cortazar.alosmaestros

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MIÉRCOLES, 16 DE DICIEMBRE DE 2009 CORTÁZAR, Julio: Esencia y misión del maestro Escribo para quienes van a ser maestros en un futuro que ya casi es presente. Para quienes van a encontrarse repentinamente aislados de una vida que no tenía otros problemas que los inherentes a la condición de estudiante; y que, por lo tanto, era esencialmente distinta de la vida propia del hombre maduro. Se me ocurre que resulta necesario, en la Argentina, enfrentar al maestro con algunos aspectos de la realidad que sus cuatro años de Escuela Normal no siempre le han permitido conocer, por razones que acaso se desprendan de lo que sigue. Y que la lectura de estas líneas –que no tiene la menor intención de consejo- podrá tal vez mostrarles uno o varios ángulos insospechados de su misión a cumplir y de su conducta a mantener. Ser maestro significa estar en posesión de los medios conducentes a la transmisión de una civilización y una cultura; significa construir, en el espíritu y la inteligencia del niño, el panorama cultural necesario para capacitar su ser en el nivel social contemporáneo y, a la vez, estimular todo lo que en el alma infantil haya de bello, de bueno, de aspiración a la total realización. Doble tarea, pues: la de instruir, educar, y la de dar alas a los anhelos que existen, embrionarios, en toda conciencia naciente. El maestro tiende hasta la inteligencia, hacia el espíritu y finalmente, hacia la esencia moral que reposa en el ser humano. Enseña aquello que es exterior al niño; pero debe cumplir asimismo el hondo viaje hacia el interior de ese espíritu y regresar de él trayendo, para maravilla de los ojos de su educando, la noción de bondad y la noción de belleza: ética y estética, elementos esenciales de la condición humana. Nada de esto es fácil. Lo hipócrita debe ser desterrado, y he aquí el primer duro combate; porque los elementos negativos forman también parte de nuestro ser. Enseñar el bien, supone la previa noción del mal, permitir que el niño intuya la belleza no excluye la necesidad de hacerle saber lo no bello. Es entonces que la capacidad del que enseña –yo diría mejor: del que construye descubriéndose pone a prueba. Es entonces que un número desoladoramente grande de maestros fracasa. Fracasa calladamente, sin que el mecanismo de nuestra enseñanza primaria se entere de su derrota; fracasa sin saberlo él mismo, porque no había tenido jamás el concepto de su misión. Fracasa tornándose rutinario, abandonándose a lo cotidiano, enseñando lo que los programas exigen y nada más, rindiendo rigurosa cuenta de la conducta y disciplina de sus alumnos. Fracasa convirtiéndose en lo que se suele denominar «un maestro correcto». Un mecanismo de relojería, limpio y brillante, pero sometido a la servil condición de toda máquina. Algún maestro así habremos tenido todos nosotros. Pero ojalá que quienes leen estas líneas hayan encontrado también, alguna vez, un verdadero maestro. Un maestro que sentía su misión; que la vivía. Un maestro como deberían ser todos los maestros en la Argentina. Lo pasado es pasado. Yo escribo para quienes van a ser educadores. Y la pregunta surge, entonces, imperativa: ¿Por qué fracasa un número tan elevado de maestros? De la respuesta, aquilatada en su justo valor por la nueva generación, puede depender el destino de las infancias

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MIRCOLES, 16 DE DICIEMBRE DE 2009CORTZAR, Julio: Eseni! " #isi$n %el #!es&'oEscribo para quienes van a ser maestros en un futuro que ya casi es presente. Para quienesvan a encontrarse repentinamente aislados de una vida que no tena otros problemas que losinherentes a la condicin de estudiante; y que, por lo tanto, era esencialmente distinta de lavida propia del hombre maduro. Se me ocurre que resulta necesario, en la Argentina, enfrentaralmaestro con algunos aspectos de la realidad que sus cuatro aos de Escuela !ormalnosiempre le han permitido conocer, por ra"ones que acaso se desprendan de lo que sigue. #quelalecturadeestaslneas$quenotienelamenorintencindeconse%o&podr'tal ve"mostrarles uno ovarios'ngulos insospechados desu misin acumplir yde su conductaamantener.Ser maestro significa estar en posesin de los medios conducentes a la transmisin de unacivili"acin y una cultura; significa construir, en el espritu y la inteligencia del nio, el panoramacultural necesario para capacitar su ser en el nivel social contempor'neo y, a la ve", estimulartodo lo que en elalma infantilhaya de bello, de bueno, de aspiracin a la totalreali"acin.