creer+y+crear
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Todos los contenidos publicados en la página de Internet www.fundacionpromigas.org.co se encuentran debidamente protegidos por las normas relativas a la protección de derechos de autor. Cualquier violación, usurpación y utilización indebida de la respectiva información acarreará las consecuencias civiles y penales contempladas para ellos dentro del ordenamiento jurídico colombiano. Creer y crear Una década de solidaridad e innovación socialTRANSCRIPT
Todos los contenidos publicados en la página de Internet www.fundacionpromigas.org.co se encuentran debidamente protegidos por las normas relativas a la protección de derechos de autor. Cualquier violación, usurpación y utilización indebida de la respectiva información
acarreará las consecuencias civiles y penales contempladas para ellos dentro del ordenamiento jurídico colombiano.
Una década de solidaridad e innovación social
Creer y crear
Fundación Promigas
Consejo DirectivoHernando Gutiérrez de Piñeres
Rodolfo Anaya AbelloAlba Sierra Arrieta
Martha Ligia Tamayo Carlos Moreno Aguas
Dirección EjecutivaJulio Martín Gallego
Coordinación Investigación y Desarrollo
Luz Marina Silva Travecedo
Gerencia de Proyectos Educativos
Anuar Pacheco PadillaSandra Castro Mercado
Asistencia AdministrativaMarta Cervantes Manjarrés
Asesoría ComunicacionesPaula Villate Martínez
Dirección EditorialLuz Marina Silva Travecedo
Edición y coordinaciónBernardo González
CrónicasFernando Chaves Valbuena
FotografíasJulián LinerosJorge Chávez
Diseño y armada electrónicaaZoma Criterio Editorial Ltda.
Sandra Barbón
ImpresiónOffset Gráfico Editores Ltda.
Fundación PromigasCalle 66 No. 67-123
Barranquilla, ColombiaTel: (57 5) 371 3288
www.fundacionpromigas.org.co
Se prohíbe la reproducción total o parcial de los contenidos de este libro, así como su traducción a cualquier idioma sin autori-zación escrita de la Fundación Promigas.
Edición especial con motivo de los 10 años de la Fundación Promigas
© Editorial Fundación Promigas, mayo de 2010
ISBN: 978-958-98728-4-0
6Presentación
8Introducción
Creer y crear: una década de solidaridad e innovación social
11Fundación Promigas
Una historia de solidaridades compartidas
23Primera infancia en La Guajira
Educación para sembrar la felicidad
34En ocho instituciones de Cartagena
Cambio curricular, para mejorar
47Procesos de mejoramiento en Sucre
La excelencia teje su red
58Proyecto de currículo alternativo
La ciencia de enseñar las ciencias
69Primera infancia
Renovación preescolar para el Caribe
82Una buena práctica que se contagia
Escuelas Lectoras, el placer de leer, el placer de aprender
97El Sistema Interactivo de Consulta
de la Infraestructura EducativaTecnología al servicio de las sedes escolares
108Directivos docentes en Cesar y La Guajira
Rectores y coordinadores, al pupitre
121Estudio de la Fundación Promigas
El gas cambia la vida
uando concebimos la propuesta de este libro de crónicas en el marco del décimo aniversa
rio de la Fundación Promigas, pensamos que una manera de hacer honor a nuestra primera década era destacar los aprendizajes y vivencias de muchas de nuestras iniciativas, de la mano de sus verdaderos protagonistas.
Compartir casos reales que demuestran la posibilidad de crecer y transformarse para ser mejores, sorteando las adversidades de la vida y aquellas propias del entorno, se con virtió entonces en una oportunidad para expresar las alegrías y satisfacciones que nos aporta el trabajo con la gente.
Tengo que confesar que cuando iniciamos el trabajo social con las comunidades nos dejamos atrapar por el impacto que generan sus carencias y vulnerabilidades; caímos en la tentación de darles el pescado sin soltarles de la mano, subestimamos sus potencialidades pensando que teníamos la potestad de cambiarles y llevarles al desarrollo. Con el tiempo, estas mismas comunidades fueron las que nos ayudaron a cambiar los lentes para apreciar en ellas lo que ocultan detrás de su pobreza, esto es, personas, familias y organizaciones en capacidad de gestionar sus propios cambios y ser partícipes de la construcción de una sociedad mejor.
Presentación
Con este valioso aprendizaje y la firme convicción de que nadie da de lo que no tiene, nos dimos a la tarea de profundizar en lo que hacíamos para poder asumir el compromiso que se nos exigía como fundación empresarial.
La identificación del potencial de cambio, la construcción de estrategias que permitieran su aprovechamiento, el acompañamiento a las comunidades en su proceso de transformación y la búsqueda de la sostenibilidad se presentaron entonces como retos a nuestras modestas prácticas y capacidades de esa época.
Somos conscientes de que debemos ser mejores personas para dar lo mejor y lograr que otros sean mejores, y que todo cambio empieza por casa. Por ello, la Funda ción Promigas emprendió una labor de aprendizaje permanente y colaborativo con un foco especializado que aún se sigue nutriendo de experiencias y conocimientos diversos. El haber escogido la educación como la ruta más expedita para contribuir con la equidad y la justicia social en el país se reconoce hoy como una sabia decisión.
Creemos que la filosofía y el espíritu social de Promigas ha sido el principal sustrato de nuestro trabajo y que la Fundación ha fortalecido ese legado con principios y valo
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res esenciales en el desarrollo de su gestión social. Aunque hemos evolucionado en las estrategias y modos de acción para hacer más eficaz lo que hacemos, sentimos que aquello que nos dio origen, lo esencial, está intacto.
La tarea de seleccionar historias de interés no fue nada fácil, pues cada día, cada proyecto y cada relación sostenida con diversos actores de los sectores público, privado y comunitario han sido motivo de realizaciones; por ello nos esmeramos en construir unos criterios que permitieran leer en cada caso lo que representa la gestión del cambio, tomando como eje transversal el desarrollo de capacidades como la principal estrategia para el logro de nuestra misión institucional.
No obstante cada experiencia compartida tiene algo que la hace única e irrepetible. Desde la historia de la misma Fundación, que destaca cómo a partir de una clara conciencia de responsabilidad social en Promigas, impulsando el desarrollo integral de los empleados, se logran aprendi
zajes valiosos que hoy permiten proyectar nuestra organización como un nicho de conocimientos en educación; pasando por diversas iniciativas sobre acompañamiento al Estado para fortalecer su política de infancia, los procesos de mejoramiento en las escuelas y la construcción y diálogo de saberes; tales experiencias nos envían, con sencillez y humildad, el mensaje de que todo cambio es posible cuando se empieza por las personas.
Y siendo conscientes de que el camino continúa, que nuestra deuda con la vida y con la sociedad es cada vez mayor, que la búsqueda de la equidad es un imperativo moral, que siempre se debe privilegiar el desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones, queremos decirles gracias a todas y todos los que estrecharon nuestras manos para sellar este compromiso social de una educación de calidad con equidad en nuestro país.
La Fundación Promigas es y seguirá siendo su socia, aliada y amiga.
Julio Martín GallegoDirector ejecutivoFundación Promigas
rear una fundación, cualquiera que ella sea, es un ejercicio de solidaridad, compromiso e
ima ginación y un desafío a las propias capacidades de quienes abrazan ese reto.
Hace diez años un grupo de trabajadores de Promigas, en el marco de sus programas de desarrollo integral, se enfrentaron a una realidad que los marcó y que, en buena hora, sembró en ellos la semilla de la solidaridad y la imaginación. Conocer la pobreza extrema de las comunidades en las zonas de operación del gasoducto de la compañía los conmovió de modo tal que sintieron la necesidad inaplazable de contribuir de alguna forma a mejorar las condiciones de vida de estas familias del Caribe colombiano.
Esa primera voluntad marcó el nacimiento de un esfuerzo de cooperación y responsabilidad social empresarial que ya cumple diez años y que sin duda ha comenzado a recorrer el camino de su madurez al desarrollar una estrategia de gestión, unas metodologías y un foco programático muy claro: trabajar por el mejoramiento de la educación en la Costa Caribe y en el resto de Colombia como una herramienta eficaz para transformar la calidad de vida de los más necesitados, ya no sólo de aquellos ubicados a lo largo del gasoducto.
Introducción
Creer y crear: una década de solidaridad
e innovación social
En sus primeros años la Fundación, bajo el nombre de Fundagas, estuvo gobernada por un espíritu altruista que se concretó en acciones de asistencia dirigidas a mitigar las necesidades básicas de algunas comunidades. De la entrega de regalos y el apadrinamiento de niños se fue pasando a la creación de bibliotecas y hogares infantiles, a la dotación de escuelas y a los préstamos y donaciones para proyectos de generación de ingresos, como acciones predominantes.
La decisión de enfocar los esfuerzos hacia la gestión de proyectos educativos, tomada en el año 2000, constituye la primera gran transformación de la Fundación. Con un proyecto inicial de formación en valores se dio inicio a un proceso de largo plazo dirigido a incidir de manera sistemática en la educación.
Desde entonces la Fundación tuvo clara la necesidad de fortalecer, como objetivo estratégico, la educación de la infancia en las áreas básicas de lenguaje y matemáticas, foco que en los últimos años se ha ampliado al área de ciencias y a la educación de la primera infancia.
En este escenario, la Fundación asumió la gestión de proyectos educativos, bajo los parámetros conceptuales y operativos
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de las entidades operadoras, pero rápidamente evolucionó hacia el diseño de modelos propios, enfocados en la atención a la primera infancia y la educación básica. Para ello se conformó un equipo profesional caracterizado por su talento, su sensibilidad social y su adhesión incondicional a los mismos valores de solidaridad e integridad que dieron origen a la Fundación.
Fruto de este desarrollo son los modelos de Escuelas Lectoras, Mejoramiento de la Gestión Curricular, Excelencia Académica, Gestión Directiva, Excelencia en el Preescolar, Lectores Saludables, Sicied y el Currículo Alternativo en Ciencias Naturales, entre otros, ejecutados en todos los departamentos del Caribe colombiano y en otras zonas del país. En tanto modelos de gestión, cada uno de ellos comporta el diseño conceptual, la ejecución de un pilotaje, su ajuste y su posterior escalamiento en diversas implementaciones o cohortes, en diferentes regiones, con distintos aliados y con diversos esquemas de participación de la Fundación Promigas, que van desde la ejecución total del proyecto hasta el otorgamiento de la licencia de uso del modelo.
En todos los casos, la gestión de la Fundación está fundamentada en la búsqueda de la excelencia y la efectividad de los pro
yectos, bajo la premisa de que los modelos por ella desarrollados son un bien social puesto al servicio de la educación del país.
Durante los últimos años la Fundación Promigas ha venido trabajando en una nueva perspectiva, consistente en la exten sión de su esquema de alianzas al nivel internacional, en el marco de los compromisos universales de lucha contra la pobreza y logro de los Objetivos del Milenio.
Hoy, a diez años de su creación, la Funda ción Promigas ha avanzado desde una pro puesta esencialmente filantrópica y asis ten cial, ejecutada por un grupo de tra ba ja dores, hacia una Fundación empre sa rial con una propuesta sistemática orien ta da a generar calidad con equidad en la edu cación. De esta manera contribuye a la lucha contra la pobreza bajo principios de de sarrollo sostenible y mediante una estrategia de alianzas con el sector público, el privado, las organizaciones no gubernamentales y las entidades de cooperación internacional.
Esta publicación, que celebra esa década de imaginación, innovación y compromiso, ofrece un completo panorama de la historia y los logros de la Fundación, en diez reportajes que muestran la dimensión de su esfuerzo.
mediados de 1997 un grupo de empleados de Promigas fueron a conocer la comunidad de Palmira, en el municipio de Pueblo Viejo (Magdalena), una de las
zonas que recorre el gasoducto de la compañía. Cuando regresaron se sintieron distintos. Habían sido sacudidos por el impacto que genera apreciar la miseria absoluta en la que viven cientos de niños y niñas en esas comunidades.
Los que fueron la primera vez invitaron a otros compañeros a conocer. Todos quedaron impresionados. Tanto que Eduardo Mercado, hoy profesional de Coordinación de Informática de la compañía, casi no puede volver a dormir. La única forma en que logró hacerlo fue escribiendo la historia de lo que vio, para liberar el desconsuelo que se le había quedado por dentro.
Pensaron en hacer algo al respecto, o no se podrían volver a mirar a los ojos sin sentir el peso del dolor ajeno. Y lo primero que se les ocurrió fue recoger ropa usada en buen estado y venderla para recaudar fondos.
Inés Linares recuerda cómo terminó siendo la tesorera de esos fondos: “También hacíamos dulces y los vendíamos en la empresa. Un día la doctora Alba me dijo que le ayudara a guardar ese dinero para adelantar algunas obras en las comunidades. Pensá
Fundación Promigas
Una historia de solidaridades compartidas
La Fundación Promigas nació como una obra filantrópica de un grupo de empleados decididos a enfrentar la situación de extrema pobreza de las comunidades que habitaban alrededor del gasoducto. La Fundación creció de la mano de Promigas, que asumió su manejo en 2004. Hoy es una organización es-pecializada en el diseño y desarrollo de modelos para el mejo-ramiento de la calidad de la educación.
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bamos que el compromiso social era devolverles parte de los beneficios que nosotros recibíamos de Promigas”.
Después organizaron un Sorteo Solidario, a diez mil pesos la boleta, que vendieron entre personas naturales y proveedores de Promigas. Luego, decidieron llevarles regalos de Navidad. Y más tarde empezaron a apadrinar niños.
Y todo eso mientras el Departamento de Desarrollo Humano y Gestión Social de Pro migas avanzaba en el diseño de una estrategia que le permitiera contribuir al desarrollo de las comunidades y optimizar las donaciones que la compañía venía hacien do, como parte de un compromiso de responsabilidad social empresarial.
Los dos procesos fueron creciendo y en un momento dado confluyeron en una misma escala de intereses. Fue entonces cuando se hizo necesario pensar en algún tipo de organización para manejar esos esfuerzos de solidaridad. Y así fue como nació la Fundación Social de Empleados de Promigas, Fundagas, que años más tarde se convertiría en la Fundación Promigas.
Iniciativa tejida a muchas manos
Todo había comenzado años atrás, hacia 1985, cuando la nueva administración de Promigas, en cabeza de Guido Nule, decidió crear el Departamento de Desarrollo de Personal para formalizar esta área y
emprender acciones que fortalecieran la gestión humana.
Posteriormente, en 1992, cuando Antonio Celia asumió la Presidencia, se hizo el primer estudio de clima organizacional y, como resultado, en 1994 se inició un trabajo muy fuerte en el tema de valores, que motivaría el compromiso del grueso de los empleados de Promigas con valores corporativos fundamentales como la solidaridad y el trabajo en equipo. En el manejo del presupuesto de la gestión social “éramos totalmente reactivos, atendíamos todas las solicitudes sin ninguna orientación, y no sólo de las comunidades pobres, también del Estado, fundaciones y grupos con distintos intereses”, según comenta el hoy vicepresidente de Operaciones, Hernando Gutiérrez de Piñeres.
Interpretando las orientaciones del presidente Antonio Celia, la directora de la Fundación, Alba Sierra, buscó reorientar la gestión social de Promigas, priorizando la inversión en generación de empleo y de ingresos. Para encontrar la forma de hacerlo se vinculó a un operador especializado en temas sociales, que con un equipo interdisciplinario inicialmente abordó un diagnóstico sobre algunas de las zonas de intervención: los corregimientos de Palmira y Tasajera en el municipio de Pueblo Viejo.
Los integrantes del equipo social que inició sus labores en ese entonces llegaban igualmente sorprendidos. Los comentarios que Alba Sierra les escuchaba eran similares a los que Zoraya Suárez recibía de los operarios que trabajaban en Palmira. “Cuando los muchachos venían de las zonas me comentaban la situación de pobreza de las comunidades y traían cartas pidiendo donaciones, para unos uniformes de fútbol o para cualquier cosa. Y así nos fueron haciendo conscientes de esas necesidades”.
Cuando tú das, recibes; el gran beneficio lo recibes por la
satisfacción de poder aportarle a alguien
Luis Díaz, gerente administrativo de Promigas
Una historia de solidaridades compartidas
Poco a poco se logró una conexión entre el proceso de formación en valores que se traía con los empleados de Promigas y las necesidades inmensas de las comunidades. “Se juntaron el deseo de trabajar con comunidades muy pobres y la necesidad de que nuestros empleados crecieran integralmente. Y eso hizo un clic”, afirma Alba Sierra. Era el punto de llegada del proceso de construcción de una cultura organizacional basada en valores, porque permitía expresar sentimientos de solidaridad, apoyo mutuo y gratitud por los beneficios recibidos de la vida y de su pertenencia a Promigas.
En lo que respecta a la gestión social de Promigas, se empezó a apoyar la formación de microempresas asociativas para la generación de empleo e ingresos en las poblaciones de Pueblo Viejo, Tasajera y Palmira y se comenzó a apoyar el sector educativo con dotaciones de mobiliario y
bibliotecas. “El equipo interdisciplinario se fue a vivir a esas comunidades, y fueron viendo cómo impactarlas, impulsaron famiempresas como tiendas de pueblo, panaderías, ventas de traperos y escobas”, relata el hoy gerente administrativo, Luis Díaz.
El nacimiento de la Fundación
Carlos Cardona, ayudante de servicios, se siente orgulloso de ser uno de los socios fundadores de la Fundación Promigas, “que nació en el corazón de los directivos y en la cabeza de la doctora Alba Sierra”. Él fue uno de los cuarenta empleados que después de conocer de cerca la realidad de Pueblo Viejo se unió a la causa de apoyar a esa comunidad. “Entregábamos donaciones directamente a los colegios, llevábamos escritorios, sillas y también ayudábamos a las hermanitas en los ancianatos. Y en Navidad llevábamos regalos a los ba
rrios y los repartíamos. Eso lo hace crecer a uno como ser humano”.
El voluntariado de los empleados creció rápidamente, en actividades y recursos, por lo cual se vio la necesidad de crear algún tipo de organización que le diera un piso jurídico, un manejo contable profesio nal y responsabilidad por las acciones. “Pensamos que teníamos que hacer algo para que los procesos fueran sostenibles”, afirma Patricia Peláez, profesional del Cen tro de Administración de Documentos de Pro migas.
Entonces recurrieron a la asesora de Desarrollo Humano, Luz Mary Restrepo, quien
organizó una encuesta sobre la propuesta de crear una organización. “Era una encuesta pequeña pero bien estructurada sobre el trabajo de Promigas con las comunidades y la participación de los empleados: qué temas se debían trabajar, con qué población, con cuáles objetivos, qué organismo debía hacerlas, qué nombre ponerle”.
De ese ejercicio estratégico salió la deci sión de crear la Fundación Social de los Empleados de Promigas, Fundagas, con la misión de “contribuir al desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades más necesitadas de la región”, con una cobertura geográfica en “la zona de influencia del gasoducto, especialmente zonas rurales de la Costa Caribe colombiana”.
Después, en junio de 1999, se realizó la Asamblea de Constitución, con 40 asociados, que aceptaron hacer un aporte quincenal de dos mil pesos. En octubre, el número de asociados llegaba a 49, y viendo la insuficiencia de los aportes, se acordó que cada empleado apadrinara a un niño de la comunidad con una cuota mensual de diez mil pesos.
La creación de la Fundación motivó a Antonio Celia a tomar la decisión de canalizar a través de ella todos los recursos de Gestión Social de Promigas, lo cual le dio viabilidad financiera a la Fundación y permitió articular y potenciar sus acciones y las de la compañía con respecto a las comunidades.
Todos los caminos conducen a la educación
En el año 2000, la directora de Fundagas, Alba Sierra, recibió del presidente de Promigas la recomendación de trabajar en el tema educativo. “Yo no tenía con quién hacerlo, y un día apareció Julio Martín, quien era asesor en valores de la empresa y venía
Después de que Promigas asumió el manejo de la Fundación, en 2004, los empleados han continuado su misión altruista ejecutando proyectos propios y promovidos por grupos, en distintos colegios en los cuales se invierten los aportes que hacen por nómina y que son complementados en una cifra equivalente por Promigas.
Estos recursos fueron destinados inicialmente a dotación de mobiliario y otros elementos para los colegios. Desde 2007 los empleados están tra-bajando en el proyecto de Ambiente Saludable, diseñado por la Fundación Promigas, en siete instituciones educativas de Barranquilla, Riohacha, Cartagena y Sahagún.
En 2009 se hizo una evaluación de los resultados y visualizando cómo continuar la gestión social de los empleados. Uno de los puntos de análisis hacía referencia a si continúan las intervenciones por grupos en distintas instituciones o si se concentran los esfuerzos en una sola escuela para potenciar sus resultados.
“Seguimos convencidos de que el aporte de los empleados a proyectos sociales los hace mejores personas y a la empresa le significa tener em-pleados socialmente responsables”, dice la gerente de Gestión Humana, Alba Sierra.
Empleados: el altruismo continúa
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La Fundación es un motivo muy grande de orgullo para todos nosotros y para la
compañía, por los beneficios que ha dado a las comunidades; no por el parecer sino por lo que
ha construido y lo que ha impactado
Luis Díaz, gerente administrativo de Promigas
trabajando en el tema de la cultura organizacional. Me oyó hablando sobre el tema y me hizo una propuesta. Y así se montó el primer proyecto educativo de la Fundación, que fue un piloto en valores en Arroyo de Piedra” corregimiento del Atlántico.
Para entonces, la Fundación ya había establecido la necesidad de formular una línea de base que permitiera planificar y proyectar el trabajo. Y para elaborarlo se había contratado a la primera funcionaria de planta: Luz Marina Silva, quien hoy desempeña las funciones de investigación y desarrollo. “Su trabajo fue tan bueno que le propuse que se quedara”, dice Alba Sierra.
“El equipo social venía haciendo un trabajo de mejoramiento del entorno y generación de ingresos. Eso permitió tener mucho conocimiento de las comunidades, pero era necesario realizar un estudio más especializado. En la línea base se sondearon temas relacionados con la calidad de vida, las percepciones de las familias sobre la pobreza, el desarrollo; sus valores, expectativas y demandas de bienestar, así como sus potencialidades para superar la situación actual”, recuerda Silva.
Estos dos proyectos significaron una reorientación del enfoque asistencialista de la Fundación hacia uno más estratégico, fundamentado en principios de sostenibi
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lidad, participación comunitaria y eficacia de la inversión, lo cual significó también en focar todo el trabajo de manera prioritaria hacia la educación.
Hernando Gutiérrez de Piñeres, actual presidente del Consejo Directivo de la Fun dación, explica el viraje: “Nos fuimos me tiendo mucho en educación porque defini tivamente podemos impactar más personas, tener más cobertura y hacer rendir más los recursos, pues hemos visto que la rentabilidad social de la educación es la más alta que se puede tener en inversiones. La educación va a la raíz de nuestra situación de pobreza y está más alineada con nuestra filosofía, que es traba jarle al ser humano”.
Aunque Promigas y la Fundación venían invirtiendo en dotaciones para escuelas y
colegios, el enfoque ahora era distinto. “Nos especializamos en educación (…) pero en promover la calidad de la educación en niños de estratos bajos. Y dentro de eso nos hemos enfocado en matemáti cas y lenguaje”, explica Gutiérrez de Piñeres.
Los directivos de la Fundación habían comprendido que una mejor infraestructu ra física para los colegios no necesariamente garantizaba mejores aprendizajes o relaciones educativas y que otorgar créditos para apoyar las iniciativas microempre sariales tampoco era suficiente para el mejoramiento del ingreso y la estabilidad de las empresas familiares. Las primeras experiencias habían obligado a considerar la importancia de llevar al trabajo comunitario el enfoque de desarrollo integral de la empresa.
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Este viraje se consolidó en 2001, cuando se hizo un nuevo ejercicio de planeación estratégica. Un análisis Dofa mostró como principales fortalezas el liderazgo de la Junta Directiva y la coherencia entre la gestión social y la concepción del desarrollo humano en Promigas. Como amenaza importante para la Fundación se encontró el enfoque asistencialista, que podía estar reforzando el mantenimiento de una cultura de la pobreza en las comunidades. Otra amenaza significativa era la situación de orden público, que de hecho llevó a suspender las acciones de la Fundación en poblaciones como Palomino (corregimiento de La Guajira).
También había debilidades en las cuales trabajar, como señala la asesora Luz Mary Restrepo: “No había un direccionamiento estratégico, no había unos recursos propios sostenibles ni un sistema de información, no había espacios ni equipos propios, faltaba enlace entre la Fundación y los departamentos de Promigas que trabajan con comunidades y había dependencia de un sólo proveedor de servicios sociales”.
Entonces se hizo un plan de acción a tres años, en el cual se definieron unos objetivos estratégicos, entre los que se destacaba crear una estructura organizativa que permitiera cumplir los planes trazados y que incluía un personal propio con unos perfiles determinados, instalaciones y recursos físicos; así mismo, construir y consolidar un modelo de intervención centrado en la educación y la niñez, lograr la solidez económica, generar una cultura de planeación y gerencia estratégica y responder adecuadamente a las necesidades de las comunidades, lo cual conllevó el establecimiento de una misión, una visión y unos objetivos institucionales.
El cambio de enfoque y la planeación estra tégica permitieron consolidar institu cio
La Fundación trabaja con una cultura de eficiencia. Se logra hacer muchas cosas
de mucho valor con pocos recursos. Hay una disciplina y una vocación de
mejoramiento continuo
Alba Sierra, gerente de Gestión Humana, ex Directora de la Fundación
nalmente a Fundagas, extender su cobertura a otras zonas del Caribe colombiano, potenciar el impacto de sus acciones y fortalecerla financieramente con los aportes provenientes de los recursos de gestión social de Promigas.
En 2002 la idea de la educación era ya una prioridad y un principio institucional. Promigas había participado con un grupo de empresas en la creación de la Fundación Empresarios por la Educación para ayudar a mejorar la educación básica en otras regiones del país. Por su parte, la Fundación había iniciado el desarrollo de diversos programas de mejoramiento de la gestión escolar, formación en valores, convivencia familiar y promoción de la lectura a través del programa La Costa Lee, a la vez que se proseguían y ampliaban los programas de alfabetización de años anteriores.
“Lo que se soñó en ese momento se ha logrado con creces”, afirma Luz Mary Restrepo.
De Fundagas a Fundación Promigas
Un estudio de percepción realizado en 2004 por la Gerencia de Relaciones Externas encontró que a la compañía Promigas se le identificaba por su trabajo social, pero no se le asociaba con Fundagas. El estudio recomendó asociar más la Fundación con
Promigas, teniendo en cuenta que era una expresión de la responsabilidad social de la compañía. Por otro lado, los empleados seguían siendo los titulares de la Fundación y eligiendo la Junta Directiva, pero el grueso de los recursos que manejaba aquélla eran de la empresa. Entonces, según lo relata Hernando Gutiérrez de Piñeres, “la empresa quiso tomar el liderazgo de la Fundación y canalizar más recursos
para poder hacer más efectiva su gestión social. Y los empleados aceptamos gustosos. En realidad, la Fundación siempre había sido de la empresa, porque la empresa son sus empleados”.
La idea no era marginar a los empleados de una iniciativa que había sido suya y a través de la cual habían podido consolidar su aprendizaje en valores y proyectar algunos de ellos, como la solidaridad, el altruismo y el compromiso social. Por eso, en el acuerdo se estableció que los empleados siguen siendo socios distinguidos y aportantes de la Fundación y se creó dentro de la estructura de la Fundación un programa de gestión social en el que se canalizan sus aportes y los de Promigas, pues la empresa pone un peso por cada peso que dan los empleados.
Como resultado de este acuerdo, la empresa asumió el gobierno integral de la Fundación a través de un Consejo Directi
El origen de la Fundación fue la filantropía. Surgió de un interés
espontáneo de crecimiento integral y de la coincidencia de dos responsabilidades: el
desarrollo humano de los empleados y la gestión social con las comunidades
Alba Sierra, gerente de Gestión Humana, ex Directora de la Fundación
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La gestación y el desarrollo de la Fundación Promigas han contado con el impulso esencial de Antonio Celia, presidente de Promigas, quien también ha participado en la construcción de otras iniciativas de responsabilidad social del empresariado como las fundaciones Empresarios por la Educación, Terpel, Gases de Occidente y Surtigas, iniciativas que contribuyeron para que fuera distinguido en los Premios Portafolio como Líder Empresarial 2009.
En el Foro educativo “Educación y buen gobierno”, realizado en Lima en 2006, en representación del Consejo Directivo de Empresarios por la Educación, Celia expresó: “Nosotros entendemos que las organizaciones empresariales existen no sólo como iniciativas particulares que buscan bene-ficios económicos para inversionistas que asumen riesgos. Ciertamente, estos beneficios resultan indispensables para garantizar que estas organizaciones perduren. Pero creemos que esto no es suficiente. Sentimos, con absoluta convicción, que tenemos compromisos con toda la sociedad, buscando elevar su bienestar”.
En la presentación del libro Hacia una gestión social, crítica y transformadora Celia explica los propósitos que mueven a la Fundación. “En Promigas, nuestro compromiso con la sociedad siem-pre ha sido motivo de estudio y reflexión permanente; por ello, hemos aprovechado todas las oportunidades de aprendizaje que se presentan y que nos invitan a realizar muy bien aquello que nos gusta hacer”.
Y a partir de ello precisa: “En Una educación de calidad con equidad consistió la misión encomen-dada por nuestra organización a la Fundación Promigas para contribuir a la construcción del país que soñamos”.
También hace un balance de las acciones: “La Fundación Promigas en su primera década ha logra-do llevar sus conocimientos en educación a todo el territorio colombiano, por medio de proyectos que fortalecen procesos de mejoramiento en el sector educativo oficial. Anualmente, cerca de 500 establecimientos educativos, 2000 maestros y 200 000 estudiantes, especialmente de la región Caribe colombiana, se benefician de sus metodologías de trabajo, en alianza con distintas empresas y organizaciones”.
Finalmente, el presidente de Promigas deja en clara la orientación filosófica de la Fundación: “Concebido como una propuesta en construcción permanente, nuestro modelo de gestión social es reiterativo al plantear que un elemento clave para generar transformaciones que apunten a la dignificación y libertad del hombre consiste en actuar desde una ética social que promueva el bien común y la justicia. Esto exige a las organizaciones comprometerse con el desarrollo integral del ser humano y actuar con respeto, prudencia, responsabilidad y solidaridad, especialmente con los sectores más desprotegidos”.
El compromiso de Promigas
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vo nombrado por la Junta Directiva de Promigas, y en adelante la entidad comenzó a llamarse Fundación Promigas.
Como un desarrollo lógico de este proceso, Alba Sierra abandonó la dirección de la Fundación y se contrató como directora ejecutiva a una profesional de dedicación exclusiva, Lucía Ruiz, quien permaneció en el cargo hasta su nombramiento como secretaria de Educación de Barranquilla, en 2007. En ese momento, la Dirección Ejecutiva fue asumida por Julio Martín Gallego, quien se desempeñaba como coordinador de Desarrollo Educativo.
