costa rica - proyecto gente viviendo con dignidad

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    UN PROYECTO PAS

    GENTE VIVIENDO CON DIGNIDAD

    UN LLAMADO A LA CONVERGENCIA Y LA ACCIN CIUDADANA POR LA REFUNDACIN DE

    UNA COSTA RICA RENOVADA

    Octubre 2012

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  • 3

    PREMBULO

    1. Costa Rica pasa por un momento angustioso, pues su

    andamiaje poltico e institucional aparece desprestigiado e

    inoperante, con muestras de evidente agotamiento e

    incapacidad de dar respuesta a los requerimientos

    actuales de una sociedad que ha ido perdiendo la

    cohesin y se encuentra cada vez ms estratificada, con

    mayor distanciamiento entre sus partes y con una

    ampliacin de sus brechas, en todos los sentidos, al punto

    de enfrentarnos a la fragmentacin de las varias costa

    ricas. Pero tambin es un momento crucial, en el cual

    debemos avanzar en democracia o perderemos lo

    edificado por generaciones anteriores; logros

    democrticos y sociales no exentos de contradicciones,

    que requieren ser revisadas fuertemente, pero tambin

    merecen ser profundizadas en calidad e inclusin.

    2. Este trance no es exclusivo de Costa Rica, sino que

    Amrica Latina en conjunto vive un punto de ruptura que

    podra no tener marcha atrs, el cual va ms all de la

    mera situacin de crisis provocada por la recesin

    econmica del mundo capitalista globalizado y

    globalizador. Tal punto de ruptura lo han venido

    impulsando sectores y grupos coligados por su

    espiritualidad de mercado, mediante una estrategia

    neoliberal que, en nombre de los dogmas del equilibrio

    financiero y macroeconmico, la estabilidad de la banca, la

    libre operacin de los agentes transnacionales, la

    maximizacin de la extraccin de riquezas y la

    comercializacin de todos los mbitos de la vida, pretende

    arrasar con la democracia y los logros sociales que se

    alcanzaron con el viejo Estado de Bienestar. Esta alianza

    indisoluble entre las corporaciones transnacionales,

    portadoras de la ideologa que impulsa la globalizacin

    neoliberal como expresin del capitalismo salvaje, junto a

    sus representantes locales, que actan en los mbitos

    poltico, econmico y cultural, estn empeados en una

  • 4

    activa labor de demolicin social, tica e histrica, de

    liquidacin y destruccin sistemtica de toda la obra

    social, espiritual y econmica que nos antecede.

    3. La situacin actual es injusta e indignante; atenta contra

    un sustrato rico en valores y principios humanistas y

    democrticos que en el pasado han orientado las mejores

    acciones de nuestro pueblo y podran volver a dar luz para

    nuevas caminadas y proyectos. Pero esto supone una

    actitud crtica frente a lo realizado, para no caer en

    ilusiones de parasos perdidos, pero tambin requiere una

    actitud renovada y esperanzadora, que sea capaz de

    enfrentar el tipo de sociedad que se nos pretende

    imponer y luche por adoptar un proyecto nacional y

    costarricense que implique caminar con nuestros propios

    pies y pensar con nuestra propia cabeza.

    4. Esta nueva caminada para construir el pas que queremos

    exige una serie de tareas: unas de carcter simblico y

    conceptual, otras materiales y programticas, que desde

    una perspectiva nueva orienten el quehacer

    comprometido de los diversos sectores y actores

    nacionales; juntas constituyen un proyecto pas. Entre las

    primeras se requiere un nuevo sentido de la poltica, del

    Estado y la democracia; entre las segundas est la

    visualizacin de las fortalezas, los desafos y el programa

    que seale los vrtices para la accin.

    5. Un nuevo sentido de la poltica ha de permitirnos

    despolitizar las decisiones y las estructuras

    institucionales, es decir, quitar los vicios de la vieja poltica

    clientelar, verticalista y autoritaria, para repolitizar la

    vida nacional, de forma que el pueblo tome las riendas de

    su destino o al menos aspire a tomarlas en todo lo posible.

    Desde esa perspectiva la poltica resulta, entonces, el arte

    de disear la convivencia social y el futuro posible,

    mediante el ensamblaje de los intereses de los otros [y

    todos somos otros que nos reconocemos legtimos en la

    convivencia], para la construccin de la Costa Rica que

    queremos (construccin de nuevas hegemonas o sentidos

    comunes).

  • 5

    6. A partir de esa nueva visin de la poltica se entiende al

    Estado como algo muy dinmico, como un flujo poltico-

    cultural entre sus tres componentes: (1) instituciones y

    normas, (2) ideas fuerza vigentes, que crean un sentido

    comn de las cosas, sobre lo que fue el pasado, lo que va

    siendo el presente y lo que debe ser el porvenir y (3) la

    correlacin de fuerzas, en la que aparecen los diversos

    sectores y actores sociales actuando. Es lo cierto que hoy

    requerimos refundar, reconstruir el Estado, pero ya no

    como mero conjunto institucional del/y desde el poder,

    sino como ese flujo relacional y cultural que incluye un

    tramado de instituciones, un sistema de creencias y

    tolerancias que guan y ordenan la vida cotidiana, y una

    estructura de correlacin de fuerzas sociales, en la que se

    expresa el liderazgo no como dominio ni control, sino

    como orientacin del sentido comn de las personas, el

    sentido de lo justo, de lo valedero, de lo que vendr a

    futuro, del orden de las cosas, del sentido de la sociedad,

    de cmo est organizado el pas y hacia dnde debe ir.

    7. Para refundar el Estado y darle una orientacin al servicio

    de las mayoras populares se requiere de un profundo

    espritu democrtico. Esto hace que debamos luchar por el

    sentido de la democracia, que ha sido usurpado y

    desprestigiado por los mismos intereses de aquellos

    grupos dominantes, con su estrategia neoliberal

    fragmentadora, autoritaria y excluyente a la cual han

    llamado la (su) democracia. Frente a esas derivas

    perversas debemos reconstituir el sentido de la

    democracia, como la sensibilidad que impregna un orden

    de convivencia en el que todos pueden vivir, aunque no de

    cualquier manera, y no porque el crimen no sea posible,

    sino porque no est legitimado (una accin consciente

    contra la impunidad). Esta sensibilidad democrtica

    entiende que todos sus logros pueden y deben ser

    revisados, para poder trascenderlos, pues se entiende

    siempre tensionada en una conflictiva y nunca acabada

    construccin del orden deseado. Esta idea de democracia

    ha de guiarnos en el proceso de refundar el pacto

    costarricense, refundar una Costa Rica renovada, guiada

    por los valores de justicia y equidad social, solidaridad que

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    se expresa en la seguridad social, respeto a la diversidad,

    con acceso y participacin como reglas del juego

    democrtico que construye una sociedad sustentable.

