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Cátedras Carlos Marx 2013, Programa de Cátedras y Estudios de la Universidad, Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). Auditorio Emiliano Zapata Salazar, 22 de noviembre de 2013. El Pentágono y el despojo de recursos geoestratégicos Sobre México y la privatización de Pemex Carlos Fazio 1 Introducción.- Desde comienzos de los años noventa, ante las amenazas a su hegemonía por competidores inter- imperialistas, Estados Unidos ha venido desplegando una renovada estrategia de apropiación neocolonial de territorios y refuncionalización del espacio a escala mundial. El llamado Hemisferio Occidental no escapó a esa lógica de reconquista imperial. Mediante un proceso de reingeniería militar post-Panamá, América Latina y el Caribe en general, y Colombia y México en particular, han sido convertidas en una auténtica plataforma de guerra, así sea guerra comercial, frente a la competencia extracontinental por los mercados y los recursos geoestratégicos. Como las dos caras de un mismo proyecto hegemónico, el reposicionamiento militar estadunidense en el área llegó acompañado de una serie de planes geoestratégicos y megaproyectos como los contenidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés), el Plan Colombia, el Plan Puebla Panamá (PPP), el Tratado de Libre Comercio de Centro América y República Dominicana (CAFTA-RD), la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), el por ahora abortado proyecto de un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), la Iniciativa Mérida, y a últimas fechas el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) y la Alianza del Pacífico, que combinan intereses de seguridad y económicos relacionados con el acceso a zonas privilegiadas por sus materias primas y recursos estratégicos, con una acción de control directo sobre poblaciones y puntos geográficos determinantes, para los que han sido diseñados megaproyectos de infraestructura (redes multimodales de carreteras, puertos, aeropuertos, vías de ferrocarril, canales, cables de fibra óptica, etcétera). Como resumió en 2007 el Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, “se trata de transformar el territorio; adecuarlo a las nuevas mercancías, a las nuevas tecnologías y los nuevos negocios. Cuadricularlo, ordenarlo, hacerlo funcional y… productivo”. 2 En el marco del renovado expansionismo imperial, México no sería la excepción. Al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, 1994), que vinculó al país de manera asimétrica y subordinada a Estados Unidos, siguieron el Plan Puebla Panamá (2001); la ASPAN (o TLCAN militarizado, 2005), que contiene una redefinición de facto de la frontera entre ambos países de acuerdo con los objetivos de seguridad de Washington y en detrimento de la soberanía mexicana; la Iniciativa Mérida (o Plan México, símil del Plan Colombia, 2007), que implicó una acelerada readecuación de las Fuerzas Armadas y las distintas fuerzas policiales mexicanas por asesores e instructores de operación e inteligencia estadunidenses, combinada con una reanudación de las actividades paramilitares y el aterrizaje en el territorio mexicano de compañías privadas de seguridad subcontratadas por el Pentágono y el Departamento de Estado; el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), diseñado para contener a China, y la Alianza del Pacífico, conformada por México, Colombia, Perú y Chile, instrumento político y 1 Carlos Fazio, Montevideo, Uruguay (1948), naturalizado mexicano, es periodista de profesión y se desempeña como profesor investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es colaborador habitual del diario La Jornada y corresponsal del semanario Brecha, de Montevideo. Ha sido consultor de UNESCO y UNICEF, y director de la Agencia Latinoamericana de Servicios Especiales de Información (ALASEI). Es miembro del Capítulo México de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad y del Grupo Paz con Democracia. Fue ponente en los Foros Social Mundial de Génova (2001) y México (2008 y 2010). Es autor de los libros La cruz y el martillo. Una biografía política de monseñor Sergio Méndez Arceo; El Tercer Vínculo. De la teoría del caos a la militarización de México; Samuel Ruiz. El caminante; Juan Pablo II. El guerrero de Dios; En el nombre del padre. Depredadores sexuales en la Iglesia; El eje Wojtyla –Ratzinger. ¿La dictadura del Papa? y Terrorismo Mediático. La construcción social del miedo en México. 2 Ana Esther Ceceña, Paula Aguilar y Carlos Motto, Territorialidad de la dominación. Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA). Buenos Aires, 2007.

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Cátedras Carlos Marx 2013,Programa de Cátedras y Estudios de la Universidad,Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).Auditorio Emiliano Zapata Salazar,22 de noviembre de 2013.

El Pentágono y el despojo de recursos geoestratégicosSobre México y la privatización de Pemex

Carlos Fazio1

Introducción.- Desde comienzos de los años noventa, ante las amenazas a su hegemonía por competidores inter-imperialistas, Estados Unidos ha venido desplegando una renovada estrategia de apropiación neocolonial deterritorios y refuncionalización del espacio a escala mundial. El llamado Hemisferio Occidental no escapó a esa lógicade reconquista imperial. Mediante un proceso de reingeniería militar post-Panamá, América Latina y el Caribe engeneral, y Colombia y México en particular, han sido convertidas en una auténtica plataforma de guerra, así seaguerra comercial, frente a la competencia extracontinental por los mercados y los recursos geoestratégicos.

Como las dos caras de un mismo proyecto hegemónico, el reposicionamiento militar estadunidense en elárea llegó acompañado de una serie de planes geoestratégicos y megaproyectos como los contenidos en el Tratadode Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés), el Plan Colombia, el Plan PueblaPanamá (PPP), el Tratado de Libre Comercio de Centro América y República Dominicana (CAFTA-RD), la Integración dela Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), el por ahora abortado proyecto de un Área de Libre Comercio de lasAméricas (ALCA), la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), la Iniciativa Mérida, y aúltimas fechas el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) y la Alianza del Pacífico, que combinan interesesde seguridad y económicos relacionados con el acceso a zonas privilegiadas por sus materias primas y recursosestratégicos, con una acción de control directo sobre poblaciones y puntos geográficos determinantes, para los quehan sido diseñados megaproyectos de infraestructura (redes multimodales de carreteras, puertos, aeropuertos, víasde ferrocarril, canales, cables de fibra óptica, etcétera).

Como resumió en 2007 el Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, “se trata de transformar elterritorio; adecuarlo a las nuevas mercancías, a las nuevas tecnologías y los nuevos negocios. Cuadricularlo,ordenarlo, hacerlo funcional y… productivo”.2

En el marco del renovado expansionismo imperial, México no sería la excepción. Al Tratado de LibreComercio de América del Norte (TLCAN, 1994), que vinculó al país de manera asimétrica y subordinada a EstadosUnidos, siguieron el Plan Puebla Panamá (2001); la ASPAN (o TLCAN militarizado, 2005), que contiene unaredefinición de facto de la frontera entre ambos países de acuerdo con los objetivos de seguridad de Washington yen detrimento de la soberanía mexicana; la Iniciativa Mérida (o Plan México, símil del Plan Colombia, 2007), queimplicó una acelerada readecuación de las Fuerzas Armadas y las distintas fuerzas policiales mexicanas por asesorese instructores de operación e inteligencia estadunidenses, combinada con una reanudación de las actividadesparamilitares y el aterrizaje en el territorio mexicano de compañías privadas de seguridad subcontratadas por elPentágono y el Departamento de Estado; el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), diseñado paracontener a China, y la Alianza del Pacífico, conformada por México, Colombia, Perú y Chile, instrumento político y

1 Carlos Fazio, Montevideo, Uruguay (1948), naturalizado mexicano, es periodista de profesión y se desempeña como profesor investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es colaborador habitual del diario La Jornada y corresponsal del semanario Brecha, de Montevideo. Ha sido consultor de UNESCO y UNICEF, y director de la Agencia Latinoamericana de Servicios Especiales de Información (ALASEI). Es miembro del Capítulo México de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad y del Grupo Paz con Democracia. Fue ponente en los Foros Social Mundial de Génova (2001) y México (2008 y 2010). Es autor de los libros La cruz y el martillo. Una biografía política de monseñor Sergio Méndez Arceo; El Tercer Vínculo. De la teoría del caos a la militarización de México; Samuel Ruiz. El caminante; Juan Pablo II. El guerrero de Dios; En el nombre del padre. Depredadores sexuales en la Iglesia; El eje Wojtyla –Ratzinger. ¿La dictadura del Papa? y Terrorismo Mediático. La construcción social del miedo en México.

2 Ana Esther Ceceña, Paula Aguilar y Carlos Motto, Territorialidad de la dominación. Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA). Buenos Aires, 2007.

económico mediante el cual Washington pretende modificar el mapa sociopolítico regional acabando con losgobiernos de los países del ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y socavar desdedentro proyectos que suscitan el visceral rechazo de la Casa Blanca como la UNASUR (Unión de NacionesSuramericanas), la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y, en menor medida, el Mercosur(Mercado Común del Sur).

En ese marco, y en particular desde la llegada al gobierno de Felipe Calderón (diciembre de 2006), se havenido desarrollando en México un larvado proceso de militarización, paramilitarización y mercenarización, bajocontrol estadunidense, que ha sumido al país en una catástrofe humanitaria.

Terrorismo y seguridad nacional

En el último cuarto de siglo, seguridad y terrorismo se volvieron dos palabras de uso común en la agenda mexicanade Estados Unidos. Pero la campaña psicológica-ideológica sobre la seguridad y la amenaza terrorista fue anterior alos atentados del 11 de septiembre de 2001, y se conecta de manera directa con el proceso de anexión silenciosa deMéxico por Estados Unidos en el marco del Tratado de Libre Comercio. No obstante, después del 11/S hubo uncambio de inflexión. Se dio un incremento en el empleo ideologizado de las temáticas de la seguridad y el terrorismopara sacar mayores concesiones a los regímenes clientelares débiles, sin rumbo y sumidos en la corrupción, como losde Vicente Fox y Felipe Calderón. La discusión sobre una de las manifestaciones del terrorismo actual y sus causas (el “fundamentalismoislámico”), así como las interrogantes acerca de si México puede o no ser blanco de un atentado como ocurrió enMadrid, Londres y otras partes del mundo, no pueden hacernos perder de vista el origen del problema, esto es, laconducta atávica del grupo de militaristas civiles que se apoderó del Pentágono y que a través de la manipulaciónsutil y la inflación artificial de los “miedos” en la sociedad estadunidense ha venido practicando una políticatotalitaria de guerra permanente sustentada en la doctrina hitleriana del “espacio vital”. La coartada huntingtoniana sobre “la guerra de civilizaciones” (que preparó el camino para las guerrasimperialistas de Estados Unidos en Medio Oriente), la exacerbación en los medios del “fundamentalismo musulmán”y la falsa propaganda sobre las armas de destrucción masiva se inscriben en una estrategia de construcción imperialde varios carriles, que en ocasiones recurre a la invasión militar lisa y llana (Afganistán, Irak) o encubierta vía agentesdesestabilizadores (Libia, Siria) y/o al golpe de Estado bajo distintas modalidades (Venezuela, Haití, Paraguay), y otrasveces mezcla presiones políticas y diplomáticas o se impone mediante la desnacionalización y recolonización de laeconomía y el Estado en un país dado. En el caso de México, en la fase más reciente, la creación del Comando Norte por el Pentágono en 2002,incluyó de facto al país en el “espacio vital” de Estados Unidos y convirtió el tema de la “seguridad” en una palabraclave que involucra nociones de guerra abierta o clandestina, militar, política e ideológica. La construcciónpropagandística de una “frontera común de seguridad” (según la terminología utilizada por el ex secretario deSeguridad Interior estadunidense, Michael Chertoff), y a mediano plazo de una “OTAN norteamericana” bajo elmando operativo de Washington, no son sino instrumentos para culminar el minado de la base logística de lasFuerzas Armadas mexicanas, a fin de desactivar cualquier hipótesis de defensa de la soberanía nacional. Hace un tiempo que las políticas económica y exterior de México se han “bi-laterizado” (aunque a los efectosprácticos se deciden en Washington), y la actual tendencia exhibe que las Fuerzas Armadas viven un procesoacelerado e inédito de “estadunización”, como pieza clave de un diseño global que busca asegurar el controltransnacional sobre los recursos geoestratégicos de México. Se trata del famoso “tercer vínculo” mencionado porWilliam Perry en 1997; el eslabón que faltaba para cerrar el círculo de la dependencia.3

La profusa información de que nuevas unidades de elite de las Fuerzas Armadas locales han venido recibiendoadoctrinamiento y adiestramiento en inteligencia para el combate al terrorismo, manejo de crisis marítima y otrasdisciplinas propias de la contrainsurgencia clásica en colegios y bases militares estadunidenses, viene a confirmar esatendencia, que es apuntalada con “acuerdos de cooperación” militar y, eventualmente, “acuerdos de defensamutua”, lo que mediante una “fórmula legal” y bajo la excusa de la “presencia terrorista” podría permitir luego laintervención militar directa de Estados Unidos en México, como ocurrió antes en Colombia. Waco, el petróleo y seguridad nacional

3 Ver Carlos Fazio, El Tercer Vínculo. De la teoría del caos a la militarización de México. Editorial Joaquín Mortiz, México, 1996.