En el nuevo escenario, la Fundación Promigas se especializó en diseñar e implementar proyectos dirigidos al mejoramiento de la calidad de la educación. Inicialmente se trabajó en alianza con entidades del sector público y organizaciones no gubernamentales, aportando recursos financieros y humanos, bajo los parámetros conceptuales y operativos de los aliados. Entre esos primeros proyectos se destacan los desarrollados con Corpoeducación en gestión escolar, la Fundación Merani en el área de gestión de aula y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, en este caso para la administración de hogares infantiles.
Los aprendizajes de estas intervenciones y el trabajo dedicado de investigación, conceptualización y desarrollo de proyectos llevó a la Fundación Promigas a convertirse en un generador de “modelos de intervención” para la búsqueda de la calidad educativa. “En este momento, la Fun dación tiene un cien por ciento de modelos propios”, dice Alba Sierra. “Primero se hace un piloto muy riguroso, se sistematiza y luego se hace su transferencia y escalamiento”.
De esta manera se han diseñado y escalado modelos como los de Escuelas Lectoras, Mejoramiento de la Gestión Curricular,
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Pensamos que teníamos que hacer algo para que los procesos fueran sostenibles. Y eso es lo más valioso de la Fundación;
por eso la educación es su pilar, para que la gente se desarrolle integralmente
Patricia Peláez, empleada de Promigas
Ex ce lencia Académica, Gestión Directiva, Excelencia en el Preescolar, Hogares Comunitarios, Lectores Saludables, Sicied, Currículo Alternativo en Ciencias Naturales, entre otros, cada uno de los cuales ha sido ejecutado en varias cohortes en distintas regiones del Caribe colombiano y ocasionalmente en otras regiones del país. La excelencia y efectividad de los proyectos se debe, en gran parte, a que desde 2005 hasta la fecha se ha desarrollado también un modelo de gestión de proyectos que tiene como uno de sus principales baluartes el control sobre todo el proceso: el diseño del modelo, su pilotaje, su ajuste y su escala miento, con profesionales al servicio directo de la Fundación, bajo la dirección del equipo de planta. En algunos casos la Fundación ha convenido el escalamiento de algunos de los modelos por parte de otros operadores, bajo su supervisión y orientación. “Somos una Fundación de primero y de segundo piso; captamos recur sos de otras fundaciones que quieren trabajar con nosotros porque gozamos de mucha reputación. Y a la vez, la Fundación hace el trabajo de base, camina en el barro y aprende”, dice Alba Sierra.
Y “caminando en el barro”, la Fundación Promigas decidió trabajar intensamente con base en una concepción clara del desarrollo humano integral, otorgando a la edu
cación un papel central como alternativa de progreso individual y social y poniendo a los niños en el centro del interés bajo la premisa de que lo que se haga o se deje de hacer por ellos en la infancia tendrá un impacto definitivo en su vida, en las actitudes y las capacidades que han de asumir frente a sus condiciones de vida y a su entorno.
Alfredo García, quien se desempeñaba como auditor en la Gerencia de Auditoría de Promigas y ejerció por ocho años como contador ad honórem de la Fundación, considera que su éxito se debe a tres factores: “el nacimiento de la idea de la Fundación basado en el valor de la solidaridad; el apoyo en todo sentido brindado por los accionistas y la alta dirección de la compañía, y el equipo humano que desde su vinculación ha trabajado con dedicación y profesionalismo”.
Para Alba Sierra, hoy integrante de su Consejo Directivo, el éxito se ha cimentado en que la Fundación tiene un carácter especial. “Hay un interés genuino de apoyar a las comunidades buscando mejorar su calidad de vida. Y lo que hace muy especial a la Fundación es la gente que la construyó; gente sensible, comprometida, y el motor que los mueve es que creen firmemente que con lo que hacen contribuyen a un mejor país”.
a ranchería Santa Clara está a cuatro kilómetros de Riohacha, pero parecen como diez, por
que gran parte del trayecto se hace sobre el suelo arenoso, en medio de matorrales semidesérticos. Si ha llovido bastante, las ruedas del vehículo se empeñan en quedarse abrazadas al fango. Y si el carro es pequeño se quiere quedar bailando sobre las zanjas como en un balancín.
La única manera de llegar allí es guiado por alguien que conozca el camino invisible. Cuando se logra, aparece de pronto, detrás de los arbustos, un kiosco de ladrillo coronado por un techo en teja de gres. Frente a él, un corral de tablas pintadas de blanco. Y al lado, un rancho de madera desvencijada que protege un mesón, un fogón de leña y una despensa en la que se asoman la bienestarina, el aceite, la sal y el azúcar.
No se escuchan niños. Cuatro mujeres wayúu salen al paso saludando en wayuunai ki. Los niños y las niñas están en el kiosco, sentados en sillas de plástico,
comiendo arepa. Beatriz Sijuna, envuelta en su manta tradicional, les habla en castellano. Aunque se llaman Jairo, Luis, Loreni, Saúl o Andrea, algunos no comprenden bien lo que dice y ella necesita recurrir al ancestral wayuunaiki que ellos les escuchan a sus padres en casa.
Beatriz Sijuna, madre comunitaria, se ha propuesto que esta docena de niños y niñas aprendan sus primeras palabras en castellano, que conozcan las vocales y los números; pero además que derroten la desnutrición que los acecha; que sus madres aprendan a jugar con ellos; que sus primeros años de infancia sean un camino sin trochas hacia la felicidad.
Para lograrlo, Beatriz y medio centenar de madres comunitarias guajiras tienen un apoyo privilegiado: sus hogares funcio nan con recursos y políticas del ICBF, los administra y cofinancia la Fundación Promigas y los opera la empresa Fronteras y Estudios. La alianza, que nació para operar una parte de los hogares infantiles del departamento, ha evolucionado hacia la
Primera infancia en La Guajira
Educación para sembrar la felicidad
La vinculación de la Fundación Promigas a la administración de hogares del ICBF en La Guajira permitió profesionalizar a las madres comunitarias, favoreció la incorpo-ración de buenas prácticas en la prestación del servicio y trascendió al desarrollo de un modelo de operación, capacitación y acompañamiento que fortalece las políticas públicas para la infancia y sus operadores.
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construcción de un modelo de prestación del servicio y su implementación mediante acompañamiento y capacitación.
Este proceso está logrando un mejoramiento continuo del servicio, que beneficia no sólo a las madres y los niños cubiertos por el convenio, sino a todo el sistema de atención en primera infancia del departamento. “El balance es muy positivo porque la Fundación ha cualificado el servicio y ha mejorado las condiciones de vida tanto de las madres comunitarias como de los niños que asisten a los hogares”, afirma Ilka Curiel, directora regional del ICBF en La Guajira.
Todos a aprender
En 1999 los funcionarios de la Fundación Promigas estaban conmovidos por la situación de abandono de los niños más pequeños del corregimiento de Palomino, del guajiro municipio de Dibulla. “No había preescolar ni hogares comunitarios en dos barrios y los niños estaban por fuera del sistema educativo”, recuerda Tulia Machado, entonces asesora de la Fundación y hoy directora de Fronteras y Estudios.
La Fundación buscaba la manera de ayudar a luchar contra la enorme pobreza a las comunidades de esta zona de influencia del gasoducto de la compañía Promigas, como expresión de un compromiso de responsabilidad social empresarial. Entonces, hizo una propuesta que le gustó al ICBF de La Guajira: en pocos días, junto a una cancha de fútbol, en un gigantesco kiosco se abrían cuatro hogares infantiles, cada uno con su madre comunitaria y diez niños, además de una cocina para preparar las meriendas y los almuerzos, y una batería de baños. Se había iniciado la alianza con el ICBF para administrar hogares comunitarios.
Era la primera experiencia de la Fundación con el Estado, implementando una política pública, administrando recursos públicos, cumpliendo procesos estatales y bajo sus instrumentos de vigilancia y control. Los resultados fueron tan exitosos que entre 1999 y 2002 los hogares administrados por la Fundación Promigas se multiplicaron en Dibulla y Riohacha (La Guajira) y en Cié naga y Pueblo Viejo (Magdalena) hasta sumar 94.
Lo que había nacido como una solución para los niños de dos barrios de Pa lo mi no se convirtió en un convenio de grandes proporciones en el que el ICBF apor ta la política de primera infancia, la me to do
El año pasado una joven llegó al Hogar Mis Primeros Amiguitos, bus-có a la madre comunitaria Marlene Pimienta y le dijo: “Seño, me voy a graduar de enfermera superior y usted es la primera persona que vengo a invitar”. A Marlene se le aguaron los ojos, no sólo porque ha logrado que sus vecinos la respeten como a una profesora, sino porque esa joven profesional, a la que le cambió los pañales y le enseñó las vocales un día, le estaba demostrando el agradecimiento y el afecto que sólo se ganan las buenas maestras.
Sandy Ospina, 21 años, ama de casa, es otra de sus ex alumnas. Ella no sólo tiene buenos recuerdos del hogar comunitario, sino que ahora lleva a sus hijos allí. “Me parece que la seño Marlene tiene la capacidad de enseñarles a los niños y que el lugar es adecuado, están en un ambiente agradable”.
Marlene se hizo madre comunitaria porque en su barrio hicieron una en-cuesta para seleccionar personal para los hogares y la escogieron. “Me gustó, y ya llevo 23 años dando lo mejor para que los niños salgan ade-lante”. Sin embargo, reconoce que su trabajo es distinto desde hace unos cinco años, cuando su hogar pasó a ser administrado por la Fundación Pro-migas. “Nos han estado capacitando en lo que más pueden, siempre están pendientes de que la madre se capacite para poder hacer un buen trabajo.”
De madresa educadoras
Creer y crear Una década de solidaridad e innovación social 25
El balance es muy positivo porque la Fundación ha cualificado el servicio y ha mejorado las condiciones de vida tanto de las madres comunitarias como de los
niños que asisten a los hogares
Ilka Curiel, directora regional del ICBF en La Guajira
logía de atención, los instrumen tos para la medición del desarrollo y los recursos económicos, mientras que la Fundación administra, paga, verifica la ca li dad de la atención y hace inversiones.
El éxito se basa en la optimización del modelo de operación con la incorporación de buenas prácticas, el mayor rendimiento de los recursos y el aporte de recursos adicionales de la Fundación para el pago del equipo administrativo y de acciones complementarias, como los servicios de odontología, pediatría, pedagogía y créditos a las madres comunitarias para mejoramiento del hogar. La coordinadora del Centro Zonal Riohacha, Adalgiza Vidal, lo expresa así: “La gestión ha sido excelente, en las calificaciones periódicas siempre están en los niveles excelentes. Ellos optimizan tanto el recurso que les quedan remanentes, que reinvierten en suplementos alimenticios”.
Mucho más que una guardería
La nutricionista Sujel Gámez está preocupada. En dos días de trabajo ha encontrado distintos niveles de desnutrición en algunos de los niños. Mientras atiende a cada niño debe estar presente uno de sus padres, para que escuche el diagnóstico y se comprometa en la realización de acciones preventivas en el hogar, como la vigilancia nutricional y la prevención de parásitos. “Tomamos medidas antropo mór ficas,
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hacemos recomendaciones nu tri cionales, prescribimos exámenes de laboratorio, coprológicos y cuadros hemáti cos”, explica.
La preocupación por el estado nutricional y la salud de los niños y las niñas ha sido una de los principales valores agregados del convenio. Tulia Machado evoca que la Fundación ha desarrollado desde 2006 un programa de salud para los niños, que incluye pediatría y salud oral. “Mensualmente los atienden un médico, un nutricionista y una higienista oral. La salud oral ha mejorado muchísimo: de 620 niños, sólo 74 presentaron caries”.
También se han optimizado los mecanismos de suministro de los alimentos a los hogares, para garantizar su calidad y su oportunidad, y se ha capacitado a las madres comunitarias en su manipulación. “La Fundación está pendiente de que uno esté pesando y midiendo a los niños y que los de bajo peso vayan progresando. Uno ya sabe cuándo un niño está desnutrido y le va reforzando los alimentos en casa”, dice la madre comunitaria Marlene Pimienta.
Además, se han implementado estrategias novedosas como los hogares comunitarios agrupados, que consisten en organizar a entre tres y ocho madres comunitarias en un solo local para optimizar los procesos. “Cuando nosotros llegamos el nivel educativo no era ideal, los hogares funcionaban en las mismas instalaciones que las casas
Mensualmente los atienden un médico, un nutricionista y una higienista oral.
La salud oral ha mejorado muchísimo: de 620 niños,
sólo 74 presentaron caries
Tulia Machado, directora de Fronteras y Estudios
Educación para sembrar la felicidad
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pe dagógicas, contando con la asesoría permanente de una trabajadora social y una psicopedagoga.
Los demás operadores del ICBF también han optado por unir dos o tres hogares, porque esto contribuye a cualificarlos y a cambiarles el estatus social y la autoestima a las madres comunitarias, según expresa Tulia Machado: “Los hogares agrupados empezaron a ser vistos por los pa
de la familia y los quehaceres domésticos se confundían con los pedagógicos”, cuenta Tulia Machado.
La estrategia permitió hacer un trabajo más integral y trajo nuevas exigencias, bajo la certeza de que no es lo mismo tener a doce niños sentados viendo televisión en la casa que tener a 48 en un jardín, con cuatro madres que coordinan sus actividades y trabajan con estrategias
Educación para sembrar la felicidad
dres de familia como escuelas y las madres comunitarias como maestras que salen a trabajar en ellas. Y los niños también han adquirido ese concepto de maestra; para ellos la madre comunitaria es la seño”.
Para reforzar esa profesionalización, las madres comunitarias han recibido capacitación en aspectos específicos e hicieron un curso de auxiliar de preescolar, con la Pastoral Social de Barranquilla, que duró
Los hogares agrupados empezaron a ser vistos por los padres de familia
como escuelas y las madres comunitarias como maestras que salen a trabajar en ellas.
Y los niños también han adquirido ese concepto de maestra, para ellos la madre
comunitaria es la seño
Tulia Machado, directora de Fronteras y Estudios
“Esta es la segunda reunión de padres y el objetivo es rescatar los valo-res”, dice la madre comunitaria Mireya, mientras una decena de madres y un par de padres la observan con sigilo, como queriendo esfumarse. Empieza a cantar y les pide llevar el ritmo con las palmas. Poco a poco el temor se convierte en risa.
La escena corresponde a una de las actividades de “escuela de familia” que se realizan en los hogares comunitarios administrados por la Funda-ción Promigas en La Guajira. Tulia Machado explica que la estrategia for-ma parte del proyecto formativo del ICBF. “La hemos trabajado siempre, pero se ha fortalecido en los últimos cuatro años. En Riohacha tenemos nueve escuelas de familia, dos en Mingueo y una en Palomino”.
La escuela es orientada por los profesionales de Frontera Estudio, pero se hace un trabajo en equipo con los funcionarios del ICBF y las madres comunitarias, que ejecutan la mayor parte de las actividades y facilitan el acercamiento al padre de familia para que se comprometa con los obje-tivos de la escuela. “Son un espacio de diálogo, discusión e intercambio de experiencia que a través de dramatizados, mimo, cuento, elaboración artesanal y otras expresiones artísticas permiten a los padres y madres apropiarse de herramientas para el mejor ejercicio del rol paterno y ma-terno”, agrega Tulia Machado.
Yesenia Campo, madre y abuela del barrio Divino Niño, valora las ense-ñanzas de la escuela de familia: “A mí me ha parecido muy buena porque le da a uno muchas enseñanzas y ahí aprende uno cosas que no sabe, el comportamiento de la familia, de los hijos. He tenido ya tres nietos en el hogar y siempre aplico las enseñazas”.
Aprendiendoa ser papás
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un año y al que asistieron cerca de cuarenta madres comunitarias de Riohacha y Dibulla. “Nos dan capacitaciones y material didáctico. Nos enseñan cómo tratar a los niños, cómo se debe organizar el hogar y normas de aseo”, confirma la veterana madre comunitaria, Elsa Erazo.
Nace un modelo de atención
Lorena Isabel Pérez Epiayú es una mujer wayúu que tiene cinco hijos. Dos de ellos van al hogar comunitario de Beatriz Sijuna, en la ranchería de Santa Clara. “Los traje para que aprendan y les enseñen más, porque yo no estudié sino hasta tercero”, dice. Y proclama su satisfacción: “Yo me siento contenta porque mis hijos aquí aprenden muchas cosas que yo no puedo enseñarles. El primero ya sabe leer, contar números. Aquí reciben amor; si alguno se enferma se preocupan por él. Beatriz ha sido como su segunda madre”.
La aludida responde con humildad. “He aprendido muchas cosas en las reuniones de la Fundación y ya tengo más conocimientos, cuando están enfermos cómo deben cuidarlos y que los padres aprendan. Me han gustado mucho las capacitaciones en pediatría, en preescolar, en salud, en restaurantes. Lo que he aprendido se lo he pasado a los niños y a los padres”.
Experiencias como ésta muestran cómo la vinculación de la Fundación Promigas a hogares comunitarios ha ido más allá del convenio de operación. “Se ha generado un modelo”, dice Tulia Machado. “Incluso cuando hemos adoptado algunas medidas, si el Bienestar Familiar ve que se pueden implementar, las generaliza. Cuando hicimos el primer curso de educación preescolar, inmediatamente en todo el zonal se implementó, buscando la financiación con otras instancias como la Gobernación”.
Ilka Curiel avala esa apreciación: “La Fundación Promigas nos da confianza y tranquilidad en la administración de los recursos y en la ejecución de cada componente, cofinanciación y uso de remanentes, la parte pedagógica y el trabajo en salud con Uninorte. Además, se ha preocupado mucho por el mejoramiento nutricional de los niños. Todo eso ha generado que otras entidades hagan otro tanto”.
La coordinadora del Centro Zonal 1, Adalgiza Vidal, tiene un juicio similar: ”Han ayudado a mejorar el servicio en general. Es muy significativa la formación a las madres comunitarias para cualificar su de sempeño pedagógico y la adecuación de los espacios para atender a los niños de la mejor manera. Ejecutan un programa de supervisión, control y evaluación, desarrollan actividades de salud y tienen el programa de lectura”.
Por eso, Tulia Machado considera que se ha motivado una transformación trascendental en el proceso educativo de la infancia en La Guajira. “Los niños de los estratos 3 en adelante tienen la oportunidad de ir a un jardín donde les van a dar una educación adecuada; los niños de estratos 1 y 2 no la tenían, pero con esta intervención van a poder acceder a esa educación a través de los hogares comunitarios”.
Yo me siento contenta porque mis hijos aquí aprenden muchas cosas que yo no puedo enseñarles. El primero ya sabe leer, contar números. Aquí reciben amor; si alguno
se enferma se preocupan por él. Beatriz ha sido como su segunda madre
Lorena Isabel Pérez Epiayú, madre wayúu
Educación para sembrar la felicidad
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Otro gran mérito de la intervención consiste en haber movilizado a otras instituciones hacia la atención de la primera infancia en el departamento. Se fueron vinculando las cajas de compensación familiar como administradores de hogares y el sector privado se ha sensibilizado frente al tema.
Estos avances, junto con la reorientación estratégica de la Fundación hacia la formulación, desarrollo y escalamiento de modelos de mejoramiento de la educación, significó el retiro de los hogares comunitarios en Magdalena y la reorientación de la intervención en La Guajira, donde la Fun
dación se quedó con la administración de sólo 58 hogares.
Mejores agentes educativos
Dentro de su nuevo enfoque estratégico, la Fundación Promigas no sólo ha mantenido sino que ha incrementado su compromiso con el fortalecimiento de las capacidades de las madres comunitarias y lo ha extendido a todos los agentes educativos de la primera infancia. “La Fundación está pensando apoyar la gestión de otras organizaciones comunitarias y otras ONG para cualificarlas y que haya un trabajo
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equitativo en todos los hogares de todos los operadores, para lo cual invertirá recursos adicionales”, cuenta Adalgiza Vidal del ICBF.
Los análisis concluyen que a pesar de los esfuerzos de capacitación desarrollados per sisten dificultades para apropiar y po ner en práctica el modelo pedagógico ins titucional y para desarrollar prácticas pe da gógicas que garanticen transformaciones positivas en los niños y las niñas atendidos.
Para acompañar al Estado en la solución de esta problemática, la Fundación está desarrollando tres proyectos. El primero se dirige al fortalecimiento pedagógico de
las madres comunitarias de 46 hogares, buscan do que se apropien de un modelo de trabajo en el que vean a los niños y las niñas como sujetos plenos e integrales a los que hay que facilitarles espacios y momentos adecuados para su desarrollo. Además, se pretende complementar el componente conceptual del modelo con la inclusión de conocimientos y práctica de expresiones lúdicas y literarias.
El segundo proyecto consiste en el diseño de una herramienta diagnóstica válida y con fiable que permita a los contratistas, ope radores e instituciones responsables del programa ICBF caracterizar las competencias profesionales de sus agentes educativos para identificar sus debilidades y,
Educación para sembrar la felicidad
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a partir de ellas, diseñar e implementar estra tegias pedagógicas de formación y fortalecimiento de esas competencias.
De esta forma se espera garantizar el cum pli miento efectivo de las políticas, pro gra mas y proyectos institucionales diri gi dos a la primera infancia; por tanto, la herramienta está basada en las exigencias del modelo pedagógico del ICBF y del Ministerio de Educación. Además, aunque la herramienta se originó en las necesidades específicas de La Guajira, se ha buscado que sea replicable en distintas culturas y zonas geográficas del territorio nacional, por lo cual será funcional y fácilmente adaptable. Para su validación, la Fundación realizará pruebas de validez y confiabilidad con agentes educativos que operan el programa ICBF en el departamento de La Guajira, incluidos los de la etnia wayúu.
El tercer proyecto se refiere a la apertura de una nueva línea de trabajo, a través de la cual la Fundación Promigas ofrece a organizaciones sociales y comunitarias capacitación y acompañamiento técnico y financiero para la ejecución de proyectos de educación para la primera infancia.
La estrategia busca fortalecer la capacidad de las organizaciones locales para la gestión eficaz de programas y servicios sociales dirigidos a la infancia, y orientar y acompañar a las organizaciones en la for mulación e implementación de un proyecto específico de gestión comunitaria en educación, orientado al mejoramiento de las oportunidades y ambientes de aprendizaje de la primera infancia en La Guajira.
Así, además de construir capacidades en las comunidades y gobiernos para que participen en el desarrollo educativo de la primera infancia, se busca incrementar y cualificar la oferta de atención a la prime
Para mejorar las condiciones económicas de las madres comunitarias y aumentar su autoestima, la Fundación Promigas implementó una estra-tegia de préstamos con dos destinaciones: mejorar las instalaciones del hogar comunitario e independizarlo del resto de la casa y financiar el establecimiento o fortalecimiento de famiempresas que aumenten los ingresos familiares de las madres comunitarias. Ellas sólo tienen que re-embolsar a la Fundación el 70% del valor del crédito.
Beatriz Sijuna es una de las beneficiadas. “Me hicieron un préstamo para arreglar el hogar; pusimos el techo y la mitad del piso y las maderas para el corral. También me hicieron otro préstamo para mejorar la tienda que tengo en Riohacha y que me la maneja un sobrino”.
Maileth Ospino también hizo uso del crédito. “A mí y a mi mamá nos prestaron 800 mil pesos para un restaurante; se invirtieron en una licua-dora, surtido y bolis. Y a Ruby, otra madre comunitaria que estaba aquí, le prestaron para un baño y una cocina”.
Además, como muchos de los niños siguen con problemas de desnutri-ción por el bajo aporte alimenticio en sus casas, la Fundación amplió su línea de crédito a familias vinculadas a los hogares comunitarios y a otras instituciones de preescolar. “Se han trabajado famiempresas y educación empresarial con dos escuelas y los hogares comunitarios, se prestó para actividades económicas como tiendas, fruterías, comercio y servicios”, revela Tulia Machado. Y concluye: “Se hizo una evaluación donde dice que los famiempresarios han mejorado en un 35 por ciento su índice de necesidades básicas insatisfechas, aunque una de sus limitantes es el bajo nivel educativo”.
Créditos para abrirle camino al bienestar
ra infancia en el departamento y, por tanto, las posibilidades de elección del ICBF entre sus operadores locales, para garantizar que administren eficientemente los programas y servicios para la infancia.
De este modo, los niños y niñas wayúu de Beatriz Sijuna, así como otros miles, tendrán más posibilidades de aprender sus primeras palabras en castellano y de vivir una infancia que sea un camino sin trochas hacia la felicidad.
En ocho instituciones de Cartagena
Cambio curricular, para mejorar
El proyecto de mejoramiento curricular ejecutado en ocho instituciones educativas del Distrito de Cartagena está trasformando la estructura pedagógica y las prácticas de los docentes en el aula, para ofrecer a los estudiantes una educación de mayor calidad, más ajustada a las necesidades de su entorno.
Creer y crear Una década de solidaridad e innovación social 35
n el colegio Ana María Vélez de Trujillo los zapatos de los estudiantes siempre están bri llan
tes, aunque muy pocos tienen para comprar betún en la tienda. Eso se lo deben al descubrimiento escolar de que la flor del bonche es buena para embolar, tras lo cual todos se dedicaron a utilizarla prácticamente en la puerta del colegio.
Enterado de semejante descubrimiento, el profesor de química Antonio Luis Castro lo convirtió en un proyecto que ahora fabrica Bonchetún, producto que aspiran a comercializar por lo menos entre las instituciones educativas de Cartagena.
El entusiasmo del profesor y del colegio forma parte de las nuevas actitudes generadas por el “Proyecto de mejoramiento cu rricular de las áreas básicas de espa ñol, matemáticas, ciencias naturales y cien cias sociales, con un eje transversal de competencias ciudadanas y laborales en ocho instituciones educativas de Car tagena”, eje cutado por medio de una alianza entre la Fundación Promigas, que con cibió, promovió y dirigió el proyecto; la Secretaría de Educación del Distrito de Cartagena, que brindó apoyo logístico y acom pañamiento; la Fundación Children International Amigos de los Niños, que aportó financiación
Como se creó el hábito del trabajo en equipo, estamos haciendo el trabajo conjunto, y esos acuerdos que todos estamos decidiendo son una complacencia llevarlos a cabo porque salen del seno del
querer de todos nosotros como comunidad educativa
Rita Rosa Romero, rectora del colegio Ana María Vélez de Trujillo
y acompañamiento, y la Fundación Caminos de Identidad, que prestó asesoría especializada.
“Consideramos que este proyecto nos daba la oportunidad de cualificar a los docentes y hacerles acompañamiento a las instituciones educativas en su objetivo misional de lograr que los estudiantes aprendan”, explica Edelmira Salgado, profesora especializada en mejoramiento, de la Secretaría de Educación de Cartagena.
El “mejoramiento curricular” es un modelo desarrollado y probado por la Funda ción Promigas en municipios como Pueblo Viejo (Magdalena), y busca ayudar a superar deficiencias históricas de las instituciones educativas, aumentadas por el proceso de integración escolar, que convirtió a varios colegios y escuelas en una gigantesca institución educativa, con un solo rector y procesos administrativos y financieros únicos, pero con una insuficiente integración pedagógica.
Cada institución debía tener un modelo pedagógico único, un diseño curricular único, un plan de estudios único y planes de área únicos para todas sus sedes. “Las recién conformadas instituciones educativas del país enfrentan el reto de crear
E
consensos básicos en su interior para desarrollar un verdadero proyecto educativo institucional común a todas sus sedes y en el que todas se reconozcan como parte de una misma institución; para lo cual es necesaria una reflexión pedagógica conjunta y unos planes de estudio ampliados y comunes”, expresa el asesor Álvaro Rodríguez en la justificación del proyecto.
Sin embargo, en la práctica esto no ha ocurrido, o no ha ocurrido adecuadamente, ni en Cartagena ni en otras regiones del país. Muchas de las instituciones educativas vienen funcionando con un Proyecto Educativo Institucional PEI, hecho como una colcha de retazos y con modelos pedagógicos y planes curriculares por sede, desligados unos de otros y de la realidad
contextual. “Antes cada sede tenía su modelo, eran seis modelos pedagógicos”, reconoce Rita Rosa Romero Salas, rectora del colegio Ana María Vélez de Trujillo.
Para superar estas deficiencias, el Ministerio de Educación Nacional viene promoviendo y exigiendo la formulación e implementación de planes de mejoramiento, que se han aplicado en diversas instituciones educativas. No obstante, algunos de ellos sólo han significado un corte en el tiempo, que no ha logrado trascender.
El proyecto adelantado en Cartagena por la Fundación Promigas buscó y logró desarrollar, acompañar y evaluar un plan de mejoramiento institucional en cada centro educativo, para profundizar en el fortalecimiento curricular de las áreas básicas y en el eje transversal, como estrategia para lograr un incremento global de la calidad de la educación en los ocho colegios participantes. “Hoy estamos unificados desde nuestro PEI, nuestro horizonte institucional, nuestro modelo pedagógico y nuestro plan de estudios y estamos terminando ya el trabajo con los planes de área del grado cero al grado undécimo”, agrega la rectora.
El proyecto también diseñó para cada colegio un plan de mejoramiento curricular en las cuatro áreas básicas y en el eje transversal de competencias ciudadanas y laborales, así como planes de aula.
Hacer equipo
La coordinadora del colegio San Felipe Neri trata de hablar, pero no logra que su voz suene por sobre la de los profesores Wilmer, Rafael, Edgardo y Eunice. Ellos se han entusiasmado contando las incidencias del proyecto de mejoramiento curricular, que lideraron como miembros del equipo de mejoramiento.
El proyecto se desarrolló en tres fases sucesivas:
1. Exploración diagnóstica y concertación inicial con los equipos direc-tivos, los docentes, los padres y los estudiantes, sobre el contexto social, económico, ambiental, las dinámicas institucionales, el trabajo del aula en las cuatro áreas básicas y complementaria con otros acto-res locales.
2. Constitución de equipos de mejoramiento y diseño de planes de me-joramiento institucional. Se realizó mediante la reflexión sobre las implicaciones del diagnóstico para el proceso de mejoramiento cu-rricular y para los énfasis de las instituciones educativas; la búsqueda de una perspectiva común de mejoramiento basada en las realidades concretas que se viven y la definición del currículo que se ha de se-guir; establecimiento de los fines y principios, misión, visión, perfiles y objetivos de la institución y el establecimiento de consensos básicos.
3. Desarrollo curricular. Referido específicamente al abordaje del mejo-ramiento curricular en las cuatro áreas básicas y sus relaciones gene-rales con el eje de educación para el trabajo.
Fases de desarrollo
La conformación de este equipo fue una de las tareas prioritarias del proyecto, teniendo en cuenta que se constituían en la garantía de que las acciones se ejecutarían y tendrían sostenibilidad en el tiempo. “Lo que se buscaba era que este equipo de gestión se convirtiera en multiplicador de lo que se hacía en los seminarios y llegara a la institución a socializar lo que se estaba escuchando allá”, informa el profesor Wilmer Álvarez, del Colegio San Felipe Neri. Y agrega: “El mejoramiento se hizo con los aportes de muchos profesores de la institución, aunque los que estaban allá eran algunos representantes”.