(oble tarea, pues) la de instruir, educar, y la de dar alas a los anhelos que e*isten,embrionarios, entodaconciencianaciente. El maestrotiendehastalainteligencia, haciaelespritu y finalmente, hacia la esencia moral que reposa en el ser humano. Ensea aquello quees e*terior al nio; pero debe cumplir asimismo el hondo via%e hacia el interior de ese espritu yregresar de +l trayendo, para maravilla de los o%os de su educando, la nocin de bondad y lanocin de belle"a) +tica y est+tica, elementos esenciales de la condicin humana.!adade esto es f'cil.,ohipcrita debe ser desterrado,y he aqu elprimer duro combate;porque los elementos negativos forman tambi+n parte de nuestro ser. Ensear el bien, suponelaprevianocindel mal, permitirqueel niointuyalabelle"anoe*cluyelanecesidaddehacerle saber lo no bello. Es entonces que la capacidad del que ensea $yo dira me%or) delque construye descubri+ndose pone a prueba. Es entonces que un n-mero desoladoramentegrande de maestros fracasa. .racasa calladamente, sin que el mecanismo de nuestraensean"a primaria se entere de su derrota; fracasa sin saberlo +lmismo, porque no habatenido%am'sel conceptodesumisin. .racasatorn'ndoserutinario, abandon'ndosealocotidiano, enseando lo que los programas e*igen y nada m's, rindiendo rigurosa cuenta de laconducta y disciplina de sus alumnos. .racasa convirti+ndose en lo que se suele denominar/un maestro correcto0. 1n mecanismo de relo%era, limpio y brillante, pero sometido a la servilcondicin de toda m'quina.Alg-n maestro as habremos tenido todos nosotros. Pero o%al' que quienes leen estas lneashayanencontradotambi+n, algunave", unverdaderomaestro. 1nmaestroquesentasumisin; quelaviva. 1nmaestrocomodeberanser todoslosmaestrosenlaArgentina.,o pasado es pasado. #o escribo para quienes van a ser educadores. # la pregunta surge,entonces, imperativa) 2Por qu+ fracasa un n-mero tan elevado de maestros3 (e la respuesta,aquilatadaensu%ustovalor por lanuevageneracin, puededepender el destinodelasinfancias futuras, que es como decir el destino del ser humano en cuanto sociedad y en cuantotendencia al progreso.2Puede contestarse la pregunta3 2Es que acaso tiene respuesta3#o poseo mi respuesta, relativa y acaso errada. 4ue %u"gue quien me lee. #o encuentro que elfracaso de tantos maestros argentinos obedece a la carencia de una verdadera cultura que nose apoye en el mero acopio de elementos intelectuales, sino que afiance sus races en el rectoconocimiento de la esencia humana, de aquellos valores del espritu que nos elevan por sobrelo animal. El vocablo /cultura0 ha sufrido como tantos otros, un largo malentendido. 5ulto eraquien haba cumplido una carrera, el que haba ledo mucho; culto era el hombre que sabaidiomas y citaba a 6'cito; culto era elprofesor que desarrollaba el programa con abundantebibliografaau*iliar.Sercultoera$yes, paramuchos& llevar ensumaunproli%oarchivoyrecordar muchos nombres...Pero la cultura es eso y mucho m's. El hombre $tendencias filosficas actuales, novsimas, loafirman a trav+s del genio de 7artn 8eidegger& no es solamente un intelecto. El hombre esinteligencia, pero tambi+n sentimiento, y anhelo metafsico, y sentido religioso. El hombre es uncompuesto; de la armona de sus posibilidades surge la perfeccin. Por eso, ser culto significaatender al mismo tiempo a todos los valores y no meramente a los intelectuales. Ser culto essaberel s'nscrito, si sequiere, pero tambi+nmaravillarseanteuncrep-sculo; serculto esllenar fichas acerca de una disciplina que se cultiva con preferencia, pero tambi+n emocionarsecon una m-sica o un cuadro, o descubrir el ntimo secreto de un verso o de un nio. # a-n nohe logrado precisar qu+ debe entenderse por cultura; los e%emplos resultan in-tiles. 4ui"' secomprendierame%or mi pensamientodecantadoenesteconceptodelacultura) laactitudintegralmente humana, sin mutilaciones, que resulta de un largo estudio y de una amplia visinde la realidad.As tiene que ser el maestro.