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Crédito/ Javier Millán 2da Junio 2011

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Crédito/ Javier Millán

2da Junio 2011

La Luna es una publicación de Grupo Nologo SA de CV para Semanario

Nuestro Tiempo. Circula en los principales puestos de periódicos de la

ciudad de Toluca, zonas industriales, dependencias gubernamentales y los

comercios más importantes en la capi-tal del Estado de México. Más de 5 mil

ejemplares distribuidos cada semana. Todos los registros en trámite.

Fundadora / Selene Hernández León

Diseño y Arte / Fabiola Díaz

Dirección General / Miguel Ángel Alvarado

Semanario de arte, cultura y sociedad

Mercadotecnia / Roberto Iván Alvarado

Editor en JefeJavier Millán Gómez

Mesa de RedacciónElizabeth Adriana Bañuelos Escalera

Yanet Guadalupe Sánchez Monroy Andrés Villarreal Martínez

[email protected]

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“Hay tres cosas en las que no se puede uno poner de acuerdo: religión, política y futbol”. Son temas controversiales y de dura discusión. Quizás esto se debe a la

pasión y como el viejo Aristóteles definía, es todo aquello que nos lleva a pertenecer a de-terminado grupo. Las personas son afines a un equipo de futbol, se casan con un partido político y eligen una ideología religiosa que a muchos los marca de por vida.

Pero casi siempre las discusiones en este país se quedan en eso, en simples alegatos donde los acuerdos no llegan. ¿Qué hay que exigirle a la religión, la política o al futbol?

En la primera opción se levanta una ceja, en la segunda es probable que muchos recla-men, pero en la tercera…

Se recuerda que cuando todos gritábamos frente al televisor, haciendo mil y una alu-siones al 10 de Mayo, durante el Mundial de Sudáfrica en el 2010, Javier Aguirre insistía en echar a perder el cuadro titular de la selec-ción con hombres calvos, “Bofo” Bautista y “Conejo” Pérez.

Todos gritamos de desesperación, parecía que el único ciego era Javier Aguirre. ¿Por qué tomaba esas decisiones? ¿No le impor-taba lo que todo el país opinara de él? ¿De

qué sirve la opinión pública en el futbol?Tal vez el sentido habermasiano cuya rel-evancia dentro de la opinión pública ayuda a fortalecer y estructurar un sistema políti-co, quede excluido del futbol. Quien paga impuestos tiene derecho a exigir. El gobi-erno está estructurado a partir del pueblo, después conforma el Estado, donde se incor-poran las instituciones que ayudan a generar representatividad y mecanismos de presión.

Las empresas surgen como una forma de concebir la democracia, como dice Milton Friedman, a través de las cuales el ciudadano tiene acceso a incrementar su capital por sí mismo, desvinculándose de la intervención del gobierno. Se hace lo que se puede a costa de lo que sea para lograr ganancias seguras y frecuentes.Este modelo de crear empresas responsables de movilizar el dinero es adoptado por el sis-tema capitalista. No hay responsabilidades ni consideración de repercusiones, nadie in-terviene.

La FIFA es una empresa privada cuyo ob-jetivo único, aparentemente, es promover el futbol. En este país está la Federación Mexicana de Futbol, afiliada a esa gran cor-poración. Su página web dice lo siguiente: “Misión: organizar, reglamentar y admin-istrar, promover y difundir la práctica del

futbol asociación… generando interés en la niñez y en la juventud hacia la práctica del deporte”.

“Visión: ser una institución eficiente… que lleve al Futbol Asociación en el ámbito de-portivo y económico a consolidarse como la mejor fuente de espectáculo”. Según la misma Federación, 6 de cada 10 mexicanos son aficionados al deporte aunque no todos lo practican.

En planos generales la administración del futbol atraviesa por una crisis. La FIFA ha sido sacudida por escándalos que aseguran prácticas de corrupción dentro de la misma, aunque esto no es nuevo. En el 2002 Joseph Blatter, actual presidente, fue acusado de realizar transacciones secretas a fin de ase-gurar su elección pero dicha queja jamás fue investigada. Nueve años más tarde fue reel-egido y él mismo consideró que los proble-mas de la Federación se encuentran en las bases.

Hace unos días un ex árbitro argentino, Javi-er Ruiz, denunció corrupción en el futbol de aquel país y citó como ejemplo un título del Boca Juniors en el 2008.

“Hay árbitros que han cobrado hasta en el entretiempo. Esto es un negociazo. ¿Por

qué piensan que River está peleando el de-scenso?”, señaló Ruiz. “Porque los anteriores dirigentes pedían árbitros y no cumplían (no pagaban). Si no pagas (los árbitros) son ca-paces de no dejarte pasar el mediocampo”. Si hay médicos corruptos, policías corrup-tos, sacerdotes y políticos, ¿por qué no los árbitros?

Al médico corrupto se le demanda, al policía se le acusa, al político se le “balconea” pero el árbitro se mantiene oculto, no tiene con-tacto con la sociedad.

Hay dudas sobre el reciente ascenso de los Xoloitzcuintles de Tijuana a la Primera Di-visión. Aquel equipo pertenece a Jorge Hank Rhon, hijo de Carlos Hank, ex gob-ernador mexiquense. Hank Rhon es dueño de animales exóticos y centros de apuestas, además de ser el principal accionista del pre-dio en donde se encuentra el centro de apu-estas Caliente. El costo inicial para la con-strucción de su estadio fue de 30 millones de dólares. Tiene dinero, mucho. ¿Qué podrá hacer con él?