El 12 de septiembre de 2005, con el telón de fondo de la tragedia ocasionada por el huracán Katrina, por enésima vezen sus cinco años de gobierno el presidente Vicente Fox anunció que elevaría al Poder Legislativo una iniciativa dereforma constitucional que “complementara” la inversión pública con la inversión privada en la exploración,explotación y actividades relacionadas con el gas natural no asociado al petróleo. Asimismo, propuso otra iniciativade reforma a la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo, para “complementar” lainversión pública con inversión privada en infraestructura de almacenamiento y ductos de petróleo y sus derivados.El llamado “decálogo energético” del presidente Fox tenía como antecedente otra iniciativa del Ejecutivo federal, del21 de agosto de 2002, en la que proponía la reforma del 27 constitucional para permitir la inversión privada engeneración de electricidad. Petróleo, gas natural y electricidad; sólo faltaba el agua. La iniciativa foxista en materia energética tenía que ver con actividades que la Constitución reserva conexclusividad al Estado mexicano. Para permitir la inversión de compañías privadas en el sector, Fox adujo que alEstado le faltaban recursos. En realidad, al llegar al final de su mandato, se trató de un último y desesperado intentopor dar cobertura constitucional al despojo del sector energético nacional por las compañías transnacionales. A lo largo del sexenio Fox impulsó una privatización de facto de funciones vitales de PEMEX y la Comisión Federal deElectricidad en beneficio de las grandes corporaciones del ramo de la energía. El debilitamiento y desmantelamientode la industria energética mexicana no tiene nada que ver con la mano invisible del mercado sino con las propuestasdel aparato de seguridad de Estados Unidos y del alto empresariado transnacional y sus socios locales agrupados enel Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Las llamadas “reformas estructurales” que han venido impulsando losdistintos presidentes neoliberales de México en los últimos 30 años, no son sino un intento postrero para cumplir conlos lineamientos del Banco Mundial y los plutócratas y grandes financistas nacionales asociados al capital extranjero.En rigor se trata de una contrarreforma constitucional privatizadora que pone en riesgo la soberanía nacional yatenta contra la rectoría del Estado sobre el sector energético. Es decir, pone en riesgo las defensas estratégicas de lanación. ¿Qué tendría que ver el “decálogo energético” de Fox con la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad deAmérica del Norte (ASPAN), suscrita en el rancho Crawford, en Waco, Texas, por el presidente de Estados Unidos,George W. Bush, el primer ministro canadiense, Paul Martin y Vicente Fox, el 23 de marzo de 2005? ¿Cuál fue laagenda oculta de Waco? ¿Cuáles sus antecedentes? A comienzos de 2001 estalló otra crisis prolongada de la economía estadunidense. El endeudamiento de lasfamilias y las empresas rebasaron su capacidad real de pago. Los bancos otorgaban préstamos por fuera de las reglasmás elementales y contribuyeron al descalabro financiero. El caso de la transnacional Enron fue el más emblemático.Bush solicitó mano dura contra la deshonestidad, pero entonces la gran prensa estadunidense se dedicó a revelar supasado y el del vicepresidente Dick Cheney, y la popularidad de ambos cayó al piso. Para tratar de volver a los primeros planos, el presidente Bush huyó hacia adelante y se refugió en la guerra. Losatentados terroristas del 11 de septiembre, funcionales a la política internacional de Estados Unidos, le sirvieron aBush de justificativo, reactivando la posibilidad de guerras contra naciones calificadas como integrantes del “eje delmal”. Después se supo que el equipo que rodea a Bush en la Casa Blanca había diseñado con antelación un plan cuyoobjetivo era rediseñar el mundo en la medida de un único imperio en el Siglo XXI. A partir de entonces, el “imperialismo energético” de Bush, Cheney y compañía se apoyó en un unilateralismoexacerbado y en la doctrina de la guerra preventiva. El belicismo de Washington se incrementó en Afganistán,después siguió Irak. Pero también se proyectó sobre el patio trasero del imperio, con la segunda fase del PlanColombia, el golpe de Estado (2002) y las amenazas a la Venezuela de Hugo Chávez (estigmatizado en la propagandade Washington como ejemplo del “populismo radical”), las provocaciones contra Cuba socialista y la inclusión de laTriple Frontera −una inhóspita región en el corazón de América del Sur, que abarca territorios de Brasil, Argentina yParaguay− como otro de los “peligros” que amenazaban la “seguridad nacional” de Estados Unidos. En abono a la hipótesis de que existía un plan previo a los sucesos del 11 de septiembre, cabe consignar que enmayo de 2001, el presidente Bush −principal operativo del cártel petrolero-gasero texano conformado por lastransnacionales ExxonMobil, Halliburton, Enron y El Paso Corporation− dio a conocer su plan energético nacional,donde el combustible extranjero pasó a ser el eje del proyecto. En ese esquema, México fue definido como una“fuente primordial” para garantizar la “seguridad energética” de Estados Unidos. Con eje en la seguridad energética de Estados Unidos, el Plan Cheney −como también se le llamó− recomendó ala administración Bush “fomentar que el sector privado estadunidense considere inversiones con base en elmercado”, lo que en código de los industriales del petróleo se llama “rédito de inversión basado en índice”, unmecanismo de compensación con pagos indexados a los resultados de la inversión. Si hay mayor rendimiento, el pagoal inversionista será mayor. Varios meses antes de los atentados contra las torres gemelas, el Grupo para el Desarrollo de una PolíticaEnergética Nacional, que elaboró el Plan Cheney, había mostrado un mapa de la República Mexicana que identificabaa las cuencas de Burgos, Sabinas y Pedregosas, en el norte de México, frente a Texas (dominios del clan Bush), como

las principales reservas de gas no explotado. En esa región, sugería el documento, podría darse una interrelaciónenergética “natural”. Por eso, el grupo recomendó al presidente Bush que instruyera a sus secretarios de Estado y deEnergía para que, en consulta con la Comisión Reguladora de Energía, se revisaran los “permisos presidenciales” parala construcción de infraestructura que permita el cruce de petróleo, gas natural y electricidad, y se propongan lasreformas a las regulaciones que sean necesarias para hacerlas compatibles con el comercio intrafronterizo. Es decir que entre febrero y mayo de 2001, la estrategia energética de la Casa Blanca buscaba convertir aMéxico en exportador de hidrocarburos hacia Estados Unidos y proponía las reformas al 27 constitucional quesugeriría después el presidente Fox. El mensaje ponía énfasis en la “seguridad energética” de Estados Unidos. De loque se trababa, entonces como ahora con la contrarreforma energética de Enrique Peña Nieto, es de que Méxicoproduzca mucho más y que el petróleo (incluido el no convencional), el gas y la electricidad fluyan de sur a norte. En febrero de 2001, el experto George Baker, directivo de Mexico Energy Intelligence, dijo que Bush podía ofrecerfondos para convertir a PEMEX en la mejor empresa petrolera del mundo. “Por supuesto, tendría que ser unapropuesta del presidente Fox, que no corresponde plantear al presidente Bush”, dijo Baker. En el corto lapso quemedió entre su llegada a la Casa Blanca y septiembre de 2001, las presiones de Bush para “asociar” el gobierno deFox en un “plan energético regional” no dieron respiro. La idea de un “TLC energético” venía de la época de la campaña presidencial de Ronald Reagan, cuando el tema delpetróleo y el gas entre México y Estados Unidos era casi tabú en la diplomacia bilateral y regional. Pero durante sucampaña electoral, en octubre de 2000, el entonces gobernador de Texas, Bush, mencionó la idea en un debatetelevisado con Al Gore. “Le hablé (a Fox) de cómo sería mejor apresurar la exploración de gas natural en México, ytransportarlo a Estados Unidos para que seamos menos dependientes de fuentes externas de petróleo crudo”, dijoBush. En marzo de 2001, ya como mandatario, Bush no tuvo empacho en afirmar que el gas encontrado en Méxicoera “hemisférico” y debía beneficiar a Estados Unidos. Afirmó entonces Bush: “Una buena política energética esaquella que entiende que tenemos energía en nuestro hemisferio y cómo explotarlo mejor y transportarlo a losmercados”. Pocos días antes, con Fox de anfitrión, el secretario de Energía de EU, Spencer Abraham, había logradointroducir en la Declaración de México −suscrita por los ministros de Energía de las Américas− una frase que abogabapor la “integración energética” del continente. Allí quedó formado un grupo de trabajo trilateral (integrado porAbraham y los ministros del ramo de Canadá y México). “Encontramos que hay dependencia mutua, sin sociosminoritarios ni socios mayoritarios”, dijo entonces Abraham con entusiasmo, desafiando la ley que rige la fábula deltiburón y las sardinas. La idea de crear “redes” o “corredores energéticos” a través de ductos transfronterizos para el intercambio dehidrocarburos, así como la integración eléctrica entre EU, Canadá y México, fue retomada en la Cumbre de Quebec(abril de 2001), donde participaron 34 jefes de Estado y de gobierno de América. Uno de los compromisos de lacumbre fue “norteamericanizar los mercados de energía” −ante la deficiencia de Estados Unidos en la materiaesgrimida por Bush−, para lo cual se requería “cambiar el marco legislativo y regulatorio” de los países involucrados.De paso, y a puertas cerradas, Bush y Fox resucitaron el viejo proyecto de un gasoducto para que fluyera gas naturalmexicano de la costa del Golfo hacia California, en la costa oeste de Estados Unidos. Cuando en septiembre de 2001 el presidente de México visitó a Bush en Washington, ambos mandatariosrecibieron la propuesta del Consejo Binacional México-Estados Unidos para llevar a cabo, cuanto antes, la integraciónenergética de Norteamérica. El principal destinatario de la solicitud fue el presidente Fox: a él le recomendaronaumentar la inversión privada en PEMEX; abrir el sector de refinación de crudo al capital extranjero; dividir en variascompañías la red de oleoductos mexicanos, y acceder a una pronta integración eléctrica con Estados Unidos. Paratodo ello, señalaron, hay opciones: “liberalizando los marcos regulatorios y legales”. Es decir, modificando laConstitución mexicana, como propuso después el “decálogo” foxista, en su tiempo haría Calderón y en la actualidadEnrique Peña Nieto. Como se ve, los contenidos de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte se habíanvenido definiendo desde 2001 bajo el control de Washington. Cuando en marzo de 2005 Paul Martin y Fox llegaron alrancho Crawford a suscribir la ASPAN, estaban avalando de manera subordinada la estrategia de Bush y delvicepresidente Cheney. Estrategia gradual y de doble vía que, por un lado, buscaba asegurarse más petróleo y gasnatural del resto del mundo y, por otro, trataba de refinar la capacidad de intervención militar del Pentágono en lospaíses productores de hidrocarburos. Como se decía arriba, el vínculo militar y energético está presente en la relación trilateral desde mucho antesde los atentados del 11 de septiembre. Es histórico. Para poner una fecha arbitraria, la primera fase de la últimaetapa arranca con la administración Reagan a comienzos de los años 80, cuando Washington impulsó un mercomúnenergético de América del Norte. El segundo paso fue la firma del Tratado de Libre Comercio, en el que no entró elrubro energético, pero un decenio después, la ASPAN exhibiría la acentuación de la dependencia política, económica

y financiera del eslabón más débil de la cadena, México, preparando el terreno para las contrarreformas“estructurales” que faltan, en particular la privatización de los recursos energéticos (petróleo, gas, electricidad, agua). Desde 2005, el nuevo “paradigma”, según lo definió entonces la llamada Fuerza de Tarea Independiente ( sic)sobre el Futuro de Norteamérica −cuyos copresidentes eran el ex viceprimer ministro de Canadá, John Manley; el exsecretario mexicano de Hacienda, Pedro Aspe y el ex gobernador de Massachussets, William Weld−, parece ser laAlianza para la Seguridad y la Prosperidad. El “menú” del nuevo pacto, definido entonces por la Casa Blanca con elcolaboracionismo de tecnoburócratas gubernamentales, asociaciones empresariales y círculos intelectualesconservadores y entreguistas de Canadá y México, incluyó seis puntos básicos de seguridad: militar, interna,energética, global, social y de acceso al agua dulce (el elemento que faltaba). No fue casual que los puntos de laagenda definían los intereses geoestratégicos de Washington; subordinaban el comercio a los asuntos de seguridaddefinidos en la doctrina Bush de guerra preventiva y lucha contra el “terrorismo”, y perseguían una dirección única: ladominación imperial estadunidense en el siglo XXI. En síntesis, los objetivos clave del “nuevo acuerdo” −en cuya elaboración participó de manera activa AndrésRozental Gutman, medio hermano del ex canciller del foxismo Jorge G. Castañeda− fueron desarrollar mecanismosde seguridad marítima, aérea y terrestre que permitieran hacer frente a cualquier “amenaza” en América del Norte;una estrategia energética basada en el incremento de la oferta para satisfacer las “necesidades” de la región (léaseEstados Unidos), y facilitar inversiones en infraestructura energética, para las mejoras tecnológicas, la producción yel suministro confiable de energéticos, mejorando la “cooperación” en la materia. En forma complementaria, un objetivo estratégico de la política petrolera del dúo Bush-Cheney fue persuadir uobligar a México, Venezuela y países productores del golfo Pérsico a que abrieran sus empresas estatales a lainversión multinacional privada. En ese sentido, en Waco, Bush trató de aprovechar la extrema debilidad delpresidente Fox y definió la nueva agenda, que los tecnoburócratas tratarían de rellenar después con regulaciones,estándares y modificaciones graduales, pequeñas pero sustanciales, de modo de ir “armonizando” la legislaciónmexicana con los intereses de Washington y las transnacionales del sector energético. A su vez, para garantizar “la producción y el suministro confiable de energéticos” en Norteamérica −quecomenzaba ya a tomar forma como nuevo espacio geopolítico−, los estrategas de Washington impulsaron la idea deun “perímetro exterior de seguridad”, lo que colocó a Canadá y México bajo el manto militar nuclear del ComandoEstadunidense de Defensa Aeroespacial (conocido como NORAD), y su extensión al Comando Norte, ambos bajo elmando del Pentágono, encargados de proteger de facto los suelos, mares y cielos trinacionales. La anuencia tácita deFox al plan de seguridad de Bush, colocó al territorio mexicano como blanco de cualquier contingencia bélica. Pero,además, ese proyecto estadunidense que asumió a México como problema doméstico, incluyó el sellamiento militardel golfo de México, desde los cabos de Florida hasta la península de Yucatán, y el corrimiento de la frontera norte alistmo de Tehuantepec para controlar el tránsito de indocumentados mexicanos, centro y suramericanos, según eldiseño original del Plan Puebla-Panamá.