Por tanto, el primer reto de estos equipos fue tener legitimidad y capacidad de movilización frente a la planta docente; para lo cual se buscó que en su integración hubiera una adecuada representatividad. La experiencia del colegio Ana María Vélez de Trujillo es interesante, pues en el equipo estaban repre sentadas todas las sedes con delegados de cada área fundamental y el
coordinador, con una conformación semejante a la del Consejo Académico. Así se logró que los avances estuvieran acordes con las orien taciones del Consejo. Más aun, a la postre el equipo de calidad terminó conformando el Consejo Académico.
“Además, hemos trabajado con todos los actores de la comunidad educativa”, explica la rectora Rita Rosa Romero. “El trabajo lo hemos hecho por grupos donde han parti cipado administrativos, padres, docentes, estudiantes. Y después este comité se encarga de recolectar toda esa informa
Donde hay acompañamiento de entidades aliadas hay mayores fortalezas; donde la institución educativa trabaja sola es
posible que haya más dificultades
Edelmira Salgado, funcionaria de la Secretaría de Educación de Cartagena
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tro de sus instituciones; han estudiado y puesto en práctica diversas alternativas y cambios en el trabajo de las aulas, como señala la docente de lengua castellana Rutsely Simarra Obeso: “Es destacable que los maestros, coordinadores y la rectora a la cabeza hayan asumido el proceso con interés y ganas, con deseos de proyectar la institución y desarrollar el proyecto con mucha seriedad y que se vinculó a toda la institución educativa”.
Para la rectora Rita Rosa Romero es muy importante la proyección que ha tenido el equipo en la generación de una cultura de trabajo conjunto: “El equipo de calidad se reúne semanalmente para ver qué ajustes y qué nuevas miradas le damos a todo lo que conforma el PEI de nuestra institución. Eso ha fortalecido el trabajo conjunto, hemos creado el hábito de trabajar en equipo y permanentemente estamos dialogando entre las áreas”.
Además, el trabajo desarrollado en los seminarios y talleres con el asesor ha fortalecido los equipos de las áreas básicas contempladas en el proyecto, y en algunos colegios, como el Ana María Vélez de Trujillo y el San Felipe Neri, se ha extendido a otras áreas.
La fortaleza de los equipos de gestión asegu ra la sostenibilidad del mejoramiento curricular más allá de este proyecto, al establecer un liderazgo pedagógico en cada institución educativa, con credibilidad, com promiso, respaldo de las directivas y conciencia sobre la importancia de man tenerse como grupo de trabajo para la im plementación y continuidad de los planes de área.
Los equipos también son conscientes de la necesidad de formalizar los planes a través de los consejos directivos, consolidar sus modelos pedagógicos, establecer
ción, pro cesarla y darla a conocer. Cada representante de área es el coordinador general dentro de cada área, desde grado cero hasta grado undécimo. Estos coordinadores han estado programando sus reuniones y dialogando con actores de la comunidad educativa para unificar los planes de estudios y el plan de área”.
Los equipos de gestión han permanecido, se han consolidado y proyectado den
Cambio curricular, para mejorar
Creer y crear Una década de solidaridad e innovación social 39
acuerdos básicos, fortalecer el seguimiento y la evaluación permanentes por parte de los coordinadores, lograr el apoyo de los directivos a los proyectos, continuar la motivación permanente a los maestros, retomar el desarrollo de jornadas pedagógicas, fortalecer la autocapacitación docente, sistematizar la apli cación de los planes de área, realizar encuentros periódicos de intercambio pedagógico y desarrollar una red de educadores gestores de calidad.
Mejoramiento institucional, mirarse bien
En el colegio Ana María Vélez de Trujillo dicen que se está “cocinando” la implementación de una cátedra con el mismo nombre del colegio. La cátedra tendrá una hora semanal y desarrollará competencias básicas, una búsqueda permanente de talentos y formación en valores. Esta idea surgió cuando el equipo de gestión se sumergió en el reconocimiento de la historia institucional, una de las tareas para la elaboración del plan de mejoramiento institucional.
La creación y el fortalecimiento de los equipos de calidad permitió, en 2007, la formulación de estos planes de mejoramiento de mediano plazo y de mejoramiento anual y empezar su ejecución. Posteriormente, al iniciar el 2008, se hizo seguimiento a la formulación del plan de mejoramiento de ese año. Lo más importante es que los equipos han tenido plena conciencia del proceso pedagógico que adelantan, de los pasos que dan y de los fines que persiguen, como lo afirmó en su informe el asesor de Fucai.
En la mayoría de los colegios el plan de mejoramiento general fue concertado y apropiado por el conjunto de las instituciones educativas, haciendo una lectu
ra pedagógica del contexto, la teleología institucional, las rutinas pedagógicas básicas y los énfasis de las instituciones educativas. El diseño de los planes significó una producción de conocimiento a partir de la práctica educativa, al conllevar una reflexión sobre el diagnóstico, la búsqueda de una perspectiva común de mejoramiento basada en las realidades concretas y el establecimiento de consensos básicos con respecto a temas como el aprendizaje, la enseñanza, la integración curricular, la evaluación y la planeación, entre otros.
En el colegio Ana María Vélez de Trujillo, por ejemplo, la formulación del plan coin cidió con la reconstrucción de la sede principal y el ambiente de renovación se aprovechó para empujar una reforma institucional que abarcó la misión, la visión y los principios institucionales.
La rectora Romero mide los alcances de este trabajo: “Surgió un plan de mejoramiento más real, más puntual. Y eso nos ha permitido mejorar nuestro servicio educativo; y a futuro va a ser supremamente interesante para mejorar los resultados en la pruebas Saber e Icfes”.
Para la profesora Rutsely Simarra, de la misma institución, fueron claves las actividades relacionadas con la identidad institucional. “Nos sentamos a compartir la historia y nos sentimos identificados. Las seis sedes tenían historias muy particulares, y una de las actividades que se hicieron fue tratar de reconstruir una historia común. Fue uno de los eventos más valio
Lo más importante es que los equipos han tenido plena conciencia del proceso pedagógico que adelantan, de los pasos que dan y de los
fines que persiguen
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sos del proyecto, porque rescatamos el origen comunitario de las sedes, volvimos a revisar los símbolos institucionales, se hicieron cambios en la bandera y el escudo y se redefinió el modelo pedagógico”.
En el colegio San Felipe Neri, la reconstrucción histórica también arrojó descubrimientos: “Se encontró que teníamos muchas cosas en común las instituciones participantes en el proyecto; por ejemplo, las condiciones sociales, el estrato, hasta aspectos culturales, la música que escuchan, las capacidades muy parecidas. Esto permitió construir la misión, la visión, la identidad institucional, la historia del colegio y dio pie para que pensáramos en un
modelo pedagógico, que se estableció a lo largo del proyecto”, revela el docente Edgardo Jaraba Torres.
El docente de tecnología Miguel Ángel Díaz, del colegio Ana María Vélez de Trujillo, resalta: “Este proceso nos hizo aterrizar a todas las ocho instituciones que estuvimos ahí en lo propio de cada institución, en cómo abordar las particularidades de la comunidad educativa, y a partir de eso tomar conciencia de lo que somos como institución y plantear el plan de mejoramiento”.
Qué enseñar y cómo enseñar
Tal como estaba previsto en el proyecto, en 2008 y a través de seminarios con el asesor se abordó el desarrollo curricular en las cuatro áreas básicas de ciencias naturales, ciencias sociales, matemáticas y lenguaje y sus relaciones generales con el eje de educación para el trabajo, así como sus relaciones específicas con los énfasis de cada una de las instituciones educativas.
Este proceso nos hizo aterrizar a todas las ocho instituciones que estuvimos ahí en lo
propio de cada institución, en cómo abordar las particularidades de la comunidad educativa
Miguel Ángel Díaz, docente del colegio Ana María Vélez de Trujillo
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Se desarrolló una malla curricular de objetivos generales y específicos para las áreas básicas, integrando allí los objetivos referidos a las competencias laborales y ciudadanas, y se lograron consensos básicos relacionados con la gestión de la enseñanza/aprendizaje. “Primero se estudió el sentido del área, su fundamentación, se sacaron objetivos generales y después objetivos por niveles”, explica Juan Guerrero, rector del colegio San Felipe Neri.
En el caso del lenguaje, el abordaje inicial se hizo mediante la comprensión lectora, considerando el desarrollo de competencias específicas de comprensión y producción de textos; en el área de sociales se abordó el desarrollo metodológico general y específico del área; también se trataron los procesos de enseñanza/aprendizaje del área de ciencias naturales y una refle xión alrededor de los ejes transversales del currículo. Finalmente, en el octavo y último seminario, se abordó el área de mate máticas.
El seminario específico realizado sobre cada área con el asesor permitió una reflexión interinstitucional sobre las prácticas pedagógicas en el aula, estableciendo cómo se enseñaba antes, qué se podía mantener de eso y qué modificaciones se podían intro ducir. El profesor Edgardo Jaraba Torres, del colegio San Felipe Neri, sostiene que “es relevante el trabajo de todos los maestros de todas las instituciones por áreas, y ahí aprendimos de los otros. Sacábamos los grandes temas desde preescolar hasta grado undécimo. Y por último, la planeación por área y por clase”.
El impacto de estos aprendizajes alcanzó al conjunto de las instituciones educativas gracias a que los docentes que asistieron por cada colegio fueron diligentes en la socialización de las experiencias de los seminarios con sus compañeros de área en cada colegio y crearon entre ellos un
clima favorable al cambio. Esta réplica generó un diálogo de saberes entre los aportes de los docentes en cada institución y lo discutido en los seminarios por los docentes de las diversas instituciones.
Otra vez, el colegio Ana María Vélez de Trujillo mostró resultados contundentes. “Estamos en el proceso”, dice la maestra Rutsely Simarra Obeso. “Hicimos unas modificaciones importantes en el plan de estudios, atendiendo aspectos que surgieron en el diagnóstico general. Los principales se referían a los procesos de lectura y escritura, el desconocimiento de la constitución po lí tica y la preocupación por el deterioro del medio ambiente”. Como resultado de eso el colegio introdujo modificaciones en el plan de estudios como la vinculación
Plan de mejoramiento general concertado, apropiado y en proceso de implementación en cada una de las instituciones educativas partici-pantes.
Plan de mejoramiento curricular con énfasis en el desarrollo del plan de estudios para las cuatro áreas básicas con ejes transversales de educación para el trabajo y la convivencia.
Equipos de mejoramiento institucional capacitados para el diseño y mejoramiento curricular implementando en cada una de las instituciones educativas planes y proyectos específicos de área.
Documento de sistematización de la experiencia elaborado a partir de los registros y memorias de los seminarios talleres y de los acompa-ñamientos.
Documento de línea de base curricular, en el que se caracteriza el estado de los currículos de las instituciones participantes.
Software curricular para la sistematización, socialización y actualización colectiva permanente del Proyecto Educativo Institucional.
Principales resultados
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de las asignaturas de lectura y producción textual, con una hora semanal; de educación política y democracia, con tres horas, y de educación ambiental.
La profesora Rutsely explica que los estudiantes se están apropiando de nuevos conocimientos y más posibilidades frente a la lectura y la escritura, al acceder a aprendizajes como la redacción de párrafos, la elección de títulos y la identificación de tipos de escritos: saber cuándo es informativo, cuándo es narrativo o cuándo es descriptivo. “Hemos tratado de que sea lo más participativo posible, sin ir con toda la teoría de la producción textual, sino paulatinamente”.
El colegio San Felipe Neri también hizo avances importantes. De nuevo, los docentes se pelean la palabra para contar. La coordinadora Ferneli Peña se les adelanta esta vez para destacar la oportunidad que tuvieron los docentes de implementar nuevas estrategias en el aula y la confección de una guía didáctica de acuerdos pedagógicos para el trabajo en clase. La pro fesora de lengua castellana, Eunice Villareal Alvis, le sigue para sostener que hubo una consolidación de las áreas con respecto a los estándares y las competencias y que su colegio decidió no utilizar tantas temáticas sino enfocarse en las necesidades según el contexto y lo que realmente necesita el estudiante. Algo en
Cambio curricular, para mejorar
Creer y crear Una década de solidaridad e innovación social 43
lo que coincide el profesor de ciencias naturales Wilmer Álvarez: “En la institución había mucha confusión, nunca íbamos en contra de la ley, pero no teníamos cómo aportar cosas distintas”.
El profesor Edgardo Jaraba Torres espera el momento oportuno para concluir: “El desarrollo curricular ha permitido que todos los docentes estemos en una misma dirección, pues antes, por ejemplo, cada segundo tenía una clase distinta, mientras que ahora se ha establecido una metodología de trabajo en el aula, que indica no sólo los contenidos estandarizados por cada grado y asignatura, sino las distintas etapas de la clase”.
Otro logro importante en varias instituciones se refiere a que los aprendizajes sobre el desarrollo curricular no se limitaron a las áreas previstas en el proyecto, sino que se extendieron a otras, como relata la coordinadora Fernely Peña: “Las áreas de artística, educación física y tecnología han empezado a armar sus planes de área, para definir el sentido del área, su fundamentación y sus objetivos grado por grado”.
Lluvia de proyectos
El proyecto de mejoramiento curricular motivó el intercambio de proyectos entre los colegios y la formulación de otros nuevos que recogen los aprendizajes del desarrollo curricular. El proyecto tuvo un espacio para que cada institución mostrara experiencias significativas en las diferentes áreas. “Nosotros mostramos en el área de castellano unas muy buenas experiencias que llamaron la atención del auditorio. Es ver lo que estamos haciendo y lo que están haciendo los otros y cómo lo están haciendo, eso es enriquecedor”, asegura el profesor Atilano Arrieta, del colegio Ana María Vélez de Trujillo.
Rutsely Simarra, del área de lenguaje, destaca el proyecto “Así hablamos en el Ca
Estamos experimentando un modelo de evaluación estilo Icfes, y ya tuvimos la primera experiencia,
para enseñarles a los chicos algunas cosas, por ejemplo, empezar a familiarizarlos con examen
manejando preguntas tipo 1 y hojas de respuestas
Rutsely Simarra Obeso, docente del colegio Ana María Vélez de Trujillo.
legio está trabajando en varias iniciativas relacionadas con el eje laboral. La más importante se refiere a la producción del betún basado en la flor del bonche. “Tenemos pensado que el colegio les venda betún a todas las instituciones del Distrito de Cartagena; que el betún que se utilice en Cartagena venga del Ana María Vélez de Trujillo”, afirma la rectora Rita Rosa. Además, el colegio tiene una hora semanal para el eje laboral y dentro de ella busca canalizar talentos a partir de los cuales identificará situaciones que permitan organizar a los estudiantes en el montaje de microempresas.
El mejoramiento curricular también los llevó a organizar una biblioteca comunitaria con la que esperan prestar servicio no sólo a los estudiantes propios sino a la comunidad del sector, para lo cual se habilitará el espacio de la antigua sede Julio R. Faciolince. Una de las ofertas más atractivas la constituye el préstamo de libros para llevar a casa, por una semana. La biblioteca nace con 3000 volúmenes, entre los que hay textos de literatura y textos guías donados por la Embajada de España.
En el área de ciencias naturales se está impulsando la formación de semilleritos de investigación, porque se vio que desde el aula de clase se podía hacer investigación y experimentos.
El colegio San Felipe Neri presentó en los intercambios un proyecto de utilización de las herramientas audiovisuales en el aprendizaje de la ciencia, basado en un software con el que los estudiantes repasan temas de biología de forma divertida. “El programa les da la oportunidad de montar sus propias actividades y ver las de otros y se complementa con videos. El software también se usa para hacer rompecabezas, exposiciones y mapas conceptuales”, cuenta el profesor Wilmer Álvarez.
ribe”, orientado a reflexionar sobre otras lenguas, distintas del castellano, que se hablan en la región Caribe. “Empezamos a explorar palabras en wayuuniaki, criollo, sanandresano, kogui, palenquero, y finalmente hicimos un ejercicio muy interesante: los estudiantes se ubicaron en su barrio y empezamos a hacer un miniléxico de las voces que usaban allí. Presentamos en el Día del Idioma un diálogo donde hacían presencia todas esa voces, apoyado de videos, mapas y consultas”. En sociales se desarrolló la experiencia de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, trabajada con los niños de primaria a través de video.
Entre los nuevos proyectos, el más importante es la cátedra Ana María Vélez de Trujillo, dirigida a fortalecer el eje de competencias ciudadanas, para lo cual en 2009 ya se tenía previsto el equipo, la profesora y la orientación curricular. Además, el co
El proyecto aportó a las instituciones participantes una herramienta de software curricular que facilita la sistematización, socialización y actuali-zación colectiva permanente del Proyecto Educativo Institucional, PEI.
La estructura de la herramienta fue diseñada en 2007 con la participa-ción activa de los colegios y sus contenidos específicos se fueron clarifi-cando en la medida en que dieron los resultados del proyecto. En 2008 se avanzó en el diseño de una presentación genérica que permitiera su utilización posterior en otros proyectos en la Costa Caribe, y se rees-tructuró el diseño inicial con una presentación más vistosa y agradable. Entre tanto, las instituciones educativas avanzaron en la recolección de la información requerida.
Este software ofrece una solución práctica al manejo de la información sobre el PEI en las instituciones educativas, al permitir la sistematización de archivos y carpetas que anteriormente se encontraban dispersos en uno o varios computadores.
PEI digital
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En lengua castellana el colegio mostró un proyecto de prensa/escuela que se desarrolló con la Universidad Nacional, dirigido a la producción textual de los estudiantes, con guiones, noticias y algunas nociones de audiovisual. Y en matemáticas, un proyecto de olimpiadas en el cual se articularon las matemáticas y la comprensión lectora.
El profesor Atilano Arrieta resume los logros del proyecto en cuatro aspectos: “Uno, la unificación de criterios, porque nunca ha sido fácil; dos, la integración con las demás instituciones participantes en el proyecto, porque pudimos mostrar lo que hacemos y ver qué hacían los demás, com
Los estudiantes no han tenido que ver directamente con el proyecto, pero sí indirectamente, y han empezado a sentir un
cambio, sobre todo en la forma de preguntar
Wilmer Álvarez, docente del colegio San Felipe Neri
parar y saber cómo estamos y qué nos falta; tres, los aportes desde el punto de vista teórico, pues tuvimos la oportunidad de renovar algunos criterios producto de las discusiones; y cuatro, la misma mecánica del proyecto, que fue muy participativa, a todo el mundo se le dio la oportunidad de exponer sus ideas”.
Edelmira Salgado, funcionaria de la Secretaría de Edu ca ción de Cartagena, hace una síntesis contunden te: “Este es un proyecto que necesita el Distrito, y no sólo las ocho instituciones parti cipantes, pues reúne elementos que permiten avanzar en cada una de las áreas básicas y en el eje de competencias laborales”.
ayerli Navarro era una niña ensimismada, que rompía en llanto cuando debía exponer ante sus compañeros. Un día de abril de 2009 hizo una lec
tura en voz alta casi impecable, utilizando todas las técnicas, en un texto difícil, lleno de signos de exclamación e interrogación: El trompo de Arcelio, de Andrés Elías Flórez. La profesora Yadira Moreno, coordinadora de lenguaje del colegio Nueva Esperanza, de Sincelejo, le calificó “sobresaliente”, pero lo que quería hacer en realidad era abrazarla con fuerza.
Yadira dice que otros niños y niñas han tenido progresos semejantes gracias al proyecto Excelencia Académica, realizado durante dos años por la Fundación Promigas, con el patrocinio de la Fundación Argos, en diez colegios del departamento de Sucre. Ella y muchos docentes de los diez colegios integran ahora una Red de Excelencia Académica con la cual se busca darle sostenibilidad a los logros y extenderlos a otros docentes y otros colegios mediante el intercambio presencial y virtual de experiencias significativas, el aprendizaje colaborativo y la realización de pasantías entre instituciones, como espacios de reflexión, discusión e intercambio orientados a validar y hacer visible lo que las instituciones hacen.
La idea de la Red de la Excelencia como un proceso a largo plazo se ha convertido en una consigna entre los docentes. Alberto Ver
Diez colegios lograron consolidar sus modelos pedagógicos e iniciaron procesos de mejoramiento que ya muestran resulta-dos en aspectos como la comprensión lectora, la resolución de problemas matemáticos, las competencias afectivas y la ges-tión directiva. Ahora buscan consolidar los logros mediante la integración de una red de excelencia académica a la que pue-den vincularse otros planteles.
Procesos de mejoramiento en Sucre
La excelencia teje su red
M
bel, del colegio La Inmaculada Concepción, habla de que se avanza poco a poco y que los resultados no son visibles de la noche a la mañana. Y Manuel Esteban Garay, rector del colegio Don Alonso, destaca que “una ventaja de este proyecto es que se hace seguimiento al trabajo de campo, y eso ha consolidado los procesos de cambio”.
Otro aspecto en el que directivos y docentes se han puesto de acuerdo es el trabajo en equipo, pues a cada uno de los colegios
le sirvió la experiencia para reconocerse como una institución integrada, que a pesar de tener distintas sedes, jornadas y niveles, debe tener un modelo pedagógico único, una sola malla curricular y planes de estudios unificados.
Cambio institucional
Los supervisores de la Secretaría de Educación de Sucre están impresionados. Cuando llegan a los colegios que integran la Red, como el Heriberto García, nadie corre con papeles de un escritorio a otro, ni están poniendo firmas de última hora. “Gracias al proyecto de excelencia nos ha ido mejor en esas visitas; los procesos que nos piden los tenemos”, dice la rectora Esperanza Romero sin ocultar su orgullo.
El proyecto de Excelencia Académica ha sido una oportunidad para mejorar tanto aspectos puntuales como la integralidad de la gestión directiva y de las competencias básicas en lenguaje, matemáticas y desarrollo afectivo. Eso dice Blasina Lozano, docente del Carlos Arturo Verbel: “Nos ayudó a desarrollar el plan de mejoramiento y a ver cómo estamos frente a la realidad institucional; nos ha servido para tomar el rumbo de la calidad”.
Alejandro Lamadrid, rector del colegio La In ma culada Concepción, reconoce que tam bién les cambió la visión directiva: “Se materializó un horizonte institucional que está en proceso de implementación, se diseñó el manual de convivencia escolar y se hizo una carta de navegación que contiene el manual de funciones”.
En el colegio Don Alonso el rector asegura que el proyecto le cayó “como anillo al dedo” a su propósito de hacer que la formación sea trascendente y genere cambios en el estudiante, para que ten
Martha Ríos, madre de una alumna del colegio Heriberto García decidió capacitarse en informática para entender qué tanto hacía su hija en el computador. Después, con los estudiantes Daniel del Valle, Julio Carbo-nero y Jairo Pretelt se pusieron a enseñarles a un grupo de veinte padres. “Queremos informarnos para no estar tan ignorantes de los programas en que se meten nuestros hijos”, dice ella al explicar este esfuerzo articula-do al componente de competencias afectivas del proyecto de Excelencia Académica.
El componente se centró en el acercamiento de los padres al proceso académico y en la elaboración de un diagnóstico afectivo de los estudian-tes. Los logros del Heriberto García tienen especial atractivo, pues se ha conformado una escuela permanente de 40 padres y madres que asisten a capacitaciones en valores, pautas de crianza y modelos de autoridad. Con otros 25 padres de la básica primaria, que no sabían leer ni escribir, se montó un programa de alfabetización para que puedan mejorar sus competencias y ofrecer algún apoyo a sus hijos.
La rectora y la psicorientadora se emocionan al hablar de Lizzete Villa-lobos, la hija de Martha Ríos, quien es reportera del periódico escolar; de la hija de don Marcos, quien era una niña rebelde y desordenada y ahora es ejemplo de dedicación; o de las hijas de doña Yamile, quienes han ganado en autoestima y se sienten orgullosas de su madre porque la escuela de padres la ha hecho sentir importante. En el colegio Don Alonso ahora miran distinto a estudiantes que eran vistos como “prospectos de pandilleros” y han tenido una transformación positiva.
Escuela de padres
Una ventaja de este proyecto es que se hace seguimiento al trabajo
de campo y eso ha consolidado los procesos de cambio
Manuel Esteban Garay, rector del colegio Don Alonso
ga elementos con los cuales resolver un proyecto de vida. “El quehacer de los docentes ha cambiado, utilizan distintas estrategias metodológicas y su didáctica es de otro tipo, están pendientes de los problemas psicosociales, están comprometidos con el cambio institucional y los procesos culturales”, proclama Manuel Esteban Garay.
Por eso, Luis Urbano Olmos, rector de la Escuela Técnica Agropecuaria de Caracol, asegura que los diez colegios de la Red están hoy más cerca de las exigencias del Ministerio de Educación que el resto de las instituciones del departamento. “Tenemos planes de mejoramiento fáciles de ajustar, de evaluar, no tan complejos y que apuntan a prioridades”.
Hay un modelo pedagógico
El profesor Jonathan Álvarez, del colegio Nueva Esperanza, se la pasa ahora jugando baloto con sus alumnos en lugar de repetir y repetir las tablas de multiplicar. Estudiantes suyos como Lizeth, Kathy, Elías, Andrés, Camilo o David se pelean por pasar al tablero, cuando antes hasta se metían debajo del pupitre para no hacerlo.
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como el proceso, la comprensión del texto y la capacidad de análisis”.
Gran parte del éxito se debe justamente a que los estudiantes han avanzado en la articulación de los conocimientos matemáticos con los de lengua castellana y por eso comprenden mucho más los planteamientos de los problemas y tienen una mayor capacidad de interpretación, como revela el profesor Jonathan Alvarez. “Aho
Eso tiene que ver con el modelo de resolución de problemas cotidianos, basado en siete preguntas que permiten resolver cualquier tipo de problema. “Nos ha ayudado mucho porque antes los estudiantes sólo se preocupaban por la respuesta y ahora han aprendido a buscar un método para resolver los problemas, y eso los ha vuelto más espontáneos”. Eso explica la emoción con la que el profesor dice que “ya no nos interesa tanto la respuesta
La excelencia teje su red
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A su vez, la profesora Yadira Moreno, del colegio Nueva Esperanza, atribuye los progresos extraordinarios en lenguaje a la adopción de un Modelo Pedagógico Social Humanístico basado en la capacitación que el proyecto de Excelencia Académica les ofreció a través de la Fundación Alberto Merani. “El proyecto fue importante para potenciar las competencias en lenguaje al promover la lectura por niveles, que es como evalúa el Icfes, y por fases: cognitiva, afectiva y de expresión”. Los resultados, dice ella, han sido altamente satisfactorios y el cambio en la clase se nota.
Gracias a la capacitación, los diez colegios de la Red se motivaron a adoptar un modelo pedagógico o a reformular el que tenían, así como a reestructurar el plan de área, la metodología y la didáctica. Además, empezaron a elaborar pruebas tipo Saber, con varios simulacros, lo cual ha mejorado de manera evidente la capacidad de respuesta de los estudiantes. “Ahora hay coordinación conceptual en toda la institución y avances en lengua castellana, en comprensión lectora y en matemáticas”, resume Marcos Bertel, rector del colegio Antonio Prieto.
En algunos colegios, el modelo ya se ha extendido a las áreas de sociales y ciencias naturales y a bachillerato, como revela Yadira Moreno. “Fuimos más ambiciosos y vimos que podíamos llevarlo al bachillerato”. Miguel Bustamante, de La Inmaculada Concepción también registra similar avance. “Antes siempre en la lectura los
Muchos compañeros no sabíamos interpretar un texto y tocaba ir cada rato a preguntarle a la seño; ahora podemos solos, hay mayor
conocimiento de cómo leer”
Sandra Angulo, estudiante del colegio Don Alonso
ra tienen dudas específicas, antes simplemente no entendían, no sabían precisar las dificultades ni expresarlas”.
Algo parecido dice el profesor José María Contreras, coordinador de matemáticas del colegio Don Alonso, quien revela que al entender mejor los problemas los estudiantes ya no les huyen sino que los piden, al punto que nació la necesidad de crear un Banco de Problemas para abastecerlos.
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estudiantes se quedaban en el nivel literal y ahora ya pasamos al nivel inferencial en primaria y al nivel de proposición en bachillerato, porque el trabajo lo llevamos a todo el colegio”.
Sandra Angulo, estudiante del colegio Don Alonso, coincide: “Muchos compañeros no sabíamos interpretar un texto y tocaba ir cada rato a preguntarle a la seño; ahora podemos solos, hay mayor conocimiento de cómo leer”. Su compañero José Fernando Contreras confiesa: “antes sólo me gustaba leer el 10% y ahora el 58% porque la seño nos ha dado pasos para leer”. Erick
La educadora Juanita García Manjarrés dis-puso en su testamento que su colegio crea-rá una jornada adicional para que los niños y niñas más pobres de Sincelejo disfrutarán de sus instalaciones y sus recursos. Así nació esta escuela pública, que luego se independi-zó, se integró con otras escuelas del munici-pio y en 2009 logró tener una sede nueva, la mejor de la ciudad.
La rectora asegura que el proyecto de Ex-celencia Académica fortaleció la capacidad de gestión de la institución y su estrategia de alianzas con entidades públicas y privadas, entre las cuales se cuentan la Fundación Promigas, Cementos Argos, Almacenes Éxito, Secretaría de Salud de Sincelejo, Dasalud, Plan Internacional, Fundación Hijos de la Sierra Flor, Compartel, Universidad de Sucre y Fundación Batuta. “Veíamos que la institu-ción no podía salir adelante sola; el proyecto de Excelencia Académica nos ha servido mu-cho para aprender a gestionar las alianzas”.
Alianzaspara educar
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ciones Educativas Técnicas de los Montes de María, Asoietomm, la cual preside y de la que forman parte 26 instituciones de once municipios de Sucre y Bolívar.
La estrategia de la Red es el aprendizaje co laborativo, con una dinámica de interacción entre subredes dentro de una misma institución educativa y hacia fuera entre instituciones, o sea que además de la red que conforman todos los colegios a nivel departamental, cada colegio está integrando una red con todos sus maestros y unas subredes de lenguaje, de matemáticas y de gestión directiva, por medio de las cuales se socialicen muchas actividades.
Se espera que al consolidarse la Red pueda extenderse a otros colegios del departamento y a otros de departamentos, como Atlántico, donde también se está desarrollando una Red de Excelencia. El rector Manuel Esteban Garay tiene bastante claros los objetivos. “Ya nos dieron las herramien
El proyecto fue importante para potenciar las competencias en lenguaje al promover la lectura
por niveles, que es como evalúa el Icfes, y por fases: cognitiva, afectiva
y de expresión
Yadira Moreno, profesora del colegio Nueva Esperanza
Tovío asiente con la cabeza primero y tan pronto puede suelta su comentario: “Antes no me gustaba; ahora con la simulación y la modelación me encanta leer”.