Una empresa no es nada sin consumidores. Nosotros consumimos futbol pero, ¿pon-ernos a dieta bajará las ganancias de los grandes empresarios del balompié? Haber-mas no se olvida.

* Casi siempre las discusiones en este país se quedan en eso, en simples alegatos don-de los acuerdos no llegan. ¿Qué hay que exigirle a la re-ligión, la política o al futbol?

En la primera opción se levan-ta una ceja, en la segunda es probable que muchos rec-lamen, pero en la tercera…

Javier Millán

La Federación Mexicana de Futbol (FMF), por medio del Sistema Nacional de Capacitación respalda estudios profesionales en torno al fut-

bol asociación o soccer, principalmente en áreas de preparación física, arbitraje y entrenamiento; y tras una serie de problemas se buscó la regulación de escuelas enfocadas en esta disciplina.

La coordinadora de la Escuela Nacional de Direc-tores Técnicos (ENDIT) campus Metepec, Claudia Rivas Garza, cuenta que en el Estado de México hay sólo dos escuelas de este tipo avaladas por la Federación, pero en cierto momento una de ellas estuvo en riesgo de desaparecer pues aún no se ha perfeccionado el sistema.

- Le dieron el proyecto al entrenador Raúl Cárde-nas y él reunió un cuerpo académico porque antes no había un plan fijo, cada quién enseñaba lo que se le ocurría y había muchos fraudes. En Toluca, la administración anterior no manejó bien las finanzas y la escuela se iba a cerrar, entonces me asocié con Édgar Dueñas, Mario Méndez y Hernán Cristante; como maestra ya tenía experiencia en futbol, me pi-den que les ayude a coordinar y nos cambiamos a Metepec, a las instalaciones de la escuela de Cris-tante.

Los futbolistas profesionales Édgar Dueñas y Mario Méndez fueron alumnos de la ENDIT Toluca y fue así como conocieron a Claudia Rivas, quien consid-era que su presencia ha traído beneficios para el resto de los alumnos.

- Al principio ven con desconfianza los demás alum-nos a los profesionales, pero la gente que yo he

tenido siempre ha apoyado y utilizado sus contac-tos para ayudar, tienen muy buena disposición para enseñarles cómo es la vida en un equipo de futbol, en una selección nacional y cómo se vive una final, entonces enriquecen mucho. Una de las ventajas de una escuela futbolera es esa, que vas haciendo contactos.

Los estudios los valida la Federación directamente, no requieren reconocimiento de la SEP ni de nin-guna universidad porque al final se les entrega un título que les permite dirigir en todo el país, incluso a nivel selección nacional.

Para los más jóvenes, existen escuelas deportivas que sirven también como trampolín para colocarse en equipos importantes de Primera División. En el-las los requisitos para los alumnos son menores, aunque sólo logran sobresalir unos cuantos y otros convierten al futbol en su pasatiempo favorito.

Tal es el caso de la escuela de futbol San Antonio la Isla, que cuenta con un equipo en Quinta División asociado con el futbolista profesional Diego de la Torre. De esta escuela surgió Eduardo Obregón, quien jugó para el equipo Pachuca y que actual-mente está haciendo trámites para jugar en España.

Los requisitos que los alumnos aspirantes a entrar en una Escuela Nacional de Directores Técnicos deben cubrir para ingresar son enunciados por la coordinadora del campus de Metepec:

- Deben ser mayores de 18 años, tener conocimien-tos generales de futbol que deben demostrar en su examen de admisión, certificado médico que

indique que pueden desempeñarse en cancha sin riesgos para su salud y la preparatoria terminada, porque las clases necesitan conocimientos básicos de biología, sicología, matemáticas y otras materias de prepa”. Esto, además de cubrir los 3 mil pesos de inscripción por módulo y 2 mil pesos mensuales para el pago de maestros.

Para ser director técnico profesional es necesario pasar por alguna de estas escuelas. “El Chepo tuvo que haber pasado por este programa”, afirma Rivas, pero también reconoce que deben corregirse algu-nas deficiencias en el curso, como la actualización de programas o la necesidad de evaluar la calidad de las 24 escuelas para DT que hay en el país.

- Los programas los hace la Federación directa-mente y los manda a las ENDIT, pero ya tienen más de 10 años, necesitan actualizarse… los alumnos son evaluados internamente y por la Federación, esto da transparencia, la misma preparación en todo el país y contacto con el futbol, pero lamenta-blemente no se hace un monitoreo de calidad como debería hacerse…”.

Además, se está buscando que las generaciones siguientes puedan participar en un torneo especial-mente organizado por las ENDIT y que se les solic-ite a los alumnos la realización de un servicio social o prácticas para que puedan moverse en el mundo profesional mientras realizan sus estudios.

- Deben hacer una tesina para aprender el pensami-ento de la investigación porque finalmente es una carrera, pero hacer servicio social sería muy bueno aunque no hemos logrado convencer a la Feder-

ación. No armamos torneos entre las ENDIT, pero los alumnos de aquí entran al torneo de la escuela de Hernán Cristante… en los próximos módulos buscaremos armar uno”.

Las decisiones con más peso en las escuelas de Directores Técnicos son obviamente las de la Fed-eración Mexicana de Futbol. En ocasiones los alum-nos expresan sus inconformidades directamente a la coordinación de Claudia Rivas o con Claudia Sánchez, la asistente, quienes no siempre pu-ede atenderlas como les gustaría; esta es una de las dificultades que implica dirigir una escuela así, aunque piensan que es parte del control que se req-uiere para preparar bien a los entrenadores.

