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 howtoarsenio.blogspot presenta: Crónicas del Futuro I : Lazos de sangre Gabriel dark

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  • howtoarsenio.blogspot presenta:

    Crnicas del Futuro I : Lazos de sangre

    Gabriel dark

  • Siempre me gustaron las historias de ciencia ficcin, pero particularmente

    prefiero las historias que te hacen alucinar sin dar demasiada explicacin, sin

    buscar cinco patas al gato, se que existe ciencia ficcin cientfica o dura, que es

    donde los escritores suelen brindar detalles minuciosos sobre acontecimientos de

    ficcin que entremezclan con la ciencia real, pero particularmente prefiero las

    historias fciles de digerir pero sin que sean aburridas, prefiero conocer una

    historia fantstica sin y tener que analizar cada segundo los detalles cientficos

    que al final podran hacer que te despisten y no puedas disfrutar de una buena

    historia de ciencia-ficcin.

    Bueno esta es mi primera historia es simple y si alguien lo lee que deje volar su

    imaginacin fcilmente puesto que es una historia entretenida y poca densa

    adems de corta. Espero que les guste y lo disfruten y si no ni modo existe mucho

    en la red para buscar.

  • Crnicas del Futuro I Prologo:

    Informe Tctico L45.967.22

    Restos de archivos de audio recuperados del crucero de batalla estrellado Furia del

    Emperador (fue totalmente imposible restaurar los holo-archivos)

    Asunto: Soldado Maren Ayers, mdica, batalln 128, Bufones de acero

    Oficial: Capitn Serl Gentry, doctor, Operaciones especiales de investigacin

    Capitn Gentry:

    Sintese, soldado. Me imagino que estar alterada despus de lo que acaba de ocurrir.

    Soldado Ayers:

    Alterada? No sea tonto, capitn, esto no ha sido del todo una sorpresa. La naturaleza no

    se limita a adaptarse. La naturaleza hace trampas, cambia las reglas y se escurre por la

    puerta de atrs con tu cartera antes de que te hayas dado cuenta de lo que ha pasado.

    Capitn Gentry:

    Creo que no la sigo.

    Soldado Ayers:

    Disculpe, no son palabras mas. Lo deca mi padre, el venerable Dr. Talen Ayers. Es un

    buen ejemplo de sus reflexiones: un tercio de renombrado investigador de gentica, dos

    de paleto de provincias. Siempre me avergonzaba.

    Siempre soltaba ese proverbio cada vez que me quejaba de los resultados inesperados de

    mi investigacin. Por costumbre, supongo.

    Capitn Gentry:

    Soldado, podramos empezar por el principio?

    Soldado Ayers:

    Es como aquella vez que un grupo de control entero de mis moscas de la fruta decidi

    reproducirse en un tamao lo bastante pequeo como para atravesar la red de su jaula y

    extenderse por los dems hbitats. Arruinaron deliberadamente tres meses de modelado

    de cadenas largas de protenas. Al menos a m me pareci deliberado.

    Yo tena doce aos por aquel entonces y haba estado trabajando en mi propia mutacin

    de la Drosophila melanogaster para un proyecto de la escuela. Pap se ri sin ms y me

    dijo que la prxima vez usara un tarro de mermelada. Cabrn. No se le ocurri ninguna

    mxima ingeniosa cuando dej la universidad para unirme al ejrcito, a qu no?

    Capitn Gentry:

    Soldado Ayers, le importara ceirse al tema que nos concierne?

    Soldado Ayers:

    Disculpe. Demasiado personal? Me ha dicho que empezara por el principio, pero al

    parecer no le interesan los problemas entre padre e hija. Es que Hace mucho tiempo

    que no poda hablar de verdad con alguien que tuviera una educacin ms all del

    campamento de entrenamiento, y el vuelo de regreso al espacio civilizado va a ser muy

    largo.

    Capitn Gentry:

    (Carraspea.)

    Soldado Ayers:

  • Vale, ir al grano.

    Capitn Gentry:

    Se lo ruego.

    Soldado Ayers:

    Hace seis meses nuestro batalln se diriga a una avanzada de vigilancia remota en el

    lado helado de Anselm, para relevar a los pringados que haban estado destacados en

    ese planeta el ao anterior. Acabbamos de salir de distorsin en el sistema y estbamos

    realizando clculos para el ltimo salto cuando nos lleg una llamada prioritaria desde

    Korhal IV: todos los cruceros de batalla de clase Minotauro deban volver a la capital

    para ser modificados para el combate interatmosfrico.

    Las instrucciones decan que se deban posponer todas las misiones no crticas,

    descargar pasajeros y cargamento en el punto de control habitable ms cercano y saltar

    inmediatamente hasta el cuartel general. La recogida correra a cargo de naves militares

    secundarias, a discrecin del mando. Eso s que nos despej de golpe. Sabe tan bien

    como yo que el Dominio puede llegar a usar el trmino habitable con demasiada

    generosidad.

    Capitn Gentry:

    Los traslados inesperados son parte de la vida militar, soldado.

    Soldado Ayers:

    Ya, bueno, no creo que a nadie le gustara quedarse en la cuneta indefinidamente por una

    simple mejora de vehculos.

    Nuestro ordenador de orientacin calcul que la roca que ms se acercaba a esos

    criterios era un planeta minero desolado en el extremo del sistema: Sorona. Ya lo ha

    visto, un planeta color naranja xido con un fino anillo de asteroides alrededor del

    centro. Parece un nio gordo con un cinturn sucio.

    Capitn Gentry:

    (Se re, pero se recompone.)

    S, ya he visto Sorona.

    Soldado Ayers:

    Bien. Para entonces haba sido mdica en el batalln 128 durante dos aos. Nos

    llambamos los Bufones de Acero y nos diriga el teniente Travis Orran. Solo un

    puado de compaeros haban estado en combate y de ellos la mayora solo haba visto

    pequeas operaciones de paz. S, no ramos los Demonios del Cielo, ya lo s, pero a los

    hroes de guerra no se les enva a esperar sentados en Anselm. En cualquier caso, no

    creo que nadie se esperara que nuestro contratiempo temporal fuera a ser algo ms que

    temporal.

    De eso hace seis meses. Seis meses, Doc.

    Capitn Gentry:

    Capitn

    Soldado Ayers:

    En todo caso, no nos recibi ningn comit de bienvenida.

    Capitn Gentry:

    Eso no es infrecuente, soldado. Algunas colonias pequeas no cuentan con personal

    suficiente para operar un puerto estelar debidamente.

    Soldado Ayers:

  • No es que llegramos a la hora de la comida, Doc. All no haba nadie. Desde haca

    mucho tiempo.

    El plan del teniente era recoger tantos suministros como pudiramos cargar y

    trasladarnos veinticinco kilmetros hasta la avanzada colonial ms cercana, un agujero

    llamado Cask. All hablaramos con el alcalde del lugar y trataramos de encontrar un

    buen sitio para acampar el tiempo que hiciera falta. El teniente Orran dijo de broma que

    por lo menos podramos tomar el sol antes de seguir hacia Anselm. Hubo algunas risas;

    creo que todos queramos ver el lado bueno de la situacin.

    Los zerg acabaron con eso.

    (Sigue una larga pausa y el sonido del capitn Gentry removindose en su asiento)

    Capitn Gentry:

    Soldado, por favor

    Soldado Ayers:

    Estbamos a unos ocho kilmetros de la colonia cuando el suelo explot a nuestro

    alrededor. No recuerdo ms que un mar de garras, dientes que mordan y sangre. Cunta

    sangre. Los zerg nadaban por nuestro batalln como peces en un ocano rojo. El

    soldado Braden estaba frente a m; vi cmo le arrancaban el brazo de cuajo, con

    armadura, hueso y todo, y luego desapareci bajo dos de esas bestias.

    Usted y yo sabemos que haca aos que no haba ninguna actividad zerg en el espacio

    terran. Haba odo hablar de los xenos, haba visto los vdeos de entrenamiento, pero

    nada te puede preparar para el puro terror animal que te atenaza cuando atacan esos

    monstruos. La velocidad. El salvajismo. Desde entonces he visto cientos de zerg, pero

    aquel primer ataque me sigue torturando. Siempre lo har.

    (Otra pausa larga.)

    Capitn Gentry:

    Y cmo sobrevivi a la emboscada, soldado?

    Soldado Ayers:

    Bueno, fue el teniente el que mantuvo la calma y consigui sacarnos del pnico ciego.

    Orden a los bufones que soltaran la carga, formaran un crculo y abrieran fuego. Me

    acuerdo de su voz, firme y estable incluso en medio de semejante caos. Es un buen

    lder, un buen hombre.

    Cinco soldados ya haban sido reducidos a montones hmedos en la arena antes de que

    sonara el primer disparo. Por instinto haba enfundado mi A-13 y me diriga a Braden

    con un paquete mdico cuando la soldado Delme me agarr y me grit que me ahorrara

    el esfuerzo. Tena razn. Mis nanos no pueden hacer mucho por un soldado al que le

    han arrancado las vsceras a travs de la armadura de combate.

    Seguramente no habran pasado ni dos minutos cuando el teniente Orran orden un alto

    el fuego. El humo se despej y nos quedamos all de pie, atnitos.

    Capitn Gentry:

    Atnitos? Por favor, soldado. Todos los soldados del Dominio estn entrenados para la

    posibilidad de un ataque zerg.

    Soldado Ayers:

    Nunca ha visto un combate contra los zerg, verdad, Doc?

    Nuestro grupo de sesenta soldados ya haba perdido a doce y otros tres no tardaran en

    unrseles. Los zerg nos pillaron desprevenidos y todo el entrenamiento del mundo no

  • sirvi para nada. Y lo peor? Despus de buscar y rebuscar solo pudimos recuperar diez

    cadveres aliengenas. Diez xenos. Un puado de zergling se carg a una cuarta parte de

    nuestro batalln en cuestin de minutos.

    No habramos llegado al da siguiente si los colonos no hubieran odo los disparos y

    venido a investigar. Vimos una nube de polvo en el horizonte, roja a la luz del

    anochecer. El teniente nos coloc en formacin y nos preparamos para otro ataque. Fue

    entonces cuando omos el maravilloso petardeo de un motor terran pesado. Vimos que

    un vehculo minero un gran transportador de mineral, por el aspecto que tena

    vena hacia nosotros y empezamos a gritar de alegra.

    Paramos cuando pudimos ver mejor el vehculo.

    Capitn Gentry:

    No era lo que se esperaban?

    Soldado Ayers:

    Digamos que el camin haba visto das mejores. En algunos sitios el chasis tena cortes

    profundos y pareca que las orugas de un lado estaban mordidas. En el morro del

    transporte haba dos calaveras de hidralisco, colocadas de forma que los faros de acero

    plstico dieran una luz macabra a travs de las cuencas vacas. No era el coche de

    bienvenida que esperbamos, pero al menos haba sitio de sobra para el batalln en el

    remolque de mineral. Nos subimos y tratamos de pasar por alto el aspecto desesperado

    de las caras de los civiles que manejaban el aparato. Saltaba a la vista que esperaban

    algo ms que un batalln sin experiencia.