Estrategias en red
El rector de la Institución Educativa Técnica Agropecuaria, Luis Urbano Olmos, tiene un sueño: compartir con la Red de Excelencia de Sucre todos los avances que viene realizando la Asociación de Institu
La excelencia teje su red
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tas de la excelencia, ahora directivos y docentes tenemos el compromiso de seguir con el intercambio, es una oportunidad para garantizar la sostenibilidad del cambio, para conocer experiencias significativas, para visitarnos, para hacer alianzas”.
La Red tiene como una de sus herramientas principales una plataforma de internet, diseñada por las fundaciones Promigas y Alberto Merani, para facilitar la interacción permanente, que se complementa con el uso del correo electrónico.
No obstante, algunos docentes confundieron la Red de Excelencia con la herramienta informática, por lo cual fue necesario fortalecer el trabajo presencial para que entendieran internet sólo como una herramienta y asumieran la red como un proyecto que tienen que construir los maestros y los colegios por medio de sus intercambios.
Muchos docentes también tienen limitaciones para acceder de manera competente a la tecnología de internet y desarrollar
La Secretaría de Educación de Sucre ha sido determinante en los proyectos de Excelencia Académica y Red de Excelencia, porque los ha institucionalizado y articulado a sus estrategias, facilitando la disposición de tiempo de los docentes. Carlos Santos Gómez, coordinador de Calidad Educativa, es la voz de la Secretaría en el proceso.
¿Qué importancia han tenido para la Secretaría estos dos proyectos?Se convirtieron en una estrategia para el mejoramiento de la calidad de la educación, sobre todo en los Montes de María, donde habíamos tenido dificultades de seguridad y convivencia. Los proyectos llegaron en un momento clave y la pedagogía conceptual les dio luces a algunas instituciones para fortalecer el componente pedagógico de los PEI.
¿Había la necesidad apremiante de un proyecto como éste?Las instituciones en este aspecto pedagógico estuvieron marchando sin norte. Los docentes en sus diferentes áreas hacían lo que creían conveniente y puntual, pero estábamos ante una especie de Torre de Babel pedagógica en la cual cada quien hablaba de un modelo diferente, de unas estrategias diferentes y de actividades diferentes. Ahora algunas instituciones optaron por unificar su propuesta pedagógica alrededor de un modelo, reconsiderando su trabajo y resignificando los PEI.
¿De qué manera es posible darle sostenibilidad a estos procesos?Nosotros constituimos la Red de Docente Investigadores de Sucre, que trata de ser un gran marco organizacional desde el cual los docentes empiecen a unificar algunos procesos. En esta red organi-zamos cuatro mesas alrededor de las cuales deberían confluir los docentes investigadores: evaluación de los aprendizajes, uso de los medios de comunicación y las tecnologías en los procesos pedagógicos, pertinencia de los currículos y desarrollo humano y medio ambiente. Con estos cuatro proyectos reco-gemos las experiencias de Excelencia Académica y de muchos proyectos que se han adelantado en el departamento y empezamos a darles continuidad a través de un eje trasversal que es la investigación.
La Secretaría de Educaciónapoya la excelencia
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una cultura de trabajo virtual. “Son apáticos a las nuevas tecnologías, lo cual no quiere decir que vayan a ser excluidos del proyecto o que no lo asuman”, dice Marcos Solórzano, coordinador del Liceo Carmelo Perry, donde el año pasado se hizo una capacitación en informática básica y este año un posgrado en nuevas tecnologías, procesos dirigidos a consolidar la Red. La Fundación Promigas y los colegios han explorado distintas opciones para superar esta limitación.
Encuentros reales
A finales de abril, en Sincelejo, los rectores de siete de los colegios que conforman la Red se reunieron para firmar el acta de compromiso de vinculación a la Red y avanzar en varios aspectos de su desarrollo. Con su sola presencia dejaron en evidencia que la Red también tiene espacios físicos de reunión, como talleres de capacitación, visitas de asesoría, pasantías y foros académicos. Se trata de generar espacios de intercambio y formación permanente alrededor de necesidades específicas.
Inicialmente se realizaron tres encuentros con temas trascendentes para fortalecer el compromiso y la responsabilidad de los actores involucrados: un taller de gestión
Los proyectos de Excelencia Académica y Red de Excelencia se convirtieron en una
estrategia para el mejoramiento de la calidad de la educación, sobre todo en los Montes de María, donde habíamos tenido dificultades de seguridad
y convivencia
Carlos Santos Gómez, coordinador de Calidad Educativa de la Secretaría de Educación de Sucre
de cambio, que buscaba promover la reflexión sobre cómo se piensa, cómo se actúa y cómo se generan transformaciones; un taller sobre trabajo en equipo y creatividad, que busca motivar a los docentes y directivos a explorar nuevas formas de resolver problemas institucionales, y un taller de ética de la responsabilidad docente, que es una reflexión sobre el papel del educador.
La excelencia teje su red
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Además de los talleres, la Fundación Promigas acompaña a los colegios mediante vistas en sitio, para asesorar las experiencias significativas que vienen desarrollando y que quieren compartir en la Red. Allí podrán estar el bingo del profesor Jonathan Alvarez, las clases de informática de doña Martha Ríos, el audaz concurso “Lee y comunícate”, que premia con celulares a los mejores lectores de la Institución Téc
nica Agropecuaria de Caracol o las clases de lectura corporal de la profesora Magali Castro. Las más interesantes pueden ser escogidas por el conjunto de los rectores y docentes como objeto de pasantía, para visitarlas, conocerlas y aprender de ellas. Así entonces, muchos profesores podrán escuchar a Mayerli Navarro leyendo El trompo de Arcelio y entender por qué a su profesora Yadira se le aguaron los ojos.
Proyecto de currículo alternativo
La ciencia de enseñar las ciencias
Ocho colegios de Barranquilla han mejorado la enseñanza de las ciencias naturales mediante un currículo alternativo que se construye mientras se enseña. El proyecto les ha permitido a los investigadores de la Universidad del Valle generar nuevos co-nocimientos sobre el currículo, replicables en todo el sistema educativo.
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uando a Lucía Escalante, la rectora del Colegio Mayor, se le pregunta por el proyecto
para la construcción de un currículo alternativo de ciencias naturales y educación ambiental se le ilumina el rostro. Contesta segura: “Nos cayó como anillo al dedo”.
También el profesor Pedro Ferrer tiene mucho qué decir, pues ha participado en los dos proyectos con los cuales la alianza de la Fundación Promigas, la Secretaría de Educación de Barranquilla y la Universidad del Valle buscan transformar la enseñanza de las ciencias naturales en la ciudad, mediante la generación de nuevos conocimientos científicos acerca de esta práctica pedagógica.
En el primer proyecto, “Enseñanza de las ciencias naturales y la educación ambiental en Barranquilla”, se elaboró un diag nóstico sobre cómo se enseñaban las ciencias naturales en el Distrito de Barranquilla. Participaron 22 colegios y un equipo de investigadores, entre los que se encontraban el profesor Ferrer y otros dos profesores de colegios distritales.
El segundo proyecto, en ejecución y basado en el primero, se denomina “Un currículo alternativo para las ciencias naturales en la educación básica y media en instituciones educativas del Distrito de Barran
quilla”. Es una propuesta de investi gación curricular, mediante el enfoque de investigaciónacción, adelantada en conjunto por la Universidad del Valle y los docentes de ciencias naturales de ocho instituciones educativas, bajo la dirección del profesor e investigador Alfonso Claret Zambrano.
El proyecto ofrece un espacio de investigación a las universidades del Valle y Pe dagógica, en la Maestría en Educación, con énfasis en enseñanza de las ciencias naturales, y a estudiantes de pregrado que se encuentran adelantando sus tesis.
La propuesta puso en práctica una nueva forma de construcción curricular, lo cual ge neró nuevos conocimientos al contrastar la teoría del enfoque con la práctica en las instituciones educativas. Las univer sidades del Valle y Pedagógica derivan de este proceso elementos nuevos en la producción del conocimiento científico, en tanto que los colegios transforman y enri que cen la práctica pedagógica en el área de las ciencias naturales, con posibilidades de extender el cambio a las demás áreas.
Radiografía de una asignatura
El 30 de junio de 2005, la licenciada Rosmery Solano volvió a sentir cosquilleo en
El proyecto ofrece un espacio de investigación a las universidades del Valle y Pedagógica, en la Maestría
en Educación, con énfasis en enseñanza de las ciencias naturales, y a estudiantes de pregrado que se encuentran
adelantando sus tesis
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el estómago, como en su época de estudiante. Ella y otros 120 maestros estaban exponiendo sus experiencias significativas en el aula, como maestros de ciencias naturales. Fue durante el Encuentro Distrital con el que se inició la búsqueda del diagnóstico sobre la enseñanza de las ciencias naturales.
Este proceso se hizo entre 2005 y 2006 mediante la conformación de un equipo de investigación integrado por tres profesiona les del Instituto de Educación y Pedagogía de la Universidad del Valle, cuatro de la Fundación Promigas y tres docentes del área de sociales de Barranquilla, quienes de sa rro llaron cuatro fases: documentación, intervención directa con los maestros, intervención directa con los estudian tes y observación directa.
Así, se les preguntó a los estudiantes y a los docentes sobre cómo estaban enseñando y aprendiendo las ciencias, cuáles eran las características de un buen profesor y un buen estudiante, lo que más les gustaba de la clase y cómo aprendían determinados temas.
El resultado señaló perspectivas, expectativas, conocimientos, la concepción curricular, el modelo pedagógico y el didáctico; permitió conocer el estado actual de la enseñanza de las ciencias y el grado de compromiso de los profesores en la introducción de transformaciones derivadas de los lineamientos curriculares del Ministerio de Educación.
En términos prosaicos lo que se obtuvo fue una radiografía del currículo de ciencias que se desarrollaba en las instituciones educativas de Barraquilla. La complejidad conceptual va por cuenta de Alfonso Claret Zambrano, Ph.D, profesor de la Universidad del Valle, investigador y director científico del proyecto: ¿por qué había que revisar el currículo de ciencias en Barranquilla? Abre su computador portátil, sin saberse para qué, pues enseguida y sin voltear a verlo hace una justificación tan extensa como impecable.
Después de media hora de explicaciones da su conclusión inapelable: existe la necesidad de que la escuela y sus docentes,
La construcción del currículo alternativo de ciencias naturales en Barran-quilla fue posible por la convergencia de tres instituciones comprometidas con la educación: la Fundación Promigas, la Secretaría de Educación de Barraquilla y la Universidad del Valle.
La Fundación, que es la promotora y financiadora principal del proyecto, ha desarrollado desde hace años un trabajo dirigido al mejoramiento de las competencias básicas en la educación pública en los departamentos de la Costa Caribe colombiana, especialmente en las áreas de lenguaje y matemáticas. Por eso tenía el interés de ampliar su campo de acción a las ciencias naturales.
La participación de la Secretaría de Educación de Barranquilla fue esen-cial para la buena marcha del proyecto, pues al darle todo su respaldo lo “institucionalizó” y le aseguró un espacio entre las prioridades de los colegios. Además, licenció a los profesores Pedro Ferrer, Ketty Mendoza y Eutimio Hernández para que participaran como coinvestigadores en el proyecto precedente de construcción del diagnóstico sobre la enseñanza de la asignatura, lo cual permitió que sus resultados reflejaran más acerta-damente las realidades contextuales del proceso enseñanza/aprendizaje.
La presencia de la Universidad del Valle, a través de su Instituto de Edu-cación y Pedagogía, le dío al proyecto un respaldo científico de la mayor altura posible en el país.
La profesora Carlina Tapias, del colegio Mayor, resume la trascendencia de esta alianza: “Nosotros no podemos pagar unos investigadores que nos asesoren, pero hay empresas socialmente responsables, dispuestas a apor-tar a la construcción del conocimiento, y eso se hace con investigación”.
Alianza por el pensamiento
Creer y crear Una década de solidaridad e innovación social 61
en Barranquilla y en todo el país, hagan investigación curricular en las ciencias naturales “para poder recoger el progreso derivado del avance de las ciencias naturales”.
Había una vez un currículo
El profesor Pedro Ferrer ya tenía sus sospechas. Él mismo había llegado a sentirse atrapado en el libreto de la repetición: memorizar la fórmula de la energía, distinguir entre nemátodos y platelmintos o saber diferenciar entre ecologismo y desarrollo sostenible.
Por eso, ni se despeinó cuando el diagnóstico que ayudó a realizar sentenció cosas como ésta: “elementos fundamentales para el avance y práctica de la enseñanza de las ciencias como el desarrollo de una actitud investigativa, las relaciones ciencia, tec nología y sociedad y la epistemolo gía, no son considerados en la propuesta educativa de estos grupos de maestros”.
La investigación reveló que los maestros no tenían clara la diferencia entre conocimiento científico y enseñanza del conocimiento científico en el aula, que mostraban debilidades en su formación didáctica y disciplinar, que no se hacía investigación o no se ligaba ni a la experimentación, ni al laboratorio, ni a las necesidades de los es tudiantes. “Y no se veían las ciencias
in tegradas sino separadas, la física de la química y la biología”, señala la profesora Ivette Sarmiento del Colegio Mayor. En suma, el currículo desarrollado en las instituciones no se correspondía ni con los lineamientos curriculares del Ministerio de Educación ni con los nuevos desarrollos de la educación en ciencias.
Los maestros del Colegio Mayor agregan, con justicia, los aspectos buenos: “Se está haciendo mucho trabajo en el aula, pero no se da a conocer, hay mucho profesor inquieto”, dice Pedro Ferrer. “Hay docentes haciendo innovaciones, pero no se están sistematizando”, agrega la docente Carlina Tapias.
Las conclusiones de ese primer proyecto reafirmaron lo que todos venían pensando: había que construir una propuesta curricular alternativa; concebida, aplicada, evaluada y sistematizada por los maestros de las instituciones públicas de Barranquilla en interacción con los docentes y estudiantes de las universidades del Valle y Pedagógica.
El profesor Ferrer se entusiasma cuando ilustra la magnitud del cambio necesitado: “El conocimiento científico se traía elaborado y no se hacía deconstrucción. Había que pensar cómo transferir ese cono cimiento terminado a un proceso de de construcción que le permitiera al estudiante entenderlo”.
Es una propuesta de investigación curricular, mediante el enfoque de investigación-acción,
adelantada en conjunto por la Universidad del Valle y los docentes de ciencias naturales de ocho instituciones educativas, bajo la dirección del profesor e investigador
Alfonso Claret Zambrano
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Creer y crear Una década de solidaridad e innovación social 63
Los peces que enseñan
Unos 20 metros después de la puerta del Colegio Mayor hay un pequeño estanque de aguas oscuras donde es difícil imaginar que naden decenas de peces. No sólo es cierto eso, sino que además ese pequeño universo es el epicentro de un sismo pedagógico: parados allí en esa orilla, tres profesores y media docena de sus estudiantes aseguran que ese estanque les está enseñando mucho más que las interminables exposiciones frente al tablero.
Semejante afirmación da la medida del cambio que se está introduciendo en la enseñanza de las ciencias naturales en los ocho colegios donde se implementó el segundo proyecto: la construcción de un currículo alternativo en ciencias naturales y educación ambiental, aplicado, evaluado y sistematizado por los propios maestros con el acompañamiento de las dos universidades y la Fundación Promigas.
El cambio consiste en que mientras el currículo tradicional está organizado alrededor de un objetivo planificado, el currículo alternativo se construye en la medida en que se planifica y se pone en práctica. Al involucrarse en un proyecto de investigaciónacción –centrado en el estanque, por ejemplo– los docentes y los estudiantes pueden reflexionar sobre la forma en que están enseñando y aprendiendo, sobre sus
El conocimiento científico se traía elaborado y no se hacía deconstrucción. Había que pensar
cómo transferir ese conocimiento terminado a un proceso de deconstrucción que le permitiera
al estudiante entenderlo
Pedro Ferrer, profesor del Colegio Mayor
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prácticas educativas, para entenderlas, me jorarlas y relacionarlas. Y eso les permite, a la vez, aprender de su entorno y asociar ese conocimiento a los contenidos curriculares. Era justo lo que no pasaba antes, porque los colegios no les ofrecían a sus estudiantes proyectos de aprendiza je que vincularan los conceptos con la vida cotidiana y el contexto, sino que el aprendizaje se centraba en la transmisión de conceptos.
Para llegar a este punto, cada colegio debió organizar y poner en funcionamiento equipos de trabajo integrados por el rector, los coordinadores, los docentes del área,
padres de familia y estudiantes; juntos deben atravesar las tres fases de trabajo, con el acompañamiento del equipo de la Universidad del Valle, por medio de seminarios conjuntos con los equipos de todos los colegios y visitas a cada uno de ellos.
Qué, para qué y cómo enseñar
Los profesores de ciencias de Barranquilla saben que “los seres vivos están compuestos de células, la fábrica química de la vida”, pero cuando los investigadores de la Universidad del Valle les pidieron que explicaran cómo les enseñarían el significado de ese enunciado a sus estudiantes, algunos de ellos contrajeron una decena de músculos de la cara, a la vez que pensaban: “Debí haberme hecho esa pregunta antes”.
La pregunta formaba parte del segundo seminariotaller del proyecto, que en la primera fase buscaba aportar a los equipos de los colegios una fundamentación teórica sobre el currículo. “Es un proceso de cualificación muy complejo, que impli ca un esfuerzo formativo y cultural, toma tiempo, espacio y es costoso. No es un proceso muy fluido”, dice el profesor Zam brano.
Los docentes, con la asesoría permanente de los investigadores, se sumergieron entonces en una reflexión crítica sobre los resultados del diagnóstico hecho en 2006, el papel del maestro, la relación maestroestudiante y estudianteciencia, cómo y qué enseñar en ciencias naturales, cómo aprende el estudiante y cómo evaluar. La rectora Zailaya Torres, del colegio La Magdalena, parapetada en su escritorio recuerda el esfuerzo: “Nos iniciaron con una actividad en la que plasmamos cómo creíamos que era nuestro proceso de aprendizaje de las ciencias naturales y cómo habíamos estructurado el área dentro del PEI”.
El proyecto de construcción del currículo alternativo de ciencias compren-dió la realización de diez encuentros, cada uno con varios seminarios-talleres, sobre los siguientes temas:
1. La construcción colectiva del conocimiento educativo y curricular de las instituciones
2. Referentes teóricos de las ciencias
3. Conceptualización del problema de investigación
4. Modelos pedagógicos y relación CTS
5. Selección y organización del conocimiento (secuenciación y estructuración)
6. Estructura curricular de las ciencias naturales
7. El papel del modelo didáctico en la propuesta curricular
8. Evaluación
9. La coherencia de la propuesta curricular de referencia
10. Las nuevas tecnologías en la enseñanza de las ciencias
11. Propuesta curricular de referencia
Los encuentros
Creer y crear Una década de solidaridad e innovación social 65
En la segunda fase, los equipos de los colegios trabajaron intensamente para definir sus propuestas curriculares de referencia, a partir de una preguntaproblema, acordada por cada colegio con base en las necesidades de los estudiantes. La rectora del Colegio Mayor, Lucía Escalante, tiene clara la suya: “Nuestra investigación, nuestra pre guntaproblema es cómo potenciar y de sarrollar una actitud científica e investigativa en las estudiantes, implementando el conocimiento en la solución de problemas de su vida cotidiana”. Mira con la firmeza del convencimiento y puntualiza: “Estamos en ese trabajo”.
En este propósito los colegios tuvieron un acompañamiento cercano de los investigadores de la Universidad del Valle a
través de seminariostalleres, visitas, entrevistas con los equipos de los colegios y sesiones de trabajo conjuntas, además de los insumos entregados a través de los seminariostalleres. Zailaya Torres recuerda: “Nos iban dando lecturas y se analizaba qué elementos nos faltaban”. La licenciada Rosmery Solano la complementa: “Nos daban seminarios de acuerdo con las necesidades que se iban presentando, porque es un proyecto de acciónparticipación”.
La hora cero
Finalmente, cada colegio ha construido un currículo adecuado a sus condiciones específicas. Así, por ejemplo, la institución educativa María Auxiliadora propone un
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una propuesta que se estructura en cuatro ejes curriculares: Formando en ciencia, Cultura ambientalista, El laurelista investiga y Proyección comunitaria.
La tercera fase fue la puesta en práctica del currículo mediante la implementación de las propuestas elaboradas por cada cole gio, proceso asistido mediante visitas y seguimiento de los equipos asesores de las universidades y encuentros de sociali za ción que permiten el enriquecimiento mutuo de las instituciones participantes. “A finales de este año tendremos un currícu lo autónomo, propio, realizado por nuestros docentes a partir de las necesidades expresadas por los estudiantes”, precisa la profesora Rosmery Solano.
modelo pedagógico “Integral Humanista” que destaca la investigación escolar en el “pensum académico” en las fases de exploración, conceptualización, aplicación, retroalimentación y evaluación; en tanto, la Institución Educativa Los Laureles hizo
Nuestra investigación, nuestra pregunta-problema es cómo potenciar
y desarrollar una actitud científica e investigativa en las estudiantes, implementando el
conocimiento en la solución de problemas de su vida cotidiana
Lucía Escalante, rectora del Colegio Mayor
En opinión del profesor Zambrano, los principales logros ya evidentes son que el maestro está vinculando su práctica docente con los desarrollos científicos, que todas las instituciones han logrado elaborar una propuesta en torno a dos o tres conceptos fundamentales y que los maestros se han convencido de que pueden investigar, producir y sistematizar.
En el Colegio Mayor, los profesores hablan de que los temas de clase ya no están aislados en cumplimiento de un programa cerrado, sino que hay una visión desde un problema de investigación, hay un enfoque investigativo, se le da mucha importancia al desarrollo de habilidades del pensamiento de los estudiantes y se les ofrece la oportunidad de trabajar en proyectos de aula específicos; el primero de ellos de piscicultura. “Es un proyecto real donde manipulan variables, tienen la oportunidad de trabajar procesos científicos como la observación, la toma de datos, las mediciones, las hipótesis”. Por eso, el colegio ya prepara otros proyectos como la huerta escolar, la lombricultura y el manejo integral de residuos sólidos”.
En la Institución Educativa La Magdalena, la docente Rosmery Solano resume: “Se dejó de proyectar por contenidos para buscar un enfoque por competencias, la integración de las ciencias naturales con otras asignaturas, el fortalecimiento del modelo didáctico”. Pero ella cree que el impacto va mucho más lejos: “Toda la institución tiene que hacer un cambio radical a raíz de este proyecto, porque al haber un cambio en el pensamiento del docente y en la forma de trabajar en el aula en ciencias naturales, como nuestro modelo pedagógico es integral, eso implica que el cambio en ciencias va a arrastrar a las demás asignaturas”.
Y seguramente el proyecto va a arrastrar a muchas otras instituciones a procesos
En el proyecto de elaboración del diagnóstico sobre la enseñanza de las ciencias naturales en Barranquilla participaron 22 colegios públicos del Distrito. El equipo de investigación estuvo conformado por tres investi-gadores principales de la Universidad del Valle: Alfonso Claret Zambrano (director científico), Robinson Viáfara y Miyerdady Marín Quintero; cuatro coinvestigadores de la Fundación Promigas: Luz Marina Silva Travecedo, Julio Martín Gallego, Anuar Pacheco Padilla y Sandra Castro Mercado; y tres coinvestigadores de la Secretaría de Educación de Barranquilla: Ketty Mendoza Mendoza, Eutimio Hernández y Pedro Ferrer.
En el proyecto de construcción del currículo alternativo participan ocho instituciones educativas. Se crearon dos grupos de trabajo, con el pro-pósito de organizar, administrar, aplicar, evaluar e investigar el desarrollo curricular de la propuesta: el Grupo de Gestión Curricular en Ciencias, integrado por el rector, el coordinador académico, dos docentes del área, uno de primario y otro de secundaria, y un padre de familia, el cual se encargó de estructurar, organizar y administrar el proyecto de investiga-ción dentro de cada institución, y el Grupo de Enseñanza de las Ciencias, conformado por un coordinador del área de ciencias naturales y educación ambiental, los docentes de primaria y secundaria del área y dos estu-diantes, tiene el compromiso de diseñar, realizar y desarrollar el currículo dentro de cada Institución.
Los dos grupos cuentan con el acompañamiento del Grupo Asesor de la Universidad del Valle, dirigido por el profesor Alfonso Claret Zambrano.
Quiénes participan
similares, pues la puesta en práctica del currículo por parte de los colegios participantes, su retroalimentación y su evaluación permanente ha permitido a la Universidad del Valle reconceptualizar los enfoques y la práctica y generar conocimiento probado para modificar los contenidos de los currículos. Esto se evidencia en aprendizajes derivados de nuevos elementos: pertinencia de los contenidos curriculares, cantidad de los contenidos, sistema de evaluación, entre otros.
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l día en que fue con sus compañeros de preescolar y con la profesora Nancy a conocer el
buque escuela Gloria ha sido uno de los más felices en la vida de Didier, quien se apresuró a pedir que le explicaran cómo hacía para flotar si tenía tantas cosas adentro. Seguía siendo el mismo niño inquieto y preguntón del año anterior, pero ya no le pegaba a todos sus compañeros, ni se salía de clase cada vez que le daba la gana.
Sor María Candelaria, rectora del colegio público San Vicente, de Barranquilla, asegura que el cambio de Didier, el de Mateo y el de muchos otros niños se debe a la transformación que está viviendo el preescolar del colegio por la implementación del proyecto “Mis primeros pasos hacia la excelencia”.
El proyecto se ejecutó durante 2008 y 2009 en diez colegios de Barranquilla, mediante una alianza que lidera la Fundación Promigas y de la que forman parte las fundaciones empresariales Corona, Éxito, Bancolombia, Genesis y Nacional de Chocolates, así como el Instituto de Bienestar
Familiar y la Secretaría de Educación de Barranquilla.
Los tres componentes del proyecto buscan darle al preescolar la importancia que no tenía dentro de las instituciones educativas al articularlo al proyecto educativo de cada colegio, revisar y modernizar las prácticas pedagógicas de las docentes y hacerle seguimiento a la situación nutricional de los niños y las niñas. Los dos primeros componentes fueron diseñados y son operados por el Programa de Educación Preescolar de la Universidad del Norte; el de nutrición, por el Programa de Nutrición y Dietética de la Universidad Metropolitana, ambas de Barranquilla.
La Fundación Promigas dirigió el diseño de los componentes, acompañó a las dos instituciones en su aplicación e hizo un proceso constante de seguimiento y revisión, para analizar y resolver las principales dificultades en conjunto con las universidades. Con los financiadores se mantuvo una mesa de trabajo que revisó contantemente todos los logros y las dificultades. Esta metodología de trabajo ha permitido enriquecer el proyecto con aportes diversos y
Primera infancia
Renovación preescolar para el Caribe
Una alianza de seis fundaciones empresariales, dos instituciones estatales y dos uni-versidades, liderada por la Fundación Promigas, ejecuta un proyecto que transforma la educación pública preescolar, le da un reconocimiento que no tenía dentro de las instituciones educativas y construye nuevos aprendizajes como resultado de la inte-racción entre los aliados. Varios de sus protagonistas dan sus versiones.
E
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visiones complementarias de los sectores público y privado, y la academia.
El proyecto, una visión general
En el colegio Miguel Ángel Builes, la profesora Sandra Caballero vivía empecinada en que las niñas aprendieran a punta de planas y repeticiones. Ahora se embadurna con ellas pintando un mural para que desarrollen la motricidad y lleva huellas de zapaticos en la ropa por empeñarse en que atraviesen el pasamanos.
“Yo era una maestra tradicional, les metía la matemática, el español, y mi meta era que todas salieran leyendo, pero ahora desarrollo más la parte motriz y la parte afectiva. Este proyecto me ha cambiado la mentalidad”.
Su trasformación evidencia el logro del objetivo propuesto: favorecer el desarrollo integral desde la primera infancia. Una apuesta que decidió liderar la Fundación Promigas cuando comprendió que su apoyo a la educación básica primaria resultaba insuficiente si no había un trabajo consistente en el preescolar.
Después de un ejercicio piloto, la Fundación consolidó este innovador proyecto que busca dar a las instituciones educativas herramientas para fortalecer todos los aspectos que facilitan el aprendizaje del niño: el trabajo pedagógico, la nutrición, la vida en familia, el cumplimiento integral de derechos.
El proyecto se inició con la revisión del PEI y la organización de la institución, para asegurar que el preescolar tuviera allí una presencia visible y estructural, pues el diagnóstico arrojó que había una gran ausencia: los manuales de convivencia no lo
Los tres componentes del proyecto buscan darle al preescolar
la importancia que no tenía dentro de las instituciones educativas al articularlo al proyecto educativo de cada colegio, revisar y modernizar
las prácticas pedagógicas de las docentes y hacerle seguimiento a la situación nutricional de
los niños y las niñas
La directora regional de ICBF, Emilia Fontalvo, destaca el proyecto “Mis primeros pasos hacia la excelencia” como un ejemplo de responsabilidad social y garantía de derechos.
“Lo que hay que resaltar en este programa es la responsabilidad social empresarial, destinada específicamente a uno de los pilares del desarrollo del país y de la humanidad, que es precisamente la educación, y también la salud.
“Los adultos tenemos que entender que al niño hay que darle atención desde su etapa de gestación; lo que hagamos hasta los cinco primeros años de vida es el cimiento de lo que él va a ser cuando sea adulto y lo que no le podamos dar en esos años y se lo queramos dar después ya no va a tener la misma incidencia.
Lo que viene haciendo la Fundación Promigas con algunos preescola-res es precisamente mostrándoles que ellos tienen unos derechos, que pueden tener las cosas en la cantidad y la calidad necesarias, que ellos mismos entiendan que pueden tener una buena ración de alimento y una persona que los atiende con afecto. El niño que tiene educación, que tiene salud, que tiene alimentación, recreación y afecto es un niño que tiene un buen cimiento para ser un ciudadano de bien”.
Oportunidades para ser buen ciudadano
71Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
incluían y las profesoras de preescolar no participaban en la toma de decisiones. Si el preescolar no estaba presente, los colegios debían hacer un plan de mejoramiento para incluirlo.
También se trabajó en la construcción de estándares curriculares, pues no había y las docentes trabajaban con los conocimientos que traían de la universidad, sin una directriz institucional, sino a su juicio, como les parecía. Las prácticas docentes en el aula y fuera de ella han sido monitoreadas, orientadas y replanteadas.
La clase tradicional se ha trasformado; se han generado distintos espacios lúdicos dentro del aula para permitir que los niños tengan diferentes momentos con la misma profesora: el espacio de lectura, el
espacio de teatro, el espacio de artes manuales. Y eso hace del colegio una experiencia mucho más rica, en todo sentido. Además, se han promovido las salidas pedagógicas como nuevos espacios y nuevas oportunidades de aprendizaje.
También se contemplan seis encuentros de socialización, en los que cada colegio muestra sus logros a las demás instituciones y a los aliados, buscando que el docente tenga voz y que el aliado pueda contrastar los informes de ejecución con lo que está pasando en los colegios. Los temas de cada encuentro los dan los avances logrados. Por ejemplo, en el primero los temas fueron la revisión del nivel de presencia del preescolar en el PEI y el plan de mejoramiento institucional; en el segundo, el rol del docente.