# ahora, esta pregunta dirigida a la conciencia moralde los que se hallan comprendidos enella) 29astaroncuatroaosdeEscuela!ormal parahacer del maestrounhombreculto3!o; ello es evidente. Esos cuatro aos han servido para integrar parte de lo que yo denomin+m's arriba /largo estudio0; han servido para enfrentar la inteligencia con los grandesproblemasquelahumanidadseha planteadoyha buscado solucionar consuesfuer"o)elproblemahistrico, el cientfico, el literario, el pedaggico. !adam's, apesardelabuenavoluntad que hayan podido demostrar profesores y alumnos; a pesar deldoble esfuer"o enprocura de un debido nivel cultural.,aEscuela!ormal nobastaparahacer al maestro. #quien, luegodeplegar congestoorgulloso su diploma, se disponga a cumplir su tarea sin otro esfuer"o, +se es desde ya unmaestrocondenadoal fracaso. Parecer'cruel yacasofalso; perounhondobuceoenlaconciencia de cada uno probar' que es harto cierto. ,a Escuela !ormal da elementos, variadosygenerosos, crealanocindel deber,delamisin; descubreloshori"ontes. Peroconloshori"ontes hay que hacer algo m's que mirarlos desde le%os) hay que caminar hacia ellos yconquistarlos.El maestro debe llegar a la cultura mediante un largo estudio. Estudio de lo e*terior, y estudiode s mismo. Aristteles y Scrates) he ah las dos actitudes. 1no, la visin de la realidad atrav+s de sus m-ltiples 'ngulos; el otro, la visin de la realidad a trav+s del cultivo de la propiapersonalidad. #,estohayquecreerlo, ambascosasnoselogranpor separado. !adieseconoce a s mismo sin haber bebido la ciencia a%ena en inacabables horas de lecturas y deestudio; y nadie conoce el alma de los seme%antes sin asistir primero al deslumbramiento dedescubrirse a s mismo. ,a cultura resulta as una actitud que nace imperceptiblemente; nadiepuededespertarsemaanaydecir) /S+muchascosasynadam's0. ,ame%or pruebadecultura suele darla aqu+l que habla muy poco de s mismo; porque la cultura no es una cosa,sino que es una visin; se es culto cuando el mundo se nos ofrece con la m'*ima amplitud;cuandolosproblemasmenudosde%andetener consistencia; cuandosedescubrequelocotidiano es lo falso, y que slo lo m's puro, lo m's bello, lo m's bueno, reside la esencia queel hombre busca. 5uando se comprende lo que verdaderamente quiere decir (ios.Al salir de la Escuela !ormal, puede afirmarse que el estudio reci+n comien"a. 4ueda lo m'sdifcil, porque entonces se est' solo, librado a la propia conducta. En el debilitamiento de losresortes morales, en el olvido de lo que de sagrado tiene es ser maestro, hay que buscar lara"ndetantosfracasos. Peroenlavoluntadquenoreconocet+rminos, quenosabedepla"os fi%os para el estudio, est' la ra"n de muchos triunfos. En la Argentina ha habido y haymaestros) debera pregunt'rseles a ellos si les bastaron los cuatro aos oficiales para adquirirla cultura que poseen. /El genio $di%o 9uffon& es una larga paciencia0. !osotros no requerimosmaestros geniales; sera absurdo. Pero todo saber supone una larga paciencia.Alguien afirm, sencillamente, que nada se conquista sin sacrificio. # una misin como la deleducador e*ige el mayor sacrificio que puede hacerse por ella. (e lo contrario, se permaneceenelnivel del /maestro correcto0.Aqu+llos quehayanestudiadoel magisterioysehayanrecibido sin meditar a ciencia cierta qu+ pretendan o qu+ esperaban m's all' del puesto y laretribucin monetaria, +sos son ya fracasados y nada podr' salvarlos sino un granarrepentimiento . Pero yo he escrito estas lneas para los que han descubierto su tarea y sudeber. Para los que abandonan la Escuela !ormal con la determinacin de cumplir su misin. Aellos he querido mostrarles todo lo que les espera, y se me ocurre que tanto sacrificio ha dealegrarnos. Porque en el fondo de todo verdadero maestro e*iste un santo, y los santos sonaquellos hombres que van de%ando todo lo perecedero a lo largo del camino, y mantienen lamirada fi%a en unhori"onteque conquistar con el traba%o,con elsacrificio o con la muerte..Artculopublicadoel :;deoctubrede=, enla?evistaArgentina, yfirmadopor @ulio.lorencio 5ort'"ar, profesor, graduado en letras en la Escuela !ormal de Profesores 7arianoAcosta de 9uenos Aires.6e*to e*trado del libro) APapeles inesperadosB