    Nos contaron la historia en el viaje de vuelta. Haca unos ocho meses que los zerg

    haban atacado los campamentos exteriores de Sorona; luego arrasaron los dems

    asentamientos terran. S, ha odo bien, ocho meses. Los colonos afirmaron haber

    enviado mensajes de emergencia al Dominio y a todos los puertos cercanos todos los

    das desde entonces. No hubo respuesta. Haban empezado a pensar que su estacin de

    comunicaciones no funcionaba. Vaya momento para que se estropee el telfono, eh,

    Doc?

    Capitn Gentry:

    Entonces, cmo pudo una poblacin civil de mineros desarmados sobrevivir a un

    asedio de ocho meses por parte de uno de los enemigos ms peligrosos de la

    humanidad? Es algo que nos tiene desconcertados.

    Soldado Ayers:

    Ha podido ver los vdeos de reconocimiento de cuando se dignaron a venir? Si no lo ha

    hecho ya, diga a sus cientficos que le enseen los planos de Cask.

    La colonia est situada en una de las fortalezas naturales ms perfectas que se podra

    imaginar, es el sueo de un arquitecto militar hecho realidad. Cask se encuentra entre

    las paredes de un profundo can que termina bajo un gigantesco arco de roca. Adems

    de aportar sombra bajo los dos soles del planeta, el arco tambin protege a la colonia de

    la mayora de los ataques areos. Un asalto por tierra tendra que pasar forzosamente

    por un estrecho cuello de botella que los mineros han apodado cariosamente como la

    cua. Incluso nuestro transporte raspaba las paredes mientras los mineros abran las

    puertas de pariacero para dejarnos entrar en una barricada improvisada.

    Doc, los zerg llevaban ocho meses asaltando la cua todos los das y no podan superar

    a unos civiles armados con escopetas y lseres mineros. Era la primera vez que oa que

  • unos civiles pudieran contener un asalto zerg; creo que nos permitimos el lujo de

    esperar que la estrategia de resistencia diera resultado. Los zerg no podan mantener este

    tipo de actividad permanentemente en un planeta prcticamente estril, no?

    Capitn Gentry:

    No puedo aportar ms informacin cientfica sobre los xenos que lo que ya tiene

    autorizacin para ver en los vdeos de entrenamiento, soldado. Por favor, contine con

    su informe.

    Soldado Ayers:

    De acuerdo, lo siento.

    Conseguimos establecer contacto con el lder del lugar, que pareca cada vez ms

    abatido a medida que le decamos que no, que no formbamos parte de una fuerza

    mayor y que no, que no tenamos ni idea de cundo volvera nuestro medio de

    transporte. El mdico de la colonia se haba suicidado haca solo un mes, as que pronto

    me vi rodeada de civiles enfermos y heridos.

    La desnutricin brot en cuanto empezaron a agotarse los suministros; los civiles

    recogan todo lo que podan de maltrechos jardines hidropnicos y una especie

    autctona de moho que creca por las paredes sombras del can. Era cido, saba a

    pegamento y tena un extrao olor a pimienta, pero tena las protenas y los compuestos

    carboxlicos necesarios para evitar que la gente se muriera de hambre. El cido haba

    desgastado la mayor parte del esmalte de los dientes de los civiles, as que al final me

    pas mucho tiempo realizando extracciones dentales. Ya s que no es lo que uno se

    esperara tras un ataque zerg.

    La primera oleada de zerg atac solo una hora despus de nuestra llegada. Estbamos

    descargando el poco equipo que habamos conseguido traernos cuando son la sirena.

    Entre una alarma y otra pude or una agitacin creciente, pareca que las paredes del

    can empezaban a temblar. El teniente nos orden dejarlo todo y apostarnos a lo largo

    de los muros improvisados que haban levantado los civiles.

    Una cosa es que los zerg te tiendan una emboscada. Otra cosa muy distinta es estar

    preparados, encerrados y armados para recibirlos. Los primeros zergling dieron la vuelta

    a la esquina para encontrarse con el fuego cruzado de tres rifles C-14 y ocho lseres

    mineros. Una lluvia de icor roci las paredes del can y la siguiente oleada de criaturas

    se lanz al ataque. Estos aliengenas, que estaban empapados de los restos de sus

    parientes, cayeron igual de rpido.

    Los siguientes veinte minutos estuvieron llenos de rfagas de disparos regulares

    interrumpidas por los siseos de los zerg moribundos. Cuando se hizo evidente que mis

    habilidades mdicas no iban a hacer falta, tom un puesto en el muro y empec a

    disparar con un C-7 prestado.

    Disparar. Hacer agujeros hmedos en los zergling. Verlos retorcerse, caer al suelo,

    sufrir un espasmo antes de quedarse quietos. Juramento hipocrtico aparte, me sent

    bien.

    Capitn Gentry:

    Mmm?

    Soldado Ayers:

    S. Me sent muy bien. Meter clavos en esos malditos demonios. Despus de que

    hubieran matado a tantos de los nuestros poder matar y matar y matar sin ms

  • (Suena un llanto suave.)

    Capitn Gentry:

    (A su solapa) Aqu Gentry. Creo que no voy a poder sacarle nada ms, traedme un par

    de mdicos y una camilla preparada para

    Soldado Ayers:

    No! No, estoy bien, solo solo necesito un minuto.

    Capitn Gentry:

    (A su solapa) Esperad.

    Soldado Ayers:

    (Solloza, toma aire)

    Le pido disculpas, capitn. Por un momento me he visto de vuelta en aquel lugar

    Capitn Gentry:

    Sernese, soldado. El Dominio necesita esta informacin para salvar vidas. Recurdelo.

    Soldado Ayers:

    Salvar vidas? Ja. Me alegro de que lo exprese as, Doc. Eso lo hace mucho ms fcil.

    Entonces mi batalln est perdido en este planeta y los zerg nos atacan a diario. Sin

    descanso. Sostenemos la barrera. Pasan los das. Las semanas.

    Aprendimos a conservar la municin y a usar los lseres mineros que los civiles haban

    colocado en las plataformas por encima de los muros, para controlar a los xenos. La

    cua pareca anular toda ofensiva zerg: daba igual cuntas garras entraran por el can,

    solo podan acercarse lo bastante para araar las barricadas antes de caer. Casi nos

    costaba ms quemar los cadveres con los lseres despus del ataque.

    Nos acostumbramos a la rutina. Los ataques venan a horas distintas del da, pero solo

    una vez por ciclo de veinticuatro horas. Empezaba con unas pocas docenas de zergling y

    luego creca a un ejrcito: cientos de bichos atropellndose los unos a los otros en masas

    tan grandes que todos los disparos atravesaban dos o tres cuerpos de una vez.

    Capitn Gentry:

    Vale, soldado, ahora estamos llegando a la informacin importante. Qu forma

    adoptaban los ataques? Solo les atacaban zergling?

    Soldado Ayers:

    S. Les pregunt por los dems tipos de zerg de los que haba odo hablar: hidraliscos,

    ultraliscos, devoradores, ya sabe, todos esos bichos. Al parecer haban formado parte de

    los primeros asaltos, pero haban disminuido en nmero a medida que se alargaba el

    asedio.

    Capitn Gentry:

    Disminuido?

    Soldado Ayers:

    Al principio, luego desaparecieron del todo. Los colonos lo consideraron un cambio

    importante en los meses que siguieron; supusimos que era seal de que la poblacin

    zerg estaba quedando reducida a sus armas ms baratas.

    Capitn Gentry:

    Sigue pensando que ese era el caso?

    Soldado Ayers:

    No. Ojal hubiera visto lo que era de verdad.

    Capitn Gentry:

  • Le importara darme ms detalles?

    Soldado Ayers:

    Ya llegaremos. Tiene que orlo todo para entenderlo.

    Los civiles nos estaban agradecidos por estar con ellos y se aseguraban de darnos agua

    del pozo de la colonia y municin que producan en una fbrica de herramientas

    modificada. La comida y los suministros que nos habamos trado fueron de ayuda y el

    soldado Hughes, que saba de ordenadores, revis su equipo de comunicaciones. Todo

    funcionaba bien. Por lo que pudo ver, los mensajes haban salido. Solo que nadie

    responda.

    (Una pausa larga. El capitn Gentry se vuelve a despejar la garganta.)

    Capitn Gentry:

    Prosiga.

    Soldado Ayers:

    Solo empec a abrigar sospechas unas pocas semanas despus.

    Capitn Gentry:

    Sobre el sistema de comunicaciones?

    Soldado Ayers:

    No, sobre los zerg. Por qu iba a sospechar de las comunicaciones? No soy

    informtica. Fueron los constantes y totalmente intiles ataques de los zerg los que me

    hicieron pensar.

    Me acord de una discusin que tuve con mi padre un da despus de su clase. Nos

    habamos centrado en la teora evolutiva y comet el error de quejarme de una de sus

    mximas, algo de que las mutaciones ocurren con mayor frecuencia en poblaciones

    drsticamente diezmadas. Yo crea que era ridculo ver una poblacin de organismos

    como una especie de inconsciente colectivo que reacciona a las amenazas con un

    razonamiento gestltico separado del todo.

    Capitn Gentry:

    Razonamiento gestltico? Soldado, tiene usted un vocabulario excelente, pero lo que

    acaba de describir con palabras sofisticadas es el concepto universalmente aceptado del

    cerebrado zerg. No es nada nuevo ni revolucionario.

    Soldado Ayers:

    Perdneme, Doc, pero no lo entiende. No es eso lo que propona mi padre. Afirmaba

    que un sector concreto de individuos dentro de una especie poda sufrir un aumento

    general en las mutaciones de sus descendientes debido a la merma de la poblacin. Esto

    presupone que existe algn tipo de comunicacin bioqumica a nivel gentico para todas

    las especies. Hasta para mis moscas de la fruta.

    Capitn Gentry:

    Entonces, lo que est diciendo es que un grupo aislado puede mutar para afrontar

    situaciones inesperadas. Es la naturaleza que se escurre por la puerta de atrs con tu

    cartera, no?

    Soldado Ayers:

    Bueno, nos estamos acercando.

    La teora me pareca estpida. No segua ni frmulas, ni algoritmos, ni patrones

    predecibles. En general la ciencia es como una pistola, verdad? La cargas, aprietas el

    gatillo y esta dispara. Cuando entiendes el mecanismo puedes predecirlo todas las veces.

  • Por qu cree que me un al ejrcito? Aparte de los problemas con mi padre, quiero

    decir. Disparar armas, tapar los agujeros que hacen, ganar la batalla. Sencillo, limpio,

    fcil. Mi padre odiaba mi sed de simplicidad, un universo en blanco y negro poco

    realista que llamaba una insensata fantasa binaria.

    Maren, me deca, a veces A ms B no es igual a C. A veces es igual a M, a veces es

    igual a 42, a veces la respuesta es todo un ensayo. Tienes que aceptar que las preguntas

    ms importantes tienen demasiadas facetas como para contarlas. Tienes que dar un paso

    atrs y contentarte con la visin general menos precisa.

    Ese curso me suspendi, a pesar de tener unas notas perfectas. Me dijo que no haba

    entendido lo ms importante.

    Capitn Gentry:

    Cask la impuls a replantearse las teoras de su padre?

    Soldado Ayers:

    S. Me duele decirlo, pero s. Tiene algo que ver con estar perdida en una roca desierta,

    rodeada de cucarachas homicidas y comiendo moho aliengena. Empec a percibir la

    visin general. Mi padre habra estado tan orgulloso de su hija.

    En primer lugar, por qu unos aliengenas interplanetarios supuestamente inteligentes

    iban a lanzar sus tropas sobre un objetivo inexpugnable deliberada y sistemticamente?