    8. Por el otro lado, las tareas programticas del presente

    proyecto pas son una suma de tareas sociales y polticas

    que deben ser cumplidas por el pueblo costarricense, para

    revisar, completar y mejorar sus principales logros

    histricos. Un programa poltico debe partir de la realidad,

    del conocimiento de las luchas sociales y las realizaciones

    alcanzadas. Pero eso no sera suficiente. Este conjunto de

    tareas debe tener tambin un sentido de futuro, es decir

    un avance, un mejoramiento y una transformacin de lo

    que ya se tiene, una construccin social y humana que

    supere los errores cometidos y a su vez multiplique y

    consolide los beneficios conquistados y nos prepare, como

    pueblo, para lograr nuevas victorias.

    9. En ese sentido, este programa poltico, en la medida que

    aspira a crear una nueva cultura poltica en el pas, y

    quizs como una utopa, impulsa a superar la

    parcheologa y esa cultura nacional del remiendo, para

    plantearnos como pas una propuesta de cambio

    estructural, que sea integral y que modifique la

    organizacin actual que tiene Costa Rica, la cual es

    centralista, verticalista, vallecentralista, autoritaria,

    excluyente y alejada de los intereses de las poblaciones;

    pero tambin que modifique las formas de gestin de esa

    organizacin. Por consiguiente, este programa fomenta la

    bsqueda de un nuevo traje constitucional, pero tambin

    la generacin de nuevas formas de relacionamiento: entre

    la sociedad y su entorno, entre los sujetos y sus

    comunidades; entre los ciudadanos y ciudadanas entre s;

    entre los diversos sectores y actores polticos, sociales y

    econmicos. Un programa que deje el miedo de

    organizarnos de modo diferente, que supere la parlisis

    que provoca el temor al cambio, buscando de raz una

    manera distinta y atrevida de refundar las estructuras de

    poder, que contribuye a la formacin de un pas inclusivo,

    democrtico, sano, capaz, equitativo y solidario.

    10. Este programa no es para complacer a la clase poltica, es

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    para que tengamos un Estado y un Poder Pblico que

    funcione en beneficio de la gente, de toda la poblacin, de

    toda la sociedad. Por eso enfrenta la actitud, a menudo

    conservadora in extremis, de quienes amparados en lo que

    llaman el realismo poltico defienden las reformas

    parciales como nica va de cambio; pero decir que no es

    realista una reforma estructural y un cambio cultural, es

    muy cmodo para seguir manteniendo un orden poltico

    que no est beneficiando a la gente. Por eso la reforma

    estructural tiene que ser para republizar el Poder

    Pblico, que hoy funciona en favor de los detentadores y

    de los allegados del Poder. Una nueva organizacin del

    Estado tiene que recuperar la naturaleza pblica sustancial

    del aparato pblico, que se ha debilitado tremendamente

    y generar una nueva cultura poltica del servicio pblico y

    el cuidado solidario, con la participacin ciudadana, en

    responsabilidad y respeto.

    11. Por consiguiente, lo que procede es refundar, crear,

    constituir, edificar, una nueva forma de organizarnos como

    pas, congruente con la nueva realidad: Para una nueva

    realidad, una nueva legalidad! Adems, se trata de un

    proceso de mejoramiento social, que no tiene una meta

    donde se den por concluidas las aspiraciones ciudadanas.

    Los avances en la construccin de valores materiales y

    espirituales de un pueblo, no concluyen jams. Por eso

    este programa es solamente una sntesis de las

    aspiraciones ms urgentes e indispensables. A travs de l

    queremos ofrecer un servicio mediante el cual el pueblo

    se vea a s mismo como proponente y como gestor de su

    futuro.

  • 8

    I. LOS DESAFOS Y LAS TAREAS

    12. Sin pretender abandonarnos a una actitud derrotista, que

    invisibilice los logros sociales y democrticos alcanzados y

    an persistentes, pues eso sera uno de los triunfos

    prricos de aquella coligacin de intereses que dominan la

    escena pblica actual y est enquistada en los aparatos

    estatales, debemos evidenciar algunos de los problemas

    ms acuciantes que enfrenta nuestro sociedad y su

    institucionalidad, por saber:

    Privatizacin de la agenda pblica: Los dogmas

    neoliberales estn destruyendo el Estado Social de

    Derecho, que tuvo un gran impulso con las reformas

    sociales y econmicas de la dcada del 40 del siglo XX.

    Ahora se pretende reducir el rol del Estado a menos de

    sus funciones tradicionales, las cuales tambin se estn

    privatizando. Privatizacin que se realiza tanto

    mediante el proceso mismo de traslacin de

    competencias y funciones a agentes privados, regidos

    por la lgica de la maximizacin de las ganancias

    (empresas), cuanto por el enquistamiento de los

    intereses y las agendas privadas en los espacios de

    toma de decisin del Estado (lobby), cuando no en el

    mero aprovechamiento privado de la utilizacin de los

    bienes pblicos (corrupcin). Hoy los gobiernos y las

    cpulas de las instituciones pblicas estn al servicio de

    esos intereses privados y no responden a un proyecto

    nacional sustentado en el sentimiento y la decisin

    democrtica.

    Deslegitimacin institucional: La incapacidad de dar

    respuestas a las demandas de las poblaciones y la

    desatencin a sus problemas, as como la incapacidad

    para generar dilogos virtuosos para construir acuerdos

    y decisiones polticas que beneficien a las mayoras

    populares, marcan un franco alejamiento, cuando no

    oposicin, de las instituciones con sus soberanos. Esta

    situacin, aunada al expolio casi sistemtico de esas

    mismas instituciones y los bienes pblicos que

  • 9

    administran, y que deben estar al servicio de todos los

    miembros de la sociedad, fomentado por una situacin

    de franca impunidad, muchas veces amparada en

    legislaciones espurias, ha provocado el mayor

    sentimiento de deslegitimacin y desafeccin en

    relacin con las instituciones por parte de la

    ciudadana, que se siente traicionada y abandonada por

    una institucionalidad la cual solo mira por los intereses

    de su mantenimiento y resulta abusiva.