Los titulados regularmente abren escuelas inde-pendientes y ofrecen cursos para niños, ya que su perfil les permite dirigir el entrenamiento de mu-jeres, jóvenes, personas de la tercera edad y de cualquiera que desee jugar futbol, pues como dice la coordinadora de ENDIT Metepec, “la oportunidad de empleo y el carácter de redituable depende del compromiso de cada quién.”

No es posible desde ahora conocer el espacio que tendrán estos alumnos en ligas profesionales, pues los DT de primera división hoy en día son extran-jeros y/o jugadores profesionales retirados, así que el tiempo deberá seguir corriendo para saberlo, pues al menos en el Estado de México la oportunidad de estudiar esta carrera es muy re-ciente, apenas este año se graduó la primera generación de Metepec.

* Parece que no, pero hasta los entrenadores profe-sionales de fútbol han ido a la escuela. En Metepec existe una, dirigida por una mujer y aunque sabe que no todos sus alumnos lograrán colocarse en equipos de primera división, confía en que su tra-bajo rinda los frutos adecuados.

Yanet G. Sánchez Monroy

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“Es disciplina, es querer ser a base de llegar temprano, de asistir a los entrenamientos, de constancia. Es lo que hace finalmente a un equipo”, confiesa Omar Ramírez, director técnico del equipo

universitario “Potros”, que se coronaron campeones en la pasada Uni-versidad Nacional 2011.

“El entrenamiento que ellos realizan no es de alto rendimiento, tienen que ser el adecuado para que resistan la carga porque sabemos que los estudiantes a veces no vienen bien alimentados. Y el estu-diante en combinación con el futbolista, mucho menos”. No obstante, Ramírez dice que “en esta Universiada nos enfocamos hacia el alto rendimiento por el hecho de que íbamos a ser sede y teníamos que trabajar a marchas forzadas”.

Por eso en cuanto a la asistencia médica de los jugadores, la doctora Eva Téllez Rojas considera que tanto en los gimnasios universitarios

como en los encuentros deportivos siempre cuentan con médicos especializados gracias a un convenio con la Facultad de Me-dicina de la UAEM. “Los estudiantes no tienen que pagar nada, sólo tienen que hacer bien su trabajo”.

Los directivos, por su parte, tienen en cuenta las condiciones de un jugador estudiantil, por eso existe un reglamento interno, a criterio de cada director técnico, que rige normas como la puntualidad con cierta tolerancia, normalmente media hora para poder ingresar a los entrenamientos y además se les permite tener un máximo de 3 faltas por semana, pero sin justificación la salida del equipo es inevitable.

“El profesional se dedica cien por ciento al futbol, es su prioridad y no la escuela. Acá no, son las dos cosas pero más que nada está la escuela”, confiesa Omar, quien dice que el entrenamiento generalmente dura dos horas, de lunes a viernes e incluso cuando se van acercando las competencias son hasta los sábados.

Guillermo Navarro, jugador titular de la selección juvenil de Potros, ve el entrenamiento muy importante y “ya llevo tres años aquí, este último fue con mejores resultados, aproximadamente desde agosto desde el año pasado empezamos a entrenar para llegar a la Universiada. Fue pesado y sufrido porque había que luchar por un lugar, no creo volver a vivir alguna experiencia así”.

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* El equipo de futbol Potros de la UAEM consiguió recientemente el primer lu-gar en la Universiada Nacional celebrada en Toluca, lo cual representa un hito en la historia deportiva de la escuela pero además revela que la institución tiene toda una estructura destinada a la búsqueda de triunfos y que da frutos en la Segunda División profesional de México.

Guillermo tiene 23 años y está cursando el noveno semestre de ing-eniería civil en la UAEM, sin embargo se ha visto en la necesidad de dar de baja algunas materias para mantener el ritmo del entrenamiento. “Siento que sí afecta un poco, por ejemplo mi carrera de ingeniería civil es algo pesadona, casi siempre sales de los entrenamientos ya cansa-do y hay que ir a clases todavía. A veces no te da tiempo de comer. Yo creo que sí influye y he tenido que alargar mi carrera un semestre”.

Aun así se siente orgulloso de portar la camiseta de su universidad, pese a que reconoce la falta de afición que el equipo padece y en general el desconocimiento de las actividades deportivas por parte de sus mismos compañeros de escuela.

El límite de edad para entrar al equipo es de 28 años pero aparte de las satisfacciones que les da a los jugadores pertenecer a Potros, hay un incentivo que consiste en una beca mensual que se les da a todos los alumnos deportistas que cumplan con un promedio mínimo de 8 puntos y tengan trayectoria académica regular. En el caso de los equipo de futbol, 25 jugadores entran a esa beca siempre y cuando cumplan los requisitos. “Así nos evitamos los fósiles”, menciona la doctora Téllez.

“Es una ayuda muy buena, pero si lo vemos por el otro lado es poco, es muy poco, aunque sabemos que para obtener otro poquito más debe haber hambre de triunfo, de querer ser, de ganar más, de ser famoso, de ser popular en tu escuela y eso sólo se obtiene sufriendo. Esa es una de las ideologías que acá se manejan. Siempre fue sufrir, sufrir, sufrir y ya cuando ganas algo es cuando empiezas a merecer un po-quito más”, revela el director técnico.

Un tema controversial en la afición, con respecto a la participación del equipo de futbol en la Universiada fue la incorporación de elementos profesionales de Segunda División a la alineación titular universitaria, pues se notaba gran diferencia en la preparación física y mental al lado de las otras escuadras.

