creaciones [poema de lucas orellana]

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Reflexiones Mirando mi ventana y pensando en mis sueños, creando destinos y colores. Tantos caminos se abren ante mí pero siento una incertidumbre en cada uno y me yace la idea de que mejor me quedo en el que estoy. Me sorprendo al no poder decidir, estoy atada, quiero libertad, aunque nadie dice que en libertad me encuentre feliz. ¿Y si dejo de existir? Dejaré los caminos vacíos y que otros los tomen por mí Eran las 5 de la mañana y la chica pelirroja no podía dormir. Sentada en su cama examinó su cuerpo, detalladamente encontró moretones, rasguños y cortes. ¿Qué había sucedido? Dejó que su cerebro trabajara arduamente y tratara de recordar que había hecho la noche anterior. Se paró y dejo caer un gemido adolorido, sus piernas dolían como nunca. Necesitaba un espejo. Sus ojos cielo miraron atentamente el espejo, tratando de asimilar su imagen, ¿Qué hacia ella ahí? ¿Qué había sucedido con su cuerpo? Decidió ir al cuarto de baño, que quedaba cruzando el pasillo. Tomó la mañilla con sus delicadas manos, la giró. Abrió suavemente la puerta blanca que se alargaba cada vez más. Entro. Antes de mirarse en el espejo por segunda vez para corroborar, estudio detalladamente el cuarto. Dio una vuelta inesperada y miró. Su cabeza dolía a miles, sentía el dolor punzante de algo incrustándose en su cabeza. Nada. Un leve mareo comenzó. Se hizo grande. Cayó. El sonido del golpe retumbó en sus

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Page 1: Creaciones [Poema de Lucas Orellana]

Reflexiones

Mirando mi ventana y pensando en mis sueños, creando destinos y colores. Tantos caminos se abren ante mí pero siento una incertidumbre en cada uno y me yace la idea de que mejor me quedo en el que estoy.Me sorprendo al no poder decidir, estoy atada, quiero libertad, aunque nadie dice que en libertad me encuentre feliz. ¿Y si dejo de existir? Dejaré los caminos vacíos y que otros los tomen por mí

Eran las 5 de la mañana y la chica pelirroja no podía dormir. Sentada en su cama examinó su cuerpo, detalladamente encontró moretones, rasguños y cortes. ¿Qué había sucedido? Dejó que su cerebro trabajara arduamente y tratara de recordar que había hecho la noche anterior.

Se paró y dejo caer un gemido adolorido, sus piernas dolían como nunca. Necesitaba un espejo. Sus ojos cielo miraron atentamente el espejo, tratando de asimilar su imagen, ¿Qué hacia ella ahí? ¿Qué había sucedido con su cuerpo? Decidió ir al cuarto de baño, que quedaba cruzando el pasillo. Tomó la mañilla con sus delicadas manos, la giró. Abrió suavemente la puerta blanca que se alargaba cada vez más. Entro. Antes de mirarse en el espejo por segunda vez para corroborar, estudio detalladamente el cuarto. Dio una vuelta inesperada y miró.

Su cabeza dolía a miles, sentía el dolor punzante de algo incrustándose en su cabeza. Nada. Un leve mareo comenzó. Se hizo grande. Cayó. El sonido del golpe retumbó en sus oídos. Sentía un liquido espeso pasar por su cuello. Sangre. Todo estaría bien de ahora en adelante, ¿No es así?

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El angustioso recuerdo

Ha pasado un año desde su partida. Me doy cuenta de que fue muy poco lo que alcancé a disfrutar al lado de una persona que amé demasiado, que ahora extraño. Cada cosa me recuerda a ella sin importar el tiempo. Sin importar con las personas que heestado, con una que otra chica, no logro olvidarla, su voz, sus risas, su personalidad, que cada vez me enamoraba más y más, ver cómo cada vez ella se adueñaba más de mi mundo, tal como si fuese una guerra, ella lo invade y logra tomar control de mis emociones, donde el único poder en juego era el amor. Pero de pronto se fue, me dejó tirado como un peluche viejo, que cada cosa me recuerde a ella, el calor del guatero en mi pecho como si fuera su abrazo, música que me recuerda a sus emociones, su hermosa voz, al recordar cada uno de los lugares recorridos y pasarlos con nostalgia, cada bocana de cigarro, me recuerdan a sus besos, la felicidad que en aquel momento es hermosa, ver cada una de las cicatrices que tengo, tanto internas como externas, por su culpa, por cada vez que me sentí culpable, por cada vez que fue cortante nacieron aquellas cicatrices, si pudiera volver atrás, lo haría sin pensarlo, solamente para revivir aquel recuerdo que aún tengo presente conmigo, como mis cicatrices, la pantalla de mi ordenador y mi almohada son víctimas eternas de mis llantos, de mi eterna pena por ella, la extraño