    Corrupcin: Concebida casi como un hecho

    generalizado y enquistado en la actividad poltica diaria

    no es, en ningn caso, un hecho individual, aislado, ni

    solo afecta la actividad pblica sino que implica

    tambin la accin de agentes privados. La corrupcin es

    un sistema, una red que se ha convertido en un

    elemento vinculado al ejercicio del poder, pero tambin

    ha invadido y pervertido el relacionamiento entre los

    mismos agente pblicos con los privados. La corrupcin

    no es slo una accin directa, sino que aparece por

    actitudes permisivas, por simple omisin y negligencia

    para facilitar el enriquecimiento ilcito personal o de

    terceros. Lo ms grave de la situacin es que se han

    generado espacios de impunidad que abonan a la

    formacin de una cultura del facilismo, del logro del

    xito econmico rpido, por los medios que sean, an

    aquellos al margen de la legalidad. Esto ha venido

    creando un sentimiento de irresponsabilidad e

    impunidad, del vivillo que se la juega, que se expresa

    en la picaresca como forma de naturalizarse, pero que

    deteriora significativa y aceleradamente el pacto de

    convivencia social e impone un sistema de excepcin

    (mafiacizacin de la vida social), cuando no una

    sensacin de estar sitiados (inseguridad, reclusin y

    abandono). Por consiguiente, debe realizarse una

    campaa nacional, con mltiples acciones y

    dimensiones, para combatir este deterioro moral y la

    imposicin de esa tica de la banda de ladrones

    (todos los ladrones pueden robar mientras no lo hagan

    entre ellos mismos), que ha llevado a que amplios

    sectores de la poblacin, de todos los estratos

  • 10

    socioeconmicos, vean como natural las diversas

    manifestaciones de la corrupcin, que se extienden por

    todo el entramado institucional y social del pas.

    Cualquier iniciativa transformadora estar condenada al

    fracaso o la frustracin si la sociedad no se sobrepone a

    este destructivo flagelo.

    Crecientes brechas sociales, econmicas, polticas,

    culturales: Esa misma tendencia privatizadora de los

    dogmas neoliberales ha venido a profundizar las

    tendencias ms autoritarias y clasistas de la sociedad y

    la institucionalidad costarricense, lo cual se evidencia

    en la profundizacin de las brechas existentes, en todos

    los mbitos. Brechas que para los mismos grupos

    enquistados en el poder son consecuencia natural de

    un supuesto movimiento histrico imparable, como

    forma de eludir su propia responsabilidad. Costa Rica se

    ha ido fracturando por la creciente concentracin de la

    riqueza en pocas manos. Esto, en momentos de aguda

    crisis y recesin econmica, demuestra que la riqueza

    fluye a manos llenas y por distintas vas, hacia grupos

    privilegiados. Adems, los acuerdos de libre comercio,

    expresin de esos dogmas privatizadores que se

    encubren en discursos ideolgicos (aunque se digan no

    ideolgicos) de apertura y modernizacin, han

    capturado un segmento enorme del mercado interno y

    han sustituido, en detrimento del empresariado y la

    economa local, la produccin interna por bienes

    importados. Pero ello tambin ha establecido una

    nueva dinmica, que evidencia como nunca aquello de

    que poderoso caballero es don dinero, pues los

    intereses econmicos priman sobre las exigencias

    polticas de una convivencia que se debe construir para

    todos, e impone los cnones y nuevos signos e dolos

    de la cultura del consumo y del xito individual e

    individualista (suma cero, guerra de todos contra

    todos).

    Agotamiento de la organizacin poltica

    administrativa del pas y su cultura: La actual

    organizacin del tramado institucional nacional tiene

    como caracterstica el centralismo, pues hay una

  • 11

    altsima concentracin de poder en el Ejecutivo, que

    impone tanto la integracin de las Juntas Directivas y

    las Presidencias Ejecutivas de las mal llamadas

    instituciones descentralizadas, cuanto por el control

    que ejerce sobre los recursos del pas mediante la caja

    nica. Tambin es verticalista, porque las decisiones

    son de arriba hacia abajo; muchas veces se fraguan en

    los escritorios de los detentadores del Poder, sin

    relacin alguna con la realidad de las comunidades y de

    los habitantes. Es vallecentralista ya que la inmensa

    mayora de las decisiones polticas que afectan a la

    totalidad del pas, se originan en San Jos, donde est

    el Poder poltico y administrativo, y donde se

    concentran los aparatos y servicios institucionales de

    los cuales dependen las regiones. Adems, se ha ido

    alejando cada vez ms en la medida que el Poder

    pretende bastarse a s mismo; es la arrogancia de

    pretender desatender a sus soberanos, y que su

    ejercicio no est determinado por ninguna variable ms

    all de su investidura: quienes ejercen el Poder, lo

    pueden hacer incluso inconvenientemente para los

    intereses nacionales, y sin embargo nada pasa, no hay

    revocatoria de mandato (triunfo infausto de la

    socorrida gobernabilidad de los poderosos). Por

    consiguiente, es hora de romper con ese tipo de

    organizacin y fundar un sistema ms democrtico y

    participativo. Pero esta transformacin debe ser

    protagonizada por el mismo pueblo, el cual debe tener

    el control de la situacin en todo momento. Se trata,

    por tanto, de una transformacin democratizadora

    cuya aspiracin sea construir una organizacin que

    distribuya el Poder, que potencie los territorios, que

    incorpore en las decisiones pblicas a ms actores de

    las regiones y comunidades. Una transformacin

    democrtica que tienda a hacer ms productivos los

    recursos pblicos al servicio de todas las poblaciones,

    con mecanismos ms cercanos a los intereses de estas,

    maximizando la libertad, la pluralidad, la igualdad de

    oportunidades reales y la participacin popular, en

    todos los niveles y dimensiones de la vida nacional.

  • 12

    Si bien la lista de cuestiones se podra prolongar hasta

    incluir temas como el desmontaje de los sistemas

    productivos en aras de la transnacionalizacin de la

    produccin; el deterioro medioambiental; el deterioro

    de la infraestructura y los servicios pblicos, y la

    instauracin de una cultura violentista, de la

    impunidad, del xito individualista, basten los

    mencionados para evidenciar los ingentes desafos que,

    como pueblo, tenemos por delante.