El Consejo Nacional del Deporte de la Educación, Asociación Civil es el encargado de reglamentar la elegibilidad de los deportistas en las competencias y entre sus estatutos marca ser de nacionalidad mexi-cana, tener la edad que marca la convocatoria expedida por la FISU del año en curso en eventos internacionales; estar matriculado en una Institución de Educación Superior en el nivel de Técnico Superior, Profesional Asociado, Licenciatura o Posgrado; no exceder su partici-pación a seis años, a partir de su primer registro como alumno de nivel licenciatura o equivalente,

“Mucha gente comentaba por ahí que los jugadores no eran estudi-antes, y a mí me da risa porque a lo mejor es ignorancia, pero el regla-mento está muy claro. No puedes ingresar si no cumples la antigüedad. De hecho había un chico que se nos quedó por un mes, David Torres. No pudo entrar y tuve que meter a otro chavo”, reflexiona Omar un tanto conmovido.

“De la Segunda hubo 6 jugadores: Jesús Alvarado (el goleador), Josué Parra, (medio de contención), Cristian Machea (defensa central), Luis Manuel Arzaluz (lateral izquierdo), Iván (volante izquierdo), José Carlos Velásquez (enlace) y de esos dos estaban en mi equipo regional pero

ascendieron a Segunda División. A los otros dos les interesó entrar a la escuela, nosotros gestionamos su entrada desde hace dos años”.

La preparación de Potros comenzó desde la etapa estatal, el regional de la Universiada pasada que en 2010 se celebró en Chihuahua. “Lle-gamos a la Regional con gente joven con la que participamos en tres partidos muy buenos pero los perdimos. Sabíamos que iba a pasar eso porque participamos con gente joven, amateur, que no había sido pro-fesional pero que iba a ser parte de la base del equipo para el Nacional. Luego, a sabiendas de que ya sabíamos que íbamos a ser sede, en base a las necesidades comenzamos a reclutar gente que ya tenía-mos en lista y comenzamos a tener partidos con equipos profesionales como la Sub-20 de San Luis, la Sub-20 de Toluca, Jaguares de Prim-era División, la Tercera División de San Mateo, Tercera y Segunda de Potros. Casi todos los partidos de preparación fueron contra equipos profesionales pensando en que la competencia que íbamos a enfrentar iba a ser del más alto nivel”, expresa Ramírez.

La Dirección de Actividades Deportivas es la encargada de administrar los gastos referentes a las selecciones deportivas por uniformes, mate-rial para entrenamiento, viáticos para las salidas hacia los torneos o partidos de preparación y aunque no se establece un presupuesto anu-al, Omar comparte que “tuvimos salidas a San Luis Potosí y Zacatecas. Simplemente de la ida a Zacatecas fueron aproximadamente unos 15 mil pesos, fueron cuatro días y tres noches. De ahí tuvimos dos salidas a San Luis y fueron unos 2 ó 3 mil pesos. De los campamentos que tuvimos en el Centro Ceremonial Otomí fueron aproximadamente otros 2 ó 3 mil pesos y aunado a eso, pues agua, uniformes, todo”.

De las filas de Potros se han desprendido destacados futbolistas que juegan en nivel profesional. Otros más están en negociaciones para formar parte de la Segunda División, como es el caso de Guillermo, quien aunque desea dedicarse a la ingeniería civil, el deporte va en su sangre. Otro caso es el capitán José García, futbolista de alto rendimiento del Deportivo Toluca, quien por su condición de estudiante a distancia en la carrera de administración puede competir dos años más en el equipo universitario.

“Ahorita lo que queremos es incentivar a todo jugador de Toluca, uni-versitario, para que se den cuenta de que el jugador nacido aquí tiene sangre para ser campeón, para sobresalir. A mí me da mucho gusto este logro porque yo espero la respuesta de todos”.

El 6 de junio comenzaron las pruebas para nuevos jugadores de la selección, en el gimnasio universitario a las 2 de la tarde, donde se busca gente de carácter para soportar entrenamientos y la disciplina. “Sufrir para sostener la escuela con el futbol y, sobre todo, defender el campeonato”.

Los deportistas universitarios son quienes en realidad representan al país en las competencias internacionales. Desafortunadamente se presta más atención a otras cosas y no a ellos, pues si bien no salen en televisión, son los que en verdad perfilan a la sociedad mexicana, sus intereses y valores, lo más cercano a una verdadera selección na-cional.

Los balones de EruvielEn San Bartolomé Atlatlahuca el futbol se vive de una manera muy especial. Pero hasta en las más el-ementales alegrías tiene que aparecer Eruviel Ávila, aspirante priista a la gubernatura que se asegura de estar en todos lados, hasta en la final de un poblado rural, que lo único que quiere es ver jugar la gran final.

Javier Millán

Hay fiesta pero no se alcanzan a per-cibir ninguna señal. Tampoco de la final de futbol de la liga Intersema-

nal de Categoría Abierta en el municipio de Tenango en el Estado de México. El cielo está despejado y sólo unas cuantas nubes lo decoran. El calor sofoca y al-gunos perros duermen bajo la sombra. La ola calórica ilumina los maizales que están por alcanzar los treinta centímetros y que dan la bienvenida al pueblo de San Bartolomé, Atlatlahuca para mejores ref-erencias.

El campo, aunque empastado, tiene bordes y algunos huecos. Las porterías dejan col-gar redes gastadas, listas para estirarse cuando el balón logre su objetivo. Las líneas que delimitan y marcan el campo se pierden por las bajas concentraciones de cal que pintan el territorio futbolero. El perímetro es circundado por una malla y las gradas una manta hace sombra a la mayoría.

Ni aficionados ni jugadores han llegado. Todo empezará a las 5 de la tarde y sólo un hombre con pelotas de plástico y una mujer que vende aguas frescas y frituras aparecen. El silencio es sonido ambiente aunque música electrónica se escucha a lo lejos.

