptico, en una carta dirigida a unos destinatarios con los que Pablo ha convivido durante dos años.

En contra de las pastorales se adu-ce: diferencias de estilo y de lenguaje, los errores combatidos, posiblemente posteriores, la organización eclesial que suponen, la no coincidencia de datos históricos.

Se trata, en todos los casos, de objeciones apoyadas en argumentos internos, a veces exagerados y que pueden tener una explicación, sobre todo si contamos con que, a la hora de redactar las cartas, los amanuenses han podido disponer de una mayor autonomía.

La carta a los Hebreos, en su pre-sentación y estilo, ofrece notables di-

roja; de ahí más tarde el nombre de “rúbrica”, ya que en rojo se escribían las indicaciones litúrgicas que acom-pañaban al texto, que iba en negro. La pluma o cálamo consistía en una cañita de junco de papiro afilada en punta.

La escritura resultaba trabajosa a causa de lo imperfecto de los mate-riales, por lo que solía ser ocupación de esclavos. Pablo se sirvió de ama-nuenses, como quedó ya dicho. Sin duda que tuvo que emplear muchas horas en esta tarea.

Clasificación y autenticidad de las cartas

Catorce son las cartas que constitu-yen el cuerpo epistolar paulino de nuestras biblias. Dentro de este con-junto se suelen distinguir diversos subgrupos, cuyo fundamento de distin-ción puede ser vario: “cartas de la cautividad”, por razón de la situación del remitente: por haber sido escritas desde la cárcel (Filipenses, Colosen-ses, Efesios, Filemón); “cartas pasto-rales”, por razón del destinatario: por estar dirigidas a responsables de la pastoral ( 1 y 2 a Timoteo, a Tito).

Otro fundamento de división puede ser el de su mayor o menor garantía de pertenecerle a Pablo, lo que establece el grupo de las “cartas deutero-paulinas”. Esto nos lleva a decir una palabra sobre la autenticidad de las cartas de san Pablo.

Si prescindimos de la carta a los Hebreos, cuya pertenencia a Pablo ha sido discutida siempre, fue a partir de finales del s. XVIII cuando comenza-ron las dudas sobre la paternidad de las cartas paulinas. Según la “escuela de Tubinga” sólo serían de Pablo las

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TERMINOLOGÍA CON RESPECTO A LAS

CARTAS PAULINAS

Corpus paulinum Rom; 1Co; 2Co; Gál; Efe; Flp; Col; 1Te; Te; 1Ti; 2Ti; Tit; Flm; Heb Auténticas Rom; 1Co; 2Co; Gál; Flp; 1Te; Flm Deuteropaulinas Efe; Col; 2Te; 1Ti; 2Ti; Tit Grandes Cartas Rom; 1Co; 2Co; Gál; Cartas de la Cautividad Efe; Col; Flp; Flm Cartas Pastorales 1Ti; 2Ti; Tit

ferencias; su asignación a San Pa-blo es también tardía, cosa que no ocurre con las restantes cartas, que desde el s. II son atribuidas a él. Se supone, pues, que ha sido escrita por otro, aunque en la doctrina puedan ser coincidentes.

BIBLIOGRAFÍA

BARBAGLIO Giuseppe Pablo de Tarso y los orígenes cristianos (Sígueme) Salamanca 1989 BORNKAMM Günther Pablo de Tarso (Sígueme) Salamanca 1982 CEPEDAL Tirso Curso de Biblia. Claves para leer el libro sagrado.(Perpetuo Socorro) Madrid 1993 DRANE John Pablo. Su vida y su obra. (Verbo Divino) Estella 1984 GONZÁLEZ RUIZ José María El Evangelio de Pablo (Sal Terrae) Santander 1988 (2) MACDONALD Margaret Y. Las comunidades paulinas (Sígueme) Salamanca 1994 SANCHEZ BOSCH Jordi Nacido a Tiempo, una vida de Pablo, el Apóstol. (Verbo Divino) 1994

Equipo restaurado de un escriba egipcio. Cálamo, paleta y recipiente de agua

Tinteros hallados en Qumrán

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COLOSENSES (1,12-20) Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. El nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. El es anterior a todo, y todo se mantiene en él. El es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Para la Oración AI término de este primer encuentro con San Pablo vamos a servirnos para nuestra oración del cántico con el que da comienzo a su carta a los fieles de Colosas. Con él manifes-tamos también nosotros nuestro agradecimiento al Padre por la liberación realizada en favor nuestro por medio de su Hijo, que es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura, por cuya sangre hemos conseguido la reconciliación y la paz.

Jaén

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