    Y por qu a un ritmo tan constante y metdico? Desde luego Cask no tena ninguna

    importancia estratgica. Ni Sorona, para el caso.

    Mis estudios en xenobiologa nunca haban avanzado mucho; cuando abandon la

    universidad y dej de estudiar con mi padre todava no se enseaba fisiologa zerg en la

    educacin superior. Por lo que pude colegir de los vdeos simplistas del campamento de

    entrenamiento, la Supermente zerg usa una forma adaptativa de ADN para incorporar

    fragmentos tiles de organismos distintos y no relacionados a su propia paleta gentica.

    Hace que mi modelado gentico de las moscas de la fruta parezca un juego de nios.

    Y si la conciencia que controlaba a esta poblacin hubiera reconocido un dilema nico

    en la avanzada terran de Sorona? Y si la teora de mi padre era cierta? Y si la relacin

    inversa entre el ndice de supervivencia de una poblacin y las mutaciones aleatorias

    fuera un concepto que esta conciencia no solo entenda, sino que utilizaba para superar

    obstculos cuando no funcionaba ninguna otra tctica? Era nuestra resistencia

    desesperada un maldito campo de pruebas para el enemigo?

    Capitn Gentry:

    Estoy impresionado, soldado. No puedo explayarme, pero sus anlisis de campo encajan

    con gran parte de los datos que ha recopilado nuestro equipo tctico. Cul fue su

    conclusin?

    Soldado Ayers:

    Tena que saberlo. Tena que saber si nos estaban utilizando, si estbamos ayudando a

    los zerg al colaborar con una estrategia de mutacin forzada. Tenamos que encontrar a

    la colmena responsable de esta poblacin de xenos. Tenamos que destruirla.

    El teniente se ri de m. Trat de explicrselo de nuevo y me interrumpi; esta vez con

    expresin severa. Me dijo que no saba cunto tiempo bamos a estar perdidos en

    aquella roca y que, gracias al dios que protege a los soldados ateos, haba dado con una

    forma de mantener vivo a su batalln en mitad de un asalto zerg. Iba a quedarse donde

    estaba y esperar a que llegara la caballera. Deje la ciencia para los cientficos,

  • soldado.

    Eso me doli. Aunque no se lo crea, me doli. Llevaba aos intentando distanciarme de

    mi padre y su mundo de ensoaciones intelectuales, y ahora ansiaba esa comprensin.

    Esa perspectiva. Estaba literalmente inmersa en el centro de lo que poda ser el siguiente

    paso evolutivo de toda una especie y me faltaban las herramientas, la formacin y el

    apoyo para hacer nada de provecho.

    Capitn Gentry:

    Y qu hizo?

    Soldado Ayers:

    Hice lo que pude. Esper hasta que termin el siguiente ataque y salt al otro lado de la

    barricada.

    Capitn Gentry:

    A por un poco de investigacin de campo?

    Soldado Ayers:

    Exactamente.

    Todos los dems soldados empezaron a gritar, pude or que la soldado Delme llamaba al

    teniente. Algo sobre otra loca que se suicida. Sonre ante su preocupacin. Si el

    patrn se mantena, el siguiente ataque no llegara hasta la maana siguiente como

    pronto.

    Para cuando mis pies tocaron la arena el teniente ya haba alcanzado la parte superior

    del muro y me estaba gritando. No le prest atencin y me puse a trabajar, recogiendo

    muestras de los cadveres. Lo hice rpidamente con los lseres quirrgicos atenuados de

    mi armadura y tena el C-7 a mano por si los zergling no estaban tan muertos como

    parecan.

    Cuando ya tena una buena cantidad de muestras, el teniente Orran haba levantado la

    puerta y me esperaba dentro, furioso.

    Qu iba a hacer? Pegarle un tiro a la nica mdica del planeta? Me grit una hora

    entera y me puso en confinamiento. En cuanto se cerr la puerta me puse manos a la

    obra y convert mi habitacin en un laboratorio improvisado. La mayor parte del equipo

    que necesitaba se poda adaptar del instrumental de mi armadura, as que en cuestin de

    una hora ya estaba realizando anlisis comparativos con la carne de nuestros atacantes.

    Capitn Gentry:

    Construy un laboratorio con su armadura? Una vez ms, estoy impresionado, soldado.

    Soldado Ayers:

    Los mandamases como usted creen que los soldados como yo somos todos unos gorilas

    descerebrados, verdad? No se esperaban que descubriramos lo que estaba pasando?

    Capitn Gentry:

    Lo que estaba pasando? No s qu insina, soldado, pero le sugiero que contine con

    su informe.

    Soldado Ayers:

    Claro. El laboratorio no era nada del otro mundo, solo lo justo para realizar algunos

    experimentos bsicos. No tard mucho en localizar la mutacin, incluso con mi poca

    formacin. Ya sabe que la ciruga de trasplantes en humanos se centra en combatir el

    rechazo fsico del cuerpo del anfitrin al rgano extrao. Pues imagnese cuando las

    clulas nuevas son de una especie totalmente distinta.

  • El tejido conectivo de los zergling, esa sustancia dura y correosa que une el

    exoesqueleto de los zerg al tejido muscular, estaba cubierto de ampollas. Todas las

    muestras que recog mostraban cierto nivel de hinchazn y agitacin debido a las

    pstulas bulbosas que se amontonaban sobre ellas.

    Mi siguiente descubrimiento me pill totalmente por sorpresa. La carne alterada tena

    un olor caracterstico a pimienta. Un olor al que me haba acostumbrado con cada

    comida desde que llegamos a Sorona.

    Capitn Gentry:

    El mismo olor que

    Soldado Ayers:

    No poda entender por qu los zerg querran absorber moho local en su popurr de

    propiedades genticas.

    A lo mejor no era intencionado. Una infeccin aliengena causada por algas

    malignas? Ja. Dudaba que nada pudiera atravesar las biodefensas de estos monstruos,

    pero era una posibilidad. Decid diseccionar una de las ampollas ms pequeas, un

    espcimen horrible del tamao de la yema de mi dedo. Cargu el lser mdico y realic

    una pequea incisin.

    Capitn Gentry:

    Y?

    Soldado Ayers:

    Y me despert dos horas despus en la baha mdica con la piel ardiendo. El teniente

    Orran estaba al lado de mi camilla, muerto de preocupacin. Me dijo que haba venido

    corriendo al or la granada y que me haba encontrado bajo una pared derrumbada en la

    habitacin de al lado. Entonces baj la mirada y vi lo que quedaba de mi traje. Toda la

    parte izquierda pareca una vela que se ha dejado al lado de una llama: las placas de la

    armadura se haban fundido. El teniente me dijo que la prxima vez que quisiera

    suicidarme antes me quitara la armadura. S, es un gracioso.

    Le ped que me llevara a mi habitacin. O bien el teniente Orran senta lstima o bien

    haba desistido de pelearse conmigo, porque me cogi del brazo y me arrastr o me

    llev en volandas desde la baha mdica. No quedaba nada de mi habitacin: las paredes

    haban estallado en todas direcciones. Tena suerte de estar viva.

    Esto no ha sido una granada, le dije al teniente. Ha sido una ampolla.

    Se ri, convencido de que me haba vuelto loca. Le ped que me explicara cmo era

    posible que hubiera encontrado una granada de cido en mi habitacin. Supuso que la

    haba construido con piezas de mi traje, haban encontrado trozos de mi laboratorio

    improvisado repartidos por los escombros. No le culpo. Quin se iba a creer mi historia

    sobre las malvadas pstulas aliengenas?

    Al final me confinaron a otra habitacin con la vigilancia constante de la soldado

    Delme. Primero me salieron ampollas, se me agriet la piel y luego se me empez a

    pelar. Todava puede verme marcas en la mano. Le cont mis preocupaciones a la

    soldado, la necesidad de retransmitir lo que estaba pasando. Le dije que quiz la noticia

    de una nueva mutacin zerg convencera a alguien para que nos escuchara.

    Asinti, sonri y se concentr en limpiar su arma. Delme debi de limpiar esa estpida

    cosa una docena de veces los das siguientes.

    Capitn Gentry:

  • Mientras tanto, sus tropas seguan sufriendo ataques diarios de los zerg, es correcto?

    Soldado Ayers:

    Los zerg? Oh, no. Dejaron de venir.

    Capitn Gentry:

    Dejaron de venir?

    Soldado Ayers:

    S, seor. Un ltimo asalto la maana siguiente a mi accidente y luego nada. Delme me

    dijo que todo el mundo abrigaba un precavido optimismo y yo tambin me atrev a tener

    esperanza. Quiz s era una especie de infeccin milagrosa que haba acabado con los

    zerg. Le debamos la vida al moho de Sorona?

    El teniente Orran cedi despus de unos das y me dej salir del confinamiento. No s

    quin se sinti ms aliviada, si la soldado Delme o yo. Pas otra semana sin incidentes y

    el teniente decidi a arriesgarse a enviar un equipo de exploracin. Eligi a tres

    soldados de entre un mar de manos alzadas. Todos suframos claustrofobia despus de

    tanto tiempo en esa maldita cua.

    Encontr algunas herramientas y me puse a reparar mi pobre traje derretido. Consegu

    liberar las juntas de las piernas lo bastante como para poder volver a ponerme ese trasto.

    Con zerg o sin ellos, prefera andar en mi traje de combate modificado. Ya no era la

    loca que se crea cientfica, era una mdica del Dominio. Un moho infeccioso haba

    acabado con la visin que tena mi padre de la naturaleza como una carterista astuta.

    Capitn Gentry:

    Ya, ya. Qu encontr el equipo de exploracin?

    Soldado Ayers:

    Todos sentamos curiosidad, hasta los civiles se acercaron cuando volvi el equipo con

    la esperanza de or que ya no habra ms ataques. El teniente Orran decidi romper el

    protocolo y escuchar el informe delante de la gente.

    Les pregunt si se haban encontrado con alguna hostilidad. Los tres soldados se

    miraron y sonrieron. El soldado Godard hasta se ech a rer. Dijeron que se haban

    encontrado con un valle entero lleno de zerg enfermos y moribundos. Afirmaron que las

    bestias estaban hinchadas con alguna infeccin, que no se podan mover.

    El soldado Evans dijo que se haban pasado la tarde vaciando sus cargadores sobre

    esos pobres cabrones.

    Los civiles estallaron en gritos de alegra y el teniente Orran luca una gran sonrisa. Era

    la primera vez en mucho tiempo que las paredes de aquel can reverberaban con algo

    parecido a la esperanza. Pero algo que haba dicho el soldado me son raro. A lo mejor

    le haba odo mal. Tuve que gritar para hacerme or.

    Le pregunt si de verdad haban vaciado todos sus cargadores. Le pregunt cuntos

    zergling enfermos haban visto. Evans sonri y se encogi de hombros. Dijo que no

    estaba seguro, pero que el valle estaba lleno de ellos.

    Me invadi una ola de fro. Algo iba mal. Muy mal. Una enfermedad infecciosa resulta

    en una poblacin con menos descendencia, no ms. Los zerg no estaban muriendo.

    Haban encontrado su mutacin. Estaban produciendo una nueva cepa y la cua estaba a

    punto de estallar.

    Me di la vuelta y ech a correr. El teniente Orran me llam, confundido por mi reaccin.