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En el componente nutricional se ha evaluado el funcionamiento de los restaurantes escolares, promoviendo las buenas prácticas, y se ha hecho seguimiento al estado nutricional de los niños y niñas, mediante la medición de talla y peso y la sensibilización de las familias con respecto a los buenos hábitos alimenticios.
Un proyecto, múltiples visiones
I. La profesora: de las planas a las ganas
En el colegio Miguel Ángel Builes las estudiantes no pueden cometer la equivocación de botar un papel al piso. Enseguida se las tienen que ver con las pequeñas patrulleras ecológicas de cinco años, vestidas de chaleco y comprometidas con la limpieza del patio y el cuidado de las plantas. La profesora Sandra Caballero se vuelve un torrente de palabras al explicar que eso y mucho más es resultado del proyecto de excelencia en el preescolar.
“Al principio estábamos reacios, porque es un compromiso grande, pero ya nos hemos dado cuenta de que sí valió la pena. Ha sido muy notorio el cambio, pues veníamos trabajando con la pedagogía tradicional y ahora estamos a tono con los últimos avances de la educación para la primera infancia.
“La revisión del PEI fue una de las tareas de mejora, se hacían las cosas, pero no
Yo era una maestra tradicional, les metía la matemática, el español, y mi meta era que todas salieran leyendo, pero ahora
desarrollo más la parte motriz y la parte afectiva. Este proyecto me ha cambiado la mentalidad
Sandra Caballero, profesora del colegio Miguel Ángel Builes
Primera infancia
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estaban plasmadas ahí. Las prácticas pedagógicas han sido observadas y nos han hecho sugerencias y recomendaciones. Y todo eso le va ayudando a uno. Las docentes estamos trabajando en equipo, planeando juntas y aterrizando lo que debe ser el preescolar.
“Las estudiantes están más motivadas, más activas. Además porque hemos decorado las aulas con ellas, por rincones, e involucramos a los padres para que nos apoyen con materiales. Mensualmente hacen un aporte y al final de mes compramos una grabadora para que cada curso tenga una, son ocho cursos.
“Con los contenidos iniciamos este año. Abordamos la parte del desarrollo motor fino y grueso, la parte lúdica, pero sin apartar lo académico, aunque jugando también se aprende. De pronto ya lo sabía mos pero nos enfrascábamos más en que las niñas tenían que aprender los números y las letras. La semana pasada empapelamos todo el salón y le di a cada una un pincel para que dibujaran de pie, se sen tían artistas. También hicimos un pisci nazo para trabajarles la parte motora”.
II. La rectora: una experiencia novedosa
Una de las estudiantes de preescolar del colegio San Vicente llegó un día invitando a sus compañeritos a comer del pan que ella misma había hecho en la panadería de sus padres. La semana siguiente, todos los niños amasaron e hicieron sus propios panes y se fueron a la panadería a hornearlos. Esta experiencia pedagógica forma parte del relato con el que la rectora Sor María Candelaria cuenta cómo está cambiando la educación preescolar en su colegio:
“Para las seis profesoras, para la coordinadora y para mí ha sido una experiencia novedosa. Y muy valiosa, porque yo nunca
había manejado preescolar. Las pro fe soras están muy contentas. Al principio fue muy duro para ellas, pero como la capacitación es tan amena y apropiada, están muy involucradas y pendientes.
“Lo que más me ha gustado es que sali mos de un taller el sábado y el lunes siguiente empezamos a aplicarlo. Anteriormente, las profesoras se quejaban de que no había materiales con qué trabajar, pero ahora trabajan con las botellas de los juguitos, las chaquiras, los cartones, todo lo recogen.
“Otro logro es la integración; antes las profesoras eran por aparte las de la tarde y las de la mañana, ahora se encuentran y
En 2009 la Fundación Promigas inició una ré-plica del proyecto “Mis primeros pasos hacia la excelencia” en trece instituciones educati-vas del municipio de Ciénaga, departamento del Magdalena.
El proyecto busca identificar las debilidades de gestión en cada una de las instituciones y diseñar con ellas un plan de mejoramien-to; analizar con cada docente las prácticas pedagógicas y evaluar estrategias de aulas, y asesorar la elaboración de programas pe-dagógicos específicos.
Para asegurar la continuidad del programa por parte de las instituciones se crearán re-des interinstitucionales e intrainstitucionales encargadas de fortalecer el trabajo del equipo de mejoramiento, hacer la revisión, monito-reo y evaluación del proyecto y diseñar las estrategias de sostenibilidad.
La excelencia se replica
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trabajan juntas, inclusive con las de primero. Planean qué actividades van a hacer, miran cómo van en el proyecto, qué dificultades tienen.
“Antes los niños pasaban de Transición a Primero leyendo y hacían planas y planas; ahora hacen entorchado, ensortijado, aprenden a amarrarse los zapatos, a colorear, van definiendo su motricidad, su expresión y su individualidad. El año pasado el niño copiaba el número, este año lo colorea, lo hace en plastilina, lo dibuja en el patio de arena, lo busca y lo recorta entre otros.
“Las salidas pedagógicas también han sido parte del cambio. Los estudiantes de la profesora Doris González visitaron la estación de bomberos y el buque Gloria este año, en primero; el año pasado, en Transición, estuvieron en la biblioteca, el aeropuerto, el Parque Cultural, los tajamares, el museo y el muelle de Puerto Colombia”.
III. La pedagoga: reconocimiento del preescolar
Leonor Jaramillo es la directora del Programa de Educación Preescolar de la Universidad del Norte, una de las instituciones con mayor reconocimiento en la Costa Caribe, llamada para implementar el componente pedagógico de “Mis primeros pasos
hacia la excelencia”. Ella empieza su relato evocando cómo fue la experiencia piloto del proyecto que busca transformar los preescolares de Barranquilla:
“En 2005 comenzamos una prueba piloto con cinco instituciones y encontramos que ninguna tenía en cuenta al preescolar en su proyecto institucional. Casi podría decirse que el preescolar no existía para las funciones pedagógicas, ni financieras,
Otro logro es la integración; antes las profesoras eran por aparte
las de la tarde y las de la mañana, ahora se encuentran y trabajan juntas, inclusive con las de primero. Planean qué actividades van a hacer,
miran cómo van en el proyecto, qué dificultades tienen
Sor María Candelaria, rectora del colegio San Vicente
Primera infancia
75Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
ni administrativas. Era sólo para llenar cobertura.
“Entonces se hizo un trabajo de investigación y surgieron conclusiones muy importantes, como que todos los niños tienen un autoconcepto excelente y una motricidad gruesa muy bien desarrollada, porque tienen la dicha de vivir en casas con patios y árboles que les permiten subir, bajar y correr, pero no pasaba lo mismo
con la motricidad fina. Empezamos a ver un inconveniente para el desarrollo de la escritura.
“En el análisis de las pruebas cognitivas se vio que algunos niños tenían un vocabulario bastante bueno, pero nada más para enumerar palabras y no para usarlas, porque no tenían comprensión de ellas. Todos reconocían y usaban los números, porque ayudaban a los adultos en las actividades
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económicas, pero sin saber exactamente el concepto de ellos.
“También nos dimos cuenta de que las docentes no tenían un buen desarrollo para planear y dar una clase. Muchas decían ser constructivistas, pero seguían manejando el concepto clásico de que el profesor manda y transmite toda la información; entonces veíamos un poco vulnerados principios del preescolar como la lúdica, la integralidad y la participación. Tampoco tenían
claros cuáles eran los elementos curriculares que da el Ministerio de Educación.
“Entonces nos dimos a la tarea de desarrollar unas temáticas que fueran pertinentes para ellas. En una primera fase ellas y la institución debían reconocer cómo estaba el preescolar, o sea, el proceso de autoevaluación y el plan de mejoramiento. Los rectores y los docentes de la primaria y la básica debían hacer una reflexión y una toma de conciencia de que existe un nivel de preescolar.
“La primera enseñanza es que cuando la Fundación Promigas y la Universidad del Norte se alejen, la institución quede con un papel aprendido, que sepa que es importante reflexionar sobre la práctica, mirar todos los días cómo estamos y proyectar cómo estaremos. La segunda es que toda la institución escolar tome conciencia de que el preescolar es importante para el buen desarrollo del colegio. Y la tercera,
En el análisis de las pruebas cognitivas se vio que algunos niños tenían un vocabulario
bastante bueno, pero nada más para enumerar palabras y no para usarlas, porque no tenían
comprensión de ellas
Leonor Jaramillo, directora del Programa de Educación Preescolar de la Universidad del Norte
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crear en las docentes de preescolar unas he rra mientas y unas estrategias para llegar a los niños de una manera lúdica, agradable, teniendo en cuenta que cada niño es un ser individual y que debe ser tratado como persona, como ciudadano.
“Por eso, el primer resultado se nota cuando los rectores reconocen la importancia del preescolar, o sea, cuando hay un ambiente nuevo que admite que el preescolar es importante y que forma parte de la institución. El segundo es cuando las docentes de preescolar se sienten importantes en la institución.
“Ahí comenzamos a ver las transformaciones: donde no había un horario de clases, vimos un horario de clases; donde los ni
ños y las niñas estaban siempre senta dos uno detrás de otro, vimos cambios en la disposición del aula. Vimos que se empiezan a implementar estrategias en la matemática, en la expresión artística y en la musical. Se crea goce por las actividades, las docentes se quitan la idea de que la lúdica es cantar y ya, aprenden que una actividad de matemáticas o de lectura puede ser lúdica”.
IV. La nutricionista: comer para aprender
Lucía Sánchez es la directora del Programa de Nutrición y Dietética de la Universi dad Metropolitana de Barranquilla, que viene desarrollando distintas acciones para promover la seguridad alimentaria de la región y de la ciudad. En 2008 el programa
Germán Jaramillo, director ejecutivo de la Fundación Exito, tiene la certeza de que el proyecto de excelencia en el preescolar es una oportunidad irrepetible para garantizar la formación integral de los cientos de niños participantes.
“Hoy las evidencias de la neurociencia, de la psicología, de la economía están demostrando que la formación de capacidades en el ser humano termina en los primeros seis años de vida. Cuando uno tiene esas evidencias, tiene que cambiar las prioridades y la intensidad de las intervenciones, lo que no quiere decir que las otras etapas de la vida se deban ignorar.
“Una insuficiente alimentación hace que parte de esas capacidades se pierdan definitivamente. Un niño bien nutrido es un niño mucho más activo, que interactúa más, que habla más, que se relaciona más, que juega más. Y en esos primeros años el desarrollo de las capacidades tiene que ver con la cantidad de veces que el niño juega.
“Un niño necio, en los términos tradicionales, es un niño que tiene menos posibilidades de desnutrirse que un niño aplicado, porque llama mucho más la atención de su mamá, hace que tenga que ocuparse más de él; en cambio, el niño juicioso, que no da qué hacer, puede quedarse sin interacciones. El de-sarrollo del ser humano desde los primeros momentos de la vida tiene que ver mucho con ese contacto con la madre, con la familia, con otras personas, y ese contacto dispara sus capacidades, concreta sus neuronas, las interrelaciona, desarrolla su lenguaje, su motricidad, y ése es el equipaje con el cual el niño, a partir de los cinco o seis años, comienza su camino por la vida”.
Comer bien y jugar más, para ser mejor persona
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fue llamado por la Fundación Promigas para ejecutar el componente de nutrición del proyecto de excelencia en el preescolar. Al respecto, Sánchez comenta:
“La Fundación Promigas ya había trabajado la parte pedagógica con buenos resulta dos, pero vieron que todo desarrollo cogni ti vo de cualquier población estudiantil re quiere un nivel nutricional adecuado.
“El componente nutricional tiene dos frentes. Uno es el de los comedores escola res de las diez instituciones, por lo cual ela boramos un formato para analizar la evaluación físi coorganoléptica de las pre pa raciones y las condiciones de los co me dores, para ver si se están dando buenas prácticas y los requerimientos de calorías y nutrientes de esta población infantil. En el otro frente, tenemos la evaluación del estado nutricio
nal de los niños y las niñas, con el objeto de mirar si hay riesgo de malnutrición.
“Otra actividad prevista es la elaboración de cartillas para enseñar a los docentes cuáles son las manifestaciones físicas de un niño en riesgo o en estado de malnutrición y cuáles son los mecanismos para actuar frente a estos casos. Se les enseña a manejar un glosario de términos referentes a la clasificación de alimentos y los nutrientes que aportan, para que lo den a conocer también a los padres de familia y a los estudiantes.
“Precisamente, otra de las acciones va dirigida a los padres, sobre educación nutricional, para que ellos también hagan vigilancia y sepan cuál debería ser el menú para estos estudiantes, de acuerdo con sus requerimientos de calorías y nutrientes.
Primera infancia
79Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
“También se hace otra cartilla dirigida a los manipuladores de alimentos. Se les enseña la clasificación de los mismos, qué nu trientes tienen, cómo debe ser su manipulación, la parte de preparación y la conservación, para evitar la contaminación.
“Con los niños utilizamos como instrumentos de educación nutricional las guías alimentarias, donde se les enseñan los grupos de alimentos para que ellos conozcan la importancia de cada uno y sean conscientes de la necesidad de consumirlos todos”.
Fundaciones empresariales: compartir experiencias
V. La Fundación Exito
La Fundación Exito forma parte de la numerosa alianza empresarial que se confor mó para la implementación del proyecto de excelencia en el preescolar, la cual, además del aporte financiero, tiene una participación muy activa de la mayoría de los aliados en el aporte de conocimientos y aprendizajes. Germán Jaramillo, director ejecutivo de la Fundación, destaca la importancia de la alianza:
“Nuestro foco natural de acción es la nutrición de la primera infancia. Estamos convencidos de que lo que no se haga en la primera infancia no sólo es muy difícil sino absolutamente costoso tratar de recuperarlo en etapas posteriores. Además, tenemos un interés natural por fortalecer nuestra presencia en la Costa Caribe colom biana, pues hemos decidido invertir donde tenemos actividad comercial.
“Entonces, encontramos en la Fundación Promigas un excelente aliado con una trayectoria importante, con un foco similar y entramos a participar, no sólo con recursos económicos sino transmitiendo toda nues
tra experiencia en el tema de formación de buenos hábitos de alimentación y nutrición, particularmente con los docentes.
“Estamos muy optimistas con lo que está pasando hoy en el Atlántico y particularmente en Barranquilla. Vemos un interés claro y expreso de atención para los niños, de manejo pulcro de los recursos, de crecer la inversión. La verdad estamos muy esperanzados en que este proyecto siga”.
VI. La Fundación Nacional de Chocolates
La Fundación Nacional de Chocolates es una institución recientemente constituida, que ha visto en este proyecto una oportunidad para consolidar su estrategia de intervenir en proyectos sostenibles de nutrición, primera infancia y educación que dejen instaladas capacidades locales en todo el país. Claudia Rivera es su directora ejecutiva.
“Vimos muy pertinente poder acompañar este proceso, que nos gustó mucho. Además, el tema de las alianzas públicoprivadas permite aunar esfuerzos; en lugar de duplicar, los suma. Un tercer criterio es que teníamos una concentración de la inversión en Antioquia y venimos descentralizando porque somos empresas más nacionales, y específicamente Atlántico es para nosotros de las regiones más impor
Nuestro foco natural de acción es la nutrición de la primera infancia. Estamos
convencidos de que lo que no se haga en la primera infancia no sólo es muy difícil sino absolutamente costoso tratar de recuperarlo
en etapas posteriores
Germán Jaramillo, director ejecutivo de la Fundación Exito
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tantes, porque tenemos empresas de producción allá y uno de nuestros criterios es intervenir las zonas de influencia.
“Las alianzas son muy ricas porque permiten crecer desde la experticia del otro. Por eso nos parece sumamente importante no sólo entregar recursos financieros sino aportar desde la experiencia aprendizajes valiosos para los proyectos. Esta alianza tiene además un valor agregado que es la presencia de la universidad, lo que agrega el componente académico y de frescura del conocimiento.
“En cuanto a los resultados, un buen indicador para medirlos es la transformación social y eso es una cosa de largo aliento, pero lo que sí podemos decir ahora es que vemos un proyecto bien formulado, que tiene claras las necesidades de Barranquilla y las necesidades de la educación, lo que debería hacerse y las etapas de ese proceso. Y de allí nuestra apuesta”.
VII. La Fundación Bancolombia
Su directora ejecutiva, Catalina Echavarría, considera que además de hacer aportes financieros, ésta es una oportunidad para consolidar, enriquecer y complementar los proyectos propios de la Fundación.
“Encontramos que el trabajo con la primera infancia permite generar mayores oportunidades en la educación y una ma
yor calidad de vida en el futuro de esas personitas. Por esas razones, el proyecto se ajusta a nuestras necesidades dentro de las líneas.
“Hemos tenido la oportunidad de conocer las instituciones y los avances y vemos que el programa sí ha tenido un impacto positivo. Esperamos que se pueda replicar a otras instituciones y otras zonas de la región Caribe que también requieren de este trabajo”.
VIII. Genesis Foundation
Dirigida por Cristina Gutiérrez de Piñeres, Genesis Foundation ha participado en la alianza empresarial del proyecto, tanto con aportes financieros como en los comités de dirección y en visitas a las ins tituciones educativas para verificar los avan ces.
“Genesis busca un mayor impacto a través de alianzas con otras entidades. Valoramos el trabajo de los otros socios y consideramos que es una alianza productiva y seria donde el nivel de compromiso de todos los socios es el mismo.
“El balance es positivo, porque es una experiencia valiosa que podrá ser replicada para beneficiar a otras zonas del país. A la vez, la Fundación se ha beneficiado con un mayor impacto de los recursos aportados a este proyecto, el intercambio de experiencia con socios confiables y comprometidos y la incidencia en el tema de la educación inicial, que es una línea prioritaria para Genesis”.
IX. La Fundación Corona
Decidió formar parte de la alianza constituida para ejecutar el proyecto de excelencia en el preescolar “por la trascendencia que tiene hoy en día el tema de primera infancia visto desde una perspectiva integral
El balance es positivo, porque es una experiencia valiosa que podrá ser replicada para
beneficiar a otras zonas del país
Cristina Gutiérrez de Piñeres, directora de Genesis Foundation
Primera infancia
81Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
que involucra tópicos como la formación de maestros, la alimentación y nutrición infantil, el trabajo con familias, el apoyo de las autoridades locales y el trabajo articulado con entidades socias de la mayor trascendencia nacional”, según afirma Carlos Alberto Casas, jefe del Área de Educación.
“Nosotros hacemos seguimiento técnico cada dos meses, visitas a instituciones edu ca tivas, entrevistas con beneficiarios y acompañamiento a los ejecutores en su labor.
“De acuerdo con eso, el balance es muy bueno y presenta muchos horizontes para explorar a futuro. Se ha tenido una buena motivación en los maestros participantes, se ha logrado la voluntad política y el compromiso de los directivos docentes para acompañar el proyecto y los ejecutores han ido desarrollando sus acciones con miras a levantar la información, eva
luar el seguimiento y consolidar avances en los temas claves del proyecto.
“Los colegios se han visto retados directamente a repensar sus PEI desde lo pedagógico, académico, nutricional y comunitario del preescolar, y a final del año esperamos ver qué impacto ha tenido todo esto en los niños y niñas evaluados.
“Los beneficios para La Fundación Corona son muchísimos. Algunos ejemplos son: el poder aprender de la experiencia de la Fundación Promigas en el tema de primera infancia, hacer innovación al haber in volucrado el componente de nutrición, tener alianza con entidades de mucha trayectoria en educación que permiten asegurar la sostenibilidad del proyecto y posibles réplicas a futuro, así como la vinculación de la Secretaría de Educación del Distrito y del ICBF”.
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Una buena práctica que se contagia
Escuelas Lectoras, el placer de leer, el placer de aprenderEste modelo, dirigido a promover la lectura y fortalecer su comprensión, no sólo se ha convertido en el proyecto de mayor cobertura de la Fundación Promigas, sino que ha sido transferido a otras dos fundaciones empresariales, para procurar su imple-mentación en más municipios y más colegios del país.
83Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
abía una vez un pueblo muy lejano, llamado Arroyo de Piedra, donde no había bibliote
ca ni libros. Los niños sólo conocían unos pocos cuentos de hadas y de duendes que les narraban sus maestros, pero como no tenían dónde leer otras historias y fábulas vivían muy tristes.
Sus maestros les hablaban de los planetas y los agujeros negros, de los animales y de la célula, de Simón Bolívar y de la democracia, del Quijote y de Hamlet, pero después de clases no tenían cómo averiguar más sobre todos estos temas. Los pocos jóvenes y maestros que se interesaban en leer tenían que viajar más de media hora en bus hasta Cartagena o Luruaco para encontrar una biblioteca. A causa de eso, Arroyo de Piedra era un pueblo al que no le gustaba la lectura, los niños vivían aburri dos y aprendían poco y los jóvenes se dejaban atrapar por malas costumbres para pasar el tiempo.
La epidemia de la apatía por la lectura había atacado a muchas otras poblaciones de la Costa Caribe, donde no existía ni el gusto ni la costumbre de leer, y por eso todos obtenían muy malos resultados en la escuela.
Pero ocurrió que Arroyo de Piedra fue invitado a hacer parte de una nueva histo
ria. Promigas había creado una Fundación para ayudar a las comunidades y un día decidieron hacer un proyecto para motivar el hábito de leer. Lo llamaron Bibliotecas y Salas Infantiles como Espacio de Encuentros Múltiples.
La Fundación le donó al colegio del pueblo una biblioteca escolar a la que podían ir de día, de noche y hasta los fines de semana los niños y los jóvenes del colegio y todas las personas que vivían allí. Para atenderla, algunas mujeres y hombres aprendieron a hacer promoción de lectura, a identificar la literatura para niños y a leer en voz alta. Los lideraba una mujer recia y generosa, que parecía un hada y se llamaba Norma.
La biblioteca tuvo éxito porque a mucha gente del pueblo le empezó a gustar la lectu ra, pero los estudiantes no mejoraban en el colegio, los profesores no participaban y se sentían ignorados. Así que los dirigentes de la Fundación Promigas reorientaron el proyecto hacia los profesores, para que ellos aprendieran a motivar a sus estudiantes a leer por placer y les ayudarán a adquirir comportamientos y habilidades de lectura que los llevaran a descubrir nuevos mundos y nuevas inquietudes.
Gracias a este nuevo enfoque, posteriormente, los estudiantes de 16 colegios de
H
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Sincelejo y luego otros de Córdoba y La Guajira se enamoraron de la lectura y de los libros que les regaló la Fundación. Niños, niñas, jóvenes y profesores dejaron de creer que la biblioteca era un espacio oscuro de castigo, y empezaron a verla como un lugar maravilloso donde se podían vivir aventuras con centenares de historias y millones de palabras.
Sin embargo, algunos estudiantes no entendían bien todo lo que leían, era necesario enseñarles a comprender más. Así que la Fundación mejoró la capacitación de los profesores, apoyándose en la “Teoría de las seis lecturas” que había creado otra amiga de los libros y de los niños: la Fundación Alberto Merani.
Durante dos años, esta estrategia sirvió para que muchos niños y niñas se entusiasmaran con la lectura, hasta que fue reemplazada por una estrategia nueva, diseñada y validada por la Fundación Promigas. Se llamó “Modelo interactivo de lectura” y está basada en los teóricos Frank Smith y Thomas Barret.
Así, Escuelas Lectoras se convirtió en un proyecto con un proceso de formación, asesoría y acompañamiento a los maestros de primaria para el fortalecimiento de las destrezas lectoras de los estudiantes y para el diseño y puesta en práctica de un plan lector, integrado al proyecto educativo institucional.
La Fundación Promigas comenzó entonces a crear y fortalecer en los colegios bibliotecas móviles o escolares, con una dotación de textos informativos, científicos y de literatura infantil y juvenil, de acuerdo con el énfasis y el contexto local de cada colegio. Los libros se convirtieron entonces en el pretexto para lograr encuentros de aprendizaje más afectivos y efectivos con los estudiantes, en algo deseado por niños, niñas y jóvenes de Arroyo de Piedra y de toda la Costa Caribe.
Un modelo para replicar
Escuelas Lectoras es un proyecto flexible que permite capacitar a los docentes en fechas concertadas con las secretarías de educación, ofrece resultados en corto tiempo, tiene una versión liviana de fomento de la lectura y una versión compleja que comprende la promoción de la lectura y el desarrollo de competencias lectoras; además permite entregar un bien tangible a las comunidades: la biblioteca.
Estas características lo han convertido en un proyecto atractivo no sólo para el cumplimiento de los objetivos institucionales de la Fundación Promigas, en el marco del programa La Costa Lee, sino para llevar a la práctica uno de sus principios rectores: la transferencia de metodologías de trabajo y buenas prácticas a otros actores del sector educativo, para potenciar los aportes al mejoramiento de la calidad educativa del país.
En efecto, Escuelas Lectoras ha sido trabajado en alianza con otras fundaciones privadas y con instituciones públicas en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Ce sar, La Guajira, Magdalena, Sucre, Córdo ba, y también en Santander, Boyacá y Valle del Cauca.
No soy especialista en idiomas ni en literatura, por eso para mí fue algo novedoso, muy provechoso y conocí muchas cosas para
aplicarlas en mi labor educativa
Lucelly Tucán, profesora de grado tercero del colegio Hernando Navia, de Cali
Escuelas Lectoras, el placer de leer, el placer de aprender
85Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
En este esquema de escalamiento ha tenido especial importancia la transferencia que la Fundación Promigas ha hecho del modelo metodológico a las fundaciones Surtigas en la Costa Caribe y Gases de Occidente, en Cali.
En el caso de la Fundación Gases de Occidente, la transferencia significó la formación de un operador que fuera capaz de replicar el proyecto integralmente el número de veces que fuera necesario, lo cual conllevó transferirle no sólo el know how sino también la alineación filosófica, la postura, los valores y los principios que promueve la Fundación Promigas, que están presentes en la ejecución de Escuelas Lectoras.
En el otro caso, el proyecto se ha ejecutado con los operadores de la Fundación Surtigas bajo la dirección de la Fundación Promigas.
En ambos casos la Fundación Promigas ha permitido que las otras fundaciones ma
nejen el modelo, bajo licencia, realizando acompañamiento y supervisión para asegurar que se mantengan los objetivos y la filosofía del modelo.
Costa Caribe: la dicha de leer
Había una vez un hada madrina que vivía en una cabaña cerca de la playa donde estaba el sol caliente, tenía 35 años y no conseguía una niña sola porque todas las niñas nacían con su hada madrina. Un día estaba llorando en la calle, salió muy triste porque no tenía ahijada.— ¿Por qué lloras? —le dice Carmen, una
niñita que pasaba por allí.— Es que no tengo ahijada —le respondió el
hada.— Tranquila —le dice Carmen. —Sé que tú no
tienes ahijada y yo puedo ser tu ahijada.
La profesora Claudia Garcés, del Liceo Bolívar de Cartagena, se emociona contando que el cuento “El hada y su ahijada”, al que pertenece este fragmento, fue escrito por uno de sus estudiantes de primaria, como
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parte de un concurso organizado por el colegio, en el que la condición era basarse en vivencias personales. El concurso fue posible gracias al esfuerzo de sensibilización hacia la lectura realizado por el proyecto Escuelas Lectoras, ejecutado por la Fundación Surtigas en desarrollo de una ambiciosa estrategia que ha incluido más de 200 instituciones educativas en municipios de Bolívar, Sucre y Córdoba.
Esta Fundación empresarial nació en 2005, como instrumento de responsabilidad so
cial empresarial de la compañía Surtigas. Su pertenencia al mismo grupo empresarial de Promigas la llevó a enfocarse en el sector educativo y a buscar apoyo de la Fundación Promigas para la definición de su portafolio de proyectos, como explica María Claudia Trucco, directora ejecutiva de la Fundación Surtigas: “Hicimos una evaluación conjunta de todos los proyectos, viendo cuáles nos servían más y cuáles eran los costos y los criterios. Escogimos Escuelas Lectoras en su versión corta porque tenemos interés de llegar a 74 municipios y necesidad de contar con herramientas para llegar a los docentes”.
La Fundación Surtigas asumió la selección de las instituciones educativas, la coordinación de todo el proceso y la evaluación de entrada y salida del proyecto, que es ejecutado mediante un equipo de docentes facilitadores, capacitados y asesorados por la Fundación Promigas. El acompañamiento de esta Fundación es permanente, sistemático y comprende tanto la metodología como la gestión del proyecto, en aspectos como su administración, el relacionamiento con los aliados y los procedimientos operativos.
“Es de destacar la rigurosidad de la Fundación Promigas en todos los procesos de transferencia, el nivel de detalle que tiene en el seguimiento, en los formularios, hay un permanente diálogo con ellos y eso es importante para poder mejorar los proyectos”, sostiene María Claudia Trucco.
Para garantizar su viabilidad siempre se ejecuta en alianza con las alcaldías y gobernaciones, articulándolo alrededor de las políticas públicas de educación. “Nos reunimos con los alcaldes y gobernadores, les decimos que tenemos esta herramienta y hacemos convenios. Ellos entienden el tema, lo identifican como una solución, el secretario convoca a los rectores, a las ins
Para validar la “vallecaucanización” del proyecto se hizo un diagnóstico sobre qué se estaba haciendo en Cali en promoción de lectura. Había mu-chas instituciones que estaban trabajando el tema: la Fundación Corona tiene el proyecto Palabrario, la Fundación Carvajal también tiene su pro-yecto, existen la Red de Bibliotecas Comunitarias y la Red de Bibliotecas Públicas, cada Caja de Compensación tiene su programa; el Concejo tiene otro programa.
La alianza entre la Fundación Gases de Occidente y la Secretaría de Educación impulsó en 2008 un acercamiento de estos proyectos en el contexto de la Feria del Libro del Pacífico, del que habla Melba Pinedo: “Hicimos dos eventos: el Primer Encuentro de Proyectos de Promoción y Fomento de la Lectura, que fue importante porque por primera vez nos vimos las caras, nos escuchamos, supimos qué estaba haciendo cada uno y llegamos a unos acuerdos. Y luego patrocinamos el Segundo Encuentro de Bibliotecas Escolares, que nos permitió visibilizarnos más”.
En 2009, la alianza se mantuvo para la celebración del Día del Libro con una maratón de lectura que conllevó la distribución de 60 000 ejemplares de un libro de lecturas breves y diversas.
“Estos eventos nos han dado una mirada mucho más clara de lo que es el tema de promoción de lectura y nos han posicionado como un proyecto serio de alineación, pues no manejamos un perfil de competencia, sino de complementariedad con otras iniciativas”.
Alianza por la lectura en Cali
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Una década de solidaridad e innovación social
tituciones, se preselecciona y se convoca a los docentes”, dice la directora ejecutiva de la Fundación Surtigas.
Disfrutar el libro
Alejandro Tavera es padre de familia de la Institución Educativa Isabel la Católica, de Montería. Cuando el proyecto Escuelas Lectoras llegó al colegio no dudó en vincularse para alimentar su antigua afición por la lectura. Y fue tanta su emoción que en un arranque de inspiración escribió un jingle para el proyecto.