    13. Por otro lado, la reconstruccin del tejido social e

    institucional costarricense debe pasar por un proceso

    profundo, riguroso, crtico, con profundo respeto por las

    gentes y sus necesidades y aspiraciones, con un renovado

    espritu de solidaridad y reconocimiento, que armonice las

    decisiones y proyectos con las posibilidades materiales y

    ambientales de estos. Ello impone algunas tareas

    inmediatas, por saber:

    Proteccin del medio ambiente y uso racional de la

    riqueza natural: Con el convencimiento de que los

    extraordinarios bienes naturales con que cuenta Costa

    Rica son nuestra principal riqueza, deben desplegarse

    todas las iniciativas que salvaguarden esa riqueza y

    biodiversidad. Esta lucha debe darse con toda amplitud

    y firmeza, mediante un permanente esfuerzo educativo,

    que impulse aprendizajes sobre y en el metabolismo

    biosocial, para generar una conciencia ecolgica que se

    constituya en rasgo cultural de todo el pueblo. Solo de

    esta manera podremos enfrentar el desmedido afn de

    lucro que destruye la riqueza de la biodiversiad y los

    ecosistemas. En funcin de que la gente viva bien, con

    dignidad, la riqueza de la biodiversidad y los

    ecosistemas podrn ser utilizados, mientras no se

    menoscaben sus bases de sustentabilidad y las

    afectaciones sean precisas y mnimas. Se deben tomar

    las decisiones y realizar las inversiones necesarias para

    el control eficaz de la contaminacin, as como para

    enfrentar las consecuencias del calentamiento global,

    que ha sido provocado por el uso abusivo y el

    desperdicio de esa riqueza biodiversa. De ah la

  • 13

    urgencia, entre otras tareas, de discutir los

    aprovisionamientos energticos que se puedan

    implementar, as como los patrones de consumo y las

    orientaciones del desarrollo, con una clara conciencia

    ecolgica y compromiso de respeto y proteccin del

    medio ambiente.

    Calidad de vida: Toda la accin estatal debe estar

    orientada a proveer calidad de vida para todas las

    poblaciones. Esto impone, entre otros aspectos,

    revertir el proceso del mal desarrollo que destruye las

    bases de la produccin y la reproduccin social, y

    reorientar la distribucin de la riqueza, para que el 16%

    de la poblacin ms rica no se quede con ms de la

    mitad de la riqueza generada cada ao, mientras que el

    25% ms pobre apenas sobreviva con menos del 5% de

    toda esa riqueza, como ha sucedido en las ltimos diez

    aos en Costa Rica. La cara ms (in)humana de esta

    iniquidad es la presencia en las comunidades del

    desamor: desamor por los nios y las nias, desamor

    por los jvenes, desamor y desamparo por las mujeres

    jefas de hogar, desamparo por los trabajadores y

    desintegracin familiar. En las comunidades,

    particularmente las ms rezagadas, el Estado debe

    actuar con espritu solidario y humanstico, de forma

    que anteponga la calidad de vida de todas las

    poblaciones como el criterio para decidir las polticas

    pblicas en materia de produccin y distribucin de la

    riqueza, y debe regir sobre las polticas de carcter

    salarial, fiscal y de inversin y gasto pblico. Por

    ejemplo, en las comunidades, particularmente en las

    ms empobrecidas, deben ser construidas, en el

    cortsimo plazo, lugares para el deporte, la recreacin,

    la cultura y el sano esparcimiento de todos. All deben

    llegar las y los trabajadores sociales, los mdicos y

    odontlogos, los promotores de la cultura y el deporte,

    y todos los servidores pblicos de las instancias

    respectivas. Las comunidades deben estar inundadas de

    msica, sinfnica y popular, de teatro educativo, de

    sanas competencias. En ellas no debe quedar ni una

    sola callejuela oscura y peligrosa y ni un solo nio,

  • 14

    joven o anciano en estado de abandono.

    Acceso y calidad en los servicios: El pueblo

    costarricense debe asumir la tarea ineludible de

    defender las garantas sociales, los derechos laborales y

    sindicales, as como las conquistas en seguridad social,

    participacin democrtica y atencin a las demandas de

    bienestar. Para ello es necesario refundar el tramado

    institucional, desprivatizando y restaurando los

    servicios pblicos, ampliando y mejorando

    continuamente la cobertura y calidad de estos, con

    sistemas de escrutinio ciudadano y rendicin de

    cuentas, como una forma de luchar por la equidad y la

    solidaridad, que enfrente las diversas expresiones de la

    exclusin, la discriminacin y la marginacin.

    Participacin y control ciudadano del poder: La

    concentracin de la riqueza y la alianza del gran capital

    nacional con el extranjero han conducido a una

    creciente concentracin del poder poltico, que se

    manifiesta en un sobredimensionamiento del Poder

    Ejecutivo y en la cooptacin empresarial de las

    instancias de decisin poltica (lobby empresarial). Los

    rganos de control poltico no funcionan o lo hacen de

    manera precaria e ineficiente. Por eso el pas requiere

    un proceso integral de redistribucin de las funciones

    pblicas, las facultades, los recursos, las capacidades y

    posibilidades de toma de decisin. Es un proceso que

    para trascender el clientelismo y la corrupcin, debe

    estar orientado a la construccin de una nueva

    ciudadana, con sensibilidad social y conciencia crtica,

    comprometida y activa, con el sano sentido de la

    rebelda y la capacidad propositiva y proactiva. Una

    ciudadana que asuma su papel de vigilancia cvica,

    dentro y fuera de las instituciones, pues acta con la

    conviccin de que el conocimiento, la supervisin y la

    opinin sobre los asuntos pblicos y los intereses

    nacionales no le son ajenos, sino que son una tarea

    suya propia y permanente.

    Una cultura de derechos humanos: Frente a una

    situacin de franca reversin de derechos y garantas

  • 15

    jurdicas, hay una tendencia a pisotear derechos

    humanos en otras pocas consolidados, mediante la

    conversin en objeto de lucro privado de los recursos

    con los que se satisfacen necesidades humanas y se

    cumplen requerimientos de seguridad y justicia, por

    ejemplo. A la vez, en un alarmante proceso de cambio

    de valores, la cultura popular y sus tradiciones vienen

    siendo sustituidas por los hbitos que inducen a la

    cultura de la sociedad de consumo. Debemos, pues,

    revertir ese proceso que nos ha convertido en la

    perfecta y gobernable sociedad de consumidores, para

    constituirnos en sujetos que decidimos por nuestros

    asuntos, personales y colectivos, con atencin a nuestra

    corporalidad y sus demandas. Es decir, requerimos

    avanzar hacia una real cultura de derechos humanos

    que potencie todos los procesos de lucha que, desde el

    reconocimiento, la transferencia de poder y las

    mediaciones normativas e institucionales, consolidan

    los proyectos de vida y las concreciones de dignidad

    humana. Se trata, por tanto, de una sensibilidad de

    derechos humanos que discierne la accin social

    especfica orientada a la satisfaccin de necesidades

    humanas y construccin o produccin de humanidad.