    Tena que llegar a la estacin de comunicaciones, tena que intentar enviar un mensaje.

  • No recuerdo cunto corr, pero llegu a la estacin justo cuando las primeras

    explosiones empezaron a resonar por Cask.

    (Otra pausa larga.)

    Capitn Gentry:

    Soldado?

    Soldado Ayers:

    Ya sabe el resto, o al menos la mayor parte. Recibieron mi mensaje. Vinieron. Con la

    motivacin adecuada llegaron con toda una flota de cruceros de batalla en solo cuatro

    das. Cuatro putos das! Llevabais meses escuchando cmo se mora esta colonia y no

    movisteis un maldito dedo hasta que tuvimos una maravillosa informacin militar para

    vosotros, monstruos!

    Capitn Gentry:

    Le pedir una vez ms que termine su informe, soldado. Est en terreno pantanoso.

    Soldado Ayers:

    El resto de mi informe? Quiere saber lo que pas durante esos cuatro das? Vi cmo

    un muro que defendimos durante seis meses se disolva bajo una ola de cido. Vi cmo

    un batalln de soldados daban su vida uno a uno intentando detener una horda sin fin de

    xenos verdes hinchados que se acercaba ms y ms con cada detonacin. Vi cmo los

    ltimos rayos de esperanza desaparecan de los ojos de esos soldados cuando lleg la

    siguiente generacin de zerg explosivos: criaturas que haban adquirido la capacidad de

    convertirse en bolas y rodar por el terreno ms rpido de lo que puede correr un soldado

    armado.

    Y por ltimo Por ltimo vi morir a toda una colonia de civiles, gritando lentamente

    mientras esta nueva cepa de zerg destrua Cask centmetro a centmetro, con una serie

    de explosiones que retumbaba por toda la cua.

    Capitn Gentry:

    Ha terminado su informe?

    Soldado Ayers:

    He terminado mi informe, s. Ya s que he divagado y que no le he mostrado el respeto

    que se le debe a un superior. Tambin s que no voy a ver el final de este vuelo y que

    usted es solo el primero y el ms amable de los interrogadores del Dominio que vendrn

    a visitarme. Lo he sabido desde que me subi a bordo con el teniente Orran. l tampoco

    volver a ver la luz del da, verdad?

    Capitn Gentry:

    Si eso es todo, soldado, puedo escoltarla

    Soldado Ayers:

    Desde luego que no es todo. A lo mejor me has estado escuchando con suficiente

    atencin como para saber lo que es esto.

    (Se oye una exclamacin y una silla que se echa atrs.)

    S, he trado una muestra para tus laboratorios, Doc. Es bastante ms grande que la

    yema de mi dedo, no te parece?

    Sintate. Sintese, seor. Si vuelves a levantarte, pondr est habitacin en rbita.

    Apenas pude sobrevivir a una explosin con la armadura puesta y aquella pstula no era

    ni la mitad de grande que esta. Eso es, estate quieto.

    Qu ansioso estabas por recibir mi informe. A lo mejor deberas haberme sacado de esta

  • vieja armadura, no? O registrar mis tubos de almacenamiento en busca de sustancias

    extraas, o al menos desactivado mis lseres? Una estpida mdica de campo nunca se

    volvera violenta, nunca sospechara

    Capitn Gentry:

    (Susurra a su solapa) Aqu Gentry, necesito seguridad en la sala de interrogatorios 7E de

    inmediato.

    Soldado Ayers:

    Llama a seguridad todo lo que quieras. No tardaremos mucho.

    S que osteis nuestras splicas, cabrones. Que llevabais escuchando todo el tiempo. S

    que querais averiguar cunto poda resistir una poblacin civil ante una incursin. Y s

    que querais saber cmo gestionara la conocida adaptabilidad de los zerg un problema

    insuperable. He ledo el entusiasmo en tus ojos cuando recibas estos datos, hijo de puta

    enfermo y asesino. Bueno, pues tengo malas noticias para ti.

    Vi algo ms durante esos cuatro das. Vi a los zerg retirarse cuando haban dominado la

    cua y destruido la colonia. El teniente y yo vimos a las criaturas darse la vuelta y

    marcharse de las ruinas humeantes de Cask, las vimos desde nuestro escondite en la

    falda del acantilado, donde nos encontrasteis. Se fueron porque haban terminado con su

    experimento. Haba sido un xito.

    Creais que vosotros experimentabais con ellos? Ellos estaban experimentando con

    ellos mismos. As crecen, as se hacen ms fuertes.

    Y durante las ltimas veinticuatro horas antes de que llegara vuestra flota, escuchamos

    los enormes caones de esporas que haban colocado en las montaas de los

    alrededores. Caones que podan haber apuntado a Cask en cualquier momento, date

    cuenta. Pero eso habra arruinado el experimento. No, los caones disparaban esporas al

    espacio, sin duda en direccin a otros planetas zerg. Estaban compartiendo lo que

    haban aprendido con el resto del Enjambre. S que haca aos que no se registraba

    actividad zerg en el espacio terran. Pero espero que estis preparados para el siguiente

    encuentro. Vienen los zerg. Son la naturaleza misma, con toda su furia.

    Esto sigue grabando? Bien.

    Pap tena razn, doctor. La naturaleza no se limita a adaptarse. La naturaleza hace

    trampas, cambia las reglas y se escurre por la puerta de atrs con tu cartera antes de que

    te hayas dado cuenta de lo que pasa. Ahora apaga la grabacin y levntate.

    (La grabacin reproduce una larga pausa, una exclamacin y una explosin hmeda.

    Luego pasa a esttica).

    --- 1---

    Espejismo

    Siempre eran los malditos idiotas de Kel-Morian. En esta ocasin, estaban

    en medio en uno de los momentos ms oscuros de la humanidad: dos

    amenazas aliengenas estaban causando estragos en el Sector Koprulu y los

    de Kel-Morian se dedicaban a amenazar los intereses mineros del Dominio.

    S, los de KM eran el motivo por el que Walden Briggs se encontraba en esta

    rida colonia lunar dedicada a la minera sobre la rbita de Roxara y, al

    parecer, a aos luz de Korhal IV o de cualquier otra cosa que se pareciera

  • por asomo a lo que l consideraba civilizacin. O al menos eso es lo que l

    pensaba mientras caminaba hacia las cuevas repletas de minerales que

    quedaban a unos ocho kilmetros junto con otros cuatro soldados del

    escuadrn Zeta, engalanados con armaduras pesadas de potencia CMC-300.

    La luna de Roxara era el lugar menos pintoresco de la galaxia,

    no haba ms que polvo y rocas bajo un interminable lienzo de estrellas

    parpadeantes. Bueno, nada ms que polvo, rocas, estrellas y un montn de

    codiciados recursos.

    Oye, Jenkins dijo Hendrix con una voz que sonaba hueca a

    travs del sistema de comunicacin de su casco. Tengo uno para ti.

    Ya estamos otra vez interrumpi Wynne con su oscura

    carcajada como de costumbre.

    Ms vale que este sea gracioso dijo Jenkins mientras

    observaba la enorme llanura que se extenda ante l. A lo lejos, poda ver

    refineras y otras estructuras en distintas fases de construccin. Pareca

    una ciudad de esqueletos y andamios inacabados: la estructura sea de lo

    que podra haber sido.

    Basta de charla, chicos. Este es amarillo. Puede que esta vez

    sea algo. Walden saba qu reaccin iba a obtener incluso antes de decirlo.

    Nada acerca de esta misin pareca tener sentido para ninguno de ellos y l

    lo saba.

    Oh, no, el Sargento dice que este puede ser un gritn. Qu

    vamos a hacer? El sarcasmo era evidente en la voz de Hendrix.

    Cllate, Hendrix! contest Walden bruscamente.

    Vamos, Sargento, reljese. No ha habido ni un ataque zerg en

    cuatro jodidos aos, tampoco ha habido nadie que haya visto a los protoss y

    los cabrones de Kel-Morian no son una amenaza real para nosotros despus

    de todo lo que hemos pasado. Vaya, de no ser as, habran enviado algo ms

    que el escuadrn Zeta y la basura desfasada de la Confederacin a la que

    llamamos armas y armaduras continu Hendrix.

    Llamarlo basura desfasada es quedarse corto. Eso es un

    cumplido para la bazofia que tenemos. Eso quiere decir que, en algn

    momento, nuestros cacharros sirvieron para algo aadi Jenkins mostrando

    una de sus sonrisas de ganador.

    A qu te refieres con quedarse corto? pregunt Wynne,

    riendo.

    Para empezar, no s cmo os dejaron entrar en el puto

    ejrcito intervino Brody, la fuerza bruta del grupo. Ahora, escuchad al

    Sargento y cerrad el pico antes de que os pegue un tiro. Brody siempre era

    el hombre ms intimidante de cualquier grupo del que formara parte y lo

    saba.

    Tampoco era un chiste tan bueno dijo Hendrix tmidamente.

    A Walden le gustaba tener a Brody cerca.

    Esos sacos de escoria de Kel-Morian pueden no parecer mucho

    comparados con los zerg, pero eso no quiere decir que sus agentes no

  • puedan sabotear nuestras operaciones mineras aqu dijo Walden. Adems,

    tenemos rdenes y vamos a seguirlas como buenos soldaditos obedientes,

    me os?

    S, s, seor respondi Jenkins con un destello de sarcasmo

    brillando en sus oscuros ojos.

    La misin era simple. Cinco miembros del escuadrn Zeta

    deban dirigirse a la cueva minera del Cabo de Binion para asegurarse de que

    no haba ningn agente de Kel-Morian conectando dispositivos nucleares a

    los procesadores en su interior. Bastante fcil, aunque un uso poco comn

    del personal militar. Para cuando los Zeta llegaron a la entrada de la cueva

    se filtraban los ltimos vestigios de luz del da. Las alargadas sombras de

    los soldados se estiraban convirtindose en gigantes, aferrndose

    desesperadamente a los ltimos momentos de luz solar antes de

    desvanecerse en la oscuridad que todo lo consume.

    No tenemos escneres para esto, jefe? Quiero decir que no

    tiene mucho sentido que nos enviaran hasta aqu para explorar una cueva.

    Hendrix se asom a la cueva.

    -Mira, si hay alguien de KM aqu abajo, enviaremos un mensaje a

    Moria de que no estamos jugando. Es cierto que no es muy normal, pero yo le

    veo la lgica dijo Brody con severidad.

    No s. Hendrix tiene razn, Brody, esto es raro aadi

    Jenkins.

    Walden saba que Hendrix y Jenkins tenan razn. Esta era una

    tarea poco comn para un escuadrn de soldados a los que haban sacado del

    servicio desde otro planeta que se encontraba a un tiro de piedra. Pero, a

    pesar de eso, la nica cosa en la que Walden tena fe era el Dominio. Era la

    nica cosa que defenda, la nica en la que saba que poda confiar. Claro que

    estaba al tanto de la chusma que vea al emperador Arcturus Mengsk como a

    un tirano. Saba todo lo necesario acerca de la escoria terrorista como Jim

    Raynor y sus Asaltantes. Pero nada de eso tena sentido para l. Corran

    tiempos oscuros, temibles, tiempos que daban ms miedo que cualquier

    violacin de la libertad civil. En estos tiempos era necesario un lder

    severo como Mengsk.

