CRÓNICA

Hace mucho tiempo, venía inquieta por encontrar, conocer o explorar nuevas metodologías que fueran más eficaces, que lograran captar y despertar más el interés de los estudiantes por  aprender. De pronto, un buen día, llegó la propuesta Tita.

Cuando se empezó a socializar el programa, me pareció realmente muy interesante, me generó muchas expectativas y pensé: Seguramente voy a tener la oportunidad de aprender tantas cosas que me van a facilitar mi trabajo de docente.

Esperé el gran comienzo, pues en realidad tenía muchas expectativas de cómo se desarrollaría el programa y qué tanto me podría servir en mi práctica de trabajo.

Las actividades de la primera clase, me parecieron muy interesantes y muy fáciles, pero en la medida que avanzábamos, había cosas que de pronto no entendía y me perdía, esto hacía que me sintiera muy azarada y desanimada, pensaba; Dios mío, ¿en qué me he metido? esto me ha complicado más la existencia, empecé a pensar que no podía con el ritmo de trabajo, quizás no estoy preparada para esto.

En una de las charlas que dio el profesor, mencionó que debíamos abrir nuestra mente, ser positivos, porque la duda y el miedo al cambio, eran cosas que  nos paralizaban y no nos dejaban avanzar.

Esto me hizo reflexionar al respecto de mis miedos y mis dudas y pensé: ¿si los demás pueden por qué yo no?, debo hacer un esfuerzo, no todo es tan fácil en la vida y me propuse desde ese momento, cambiar mi manera de pensar, y dedicarle más tiempo a las actividades e investigar si era posible por mi propia cuenta, pero no podía abandonar el proyecto sin luchar.

Efectivamente, este cambio de actitud me sirvió muchísimo, empecé a comprender cuán importantes e interesantes era cada una de las actividades que se  realizaban y en lo maravilloso que sería aplicarlas con los estudiantes.

Hoy, cuando ya estamos finalizando el programa me siento muy contenta porque en realidad he aprendido muchas cosas que me van a ser de gran utilidad en mi práctica docente, que me van a facilitar el trabajo para que mis estudiantes aprendan de una manera más significativa, utilizando en gran parte las herramientas tecnológicas que les permiten una apertura a muchos campos del saber.

Estoy muy agradecida primeramente con Dios, con mis maestros formadores, con los que hemos compartido gratos e importantes momentos en este proceso de aprendizaje y con mi hermana Adilia Isabel por su asesoría y apoyo incondicional.

Tengo muchas expectativas de poder implementar con los estudiantes lo que he aprendido y espero que esto, sea de gran bendición para sus vidas como lo ha sido conmigo.

Sé que mi quehacer pedagógico, no va a ser el mismo, después de haber pasado por esta maravillosa experiencia.

DALIA MARÍA PERDOMO OREJUELA