Y es que la elección de la versión liviana de Escuelas Lectoras por parte de la Fundación Surtigas ha significado que el proyecto se concentre en la promoción de lectura como espacio para disfrutar el libro, desprovisto del compromiso académico. “El proyecto pretende que los niños gocen la lectura, que conozcan cosas diferentes, que haya un encuentro placentero con el libro. El trabajo de lectura pedagógica deben abordarlo después los docentes con los estudiantes”, señala la directora de la Fundación Surtigas.
El proyecto, entonces, capacita a los docentes en el conocimiento de las herramientas, tras lo cual deben diseñar un plan lector para la básica primaria, para el cual se entrega a cada colegio una biblioteca compuesta por cerca de 140 libros.
Los rectores tenían que firmar un convenio con la Alcaldía y Gases de Occidente para
comprometerse con el proyecto. Desde el comienzo se concertó con ellos, porque es parte de la metodología
Carlos Gálvez, director la entidad operadora del proyecto en Cali
El proceso de capacitación de los docentes es a la vez una actualización y un aprendizaje, pues al realizarse en conjunto para todos los colegios seleccionados en cada replica, ellos y ellas pueden intercambiar experiencias de otros docentes e inclusive de los padres de familia, en los casos en
que hacen parte de la formación; lo cual genera un diálogo de saberes que es otro de los principios metodológicos de la Fundación Promigas.
La selección de los títulos que componen la biblioteca se hace con la asesoría de la Fundación Promigas y en ella se tiene en cuenta tanto los contenidos textuales como la propuesta gráfica, ambos de primera calidad. Son volúmenes altamente recomendados y atractivos para los niños.
La entrega de los libros se hace efectiva cuando el plan cumple los requerimientos necesarios para ser alcanzable, aplicable y
Escuelas Lectoras busca que la lectura placentera sea una antesala
de las lecturas que exige el colegio
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Una década de solidaridad e innovación social
evaluable, lo cual implica también socializarlo con los demás docentes de la institución y con los padres de familia, cuyo apoyo es indispensable para el fortalecimiento de los espacios de lectura en casa.
La facilitadora Liliana de Arco dice que la entrega de las bibliotecas es todo un suceso. “En algunas instituciones llegaba tapada como una supestrella; por ejemplo, en el San Juan de Damasco de Cartagena. En el Crisanto Luque de Turbaco la recibieron con una banda de paz y en la institución educativa Isabel la Católica, de Montería, los docentes publicitaron el suceso en el periódico local”.
Leer en la esquina, leer en el parque
En Sahagún (Córdoba), los maestros del Centro Educativo La Floresta se empeñaron en cambiar el imaginario de que los burros son el antónimo del saber.
Un día echaron a andar por la calle su “Burrata”; una comparsa de burros disfrazados y cargados de libros que van parando en los parques y en las esquinas para que la multitud se junte a leer.
La propuesta promueve la apropiación de la lectura no sólo en el colegio sino en diversos espacios comunitarios para generar un contexto lector alrededor del proceso escolar. “El proyecto fomenta la lectura desde la escuela, para leer dentro o fuera de ella. Se prestan los libros para que los estudiantes puedan leer en familia, porque no tienen libros en sus casas”, dice Liliana de Arco, la facilitadora del proyecto.
Otras instituciones educativas implementaron acciones semejantes a la “Burrata”. En Montería, la Institución Educativa Isabel la Católica consiguió donaciones adicionales de libros, y maestros y estudiantes se fueron a leer de barrio en barrio.
En la institución Fe y Alegría de las Américas, de Cartagena, la docente Nydia Herrera le sumó a la lectura silenciosa el día de la lectura colectiva: una vez por semana, por una hora, todo el mundo en el colegio decide qué libro leer, hasta el portero, sin excepción. Ella, además, llegó a crear un sitio web del proyecto.
En Sincelejo, en el centro educativo rural La Gallera, el proyecto tuvo tanta proyección social que motivó la creación de una biblioteca que presta servicio a la comunidad.
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La institución educativa Soledad Román de Núñez, de Cartagena, organizó lecturas en el Centro Comercial Los Ejecutivos, lectura a viva voz, con animación y muestra de libros. Los transeúntes podían tomar un ejemplar y leerlo un rato antes de proseguir su marcha.
Cali: leer para comprender
Camilo se apropia de la palabra, ignorando que la pregunta era para Andrey:— Hemos estado leyendo cuentos de
muñequitos, Willie el Mago.Andrey, con actitud de niño formal, intenta hablar:— Unos no saben leer, entonces noso
tros les leemos a ellos y...Camilo lo vuelve a interrumpir sin contemplaciones:— Los cuentos son un día y luego...Andrey se empieza a enfurecer: — ¡Espérese, eh! Hoy yo quería leer un
cuento y la profe me prestó todos los cuentos, y mandó a Camilo a que pusiera todos los cuentos en la caja viajera. Los niños escogen los cuentos...
Después de un gran esfuerzo por no hablar, Camilo vuelve a interrumpir:— Uno va leyendo y ellos se van riendo.
Me gusta Willie el mago.Andrey retoma su explicación:— A mí sí me gusta leer, porque me gus
tan las historias, me gustan los finales, unos alegres y otros tristes.
Por primera vez, Camilo se queda callado y Andrey termina:
— Antes a mí me gustaba la lectura, pero el problema es que yo no sabía leer y yo me iba a dormir en la cama de mi mamá y ella me leía los cuentos.
Los dos son compañeros de segundo grado en la institución educativa Ciudad Modelo, al norte de Cali, que es una de las veinte instituciones educativas donde la Fundación Gases de Occidente ejecuta el proyecto de Escuelas Lectoras, en alianza con la Secretaría de Educación Municipal y bajo la operación de la Fundación Expresión Viva.
La Fundación Gases de Occidente nació en 2006 y quería posicionarse a través de un proyecto de alto impacto en la ciudad. Un estudio de necesidades arrojó que se debía trabajar en educación y dentro de ella incidir en la inclusión, la pertinencia y la calidad. Entonces, los ojos se voltearon hacia la Fundación Promigas, que además de pertenecer al mismo grupo empresarial tenía ya una experiencia de siete años y un amplio portafolio de modelos de intervención en el tema de la calidad de la educación.
Así lo cuenta la directora de la Fundación Gases de Occidente, Melba Pinedo: “Vimos que uno de los proyectos importantes que había incidido en políticas públicas era La Costa Lee. Y dijimos, si esto es tan exitoso, probado y de la familia, por qué no proponer una transferencia de la metodología en lugar de arrancar de cero”. Y el convenio se hizo.
Transferencia total
En este proceso de transferencia empezó a surgir lo que se ha denominado la ‘vallecaucanización’ de Escuelas Lectoras, pues las dos fundaciones empresariales se encontraron con un operador abierto
Los maestros del grupo de los 40 sentían que eso les daba un lugar muy importante, que es apropiarse del rol
de multiplicadores
Claudia Patricia Quintero, facilitadora de Cali
Escuelas Lectoras, el placer de leer, el placer de aprender
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Una década de solidaridad e innovación social
al diálogo y con capacidad para enriquecer el modelo; así como con un grupo de facilitadores con una gran riqueza en el conocimiento del tema, en su disposición a proponer y en su creatividad, lo cual permitió adaptar la metodología a las realidades locales.
Todo eso hizo que la transferencia de la metodología fuera exitosa, lo que Melba Pinedo atribuye a que es un modelo probado y sistematizado. “La Fundación Promigas lo ha probado en poblaciones grandes y chiquitas, han ido y venido y se han equivocado y han vuelto. Nos han permitido innovar; nos acompañan pero no nos detienen, no son paternalistas, nos han asesorado en todo el proceso de aprendizaje con el operador. Además, como lo tienen tan sistematizado y son tan rigurosos, ofrecen hasta el más sencillo formato que
uno pueda necesitar. Ha sido un excelente acompañante”.
La Fundación Promigas, por su parte, reconoce que su metodología se ha fortalecido mucho en el intercambio con la Fundación Gases de Occidente y con Expresión Viva, por la capacidad del equipo local y las diferencias del contexto cultural, muy distinto al de la Costa Caribe.
Leer por placer y leer para aprender
Cuando la profesora Zamaris Castillo, quien enseña en los grados tercero y cuarto de la institución educativa Ciudad Modelo, empezó a llevar a la práctica el proyecto Escuelas Lectoras, algunos de sus compañeros pensaron que se había enloquecido y estaba contagiando a sus estudiantes,
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pues llenaron el salón con dibujos de micos, fotografías de micos, letreros de micos, dummies de micos, veían películas de micos y escribían sobre los micos. Inclusive una estudiante cambió su cuaderno ya empezado por uno nuevo, sólo porque tenía un mico en la carátula.
Zamaris había escogido como base de su plan lector el libro sobre King Kong y estaba haciendo un trabajo de ambientación con sus estudiantes. Iniciaba así la aplicación de los aprendizajes adquiridos por ella y otros 39 docentes en 135 horas de capacitación con los facilitadores de Expresión Viva. “La capacitación fue muy enriquecedora –dice–, nos sirvió para sacarle más provecho al libro; uno se dedicaba a la lectura y al taller y de ahí no pasaba, en cambio, ahora sabe que al libro se le pueden sacar muchísimas actividades”.
Su compañera Elsa Duque, quien enseña en segundo grado y compartió el proceso formativo, dice casi lo mismo, con otras palabras: “Me parecieron muy importantes las estrategias de comprensión lectora, pues uno lo que hacía antes era coger un texto y hacer dos preguntas y poner un dibujo. Ahora aprendí que al texto uno le puede sacar mucho más provecho, que tiene mucha riqueza para explorar”.
La capacitación incluía cuatro módulos: sensibilización, calidad educativa, promoción y planificación, y comprensión lectora, que era el más importante porque ese fue el enfoque del proyecto. “La impresión que quedó es que se hizo un diplomado porque hubo diálogo de saberes, se transfirió una metodología”, afirma Carlos Galvez, director de Expresión Viva, organización operadora del proyecto. Socorro
Escuelas Lectoras, el placer de leer, el placer de aprender
93Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
Londoño, la coordinadora, asegura que “se superaron las expectativas, los docentes salieron muy motivados a seguir trabajando y querían los libros ya”.
En el contexto de la formación, los dos docen tes que asistieron por cada colegio multi pli caron los aprendizajes con sus compañe ros de primaria, y en algunos casos con los padres de familia, y formularon un plan lector basado en la oferta de libros incluidos en la biblioteca que se le entregaría a cada institución una vez aprobado el plan.
Ahora hay biblioteca
“Fuimos a una parte a recibir los libros, no me acuerdo cómo se llama, y un señor cantaba. Nos dieron lonchera y después nos dieron la biblioteca, que tenía muchos cuentos; había uno que decía que dizque tengo piojos”.
Así recuerda Yuliana Giraldo el día en que una caravana salió de su colegio y se encontró con otras 19 caravanas para recibir las bibliotecas móviles que la Fundación Gases de Occidente les entregaba como parte del proyecto Escuelas Lectoras. Fue un día de fiesta para miles de estudiantes acostumbrados a leer fotocopias y libros desactualizados.
La biblioteca, organizada en dos módulos de madera, forma parte esencial del proyecto y es la base para formular el plan lector en el que se empiezan a aplicar las estrategias de animación y comprensión de lectura. Es la evidencia tangible del proyecto, pero no es el proyecto. “Sabíamos qué significaba la biblioteca y el peligro que corríamos de quedarnos en los libros; por eso, en todos los espacios lo último que nombramos es la biblioteca; es el pretexto, pero no lo fundamental”, aclara Melba Pinedo.
Hoy, todos los actores del proyecto saben que en Escuelas Lectoras se forman los docentes para que utilicen adecuadamente los libros en las aulas de clase.
La biblioteca está compuesta por más de dos centenares de libros de excelente calidad, no sólo en su aspecto físico, sino en los textos y las imágenes, como describe Claudia Patricia Quintero, una de las facilitadoras del proyecto: “Son textos realizados y valorados para la cultura infantil y juvenil. Hay clásicos de Andersen y también las nuevas tendencias, incluidos libros ilustrados, que son los grandes potenciadores de la lectura pero a los cuales no pueden acceder los niños de las escuelas públicas, porque son muy costosos”. En la selección de los textos se incluyeron no solamente textos literarios sino también informativos y científicos, y autores y producciones locales.
Para los colegios fue un hecho excepcional poder contar con una biblioteca que no habían soñado. Por eso, en algunos de ellos ni siquiera se contaba con el espacio físico. “No tenemos espacio para una biblioteca; por eso a cada docente se le dan 40 libros para que los lleve a su salón y haga la promoción de lectura con los estudiantes”, cuenta la profesora Lorna Olarte, de la institución educativa Hernando Navia. “Se programó un horario por docente, y en esa hora él o ella recoge los libros, los lleva
La ‘vallecaucanización’ de la metodología tiene que ver con todo, desde la selección de
textos hasta jugar con el correo electrónico en el acompañamiento a los maestros
Carlos Galvez, director de la entidad operadora del proyecto en Cali
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al salón y es responsable de devolverlos, lo cual garantiza su cuidado y conservación”. A todos los docentes se les han repartido los listados con título, editorial y pertinencia, además los libros están identificados por colores: blanco es literatura, verde es biografía o informativo, si son naranja son textos líricos, juegos y adivinanzas.
En la institución educativa Ciudad Modelo, las docentes Zamaris Castillo y Elsa Duque convencieron al rector de que les asignara un pequeño salón para habilitarlo como sala de lectura para la primaria. Algunos profesores les permiten a sus alumnos ir a leer en la hora de descanso
y se les ha explicado el manejo y cuidado de los libros.
Dos motivos, una lectura
Adujalmid no sabía leer, aunque estaba en tercero de primaria. Aprendió en cuarto, porque le gustó toda la ambientación sobre simios que trabajaron con la profesora Zamaris antes de leer King Kong.
“Ahorita es que me vino a gustar porque antes casi no le prestaba atención al estudio –dice–, este año sí estamos investi
La participación del gobierno municipal como aliado de Escuelas Lectoras ha sido clave para posi-cionar el proyecto y darle sostenibilidad como estrategia de largo plazo. “El proyecto lo empezamos a posicionar en la Secretaría de Educación con una propuesta en la que les decíamos: ustedes tienen dificultades en términos de calidad y aquí hay un proyecto que les puede permitir trabajar esos temas de calidad; nosotros como sector empresarial vamos a permanecer, independientemente de que cam-bien los gobiernos. La Secretaría nos creyó y nos ‘compró’ no sólo el proyecto Escuelas Lectoras sino la posibilidad de permanecer defendiendo la calidad de la educación en Cali. Hoy el Alcalde y otras instancias nos reconocen como un aliado importante y formamos parte del grupo que está definiendo la política de Educación inclusiva con calidad para Cali”.
El secretario de Educación en 2009, Mario Hernán Colorado, piensa que el proyecto Escuelas Lectoras ha apuntado al núcleo del problema de la calidad de la educación en Cali. “Es muy importante, por-que si la educación es considerada motor de desarrollo de la sociedad, las competencias lectoras son fundamentales para poder conseguir otro tipo de aprendizajes en otras áreas del conocimiento. Poder desarrollar competencias lectoras se convierte en un núcleo fundamental”.
Está tan convencido de la eficacia del proyecto, que la Secretaría ha decidido darle continuidad con una participación más directa del gobierno municipal: “Pensamos extender este proyecto en un convenio más amplio a otras veinte sedes, con unos aportes que estaría haciendo la Secretaría de Educación Municipal; pero esa sería sólo parte de una gran estrategia de promoción de lectura que estaríamos haciendo y engranando con otras instituciones como la academia, las universidades y fundaciones dedicadas a este tema, procurando estructurar una política pública de lectura en Santiago de Cali”.
La lectura como política pública
gando por qué los micos y los primates están en peligro de extinción. Hemos escrito cuentos y también para otras materias como sociales. La lectura y la escritura son muy bonitas”.
Entonces se pone a hablar de sus investigaciones en internet, de los recortes y fotografías de simios que ha conseguido en los periódicos y las revistas y de las coplas y refranes que ha escrito en el cuaderno que antes nunca quiso tener.
Aduljamid empezó a leer cuando su profesora se “convirtió” en promotora de lectura, cuando la lectura dejó de ser una obligación académica y pasó a ser el placer de un descubrimiento. Entonces hacen eco las palabras de Carlos Gálvez, el director de Expresión Viva: “Cuando te ponen a hacer el trabajo sobre el Quijote, te matan al Quijote”.
Así que Escuelas Lectoras en Cali puso a todos sus protagonistas a pensar en las divergencias que separaban a los docentes y a los promotores de lectura, como lo explica Carlos Gálvez: “Sentimos que el proyecto tiene muchas ventajas al estructurar una alianza institucional cuyo gran aporte es que logra unir los esfuerzos del promotor de lectura y el docente, porque por lo general el docente ve al promotor como una persona que promueve el juego sin una fundamentación teórica seria y el promotor de lectura ve al docente como un interlocutor que habla mucho y hace poco por la lectura”.
La directora de la Fundación Gases de Occidente también se regocija con este logro: “Este proyecto nos ha permitido juntar dos lenguajes: el de los docentes con el de los promotores de lectura. Eso es un logro conceptual importantísimo, porque en el caso de Cali puso a los promotores de lectura en otra dimensión, el sentirse
como unos seres que tienen capacidad de ir más allá de lo recreativo y lo lúdico, que pueden hacer leer para incidir en el tema educativo, los metió en la responsabilidad de hacer que ese niño con el que se lee el cuento sea en otro contexto un niño que relacione, que infiera, que sintetice”.
Es demasiado pronto para saber qué tanto se ha logrado esto y qué tanto ha incidido el proyecto en la comprensión de lectura, pero Melba Pinedo ya tiene otros resultados: “Este proyecto nos ha permitido rápidamente alinearnos con otros proyectos de ciudad y confrontarnos, porque detrás de eso hay una conceptualización superclara, y aunque no hemos medido estoy segura de que esos niños van a puntear mejor en pruebas Saber o en términos de indicadores de calidad de la educación de sus instituciones. Las muchas horas que hemos trabajado con los rectores y con los docentes tienen que tener un resultado concreto”.
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uando se hizo la presentación del Sistema Interactivo de Consulta de la Infraestructura Educativa de Barranquilla, Sicieb, los periodistas locales pensaron
que esa era una información difícil de digerir para la audiencia, ávida de “chivas”. Por eso, la noticia de primera página ese día fue que 100 mil jóvenes de la ciudad estaban sin estudio, porque no había colegios para tanta gente.
La noticia la dio el alcalde de entonces, para poner en perspectiva la importancia de un programa de computador cuya utilidad y comprensión parece cosa de ingenieros, pero que está diseñado para aportar en la solución de un problema que afecta de manera grave la calidad de la educación, tanto en Barranquilla como en el resto del país: la insuficiencia de la infraestructura educativa y la mala calidad de la existente.
Meses atrás, un grupo de funcionarios de la Fundación Promigas y otro de la Cámara de Comercio de Barranquilla habían identificado la necesidad de trabajar en la construcción de un censo sobre el estado de la infraestructura educativa en Barranquilla. La idea nació del compromiso que las dos instituciones comparten en la búsqueda de estrategias y proyectos que generen cambios sustanciales y sostenibles en la calidad de la educación de los niños y las niñas más pobres de la Costa Caribe colombiana, razón por la que forman parte del capítulo de la Fundación Empresarios por la Educación en Atlántico.
El Sistema Interactivo de Consulta de la Infraestructura Educativa
Tecnología al servicio de las sedes escolares
La Cámara de Comercio de Barranquilla y la Fundación Promi-gas crearon una herramienta de software que hoy es utilizada por muchos departamentos y municipios del país para conocer el estado de la planta física de sus colegios y planear las nuevas obras con criterios técnicos.
C
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Mireylle Julliard, coordinadora del proyecto en la Cámara de Comercio, también lleva la memoria hasta 2004: “Hay un momento en el que la Cámara decide trabajar cifras, para ver qué pasa con el sector educativo, porque el empresariado empieza a ver que está invirtiendo mucho pero la calidad de la educación en la región y en Barranquilla deja mucho que desear”.
La inquietud de los empresarios se concentró especialmente en la problemática de infraestructuras absolutamente deficientes, cayéndose, o inadecuadas porque fueron hechas para otros propósitos, preocupación que compartían los rectores. No obstante, los empresarios se encontraron con que no había información ni suficiente ni cualificada para tomar decisiones sobre el tema.
En ese contexto, la Cámara de Comercio realizó en 2002 un estudio prospectivo del sector educativo en Barranquilla, el cual señalaba como una prioridad el esfuerzo educativo en cobertura y calidad. Para esto se necesitaba producir información confiable sobre la capacidad instalada de la infraestructura y la dotación existente, la ubicación geográfica de los planteles en relación con la demanda educativa y la dimensión de los recursos requeridos.
Un proyecto visionario
Augusto Meléndez, coordinador de Investigaciones de la Cámara de Comercio, es la persona que ha movido los hilos del Sicied. Organiza sus recuerdos para encontrar, entre innumerables reuniones y largas sesiones de trabajo, la imagen clara de cómo la Cámara de Comercio y la Fundación Promigas lograron interesar a la Secretaría de Educación de la ciudad en la construcción de una herramienta que debía pertenecerla a ella, de la cual iba a ser su principal usuaria, pero que no sabía
Hay un momento en el que la Cámara decide trabajar cifras, para ver qué pasa
con el sector educativo, porque el empresariado empieza a ver que está invirtiendo mucho pero
la calidad de la educación en la región y en Barranquilla deja mucho que desear
Mireylle Julliard, coordinadora del proyecto en la Cámara de Comercio
Tecnología al servicio de las sedes escolares
Este sistema de consulta además de los be-neficios específicos derivados de su utilidad técnica y económica, ha sido un factor de consolidación de la red de alianzas entre los sectores público y privado alrededor del me-joramiento de la calidad de la educación.
Inicialmente, en la fase de pilotaje en Barran-quilla, el proceso y sus resultados fortalecie-ron la alianza existente entre la Cámara de Comercio de la ciudad, la Fundación Promi-gas y la Secretaría de Educación, alianza que ya se había desarrollado alrededor de proyec-tos anteriores.
La fase de escalamiento aportó a la consoli-dación de alianzas también existentes entre las instituciones mencionadas, la Fundación Empresarios por la Educación, el Ministe-rio de Educación, múltiples secretarías de educación departamentales y municipales e instituciones privadas, como las fundaciones Argos y Mamonal y la Cámara de Comercio de Bucaramanga.
Todos por la educación
99Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
qué necesitaba. “El sector privado iba a ser un usuario de dos veces al año, pero el doliente y el que la iba a usar en su día a día era la Secretaría de Educación. Y bajo esa óptica construimos una mesa de trabajo de seis personas”.
De esa forma, con el trabajo articulado de profesionales y técnicos de las tres instituciones se adelantó el censo, tarea que demandó el diseño y validación de las herramientas de recolección, el levantamiento de la información y su consolidación.
La realización y presentación del censo constituyó un hito en la administración edu cativa del Distrito de Barranquilla, pues le permitió tener, por primera vez, un diag
nóstico cierto y completo de la situación material de sus colegios públicos.
El equipo interinstitucional, a su vez, sobrepasó sus propias metas: no sólo hizo el censo previsto, sino que vislumbró la necesidad de desarrollar un sistema interactivo que permitiera recopilar, sistematizar y valorar la información y tenerla disponible; en otras palabras, cualificarla y hacerla útil para la toma de decisiones con criterios técnicos, evitando así que se quedara como una triste colección de malas noticias. Así que al finalizar el censo, el proyecto inicial había dado origen a otro nuevo: la construcción del Sistema Interactivo de Consulta de Infraestructura Educativa de Barranquilla, Sicieb.
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El sistema interactivo le permite a la Secretaría de Educación y al sector privado aprovechar el censo para tomar decisiones relacionadas con la infraestructura educativa, a partir de información real y confiable. Además, el equipo propuso que el sistema ofreciera la posibilidad de contrastar la información de los establecimientos educativos con las disposiciones de las normas técnicas Icontec NTC 4595 y 4596, facilitando su cumplimiento para propender por la calidad técnica de las instalaciones.
En 2005, el equipo del proyecto elaboró una matriz en la que cruzó la información de los establecimientos educativos y estableció el déficit de construcción que presentaba la ciudad, cada zona y cada establecimiento, identificando las prioridades de intervención y los casos más críticos. Combinando estas conclusiones con el análisis de cobertura y el desempeño académico, se orientó la intervención en infraestructura para el futuro inmediato de la ciudad.
Primeros beneficios del Sicieb
La implementación del Sicieb en Barranquilla ha provocado un mejoramiento en el proceso de asignación de recursos para inversión y mantenimiento de la infraestructura educativa en la Secretaría de Educación. También ha procurado al sector privado información confiable para la inversión de recursos de cooperación con destino a la educación, así como para la medición de su impacto.
A partir de la implementación del Sicieb, el costeo de obras requeridas y la construcción de infraestructura, tanto en nuevas sedes como en las ya existentes, se empezó a hacer con criterios técnicos y administrativos relacionados con las necesidades de cobertura y la distribución
geográfica, abandonando las inversiones suntuosas del pasado que favorecían a unos pocos establecimientos, mientras que otros se mantenían en condiciones de alta precariedad. Así mismo, los planteles se vieron favorecidos porque se hicieron proyecciones de mejoramiento de la planta física a corto plazo, basadas en las condiciones de los espacios y no en la capacidad de gestión de los rectores ante la Secretaría de Educación.
La información suministrada por el Sicieb llevó a concentrar la inversión en la construcción de aulas, buscando disminuir el enorme déficit existente frente a la norma NTC 4595, que es de 1,65 metros cuadrados por alumno, en tanto que lo existente en 2004 era de 1,14.
El Sicieb también permitió evidenciar y solucionar graves restricciones de la infraestructura educativa del Distrito, particularmente las de algunos planteles que funcionan en casas adaptadas, sin cumplir importantes requerimientos de ambientes escolares para la prestación del servicio educativo. En estos casos, la Secretaría de Educación inició un proceso de evaluación para la reubicación de los establecimientos que no cumplan con las condiciones mínimas de habitabilidad y seguridad.
Una herramienta replicable
Hay dos cosas que hacen sentir orgulloso al director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, como socio principal de Empresarios por la Educación en Santander: una es la implementación de la Escuela Nueva en cinco instituciones educativas rurales, para redimirlas de un estado de abandono que avergonzaba al municipio; la otra, la implementación del Sicied, para que la Secretaría de Educación y la empresa privada supieran con certe
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Una década de solidaridad e innovación social
za cuál era el estado de la infraestructura de los colegios y pudieran orientar sus inversiones con criterios técnicos y no con favoritismos.
Parte de ese orgullo se lo debe a que las instituciones gestoras del Sicieb, en Barranquilla, tuvieron la visión suficiente para pensar que el sistema merecía un escalamiento en el nivel departamental y nacional, lo cual constituye una metodología de trabajo de la Fundación Promigas, aplicada en otros modelos y proyectos.
Para dar el primer paso, la Cámara de Comercio de Barranquilla y la Fundación Promigas establecieron una alianza con la Secretaría de Educación del Atlántico y la Fundación Argos. Así, el Sicieb llegó a Soledad y al conjunto de municipios no certificados del departamento. Poco después la experiencia se replicó en el vecino Distrito de Cartagena, mediante una alianza con la Secretaría de Educación, la Fundación Mamonal y el capítulo Bolívar de la Fundación Empresarios por la Educación, conformado por entidades como Petroquímica, Ecopetrol y la Fundación Argos.
En Cartagena, además de dimensionar la gravedad de la problemática de infraestructura, con más de 60% de las instituciones en condiciones de deficiencia estructural, de bibliotecas y de laboratorios, el Sicieb motivó la adopción de acciones de solución, como un incremento inmediato de los recursos municipales destinados a
La implementación del Sicieb en Barranquilla ha provocado un mejoramiento en el proceso de asignación de recursos para
inversión y mantenimiento de la infraestructura educativa en la Secretaría de Educación
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inversión en infraestructura, la concertación con instituciones como el Concejo, las JAL y la Secretaría de Infraestructura para focalizar las inversiones con base en el Sicieb y la creación, en la Secretaría de Educación, de una instancia encargada del proceso de organización y administración de los bienes muebles e inmuebles del municipio.
El éxito de estas réplicas llevó a que el modelo fuera presentado por la Fundación Empresarios por la Educación al Ministerio de Educación Nacional, el cual decidió acogerlo como una “buena práctica en gestión”, digna de ser replicada en todos los municipios del país. Julio Martín Gallego asegura que “Empresarios por la Educación, al ver el potencial de la herramienta, pensó que le podía servir mucho
La conceptualización, diseño, desarrollo y aplicación inicial del Sistema es el resultado del trabajo de un grupo de profesionales y técnicos de las tres instituciones aliadas:
Cámara de Comercio de Barraquilla: Mireylle Julliard, coordinadora del Proyecto; Augusto Meléndez, coordinador de Investigaciones; Antonio Barandica, coordinador de campo del Sicied; Javier Pardo, encuestador, supervisor y encargado de la digitalización; Joel Roca e Ingrid Gutiérrez, encuestadores; Rolando Zeledón, ingeniero contratista para el desarrollo de la herramienta; Natalia Rodríguez, jefe de Gestión Social.
Fundación Promigas: Lucía Ruiz, directora en 2007; Julio Martín, coor-dinador de Desarrollo Educativo; Luz Marina Silva, coordinadora de In-vestigación y Desarrollo.
Secretaría de Educación de Barranquilla: Jorge de las Salas, secre-tario de Educación en 2007; Heriberto Bengoechea, jefe de Planeación; Gustavo Quintero, jefe de Sistemas; Beatriz González, profesional; Doris Domínguez; supervisora, encargada de la Coordinación de Calidad; Olga Warecky, coordinadora de Cobertura.
Los constructores de la herramienta
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al Ministerio porque el problema que nosotros estábamos tratando de resolver en Barranquilla era de carácter nacional”.
De esta manera, el Sicieb se convirtió en el Sicied: Sistema Interactivo de Consulta de Infraestructura Educativa, una herramienta nacional del sistema integrado de información de las secretarías de educación, que permite cuantificar, evaluar y calificar el estado de los establecimientos educativos en relación con los estándares de infraestructura exigidos en las normas NTC 4595 y 4596 de Icontec.
Escalamiento nacional
En diciembre de 2006, cuando el entonces secretario de Educación de Itagüí, Guillermo León Restrepo, conoció el Sicied, exclamó emocionado: “Esto es lo que necesito para conocer en detalle el estado de la infraestructura del municipio”. El sistema les caía como del cielo, pues hacía poco el municipio había sido certificado y tenía la obligación de montar un sistema de información que incluía un módulo de infraestructura. Pocas semanas después, un equipo de la Secretaría de Educación estaba conociendo en directo cada detalle de la herramienta.