México y la dominación de espectro completo

Desde finales de 2001, la doctrina Bush de “dispara primero, pregunta después” −continuada e incrementada por lasdos administraciones de Barack Obama− ha venido dando prioridad al enfoque de la fuerza militar como herramientabásica de la política exterior estadunidense (diplomacia de guerra). Esa estrategia de seguridad nacional, actualizada por el Pentágono en marzo de 2005, esbozaba la agenda de EU parala dominación militar mundial, mediante el aumento del despliegue de tropas en el exterior, el entrenamiento deejércitos locales en tácticas básicas de contrainsurgencia y un incremento de los sistemas de armas avanzadasdirigido a escalar una carrera armamentista con países que desafiaban entonces la hegemonía de Estados Unidos,entre ellos China, Rusia, Francia y Alemania. En su papel de “gendarme mundial”, además de esos enemigos potenciales de tipo tradicional el Pentágonoidentificó “nuevos enemigos” a los que calificó como Estados delincuentes o canallas (integrantes “el eje del mal”) ygrupos calificados genéricamente como “terroristas”.4 Según esa estrategia, los nuevos adversarios no utilizanmétodos de ataque clásico −o propios de la guerra convencional− y tienen posibilidad de acceder a tecnología yarmas de destrucción masiva baratas. Contra ellos, al margen del derecho internacional, el Pentágono y la AgenciaCentral de Inteligencia (CIA) aplicaron la Doctrina Bush de guerra preventiva (que en realidad es una guerra ofensiva),el asesinato selectivo, el secuestro (o la desaparición forzosa de personas) y la tortura sistemática, que se practica

4 Grez Jaffe, “Rumsfeld detalla un gran cambio militar en un nuevo documento”, The Wall Street Journal, 11 de marzo de 2005.

desde entonces en una red de prisiones clandestinas diseminadas por varios países del mundo administradas porpersonal estadunidense.5 Otro elemento complementario de esa estrategia es la privatización de la violencia oficial,ejercida a través de “empresas contratistas”, lo que ha dado lugar a una mercenarización o tercerización de losconflictos. Otra modalidad es el paramilitarismo, como una forma no oficial de desarrollar la guerra sucia en zonasconflictivas.En relación con México, la actual fase de intervención estadunidense responde a la agenda militar global de la CasaBlanca definida en el documento del Pentágono de marzo de 2005, ya citado. Como parte de una guerra imperial deconquista, el plan, que apoya los intereses de las corporaciones de Estados Unidos en todo el orbe, incluyeoperaciones militares ofensivas (directas, psicológicas o encubiertas) dirigidas contra países que no son hostiles aWashington, pero que son considerados estratégicos desde el punto de vista de los intereses del complejo militar,industrial, energético.6

Una orientación confidencial en el nuevo enfoque “proactivo” del Departamento de Defensa de Estados Unidos, fueel establecimiento de asociaciones con Estados debilitados y gobiernos tambaleantes. Bajo el disfraz de la guerra alterrorismo y la contención de Estados delincuentes, el Pentágono promovió el envío de fuerzas especiales (boinasverdes) en operaciones militares de mantenimiento del orden (funciones de policía). El documento impulsaba laadopción de “soluciones menos doctrinarias” que incluyeran el envío de pequeños equipos de soldados“culturalmente espabilados” para entrenar y dirigir a las fuerzas autóctonas en tácticas de contrainsurgencia. En laslabores de capacitación destacaba la participación del Cuerpo de Marines, aunque una parte de esas actividadesserían realizadas por compañías privadas de seguridad subcontratadas por el Pentágono y el Departamento deEstado.7 La tercerización de los conflictos vía empresas integradas por mercenarios, como Dyncorp o Blackwater –que se encargan de tareas propias de la guerra sucia que se apartan de la “doctrina”−, es una forma habitual deeludir los códigos de guerra o de derechos humanos por parte del personal militar reconocido oficialmente, lo quetermina diluyendo las responsabilidades. Además de que constituyen una vía paralela para adoctrinar, penetrar ysubordinar a las fuerzas armadas y las policías de los Estados nativos.Como parte de una guerra de ocupación integral, la intervención estadunidense en curso responde a nuevasconcepciones del Pentágono sobre la definición de enemigos: guerras contra no-Estados o contra enemigos noconvencionales, irregulares o asimétricos (verbigracia, el terrorista, el populista radical, el traficante de drogas), quepodrían actuar en Estados fallidos o ser patrocinados por Estados canallas o delincuentes. Lo que ha derivado en lasguerras asimétricas de nuestros días, que no se circunscriben a las reglas establecidas en los códigos internacionalesy evaden las restricciones fronterizas de los Estados.8 La ocupación integral de México forma parte de la “dominación de espectro completo” (full espectrum), nocióndiseñada por el Pentágono antes del 11 de septiembre de 2001,9 que abarca una política combinada donde lo militar,lo económico, lo mediático y lo cultural tienen objetivos comunes. Dado que el espectro es geográfico, espacial,social y cultural, para imponer la dominación se necesita manufacturar el consentimiento. Esto es, colocar en la

5 Una versión actualizada de las denuncias sobre la existencia de una red de prisiones secretas de Estados Unidos en el mundo circuló en los medios el 2 de noviembre de 2005. Según The Washington Post, Estados Unidos cuenta con “sitios negros” en Tailandia, Afganistán, Polonia y Rumania, que vienen a sumarse a los casos más conocidos como la cárcel de Abu Ghraib, en Irak y el campo de concentración que opera en la base militar de Guantánamo, en Cuba. Ver La Jornada, 3 de noviembre de 2005.

6 Ver Greg Jaffe, “Rumsfeld detalla un gran cambio militar en un nuevo documento”, The Wall Street Journal, 11 de marzo de 2005, y Michel Chossudovsky, “Los planes de EE.UU. para la dominación militar global”, Globalresearch (http://globalresearch.ca/articles/CHO503A.html), 29 de marzo de 2005.

7 Ibíd.

8 Ver Ana Esther Ceceña, Rodrigo Yedra y David Barrios, Un continente bajo amenaza. Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, Quito, Ecuador, 2009.

9 Ibíd.

sociedad sentidos “comunes”, que de tanto repetirse se incorporan al imaginario colectivo e introducen, como única,la visión del mundo del poder hegemónico. Eso implica la fabricación y manipulación de una “opinión pública”legitimadora del modelo. Ergo, masas conformistas que acepten de manera acrítica y pasiva a la autoridad y lajerarquía social, para el mantenimiento y la reproducción del orden establecido. Como plantea Noam Chomsky, para la fabricación del consenso resultan clave las imágenes y la narrativa de losmedios de difusión masiva, con sus mitos, medias verdades, mentiras y falsedades.10 Apelando a la guerra psicológicay otras herramientas de la acción encubierta, a través de los medios se construye la imagen del poder (con su lógicade aplastamiento de las cosmovisiones, la memoria histórica y las utopías), y vía una sucesión de hechos signadospor una violencia caótica y de apariencia demencial, se imponen a la sociedad las culturas del miedo y de la delación.La fabricación de imaginarios colectivos busca, además, facilitar la intervención−ocupación de Washington con baseen el socorrido discurso propagandístico de la “seguridad nacional” estadunidense y/o la “seguridad hemisférica”.Con tal fin se introducen e imponen conceptos como el llamado “perímetro de seguridad” en el espacio geográficoque contiene a Canadá, Estados Unidos y México, que como parte de un plan de reordenamiento territorial de factofue introduciendo de manera furtiva a México en la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte. La ASPAN, que como se dijo antes ha venido construyendo de manera larvada el concepto Norteamérica como unanueva estructura geopolítica/geoeconómica –que en la etapa ha logrado escindir a México de América Latina−,incluye una integración energética transfronteriza (hidrocarburos, electricidad) subordinada a Washington ymegaproyectos del capital transnacional que subsumen los criterios económicos a los de seguridad, justificando asíacciones que de otro modo no podrían ser admitidas por ser violatorias de la soberanía nacional, y una normativasupranacional que hace a un lado el control legislativo, mientras se imponen leyes contrainsurgentes quecriminalizan la protesta y la pobreza y globalizan el disciplinamiento social.11

El manejo de una red de medios sistémicos bajo control monopólico privado permite, también, la construcción socialdel miedo,12 la fabricación del “enemigo interno” y el aterrizaje de doctrinas y matrices de opinión como“narcoinsurgencia” o “narcoterrorismo” y las referentes a los Estados fallidos y los Estados canallas, que porconstituir un “riesgo” a la seguridad nacional de Estados Unidos deben quedar bajo su control y tutela. AyerColombia, la ex Yugoslavia, Afganistán, Irak. Hoy Libia, Paquistán, Siria, México.La fabricación mediática de México como Estado fallido durante la transición Bush/Obama en la Casa Blanca (enero-febrero de 2009), incluía la previsión de un “colapso rápido y sorpresivo”, lo que según el Comando Conjunto de lasFuerzas Armadas de Estados Unidos (USJFCOM, por sus siglas en inglés) no dejaría más opción que la intervenciónmilitar directa de Washington.13 Entonces, la posibilidad de un colapso fue atribuida al accionar de grupos de laeconomía criminal y llevó a una acelerada militarización del país, con la injerencia directa de elementos delPentágono, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Buró Federal de Investigación (FBI), la agencia antidrogas DEA yotras dependencias estadunidenses en el territorio nacional, bajo la mampara de la Iniciativa Mérida, símil del PlanColombia.14

10 Ver Carlos Fazio, “La mentira del Pentágono como arma de guerra”.

11 En marzo de 2005, en Waco, Texas, el presidente Vicente Fox adhirió a un acuerdo ejecutivo con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush y el primer ministro de Canadá, Paul Martin, denominado Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN). Los puntos nodales de la ASPAN (o TLC militarizado), fueron seguridad y energía, y la construcción de Norteamérica como un nuevo espacio político y económico para la competencia interimperialista de Estados Unidos con la Europa comunitaria y la región Asia-Pacífico. Desde su concreción, la ASPAN ha venido funcionando con un “gobierno sombra” de las elites empresariales y militares de Estados Unidos y sus socios menores en Canadá y México. Además, dicho acuerdo −que en México elude el control del Senado de la República, encargado por la Constitución de vigilar los acuerdos internacionales suscritos por el Poder Ejecutivo−, tuvo como objetivo establecer un “perímetro de seguridad” en el espacio geográfico inmediato a los Estados Unidos, bajo el mando de un nuevo comando militar del Pentágono creado en 2002: el Comando Norte.

12 Ver Carlos Fazio, “La construcción social del miedo”. Ponencia en el Foro Social Mundial México 2008, Jornada de Acción Global del FSM, Zócalo de la Ciudad de México, 25 de enero de 2008.

13 Carlos Benavides, “EU: México es susceptible de intervención”, El Universal, 13 de enero de 2009, y David Brooks, “Colapso rápido y repentino en México, de los mayores riesgos a futuro, alertan en EU”. La Jornada, 16 de enero de 2009.

De manera sospechosa, a mayor militarización −vía la presencia del Ejército, la Marina de Guerra y las policíasmilitarizadas en las calles y carreteras del país−, mayor violencia. Como si dijo antes, una violencia caótica y deapariencia demencial, pero planificada, que de manera encubierta fue protagonizada y potenciada por gruposparamilitares y mercenarios que han venido actuando bajo la fachada de empresas de contratistas privados, según elguión diseñado por el Pentágono en marzo de 2005. Pero dado que en México los movimientos insurreccionales (EZLN, EPR) permanecen en una tregua armada y/o deacumulación de fuerzas en la clandestinidad, a través del terrorismo mediático se han venido impulsando matricesde opinión que permitan la aplicación de prácticas contrainsurgentes afines a la dominación de espectro completo yla guerra de ocupación integral (“narcoinsurgencia”, “narcoterrorismo”), utilizadas en el pasado reciente de manerareiterada por el ex jefe del Comando Norte del Ejército de Estados Unidos, general Víctor Renuart,15 la ex secretariade Estado, Hillary Clinton y otros altos funcionarios estadunidenses.16

El eje Wayne/Kilrain y la balcanización de México

La ocupación integral de México se inscribe dentro de las “guerras en curso” del Pentágono. Y de manera no tanvelada, durante el régimen de Felipe Calderón los estrategas militares estadunidenses obtuvieron vía libre para susacciones de “contra-narcoterrorismo” en el territorio nacional. Con esa bandera, el Departamento de Defensaestadunidense desplegó tres agencias de inteligencia y espionaje en México: la Agencia de Inteligencia Militar (DIA,por sus siglas en inglés), la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), queoperaron desde los llamados “centros de fusión” u Oficinas Bilaterales de Inteligencia (OBI), la principal de las cualesestá (o estuvo) instalada en Paseo de la Reforma 265, en el Distrito Federal.17

Según reportajes periodísticos no desmentidos del New York Times, The Washington Post, Proceso y LaJornada, en y desde esos centros “binacionales” de inteligencia −otro de los cuales estaría ubicado en la base militarde la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Escobedo, Nuevo León, y dos más, que operarían como oficinassatélites, en Ciudad Juárez, Chihuahua, y Tijuana, Baja California− habrían venido operando agentes de la CIA, el FBI,la DEA, del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, los del Operativo Rápido y Furioso), delDepartamento de Seguridad Interior y de la Oficina sobre Terrorismo y Asuntos Financieros (TFI, que depende delDepartamento del Tesoro).En apariencia, la guerra de ocupación integral en México no ha tenido buenos resultados. El 13 de marzo de 2012, eljefe del Comando Norte del Pentágono, Charles Jacoby, cuestionó ante el Senado de su país el saldo de la luchaantidrogas calderonista. Al testimoniar ante el Comité de Servicios Armados, el general Jacoby consideró

14 Símil del Plan Colombia, la Iniciativa Mérida, anunciada por George W. Bush en Washington el 22 de octubre de 2007, fue diseñada como un paquete de asistencia militar (en especie) a México, por un monto de 1,400 millones de dólares para el trienio 2008-2010. Según el documento inaugural, el “nuevo paradigma de cooperación” entre Estados Unidos y México en materia de seguridad estuvo dirigido a hacer frente a “amenazas comunes” asimétricas, mismas que fueron identificadas como organizacionestransnacionales del crimen organizado, en particular las dedicadas al narcotráfico, el tráfico de armas, las actividades financieras ilícitas, el tráfico de divisas y la trata de personas. Con un dato adicional: la virtual equiparación (desde la óptica punitiva estadunidense) de tres términos y sus manifestaciones concretas: terroristas, narcotraficantes y migrantes sin documentación válida (indocumentados). En su parte sustantiva, el millonario paquete de asistencia militar incluyó aviones y helicópteros de combate; barcos, lanchas; armamento y equipo bélico, radares y sofisticados instrumentos para monitoreo aéreo e intervención decomunicaciones; software para análisis de datos asociados a inteligencia financiera, y recursos para sufragar cursos de entrenamiento y asesorías del Pentágono, la CIA, el FBI, la DEA y otros organismos de seguridad estadunidenses a sus contrapartes mexicanas. También incluyó recursos para la instrumentación de reformas judiciales, penales y de procuración de justicia, áreas que de manera paulatina serían homologadas a las de Estados Unidos.