    Cuando Walden escuch hablar de Chau Sara por primera vez,

    tantos aos atrs, tuvo la sensacin de que el corazn se le sala por la boca.

    Estaba en Tarsonis. El cielo era azul. Perfecto. Estaba en el parque Bennet,

    sentado en un banco leyendo un artculo en su telfono. Era un texto

    insignificante sobre una DJ que haba salido de los barrios bajos del oeste

    de la ciudad de Tarsonis y se haba convertido en uno de los reclamos para

    los clubes ms importantes del planeta. Hasta recordaba su nombre, DJ

    Atmosphere, y aquella foto en la que le miraba; una belleza de pelo oscuro

    con un rmel azul abrumador. Entonces apareci un texto rojo parpadeante

    sobre su cara: Chau Sara incinerado por una raza aliengena todava

    desconocida. Recordaba lo surrealista que le haba resultado incluso

    mientras lea las palabras. Raza aliengena? Incinerar?

  • Y entonces se dio cuenta de la gravedad del asunto.

    Literalmente. Sus rodillas se rindieron y cay del banco del parque sobre la

    hmeda hierba. Conoca a alguien que se haba mudado a Chau Sara haca

    poco tiempo, Rudy Russell, un colega de la infancia que se haba convertido

    en mecnico de satlites Un colega que haba sido incinerado.

    El miedo no tard en filtrarse: la ansiedad de que cualquier

    lugar poda ser el siguiente y nadie estaba a salvo. Ese miedo se convirti en

    ira que llenaba su cuerpo como si alguien hubiera vertido una taza de caf

    en sus venas. Aos despus se preguntara si ese acaparador de titulares,

    Jim Raynor, haba sentido aquella ira. El desacuerdo con el gobierno era un

    lujo que podran permitirse cuando la gente ya no temiera las palabras

    zerg y protoss.

    As que no importaba lo poco comn que pareciera esta misin,

    Walden no iba a cuestionar sus fundamentos.

    Jenkins, no te pagan por dudar. Te pagan por matar. Lo

    pillas? Vamos! dijo Walden caminando hacia delante

    Vaya, Sargento, ni siquiera saba que la msera cantidad de

    dinero que me dan se consideraba una paga.

    Jenkins sonri, encendiendo las luces incrustadas en su

    armadura. Brody empuj a Jenkins desde atrs. Jenkins saba que no era

    inteligente devolvrselo.

    Se haban separado en dos grupos de dos, y Hendrix, uno de los soldados

    especialista en reconocimiento, solo. La cueva era hmeda, e incluso dentro

    de sus CMC presurizados el aire se espesaba con el olor del musgo kladdical,

    una planta acre que creca en la luna y asfixiaba las paredes de sus

    cavernas.

    Llevaban cosa de una hora buscando, cada uno de ellos

    siguiendo con cuidado el mapa digital que les guiaba por el cuadrante que les

    haban asignado. Todos estaban a punto de llegar a la conclusin de que la

    cueva estaba vaca.

    Bandai siete a Gallo todo limpio por aqu, Sargento dijo

    Wynne mientras sus luces rastreaban la oscuridad ante l mostrando poco

    ms que un VCE sin estrenar. Excepto por ese olor. Recurdeme que no

    vuelva a entrar en una cueva llena de esta basura.

    Ya me asegurar yo de eso, cielo dijo Brody golpeando el

    hombro de Wynne. Pero si yo pensaba que eras t Venga, vamos. Todo

    despejado.

    Recibido dijo Hendrix a travs del comunicador. Todo

    despejado aqu tambin.

    Walden y Jenkins continuaron por un lado distinto de la cueva.

    Walden siempre tena una asombrosa cara de pker, una con la que Jenkins

    saba que era mejor no meterse, pero en aquel momento Jenkins poda ver a

    travs de ella. Las pobladas cejas negras de Walden estaban fruncidas,

    como si intentaran agarrarse una a la otra. . Confusin! S, eso es lo que

    transmita esa mirada, pens Jenkins. El Sargento est tan confundido como

  • el resto de nosotros sobre por qu estamos aqu.

    Walden apret la mandbula y se dio cuenta de que Jenkins

    estaba intentando analizarlo. No me mires as. Algrate de haber

    conseguido unas vacaciones con todos los gastos pagados en la luna de

    Pero el sonido de rocas cayendo sobre la tierra le interrumpi

    repentinamente. Quietos, chicos. Puede que haya uno vivo aqu.

    Seal trmica! grit Jenkins apuntando con su rifle gauss en

    direccin al ruido. A las doce, en ese agujero. Quiz tengamos a uno de KM

    despus de todo. Sal, chaval, porque, creme, no quieres que vaya a por ti.

    Lo que quiera que fuera que estaba desparramando las rocas se

    mova deprisa. Los dos soldados continuaron hacia delante. Zeta, reunin en

    este punto a mi seal.

    S, seor dijo Brody respirando fuertemente sobre el

    comunicador.

    El ritmo cardaco de Walden estaba por las nubes. Haba

    escuchado que los espas de Kel-Morian a menudo se armaban con

    detonadores nucleares y se volaban a s mismos por los aires al ser

    capturados, llevndose a todo el mundo por delante. Salvajes.

    Los soldados permanecan callados debido a la expectacin: en

    sus odos solo retumbaba el sonido de sus corazones. Walden respir hondo

    y dio un paso hacia delante.

    Y ah estaba: una sombra arqueada sobre la tierra. Sin previo

    aviso, Jenkins dispar una rfaga de espinas supersnicas. Muere, hijo de

    El resto qued ahogado por el pesado sonido explosivo de los disparos.

    Alto el fuego Alto el fuego! interrumpi Walden. Jenkins

    solt el gatillo.

    Alerta cancelada. Walden apunt con su luz a lo que estaba

    disparando Jenkins: una gruesa babosa, grande, viscosa y autctona de las

    cuevas de las lunas de Roxara. Ahora no era ms que picadillo de carne.

    Buen disparo, Jenkins coment Walden. Despus dijo por su

    comunicador: No era ms que una de esas babosas z. Crea que haban

    acabado con todas las formas de vida antes de empezar a excavar Nada de

    qu preocuparse.

    Diablos. La pobre cosa se ha cruzado con los soldados

    equivocados dijo Jenkins intentando disimular su bochorno.

    Idiota. Wynne se rio por el comunicador.

    Vale, chicos, reagruparos en alfa nueve tango. Parece que

    podremos volver a casa pronto y cenar unas magnficas ratas del Dominio. El

    Cabo de Binion est oficialmente limpio. Ratas era el trmino carioso para

    raciones, la comida envasada que todo el mundo en el cuerpo de soldados

    estaba obligado a aceptar como comida.

    Por qu no fremos algunas de esas babosas z en su lugar?

    Esa jodida cosa tiene que saber mejor aadi Wynne. Su risa, esta vez, fue

    contagiosa.

    Hendrix ya les estaba esperando fuera con su corpulenta figura deformada

  • por el brillo fantasmagrico de la luz planetaria de Roxara.

    Vaya, qu situacin ms extraa dijo Brody con aspereza. Se

    me hace raro que no seas el ltimo como de costumbre, arrastrando tu vago

    trasero.

    Hendrix tan solo le mir. Wynne rio socarronamente detrs de

    Brody. Joder, no ha llegado puntual ni una vez en su vida.

    Al fin Hendrix sonri y dijo: Chistes crpticamente, antes de

    bajarse el visor y cubrir su cara.

    Quizs s se pueda ensear nuevos trucos a un perro viejo

    Vale, hemos terminado aqu. Jenkins, tienes el informe de datos?

    pregunt Walden.

    Correcto, seor.

    Moveos. Nos espera un agradable paseo bajo las estrellas.

    Walden inici el regreso.

    Los soldados formaron una nica fila guiada por Walden como si

    fuera la cabeza de una oruga de neoacero azul arrastrndose bajo la noche

    desolada de la luna.

    Oye, Hendrix, no tienes ningn chiste para nosotros?

    pregunt Wynne riendo como un colegial travieso esperando a ser regaado.

    Puto Wynne dijo Brody.

    Vaya, perdname por preguntar.

    El centro de mando se alzaba en la distancia y, despus de una

    caminata de ocho kilmetros, a Walden le pareci una de las vistas ms

    bellas que jams hubiera contemplado. Una vez dentro, el escuadrn Zeta

    realiz la rutina habitual: comprobaciones de seguridad, quitarse la

    armadura y sentirse aliviados.

    Vale, seoritas. Descansad. Nos vamos a las 2700. Enviar los

    datos a los mandos. Todos bromearon como de costumbre antes de irse por

    caminos separados. Eran una familia, disfuncional, pero una familia al fin y al

    cabo.

    Crees que este centro de mando tendr pker? pregunt

    Wynne.

    Apuesto a que s. Si t juegas, yo tambin Me vendra bien un

    aumento esta semana contest Jenkins.

    Todo el mundo estaba de buen humor a pesar de la extraa

    misin. Bueno, en realidad no. De hecho, Hendrix no haba hablado mucho.

    Ahora que se haba marchado, empez a ocupar los pensamientos de Walden

    mientras caminaba por los corredores metlicos. No es habitual en l estar

    tan callado. Por qu no me he dado cuenta antes? Debera hablar con l por

    la maana. A lo mejor la misin le ha asustado. Un buen sargento necesita

    conectar con sus hombres y estar dispuesto a ablandarse de vez en cuando.

    Pero esa lnea de pensamiento pronto se desvaneci cuando

    abri la puerta de su camarote. Le gustaba que, para variar, hubiera literas

    dentro del centro de mando. No haba nada como la sensacin de la hora

    despus de haberse quitado el traje CMC-300 despus de todo el da. Era

  • como renacer.

    Walden estaba en calzoncillos y camiseta, tendido en algo que podra

    considerarse una cama, viendo la UNN, la red de noticias del Dominio en una

    holopantalla. Poder estirar las piernas sin la molestia del neoacero segua

    resultando agradable, pero no estaba tranquilo, ni mucho menos. La

    reportera de la UNN, Kate Lockwell, estaba contando una noticia acerca del

    acto terrorista ms reciente de Jim Raynor en Halcyon. El muy cabrn haba

    volado un colegio, en nombre del desafo contra lo que l llamaba un

    gobierno imperial corrupto que explota a sus propios ciudadanos. Cmo

    poda un hombre vivir consigo mismo despus de hacer algo as? Yo elegira

    un rgimen imperial antes que uno terrorista sin dudarlo Y pensar que

    algunos le llaman hroe. La cara de Raynor apareca en la pantalla. Pareca

    diferente del hombre que apareca en los objetivos de los campos de tiro

    del Dominio. Se haba dejado el pelo largo y el peso de los aos que haba

    pasado a la fuga haba hecho mella en su rostro: pareca mayor, quiz ms

    triste.

    Un fuerte grito oblig a Walden a incorporarse. No haba odo

    un grito como ese desde los ltimos das de la Guerra de Razas. Das que

    prefera olvidar. Salt de su cama justo a tiempo para contestar a los golpes

    contra su puerta.

    Brody cay sobre l en un charco rojo. Su estmago estaba

    rajado y la sangre caa, sangre y tripas literalmente. Su cara estaba plida y

    se agarr desesperadamente a la camisa de Walden hasta que se rasg.

    Oh, joder, joder, joder. Aguanta, Brody! Aguanta! Walden se

    arrodill, abrazando al tembloroso cabo.

    Hendrix consigui decir Brody , Hendrix no es Hendrix.