Julio Martín recuerda también con emoción que este escalamiento nacional conlle vó la firma de un convenio entre el
El Sicieb se convirtió en el Sicied: Sistema Interactivo de Consulta de Infraestructura Educativa, una herramienta nacional del sistema integrado de información de las secretarías de educación,
que permite cuantificar, evaluar y calificar el estado de los establecimientos educativos
Ministerio de Educación, la Cámara de Comercio de Barranquilla, la Fundación Promigas y la Fundación Empresarios por la Educación, para la cesión de uso del programa y el acompañamiento al proceso de ajuste y escalamiento del Sicied a nivel nacional. “Se hizo un proceso de ajuste y mejoramiento para que ya no fuera sólo una herramienta de incidencia local, sino que pudiera utilizarse a nivel nacional”.
Inicialmente se le efectuaron mejoras en las variables de captura y en el proceso de consulta. Posteriormente, el escalamiento ha significado una oportunidad de seguimiento, evaluación y ajuste, que, por ejemplo, ha incrementado las variables consideradas en la encuesta, de 60 iniciales a 120, gran parte de ellas con referencia a las normas Icontec.
Para Augusto Meléndez el proceso no resultó tan sencillo como suena. “Fue sumamente difícil conciliar para incorporar cosas que el Ministerio necesitaba, sin perder temas que le interesaban a la Cámara y a la Fundación Promigas”, dice respirando profundo, como si el esfuerzo acabara de terminar. Mireylle Julliard aclara el motivo de las dificultades: “Las necesidades del Ministerio con respecto a la herramienta eran distintas a las de las secretarías. Aquí querían tener información para poder tomar decisiones; allá querían tener información para poder controlar a las entidades territoriales”.
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Desde 2007 el Sicied se empezó a implementar en varios departamentos del país, como Risaralda, Casanare, Guaviare, La Guaji ra, Chocó y San Andrés, y en municipios cer ti ficados como Bucaramanga, Tunja, Ma ni zales, Cali, Sincelejo, Bello e Itagüí. Pos te riormente, el Ministerio dispuso que el montaje del Sicied sería un requisito indispensable para acceder a los recursos de la Ley 21 de 1982, dirigidos a aumentar la infraestructura para ampliar la cobertura,
lo cual multiplica, en 2009, el número de entidades que lo implementan.
El montaje del sistema en decenas de entidades territoriales ha sido asesorado directamente por la Cámara de Comercio de Barranquilla. Augusto Meléndez explica que la asesoría no sólo conlleva transferir una tecnología, sino convencer a las secretarías de Educación y de Infraestructura de usar el Sicied para pensar
La implementación del Sicied en Cartagena arrojó resultados escalofriantes: seis de cada diez edifi-caciones tenían condiciones de trabajo mínimas o deficientes y requerían intervenciones urgentes en instalaciones, calidad espacial y servicios públicos; además, muchos establecimientos no ofrecían am-bientes de aprendizaje adecuados para los niños y jóvenes, pues, por ejemplo, 42% de ellos carecían de bibliotecas o centros de ayudas educativas, y sólo 30% poseía laboratorios o aulas de tecnología, según reveló el informe final de la aplicación.
El Sicied también permitió identificar en dónde y con qué tipo de acción se puede intervenir la infraes-tructura. Por ejemplo, mostró que existen 263 mil metros cuadrados adicionales a los requeridos que podrían ser utilizados; y que de cada 10 predios educativos, siete se pueden intervenir en el primer piso, dos deben liberar áreas construidas y uno debe identificar alternativas como la construcción en altura o la ampliación del lote actual.
La divulgación de los resultados en el Concejo Distrital permitió que el Cabildo dimensionara la gravedad de la situación y aprobara un incremento significativo de los recursos destinados al tema en 2007. También se socializaron los resultados en las Juntas Administradoras Locales, para que los recursos de inversión en infraestructura que ellas manejan puedan ser direccionados con base en la información del Sicied.
Por otra parte, la Secretaría de Educación decidió incluir en su propuesta de reestructuración una ins-tancia encargada del proceso de organización y administración de los bienes muebles e inmuebles del municipio, con dos profesionales: un ingeniero y un arquitecto. Además, esta entidad concertó con la Secretaría de Infraestructura la utilización del Sicied como herramienta clave para la toma de decisiones.
Igualmente se logró que los rectores asumieran la herramienta, primero, para distribuir las cargas académicas teniendo en cuenta que existen espacios educativos en los que no es posible atender a los estudiantes que el parámetro indica y, segundo, proyectando su matrícula teniendo en cuenta la capacidad que señalan los estándares frente a sus características de infraestructura.
Cartagena organiza sus colegios
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y planear integralmente. “El problema es que el Sicied no piensa por las personas, entonces las personas siguen tomando las decisiones pensando en las dos aulitas que les hacen falta, porque no tienen una mirada integral”.
En municipios como Itagüí la asesoría ha sido exitosa y la administración ha em pe za do a organizar las intervenciones de acuerdo con los criterios técnicos que pro por ciona el Sistema, dejando atrás prác ticas inapropiadas, como lo evidencia Ale jandro Caro, gerente de Nuevas Tecno lo gías de la Secretaría: “Las inversiones se hacían de una manera no tan objetiva, producto de decisiones de los rectores o de la misma administración, que decía: ‘haga mos un aula aquí’, sin obedecer a un estudio de factibilidad ni de proyección”.
Caro se esfuerza para resumir el trabajo de meses en unas pocas palabras. Dice que el proceso de acompañamiento incluyó tres etapas: en la primera, la Cámara de Comercio asesoró la negociación de un contrato con la Universidad Nacional para el levantamiento de la información y capacitó a los encuestadores en el manejo de los instrumentos; en un segundo momento, cuando ya estuvo levantada la información, la Cámara hizo una nueva capacitación sobre el procesamiento de los datos, incluidos planos y fotografías; y
en un tercer momento, se hizo la revisión de todas las bases de datos.
El montaje del Siceid le ha permitido al municipio conocer y medir el verdadero estado de su infraestructura y empezar a tomar decisiones e intervenir con criterios técnicos basados en la información suministrada por el sistema. También ha motivado una articulación técnica entre las secretarías de Educación e Infraestructura. Sin embargo, el logro más trascendente del proceso es quizá el haber favorecido que en el Plan de Desarrollo de la actual administración se pusiera como una meta la formulación de un Plan Maestro de In
El problema es que el Sicied no piensa por las personas,
entonces las personas siguen tomando las decisiones pensando en las dos aulitas
que les hacen falta, porque no tienen una mirada integral
Augusto Meléndez, coordinador de investigaciones de la Cámara de Comercio de Barranquilla
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fraestructura Educativa para diez años, lo cual es, precisamente, el cambio cultural que perseguían los creadores de la herramienta.
Adicionalmente, el municipio de Itagüí ha participado activamente en la multiplicación del Sicied en Antioquia, presentando sus avances a otros municipios como Bello, Envigado, Rionegro y Ciudad Bolívar, y trabajando de la mano con Proantioquia, coordinadora del capítulo departamental de Empresarios por la Educación.
Para la Cámara de Comercio y la Fundación Promigas, el escalamiento del pro
grama significó un motivo de orgullo y un aporte valioso a la creación de condiciones institucionales para el mejoramiento de la calidad y la cobertura de la educación pública en el país. Para Julio Martín el asunto es tan sencillo como complejo: “Es uno de esos casos en los que se acierta a solucionar un problema complejo y común con una herramienta sencilla, fácil de manejar, pero muy poderosa, que da cuantiosos beneficios, porque con ella no sólo se puede cuantificar y valorar el estado de la infraestructura educativa sino que sirve de base para empezar a formular planes maestros. Es una herramienta de evaluación, pero al mismo tiempo de planificación”.
Directivos docentes en Cesar y La Guajira
Rectores y coordinadores, al pupitre
La Fundación Promigas desarrolló un diplomado para actualizar a directivos docentes y potenciar su capacidad de gestión. El pilotaje en Cesar y La Guajira fue tan exitoso que ya se han realizado cuatro cohortes más.
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Una década de solidaridad e innovación social
a coordinadora sor Beatriz Eche verri se mueve por el patio de la Normal María Inmaculada con
diligencia de hormiga y encanto de mariposa. Va de un extremo a otro de la fila repartiendo instrucciones, comentarios y sonrisas. Las palabras de la hermana Yamile Ruiz completan la apreciación: “Algo muy marcado en ella es el amor a los niños y a los jóvenes”. Más aun, se parece a ellos en la mirada dulce y en el rubor que le asoma cuando sus estudiantes atraviesan el colegio cantando un vallenato desgarrado. Ese mismo rubor enternecía a otros 43 directivos docentes cuando a alguno se le salía un chiste subido de tono en los tiempos libres del diplomado en gestión directiva que cursaron en Valledupar, a 32 kilómetros del municipio de Manaure, donde queda la Normal.
El día de la graduación, en la Biblioteca Departamental, sor Beatriz no olvidó ni por un segundo su condición de hermana salesiana, pero por unos minutos abandonó el rigor confesional para bailar con sus compañeros de diplomado: rectores y coordinadores del norte del Cesar y del sur de La Guajira.
En la misma celebración estaba Orlanis María Figueroa, una de las educadoras más queridas de Barrancas, La Guajira. Si al
guien tenía motivos para estar alegre ese día era ella. Originalmente el diploma do para directivos docentes del sector público en Barrancas y Fonseca no la incluía, pues era rectora pero de un colegio privado y su vínculo a un colegio público era como docente.
Ella no estaba dispuesta a perder una oportunidad que había esperado durante años, así que se las arregló para que la dejaran participar como asistente. Fue tanto su empeño, su constancia y su colaboración, que los organizadores acabaron admitiéndola oficialmente. Y aquel día, con el diploma en la mano y el vallenato en el cuerpo, Orlanis celebró con 62 compañeros y también directivos el inicio de una nueva etapa profesional. “El diplomado se terminó, pero no la práctica; ahora es cuando comienza uno a reorganizar todo ese material y a poner en práctica todo lo aprendido”.
Los directivos también sueñan
Juan Andrés Daza, estudiante de noveno grado del colegio Madre Bernarda, está convencido de que la seño Orlanis es excelente. “Es una rectora muy buena, muy especial, nos trata muy bien, cuando tiene que tomar medidas las toma y el colegio lo tiene muy bien”.
El diplomado se terminó, pero no la práctica; ahora es cuando comienza uno a reorganizar
todo ese material y a poner en práctica todo lo aprendido
Orlanis María Figueroa, educadora de Barrancas
L
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docentes. Hacer este diplomado fue una decisión superacertada porque lo estábamos necesitando”.
A sor Beatriz sus estudiantes y compañeros de la Normal también la quieren mucho. La hermana Yamile Ruiz dice que es muy creativa y eficiente. “Es una persona muy serena y le gusta prepararse, vive estudiando, busca todo lo que la lleve a estar mejorando en la parte académica”.
El anuncio de que habría un diplomado en gestión directiva la puso feliz. Lo primero que hizo fue preguntar cuántas personas podían ir y lo segundo, empezar a hacer ca
Basta verla llegar a la sede, en medio de abrazos y besos de estudiantes y profesores, para saber que esas palabras son escasas para dibujar los sentimientos por la rectora de este colegio privado para niños de estratos 2 y 3. Ella sabe que eso es un motivo de orgullo, pero también un compromiso que la empuja a ser mejor y tener un mejor colegio. “Hace mucho rato quería una capacitación dirigida a los rectores, porque generalmente se dirigen a los
Como valor agregado del diplomado la Fun-dación Promigas, la Universidad de la Sabana y Fucai firmaron un acuerdo que permitió la homologación de los temas vistos como la mitad de la especialización en Gerencia Edu-cativa que ofrece esta universidad.
Posteriormente se firmó un acuerdo entre las mismas instituciones para la realización de nuevas cohortes, ahora con una participación directa de la universidad en el proceso for-mativo, con aportes pedagógicos y un grupo de docentes.
El éxito obtenido en el pilotaje ha hecho que el diplomado se replique hasta ahora en tres cohortes: Dibulla y Riohacha (La Guajira), Albania (La Guajira) y Barranquilla y munici-pios del departamento del Atlántico. Además, hay interés de establecer un convenio con la Universidad de Magdalena para replicarlo en el sur del departamento.
En Riohacha, La Guajira, Atlántico y El Cerre-jón, el diplomado ha sido promovido a través de la Fundación Empresarios por la Educación y existe interés de replicarlo en Santander, Cartagena y Casanare, entre otras regiones.
Escalamiento y aval
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bildeo para que les dieran un tercer cupo, de modo que el profesor Alfonso Santiago López pudiera acompañarlas a ella y a la otra coordinadora, Divina Oyola. También para él ésta fue una oportunidad soñada de prepararse académicamente y crecer como profesional. “Para uno como docente es fundamental estar al ritmo, estar mirando los cambios a nivel administrativo, más si se quiere alcanzar la calidad”.
Rosa María Ávila, asesora pedagógica del diplomado, comparte la idea de que la actualización era una urgencia anhelada porque “las evidencias muestran que detrás de todo buen colegio hay un buen rec
Hace mucho rato quería una capacitación dirigida a los rectores, porque generalmente se
dirigen a los docentes. Hacer este diplomado fue una decisión superacertada porque lo estábamos
necesitando
Orlanis María Figueroa
tor”. Por eso se sintió dichosa cuando en 2007 su Fundación Caminos de Identidad fue contactada para que se encargara de desarrollar el diplomado que los directivos de la Fundación Promigas se acababan de inventar.
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El proyecto incluyó el diseño del diplomado y la aplicación de un ejercicio piloto con dos cohortes: una en Valledupar, Cesar, con 44 directivos y otra en Barrancas, La Guajira, con 19 directivos. Se incluyeron cuatro módulos dirigidos a fortalecer las habilidades directivas de manera transversal: Las reformas educativas, El directivo docente y la gestión del desarrollo institucional; El liderazgo y el trabajo en equipo; Pensamiento sistémico, gestión del desarrollo institucional y planeación escolar, y Gestión de la diversidad, comunicación efectiva y gestión del talento humano.
Directivos en busca de su rol
“De mí dependen muchas cosas como líder, como directiva. Ese fue el primer mensaje que nos dieron. Era de liderazgo, porque nosotros estamos siendo transformadores de una sociedad”.
Con esa responsabilidad a las espaldas, Orlanis Figueroa se sentó en su escritorio a revisar sus obligaciones y a pensar qué significaba ser rectora. Evocó todos sus aprendizajes universitarios, pero tuvo la certeza de que muchas cosas habían cambiado por las numerosas reformas de los últimos años. Entonces se sintió sola. En la siguiente sesión, escuchando a los otros rectores y coordinadores, se dio cuenta de que muchos compartían sus preocupaciones y sus temores. Entonces pudo expirar el aire contenido que la estaba ahogando. La hermana Beatriz, en cambio, había compartido esas cuitas con los dos com
Se buscaba contextualizar el papel de los rectores en la agenda educativa contemporánea, como pilares del sistema educativo en el contexto
de la descentralización
Rosa Ávila, asesora del proyecto
pañeros de la Normal y la directora de Núcleo del municipio, quienes también es taban en el diplomado.
Ricardo Lobo Cañizares, que era rector del colegio Rafael Salazar del municipio de Gamarra y que ahora es director de Cultura del departamento del Cesar, precisa el alcance del reto: “Era poder establecer elementos de juicio que mejoraran el nivel de comprensión de lo que es un directivo docente de una institución educativa frente a los retos que tienen en lo social”.
Rosa Ávila explica que las primeras clases del diplomado les proponían a los directivos una reflexión personal y colectiva sobre la identidad actual del directivo docente. “Se buscaba contextualizar el papel de los rectores en la agenda educativa contemporánea, como pilares del sistema educativo en el contexto de la descentralización”.
Sin embargo, los directivos encontraron que el diplomado no les dictaba cuál era su nuevo rol con base en el deber ser, sino que les ofrecía la posibilidad de encontrarlo ellos mismos y con otros. Entonces tuvieron que pensar si son técnicos, o gerentes, o compañeros o rectores, o todos a la vez. “Lo que quedó en claro es que la identidad del rector y del coordinador debe estar muy marcada por el trabajo pedagógico”, apunta la asesora.
Así que después de escucharse y de escuchar a los otros, de debatir y reflexionar, cada uno se fue para su colegio con sus propias conclusiones. A la rectora Orlanis el diplomado le había mostrado que sus dudas eran enriquecedoras. “Me llevó a entender que mi papel como rectora es muy importante, que uno no puede entregar ese rol a otros. El rector es el que debe llevar la bandera, y debe ser una bandera entusiasta, motivadora, de calidad”.
La visión de la hermana Beatriz está ligada al apostolado religioso. “Nosotras tratamos de que la comunidad sea una familia, pero por la cantidad de cosas que trabajamos, uno puede perder de vista por qué esta trabajando. Nosotras trabajamos con el Gobierno, pero no estamos aquí ni por un gobierno ni por un sueldo, sino por el bien de unos chicos, niños y jóvenes”.
Directivos con equipo
En menos de una hora la hermana Beatriz coordina el penúltimo ensayo de un desfi
El diplomado se desarrolló mediante una metodología participativa en tres momentos: a) un procedimiento reflexivo, sistemático y crítico de las prác-ticas de los participantes, a partir de compartir las experiencias de cada uno, b) la apropiación de nuevos elementos conceptuales y metodológicos para ampliar el marco de comprensión de las prácticas, lo cual se apoyó en material bibliográfico abundante y actualizado; c) el análisis de situacio-nes y la intervención sobre algunos elementos clave de la gestión directiva que permiten el desarrollo de las habilidades directivas, para lo cual cada participante debió contar con el apoyo de sus equipos institucionales.
Para facilitar la apropiación de nuevos elementos conceptuales y metodo-lógicos, tanto teóricos como prácticos, se privilegió en el aula el trabajo en equipo y la reconstrucción individual y colectiva del conocimiento, me-diante seminarios y talleres. Así, se buscó desarrollar capacidades para expresar las ideas en forma oral y escrita, profundizar la comprensión y conocimiento de un área determinada, participar en discusiones, así como aprender a respetar y comprender otros puntos de vista y modalidades de pensamiento. “Fue una manera muy apropiada de desarrollarlo porque cada cual contaba sus vivencias y las vivencias de los demás son muy enrique-cedoras”, dice la coordinadora del diplomado, Leonarda Solano Manjarrés.
Igualmente se hizo un fuerte trabajo por fuera del aula, que incluía un producto al final de cada módulo, en el cual se ponían en práctica las habilidades que buscaba desarrollar el diplomado.
Enfoque pedagógico
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le escolar, cuadra una práctica pedagógica, habla con la rectora y con la directora de núcleo. Sor Yamile, otra de las docentes a cargo del desfile, explica que en la Normal María Inmaculada se ha logrado que el trabajo se haga siempre en equipo, con el liderazgo de las directivas.
En el colegio Madre Bernarda, la figura de la rectora Orlanis Figueroa corría el riesgo de volverse omnipresente. Lo dice la auxiliar de Coordinación, Yuzver Solano: “Si ella tenía un compromiso, lo cumplía directamente, pensaba que debía estar en todo. Eso cambió; en el diplomado aprendió que hay que delegar. Y nosotros hemos adquirido el compromiso de que cada cosa que nos delega debe ser cumplida”.
Para las dos educadoras y para los dos colegios, el componente de liderazgo y trabajo en equipo del diplomado resultó ser un aprendizaje fundamental para consolidar y modificar procesos. El módulo buscaba explorar y potenciar el liderazgo de rectores y coordinadores, motivando a reflexionar sobre los estilos de ese liderazgo y su práctica en las instituciones, compartida o excluyente.
El aprendizaje se adelantó mediante una metodología experiencial, por medio de la cual se abordó mucho el desarrollo per sonal de los directivos y su agenda no sólo académica. La propuesta encantó a los directivos al sentir que además de su rol profesional se valoraba su condición
Nosotras trabajamos con el Gobierno, pero no estamos aquí ni por un gobierno ni por
un sueldo, sino por el bien de unos chicos, niños y jóvenes
Hermana Beatriz Echeverri, coordinadora de la Normal María Inmaculada
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de personas, con virtudes y defectos, con emociones, expectativas y sueños.
En la Normal María Inmaculada, que tenía tres docentes en el diplomado, la multiplicación fue intensa y el equipo directivo y docente estuvo al tanto de los aprendizajes. “Tuvo mucho impacto la valoración del trabajo en equipo, la comunicación y la unidad de criterios”, cuenta la Hermana Beatriz.
En el colegio Madre Bernarda, aunque con una estructura distinta, el impacto del tema fue trascendente por las reflexiones y actitudes que generó en la rectora Orla nis Figueroa: “El diplomado nos mostró cómo motivar el trabajo de equipo exitoso, mirando a nuestros compañeros como seres humanos que necesitan crecer con nosotros, pero al mismo tiempo inyectándole al colegio una energía de positivismo y entusiasmo”.
Este trabajo en equipo fue indispensable para poder cumplir el tercero de los elementos del enfoque metodológico del diplomado, que comprendía la reflexión sobre las prácticas directivas vigentes, la adquisición de nuevos conceptos y la intervención práctica sobre algunos aspectos claves de la gestión directiva, que conllevaba la presentación de productos específicos, como el plan de mejoramiento, la caracterización de la institución, la conformación de equipos institucionales y la revisión del manual de convivencia.
El profesor Ricardo Lobo destaca que esa fue precisamente una de las virtudes del diplomado. “Se iba revisando lo que cada uno iba haciendo realmente como directivo docente en su institución, no lo que iba a hacer. No sobre elementos hipotéticos, sino sobre mi proyecto educativo institucional, lo que se hacía frente a las reuniones docentes, los proyectos sociales”.
Esther Josefina Oñate Zuleta, la “Nena”, no canta, enseña. Pero junto con sus apellidos heredó la facilidad para las palabras. A lo largo del diplo-mado hizo gala de ellas en largas intervenciones, que el profesor Ricardo Lobo capitalizó para hacer humor: cada vez que alguien se extendía en retórica, le gritaba: “Ya está bueno, Nena, cállate”. Todos, hasta la misma “Nena”, se echaban a reír con desparpajo costeño.
El que sí canta y toca es el profesor Álvaro Brito, poeta y músico, que en cada sesión andaba a la caza de notas y melodías para convertir los contenidos en canción.
Ese fue el ambiente en el que se desenvolvieron los diez meses de apren-dizaje en Valledupar. “El grupo fue excelente porque estamos en una re-gión que tiene diversidad cultural. Cada encuentro se convertía en una excusa para aprender compartiendo con el otro y celebrando una fecha importante”, evoca Ricardo Lobo. Se refiere a que en cada encuentro se buscaba conmemorar la celebración más cercana: día de la mujer, de la madre, del padre, de la amistad, para lo cual se dividían los alijos. “Ter-minamos siendo amigos, más que directivos”, dice.
En Barrancas, el ambiente también fue de mucho afecto y amistad, aun-que no con tanta festividad, entre otras razones porque durante el di-plomado se produjo el deceso de unos de los participantes, el profesor Ramiro Ochoa. Este suceso contribuyó, no obstante, a fortalecer el afecto surgido en medio del aprendizaje. “Fue un grupo muy bonito, con mucha empatía y dinámica. Aunque hubiese disentimiento se manejó con respe-to y se valoraron mucho los aportes”, dice Leonarda Solano Manjarrés, coordinadora del diplomado y de la sede Mariluz Álvarez de la Institución Educativa Agropecuaria de Fonseca.
Al final del diplomado se realizó una sesión conjunta entre los partici-pantes de Valledupar y Barrancas en la Institución Manuel Torices del municipio de San Diego, Cesar. Y la graduación también fue conjunta, en la Biblioteca Departamental de Valledupar. Ese día, además del diploma, cada directivo recibió un recuerdo imborrable: una carpeta con una foto de sí mismo, leyendas que todos los demás le escribían y una carta sobre qué quisiera recibir el día de su graduación.
Mi amigo el rector
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Leonarda Solano Manjarrés destaca la riqueza de esta metodología: “Uno piensa que ya vivió todo en las instituciones y cuando comparte con los compañeros se da cuenta de que si bien son los mismos casos, las posibilidades de solución son diversas”.
Para la rectora Orlanis Figueroa también fue estupendo: “No era sólo teoría, era real; nosotros les enviábamos nuestro trabajo y ellos lo revisaban, lo corregían, nos daban observaciones y concretábamos. Yo todo lo que iba aprendiendo lo iba aplicando en el colegio con los profesores”.
Claro que cuando llegó con la primera tarea sus profesores y empleados se sorprendieron. “Ellos pretendían que como el diplomado era para mí, yo debía hacer todo sola, pero resulta que no, porque el trabajo de un plan de mejoramiento se elabora es con todos. Ya cuando empezaron a participar estuvieron muy contentos”.
La auxiliar Yuzver Solano fue una de ellas: “La seño puso en práctica todo lo que aprendió. Y no sólo ella, sino que nos transmitió a mí y a los docentes lo que le habían enseñado y lo que debíamos hacer”.
Dirigiendo el mejoramiento
La rectora Orlanis estaba convencida de que el colegio Madre Bernarda sabía bien hacia dónde iba. Pero cuando el diplomado abordó el plan de mejoramiento tuvo que correr a ponerle tareas a sus docentes. “Teníamos supuestamente todo claro, pero
El módulo buscaba explorar y potenciar el liderazgo de rectores y coordinadores, motivando
a reflexionar sobre los estilos de ese liderazgo y su práctica en las instituciones,
compartida o excluyente
118
resulta que no teníamos metas claras. Hicimos un diagnóstico, determinamos las metas y planteamos las estrategias para alcanzarlas. Entonces quedó el plan de mejoramiento”.
La Normal Superior había corrido con mejor suerte, pues en 2005 recibió una capacitación que les sirvió para formular con alguna suficiencia los planes de mejoramiento de 2006 y 2007. No obstante, la hermana Beatriz piensa que el diplomado fue importante en este aspecto. “Todos en el departamento estábamos haciendo lo mismo, los planes de mejoramiento, pero los que estábamos en el diplomado tenía
mos más ayuda y un acompañamiento por parte de personas profesionales en ese campo. Entonces caminábamos más seguros”.
Aprendizaje de por vida
La hermana Beatriz está convencida de que el diplomado en gestión directiva le ha dejado a sí misma y a la Normal un aprendizaje rico en estrategias y en documentos.
Las expectativas de la rectora Orlanis también quedaron totalmente satisfechas. “El diplomado sembró en nosotros una semi
Rectores y coordinadores, al pupitre
119Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
el trabajo en equipo y el liderazgo, mientras que los temas más difíciles de abordar fueron la gestión de la diversidad y la convivencia.
Ella atribuye el éxito tanto a la calidad del programa como a la actitud de los directivos. “El grupo que recibió el diplomado mostró muchas ganas. Ninguno había tenido una capacitación reciente y tuvieron mucha receptividad; para ellos el diplomado fue algo novedoso, oportuno y pertinente”.
En eso está de acuerdo Leonarda Solano Manjarrés: “Si uno tiene la oportunidad de tener nuevos elementos para desempeñarse en su cargo, es una oportunidad que no se puede desperdiciar”. Y según ella, no se desperdició: “El diplomado fue importantísimo porque tocó casi todos los ámbitos que tienen que ver con la parte directiva, nos dio elementos fabulosos para mejorar, para planificar, para desarrollar las actividades administrativas, para evaluar, para hacer seguimiento y poner correctivos”.
Por eso, no es de extrañar que el día de la gra duación la hermana Beatriz acabara bai lando vallenato con los rectores.
El diplomado sembró en nosotros una semilla de motivación hacia nuestro
quehacer, hacia nuestra capacidad de influir como directivos en la calidad
de la institución
Orlanis María Figueroa, rectora del colegio Madre Bernarda
lla de motivación hacia nuestro quehacer, hacia nuestra capacidad de influir como directivos en la calidad de la institución”.
El profesor Ricardo Lobo, aunque ya no es rector, dice estar seguro de que los colegios realmente mejoraron: “Los directivos, además de desplazarnos a aprender, teníamos el compromiso personal de que la institución educativa mejorara”.
La medición realizada al final del diplomado y contrastada con la línea de base les da la razón, pues según revela Rosa Ávila, los directivos lograron avanzar significativamente en aspectos como la planeación,
120
entado en una vieja mecedora en la terraza de su humilde casa, don Francisco Cadeño mira bondadoso un trupí lejano, como si estuviera pensando que el desti
no le perdonó la vida. Él sabe que si el gas domiciliario no hubiera llegado a Santa Ana hace tres años, muchos árboles hubieran ido a parar al fogón. Y ese palo escuálido con cara de perro regañado hubiera ardido una mañana para hervirle el café.
“Era un trabajo hacé prendé esa leña mojada, pa’ poné el fogón. Y atice el fogón y vaina. En cambio, ahora uno se levanta, rajca un foforito y ya, pone el café y lo hace rapidito”.
A dos cuadras de allí, Daysi Torres Maranto se ataca de la risa cuando le nombran el gas natural. Vive con una docena de familiares en una estrecha casa con más tablas que cemento, pero su cara y su risa son los de una joven que está agradecida con la vida. Tal vez porque recuerda que hace tres años, cuando el gas llegó al caserío, alguien dijo que uno de sus principales beneficios era evitar el cáncer de pulmón y las enfermedades pulmonares crónicas, dos afecciones que persiguen después de los treinta a las mujeres que han cocinado con leña o biomasa. Es probable que Daysi ya no se deje alcanzar: “Nosotros aquí cocinábamos con leña, palos que buscábamos en el monte, como antiguamente.
Estudio de la Fundación Promigas
El gas cambia la vida
Una investigación realizada por la Fundación Promigas a tra-vés de las universidades del Norte y de Cartagena probó que el gas natural domiciliario reduce los gastos en el hogar y las enfermedades respiratorias de las familias que se conectan al servicio, a la vez que incide en el mejoramiento de la calidad de vida y la reducción de los indicadores de pobreza. El estudio, al igual que otros proyectos sociales, se hizo para acompañar un ambicioso proyecto de conexión al gas de cerca de 10 mil familias pobres de la Costa Caribe.
S
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“Hasta hace tres años que nos colocaron el gas y ha sido muy beneficioso porque ya no tenemos que recibir ese humo que uno recibía antes”.
Las familias del abuelo Francisco y de la joven Daysi son sólo dos de las más de 10 mil que fueron conectadas al servicio de gas natural en trece de las localidades más pobres de la Costa Caribe colombiana, en desarrollo de un gigantesco proyecto de masificación del gas natural promovido por la compañía Promigas.
Gas contra la pobreza
Alexandra Molinares Molina, modista de El Vaivén, en el municipio de Juan de Acosta, asegura que se le estaba yendo media vida en la cocina, por cuenta de las dificultades que conlleva cocinar con leña. Ahora que tiene gas natural, la preparación de los alimentos es más rápida y le queda más tiempo para dedicarlo a la generación de ingresos.
La suya es otra de las familias beneficiadas por un proyecto tan ambicioso que en cierto momento pareció inalcanzable. El número de hogares por conectar era de masiado alto, los más de 700 mil pesos que costaba la acometida eran inalcanzables para estas familias y la hipótesis que animaba el proyecto era fabulosa, pero le faltaba comprobación: utilizar gas domici
liario resulta más barato y más saludable que usar leña y biomasa.