Caído para besar

Sólo su rostro frío presentaba ante la sentencia de aquél ángel moribundo: ‘‘No podrás besar a tu amado en al acto, pues morirá en el más mínimo contacto. Tus labios aquí se han maldecido, pena tuya no será, sino del que te amara apenas te haya conocido’’. El primer novio la dejó rápidamente. El segundo se suicidó cuando la tortura se le dio a conocer. Pero el tercero solo calló y la llevó al crepúsculo, sin bacilar unas palabras le hizo dijo: ‘‘Mi amor por ti representa toda locura, por eso aunque fría seas, será tú tortura. Ahora me acercaré a besarte y así mi vida sabré darte. Tu primer beso verdadero vas a dar, cuando nuestros labios se sepan tocar, ¡Pues yo he acertado!, y feliz moriré habiéndote besado, ya que aunque no te hayas percatado soy el ángel que tal sentencia te ha dictado’’.

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El espejo de las cabelleras

Cuando yo era pequeña y deseaba dormir, mi padre siempre me contaba la misma historia que aún recuerdo con claridad. Había una vez una  pequeña de cabellos dorados que  cada vez que despertaba iba al río y se lavaba la cara con esa agua convertida en hielo, ese era su truco para mantenerse despierta tras una larga jornada en pie, encargándose de las labores de la hacienda de sus abuelos. Por otro lado, había una  pequeña de cabellos plateados, que cada vez que despertaba de sus sueños se miraba en el espejo. Se fijaba hasta en el más insignificante detalle facial, contaba cada peca, cada vello de sus cejas, creo que así ella repasaba las lecciones de matemáticas, no podía tener ninguna imperfección, tenía que ser perfecta. En su reflejo matutino debían verse las estrellas. ¿Cómo ella veía las estrellas de día? Ese gran detalle nunca me lo quiso explicar mi papá, a este punto yo me quedaba dormida, pero un día hize el intento para escuchar que pasaba con las niñas. La niña de cabellos dorados provenía de una familia muy pobre, a ella le gustaba pensar que sus abuelos eran los patrones, pero en realidad ellos eran  los inquilinos de la hacienda. La madre de la niña siempre tenía guardado un espejo roto como recuerdo de su pasada vida de riqueza, lo mantenía en una caja negra ubicada en el cajón superior del mueble del corredor.

La niña de los cabellos plateados siempre sentía pena por el resto de la gente, por no ser tan hermosa como ella, entre sus suspiros pensaba en que era una fortuna tener una belleza como la de Afrodita, la diosa del amor y de la hermosura. La niña de los cabellos dorados solo había visto su reflejo en el hielo. Lo único que deseaba era verse en un espejo, le daba vergüenza decírselo a cualquiera y le daba lástima pedirle a su madre el espejo roto, ya que en ella despertaría el sentimiento de tristeza por lo vivido en el pasado. En una mañana de invierno la muchacha de cabellera plateada despertó más tarde que de costumbre, pensó en seguida en su preciado espejo, pero no lo veía en ningún lugar, hasta que en un rincón más apartado y más oscuro de su habitación vio una caja negra. La abrió con curiosidad y era un espejo, no era el suyo y estaba roto, era el mismo que el de la madre de la niña de los cabellos dorados.