15 J. Jaime Hernández, “EU afina capacitación a Sedena en lucha a narco”. El Universal, 18 de marzo de 2009.

16 “Hillary: narco mexicano, terrorista e insurgente”. El Universal, 17 de octubre de 2010.

17 Ver Jorge Carrasco Araizaga, “La guerra de Calderón también es del Pentágono”. Revista Proceso No. 1836, 8 de enero de 2012, y J. Jesús Esquivel, “En sigilo, crea el gobierno el Centro Nacional de Inteligencia”, Proceso No. 1889, 13 de enero de 2013.

“inaceptable” la cifra de muertos y dijo que era muy temprano para estimar “si se está ganando o perdiendo” laguerra. Afirmó que la estrategia de “decapitación” de grupos criminales fue exitosa pero no tuvo un efecto positivoaceptable y la violencia se ha incrementado.18

El 28 de marzo siguiente, el secretario de Defensa, Leon Panetta, señaló que el número de muertos en Méxicoascendía a 150 mil, cifra que triplicaba la manejada oficialmente por las autoridades locales, de 47 mil 500 para elperíodo 2006-2011. Ex jefe de la CIA y una de las personas mejor informadas de Washington, Panetta hizo esaafirmación durante la primera reunión de ministros de Defensa de Canadá, Estados Unidos y México, en Ottawa, enpresencia de los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina de México, Guillermo Galván y Francisco Saynez. 19 Ladeclaración fue seguida pocas horas después de un dudoso desmentido.20

Los aparentes malos resultados de la guerra en México podrían obedecer a una lógica distinta de la que pregonabanentonces, de manera pública, los voceros de los dos países. El número de muertos y el aumento de una violenciairracional y caótica podrían obedecer a una política de desestabilización y exterminio, que utilizando mano de obramilitar y policial mexicana y agentes encubiertos extranjeros, podría estar dirigida a debilitar aún más al país parapropiciar una balcanización de México. En particular, el desmembramiento de los estados fronterizos del norte delpaís y los colindantes con el Golfo de México.

En ese contexto, en mayo de 2010 México y Estados Unidos emitieron la “Declaración para la Administraciónde la Frontera en el Siglo XXI”. La franja fronteriza fue definida entonces como un área clave de la llamada “seguridadenergética colectiva”, que incluye la generación e interconexión de electricidad y la exploración y explotación seguray eficiente de hidrocarburos (petróleo, gas) y agua.21

A ocho años de la entrada en vigor de la ASPAN y seis del lanzamiento de la Iniciativa Mérida que militarizóvarios estados de México, no se entiende que siendo la “seguridad energética colectiva” la prioridad número uno deWashington, Tamaulipas reuniera hasta la llegada de Enrique Peña Nieto a Los Pinos las características de un Estadofallido, y fuera denominado incluso “territorio Zeta”, en alusión al grupo criminal que según la narrativa oficial habríainiciado sus andanzas como brazo armado del cártel del Golfo.

Rico en hidrocarburos, incluidos los yacimientos de gas natural y “shale” en las Cuencas de Burgos y Sabinas,Tamaulipas limita además con Texas, estado petrolero por excelencia de Estados Unidos, y con el Golfo de México,asiento de los hoyos de dona (el “tesorito” en aguas profundas de la propaganda privatizadora de Felipe Calderón decomienzos de su sexenio) y considerado el mare nostrum de la Unión Americana.22 (Un caso similar es Veracruz,

18 David Brooks, “Prematuro, saber si México va ganando la batalla al narco: EU”, La Jornada, “CuestionaEU saldo de lucha antinarco”, redacción de El Universal y “Sin efectos palpables, la aprehensión de capos: EU”, redacción de Milenio, 14 de marzo de 2012.

19 Redacción, “Van 150 mil muertos en México por la narcoviolencia: Panetta”. La Jornada, 28 de marzo de 2012.

20 David Brooks, “Los 150 mil muertos por la violencia, en el continente americano, aclara el Pentágono”. La Jornada, 29 de marzo de 2012.

21 Ver Presidencia de la República, “Declaración conjunta de los Líderes de América del Norte”. Washington, D.C., 2 de abril de 2012.

22 Ver Jenaro Villamil, “El hombre clave de Peña Nieto” (APRO Proceso 5 de septiembre de 2013), donde se dice que Raúl Cervantes en 2005 se casó con la empresaria de origen juarense Angélica Fuentes Téllez, directora general por más de una década de Grupo Imperial, bautizada como la Reina del Gas por las revistas de negocios. La unión civil no duró mucho tiempo, pero los intereses del sector gasero y la posición del futuro presidente del Senado sí. Desde 2008, Fuentes Téllez es esposa de Jorge Vergara, dueño de Omnilife y del club de futbol Chivas.Fuentes Téllez fue presidenta de la AMGN durante dos periodos consecutivos entre 1996 y 2000 y es integrante de Natural Gas Council y la American Gas Association, organismos vinculados a los poderosos consorcios estadunidenses interesados en invertir en la explotación del gas natural y del gas shale en México.En octubre de 1997, en Nuevo México, Fuentes Téllez animó a sus homólogos de Estados Unidos a invertir en conjunto con compañías mexicanas, “como ya se hace con el gas natural”.Fuentes Téllez pertenece a una de las familias más acaudaladas de Ciudad Juárez. Su padre, Valentín Fuentes Varela, fundó el Grupo Imperial; su tío Miguel Zaragoza Fuentes es propietario de Hidrogás y de Z Gas. En octubre de 1990, la agencia federal antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) investigó a estas empresas por el ingreso de 3 mil 957 kilogramos de

estado considerado “Tierra Santa” por los traficantes de drogas, donde se incrementó la violencia durante losmandatos de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte).

Como señala John Saxe-Fernández, el Caribe es una pieza central de la estrategia oceánica de Estados Unidos,ya que es el vínculo entre ese país y el teatro de operaciones militares en el Atlántico. El envío de combustibles,materiales estratégicos y bélicos en tiempos de paz y el tránsito de fuerzas estadunidenses hacia Europa en tiemposde guerra, “hacen que el dominio sobre las líneas de comunicación marítima del Caribe, el Golfo de México, el Canalde Panamá y eventualmente el Istmo de Tehuantepec, resulten vitales en la planeación oceánica de EstadosUnidos”.23

Dado que Tamaulipas y el Golfo de México son puntos sensibles de la “seguridad energética” de Washington,¿se estará asistiendo en Tamaulipas a una violencia provocada cuyo fin es el desplazamiento forzado de población yuna eventual balcanización de esa porción del territorio nacional? ¿Obedecerá a la misma estrategia la escalada deviolencia desestabilizadora y las políticas militares “pacificadoras” en estados como Veracruz, Nuevo León, Coahuila,Chihuahua y Baja California?

La lógica de una desestabilización encubierta dirigida a provocar un desmembramiento territorial podríaexplicar la llegada al país del embajador de Estados Unidos Earl Anthony Wayne y del agregado militar Colin J. Kilrain.

Perteneciente a una generación de diplomáticos expertos en intervenciones, Wayne, quien se desempañabacomo embajador adjunto en Afganistán, fue escogido en función de los intereses expansionistas de Estados Unidos. 24

Especialista en administrar a la llamada “comunidad de inteligencia”, a su perfil de experto en contrainsurgencia,terrorismo, lavado de dinero y aseguramiento de activos de la economía criminal, Wayne suma habilidades en temaseconómicos, comerciales y energéticos.

Su nombramiento estuvo cargado de simbolismos. Si el defenestrado embajador Carlos Pascual eraespecialista en Estados fallidos, el relevista Wayne venía de Kabul, donde estaba dirigiendo una invasión bajo lapantalla de combatir al terrorismo.25 Con esos antecedentes, su misión en México desde septiembre de 2011 seríaprofundizar la estrategia de desestabilización en curso, hacerse cargo de la “guerra” de Calderón en su último tramo,orientar la sucesión presidencial y, al igual que el ex embajador Antonio Garza con el ex presidente panista, vigilarque el candidato del PRI palomeado por Washington, Enrique Peña Nieto, una vez en funciones no se desviara de lasagendas de la Casa Blanca y el Pentágono.

En marzo de 2012, el arribo del nuevo agregado militar de Estados Unidos, contralmirante Colin Kilrain, quienhasta su nombramiento se desempeñaba como director encargado de combate al terrorismo en el Consejo deSeguridad Nacional (CNS) en Washington, vendría a reforzar esa percepción.26 Antes de su misión en el CNS, Kilrain

cocaína a territorio estadunidense en un tráiler de gas LP (Proceso 1201).Sus primos –de apellidos Zaragoza Fuentes y Fuentes Zaragoza– han sido mencionados en escándalos como la investigación de Amigos de Fox y en los casos relacionados con los feminicidios en Ciudad Juárez. Uno de los hermanos de Angélica, Valentín Fuentes Téllez, se casó con Karla Korrodi, hija de Lino Korrodi, cerebro financiero de la campaña del panista Vicente Fox en el año 2000.En los documentos elaborados por Pemex para promover la inversión privada en la explotación de gas shale en México, identifica cinco grandes reservas geológicas ubicadas precisamente en Chihuahua, en la Cuenca de Burgos (Tamaulipas), en Tampico-Misantla, en Sabinas-Burro-Picachos y en Veracruz. Según la paraestatal, se trata de “la cuarta reserva más grande a nivel mundialde este tipo de gas”.

23 John Saxe-Fernández, “Cuba en la Tercera Cuenca”. Revista Memoria, México, junio de 2004.

24 Earl Anthony Wayne presentó sus cartas credenciales como nuevo embajador de Estados Unidos en México, al presidente Felipe Calderón, el 13 de septiembre de 2011. Ver Jorge Ramos, “La relación bilateral, más que sólo seguridad, dice Wayne”, El Universal, y Claudia Herrera Beltrán, “Trabajaré muy de cerca con autoridades de seguridad, dice Earl Anthony Wayne, nuevo embajador de EU”, La Jornada, 14 de septiembre de 2011.

25 Ver Roberto Garduño, “EU enviará como embajador a un policía especialista en terrorismo: Muñoz Ledo”, La Jornada, 28 de mayo de 2011, y Notimex, “A México, el número 2 de EU en Afganistán”, Milenio, 25 de mayo de 2011.

26 Ver Dudley Althaus, “Envía EU a un experto antiterrorista”, Reforma y “Agregado militar asesorará a Sedena”, redacción de El Universal, 14 de marzo de 2012.

era comandante de las fuerzas especiales SEAL−acrónimo de sea, air and land: mar, aire y tierra−, las unidades deélite de la Marina. En los años 90 había participado en la invasión militar a Haití y en la guerra de los Balcanes quefragmentó a la ex Yugoslavia; después apoyó la Operación Libertad Duradera en Afganistán y se integró a laOperación Libertad para Irak, desde donde coordinaba acciones en Pakistán.27

Con el envío de Wayne y Kilrain a México el mensaje de Barack Obama fue claro: la guerra debía continuar. Aello obedecería el abrupto cambio de discurso del presidente Calderón y el secretario de la Defensa Nacional, generalGuillermo Galván, pocos meses antes de culminar sus gestiones. Del lenguaje triunfalista (“vamos ganando al narcopor goleada”, Calderón dixit), el “presidente valiente” de la propaganda oficial pasó a la aceptación de que gruposcriminales “han conformado un Estado paralelo” en algunas partes del territorio mexicano, e “imponen su ley ycobran cuotas”.28 A su vez, el general Galván admitió que en algunas regiones del país la delincuencia “se apropió delas instituciones del Estado”, lo que constituye una “grave amenaza para la seguridad interior”. La admisión deMéxico como Estado fallido fue la excusa perfecta para profundizar una intervención encubierta que a la larga podríaderivar en una balcanización del país, como en la ex Yugoslavia.

Una represión aterrorizante y manipuladora

Durante el gobierno de Calderón, la lógica de una desestabilización encubierta con fines de una balcanizaciónterritorial −parcial o total− de México se apoyó en la guerra psicológica y en la guerra sucia. A ambas modalidadesbélicas les es consustancial la propaganda. La propaganda de guerra. Consustancial a la ingeniería del consenso y elcontrol elitista de la sociedad, mediante la propaganda se fabrica la “verdad oficial”. En el proceso demanufacturación de una verdad colectiva el objetivo es lograr que aparezca como verdadero lo falso. La realidadcotidiana es negada como tal y redefinida por la propaganda gubernamental como espectáculo. No hay causas nicontexto. No hay historia ni memoria. Tampoco actores. Es la ideología del directo: “Usted ve la historia hacerse antesus propios ojos”.

La guerra psicológica utiliza una caracterización simplista y maniquea para describir al enemigo. Elpropagandista debe utilizar las palabras claves capaces de estigmatizar al contrario y de activar reaccionespopulares. En realidad, de lo que se trata al utilizar el mito de la guerra, es de satanizar al adversario, arrancarle todoviso de humanidad y cosificarlo, de tal modo que eliminarlo no equivalga a cometer un asesinato. En ese sentido, unode los objetivos de la propaganda de guerra es sustituir el razonamiento por las pasiones y convencer a la poblaciónde la necesidad de participar en una misión purificadora, reivindicadora o justiciera.