    De esta forma, la sensibilidad de derechos humanos se

    hace cargo de la parcialidad e incompletitud o

    lagunaridad de cualquier postulacin de derechos, ya

    que no se admite un canon cerrado sino un horizonte

    abierto en el que, conforme las nuevas situaciones

    (sociohistricas) vamos descubriendo espacios de

    humanidad cada vez ms amplios que reclaman

    proteccin, por ende, nos descubren nuevos derechos

    humanos.

  • 16

    II. NUESTRA FORTALEZA

    14. Tambin debemos sealar algunos elementos que deben

    ser retomados y relanzados, pues no todo puede ser

    presentado como negativo, sino que hay elementos que

    marcan nuestra historia, pasada y reciente, que muestran

    la fortaleza para salir adelante con un nuevo proyecto. Esta

    fortaleza estriba en la flexibilidad y capacidad para generar

    cambios, reformas y transformaciones, unas profundas y

    radicales, cuanto aquellas ms coyunturales, con la

    profunda conviccin de respetar siempre a las personas

    humanas y al entorno ecolgico que comparten.

    Costa Rica es uno de los pocos pases de Amrica Latina

    y quiz del Tercer Mundo, cuya historia refleja una

    acentuada tradicin de reformas que fueron

    consolidadas y profundizadas desde su independencia,

    por algunos conductores visionarios y de espritu

    justiciero.

    Todas estas reformas fueron inspiradas, en su momento,

    por las corrientes filosficas e ideolgicas que marcaron

    profundamente la vida social y poltica de Costa Rica, ya

    fueran el pensamiento liberal y el pensamiento social de

    la Iglesia Catlica, o fuera el pensamiento socialista y

    democrtico, cuanto el pensamiento socialdemcrata y

    socialcristiano.

    Las reformas propuestas e impulsadas trascendieron los

    planteamientos filosficos o intelectuales y se

    encarnaron profundamente en la vida social de la

    poblacin costarricense. Se produjo, entonces, esa

    relacin necesaria entre la teora y la prctica, cuando las

    ideas se convierten en una fuerza material. El pueblo las

    hizo suyas, las ampli y desarroll, de modo que se

    convirtieron en un amortiguador de conflictos sociales.

    Sin las reformas alcanzadas, habra sido imposible

    mantener una relativa paz social ni evitar sangrientas y

    recurrentes luchas internas, con el inevitable costo de

    vidas humanas y enormes fracturas sociales. Adems,

  • 17

    han atenuado hasta ahora el acelerado retroceso que las

    crisis financieras les imponen a los pueblos del mundo.

    Las Reformas sociales aplacaron en Costa Rica, las

    violentas convulsiones del capitalismo mundial. Solo

    cuando se consolida el mundo unipolar y se acelera el

    proceso de la globalizacin neoliberal que penetra la

    estructura nerviosa del sistema econmico y poltico

    nacional, el capitalismo salvaje logra someter a sus

    mecanismos toda la red de relaciones productivas,

    mercantiles y financieras internas.

    Asimismo, el pueblo costarricense cuenta con reservas

    morales, que pueden ser desplegadas para orientar un

    proyecto pas de democracia humanista, basado en los

    valores de la sustentabilidad (queremos una sociedad

    sustentable), la calidad de vida para todos mediante el

    acceso universal a los servicios con calidad y

    oportunidad, y una franca actitud de bsqueda de la

    justicia social y la equidad.

    III. UN PROYECTO PAS CON VISIN

    ESTRATGICA

    15. Corresponde ahora sealar, aunque sea en sus rasgos ms

    generales, la Costa Rica que queremos. En ese sentido,

    queremos una Costa Rica renovada, guiada por los valores

    de justicia y equidad social, de solidaridad que se expresa

    en la seguridad social y el respeto a la diversidad, con

    acceso y participacin como reglas del juego democrtico

    que construye una sociedad sustentable, fuertemente

    articulada y cimentada en torno a los siguientes vrtices-

    fuerza:

    16. UN SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL. Que sea integral

    e integrador, que construye y consolida las condiciones

    para el despliegue de los diversos proyectos de vida de sus

    gentes y poblaciones; por tanto, impone los lmites en que

    tales proyectos de vida sean posibles y establece las

    estrategias para prevenir y enfrentar los riesgos. Un

  • 18

    sistema de seguridad social es comprensivo al menos de

    cuatro subsistemas, fuertemente articulados entre s, con

    sinergias institucionales, armonizacin normativa y unidad

    de sentido y orientacin: generar calidad de vida.

    Un subsistema de Educacin: Con acceso universal y

    respeto a las diferencias. Este impulsar una educacin

    potenciadora de la creatividad, el pensamiento crtico,

    la cooperacin y el despliegue de las potencialidades

    humanas; adems debe contar con las condiciones

    materiales que la soporten y hagan viable.

    Un subsistema de Empleo: Se debe resignificar el

    trabajo como proveedor de dignificacin de las

    personas y potenciador del gozo. En ese sentido, el

    subsistema de empleo debe contar con salarios y

    remuneraciones justas, con condiciones de

    empleabilidad (adecuacin vocacional, competencia

    profesional, idoneidad, salud fsica y mental, recursos

    alternativos y relaciones interpersonales) suficientes,

    para todas y todos, y adecuados a los rangos de

    escolaridad y campo ocupacional.

    Un subsistema de Salud: Ms all de la ausencia de

    enfermedad, se trata de generar un subsistema con

    capacidad preventiva y reactiva, capaz de dar seguridad

    en los diversos niveles etarios y condiciones de vida.

    Por ahora, supone una actualizacin y potenciacin del

    proyecto de seguridad social encarnado por la Caja

    Costarricense del Seguro Social, lo cual requiere

    orientar los esfuerzos al logro de la verdadera

    autonoma, de la adecuada financiacin, de una

    verdadera planificacin, de un fortalecimiento de los

    servicios preventivos de esta, para hacer sostenible el

    servicio pblico de salud, de manera universal y

    solidaria.

    Un subsistema de Vivienda: Se trata de generar

    opciones de vivienda con dignidad, acceso y

    condiciones de convivencialidad, es decir, que permitan

  • 19

    a todas las gentes ejercer su accin de la forma ms

    autnoma y ms creativa, por tanto, con condiciones

    de habitabilidad, intercomunicacin y transporte, y

    acceso a servicios.

    17. UN SUBSISTEMA DE EQUIDAD SOCIAL. Que sea

    generador de oportunidades reales y accesibles para

    todas las personas, que enfrente las asimetras y luche

    contra las discriminaciones, en todas sus formas; pero, a la

    vez, que entregue los medios y procedimientos para que

    todas y todos puedan aprovechar dichas oportunidades.