En ese momento el sueño me estaba venciendo, para una niñita de cinco años es bastante lógico. Mi papá se estaba a punto de levantar de su asiento, hasta que vio mi cara de esfuerzo por oír la historia. Justo en el mismo instante en que la niña de cabellera plateada buscaba su espejo, la niña de cabellos dorados ya estaba en pie desde hace un par de horas, para ella iba todo normal, nada ni nadie la salvaría de su realidad de trabajo infantil, hasta que apareció su madre bastante preocupada, no encontraba su tesoro, su preciado recuerdo. Catalina, ya duérmete, mañana te sigo contando la historia, fueron las palabras de mi papá antes de que el sueño me venciera, pero afortunadamente soñé la continuación del cuento. Busco en cada rincón de su propiedad, para nombrar el terreno de alguna manera, hasta que encontró un espejo, pero no era de ella y tampoco de la patrona, como nadie lo deseaba, se

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lo pasó a su hija. La niña, al verlo, no entendía qué era y porqué había una niña de cabellos dorados en él. La chica de cabellos de luna estaba desesperada, quiso tomar el espejo roto y destrozarlo más aun. Cuando estaba decidida y dispuesta a hacerlo vio el reflejo de un monstruo. Tanto se espantó, que se le cayó en mil pedazos. En ese momento desperté, fui corriendo hacia mi papá para preguntarle el final de la historia y contarle del sueño. Mi papá me miró diciéndome: ¿Acaso conocías la historia?-No, papá, ¿por qué?-porque es exactamente igual, mi pequeña de cabellos plateados-.

El Túnel

Me he perdido en el camino.Mis ojos están cegados,el presente no existe, no me queda futuro.El pasado es un sueño que de pronto vinoatrás han quedado los bellos recuerdos regaladosy me han enjaulado con un frío muro.

Se ha quedado estancado un llanto, un grito.Se ha congelado mi sentir, mis lágrimas.Ya no tengo miedo, ni menos terror.Tan irreal, parece que ha sido un mito.Atrás ha quedado el bello poema y sus rimas.He abandonado mi imaginario mundo de amor.

Caigo, por un túnel infinito.Mi cuerpo me ha abandonado.Nadie me acompañará por la eternidad.Adiós al hermoso sueño que he dejado.Este túnel no es ninguna divinidad.Mi corazón, en el piso, ha quedado congelado.

Aquí, mi vida he cortado.En este túnel he despertado.Yo sé , que nada es eterno,pues ya se me ha acabado el cuaderno.Este es el fin de mi suerteAhora me toca acompañar a la muerte.

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Noche Oscura

En una noche oscura he muerto de tanto haber llorado.En un anoche oscura te he olvidado.Siempre fuiste mío,pero ahora me doy cuenta que nunca te he querido.Siempre hubo falsas caricias, falsos abrazos.Adiós mi vida, adiós mi amado.

En una noche oscura me he idotan pronto que no he dudado un solo segundo infinito.Te he arrancado de mi cabezay te he sacado de mi corazón.Me voy volando sobre tu negra nube espesafeliz de por fin haber entrado en razón.

Mi partida no has sentido.Extrañamente tu corazón no ha partido,pero el mío busca su otra partelejos de tu veneno ya bebido.Un corazón encontraré sin  molestartepensando que algún día solo y triste habrás envejecido.

He des-eclipsado mi luna.Contigo aprendí  a vivir sin fortuna.Tu dinero ahora más que nunca no me interesa.Y tampoco, aún menos, tu externa belleza,porque siempre he sabido y vuelto a descubrir que el amorno es cosa mía si no de Dios.

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Espejos

¿Ya conocías mi delirio en ese entonces?Recuérdalo, como pequeña escarlata¿Cómo? Me dices ahoraSoy tu inmóvil mirada de amarguracomo si fuera solo una imagen¿Eso eres, reflector de llantos y augurio?Traicionero y belicoso,Como si estuvieras ahogadoahogado de rutinas estéticas,en cuatro paredes,¡Has da liberarte retrato parlante!