Así, los continuos partes oficiales (del Ejército, la Marina y las policías federal, estatal y municipal) seconvierten en la “realidad”, por más obvia que sea su distorsión de los hechos. En ese ambiente de mentirainstitucionalizada los medios realizan una verdadera inversión orwelliana de las palabras. Y como en toda guerra el“enemigo” llega a ser −aunque no siempre de manera explícita− la referencia fundamental del quehacer social,identificar quién es enemigo de quién y de qué manera lo es, son preguntas que en muchos casos tienen menos quever con realidades objetivas que con construcciones elaboradas mediante una calculada manipulación mediática dela realidad.Como principal procedimiento de la guerra sicológica, la propaganda consiste en “el empleo deliberadamenteplaneado y sistemático de temas, principalmente a través de la sugestión compulsiva (…) con miras a alterar ocontrolar opiniones, ideas y valores y, en última instancia, a cambiar actitudes manifiestas según líneaspredeterminadas”.29 Frente a la inercia y debilidad de la conciencia pública, la ambivalencia y confusión de las capasmedias de la población son explotadas mediante un uso intensivo de la propaganda. Los medios son uno de losprincipales vehículos de la propaganda. El poder real tiene conciencia que los medios son un poder. Y los utiliza paraincrementar el propio. Máxime, cuando, como en el caso del duopolio de la televisión (Televisa y TV Azteca), lasfamilias propietarias (Azcárraga Jean y Salinas Pliego) forman parte de la plutocracia mexicana. Si la guerra psicológica busca la destrucción del enemigo real o potencial no mediante su eliminación física sino pormedio de su conquista psíquica, la guerra sucia se dirige contra la población civil, y como no existe una justificación,

27 Ver Jorge Carrasco Araizaga, “La guerra de Calderón también es del Pentágono”, revista Proceso No. 1836, 8 de enero de 2012.

28 Jorge Ramos y Eduardo Camacho, “Impone el narco su ley y cuotas: FCH”. El Universal, 18 de abril de 2012.

29 Ver C. Fazio, “La mentira del Pentágono como arma de guerra”, ya citado.

ni política ni legal, para dirigir a las fuerzas armadas y los organismos de seguridad del Estado contra la sociedad,muchas veces la tarea se encomienda a organizaciones clandestinas o escuadrones de la muerte −grupos de hombresarmados vestidos de civil− que secuestran, torturan, asesinan o desaparecen sospechosos de colaborar con el“enemigo”.

Ambas formas de guerra constituyen maneras de negar la realidad y buscan alcanzar la victoria sobre elenemigo por medio de la violencia y generando terror en la población. La guerra sucia se sirve de la represiónaterrorizante. Es decir, de la ejecución visible de actos crueles que desencadenan en la población un miedo-pánicomasivo, incontenible y paralizante. A su vez, la guerra psicológica utiliza la represión manipuladora, generando miedoa través de una sistemática e imprevisible dosificación de amenazas y estímulos, premios y castigos, actos deamedrentamiento y muestras de apoyo condicionado.

En diciembre de 2006, para justificar la militarización del país como vehículo para profundizar el plan dereordenamiento territorial de facto contenido en el Plan Puebla Panamá y la Alianza para la Seguridad y laProsperidad de América del Norte, Felipe Calderón y sus patrocinadores en Washington y México tuvieron quefabricar un nuevo “enemigo”. Dado que Andrés Manuel López Obrador desactivó la resistencia civil pacífica contra elfraude electoral presuntamente para evitar un baño de sangre, y que tras los laboratorios de la mano dura en Atencoy Oaxaca (2006), las dos principales guerrillas siguieron en sendas fases de construcción pacífica de autonomíaterritorial (el EZLN) y de acumulación de fuerza (el EPR), los estrategas de la “guerra” de Calderón tuvieron quefabricar un nuevo “peligro” para México. Entonces, el enemigo sustituto pasó a ser el narcotráfico, como lamodalidad más visible de los grupos de la economía criminal, agrupados en lo que con fines mediáticos y para laimposición de normas internacionales Washington denominó hace ya muchos años crimen organizado.

Hermano gemelo del calderonismo en su gestación, la irrupción del grupo criminal la Familia Michoacana, en2006, sintetizó y exhibió la nueva matriz de opinión que habría de ser impuesta a la población desde los mediosmasivos: la violencia caótica con su sanguinolenta estela de cuerpos degollados, desmembrados, colgados,torturados y balaceados obedecería a una guerra entre grupos delincuenciales por el control de los territorios, lasrutas y los mercados de la economía criminal. Una guerra entre pandillas o sicarios. Una guerra de distracción−salvaje y de apariencia demencial, pero planificada para ese fin según se dijo antes−, que por la vía de inflar,potenciar y posicionar en el escenario mexicano y la agenda pública a organizaciones criminales reales o ficticias (elgrupo de Joaquín El Chapo Guzmán, Los Zetas, La Mano con Ojos, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templariosy otras sorpresas), permitió desviar la atención de la nueva guerra de conquista del capital transnacional por losterritorios y los recursos geoestratégicos, con sus megaproyectos y una integración energética transfronteriza encurso.

En forma paralela a la “guerra” contra los malos de Calderón −una guerra real, encubridora de la dominaciónde espectro completo con fines de balcanización del territorio nacional y miles de ejecutados sumarios, torturados,detenidos-desaparecidos y fosas clandestinas−, las usinas de la Agencia Central de Inteligencia y del Pentágono enWashington fueron manufacturando, como se apuntó arriba, otras matrices de opinión tales como México Estadofallido, “narcoinsurgencia” y “narcoterrorismo”, y otras más recientes como “narcoestado sustituto”, que han venidosiendo utilizadas para profundizar la militarización de la vida cotidiana y de los principales espacios sociales en variasregiones del país.

Una militarización que con la excusa de acabar con “enclaves criminales” y “zonas sin ley” y recuperar“espacios sin gobierno” bajo control de una “narcoinsurgencia multilateral”,30 contribuye a la omnipresencia delcontrol prepotente y de la amenaza represiva, como vía para imponer un nuevo reordenamiento territorial quecontempla desde el rediseño de los espacios geopolíticos y la disolución de facto de las actuales fronteras, hasta elreforzamiento de la presencia directa de los cuerpos de seguridad estadunidenses en la geografía mexicana,incluidos, como se apuntó antes, cuarteles de inteligencia y el libre tránsito de agentes de la CIA, el FBI, la DEA yotros similares en el marco de un Estado contrainsurgente en ciernes.

¿Soberanías paralelas en enclaves criminales?

Fue en ese contexto, que el 14 de abril de 2012, durante la VI Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias,Colombia, el presidente Felipe Calderón le confesó en privado a su homólogo peruano, Ollanta Humala, que en

30 Ver John P. Sullivan, “De las guerras contra las drogas a la insurgencia criminal: los cárteles mexicanos, enclaves e insurgencia criminal en México y Centroamérica y sus implicaciones para la seguridad global”, citado por Marco Appel en “Ante el Estado fallido narcoestado sustituto”, revista Proceso No. 1853, 6 de mayo de 2012.

algunas partes del territorio mexicano el narcotráfico había comenzado a remplazar funciones del Estado como larecaudación de impuestos,31 pareció avalar la matriz manufacturada en Washington tres años antes, que definía aMéxico como un Estado fallido.

Y aunque era admitir el tácito fracaso de “su” guerra a las drogas después de cinco largos años de terror ymuerte, Calderón volvió a redondear la idea en Puerto Vallarta, Jalisco, tres días después, en el Foro EconómicoMundial para América Latina. Dijo allí: “Los cárteles de la droga han conformado un Estado paralelo al suplirfunciones de gobierno (…) Imponen su ley y cobran cuotas (…) Estos señores tienen un comportamiento monopólicoy no quieren que entre su competencia. En lugar de vencer con precio y calidad, se matan. Eso genera caos enalgunas regiones (donde) buscan controlar ciudades y territorios”.32

Según John P. Sullivan, experto en contrainsurgencia y contraterrorismo de la Asociación de Inteligencia del Cuerpode Infantes de Marina de Estados Unidos, un área donde el narcotráfico ha logrado establecer “soberanías paralelas”o “enclaves criminales” arrebatándole funciones al Estado mexicano, es Tamaulipas. 33 Para el también teniente de lapolicía de Los Ángeles, California, Tamaulipas es un ejemplo de “Estado fracasado” a nivel subnacional o de un“estado criminal liberado”, donde el gobierno de Calderón había perdido el control; lo que de seguir la tendenciapodría derivar en un “Estado criminal sustituto”.

Autor de un informe sobre el tema en marzo de 2012,34 en realidad, el “aporte” del académico de losmarines es la hipótesis de que los grupos de traficantes de drogas mexicanos han devenido en “insurgenciascriminales beligerantes”. A su juicio, la novedosa evolución difiere del terrorismo y la insurgencia convencional, yaque “su única motivación política es ganar autonomía y control económico sobre el territorio”, llenando el “hueco”que deja el Estado y creando “enclaves criminales”.35 Según Sullivan, en municipios como Ciudad Juárez (Chihuahua)y Nuevo Laredo (Tamaulipas) o porciones de estados como Michoacán, grupos delincuenciales dominan medianteuna “cuidadosa combinación de violencia simbólica, ataques a la policía y corrupción”; recaudan impuestos, recogeninformación de inteligencia, amenazan a la prensa, hacen negocios e imponen una versión de orden que sirve a susintereses, mientras fomentan la percepción de que son “protectores” de la comunidad.

Símil de los “señores de la guerra” de Afganistán, Los Zetas –agrega Sullivan− controlan pedazos de territorioen la península de Yucatán, el noroeste de Durango y los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila,configurando zonas “neofeudales” en el marco de un “Estado paralelo”. Según él, México es víctima de un poderoso“narcoligopolio” o un adversario “parapolítico”.36

De acuerdo con Dolia Estévez, corresponsal de los noticieros de MVS en Washington, el término “insurgenciacriminal” acuñado por Sullivan –cuyos trabajos se divulgan en Smal Wars Journal, una publicación cibernéticafundada por ex marines−37 fue introducido al lenguaje del Pentágono y la doctrina de seguridad estadunidense. El

31 José Antonio Román, “Calderón dice que el narco empezó a suplir funciones del Estado, revela Humala”.La Jornada, 15 de abril de 2012.

32 Jorge Ramos y Eduardo Camacho, “Impone el narco su ley y cuotas: FCH”. El Universal, 18 de abril de 2012.

33 Marco Appel, “Ante el Estado fallido, narcoestado sustituto”. Proceso No. 1853, ya citado.

34 John P. Sullivan, “De las guerras contra las drogas a la insurgencia criminal: los cárteles mexicanos, enclaves e insurgencia criminal en México y Centroamérica y sus implicaciones para la seguridad global”, ya citado.

35 Ibíd.

36 Ibíd.

37 Small Wars Journal (http://smallwarsjournal.com), es un sitio “no gubernamental” administrado por la Small Wars Foundation, creada por integrantes del Cuerpo de Infantes de Marina para promover la defensa de los intereses nacionales de Estados Unidos.

viraje conceptual habría sido estimulado a comienzos de la administración de Barack Obama por el subsecretario deEstado, James Steinberg, considerado la mano derecha de la entonces titular del ramo, Hillary Clinton, sobre quienhabría tenido una gran influencia intelectual. Y la señora Clinton fue uno de los vehículos principales para posicionarmediáticamente la matriz de Sullivan; incluso llegó a comparar a México con la Colombia de hace 20 años. A la sazón,Sullivan –a quien Estévez señala como hombre del Pentágono− es el enlace entre el subsecretario Steinberg y elCentro para una Nueva Seguridad Americana.38

En ese contexto, se entenderían las coincidencias discursiva y conceptual del Felipe Calderón de finales desexenio, con las matrices de opinión contenidas en el nada inocente análisis “académico” de Sullivan. Aunque en unintento de control de daños con vistas al futuro, en 2010 Calderón cambió su “guerra a las drogas” por “lucha por laseguridad pública”, simplemente se estaría ajustando al guión que viene de Washington. La existencia de una“insurgencia criminal” en México justificaría la aplicación del manual de contrainsurgencia.

Un par de datos adicionales resultan sugerentes: en marzo de 2009 se divulgó un documento delDepartamento de Defensa estadunidense, según el cual, como parte de un “paquete contraterrorista”, se asignabauna partida discrecional por casi 13 millones de dólares para “liberar territorios” en México (al margen de la IniciativaMérida).39 En marzo de 2010, Estados Unidos y México pactaron un plan binacional con sendos programas piloto enlas zonas fronterizas de Ciudad Juárez-El Paso y Tijuana-San Diego, para frenar las actividades de las organizacionescriminales en esos corredores.40 Asimismo, según revelaciones de Wikileaks y del New York Times, al igual que enAfganistán, Irak y Pakistán, desde 2009 aviones no tripulados Predator (drones) de Estados Unidos, sobrevuelan lafrontera méxico-estadunidense, presuntamente, para “localizar redes del narcotráfico”.41

Sin embargo, lejos de decrecer la violencia aumentó. Y se registraron graves violaciones a los derechoshumanos (detenciones ilegales, tortura, ejecuciones sumarias extrajudiciales, desapariciones forzosas) atribuidas amandos militares y policiales en Baja California y Chihuahua. Para entonces, comenzaba a convulsionarse Tamaulipascon la ejecución del candidato del PRI a la gubernatura, Rodolfo Torre Cantú y la aparición de dos grandes fosasclandestina en el municipio de San Fernando, la primera en agosto de 2010, con 72 cuerpos de migrantes ilegales, yla segunda en abril de 2011, con 193 cadáveres. En la escalada de desestabilización seguirían otros tres estadosfronterizos con Estados Unidos: Nuevo León, Coahuila y Sonora, a los que se sumaría más tarde Veracruz, sobre elGolfo de México.