    Es es

    Qu es, Brody? Qu?

    Zerg susurr mirando hacia arriba sin moverse. Zerg. El

    susurro se volvi ms dbil y su seca respiracin se detuvo.

    Zerg? Hendrix es un zerg? Aquello no tena sentido. Pero

    entonces Wynne y Jenkins llegaron corriendo por el pasillo.

    Sargento ncleo del reactor. Esa cosa est en el ncleo del

    reactor. Vamos. Ambos tenan fusiles de dardos y estaban totalmente

    decididos a atrapar a su presa. Sin pensar, Walden sali corriendo,

    olvidando su pistola.

    Tenemos que llevar a Brody a la enfermera! orden Walden.

    Es demasiado tarde, Sargento, no sobrevivir dijo Jenkins .

    Tenemos que asegurarnos de que nadie ms acabe as.

    Qu cojones estamos persiguiendo? pregunt Walden,

    jadeando y su ritmo cardaco en aumento.

    Hendrix no es Hendrix. Acabbamos de terminar la partida de

    pker cuando lo pillamos en la sala de operaciones buscando cdigos de

    seguridad. Jenkins estaba farfullando mientras corra al ritmo de un atleta

    profesional. Cuando le pregunt qu coo estaba haciendo, se gir, me

  • sonri y se fue. Le cog por el brazo y me dio un puetazo como no me lo

    haban dado nunca. No menta acerca de eso, la cara de Jenkins tena la

    parte superior de un ojo hinchada.

    Ech a correr. Brody Brody le hizo un placaje escupi

    Wynne. Entonces l joder l Hendrix cambi. No era ms que babas y

    tripas, como una persona del revs. l eso su mano se convirti en un

    hueso como una cuchilla y la us para apualar a Brody en el estmago.

    Pero Brody fue capaz de dispararle y le alcanz. Le hiri antes

    de que huyera aadi Jenkins.

    Dnde cojones estn los de seguridad? consigui decir

    Walden.

    Ponindose los trajes, Sargento. Escuchan la palabra zerg y de

    repente todo son CMC y gauss respondi Wynne. Esta vez su voz no

    contena ni el ms leve indicio de risa.

    La cabeza de Walden no paraba de dar vueltas. Cmo poda

    Hendrix ser un zerg? Qu le iba a decir a la mujer de Brody? De qu

    diablos estaban hablando?

    Estaban siguiendo un rastro de sangre esparcido por el suelo,

    pero no era sangre terran, de ningn modo. Se coagulaba en espesos trozos

    de caos protoplsmico que resultaban nauseabundos.

    Tenemos que atrapar a esa cosa antes de que escape dijo

    Jenkins mientras doblaban una esquina, siguiendo la biomateria a travs del

    corredor metlico hacia una puerta acorazada.

    Wynne abri la puerta rpidamente. Dentro, tirado en el suelo

    en un charco de sangre se encontraba el cadver reciente de un piloto de

    VCE. Sus ojos sin vida les observaban. Su barba estaba empapada por su

    propia sangre, y su expresin mostraba sorpresa y arrepentimiento.

    Se fue por aqu dijo Wynne siguiendo el rastro de materia

    hacia una trampilla.

    Sargento, qudese aqu y haga que los de seguridad vayan por

    aqu en cuanto lleguen. Nosotros iremos a por esa cosa insisti Jenkins.

    Lo siento, soldado. Eso no va a pasar orden Walden, aunque

    cada fibra de su ser no deseaba ms que asentir. Jenkins, esta es mi

    responsabilidad. T te quedas atrs y te aseguras de que seguridad sepa

    que Wynne y yo continuamos la persecucin en los tneles de procesado.

    Entrgame tu fusil de dardos.

    S, seor respondi Jenkins entregando el arma.

    Walden comenz a bajar la escalera que llevaba a las oscuras y

    vaporosas profundidades del ncleo del reactor liderando el camino.

    Los chillidos que llegaban desde abajo eran insoportables. SKRIIII,

    SKRIIII, SKRIIII! Era el sonido de un animal herido que buscaba un modo

    de salir, fuera cual fuera. SKRIIII! Vale, eso era un zerg. Walden haba

    pasado tiempo suficiente en las trincheras luchando contra esos monstruos

    como para saberlo.

    Sus pies descalzos tocaron el metal caliente del suelo. Sus

  • dedos chisporrotearon como si estuviera caminando sobre carbn ardiendo.

    Maldito proceso de fusin. Tosi, tragndose el vapor.

    Los zerg no estn hibernando como dicen, Sargento. Parece

    que ahora caminan entre nosotros. Wynne se movi hacia delante, con el

    fusil de dardos en alto esperando para reventar a la criatura en cuanto

    tuviera oportunidad. Pero sus palabras permanecieron. Parece que caminan

    entre nosotros. Por algn motivo aquello no pareca posible para Walden.

    SKRIIII! Vena de la izquierda? No, derecha. Espera!

    DELANTE! La criatura estaba cargando concienzudamente contra Wynne.

    Tena forma de humanoide, todava mantena muchos de los rasgos de

    Hendrix, pero incluso a travs del vapor se poda ver claramente que su

    cuerpo estaba mutando, cambiando, parte humano, parte zerg: pareca una

    persona que hubiera pasado por una picadora de carne y hubiera salido

    siendo medio insecto. Wynne dispar, pero solo consigui que la criatura lo

    tirara de espaldas antes de introducir su cuchilla de hueso en su tripa con

    un fuerte grito animal. Lo apual repetidas veces, retorciendo la cuchilla

    de hueso una y otra vez.

    Sargento! Oh, joder, eso duele. Dispare! Dispare! Quita de

    ah Sargento! Wynne grit, el dolor era insoportable.

    Walden estaba congelado, paralizado por lo que estaba viendo.

    Esto no puede estar pasando. Esto no puede estar pasando, joder! Le

    orden que viniera. Pude haberle ordenado que se quedara atrs.

    Ahhhhhhhhhh! grit Wynne.

    Entonces una punzada de racionalidad golpe a Walden y apret

    el gatillo. Pero no dispar al zerg, sino que dispar una aguja a la cabeza de

    Wynne, acabando con su sufrimiento. No poda permitir que Wynne muriera

    as. Apunt el fusil de dardos hacia el zerg, que ahora se estaba alejando,

    mezclndose con el vapor.

    La cara del zerg le devolvi la mirada. Pero ya no era la cara

    destrozada de Hendrix era la de Wynne. La cara de Wynne le mir, sus

    ojos quemaron el alma de Walden, acusndole. Walden no poda apretar el

    gatillo y matar a Wynne dos veces. De ningn modo. Todo lo que poda

    escuchar eran las atroces carcajadas de Wynne resonando en su mente. Y

    entonces la criatura se fue, desapareci en la niebla.

    Se senta como si su corazn estuviera intentando patear sus

    costillas. Shhh, pens, haciendo todo lo que poda para detener los rpidos

    jadeos que salan de su seca boca. Shhh. Tengo que mantener la calma. El

    control. Walden se haba hecho una bola, aferrndose al fusil de dardos

    como si fuera un salvavidas, como si su vida dependiera de l. Y quiz as

    fuera. Poda sentir el charco de sangre de Wynne, clida y hmeda, fluyendo

    hacia l.

    Estaba sobre l. Lo saba. Se estaba deslizando por las rejillas

    y arrastrndose hacia l. Dnde estaba el equipo de seguridad? El zerg

    estaba volviendo a por l. Bang. Clang. BANG! Poda ver desaparecer la

    entrecortada luz a travs de la rejilla y volver a aparecer cuando se mova

  • hacia delante. Se mova deprisa hacia l, como si supiera tan bien como l

    que ambos estaban atrapados y que solo uno de ellos saldra con vida. Se

    arm de valor cuando se acerc. Esto era para lo que se haba unido al

    cuerpo de soldados en primer lugar: para enfrentarse a aquello que le

    asustaba.

    Us toda su energa para levantarse, girarse y disparar una

    descarga con el fusil de dardos a travs de las rejillas en el momento en que

    estas cedieron y el zerg, con la mitad del aspecto de Wynne, cay sobre l.

    Haba sangre por todas partes. La cara de Wynne le mir

    directamente antes de mutar en materia protoplsmica carnosa. Walden se

    lo quit de encima y se levant. Entonces

    Sargento Briggs, est ah? pregunt una voz desde arriba.

    Correcto y soy lo nico que queda vivo aqu abajo.

    Para cuando Walden hubo subido la escalera hasta la baha principal del

    ncleo del reactor, estaba exhausto, emocional y fsicamente. No estaba

    exactamente preparado para afrontar lo que vio. Un equipo de cientficos

    del Dominio se encontraba all, con los brazos cruzados, preparados para

    saludarle como si hubieran estado esperando all todo el rato. Junto a los

    cientficos haba un escuadrn completo de soldados con blindaje de

    potencia y grandes rifles gauss. En el suelo, en un ocano de sangre, se

    encontraba Jenkins, muerto.

    Qu cojones est pasando aqu? dijo Walden, intentando

    evaluar la situacin. De dnde ha salido este escuadrn? No son de

    seguridad: son del cuerpo!

    Respire hondo, sargento Briggs. Acaba de prestar un gran

    servicio al Dominio. Eso a lo que se ha enfrentado es los que llamamos un

    mudaling zerg. La Reina de Espadas ha estado ocupada refinando las

    habilidades de su asquerosa especie.

    Usted usted conoca estas cosas? Qu cojones le ha

    pasado a Jenkins? Walden haba experimentado demasiado en las ltimas

    horas para dirigirse con el decoro apropiado al cientfico cuyo uniforme

    sealaba que era un oficial, un capitn.

    Vigile esa lengua, Sargento dijo uno de los soldados. Tena la

    feliz mirada de uno de los criminales resocializados que haban sido

    redimidos para su uso en el servicio militar. Walden siempre haba credo en

    el programa de resocializacin. El Dominio deca que era coger a criminales y

    otorgarles el don de la esperanza, un nuevo comienzo. Pero los soldados de

    aqu no parecan muy distintos de los criminales que se haba encontrado en

    el enfermizo barrio bajo de Tarsonis antes de que los zerg tomaran el

    planeta y mucho menos ahora que le apuntaban con sus rifles a l, a un

    sargento soldado que acababa de sobrevivir al infierno.

    Entregue su pistola, Sargento, solo queremos hacerle algunas

    preguntas acerca de su experiencia dijo el cientfico, tendiendo su mano.

    Necesitamos saber todo lo que podamos sobre estos mudaling. Pueden tomar

    el aspecto de nuestros soldados e infiltrarse en nuestras instituciones. Han

  • enviado impresiones psinicas que han llevado a nuestras tropas a creer que

    todo iba bien. Este es un enemigo muy peligroso, no cree? Uno acerca del

    cual debemos saberlo todo para garantizar la seguridad del Dominio. Sus

    registros indican una lealtad extrema Fue uno de los motivos por los que

    les elegimos a ustedes, al escuadrn Zeta. Ahora, por favor, la pistola.

    Qu le ha ocurrido a Jenkins? Walden pregunt de nuevo,

    apoyndose en la fra pared de metal tras l. Su cordura se estaba

    escabullendo lentamente.

    El cabo Jenkins ha tenido que ser neutralizado. Se estaba

    resistiendo ante un comandante. Voy a tener que pedirle una vez ms,

    Sargento, que entregue el fusil de dardos. El Capitn extendi la mano

    enrgicamente.