Faltan 6 minutos y sólo hay unas 40 perso-nas en el campo.

A medida que entran observan al reportero y preguntan sobre su procedencia. Se an-ticipan entre risas a su respuesta con un “no vayas a decir que vienes del PRD”.

Los trofeos se exhiben en una mesa pero los tiempos electorales llegan a la mente de cualquiera cuando los balones frente a los trofeos dicen “Eruviel Gobernador”. “

- Este es un evento de Eruviel -murmura un aficionado cuando observa las pelotas

desinfladas. En el instante en que el reloj marca las cinco apenas hay 70 fanáticos. Detrás de las gradas un hombre en una camioneta hace sonar una matraca. Y los fans con playeras de los Pumas sonríen. El partido está por comenzar.

Los equipos llegaron y la afición se de-cide por los felinos. Del otro lado está el Francia pero sus incondicionales no se ven por ningún lado. Los equipos finalis-tas se mantienen concentrados y algunos hasta invocan al ser supremo y todo tipo de plegarias se espiritualizan en los con-tendientes.

A las 5:10 hombres vestidos de azul hacen su presentación en el terreno pero los es-pectadores los advierten. Son suficientes para ejercer presión sobre ellos y cada uno fijará la mirada en los jueces del juego. Los árbitros han llegado tarde.

“Toma fotos a los de Pumas, ellos van a meter los goles”, se escucha a lo lejos, mientras Miguel, Víctor, Rodolfo, César Escamilla, Óscar y “El Rojas” se juntan con los demás para tomarse la gráfica. Francia hace lo propio y todos, menos Eder, tienen apodo.

Inicia el partido 27 minutos después. La comunidad rural grita y hace escándalo “Hay que echarle, Pumas”, grita la may-oría de los 300 espectadores. Las faltas aparecen y el árbitro marca una, entre tan-tas entradas.

- Es al revés, pendejo” -le echan en cara.

Pumas juega con una camiseta semejante a los profesionales. Francia salta con la playera blanca de la selección alemana.

“Cafú”, de Pumas, va de un lado a otro. Busca el balón, se anticipa, quiere cortar los balones pero los franceses van hacia delante, corren la banda izquierda. Se

envía un centro y la pelota rebota. “El Chícharo” remata, la pelota duda en la línea pero entra. Gol de Francia a tan sólo dos minutos de haber iniciado.

Los galos insisten una y otra vez, no les basta el 1 a 0. Pumas no encuentra sali-da y el francés “Vocho” se prepara para destrozar la red. Tira con fuerza pero “El Rojas” cruza la extremidad para impedir la anotación.

Las entradas violentas indican alerta pero nadie se enfurece, es parte del juego, to-dos siguen pero El Huaje lastima a un fe-lino. “El Vocho” da una buena revolcada a Miguel, del equipo universitario y la ac-ción cuesta una tarjeta amarilla.

Pumas está presionado, no logró hace nada en la primera parte del juego. De pronto un incidente. Cuatro policías cap-tan la atención de todos e ingresan al ter-reno de juego. El objetivo, “evitar la vio-lencia” y sacan a todas las personas que no pertenezcan a los equipos. Varios aban-donan el campo y los policías explican a los entrenadores mientras se pasean de un lado a otro, armados. En la garganta de un rifle una bala se asoma. El arma parece es-tar cargada.

Todo pasa y el juego sigue. En con-tragolpe Miguel, de Pumas, acelera pero el abanderado indica fuera de lugar pro-vocando que todas las gradas reclamen la injusticia.

Cuatro minutos antes de terminar el juego “El Vocho” mete la pierna a un Puma. Falta clarísima y el árbitro saca la segunda tarjeta amarilla. El Vocho ha sido expul-sado.

El primer tiempo finaliza cuando el reloj marca las 6 de la tarde, momento oportuno para estirar las piernas y repartir pelotas a niños en la tribuna. Los policías vigilan

la entrada insisten en prevenir la violencia pero tienen miedo.

Para el segundo tiempo la pasión se ha apagado pero conforme avanza el partido, vuelve a cobrar intensidad. Pase certero a Miguel Santana y una definición correcta. Llega el empate después de tanto trabajo y un fuera de lugar. Miguel da esperanza a su equipo. Pero Pumas hace sentir su pres-encia aunque el arquero francés Eduardo ajusta el cuerpo al balón para impedir que este logre estremecer la red gastada.

Un excelente pase cae al “Pare” jugador de Francia y de Tercera División en los clubes del América y San Mateo Atenco. Hace alarde de sus habilidades y envía el balón al fondo. Francia va ganando 2 a 1. Francia está a punto de ser campeón en Atlatlahuca.

Y a las 7 y diez llega el silbatazo final. Las puertas de acceso a la cancha se abren violentamente y los policías no pueden hacer nada. Muchos aficionados entran y se lanzan sobre los jugadores de Francia, les quitan la playera y el “short”, los dejan en ropa interior. Ellos irradian felicidad, la felicidad de ser campeón. Es una final y hay que celebrarla, “darle la importan-cia que se debe”, había dicho el capitán Salvador Bernal. Francia ha sido campeón por dos años consecutivos.

Es hora de premiar esfuerzos y talentos en la cancha. Algunos delegados, promotores del deporte local y Agustín Corona, en rep-resentación de la diputada Sandra Méndez Hernández, aparecen de alguna parte. El representante vestía camisa blanca con el nombre de Eruviel y del PRI plasmado en el pecho. El primer lugar recibió 8 mil 500 pesos y el segundo 4 mil 500. Esa tarde “Yuca”, “El Oso”, “Chícharo”, “Guaje”, “Vocho”, “El Enano”, “El Frensh”, “El Pecas”, “Gary”, “El Chiquis” y Eder lograron saborear la victoria.