En abril-mayo de 2012, en vísperas de los comicios presidenciales, la ejecución del general Mario AcostaChaparro, epítome de la guerra sucia de los años 70 y del cerco contrainsurgente contra el EZLN en los 90; 42 elhallazgo de nueve cadáveres colgados de un puente en Nuevo Laredo, Tamaulipas,43 y de 49 cuerpos mutilados en

38 Culturadelalegalidad.wordpress.com/.../dolia-estevez-el-origen-del-concepto de “insurgencia criminal”. En Consultores en Investigación y Análisis de Medios, S.C., 26 de octubre de 2010.

39 Doris Gómora, “EU dio partida para liberar territorios”. Primera plana de El Universal, 25 de marzo de 2009.

40 Paloma Alcántara y Lorena López, “Pactan plan binacional para Tijuana y Juárez”. Milenio, 24 de marzo de 2010.

41 Ver Andrea Becerril y Víctor Ballinas, “México pidió y controla los vuelos de EU, dice Espinosa”, La Jornada, 18 de marzo de 2011; Doris Gómora, “Desde 2009 hay aviones espías en México: EU”, El Universal, 17 de marzo de 2011.

42 Gustavo Castillo, Arturo García y Alejandro Cruz, “Ejecutan a tiros al general retirado Acosta Chaparro”, La Jornada, y Claudia Bolaños y Marcos Muedano, “Asesinan al general Acosta Chaparro”, El Universal, 21 de abril de 2012.

43

Cadereyta, Nuevo León,44 así como la detención de tres generales y un teniente coronel del Ejército por presuntosvínculos con el crimen organizado,45 fueron otros tantos ingredientes que venían a sumarse al caldo de cultivo quealimentaba la matriz de México como un Estado fallido. A lo que habría que agregar, en agosto siguiente, el caso delos dos agentes de la CIA emboscados y baleados por agentes de la Policía Federal a la altura de Tres Marías, enMorelos.

Cabe recordar que en 1998, en la fase previa a la implementación del Plan Colombia, el Pentágono definió aese país como un Estado fallido, y que años antes, en los 80, Washington y sucesivos gobiernos colombianosacuñaron y posicionaron mediáticamente el término narcoguerrilla aplicado a las Fuerzas Armadas Revolucionariasde Colombia (FARC), con el objetivo de dar pretexto ideológico y moral a la contrainsurgencia, y encubrir, porañadidura, la infiltración de altos organismos del Estado por parte del narcotráfico, por conducto de los paramilitares,lo que derivó en el escándalo de la narcoparapolítica durante los dos periodos de gobierno de Álvaro Uribe,altamente funcionales a la administración Bush en su proyecto de restauración conservadora en el subcontinentelatinoamericano.

Peña Nieto, Wayne y la seguridad

A un año de la entronización cívico-militar de Enrique Peña como administrador de los intereses de los poderesfácticos y el capital transnacional, el “arranque” de la “nueva era” del Partido Revolucionario Institucional (PRI) arrojapocos datos duros. A nivel práctico, lo más visible en la transición ha sido el protagonismo del embajador de EstadosUnidos, Anthony Wayne, con eje en la agenda de seguridad y la contrarreforma energética. También algunos ajustesretóricos en el discurso oficial de turno, dirigidos a promover la amnesia histórica y la destrucción de la memoria, y lareaparición de los halcones como grupo de choque del Estado el 1 de diciembre de 2012, combinada con el uso delas balas de goma por los fusileros de Manuel Mondragón y Ángel Osorio Chong, con la complicidad del jefe degobierno capitalino, Marcelo Ebrard.En el plano simbólico destaca el hecho de que en el momento de su entronización en el Congreso, fue el generalcomandante de Estado Mayor quien le acomodó la banda presidencial a Peña y no un representante de la soberaníapopular. Aunque en rigor, como había ocurrido seis años antes en Los Pinos, la ceremonia de transmisión del mandose dio al filo de la medianoche en Palacio Nacional, cuando en un singular evento protocolario Felipe Calderónentregó la bandera a su sucesor, y Peña procedió a tomar protesta a los nuevos responsables de las Fuerzas Armadasy del gabinete de seguridad nacional, en una ceremonia más militar que civil, homosintonizada a través de la cadenamonopólica mediática privado-estatal.

Envueltos en la vieja iconografía priista, ambos eventos y escenarios fueron decorados, iluminados,concebidos y configurados como acontecimientos litúrgico-mediáticos para las cámaras de la televisión. Salvoalgunas pequeñas escaramuzas de legisladores de oposición, en el recinto de San Lázaro la operación guarurafuncionó. A su vez, el blindaje mediático de Estado copó las estaciones de radio y televisión. Con intermitencia,debajo de las pantallas aparecieron dos cintillos: “el arranque” y “nueva era”. Lo cual remite al conocido análisis deWalter Benjamin en el epílogo de su pequeño ensayo La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica , sobrela estetización de la política y lo que eso significa: el “arranque” de una “nueva era” de violencia extrema.

Escribió Benjamín: “Todos los esfuerzos por un esteticismo político culminan en un solo punto. Dicho puntoes la guerra”. Profético, Benjamin escribió ese texto en 1935, en pleno ascenso del nazismo. El acontecimientomediático de la entronización de Peña, culminada a coro con el “mexicanos al grito de guerra” del himno nacional,fue un verdadero ejemplo de una estetización superlativa de la política y anuncio de otro sexenio de liturgia kitsch

“Decapitan a 14 y cuelgan a nueva en Nuevo Laredo”, redacción de Milenio, 5 de mayo de 2012.

44 “Hallan en Cadereyta, Nuevo León, 49 cuerpos mutilados”, redacción de La Jornada, y “Encuentran 49 cuerpos mutilados en Cadereyta”, redacción de Milenio, 14 de mayo de 2012.

45 Gustavo Castillo García, “Arrestan al ex subsecretario de la Sedena Tomás Ángeles por vínculos con el narco”, La Jornada, 16 de mayo de 2012 y Jesús Aranda y Gustavo Castillo, “Entrega la Sedena a la PGR a otro general retirado: Escorcia”, La Jornada, 18 de mayo de 2012.

exacerbada. Es decir, como en el calderonismo, de violencia, miedo y terror, siempre culminando en una invocación aguerra y más guerra.

Los ajustes para la nueva guerra de Peña contra el pueblo están en curso. El envío de militares a Michoacánen mayo de 2013 dio inicio a la nueva fase. Subordinado a la agenda de seguridad de Washington −como garantíapara la imposición de la contrarreforma energética: la privatización de Pemex, con el petróleo y el tan de moda gasshale como las “frutas maduras” a enajenar por Luis Videgaray y Pedro Joaquín Coldwell−, Peña ha sido empujado aadoptar algunos cambios de forma para que todo siga igual. Bajo el monitoreo in situ del embajador Wayne y deJanet Napolitano, secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, el equipo de seguridad del nuevo régimen haido tomando contacto directo con sus contrapartes en Washington y con los elementos de las agencias deinteligencia, policial y militar estadunidenses que operan en el territorio mexicano.

Los encuentros de Wayne y Napolitano con los secretarios Miguel Ángel Osorio Chong, Emilio Chuayffet yLuis Videgaray, de Gobernación, Educación y Hacienda respectivamente, y con el procurador general de la República,Jesús Murillo Karam y el encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública federal, Manuel Mondragón ,en el marco de la Declaración sobre la Administración de la Frontera en el Siglo XXI (el mecanismo ejecutivo bilateralsuscrito por los presidentes Calderón y Barack Obama en mayo de 2010, ya citado), junto con las filtraciones previasa la designación del ex procurador Eduardo Medina Mora como embajador en Washington, formaron parte de losamarres para la continuidad de las agendas privatizadores y de seguridad en su nueva etapa.

Precedidas del breve encuentro Peña/Obama en Washington el 27 de noviembre de 2012 −cuando el jefe dela Casa Blanca propuso el tuteo como forma de relación a su homólogo mexicano: “El primer punto de la agenda esque tú me llames Barack y yo te llamaré Enrique”−, las asimétricas conversaciones de poder de Napolitano y Waynecon los funcionarios mexicanos deben haber versado sobre el nuevo giro a la Iniciativa Mérida; el aterrizaje (hastaahora fallido) de la Gendarmería Nacional; el uso y aplicación de la abandonada Plataforma México; la conformaciónde una supersecretaría de Gobernación (la tan propagandeada “ventanilla única” de Osorio Chong, quepresuntamente coordina a todos los centros de inteligencia civil y castrense), y la necesidad de introducir cambiosretóricos en el discurso del nuevo régimen en relación con el eje seguridad-educación-derechos humanos, elementosque han aparecido ya en el discurso de Peña.

El enfoque policiaco en el gasto de la Secretaría de Gobernación, que en 2013 destinó 76 por ciento de susrecursos a tareas de seguridad nacional y pública, y donde destaca una partida de mil 500 millones de pesos para lacreación de una Gendarmería Nacional (cuya entrada en funciones fue reprogramada para 2014), es tal vez lo mássignificativo del arranque de la nueva era del PRI. Aunque en principio, la construcción de una policía de élite, condisciplina militar, capacitación de alto nivel y elevados sistemas de control y confiabilidad, y conformada por 10 milelementos del Ejército y la Marina, es un remedo de la Policía Federal del calderonismo, cuerpo al que vendrá asustituir la nueva Gendarmería y que quedará relegado ahora, previa su reorganización, a “misiones especiales”.

El obsequioso Obama y los cándidos mexicanos

Los días 2 y 3 de mayo de 2013 Barack Obama estuvo en México. Fue una visita estándar. De trámite. Hubo muchoruido mediático y mercadotecnia pero muy pocas nueces. Fue otra puesta en escena de la política como espectáculo.Acorde a los nuevos aires de la relación asimétrica −signada por una dependencia estructural económica de México,ahora también militar−, cambiaron los ejes temáticos del discurso público y la narrativa, pero no el fondo de lacuestión.

Publicitariamente, la Iniciativa Mérida, seguridad, inteligencia y el tráfico de armas fueron sustituidos por la“colaboración económica” y la “integración transfronteriza”, como sinónimo de anexionismo larvado. Con elfantasma a cuestas de la explosión en la torre II de Pemex, en los primeros meses de gestión Enrique Peña cumplióen imponer varias contrarreformas “estructurales” diseñadas por el Banco Mundial, el FMI, la OCDE y elDepartamento del Tesoro estadunidense: la laboral, la educativa, en telecomunicaciones y la financiera, entonces encurso. Y Barack Obama vino a premiarlo: “México amigou”, dijo.

La novedad fue que Obama asumió la nueva épica del gobierno mexicano. Y al “nuevo PRI” le vino demaravillas. Así, el México de los 150 mil muertos y los 25 mil desaparecidos de una guerra fratricida encubiertapropiciada por Washington, se transformó por arte de magia en un “país próspero”, de “clase media urbana” enexpansión y con “jóvenes nacidos para triunfar”. Un México idealizado con fines de legitimación propagandística. SiMéxico prospera, fue el mensaje de Obama a los estadunidenses, los indocumentados se quedan en casa (migraciónes un asunto doméstico y la recomendación al dócil Peña, fue, no meterse). De paso, se confirmaron las artesescénicas y el carisma del jefe de la Oficina Oval, y quedó exhibido el provincianismo mexicano. Con virtuosismoretórico, Obama citó a Octavio Paz, Amado Nervo y Benito Juárez y tomó como metáfora del pasado a Sor Juana,Diego Rivera y Frida Kahlo; un exceso, dadas las limitaciones intelectuales de Peña.

No hubo sorpresas. Sólo el leve viraje discursivo cargado de optimismo, con espejitos color rosa mexicano yalgunos guiños demagógicos. Los silencios dijeron más que los pronunciamientos públicos. Encubierto por elgolpeteo mediático y las tradicionales filtraciones de ablandamiento del eslabón más débil de la relación−consustanciales a toda reunión entre los mandatarios de Estados Unidos y México−, avanza el proceso deconfiguración del nuevo esquema de seguridad del gobierno de Peña bajo el paraguas del Comando Norte delPentágono.

Inscrito en la nueva fase de la Iniciativa Mérida, que bajo la premisa de que quien paga manda −con o sin“ventanilla única”− podrá cambiar de carátula pero no sus mañas, el proyecto enfatizará las labores de inteligencia yespionaje interno (para eso le impuso Washington a Peña al general colombiano Óscar Naranjo como “consultor”), yutilizará tácticas antiterroristas a partir de una asimilación forzada de matrices de opinión elaboradas por expertosestadunidenses en guerra psicológica que han venido asesorando a sus contrapartes locales. Verbigracia, “narco-insurgencia” y “narcoterrorismo”, como bien leyó entonces el “izquierdista” gobernador de Morelos, Graco Ramírez.

En principio, el esquema operará bajo la modalidad de “fuerzas conjuntas” del Ejército, la Marina, laProcuraduría General de la República, la Gendarmería Nacional y las diversas policías adscritas a un “mando único”,al estilo de los centros de fusión que agrupa a los organismos de seguridad e inteligencia estadunidenses. El modelocontempla la creación de un nuevo aparato de espionaje mexicano similar a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), yquedará bajo el mando del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio. Pero la pieza clave en los “ajustes” de lanueva estructura de seguridad del Estado mexicano sigue siendo el embajador estadunidense Anthony Wayne, quiencomo se dijo antes, desde su arribo al país a finales de 2011 monitoreó la transición del régimen de Felipe Calderónal de Peña, y es el coordinador y ejecutor directo, en México, del Comando Norte de Operaciones Especiales delDepartamento de Defensa, con sede en Colorado Springs, EU.

El cambio de diseño y la nueva narrativa bilateral seguirá obedeciendo a las directrices geopolíticas deObama y del complejo militar-industrial-energético-mediático de Estados Unidos. Objetivos plasmados en la Alianzapara la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, que opera con un gobierno empresarial en las sombrasdispuesto, ahora, a “corregir” partes del TLCAN a través de un “nuevo” mecanismo de coordinación. Para eso lafracción anexionista del capital transnacional local colocó en Washington a Eduardo Medina Mora como “embajador”de México.