    No oh, no. Todo empezaba a tener sentido: la misin que

    pareca totalmente equivocada, Hendrix, la cueva minera que no estaba en

    funcionamiento durante la hora punta, todo. Todo esto era un

    experimento. Para poder ver cmo funcionan estas cosas?

    Bueno, no podamos usar resocializados, verdad? Tenamos

    que ver lo adaptables que son los mudaling. Sargento, el Dominio tiene que

    tomar decisiones difciles para proteger a su gente. Corren tiempos oscuros

    y hay que tomar medidas extremas. Sus palabras hirieron a Walden.

    Ahora, entregue

    BAM!

    Solo hizo falta un disparo para callarlo. Un disparo para

    detener las palabras que sonaban como una risa krmica. Durante toda su

    vida, Walden haba visto el universo en blanco y negro, era ms fcil as. El

    mudaling tena el aspecto de Hendrix. Como si fuera uno de nosotros. Este

    pensamiento le hizo sonrer mientras su cuerpo era acribillado con agujas de

    8 mm.

    Su cuerpo se estaba desgarrando mientras los soldados

    disparaban, pero, por algn motivo, la nica cosa en la que poda pensar era

    el reportaje de la UNN sobre Jim Raynor, que haba estado protestando

    contra las atrocidades del Dominio todo este tiempo. Fue ahora, cuando

    todo el universo se estaba oscureciendo, cuando Walden se dio cuenta de

    que las cosas no siempre son lo que parecen. El universo tena zerg que

    parecan hombres y hombres que eran mucho peores que los zerg.

    El cabrn ha matado al Capitn! dijo uno de los soldados.

    Joder, es una pena dijo uno de los cientficos ignorando al

    soldado. Nos habran venido bien unos cuantos datos ms de ese.

    No pasa nada dijo otro cientfico, limpiando las salpicaduras

    de sangre de su bata de laboratorio. Tenemos dos mudaling ms en estasis.

    El escuadrn Tau est a distancia de viaje.

    Que as sea dijo el primer cientfico, girndose para

    marcharse. Y limpiad este desastre.

  • ---2---

    Slo

    Amos supremos, somos nosotros. A Kerrigan, escuchamos nosotros. Las palabras de Nosotros,

    nos empujan.

    Se ha ido, Kerrigan. Enloquecimos, Nosotros. Enloquecimos nosotros, nacidos despus de la

    Creacin.

    Recordamos, algunos de nosotros.

    Los mundos ancestrales, recordamos nosotros. Las cras hambrientas, recordamos nosotros.

    El miedo, recordamos nosotros.

    A Nosotros, llamamos nosotros. Nos salvamos, Nosotros. Nos convertimos, nosotros.

    Larga vida tenemos, nosotros. El idioma del color y la mente, recordamos nosotros. Contar,

    pudimos nosotros.

    Lloramos, nosotros. Asesinados por los no-Nosotros, muchos de nosotros. Pero...

    No nos asesinaron, a Uno y Uno. uno, compaero de siglos atrs.

    Mientras nuestras mentes dorman, servimos nosotros. Juntos, cuando nuestras mentes

    regresaron, fuimos nosotros.

    En la lnea del horizonte, esperamos Uno y Uno.

    En un lado, el abrazo calmo de Nosotros. Regresar, Kerrigan. Lo sabemos, nosotros.

    Al otro lado, la locura.

    Soledad.

    Nos aferraremos a la lnea del horizonte, nosotros. Muerta, est nuestra especie. Muertas,

    estn nuestras cras.

    Los ltimos de nuestra especie, somos nosotros.

    Uno y Uno

    * * *

    Diez minutos antes de morir, Razek mir hacia el nuevo hogar de sus piratas escntidos con un

    dejo de logro supremo.

    Estaba de pie en la plataforma de observacin de la antigua Academia de fantasmas de

    Tarsonis, una estructura gigante de mrmol oscuro y reflectante por fuera y de neoacero por

    dentro. Los suelos resecos de la plaza de la ciudad enmarcaban la academia y el destrozado

    monumento que estaba al frente. Solo quedaban dos pies de piedra rotos sobre un pedestal,

    antao tributo a algn hroe de la ya extinta Confederacin.

    Cinco aos antes, los zerg haban llegado a Tarsonis, el mundo capital de la Confederacin.

    Miles de millones de personas haban muerto en pocos das a manos de los protoss y los zerg.

    Ahora Tarsonis era un mundo fantasma, un canal para los vientos que ululaban en los

    corredores de piedra fra y que corran entre los restos oxidados de los rascacielos que

    rodeaban la academia. La ciudad de Tarsonis era un lugar espeluznante, eso nadie lo dudaba,

    pero desde que la tripulacin salvaje del Dominio se haba marchado, no quedaba ni un alma.

    Razek sonri, frotndose la red de cicatrices que le adornaba la garganta. Ni un alma excepto

    por sus piratas, claro. Y unas pocas patrullas del Dominio. Muy pocas, diran algunos.

    Era evidente que la academia necesitaba refacciones. Los piratas solo tenan acceso al nivel A y

    los niveles superiores, aun cuando los ascensores bajaban hasta el nivel Z. Razek encendi un

    cigarrillo y expuls el humo entre los dientes. Qu secretos interesantes y valiosos habra

    escondido la Confederacin all abajo?

  • Razek parpade. Una mancha blanca traz una lnea a travs del cielo gris de Tarsonis; una

    lnea que gir y volvi directo a...

    Tante su comunicador justo cuando el evamed del Dominio, con los motores a toda

    velocidad, se detuvo abruptamente sobre los terrenos polvorientos de la academia. Ocho

    marines abastecidos de poderosas armaduras de CMC saltaron de la rampa de carga central.

    Los pies metlicos crujieron al contacto con la tierra.

    Sera y Bourmus, que vigilaban la entrada del tnel debajo de la estatua destruida, quedaron

    boquiabiertos. Solo Sera consigui tomar su pistola antes de que los cuatro marines ms

    cercanos se arrodillaran y los ocho juntos empezaran a disparar sus rifles Gauss al mismo

    tiempo. Las balas de los C-14 fulminaron a los dos guardias, que cayeron como una pila

    enmaraada.

    Haban pasado solo veinte segundos desde que Razek vio la nave de transporte. El

    comunicador, casi sin uso, le temblaba en las manos.

    Uno de los marines, con su armadura maltrecha y destrozada, rompi las filas y ech a correr

    hacia el tnel. Miles sali corriendo del tnel, chillando y con su cuchillo en la mano, como

    siempre. El marine le tom la mueca, la aplast y le parti el crneo de un revs. El cerebro

    del idiota sali volando y reg la tierra.

    Razek! grit Lom por el comunicador. Los Marines! Estn matando a todos!

    Todava no, pens Razek, mientras se diriga al ascensor y desenvainaba su lanzaagujas Gauss.

    Pero estoy seguro de que les vamos a dar una oportunidad.

    * * *

    Cuatro marines del Dominio avanzaron por el corredor oscuro de dos en dos, sus cuerpos

    bloqueando la luz solar que entraba por la puerta frontal. Los iluminadores del pecho brillaron

    y alumbraron la silueta de las puertas del ascensor que tenan delante con crculos de luz

    superpuestos.

    Un pirata plagado de cicatrices se abalanz hacia las luces como un stripper sin experiencia y

    dispar una rfaga rpida de agujas. Una municin dio en los servos de la pierna izquierda del

    marine. El soldado cay de rodillas sin soltar su C-14, y contraatac. Las pas empaladoras

    trazaron una lnea diagonal que cruz el pecho del pirata y cay, partido en pedazos.

    Entonces lleg el resto de los piratas, o bien por esa falta de valor que muchos confunden

    fatalmente con coraje, o bien por mera desesperanza. Un marine que estaba atrs arroj una

    granada que atraves la ltima embestida heroica de los piratas en direccin hacia las puertas

    del ascensor.

    Llamas y fragmentos de acero segaron todo el recorrido del corredor. Los piratas no se

    desintegraron. No precisamente.

    El sargento Bayton levant el visor de su casco. Gotas de sangre y otras cosas indescriptibles

    resbalaban por su cuerpo.

    Soldado Berry? dijo amablemente, mientras quitaba pedazos de pirata de las manos

    mecnicas de su traje. La tctica que ha usado es valiente y nica.

    Gracias, sargento!

    Por nada. La mayora de los marines dira que usar granadas fragmentadoras en combates

    de corta distancia es... una verdadera estupidez!

    Cuatro marines del Dominio avanzaron por el corredor oscuro de dos en dos, sus cuerpos

    bloqueando la luz solar que entraba por la puerta frontal. Los iluminadores del pecho brillaron

  • y alumbraron la silueta de las puertas del ascensor que tenan delante con crculos de luz

    superpuestos.

    Un pirata plagado de cicatrices se abalanz hacia las luces como un stripper sin experiencia y

    dispar una rfaga rpida de agujas. Una municin dio en los servos de la pierna izquierda del

    marine. El soldado cay de rodillas sin soltar su C-14, y contraatac. Las pas empaladoras

    trazaron una lnea diagonal que cruz el pecho del pirata y cay, partido en pedazos.

    Entonces lleg el resto de los piratas, o bien por esa falta de valor que muchos confunden

    fatalmente con coraje, o bien por mera desesperanza. Un marine que estaba atrs arroj una

    granada que atraves la ltima embestida heroica de los piratas en direccin hacia las puertas

    del ascensor.

    Llamas y fragmentos de acero segaron todo el recorrido del corredor. Los piratas no se

    desintegraron. No precisamente.

    El sargento Bayton levant el visor de su casco. Gotas de sangre y otras cosas indescriptibles

    resbalaban por su cuerpo.

    Soldado Berry? dijo amablemente, mientras quitaba pedazos de pirata de las manos

    mecnicas de su traje. La tctica que ha usado es valiente y nica.

    Gracias, sargento!

    Por nada. La mayora de los marines dira que usar granadas fragmentadoras en combates

    de corta distancia es... una verdadera estupidez!

    El sargento Bayton estir la mano y arrebat el C-14 de las manos del soldado Berry.

    No volver a tocar esto hasta que aprenda a disparar como un hombre, soldado.

    Pero...

    Sin ofender, sargento dijo el soldado Kell Daws, todava arrodillado por el disparo que

    haba recibido en la pierna. Berry tiene el mismo sentido de supervivencia que una polilla en

    un incendio, y el estallido de esas granadas es una hermosura. No es su culpa.

    Me alegra que piense as, porque acaba de ofrecerse como voluntario para ayudarlo a

    limpiar toda la porquera que qued en este lugar.

    Uf, no, sargento!

    El cuarto marine levant una mano mecnica. Algo gote de ella.

    El soldado Caston Gage levant su visor justo a tiempo, antes de abalanzarse contra un muro y

    vomitar.

    Berry levant la mano.

    Tambin tengo que limpiar eso, sargento?

    Atencin, escuadrn dijo Kell por el comunicador de su casco, fingiendo seriedad.

    Transmisin prioritaria. El soldado Gage ha expulsado talo, y es posible que est infestado.

    El sargento Bayton suspir y elev la mirada hacia los cielos impiadosos.

    Reclutas...

    * * *

    Despus de limpiar el lugar, los marines abandonaron sus armaduras e iniciaron el largo

    proceso de preparar los niveles superiores de la academia para que quedaran habitables.