Crédito/ Javier Millán

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Javier Millán

Gatos famélicos reclaman bardas y carroña. El sol ap-enas es la suave uña de una tierra abandonada y la fruta se pudre exhausta en cuencos sospechosos. Afuera, más allá todavía, las radios reciben señales extraterrestres de seres puros, irreconocibles que no entienden de estal-lidos oceánicos ni rojas cajetillas acigarradas. La baraja descansa sobre la mesa y el viento despacio barre las calles. La luz alcanza para secar la ropa y a veces las plantas regadas. Aquella pared enramada esconde los pósters del Ché y campanas católicas se escuchan a veces entre las hojas quemadas. Poco a poco el resto se vacía, devorado para adentro por sus propios reptiles.

Las flores ya estaban allí.

Un mago argelino entona en árabe La Marsellesa pero habla francés con náufragos millonarios que perdieron a su capitán. Hace años prefirió disfrazarse de galáctico y olvidar los oráculos de Madjer, Merketaner, Belloumi o Bensaoula. Antes que él hubo otro Zidane, héroe primige-nio, éste sí, nacido en plena revuelta que jugó honesta-mente dos copas del mundo. El Zinedine de hoy observa dividido la caída de los amigos del jet set y la revista ¡Hola! No quiere intervenir y no lo hará, al menos en públi-co, para dictar delirantes estrategias. Pero es trasgresor y terminará ridiculizando al ridículo seguidor empeder-nido de dislates zodiacales. Zizuo pagará encabezar la revuelta. Su Francia imperial no lo perdonará a pesar de todo y llamará ineptos, cobardes y pusilánimes a quienes enfrentaron a México con la cabeza gacha. El derviche africano es el enemigo invisible que desde el 2006 dicta desde el trono de su inmortalidad pambolera los destinos de Les Bleaus. Formó una mesa redonda con caballeros multiétnicos, buscadores del Grial y contratos de leche tibia, pero silenciosos y quebradizos. Evra, Ribéry, Henry y William Gallas se encargaron del motín. Los astros le revelaron a Domenech aquel tránsito oscuro y sollozó sangre. Condenó para siempre a los traidores y ordenó replegar la tropa. Nadie le hizo caso y los cuatro jinetes ejecutaron la orden que desintegró, si había, la ilusión de un campeonato más. Anelka, pantera temible en casas de bolsa y mercados de piernas pero minino de felpa en el terreno de juego, fue más lejos todavía. Después del encuentro despreció el amor magnánimo del entrenador y le dijo verdades de a euro. El réprobo aborda el avión de regreso a París y en este momento zozobra en un aquelarre al que no estaba invitado. Desde las sillas de Televisa, Zinedine Zidane comenta con sabiduría de sub-suelo la napoleónica debacle mientras prepara el asalto final contra los sudafricanos, convertido ya en estratega vulgarísimo. Al final Ribéry, arrasado en mediáticas lágri-mas, aceptaba la vergüenza y desconocía la jettatura del jefe africano. Pero es demasiado tarde y aquello que los sicilianos acuñaron toma nuevo sentido. La maldición de la Mafia, Morte A la Francia, Italia Anella, es una daga resucitada pintada en verde.

Era el 17 de junio del 2010. La auriga de Domenech re-citaba catástrofes para las televisoras mexicanas mien-tras un descompuesto Aguirre preparaba la estrategia. Aunque no lo parezca, el Vasco juega en el equipo con-trario desde hace años.

Héctor Moreno, niño héroe del 2005 destila aguardiente en sus arterias y alista silencioso su giuco piano que lo

pondrá para siempre en la tormenta subterránea de la de-fensa central. El entrenador del “ya se pudo” le ha dicho que será titular pero la cara de piedra del líbero del AZ nada le trasmite. Aguirre se encoge de hombros y con un “ya estás, güey” se aleja para encontrarse con el maqui-avélico Carrillo, que prepara concentrado el parado de esta selección al borde del suicidio.

Moreno es heredero de Rafael, el káiser michoacano y terminará contrato con los holandeses en dos años. Atrás queda aquel equipo en Culiacán que le enseñó la ele-mental rutina y los mundiales imberbes que presagiaban la negra ciudad de Alkmaar. Recuerda a su abuelo, bar-rendero de horizontes en el estadio de la Universidad Au-tónoma de Sinaloa y el agrio paso por un equipo nacido para no ganar. Cinco meses en el Atlas le hicieron odiar al futbol pero fue rescatado por los Pumas y adquirido sin angustia de inmediato. Hasta un gobernador, Juan S. Millán, fue capaz de encontrarle a Moreno cualidades y bautizó malévolo a un torneo de futbol con el nombre del titán.

Su destino será terrible, condenado a frustrar bailes de frac al borde del área con paciencia de asesino y salir adelante con granítica tristeza. Y antes de entrar al esta-dio Peter Mokaba, busca las diferencias y encuentra abis-males aguas de metal parecidas a los tiernos arrebatos de los sueños de un niño.

Otro niño es el que está en la delantera mexicana. El veleidoso Carlos recibe nueva oportunidad, empujado más por sus contratos que por habilidades de matador. A Vela el destino le reserva una playera en las Chivas, glamorosa catarsis del empresario Vergara, ridículo em-perador del Omnilife. Y así, como el script lo manda, nue-vas sonrisas aparecen en el rostro del reservista del Arse-nal cuando 25 mil alcohólicos mueren dos veces mientras el balón es una raya en la noche rumbo a las tribunas.