    Se trata de un subsistema que marca la pauta de

    actuacin del tramado institucional y orienta los recursos

    normativos y simblico-culturales con una visin poltica

    clara y definida: generar equidad. Por tanto, es

    comprensivo de la diversidad de luchas por la equidad:

    Lucha contra la pobreza y la desigualdad

    socioeconmica: El sistema econmico y la estructura

    social no pueden seguir por la pendiente engaosa de

    que el crecimiento, por s mismo y segn una inercia de

    derrame, genera bienestar para todos. El cometido es

    generar procesos econmicos que sustenten la vida

    humana en sociedad a partir de la reproduccin de las

    condiciones materiales de la vida (ser humano y

    naturaleza), es decir, que los procesos econmicos

    (produccin, distribucin y consumo), articulados con

    la preservacin del medio ambiente natural, busquen

    armonizar las condiciones de posibilidad de la vida en

    sociedad con el entorno natural del cual los seres

    humanos tambin somos parte. Esto debe orientar las

    acciones no solo para enfrentar las condiciones

    (construidas) de empobrecimiento de grandes sectores

    de la poblacin, sino a generar instrumentos y

    mecanismos de distribucin solidarios y equitativos

    para superar las desigualdades.

    Lucha contra las brechas de gnero, etarias, tnicas y

    libidinales: La accin estatal debe estar guiada por una

    perspectiva de derechos humanos, los cuales se

  • 20

    asumen como un conjunto de procesos sociales,

    econmicos, normativos, polticos y culturales que

    abren y consolidan, desde el reconocimiento, la

    transferencia de poder y la mediacin jurdica, espacios

    de lucha por las particulares concepciones de dignidad

    humana. Esto impone, como accin estratgica

    fundamental del Estado, en todos sus niveles y

    componentes, para la comprensin, elucidacin y

    enfrentamiento de las estructuras de la dominacin

    patriarcal, que constituye un orden de gnero, como un

    paso necesario en los procesos de humanizacin y

    equidad. A la vez, debe discernir y cuestionar el poder

    paterno-gerontocrtico, por cuanto constituye una

    fuente de discriminacin y violencia y establece un

    orden etario, que distribuye poderes e inhibe las

    capacidades de las personas conforme a los diversos

    estatus que otorga segn las edades de estas, lo mismo

    que establece una economa libidinal, que atenta

    contra las posibilidades de una vivencia plena de la

    relacin entre humanas y humanos, pues restringe los

    cuerpos, sus relaciones y tiempos a la produccin.

    Lucha contra las asimetras regionales y por la

    integracin: Una funcin ineludible del Estado ha de

    ser la tarea de crear condiciones de posibilidad para

    que las diversas regiones superen sus rezagos

    histricos, muchas veces impuesto por la propia accin

    de los aparatos del Estado operados con criterios

    eminentemente electorales. El mapa geogrfico nunca

    puede ser una fatalidad, ni el mapa administrativo un

    lmite irrebasable, sobre todo cuando el mapa social se

    est reconfigurando y movilizando. La accin estatal

    debe estar orientada a revertir las condiciones de

    asimetra entre las regiones, las cuales nunca son

    naturales, para potenciar y revitalizar el mapa social y

    proveer a las gentes de mecanismos de arraigo y

    cohesin social y a las regiones de mayores niveles de

    integracin en el concierto nacional.

  • 21

    18. UN SISTEMA DE REPRODUCCIN SOCIAL. Que

    preserve y potencie las condiciones para la reproduccin

    de la vida, en todas sus formas, particularmente la

    reproduccin social con equidad y solidaridad. Los

    diversos subsistemas que lo componen requieren una

    accin planificada, a mediano y largo plazo, que potencie

    la accin interinstitucional y transforme las culturas

    productivas, tanto en los espacios pblicos como en los

    privados. En estos subsistemas debe haber suficientes

    mrgenes de accin para la creatividad e innovacin por

    parte de todos los agentes (pblicos y privados), con

    responsabilidad, evaluacin permanente y transparencia

    en la gestin. Las necesarias sinergias institucionales

    deben confluir con unidad de sentido y orientacin para

    generar una sociedad sustentable en la que todas y todos

    vivan bien, vivan con dignidad. Este sistema es

    comprensivo de:

    Un subsistema de proteccin ambiental: Es

    fundamental impulsar acciones mediante las cuales el

    Estado garantice, defienda y preserve el derecho a un

    ambiente biofsico y humano ecolgicamente

    sustentable. Esto supone mantener el dominio pblico

    sobre los elementos del ambiente, regular su uso y

    aprovechamiento de conformidad con las reglas de la

    ciencia y la tcnica, para que las personas vivan en un

    ambiente ecolgicamente sustentable. Tambin es

    necesario establecer un control y uso adecuado de

    organismos genticamente modificados o transgnicos,

    as como impulsar procesos de proteccin del ambiente

    mediante la educacin y el establecimiento de reglas

    claras frente a los tratados de libre comercio. Hay que

    potenciar una cultura de corresponsabilidad y cuidado,

    para que todas las personas se constituyan en

    defensoras de los intereses ambientales de la sociedad

    y aprendan a utilizar los mecanismos de denuncia

    (accin popular) de los actos que atenten contra el

    ambiente. Estos derechos y garantas deberan incluirse

    en la Constitucin Poltica, mediante un ttulo de

    Derechos y Garantas Ambientales, para que los

  • 22

    derechos ecolgicos sean debidamente tutelados por el

    Recurso de Amparo y la Accin de Inconstitucionalidad.

    En general se deben generar instrumentos giles y

    eficientes para proteger el ambiente, de forma que se

    pueda asegurar a los seres humanos y a las dems

    especies, la vida y existencia en el planeta Tierra. Todo

    ello debe ir dando paso a una nueva sensibilidad

    ecolgico-poltica para Costa Rica. En esta perspectiva,

    se deben generar acciones y polticas pblicas en

    relacin con: parques nacionales, su preservacin,

    inalienabilidad y posibilidades restringidas de

    explotacin; uso y manejo de desechos, como fuente

    de riqueza y contra la cultura del desperdicio; agua,

    como un bien vital para la sobrevivencia humana, que

    asegure un acceso a ella de forma universal y con

    condiciones de potabilidad suficientes; manejo de

    cuencas, que exprese un nuevo sentido de convivencia,

    segn principios de corresponsabilidad y cuidado, de

    los seres humanos entre s y con la naturaleza; mares,

    que incluya tanto polticas claras y visionarias sobre los

    fondos marinos, la actividad de pesca, como

    regulaciones para la instalacin de marinas y otros usos

    no tradicionales; energa, que privilegie el uso de

    energas limpias y no contaminantes; uso del suelo,

    particularmente con control del desarrollo urbano,

    planificado y sostenible, entre otros aspectos

    relevantes.

