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Cronogramas de cosecha para lograr trozas
libres de manchas de albura
La plantación de pináceas en la Patagonia Argentina comenzó a realizarse a
mediados del siglo pasado con el objetivo de aumentar la productividad de la
industria foresto-maderera en la región. A través de mecanismos de promoción
nacionales y provinciales se forestaron 23.000 ha durante el período 1985-1995, y
43.000 ha en la década siguiente. Actualmente existen unas 75.000 ha forestadas,
la mayoría con pino ponderosa (Pinus ponderosa) y, en menor medida, con pino
oregón (Pseudotsuga menziesii) y pino contorta (Pinus contorta) (Loguercio &
Deccechis 2006).
Madera manchada y detalle bajo lupa de la colonización de la madera en
sentido radial por parte de las células fúngicas de color oscuro.
Durante su aprovechamiento se ha podido constatar la incidencia del
problema sanitario comúnmente llamado ‘mancha de albura’ o ‘mancha azul’.
Este tipo de mancha es conocido por la industria forestal a nivel mundial, y es
especialmente importante en los establecimientos que aprovechan madera de
coníferas. La mancha es una enfermedad de post-cosecha, aunque puede
manifestarse en árboles muy debilitados o muertos en pie. La coloración en la
madera no es superficial, sino que se extiende en sentido radial, y es imposible de
eliminar mediante procesos sencillos. La presencia de manchas en la albura
ocasiona una pérdida en la calidad de la madera y una merma de su valor
comercial, especialmente en productos con valor agregado: troncos cabañeros,
muebles y revestimientos. Esto pone en desventaja a la industria local frente a los
productos provenientes de otros mercados donde se ha logrado controlar el
problema del manchado. Asimismo, los embalajes para exportación construidos
con madera manchada pueden ser rechazados por el país importador en
cumplimiento de las restricciones cuarentenarias vigentes.
El manchado de la albura se origina y desarrolla por el crecimiento de hongos
(reino Fungi, phylum Ascomycota) que infectan la madera verde que no recibe un
tratamiento adecuado. Los hongos manchadores se alimentan de compuestos
celulares simples; no degradan compuestos como la celulosa y la lignina y, por lo
tanto, no ocasionan problemas físico-estructurales considerables,
exceptuando la permeabilidad de la madera, que puede alterarse
significativamente.
Existen dos grupos principales de hongos manchadores, según el grupo
taxonómico al que pertenecen y su estrategia de infección:
Diplodia pinea y Dothiorella sarmentorum
Estos hongos (Botryosphaeriaceae, Ascomycota) están presentes en conos,
acículas, corteza y pinocha. Diplodia pinea crece sobre especies del género Pinus y
Dothiorella sarmentorum sobre Austrocedrus chilensis. Sus esporas son
dispersadas por la acción conjunta del viento y la lluvia. La infección de los árboles
se asocia a heridas mecánicas causadas por las tareas de poda, o por heladas,
nevadas extraordinarias, o daño por insectos. Sin embargo, también se han
documentado casos de infección por los estomas en tejidos jóvenes (no
lignificados) perfectamente sanos. La susceptibilidad de las plantas a la infección
aumenta bajo estrés biótico o abiótico. Las condiciones críticas para que ocurra la
infección están dadas simultáneamente por temperaturas entre 24 ºC y 30 ºC y un
90 % de humedad relativa ambiente. En los valles cordilleranos de la Región
Patagónica estas condiciones de humedad y temperatura suelen darse en otoño o
primavera, durante los días posteriores a una lluvia, y se relacionan directamente
con la apertura del dosel, variable que puede manejarse fácilmente mediante tareas
silviculturales.
La colonización del tejido no siempre ocurre en forma inmediata, sino que las
infecciones suelen acumularse durante la vida del hospedante y permanecen en
estado de latencia. Cuando las condiciones de defensa del hospedante disminuyen
o éste es cosechado, el hongo comienza a crecer activamente, si la temperatura lo
permite. Durante esta colonización es que la troza resulta severamente manchada.