El juego ha comenzado y los franceses salen dispuestos a todo, menos a ganar. Ellos saben que trabajan para una empresa y el patrón les ha fallado. Nada de patrioterismo. Aquí los contratos se respetan o terminan en casa de em-peño. La libertad y la justicia están de su lado hace siglos. Sobrevivientes de dos guerras mundiales, el futbol es un pasatiempo entre los dislates de Sarkozy y los paseos por Montmartre, entre delirantes rimbaudes y poetas de vanguardia desdichada. Son millonarios y han olvidado la finalidad del juego. Son enterradores profesionales nacidos en Pitié-Salpêtrière y que laboran en Pere La-chaise, predecibles hasta el asco. Ribéry, la estrella cari-cortada del Munich aprovecha para asolearse en aquella tumba de mármol mientras Maluda pisa el césped como si Manolo Blanik lo calzara. Hugo Lloris, sin embargo, es un hombre decente que defiende el arco con sabiduría de ventisquero. Alejado lo más que puede del extenuado Barthez, le da la razón a las constelaciones y por un mo-mento logra que Domenech inhale sin respiradores de ar-tificio y logra parábolas de ice cream para esperanzados moribundos en las gradas. Los franceses no se hablan pero su repertorio de gritos es infinito. A pesar de todo, uno destaca sobremanera y un peso siniestro recae en el provecto Márquez, paloma catalana harta de escán-dalos y comerciales que de pronto se acuerda de lo que pudo ser y no quiso. El Mokaba lo transforma y se sabe

Espartaco siempre esclavo pero puesto en pie. Ignora a Guardado, quien le grita desde una banda y hace lo que a Aguirre la cobardía no le deja. Ordena y es obedecido. Él mismo es el silencio consumido, decano dilecto de capi-tanías secuestradas pero deberá esperar 63 minutos para resquebrajar a un campeón del mundo. Javier Hernández está en la cancha, ensimismado para siempre sobre los defensas. Corre tras los jabulanis mientras sueña con el Matt Busby Way en el M16 0RA de Manchester. Su teatro de los sueños no puede esperar, ni siquiera a pesar de sí mismo pero en una de ésas Márquez le enseña quién es el capo. Lanza el pase con aquel don de autoengaño e ignorancia que sólo el sabio conoce. El verde Chícharo corre por inercia, nada más porque sí y en una de esas voltea y baja el balón en un acto de supervivencia. Mira a Lloris, héroe moribundo de dos caras y lo crack le sale al mexicano. Siempre agachado, con el alma en el peor mo-mento, hace lo que nunca pudo el farsante Penta y le ar-rebata el imperio a los franceses. Un quiebre tan sencillo como imposible deja al arquero en el pasto y avanza solo rumbo a la meta. A punto de caer empuja la pelota y deja entonces de creer en dios, se libera del yugo de penas y remordimientos y entiende que el mundo es un balón y sabe que todo estará bien, incluso con el osito Bimbo.

El resto es abnegación, un milagro callejero. Los com-plotistas ejecutan el plan con toda discreción. El destino de Domench está sellado y Zinedine se enlazará, vía telefónica desde el estudio de Alarcón el televiso para felicitar al seleccionador. Aguirre, amigo de Felipe y en-amorado de bosques de plata tendrá tiempo por una vez para dejar de ser un cuento de hadas. Antes, el ídolo de Tepito deberá todavía inyectar el veneno refinado de un tiro penal que Barrera ha comprado en los mercados de pulgas. Y Cuauhtémoc, monstruo lentísimo de rostro hu-mano asume que hay un público para este drama. No fallará, porque nunca lo ha hecho y a los 78 minutos Lloris debe ir por el balón a la esquina derecha de su meta.

Al final hay buenas noticias. Vela está lesionado, no podrá jugar el resto del campeonato y El Guille sabe que Hernández, aunque sea mexicano, será titular tarde o temprano. Atrás pero no olvidados quedan Televisa y sus secuaces, trasmutadores de oro y mentiras hasta la próxima trasmisión.

El sándwich más amargo se lo come en la banca Guill-ermo Ochoa, harto de aparecer en la tele, condenado al ridículo por sus patrones. El portero del América no se vende aunque para ello deje de jugar y la vida se le es-cape entre el yendo y viniendo de los campos de Coapa.

Encogido como pantera, Anelka junto a la ventana del avión rasga silencios, interpreta marsellesas negras y clava vampíricas miradas a los dueños de la selección francesa. Es la hora de irse para siempre.

El futbol es lo que debe ser.

Hay una luna en la ventana.

Miguel Alvarado

* Aquella pared enramada esconde los pósters del Ché y campanas católi-cas se escuchan a veces entre las ho-jas quemadas. Poco a poco el resto se vacía, devorado para adentro por sus propios rep-tiles. Las flores ya estaban allí.

Los Hijos del Averno “Puede uno cambiar de ciudad, de es-tado, de colonia, cambiar de pueb-lo, hasta de vieja pero de equipo

nunca”, son las palabras de Antonio Martínez Malaquías, presidente y funda-dor de la porra “Los Hijos del Averno” al hablar acerca de su gusto por el futbol pero, sobre todo, de su amor por el Toluca.

El trabajo de un aficionado es apoyar a su equipo en las buenas y en las malas, aguantar las burlas, recibir golpes, sufrir derrotas y celebrar las glorias. Tal vez el manejo interno del futbol profesional sea un negocio, pero en la tribuna “es una fiesta y hay que disfru-tarla”.