    Un subsistema de soberana alimentaria: Esta expresa

    el derecho inalienable de nuestro pueblo de no ser, por

    ningn motivo, un rehn de los alimentos producidos

    fuera de nuestras fronteras. Depender de los alimentos

    que producen otros, aun cuando resulten ms baratos

    en situaciones coyunturales, slo expresa una

    inaceptable supeditacin, claramente utilizada por los

    pases industrializados, con agriculturas altamente

    subvencionadas, como una sofisticada herramienta

    poltica. Adems, es inaceptable calificar los alimentos

    como mercancas. La tarea de nutrir a nuestras

    poblaciones, con alimentos abundantes y de excelente

  • 23

    calidad, le compete por entero a nuestros campesinos,

    agricultores y empresarios agroindustriales, por lo que

    debe ser reconstruido un sistema de apoyo

    gubernamental, encabezado por el CNP, de produccin,

    acopio, distribucin eficiente y precios accesibles para

    todas las familias.

    Un subsistema de seguridad humana: Las buenas

    relaciones vecinales, en el respeto y reconocimiento, y

    con responsabilidades compartidas, junto con la

    satisfaccin de necesidades reales y la generacin de

    condiciones de vida con calidad y equidad, constituyen

    la base fundamental para construir una convivencia

    pacfica, por tanto, una situacin en la cual la

    ciudadana se siente y vive segura (seguridad

    interpersonal). Esta seguridad, en el nivel primario de

    las relaciones sociales, debe traducirse y, a la vez, tener

    un refuerzo sistemtico mediante la armonizacin de la

    legislacin, la simplificacin de procedimientos

    administrativos, la accesibilidad a los instrumentos y

    procedimientos jurdicos, administrativos y

    jurisdiccionales en general (seguridad jurdica).

    Asimismo, debe tener un resguardo por parte de los

    cuerpos policiales, cuya accin debe estar regida por

    una sensibilidad civilista y vocacin democrtica, que

    rechace los modos castrenses de enfrentar la

    conflictividad social y supere las formas meramente

    represivas y tendencialmente violadoras de derechos

    humanos (seguridad poltica). En este subsistema de

    seguridad humana se deben atender, con carcter de

    urgencia, algunas cuestiones como el abordaje de la

    migracin, la atencin a las crceles y otros centros de

    reclusin y albergue, y la accin sobre el consumo y

    trasiego de drogas estupefacientes sicotrpicas; son

    cuestiones que demandan polticas pblicas claras,

    consistentes y respetuosas de derechos humanos, pues

    ellas, de diversos modos, comprometen directamente

    nuestro pacto de convivencia y dicen de nuestra

    calidad humana.

  • 24

    Un subsistema de produccin: La organizacin de la

    produccin no debe constreirse a la dicotoma Estado

    o Mercado, empresa estatal o empresa capitalista, ni

    debe estar limitada por la exclusividad de la propiedad

    privada capitalista. Existen diversas formas de

    propiedad con sus modos de produccin correlativos,

    tales como las cooperativas, las de carcter pblico no

    estatal, las municipales, el sector de la economa social

    y, desde luego, las pequeas y medianas empresas. La

    participacin de todas esas formas de produccin

    contribuye a mejorar la equidad y a fortalecer la

    democracia. Sin democracia econmica no hay

    democracia poltica. Este debate tambin debe abarcar

    el tema del equilibrio entre el despliegue del mercado

    interno y el mercado de exportacin. En este aspecto

    se deben generar polticas pblicas y programas

    orientados a potenciar los siguientes rubros:

    1) Infraestructura pblica: se debe impulsar la

    recuperacin, ampliacin, modernizacin y

    mantenimiento de esta, que incluye

    mnimamente la estructura vial, los puertos y

    aeropuertos, el transporte pblico y las

    instalaciones edilicias de servicio pblico.

    2) Telecomunicaciones: se debe mantener y

    asegurar el control pblico del espectro

    radioelctrico y una participacin democrtica

    efectiva cuando se dieren concesiones a agentes

    privados, as como la ampliacin de la cobertura y

    calidad de los servicios de internet y la

    potenciacin en el uso de las tecnologas de la

    informacin y la comunicacin (TICs), con modos

    de gestin innovadores, que pueden convocar los

    emprendimientos mixtos, y que aseguren el

    acceso a las mayoras y el control de los precios y

    tarifas.

    3) Organizacin productiva: se debe potenciar la

    instalacin de parques industriales, que permitan

  • 25

    encadenamientos y el establecimiento de

    sinergias productivas, con respeto a las

    condiciones del medio, de modo que se minimice

    el impacto en este, y, de ser posible, que

    articulen zonas histricamente rezagadas. Estos

    emprendimientos deben estar apoyados por una

    Banca de desarrollo que asegure las condiciones

    de financiacin responsables y solidarias, as

    como por una poltica de seguros que cubra a los

    pequeos y medianos productores frente riesgos

    no asegurables por los intermediarios de seguros

    privados en el sistema de competencia.

    4) Comercio nacional e internacional: Es

    imprescindible desplegar polticas inteligentes y

    proactivas para dinamizar el intercambio

    comercial en el mercado interno, pero tambin

    para posicionarnos estratgicamente en el

    mercado internacional, de modo que podamos

    diversificar nuestros socios comerciales y

    construir mrgenes de autonoma frente a estos.

    Un subsistema de cultura e investigacin: Uno de los

    mitos ms perversos es que un pas pequeo y

    empobrecido no puede desarrollar acciones serias en el

    campo de la investigacin cientfica y tecnolgica.

    Contrario a ese mito, en estos momentos tenemos

    cuadros intelectuales y cientficos de alto nivel. Hay

    que ponerlos a trabajar en funcin del despliegue de

    las potencialidades y capacidades nacionales, para

    construir eso que llamamos una ciencia nacional. La

    investigacin cientfica y tecnolgica debe ser colocada

    en un lugar relevante, y debe ser dotada de los

    recursos polticos y financieros necesarios. El desarrollo

    cientfico y tecnolgico del pas debe ajustarse a los

    valores y principios definidos en este proyecto pas y

    ajustarse a las necesidades nacionales.