Coordinador del equipo jurídico del TLCAN en los años 90, Medina Mora fue uno de los “negociadores” de laIniciativa Mérida (2007), herramienta punitiva para establecer un “perímetro de seguridad” en torno al territoriocontinental del imperio. Desde entonces, Norteamérica se ha venido consolidando como un espacio geográfico decara a la competencia inter-capitalista con los otros dos mega-bloques subregionales: Europa Comunitaria y Asia-Pacífico. Al proyecto hegemónico se sumó la reciente incorporación de México al Acuerdo Transpacífico (TTP), 46 cuyofin es construir un cerco militar, económico, comercial y financiero en torno a China, y que también intentará frenarel auge del yuan y extender la vida útil del dólar como moneda de referencia, en el marco de una guerra de divisas.

A su vez, durante la VII Cumbre de la Alianza del Pacífico, en Cali, el 24 de mayo de 2013 , los paíseslatinoamericanos del TTP (Colombia, Perú y Chile) contaron con la fervorosa participación de Peña Nieto −México sesumó por reflejo pavloviano, ironizaría el embajador Jorge Eduardo Navarrete− y bajo la batuta encubierta deWashington acordaron buscar la fórmula para eliminar aranceles a 90% de los productos que intercambian, con lafinalidad de “incrementar los empleos formales y cerrar la brecha de la desigualdad”.

De allí, pues, el viraje de Obama. Los nuevos códigos de la narrativa mediática buscan inflar “iniciativas devanguardia” poco transparentes y carentes de información como la Alianza del Pacífico, dirigida a torpedear losprocesos de integración latinoamericana en curso, en particular a los países del ALBA, y aislar a Brasil y Argentina,mientras se oculta que bajo la pantalla de la “prevención” del delito se pasará en México a otra fase represiva. Esoimplica “desestadunidizar” los centros de fusión bilaterales, que en materia de inteligencia, militar y policial operaronbajo el mando de los embajadores Carlos Pascual y Anthony Wayne, y volver al accionar encubierto armado de losagentes de la CIA, la DEA, el FBI, la DIA, el ICE y la ATF en todo el territorio nacional. Visto así, el tono obsequioso deObama no fue gratis.Con un agregado: inscrita en la “revolución” del gas shale −aceites de esquisto y arenas asfálticas no convencionales,cuya producción y explotación, según sus panegiristas, convertirán a Estados Unidos en primer productor mundial de

46 El ingreso formal del gobierno de México al Transpacific Partership data de octubre de 2012. Concebido por think tanks estadunidenses como una estrategia para contrarrestar el declive de Estados Unidos y otras potencias de Occidente, que están siendo remplazados por los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el TTP está integrado por once países de la ribera del Pacífico: Estados Unidos, Canadá, México, Perú, Chile, Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam).

crudo hacia 2017− la integración silenciosa de México en materia de hidrocarburos y electricidad, el viejo proyectode un mercomún energético de Norteamérica impulsado por la administración Reagan en los 80 y potenciado porGeorge Bush Jr. a comienzos del Siglo XXI, se acentúa. La construcción de sendos gasoductos transfronterizosanunciada en abril último (uno entre Tucson, Arizona y el puerto de Mazatlán, y el de Los Ramones, entre Texas yAguascalientes),47 profundizarán la dependencia.

Peña, el ilusionista

El 12 de agosto de 2012, ante el gabinete legal en pleno en el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial deLos Pinos, el presidente Peña apeló a la figura y los textos del general Lázaro Cárdenas del Río para justificar suiniciativa de reforma energética, mediante la cual propuso modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución, y conello abrir la puerta a la iniciativa privada a la cadena de producción de los hidrocarburos y la generación de energíaeléctrica. No obstante, aseguró que Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad “no se venden ni seprivatizan”,48 y agregó que esa iniciativa permitiría a Pemex la firma de “contratos de utilidad compartida” conparticulares, y le daría un nuevo régimen fiscal, una reestructuración con mayor autonomía de gestión y un gobiernocorporativo eficaz y moderno, además de mejores condiciones de transparencia y rendición de cuenta.49

El administrador-gerente de Los Pinos, sede ejecutiva y razón social de la empresa encargada de la compra-venta de México en su fase actual, mentía. Pese a tener asegurados los votos del Pacto por México para consumar elatraco del siglo a la nación −esto es, la contrarreforma energética−, Enrique Peña ha venido desplegando unademagógica y millonaria campaña de intoxicación mediática, con eje en la falsificación histórica y una distorsión ymanipulación ideológica informativas. En la academia y el periodismo los adjetivos sobran; pero argumentados pueden ayudar a una comprensión de loshechos. Según el diccionario, por definición, una mentira es una expresión que resulta contraria (en todo o en parte)a lo que se sabe, se piensa o se cree. Lo opuesto de mentira es verdad. Mentir implica un engaño intencionado yconsciente. Quién miente espera que el otro crea en la veracidad de su dicho. Quién miente sabe que estáincurriendo en algo falaz, pero su interlocutor puede no advertirlo. La mentira implica una falsedad y opera comosinónimo de engaño, calumnia, embuste o falacia. A quién miente se le llama mentiroso.

A su vez, demagogia es una práctica política que mediante promesas falsas o infundadas manipula lossentimientos y las emociones de la población para ganarse su apoyo y convencerla de la conveniencia de aceptar unprograma de gobierno. Para el caso, la contrarreforma energética. A través de la propaganda y la retórica (comotécnica de expresión para lograr la persuasión del destinatario), el demagogo busca incentivar los prejuicios, miedosy los deseos o las esperanzas de la gente para conseguir el favor popular. En última instancia, la demagogia permiteatraer las decisiones de los demás hacia los intereses propios (o de la clase dominante) a partir de la utilización defalacias o mentiras. La manipulación de la información, la seudo-historia, los datos fuera de contexto y las falsasdicotomías también forman parte de la demagogia.

Aristóteles definió la demagogia como la forma corrupta o degenerada de la República. La prácticademagógica busca eliminar toda oposición, y según Platón y Aristóteles puede conducir a un régimen autoritariooligárquico. Plutocrático y cleptocrático diríamos hoy. Arrogándose el derecho de interpretar los intereses de lasmasas como intérprete de toda la nación (de la “mexicanidad” o el “verdadero cardenismo” para el caso de marras),el demagogo confisca todo el poder y la representación del pueblo e instaura una tiranía o dictadura personal.

El demagogo busca instrumentalizar a las masas para sus propios fines personales y/o de clase. Para esocuenta con equipos de profesionales que aprovechan situaciones histórico-políticas excepcionales, dirigiéndolas parafines propios, para ganar el apoyo de la población, mediante mecanismos publicitarios, dramáticos y psicológicos.Naomi Klein le llamó la “doctrina del shock”. Hardt y Negri cuestionan como demagógicas a las democraciasoccidentales porque utilizan de manera intensiva técnicas publicitarias características del marketing y manipulan a la

47 Ver Pierre-Marc René, “Mitsui construirá gasoducto entre Tucson y Mazatlán”. 24 Horas, 10 de abril de 2013.

48 José Antonio Román y Claudia Herrera, “Usa Peña el aval del general Cárdenas”. La Jornada, 13 de agosto de 2013.

49 Ibíd.

población a través de los medios de difusión masiva, amén de que recurren de manera sistemática a polarizacionesabsolutas (maniqueas): bien-mal, democracia-populismo, desarrollo-atraso.

Falacia es utilizar argumentos que equivocan las relaciones lógicas entre elementos, o bien adoptan premisasevidentemente inaceptables. Al presentar información incompleta sobre su iniciativa energética, excluyendo posiblesproblemas y dificultades u ocultando datos, el “mágico” Peña cae en una manipulación de significados. Además, al“privatizar” de manera burda, antiética y tramposa el pensamiento y las posiciones de Lázaro Cárdenas (quiensiempre priorizó el dominio de lo público y los fines sociales versus el apetito de los consorcios petroleros privadosestadunidenses), practica la pseudohistoria; no sigue las convenciones historiográficas y del método histórico y demodo artificioso busca minar los ideales cardenistas. Realiza una manipulación ideológica y escamotea la verdad víauna mala imitación que pretende hacer pasar por el objeto original. Falsedad suele vincularse con hipocresía, que seproduce cuando un sujeto finge cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente posee; ello exhibeuna ausencia de coherencia entre las ideas y las palabras o acciones.

Por todo lo anterior, el pragmático mesías épico que ha prometido casi el paraíso a los mexicanos, miente.Cuando Peña y su propaganda de saturación mediática dice que “Pemex ni se vende ni se privatiza”, miente demanera perversa, deshonesta y falaz. En la jerga orwelliana (donde dice paz leer guerra), hay que entender sumensaje en el sentido de que los hidrocarburos de la nación serán entregados a las transnacionales ExxonMobil,Chevron, Shell, BP (ex British Petroleum), Amoco, Arco, Halliburton, Schlumberger, Total y Repsol YPF. Igual ocurriráen el ramo de la electricidad, un área ya penetrada por las firmas españolas Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Endesa yotras empresas extranjeras.

En parte privatizados, los hidrocarburos y la electricidad son las joyas de la corona del proyecto neoliberal. Lainiciativa-trampa del “negociante” Peña es gradualista: busca una contrarreforma constitucional de los art. 27 y 28que elimine la exclusividad del Estado en petróleo, petroquímica básica y electricidad, y consumar luego −ese es eltruco− el robo de la renta energética modificando la “letra chiquita” (leyes secundarias).

El ilusionista de Los Pinos −nada de lo que parece es− funge como capataz del gobierno en las sombras de laAlianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN). Es el asalariado de un puñado de plutócratas;los verdaderos amos de México. De aprobarse la contrarreforma, Peña −no ya Pemex ni la CFE− extenderá lospermisos y contratos. Su suculenta tajada, pues Business are business. Para alcanzar todo ello, si la protesta social sedesborda cuenta con la prensa amaestrada, la maquinaria del PRI y el uso de la violencia represiva como últimorecurso.

Sin embargo, todo indica que asistimos a una nueva “burbuja”, la energética. El “cabildeo fósil” de Obama yWall Street −al que adhirió con entusiasmo Peña Nieto y sus patrocinadores privados−, según el cual Estados Unidoslogrará su “independencia energética” y América del Norte se convertirá en “un nuevo Medio Oriente”, no resiste laprueba del ácido, y más bien parece responder a otra jugada ilusionista de firmas bancarias y de inversión que usaron“artilugios financieros” para obtener ganancias.50 Por lo que la contrarreforma energética, con Pemex y la CFE comolas joyas de la corona, se ha convertido en nuestros días en el principal punto de la agenda bilateral.

El Pentágono, la NSA y los hidrocarburos de México

En ese contexto, cobraron mayor importancia las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje de la Agenciade Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) y la Agencia Canadiense de Seguridad enComunicación (CSEC), sobre el sector de los hidrocarburos y la minería en Brasil y México.

Como reveló Glenn Greenwald, el ex periodista de The Guardian depositario de los documentos secretos dela NSA filtrados por el ex analista de inteligencia Snowden, el espionaje de Washington a México y Brasil no tiene quever con terrorismo, drogas ni armas, sino “con petróleo, energía e intereses estratégicos”.51

El pasado 2 de septiembre, Greenwald, quien entonces trabajaba todavía para el diario londinense, dio aconocer en el programa Fantástico de la cadena brasileña TV Globo, que el espionaje sobre la presidenta DilmaRousseff y el actual mandatario mexicano Enrique Peña se extendió a los equipos de asesores de ambos e incluyó laintercepción de mensajes privados, como lo atestiguaba un documento interno de la NSA clasificado “Top Secret”(máximo secreto), exhibido al aire.52

50 Ver John Saxe-Fernández, “Arrebato y ‘bonanza’ shale”. La Jornada, 18 de abril de 2013.

51 Jacobo G. García y Marjolein Van de Water, “Con Greenwald, el depositario de los secretos”. Revista Proceso, México, 13 de octubre de 2013.

Entre las imágenes mostradas figuraban dos mensajes de texto del entonces candidato presidencial del PRI yde uno de sus colaboradores, interceptados por el llamado “equipo de liderazgo mexicano” de la NSA (S2C41) através de los programas “Mainway” y “Association”, utilizados para recolectar la información que pasa por las redessociales e interceptar los mensajes telefónicos de texto.53 Según el documento, durante dos semanas−presumiblemente en junio de 2012, mes anterior a los comicios presidenciales−, los fisgones de la NSA realizaron un“esfuerzo intensivo” de espionaje sobre el candidato que iba “en la delantera” (Peña) y “nueve de sus asociadoscercanos”.

El informe de inteligencia filtrado por Snowden, exiliado en Rusia, explica paso a paso y en forma gráficacómo penetrar en la información de políticos importantes y sus equipos a partir de “datos semillas” (direccioneselectrónicas y números de teléfonos monitoreados) y con base en una observación sistemática de redes telefónicas,correos electrónicos, Internet y servidores.

Las filtraciones evidenciaron una grave vulneración a la seguridad y la soberanía nacionales de México, yprovocaron un “enérgico extrañamiento” de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) al embajador estadunidenseAnthony Wayne y la “exigencia” de una investigación a Washington,54 lo que fue seguido de un breve encuentro entreBarack Obama y Enrique Peña en San Petersburgo, Rusia, en el marco de la cumbre del G-20. Allí, Obama dijo a Peñaque la alianza entre ambos países es “estratégica” y el tema del espionaje “no debe empañar” la relación. 55 Latradicional retórica imperial y la tibia, sumisa y temerosa actitud de quien ocupa el lugar más débil de la cadena.