La humedad relativa ambiente no suele ser un indicador adecuado del avance del
manchado, no así la tasa de secado de la madera que constituye un buen parámetro
para estimar el crecimiento del hongo. Como el inóculo ya está presente, el
manchado de las trozas comienza inmediatamente después de la cosecha,
especialmente durante épocas de altas temperaturas.
Hongos ‘ofiostomatoides’ (similares a Ophiostoma)
Es el grupo más importante a nivel mundial en relación con el
manchado de la albura. Estas especies son dispersadas por insectos, especialmente
escarabajos de corteza (Coleoptera: Scolytinae). Se caracterizan por formar
estructuras reproductivas que exudan gotas pegajosas de esporas, producidas en
sincronía con la maduración de los insectos adultos. Cuando éstos emprenden el
vuelo y colonizan nuevos fustes, transportan esporas en su cuerpo que germinan
una vez introducidas en el tejido fresco del nuevo hospedante. El crecimiento
óptimo se registra cuando la madera tiene entre 60 - 80 % de humedad relativa y la
temperatura está en el rango de 22 - 30 ºC, aunque hay excepciones.
La severidad de la mancha está directamente relacionada con los niveles
poblacionales de los escarabajos. En Patagonia se han reportado 3 especies de
escarabajos: Orthotomicus laricis, Hylastes ater e Hylurgus ligniperda (Tiranti
2010). En Chile estas especies tienen uno o dos picos de vuelo entre Octubre y
Febrero, dependiendo de la zona, y casi no registran eventos de vuelo en invierno
(Lanfranco et al. 2002; Ruiz & Lanfranco 2008). H. ligniperda produce 3 - 4
generaciones al año, mientras que H. ater sólo produce una (Parra 1996; Mausel et
al. 2007). El régimen de tareas silviculturales y la correspondiente disposición de
residuos son, entonces, aspectos clave para el manejo de la densidad poblacional de
los escarabajos y, por consiguiente, de las manchas de albura (Ruiz & Lanfranco
2008). Es importante recordar que los escarabajos de la madera son uno de los
grupos de insectos cuarentenarios más interceptados en los puertos
internacionales, la gran mayoría en embalajes de madera.
Ciclo del manchado y estrategias para su manejo
En un esquema productivo, el manchado de la madera puede manifestarse
en diferentes etapas. La troza apeada, sin procesar, que permanece en el sitio de
cosecha suele perder humedad lentamente, y el manchado ocurre progresivamente
si las temperaturas posibilitan el crecimiento fúngico. Lo mismo sucede en las
playas de acopio de los aserraderos. La madera puede ser colonizada por
organismos manchadores aun cuando se coseche, se transporte y se procese en
poco tiempo, si la misma no se seca a una tasa adecuada. El proceso más común
para evitar el desarrollo de las manchas en la albura comprende la combinación de
cosecha, transporte y aserrado casi inmediatos, con un adecuado secado artificial.
En este sentido las líneas de aserrío de mayor importancia situadas en la provincia
del Neuquén, utilizan cronogramas de cosecha y transporte, organización por lotes
en playa de estibado, baño anti-mancha posterior al aserrado, y secado artificial.
Sin embargo, dentro del marco socio-económico de la región, no siempre es posible
automatizar las tareas de cosecha y transporte, ni instalar un secadero artificial.
Por otro lado, la fuerte estacionalidad en el clima concentra las tareas de cosecha y
transporte hacia los meses de verano, con lo cual es necesario el acopio de materia
prima para poder aserrar todo el año. Teniendo en cuenta estas características
regionales se analizan las estrategias de manejo y control más eficaces y accesibles.
El objetivo de este trabajo es brindar al productor información que permita
discernir las épocas de mayor riesgo en relación con el manchado, y estimar el
tiempo del que dispone antes de que se manifieste el problema
Esta información es el resultado de distintos ensayos a campo donde se observó el
manchado de la albura, a lo largo del tiempo, en rollizos cosechados durante las
diferentes estaciones del año.
Ensayos
Se trabajó en 5 sitios. Se establecieron 2 parcelas de cosecha en la provincia del
Chubut y 3 en la provincia del Neuquén. En el noroeste del Chubut los sitios están
bajo administración pública y abastecen parte de la demanda regional de la madera
que se destina para la construcción de viviendas. Los sitios estudiados en la
provincia del Neuquén incluyen plantaciones públicas y privadas cuya producción
se orienta al abastecimiento de materia prima para la construcción de cabañas de
troncos, madera maciza y pallets.