¿Existo?¿Ya son las 2 de la tarde? Supongo que me he quedado dormido… esperen. Me pregunto por qué el mesero no me despertó, ¿Será que se divertía con mi ensueño encima de los aromas del dulce caco y del indiferente mesón? En todo caso, imagino mis expresiones en auxilio de alguna almohada.Creo que desperté, sin aparente motivo, a las ocho de la mañana, aunque quizás alertado por la horrible pesadilla que asaltó mi subconsciente… Siempre me persigue la idea de que nunca estamos despiertos, sino somos un mero sueño eterno, o un sin sentido existencial que vaga buscando sobrevivir a este absurdo, no… ¿No tiene sentido aparente, entonces, el buscar disfrutar este sueño que percibimos más real que el nocturno? Pero entonces, la naturaleza ha de ser la más cruel celda. Debo buscar algún pasatiempo definitivamente.Bueno, caminando hacia el dintel de mi puerta recordé el hambre que me hostigaba desde el día pasado. La cocina se encontraba vacía y ni un mísero carbohidrato se interpone en mi horizonte (Qué horizonte si lo único que abarca tal término es lo que cercano esté mío, y de ahí a comprenderlo, a reflexionarle

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y entenderlo… no sé) pero un tenue haz de luz sobrevuela en mis ojos y el paisaje de lluvia capitalina asalta mi conciencia, si desde ayer que gotea con tanta crueldad el asfalto. Miren que casualidad (¡Casualidad!), la procedencia del haz encamina a un puñado de moneditas, un par de papeles morados y uno azul. Si el sentido aparente no existe, nada vale gastarme estas fichas en un desayuno para mi sobrevivencia en esa mañana.En la calle sentía el bombardeo de aguas milimétricas en mi cabeza, uno cuantos cientos de pasos, que luego me rodean un par de luces verdes y rojas para así sembrar mi travesía hasta topar con un luminoso cartel muy al estilo gringo con las letras: ‘‘coffee’’ y en la cara central del vidrio de la puerta otro más, pero esta vez en un ordinario cartón blanco escrito: ‘‘open’’.Después del típico trámite, una pizca de buenos días mezclada con la petición de algún brebaje dulce como el chocolate caliente y una media luna, todo esto resulta en una cifra de 1950 pesos, número que contrarresto con uno de los billetes morados que encontré.La espera se desencadena en unos 15 minutos muy cómodamente en esos sillones acolchados de esquina, todo esto cercano a las 10 y media.Con cada sorbo el peso de mis párpados se embriagaban con el dulzor del chocolate, el aroma a cacao que reina en las cafeterías y el irregular sonido de una antigua caja registradora. Caigo.Así fue y será, sentado aquí mirando a la nada, como esperando una especie de explosión en esta insoportable tranquilidad, que algo suceda, no sé, que un auto se estrelle con una de las ventanas, que ocurra un asalto a mano armada, que aparezca caminando el amor de mi vida, un otra sandez por el estilo. Supongo que volvería a hacer lo mismo una y otra vez, nadie tiene remedio y qué se le va a hacer.Ya el gatillo se acomoda a la textura de mi índice y casi automáticamente ejerzo fuerza en el dedo, caigo pero aún me siento vivo y nadie parece notar el estruendo, quisiera al menos un reojo o un grito de alguien pero nada ¿Habré existido alguna vez? (Favor de repetir esta pregunta en primera persona plural).

Page 8: Creaciones [Poema de Lucas Orellana]

Debiste matarme cuando pudiste

No voy a dejar de morir ahora Nunca me obligarás a marcharme ¿Tienes lo que merecías? ¿Acaso no quieres que reconozca tu pánico?

Esta noche será muy larga… Tengo que hacerlo bien No quiero que te escondas… Persigues algo que nunca podrás matar

Nunca conocimos la realidad Fue la colisión de nuestro caos El sendero de nuestra paranoia Tienes que cazarlos Asústalos Nunca serás lo que esperas de ti, recuérdalo

LadroncitoUna reina caminaba por las calles de su país admirando la perfección que tenía, sin ladrones, ni delincuencia. A la reina le tocaba pasar por el callejón que antes fue el más temido y la reina lo arregló con su dulzura. Al final de de la tarde la reina estaba feliz de ver el callejón tan limpio, pero en un rincón había un niñito que la miraba. De repente la reina dijo:

-arréstenlo, métanlo al calabozo y después córtenle la cabeza, ladroncillo pequeño, te pillamos haciendo lo malo ante mis propios ojos.

Y el pequeño asustado, tomado de los dos brazos por los guardias, dijo:

 - ¿Por qué? Mi reina. Yo soy un humilde niño que no ha robado nada y que nunca robará nada a nadie.

Y la reina dijo:

 -Pequeños ladroncito, mientes! Porque apenas miré tus hermosos ojos me robaste el corazón.

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