El 6 de octubre, Fantástico, programa estelar de la red Globo de televisión, divulgó otra filtración de Snowdensegún la cual la Agencia Canadiense de Seguridad en Comunicación, adscrita al Ministerio de Defensa de ese paísnorteamericano, había espiado al Ministerio de Minas y Energía de Brasil.56 De acuerdo con la información, elobjetivo fue recabar datos sobre los vastos recursos minerales y petroleros que posee el país sudamericano, ydescubrir contactos realizados por ese ministerio con otros organismos dentro y fuera de Brasil, además dePetrobras. Puesto que numerosas compañías canadienses tienen operaciones en la industria minera brasileña, “laactividad podría ser un claro caso de espionaje industrial”.57

Al respecto, el editorial principal del diario La Jornada señaló que “el hecho de que Canadá –desde cuyoterritorio operan grandes corporaciones mineras transnacionales– espíe al ministerio brasileño del ramo es, a todasluces, indicativo de que Ottawa busca información confidencial que permita a esas corporaciones operar encondiciones ventajosas en los países donde tienen intereses, como Brasil”.

Y agregó que

“tal es, también, el caso de México: en un reportaje publicado el domingo pasado en estas páginas se hace un breverecuento de los desmesurados beneficios obtenidos en nuestro país por firmas mineras como First Majestic Silver,

52 Pedro Miguel, “El espionaje de EU se extendió a equipos de asesores de Rousseff y Peña Nieto”. La Jornada, 2 de septiembre de 2013, pág. 13.

53 Ibíd.

54 Alejandro Madrigal y EFE, “Llama cancillería a Wayne por espionaje a Presidente”, diario Milenio, y Ciro Pérez Silva, “La SRE cita al embajador Wayne por explicaciones”, La Jornada, 3 de septiembre de 2013.

55 Rosa Elvira Vargas, “El tema del espionaje no debe empañar la relación: Obama”. La Jornada, 7 de septiembre de 2013.

56 Ver agencias, “El canal de tv Globo reveló las tareas de vigilancia con base en filtraciones de Snowden”, La Jornada, y “Brasil, indignado por espionaje de Canadá”, El Universal, 8 de octubre de 2013.

57 “Brasil, indignado por espionaje de Canadá”, El Universal, ya citado.

Fortuna Silver Mines, Continuum Resources, Timmis Gold, Starcore International Mines, Aurico Gold y Agnico-EagleMines, las cuales encuentran, en el territorio nacional, condiciones fiscales mucho más ventajosas que en su país deorigen, como resultado de disposiciones y concesiones otorgadas por los gobiernos del ciclo neoliberal, desde el deCarlos Salinas hasta el actual.Es inevitable preguntarse si, como ha ocurrido en Brasil, el espionaje canadiense haya venido interfiriendo lascomunicaciones de las dependencias mexicanas encargadas de regular la actividad minera, y si las injustificablesventajas de que gozan las transnacionales del país norteamericano en nuestro territorio no son, al menos en parte,resultado de una labor semejante, la cual habría podido poner en manos de esas corporaciones informaciónestratégica y privilegiada”.58

Un par de semanas después, mientras el embajador de México en Washington, Eduardo Medina Mora seguíaesperando “ávido” la respuesta de Estados Unidos sobre la presunta comisión de actos de espionaje, 59 nuevosdocumentos filtrados por la revista alemana Der Spiegel vinieron a revelar que al menos desde mayo 2010, la NSA delgeneral Keith Alexander había hackeado el servidor de la Presidencia de México y obtenido información sensible deFelipe Calderón y miembros de su gabinete.60

La labor de monitoreo estuvo a cargo de la división de Operaciones de acceso personalizado (TAO, por sussiglas en inglés), que tras husmear las comunicaciones logró descifrar las claves y entrar al servidor de la Presidenciade la República. Según un informe clasificado “ultrasecreto”, la operación, denominada Flat liquid (líquido plano),permitió obtener valiosos datos diplomáticos, de liderazgo gubernamental y económicos (Pemex incluido). La agenciaconsideró “lucrativa” (sic) la cosecha.61 Otra filtración permitió conocer un documento de agosto de 2009, con laclave interna de White-tamale (tamal blanco), según el cual la NSA había accedido a comunicaciones internas defuncionarios de la Secretaría de Seguridad Pública a cargo entonces de Genaro García Luna.62

Para Der Spiegel, el espionaje a las redes de computadoras y teléfonos de políticos brasileños y mexicanos nofueron hechos aislados. México y Brasil ocupaban los primeros lugares de una lista de objetivos de “alta prioridad”fechada en abril de 2013. La lista, clasificada como “secreta”, fue aprobada por la Casa Blanca. Es decir, por Obama.La “vigilancia estructural” sobre México fue supervisada desde la oficina de la NSA en San Antonio, Texas, yestaciones de intervención electrónicas secretas en la embajada de Estados Unidos en México, en conjunto con laAgencia Central de Inteligencia (CIA).63

Entrevistado por La Jornada, el ex director de Petrobras, Ildo Luis Sauer, señaló que el espionaje de EstadosUnidos sobre Dilma Rousseff y la paraestatal brasileña no fue para robar secretos industriales sino para identificar los“eslabones frágiles de la cadena, para saber por dónde penetrar, con quién negociar, a quién promover, a quién sacardel proceso político”.64 Para México la moraleja es clara, máxime cuando Sauer dijo que los hidrocarburos(mexicanos) del Golfo de México son un objetivo prioritario de la “guerra geopolítica” de Washington. El especialista

58 “Canadá: Minería y espionaje”. Editorial de La Jornada, página 2, 8 de octubre de 2013.

59 Notimex, “México, ´ávido´ de la respuesta de EU sobre espionaje: Medina Mora”. La Jornada, 14 de septiembre de 2013.

60 Redacción, “EU también ‘espió’ a Calderón: Der Spiegel”. La Jornada, 21 de octubre de 2013.

61 Ibíd.

62 Ibíd.

63 Ibíd.

64 Israel Rodríguez, “Cuando la IP extrae crudo, baja la renta petrolera para el Estado”. La Jornada, 13 de septiembre de 2013.

brasileño advirtió que “cuando la iniciativa privada extrae crudo baja la renta petrolera para el Estado”. A su juicio, la“apertura” en Pemex es una cuestión de seguridad nacional.65

En una acción de distracción ante la nueva exhibición mediática de Snowden y Greenwald vía Der Spiegel, elsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong anunció una indagatoria sobre el espionaje a Felipe Calderóny Enrique Peña que, dijo, estaría a cargo de la división cibernética de la Policía Federal y el Centro de Investigación ySeguridad Nacional (CISEN ).66 Al respecto, las ocho columnas del diario Milenio, fueron: “Espionaje: van por loscómplices mexicanos”.

A su vez, el canciller José A. Meade demandó a Washington que “ampliara” las investigaciones y les diera“celeridad”. Y por cuarta vez llamó a “consultas” al embajador Wayne.67 Y para cubrir el expediente, el secretario dela Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, encargado militar de la seguridad interior y exterior del país, y deproteger los recursos geoestratégicos del suelo y del subsuelo, exigió una “investigación profunda, breve y conconsecuencias” sobre el espionaje.68

Sin embargo, Anthony Wayne minimizó la queja diplomática de Meade. Tras calificar como “reportesmediáticos” las informaciones sobre el presunto espionaje estadunidense, declaró a la prensa que el presidenteObama “toma en serio los alegatos (de México). Peña y Obama ya miran hacia adelante”. 69 Y fiel a la retórica delDepartamento de Estado, añadió que los dos países “no son simplemente vecinos ligados geográfica ehistóricamente; somos, por elección, amigos y socios”.

Avanzado noviembre, el parte en México seguía siendo “sin novedad”. Mientras, en Washington, lasubsecretaria de Estado para el hemisferio occidental, Roberta Jacobson, decía, displicente, que “antes de fin de año”podría haber algo.70

Petraeus y la seguridad energética de Norteamérica

El 30 de octubre, Alfredo Jalife-Rahme informó que el general retirado de cuatro estrellas y ex director de la AgenciaCentral de Inteligencia (CIA), David Petraeus dirigirá el nuevo proyecto Advenimiento de las Décadas deNorteamérica, en la Universidad de Harvard, donde fungirá como becario no-residente del Centro Belfer para laCiencia y los Asuntos Internacionales.71 El proyecto será complemento de la “fuerza especial” sobre “Norteamérica”del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, y serácopresidido por Petraeus y el expresidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.72 La directora de geopolítica del

65 Ibíd.

66 Lorena López, “Espionaje: van por los cómplices mexicanos”, Milenio, y Alberto Morales y Silvia Otero,“Cisen y PF indagan espionaje de EU”, El Universal, 23 de octubre de 2013.

67 Ciro Pérez Silva, “Inadmisible, la respuesta de EU ante las protestas por el espionaje a México: SRE”. LaJornada, 23 de octubre de 2013.

68 Daniel Venegas y Fernando Damián, “Investigación y consecuencias, pide Cienfuegos”. Milenio, 25 de octubre de 2013.

69 Ver las ocho columnas del periódico Milenio del jueves 24 de octubre de 2013.

70 León Krauze, “No habrá respuesta al espionaje”. Columna Epicentro, Milenio, 9 de noviembre de 2013.

71 Alfredo Jalife-Rahme, “David Petraeus, ex director de la CIA, a cargo de la seguridad energética de Norteamérica”. Bajo la Lupa, La Jornada, 30 de octubre de 2013.

72

Proyecto de Energía en Harvard, Meghan O’Sullivan, será miembro del comité consultivo. O’Sullivan colaboró conPetraeus en el decenio pasado −cuando Washington procedió a la decapitación de Saddam Hussein−, en su calidadde consejera de seguridad para Irak y Afganistán en el Consejo de Seguridad Nacional de EU (NSC, por sus siglas eninglés).

De acuerdo con un boletín de prensa citado por Jalife, el proyecto se enfocará en las principales dinámicastecnológicas, científicas y económicas que estimulan la renovada competitividad de EU y Norteamérica, que exploranen particular el impacto en la energía en curso, la tecnología de la información, la manufactura avanzada y lasrevoluciones de la vida de las ciencias. (Que conste la diferencia entre EU y Norteamérica y el primer lugar que ocupala energía).73

En relación con lo anterior, cabe consignar que en junio pasado el ex embajador estadunidense en México, CarlosPascual, volvió a insistir en la necesidad de conformar un “bloque energético” de Norteamérica. Al participar en elForo Regional de la Iniciativa Global de Crecimiento Verde, en Bogotá, Colombia, el actual coordinador internacionalpara Asuntos de Energía del Departamento de Estado, declaró a Notimex que su país trabaja en esa perspectiva “parareducir su dependencia del suministro de hidrocarburos”. Según Pascual, Canadá, Estados Unidos y México poseen“abundantes recursos energéticos” y podrían convertirse en un importante “centro de abastecimiento” para elhemisferio, al tiempo que se “garantizaría la seguridad energética futura”.74 La idea ha calado en el equipoprivatizador de Peña Nieto. El 7 de noviembre, en su exposición en el foro México-Summit 2013 organizado por TheEconomist, el director de finanzas de Pemex, Mario Alberto Beauregard, insistió en la necesidad de otorgar “certezajurídica” a los inversionistas privados y abogó por una “independencia energética de Norteamérica.75

Cuando el 6 de noviembre The Wall Street Journal reveló que el gobierno de Enrique Peña y el Partido AcciónNacional llevaban “negociaciones avanzadas” para promover una reforma legal que “permitiría al Estado mexicanocompartir la producción petrolera, y conceder contratos de licencia diseñados para acceder a depósitos de gas deesquisto y crudo en aguas profundas”, parecían próximos a cumplirse los viejos designios de la Casa Blanca, elPentágono y las petroleras transnacionales en torno a la privatización de Pemex.76

La nueva versión de reforma, que podría ser aprobada por el Senado a finales de este mes, permitiría algobierno decidir sobre diversos tipos de “contratos de servicio, de utilidad o producción compartida o licencias”, yentregaría el control de parte de la renta petrolera a particulares, nacionales o extranjeros. Lo que posibilitaría,además, el ingreso y el control de los recursos naturales a compañías transnacionales como Chevron-Texaco, Mobil,Shell, Halliburton, Exxon y Repsol a los campos petrolíferos del país. Es decir, se impondría el modelo extractivista desaqueo de minerales, fundamentalmente del petróleo.

Por eso, la contrarreforma a la Constitución de Peña y sus patrocinadores es antipatriótica y debe serrechazada. Amén de que los legisladores que la aprueben podrían incurrir en el delito de traición a la patria(conducta tipificada en el artículo 123 fracción I del Código Penal Federal), como señalaron en un escrito CuauhtémocCárdenas, Andrés Manuel López Obrador, el obispo de saltillo Raúl Vera y Pablo González Casanova.

Ibíd.

73 A propósito, Jeff D. Colgan, del Centro Belfer, abordó en octubre de 2013 el tema “petróleo, conflicto y los intereses nacionales de EU”, donde definió tres rubros: 1. El petróleo es una principal causa de guerra: entre una cuarta parte y una mitad delas guerras interestatales desde 1973 están vinculadas al petróleo; 2. “Fracking no cambia las bases fundamentales”: “aunque el fracking está transformando el sector del gas y petróleo de EU, Washington no estará aislado de los mercados foráneos y los eventos. Sus aliados continuarán teniendo necesidades de energía vitales, y las interrupciones del integrado mercado mundial continuará afectando los mercados domésticos” y 3. Vigilar las fuentes inesperadas de conflictos: la industria petrolera puede causar o exacerbar conflictos en varias formas: la competición sobre las vías marítimas y los oleo/gasoductos, terrorismo ligado al petróleo, petro-agresión, y carestía de recursos en los países consumidores son todas fuentes potenciales de conflictos internacionales. Ibíd.

74 Notimex, “Plantea EU crear bloque energético”. El Universal, 20 de junio de 2013.

75 Israel Rodríguez y Víctor Cardozo, “Acepta Pemex que Congreso analiza contratos de producción compartida”. La Jornada, 8 de noviembre de 2013.

76 Ver “Reforma energética: privatización y engaños”, editorial de La Jornada, 7 de noviembre de 2013.