  • 26

    19. UN SISTEMA DEMOCRTICO . Es urgente que

    impulsemos un proceso de democratizacin en el cual

    se recupere la tradicin y los logros alcanzados en la

    formacin de una institucionalidad electoral; pero, a la

    vez, que logre superar el procedimentalismo

    enquistado que limita las posibilidades de participacin

    ciudadana, para impulsar los diversos mecanismos de

    accin popular, expresivos de la soberana popular,

    como base de la construccin del cualquier sistema que

    se pretenda democrtico. Un proceso de

    democratizacin que lleve a la potenciacin y

    renovacin de las estructuras institucionales, los

    tramados normativos que la sostienen y sus prcticas

    burocrticas. An ms, que impregne todos los

    espacios de la vida, personal y colectiva, ya sea en los

    mbitos ntimos, familiar, privado, pblico, local,

    nacional, regional, continental y mundial. Y es que una

    sensibilidad democrtica tambin es la bsqueda y

    apuesta en sentido pascaliano- por establecer

    criterios para este proyecto de vida en comn, que nos

    permita, en lo especfico, refundar el pacto social

    costarricense en pro de una Costa Rica renovada. Un

    proceso de democratizacin integral, no solo electoral,

    que impulse una forma de gobierno en la que ni los

    polticos, ni los burcratas, ni el mercado, sino un

    pueblo fortalecido, lo realice en forma legtima para

    nutrir su propia libertad. En este mbito, se

    comprenden al menos:

    Un subsistema de gobierno y administracin: Se

    debe redefinir la organizacin poltica administrativa

    del pas a partir de la distribucin del poder y la

    autonoma de los territorios. Sobre la base de ese

    concepto, corresponde formular algunas propuestas

    concretas que contemplen esa visin pas, de

    procurar una organizacin distinta. La ciudadana

    organizada debe jugar un rol fundamental en ese

    proceso de transformacin. Si el Estado se construye

    sobre la base de la distribucin del poder, tiene que

    haber una ruptura con el centralismo, el verticalismo,

  • 27

    el vallecentralismo y el alejamiento del Poder.

    Inevitablemente, para distribuir el poder en los

    territorios y en la ciudadana, hay que desinflar

    muchas de las funciones que hoy en da tiene el Poder

    Central, y que podran estar en manos de los

    gobiernos locales, y de las instancias organizativas

    propias de las provincias, regiones, y entidades

    locales. El gobierno en este nuevo esquema, no solo

    sera el Gobierno Central, instalado en San Jos, sino

    que el gobierno tambin estara en los territorios

    provinciales o regionales y en los cantones. Asimismo,

    como contrapartida y control de ese gobierno se

    deben profundizar y potenciar los mecanismos de

    decisin y consulta popular.

    Un subsistema de instituciones pblicas con una

    cultura del servicio pblico: Si bien en el pasado se

    construy un tramado de instituciones de servicio

    pblico, amplio y heterogneo, es necesario

    consolidarlo y, en no pocos casos, reorientar hacia el

    servicio pblico, que es servicio a las gentes y las

    comunidades, sus prcticas y cultura organizacional.

    Se requiere para ello, entre otras cosas, generar un

    flujo de la informacin y una articulacin de las

    acciones, para superar las prcticas aislacionistas y

    fragmentarias que derrochan recursos pblicos, e

    instaurar una cultura de la accin sinrgica y

    racionalmente orientada.

    Un subsistema de poltica y relaciones

    internacionales: El Estado costarricense debe generar

    e impulsar una poltica exterior amplia, que le permita

    relacionarse inteligentemente en el mundo de hoy,

    sin comprometer su identidad y su soberana.

    Reconociendo la realidad histrica y geopoltica, debe

    privilegiarse la relacin estrecha y multifactica con

    los otros Estados latinoamericanos, de manera que se

    pueda participar en los procesos unitarios en marcha

    en la regin, que buscan la mayor cohesin y respeto

    en la arena internacional, sin comprometer las

  • 28

    posibilidades de desplegar una poltica exterior gil e

    independiente, orientada a salvaguardar la paz, el

    respeto a derechos humanos y la dignidad humana, la

    proteccin ambiental y la convivencia democrtica. El

    respeto que reclamamos celosamente para nosotros

    lo debemos tener para con las otras naciones y

    pueblos de la tierra. La poltica exterior costarricense

    debe impulsar que las controversias internacionales,

    as como los conflictos internos de cada pas, se

    resuelvan por la va de la negociacin y el dilogo. En

    defensa de la vida en el planeta, tal como la

    conocemos, debemos abogar por la desnuclearizacin

    total y la renuncia al uso de todo tipo de armas de

    destruccin masiva por parte de los Estados que las

    posean, que deberan destruirlas, as como evitar la

    proliferacin de estas. Tambin se debe impulsar la

    democratizacin real de todas las instancias

    internacionales y la no exclusin de ningn miembro

    de estas.

    Otras acciones democratizadoras: Para fortalecer el

    sistema democrtico y potenciar los procesos de

    democratizacin radical es necesario retomar, en

    todos los niveles, la funcin de educacin poltica,

    pues el modelo neoliberal y las prdicas de

    gobernabilidad llevaron a renunciar a ella con

    consecuencias nefastas. Esta es la base para impulsar

    los procesos de participacin social radical orientados

    a una formacin para la convivencia pacfica y el

    cuidado recproco. Asimismo se debe profundizar y

    consolidar el sistema de libertades, que asegure entre

    otros aspectos fundamentales el derecho a la

    comunicacin, la participacin y la atencin a la

    demanda social; pero tambin que sea garante de la

    pluralidad de las formas de organizacin social, con su

    riqueza de acciones colectivas y emprendimientos

    comunitarios.

  • 29

    Todo esto nos permitir refundar la Costa Rica que queremos, para la

    nuestra y las generaciones futuras. Este es el reto y la tarea: generar un

    nuevo sentido comn (hegemona) de una Costa Rica con seguridad social y

    equidad, sustentable y democrtica; una Costa Rica en la que la promesa y

    la posibilidad de ir viviendo bien, viviendo con dignidad, sea una realidad

    que se construye permanentemente.

  • 30

    Iniciativas colectivas que convergen y suscriben este Proyecto pas: Gente viviendo con dignidad

    CONCENSO PATRIOTICO

    AGENDA NACIONAL

    COALICION CARTAGINESA UNIDA

    MOVIMIENTO CVICO PRO REFORMAS ESTRUCTURALES POLTICO

    ADMINISTRATIVAS QUE REQUIERE COSTA RICA

    MOVIMIENTO DIGNIDAD NACIONAL

    AGENDA CIUDADANA

    ASOCIACIN PRO SEGURIDAD DEL COMERCIO Y LA SEGURIDAD

    (ASOPROSECO)

    FORO DE ACCIN UNITARIA (FAU)