Sitio 1: Chubut, Dto. Futaleufú, Las Golondrinas, Destacamento de la
Subsecretaría de Bosques del Chubut.
Sitio 2: Chubut, Dto. Futaleufú, Aldea Escolar, Estación Agroforestal INTA
Esquel.
Sitio 3: Neuquén, Dto. Los Lagos, Lago Meliquina, Estancia San Jorge.
Sitio 4: Neuquén, Dto. Los Lagos, Lago Lolog, CORFONE S.A.
Sitio 5: Neuquén, Lago Lácar, Estancia Quechuquina.
En cada sitio se cosecharon 8 pinos que fueron cortados en trozas comerciales de
2,5 m, dispuestas en contacto con el suelo. Estos árboles se apearon en distintas
estaciones, 2 plantas por cada estación. Al cabo de 3, 6, 9 y 12 meses se procesaron
las trozas, seccionándolas transversalmente cada 10 cm. A cada sección se le
asignó un % de mancha, para luego estimar el volumen total manchado de cada
troza. Se identificaron los hongos responsables del manchado y también los
escarabajos asociados.
A continuación se resumen los resultados obtenidos en 5 sitios. Los resultados de
algunos sitios fueron similares y por eso se los presenta agrupados en 3 casos
fácilmente diferenciables.
Caso A
Esta situación se observó en el sitio 1, y representa un importante riesgo potencial
en cuanto al manchado de la madera, debido a la rapidez de la colonización
observada. Diplodia pinea ya ha sido reportada en Neuquén (Mattes Fernández et
al. 2010) y en Chile (Butin & Peredo 1986), mientras que en este estudio se la
reporta para Chubut.
En el gráfico 1 se observa que, hasta los tres meses, la colonización no es
significativa; sin embargo, a los seis meses, las trozas que fueron cosechadas en
verano están severamente manchadas.
Gráfico 1. .Porcentaje de madera manchada en función del tiempo. Sitio
1, Destacamento de la Subsecretaría de Bosques del Chubut, Las
Golondrinas, Chubut.
El otoño fue la época más adecuada para el apeo, y el verano la más crítica.
Dentro de los 3 meses, la troza no presenta un volumen significativo de
mancha, aunque los hongos manchadores ya están presentes
En la Figura 1 del lado izquierdo se ve claramente el patrón de infección de
Diplodia pinea que aprovecha heridas mecánicas para infectar el tronco. Ante la
muerte del hospedante, y dada la alta temperatura del verano, cada punto de
infección se extiende con rapidez manchando todo el tronco. También puede
observarse en el lado izquierdo de la Figura 1 el mismo tipo de mancha en
Austrocedrus chilensis, pero ocasionado por Dothiorella sarmentorum (si bien el
ciprés de la cordillera no formó parte del ensayo).
Figura 1. Especies de hongos pertenecientes a la familia Botryosphaeriaceae, ocasionando
manchas de albura sobre pino (Pinus ponderosa) y ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis)
en Patagonia.
Caso B
Esta situación fue observada en el sitio 3. Este sitio ejemplifica la incidencia del
nivel poblacional de escarabajos en un área determinada. No solo preocupa la
incidencia de la mancha, sino también las densidades del insecto que, si bien se lo
considera como una plaga secundaria, ante determinados eventos puede atacar
árboles sanos. En el Gráfico 2 se observa que primavera y otoño son las estaciones
más críticas para realizar el apeo, dado que coincide el corte de las trozas con el
vuelo de los escarabajos adultos. Nuevamente, hasta los tres meses, la colonización
no es significativa.
Gráfico 2. .Porcentaje de madera manchada en función del tiempo. Sitio 2, Ea.
San Jorge, Lago Meliquina, Neuquén.
El verano y el invierno fueron las épocas más adecuadas para el apeo,
mientras que la primavera y el otoño fueron las más críticas.