Sin embargo, Promigas, empresa que se ha distinguido por su compromiso social y su responsabilidad pública, no quiso dejarse derrotar por las adversidades y echar al olvido la oportunidad de favorecer a tantas personas. Así lo recuerda Julio Martín, director ejecutivo de la Fundación Promigas: “La empresa consiguió con el Gobierno de Holanda, a través de su oficina de Cooperación Internacional, recursos de financiación para subsidiar hasta en un 50% la conexión al servicio de gas domiciliario de estas 10 mil familias en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Magdalena y Córdoba”.
El saldo de la conexión se difería a varios años para pagar con la factura mensual. El planteamiento era sencillo: lo que una familia pagaría durante ese lapso por el consumo de gas más la financiación de la conexión le representaba un valor igual o menor al que habría de gastar en combustible sólido, a lo que se agregaban los beneficios derivados de prevenir enfermedades respiratorias.
La vinculación del Gobierno holandés obedeció a su interés de dar aplicación efectiva a los acuerdos adquiridos como país en la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible de Johannesburgo, en 2002, donde 191 países se comprometieron a buscar soluciones para erradicar la pobreza y fortalecer el desarrollo de acciones para el uso sostenible de los recursos naturales. Igualmente, las dos partes consideraron como fundamento para la ejecución del proyecto la incidencia que podía tener el uso del gas domiciliario en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, como estrategia de los países miembros de Naciones Unidas para avanzar en el logro de la paz y el desarrollo humano, y particularmente en los
Era un trabajo hacé prendé esa leña mojada, pa’ poné el fogón. Y atice el fogón
y vaina. En cambio ahora uno se levanta, rajca un foforito y ya, pone el café
y lo hace rapidito
Francisco Cadeño, campesino
El gas cambia la vida
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Aquiles Mercado, vicepresidente financiero de Promigas, explica cómo y por qué nació el proyecto de conexión al gas natural en trece comunidades de la Costa Caribe, que tuvo el acompañamiento de la Fundación Promigas.
¿De dónde surge la idea de este proyecto con el Gobierno de Holanda?De una información que obtenemos del cónsul de Holanda en Barranquilla, Peter Slagter, quien le comenta a nuestro presidente, que el Gobierno de Holanda está buscando proyectos de tipo social para apoyarlos.
Por qué el Gobierno de Holanda se asoció con una empresa privada? Porque la donación no era para nosotros, ni para la distribuidora, sino para el usuario, una persona pobre que está, por ejemplo, en la isla de Barú y que no tiene la más mínima posibilidad de conseguir 800 ó 900 mil para conectarse al servicio de gas. Para ellos, la asociación público-privada era un plan piloto a nivel mundial.
¿Fue fácil obtener la donación?Competimos con más de 400 proyectos en Colombia y cinco mil a nivel mundial. Se escogieron dos en Colombia. Le vendimos al gobierno holandés los beneficios que le trae a un usuario el servicio del gas natural, en lo económico, en comodidad, en lo ecológico y pusimos por primera vez el tema de las enfermedades respiratorias. Hicimos todo un estudio y es la primera vez que se mide en Colombia el impacto de reemplazar leña por gas natural en las enfermedades respiratorias en familias de bajos recursos. Todos los beneficios esperados el gobierno holandés los catalogó como excelentes, pero dijo: “demuéstrenlo”. Nos pusieron unos retos muy interesantes y los cumplimos a cabalidad.
¿Cómo manejaron el tema de la calidad de vida?En esos municipios no se encuentra agua potable, difícilmente se encuentra electricidad, no hay ningún otro servicio público, hay familias que habitan todos en una sola habitación y cocinan en una esquina y se llena de humo toda la casa. El reto era mostrarle a una persona que está en Europa esa realidad; por eso escogimos muy bien los municipios, muy pequeños, donde era evidente que los euros iban a ser bien invertidos, porque se necesitaban.
Había muchas variables; por ejemplo, normalmente quienes estaban a cargo de recoger la leña eran las niñas, y entonces se privaban del proceso escolar, entonces el proyecto iba a favorecer la esco-laridad. Un factor que para Holanda fue muy fuerte es que hay personas encargadas de vender leña en el pueblo, y se puso en el proyecto que nosotros íbamos a apoyarlos en la creación de fuentes de ingresos diferentes.
¿Cuáles fueron las principales dificultades para poner en marcha el proyecto? La falta de estadística para sustentar que lo que estábamos diciendo era cierto. Uno piensa inge-nuamente que es evidente que el gas cambia la vida, pero el interlocutor nuestro nos decía: “de-muéstrenlo”. Ellos tienen una cultura en donde la evidencia empírica es muy importante, sobre todo la evaluación de intervenciones, el dato cuantitativo sustentable y comprobable. Por eso hicimos la investigación que midió el impacto de la conexión al gas en las comunidades beneficiadas.
Cómo nació el proyecto
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Una década de solidaridad e innovación social
objetivos de erradicación de la pobreza, reducción de la mortalidad infantil, mejoramiento de la salud materna y sostenibilidad del medio ambiente.
En el convenio también participaron las agencias distribuidoras Surtigas y Gases del Caribe, que aportaron recursos para el desarrollo del componente social e implementaron el componente técnico y comercial para las conexiones al servicio de gas natural.
Sin embargo, al Gobierno holandés le preocupaba que, una vez conectadas, las familias no pudieran pagar el servicio. Por eso, como condición para el otorgamiento de los subsidios, que totalizaban más de un millón de euros, pidió a Promigas la ejecución de proyectos sociales destinados al mejoramiento de los ingresos y la calidad de vida de las comunidades vinculadas, que sumaban más de 50 mil personas. La Fundación Promigas, a través de la cual se canaliza la gestión social de la compañía Promigas, se hizo cargo de este componente social.
Y aún faltaba por resolver otro tema. En el país había todo un discurso sobre las bondades del gas: se decía que su uso resolvía problemas de contaminación ambiental,
La empresa consiguió con el Gobierno de Holanda, a través de su oficina de Cooperación
Internacional, recursos de financiación para subsidiar hasta en un 50% la conexión al servicio de gas domiciliario de estas 10 mil familias en los departamentos de Atlántico,
Bolívar, Magdalena y Córdoba
Julio Martín, director ejecutivo de la Fundación Promigas
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que reducía la tala de bosques, que resultaba más económico que cocinar con leña, que disminuía los riesgos de enfermedades respiratorias y pulmonares, pero a la hora de probarlo nadie tenía a la mano un documento con sustento científico. Así que entre las acciones complementarias del proyecto, la Fundación Promigas también se encargó de hacer una investigación dirigida a demostrar el impacto del uso del gas en el mejoramiento de la calidad de vida, la disminución de la pobreza y la prevención de las enfermedades respiratorias en las comunidades beneficiadas.
Aporte al conocimiento
Orneli Girado está sentada en un butaco, al lado de la cocina. Le cuesta mantener quieto al pequeño de meses, que se aburre de estar sentado bamboleando la cabeza y quiere gatear por el piso. Si aún cocinara con leña, tendría que tener al niño encerrado en una habitación o sacarlo a la calle mientras se cocinaba el almuerzo. “El humo es perjudicial para la salud, y a uno a veces se le llenaba la casa de humo cuando la leña no quería prender y tocaba ponerle el ventilador. En cambio, ahora uno prende y pone cualquier cosa y está rápido”.
Aparte del humo, le ha visto otras ventajas al gas: “Hemos ahorrado tiempo, porque era demorado buscar la leña, y también plata, porque teníamos que comprar mil pesos diarios de leña. En cambio, el último recibo del gas nos llegó por 18 mil pesos y eso que aún estamos pagando la conexión”.
Lo que dice Orneli no es nuevo, muchos usuarios del gas lo venían afirmando. Lo nuevo es que sus palabras y las de muchos otros han quedado sistematizadas como una comprobación científica, mediante el estudio evaluativo realizado para la Fun
Entre 2008 y 2009 la Fundación Promigas promovió un estudio sobre el “Impacto de biocombustibles sobre enfermedades respiratorias en localidades rurales de Colombia”, el cual fue realizado por el Grupo de Investigaciones en Economía de la Salud, Departamento de Investigacio-nes Económicas y Sociales, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Cartagena. El equipo estuvo integrado por los doctores Nelson Alvis Guzmán, M.D., M.Sc., Ph.D.; Fernando de la Hoz Restrepo, M.D., M.Sc., Ph.D.; Juan Montes Farah, M.D., neumólogo intensivista, y Ángel Pater-nina, M.D.
El estudio buscó “valorar las diferencias clínicas y paraclínicas asociadas al cambio en el uso de biocombustibles utilizados para cocinar (leña y car-bón de leña) por gas natural domiciliario. Para ello utilizó la espirometría para comparar dos grupos de personas: los que pertenecían a hogares que usaban biocombustibles (leña y carbón de leña) y los que pertenecían a hogares que utilizaban gas natural.
Todos los pacientes fueron revisados por el médico general y el médico especialista, y tanto los resultados de la espirometría como los hallazgos clínicos fueron consignados en la historia clínica de cada paciente.
Los resultados mostraron un aumento significativo del riesgo de presentar alteraciones respiratorias del patrón obstructivo severo (OR 3,6, IC95% 1,2-10,7;) en personas que cocinan con biocombustibles. También se ob-servaron diferencias en los patrones espirométricos respecto a las me-diciones de VEF1 y FVC en sujetos que cocinan con gas natural y con biocombustibles. Las demás estimaciones de riesgo no fueron significati-vas, incluidas las estimaciones de la morbilidad sentida de la población y síntomas respiratorios (tos, expectoración y disnea).
Estos resultados sugieren que el daño respiratorio producido por el uso de biocombustibles puede ser reversible y que un adecuado programa de ampliación del uso del gas natural en comunidades rurales mejoraría en un año los patrones respiratorios de los sujetos, su morbilidad y, por ende, su calidad de vida.
El gas que cura
127Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
dación Promigas por un equipo de la Universidad de Cartagena y la Universidad del Norte, bajo la dirección científica del doctor Nelson Alvis y con la participación de los doctores Julio Orozco Africano y Luis Alvis Estrada. “El gas natural domiciliario tiene la capacidad de cambiarles las condiciones de vida a la gente, porque mejora de hecho las condiciones de vivienda, reduce los espacios que inicialmente eran utilizados para cocinar con leña o con carbón de leña o con cualquier otro biocombustible, y elimina fuentes de contaminación; eso es cambiarle la vida esencialmente al hogar de la persona y beneficia sobre todo a niños, mujeres y ancianos, que son los que más permanecen en el hogar”, dice Nelson Alvis.
La investigación buscó valorar el impacto del proyecto financiado por el Gobierno de
Holanda y de la ejecución de programas de intervención social de la Fundación Promigas en términos de cambios en la calidad de vida de las poblaciones beneficiarias de las conexiones de gas natural, mediante mediciones en tres momentos: 2005, 2006 y 2008.
El humo es perjudicial para la salud y a uno a veces se le llenaba la casa
de humo cuando la leña no quería prender y tocaba ponerle el ventilador. En cambio ahora uno prende y
pone cualquier cosa y está rápido
Orneli Girado, campesina
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por Uninorte, el cual comprende dos componentes: el epidemiológico (condiciones sanitarias) y el económico (flujo de caja de presupuesto del hogar).
El estudio se inició en 2005 con la elaboración de un estado del arte consistente en una investigación bibliográfica sobre la incidencia del humo de biocombustibles en enfermedades respiratorias, a fin de establecer las bondades del gas natural como medida de intervención sanitaria.
En palabras de Alvis, “se estimó que era absolutamente necesario revisar cuál era el soporte científico, cuáles eran las evidencias de los estudios realizados por los distintos centros de investigación en el mundo para dimensionar cuales podrían ser los posibles impactos del proyecto; a partir de 2005 eso arrojó una revisión sistemática de la literatura, que incluso está contenida en una publicación científica que hizo el grupo de investigadores y que está en la revista de medicina de la Universidad Nacional”.
Este estudio encontró sólidas evidencias científicas sobre las relaciones de causalidad entre el uso de leña y biomasa y la presencia de enfermedades respiratorias y pulmonares, y “sensibilizó aún más a quie nes toman las decisiones de que el pro yec to no solamente era factible sino que iba a traer grandes beneficios e iba a gene rar grandes impactos, como en realidad pasó”.
Posteriormente se inició la evaluación de impacto. En una primera fase se hizo el levantamiento de Línea de Base, entre septiembre de 2005 y marzo de 2006, para lo cual se aplicó en las trece localidades beneficiadas una encuesta social de corte transversal que midió aspectos demográficos, socioeconómicos, físicoambientales de las viviendas, características de los comportamientos de los jefes de hogar,
Para lograr este objetivo se utilizó como instrumento sintético de medición el Índice de Condiciones de Vida, ICV, elaborado por la Misión Social (Programa de las Naciones Unidas para el DesarrolloDepartamento Nacional de Planeación), el cual es una ponderación de distintas características de acceso a bienes físicos e inversión en capital humano por parte de los hogares, para medir su bienestar físico. Así mismo, se tuvo en cuenta el Índice de Impacto de Gas Natural, IGN, elaborado
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Una década de solidaridad e innovación social
ras en su calidad de vida y su autoestima, pues ahora puede atender visitas sin que la vean tiznada.
El testimonio de Azela Torres permite po nerle identidad y sentimientos a los resultados del proyecto, en tanto que la investigación realizada por la Fundación Promigas le aporta cifras y sustento científico. Después de aplicar las mediciones en las tres fases todas las comunidades que cambiaron la leña por el gas para cocinar alimentos, con excepción de Ararca, mostraron una clara tendencia a disminuir la incidencia de enfermedades respiratorias en los hogares, especialmente en niños y ancianos, a la vez que evidenciaron una mejoría en los indicadores de su economía doméstica.
En efecto, el índice de hogares que padecía problemas respiratorios y pulmonares bajó de 37,6% en la primera fase a 28,7% en 2008, lo que significa una disminución de casi un 10%. El impacto es aún mayor en las poblaciones de Guachaca (de 23,3% pasó a 6,7%) y Puerto Nuevo (de 14,3 a 3,3). A la vez, las hospitalizaciones por esos problemas disminuyeron de 74 en la primera fase a 18 en la segunda y a 17 en la ter
actitudes y prácticas asociadas con la educación, manejo responsable del hogar, uso del gas natural, morbilidad de enfermedades respiratorias y uso de servicios de hospitalización para estas enfermedades.
En la segunda fase, entre septiembre y noviembre de 2006, se realizó una segunda medición en las mismas localidades y con las mismas variables, con el propósito de valorar el impacto del gas natural en los hogares.
Durante la tercera fase, entre 2006 y 2008, se efectuó una nueva medición que indagó sobre las mismas variables, presentándose resultados comparativos de la dinámica de las mismas en el tiempo del proyecto.
“Nosotros elaboramos un instrumento que inicialmente fue una encuesta –explica Nelson Alvis– en la que se evaluaron las condiciones sociodemográficas, económi cas y sanitarias de los hogares, pero creía mos que con esos instrumentos de captura de datos clásicos no iba a ser sufi ciente para mirar lo que se estaba dando, los cambios que estaban sucediendo, por lo que se decidió incorporar técnicas de investigación cualitativas, tipo grupos focales, para no solamente escuchar sino poder inferir de lo que la comunidad manifiesta a través de sus casos, de sus historias de vida, tanto individuales como en conjunto”.
Las cifras del gas
Azela Torres es una madre comunitaria de Santa Ana, Barú. Haber cocinado con leña es algo que ya no podrá olvidar: “Estoy marcada. Se me sobó un machete y me cortó el dedo, éste, no lo puedo cerrar. Eso hace dos años. Tengo ese recuerdo de la leña, por eso yo a mi gas no lo dejo y aquí tengo el recibo que lo voy a pagar”. Ella reconoce que el gas le ha traído mejo
El gas natural domiciliario tiene la capacidad de cambiarle
las condiciones de vida a la gente, porque mejora de hecho las condiciones de vivienda, reduce los espacios que inicialmente eran utilizados para cocinar con leña o con carbón de leña o con
cualquier otro biocombustible y elimina fuentes de contaminación
Nelson Alvis, investigador de la Universidad de Cartagena
130
que quienes utilizan leña o carbón de leña tienen mayor riesgo de presentar alteraciones respiratorias, pues el humo afecta la función pulmonar de las personas.
En el período 20032007, la llegada del gas natural a las poblaciones beneficiadas permitió evitar 1669 casos de infección respiratoria aguda, 501 hospitalizaciones, 19 muertes y 23 AVAD (año de vida ajustado por discapacidad). En cuanto a EPOC, se
cera. Los días de hospitalización también bajaron, de 705 en la primera, a 194 en la segunda y a 102 en la última medición.
El estudio de espirometría también ofrece datos concluyentes sobre los efectos positivos del gas en la salud. Este estudio, que comparó dos grupos de personas de las poblaciones favorecidas: las que cocinan con gas natural y las que frecuentemente lo hacen con biocombustibles, muestra
Como parte del convenio entre el Gobierno de Holanda y Promigas, se contrató una evaluación exter-na al proyecto con el consultor español Santiago Porto. Estas son algunas de sus apreciaciones.
¿Por qué es tan importante la investigación realizada por la Fundación Promigas? Porque nos da más información sobre cómo integrar la empresa privada a la agenda del desarrollo. Es complicado, sobre todo en la actualidad, justificar el apoyo público a la inversión privada, por tanto, todas las experiencias que puedan aclarar en qué casos sí y en cuáles no debemos apoyar esa inversión privada son importantes. También resulta clarificador el caso de que las empresas privadas pueden ser mucho más eficientes a la hora de construir y trasladar beneficios a poblaciones remotas o excluidas.
¿Cuál es el saldo de conocimiento para el conjunto de la sociedad colombiana e internacional?El conocimiento es ofrecer herramientas y una metodología para desde la cooperación evaluar o fomentar propuestas del sector privado con las cuales se consigue promover desarrollo humano y mejorar las condiciones de vida de poblaciones que tradicionalmente sólo reciben ayuda y que quedan al margen como consumidores o como capital social. Es bastante sutil la distinción entre ayudar a la empresa a desarrollarse y el desarrollo que aporta la empresa. Cualquier experiencia que aclare esta distinción es un gran aporte al debate.
¿Podría afirmarse que la conexión subsidiada al servicio de gas domiciliario en comunidades como las incluidas en el proyecto representa una inversión económica y socialmente rentable?Desconozco la situación actual, pero los beneficios sociales son importantes: salud, mejores condicio-nes de vida en general, dar una oportunidad a poblaciones excluidas de participar en el sector formal, de crear capacidad para interactuar con bancos, autoridades locales y demostrar a ellos y al resto que pueden integrarse y funcionar dentro del sistema.
Evaluador europeo:“Poblaciones excluidas pueden integrarse”
131Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
Estoy marcada. Se me sobó un machete y me cortó el dedo, éste,
no lo puedo cerrar. Eso hace dos años. Tengo ese recuerdo de la leña, por eso
yo a mi gas no lo dejo y aquí tengo el recibo que lo voy a pagar
Azela Torres, madre comunitaria de Santa Ana, Barú
evitaron 597 casos, 179 hospitalizaciones, 14 muertes y 1840 AVAD.
En consecuencia, la conexión a gas también significó un importante ahorro para el sistema público de salud: las 1500 hospitalizaciones anuales que se han podido evitar representan costos directos de tratamiento de 837 a 922 mil dólares y la disminución en los casos de enfermedades respiratorias (IRA y EPOC) ha significado para el Estado colombiano un ahorro del 30% de los costos de la carga de estas patologías.
132
mejoramiento del Índice de Impacto del Gas Natural, en casi todas las comunidades, con lo que se demostró un cambio estructural en la economía y el medio ambiente derivado del uso del gas natural. No obstante, en las comunidades de Santa Ana y Ararca este índice empieza a deteriorarse, lo cual evidencia una situación de pobreza estructural de las comunidades.
Las condiciones de vida de las familias beneficiadas han mejorado en el período de implementación del proyecto, 20052008, específicamente en cuanto al entorno de las viviendas, según el Índice de Condiciones de Vida, ICV, que mide el avance hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El ICV de estas comunidades en 2005, antes de iniciado el montaje de las conexiones, era de 49,8 y en 2008 ascendió por encima de la media de las zonas rura
Cuando las poblaciones favorecidas no contaban con el servicio de gas, el costo de la carga por enfermedad de ambas patologías era de 5,2 millones de dólares anuales; después de las conexiones del servicio este costo es de 3,5 millones de dólares anuales. Se ha logrado entonces un ahorro de 1,6 millones de dólares: una reducción de casi 30%.
En lo que respecta al gasto en combustible, se registró una baja de una media mensual de 22.165 pesos (7,4 euros, 10 dólares) en la primera medición a 8578 pesos (2,8 euros, 4,3 dólares) en la tercera medición, con lo cual pasó de representar 7,6% del presupuesto familiar en la primera medición a 2,2% en la medición intermedia.
De manera consecuente, la investigación revelauna tendencia al mantenimiento y
les colombianas (60,7), aproximándose al mínimo esperado de 67 puntos. La mejoría se atribuye al uso del gas natural para cocinar, a la recolección de basuras, a la eliminación de excretas, al mejor aprovisionamiento de agua y a la ampliación en el número de habitaciones.
Sobre estos resultados señala Nelson Alvis: “Se ha observado cómo cambian las condiciones de vida con la llegada del gas natural domiciliario, cómo se reorganizan los espacios, cómo cambian los roles de las personas y cómo se redistribuye el tiempo libre. Se observaron también cambios en el perfil del gasto de los hogares y algo importante es que se lograron evidenciar ahorros, y en los grupos focales se contaron historias de cómo incluso el gas natural domiciliario posibilitó la generación de nuevos ingresos a partir de poder
Las condiciones de vida de las familias beneficiadas han mejorado en el período de implementación del proyecto, 2005-2008,
específicamente en cuanto al entorno de las viviendas, según el Índice
de Condiciones de Vida
Cuando Adelma Mendoza se decidió a ser famiempresaria, su esposo no la tomó en serio. “Esa vaina es un embeleco”, debió ser lo que pensó. Pero cuando vio que la “vaina” iba en serio tuvo que reconocerlo y correr a ayudarla. “Antes no me ayudaba, pero cuando se dio cuenta que el ne-gocio había mejorado y que había aprendido a manejarlo, se motivó y me construyó un mesón más grande para procesar los alimentos”.
Adelma es una de las muchas mujeres que participaron en la estrategia de emprendimiento productivo del proyecto, por medio de la cual se buscó contribuir a la generación de ingresos de las familias beneficiadas con las conexiones de gas, para mejorar su situación económica y mitigar los impactos de la conexión en los grupos de leñadores y carboneros.
La estrategia incluyó dos programas: generación de 300 famiempresas para Arenal y Ayapel, y generación de 260 famiempresas en las localidades beneficiadas, de las cuales 21 eran para leñadores. Ambos casos incluían capacitación, formulación y validación de proyectos productivos, créditos, orientación y asesoría a los microempresarios durante doce meses.
La estrategia fue exitosa en el cumplimiento de su objetivo: “El dinero que me prestaron no fue tan importante como lo que he aprendido con la capacitación; ojalá esto no se acabe y nos sigan apoyando”, dijo Yolis Vergara, famiempresaria de Ayapel. Y más aun, se lograron resultados no planeados, como relata su vecina, Vilma Román: “La tranquilidad y la seguridad que he adquirido por mi desarrollo personal y el mejoramiento en el negocio ha hecho que mi genio mejore y que mi familia me colabore más, especialmente mi esposo”.
Sueños famiempresarios
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emprender pequeñas empresas de actividades que puedan realizarse teniendo acceso al gas”.
La investigación demostró, entonces, que el gas domiciliario tiene un impacto específico en los hogares más pobres, lo cual permite avanzar en el cumplimiento de varias de las metas trazadas en los Objetivos del Milenio. “Se demostró de manera fehaciente que el gas tiene unos beneficios importantes en la economía del hogar. Pero los beneficios contundentes se hallaron en el tema de la salud, pues la investigación que se hizo con las comunidades y en fuentes secundarias, como las clínicas y los hospitales que las atienden,
reveló que el uso del gas disminuía significativamente la infección respiratoria aguda y las enfermedades pulmonares crónicas”, asegura Julio Martín Gallego.
Para Luz Marina Silva, coordinadora de Investigación y Desarrollo de la Fundación Promigas, el estudio evaluativo trasciende este proyecto y es un aporte para el país. “Los hallazgos no solamente son importantes para los decisores de este proyecto sino que son evidencias importantes para decisiones más contundentes, más amplias, de política pública, sobre la posibilidad de que hogares en similares condiciones de pobreza puedan acceder a este tipo de tecnología”.
José Alexis Pacheco, Marcel Medrano y otros niños del Instituto Ecológico Barbacoas todavía sueñan con ser Willy el Tímido, más que con ser futbolistas o boxeadores. Willy es el personaje central de un libro incluido en la profusa biblioteca que el proyecto Lectores Saludables de la Fundación Promigas les donó a diversos colegios de las 13 comunidades beneficiarias del mismo.
El joven profesor Tomas Daniel Jiménez Bosa se entusiasma al evocar a Willy, su dieta sana, sus vitaminas y su valor para enfrentar a los agresores. “Los docentes de lengua castellana accedimos a una capacitación con relación al manejo de los textos. La idea era buscar un acercamiento sutil entre el estudiante y el libro, entre la temática y el estudiante”.
Aprovechando las habilidades artísticas de los estudiantes, se montaron dramatizaciones a partir de los libros y se trabajaron las temáticas según las necesidades e intereses de cada escuela. “Con los profesores de ciencias y biología se abordó la temática, porque ellos tienen más bases sobre qué ali-mentación es la más adecuada y los cuidados que hay que tener, se trabajó con interdisciplinariedad, se hizo una campaña de lavado de manos y se sugerían textos sobre autocuidado”.
La rectora María Eugenia Puche piensa que el proyecto llegó en un momento clave porque estaban organizando a los estudiantes en unos comités y habían incluido en el plan de mejoramiento la necesi-dad de enfatizar la lectura y la escritura. “En esta comunidad confluyen unas variables que son claves para la niñez, como la calidad de la educación y la parte nutricional. Este proyecto conjugaba las dos cosas. A través de la lectura los niños empezaron a meterse en la importancia que para ellos tienen los alimentos. Ese fue el impacto del proyecto.
Gas para lectores saludables
135Creer y crear
Una década de solidaridad e innovación social
Gina Rodríguez, modista de Santa Ana, Barú, tiene su manera de estar de acuerdo. Antes se la pasaba tosiendo por el humo y tenía enfermedades respiratorias frecuentes, ahora no: “Yo he sufrido un poquito de asma, cuando cocinaba con esa leña paraba en la cama, tosiendo. Para mí ese servicio me ha servido bastante, imagínese”.
El componente social del proyecto
Mariela Ortega es una matrona del caserío de Santa Ana. Su casa es una de las pocas que luce terminada. La puerta abierta de par en par deja ver una sala cómoda, con muebles apropiados. Mientras toma el sol en la terraza, recuerda que cuando no había gas un carro traía los cilindros de Cartagena, atravesando el dique en ferry. “Uno compraba siempre su pimpina; yo hasta vendí gas en mi casa, pero no todos teníamos la misma facilidad; entonces muchas personas cocinaban con leña. Inclusive los que teníamos estufa de gas teníamos que buscar leña, porque había veces que se acababa el gas. En cambio, ahora estamos supercontentos con el servicio porque es prender y ya está”.
Repasa la factura, verifica que todavía está pagando una parte de la conexión y saca su conclusión: “Yo estoy conforme porque anteriormente me tocaba comprar por mes dos bombonas de veintipico cada una. Y el recibo me está viniendo por 30 y pico”. Catalina Torres, de Arenal, comparte
esa idea desde 2007: “Ahora ahorro más, ya que cuando cocinaba con leña gastaba más plata y el humo me afectaba”.
Sin embargo, poco o mucho, había que promover la cultura de pago de la factura y la estabilidad financiera de las familias, para garantizar la sostenibilidad de la inversión. Entonces, el Gobierno holandés y las empresas involucradas, Promigas, Surtigas y Gases del Caribe, acordaron que el proyecto de masificación incluyera un componente social con varias acciones dirigidas a aumentar los ingresos de algunas de las familias y a hacer un uso más racional del presupuesto familiar.
Este componente social incluyó tres proyectos: el primero era un proceso educativo, mediante encuentros presenciales y charlas, para generar conciencia sobre el manejo del presupuesto familiar y el ahorro; el segundo consistía en incrementar los ingresos y se basaba en el apoyo al emprendimiento y las famiempresas; el tercero era un trabajo de educomunicación, por medio de publicaciones y mensajes en las facturas de cobro.
Teniendo en cuenta el perfil de las comunidades y el enfoque educativo de la Fundación Promigas, se aprovechó la oportunidad para agregar un proyecto más, que la Fundación venía ejecutando exitosamente en distintas instituciones educativas de la Costa Caribe: Lectores Saludables.
Se ha observado cómo cambian las condiciones de vida con la llegada del gas natural domiciliario, cómo se reorganizan los espacios, cómo cambian los roles de las personas y cómo se
redistribuye el tiempo libre
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Así que el componente social del proyecto tuvo las mismas dimensiones gigantescas que la expansión del servicio. De hecho, este es el proyecto más grande que ha manejado la Fundación Promigas en términos de inversión y de acciones, de complejidad y de manejo de recursos internacionales.
Y los resultados justificaron la magnitud del esfuerzo, pues se aumentaron significativamente los ingresos de los famiempresarios y la presencia de hogares con ahorro, a la vez que el otorgamiento de
créditos acompañados de una formación didáctica permitió disminuir el riesgo de vulnerabilidad de los hogares beneficiarios del subsidio del gas natural, como lo refleja el estudio de la Universidad del Norte. Eso significa, ni más ni menos, que miles de familias colombianas viven hoy con mayor calidad y tranquilidad, gracias al proyecto. Así lo dice la famiempresaria María del Cristo Ruiz: “Me siento muy bien gracias al proyecto; esto me ha dado mayor tranquilidad y confianza para tomar decisiones, además he mejorado en mi genio”.
El gas cambia la vida
Somos conscientes de que debemos ser mejores personas para dar lo mejor y lograr que otros sean mejores, y que todo cam-bio empieza por casa. Por ello, la Fundación Promigas emprendió una labor de aprendizaje permanente y colaborativo con un foco especializado que aún se sigue nutriendo de experiencias y cono-cimientos diversos. El haber escogido la educación como la ruta más expedita para contribuir con la equidad y la justicia social en el país se reconoce hoy como una sabia decisión.
Creemos que la filosofía y el espíritu social de Promigas han sido el principal sustrato de nuestro trabajo y que la Fundación ha fortale-cido ese legado con principios y valores esenciales en el desarrollo de su gestión social. Aunque hemos evolucionado en las estrategias y modos de acción para hacer más eficaz lo que hacemos, sentimos que aquello que nos dio origen, lo esencial, está intacto.
Julio Martín GallegoDirector ejecutivoFundación Promigas