    Pasaron diez horas. Limpiaron el pasillo de entrada de acuerdo con los estndares injustos del

    sargento. El gran comedor del segundo piso recibi un poco ms de atencin. Caston todava

    no haba superado su momento de debilidad.

    Se comi un disparo en el neoacero jur Kell. Fue asqueroso. Tuve que cubrirme los ojos

    con un pncreas...

  • Porque eres un experto en anatoma, bruto dijo el soldado Vallen Wolfe desde la cocina.

    Vallen era el nico en quien se poda confiar para cocinar.

    Tuve que taparme los ojos con algo que pareca un pncreas dijo Kell, mostrndole a

    Vallen su dedo favorito.

    Los reclutas (a quienes el sargento Bayton llamaba afectuosamente el "Escuadrn Bolsa de

    carne") haban sido enviados al planeta desierto para acuartelarse en la academia abandonada

    y pasar algunas semanas jugando juegos de guerra en los rascacielos y en las fachadas

    destrozadas de las tiendas. Bayton estaba feliz de tener una oportunidad real de participar en

    la guerra.

    Los marines eran reclutas novatos, pero sus trajes estaban fuertemente blindados y equipados

    con monitores de alta gama capaces de focalizar, detectar amenazas y apuntar. Los piratas

    jams haban tenido la ms mnima posibilidad de defenderse.

    Somos los reyes de la guerra dijo la soldado Hanna Saul, dando algunas palmadas al

    costado de la puerta mientras entraba.

    Reina, querrs decir dijo Berry alegremente. Adems de ser el ms joven de todos, era un

    estudioso de la xenobiologa. Haba entrado al Cuerpo para poder pagar el resto de su

    educacin.

    Gracias dijo Hanna, y encendi un cigarro apestoso. Si no me lo decas t, no lo

    recordaba.

    En el comedor no se fuma, carajo! grit Vallen, oculto tras el vapor de la olla.

    Un momento dijo Kell. Hanna retrocedi sobre sus pasos y miraba a Vallen con los ojos

    bien abiertos, sosteniendo el cigarro del lado de afuera de la puerta con insolencia. Nos

    estamos alejando del tema en cuestin.

    Caston, aferrado al barril del rifle francotirador Bosun FN92, alz la mirada hacia Kell.

    Hicimos mierda a esos piratas dijo Kell con inocencia, y luego articul un "Qu?" hacia

    Caston.

    Los trajes hicieron todo el trabajo dijo el soldado Dax Damen, mientras esquivaba el

    cigarro de Hanna. La manipulacin inexperta de los piratas y la granada de Berry haban

    devastado dos de los tres ascensores. Dax se haba pasado las ltimas seis horas

    restableciendo los generadores, reparando los sistemas elctricos y tratando de desbloquear

    la enmaraada red de seguridad de la academia.

    Estos trajes son una basura dijo Vallen. El Modelo 5-4 de Infantera Blindada que mi

    familia modific es...

    Espera un momento interrumpi Kell. Tu familia son los Wolfe, de Industrias Wolfe?

    Sabas eso, Hanna?

    S, claro dijo Hanna. Creo que recuerdo haberlo odo las otras quinientas veces que

    habl sobre el tema.

    Ja dijo Vallen, pero estaba sonriendo.

    Yo jams lo o dijo Caston, aliviado porque haba dejado de ser el blanco principal de las

    burlas.

    Posiblemente porque estabas ocupado vomitando dijo Kell.

    Vallen admira tanto a Mengsk... comenz Hanna.

    El Emperador Mengsk corrigi Dex desde un rincn.

  • Su Majestad, su Seora, el Emperador Eterno Mengsk Primero dijo Hanna, haciendo una

    seal de reverencia. Lo admira tanto que ha decidido abandonar su fortuna y unirse a los

    hombres comunes...

    Y mujeres dijo Berry amablemente.

    Gracias, Berry replic Hanna. Lo olvid otra vez. A los hombres y, por supuesto, a las

    mujeres comunes, y hacerse famoso en el campo de batalla. Luego, si logra cumplir su tarea,

    sacrificar un planeta entero para poder llegar a... Hola, sargento!

    No deje que mi presencia le impida hablar sobre su traicin, soldado Saul dijo el sargento

    Bayton mientras entraba al crculo de luz desde las sombras, en las profundidades del

    comedor. Incluso

    sin el traje puesto, el sargento era un hombre corpulento. Una cicatriz le divida el poco pelo

    que tena en la cabeza.

    Solo estaba bromeando, sargento dijo Kell, con una sonrisa dibujada en el rostro.

    No cree que ha defendido a demasiada gente hoy? respondi Bayton, levantando una

    ceja. Adems, qu carajo me importa? Ella tiene que cumplir servicio toda la vida, como yo.

    Eso le da algunos privilegios para quejarse, siempre que tenga cuidado con la forma en que los

    usa.

    El sargento sostuvo la mirada de Hanna durante un momento largo y sombro. Ella asinti con

    la cabeza, y Bayton olfate el aire.

    Huele a gloria aqu. Soldado Wolfe, es usted un ngel de la piedad. Dnde estn nuestra

    mdica y el soldado Drumar? Una expresin de horror le atraves el rostro. Espero que no

    estn juntos.

    No dijo Caston. Vi al soldado Drumar yendo a la plataforma de observacin. La cabo

    Sawn est en su habitacin.

    No me gusta esa mujer dijo Dax, y los marines, sorprendidos, se dieron vuelta al unsono.

    Era muy raro que Dax opinara. Haba sido resocializado por un delito ignoto al finalizar su

    conscripcin, y se rumoreaba que despus de eso no haba quedado mucho del viejo Dax.

    Nos habla como si ya estuviramos muertos.

    Si yo fuera ella, ustedes tampoco me agradaran dijo Bayton, recuperndose primero.

    Tener que volar con reclutas, despertarse cada vez que uno de ustedes, margaritas delicadas,

    se golpea el codo. Soldado Gage, vaya a ver a nuestro marine caprichoso. Nadie se puede

    saltear una comida en esta unidad!

    Caston se march. Se colg el FN92 a la espalda y reflexion. Hablarle a Bayton sobre cualquier

    cosa era la mejor manera de terminar como voluntario.

    * * *

    Caston cerr los ojos cuando el ascensor se elevaba, y apoy una mano contra la pared

    temblorosa. Haba sonredo siempre que corresponda y haba reaccionado siempre de la

    forma correcta. Ninguno de ellos lo haba visto.

    Golpe el muro una y otra vez, gritando dentro de la caja a prueba de sonido. Con cada golpe

    que daba, rogaba que la debilidad que lo invada abandonara su cuerpo.

    * * *

    Caston sali del ascensor, calmo y con una leve sonrisa. Pero podra haberse ahorrado el

    esfuerzo. El soldado Marc Drumar estaba mirando por la ventana ms prxima el oscuro

    paisaje urbano, donde los rascacielos destruidos se erigan como tumbas a la luz plida de la

    Luna.

  • Marc, dice el sargento que tienes que bajar a comer.

    No tengo hambre respondi Marc.

    Bueno, dice que no importa dijo Caston, efusivamente. Ya sabes cmo es.

    No me gusta replic Marc rpidamente.

    No es tan malo dijo Caston, desconcertado.

    No respondi Marc, y se dio vuelta para mirarlo. Estoy hablando de lo que pas hoy. La

    matanza. Pens que estaba listo, pero le dispar a esa mujer... La vi caer en pedazos.

    Un pozo glido se abri en el pecho de Caston. Sus manos comenzaron a temblar. Necesitaba

    decir algo para interrumpir la conversacin antes de que los llevara a un lugar peligroso.

    Era un parsito dijo. Mierda.

    Qu? respondi Marc frunciendo el ceo.

    Ella podra haberte matado. Intent matarte, Marc dijo Caston, tratando de llevar la charla

    a un lugar seguro.

    S, ya s... dijo Marc, y Caston se relaj.

    Pero estaba observando la ciudad... continu Marc. Y pensaba... Nos pasamos todo el

    tiempo peleando contra rebeldes, piratas, zerg, protoss. Nuestros mundos estn en ruinas y

    nosotros seguimos peleando. Para qu?

    Caston respondi explosivamente. Qu deberamos hacer? Hablar con ellos? Nos quieren

    exterminar, idiota.

    Marc parpade una vez. Despus de lo que te pas hoy, pens que entenderas.

    No soy un cobarde.

    Yo tampoco dijo Marc, tratando de congraciarse con la ira de Caston con calma y con un

    dejo de tristeza. Es solo que no quiero hacerlo ms.

    Caston se volvi y camin hacia la ventana sin cristal con el puo cerrado como una roca sin

    sangre. El viento ola a xido y descomposicin, y Caston lo dej entrar en sus pulmones.

    Luego lo expuls.

    Nuestros enemigos no son sensatos dijo. Mira este lugar, Marc. T quieres bajar el

    arma, pero ellos te matarn, ests armado o no. Incinerarn tu casa y la dejarn reducida a

    cenizas. No les importa si peleas o no.

    Caston dijo Marc, despus de un largo silencio. De dnde eres?

    No lo entiendes? dijo Caston, volviendo al tema. No interesa! Elige un planeta! Estn

    destruyendo, arrasando, exterminando nuestras ciudades de la rbita. No puedes quedarte al

    margen de todo, mierda. Marc, si no peleamos, nos vamos a extinguir.

    Detrs de Marc algo flotaba entre los pilares oscuros de dos rascacielos. Eran dos formas

    oscuras y gigantes con apndices colgantes. El pozo de agua helada se derram y alcanz los

    brazos y los hombros de Caston.

    Durante los ltimos das de Mar Sara, haba visto amos supremos surcando los cielos por

    encima del horizonte, como tumores. En ese entonces no se saba mucho sobre los zerg, y l y

    sola sentarse en la terraza de la casa de sus padres para verlos venir y oscurecer la luz del da.

    Eran buenos tiempos para l y sus hermanos.

    Solo recordaba fragmentos de lo que ocurri el da siguiente. Nubes oscuras de mutaliscos

    inundaron el horizonte en grandes bandadas. Escondido junto a sus dos hermanos debajo de la

    puerta del stano, su madre los protega del lado de afuera y gritaba aterradoramente

    mientras que los tres hermanos lloraban asustados.

  • Caston Salva a tus hermanos, Castooonnnn!

    Unas garras sangrientas atravesaron su carne y la puerta de madera. Las manos speras de su

    padre rodearon las cinturas de los nios de uno en uno empujndolos hacia el ltimo

    transporte, el hombre miro hacia arriba sonriendo y llorando al mismo tiempo y vio como las

    naves de evacuacin partan como palomas libres saliendo del fuego hacia la estratosfera.

    Cuida de tus hermanos Caston! Le dijo por ltima vez, mientras los zergueznos se

    amontonaban en la rampa y los amos supremos volaban y observaban...

    Una promesa,

    Caston tom el rifle FN92 de su espalda y se adelant a Marc.

    Caston, qu...

    A travs de la mira telescpica, los dos amos supremos se vean a la perfeccin a pesar de la

    oscuridad de la noche. Eran masas de carne rojiza, bulbosas, latientes, atravesadas por trozos

    de caparazn y huesos afilados. Sus patas de araa se crispaban debajo, justo detrs de las

    oscuras cabezas colgantes. Cada uno tena racimos de ojos tenu