Dentro de los 3 meses, la troza no presenta un volumen significativo de
mancha
En La Figura 2 puede observarse una galería de escarabajos de la corteza, justo
entre ésta y la madera. Utilizan esta zona del árbol como protección para criar la
próxima generación de escarabajos y como fuente de alimento, aprovechando el
floema rico en nutrientes. Al momento de comenzar la construcción de la galería,
las esporas del hongo también son introducidas en este ambiente protegido y
húmedo, y al germinar y desarrollarse mancharán el tronco, y serán dispersadas
por una nueva generación de escarabajos.
Figura 2. Especies de hongos ‘ofiostomatoides’ ocasionando manchas de albura sobre pino
(Pinus ponderosa) asociados a las galerías de escarabajos de corteza (Orthotomicus laricis).
Caso C
En este caso agrupamos los sitios 2, 4 y 5, que se diferencian de los dos casos
anteriores porque ninguno de los grupos de hongos manchadores tiene gran
preponderancia. Esto implica que hasta los 6 meses no hay una colonización
importante, aunque el inóculo está presente.
Gráfico 3. Porcentaje de madera manchada en función del tiempo. Sitio 2, EEA
INTA Esquel, Chubut
.
Gráfico 4. .Porcentaje de madera manchada en función del tiempo. Sitio 4,
CORFONE S.A., Neuquén.
Gráfico 5. .Porcentaje de madera manchada en función del tiempo. Sitio 5, Ea.
Quechuquina., Neuquén.
A los 6 meses, las manchas no superaban el 8 % del volumen de la troza,
independientemente de la época de apeo.
A los 9 meses las trozas apeadas en otoño fueron las más afectadas.
Manejo
Es sabido que no es recomendable una plantación sin manejo ya que se asocia con
menor productividad, mal estado sanitario y mayor riesgo de incendios; pero aun
cuando se realizan tareas de poda y raleo, existen aspectos que, de no ser tenidos en
cuenta, pueden aumentar la incidencia de la mancha. Estas tareas deben efectuarse
en la temporada correcta, en otoño-invierno, cuando la temperatura es más
baja, evitando así la superposición de heridas mecánicas con las condiciones que
favorecen la infección de Diplodia pinea.
La correcta disposición del material remanente de podas y raleos
constituye una práctica fundamental para evitar los aumentos poblacionales de
escarabajos de corteza y la permanencia del inóculo fúngico. Algunas opciones para
solucionar la problemática de la disposición de este material consideran el
chipeado del material para generación de energía, la construcción de tableros de
partículas o su empleo como material estructurante en pilas de compostaje. Si los
desechos no pueden procesarse, es importante evitar las pilas, ya que en éstas el
material permanece apto para la proliferación de insectos durante más tiempo.
Más allá de las tareas preventivas, este estudio permitió generar las siguientes
recomendaciones:
La mejor estación para efectuar el apeo es el invierno y las trozas deben ser
transportadas hacia el aserradero antes de los 3 meses, de lo contrario ya arribarán
a la línea de aserrío con manchas de albura. Esta información se considera
compatible con las propuestas que otros autores han realizado sobre la factibilidad
de secado natural de madera aserrada en Patagonia (Jovanovski 1993).
Está siempre la posibilidad de cosechar, transportar, aserrar y secar de forma tal
que el proceso completo no supere los 3 meses desde el apeo. Si la cosecha se
realiza a gran escala y las trozas deben permanecer acopiadas por períodos que
superen los 3 meses, una de las mejores opciones es el descortezado mecánico, que
aumenta la tasa de secado e impide la presencia de escarabajos. Por otro lado, la
corteza de pino es un sub-producto que puede tener múltiples usos. El riego por
aspersión es una técnica utilizada por grandes empresas para impedir el
crecimiento de los hongos; sin embargo ésta es recomendable sólo si se realiza un
correcto tratamiento de efluentes y reutilización del agua, para evitar un impacto
ambiental considerable.
Este trabajo identificó los principales hongos manchadores en plantaciones
comerciales en Patagonia y caracterizó en forma cualitativa su ciclo a lo largo del
año. Este primer estudio aporta una perspectiva adicional a la hora de planificar el
aprovechamiento de un rodal.
Bibliografía
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