Se le debe invertir tiempo, dinero y entusiasmo, pero ¿cuál es la ganancia?

“Una satisfacción bien grande, he vis-to al Toluca 7 veces campeón y cuando gana es algo que no se expresa porque no puedes andar en la calle gritando que ¡ganó el Toluca! Las satisfacciones las lleva uno dentro, los recuerdos de tantas cosas vividas… para mí no tienen precio”, apunta Martínez.

En el futbol a veces se gana y a veces se pierde pero “antes de aprender a ga-nar hay que aprender a perder”. Antonio vivió lo peor de la derrota cuando el Morelia ganó un campeonato al Toluca en casa, pero también la mejor victoria fue cuando su equipo le fue a ganar al Monterrey. “Esa vez nos venimos 14 ho-ras festejando hasta que llegamos acá, es algo bien bonito que a lo mejor con palabras no se alcanza a describir”.

Pero debido al incremento de la vio-lencia dentro de los estadios y en los alrededores la Federación Mexicana de Futbol lleva un control. “La porra es una asociación civil, yo la tengo como marca registrada ante notario público y en la Federación son requisitos que te piden para que puedas tener una porra”, afirma Martínez. Por eso los miembros de “Los Hijos del Averno” cuentan con una credencial que los identifica como tales

y actualmente son alrededor de 550.El respeto es indispensable porque si se quiere respeto uno debe respetar. Martínez recuerda que “el otro día un señor con la playera del Morelia venía con sus niños y lo agarraron unas per-sonas que venían de rojo y empezaron a insultarlo. Digo, el señor no tiene la culpa de que el Toluca haya perdido 6-1, sinceramente no se vale porque le empezaron a pegar y después hasta los niños… algunos confunden las cosas, se trata de alentar al equipo y no de hacer desmanes”.

Pese a esto, el presidente de esta por-ra reconoce que han peleado y que lo han descalabrado dos o tres veces, pero “gracias a Dios no ha pasado a mayores”.

Hay equipos con los que se mantiene cierta rivalidad, sobre todo por la idea que los medios han formado de el-los. “Chivas, Cruz Azul, América y Pu-mas son los cuatro grandes ¿y el Toluca? Yo digo: Chivas lleva 11 campeonatos, el América lleva 10, el Toluca lleva 10, ¿cómo el Cruz Azul y el Pumas van a ser más grande que Toluca si llevan 8 y 7 respectivamente? O sea, una cosa es que sean más populares y otra que seas más grande. La grandeza se mide en los logros”, apunta. En la última década el Toluca es el equipo que más campeona-tos ha obtenido pues de 1998 al 2011 ha conseguido siete.

El cambio de un jugador de un equipo a otro influye para que un ídolo se convi-erta en el más odiado de los rivales, como en el caso de Vicente Sánchez. “Lo consideraba un ídolo y la verdad sí se siente el trancazo. Es que se pudo ir a cualquier equipo, a cualquiera menos al América”, confiesa Martínez.

El hecho de pertenecer a una porra no quiere decir que se cuente con muchos beneficios o apoyos por parte del club. Los integrantes de esta porra deben com-prar sus boletos al mismo precio y con-seguir el transporte cuando los parti-dos son de visitante. “La única ventaja que tenemos es que nos los apartan (los

boletos), de hecho podemos decir que nos los reparten porque a nosotros nos venden 300 boletos para todas las por-ras del Toluca y nos los dividen. Ya si necesitamos más, pues los tenemos que comprar por fuera, como podamos”. Hay ocasiones en los que los clubes se ponen de acuerdo y pactan la venta de una cantidad mayor de boletos para sus porras, pero esto se da principalmente en finales. El reglamento de la Feder-ación Mexicana de Futbol marca que son 300, los demás son arreglos internos.

Antonio busca la manera de ver a al-gunos de los jugadores del Deportivo Toluca para que le autografíen playeras o balones y después rifárselos a los integrantes de la porra.

Para las fiestas de campeonato “nos han llegado a invitar. Por ejemplo a mí me dicen que tenemos 10 lugares, entonces yo llevo a los más allegados, a los que me echan la mano… Fue el homenaje al difunto don Nemesio en la casa de Gobi-erno de Peña Nieto y pues me dicen que aquí nada más tiene que ir un repre-sentante por porra y aunque yo quisiera llevar a los demás, no se puede”.

Le ha ido al Toluca toda su vida y re-cuerda que tenía 7 años la primera vez que fue al estadio con su papá. A veces se iba solo con algunos vecinos y poco a poco se fue integrando a “La Perra Brava”. Doce años más tarde formó con aproximadamente 60 personas a “Los Hi-jos del Averno”. Hoy han transcurrido casi 9 años desde su aparición. Su es-posa e hijos también son tolucos. “Es un requisito para ser de la familia”.

Para él, “el Toluca es algo muy grande, no es un simple equipo, es grande, muy grande en todos sus aspectos. El nombre del Toluca en el aspecto futbolístico representa a la ciudad, a través de eso son muchas cosas que se mueven, se mueven pasiones, muchas cosas; por eso para mí el Toluca es un sentimiento he-cho pasión, algo indescriptible”.

* El trabajo de un aficionado es apoyar a su equipo en las buenas y en las malas, aguantar las burlas, recibir golpes, sufrir derrotas y celebrar las glorias. Tal vez el manejo interno del futbol profesional sea un negocio, pero en la tribuna “es una fiesta y hay que disfrutarla”.

Elizabeth Bañuelos

Miguel Angel Mendez Moran

M i g u e l A n g e l M e n d e z M o r a n